El dolor de espalda y las emociones David Ponce
Tu cuerpo es el mapa de la historia de tu vida. En tu cuerpo y en tu cara se refleja la historia de tu vida y tus emociones. Tu cuerpo es tu aliado, no tu enemigo. Incluso el dolor y otras molestias físicas son mensajes que hay que saber escuchar. Aprende a convivir con el dolor y a interpretar sus mensajes.
Platón decía que el cuerpo es una cárcel para el alma. Y sin embargo, también es su aliado. Y su mensajero. El cuerpo nos comunica (a veces a gritos y hasta el dolor) los mensajes del alma (o de la psique, si quieres) que tozudamente nos negamos a escuchar, para proteger un estatus de vida que, aunque insano, nos resulta cómodo y nos resistimos a abandonar. Y entonces, cuando no nos gusta su mensaje (el dolor o una enfermedad) corremos raudos a eliminarlos como si fueran el enemigo. Y así es como perpetuamos el malestar producido por una vida equivocada. David Ponce, osteópata y fundador de la clínica que lleva su nombre, nos lo explica en su libro “El dolor de espalda y las emociones” y en esta entrevista. ¿Qué quiere decir que el cuerpo llora las lágrimas que los ojos se niegan a derramar?
Esta expresión de Sr William Osler, el padre de la medicina moderna, deja bien claro el concepto holístico e integrador del organismo humano en el que los sentimientos reprimidos de dolor, angustia, rabia, miedo, etc., harán mella de un modo u otro en nuestro cuerpo en algún momento de nuestra vida y en algún órgano u otro, dependiendo de nuestra debilidad. La falta de expresión emocional afectará a nuestra salud de manera corporal. En la introducción, Víctor -M. Amela viene a decir que nos invitas a sentir el cuerpo “no como onerosa carga sino como ligeras alas con las que subir más alto y llegar más lejos”. ¿Cómo usar el cuerpo para subir más alto y llegar más lejos?
Nuestro cuerpo humano es un terreno virgen donde abonamos y sembramos durante toda nuestra vida aspectos negativos y positivos desde el ámbito emocional y físico; el cuerpo tiene la capacidad innata de autocuración y regulación si le dejamos trabajar. El ejemplo más claro es que nuestra sociedad está enferma, genéricamente hablando, y eso hace que inundemos a nuestro cuerpo de tóxicos ambientales que provienen de un entorno enfermo. ¿A qué tipo de tóxicos se refiere? Proceden de múltiples fuentes: la comida, los gases invernadero, el tabaco, los metales pesados en nuestra boca, en el agua y en los alimentos, etc. Todo ello va mellando la salud y la energía de un cuerpo que en sí mismo está muy preparado y es autosuficiente, si se le cuida bien. Es fácil cuidar de nuestro organismo pero no lo hacemos porque nos cuesta creer que esos graves problemas de salud que de repente sorprenden a la gente de nuestro alrededor nos pasara a nosotros. Hay gente que ataca y agrede durante 50 años de su vida a su cuerpo y luego se extraña de que le aparezca un cáncer o si padece un infarto. Lo repetiré mucho y no me cansaré: come sano, haz ejercicio, descansa correctamente y mantén estabilidad emocional; ésta última es la que cuesta más. La estabilidad emocional es la que más cuesta. Y sin embargo, las emociones también se manifiestan en el cuerpo, al igual que las creencias y los hábitos de pensamiento. ¿Cómo?
Sólo tiene que mirar la cara de las personas que vemos a nuestro alrededor a diario, para darnos cuenta de que, por circunstancias personales en el ámbito emocional o físico, dejan rastro de la vida que hemos tenido y cómo hemos cuidado nuestro cuerpo. El fumador tiene su cara grisácea, falta de oxígeno; el amargado tiene su piel de un tono amarillento, fruto de su mal funcionamiento hepático; el colérico o sulfúrico destella rojez en su tez, indicativo de su carácter violento y cardíaco... y así podríamos describir miles de ejemplos. Deme una cara y un cuerpo y le diré cómo es y como siente. Respecto al cuerpo, ¿es en el esqueleto donde más huellas deja nuestro estilo de vida?
No solamente el esqueleto, sino también en órganos que se relacionan con infinidad de comportamientos, sufrimientos y situaciones emocionales especiales. Pero sí es cierto que el esqueleto, y en concreto nuestra columna, es el eje por el que todo impulso nervioso de cualquier acción de nuestro cuerpo humano se regula, por lo que cualquier zona por la que circula la energía en forma de sistema nervioso (todo) es susceptible de alterarse.
¿De qué manera las emociones se manifiestan en la espalda?
Generando tensiones, contracturas musculares de diversa intensidad y sobre todo alterando la movilidad articular de nuestra columna, perjudicando al fluido de líquidos y energía. ¿El dolor nos avisa? ¿De qué?
El dolor es amigo fiel como el perro vigilante de nuestra casa ladra y nos avisa de un peligro, de un daño a reparar después de analizar previamente el problema. Por eso es un error acallar el dolor. Si al dolor lo anestesio con fármacos, ¿de qué me sirve? Está claro que la tolerancia del dolor debe ser soportable, pero en nuestra sociedad la medicación inmediata al mínimo dolor es una realidad que llena las arcas de la industria farmacéutica pero arruina nuestro sistema de defensa .Hoy muere más gente por úlcera duodenal, que es un efecto secundario de los fármacos, que de sida, por poner un ejemplo. Usted insiste en que es necesario conocer el dolor y saber convivir con él. Eso no significa que nos resignemos a vivir con el dolor crónicamente. ¿Qué significa exactamente?
Significa que hoy, aunque padezcamos enfermedades crónicas, podemos vivir sin dolor o con una atenuación de éste simplemente siguiendo unos hábitos correctos de salud. ¿Como por ejemplo?
Del control mental del dolor se ha escrito mucho y sabemos que incluso se hacen intervenciones quirúrgicas y actuaciones dentales con acupuntura, hipnosis y otras técnicas, pero sin llegar al extremo de estos posibles dolores, la convivencia del dolor con tratamientos naturales es posible, mejoran y alargan la vida de los pacientes. ¿De qué manera la relación entre la mente y las emociones afecta al sistema inmunológico?
La Psiconeuroendocrinoinmunologia es la ciencia que ha demostrado esta relación directa entre como pensamos y vivimos nuestras emociones, tanto negativas como positivas, y éstas podrán alterar las defensas, la producción hormonal y el estado general del organismo en mayor o menor grado. ¿Quién no se ha resfriado después de una época de estrés puntual, quien no ha enfermado radicalmente el día del inicio de unas vacaciones o del fin de semana esperadísimo? ¿Cuántos pacientes he visto padecer cáncer después de estar expuestos durante años a situaciones emocionalmente graves y sin capacidad de digerirlas?... ¿De qué manera estas situaciones de crisis pueden afectarle al corazón?
El corazón entiende de emociones como canta nuestro amigo Alejandro Sanz, infinidad de expresiones de amor y odio pueden reflejarse en este órgano anatómicamente conectado a nuestro tálamo y amígdala cerebral, que son el filtro de nuestras emociones diarias. Hoy nadie pone en duda el infarto de miocardio por estrés, por desamor, por pérdidas de seres queridos, por rupturas matrimoniales, etc. ¿Cómo mantener un corazón sano?
Con ejercicio y buena alimentación, con un descanso reparador y, sobre todo, dando a los demás sin esperar nada a cambio. En la 1ºª carta de San Pablo a los corintios está la clave. El cerebro entonces se beneficiara de todo ello. ¿Cómo mantener un cerebro sano?
Con lo mismo que el corazón, pero practicando algo de meditación periódicamente para limpiarlo de todo lo tóxico que nos rodea a diario: ruido, gritos ,discusiones, humo, contaminación, aditivos, televisión, fármacos, odio, rabia, rencor y falta de perdón. ¿De qué manera todas estas pautas insanas afectan a los intestinos?
El intestino es el mayor productor de serotonina, la hormona de la felicidad y el placer. Si nos angustiamos y nos bajan los niveles de serotonina, esto le acaba afectando al organismo en general. ¿Qué es antes, una mala digestión o una frustración? Quizás una precede a la otra y no pueden separarse. ¿Cómo mantener unos intestinos sanos?
Comiendo fruta y verduras y eliminando azucares, grasas saturadas y exceso de proteínas e hidratos de carbono, bebiendo mucha agua y haciendo ejercicio para activar el peristaltismo. ¿Cómo le afecta la dieta a lo que pensamos? ¿En qué consiste una dieta sana que active un buen humor?
Es imprescindible dejar los excitantes alimentarios como el azúcar y los refinados, que producen falta de concentración y pueden llegar a producir depresión. Paradójicamente, lo mismo que nos deprime se convierte en refugio de la depresión; grasas y productos refinados solo consiguen fomentar la decepción y el cansancio y finalmente no dejan que la persona y su organismo reaccionen. Coge todo eso, aliñado con antidepresivos y medicamentos para la ansiedad y para dormir, y ya tenemos el cóctel perfecto para crear el circulo vicioso cerrado, difícil salir de él pero no imposible.
¿Qué tiene la comida que tan a menudo la convertimos en un refugio?
Tiene azúcar, que de entrada da placer pero nos perjudica después; y en muchos casos, los alimentos gratificantes como el chocolate, la carne y la leche contienen triptófano, precursores de la serotonina, que es la hormona del placer. Es curioso ver que las personas que no mantienen relaciones sexuales satisfactorias o en su vida falta ilusión, buscan refugio en la comida para obtener dosis diarias de placer. El problema es que uno consume calorías y el otro engorda. ¿Funciona? Solo parcialmente. Como hemos dicho, puede perjudicarnos al no ajustar las dosis de estimulación de serotonina. Hay que saber comer para vivir bien, en vez de vivir para comer mal. Al final el cuerpo llora. ¿Descansar mal es un síntoma? ¿De qué?
Descansar mal puede ser síntoma de muchas cosas, pero básicamente si preguntamos a las personas cuándo duermen mal, la mayoría contestan que por que sus pensamientos y preocupaciones que no dejan de atormentar su cerebro. Comer copiosamente y no realizar nada de ejercicio no ayuda a compensar lo que debemos quemar con lo que debemos ingerir, y esta desproporción provoca colesterol, ácido úrico y subidas del azúcar, y como consecuencia el insomnio. Sugerencias para dormir bien.
Cenar poco y hacer ejercicio suave, nunca intenso por la noche, ya que nos activaría el organismo. Meditar y leer para ayudar a la inducción del sueño. La comida como refugio de nuestras emociones.
La necesidad de comer sin hambre es algo muy común en la sociedad moderna. Convertimos, infinidad de veces, la ingesta de comida innecesaria en refugio de nuestras insatisfacciones o del simple aburrimiento. Mucha gente utiliza la comida como su único refugio de satisfacción, la única cosa que aporta felicidad a su vida. La falta de autoestima, alteraciones e la afectividad o falta de relaciones sexuales han llevado a muchas personas a la obesidad o a la anorexia, refugiándose en la privación o el exceso de la ingesta de alimentos. Su cuerpo es sabio, y usted debe saber que si se siente sin energía y no tiene hambre, simplemente necesita descansar. Si bien es cierto que comeres un placer que nos une a los demás y, además, es el motor de los lazos afectivos con la familia y con las amistades, deberíamos saber disfrutarlo comiendo de manera correcta. Cuando uno prepara una comida social en casa, lo hace como si pensara que lo invitados llevan dos semanas de ayuno; tendemos a preparar comidas superabundantes (en la mayoría de los casos cenas) que acaban con buena parte de los alimentos en la basura o, lo que es peor, en los hipersaciados estómagos de nuestros invitados. Vivimos en un país donde todo se celebra comiendo y cualquier excusa es buena para atiborrars. Si bien las relaciones sociales son importantísimas, deberíamos conseguir comer en la justa medida, masticar mucho y tomarnos nuestro tiempo (sin que ello signifique excedernos en los alimentos). La vida diaria lleva a nuestra sociedad a comer compulsivamente. Deberíamos aprender a identificar las situaciones de riesgo (aburrimiento en soledad, reuniones de trabajo o con los amigos en torno a una mesa, ansiedad, etc.) y regular nuestras emociones para poder equilibrar mejor nuestra dieta. El autor.
David Ponce es osteópata, fisioterapeuta y homeópata, fundador de la clínica que lleva su nombre, primer centro especializado íntegramente en osteopatía en Cataluña.
Columna vertebral Se me ofrece para tocarme la columna vertebral y armonizarme con algunos crac, crec, croc, pero tengo el día poco empirista y prefiero que retoque el espinazo sintético de la foto. Ponce me asegura que esto no duele, y que todo son beneficios. Habla con seguridad, templanza, alegría y simpatía, transmite confianza. Sus muchos pacientes le están agradecidos, entre ellos Pasqual Maragall, de quien sólo accede a decirme que se porta la mar de bien. Ponce borra muchos dolores de muchos cuerpos: “Y disfruto con ello: Dios tiene un plan para mi vida, y yo lo cumplo”. Ponce manipula esqueletos, y gracias a sus manos sólo uno de cada doscientos pacientes con dolencias discales irá al quirófano.
David Ponce,osteópata y fisioterapeuta
Tengo 40 años. Nací en Barcelona y vivo en Sant Cugat. Soy osteópata, fisioterapeuta y homeópata. Estoy casado con Rosa y tenemos dos hijos, Paula (9) y Alexis (7). Soy de centro. Soy protestante, creo que Jesús era hijo de Dios y sanador. “Motus vita est”: ¡muévete!
“Somos un esqueleto bañado en fluidos”
LA CONTRA SÁBADO, 13 DICIEMBRE 2008 ¿Qué hace un osteópata?
Armoniza tu estructura ósea. Toda dolencia tiene su correspondencia ósea. Un ejemplo. Tumbadas en esta camilla, hay personas a las que hago un desbloqueo... y lloran. ¿De dolor? ¡No! Esto no duele. Es porque desbloqueo un nudo emocional. El 60% de los dolores de espalda tiene trasfondo emocional. Cada tipo de emoción tensa una parte del cuerpo, lo que repercute en órganos y en huesos. ¿Tratando mi esqueleto sanaré? ¡Si tu esqueleto está armónico, no enfermarás tan fácilmente! Cuando mis hijas se quejan de faringitis, yo no les doy antibióticos: les desbloqueo cervicales. ¿Qué tiene que ver con la infección? Mucho: desde las vértebras cervicales se inerva el área de la garganta. Si relajas y tonificas esa área, la infección recula. No se dedica solamentea dolores de espalda, veo. Los dolores de espalda y de cabeza son la primera causa de baja laboral en el mundo, y la osteopatía es el mejor remedio. ¿Sí? ¿También para dolores de cabeza? No olvide que el 80% de la irrigación cerebral fluye por una arteria que pasa por cierta vértebra cervical: bien colocada, ¡mejora todas las funciones cerebrales! Eso incluso ayuda a los enfermos de alzheimer. ¿Ah, sí? También es muy útil la osteopatía craneal. ¿En qué consiste? Las piezas óseas que conforman el cráneo, en su encaje, tienen movimiento: no están fijas. Palpando el cráneo con mis manos, ayudo a armonizar esos encajes. Suena a curanderismo. Siempre ha habido personas con habilidad natural para hacer cura d'espatllat: antecesores de los osteópatas. La diferencia es que hoy la ciencia conoce bien la biomecánica de estos procesos en nuestro organismo. ¿Cómo se metió usted en esto? Me atropelló un taxi en la Diagonal. Yo tenía 16 años y padecí amnesia transitoria y roturas de rótula, tibia, fémur y ligamentos interior, lateral y cruzados... Un desastre. Dos operacionesyunaño entero de rehabilitación dolorosísima para recuperar la movilidad. Un día me doblaron la rodilla con fuerza: del dolor, perdí el conocimiento... ¿No había otro remedio? Hoy una rehabilitación resulta más eficaz sin ser tan torturante. Aquella experiencia me cambió: quise ayudar a otros. Quizá me inspiró también que los fundadores de la osteopatía y la quiropraxis fueron protestantes, como yo lo era y sigo siéndolo. Como los de la homeopatía, fitoterapia... Se trata de evitar el quirófano, ¿eh? Si hay que ir al quirófano, se va. Pero antes hay que intentar mejorar de otro modo. De las hernias discales que he tratado, he evitado que el 80% llegase al quirófano. Un alivio para el paciente. Alguno hay que mejora en tres días de su hernia discal, pero aun así me dice: “De todos modos me operaré, para que no se enfade mi médico”. ¡En fin...! Mis tratamientos son integrales: osteoterapia, fisioterapia, homeopatía, fitoterapia, acupuntura, masajes con aceites calientes... y, sobre todo, atención a los cuatro principios básicos. ¿Qué cuatro principios? Alimentación idónea+ ejercicio físico tonificante + descanso reparador + estabilidad emocional. ¡La salud sale de esta suma! Un consejo básico de alimentación. Fruta, verdura, agua. Elimina el azúcar, excitante que te impide concentrarte. ¡Cada cocacola contiene 30 gramos de azúcar! No bebas leche e ingiere poca carne roja: un exceso de proteína te carga de toxinas, desgasta tus articulaciones. Y sométete a una hidroterapia de colon dos veces al año. Ejercicio: otro consejo básico. “Motus vita est”: el movimiento es la vida. ¡Muévase! De la emoción pasamos al movimiento. Esta visión integral es la que hará que te sientas bien. ¡Pon un osteópata en tu vida! Me saldrá caro. ¡Al año gastas más dinero en tu coche! Más que en tu cuerpo. ¿Por qué? Cuatro visitas anuales al osteópata te evitarán sustos. ¿Qué sustos? La vértebra D1 inerva el miocardio: cuidarla mejorará el flujo de estímulos que llegan al corazón. La vértebra D4 inerva los pulmones, la L inerva el intestino y genitales...
¿Somos un esqueleto, en suma? Somos un esqueleto bañado en fluidos. Hay personas que, tras manipularlas y desbloquearles vértebras, me dicen que les parece que ven mejor, que oyen mejor, que digieren mejor... ¡Es natural!: les he abierto espacios articulares, de modo que luego las señales nerviosas fluyen mucho mejor. Quizá tenía Jesús algo de osteópata... Jesús fue hombre y el hijo de Dios. Y sanaba. A veces lo hacía mirando a los ojos... ¡Y hoy la iridología es una técnica de diagnóstico! Por cierto, ¿sabe que los que tenemos ojos azules adolecemos de un sistema linfático menos eficiente? Así que nos viene muy bien una sauna de vez en cuando. ¿Algún otro consejo vertebral? Además de desbloquear vértebras, yo receto versículos, como este de san Pablo: “Cuando un miembro sufre, sufre todo el cuerpo”. El dolor es sólo la bombilla, mejor arreglar la avería remontándote a Fecsa. VÍCTOR-M. AMELA
prologo
Discernimiento para mimar la salud integral Hay personas que parecen haber nacido destinadas a hacer lo que están haciendo. A David Ponce le atropelló un coche en la Diagonal barcelonesa cuando era un tierno pollo pera, y quedó hecho fosfatina. Padeció operaciones, enyesamientos, rígidas inmovilidades y rehabilitaciones dolorosísimas de huesos, músculos y ligamentos en días en que la osteopatía, la fisioterapia y la quiropráctica eran por aquí todavía exotismos por desembalar. David Ponce logró sobreponerse a sus quebramientos, y sintió luego que tenía una misión: ayudar a los demás a no sufrir inútilmente, a sentir su cuerpo no como onerosa carga, sino como ligeras alas con las que subir más alto y llegar más lejos. «¡Somos un esqueleto bañado en fluidos!», me resumió David Ponce cuando le conocí y le entrevisté para «La contra ». Durante aquel encuentro me habló de huesos, vértebras, músculos y fibras... pero también de emociones, pasiones y hábitos. Salí de su consulta seguro de que ese hombre de cristalina mirada azul veía claro. Además, había empleado una palabra antigua que hacía mucho que yo no oía en una conversación: «discernimiento». ¡Exacto! Entendí que David Ponce gozaba de un certero discernimiento: te mira a los ojos, observa tu osamenta, escruta tu caminar, posa sus manos en tu piel... y sabe qué te está pasando y qué te convendría corregir. Y te ayuda. Motus vita est es uno de los lemas de David Ponce. El movimiento es vida, insiste. Si le oyes explicar los beneficios del ejercicio físico diario, tus pies se disparan solos con deseos locos por lanzarse a caminar. Porque David Ponce no parcela su labor clínica con una receta encorsetada propia de consulta rápida: por el contra rio, expande sus diagnósticos en un escrutinio integral de la salud del paciente. Y ésta es justamente la filosofía contenida en este libro que ahora tienes entre manos: la de vademécum completo para atender al propio cuidado de uno mismo, la vieja aspiración de los sabios griegos, de los primeros filósofos... Este libro, pues, propone esa visión holística de la salud que interesa al cuerpo y al alma. Captar y desvelar las conexiones entre vértebras y vísceras, entre cerebro y corazón, entre pensamientos y emociones, entre neuronas y hormonas, es el horizonte de la medicina futura que en algunos casos es ya presente, como lo es para David Ponce cuando te habla de psiconeuroinmunología. Él te señala los vínculos invisibles entre lo que haces y lo que piensas, lo que sientes y lo que temes, lo que te duel e y lo que crees, entre tu vida sexual y tu humor, entre tus vértebras y tus pulmones... Y te aconsejará cómo te conviene moverte, qué y cómo deberías comer, cómo descansarás mejor... Si no tienes la fortuna de tratar en persona a David Ponce, con este libro tendrás al menos un cómodo acceso a su visión global de la higiene física y psíq uica. Este libro es un manual completísimo y muy detallado acerca de lo mucho que, día a día, tú mismo puedes hacer por ti. David Ponce nos regala con este libro, en suma, un ambicioso tratado que supera la especialización del ámbito osteopático para abordar la salud como un modo de estar en la vida con plenitud. Te ayuda a disfrutar más de la existencia y hacérsela más grata a las personas que tengas a tu alrededor. «Parte de la curación radica en la voluntad de sanar», ya enseñó Séneca. Pues bien, los conocimientos de Ponce contenidos en este libro, sumados a tu voluntad, bien pueden activar tus resortes de la alegría de vivir. Leer este libro, en definitiva, puede ser tu modo de desplegar el sabio consejo de Gandhi: «Sé tú el cambio que quieres para el mundo». Víctor-M. Amela
David Ponce: "El dolor de cabeza está íntimamente ligado con las emociones" 26/12/2012 - 12:30
Barcelona, 25 (EFE).- El osteópata y fisioterapeuta David Ponce está convencido de que el dolor de cabeza está íntimamente ligado con las emociones, según constata en su último ensayo, "Más amor y menos ibuprofeno". "La parte emocional del paciente es vital para entender su dolor de cabeza y su solución dependerá de cómo gestiona su dieta y sus hábitos porque, si nada cambia en su vida, nada cambiará", asegura este especialista, en una entrevista con Efe.
"Yo siempre digo que es más importante conocer a la persona que conocer las enfermedades que sufre esa persona", subraya Ponce, partidario de analizar al paciente en su globalidad y convencido de que los dolores de cabeza suelen deberse a problemas psicológicos no resueltos, salvo en casos extremos, como los tumores. "Lo que hoy piensa tu corazón, mañana lo interpretará tu cabeza y lo sentirá tu cuerpo", advierte el especialista, autor también de "El dolor de espalda y las emociones", en donde trata tanto las vértebras, los músculos y las fibras de sus pacientes como sus emociones, pasiones o pensamientos. David Ponce ofrece en sus ensayos una visión completa del cuidado natural de la salud, desde la postura corporal a la alimentación pero, sobre todo, insiste en el vínculo entre el cuerpo y la mente, para lo que combina la medicina natural, la dietética, la nutrición, la homeopatía y la medicina tradicional china. "El dolor es un perro guardián de la salud y la enfermedad es un camino que hay que saber interpretar, asegura Ponce, quien critica los actuales métodos de la medicina, "que se ha convertido en una sucesión de pruebas en las que el médico, a veces, ni toca al paciente". Para justificar el título de su libro, "Más amor y menos ibuprofeno" (editorial Plataforma), Ponce argumenta que "la falta de amor y el dolor van de la mano" y, por ello, invita a "abrazar y ser abrazado, a amar y ser amado, a compartir emociones y a llorar y reír cuando sea necesario, en compañía de los suyos". "Las dificultades económicas, sociales y emocionales alimentan los circuitos del dolor y saturan el sistema nervioso simpático, encargado de producir la hormona de la felicidad y del placer, que el organismo nos proporciona de modo natural, a través de la serotonina, las endorfinas y la oxitocina", explica Ponce. Por este motivo, el experto aconseja "disfrutar de las relaciones humanas no contaminadas, de una alimentación saludable, de relaciones sexuales placenteras y de las muestras de afecto de nuestros seres queridos, porque todas estas acciones desarrollan conexiones que ofrecerán placer y ausencia de dolor". "Mi premisa es que todo lo que pasa en tu organismo depende del sistema nervioso central y periférico, que los problemas mentales pueden sobre los físicos y que, si no los resolvemos a tiempo, pueden desembocar en una enfermedad", explica Ponce. David Ponce, máster en Osteopatía y diplomado en Fisioterapia por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), compagina su trabajo con los pacientes con la formación de especialistas en distintas universidades nacional e internacionales, además de colaborar en el Centro de Alto Rendimiento Sant Cugat del Vallès (Barcelona). Leer más: David Ponce: "El dolor de cabeza está íntimamente ligado con las emociones" - EcoDiario.es http://ecodiario.eleconomista.es/salud/noticias/4494479/12/12/David-Ponce-El-dolor-de-cabeza-estaintimamente-ligado-con-las-emociones.html#Kku8cS5GDIM40uiw