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l I o n s c l q u u y e e a d d o e c n e t n r a a r s t d e e a n ú u n e m v á o s s e T n a l l a n e C t i o u d s a y d c d o e n l s a e L j o o c s u c r o a n
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Guía para el b ue n u s o y p r ov e c h o d e l a lo c ura e n “No te D uermas ” Obra d e Be njamin Baugh
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A de ASENTIR B de BOCAS
3CS 4CS 5CS 6CS 7CS 8CS 9CS 10CS JCS QCS KCS
DC E F
de de CUCHILLO DINOSAURIO de ESTIGMAS de FERROCARRILES
G de GOBLINS H de HORMIGAS I de INTESTINOS J de ¡JODER! K de KILOS L de LENGUA LUNAR M de MURMULLOS
de ASENTIR sin ninguna duda. Siempre sí; la inerciateesdirán muy que tozuda. con el a hacer, pero a ib e u q lo or b a que Me odié p llevaba necesita s, que e u q a d er i m día de regunta r y de hacer p lla ía hi c e d a ar par vez. Solo quer ta u p a un e d az Le hice 3 me dejara en p so le bastara. que me quisiera y que e preguntas: í?” “¿Confías en m e? ” de interrogarm r ja e d a s a V “¿ en el mundo?” da na a e u q s á m sarla “¿Me quieres me impidió be no so e ro e p Me di asco, zos. gió en mis bra fu e r e s o d n a cu
¿QUÉ SOY CAPAZ DE HACER? Puedes hacer que la gente diga “Sí” con sinceridad y que actúe de acuerdo a esa respuesta sin pararse a pensar en las consecuencias (aunque a largo plazo se acabará imponiendo su verdadera naturaleza). El poder no funciona gracias a tu magnetismo personal o fuerza de voluntad, es simple inercia. Si tu objetivo ya se mostraba receptivo a tu pregunta o petición, lo único que pasa es que recibe un pequeño refuerzo positivo, como el placer que se siente al estar de acuerdo con alguien. Si decir ese “Sí” va en contra de sus creencias más básicas se dará cuenta de que su acto no fue natural. Y puede que se ponga de muy mala leche. El “Sí” siempre acaba por desaparecer, pero lo rápida o lentamente que lo haga depende de lo contrario que sea a la naturaleza de la víctima: un “Sí” aceptable puede durar muchísimo tiempo, mientras que uno aberrante desaparecerá casi inmediatamente, a menos que insistas mucho.
(1-2 dados) Haz que alguien haga algo que se sienta inclinado a hacer, incluso si se había comprometido en otro sentido. Puedes hacer que un borracho furioso deje de machacarte la cara si le preguntas: “¿Te puedo invitar a un trago?”.
(3-4 dados) Haz que alguien acepte hacer algo de lo que más tarde se vaya a arrepentir
(5-6
seriamente (cómo de “tarde” depende de lo rara que sea la pregunta o de lo mucho que te estés pasando). “Quieres que me vaya, ¿verdad?”, o “¿No tienes un montón de ganas de dejar esa escopeta en el suelo?”. En una fiesta llena de solteras con ganas de ligar podrías llevarte a la cama a cualquiera que se lo preguntes, pero lo más seguro es que al día siguiente se arrepienta. dados) Haz que alguien viole alguno de sus principios más básicos. “Perdone, Don Homófobo acista, ¿le apetecería hacerle el amor a este robusto mulato mientras les grabo?”. También puedes hacer que alguien recuerde su respuesta durante un largo tiempo, siempre que no sea tan extrema. ¿Tienes una novia con miedo al compromiso? Prueba un “¿Quieres casarte conmigo?”.
¿Cómo respondo? Luchar: Las personas son títeres sin apenas voluntad. A veces no hay nada que te cabree más que su debilidad y la manera en la que se dejan manipular. Los desprecias de una forma horrible, así que a veces les preguntas cosas como “¿No os apetece daros una paliza los unos a los otros?”. Cuando llegas a tu límite ya no ves a la persona, solo a una marioneta con una estúpida sonrisa de conformidad, y no puedes evitar pregun-
Huir:
tarle si puede “levantarse y aguantar”. Necesitas saber cuántas veces le puedes hundir el puño en la cara antes de que su humanidad despierte. En otras ocasiones es más fácil decir “¿Puedo huir?”. No importa lo tranquilo y confiado que esto te haga sentir, no compensa el asco que sientes por ti mismo, y tu boca se llena de ese sabor. La gente simplemente funciona así, y no puedes engañarte sobre cómo les afecta tu manipulación. Cuando tu estómago se encoge del asco lo único que quieres es escapar, y cuando el poder te sobrepasa es como si cayeras en un pozo negro repleto de todas las miradas vacías de la gente a la que le jodiste el cerebro. Puedes huir de tus crímenes y tus víctimas, pero jamás podrás salir de ese pozo.
esulta extraño, pero cuanto más haces que la gente esté de acuerdo contigo, más estás tú ¿Cómo me cambia? de acuerdo con ellos. Todos sonreís y decís “Sí”, porque sería de mala educación decir “No”. Empiezas a coincidir con sus gustos musicales, con lo que quieren cenar, con que sí puedes darle algo de dinero a cada vagabundo que te lo pida. Cuantos más deseos cumples gracias a tus serviciales víctimas, más deseas cumplir los sueños de los demás. Es como si el “No” se hubiera evaporado de tu cerebro. Pero lo que define a una persona no es tanto lo que ama y desea, sino lo que odia y rechaza; ese odio (la capacidad de diferenciar entre lo que quieres y no quieres) es tu alma.
¿En qué me estoy convirtiendo? Llega el punto en el que no sabes distinguir entre lo que tú quieres y lo que los demás quieren. Deambulas por la Ciudad de la Locura con una sonrisa bobalicona, contestando “Sí” a cualquier cosa que te pregunten. Esa enorme y afable sonrisa que luces es la del perfecto pelota, capaz de hacer cosas terribles por agradar a los demás, cualquier tipo de atrocidad. Sin voluntad propia acabas por transformarte en el servil lacayo de alguien con una fuerte personalidad. Te has convertido enEl Hombre Sí.
de BOCAS que no puedes dejar de ver. ¿Qué podrán contar? ¿A quién van a morder?
B
¿Qué puedo hacer?
¿Hay alguien sentado aquí?
¿Tú ves a alguien? Quiero decir, ¿había alguien que vaya a volver?
Había un tipo, pero se fue corriendo después de estar media hora tirándose peos con olor a patatas y ketchup picante en mi cojín. Creo que el pobre inodoro va a tener cosas interesantes que contar.
Vale, entonces me sentaré yo. ¡Mmphh! Cierra la puta boca y pórtate como una silla.
Cuando le preguntas algo a un objeto, le sale una boca y te contesta. Has conocido al tipo cuyas manos pueden oír lo que las cosas saben, pero está equivocado: lo que los objetos quieren es hablar, están deseando tener una boca con la que formar palabras, y tú puedes dársela con tu sola mirada: una boca enorme y completamente funcional. esulta que la mayor parte de los objetos se sienten constantemente ignorados y maltratados, por lo que odian a sus creadores humanos con bastante intensidad. Les cabrea esa cultura consumista tan ingrata y tan rápida en buscarles un reemplazo. Casi cualquier objeto se sentiría feliz de devolver el favor y enseñarle a la humanidad, de la forma más dolorosa posible, lo que realmente significa ser consumido. Los objetos son capaces de compartir su limitado campo de conocimiento; solo tienes que ignorar su tono ofensivo. Un teclado podría contarte las contraseñas que se han tecleado en él, y comentar con cierto asco cuáles son las páginas porno preferidas de su dueño. Una silla podría
describirte la gente que se ha sentado sobre ella, añadiendo algún colorido comentario sobre su peso y salud gastrointestinal. El dinero podría contarte por qué manos ha pasado y las cosas por las que fue intercambiado. Es interesante resaltar que el dinero suele tener una voz perversa y que los demás objetos lo odian, ya que es parte del sistema que los esclaviza; a menudo es posible poner a un objeto poco amistoso de tu parte si quemas algo de dinero y le dejas escuchar sus gritos.
En cada crimen y pecado habrá objetos observando lo que ocurre; objetos que estarían más que contentos de vengar lo sucedido si alguien les diera los medios para hacerlo.
(1-2 dados) Interroga a un único objeto y averigua lo que llegó a percibir desde su posición. La boca que aparezca puede morder cualquier cosa próxima a ella, dándole una desagradable sorpresa a una víctima distraída. (3-4 dados) Libera las bocas de c ientos de objetos y obtendrás una narración desde muchos puntos de vista o que abarque más tiempo. Los objetos tienen mucha memoria, pero poca atención, que si leserios preguntas podrás cubrir las lagunas decapacidad otros. Las de bocas puedenasícausarle dañosaamuchos cualquier desafortunado que se cruce con ellas. Además, con el discurso adecuado, puedes provocar un ataque de auto-canibalismo y hacer que (por ejemplo) una puerta se coma a sí misma. (5-6 dados) Ordénale a todo lo que haya a tu alrededor, grande o pequeño, que responda a tu llamada. Se formará una muchedumbre de voces que gritarán y montarán follón hasta que consigas domarlas. Si las interrogas podrás combinar miles de perspectivas en una sola imagen coherente y así conseguir una reproducción casi holográfica de lo que ocurrió. O, si te sientes especialmente cruel, deja que los objetos liberen su odio por sus dueños humanos: tus víctimas serán devoradas por sus propias ropas, zapatos, sillas, móviles y carteras.
¿Cómo respondo? Luchar: Los objetos están permanentemente enfadados, dispuestos a alzarse en cualquier momento contra sus opresores. Las cosas de las tiendas de chinos saben que son baratas y vulgares, pero también son lo suficientemente inteligentes como para saber qué les sucederá cuando las compren: una vida corta y desagradecida, seguida por un exilio en una polvorienta estantería o el vertedero municipal. Tan furiosas están, y tanto veneno echan por sus bocas, que su odio inunda tus pensamientos. Fue tu poder y tu mente lo que les dio una boca, así que es difícil separar la rabia y frustración de los objetos de tus propios sentimientos. esulta mucho más fácil apaciguar su odio si te dejas llevar por él.
Huir: Algo que has descubierto sobre tus nuevos compañeros de charla es queno les gustas.
Es verdad que pueden hablar gracias a ti, pero en el fondo eres otro horrible humano más, o incluso peor, uno que sabe cómo se sienten los objetos, pero que aun así lleva zapatos, conduce un coche y aplasta los paquetes de tabaco vacíos. Basta con que uno se te encare para que le sigan decenas, cientos, miles, y ya sabes que no solo hablan; también muerden, comen y... bueno, cuando tienes tantas bocas clamando por tu muerte e intentando hincarle el diente a tus tobillos, lo único que puedes hacer es ponerte histérico ysalir corriendo, gritando comoun poseso, completamente desnudo.
¿Cómo me cambia? Siempre hay algo con quien hablar. esulta raro hablar con la tele, ¿pero y cuando te responde? Empiezas a tener conversaciones educadas con todos los trastos que tienes en casa: con la taza de café, con el periódico (sobre las noticias del día), con una revista porno (para que te ayude a entonarte), etc. Llega el momento en el que las conversaciones con objetos eclipsan las conversaciones con la gente y eres incapaz de ver la diferencia.
¿En qué me estoy convirtiendo? Todo lo que tenga boca y hable esuna cosa, y no hay ninguna que no hable contigo. Las personas no son más que cosas impertinentes que hablan sin que se les pida que lo hagan. Las cosas están para ser vistas, no escuchadas, y solo deberían abrir la boca cuanto tú se lo pidas. ¿Es que no tienen educación? Es hora de tomar medidas. Gracias a Dios hay objetos que sí saben comportarse y están dispuestos a ayudar, como Don Esposas, la Señorita Aguja y el Señor Hilo. Ellos te permiten disciplinar a todos los maleducados que se crucen en tu camino, mostrarles la gravedad de su conducta. Te conviertes en un severo maestro,El Educador de Objeos.
de CUCHILLO tan afilado y fiel, siempre a tu alcance dulce como la miel. “Documntación y paps d coch, po favo”. L ntgué mi pmiso a poicía, mtí a mano n a guanta n busca d os paps, y ntoncs o sntí. S m izó vlo d bazo y noté cómo una oada d adnaina acaiciaba mis nvios. La mpuñadua s coocó sob mi mano; a como si pudia movs po sí misma. La podía snti: fía, psada, abutada... m hizo pnsa n cuchilo Ka-Ba d os Mains. Lo djé alí y saqué todo montón d paps qu tnía. “Tin qu sta po aquí, oficia”. M apuntó a os ojos con su intna, duant un pa d sgundos. “Sño, saga d coch, po favo”. “D vdad qu o tngo aquí”. Djó a intna y m sacó d coch d un tión. Consguí cupa quiibio hasta qu m hizo dam a vuta y m chó os pis a os ados. Caí gopándom a babila conta suo y pud nota sang y tocitos d dint baiando dnto d mi boca. Evé a miada y vi una caa d muñco hcha d ca y unos ojos ints d cista. Dbía hab scuchado a Cuchilo, cogo cuando tuv a opotunidad. Lvanté una mano paa potgm d gop qu vnía n camino y a ota a apoyé n suo y... alí staba, acurucado n a pama d mi mano como si vivia alí, un fío tozo d síx, afiado po una soa caa. Ea una hraminta phistóica, po también a Cuchilo. Mintas m vantaba m pgunté a quién había matado ants. Soté mi bazo y ajé muso, n s sitio dond os humanos somos tn una atia bin hmosa, spando qu, fua o qu fua, sa cosa sangaa como sto d nosotos.
¿QUÉ SOY CAPAZ DE HACER? Cuando alargas la mano siempre está ahí: el Cuchillo, la encarnación de todos los cuchillosque jamás han existido. Nunca es la misma hoja, pero siempre parece que está hecha a tu medida. A veces todo parece normal, y entonces metes la mano en el bolsillo y notas el frío de una empuñadura bajo tus dedos y todos los pelos de la nuca se te ponen de punta. El Cuchillo sabe cuándo lo necesitas, incluso si tú no lo sabes. ¿Ves a ese hombre de ahí? ¿Qué lleva dentro del periódico? ¿Por qué te mira de esa manera? El Cuchillo sabe que no es para nada bueno. Lo que debes recordar acerca del Cuchillo, lo más importante, es que es capaz de matar cualquier cosa. Matar a una persona es lo más normal que puede hacer; es verdad que lo hace con una eficacia y energía sorprendentes, pero eso es solo el principio. El Cuchillo puede matar ideas. Parece algo vago y abstracto, pero después de hacerlo un par de veces empiezas a entenderlo. Podrías acabar con el comunismo en Cuba si le rebanaras el cuello a Castro con el Cuchillo. La idea no se desvanecería sin más, pero perdería todo su ímpetu y apoyo social, transformándose en un rescoldo de lo que fue, algo que ya nadie tomaría en serio. El ritual exacto necesario para un concepticidio nunca es el mismo y puede resultar algo enrevesado (y requerir el derramamiento de sangre), pero siempre es posible realizarlo. El Cuchillo es un poderoso símbolo de destrucción, incluso cuando no lo usas como herramienta de muerte, y es capaz de cortar alianzas y vínculos: puede cercenar relaciones ocultas, mutilar lazos emocionales, destripar relaciones. Quizás es por eso que tu madre decía que regalar cuchillos trae mala suerte, porque pueden cortar una amistad. La tradición en su país era que si te regalaban un cuchillo tenías que entregar un céntimo a cambio, porque así lo estabas comprando de manera simbólica. A veces piensas en qué sería lo que diste a cambio del tuyo.
(1-2 dados) El Cuchillo está en tu mano y alguien acabará herido. A veces es difícil evitar (3-4
que mate, pero si logras mantenerte fuerte y al mando conseguirás que la víctima solo acabe un poco mutilada. dados) No hay muchas cosas que no puedas matar con tu Cuchillo, ni víctima que no sangre cuando la cortas. Una bestia de engranajes perderá aceite si el corte es profundo, y si le rajas el alma a un fantasma, morirá de una hemorragia de lechosa niebla. Lo malo es que no eres capaz de evitar que el Cuchillo mate.
El Cuchillo ansía atacar lo abstracto, asesinar lo metafórico. Puedes matar (5-6 dados) ideas, relaciones, lazos emocionales, el conjuro que mantiene esclavizado a un demonio, cualquier cosa que desees. Te basta con un corte para acabar con la dependencia emocional de una relación abusiva.
¿Cómo respondo? Luchar: Dios mío, qué fácil es dejarse llevar. La hoja está ahí, en tu mano, como si estuvierais hechos el uno para el otro. Si te relajas, el Cuchillo moverá tu brazo por ti y hará lo que adora hacer: esculpir la carne, apenas rozando el hueso, pero con crueldad. Es tan difícil decirle no a algo que sabe tan bien... así que a veces simplemente dices sí. Huir: En otras ocasiones la sangre resbala por el filo hasta cubrir tu mano, y entonces dejas caer el Cuchillo al suelo. No queda nada excepto el horror enfermizo en tus tripas por lo que has hecho y (aún peor) por lo mucho que disfrutaste. Puedes correr hasta vomitar, pero nunca podrás escapar de ti mismo. Y cuando hayas dejado de correr y recuperes el aliento te quedarás pensando en qué habrá sido de aquel Cuchillo que dejaste atrás.
¿Cómo me cambia? ¿Por qué se encogió? Vale, estás enfadado, pero ella siempre sabe cómo tranquilizarte. Entonces miras hacia abajo y... joder, estás sosteniendo un enorme cuchillo de carnicero lleno de sangre. Ha vuelto a suceder. El Cuchillo empieza a aparecer cuando no quieres que lo haga y ni siquiera recuerdas en qué momento lo hace. ¿Sabes esos segundos de furia que todos tenemos pero que el civismo y la empatía mantienen a raya? Pues cada vez son más fuertes e intensos. Cada vez te resulta más difícil decir “Menos mal que no tenía un arma en la mano cuando me dijo eso, porque la habría usado”. Llegará el momento en el que matarás a alguien sin querer hacerlo, y eso será solo el principio.
¿En qué me estoy convirtiendo? Todo el mundo tiene algo que no le gusta, que odia, que desearía eliminar... pero no tienen más remedio que aguantarse. Tú no. Tú puedes rehacerte, cercenar todo lo que desprecias de ti mismo. ¿Falta de iniciativa? Fuera. ¿Miedo a las fiestas? Fuera. ¿Alcoholismo? Fuera. Cuando empiezas a eliminar las cosas malas te das cuenta de que hay otras que tampoco te gustan. Así que cortas un poquito más, y otro poquito más. ¿Piedad? Fuera. ¿Empatía? Fuera. ¿Amor? Fuera. Al final queda tan poco de ti que tienes que empezar a buscar otras cosas que despreciar. ¡Mira a tu alrededor! El mundo está lleno de gente con la cabeza llena de estupideces. La única voz que hay en tu cabeza es el susurro del Cuchillo. Ahora, cuando aparece uno, no lo sueltas hasta que has terminado. Has pasado a llevar seis, una docena, cientos de cuchillos, eres un muestrario andante, envuelto en hojas que se amontonan y brillan como si fueran escamas metálicas. Te impulsa el deseo de extirpar todo lo superficial y sórdido, pero siempre, siempre resulta decepcionante, porque al final todo lo que queda es un cerebro vacío y carne temblorosa. Si eliminas todo lo que la humanidad tiene de repugnante, al final no queda nada. Te has convertido enEl Cuchillero.
de DINOSAURIO, cada diente perfectamente afilado. Y cuando aparezca, te partirá de un bocado.
ver a n o r a v le l e m s re d a p is m o nd Era demasiado pequeño cuaurante las siguientes semanas, cada vez PARQUE JURÁSICO. D pensaba que el Tiranosaurio rex venía que veía un líquido agitarseuel entonces cuando el dinosaurio se vino a por mí. Fue justo por aq bro, a mi armario, aunque siempre a vivir al fondo de mi cere rse ver. jusMtoademátrdeáscde ía, m“Cí,arsiñnode, mjaira lo pequeñoy qtuean esmaelloaarhmí?a”.rio. ¿Cómo ande r g n a t o i r u a s o n i d n u r be a uía g se n iba a c o c l É r. e c re a p a s de a í c a h Pero la lógica de mamá no lo s, y me miraba con su enorme ojo de he colarse dentro todas las nocpuerta entreabierta. Y cuando resoplaba, color ámbar a través de la par en par y yo me ponía a gritar. su aliento abría la puerta de urante años volví a dormir como si Pero acabó por marcharse.ubDriera mi rostro. Hasta que dejé de una mano fresca y oscur cmás grande y salvaje que antes. Ahora dormir. Entonces regresó, ha acercarse más y más. no soy el único que le escuc que si soy capaz de mantener la sangre La gente tiene miedo. Y sé sarán que soy YO quien los asusta. Al n fría y la mirada tranquila pe
menos hasta que el dinosaurio arranque vean ahí, con esos gruesos hilos de babael tejado de un bocado y lo A veces (incluso cuando siento su húmesuspendidos sobre mí. logro controlar el miedo. Cuando eso do aliento en mi espada) ocurre me noto diferente, completo, mejor. Y me ta lo que sucede a continuación. ¿Qué soy capaz degushacer? Siempre sabes dónde está el dinosaurio, y eres capaz de hacer que se acerque si tienes un cebo que ofrecerle. El dinosaurio se escapó de la jaula en la que lo encerraste y ya no vive en tu cabeza. Cuando las cosas se ponen feas puedes notar cómo se acerca, por la manera en que tiembla tu café o por las suaves vibraciones del suelo. Cuando se aproxima puedes oír sus pisadas y el rastro de destrucción que deja tras de sí. Cuando está justo detrás de ti puedes notar su aliento cálido y húmedo en tu nuca. Ahora no eres el único que puede sentir su presencia. La gente a tu alrededor también lo nota, y se ponen nerviosos, sienten pánico sin saber por qué. Y cuando aparece, reaccionan exactamente igual que como te esperarías que reaccionasen ante un dinosaurio carnívoro tan grande como un camión. Es inevitable que suceda lo que tú más temes, eso que siempre te ha aterrorizado en lo más profundo desde que eras un niño: su boca se abre de par en par y se cierra sobre ti, rompiendo tus huesos y partiéndote en dos. Y entonces desaparece ese miedo instintivo y aparece un primitivo instinto de poder. Te das cuenta, con un humor reptiloide y macabro, que ahora eres el dinosaurio y que el mundo a tu alrededor parece muy, muy apetitoso.
(1-2 dados) Escuchas cómo el dinosaurio se acerca más y más. Los demás también lo notan. Algunos se ponen nerviosos. Otros sienten la necesidad de irse. (3-4 dados) El dinosaurio está justo detrás de ti. Si conservas la sangre fría, todos los demás saldrán huyendo o se esconderán aterrados. (5-6 dados) Tú eres el dinosaurio: trece metros de largo, diez toneladas de peso, con unas mandíbulas como una pala excavadora y el olfato de un tiburón. La gente es carne, carne que corre o carne que tiembla. Las últimas investigaciones apuntan a que el tejido y las proteínas del Tiranosaurio rex eran muy similares a los de las aves modernas, así que parece probable que supiera a pollo. Tú solo sabes que, cuando eres el T-rex, es la gente la que sabe a pollo.
¿Cómo respondo? Luchar: ecuerdas lo que se siente siendo un T-rex... el poder, la seguridad absoluta y la satisfacción total que te da la capacidad de dividir el mundo en dos categorías (cosas que comer y cosas que follar). ecuerdas en lo más profundo de tu corazón lo exasperante que es la falta de eso último, y cómo lo único que te puede tranquilizar es una sobredosis de lo primero.
Huir: El dinosaurio ya te tiene lo suficientemente asustado como para que un simple sobresalto te haga salir disparado. Sucede incluso cuando estás dentro de él, porque a veces la enorme bestia se asusta por alguna de esas cosas tan extrañas que no comprende (el fuego, las máquinas, los impuestos). Y su huida es tan devastadora como su furia.
¿Cómo me cambia?
Ya
Cuando la Locura empieza a devorar tu realidad, el dinosaurio se convierte en una presencia constante que todos pueden sentir como una sombra alargada. Llega un momento en el que ya no puedes deshacerte de él. Siempre está al acecho, mirando a través de las cortinas del restaurante donde llevaste a tu cita, o escarbando en el jardín de tus padres por puro aburrimiento. A veces se mete de nuevo en el armario y espera a que vayas a coger una camisa.
¿En qué me estoy convirtiendo?
se
Cuando el dinosaurio te devora por última vez lanza un rugido de satisfacción. Pero esa sensación no dura mucho. Ahora estás dentro de él, en su cabeza, y recuerda cuando él era tú, y odia sentir tu cuerpo tan blando y larguirucho, tu voz chillona y tu atrofiado olfato. Aún peor, ahora que no puede acosarte ni atormentarte su vida ya no tiene sentido, y deambula por ahí, poco más que una molestia para los habitantes de la Ciudad de la Locura. Tarde o temprano alguien le tomará cariño, porque en el fondo no es más que un bicho torpe y bracicorto, encantador y falto de cariño (y no una gigantesca máquina de matar procedente de tiempos pretéritos). Al sentirse querido, el dinosaurio se porta bien, e incluso se deja poner un collar con su nombre, aprende a pedir premios y disfruta atrapando palos. Claro que los premios que pide es gente viva, los palos tras los que corre son Despertados errantes, y el nombre que hay en su collar es REX.
a c r e c a
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VAS a lamentar
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de ESTIGMAS, una herida que nunca se cierra. Tu sangre puede lavar los pecados de la Tierra.
Jack me agarraba mientras yo lloraba. Aunque aún le odiaba, en vez de apartarle, lo acogí. Notaba el calor de sus manos en mi espalda, su humedad traspasaba mi camisa. También podía sentir esa misma humedad en mi cara, resbalando hacia su frente. Mi abrazo era fuerte. Intentó tranquilizarme, pero le empujé. “¡Hijo de puta! ¿Por q ué tú? ¡Tendría que haber sido yo! Tú no crees en nada. ¡Tendría que haber sido yo!”. “Lo sé. Tendrías que haber sido tú”. Lo dijo de forma solemne y casi condescendiente. “Vengo a esta mierda de sitio para intentar reformarme y te encuentro a ti. ¡Pero si no crees ni en Jesús ni en Dios ni en nada! ¿Por qué estás aquí?”. “Se lo prometí a mi padre...”. “Que le den por culo a ti y a tu padre...”. Empujé la palabra con mi lengua, como si fuera un diente podrido. “¡Ateo! ¿Cómo no puedes creer después de esto? ¡Tienes el mismo puto don que Él!”. Intentó alcanzarme con su mano ensangrentada, pero retrocedí. “Pensé que eras Él. Pensé que Él había venido a perdonarme cuando estábamos juntos en el bosque. Pensé que era algo sagrado, gilipollas. Pensé que era Dios el que lo hacía”. “Me gustabas. Ya te avisé que tenía un problema de salud...”. “¿Hemofilia? ¿Te crees que soy imbécil? Tienes heridas que sangran. En las manos, en los en la frente, en los costados. He visto cómo marcabas a Tommy con tu sangre. Sabías pies, que tenía leucemia, ¿verdad?”. Seguía mirándome, con una compasión fría, de reptil. “Lo sabía”. “Pues ya no”. “Sí, eso también lo sé”. “¿Y cómo puedes no creer? ¿No prueba eso que eres Él?”. “Bueno, para empezar, no creo que Jesús f uera gay. Además, desde que empecé a sangrar he hecho cosas...”. “¿El qué?”. “Si Dios existiera e ignorara todo lo que ha pasado, es un mierda. Por eso no creo. Es más fácil no creer en Dios cuando la alternativa es que sea el gilipollas más grande del universo”. Me volvió a rodear con sus brazos, apretándome con fuerza, y no pude rechazarlo. Simplemente aguantaba mientras yo lloraba y lloraba por algo que de repente supe que había perdido: la sensación de que el mundo tenía sentido. Solía preguntarme por qué no había más milagros, como en la Biblia. Es porque los milagros corroen la fe como si fueran ácido.
¿Qué soy capaz de hacer? Tu cuerpo está surcado por las Llagas de Cristo: la frente, rasgada por la corona de espinas; el costado, perforado por la lanza; las manos y pies, horadados por los clavos; la espalda, lacerada por el látigo. Te dieron el pack completo del tormento evangélico. La mayor parte del tiempo es como si fueran cicatrices frescas o heridas recién curadas. Pero cuando estás molesto, en peligro, o tienes la necesidad, las heridas se abren indoloramente. La sangre mana y acabas pareciéndote el doble de JC. No importa si crees en Cristo o no: las heridas son reales. Son de carne y (sobre todo) sangre, y tu fe no puede cambiar su funcionamiento ni en un ápice. Pero las heridas sí hacen cosas raras a la fe de otros. Especialmente cuando las usas para hacer milagros. Milagros de los de verdad. La sangre de tus heridas puede hacer todo tipo de cosas, aunque todas ellas son sospechosamente bíblicas y “temáticas”. La sangre de tus pies te permite caminar sobre las aguas. La sangre de tus manos puede curar a los enfermos. La sangre que brota de tus ojos te muestra lo oculto (espíritus, demonios, los vapores de la locura saliendo del oído de un vagabundo). Pero el mayor poder de tu sangre es el de laabsolución: marca a alguien con sangre, dile que le perdonas sus ofensas y sus pecados serán limpiados y su consciencia será libre. Hay quien mataría y torturaría para lograr tal descanso. Tu perdón también cambia al mundo: la familia de una víctima de asesinato perdonará al culpable, la policía dejará de perseguirlo, el fiscal no lo acusará, el alcaide le pondrá en libertad. Perdón en el más allá y el más acá.
(1-2 dados) El milagro es pequeño y discreto. Afecta a una sola persona, de manera significativa pero limitada. Cura una enfermedad, provoca una crisis de conciencia o hace que algo invisible o infernal se manifieste a vista de todos. (3-4 dados) ealiza milagros indudables y espectaculares, incluso del tipo que gusta a las masas. Multiplica la comida, transforma algo, camina sobre el agua o invoca ángeles que te lleven a través del aire. Incluso puedes resucitar a los muertos, que parecerán casi normales: puede que aparenten estar algo idos, o quizás solo sea tu imaginación, pero el caso es que hay algo raro en ellos. Puedes seguir resucitándolos, pero cada vez que lo haces esa rareza empeora más y más. (5-6 dados) Limpia el alma de alguien. Estará tan libre de culpa y del peso de sus acciones como si fuera un recién nacido. El perdón será total: la justicia no le buscará porque no tendrá nada que justificar ante el César. Nadie olvidará lo que ha hecho ni quién es, simplemente le perdonarán sus crímenes. Claro que, dependiendo de a quién absuelvas, puede que no pare de repetir dichos crímenes. Después de todo, conoce a un tipo que puede limpiarlo todo, ¿no?
¿Cómo respondo? Luchar: No puedes ignorar esa sensación de virtud absoluta que te inunda cuando muestras tus heridas, ni el convencimiento de que aquellos afortunados que han presenciado el milagro deberían postrarse ante ti. Es una sensación peligrosa, porque si esa adoración no llega a materializarse, la bestia de la ira no tardará en aparecer. ecuerda, Jesús también volcó las mesas de los mercaderes y los expulsó del templo. Tú puedes reaccionar así ahora mismo. Huir: Aún peor es esa otra sensación tan desagradable, la de que no paran de observarte,
de criticarte, de necesitarte de forma desesperada. Tienes miedo a que te juzguen y a que la vergüenza te deje marcado de un puñetazo, como si tu abuela te hubiera pillado masturbándote. En esos momentos no puedes hacer otra cosa que correr y ocultar tu desnudez ante los ojos de Dios... creas o no creas en Él.
¿Cómo me cambia? Al final tienes que preguntártelo: ¿a quién beneficia realmente mi poder? A corto plazo está claro que a ti y a los que bendices. Pero al final, ¿quién acaba ganado? Aquellos a los que ayudas con tu poder acaban por superar su asombro inicial para centrarse en la utilidad práctica, y ya solo ven a un tipo que puede absorber sus pecados y sanar las consecuencias físicas de los mismos... así que no hay razón para no irse de putas esta noche, porque mañana puedes estar limpio del todo. Un toque y estarán curados en cuerpo y alma. No importa lo que digan los demás, el simple hecho de tener esos poderes te hace dudar de tus propias convicciones. Y cuando dudas, esa incertidumbre se extiende a los que te rodean. El pragmatismo y el abuso ocasional hace que tus milagros se vuelvan grotescos: resucitas un hámster muerto, multiplicas por dos una ración de aros de cebolla. A la larga, ¿quién sabe quién se beneficia? Tiene que ser Satanás... y poco a poco empiezas a creer que existe.
¿En qué me estoy convirtiendo? No importa en qué creyeras antes: ateo, agnóstico, budista o incluso cristiano. Has venido a caminar por la Tierra y llevar la salvación contigo, pero no es para la gente. La gente tuvo su oportunidad y la cagó. Le traes un nuevo sacramento a las pesadillas del mundo, el del despertar. Tu sangre les dará forma en la Ciudad Durmiente y les permitirá caminar por ella tan fácilmente como lo hacen por la Ciudad de la Locura. Te has convertido en El Segundo Advenimieno.
de FERROCARRILES envueltos en un velo. Tus se venas son lospor raíles que extienden el subsuelo. LÍNEA 1
s me ón, porque los trene los bien mi reacci de ga jer la en La línea circular es, deprimen. zos y excitan y me cha pin de tro ras el temblar el suelo drogadictos, Senr cómo hacen , ína ro he la ja e de en uno, venas hinchadas qu sa, pero subirse dos es una co ar rep ui, nq yo l ho o perderse en los esgmas de vantarse sobre su tec le los de ior ter y el in por brazos, piernas eso sí que está bien. r un vagón lleno... po o si ico ún el es, del po muslos, hasta que í tengo amigos. Ya sab all Y es sis do rse una dulce dulce edianoche donde mete o. que van en el Expreso de M en la bajo el párpad en el tren que para otra del martes, es lar cu cir a íne l Plaza Mayor y Pero para mí la ra Avenida, en la me Pri la ue nq au s literal: un cosa, algo mucho má Bafomet, donde hay e en el Palacio de rom índ s el r po lo r tu vida gente crea que emb que puedes empeña por el salón en el es ad lid rea en , rdos, y un comedor de absnencia o tus buenos recue o que traqueteo... un faláfel tan buen mi donde sirven en so cio en cad o Siento ese ritm matarías por reper. trenes se deslizan ncia). interior, y cómo los (Lo digo por experie túneles donde r po , tas cre se tas gusta es subirme por ru Pero lo que más me ndo de mu al ma aso ne casi nunca me la ciudad insom tren y mirar, y ya al sol el e nd do í abes, all ras los despiertos. Ya s dra preocupo de la parada, no mientbir, pie sa ero qu as la r a su no se atreve a besar a excusa para volve a rasga, tenga un tor o om loc a la e nd desnuda, do un plano del sistem la porque tengo de s ña tra en las tatuado empuja, se hunde en s nervios, el horario e me cosido a mi rqu po a, ez cab la me importa dónde erra. Niego con en el cerebro y no en n tra ne pe s trene nto apena cuando esos entras sepa que pro ue me lleve. No mi nq Au te. n me da la Tierra tan profun estaré en otro lado. gente sí interprete bueno, quizás la
¿Qué soy capaz de hacer? Haces que los trenes lleguen a tiempo. En el subsuelo, donde nunca asoma el sol, no hay mucha diferencia entre la Ciudad Durmiente y la de la Locura. Hay cosas en los túneles, cosas sobre las que nadie quiere pensar cuando están esperando en sus andenes bien iluminados. Pero allí están, observando las pequeñas piscinas de luz. Están allí para cazar a aquellos que no pillan el Metro del mismo
modo que tú. Tú sabes la verdad. Todos los metros son el mismo metro. Sientes los túneles extendiéndose por el infinito mientras el Expreso de Medianoche circula sin cesar. La gente normal no se da cuenta, pero porque no han Despertado como tú lo has hecho. Te subes en Brooklyn y te bajas en San Petersburgo, haciendo el transbordo en una estación sin nombre cubierta por mosaicos que ilustran la caída final del Hombre con pelos y señales, incluyendo todos esos detallitos que borraron de las Sagradas Escrituras tiempo ha. Sientes el rugido y la velocidad de los trenes como señales en tu sistema nervioso. Pocos Despertados tienen el poder que tú tienes en el Metro. La manera más segura de viajar por la Ciudad de la Locura es llevarse bien contigo (la más segura, lo que no significa sin riesgo alguno). Pero como te pongan de mal humor, nadie va a llegar a su destino. Y si te cabrean de verdad, van a acabar donde tú sabes... (1-2 dados) Juega con el horario del tren. ¿Lo necesitas ahora? Lo tienes. También puedes hacer retroceder a ciertas Pesadillas recordándoles quién eres. (3-4 dados) Dirige los trenes con tu mente. Súbete en uno y ve a cualquier sitio donde haya una estación. Cierra o multiplica por mil el sistema del Metro. Una demostración de este poder puede tener serias consecuencias en la jerarquía de la Ciudad de la Locura. El mensaje está claro: “Como me jodáis mucho me voy a cargar toda la puta ciudad”. (5-6 dados) Haz que el tren venga hacia ti, incluso si tiene que atravesar una pared y aplastar a alguien que no te cae bien. Próxima parada, Marte, seguida de Nueva York en el año de nuestro Señor de 1776, regresando por las tierras yermas del siglo XCIII, después de que las hormigas se hicieran con el control.
O D A D I al SALIR U C
¿Cómo respondo? Luchar: El tercer riel (el que conecta el tren a la red) zumba en tu cabeza, una fuente de energía salvaje, esclavizada y obligada a moverse por una estrecha vía. Ese tendido eléctrico va secando todos tus buenos sentimientos hasta que todo lo que oyes es un zumbido interminable. Ese poder odia, lucha, ruega por ser liberado, por que desates su furia. Alguien te está hablando, pero no puedes ni quieres oírlo: una palabra más y el cabrón va a arder. Deja que ocurra y la vía ronroneará contenta durante un rato. Es malo escupir sobre el tercer riel, pero peor aún es mearse en él. Sé el riel. Huir: El atractivo de los trenes... brincas al otro lado de la puerta que se cierra y ya no estás. El túnel abre su boca, su oscuridad te da seguridad. Aquí no hay nadie que te pueda tocar, es tu refugio. Vagabundeas por las tinieblas, te pierdes. Las tribus caníbales de los túneles se ocuparán de mantener a raya a cualquiera, hasta que recuperes fuerzas. El problema está en querer volver.
¿Cómo me cambia? Los trenes lo conectan todo: la Ciudad Durmiente, la Ciudad de la Locura, cualquier sitio que se te ocurra. Basta con mirar el mapa con suficiente atención. Los enlaces se vuelven más relevantes que la causa y efecto, el tiempo lineal, o cualquiera de esas gilipolleces que preocupan a los de Arriba. Solo hay conexiones sin movimiento: el viaje es una ilusión y el tren un producto de tu imaginación. Todos los sitios son el mismo sitio, causa y efecto son uno, y tu libre albedrío es irrelevante. La única forma de sentirte bien (de sentir que eres tú y que estás donde debes) es viajando en tren.
¿En qué me estoy convirtiendo? El tren nunca se cansa, pero a ti te agota estar continuamente al cargo de su cuándo y dónde, te deja vacío. Aun así no dejas de notar el ritmo de la ciudad bombear en tu interior. Sería más fácil, tan fácil, dejar el control y la seguridad de lado y entrar en un vagón, entrar de verdad, transformarse en uno, y viajar por los carriles para siempre y no parar nunca; ni siquiera cuando los pasajeros griten y lloren y golpeen tus puertas y ventanas; ni siquiera cuando mueran de hambre, sus cuerpos se pudran y sus fantasmas miren con ojos huecos el túnel interminable. No te importa el final del trayecto, lo importante es viajar, el tránsito y la transición... No hay manera de decir cuándo llegarás o las vías por las que te adentrarás, y solo cuando te empieces a saltar las paradas se darán cuenta del terrible error que han cometido. Te has convertido enEl Loco Moivo.
de GOBLINS, malignos pigmeos que impacientes aguardan a cumplir tus deseos. R lo en mi cubículo. Pude senr CIRDiC U L A con paso tranqui tró en n llo que abriera la
Mr. cluso antes de escendencia in e el su tono de cond del informe sobr la importancia de te n cie ns co boca. “¿Es uier servidor, no?”. ía que en cualq r el techo, y sab ira m de r ja ría, de ve Yo no podía e entonces los mi mirada, y qu ir gu se a a bían ib n ha hueco que momento Dillo a través de un os on nd vá r se acechando, ob . que planchas de yeso mismo. “ Tengo abierto entre las l ndome con lo leá l r ma en la reunión de I uió GR sig l , de de la direcva Pero no lo hizo té i m co el te s an álisis de usuario nica, ¿cierto?”. presentar el an de le lo que eso sig ar lic xp e na de papel, la e qu o ng te no Y . de ver una guillo pu y viernes r yo ta a es m zo hi que arrastrarla las planchas se ta allí? Tuvieron s ha El hueco entre n ro bie su la la sala de fotocopias. ¿Cómo coño del areciera Mr. Dillon. ap e qu de a lo de informes esperanz trimestral, el cic a cu s to s mañana, con la ga de idad nuestra contabil “Como parte de o de sí mismo. ra tan enamorad vie tu es n TRI...”. llo Di de que s garras de tan agradecido : quitó una de su Nunca me sen ptar mi atención ca o nd ta n su cabeza, te de in cenmetro e hacía señas, ! Pasó a un solo Uno de ellos m da ier ¡M . ta el su cuchilla quedó la guillona y la vista de esmación pre o cuenta? rá dentro de la tra ¿cómo no se di en o lad lcu estro gasto ca “...por lo que nu esvío calculado” y “d stario”. reper “gasto do desvío presupue tan n te con in o , nd iraban, espera ban entre ellos colmillos. Me m de Vi cómo susurra s na lle í?”. s s , í ca s as bo os caer? ¿Sí, con sus pequeñ hacer. “¿La dejam n ba ta presupuestario” si ce ne tro e no nues s a la pregunta qu análisis del TRO, ia que respondier e la división y los ans“Porque si no tenemos el informe del servidor d stan los datos inexactos, ¿verdad?”. s, y a nadie le gu be que haré sus no serán exacto ién es el jefe. Sa qu ro cla e datos sobre uso ed qu ra que s de mierda. ga que sí solo pa con sus discurso lo cu r po e Quiere que le di rm venir a da te me doy iso. Y de repen es, pero necesita que les dé perm estúpidos inform en ier qu lo mi amado so si r cen gestos, ué podría gana Mientras, me ha equivocado. ¿Q ” í “S el o? Sería cir im de ín nso como m toy a punto de de días de desca r cuenta de que es pa n ¿U l? ra reb a leve lesión ce jefe sufriera un . s.. ne cio ca . Va hablando con él. como un puente ”. Pero no estoy í “S . ío nr so y n a los ojos Miro a Mr. Dillo
¿Qué soy capaz de hacer? Los goblins han decidido que eres su mejor amigo, lo cual, como puedes imaginarte, no es tan bueno como parece. Siempre hay goblins a tu alrededor: en los cajones, en las bocas de alcantarilla, bajo el asiento de tu coche, en cualquier sitio donde puedan esconderse. Son del tamaño de una rata, pero los hay de todas las formas y colores, y a veces tienen incluso rostros reconocibles. Son de naturaleza malvada, cruel y rencorosa, pero cuando se trata de ti son indulgentes y serviciales hasta el extremo: son capaces de adivinar tus deseos más ocultos, e intentarán hacer que se hagan realidad. ¿De dónde vienen? ¿De dónde sacan todos sus repugnantes juguetes? ¿Hay algo que no harían para proporcionarte lo que deseas? Ni idea, así que mejor que tengas mucho cuidado cuando hables con una mujer en el bar, y aún más cuando discutas con alguien que te ha molestado. Basta un pensamiento para que los goblins salten en tu ayuda, haciendo todo lo que una horda de pequeñas criaturas es capaz de hacer (lo cual, admitámoslo, no siempre es mucho). Ten cuidado, porque lo entienden todo de manera literal, así que tus instrucciones deben ser todo lo precisas posibles. Si les dices “Dad un paseo a ver si podéis encontrar algunas monedas perdidas”, los goblins echarán mano de cualquier cartera o bolso a su alrededor, porque si no hay nadie mirando la moneda es imposible saber si realmente está ahí, y eso (en el fondo) equivale a estar “perdido”, ¿verdad? Y si alguna vez decides que una persona te cae completa y absolutamente mal... pues eso: son goblins, no pequeñas hadas del bosque, y hay pocas cosas que les guste tanto como hacerle sentir a alguien cuánto le odias.
(1-2 dados) Un par de goblins actúan de forma discreta para darte una pequeña ventaja o crear algo de caos, como atar entre sí los cordones de las botas de unenemigo o apretar el gatillo de la pistola de alguien. Son excelentes a la hora de encontrar pequeños alijos. (3-4 dados) Aparecen cientos de goblins en respuesta a tu llamada, suficientes como para realizar una tarea muy dura o para dejar a un tipo bastante hecho polvo (o incluso matarle, si es tan tonto como para no echar a correr). Son más rápidos, duros y fuertes de lo que cualquier bicho de 10 centímetros debería ser, así que no es fácil pelearse con ellos.
(5-6 dados) Miles de goblins surgen de entre las molduras, esquinas y agujeros a tu alrededor, dispuestos a realizar un milagro (aunque como no seas capaz de darles unas instrucciones completas y precisas puedes dar por seguro unos niveles extremos de destrucción y caos). Cualquiera que sufra la ira de esta marabunta de pequeños bastardos se enfrenta a un tipo de peligro que puede costarle la vida. Cuando aparecen en tal cantidad, los goblins tienden a ser muy pero que muy crueles, y a tener un apetito de igual proporción.
¿Cómo respondo? Luchar: esulta tan fácil desahogarse... basta con tres pequeñas palabras: “Todo vuestro, chicos”. Tus pequeños amigos te conocen a la perfección, ¿no es cierto? Y a veces parece que incluso mejor de lo que tú te conoces a ti mismo. Saben lo que quieres que le pase a los que te molestan, y están encantados de ayudarte. Son como tu subconsciente encarnado, desatado y con ganas de pelea. Mr. Hyde no tiene ni punto de comparación con estos pequeños hijos de puta (y bien que lo aprendió la semana pasada). Huir: A veces te das cuenta de lo ansiosos que están esos pequeños monstruos por hacer cosas horribles en tu nombre, y cuando lo haces solo quieres correr. Corres para alejarte de tus propias criaturas, para poner algo de distancia entre tú y la carnicería que puedes desencadenar a voluntad. Otras veces oyes una legión de pequeñas vocecillas avisándote de que algo malo viene hacia ti. Confía en ellos y corre todo lo que puedas... incluso sabiendo que a veces lo hacen solo por gastarte una broma.
¿Cómo me cambia? Al principio los goblins solo venían cuando los llamabas, y solo hacían lo que les pedías. Ahora es frecuente que aparezcan cuando a ellos les apetece. Los ves merodeando por ahí, siempre fuera de la vista de los demás. Los oyes cuchichear cuando estás intentando dormir. Pero siempre están ahí para ayudarte; a veces incluso cuando preferirías que no lo hicieran.
¿En qué me estoy convirtiendo? Tarde o temprano los goblins se darán cuenta de que da igual lo mucho que intenten ayudarte, porque vas a seguir haciendo cosas que no son buenas para ti, así que deciden ponerse a tu total y continua disposición, cada segundo de tu vida. Quieren asegurarse de que tomas la decisión correcta, y no van a separarse de ti aunque se lo pidas. Cuando duermes te atan a la cama, para cerciorarse de que estás a salvo, para que no te hagas daño a ti mismo, para empezar a construir unos túneles dentro de ti (entre tus órganos, dentro de tus huesos, por partes del cerebro que no utilizas...). Y cuando terminan se mudan a tu interior, y cuando despiertas ya no eres capaz de controlar tu cuerpo, ni siquiera eres capaz de pestañear, porque los goblins controlan cada uno de tus músculos. Tampoco puedes gritar, claro, y no es que te falten ganas, porque puedes sentir cómo siguen escarbando más y más en tu interior. Ya no eres una persona de verdad, sino un vehículo hecho de carne, como un automóvil para goblins. Eres El Goblinmóvil.
(1-2 dados) áscate hasta hacerte una herida de la que salgan unos pocos cientos de hormigas, suficientes como para molestar o atacar a alguien, probar y sentir algo del tamaño de una silla, o alertarte de alguna amenaza cercana. (3-4 dados) aja tu piel para que salgan en tromba. Podrás cubrir un salón entero, devorar a un hombre en un instante o hacer que se dispersen y te permitan sentir, oler y saborear todo lo que haya en la casa. (5-6 dados) Date un corte a lo suicida para que las hormigas salgan a presión: podrás acabar con una habitación llena de gente aterrorizada, cubrir y explorar un barrio entero, o forrar una casa por completo (interior y exterior) con hormigas asesinas del color de la sangre.
¿Cómo respondo? Luchar: Pican, muerden, corren, marchan, se retuercen, cosquillean... te están volviendo loco, y la única manera de olvidarte por un momento de que estás siendo habitado es darle una paliza de muerte a algún desgraciado. O aún peor, puedes intentar mantener la calma, pero si lo haces las hormigas se empapan de esa rabia acumulada hasta que no puedes controlarlas más, y tus poros estallan, expulsando un vómito rojo que no puedes detener. Puedes engañarte todo lo que quieras, decir que es
horrible hacerle eso a alguien, pero en el fondo te encanta.
Huir: Las hormigas tiran de tu piel, intentan arrastrarte en su huida. Es como si tu piel fuera a arrancarse de tu cuerpo y huir sin ti, dejándote desnudo y desangrándote. Mejor que les hagas caso.
¿Cómo me cambia? Cuanto más aceptas tu locura, más deja de ser el cosquilleo una simple sensación. Cuando se te eriza la piel el efecto no desaparece, sino que se desplaza por tu cuerpo, como una rata debajo de una alfombra. Cuando la locura se hace permanente, las llagas y heridas de tus manos y piernas dejan de cerrarse y se convierten en agujeros, agujeros de un hormiguero. Te rascasqué y retuerces que no eres más que un vehículo para las hormigas que viven en ¿En mehastaestoy convirtiendo? galerías excavadas en tu interior, un hormiguero de carne andante impulsado por el dolor y el desprecio a ti mismo, y lo único que deseas es compartirlo con quienes te rodean. Hay algo en ti que invita a confesarse: la gente te cuenta sus secretos y fracasos más repugnantes, y tú los limpias. Y cuando no puedes limpiar sus mentes, los cubres con hormigas y limpias su cuerpo. Te has convertido en unaHormiga del Maririo.
de tus INTESTINOS siempre hambrientos. Por arriba metes algo de comida, por abajo salen instrumentos. . porque de lo que como, io ar di un vo e Ll ma e es un proble si no pruebo qu gará guro no me pa glandular mi se estómago. la reducción de
e frutos – u n p u ñ a d o d la s AYE25R0 gr de bQ acounerido diario: secos y semil – amación rno edlepperloogyr babosas en los labios dnedhoueelvhoosmbre con–liam b i a l n i C u a e c o n a s e d a i – me d r nmoisventana, yadeesPtearbl a preparado. Lo empapé con la l deentarróánpdoa e t s a p n l i na u – gelatinpaodlleo napalm que–ha10bíalitm roesaddoe egnasmoi tazón del desayuno, y e d s los t a no s – nueve mu desapauélas mloieflr)eí con el tásdeer 9q8 ueochabía cagado en uVnDgran tordo z a t s o (con m un rato antes. El napalm le ilumin o d e mi D l recm aroat, y vi sus ojos abrirse contróola l e – na d e – una doce de pteasr en par a la vez que desjambeatersoscadpeam r oeql ugertitao más impío n o a d c i – p s a alit que puedas imaginar. Permanledcoiórmdietopriieo, en mitad del charco de de rescos – tres refgel acnotli-aincendios que había vomailtmaodhoaedna el suelo y las paredes u na gigantesandtees de que llegara. Cu– ando terminó de arder, todo lo que un(dpiasrceocdiduoroal que hay después – medio pqoulleodó de él fue un olor ra–ncio d e l m e r c a d i l lo d e lo s s á b a e d o s), pero las paredes estaban tan d a rt – media tcahamusgrco a e d as que sabía que mi fianza del alquiler se había ido a chocolate n tomar por culo. Mientras esperaba que la habitación se enfriase arranqué la última página de mi diario (la de la historia rara) y me la comí con parsimonia, mientras mi estómago pedía más.
Querido diario: Cuando el hombre con l ianas en el pelo y babo sas en los labios entró por mi ventana, ya estaba preparado. Lo empapé con la AYER gelatina de napalm que ha bía me sn d o t u ad r o f en e d mi o ta d a zó el desayuno, y – un puñ despucés l o f r eí co n n o el táser quceoshaybísaemca asdo en de ba illga – 250 gr.un e s un gran tordo rato antes. El napalm l s e o i l v um e n i u nó ó h i c l a e a d ca m a r a a, n r – media ddoecepar en par a la vez – mi libro de progy vi sus ojos abrirse que dejaba es nos ndiama de Perl capar el grito más impío e aedráas teel dpu ginar. Permaneció de pi – un pasqu e, en olita nad del charco de ge l san lloios que habí– 10 litros de gasmi ti -idnce pond e s o l u m e v e a u v omitadocten – n el su s o elo y an (con mantes ostazdaeaque la mlliegar el) a. Cuandodter e 9mi 8 nó o de arder Dqueedes i DloVpar e mloas quedó dee él fue un olor emoto ,dtod r l o r t n o c l e – d r an a cio (parecido al que ha cen – una ddoel y después merca s dre moqueta tropa alitas picantesdillo de los sábados ),dpe osrmoelas – ed es estaban tan chamuscadas que sabí to r i o ormdiel a que midfeian l dza efrescos alquiler se había ido a – trestorma r por la lo. Mientras es peraba aqu ntes de cocu lmeohlaadhaabitación se en gigaar friase ranqué la última página – una de mi diario (la duerola hi o l l o p o st d i d o or ia rara) y – me me la comí con parsimo – un disc nia, mien tras mi estómago ped e ía más. d a – media tart o r g chocolate ne
¿Qué soy capaz de hacer? ¿Aparte de dar un montón de asco? Bueno, tus tripas son el laboratorio de un alquimista, tu estómago un divino crisol y tu colon el horno por donde sale el resultado. Para empezar, puedes alimentarte con cualquier cosa lo suficientemente pequeña como para ser tragada, y nada de lo que comas te hará daño jamás. Podrías sobrevivir tranquilamente a base de cianuro radioactivo y bombones rellenos de lava. Pero el fuego que bulle en tu estómago hace mucho más que protegerte de lo que comes (aunque un poco de antiácido tampoco viene mal): puedes engullir lo que sea para después expulsar algo nuevo y maravilloso, dándole un nuevo significado a la expresión “plantar un pino”. Trágate un poco de plomo y podrás cagar pepitas de oro. Cómete una Super Nintendo y defeca un sistema de guía de misiles. Bebe gaseosa y mea Dom Pérignon. La relación entre lo que entra y lo que sale no es literal, sino más bien simbólica. Si quieres plantar un iPhone de los nuevos (buena elección, por cierto; es bonito, ligero y ergonómico) podrías engullir un Nokia viejo y un iPod, o media docena de revistas Macworld. Es una lógica fácil de entender para un cerebro con hambre.
(1-2 dados) Fabrica cosas a partir de combinaciones simples de componentes materiales. Trágate algo de fertilizante y gasolina y podrás excretar explosivo plástico. (3-4 dados) Basta con que haya una relación simbólica entre lo que comes y lo que quieres cagar para realizar la transformación. Puedes comerte cincuenta chicles sabor “atómico” y expulsar un kilo y medio de plutonio listo para ser detonado. (5-6 dados) Puedes cagar cosas que no deberían existir o que no deberían poder salir por tu recto: pistolas de rayos, pósters de la campaña de reelección de JFK, hámsters no-muertos, comida para astronautas, botas de buzo, un tricodificador, un homúnculo, el Santo Grial, una poción de curación, un brazo de cíborg o queso vegano que sabe y huele como el auténtico roqueort (aunque viniendo de donde viene, quién excepto tú se atrevería a comerse ese milagroso queso de intenso aroma; por muy “orgánico” que sea).
¿Cómo respondo? Luchar: En tu caso, con este tipo de talento, tu respuesta no gira alrededor de la ira, sino de la gula. Aunque el hambre ciega y absoluta de una ameba es rara, casi alienígena, en un ser humano (tú) resulta directamente terrorífica. El mundo es tu despensa, y cuando alguien te mira a los ojos se da cuenta de cómo piensas. Cualquiera huiría aterrado de un tipo que puede fabricar balas a base de comer dedos. y el instinto se enroscan en tus tripas y tienes que apretarte el culo para Huir: Elnomiedo soltar una solución a lo que te esté dando miedo, ya sea una cota de mallas o un extintor de incendios. Es fácil correr como alma que lleva el diablo si corres en busca de un retrete. ¿Has oído hablar de esos pobres aldeanos vietnamitas que, tras la guerra, se hacían las necesidades encima con solo escuchar un ruido fuerte? Pues imagínate lo que pasaría si durante un ataque de pánico se pusieran a cagar bombas H o elefantes rosas.
¿Cómo me cambia? Empieza tan lentamente que al principio ni lo notas. Estás sentado delante de la tele con unas cervecitas, relajándote después de un duro día de trabajo cuando, durante los anuncios, te das cuenta de que te has comido las latas vacías sin darte cuenta. En el trabajo te pillas rumiando bolis y grapadoras, y en misa eres incapaz de diferenciar entre una cesta con dulces y la cesta de donaciones. A veces te encuentras con cosas raras en el inodoro después de usarlo, cosas que sueles quedarte, porque notas en tus tripas que quizás te sean útiles en el futuro.
¿En qué me estoy convirtiendo? Aparte de transformarte en un gordo cabrón (los tóneres de impresora tienen tantas calorías vacías...), tus entrañas son cada vez más grandes, duras e inteligentes. Además, han empezado a exigir ciertos derechos, y te reprochan que no te pases todo el rato comiendo. Llega un momento en el que deciden que el resto de ti es un lastre y se abren paso al exterior a través de tu barriga. Tu estómago e intestinos, enormes e informes, intentan formar algo vagamente similar a un humanoide que nunca deja de tener hambre. Y como dice el refrán: “A buen hambre, no hay pan duro”. Te has transformado enEl Zampabollos.
de ¡JODER! (No sea impertinente) Una palabra tan versátil como sucia e indecente.
taba oto día es a ma. E b ha de ja y, jode Tengo que de de mi made e nt a en de abotas de meteme sotando pa oca no paa eso no está bien. Mi b (¡pedón!), na e. Todo sue pobemas. uien me supe q y a”. ha no o ma joaganput Cuando hab stia”, “hi ho “ o, oñ ío” es “jode”, “c ode, qué f mejo con un “ato”. “J ue q ás m erto. Es a ato” es almente ci r “Coño, qué te li es mí, o”. Y paa . más que “fí mis muetos en aseca, es d, me cago da er v a ese mied ta pu da vi a e voy a jode digo que tu Si gito que uñetazo. Si p un de s o. Y si tie en do es aranca nt te que voy a pa in ni e que ”, uta cabeza sua, más va de que tu p coche es ba an g ás m “ mi pola es ocamo que ustados. p no le ve vaq ueos aj ue q s coegas y dije “Me seá mejo ros con o po de ba ta he es La ota noc a mieda”. hasta hace n bó m bo e es folaía a ida. lvo de mi v po El peor
¿Qué soy capaz de hacer? Las palabrotas son comodines que hacen que cualquier cosa resulte más potente. Un taco lo hace todo más intenso, tanto absoluta como literalmente. No hay nada que no pueda hacerse más extremo y rotundo. “Coño, qué viento hace” significa que realmente hace mucho, mucho viento. “Es difícil de cojones imaginarse una pistola más grande” significa que el arma en cuestión es realmente grande. Si dijeras “Estos vaqueros hacen que mi culo sea la hostia de apetecible”, vete preparando a que no le quiten el ojo de encima, a que te lo toquen y a que te pidan una cita (no te preocupes, también podrá ir el resto del cuerpo). Aunque por otro lado, también es posible que sugiera las cosas equivocadas... así que ten cuidado con el cura de tu barrio y con cómo construyes la frase. Añádele una palabrota a una observación o queja y acentuarás su estado: más caliente, frío, pequeño, grande, feo o rápido. El cambio no durará mucho tiempo, a menos que seas capaz de encadenar una letanía de improperios y groserías. El único requisito es que necesitas que la cosa exista; una palabrota hace las cosas más extremas, pero no crea nada por sí misma. No es un recurso muy srcinal que digamos.
(1-2 dados) Magnifica algo tangible, dentro de los límites de la realidad. Un coche “la polla de rápido” podría adelantar a cualquier otro coche, pero no a un avión. En una pelea podrías “darle una mano de hostias” a alguien, pero no a un rinoceronte. (3-4 dados) Magnifica cualquier cosa. Si dices “coño qué calor que hace”, las cosas empezarán a arder por sí solas. Dile a alguien que “te apetece follarme más que ninguna otra puta cosa” y se irá a la cama contigo (aunque serás un asqueroso montón de mierda por usar un poder sobrenatural para echar un polvo). (5-6 dados) Que les jodan a los límites. Un perro “más grande que el copón” será lo suficientemente grande como para morderle el culo a King Kong. Y si la pistola es capaz de “volarle los cojones a cualquiera” podrás derribar un jodido transbordador espacial.
¿Cómo respondo? Luchar: “Te voy a joder tanto que va a sangrar hasta tu puta abuela”.Sienta de la hostia echar toda la mierda que quieras por la boca, sin que nadie te toque los huevos. Cada palabrota hace que te sientas un poco más cabreado. Huir: “Joder joder joder joder joder joder, corre, joder, corre”. Cuando el miedo te trinca por las pelotas y tira de ellas, las muy putas salen volando, y tú vas detrás.
¿Cómo me cambia? Es justo como Mamá solía decir: uno de estos días te vas a meter en problemas por culpa de tu vocabulario. Tu manera de hablar se vuelve cada vez más simple, ordinaria y repugnante. Empiezas a usar palabrotas en todas tus frases. “Pásame el puto salero de los cojones” o “Me cago en la gran puta, qué gatito más mono”. Llegas al punto de no poder decir una frase sin un taco, aunque tu vida dependa de ello. Sin mencionar que en tu vida todo se vuelve mucho más intenso.
¿En qué me estoy convirtiendo? Un día dices “Joder, siempre estoy diciendo tacos de mierda”, y entonces es cuando la cagas. Ya no eres capaz de decir nada más fino que “Cabrones pajilleros tocapelotas de mierda, siempre jodiendo a mi puta ciudad de mierda”.Todo se va a tomar por culo. Es la hostia de difícil pensar, los pensamientos corren por tu cráneo como ardillas adictas al crack, y no puedes hacer otra cosa que actuar. Y eres ruidoso y brutal. Te pasas siempre, te pasas un huevo. No hay nada que no te haga reaccionar de forma obscena y violenta. Te has convertido en El Lenguamierda.
de KILOS ligeros como un beso. Pero al que se porte mal, lo aplastarás bajo su peso. ión entre fuerza y cuando aprendió la relac bre li a lad a esc do an Fue practic incidía con un chico l rocódromo. A veces co e en da mo de tra n ma l peso. Era e ra alcanzar cada nuevo bros que se estiraba pa m ho s ho anc de y ho larguiruc ba de sus brazos para iando la fuerza que saca vid en , ba va r bse o le la l e agarre, y as colgando. Pero en su , incluso con sus piern ión sic po va ue n esa aguantar ngután), podía notar la resoplaba como un ora no o nd ua (c ia ser y ga la cara, lar rnas y la manera en que o la potencia de sus pie nd vie tía sen l é ue q ia envid miraba el culo. a lo mejor solamente le O ba. i arr red pa n ba lsa u imp este, con una nte, incluso uno como Trepar un edificio no era tan difere se caía a cachos. Era como si estuuna fachada que inclinación tan brutal y braban puntos de agarre. y cur vas; y aún así, le so ca nis are de ho c he ra vie Fuerza y peso. Proporcio
nalmente no había nadie má s fuerte en el mundo que ella. Reflexionaba sobr e ello mientras cambiaba de peso: ligera cuando necesitaba ascender, pesada de nuevo cuando el vien to amenazaba con arrancarla del edificio. Las cosas que la perseguían no se lo estaban pasando tan bien, pero estaba claro que eran bastante fuertes. La relación las amaba, aunque no tanto como para impedir que ella la manipul ara y trucara. Ya estaba llegando al mástil. No reconocía la bandera. Intentar darle un sentido a esa ensalada de bar ras y cur vas le daba dolor de cabeza. Pero era lo que necesitaba, así que se est iró, haciendo que su peso des apareciera casi por completo, y se impulsó en un giro de espaldas de casi tres me tros para alcanzar la punta del mástil. Se colum pió y miró hacia abajo (su cabeza dando vueltas
mientras el inevitable demonio del vértigo se reía de ella durant obser vando cómo los e un segundo), Relojeros la perseguí an : su s pie r na s de araña estaban hechas de engranajes que se clavaban en el lad r illo . ¡S e en co nt r aban mucho más cerca de lo que ella pe nsaba! Pero todavía estaban lejos. Entrecerró los ojos y les lanzó una ¿Cómo de fuertes so sonrisa cruel. n? Fuerza y peso. Les dobló la segunda par te de su relación y se frenaron un poco. La volv ió a doblar y se pararon; casi no po la posición, y el ladrillo empezaba a ceder bajo sus patas. dían ni mantener Que les den, me he cansado, pensaba mientras seguía aum entando su peso, incluso después de arrancarlos de la pa red y mientras caían tando y aumentando . Siguió aumen, añadiendo lastre y acelerando aún más suelo. Cuando aterriza su viaje hacia el ron hubo una explosió n qu e hi zo temblar todo el edific formando una nube io, de humo. Sonrió. La gravedad amaba la segunda pa rte de la proporción odiaba la primera. tanto como
¿Qué soy capaz de hacer? Puedes hacer que las cosas ganen o pierdan peso. No tienes ni idea de cómo lo haces. ¿Inercia, masa, gravedad? Lo que sí sabes es lo que puedes hacer: puedes saltar de tejado en tejado como un superhéroe, o hacer que la comida de alguien pese tanto que acabe por rajarlo y se abra camino hasta el núcleo del planeta. Haz desaparecer el peso de un tipo, métele un buen gancho en la barbilla y verás como vuela suavemente cielo arriba. Después hazle pesado de nuevo, con delicadeza, para que aterrice sin problemas; o haz que de repente pese veinte mil kilos y mira cómo cae a plomo durante cientos de metros para acabar hecho trocitos. Cuando lo piensas es gracioso: siempre quisiste perder un poquito de peso... o quizás mucho. Ahora que puedes hacerlo eso no soluciona la raíz del problema: tu aspecto y cómo (en el fondo) te odias. Altera sutilmente el peso para parar un golpe, desviar la trayectoria de una bala (1-2 dados) o hacer que alguien tenga menos coordinación. Hazte ligera y transfórmate en una maestra de la escalada libre, o salta súper lejos.
(3-4 dados) Incapacita a alguien o provoca graves accidentes con facilidad. ealiza “actos de fuerza inhumana” y levanta grandes pesos, o dale a tus amigos un empujoncito extra: quítales unos kilos y correrán más rápido y lejos (o ayúdales a llevar armas más pesadas y peligrosas).
(5-6 dados) Haz que algo sea tan completamente ligero o pesado como para que implosione por colapso gravitacional. También puedes aplicar un giro metafórico: dale más peso a tus palabras y haz que su gravedad suba tanto que atraigan la atención de todos y aplasten los demás argumentos.
¿Cómo respondo? Luchar: ¡Míralo! Totalmente aplastado, apenas incapaz de andar. Ya no es tan duro. Alzas tu mano para abofetearlo y cuando baje será como un mazo de diez kilos. La Gravedad te cubre las espaldas, y nadie va a discutir con Doña G. Huir: Ignoras la física y haces añicos las leyes naturales... cuando huyes de tus crímenes tus zancadas son más y más ligeras, te mueves cada vez más rápido, corres sobre los muros y desapareces sin más.
¿Cómo me cambia? No puedes dejar de intentar adivinar el peso de la gente, se ha convertido en una obsesión. Tu apartamento está recubierto con notas del peso de cada objeto (incluyendo el peso que la propia nota aporta). Tu preocupación por tu imagen empeora y llegas al extremo de medir cuidadosamente todo lo que comes y excretas. Pesas una y otra vez todo lo que tienes a mano, porque no hay otra manera de saber si algo ha cambiado de repente. Porque si lo notas fluct uar inesperadamente quiere decir que tus poderes están empezando a actuar por cuenta propia.
¿En qué me estoy convirtiendo? Tienes que catalogarlo todo. Las cosas como un reloj, un gato de peluche o una patata frita son sencillas: objetos inertes, que no cambian. Pero la gente... la gente es mucho más irritante. Parece que siempre están cambiando de peso. Puedes usar estadísticas, pero una media es un mal remedio. Hay algo en la manera en la que ese tipo de matemáticas crea una ficción para medir lo que no se puede medir que te cabrea. Te has dado cuenta de que, para conseguir un dato fiable, es necesario estabilizar el peso de la gente que estás pesando; no sin antes medir los límites mínimos y máximos del sujeto, claro. Eso significa que primero debes cebar y después matar de hambre al sujeto, para a continuación mantenerlo en un peso constante bajo condiciones de control. No tiene por qué preocuparse: estás cualificada para ayudarle a ganar o perder peso. Te has convertido enLa Gurú Nuricionisa.
de LENGUA LUNAR llena de poder. Cualquier cosa que digas tendrá que suceder. bría para caravanas no ha aba ng pi m ca un en o nd Un arcángel paleto vivieque yo fui. Una vez leí que lo mío se llam ”. sido más bruto de lo a manera elegante de decir “hablo en lenguasra “glosolalia”, lo cual es un con palabras. Le bastaron unas pocas pa ra Dios fabricó el mundoellas hizo aparecer la tierra, el cielo, las cuca a er separar el vacío, y con bres desgraciados, tener que quedarse fu as chas, los dinosaurios (por, los volcanes y todo lo demás. Había palabr ra as pa del arca), la gripe, Hitle ucharlas, y había lengu antes de que hubiera oreájas la de una escuela que nunca tuvo comoesc ticapara as darles un hogar, y gram bre de la Luna comenzó a susurrarme es sí, om alumnos. Cuando el H pensé que me estaba volviendo loco (bueno, palabras cada noche, estaba pasando). de ue pero no era lo único q berme dejado seca la boca, pero el tabaco ue El miedo debería ha la boca de saliva y no tuve más remedio q do aje mascar me estaba llena coche. Después abrí la boca y (en el lengu l escupir en el suelo de r el Universo) le dije al hijoputa del taxista: con el que Él hizo nace rda de taxi
e salga de esta mi , tu culo está e u q r ja e d a s a o “V olla está ardiend pornqoudeetuseprupta y tnus pusalm ienptes de cascabeenl ta liro”.nes o d lle t n i s a visp están llenos de a dieron gritar. pa Creo que fueron las avis
s las que le impi
¿Qué soy capaz de hacer? Eres capaz de medio recordar y farfullar algunas sílabas de las palabras que Dios empleó para crear el Universo. Hubo una vez que la luna te susurraba sus antediluvianos secretos. Su voz era más fuerte cuanto más llena estaba, y se debilitaba según encogía. Noche tras noche te contaba el nombre de cada cosa en una lengua remota y olvidada, y cada noche aprendías la palabra para “mesa”, “policía”, “perro” o “amante”. A medida que las lecciones continuaban, desarrollaste una intuición que te permitió saber el nombre selénico para una cosa antes de que la luna te lo dijera. Poco a poco, te diste cuenta de que si pronunciabas las palabras de la manera correcta y creyendo en lo que decías, el mundo (o hasta donde alcance tu voz) haría lo que tú le ordenaras. esultó fácil decirle a tu coche que arrancara aun con la batería muerta, pero cuanto más te alejabas de lo que era natural, más difícil era imponer tu voluntad. Cuando trataste de hacer que tu perro se levantara sobre dos patas y cantara opera obtuviste una interpretación razonablemente buena de La traviata, pero acabaste sudando por el esfuerzo, y en cuanto cerraste la boca tu perro empezó a toser sangre y a quejarse de su cadera. Un chucho no está diseñado para bailar y cantar, así que si le obligas pagará un precio. Si, como dicen, el Universo sigue funcionando gracias al eco de las primeras palabras de Dios, lo que tú haces es gritar por encima de su hombro, intentando colar una palabra. Pero cuando te callas, su verdad vuelve con fuerza.
(1-2 dados) Puedes provocar una situación que sea posible, incluso probable, bajo circunstancias adecuadas. Un animal asustado podría huir o atacar. Alguien con ganas de sexo te podría invitar a su casa. Un coche viejo podría calarse. Una pistola sucia podría encasquillarse. Alguien podría mirar para otro lado durante un momento. (3-4 dados) Eres capaz de hacer cosas que no son del todo plausibles, pero que es concebible que sucedan. Una silla podría romperse cuando alguien se siente. Un coche nuevo podría romperse. Una pistola podría dispararse sola y reventar. Un guardia podría quedarse dormido. Un perro pacífico podría volverse contra su dueño. Un día soleado podría verse interrumpido por una repentina tormenta de granizo. (5-6 dados) Puedes astillar la realidad anunciando en voz alta diferentes milagros y blasfemias, aunque estos no durarán mucho porque son violaciones y discordancias que se esfumarán en cuanto dejes de hablar. Pero mientras seas capaz de arrancar palabras de luna de tu garganta, brotará fuego de la madera mojada, los coches se conducirán solos, los muertos se levantarán y atacarán a los vivos, y la sangre de tu enemigo se transformará en plomo fundido. Y aunque el milagro se detenga en cuanto dejes de hablar, sus consecuencias sí permanecerán.
¿Cómo respondo? Luchar: Entremezclas habla y farfulleo; bastan unas simples palabras para partirle la cara al universo, así que las repites una y otra y otra vez. Pero luego resulta imposible retirar lo que dijiste en caliente. Da igual lo mucho que lo intentes, el sonido de tus gritos golpeó a los que estaban a tu alrededor como munición anti-tanque, e hizo que el cielo llorara sangre. dejas de hablar escuchas otra voz, tan increíblemente profunda que notas Huir: Cuando el eco dentro de tu cráneo; una voz que sale del centro de la Tierra y entra por tus pies, haciendo que tus tripas tiemblen; una voz enfadada, enfadada contigo, y te afecta como cuando tu padre te gritaba cuando tenías cinco años... si tu padre hubiera medido cinco mil metros. Es inútil intentar escapar, ¿dónde puede esconderse uno de la furia de Dios? Estás tan desesperado que tienes que usar la palabra para crear un escondrijo en algún sitio tan extraño, tan horrible, que ni siquiera Dios pueda imaginárselo...
¿Cómo me cambia? A veces estás hablando con alguien cuando de repente se te queda mirando de forma rara y le tienes que repetir lo que decías porque, sin darte cuenta, usaste una palabra lunar. Cuando intentas aflojar una tuerca desgastada que tiene bloqueado todo un motor, te pones a decir palabrotas en selénico y entonces la tuerca salta sin más. Es aún peor cuando empiezas a pensar en ese lenguaje y tu solo pensamiento hace que las cosas pasen. ¿A que resulta difícil no pensar cosas horribles sobre ese conductor que acaba de cortarte el paso en un cruce?
¿En qué me estoy convirtiendo? Cuando empiezas a pensar en lunar, la barrera que separa tu mente de lo que hay más allá de tu piel no tarda en desmoronarse. Pensamiento y palabra se hacen uno y tu cráneo es una fuente de verborrea que se abre de par en par, rezumando una explosión de imágenes y realidad que incluye todas tus miserias, miedos ocultos, cuentas pendientes y odios en un miasma contaminante. A partir de ese momento ya no eres capaz de diferenciar entre ti mismo y todo lo demás. Tu voz-pensamiento es una letanía deformada por el detritus tóxico de un subconsciente liberado cuyo único trabajo es describir la realidad. El sonido de tu voz produce pequeñas úlceras, destructivas y cancerígenas, y cuanto más te acercas y más fuerte suena tu voz, más irreal y horrible se vuelve esa simbólica mancha. Cuando dices algo, sucede; pero ya no queda nada de ti. Te has convertido enLa Tercera Persona Omnipoene.
de MURMULLOS to. q u e te tr a e el v ien ¿Y si es algo importaenntteo.? Más te vale estar at
¿ahora lees libros
¿ESTÁS loco? J a... ¡MÁS QUISIERAS!
Leí en un libro que a veces las alucinaciones sonoras son solo tu propio balbuceo subconsciente. Y que si abres la boca las voces se detendrán, porque no puedes balbucear con la boca completamente abierta.
?
menuda ESTUPIDEZ
A mí no me funciona ese truco.
(van a volver a por ti) Lo he intentado, y lo único que conseguí
aparte de que se te QUEDARAN
MIRANDO
fue que una mosca se colara en mi boca.
de ahí qesueierheomMbrAeTARTEE T quiere VIOLAR E quiere COMERT
sabía bien
como la lluvia O o el MEAD imbécil) (relámete,
ES una voz Ojalá fuera una sola voz, porque ES una voz O N no consigo diferenciarlas. claro que no, gilipollas, o ES lo que ES NO nunca fuiste capaz Algunas sí las reconozco, A MÍ nunca te quiso
mayor, acúonnoncoes, ¿quoielardees milahermano r g a r t e d e una vez, pardillo?
joder, otra vez tú que tenga un buen
no me
como la de mi madre
son dos con diez o la de la chica que me sirve el café cada mañana.
día
joder, otra vez tú
es hora de LEVANTARSE y oler la desesperación
Don “Lo mismo” todos los días quédate con el ca m bi o
si me pidieras sal ir en tu cara, per me reiría joder, otra vez tú tcúlanro ,loquénedacetesitacso,n teúl ncoa.mbio, alguien quisiera ohatceearvtiesaría si daño ¿me está mirando las tetas?
huffhuffhuff huff huff huff huff huff HUFF huff Hhuff UFF HUFF uff h Pero algunas de ellas . . . huff HUFF HUFF
Incluso la de mi profesor de Química del instituto, el borracho.
r el napalm, a i d u t s e a s iésel, hoy vamo Ni siquiera creo que sean personas. es como el d , ¿quién , o d a HUFF p u h c h E está . e nt a z i l i t r e f n o bombas c r un poco de meta? TE HUEEEEEEEELO a n i c o c quiere A veces discuten y se pelean,
¿parece?
y a veces alguna hace llorar a otra.
Parecerá que estoy chalado, pero la cosa es que a veces dicen la verdad.
¡CORRE,
ndo y ES a rc e c a á t es se l ue q a o p el ti E R TE M O C re ie u q ue q D A D VER Así que cuando me dicen
PUTO GIL I
que corra, yo corro.
POLLAS! ¡
CORRE!
Un método para LA
Locura
TALENTOS DE LOCURA: EL MECANISMO Esta es la clave: un Talento de Locura es el poder que siempre quisiste que tuviera uno de tus personajes. ¿ecuerdas todas esas veces que tu mago se gastó su última bola de fuego y después solo servía como escudo humano? ¿ecuerdas cuando te preguntabas por qué no podías convertir a esos putos vampiros en fosfatina? Lo que en realidad querías era un juego como No te duermas. Un Talento de Locura puede ser tan extraño y extravagante como quieras. ¿Quieres dominar a tus enemigos con un Conejo de Pascua hecho de chocolate y pesadillas, con la cara derretida como si lo hubieran dejado en la acera durante un día de verano? Hecho. Si no eres tan excéntrico te puedes centrar en cosas más normales. Quizás quieras ser increíblemente fuerte. Fácil. Dobla monedas con tus dedos para impresionar a las chicas y manda a sus novios maltratadores a la estratosfera de una patada. Es como en las pelis, la chica se irá a casa contigo, mientras que Pedrito el Cornudo sigue estampado contra un satélite meteorológico. Estamos hablando de poderes que permiten hacer realidad tus fantasías, ya que tu Talento de Locura te permite crear. Los dados de Locura están a tu disposición. Nada te impide coger, en cualquier momento, hasta 6 de esos magníficos dados rojos del apocalipsis. Añade un par más de Agotamiento si lo consideras imprescindible, pero los dados de Locura te permiten triunar. Hay pocas cosas que puedan enfrentarse al poder de seis dados de Locura más tres de Disciplina. Y aquí viene la mejor parte: cuando esos dados se vuelvan contra ti no habrá de qué lamentarse, porque perder la cabeza y tener un ataque de locura es endiabladamente divertido. Cuando a tu personaje se le crucen los cables como si fuera un adicto al speed tendrás la oportunidad de brillar mientras todo el mundo te mira, así que lúcete. Mr. Kubrick te está llamando: llegó la hora de rodar tu primer plano.
El problema de la omnisciencia y la omnipotencia Vale, ¿pero qué se puede hacer con un Talento de Locura? ¿Cuál es exactamente el límite? Cuando te quedas con lo más básico, prácticamente todos los Talentos son capaces de darte algún tipo de omnisciencia u omnipotencia, o una mezcla de ambas. Por supuesto, este poder supremo no es ni sencillo ni seguro. Es un poder que escupe tantos problemas como humo un tubo de escape. Es un poder que se te puede ir de las manos, que puede cambiar y romper cosas que amas, que puede dañar a gente a la que quieres proteger. Aún peor, puedes acabar por saber cosas que desearías poder olvidar; pero cuando la locura
te susurra la verdad, no hay vuelta atrás. Es como cuando pinchas en el enlace de “¡La foto más asquerosa que hayas visto en tu vida!”: no puedes echarle la culpa al que puso el enlace (es verdad que dijo que era asquerosa, pero joder, tío, qué asco), y ahora la foto de ese tipo y su habilidad especialconvive en tu mente junto con el recuerdo de tu primer amor e imágenes de la sonrisa de tu madre. Con un poco de esfuerzo creativo puedes estirar tu Talento de Locura hasta grandes extremos, aplicándolo a casi cualquier situación posible, derrotando cualquier adversidad. Demonios, incluso abusar de él.surcos Cadasobre vez que engendro con uñasecha de acero medio metro vengapuedes a por ti, dejando la un pared de hormigón, manodedecasi tu poder y déjalo igual de mal (o peor) de lo que él te iba a dejar a ti. Y ese abuso es una opción totalmente legítima. Es lo que supone que deberías hacer. Porque cuanto más duro golpees con tu Locura, más caótica será la situación. Hay muchos juegos en los que ese tipo de abuso y combinación de poderes se carga la diversión, pero No te duermas es capaz de encajar esos golpes como si fuera un peso pesado: cuanto más recurras al poder de tu Locura, más queroseno le estarás metiendo al motor de la historia; pero por otro lado, cuanto más confíes en tu Locura más vas a joderle la vida a los que te rodean, y más se acabará pareciendo tu vida a un blues de los tristes. Los dados que te proporcionan tu Locura son estupendos, pero ser capaz de narrar el absurdo es igual de divertido (y, en cierta forma, más interesante). Tu Talento de Locura te va a permitir tener un enorme impacto dramático en la historia, porque hará posible lo imposible.
Nunca escondas la cabeza Olvídate de los dados por un segundo y céntrate en la historia. Cuando le das un patada en los huevos a la realidad usando tu Talento de Locura te aseguras de que ciertas cosas se transformen en hechos en ese disforme espacio-juego que todos estáis imaginando. Y no importa lo que pase con la tirada. Si tu Talento te transforma en roca maciza da igual si no logras ni un éxito con los dados: la histérica de tu prometida no podrá abrirte un agujero en la cabeza con ese atizador para chimeneas que está blandiendo. Simplemente no va a suceder.
… a menos que vaya a suceder Mira quién habla en términos absolutos, como un demagogo hijo de p. ¿Y si eres tú el que no quiere que tu Talento de Locura ofrezca ese po de certeza-previa-a-la-rada? ¿Y si solo quieres que la Locura se desate después de que los dados muestren su resultado? No hay problema, te cubrimos. En úlma instancia eres tú el que decide cómo funciona tu Talento de Locura, y si quieres uno que no sea inefable (uno que no siempre le vaya bien a la historia), basta que lo digas. En ese caso, sin un éxito en tu rada de Locura no te converrás en piedra, sin importar lo mucho que lo desees (y es que el azador ene pinta de estar bien alado, y no recuerdas cuándo te pusiste la vacuna del tétanos por úlma vez).
Un Talento de Locura te blinda contra ciertas cosas en la historia, pero si la cagas y acabas en las fauces de algo horrible, el cómo te golpea se decidirá a través de tu Talento.
Tiene derecho a..
¡Virgen santa!
No importa lo mala que haya sido tu rada: si te conviertes en un ranosaurio de 15 metros de altura, los policías no se van a quedar a ponerte las esposas y llevarte a comisaría. Aunque solo sea porque la cadena de las esposas no es lo sucientemente larga como para abarcar el espacio que separa tus bracitos; eso sin contar
la bronca que les van a soltar cuando aparezcan diciendo que el sospechoso que habían ido a arrestar resulta ser un lagarto asesino surgido del Jurásico (torpes... es del Cretácico).
La Locura hace que el fallo de tu personaje no cree un vacío. Da igual que no obtuvieras lo que querías; será un resultado atractivo, sin importar quién ganara ni qué dado haya dominado.
… ganes o pierdas, es hora de comer Cuando te transformas en dinosaurio puede que no logres salvar a la pequeña Susi
de ser captada por la secta, pero puedes estar seguro de que vas a destrozar algo y soltar un buen rugido.
Avisado quedas: esta capacidad de jugar con la Locura conlleva una alta probabilidad de transformar la historia. Es posible que al principio de un conflicto tengas más o menos claro lo que puede pasar, pero si mezclas locura y realidad harás que la situación cambie de forma significativa.
… abrir la (horrible, apestosa, infernal) caja de Pandora El psicópata que mató a esos niños ene una navaja en el cuello de tu hija, y resulta evidente que hay dos desenlaces posibles: le deenes y recuperas a tu hija, o se escapa con ella y vuelves a perderla. Coges un puñado de dados rojos y dices: “El suelo se abre, y de él se alzan todas sus vícmas y le arrastran al Inerno”. Sin embargo, aun a pesar de tus juscieros dados carmesíes, no logras sucientes
éxitos. Eso no signica que las almas de los muertos no se maniesten sicamente en el mundo de forma espasmódica, como si fuera una película de terror japonesa, sino que no consigues que el conicto acabe como tú querías. Es decir, las niñas fantasmas de rostro pálido no te ayudan, pero ahora que han aparecido, el DJ (o el que sea que esté narrando) ene que tenerlas en cuenta a la hora de resolver el conicto... Quizás sí logren arrancar a tu hija de manos del psicópata mientras este grita e intenta escapar, pero puede que además decidan que la niña estará más segura con ellas, en el fondo de su oscuro pozo. El psicópata no se la lleva, pero tú tampoco la recuperas. ¿Puedo sugerirte cómo terminar la escena? Mata a ese hijo de puta en un éxtasis de ultraviolencia, sobre todo si en la rada dominó la Locura. ¿Se te ocurre mejor momento para elegir la opción de Luchar?
Cómo aprendí a dejar de preocuparme, y a amar mi superpoder ¡Mujeres y hombres con poderes más allá de lo imaginable! ¡Dotados de extraordinarias capacidades, futo del encuentro casual con un insecto radiactivo! No hay ninguna escena de cómic que un Despertado no pueda repetir, siempre que tenga una buena razón y el Talento de Locura apropiado. Y las similitudes van más allá de los efectos especiales y los colorines: las reflexiones sobre el precio y la responsabilidad que conlleva tu poder son elementos clásicos de los cómics. Un Despertado es como un superhéroe, y su Misterioso Origen es la terrible experiencia por la que pasó cuando el agotamiento logró finalmente correr las cortinas de la cordura lo
suficiente como para mostrar un atisbo de lo que acechaba al otro lado, en la oscuridad. Es como ser un mutante en un mundo de mutantes: todos tenéis el mismo srcen. Los superhéroes son parias. La máscara y la identidad secreta los mantienen alejados e incapaces de mantener una relación humana normal. Apiádate de aquel que se enamore de una capa; pobre, pobre Lois Lane. Los Despertados también son parias, arrancados de su vida normal por un nivel de agotamiento inhumano, y por el horror y poder de su locura.
La mayor diferencia con los superhéroes es que a estos no les cuesta usar su poder; el precio que un Despertado paga por pegar un superpuñetazo será siempre mucho más alto que el de un superhéroe cualquiera; hay excepciones, pero es raro que los superhéroes tengan que pensar con cuidado antes de usar su poder. Los cómics están llenos de “ideas absurdas y hermosas” (gracias por la frase, Alan). Si no se te ocurre ningún Talento de Locura, un simple vistazo a los tebeos que tengas más cerca te debería dar una docena de ideas. Puedes irluchar más allá adoptar el la ideal superheróico: llevar uniforme, serhacerlo misterioso, entuertos, pory la verdad, justicia y los cachorritos (en vez de solodesfacer por ti y tus amigos), etc. Usa tu blasfemo poder y deshilacha la realidad para detener a ladrones de bancos y salvar a bebés huérfanos de ser devorados. Y no te preocupes: hay un montón de Pesadillas dispuestas a hacer de Joker para tu Batman. Por otro lado, no importa lo mucho que intentes ser un superhéroe, ni cuánto desees usar tu Talento de Locura como si fuera un superpoder: nunca será lo mismo. Lo único que puedes hacer con la suma de tus buenas intenciones y tu calderilla es comprar un café en el infierno. La mecánica de la Locura acabará por atraparte, provocando un glorioso choque de trenes final.
Cuándo echar mano de tu talento La Locura es el arma definitiva. Ahora ya sabes por qué el robot de tu anime favorito no encendía su ¡Espada rayo! nada más divisar las primeras Gro-bestias del Dr. Atmos. Cuando eras pequeño te desesperabas: “¡¿Pero por qué no sacas la espada, las partes en dos y te vas a tomar un helado!? ¡Pero si siempre acabas haciendo lo mismo!”. Vale, ahora tú también tienes una ¡Espada rayo! envainada, y sabes que no puedes sacarla cada vez que un coche te corta el paso. Ese tipo de poder siempre acaba por volverse en tu contra. ¿Pero sabes qué? Hay veces en las que solo puedes decir “Que le den”, echar mano directamente de la ¡Espada rayo! y atizarle a alguien. No pasa nada si explotas de vez en cuando. Coger seis dados de Locura no es solo la forma más obvia de hacerlo, sino que a veces es la única (como cuando intentas usar tu Talento de la forma más extrema posible). Es en ese estado cuando tu naturaleza de Despertado se manifestará con más potencia, porque cuando juegas así de duro eres casi omnipotente: dale una patada en los huevos a Satán, echa a Zeus de su trono de un guantazo, dale un puñetazo a una cabeza nuclear y sonríe como si la explosión fuera el flash de un paparazzi. Quema la ciudad para salvar la ciudad. El éxito o el fracaso son irrelevantes cuando te pones en ese plan, porque llegados a este punto es muy difícil valorar la diferencia que hay entre perder y ganar. ¿Pero a quién le importa? Cuando agarras tantos dados de Locura, lo que buscas es ser más cojonudo que nadie. El que logres algo es secundario, y a veces ni eso.
Si al final recurres a tu poder, lo haces bajo tus condiciones y pareciendo un tipo duro. Eso es algo que la Locura te proporciona, parte de la tentación. La mecánica de juego te permite usar seis dados extra en cualquier momento, además de darte un cheque narrativo en blanco para contar lo que quieras; la Locura te tienta a ti, el jugador, de forma similar a cómo tienta al personaje. Es la capacidad de dar un grito que llegue al Paraíso y que haga que los dioses tiemblen de miedo; es ser consciente en todo momento de que, con un pensamiento, podrías pulverizar la realidad y hacer que un funcionario arrogante (o un banquero, o tu ex-novio) caigan al Infierno. En las calles la Ciudad de la Locura, donde de cada rincón el hogar de algo horrible y espeluznante, la de Locura es un picor que te mueres ganas pores rascar. No lo olvides: tu Talento de Locura significa que no tienes que aguantar nada que no quieras aguantar. Nadie puedeobligarte a hacer nada que tu Locura controle, a menos que se lo permitas. Cuando te empujan, traicionan, engañan, insultan, atormentan... siempre tienes la opción de devolver el daño multiplicado por mil.
Sobre su frente, la marca de la Bestia: La naturaleza del talento de locura Un Talento de Locura esantinatural. Un Talento de Agotamiento es seguro (o al menos más seguro), algo que te permite ser el mejor en algo que cualquier persona normal pueda hacer. ¿Pero cuántos fulanos conoces que puedan vomitar gusanos devora-materia o hacer que los labios de una persona muerta profeticen el futuro? A Alicia le pidieron que creyera tres cosas imposibles antes de la hora del desayuno, pero nadie se ha puesto a investigar las consecuencias psicológicas de meter ese tipo de conocimientos en un cerebro humano. Se llama Locura por una razón, ¿no? No importa lo mucho que lo aceptes, un Talento de Locura nunca parecerá natural y nunca te sentirás normal usándolo. Los talentos más jodidos no parecen superpoderes en absoluto; son como maldiciones que hacen que tu vida sea mucho más horrible y perversa. Un Despertado solo necesita pasearse por la Ciudad de la Locura para entender por qué su poder parece tan extraño. La Ciudad de la Locura está llena de tenebrosos milagros y horrendos prodigios, la mayoría de los cuales son producto de criaturas inequívocamente antinaturales. Cuando se trata de hacer cosas imposibles en la Ciudad de la Locura, no hay modelo positivo alguno que poder seguir. Si existen los ángeles (dedicándose al bien, a derramar gracia sobre el mundo, a predicar la palabra de Dios), seguro que están a un infierno de distancia de la Ciudad de la Locura.
A veces eres casi capaz de engañarte acerca de tu Talento de Locura. Pero en cuanto empiezas a sentirte cómodo, pierdes el control y se vuelve contra ti. Tú hazte amigo de tu poder, que él te va a tragar de un bocado, de pies a cabeza, y cuando acabe contigo no quedará de ti ni la raspa. Así que sé consciente en todo momento de qué es esa cosa que comparte cuerpo contigo: la Locura no es un superpoder maravilloso, es un huevo de cocodrilo implantado en tu corazón. Y cuando rompa el cascarón, te comerá por dentro. Algunos Despertados piensan que la locura es una enfermedad transmitida por la propia Ciudad de la Locura. Hay algo la ciudad que odia dicho, y temepara a loshacer Despertados, y ese algoa usa los Talentos de Locura paraendestruirlos; o mejor que se destruyan sí mismos. Si consideramos lo que le pasa a la gente consumida por su Locura (ya sabes, se unen a las filas del enemigo), esa teoría tiene una parte de terrorífica verdad.
La ironía tiene un gusto metálico: La locura y la metáfora Una de las señales que un psiquiatra busca cuando intenta diagnosticar un trastorno neurótico o de alteración de la realidad es un exceso de literalidad en el discurso; por ejemplo, le puede pedir al paciente que interprete un dicho popular, algo como “Una mancha de mora con otra se quita”, y ver lo literal que es al explicarlo. Una pista: no tiene nada que ver con frutas del bosque. Tu Talento de Locura te hace más fuerte. Lo suficiente como para levantar una furgoneta y lanzarla dentro de un Starbucks, ¿pero puede hacerte tan fuerte como para levantarle la moral a alguien, o para quitarle a tu amigo el peso que carga sobre su conciencia? Pues... a lo mejor sí. El límite de un Talento de Locura no tiene que seguir una lógica normal, y puede extenderse a otras áreas a través de simbolismos y metáforas. A menudo los usos más poderosos de un Talento siguen ese camino: aunque parezca que tiene efectos puramente físicos y específicos, también puede tenerlos de tipo mental o espiritual. Es como la lógica de una pesadilla, en la que cuanto más prisa tienes, menos rápido puedes correr. Encontrar la manera de aprovecharse de esta literalidad es divertido a la par que satisfactorio: ríete y disfruta mientras juegas con el sistema, y tira ese montón de dados de Locura.
Nuevos métodos para gestionar la LOCURA
Desnudo, el niño deambula por las temblorosas calles Empezar a jugar sin Talento de Locura ¿Tienes un personaje estupendo en mente, pero no se te ocurre ningún Talento de Locura que te guste? Pues empieza a jugar, ya se te ocurrirá uno durante la partida. Esta opción queda especialmente bien si la partida comienza antes de que el personaje tenga su primer encontronazo con la Ciudad de la Locura, mientras todavía es un novato que no para de meter la pata. Si te apetece interpretar a un personaje con este tipo de trayectoria es buena idea no revelar su Talento de Locura hasta que se presente una ocasión lo suficientemente dramática, una escena en la que la aterrorizada y agotada víctima Despierta, descubre su inmenso poder y ¡ZAS!, alguien recibe su merecido. Pero si no te acaba de gustar ese tipo de escenas tipo “¡Toma ya!”, si te llama más la atención algo estilo Carrie, en el sentido de que tu Despertar no es liberador ni alegre (sino espeluznante), haz que la aparición de tu poder siga esa estructura: tu Locura se desboca, destruyendo y sembrando el dolor, un dolor que no parará. ambo o Emo: tú decides.
El poder viene del interior. Como los tentáculos. Talentos de Locura que te devuelven las Preguntas Las Preguntas tienen un papel fundamental en el proceso de creación de personaje de No te duermas, porque centran la atención en su personalidad y sus motivaciones, en lo que pasa en su interior. Es en este templo donde también reside la Locura. Si un Talento de Locura es la demencia y la fantasía hechas realidad, tiene sentido mirar en la mente de tu personaje (fijándote en su personalidad y en las experiencias que conformaron esa realidad) a la hora de crear su Talento. La manera en la que respondes a cada Pregunta puede servirte de inspiración para crear tu Talento de Locura; o quizás este surja al examinar las respuestas en su conjunto. Cada personaje contestará las Preguntas de forma diferente. Y mientras que algunas respuestas sugerirán de inmediato un extraño poder psicosurrealista, otras serán demasiado vagas o indirectas como para poder sacar algo en concreto. Pero al menos una de ellas debería inspirarte a salir de tu bloqueo o, como mínimo, a desear un Talento que tenga algo que ver con las cosas que ocupan la mente de tu personaje.
¿Qué te ha mantenido despierto? Si el srcen del insomnio que te ha propulsado a la Ciudad de la Locura resulta una tortura implacable, otra opción sería que se encarnara en algo tangible a través de un ataque de locura.
Cachorro veneno El maldito perro connuó ladrando incluso después de que le dieras un lete envenenado. Sigue ahí, sus ojos comidos por gusanos, su lengua inerte rebotando de lado a lado, lanzando ladridos desde la oscuridad, listo para acudir en cuanto lo llames.
No tiene que ser tan literal como un cachorro-zombi. Si le tienes pánico a socializar, podrías manifestar tu Locura en forma de control sobre la gente, un control que te permita dominarlos como si fueran píxeles en un videojuego de simulación social. Si te preocupa el dinero, quizás puedas tener los bolsillos llenos de lo que necesitas (incluso si no se trata de dinero). O podría ser tan raro como matar a gente con piezas del Monopoly, el último juego al que jugaste con tu hijo antes de que desapareciera. Tu anillo de cabeza de lobo podría gruñir cuando el cachorro-zombi se acerque. ¿Qué tipo de relación vas a tener con este poder que no para de atacarte los nervios, alimentándose de tu ansiedad y paranoia? Imagínate que estás muerto de cansancio y que hay un hombre que no para de reírse en la habitación de al lado, a carcajadas, sin lógica ni razón alguna. Si ese mismo tipo le arrancara la cabeza a tus enemigos, ¿sería tu amigo?
¿Qué acaba de pasarte? Esta es una pregunta muy dura. Si tu Talento nació de lo queacaba de pasarte, entonces es algo nuevo, y como tal aún es imposible separarlo de lo que acaba de ocurrir. Es parte del primer empujón; acabas de nacer por segunda vez. También es la pregunta que ata todo lo que te ha estado pasando. ¿Cómo y por qué sucedió? ¿Cómo vas a reaccionar? ¿De qué manera se complican las cosas tras la aparición de tu poder? En cierto sentido, tu poder va a reflejar quién eresen este momento; no ayer, ni mañana, ni cuando estabas encerrado en tu cuarto de pequeño, sino ahora, durante la confluencia de circunstancias, emociones ydeseos que han chocado, dando lugar al túde este precisomomento. En cierta forma, un Talento que nace de lo que te acaba de pasar es un recordatorio constante de la primera ficha de dominó que cayó, la Zona Cero. Es la página manchada de sangre del libro de tu vida, cuando las cosas pasaron de normales a raras. Cada vez que uses tu poder, te acordarás de cómo fue ese primer momento, antes de que las cosas se fueran a la mierda, cuando todo estaba bien (o al menos, mal de una forma racional).
¿Qué hay en la superficie? Nunca hay que fiarse de un Talento de Locura: la Locura no hace sino reforzar las mentiras que te cuentas sobre ti mismo. Pero, al mismo tiempo, se burla de esas mentiras y denuncia a voz en grito su hipocresía. Según tu imagen se vaya erosionando y tunterior i quede expuesto, tu Talento parecerá más y más una cruel parodia de tu alma. Un timador sin moral y de honesta sonrisa puede llegar a verse seguido por un coro de ángeles que canten sus alabanzas. Cuanto peor se comporte, más alto cantarán. Cuanto más mienta, engañe y robe, más anchas serán sus beatíficas sonrisas. Será imposible no sentirse blanco de una ironía y provocación constantes, pero cuando el Talento se manifieste, su apariencia será sólida como una roca. Y sincera, muy sincera. Los Talentos te pueden llevar a algún tipo de implosión, haciendo que tu personalidad se derrumbe, de modo que la superficie reemplace la verdad que ocultaba, convirtiéndose así en tu única naturaleza. Es muy fácil dejar que ocurra, porque parece que la propia realidad conspira para probar que realmente eres lo que pareces ser.
¿Qué hay dentro? En el fondo, bajo todas esas mentiras, ¿quién eres realmente? Si tu Talento de Locura nace de este lugar, entonces revelará algo sobre quién eres en realidad, aunque probablemente lo hará como si fuera un espejo deforme. De forma simbólica, o alegórica, un niño en apariencia tímido podría convertirse en un enorme león plateado. Un torturador llora lágrimas que curan. El policía se funde en una sinuosa y perversa sombra. Un Talento de Locura que venga de Dentro desconcertará a los que crean conocerte. Aún más inquietante, te sorprenderá inclusoa ti, ya que destruye las mentiras que te has contado (y, hasta cierto punto, creído) sobre ti mismo. Este tipo de Talento puede incluso llegar a corroer tu personalidad, ya que expone las mentiras que la forman. Es difícil autoengañarte cuando la verdad es capaz de derribar el muro levantado por tus mentiras usando la cabeza de tu enemigo.
¿Cuál es tu camino? Estos Talentos son un presagio, una pista de algo en tu futuro, más que algo que surgió del pasado. La razón por la que tienes el poder es un misterio. Parece que brotó de la nada; sin embargo, llegará el día en el que estarás en el lugar y momento adecuados, y tu Locura abrirá una puerta: al Infierno, al Cielo o a algún sitio aún más extraño. Este tipo de Talento de Locura es como cuando estás viendo una película mala y piensas “Seguro que en la escena final aparecerá una última serpiente venenosa”. Esa inquietante sensación de una utilidad aún por descubrir es aterradora y exasperante al mismo tiempo. Si tu poder tiene un propósito, ¡¿cuál es?! ¿Y qué ocurrirá cuando lo alcance?
Libre albedrío es hacer algo con lo que te han hecho a ti Los Talentos de Locura surgidos de un Origen ¡Aliméntame, Maurice! A Maurice le gusta cocinar y le gusta comer. Es un sibarita. En su primer paseo por la Ciudad de la Locura se refugia en un sio donde cree que estará a salvo. Un sio familiar y reconfortante: un pequeño restaurante. Pero Maurice debería haber mirado el menú antes de entrar, porque reza así:
Brocheta de Maurice . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .$4.00 Guiso de Maurice al vino y champiñones. . . . . . . . . . . . . . $15.00
Chuletas de Maurice con patatas asadas . . . . . . . . . . . . . . $13.00 Sopa del día: Crema de Maurice. . . . . . . . . . . . $3 taza / $6.50 plato Maurice y el Chef tuvieron un cruce de palabras que acabó con el primero dentro
de una olla repleta de furiosas langostas gigantes... Y en esa dolorosa oscuridad, algo le pasó. Cuando la Receta para el desastre del Chef estuvo terminada, Maurice recuperó su conciencia, medio cegado por el brillo plateado de la fuente donde iba a ser servido a una mesa de hambrientas Pesadillas. Pero ya no era él mismo, ahora era Maurice, El Monstruo Langosta. Grande como un 4x4 y de un color rojo chillón. En un cómic no sería más que El Desastroso Hombre Langosta, un supervillano de quinta categoría, pero en la Ciudad de la Locura será la cena de alguien a menos que empiece a usar sus pinzas a la voz de ya.
La parte negativa: es un poder que no tiene nada que ver contigo. La Ciudad de la Locura está llena de gente adorable a la que le han sucedido cosas horribles, y la mayor parte de estas ni siquiera te matan como Dios manda. Un viandante descuidado puede acabar destrozado y reconstruido/infectado/nacido por segunda vez. Te pueden volver a montar... más raro... más monstruoso... ¿mejor? Como ya dijimos, te encuentras ante un auténtico Origen. ¿Pero de verdad podrá Maurice luchar contra el crimen como un horripilante hombre langosta a medio cocer? Quizás se tendría que preocupar más por el Marisqueaor. Cuando un Talento de Locura es completamente diferente de tu personaje, su función será hacerte sentir raro dentro de tu propia piel; no te preocupas de lo que sientes, sino de lo que hay dentro de ti, de eso que no debería existir pero existe. Por un lado, Maurice puede mirar a su pinza tamaño guitarra y pensar “Bueno, al menos no es una manifestación de un trauma infantil de mierda”; pero por el otro, cuando la Locura le agarre por completo y la langosta mire su cuerpo vagamente humanoide enfundado en un caro traje italiano, pensará “¡Bah!
¡epulsivo cuerpo humano! ¡No!” y empezará a dirigir el sindicato del crimen de la Ciudad de la Locura bajo el nombre de Don Mario “La garra” Crusacio. Si quieres empezar con el Talento, puedes usar un flashback para contar cómo lo adquiriste, o puedes jugar durante un rato sin él hasta que encuentres el momento apropiado para introducirlo en la partida. Dale al DJ un adelanto de tu idea, para que pueda ponerte alguna escena que te vaya bien. O, si estás totalmente perdido, estate atento por si aparece una escena o conflicto que te inspire. El hueco para el Talento de Locura que tienes para rellenar en tu ficha esperará el tiempo hagay falta. Pero cuando veas la oportunidad de manifestar tu Talento contodo estilo, no seas que tímido acapara toda la atención. Al margen de cómo nazca tu Talento, piensa en lo que significa haber recibido ese horrible poder. Cualquier cosa que te dé un Talento de Locura va a dañar y matar de miedo a tu psique. Esto también te servirá para el caso contrario, para cuando tienes un buen Talento en mente pero no tienes ni idea de cómo justificarlo basándote en la personalidad de tu personaje o en lo que respondió a las Preguntas. Imagina el tipo de situación que podría dar lugar a ese tipo de poder.
Otro tipo de locura Cambiar tu Talento durante la partida Nadie dice que tu Talento y tú tengáis que ser los mejores amigos por siempre jamás. Quizás al principio te pareció una gran idea, pero las cosas cambian, tú cambias. Da igual si tu Talento es una manifestación de tu personalidad traumatizada o el resultado de algo que te sucedió: si se ha vuelto monótono y aburrido, cámbialo. De hecho, puede ser un estupendo motor para nuevas historias. Si te fijas en todo lo que has escrito en tu hoja de personaje, un Talento de Locura es un trozo bastante importante del mismo. Si a eso le sumas el significado de la historia que representa, se convierte en algo Muy Importante. Así que cualquier cambio o revisión va a ser un tema serio. Hay algunas mecánicas que gestionan esto (las Cicatrices descritas enNo te duermas), pero si todos estáis de acuerdo podéis ignorarlas y dejaros llevar. Aunque tu personaje no va a ganar nada, el cambio será drástico. Es una oportunidad única para crear nuevas historias. Piensa en cómo sucedió la transformación. ¿El Talento de Locura se agota y es reemplazado por uno nuevo extraído de tus Preguntas? ¿O algo fuera de ti lo reemplaza? Quizás el terrorífico poder que recibiste tras un encuentro casual en la Ciudad de la Locura explote, dando paso a la larva de una locura más personal, surgida de tu interior. O a lo mejor un Talento extraño e inexplicable sea simplemente reemplazado por otro mediante una combinación de circunstancias extremas e insólitas coincidencias.
Incluso si cambias un poder que te aburre por otro que te gusta más, piénsalo desde el punto de vista de tu personaje. El cambio da miedo, incluso cuando es para mejor. Cuando es para algo más raro, prepárate, porque la ansiedad, las preocupaciones y el estrés se van a ir de fiesta a tu estómago. Y llamarán a la repulsión, al miedo y al terror reptante (porque les toca traer la cerveza).
Apoyo que duele: Usar la locura para ayudar al prójimo (REGLA OPCIONAL) Piensa en lo siguiente: en vez de hacer que los jugadores usen sus dados de
Disciplina cuando quieran ayudar a un aliado, cárgate esa regla y diles que tendrán que echar mano de esos golosos dados de Locura; tantos como quieran, hasta seis.
Pero al igual que pasa con la regla de ayudar usando Disciplina, tanto el que da como el que recibe la ayuda sufrirán el resultado que domine; y en esta regla, los dados de Locura de ambos jugadores se combinan para determinar qué domina. Es un cambio peligroso: cada jugador podrá contribuir con más éxitos a la rada (casi garanzada) si está dispuesto a rar los seis dados. Pero al unir su reserva de Locura a la de su aliado, la posibilidad de que la Locura domine será mucho mayor, incluso si se enfrenta a un adversario con Dolor alto; aunque con esta regla quizás podrías reconsiderar el límite de 12 de Dolor y subirlo aún más (si es que no lo has
hecho ya). Pero funciona. En la Ciudad de la Locura tú eres tu peor enemigo; aunque a veces tus amigos tampoco se quedan cortos.
Guía para el buen uso y provecho de la Locura en la Ciudad de la Locura
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• Hugo González Traducción evisión • Luis Fernández Maquetación • Francisco Castillo ©2008 Evil Hat Productions, LLC ©2015 Nosolorol S.L. por la edición en castellano. Todos los derechos reservados. www.nosolorol.com I.S.B.N.: 978-84-944352-1-8 Depósito legal: M-28446-2015
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Z de ¡ZAS! una chispa, una descarga. Basta un rato descalzo, para conseguir una recarga. Chuku-chukuchu
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M pus a da vu tas po a pquñ a os pis po a moquta, imaginán habitación, arastando dom qu a un t n. ¿A quién s ocur pon una moquta n una saa d intr ogatoios? Estaba ago asqu osa, con manch as d café, vómit o, sang (a juzga po coo marón) y otas cosas. Chu ku-chuku-chu
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Pasé dant d spjo gand, ju sto como os d a sabía qu staba t, y n scuchando, ob svando, gab e s h an h ( do , s asquoso café s e a a u bde bia ndo n d comisaía, ha z d c bandoie sos bc q m ó pu o tico qu habían at to i u i d m g apado. a a s n náuChuku-chuku-c
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Puedes reventar cosas con descargas de electricidad. Tu método para resolver problemas es de ¿Qué soy capaz de hacer? una simplicidad hermosa y crujiente, y suele acabar con un olorcillo a ozono y piel quemada. Oleadas de señales eléctricas iluminan tu sistema nervioso, y el mundo bulle de vida gracias a la electricidad. Tú puedes hacer que esa energía salte y muerda como un perro rabioso. Es igual que cuando eras niño: frotas tus pies contra algo, acumulas una carga y se la sueltas a tu perro con un toque de tu dedo. Claro que ahora el perro puede acabar explotando. Tampoco es exactamente electricidad estática. Tiene su propia personalidad, controlable hasta cierto punto, aunque si llega a alcanzar un cierto nivel de carga dejará de escucharte cuando haya cumplido tu encargo. Y entonces sembrará el caos. Puedes frotar tus pies en elfelpudo del coche patrulla y fundir su sistema eléctrico sin que tú o el conductor sintáis poco más que un cosquilleo, o lanzar un cable sobre una pared y cerrar el circuito a distancia (pero cierra los ojos cuando lo hagas o el flash te dejará medio ciego). Hay otros trucos. Puedes ponerte de pie sobre una pared, igual que cuando pegabas un globo a tu jersey de lana. O desfibrilar un corazón que se detuvo. O eliminar los datos de un móvil o un disco duro. Zap.
(1-2 dados) Funde un aparato eléctrico. Atonta a alguien con una descarga como la de un táser. Usa tu cuerpo como una toma de tierra.
(3-4 dados) Mata a alguien deteniendo su corazón o haz que se retuerza por la habitación con contracciones musculares. Funde un coche o la instalación eléctrica de un edificio. Pégate a una pared. eanima el corazón de alguien con una parada cardíaca. (5-6 dados) Eres un arma de destrucción masiva andante. evienta un tanque. Derriba un avión de pasajeros. Si consigues controlarte puedes transmitir la suficiente cantidad de corriente por el cerebro de alguien como para cargarte su memoria, curarle de una depresión... o saltarle la tapa de los sesos.
¿Cómo Luchar: Esrespondo? imposible negar que esta es una habilidad cruel (“Qué pasa, tío. Choca esos cinco”), y aunque la pequeña descarga de electricidad estática es ahora mortal, todavía te resulta gracioso ver cómo saltan de la sorpresa. Además, al igual que la descarga, esa sensación es cada vez más fuerte, hasta resultar casi orgásmica; nunca nadie se sintió tan bien haciendo daño. Así que cuando estás estresado buscas alguien con quien aliviarte lo más rápido posible. Huir: ¡Flash! ¡Bang! La electricidad nos hace saltar. Incluso cuando sabes que viene de camino, la muy zorra siempre encuentra la manera de pegarte el susto. Tu corazón se acelera, tus nervios se disparan y la adrenalina y el pánico aparecen. No tienes opción: tu cuerpo necesita salir zumbando en buscade un lugar seguro, tan rápido como unrayo.
¿Cómo me cambia?
La electricidad se hace más difícil de controlar: fundes el mando a distancia de la tele por accidente, electrocutas a tu pareja cuando os estáis besando, y tienes que andar con mil ojos cuando echas gasolina, porque basta una chispa para salir volando. Cada vez tienes más miedo a tocar algo, y te pasas el día encogido y con los nervios destrozados. Lleno de energía destructiva, sin válvula de escape, incapaz de tocar a otro ser humano... te notas como hinchado. Como si fueras a explotar.
¿En qué me estoy convirtiendo? Cada movimiento tuyo genera más electricidad. Empieza a ser evidente que ya no puedes almacenar más energía dentro de ti. Einstein se pasó de listo con eso de que E=mc 2. Según vas acumulando energía te vuelves más y más gordo, y tus mollas se rozan entre ellas y generan aún más corriente. Eres una montaña de grasa llena de electricidad, aunque pareces liviano para tu tamaño. ¡Necesitas hacer algo con toda esa energía! La gente es de poca ayuda, porque casi nadie puede aguantar más de una descarga. Tus muslos se rozan entre sí mientras caminas, y puedes notar cómo pequeños rayos bailan a tu alrededor. Pareces una tormenta hecha de carne. Te has convertido enEl Achicharrador.
de las YEMAS de tus dedos inquietos, cuando acarician un objeto y descubren sus secretos. ¿Qué soy capaz de hacer? Los objetos son capaces de recordar las manos que los usaron, y tus manos saben cómo recuperar esos recuerdos. Posa tus manos sobre un objeto y te revelará secretos y verdades. Si prestas atención a lo que te dice aprenderás cómo usar ese objeto como si te hubieran prestado el mejor par de manos que jamás lo hayan tocado. Puedes conducir un coche de carreras igual de bien que el piloto que lo condujo antes que tú. Puedes disparar una pistola como si fueras el Agente Federal al que se la robaste. Puedes crackear el servidor central de la NSA con el teclado de un hacker. En ocasiones los objetos te proporcionan visiones y verdades inesperadas. Quizás cojas un cuchillo para cortar unas manzanas y de repente te veas bombardeado con escenas de sangre e ira, con la vibración del acero, y sientas pena por el grito humano que notas, pero también percibirás cómo tu cerebro se llena de la habilidad del asesino. Cuando acaba te quedas pensando: ¿a quién habrá matado este cuchillo?
(1-2 dados) ecibes conocimientos e instantes de inspiración
de un objeto. Tus manos siguen estando bajo tu control en su mayor parte, lo cual no siempre es de ayuda, especialmente cuando no tienes ni idea de cómo hacer una tarea delicada o precisa. Pero si usas la cinta de un campeón de los pesos pesados para enrollar tus guantes serás capaz de golpear rápido y fuerte.
Tus manos tienen voluntad propia y a veces te dejan alucinado con las cosas (3-4 dados) que son capaces de hacer, como preparar una cena de lujo en la cocina de un chef o pilotar un helicóptero.
(5-6 dados) Extraes todos los recursos que hay dentro del objeto , y ya no dependes de tu cuerpo o mente para absorberlos. Si usas tus manos mágicas para atarte las zapatillas de un velocista profesional correrás tan rápido como él, y mientras sostengas un libro será como losi hubieras leído tan bien como la persona máslista que lo haya hecho antes que tú.
E rostro de Eric ten ía ma aspecto; estaba banco, de coor de a ceniz a, y había más sangre suya en e sueo que en su cuerpo . O e sacaba pronto a baa y e cosía a herida, o moriría. Gracias a que levaba as ganzúas de Burke pude abrir a puerta trasera sin probemas. “Ceniciento” era a paab ra que se me venía a a cabeza, y era per fecta: su pie era de un gris apagado, gastado. Le metí como pude en e cuarto de suministros y me pus e a buscar como un o co, ¡pero nada! Todo estaba nue vo y esteriizado. Tod os os catéteres y equipos de cirugía estaban po r estrenar. Así que e cooqué un trozo de gasa sobre a herida y e dije “Aguanta un poco, tío. Vuevo ens eguida”. Me dirigí a quiróf ano que había visto a entrar. Dejé pasar una camil a que saía y a os ci rujanos que iban detrás. Den tro, a recogiendo, pero tuv s enfermeras ya estaban e tiempo para coar me, meter una bandeja de instr umenta cubierto de sangre en mi mochia y sair vo ando. De vueta a cuarto saqué os instrument os, una vía intravenosa y un par de bosas de Oque había robado. “Vae, tío. Conseguí o que nec esitamos”. Cogí un escapeo y me concentré, buscan do su voz en mi cabeza. “Ya sé cóm o empezar. Prepárate ”.
¿Cómo respondo? Luchar: Te asaltan descargas de rabia que te dejan agarrotado y que hacen que tus manos manipulen lo que estén sosteniendo de forma brusca e inestable. La furia de su anterior dueño araña la palma de tu mano y la llena de odio. No existe objeto que no pueda usarse para hacerle daño a alguien. Huir: Tus manos tiemblan, o quizás el objeto esté intentando escapar de ellas. Por un momento no sabes si estás sintiendo tu miedo o el del anterior propietario. Y de repente te das cuenta de que estás corriendo.
¿Cómo me cambia? Te sorprendes a ti mismo paseando los dedos sobre una mesa o una silla solo por sentir los recuerdos que las empapan como barniz. obas objetos a tus seres queridos porque quieres saber cómo se sienten. Cada vez te cuestamás diferenciar entre tiy la gente que ha tocado cosas antes que tú. Llega un día en el que perder un objeto es como perder una parte de ti mismo.
¿En qué me estoy convirtiendo? No puedes negarlo: las sensaciones que extraes de los objeto son irreales e invasivas, pero también son adictivas y perversamente emocionantes. Esos fragmentos de la verdadera naturaleza de otra persona son como pornografía para el alma. Las manos nos hacen humanos y nos permiten someter al mundo a nuestra voluntad. Si el alma humana reside en algún lado, tiene que ser en las manos. Ya no codicias las herramientas que pasaron por manos de artistas o genios, ahora buscas sus manos. Las tuyas no son más que zarpas inútiles que se marchitan y se encogen dejando un muñón tras de sí, pero si agarras a un cirujano (o a un francotirador, o a un pintor, o a un karateka, o a cualquiera) por las muñecas, sus manos serán tuyas. Las manos de un Despertado son especialmente apetitosas, porque te permiten hacer cosas inimaginables. Siempre atareado, pero nunca satisfecho, te has transformado en El Manias.
de XENÓFILO. Los hombrecillos verdes juguetean con tu cuerpo y dejan que te acuerdes.
A
“Si quieres te enseño las cicatrices de mis implantes”. “¿¡¿Qué?!? ¡NO TE OIGO!”. “Dije que SI QUIERES TE ENSEÑO LAS CICATRICES DE MIS IMPLANTES”. “¿¡¿Tienes lombrices en los guisantes?!?”. “¡No! Digo que... olvídalo”.
En las discotecas la música suele estar demasiado alta y resulta muy dicil hablar, pero me gusta que haya mucho ruido y que estén llenas de gente. La muchedumbre suele ser un buen refugio. Pero cada vez resulta más dicil evitar que suceda un Encuentro.
Cuando me dirigí hacia la barra me di cuenta de que era una de esas veces en las que estar rodeado de gente no iba a salvarme. En el taburete de al lado había un reculano tomándose una cerveza. Podrían pasar por humanos normales, excepto porque ene seis dedos en cada mano y son hermafroditas, incluso los de tetas grandes y cuerpo de infarto que te susurran “Enséñame cómo besan los terrícolas”. En serio, menuda sorpresa me llevé aquel día. Pero, al n y al cabo, me alegré de que fuera un reculano. Una vez se me sentó un reptoide al lado en el autobús y tuve que decirle a una ancianita que era un disfraz de Halloween. No me di cuenta hasta más tarde de que era agosto. Pierdo tanto empo que tengo problemas en acordarme de cosas como las fesvidades. “Oh, no. ¿Qué pasa ahora? No puede ser otra sonda anal, tengo la pared intesnal echa trozos”. “No le pasa nada a tu pared intesnal. Eres un hipocondríaco. Nuestros implantes te manenen en un perfecto estado de salud. ¿Sabes si podrían darme más de estos cacahuetes terrícolas?”. “¡Los implantes me han dejado impotente y ya no soy capaz de notar el sabor amargo!”. “Imaginaciones tuyas. Tus implantes no hacen eso. Los rigelianos usan algo que quizás esté interriendo con los centros del gusto de tu primivo cerebro terrícola”.
“¿Y lo de la impotencia?”. “Cómprate Viagra. De acuerdo con las emisiones que hemos interceptado, hay multud de suministradores de esa droga terrícola a lo largo de vuestra primiva internet planetaria”.
“¡Para de decir que todo lo terrestre es primivo, y dime qué quieres!”. un “Según nuestros cálculos, estás a punto de experimentar os Episodio de Incursión de la Realidad de Grado-3, y queríam avisarte”. “¿Eh? ¿Qué coño es un Episodio de In...?”. “Un Episodio de Incursión de la Realidad de Grado-3”. “Eso”. “Este en parcular parece ser lo que un terrícola denominaría como ‘algo pasmoso’: las paredes empezarán a derrerse y una criatura Pero surgida de tu Ello te atacará e intentará arrancarte los tesculos. de no será más que la representación psicosurrealista de un intento a acuerdo De . arrebatarte tu valena. Debemos evitar que suceda en nuestro modelo de estadísca fortuita, necesitarás todo tu valor los desaos que están por llegar”. “Oh, Dios. ¿Más monstruos?”. “Sí. Es por eso que te traje este desconjuncionador molecular”.
B
“¿...una pistola de rayos?”. “Sí, una pistola de rayos. Apunta por aquí, ra de esta parte y harás que tu blanco salte en trocitos”. cosa “Me gusta el diseño. Muy retro. Mucho mejor que aquella reptoide en la que había que pulsar tantos tubos y huesos”. Más “Estoy de acuerdo. Los reptoides son unos imbézzziles. ¡Ah! primivos cacahuetes terrícolas. ¡Me encantan!”.
¿Qué soy capaz de hacer? Tienes una pistola de rayos en el bolsillo, un implante en tu cerebro y, cuando silbas, los extraterrestres bajan flotando en sus hermosos platillos voladores decorados con luces de neón, repartiendo patadas antigravitatorias en el culo de cualquiera que te moleste o que se niegue a escuchar tus historias de alienígenas mientras vas en el bus de camino a casa. Has perdido la cuenta de las abducciones, las sondas, las mañanas en las que te despiertas confundido, desnudo (otra vez) en un campo de maíz cualquiera (otra vez) en mitad de un círculo quemado (otra vez). Hay muchas razas alienígenas a las que les encanta explorar tu tracto digestivo y llenarte el cuerpo de implantes cuya utilidad desconoces.
También suelen ayudarte. Vas andando por la calle, aparece un extraterrestre y te da un consejo enigmático o algún artilugio tecnológico. Muchas veces es algún tipo de pistola de rayos (o al menos eso es lo que tu primitivo cerebro terrícola ve), pero en otras ocasiones es algo como un cepillo de dientes del espacio exterior que más tarde resulta ser justo lo que necesitabas para enfrentarte a esas babosas que están atravesando la pared. Y otras veces recuerdas el Encuentro (y el cacharro que te dieron) de repente. A los alienígenas les gusta trastear con tu memoria. Aunque los extraterrestres te complican la vida, no puedes negar que cuando te metes en problemas a veces descienden en sus platillos volantes, listos para abducirte del lío en el que te encuentras.
(1-2 dados) ecuerda algo que te dijeron durante un encuentro (un enigmático comentario que no entendiste en aquel momento). Este recuerdo puede venir acompañado de una pequeña muestra de tecnología de un solo uso. (3-4 dados) Obtén un artilugio extraterrestre realmente interesante, algo como un jetpack o un bláster de partículas realmente chulo. Quizás algo más desagradable y orgánico hecho por los reptoides, o algo incluso más alienígena, de srcen rigeliano. Otra opción es que un extraterrestre venga a salvarte el culo (para a continuación, con su característica alegría, meterte una sonda por el mismo).
(5-6 dados) Es la puta nave nodriza. Ponte a esculpir ese puré de patatas, porque los
Visitantes ya están aquí y no vienen en son de paz. ¿Te acuerdas de esa escena de Independence Day cuando las naves alienígenas se cargaban todos esos famosos edificios, y cómo la onda expansiva crecía cada vez más y más? Pues así es como ocurre en la realidad. Después de todo, la única manera de asegurar un buen resultado es con un bombardeo nuclear desde la estratosfera.
¿Cómo respondo? Luchar: Los rigelianos te paralizaron de cuello para arriba para atravesarte los ojos con agujas, tienes implantes ocultos por todo el cuerpo, tus dientes sintonizan onda media (aunque solo te llega la señal de un locutor chino súper cabreado) y has sido abducido innumerables veces. Hay pocos humanos con tanta paciencia como tú, pero se han pasado con las putadas, y lo único que te pide el cuerpo es descargarlo sobre alguien. esulta útil blandir una lanza térmica mientras lo haces. Huir: Tu viejo instinto, el pánico, entra en acción (posiblemente ayudado por implantes de secreción de adrenalina). Todo el miedo y la impotencia regresan en oleadas. Pero esta vez no estás paralizado. Esta vez puedes correr, correr, correr.
¿Cómo me cambia?
m
Era casi mejor cuando los alienígenas no existían, cuando simplemente tenías sueños extraños, moratones inexplicables y días de los que no te acordabas. Echas de menos los buenos tiempos. Ahora que no te borran la memoria puedes recordarlo todo en glorioso Technicolor. Antes, cuando ibas a Abducidos Anónimos y hablabas de tus experiencias, recibías un montón depatéticos. compasión otroselque también estaban confundidos y desconcertados. Ahora te resultan Lademagia, sentirse especial, todo eso ha desaparecido. Tu capacidad para ser sorprendido está agotándose y tu mirada se vuelve cada vez más vacía y apagada. Se supone que los monstruos deberían estar debajo de la cama y que los extraterrestres no deberían existir fuera tus sueños. Los marcianos dejan de ser tan marcianos si no paran de aparecer. Se está convirtiendo en algo tedioso y bastante frustrante.
¿En qué me estoy convirtiendo? La vieja pregunta siempre está ahí... ¿y si simplemente estoy loco? No importa lo prosaico y mundano que parezca, hay una parte de ti que disecciona la realidad con la navaja de Ockham. ¿No sería esa la respuesta más sencilla? ealmente no has sido abducido por alienígenas, y no te dedicas a combatir malvados fantasmas en una perversa ciudad imaginaria. Seguramente te encuentres atado a alguna camilla, lleno de drogas y, casi con toda seguridad, babeando. Salta a la vista que estás loco, pero entonces también lo están aquellos que te rodean y que piensan que esta es la realidad. Y si aceptar la realidad de la situación no hace que mejores, debe ser que ellos están alimentando tu fantasía. Es evidente que necesitas ayudarles a entender que ellos también están locos. Que es hora de tomarse las pastillas y volver a dormir. No es que seas un loquero o un terapeuta, pero en los primeros días de la psicología como ciencia había otro nombre para aquellos que se enfrentaban a las anomalías humanas, cazándolas, estudiándolas, curándolas. Te has convertido en El Alienisa.
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de WINNIE el ser al que más quie ro.
Si le pincho un podcoo entero. le d o le r á a l m u n
¿Qué soy capaz de hacer? Tienes al universo secuestrado en forma de peluche. Se llama Winnie. Cuando tenías tres años Winnie era todo tu mundo. Daba igual lo que pasara, Winnie estaba allí: calentito, suave y listo para ser abrazado. Te secaba las lágrimas cuando llorabas. Te escuchaba cuando le contabas las penas e injusticias que padecías. Todos los niños deberían tener alguien que las escuche, con ojos marrones llenos de amor y brazos siempre abiertos y preparados para dar un abrazo. Incluso cuando creciste y abandonaste todos tus juguetes de infancia, te llevaste a Winnie a la ciudad grande y fea de los mayores. Entonces llegó esa noche cuando la ciudad se volvió Loca y ya nada volvió a ser normal. Pero no importa lo mal que estén las cosas, Winnie sigue siéndolo todo para ti. Solo que ahora es literal, y ahora todo también es Winnie. Es como un muñeco vudú: si le clavas una aguja en la pierna alguien va a quedarse cojo. Pero Winnie es mucho más especial que eso. Si le tuerces la pierna, el Metro descarrilará. Si lo tiras al suelo, la tierra temblará. Si le apuñalas con un picador de hielo, un avión se estrellará. Si le sacas el relleno habrá una epidemia. Te rompe el corazón tener que hacerle algo así a Winnie. Pero a veces el mundo necesita sufrir tanto como tú sufres.
(1-2 dados) Causa destrozos en una zona limitada. Coloca un mechero bajo la pata de Winnie e incendia una habitación. Sacúdelo y derriba a los que te rodean.
(3-4 dados) Crea el caos a tu alrededor. Puedes hacer que las llamas consuman un edificio prendiéndole fuego a Winnie. Si saltas sobre él puedes arrasar una manzana. O podrías envenenar un lago si le ahogas en un cubo de amoniaco. (5-6 dados) Catástrofes y desastres a gran escala. Sácale un ojo y deja la ciudad a oscuras. Arráncale una pierna y un puente de la autopista se derrumbará.
¿Cómo respondo? Luchar: ¡Mira lo que te obligan a hacerle a Winnie! Nadie comprende lo mucho que te duele maltratar a tu mejor amigo, y nadie entiende los sacrificios que hace el pobre osito para mantenerte a salvo. Pero te vas a asegurar de que, por una vez, se enteren de verdad cuánto sufre Winnie. Huir: La vergüenza llega cuando menos te lo esperas. No puedes creer lo que has hecho, lo que la gente te obligó a hacer, lo que te obligarán a hacer. Lo único que puedes hacer es correr como un niño, esconderte hasta que venga mami y lo arregle todo. Pero mami no vendrá nunca.
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SEPIA LANZA CLASIFICACIÓN TUNDRA - 7 CONFIDENCIAL
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LOS AGENTES QUE TRANSMITAN ESTE DOCUMENTO SIN AUTORIZACIÓN SERÁN SANCIONADOS DE MANERA INMEDIATA
-Inicio d a tanscipciónPRIMERA VOZ [atibuida a ASE Donovan]: Va, así qu s supon qu tnmos qu nconta a una niña sin tcho, quita su osito d puch y lvaos a ambos a a casa fugio d Miwauke, ¿corcto? [Sonido d moto, vhícuo n macha] [Ruido d táfico] SEGUNDA VOZ [atibuida a AVSE Mitchl]: Esas son as ódns. DONOVAN: Es idícuo. ¿Qué pinsan qu hay n oso?¿Es una troista con una bomba nuca, o ántax o ago así? MITCHELL: Ni ida. DONOVAN: ¿No pguntast? MITCHELL: Pdí un infom d isgos. D acudo a achivo, sin oso no s más qu una niña facucha qu s scapó d casa. Míao tú mismo. Es a capta azu qu stá n sapicado. [Ruido d paps] DONOVAN: ¿Lo d puch s impotant? MITCHELL: E achivo dic qu oso s agún tipo d ADM, po no da más dtals. DONOVAN: ¡Hostia [pítto borado], m cago n todo! ¿Y s supon qu tnmos qu arsta sin ningún apoyo a una niña yonqui con un osito d puch nuca?
MITCHELL: Esas son as ódns. Soo dic qu bajo ninguna cicunstancia djmos qu haga nada a oso, como cotao o ajao. Lo dja muy cao. Hay qu spaaa d muñco y tasadaos po spaado. [Timpo tanscurido: 13 minutos y 13 sgundos] MITCHELL: Eh, mia, compuba a foto ¿No s sa qu va po ahí? [Sonido d moto acando] DONOVAN: E po s d difnt coo, po... sí, vo a oso asomando po a mochia. MITCHELL: Va, vamos a haco sncilo. Écha a capucha po ncima y da con a pistoa éctica. Yo agaraé oso. A mi sña... ¡Va, va, va! -Fina d a tanscipciónÚtimo gisto oficia sob Agnt Vtano d Situacions Espcias Wison Mitchl y Agnt d Situacions Espcias Pau Donovan. La gabación d a misión s cupó d os stos d un coch d aqui acionado a tavés d una patida d psupusto oficia con una mpsa tapada habitua. E caso d niv Azu SEPIA LANZA sigu ABIERTO.
C A S O N I V E L
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S E P I A
L A N Z A * * *
T U N D R A
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¿Cómo me cambia? Un día escuchas una vocecita, tan débil que apenas la entiendes: “¿Por qué me haces daño?”. Finalmente Winnie encontró una voz, y cada vez suena con más y más fuerza, y ya no puedes ignorarla. Ahora llora durante horas cuando le cortas, tan fuerte que le escuchas incluso cuando está aplastado en el fondo de tu mochila. Lo único que le calma es que compartas su dolor. Al principio basta con un pequeño corte o quemadura para que Winnie se tranquilice. Pero el precio es cada vez mayor, hasta que empiezas a parecerte y sentirte igual que el viejo, viejo Winnie.
¿En qué me estoy convirtiendo? Un día te pasas de la raya, rajas en canal a Winnie y le arrancas demasiado relleno. Escuchas su último aliento y su vocecita diciendo “Tengo... fío...”. Y entonces, entre la ruina y la destrucción que has creado, te haces lo mismo. Pero no mueres. Te coses una nueva cara usando tu piel y la de Winnie: una máscara de oso recubierta de sangre y cosida a tu cráneo. Tu piel se rasga y sangra cuando alguien provoca un desastre en la Ciudad de la Locura, pero su hedor, empalagoso como el dulzor de la miel, llega hasta tu hocico. Ya no le haces daño a la ciudad, ahora cazas a quien se lo hace, y le devuelves el mal que le haya hecho: los quemas si provocaron un incendio, les aplastas los huesos si dañaron la calzada y les haces sangrar si rompieron una cañería. Tu cuerpo está surcado por las cicatrices de la ciudad. Tu cara está hecha con la brillante piel de Winnie. Te has convertido en La Horror Osa.
V de VENTRÍLOCUO y su voz larga como el eco. ¿Pero son suyas las palabras o son del muñeco? Lgados a st punto co qu dbía conta chist d a tmita. Es un númo cásico. Empiza con un “Qué pasa, tío, ¿cómo stás?”. M. Hickoy contsta: “H stado mjo”. “¿Qué t ocur?”. “¡Estoy infstado d tmitas!”. “Mnudo pobma, tonco... mjo qu toqus mada. Jajaja”. ¿Vs? Un chist cásico. E pobma s qu odio haba conmigo mismo. Pudo haco, po vm a mí mismo a tavés d dos pas d ojos, suppon dos pcpcions visuas, ya dsointa o suficint como paa admás intnta oganiza as dos pats d una misma convsación. La mayo pat d timpo simpmnt m pongo cómodo mintas M. Hickoy s muv y haba. Así s más fáci: s é s más fáci qu s yo. Cuando soy yo m sinto psado, a bariga m cuga sob cintuón, m du a cabza y m pocupo po s doo n oído. Po M. Hickoy no tin nvios, tndons u oídos qu mostn. No stoy sguo d po qué pudo snti a tavés d é, po pudo (aunqu no mucho, no como cuando soy yo). Mia ahoa: sé qu una baa ha atavsado mi cupo, y qu tngo ago d lno asomando po mi spada; noto a suav mpuñadua d cuchilo y cómo mis piccitos d mada piqutan sob as osas d baño; sé qu m muvo muy ápido... po todo so m lga como si fua un cudo, no como si stuvia sucdindo n psnt. Rcudo hab visto fjo d mi vdado cupo n un spjo. Estaba dspomado n pasilo, con a mujcan abaanzándos sob é dsd un amaio. En baño staba Cay, con una .38 n a mano y a ocua n sus ojos. Enté y ajé a a andajosa qu staba a punto d coms mi vdada caa. Un instant dspués Cay m dispaó y a cia-
tua s abaanzó sob mí. Intnté squivaa, po una mano nom y lna d ddos m atapó. Soté un cuchilazo y sus ddos cayon a mi addo. La cosa s puso a babuca y gimota y a mts os ddos n a boca usando a sanginta masa qu cogaba d sus muñcas. Gié mis pquños pis d mada hacia Cay. M agé d qu mi caa stuvia pintada con una nom sonisa. “¡Eh, tonco! ¡T voy a conta un chist!”.
¿Qué soy capaz de hacer? Hay gente capaz de proyectar su voz desde un muñeco. Tú puedes hacer algo mejor: proyectarte hacia el muñeco. Mr. Hickory es un modelo clásico: una gran cabeza de madera con rasgos pintados de forma exagerada y un trajecito de vagabundo. Es un bohemio a lo Charlie Chaplin, reconvertido en un muñeco de ventrílocuo algo tétrico, del tipo que controlas con la mano. Lo normal es darle vida usando las palancas que hay en su interior, abrir y cerrarle la boca, hacerle guiñar un ojo o ponérselos en blanco, cosas así. Pero puedes hacer algo más que beber un trago de agua al mismo tiempo que le das voz al muñeco: puedes ser el muñeco. A través de sus ojos de cristal el mundo se percibe de otra forma, más lúcida. Tus sentidos no están atontados, pero la información te llega a través de vías más extrañas que las de los nervios. Lo bueno es que desaparece ese ruido de fondo creado por las hormonas y el sistema límbico. Lo malo es que esa nitidez casi reptiliana es algo adictiva; está claro por qué todo (todo) el mundo piensa que el muñeco es un pequeño y tétrico sociópata hecho de madera. Cuando estás en el muñeco eres inquietantemente rápido, un borrón en el rabillo del ojo. También eres más fuerte de lo que cualquier cosa tan pequeña y enclenque debería ser. Combínalo con la recia madera de las que estás hecho y resulta que eres casi imposible de parar. Cualquier cosa que no sea una incineración puede repararse con conocimientos básicos de carpintería, del nivel que enseñan en la escuela. ¿Y para qué sirve tu cuerpo sino para reparar al muñeco?
(1-2 dados) Toca al muñeco e introduce tu mente dentro de él. Mientras lo estés usando (3-4
como segundo cuerpo, tu cuerpo de verdad estará en coma esperando tu regreso. dados) Puedes dividir tu conciencia entre tu cuerpo y el del muñeco (si lo tienes a la vista). Puedes hacer una actuación realmente impresionante o coordinar tus dos cuerpos en una maniobra arriesgada. O puedes centrar toda tu atención en el muñeco, dejar tu débil traje de carne, y alcanzar niveles sobrehumanos de fuerza, consiguiendo que sus débiles miembros de madera rompan puertas de acero o atraviesen un motor de un puñetazo.
(5-6 dados) Manejas a la perfección ambos cuerpos, incluso si están en diferentes lugares, incluso si no puedes ver al muñeco. También puedes poner todo lo que eres dentro del muñeco y transformarte en un avatar de la destrucción: parte un tanque en dos o corre más rápido que una bala.
¿Cómo respondo? Luchar: Los muñecos de ventrílocuo son bastante siniestros. Todo el mundo tiene miedo de lo que un muñeco repintado y de mirada muerta podría hacerle. Ladea tu cabeza de madera, lanza una risa histérica, piérdete en la retorcida visión de la realidad del muñeco. Sin un cuerpo humano que te lastre, tu sentido del control (y de la culpa) no pesa lo suficiente, y quedas libre, capaz y deseoso de cometer los actos más horribles. Huir: Piensas que estás al mando y lo tienes todo bajo control. Pero te giras y ves un reflejo de tu... ¡NO!... ¡SU cara! Vuestra única mente, divida entre los dos cuerpos, se retuerce y se enrosca en una cacofonía de sentidos, percepciones... el caos del pánico.
¿Cómo me cambia? Mr. Hickory te mira y te dice “¡Pídele salir de una vez! ¡Me tienes harto con tu indecisión!”. Tardas un rato en darte cuenta de lo que pasó, pero la última vez que estuviste en el muñeco una parte de ti se quedó allí: voces y motivaciones de tu inconsciente, deseos a medio cumplir, recuerdos que preferirías olvidar. El muñeco empieza a tomar sus propias y pequeñas decisiones; pero cuanto más de ti se queda en él, más y más autonomía gana, y más y más te conviertes en una sombra de ti mismo. Tarde o temprano, alguno de tus grandes problemas se va a quedar dentro de Mr. Hickory, y mejor que sea tu rabia o tu odio y no tu lujuria: los chistes sobre lo dura que la tiene perderían su gracia muy pronto.
¿En qué me estoy convirtiendo? Lo gracioso es que Mr. Hickory está creciendo. No te das cuenta de lo grande que se ha hecho hasta que le miras a sus ojos de cristal y te das cuenta de que ya no estás mirando hacia abajo, porque es tan alto como tú. Y lleva puesta tu camisa. Y antes de que puedas decir nada, te corta el cuello con un cuchillo de carnicero. Lo último que piensas mientras tu sangre le salta a la cara es: Siempre le gustaron los cuchillos.Su pequeña mano de madera no podía manejar un arma, pero sostener un cuchillo era cosa fácil. Te acuna mientras te desangras, ve cómo mueres. Después te deja en el suelo, para su cronómetro y anota algo en su libreta. Hay tanto que aprender y tanto que experimentar. Su deseo es estudiar esa sensación única que sucede cuando algo familiar se convierte en terrorífico. Quiere ser un experto, y usar tu cara como su máscara. Desapareces, reemplazado por El Muñeco de Pruebas.
de UMBRAL al futuro, al pasado, al presente. Hoy tienes cien años, mañana te saldrá tuprimer diente. “Oye, chaval, visto a un tipo por aquí? De mi altura más o¿has menos, moreno y depasar piel oscura”.
“No”. “¿Seguro? Podría haber entrado por esa puerta. Es peligroso”.
“¿Sí? ¿Qué hizo?”. “Mato a un par de hombres”.
“¿Eres un poli?”. “¿Parezco un poli?”.
“Pareces un aspirante a matón”. “¡Cuidado, chaval! Tienes edad suficiente como para que te peguen un tiro en la cabeza”.
“Tranqui, tío. Creo que salió por esa puerta de ahí detrás”. “¿En serio?”.
“En serio”. “Vete de aquí, niño. Tiene una pistola y la cosa puede ponerse fea”.
“¿No te preocupa un poco?”. “¿El qué?”.
“Darle la espalda a alguien como yo”. “¿Qué podría hacer un mocoso como tú? Mejor que te apartes antes de que se complique la cosa”.
“¿Complicarse? ¿Como ahora, quieres decir? ¡Manos arriba, Mario!”.
¿Qué soy capaz de hacer? Puedes rebobinar o adelantar tu vida a cámara rápida, haciéndote más joven o más viejo. Toda tu vida, desde la cuna a la tumba, está sucediendo ahora. Es fácil, como un truco de magia: entras en un armario siendo un hombre y sales como un niño. Hay muchas ventajas aparte de las obvias (como pasar desapercibido y tener un aspecto diferente): cuando eras joven tus músculos eran más fuertes, te curabas más rápido y tu polla siempre estaba dura y lista para un segundo asalto. Antes no apreciabas ese tipo de cosas, pero ahora sí, por supuesto. Cuando envejeces empiezas a comprenderte y sabes controlar mejor tu cuerpo. Tu cerebro es más activo y tus hormonas menos salvajes. La cosa se vuelve más rara cuando lo llevas al extremo. En tu 45 cumpleaños fuiste a un campo de tiro con unos amigos de la oficina y te gastaste doscientos dólares en munición, que disparaste en treinta segundos usando una ametralladora. Puedes volver a ser esehombre de 45ahora y sostener de nuevo esa ametralladora cargada y lista para abrir fuego en este preciso instante. Ser el que fuiste en un momento en concreto del pasado es fácil, porque puedes recordarlo. Ser el que serás es algo más complicado y requiere un poco de “prueba y error”. Elige una franja de tiempo al azar: el tú que existirá en cinco años, tres días y siete horas llevará una camiseta hawaiana y estará cubierto de la sangre de otro. El tú de dentro de 10 años, cuatro días y 3 horas llevará un bigote horrible y un maletín con cincuenta mil dólares en billetes limpios y crujientes (con suerte nadie se fijará en la fecha de emisión cuando empieces a gastártelos).
(1-2 dados) Cambia el momento en el que tu cuerpo vive. Hace cinco minutos no tenías esa bala en el pecho. A la larga tendrás que volver a tu yo actual y curarte, pero puedes esperar hasta que estés preparado y lejos de aquí. (3-4 dados) También puedes mover tu mente. Es especialmente útil cuando quieres averiguar si lo que vas a hacer es correcto. ¿Es peligroso el perro? Tráete tu yo futuro, y mira a ver si te falta algún dedo. Hay una pregunta inquietante: ¿qué pasa con todos tus yo futuros que desaparecen cuando haces algo diferente...? ¡No pienses en eso! No pienses en lo cabreados que tienen que estar. (5-6 dados) Cierra tu línea temporal en un círculo, como la serpiente del ciclo eterno que se traga su cola. Muévete a voluntad por toda tu vida. Puedes saber en este momento todo lo que jamás supiste sobre algo, ser todo lo que podrás ser. Sé o conoce todo lo que sea posible que fueras o conocieras. Extiéndete a lo largo del espectro cuántico de posibilidades hasta que hagas o tomes la decisión correcta (no puedes fallar eternamente) y regresa a tu yo actual. Entra en un casino, apuesta mil dólares al 33 negro y deja que gire la ruleta; de todos tus posibles yoes, elige ser el que gana diez veces seguidas y no es asesinado por la mafia.
¿Cómo respondo? Luchar: Nunca sabes cómo saldrá. A veces es difícil recordar cómo te sentías en un momento en concreto. Y no hay manera de saber qué estás sintiendo en el futuro. Aún peor, es imposible prever cómo va a reaccionar ese estado mental a la cosa horrible que te está sucediendo ahora. Tienes bastantes yoes a los que recurrir, y muchos guardan rencor o se sienten heridos por cosas que tú aún no has vivido. Cuando se les saca de su vida y se les lleva a tu presente lo primero que van a hacer es liarse a hostias. Y el amigo de hoy puede ser el enemigo de mañana, y el blanco perfecto para la rabia de tu futuro yo. Huir: Otras veces el yo que has traído se ve en medio de una situación con la que aún tiene pesadillas. O quizás viene de un futuro que ni puedes imaginarte. Sea como sea, a uno de los dos se le va la cabeza y echa a correr. En esos momentos es difícil recordar quién (y cuándo) eres.
¿Cómo me cambia? Empiezas a tener problemas para recordar quién se supone que eres. Todas las mañanas te echas una foto con la que poder compararte frente al espejo, y eso ayuda. También llevas un diario detallado hasta el extremo para acordarte de quién eres: si ves que hay algún hueco es porque eres un futuro-tú, y si ves algo que no recuerdas haber escrito es que eres un pasado-tú (o un alcohólico en fase terminal, o ambos). Compruebas la fecha y la hora de forma compulsiva. Vives con el miedo permanente a descubrir que no eres real, que eres un fantasma del pasado viviendo de prestado, o la sombra del futuro que desaparecerá en cuanto tu presente haga algo diferente. La cosa se pone realmente jodida cuando te das cuenta de que la fecha no es la que debería ser, y que el que tú creías que era tu yo-ahora es en realidad un tú de otro tiempo que te está usando para hacer algo, y que cuando lo haya hecho te mandará de vuelta a tu tiempo o (lo que es peor) te mandará al vacío donde van todos los no-yo que fueron barridos de su línea temporal. Cuando eras ese tú-pasado habrías jurado que no eras tan hijo de puta. Al final no eres capaz de diferenciar entre tu yoes pasados y futuros: se han entremezclado ¿En qué me estoy convirtiendo? en una masa horriblemente confusa de ahoras. Tu apariencia es una espiral cambiante de lo que fue y será tu vida. Tienes hambre, hambre de cordura y de experiencias lineales, de causa y efecto. La gente tiene esas cosas, viven de atrás a adelante y todo tiene sentido. Si devoras a esa gente, sus vidas lineales te darán algún rumbo... al menos, hasta que se disipen en la nada. Las víctimas que más te duran son las que tienen una larga vida por delante, como por ejemplo un niño pequeño y sano. Te has convertido enEl Comebebés.
del TAXI que te ayuda a escapar. La charla es gratis, pero el viaje lo vas a pagar. “¿A dónde vamos?”
“¡No lo sé! Tú solo conduce, ¿vale?” “Vale tío, yo conduzco. Pero tengo que saber dónde vamos, para decirte la tarifa. Querrás saber cuánto te voy a cobrar, ¿no?”
“¡Lo que digas, no me importa! Tengo que alejarme de ella. ¡Ay, mierda, conduce más rápido!” “Hay que tener cuidado con pisar mucho el pedal por aquí, ¿eh? La autoridad local no ve con muy buenos ojos el exceso de velocidad”
“¡Joder joder joder, ahí viene! ¿Es que no la ves? Va a… ¡joder, conduce más rápido!” “Vale chico, está bien, aceleraré. Parece como si nunca hubieras visto algo así”
“¿Y tú sí?” “Por aquí suceden todo tipo de cosas. Lo más suave que vi esta semana fue un dinosaurio. Bueno, ahora que vamos rápido como querías, dime dónde quieres ir”
“Llévame a casa. ¡No, espera! Llévame a casa de mi madre” “Eso queda un poco lejos…”
“Da igual, pagaré” “Te va a costar esa foto que tienes de tu hija. La que está en el hueco de la tarjeta de crédito de tu cartera”
“Yo no… eh, sí que tengo… ¿Cómo lo…?” “Esa es mi tarifa: o pagas o te bajas”
“Vale. Aquí tienes”
“¿Te importaría darle un beso antes de dármela? Así, uno pequeñito. Con eso es más que suficiente. Muchas gracias, caballero”
“Vale, lo que tú digas” “Y bueno… ¿viste el partido de los Yankees del otro día? ¡Menuda panda de inútiles!”
¿Qué soy capaz de hacer? Silba y levanta la mano y siempre habrá un taxi que acuda. Por lo general será un coche, a menos que estés en un lugar extraño. A veces aparecerá un taxi de Nueva York medio destrozado, o un rickshaw de Pekín, o un palanquín con porteadores con ganas de hablar. No todas las tarifas son iguales y a veces tendrás que gritar para llamar su atención. Llamar un taxi en una calle concurrida para que te lleve a un lugar cercano es tan fácil como silbar, y no te saldrá caro. Te costará un poco más, y tendrás que gritar fuerte, si quieres que el taxi atraviese la pared del edificio en el que estás. Conseguir un conductor cuando estás en medio de un río, y que te deje en el consulado de la Atlántida, te va a costar algo realmente preciado, y tendrás que gritar como la sirena de un faro para llamarle. Al margen del tipo de transporte y de dónde te lleve, el taxista siempre será un tipo que te suena de algo y al que le encanta hablar sobre el barrio, deportes y equipos que puede que no hayas oído en tu vida, o temas políticos que de vez en cuando resultan ser novedad.
(1-2 dados) Consigue un taxi en una calle donde resulte fácil hacerlo. Te puede llevar a
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cualquier destino normal, incluso aunque esté en otra ciudad. El taxista tomará un montón de desvíos y dará mil vueltas, pero no tardará más de media hora en llegar, incluso si el tráfico está fatal. Y no te preocupes, la tarifa no será nada que vayas a echar de menos. El taxista es bastante simpático y está al tanto de un montón de información y cotilleos locales. Pregúntale cuál es la mejor hamburguesa de la ciudad o dónde conseguir una automática del .45 con mirilla láser (si es que andas a la caza de la señorita Connor). dados) Consigue un taxi estés donde estés: en lo alto de un edificio, en una alcantarilla, en mitad del desierto... Te llevará donde quieras, siempre que el lugar tenga nombre y le des la dirección. En este tipo de servicios el taxista tendrá alguna que otra opinión interesante (a veces sobre cosas que preferirías no saber). Su comportamiento es amistoso, pero puede ponerse pesado con preguntas que resultan incómodas. La tarifa será algo que seguro vas a echar de menos. dados) Consigue un taxi estés donde estés, causando tantos o tan pocos destrozos como desees. El taxista estará encantado de llevarte a cualquier sitio que puedas imaginarte, incluso si el tráfico por la M-666 del Tártaro está paralizado; mientras, hablará de esto o lo otro, dejando caer de vez en cuando, como si nada, algún terrible secreto u horrible verdad. La tarifa te va a doler, y será algo de lo que no querrás desprenderte.
¿Cómo respondo? Luchar: “¡Siga a esa mujer! ¡No se pare cuando esté en rojo, y use las aceras si hace falta!”. El taxista se lanzará a la persecución si le ofreces un pago apropiado. Si es por la ciudad, bastará con algo de dinero. Si es por un sitio raro (como perseguir a una chica autista por el interior de su psique o a un vampiro a través del distrito de Kowloon), tendrás que desprenderte de algunas memorias y recuerdos. Pero la adrenalina que tu ira produce hace que no te importe, así de simple. Cualquier precio te parece justo, hasta que es tarde para arrepentirse y, en un momento de lucidez, te horrorizas de lo que has hecho. Huir: “¡Taxi! ¡ápido! ¡Arranque!”. Un taxi es el mejor vehículo de huida. Aunque es imposible saber dónde acabarás.
¿Cómo me cambia? Cada vez sientes con más frecuencia la necesidad de estar en otro lugar y de llegar lo antes posible. Quedarte en un sitio durante mucho tiempo te hace sentir incómodo, y a veces te sorprendes a ti mismo pidiendo un taxi por teléfono o levantando la mano para llamarlo. Con la práctica resulta más y más fácil conseguir uno, y tras cierto tiempo te basta con pensarlo para que aparezca. A veces puedes ver uno de esos enormes taxis amarillos siguiéndote, esperando a que levantes un dedo para acudir a tu llamada, aunque siempre lo suficientemente lejos como para que pudiera ser una coincidencia o un espejismo.
¿En qué me estoy convirtiendo? Llega un día en el que necesitas tanto estar en otro sitio que solo eres capaz de gritar “¡Arranca! ¡Vámonos!”. Pero cuando llegas a tu destino no puedes pagar la tarifa porque has gastado todo lo que tenías, excepto a ti mismo. Entonces el taxista sacude la cabeza, echa el seguro, y te lleva a la Central. Allí te encadenan al asiento de tu propio taxi y te dan una única instrucción: “Que no paren de hablar”. ecoges pasajeros (Despertados en especial), cierras las puertas, y los asientos (incómodos de por sí) se vuelven instrumentos de tortura. Haces preguntas, conduces sin rumbo, y cuando los dejas por ahí se han convertido en un trozo de carne temblorosa. Te has convertido en El Taxisa Confesor.
de SELVA misteriosa y espesa. Siempre dispuesta a ayudarte con tu presa. Estaban a punto de echar la puerta abajo. Viendo que no tenía escapatoria, y que estaba demasiado cansado para seguir huyendo, cerró los ojos y se internó en la jungla. La lluvia de la tarde caía con fuerza, rebotando en las anchas hojas, limpiándole. Tomó el sendero de costumbre, tortuoso como venas varicosas, pasando frente al templo en ruinas en dirección al claro donde vivía Jaguar. De camino al claro atrapó a un mono mediante el engaño: le dijo que le iba a contar un secreto, pero lo hizo con un susurro tan suave que el mono no podía escucharle. Este, curioso, se fue acercando, pero el susurro era cada vez más flojo, así hasta que finalmente el mono se puso a centímetros de la boca del hombre. Entonces este lo agarró por el cuello con fuerza, para que no pudiera escapar. Se reunió con Jaguar, que parecía cansado. Uno de sus colmillos estaba roto. “Te he traído un mono, Jaguar. Es de los que te gustan”. “Un mono me vendría bien. Este diente me está matando, y no he sido capaz de salir de caza”. Jaguar hablaba despacio, con las encías inflamadas. Sonaba como un anciano. “¿Qué ocurrió?”. “Fue culpa de un papagayo. Tenía el pico lleno de piedras, y cuando le mordí me rompí un diente”. “Bueno, seguro que el papagayo se llevó la peor parte”. “Eso es verdad. ¿Supongo que vienes a acostarte con mi mujer?”. “Necesito me se déha su convertido fuerza”. Viejo Jaguar? ¿En el chulo de su esposa?”. “¿Es eso enque lo que “Pues sí. Por eso te he traído un mono”. “¡Es de muy mala educación ser tan brusco!”. Jaguar miró al hombre, y después al mono que tenía en la mano. “Bueno, métete en la cabaña y haz lo quieras con ella. Pero primero dame al mono”.
Dentro de la cabaña Mujer Jaguar estaba medio dormida. Sus ojos ambarinos se entreabrieron cuando se sentó junto a ella. Era hermosa, y si no fuera por sus ojos y su manera de moverse, pasaría por humana. Pero mientras que Jaguar tenía la voz y maneras de un hombre, Mujer Jaguar ronroneaba como un gato en busca de presa; era una criatura salvaje. Lanzó un rugido sordo. Él le dio una bofetada. Ella se revolvió contra él, y durante un rato estuvieron retorciéndose y luchando el uno contra el otro hasta que logró someterla. Les gustaba ese pequeño teatro de dominación. Cuando la llenó con su semilla sintió cómo entraba en él el espíritu de la bestia Jaguar, con sus mandíbulas capaces de aplastar un cráneo, su silenciosa velocidad y su capacidad para desaparecer en la oscuridad. De vuelta a la jungla siguió su propio rastro de regreso a la casa y al minuto en el que salió de ella. Caminando con arrogancia, envuelto en el poder del felino, salió de la Jungla... ...de regreso a la habitación. Echaron la puerta abajo segundos después, pero los hombres que le perseguían no se encontraron con lo que esperaban. Lo que les aterrorizó no fue su rapidez ni su fuerza: fueron sus ojos dorados, absolutamente despiadados, y su media sonrisa, entre sarcástica y divertida. Matarlos ni siquiera aceleró su pulso. Salió por la ventana y bajó por la escalera de incendios, dejándolo todo atrás. Sabía que la Jungla cuidaría de él.tardó en aparecer, y cuando llegaron no fueron capaces de decir con certeza si La policía lo que veían era producto de un hombre o una bestia.
¿Qué soy capaz de hacer? Hay una Jungla dentro de tu cabeza. La Jungla. Cierra tus ojos, mira en tu interior y sentirás cómo sus milenarios árboles se tragan todo lo que hay a tu alrededor. La Jungla es húmeda, subtropical y vetusta. En su interior puedes encontrar inmensos templos cubiertos de vegetación, dioses bestia que están al tanto de mil secretos, fuentes de aguas subterráneas que te limpian de cualquier problema: tus preocupaciones, tus pecados, tu estrés... Si te enfrentas a los peligros de la Jungla podrás encontrar poderosas ayudas, y con algo de esfuerzo podrás llevarte contigo la mente de otra persona, o incluso hacer que se pierda dentro de ella, porque mientras están en la Jungla contigo estarán sujetos a sus leyes y depredadores. Algunos dicen que la Jungla es como la Ciudad de la Locura; quizás es lo que había antes de que apareciera.
(1-2 dados) Usa una visión de la Jungla para huir a través de ella. Lucha contra un babuino
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salvaje de la Jungla para derrotar a un atacante humano en la calle. Después de escapar de una tribu de caníbales furiosos en la Jungla podrás esquivar con facilidad a un poli que te persiga por el parque. dados) Aventúrate en la Jungla en busca de poder y regresa a tu mundo tras apenas un instante, portando la energía y fiereza del Jaguar. Transfórmate en un enorme y colorido loro cuando no haya nadie mirando.
Haz que las mentes de otros viajen a la Jungla. Llévatelos contigo de aventura, (5-6 dados) o haz que se pierdan dentro de ella y sufran un destino terrible a manos de criaturas salvajes o dioses bestia.
¿Cómo respondo? Luchar: El latido de la Jungla, el efluvio animal de los dioses bestia, el sonido de los tambores lejanos, tan parecido al de tu propio corazón, rápido, cada vez más rápido... desde la oscuridad de la Jungla notas una llamada primitiva y violenta, invitándote a comportarte como el peor de los salvajes. Huir: Siempre hay algo más grande que tú acechando entre los árboles, y eres consciente de que la muerte puede saltar sobre ti en cualquier momento. Tu única posibilidad de sobrevivir es correr, correr y correr antes de que la muerte te dé caza.
¿Cómo me cambia?
Es inevitable que la Jungla acabe apareciendo cuando no la llamas: ves monos jugando delante de tu peluquería; te encuentras una anaconda gigante acurrucada en tu maletero; oyes el tam tam de los tambores en la lejanía... La Jungla va envolviendo cada vez más el mundo real, y al final acaba por engullirlo.
¿En qué me estoy convirtiendo? La Jungla termina por cubrirlo todo, hasta tenerte atrapado por dentro y por fuera. Vagabundeas durante una temporada, sobrevives a duras penas, pero acabas cayendo igualmente, te pudres y te conviertes en nutrientes que la Jungla usa para alimentarse a sí misma. Más tarde, de la vaina de un frutal sale una figura con tu forma, hecha de madera, musgo, hojas y orquídeas, una criatura a la que no le gusta compartir su hogar con nadie más. Te has convertido en El Guardián de la Jungla.
de tu RESPIRACIÓN que es como un garfio enrollado. ¿A quién quemará, Sin aliento
y a quién dejará helado?
23 Se encogió, las m anos apretadas so bre la boca, inten se humedecieron tando no vomitar del esfuerzo. Dan . Sus ojos do tumbos puso rum se metió en el de bo al cuarto de ba hombres, pero un ño. Casi tipo que salía le so acabó por entrar ltó un “¿Qué coñ en el de mujeres o haces?”, y . Mientras, el aspi rante a violador meditaba (oculto pación) sobre la tras una máscara dosis que le habí de preocua puesto en la copa ¿La dejo vomitan . ¿Se va a desmay do en el
del todo.
servicio? Quizás
luego apeste dem as
iado y
ar ahí dentro?
no pueda disfutarlo Se dirigió con fingid a preocupación a la puerta. “¿Estás ayuda?”. Tras un bien, encanto? ¿N a mínima pausa, ecesitas lo suficiente com testigo, siguió con o pa ra justificarse an un “ Vale, voy a en t e c ua lquier trar ”. Había terminado de vomitar cuand o él entró. Le m con una mirada iró fijamente, de helada. Incluso teniéndolo temblando y cas drogas, la mirada i si n eq uilibrio por culpa que salía de sus o de las jos le dejó claro qu “Ah”, dijo a duras e sabía lo que le penas, las palabr ha bí a hecho. as clavadas en su “Sí”, respondió ell garganta. a con amargura. Entonces aspiró aire le empujaba con fuerza, y él no hacia adentro. tó cómo el Retrocedió, pero la puerta (abiert a por la corrient tendido en el e de a y húmedo, com suelo. Ella se ag ar r ó al lav abo , y c ad le golpeó y lo dejó a jadeo que ir dee)jaba o el aire de un se salir era caliente c ad or . Asustado, inten taba recuperar el equilibro cua “Quédate ahí”. U ndo oyó su voz n golpe de aire susurrante: c al iente le volvió a partió la nariz con derribar con tal tra el suelo. Con fuerza que le cada inspiración volvía a caer aplas se elevaba; con c tado contra el su ad a expiración elo, una y otra vez Lo dejó en el su , hasta destrozar elo, pero antes la s losas. de salir del ser v sonrió. “Lo sient icio echó un últ o. Necesito salir imo vistazo y a que me dé el air e”.
¿Qué soy capaz de hacer? La gente es débil, necesita respirar continuamente para seguir con vida. Tú solo necesitas una única inspiración, porque es tan inmensa que podrías vivir indefinidamente de ella; siempre que no la dejes escapar. Eres capaz de vaciar tus pulmones con la fuerza de una tempestad y de hacer volar un camión a lo largo de un centro comercial. Abre tu boca y jadea para que el aire salga ardiendo, abrasando la carne hasta dejarla al rojo vivo. Expúlsalo a través de tus labios entreabiertos y saldrá lo suficientemente frío como para congelar el agua en un instante. Si te lo guardas todo podrías seguir viva incluso aunque te cubrieran la cabeza con una bolsa de plástico durante horas; pero el aire desea con toda su alma salir y lamer el exterior con su lengua de lagarto.
(1-2 dados) Con una exhalación rápida puedes tumbar a alguien; con una inhalación puedes (3-4 (5-6
atraer algo en tu dirección. Eres capaz de bajar o subir la temperatura en veinte o treinta grados. Un grito tuyo puede dejar temporalmente sorda a una persona. dados) Sopla y podrás aplastar a alguien contra la pared con suficiente fuerza como para romperle los huesos. Congela el agua con un suave soplido o hazla hervir con una profunda expiración. dados) Vacía tus pulmones y congela o asa viva a una persona. Haz que un camión atraviese un edificio. Arranca una casa de sus cimientos.
¿Cómo respondo? Luchar: El aire escapa de ti, incontenible, formando palabras en tu laringe en contra de tu voluntad, obligando a tu boca a escupirlas, a ladrarlas con ira. Las dejas salir como un huracán, como una ventisca ártica o un puñetazo de calor. Eres una fuerza de la naturaleza, erosión a cámara rápida, y cuando pierdes los estribos todo lo que hay a tu alrededor acaba consumido hasta el tuétano. Huir: Estás tan asustada que no puedes respirar. Tu respiración se esconde en el fondo de tu pecho, temblando como un gatito y haciendo que todo tu cuerpo se estremezca. No puedes hablar porque el aire no sale de tus pulmones, así que tampoco puedes gritar. Pero sí puedes correr como alma que lleva el diablo. Tienes tanto oxígeno dentro que podrías correr hasta el día del Juicio Final.
¿Cómo me cambia? Empiezas a perder el control sobre tu respiración. Te quedas sin aire cuando menos te lo esperas, jadeando y medio asfixiada mientras que todo tu (único) aliento escapa de tu cuerpo casi por completo. Tu aliento lucha con ferocidad por zafarse de ti, y el tono de tu voz se vuelve más grave y estridente.
Tu aliento se sale de ti con mayor frecuencia, hasta que un día se escapa por completo, ¿En qué me estoy convirtiendo? rompiendo las cadenas que le ataban a tus pulmones. Te raja por dentro con un grito tan intenso que podría romper un bloque de hormigón, y que dura hasta que tus tripas se escapan con un asqueroso gorgoteo a través de tu mandíbula desencajada, dejándote hueca por dentro. Y entonces tu aliento se siente terriblemente mal por haber destrozado lo que una vez llamó su hogar, y regresa dentro de tu cuerpo vacío, llenándolo como si fuera un globo. Flota y rebota, intentando hablar sin cuerdas vocales, jactándose con su extraña voz de flauta de lo grande que puede ser, tratando de compensar las carencias de su cuerpo hueco. Cualquiera que no esté de acuerdo con él se llevará un buen rapapolvo, especialmente si decide salir de tu cuerpo y demostrar lo fuerte y enorme que en realidad es. Te has convertido en la Airada Peulane.
de QUIETO. Un silencio profundo. Y cuando así lo deseas callará todo el mundo. r. No llevaba zapatos, solo uno Venía hacia mí, sin parar de sonreí
s gruesos calcetines
de“¡S lana. tenga ahora mismo! ¡Si to da otro paso estaré eñor! ¡Le estoy pidiendo que se deted rfecto, jus como en los vídeos pe je di Lo !”. us tra con za r fue autorizado para usar la seguir la licencia de guardaespaldas.a con de tes an ver ue q es tien ue q cerrar de entrenamiento . Sentí como si una fría garra se hablar. ios lab los re sob o ded el so pu se y podía Sonrió para comprobar si era real. No no ma mi bí Su ta. gan gar mi re sob emitir ni un puto ruidito. Podía respirar bien, pero no podía con mi pistola. Ladeó la cabeza, se tapó la oreja Me entró el pánico y le apunté do de mis botas se extendió con fuerza por los rui y siguió avanzando. Retrocedí, y el mueca, como si hubiese hecho un ruido horrible una pasillos del hospital; él simuló que hubiera arañado su tímpano. overse con rapidez. Era como si caminara sobre Mis pies eran incapaces de m punto, perdí la cabeza. Sé que me pagan por alquitrán caliente. Llegado a ese as se ponen difíciles, pero aquello era demasiado. mantener la calma cuando las cos no sucedió nada. Probé a deslizar la corredera, ro Apreté el gatillo de mi Glock, pe Intenté tirarle la pistola, y se quedó pegada a mi pero se había quedado encajada. piel. mi mano como si estuviera cosida a . Cuando pasó por mi lado intenté atraparle, Él seguía sonriendo y caminando a entrar en contacto con su pecho mis manos iba pero justo en el momento en que o tipo de inmovilidad que mis pies. Entró con sm mi se frenaron, atrapadas en el recuperaba, conectado a todas se in k Sim r. M de don ión tac i tranquilidad en la hab Mi jefe aquellas máquinas y tubos. ma y le despertó con delicadeza. El tipo sonriente acercó una sillaadao ladecasonrisa cada vez más tenue. “¿Hijo?”. abrió los ojos y miró al recién lleg decidido que voy a escucharte, papá. Y esta vez El hombre sonriente asintió. “He lo haga”. ue no tendrás que quemarme para q del anciano, como si quisiera escuchar latir su Puso su oreja sobre el pecho bitación empezaron a parpadear, pero ninguno ha corazón. Todos los monitores de la ruidito. Se apagaron. Mr. Simkin se agitó un poco emitía ni un solo sonido, ni un puto y ya no se movió más.
¿Qué soy capaz de hacer? Puedes hacer que la gente se calle. Puedes detener y silenciar cualquier acción o situación que puedas oír. Puedes obligar a la gente a que actúe lenta y cuidadosamente (y no hay manera de disparar una pistola sin producir ruido). Cuanto más fuerte sea el sonido, más fácil te resulta silenciarlo. Es fácil enmudecer las pisadas de unos zapatos de tacón sobre el parqué y obligarle a andar como si se moviera despacito sobre un lecho de miel. Pero sería muy difícil silenciar a alguien que ande de puntillas y lleve puestos unos calcetines de lana gruesos. Hay casos interesantes: ¿qué sucedería si intentaras callar a algo que se mueve más rápido que su sonido (como un avión supersónico), o a algo que ves antes de escucharlo (como el rayo que va antes del trueno)? Pues que tendrías éxito. Es verdad que el sonido va después de la acción y que tus poderes ralentizan o detienen el acto para prevenir el ruido... pero es que, además, con un gran esfuerzo, podrías seguir las ondas de sonido hacia su srcen, devorar el helado que rellena el cucurucho de luz de donde surge (cosas que leíste en un ensayo de astrofísica), y lograr que enmudezca. Hacer algo tan retorcido como eso con el espacio-tiempo te duele como una otitis aguda, y lo que es peor, te deja dos recuerdos diferentes sobre la misma cosa. En uno ves y escuchas el relámpago, y en el otro lo ves pero no oyes nada porque el ruido no llegó a producirse. Un silencio retrospectivo que afectará a todos los que presenciaran el hecho, pero cuanto más retrocedas a lo largo del eje Y del tiempo y el eje X del espacio, más difícil será silenciarlo y más vas a joderle el cerebro a la gente en caso de éxito.
(1-2 dados) Silencia una fuente de sonido cercana, antes de que lo produzca. Enmudeces un grito, impides que una pistola dispare y, si puedes escucharlo, haces que alguien deje de respirar. (3-4 dados) Extiende el alcance hasta donde llegue tu oído y detén todo aquello que haga ruido, creando una zona de calma y reposo donde todos anden con pies de plomo. (5-6 dados) etrocede en el tiempo y deshaz una situación cuyo ruido hayas escuchado. En ese último instante, antes de que tu conciencia se extinga, pon tus dedos sobre unos imaginarios labios y dile “shhhhhh” a la bomba que acaba de reventar tu apartamento.
¿SiLe¡IncmiO? poSiBle!
CUcuRucHO d E HELadO
O
¡¡¿me lo puedo COMER?!!
¿Cómo respondo? Luchar: ¡CIER TU PUTA BOCA! El ruido es un crimen y una falta de respeto. ¿Cómo se atreven los muy gilipollas a seguir apretando sus gatillos de mierda o a intentar dar ese grito que tienen pegado al cielo de su boca? Huir: El ruido te rodea. Por todas partes hay móviles que suenan, cafeteras que silban, incontables imbéciles que no cesan de inundar el mundo con sus estúpidas palabras. El aire está contaminado y no te queda otra que huir (pero hazlo en silencio).
¿Cómo me cambia?
“Parecía un hombre tan normal. Nunca destacaba. Un tipo callado, ¿sabe?”. Sí, es de los callados de los que tienes que cuidarte. uidos de todo tipo te destrozan los nervios. Al principio solo te duelen cosas como el caos de un llavero que cae o el ladrido de un perro a medianoche, pero acabas sintiendo los sonidos más melodiosos como puñaladas en el oído. Empiezas a imponer el silencio en las cosas que te rodean, simplemente porque no aguantas su sonido. Empiezas a obsesionarte con no hacer ruido y el ruido que hacen los demás te resulta insultante. Intentas que se estén quietos, pero no paran de hacer ruido. Lo haces de nuevo ¡y siguen ¿En qué me estoy convirtiendo? intentando hacer ruido! Tu poder es un milagro, ¿no? Sabes que lo que haces es imposible, pero puedes hacerlo, luego es un milagro. Está claro que Dios quiere silencio. Quiere que toda la Creación se calle de una puta vez y escuche durante un maldito segundo, pero no lo hace. Aún peor, construyen más gilipolleces con las que hacer más y más ruido, hasta que el estruendo ahogue toda posibilidad de pensar. ¿Qué hacer con los infieles que rechazan tu evangelio de silencio una y otra vez? ¿Cuántas veces tendrás que perdonarles antes de castigarles? Estás harto de ofrecerles el silencio del perdón. Tu presencia es ahora heraldo de la destrucción absoluta de todo sonido. El que se cruce contigo no volverá a romper el silencio, jamás. Fabricaste tu armadura con aire helado y moléculas tan absolutamente rígidas que no permiten que pase vibración alguna a través de su infinita densidad. El metal con el que forjaste tu espada son gritos congelados, olas de sonido enrolladas sobre sí mismas que jamás llegarán a alcanzar los oídos de los paganos a los que persigues. Tu Dios es el silencio, y ya dijo todo lo que tenía que decir en los primeros siete días. Tú luchas por ese ideal en una guerra santa. Te has convertido enEl Cruzado Silencioso.
de unaPECHO, jaula hecha de hueso. Tu corazón es el alcaide que vigila al preso. ¿Qué soy capaz de hacer? Tu cuerpo es una prisión y tu corazón el alcaide. Tu pecho puede abrirse en dos, rompiéndote las costillas y partiéndote el esternón, de par en par. Dentro, tus pulmones y corazón palpitan. Más abajo, tus tripas se encogen y se estrujan. Inspira con fuerza y tus pulmones crecerán y crecerán, atrapando y enredando a cualquier desprevenido. Puedes retenerlo allí, pegado a tu tejido como si fuera una mosca. Aunque resulta bastante asqueroso y desagradable, también puede resultar un refugio bastante seguro: en contra de lo que se podría esperar, cuando tus pulmones crecen no son un órgano delicado sino algo casi imposible de cortar o abrir. Podrías envolver a un amigo con ellos y protegerlo de un ataque; si es que tenéis el tipo de amistad que puede sobrevivir a un repentino ataque de tus entrañas. Si quieres encerrar a alguien para interrogarlo, relájate y exhala. Tus pulmones absorberán a la víctima dentro de tu pecho. Tus costillas se cerrarán con un espasmo húmedo, dejándolo atrapado en tu interior. El prisionero se encontrará en una prisión como sacada de una novela de Dickens, donde todos los guardias tienen un rostro pálido y anodino. Si le obligaras a mirar con atención, vería que todo parece ser de naturaleza orgánica.
Después de dejarlo languidecer durante un tiempo en su celda, el alcaide (un tipo irritable, de aspecto fibroso y con un cuerpo como un puño cerrado) vendrá a hacerle una visita. No hay nadie tan bueno llegando al corazón de las cosas como el alcaide. Aquellos que caen bajo su custodia suelen volverse mucho más razonables de forma bastante rápida. Y si hace falta una confesión, nadie más hábil que él a la hora de extraer una. El alcaide puede averiguar todo tipo de cosas sobre tus prisioneros. Y mientras lo hace, tú puedes cerrar los ojos y observarlo todo en blanco y negro, a través de uno de los monitores de vigilancia.
(1-2 dados) Puedes atrapar o defender a alguien usando tus inflamadas y palpitantes membranas. Mientras el sujeto esté dentro, lo único que podrá hacer será resistirse sin éxito alguno. (3-4 dados) Absorbe a alguien. Cuando se despierte estará apresado dentro de tu pecho, a merced del alcaide. Este le hará cosas pero, como él y tu corazón son una misma cosa, no le hará nada que no desees hacerle... Ay, cómo de sorprendentes pueden ser los deseos ocultos de un corazón sincero. (5-6 dados) El alcaide, después de uno de esos encuentros a corazón abierto, sabrá todo lo que hay que saber sobre el prisionero. Puedes romperlo y armarlo de nuevo, o vaciarlo y llenarlo con tus propios deseos. Cuando finalmente lo pongas en libertad será un ciudadano modelo, ansioso por redimirse y ayudar en todo lo que pueda.
¿Cómo respondo?
Luchar: Tus prisioneros no estarían allí si no hubieran hecho nada malo, ¿cierto? Después de todo, son prisioneros. Mira a ese, mintiendo e insistiendo en su “inocencia”, como si esa palabra significara algo. Oyes al alcaide golpear dentro de tu pecho. Está deseando ponerle el guante encima. ¿Por qué no dejarle hacer su trabajo? Huir: Tienes que esforzarte para no pensar en ello, es como cuando estiras la cara y los ojos para evitar vomitar. Después de que tu pecho cruja, notas a alguien atrapado en tus pulmones, retorciéndose... pero esa sensación es casi tolerable comparada con la apenas perceptible sensación que tienes cuando están enjaulados. ¿Dónde diablos están? No pueden estar literalmente dentro de ti, pero a veces los sientes allí dentro. ¿Qué pasa con los motines? ¿Y los intentos de fuga? ¿Y...? Joder... Dios... ¡sácamelos! Lo único que puedes hacer es expulsar todo lo que llevas dentro de un violento portazo y echar a correr.
¿Cómo me cambia? La primera vez que usaste tu poder hubo una pequeña parte de ti que murió para siempre. Pudiste racionalizarlo, al menos al principio. La gente hace cosas horribles y sigue viviendo. Se autojustifican. Los asesinos tienen esposas. Los torturadores tienen hijos. Pero también está la rabia y esa asquerosa sensación de triunfo. Tu carne atrapa al culpable y se asegura de que reciba una buena lección. El alcaide nunca duda de sus métodos; esa escoria se lo ha buscado. Y le encanta hacer lo que hace por ti. Al menos al principio. Hay dos caminos posibles: o bien acabas por insensibilizarte y aceptar el sistema, o bien la acumulación de atrocidades es demasiado grande como para seguir perdonándote a ti misma. Lo ves todo a través del monitor, pero no puedes negar que eres tú la que lo está haciendo. Son tus tendones quienes lo atan a la silla. Son tus nervios los que les sueltan las descargas en los testículos. Te sientes enferma y agotada, y eso deja al alcaide en mal lugar. Es una persona de principios. Quizás sea de corazón duro, pero tiene sentimientos. ¿Y qué será de él si te fallan tus convicciones o si tu pasión desaparece?
¿En qué me estoy convirtiendo? Cuando tu asco o tu indiferencia son demasiado para el alcaide, te presentará su renuncia y abandonará la cárcel. Para ti supone un final incómodo y doloroso. A él le supone preguntarse “¿Y ahora qué?”. Después de servir y abandonar la justicia y la ley, solo le queda explorar el otro lado. El exalcaide se echa a las calles, abrazando los crímenes y vicios de los que sus prisioneros fueron una vez culpables, crímenes y vicios que tras tantos interrogatorios conoce a la perfección. ecuerda cómo luchó por tus ideales, y se rebela contra ellos con violencia. Las emociones y el deseo agitan todo su ser, y cada uno de sus pensamientos está dirigido hacia el crimen y la transgresión. Tu corazón se ha escapado para convertirse en El Criminal Pasional.
O
de queORFEO caminó por el Abismo. Tus pies desnudos pueden hacer lo mismo.
Djé a mi amigo d mada n a cocina y sguí as hulas qu iban dsd sótano a piso supio. Estaban macadas a fugo. D a afomba saían voutas d humo fomando sñas y auguios, pquñas caas buonas. Cada scaón staba qumado po una hula. Podían distinguis incuso as macas d os ddos n a mada. Cuando lgué ariba scuché unos solozos ntcotados, como aguin intntando loa dspués d cor os cin mtos isos. Las pisadas sguían po pasilo hacia cuato d baño. La puta staba ntabita. La abí ntamnt. Cay staba sntado n bod d a baña, con os pis mtidos n agua. E cuato staba lno d vapo, po pud v qu gifo qu staba abito a d agua fía. Ea difíci sopota a vgünza d v a un amigo combina loos y acadas a mismo timpo. Intnté consoa, po soo m saió dci “Coga...”. “Bajé, tío. Bajé hasta fondo, con su canción sonando n mis auicuas. Pusion muos n mi camino, po mis pis conocían atajos y sguí caminando incuso cuando mis pis mpzaon a cha humo”. M qudé n sincio, djándo haba. “¡Y a nconté! Jod... jod, a encontré. ¿Sabs po qué camino a infino staba mpdado d bunas intncions? Poqu los t pmitn dcidi qué s o qu t mcs. Es soo un spjo d o qu ces qu db pasat. Y a tnían n un... la... ya no a la misma”. Un uidito s scapó d amaio d cuato d baño. Sonaba como un maulido. Un maulido mojado. “Es uga t duc, ¿o ntinds? T arbatan todo o irvant y t dja a soas con o qu n aidad s. ¿Quién no s vovía comptamnt oco dspués d so?”. La puta d amaio no staba d todo crada. Empzaba a tmba, como si una mano impacint stuvia a oto ado. “Y ya sabs os pobmas qu tnía con a comida y su cupo. Po s había pusto mjo. D vdad qu sí. Entoncs...”.
Ago s desenroló sob bod d a puta. Djó sai un hondo suspio. “Lo qu ocurió a su mad fu una putada. Cuaquia había pnsado n abis as vnas dspués d so”. E “ago” staba hcho d ddos ymuñones qu pacían cotados a bas d modiscos. Y d nt os muñons saían nuvos ddos, como amas d un ábo podado qu botasn d nuvo. “Tins qu ntnd qu no s su cupa, ¿va? Tins qu ntnd qu nada d sto s su cupa, po suicidio tin pcusions paa un catóico. Así qu bajé y a taj d vuta. Intntó sistis y vov abajo. ¿Puds ceo? Intntó scapa d gso a a comida y a matiio y a a comida...”. La puta cujió a abis. Ea ago casi d spa, ¿no? ¿No s así como sucd n as pis? Pat d mi cbo citicó o manido d a scna, po a ota pat sabía qu a a puta aidad. S vovió hacia mí, m mió a tavés d po apastado conta su caa y vi jión sangant qu qudaba d su oja izquida. “Tío, ncsita com. Y si no s a ota psona, tndá qu coms a la misma, y ntoncs sía casi mjo qu vovia alá abajo, ¿no? Tins qu ntndo, tío. No s cupa suya”. La uz d a bara fuoscnt sob avabo m mostó cintos d dints cavados sobre un trozo de carne.Una caa como una hambugusa cuda con mandíbuas d piaña, húmda inhumana, po sonint. M di cunta d qu no loaba ni gmía d doo, sino d impacincia. “Cuando m cup vové a baja intntaé nconta sto d la, po mintas tanto...”. Como ya dijo, necesita comer ago.
¿Qué soy capaz de hacer? Al igual que Orfeo, puedes caminar por el Infierno y regresar. El problema es que el Infierno funciona de forma un tanto rara. Limita con todas las ciudades y pueblos del universo, y puede utilizarse como atajo para llegar a cualquier sitio. Pero piensa en ello por un momento: atraviesas el Infierno para tardar menos en llegar. A veces resultan ciertas esas historias de fuego y azufre: en una ocasión atravesaste un páramo industrial donde las chimeneas escupían columnas de negro humo y todo estaba cubierto por una aceitosa capa de grasa humana semiquemada. Otras veces es abstracto y alegórico. Una vez viste unas hileras de incontables cápsulas, blancas y esterilizadas, y en cada una había una persona retorciéndose con un cable del grosor de un dedo enchufado en la base de su calva. Hay demonios, por supuesto, pero son demasiado cambiantes. Un día se asemejan a las bestias salvajes de los grabados medievales. Otro día parecen funcionarios un poco alelados que se dedican al papeleo y a hacer su trabajo. Puedes encontrar todo tipo de gente en el Infierno. A veces no hay lógica ni criterio que determine quién y por qué acabó allí. Algunos son inocentes que padecen el castigo eterno por una arbitraria razón cultural. Otros violaron sus propias creencias y no pueden perdonarse a ellos mismos. Otros son monstruos que se merecen su destino. A veces, si no hay nadie mirando, te puedes traer a alguien de regreso a la superficie. Aunque el precio a pagar es inernal. Eres bastante conocido en el Infierno. Los demonios saben cómo te llamas, y si te concentras por un momento tú también puedes recordar sus nombres. El Infierno te reconoce por la ceniza que deja tu rastro y por la mirada en tus ojos. Esa mirada... no hay mucha gente que pueda enfrentarse a ella.
(1-2 dados) Cuélate por uno de los caminos ocultos donde el Infierno se curva y encuentra un atajo que te lleve al otro lado de esa puerta de seguridad o ese poli. No desciendes más de uno o dos escalones, pero puedes oler y escuchar el Infierno. (3-4 dados) Date un paseo por los suburbios infernales del Sheol y habla con loscondenados. Verás cosas terribles, prohibidas. Los condenados son gente muy habladora cuando tienen lengua. Sal por donde quieras; incluso puedes usar un atajo para ir de un punto a otro de la Tierra (siempre que estés dispuestoa pasar por la Avenida Pandemonium). (5-6 dados) Arrójate a las fauces del Infierno, corre directo hacia su centro, más y más rápido, a ese lugar eterno y fuera del tiempo, lindante con todas las épocas y lugares, y sal a cualquier puntolugar. etrocede hasta la infancia de tu enemigo y empújale debajo de un autobús. O agarra algo o alguien del Infierno y tráetelo de vuelta contigo. Pero el Infierno es celoso y avaricioso. Corre como si el Diablo fuera a trincharte, porque está a punto de hacerlo.
¿Cómo respondo? Luchar: A veces te traes algo contigo de regreso, como una chispa de odio infernal. O quizás tras tanto caminar por las arenas del Infierno, ignorando los gritos de los condenados, te has convertido en un hijo de puta insensible. Todo el sufrimiento que has visto y no has podido impedir... bueno, a lo mejor los demonios no están tan equivocados. Quizás deberías repartir un poco de dolor. menos te lo esperas, algo te recuerda al Infierno. Por un momento revives Huir: Cuando el azufre y los aullidos y no puedes encontrar la salida. Pero eso no te hace dejar de correr. En verdad os digo que está perdido aquel que duda mientras cruza el Infierno.
¿Cómo me cambia? No hay sol en el Infierno, pero a veces todo el cielo brilla como uno, cegándote, y no importa cuánto cierres los ojos, siempre te acaba entrando algo de gravilla. Tu cara muestra más y más a menudo las cosas que viste en tus descensos. Tu aliento sale envuelto en una nube sulfurosa. Tus pies arden dentro de tus botas. Tu mirada es algo mucho más que “inquietante”. La gente deja de verte como a una persona normal y empiezan a tratarte con mucho cuidado. No hay nadie capaz de mirarte a los ojos (y quien lo haga es que no es humano). Todo el dolor y la miseria que ves en la Tierra es insignificante en comparación con los infinitos horrores que has visto Ahí Abajo. El mundo resulta menos y menos real, y la vida más y más absurda.
¿En qué me estoy convirtiendo? Un día el Infierno te sigue de regreso a casa. Los condenados y sus carceleros se arrastran siguiendo el rastro de tus huellas. El desastre se desata a tu regreso, eres un pájaro de mal agüero, un forastero indeseable, el portador de plagas. Cada paso que das deja una cicatriz en ambos mundos, como si Tierra e Infierno fueran el mismo sitio. Por donde pases surgirán demonios, bailarán espectros enloquecidos, y el Infierno se extenderá como una mancha. Tienes fuego en los talones. Te has convertido enEl Rasro de Napalm.
N
de NINJAS infinitos y letales. Da igual cuántos mueran, seguirán siendo leales.
! LAS PELIS DE ACCIÓN AN ST GU E M A ER I U IQ S ¡NI en había otro pensamiento día pensar, no Era lo único en lo que po cional. su cerebro, racional o irra
¡NI SIQUIERA ME G Los ninjas seguían apar USTAN LAS PELIS DE ACCIÓN! eciendo: a través de la cocina, de detrás de
un palo de billar. Tod
la gramola que alguie
las ventanas rotas, po
n había atravesado co
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o había empezado cu ando un extraño agar a la chica y la voleó po ró r el local, llamándola “¡Hija de puta!”. El tipo murió en cuestión de segundos, columna y nuca perforadas por un docena de pequeños a cuchillos en forma de est r ell a. Ca si r eco r dab el sonido que hicieron a , como pelotas de pin g-pong golpeadas con mucha fuerza... Pero el pensamiento regresaba , una y otra vez.
¡NI SIQUIERA ME GUSTAN LAS PELeI S DE ACCIÓN! l mismo tratamiento.
bió Todo aquel que intentó plantar cara reci ueñas pelotas cubiertas peq o Por todos lados había espadas, palos tras tanta bomba de humo, y de pinchos. El aire se volv ió corrosivo do se afeitaba las piernas con el olor a sangre casi le recordó a cuan una cuchilla vieja, pero...
¡NI SIQUIERA ME GU STAN L
AS PELIS DE ACCIÓN El suelo estaba cubier ! to de ninjas muertos. Parecían fáciles de ma tazo bastaba para rom tar. Un puñeperles el cuello. Se do blaban con una sola pat lo habían de ada. A uno ado cuando le rompieron una botella en la cara. Pero seg casi viniendo máscaypit uían más. Cuando acabaron con el último motero se inclinaron levemente ante ella, reco gieron a sus heridos y desaparecieron en la oscuridad de la noche sin más, como si nunca hubieran est ado allí.
¿Qué soy capaz de hacer? Eres la sensei de todos los ninjas del mundo. Todos. Ignoras el por qué, pero el caso es que acuden a ti en tu hora de necesidad, lo quieras o no. Un día los ninjas aparecieron en tu puerta, rodilla en suelo, como lo hacen en las pelis cuando esperan las órdenes de su maestro. Puede que sean frágiles pero, a menos que se estén enfrentando a un samurai de la talla de Mifune, podrán hacer un papel digno. Silenciosos, mortales y a la espera de entrar en acción. Tienes tu propio ejército de ninjas patanes. Y ya sabes lo que dicen, siempre hay más ninjas. Son la horda de enemigos por antonomasia: anónimos, reemplazables y solo distinguibles por el tipo de armas que llevan. Eso sí, no tienen ni media oportunidad ante un samurai que los tenga bien puestos.
(1-2 dados) Un pequeño comando de ninjas acude en tu ayuda. Absorberán golpes que vayan dirigidos contra ti y golpearán a tus sorprendidos enemigos. También pueden realizar misiones de reconocimiento y espionaje para después entregarte un breve informe escrito con pincel en un pequeño rollo de papel de arroz. (3-4 dados) Monta un asalto ninja y arrasa toda una planta de cubículos de oficinistas, o lánzalos sobre el escenario de una competición de comedores de tartas con la misión de robar el trofeo. Habrá una cantidad pasmosa de ninjas, y aunque la mayoría de ellos serán aplastados, tú te saldrás con la tuya, porque los héroes estarán demasiado ocupados machacándolos a diestro y siniestro. (5-6 dados) Invoca tantos ninjas que hasta Zatoichi estaría en problemas. Pueden surgir de cualquier tipo de escondrijo, como si fueran las pulgas de un perro. Sus armas son exóticas y estrafalarias. Atacan sigilosamente, sin piedad y sin preocuparse de sus propias y ridículamente frágiles vidas. Otra opción es llamar a un solo ninja. Dicen que el número de ninjas es inversamente proporcional a su habilidad, así que este será realmente impresionante. Su traje será de un color diferente, para demostrar que sobresale por encima de sus débiles hermanos. El Ninja ojo es experto en explosivos. El Ninja Azul es un nadador excelente y puede aguantar la respiración durante una hora. El Ninja Verde puede disfrazarse de planta. El Ninja Dorado baila mejor que Travolta.
¿Cómo respondo? Luchar: Aparte de morir, luchar es lo que mejor hacen los ninjas. Ni siquiera necesitas gritar una orden: un buen sirviente conoce los deseos de su amo. Y su amo es una emperatriz furiosa y vengativa. La sangre será derramada para limpiar incluso la menor de las ofensas. Huir: Los ninjas sienten el peligro que se cierne sobre tu augusta persona y te llevan en volandas hacia un lugar seguro, mientras sus compañeros sufren una muerte honorable cubriendo tu retirada. Incluso aunque prefieras quedarte, los ninjas saben que debes huir. Solo puedes cruzar los dedos y rezar para que no te dejen en la Montaña de Jade de las Diez Mil Torturas, como la última vez.
¿Cómo me cambia? Empiezas a encargarle a tus ninjas las tareas más triviales: sacar la basura, limpiar el cuarto de baño, pasear al perro, pintar la casa... Este tipo de trabajo es una afrenta para su honor, pero jamás rechazarían una orden tuya, aunque el sentirse explotados les hace cuestionarse su valía. Inevitablemente uno acaba triturado por el cortacésped y otro tiene un accidente fatal mientras corta leña. Tu menosprecio hacia ellos y su descontento con tu liderazgo crecen a la par. Las voces que piden rebelarse son cada vez más numerosas e insistentes.
¿En qué me estoy convirtiendo?
Cuando finalmente los ninjas se vuelven contra ti, estás lista. Los has observado y conoces sus trucos. Ha sido como un lavado de cerebro, como ver pelis malas de kung-fu en la tele 24 horas al día, 7 días a la semana. Vienen a por ti en multitudes. La espada que coges del primer cadáver centellea. Las cabezas saltan y las arterias que dejas al descubierto pintan la habitación a chorro. Pero hay demasiados, así de simple, son demasiados, y siguen llegado, cada uno más fuerte y letal que el anterior. Pero aún te queda un último truco: estrellas una pequeña botella contra suelo, sale una nube de humo y desapareces. El problema es que no vuelves a aparecer. Vestida con las ropas de un ninja, y tras bañarte en la sangre de un centenar de ellos, te has hecho intocable e invisible permanentemente. Invisible y mortal. Los habitantes de la Ciudad de la Locura hablan de ti en voz baja, temerosos de que estés cerca, de que vuelvas a matar. Y es que matar es la única manera que tienes de volver a tocar el mundo, justo en ese instante en el que tu víctima cae bajo el filo de tu espada. Te has convertido enLa Bomba de Humo.
(la locura esT) ODO el MÉ
La locura es el método Por las buenas.. o por las malas El poder y el estilo que te da un Talento de Locura no es más que el cebo, mi querido pececillo. El anzuelo es lo que te pasa cuando sale un único seis en la tirada y resulta que es rojo. Es bastante fácil sacarle el lado guay a un superpoder; lo complicado es volverte loco sin que parezca siempre lo mismo, sin que pierda su atractivo y sin hacer que tu personaje pierda la dignidad.
Perdiendo la cabeza Cuando la Locura domina decides si huir o romper cráneos, y marcas la espuesta, ¿correcto? Sí, pero no tiene por qué ser tan simple. Destrozar un local y romper huesos es una cosa, ¿pero y la violencia social? Destrozar relaciones y romper corazones. Está la rabia que estampa una silla contra la cara de alguien, y también la que hierve a fuego lento, acumulando explosivos con los que volar la oficina. La estructura narrativa de No te duermas y su flexibilidad para encuadrar escenas y conflictos te da un montón de margen de maniobra a la hora de manejar la locura y sus difíciles manifestaciones.
Enloquecer con clase
Tiempo en pantalla y Respuestas
Elegir una espuesta te asegura un trozo de protagonismo. Que hayas ganado o perdido el conflicto no importa; tu papel en la historia no ha concluido porque la Locura domine, así que tienes que hacer algo, algo que complique las cosas aún más. Un problema con las acciones creadas por la Locura es decidir si constituyen o no otro conflicto, o si actúan como un “puente” narrativo que te lleva a la siguiente escena, donde tendrás que recoger los trozos rotos o lidiar con tu fracaso. Ambas maneras de esponder son meritorias. Gran parte de tu elección dependerá de la escena y el ritmo de la partida y de lo mucho que quieras alcanzar tus objetivos. Si la espuesta actúa como un puente, clímax o conclusión, entonces es mejor hacerla puramente narrativa (especialmente si no hay nada más que te quede por hacer). A veces, cuando pierdes un objetivo lo pierdes todo: el tipo con el que quieres hablar se pega un tiro en vez de soltar el arma; el portal al Infierno se cierra antes de que el alma de tu hermana
pueda escapar, etc. La banda sonora entra en un crescendo, sube más y más, hasta llegar a la explosión final... pero la escena no acaba. Tus manos se tensan, tu mandíbula se cierra en una mueca y la música vuelve, rechinando, violenta, llena de caos. Tus ojos se abren de par en par y... boom. Lo que sigue va más allá de lo que dijeron los dados, tú solo desencadenas tu furia o tratas de escapar por todos los medios. Porque no hay nada más que la espuesta, que cae como lluvia ácida, como ceniza envenenada que cubre la escena, la mancha infinita que no te dejará olvidar cómo perdiste el control. Pero, si en en vezuna de ello eliges cabalgar sobre la espuesta, rumbo tirando a otro conflicto (obajo a otro intercambio escena complicada), quiere decir que estarás los dados la influencia de Luchar o Huir. El truco está en averiguar cómo la repentina e imperiosa necesidad de Luchar o Huir se combinan con tus otros objetivos en la escena, o si pueden combinarse en absoluto. ecuerda que actuar según tu espuesta no significa que tengas literalmente que liarte a puñetazos o salir corriendo. Solo necesitas encontrar la manera de que la rabia o el pánico sean compatibles con lo que sea que quisieras hacer.
De cabeza voy corriendo. . ¿Y ya tan pronto huyendo?
Llegaste al piso donde enen secuestrada a tu mujer, pero tuviste que rar un montón de dados de Locura para superar a los pos de la puerta, y aunque ganaste, dominó la Locura. La puerta revienta hacia adentro, y cuando ves a las cosas agarrando a tu mujer no puedes aguantar, y tu besa interna explota.
¿Cómo resuelves la situación sin olvidarte de tus objetivos en la escena? ¿Se carga la espuesta cualquier posibilidad? ¿Tienes que huir y esconderte en el sótano? ¡Joder, no! No te olvides de que el dominio de la Locura representa una pérdida de control que complica las cosas, no una que te hace parecer un inútil.
Pasar de la sartén. .
Gritas, cierras los ojos con fuerza y corres hacia tu mujer, los brazos por delante. Tiras los dados y ¡éxito! Te abres paso hasta ella y ambos atravesáis la ventana
en una gloriosa huida por los aires, dejando el horror a vuestras espaldas. Pero el suelo se acerca rápidamente. Tu objevo y tu plan se deformaron bajo la lente de la locura; elegiste Huir y ahora lo estás haciendo. Y gracias a la Huida estás ganando, pero mierda si no te has medo en una situación aún peor.
La venganza es un plato que se sirve con salsa picante
Trastear con el Tiempo No te duermas te lleva a un tipo de juego no lineal, en el que los flashbacks determinan la cantidad de pasado del personaje que tiene efecto sobre la partida. ¿Pero y los flashbacks
hacia el uturo? En vez de resolver la espuesta dentro de la escena actual, y si el ritmo y dirección de la partida así lo aconsejan, intenta narrar una secuencia rápida dentro de la de ahora, una en la que sufrirás las consecuencias de la espuesta. Basta un atisbo, un segundo, un fotograma de la escena que se avecina. Esto fija en cierta manera el futuro que te espera, lo que el DJ puede usar para adelantar acontecimientos, plantar pistas falsas o darte la sensación de que tu perdición está próxima. Si encadenas tu espuesta al futuro, el DJ tiene casi la obligación de portarse como un cabrón. Si las cosas van realmente mal y no quieres empeorarlas con un episodio de locura violenta o cobarde, marca una espuesta y aplázala hasta la siguiente escena. El DJ se encargará de mostrarte fragmentos del horror que te espera: un cuchillo de carnicero, una mano cercenada o un aullido. A veces, aplazar una espuesta va a complicarlo todo mucho más, incluso de forma permanente. Lo que te dejó así de maltrecho e indefenso no puede olvidarse, y tarde o temprano regresará siendo más fuerte y terrorífico (a lo “trastorno por estrés postraumático”) y te verás a ti mismo masacrando una comisaría como si fueras un Terminator, o tirándote de cabeza a una alcantarilla para no cruzarte con una pelirroja. O, años más tarde, verás un rostro en la muchedumbre; una cosa sigue a la otra y acabas de pie en un dormitorio, una pistola del .45 en tu mano y una almohada con la que aplastar una cara. El silbido metálico de la corredera suena con más fuerza que el propio disparo, y el aire se llena de plumas y olor a algodón quemado.
Deja que tus puños hablen por ti
¿Qué significa “Luchar”?
¿La espuesta de Luchar supone inevitablemente abalanzarse sobre quien odias y arrancarle todo el tejido blando de su rostro? ¿Tiene que ser siempre algo ísico? Las respuestas puramente físicas pueden subir la intensidad de la escena, dar paso al miedo y al furor más puro y abrir la posibilidad de un futuro arrepentimiento. Pero un arrebato emocional puede ser más violento y doloroso que un puñetazo en la cara, especialmente
si sucede entre dos personas que tengan algún tipo de vínculo. Si escupes tu agresividad y palabras de odio al otro, es posible que sus efectos duren más que una herida o un hueso roto. Así que, cuando elijas Luchar, ten en cuenta la situación. Si te ves rodeado por el peligro y la violencia, dejar suelto al animal que llevas dentro es una respuesta apropiada, pero si la situación es tranquila, recuerda que hay otros tipos de violencia. Pero elijas lo que elijas, hazlo desde las tripas. La Lucha (o la Huida, ya que estamos) es un impulso oscuro, bestial, irracional; una parte de tu naturaleza animal debería aparecer en ese tipo situación. Como rata atrapada en elHaz laberinto la Ciudad deselaarrepientan. Locura, la Lucha es la de espuesta que surgeuna cuando te acorralan. que losderesponsables
Zen y otras formas de salir pitando
¿Qué significa “Huir”? Huir no siempre supone tener que echar a correr, temblar y gritar de miedo. Lo que realmente conlleva es ausencia, evasión y escape. Y al igual que Luchar, no tiene por qué ser una espuesta necesariamente física. Chillar y correr es... poco digno. Muchos jugadores preferirían que su personaje perdiera la cabeza y arrasara con todo antes que dejar que se comporte como un niño de mamá que se va a llorar debajo de la cama. Mucho preferirían ver a su personaje machacado antes que huyendo de miedo. La espuesta de Huir puede ser realmente deprimente; la mejor manera de manejarla y hacerla atractiva es (aparte de mezclarla con un éxito, como acabamos de decir) contextualizarla. En una conversación o discusión, eso puede suponer perder el control y refugiarse en una falsa indignación o en la repetición interminable de tu verdad absoluta. A veces no se trata de abandonar la escena o la habitación, sino de reforzar tu posición y refugiarte en un lugar seguro. Echa la llave, atranca las ventanas, apaga las luces yno hagas ruido;quizás la gente mala se vaya. O podrías simplemente hilar una telaraña de mentiras y exageraciones con las que cubrir tu miedo, incluso si más tarde acabas atrapado en esa misma red. O refugiarte en el fondo de tu cerebro, mientras tu boca sigue moviéndose sola y las palabras no paran de empeorarlo todo más y más... Y cuando el horror cruce la pared, cubierto con la sangre de tus padres muertos y un aliento como a cloaca, la cálida y segura oscuridad de la inconsciencia será tu refugio. Quién sabe cuándo te despertarás de tu dulce sueño. Incluso si se trata de una reacción más sutil, recuerda darle un toque irracional.Huir nunca te permite mantener la sangre fría. Vas a perder el control, ya sea escondiendo la cabeza, rechazando ayuda cuando más la necesitas o atacando a alguien a quien amas solopara apartarlo de ti.
Rompe cruje explota
Perder la cabeza de verdad ¿No podías estarte quieto, verdad? Aún después de tanta locura, de tanto horror, seguiste haciéndolo. Podías notar cómo tu cerebro empezaba a freírse, a deshacerse como una barrita de incienso, pero no paraste. Y al final perdiste el control y hubo dolor y platos rotos. Y al final perdiste el control y tu corazón trató de salir corriendo, atravesándote el pecho. Y entonces te revolcaste un poco más en la locura. Ya no te quedaban espuestas que marcar, pero la Locura volvió a dominar. ¿Qué sucede cuando no puedes más? No me pongas esa cara de: “Ay, ¿por qué me está pasando esto? ¡Pobre, mísero de mí!”. La culpa es solo tuya. La pregunta correcta es: “¿Qué va a pasarme?”. Lo primero, uno de tus dados de Disciplina se acaba de convertir en un dado de Locura Permanente. Eso significa que cualquier cosa que hagas de ahora en adelanteestará teñida de Locura. Tu Talento se arrastrará detrás de ti, manchando la realidad de tu día a día con sus milagrosos y perturbadores dones. Significa que cada vez que tires, habrá una oportunidad de que la Locura domine, incluso cuando no quieras invocar su efecto especial. También va a alterar el equilibrio del juego en tu contra. Mucho. Si tiras tres dados de Locura o Agotamiento junto con una reserva sana de tres de Disciplina, las probabilidades estarán iguales. Pero si uno de los dados está corrupto, entonces los tres dados extra te ponen en una situación de dos contra uno. Y si acabas con dos dados de Locura Permanente, una reserva de seis le da un mísero 16% de posibilidades a tu Disciplina. Lo tienes complicado, y eso sin olvidarte de la mirada perversa del DJ y su reserva de diez de Dolor. En segundo lugar, y con efecto inmediato, estallas. Como una regadera, como unas maracas, te pones como una puta cabra. Es el momento de hacerte con la escena y dejar el decorado hecho una mierda. Mira tus Preguntas, mira tu Talento de Locura (tanto literal como simbólicamente), y sumérgete. Tu reacción debería ser merecedora de un internamiento psiquiátrico de emergencia, del tipo “es un peligro para sí mismo y para los demás”. Pero a diferencia de un caso normal y rutinario, tu Locura es real, con mayúsculas. Vive bajo tu piel, en las pausas entre latidos y frases, es la música con la que tus pestañas bailan mientras duermes, es un sueño que nunca será porque quedó atrapado en un cerebro muerto. Tu locura ha salido para que juegues con ella, y el mundo entero va a tener que participar.
Nada tiene tanto éxito como el exceso (regla opcional) Una regla opcional, a ver qué te parece: si necesitas rar dados durante un estallido, puedes rar seis dados de Locura y reírte de las consecuencias, porque si la Locura domina, tu ataque durará aún más empo (como el bajón que tendrás cuando el lio y la clorpromazina hagan nalmente efecto). Todas tus Respuestas seguirán tachadas hasta que tu ataque de locura nalice. El tema es que usar tu poder en el estado mental en el que te encuentras va a ponerlo todo patas arribas, y para siempre. Tendrá un efecto drásco sobre la estructura del mundo en sí, como cuando Tetsuo manda a tomar por culo a Kaneda y Neo-Tokio estalla. Apenas eres capaz de dirigirlo, y mucho menos dominarlo, y una vez empieces va a seguir acvo mientras sigas ido. El rumbo en el que se desarrolle la acción estará en gran medida en manos del DJ, así que estás a su merced. Y recuerda, él es el maldito bastardo que no paró de meterte en conictos de Dolor
8 hasta que llegaste a este punto.
¿Qué coño pasó anoche?
Deja el estallido para después En No te duermas el ritmo es fundamental, por lo que si narrar tu ataque de locura en detalle va a hacer que la partida se desvíe, vaya más lenta o acabe siendo monopolizada por esa escena, entonces lo mejor es que tú o el DJ sugiráis aplazarla para más tarde. Fundido en negro y es la mañana de un nuevo día; trinar de pájaros, un rayo de sol entrando por la ventana, y bajo la mesa, un gruñido... tú. Miras las marcas de ventosas en tus brazos y el increíblemente detallado tatuaje del Papa Benedicto XVI en tu barriga y piensas: “¿Qué coño hice anoche?”. Cuando el ritmo lo permita, juega la escena del estallido: un sueño, un recuerdo, un escalofriante flashback desencadenado por el olor de una carnicería... Este método también puede ser el punto de partida para una historia de misterio: ¿qué demonios hiciste? No puedes acordarte, pero quizás puedas averiguarlo. Para una partida con un solo jugador podría resultar un gran punto de partida. Te despiertas en un sitio extraño, en una situación peligrosa, con un dado de Locura Permanente. Esto también te permite borrar tus recuerdos previos al estallido; coge un periódico, mira la fecha y empieza a acojonarte... ¿dónde mierda he estado los tres últimos días?
En la Rusia soviética, la ciudad de la locura vive en ti
La Locura Permanente en la partida Tener un dado de Locura Permanente significa que tu terrible poder no se quedará nunca más quietecito en su jaula. No podrás volver a encerrarlo del todo. Jamás. Tu Talento de Locura estará continuamente funcionando de un modo u otro, plagando tu vida de anomalías cien por cien reales: la gente te tiene miedo, ese perro nota que no estás bien, y la locura se asegura de que los cientos de mensajes que inconscientemente intercambias con otros seres humanos (todos esos telegramas límbicos que viajan entre los cerebros de los mamíferos) sean de lo más perturbadores. La locura hace que algunas de tus señales sean irreconocibles o perturbadoras. La gente que te observe con más detalle se asustará aún más, porque puede que vean cómo tu Talento asoma la pezuña, y eso hará que sus cerebros activen todas las alarmas y empiecen a gritar ¡COE! ¡COE! ¡COE! Básicamente, te vuelves aún más raro (lo cual es todo un logro para alguien que no ha podido pegar ojo en cuarenta y tres días) y te resulta todavía más difícil relacionarte con gente normal. Y lo que puede ser incluso peor, te empiezas a sentir cómodo en la Ciudad de la Locura. Tratar con la realidad cotidiana te confunde. esulta más y más difícil recordar por qué la gente tiene trabajo, pareja, mascotas, casa, coche, máquinas de café, cuadros y, bueno, cualquier cosa.No pasará mucho tiempo hasta que el único sitio donde te puedas sentir como en casa es en el laberinto de calles y el infinito espacio-tiempo de la Ciudad de la Locura.
Parte de la pandilla
La Locura Permanente y las Pesadillas La primera vez que una Pesadilla detenga su mano porque siente algún tipo de vínculo contigo, y no cumpla su terrible amenaza, te parecerá que la Locura Permanente es algún tipo de bendición. Pero tras un par de encuentros más, tendrás claro que caerle bien a una Pesadilla es igual de malo que ser elque blanco La Locura Permanente significa estásdeensulaodio. lista de invitados: el Porero del Billy Club corre la cortina de terciopelo y te deja entrar. El Moscón de la cámara te saca una foto como si fueras un famoso, y te pide que se la firmes. La cuelgan en la pared junto a la de Sammy Davis Junior y Satán (el cual parece estar algo incómodo, pero Sammy le tiene cogido por el brazo, y en su ojo de cristal se ve un reflejo en forma de calavera).
Pero más allá de eso, las Pesadillas empiezan a esperar cosas de ti. ¿Te tratan así de bien y no quieres devolverles un favorcito? Pues van a ir a por ti. Y saben dónde encontrarte. Llevas la marca de la Ciudad de la Locura y pueden olerla, no hay manera de ocultarla. Algunas Pesadillas ven tu negativa como una traición, mientras que las más arteras y peligrosas te tienen pena, porque entienden que lo que te queda de humano te tiene atrapado y cohibido. Quieren rajarte y dejar que la Pesadilla que llevas dentro sea libre, y la mejor manera de acabar con tu humanidad es acabar con tus seres queridos. Una frase que deberías empezar a practicar: “Lo siento, cariño, lo siento muchísimo. Es todo culpa mía”.
Uno más del barrio
Cuando la Locura se lo lleva todo Cuando un borracho toca fondo es cuando puede empezar a rehabilitarse en serio. No es tu caso. Cuando la Locura te atrapa no hay nada que hacer, se acabó. Cuando tu último dado de Disciplina se convierta en Locura, no quedará nada que seguir tachando; de hecho, no quedará nada de ti. Los espeluznantes cambios que el primer y segundo dado de Locura Permanente han producido sobre tu persona culminan en una horrible transformación final. A veces el descenso definitivo sucede de inmediato: la nueva Pesadilla nace de tu cuerpo contorsionado, completamente formada y lista para comenzar su nueva vida; pero si le viene mejor a la historia, también puede suceder poco a poco, a lo largo de una escena o incluso una partida. Durante esa larga caída, no olvides que tu personaje está condenado (y eso es innegociable). Quizás sería menos doloroso si le das al DJ tu ficha de personaje sin más, como cuando te arrancas un esparadrapo de golpe. Pero si te apetece jugar una situación de este tipo, quizás puedas lograr algo antes de que tu destino quede sellado. Llegados a este punto, tu Locura está completamente desbocada pero, incluso con tu humanidad desvaneciéndose, quizás quede una brizna de ti capaz de dirigir tu espantoso poder hacia un último objetivo. Tendrás que tirar como mínimo tres dados de Locura Permanente, a los que podrás añadir hasta seis más, además de los que quieras usar de Agotamiento. Si la Locura domina, o si lo hace el Agotamiento y te Colapsas, entonces ya está, se acabó. Pero si no, serás capaz de mantener el control en el momento crucial. Tu final es inevitable de todas formas, así que haz que ese enorme montón de dados cuente. Haz que sea memorable. Pero... ¿recuerdas esa regla según la cual los personajes devorados por la Locura se convierten en Pesadillas con un valor de Dolor igual a la última reserva de dados que tiraran antes de derrumbarse? Pues bien, cada vez que el personaje tire durante su larga caída, añadirás un dado a ese total. Quizás hagas algo bueno antes de tocar fondo, pero cuando te hundas, el monstruo que dejarás detrás de ti será aún peor.
Maneras de no enloquecer Cómo lidiar con la Locura y recuperar Respuestas Si encuentras alguna forma de sobrellevar el estrés de la Locura, o un oasis de paz en medio del caos (un toque de belleza o normalidad), es posible que cuando menos te lo esperes vuelvas a sentirte de nuevo fresco y recuperado. Pero si tachar una espuesta se asemeja a darse un paseo por el borde de un precipicio estando borracho, ¿cuál sería el equivalente de respirar hondo y dar un paso atrás? Cuando la Disciplina domina puedes reducir un punto de Agotamiento o borrar una espuesta, así que cuando el Dolor al que te enfrentes sea bajo, esas recuperaciones serán más frecuentes. Pero un aumento en el Dolor significa volver a las grandes reservas hechas a base de Locura y Agotamiento, lo que supone menos posibilidades de recuperación. Y si tienes Locura Permanente, menos todavía. Por supuesto, Colapsarse y Estallar también ponen a cero tu contador de espuestas, pero esa no es la mejor manera de recuperar el control. Al poner el motor del juego en primera recibirás un empujón, sí, pero si tienes la intención de recorrer una gran distancia en cuarta, lo mejor es que encuentres una forma menos radical derecuperar espuestas durante la partida. Así que durante un par de páginas te vamos a sugerir una serie de medidas preventivas, formas de sobrellevar la presión y maneras de recuperarte. Algunas de ellas rompen principios vitales del ritmo de una partida de No te duermas. Avisado quedas.
Esperanza a cambio de respuestas Según la regla de “Tomarse un respiro” de No te duermas, te puedes gastar una Moneda de Esperanza para borrar una marca de Respuesta. No es una opción que resulte muy interesante por sí misma, así que será mejor si ofreces una buena explicación sobre cómo una pequeña chispa de esperanza te ayudó a recuperarte.
Practica tu autocontrol Cuando tu sendo común te diga que lo más sensato es luchar o huir, haz lo contrario. Hacerlo quizás no sea ni lo más sabio ni lo más seguro, pero cuando salir corriendo es lo prudente, mantenerte rme te permite recuperar una Respuesta de Huir; y cuando lo aconsejable es romper cabezas, dudar y buscar otra solución, borra una Respuesta tachada de Luchar. Demuéstrate que estás al mando, aún cuando te perjudiques a mismo.
El tiempo lo cura todo Si el DJ hace un corte entre escenas y pasa el empo suciente, sería razonable preguntarle si recobras alguna Respuesta. El DJ debería decirte cuántas recuperas
o explicarte por qué no lo haces.
Fantasmagoría farmacológica Las drogas y la locura En algún sitio de ahí fuera, en algún laboratorio subterráneo pintado de beige, los agentes de Pharma Corp. tienen a un Despertado atado a una camilla, y están inyectándole un fármaco estabilizador psicoperceptivo directamente en la córnea; todo por el bien de la humanidad, por supuesto. Los tratamientos psicofarmacológicos más convencionales van a ser menos efectivos contra la Locura Permanente o el estrés producido por tachar espuestas. En el mejor de los casos, anularán los efectos más brutales de un Talento de Locura fuera de control, porque cuando te drogas hasta ponerte al nivel de un zombie babeante, tu cerebro no tiene la suficiente potencia como para deformar la realidad. O eso esperas. Las drogas psicotrópicas (legales o no) tienen tantas posibilidades de desatar tu Locura como de contenerla; es difícil reprimir nada cuando tu voluntad y tu disciplina están sumergidas en un caos neurobiológico. Pásate con la dosis y puede que acabes tirando dados de Locura incluso cuando no quieres hacerlo. El cerebro de un Despertado ya está lo suficientemente jodido de por sí, y es imposible predecir el efecto que una droga de este tipo tendrá sobre él (si es que tiene algún efecto en absoluto).
Ayuda profesional Obtener “ayuda” de las Pesadillas Hay una manera segura de recuperar cordura: usar las valiosas monedas de Esperanza que has acumulado para comprar Disciplina (lo que también supone negociar con los demás PJs que quieran hacer lo mismo). Y luego está la otra opción: buscar ayuda entre quienes realmente conocen la Locura: las Pesadillas. Es difícil imaginar qué tipo de Pesadilla estaría dispuesta a ayudarte a recobrar la cordura, pero unas cuantas disfrutan del desafío que supone un Despertado en busca de su Disciplina perdida. Por supuesto, lo que les interesa no es curarte, sino atraerte a su consulta, tumbarte en su diván, y encender la picadora. Si te curas o te mueres les da igual. eciben a una víctima voluntaria a cambio de una posibilidad de curación. Vale, es casi un suicidio, ¿algo más? Pues sí: tendrás que derrotarla sin que la Locura domine. Eso, arrastrando una Locura Permanente, es un pequeño desafío. Pero si por un lado tomas su elevado valor de Dolor (lo que hace bastante posible que acabe dominando) y, por el otro, haces un uso sensato (¿o era excesivo?) de tu Agotamiento, es posible que tengas una posibilidad.
El Doctor Jíbaro Es un tipo alto, lleva puesta una rebeca y tiene una cabeza pequeñita y arrugada. Su voz es chillona y escandalosa, y no para de hablar. El Doctor Jíbaro tiene un horario fijo y es muy flexible a la hora de concertar una cita. Aunque si no apareces a tu hora, mandará a su Secreterrier para que te arrastre hasta su consulta. Sus preguntas harán que te plantees toda tu vida y existencia. Si sucumbes a su influencia, tu ego será destruido por su despiadado análisis. Si sobrevives una sesión, recuperas un dado de Disciplina y una espuesta. (Dolor 8)
El psicoterapeuta del comportamiento
Llama al Teléfono del Desconsuelo y habla con elPsicoerapeua del Comporamieno. La animada voz que te atenderá al otro lado de la línea no será nunca la misma, pero siempre usará anécdotas triviales que te harán pensar en viejos traumas y que harán sangrar de nuevo viejas heridas. Hablar con el alegre Psicoterapeuta del Comportamiento te hará enfrentarte a tu pasado y te dejará hecho una hamburguesa emocional a base de tantos recuerdos. Vas a sentirlo como si acabara de suceder: desde aquel perro que te atropellaron cuando tenías nueve años, a la impotencia y malestar que sufriste cuando tu pareja te dejó, pasando por aquella llamada que recibiste a las 3 de la mañana diciéndote que tu padre había tenido un ataque al corazón. Si eres capaz de soportar la amable voz del Psicoterapeuta, podrás recobrar un dado de Disciplina y dos espuestas. (Dolor 9)
El terapeuta sexual Él, ella o ello: el Terapeua Sexual es omnisexual cuando se trata de la libido. Te va a follar hasta que pierdas la cabeza, y cuando acabes exhausto, vacío por arriba y por abajo, se pondrá a hurgar en tu cerebelo y a oler tu bulbo raquídeo. Un toque en una de las arrugas de tu materia gris desencadenará oleadas de recuerdos: lujuria, sexo, dolor, placer, sensaciones profundamente ísicas. El sabor del primer trozo de tarta. El olor de tu amante después de una noche juntos. La lluvia en tu cara. El caótico traqueteo de una moto derrapando y arrastrándote por el asfalto como un pelele. Lo que el Terapeuta Sexual va a hacer es enfrentarte con la mentira que supone la dualidad cuerpo-mente. Él/Ella te muestra tu carne y sus sensaciones, y después te enseña el trozo de carne con el que piensas, el trozo que te ha engañado para que creas que es tu conciencia. Tú eres carne, estás hecho de células y nada más. Nada de alma. Nada de mente. Solo química y física. Si sobrevives a este ataque existencialista podrás recuperar dos dados perdidos de Disciplina y todas tus espuestas. (Dolor 12)
Cómo recuperar la cordura.. de forma literal La cordura como un objeto alegórico, buscado, disputado, encontrado En la sección anterior hablamos de “comprar Disciplina”, pero ¿y si pudieras hacerlo literalmente? En el Extraño Bazar se puede comprar cualquier cosa, ¿no? Imagínate que tu cordura es algo físico, y después imagínate que se te olvida... en algún sitio. Si encuentras el puesto adecuado y acuerdas un precio que puedas permitirte, podrías recuperar los dados de Disciplinas que perdiste, pero tienes cero posibilidades de que eso haga que tu vida sea mejor. También está la opción de hacer un pacto diabólico con algún terrible ser. Algunas Pesadillas (y otras criaturas más raras aún) tienen el poder de devolverte tu cordura a cambio de un avor uturo sin especificar.Y hasta que pagues el precio, podrán volver a quitarte esa Disciplina en cualquier momento. Desafíalos y volverás a caer en la Locura. Los más taimados esperarán a que ganes otro dado de Locura Permanente antes de dejar de ayudarte. También podría ser algo menos “mercantil”, como realizar alguna misión. Si optas por esta vía, la búsqueda de tu cordura perdida se convertirá en la historia: vas a someterte a un juicio psicosurrealista de tu personalidad, una prueba de fuego. Mata al dragón, asesina al presidente, salva el viejo roble... en la tierra salvaje más allá de la Ciudad, donde tus pasos te llevarán a visitar lugares hechos de la materia con la que se fabrican los sueños. Pero recuerda: si le cortas la cabeza al Caballero Verde para recobrar la cordura, regresará en un año para cortarte la tuya.
Romper la superficie Recuperarte de la Locura Permanente ecuperarte de la Locura Permanente significa que has mirado en el abismo y que has conseguido apartarte, aterrorizado, pero básicamente ileso. Ya no tienes dados de Locura Permanente, pero sí un rastro de algo en tu mirada. Las Pesadillas lo notan, notan que has derrotado a la Locura, y muchas de ellas se cagan de miedo cuando te ven. Puede que eso no afecte a lo que intentan hacerte, pero te dará algo de ventaja contra ellas, y podrás pavonearte describiendo el miedo que sienten, algo que los demás Despertados no pueden hacer. No es gran cosa, pero siempre tendrás esa opción: mirar al mal a los ojos y hacer que sea él quien aparte la mirada.
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Tú estás bien si yo estoy bien
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