Ética Kantiana - Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca UNAB
1
ETICA KANTIANA_ EL FORMALISMO Por Adolfo Vásquez Rocca
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
INTRODUCCIÓN
El Formalismo de la Ética kantiana
Ética Kantiana - Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca UNAB
2
El acto moral
−
Para determinar la validez de un acto moral, de acuerdo con la
Etica Kantiana, debemos prestar atención a la voluntad del sujeto que lo determina y no a la acción misma. Los actos, según Kant, no son ni buenos ni malos; bueno o malo es sólo el sujeto que los realiza.
−
Lo que es moral o inmoral es la disposición del ánimo del agente.
Un acto será moralmente bueno si el sujeto que lo realiza lo hace porque lo considera como absolutamente debido, como un fin absoluto, como imperativo categórico; por el contrario un acto es malo si se hace con el propósito de obtener alguna consecuencia favorable, si se realiza como medio o imperativo hipotético.
−
Lo bueno, según Kant, está en la buena voluntad regida por la ley
moral. Si alguien actúa por temor y no por respeto al deber implícito en la ley moral, sus acciones no son morales. Tampoco lo serán aquellas que se realizan por accidente o como medio para obtener beneficios posteriores.
−
Ejemplos: la acción de pagar una deuda puede no tener ninguna
significación moral (amoral) si se realiza por temor a la consecuencias;
Ética Kantiana - Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca UNAB
3
una promesa que se cumple por accidente, o porque se desea obtener algo como resultado de la acción, tampoco tienen significación moral conforme a la ética kantiana; las acciones que se realizan de acuerdo a la buena voluntad, es decir las que se realizan por deber y conforme al deber (imperativo categórico) son las acciones valiosas que hacen del individuo una persona genuinamente moral.
− La razón práctica, no puede expresarse ni por medio de los juicios analíticos o explicativos ni por medio de los juicios sintéticos, puesto que no dice lo que acontece en la experiencia, sino lo que debe ocurrir en ella. Ej. "Los hombres deben ser honestos". Así, la forma de conocimiento práctico, no es un juicio, sino un imperativo. − Ahora bien, los imperativos pueden ser de dos tipos: − a) Hipotéticos; Ej. "Si quieres aprobar el examen debes estudiar." En el ejemplo se ordena una acción para conseguir un fin posible, el cual puede o no ser deseado. − b) Categóricos; Ej. "El hombre debe ser veraz". En este último ejemplo, el imperativo ordena una acción de manera absoluta, es decir que la acción no se considera como medio, sino como un fin en sí mismo, último e incondicionado.
− De acuerdo con Kant, el ideal moral está formado por imperativos categóricos que se originan en la voluntad moral, una voluntad
Ética Kantiana - Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca UNAB
4
autónoma que se encuentra libre de los fines u objetos de deseo.
− La fórmula del imperativo categórico, base de la moral kantiana, se expresa así: "Obra de manera que la máxima de tu voluntad pueda servir siempre como principio de una legislación universal." Esta fórmula es la ley moral.
− La moral no puede consistir en una serie de mandamientos (...) tiene que consistir en la acentuación del lugar psicológico, el lugar de la conciencia, en donde reside lo meritorio, en donde lo meritorio no es ajustar la conducta a tal o cual precepto, sino el por qué se ajusta la conducta a tal o cual precepto; es decir, en la universalidad y necesidad, no del contenido de la ley, sino de la ley misma
− Según Thomas E. Hill hay un solo ejemplo donde Kant le toma importancia a las consecuencias: el caso donde argumenta que tenemos la obligación de decir siempre la verdad, incluso si es un asesino preguntando dónde está su víctima.
− Su propuesta ética determina que sólo podemos imputar responsabilidad por las acciones si y sólo si una acción no fue realizada siguiendo una voluntad guiada por la razón y persiguiendo una máxima ética. Si un hombre no actuó con
Ética Kantiana - Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca UNAB
5
reflexión, convicción y conforme al principio de razón, entonces el sujeto es responsable de todos los efectos negativos que pudieran derivarse de su acción, no así de los buenos (son causa de la casualidad y no realizados con buena voluntad). Esto es, porque el sujeto es inmoral, no ha actuado con buena voluntad.
− También es responsable, quien pudiendo actuar libremente y con la razón, no quiso reflexionar su acción antes de realizarla.
− En el caso de Sobre un presunto derecho de mentir por filantropía, un hombre le miente a un asesino diciéndole que su amigo (la víctima) no se encuentra en su casa, por esa razón el asesino no lo busca ahí, y lo encuentra en plena huida. Para Kant, el hombre es responsable del asesinato de su amigo por no haberse guiado por el principio universal de “no mentir”.
− Si mediante una mentira tú has impedido (...) un asesinato, eres jurídicamente responsable de todas las consecuencias que puedan seguirse de ello. (...) Así pues, el que miente, por bondadosa que pueda ser su intención de ello, ha de responder incluso ante un tribunal civil por las consecuencias de esto, por imprevistas que puedan ser.
− (...) El ser veraz (sincero) en todas las declaraciones es pues, un
Ética Kantiana - Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca UNAB
6
sagrado mandamiento de la razón, incondicionalmente exigido y no limitado por conveniencia alguna.
− En resumen las acciones que no hayan sido tomadas “por deber”, son por definición de Kant, inmorales, a pesar de cualquier consecuencia positiva. Al contrario de eso, una acción con malas consecuencias es moral en tanto que se haya actuado “por deber”, es decir que se haya tenido la convicción de dejarse legislar por la razón y haber pasado la reflexión por la universalización del imperativo categórico. Este hecho: dejar a un lado las consecuencias, que para muchos resultaría criticable, no lo es, puesto que hay que tener presente que a través de la ética de Kant podemos se están evaluar a los individuos no a las acciones.
Formalismo.
Son formales todos los sistemas que consideran que la moral no debe ofrecer normas de conducta, sino limitarse a establecer cuál es la forma característica de toda norma moral.
Kant fue el filósofo que reivindicó por primera vez la necesidad de una ética formal. Según este autor, sólo una ética de estas características podría ser universal y garantizar la autonomía moral propia de un ser libre y racional como el ser humano. La ley o norma moral no puede
Ética Kantiana - Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca UNAB
7
venir impuesta desde fuera (ni por la naturaleza ni por la autoridad civil…), sino que debe ser la razón humana la que debe darse a sí misma la ley. Si es así, si la razón legisla sobre ella misma, la ley será universal, pues será valida para todo ser racional, es decir, para todo ser humano.
Esta ley, que establece cómo debemos actuar para hacerlo correctamente, sólo es expresable mediante imperativos (mandatos) categóricos (incondicionados). Éstos se diferencian profundamente de los imperativos hipotéticos que proponen las éticas materiales. Un imperativo hipotético que proponen las éticas materiales. Un imperativo hipotético expresa una norma que sólo tiene validez como medio para alcanzar un fina. Por ejemplo, el imperativo “no comas en exceso” expresa una norma que sólo tiene sentido si pensamos que la finalidad humana es vivir placenteramente sin escatimar ningún goce.
El imperativo categórico que formula Kant es: “actúa de manera que tu acción pueda convertirse en norma universal”. Fíjate en que este imperativo no depende de ningún fin y además, no nos dice qué tenemos que hacer (comer en exceso o no), sino que sirve de criterio para saber qué normas son morales y cuáles no. El imperativo categórico estable cuál es la forma que debe tener una norma para ser moral: sólo aquellas normas que sean universalizables (o sea, que puedan convertirse en ley universal) serán realmente normas morales.
Ética Kantiana - Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca UNAB
8
La felicidad no es una meta ni un fin moral para esta vida, sino que el logro del Supremo Bien solo es posible en el mundo ultraterreno. La vida es en realidad una “mala noche”. De no existir otra vida, todos los esfuerzos humanos por ser virtuosos no encontrarán gratificación ninguna. Kant tiene una concepción pesimista y casi tortuosa de la ética.
Ética Kantiana
Kant sostiene que no es posible pensar en algo bueno sin restricciones, salvo una buena voluntad. Ella no es buena ni por lo que realiza ni por la búsqueda de un fin, por loable que éste pudiera ser. Es buena en sí misma. “Considerada por sí misma, es, sin comparación, muchísimo más valiosa que todo lo que por medio de ella pudiéramos verificar en provecho” (Kant, Fundamentación). Este concepto de la voluntad buena debe ser obtenido por medio de la razón y supone buscar una voluntad que sea buena en sí misma, no como medio ni con finalidades ulteriores. El concepto de una voluntad buena es posible gracias al concepto del deber. El valor moral estriba en hacer el bien no por inclinación al deber, sino por deber. Cuando una acción se realiza conforme al deber, pero por inclinación a éste y no por el deber mismo, según Kant carece de valor moral, es inmoral. Kant pone como ejemplo un individuo para el cual la vida ha perdido todo atractivo. Si este individuo conserva su vida por miedo a la muerte o por una inclinación
Ética Kantiana - Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca UNAB
9
a cumplir con el deber, la suya no es una decisión moral. Sólo lo sería si conservara su vida “por el deber.” Kant sostiene “el deber es la necesidad de una acción por respeto a la ley”. Sólo por la ley puedo tener respeto, nunca por una inclinación, por tanto la moralidad esta en la acción por respeto a la ley.
Ahora bien, sólo los seres racionales actúan por respeto a la ley (por principios). Tal actuar de acuerdo con las leyes implica una voluntad y como para que se pueda derivar las acciones de las leyes se necesita razón, “resulta que la voluntad no es otra cosa que la razón practica” (Kant). Ahora bien, hay principios que pueden restringir esta voluntad, estos son mandatos (siempre en el ámbito de la razón) y Kant los llama imperativos. Estos imperativos se expresan por medio de un “deber ser”. Kant comparte el análisis de Hume respecto de que el deber ser (proposiciones que expresen obligación) no puede ser deducido del ser (proposiciones meramente fácticas). Por ello, Kant hace emanar el deber ser (esto es, el imperativo categórico) de la razón pura práctica. Los imperativos mandan hipotéticamente o categóricamente. En el primer caso, ellos mandan la acción para lograr ciertas consecuencias. Tales imperativos son buenos en función del fin, de lo que se busca a través de ellos. Son buenos sólo en sentido limitado. El imperativo categórico por contraste manda una acción que es por sí misma necesaria o debida. Sin referencia a ningún otro fin, ni intención ulterior alguna. El imperativo categórico manda una acción sin que ésta sea condición de ninguna otra. Al mandar una acción que es buena por sí misma el
Ética Kantiana - Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca UNAB
10
imperativo categórico puede ser llamado de la moralidad. Este juicio es a priori, pero aún no puede ser llamado sintético
Kant expresa el imperativo categórico de distintas maneras. Según una de ellas: “Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal”. A su vez, el imperativo práctico, es decir el de la voluntad, lo expresa en los siguientes términos: “obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro siempre como un fin al mismo tiempo y nunca como un medio”. Según Kant, si hay algo que posea un valor absoluto en sí mismo y que sirva de fundamento a la ley y a un posible imperativo categórico, es el hombre y en general todo ser racional. Todo ser racional es un fin en sí mismo. De esta forma podemos enlazar los dos formulas del imperativo. Si la ley es pura y racional y ha sido obtenida por la razón ésta debe valer para todos los seres racionales, de ahí su pretensión de universalidad. Y, por otra parte, si los seres racionales somos fines en sí mismos, como explícitamente Kant declara que lo somos, entonces el trato moralmente obligado de la humanidad siempre debe considerarlos como tales. Tenemos entonces, que la voluntad de todo ser racional es una voluntad universalmente legisladora. Si actuamos moralmente en términos Kantianos, nuestro actuar es ley tanto para nosotros mismos como para el resto de la humanidad. El principio por el cual la legislación propia obliga es el de la “autonomía de la voluntad”. Esta autonomía es el fundamento de la dignidad de todo ser racional. La autonomía de la voluntad es elegir de
Ética Kantiana - Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca UNAB
11
tal manera que las máximas de la acción sean consideradas como leyes con valor universal. Ahora bien, para alcanzar el carácter de sintético a priori, es necesario incluir la idea de libertad como la explicación de la autonomía de la voluntad. Kant presupone la libertad en todos los seres racionales. Un ser racional es, por lo mismo, libre; es decir, tiene voluntad. Pero subsiste la pregunta de por qué todo ser racional es libre. Kant sostiene que los hombres pertenecen tanto a un mundo sensible, como a un mundo intelectual (inteligencia). El mundo intelectual está completamente desligado de los fenómenos que conocemos por la experiencia. Es incondicionado y libre de influencia externa. Por tanto, todo ser racional debe pensar la causalidad de su voluntad basándose en la libertad. Perteneciendo al mundo inteligible la razón es libre.
El universalismo ético kantiano
I. Más allá del universalismo ético kantiano.
En Kant la obligación es hacia todo ser humano, en tanto agente racional. Sea éste vecino, pariente o conciudadano. Postula la moral universalista como centro de la razón práctica que encarna la pregunta ¿Qué debo hacer?. Este cuestionamiento indaga por lo que hay que hacer (lo que debe ser) en un triple campo de acción: tanto en el mundo
Ética Kantiana - Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca UNAB
12
de lo prácticotécnico, que tiene que ver con la razón estratégica como en la búsqueda del bien para un buen vivir personal, que tendría que ver con la cuestión ética, como con esa búsqueda del quehacer común en el horizonte de los justo para todos, que tiene que ver con la cuestión de lo moral. El imperativo categórico supone la existencia de un punto de vista moral del sujeto transcendental donde el yo empírico queda subsumido en un nosotros universal.
El método de Kant no es un construccionismo racionalista, sino un procedimiento reconstructivo que busca explicitar y fundar los principios básicos de la moralidad que es interior a las experiencias de la vida buena, como las condiciones normativas que hacen posible la existencia de toda comunidad ‘ética’.
La Ética de Kant no pretende prescribir qué debemos hacer, sino cómo debemos obrar y tratar a los demás, cualquiera sean los fines que nosotros nos proponemos en nuestras acciones. En este sentido es una Ética formal, porque tiene en cuenta que hay una innumerable diversidad de fines valiosos que los hombres pueden proponerse en su vida, y Kant pretende mostrar que, si bien el contenido y los fines de las acciones humanas no son moralmente irrelevantes, lo que es formalmente decisivo para la calificación moral de las acciones y de las personas no es el contenido material de lo que hacen, no son sus actividades y formas de vida (profesiones, costumbres, valores culturales, etc.) ni el éxito de sus propósitos, sino "la buena voluntad",
Ética Kantiana - Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca UNAB
13
que no es por cierto la mera "buena intención". La bondad moral radica en la voluntad misma, que “es buena sólo por el querer, es buena en sí misma”.
El principio moral debe interpretarse como un criterio universal para juzgar la moralidad intrínseca de las máximas que guían nuestras acciones, y manda directamente una forma de obrar, con independencia de los fines, es decir: ‘sin condicionar esta conducta al logro de ningún otro propósito. Y es precisamente por esta libertad incondicionada frente a todos los fines externos a la moralidad misma que esta ley tiene la forma de un imperativo categórico y no meramente hipotético.
Para Kant, no debemos sentirnos obligados hacia alguien porque es milanés o norteamericano, sino porque es un ser racional. “Según su concepción [la de Kant], sólo la razón puede imponer deberes morales de carácter universal e incondicional y concretamente en esta índole es nuestra obligación para la justicia. Está situada en otro nivel que aquella forma de relaciones afectivas de las que surge la lealtad”. Es precisamente a esta actitud universalista a la que el giro rortyano se opone.
El cargo que Rorty hace al universalismo ético kantiano es que no permite la identificación, y por ende la discriminación,, pues la idea de ser solidarios con cualquiera (pues aquel cualquiera es un ser humano
Ética Kantiana - Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca UNAB
14
como cualquier otro) le suena vacía, en tanto que no permitiría, llegado el caso, ser más solidario con uno antes que con otro. En su libro Contingencia, ironía y solidaridad ha insistido en la necesidad de tomar a la moral como una cuestión de intersubjetividades que dialogan.
Rorty suele decir que ‘Ninguno de los filósofos que estudio en la universidad lo llevaron a modificar mis posiciones políticas o éticas’. Más allá del afán sedicioso de la frase, quiere decir que así como la filosofía no es tribunal de la racionalidad en su función cognoscitiva, tampoco puede tener la expectativa de dar con un fundamento racional universalmente válido para la ética. No cree —dice Rorty—, sin embargo, que tenga mucho sentido tratar de fundar la moralidad en alguna otra cosa. Los sentimientos de benevolencia, por ejemplo, no son una base para la moralidad en el mismo sentido en que se supone que son bases de la moral los argumentos que ofreció Kant
Por ello, si pensamos desde el pragmatismo la orientación de la pregunta habría que trasladarla desde el ¿Cuál es la naturaleza del ser humano? a ¿Qué podemos hacer como seres humanos?. Es preciso entenderlo en el sentido que estamos menos proclives a considerar la ontología o metafísica como una guía para el desarrollo de la vida, y plantear la necesidad de asumir antropológicamente el pensarnos como un ser extraordinariamente maleable, aduciendo que somos y nos damos nuestra propia forma y no somos un animal racional o cruel.
Ética Kantiana - Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca UNAB
15
Sin duda Rorty llama a una mudanza éticamente filosófica, a cambiar la mirada del filósofo que debe avanzar desde las presuposiciones filosóficas y debe tender a la aplicabilidad en ‘contextos históricos particular’, sin universalidad.
Entendemos que Rorty quiere indicar que bajo el concepto kantiano de solidaridad, el canalla (o el torturador) será tan merecedor de solidaridad como la víctima del canalla (o del torturador), pues ambos son agentes racionales. En el modelo rortyano esta dificultad esta ausente: “Mi posición involucra que los sentimientos de solidaridad dependen necesariamente de las similitudes y las diferencias que nos causen la impresión de ser las más notorias, y tal condición de notorio es función de un léxico último históricamente contingente”.
Ahora bien, sentada la base de la contraposición de Rorty frente a la ética kantiana, pensemos esta distinción desde la solidaridad humana. La idea tradicional de ‘solidaridad humana’ nos remite a sostener que “Hay dentro de cada uno de nosotros algo – nuestra humanidad esencial – que resuena ante la presencia de eso mismo en otros seres humanos”. Esta concepción plantea que aquellos que carecían de este ‘determinado componente’ que es esencial para que un ser humano sea completo, no pueden actuar justamente.
Evidentemente Rorty no piensa a partir del concepto tradicional de
Ética Kantiana - Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca UNAB
16
solidaridad de ayuda humanitaria. Se trata de una perspectiva donde el ser humano ha de estar circunscrito al contexto histórico, emocional y territorial. “Nada que sea relevante para la decisión moral separa a los seres humanos de los animales excepto ciertos hechos del mundo históricamente contingentes, hechos culturales”. Es decir, el hombre podría actuar solidariamente en la medida que tiene que ver con su emocionalidad, de tal manera que los actos que merecen ser llamados “humanos” o “inhumanos”, “justos” o “injustos” tienen la posibilidad inminente de modificarse dependiendo de las circunstancias. El hecho que un hombre no sea solidario con quienes sufren hambre en África tiene que ver más con su lejanía con esta realidad.
Frente a los intentos de fundamentación de la solidaridad y la ética en la acción pública Rorty defiende la pura contingencia en el marco de la tradición del pragmatismo americano. La obstinación en la idea de contingencia tiene que ver con la posibilidad de generar solidaridad de hacer brotar ese sentimiento que experimentamos los unos por los otros. Rorty propone demostrar que la noción de “uno de nosotros” tiene más fuerza y contraste a la expresión “uno de nosotros, los seres humanos”. El “nosotros” significa algo más restringido y local que la raza humana en general.
En este punto, Rorty nos presenta un dato relevante. Lo que inspira la solidaridad humana es el dolor y la humillación, tales son las similitudes que se deben buscar más allá de las diferencias.
Ética Kantiana - Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca UNAB
17
Nuevamente tenemos ocasión de advertir algún grado de incoherencia, pues podemos leer las pretensiones rortyanas como el afán de señalar que tenemos la obligación de ser solidarios con todos aquellos que sufren; nosotros los seres humanos dolientes tenemos la obligación de ser solidarios con todos los seres humanos dolientes. Es el sesgo antikantiano el que toma escena, pues el dolor y el sufrimiento son condiciones empíricas que quedan fuera del imperativo categórico puramente formal. Podemos preguntar a Rorty si tenemos la obligación de ser solidarios con aquellos que no sufren ni están humillados, aunque pudieran estarlo. Rorty nos diría que no, Kant nos diría que sí. En nuestro autor ironista parece existir la intención de agotar la moralidad en la conmiseración ante el dolor; advertir el dolor, la humillación e identificarse con ellos, son los móviles rortyanos para la moralidad. La ventaja kantiana es que no tenemos que esperar que la gente caiga en desgracia para sentir la obligación de ser solidarios con ellos.
Para Rorty la solidaridad no tes algo a descubrir sino a construir y esto mediante la reflexión, el diálogo y el incremento de la sensibilidad, es decir, más que por el conocimiento sobre el sufrimiento humano del ser humano por la imaginación en la cual se ve a los otros como compañeros en el sufrimiento, en tanto uno como yo está sufriendo.“La solidaridad es concebida como la capacidad de percibir cada vez con mayor claridad que las diferencias tradicionales (de tribu, de religión, de raza, de costumbres, y de las demás de la misma especie) carecen de
Ética Kantiana - Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca UNAB
18
importancia cuando se las compara con las similitudes referentes al dolor y la humillación; se la concibe, pues, como la capacidad de considerar a personas muy diferentes de nosotros incluidas en la categoría de ‘nosotros’”.
En consecuencia, existen tres aspectos fundamentales que sustentan la perspectiva de Rorty acerca de esta solidaridad libre de la concepción esencialista de la humanidad. Lo primero es que los sentimientos de solidaridad dependen de similitudes y diferencias que sean notorias. En segundo término es que esa concepción no puede ser nunca incompatible con la posibilidad de ser ampliada o extendida a personas que antes pudieran haber sido consideradas como ‘ellos’, si es que estamos hablando de ese tipo de solidaridad libre de fundamentación. Por último, el progreso moral significa una mayor solidaridad humana, esto será de esta manera cuando la capacidad de percibir todas las diferencias tradicionales como irrelevantes, cuando se les compare con las similitudes y diferencias en torno al dolor y la humillación; será allí donde se amplíe ese nosotros a personas muy diferentes a nosotros y para ello será necesario la descripción tanto de aquellos a quienes no se conoce.
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Ética Kantiana - Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca UNAB
Dr. Adolfo Vásquez Rocca Pontificia Universidad Católica de Valparaíso Universidad Andrés Bello UNAB Universidad Complutense de Madrid
[email protected]
19