LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA EN EL ÁMBITO DE LAS CIENCIAS SOCIALES Por Alberto Yegres Mago
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CONTENIDO INTRODUCCIÓN PARADIGMA CUALITATIVO: PRESUPUESTOS BÁSICOS ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA APRO APROXI XIMA MACI CIÓN ÓN CONC CONCEP EPTU TUAL AL INVESTIGACIÓN CUALITATIVA
Y
CARA CARACT CTER ERÍÍSTIC STICAS AS
MÁS MÁS
IMPO IMPORT RTAN ANTE TES S
COMPLEMENTARIEDAD METODOLÓGICA EN LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA MÉTODOS Y CORRIENTES DE ORIENTACIÓN CUALITATIVA La hermenéutica como método
- Presupuestos teóricos - Proceso hermenéutico - El método hermenéutico-dialéctico: desarrollo y reglas o cánones interpretativos La metodología etnográfica
- Fundamentos teóricos - Momentos fundamentales del estudio etnográfico - El proceso etnográfico - El producto etnográfico El método fenomenológico
- Fundamentos teóricos - Etapas y pasos del método fenomenológico en el contexto de la investigación - Etapa previa: clarificación de los presupuestos epistemológicos - Etapa descriptiva: recolección de datos - Etapa estructural: estudio detallado de las descripciones protocolares - Etapa de discusión de los resultados Método de análisis de contenido
- ¿En qué consiste el método de análisis de contenido? - Etapas del método de contenido - Formulación de objetivos - Precisar las unidades de contenidos - Categorización, análisis e interpretación de los datos - Niveles en el análisis del contenido BIBLIOGRAFÍA
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DE
LA
CONTENIDO INTRODUCCIÓN PARADIGMA CUALITATIVO: PRESUPUESTOS BÁSICOS ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA APRO APROXI XIMA MACI CIÓN ÓN CONC CONCEP EPTU TUAL AL INVESTIGACIÓN CUALITATIVA
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CARA CARACT CTER ERÍÍSTIC STICAS AS
MÁS MÁS
IMPO IMPORT RTAN ANTE TES S
COMPLEMENTARIEDAD METODOLÓGICA EN LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA MÉTODOS Y CORRIENTES DE ORIENTACIÓN CUALITATIVA La hermenéutica como método
- Presupuestos teóricos - Proceso hermenéutico - El método hermenéutico-dialéctico: desarrollo y reglas o cánones interpretativos La metodología etnográfica
- Fundamentos teóricos - Momentos fundamentales del estudio etnográfico - El proceso etnográfico - El producto etnográfico El método fenomenológico
- Fundamentos teóricos - Etapas y pasos del método fenomenológico en el contexto de la investigación - Etapa previa: clarificación de los presupuestos epistemológicos - Etapa descriptiva: recolección de datos - Etapa estructural: estudio detallado de las descripciones protocolares - Etapa de discusión de los resultados Método de análisis de contenido
- ¿En qué consiste el método de análisis de contenido? - Etapas del método de contenido - Formulación de objetivos - Precisar las unidades de contenidos - Categorización, análisis e interpretación de los datos - Niveles en el análisis del contenido BIBLIOGRAFÍA
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INTRODUCCIÓN. El hombre se relaciona con la realidad para comprenderla y valorarla. La razón le proporciona los elementos lógicos necesarios para abordar la realidad, conocerla, transformarla y ponerla a su servicio; y como ser moral la aprecia sobre la base de los criterios valorativos del bien y del mal, de lo verdadero y lo falso, de lo justo o injusto, etc. La realidad es donde están las cosas, los objetos y donde se ubican también también las personas y se interrelacionan. Es en la realidad donde el hombre le da sentido y significado a su propia vida; es decir, es aquí donde él se comprende, se interpreta y desarrolla sus propias posibilidades; es donde el hombre se ve y puede ser visto; es donde se concibe como proyecto de vida y como ser que requiere ayuda de sus s us semejantes. De ahí que la primera preocupación del hombre es percibir y entender su entorno, el mundo y todo el universo que lo rodea. El análisis de la realidad, dice Pérez Serrano (1998, 15), “consiste en acercarse a ella, desvelarla y conocerla, con el fin de mejorarla, pues la realidad es algo que nos viene dado, lo que existe, el ámbito en el que se desarrolla la vida del hombre y todo aquello con lo que se relaciona”. La realidad comprende, por una parte, lo que el hombre encontró ya hecho, lo que no requirió de su esfuerzo para existir, es el mundo natural con todas sus implicaciones y manifestaciones; y por otra parte, contiene también los aportes del propio hombre, la cultura y todas las realizaciones sociales e históricas de la existencia humana. El vocablo latino natura (nacer) es equivalente al griego phycis griego phycis (producir, crecer), ambos significan naturaleza (lo que surge, crece y se desarrolla ordenadamente). De ahí que la naturaleza, al decir de Ayllón (2003, 290), “es el mundo animado por un dinamismo que se expresa en colere: cultivar) es el resultado leyes universales”; mientras que la cultura (de la voz latina colere: de “la transformación reflexiva, pensada e inteligente del entorno” ( Ibíd Ibíd .,140). .,140). La cultura es una hechura del hombre, y se expresa, por un lado, en aquellos elementos materiales que ha elaborado para adaptarse al entorno físico y social; y, por otro lado, encierra todas aquellas form formas as de pens pensar ar,, cree creenc ncia ias, s, cost costum umbr bres es,, valo valore ress y no norm rmas as;; es deci decir, r, toda todass esas esas manifestaciones que la antropología cultural define como “cultura mental”. El estudio de la realidad para ser comprendida y valorada se asume, generalmente, en dos dimensi dimensione oness metodo metodológ lógica icas: s: cuanti cuantitat tativa iva y cualit cualitati ativa. va. Hay, sin embargo embargo,, alguno algunoss autores autores que incluy incluyen en una tercer terceraa dimens dimensión ión:: el enfoque enfoque sociocrí sociocrític tico. o. Estos Estos enfoque enfoquess constituyen los modelos o paradigmas de análisis de la realidad, los cuales van a determinar la metodología más apropiada para la investigación. Se trata de distinguir y definir los métodos y técnicas que más convienen para investigar la realidad, actuar sobre ella y mejorarla si la intención es cambiarla. No es una tarea fácil analizar y comprender la realidad, se requiere para ello conocer con mucho cuidado los procedimient procedimientos os metodológic metodológicos os más adecuados para hacerlo. hacerlo. Cuando se trata de investigar en el campo social, la situación es aún más difícil y requiere mayor cuidado, por el predominio de las metodologías cualitativas, donde la investigación debe captar la reflexión de los sujetos involucrados en el proceso, sus motivaciones, vivencias e interpretaciones personales y colectivas.
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PARADIGMA CUALITATIVO: PRESUPUESTOS BÁSICOS. Toda sociedad es dinámica, marcha al ritmo de los cambios sociales, productivos, cultu cultura rale les, s, polí políti ticos cos y educa educati tivos vos que que coti cotidi dian anam amen ente te se produ produce cenn en su seno. seno. Las Las consecuencias de ese proceso de transformaciones e innovaciones se expresan en un conjunto de saberes, informaciones, sentimientos, representaciones, imágenes, símbolos, cultura, valores, ideologías, creencias, actitudes y normas que determinarán finalmente los elementos motivadores de la propia dinámica social. La realidad y todos los factores y fenóm fenómen enos os que que la const constit ituy uyen en está estánn en con conti tinu nuoo camb cambio io y poseen poseen un alto alto nivel nivel de complejidad, lo que presupone una manera de pensar innovadora, acorde con los nuevos tiempos tiempos y con una lógica actualizada. actualizada. Esta manera de pensar y actuar debe responder a las exigencias de un nuevo paradigma, para que toda investigación que se haga no desvirtúe la realidad que estudia, y pueda interpretarla para el bien de la ciencia y el conocimiento humano. En la actualidad se requiere administrar los recursos, las informaciones y los tiempos con mucho más eficiencia que en el pasado. Es evidente que casi todos los problemas que emanan de la sociedad pueden ser objeto de un estudio profundo que utilice el enfoque metodológico cualitativo Una investigación seria, con criterio científico y fundamentada en valores humanos, supon suponee pensa pensarr en nuev nuevas as cate categor goría íass que que esta establ blez ezcan can dispo disposi sici cion ones es adec adecuad uadas as a las las exigencias de los fenómenos requeridos para descifrar críticamente la realidad. Se demanda un concepto de ciencia y un método acordes con las necesidades actuales; pues ya no son sufi sufici cien ente tess los los plan plante team amie ient ntos os trad tradic icio ional nales: es: “D “Deb ebid idoo a ello ello,, más más que nun nunca ca,, en la actualidad es necesario impulsar una nueva crítica de la razón, especialmente en lo que se refiere a la conceptualización de la ciencia, los caminos que conducen a la ‘verdad’ y la convali conv alidac dación ión de cada uno de ellos” ellos” (Martí (Martínez: nez: 2002, 19). La riguros rigurosida idadd cientí científic ficaa trad tradic icio ional nal tien tienee marca marcada dass debi debili lidad dades es,, a veces veces disi disimu mula lada dass bajo bajo un do dogm gmat atis ismo mo metodológico y en ocasiones concebidas en un marco de indigno fanatismo de los medios académicos, lo que impide un análisis sistemático y crítico de la realidad que se estudia. Esas Esas falla fallass se puede puedenn supera superarr con con facil facilid idad ad medi mediant antee la part partic icipa ipaci ción ón de todo todoss los los implicados en la investigación con sus aportes, sus críticas constructivas y la disposición de conocer e interpretar interpretar el entorno que interesa mejorar. La vida social se expresa en múltiples y variadas relaciones, y para estudiar este ámbito de la realidad con un carácter riguroso y crítico se requiere la metodología cualitativa, porque ofrece mayores posibilidades de acercar el investigador al objeto que aspira comprender y analizar. La investigación cualitativa permite aprovechar una visión más global y aproximada de la realidad social, política y educativa que interesa estudiar. Además, permite tener una visión más adecuada, clara y dinámica de la realidad, y la elaboración de un conocimiento científico desde un análisis sistemático y coherente de los problemas sociales so ciales a investigar. El propósito de la modalidad cualitativa, como bien señala Pérez Serrano (2001, (2001, 28), “no es elaborar elaborar teorías científicas científicas que puedan puedan contrastarse contrastarse de modo modo exper experim imen enta tal, l, sino sino inte interpr rpret etar ar la acci acción ón socia sociall y desve desvela larr su signi signifi fica cado do”. ”. La investigación cualitativa se orienta básicamente a la solución de problemas con fines prácticos; es decir, que como cualquier otra metodología se interesa en indagar, averiguar y resolver situaciones problemáticas mediante la búsqueda de soluciones racionales. Sin embargo, se debe tener presente que en los ámbitos socioculturales, la investigación no 4
debe responder a una obsesión pragmatista, sino más bien de sensibilidad y de búsqueda de eficacia en dichos ámbitos. “La utilidad reside en saber captar la unidad en la complejidad, pues de otro modo sólo se acumularían saberes puntuales que no aportarían la visión global” ( Ibíd . 34). Ciertamente, la investigación cualitativa no sólo se plantea problemas, o se dedica a proporcionar las informaciones requeridas por el investigador y a tratarlas, sino también produce y genera nuevos conocimientos, que se fundamentan en concepciones teóricas y epistemológicas concretas. El investigador al abordar la realidad que se propone estudiar lo hace consciente de que en el proceso se encontrará con muchos problemas que deberá resolver. Debe estar preparado para ello y lo primero que debe llamar su atención son las técnicas metodológicas que utilizará en la investigación, con el propósito de encontrar la herramienta más adecuada y práctica para el trabajo que se propone realizar. Investigar la realidad sociocultural requiere de un procedimiento de estudio cuidadoso, y el más apropiado, en este caso específico, resulta ser el enfoque cualitativo, porque los problemas relacionados con el quehacer humano siempre son complejos, y porque el interés del investigador se dirige hacia el significado humano en la vida social. ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA
El término cualitativo viene de la voz latina qualitas, y ésta proviene a la vez de qualis que significa cuál , qué. De ahí que cualidad en su remota acepción latina se refiere a “la naturaleza o esencia de un ser” (Martínez, 2004: 65), y trata de explicar ¿qué es?, ¿cómo es?. Las respuestas a estas interrogantes se expresan señalando o describiendo sus cualidades básicas. No se trata de estudiar por separado las cualidades de un ser determinado; “se trata, pues, del estudio de un todo integrado que forma o constituye primordialmente una unidad de análisis y que hace que algo sea lo que es: una persona, una entidad étnica, social, empresarial, un producto determinado, etc.” ( Ibíd . 66). Sin embargo, no hay que descartar la posibilidad de que se aborde en la investigación cualitativa una cualidad específica, “siempre que se tenga en cuenta los nexos y las relaciones que tiene con el todo, los cuales contribuyen a darle su significación propia” ( Ibíd.). El sentido holístico de la investigación cualitativa es lo que posibilita la obtención de informaciones coherentes y lógicas, y le da la dimensión de un metodología confiable para la adquisición de conocimientos integrales de la realidad que se estudia. El enfoque cualitativo como procedimiento para conocer la vida de personas y pueblos no es nada nuevo. Cuando el pensamiento griego tuvo que afrontar el “resquebrajamiento de la cosmovisión tradicional bajo el peso de la incipiente interpretación científica del mundo; a la crítica de la religión mitológica promovida por los primeros filósofos; y a la relativización de sus propias costumbres provocadas por el contacto con otros pueblos” (Rodríguez Duplá, 2001:215), surgió una nueva forma de pensar y actuar frente a la vida. Ese momento lleno de incertidumbre impulsó una insaciable búsqueda, cuestionamiento e indagación de un nuevo sentido de la vida, porque todos los cimientos de aquella sociedad eran afectados por una crisis que requería descubrir nuevas verdades. Ante esa situación la filosofía asumió una responsabilidad vital en la orientación del quehacer humano, hizo del lenguaje y de la imaginación sus armas más adecuadas para darle a la sociedad un sentido y 5
un rumbo compartidos por todos. Eso implicó que los pensadores se mantuvieran alerta y asumieran responsabilidades frente el desosiego. En un primer momento, esa sensación de crisis se vio agudizada por la ilustración sofista y Sócrates, que van a poner como centro de sus reflexiones filosóficas al hombre y a la sociedad. Sócrates, el más grande filósofo de ese momento, asumirá de manera decisiva la responsabilidad de buscar respuestas adecuadas a preguntas sobre el sentido de la vida; le pregunta a las personas: ¿cuál es la vida mejor para los hombres?, ¿cómo vivir una vida verdaderamente humana, plena y feliz?. “Tras estas preguntas alentaba un profundo sentimiento de responsabilidad por la propia existencia, al tiempo que un intenso deseo de plenitud” ( Ibíd .). La exhortación de Sócrates a los ciudadanos que encontraba en las calles de Atenas tenía un propósito: llamarles la atención acerca de lo que significaba la vida buena, a preocuparse por la salud de su alma más que por el bienestar físico o por las riquezas. “No es el menor de los méritos de Sócrates el haber mostrado a la posteridad que las preguntas que a él le trabajaban el alma no son exclusiva de cierta coyuntura histórica, sino que pertenecen por derecho propio a toda la existencia humana libre y responsable” ( Ibíd . 216). El esfuerzo de Sócrates resultará a la postre beneficioso para el ulterior desarrollo del pensamiento crítico. Rodríguez Duplá (2001), resume los aportes socráticos en tres significativos momentos: a) La búsqueda de respuestas apropiadas a la pregunta por la vida buena, preocupación que se ha mantenido durante mucho tiempo como centro de la reflexión ética; si bien, no fue esa la única pregunta que esperaba respuestas adecuadas, si se convirtió en el centro de las preocupaciones morales que se desarrollaron a lo largo de estos siglos. b) El esfuerzo socrático por mejorar la humanidad ha constituido desde entonces el interés fundamental de los filósofos moralistas de todos los tiempos. c) Ayudó a orientar de una manera decidida la reflexión antropológica y sociológica en las diversas formas de expresarse como inquietudes etnográficas. Ciertamente, como afirma Pérez Serrano (1998, 14): “La etnografía ha nacido, como tradición científica, de la curiosidad por la vida de las personas en sus múltiples situaciones”. Ese fue el gran aporte de Sócrates para el conocimiento de la sociedad y el desarrollo posterior de la filosofía como reflexión crítica y sabiduría de la vida. La investigación cualitativa debe enmarcarse de una manera amplia en los conocimientos sociales e históricos que fueron surgiendo a lo largo del desarrollo de todo el pensamiento humano. Sócrates fue uno de los más insignes cultivadores del enfoque cualitativo, pues, procuró en todo momento conocer como pensaban sus conciudadanos sobre temas cotidianos: sus representaciones, sus creencias, sus experiencias, sus vivencias y sentimientos que conformaban la vida personal y colectivas de los atenienses. Un hecho significativo que debe tomarse en cuenta es la larga confrontación que ha existido siempre entre la dimensión cualitativa y la dimensión cuantitativa en la investigación social. En el ámbito de la filosofía griega, señala Conde (1999, 53), “se produjeron las transformaciones más importante entre ambas perspectivas que han conformado el horizonte social, epistemológico, teórico y metodológico en el que, en la actualidad, se abordan las relaciones entre las mismas”. La polémica cobra significación en el pensamiento griego entre las visiones “formalista” y “sustantivista”. La tendencia formalista-idealista defendida por Platón se oponía a las concepciones materialistas de Demócrito. La teoría de Platón era muy sencilla: si se dividía un objeto hasta sus últimas 6
consecuencias se reduciría a pura forma, a algo matemáticamente puro, sin presencia alguna de materia, por lo que asumía una posición pre-cuantitativa. Mientras Aristóteles se aproximaba más a la tendencia pro-cualitativa por el hecho de asumir un mayor respeto por la descripción de los procesos y movimientos que se aprecian en la investigación de la realidad social. Si bien Platón trató de hacer de la Naturaleza un espacio matemático, pero al emplear la dialéctica como procedimiento de conocimiento no desestimó lo cualitativo; como también Aristóteles, que si bien se orientó hacia lo cualitativo, empleo también con regularidad una metodología concreta, empírica, directa, cuantitativa. “De esta forma, ambos autores/concepciones fundaron las bases filosóficas en las que posteriormente, se iban a enmarcar las distintas aproximaciones y desarrollos que, desde hoy, podemos denominar e inscribir como perspectivas cualitativas y cuantitativas” ( Ibíd . 54). En la modernidad se impone una nueva manera de pensar y se producirán importantes cambios en la forma de concebir y estudiar la realidad. Uno de esos cambios es el paso de una cosmovisión teleológica, que enaltecía la supremacía de la causa final en el conocimiento de la realidad, a una cosmovisión mecanicista, en la que el conocimiento científico sólo se explica mediante las causas eficientes (Cortina 2000). Así mismo, se crean las condiciones económicas, sociales, ideológicas y culturales propicias para el nacimiento de la ciencia moderna y con ella emerge el paradigma científico-positivista, con todo lo que ello implica en el avance de la investigación cuantitativa de la realidad. El acontecimiento más importante sustentado por estos cambios que se operan en el ámbito de las ciencias positivas es la aceptación del vacío y del cero, y por tanto la matematización de la naturaleza, y con ello se logra significativamente el desarrollo del cálculo y el pensamiento numérico como sucederá a partir de Newton. Sobre este tema veamos lo que señala Fernando Conde (1999, 58): Así, tras la aceptación del vacío y del cero se generaron las condiciones para poder invertir la relación y concepción que se había mantenido hasta ese momento sobre las relaciones entre las perspectivas “cualitativo/aristotélicas” y “cuantitativo/platónicas”. En lugar de inscribirse dichas relaciones en un sustrato “cualitativista”, como había ocurrido hasta entonces, pasan a inscribirse de forma creciente en uno “cuantitativista”, inversión de la relación que Koyre denomina gráfica y significativamente como “la revancha de Platón” . .. La aceptación del cero y del vacío, pues, significó una profunda transformación y una inversión clave en el conjunto de las relaciones que históricamente habían existido hasta ese momento entre la perspectiva que podríamos asociar a lo que hoy denominamos “cualitativa” –habitualmente vinculada a lo energético, a lo sensible, a lo sustantivo, al “cuerpo”- y la perspectiva que, también desde hoy, podríamos denominar “cuantitativa” – habitualmente asociada a lo informacional, a lo abstracto, a la formalización, a lo discreto y a lo cifrado- desde una dominancia de la perspectiva “cualitativista” a una dominancia de la perspectiva “cuantitativista”.
A partir de ahora lo cuantitativo adquiere una mayor relevancia frente a lo cualitativo, porque lo cuantitativo y lo matemático que comienzan aceptarse -lógica e históricamentecomo “anterior” a lo cualitativo que ahora se aprecia como una construcción posterior, y por ende se descarta su presencia de toda investigación científica, y conceptuándosele como una categoría subjetivista. Así, entonces, el aristotelismo “cualitativista” aparece superado en toda concepción objetiva de la naturaleza y relegado a un plano no científico. 7
No solamente, las ciencias de la naturaleza se ocuparon en relegar a la metodología cualitativa de toda investigación científica, también en el campo de las ciencias sociales. Hubo investigadores sociales que negaron su carácter científico; entre ellos, Max Weber, considerado como uno de los fundadores de la Sociología como disciplina, despliega como metodología propia de esta ciencia la modalidad cuantitativa. La dimensión cualitativa tuvo que esperar muchas décadas para imponerse como una metodología adecuada en el ámbito de las ciencias sociales, y sus primeros triunfos se dan en el marco del estructuralismo que “desde sus primeras tentativas comprensivas se opone radicalmente al atomismo empirista y racionalista que ha regido durante décadas en las ciencias humanas” ( Ibíd . 72). Comienza de esta manera lo “cualitativista” a presentarse como una “predicación formal estructuralista” ( Ibíd .73). A partir de 1920, la escuela británica, se preocupa por el estudio de los grupos sociales. Estudia especialmente la continuidad de los principios que rigen su organización, comunicación e interacción de esos grupos, “y la existencia de una estructura interna” (Pérez Serrano, 1998, 46). Lo que convierte a la corriente funcional-estructural de la antropología social británica en un antecedente clave en el desarrollo posterior de la investigación cualitativa. A esta tendencia se le puede agregar los aportes de la antropología cultural americana, los estudios sociolingüísticos y otras corrientes de orientación socio-antropológicas que aparecen en varios países, y que ayudaran notablemente a demarcar un perfil propio de la investigación cualitativa en el siglo XX. La tendencia cualitativa comienza a ganar terreno en el ámbito social en la medida que el carácter abierto de su contenido, fundamenta con mayor precisión el proceso de formulación de los objetivos de la investigación. Su carácter abierto se perfila en dos dimensiones: en la selección de los participantes en la investigación, y en el análisis e interpretación de las informaciones. En ambas situaciones el papel preponderante será siempre la del investigador, pues, es él quien a última instancia se ocupará de integrar todas las actividades desarrolladas en el trabajo investigativo. Mientras el investigador cuantitativo trabaja con probabilidades, con muestras estadísticas, informaciones medibles y cuantificables, donde se destaca la precisión; el investigador cualitativo trabaja sobre la base de criterios de comprensión, con muestras estructurales. “En dicho diseño, por tanto, no es relevante la cantidad sino la composición adecuada de lo grupos” (Conde, 1999: 78). Así, pues, cabe señalar que la tendencia cualitativa ha logrado recuperar la teoría y la práctica en la investigación como un proceso integral del conocimiento social necesario para conocer y comprender el entorno humano, distinguir con mayor precisión los procedimientos metodológicos requeridos para ampliar el conocimiento de la realidad y los diferentes mecanismos necesarios para su transformación. La estructura social no es una yuxtaposición de elementos. Su naturaleza es algo más compleja, por su coherencia y dinamismo internos, por lo que su realidad no puede ser estudiada adecuadamente desde el enfoque cuantitativo tradicional. La metodología positivista-cuantitativa, en la que las matemáticas y las estadísticas constituyen su fundamentos, resultaran inapropiadas metodológicamente para abordar todas la regularidades que emergen de la vida social
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APROXIMACIÓN CONCEPTUAL Y INVESTIGACIÓN CUALITATIVA.
CARACTERÍSTICAS
MÁS
IMPORTANTES
DE LA
Pérez Serrano (1998, 46) considera que la investigación cualitativa en su más amplia acepción, se refiere a las “descripciones detalladas de situaciones, eventos, personas, interacciones y comportamientos que son observables”. El investigador cualitativo se interesa, además, por incorporar como parte de la investigación “lo que los participantes dicen, sus experiencias, actitudes, creencias, pensamientos y reflexiones, tal y como son expresadas por ellos mismos” ( Ibíd .). No son observaciones aisladas ni descripciones fragmentarias las que hace el investigador cualitativo. Su primera preocupación es la de procurar una visión holística de la realidad que estudia y establece criterios coherentes de indagación mediante un proceso dinámico, sistemático y riguroso. El investigador debe conocer anticipadamente las orientaciones teóricas necesarias que le faciliten el conocimiento de la realidad social que se propone conocer y analizar; así mismo, debe estar preparado para conducir su trabajo en función de los contenidos de los objetivos que se propone alcanzar durante la investigación. Sin esta preparación y conocimientos previos todo el trabajo puede resultar un fracaso. Como características de la investigación cualitativa podemos señalar, según Pérez Serrano (1998, 47-48), las que a continuación se exponen. Estos criterios ayudarán a ampliar y clarificar aún más la conceptuación de la metodología cualitativa. 1. La investigación cualitativa es inductiva. En los estudios cualitativos los investigadores siguen un diseño de investigación flexible. Comienzan sus estudios con interrogantes solo vagamente formulados. 2. En la metodología cualitativa el investigador ve el escenario y a las personas desde una perspectiva holística; las personas, los escenarios o los grupos no son reducidos a variables, sino considerados como un todo. El investigador cualitativo estudia a las personas en el contexto de su pasado y de las situaciones en las que se hallan. 3. Los investigadores cualitativos son sensibles a los efectos que ellos mismos causan sobre las personas que son objeto de su estudio. Se ha dicho de ellos que son naturalistas, es decir, que interactúan con los informantes de un modo natural y no intrusivo. 4. Los investigadores cualitativos tratan de comprender a las personas dentro del marco de referencias de ellas mismas. Para la perspectiva fenomenológica y, por lo tanto, en la investigación cualitativa, es esencial experimentar la realidad tal como otros la experimentan. 5. El investigador cualitativo suspende o aparta sus propias creencias, perspectivas y predisposiciones, ve las cosas como si ellas estuvieran ocurriendo por primera vez. 6. Para el investigador cualitativo, todas las perspectivas son valiosas; busca una comprensión detallada de las perspectivas de otras personas. 7. Los métodos cualitativos son humanistas. Los métodos utilizados para estudiar a las personas, necesariamente influyen sobre el modo en que las vemos. Cuando reducimos las palabras y actos de la gente a ecuaciones estadísticas, perdemos de vista el aspecto humano de la vida social. Si estudiamos a las personas cualitativamente, llegamos a
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conocerlas en lo personal y a experimentar lo que ellas sienten en sus luchas cotidianas en la sociedad. 8. Los investigadores cualitativos dan énfasis a la validez en su investigación. Los métodos cualitativos nos mantienen próximo al mundo empírico. Están destinados a asegurar un estrecho ajuste entre los datos y lo que la gente realmente dice y hace. 9. Para el investigador cualitativo, todos los escenarios y personas son dignos de estudio. Ningún aspecto de la vida social es demasiado frívolo o trivial para ser estudiado. 10. La investigación cualitativa es un arte. Los métodos cualitativos no han sido tan refinados y estandarizados como otros enfoques investigados. El investigador es un artífice. El científico social cualitativo es alentado a crear su propio método. Se siguen lineamientos orientadores, pero no reglas. Los métodos sirven al investigador; nunca es el investigador esclavo de un procedimiento.
La investigación cualitativa se distingue por ser un procedimiento flexible, abierto a la pluralidad metodológica, porque le interesa recabar informaciones en diversas fuentes, y participa, además, de la complementariedad como un medio para facilitar ventajosamente el estudio de la realidad desde una perspectiva más amplia y adecuada; sin limitarse a una tendencia específica ni asumir todos los atributos de un paradigma determinado, que en este caso específico, es el cualitativo. La investigación cualitativa proporciona resultados muy ricos en detalles y “tan vívidamente que el lector puede tener una vivencia profunda de lo que es esa realidad” (Martínez, 2002. 9). Así mismo, suministra informaciones requeridas en el proceso investigativo, cuya trascendencia en el ámbito del comportamiento humano es innegable. La metodología cualitativa acerca el investigador al conocimiento de la realidad desde una aproximación sistemática de la misma, y ese acercamiento se puede hacer de diversas maneras, pero desde una dimensión científica sólo puede afrontarse con un método determinado; en este caso sólo el enfoque cualitativo ofrece las mayores ventajas. La principal función de la modalidad cualitativa, como bien señala Pérez Serrano (2001, 28), “no es elaborar teorías científicas que puedan contrastarse de modo experimental, sino interpretar la acción social y desvelar su significado”. Ciertamente, la investigación cualitativa no sólo se plantea problemas, o se dedica a proporcionar las informaciones requeridas por el investigador y a tratarlas, sino también produce y genera nuevos conocimientos, que se fundamentan en concepciones teóricas y epistemológicas concretas. La investigación cualitativa se orienta básicamente a la solución de problemas con fines prácticos; es decir, que como cualquier otra metodología se interesa en indagar, averiguar y resolver situaciones problemáticas mediante la búsqueda de soluciones racionales. Sin embargo, se debe tener presente que en los ámbitos socioculturales, la investigación no debe responder a una obsesión pragmatista, sino más bien de sensibilidad y de búsqueda de eficacia en dichos ámbitos. “La utilidad reside en saber captar la unidad en la complejidad, pues de otro modo sólo se acumularían saberes puntuales que no aportarían la visión global” ( Ibíd . 34). En la modalidad cualitativa, se pueden manejar diversas estrategias metodológicas para lograr el acercamiento más apropiado a la realidad que se quiere conocer, pues, la complementariedad permite una visión más amplia, y a la vez se puede 10
“mantener una mayor credibilidad en los resultados, porque cada modalidad viene a tener como puntos fuertes los que son débiles en los demás” (Vega Moreno: 2001, 262). Así mismo, los métodos e instrumentos utilizados en el proceso para recoger, ordenar y analizar los datos que se recolecten serán determinados por sus implicaciones prácticas dentro del diseño de la investigación, y a partir de esa evidencia empírica se conformará un conjunto de procedimientos para dar respuestas a los requerimientos del problema y de los objetivos propuestos en la investigación.
LA COMPLEMENTARIEDAD CIENTÍFICA.
METODOLÓGICA EN LA INVESTIGACIÓN
La investigación cualitativa, como toda investigación científica, tiene como finalidad recoger informaciones, categorizarlas e interpretarlas. Estas actividades se pueden desarrollar en un tiempo determinado de un manera sucesiva, pero puede no ser así, ello depende de las distintas circunstancias que se presenten y cómo sean abordadas por el investigador. Además, hay que tomar en cuenta también los requerimientos impuestos por el mismo procedimiento investigativo. En consecuencia, todo ese proceso no puede reducirse sólo a la dimensión cualitativa, habrá momentos en los cuales, necesariamente, se recurrirá a la cuantificación para hacer más comprensible, explicable y efectiva la investigación. La combinación de ambas metodologías será la que finalmente se impondrá en la investigación, si realmente se trata de un trabajo serio y científicamente bien concebido. Como se ha señalado anteriormente el debate entre la metodología cualitativa y cuantitativa ha existido siempre en las ciencias sociales. Probablemente en la actualidad la situación se desarrolla con menor intensidad, porque se ha venido imponiendo la idea de la pluralidad metodológica como el procedimiento más adecuado en la investigación en general. Así como se ha aceptado que no tiene sentido la controversia que ha existido tradicionalmente entre las llamadas ciencias naturales y las ciencias humanísticas; tampoco debe existir ese debate –con sus implicaciones epistemológicas y empíricas- entre métodos cualitativos y métodos cuantitativos. Tanto las ciencias naturales como las humanísticas tienen como centro de reflexión al hombre; asimismo la investigación (sea cualitativa o cuantitativa) son actividades humanas y en función del interés humano. Jorge Luis Calero (2000, 6), investigador del Instituto Nacional de Endocrinología de la Habana, hace al respecto un análisis de mucho interés sobre las tendencias que se han derivado de dicha controversia, el cual ayuda mucho a aclarar la situación actual del debate: Lo propuesto en algunas de estas clasificaciones pretende dividir la literatura entre puristas (los que postulan la imposibilidad de articular ambos abordajes), eclécticos (los que aceptan ambos enfoques como válidos) y pragmáticos (los que articulan ambas metodologías a partir del abordaje de su tema de estudio). A nuestro criterio, convendría superponerles otra clasificación, sugerida por Castro y Bronfman, que agrupe a los diversos autores según el objetivo predominante, explícito o implícito, que persiguen con su investigación. Si lo que buscan es enriquecer la teoría sociológica,
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esto es, si se hace sociología de la salud, entonces es fundamental apegarse a la tradición que se defiende y, en dependencia de cual sea, será más o menos pertinente combinar ambos abordajes .
Ciertamente, privilegiar una tendencia sobre la otra se hará en función de la naturaleza de los objetivos que se persiguen en el estudio y del contexto específico de la investigación. Lo que se exige es seriedad, honestidad y coherencia durante todo el proceso de investigación, y además, que sea congruente el contenido de los objetivos con el resultado final de la investigación. La obtención de informaciones, la interpretación y comprensión de las mismas, deben estar éticamente bien sedimentadas. La finalidad de cualquiera investigación es adquirir conocimientos válidos para el avance de la ciencia, y la elección del método más adecuado es determinante. Si bien es cierto que los investigadores cuantitativos “recogen y analizan datos cuantitativos”, les resulta provechoso para su trabajo hacer registros narrativos de los datos que son herramientas cualitativas. En conclusión, la complementariedad metodológica, como bien lo expresan Cook y Rechardt (1986) y Pérez Serrano (1998), resulta ventajosa para el investigador durante todo el proceso de análisis de la realidad y en la obtención de los resultados. Entre las ventajas que proporciona la utilización conjunta de los métodos cuantitativos y cualitativos, señalan los autores citados, las siguientes: a) Objetivos múltiples. Una investigación ha de interesarse tanto por el proceso como por el resultado. En todo proceso de investigación se dan por lo menos tres aspectos: comprobación, valoración y explicación causal. No cabe la menor duda que para lograr esto con eficacia se necesita el empleo de los dos métodos. b) Vigorización mutua de los tipos de métodos. En un sentido fundamental, los métodos cualitativos pueden ser definidos como técnicas de comprensión personal, de sentido común y de introspección, mientras que los métodos cuantitativos podrían ser definidos como técnicas de contar, de medir y de razonamiento abstracto. c) Triangulación a través de operaciones convergentes. El empleo complementario de métodos ayuda a corregir el sesgo que existe en cualquier método. Cabe la posibilidad de emplear conjuntamente varios métodos para triangular la verdad subyacente. Cada tipo de método puede enseñar a otros a detectar y disminuir el sesgo (Pérez Serrano: 1998, 61-62).
Lo que sucede realmente con la pluralidad metodológica se puede explicar en los siguientes términos: el investigador, de acuerdo con la naturaleza de la investigación y el contenido de los objetivos propuestos, determinará el enfoque metodológico más conveniente para el estudio que espera realizar. El enfoque elegido (cualitativo o cuantitativo) desempeñará el papel principal o fundamental en todo el proceso, mientras que las herramientas complementarias ayudarán en lo necesario para clarificar aún más la visión de la realidad que se estudia. “Lo que no se puede hacer es interpretar los resultados del enfoque naturalístico, que utiliza métodos cualitativos, a la luz del paradigma positivista, que utiliza métodos cuantitativos” ( Ibíd . 62). Cuando hablamos de complementariedad metodológica lo hacemos en función de una mejor comprensión de la realidad desde una aproximación sistemática y crítica, y en procura de una mayor 12
flexibilidad en los procedimientos de análisis e interpretación de los resultados. Así mismo, priva también el interés de aumentar las posibilidades del conocimiento científico, y familiarizarse, en fin, con el sentido y la validez que aporta cada una de esas metodologías en el proceso de investigación. La complementariedad o pluralidad metodológica son las expresiones que mejor sirven para identificar la distinción entre lo cualitativo y lo cuantitativo, porque no se trata de una irreconciliable controversia, pues, se trata de “mezclar y acomodar atributos de los dos paradigmas para lograr la combinación que resulte más adecuada al problema de la investigación y al medio con que se cuenta” (Cook y Reichardt, 1986:28). El investigador que se limite a un solo enfoque estará dejando de percibir los valiosos aportes de otras alternativas metodológicas, que muy bien podrían ayudar en la obtención de una visión más global y aproximada de la realidad.
MÉTODOS Y CORRIENTES DE ORIENTACIÓN CUALITATIVA. Existe una gran variedad de métodos y corrientes de carácter cualitativo. No vamos a estudiar toda la diversidad de estrategias metodológicas que hasta ahora ha sido ubicada dentro de este enfoque paradigmático, porque no es el propósito de este trabajo. Sin embargo, creemos de interés precisar algunos detalles significativos sobre la importancia que algunas de estas metodologías tienen en el ámbito de la investigación cualitativa. Solamente trataremos, de manera muy breve, los fundamentos teóricos y procedimientos prácticos más relevantes de la interpretación hermenéutica, la investigación etnográfica, el método fenomenológico y el método del análisis de contenido, en el campo de las ciencias sociales, con el propósito demostrar su validez científica sin tener que amoldarse al esquema del modelo positivista.
LA HERMENÉUTICA COMO MÉTODO
El conocimiento científico se elabora sobre la base de la observación de hechos, fenómenos, eventos, situaciones, etc. La técnica de la observación constituye el procedimiento metodológico básico de toda ciencia para llegar a la verdad. La observación no es sólo una actividad necesaria, sino imprescindible en la investigación científica, en general. Así mismo, la interpretación de los datos obtenidos representa el otro momento que hace posible la consolidación de la ciencia. La observación y la interpretación son procesos inseparables en la comprensión de la realidad social, y en todo esfuerzo por entender e interpretar el sentido y el significado de los actos humanos. Gadamer (1977) no concibe la ciencia sin un componente hermenéutico. Todo proceso de investigación debe concluir con un análisis e interpretación de las informaciones recabadas. Sólo así estará el investigador en capacidad de dar respuestas a las interrogantes que se planteará al inicio de su trabajo.
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Presupuestos teóricos
La reflexión sobre el sentido de los acontecimientos, experiencias o palabras puede remitir al investigador a una vía hermenéutica de la filosofía, porque es lo que más tiene que ver con la comprensión e interpretación de la realidad, Aquí, como bien señala García (2000, 56), la “Hermenéutica sería, en este caso, el arte de descifrar el sentido de las acciones del hombre, de comprender sus textos literarios, sus comportamientos éticos y sus creaciones estéticas”. Desde la amplitud de este concepto, la hermenéutica (hermeneuein, arte de interpretar) representa la habilidad para comprender e interpretar la palabra de otro sobre acontecimientos o fenómenos, esbozada, especialmente, en textos escritos. La hermenéutica sirve a la investigación cualitativa y, en general, a todo proceso de investigación de complemento metodológico para lograr una comprensión mejor de la realidad que se aspira estudiar. Ciertamente, los alcances e implicaciones de la hermenéutica como método universal de interpretación y análisis de hechos sociales en un contexto histórico específico, pone al investigador frente a la legitimidad crítica-racional de los presupuestos interpretativos de la realidad que investiga. Los hechos sociales son concebidos como contenidos de un mundo histórico que acontece y que se expresa en valores ético-culturales, donde el sujeto que comprende y el objeto comprendido forman parte de esa totalidad. La hermenéutica hace el papel de instancia mediadora entre un sujeto y un objeto que se interrelacionan en medio de un marco de pluralismo ideológico y de comunicación social. A partir de la metodología hermenéutica como estrategia abierta a la facticidad histórica de la vida, se pueden interpretar y comprender los fenómenos y motivaciones sociales a partir del contexto de su época, para así poder entender la realidad con un sentido práctico y objetivo. La indagación constituye la estructura fundamental del conocimiento humano, y la hermenéutica ayuda a establecer las bases fundamentales del entendimiento mediante un proceso de interpretación y comprensión de cualquier fenómeno que interese investigar o conocer. Desde esta perspectiva, la hermenéutica no puede ser conceptuada simplemente como un método en el sentido positivista de la expresión, sino como un estilo de pensamiento que se basa en la crítica. Con la crítica hermenéutica se persigue la concepción de los hechos en el todo social, porque es así como tiene sentido y significación. La aplicación del postulado hermenéutico de que los detalles de un texto sólo pueden entenderse desde el conjunto, y éste sólo desde aquellos, pero proyectándolo sobre el mundo de la historia (Gadamer, 1977), es una forma de análisis y comprensión de la realidad. No obstante, ninguna interpretación válida se ha podido esbozar sin recurrir a otros modos de comprensión disponibles en una época dada: economía, política, educación, cultura, sociedad, etc. Lo que para Dilthey (1976, 339) significa: “Comprender, entendido en el sentido amplio en que hay que presentarlo ahora, constituye el método fundamental para todas las operaciones de las ciencias del espíritu”. El proceso de comprensión y la correcta interpretación de lo comprendido no es sólo un problema específico de las ciencias del espíritu como lo veía el mismo Dilthey, sino que pertenece con toda razón a la experiencia humana en el mundo, el mundo de la vida.
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Ese mundo –el mundo de la vida, o el mundo vivido- es el que explora la fenomenología en cuanto a método destinado a descubrir el sentido y la significación de los fenómenos. “El mundo sirve de horizonte en el que las personas se comprenden, interpretan y desarrollan sus propias posibilidades” (García: 2000, 117). Ese mundo requiere ser comprendido, interpretado por el sujeto, y asimilado sus sentidos y significados mediante el lenguaje. De ahí que la fenomenología opera como un procedimiento apropiado para comprender la realidad, reflejada como conciencia (Husserl) y como existencia (Heidegger). Ese saber y ese existir acontecen en el mundo, en la realidad y su interpretación y comprensión son asumidos por la hermenéutica como procedimiento metodológico. Cuando la investigación tiene el propósito de rastrear la verdad de los hechos y fenómenos estudiados que no pueden ser confrontados con los medios que dispone la metodología denominada “científica”. Es ahí cuando la hermenéutica se sale del rígido esquema de la metodología de la ciencia para establecerse como una metodología que busca la comprensión de la verdad -donde y como quiera que se encuentre- mediante la interpretación y el arte hermenéutico. Hay que añadir, así mismo, que la hermenéutica no es una metodología acabada, sino que tiende a mejorarse incesantemente, ya que su finalidad es la renovación general del conocimiento de la realidad social e histórica, y en consecuencia, se trata de una realidad dinámica que requiere de procedimientos metodológicos también dinámicos y susceptibles de ser perfeccionados. La hermenéutica de acuerdo con Gadamer (1977), tiene como fin primordial la comprensión, la cual sintetiza en siete principios básicos: a) Comprender es ponerse de acuerdo con alguien sobre algo. El ponerse de acuerdo en algo significa que los interlocutores están dispuestos a ello, es lo que se ha denominado “intercambio de pareceres”, y esto es precisamente lo que hace el investigador cualitativo durante todo el proceso de la investigación. b) El lenguaje es, por tanto, el medio universal para realizar el consenso o comprensión. El instrumento de comunicación por excelencia es el lenguaje y a través de él se buscan acuerdos y coincidencias que llevan al investigador a una sentencia compartida. Básicamente, la función de la hermenéutica es traducir a lenguaje común, a lengua usual, la multiplicidad de otros lenguajes, ya fuesen modelos lingüísticos o metalenguajes. En la investigación cualitativa siempre se procede conforme a esa dimensión hermenéutica. c) El diálogo es el modo concreto de alcanzar la comprensión. La hermenéutica transfiere al discurso dialógico la tarea de racionalizar lo que presupone formas de vida inter-subjetivamente compartidas. El diálogo en la investigación cualitativa se aplica permanentemente para lograr la mayor empatía entre los sujetos que intervienen en el estudio. d ) Todo comprender viene a ser así un interpretar . Comprender una cosa, una palabra o un fenómeno remite al investigador cualitativo al mundo en donde la comprensión tiene lugar, el cual no es otro que el mundo de la vida, el mundo social, donde actúa el sujeto. Interpretar un evento o un texto hace que se pregunte por el sentido, tanto del acontecer del que forma parte el evento, como por el lenguaje al que el texto se adscribe. El lenguaje y la comunicación son procedimientos claves en la investigación cualitativa, requeridos permanentemente para comprender o interpretar acontecimientos, experiencias, palabras o fenómenos. e) La comprensión, que se realiza siempre, fundamentalmente, en el diálogo por medio del lenguaje, se mueve en un círculo cerrado en la dialéctica de pregunta y respuesta. Para Gadamer, el lenguaje no se realiza en 15
proposiciones, sino como diálogo; es decir, que es desde el diálogo cuando el lenguaje adquiere todo su sentido humano. En el diálogo hermenéutico no hay proposiciones, sino preguntas y respuestas que a su vez motivan nuevas preguntas. f) La dimensión lingüística de la comprensión, indica que es la concreción de la conciencia de la historia efectual; la tradición consiste en existir en el medio del lenguaje, en cuanto el pasado se actualiza, se reconoce su sentido a menudo con nuevas iluminaciones. Así, ese comprender mantiene la comunicación abierta, franca con la propia tradición y, a la vez, con otras tradiciones colaterales, las cuales son transmitidas por el lenguaje en cada momento actual, lo que para Gadamer constituye la “apropiación reflexiva de la tradición”, que no es otra cosa que la comprensión racional de dicha tradición. Las fases de la investigación hermenéutica establecidas por Gadamer se cumplen en buena medida en la investigación cualitativa, pues los procesos de interpretar y comprender tienen como base fundamental el lenguaje, el diálogo y la comunicación permanente entre los sujetos involucrados en todo el proceso investigativo. Los términos comprender e interpretar han servido de claves para definir la hermenéutica como método de investigación. Dilthey (1951, 332) la define como la “teoría sobre el arte de interpretar fenómenos vitales fijados en textos escritos”. La hermenéutica sería el arte de comprender correctamente la palabra de otro, especialmente, la escrita, esa definición se puede contextualizar en cualquier etapa de la reflexión humana, lo que implicará un pronunciamiento sobre el sentido histórico de aquellos eventos en función de la idea unitaria que representa el arte hermenéutico. Se habla de comprender e interpretar las condiciones sociales de tipo histórico, ideas bastante difundidas, aunque quizás no lo suficiente. Todo investigador cualitativo se ve sumido en distintas maneras de comprender e interpretar fenómenos y hechos, y si se trata de historiadores con mayor frecuencia buscará la forma más conveniente para dar explicaciones y hacer generalizaciones a partir del momento en que trasciende el ámbito de las preguntas. Para ampliar la visión del carácter cualitativo de la investigación que se realice, se puede añadir todo lo relacionado con el comentario interpretativo. Este comentario es requerido en tres sentidos: como la interpretación que puede preceder y seguir a cada descripción particular en el contexto del proceso investigativo; como una discusión teórica que apunte a la significación más general de los patrones identificados en los hechos investigados; o como una reseña de los cambios que se puedan producir en la concepción del investigador cualitativo en el transcurso de la indagación y los pormenores que deba manejar. Proceso hermenéutico
Martínez (2004, 101), distingue “cuatro orientaciones fundamentales que comparten las ideas básicas de los procesos hermenéuticos”. Esas cuatro orientaciones están conformadas por: el método dialéctico-hermenéutico, la etnometodología, el interaccionismo simbólico y el análisis del discurso. Entendemos el enfoque de Martínez como la ratificación de que en cada una de estas técnicas está implícito o explícito un proceso interpretativo de las informaciones obtenidas, y que por lo general aparecen como: “interpretación de los resultados” o “discusión de los resultados”. Sucintamente, nos referiremos sólo al método 16
dialéctico-hermenéutico, y para ello nos dedicaremos, por una parte, a señalar su configuración como método interpretativo a través de los aportes de algunos filósofos e investigadores; y por otra parte, esbozaremos algunos rasgos característicos del proceso interpretativo, o sus principales cánones o reglas que se deben tener presente durante su desarrollo. El método hermenéutico-dialéctico: desarrollo y reglas o cánones interpretativos Toda ciencia -como ya hemos señalado- se preocupa por obtener un conocimiento verdadero de la realidad que exprese el contenido de su objeto de estudio. Así, cada ciencia, propone de antemano un “camino” o “vía”; es decir, un método para alcanzar ese fin, pues, su consecución no puede estar en manos de la “suerte” o del “azar”. El método supone un orden, expresado en un conjunto de procedimientos (reglas o cánones) determinados por la realidad que se desea conocer. En la investigación social debe ponerse gran cuidado en la escogencia del método, en las técnicas y en los recursos a utilizar en todo el proceso, así como en la recogida de informaciones y en su análisis e interpretación. “Así, pues, el método hermenéutico es indispensable y prácticamente imprescindible, cuando la acción o el comportamiento humano se presta a diferentes interpretaciones” (Martínez, 2004:102). Los filósofos e investigadores que se han ocupado del método hermenéutico-dialéctico, lo han concebido como el más adecuado procedimiento para interpretar y comprender la realidad social. Entre los más destacados se pueden señalar: Schleiermache, Dilthey, Heidegger, Gadamer, Ricoeur, Radnitzky y Kochelmans. Friedrich Schleiermacher (1768-1834), propuso cuatro principios que han resultado de interés para la conformación de la hermenéutica como un método de análisis: 1) Consideró la importancia de la individualidad del sujeto y el medio histórico en que éste se mueve. 2) Destacó la idea de que sólo se accede al conocimiento mediante la dialéctica. 3) Se propuso hacer de la hermenéutica una ciencia con características universales, y “con una verdadera preceptiva de la comprensión que tuviera la autonomía de un método” (Ibíd . 103). 4) Desarrolló un sistema general de interpretación, donde se aprecian dos maneras de comprender la historia, escritos, situaciones y comportamientos humanos: cánones o reglas centrados en la gramática que permitían descifrar el contexto lingüístico, y cánones y reglas psicológicos referidos a la manera de pensar del informante. La doctrina de Schleiermacher servirá de referencia obligada al desarrollo posterior de la hermenéutica. Wilhelm Dilthey (1833-1911) –en lo que se refiere al método hermenéutico-, se mantuvo en la misma línea de Schleiermacher, hizo de la hermenéutica un método general de comprensión, donde no sólo se analizan las opiniones expresadas en forma oral o escrita por el autor, sino también se valora el contexto social y cultural donde interactúan. Así, toda la vida humana, en sus diversas manifestaciones históricas, sería objeto de la interpretación hermenéutica-dialéctica. Dilthey propugna como la técnica fundamental para la interpretación de la realidad, el círculo hermenéutico, que es el movimiento dialéctico que se produce en el pensamiento “que va del todo a las partes y de las partes al todo”, confiriéndose mutuamente significación.
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En la actualidad el círculo hermenéutico se ha considerado, por un lado, como una técnica necesaria para la interpretación de un texto y, en general, de cualquier manifestación simbólica humana; donde la comprensión de una parte de un texto sólo es posible en función del todo, pues, el todo le confiere significación a las partes. Asimismo, la totalidad del texto o sistema simbólico, se entiende en función de las partes. Por otro lado, existe también un círculo hermenéutico, que resulta “inevitable”, en el cual se manifiesta “en todo intento de comprensión de lenguajes, estructuras significativas, marcos conceptuales, sistemas de pensamientos y de comportamientos y, en general, formas de vida y de cultura ‘ajenas’” (Ferrater, 2001:562, I). El autor con su cultura, su lenguaje, su modo de vida, etc., que le son propios puede comprender lo “ajeno”. El círculo hermenéutico se expresa, entonces, como un proceso que va de “lo propio” a lo “ajeno” y de “lo ajeno” a “lo propio”: así, ‘lo propio’ hace inteligible ‘lo ajeno’, pero al mismo tiempo ‘lo ajeno’ se revierte sobre “lo propio”, y lo hace inteligible ( Ibíd .). Cuando hablamos de “lo propio” y “lo ajeno” nos estamos refiriendo al hecho “inevitable” de captar y comprender otras vivencias humanas. Debemos ahora aclarar que significa la comprensión de las vivencias humanas, y para ello recurriremos nuevamente a Martínez (2004, 103): Pero, ¿qué significa comprender una vivencia ajena? La conducta humana no es un mero acto o movimiento físico; tiene una meta y está animada por una intención; debido a ello, comprender una conducta humana es percibirla, de algún modo, desde adentro, desde el punto de vista de la intención que la anima; comprender es un encuentro de dos intencionalidades, la del sujeto conocedor y del sujeto conocido; quien dice comprensión dice posibilidad de acceso a una vivencia psíquica que no es la nuestra, la cual remite a una cierta forma de coexistencia con el próximo, de vivencia vicaria, de alter ego.
El análisis de todos esos elementos debe ser coherente, concebidos dentro de un sistema estructural, pues, sólo así se podría captar en su totalidad los diversos factores que conforman la realidad. La vida individual para Dilthey es parte constitutiva de la vida como un todo. El individuo no es una realidad aislada del todo social. Los griegos así lo entendían al defender la supremacía de la polis sobre cada uno de los ciudadanos. Martín Heidegger (1889-1976) acuñó la expresión “ ser-en-el-mundo”, lo que nos remite, en cierto modo, ante lo que algunos investigadores (García, 2000), han considerado como el a priori de la comprensión hermenéutica. El a priori (“ ser-en-el-mundo”) en Heidegger se convierte en situaciones existenciales concretas: las cosas que están en el mundo, la angustia humana, las preocupaciones de las personas, el trabajo, las experiencias diarias, las tradiciones culturales, las interrelaciones sociales, etc.. La hermenéutica procura interpretar el mundo de una manera totalizadora, donde lo singular –como ya hemos señalado al comentar a otros autores- es comprendido sólo en referencia al mundo de donde emerge. Así, el comprender es “actividad del sujeto cognoscente vinculada al conocimiento histórico, a la percepción del próximo y a la comunicación lingüística” ( Ibíd ., 134). El comprender es la base del saber. En Heidegger la comprensión es una estructura ontológica que encuentra sentido y significado al desvelar el ser su propia verdad mediante el lenguaje. Es comprender el mundo y todas sus manifestaciones a través de procedimientos hermenéuticos y lingüísticos.
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Para Heidegger el ser humano por naturaleza es un ser interpretativo, por tanto no recurre al arte interpretativo como una ayuda externa que le procure los procedimientos adecuados para analizar la realidad; es decir, que es desde su misma interioridad que su existencia adquiere sentido y significación, y puede, asimismo, comprender el entorno. El conocimiento –como ya hemos señalado en otra parte- no es el reflejo del mundo exterior en la conciencia humana. El conocimiento es traducción e interpretación que el hombre hace a través de un complicado proceso neurocerebral de las informaciones recibidas; en consecuencia, el conocer es un modo natural de ser de cada persona y se da de una manera espontánea. Hans-Georg Gadamer (1900-¿?), se destacó como uno de los principales teóricos de la corriente filosófica denominada “hermenéutica filosófica”, la cual se ocupa de poner de relieve lo que se llama el “acontecer” de la verdad. El método hermenéutico sería el más apropiado para develar el “acontecer” de la verdad. Desarrolló los elementos básicos de una teoría de la comprensión hermenéutica mediante la aplicación del círculo hermenéutico. Para Gadamer el hombre actúa dentro de un contexto histórico y lingüístico, donde tiene la oportunidad de “apropiarse” de la tradición (mediante un proceso lingüísticohermenéutico). Lo tradicional en Gadamer no es sinónimo de atraso o oscurantismo, es, por el contrario, una posibilidad para abrir nuevos caminos en el acontecer histórico. Propone el diálogo para la comprensión hermenéutica, porque el hombre es un ser de diálogo. Le asigna a la hermenéutica un papel central en el conocimiento, pues, no se puede propiamente anunciar nada si no es en función de una respuesta a una pregunta; es decir, en función de un diálogo. Así, la ciencia también se funda en una conciencia hermenéutica. Propone que las ciencias del espíritu deben elaborar sus propios métodos para adquirir el verdadero estatus científico. En esta perspectiva coincidía con Dilthey, quien también abogó por un método propio para las ciencias de espíritu y así elevarla al rango propiamente de ciencias. Paul Ricoeur (1913), no se aleja mucho de la concepción hermenéutica que habían esbozado Dilthey, Heidegger, Gadamer y algunos fenomenólogos. Considera la hermenéutica como parte de la experiencia histórica que hace posible no solamente la comprensión del sujeto en el mundo, sino también la denominada “crítica de las ideologías”. Hace de la hermenéutica el método propio de las ciencias humanas, y propone dos vías para alcanzar el conocimiento de la realidad: a) explorar la intención del autor para comprender mejor el significado que éste puso en el texto, y b) valorar el contexto social en que se dan los eventos que tienen significado para la interpretación hermenéutica. Veamos ahora las reglas o cánones que algunos investigadores hermenéuticos han propuesto como técnicas para analizar, interpretar y comprender la realidad. Muchas de esas reglas pueden constituir momentos de interés en el proceso de interpretar las acciones humanas. Entre los autores que más se han ocupado por estos procedimientos, tenemos: Radnitzky (1970) y Kochelmans (1975), cuyos criterios han sido resumidos por Martínez (2004, 111-113)) en dos versiones: cánones generales de la técnica hermenéutica según Radnitzky, y cánones de una ciencia social interpretativa según Kochelmans.
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Las reglas o cánones propuestos por Radnitzk, tratan de acercarnos a la comprensión global de la realidad, donde el círculo hermenéutico juega el papel fundamental. Las reglas y cánones de Radnitzk, son las siguientes: a) Utilizar el procedimiento dialéctico que va del significado global al de las partes y viceversa, es decir, el llamado círculo hermenéutico. Este procedimiento produce una ampliación del significado, al estilo de círculos concéntricos que amplían la unidad de significado captada con anterioridad... b) Preguntar, al hacer una interpretación, que es lo que hace máximamente buena (en el sentido del concepto “buena gestalt” o “buena configuración” de la psicología de la Gestalt) o qué es lo que la hace “razonable”. c) Autonomía del objeto: el texto debe comprenderse desde adentro, es decir, tratar de entender lo que el texto dice acerca de las cosas de que habla, entendiendo al texto en sí y a los términos en el sentido en que son usados dentro del texto. El mismo procedimiento se utilizaría al interpretar la acción humana... d) Importancia de la tradición: de las normas, costumbres y estilos que son anteriores al texto en sí y que dan significado a ciertos términos primitivos. Este punto hace hincapié en el aspecto opuesto y complementario del anterior. e) Empatía con el autor del texto (acción), en el sentido de ponerse imaginariamente en su situación para comprenderlo desde su marco interno de referencia. Esto implica familiaridad con la temática específica en cuestión, con el mundo y la vida del autor, y con las tradiciones que influyen en él. f)
Contrastar la interpretación provisional de las partes con el significado global del texto (o de la conducta de la persona) como un todo, y posiblemente con otros textos afines del mismo autor (el comportamiento en circunstancias similares). Esto hará que los resultados de la interpretación sean “razonables” al máximo, no sólo “consistentes” lógicamente, sino también “coherentes” y sin “disonancias cognitivas”.
g) Toda interpretación implica innovación y creatividad . Según un viejo aforismo hermenéutico, “toda comprensión debe ser una mejor comprensión que la anterior”; de este modo, al comprender un texto o una acción humana debemos llegar a comprenderla, en cierto modo, mejor que su autor (pues, el autor o el actor no son siempre plenamente conscientes de muchos aspectos implícitos que implican sus obras o acciones); esto sería posible en el sentido de que son analizados desde otros puntos de vista, los cuales enriquecen su descripción o comprensión.
Los cánones propuestos por Kockelmans proyectan la autonomía del sujeto en el proceso hermenéutico, la significación e importancia del contexto social en la interpretación y comprensión de la actividad humana. Para Kockelmans también juega un papel decisivo en proceso de investigación el círculo hermenéutico. Veamos cuáles son esos principios o reglas: a) La autonomía del sujeto. El significado debe derivarse del fenómeno estudiado y no ser proyectado en él. No se deben forzar los fenómenos que van a entrar dentro de teorías o esquemas interpretativos preconcebidos; ciertamente, se pueden utilizar ideas y usar analogías tomadas de otras fuentes, pero, en último análisis, “la fuente y el criterio del significado articulado es y permanece en el fenómeno mismo”...
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b) La interpretación debe hacer el fenómeno máximamente razonable y humano. Así, la complejidad de una realidad personal o histórica o cierta “mistificación” de la misma necesita ser explorada y puesta de manifiesto. El investigador debe tratar de entender los fenómenos en forma aún más profunda que las personas involucradas en ellos: Laimg, por ejemplo, ha interpretado ciertos aspectos de la locura de tal manera que aparecen como “razonables”, hablando en términos humanos; a partir de esto, en la relación terapéutica se lleva al paciente a una toma de conciencia y a una comprensión más profunda de sus propias vivencias. c) El intérprete debe adquirir la mayor familiaridad posible con el fenómeno en toda su complejidad y sus conexiones históricas. La validez de una investigación aumenta si el investigador se aproxima muy de cerca de la vida y experiencia de las personas que estudia, a los lugares y personas que frecuentan y, en general, a todo lo que tiene alguna significación especial en sus vidas. d) El intérprete debe también mostrar el significado del fenómeno para su propia situación o para la situación actual general. Kockelmans señala que nadie realmente interesado en la comprensión de algo que es totalmente irrelevante para él o para la sociedad en que vive.... En verdad, nosotros nos interesamos en algo porque, de alguna manera, nos conmueve o nos llama la atención, sea debido a nuestra historia personal, a nuestras preferencias o nuestros valore e) El canon más importante es el círculo hermenéutico de Dilthey, ya descrito....
Ambos autores destacan la importancia y la significación del círculo hermenéutico como procedimiento dialéctico, en el que el significado de las partes o elementos constitutivos están determinados por el conocimiento previo del todo. Así, también, el todo es comprendido o descifrable por el conocimiento de las partes. El interés no es que el investigador hermenéutico siga paso a paso estas reglas o cánones señalados, pues, ellos constituyen sólo momentos o aspectos que pueden ser realizados en una fase determinada, porque así lo requiere el proceso de interpretación o comprensión que se realice. Lo más importante es la actitud que asuma el investigador frente al material protocolar (grabaciones, textos, notas, videos, etc.) que tiene por delante, el cual requiere de su análisis y experticia. Nos atrevemos a asegurar que esas reglas o cánones son propiamente actividades que ayudan al investigador en el proceso interpretativo. Algunas son necesarias o requeridas, y otras quizás no lo sean tanto. En atención a nuestra propia experiencia y de acuerdo con las informaciones que hemos obtenidos de investigadores y autores hermenéuticos, vamos a señalar algunos criterios que consideramos relevantes en el proceso de interpretación de las informaciones obtenidas, conformadas por anotaciones, grabaciones, transcripciones, videos, etc.,. Lo que buscamos con ello es determinar algunas reglas o normas que nos aproximen a la realidad investigada en una dimensión de certeza y exactitud. ¿Cómo proceder una vez obtenidas esas informaciones?. Martínez (2004) señala cuatro procedimientos requeridos por la hermenéutica para interpretar la realidad humana: la intención que anima al autor, el significado que tiene la acción para su autor, la función que la acción o conducta desempeña en la vida del autor y la determinación del nivel de condicionamiento ambiental y cultural. El investigador hermenéutico debe descubrir en el autor estas dimensiones para lograr la mejor interpretación y comprensión de las acciones humanas.
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La intencionalidad del autor . La intención se considera como predisposiciones del sujeto a hacer algo, las metas que se fija en la vida y todo propósito que motive su actuación en el futuro. En la intención se destacan los sentimientos y vivencias relacionadas con la existencia humana. La intención está conformada, además, por valores personales que determinan el comportamiento moral del sujeto. Estos sentimientos, vivencias y valores que es lo que el procedimiento hermenéutico trata de descubrir e interpretar en el sujetoautor. Aquí, “el investigador encontrará una gran ayuda en el uso de algunos conceptos o categorías de la corriente fenomenológica-existencial , los cuales son muy adecuados para una comprensión profunda” ( Ibíd. 116). La significación de la acción para el autor . En toda acción humana el significado se expresa en el comportamiento total de la persona. No se aprecia mediante la observación empírica, sino a través de la comprensión interpretativa, que es una manera de compartir el pensamiento, estados psíquicos, experiencias y vivencias del autor. Esos estados mentales y vivenciales expresan el significado de la acción humana. Su exploración e interpretación es parte del proceso hermenéutico.. La función que la acción o conducta desempeña en la vida del autor . El investigador debe percatarse de una serie de reacciones que manifiesta el sujeto investigado. Nos referimos al lenguaje no verbal. Martínez (2004, 119) con relación a este punto, especialmente, en lo que refiere a una entrevista, señala lo siguiente: La conciencia del entrevistado puede estar concentrada en el contenido verbal, pero, al mismo tiempo, su cuerpo puede estar realizando una actividad motora mucho mayor como, por ejemplo, cuando observamos sus ojos fijos en cierto punto o en ciertas cosas, sus manos se mueven sin concierto, su cabeza gira de un lado a otro, sonríe sin motivo y, en general, exhibe ciertas expresiones faciales que no concuerdan y hasta desmienten lo que dice verbalmente. Es preciso advertir, junto con el contenido “intencional” de las palabras, las imágenes y las metáforas que usa, la voz, el modo y los tiempos verbales, cierta clase de términos, etc. Todo esto pone un “fondo elocuente” que puede modificar sustancialmente el significado de las palabras.
Estas reacciones del autor puede estar diciéndole al investigador cosas distintas a lo que está expresando verbalmente. Son manifestaciones del inconsciente que desde la interioridad psíquica del sujeto se expresan en la conciencia y tienen significado en su comportamiento. El investigador debe tomar en cuenta cada una de estas manifestaciones que ayudarán a enriquecer el material protocolar y el proceso interpretativo. El nivel de condicionamiento ambiental y cultural . El comportamiento del sujeto está determinado, fundamentalmente, por el entorno natural y el proceso de socialización. El conjunto de creencias, tradiciones, sentimientos, actitudes, valores, etc. que el individuo va descubriendo, incorporando y realizando moldean su ser y conforman la estructura de su personalidad. Esta dimensión debe estar presente en el pensamiento y en la acción del investigador. Las circunstancias ambientales y culturales de la que tanto hablara Ortega y Gasset no deben pasar desapercibidas en momentos de interpretar las informaciones recibidas de los autores.
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La interpretación hermenéutica de las acciones humanas es un proceso complejo que involucra una serie de factores, y sólo tienen sentido en el todo social. Toda acción humana puede ser considerada desde una perspectiva plural; es decir, puede ser susceptible de distintas interpretaciones,”y que la mejor o más acertada en cada caso se descubrirá sólo con un detallado y cuidadoso análisis estructural de sus dimensiones y del todo de que forma parte” (Martínez: 2004, 110). Los eventos particulares sólo tienen sentido y significación en el contexto social donde se dan. La hermenéutica es un acto de interacción social, entre el sujeto y el objeto, pero también entre el autor y su medio.
LA METODOLOGÍA ETNOGRÁFICA.
El estudio de grupos humanos se ha realizado desde hace bastante tiempo. Muchos investigadores, a través de la historia, han analizado e interpretado las diferentes prácticas y políticas culturales de distintas naciones. Son bien conocidos los relatos de viajeros que describían las impresiones observadas en sus viajes a otros países. Con los grandes descubrimientos geográficos que se producirán a finales de la Edad Media y a comienzos de la modernidad, aparecen en el escenario mundial nuevos grupos humanos que sorprenden por su variedad de lenguas y matices étnicos, a los habitantes del mundo hasta ese entonces conocido. A partir de ese momento, gobiernos, organismos nacionales e internacionales, instituciones religiosas, empresas comerciales, y aventureros de todo tipo mostraron un interés creciente por conocer in situ la nueva realidad poblacional. América, por ejemplo, fue uno de esos escenarios donde las actividades etnográficas tuvieron el propósito de describir e interpretar el modo de vida, y la realidad social y cultural de los grupos humanos que iban apareciendo ante los curiosos europeos del descubrimiento y la conquista. Antes que apareciera en escena el indígena americano, muchos investigadores habían llevado a cabo importantes elaboraciones etnográficas: Heródoto en la antigüedad, con sus descripciones sobre hechos y pueblos de la Grecia clásica; las narraciones fascinantes de Marco Polo sobre la China milenaria; los estudios del norteafricano Ben Battuta en el siglo XIV sobre los habitantes de las tierras que profesaban la religión islámica; las descripciones históricas sobre el Nuevo Mundo de Bernal Díaz del Castillo, de Bernardino Sahún, de Bartolomé de las Casas, y sobre todo los estudios etnográficos del francés J.F. Lafitau, cuya obra Costumbres de los salvajes americanos comparadas con las costumbres de los primeros tiempos, donde trata de comprender a los nativos según sus hábitos y costumbres, es un testimonio de necesaria referencia para la historia de la investigación etnográfica americana. La etnografía se mantuvo durante mucho tiempo formando parte de la antropología y de la sociología. Desde la segunda década del siglo XX, comienza adquirir un perfil propio impulsado por aparición de nuevos enfoques en la investigación cualitativa, especialmente, referidos a la descripción del estilo de vida de grupos de personas vinculados entre sí de manera permanente, para conocer sus manifestaciones culturales. Así, fueron apareciendo estudios comparativos de grupos, comunidades y pueblos desde una perspectiva etnográfica. Tanto fue el empeño de encontrarle un campo específico de estudio a la 23
etnografía, que en la actualidad se habla de una etnografía tradicional , que abarca desde 1920 hasta la década de los 60, la cual se caracteriza, según Pérez Serrano (1998, 14), en que “los antropólogos la llevan a cabo en contextos exóticos durante largo tiempo; implica una adaptación del etnógrafo a la vida de la comunidad, mientras detalla minuciosamente todos los procesos de un pueblo”. A partir de los años 70, se comenzó hablar de la nueva etnografía, la cual está conformada por aquellas corrientes que fueron surgiendo a finales del siglo XX, como: “la etnociencia, la etnometodología, la etnografía holística e integrada, la etnografía de la comunicación y la microetnografía” ( Ibíd . 14-15). También en esta dimensión de la investigación etnográfica cabe destacar la influencia que han tenido en su desarrollo algunos hechos sociales como los distintos movimientos feministas; las luchas de muchos grupos humanos porque se les reconozcan sus derechos como caso de los movimientos de homosexuales; los minorías étnicas de origen latino en los Estados Unidos, los inmigrantes indocumentados asiáticos y africanos en Europa, etc. Fundamentos teóricos.
El término etnografía proviene de dos vocablos griegos: ethnos, que se refiere a grupos humanos, a grupos de personas que habitualmente viven juntas y por ende relacionadas o intercomunicadas entre sí; y grafé que significa descripción. La etnografía se ocupa de describir el estilo de vida de esos grupos. Actualmente el término se le da una connotación aún más amplia. Según Martínez (2000, 29), el estudio etnográfico “no sólo podría ser una nación, un grupo lingüístico, una región o una comunidad, sino también cualquier grupo humano que constituya una entidad cuyas relaciones estén reguladas por la costumbre o por ciertos derechos y obligaciones recíprocas”. La peculiaridad de estos grupos son las semejanzas que existen entre sus miembros al compartir formas similares de vida, aunque no estén plenamente identificados o asociados, como puede ser el caso de los mendigos, los homosexuales, los emigrantes, los alcohólicos, etc., que si bien no se encuentran integrados en una unidad de análisis concreta, pero como grupos amplios pueden ser investigados etnográficamente. La finalidad de la investigación etnográfica, “es crear una imagen realista y fiel del grupo estudiado, pero su intención y mira más lejana es contribuir en la comprensión de sectores o grupos poblacionales más amplios que tienen características similares” ( Ibíd . 30). Así, la etnografía procura reunir datos proporcionados por distintos investigadores, analizarlos, reagruparlos, compararlos y si es posible difundir sus resultados entre quienes pueden interesarse por dichos estudios. Una de sus consecuencias han sido los intercambios culturales que hoy existen entre muchas naciones y pueblos del mundo, destinados a favorecer el conocimiento mejor de sus culturas y modos de vida. En este contexto cabe señalar, especialmente, las investigaciones que se han realizados a nivel de los sistemas educativos extranjeros, cuyo análisis ha ayudado mucho a las innovaciones educativas de algunos países que se han interesado por las experiencias que en esta materia han desarrollados otras naciones. ¿Qué parte de la realidad estudia la etnografía? Ya hemos señalado que el ethnos, constituye la unidad de análisis para el investigador etnográfico. La naturaleza de esa unidad se caracteriza por su estructura coherente y su dinamismo interno. No es un simple 24
agregado de elementos que fácilmente pueden ser estudiados con técnicas y procedimientos cuantificables. Los grupos humanos conforman estructuras muy complejas, donde entran en juego muchos elementos y variables que “forman una totalidad organizada con fuerte interacción entre sí, es decir, constituyen un sistema, su estudio y comprensión requiere la captación de esa estructura dinámica interna que la caracteriza y, para ello, requiere una metodología cualitativo-estructural” ( Ibíd .). La realidad social es un entramado de valores, tradiciones, creencias, sentimientos, procesos conscientes, intencionalidad, procesos creadores, actitudes y autorrealizaciones de gran complejidad; pero dispuestos en un todo coherente y lógico. Se trata de una estructura, donde el todo resulta algo más que la suma de las partes; y en donde cada una de esa partes, “al formar una nueva realidad, toma en sí misma algo de la sustancia de las otras, cede algo de sí misma y, en definitiva, queda modificada” ( Ibíd .). Esta configuración resulta igual en las personas y en los grupos humanos, pues, estos últimos no son meros agregados de personas. El estudio y comprensión de los grupos humanos debe hacerse desde un enfoque global, como un todo orgánico, que desde la observación participante y el análisis de las informaciones recabadas, se puede conocer cualitativamente la realidad sociocultural de esos conglomerados poblacionales.. El método etnográfico centra su atención en descubrir las estructuras o sistemas dinámicos que conforman la naturaleza de los grupos humanos, que constituyen el objeto de la investigación; es decir, que lo relevante en la investigación es el todo. Un grupo humano se distingue por lo que sus integrantes hacen, cómo se comportan y cómo interactúan. Esta manera de ser o ethos, es el resultado de un proceso continuo de incorporación de valores, creencias, experiencias, motivaciones, perspectivas y “el modo en que todo eso se desarrolla o cambia con el tiempo de una situación a otra” (Pérez Serrano, 1998: 21. II). Todas estas manifestaciones se estudian desde una perspectiva global, holística, como un todo unificado, con el objeto de propiciar comparaciones y un conocimiento más real y profundo de la realidad social, y así poder ofrecer una orientación más precisa para su mejoramiento. En este sentido, se puede afirmar que el investigador etnográfico se interesa por estudiar “una región, una comunidad o cualquier grupo humano que constituya una entidad, cuyas relaciones estén reguladas por la costumbre o por ciertos derechos y obligaciones recíprocas” ( Ibíd . 19). Hay que señalar, además, que la realidad social no está constituida sólo por hechos concretos, observables y cuantificables, sino también por elementos que pueden expresarse en forma de significados, símbolos e interpretaciones que los sujetos elaboran en sus relaciones con sus semejantes y mediante sus propias reflexiones. Para Aguirre Baztán (1997, 3), define la etnografía como “el estudio descriptivo de la cultura de una comunidad, o de alguno de sus aspectos fundamentales, bajo la perspectiva de comprensión global de la misma”. Destaca este autor en su definición, el carácter descriptivo y global de la etnografía, y sobre este particular añade lo siguiente: En la etnografía, la dimensión descriptiva no es un obstáculo para el análisis dela cultura en términos de identidad, totalidad, eficacia, por lo que, como resultado de la acción etnográfica, estamos en condiciones de conocer la identidad étnica de la comunidad, de comprender la cultura como un “todo orgánico” y de verificar como esa cultura está viva y es eficaz en la resolución de los problemas de la comunidad.
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La etnografía es un procedimiento básicamente descriptivo, y su propósito es analizar cualitativamente la realidad sociocultural de una comunidad específica. La investigación etnográfica debe concretarse en un proyecto realizable y en él deben proponerse objetivos y metas realistas y factibles. De la objetividad y rigurosidad científica de su empleo, depende el éxito del estudio y la confiabilidad en sus resultados. Momentos fundamentales del estudio etnográfico.
La investigación etnográfica comprende dos momentos esenciales, los cuales hay que precisar en sus distintas dimensiones y niveles, al estudiar los rasgos socioculturales de una comunidad concreta. Estos momentos son: el proceso etnográfico y el producto etnográfico. El primero, corresponde al trabajo de campo y la observación participante que se realiza durante un tiempo determinado; y el segundo, se refiere al informe etnográfico o monografía, que se construye a partir de análisis de las informaciones obtenidas durante toda la investigación. El proceso etnográfico El proceso etnográfico comprende cuatro pasos, los cuales se llevan a cabo mediante un conjunto de actividades que se realizan en el transcurso del trabajo de campo y la observación participante. Aguirre Baztán (1997, 6), los resume en el siguiente esquema: a) Demarcación del campo elección de una comunidad, delimitada y observable redacción de un proyecto definido: objeto, lugar, tiempo, etc. redacción de un presupuesto y búsqueda de financiación aprobación del proyecto. b) Preparación y documentación documentación bibliográfica fuentes orales preparación física y mental mentalización. c) Investigación llegada informantes registro de datos observación participante. d) Conclusión elaboración de la ruptura abandono del campo.
El hecho de que estos pasos se presenten en la secuencia señalada, no significa en modo alguno, que el investigador etnográfico mantenga estrictamente ese orden durante el proceso. Al presentar este esquema se hace con fines didácticos para que los nuevos 26
investigadores en este campo encuentren una orientación de cómo se realiza el trabajo etnográfico. Lo que queremos con ello, es dejar constancia de que el trabajo se realizó y que se puede demostrar con la validez y la rigurosidad requeridas a toda investigación científica. La demarcación del campo de estudio y la elección de una comunidad determinada para la investigación etnográfica, requiere de un conjunto de factores que el investigador debe tener en cuenta. Estos factores pueden ser de orden psíquico, económico, institucional, coyuntural, etc. Lo mismo sucede con la redacción del proyecto y con las demás actividades señaladas en el esquema anterior. El investigador etnográfico debe reunir ciertas condiciones: ser muy creativo, documentarse bien sobre la realidad que desea estudiar, elaborar un proyecto factible que contenga especificaciones como: qué comunidad se va a estudiar, que objetivos se pretende en el estudio de la comunidad, con qué medios técnicos se cuenta para ese estudio, durante cuánto tiempo durará la investigación y de qué financiación se dispone ( Ibíd .). La preparación del proceso y la documentación requiere una cuidadosa atención por parte del investigador. Toda la información que se pueda recoger tiene un gran valor en la investigación etnológica. Los archivos y bibliotecas son básicos para el conocimiento de la realidad sociocultural e histórica de la comunidad que se va estudiar. La etnohistoria constituye una disciplina auxiliar para la etnografía. La utilización de fuentes orales y escritas proporcionan el material básico requerido para la elaboración del proyecto etnográfico, y pueden jugar un papel decisivo en la preparación física y mental para el “viaje” hacia la escena del trabajo de campo. El trabajo o investigación de campo se inicia en el momento en que el investigador llega al lugar que será el escenario de sus actividades. Ese primer contacto o “llegada” debe hacerse sin ningún tipo de inconveniente o trauma, pues, el investigador tratará de adaptarse de la manera más natural a la realidad que estudiara: la cultura existente, las normas, prejuicios, creencias, etc. No debe mostrar desagrado o rechazo por lo que ve o perciba como contrario a su manera de pensar y a las normas culturales a las cuales está acostumbrado. En esta fase de la investigación se deben seleccionar a los informantes y comenzar el registro pormenorizado de datos mediante la observación participante. El investigador etnográfico también puede ayudarse en su trabajo con otras técnicas como las entrevistas y las encuestas, para profundizar en el conocimiento de la cultura que estudia. La terminación del estudio o conclusión del trabajo de campo, es un proceso que comprende la “ruptura”, la cual se produce a nivel de investigador e informantes. Este paso debe hacerse de la manera más natural posible a fin de no causar traumas o desosiegos entre los participantes en la investigación. Se espera que el trabajo etnográfico finalice siempre con la mayor normalidad, porque se han recogido las informaciones necesarias para explicar la totalidad de la realidad estudiada, y se han alcanzado los objetivos propuestos en la investigación. En ocasiones algunas investigaciones se han suspendidos por razones económicas, sin alcanzar las metas que se habían previsto, originando una pérdida lamentable de esfuerzos y recursos. Estas cosas deben evitarse, y para ello se requiere planificar con mucha atención todas y cada uno de los pasos que comprende el estudio etnográfico. 27
El producto etnográfico. Ya hemos señalado que el producto etnográfico está representado por el informe etnográfico o monografía. En este momento se dan varios pasos, los cuales están referidos a: -
análisis y organización del material, elección del tipo de monografía, redacción de la monografía ( Ibíd .).
Las informaciones obtenidas o material protocolar deben ser cuidadosamente analizados por el investigador, pues, se trata del trabajo final y su manejo requiere mucha atención y sensibilidad científica. La objetividad debe constituir su primera preocupación. Se recomienda un prudente alejamiento de la escena del trabajo de campo para que el investigador no se sienta comprometido de alguna manera con la presencia de los participantes y el conjunto de elementos que conformaron la realidad analizada.
EL MÉTODO FENOMENOLÓGICO.
La fenomenología es una parte de la filosofía que ha sido definida de manera muy diversas por los filósofos que se han ocupado de su estudio. Pero la fenomenología es también un método y desde esta perspectiva es que nos interesa en este trabajo. La concepción de la fenomenología como método fue bosquejada y desarrollada por Husserl y sus seguidores. Este nuevo método para hacer ciencia, según Husserl, tiene un carácter más “riguroso” y “crítico” que la metodología científica tradicional. El método fenomenológico “se centra en la descripción y en el análisis de los contenidos de la conciencia, dándole, así, a este proceso el carácter de una ciencia estricta” (Martínez, 2004: 138). El método fenomenológico puede ser útil para quienes se interesan por “una realidad cuya esencia depende del modo en que es vivida y percibida por el sujeto, una realidad interna y personal, única y propia de cada ser humano” (García: 2000, 117). Cada sujeto experimenta, vive y percibe los fenómenos de manera distinta. Son las vivencias del sujeto las que el método fenomenológico estudia, por ello resulta el más adecuado para la investigación cualitativa, porque se trata de un estudio vivencial de la realidad. Las vivencias no se manifiestan abiertamente por parte del sujeto investigado, pero son necesarias para conocer el mundo psíquico de las personas Fundamentos teóricos.
Con la investigación fenomenológica se puede apreciar ese entorno único, personal, propio de cada ser humano y el modo como se interrelaciona con la realidad. El método fenomenológico se fundamenta en un “retorno a las cosas mismas” y su finalidad es estudiar la realidad como es en sí, lo que se manifiesta por sí mismo; es decir, lo dado, lo dado en sí mismo. Según los fenomenólogos las cosas se encuentran en el mundo, al cual hay que explorar para comprenderlo. La comprensión del mundo desde la fenomenología 28
se asume en dos dimensiones o hipótesis: “mundo de la vida” (Husserl) y “ser-en-elmundo” (Heidegger). Ambas hipótesis constituyen “el A priori en donde las cosas son vividas de un modo peculiar o son integradas en un proyecto dotado de un sentido determinado” (García: 2000,106). La preocupación de Husserl por el proceso de hacer ciencia lo llevó a crear la fenomenología y el método fenomenológico. Para Husserl (1962) el fin de la fenomenología no es tanto describir el fenómeno singular, sino descubrir en él la esencia (el éidos), la cual es válida universalmente y útil científicamente. Propone un retorno auténtico a las cosas mismas. La cosa es lo que se presenta o se muestra en la conciencia, es la parte de la realidad que se conoce, que se le da nombre y se convierte en idea y se refiere al conocimiento que se tiene de la realidad conocida. La realidad se manifiesta, según la fenomenología, en su naturaleza (esencia) y en su estructura (organización de elementos con su dinámica y significado). El método fenomenológico para Husserl tiene un sentido más riguroso y crítico que el método científico; es capaz de prescribir prejuicios y aquellas teorías y conocimientos previos adulterados. Husserl acuñó la frase: “mundo de la vida, mundo vivido”. El mundo es donde están las cosas, los objetos y donde se ubican también los individuos y se interrelacionan. Es en el mundo donde el hombre le da sentido y significado a su propia vida; es decir, es aquí donde él se comprende, se interpreta y desarrolla sus propias posibilidades; es donde el hombre se ve y puede ser visto; es donde se comprende como proyecto de vida y como ser que requiere de ayuda. Para Heidegger (1974, 237), la fenomenología es la ciencia de los fenómenos, que “permite ver lo que se muestra, tal como se muestra así mismo, y en cuanto se muestra por sí mismo”. Heidegger acuñó la frase: “ ser-en-el-mundo”, lo que involucra una dimensión ontológica-existencial de la realidad, del ser particular y su relación con otros seres. De ahí que la fenomenología para este filósofo se proyecte más hacia la interrelación y el convivir. Mientras que el mundo de la vida (Husserl), según García (2000, 106–107), “es la categoría central de una fenomenología de la conciencia trascendental. Ser-en-el-mundo desempeña un rol similar en una fenomenología ontológica-existencial del ser”. El mundo de la vida involucra la conciencia, el conocimiento, lo epistemológico, y se relaciona con el mundo de una manera intencional; por su parte, el ser-en-el-mundo denota encuentro y trato familiar con las cosas, muestra preocupación por ellas y se interesa por el existir y el convivir. En ambas concepciones (Husserl y Heidegger) lo que resalta es el fenómeno; es decir, todo lo que se presenta y se revela en la conciencia y del modo como lo hace. De esta manera se involucra la vida psíquica expresada en ese fluir permanente de impulsos, sentimientos, percepciones y conocimientos que determinan el comportamiento humano. De ahí que la conducta está determinada a la vez por las vivencias del sujeto. El método fenomenológico se centra en el estudio de esas realidades vivenciales que se presentan a la conciencia. Habermas (1982), por su parte, le asigna tres componentes al mundo vivido, al mundo de la vida, ellos son: la cultura, la sociedad y la personalidad, los cuales pueden representarse en patrones culturales, en órdenes considerados legítimos y en las estructuras de la personalidad. Según García (2000, 354): “Los componentes del mundo de la vida son, pues, resultantes y a la vez sustentantes de un saber, de un orden y de unas identidades personales, que perduran y se recrean a través del poder renovador de la acción
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comunicativa”. Simbólicamente esas estructuras se reproducen en tres segmentos: el saber (cultura), el orden (sociedad) y la subjetividad (libertad). La metodología fenomenológica se fundamenta epistemológicamente en diversas concepciones filosóficas y corrientes que emergen de esas realidades que interesan conocer, las cuales deben considerarse como son en sí, en su legitimidad esencial y deben ser aceptadas y respetadas en su totalidad; es decir, que se estudian los “fenómenos tal como son experimentados, vividos y percibidos por el hombre” (Martínez: 2002, 167). En ese espacio histórico-cultural que conforma el mundo de la vida, es donde tiene lugar los fenómenos que constituyen el objeto de estudio de la investigación fenomenológica, y donde el investigador cualitativo tiene que utilizar, además, como estrategia interpretativa la hermenéutica, procedimiento confiable para penetrar a ese mundo e interpretar su sentido, dado que es el ámbito apropiado donde se asienta la actividad social y cultural de los hombres como formas vida y de interrelación, y, además, como sujetos capaces de desarrollar todas sus potencialidades humanas, cuya actuación es el interés de la investigación cualitativa. La hermenéutica resulta necesaria como estrategia metodológica para dirimir el problema del saber –cuyo fundamento epistemológico está determinado, en el análisis, por saberes interpretativos- y el sentido del ser -el cual se despliega en una fenomenología del existir concreto-, ambos procedimientos (hermenéutico y fenomenológico) constituyen la esencia de la interpretación y comprensión de las informaciones obtenidas en la investigación cualitativa. Es decir, que se puede considerar el estudio y la interpretación de la realidad socio-cultural desde una dimensión fenomenológica-hermenéutica. Etapas y pasos del método fenomenológico en el contexto de la investigación
La investigación cualitativa, enmarcada en el contexto de la metodología fenomenológica, se desarrolla en varias etapas y pasos sucesivos, los cuales conforman la estructura procedimental de dicha metodología. No necesariamente se presentan en la forma secuencial que aquí se señala. La investigación fenomenológica es un proceso global, los niveles de ordenación y análisis comienzan en el mismo momento en que se inicia el estudio y están determinados por la actitud del investigador y las circunstancias en que se realiza dicha investigación. Etapa previa: clarificación de los presupuestos epistemológicos. Este primer momento es requerido para aproximarse al problema que se investiga y para conocer la naturaleza y el ámbito del área de estudio. Además, en esta etapa se fundamenta epistemológicamente la metodología y se precisan casos, valores, sentimientos, actitudes, creencias, recursos, bienes, criterios... que ayudan a orientar la investigación. La clarificación de todos esos elementos hace posible una cuidadosa y estricta descripción de los fenómenos que se quieren estudiar. El investigador se despoja de todos los prejuicios, y para ello emplea la técnica de la reducción fenomenológica, la cual según Husserl (1962), se expresa mediante una variedad de “epojes” a fin de suspender los juicios relativos a cualquiera de los supuestos, emociones, creencias y otros aspectos de la vida subjetiva que 30
pueda tener el investigador antes del inicio del estudio que se propone. La idea que se maneja en este primer momento, es la de “reducir los presupuestos básicos a un mínimo y tomar plena conciencia de la importancia de aquellos que no se pueden eliminar” (Martínez, 2002, 171). Ciertamente, la investigación fenomenológica apunta hacia la necesidad de hacer “una estricta y cuidadosa descripción que ponga entre paréntesis (en cuanto sea posible) todos los prejuicios” ( Ibíd .). En consecuencia, el desarrollo de esta investigación se inicia con una descripción estricta y cuidadosa de la realidad, y para ello se empieza con una propedéutica fenomenológica, para que la descripción refleje de la manera más completa y fiel los fenómenos y los hechos vividos por cada sujeto involucrado en la situación que se desea conocer. Etapa descriptiva: recolección de datos. En esta etapa se inicia la recolección de informaciones mediante la observación y la entrevista fenomenológicas, datos que servirán para realizar la “descripción protocolar”. La descripción de los fenómenos se proyecta de una manera completa y se hace todo lo posible por mantenerla fuera de prejuicios, a fin de que “refleje la realidad vivida por cada sujeto, su mundo y su situación, en la forma más auténtica” ( Ibíd .). En esta etapa se procede de acuerdo con los siguientes pasos: Primer paso: elección de la técnica o procedimientos apropiados para la recolección de información. Para la recolección de datos se dispone -además del análisis documental- de la observación directa o participación y de la entrevista coloquial o dialógica, técnicas estas requeridas en todo el proceso de la investigación fenomenológica. Segundo paso: realización de la observación y la entrevista. En esta fase de la investigación se descarta, en primer lugar, el sentido selectivo que pueda surgir de la aplicación de estas técnicas, y para ello se debe proceder de acuerdo con las reglas de la ”reducción fenomenológica”. A saber: -
No ver más de lo que hay en el objeto y no proyectar el mundo interno del investigador (regla negativa).
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Tratar de reducir todo lo subjetivo (actitudes, sentimientos, deseos, etc), y poner entre paréntesis las posiciones teóricas previas (conocimientos, teorías, hipótesis, etc.).
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Excluir la tradición (lo previamente enseñado y aceptado con relación el tema de la investigación).
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Seguir las reglas positivas (ver todo lo dado, en cuanto sea posible y repetir las observaciones cuantas veces se requiera para aclarar ideas contenidas en el protocolo).
Tercer paso: descripción protocolar. Las actividades enmarcadas en esta fase se realizan con mucho cuidado con el propósito de que la descripción fenomenológica refleje 31
fielmente la realidad, que sea lo más completa posible, y no contenga elementos subjetivos (proyectados por el investigador); con el fin de recoger el fenómeno descrito en su contexto natural, en su situación peculiar y en el mundo propio en que se presenta. Etapa estructural: estudio detallado de las descripciones protocolares. En esta etapa se estudia exhaustivamente todas las descripciones protocolares recogidas en las entrevistas y se realizan aquellas actividades recomendadas en la metodología fenomenológica, las cuales, según Martínez (2002) están contenidas en 7 pasos. Estos pasos se encuentran estrechamente unidos entre sí, y sí se consideran por separados, se hace sólo por motivos didácticos. En este momento es donde se procesa con mayor énfasis la reducción fenomenológica. En esta etapa de la investigación fenomenológica se pueden realizar las siguientes actividades: Primer paso: lectura de la descripción protocolar. Se hace la lectura general de la descripción de cada protocolo, con el propósito de revivir la realidad descrita en los protocolos y reflexionar sobre su contenido; se trata de volver nuevamente sobre la realidad vivida. En esta fase se muestra una gran tolerancia con relación a las ambigüedades y contradicciones, a fin de no perder detalles que puedan tener después alguna importancia para la investigación. No debe haber apresuramiento para la categorización de los contenidos protocolares. Se busca como finalidad hacerse de una visión de conjunto para lograr una idea general del contenido que hay en los protocolos. Segundo paso: delimitación de la unidades temáticas. Aquí se delimitan las unidades temáticas naturales, para ello se medita sobre el significado que las partes (afirmación, proposición, declaración, etc.) puedan tener en el todo. Las unidades temáticas pueden constituir la posible estructura del todo. Tercer paso: determinación del tema central. Las actividades en este punto están referidas a la determinación del tema central que domina cada unidad temática. Se procede a eliminar todas las repeticiones y redundancias en cada unidad temática; se precisa el tema central de cada unidad, aclarando y elaborando su significado, el cual se logra relacionando las unidades entre sí y con el sentido del todo. Aquí se hace necesario resaltar el proceso fenomenológico-hermenéutico (la interpretación de datos), y en ocasiones es necesario volver a los entrevistados en procura de precisar aquellos aspectos que el investigador no pudo captar claramente, para así mejorar su interpretación. Cuarto paso: expresar el tema de la investigación en lenguaje científico. Consiste esta actividad en expresar el tema central en lenguaje técnico, propio de la ciencia y el comportamiento humano. La terminología científica surge de la reflexión sobre los temas centrales que van surgiendo a medida que se analizan las unidades temáticas. Quinto paso: integración de los temas centrales en una estructura descriptiva. Este paso es el más importante para la investigación, porque durante su desarrollo se descubre la estructura básica de las relaciones del fenómeno investigado. La estructura básica es la que constituye la fisonomía individual que identifica a cada fenómeno y los distingue de los 32
demás, y surge de los datos de cada protocolo, los cuales deben ser fiel a las vivencias del sujeto estudiado y expresados de manera libre y voluntariamente, sin coacción de ninguna índole; es decir, fuera de la influencia de valores culturales y científicos anteriores. Se destaca en este momento de la investigación el contenido del análisis intencional (identificación de la intención que anima la acción y toda la conducta) que constituye la estructura básica del fenómeno y la clave para comprenderlo. Ciertamente, la determinación de una estructura incluye también la identificación de sus principales propiedades o atributos, lo cual se logra eliminando o sustituyendo ciertos componentes. En este caso, la convalidación de la estructura se logra al relacionarla con el protocolo original. Así mismo, la reducción fenomenológica favorece este proceso de identificación y sustitución. Sexto paso: integración estructural. Se logra aquí la integración de todas las estructuras particulares en una estructura general. Se procede a integrar en una sola descripción, lo más exhaustiva posible, los contenidos de las estructuras identificadas en cada protocolo. Lo que determina la fisonomía general de la realidad estudiada. Sin duda, se trata de una descripción completa del fenómeno que se quiere investigar. Séptimo paso: entrevista final. Esta actividad consiste, generalmente, en una entrevista final con los sujetos estudiados. El sujeto entrevistado puede volver a leer sus aseveraciones o respuestas a las preguntas que se le hicieron durante la entrevista. Se trata de una realimentación para aclarar y perfeccionar los conocimientos logrados y sobre todo precisar detalles incompletos, reforzar algunos criterios y revivir los momentos iniciales de la entrevista. El investigador debe tomar muy en cuenta los nuevos aportes, si es que los hay, pues, se trata de la descripción final de la investigación y cualquiera aclaratoria, o señalamientos de aspectos omitidos llevara al investigador a elucidar y perfeccionar el conocimiento alcanzado. Etapa de discusión de los resultados. En esta etapa se relacionan los resultados con otras conclusiones obtenidas en investigaciones similares, para compararlas, contraponerlas y entender mejor las posibles diferencias. Antes de explicar lo que se realiza en esta etapa, es necesario precisar lo siguiente: Mientras el método experimental se basa en mediciones y en todo lo cuantificable de la realidad, la metodología fenomenológica se preocupa por la significación. El significado de una conducta se refiere al “significado funcional”, el cual se determina por su relación con el todo. La comprensión de la conducta humana está determinada por: la estructura y la función. La estructura está conformada por elementos y al unirse pierden esa condición de elementos particulares; y la función corresponde a la relación que se establece entre los elementos, la estructura y el todo. En consecuencia, en esta etapa se logra conformar una síntesis propositiva entre el método fenomenológico y otras técnicas metodológicas, que permita llegar a una comprensión de la realidad en el contexto social que se deseaba investigar. La investigación fenomenológica permite abrir perspectivas interesantes tanto de reflexión
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como de análisis crítico. Hay que destacar, que método fenomenológico es el más apropiado para comprender la estructura psíquica vivencial de cada persona.
EL MÉTODO DE ANÁLISIS DE CONTENIDO
En toda investigación el investigador recibe informaciones que le llegan desde la realidad que estudia. El análisis (de la voz griega analysis, descomponer, separar, dividir) de esa comunicación es lo que tienen sentido y significado para el método del análisis de contenido. Esas informaciones, datos o material protocolar obtenidos a través de observaciones, entrevistas, encuestas, etc., que se expresan en textos escritos, verbales, visuales u otra forma simbólica, deben ser organizados y analizados para llegar a comprenderlos o interpretarlos, y obtener resultados y conclusiones. El método del análisis de contenido ofrece la posibilidad de desentrañar la estructura interna de las informaciones obtenidas, para entender su composición, su organización y los principios y elementos que determinan su naturaleza. El análisis como método de investigación fue empleado por los griegos. Proclo de Constantinopla (410-485), vinculado a la filosofía neoplatónica, le atribuye a Platón el empleo del análisis para la investigación de la verdad, dicha técnica consistía en partir de algo buscado; es decir, lo admitido, lo dado por sentado, y de aquí deducir sus consecuencias mediante un proceso de “desligar”, “deshacer” y “examinar” diferentes detalles. El método de análisis tuvo en Platón y sus seguidores un carácter eminentemente matemático, más que dialéctico. Descartes en su obra El discurso del método, establece lo que se ha denominado la regla del análisis, que consiste en dividir cada una de las dificultades que se examinan en tantas partes como sea posible para resolverlas. Esta regla viene a ser lo opuesto a la regla de la síntesis que es todo lo contrario, la cual consiste en ordenar los pensamientos desde los más simples y fáciles de conocer, para remontarse poco a poco, al conocimiento más complejo. Martínez (2000, 79) cree que “la filosofía analítica y positivista, con énfasis en lo cuantitativo y siguiendo el consejo de Descartes”, no le encontró sentido a la expresión aristotélica: “el todo era algo más que la suma de sus partes”. Hoy en día el sentido del análisis está, básicamente, referido a la descomposición de un todo en sus partes. Sin embargo, es muy frecuente aceptar la complementariedad metodológica entre el análisis y la síntesis, pues, en opinión de muchos investigadores, “una vez analizado un todo en sus partes componentes, la recomposición sintética de estas partes tiene que dar por resultado el todo del cual se había partido” (Ferrater Mora: 2001, 147-148). ¿En qué consiste el método del análisis de contenido?
Esta técnica se ubica entre los procedimientos cualitativos-hermenéuticos requeridos para interpretar las acciones humanas y comprender el sentido de la vida social. Vega Moreno (2001, 273) señala que en la investigación cualitativa, el análisis de datos no se atiene a unas directrices fijas y concretas, pudiendo existir diversos enfoques, perspectivas
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y orientaciones: “El sentido del análisis de datos consiste en reducir, categorizar, clarificar, sintetizar y comparar la información con el fin de obtener una visión lo más completa posible de la realidad objeto de estudio”. El análisis de contenido es un procedimiento que según Pérez Serrano (1998, 134): “Trata de analizar y estudiar con detalle el contenido de una comunicación escrita, oral o visual”; es decir, describir la importancia que en la vida humana tienen los textos hablados o escritos. La comunicación entre las personas determina la convivencia social, pues, nos entendemos a partir del lenguaje, “no sólo el lenguaje verbal, sino también gestos que desarrolla una cultura, los estilos artísticos, las formas de vestir, los juegos, y todo lo que es fruto de la actividad humana” (Martínez: 2004, 130-131). El análisis de contenido le permite al investigador estudiar y a analizar las comunicaciones a partir de observaciones, categorizaciones, sistematizaciones y generalizaciones. Esta estrategia metodológica, cuya finalidad es el análisis de textos escritos u orales, “no se refiere al texto en sí, a algo que está dentro del texto, sino a algo que está fuera de él, en un plano distinto, es decir, a lo que el texto significa, a su significado” ( Ibíd . 31). El análisis de contenido pone énfasis en el aspecto sintáctico del texto; es decir, en su forma, pero a la vez establece las conexiones existentes entre este nivel y los niveles semánticos y pragmáticos de dicho texto. Ciertamente, el análisis de contenido como el análisis del discurso, o el análisis de conversación, que forman parte “de la gran familia de técnicas de análisis textual” ( Ibíd.130), son procedimientos que sólo se diferencian en grados con relación a la interpretación del texto. Es sabido que le semiótica, como disciplina metodológica, está conformada por una estructura de tres niveles (sintáctico, semántico y pragmático) que establecen conexiones en el texto. Esos niveles semióticos determinan la forma y el contenido de los textos. Así, el método de análisis de contenido tiene como finalidad interpretar los textos tanto en su forma como en contenido o significado. El meollo del asunto está -como bien asegura este mismo autor- en la cuidadosa determinación: de las conexiones existentes entre el nivel sintáctico del texto y sus niveles semánticos y pragmáticos, es decir, por los nexos o relaciones que tenga el texto, gramatical y sintácticamente, con los significados o sentidos que se le están atribuyendo (semántica) y con los intereses y objetivos específicos que persigue el investigador (pragmática) ( Ibíd . 131-132)
El investigador debe ser muy cuidadoso al analizar esas conexiones entre los niveles semióticos, pues, se requiere que su actuación en el proceso sea lo más neutral, hasta donde sea posible serlo; es decir, proceder sin estar atado a posiciones predeterminadas y parcializadas, a fin de asegurar la mayor objetividad en la interpretación de los textos. Conviene aclarar un poco más el asunto desde la perspectiva semiótica. La semiótica es la disciplina que se encarga de interpretar los signos, y se subdivide en tres partes o niveles: sintaxis, semántica y pragmática. Cada una de estos niveles cumple una función específica en el texto y en la interpretación y comprensión del mismo. Ferrater Mora (2001, 3222), explica así el asunto: La sintaxis se ocupa de los signos con independencia de lo que designan y significan; se trata por lo tanto, de un estudio de las relaciones de los signos entre sí. La semántica se
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ocupa de los signos en su relación con los objetos designados. La pragmática se ocupa de los signos en relación con los sujetos que los usan.
En otras palabras. La sintaxis se ocupa, por ejemplo, de la manera como se construyen las oraciones; mientras que la semántica trata sobre el significado de las expresiones y sus relaciones con los objetos a los cuales se refieren dichas expresiones; por su parte, la pragmática estudia la relación que existe entre los signos y la intención del sujeto que usa los signos. Resulta claro con ello que el investigador que requiere de esta metodología debe estar familiarizado con la interpretación que cada nivel semiótico le da a los signos en el texto analizado. Etapas del método de análisis de contenido.
Los procedimientos empleados en el análisis de contenido son similares a los de otras metodologías cualitativas. Las estrategias de investigación están determinadas por la naturaleza del problema que se quiere investigar y los objetivos que el investigador se proponga alcanzar con su trabajo. A partir de estos dos factores se configuran los componentes básicos del proceso y todas las sugerencias, alternativas y propuestas que se presentan durante la investigación. El proceso de investigación se inicia con la selección del tema y concluye con la redacción del informe final. El tema es la parte de la realidad que interesa conocer porque ha despertado la curiosidad del investigador. El interés cognoscitivo conlleva la búsqueda de informaciones sobre la materia. Así nos enteramos de estudios similares, revisamos conocimientos existentes y podemos evaluarlos críticamente, “puesto que la investigación generalmente parte del conocimiento disponible, para poder generar nuevos conocimientos frente a un problema” (Tamayo y Tamayo, 2004, 112). El conocimiento crítico de la realidad, nos plantea algunas dificultades, sobre las cuales nos hacemos un conjunto de preguntas y buscamos respuestas apropiadas. Estas dificultades constituyen la esencia del problema. La formulación del problema debe hacerse correctamente, con mucha claridad, pues, de él depende la estructura básica del proceso de investigación, porque su solución proporciona informaciones y nuevos conocimientos. El proceso de investigación es un proceso reflexivo que amerita revisiones y evaluaciones permanentes por parte del investigador para así poder llegar al fin deseado. En el caso específico del método de análisis de contenido o análisis del discurso, vamos a hacer referencia especial a los siguientes pasos: los objetivos que se persiguen, precisión de las unidades de análisis, categorización y el análisis e interpretación de los datos. Antes de abordar estos aspectos, veamos lo que señala Martínez (2004, 132), con relación al contenido del material a analizar, para precisar algunos rasgos específicos de esta metodología: Los textos que van a ser analizados, lo que ordinariamente se llama corpus textual , pueden formar un todo o ser parte de un todo. Pueden existir antes de la investigación o ser producidos como primera parte de la misma. En este caso, pueden ser generados por medio de entrevistas en profundidad, grupos de discusión, respuestas abiertas a cuestionarios,
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ensayos o de alguna otra forma. En todo caso, ese conjunto de textos viene acompañado por cierta información adicional extratextual acerca de sus autores, contexto de producción de los textos, etcétera .
Ciertamente, el análisis de contenido hay que apreciarlo en su marco contextual, donde el lenguaje no se expresa como una categoría aislada, sino que se manifiesta en conexión con otros fenómenos que amplían el campo de la información y posibilitan una mayor y mejor comprensión de la realidad. Asimismo, debemos aclarar que su esencia está en ser una herramienta metodológica de uso corriente en toda investigación; es decir, se constituye en un medio necesario para alcanzar los objetivos que se proponen en el estudio, por tanto no puede considerársele como un fin en sí mismo. Formulación de los objetivos. Se empieza con un examen inicial de la bibliografía, que permita describir el problema con mayor precisión y formular claramente los objetivos que se pretenden conseguir. El contenido de los objetivos es determinante para elegir el enfoque metodológico y las estrategias requeridas en el proceso de investigación. Precisar las unidades de contenidos. Se determinan las unidades de contenido (son los núcleos con significado propio) a analizar, tomadas como datos que hay que observar y registrar, porque se estiman relevantes en la investigación. Las unidades de análisis se clasifican en unidades de base gramatical (la palabra, el símbolo, la frase o el párrafo) y unidades de análisis de base no gramatical (una carta, un libro, una ley, etc.). Categorización, análisis e interpretación de los datos. Las actividades que se realizan durante el proceso de análisis, categorización e interpretación de datos no constituyen momentos separados e independientes, ni están ubicadas en un espacio determinado de la investigación. Estas actividades van surgiendo espontáneamente desde el mismo instante en que se inicia la recolección de informaciones. El motivo de que aquí se presenten como actividades separadas sólo obedece a razones prácticas para determinar la importancia y el alcance de dichas actividades en el marco de la investigación. La interpretación y el análisis de los datos permiten la elaboración de un perfil del problema estudiado, consecuencia lógica de la presentación de las unidades de contenido seleccionadas y agrupadas en categorías. El proceso de categorización de las informaciones contenidas en los protocolos es un procedimiento que amerita un gran cuidado por parte del investigador, pues, como señala Martínez (2002, 69-70) se trata de un “esfuerzo de ‘sumergirse’ mentalmente, del modo más intenso posible, en la realidad ahí expresada”.
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Este momento se inicia, generalmente, con una revisión cuidadosa del material protocolar proporcionado por las diversas actividades realizadas en procura de las informaciones. El análisis de los datos constituye una de las etapas más importante de la investigación, pues, se trata del momento donde se trabaja directamente con las informaciones recibidas y se procede a recopilarlas, organizarlas en unidades manejables, sintetizarlas, buscar regularidades o modelos entre ellas, “descubrir qué importante, y qué van a aportar a la investigación” (Pérez Serrano: 1998, 102). Este proceso que involucra reducción, categorización, clarificación, sintetización y comparación de los datos, se hace con la finalidad de lograr un acercamiento mayor a una visión lo más completa posible del problema investigado. En este proceso hay que destacar el carácter relevante de la categorización, técnica que consiste en dividir el contenido de los protocolos “en grupos o categorías sobre la base de una regla de descomposición de los fenómenos” (Gotees y LeCompte, 1988,189). Para estos autores, este primer paso es la teorización, esta técnica consiste en descubrir o manipular categorías abstractas y las relaciones que entre ellas se establecen. En el análisis de contenido se utilizan las categorías que abarcaban el área de expresiones verbales de los textos, denominadas por Lofland (1971) como categorías por significación, las cuales se expresaban en conceptos y opiniones; es decir, son categorías conceptuales obtenidas de las opiniones de los sujetos-autores. Se aprecia en el contenido de cada texto detalles significativos de cómo cada sujeto-autor percibe y experimenta los fenómenos que se suceden en su entorno. En el marco de las categorías se ubican, además, varias subcategorías que constituyen también unidades perceptivas manejables, lo cual reduce los datos a sus niveles de mayor significación para un tratamiento más adecuado que facilite su mejor comprensión.. La categorización permite la descripción de aspectos significativos contenido en el material protocolar, especialmente, el recolectado en los textos verbales. Los pasos que se siguen en la categorización son, generalmente, los mismos señalados por Martínez (2002, 135): 1er. paso: Releer la entrevista (texto) subrayando las palabras más relevantes o significativas. 2º. Paso: Dividir el contenido en unidades temáticas (párrafos que expresan una idea o concepto central). 3er. paso: Categorizar con un término o expresión el contenido de cada unidad temática. 4º. Paso: Si hay categorías que se repiten y alguna tiene propiedades o atributos diferentes, asignarle una subcategoría, que puede referirse a alguna dimensión, tributo, propiedad, condición o consecuencia importante .
Como ya se dicho, la finalidad que se persigue en el análisis es la de resumir el contenido de los textos en un número reducido de ideas o conceptos que permitan manejar y relacionar con mayor facilidad las informaciones contenidas en ellos. Al concentrarse la atención en el contenido de los textos van apareciendo las categorías o situaciones que mejor describen las propiedades y atributos de la realidad estudiada. El proceso de 38
categorización-análisis-interpretación, se lleva a cabo sin precipitaciones, con una gran fluctuación mental, y con el mayor cuidado. En este caso se establecen las categorías contenidas en los textos, mediante afirmaciones, declaraciones y proposiciones. Se buscan las categorías relevantes (dimensiones) y dentro de éstas se elaboran subcategorías (rasgos). Todo el proceso debe orientarse convenientemente con criterios lógicos, psicológicos y contextuales. Niveles en el análisis del contenido
La comunicación es decisivo en el análisis de contenido. Esa comunicación es posible a través del lenguaje, y éste no es un fenómeno desvinculado del contexto social donde la investigación tiene lugar. Existe dos tipos de análisis: manifiesto y latente. El primero es el que aparece, se observa, se expresa en formas concretas; y el segundo, el implícito, el que subyace, donde “el investigador trata de codificar el significado de la respuesta o de la motivación subyacente de la conducta descrita” (Pérez Serrano: 1998, 142). El análisis de contenido como técnica metodológica permite realizar clasificaciones, comparaciones, registros, tabulaciones y codificaciones de aquellos aspectos interesantes relacionados con la investigación de los problemas sociales que interesan conocer. Vega Moreno (2001) señala que en la investigación cualitativa, el análisis de datos no se atiene a unas directrices fijas y concretas, pudiendo existir diversos enfoques, perspectivas y orientaciones: “El sentido del análisis de datos consiste en reducir, categorizar, clarificar, sintetizar y comparar la información con el fin de obtener una visión lo más completa posible de la realidad objeto de estudio” (273). En la investigación se utilizan, sin duda, otras recurrencias metodológicas como inducciones, deducciones, análisis y síntesis, como procedimientos lógicos necesarios en el proceso general del análisis. Los datos obtenidos en el proceso, constituyen la fuente de información necesaria para dar respuestas concretas al problema formulado.
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