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Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
¿Es posible prepararse para un desastre natural?: El caso de Puente Alto
Tesis para optar al grado de Licenciado en Comunicación Social
Nombre: Guillermo Fredes Boeri
Profesor guía: María Francisca Olea Normandín
2015, SANTIAGO
RESUMEN
Chile es un país expuesto a constantes desastres naturales. Terremotos, tsunamis, aluviones, erupciones volcánicas, ocurren a menudo en nuestro país. ¿Está realmente preparado para enfrentarlas?, ¿la ciudadanía tiene conocimiento de qué hacer ante una catástrofe? Este reportaje busca determinar las cualidades y falencias que existen en los sistemas preventivos para desastres naturales en nuestro país, específicamente en la comuna más poblada de Chile, Puente Alto. A través de esta investigación se determinará la eficacia de los programas propuestos por el Estado ante estas eventualidades que depara el planeta.
ABSTRACT
Chile is an country exposed to many natural disasters. Earthquakes, tsunamis, floods and volcanic eruptions often happen in our country. Are we prepared to cope with that? Does the population know what to do in a disaster? This report seeks to identify the strengths and weaknesses that exist in natural disaster prevention systems in our country, specifically in the most populated commune of Chile, Puente Alto. Through this research we will determine the effectiveness of the programs proposed by the State for these situations.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN 4
MARCO TEÓRICO 5
EL MUNDO ACUERDA CREAR UNA ORGANIZACIÓN 7
I CAPÍTULO 17
CHILE Y LAS CATÁSTROFES EN SU HISTORIA 17
CUANDO LA TIERRA SE MUEVE 17
ENTRE EL BARRO Y LA TIERRA 27
ERUPCIONES VOLCÁNICAS 31
II CAPÍTULO 35
¿CÓMO AFRONTA CHILE UNA CATÁSTROFE? 35
III CAPÍTULO 55
QUÉ PELIGROS PUEDEN AFECTAR A LA COMUNA MÁS HABITADA DE CHILE 55
EL AUGE PUENTEALTINO: CÓMO VIVEN Y QUÉ TIPO DE VIVIENDAS UTILIZAN 58
LOS TIPOS DE TRABAJO DE PUENTE ALTO 66
IV CAPÍTULO 68
LOS RIESGOS Y LAS AMENAZAS DE DESASTRES NATURALES EN PUENTE ALTO 68
¿QUÉ HACER? 76
V CAPÍTULO 77
¿ESTÁ PREPARADO PUENTE ALTO PARA UNA CATÁSTROFE NATURAL? 77
LOS VECINOS: ¿CONOCEN QUÉ HACER ANTE UN DESASTRE NATURAL? 83
CONCLUSIÓN 86
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 93
INTRODUCCIÓN
Los años 2014 y 2015 en Chile se produjeron desastres naturales de gran magnitud causando daños a la infraestructura pública y privada que significaron pérdidas de vida y daños económicos. De esta forma el Estado de Chile, despliega recursos financieros y humanos para rehabilitar y reconstruir los lugares que fueron afectados. Ante la gravedad de los hechos y las consecuencias materiales, físicas y psicológicas, naturalmente surgen preguntas tales como: ¿está preparado Chile para enfrentar un desastre natural?, ¿cuáles son los protocolos de los organismos públicos dedicados al manejo de los desastres?, ¿existe una real preparación de la ciudadanía para enfrentar una catástrofe ocasionada por la naturaleza?
Es por esto que, a raíz de las dudas generadas anteriormente, se busca a través de este reportaje encontrar respuestas centradas en la comuna más habitada del país: Puente Alto, con el fin de conocer si sus habitantes y, principalmente sus autoridades provinciales y comunales, conocen cuáles son las amenazas naturales a las que está expuesta, qué consecuencias sociales y económicas podrían tener, y si en la actualidad desarrollan mecanismos relacionados con la prevención y educación ante una situación que genere destrucción y caos en la zona.
En relación a ello, es necesario conocer la posición que han adoptado los principales organismos internacionales respecto a las catástrofes ocurridas en los últimos años en diversos países, los que han manifestado su preocupación para que otras naciones realicen programas preventivos acordes a las nuevas tecnologías que se desarrollan de manera que, las comunidades conozcan y comprendan qué hacer en caso de un desastre natural en el territorio donde habitan.
En algunos Estados de Latinoamérica se han diseñado políticas con el manejo de los desastres naturales, fundamentalmente educando a la ciudadanía y resguardando los edificios públicos. En tanto, otros Estados han solicitado préstamos a instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial para financiar programas en materia preventiva, mientras que otras naciones han implementado la idea de utilizar bonos relacionados con las catástrofes naturales con el fin de reducir los costos económicos tras el desastre, y un elemento fundamental que es la educación a la población sobre qué hacer en el momento que ocurre una situación generada por la naturaleza.
En Chile, desde el año 2007, se han registrado graves desastres naturales que han dejado como consecuencia destrucción del área afectada en el sector; aislamiento del territorio, dificultando la llegada de organismos para la eventual ayuda a los damnificados o heridos, lo que genera pérdidas económicas en el ámbito público y privado que demoran la rehabilitación o reconstrucción en la zona afectada.
Desde un contexto histórico se abordan los principales desastres naturales que han afectado al territorio, con sus respectivas consecuencias, y la reacción de las autoridades de la época tras la catástrofe ocurrida para ir en ayuda de los damnificados, lo que ha generado una "cultura" nacional de solidaridad y aprendizaje continuo.
En relación a ello es importante conocer cuáles son las instituciones públicas que reguardan el territorio y cuáles son sus protocolos en caso de ocurrir una catástrofe, incluyendo a los organismos privados o dedicados a la investigación que aportan al desarrollo para que se conozcan las zonas, lugares o regiones donde potencialmente ocurriría un desastre natural con el objetivo de prevenir y educar a la ciudadanía, así como la opinión de expertos en el tema y autoridades gubernamentales, provinciales, municipales y vecinos de la comuna más habitada de Chile.
Puente Alto, debido a su ubicación geográfica en la Región Metropolitana y a los cambios demográficos en los últimos años tras el auge inmobiliario, cuenta con una alta densidad territorial expuesta a tener ciertos desastres naturales que podrían ocasionar graves daños en la infraestructura tanto pública como privada. Es de suma importancia saber cómo la comuna más habitada de Chile reacciona ante desastres naturales como los aluviones y aludes, producto de un sistema frontal intenso y sismos de gran magnitud que la dejarían en una situación extrema. Por esto, es interesante comprender cómo las autoridades gubernamentales, provinciales, municipales, organismos de protección civil, Fuerzas Armadas y de Orden y, principalmente la ciudadanía, están en conocimiento y preparados para enfrentar una catástrofe natural, cuáles son las herramientas preventivas para el manejo de un posible desastre y si existe una educación hacia la comunidad puentealtina para que conozca los potenciales riesgos naturales que afectarían a Puente Alto.
A raíz de esta problemática que existe en el mundo, es de suma importancia que se implementen las políticas que se desarrollan desde los organismos internacionales como Naciones Unidas y la Unesco para disminuir los costos asociados a los ámbitos económicos y sociales.
MARCO TEÓRICO
Desde el inicio de los tiempos, la Tierra ha estado expuesta a diferentes desastres naturales que han dejado como consecuencia daños que, en algunos casos, son de tal magnitud que dificultan la rehabilitación y reconstrucción del lugar, ocasionando millonarias pérdidas en lo económico y muchas veces, la sensible pérdida de vidas. Algunos de estos desastres no se pueden predecir, como los terremotos. No obstante, existen otros tipos de catástrofes naturales que, con estudios acabados y alta tecnología, se pueden prever, como los huracanes, tsunamis, tifones, aludes, aluviones, inundaciones, desbordes de ríos, entre otros. Por ello, resulta interesante conocer cómo las sociedades se encuentran preparadas para enfrentar un hecho de este tipo, que si bien no se conoce con exactitud cuándo se va a producir, sí se sabe que en algún momento se va a presentar.
Uno de los principales desastres naturales que azota periódicamente a diversas latitudes del orbe, causando graves daños al territorio y pérdidas humanas son los sismos. Por esto, es necesario comprender que el concepto de terremoto se define como la liberación de energía en distintas áreas de la litósfera que coincide con la presencia de las fallas. Estos fenómenos ocurren generalmente, independiente de su profundidad, a lo largo de los sectores de subducción, el resto, sobre todo en las superficiales, se localizan en las dorsales oceánicas y en las fallas de transformación. Es una intensificación de la actividad normal de la corteza, hasta que los movimientos de distensión, comprensión y torsión tienen en un tiempo determinado una ruptura, liberando la energía acumulada en formas de ondas desde el hipocentro (Carvajal, 2011).
Para determinar la magnitud y destrucción que provocan los sismos en las localidades afectadas, existen dos escalas: una, es objetiva y expresa la liberación de energía provocada por el sismo, conocida como escala Richter y la segunda, es para entender la intensidad o fuerza del fenómeno llamada Mercalli y es más bien subjetiva. La escala Richter fue diseñada por el sismólogo estadounidense Charles Richter en 1935, quien estableció una fórmula logarítmica para medir la energía liberada en grados y décimas que se conoce mundialmente en la actualidad. De diferente modo, la escala Mercalli mide la intensidad o fuerza del sismo en un radio determinado, además de los efectos sobre del terreno y las edificaciones. Esta intensidad se mide en la nomenclatura romana que comienza en el I y finaliza en el XII y se observa desde una leve percepción hasta la destrucción del lugar construido (Carvajal, 2011 & U.S. Geological Survey).
Según Carvajal (2011), el peligro que está relacionado con los movimientos telúricos sobre los terrenos edificados, es que pueden generar graves consecuencias en el territorio llegando, en algunos casos a extremos como la destrucción completa del lugar, incluyendo la infraestructura esencial para el desarrollo de una ciudad, por ejemplo: redes de transporte, agua, alcantarillado, comunicaciones, energía y otras obras que van en beneficio de la población.
Tras un terremoto, aparte de los efectos mencionados anteriormente, pueden ocurrir otros tipos de desastres, tales como: maremotos, incendios, derrumbes, aluviones y aludes. Ejemplo de esta situación ocurrió en la localidad de Ancash, Perú, en el año 1970, ubicado geográficamente en una zona montañosa que, posterior al terremoto se produjo un alud producto de los desprendimientos de los hielos que significó la muerte de más de 80.000 personas, 143.000 heridos y más de 3 millones de afectados. Otras ciudades cercanas a Ancash, quedaron totalmente destruidas como el caso de Yungay (El Comercio, 2015), (Radio Programas del Perú, 2014).
EL MUNDO ACUERDA CREAR UNA ORGANIZACIÓN
Al término de la II Guerra Mundial, los países se organizaron bajo un gran acuerdo para lograr la paz entre las naciones, independientemente de que no se hayan obtenido los resultados esperados en el tiempo, sí ha servido, a lo menos, para establecer ciertas normas para una existencia civilizada. Aunque su razón o principal objetivo es solucionar las controversias entre las naciones en forma pacífica, en los últimos años se ha generado una gran preocupación por el futuro del planeta. En este sentido, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) incorporó una línea muy importante de uno de los tratados multilaterales sobre medio ambiente que más éxito han tenido en toda la historia: el Protocolo de Montreal de 1987, en virtud de la cual los estados miembros están obligados a actuar en interés de la seguridad humana incluso a falta de certeza científica.
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático entró en vigencia el 21 de marzo de 1994. En la actualidad cuenta con un número de miembros que alcanza casi la universalidad. Los países que han ratificado las "Partes en la Convención" en la actualidad son 195 entre los cuales está Chile. La primera adición al tratado fue aprobado en el Protocolo de Kyoto en 1997.
Es así que, la Organización de Naciones Unidas, siguiendo la línea de la filosofía del Protocolo de Kyoto y preocupada de la realidad que vive el planeta, publicó un informe en mayo de 2008 que detalla que las catástrofes naturales como lluvias, tormentas, tifones, huracanes y aluviones, han aumentado en los últimos años en relación al cambio climático. Los científicos explicaron en el informe que éste, consiste en que los gases del efecto invernadero funcionan como una capa, la cual atrapa la energía solar y mantiene a la superficie de la Tierra más caliente de lo normal, produciendo un alza en la temperatura que puede provocar cambios extremos en el clima y ocasionar sequías o inundaciones inesperadas y prolongadas en el tiempo, con lo que se puede prever que los eventos climáticos aumentarán en cantidad y la magnitud de los desastres, mientras no se revierta esta situación (Naciones Unidas, 2008).
En el mismo estudio, los expertos de la ONU dieron a conocer que durante los años comprendidos entre 1991 y 2005, 3.740 millones de personas fueron afectadas por los desastres naturales que dejaron una lamentable cifra de 960.000 personas fallecidas; el análisis incluye que desde la década de los setenta el Atlántico Norte ha experimentado un aumento en los ciclones tropicales que han pasado a ser más intensos y destructivos, lo cual está profundamente relacionado al ascenso de las temperaturas de la superficie de los océanos tropicales; el informe arrojó que en las últimas dos décadas, específicamente entre los años 1988 - 2007, un 76% de todos los desastres naturales fueron de origen hidrológico, meteorológico o climatológico, y causaron el 45% de las muertes y el 79% de las pérdidas económicas.
La Unesco (organismo dependiente de Naciones Unidas) que busca la paz, la integración de los pueblos, el desarrollo sostenible, entre otros aspectos, en su 60° aniversario (Unesco, 2005) informó que los países más pobres son los que tienen una mayor posibilidad de ser afectados ante un desastre natural por carecer de recursos financieros y de infraestructura al no prever los territorios azotados por los fenómenos. Al respecto, enfatizaron que con los conocimientos tecnológicos y científicos actuales, es posible desarrollar planes para educar a la población ante un sismo y fortalecer la resistencia a los fenómenos climáticos en infraestructura pública, privada y vial; emitir alertas tempranas y preparar respuestas claras y precisas a la comunidad. En la misma reunión aniversario señalaron que Unesco, a través de su Sección de Reducción de Desastres Naturales de la División de Ciencias Básicas y Ciencias de la Ingeniería, desarrolló programas junto a los países que asistieron a la reunión para la prevención de catástrofes naturales, donde destacan las siguientes medidas:
Prever los riesgos naturales en las ciudades.
Realizar proyectos para preparar a la población ante una catástrofe mediante programas de educación y sensibilización de la ciudadanía.
Crear programas de alerta temprana.
Diseñar y planificar futuras construcciones en suelos adecuados.
Salvaguardar edificios escolares.
Promover programas de investigación tras los desastres y adoptar medidas de rehabilitación.
El año 2005, posterior al terremoto que afectó a la isla de Sumatra y al tsunami en el Océano Indico en el 2004 que dejó como consecuencia 220.000 personas fallecidas (El País, 2005), Naciones Unidas realizó en Kobe, Japón, la Segunda Conferencia Mundial sobre la Reducción de Desastres Naturales. En la cita, a la que asistieron los países asociados a la Organización, se concluyó lo siguiente:
Los gobiernos y las organizaciones internacionales consideran que los riesgos y la evaluación de los desastres a futuro son un elemento integral de los planes de desarrollo y programas de erradicación de la pobreza.
Debe existir una cooperación y coordinación entre los gobiernos, Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales y otros asociados para enfrentar las consecuencias en los desastres naturales.
Es necesario vincular y gestionar los riesgos de desastre con los organismos regionales. En el caso latinoamericano la OEA es la organización central que puede ejecutar y programar la cooperación de los países afectados.
Deben integrar a las mujeres en los planes y obras de rehabilitación, reconstrucción y mitigación en los estamentos estatales y gubernamentales.
Es importante reconocer como elemento esencial la aplicación de la alerta temprana para la reducción de los desastres con el fin de coordinar y cooperar en las actividades y los conocimientos de los diversos sectores que participan en el proceso.
Es necesario entregar información adecuada y fiable al público y a los organismos de gestión de desastres en todas las regiones. (Naciones Unidas, 2005).
Así, como existen organismos internacionales que desarrollan programas para la prevención y rehabilitación de los desastres naturales, diferentes autores plantean teorías para comprender que una catástrofe sea clasificada de distintas maneras. De acuerdo a Vale y Campanella (Carvajal, 2011) cuatro son las ideas que desarrollan en la comprensión para las catástrofes en zonas urbanas:
Magnitud del desastre: Puede variar desde un recinto pequeño hasta una ciudad completa o incluso mucho más allá de ésta.
Costo humano: Medido por el número de muertes y heridos.
Causa presunta: Resultado de las fuerzas de la naturaleza, que en algunos casos pueden ser incontrolables, por ejemplo: terremotos, maremotos, aluviones y aludes.
Causa económica: Pérdida de ventajas comparativas del lugar o cambios demográficos, sin desmerecer que la recuperación económica sea un asunto lineal o transversal.
Los desastres, pueden variar de acuerdo a la escala, pero no existe una diferencia en las categorías de éstos. Sin embargo, algunos desastres a gran escala pueden ocasionar destrucción total del establecimiento, pero sin que existan víctimas fatales, un ejemplo claro son los saqueos en las ciudades que fueron evacuadas previamente o los disturbios sociales en la zona afectada (Carvajal, 2011).
Desde la perspectiva del autor, los impactos a las edificaciones destruidas no tienen relación con la experiencia que viven los sobrevivientes. Desde el aspecto humano, distintas son las vivencias que tienen las personas tras vivir una catástrofe que va en su experiencia personal, familiar y comunal donde está inserto a través de la perspectiva social, económica y cultural. Esto quiere decir que las consecuencias en un desastre son de suma importancia para cuantificar los daños y las pérdidas materiales causadas que incluyen los traumas que existen en los individuos y los grupos sociales, y pueden perdurar el resto de sus vidas o trascender por generaciones (Carvajal, 2011).
Ante la posibilidad de la ocurrencia de un desastre natural que afecte a la población, es fundamental que los afectados reciban la ayuda efectiva y oportuna de las autoridades para que no sufran posteriores traumas o consecuencias psicológicas, económicas o sociales tras la catástrofe e iniciar adecuadamente los procesos de orden, rehabilitación y reconstrucción en la zona afectada o bien, iniciar un proceso de traslado a otro sector de la localidad o región para comenzar una nueva etapa en sus vidas.
Es necesario tener presente que, para contabilizar las pérdidas materiales, es recomendable hacer un estudio estadístico, pero con algunos límites, por ejemplo: asignar valores simbólicos a los elementos físicos de un hogar o ciudad, o generar hipótesis en base a proyecciones económicas en caso que no ocurra el desastre. Por esta causa existe una pluralidad de disciplinas académicas para concretar, definir y ordenar los impactos de un desastre. A estos efectos se entenderá como una catástrofe urbana las diversas situaciones que afecten al desarrollo de una ciudad que en casos extremos pueden generar la desaparición de la localidad (Carvajal 2011).
Es de suma importancia que las distintas disciplinas académicas, con una mirada prospectiva, generen una idea adecuada y consensuada para la ayuda oportuna de los afectados por el desastre natural con el propósito de no confundir los elementos físicos del lugar siniestrado, el impacto de la ciudad tras la catástrofe y, fundamentalmente, distribuir de manera adecuada los recursos sociales y económicos en la zona donde ocurrió el fenómeno natural.
¿CÓMO HAN REACCIONADO LOS ESTADOS ANTE UN DESASTRE NATURAL?
Debido a las catástrofes que se producen constantemente en el mundo, algunos estados han tomado medidas para planificar y realizar esquemas educativos, preventivos y participativos con el fin de reducir las pérdidas sociales y económicas en el territorio afectado por el desastre natural. Latinoamérica, por su geografía, convive constantemente con desastres naturales: terremotos, tsunamis, aluviones, erupciones volcánicas. De esta manera, estos fenómenos naturales son un desafío para que los países se organicen, planifiquen y desarrollen estrategias para prevenir, a través de la educación, la posibilidad de enfrentar una catástrofe.
De acuerdo a lo señalado por el Banco Mundial (2012), países latinoamericanos como Ecuador, Brasil, Costa Rica, Cuba y México realizaron obras de mitigación y prevención de los peligros y mostraron un alto progreso en la reducción de riesgos de desastres en los últimos años tras el Marco de Acción de Hyogo (Naciones Unidas, 2005). Este plan desarrolló una autoevaluación de los miembros del congreso que iba en una escala de 1 a 5 para conocer los esfuerzos de cada país por reducir los riesgos de una catástrofe natural. En ese congreso, nuestro país se autocalificó con una nota de 2.8, en tanto, los países que se autocalificaron de mejor manera fueron: Brasil, Japón, Cuba, Costa Rica, Ecuador y Suiza (4,5), según publicación del Informe de avances de la Estrategia Internacional de las Naciones Unidas de Reducción de Desastres EIRD (2009-2011).
En el informe sobre la reducción de los desastres en América Latina (Banco Mundial, 2012) se informó sobre una cifra que preocupa a las autoridades gubernamentales en el continente: el estudio, dio a conocer que el 80% de la población vive en ciudades propensas a ser afectadas por desastres, por esta situación, el Banco Mundial realizó una serie de programas y planes con el fin de descender esta cifra a futuro:
Mejoramiento de los planes urbanos, la infraestructura y la seguridad edilicia.
Reforzamiento de los sistemas de drenaje para reducir los peligros de inundación, tormenta y de salud.
Instalación de sistemas de alerta temprana, realización de ejercicios de evacuación.
Medidas para adaptar a la ciudad y sus habitantes ante el creciente impacto del cambio climático.
En el mismo informe del Banco Mundial (2012), un ejemplo de país en materia de prevención en desastres naturales es Colombia, que, a través de sus políticas estatales, diseñó un programa de reducción de vulnerabilidad que se practicó en escuelas y hospitales de Bogotá. Las conclusiones que se realizaron tras la tercera conferencia sobre la reducción en catástrofes naturales realizada en Sendai, Japón, (Naciones Unidas, 2012) determinó que un terremoto en aquel país podría causar pérdidas por más de US$35.000 mil millones en bienes públicos, viviendas o el 8% del PIB colombiano.
Otros países como El Salvador, Guatemala, Costa Rica y la propia Colombia, han tomado créditos específicos que se activan en caso de estado de emergencia por un desastre natural llamados Catastrophe Deferred Drawdown Option (CAT DDO) desarrollados por el Banco Mundial. Otro ejemplo que existe en Sudamérica para prevenir desastres en sus políticas estatales es Perú, país que solicitó un préstamo por US$400 millones al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRD) perteneciente al Banco Mundial y que fueron aprobados por el Ministerio de Educación y Finanzas incaico, según consignó el diario peruano Gestión (Diario Gestión, 2015) en caso de ocurrir una catástrofe.
Un país que innovó en la prevención y reducción de desastres fue México, que emitió bonos de catástrofe ante terremotos y huracanes por US$315 millones en un período de tres años (Banco Mundial, 2012). Los bonos de catástrofe son dineros que al momento de ocurrir un terremoto grado 8 de magnitud Richter o huracanes a partir de la categoría 4 pueden ser cobrados (El Economista, 2014).
No obstante, una nación que está a la vanguardia en la prevención de desastres naturales es Japón que tras la conferencia realizada en Sendai, (Euronews, 2015) el Gobierno nipón explicó que tiene cuatro mil puntos de control distribuidos y coordinados en el territorio en caso de un desastre natural. Durante el terremoto de 2011, la eficacia y coordinación del gobierno japonés quedó demostrada en materias de prevención, ejemplo de esto fue que los trenes de alta velocidad se detuvieron de inmediato con el fin de evitar accidentes y muertes. Otro ejemplo que muestra a Japón como un país que convive con los desastres naturales, específicamente con terremotos y tsunamis, es la enorme inversión de tres millones ochocientos mil euros en sistemas preventivos en catástrofes naturales para los próximos cuatro años, con el propósito de formar cuarenta mil personas para desarrollar un sistema de cooperación internacional y, en los próximos diez años, reducir a cien mil las muertes por los desastres naturales.
En países como Estados Unidos, que son proclives a tener catástrofes naturales, las autoridades y la ciudadanía han asumido que el concepto de preparación y prevención de un evento natural son esenciales al momento de disminuir los costos económicos y sociales tras el acontecimiento vivido. En la localidad de Colorado, tornados y fuertes lluvias dejaron a la ciudad con casas destruidas, peligro de inundaciones por los ríos desbordados y socavones (Univisión, 2015), a pesar de los daños en casas, caminos y edificaciones, la ciudad se preparó para resistir los embates de la naturaleza, más aún, los habitantes de la zona afectada sabían con dos días de anticipación que el mal tiempo llegaría a sus hogares.
¿CUÁLES SON LAS AMENAZAS NATURALES QUE TIENE CHILE?
En nuestro país, el Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS) ha planteado que prevenir un desastre natural es fundamental para el desarrollo social y económico de la zona que puede ser afectada. En un estudio desarrollado por el organismo, a raíz del cambio climático, argumentaron que:
Las lluvias serán más intensas, pero menos frecuentes.
Las localidades de Petorca, La Ligua y Cabildo tendrán más posibilidades a tener un desastre de origen climático por las variables naturales, por ejemplo: Pobreza, escasa participación social y una mayor frecuencia en zonas de catástrofe.
Las ciudades de La Serena, Copiapó Concepción y Puente Alto tienen una mayor amenaza de ser afectadas por un desastre por su ubicación geográfica. Específicamente, en Copiapó y La Serena, el factor para que se produzca un desastre se debe a la ubicación geográfica caracterizada por el clima árido y seco, pero con lluvias intensas como sucedió con el aluvión de marzo de 2015 (La Tercera 2015).
En la información entregada por el diario La Tercera (2015), entre 1977 y 2013 se produjeron en Chile 85 eventos asociados al clima, de los cuales 51 fueron por temporales de lluvia, pero otros acontecieron por sequías, heladas, nevazones e incendios forestales. La consecuencia de los temporales de lluvia, son las inundaciones y aluviones generados por deficientes sistemas de drenaje pluvial o, lisa y llanamente, por una mala planificación urbana, es decir, asentamientos que en otro tiempo fueron bajadas de agua o caminos naturales de ríos. Según Jorge Gironás, investigador de la Universidad Católica y del Centro Nacional de Investigación para la Gestión Integrada de Desastres Naturales (CIGIDEN), explicó que los lugares más cercanos a la zona de piedemonte -donde nace una montaña- son los más propensos a que la población y las actividades socioeconómicas estén expuestas a recibir un evento climático extremo o un sismo de intensidad.
Chile tiene diversos tipos de climas debido al extenso territorio que posee, es así como en el Norte Grande y Norte Chico predomina el subtropical o árido; en la Zona Central, es frecuente el tipo mediterráneo y en el Centro Sur y Sur predominan el subpolar y polar respectivamente. Por esta diversidad de climas, el país tiene alta probabilidad de que se produzca un desastre natural. A esto se suma la presencia de la Cordillera de los Andes con altitudes de hasta 5 mil metros y, por otra parte, el angosto territorio que comprende desde el litoral a la zona cordillerana que no supera los 300 kilómetros. A consecuencia de esto, los ríos que desembocan en el mar se encuentran en una pendiente elevada con un alto potencial de erosión, por lo que una lluvia en la cordillera que se produzca con un isoterma 0°C alta puede provocar que el agua baje a los valles y desate inundaciones, aluviones y aludes con un alto costo humano, económico y social en el territorio (La Tercera, 2015).
Por los sistemas frontales que azotan a la Zona Central, junto a una isoterma 0°C en altura durante un periodo de lluvias intensas, sumado al tipo de clima que predomina en las regiones y la construcción de viviendas en zonas riesgosas y altas, la Región Metropolitana, y específicamente la comuna de Puente Alto, tiene una alta probabilidad para que se produzca un aluvión en la quebrada de Lo Cañas, según el diario La Cuarta (2015). Es una de las seis quebradas que existen en la región y que puede generar aluviones con consecuencias sociales y económicas graves. La última actividad que tuvo la quebrada de Lo Cañas fue en el año 2005 y sus anteriores eventos fueron en: 1982, 1983,1987, 1991 y 1993.
Además de la quebrada de Lo Cañas, existe otra preocupación de parte de las autoridades y la ciudadanía en la Región Metropolitana como es la falla de San Ramón, como su nombre lo indica, es una falla geológica que se extiende por todo el frente cordillerano que abarca las comunas de Las Condes, La Reina, Peñalolén, La Florida y Puente Alto. La falla de San Ramón es la responsable del ascenso continuo de la Cordillera de Los Andes y donde se han construido colegios, casas y el Reactor Nuclear de La Reina. Según los expertos, se generaría un sismo superficial y destructivo con una magnitud de 7 grados Richter, el epicentro sería en el Cerro San Ramón (3249 msnm), al este de las comunas de Peñalolén y La Florida. Por esto, la preocupación existe y es latente, ya que el ciclo en que ocurren los sismos supera los 300 años -el último registrado fue en 1647- (Geofísica.cl, 2007).
La Falla de San Ramón hoy se encuentra activa, por lo que en cualquier momento podría ocurrir un sismo de gran magnitud de acuerdo a lo informado por radio Bio Bio (2015). En la misma información, se dio a conocer un estudio que fue realizado por geólogos en un sector de la quebrada de Macul, quienes mostraron su preocupación por la alta densidad urbana en el lugar. Los profesionales, concluyeron que la falla está activa tras realizar unas excavaciones de 5 metros de profundidad por unos 30 a 40 metros de largo y 4 metros de ancho; en esas zanjas, observaron la falla, y cómo ésta afectó los sedimentos de la superficie de Santiago, según explicó el geólogo Gabriel Vargas con el medio de comunicación.
Es preciso señalar que los desastres naturales afectan constantemente al mundo y las consecuencias que conllevan, pueden ser catastróficas para la comuna, región o país afectado, las que implican daños en los aspectos económicos, sociales y urbanos. Por esto, es fundamental que las medidas en materia de prevención sean los propios Estados quienes deban asumir con una gran conciencia que sus planes sean eficientes y oportunos para, por una parte, mitigar de alguna manera los efectos del desastre y, por otra, minimizar las consecuencias en vidas humanas.
Para concretar las medidas de prevención de las naciones es necesario que se apliquen eficazmente las políticas internacionales implementadas en el ámbito de la prevención desarrolladas por las Naciones Unidas, quienes en conjunto a los países miembros, aplican las medidas preventivas y posteriores procesos de orden, rehabilitación y construcción de la zona afectada.
Cabe destacar que para realizar un amplio desarrollo en el orden, rehabilitación y reconstrucción en el sector afectado por la catástrofe es de suma importancia que el Estado se organice con los medios disponibles y, también, se tiendan a generar nuevos organismos técnicos, incorporando a las Fuerzas Armadas para desarrollar una amplia y eficaz ayuda a los damnificados y colaborar a la recuperación de la infraestructura pública y de la vida cotidiana a la brevedad posible. Esto implica poner a disposición de las autoridades locales medios para despejar vías, habilitar aeródromos, recuperar puentes y otros medios de paso, llevar suministros a lugares aislados, evacuación de heridos y muertos, reponer suministros eléctricos y de agua, etc. En el caso de personas y familias, organizar albergues en primera medida, brindar apoyo logístico y psicológico y junto con las organizaciones disponibles comenzar a recuperar la vida de la localidad y sus habitantes.
Resulta fundamental poner énfasis en el desarrollo de las medidas preventivas que los Estados llevan a cabo con el fin de educar a la ciudadanía ante un eventual desastre natural, para disminuir los riesgos de eventuales víctimas por no conocer cuáles fueron las zonas de evacuación en el lugar y desconocer qué hacer al momento posterior de la catástrofe. Por esto, es de suma importancia que los Estados ejecuten los planes de prevención y se socialicen con los ciudadanos. Estos planes y medidas dirigidos a la población, deben ser claros y precisos para una comprensión adecuada y directa, de manera de no confundir con el lenguaje técnico en el desarrollo preventivo de los desastres naturales.
El desafío a futuro para los Estados es disminuir los costos económicos y sociales y principalmente, tener la menor cantidad de víctimas fatales como consecuencia de la catástrofe natural. Para eso se necesita que todos los actores del Estado, principalmente el poder Legislativo, generen las medidas adecuadas para que a futuro las autoridades tomen decisiones eficaces y oportunas al momento de ocurrida la catástrofe de manera de disminuir, ciertamente, sus consecuencias.
CAPÍTULO I
CHILE Y LAS CATÁSTROFES EN SU HISTORIA
Chile, históricamente ha sufrido durante siglos catástrofes naturales, desde la época de La Colonia, los historiadores han narrado cómo percibían los habitantes de las diferentes zonas del país los terremotos, tsunamis, aluviones, erupciones volcánicas y otros. Siendo un país influenciado por la religión Católica, algunos creían que era por castigo de Dios. Sin embargo, otras creencias, sacrificaban vidas para que los dioses no continuaran con el desastre natural.
Chile se encuentra en un sector de la Tierra donde se producen los mayores desastres del mundo. El país está inserto en el Cinturón de Fuego del Pacífico, sector que abarca desde Nueva Zelandia, Taiwán, Filipinas, Indonesia y Japón por Asia; Rusia, Alaska, Estados Unidos y Centroamérica y Sudamérica por el Océano Pacífico. Según el sitio Web El Colombiano (2015), en estos territorios se producen el 90% de los fenómenos naturales, generando graves consecuencias económicas y sociales producto del choque de las placas de Nazca y Sudamericana.
CUANDO LA TIERRA SE MUEVE
Los terremotos, de acuerdo a la definición de la Real Academia Española (RAE) es una sacudida del terreno, ocasionada por fuerzas que actúan en el interior del globo. En el lenguaje común es el choque de las placas dentro de la tierra que produce movimientos oscilantes en la superficie que pueden ocasionar destrucciones de viviendas, servicios básicos, infraestructura vial, desprendimientos de rocas, desniveles en el suelo. Producto de este fenómeno, las consecuencias humanas, económicas y materiales podrían, en algunos casos, requerir de una etapa de reconstrucción con un alto costo económico para el país y emocional, por el impacto producido en las personas.
El hecho de que Chile se encuentre en el Cinturón de Fuego del Pacífico, donde se genera la mayor cantidad de movimientos telúricos y erupciones volcánicas en el planeta, históricamente, ha producido que innumerables terremotos, maremotos, inundaciones y erupciones volcánicas afecten el país dejando destrucción en el todo el territorio, causando muertes y destrucción de hogares e infraestructura pública con altísimos costos para el Estado.
LA PRIMERA "SACUDIDA" DE LA TIERRA
De acuerdo a Urrutia de Hazbún y Lanza Lazcano (1993), el primer terremoto del que se tiene conocimiento en Chile ocurrió el 8 de febrero de 1570 en Concepción a las 09.00 horas. No hubo registro de la magnitud, pero las crónicas de la época señalaron que la tierra se abrió y dejó un olor a azufre y agua negra. Tras el movimiento telúrico, se produjo un maremoto sin víctimas fatales, aunque dejó casas destruidas y los habitantes de la zona decidieron arrancar hacia los cerros para resguardarse.
VALDIVIA, 1575
Según Carlos Rojas Sancristoful (2008), el 16 de diciembre de 1575 la ciudad de Valdivia tuvo el primer movimiento telúrico que fue el presagio de los que vendrían posteriormente en la actual capital de la Región de los Ríos. Este terremoto tuvo una duración de cuatro minutos, dejó veintidós españoles y cien indígenas heridos. El Gobernador de Chile, Rodrigo de Quiroga, como medida de prevención, llevó a los españoles hasta los campos, mientras que los indios debían trabajar a orillas del mar para alimentarlos. A raíz de esa medida los nativos se resistieron a la orden por temor a las réplicas dejando a los españoles fallecer producto de la hambruna.
LA CAPITAL Y EL CRISTO DE MAYO
Un estudio histórico realizado por Urrutia de Hazbún et al. (1993), la capital tuvo su primer movimiento telúrico registrado el 13 de mayo de 1647. Murieron 609 personas, el 10% de la población en ese entonces. Este movimiento tuvo una extensión desde los ríos Limarí y Choapa por el norte y Cauquenes por el Sur.
Tras el movimiento telúrico en Santiago, ocurrió un hecho con una imagen que es conocida hasta nuestros días: en el monasterio San Agustín, existía un crucifijo que deslizó su corona de espinas al cuello, hoy conocido como el Cristo de Mayo.
Como la influencia de la Iglesia Católica era determinante en Latinoamérica y en Chile no fue la excepción, el Arzobispado de Lima, junto al virrey del Perú, Marqués de Mancera, entregaron una ayuda económica al Gobernador de Chile, Martín de Mujica para reconstruir en las regiones afectadas por el terremoto. Casi 40 años se demoraron las autoridades de la época en reconstruir, los últimos edificios fueron la Real Audiencia y el Palacio de Gobierno.
EL "TRASLADO" DE CONCEPCIÓN
Urrutia de Hazbun et al. (1993), detallaron que el 25 de mayo de 1751 un terremoto afectó a la actual comuna de Penco, lo que significó que la Capital se trasladara a Concepción. Tras el movimiento telúrico fallecieron 30 personas, posterior al terremoto un tsunami dejó a la ciudad inhabilitada y los sobrevivientes se alimentaron de los peces que dejó la ola.
Domingo de Ortiz de Rosas, Gobernador de Chile, ordenó a las guarniciones militares de Colchagua, Maule, Itata, Puchacay y Chillán que sus soldados se desplegaran en la zona para restablecer el orden y evitar el alzamiento de los indígenas.
LAS HERIDAS DE BERNARDO O´HIGGINS
El 19 de noviembre de 1822, un terremoto fue percibido desde Illapel hasta el archipiélago de Chiloé. De acuerdo a la investigación de Urrutia de Hazbún et al. 1993, fallecieron 200 personas, similar números de heridos y la mayoría de las casas destruidas. En Valparaíso se encontraban las autoridades de la época al momento del sismo, entre ellos, el Director Supremo Bernardo O´Higgins, quien tras los derrumbes de casas y edificios tuvo graves heridas por lo que tuvo que ser trasladado a Santiago de urgencia para curarlo, en la región hubo 76 personas fallecidas. (Urrutia de Hazbún et al. (1993).
Edificios públicos como la Casa de Gobierno, cárcel, correos, Hospital Militar, hospitales públicos y 700 casas particulares, resultaron con daños en sus construcciones. Producto de las réplicas, robos y la inestabilidad de las viviendas, las familias permanecieron en los cerros durante semanas.
Las autoridades crearon una comisión para la evaluación de los daños y e iniciar la reconstrucción, integrada por un Coronel graduado de Ingeniero, un carpintero y un maestro de albañilería. Los fondos para financiar la reconstrucción de los edificios públicos en Valparaíso fue subir la carga de impuestos a las corporaciones particulares.
LOS 9 AÑOS DE ARICA
La información recopilada por Memoria Chilena (1570-2010), un 13 de agosto de 1868 en el Norte Grande se produjo un terremoto que afectó al sur del Perú, la Paz e incluso a Guayaquil. Tras el movimiento telúrico, un maremoto se originó en toda la costa del Pacífico de Chile e inclusive en Nueva Zelandia y Oceanía. Fallecieron 300 personas en Arica cuyas calles, caminos y la vía férrea resultaron totalmente destruidos y se produjeron rodados en El Morro. En Iquique perecieron 300 personas; decenas de casas y caminos fueron destruidos producto del terremoto y de las olas que llegaron a la costa con una altura de 10 metros. El Presidente José Joaquín Pérez recibió ayuda económica de los países vecinos y utilizó recursos del Estado para reconstruir las zonas afectadas.
En una nota realizada por La Segunda (2014) en 1877, otro terremoto de similares características sacudió a la ciudad con un saldo de 5 personas fallecidas. Producto del movimiento sísmico, un maremoto azotó la zona con olas de 19 metros que causó la destrucción de buques e infraestructura. En Iquique, 30 personas perdieron la vida y tras el maremoto los muelles desaparecieron, produciéndose, además, incendios en el sector sur de la ciudad producto de las lámparas a parafina que cayeron al suelo.
Según el diario regional La Estrella de Iquique (2010), dio a conocer que posterior al terremoto se nombró una comisión socorrista para ayudar a los damnificados. La Compañía Salitrera y la Municipalidad aportaron con dinero para reconstruir la zona.
VALPARAÍSO… UNA HISTORIA DE NUNCA ACABAR
De acuerdo a la recopilación de Urrutia de Hazbún et al. (1993), el siglo XX comenzó con un terremoto el 16 de agosto de 1906 en Valparaíso, donde 2.332 personas fallecieron. Las vías de comunicaciones resultaron destruidas, se interrumpieron los servicios básicos, y se produjeron cortes de líneas telefónicas y telegráficas como consecuencia de la catástrofe que fue percibida en Buenos Aires y la Isla de Juan Fernández.
Ante este hecho, se estableció una comisión de emergencia para establecer el orden público. En Valparaíso se declaró Estado de Sitio, nombrando al jefe de Plaza al Oficial de Marina Luis Gómez Carreño. Debido a los actos de vandalismo y para brindar seguridad a los habitantes de la zona afectada, 15 personas fueron fusiladas por robar en casas y en la vía pública. La Cruz Roja Internacional junto a los gobiernos de Estados Unidos, Francia, Italia, Inglaterra, Suiza y Alemania enviaron ayuda en medicamentos, dinero y personal logístico.
Por ley N° 1.879, se autorizó al Presidente de la República a atender las prioridades producto del sismo. El Gobierno creó una comisión con el fin de estudiar la estabilidad en las construcciones futuras, basado en el informe que realizó el Director General de Obras Públicas. Se formó una Junta de Reconstrucción, donde se autorizó al Ejecutivo la reparación y construcción de los establecimientos públicos, educación, edificios fiscales, templos y las casas parroquiales. Tras los trabajos realizados por los integrantes del Ejército, posterior al terremoto, en septiembre de 1911, a través de la ley N°2.553, se entregó un bono por cinco años a los oficiales y tropas que trabajaron en remover los escombros y ayudar a los heridos.
EL DESASTRE DE CHILLÁN
El 24 de enero de 1939 en Chillán, fue el epicentro de un terremoto que afectó a las provincias del Maule, Linares, Ñuble, Concepción, Arauco, Bío Bío y Malleco. La onda sísmica fue percibida en Valparaíso y Santiago por el norte hasta Temuco por el sur (Urrutia de Hazbún et al. (1993).
En una investigación realizada por Carvajal Hausdorf (2011), cifras oficiales determinaron que los fallecidos fueron 5.685, aunque las extraoficiales dan cuenta que perdieron la vida alrededor de 28.000 o 30.000 personas (Urrutia de Hazbún et al. (1993). El Presidente Pedro Aguirre Cerda, se trasladó en tren hasta Linares junto a sus ministros para observar en el lugar los daños ocasionados por el terremoto. Tras el movimiento sísmico, quedaron inutilizables los servicios básicos, electricidad, teléfono y telégrafo, se estimó que el 70% de las viviendas fueron destruidas.
Según Carvajal Hausdorf (2011) tras la catástrofe, el Gobierno designó Jefes de Plaza desde Talca al Bío Bío, para coordinar la ayuda con el Ejecutivo y mantener el control de la ciudad. Las Intendencias de Valparaíso y Santiago enviaron víveres en coordinación con estamentos públicos y privados. Dos días después, se inició la remoción de escombros que tuvo ayuda de obreros enviados por la Central de Trabajadores de Chile en conjunto con los brigadistas de los partidos políticos, Carabineros y Ejército de Chile.
La primera medida que el Gobierno de la época realizó (Urrutia de Hazbún et Lanza al., 1993) fue dictar la ley de Reconstrucción N°6.334 junto a la creación de la Corporación de Reconstrucción y Auxilio para atender los préstamos, expropiaciones, reconstrucción y auxilio a los damnificados.
EL MAYOR TERREMOTO DE LA HISTORIA
El 21 de mayo de 1960 es la fecha que se recuerda como el terremoto de mayor fuerza y destrucción que se registró en la historia del mundo. Valdivia fue el epicentro de la catástrofe que durante 10 minutos significó que se perdieran decenas de vidas, la destrucción de viviendas y de los servicios básicos; la mayoría de los caminos y vías férreas quedaron inutilizados. La magnitud fue de 9,5 Richter (Televisión Nacional de Chile, 2014). A través de Educar Chile esta catástrofe fue percibida desde el Norte Chico hasta Llanquihue.
De acuerdo a un reportaje del diario La Estrella de Chiloé (2005), los daños comenzaron desde Talca al sur. En Chillán, fallecieron 5 personas, los edificios públicos terminaron destruidos. Cinco personas perdieron la vida en Talcahuano, 700 casas se destruyeron; en Concepción no hubo agua potable por 5 días; el viaducto de Malleco quedó con graves daños estructurales que imposibilitó la ruta de los trenes. La ciudad en la que ocurrió la catástrofe tuvo a 20 mil familias sin hogar, el hospital con destrucción total y el desborde del río Calle Calle que dejó bajo el agua a la ciudad. Un observador aéreo contabilizó 17 incendios tras el terremoto, aunque el mar ayudó a magnificar el desastre con casas, edificios, industrias y poblaciones costeras destruidas.
En la información que proporcionó Urrutia de Hazbún et al. (1993), el Ministro del Interior, decretó Zona de Emergencia. Una de sus medidas, fue estabilizar los precios de los artículos de primera necesidad, sancionando a los infractores. Por su parte participaron organismos estatales como Corfo, Endesa y ministerios junto a integrantes de las Fuerzas Armadas y de Orden para socorrer a los damnificados. El 14 de septiembre de ese mismo año, el Ministro del Interior, presentó un informe a la Cámara de Diputados donde detalló que el número de fallecidos fue de 1.018 personas, 573 desaparecidos, 764 heridos graves o enfermos que fueron trasladados a Santiago y 500 mil damnificados por problemas de vivienda. El Gobierno giró, con cargo al 2% constitucional, la reconstrucción de las zonas afectadas, parte de esos fondos fueron para los intendentes y gobernadores para ser administrado por las municipalidades con el fin de ayudar a las zonas afectadas. Urrutia de Hazbún et al. 1993).
El Gobierno envío al Parlamento un proyecto de ley de reconstrucción que el Congreso no aceptó, argumentando que el financiamiento fuese por el alza de impuestos a las personas. Tras largos debates, el 20 de octubre fue promulgada la ley N° 14.171 de reconstrucción. (Urrutia de Hazbún et al.1993).
UN VERANO INOLVIDABLE EN LA ZONA CENTRAL
Una calurosa tarde del 3 de marzo de 1985, a las 19:47 horas, un movimiento telúrico 7,7 Richter afectó a la Zona Central, el epicentro fue en las cercanías de Algarrobo (Urrutia de Hazbún et al. 1993). La onda sísmica se percibió desde la III a la VII región. En una edición especial de Radio Cooperativa, por los 25 años del terremoto (2010), se indicó que las consecuencias que dejó el movimiento telúrico fue de 177 personas fallecidas, 2.575 heridos, 979.792 damnificados, 5.724 viviendas afectadas, 142.489 viviendas destruidas, corte de la carretera Panamericana en algunos sectores, interrupción de los servicios básicos, destrucción de hospitales, escuelas y numerosos edificios públicos.
De acuerdo a Urrutia de Hazbún et al. (1993), el Gobierno, a través de sus atribuciones constitucionales, dictó los Decretos Supremos declarando Zona de Estado de Catástrofe a las regiones: Quinta, Metropolitana, Sexta y a las provincias de Curicó y Talca y utilizó los fondos provenientes del 2% Constitucional para obtener rápidamente materiales de construcción y medicamentos que fueron derivados a los ministerios respectivos. Los gobiernos extranjeros aportaron con ropa, alimentos e insumos para el tratamiento de agua potable.
En un estudio que efectuó la Onemi (2009), siete años después del terremoto, determinó que en las comunas de Santiago, Las Condes, Providencia, San Miguel y Ñuñoa, el sismo tuvo una menor intensidad debido al tipo de suelo, compuesto por grava o ripio. En comunas como Quinta Normal, Renca, Pudahuel y Estación Central, la percepción fue mayor, puesto que la mezcla de arcilla y ceniza volcánica tiene una mayor susceptibilidad al recibir un terremoto.
DE BACHELET A PIÑERA: 27 DE FEBRERO
La madrugada del 27 de febrero de 2010, un terremoto 8.8 de magnitud Richter afectó a las regiones Metropolitana, Valparaíso, Bernardo O´Higgins, Maule, Bíobío y Araucanía (U.S.Geological Survey, 2010).
En una nota de Emol (2015), se consignó que los fallecidos producto de este sismo fueron 525 personas, 370.000 viviendas con daños, 2 millones de personas damnificadas, graves daños en infraestructura vial y servicios básicos, principalmente las telecomunicaciones y el aeropuerto.
La BBC (2010), informó que el 2 de marzo la Presidenta Michelle Bachelet decretó Toque de Queda en las regiones del Maule y Bíobio tras los saqueos a locales comerciales e inseguridad en la zona. Un día después del terremoto la Mandataria dictó los decretos N° 152 y N° 153 y se declaró Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe por Calamidad Pública en las regiones anteriormente mencionadas, tras esos decretos se designó al general de Brigada Bosco Pesse Quappe como Jefe de la Defensa Nacional en la Región del Maule y al general de División Guillermo Ramírez en la Región del Bíobío (Gobierno de Chile, Plan de reconstrucción terremoto y maremoto del 27 de febrero de 2010).
El Estado de Chile fue demandado por los familiares de las personas que fallecieron en el tsunami que afectó a la región del Bíobío, en contra de quienes resulten responsables por el llamado a regresar a sus hogares por no existir alerta de maremoto. Es así como, por ejemplo, en esa oportunidad, Hugo Fuentealba perdió a su señora y a su cuñada tras escuchar una radio argentina en la que señalaron que la Presidente Michelle Bachelet descartaba un tsunami en las costas nacionales (Reuters América Latina, 2010). Misma situación vivieron los familiares de Mario Ovando, quien falleció producto del maremoto que azotó la Región del Biobio (La Tercera, 2013).
El 11 de marzo de 2010, asumió el Presidente de la República Sebastián Piñera, en sus medidas (Gobierno de Chile, Plan de reconstrucción terremoto y maremoto del 27 de febrero de 2010), se elaboró un Plan de Reconstrucción junto a un Comité de Emergencia, además de prorrogar los decretos anteriormente mencionados. Por otra parte, el Ejército creó una organización denominada Fuerza de Apoyo Humanitario que trabajó junto con una unidad del Cuerpo Militar del Trabajo. Según el diario La Tercera (2010), en ese organismo trabajaron ocho mil soldados, entre hombres y mujeres que se desplegaron por las regiones del Biobío, Maule y O´Higgins, y 13 mil personas para conformar unidades de trabajo en distintas faenas. El Gobierno, en ese entonces, inició la tramitación de la Ley de Financiamiento de la Reconstrucción (20.445) la que fue promulgada el 29 de julio de ese mismo año. Estamentos públicos y privados, FF. AA. y de Orden, junto la sociedad civil fueron determinantes en la reconstrucción (Gobierno de Chile, Plan de reconstrucción terremoto y maremoto del 27 de febrero de 2010).
Los costos económicos del terremoto entregados por el Ministerio de Hacienda fueron de US$29 mil 663 millones, invertidos en infraestructura pública y privada, viviendas, colegios públicos y privados, hospitales, agricultura, transportes y telecomunicaciones, energía, empresas públicas, entre otras (Gobierno de Chile, Plan de Reconstrucción Terremoto y maremoto, 27 de febrero de 2010).
EL NORTE GRANDE Y EL "GRAN TERREMOTO"
A las 20:46 horas del 1 de abril de 2014 un terremoto, de magnitud 8,2 Richter fue percibido en la capital de la Región de Tarapacá, Iquique (U.S. Geological Survey, 2015). Según La Nación (2014), el epicentro se ubicó a 94 kilómetros al noroeste de la ciudad nortina y fue percibido en el sur de Perú y en algunas localidades de Bolivia. De acuerdo a Emol (2014), tras un par de horas, la alerta de tsunami fue enviada para toda la costa del territorio nacional y Perú, pero las olas no arribaron con fuerza al litoral.
Tras la información entregada por radio Bio Bio (2014), las medidas de evacuación y orden que surgieron desde Santiago a las autoridades regionales fueron, entre otras: Estado de Excepción Constitucional de Emergencia, estado de Alerta Sanitaria (Cooperativa, 2014), ayuda a los pescadores artesanales que sufrieron pérdida de sus botes para trabajar (La Tercera 2014), las compañías de servicios telefónicos ayudaron a los afectados a comunicarse con sus familiares llamadas gratuitas (La Tercera 2014). El terremoto dejó 6 personas fallecidas (La Tercera 2014): 4 hombres y 2 mujeres por infarto y aplastamiento por el material de construcción de las casas en las regiones afectadas (La Tercera, 2014) y 21.813 damnificados por la catástrofe natural (Cooperativa, 2014).
LA "PREVIA" DE LAS FIESTAS PATRIAS
El 16 de septiembre de 2015 a las 19:54 horas, un terremoto de magnitud 8.4 Richter afectó a las regiones de Atacama, Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana, O´Higgins, Maule y Biobío. Incluso, el movimiento telúrico afectó a las localidades argentinas de Mendoza, Córdoba y Buenos Aires. El epicentro fue localizado a 46 kilómetros al suroeste de Canela Baja, en la Región de Coquimbo y a 15,7 kilómetros de profundidad (El Mercurio, 2015).
Posterior al terremoto, un tsunami ocurrió en las costas del litoral nortino que dañó principalmente a las localidades de Tongoy y Coquimbo y dejó un saldo de 15 personas fallecidas (Cooperativa, 2015), (Biobiochile.cl, 2015).
La presidenta Michelle Bachelet, horas después del terremoto y maremoto, decretó Zona de Catástrofe para la Región de Coquimbo que incluyó a las provincias del Choapa y del Limarí junto a la comuna de Coquimbo (El Día, 2015). Esta decisión derivó en la suspensión de las actividades relacionadas con las Fiestas Patrias en la zona (Emol, 2015). Posteriormente, la Mandataria viajó a la Región de Coquimbo junto a ministros y parlamentarios para ver in situ la situación de los damnificados que superaron las 13 mil personas con 814 viviendas destruidas, 3.351 con daño menor habitable y 1.005 con daño mayor habitable. (Emol, 2015).
La Onemi, posterior al movimiento telúrico, inició los protocolos de evacuación en la zona costera del país, las personas evacuadas en el litoral nacional fueron cercanas al millón (La Tercera, 2015). Tras el terremoto, el Gobierno comentó que el país debe tener un debate serio para no seguir construyendo infraestructura pública y privada bajo la cota de 20 metros en el borde costero (Publimetro, 2015).
ENTRE EL BARRO Y EL AGUA
Otro tipo de desastres naturales que ocurren en nuestro país son los temporales ocasionados por un sistema frontal que trae consigo lluvia intensa y/o nieve que, en algunos casos, pueden provocar consecuencias fatales, daños en la infraestructura vial y en viviendas, suspensión de los servicios básicos e interrupción de los sistemas de telecomunicaciones. Con una temperatura cálida en la zona y una isoterma 0 °C que sobrepase los 2.500 msnm en lugares como Santiago, generalmente se producen aludes y aluviones que generan además de las mencionadas en los temporales, barro, lodo y corrientes fluviales en zonas donde nunca existieron.
Debido a la migración del campo a la ciudad, y específicamente a la Región Metropolitana, provocó que terrenos cercanos a los ríos Maipo y Mapocho familias construyeran casas de materiales ligeros y expuestos a los desbordes. Las primeras crónicas de la época detallaban los estragos de los ríos en el centro y posteriormente el sur de Chile.
Tras algunos años, los aluviones, aludes y temporales se trasladaron al norte de Chile, familias completas se desplazaron a otras ciudades de la Zona Central para buscar una nueva oportunidad en sus vidas.
SANTIAGO: EL PRIMER TEMPORAL
De acuerdo a Urrutia de Hazbún et al. (1993), el primer temporal registrado fue en la madrugada del martes 20 de julio de 1574, los habitantes de Santiago no durmieron producto del pánico que sucedió en el lugar: El río Maipo se desbordó y destruyó, debido a la fuerza de la corriente, el puente que unía el centro con el sur del país, producto de esta situación, quedó aislada la Zona Central con el Centro Sur. Como medida de reacción, el Cabildo contribuyó con ayuda económica entre los vecinos, los mercaderes y los indios vecinos al río, para efectuar las reparaciones.
EL PUENTE DE CAL Y CANTO
En 1764, el río Mapocho se desbordó, el gobernador de Chile junto al Cabildo, decidieron construir un nuevo puente que fue diseñado por ingenieros militares. El trabajo para la construcción del nuevo puente comenzó en 1767 con la administración del corregidor Luis Manuel Zañartu. En las obras ocupó a presos que escaparon de la horca. Los cimientos fueron extraídos de los cerros Blanco y San Cristóbal, los arcos construidos con cal y ladrillo, para dejar terminado el Puente de Cal y Canto que conocemos hasta nuestros días. Finalmente la obra concluyó en 1782 (Urrutia de Hazbún et al., 1993).
DE IQUIQUE A OSORNO
En una investigación realizada por Urritia de Hazbún et al. (1993), en los meses de mayo y junio de 1899, un temporal afectó desde Iquique hasta Osorno. Se desbordó el río Bíobío en Concepción, que inundó las viviendas del sector, se interrumpió el servicio ferroviario tras el temporal y cortes en los caminos producto de los derrumbes. Por ley N°1.232, el Ejecutivo autorizó reconstruir las ciudades y poblaciones, y por ley N°1.240 a la atención de alimentos para las familias de las poblaciones inundadas (Biblioteca del Congreso Nacional).
LOS MINEROS DEL GATICO
El 18 de mayo de 1912 un temporal desató una tragedia en el mineral de cobre Gatico, provincia de Antofagasta. Un aluvión destruyó el campamento. Hubo 80 muertos y más de 40 heridos, algunos cuerpos fueron encontrados en las playas de Gatico (Urrutia de Hazbún et al., 1993).
LOS 300 DE SEWELL
En una nota que de Emol (2005), el 19 de agosto de 1945 un rodado e incendio afectó a la mina de Sewell. La tragedia dejó 345 víctimas, principalmente niños, mujeres y los mineros que trabajaban en la zona. El Intendente de la provincia concurrió al lugar del desastre e informó posteriormente a las autoridades de Gobierno de la situación (Urrutia de Hazbún et al., 1993).
INVIERNO DE 1957: 20 MUERTOS Y 4.000 DAMINIFICADOS
Urrutia de Hazbún et al. (1993), detallaron que en 1957 un temporal afectó al Norte Chico y a la zona central, con un saldo de 20 muertos y 4.000 damnificados. Se interrumpieron los servicios telefónicos y telégrafos entre las localidades de Illapel y Valparaíso. Los afectados por el desastre natural dejaron sus viviendas en el Norte Chico para trasladarse a Valparaíso con la ayuda de la Armada. La evacuación continuó por aire gracias a la Fuerza Aérea. Los ministros de Salud y Obras Públicas viajaron a la zona para conocer lo sucedido y el Presidente decretó Zona de Emergencia.
SANTIAGO AZOTADO POR UN NUEVO TEMPORAL
Los días 21 y 22 de mayo de 1974, el centro sur de Chile recibió un intenso sistema frontal. Producto del fenómeno meteorológico en la capital, 547 campamentos de la periferia se inundaron. El Presidente Augusto Pinochet, junto al ministro de Vivienda, se trasladaron al lugar para ver la situación de los afectados. Este temporal dejó 25 muertos, 134 edificios públicos inhabitables, tramos ferroviarios destruidos. El mal tiempo afectó desde Valparaíso a Osorno. El Gobierno decretó Zona de Catástrofe en 13 provincias, el Ministro de Defensa ordenó la acción del Cuerpo Militar junto con Obras Públicas; la Cruz Roja colaboró con la atención de albergues y recaudación de ayuda. Los gobiernos de Argentina, Brasil, Nueva Zelanda, Alemania Federal, EE.UU y las Naciones Unidas aportaron con vestuario, dinero y ayuda humanitaria (Urrutia de Hazbún et al., 1993).
EL RECORDADO DESBORDE DEL MAPOCHO
En la investigación sobre catástrofes naturales en Chile de Urrutia de Hazbún et al. (1993), se señala el desborde del río Mapocho que anegó calles y avenidas cercanas entre el 12 y 17 de mayo de 1982, el cual dejó 6 muertos y 665 personas damnificadas, las que fueron trasladadas a albergues. Las consecuencias del sistema frontal fueron daños a viviendas, caminos, puentes, y obras públicas (24 Horas.cl, 2007). El puerto de Valparaíso fue cerrado y se alertó a los servicios marítimos de las marejadas. Onemi, Fuerzas Armadas y de Orden desplegaron ayuda a los damnificados con la colaboración de la Cruz Roja y bomberos (Urrutia de Hazbún et al., 1993).
LOS 91 DE ANTOFAGASTA
El 18 de junio de 1991, la ciudad de Antofagasta sufrió un alud de agua y lodo producto de las inesperadas lluvias que afectaron a la capital de la II Región. Fallecieron 91 personas y 17 desaparecidas. En pocas horas, cayeron 800.000 milímetros cúbicos en la ciudad que provocó el fenómeno climático (Soy Antofagasta.cl, 2011).
Tras el desastre, tres buques de la Armada transportaron agua potable para los damnificados, se construyeron 76 albergues atendidos por la Defensa Civil, voluntariado y la Cruz Roja. El Presidente Patricio Alywin fue hasta la zona para percatar la gravedad de la situación.
La ayuda a los damnificados llegó a nivel nacional e internacional con la gestión de la Cruz Roja para los damnificados (Urrutia de Hazbún et al., 1993).
EL ALUVIÓN DE LA REGIÓN METROPOLITANA
El 3 de mayo de 1993, producto de un mal tiempo que arribó con fuertes lluvias y nevadas en la Cordillera Central, se produjo un aluvión que afectó a la Región Metropolitana, específicamente a las comunas de La Florida, Peñalolén y La Reina. El informe que entregó la Onemi detalló que la catástrofe dejó 26 personas fallecidas, 8 desaparecidas, 3.846 personas damnificados, 28.808 damnificados fuera de albergue, 307 viviendas destruidas, 5.610 viviendas dañadas a causa del barro y lodo que bajó desde la pre cordillera a la cuidad. Este evento meteorológico provocó que el agua potable en la Región Metropolitana fuese suspendida por algunos días debido a la turbiedad en el río Maipo.
El Gobierno se coordinó con el Ejército, Carabineros y Defensa Civil para ir en ayuda de los damnificados. Los municipios de la región albergaron a los damnificados en los gimnasios de sus comunas Se constituyó un Comité de Coordinación Intersectorial para agilizar la ayuda (Onemi, 1995).
ATACAMA Y SUS ALREDEDORES, UN DESASTRE QUE NO SE OLVIDARÁ
El 25 de marzo de 2015, un aluvión afectó a la Región de Atacama. Sin embargo, las regiones de Antofagasta y Coquimbo también fueron azotadas por el sistema frontal que derivó en un alud que dejó 26 muertos, 22.831 damnificados y 4.095 personas en albergues (La Tercera, 2015).
En información entregada por Emol (2015), la Presidenta Michelle Bachelet decretó Estado Excepción Constitucional de Catástrofe en las regiones afectadas. La ayuda gubernamental a los afectados, consistió principalmente, en despejar de barro las calles y viviendas que quedaron sepultadas con este material, la habilitación de albergues y zonas de abastecimiento de agua potable, ropa y comida, la distribución de baños químicos, ya que la red de alcantarillado quedó completamente colapsada y la construcción de viviendas de emergencia, además de apoyo médico y sanitario, lo que se efectuó bajo el mando del Ejército, hasta el restablecimiento de la normalidad en las regiones afectadas, lo que sucedió cerca de dos meses después del desastre (radio Bio Bio, 2015).
ERUPCIONES VOLCÁNICAS
Tal como se mencionó, Chile es un país que se encuentra dentro del Anillo de Fuego del Pacífico, por lo que es frecuente que sismos o terremotos se desarrollen en forma periódica en las costas y, también, al interior del territorio. Las primeras comunidades que vivieron en el actual territorio de nuestro país, con el fin de calmar los volcanes para que cesaran las erupciones, llevaban a cabo ceremonias de sacrificio con personas lanzándolas a los cráteres con el fin de detener la actividad eruptiva. En una investigación sobre los volcanes activos en nuestro país (Lagos & Martínez, 2015), se detalló que existen 2000 volcanes activos y alrededor de 80, cuentan con un registro eruptivo histórico en los últimos 450 años.
ARICA Y AREQUIPA: LLUVIA DE CENIZAS
La primera erupción volcánica que se registra fue el 14 de febrero de 1600 en el volcán Omate o Huana Putina. Hubo fuertes temblores en la zona que corresponden hoy a Arequipa y Arica. Las lluvias de cenizas abarcaron un territorio de 300 leguas alrededor del volcán. Los pueblos cercanos al volcán desparecieron. En la mitología de la época, los pueblos originarios entregaban al volcán diez a doce doncellas a modo de sacrificio para calmarlo. Tras la llegada de los españoles esa tradición dejó de realizarse (Urrutia de Hazbún et al., 1993).
LA PRIMERA VEZ DEL ANTUCO
En 1624 el volcán Antuco hizo erupción, denominado así por el sacerdote jesuita Diego de Rosales, la actividad tuvo una duración de 8 días; las nubes formadas por cenizas, piedras y lava causaron temor y admiración en la zona. Este fenómeno se repitió en los años 1806, 1820, aunque en 1929, la erupción de lava y cenizas cubrieron extensos campos por el cual aumentó el caudal de los ríos cercanos y perjudicó las siembras (Urrutia de Hazbún et al., 1993). Según el Sernageomin (2015), el 1 de mayo de 2015 el volcán volvió a tener actividad, lo que trajo consigo la evacuación de los habitantes cercanos al lugar para trasladarlos a otro sector en la región producto de las cenizas (La Nación, 2015) y (radio Bio Bio, 2015).
CHILLÁN, ENTRE TERREMOTOS Y ERUPCIONES VOLCÁNICAS
El año 1751 fue la única vez que entró en erupción el volcán Chillán (Terbuchi), como lo detalló el cronista de aquella época Felipe Gómez de Vidaurre en su Historia Geográfica Natural y Civil de Chile, Urrutia de Hazbún y et al. (1993), "como sucedió en 1751, con el volcán Chillán, cuyas cenizas vi en distancia de más de siete leguas en la última cadena de la cordillera" (p. 65).
EL RIÑINAHUE EN ACCIÓN
El 21 de abril de 1907, a través del Gobernador de La Unión, se confirmaba que el volcán Riñinahue entraba en erupción informando que se habían incendiado más de dos leguas. La lluvia de cenizas produjo en Valdivia molestia en los ojos y en las vías respiratorias, la Laguna Negra quedó seca, los lahares arrasaron con casas, bosques, ganado y personas. Diez personas fallecieron en la avalancha (Urrutia de Hazbún et al., 1993).
LOS TRES MESES DEL PUYEHUE
En diciembre de 1921 entró en erupción el volcán Puyehue, la cantidad de cenizas dejó turbias las aguas del río Chirri. La erupción se prolongó hasta febrero de 1922, el viento arrastró hasta Osorno la lluvia de cenizas, los pobladores cercanos al lugar huyeron al valle central, gran cantidad de animales murieron carbonizados (Urrutia de Hazbún et al., 1993). El 4 de junio de 2011, nuevamente el volcán Puyehue hizo erupción, esta situación generó alarma en las autoridades argentinas y chilenas (radio Bio Bio, 2011). Las autoridades nacionales evacuaron la zona y cancelaron los vuelos comerciales.
EL TRASLADO DE CHAITÉN
El 2 de mayo de 2008 el volcán Chaitén hizo erupción, de acuerdo al estudio realizado por (Soto, Barrenechea & González Rubio, 2009) se generó un cambio geomorfológico en los habitantes del sector. La población tuvo que trasladarse a otro sector debido a la complejidad en la zona producto de la actividad del volcán y del desborde del Río Blanco con el material piroclástico. Según radio Bio Bio (2014), el Gobierno de la época, determinó la evacuación de las familias afectadas a otras regiones cercanas y comenzaron los trabajos para que la ciudad de Chaitén se trasladara a la localidad de Santa Bárbara, no obstante, en la actualidad no se ha producido tal cambio, y muchos de los antiguos habitantes han vuelto a Chaitén para reactivar el pueblo.
EL CALBUCO Y LA FUERZA DE LA NATURALEZA
El 22 de abril de 2015 el volcán Calbuco, ubicado en la Región de Los Lagos, hizo erupción durante la tarde de ese día tras 43 años de inactividad. La Omeni decretó Alerta Roja para la zona y el Sernageomin informó que se produjeron en 2 horas 140 eventos (La Tercera, 2015). En una semana el macizo tuvo tres erupciones, por lo que la evacuación de los habitantes cercanos al lugar se realizó rápidamente (Bio Bio, 2015). Los evacuados tras las erupciones fueron 6.514 personas. Producto de las erupciones y el material piroclástico expulsado, el volcán provocó el desborde del Río Blanco (La Tercera, 2015). Algunas aerolíneas suspendieron sus vuelos en Uruguay tras la ceniza volcánica que llegó hasta ese país (Infobae, 2015). Los damnificados recibieron ayuda gubernamental en ropa, enseres por 1.200.000 pesos, además de un bono por tres meses de $150.000 mil (La Nación, 2015).
Desde el contexto histórico que afecta al país en desastres naturales las autoridades que dirigían a Chile en los primeros años aseguraban que las catástrofes eran un "castigo de Dios" debido a la influencia que ejerció la Iglesia Católica en la sociedad chilena. A causa de esto, los pueblos originarios sacrificaban a personas -en el caso de las erupciones volcánicas- enviándolas a los cráteres para que el volcán dejara de lanzar lava o ceniza en el sector.
En el caso de los terremotos y aluviones, las autoridades se preocupaban que los indígenas que habitaban en la zona trabajaran para recolectar comida y agua para que los españoles, quienes junto a sus familias, se quedaran resguardados en la cima de los cerros. Por esos años no existía un sistema de evacuación ni conocimiento en materia de catástrofes que conocieran las personas, sólo se salvaban por el instinto que los llevaba a trasladarse a los sectores altos de la ciudad.
Desde su fundación, las Fuerzas Armadas y de Orden han sido los ejecutores de las evacuaciones, junto con mantener el control en las ciudades y posterior rehabilitación y reconstrucción, utilizando los recursos humanos, materiales y logísticos para realizar las etapas mencionadas. Estos medios, además de ser los únicos capaces de llegar a lugares aislados, llevando ayuda, también tienen la capacidad para mantener la tranquilidad en las zonas afectadas producto de la falta de comunicación y de los actos de vandalismo.
Históricamente, el Estado de Chile no ha sido capaz de generar políticas para que la ciudadanía incorpore en su conciencia una cultura cívica al momento de enfrentar una catástrofe natural. Las autoridades estatales a lo largo del tiempo, han sido reactivas y no preventivas ante estos fenómenos que ocasionan enormes pérdidas humanas, sociales y económicas.
Tras los últimos episodios que han azotado al país, se ha aplicado la tecnología para diseñar algunas técnicas para prevenir a la ciudadanía, tales como: recibir un mensaje de texto en el celular si está en la zona afectada para, posteriormente, iniciar la evacuación a lugares seguros que están determinados por la autoridad regional. Sin embargo, la ausencia de protocolos de prevención para reaccionar ante diferentes tipos de eventos, demuestra que aún Chile carece de políticas definidas y claras para afrontar un desastre natural y todos los complejos factores que ello conlleva.
CAPÍTULO II
¿CÓMO AFRONTA CHILE UNA CATÁSTROFE?
El país, desde los inicios de su historia, ha enfrentado las catástrofes naturales, con la solidaridad de la ciudadanía y principalmente, con los recursos del Estado para llevar ayuda a los damnificados, desde la entrega de alimentos hasta la coordinación con las Fuerzas Armadas y de Orden para controlar, rehabilitar y reconstruir la zona afectada. Además del apoyo interno, existen organismos internacionales y países que envían ayuda humanitaria, dinero, recursos humanos y tecnología para afrontar el desastre.
Durante los primeros años del siglo XXI, el Estado de Chile dio inicio a un profundo rediseño de la Administración Pública, acorde a las nuevas necesidades que adquirieron las actividades productivas y de servicios en el país, junto a los requerimientos de la población en materia de infraestructura privada y pública. En este contexto, a comienzos de los años 2000, se llevaron a cabo importantes cambios a los sistemas de prevención de desastres, cuando Chile se comprometió como Estado a hacerse parte de los principios que se definieron en la "Década Internacional de Reducción de Desastres Naturales" (Onemi, 2002). Es por esto que, el Plan de Emergencia, que regía desde fines de la década de los 70, fue reemplazado por el Plan Nacional de Protección Civil, vigente desde 2002 a la fecha, con el objetivo de asignar roles y atribuciones a los diferentes organismos del Estado para prevenir, mitigar y atender sus consecuencias en el plan de modernización del Sistema de Protección Civil (Organización Panamericana de la Salud, 2010).
De acuerdo a Rodríguez Salas (2015), el Estado de Chile ha optado por procesos de adaptación a la institucionalidad. Ejemplo de este proceso es la creación en 1974 de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), la que fue reformulada tras el terremoto del 27 de febrero de 2010 junto a la instauración de la Agencia Nacional de Protección Civil, entregándole mayores atribuciones y la formación del Sistema Nacional de Alerta Temprana.
Dentro de su estructura, el país cuenta con una oficina nacional para el ámbito de las emergencias, ya sean originadas como una catástrofe natural o aquellas ocasionadas por el hombre. La Onemi, organismo dependiente del Ministerio del Interior y Seguridad Pública, es el estamento técnico del Estado de Chile encargado de la coordinación del Sistema de Protección Civil. Sus planteamientos ante una situación de emergencia son:
La Oficina Nacional de Emergencia - en sus parámetros administrativos - busca planificar, impulsar, articular y ejecutar acciones de prevención, respuesta y rehabilitación frente a situaciones de riesgos colectivos que pueden ser emergencias, desastres y catástrofes de orígenes naturales o provocados por la acción humana.
La administración actual de la Onemi ha estado centrada en reforzar el Sistema de Emergencia y Alerta Temprana y en el fortalecimiento del Sistema de Protección Civil, para sumar y apoyar en las situaciones derivadas de las emergencias por las diversas variables de riesgos a lo largo del país. (Sistemas frontales, nevazones en la zona sur, afectación por inestabilidad post frontal, evacuación del borde costero por alertas de tsunami, etc). (Oficina Nacional de Emergencia).
El objetivo de la Onemi es prevenir al momento de salvar vidas e impulsar permanentemente el autocuidado de la población mediante el programa Chile Preparado. Además, ha desarrollado diversas campañas con instituciones públicas como FF.AA. de Orden y Seguridad, Conaf y Sernatur, entre otros, mediante la sensibilización de la población para internalizar ciertas conductas preventivas. (Oficina Nacional de Emergencia).
La Onemi fue creada por D.L. N° 369 en marzo de 1974 (Oficina Nacional de Emergencia) y tras el terremoto del 27 de febrero de 2010, su edificio matriz ubicado en la comuna de Santiago, sufrió serios daños en su construcción, lo que obligó a desocupar cerca del 50% de las dependencias por lo que el Gobierno se vio en la obligación de iniciar la construcción de un nuevo recinto. A raíz de esto, el 30 de junio de 2015 la Presidenta Michelle Bachelet inauguró las dependencias de la nueva Oficina Nacional de Emergencias, la que cuenta con 5.600 metros cuadrados, nuevo equipamiento con estándares asociados a las emergencias y desastres, junto a alta tecnología que permite que el edificio reduzca entre 6 a 8 veces el impacto del movimiento sísmico. Además de cuatro grupos electrógenos que permiten tener autonomía en caso de corte de energía eléctrica, incluyendo respaldo de estanques para agua potable. Este nuevo edificio se encuentra en el mismo lugar donde funcionaba la antigua Oficina Nacional de Emergencia ubicada en Beaucheff 1671, Santiago de Chile (La Nación, 2015).
En su estructura de modernización realizada el año 2002, el Ministerio del Interior y Seguridad Pública realizó una serie de modificaciones en lo referido a los planes de Protección Civil –entendida como la protección a personas y bienes en situación de riesgo colectivo- (Organización Panamericana de la Salud, 2010). En este sentido, el Sistema Nacional de Protección se inserta en el Plan Nacional de Protección Civil que fue diseñado en 1977, pero derogado en el Decreto Supremo de Interior N° 155 de 1977 que aprobó el Plan Nacional de Emergencia y el título del Decreto Supremo N° 509, de 1983 del Ministerio del Interior. En el Sistema de Protección Civil participan los organismos, servicios e instituciones públicas y privadas incluyendo a las entidades voluntarias y a la comunidad organizada, bajo la coordinación de la Oficina Nacional de Emergencia. Todos los servicios mantienen su propia estructura y libertad para adecuarse a la organización y lograr la máxima eficiencia en el cumplimiento de las tareas en el ámbito de la prevención, mitigación, respuesta y rehabilitación ante un hecho destructivo en el sector que produzca una catástrofe, concurriendo cada uno con sus respectivos recursos humanos y técnicos especializados (Ministerio del Interior, 2002).
La misión de la Protección Civil consiste en prevenir, mitigar y reducir al máximo el desastre natural, esto incluye preparar a la ciudadanía mediante planes de respuesta con información clara para responder eficaz y eficientemente cuando una situación de emergencia no ha podido evitarse (Ministerio del Interior, 2002).
Según el intendente de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, en caso de ocurrir un desastre natural, los protocolos a realizar en esta zona del territorio está determinado por un plan de emergencia a nivel regional.
Existe el Plan Regional de Emergencias, que es el instrumento indicativo para la gestión de emergencias a nivel regional que está elaborado en coherencia con el Plan Nacional de Protección Civil. El Plan Regional de Emergencias contempla principalmente la definición de los roles, funciones y procedimientos de convocatoria de los integrantes del Comité Regional de Operaciones de Emergencias (COE Regional). Además del Plan de Enlace del Comité de Protección Civil, que es un procedimiento de activación del Sistema de Alertamiento, para solicitar fondos de emergencia y protocolos y procedimientos regionales. Ejemplo de esto es el Protocolo de Comunicación ante Emergencias Causadas por Turbidez y Corte de Suministro de Agua Potable; el Protocolo de Comunicación ante Interrupción de Suministro Eléctrico; el Protocolo de Respuesta Ante Emergencias con Movimiento de Personas en Terreno Agreste; y el Plan Regional de Acción Coordinación y Comunicación en Emergencias Forestales (ACCEFOR-RM). (En entrevista personal del 17 de septiembre de 2015).
Esto incluye una coordinación con las Fuerzas Armadas y de Orden en caso de ocurrir un desastre en la Región Metropolitana. Este plan, tiene el nombre de Puelche III y consiste en determinar la ayuda a los afectados que existe en el caso específico de la Región Metropolitana y gestionar la ayuda a los damnificados tras el desastre:
La coordinación con las Fuerzas Armadas se realiza a través del Plan de Emergencia y Protección Civil "Puelche III" del Ejército de Chile, que establece las misiones ante situaciones de emergencia, su conformación y empleo de unidades respectivas dotación y tareas fundamentales, organización del Cuartel General de Emergencia, proceso de alistamiento, gestión por tipos de alerta y niveles de emergencia. (En entrevista personal del 17 de septiembre de 2015).
En la Oficina Nacional de Emergencia existe un organigrama que define la función de cada jefatura existente en las diversas áreas de la organización.
Fuente: Onemi.
A fines de 2014, la Oficina Nacional de Emergencia realizó un Plan Estratégico para el período 2014-2018 implementado en Perspectiva Presupuestaria, Perspectiva de Personas y Tecnología, Perspectiva Procesos Internos y Perspectiva Comunidad y Sistema Nacional de Protección Civil.
Perspectiva Presupuestaria: Gestionar los recursos necesarios para el cumplimiento de los objetivos definidos.
Perspectiva Personas y Tecnología: Contar con sistemas y tecnologías que permitan agilizar la disponibilidad de información para la toma de decisiones, desarrollar y mantener competencias para la gestión de riesgo de desastre y contar con plataformas y herramientas para una gestión de riesgos adecuada.
Perspectiva de Procesos Internos: Desarrollar una logística eficiente y eficaz, gestionar el trabajo colaborativo con el Sistema Nacional de Protección Civil (SNPC) para asegurar la alerta y la respuesta eficaz y estandarizada. Gestionar con la comunidad y los actores del SNPC el desarrollo de capacidades que aumentan la prevención y la resiliencia.
Perspectiva Comunidad y Sistema Nacional de Protección Civil: Asegurar una respuesta y alerta eficiente y veraz. Liderar el rol de articulador y coordinador en el Sistema Nacional de Protección Civil.
Todas las perspectivas se relacionan con el concepto participe con resiliencia frente a desastres y riesgos (Onemi, 2014).
Dentro de la estructura de la Onemi, se encuentra el Centro de Alerta Temprana que monitorea en tiempo real, el territorio nacional con el fin de disminuir o mitigar los riesgos de amenazas. Este centro proporciona información al Sistema de Protección Civil en caso de ocurrir una situación que pueda afectar a personas, medio ambiente, infraestructura, entre otras. Dependiendo del nivel de alerta, permitirá coordinar adecuadamente la respuesta a eventos de emergencia, desastres y catástrofes mediante los sistemas de comunicaciones redundantes, radiales y satelitales (Onemi, Centro de Alerta Temprana).
En los desastres o fenómenos naturales existen protocolos y procedimientos que son de utilidad al momento en que sucede la catástrofe, la que analiza el Centro Nacional de Alerta Temprana para informar acerca de los riesgos y emergencias de los organismos técnicos que integran el Sistema Nacional de Protección Civil, por esto Onemi, ha coordinado junto a otros estamentos sistemas de colaboración, protocolos para mejorar y contribuir a la difusión de la información de manera oportuna. Las instituciones que realizan la coordinación con el Centro de Alerta Temprana son:
Onemi – Sernageomin: Coordina los procesos para el manejo necesario al riesgo geológico y volcánico, como las alertas y zonas que puedan ser afectadas.
Onemi- Shoa: Norma los procedimientos para la información de un riesgo de tsunami.
Onemi – Centro Sismológico Nacional: Relaciona los flujos de comunicación entre las instituciones ante un movimiento sísmico en el territorio nacional. (Sistema Alerta Temprana, Onemi).
Tras lo ocurrido el 27 de febrero de 2010, donde se observó que las autoridades no tenían un conocimiento claro y específico sobre los protocolos para iniciar una evacuación a la ciudadanía, existe una coordinación entre la Onemi, el Shoa y el Centro Sismológico Nacional, donde existen instancias de comunicación e información, junto con la realización de ejercicios de simulacro a los funcionarios y una activación inmediata de la Onemi al Centro cuando ocurre un sismo de magnitud 7 en la costa, cuyo fin es evacuar de inmediato a la población a las zonas seguras, como explica su director el Sr. Sergio Barrientos.
Ha cambiado diametralmente la situación desde 2010, uno ve que hay acciones, protocolos establecidos y tiempos adecuados. Existen mecanismos de transmisión de datos que aseguran que la información va a llegar de un lugar a otro, se hacen simulacros, se establecen actividades conjuntas, hay capacitaciones, es todo muy distinto a lo del 2010.
Hay protocolos y documentos entre el Shoa y la Onemi y entre nosotros –Centro Sismológico Nacional- y la Onemi. Estamos trabajando entre los tres para saber qué tipo de información se ofrece, cuándo se ofrece, quiénes son los responsables de recibir y entregar la información en cuanto tiempo. El hecho de que la misma Onemi tenga protocolos que se activen con intensidad 7 en dos lugares de la costa, significa que hay que proceder a una evacuación. Ese tipo de cosas no existían antes del 2010 y que en este momento están siendo implementadas. (En entrevista personal del 7 de octubre de 2015).
En algunos casos, por ejemplo, las alertas que realiza la Onemi pueden ser distintas a las que envía el Sernageomin cuando ocurre una erupción volcánica en el país. Esto puede confundir a la población en la información que se les entrega. Aunque el único organismo que difunde una información con respecto a la seguridad o posible evacuación de la ciudadanía es la Onemi. Por esto, tanto el Sernageomin como la Onemi disponen de diferentes tipos de alerta (T13.cl).
Para el organismo perteneciente al Ministerio de Minería (Sernageomin), existen cuatro tipos de alerta, estos son:
Alerta Verde: Estado en que el volcán se encuentra en reposo o quietud, o una actividad sísmica, fumarólica u otras actividades que pueden afectar al territorio cercano. No representa riesgo para la población.
Alerta Amarilla: El volcán está en un periodo de inestabilidad, que puede aumentar o disminuir aquellos niveles. En este estado se pueden presentar enjambres sísmicos, emisión de ceniza, lahares, ruidos, olores de gases volcánicos.
Alerta Naranja: Dentro de este estado existen variaciones significativas que pueden derivar en una posible erupción de carácter explosivo o efusivo o una erupción menor la cual genera una amenaza limitada hacia la población e infraestructura existente o una disminución o retorno después de una fase eruptiva hacia la población e infraestructura existente con una inestabilidad del sistema volcánico.
Alerta Naranja: Se encuentra en una fase de erupción eminente o en proceso el volcán que puede alcanzar horas. Puede existir una fase eruptiva que sea explosiva o efusiva que puede estar compuesta por varios períodos. El tiempo de respuesta a la ciudadanía es corto. (T13.cl).
El Ministerio del Interior, a través del Decreto N°156 (2002) (Ministerio del Interior, 2002), diseñó distintos tipos de alerta en caso de existir una situación de emergencia en el territorio nacional, las que son manejadas por la Oficina Nacional de Emergencia para coordinar con otras instituciones públicas y privadas la evacuación y rehabilitación de la zona afectada
Alerta Temprana Preventiva: Consiste en reforzar las condiciones de vigilancia y atención a través de la rigurosidad y precisión del monitoreo del lugar advertido así como de una probable amenaza en curso y las condiciones de vulnerabilidad para un actuar rápido y oportuno para el control en caso que sea mayor.
Alerta Verde: Es la vigilancia constante del territorio nacional para advertir alguna situación que genere una posible situación de emergencia y para reportar lo más pronto posible si llegara a ocurrir.
Alerta Amarilla: Concepto utilizado cuando ocurre una amenaza de desastre que crece en extensión y severidad, lo que supone que el área afectada no será controlada con los recursos locales que se disponen, debiendo proporcionar mayor apoyo para la intervención de acuerdo a la evolución de la amenaza o desastre.
Alerta Roja: Ocurre cuando el evento crece en extensión y magnitud, por tanto se requiere la movilización de todos los recursos necesarios y disponibles para atender y controlar el evento destructivo.
Una Alerta Roja se puede generar de inmediato para concertar la amplitud y cobertura de los recursos necesarios sin decretar una Alerta Amarilla, dependiendo las características de la situación. (Emol. 2015).
En caso de generarse un potencial desastre, se proyecta al Sistema de Protección Civil que incluye al Comité Nacional y Regional de Emergencias y Direcciones Regionales de la Onemi de las zonas de riesgo (Emol, 2015).
Con el objetivo de prevenir un desastre natural, la Onemi ha realizado durante los últimos años programas de prevención y educación, con el objetivo de que la ciudadanía conozca los métodos para enfrentarlos al momento de ocurrir un desastre natural. Entre los programas que utiliza la Oficina Nacional de Emergencia, en materia de educación para la gente en temas de prevención, destacan las recomendaciones de los fenómenos naturales que pueden ocurrir en la zona con las respectivas indicaciones a realizar (Onemi, Recomendaciones). Estas campañas se realizan en eventos masivos tales como: recitales de música, cines, eventos deportivos o festivales con la entrega de volantes, merchandasing y recomendaciones en las pantallas LED dispuestas en cada evento.
Según el sitio Web de la Onemi, el único programa que se ha realizado correspondiente a Familia Preparada fue el 20 de julio de 2012 en la comuna de Lampa. (Onemi, Familia Preparada).
Otro plan para prevenir ante una situación provocada por un desastre natural, son los Kits de Emergencia, los que detallan los instrumentos, elementos y recomendaciones que debe tener un hogar en caso de ocurrir un evento de gran magnitud, estos están ordenados en tres puntos (Soyantofagasta, 2015):
Kit Básico de Emergencia:
Agua: Tomar dos litros por persona al día. Recomiendan botellas chicas para su traslado.
Comida: Principalmente enlatada, barras energéticas y comida deshidratada.
Abrelatas manual.
Linternas y baterías.
Radio portátil con baterías adicionales.
Botiquín de primeros auxilios.
Medicamentos, anteojos para los niños y la tercera edad.
Llaves de repuesto para la casa y auto.
Dinero en efectivo.
Copia del plan de emergencia.
Provisiones Adicionales de Emergencia:
Dos litros de agua adicionales por día.
Velas, encendedores y fósforos.
Muda de ropa y zapatos para cada integrante de la familia.
Saco de dormir para cada uno de los integrantes de la familia.
Artículos de aseo.
Jabón gel para las manos.
Papel higiénico.
Dos ollas (mínimo) como utensilios de cocina.
Bolsas de basura.
Cloro o tabletas para purificar el agua.
Martillo, guantes, destornilladores, alicates, llave inglesa,, cortapluma o cuchillo pequeño.
Parrilla o asador.
Silbato.
Kit de Emergencia para el Auto:
Alimentos no perecibles.
Agua embotellada.
Frazadas.
Ropa o muda para cambiarse.
Botiquín de primeros auxilios.
Pala.
Velas y fósforos.
Extintor.
Bolsas plásticas.
Linternas con baterías.
Medicamentos necesarios.
Toallas pre húmedas.
Mapas.
Copia plan de Emergencia.
Señales luminosas.
Además de todos estos elementos y programas preventivos que se desarrollan en el país, desde la Intendencia de la Región Metropolitana se realizan cursos y charlas en colegios, juntas de vecinos y en establecimientos principalmente educacionales, como da a conocer el intendente de la RM, Claudio Orrego.
Las actividades mencionadas se desarrollan a través de la coordinación de la Dirección Regional Metropolitana de ONEMI, en materias de seguridad escolar (Plan Integral de Seguridad Escolar), Programa de Participación Comunitaria, reuniones periódicas con encargados comunales de emergencia, entre otros. (Entrevista personal del 17 de septiembre de 2015).
Una opinión distinta tiene Emardo Hantelmann, ex director de Emergencias de la Municipalidad de Puente Alto y concejal de la comuna (2012-2016), con respecto a las medidas y planes preventivos. Según su punto de vista, el país, al tener diversos tipos de clima y extensión de su territorio, hace complejo que las medidas preventivas sean informadas de la misma manera y forma a los residentes en el territorio nacional.
Creo que las medidas preventivas son un poco complejas desde el punto de vista de infraestructura, esto tiene que ver con el ordenamiento territorial. Nosotros tenemos una geografía de norte a sur que tiene mucho riesgo, tenemos una extensa costa que nos tiene expuesto a marejadas y eventualmente, como estamos en un país muy sísmico, expuestos a terremotos. Hay ciudades que están en el borde costero y hay muchas viviendas construidas en lugares donde no dicen estar insertos. Si sigues hacia el centro, en los sector de los valles, Chile tiene una distancia demasiada angosta entre el mar y la cordillera, entonces tienes pendientes importantes y los fenómenos aluvionales son súper normales por lo empinada de la cordillera por los lugares poblados, todo lo que tenga que ver con tapar las cuencas naturales y al llover sobre las cotas de nieve se producen aluviones, y eso ocurre en todo el país. A esto agrégale que tenemos los volcanes más activos en Sudamérica.
Entonces las medidas de prevención son complejas porque tú tienes demasiados frentes, más allá de prevenir, nosotros debiésemos tener interiorizado que este es un país que va a ver un terremoto en cualquier momento, que se van a ir casas porque están construidas en los márgenes de las cuencas naturales de los ríos, y además tenemos a Chile como un país forestal, porque mucha de su superficie fue explotada en forma abusiva durante el siglo XVIII y parte del siglo XIX y obviamente ese suelo fue erosionado del punto de vista agrícola, entonces no tienen otra posibilidad de desarrollarse que no sea por la recuperación de los suelos forestales, Chile tiene más de 2 millones hectáreas de bosques plantados y 14 millones de hectáreas de bosques naturales, no sólo hay emergencias antrópicas desarrolladas o por la acción del clima. (En entrevista personal del 4 de septiembre de 2015).
Este argumento fue reafirmado por el Geógrafo Pablo Osses, en entrevista personal el 25 de septiembre de 2015, donde especificó que el Estado de Chile no cuenta con una suficiente preparación para enfrentar una catástrofe producida por la naturaleza, aunque en el aspecto de la reacción manifestó que los avances son significativos.
Creo que en el plano reactivo están bastante bien, pero en el plano preventivo no tenemos nada. Este año por primera vez se limpia el cauce del rio Mapocho, pero se empezó a limpiar en mayo, entonces cuando tuvo que pasar lo de Atacama, tuvo que pasar unos meses, gestionar el presupuesto y recién terminar en julio de limpiar el cauce. Tengo la impresión que todavía estamos en un plano más reactivo que preventivo. (En entrevista personal del 25 de septiembre de 2015).
En la citada entrevista, dio a conocer cuáles son las principales amenazas que existen en la Región Metropolitana en caso de ocurrir un desastre. Para el geógrafo, las construcciones en lugares donde antiguamente hubo quebradas y esteros y la ausencia de lluvia son los principales factores para que en la Región Metropolitana puedan existir desastres naturales.
La Principal amenaza en la Región Metropolitana - de corto plazo.- son las inundaciones y los aluviones, esa son las más cercanas y recurrentes. Yo tengo la impresión de que hay un crecimiento urbano de los últimos diez años producto de la sequía, entonces hay un crecimiento de infraestructura tanto de servicios como residencial. No tengo tan claro si han considerado la amenaza real de crecidas de esteros, de quebradas, tengo la impresión que incluso en el piedemonte de la cordillera están cortadas, hay quebradas que están bloqueadas por infraestructura. (En entrevista personal realizada el 25 de septiembre de 2015).
En entrevista personal del 9 de septiembre de 2015, Luis Abdón Cifuentes Lira, Ingeniero Civil Industrial y ex director del Centro Nacional de Investigación para la Gestión Integrada de Desastres Naturales (CIGIDEN), dio a conocer su opinión crítica con respecto a la situación actual de la Oficina Nacional de Emergencia ante una catástrofe natural.
A la Onemi le falta muchísimo, tiene pocos recursos, es una oficina de coordinación que tiene poca autonomía y poco dinero… en realidad es una oficina de emergencia, no es una oficina de prevención de riesgo, ni de anticipación, no tiene esas atribuciones, no tiene presupuesto para hacerlo.
Además el experto agregó que el país no tiene seriedad para tomar una decisión sobre las medidas preventivas y la Onemi, en sus sistemas de alerta ante una catástrofe tampoco, porque la culpa finalmente es de la naturaleza.
No nos tomamos el tema muy en serio porque finalmente le echamos la culpa a la naturaleza; aluviones, terremotos y tsunamis van a seguir ocurriendo, pero podemos mitigar las consecuencias. No tomamos muy en serio los riesgos, somos un país que estamos recién mejorando, somos como un nuevo rico que todavía no tomamos los seguros para proteger nuestra casa, tampoco tenemos plata para prevenir, para preparar a la población y creo que hay un problema de capital humano que todavía no tenemos la cantidad de personas realmente capacitada para estas pegas, no sabemos muy bien cómo hacerlo. Las alertas son siempre preventivas, todas las alertas son siempre son preventivas, creo que hay que hacerlas con diferentes niveles, no tengo un juicio si son efectivas, ¿de dónde? (En entrevista personal del 4 de septiembre de 2015).
A estas críticas se sumó el experto en gestión de emergencias Michel L´Herbe, quien a su juicio el país, y principalmente la Onemi, está atrasada en cuarenta años en materia de prevención y emergencia en desastres natrales, así como de una deuda que persiste en el tiempo desde la institucional de Chile.
Es importante recordar que nuestro modelo de gestión de emergencias implica gestionar las cuatro fases del ciclo de vida de la emergencia (mitigación, prevención, preparación, respuesta y recuperación) sigue sin modificaciones, es decir, presenta un atraso de cerca de 40 año respecto de realidades desarrolladas.
Una institucionalidad moderna, organizada y con un entrenamiento de la comunidad, así como ordenamiento territorial, son tres elementos que siguen en deuda luego de las grandes emergencias de los últimos cinco años. Y no me refiero solo a los terremotos, pues las emergencias tienen más similitudes que diferencias cuando se trabaja desde el management, a diferencia de cuando se es víctima, pues en este caso, cada emergencia se relaciona directamente con una experiencia de vida. Es así como cuando vemos los incendios forestales de la zona centro y sur, los aluviones en el norte y también los terremotos, podemos ver que son tres "deudas" que persisten. (En entrevista personal del 4 de octubre de 2015).
Michel L´Herbe fue enfático en comentar que, en la actualidad, la Oficina Nacional de Emergencia tiene un sistema centralizado y deficiente en el aspecto técnico y para tener un nuevo sistema de gestión en catástrofes naturales, los resultados no se verán de inmediato sino que a largo plazo.
Si bien es cierto, en la actualidad existe un proyecto de ley que crea una nueva institucionalidad, o como se le ha denominado crear una nueva Onemi, se debe ser claro al momento de establecer las expectativas respecto de su impacto. 40 años de atraso, un sistema fragmentado, centralizado y serias debilidades técnicas, no se solucionan de un día para otro. La nueva institucionalidad vendrá a establecer mejoras, pero solo luego de varios años podremos ver los resultados. Es decir, tomará quizás un par de gobiernos hasta que esa nueva estructura genere el músculo necesario para ponernos al día, siempre y cuando las resistencias al cambio sean superadas y se genere el espacio para el cambio. (En entrevista personal del 4 de octubre de 2015).
En relación a las críticas de Emardo Hantelmann, Michel L´Herbe y de Luis Abdón Cifuentes, el primer proceso para modernizar Onemi comenzó en 2011 cuando en ese entonces el Presidente Sebastián Piñera pidió agilizar el trámite para reformar a la Oficina Nacional de Emergencia. No obstante, el poder Ejecutivo dilató esa opción. El año 2015 y específicamente el fin de semana del 3 de mayo, se cumplió el plazo para que el Gobierno diera urgencia "simple" - plazo para tramitar un proyecto en un mes - que concedió el Gobierno para reformular el organismo dependiente del Ministerio del Interior.
El ritmo de discusión del proyecto fue cuestionado por los legisladores, los que incluso se molestaron porque La Moneda no lo quiso llevar como prioridad legislativa antes del 31 de agosto de 2015 (La Tercera, 2015). Una de las ideas era que la Onemi fuera un Sistema Nacional de Gestión y Riesgos de Emergencia con recursos propios, autónomo, descentralizado y que al momento de tener autoridades fueran elegidos por la Alta Dirección Pública y no a través de decisiones políticas. Otro de los puntos que generó el distanciamiento entre el Ejecutivo y el Legislativo fue que desde el Gobierno argumentaron que el nuevo Sistema dependerá del Ministerio del Interior y Seguridad Pública y no como un organismo autónomo y descentralizado (Senado, 2015). Otra situación que generó discrepancia entre el Gobierno y miembros del Senado y la Cámara Baja fue la creación de un Jefe Director de Emergencias en cada comuna que dependa exclusivamente de las municipalidades, generando un mayor gasto para el Ejecutivo. (La Tercera, 2015).
Ante un desastre natural, dependiendo de la magnitud, el Presidente de la República determina cuáles son los protocolos a realizar y determinar qué Estado de Excepción Constitucional decreta en la zona afectada.
Para conocer cuáles son los Estados y las características de cada uno, es necesario comprender que los Estados de Excepción Constitucional se pueden definir como las herramientas jurídicas para afrontar situaciones de anormalidad política o de catástrofe con el objetivo de salvaguardar la estabilidad institucional y de orden en la sociedad.
De acuerdo al artículo 39 de la Constitución Política del Estado (CPE), se reconocen como situaciones excepcionales guerra interna y externa, conmoción interior, emergencia y calamidad pública, cuando afecten gravemente el normal funcionamiento del Estado.
Cada uno de los estados de excepción constitucional entrega facultades y atribuciones de acuerdo a la situación que se trate, dependiendo de cada uno de ellos se verá afectado el ejercicio de los derechos y garantías que la Constitución asegura a todas las personas restringiendo la protección que se les reconoce. (Biblioteca Nacional de Chile, 2010).
Estado de Asamblea: Se ejerce para el caso de una guerra exterior que lo decreta el Presidente de la República previo acuerdo del Congreso Nacional, el tiempo que perdura dependerá del periodo que se mantenga la guerra exterior.
Estado de Sitio: Se contempla para el caso de una guerra interna o grave conmoción interior. Para su aplicación se siguen los mismos trámites que el caso anterior y su duración no puede superar los 15 días, el Presidente puede solicitar al Congreso una prórroga.
Conforme al artículo 43, inciso segundo de la Constitución, las atribuciones que tiene el Presidente de la República son: Restringir la libertad de locomoción; arrestar a las personas en sus propios hogares o en lugares que la ley determine que no sean cárceles, ni estén destinados a la detención o reos comunes junto con suspender o restringir el ejercicio del derecho de reunión.
Estado de Emergencia: Se declara en caso de grave alteración al orden público, daño o peligro para la Nación, por fuerza de origen interno o externo. El Presidente de la República tiene la potestad de declarar a las zonas afectadas por dichas circunstancias.
Su periodo no puede extenderse por más de 15 días, sin perjuicio que el Presidente pueda extenderlo por igual periodo, aunque S.E., para prorrogar el estado, debe acodar con el Congreso Nacional su extensión.
Declarado este estado de excepción, el Presidente puede restringir libertades de locomoción y transporte.
En los casos anteriores, las atribuciones y las medidas que se otorgan que pueden ser adoptadas por las autoridades, están complementadas por lo dispuesto en la Ley Orgánica Constitucional de Estados de Excepción Constitucional, N° 18.415.
Estado de Catástrofe: Se entiende para los casos de calamidad pública, el Presidente es quien debe indicar la zona afectada por la misma. De acuerdo al inciso segundo del artículo 41 de la Constitución Política del Estado, el Presidente debe informar obligatoriamente al Congreso las medidas una vez declarado dicho estado. Trascurrido 180 días desde la declaración de catástrofe, el Congreso tiene la facultad de dejar sin efecto tal declaración, si es que las razones que la motivaron cesaron de manera absoluta.
El Presidente, con acuerdo del Congreso, puede declarar el estado de catástrofe por un año más. Es por esto que la tramitación de este, puede sólo aceptar o rechazar la proposición sin hacer modificaciones a la misma.
El estado de catástrofe se declara mediante decreto supremo firmado por el Presidente de la República y los Ministros del Interior y de Defensa Nacional en conformidad con el artículo 8° de la Ley Orgánica Constitucional de Estados de Excepción.
Una vez declarado el estado de catástrofe, las zonas respectivas quedarán bajo la dependencia de inmediata del Jefe de la Defensa Nacional que será designado por el Presidente, conforme al inciso final del artículo 41 de la Constitución.
El inciso tercero del artículo 43 de la Constitución establece que el Presidente tiene la facultad de restringir las libertades de locomoción y de reunión, disponer requisiciones de bienes, establecer límites al derecho de propiedad y adoptar las medidas extraordinarias de aspecto administrativo que sean necesarios para restablecer el pronto funcionamiento de la normalidad de la zona afectada.
Además en la Ley Orgánica Constitucional establece en su artículo 6° que tales facultades pueden ser declaradas total o parcialmente por el Presidente en los jefes de la Defensa Nacional que él (ella) designe. Esto incluye que el en artículo 7°, el Jefe de la Defensa Nacional tendrá atribuciones y deberes:
Asumir el mando de las Fuerzas Armadas y de Orden y Seguridad Pública que se encuentren en la zona.
Controlar la entrada, salida y el transitó en la zona.
Dictar medidas para la protección de las obras de arte y de servicios de utilidad pública, centros mineros, industriales y otros.
Ordenar el acopio, almacenamiento o formación de reservas de alimentos, artículos y mercancías que se precisen para la atención y subsistencia de la población en la zona y controlar la entrada y salida de tales bienes.
Determinar la distribución o utilización gratuita u onerosa de los bienes referidos para el mantenimiento y subsistencia de la población de la zona afectada.
Establecer condiciones para la celebración de reuniones en lugares de uso público.
Impartir directamente instrucciones a todos los funcionarios públicos del Estado, de sus empresas o de las municipalidades que se encuentren en la zona, con el exclusivo propósito de subsanar los efectos de calamidad pública.
Difundir por los medios de comunicación social las informaciones necesarias para dar tranquilidad a la población.
Dictar las directrices e instrucciones necesarias para el mantenimiento de la zona. (Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, 2010).
En tanto, los estamentos que participan de la sociedad civil están en constante comunicación con los organismos estatales, y en caso de una situación de catástrofe, desarrollan sus protocolos para ir en ayuda de los afectados tras el desastre natural. Instituciones como la Cruz Roja Chilena, Bomberos de Chile o Protección Civil están insertas en las políticas relacionadas con los desastres naturales.
La Cruz Roja Chilena pertenece a la Cruz Roja Internacional, su función es coordinar las actividades de los programas de salud desarrollados por los programas ministeriales, supervisando a los comités regionales en el marco de las políticas de la institución y del plan estratégico que desarrolla la institución y cooperación con los organismos de emergencia del país en caso de una situación de catástrofe. Esta institución cuenta con una dirección cuyo nombre es Dirección Nacional de Gestión de Riesgo encargada de planear, organizar, dirigir y controlar eficazmente las acciones que fortalecen las capacidades de respuesta y resiliencia de la comunidad con el objetivo de reducir las amenazas provocadas por la catástrofe y la recuperación de los ocurridos. Estos planes son:
Programa Nacional de Reducción de Riesgo: Como su nombre lo señala es buscar junto a la comunidad los probables riesgos adversos que existen y sus posibles consecuencias con el fin de reducir los riesgos y mitigar sus consecuencias a la ciudadanía.
Programa Nacional de Intervención de Desastres: Su objetivo es atender eficazmente a los afectados y restablecer las condiciones de vida de una comunidad que fue afectada por el desastre. Esto incluye reponer lo más pronto posible los servicios básicos indispensables y reparar en un mediano plazo el daño físico, social y económico del lugar.
Programa Nacional de Medios de Vida: Participar activamente en situaciones de emergencias a nivel interno para responder, recuperar y aportar a la identificación de acciones humanitarias que fortalezcan el entorno de la comunidad y a las personas más vulnerables. (Cruz Roja Chilena).
Esta institución está en todo el país y su oficina central está en Avenida Santa María, 0150, comuna de Providencia.
Por su parte Bomberos, Institución que desde su creación hasta la actualidad su personal desarrolla los trabajos de rescate en situaciones de emergencia como voluntarios. Dentro del organigrama de Bomberos se enfatiza que el trabajo mancomunado entre el Estado y la Comunidad es fundamental para su formación y comunicación, no sólo en caso de una catástrofe natural, sino que en otros aspectos ya sean en rescates vehiculares, urbanos, materiales peligrosos e incendios forestales (Bomberos).
Otra institución que participa como voluntario en el ámbito de la prevención y reducción del riesgo de desastres naturales o provocados por el hombre en el país, aunque es dependiente del Ministerio de Defensa, es la Defensa Civil de Chile que tras ocurrido un desastre se incorpora como unidad de respuesta en la rehabilitación y reconstrucción. (Defensa Civil de Chile).
Las acciones de colaboración y las tareas preparatorias son realizadas por sus propios medios, requeridos por las autoridades del Sistema Nacional de Protección Civil (sea regional, provincial o municipal), el Ministerio de Defensa o aquellas que sean designadas por el Presidente de la República. Se comunica permanentemente con las autoridades civiles, militares, gubernamentales y aquellas que conforman el Sistema de Protección Civil (Defensa Civil de Chile). En tiempos normales capacita a la comunidad para que al momento de ocurrir el desastre tenga los conocimientos y el comportamiento necesario para reaccionar adecuadamente a la situación anormal producida por la naturaleza. Es una institución sin fines de lucro). (Defensa Civil de Chile).
Desde que el Estado de Chile comenzó su proceso de modernización en el año 2002, el que significó modificar su sistema de Protección Civil al Sistema Nacional de Protección Civil para entregar un poder centralizado a la Oficina Nacional de Emergencia (aunque existen direcciones regionales en el resto del país que pueden reaccionar ante una situación anómala), todavía no desarrolla un sistema o diseño que eduque a la ciudadanía en materia de prevención en desastres naturales.
Esta Oficina cuenta con una coordinación directa con organismos que monitorean el comportamiento de los volcanes (Sernageomin), del Océano Pacífico (Shoa) para conocer con anticipación marejadas en el litoral chileno o un maremoto tras un sismo o movimientos telúricos en el país (Centro Sismológico Nacional). Por esto, la estructura del país cuenta con organismos conocidos por la ciudadanía, que tienen credibilidad ante una situación compleja, además de un fortalecimiento de la ley en materias de Estado de Excepción Constitucional donde el Presidente de la República tiene la facultad de determinar qué estados determina, dependiendo de la situación que esté la región, provincia o comuna para desplegar los recursos económicos, humanos y mantener el orden en el sector.
No obstante, el país no cuenta hoy con un sistema de prevención que señale qué hacer ante un desastre natural. Hoy, el Estado de Chile se preocupa de la reacción de sus organismos dependientes y de la población ante una situación anómala. Sin embargo, tras el terremoto de 2010, las autoridades civiles y militares aprendieron las consecuencias que dejaron algunas personas en su negligente proceder, derivado de la ignorancia y desconocimiento en el actuar y entregar respuestas oportunas para salvar vidas.
La clase política en Chile tiene responsabilidad en que un organismo como la Onemi actúe sólo como una Oficina Nacional de Emergencia. Durante el segundo decenio de este siglo se intentó modernizar la Onemi para transformarla en un ente autónomo, descentralizado y en un Sistema Nacional de Gestión y Riesgos de Emergencia, pero la burocracia legislativa fue capaz de sacar una prioridad que pudo cambiar el desarrollo en materias preventivas y de reacción en el país.
En definitiva, hoy el Estado de Chile no cuenta con un sistema preventivo sino que tiene una capacidad de respuesta inmediata para reaccionar ante un desastre natural. El desafío, primero es para la clase política que debe tener una visión de Estado para legislar en favor del país y modernizar la actual Oficina Nacional de Emergencia, con el propósito de transformarla en una organización preventiva y descentralizada para que las regiones puedan obtener recursos directos en caso de ocurrir una catástrofe.
CAPÍTULO III
¿QUÉ PELIGROS PUEDEN AFECTAR A LA COMUNA MÁS HABITADA DE CHILE?
(Mapa N°1)
Fuente: Biblioteca del Congreso Nacional de Chile (BCN).
La comuna de Puente Alto está inserta en la Región Metropolitana, específicamente en el sector sur oriente de la capital que forma parte del Gran Santiago, fue fundada el 8 de enero de 1858 y el 3 de septiembre de 1958 a través de la Ley 12.997 fue promugada como capital de la Provincia Cordillera conformada por las comunas de Pirque y San José de Maipo, (Patrimonio Puente Alto, 2013). Tiene una superficie de 88 Km2, sus límites son:
Norte: Comuna de La Florida.
Sur: Comuna de Pirque.
Este: Comuna de San José de Maipo.
Oeste: Comunas de La Pintana y San Bernardo.
A través del Censo del año 2002, el Instituto Nacional de Estadísticas determinó que el número de habitantes en la comuna de Puente Alto era de 492.915. Sin embargo, y de acuerdo a estudios realizados por la Subsecertaría de Desarrollo Regional y de la Municipalidad de Puente Alto en el año 2008, la comuna entonces contaba con 702.948 personas. En la distribución política – administrativa del país, Puente Alto forma parte del Distrito Electoral N°29 y de la Octava Circunscripción Senatorial, el actual alcalde es el señor Germán Codina Powers junto a los diez integrantes del Honorable Concejo Municipal y su dirección es Avenida Concha y Toro #1820. (Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo y Municipalidad de Puente Alto).
CUADRO 1
Fuente: Municipalidad de Puente Alto
De acuerdo al organigrama de la Municipalidad de Puente Alto, existe un Deparatmento de Medio Ambiente Aseo y Ornato (Dimao), cuya dirección depende, entre otros estamentos, del Departamento de Protección Civil y Emergencia que está encargado de atender las emergencias y los desastres produidos de manera natural o con la intervención humana que acontezcan en todo el territorio de la comuna de Puente Alto. Este departamento se coordina con la Oficina de Protección Civil y Emergencias de la Provincia Cordillera para trabajar en la zona donde fue afectada para rehabilitarla o reconstruirla junto a los estamentos de la Defensa territorial.
Este departamento cuenta con funcionarios capacitados para el manejo, control, rehabilitación y reconstrucción de una catástrofe en un trabajo en conjunto con las Fuerzas Armadas y de Orden y en coordinación con la Gobernación de la Provincia Cordillera. Este departamento cuenta con vehículos y camiones propios, retroexcavadora y camiones aljibes y está ubicado en Tocornal Grez N° 47 esquina Eyzaguirre.
Puente Alto es la capital de la Provincia Cordillera que, dentro de la estructura administrativa del Estado de Chile, es dirigida por la Gobernación de la Provincia Cordillera, estamento que en sus diversas funciones a nivel de representación del Gobierno en las comunas que administra juridica y territorialmente en el aspecto de la seguridad y gestión señala lo siguiente:
Representar al Gobierno y la administración interior del Estado al Presidente de la República mediante la jurisdicción en que se divide el territorio nacional a través de las plataformas políticas, administrativas y de gestión para proporcionar a la población de bienes, prestaciones que el servicio establece en la ley o por las políticas que establece el Ministerio del Interior.
Desarrollar y promover el orden público en los sistemas de información y de gestión en lo eventos que puedan afectar el orden público en los territorios, considerando situación en los territorios locales y regionales.
En el punto 5, item de Funciones detalla:
Proveer de Protección Civil a las personas y sus bienes para enfrentar situaciones de emergencia.(Gobernación Provincia Cordillera, Misión Institucional)
La representante del Gobierno en la Provincia Cordillera el año 2015 es la señora Vanessa Marimón Fuentes y el jefe de Emergencia y Protección Civil es el señor Samuel Acevedo, ambas oficinas están ubicadas en Avenida Concha y Toro #461.
En tanto, la Oficina de Información Cívica de la Gobernación, mediante su sitio Web, entrega los servicios estatales que proporciona en el manejo de las emergencias, entre ellos, el de la Defensa Civil, la encargada en el año 2015 es la señora Sara Álvarez y está ubicado en Nemesio Vicuña N° 478.
EL AUGE PUENTEALTINO: CÓMO VIVEN Y QUÉ TIPO DE VIVIENDAS UTILIZAN
Puente Alto ha tenido un gran crecimiento desde la década de los 80, uno de los motivos fue el proceso de migración de personas desde las comunas periféricas que se arraigaron en la comuna. Esto trajo como consecuencia que el territorio se viera interferido demográficamente por la población foránea que años después se radicó en la comuna. El siguiente gráfico muestra la cantidad de personas –especificado en casos- de acuerdo a los tramos etarios en la comuna.
CUADRO 2
Categorías
Casos
%
1. 0-4
41447
8,4%
2. 5-9
49459
10,0%
3. 10-14
53301
10,8%
4. 15-19
43020
8,7%
5. 20-24
37013
7,5%
6. 25-29
36839
7,5%
7. 30-34
42074
8,5%
8. 35-39
48696
9,9%
9. 40-44
44248
9,0%
10. 45-49
30610
6,2%
11. 50-54
20866
4,2%
12. 55-59
13815
2,8%
13. 60-64
10224
2,1%
14. 65-69
7566
1,5%
15. 70-74
6247
1,3%
16. 75-79
3571
0,7%
17. 80 y más
3919
0,8%
Total
492915
100,0%
Fuente: Municipalidad de Puente Alto, Dirección de Obras Municipales, Departamento de Catastro, 2005.
De acuerdo al cuadro 2, los rangos etareos donde existe un mayor porcentaje son los tramos de 30-34 (8,5%), 35-39 (9,9%) y 40-44 (9,0%). Es decir, estas personas crecieron en la comuna durante su niñez y juventud y se han mantenido en la comuna.
Puente Alto es una comuna que tiene un extenso territorio que durante años fue utilizado para el sector agrícola y vitivinícola que se transformó en diversas zonas residenciales, específicamente en casas y departamentos durante los últimos 30 años a consecuencia de los cambios al Plano Regulador Comunal. Estas modificaciones tuvieron un aumento considerable en el número de habitantes y hogares, según datos del Censo de 2002, el número de viviendas en la comuna era de 136.668 de los cuales 136.593 pertenecían a viviendas urbanas y 75 a viviendas rurales. No obstante, y de acuerdo a cifras entregadas por el Departamento de Catástro de la Municipalidad de Puente Alto a octubre de 2015, las unidades de viviendas son 174.829 (Departamento de Catastro, Municipalidad de Puente Alto, 2015).
Es preciso señalar que para diferenciar cuáles son las las viviendas urbanas y rurales, el municipio especificó en el concepto de Entidad Urbana que el primer tipo de construcción están concentradas con más de 2.000 habitantes o entre 1.001 y 2.000 con el 50% de su población economicamente activa y que se dedica a las actividades secundarias y/o terciarias, las viviendas que no cumplen esos requisitos son consideradas rurales. (Municipalidad de Puente Alto, 2005).
El estudio, realizado por el Departamento de Catástro de la Municipalidad de Puente Alto (2005), determinó que el tipo de vivienda que predomina en los diversos sectores de Puente Alto es la casa y departamento interior como se explica en el siguiente gráfico:
GRÁFICO 1
Fuente: Municipalidad de Puente Alto, Dirección de Obras Municipales, Departamento de Catastro, 2005.
El gráfico 1 demuestra que existe un alto número de construcción de casas en Puente Alto, que ha diferencia de otras comunas en la Región Metropolitana predominan los edificios departamentos.
CUADRO 3
Categorías
Nº Viviendas
Porcentajes
Tejas (arcilla, metálica, cemento)
17475
13,85
Tejuela (madera, asfáltica)
1306
1,04
Losa de hormigón
1075
0,85
Zinc
17975
14,25
Pizarreño
87930
69,69
Fibra de vidrio/ Femocolor
116
0,09
Fonolita
148
0,12
Desechos (lata, cartones, plástico, etc.)
140
0,11
Total
(3)126165
100
Según el Departamento de Catástro de la Municipalidad de Puente Alto (2005), el tipo de construcción de viviendas que existen fueron medidas en tres variables: material predominate en los techos, pisos y paredes. Ante esto, se específico que en la primera variable, el material que existe en un mayor porcentaje es el pizarreño, seguido de zinc y tejas (Dirección de Obras Municipales, Departamento de Catastro, Municipalidad de Puente Alto, 2005).
CUADRO 4
Categorías
Nº
Viviendas
Porcentajes
Parquet
1658
1,3
Baldosín cerámico
64042
50,8
Entablado (madera)
9268
7,3
Alfombra muro a muro
3719
2,9
Baldosas de cemento
4286
3,4
Plásticos (flexit, linóleo, etc.)
37034
29,4
Radier
5921
4,7
Tierra
237
0,2
Total
126165
100,0
Fuente: Dirección de Obras Públicas, Departamento de Catastro, Muncipalidad de Puente Alto, 2005.
En tanto, los materiales que predominna en los pisos de las viviendas en Puente Alto son en primer lugar, los baldosines cerámicos y plásticos. Estos dos elementos concentran casi el 80% de las construuciones en la comuna. Por esto, se puede deducir que los tipos de suelo que existentes en las casas tienen una mayor resistencia a un desastre natural a diferencia de un piso de tierra que puede ocasionar infecciones –en caso de una lluvia intensa o desniveles pronunciados tras un movimiento telúrico-.
CUADRO 5
Categorías
Nº
Viviendas
Porcentajes
1. Hormigón armado, piedra
5946
4,7
2. Ladrillo
97980
77,7
3. Paneles estructurados, bloque
(prefabricado)
12552
9,9
4. Madera o tabique forrado
7570
6,0
5. Internit
1252
1,0
6. Adobe, barro empajado
725
0,6
7. Desechos (lata, cartones, plástico, etc.)
140
0,1
Total
126165
100
En el último ítem que específica las viviendas construídas para tener una pared, destacan las construcciones con ladrillos y paneles estructurados –prefabricado-. Los dos tipos de paredes en conjunto forman alrededor del 90% de las construcciones, es decir, son más resistentes que la madera o el adobe en caso de ocurrir una catástrofe natural. Sin embargo, el hormigón tiene un bajo porcentaje de contrucción y es más resistente que los dos anteriores materiales al monento de ocurrir una situación que pueda ocasionar un desastre en la comuna. (Municipalidad de Puente Alto, Dirección de Obras Públicas, Departamernto de Catastro, 2005).
CUADRO 6
Nombre del Distrito
Nº hogares sin Hacinamiento
%
Nº hogares con Hacinamiento
%
Total Hogares
Ejército Libertador
4525
91,0
447
9,0
4972
Arturo Prat
4181
91,5
390
8,5
4571
Puente Alto
4800
93,3
344
6,7
5144
Regimiento
4439
93,4
313
6,6
4752
Bajos de Mena
24818
93,7
1659
6,3
26477
Gabriela
8580
94,2
530
5,8
9110
Teniente Bello
2815
94,3
170
5,7
2985
Tocornal
6922
94,4
412
5,6
7334
Las Vizcachas
8523
96,3
323
3,7
8846
El Peral
4516
97,2
128
2,8
4644
San Carlos
16183
97,5
411
2,5
16594
Porvenir
6217
97,5
157
2,5
6374
Los Jardines
5937
97,6
149
2,4
6086
Sótero del Río
4391
97,7
102
2,3
4493
Padre Hurtado
7420
98,0
149
2,0
7569
El Labrador
3841
98,3
66
1,7
3907
Los Toros
6445
98,5
97
1,5
6542
Rezagados
281
94,3
17
5,7
298
Total
124834
95,5
5864
4,5
130698
A raíz de la expansión territorial en las últimas décadas en viviendas y consiguiente llegada de personas a habitarlas, la comuna de Puente Alto estuvo inserta en problemas de hacinamiento en diversos sectores. Para realizar la medición (Departamento de Catastro 2005) fue necesario conocer que el criterio y concepto utilizado para "hacinamiento" se refirió cuando en un hogar existen más de tres personas por habitación utilizada como domitorio.
El cuadro anterior se da a conocer que los mayores porcentajes de hacinamiento están en el sector sur, sur –oriente, sur – poniente y centro, y las villas con mayores problemas de pertenecen a: Nuevo Amanecer, Horizonte, Vicente Pérez Rosales, Teniente Merino y San Gerónimo II. En caso contrario, el sector norte y nororiente de la comuna presentó un bajo hacinamiento de viviendas. (Departamento de Catastro, Municipalidad de Puente Alto, 2005).
LOS TIPOS DE TRABAJO DE PUENTE ALTO
En Puente Alto, así como en el resto del país, existe una población económicamente activa que la constituyen hombres y mujeres para la producción de bienes y servicios que trabajan en la búsqueda de uno o en una situación de encontrarlo. Según del Departamento de Catastro de la Municipalidad de Puente Alto (2005), el rango que se encuentra activo pertenece a mayores de 15 años y el total de personas es de 199.993 y las que se declararon activas económicamente fueron 175.429, esto quiere decir que el 57,3% de la población mayor de 15 años es activa y se encuentra dentro de uno de los sectores primarios, secundarios y terciarios. Mientras que el 88% declara estar económicamente con empleo o desarrollando una actividad. En tanto, el 11% manifiesta estar cesante y un 2% en la búsqueda de su primer empleo (Dirección de Obras Municipales, Departamento de Catastro, Municipalidad de Puente Alto, 2005).
CUADRO 7
Categoría
Casos
%
Trabajando por ingreso
166903
83,5%
Sin trabajar, pero tiene empleo
6955
3,5%
Trabajando para un familiar sin pago en dinero
1571
0,8%
Total PEA Ocupada
175429
87,7%
Buscando trabajo, habiendo trabajado antes
21206
10,6%
Buscando trabajo por primera vez
3358
1,7%
Total PEA no Ocupada
24564
12,3%
Fuente: Dirección de Obras Municipales, Departamento de Catastro, Munucipalidad de Puente Alto, 2005.
El tipo de trabajo que realizan las personas que viven en la comuna de Puente Alto corresponde a los conceptos de Trabajadores no Calificados, Técnicos Profesionales de Nivel Medio, Trabajadores de los Sevicios y vendedores de comercio y mercado y a los Artesanos de artes mecánicos y otros oficios. Estas designaciones concentran al 61% de la población ocupada y cesante de la comuna.
CAPÍTULO IV
LOS RIESGOS Y LAS AMENAZAS DE DESASTRES NATURALES EN PUENTE ALTO
Debido a su ubicación en la Región Metropolitana y extensión del territorio, en la comuna de Puente Alto existen riesgos que pueden afectarla por un desastre natural, ya sea por un terremoto, erupciones volcánicas o remociones en masa –aluviones, aludes-. Es por esto que algunas zonas pueden ser potencialmente activas y ocasionar serios daños en la infraestructura pública y privada y generar caos y pérdidas humanas en la ciudadanía.
(Mapa N°1)
Fuente: Sernageomin
Este mapa explica los potenciales desastres fluviales que podrían ocurrir en la Región Metropolitana, los colores rosado, lila y rojo dan a conocer que en esos lugares la amenaza de inundaciones o anegamientos es alta o muy alta, principalemente en la zona norte de la capital y en los sectores cordilleranos.
CUADRO 1
Fuente: Sernageomin
De acuerdo al geógrafo Pablo Osses, en Puente Alto existen dos zonas en las que potencialmente puede ocurrir una situación que afecte directamente a la infraestuctura y a las personas, como es la quebrada de Lo Cañas y a lo largo del borde del río Maipo a consecuencia del desarrollo urbano que ha existido en los úlltimos años, a esto se suma que en caso de lluvia con una isoterma alta, se genere un aluvión en otros sectores de la Comuna.
En el río Maipo y en la quebrada de Lo Cañas se refleja que son zonas donde puede ocurrir un desastre. El Maipo, probablemente, con la cantidad de actividades que se han estado desarrollando en su entorno en los últimos años, lo más probable es que hayan zonas que estén propensas a una crecida importante que no ha habido, y la quebrada de Lo Cañas, es una zona que de haber una lluvia con alta intensidad, con alta temperatura vamos a tener damnificados o ni Dios lo quiera muertos, pero es súper probable, uno conoce en detalle de qué se trata este tipo de cosas.
En caso de ocurrir una lluvia con una isoterma arriba de los 3.000 msnm con alta intensidad, tienes un desastre latente. Si tú empiezas a mirar el lecho del río lo han ido ocupando, hay actividades de extracción de áridos que de alguna manera desbalancean el equilibrio sedimentario, hay más erosión, otras donde hay nueva depositación y en consecuencia rebalses, hay puentes nuevos y harta gente en el lecho del río que vive hoy en día porque como no ha crecido mucho se ocupa. (En entrevista personal realizada el 25 de septiembre de 2015).
Esta situación la confirma el tercer comandante del Cuerpo de Bomberos de Puente Alto, Rafael Romero, quien a su juicio, los relaves en el sector de San José de Maipo y el sellado de los canales detrás del hospital de El Peral, son una amenaza que puede significar un alto costo en reparar la infraestructura del sector y graves consecuencias en el entorno.
Como comuna hemos tenido desastres, por ejemplo, en el sector de San José de Maipo se formaron pequeños aluviones que pueden ser más grandes en su momento y lo más preocupante es que en algún momento se empezaron a sellar los cauces de ríos o cauces de canales que servían como descanso de aguas lluvias en el sector oriente, detrás del hospital El Peral, al haber una gran caída de agua, va a abarcar por cualquier parte, entonces ahí se genera un tema no menor.
Lo otro es el tema del río Maipo, la cuenca del río puede ser una amenaza, porque se está construyendo muy a la orilla. Uno desconoce cuál es la situación de las tierras, si está absorbiendo bien el agua o no. Esto lo vemos constantemente con el tema de las aguas lluvias, existen sumideros que están llenos de agua y es porque la tierra no absorbe más agua, entonces eso comienza a rebalsar. (En entrevista personal realizada el 9 de octubre de 2015).
A consecuencia de los desastres que ocurrieron durante el año 1997, el Estado de Chile creó una ley sobre la regulación del Sistema de Evacuación y Drenaje de Aguas Lluvias –Ley N° 19.525- que en algunos de sus artículos, por ejemplo, detalla que es el Estado quien debe velar que en las ciudades y en los centros poblados existan sistemas de evacuación y drenaje de aguas lluvias, que permitan su fácil escurrimiento y disposición que impidan el daño que ellas pueden causar a las personas, viviendas y a la infraestructura urbana. (Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, 2015).
MAPA 2
Fuente: Sernageomin
El siguiente mapa muestra las zonas de color rojo (derecha) los potenciales volcanes que se encuentran en las cercanías de la Región Metropolitana que podrían estar activos y que ocasionarían una potencial crisis respiratoria a los habitantes por la concentración de materiales químicos que expulsan los cráteres, a esto se sumaría el problema de visión y psicosis en las comunas afectadas. Las líneas rojas con intervalos, dentro del circuito urbano y rural en la Región Metropolitana, que van de norte a sur y localizadas en el sector oriente, da a conocer que existe una falla que podría generar un sismo de gran magnitud donde se desconoce cuáles serían sus consecuencias, pero los más afectados serían las construcciones que están localizadas en el piedemonte de la Región Metropolitana.
CUADRO 2
Fuente: Sernageomin
Los terremotos son fenómenos naturales que amenazan a todo el territorio nacional, por lo que Puente Alto no está exento de esa posibilidad. En particular cuando existe una falla, como la de San Ramón, la que se extiende por todas las comunas del sector oriente de la Región Metropolitana y que puede generar una destrucción del mobiliario público y privado en caso de activarse. Aunque para el Director del Centro Sismológico Nacional, Sergio Barrientos, esta falla tiene una tasa de actividad baja de acuerdo a los estudios realizados. Sin embargo, en caso de ocurrir un sismo con una alta magnitud sería peligroso para la zona.
Esta falla recién ha comenzado a ser estudiada en el año 2002, donde aparecieron los primeros estudios donde se daba a conocer que podría estar activa. Luego Gabriel Vargas publica un documento a principios de este año en el cual dice que las tasas de actividad son bastante bajas. Él habla de periodos de ocurrencia que hace 18.000 años hubo un terremoto con estudios desde el río Mapocho al río Maipo. Es necesario realizar una mayor cantidad de estudios para poder determinar la tasa de actividad de esta falla con una magnitud 7 o 7,5, lo cual para las casas y la infraestructura que está en la zona sería bastante peligroso. Hay que saber muy bien cuál es el peligro que esa falla tiene, para tomar las medidas de mitigación adecuadas.
Si ocurre un sismo en la zona de una profundidad de 80 a 100 km bajo Santiago, las aseveraciones que te comenté serían bastante altas, principalmente en las construcciones que hay en las cercanías, en los primeros cientos de metros, cerca de la falla. Es muy difícil elaborar una respuesta sin haber estudiado cómo se comportan las diferentes estructuras a estos movimientos en la cuenca de Santiago, porque los terremotos que han ocurrido frecuentemente en todo Chile, son los de subducción, los otros terremotos a 80 o 90 km de profundidad o los cordilleranos superficiales tienen otras componentes, otro tipo de movimiento de aceleraración que son un poco más fuertes. (En entrevista personal del 6 de octubre de 2015).
Esta falla es una preocupación para las autoridades provinciales que comparten la idea del Director Nacional de Sismología. Esto podría generar consecuencias graves en la Comuna de Puente Alto, como expresa el Director Provincial de Protección Civil y Emergencias de la Provincia Cordillera, Sr. Juan José Valenzuela López.
La falla San Ramón es una amenaza real, ya que es una falla activa con capacidad de ruptura en superficie. La magnitud y el impacto son difíciles de estimar. No obstante, al tratarse de una falla activa, eventualmente podría generar damnificados en el área. (En entrevista personal del 7 de octubre de 2015).
En cuanto a la situación de los volcanes que existen en la Región Metropolitana como el Maipo, San José de Maipo, Tupungato y Tupungatito, no generan riesgo alguno para el territorio debido a que se encuentran cerca de la frontera con Argentina, de acuerdo a lo comentado por el geólogo Jorge Quezada en el diario Las Últimas Noticias (2015).
Los riesgos o desastres naturales siempre van a exisitir, no sólo en Chile o en la Región Metropolitana, sino que también en la comuna más habitada del país. Remociones en masa en sectores de Puente Alto, movimiento telúrico de gran intensidad que podría ocurrir en la falla de San Ramón traería como consecuencia una destrucción con graves daños en el mobiliario público y privado. Lo anterior con una alta probabilidad de tener víctimas fatales, según analizaron los expertos, por el tipo de construcción de viviendas cercanas al lugar donde existe esta falla, la que se extiende por todas las comunas del sur oriente de la Región Metropolitana.
Las construcciones en las últimas décadas sobre el piedemonte y en el río Maipo, han siginificado que los cauces naturales estén tapados, por lo que signicaría un potencial riesgo de inundación o aluvión en esos sectores de la Comuna con un grave daño económico y humano en el territorio. Específicamente, los lugares que podrían ser afectados por un desastre natural en la comuna sería La Hacienda El Peñón, Villa El Alba, el Hospital Psquiatrico El Peral y las construcciones que están ubicadas en la Avenida Camilo Henríquez que al llegar a la comuna de La Florida cambia su nombre y se denomina Avenida La Florida. En tanto, en el sector cercano al Río Maipo podrían ser afectadas las construcciones aledañas al lugar y un desborde originado desde el Cajón del Maipo ocasionaría un anegamiento en los setores de Casas Viejas, el Complejo Amador Donoso y el Liceo Bicentenario San Pedro junto a las viviendas que existen en el lugar.
¿QUÉ HACER?
Al exisitir este tipo de amenazas naturales en Puente Alto, es fundamerntal que los organismos municipales, provinciales y el Gobierno Central, trabajen coordinadamente en los protocolos desarrollados por la Onemi e implementar los planes de prevención en los desastres naturales, a esto se deben incluir a las entidades dedicadas a la protección civil y a las Fuerzas Armadas y de Orden. Es importante que los funcionarios municipales y provinciales tengan una capacitación formal y estén permanentemente alertados, con el fin que conozcan la metodología de los protocolos y el entrenamiento para prevenir, y en caso de ocurrir una catástrofe, evacuar, rehabilitar y reconstruir los lugares afectados por el desastre natural.
CAPÍTULO V
¿ESTÁ PREPARADO PUENTE ALTO PARA UNA CATÁSTROFE NATURAL?
En la comuna de Puente Alto existe un alto riesgo de que pueda ocurrir un desastre natural, como se abordó en el capítulo anterior, en el lugar confluyen varios factores geológicos y constructivos que pueden desencadenar alguna emergencia que podría dejar graves consecuencias económicas y, principalmente, sociales en el territorio.
Por ello, resulta fundamental que la ciudadanía que habita en Puente Alto tenga las herramientas y conocimientos necesarios para saber qué hacer en caso de la ocurrencia de una catástrofe natural, de manera de mantener el control en sus hogares con el fin de no realizar acciones que puedan ocasionar una desgracia.
En este contexto, la preparación debe comenzar desde las autoridades provinciales y municipales para, en conjunto, diseñar las estrategias necesarias en materia de prevención de los desastres que permitan actuar eficazmente junto a las autoridades de las Fuerzas Armadas y de Orden, Bomberos, Cruz Roja comunal y Defensa Civil en tres áreas: educación, prevención y acciones una vez acontecido el evento.
Al respecto, el Director de Aseo, Ornato y Áreas Verdes y Emergencias de la Municipalidad de Puente Alto, Juan Carlos Garay, comentó que desde el municipio están desarrollando un plan que identifique cuáles son las zonas de peligro en la comuna ante un posible alud o aluvión y una actualización de las acciones que deben realizar ante un terremoto por el descubrimiento de la falla de San Ramón que puede afectar a una determinada zona de la comuna.
Estamos en la confección de un plan de emergencia comunal que abarque todas las situaciones críticas que se pueden producir en la comuna, particularmente peligros por remoción de masas en las quebradas del sector alto, están identificadas. Sabemos cuáles son las quebradas que tienen algún tipo de piscina decantadora que impide el flujo inmediato cuando se producen aluviones en situaciones de lluvia y estamos en la etapa de diseño del plan de acción inmediata.
La comuna tiene un departamento de Emergencias que tiene diferentes planes de acciones ante posibles emergencias. Sin embargo, ese plan hay que actualizarlo, particularmente en temas de terremotos, un tema nuevo, relativamente nuevo como la falla de San Ramón y ante esa eventualidad, estamos levantando un catastro para ver cuál es la zona que va a ser posiblemente afectada ante un terremoto de gran magnitud. (En entrevista personal del 9 de octubre de 2015).
El concejal de Puente Alto Emardo Hantelmann, fue director del Departamento de Aseo, Ornato y Áreas Verdes y Emergencias durante 6 años, período en que implementó planes para que la comuna tuviese autonomía en diversos aspectos cuando existiese una situación anómala. Esto significó que se construyeran depósitos de combustible con una capacidad de 2.000 litros, lo que permitió que tras el terremoto del 27-F los vehículos municipales funcionaron sin problema alguno para desplazarse e iniciar el catastro respectivo de las viviendas y personas que sufrieron daños producto del sismo.
Tras el terremoto, nuevos planes de emergencia se desarrollaron en la Municipalidad de Puente Alto, uno de ellos fue la construcción de pozos profundos en cuatro puntos estratégicos de la comuna con una capacidad de 50 mil litros de agua que en caso de un corte general de agua potable en la Región Metropolitana o una situación de emergencia, puede abastecer a todas las comunas del sector sur, según explicó el ex Director de Aseo y Ornato Emardo Hantelmann.
Después de un estudio que hicimos, decidimos invertir en pozos profundos que están sobre los 160 metros de profundidad, la Municipalidad de Puente Alto no ha vendido ni enajenado sus derechos de agua subterráneo. Nosotros hicimos esos pozos profundos en cuatro puntos que están ubicados de manera estratégica en la comuna, el primero en 9 de Agosto con Sargento Menadier, en el estadio Santa Elvira, Bajos de Mena; el segundo en Eyzaguirre con Ernesto Alvear, casco antiguo, Villa Independencia; el tercero está ubicado en el Estadio Municipal y el cuarto en el Parque Juan Estay, cerca de Las Vizcachas-, son pozos que tienen asociado un estanque de 50 mil litros de agua con equipo electrógeno, con bombas que sacan agua a la profundidad que mencioné. El tema del estanque de agua tiene que sufrir un proceso de potabilización para llevarla a los camiones aljibe. Son recintos municipales con guardia, con logística de entrada y salida, que están cerrados, que son operativos y que sirven para abastecer al sector sur de la Región Metropolitana. (En entrevista personal del 9 de septiembre de 2015).
Emardo Hantelmann comentó, además, que durante su administración en el departamento y en la actualidad, existen personas que realizan turnos las 24 horas del día, junto a los operadores telefónicos, y cada día se envía un informe a la Onemi y a la Gobernación con respecto a que si hubo un evento o alguna situación anormal en la comuna. En caso que ocurriese un desastre, se realizan los protocolos necesarios, se comunican por radio con el departamento de Seguridad y los funcionarios de turno.
Junto a ello, expresó que en caso de existir una Alerta Amarilla, decretada por Onemi, existen equipos de manera preexistente que quedan en la oficina junto a camionetas 4x4 y fundamentalmente a equipos de radio con una frecuencia de Emergencia, Aseo y Ornato, y Operaciones que cuenta con antena y repetidoras en la comuna ya que tienen una mejor recepción y estabilidad que los teléfonos celulares.
En la Municipalidad de Puente Alto han manifestado su preocupación por los posibles desastres naturales que pueden ocurrir en la comuna y principalmente en la zona del piedemonte. Ante esta situación, la Directora de Obras y Vicepresidente de la Asociación de Directores de Obras, Constanza Dyvinetz, expresó que en ese sector existen piscinas de decantación aunque son responsabilidad de las empresas inmobiliarias realizarlas junto a las medidas de mitigación, no obstante, depende de las características de estas para saber si es el Ministerio de Obras Públicas –como ocurre en La Reina- o la inmobiliaria mantenerlas.
Una de las obras de mitigación de las inmobiliarias son las piscinas de decantación y el MOP estableció que quien se hacía cargo era el proyectista, que es ridículo, ¡cómo un proyectista se va a hacer cargo!; después dijo que no, que tenía que ser el municipio, ¡también es ridículo! porque hay otras piscinas en La Reina que las tiene el ministerio, por lo tanto, se les está traspasando a ellos la mantención. Depende de la característica de la piscina para saber quién está a cargo. (En entrevista personal del 27 de octubre de 2015).
De este modo, la Directora de Obras de la Municipalidad de Puente Alto, comentó que las obras de mitigación que se realizan, ya sean hidráulicas o de impacto ambiental, entre otras, las realizan los departamentos especializados en el área, dependientes del Ministerio de Obras Públicas, que puede ser la Dirección de Obras Hidráulicas –DOH- o la Dirección General de Aguas –DGA-, por estas normativas, el municipio fiscaliza dichas obras a través de las Ordenanzas Municipales y para construir en toda la comuna se deben respetar las planificaciones territoriales mediante el Plan Regulador Metropolitano y el Plan Regulador Municipal junto a las obras de mitigación mencionadas anteriormente con el fin de resguardar y prevenir eventuales catástrofes naturales. Ante esto, el Departamento de Obras construye en las zonas de la comuna obras de mitigación y fiscaliza las construcciones que se realizan por la normativa antisísmica existente en el país.
Durante el año 2015, el Ministerio de Obras Públicas ha construido un colector de aguas lluvias en el sector de Santa Rosa Sur, es decir, en el comienzo del emblemático sector de Bajos de Mena con el fin de mitigar esa zona cuando existan precipitaciones con una alta densidad que en años anteriores ocasionaban anegamientos en las casas cercanas a la avenida (Ministerio de Obras Públicas, 2015).
La Gobernación de la Provincia Cordillera, a través del departamento de Protección Civil y Emergencias, realiza constantes coordinaciones con la Municipalidad de Puente Alto, y en caso de una situación de emergencia, se convoca al Comité de Operaciones y Emergencias (COE) donde participa el Departamento de Emergencias de la Municipalidad y se enfatizan las reuniones en materia de prevención como explica el actual director de Protección Civil y Emergencias de la Gobernación Juan José Valenzuela.
Existe una coordinación permanente con las comunas de la Provincia, entre ellas Puente Alto. Cada vez que ocurre una situación de emergencia se convoca al Comité de Operaciones de Emergencia, en donde también participa el Departamento de Emergencias de la Municipalidad; de igual modo, en tiempos de normalidad, se realiza el Comité Provincial de Protección Civil. Adicionalmente, trabajamos con el resto de las municipalidades de la Provincia en diversas mesas de trabajo, vinculadas a materias de emergencias y protección civil. (En entrevista personal del 6 de octubre de 2015).
En caso que exista un desastre en la Provincia Cordillera, la Gobernación tiene elementos tecnológicos como un generador eléctrico, sistemas de comunicación radial VHF y UHF, camioneta radial con antena y sistema VHF, telefonía fija, fax e Internet y una coordinación integra con todos los funcionarios del Sistema Protección Civil, Onemi e Intendencia Metropolitana.
En tanto, instituciones como Bomberos, quienes trabajan en situaciones de emergencia sin una remuneración de su personal, dan a conocer su opinión con respecto a qué y cuáles son las herramientas que tiene el Cuerpo de Bomberos de Puente Alto para enfrentar un desastre natural. De esta manera, el tercer comandante del Cuerpo de Bomberos de Puente Alto, Rafael Romero, comentó que la infraestructura con que cuentan son: carros bomba del año 2007, una unidad en el manejo de materiales químicos correspondiente a la Cuarta Compañía y un óptimo almacenamiento de agua, debido a que en la comuna existen pozos de agua naturales en diversas áreas y una brigada en emergencias naturales.
Nosotros como Bomberos estamos capacitándonos y estamos preparándonos para enfrentar estos tipos de desastres, tenemos buenos camiones, buenos carros bomba de alta tecnología, medianamente moderna. El más antiguo, que es del año 1998, va a ser cambiado este año y ahí quedaríamos con un material rodante del año 2007 en adelante. Tenemos buena capacidad de agua, Puente Alto no tiene ese problema y en cuanto a capacitación, ya tenemos una unidad técnica de materiales químicos peligrosos que corresponde a la Cuarta Compañía que ya se capacitaron en Estados Unidos, en la escuela de Texas –Teex Fire School-, además en el manejo de incendios y en el área de rescate, ya tenemos tres bomberos capacitados para todo lo que son emergencias naturales, de ahí que estamos formando y trabajando en la Fuerza de Tarea de la Provincia Cordillera, queremos abarcar lo que es Puente Alto y San José de Maipo. (En entrevista personal del 9 de octubre de 2015).
En tanto, Rafael Romero, Tercer Comandante del Cuerpo de Bomberos de Puente Alto destacó que existen tres bomberos de la comuna que fueron capacitados para el manejo pesado en estructuras colapsadas en los Estados Unidos con la posibilidad de ser certificados por Fema –Agencia Federal para el Manejo de Emergencias-. Asimismo, mencionó que Insarag, organismo dependiente de la ONU en el manejo de desastres naturales, certifica cada dos años, a las futuras Fuerza de Tarea en el manejo y control de los desastres naturales. Una Fuerza de Tarea es un grupo con un mínimo de 35 personas que están especializadas para trabajar 24 horas, 7 días a la semana en los rescates de personas en escenarios complejos tras un desastre. En Chile existen bomberos capacitados en las compañías de Ñuñoa, Viña del Mar, Metropolitana Sur y Osorno e incluso, están implementando el concepto de Comando de Incidentes que distribuyen las cuadrillas en tareas específicas, esto se realiza en Estados Unidos y países de Sudamérica.
Ante la consulta sobre cómo está preparado Puente Alto para enfrentar un desastre natural Rafael Romero opinó que es:
Complejo, porque por muy preparado que pueda sentirse, siempre te van a faltar cosas. Nosotros, como Bomberos, somos una de las pocas entidades qué siempre está pensando en que va a venir algo, entonces, siempre estás preparándote física y psicológicamente. El tema de equipamiento lo tenemos, contamos con ello. Nosotros siempre estamos pensando en que siempre, siempre, va a venir una emergencia, un choque, un incendio o un terremoto y la gente te responde en base a eso. Para el terremoto de 2010, la gente no se iba a Carabineros sino que se venía al cuartel de Bomberos.
Otra institución que trabaja no sólo en situaciones de emergencias, sino que en el orden de la ciudadanía en las calles son los Carabineros. A diferencia de los Bomberos, este organismo cuenta con funcionarios remunerados que realizan su formación en la Escuela de Carabineros con el fin de resguardar la seguridad interior del territorio nacional y las acciones de la sociedad. En Puente Alto, existen tres comisarías (20°, 38° y 62°); una sub comisaría, Las Vizcachas que depende de la 20° comisaría, y un destacamento- que abarcan los 88 kilómetros cuadrados del territorio.
El Suboficial Mayor de la 38° comisaría, Sr. Patricio Rodríguez, explicó cómo está preparado Carabineros para una eventual situación de emergencia natural que ocurra en la comuna de Puente Alto.
Tenemos las radios que se ocupan en Carabineros, por ejemplo en caso de ocurrir un terremoto o algo que dejen de funcionar los celulares, ocupamos un teléfono satelital que se activa de forma inmediata, la radio funciona bien, siempre el contacto es radial. (En entrevista personal del 18 de octubre de 2015).
Incluso, especificó cuáles son los protocolos que realizan cuando ocurre una situación anómala en la comuna y cuáles son los protocolos que se efectúan a nivel comunal y provincial.
Cuando ocurre un hecho como un terremoto, el personal de Carabineros en forma inmediata, toma contacto con su unidad, los que están de día franco, libre o en vacaciones, dependiendo de la gravedad, los van citando. Hay un plan de citación donde los telefonistas tienen un listado de todos los teléfonos y domicilios para que se recojan al cuartel. Está el Plan de Emergencia, este plan hace que se reúnan en la Gobernación, donde van los prefectos, comisarios, alcalde, gente de la Gobernación y Bomberos para tomar las decisiones que tienen que ser lo más rápido posible para reaccionar. (Entrevista personal del 18 de octubre de 2015).
Sin embargo, fue crítico respecto al conocimiento que tiene hoy la comunidad puentealtina sobre qué deben hacer en el manejo de las potenciales amenazas naturales que pueden ocurrir en Puente Alto.
La gente desconoce estos planes, no saben, solamente lo conocen los mandos de cada institución, pero la ciudadanía no lo conoce. Quizás la gente que vive en el norte, en la parte costera ya tienen un plan y saben cuándo evacuar en caso de, acá no hay una cultura o que se haya preparado gente o tengan algún método cómo cuidarse o activar un plan, pero la ciudadanía lo desconoce totalmente. (En entrevista personal del 18 de octubre de 2015).
LOS VECINOS: ¿CONOCEN QUÉ HACER ANTE UN DESASTRE NATURAL?
Se conoce la opinión de las autoridades y expertos en cómo y cuáles serían los protocolos a realizar ante una situación de emergencia; las potenciales zonas donde pueden ocurrir desastres naturales en la Región Metropolitana en general y en Puente Alto a nivel particular, pero los vecinos, principales habitantes del territorio, ¿saben qué hacer o dónde evacuar cuando ocurra una amenaza natural en la comuna de Puente Alto?
Viviana Fuentes, emblemática dirigente de las "casas Copeva" que se hicieron conocidas en la década de los 90, recalcó que en los 20 años que ha vivido en Puente Alto ninguna autoridad comunal, provincial o gubernamental se ha acercado a ella o a sus vecinos para capacitarlos sobre lo que deben hacer en caso de ocurrir un desastre natural en la comuna.
Llevo 20 años viviendo en Puente Alto y nunca, ahora que tú me lo preguntas, nunca el Estado, ni el Gobierno, ni la Gobernación, ni el municipio, ni una institución nos ha hecho capacitaciones sobre los desastres naturales. O sea, tú actúas en base al instinto que te da como ser humano. Por eso me encuentro sorprendida porque no nos han capacitado sobre estos temas de naturaleza, por ejemplo: para el terremoto de 2010, salí con un megáfono avisando block por block en la Francisco Coloane a los vecinos que empezaran a juntar agua y que los adultos mayores los trasladaran a la cancha que teníamos, pero todo fue por instinto de uno, como dirigente social que es algo innato, pero que me hayan una hecho una capacitación... nunca. (En entrevista personal del 23 de octubre de 2015).
Una opinión distinta tiene Ivonne Peñailillo, quien vive en el mismo sector que Viviana Fuentes, es decir en Bajos de Mena. Ella afirmó que "la mejor información que he tenido, la mejor ayuda ha sido del municipio, nos han llamado para capacitarnos y orientarnos ante los desastres, esto fue hace como 5 años, fuimos al consultorio Karol Wojtyla para una capacitación". (En entrevista personal del 24 de octubre de 2015).
Por su parte, Luis Ayala, vecino de una de las zonas más centrales de la comuna, ubicada en Gabriela Poniente con Ejército Libertador, dijo que:
Tenemos charlas que nos hacen desde el municipio a través del Departamento Comunitario. Estas no son permanentes, sino que dos veces al año, va a depender de alguna situación, por ejemplo: la parte preventiva, de los temporales, es antes de la temporada de invierno; lo que tiene que ver con la sequía o los incendios es antes de la temporada de verano; en caso de los terremotos, ahí es más permanente o algo más recordatorio.
En general los talleres que nos hacen entregan una pequeña inducción, una diapositiva o una cosa dinámica, pregunta – respuesta y después obviamente viene un material escrito de apoyo, algún folleto, etcétera. (En entrevista personal del 24 de octubre de 2015).
Sin embargo, Luis Ayala criticó a las autoridades gubernamentales y provinciales por no realizar charlas o programas en materia de conocimiento en los desastres que podrían afectar a Puente Alto "de Onemi nada y el Gobierno Central es poco lo que aparece, la parte de la Gobernación… creo que es una vez al año, cuando me han invitado". (En entrevista personal del 24 de octubre de 2015).
El sector oriente de la comuna tiene en la actualidad una alta posibilidad que exista un desastre natural debido su cercanía con la Cordillera de los Andes donde existen quebradas y la falla de San Ramón. Producto de estas amenazas naturales, en el caso de remoción de masas o un temblor de una gran magnitud, las viviendas construidas tienen una alta probabilidad que sean destruidas y generen una grave situación en el sector.
Francisco Guerrero, vecino de la zona, señaló que los habitantes del sector conocen los riegos que los puedan afectar –falla de San Ramón y salida de los canales San Carlos y Del Carmen- y que desde la Municipalidad de Puente Alto a través de los Departamentos de Emergencias y Comunitario realizan charlas para que conozcan cuáles son los posibles desastres y qué hacer cuando ocurran.
Se hacen por lo general charlas preventivas o si no, nos coordinamos, porque a propósito de los desastres naturales, de aluviones que ha habido, se han producido cortes de agua a consecuencia de esto. Entonces, lo que se hace inmediatamente es que el Departamento de Emergencias, a través de los coordinadores comunitarios se comunican con sus sectores respectivos, con las juntas de vecinos, para poder abastecer a la población de agua.
Además, podemos solicitar una charla o también podemos asistir a una programada por la municipalidad, yo por lo menos he podido ir a algunas donde se ubica en un plano simple los lugares, en caso de ser necesario, para poder atender a la población ante un desastre muy grande. Existe una contraparte muy entendida que propone, coordina y busca la mejor alternativa. Las charlas a las que he asistido son cada un año.
Con el Departamento de Emergencia nos podemos coordinar, además tenemos los teléfonos de la oficina por si nosotros detectamos un problema, entonces lo que hacemos nosotros es llamarlos y a través de los coordinadores, que trabajan con nosotros, nos van ubicando o tomando respuesta a lo que se requiere. (En entrevista personal del 26 de octubre de 2015).
Las autoridades provinciales y comunales tienen claro qué hacer y cuáles son los protocolos a desarrollar en caso de una catástrofe natural que pueda afectar a Puente Alto. Esto incluye a las instituciones que trabajan en el área de emergencias y orden. La mayoría tienen los implementos tecnológicos e infraestructura para atender a los vecinos en una situación cuando existe un potencial desastre natural, además de la coordinación entre ellos mediante los COE de emergencia.
No obstante, algunas personas que viven en la comuna, desconocen totalmente las charlas que realiza la Municipalidad ante la prevención de los desastres naturales durante los meses previos a las lluvias o temperaturas altas que son potenciales para el desarrollo de un desastre natural. Sin embargo, otros vecinos, sí conocen y manifiestan la preocupación que existe de parte del municipio para desarrollar planes preventivos en el manejo de los desastres naturales, aunque fueron críticos con la Gobernación Provincia Cordillera por no participar y sólo desarrollar una charla una vez al año, en la prevención de desastres.
Es fundamental que exista una mayor coordinación de las autoridades provinciales y municipales con los vecinos de Puente Alto para participar juntos en charlas, por ejemplo, en las Juntas de Vecinos, para que tengan una educación cívica en cómo reaccionar o ayudar al resto cuando exista una amenaza real en la comuna.
Las capacitaciones que desarrolla Onemi, principalmente a Carabineros y a funcionarios de la Municipalidad, deben ser traspasadas a la mayoría de los vecinos de la comuna con un lenguaje claro y directo para una fácil comprensión y que conozcan, sin generar miedo o caos, cuáles son las zonas más expuestas a sufrir un desastre natural y cómo reaccionar ante éstos.
A nivel comunal y específicamente educacional, en los establecimientos municipales de Puente Alto sólo se realiza el plan y materias desarrolladas desde el Ministerio de Educación, por lo que es un desafío importante para las autoridades de la comuna desarrollar a futuro un ramo especifico relacionado con las amenazas naturales que existen en Puente Alto y cómo pueden reaccionar junto a sus familias y comunidad ante un eventual desastre.
CONCLUSIÓN
La historia de Chile, a través de los años, ha visto cómo los desastres naturales han destruido ciudades que fueron habitadas por personas que terminaron heridas o fallecidas tras la destrucción de los lugares donde habitaban, ya sean públicos o privados, y con un entorno que manifiesta el poder de la naturaleza. Durante años el Estado de Chile, junto a otros organismos estatales, iniciaron un despliegue económico y humano para iniciar un proceso de recuperación, rehabilitación y en algunos casos, el traslado a otras ciudades de las personas afectadas con el fin de iniciar una nueva etapa en sus vidas.
Es esencial que las políticas estatales de Chile consideren en el presupuesto anual una partida en el ámbito de la prevención y educación acerca de las catástrofes naturales para que la ciudadanía tenga un conocimiento claro respecto a qué hacer en caso de una situación anómala natural que pueda afectarlos.
Es decir, que las instituciones del Estado, así como las particulares, estén preparadas para prevenir a través de metodologías clásicas como la enseñanza en el aula o utilizando las herramientas tecnológicas que hoy existen (TIC). La base de esta prevención comienza, como se señaló anteriormente, desde los organismos estatales, pero fundamentalmente quienes deban aplicar ese conocimiento sean personas que estén capacitadas previamente para entregar clara y fluidamente los modelos a seguir cuando suceda una catástrofe.
Además de la información que debe llegar a los ciudadanos de manera simple y clara, el Estado de Chile debe invertir en infraestructura, viviendas de buena calidad, construir en lugares lejanos a quebradas o en las cercanías del mar con el fin de reducir y evitar los daños, costos y víctimas fatales por un desastre natural. Es fundamental, que el Estado invierta con sus recursos o encuentre a través de organismos internacionales, el financiamiento óptimo para prevenir los daños que pueden ser cuantiosos en los ámbitos personales como materiales producto de una catástrofe natural.
Esto incluye que los organismos internacionales como la ONU y Unesco se preocupen no sólo por la calidad de vida de las personas, sino que tengan una adecuada preparación al momento de enfrentar una situación anómala producida por la naturaleza con el fin de reducir los costos económicos y sociales en el país que fue afectado por un desastre natural, pero principalmente que el factor educativo sea el responsable en el comportamiento de la ciudadanía. No obstante, también se necesita una importante decisión de estas instituciones para que esas medidas tengan una recepción positiva de los habitantes del país, esto significa proporcionar préstamos en dinero, emisión de bonos soberanos en desastres naturales o medidas a largo plazo para reducir pérdidas materiales o humanas a los Estados. Sin embargo, estas decisiones coordinadas entre los gobiernos y los estamentos internacionales no se llevarían a cabo sin una educación clara y precisa a las personas que habitan un lugar determinado que esté amenazado por un posible desastre natural.
Ante las políticas preventivas de la Unesco, en materia de desastres naturales, este organismo ha diseñado una serie de programas que destacan:
Prever los riesgos naturales en las ciudades.
Realizar proyectos para preparar a la población ante una catástrofe mediante programas de educación y sensibilización de la ciudadanía.
Crear programas de alerta temprana.
Diseñar y planificar futuras construcciones en suelos adecuados.
Salvaguardar edificios escolares.
Promover programas de investigación tras los desastres y adoptar medidas de rehabilitación.
A través del desarrollo de este trabajo, se ha observado que el Estado de Chile ha cumplido con la creación de los programas de Alerta Temprana que son fundamentales para prever a la población y a las autoridades regionales, provinciales y comunales, en caso de un sistema frontal que pueda ocasionar lluvias intensas que produzcan inundaciones o posibles aluviones o aludes que generen pérdidas económicas y humanas en el sector. No obstante, el Estado chileno ha generado, planificado y fiscalizado someramente futuras construcciones en suelos adecuados y la realización de proyectos para educar y sensibilizar a la ciudadanía en el conocimiento sobre los desastres naturales. Sin embargo, no existen estudios sobre la prevención de los riesgos naturales en las ciudades, salvaguardar los edificios escolares y la promoción sobre los programas de investigación tras los desastres, aunque si han adoptado medidas de rehabilitación de la zona afectada. Esto incluye que el Estado de Chile no realiza estudios, ni evalúa que los desastres son un elemento que a futuro puede significar un plan, por ejemplo, para erradicar la pobreza en el territorio nacional y no se observa una participación de las mujeres en los ámbitos de rehabilitación, reconstrucción y mitigación en los organismos estatales y gubernamentales.
El desafío que existe para los gobernantes es conocer cómo ha cambiado el planeta en los últimos años. Las decisiones de los años 70, 80 o 90 en materia de políticas ambientales son extemporáneas para los tiempos que vivimos hoy a consecuencia de un cambio climático que en los últimos años acrecentó su presencia en la Tierra. Llegó el momento en que la conciencia humana se haga partícipe de este fenómeno que trae consecuencias catastróficas para quienes sufren los efectos del cambio en el clima. Por eso, es necesario que se conozca, cómo Chile puede ser afectado por el calentamiento global que trae como consecuencia que el cambio climático genere sequías o inundaciones inesperadas e intensas que pueden provocar aludes o aluviones producto de las lluvias en el territorio nacional.
En materia de prevención y educación a la ciudadanía, existen diferencias en cuanto al conocimiento de estos aspectos en materia de los desastres naturales. En el primer ítem existe una conciencia de la gente y de las autoridades para enfrentar una catástrofe natural, las lecciones aprendidas desde el terremoto del 27 de febrero de 2010 han sido asimiladas por quienes toman las decisiones en el país para efectuar una correcta evacuación a la ciudadanía, ejemplo de este aprendizaje fue lo acontecido en el terremoto del 16 de septiembre de 2015 cuando se evacuó a más de un millón de personas en el borde costero de Chile, esto incluye una eficiente decisión de las autoridades gubernamentales para decretar Estado de Catástrofe en la Región de Coquimbo para el despliegue del Ejército con el fin de rehabilitar y reconstruir rápidamente la zona afectada.
En tanto, desde el Estado de Chile, no existen las herramientas para que la ciudadanía conozca cuáles son las medidas preventivas ante un desastre natural. A esto se suma que desde la perspectiva educativa, no se realizan programas para que los habitantes del territorio nacional estén en conocimiento sobre la situación que pueda afectarlos, más aún, si en el país existen diferentes tipos de clima y terrenos que son, en alguna medida, posibles amenazas para los habitantes.
En este trabajo, queda demostrado que en Chile, a raíz del terremoto y posterior maremoto que afectó al centro – sur del país el año 2010, hubo una modernización en los aspectos preventivos para el manejo relacionado con las catástrofes naturales. Se modernizó la Oficina Nacional de Emergencia de acuerdo a los tiempos que vivimos en la actualidad, esto incluye la inauguración de un nuevo edificio y una coordinación constante con el resto de las oficinas regionales del país para alertar a las Fuerzas Armadas, junto a los organismos como Bomberos, Carabineros y las Intendencias regionales ante una situación que pueda generar y causar graves daños a la infraestructura pública y privada de la región o ciudad dentro del territorio.
Es sumamente importante que la Oficina Nacional de Emergencia no dependa del Ministerio del Interior para obtener recursos propios, se necesita infructuosamente que tenga la autonomía necesaria para disponer de un presupuesto sin la necesidad de depender de un ministerio y que la decisión gubernamental de postergar su trámite legislativo sea considerada para que en los próximos años se desarrolle el Sistema Nacional de Emergencia y Protección Civil con el fin de implementar una administración eficiente y propia.
No obstante, esas coordinaciones de los estamentos públicos no se ven reflejadas hacia la ciudadanía, esto porque no se han desarrollado programas preventivos masivos a la comunidad desde Onemi en la Región Metropolitana -el último de ellos fue el año 2012-. Sin embargo, en lugares donde se realizan espectáculos masivos privados, la Oficina Nacional de Emergencia entrega información a través de folletos o videos para que los asistentes sepan qué hacer cuando exista una situación anormal en la zona que pueda provocar daños o graves consecuencias.
En el caso de Puente Alto, la comuna cuenta con las herramientas para enfrentar una catástrofe a través del Departamento de Emergencias donde trabajan funcionarios las 24 horas al día, los 7 días de la semana, con vehículos diseñados para acudir a zonas donde se produzca un desastre natural. Esto incluye la coordinación constante con la Gobernación de la Provincia Cordillera, quienes también cuentan con vehículos y sistemas de comunicación para coordinar y ayudar junto con Bomberos y Carabineros a los damnificados y junto a ello, mantener el control de la zona afectada. En el caso de los Bomberos de Puente Alto, sus voluntarios están capacitados con altos estándares internacionales para el manejo de los desastres, además cuentan con equipos y vehículos sofisticados para controlar en los lugares donde la comuna fuese afectada por un desastre natural.
Tras el terremoto del año 2010, y a raíz del caos que se generó en el país, en varios lugares no contaban con agua potable. Es por esto que la Municipalidad de Puente Alto diseñó y construyó en cuatro lugares específicos, pozos de agua con una gran capacidad para almacenarla y utilizarla como agua potable para el consumo no sólo de sus habitantes sino que para, en caso que se genere, distribuirla en las comunas del sector sur de la Región Metropolitana. En la actualidad, el Departamento de Medio Ambiente, Áreas Verdes y Emergencias está actualizando cuáles son sus mapas de riesgo y qué sector puede afectar la falla de San Ramón, descubierta durante el año 2015. A esto se suma que el Departamento de Obras del municipio fiscaliza y controla que las empresas inmobiliarias que desarrollen nuevos proyectos cuenten con los permisos desde el Ministerio de Obras Públicas para construir y realizar las obras de mitigación en el sector.
Producto de la ausencia de fiscalización en las políticas habitacionales y al enfocarse en el desarrollo inmobiliario y urbano en años anteriores, Puente Alto tiene en la actualidad amenazas naturales que son consecuencia de las construcciones en el piedemonte donde en tiempos pasados, el agua fluía por los lugares que en la actualidad están construidas las casas. Es por esto que, a través de las entrevistas realizadas para este trabajo a las personas especializadas en el aspecto urbano y de prevención, expresaron que los antiguos canales en las quebradas donde el agua bajaba hacia el sector céntrico de la comuna están tapados con basura y escombros que son potenciales elementos que a futuro pueden ocasionar graves consecuencias económicas y sociales.
Este riesgo incluye a las investigaciones realizadas durante el año 2015 por expertos, quienes descubrieron la falla de San Ramón, que abarca la totalidad de la zona oriente de la Región Metropolitana, por lo que Puente Alto no está exento a un posible sismo de gran magnitud. Producto de esta situación, existe un desconocimiento de cuál podría ser la magnitud y destrucción que pueda ocasionar un sismo cuando se active. Debido a esta incertidumbre, no hay una claridad de las autoridades gubernamentales, provinciales y comunales de la falla de San Ramón y un completo desconocimiento de los vecinos del sector.
No obstante, y a través de la realización de este reportaje se puede constatar que la comunidad puentealtina ignora cuáles son las medidas preventivas de parte de las autoridades regionales y provinciales para el manejo de los desastres naturales, pero destacan el aporte que realiza el municipio durante el año para realizar charlas en las juntas de vecinos con el fin que puedan conocer las reales amenazas que pueden afectar al territorio. Sin embargo, como es sabido, la comuna cuenta con cerca de 700 mil habitantes que pertenecen a los sectores secundarios y terciarios en la actividad económica del país, que incluye a una población flotante, por tanto no siempre están en sus hogares, lo que podría significar una incomprensión de las reales amenazas que tiene Puente Alto al momento de realizar una charla educativa.
Es decir que en Chile, los organismos que tienen las facultades para prevenir y alertar sobre una emergencia se han modernizado en los últimos años, pero todavía no cuentan con recursos económicos propios para tener una autonomía en el manejo de los desastres naturales. A nivel regional, la Intendencia de la Región Metropolitana se coordina con la totalidad de las comunas para ir en ayuda de los damnificados. En el aspecto provincial y comunal existe una constante coordinación entre la Municipalidad y la Gobernación para reaccionar ante una catástrofe natural, pero no de un trabajo conjunto para diseñar un sistema preventivo que conozca la comunidad en su totalidad o en gran parte, para que cuenten con una educación acerca de cómo reaccionar ante las principales amenazas naturales existentes en la comuna más habitada de Chile sin causar pánico.
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