Reflexión de la película What about Bob?
Los terapeutas son seres humanos y es normal que a lo largo de un proceso se cometan errores, pero el punto aquí es que dichos errores no pongan en peligro el proceso terapéutico y es de esperarse que el psicoterapeuta sea capaz de reconocer y reflexionar dichos errores. Así mismo resulta importante que el terapeuta sea capaz de entender y aceptar sus limitaciones para poder ofrecer un servicio de calidad a sus clientes, es importante que sepa con quien si puede y con quien no trabajar. La película de What about Bob?, del director Frank Oz, permite ejemplificar los errores que se pueden cometer en un proceso terapéutico. En esta se aborda la vida de Bob Wiley, quien presentaba fobias a enfermarse por estar en contacto con objetos sucios, pocas o nulas relaciones sociales y afectivas y, principalmente, una gran dependencia a Leo Marvin, el terapeuta con quien está en tratamiento, ya que llega a acosarlo cuando éste se encuentra de vacaciones y forma un lazo estrecho con la familia del terapeuta, llegando a casarse con la hermana de este, por lo que Leo entra en un estado de desequilibrio mental, siéndole imposible continuar con el desarrollo de su profesión.
En ella pudimos darnos cuenta que el terapeuta comete ciertos errores con su cliente, los cuales ponen en riesgo el proceso terapéutico y la cura del cliente, sin embargo es bastante claro que cada cliente es distinto, tiene distintas necesidades y maneras de ver las cosas. Consideramos que es un error desde la primer entrevista no establecer un encuadre claro y preciso con el paciente, lo cual es solo el hilo de lo que vendrá después, pues los límites cliente-terapeuta no se precisan y esto lleva a que posteriormente el cliente incursione en manera muy invasiva en la vida del terapeuta. Así mismo las necesidades del cliente no parecen ser escuchadas con claridad y mucho menos entendidas, es normal ir
creando supuestos acerca de lo que le aqueja al cliente, pero creo que es muy importante prestar atención a lo que el cliente cree, siente y piensa acerca de su problema, así como a las posibles soluciones que el cliente pueda dar al terapeuta.
Los errores que pudo cometer Leo Marvin en el tratamiento de Bob Wiley tienen relación con los planteados por Jorge Pérez Alarcón en el libro , los cuales implican suponer que se trabaja sin hipótesis diagnósticas, que el consultante define la naturaleza del problema con el cual trabaja y el terapeuta el tipo de intervención, que es posible alcanzar un entendimiento global y verdadero del problema del consultante, explicar sin entender la forma en la que organizamos nuestra explicación y tratar de evitar las contradicciones entre las distintas explicaciones.
El error de suponer que se trabaja sin hipótesis diagnósticas, se pudo ver presente cuando Leo estableció un diagnóstico para la problemática de Bob como una afirmación inmutable, mediante el cual rigió su actuar y el tratamiento de Bob, sin haber analizado previamente diferentes variables para establecerlo, además de explicar la problemática presente desde su propia concepción teórica, la cual consideró que podía solucionar y resolver cualquier conflicto psíquico que aquejase a una persona.
El segundo error, el de suponer que el consultante define la naturaleza del problema con el cual trabaja y el terapeuta el tipo de intervención, se ve reflejado cuando Leo le da su nuevo libro titulado “Pasitos de bebé” a Bob, diciéndole que al leerlo podrá encontrar una
solución a sus problemas, estableciendo él el tipo de tratamiento a seguir, sin tomar en
cuenta la perspectiva y explicaciones que puede darle Bob a su problemática y las diferentes soluciones que ha intentado o de los diferentes tratamientos que ha tenido para abarcar sus problemas.
El error de suponer que es posible alcanzar un entendimiento global y verdadero del problema del consultante tiene relación con lo planteado anteriormente en el primer error, ya que Leo analizó la problemática de Bob desde su propia concepción teórica de las cosas, sin detenerse a hacerse un autoanálisis del porque establecía el diagnóstico, desde cuales parámetros, conceptualizando la problemática desde una concepción autoritaria e inmóvil, en donde él manifestaba que poseía la razón y el fundamento para establecer un diagnóstico.
El cuarto error fue manifestado al dar solamente u na descripción y categorización de la problemática presente en Bob, sin detenerse a profundizar en las posibles explicaciones y relaciones que podían tener con la historia personal y el ambiente en el que se desarrollaba Bob. El último error, estuvo presente cuando Leo trató de internar a Bob en un psiquiátrico, en donde después de pocas horas lo mandaron llamar para que lo recogiera, ya que a la concepción de otros profesionales de la salud psíquica, Bob no manifestaba una problemática severa como para ser internado en un psiquiátrico, por lo que Leo los consideró inexpertos e ineficientes, manteniéndose en su posición de sabelotodo.
No obstante creemos que muchas de las dificultades que el terapeuta enfrento desde el principio pudieron haberse evitado si se hubiera dado un encuadre
adecuado y se hubieran escuchado adecuadamente las necesidades del paciente, sin embargo todo ocurrió de prisa y Bob no pareció haber entendido que su terapeuta estaría fuera por un mes. Creemos que existieron cosas que ayudaron al proceso y calmaron un poco la ansiedad del paciente como lo de “pasitos de bebe” que logro contener a momentos la ansiedad que experimentaba Bob al encontrarse con circunstancias nuevas, así mismo el libro parece haber sido de ayuda. También creemos que la necesidad de ser escuchado fue contenida por la familia del terapeuta por lo que Bob permanecía cerca y trataba de pasar tiempo con ello, creemos que esto ocurrió en parte por la necesidad de ser contenido que tenía Bob. Al final creemos que lo que Bob necesitaba era atención la cual de una manera u otra recibió gracias a su terapeuta.