PRIMER DOMINGO DE CUARESMA LA TENTACION NARRADOR: JESUS, DESPUES DEL BAUTISMO, SE RETIRÓ A LOS MONTES DE JUDEA. ALLI PERMANECIO CUARENTA DIAS. “UN DIA QUE CON LA FRENTE APOYADA SOBRE UNA PEÑA DABA GRACIAS A SU PADRE CELESTIAL, QUE LE HABIA DADO FUERZAS PARA RESISTIR A LAS NECESIDADES DEL CUERPO”, -SE ESTREMECIÓ LA TIERRA BAJO SUS PIES-. UN HOMBRE SE HALLABA JUNTO A EL, COMTEMPLANDOLE CON LOS BRAZOS CRUZADOS SOBRE EL PECHO. AQUEL HOMBRE TENIA ALGO SINIESTRO. ESTE CON VOZ ATRONADORA LE DIJO: LUZBEL:
¡Hijo del hombre! ¿Me conoces?
JESUS: ¡Si!, tu eras el arcángel más hermoso del cielo; el resplandor del sol brillaba en tu frente, pero un día te revelaste contra Dios y su soplo vengador te lanzó desde las alturas a los abismos malditos de la tierra. LUZBEL: JESUS: LUZBEL:
¡Soy el rey del averno, el señor del mundo! ¡Si!, tu eres el que anda en las tinieblas. -Ese nombre me dan las escrituras-
JESUS: ¡También te llamas padre de los impíos!, pero tu orgullo es insensato, al solo nombre de mi padre, tu cabeza se dobla y tu cuerpo se arrastra. LUZBEL: JESUS: LUZBEL: JESUS:
¡Pues bien, si eres hijo de Dios!, ¿Di a estas piedras que se vuelvan pan? Escrito está, que no vive el hombre sólo de pan, más si de la palabra de Dios. ¡No me aborreces! ¡No!, Te compadezco, por que te veo humillado.
LUZBEL: Todo lo que esta bajo el cielo es de la tierra, y me pertenece, el fuego brota bajo mis plantas; nadie resiste mi poder; mi soplo infiltra en la raza, el veneno del orgullo; ¡Los hombres tiemblan al pronunciar mi nombre!. JESUS: La voz del justo sube al cielo; su oración llega hasta mi padre, creador del universo, del que eres esclavo, tus blasfemias se pierden en el imperio de las sombras, las puertas del paraíso están cerradas con doble llave para ti. LUZBEL: ¿Y que me importa, si la tierra es mía, si soy inmortal, si mi poder es inmenso? ¿Quieres luchar conmigo? ¿Qué armas son las tuyas? ¿No eres hijo de Dios?
NARRADOR: LUZBEL CON SUS PODERES MOSTRO A JESUS EL MUNDO CON TODAS SUS BELLEZAS Y RIQUEZAS Y LE DIJO: LUZBEL: ¡Pues bien, todo lo que has visto me pertenece; y tuyo es, si arrodillado a mis plantas me adoras! JESUS: servirás!.
¡No tentaras al señor tu Dios, adoraras al señor tu Dios y sólo a él le
NARRADOR: AL TERMINAR ESTAS PALABRAS, SE ESTREMECIERON LAS ENTRAÑAS DE LA TIERRA, UN RUIDO ESPANTOSO ATRONÓ EL ESPACIO, SE ABRIO LA TIERRA Y EL ARCANGEL TENTADOR CAYO CON UN ESTRUENDO, EN LAS PROFUNDIDADES DE LA TIERRA. JESUS SE ARRODILLO, SU DULCISIMA VOZ SE ELEVÓ A LA MANSIÓN DE SU ETERNO PADRE DICIENDO: JESUS: ¡Perdona al soberbio!, de su frente inmaculada brotaba la Purísima luz de la mañana y el orgullo le hundió en las profundidades del abismo. ¡Perdona al soberbio!
LA SAMARITANA NARRADOR: UN DÍA JESÚS SE ENCAMINABA A GALILEA, Y ERA PRECISO QUE CRUZARA LA HOSTIL SAMARIA. EL SOL SE HALLABA EN LA MITAD DEL CIELO. SUS RAYOS ABRAZADORES CAÍAN PERPENDICULARMENTE SOBRE LA TIERRA. JESUS SE SINTIÓ FATIGADO Y SUS DISCÍPULOS SE ENCAMINARON A LA CIUDAD EN BUSCA DE VÍVERES. EL SE QUEDO SOLO CONTEMPLANDO EL HUECO PROFUNDO DEL POZO, SUS OJOS PARECÍAN LEER SOBRE LA TRANSPARENTE Y CLARA SUPERFICIE DEL MANANTIAL ALGÚN MISTERIO. EN DIRECCIÓN AL POZO AVANZABA UNA MUJER CON UNA ÁNFORA DE BARRO, AQUELLA MUJER ERA JOVEN, DE ESCASOS 24 AÑOS SU NOMBRE ERA SARAÍ. AL LLEGAR AL POZO, COLOCO EL CÁNTARO SOBRE EL BROCAL, Y DIRIGIÓ UNA MIRADA DESDEÑOSA HACIA AQUEL HOMBRE SILENCIOSO QUE LA CONTEMPLABA CON OJOS COMPASIVOS. A SARAÍ LE BASTO VER SU VESTIMENTA DEL EXTRANJERO PARA ADIVINAR QUE (JESÚS) ERA GALILEO, GENTE QUE LOS SAMARITANOS MIRAN CON UN DESPRECIO PROFUNDO. SARAÍ LLENO SU ÁNFORA Y JESÚS LE DIJO CON UN DULCE ACENTO: JESUS:
¡Mujer!, ¡Dame de beber!
SARAI: ¿Cómo tú...Un judío, pides agua a una mujer de Samaria? ¿Cuándo a tenido tu pueblo trato con el mío?
JESUS: Si tu conocieras el don de Dios y supieras quien es el que te dice: “-Dame de beber-” , tu misma se la hubieses pedido, y el te daría agua viva.
SARAI: No tienes con que sacarla y el pozo es profundo, ¿De donde, pues vas a sacar esa agua que me ofreces? ¿Eres por ventura... mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo?
JESUS: ¡Todo aquel que beba agua de este pozo volverá a tener sed!, más el que bebiera del agua que yo le daré , nunca tendrá sed, porque se convertirá dentro de el en manantial de agua que brota para la vida eterna. SARAI: ¡Señor!, dame de esa agua que me dices, y así me evitaré venir todos los días a este manantial. NARRADOR: JESUS, QUIZO DEMOSTRAR A AQUELLA MUJER QUE ÉL, ERA MAS QUE UN HOMBRE Y LE DIJO: JESUS:
¡Bien!, Llama a tu marido, y ven acá con el.
SARAI:
¡No!, no tengo marido.
JESUS: ¡Bien has dicho!, no tienes marido, porque cinco tuviste, y al que ahora vive contigo no es tu esposo, en eso has dicho la verdad. SARAI: ¡Señor veo que tu eres profeta! Nuestros padres adoraron en este monte, pero vosotros decís que es Jerusalén donde se debe adorar. JESUS: Créeme mujer, llega la hora que ni en este monte ni en Jerusalén, adoraras al padre. Ustedes adoran lo que no conocen, nosotros adoramos lo que conocemos, ¿pues la salvación viene de los judíos? Pero llega la hora, y es el momento actual, en que los verdaderos adoradores adoraran al padre en espíritu y en verdad, ¡porque esos son, precisamente, los adoradores que el padre desea! Dios es espíritu y los que lo adoran, tienen que adorarlo en espíritu y verdad. SARAI: anunciara todo.
Yo se que el Mesías, el llamado cristo está por venir, cuando el llegue nos lo
JESUS:
¡Yo soy el Mesías!, el que habla contigo.
NARRADOR: SARAÍ CAYO A LOS PIES DEL REDENTOR, COMO SI LA LUZ DE SUS DIVINOS OJOS LA HUBIERA DESLUMBRADO. AHOGADOS SOLLOZOS SE ESCAPABAN DE SU PECHO, Y UN MAR DE LAGRIMAS CORRÍA POR SUS morenas Y FRESCAS MEJILLAS. JESUS:
Gracias padre mío,
NARRADOR: AUN PERMANECÍA A LOS PIES DE JESÚS LA SAMARITANA ESCUCHANDO LA PALABRAS DEL DIVINO MAESTRO. CUANDO LLEGARON LOS DISCÍPULOS QUE HABÍAN IDO A COMPRAR
VÍVERES. LA MUJER SE SENTIA ATURDIDA Y CONFUSA, ABANDONO SU CÁNTARO Y SE FUE PRECIPITADAMENTE Y COMENZÓ A GRITARLE A LA GENTE: SARAI: ¡¡¡ Venir !!! ¡¡¡ venir !!! “Venir a ver a un hombre que me ha revelado todo lo que he hecho en mi vida” ¿¿¿No será este el Cristo???
SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA LA MUJER ADULTERA NARRADOR: DE PRONTO LOS ESCRIBAS Y FARISEOS LE LLEVAN A UNA MUJER QUE SORPRENDEN EN ADULTERIO. FARISEO:
¡¡¡ Adulterio, adulterio !!!
FARISEOS: ¿Donde? FARISEO:
¡Haya, Vamos!
FARISEOS: ¡¡¡Vamos!!! ADULTERA: ¡¡¡Suéltenme, montoneros, déjenme!!! FARISEOS: ¡¡¡Vamos, Camina!!! NARRADOR: ELLA ARROJANDOSE A LOS PIES DE JESUS LE DICE: ADULTERA: ¡¡¡Señor sálvame!!! , ¡¡¡Que estos hombres me quieren matar!!! FARISEO: JESUS:
¡¡¡ Si que muera, castígala maestro !!! ¿Por que apedrean y quieren matar a esta mujer.?
FARISEO 1: Maestro esta mujer a sido sorprendida en adultero. FARISEO 2: En la ley de moisés nos manda a apedrear a estas, pero tú ¿Qué dices?. FARISEO:
¡¡¡ Si que muera, es una adultera, castígala maestro !!!
JESUS: ¿Es verdad lo que estos hombres dicen de ti? ¿Qué eres una adultera? ¿ que has manchado el tálamo conyugal?
ADULTERA: ¡Señor!, es verdad lo que dicen de mi, que soy una pecadora, una adultera, pero me arrepiento y te pido que me perdones, ten piedad de mi, ¡¡¡piedad señor!!! NARRADOR: JESUS INCLINANDOSE, ESCRIBIA EN EL SUELO CON EL DEDO, A CADA UNA DE LAS ACUSACIONES QUE LE HACIAN, LOS FARISEOS MURMURABAN.
FARISEO: ¿Que hace?, ¿Que escribe? ¿A caso sus leyes? ¿Maestro, acaso no piensas condenar a esta mujer? NARRADOR: ANTE LA INSISTENCIA DE SUS PREGUNTAS, JESUS SE LEVANTO Y LES DIJO: JESUS: contra ella!
¡El que entre nosotros este sin pecado sea el primero en tirar una piedra
NARRADOR: ELLOS AL OÍRLO, SE FUERON RETIRANDO UNO TRAS OTRO, COMENZANDO POR LOS MAS VIEJOS; HASTA QUEDAR SOLOS JESÚS Y LA MUJER, QUE ESTABA ALLI ADELANTE Y LE DIJO: JESUS:
Mujer. ¿Dónde están? ¿Nadie te condenó?
ADULTERA: ¡Nadie señor¡. JESUS: más. ADULTERA:
Pues tampoco yo te condeno, vete y desde ahora en adelante no peques ¡Gracias señor!, déjame seguir tu camino.
JESUS: Anda, vuelve a tu casa y sigue el camino que te ha marcado mi padre; en verdad te digo, que habrá mas gozo en el cielo por un pecador arrepentido que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentimiento.
LOS FARISEOS PREGUNTAN SOBRE EL TRIBUTO NARRADOR: A JESÚS SE PUSIERON A ACECHARLO HOMBRES QUE SE DECÍAN DE BUENA FE, PARA APROVECHARSE DE SUS PALABRAS, Y ASÍ ENTREGARLO A LA JUSTICIA DEL GOBERNADOR, POR ESO LE HICIERON ESTA PREGUNTA. FARISEOS: ¡Maestro!, nosotros sabemos que hablas y enseñas con toda rectitud, no te fijas en la condición de las personas, sino que enseñas con absoluta franqueza el camino de Dios. –Dinos pues- ¿Esta permitido pagar tributo al Cesar, si o no? JESUS: ¡Infelices! Por que me tientan...Muestrenme una moneda, ¿De quien es la cara y el nombre que tiene escrito?
FARISEOS: ¡¡¡ Del Cesar !!! JESÚS:
¡Pues bien, dar al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es Dios!
TERCER DOMINGO DE CUARESMA
UNA MUJER UNGE A JESUS
NARRADOR: CIERTO FARISEO INVITO A JESÚS A COMER CON ÉL, ENTRÓ PUES, JESÚS EN LA CASA DEL FARISEO Y SE SENTÓ EN LA MESA, Y EN ESTO, MARIA MAGDALENA QUE ESTABA EN LA CIUDAD AL SABER QUE EL MAESTRO ESTABA COMIENDO EN LA CASA DEL FARISEO, LLEVO CONSIGO UN FRASCO DE ALABASTRO, LLENO DE PERFUME AUTENTICO DE NARDO, SE DIRIGIÓ AL GUARDIÁN DE LA PUERTA Y LE PREGUNTO: MAGDALENA: SOLDADO:: MAGDALENA: trata? SOLDADO: de él antes? MAGDALENA: SOLDADO: MAGDALENA: SOLDADO: MAGDALENA:
Dime ¿Quién es el dueño de esta casa? Simón, el fariseo. He visto entrar a un hombre convidado por tu señor, ¿De quien se Es un hombre singular. Se llama Jesús y es de Nazaret. ¿No has oído hablar No, pero le conozco. ¿Dentro esta? Así es. ¿Qué hace? Come junto a mi señor. Déjame pasar.
NARRADOR: EL HOMBRE FRANQUEA LA ENTRADA Y ELLA SE ADENTRA. A LA MESA COMEN JESÚS Y SUS APÓSTOLES, HABLAN Y RÍEN. MAGDALENA SE QUITA EL MANTO CON EL QUE SE HABÍA CUBIERTO. AL HACERLO UN MURMULLO SE LEVANTA ENTRE LA CONCURRENCIA.
VOCES: VOCES: VOCES: VOCES:
¡Es la doncella de Magdala! ¡La cortesana! ¡Es Maria la impúdica! ¡Como se atreve a llegar a hasta aquí la pecadora!
NARRADOR: MAGDALENA ESCUCHABA TODOS LO COMENTARIOS, DE SUS OJOS EMPIEZAN A ESCURRIR GRUESAS LAGRIMAS, Y PONIÉNDOSE DETRÁS DE JESÚS, VIERTE LA MITAD DE SU ÓLEO SOBRE SU CABEZA. LAS GRUESAS Y PESADAS GOTAS BRILLABAN SOBRE LOS CABELLOS COMO GEMAS LÍQUIDAS. TODA LA ESTANCIA SE LLENÓ DE AQUEL AROMA; TODOS LOS OJOS SE QUEDARON ESTUPEFACTOS. SIMON:
¡si este hombre supera quien es la mujer que lo toca!
JUDAS: ¡Bah! ¡Que desperdicio, ese perfume bien podía haberse vendido en trescientos denarios y dárselo a los pobres! JESÚS: ¿Por qué molestan a esta mujer? A los pobres siempre los tienen con ustedes, pero a mi no siempre me tendrán. ¡Simón, tengo que decirte una cosa!: Cierto prestamista tenía dos deudores: el primero le debía quinientos denarios; y el otro cincuenta. Como no podían pagarle, a los dos les perdono la deuda. ¿Cual pues, de ellos le amara más? SIMON:
¡Supongo que aquél!, ¡a quién más perdono!
JESÚS: ¡Bien has juzgado!, ¿Ves esta mujer? Cuando entre a tu casa no me diste agua para los pies; ella, en cambio, me los ha lavado con lágrimas y me los ha secado con sus cabellos. No me diste un beso; ella, desde que entro no a dejado de besarme los pies. No me ungiste la cabeza con aceite; ella en cambio me la ungido con perfume. Por lo cual yo te digo, le quedan perdonados todos sus pecados, sus muchos pecados, porque mucho a amado. Pero aquel a quien poco a poco se le perdona poco ama. JESÚS:
¡Tus pecados te son perdonados! ¡Tu fe te ha salvado!; ¡vete en paz!
MAGDALENA:
¡Gracias Señor, déjame seguir tu camino!
JESUS: JESUS:
Anda vuelve a tu casa y sigue el camino que te ha mandado mi padre ¡Espera, Guarda este ungüento, para el día de mi sepultura!
LA DESPEDIDA NARRADOR: MARIA SE HALLABA SEPARADA DE SU HIJO. TIERNA Y AMOROSA MADRE QUE LLORABA EN SILENCIO LA TRISTE SOLEDAD DE SU CORAZÓN, EN SU DOLOR DIOS LE HABÍA CONSEGUIDO TRES AMIGAS QUE NO LA ABANDONARON NUNCA, ELLAS ERAN: “MARIA CLEOFE”, “MARIA MAGDALENA”, “MARIA SALOME”. MUCHAS VECES LA AFLIGIDA MADRE DEL REDENTOR DEL MUNDO SOLÍA DECIR A SUS AMIGAS: MARIA: ¡Corramos hermanas!, mi hijo se haya en Galilea, ¡corramos a oír entre la absorta muchedumbre sus divinas palabras!
NARRADOR: MIENTRAS TANTO LA HORA SEÑALADA POR DIOS SE APROXIMABA. JESÚS LLEGO A LAS CERCANÍAS DE CARFANAUM, DE REGRESO DE SU ULTIMO VIAJE. EN UN SENDERO QUE CONDUCÍA A LA CIUDAD HALLO A SU MADRE, ACOMPAÑADA DE LAS TRES INSEPARABLES AMIGAS QUE NUNCA LA ABANDONABAN. LA MADRE SE ARROJABA LOS PIES DE SU HIJO, JESÚS LA LEVANTO CON DULZURA. LOS DISCÍPULOS Y LAS MUJERES SE SEPARAN DEL TIERNO GRUPO QUE SE HABÍA REFUGIADO A LA SOMBRA DE UN ÁRBOL. ENTONCES ENTRE AQUELLA MADRE AMOROSA Y AQUEL HIJO QUE CAMINABA HACIA EL MARTIRIO, OCURRIÓ UNA ESCENA, UN IDILIO AMOROSO CUYAS DULCES PALABRAS SE PERFUMARON CON LA ESENCIA PURÍSIMA DE LAS ROSAS DE ZABULÓN. JESÚS:
¡Salud y paz madre mía!
MARIA: Me han dicho, hijo y señor, que te diriges a la ciudad que mata a los profetas, a la impía Jerusalén, ¿es cierto eso?. JESÚS: Dios mi padre lo ordena; la hora de aproxima; debo, pues cumplir sus ordenes, mi muerte decretada está en los cielos de donde descendí gustoso a morir por el hombre. Mi sangre lavara en breve la culpa cometida en el paraíso. Mi sangre será la semilla que ha de dar mañana fruto a la humanidad. MARIA: Llévame contigo, has que mi pecho lance el ultimo suspiro con el tuyo. Déjame morir a tu lado. JESÚS: “Tu, madre mía has de sobrevivirme, más no temas, será por cortos instantes. En la cumbre del Gólgota, paloma solitaria y dolorida, arrullarás con tus tristes gemidos la amargura de mi muerte. Todos me dejaran; tu sola arrodillada al pie del leño, confundirás tus lagrimas con mi sangre; porque tu humilde violeta de Nazaret, has nacido para sufrir agudísimos dolores en la tierra del hombre, y perfumar desde el cielo la dolorosa agonía de la raza humana; porque tú, prestaras eternamente tu bienhechora sombra a los desgraciados porque tú, arca sellada donde se encierra la infinita clemencia de dios, serás el faro del perdido navegante, la luz reanimadora que guía el paso del cansado peregrino; tu nombre glorioso será invocado en los momentos de amargura, y tu pureza resplandecerá eternamente como los luminosos rayos del sol. ¡No llores, mujer!, que pronto nos tornaremos a reunir en la morada eterna. Ya lo he dicho, nuestra separación será corta, ¡por que yo soy tu esencia! y tu mi aliento, ¡por que mi vida depositada esta en tu misma vida! En el libro inmortal este escrito en
este misterio que tal vez no comprendes. Tranquiliza tu espíritu y espera con serenidad la ultima hora”. MARIA: ¡Oh! Señor revoca tu sentencia, compadécete de mi dolor y mi amargura; recuerda que siendo niño te alimente con el jugo de mis pechos, que abrigado en mi seno te lleve a Egipto; que mi mayor placer en mis horas de agonía era besar tu frente, blanca como la cumbres del Sabino, pura como la gota de roció que se cobija bajo el perfumado Cáliz de los lirios del valle. ¡Entonces!, en tu boca sonrosada como las rosas de Jericó vagaba una sonrisa que era mi encanto, toda mi felicidad. ¡Si tú partes!, ¡si me dejas!, ¿Qué va hacer de esta pobre madre abandonada?. JESUS: ¡Calla, madre y señora!. Del sacro cielo, descendí a morir por el bien de la humanidad; tus entrañas fueron la copa perfumada que recibió el verbo divino. ¡No ruegues más!, ¡Mi hora se aproxima!. ¡Adiós, la cruz me espera!.
MARIA:
¡Oh! Dios que amargo es el cáliz de teda, que me has dado a beber.
NARRADOR: MARÍA ROMPIÓ EN UN LLANTO DESCONSOLADOR. JESÚS, SEGUIDO DE ALGUNOS DISCÍPULOS, EMPRENDIÓ LA MARCHA HACIA EL JORDÁN. SU MADRE Y LAS TRES MARIAS LE SIGUIERON A UNA DISTANCIA RESPETUOSA. LAS BONDADOSAS MUJERES EN VANO TRATABAN DE CONSOLAR DURANTE EL CAMINO A LA MADRE AFLIGIDA.
CUARTO DOMINGO DE CARESMA
JUDAS ISCARIOTE NARRADOR: JUDAS HABÍA CREÍDO FIRMEMENTE EN JESÚS. ANTE SUS PALABRAS ACERCA DEL FIN PRÓXIMO. NO VEÍA ACERCARSE EL REINO Y SÍ VENIR LA MUERTE, Y PIENSA DE ESTE MODO. JUDAS: Señor, me encuentro terriblemente confundido. El maestro me ha confundido, nos anuncia y nos promete un reino. Sin embargo permite ser ungido por una mujer, según él, es para honrar el día de su sepultura. ¿Entonces, él va a morir? Y todavía se dedica a predicar y a curar enfermos. ¡Bah! ¡Qué desperdicio de tiempo!
Por que no establece el reino que nos ha anunciado, después él puede predicar el tiempo que le quede según él. No quiero pensar, pero sospecho que no habrá tal reino. ¡Tal vez nos ha engañado! Es inútil seguir en la causa, el barco se hunde, esto se acaba, porque niega a declararse Rey a si mismo, no, no lo entiendo. ¡OH! Sí, eso es, a lo mejor él espera reunirse con los sumos Sacerdotes y Doctores de la Ley, para que delante del concilio, y tanto personaje, se declare así mismo el Mesías. ¿Pero, como lograrlo?, el único medio es traicionarlo y eso no puede ser. (Judas se paseaba buscando una respuesta) JUDAS: ¡Eso es ! Voy a presionar a mi maestro lo voy a entregrar. Cuando el mesias este en situacion apremiante, seguramente Dios enviara a Miguel con todo su ejercito y seremos un pueblo libre. Dios no dejara que su enviado tropiece. ¡Eso es !
NARRADOR: JUDAS LLORÓ PORQUE A PESAR DE LA TRAICIÓN QUE ESTÁ A PUNTO DE COMETER SE NEGABA ROTUNDAMENTE LLEGAR HASTA ESE PUNTO.
JUDAS ANTE EL SANDRIN NARRADOR: SATANÁS QUE SE HA APODERADO DEL CORAZÓN DE JUDAS ISCARIOTE UNO DE LOS DISCÍPULOS VA A PROPONER TRATO CON LOS SACERDOTES Y PREFECTOS PARA ENTREGAR A SU MAESTRO. AL LLEGAR AL PÓRTICO DEL SANEDRÍN UN GUARDIA LO DETIENE DICIENDO: SOLDADO 1: JUDAS:
¡Alto! ¿Qué deseas? ¡Soldado ! Deseo y pido permiso para hablar con el sumo pontífice.
SOLDADO 1: Espera, el sumo pontífice esta en el templo, celebrando la oración y no creo que te pueda recibir, ya que esta tratando un asunto de suma importancia, pretenden idear un plan para aprender a Jesús. JUDAS: SOLDADO 1:
¡De eso precisamente es de lo que vengo a tratar ! Veré que seas recibido, ¡si en verdad es cierto lo que dices!
NARRADOR: EL SOLDADO ENTRA AL TEMPLO, HABLA CON UN SACERDOTE Y ESTE A SU VEZ SE COMUNICA CON CAIFÁS. SACERDOTE: Señor en la puerta del templo espera un hombre, creo que la suerte nos favorece ya que según ha dicho es discípulo de Jesús y su intención es ayudarnos en la captura del falso profeta.
ANAS:
¡Conduce a ese hombre hasta aquí!
NARRADOR: POCO DESPUÉS JUDAS ES CONDUCIDO AL INTERIOR DEL SANEDRÍN, LOS SACERDOTES, LO CONTEMPLAN, IGNORANDO SI AQUEL ES AMIGO O ENEMIGO. POR FIN ANAS ROMPE EL SILENCIO, PREGUNTANDO DE ESTE MODO. ANAS: y deja el miedo?
¿Eres tu el discípulo de Jesús? ¿Si es así, que te conduce al Sanedrín? ¿Habla
JUDAS: ¡Me llamo Judas!, y nunca he tenido miedo a nada. ¿Lo entendéis ? ¡A nada! Pero he sabido que os reunías para tratar un asunto que os importa mucho y en el que yo puedo ayudaros. ANAS:
¿Tú?
JUDAS: ¡Si , yo!, un discípulo de Jesús, ese hombre al que queréis aprender y no os atrevéis . ¿Qué os extraña?¿Qué sea un discípulo suyo el que lo entregue? Le odio y deseo como ustedes que muera .¿No soy dueño de mis afecciones como lo sois ustedes?. SACERDOTES:
¡Este hombre esta loco!
NARRADOR:
JUDAS OYE ESTA CALIFICACIÓN, Y CON ACENTO IRRITADO EXCLAMA.
JUDAS: entrego a Jesús.
¡No estoy loco! Estoy cuerdo, tanto como ustedes, paganme bien y les
ANAS:
¿Y que seguridad nos ofreces?.
JUDAS:
Te ofrezco mi palabra.
ANAS:
¡Eso no basta!.
JUDAS:
-Me ofende tu duda-
ANAS: crucificar por él.
No diré que no, pero tu eres su discípulo y todos sus discípulos se dejarían
JUDAS:
Todos, menos yo, por eso vengo a ofrecértelo. ¿Qué me das y te lo entrego?.
ANAS:
¡Pues bien, pide!
JUDAS:
Quiero treinta ciclos de plata.¿Qué me dices?.
NARRADOR: ANAS TORNO A HABLAR EN VOZ BAJA CON LOS SACERDOTES. ANAS: SACERDOTES:
¡Ustedes dicen!. ¡Le pagamos! ¡No, es mucho dinero!
JUDAS: ¿Qué? ¿les parece mucho? No tienen razón para durar; os he pedido el precio de un esclavo y os doy un profeta. Ustedes van a someter a Jesús que no es esclavo, que desciende de David según se dice. Y el precio que he puesto es muy bajo.
ANAS:
Bien, si eso es lo que pides, lo tendrás.
JUDAS:
¿Cuándo me darán el dinero?
ANAS:
¡Cuando nos entregues a Jesús!.
JUDAS:
Esta noche.
ANAS:
¿A que hora?.
JUDAS:
Antes de la media noche.
ANAS:
¿Donde?.
JUDAS:
Vendré aquí a decir el sitio donde podran encontrarlo.
ANAS:
Pues bien, entonces se te entregara el dinero.
JUDAS:
Ha de ser una buena moneda.
ANAS:
¡Esa es una advertencia inútil
JUDAS:
¡Sin embargo...!
ANAS:
¿Eres desconfiado?.
JUDAS:
Conozco a los hombres.
ANAS: ¡¡¡Basta!!! Cumple tu con nosotros, y nosotros cumpliremos contigo. Pero hay de ti si nos vendes. JUDAS:
¡Esta bien! -En unas cuantas horas lo tendran en sus manos.-
CAIFAS:
Judas espera.
JUDAS:
¿Qué quieres?.
CAIFAS:
¿Cuánta gente necesitas para entregarnos a tu maestro?.
JUDAS:
Jesús no se defenderá.
CAIFAS:
Sin embargo sus discípulos...
JUDAS: Los discípulos obedecerán al maestro. Pero por si acaso ten prevenidos algunos soldados. CAIFAS: JUDAS:
Recuerda que si nos traicionas serás ajusticiado. ¡Descuida!. Que esta misma noche tendran a Jesús en sus manos.
NARRADOR: JUDAS SE RETIRA PARA REUNIRSE POCO DESPUÉS CON JESÚS Y LOS DEMÁS DISCÍPULOS
DOMINGO DE RAMOS
NARRADOR: JESÚS CON LOS APÓSTOLES, PASÓ LA NOCHE DE TRANSE DE NISSÁN EN LA ALDEA. AL DIA SIGUIENTE, CUANDO LOS RAYOS DEL SOL COMENZARON A EXTENDERSE SOBRE LAS COPAS DE LOS OLIVOS DE GETSEMANÍ, JESÚS DIJO A SUS DISCÍPULOS. JESUS: ¡Ir a la ciudad!, al lugar que esta enfrente de nosotros, y luego que entrén en el, hallaran un pollino atado, sobre el que no ha subido aún ningún hombre, ¡desatenlo y traiganlo!
JESUS:
¡Ahora todos vamos a Jerusalén!
PUEBLO: Bendito el Rey que viene en nombre del señor ¡Hosanna!, ¡Hosanna!: Paz en la tierra y gloria en las alturas. HOMBRE: ¡Verlo! ¡Ya viene! Yo era ciego de nacimiento, Jesús puso sus dedos sobre mis cerrados parpados y al momento vi. La luz querida del sol. ¡Bendito sea el señor que viene a nosotros!. HOMBRE 2: Yo estuve tullido por diez años, deja tu lecho y levántate, dijo, y me levante y me vi. bueno y fuerte como me veis. MARIA:
¡Verlo ahí! Jesús mío.
MAGDALENA: Hasta las aves del cielo cantan su bienvenida, y las palmeras se inclinan para saludarle, el viento trae entre sus pliegues todos los perfumes del Líbano y el Valle de Sabulón para embalsamar sus palabras divinas. PUEBLO: ¡Hosanna! ¡EL hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del señor! ¡Hosanna en las alturas! NARRADOR:
UN SOLDADO DE PILATOS LE PREGUNTA A UNA MUJER:
SOLDADO: ¿Qué ha hecho este hombre para que todos le adoren? MUJER: Su voz aplaca las tempestades, sus pies caminan por encima de la superficie de las aguas sin que su cuerpo se hunda; y cuando su palabra dice a los muertos levantaos, los muertos le obedecen.
FARICEOS: Desconfiemos De ese Galileo que hace milagros que nadie puede hacer; vivamos alerta, porque la cizaña crecería en nuestros campos con la palabra de ese hombre que ha dicho a Lázaro: sal y ven a mi. NARRADOR: JESÚS DETIENE EL PASO DE SU MODESTA CABALGADURA. EL PUEBLO SE APIÑA ALREDEDOR SUYO Y GUARDA UN PROFUNDO SILENCIO; JESÚS ALZA LOS OJOS Y DIRIGIÉNDOSE A LA CIUDAD DICE: JESUS: ¡¡¡Jerusalén!!!, ¡¡¡Jerusalén!!! El alma mía se estremece de dolor contemplando tus soberbios muros. ¡Oh! Ciudad ingrata, a quien tanto he amado y distinguido; yo quise recoger a tu hijos como la amante gallina a sus polluelos. Y tu en pago pretendes darme muerte. ¡Escucha!, que aun retiembla por los aires la voz de Jeremías que predice las amarguras que te aguardan. ¡Yo lloro y tu no vez mis lagrimas! ¡ni recelas tu agonía!. Tu loco orgullo, tu vana soberbia han de perderte. Pobre pueblo de Judá, siervo serás. El águila imperial tiende su vuelo altivo por el orbe; sus robustas garras rasgaran el pudoroso velo de tus vírgenes, y la corona de Laurel de tus señores se manchara con el lodo de la tierra. Huestes extranjeras recorrerán las doce tribus de Israel; tus altivas torres caerán al choque de la armas; el aire traerá la peste en su seno; serán tus mujeres violadas porque vendrán días contra ti en que tus enemigos te estrecharan por todas partes y te derribaran en tierra y no dejaran en ti piedra sobre piedra. NARRADOR: CESO LA VOZ ANGUSTIOSA DE JESÚS, LAS PALABRAS DEL JOVEN MAESTRO OPRIMÍAN LOS CORAZONES DE LA COMITIVA.
JUEVES SANTO
SANTO SAUMERIO NARRADOR: CAIFÁS REÚNE EL SANTO CONCILIO. CELEBRAN LA SANTA LITURGIA PARA QUE EL DIOS ÚNICO LES ILUMINE PORQUE VEN SU PODER AMENAZADO Y MEDITAN LA MUERTE DE JESÚS. EN EL TEMPLO SE ENCUENTRAN ANÁS Y CAIFÁS Y LOS SACERDOTES, ORANDO Y CANTANDO EN HONOR DE DIOS. DESPUÉS DE LA ORACIÓN SIGUE EL SANTO SAUMERIO. AL TERMINAR LOS SAGRADOS RITOS; UN SACERDOTE LLAMADO AGGAI DIRIGIÉNDOSE A CAIFÁS LE DICE: AGGAI: La ciudad está alborotada. Ya se ha arrestado a un grupo de rebeldes y pronto llegarán más tropas romanas de Cesaría. SAMUEL: Según nuestros informes Jesús de Nazaret aprovechará la fiesta de la Pascua para declararse así mismo el hijo de David. El populacho ya le llama el profeta. Apelo a nuestro sumo Pontífice Caifás.
JOSE DE ARIMATEA: No lo creo, yo he visto a Jesús; le he oído predicar, habla de la bondad, de las virtudes y de la pobreza. AGGAI:
Así como de los vicios del rico y la hipocresía del respetable.
JOSE DE ARIMATEA: Todos conocemos las virtudes del respetable, podemos imaginarnos lo que un maestro sincero como Jesús debe pensar de ellas. AGGAI: ¿Qué hacemos? ¿Porque este hombre realiza muchas señales?, si le dejamos que siga así, todos creerán en él; vendrán los romanos y destruirán nuestro lugar santo. CAIFAS: Ustedes no saben nada, ni caén en cuenta que es mejor, que muera uno solo por el pueblo y no que perezca toda la nación.
VISITA DE LAS 7 CASAS 1era ULTIMA
CENA
Llego el dia de La fiesta en que se comia el pan sin levadura y cuando se sacrificava el cordero de pascua. Se acercan los discípulos y Le preguntan a Jesus: PEDRO:
Donde quieres que hagamos la cena de pascua , Señor?
JESUS: Vayan a La ciudad encontraran a un hombre que lleva un cântaro de água. Siganlo hasta La casa donde entre y digan AL dueño , el maestro pregunta ¿ Cual es el cuarto donde voy a cenar con mis discipulos? El lês mostrara un cuarto grande y arreglado, preparen ahi la cena. PEDRO: JUAN:
Enseguida maestro ¡Vamos Juan! Pedro mira alli va el hombre; ¡Si corramos trás el !
PEDRO: ¡ESPERE! Avise al dueño que el maestro nos envia a preguntarle ¿ Donde esta la sala en que há de celebrar la cena de pascua con sus discípulos? (Se encuentra los doce apóstoles y Jesús comiendo en la mesa, dirigiéndose a ellos Jesús les dice) JESUS: Cuanto he deseado celebrar esta pascua con ustedes antes de padecer, por que yo les aseguro que ya no la volveré a celebrar hasta que tenga cabal cumplimiento en el Reino de Dios. JUDAS: ¡Quitate de ahí Juan! ¿Ese lugar me pertenece?, ¡Diselo tu maestro, yo puedo servirte mas, puesto que yo soy el tesorero de tus bienes! JESUS: ¡Yo he venido al mundo a servir, no a que me sirvan!, y aquí el que quiere hacerse mas, se hace menos. NARRADOR: Comenzo la santa cena Jesus esta triste, de vez en cuando su dolorosa mirada se fija con amorosa ternura en aquel puñado de seres que padecen por el. Judas no aparta la vista del plato, temeroso de encontarse con la mirada del maestro, por fin Jesus exhala un doloroso suspiro diciendo: JESUS.JUAN:
En verdad les digo que uno de ustedes esta noche ha de traicionarme: Maestro, ¿ Sere yo por desgracia ese miserable que tu dices ?
JESUS:
¡ Tu no eres !
PEDRO:
¿ Soy yo acaso ?
SANTIAGO EL MAYOR: ¿ Yo tal vez ? ANDRES:
¿ Acaso me acabe a mi esta desgracia ?
TOMAS:
¿Sere yo ese infame ?
JESUS.El que mete conmigo su mano en el mismo plato que yo, para mojar su pan , ese será el que ha de traicionarme, por que las escrituras dicen: el hijo del hombre ha de caminar hacia su fin , y el fin a llegado. (Los discípulos asombrados por lo que acaban de escuchar maldicen al traidor) APOSTOLES.Hay de aquel que lo traicione, es mejor que no hubiera nacido, es un pobre infeliz, se condenara para toda la vida. (Judas distraído y nervioso por lo que iba a suceder toma un trozo de pan y lo remoja en el mismo instante y en el mismo plato qué Jesús y le pregunta asombrado) JUDAS.JESUS.-
¿Maestro acaso seré yo? Tu lo has dicho, y lo que tengas que hacer hazlo ya.
(Judas se levanta de la mesa y se dirige rápidamente con los sacerdotes mientras Jesús prosigue con la cena)
PEDRO: “Señor has dicho que donde tú vas no podemos seguirte. ¿Por qué no te puedo seguir yo? Mi alma y mi vida son tuyas, dispón de ellas; -no creas que me arredra el peligro- ¿Qué mayor Gloria que morir por ti?” JESUS: ¿Tu alma pondrás por mí, en verdad?; ¿En verdad te digo que no cantará el gallo por segunda vez sin que antes me hayas negado tres veces?. JESUS: “Cuando me haya ido y tenga preparado un lugar para ustedes de nuevo vendré para llevarlos conmigo, para que donde yo este, estén ustedes también . Y a dónde yo voy, ya sabén el camino.” TOMAS:
“Señor, si no sabemos a dónde vas. ¿Cómo vamos a saber el camino?
JESUS: FELIPE:
“Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie llega al Padre sino es por mí” “Señor, muéstranos al Padre y eso nos bastará”.
JESUS: “Llevo tanto tiempo con ustedes. ¿Y no me han conocido aún, Felipe? -El que me ha visto a mí, ha visto a mi Padre-, ¿Cómo dices tú, -muéstranos al padre-? ¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? (Jesús toma un trozo de pan y dando gracias lo reparte entre sus discípulos diciendo) JESUS.-
Tomen y coman todos de este pan, porque es mi cuerpo.
(Del mismo modo toma el cáliz y dando gracias lo paso a sus discípulos diciéndoles) JESUS.Beban todos de esta copa, porque es mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna que será derramada para el perdón de los pecados, les digo que no beberé mas del fruto de la vid, si no hasta el día en que lo vuelva a beber en el reino de mi padre, (todos beben del cáliz)
JESUS: “Yo soy la verdadera vid, y mi padre el viñador. Permanezcan en mí y yo permaneceré en ustedes, pues así como el sarmiento no puede dar fruto si no está unido a la cepa, tampoco podrán darlo si permanecen mí, porque Yo soy la verdadera vid y ustedes los sarmientos. Mi paz les dejo, mi paz les doy, no como el mundo la da, la doy Yo. No se turbe nuestro corazón ni sienta miedo. Han oído lo que les dije: “Me voy, pero volveré a ustedes, porque está al llegar el jefe del mundo. Contra Mí nada puede, pero el mundo tiene que saber que yo amo al padre, y que conforme el Padre me ordeno así actúo.” NARRADOR: DIRIGE A ELLOS.
LA TRISTEZA DE LOS DISCÍPULOS ES INMENSA. JESÚS SE LEVANTA Y SE
JESUS:
¡¡¡Vamos la hora se aproxima!!!
NARRADOR:
AL CRUZAR LOS DINTELES DE LA CASA, VE A UNAS MUJERES.
JESUS:
¡Madre! ¡Magdalena! ¿Qué hacén aquí?
MARIA:
¡Queríamos verte salir, hijo amado!
JUDAS ANTE ANAS NARRADOR: JUDAS DESPUÉS DE HABER SALIDO DEL CENÁCULO ARRANCÁNDOSE LOS CABELLOS Y GRITANDO “SOY UN MISERABLE”, SE DIRIGE HACÍA LA CASA DE. ANÁS AGITADO Y TRÉMULO, COMO EL HOMBRE QUE VA A COMETER UNA ACCIÓN INFAME. UN SOLDADO SE PASEA POR DELANTE DE LA PUERTA, Y CRUZA LA LANZA DELANTE DE ÉL, PROHIBIÉNDOLE LA ENTRADA. JUDAS:
¿Por qué me detienes? Me llamo Judas; y me esperan ahí dentro.
NARRADOR: EL SOLDADO LE DEJA PASAR Y ÉL ENTRA AL SALÓN, EN DONDE LOS SACERDOTES SE ENCUENTRAN REUNIDOS Y DICE: JUDAS: ¡Aquí me tienen!. Pero Veo en nuestros semblantes que dudan de Mí. Han hecho mal. Porque yo cumplo lo que prometo. ANAS:
¿Vienes, pues ha entregarnos a tu maestro?
JUDAS:
¡Pues claro! ¿A que había de venir?
ANAS:
¿Dónde está?
JUDAS: ustedes.
Muy cerca de esta casa, apenas le separan unos doscientos pasos de
NARRADOR:
LOS SACERDOTES SE LEVANTAN DE SUS ASIENTOS SOBRESALTADOS.
JUDAS: la Pascua.
¡No, no se sobresalten !; Jesús está muy tranquilo en casa de Heli celebrando
ANAS:
¿Celebrando la Pascua, en jueves?
JUDAS: ¡Bah! ¿No habéis tolerado que cure a los enfermos en sábado? ¿Qué les extraña ? ¡Jesús es un innovador!. Nuestras leyes, nuestras costumbres las mira con desprecio. El sigue un camino nuevo que ha nosotros nos conviene, y tratan de deshacerse de él; lo creo justo, y por eso vengo a reunirme con ustedes. ANAS:
Explica, tu plan, los soldados que has pedido te esperan.
JUDAS: No hay prisa, esté asunto debe llevarse con reserva, pues de lo contrario podría sernos fatal. ANAS:
¿Crees tú que Jesús y sus discípulos se defenderán?
JUDAS: Jesús no es hombre de guerra, es hombre de paz. El mismo presentara las manos para que le atén. En cuanto a sus discípulos, ¡si se exceptúa a Pedro! los demás harto harán con llorar la suerte de su maestro. SACERDOTES:
Entonces ¿que esperamos?
JUDAS: Que Jesús salga de Jerusalén. La ciudad está llena de forasteros, un grito de Jesús armaría mil brazos para defenderle. Creanme: en este asunto no conviene precipitarse. ANAS:
¡Pero si sale de Jerusalén se escapa de nuestras manos!
JUDAS:
Yo sé, donde duerme está noche, y ahí le recogeremos desprevenido.
ANAS:
Los soldados no le conocen.
JUDAS: ¿Qué importa? Le conozco Yo; y para que no quepa duda iré delante de ellos, y aquél a quién Yo de un beso, en la mejilla ¡es Jesús! ANAS:
¿A que hora piensas salir son los soldados?
JUDAS:
Cuando la noche se halle en la mitad de su carrera.
ANAS:
¿Cuánta gente necesitas?
JUDAS:
Con veinte hombres me basta.
SACERDOTES:
Nosotros también te acompañaremos.
ANAS: ¡Malco!, tu eres un fiel servidor, irás con Judas a aprender a Jesús. Si Judas nos vende apodérate de él. MALCO: ¡Pierde cuidado, que te traeré a ese embaucador!. ¡Yo llevaré la cuerda, y te prometo que no se me escapará!. JUDAS: Me habéis preguntado muchas cosas, y no decís nada de la paga. ¿Qué, os volvéis atrás de lo ofrecido? ANAS: ¡Ya te he dicho que cuando nos entregues a Jesús!. -Malco cierra las puertas para que este miserable traidor no se escape- y cuando diga que es la hora, avisad pues a algunos ancianos que quieran acompañarnos. Y por si los soldados mercenarios no cumplen con su deber, procura que vayan contigo algunos servidores fieles de la casa, armados con palos y espadas. ¡Tu cabeza me responde de Jesús! MALCO: ¡Descuida, Pontífice; el falso profeta no se me escapará! ¡Como llegue a Ponerle las manos encima!
NARRADOR: JUDAS SALIÓ DEL VESTÍBULO ACOMPAÑADO DE MALCO ACERCÁNDOSE DONDE ESTABAN LOS SOLDADOS. JUDAS:
Malo el frío de esta noche ¿no?
NARRADOR: EL SOLDADO LE MIRA CON DESPRECIO. ANTE ESTA MIRADA, JUDAS RETROCEDE, Y LE DICE A UN SOLDADO QUE SE DELEITA BEBIENDO VINO. JUDAS:
¿Podrías darme de ese vino que bebes?
NARRADOR: EL SOLDADO QUE BEBÍA, MIRA A JUDAS; SE LIMPIA LA BOCA CON EL DORSO DE SU BRAZO. TIRA LA COPA AL SUELO Y SE ALEJA DE ESTE. JUDAS SIENTE EL RECHAZO DE LOS
SOLDADOS, PERO SE EMPEÑA EN HABLAR CON ELLOS Y SE ACERCA A LA HOGUERA QUE ÉSTOS HAN PRENDIDO. JUDAS:
Dejen que me caliente, amigos míos, porque el frío corta como cuchillo.
SOLDADO(1): ¡No profanes el honroso nombre de la amistad miserable judío!. ¡Un traidor como tú no debe de sentarse al lado de un soldado de tiberio!. SOLDADO(2):
¡Has hecho bien!
SOLDADO(1):
¡Los traidores para mí huelen a carne podrida, y los desprecio!
SOLDADO(2): NARRADOR:
¡A mí me hacen el efecto de los leprosos y los rechazo!. EL SOLDADO SE RETIRA Y ESCUPE A LOS PIES DE JUDAS
2da CASA LA
ORACION
DEL HUERTO
(Llegan Jesús y sus discípulos al huerto a orar) JESUS.Siéntense aquí mientras yo voy más adelante a orar (llama a Pedro, Juan y a Santiago llevándolos con el mas hacia delante y con voz triste les dice). JESUS.Siento en mi alma una tristeza de muerte, quédense aquí mientras yo voy mas adelante a orar. (Jesús llega al lugar a donde va a orar hincándose y doblando la cabeza hasta tocar el suelo comienza a orar) JESUS.Padre mío, si es posible que me libres de este trago amargo hazlo, pero que no se haga mi voluntad si no la tuya.
(Se levanta Jesús y se dirige a sus discípulos a los cuales encuentra durmiendo) JESUS.¿Cómo? Ni siquiera pudieron estar despiertos conmigo, levántense y oren para que no caigan en tentación, por que ustedes tienen buena voluntad pero su cuerpo es débil. (Regresa al lugar a donde estaba orando para hacerlo nuevamente) JESUS.Padre mío si puedes salvarme de esta prueba y ayúdame, pero si no, que sea tu voluntad la que mande.
(Vuelve a levantarse Jesús y regresa con sus discípulos a los cuales los encuentra durmiendo los deja descansar y regresa a orar nuevamente) JESUS.Padre mío si puedes librarme de esta prueba y ayúdarme, pero si no que se haga tu voluntad y no la mía. LUZBEL: Heme aquí, por segunda vez vengo a ofrecerte mi protección; tu hora se aproxima ¿estas resuelto a morir por salvar las inquietudes del género humano. JESUS: Sí, mi sangre llevará el pecado inmundo de la humanidad; mi cruz será la llave de la redención. LUZBEL: JESUS:
¿Vas ha echar sobre tus hombros el crimen de Caín? ¡Sí!
LUZBEL: ¡Escucha la sangrienta historia de esa raza que quieres salvar con tu sangre inocente, y dime después si es digna de tan heroico sacrificio!. ¡Para no darte muchos detalles te contaré lo más sobresaliente de las maldades del pueblo elegido. Primero fue el alevoso crimen de Caín contra su hermano Abel. El incesto de las hijas de Lot. Artagerges VIII para coronarse, asesina a 85 hermanos y parientes. Dalila vende a su esposo Sansón. Athalía degüella a los primogénitos de Judá. Aristóbulo mató de hambre a su madre. Herodes el Grande cae sobre Israel como un azote. Su terrible cuchillo nada respeta; la sangre corre hasta en su mismo palacio y la de sus mujeres e hijos se mezcla con la de los santos inocentes de Belén y la de su oprimido pueblo. ¿Por esa raza de incestuosos, de fraticidas, de verdugos y asesinos vas a sacrificarte? JESUS: ¡Padre Dios! Que duro es aceptar, tengo que aceptar, si no llego hasta el fin, Como voy a convencerlos del amor; ¡Dios mío! -¡Cúmplase tu voluntad!.LUZBEL: Para convencerte veo que no bastan los crímenes que cometió esa raza maldita que quieres salvar, escucha. Dios me concedió un corto tiempo para ponerte a prueba, ese tiempo no basta, pero seguiré contándote la historia criminal del género humano. Cambises, ciego por la ambición, sepulto un inmenso ejercito en los desiertos arenosos del África. Alejandro en Asia, derroto a Darío, pero su fiel vasallo lo asesina. Pero veamos otros pueblos, en Roma, Rómulo mata a su hermano Remo. Tulia, la esposa de Tarquino, obliga a este a que mate a su madre. Julio Cesar muere a manos de sus más queridos amigos. Tiberio manda crucificar a las madres por el delito de haber llorado la muerte de sus hijos. Anteno edifico una pirámide con los cráneos de los extranjeros que cruzaban sus tierras. Kanesés hizo aserrar por la mitad al profeta que hace cerca de 9 siglos profetizó tu dolorosa muerte. JESUS: LUZBEL: JESUS:
Señor, hágase como deseas. ¿No desprecias a esa raza? ¡No!… ¡Moriré por ella!.
LUZBEL: ¡Jerusalén! ¡Jerusalén¡ Prepárate a presenciar la muerte del Justo. Su dolor será inmenso, su agonía dolorosa, su muerte cruel; pero su sangre purificara, al género humano. ¡Y ustedes, apóstoles de Jesús!, cuya fe inquebrantable los lleva en pos de los pasos del divino maestro, prepárense para el futuro martirio que les espera. Ustedes seran la semilla cristiana que se extenderá por el campo del universo; pero su muerte será terrible, cruel, horrorosa….. ¡Jajájajá!.
JESUS: ¡Padre, Dios! Doy mi vida al mundo para que el mundo entienda que esta terquedad mía de amar hasta el fin, sea para ellos, un pacto de sangre para amarse mejor. Ha llegado la hora en que voy a ser entregado a las manos del mundo. ¡Padre mío!, ¡glorifica a tu hijo, para que el hijo te glorifique a ti! ANGEL: Yo soy el ángel de tu guarda que ha mandado tu padre para consolarte en estos momentos de dolor y tristeza de tu alma. Tu dolor sublime, tu sangre inocente: dará la paz al universo. ¡Gloria a Jesús en la tierra! ¡Gloria al señor en los cielos!
(Regresa Jesús y despertando a sus discípulos les dice) JESUS.Levántense, que ha llegado la hora en la que el hijo del hombre caerá en las manos de los pecadores, el que ha de entregarme esta por llegar. (a lo lejos sen escuchan los gritos y consignas que la multitud que va a aprehenderlo llegan, con sus espadas, palos y antorchas) JUDAS.-
Salve maestro (lo besa)
JESUS.-
Judas con un beso entregas al hijo del hombre.
(Jesús se dirige a la multitud preguntando) JESUS.-
¿A quien buscan?
MULTITUD.-
A Jesús de Nazaret
JESUS.-
YO SOY
(La multitud asombrada dando pasos hacia atrás cae desvanecida sin motivo alguno, se levanta murmurando, se acomodan nuevamente) JESUS.-
¿A quien buscan?
MULTITUD.-
A Jesús de Nazaret
(La multitud se hace hacia atrás y se vuelva a desvanecer, se levantan murmurando y se acomodan nuevamente) JESUS.MULTITUD.JESUS.CENTURIÓN.-
¿A quien buscan? A Jesús de Nazaret Ya les dije que soy yo, si me buscan a mí dejar que ellos se vallan. ¡aprenderlo!
(Sale un soldado para aprehender a Jesús cuando lo esta sujetando entra Pedro al forcejeo para evitar la aprensión, saca Pedro sus espada y le corta le oreja a Malco, el soldado cae desvanecido)
JESUS.Pedro vuelve la espada a la vaina por que el que se sirve de la espada, perecerá por la espada. (Jesús se acerca al soldado y lo sana.- entran dos soldados mas a aprenderlo, mientras la multitud se queda asombrada por lo sucedido) JESUS.Han venido a mí con espadas y palos como si fuera un malhechor, todos los días he estado enseñando en el templo y no me han arrestado, pero esta es la hora. (Jesús es llevado por los soldados a empujones y jalones, la multitud le sigue insultando hasta encarcelarlo, adonde es golpeado e insultado)
3era casa PONCIO PILATO NARRADOR: MIENTRAS TANTO EN LA CIUDAD DE BECETA DONDE SE ALZABA LA SOBERBIA E INEXPUGNABLE CIUDADELA ANTONIA, QUE HERODES, EL GRANDE REEDIFICO EN HONOR DE MARCO ANTONIO, Y CUYO NOMBRE RESPETARON AUGUSTO Y TIBERIO. FORTALEZA DE MÁRMOL BLANCO. A SUS CUATRO EXTREMOS SE ALZABAN CUATRO TORRES, MUDOS CENTINELAS QUE AMENAZABAN ETERNAMENTE A LOS AMEDRENTADOS HIJOS DE JERUSALÉN. EL ESPAÑOL PONCIO PILATO. SOLDADO MERCENARIO EN QUIEN TIBERIO TENÍA PUESTA TODA SU CONFIANZA A QUIEN HABÍA UNIDO EN CASAMIENTO CON UNA PARIENTE LEJANA BELLA, RICA Y NOBLE DE NOMBRE CLAUDIA PROCULA. LE CONCEDIÓ EL GOBIERNO DE JUDEA. PILATO ERA HOMBRE DE ACCIÓN; VALIENTE HASTA LA TEMERIDAD. SU SUEÑO ERA LIGERO. DORMÍA CON EL ESCUDO COLGADO A LA CABECERA DE LA CAMA, EL CASCO, LA CORAZA Y LA ESPADA SOBRE LA MESA DE NOCHE. ¡SABÍA QUE EL PUEBLO DE JERUSALÉN LE ODIABA! Y POR ESO SIEMPRE ESTABA ALERTA. Y ESTA ES LA NOCHE EN QUE LA CIUDAD ESTABA ATESTADA DE FORASTEROS Y EN QUE LA GENTE CORRÍA Y SE APIÑABA POR EL CAMINO. PONCIO PILATO: ¡Flavio! ¡Flavio!. FLAVIO:
¡Si, Señor!
PONCIO PILATO: ¡Flavio!, indudablemente ocurre algo extraño en la ciudad. Tú que posees el hebreo, como un rabino de Jericó; quiero que te disfraces de judío y vayas a ver qué ocurre en ella.
FLAVIO:
¡Bien señor!
NARRADOR: FLAVIO, ESPÍA FAVORITO; SALUDÓ Y SALIO A CUMPLIR LAS ÓRDENES DE SU SEÑOR. MIENTRAS, ÉL SE PASEA NERVIOSO EN LA ESTANCIA DE SU PALACIO, SE ACERCA A LA VENTANA A VER QUÉ SUCEDE PUES EL MURMULLO LLEGA CON MÁS FUERZA A SUS OÍDOS Y TAN ABSORTO ESTÁ EN SUS PENSAMIENTOS QUE NO SIENTE LA LLEGADA DE SU ESPOSA. CLAUDIA:
Poncio…
PONCIO PILATO: ¡Claudia! ¿Qué haces aquí? CLAUDIA:
¿Desde cuando la esposa del Gobernador tiene que anunciarse?
PONCIO PILATO: ¡Claudia, mía! CLAUDIA: Desde hace varias noches un desasosiego habita en mi pecho y hace que mi corazón se agite de una manera extraña. ¡Como si tuviera el presentimiento de que algo malo te ocurrirá a ti o a mí! PONCIO PILATO: ¡Venga!, la mujer más hermosa de toda Jerusalén. CLAUDIA:
Poncio…
PONCIO PILATO: ¿Qué es lo que le ocurre a mi mujer? CLAUDIA: ¡En este momento nada!. ¡Nada me preocupa más que mi esposo! ¡cuando éste me tiene entre sus brazos!. ¿Qué ocurre? Estabas tan absorto, cuando entré, mirando a la lejanía. ¡Un murmullo sordo sube desde la ciudad! Hace unas horas vi salir del palacio a Flavio, disfrazado de judío. ¿Qué pasa? ¿Es algo grave? PONCIO PILATO: ¡Nada, nada mi querida esposa!. Es precisamente por ese murmullo, por lo que Flavio bajo a la ciudad. ¡Quise que investigara el porqué de esa agitación! CLAUDIA:
¿No querrá el pueblo levantarse en armas?
PONCIO PILATO: ¡No! el pueblo nos tiene miedo. Los romanos los han amedrentado. -
Pero, entonces, ¡ese murmullo…!
PONCIO PILATO: ¡A juzgar el griterío y las luces parece que celebran algo!. ¡Alguna fiesta! CLAUDIA:
¡Pero, qué pueden celebrar esas gentes!
PONCIO PILATO: Nada me sorprendería que lo hicieran por el nacimiento de un Dios. ¡Estos Nazarenos! CLAUDIA:
Poncio…
PONCIO PILATO: ¿Sí? CLAUDIA:
Flavio acaba de entrar al palacio, parece muy demacrado.
PONCIO PILATO: ¿Qué dices? CLAUDIA:
Me atrevería a asegurar que casi era espanto lo que dibujaba su rostro.
PONCIO PILATO: ¡¡¡ Ja, ja, ja, ja !!! De un hombre como Flavio ¡¡¡ ja, ja, ja !!! ¡Vamos, mujer! CLAUDIA:
¡No te rías!, ¡es la verdad!
PONCIO PILATO: ¡Bien!, si le has visto entrar, pronto estará aquí. CLAUDIA:
Poncio…
PONCIO PILATO: ¿SÍ? CLAUDIA:
Mi presentimiento…
PONCIO PILATO: ¿Qué tiene tu presentimiento? CLAUDIA:
No quiero escuchar lo que Flavio va a decirte. Es algo acerca de mi zozobra.
PONCIO PILATO: No vas a sugestionarte ahora. ¿Verdad? CLAUDIA:
No claro que no… Pero…
PONCIO PILATO: ...¡Calla!, que aquí llega ya Flavio. PONCIO PILATO: ¡Flavio! Entra, ¿Pero qué te ocurre? ¿Por qué vienes tan conmovido? FLAVIO:
Señor…
PONCIO PILATO: ¡Parece que hubieras visto algo insólito!. FLAVIO:
¡Insólito sí!, Esa es la palabra que califica lo que ha presenciado esta tarde.
PONCIO PILATO: ¿Bueno qué es lo que ocurre, pues? FLAVIO: ¡Señor…! He visto a un hombre al cual no han llegado en prodigios todos los Dioses del Olimpo. PONCIO PILATO: ¿Qué dices? ¡¡¡ Ja, ja, ja, ja !!! FLAVIO:
Sí señor. No te reirías, si como yo, le hubieras visto.
PONCIO PILATO: ¡¡¡ Ja, ja, ja, ja !!! Bueno, dime; ¿Quién es ese hombre en quien reconoces virtudes mayores que las de los Dioses? FLAVIO:
Señor… Ese hombre se llama Jesús de Nazaret.
PONCIO:
Vamos Flavio. ¿Por fin acabaras de decirme lo que has visto?
FLAVIO: Señor, indudablemente ese hombre pertenece a la familia de los dioses, sus palabras penetran hasta el fondo del alma. ¡cuando llegó al templo arrojo a los vendedores que
habían profanado el lugar, diciéndoles! -¡No hagán de la casa de mi padre una cueva de ladrones!PONCIO PILATO: ¡Vamos¡, !Debe ser valiente ese hombre si se atrevió a correr a tantos¡ FLAVIO: ¡Mucho! Un hombre cuya mirada es irresistible. De pie en las gradas del templo, ha dicho cosas extraordinarias. unos hombres le presentaron a una mujer hallada en adulterio, según la ley de moisés , debe morir a pedradas. Le Dijeron “Tu que sabes tanto, ¿Qué opinas que hagamos con esta culpable?” Y él con voz tan dulce, que quien la escucha no puede olvidarla dijo: “El que este libre de pecado que tire la primera piedra” .Y en vez de arrojársela, se les calló de las manos y huyeron. Entonces , tomando las manos de la mujer le dijo “mujer ¿dónde están los que querían matarte ?” vete y no peques más. PONCIO PILATO: ¡Bien inteligente debe de ser ese Jesús!. ¡Al fin ha aparecido alguien que puede dejar confusos a los doctores del Sinedrio¡ FLAVIO: Como los fariseos le perseguían por todas partes para aprenderle se le acercaron y le dijeron “Tú que sabes tanto dinos si es justo pagar el tributo al Cesar” . el Nazareno les miro con sus profundos ojos les contesto luego: ”¿Por qué me tentán? muestrenme una moneda”. Uno le presentó y Jesús, colocándola en la palma de su mano, volvió a decir” ¿Que efigie lleva esta moneda?- ” la del cesar dijeron todos, “pues bien ”repuso Jesús “dar al cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios ”. CLAUDIA:
Ese hombre que es verdaderamente admirable.
PONCIO PILATO: ¡Continua, Flavio continua!. FLAVIO: ¡Señor! , El Galileo hablo y dijo muchas parábolas que no recuerdo, pero todas ellas causaron una profunda sensación y consuelo. PONCIO PILATO: No halló razón alguna que pueda haberte provocado semejante angustia FLAVIO: corazones!
¡Sí señor!, fue su voz, señor, ¡su voz que llega hasta lo mas intimo de los
PONCIO PILATO: ¡Bien!, ¡bien!, ahora sabemos que no hay nada de lo que pueda preocuparnos vete y descansa Flavio. FLAVIO:
Si señor.
PONCIO PILATO: ¡¡¡Jajájajá!!! Y procura no recordar mas a ese hombre. FLAVIO:
!Tratare¡ Señor.
PONCIO PILATO: Bien ahora vete ... Bueno, ya has escuchado el relato que este fiel amigo ha visto, puedes estar tranquila. CLAUDIA:
Poncio...
PONCIO PILATO: ¡Vamos a descansar!. La jornada ha sido larga este día y tengo ganas de reposar ¿Tranquila? CLAUDIA:
¡Un poco!
PONCIO PILATO: ¡A olvidar todo!, que con eso te sentirás aliviada. ¿Bien? CLAUDIA:
¡Ese hombre...JESÚS DE NAZARETH!
JESUS ANTE ANAS.
NARRADOR: CAIFÁS DESEMPEÑA LAS FUNCIONES DE SUMO SACERDOTE, PERO POR DIFERENCIA A SU SUEGRO ANAS, CUYA EDAD AVANZADA, SE CONVINO QUE TAN PRONTO JESÚS CAYERA EN SUS MANOS LE CONDUJERAN A SU PRESENCIA. -EL CRUEL MALCO LO EMPUJA BRUSCAMENTE PUES SIENTE REBASAR EL ODIO EN SU CORAZÓN-. ANAS: ¿Y eres tu el Jesús de Nazaret? ¿Tú, un miserable, un pordiosero? Parece increíble tanta audacia en un hombre. ¡¡¡Jueces!!! He ahí al que se llama el Mesías, al que se titula rey de Judea, el que se atreve a amenazarnos con la ruina del templo, el que nos llama raza de víboras. ¿Y eres tú el que quiere trastornar el orden de las cosas, el que quiere hacer que nadie ha hecho? ¿Con que autoridad dices todo eso? Responde, ¡¡¡Habla, hipócrita Galileo!!!. NARRADOR: JESÚS QUE TIENE ATADOS LOS BRAZOS, ALZA CON HUMILDAD LA CABEZA Y DICE: JESUS: “¿Por qué me preguntas a mi? Pregunta a los que han oído lo que yo les hable y enseñe, que ellos saben bien lo que yo les he dicho”. MALCO:
¿¿¿ Así respondes al pontífice ???
JESUS: “Si he hablado mal, muestra que ha sido lo malo, pero si he hablado bien porque me golpeas.”
4TA CASA JESUS ANTE CAIFAS. NARRADOR: EN EL SANEDRÍN SE HAYAN REUNIDOS MULTITUD DE ANCIANOS ESCRIBAS, SACERDOTES Y FARISEOS. NICODEMO QUE SE HA NOMBRADO DEFENSOR SE HALLA TAMBIÉN EN LA ASAMBLEA. CAIFÁS ENTRA AL SANEDRÍN Y VIENDO A JESÚS, EXHALA UN GRITO DE GOZO. ¿ES EL LOBO ANTE AL MANSO CORDERO?
ANAS: ¡Has hecho bien en venir, buen Caifás!. Al fin tenemos en vuestras manos a este hombre que se llama Jesús; viene bien guardado por los soldados, atado y sumiso. Al fin acabaremos con él. NARRADOR: NICODEMO EN VOZ BAJA DICE A JOSÉ DE ARIMATEA.
NICODEMO:
¡Aquí va a cometerse una infamia!
JOSE DE A: ¡Tal creo! NICODEMO: -
Estoy dispuesto a la defensa-.
JOSE DE A: ¡Ay amigo mío! Creo que todo será en vano. NARRADOR: EL GENTÍO ES INMENSO. SE VA A JUZGAR A UN PROFETA, A UN DIOS, ESTO ES CURIOSO. CAIFÁS CLAVA SUS OJOS EN JESÚS. CAIFAS:
¡Acercadme a ese embaucador!.
NARRADOR: MALCO COGIÓ A JESÚS Y LO OBLIGA A QUE AVANCE HACIA EL PONTÍFICE. CAIFAS: ¡Oyeme falso profeta! y respóndeme sin turbarte. Habla como lo hacías en la Sinagoga y en Galilea; detesto a los hipócritas. NARRADOR: NICODEMO, IRRITADO EN EL BÁRBARO TRATAMIENTO QUE SE DA A JESÚS, AVANZA ALTIVO Y DICE: NICODEMO: ¡Caifás, este hombre está acusado!, ¡Pero no condenado!. Manda a tus servidores que le respeten, y que le desaten, él tiene derecho a defenderse con libertad. JOSE DE A: Pido lo mismo que mi compañero. NARRADOR: EN EL SALÓN SE LEVANTA UN MURMULLO DE APROBACIÓN. SACERDOTES:
¡Si, que se defienda!.
NARRADOR: CAIFÁS LLAMA O LOS TESTIGOS. CAIFAS:
¡Que traigan a los testigos!.
NARRADOR: ALGUNOS HOMBRES SE PRESENTARON DELANTE DEL TRIBUNAL. CAIFAS: TESTIGO:
Quien de ustedes atestigua encontra del Nazareno? Yo
TESTIGO 2: Y yo TESTTIGO 1:
Yo le oí decir que derribaría el templo y en tres días edificaría otro
TESTIGO 2: Yo le via curar a una mujer en sabado, violando la ley! CAIFAS:
¿No respondes nada a lo que estos testifican contra ti ?
JOSE DE A: ¡Caifás!, no des crédito a estos hombres. ¡Piensa en Jesús!, en vez de ser un falso profeta, puede ser un enviado de nuestro Dios, un elegido del santo de los santos. CAIFAS:
Nada bueno saldrá de Galilea, han dicho las escrituras, y Jesús es Galileo
JOSE DE A: ¡Si pero Jesús a nacido en Belén!, y la escritura dice: “Saldrá un profeta de la raza de David y de la ciudad de David”. CAIFAS:
¿Eres tú, el defensor de este hombre?
JOSE DE A: Soy fariseo, respeto la ley, si Jesús es culpable; tratarlo con la misma medida que a los demás hombres. NARRADOR: CAIFÁS DOMINADO POR LA CÓLERA, SE PONE DE PIE CAIFAS:
¡He preguntado!. ¿Eres tú el defensor de este hombre Arimatea?.
JOSE DE A: ¡Ni acuso ni defiendo; solo quiero que la ley no se degrade!. NARRADOR: CAIFÁS SE DIRIGE A LOS TESTIGOS, DESPUÉS DE ENVIAR UNA MIRADA DE DESPRECIO Y RENCOR A JOSÉ DE ARIMATEA. CAIFAS:
Hablen ustedes, ¿que sabén de ese embaucador?
NARRADOR: JESÚS ABARCA CON UNA MIRADA DE COMPASIÓN A LOS TESTIGOS Y GUARDA SILENCIO. SACERDOTES: CAIFAS: Dios.
¡Que hable! ¡Que se defienda! ¡Si que se defienda!
Te conjuro por el nombre de Dios vivo, a que me digas si tú eres el Cristo el hijo de
NARRADOR: POR EL RESPETO AL NOMBRE DE DIOS, INVOCADO POR CAIFÁS Y PARA NO DESMENTIR TODA SU ACTIVIDAD Y SU DOCTRINA. JESÚS HACE LA DECLARACIÓN MÁS SOLEMNE DE SU VIDA. JESUS: ¡Sí, Yo soy quien tú has dicho y os digo que algún día veréis al hijo del hombre sentado a la derecha del Omnipotente y venir sobre las nubes del cielo! NARRADOR: COMO SI LAS PALABRAS DE JESÚS FUERAN UN INSULTO, ARROJADO AL ROSTRO DEL PONTÍFICE, ESTE RASGA SUS VESTIDURAS. MÁS QUE UN JUEZ RECTO, PARECE UN CONDENADO DEL AVERNO. CAIFAS: ¡Ha blasfemado!, ¡Ha blasfemado! ¿Para qué necesitamos ya testigos? Ahora ya han oído la blasfemia. ¿Qué les parece? FARICEOS: ¡Es reo de muerte! ¡La muerte para é! ¡Sí que muera! ¡La cruz para é! NARRADOR: NICODEMO Y JOSÉ DE ARIMATEA. CUBRIÉNDOSE EL ROSTRO CON EL MANTO, MURMURAN. JOSE DE A: ¡Este hombre está perdido!. NARRADOR: NICODEMO DIRIGIENDOSE A JESUS, LE DICE:
NICODEMO: ¡Maestro mi debilidad ha hecho débil mi protesta. Perdona a mi pobre alma que no ha podido disuadir a los sacerdotes de que te injurien y ruega a Dios por mÍ adonde quiera que tú vayas!.
JOSE DE A: Huyamos de este sitio donde la ley esgrime el puñal del asesino, donde los jueces tienen el aspecto de los verdugos. NARRADOR: NICODEMO Y JOSÉ DE ARIMATEA. CUBRIÉNDOSE EL ROSTRO CON EL MANTO, SALEN DEL SALÓN. PEDRO ATERRADO DE LO QUE ACABA DE PRESENCIAR, VA A OCULTARSE ENTRE LA MUCHEDUMBRE, LA RABIA SE HA APODERADO DE LOS QUE RODEAN A JESÚS. UNOS ESCUPEN EL ROSTRO Y OTROS LE ABOFETEAN Y LUEGO CUBREN SUS OJOS, MIENTRAS CONTINUÁN DANDOLE DE GOLPES. FARICEOS: Haz un milagro falso profeta, adivina como se llama el que te da esta bofetada sabio magno. NARRADOR: PEDRO ATURDIDO, ABANDONÓ EL SALÓN; Y SE REFUGIA EN EL ATRIO, DONDE ALGUNOS CRIADOS SE CALIENTAN ALREDEDOR DE UNA FOGATA. ENTONCES SE ACERCÓ A LA FOGATA UNA MUJER QUE EJERCÍA ALGUNAS VECES DE PORTERA, UNO DE LOS SOLDADOS LE DICE: SOLDADO: ¡Mucho madrugas hoy, Rebeca!. REBECA:
¡Bah! ¿Se ha acostado alguien en esta casa esta noche?
NARRADOR: -MIENTRAS TANTO-, REBECA, SIRVE CAFÉ Y FIJANDO SUS PENETRANTES OJOS EN LA ATEMORIZADA FIGURA DE PEDRO, Y APARTANDO UN POCO EL MANTO PARA VERLE LA CARA LE DICE: REBECA: PEDRO: trata!.
¿No estabas tú con Jesús el Nazareno? ¡No se lo que dices mujer, estas equivocada; no entiendo siquiera de que se
NARRADOR: PEDRO NO CREYÉNDOSE SEGURO EN AQUEL SITIO. SE LEVANTA Y SALE DEL ATRIO. AL CRUZAR LOS UMBRALES SE DETIENE. ENTONCES OYE EL PENETRANTE CANTO DE UN GALLO. LA MUJER SIGUE A PEDRO Y DE INMEDIATO COMUNICA A LOS PRESENTES. REBECA: PEDRO:
¡¡¡Detengan a ese hombre!!! ¡¡¡Deténganlo, es de los de Jesús!!! ¿Por qué me persigues? ¿No te he dicho que no le conozco?.
NARRADOR: PEDRO OYE POR SEGUNDA VEZ, EL PROFÉTICO CANTO DEL GALLO. UNO DE LOS PRESENTES DICE ACERCÁNDOSE AL APÓSTOL.
SOLDADO: ¿Por qué niegas que le conoces? Rebeca tiene razón. Tu eres Galileo como él y te hemos visto en el templo oyendo sus patrañas. NARRADOR: PEDRO SE CREE PERDIDO Y DICE: PEDRO: ¡No le conozco!. El Dios de nuestro mayores no de oído a mis súplicas si he tenido trato con ese Galileo que dicen. NARRADOR: ESTE JURAMENTO PARECE TRANQUILIZAR A LOS QUE LE RODEAN. PEDRO ABANDONA AQUEL SITIO, PERO APENAS HA CAMINADO UNOS PASOS CUANDO EL GALLO CANTA POR TERCERA VEZ. ENTONCES FUE CUANDO RECORDÓ LAS PROFÉTICAS PALABRAS DE SU MAESTRO, Y AMARGO Y DOLOROSO LLANTO CORRE DE SUS OJOS. LOS SERVIDORES DEL PONTÍFICE, SE DISPONEN A ARRASTRAR AL PRESO A CASA DE PILATO EL PROCURADOR ROMANO, QUE DEBE FIRMAR LA SENTENCIA; COMO ÚNICO JUEZ QUE TIENE DERECHO DE VIDA O MUERTE SOBRE LOS REOS. UN CENTURIÓN DETIENE LA COMITIVA, DICIENDO: CAYO-APPIO: ¡¡¡Alto!!! ¡Aún es muy temprano para molestar a Pilato: Esperen que el sol pueda alumbrar el rostro del reo y del juez!. NARRADOR: MALHUMORADO CAIFÁS REGRESA CON LA COMITIVA AL SANEDRÍN, SE ACERCA A LOS SOLDADOS Y LES DICE: CAIFAS: ¡Soldados, yo les entrego a este Rey! ¡Tratenle como se merece! En cuanto amanezca lo llevaremos donde Pilato, para que lo juzgue. Por esta noche se quedara encerrado en los calabozos de la ciudad. NARRADOR: ENTONCES JESÚS ES ENCERRADO EN UN CUARTO QUE RECIBE LA LUZ POR LA REJA. ALGUNOS CURIOSOS VAN A CONTEMPLARLE A TRAVÉS DE LOS HIERROS DE LA REJA, DESDE DONDE LE PRODIGAN TODA CLASE DE INSULTOS. JUAN SE HA REUNIDO CON LA VIRGEN Y MAGDALENA, QUE SE HAN PASADO LA NOCHE SENTADAS. MARIA:
¡Juan!, ¿Qué es de mi hijo?
NARRADOR: JUAN NO PUEDE RESPONDER, LOS SOLLOZOS SE LO IMPIDEN. LA PROFUNDA AMARGURA DEL DISCIPULO ES PARA AQUELLA MADRE UNA REVELACION DOLOROSA. MARIA, PROXIMA A DESMAYARSE EN BRAZOS DE MAGDALENA, SUPLICA A JUAN QUE LE CONDUZCA DONDE ESTÁ SU HIJO. MARIA:
¡Quiero ir, quiero verle Juan!
JUAN: ¡Oh madre llena de amargura! ¿A que aumentar tu dolor con la presencia de su cruel martirio? MARIA:
¿Condúceme a donde se halle?.
NARRADOR: A POCOS PASOS DE LA CASA, VEN A UN GRUPO DE GENTE QUE RODEA A UN HOMBRE, QUE GRITA CON TODAS LAS FUERZAS DE SUS PULMONES; DICIENDO:
PEDRO: ¡Si!, ¡Si!, ¡Yo soy Pedro, antes SIMON! ¡Soy Galileo, discípulo de Jesús, el verdadero profeta!, ¡Soy uno más de sus apóstoles!, ¡Soy el más amante de sus doctrinas! ¡¡¡Rasguen mis vestiduras, destrocen mis carnes!!! ¿Qué les detiene?. ¡Si hace poco, por un escrúpulo cobarde, he podido negar a mi maestro; ahora le reconozco, le admiro y le adoro! GENTE:
¡¡¡Este hombre esta loco!!!
NARRADOR: Y LA GENTE VA DEJANDO SOLO A PEDRO, EN CUYOS OJOS AUN NO SE HAN SECADO LAS LAGRIMAS. MARIA, JUAN Y MAGDALENA SE REUNIERON CON PEDRO. MAGDALENA PRESUROSA; SE ACERCA A PEDRO Y LE DICE MAGDALENA: PEDRO:
¡Pedro, por que negaste al maestro!
Tuve que hacerlo. ¿No vez que me iban a matar?
MAGDALENA:
El ya había dicho que lo negarías; ¿Cómo lo supo?
PEDRO:
¡Magdalena, he pecado gravemente; el maestro nunca me lo perdonará!
MAGDALENA: Mi señor ha quedado preso. No nos moveremos de aquí un solo momento. Al amanecer le llevarán con Pilato PEDRO: nosotros?
El maestro esta perdido, pero quizá Pilato le salve, ¡Si Jesús nos falta!, ¿Qué será de
MAGDALENA: Esta noche ¡Oraremos por él! PEDRO:
¡Esta noche!, Después...después... ¿Qué haremos?
MAGDALENA:
¡Esperar!.
NARRADOR: AMBOS LLOROZOS SE ABRAZAN QUERIENDO CONSOLARSE EL UNO AL OTRO. PEDRO:
¡Señora!
MARIA:
¡Pedro!, ¿Qué ha sucedido? ¡Cuenta! ¿Dónde está mi hijo?
PEDRO: cosas.
¡Más valiera no haber nacido con lengua, cuando esta debe pronunciar tales
MARIA:
No aumentes más mi congoja, ¡Habla!
PEDRO: ¡Señora, anoche; estando nosotros orando con el maestro, en el huerto de los olivos, un traidor le ha entregado a los jueces del sinedrio y ... MARIA:
¡Habla, por Dios!
PEDRO:
... estos quieren condenarle a muerte!
MARIA
:
¡Oh, hijo de mi alma!
PEDRO:
El maestro ha dicho que todo estaba escrito
MARIA:
¿Y donde esta él?
PEDRO:
Pronto le llevarán ante Pilato para que este le sentencie
MAGDALENA: MARIA:
Pilato es un hombre justo, quizás le salve al hallarle inocente. ¡Pilato es hombre justo pero débil, la muchedumbre le obligara a condenarlo!
PEDRO: ¡Bueno seria que descansaras, señora!; la angustia de saber la suerte de tu hijo, te ha mantenido despierta durante toda la noche. MARIA:
¡Quiero verle!, ¡Quiero verle, Pedro!
PEDRO:
¡Vayamos pues!
NARRADOR: LA PRESENCIA DE LA MADRE AFLIGIDA EN AQUEL SITIO, HACE ENMUDECER A LOS CURIOSOS. LA VIRGEN CAE DE RODILLAS JUNTO A SU HIJO ¡EXCLAMANDO!. MARIA:
¡Hijo de mi alma!
JESUS: “Yo no he dejado de verte madre mía... desde el momento de nuestra separación... sé lo que has sufrido... pero bendita serás entre todas las mujeres... como bendito será el fruto de tu vientre... que hoy...que hoy es objeto de burla y escarnio”. MARIA: SOLDADOS:
¡Hijo!, ¡Hijo de mi alma! Apresuran el camino para llevarlo con pilatos.
5TA CASA NARRADOR: PONCIO PILATO SE PASEA EN SU CAMERIN CON ADEMAN RECELOSO, PUES EL ESTRUENDO QUE CUNDE POR JERUSALEN, LE INQUIETA, SE ACERCA A LA VENTANA A VER QUE SUCEDE. ABAJO SE ESCUCHA UN GRAN MURMULLO. EN ESTO SE ABRE UNA PUERTA Y ENTRA CLAUDIA SU ESPOSA: PONCIO PILATO: ¡Ah! ¿Eres tu Claudia? ¿A que debo la fortuna de verte tan temprano?... pero...Estas conmovida...pálida! ¿Qué tienes? CLAUDIA: ¡Ah, Poncio! He tenido un sueño horrible, espantoso, pero lo más particular, lo mas extraño es que he soñado despierta.
PONCIO PILATO: ¡Deshecha tus temores, esposa mía!. Yo se bien que esta triste ciudad de Jerusalén, no es muy de tu agrado, pero, que quieres, tu pariente TIBERIO, dice que necesita que un hombre como yo le represente en Israel. Y es preciso vivir en este desierto hasta el día que se apiade de nosotros.
CLAUDIA: ¡No es eso, no Poncio! Lo que en este momento me sobresalta, lo que me aflige. ¡Es un sacrilegio que van a cometer los sacerdotes! y que no quiero que ¡Tú¡ sanciones con tu aprobación. PONCIO PILATO: ¡Claudia mía!, Tus palabras me admiran, te ruego ¡Que te expliques! CLAUDIA:
¿Conoces tú a Jesús de Nazaret?
PONCIO PILATO: (Pensativo) ...¡Ah si!, ese Galileo que recorre las tribus curando enfermos, ese hombre tan extraordinario que predica una ley nueva, ¡El que dice que los hombres son hermanos!, que el último será el primero en el reino de su padre... y que se yo cuantas cosas más, cuyo significado... No comprendo. Pero, ¿Qué tiene que ver ese hombre con tu sobresalto? CLAUDIA: ¡Pues bien, Jesús ha sido preso esta noche por tus soldados y jamás hombre alguno se ha visto tan cruelmente maltratado. ¿Desde cuando los hijos del Tiber, escupen el rostro y golpean a sus indefensos prisioneros? PONCIO PILATO: ¿Cómo sabes tu eso? ¿acaso has salido de la ciudadela? CLAUDIA:
¡No!, ya te he dicho que he tenido un sueño horrible.
NARRADOR: PILATO SE SONRIE CLAUDIA:
¿Dudas de mis palabras?
PONCIO PILATO: ¡No creo en los sueños, querida Claudia. CLAUDIA: ¡Pues yo he visto a través de las paredes de mi recamara, una horda de hombres feroces, entre ellos iban soldados tuyos, ancianos y sacerdotes del consejo. Llegaron al monte de los olivos. Allí estaba Jesús orando como de costumbre. Al verle se le arrojaron sobre él como lobos hambrientos. Jesús con su mansedumbre, se dejo atar las manos a la espalda; luego le condujeron a casa del pontífice. Por el camino las burlas y los crueles golpes se prodigaron con un lujo criminal. Jesús sufría todo, diciendo con dulcisima voz. “Perdónalos padre mío, no saben lo que hacen”. ¿Poncio, Poncio? En Jerusalén va a cometerse un crimen espantoso. La sangre del inocente caerá sobre tu nombre mancillándole eternamente. “Tú eres juez Romano, tu solo tienes derecho de vida y muerte sobre los judíos”. Yo vengo a rogarte, a suplicarte que no seas cómplice de tan nefasto crimen. NARRADOR: ALGO PREOCUPADO CON LA NARRACION DE SU ESPOSA PILATO CONTESTO: PONCIO PILATO: “¡Desecha vanos temores, tú lo has dicho!, todo eso no es otra cosa más que un sueño, pero si ese sueño fuera una realidad: ¡Te juro que yo defenderé a Jesús!, siempre que Jesús no haya conspirado contra Tiberio” CLAUDIA:
¡No olvides, que tengo tu palabra!
PONCIO PILATO: “¡Confía!, la sentencia de Jesús, si no resulta enemigo del imperio, no se firmara... ¡Ah, y en prueba de ello!...¡Te entrego mi anillo!... ¡Estas contenta de mi! CLAUDIA:
¡Oh!, Si Poncio mío. Estoy contenta por que voy a evitar una infamia.
NARRADOR: CLAUDIA, OBSERVANDO QUE SU ESPOSO SE SONRIE, CONTINUA CLAUDIA:
¿Dudas todavía de la realidad de mi sueño?
PONCIO PILATO: ¡Siempre has tenido una imaginación soñadora! NARRADOR: APENAS PONCIO PILATO ACABA DE DECIR ESTAS PALABRAS, CUANDO “CAYO-APPIO”, UN CENTURION DE LA GUARDIA PRETORIANA, ENTRA EN EL CAMERIN. CAYO-APPIO ES ESPAÑOL COMO PILATO Y LOS DOS HIJOS DE TERRAGONA. EL GOBERNADOR TIENE EN CAYO, A UN AMIGO LEAL Y UN SUBDITO FIEL. PONCIO PILATO: ¿Qué ocurre Cayo? CAYO-APPIO: ¡Señor, los sacerdotes te traen un reo para que le juzgues! CLAUDIA:
¡Ese que viene ahí, es Jesús de Nazaret, mi sueño, mi sueño era una revelación!
NARRADOR: EN ESTE MOMENTO LLEGAN HASTA EL GOBERNADOR LAS CONFUSAS VOCES DEL PUEBLO, QUE PIDE JUSTICIA DESDE LA PLAZA. FARISEOS: Pilato, pilato ¡Justicia! ¡Queremos Justicia! ¡Que salga el gobernador, que sentencie al Nazareno! PONCIO PILATO: ¡Cayo, abre todas las puertas del palacio! ¡Que entren esas hienas!. CLAUDIA:
¡No olvides que me prometiste respetar la vida de Jesús!
CAYO-APPIO: ¡Señor, los jueces del sinedrio, los sacerdotes y los fariseos, se niegan a entrar en el palacio. Por que no quieren manchar su conciencia entrando en el día de pascua, en la casa de un hombre que adora a los dioses del olimpo! PONCIO PILATO: ¡Miserables Hipócritas! ¡Raza despreciable y vil! FARISEOS:
¡Justicia! ¡Queremos Justicia! ¡Que salga el gobernador, que se asome Poncio Pilato!
PONCIO PILATO: ¡Pueblo!, que vienes a interrumpir el dulce sueño de la mañana a tu juez. ¿Qué queréis? FARISEOS: ¡Justicia! ¡Queremos Justicia! ¡La cruz para el Nazareno! PONCIO PILATO: ¡De que delito acusan a este hombre!, pero les prevengo, que no quiero que hablén todos a la vez, que tome uno de ustedes la palabra y los demás que guarden silencio SAMUEL BELIBETH: ¡Juez romano, el pueblo pide justicia y la espera de ti, por que tu solo tienes derecho de vida y muerte, sobre los súbditos del ilustre emperador tiberio. Este hombre es el hijo del carpintero José y de María todos le conocemos perfectamente. Dice sin embargo, que es rey de Judá; hijo de Dios y que se yo cuantos sacrilegios que no es decoroso recordar. Hace tres años que recorre las tribus embaucando a las gentes sencillas, no respeta la ley de nuestros mayores y cura en sábado las dolencias del prójimo. Esto como vez merece la muerte y eso espera de ti el pueblo que llena esta plaza. ¡He dicho! PONCIO PILATO: ¡Si Jesús no ha cometido más crímenes, que los que acabas de relatar! ¡Yo que represento a Roma, no le hallo culpa suficiente para castigarlo! CAIFAS:
¡Si no fuera un criminal no te lo hubiéramos traído!
PONCIO PILATO: ¡Si ese hombre pecó contra su ley, juzguenlo ustedes!
CAIFAS: La pena de muerte, bien la sabes Pilato, la han reservado ustedes como derecho de conquista. Nosotros no podemos sentenciar a Jesús y su delito merece la muerte. PONCIO PILATO: ¡Pues bien, acusenle de crímenes que merezcan la cruz! CAIFAS: ¡Pilato, con lo que te hemos dicho de sobra tienes para sentenciar a Jesús. Recuerda que Tiberio a declarado reos de muerte en cruz afrentosa a todos los hechiceros y este hombre cura endemoniados y hace otros mil sortilegios! ¿No falta a lo que tu señor prescribe? CAYO-APPIO:
¡Pilato te espera, sigue mis pasos!
PONCIO PILATO: (En Voz Baja) “Este hombre no parece un criminal, pues lleva escrito en el rostro, la belleza de su alma” PONCIO PILATO: ¿Eres tú, “El Rey de los Judíos”? JESUS:
¿Dices eso por ti mismo, o te lo han dicho otros de mi?
PONCIO PILATO: ¿Soy yo acaso Judío?, tu nación y los pontífices te han puesto en mis manos, ¿Qué has hecho para que deseen tu muerte con tan tenaz empeño? JESUS: Mi reino no es de este mundo, no debe pues inspirar recelo a tu señor. Si de este mundo fuera mis súbditos pelearían para que no fuera entregado a los Judíos. PONCIO PILATO: ¡Entonces!, ¿Tú eres Rey? JESUS: Tu dices que lo soy, yo para eso nací, más vengo a reinar en los corazones de los justos; a transmitir la luz divina de la gracia y la verdad. Todo aquel que ame la verdad, que escuche mi voz. PONCIO PILATO: ¡Pero, que verdad es esa de la que me hablas! PONCIO PILATO: ¡¡¡Ningún delito, hallo en este hombre!!! CAIFAS:
¡Medita lo que dices, Jesús ha ejercido en Galilea toda clase de sacrilegios!
PONCIO PILATO: ¡Es galileo Jesús! MUJER: profeta !
¡Si, es de galilea viene de alla alborotando a la gente, es un embustero, falso
PONCIO PILATO: ¡Pues entonces llevenlo a Herodes tetrarca de galilea, que le juzgue, diganselo de mi parte! NARRADOR: Claudia ya espera a Poncio en la Recamara PONCIO PILATO: ¿Estas contenta de mi? CLAUDIA: ¡Poncio, creo que has sido muy débil en esta ocasión, debías haber arrebatado a Jesús de las manos de sus verdugos. NARRADOR: MIENTRAS TANTO JESUS ES CONDUCIDO AL PALACIO DE HERODES. EL QUE MAS MALTRATA A JESUS ES SAMUEL BELIBETH, QUE GRITA COMO UN ENERGUMENO.
SAMUEL BELIBETH: ¡Mago hechicero, si eres Dios como dices, haz un milagro, concediéndome a mi la inmortalidad y a mi madre que es muda, el uso de la palabra. NARRADOR: JESUS VUELVE UNA VEZ MAS LA CABEZA CERCA DEL PALACIO DE HERODES Y DIRIGIENDOSA A SAMUEL BELIBETH LE DICE: JESUS:
¡El hijo del hombre se va, pero tu esperaras a que vuelva.
NARRADOR: SAMUEL SUELTA UNA CARCAJADA. LA COMITIVA CONTINUA SU CAMINO, DETENIENDOSE ANTE EL PALACIO DE HERODES EL GRANDE.
6ta CASA DE PILATO A HERODES HERODES:
¡Basta! ¡Basta! ¡Alto a la música!
NARRADOR: HERODES ANTIPAS EL MATADOR DEL BAUTISTA, TENIA VIVOS DESEOS DE VER A JESUS, CUYA FAMA HABIA LLEGADO A SUS OIDOS, MANDO QUE INTRODUJERAN AL REO Y A SUS ACUSADORES. EL GALILEO, TAN PRONTO COMO SE VIÓ DELANTE DEL ASESINO DEL BAUTISTA, FIJÓ EN EL, SU MIRADA. HERODES MANTUVO AQUELLA MIRADA POR UN MOMENTO Y LUEGO DIJO: HERODES: No podrían pensar, respetables sacerdotes. Lo que les agradezco el que me presenten; a este hombre; hace tiempo que la fama de sus milagros resuena en mis oídos y deseo vivamente ver por mis propios ojos, uno de esos prodigios que trae alborotados a los sencillos habitantes de sabulón. Acércate profeta y no temas, y puesto que los prodigios están en tus manos, muéstrame tus habilidades, confunde mi poca fe. Vamos haz un milagro NARRADOR: JESUS DIRIGE UNA MIRADA DE COMPASION AL TETRARCA Y GUARDA SILENCIO. HERODES: ¿Eres mudo por ventura? ¿Por qué no hablas? ¿Por qué no me confundes? Asómate a esa ventana, desde donde se ve la cilíndrica torre de David, y dile que te salude. NARRADOR: JESUS GUARDA SILENCIO, DESPRECIANDO LAS EXIGENCIAS DE HERODES. HERODES:
¿Olvidas que soy Tetrarca de Galilea y que tu silencio puede costarte caro?
NARRADOR: EL NAZARENO SE SONRIE DULCEMENTE HERODES: ¡Miserable! Desprecias mis amenazas. ¿Estas loco? Haz un prodigio o de lo contrario, el rigor de mi cólera, caerá sobre tu cabeza. NARRADOR: HERODES TRAE UNA COPA CON AGUA Y LUEGO LE DICE HERODES:
¡Convierte esta agua en vino!
NARRADOR: LUEGO PASA EL VASO POR EL ROSTRO DE JESÚS, BEBE EL AGUA QUE CONTIENE Y CON DISGUSTO Y ENOJO VE QUE NO CONTIENE VINO, HERODES, ESCUPE EL AGUA Y LUEGO ARROJANDOSELA A JESUS LE DICE. HERODES:
¡Esto es agua!
NARRADOR: EL MARTIR PERMANECE IMPASIBLE, MUDO, CON LA MIRADA FIJA EN EL ROSTRO DEL TETRARCA. HERODES: ¡Hago mal en irritarme contigo, sin duda, ilustre rey, me crees inferior a tu persona y me desprecias. Es justo, pero debo advertirte que yo no solamente me hallo dispuesto a perdonarte y aclamarte por mi señor, sino que prometo adorarte como a un Dios, si logras resucitar a tu abuelo David. NARRADOR: JESUS NO RESPONDE, AVANZA CAIFAS UNOS PASOS Y EXCLAMA: CAIFAS: Ilustre Tetrarca, este hombre es un embaucador, tu le ofreces una corona por un milagro y no lo hace ¡Embaucador! HERODES: ¿Para que necesita Jesús la corona?, colocale sobre sus hombros el manto púrpura de los emperadores y llevale a Pilato. NARRADOR: BAJANDO EL TRONO, ABANDONA LA SALA DE LA JUSTICIA, MANDANDO QUE SE LLEVEN A AQUEL HOMBRE.
7ma CASA POR SEGUNDA VEZ JESUS ANTE PILATOS PILATOS:
¡HECCE HOMO! ( HE AQUÍ EL HOMBRE )
PONCIO PILATO: ¡Verle, israelitas! ¡Ecce homo! ¡He aquí el hombre! ¡Hasta la figura de hombre ha perdido! ¡Despreciarle! Bastante castigado está por sus crímenes. ¿Qué les importa que este hombre viva o muera, después del castigo que acaba de recibir? PUEBLO:
¡Al Gólgota, ¡Al Gólgota! ¡Crucificale! ¡La muerte para él, la cruz!
NARRADOR: CAIFÁS, CUYO RENCOROSO CORAZÓN TEME QUE JESÚS SE LIBRE DE LA MUERTE, GRITA CON DESAFORADO TONO. CAIFAS: Pilato, tu deber es respetar nuestra ley y castigar a los enemigos del Cesar. Jesús se ha llamado hijo de Dios: merece pues, la muerte por nuestra ley. El segundo delito de Jesús es el crimen de rebelión contra Tiberio, y merece muerte de cruz. Crucificale tú, que es a quien compete. Roma te lo manda, el deber te lo aconseja NARRADOR: EL HOMBRE DEL CESAR HACE ESTREMECER A PILATO Y TEME QUE AQUELLOS FURIOSOS SACERDOTES LE ENVUELVAN EN ALGUNA CALUMNIA DE FATALES CONSECUENCIAS PARA ÉL. HACE ACERCAR A JESÚS Y LE DICE:
PONCIO PILATO: Defiéndete, ya oyes lo que dicen de ti. NARRADOR: JESÚS GUARDA SILENCIO. EN ESTE MOMENTO UN SOLDADO ENTRA Y LE DICE A PILATO: SOLDADO: Señor, tu esposa me envía a decirte que no olvides tu promesa; que respetes la vida del Nazareno NARRADOR: PONCIO LLEGA A DESORIENTARSE, POR UNA PARTE SU CONCIENCIA Y SU ESPOSA LE DICEN QUE JESÚS NO ES CULPABLE, POR OTRA PARTE, LOS SACERDOTES ACUSAN A AQUEL HOMBRE COMO ENEMIGO DEL CESAR .HACE EL ULTIMO ESFUERZO PARA SALVARLE. PILATO RECUERDA QUE POR LA PASCUA SE ACOSTUMBRA DAR LA LIBERTAD A UN PRISIONERO AQUEL A QUIEN EL PUEBLO PIDA, ESTO LE DA UNA ESPERANZA. PONCIO PILATO: ¡judíos! Mi conciencia me dice que Jesús es inocente, o al menos no merece la muerte. Entre ustedes existe la costumbre de conceder la libertad a un criminal en estos días, ...Traigan a Barrabas. NARRADOR: LOS SOLDADOS CONDUCEN HACIA EL ESTRADO A BARRABAS, LUEGO LEVANTANDO LA VOZ LES DICE: PONCIO PILATO: ¿Quierén que suelte a Jesús el rey de los Judios o a Barrabas? JUAN:
Suelta a Jesús el no ha hecho nada, Jesus es inocente Barrabas es un asesino¡
ANAS:
No a este ¡A Barrabas !
FARICEOS: ¡Si a Barrabas! PONCIO PILATO:¡Pues que mal ha hecho este hombre! Yo no culpa n el que merezca la muerte, por lo tanto le Castigare y lo pondré en libertad al igual que a Barrabas PONCIO PILATO:Guardias quiten sus vestiduras, atenlo a la columna y azóntelo. SOLDADO 1: Como digno rey que eres aquí esta tu manto. SOLDADO 2: Tu dices ser el Rey, aquí esta tu cetro. SOLDADO 3: A este Rey le falta su corona. SOLDADO 4: ¡ Salve, Rey de los Judios ! PONCIO PILATO:Aquí lo traigo, para que sepan que no encuentro en el ninguna culpa. CAIFAS Y ANAS:Crucificale, crucificale, crucificale NARRADOR: PILATO SE RESISTE A MATAR A JESÚS. HACE EL ÚLTIMO ESFUERZO, VUELVE A INTERROGAR AL REO. PONCIO PILATO: ¿Por qué no me respondes? ¿No sabes que en mi mano esta tu muerte o tu vida? JESUS: cielos.
Ninguna potestad tendrías sobre mí si no te fuera dada de lo alto de los
PONCIO PILATO: ¡Pueblo! En vano será que vociferes. Jesús es un justo y no es honroso para un juez firmar la sentencia de muerte del inocente, ¡Pido pues, su libertad! CAIFAS: Pilato, piensa que olvidas tus deberes. Jesús se ha proclamado rey de los judíos, usurpando una dignidad que corresponde a tiberio, tu dueño y el nuestro por derecho de conquista. Este hombre que defiendes es enemigo del Cesar. Siendo tú su defensor, te haces un cómplice. Salvando su vida atentas a la gloria del augusto emperador Tiberio. ¡Ay de ti Pilato! Ay de ti si tu conducta en este día llega a los oídos del Señor del mundo, ¡¡¡El inmortal Tiberio!!! NARRADOR: PILATO, DÉBIL Y COBARDE, ANTE LAS AMENAZAS DE AQUEL SACERDOTE RENCOROSO COMETE LA INFAMIA DE DECIR CON TEMBLOROSO ACENTO: PONCIO PILATO: Ustedes me han presentado a este hombre y yo le he interrogado delante de ustedes y no le he Encontrado culpa alguna, lo he mandado con Herodes y el tampoco le ha encontrado culpa alguna, por eso me lo Ha regresado. Yo no me hago responsable de la sangre de este hombre justo. Llevenselo ustedes. CAIFAS Y ANAS:
Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos.
PONCIO PILATOS: Iras a la Cruz.
PONCIO PILATO:
Suelten a Barrabas.
Y escribiras un letrero sobre la cruz en latin, griego y hebreo que dira Jesús Nazareno Rey De los Judios para que asi a todos los judíos les de vergüenza. JUDAS: He pecado con la sangre de un justo ¡Peque entregando la sangre de un inocente! Aquí Están sus treinta monedas. BARRABAS: ¡Soy Libre! ¡Soy libre!
VIERNES SANTO
VIERNES SANTO (14 ESTACIONES)
1ª. ESTACION .- JESÚS ES CONDENADO A MUERTE. JESUS POR SEGUNDAVEZ ANTEPILATO
2da ESTACION.- JESUS LLEVA LA CRUZ.
Los soldados del centurión hacen que Jesús cargue la cruz y los dos ladrones hacen caminar detrás de él con las manos atadas a un madero y cadenas.
3era ESTACION.- JESUS CAE POR PRIMERA VEZ. La caída no es tan prolongada, el esfuerzo para incorporarse no es mucho, mientras los soldados lo maldicen y golpean cuando Jesús se levanta.
4ta. ESTACION.- JESUS ECUENTRA A SU MADRE.
María burla a la guardia de los saldados que van custodiando a Jesús.
SOLDADO: Atrás Mujer SOLDADO: Déjala es su madre MARIA: Hijo, mira como te han puesto apenas y te reconozco JESUS: Madre es la voluntad de Padre y aun falta más. SOLDADO: Atrás mujer, no estorbe.
5ta. ESTACION.- JESUS ES AYUDADO POR SIMON DE CIRENE.
Simón que regresaba a casa con leña se asomo a la multitud de gente y los soldados lo obligaron a soltar la leña y ayudar a Jesús a cargar la cruz.
6ta. ESTACION.- JESUS Y LA VERONICA. Verónica burla a la guardia de los soldados, quitándose el velo le enjuga el rostro a Jesús. VERÓNICA: Señor yo no sé si eres bueno o malo, solo se que no haces ningún mal a nadie; permíteme enjugar tu rostro.
Los soldados la retiran y al ver las mujeres el manto esta el rostro de Jesús, se remolinan con él, mientras tanto los soldados las empujan.
7ma. ESTACION.- JESÚS CAE POR SEGUNDA OCASIÓN.
El esfuerzo que hace Jesús por levantarse es grande, provocando entre los que creen en él sentimientos encontrados.
8va. ESTACION.- JESÚS HABLA CON LAS MUJERES.
Por tercera ocasión las mujeres burlan a la guardia de los soldados y se acercan a Jesús con llanto incontenible.
JESUS: No lloren por mí, lloren por ustedes y sus hijos si esto se hace al leño verde que no se hará al seco.
9na. ESTACION.- JESUS CAE POR TERCERA VEZ.
El cuerpo de Jesús cae completamente sin poder meter las manos, el esfuerzo para incorporarse es demasiado, realizándolo hasta el tercer intento; dos soldados nuevamente lo maldicen y lo golpean con fuerza.
10ma ESTACION.- JESUS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS.
Los soldados despojan a Jesús de su túnica de una sola pieza y echan suerte sobre ella.
11va. ESTACION.- JESÙS ES CLAVADO EN LA CRUZ.1
Una vez clavado Jesús en la cruz los soldados empiezan a insultar y burlarse de èl. Soldados
1 Tú que destruyes el templo y lo reconstruyes en tres días sálvate y
salva a esos
Mugrosos.
2 Predicabas que se acercaba el reino de los cielos quisiera verlo hijo de… 3 Tú que curabas leprosos y doliente, porque no curas tu propio dolor y bajas de Esa cruz. 4 Confiabas tanto en tus discípulos, les hubieras enseñado cosas mejores maldito Charlatán. 5 Barrabas era un ladrón pero tú eres peor que él 6 Tú que todo lo sabes y puedes, llama a tú Dios para que vengan a salvarte 7 Donde está la prueba de tú doctrina enséñame ahora hablador 8 Quisieras otra corona para que te sientas todo un Rey de los judíos, eres un Impostor. 9 Rey de Israel baja ahora de la cruz y creeremos en ti. 10 Tú resucitaste a Lázaro, primero intenta salvarte maldito 11 Tú te haces llamar hijo de Dios y caminas sobre las aguas, baja traidor
12 Creías que siempre triunfarías solo por que el domingo entraste victorioso a Jerusalén, estas equivocado al nacido.
13 A otros a salvado y que no se salve a si mismo ( todos hacen una risa burlona Y escupen a sus pies)
LAS SIETE PALABRAS 1ª. Padre mío perdónalos porque no saben lo que hacen
2da.
GESTAS: Si tu eres el Mesías sálvate y sálvanos a nosotros
DIMAS: ¿Cómo, ni siquiera tu temes a Dios estando en el mismo suplicio, nosotros ciertamente lo merecemos por Nuestros delitos, pero este que mal ha hecho ¡ Señor acuérdate de mi cuando llegues a tu reino ¡
JESUS EN VERDAD TE DIGO QUE HOY MISMO ESTARAS CONMIGO EN EL PARAISO 3ª. Estaban junto a la cruz Maria la Madre, su discípulo Juan , las tres Marías ( Salome, Cleofás y Magdalena ) , viendo a su Madre
JESUS
Mujer , he ahí a tu hijo, ( luego dijo al discípulo ) Hijo he ahí a tu madre
4ª. Dios mió, Dios mió, porque me has abandonado 5ª.
Tengo sed
6ª.
Todo esta consumado
7ª.
Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu
12ª. Estación .- JESUS MUERE EN LA CRUZ
13ª. Estacion .- JESUS ES BAJADO DE LA CRUZ
14ª. Estacion .- JESUS EN EL SEPULCRO