Escuela de montaje soviética “El acorazado Potemkin” (1925) Sergei M. Eisenstein.
Beatriz González Viéitez Grupo 4
Realización y estética cinematográfica y televisiva. Grupo 4
INTRODUCCIÓN Cuando hablamos de las vanguardias cinematográficas nos referimos a unas determinadas formas artísticas surgidas a principios del siglo XX y que tienen como principal característica la representación del cine partiendo de nuevas convenciones que rompen con las formas artísticas expresadas hasta el momento. Dentro de las vanguardias existen distintos estilos artísticos que se dividen en función de sus características específicas y novedosas hasta el momento. Estos son el expresionismo, que comienza con El Gabinete del Doctor Caligari (Robert Wiene, 1919) y que tiene como antecedentes El Estudiante de Praga (Stellan Rye 1913) o El Golem ( Paul Wegener, 1914) los cuales siguen una estética romántica e individualista; el impresionismo, que se desarrolla en Francia entre 1918 y 1929 y está liderado por Louis Delluc siguiendo una estética convencional en cuanto a la narración se refiere, pero innovando en el tratamiento psicológico de los personajes y en el uso subjetivo de imágenes; el dadaísmo y el surrealismo, que rompían por completo con las convenciones tradicionales tanto en la narración, como en la presentación de las historias habitualmente con tendencia onírica, insólita, erótica… Y finalmente, el cine soviético que tiene como máximo representante a Sergei M. Eisenstein con obras como “La huelga” o “El acorazado Potemkin”, este último objeto de estudio en este trabajo.
ANÁLISIS (Ficha técnica) Título original: Bronenosets Potyomkin (Battleship Potemkin) Año: 1925 Duración: 80 min. País: Antigua URSS Director: Sergei M. Eisenstein
Guión: Sergei M. Eisenstein, Nina Agadzhanova (Argumento: Sergei M. Eisenstein & Nina Agadjanova-Shutko).
Música: Edmund Meisel & Nikolai Krioukov Fotografía: Eduard Tissé (B&W) Reparto: Alexandre Antonov, Vladimir Grigorievitch Barsky, Grigori Alexandrov, Mikhail Gomarov Productora: Estudio Goskino Género: Drama | Revolución Rusa. Cine mudo
En cuanto a “El acorazado Potemkin” podemos decir que está considerada una de las grandes obras del cine y es además el mejor ejemplo para describir el cine soviético de vanguardia. El cine soviético surge a partir de la Revolución de 1917. En un principio, la producción fílmica es escasa debido a los problemas económicos generados por la guerra civil. Sin embargo, más adelante el Gobierno empieza a apoyar la producción percatándose de la importancia del cine como medio de comunicación de masas y de la influencia que podía ejercer sobre la sociedad. Lev Kuleshov, Vsévolod Pudovkin y Dziga Vertov van a ser las principales figuras iniciadoras de esta corriente a partir de la creación de un laboratorio experimental. Es en este momento cuando se introduce una de las principales características que diferenciarían al cine soviético de vanguardia de lo visto hasta el momento: el montaje de imágenes. Se llega a la práctica de esta técnica debido a las malas condiciones económicas que les lleva a estos autores a la utilización de imágenes fijas de manera consecutiva. Con esto se rodaban secuencias atemporales que a través del montaje lograrían un sentido. Esto ocurre en la cuarta parte de la película “la escalera de Odesa”, la yuxtaposición de imágenes generaba un valor añadido. El uso de partes sueltas que al unirse consiguen un objetivo concreto. Es decir, se intercalan distintas imágenes que provocan en el espectador distintos conceptos, emociones… De esta manera se logra hacer trabajar al espectador y, por tanto, introducirlo en la película de manera más intensa. Todas las imágenes inconexas de personas bajando esa escalera de manera desordenada que se
van uniendo en el montaje generan una sensación de caos, de nerviosismo que llega al espectador. El seguimiento del cochecito de bebé en medio de todas esas imágenes de personas que corren huyendo de la guardia y que van tropezando a su paso, a veces con otras personas, genera en quien sigue esa escena un idea cognitiva un todo caótico a partir de la suma de las partes. Podríamos rescatar otro ejemplo de las innovaciones del cine soviético en el montaje en la primera parte de “El acorazado Potemkin”, “hombres y gusanos”, donde la que la tripulación protesta por el mal estado de la comida. El montaje nos ofrece un plano subjetivo de lo que un alto cargo a bordo del acorazado vería a través de su monóculo. Se muestra un plano detalle de los gusanos devorando la carne que reflejan el evidente mal estado. Estos son ejemplos de las novedades introducidas en la forma de hacer cine a partir de la Revolución de Octubre. Einsenstein es el primer director que quiere dejar en evidencia que está haciendo una película. Rompe con la composición clásica en la cual se trataba de ser fiel a la realidad y se deja constancia de las artimañas del cine a través del uso, especialmente, del montaje.