SEMINARIO TEOLOGICO CENTROAMERICANO
CÓMO LLEGÓ JESÚS A SER DIOS
Lectura presentada en cumplimiento parcial de los requisitos de la materia Historia de las doctrinas
Jonathan Alberto Asbun Delgadillo
13 de enero de 2014
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Ensayo crítico del libro “Cómo
llegó Jesús a ser Dios” de Larry W. Hurtado
Hurtado inicia con una pregunta teológico-histórica: ¿Cómo llegó Jesús a ser Dios (en la tierra)? A la cual da respuesta en los dos primeros capítulos de forma muy elaborada, pero a la vez clara y sencilla. Es loable el hecho que un libro de historia, y en cierta medida de teología cristiana, que se enfoca en sucesos del primer siglo sea escrito en lenguaje tan coloquial y claro. La sencillez y franqueza con que Hurtado plantea el tema permite que éste sea un libro ameno y de fácil lectura. Tanto para estudiosos, como curiosos de la historia y doctrina de Jesús y el cristianismo primitivo, y aún para la persona que no está familiarizada con esta temática, éste es un libro atractivo. Hurtado defiende, a mi modo de ver, muy elocuentemente la tesis de que Jesús fue desde el principio considerado como divino por sus seguidores: los cristianos. Utilizando argumentos lógicos y echando mano de la historia: contexto religioso de los primeros discípulos de mayoría judía monoteísta, y de la fecha temprana de los primeros escritos cristianos (Paulinos), el texto explica la veracidad de la tesis planteada, a la vez de desacreditar algunas tesis contrarias. El tema central del libro es desarrollado en el capítulo dos. En éste apartado el autor plantea argumentos sólidos en defensa de la tesis presentada. Algunos de estos argumentos son: Tanto la demografía (en principio esencialmente judeocristianos), como la cronología (siglo primero) del despertar de la nueva fe cristiana son pruebas claras que demuestran la temprana fe en Jesús como Dios. Por otro lado, la cultura de los judíos del segundo templo, muy fundamentalista y conservadora en la tradición judaica; la fuerte
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condena a la idolatría y la reafirmación del Dios monoteísta de la fe judía tanto en la Torá (considerada por los primeros cristianos como texto inspirado) como en los primeros escritos cristianos (considerados autoritativos); añadiendo a estos el testimonio de los primeros cristianos gentiles, quienes contrario a la cultura “pagana” de la época, no aceptaban a Jesús como una deidad más, sino como el único digno de adoración; son argumentos coherentemente utilizados por el autor para dar una muy buena defensa de su posición. Entonces, tras una breve desestimación de otras teorías, que plantean la deificación tardía de Jesús; Hurtado plantea la suya y, luego de una buena defensa, llega a la conclusión inevitable de que: “Jesús llegó a ser Dios” y “en la tierra”1.
Después aparece el capítulo tres, que es difícil de asociar con el resto del escrito. Aunque, a decir verdad ya desde el principio el “talón de Aquilés” del texto es la redundancia y exceso de ejemplos para demostrar un punto en desmedro de la profundización de otros; por ejemplo el poco desarrollo de las tesis contrarias a la planteada por el autor en el capítulo 1. El capítulo tres parece más un análisis sociológico de la vida de los cristianos de los primeros siglos. En éste capítulo, Hurtado, haciendo uso solamente de los textos bíblicos que parecen gustarle, y desechando sin mayor explicación o reduciendo a evidencia secundaria algunos otros como los Hechos de los apóstoles y las cartas de Pedro, presenta el cuadro “gris” (ya que desde la perspectiva del texto no parece ser tan malo) de las primeras comunidades de fe cristianas. Todo esto estaría bien, si el autor lo relacionara mejor (el capítulo tres) con el tema central, o al menos lo que se entiende como tema central planteado en el título 1
L. W. Hurtado, ¿Cómo llegó Jesús a ser Dios? Cuestiones históricas sobre la primitiva devoción a Jesús: Ediciones Sígueme-Salamanca (2013) 53.
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“¿Cómo llegó Jesús a ser Dios?”. Sin embargo, luego de presentarnos este breve relato
histórico plagado de ejemplos y afirmaciones, de pronto uno llega al final del capítulo y aterriza en una abrupta y brevísima conclusión que trata de presentar esta gran lista de ejemplos de “cuasi sufrimiento”, sobre todo paulinos (ya que el autor mismo plantea que, al menos al principio, no eran realmente sufrimientos tan serios, o al menos no era una persecución aguerrida), como prueba de la fe temprana en Jesús como Dios, tratando así de conectar este capítulo con el resto del libro. Finalmente, se llega al epílogo en el cual hace un muy buen trabajo de recapitulación y una exhortación final. En conclusión, este es un texto atractivo; definitivamente los primeros capítulos son valiosos dentro del estudio histórico del proceso de divinización de Jesús. El autor plantea argumentos muy coherentes y elocuentes que, sin duda, ayudarán al estudiante de teología y al cristiano en general a fundamentar su fe en Jesús como Dios desde la perspectiva histórica. El tercer capítulo presentará un vistazo, desde el lente de Hurtado, del sufrimiento y conflictos de las primeras comunidades de creyentes; es valioso a la hora de comprender la devoción y compromiso de los primeros cristianos hacia la fe en Jesús. Sin embargo, insisto en que sería interesante ver la profundización de algunos conceptos, tal vez la reducción de algunos ejemplos y; definitivamente un capítulo tres mejor armonizado con el tema central del texto.