Historia de Estados Unidos de Norteamérica
Mtra. Fabiola García Rubio.
Grupo 0008
28/09/11
Reseña de: Ortega y Medina, Juan Antonio, Destino manifiesto, sus razones históricas y su razón teológica , México, SEP, 1972, 164 p., (SepSetentas, 49), il.
Ortega y Medina fue un trasterrado español (1913-1992), autor de 15 libros, múltiples artículos, ensayos, traducciones, ediciones y que dejó un gran legado de discípulos en México, particularmente en la UNAM, de la que fue profesor 40 años 1
e investigador emérito. La obra es una incursión en la investigación histórica norteamericana para sembrar en un terreno hasta entonces casi yermo. Consta de Introducción y dos capítulos en los que las ideas principales son que la doctrina del
Destino
manifiesto es el resultado del desarrollo y puesta en práctica del dogma
protestante en el que el nacionalismo anglicano-puritano, como manifestación de la vocación individual y nacional de los norteamericanos como pueblo elegido, es implementado al actuar intensa, práctica y fructíferamente sobre el mundo para convertirlo en manifestación industriosa de sí mismo, siguiendo el mandato divino, inicialmente en el marco del conflicto anglo-español por el dominio oceánico, arrebatando del influjo de los papistas españoles y portugueses a los indios, para revelarles la palabra de Dios y civilizarlos, sucesivamente formulando la tesis misional, política, económica y espiritual de cumplir su destino ineluctable al expresar su superioridad, que justificaría su poder e imperialismo, ya en la versión secularizada del dogma y vigente hasta nuestros días. Los antecedentes últimos del tema se ubican en el intento de remontar la hegemonía económica y talasocrática española que se manifestó como una crítica y denostación del dominio español en América y el intento por diversificar la expansión inglesa emprendiendo la colonización americana, empresa intentada 1º Reseña de lectura: Ortega y Medina, Juan Antonio, Destino manifiesto, sus razones históricas y su y su razón teológica, México, SEP, 1972, 164 p., (SepSetentas, 49), il., Alumno: Gilberto Orozco Cadena.
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infructuosamente durante el siglo XVI, y no sólo ejerciendo labores de piratería y de corsarios sobre las naves españolas. En el XVII, en un ambiente de apremio evangelizador porque la idea de la Historia imperante era que se vivía la última etapa del mundo y se aproximaba el Apocalipsis, los ingleses emprenden como aventura económica privada la colonización
americana,
inicialmente
aduciendo
una
labor
misionera
evangelizadora y la perenne idea de usufructuar la tierra para cumplir el mandato divino. La imposibilidad de civilizar fácilmente a los indios impele a los colonos a despojarlos de sus tierras ante la exculpación de que no las aprovechaban como debían, justificando teológicamente su codicia en un argumento discriminatorio trascendental y teogeográfico que heredaron de la conquista de Irlanda y que igualaba en su carácter satánico tanto a los indios, como a los españoles en una perversidad que los obligaba a librarlos de ella, incluso a costa de sí mismos. Esta categorización exigía acciones para asegurar una frontera religiosa y política que salvaguardara al mundo puritano y se puso en práctica mediante el “calling” conquistador como expresión divina manifestada por los primeros exploradores y colonizadores, como Gilbert y Raleigh, para sacudirse el mortal peligro que entonces representaban para Inglaterra las riquezas americanas en manos españolas; es decir, la lucha era por la supervivencia nacional inglesa. Aunque dependían de los indios para su manutención, los acusaron de haraganería porque su incipiente agricultura incumplía el precepto de henchir la tierra; aunque desconocieran la ley divina que los obligaba, los ingleses asumieron por ellos la tarea, justificando así el despojo de tierras y después el confinamiento, ajustándose al dogma de la doble predestinación incondicional, la expiación 1º Reseña de lectura: Ortega y Medina, Juan Antonio, Destino manifiesto, sus razones históricas y su razón teológica, México, SEP, 1972, 164 p., (SepSetentas, 49), il., Alumno: Gilberto Orozco Cadena.
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limitada, asumiendo la inhabilidad humana de los indios, su inadmisibilidad a la gracia y la perdurabilidad de la santificación de los puritanos en tanto que con su labor intensa, práctica y fructífera se apegaba a la summa de inspiración religiosa, política, social, moral, cultural y económica de origen bíblico encarnada en su ascetismo intramundano y honrando el triple pacto de gracia, religioso y civil que a su vez obligaba a Dios a la contraprestación de otorgar a sus súbditos un estatuto de derechos inviolables e ilimitados que los exoneraba para hacer todo lo necesario para mostrar la certitudo salutis que evidenciaba su santidad. Esta ideología calvinista siempre actuó como instrumento de toda reforma social y se vio alentado por los recursos mediáticos de la época, como la imprenta y los escritores contemporáneos, como Milton, sublimando el trueque del paradigma de la riqueza feudal como legado, por la estricta apropiación individual, que dotaba al puritano del carácter de administrador de los bienes que Dios le otorgó y proporcionándole la confianza y acicate para perseverar en su ejercicio, enraizarse cada vez más en su labor intramundana. La secularización de estas creencias fue desarrollada por Locke, Jefferson, Washington y muchos otros “padres fundadores” traduciendo la libertad religiosa en libertad civil y espíritu comercial, de manera que sin obstáculos morales, sólo siguieron la inercia de su codicia como alegato de elección, como lo propagaron Carnegie y Cotton Mather, cultivando el usufructo al límite, incluso respaldado por las
guerras justas,
luchando por la regeneración, si no del hombre, al menos de la tierra, y aduciendo el derecho a la seguridad como acreditación, santa y hasta filantrópica, de su impulso de extender el área de libertad, como expresión secular de la idea original de regeneración espiritual. La amarulencia inglesa contra España siempre fue el 1º Reseña de lectura: Ortega y Medina, Juan Antonio, Destino manifiesto, sus razones históricas y su razón teológica, México, SEP, 1972, 164 p., (SepSetentas, 49), il., Alumno: Gilberto Orozco Cadena.
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motor de la actitud norteamericana frente a Hispanoamérica; la Doctrina Monroe no era vejatoria, sino muestra de la práctica de la sufrida e incondicionalmente aceptada “white man´s burden”, que en realidad sólo esconde un impulso falaz spenceriano y una declaratoria de simpatía por el darwinismo social. La expresión Destino manifiesto , como tal, se remonta a una expresión periodística que respaldaba el conflicto con México en 1846, que primero dudaba de la cláusula adánica que justificaba el gobierno hemisférico y luego consagraba populacheramente el desmembramiento mexicano. Comentario: La idea del Destino manifiesto tiene hondas raíces teológicas, pero una contrapartida innegable en el materialismo histórico, la imposibilidad de explotación de un grupo humano mesolítico que vivía en un sistema de producción acaso con incipientes excedentes, sin idea de propiedad privada, incapaz de pagar tributo, confrontado de manera irreconciliable con otro cuyo motor era la ganancia capitalista y que descubrió que la riqueza americana consistía en la tierra misma, una que no despertó la codicia española por la ausencia de grupos humanos productores de excedentes a quienes evangelizar, incorporar y explotar. El ejercicio hermenéutico de Ortega y Medina es muy sólido y esclarecedor, pero insuficiente al minimizar estos elementos factuales en la dinámica de esta epopeya norteamericana, abundante, sin embargo, y muy didáctico para discurrir el andamiaje ideológico de la doctrina del Destino manifiesto y su desarrollo y expresión política y económica hasta nuestros días pasando por la Doctrina Monroe y culminando con la apropiación norteamericana del crisol de la idea de civilización occidental operada desde la OTAN.
1º Reseña de lectura: Ortega y Medina, Juan Antonio, Destino manifiesto, sus razones históricas y su razón teológica, México, SEP, 1972, 164 p., (SepSetentas, 49), il., Alumno: Gilberto Orozco Cadena.
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