El daimón, la vocación y el destino en la psicología junguiana. Elecciones y circunstancias La vida vida es un cont contin inuo uo disc discur urri rirr de deci decisi sion ones es,, algu alguna nas s con con implicaciones nimias, como la ropa con la que vestirse cada día o el plato de un menú; y otras que pueden modifcar el sentido de nuestra existencia, como la elección de una carrera proesional, una pareja, un país de residencia, tener tener o no tener tener un hijo. n ocasiones incluso las decisiones m!s peque"as pueden ser uente de ansiedad para muchas personas. #l mome moment nto o de toma tomarr una una deci decisi sión ón nos nos pued puede e preo preocu cupa parr las las implicaciones $ticas relacionadas, o lo que que pueda pensar pensar la gente de noso nosotr tros os si real reali% i%am amos os deter determi mina nada da acci acción ón,, las las sati satis sac acci cion ones es o responsa&ilidades que le rodeen. rodeen. 'uchas veces tam&i$n, lo que nos nos puede incluso atormentar, es pensar que la opción que no tomemos resulte mejor de la que hemos optado, o que el hecho de decidirnos nos impida impida optar optar por algo algo mejor que pueda prese present ntars arse e despu$ despu$s s (una pareja, un tra&ajo, una vivienda). n este último caso, se revierte el dicho de *mejor p!jaro en mano que ciento volando+ y se preferen los cien p!jaros volando que decidirse por algo, muchas veces por temor a asumir los compromisos que implica dicha decisión. #dem!s #dem!s de ser un continuo continuo discurrir discurrir de decisiones, decisiones, nuestra nuestra vida se encuen encuentra tra condic condicion ionada ada por múltip múltiples les circun circunsta stanci ncias. as. #lguna #lgunas s de esta estas s circ circun unst stan anci cias as nos nos ante antece cede den, n, como como la gen$ gen$ti tica ca que que nos nos aportan nuestros nuestros padres, las expectativas expectativas de ellos hacia nosotros, nosotros, el con context texto o socio ocioec econ onóm ómic ico o y de soci social ali% i%ac ació ión n en el que que nos desenvolvemos. am&i$n se nos van presentando presentando circunstancias circunstancias a lo largo de la vida, muchas de las cuales no nos dan posi&ilidad de elección, sino que se nos presentan (enermedades, (enermedades, oportunidades de empleos, encuentros, accidentes). #sí que vamos conviviendo entre lo que vamos eligiendo y lo que se nos va presentando. presentando. n diversas diversas culturas culturas y momentos momentos de la historia historia de la humanidad humanidad,, se ha considerado que en los momentos de indecisión, so&re todo en los m!s signifcativos opera una especie de *uer%a+ que nos induce a actuar actuar en uno uno u otro otro sentido sentido.. # dicha dicha uer%a uer%a se le atri&uye atri&uye tam&i$n tam&i$n la respo responsa nsa&il &ilida idad d para para propo proponer ner e induci inducirr las circun circunsta stanci ncia a que permiten expresar el *ser m!s proundo+ de la personas. n muchas ocasiones las circunstancias que propone o impone dicha uer%a no son son del del gust gusto o, ni hacen acen part parte e de las las expec xpecttativ ativas as del ego ego,
entendiendo este último como el aspecto m!s superfcial, la parte m!s inantil de cada uno.
-odemos considerar a dicha *uer%a+ como un elemento arquetipal, en el sentido de que ha tenido diversas maniestaciones en dierentes momentos y lugares en la imaginería de la humanidad.
El daimon y el destino Los griegos denominaron esta uer%a aimon, los romanos la reconocían como /el genio+ particular, en la mitología egipcia puede corresponder al 0a. n las culturas cham!nicas se denomina&a *alma li&re+, el animal personal, el nahual. ra considerado como un elemento de vinculación entre los dioses y los mortales, con atri&utos tanto &en$fcos como destructores. n una jerarquía celestial, podrían ser catalogados como semidioses. n el cristianismo según la connotación luminosa u oscura que se le atri&uya puede corresponder a los !ngeles o a los demonios. ichas im!genes pueden estar relacionadas a lo que actualmente nos reerimos cuando expresamos la necesidad de escuchar nuestro cora%ón, sentimiento, intuición, alma, y desde una perspectiva m!s racional conciencia. La existencia de una *uer%a+ que nos condu%ca por determinados derroteros, se encuentra en relación con la noción de destino; concepto que tam&i$n ha tenido y tiene múltiples perspectivas. s popular la rase del flósoo presocr!tico 1er!clito, para quien el destino del hom&re es su car!cter. 2e puede interpretar dicha sentencia como que aquello que estamos acostum&rados hacer, es decir, nuestro modo de ser, nuestras conductas ha&ituales, son lo que van orjando las circunstancias que nos vamos encontrando en nuestra vida. e manera un tanto similar, para 2igmund 3reud, el aparente destino atal se encuentra auto inducido de manera inconsciente por el individuo. -one como ejemplo aquellas personas cuyas amistades siempre terminan en traición, fl!ntropos a los que sus protegidos retornan ra&ia en ve% de gratitud, relaciones que pasan por las mismas ases y fnali%an del mismo modo. esde dicha perspectiva
las personas repiten una y otra ve% en un *eterno retorno+ experiencias vividas que no han sido lo sufcientemente ela&oradas, y que han sido reprimidas por no ser compati&les con los valores consientes. 4na de las premisas del psicoan!lisis es el *determinismo psíquico+ de nuestras acciones y pensamientos por contenidos inconscientes. n líneas similares, 5arl 6ung considera&a que lo que no se hacía consiente en el !m&ito psíquico, se vivía en el exterior a manera de destino. 2in em&argo para 6ung, la *compulsión a la repetición+ a vivir determinadas tipo de circunstancias, son un intento de la psique para conducirnos hacia la reali%ación de nuestro *ser m!s proundo+, hacia la expresión singular de nuestra alma, de nuestros potencialidades. s en este último sentido que 6ames 1illman, el mayor representante de la psicología arquetipal, continuadora de los planteamientos junguianos, retoma el mito de la &ellota del alma.
El mito de la bellota del alma ste mito alude a que de la misma manera que en la &ellota se contiene el patrón del !r&ol de ro&le, cada individuo dispone ya en sí mismo su propio potencial de posi&ilidades singulares y únicas. 1illman resalta la presencia en dierentes religiones, mitologías y sistemas de pensamientos actuales y pasados, de la imagen de una *energía+ del alma única de cada individuo, que &usca desplegarse a lo largo de la vida y que se manifesta como una *llamada+, una vocación, un *destino+. sta energía singular es un tercer actor que se une a la naturale%a y la educación en la compresión del crecimiento de los individuos. 1illman argumenta que para poder responder a esa llamada es necesario *crecer hacia a&ajo+ como los ar&oles lo hacen con sus raíces, y así poder reencontrarse con el *verdadero yo+, con las necesidades proundas del alma. -ara 1illman, la motivación para la reali%ación de sí mismo, no viene dada por el exterior sino por el *aimon+ interior de cada uno. l daimon se manifestan en las circunstancia de la vida, en las oportunidades que se presentan, en las puertas que se cierran, en los espaldara%os y en las %ancadillas, en los triunos y en las derrotas; en nuestros miedos, nuestras o&ias, nuestras o&sesiones , nuestras ilusiones, en la sincronicidades. n todo aquello que nos conduce a expresar nuestro aspecto m!s genuino, aquello para lo que hemos sido *llamados+, y que muchas veces no va en la misma dirección de la expectativas de nuestro ego, que &usca seguridad y reconocimiento.
4n medio privilegiado que tiene nuestro aimon para expresarse son los sue"os, y es por esto que hacen parte undamental de la psicoterapia junguiana. n ciertos momentos de la vida son comunes los sue"os en que perdemos o se nos estropea el móvil, o intentamos marcar y los números se desvanecen. stas im!genes qui%!s puedan ser indicativos de las difcultades que est! teniendo nuestra alma para atender o reali%ar la particular *llamada+ para la reali%ación de nuestro *ser m!s proundo+, de nuestra vocación. La vocación, este aspecto singular que &usca desplegar nuestra alma, se manifesta en nuestros talentos, en las necesidades m!s apremiantes, en aquello que clama expresarse y que qui%!s hemos dejado de lado por &urlas o por no acomodarse a nuestros planes consientes. La vocación puede o no coincidir con una proesión. 1illman resalta que por ejemplo hay personas que han nacido para la *amistad+ o para aspectos que no son los sufcientemente valorados por no ser productivos en nuestra sociedad. La concepción del destino, según como se a&orde puede ser una idea tóxica, parali%ante, inhi&idora de la acción, pero desde la perspectiva hillmaniana es una idea creativa y estimulante. #sí, para 1illman el *captar los gui"os urtivos del daimon+ es un acto de pensamiento y de re7exión, de ver m!s all! de las apariencias, de proundi%ar en el ondo de los acontecimientos, requiere de un ra%onamiento minucioso. -or su parte considera que el atalismo, es un estado de a&andono de la re7exión, que explica la vida como un todo desde una amplia generalidad. l atalismo, resalta 1illman, no plantea preguntas, y consuela ya que esgrime de la necesidad de examinar cómo se articulan los acontecimientos.
La psicoterapia junguiana y el daimon La psicoterapia junguiana promueve el dialogo con nuestro propio *daimon+ como sím&olo de un actor que opera en nosotros y nos conduce a ser lo que siempre hemos sido, a desplegar nuestra mejor versión. 2olo podernos sentirnos verdaderamente satisechos cuando escuchamos a nuestro daimon, que nos cuida, en ocasiones nos &oetea, destruye nuestros planes, acilita encuentros, nos presenta oportunidades. 2e retoma el mito de la &ellota en la psicoterapia junguiana, tam&ien en el sentido de que al igual que la &ellota posee una sa&iduría que le permite construir los tejidos, las hojas y los rutos del !r&ol de ro≤ el individuo posee una *sa&iduría+ para desarrollar su propia singularidad y potenciales. La psicoterapia junguaina no
prentende cam&iar una persona ni adaptarla a lo socialmente aceptado, como no se le puede pedir a un !r&ol de man%anas que de peras. Lo que se pretende entonces es aportar las mejores condiciones para que cada persona despliegue sus singulares rutos. 8o se puede intervenir en una semilla para que sea lo que no es, sino omentar su propia potencialidad. La psicología junguiana al reerirse a dioses, daimones, alma, ser proundo etc no est! presuponiendo la existencia de entidades metaísicas, ni re7exionando so&re su naturale%a, lo cual es !m&ito de la teología u otras !reas del conocimiento. n el contexto de la psicología analítica, dichos t$rminos de&en ser conce&idos como conceptos relativos a im!genes o actores psíquicos, que es posi&le o&servar en la pr!ctica clínica, así como en maniestaciones sim&ólicas presentes en mitologías y expresiones artísticas de dierentes lugares y tiempos. La psicología analítica hace uso de la o&servación y re7exión enomenológica para la compresión de enómenos psicológicos, así como para la aplicación de dichos conocimientos, como m$todo terap$utico encaminado el &ienestar y la salud mental de las personas.
aniel 4lloa 9uevedo -sicólogo 5línico: -sicoterapeuta orientación 6unguiana.
0i&liograía 3reud, 2igmund. <=<. Mas lla del principio de plcer ; Psicolog de ls mss y nalisis del yo y otrs obrs. 0uenos #ires> #morrortu. 1illman, 6ames. <<=. El cdigo del lm. 0arcelona> 'artíne% ?oca. 6ung, 5arl @ustav, and 6orge 8avarro -$re%. ABB<. L vid simblic: escritos diversos. 'adrid> rotta.