Por Eduardo Gerardo Rodríguez Hernández 6IM1 El presente ensayo contiene los siguientes temas de opinión o capítulos. 1. Introducción 2. El consumismo en nuestra sociedad 3. El impacto ecológico del consumismo 4. Conclusión propositiva
1. Introducción al consumismo Miles de años tiene la humanidad sobre la tierra y cada cierto tiempo la manera en que a sí misma se gobierna cambia. Históricamente podemos recordar que los primeros humanos eran nómadas que deambulaban de un lugar a otro en busca de alimento, pero siempre, incluso desde esos días, hemos sido de algún modo un error en la naturaleza, y por decir error no me refiero
a la clásica idea “estamos destruyendo al mundo”, “ya somos demasiados en este planeta”; mi idea se basa en que yo observo a la naturaleza como un gran conjunto de mecanismos, cada cual contribuye al resto a su manera, por ejemplo, las abejas polinizan a las flores, los depredadores evitan la sobrepoblación de ciertas especies, y así cada especie en este planeta fomenta un balance con sus acciones por minúsculas que puedan ser. Pero, ¿nosotros? Nosotros simplemente fuimos dotados por la naturaleza de una forma de crecimiento distinta, una forma que nos permitiría transformar el mundo. El problema es que nuestra transformación no es precisamente favorable.
Nuestro problema es que nos tomamos demasiado en serio aquella idea de “dejar huella en el mundo” y casi siempre somos recordados por daños, catástrofes, muertes, extinciones y guerras. ¿En qué ayudamos pues a l a naturaleza teniendo esos patrones que
se repiten una y otra vez? Pero la realidad es que existimos, la realidad es que ni siquiera despreciando la huella que hemos dejado en este mundo hasta ahora resolvemos algo. Quizá algunos ven despropósito en nuestra existencia, es respetable esa opinión considerando tanto daño que hacemos a diario. Pero si tan sólo cambiásemos de mentalidad y nos pensásemos a nosotros mismos como seres con un poder de destrucción inestimable, pero con un poder de construcción, cuidado y respeto hacia nuestro entorno de igual magnitud, quizá en ese momento viviríamos con otros objetivos y otros sueños, con otras metas y mejores intenciones.
2. El consumismo en nuestra sociedad Antes de opinar sobre cualquier tema, es importante dejar en claro la definición que se le da en nuestra lengua para un entendimiento mejor:
Según el Diccionario de la Real Academia Española (RAE) “consumismo” se define como: Tendencia inmoderada a adquirir, gastar o consumir bienes, no siempre necesarios. Otro concepto lo describe como: La acumulación, compra o consumo de bienes y servicios considerados no esenciales, tanto como el sistema político y económico que promueve la adquisición competitiva de riqueza como signo de estatus y prestigio dentro de un grupo social. Hay dos maneras en que el consumismo impacta al mundo en estos días, en este capítulo opinaré sobre aquella que concierne a nuestra sociedad. Tal y como las definiciones indican, el consumismo puede describirse como una actitud, como un ejemplo a seguir y por ende un estilo de vida completo. Yendo de lo particular a lo general, en una persona común y corriente, con un empleo de oficina, un matrimonio de un par de hijos y la relación con personas más o menos pudientes de cualquier miembro de la familia, es en donde entra el consumismo. Y el consumismo en este aspecto es un arma muy fuerte de las empresas que nos quieren vender un producto. ¿De qué modo lo hacen? El plan que estos organismos usan es verdaderamente simple y solo requiere de dar a conocer al mundo su producto, pues la gente es la que realmente le da el poder a este. Primero nos bombardean con anuncios de su producto, casi siempre mostrándonos la felicidad que este le genera a las personas que lo usan, pero estas personas aunque las
podemos observar como comunes y corrientes, en realidad inconscientemente nos muestran un estatus o una cierta clase que adquirimos al pertenecernos un producto. Nunca veremos anuncios de personas de clases bajas utilizando computadoras, celulares, productos para el cabello, yendo a gimnasios o comiendo o bebiendo ciertos alimentos, pues aparte de que es obvio que esas personas no pueden permitirse esos lujos, lo que toda la gente siempre quiere sin importar su condición, es sentirse superior, más grande, más poderoso, más admirado. Así que las proyecciones de esos anuncios nos muestran a gente supuestamente autosuficiente y orgullosa de sí misma. Entonces cuando esa familia observa a los demás con esos productos, inmediatamente recuerda las interpretaciones de los anuncios y es ahí donde comienza esa lucha entre personas por tener más, por tener lo nuevo, o lo más caro, aunque esto no sea necesario, porque a la gente quién sabe por qué le encanta sentir que la envidien, que los vean como personas adineradas y pudientes a pesar de que se estén ahogando en deudas por todos los gastos que estas hacen para seguir con su apariencia. Es ahí la principal división de los seres humanos, pues cuando alguien de una clase inferior se acerca a una persona de estas características, es despreciada y humillada por su forma de vivir, por tener supuestamente menos. Comprar, comprar, comprar y comprar. Es la forma en la que todos sin importar nuestra condición de pocas a muchísimas veces en nuestra vida nos vemos inmersos. Nos hace pensar que aumenta nuestro estatus, nos hace sentir mejor con nosotros mismos, nos hace pensar que aumentaremos nuestro círculo social. Son mil las maneras en las que esto nos afecta socialmente, y lo peor de todo es que llega un momento en que casi ni lo notamos y el consumismo y sus demonios, valga la redundancia, nos termina consumiendo a deudas, y consecuencia de esto nuestra caída en el estatus que nos hemos inventado, perdiendo no sólo dinero, sino círculos sociales quedándonos finalmente solos y en banca rota. Y ojalá en esto terminara todo, porque a los animales, a los bosques, a los mares y al mundo no les importa para nada el sufrimiento consecuencia de una forma de vida consumista, no les importa el balance monetario. Pero el verdadero problema está en que de la mano con las empresas dedicadas a la producción y fabricación de miles de bienes y servicios destruimos el entorno que nos rodea.
3. El impacto ecológico del consumismo El acto de comprar, comprar y comprar productos que realmente no nos son necesarios, lleva a las empresas a seguir fabricando, fabricando y fabricando proporcionalmente pues todos somos compradores potenciales ya sea por una razón u otra, tanto así que muy probablemente hay más productos que consumidores en el mercado, pero si os ponemos a analizar un momento y buscamos el origen de todo esto, nos damos cuenta que de quien sacamos realmente la materia prima es de la naturaleza. Animales, vegetales, ninguno se salva pues nuestro ingenio nos ha dado el poder de hacer una y mil cosas hasta con los insectos. Asesinamos animales para sacarles los dientes, los ojos, para disecarlos y para presumirlos. Pero ya estamos obteniendo la respuesta: Desastres naturales, sequías, inundaciones, aumento en la temperatura, desequilibrio en las cadenas alimenticias lo que genera extinción y sobrepoblación. Epidemias, virus e infecciones más fuertes y letales. De algún modo la misma naturaleza está tratando de poner un orden. Así que tenemos que frenar esto. 4. Conclusión propositiva Muchos planes y protocolos se han acordado entre países, pero si no son respetados ¿cómo esperamos una mejoría o la obtención de un logro gracias a estos acuerdos? ¿De qué sirven tantas cumbres si los gobiernos siguen dando excepciones y permisos para dañar a la naturaleza de una u otra forma? Claro, en ese aspecto poco podemos hacer, pero si realmente queremos generar un cambio, debemos comenzar por nuestra forma de vida, por contagiarles a los demás esta idea de paz con la naturaleza, de consumo únicamente de productos que realmente nos son necesarios y de la participación en marchas y campañas a favor del desarrollo sustentable, de tal manera que incluso los empleados de empresas que generan una destrucción desmedida transformen su empresa. Una vez que ya hayamos comenzado con esta forma de vida nueva, es nuestro derecho y obligación exigir a aquellos que dañan y destruyen, cambien su forma de vida.