La noche y el duro invierno dejaban caer una copiosa nieve sobre el nido de águilas, un gran refugio alpino situado en la cres cr esta ta de un una a al alta ta mo mont ntañ aña a en Be Bert rtch chsg sgad aden en.. Se po podí día a adivinar la figura de un hombre asomado a unas interm int ermina inable bles s e inf infini initas tas cri crista staler leras. as. Inst Instant antes es des despué pués s se alejó del ventanal, para seguir compartiendo la velada con sus importantes amistades. Una de ellas le hizo un extraño comentario y de inmediato, el hombre, respondió enérgi ené rgicam cament ente: e: "Si cre cree e ust usted ed que nue nuestr stro o mov movimi imient ento o se reduce solo a un partido político... ¡Es que no ha entendido nada!". No era la primera vez, ni sería la última en que Hermann Raus Ra usch chni ning ng,, je jefe fe na nazi zi de dell go gobie biern rno o de Da Danz nzig ig,, vi vio o a Ad Adol olf f Hitler expresarse en esos crípticos términos. Lo cierto es que han pasado ya mas de sesenta años, y muchos enigmas sobre el II IIII Re Reic ich h pe perdu rdura ran. n. Pr Prob obab able leme ment nte e pa para ra sie siemp mpre re.. Co Como mo tamb ta mbié ién n lo ha hace cen n va vari rios os mi mill llo one nes, s, no ex exa age gera ramo mos, s, de documentos técnicos, militares, políticos, e incluso esotéricos sobre el régimen de Hitler. La mayor parte de la docume doc umenta ntació ción n cie cientí ntífic fica a en EE EE.UU .UU.. mie mientr ntras as que una gra gran n parte del bagaje documental místico y esotérico, se encuentra celosamente guardado en viejos estantes, cajas y armarios del desvencijado archivo histórico ruso, y de sus numerosos servicios secretos. En los ac acon onte teci cimi mien ento tos s hi hist stór óric icos os qu que e es estu tuvi vier eron on tr tras as el intento de acceder al control mundial por parte del cata ca tast stró rófi fico co ré régi gime men n na nazi zi,, ha hay y un una a tr tras asti tien enda da do dond nde e la irra ir racio ciona nalid lidad ad y la re reli ligi gión ón so son n la las s pr prot otag agon onist istas as.. En es esa a visión del mundo, el ocultismo, la magia, antiguas sociedades secretas, las creencias en mitos ancestrales e incluso objetos, que segú según n las más ant antigu iguas as ley leyend endas, as, est están án rev revest estido idos s de extraños poderes sobrenaturales, jugaron un pap pa pel importantísimo. Tal fue la importancia y la influencia de esas creencias que determinaron el resultado de la contienda e incluso afectaron, en el ca caso so naz azi, i, a ca camp mpo os tan ra raci cio ona nale les s com omo o el de la investigación científica. Lamentablemente, todo ello provoco una espiral de locura y horror como nunca se ha visto, que barrio de la faz del planeta 50 millones de seres humanos, y sumió en la hoguera de los crematorios a 6 millones de almas.
Sin embargo, muchos historiadores perspicaces han buscado en la trastienda y rascado bajo esa superficie aparente, y lo que se han encontrado es totalmente anómalo e increíble. La conclusión final, es que el análisis que hacen los historiadores orttod or odo oxo xos s ba basa sado dos s en arg rgum umen ento tos s po polí líttic icoo-so soci cial ale es o económ eco nómico icos, s, no son suf suficie iciente ntes s par para a exp explica licarr el fen fenóme ómeno no nazi. Desgraciadamente, nadie puede explicar completamente cómo fue posible que un grupo de "vagabundos" sin oficio ni futuro fueran capaces de fundar un partido político que en 22 años casi hizo tambalear las estructuras del sistema europeo y mundial. Y por supuesto, aun no es posible calibrar del todo hasta que punto el esoterismo jugo un papel primordial en ese cataclismo mundial sin precedentes. Al igual que tampoco es pos posib ible le sa sabe berr fu fuer era a de la las s in info form rmac acio ione nes s cl clás ásic icas as y ya vici vi ciad adas as po porr el pa paso so de la las s dé déca cada das, s, cu cuan anto to de dell in incr creí eíbl ble e avan av ance ce ci cien entí tífi fico co y té técn cnic ico o na nazi zi se de debe be a es ese e "a "amb mbien iente te heterodoxo". En definitiva, el enigma permanece. Las voces de Hitler Pero co com mo toda historia re rea al, esta tie ien ne un comienzo primit pri mitivo ivo,, eni enigmá gmátic tico o e inq inquie uietan tante te all allá á por el inv invier ierno no de 1908. En esa época el joven Hitler vivía en Linz, un pueblo aust au strí ría aco ce cerc rca ano a la fro ron nte tera ra ale lema man na. Ya de desd sde e su temprana juventud se había sentido atraído por las narraciones de las viejas leyendas alemanas. Por supuesto, las la s op oper eras as de dell co comp mpos osit itor or al alem emán án Ri Rich char ard d Wag agne nerr, y el gra gr and ndio ioso so un univ iver erso so mu musi sica call qu que e ge gen ner era aba ba,, to tota talm lmen entte asociado a antiguas leyendas nórdicas sobre el santo grial y otros temas mitológicos, como el anillo de los Nibelungos, no pasaba pas aban n des desape aperci rcibid bidos os par para a el osc oscuro uro hij hijo o del adu aduane anero, ro, aspirante entonces a arquitecto o pintor reconocido. Su úni único co ami amigo go ent entonc onces, es, Aug August ust Ku Kubiz bizek, ek, rec record ordarí aría a año años s desp de spué ués s un una a fe fech cha a co conc ncre reta ta de un una a de desa sapa paci cibl ble e ta tard rde e de Novi No viem embr bre. e. Es Esa a no noch che e re repr pres esen enta taba ban n Ri Rien enzi zi un una a op oper era a wagneriana donde se narraba como el pueblo de Roma era suby su byug ugad ado o po porr la al alti tiva va y cí cíni nica ca no noble bleza za;; lo los s ho homb mbre res s so son n obligados por ésta a la servidumbre, las mujeres y doncellas son deshonradas y ultrajadas por los altivos nobles. Pero en un momento concreto, de entre la multitud surge Rienzi, un hombre del pueblo, sencillo y desconocido, el liberador de su torturada nación. La escena generó una honda impresión en los dos jóvenes y la tensión siguió en aumento cuando Rienzi, tras llegar al poder en Ro Roma ma,, es tr trai aici cion onad ado o po porr su sus s pr prop opio ios s se segu guid idor ores es qu que e acaban acaba n asesi asesinándo nándolo. lo. Conmo Conmovidos vidos presenciaron presenciaron la caída de Rienzi. Al final, abandonaron en silencio el teatro siendo ya medianoche. Kubizek recuerda: "Mi amigo caminaba por las calles, serio y encerrado en sí mismo, las manos
profundamente hundidas en los bolsillos del abrigo, hacia las afue af uera ras s de la ci ciud udad ad.. Es Esto to me as asom ombr bró" ó".. Le pr preg egun untó tó su parecer sobre la obra. "Entonces Adolf me miró extrañado, casi con hostilidad". La hú húme meda da y he hela lada da ni nieb ebla la se ex exte tend ndía ía de dens nsa a so sobr bre e la las s estrechas y desiertas callejuelas en medio de la noche. Los acelerados pasos resonaban extrañamente sobre el adoquinado. Tomaron un camino que pasaba por delante de las pequeñas casitas de los arrabales de la ciudad. "Ensimismado, mi amigo caminaba delante mí. Todo esto me pare pa recí cía a ca casi si in inqu quie ieta tant nte. e. Ad Adol olff es esta taba ba má más s pá páli lido do que de costumbre. El cuello del abrigo levantado reforzaba aún más esta est a imp impres resión ión.. No hab había ía ya nad nadie ie a nue nuestr stro o alr alrede ededor dor.. La ciudad estaba sumida en la niebla... Como impulsado por un poder invisible, ascendió hasta la cumbre del Freinberg (la cumb cu mbrre ma mas s al altta de la zo zona na)). Y aho horra pu pude de ver qu que e no estába est ábamos mos en la obs obscur curida idad, d, pue pues s sob sobre re nue nuestr stras as cab cabeza ezas s brillaban las estrellas". "Adolf estaba frente a mí. Tomó mis dos manos y las sostuvo firmemente. Era éste un gesto que no había conocido hasta ento en tonc nces es en él él.. En la pr pres esió ión n de su sus s ma mano nos s pu pude de da darm rme e cuenta cuent a de lo prof profundo undo de su emoci emoción. ón. Sus ojos resplandecían resplandecían de excitación. Las palabras no salían con la fluidez acostumbrada de su boca, sino que sonaban rudas y roncas... Nunca hasta entonces, ni tampoco después, oí hablar a Adolf Hitler como en esta hora en la que estábamos tan solos bajo las estrellas, como si fuéramos las únicas criaturas de este mundo. Me es imposible reproducir exactamente las palabras que mi amigo dijo". "En estos momentos me llamó la atención algo extraordinario que no había observado jamás en él, cuando me hablaba lleno de excitación: parecía como si fuera otro. Pero no era, como suele decirse, que un orador es arrastrado por sus propias pala pa labr bras as.. ¡P ¡Por or el co cont ntra rari rio! o! Y te tení nía a má más s bie bien n la se sens nsac ació ión n como si él mismo viviera con asombro, con emoción incluso, lo que con fuerza elemental surgía s urgía de su interior interior.. No me atrevo a ofrecer ningún juicio sobre esta obsesión pero era como un esta es tado do de éx éxta tasis sis,, un es esta tado do de to tota tall ar arro roba bami mien ento to.. .... En imág im ágen enes es ge geni nial ales es,, ar arre reba bata tado dora ras, s, de desa sarr rrol olló ló an ante te mí su futtur fu uro o y el de su pu pueb eblo lo.. .... ha habl bla aba de un una a mi misi sió ón, qu que e recibiría un día del pueblo, para liberarlo de su servidumbre y llevarlo hasta las alturas de la libertad... El silencio siguió a sus palabras". Treinta años después Kubizek, su amigo de juventud, quedo asombrado cuando Hitler recordó a la señora Wagner en cuya casa habían sido invitados, la escena que había tenido lugar
después de la representación del Rienzi en Linz. Tras Tras el relato, Hitler le dijo seriamente: En aquella hora empezó. No fue la un unic ica a oc oca asi sión ón en qu que e su suce cedi dier ero on es ese e tip ipo o de fenómenos. En las cartas que enviaba desde la trinchera el cabo Hitler en la primera guerra mundial, se advierte con toda claridad la creencia de que debe la vida a un milagro, o mejor dicho, a una cadena de milagros; que los escudos le protegieron una y otra vez; que mientras la mayor parte del regimiento era sacrificada en un baño de sangre, él gozaba de la protección especial de la Providencia. En ese sentido, es interesante una experiencia ocurrida en la primer pri mera a gue guerra rra mun mundia diall que rel relata ataría ría a la per period iodist ista a Jan Janet et Flanner.. Según relataría Hitler a la periodista: "me encontraba Flanner cenando en una trinchera con varios compañeros de milicia y de pronto sucedió lo impredecible. Repentinamente pareció que una voz me decía ¡levántate y vete allí!. La voz era tan clara e insistente que automáticamente obedecí, como si se tratase de una orden militar. De inmediato me puse en pie y cami ca miné né un unos os ve vein inte te me metr tros os po porr la tr trin inch cher era. a. De Desp spué ués s me senté para seguir comiendo, con la mente otra vez tranquila. Apenas lo había hecho cuando, desde el lugar de la trinchera que acababa de abandonar, llego un destello y un estampido ensordecedor. Acababa de estallar un obús perdido en medio del grupo donde había estado sentado. Todos sus miembros murieron". Independientemente de que todo obedeciera a una personalidad psicopatológica, o que realmente intervinieran agente age ntes s ext extern ernos os al per person sonaje aje,, lo his histór tórica icamen mente te cie cierto rto es que se acabo fundando un sistema político donde el esoterismo se reflejaba muchas veces en la sociedad. Hasta tal pun punto to que muc muchos hos círc círculo ulos s has hasta ta ent entonc onces es sec secret retos os se inst in stit ituc ucio iona nali liza zaro ron, n, co como mo pa pasó só co con n la ag agru rupa pació ción n es esta tata tall Ahnenerbe. Y muchos de los capitostes de la cúpula nazi como Hess, Hes s, Rose Rosenbe nberg, rg, Him Himmle mlerr, etc etc., ., hab habían ían for formad mado o par parte te de socied soc iedade ades s ini inicia ciatic ticas as com como o el gru grupo po Thu Thule, le, o bie bien n hab habían ían estado influenciados fuertemente por el esoterismo. Armas de ciencia ficción "Han tenido mucha, mucha suerte de que la guerra no haya durado unos meses mas...". Esa fue la primera frase que dijo Hermann Goering tras ser apresado. El jefe de la Luftwaffe (avi (a viac ació ión n al alem eman ana) a),, es esta taba ba al ta tant nto o de lo los s ma mas s se secr cret etos os proyectos sobre el desarrollo de las increíbles armas nazis. Pero sobre todo conocía bien los futuristas adelantos que su propia aviación estaba experimentando para intentar cambiar el curso de la guerra. La potencia destructiva y las técnicas usadas usa das era eran n tan ava avanza nzadas das,, que has hasta ta el ult ultimo imo mom moment ento o
tanto Hitler como él, mantenían aun esperanzas de poder dar un golpe sorpresa a los aliados. Los inventos de los científicos alemanes estaban 30 años, incluso en algunos casos, medio siglo por delante. Algunas patentes y aparatos no han logrado serr re se repr prod oduc ucid idos os o co cons nstr trui uido dos s ha hast sta a el mo mome ment nto. o. Par ara a hacernos una idea del potencial que se esperaba, el ministro de pro propag pagand anda a Jos Joseph eph Goe Goebbe bbels, ls, dec decía ía est esto o en Oct Octubr ubre e de 1944: "De los sumergibles especiales, provistos de Schnorkel y de motores de turbina; de las nuevas bombas V radiodirigidas, de las cuales la última será una sorpresa sin precedentes; de los aviones ultraveloces, de los cohetes A4 y A9 teledirigidos, dotados dotad os de una autonomía autonomía de vari varios os millares de kilóm kilómetros etros y acci ac cion onad ados os po porr un in inge geni nio o pr prop opuls ulsor or al alime iment ntad ado o po porr un una a mezc me zcla la de al alco coho holl y de ox oxíg ígen eno o lí líqu quid ido; o; de to todo do cu cuan anto to nues nu estr tra a té técn cnic ica a ha ve veni nido do cr crea eand ndo o a tr trav avés és de in inme mens nsos os sacr sa crif ific icio ios s y añ años os de es estu tudi dio, o, es espe pera ramo mos s el mi mila lagr gro. o. Po Porr algunos meses aún debemos apretar los dientes, encajar y reaccionar en los límites de lo posible. Necesitamos tiempo. Veinticuatro horas perdidas podrían ser determinantes". "A es esta ta in infa fant nter ería ía y a es esto tos s ca carr rros os le les s es esta tamo mos s da dando ndo un armamento que el enemigo ni imagina. Tenemos cañones de nuevo tipo, cohetes e instrumentos que nos permiten mirar y tira ti rarr en la os oscu curi rida dad d co con n to toda da pr prec ecis isió ión. n. Es Esta ta es espe peci cie e de lámpara invisible es un objeto no más grande que una mano. Con él los vehículos pueden moverse como en pleno día, los arti ar tille llero ros s ap apun unta tarr sin pr preo eocu cupa pars rse e de la fa falt lta a de lu luz z y lo los s carros carro s atac atacar ar.. Tenemo enemos s una decen decena a de cohet cohetes es teleg teleguiado uiados s cuya potencia es sorprendente y la precisión desconcertante. Cuando el enemigo vea caerle encima una lluvia de A4 y A9, el uno con 10 y el otro con 15 Toneladas de cargas atómicas, no sé si juzgará útil seguir combatiendo…". Efecti Efec tiva vame ment nte e la las s in inve vest stig igac acio ione nes s at atóm ómic icas as es esta taba ban n ma mas s avanzadas de lo que creíamos hasta ahora. Los nazis estaban desarrollando lo q ue ellos denominaban la bomba disg di sgrreg ega ado dora ra.. Es lo qu que e co comú mún nme ment nte e ll lla ama mamo mos s bo bomb mba a atómica. Todos los expertos en armamento del III Reich han destacado un hecho evidente: Si la investigación se hubiese adel ad elan anta tado do ta tan n só sólo lo un añ año, o, el re resu sult ltad ado o de la co cont ntie iend nda a podía haber sido muy distinto. El propio sistema nazi de inve investigac stigación ión y desar desarrollo rollo que solía duplicar e incluso triplicar el numero de equipos destinados a cons co nstr trui uirr el mi mism smo o pr proy oyec ecto to bé béli lico co,, fa faci cilit lito o un una a al altí tísi sima ma creatividad a sus técnicos. Sin embargo, propicio también el derrumbe final del régimen bajo el peso de los abultados y mult mu ltim imill illon onar ario ios s ga gast stos os de dest stin inad ados os a la las s re revo volu luci cion onar aria ias s
"ar arma mas s ma mara rav vil illo losa sas" s",, públicamente.
com omo o
Goeb Go ebbe bels ls
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Dentro de ese armame men nto casi mágic ico o para la época, destacaban las "armas limpias". Uno de ellos era el "Cañón de Viento". Diseñado en Stuttgart durante la guerra, era un tipo de arma que podía emitir un flujo pulsante de aire comprimido. Feo y grotesco en apariencia, estaba construido con un gran caño curvo con un codo en forma de giba. Sin emba em barg rgo o er era a una ma mara ravi vill lla a de pr prec ecis isió ión n qu quím ímic ica a, pu pues es actuaba con una mezcla crítica de oxígeno e hidrógeno en proporciones moleculares seleccionadas. Lanzab Lanz aba, a, tr tras as un una a vi viol olen enta ta de deto tona naci ción ón,, un pr proy oyec ecti till de "viento", una especie de taco de aire comprimido y vapor de agua con potencia suficiente para simular el efecto de una granada. Las pruebas se realizaron en Hillersleben y se logró destruir planchas de madera de 2,5 centímetros de grosor a 183 metros de distancia. Un prototipo experimental se instaló en un puente sobre el Elba poco antes de acabar la guerra, aunque nunca llegó a ser usado. También También se desarrollaron con mas éxito, el "cañón sonico", o el "arma vórtice". JJa amá más s sa sabr bre emo mos s ha hast sta a qu que e pu punt nto o se de desa sarr rro oll llar aron on la las s investigaciones sobre armas climatológicas. La mayoría de los docu do cume ment ntos os so sobr bre e el ella las s fu fuer eron on de dest stru ruida idasp spor or lo los s pr prop opio ios s comandos SS tras su rendición en la isla ártica de Spitzbergen. ¡Seis meses después de acabada la guerra!. Y lo que quedó, se lo llevaron rápidamente los americanos. No se sabe cuales eran sus técnicas o sus objetivos, pero parece ser que pretendían cambiar y alterar el clima de extensas zonas del pla planet neta, a, con gra grande ndes s emi emisor sores es ele electr ctroma omagné gnétic ticos os que apuntaban a las capas altas de la atmósfera. Curiosamente algo parecido ha desarrollado el ejercito americano en Alaska, con su proyecto para las auroras boreales denominado Haarp. Las unidades soviéticas que llegaron a la denominada "Cueva de Aladino" cerca de Stolberg en los complejos subterráneos del Harz, se encontraron multitud de "juguetes bélicos" que el enemigo en su retirada no pudo o no supo destruir a tiempo. Grac Gr acia ias s a el ello lo,, te tene nemo mos s no noti tici cias as de la ex exis iste tenc ncia ia de dell mi misil sil guiado por radio X-7. Era un misil de no más de medio metro, que qu e la lanz nzad ado o de desd sde e la las s al alas as de lo los s av avio ione nes s a re reac acci ción ón er era a capa ca paz z de de dest stru ruir ir ta tanq nque ues s a un una a di dist stan anci cia a de cas asii do dos s kilómetros. Estaba guiado por control remoto y propulsado por un potente cohete. Mas de 3 mil Mas illo lone nes s de pa patten ente tes s in indu dust stri ria ale les, s, mé médi dic cas y tecnol tec nológi ógicas cas ale aleman manas, as, fue fueron ron inc incaut autada adas s o rob robada adas s com como o botín de guerra por los aliados. Sobre esas patentes se ha
construido, nos guste o no, el desarrollo tecnológico de los últimos 60 años. En base al Acta Americana de Libertad de Información (FOIA), todo documento secreto debe ser hecho publico antes de transcurrir treinta años desde su clasificación. Pero por alguna razón desconocida, esa ley no se aplica a los documentos incautados a los nazis. Los pap papele eles, s, fot fotogr ograf afías ías y pel pelícu ículas las ref refere erente ntes s al pro proyec yecto to atómico alemán, son los mas celósamente guardados. Muchos investigadores de todo el mundo, como el español Antonio Chover, han intentado reconstruir esa historia secreta. Pero cuando han solicitado el acceso a los informes, tras mas de seis décadas de ocultamiento, siempre se han encontrado con un férreo muro de silencio. Quizás porque tal y como afirmo en una carta pública (del 16 de Febrero de 1999) el Depart Dep artame amento nto de Def Defens ensa a ame americ ricano ano:: ". "...s ..serí ería a cau causa sa de un grave daño a la seguridad y prestigio nacional ". Rumbo al oasis antártico La conjunción del misterioso aspecto esotérico del régimen nazi y la increíble aceleración de su tecnología militar al final de la guerra, fueron el combustible que genero multitud de leyendas tras acabar la contienda. Nazis fugados a inhóspitos parajes en increíbles submarinos y aparatos bélicos, formaron parte de una mitología en la que es difícil separar realidad y ficción. Uno de esos mitos, quizás nunca bien investigados es el de las bases nazis en el continente antártico. La hi hist stor oria ia co comi mie enz nza a a ras asttre rea ars rse e gr gra aci cia as a un cu curi rio oso telegrama del almirante y jefe de las fuerzas navales Doenitz, que paso casi desapercibido en diciembre de 1943, cuando los aliados estaban más afanados y concentrados en acabar con la bes bestia tia naz nazi. i. El tel telegr egrama ama dec decía ía así así:: “La flo flota ta subm submari arina na alemana se siente orgullosa de haber construido un paraíso terrenal, una fortaleza inexpugnable para el Führer en alguna parte del mundo”. Lo cierto es que el tiempo pasó y la guerra llego a su fin, pero dos do s he hech chos os ma mas s qu que e mi mist ster erio ioso sos s vol olv vie iero ron n a re rea abr brir ir la polé po lémi mica ca so sobr bre e la po posi sibl ble e ex exis iste tenc ncia ia de un una a ba base se na nazi zi en tierras del polo sur sur.. El primero sucedió s ucedió el 10 de julio de 1945. Aquell am Aque aman anec ecer er pr prom omet etía ía se serr co como mo cu cual alqu quie ierr ot otro ro en el tranquilo tranq uilo puerto de Mar de Plat Plata a en la costa argentina. argentina. Lejos quedaba ya la guerra y la rendición de Alemania, que se había producido hacia tres largos meses. Al despuntar el alba varias embarcacio ion nes se hicie ierron a la mar pa parra faenar en el tran tr anqu quil ilo o ba baln lnea eari rio. o. En es eso o an anda daba ban n va vari rios os pe pesc scad ador ores es cuando atónitos, observaron algo increíble. Entre las brumas, se adivinaba la silueta de un submarino. Navegaba
lentamente, como si tuviera problemas en las máquinas. Pero la sorpresa residía en la bandera que ondeaba. No cabía duda, era la bandera nazi. Los marineros no daban crédito a lo que estaban viendo. Sin embargo las enormes dimensiones y las cara ca ract cter erís ísti tica cas s de dell su sume merg rgib ible le er eran an la las s de un UU-Bo Boot ot.. Un submarino de guerra nazi. Los marineros pusieron rumbo de nuevo al puerto para dar cuenta a las autoridades. Mientras eso sucedía, advirtieron que el submarino encaraba el mismo rumbo que ellos. Parecía seguir seg uirles les.. Ef Efect ectiva ivamen mente, te, min minuto utos s mas ta tarde rde,, el sub submar marino ino enfilaba ya su proa hacia el puerto pasando la escollera sin que su presencia fuera en principio advertida por los trabajadores del muelle. Luego, detuvo sus motores y desde cubier cub ierta ta com comenz enzó ó a emi emitir tir señ señale ales s lum lumino inosas sas con un cla claro ro mensaje a los responsables marítimos: ¡Formamos parte de la derrotada escuadra del Reich. Nos rendimos a las auto au tori rida dade des! s!.. Er Era a as asom ombr bros oso. o. Aq Aque uell su sume merg rgib ible le,, al alej ejad ado o completamente de su pais de origen, había recalado casi en el fin del mundo. ¿De donde demonios salía?, y sobre todo, ¿Qué había hecho en todos esos meses?. ¿Acaso siguió combatiendo en solitario?. El submarino, U-Boot 530, llevaba una tripulación tres veces superior a la normal. Además viajaba sin armamento y con una cantidad de víveres sin precedentes. Las sorpresas no acabarían ahí. Algo más extraordinario aún iba a suceder. Un mes mas tarde, concretamente el 17 de agosto, se difundió como la pólvora una noticia explosiva. Otro submarino alemán acab ac abab aba a de re rend ndir irse se de nu nuev evo. o. El co comu muni nica cado do de decí cía: a: “E “Ell sumergible alemán se encuentra ya fondeado en el puerto de Mar del Plata, es el U-997. Su tripulación se compone de 32 hombres, de los cuales cuatro con oficiales. El comandante es el teniente de fragata Heinz Schaeffer”. Aparentemente el nuevo submarino buscaba el mismo destino final que el U-530, pero fue capturado en alta mar por un rastre ras treado adorr de la arm armada ada arg argent entina ina,, que est estaba aba rea realiz lizand ando o misiones de patrullaje en la zona. De acuerdo con la docu do cume ment ntac ació ión n en enco cont ntra rada da a bo bord rdo, o, el su sume merg rgib ible le za zarp rpo o también de Kiel el 13 de abril, de Oslo (Noruega) el 22, y de Kristiansand (Dinamarca) el 2 de mayo . Continuó viaje en incu in curs rsió ión n su sume merg rgid ida a po porr la zo zona na vi vigi gila lada da de dell At Atlá lánt ntic ico, o, pasando entre las islas Faroe e Islandia, dirigiéndose al sur rumbo a la las s Islas Canarias. A partir de ahí navego en superficie superf icie siguiendo la costa Brasileña Brasileña hasta llegar a Mar del Plata. Se encontraba en perfecto estado y poseía instru ins trumen mentos tos mod modern ernos os par para a la épo época, ca, com como o un equ equipo ipo de hundimiento simulado, consistentes en cajas con sustancias
químicas que una vez arrojadas, producían burbujas dando la sensación de que la nave estaba hundiéndose. Había permanecido un total de casi cinco meses navegando en so soli lita tari rio. o. Para qu que e no nos s haga gamo mos s un una a id ide ea de lo qu que e significa eso, el U-977 permaneció sumergido 66 días. Pero ha Pero habí bía a al algo go in inte tere resa sant nte e en su tr trav aves esía ía.. En la co cost sta a Nor oru ueg ega a ant ntes es de pa part rtir ir hac acia ia su le leja jano no de dest stin ino o fin ina al, dese de semb mbar arca caro ron n de dell su subm bmar arin ino o 16 ho homb mbre res s ca casa sado dos. s. Er Eran an suboficiales qu que e en su mayor parte tenían familia en Alemania. Quizás esa decisión tenia relación con el tipo de misión que deberían desempeñar en su destino final. O quizás ni el mismo Schaeffer supiera el motivo de esa decisión, y no hizo mas que cumplir las ordenes que recibió por radio desde Berlín. Empezaba a ser evidente que los dos sumergibles aparecidos, tení te nían an má más s bi bien en la ap apar arie ienc ncia ia de se serr me mero ros s tr tran ansp spor orte tes s submarinos, y que seguían una ruta “en convoy” con más subm su bmar arin inos os ac acom ompa pañá ñánd ndol oles es.. Es Esto to qu qued edo o cl clar aro o cu cuan ando do llegar lle garon on las not notici icias as de un ter tercer cer sub submar marino ino del sup supues uesto to conv co nvoy oy.. Se tr trat atab aba a de un su sume merg rgib ible le na nazi zi pr proc oced eden ente te de Noruega, que apareció frente a Leixoes en Portugal el 4 de junio de 1945. La tripulación de esta nave también estaba sobrecargada con 47 hombres que tampoco sobrepasaban los 25 años. En este caso la rendición se produjo por problemas en sus máquinas. ¿Se dirigían hacia una base en el polo sur? Hoy sabemos que hubo una discreta expedición nazi a la Antártida. Discreta ya que no se publicito excesivamente en los medio de comunicación de la época. De hecho ni siquiera aviso de su partida a las diferentes sociedades científicas de la época. Fue a finales de 1938 y regreso al año siguiente, causando una gran sorpresa mundial debido al silencio absoluto que cubrió sus actividades, desde el comienzo hasta la terminación de las mismas. “Cumplíí ord “Cumpl ordene enes s del mar marisca iscall Goe Goerin ring”, g”, dec declar laro o el cap capitá itán n Alfred Ritscher, al regr gre esa sarr a Hambu burrgo a bordo del Schwabeland el 12 de abril de 1939. Cinco meses más tarde se iniciaba la Guerra Mundial y evidentemente, el III Reich estaba buscando localizaciones seguras para sus bases en el sur. La declaración del jefe de la expedición antártica nazi no dejaba lugar a dudas. En una de las pocas declaraciones de Ritscher a la prensa, dijo lo siguiente: "Es la primera vez que aviones alemanes volaba vol aban n sob sobre re el Con Contin tinent ente e Ant Antárt ártico ico,, en con condic dicion iones es por
demás difíciles amerizaron en las heladas costas polares para izar iz ar el pa pabe bell llón ón in indi dica cati tivo vo de la so sobe bera raní nía a al alem eman ana. a. Lo Los s aviones avion es arro arrojaban jaban cada 25 kilómetros, kilómetros, pilot pilotes es con la bande bandera ra del Reich, como también se marcaban los puntos extremos de cada vuelo. Se ha descubierto una re regi gió ón de 600.000 kiló ki lóme metr tros os cu cua adr dra ado dos s de lo los s cu cua ale les, s, 350. 0.00 000 0 han si sido do fotogr fot ografi afiado ados s en tal for forma ma que es pos posibl ible e con confec feccio cionar nar un mapa perfecto de la zona descubierta". Así mismo también habl ha blo o de un unas as co cord rdil ille lera ras s de 40 4000 00 me metr tros os de al altu tura ra qu que e habí ha bían an si sido do de deli limi mita tada das s po porr lo los s av avio ione nes s na nazi zis. s. Tod odo o es ese e territ ter ritori orio o que quedo do bau bautiz tizado ado com como o Ne New w Sch Schwa wabel beland and (Nu (Nueva eva Suevia). Cuando la actividad de esa zona durante la guerra decreció a mediados de 1940, esas bases se convirtieron en depósitos donde se acumuló todo el material necesario para construir un refugio en el interior del continente. Víveres, combustibles, ropas y otros elementos eran transportados por los U-Boot's alemanes. Hipotéticamente la base de submarinos debió construirse en tres años, para entonces en 1943, el almirante Doenitz hizo su famosa famo sa y enigmá enigmática tica declaración declaración elogiando los traba trabajos jos de la flota submarina nazi. Hoy sabemos que en agosto de 1940, el doctor doc tor Wohl ohlwil will, l, dir direct ector or del Deu Deutsc tsche he Reic Reichsi hsinst nstitu itutt fue fuerr Metallen (Instituto Alemán del Reich para el Metal), hizo un llam ll amam amie ient nto o a lo los s té técn cnic icos os al alem eman anes es es espe peci cial aliz izad ados os en metalurgia para preparar proyectos de construcción a base de metales no ferruginosos, destinados a soportar temperaturas inferiores a ¡60 grados bajo cero!. Desde luego no era para las frías estepas rusas. ¿En que otro lugar del planeta, que no sea la Antártida, podía hacer falta ese tipo de aleación?. No sabemos realmente si la construcción se llevo a cabo o no, pero per o qui quizás zás cua cuando ndo en 19 1947 47 el alm almira irante nte ame america ricano no Byr Byrd, d, capitaneó una de las más famosas expediciones militares sin prec pr ece ede dent nte es al co con nti tin nen entte ant ntá árt rtic ico o, lo qu que e re rea alm lme ent nte e buscaba era esa legendaria base. Puede que algún soleado día del siglo XXI se den a conocer los lo s do docu cume ment ntos os se secr cret etos os qu que e gu guar arda da el De Depa part rtam amen ento to de Estado Esta do y los servicios de inteli inteligenci gencia a ameri americanos canos y enton entonces, ces, sepa se pamo mos s de un una a bu buen ena a ve vez, z, qu que e oc ocur urri rió ó re real alme ment nte e en la Antártida durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Quiz Qu izás ás,, so solo lo qu quiz izás ás,, el ej ejer erci cito to de dell al almi mira rant nte e By Byrd rd ha habí bía a librado la ultima batalla de la guerra. Enfrentándose así, al ultimo batallón nazi en las gélidas tierras del Polo Sur. Sur. Este artículo proviene de Mundo Misterioso
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