“Función, norma y valor estético como hechos sociales ” Jan Mukarovsky (1936) Los conceptos de función, norma y valor estético están tan estrechamente ligados que constituyen el triple aspecto de lo estético ; por eso tratar de cualquiera de ellos, sin
tener en cuenta los restantes, sería incompleto. Una vez eliminado el requisito de la separación absoluta entre la literatura y los fenómenos circundantes (1er Formalismo Ruso), apareció la necesidad de tomar en consideración el desarrollo de la esfera general del arte, en cuyo contexto evolucionan todas las artes, influyéndose recíprocamente (de modo que el desarrollo de una de ellas no puede ser plenamente comprendido sin tener en cuenta la evolución paralela de las demás). Sin embargo, ni la esfera global de los fenómenos estéticos, sean artísticos o extra artísticos, está está aislada de
todo el amplio amplio campo de los demás demás fenómenos, fenómenos, en
particular de todos los aspectos y productos de la actividad humana.
Resultó
indispensable tomar también en consideración la posición de la función estética entre las demás funciones que pueden ser desempeñadas por un fenómeno, especialmente las funciones culturales. El punto de partida del estudio de Mukarovsky lo constituye el análisis de la función estética que al mismo tiempo incorpora lo estético a los fenómenos sociales y acentúa el carácter ininterrumpido de la evolución inmanente de la esfera estética. La función estética ocupa un campo de acción mucho más amplio que el arte mismo. Cualquier objeto y cualquier acción, pueden llegar a ser portadores de la función estética. No hay ningún límite fijo entre la esfera estética y la extra estética; no existen ni objetos ni procesos que, por su esencia y su estructura, y sin que s e tenga en cuenta el tiempo, el lugar y el criterio con que se les valore, sean portadores de función estética. Es decir, la aptitud activa a la función estética no es una propiedad real del objeto aunque este haya sido construido intencionalmente en vista de esta función, sino que se manifiesta solo en circunstancias determinadas, es decir en un contexto social
determinado; el fenómeno que fue portador privilegiado de la función estética en una época o un país puede perder esta función en otra época o lugar. Sabemos incluso que los límites entre la esfera estética y la extra estética, siendo dependientes del grado de perceptibilidad estética, varían para cada uno de nosotros con el cambio de edad, del estado de salud e incluso según el estado de ánimo momentáneo. Pero apenas reemplazamos reemplazamos el punto de vista individual por el punto de vista del contexto social, existe una localización considerablemente generalizada de la función estética en el mundo de los objetos y los procesos.
Las dos esferas están en una relación dinámica permanente, que se puede caracterizar como una antinomia dialéctica. No se puede investigar el estado o la evolución de la función estética sin preguntarse en qué medida está extendida sobre la superficie total de la realidad. Es evidente que la transición entre el arte y la esfera extra artística e incluso extra estética es tan poco distinguible y de comprobación tan complicada que una delimitación realmente precisa es ilusoria. Hay que renunciar a cualquier intento de establecer un límite entre arte y no-arte , entre lo estético y lo extra-estético Aun así, en el arte la función estética es una función dominante, mientras que fuera de él, aunque esté presente, su papel es secundario. El arte es la esfera de fenómenos estéticos por excelencia. La supremacía de la función estética alcanza su plena importancia sólo al realizarse la diferenciación mutua de las funciones. La esfera de lo estético no está separada en dos sectores aislados sino que está dominada por dos fuerzas contradictorias que al mismo tiempo la organizan y desorganizan, mantienen ininterrumpido el proceso de su evolución. Ejemplo: 1) algunas artes forman parte de una serie ininterrumpida en la que se encuentran fenómenos extra-artísticos e incluso extra-estéticos. En la arquitectura compiten con la función estética las funciones prácticas; en la literatura, la función comunicativa. Existen otros casos en los que la función estética se manifiesta como secundaria al lado de otra función predominante, por ejemplo un mapa que sirve de objeto decorativo. 2) Casos en los que el arte deriva a la esfera de fenómenos extra-artísticos y hasta extra estéticos: la cinematografía es una industria, se ve obligada a adoptar cualquier perfeccionamiento recién descubierto relativo a su maquinaria y su técnica. Aunque tienda continuamente al arte, por el momento no ha entrado en la esfera en que la función estética es dominante. O las artesanías que se dedicaron a fabricar objetos de uso cotidiano, al entrar plenamente en la esfera del arte, fabricando piezas únicas con función estética perdieron su función práctica ya que nadie destinó su uso a su verdadero fin. 3) La naturaleza y la religión (¿). De esto obtenemos que hay una variedad de transiciones entre el arte por un lado, y la esfera de los fenómenos estéticos extra artísticos y la esfera extra estética, por otro. Resultado: el arte no es una esfera cerrada, no existen límites rigurosos ni criterios unívocos que distingan el arte de lo que está fuera de él. Conclusiones: 1) Lo estético no es una característica real de las cosas, ni tampoco está relacionado de manera univoca con ninguna característica de las cosas. 2) La función estética no está tampoco plenamente bajo el dominio del individuo. 3) La estabilización de la función estética es un asunto de la colectividad y la función estética es un componente de la relación entre la colectividad humana y el mundo. Por eso una extensión determinada de la función estética en el mundo de las cosas está relacionada con un conjunto social determinado. La manera en que este conjunto
concibe la función estética predetermina finalmente la creación objetiva de las cosas y la actitud estética subjetiva respecto a las mismas. El círculo de lo estético evoluciona como conjunto y está en una relación permanente con aquellos sectores de la realidad que en un momento dado, no son portadores de función estética. La conciencia colectiva es un hecho social . Es un lugar de convergencia de los distintos sistemas de fenómenos culturales (religión, ciencia, idioma, etc.). Estos sistemas son hechos reales y manifiestan, a pesar de no ser percibidos por los sentidos, una fuerza normativa. También la esfera de lo estético se manifiesta en la conciencia colectiva como un sistema de normas. Sociología de lo estético
a) Función estética como factor de diferenciación social en los casos en que una cosa o un actor tiene una función estética en un medio social pero no la tiene en otro. b) Función estética como factor de la convivencia social. Se manifiesta por la capacidad de aislamiento del objeto afectado por la función estética. Puede llegar a ser un factor socialmente diferenciador (en su aprovechamiento en las capas sociales superiores, que pretenden distinguirse de las demás por ejemplo) c) Función estética como capaz de suplir otras funciones de las que el objeto ha sido privado en el transcurso de su evolución. Se convierte a veces en un factor de economía cultural, conserva las instituciones y las creaciones que han perdido sus funciones originales, para tiempos posteriores en que puedan volver a utilizarse.