INTRODUCCIÓN AL AL LENGUAJE de Jesús Tusón Valls Valls (Editorial (Editorial UOC. Araón! Es"a#a. $%%&' Ca"tulo I Los orenes del lenua)e La discusión sobre los orígenes del lenguaje es muy antigua y revela una constante preocupación por por descu descubr brir ir los los propi propios os funda fundame ment ntos os de la humani humanidad dad.. El hecho hecho del del lengu lenguaj aje e es una una característica exclusivamente humana, sorprendente en todo el reino animal, y la búsqueda de sus fuentes es tambin la investigación m!s pertinente sobre nosotros mismos y sobre nuestra condición de seres racionales. "e hecho, todas las indagaciones indagaciones sobre el lenguaje son, a la la ve#, una investigación sobre la estructura de la mente mente humana. $ero en tiempos antiguos el discurso sobre los orígenes del lenguaje se caracteri#aba por su subjet subjetivi ivismo smo y por la ausencia ausencia de pruebas pruebas empíric empíricas. as. %obre %obre todo, con mucha frecuenci frecuencia a se introdujeron en l ideas basadas en mitos o en teorías de índole religiosa que provocaron polmicas absurdas entre los filósofos, por ejemplo, sobre la donación divina del lenguaje. &ctualmente, el problema de los orígenes se sitúa en el marco de las investigaciones sobre la evolución evolución de los homínidos y en suposiciones suposiciones ra#onables ra#onables sobre las ventajas del sonido como vía óptima óptima de comunicación' comunicación' el sistema sistema oral(auditivo oral(auditivo permite un tipo de intercambio intercambio que, en general, general, es superior a otros sistemas, como el gestual o visual. El estudio de la comunicación humana, en contraste con la comunicación de otras especies animales, permite considerar las características específicas o peculiares de nuestro instrumento expresivo. expresivo. )n instrumento instrumento que nos permite hablar hablar del yo y de los otros* referirnos referirnos al presente, presente, al pasado y al futuro* crear estructuras condicionales, concesivas y finales* construir definiciones científicas e, incluso, concebir mundos ficticios con los procedimientos propios de la literatura.
*. La e+olu, e+olu,ión ión - el el len lenua) ua)ee *.*.
De los itos al e"iriso
En tiempos antiguos, gran cantidad de pueblos y culturas consideraban que el lenguaje había sido un don o un regalo otorgado a los humanos por alguna divinidad. &sí, los romanos creían que el dios +ano había inventado el lenguaje y se se lo había entregado a los mortales. En la iblia aparece -ahv dando nombre a las realidades superiores el cielo, el día, la noche y la tierra/, mientras que &d!n es el encargado de designar a los animales. Esta lengua única y originaria durante bastantes bastantes siglos fue el hebreo en la mentalidad mentalidad de muchos/ muchos/ se fragmentó fragmentó despus de abel, con lo cual se produjo la dispersión de la humanidad. Esa concepción divinista sobre los orígenes del lenguaje entró en crisis en el 0omanticismo, momento en que ciertos filósofos especialmente 1erder y 0ousseau/ empe#aron a introducir la idea de un origen estrictamente humano, lo cual enfrentó duras polmicas a los partidarios de ambas tesis. La dure#a de los enfrentamientos entre los defensores defensores del origen divino del lenguaje y los los part partid idar ario ioss de un orig origen en huma humano no hi#o hi#o que que la Societé $arís prohib prohibies iese e Societé Linguitique Linguitique de $arís expresamente en sus estatutos de 2344 cualquier discusión sobre la cuestión de los orígenes del lenguaje. $or su parte, los ling5istas contempor!neos siempre han mostrado gran reticencia a la hora de referirse a este tema y, o bien lo mencionan de pasada diciendo que se trata de una cuestión oscura oscura,, o lo ignora ignoran n por comple completo to.. En genera generall deja dejan n const constan ancia cia en sus obras obras de algun algunas as propuestas que hacen surgir el lenguaje de los gestos y gritos de los humanos primitivos, haciendo referencia a la teoría de la imitación onomatopeyas/ y a la adquisición de una lengua por parte de los ni6os, aunque no muestran gran convicción en relación con estas teorías. 1
"e hecho, las imitaciones onomatopyicas del tipo tic-tac, bub-bub, ding-ding, etc., son escasísimas en las lenguas, y no constituyen, ni de lejos, el capítulo central del lxico, que es absolutamente convencional y no imitativo. &dem!s, las onomatopeyas solamente pueden funcionar s la realidad designada hace algún tipo de ruido, y por esta vía jam!s habrían recibido un nombre la inmensa mayoría de los objetos que permanecen en el m!s absoluto silencio. En cuanto a la teoría del desarrollo del lenguaje infantil, tampoco puede ser una propuesta v!lida aplicable a los orígenes por la sencilla ra#ón de que los ni6os crecen en un mundo de hablantes, situación que no podría darse en el momento inicial del lenguaje, en el que hay que suponer que no había ningún modelo adulto para imitar. $or otra parte, la dificultad de esa investigación su pr!ctica imposibilidad/ venía determinada por el hecho de que las muestras m!s antiguas de actividad ling5ística eran las conservadas por la escritura. $ero los primeros registros escritos datan de poco m!s de cinco mil a6os las escrituras pictogr!ficas y cuneiformes mesopot!micas/, mientras que ra#onablemente cabe suponer que el homo sapiens ya era un hablante de pleno derecho, lo cual sitúa los orígenes del lenguaje unos cien mil a6os atr!s. &sí pues, hubo un hueco de noventa y cinco mil a6os en el que la actividad del habla no podía ser investigada porque no había dejado restos fósiles ni había sido fijada por la escritura. &sí pues, las investigaciones dominantes sobre el lenguaje especialmente a partir del siglo 787/ se orientaron en dos direcciones mucho m!s concretas' por una parte, en el estudio comparativo e histórico sobre la base de los testimonios escritos m!s antiguos para reconstruir protolenguas por ejemplo, la que dio origen a los idiomas indoeuropeos/, y por otra, en el estudio de las lenguas vivas consideradas sistemas muy estructurados. $ero como escribió el ling5ista brit!nico 0obert 1. 0obins, 9El origen del lenguaje, a pesar de que siempre ha estado fuera del alcance de una concepción ling5ística, no ha dejado de fascinar a las personas con inquietudes ling5ísticas y, de un modo u otro, este problema ha sido un centro de inters, según nos consta por la historia: Estas palabras, escritas hace treinta a6os, pueden recibir una lu# nueva si tenemos presentes los descubrimientos actuales sobre la evolución del gnero 1omo.
*.$.
La a"ari,ión del lenua)e oral
La cuestión de los orígenes del lenguaje se sitúa, de un modo natural y verosímil, en el marco de la teoría evolutiva de las especies, especialmente en el esquema del desarrollo de los primates m!s avan#ados. Este esquema muy simplificado, porque no hemos incluido en l las especies homo ergaster, heidelbergenisis, neanderthaliensis , etc./ presenta la forma siguiente'
Homo erectus chimpancés
Homo sapiens Homo habilis
0’1
Australopitecu 1’6 2’50 4 6 millones de
Este esquema evolutivo indica que la divergencia entre los primates no humanos m!s avan#ados los chimpancs, separados a su ve# de los gorilas y de los orangutanes/ y la línea que lleva al homo sapiens se produjo hace unos seis millones de a6os. 8ndica tambin que la línea de la derecha marca la aparición en el tiempo de especies sucesivas de homínidos todos extinguidas, 2
salvo la última/ que, progresivamente, presentan una morfología cada ve# m!s parecida a la del homo sapiens. %i, por ejemplo, en esa línea evolutiva que lleva a la aparición del homo sapiens solamente nos fijamos en el volumen del cerebro fig. l/, observamos que su valor aumenta desde los ;<<(4<< cm= de las diferentes especies de australopithecus hasta los 2.;<< cm= de media de homo sapiens* el gnero australopithecus oscila entre los ;<
/iura *. Voluen ,ere0ral de los 1onidos del ,uaternario in2erior.
/uente3 Jose"1 4. Rei,11ol2 (*556'. La a"ari,ión del 1o0re ("7. 8$98&. :ar,elona3 Crti,a'.
$aralelamente a estas magnitudes cerebrales, los halla#gos arqueológicos tambin muestran una creciente complejidad en las tcnicas y en lo que respecta al control del medio. Homo habilis reali#aba herramientas de piedra y refugios de habitación* homo erectus construía hachas y llegó a controlar el fuego* homo sapiens est! detr!s de las primeras culturas humanas auri6aciense, solutrense y magdaleniense/ y de todos los avances espectaculares que llegan hasta nuestros días. &sí pues, es preciso situar en este marco la emergencia del lenguaje entendido como herramienta indispensable de sociali#ación, como instrumento de la autoconciencia y como mecanismo para el control del mundo. Los planteamientos iniciales han de tener presente una cuestión b!sica' los chimpancs tienen a su disposición un centenar de se6ales vocales para designar cosas diversas como, por ejemplo, diferentes tipos de peligro, deseos, dominio del territorio, etc. En el otro extremo del esquema anterior, los humanos hay que suponer que ya desde sus orígenes, unos cien mil a6os atr!s/ tenemos un sistema ling5ístico extraordinariamente complejo que es correlativo con nuestra interacción social, con el refinamiento de nuestras actividades y producciones y con nuestro control del entorno. La adquisición de unas estructuras verbales tan vers!tiles probablemente se ha tenido que producir de forma escalonada en el transcurso de la evolución hacia homo sapiens. >omo argumento fundamental de esta tesis evolucionista cabe presentar tambin las denominadas 9marcas endocraneales: de los centros del lenguaje figura ?/. Las circunvoluciones del cerebro y todos los pliegues del córtex dejan su impronta, en negativo, en la parte interior del 3
cr!neo. $or otro lado, en el cerebro hay dos !reas principalmente responsables del control del lenguaje' el !rea de roca y la de @ernicAe, ambas en el hemisferio i#quierdo del cerebro. $ues bien, las marcas que estos dos centros han dejado en la parte interior del cr!neo se manifiestan cada ve# m!s complejas a medida que las especies de homínidos evolucionan. Existe pues, una correlación entre el aumento del volumen del cerebro y la configuración de las marcas endocraneales responsables del control del habla. &dem!s, hay que tener presente que según parece, a lo largo de la evolución, se ha producido una posición diferenciada de la glotis y de las cuerdas vocales' stas se encuentran en una posición m!s alta en los primates no humanos. En cambio, nosotros las tenemos en una posición baja' a la altura de la nue# cartílago tiroides/, lo cual permite disponer de un espacio resonador fundamental para la producción de los sonidos del habla. B!s adelante veremos cómo este factor determinó un cambio de estrategia en las investigaciones sobre las posibilidades de que los chimpancs desarrollasen habilidades comunicativas humanas.
/iura $. Centros ,ere0rales del lenua)e
El cu!ndo y el cómo de la emergencia del lenguaje son cuestiones difíciles de responder hoy por hoy. $ero existe un acuerdo pr!cticamente un!nime entre los investigadores tanto ling5istas como peloantropólogos y neurólogos/ en el sentido de que la aparición de la especie homo sapiens es rigurosamente correlativa con la aparición del lenguaje. Los halla#gos arqueológicos que datan de hace cien mil a6os nos muestran fósiles con una morfología humana idntica a la actual, incluyendo la capacidad craneana. Esos for#osamente significa que hace aproximadamente cien mil a6os las formas de comunicación verbal eran esencialmente como las nuestras. Esta forma de comunicación a la que denominamos lenguaje ha sido definida con precisión por uno de los ling5istas m!s importantes de todos los tiempos, EdCard %apir, de la siguiente manera' 9El lenguaje es un mtodo puramente humano y no instintivo de comunicar ideas, emociones y deseos mediante un sistema de símbolos producidos voluntariamente. Estos símbolos, son, en primer lugar, auditivos, y son elaborados por los denominados 9órganos del habla:. Do existe ninguna base instintiva apreciable del habla humana como tal, por mucho que las expresiones instintivas y el entorno natural puedan servir como estímulo para el desarrollo de determinados elementos del habla /. La comunicación humana o animal, si se puede llamar 9comunicación:, que resulta de los gritos involuntarios e instintivos no es de ninguna de las maneras lenguaje en el sentido que conocemos.:
&sí pues, con la aparición del homo sapiens tambin hi#o acto de presencia un sistema de comunicación simbólico totalmente desarrollado, que estaba formado por los elementos esenciales del lenguaje' es decir, un lxico y un sistema de concatenación de los símbolos que denominamos sintaxis* un instrumento único en el reino animal. )n sistema tan excelente que 4
siempre ha maravillado a los especialistas en paleoantropología. >omo muestra, he aquí las palabras del famoso investigador 0ichard LeaAey en su obra Origis Reconsidered. In Search of what a!es us Human 2FF?/' 9>uando pensamos en nuestros orígenes, siempre nos situamos de manera autom!tica en el lenguaje. Los c!nones objetivos de nuestra unicidad como especie, por ejemplo el bipedismo y la gran capacidad cerebral, se pueden llegar a medir con facilidad. $ero en muchos sentidos, lo que nos hace sentir realmente humanos es el lenguaje. Duestro mundo es un mundo de palabras. Duestros pensamientos, nuestra imaginación, nuestra comunicación, nuestra riquísima cultura, todo, se configura gracias al lenguaje. >on el lenguaje podemos desvelar im!genes mentales, canali#ar los sentimientos como la triste#a, la alegría, el amor, el odio. & travs del lenguaje podemos expresar la individualidad o pedir lealtad colectiva. El lenguaje es nuestro caldo de cultivo' ni m!s, ni menos.:
*.&.
Las +enta)as de la o",ión sonora
%i examinamos cada una de las lenguas del mundo, veremos que todas, sin excepción, se reali#an gracias al sonido* son sistemas que basan la transmisión de información en la emisión vocal y en la recepción auditiva. En ningún caso se ha encontrado un grupo humano que hablase mediante gestos. La dimensión sonora de las lenguas ha de significar que en los orígenes de la humanidad la vía vocal(auditiva se vio favorecida selectivamente como forma central de comunicación ling5ística. >aso aparte son los sistemas de signos de los sordos, que suplen la carencia auditiva con un lenguaje gestual plenamente desarrollado y equivalente al oral. &sí pues, hay que discutir racionalmente por qu se impuso la vía vocal(auditiva frente a otros mecanismos con los que tambin habría podido transmitirse la información. La enumeración de las ventajas del sonido ser! contrastada a continuación con la otra forma posible de comunicación ling5ística' la comunicación gestual. En primer lugar, el sonido puede oírse tanto de día como de noche, mientras que los gestos requieren unas condiciones de lu# determinadas para ser percibidos. $ensemos en las largas noches de nuestros antepasados remotos y no en las condiciones actuales, que nos permiten iluminar una habitación sin ningún esfuer#o. En esas circunstancias, un sistema de comunicación gestual habría representado un grave inconveniente durante una parte importante del día. &sí pues, la vo# era rentable en cualquier momento, independientemente de la lu#. En segundo lugar, los gestos solamente pueden transmitir información si el receptor mira directamente a la persona que los hace. En cambio, el habla oral es perceptible sin la inmovili#ación de la mirada' podemos dirigir la vista en cualquier dirección, movernos e incluso tener cerrados los ojos, y la vo# nos llega sin ninguna dificultad. Ello es posible porque el sonido se esparce en todas las direcciones del espacio tridimensional. &sí pues, la vo#, adem!s de ser percibida en la oscuridad, tambin podía llegar a los receptores independientemente de su posición en el espacio. En tercer lugar, la vo# puede ser percibida a distancia' por ejemplo, a cien o doscientos metros. En cambio, las gesticulaciones se empeque6ecen a medida que los interlocutores se separan' unos gestos hechos con los dedos resultan inútiles a partir de una determinada distancia. La potencia de la vo# constituyó, pues, una tercera ventaja, sumada a las dos anteriores. En cuarto lugar, tenemos ocupadas las manos durante buena parte del día en todo tipo de tareas, en cambio la boca sólo lo est! cuando comemos y bebemos. En consecuencia, la vía vocal permitía ocupar una parte de nuestro cuerpo la boca/ m!s disponible que otros órganos. Es vía vocal representa, eso sí, una peque6a sobrecarga, ya que los denominados 9órganos del habla: han de duplicar sus funciones' los pulmones, adem!s de producir los movimientos regulares de la respiración, tienen que funcionar de manera for#ada inspiraciones r!pidas y breves, y espiraciones largas/ durante las emisiones ling5ísticas. $or otro lado, la boca es la vía 5
de entrada de los alimentos y la lengua interviene en el proceso digestivo* su doble función como 9órgano del habla: nos obliga a reali#ar una serie de movimientos muy r!pidos que posibilitan las articulaciones del sonido. & pesar de estos peque6os inconvenientes derivados del habla como segunda función de algunos órganos, el conjunto de las cuatro ventajas descritas anteriormente parece que contribuyó al triunfo del sonido como base de la comunicación linguística. En trminos evolutivos, esta opción sonora puede ser considerada óptima, ya que permitió mejores adaptaciones, sobre todo de tipo social, pues favorecía la interacción entre los miembros del grupo y suponía una reducción de los costes, y tambin una mayor efectividad comunicativa.
$. Los 1ori;ontes de la ,ouni,a,ión $.*. Los "oderes del lenua)e La definición que del lenguaje propuso %apir ver la p!gina ?2/ puede ser completada con una variante como la siguiente' el lenguaje es un sistema de comunicación y de autoexpresión, de base vocal y auditiva, propio y exclusivo de los seres humanos. Este sistema consta de un lxico arbitrario o convencional y, adem!s, de una reglas combinatorias sintaxis/ que permiten la construcción de una cantidad de secuencias en principio infinitas. El lenguaje, como facultad única y común de la especie humana, se reali#a en alguna de las, aproximadamente, seis mil lenguas que existen en el mundo. El car!cter infinito del lenguaje puede ejemplificarse con relativa facilidad a partir de una serie de frases y textos como los que tenemos a continuación' "# Ho$ he llegado pronto. %# Ho$ he llegado m&s pronto que otros d'as. (# Ho$ he llegado m&s pronto que otros d'as, porque he terminado el traba)o antes de lo que pensaba. *# Ho$, )ue+es, he llegado mucho m&s pronto que otros d'as laborables, porque he terminado el traba)o que me hab'an encargado mucho antes de lo que pensaba, si te parece bien, podr'amos ir al cine
Esta flexibilidad del lenguaje debe entenderse en relación con la flexibilidad del pensamiento. 1ace un siglo y medio, @ilhelm von 1umboldt filósofo, ling5ista y fundador de la )niversidad de erlín/ avan#ó la hipótesis de que si el pensamiento humano no tenía límites, el instrumento con el que lo expresamos, el lenguaje, tambin tenía que poseer esta condición ilimitada. Esta característica es central en toda definición del lenguaje, separ!ndolo de modo evidente de otros sistemas de comunicación. $ero tal como veremos a continuación, las virtudes o los poderes del lenguaje se amplían a toda clase de dominios diferentes y lo convierten en un instrumento principal de construcción del 9yo:, de autoexpresión, de comunicación y de nuestra ordenación del mundo. En primer lugar, el lenguaje es un instrumento b!sico para la construcción del 9yo: intrapersonal. Efectivamente, en todas las lenguas existe un sistema pronominal que contiene al menos dos formas' la que marca la persona que habla y la que designa al resto con una, dos o m!s formas/. "e este modo todo, todo hablante dispone de un pronombre para referirse a sí mismo, lo cual a menudo se interpreta en el sentido de que ese pronombre de primera persona y singular consolida la autoconciencia, o al menos la expresa de manera precisa. En segundo lugar, el lenguaje es un instrumento para la autoexpresión libre. &l margen de los condicionamientos externos y de las posibles censuras e interdicciones procedentes del entorno, nuestro discurso interno se puede desarrollar sin obst!culos. Es útil a6adir que tanto nuestros pensamientos como el di!logo silencioso que establecemos con nosotros mismos se reali#an sobre la base del lenguaje' est! demostrado que cuando pensamos en silencio la lengua reali#a 9movimientos subvocales: los movimientos del habla, reducidos y sin llegar a la articulación 6
sonora/, lo cual es una prueba evidente de que nuestros pensamientos íntimos tienen como soporte el instrumento del lenguaje. En tercer lugar, el lenguaje es la herramienta privilegiada para la comunicación. Esta característica, que convierta al lenguaje en instrumento de información, aparece subrayada en muchas definiciones del lenguaje, por encima de los otros rasgos que estamos comentando. 0esulta evidente que la comunicación desempe6a aquí un papel central, pero no único. Esta dimensión comunicativa permite la sociali#ación y la interacción entre los miembros del grupo de hablantes. El lenguaje ha sido considerado sobre todo como el elemento que posibilita la organi#ación del trabajo, la distribución especiali#ada de las diferentes tareas que reali#a todo grupo humano. Ginalmente, nuestra capacidad ling5ística, el lenguaje, debe ser entendida como herramienta con la que ordenamos el mundo. En nuestro entorno hay muchos objetos diferentes y tambin situaciones y acontecimientos singulares que se producen constantemente, &sí, todo 9accidente: un suceso de la realidad/ es designado con la palabra accidente* toda 9boda: es boda y es evidente que los novios son diferentes como lo son el lugar y el tiempo de ese acto/* toda 9casa: es casa independientemente de su situación, sus habitantes y el número de habitaciones/, todo 9viaje: es +ia)e al margen del destino y del vehículo elegido/. Ello significa que gracias al lenguaje clasificamos la realidad' los millones y millones de !rboles del mundo pueden ser designados con la m!xima simplicidad con la palabra !rbol* de ese modo, los nombres comunes y los verbos actúan como símbolos etiquetas calificadoras que pueden aplicarse a una cantidad no finita de objetos diversos y de situaciones diversas/. 1ay que pensar que, sin la posesión de estas herramientas simbólicas, nuestra percepción del mundo y de cuanto ste contiene probablemente nos resultaría un autntico caos. Este conjunto de virtudes o poderes del lenguaje configura un instrumento muy refinado y de alcance extraordinario, muy alejado de las características comunicativas que hallamos en el mundo animal no humano. $ese a ello, cabe a6adir que la comunicación en el marco de otras especies que estudiaremos a continuación/ no puede considerarse 9inferior:. Esta palabra representaría un juicio de valor inaceptable, porque otras especies las hormigas, las abejas y los chimpancs, por ejemplo/ disponen de unos sistemas de comunicación perfectamente ajustados a las necesidades derivadas de su condición biológica y de las adaptaciones a su entorno. La comparación que comien#a a continuación no pretende, pues, minusvalorar a las otras especies animales* sencillamente, es el modo de entender cu!les son las posibilidades del lenguaje humano en relación con otras formas de comunicación* comunicación 9diferente:, no 9inferior:.
$.$. La ,ouni,a,ión entre los aniales 1ay que iniciar este apartado con una distinción fundamental, ya que a menudo la palabra lengua)e se usa de una manera muy laxa y, de forma poco tcnica, hablamos del 9lenguaje de los colores:, del 9lenguaje de las flores: y tambin del 9lenguaje de los animales:. Estas extensiones metafóricas son perfectamente permisibles en el uso diario, pero en sentido estricto reservaremos el trmino lengua)e para el tipo de comunicación verbal humana que ya hemos definido en dos ocasiones. - en lo que respecta a cualquier otra forma de transmisión de informaciones, usaremos el trmino comunicacin. Es evidente que en el reino animal dejando ahora de lado la especie humana/ existen formas variadísimas de comunicación* los ultrasonidos de los delfines, los gritos de los chimpancs, el despliegue del plumaje del pavo real, el lomo arqueado de los gatos, los cantos de los p!jaros, los ladridos de los perros, etc. %on autnticas se6ales, interpretables por los miembros de cada especie y tienen consecuencias en el comportamiento de los dem!s animales. Las feromonas, sustancias que segregan algunos animales por ejemplo, a travs de la orina/ que influyen en el comportamiento de los otros individuos de la especie en tanto que actúan como marcadores del territorio, etc./, constituyen una forma de comunicación de tipo químico. 7
uena parte de la comunicación animal depende de condiciones estrictamente genticas* como decimos a menudo, hablando de los animales, 9lo hacen por instinto:. $ero tambin es cierto que determinadas habilidades que dependen de la experiencia se aprenden gracias a ciertos comportamientos comunicativos. En estos casos, las crías, separadas de sus progenitores, no desarrollarían determinadas habilidades' por ejemplo, la forma en que algunos chimpancs separan el grano metiendo la palma de la mano en agua para que sta se lleve la paja. H tambin la habilidad con que introducen una peque6a rama, previamente impregnada de saliva, en los agujeros de las termitas para que se queden pegadas a ella. $ero en general la comunicación animal est! dominada por el instinto y las se6ales emitidas hacen referencia a temas como, por ejemplo, la alimentación, la reproducción, el peligro, la amena#a, la defensa del territorio, etc. &sí pues, la comunicación de los animales se circunscribe en cada caso al tipo de se6al destinada a garanti#ar las necesidades de la propia especie. "os ejemplos nos sirven para ilustrar algunas de las características de la comunicación animal' la 9dan#a: de las abejas y las clases de gritos de los cercopitecos de cara negra ercopithecus aetiops/ de Etiopía y Ienia. En ambos casos se trata de formas de comunicación determinados genticamente.
$.$.*. La
$.$.$. Gritos de "eliro 8
Los gritos de los cercopitecos de cara negra >ercopithecus aetios/ son el segundo de los ejemplos anteriormente anunciados de comunicación animal determinada genticamente. Estos animales tienen a su disposición unos treinta gritos diferentes, algunos de los cuales sirven para anunciar peligro y provocar un determinado comportamiento como respuesta. Entre estos gritos de advertencia destacan los tres siguientes' 2/ xt' se acerca una serpiente ?/ rraup' se acerca un !guila =/ rrr' se acerca un león, un guepardo "e hecho, estos gritos constituyen un tipo de clasificación de las diferentes clases de peligro. El primero hace referencia a los depredadores terrestres reptiles* el segundo, a los depredadores areos* el tercero, a los depredadores terrestres que pueden correr y saltar. Los tres provocan inmediatamente las conductas de defensa apropiadas' por ejemplo, al grito que avisa del !guila, todos los cercopitecos de cara negra bajan de los !rboles y se ocultan en tierra* en cambio, el grito que avisa de la presencia de leones obliga a todo el grupo a protegerse en lo alto de los !rboles. Estas conductas siguen estrictamente el mecanismo de estímulo y respuesta, de manera que si un etólogo especialista en comportamiento animal/ provoca alguno de estos gritos sin que exista el peligro correspondiente, el grupo de cercopitecos reaccionar! sin duda de la manera esperada. &dem!s, cada grito constituye un todo inanali#able. El signo que comunica peligro por la presencia de !guilas es rraup, y no puede ser descompuesto en rr J aup para significar, por ejemplo, 9tres J !guilas:. %i fuera así, los cercopitecos podrían hacer rrsht' 9tres J serpientes:. En cambio, una expresión del lenguaje que avisa de un peligro es perfectamente anali#able' vigila la serpiente consta al menos de tres unidades, cada una de las cuales es transportable a otro contexto' vigila la bicicleta, coge la cartera, no compres una serpiente, etc. Kanto el tipo de mecanismos de respuesta provocados por los gritos de advertencia como el car!cter inanali#able de esos gritos indican que volvemos a encontrarnos ante un sistema cerrado que, como en el caso de las abejas, parece responder a patrones comunicativos biológicamente determinados. $or lo que respecta a estos ejemplos de comunicación animal y con vistas a establecer, m!s adelante, las características específicas del lenguaje humano/, hay que retener tres datos fundamentales. 2/ La comunicación es cerrada. ?/ Los estímulos provocan necesariamente una reacción determinada. =/ Las se6ales son un todo inanali#able. En cambio, en las lenguas hallamos que la comunicación es abierta o ilimitada/* los estímulos pueden provocar reacciones no previstas y finalmente, las se6ales son articuladas y permiten una combinatoria muy rica.
$.&. =riates en ,auti+idad - ,ouni,a,ión 9)n divulgador de la filosofía cartesiana escribe >homsAy( se refirió a la opinión de algunos nativos de Hceanía en el sentido de que stos creían que los primates podían hablar, pero que no lo hacían por miedo a que los humanos los pusieran a trabajar.: &l margen de esta curiosa ancdota, a partir de los a6os cuarenta se iniciaron en Estados )nidos una serie de experimentos con chimpancs para verificar hasta dónde podrían llegar sus habilidades verbales. El primer experimento conocido en los a6os cuarenta/ tuvo como protagonista a @iAi, una chimpanc, que al cabo de tres a6os de adiestramiento llegó a pronunciar, de forma muy defectuosa, cuatro palabras' papa, mama, cup ta#a/ y up arriba/. Estos resultados tan insatisfactorios revelan una pista interesante' los chimpancs no est!n dotados genticamente para adquirir el lenguaje humano. &dem!s, la pronunciación defectuosa se debía a la elevada 9
posición de la glotis, que hace que estos animales no dispongan de espacio para las resonancias bajas. $or ello, en investigaciones posteriores, las estrategias se orientaron en otras direcciones, como ahora veremos. Meinte a6os despus, durante los a6os sesenta, un matrimonio de psicólogos, &lan y eatrice Nardner, intentaron transmitir las habilidades del lenguaje a una chimpanc joven a la que llamaron @ashoe. $ara lograrlo, dadas las dificultades fonadoras anteriormente mencionadas, los Nardner ense6aron a @ashoe el lenguaje gestual propio de los sordos americanos. $or ejemplo, juntar los dedos de una mano y olerlos quería decir 9Glor:* frotar el dedo índice contra los dientes significaba 9cepillo de dientes:, ponerse un dedo en la lengua quería decir 9dulce:, juntar los dedos de las dos manos en paralelo significaba 9m!s: y a6adir ese gesto al anterior representaba 9m!s dulce:/, etc. "e ese modo, en ocho a6os de adiestramiento lograron que llegase a producir unos ciento cincuenta gestos. $ero hay que decir que los ni6os humanos en ese período de ocho a6os e incluso en menos tiempo/ 2/ Llegan a poseer de forma madura un sistema ling5ístico extraordinariamente complicado y rico, conociendo miles de palabras y dominando estructuras morfológicas y sint!cticas muy complejas* ?/ Experimentan un proceso de adquisición de la lengua totalmente espont!neo, y las ocasionales indicaciones explicitas de los adultos a los ni6os las correcciones/ no representan ningún papel significativo en este proceso, que es muy natural, parecido en muchos aspectos/ al desarrollo de la visión, de la locomoción o de la precisión con la que llegan a usar los dedos. En el caso de @ashoe, en cambio, el aprendi#aje fue en todo momento guiado' fue explícito, de manera que los Nardner partían de una voluntad de transmitir un determinado tipo de lenguaje* Do siguen una estrategia de tipo conductista en lo que respecta a la adquisición del lenguaje. El adiestramiento de @ashoe, en cambio se reali#ó sobre una base estrictamente conductista* estímulo respuesta premio en caso de que la respuesta fuera la deseada/. &sí pues, la comparación entre el aprendi#aje de los chimpancs y la adquisición ling5ística de nuestros ni6os pone de relieve de un modo muy evidente cu!les son las diferencias entre los primates m!s avan#ados y los humanos en lo tocante al lenguaje. En tiempos m!s recientes se han reali#ado otros experimentos a base de usar pie#as de pl!stico de colores y formas diferentes para que los chimpancs pidan cosas o para darles órdenes. %obre todo se les ense6a a pulsar teclas de un ordenador para poder comunicarse con humanos. En todos los casos, y a pesar de la popularidad de algunas exhibiciones televisivas y del optimismo de los adiestradores, los resultados son extraordinariamente pobres si los comparamos con los que se observan en las criaturas humanas. "e hecho, lo que se hace con estos chimpancs es condicionarlos en cautividad, en unas circunstancias que no les son naturales' por su cuenta, los chimpancs desarrollan el sistema de se6ales propio de su especie gritos, gesticulaciones, posturas corporales/ y en ningún caso est!n en situación de pronunciar mam! o de agrupar pie#as de pl!stico para designar una realidad de su entorno. $ese al entusiasmo de algunos psicólogos, lo que se logra con los chimpancs no es sustancialmente diferente de lo que puede conseguirse adiestrando a cabras bailarinas, a perros que caminan a dos patas o a elefantes que dan vueltas en el circo. La única diferencia es que el cerebro de los chimpancs est! mucho m!s desarrollado y que al parecer estos animales tienen grandes capacidades imitativas. - m!s si de su comportamiento dependen los premios y los castigos y sobre todo la alimentación necesaria para sobrevivir/. >omo conclusión, vale la pena destacar las palabras de dos primatólogos, %herCod @ashburn y 0uth Boore' 9Kodos los primates son capaces de comunicar la sensación de miedo* pero sólo los humanos pueden decir que tienen miedo.: 10
$.6. Couni,a,ión - lenua)e3 rasos ,ounes - rasos es"e,2i,os En 2FO3, el ling5ista estadounidense >harles G. 1ocAett elaboró una lista con las características del lenguaje. "icha lista ha sido contrastado y citada ampliamente desde entonces hasta nuestros días, y permite entender cu!les son los rasgos que el lenguaje humano comparte con otros sistemas de comunicación animal y cu!les son específicos, es decir, exclusivos del lenguaje. & continuación hacemos una selección de la lista de características de 1ocAett. 2/ >anal vocal(auditivo. >omo hemos vista m!s arriba, las lenguas tienen como base fundamental el sonido, el cual a su ve# se fundamenta en el aparato vocal del emisor, mientras que su destino es el sistema auditivo del receptor, al que llega la vo# gracias a la vibración de las partículas del aire que se encuentran entre ambos. $ero esta característica no es exclusiva del lenguaje humano' los delfines, las abejas y los simios tambin utili#an sonidos con finalidades comunicativas. ?/ Kransmisión radial y recepción unidireccional. Esta característica deriva estrictamente de la anterior. Es propio del sonido esparcirse en todas las direcciones del espacio, lo cual lo convierte en una herramienta privilegiada para la transmisión de se6ales. $or su parte, cada receptor es impactado directamente por el sonido como si la emisión se hubiera reali#ado exclusivamente para el siguiendo una línea recta entre emisor y destinatario. hay que a6adir que este rasgo tampoco es exclusivo del lenguaje humano, sino que es común con los sistemas de comunicación animal anteriormente mencionados. delfines, p!jaros, etc./. =/ Evanescencia. )n gesto est!tico hecho con las manos se puede mantener durante un tiempo m!s corto o m!s largo, pero las emisiones sonoras se disipan una ve# emitidas* es decir, 9a las palabras se las lleva el viento:. Esta característica, la fugacidad, tambin es propia de todo sistema de transmisión de se6ales basado en la opción sonora y representa una ventaja notabilísima, ya que la emisión, una ve# agotada, deja lugar a otras emisiones. Este rasgo es, precisamente, la condición que hace posible el habla dialogada entre los interlocutores. 1ay que a6adir que para contrarrestar la fugacidad del habla, los humanos inventaron la escritura, hace m!s de cinco mil a6os. - es que, como decían los latinos, +erba +olant, scripta manent 9las palabras vuelan, los escritos permanecen:/. ;/ %emanticidad. Las se6ales ling5ísticas tienen una doble dimensión' por un lado son realidades perceptibles sensorialmente, y por el otro, transmiten significados. %on las dos caras del signo, que consta de significante $ significado , tal como estableció Gerdinand de %aussure en su urso de ling/'stica general 2F24/ siguiendo una tradición bimilenaria. En la medida en que las se6ales de los delfines o los gritos de los cercopitecos de cara negra repercuten en la conducta de los otros miembros de la especie, hay que decir que esta característica tampoco es exclusiva de las lenguas naturales de los humanos* m!s bien es propia y común a todos los sistemas de se6ales. & diferencia de las cuatro anteriores, parece que las seis características que presentamos a continuación son exclusivas de las lenguas humanas, y se dan de forma universal. O/ &rbitrariedad o convencionalidad. Las se6ales ling5ísticas para entendernos y sin tecnicismos, las palabras/ son independientes de la materialidad de los objetos que designan' la palabra casa no est! hecha de piedra, ladrillos, madera, etc.* la palabra agua ni moja, ni apaga la sed* la palabra fuego no arde ni quema. &dem!s, la sustancia 9agua: en castellano es agua* en ingls, C!ter, en sCahili, maji* en vaso, ur. Kodo ello significa que la vinculación entre las realidades y las palabras que usamos para designarlas es fruto de un pacto arbitrario o convencional* cada grupo de hablantes ha convenido unas formas verbales propias, en ningún caso surgidas por obligación a partir de las características de los objetos excepto en el caso de las onomatopeyas/. La arbitrariedad es un rasgo universal en todas las lenguas y es el origen del simbolismo' la palabra asa se puede aplicar a todas las casas que han existido y que existir!n, sin ninguna limitación.
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La arbitrariedad de las se6ales ling5ísticas se demuestra muy f!cilmente sin tomamos una realidad común a toda la humanidad, por ejemplo la cabe#a, y comprobamos que las designaciones de esa realidad son diferentes en las distintas lenguas. Head 0ete abe1a 2uru ap 3ichwa 0ou 4s!oli
en ingls en francs en castellano en vasco en catal!n en sCahili en chino en cheroAee
4/ "espla#amiento independencia temporal. Los cercopitecos de cara negra no puede hablar del león que les amena#ó la semana pasada* las abejas no pueden hacer una dan#a para referirse al nctar que ir!n a buscar pasado ma6ana* tampoco consta que los chimpancs puedan mantener una conversación sobre las termitas que comer!n en el futuro. En cambio, una característica típica y general de las lenguas del mundo es que en todas es posible superar los límites del momento presente* se puede recordar el pasado y se puede prever el futuro. Kodas las lenguas tienen formas temporales, ya sea incorporadas a la morfología verbal escrib'-escribo-escribiré/ o marcas especiales de tipo adverbial a$erahora-ma5ana/ a6adidas a la descripción de las acciones. 1ay que anotar que esta característica específica est! en la propia base de las narraciones y que en especial hace posible la construcción de la historia personal y colectiva. P/ >ualidad o composicionalidad. >uando nos hemos referido a los gritos de los cercopitecos de cara negra p!gina ?3/, hemos dicho que no son anali#ables, que no se pueden subdividir en fragmentos menores. Las lenguas humanas, en cambio, constan principalmente y de manera universal de dos niveles estructurales' por un lado existen signos como por ejemplo vaso, gato, humo, hambre, etc. Que trasmiten información un recipiente, un animal, un fenómeno y una sensación, respectivamente/. Rstos son las unidades b!sicas de la significación, la moneda comunicativa. $ero esas pie#as est!n construidas con elementos menores de otro nivel' v, a, s, o* h, u, m, o* en lo que respecta a los elementos sonoros que la configuran. Estos elementos b!sicos son realmente muy pocos entre veinte y cuarenta, en la mayoría de los casos/* pero con sus combinaciones se organi#a todo el nivel lxico y todos los elementos gramaticales/, y ste pude llegar a decenas de miles de formas. 3/ $roductividad. La característica anterior, combinada con las posibilidades de las estructuras sint!cticas y de las construcciones textuales, tiene como consecuencia que la cantidad de mensajes sea, en principio, infinita. "e hecho, todo cuanto se dice y escribe en una lengua cualquiera est! muy lejos de constitu3ir un cuerpo cerrado' siempre es posible la creación de oraciones y textos nuevos, adaptados a las circunstancias nuevas y a las capacidades del pensamiento en cada momento. La productividad de los sistemas ling5ísticos est! en los fundamentos mismos de las creaciones de las ciencias, de la filosofía y de la literatura, productos verbales que no tienen an!logos en el mundo animal no humano. F/ "isimulación o falsificación. Las lenguas se usan habitualmente de acuerdo con unos principios ticos que nos llevan a decir la verdad, o lo que nos parece que es verdad. %in embargo, esos mecanismos tan potentes tambin permiten la formulación de mentiras, y si alguien nos pregunta cómo ir a la estación de autobuses, podemos emitir un texto verbal que lo lleve a la estación del ferrocarril. En otro nivel, la disimulación est! en la misma base de los enunciados irónicos' Es un po#o de ciencia, en determinados contextos y situaciones, puede ser equivalente a Es un burro, es un ignorante. La producción de met!foras es una forma atenuada de disimulación* así, cuando alguien dice, por ejemplo, ar'a es un libro abierto , no pretende significar que es un determinado objeto, sino que su sabiduría se combina con la claridad de exposición. 20eflexividad. Las lenguas normalmente sirven para hablar de las personas, de los objetos, de las situaciones y de los acontecimientos del mundo real. $ero la potencia de las lenguas permite, sobre todo, que podamos hablar de las propias lenguas 9&ntonio: es un nombre 12
propio* 9hoy: es un adverbio y 9de: es una preposición son enunciados reflexivos tambin denominados 9metaling5ísticos:/. )na gram!tica es una obra en la que se usa la lengua para hablar de las estructuras de la lengua* un diccionario es una obra en la que se emplean formas de una lengua para definir el significado de las entidades lxicas de la propia lengua. En realidad, este libro es una obra que explota el rasgo de la reflexividad del lenguaje, ya que utili#a la lengua para hablar de la lengua. Las die# características que configuran este apartado constituyen una definición de los rasgos esenciales del lenguaje como facultad humana y tambin se aplican a todas las lenguas del mundo sin ninguna excepción/ en las que se concreta esta facultad. Especialmente las seis últimas características m!s aún si las tomamos en conjunto/ nos proporcionan una imagen del lenguaje como hecho único en el marco de la naturale#a porque ningún otro sistema de comunicación permite todo lo que las lenguas permiten' el despliegue del simbolismo, la flexibilidad temporal, la rique#a de la composicionalidad, la productividad sin límites, la disimulación y la reflexividad. Kodo ello confirma, una ve# m!s, la extraordinaria potencia y la versatilidad del sistema humano de comunicación y de expresión.
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