Autor del texto: Angelo Papacchini Papacchini Nombre del artículo: Demandas de nuevo derechos en “Los “Los derechos humanos a través de la historia” historia” Fecha: 1998 Fuente: Revista colombiana de psicología No. 7, Universidad nacional de Colombia; Bogotá D.C. PP. 192-200 Palabras claves: libertad, dignidad, derechos de tercera generación, derechos de primera generación, libertad. Papacchini hace aquí una revisión de lo que son los derechos humanos de tercera generación, en los cuales resaltá dos fenómenos fundamentales, uno es un revisionismo de los derechos de primera generación, basados en la tradición francesa de los derechos del hombre y del ciudadano, que no habían logrado abordar la libertad con total plenitud y el otro es un ideal y aspiración que es el derecho a la paz, el de lograr un mundo sin guerras, que revive la aspiración de la paz mundial y anhela las relaciones pacíficas entre las naciones soberanas, pero me dedicare a tratar el tema sobre la revisión hacia los derechos humanos de primera generación. Si bien las derechos de primera generación han sido altamente cuestionados desde tendencias como el marxismo, el socialismo, el nacional socialismo o el anarquismo colectivista, los resultados han sido nefastos pues surgieron estados que poseían total control de los ciudadanos, quienes carecían de toda libertad de opinión, expresión, conciencia, etc., por medio del colectivismo vigentes en tendencias como el socialismo, el nacional socialismo y los autoritarismos, negaron totalmente al ser individual y su condición humana, convirtiéndolo en parte de las masas, que eran gobernados por una elite política que gobernaba con el más extremo despotismo creyendo cosas como “el papel de la vanguardia proletaria consiste en instruir, ilustrar y educar a los sectores y las masas más atrasados de la clase obrera y campesina” 1 negando que esas masas estaban conformadas por individuos y comunidades y convirtiéndolas en un colectivo que debía obedecer a la vanguardia política, la elite representada en el partido, negando la heterogeneidad, que como dice Hannah Arendt sobre el resultado de la sociedad totalitaria “La dominación total no permite la libre iniciativa en ningún campo de la vida en ninguna actividad que no sea enteramente previsible” previsible”2 tal dominación demuestra que los derechos humanos de primera generación son indispensables para el reconocimiento del individuo. Pero tampoco se pude negar que existen un considerable error en la manera en que se plantearon los derechos humanos de primera generación, de hecho 1
Ilich Lenin, V. (1977). La enfermedad infantil del "izquierdismo" en el comunismo. En V. Ilich Lenin, Obras Escogidas Tomo XI (págs. 1-100). Moscú: Editorial Progreso. PP. 31 2 Arendt, H. (1998). Los orígenes del totalitarismo. España: Taurus. PP. 422
Hayek Propone que el problema reside en que en las grandes revoluciones liberales surgieron dos tendencias de individualismo, uno el verdadero del que dice que “el verdadero individualismo no es igualitario en el moderno sentido de la palabra. No encuentra razón para tratar de hacer igual a gente que es distinta, en lugar de tratarlos con igualdad”3 este es el auténtico individualismo que se daba en la tradición anglosajona y además aceptaba que existen todo tipo de diferencias entre los sujetos que deben ser reconocidas, además no niega la pertenencia del ser humano a grupos sociales o sea que “Que el verdadero individualismo afirma el valor de la familia y todos los esfuerzos comunes de la pequeña comunidad y grupo, que cree en la autonomía local y en las asociaciones voluntarias”4 por lo tanto era una libertad que reconocía al ser humano como ente heterogéneo y como ser social como ser cultural, ya que “reconoce en la familia una unidad tan legítima como el individuo; y lo mismo vale para otros grupos, tales como comunidades lingüísticas o religiosas” 5 siendo este el ideal que debieron tener los derechos humanos de primera generación. El asunto radica en que según Hayek en que existe otra tradición liberal que es la racionalista, de origen francés, propia de la ilustración y los enciclopedista, que resulta ser el resultado de “una confianza exagerada en los poderes de la razón individual y de un desprecio consecuente hacia todo lo que no ha sido ideado conscientemente por ella o que no le sea completamente compr ensible”6 que le lleva a convertirse en un proyecto centralizador y homogeneizador, el antropólogo Pierre Clastres también comprendió este carácter del liberalismo francés ya que plantea “la Tercera República transforma definitivamente a los habitantes del hexágono en ciudadanos gracias a la institución de la escuela laica, gratuita y obligatoria, y más tarde del servicio militar obligatorio”7 enmarcando la republica creada por la revolución francesa en un proceso de homogenización y bien se pude decir es un antecedente del colectivismo, hecho que Hayek reconoce, de hecho considera que “este individualismo racionalista tiende siempre a un desarrollo opuesto al señalado, específicamente hacia el socialismo o colectivismo”8, bien está claro que este modelo de sociedad libre seria el insertado en los derecho del hombre y del ciudadano que pasarían a convertirse en el fundamento de los derechos humanos de primera generación. Lo que Papacchini percibe como el gran problema de los derechos humanos de primera generación es el carácter colectivista que subyace en estos, por lo que considera que “El programa ilustrado suponía el intento de neutralizar las diferencias de sexo, raza, etnia, religión, para reducirlas al rango de variables «indiferentes», para que no influyeran en la asignación de derechos civiles o en 3
Hayek, F. A. (1986). Individualismo: El verdadero y el falso. Estudios Públicos Nº 22. PP. 27 Ibídem. 20 5 Ibídem. 27 6 Ibídem. 8 7 Clastres, P. (1981). Investigaciones de antropología política. Barcelona: Gedisa. PP. 61 8 Hayek, F. A. (1986). Individualismo: El verdadero y el falso. PP. 5 4
la definición de la participación ciudadana”9 está claro que Papacchini capta este carácter de homogeneización y colectivismo que se encuentra en los derechos del hombre y del ciudadano, creando una visión homogénea de hombre y mujer, por medio de la reestructuración del orden territorial y el sistema educativo laico y moderno, por eso lo que más resalta en los derechos humanos de tercera generación es la revisión de este error dejando de lado el ideal colectivista que impregna a estos derechos y reconociendo el verdadero carácter de los derechos de libertades individuales, ya que la libertad auténtica existe con la diversidad y el reconocimiento de esta, sin esto no serán posibles auténticos derechos de libertad por ende el gran logro de los derecho de tercera generación fue que “es necesario tomar en serio las diferencias se basa en cambio en una noción distinta de dignidad, que apela a la autenticidad, más que al igual respeto por la humanidad presente por igual en los diferentes sujetos” que es lograr comprender en que consiste las libertades individuales. En resumidas cuentas la auténtica libertad es la que nos deja expresar que somos diferentes como individuos, diferentes en una identidad, o pertenecemos a grupos sociales que nos diferencia de otros, eso es lo que hay que valorar, permitir que esas diferencias existan es permitir un campo a la auténtica libertad, negar esa diferencia y convertir a las personas en simples ciudadanos jurídicos solo da lugar camino a un proyecto homogeneizante, que permite el surgir de un colectivismo que niega a las diferencias, convirtiendo a la sociedad en solo masas y cifras, permitiendo que estados autoritarios que la gobiernen a su antojo desconociendo las diferencias identitarias de los individuaos y las comunidades.
Bibliografía Arendt, H. (1998). Los orígenes del totalitarismo. España: Taurus. Clastres, P. (1981). Investigaciones de antropología política. Barcelona: gedisa. Hayek, F. A. (1986). Individualismo: El verdadero y el falso. Estudios Públicos Nº 22(edición digital). Lenin, V. I. (1977). La enfermedad infantil del "izquierdismo" en el comunismo. En V. Lenin, Obras Escogidas Tomo XI (págs. 1-100). Moscú: Editorial Progreso. Papacchini, A. (1998). Demanas de nuevos derechos. Revista colombiana de Psiciologia NO. 7 , 192-200.
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Papacchini, A. (1998). Demanas de nuevos derechos. Revista colombiana de Psiciologia NO. 7, PP. 194