ENTRENAMIENTO ENTRENAMI ENTO PARA FORMADORES CON PNL
SEMINARIO 3 - 1. MODELO TOTE: APRENDIZA APRENDIZAJE JE BASADO B ASADO EN OBJETIVOS LIC. DÉBORA CHAJET
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El proceso de autorregulación ¿Alguna vez jugaron a tirar papelitos en el cesto? ¿probaron hacerlo con los ojos cerrados? ¿verdad que es difícil de esa manera? Esto es porque sin el auxilio de nuestro sentido de la vista, es imposible ir corrigiendo nuestro desempeño, ya que carecemos de una referencia que nos guíe. Para poder alcanzar nuestras metas debemos ser capaces de autorregularnos. autorregularnos. ¿Qué es la autorregulación? Es la capacidad de poder modificar las propias acciones en función del objetivo. Una estufa no se autorregula, necesita de un humano que suba o baje el regulador de la temperatura para hacer que caliente más o menos. En cambio hay otros aparatos que sí tienen esta propiedad de autorregulación: autorregulación: son los que vienen provistos de un termostato, como el aire acondicionado, la heladera, o la pava eléctrica. En estos casos, se fija un objetivo determinado (cuál es la temperatura deseada), y un sensor va detectando si se alcanza o no esa temperatura, encendiendo o apagando el motor en respuesta a esa información. Todos los seres vivos funcionamos en base a la autorregulación, y al igual que las máquinas autorreguladas, nos manejamos con las mismas pautas o reglas.
Estas pautas están sistematizadas en un modelo conocido como TOTE (Test – Operate – Test – Exit) o POPS (prueba – operación – prueba – salida), el cual funciona de la siguiente manera:
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Comenzamos partiendo de un OBJETIVO, que se mantiene invariable. En Programación neurolingüística hablamos siempre de la importancia de establecer nuestra meta, ya que si no planteamos hacia dónde queremos ir luego no sabremos cómo llegar hasta allí. En el aire acondicionado ese objetivo puede ser que alcanzar 25 grados de temperatura, en un ser humano que quiere hacer un postre el objetivo puede ser obtener claras a punto nieve.
Por otro lado, precisamos contar con un sistema que registre cómo se encuentra el sistema en relación a ese objetivo, es decir, cuál es el Estado Presente. Las máquinas tienen SENSORES que miden la temperatura, nosotros necesitamos AGUDEZA PERCEPTIVA para chequear las evidencias sensoriales (por ejemplo vemos si las claras están transparentes o si ya comienzan a ponerse blancas y espumosas)
Esta agudeza perceptiva me permite CHEQUEAR si se alcanzó o no ese objetivo. Es decir, establecemos un Test o Prueba para verificar verificar cuánto nos acercamos acercamos al objetivo. Generalmente esto responde a preguntas como: “¿Estoy muy lejos del objetivo? ¿Esto me sirve? ¿Estoy consiguiendo lo que quiero?”.
En la fase de Test se chequea el Estado presente y se establece la diferencia con el Estado deseado. Esa diferencia o incongruencia indica que precisa hacerse algo, efectuar una serie de OPERACIONES, procedimientos o acciones para alcanzar ese objetivo. Dicho de otro modo, operamos haciendo algo (o dejando de hacer algo), de modo que nos acerquemos al objetivo. Por ejemplo si el sensor del aire acondicionado detecta que en el ambiente hay 30 grados, encenderá el compresor para mandar aire frío. Si veo que las claras están transparentes, comienzo a batir.
Una vez que realizamos la operación, precisamos volver a chequear, hacer un nuevo Test, para saber si esa operación debe repetirse o ya puedo parar: ¿sigue el motor en marcha? ¿Sigo batiendo?
Así, se irán repitiendo los Tests y las Operaciones hasta que llegamos a la meta, es decir, cuando hay congruencia y coincide Estado Presente con el Estado Deseado. Alli se detienen las actividades. Cuando el sensor del aire acondicionado detecta que se
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alcanzaron los 25 grados que se deseaban, se detiene el motor; cuando las claras están bien blancas y con volumen, dejo de batir. Dejamos de operar (EXIT), y estamos en condiciones de avanzar hacia otro paso en la secuencia (por ejemplo agregar las claras a otra preparación)
El TOTE en el aprendizaje ¿Cómo aplicamos este modelo al aprendizaje? En 1960, los norteamericanos Pribram, Gallanter y Miller, en su libro: “Planes “ Planes y Estructura de la Conducta ” postularon que en todo tipo de aprendizaje aprendizaje se da el mismo proceso.
Básicamente estos autores nos dicen que para aprender también tenemos que tener un objetivo, precisamos la retroalimentación que nos provee el medio externo para poder determinar si vamos bien o no, y en caso necesario, hacer algún tipo de operación para corregir el rumbo.
Es entonces un modelo totalmente basado en la noción de
feedback o
retroalimentación. Por un lado el propio alumno o aprendiz puede ir registrando el resultado de sus propias acciones. Por ej. voy a mi clase de tai chi chuan y la profesora enseña un movimiento, yo lo realizo y me voy fijando si me queda parecido parecido o no. Si no me queda parecido o noto que tengo cierta dificultad observo mejor a la profesora, y veo que ella no separa tanto los pies, o que el recorrido que hace la mano es más amplio que el que yo hago, y de esta manera voy corrigiendo.
Por otro lado, el profesor también nos tiene que proveer feedback, ya que el alumno en su inexperiencia no está en condiciones de darse cuenta de todo. El docente es entonces el encargado de proporcionarnos información valiosa que nos permita corregir: la profesora me muestra nuevamente el movimiento y me explica qué sucede: “perdés el equilibrio porque están los pies demasiado juntos”.
Sin esa información que me funciona como referencia el aprendizaje es más arduo, ya que no tenemos más remedio que obtener esa información mediante ensayo y error.
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Parte del éxito del aprendizaje depende entonces de que el docente le dé al alumno dos elementos fundamentales: un objetivo concreto al cual apuntar: qué es lo que el alumno tiene que conocer o hacer, y con qué nivel de profundidad. Todo docente tiene metas implícitas acerca de lo que espera de sus alumnos, pero una buena estrategia de enseñanza es ser lo suficientemente explicito acerca de ese objetivo. Los alumnos tendrían que conocer de antemano qué se espera de ellos. oportunidades suficientes para que los alumnos obtengan feedback relevante que les permita chequear si se acercan al objetivo. En caso que no lo hagan, la tarea del docente es orientarlos acerca de las acciones que necesitan realizar para alcanzar la meta. Por un lado, esto implica darles información sensorial suficiente. No alcanza con decir: “lo estás haciendo mal” o “no me convence lo que estás haciendo”, sino ofrecer también evidencias perceptibles: “estás levantando demasiado el brazo”. Por otro lado, el profesor debe sugerir qué operaciones (procedimientos o acciones) serían los necesarios para llegar al objetivo: “probá aflojando más los hombros”.
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