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Antimodernidad y trabajo social Gustavo parra
Introducción: El desafío de la reconstrucción histórica La elaboración del presente trabajo es el resultado de un particular recorrido que es necesario destacar. Originalmente nos habíamos propuesto estudiar el desarrollo del movimiento de reconceptualización en Argentina, movimiento que cronológicamente lo ubicamos entre" 19! 19#,ale$pandido por toda Latinoam%rica que le" cupo &rabajo 'ocial argentino ser uno de los pioneros del mismo, (junto a )rasil, *rugua" " +hile(, llevando adelante una renovación proesional tanto a nivel teórico como en su inserción pr-ctica. n el camino metodológico de reconstrucción histórica, uimos descubriendo serias diicultades para nuestro emprendimiento. l estado del arte sobre esta tem-tica presenta, entre otras, las siguientes características/ escasa producción teórica que ubique la proesión en Argentina inserta en las relaciones sociales del modo de producción capitalista " que realice un an-lisis crítico de sus matrimonios " divorcios con las dierentes matrices teóricas de las +iencias 'ociales, escasa producción de bibliograía que se detenga a analizar la historia del &rabajo 'ocial argentino desde una perspectiva quepolíticos " considere( los determinantes económicos, sociales en los cuales surgió " se desarrolló la proesión0 escasa inormación sobre los espacios proesionales donde se insertaron los trabajadores sociales a lo largo del desarrollo de la proesión0 escasa o ine$istente inormación cuantitativa en
relación al nmero de escuelas, tipo de dependencia " egresados. 2or ltimo, podíamos recurrir parcialmente a investigaciones realizadas desde una perspectiva crítica e histórica en otros países de Latinoam%rica, utilizando su m%todo de abordaje " de an-lisis pero debiendo considerar las particularidades del caso Argentino. s en esterasgos sentido, al intentar reconstruir principales de que la proesión previos a la los reconceptualización, nos deparamos con perspectivas de an-lisis " producciones teóricas que poco nos permitían aprehender la din-mica histórica " social en la cual surgió " se e$pandió la proesión en Argentina. 2or un lado, los estudios sobre la proesión en el país han priorizado el an-lisis instrumental de la misma, se3alando especialmente el car-cter 4au$iliar5 " 4subsidiario5 con relación a otras disciplinas 6derecho, medicina, sociología, etc.7. 2or otro lado, e$isten vacíos de inormación, (tanto a nivel de an-lisis teórico como de datos estadísticos(, no siempre de -cil acceso, ni de -cil resolución. 8ue de este modo que aquello que sólo tenía la intención de ser una breve reerencia al proceso histórico previo al período 19!(19#, se transormó en el centro de nuestro an-lisis. Allí se presentaba nuestro desaío, la reconstrucción histórica de los orígenes y la expansión del Trabajo ocial argentino! no en cuanto una mera cronología enunciativa sino como proceso social e histórico construido en la compleja trama de las relaciones sociales, políticas, económicas " culturales.
esde esta perspectiva, cobraba vigor la dimensión política de nuestro estudio. $aminando por un lado, el actual conte$to nacional e internacional, marcado por procesos de globalización, neoliberalismo " políticas de ajuste, (generando un considerable aumento de la pobreza ", sobre todo, del enómeno de e$clusión social(0 " por otro lado, que el &rabajo 'ocial como proesión, es"e$presión de diversos pro"ectos sociopolíticos, consecuentemente, produciendo diversas pr-cticas ante los procesos sociales0 creemos que aquellos proesionales comprometidos con los sectores populares, debemos tener la capacidad teórica " pr-ctica de buscar caminos singulares que nos permitan superar pr-cticas cristalizadas, rutinarias " burocratizadas. +aracterísticas estas que parecen atravesar las pr-cticas proesionales " el ideario del colectivo proesional, marcado en muchos casos por una 4inacción5 preocupante. esde esta posición consideramos que desentra3ar el complejo tejido de relaciones en tomo a las cuales se institucionalizó la proesión en el país " su posterior desarrollo puede brindarnos elementos para una comprensión m-s acabada sobre qu% es el &rabajo 'ocial en la Argentina de inque de siglo. 8ue entonces nos propusimos realizar una reconstrucción de los principales rasgos de la trayectoria histórica de la profesión en Argentina. :econstruir la historia del &rabajo 'ocial argentino nos colocó ante el desaío de superar un conjunto de echas " acontecimientos desconectados
entre sí " descubrir, desentra3ar en ese pasado, las determinaciones históricas, sociales, económicas " políticas que le dieron srcen. n un primer momento, la perspectiva de ;alter )enjamín sobre la historia, nos brindó elementos orientadores para nuestro trabajo.
un 4nosotros5, al mismo tiempo que su pensamiento hace reerencia a esta totalidad >. s de este modo que a trav%s de la reconstrucción histórica de la proesión, intentamos rescatar la memoria del colectivo proesional, la memoria de ese 4nosotros5, trabajadores sociales. Así se encontraba planteada nuestra tarea, no un mero contemplar pasivo del pasado, no di-logo, una simple descripción de hechos aislados, sino un un encuentro, una e$periencia que permitiera recuperar todo el dinamismo, toda la potencialidad, todas sus contradicciones " debilidades, en síntesis que nos permitiera llegar a comprender la esencia del surgimiento del &rabajo 'ocial argentino. El desarrollo histórico del Trabajo ocial ?a hemos e$presado que los estudios sobre la proesión en el país presentan serias diicultades para un an-lisis crítico e histórico del &rabajo 'ocial. 2ara que esta airmación no quede como un simple discurso retórico, creemos prudente e$poner " clariicar estas distintas perspectivas, (analizando los límites " posibilidades que estas producciones nos brindan(, adem-s de ampliar nuestra visión de an-lisis con otros estudios realizados sobre el desarrollo histórico &rabajoa'ocial. Ander(gg, "a en del el prólogo la segunda edición de su libro sobre la historia del &rabajo 'ocial en 19#!, se3alaba la necesidad de aclarar que el mismo @sigue siendo un conjunto de notas, apuntes " guía de reerencias para una Bistoria del &rabajo 'ocialC que algn día algn historiador deber- escribir5, para
concluir el mismo diciendo/ 4?, una vez m-s lo reiteramos estas notas son sólo una invitación a que se escriba la Bistoria del &rabajo 'ocial en Am%rica latinaD. @619E!/ ==(=>7 2ero el conjunto de notas " apuntes acabaron en un e$tenso " voluminoso compendio 6m-s de !FF p-ginas en su ltima edición7, donde el autor utilizando concepto de social5 realiza e$haustivaeldescripción de4a"uda sus dierentes ormasuna a lo largo de la historia de la humanidad, partiendo del +ódigo de Bammurabi 6=1FF a.+.7 hasta llegar a nuestros días. La descripción de estas 4protoormas5 le permiten al autor, la e$plicación de la institucionalización " proesionalización del &rabajo 'ocial a ines del siglo GHG e inicios del GG. 2or otro lado, en las 4advertencias al lector5 de su tercera edición, Ander(gg plantea que el 4encuadre general5 que brinda en cada uno de los capítulos es sólo una inormación b-sica para permitir la comprensión del conte$to en que ocurrieron estas dierentes ormas de a"uda social. 2ara inmediatamente agregar/ n relación a toda esto no nos cansamos de repetir " de destacar el siguiente hecho0 las pr-cticas sociales est-n condicionadas por situaciones conte$tales0 mismo tiempo, la situación conte$tual puedealser inluida por las pr-cticas sociales. 6...7 +i3%ndonos al -mbito del &rabajo 'ocial, lo que acontece como consecuencia de su acción, es que %ste puede o no a"udar a transormar una realidad, al mismo tiempo que siempre es transormado por esa realidadD 19E!/197.
l posicionamiento del autor ante la din-mica de la realidad social presenta un eclecticismo irreutable, si bien reconoce que las pr-cticas sociales son condicionadas por el conte$to " que a su vez las primeras inlu"en sobre el mismo, luego hace una apreciación de la realidad como un ente con vida autónoma independiente de los sujetos sociales, cabe pues la pregunta/ Iqui%nes son, en deinitiva, los que constru"en esa realidadJ +oherentemente con esta postura, el autor presenta en cada uno de los capítulos un conjunto de datos sociales, económicos " políticos de cada período, (tarea que a su entender 4"a la han hecho con mucha competencia historiadores, economistas " sociólogos5 619E!/1#7(, junto a los cuales presenta los distintos tipos de 4a"uda social5 " hasta el mismo desarrollo de la proesión, como hechos autónomos e independientes entre sí. &ambi%n el autor, en el prólogo de la segunda edición 619#!7, llama la atención sobre la alta de estudios sobre las protoormas del 'ervicio 'ocial en el conte$to Latinoamericano, al mismo tiempo que critica el 4Kanual del 'ervicio 'ocial5 de alentina Kaidag-n de por casi no tener reerencias a Am%rica Latina. n relación al primer punto, el autor había incluido en dicha edición un capítulo escrito por thel +assineri denominado 4)ienestar 'ocial en Hndom%rica " en Am%rica postcolombina5, donde la autora se detiene principalmente en estudiar las ormas de a"uda social en el imperio incaico. n esta
línea, (" aparentemente respondiendo a esta necesidad de una historia del &rabajo 'ocial Latinoamericano planteada por Ander(gg(, Morge 619E#7 en su historia del &rabajo 'ocial, denomina a la primera parte 42rehistoria del &rabajo 'ocial5 " dedica un capítulo a la asistencia social en Am%rica Latina, en la etapa precolombina " durante la conquista espa3ola. Asimismo este realiza autor, partiendo del concepto de 4asistencia social5, una tra"ectoria similar a la de Ander(gg, ca"endo en el etapismo evolucionista pero presentando un an-lisis interesante sobre las metodologías de la proesión así como datos descriptivos del proceso de proesionalización latinoamericano. +on relación al segundo punto, buena parte del trabajo de Ander(gg se sita en un an-lisis de las protoormas históricas en el transcurso de la humanidad, " especialmente, en el desarrollo de la proesión en uropa " stados *nidos, no dando cuenta tampoco %l de sus reclamos a elementos latinoamericanos.
material, luego integrarlo, m-s tarde interpretarlo.
en nota a pie de p-gina7, del cual en realidad hace un reduccionismo, utilizando sólo las categorías de tesis, antítesis " síntesis, realizando un orzoso encuadramiento del desarrollo de la proesión dentro de este esquema. Al mismo tiempo, plantea su oposición a considerar que las ormas de acción social ha"an evolucionado a lo largoKu" de lapor, historia hasta llegar al actual 'ervicio 'ocial. el contrario considera que estas son 4diversas ormas de acción social, es decir, modos en que la sociedad " la organización social imperante en cada momento, dio 6o intentó dar7 respuestas a las situaciones de necesidad " vulneración 6...7 ? el 'ervicio 'ocial.6o &rabajo 'ocial7 es la ltima " m-s desarrollada orma de acción social que la humanidad ha creadoD 5619#1/1E7 ? lógicamente inicia su an-lisis titulando el capítulo primero 4el 'ervicio 'ocial en eneral5. A lo largo de este capítulo, el autor presenta la evolución del 'ervicio 'ocial europeo " norteamericano en una inescrupulosa sucesión de tesis, antítesis " síntesis. e este modo partiendo de la caridad " la ilantropía, llega a los 2ioneros, a Kar" :ichmond, a la scuela 'ociológica, a la scuela 2sicológica, scuela cl%ctica 62adre )oPers7, a los K%todos adelarupo " +omunidad 6
" salta a Am%rica Latina con el desarrollismo, la eneración del !, el rupo +:O " un nuevo proesional 6denominado ahora trabajador social7 ormado en 4escuelas cambio(resistentes @619#1/1>( >17. n su esquema dial%ctico de la historia del &rabajo 'ocial, )arrei$, (al igual que Ander(gg, si bien con algunas " endivide este punto desconociendo de quiendierencias, es la autoría(, esta evolución del &rabajo 'ocial en tres etapas/ la asistencia social, orientada por el ajuste " ubicando en ella la caridad, la ilantropía " los pioneros de la proesión0 el servicio social, orientado por la Ridea de reorma " ajuste " dentro de %l ubica desde Kar" :ichmond hasta el Ketodologismo As%ptico " la ltima etapa, denominada &rabajo 'ocial, orientada por la transormación " ubicando allí la eneración del ! " el rupo +:O. ?a en el segundo capítulo, denominado 4el 'ervicio 'ocial en Latinoam%rica5, )arrei$ abandona el uso de la tríada dial%ctica, parte de la undación de la escuela r. Alejandro el :ío en +hile " caracteriza el surgimiento de la proesión con unciones para( m%dicas " para(jurídicas, ubic-ndolo en la etapa de asistencia socialhasta ", a su entender, sin presentar modiicaciones ines de la d%cada del !F, cuando la denominada etapa del servicio social, lógicamente norteamericano, llegó a estas latitudes. n ese momento, el autor plantea que va a dejar de lado el an-lisis de Latinoam%rica, (al que consideramos que en ningn momento abordó(, para
centrarse en el caso argentino, @pero dejando constancia de que, con ligeras variantes de orma " de a3os, el proceso ue similar en la ma"oría de nuestros países @619#1/SF7. e ahí en m-s el autor realiza una descripción de la misión de alentina Kaidag-n de *garte en Argentina " analiza la undación del Hnstituto F, 19S17, el Hnstituto de 'ervicio 'ocial 619!9(1997 " la 8ederación de 2roesionales 619#(19#=7.
@Las circunstancias históricas concretas por las que atravesó el país " las condiciones materiales de vida de cada período, ueron modelando ine$orablemente las características " el desarrollo del &rabajo 'ocial. l presente estudio no pretendió abordar de manera cabal, tal perspectiva de an-lisis. 2ero sí procurar establecer, aun balbuceantemente, bases " puntos de partida para concretar posteriormente ese cometido. @6199=/1>97 *na lectura del trabajo de Ala"-n permite concordar con la justiicación que %l mismo presenta, el an-lisis o interpretación de estas instituciones es sumamente acotada. e todos modos es indudable el aporte realizado " el alto valor descriptivo que tiene esta recopilación de datos para abordar el estudio de la proesión en el país. Aparte de estos estudios, e$iste una investigación realizada por stela rassi1> 619E97 centrada en el estudio del papel de la mujer en las políticas sociales argentinas " particularmente en el terreno de la asistencia social, que si bien no tiene como objeto de estudio la proesión especíicamente, brinda considerables reerencias para reconstruir el recorrido histórico de la proesión. K-s all- de sido nuestra poner nos de maniiesto lashaber limitaciones reales intención ante las cuales enrentamos, consideramos pertinente agregar algunas rele$iones sobre los estudios citados. n primer lugar, tanto Ander(gg, )arrei$ como Ala"ón, ueron protagonistas del movimiento de reconceptualización, " de algn modo abrieron un
debate al interior del &rabajo 'ocial latinoamericano " argentino sobre el estudio de la propia proesión. 2or otro lado, sus abordajes realizados desde dierentes posturas teóricas, tambi%n permitieron un tr-nsito entre las +iencias 'ociales " el &rabajo 'ocial. n este sentido, " m-s all- de todas las ragilidades descriptas, es necesario destacar el intento de )arrei$ por acercar el pensamiento mar$ista al &rabajo 'ocial. 2or otro lado, es interesante se3alar que 'ergio Antonio +arlos 6199>7, al estudiar la g%nesis del 'ervicio 'ocial brasile3o, inicia su tesis discutiendo la producción teórica en tomo a la historia del &rabajo 'ocial latinoamericano " particularmente brasile3o, encontrando en este an-lisis algunas perspectivas atra"entes ( coincidiendo con algunas " disintiendo abiertamente con otras(, " que consideramos pertinente presentar. ste autor ubica los estudios "a mencionados de Ander(gg " )arrei$, agregando adem-s los estudios de )oris Lima, 8aleiros " Kojica Kartínez, dentro de los primeros tiempos de la reconceptualización, criticando la manera de ser del &rabajo 'ocial latinoamericano " buscando una orma 4pura5 del quehacer proesional propio de los países latinoamericanos. +arlos considera que @estas críticas hechas a partir de una realidad especíica eran generalizadas para todo el continente, sin tener en cuenta las peculiaridades del &rabajo 'ocial en cada país 5 6199>/1(1E7.
'i bien coincidimos en que muchos de los an-lisis han presentado estas características de generalidad, (tanto Ander(gg como )arrei$ cuando escriben sobre la historia del &rabajo 'ocial tienen en mente la particularidad argentina(, creemos que generalizar sobre estos cinco autores, es justamente no considerar la particularidad de los mismos, es decir sus dierentes posturas " reerencias e todos modos, +arlos presenta cuatro teóricas. características sobre los estudios mencionados, que salvando las dierencias entre los autores " con algn grado de abstracción, permiten comprender con m-s claridad la intencionalidad de los mismos. s así que se3ala que estos estudios tuvieron la intención de/ a7 trazar un an-lisis crítico de la proesión, b7 dicho an-lisis histórico apuntaba a una transormación o superación proesional, " de este modo, c7 al criticar la dependencia del &rabajo 'ocial norteamericano " la institucionalización de la proesión, d7 se buscaba construir un &rabajo 'ocial especíicamente latinoamericano 6199>/=F7. +reemos que estas características se encuentran maniiestas en los an-lisis de Ander(gg " )arrei$ que "a hemos abordado, acerc-ndonos a la intencionalidad de la %poca. Asimismo el estudio Muan Kojica Kartínez presenta una crítica a estosde autores mencionados, justamente por no considerar las relaciones entre la proesión " las co"unturas político(económicas latinoamericanas, siendo su propuesta la de 4ligar la Bistoria del &rabajo 'ocial con la historia social de los procesos económicos de
las clases sociales " de las propias ciencias sociales@ 619##/7. ? en este sentido, con un alto nivel de generalidad, su estudio intenta acercar algunos de los 2rocesos comunes vividos en Am%rica Latina 6conservadurismo, populismo, desarrollismo, etc.7 con el desarrollo de la proesión. 2ero de todos modos podemos coincidir con +arlos que no se puede hablar de un un nivel &rabajo Latinoamericano, salvo en mu"'ocial alto de generalidad, dado que 4se deben considerar las particularidades regionales en t%rminos socio( políticos, económicos " culturales. s preciso comprender la g%nesis " el proceso de estructuración del mismo en cada país56199>/=F7. ?a cuando el autor entra en el caso particular de )rasil, nuevamente realiza dos agrupamientos entre aquellos autores que realizan una historia de tipo global, al estilo de la latinoamericana " sin considerar las particularidades regionales0 " aquellos que han realizado un an-lisis sobre situaciones especíicas tales como ormación, undación de primeras escuelas, pioneros, etc. Al igual que anteriormente, el autor no realiza distinciones al interior de estos grupos, ubicando en el primero, " en un mismo nivel, a los estudios de )albina OttoniKaria ieira, Karilda Hamamoto " :al de +arvalho, Lcia Kartinelli " el abordaje de la historia mundial del &rabajo 'ocial, (segn la clasiicación utilizada por +arlos(, realizada por Mos% 2aulo
escuelas7, :osa Karía 8erreiro 2into 6sobre ormación7, " Ana Augusta Almeida 6sobre el desarrollo del 'ervicio 'ocial en :io de Maneiro7. +onsideramos, (" sin la intención de entrar en una pol%mica en tomo de la historia del 'ervicio 'ocial brasile3o, sobre la cual contamos con conocimientos rudimentarios(, que e$isten dierentes matrices teóricas " de an-lisis dentro de los autores agrupados por +arlos, quien hace tabla rasa de estas dierencias0 a nuestro entender, muchos de los trabajos citados en el primer grupo, lejos de intentar una historia global sobre Latinoam%rica, brindan dierentes elementos de apro$imación a la proesión, con diversos niveles de abstracción " de generalidad, " en muchos de ellos, delimitando claramente su e$tensión. s así que consideramos que el estudio de Hamamoto " +arvalho 619ES7 no sólo brindan elementos undamentales para el an-lisis de la din-mica histórica del 'ervicio 'ocial brasile3o, sino que adem-s se constitu"e en un hito histórico en el desarrollo teórico de la proesión, incorporando en el colectivo proesional latino( americano una perspectiva crítica de an-lisis del &rabajo 'ocial. 2or otro lado, lapor reconstrucción histórica " el a la an-lisis realizada Kartinelli 6199!7 en tomo identidad proesional, adem-s de incorporar esta discusión desde una particular perspectiva al colectivo proesional, realiza aportes sustanciales para comprender " desvendar la tra"ectoria alienante, alienada " alienadora de la pr-ctica proesional
aprisionada en una identidad atribuida, al mismo tiempo que coloca el desaío del movimiento " reconstrucción permanente de la aut%ntica identidad. 2or ltimo, el estudio de
sentido, sugeriría que el recorrido de la proesión en Argentina presentó particularidades que no permitió realizar las relaciones que el autor eecto con los países "a mencionados. :etomando a las consideraciones presentadas por +arlos, creemos acertada su ponderación valorativa de los estudios " an-lisis especíicos " particularizados abordar el recorrido históricoque de la proesión, peropara de modo alguno consideramos por ello se invalide un abordaje m-s amplio o con un ma"or nivel de generalidad o abstracción. Ballamos que el estudio de Karia +armelita ?azbeQ resulta paradigm-tico de este tipo de abordajes. A causa de nuestro desconocimiento de los otros estudios citados por +arlos, nicamente nos centraremos en considerar esta investigación. La autora limita su an-lisis a la scuela de 'ervicio 'ocial de 'an 2ablo en el período 19>(19S!0 es decir, la primera escuela undada " durante el momento de institucionalización " e$pansión de la proesión en el )rasil. s interesante se3alar que si bien ?azbeQ utiliza como reerencia el estudio de Ander(gg 619#!7, " en este sentido tambi%n distinguiendo dierentes ases en la evolución del 'ervicio 'ocial, estas dierentes etapas se encuentran directamente ligadas a la din-mica política, social " económica del )rasil " del propio desarrollo de la proesión. s así que considera la primera ase desde la undación de la escuela en 19> hasta 19S!, in de la dictadura de etulio argas, inluenciada por el pensamiento europeo,
idealista " conesional0 la segunda, de 19S! a 19!E, marcada por la inluencia norteamericana, seguida del período 19!E(19!, con predominio de la inluencia norteamericana desarrollista0 " la ltima ase, desde 19! en adelante, caracterizado por el movimiento de reconceptualización " la bsqueda de un modelo teórico(pr-ctico para la realidad latinoamericana 619##/1(1#7. 'i contraponemos las tres etapas que Ander(gg presenta, encontramos la siguiente división/ la asistencia social, desde 19=!, ( undación de la escuela chilena(, a 19SF0 el servicio social, de 19SF a 19! " el trabajo social a partir de 19! 619E!/=!S7. 2ero este autor no proundiza en la razón de estos períodos, a e$cepción de se3alar que a partir de 19SF se produce una ma"or inluencia norteamericana, (planteando intercambios " becas de estudios en este país(, tesis totalmente opuesta a la planteada por )arrei$, quien plantea que hasta 19! no hubo modiicaciones en el servicio social latinoamericano " que adem-s considerando el conte$to argentino de ese período no se ajustaría a la periodización de Ander(gg. La echa de 19! es compartida por todos los autores como inicio de la reconceptualización. Ku" claramente estudio ?azbeQ, si bien detiene en las otraseltres asesdeplanteadas, "a no se presenta algunos datos signiicativos que justiican la división en estas ases. jemplo de ello es que la autora menciona pasantías " estudios en los stados *nidos de alumnas " proesoras de la scuela de 'an 2ablo durante la d%cada del SF. n Ander(gg, quiz-s
por el grado de generalidad de su trabajo, la undamentación de sus airmaciones aparecen de orma vaga e incompleta. 2or ltimo, queremos se3alar que en la misma línea de investigación de ?azbeQ, si bien con perspectivas dierenciales, se encuentran/ el estudio mencionado de +arlos 6199>7 centrado en comprender la g%nesis "brasile3o el proceso estructuración del servicio 'ocial en de el período doctrinario " el de Alcina Kartins 6199>7 que se detiene en el an-lisis de la institucionalización del 'ervicio 'ocial portugu%s en sus relaciones con las co"unturas sociohistóricas " las corrientes de pensamiento en la sociedad portuguesa, particularizado en la scuela
desde una perspectiva uncionalista, presuponiendo la inevitabilidad del orden capitalista. &odo este camino no ha tenido otra intención que la de particularizar algunas de las rele$iones realizadas para el caso especíico argentino, " en especial, presentar los motivos que nos llevaron a tomar dierentes decisiones en tomo a la investigación. pesar de todo lo" e$puesto, las reerencias deAAla"ón, )arrei$ Ander(ggsia bien las unciones para( m%dicas " para(jurídicas de la proesión poco nos permitían aprehender la din-mica histórica " social en la cual se desarrollaron estas concepciones, constitu"en un dato cierto " de relevancia/ el car-cter residual de la proesión ante otras disciplinas (estigma que hasta ho" debemos enrentar por ser considerados por otros proesionales como pragm-ticos, intervencionistas " hasta ateóricos(, " de una dependencia ma"or del racionalismo higienista que del pensamiento doctrinario católico. sto car-cter t%cnico e instrumental del &rabajo 'ocial se evidencia en la inclusión de la ormación acad%mica dentro de las universidades de Kedicina o erecho, (para el caso de las universidades(,o en la propagación de institutos de nivel terciario que otorgaban unaAdem-s acreditación a nivel t%cnico 6rassi, 199!/=(>7. es indudable que esta visión instrumental del &rabajo 'ocial se encuentra en consonancia con un determinado modelo de sociedad " de desarrollo económico, social " cultural, así como con la dependencia hegemónica del positivismo en sus ormas conservadoras "To uncionalistas.
2or otro lado, queremos remarcar que e$iste una carencia de estudios o an-lisis particularizados sobre mltiples aspectos de la proesión en Argentina, (al estilo de los "a citados en la literatura brasile3a(, " esto unido a una d%bil tradición investigativa de la proesión en Argentina por causas estructurales. +reemos que los siguientes aspectos valen como ejemplo de la necesidad de investigar estas particularidades/ desarrollo histórico de las escuelas de &rabajo 'ocial, especialmente las del interior " los institutos terciarios0 relación entre el &rabajo 'ocial " la Hglesia0 la ormación proesional, tanto estudios sincrónicos como diacrónicos0 las organizaciones de la categoría/ colegios proesionales, ederación de escuelas, ederación de estudiantes0 el car-cter emenino de la proesión, etc. A los eectos de organizar la reconstrucción histórica, los etapismo de Ander(gg o )arrei$, nos daban pocos elementos para abordar esta tarea0 tampoco poseíamos elementos, como los que se3alamos del estudio de ?azbeQ, para delimitar ases o períodos. vitando caer en una periodización inescrupulosa, optamos por se3alar tres momentos 6" anticipar un cuarto7 suicientemente le$ibles " abarcativos, que al mismo tiempo dieran cuenta de la din-mica " las modiicaciones sociales m-s amplias, como de las ocurridas al interior de la proesión.
que esta temporalidad es nica dentro de la particular din-mica social " económica del país, " consecuentemente, particulares relaciones en tomo al bloque hegemónico de poder, las clases sociales, la Hglesia, el movimiento obrero, los partidos políticos, así como en el desarrollo de las políticas sociales, el papel del stado, etc.0 " por lo tanto intentando en todo momento, reerimos a procesos " no meramente a hechos datables.
investigaciones que tienen como objeto de estudio aspectos sociopolíticos del estado a trav%s de las políticas sociales, a los eectos de aprehender la din-mica social, política " económica de Argentina. Adem-s ueron realizadas algunas entrevistas a trabajadores sociales argentinos, que si bien tenían por objetivo proundizar sobre la reconceptualización, momento de permitieron la proesiónapro$imarnos que no abordaremos en este trabajo, nos a la din-mica del país durante la d%cada del F " particularmente a las modiicaciones ocurridas en el trabajo social. ra nuestra intención completar el estudio con algunos datos estadísticos en relación a nmero de escuelas de servicio social, dependencia de las mismas, nmero de proesionales egresados, pero la carencia, casi absoluta, de datos sistematizados o la diícil accesibilidad a los mismos imposibilitó que pudi%ramos hacer reerencia a ellos. Algunos datos signiicativos que hemos podido rescatar, tienen que ver con la cantidad de alumnos, (acotado a algunos a3os " escuelas(, " a la producción teórica en &rabajo 'ocial a partir de la d%cada del !F. e este modo en el primer capítulo denominado 4Bacia una caracterización del &rabajo 'ocial5 procuramos acercarnos a un an-lisis de lacon proesión que considere sus particulares relaciones el pro"ecto de la modernidad " el conservadurismo, así como las relaciones con la cuestión social, el stado " las políticas sociales en el marco del modo de producción capitalista. +onsideraciones %stas que encontramos undamentales tanto como perspectiva
de an-lisis como de posicionamiento teórico " metodológico para apro$imamos al &rabajo 'ocial. A trav%s del recorrido por algunas de los mltiples determinantes de la proesión " de su an-lisis llegamos a desentra3ar el car-cter 4antimoderno5 con el cual surge la proesión. A lo largo del segundo capítulo, 4Antecedentes del &rabajo 'ocial en Argentina5, analizamos principales ormas que la asistencia social las tuvo a lo largo del siglo GHG e inicios del GG, rescatando las dierentes alternativas que se ueron constru"endo como enrentamiento a la cuestión social, con la participación de diversos actores sociales " políticos. e este modo abordamos el an-lisis de la 'ociedad de )eneicencia " de la Asistencia 'ocial 2blica, entendiendo que en la estructuración de esta ltima, participaron dierentes actores sociales " rescatando para nuestro an-lisis el papel jugado por los m%dicos higienistas, el catolicismo social " el movimiento obrero, teniendo en cuenta la din-mica social, económica " política del país durante ese periodo. n el tercer capítulo, 4La Hnstitucionalización del &rabajo 'ocial5, nos detenemos en una apro$imación a la particularidad que presentó este proceso en Argentina. Adem-s de recurrir a la bibliograía e$istente sobre el mismo, avanzamos en el estudio de este proceso en otros países, lo cual nos permitió problematizar el an-lisis cl-sico de la institucionalización. s así que construimos dos matrices generadoras del proceso de
institucionalización de la proesión/ el racionalismo higienista " el conservadurismo católico, estas matrices se encuentran en la g%nesis de la proesión en Am%rica Latina, en una particular relación con los dierentes actores sociales " políticos, " segn el papel hegemónico que estos actores tuvieron en las dierentes co"unturas. sta perspectiva de an-lisis nos permitió avanzar sobre algunas hipótesis de la particularidad argentina. n el ltimo capítulo denominado 4$pansión " esarrollo del &rabajo 'ocial Argentino5 nos abocamos a analizar las características que presentó el enrentamiento a la cuestión social en el país, desde la d%cada del >F hasta los inicios de la d%cada del F. l estudio de este periodo nos permitió analizar las posibilidades que se ueron presentando para el &rabajo 'ocial proesional, así como las modiicaciones sociales " políticas del país. 2artiendo de la creación de las primeras escuelas hasta los inicios del desarrollismo, construimos un an-lisis que sigue de cerca la din-mica política, económica " social del país, signado como momentos de cambios, racturas "To continuidades. ? es así que con este ltimo capítulo dejamos planteadas algunas inquietudes sobre otro momento de la proesión en Argentina, el movimiento de reconceptualización. La complejidad de este movi( miento, su heterogeneidad pero al mismo tiempo su dinamismo e importancia dentro del colectivo proesional argentino " latinoamericano, requiere un abordaje minucioso " proundo, constitu"%ndose de
este modo en el centro de atención de un pró$imo trabajo, necesaria continuidad del presente estudio. Así pues se encontraba planteada nuestra tarea/ superar visiones " perspectivas de an-lisis meramente cronológicas " descubrir el complejo tejido de relaciones en que se dio el surgimiento " desarrollo e a proesión en Argentina. Abrir nuestra mirada nuestro real " proesional verdadero desaío/ construirpara nuestro presente como nico, singular, comprometido con los sectores oprimidos de la sociedad, para eectivamente construir una sociedad justa e igualitaria. "apítulo # ntendemos que el &rabajo 'ocial en cuanto proesión " pr-ctica institucionalizada constitu"e una totalidad histórica " socialmente determinada=F, al mismo tiempo que inscripta en una totalidad m-s amplia que la contiene0 por lo tanto hallamos que el camino para apro$imamos a una caracterización de la proesión es a trav%s del abordaje de algunas de las mltiples determinaciones que la constitu"en. +on ello tambi%n queremos se3alar que no estamos agotando la complejidad de la proesión, " sí, tan sólo seleccionando algunos de los "aspectos quepara a nuestro entender son undamentales esenciales el conocimiento del &rabajo 'ocial en cuanto enómeno histórico " social0 no como un producto acabado, sino en su desarrollo, procesualidad " movimiento. entro de estos determinantes consideramos que abordar la tem-tica del pro"ecto de la modernidad, su
contrapartida en el pensamiento conservador " las relaciones que esto tiene con el &rabajo 'ocial, (un aspecto poco e$plorado por la categoría proesional en Argentina(, puede ser un buen inicio para alcanzar una comprensión m-s amplia de la proesión. Asimismo, en segundo lugar, nos resulta imprescindible apro$imamos a las relaciones entre el &rabajo 'ocial modo de alcanza producción capitalista, dentro del cual"laelproesión su concreticidad pr-ctica " su legitimación política e institucional, particularizando en sus relaciones con el stado, " especialmente, con las políticas sociales. #$#$ %&'E()I'A'! "&)E(*A'+(I%& , T(A-A.& &"IA/ n tiempos dominados por un discurso sobre la posmodemidad, donde todo se presenta como 4relativo5, sin unidad ni totalidad, valorizando el ragmento " lo discontinuo, " adem-s se presagia el in de las ideologías, de la historia, del trabajo, de las grandes teóricas e$plicativas de lo social0 consideramos indispensable " preciso retomar una discusión que aborde la tem-tica de la modernidad, " especialmente analizar las relaciones que podemos establecer con el &rabajo 'ocial. scon decir, Ies qu% el &rabajo tiene algo que que ver la modernidadJ ste es'ocial el interrogante nos guio tanto para proundizar sobre el pro"ecto de la modernidad " analizar su contracara e$presada en el conservadurismo, " de este modo, desentra3ar las cone$iones que la proesión estableció con ambos. #$#$#$ Iluminismo y % odernidad
$isten mltiples abordajes sobre el tema de la modernidad " no es nuestra intención abordarlos a todos, ni mucho menos realizar una síntesis de la problem-tica0 simplemente analizaremos a trav%s de algunos autores rasgos característicos sobre la modernidad que nos permitan construir una primera apro$imación al tema. :ouanet ubica el pro"ecto civilizatorio moderno dentro de un concepto m-s amplio, al cual denomina 4Hluminismo5 " que deine no como una %poca o un movimiento, sino como un 4ens rationis5. +onsidera el Hluminismo una construcción conceptual que abarca dierentes corrientes de ideas que lorecieron en siglo GHH " continan su desarrollo hasta nuestros días, habiendo, tanto la ilustración, el liberalismo " el socialismo, realizado una incorporación selectiva de algunas categorías, llevando adelante la cruzada ilustrada por la emancipación del hombre@6199>/1>7. 'i bien el autor aclara que la idea iluminista es una construcción teórica, a semejanza del 4tipo ideal5 Peberiano, a dierencia de %ste, no sólo tiene una dimensión heurística, que permite el conocimiento de coniguraciones empíricas, sino que tambi%n posee una dimensión pr-ctica, el uso normativo de la idea iluminista que deriva de los históricos " por el cual mantiene su vínculo conhechos la realidad. “Por haberse srcinado en la historia, ese paradigma no es arbitrario; y por ser una constricción ideal, trasciende la historia y escapa al relativismo. ’’ (Rouanet^ 1!"#1$.
:ealizada esta aclaración sobre su signiicado teórico " pr-ctico, el autor presenta las tres categorías principales sobre las que se undamenta la modernidad/ universalidad, individualidad " autonomía0 las cuales son e$aminadas en su uncionamiento en la Hlustración, el Liberalismo " el 'ocialismo, por ser consideradas e$presiones sobresalientes de iluminista. la modernidad. e este modo, constru"e la idea ...la idea iluminista propone e%tender a todos los individuos condiciones concretas de autonom&a en todas las es'eras. n otras palabras, ella es universalista en su amplitud, )atraviesa todos los hombres sin limitaciones de se%o, ra*a, cultura y nación; individuali*ante en su 'ocali*ación, )los su+etos y ob+etos del proceso de civili*ación son individuos y no entidades colectivas); es emancipadora en su intención, )esos seres humanos individuali*ados deben acceder a la plena autonom&a en el triple registro de pensamiento, pol&tica y econom&a. (Rouanet, 1!"!!$.
Así presentadas las tres categorías undamentales de la modernidad es necesario acercamos al signiicado " a las características de cada una de ellas. Al mencionar la universalidad, se reiere @al horizonte de emancipación humana de la@ especi%5 6199>/>S70la universalidad tiene un car-cter transnacional, superador de todas ronteras, nacionalismos acerbados " teniendo como objetiva los intereses de la humanidad como un todo0 al mismo
tiempo tiene un car-cter transcultural, si bien reconoce la variedad de culturas, e$iste una uniormidad dada por la unidad de la naturaleza humana " por lo tanto un car-cter igualitario en relación a se$o, raza o religión, basado en la misma condición humana de los individuos. La segunda categoría que presenta, el individualismo, de losliberadores aspectos m-s importantes de es losuno procesos de la modernidad, signiica pensar el hombre independiente de su comunidad, su cultura, su religión, es reconocer el individuo en sí mismo, con sus derechos intranseribles a la elicidad " la autorrealización .n este punto es necesario aclarar la dierencia del individualismo iluminista del individualismo asocial0 el primero tiene un uerte componente social, " decir que el individuo es social, signiica reconocer que su liberación pasa por un proceso social de individuación, por el cual los individuos salen de sus guetos privativos " se comunican con otros individuos, siendo reconocidos como individuos " conirmados en su individualidad@6199>/>!7. n clara oposición al individualismo asocial donde cada individuo se convierte en sí mismo en el inicio " in de su propia historia. 2or ltimo la categoría de autonomía, la cual debe ser Uue ver con los derechos " la capacidad con el poder eectivo de ejercerlos, no podemos hablar de autonomía si uno de estos aspectos est- ausente. entro de la categoría de autonomía podemos encontrar tres dimensiones/ la intelectual, la política "
la económica. La autonomía intelectual es el ideal K-s irrenunciable del Hluminismo, es la posibilidad del individuo de utilizar la razón autónoma, libre de dogmatismos " tutelas. La autonomía política reconoce en el individuo su libertad civil en el espacio privado " su libertad política en el espacio pblico. La autonomía económica, atiende a la libre participación de los individuos en la esera de tanto la producción, circulación " consumo, es decir, la posibilidad de producir como de consumir bienes " servicios. ncontramos tambi%n en el an-lisis realizado por agleton, conrontando la modernidad a las corrientes posmodernas, elementos que reuerzan la dimensión liberadora del pro"ecto de la modernidad. ste autor plantea que @la universalidad signiica simplemente que, cuando se alcanzan la libertad, la justicia " la elicidad, todo el mundo debe estar presente en el acto5 6199#/1#1(1#=70 remarcando adem-s que no e$iste enrentamiento entre universalidad " dierencia, la universalidad no dilu"e la individualidad " su dierencia, mu" por el contrario, igualdad no signiica igualitarismo sino un trato igualitario basado en la universalidad del g%nero humano " en el reconocimiento de la individualidad " la dierencia como al ser social. stainherente r-pida recorrida por la idea iluminista nos muestra claramente el car-cter emancipador que la misma tiene para el hombre0 la posibilidad de su dominio sobre la naturaleza " su capacidad libertadora ante la sujeción, tanto sea económica, política o intelectual de otros hombres. 2or ser %sta
una construcción conceptual, si bien con un car-cter histórico, no la podemos encontrar en toda su magnitud en ninguna sociedad. 2ero nos resulta sumamente til para aprehender el movimiento de las ideas de la modernidad, al mismo tiempo que su relación con las +iencias 'ociales. n este sentido, la razón dentro del pro"ecto de la modernidad, en cuantopara autonomía intelectual, tiene mltiples implicancias el proceso de emancipación. s a partir de la razón moderna que el hombre logra despojarse de la dependencia " el dogmatismo de concepciones religiosas " que se abren nuevas posibilidades de concebir el mundo. sta racionalidad tiene un marcado car-cter antropoc%ntrico, "a las e$plicaciones no se encuentran atadas a causalidades divinas o metaísicas, es el hombre quien puede dar e$plicaciones de los enómenos naturales " quien a trav%s de este conocimiento puede tambi%n intervenir sobre la naturaleza. l dominio de la naturaleza, (ligado a los descubrimientos de +op%rnico 6s.GH7, alileo 6s.GHH7, la teoría nePtoniana 6s.GHH7, los .avances en la ísica " en la t%cnica, etc.(, permitieron separar hombre dedistintivas, naturaleza,aunque sociedad " naturaleza, como instancias interrelacionadas. sta distinción entre hombre " naturaleza, junto a la superación de una dependencia de 4designios divinos5, permitió el desarrollo de la razón en su car-cter instrumental " operativo, es decir, en cuanto dominio " posibilidad de intervenir sobre la
naturaleza. 2ero al mismo tiempo introdujo la perspectiva de la razón emancipadora, que permite pensar al hombre en su relación con otros hombres en una sociedad regulada. 8ueron estas posibilidades de la razón moderna, las que dieron lugar al surgimiento de la teoría social 6las +iencias 'ociales7 como parte del proceso de autonomía intelectual, económica " política. Ahora bien, las ideas de la modernidad alcanzan concretización empírica ligadas al movimiento de la burguesía. entro de este movimiento debemos dierenciar dos momentos, uno relacionado al car-cter progresista de la burguesía, que abarcaría desde los pensadores renacentistas hasta Begel " otro denominado de la decadencia de la burguesía, unido a un pensamiento conservador que se e$tiende a partir de 1E>F. 8ue la burguesía en su movimiento revolucionario, el portavoz del progreso " la emancipación del hombre, representando los intereses de la totalidad del pueblo, en combate al absolutismo " al eudalismo " ubicando en el centro de la escena la razón moderna, de este modo subordinando la realidad a un sistema de le"es racionales que ueran capaces de ser aprehendidas por el pensamiento. “se car-cter ob+etivamente progresista del capitalismo permit&a a los pensadores ue se colocaban desde el -ngulo de lo nuevo a la comprensión de lo real como s&ntesis de posibilidades y de la realidad como totalidad en constante evolución. /in compromisos con la realidad
inmediata, los pensadores burgueses no limitaban la ra*ón a la clasi'icación de lo e%istente, sino ue a'irmaban su ilimitado poder de aprehensión del mundo en permanente devenir0. (outinho, 123"13$
l pensamiento de la burguesía revolucionaria apuntó a modiicar las relaciones de dominación imperantes en el eudalismo, dando un protagonismo inusitado a la participación del pueblo, todo oscurantismo " dogmatismo, paradesterrando pensar el hombre " sus relaciones, tanto con la naturaleza como con otros hombres, a trav%s del prisma de la razón. +omo nueva clase representante del capitalismo, estuvo presente tanto en los economistas cl-sicos ingleses como en los pensadores del iluminismo ranc%s. 'u lucha contra el oscurantismo eudal " el absolutismo de las monarquías se evidenció en las revoluciones burguesas, adquiriendo su punto supremo en la :evolución 8rancesa de 1#E9. l capitalismo representó una verdadera revolución en el plano económico, social, político " cultural, que se demuestra en las siguientes características/ la destrucción de la división eudal del trabajo, (el capitalismo presupone un 4trabajador libre5(, lo cual signiicó un avance importantísimo en el camino emancipatorio del, hombre/ la del g%nero humano de la subordinación dellibertad poder eudal. 2or otro lado, el desarrollo de la industria, implicó la ruptura con el trabajo artesanal e individual " la generación de un nuevo tipo de cooperación, a partir de la organización del establecimiento abril, así como una integración org-nica en base a la producción " el
mercado, listos cambios posibilitaron pensar la acción humana interviniendo en el proceso de la historia al mismo tiempo que como orma de objetivación social. l capitalismo " el desarrollo del mercado mundial universalizaron las relaciones sociales " permitiere 4comprender lF real a partir de una perspectiva de una humanidad objetivamente uniicada@ 6+outinho, 19#=/ 19(=F7. revolucionaria encuentra en Begel su La burguesía m-$i representante como síntesis de toda la tradición progresista burguesa +outinho 619#=/1S(1!7 resume las categorías undamentales de Begel en tomo a tres ncleos/ el humanismo, por el cual se comprende al hombre como producto de su actividad0 el historicismo concreto, airmando el car-cter ontológico histórico de la realidad, " por lo tanto el progreso del g%nero humano0 " por ltimo, la razón dial%ctica, tan o como una razón objetiva inmanente al desarrollo de la realidad, como de categorías que permiten aprehender subjetivamente dicha racionalidad objetiva. s a partir de 1E>F, cuando la burguesía revolucionaria totalmente instalada en el poder político " e$tendido el capitalismo como modo de producción dominante las categorías propuestas por Begel0 (, lasabandona cuales ueron aprehendidas " enriquecidas 2or el an-lisis teórico de Kar$ " pasando de este modo a la nueva clase revolucionaria representada por el proletariado. La burguesía deja de lado su papel revolucionario " comienza a justiicar, una consolidado, el statu quo del modo de
producción " de todas las relaciones sociales que de allí derivan. “4e cr&tica de la realidad en nombre del progreso, del 'uturo, d5 las posibilidades reprimidas, el pensamiento burgu5s se una +usti'icación teórica de lo e%istente. (outinho, 1 6. t$
2ero sin lugar a dudas, si bien hasta aquí remarcamos el car-cter revolucionario de la burguesía, (representando(las ideas progresistas dentro del movimiento del pro"ecto de la modernidad no podemos dejar de se3alar que el capitalismo en sí mismo constitu"e un r%gimen de e$plotación " que por lo tanto atenta contra los mismos ideales del iluminismo. n sí mismo conlleva las contradicciones undamentales a las categorías de universalidad, individualismo " autonomía, coloc-ndolas, por lo tanto, en tensión permanentemente. esde el planteo de )erman 6199!7, para la tradición moderna del siglo GHG, la modernidad signiicaba una revolución permanente, una contradicción din-mica, una lucha " un progreso dial%ctico. l hombre ubicado en el centro de la escena, mediado por la razón, se convierte en un haz ininito de posibilidades, pero al mismo tiempo marcado por la ragilidad, por la "revolución de las*n e$periencias, por el movimiento el dinamismo. mundo moderno, en el cual, segn Kar$ " ngels, 4todo est- pre3ado de su contrario5 " @todo lo sólido se desvanece en el aire5. *n mundo moderno, que por lo tanto, lleva en sí mismo las contradicciones undamentales, es decir,
las ilimitadas posibilidades del hombre, como ser ontocreador, como camino emancipador del g%nero humano, " al mismo tiempo la consecuente enajenación, alienación " antagonismo que el desarrollo del modo de producción capitalista contiene, acompa3ado de un dominio hegemónico de la razón instrumental. n este sentido, el an-lisis Mameson 6199!7, que sobre la 2osmodernidad, nos de permite comprender la misma no es m-s que una maniestación m-s soisticada de las contradicciones, que la modernidad posee en el -mbito del capitalismo0 es decir, en cuanto el posmodernismo se corresponde con el actual estadio de desarrollo del capitalismo (multinacional, globalizado o mundial(, contina e$presando esta relación conlictiva " tensa entre el car-cter e$plotador del eterna " l a din-mica emancipadora de la modernidad. n síntesis, el pro"ecto de la modernidad, en cuanto camino emancipada del hombre, representado en las categorías de universalidad, individualismo " autonomía, conserva vigencia " requiere aun, de una necesaria urgencia para su total concretización. "onservadurismo y 0ositivismo 'i en ellaapartado anterior nos detuvimos analizar modernidad, enatizando por un en lado su car-cter emancipador " por otro la 2osibilidad que abrió al conocimiento del hombre en cuanto ser social, es nuestra intención abocarnos a considerar algunas características del pensamiento conservador " su relación con el pensamiento positivista. 2ero
antes de introducimos en el tema queremos hacer algunas reerencias a las +iencias 'ociales en general. e algn modo "a e$presamos que es en el marco ideológico " político de la modernidad, que pudo dierenciarse entre mundo natural " mundo social " que permitió el estudio del ser social, (en cuanto tal(, " sus relaciones m-s amplias. entro de este marco podemos identiicar tres matrices undantes undamentales 6podríamos denominar tres " paradigmas7 del pensamiento moderno, buscando e$plicación de lo social, ellas son/ el positivismo, el mar$ismo " la sociologia comprensiva de ;eber. Kientras que el primero se constitu"ó como una escuela de 2ensamiento buscando justiicar el orden social burgu%s desde una perspectiva racional( naturalista, el mar$ismo se constitu"ó en una tradición de pensamiento, en su crítica al orden burgu%s " con un car-cter intrínsecamente revolucionario. n tanto el pensamiento Peberiano, introduce el estudio del car-cter signiicativo de los enómenos sociales, resaltando los aspectos culturales, en una crítica al capitalismo, que +ohn 619#97 caliica de 4crítica resignada5. +ada una de estas matrices de la teoría social tuvo, " tiene, un desarrollo teórico(pr-ctico particular que no es nuestra intención historicizar0 simplemente nos introduciremos en el an-lisis del pensamiento conservador " su interlocución con el positivismo, matriz teórica undante en el momento de proesionalización del &rabajo 'ocial.
l conservadurismo surge como un 4contramovimiento5 a los ideales de la :evolución 8rancesa. s una crítica a la modernidad " a sus representantes/ la burguesía revolucionaria, así como al modo de producción capitalista0 basado en la recuperación del pasado, del estamento eudal " de los valores " creencias de la dad Kedia. A inicios del siglo GHG serepresentantes desarrolló este)urQe, movimiento, sus principales )onaldsiendo " e Kaistre (algunos autores inclu"en tambi%n a Begel, en su ase conservadora(. Ante la creciente alienación, atomización de la sociedad, inseguridad, vacío moral que la e$cesiva racionalización del mundo " el desarrollo económico " social habían provocado en uropa, estos autores proponían un regreso al pasado como modo de vida social, económico " político que permitiera el orden, la seguridad " la moral de los pueblos. 'i bien muchos pensadores de la burguesía revolucionaria tenían noción de las consecuencias del capitalismo, %stas no eran vistas m-s que como estados transitorios hasta alcanzar el pleno desarrollo " la superación de los lastres del eudalismo. Las ideas conservadoras deendían una concepción de sociedad entendida como una entidad org-nica es, con le"es internas propias de desarrollo/ 4La Csociedad pararaseando a )urQe, una asociación de los muertos, los vivos " los no nacidos5 6
como mínima e$presión de la sociedad0 e$iste un rescate de elementos irracionales 6religiosidad, costumbre, tradición, etc.7 como constitutivos de la sociedad, en claro rechazo a la 4racionalización total del mundo5 " la vida 4moderna5. 'e reairma el concepto de 4particularidades5, a partir de una noción de que los hombres presentan necesidades " capacidades dierenciadas, rechazando noción de igualdad e$terna " justiicando tanto el la status como la jerarquía0 así como airmando que la legitimidad de la autoridad no proviene de la razón " el derecho, sino de los h-bitos " las costumbres. “7a 8comunidad’ es colocada contra la 9sociedad9 (usando la terminolog&a de :oennies$, la 'amilia contra el contrato, la certe*a intuitiva contra la ra*ón, la e%periencia espiritual contra la e%periencia material0. (annheim, 1<1"=$
sta constitu"e, sint%ticamente, una apro$imación al pensamiento conservador tradicional, a partir de aquí realizaremos un recorrido por el pensamiento positivista " su relación con el conservadurismo, lo cual nos permitir- posteriormente avanzar en el an-lisis de esta matriz de pensamiento con el &rabajo 'ocial. l utopía positivismo surge a ines del siglo GHHH una crítico(revolucionaria, dentro del como movimiento iluminista " ligado a la ase revolucionaria de la burguesía. n sus precursores, ( +ondorcet " 'aint 'imón(, ha" una bsqueda en el modelo de las +iencias
de las ciencias naturales ha" una idea de caminar hacia la emancipación del hombre, en cuanto ser social " de desentra3ar las 4pasiones e intereses5 de las clases dominantes. l cientiicismo positivista es aquí un instrumento de lucha contra el oscurantismo clerical, las doctrinas teológicas, los argumentos de autoridad, los a$iomas a priori de la Hglesia, los dogmas eudal. inmutables de la doctrina social " la política 'i a trav%s del desarrollo de las +iencias #. s en este punto, donde las ideas conservadoras planteadas por )urQe, )onald " e Kaistre entran en contacto con el positivismo " donde el orden burgu%s realizó una e$traordinaria absorciónalde este pensamiento, bien no implicó un retomar eudalismo0 es un si conservadurismo moderno, impregnado de racionalidad. videntemente, el orden al ue aspira omte no es el de antes de 12<, 9ue los doctrinarios del absolutismo uer&an restaurar. /e trata de un nuevo
orden, un orden industrial ue contiene el progreso, es decir el desarrollo de la industria y de las ciencias.
2ara +omte la ciencia, copiada de los moldes de las +iencias
? si bien +omte dio las primeras bases para el pensamiento positivista, ue Le 2la" quien le otorgó una metodología " un conjunto de t%cnicas empíricas " que realizó una investigación en campo utilizando los conceptos desarrollados por el conservadurismo moderno 67. 2ero sin lugar a dudas, ue mile urQheim quien le imprimió el car-cter cientíico al positivismo brind-ndole base empírica " donde evidenciamos con claridad la relación entre el pensamiento conservador " el estudio contempor-neo de las relaciones humanas. @
claramente e$presado en su primera regla del m%todo/ 4La primera regla " la m-s undamental es el considerar los hechos sociales como cosas5 6urQhei m, 1991/>17 &ratar los hechos sociales como elementos de la naturaleza " sujetos a le"es, se convierte en reducir la acción legalidad e$terna a sílomisma, " que porhumana lo tanto adauna lugar a distinguir entre normal " lo patológico 6como desvío de las le"es sociales7. La desigualdad social se justiica en el car-cter organicista de la sociedad " de est% modo es legitimada. La bsqueda de la verdad del conocimiento es objetiva " neutra, negando la e$istencia de los preconceptos " de la propia visión del mundo del investigador. omo >. omte, 4ur?heim no vio ninguna contradicción, ninguna incompatibilidad entre la tendencia conservadora de su m5todo (ue 5l reconoció$ y la neutralidad o imparcialidad cient&'ica (ue 5l reivindicaba$ (...$ (7ó@y, 1#"!1$
l car-cter de e$terioridad de la sociedad, la naturalización de los hechos sociales, la racionalidad del control social, la 4moral5 como base de la organización social, son rasgos undamentales del pensamiento durQheimiano " que lo permiten ubicar dentro del pensamiento conservador. 2ara inalizar consideramos importante presentar la siguiente síntesis del pensamiento positivista realizada por LóP", que muestra con justicia su estructura/
41. La sociedad es regida por le"es naturales, esto es, le"es invariables, independientes de la voluntad " la acción humana0 en la vida social, reina una armonía natural. =. La sociedad puede, por tanto, ser epistemológicamente asimilada a la naturaleza 6lo que clasiicamos como Cnaturalismo positivista D7 " ser estudiada modos " procesos empleadospor porlos lasmismos cienciasm%todos, de la naturaleza. !. Las ciencias de la sociedad, así como las de la naturaleza, deben limitarse a la observación " a la e$plicación causal de los enómenos, de orma objetiva, neutra, libre de juicios de valor o de ideologías, descartando previamente todas las prenociones " los preconceptos 5.6199S/1#7 #$#$1$ "onservadurismo y Trabajo ocial 'i por un lado el surgimiento del &rabajo 'ocial como proesión institucionalizada lo ubicamos como respuesta a la 4cuestión social5, inscripto en la división social " t%cnica del trabajo, (" siguiendo la tesis de
de ardid que permitiera ocultar el car-cter e$plotador del sistema " resaltara los principios de libertad " justicia ligados indiscutiblemente a un individualismo de car-cter negativo. “4e acuerdo con la moral burguesa era preciso, por el contrario, generali*ar la imagen del capitalismo como un r5gimen irreversible, como un orden social +usto y adecuado, en 'in, como un punto, terminal de la historia de la humanidad. antener intocable la sociedad burguesa y el orden social por ella producido era un9 verdadero imperativo para la burgues&a. Para lo cual se tornaba indispensable recurrir a estrategias m-s e'icaces de control social, capaces de contener el vigor de las mani'estaciones operar&as y la acelerada diseminación de la pobre*a y del con+unto de los ( problemas asociados a ella. (artinelli, 1="A1$
s de este modo que la burguesía, habiendo abandonado su papel revolucionario, establecida como poder dominante " asumiendo ahora un uerte papel conservador, recurrió a ormas asistenciales precapitalistas, transorm-ndolas " convirti%ndolas en instrumentos tanto de control social como de legitimación de su poder " del sistema. >l apro%imarse los agentes ue estaban desarrollando lasaacciones 'ilantrópicas en auel momento, teniendo .en cuenta la racionali*ación de la asistencia y su normali*ación, la burgues&a uer&a apropiarse de la pr-ctica social para someterla a sus designios. >l 8despotismo de la '-brica9, como llamaba ar% a las condiciones ue marcaban la vida del
obrero en el interior de la '-brica, la burgues&a uer&a sumar el 8despotismo social utili*ando para ello de la pr-ctica social como una 8'uer*a represora generada en el interior de las 'uer*as productivas (artinelli, 1="A!$
+uriosamente, " no casualmente, ue en Hnglaterra, sede la :evolución Hndustrial " de las primeras organizaciones donde antecedentes deproletarias, la proesión con laencontramos creación de los la London +harit" Organization 'ociet" en 1E9, caracterizada por ser el primer intento de una sistematización " tecniicación en tomo a la intervención asistencial. e algn modo, esta institución sintetizaba la labor desarrollada por los denominados 4reormadores sociales5, que desde inicio del siglo GHG, pregonaban una intervención social ante el avance de la 4cuestión social5 generalmente asociados a motivaciones religiosas 6"a sean católicas o protestantes7. jemplo de ello es la actividad desarrollada en Hnglaterra por &homas +halmers, 8lorence
por objetivo no sólo la aceptación del modo capitalista de producción como hegemónico, sino tambi%n la imposición del modo capitalista de pensar0 su pr-ctica priorizó las necesidades " diicultades individuales sobre las colectivas, en un discurso que acabó cristalizado en la e$presión/ 4cada caso es un caso5, al mismo tiempo, " por la misma actividad, se negaba la individual la persona humana a trav%s decondición una pr-ctica tutelar,denormatizadora " moralizadora de comportamientos " conductas. “Burgues&a, Cglesia y stado se unieron en un compacto y reaccionario bloue pol&tico, intentando cohibir las mani'estaciones de los traba+adores euroccidentales, impedir sus pr-cticas de clase y de so'ocar su e%presión pol&tica y social. n Cnglaterra, el resultado material y concreto de esa unión 'ue el surgimiento de la /ociedad de Drgani*ación de la aridad en 7ondres en 1
Ahora bien, si por un lado el pensamiento conservador constitu"e la base ideológica comn del proceso de institucionalización de la proesión, es