Modelo Económico Keynesiano 1. John Maynard Keynes (1883-1946) Fue un economista inglés que realizó la mayor parte de su obra en los Estados Unidos, como asesor del presidente Franklin Delano Roosevelt, tuvo a su cargo la formulación del “New Deal” (política económica del nuevo trato), con lo cual Estados Unidos dio los pasos para superar la crisis económica de 1929. La mencionada crisis se originó por la aplicación de los principios de la economía clásica a un entorno económico distinto al que imperaba cuando fueron formulados. Keynes fue un personaje muy polifacético. Además de ser un economista teórico que cambió la consideración de la macroeconomía en el siglo XX, desempeñó también múltiples puestos en el mundo económico, fue profesor en la Universidad de Cambridge desde 1908, editor del Economic Journal desde 1912, secretario de la Royal Economic Society, alto funcionario de la Administración británica y negociador internacional en nombre de Inglaterra en diferentes ocasiones. También trabajó en el sector empresarial, en la dirección de inversiones de una compañía de seguros y de asesor financiero del King's College, del Banco de Inglaterra y del propio gobierno británico. Dentro también del mundo de la economía, fue gran aficionado a la historia económica y biógrafo de grandes economistas. Fuera del mundo económico, durante sus estudios en la Universidad de Cambridge se interesó por las matemáticas, estadística, filosofía, literatura y solo finalmente por la economía. Fue también director y principal accionista del Teatro de las Artes de Cambridge y mecenas del grupo de Bloomsbury, coleccionista de pintura moderna y bibliófilo de literatura científica. 2.
Keynesianismo La economía keynesiana se centró en el análisis de las causas y consecuencias de las variaciones de la demanda agregada y sus relaciones con el nivel de empleo y de ingresos. El interés final de Keynes fue intentar dotar a las instituciones nacionales o internacionales de poder para controlar la economía en las épocas de recesión o crisis. Este control se ejercía mediante el gasto presupuestario del Estado, política que se llamó política fiscal. La justificación económica para actuar de esta manera parte, sobre todo, del efecto multiplicador (incrementos producidos en la Renta Nacional de un sistema económico) que, según Keynes, se produce ante un incremento en la demanda agregada. En aquella época se pensaba que el estado no debía de intervenir para nada en la economía (viejo liberalismo), ya que las fuerzas del mercado lograrían el equilibrio (“mano invisible”); esto era posible debido a que en esa época la morfología del mercado dominante era la competencia perfecta, cuando esta desaparece, a finales del siglo XIX, y es sustituida por la imperfecta, coexistiendo con algunos mercados oligopólicos (son aquellos mercados en los que existen pocos competidores) y cuasi-monopólicos (mercados casi cerca del estatus de
monopolio), dejan de tener vigencia los principios de la escuela clásica (viejo liberalismo), surgiendo la necesidad de crear una nueva teoría económica basada en la nueva práctica. Los economista de la época asumieron el reto de crear una nueva teoría económica, de ellos el más destacado fue, sin duda alguna Keynes; quien en 1936 publico su libro “The General Theory of Employment, Interest and Money” (Teoría general del empleo, interés y el dinero), en el cual se enuncian los principios básicos de lo que se ha dado en llamar el Keynesianismo; este libro se ha convertido en obligatorio en todas las escuelas de economía del mundo. La crisis se originó, como se mencionó anteriormente, por la desaparición de la competencia perfecta, consecuencia de la acumulación de capital y al desarrollo tecnológico producto de las dos revoluciones industriales que dieron origen a grandes empresas, a esto se unió el surgimiento de una mercado de capitales altamente especulativo sin ninguna supervisión de parte del Estado Norteamericano, debido a que la concepción del viejo liberalismo le impedía intervenir, ocurriendo numerosas estafas con empresas “fantasmas”, lo que provoco un desorden muy grande en el mercado de capitales, que condujo a la pérdida de confianza con él, causando la caída dramática de la bolsa de New York en Octubre de 1929, el llamado jueves “negro”. 3. Principios de la Teoría Keynesiana Keynes rechaza la idea del pleno empleo de factores de producción, (para la época eran solo los recursos naturales, el capital y el trabajo, de hoy día considera un cuarto factor: la tecnología), en situación de equilibrio económico, y sostiene que el equilibrio puede lograrse con un nivel de desempleo de estos factores de producción: existe una tasa “natural” de desempleo. Asume que la competencia perfecta ya no existe, esta sería una situación excepcional, por lo que el mecanismo de la “mano invisible” estaría seriamente cuestionado. Keynes descubre la existencia de los ciclos económicos. Defiende la existencia de la propiedad privada de los medios de producción (capital y recursos naturales), y la formación de precios por la oferta y demanda; aunque esta consiente de la necesidad de la intervención del estado, para evitar que el exagerado individualismo, que defendían los liberales del siglo XVIII, se convierta en un problema que ponga en peligro el equilibrio de la economía. Es partidario de la utilización de subsidios solo en situaciones excepcionales, como lo es la fase baja del ciclo económico en el cual el Estado podrá subsidiar a estas empresas para que no desaparezcan con la condición de que mejoren su productividad para que posteriormente en la fase de auge del ciclo puedan competir y con el pago de impuestos el Estado pueda recuperar lo que les otorgo en subsidios. Keynes no rechaza la teoría de las ventajas comparativas, que establece que cada país debe dedicarse a producir y a exportar principalmente aquello en que es más eficiente.
El análisis macroeconómico keynesiano puede resumirse de la siguiente manera: El ingreso total de una sociedad depende del volumen del empleo de los factores de producción. El ingreso tiene dos destinos: el consumo y el ahorro El ahorro posteriormente se convertirá en inversión, si hay un beneficio atractivo. El porcentaje del ingreso que se destina al consumo. Se llama propensión al consumo y el que se destina al ahorro, se llama propensión al ahorro. La propensión al consumo depende del ingreso y por tanto del empleo El empleo de los factores depende de la demanda efectiva (capacidad de compra de la sociedad en su conjunto), la cual se descompone en demanda para el consumo y demanda para la inversión. En estado de equilibrio la demanda agregara total (demanda de toda la sociedad) será igual a la oferta agregada total (oferta de todos los oferentes de la sociedad en su conjunto). La demanda agregada está determinada por la propensión al consumo, e indirectamente por el volumen de inversión. El empleo depende de la oferta, de la propensión al consumo y de la inversión. La inversión depende de la eficacia marginal del capital (relación entre los beneficios esperados por una unidad adicional de capital y el costo de esa unidad adicional del capital) y el costo de oportunidad del dinero, que esta representado por la tasa de interés del mercado financiero. La tasa de interés depende de la cantidad de dinero en circulación y de la preferencia de liquidez. 4. Modelo Keynesiano Simple o de la Cruz Keynesiana El modelo keynesiano simple, introducido originalmente por Paul Samuelson, es también llamado del multiplicador simple o del multiplicador-acelerador, etc. El modelo asume que hay capacidad de producción no utilizada y que los precios son los de producción. En esa situación, un aumento de demanda puede llevar a un incremento de la producción con un efecto mínimo sobre los precios. Adicionalmente se asume que tanto la inversión como los gastos de gobierno están determinados por factores externos al modelo (son variables exógenas) (Por ejemplo: el gobierno se puede endeudar para invertir) y que la economía es “cerrada” (es decir, no hay intercambios con otros países o economías). Si la economía estuviera en equilibrio walrasiano, el consumo o "demanda agregada" sería equivalente a la producción (todo lo producido sería consumido y todos los ingresos sólo vendrían de lo que se vende).
En esa economía el ingreso del conjunto de la población sólo puede venir de la suma de todo lo que se haya gastado en consumo (el consumo de unos es ingreso de otros) más lo que sea el gobierno gaste y lo que se invierta. Ese ingreso agregado constituye entonces la Demanda agregada.
El consumo de los hogares depende del ingreso disponible (ingresos menos impuestos) pero hay un “consumo mínimo” (sin el cual no se sobrevive). Ese consumo es denominado Consumo Autónomo. Adicionalmente no todo lo que recibe como ingresos se utiliza inmediatamente en consumo. Una fracción ya sea se ahorra o se mantiene “en los bolsillos”, como reserva líquida. Esa fracción depende de la Propensión marginal al consumo.
5. Ruptura con la Dogma Clásica Keynes refutaba la teoría clásica de acuerdo a la cual economía, regulada por sí sola, tiende automáticamente al pleno uso de los factores productivos o medios de producción (incluyendo el capital y trabajo). Keynes postuló que el equilibrio al que teóricamente tiende el libre mercado, depende de otros factores y no conlleva necesariamente al pleno empleo de los medios de producción.
El liberalismo económico clásico supone que cuando se produce un bien se han producido también los medios para la compra de otros bienes (en la medida en que una vez producido podrá ser directa o indirectamente mediante el uso de dinero intercambiado por otros bienes). Sugiere que para fomentar crecimiento económico no hay que penalizar la producción: a más producción, más bienes que intercambiar, más intercambios, Así, en el largo plazo, no solo todo lo que se produce es lo mismo que todo lo que se compra, sino que todos están interesados en que el sistema funcione a máxima capacidad (se logra un equilibrio entre la producción y la demanda agregada que tiende al máximo uso de los "recursos económicos", incluyendo el pleno empleo). En esa situación lo racional es utilizar inmediatamente cualquier ingreso, dado que mantener dinero sin uso no produce beneficios.
Say creía que no podía haber comprador sin un productor, pero que si podía haber productor sin que hubiera comprador por lo que, el consumo sería consecuencia y recompensa de la producción y no al revés. Keynes invierte la Ley de Say. Para él no es la producción la que
determina la demanda, sino la demanda la que determina la producción. Esto porque los empresarios invierten sobre la base de una percepción central (la diferencia entre la tasa de interés y la tasa de ganancia) a mayor diferencia en favor de la última, incluso en términos estrictamente clásicos, lo más posible es que se invierta. Pero esa tasa de ganancia depende de la demanda. Mientras tanto, los consumidores consumen o “ahorran” (defieren consumo) no sólo cuando la tasa de interés sube, sino también en relación a la percepción de la evolución futura tanto de sus ingresos como de los precios de bienes de consumo. Se establece así una relación compleja. Keynes aduce que el problema comienza cuando contemplamos el circuito económico en su conjunto (lo que introduce la macroeconomía). Sucede que las decisiones acerca del ahorro y las decisiones acerca de inversiones las hacen personas distintas y, posiblemente, en momentos diferentes. Sigue con que no hay necesidad de que esas decisiones tengan que coincidir. Keynes va más lejos, sugiriendo que la situación tiende dado una serie de factores, entre los cuales el principal es una tasa de interés excesiva a oscilar alrededor de un punto en el cual los recursos no se utilizan efectiva o plenamente, ya que tal tasa de interés tiende a deprimir la economía en general: un interés excesivo reduce la demanda por capital financiero y, consecuentemente, por el trabajo, lo que reduce el nivel del agregado de salarios, lo que implica la reducción general de consumo, lo que a su vez significa que la tasa de ganancia disminuye, lo que nuevamente reduce la demanda de inversiones, en un círculo vicioso.
Keynes postuló que, en ciertas situaciones, y contrario a lo planteado por la visión clásica, es económicamente racional no gastar dinero. Por ejemplo, si los precios están bajando es racional no comprar hoy porque con el mismo dinero se comprará más la semana que viene. Por el mismo motivo, disminuye la cantidad de gente interesada en utilizar préstamos (los ahorros de otros): si los precios bajan, no solo se comprará más la semana que viene, sino que las tasas de interés, sueldos, etc., serán menores. Igualmente, una baja del empleo o de los salarios amenazando futuros ingresos- puede llevar a otra en la demanda, y por lo tanto a una baja en la producción, llevando a su vez a más desempleo. Así, sucede que la economía establece un punto de equilibrio nuevo (llamado equilibrio macroeconómico o keynesiano) donde convive perfectamente en una situación lejana de la utilización óptima de los medios de producción. Específicamente, en la década de los 30 del siglo XX, durante la Gran Depresión, con una alta tasa de desempleo. Joan Robinson clarifica que, en una situación de competencia imperfecta como lo es en realidad el sistema capitalista sucede que las empresas pueden aumentar sus ingresos ya sea bajando precios a fin de producir y vender más o produciendo menos pero manteniendo o incluso incrementando los precios. Esta última “solución” implica no solo menos demanda por insumos, sino también por trabajo es decir, tiende a ser una situación en la cual los recursos no son plenamente empleados y explica perfectamente el gran desempleo observado en ciertas circunstancias -específicamente, durante la gran depresión- al mismo tiempo que la mantención o, incluso, el incremento de la tasa de ganancia en algunas empresas en esos periodos.
Así pues, dado que la relación “ahorro igual a la inversión” no se establece solo o automáticamente a través de la acción del mercado y esa falla tiende a resultar en crisis, parecería conveniente encontrar alguna manera de armonizar esas variables. Keynes postula que la única fuerza capaz de hacer eso es el Estado.
Para entender el funcionamiento real de la economía y sus diferencias con los esquemas formales del dogma clásico, especialmente del punto de vista de que sucede cuando el ingreso aumenta, Keynes desarrolló los conceptos de propensión a consumir o propensión marginal al consumo, propensión marginal al ahorro; multiplicador keynesiano del gasto o de la inversión, eficiencia marginal del capital (o tasa de ganancia: el beneficio que genera la inversión, descontando de esos beneficios futuros los intereses pagados para financiar dicha inversión.”) Y preferencia por la liquidez (“Tendencia que muestran las personas a escoger activos líquidos frente a otros de más difícil realización").
Rasgos Distintivos del Socialismo 1. Socialismo El socialismo es una ideología política económica y social que busca que todos los bienes, las tareas, los trabajos y los derechos de una sociedad, sean repartidos igualitariamente entre los miembros de la misma, de manera que todos tengan el mismo nivel y no exista una jerarquía, evitando, de esta manera, la discriminación y el clasismo. El principal representante de esta ideología que se confunde en muchas ocasiones con el comunismo, (lo cual es entendible pues comparten la mayoría de sus características), fue Karl Marx quien trabajó muy de la mano con Federico Engels; ambos exponían que las diferencias sociales nos llevaban a la infelicidad y por lo tanto a la mediocridad, su teoría implicaba que al haber seres superiores e inferiores, los últimos se verían segregados por aquellos que tuvieran el poder, trabajarían más y su ganancia sería menor, por lo que no buscarían superarse, creando una sociedad que se estancaría. 2. Características Principales del Socialismo La principal característica del socialismo, es que se opone al capitalismo, es decir a la idea de que aquel que posea más bienes es “mejor”, esta ideología es un tipo de mercadotecnia para que la población compita unos contra otros, logrando mantener la economía del país, afectando la de los individuos. Es imparcial, lo que significa que independientemente del origen étnico o económico, el socialismo, busca que todos tengan las mismas oportunidades. Algunos socialistas incluso
exponen que un conductor de taxi y un doctor, deberían tener el mismo sueldo, de manera que no exista competencia entre ellos y puedan convivir pacíficamente. Uno de los principales lemas del socialismo es “no a la propiedad privada” lo que nos dice que el gobierno controla todas las propiedades, empresas, casas, automóviles y todo, de manera que no haya nadie superior y todos tengan lo mismo, para así eliminar la competencia, pero si esto se analiza cautelosamente, nos estamos refiriendo a un monopolio, lo cual no es sano para la economía de un país. Otra de las grandes características del socialismo es que es utópico, es decir, un ideal, algo que no se puede alcanzar, pues a final de cuentas, la persona o institución que controle estas propiedades tendrá que ser superior, de la misma manera, está comprobado psicológicamente que el ser humano necesita de la competencia para querer superarse y no estancarse. En la actualidad hay países que se gobiernan bajo el comunismo, que como se mencionó es muy similar al socialismo, algunos son Cuba, Vietnam, China y Corea del Norte. 3. Ventajas del Socialismo Se acaba la propiedad privada de los medios de producción (tierra, fábricas, finanzas). Las propiedades y lo que no es medio de producción se mantiene como propiedad privada. Se van acabando las diferencias de clases sociales y con ello los problemas derivados de su existencia. La salud se torna asunto social y no es de privatización. la educación se torna asunto de interés social y todos tienen derecho y acceso libre a ella. La producción atiende a resolver las necesidades básicas de la población. La economía se planifica con base en las necesidades sociales. La conducción de lo social, lo político y lo económico se logra mediante el Estado socialista. La ciencia, el deporte y el arte, luego de las necesidades básicas, se convierten en núcleos de interés prioritarios de la planeación social del Estado. El socialismo tiende a formar al ciudadano del futuro que vivirá en una sociedad sin clases, sin guerras, sin grandes diferencias entre los humanos (producción con base en las necesidades sociales y consumos conforme con las necesidades individuales). 4. Desventajas del Socialismo Las mentalidades empresariales y acumuladoras tienen que emigrar porque no hay lugar para ellos. Quien se encarga de esto es el Estado y el Partido y eso crea a lo largo del tiempo, un grupo de privilegiados. El que no tiene potencial o empeño, es reencausado a algo dentro de sus posibilidades y gustos.
El servicio social de salud puede no abarcar toda la capacidad y calidad que representa el sistema de salud privado Se transita por un buen periodo de tiempo en el que los lujos dejan de existir. Se acaba la libre competencia. El estado puede endurecerse y establecer una verdadera dictadura que limite seriamente las libertades individuales hasta crear un estado policiaco, que sería el más grande riesgo del socialismo. Como se tiene una cierta noción de lo social, el estado puede convertirse en el limitador del desarrollo científico, técnico, tecnológico, artístico y deportivo. 5. Causas del Socialismo Las principales causas que originaron la aparición de las ideas socialistas fueron: El maquinismo que, a la vez que esclavizó al obrero en el trabajo, provocó también su desocupación. La explotación inhumana de la clase obrera en las más variadas formas (salarios ínfimos, excesivas horas de trabajo, condiciones poco favorables de labor, etc. El estado de completo abandono en que se hallaban los trabajadores o proletarios, sin un presente ni unos mañana asegurados. La extremada insensibilidad de los capitalistas o patronos, quienes actuaron llevados solamente por una insaciable sed de exagerado lucro. Según los socialistas la causa de la miseria es que la riqueza está mal repartida entre los hombres: unos tienen demasiado, otros no tiene bastante, otros más, ni lo necesario para subsistir; la sociedad está mal organizada, el Estado debe rehacerla a fin de disminuir la desigualdad. En consecuencia, se necesita una revolución social. 6. Clases de socialismo Socialismo Utópico Los socialistas utópicos (pensadores, empresarios, etc.), fueron aquéllos que creyeron que la reforma de la sociedad podía lograrse sin recurrir a la violencia ni a la lucha de clases, sino por medios pacíficos, por convicción y conciencia de las partes interesadas: el Capital y el Trabajo, el patrono y el obrero. Conocedores de la realidad, atacaron duramente el Capitalismo, a cuyo sistema atribuyeron los grandes males que aquejaban a la sociedad contemporánea, a la clase proletaria, y, por ello, se mostraron partidarios de la abolición de la propiedad privada de los medios de producción. Poseídos de una gran sensibilidad, espíritu humanitario y generosidad, enemigos, asimismo, del
odio y la venganza soñaron, pues, con organizar una sociedad de carácter ideal, inspirada en el bienestar común, a base del fomento del trabajo cooperativo y de las asociaciones de empresarios y obreros; pero, como se trataba de una aspiración difícil de alcanzar, recibieron sus sostenedores el nombre de utópicos. Aunque también creemos que, ni el propio Socialismo Científico, no obstante su vigencia de más de un siglo, ha alcanzado todavía todos sus fundamentales objetivos. El Socialismo Científico Consagrado como el verdadero Socialismo, aspira la transformación radical de la sociedad, basado no en aspiraciones románticas y quiméricas, sino, fundamentalmente, en leyes precisas que rigen el desarrollo histórico de la humanidad. Es decir, que al largo predominio del Capitalismo en la vida de los pueblos, se afirma, le sucederá necesaria e inevitablemente la hegemonía de la clase trabajadora, de la clase obrera, de la clase proletaria.
Se llama socialismo científico al que fundó Carlos Marx hacia 1848, no sobre la base de la generosidad individual y de la caridad, sino partiendo de cierta ley interna del desarrollo histórico, según la cual corresponde al proletariado el papel protagónico (actor principal) en la próxima etapa de la historia occidental, tras el período burgués (Capitalista) República Bolivariana de Venezuela Ministerio del Poder Popular Para la Educación Superior Facultad de Ciencias Económicas y Sociales- Universidad de Carabobo Valencia- Edo. Carabobo
NO SE QUE TITULO PONERLE
Bárbula ,Septiembre del 2016