CAMINANTES DEL ARCOIRIS EL RETORNO DE WIRAKOCHA Y LAS FALACIAS FALACIAS DEL DESARROLL DESARROLLO O
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CAMINANTES DEL ARCOIRIS EL RETORNO DE WIRAKOCHA Y LAS FALACIAS FALACIAS DEL DESARROLL DESARROLLO O
Atawallpa M. Oviedo
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CAMINANTES DEL ARCOIRIS EL RETORNO DE WIRAKOCHA Y LAS FALACIAS FALACIAS DEL DESARROLLO Atawallpa M. Oviedo Oviedo INSTITUTO DE ESTUDIOS ANDINOS “PACHAMAMA” “PACHAMAMA” 00593- 99110992
Site: www.tuwamari.com www.tuwamari.com e-mail:
[email protected] 2da. Edición:
Ediciones ABYA-YALA ABYA-YALA Quito-Ecuador
Diagramación y diseño: Impresión:
Abya-Yala Quito-Ecuador
Fotograf í ías a s de portada: ISBN 13:
Ediciones Abya-Yala
Tomadas de internet. Autores desconocidos
978-9978-45-759-7 978-9978-45-759-7
Todos los derechos reservados Impreso en Quito-Ecuador, mayo 2008 Décimo Pachakutik.
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"Sean fecundos y multiplí quense, quense, y llenen la tierra y sométanla, dominen a los pescados y a los pá jaros en el cielo y a todo animal que se arrastre por la tierra." Génesis 1, 28
“Yo Galileo Galilei, abandono la falsa opinión que el Sol es el centro del universo y está inmóvil. Abjuro, maldigo y detesto los dichos errores”. Mientras murmuraba para sus adentros: “E pur si muove”: Y sin embargo se mueve. Y sin embargo, la Tierra se mueve alrededor del Sol. 15 de febrero de 1616
No sé, pero nuestro modo de vida es diferente al de ustedes. La sola vista de sus ciudades apena los ojos del Piel Roja. Pero quizás sea porque el Piel Roja es un salvaje y no comprende nada. No existe un lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ni hay un sitio donde escuchar como se abren las hojas de los árboles en primavera o como aletean los insectos. Pero quizás también esto debe ser porque soy un salvaje que no comprende nada. Palabras atribuidas al Jefe Seatle
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“La Tribu del Arcoí ris: ris: Cuando la Tierra haya sido devastada y los animales mueran, una nueva tribu vendrá sobre la tierra con muchos colores de fe, y por sus acciones y rituales harán que la tierra sea aun más verde. Ellos serán conocidos como Los Guerreros del Arcoí ris." ris." Antigua Profecí a Amerindia
“Las enseñanzas son para todos, no solo para los indí genas. genas. La gente blanca nunca quiso aprender antes. Pensaban que éramos salvajes. Ahora tienen un entendimiento diferente, ellos si quieren aprender. Todos somos hijos del Espí ritu. ritu. La Tradición está abierta para todo aquel que quiera aprender” Don José Matusuwa, HUICHOL
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A Yana Isabelle y Tupaq, compañeros entrañables de viaje
Agradecimientos:
Al Inti y el Wakakue, los maestros en mi camino. A mis maestros, protectores, aliados que me acompañan. A Diego Velasco, Aymará Falcón, Isabelle Auray por sus comentarios y correcciones.
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ESCUELA INDIGENA DE LAS ARTES PRIMERA BIENAL INTERCONTINENTAL DEL ARTE INDIGENA NOTIFICACIONES DEL JURADO CALIFICADOR RESULTADOS DEL CONCURSO Y PREMIO MUNDIAL INTI-NAN - EL CAMINO DEL SOL PREMIO MUNDIAL A LO MAS DESTACADO DEL PENSAMIENTO, EL ARTE Y LA CULTURA INDIGENA Versión-ECUADOR 2006 GANADORES DE LA BIENAL - DIVERSAS MODALIDADES Varios Nominados PRIMERA MENCION AL MERITO ARTISTICO Varios Nominados y Atawallpa M. Oviedo Filosof í ía, a , Religiosidad y Cosmogon í a MIEMBROS PRINCIPALES DEL JURADO CALIFICADOR DR. LUIS MACAS AMBULUDI Presidente de la CONAIE (Confederaci ón de las Nacionalidades Ind í genas genas del Ecuador) DR. FERNANDO SARANGO H Rector de la Universidad Intercultural "Amawta Wasi" LCDA. ALICIA VACACELA Directora (E) Instituto Cient í fico fico de Culturas Ind í genas genas ICCI
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SR. JORGE IVAN CEVALLOS Director Ejecutivo Ejecutivo de la Escuela Ind í gena gena de las Artes CURADORES DE LA OBRA Carlos Michelena Actor y Pintor Dolores Ochoa Rodr í guez guez Fotógrafa
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Con el permiso de Kontixi Wirakocha Pachayachachik Pachayachachik la !ran "spiral de la Conciencia #n$inita% Con el sost&n de todos los seres esp'rit(s entidades y elementales% Con la )ene*olencia de los 7 caminos% Con la +('a de todos los ancianos de todas las c(lt(ras% Con la )endici,n de todos los -aestros% Con la )ondad de todos mis protectores aliados y )ene$actores% Con el apoyo de la tierra .(e me *io nacer% Con la compa/'a de mi $amilia espirit(al y san+('nea% Con el amor de la m(0er .(e marcha conmi+o% Con la esperana de mis hi0os y so)rinos .(e se+(irn el camino del arco'ris presento a la *ida y a (stedes ami+os lectores lectores este li)ro .(e yo lle*o en mi san+re y .(e aspira a acariciar de al+(na manera s( cora,n%
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INTRODUCCION
En los Andes, como en todo el mundo, existieron Ordenes Secretas por razones de protección y buen uso del conocimiento. Una de esas Órdenes era aquella de los Wakakue, quienes conocan los secretos de la transmutación ener!"tica y de la conciencia superior, a tra#"s de la ener!a #ibratoria y de la luz. $os conquistadores y particularmente la i!lesia católica persi!uieron y exterminaron a los sacerdotes y %ombres de sabidura de Am"rica. En conocimiento de que as sucedera, los Wakakue !uardaron su conocimiento y sabidura en el #ientre de la tierra y en el corazón del sol, para que lue!o de &'' a(os se acti#aran y se despertaran nue#amente. nue#amente. Ata)allpa *. O#iedo lue!o de una experiencia #ibrante y especial con la aya)aska, entró en relación con esas +uerzas, ener!as y conciencias luminosas las cuales le +ueron !uiando durante a(os, por distintas #i#encias, encuentros, encuentros, sue(os, trances, percepciones en las que le +ueron conando al!unos de esos secretos. /oy comparte esas experiencias y esos saberes, con quienes est"n listos a se!uir descubriendo m0s misterios del 1amino del Arcoris, el camino de unión entre el 2adre Sol y la *adre 3ierra, de la armona entre la luz y la oscuridad continuando 11
as la !ran ruta de retorno retorno a los or!enes.
DEDICATORIA
Este libro est0 dedicado a todos los pueblos ori!inarios de Am"rica, pero particularmente a los pueblos andinos, sintetizados principalmente en los lina4es de los 5nkas, S%yris y 3i)anakus, quienes se proclamaron /i4os del Sol. 1oncomitantemente, es un reconocimiento a todos los 2ueblos y Ordenes Solares de la 3ierra que %an existido y si!uen existiendo, con plena consciencia de que somos seres de luz. As lo comprendieron los e!ipcios, e!ipcios, celtas, celtas, +enicios, +enicios, c%inos, %ind6es, !recos, mayas, aztecas, %opis, %opis, zul6s, etc. 7e a% su relación ntima y estrec%a con el sol, la luna, las estrellas y dem0s seres del cosmos, y de este planeta en particular. 2or m0s de &' ''' a(os los seres %umanos se sintieron unidos a la naturaleza, concibi"ndose como parte de una !ran +amilia cósmica. Saban que eran +ue!o, tierra, aire, a!ua. Entendan que 7ios estaba expresado y mani+estado en las miles de presentaciones que existan en la #ida. 3enan conciencia de que todo estaba unido e interrelacionado, y que el 8ran Espritu no poda estar separado de s mismo, de su creación, de su mani+estación en cada +orma de #ida. Se #i#a en 12
esa estrec%a relación con la naturaleza, desde las +ormas m0s equilibradas %asta las +ormas m0s extremas, pero siempre en comunión con lo que le rodeaba, con lo inminente, lo concreto. /asta que sur!ió la idea de la separación y 4erarquización 4erarquización de la #ida, con el aparecimiento aparecimiento de la +e do!m0tica, la secularización de las creencias, y las interpretaciones sectarias sobre la #ida. A% sur!ió dios como un ente separado de la creación, un dios con cualidades y caractersticas sobrenaturales, un dios particular y exclusi#o, un dios a ima!en y seme4anza solo del %ombre, ni siquiera de la mu4er. 1risto, *a%oma, 9uda, 1on+ucio, $ao 3se, que se!uan el camino de la naturaleza, de lo creado, de lo sa!rado, +ueron +ueron utilizados por +alsos se!uidores se!uidores para con#ertir sus pensamientos en 4erarquas 4erarquas eclesi0sticas, eclesi0sticas, en sistemas ortodox ortodoxos os de poder, en curias detentadoras de la 6nica #erdad. $a sabidura de los *aestros, terminó de+ormada tras un poder reli!ioso, el cual lue!o se con#ertira en un poder poltico y económico, como parte del Estado autoritario e inquisidor que se +ue con!urando re!ente %asta nuestros das. *as, despu"s de :''' a(os de oscuridad, re!resa nue#amente la luz. 7espu"s de este aprendiza4e #iolento y duro, re!resamos nue#amente al camino del corazón. ;eaprendemos otra #ez, que no somos %i4os del pecado de Ad0n y E#a, E #a, sino %i4os del amor de la luz del 2adre Sol y de la ternura nutriti#a de la *adre 3ierra. $o +ruct+ero de este perodo doloroso es que %oy renacemos en un nue#o estadio, con una conciencia m0s clara, 13
con m0s %umildad y respeto para quienes sostienen nuestra #ida< la *adre =aturaleza y 1ósmica >7ios?. Esa %a sido la ense(anza de la #ida y se!uramente era necesario que pas0ramos por este perodo, de conocer el lado m0s +eo y terrible del ser %umano para que renazcamos en equilibrio, conociendo los : lados de la #ida. Es el tiempo del retorno a un nue#o y di+erente estado de complementariedad, de correspondencia, de reciprocidad. Es un di+erente retorno a estar culturas, es decir, pueblos que culti#an la ciencia, el arte, la tecnolo!a. Es el llamado a poner n a la @ci#ilización, al desarrollo, a la reli!ión, a las i!lesias, a los !ur6s, a la caridad, y toda +orma de expresión del poder 6nico, aut0rquico, autonómico, dominador y excluyente. Es el tiempo de la sincrona entre lo masculino y +emenino, del respeto a toda +orma de #ida, de la aceptación y con#i#encia en paz entre todas las expresiones culturales de la %umanidad. A eso apunta este libro, a retomar los !randes conocimientos conocimientos de las !randes culturas del sol en la tierra, de aquellos pueblos que !erminaron a un ni#el superior y que debieron de4arse dormir, para re!resar m0s +uertes y m0s a(e4os en conocimiento y sabidura para !uiar este =ue#o 3iempo. 3iempo. Son nuestros nuestros abuelos que que re!resan, re!resan, son los %i4os del sol que renacen una #ez m0s. Somos nosotros, los abuelos, los /i4os del Sol que estamos otra #ez aqu. /emos re!resado re!resado los 1aminantes del Arcoris, BCaoB.
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PREFACIO PREFACIO A LA EDICION EN ESPAÑOL ESPAÑOL
3odos %ablan del 3odos del e+ecto in#ernader in#ernadero, o, del cambio clim0tico y de las posibles soluciones. $a mayora plantea que b0sicamente %ay que reducir la emisión de !ases para e#itar una !ran cat0stro+e natural. 2ero para los pueblos de tradición, el asunto #a muc%o m0s all0 no solo en re+erencia al cambio clim0tico sino a la #ida %umana y natural en su con4unto. 2ara ellos, el punto central est0 en la #isión o concepción sobre la #ida que tienen unos y otros pueblos. Es decir, en la +orma de relación que tienen los seres %umanos consi!o mismo y con la naturaleza. Existiendo b0sicamente dos posiciones opuestas< una, que mane4a una concepción de separación, exclusión, 4erarquización 4erarquización y otra, una una #isión de inclusión, unión y armonización entre todo lo existente. En estos 6ltimos D''' a(os se impuso el modelo de desarrollo< pro!resista, unicista, materialista. El cual tiene su ori!en, por un lado en el *edio Oriente, entre los pueblos semitas cuando proclamaron a tra#"s de *ois"s y sus ' mandamientos, la idea del dios 6nico, omnipotente, que esta a+uera y mas all0 del cosmos, del dios antropomor+o, del dios absoluto creador de los %ombres, de la naturaleza y del cosmos. Esto desencadenara la pro!resi#a desacralización de la naturaleza, y la separación del %ombre de la naturaleza. 3odo lo cual condu4o a la concentración del poder poltico y económico 15
en las "lites reli!iosas y culturales dominantes, que decan ser los representantes de 7ios en la 3ierra 3ierra lo cual no %a %a cambiado %asta el el da de %oy %oy. 2aralelamente en 8recia, sur!a la concepción de la propiedad pri#ada y la #isión de la in+erioridad de la naturaleza con respecto al %ombre, que seran el terreno +"rtil para que se implantaran las reli!iones monotestas y las monarquas. Sócrates y 2latón +ueron los primeros en con#ertir a la naturaleza en un simple ob4eto desanimado y bruto, declarando as la in+erioridad de la naturaleza y el derec%o a dominarla, conquistarla y #enderla para el bienestar del %ombre. $ue!o 7escartes dara otro !ran puntillazo separatista, al mani+estar la di+erencia dual entre su4eto y ob4eto, ante lo cual la naturaleza es solo un ente mec0nico y cuanticable lo que %a conducido al monólo!o indi#idualista que #i#e el actual %ombre moderno. El !olpe nal lo dio *arx, cuando planteó que el problema %umano es la propiedad sobre los medios de producción y su concepción materialista sobre la #ida, es decir, la naturaleza es un medio para el %ombre, pues solo el traba4o tiene #alor. $a naturaleza es solo un producto, sin espritu ni conciencia, el cual solo %ay que distribuir adecuadamente. 3odo esto si!nicó, 3odo si!nicó, el aniquilamiento aniquilamiento total de la #isión inte!radora y %olstica, que por milenios !uió la #ida de los pueblos sobre la tierra, para imponerse una #isión di#isionista y exclusi#ista, donde el %ombre es el centro, amo y se(or de todo cuanto %ay en la tierra instaur0ndose desde a% el patriarcalismo patriarcalismo y el escla#ismo %asta nuestros nuestros 16
das. F a este modelo de #ida, se llama pomposamente< @ci#ilización, @adelanto, @pro!reso, @modernismo, @desarrollo que %a lle#ado al uso y abuso de la naturaleza, y de aquellos seres %umanos que deben explotar al m0ximo los recursos naturales para benecio de los m0s inteli!entes, suspicaces suspicaces y astutos de la raza %umana. $a llamada @ci#ilización es la clara expresión de oposición a la cultura, sistema social que estaba li!ado a la naturaleza, a lo #i#iente, y que se!ua la din0mica del cosmos, y se mo#a al ritmo de las leyes de la creación. Esto nos lle#a a la conclusión, que el problema %umano no est0 en la i!ual o desi!ual distribución de la riqueza, o en los modelos de desarrollo económico o crecimiento, sino b0sicamente en la #isión de relación que "ste tiene sobre s mismo y la naturaleza. Es decir, si el ser %umano se puede sentir inte!rado, interrelacionado e interdependiente con todo. Si el %ombre puede respetar a la naturaleza y por ende respetar a los seres %umanos, con sus di+erencias culturales y espirituales. Si el %ombre puede de4ar de creer que es %i4o del pecado ori!inal y de que no +ue traicionado por la mu4er >manzanaGdiablo?, >manzanaGdiablo?, ni expulsado del paraso >madre tierra?. Si el %ombre puede #ol#er a una #isión sa!rada de la #ida, que implica una #isión de reciprocidad, de correspondencia, de cooperación entre todo y todos. Es decir, si podemos sentirnos y #i#ir como una !ran +amilia planetaria, donde nuestros padres primarios son el sol y la tierra, los cuales sostienen y mantienen nuestra #ida y a los cuales debemos cuidado, %onor, celebración, retribución. 17
3odo esto implica 3odo implica un modelo modelo de #ida +undamentado en los principios de relacionalidad y de complementariedad, y no en los principios de oposición anta!ónica y de @luc%a de contarios entre el bien y el mal, o de clases, que %an diri!ido al *edio Oriente desde %ace D''' a(os, a occidente desde %ace :''' a(os, y a todo el mundo desde %ace &'' a(os. $a otra #isión de la #ida< la de armona entre los opuestos, y de la conciliación entre lo di+erente, lo si!uen #i#iendo desde mas de H'.''' a(os %asta el da de %oy, los pueblos y personas de tradición, aunque son solo unos pocos, los que toda#a subsisten. $os %ombres y mu4eres de sabidura de tradición dicen que la 6nica oportunidad de sobre#i#encia de esta %umanidad, no radica en reducir los !ases de in#ernadero sino en reducir y eliminar los !ases desarrollistas, desarrollistas, consumistas, ob4eti#istas, e!ocentristas de las sociedades me!alómanas y monomanacas. $os abuelos de tradición dicen que la naturaleza es sabia y que est0 reaccionado inteli!entemente ante los atropellos de la que #iene siendo ob4eto. 7icen que la 2ac%amama est0 amorosamente amorosamente llamando la atención de sus %i4os @malcriados, y que el 2adre Sol est0 en#iando las se(ales para que el %ombre l6cido retorne al orden natural. Aqu est0n sus !uas<
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INTI ÑAN EL CAMINO AL SOL
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En abri abrill del del 2001 2001,, alre alrede dedo dorr de cinc cincue uent ntaa pers person onas as subimos a un bus en Quito, el cual nos llevar í a rumbo a Tarapoa, situado en la Amazon í a de lo que hoy se conoce como el paí s del Ecuador. La mayor í a de los peregrinos éramos personas que indagábamos dentro de los Senderos del Camino Espiritual de los Andes, e í bamos bamos con la intenci ón de encontrarnos con los hermanos de la selva, de quienes esper ábamos nutrirnos de su conocimiento milenario sobre las plantas y su uso m ágico-ritual. Descendimos del fr í o templado hacia el calor h úmedo de una selva tupida y deslumbrante, coloreada de la m ás infinita variedad de verdes, de todas las dimensiones y formas. En el trayecto tuvimos la compa ñí a de los c ánticos de los guardianes milenarios de la jungla, los que nos dieron la bienvenida y alistaron nuestro esp í ritu ritu para entrar en la danza de sus secretos. Una vez arribados y en un sensible acto, pedimos permiso a los Señores del Cosmos y a los de ese lugar en particular, para en humildad integrar las ense ñanzas que nos deparara la Madre Selva. Al dí a siguiente despertamos preparados para comenzar nuestro aprendizaje, aprendizaje, los mismos que darí an an inicio con la abuelita Ayawaska, de quien recibir í amos amos las primeras lecciones sobre los conocimientos milenarios de la Amazonia. Nuestro primer ejercicio consisti ó en ir a buscar las lianas de la planta de poder. Personalmente ya habí a tenido mi encuentro con las lianas y con el m ágico brebaje mas, desconoc í a la forma del árbol, motivo por el cual me sent í a entusiasta de poder participar de ese reconocimiento. La primera vez que tuve mi experiencia con las plantas m ágicas fue realmente algo sublime. La ceremonia fue realizada por Hilario, un uwishin o shaman del pueblo Shwar, con quien me iniciar í a en los secretos de la medicina del Ayawaska. Casi inmediatamente de ingerir y despu és de beber más de un litro de una infusión de plantas desconocidas para m í , y de vomitar todo, comenc é a ver im ágenes plenas de colores y formas que, aunque abrí a y cerraba los ojos, no desaparec í an. an.
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Vi las m ás variadas coloraturas e incluso, casi podr í a afirmar que algunas de ellas jam ás habí an an sido siquiera miradas por mis ojos terrestres. Las horas pasaban y no me cansaba de disfrutar esa maravilla reci én develada, no querí a que ese éxtasis terminara jamás. Estaba en la galer í a de los más grandes pintores del universo, era la mano de la Gran Eternidad que hab í a pintado las formas m ás inverosí miles, miles, con la combinaci ón de colores que pintor humano jamás lo habí a logrado. Si es que hab í a un paraí so, so, ese mundo de colores y formas deb í a serlo. No pod í a existir otro, era imposible. Me habí a sentido el hombre m ás feliz del mundo, y atr ás habí a quedado el temor con el que di el primer sorbo de la amarga bebida. Antes de ello, hab í a escuchado infinitos comentarios sobre la ingesta del cocimiento, lo que me hab í a generado cierta turbaci ón y recelo. Pero era todo lo contrario, para mi todo aquello estaba te ñido de un profundo disfrute, de amor pleno y una grata sensación de estar en la esencia sublime de la vida. Esta experiencia me abrir í a posteriormente otras puertas con otras plantas, como el Peyote, el Tabaco y la Wachuma, este último también llamado San Pedro o Aguakolla. No tuve con ellas las mismas visiones y sensaciones, aunque me permitieron conocer lo que es la Uni ón y el Amor Total. S é que existen y es una aspiración a vivirlo siempre, pero sin el anzuelo de las plantas. Quizás siendo ese el desaf í o, o, el saber que existe ése estado de conciencia total y de que podemos vivirlo en cada instante de nues nuestr traa vida vida.. Pero Pero,, ¿cómo hace hacerr para para esta estarr en ese esta estado do permanente?; aquel era el gran secreto a descubrir y a enraizar en todo nuestro ser. Recuerdo una ceremonia en particular con el peyotito, bajo la gu í a de Tekpankalli un hombre originario de aquellos pueblos que hoy se conocen como M éxico. Aquella ocasión pude ver la Totalidad, me sent í ligado ligado a todos los elementos y cosas, no hab í a diferencia, éramos lo mismo. Pude sentir claramente que tení amos amos la misma constituci ón, que una misma energí a recorrí a por todos los seres de la creaci ón, y comprendí al al infinito en toda su existencia. Las ense ñanzas de este hombre también serian importantes para mi camino, luces
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que alumbrarí an an mi florecimiento espiritual. Sin embargo, la vida me dio a probar de otros exquisitos festines, sin que yo bebiera algo especial. Fueron aquellos momentos, cuando pude entregarme en agradecimiento inocente a la vida, la que me correspondí a de esa forma. Le tengo un especial cariño a los regalos que me ofrendara Saksaywaman, en el Valle Sagrado del Cuzco. Ese sentimiento sentimiento particular, ocurri ó en un estado de profundo regocijo a cuanto hab í a vivido en mi primera visita a tierras Inkas. En un momento, me vino el deseo de abrazar a una de las inmensas piedras que constitu í an an el centro sagrado de Saksaywaman y de contarle mi algarab í a por reencontrar a todos esos hermanos del sur. Con ese sentimiento abracé a una de ellas y le habl é de cuán admirado y agradecido estaba por estar en ese lugar y en todos los dem ás sitios que habí a estado: en Bolivia y Per ú. Solo tenia amor para con la vida y lo único como podí a retribuir era acariciando a una de ellas e imprimiendo en su cuerpo mis palabras de amor. Mientras Mientras reposaba reposaba dulcemen dulcemente te sobre sobre ella, ella, sintiendo sintiendo su suave y firme textura, intempestivamente me dijo, “ tengo un regalo para ti”. Incrédulo me hice hacia atr ás para mirar que pasaba y quizás recoger mi regalo, pero no vi nada. “¿ No crees que sea posible? ”, me dijo. Mas confiado continu é la b úsqueda, miré por todas las partes de su gran cuerpo de unos tres metros de ancho por cinco metros de altura, vi que ten í a un pequeño hueco y sentí que que all í estaba. estaba. Se hallaba alto, por lo que me estiré al máximo y penetré mi mano derecha, pero no hab í a nada. En ese momento un hombre pas ó por detrás mí o y me dijo “ más al fondo”. Sin pensarlo, me estir é lo más que pude hasta que sentí algo, algo, que logr é atrapar. Era una peque ña piedra, una piedra piramidal piramidal como las pirámides egipcias, pues terminaba en punta a diferencia de las pir ámides mayas. Era incre í ble, ble, pensaba que estaba delirando, o que era alguna coincidencia, coincidencia, pues no era una piedra con una forma cualquiera, sino piramidal, una de las formas más energéticas y concentradoras que existen. A ños después regresé a buscar el mismo hueco, m ás no lo encontr é.
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Pero eso no ser í a todo, Saksaywaman me ten í a más regalos todaví a. a. Casi al anochecer nos sentamos todos quienes and ábamos bajo la gu í a de Vidal, maestro guardi án de Ollantaytambo, en las gradas que conformaban una pequeña concha acústica a esperar la salida de la Mama Killa, Madre Luna. Nos dijo que éramos afortunados pues est ábamos justamente en luna llena. Contemplaba el horizonte con mi piedra piramidal, y precisamente al fondo se divisaban dos monta ñas de forma piramidal. A los pocos minutos arrib ó la oscuridad y en medio de las dos cimas, sali ó por debajo de ellas el esplendoroso c í rculo rculo platino. Juguetona y dulce, fue saliendo paulatinamente, mostr ándose encantadora e irradiando sensualidad sensualidad y gracia por todo lado. Estaba como nunca la habí a visto antes, arrebatadoramente arrebatadoramente radiante y coquetona, era realmente una madre inspiradora y enso ñadora. Mientras me deleitaba con su figura y sus colores, en un momento el apu o esp í ritu ritu de Saksaywaman, me volvi ó a hablar y me susurró: cierra los ojos . Sin dudarlo lo hice inmediatamente y para mi sorpresa comenc é a ver un poblado con muchas casas que estaban asentadas al filo de una monta ña. Para llegar hasta all í , habí a que atravesar un puente de piedra a manera de un túnel, en cuya entrada y hacia el lado derecho hab í a una inmensa roca que ten í a tallada la figura de un guerrero. Era de noche en ese lugar y todas las casas se ve í an an blancas alumbradas por el suave resplandor de la Madre Platinada. Mi mente racional, busc ó explicación a aquello que estaba viviendo, pues nunca antes me hab í a sucedido algo as í . Creí que algo no estaba funcionando bien, me asust é y abrí los los ojos para verificar qu é pasaba. Me di cuenta que continuaba sentado en el mismo lugar y junto a mis compa ñeros de peregrinaje. Apresuradamente volví a a cerrar los ojos pero lamentablemente ya no puede ver algo m ás de la “ Ciudad de la Luna”, como hoy la llamo. O quiz ás era el Paititi, la ciudad m í tica tica donde está guardada la sabidurí a de los Inkas. No s é en donde existirá o donde estará escondida, quizás en la misma Luna o aqu í en en la Tierra esperando el momento de abrirse para todos. Pero tal vez no sea una buena idea, para que no sea profanada como ha suce-
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dido con Machu Pikchu y tantos otros sitios sagrados. O ser á mejor, para ayudar a despertar a sus hijos olvidados. No lo s é. Así , habí an an pasado diez a ños desde cuando se me abri ó el Camino Espiritual Espiritual Andino, y en el cual hab í a recorrido por diferentes maestros, lugares, experiencias, revelaciones. Hasta ah í habí a participado de innumerables talleres, talleres, ceremonias, rituales, seminarios, viajes, lecturas, y ésta vez me encontraba frente al árbol de ayawaska, continuando de esa manera con mi camino de aprend aprendiz izaje aje,, que era como como mi vida vida se desenv desenvolv olví a hasta aquella época. Era un acucioso estudiante de todo el conocimiento ancestral y particularmente de la sabidur í a de los pueblos andinos, por lo que quer í a saber más y más. Emocionado por las remembranzas y la algarab í a de éstos, mis actuales compa ñeros de ruta, me prepar é emocionalmente para saborear los regalos de la abuelita. Formamos un cí rculo rculo alrededor alrededor de uno de ellos, ellos, entreg ándole ofrendas de tabaco y oraciones al esp í ritu ritu de la planta. De esta manera ped í aamos permiso para usar sus lianas y demand ábamos su compañí a visionaria. Con el atado de lianas nos dirigimos hacia el fuego, en donde una gran olla con agua hirviendo esperaba para cocerlas. En peque ños trozos, mezclando con otras plantas complementarias (chakruna) y, burbujeando por m ás de siete horas, la Medicina quedó lista para ser compartida con todos los hermanos presentes. Llegada la noche nos unimos con otros hermanos del pueblo Siona- Secoya, que eran los guardianes de ese lugar y los depositarios de esa tradici ón; los cuales a su vez tra í an an también su pócima para compartirla. Pero para nuestra sorpresa, no habí a dos preparaciones a ser probadas; hab í a una más que era traí da da por caminantes de Pasto (Colombia), que en Quito se habí an an unido a nuestro grupo. Portaban un preparado hecho con lianas del Putumayo y que ellos nombraban Yag é, tan solo era otra denominación de la misma Ayawaska, este ultimo nombre viene del kichwa (quichua) y quiere decir Soga de la Muerte;
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