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Editor: Asociación Educar para el Desarrollo Humano Dirección Académica: Dr. Carlos Logatt Grabner Dirección General: Marita Castro Correcciones y Coordinación general: Pablo Kalhofer Diagramación y Diseño: Cristian Logatt Grabner
Neurociencias y Neurosicoeducación: Las emociones que provocan estímulos irrelevantes pueden afectar la confianza. - Leer Prever las consecuencias de nuestras acciones podría hacernos actuar de un modo más justo. - Leer Neurobiología y el arte de la persuasión. - Leer Con los años nuestro cerebro se vuelve más vulnerable a los engaños. Leer Aspectos emocionales de la comunicación en adultos: una mirada neuropsicológica. - Leer
Neurociencias y Educación: La Inteligencia Emocional y el Cerebro 2.0 - Leer Aspectos emocionales de la comunicación en niños en riesgo por pobreza extrema. - Leer
Neurociencias y Liderazgo: Las comparaciones sociales pueden perjudicar la confianza y el trabajo en equipo. - Leer
Ilustración: Nervios craneales. - Ver
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Notas y artículos: Dr. Nse. Carlos Logatt Grabner, Dr. Roberto Rosler, Dra. Valeria Guaita, Nse. Marita Castro, Prof. Nse. Alejandra del Fabro.
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Neurociencias y Neurosicoeducación
Las emociones que provocan estímulos irrelevantes pueden afectar la confianza. Dr. Nse. Carlos Logatt Grabner Si bien la mayoría de las personas consideran que sus tomas de decisiones dependen de la racionalidad, la realidad es que cuando profundiza en su estudio, se puede observar que las mismas se encuentran más relacionadas con las emociones. Una serie de trabajos liderados por Maurice E. Schweitzer, profesor de gestión de las operaciones y la información de Wharton School of the University of Pennsylvania, y la estudiante de doctorado Jennifer Dunn, presentaron como la confianza algo tan importante en las relaciones humanas, puede verse afectada por información irrelevante. Los investigadores llegaron a esta conclusión luego de realizar una serie de pruebas. En una de ellas se les pedía a los participantes que nombraran a un compañero de trabajo y después debían redactar una situación en donde habían pasado por estado de enojo, tristeza o alegría, cada persona redactaba solo un tipo de incidente según la emoción que se le asignaba. A esta parte de la investigación se la denomino fase de inducción emocional. Luego de este paso debían hacer una evaluación del compañero nombrado al inicio según la siguiente propuesta:
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Si ................ ha prometido preparar una presentación, lo hará correctamente. ..............., jamás de manera intencional tergiversaría mis opiniones delante de otras personas.
Los resultados del trabajo presentaron que aquellos individuos que tenían un estado emocional de felicidad eran mucho más confiados que los tristes, y que los tristes eran más confiados que los enojados. En cinco estudios llevados a cabo por los profesionales los resultados fueron similares, quienes expresaron que circunstancias fortuitas como una multa de transito o discutir con la pareja, influyen sobre los juicios que hacemos sobre alguien.
Investigaciones previas consideraban que el grado de confianza o desconfianza dependía de lo confiado que es un individuo y de lo que se sabía acerca de la otra persona, pero este estudio presenta, que una serie de sucesos irrelevantes pueden influir en el estado emocional, estímulos sencillos como una corta historia, una noticia, un tema musical, un chiste, hablar de deporte o incluso un pequeño debate expresa Scweitzer puede llevar a una persona a sentirse feliz, triste, molesto, etc., y con ello a cambiar sus juicios sobre las personas o grupos. Dentro del ámbito de las negociaciones, siempre se tiene presente espacios para conversaciones de temas triviales que se saben contribuyen a que las personas se distiendan, pero el trabajo de Scweitzer, permite considerar que el contenido de estas conversaciones deben ser evaluadas para cambiar su rumbo si es necesario y también consideradas de ante mano para elegir aquellas que otorguen un estado emocional adecuado. Es por ello que en el ámbito laboral, espacios de integración en donde las personas puedan disfrutar de momentos compartidos de placer, hacen a la consolidación de equipos y al desarrollo de la confianza entre quienes lo componen (juegos que no despierten la competencia, comidas, espacio de juegos y charlas, ronda de chistes, etc.). También antes y durante algunas reuniones, es necesario utilizar estímulos que lleven a estados emocionales adecuados para lograr el compromiso de las personas. Otros trabajos de este investigador permitieron sumar a los anteriores una observación muy interesante, luego de ver fragmentos de películas los estados emocionales que las mismas producían influían en los juicios, pero cuando las personas eran conscientes de su estado emocional, el mismo no interfería de igual modo ante el grado de confianza.
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En neurosicoeducación utilizamos la sigla UCCM MA (unidad cuerpo cerebro mente medio ambiente) para representarnos y poder comprender la influencia que el contexto tiene en cada uno de nosotros. La volubilidad de nuestros juicios es un punto que debe ser considerado seriamente por líderes, jefes, gerentes o cualquier persona que deba tomar decisiones que involucren a otros para no cometer errores o disminuir su toma de perspectiva, factor fundamental de aplicar en las relaciones humanas. En reuniones de equipo en donde necesitamos que todos los miembros se sientan seguros, integrados, confiados, parte de la organización, etc. estímulos que generen
seguridad y placer deben formar parte de las mismas para que nuestro cerebro goce de un estado emocional a favor de los objetivos, confianza en los otros y bienestar del grupo. Investigación: Maurice E. Schweitzer, Jennifer Dunn - The Wharton School of the University of Pennsylvania. Dr. Nse. Carlos Logatt Grabner LinkedIn: http://ar.linkedin.com/in/carloslogatt
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3er. Congreso Taller Neurociencias, Educación e Inteligencia Emocional
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Prever las consecuencias de nuestras acciones podría hacernos actuar de un modo más justo. Nse. Marita Castro Cualquiera de nosotros sabe que nuestras acciones pueden afectar de algún modo a otras personas. Sin embargo es poco común que dediquemos aunque más no sea, un pequeño tiempo a preguntarnos antes de actuar lo siguiente: Si hago esto, como se sentirá o cuáles serán las consecuencias para mi pareja, hijos, socio, compañeros de trabajo u otra persona. Profesionales del Instituto Max Planck en Jena, Alemania, realizaron una investigación para distinguir bajo cuales condiciones nos resulta más sencillo comportarnos egoístamente. La investigación fue liderada por los científicos Astrid Matthey y Tobias Regner, quienes contaron con la participación de 90 voluntarios. La tarea de los participantes era la de dividir una suma de dinero que les era entregada y constaba de cuatro rondas, en cada una de ellas debían separar un monto del dinero para sí mismos y otro para los demás integrantes del trabajo a quienes no conocían. En algunas de las rondas se les informaba como su decisión afectaba a los otros integrantes, y en otras ellos decidían si querían conocer o no las consecuencias de sus decisiones en las demás personas. Cuando las consecuencias de sus acciones hacia los demás eran bien claras para los voluntarios, actuaban de un modo ético y justo, en cambio cuando las ignoraban, su accionar se tornaban marcadamente egoísta y a su favor.
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Según los investigadores, si las personas logran ignorar por algún mecanismo las consecuencias que producirán sus acciones en otros, tal como era posible en algunas rondas en el juego experimental, aunque en el fondo sepan que actuaron egoístamente, mantienen una visión positiva de su persona. Tomando en cuenta la teoría del intérprete del neurocientífico Michael Gazzaniga, lo anterior sería una clara muestra de cómo nuestro cerebro posee una red neuronal preparada para tomar una parte de la información y recrear la misma de modo de
justificar nuestras acciones y hacernos sentir bien con nosotros mismos, aunque este mecanismo nos límite para modelar nuestras conductas. Si utilizamos una de las funciones más elevadas de nuestra UCCM (Unidad Cuerpo Cerebro Mente) como lo es la capacidad reflexiva, nos daríamos cuenta que es fundamental tener espacios para pensar y ser conscientes de las consecuencias de nuestras acciones, ya que sin ellos podemos tender a proceder de un modo más injusto. Una propuesta practica de neurosicoeducación, que permite formar redes neuronales que se especialicen en que seamos capaces de reflexionar antes de actuar, es la de hacernos preguntas, ya que estas son grandes activadoras de nuestra UCCM. Por lo cual antes de actuar debemos preguntarnos: ¿Cuáles son las consecuencias para mi persona en el corto, mediano y largo plazo? Corto plazo:............................................................................. Mediano plazo:........................................................................ Largo plazo:.............................................................................. ¿Cuáles son las consecuencias para otras personas en el corto, mediano y largo plazo? (pareja, hijos, socio, compañero, humanidad, medio ambiente). Corto plazo:.............................................................................. Mediano plazo:.........................................................................
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Largo plazo:..............................................................................
Lo ideal es escribir las respuestas y desarrollarlas, ya que de ese modo se pueden leer y evaluar más profundamente. En cambio si se trata de mantener todos los datos en la memoria de trabajo, cosa que no es posible, la misma tendería a desbordarse y nuevamente podríamos caer en manos del intérprete. En cambio si podemos ver ampliamente las respuestas y las consecuencias de nuestras acciones, estaremos ayudando a los LPF (lóbulos prefrontales) a cumplir con sus funciones ejecutivas, entre las que se encuentra el modelado de la conducta cuando la misma no es a favor de nuestra calidad de vida, de la de otras personas o del planeta. Investigación: Instituto Max Planck.
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Neurobiología y el arte de la persuasión. Dr. Roberto Rosler En este momento hay alguien en su vida con la que necesita contactarse, llegar. Pero no puede y eso lo está volviendo loco. Tal vez es alguien en su trabajo (un cliente, un socio) o su familia. Ha intentado todo (lógica, persuasión, fuerza, ruegos, enojo), pero cada vez que ha intentado una de estas estrategias ha chocado con una pared. Usted está enojado, atemorizado o frustrado y está pensando: “¿Y ahora qué?”. Quiero que haga esto: Piense este problema como si fuera un secuestro. ¿Por qué? Porque no se puede liberar de ella. Está atrapado por la resistencia, miedo, hostilidad, apatía, testarudez, egoísmo o necesidad de otra persona y por su propia incapacidad de tomar una decisión. Pero existen un conjunto de técnicas rápidas y simples que atraen a las personas hacia uno, aún a aquellas que intentan alejarse. Para comprender estas técnicas imagínese manejando por un camino empinado. Sus neumáticos se deslizan y se resbalan y no pueden agarrase al camino. Pero reduce un cambio y obtiene el control. Es como si tirara del camino hacia usted. La mayoría de las personas suben un cambio cuando quieren comunicarse con otra persona. Persuaden, discuten, alientan, empujan y en el proceso generan resistencia. Cuando utiliza estas técnicas le aconsejo hacer exactamente lo contrario, escuchar, preguntar, reflejar, meditar acerca de lo que la persona le ha dicho. Cuando usted hace esto; sentidos, vistos y comprendidos (y la inesperada reducción de un cambio), los atraerá hacia usted.
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El ciclo de la persuasión: En un día cualquiera, ¿a quién está tratando de persuadir para que haga algo? La contestación es: a casi todos con los que se encuentra. Casi todas las comunicaciones son un esfuerzo para hacerse comprender por una persona y lograr que hagan algo en forma diferente a como lo estaba haciendo. Una venta o una enseñanza son ejemplos típicos de esta actitud.
Pero existe un desafío: las personas tiene sus propias necesidades, deseos y agendas. Tienen secretos que esconden. Y están estresados, ocupados y a menudo sienten que están con la cabeza repleta de obligaciones. Para enfrentarse a su estrés e inseguridad montan barricadas mentales que dificultan alcanzarlos. Aproximarse a estas personas armados solamente con la razón y con hechos, o recurriendo a la discusión o a alentarlos o a suplicarles, es inútil. Por el contrario usted será abofeteado y nunca tendrá una pista del motivo. (¿Cuántas veces ha salido de una oficina, aula, etc. sacudiendo la cabeza y diciendo: “¿Qué diablos pasó ahí adentro?”). Pero si utiliza técnicas que se dirigen al corazón de una comunicación exitosa (el ciclo de la persuasión) podrá aproximarse a estas personas. Toda la persuasión se moviliza a través de los pasos de este ciclo. Para llevar a las personas desde el principio hasta el final del Ciclo de la Persuasión, necesita hablarles de una forma tal que los movilice: De resistir a escuchar. De escuchar a considerar. De considerar a estar dispuesto. De estar dispuesto a hacerlo. De hacerlo a qué bueno que lo hicimos a continuemos haciéndolo. Para alcanzar a una persona inalcanzable hay que hablarle al cerebro y para esto hay que saber cómo el cerebro pasa del “No” al “Si”. Tres conceptos cruciales le permitirán ver detrás de los ojos de la otra persona: Las tres porciones del cerebro, el secuestro amigdalino y las neuronas espejo.
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Las tres porciones del cerebro: El cerebro ha evolucionado en tres hileras a lo largo de millones de años. La hilera más antigua e inferior es el cerebro instintivo, el tronco cerebral, cuya función es mantener la homeostasis (o sea mantener los parámetros vitales, como el oxígeno, la
glucosa, el sodio, etc., estables) y activar la respuesta de luchar o huir. Esta área se especializa en actuar y reaccionar sin pensar. Luego aparece en los mamíferos más primitivos la hilera intermedia, el cerebro emocional, cuya función es procesar las emociones. Es de donde surgen poderosos sentimientos como la alegría, la tristeza, el enojo y el placer. La hilera superior es el neocórtex que se desarrolla en su máxima expresión en los primates y que se parece a Mr. Spock de Viaje a las estrellas. Esta región se dedica al pensamiento racional y lógico. Cuando estamos estresados el cerebro instintivo y el cerebro emocional toman el control, el cerebro pensante se eclipsa, y nos desplazamos hacia conductas primitivas.
¿Qué tiene que ver todo esto con poder comunicarse con la gente?
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Simple: para contactarse con alguien necesita hablarle al cerebro pensante, el neocórtex, no al cerebro instintivo o al cerebro emocional. Usted está en problemas si trata de convencer a alguien que está enojado o desafiante, porque en estas situaciones el neocórtex no es el que está en control. Si le está hablando a un cliente, alumno, etc. cuyo Tronco cerebral está en control, usted le está hablando a una serpiente acorralada o un conejo histérico. En esta situación su éxito depende enteramente de llevar a esa persona desde el cerebro instintivo al neocórtex.
Veamos ahora por qué el cerebro instintivo puede quedar al mando cancelando millones de años de evolución. La clave: un área del Sistema Nervioso denominada Amígdala. Secuestro amigdalino pensamiento racional:
y
la
muerte
del
La amígdala se activa si percibe una amenaza. Esta amenaza puede ser física o psicológica. La amígdala activada desconecta al cerebro racional. El término secuestro es apropiado porque en este punto el piloto racional (la corteza prefrontal) ya no está en el control. En su lugar la serpiente está piloteando el avión. Su capacidad de razonar cae drásticamente y las hormonas de estrés inundan su cuerpo. Neuronas espejo:
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Las neuronas espejo permiten reflejar en nuestra mente las acciones de otras personas (¿Qué nos sucede cuando otra persona bosteza?). Estas neuronas serían la base neurobiológica de la empatía porque nos permiten transportarnos dentro de la mente de la otra persona haciendo que sintamos lo que la otra persona siente. Una teoría afirma que constantemente reflejamos el mundo que nos rodea, amoldándonos a sus necesidades, tratando de ganar su amor y aprobación. Y cada vez que reflejamos al mundo, esto genera un hambre recíproca de que el mundo que nos rodea se refleje hacia nosotros. Y si este apetito no es satisfecho se genera un déficit de recepción de las neuronas espejo. Esto es lo que sucede (desde gerentes generales hasta matrimonios insatisfechos pasando por pacientes deprimidos) cuando alguien siente que ha dado lo mejor de sí sólo para encontrarse día tras día con apatía, hostilidad o (lo peor de todo) sin ninguna respuesta. Reglas para poder conectarse con cualquier persona:
Trasládese de “Andáte a la pu… madre” a “Esta todo bien”. Controle sus emociones: Esta es la clave más importante para comunicarse con otra persona especialmente en un momento de estrés. La comunicación exitosa comienza con el control de sus propios pensamientos y emociones. Si no controla sus emociones, no puede pensar con claridad y cuando pasa esto usted pierde. Como decía el inefable Carlos “el que se calienta pierde”. Por lo tanto la primera y más importante regla para controlar una situación estresante es: primero contrólese usted mismo. La velocidad es todo: En un encuentro estresante, para no perder la posibilidad de comunicarse con otra persona, debe controlar sus emociones en minutos, no en horas. O sea necesita movilizarse casi en forma instantánea desde su cerebro reptil hacia su cerebro primate. Con práctica puede hacer esto en pocos minutos. El proceso “Andáte a la pu… madre” a “Está todo bien”: - “La pu… madre” (Fase de reacción): Esto es un desastre, estoy jodido, no lo puedo arreglar. - “Oh Dios” (Fase de descarga): Oh Dios, esto es un quilombo y voy a tardar un siglo en arreglarlo. ¿Por qué carajo siempre me pasa esto a mí? - “¡Carancho!” (Fase de pasaje): Bueno lo puedo arreglar pero no va a ser divertido. - “Bien” (Estadio de refocalización): No voy a dejar que esto arruine mi vida / pareja / trabajo / día y esto es lo que necesito hacer para mejorar. - “OK” (Fase de volver a ponerse en marcha): Estoy listo para arreglarlo. El poder de “La pu… madre”: Un elemento crucial para movilizar su cerebro del pánico hacia la lógica es ponerle palabras a lo que usted está sintiendo en cada fase. ¿Por qué? Porque cuando las personas le ponen nombres a sus emociones (enojo, miedo) la Amígdala, ese sensor biológico del miedo que puede poner al Sistema Nervioso en el sistema operativo de luchar o huir, se calma casi en forma instantánea.
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Así que sorprendentemente este no es el momento de mentirse a sí mismo y decir, “Estoy tranquilo, estoy calmo, todo está bien.” En realidad es el momento de decirse a sí mismo (por lo menos al principio): “La re pu… madre”. Dr. Roberto Rosler Blog: filipides42-robi.blogspot.com
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Con los años nuestro cerebro se vuelve más vulnerable a los engaños. Nse. Marita Castro Un estudio realizado en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), presenta que las personas mayores son más vulnerables ante un estafador, debido a que con los años al cerebro no le resulta tan sencillo discernir correctamente entre fisionomías de personas sinceras y personas que engañan. Para realizar la investigación, Shelley E. Taylor miembro de la Academia Nacional de Ciencias y directora del Laboratorio Social de la UCLA de Neurociencia y sus colaboradores, realizaron dos estudios. Uno de ellos consistió en mostrar 30 fotografías de rostros a personas mayores, con edades entre los 55 y 84 (edad media 68) y más jóvenes (edad media 23) para que los clasificaran confiables o no. Los rostros fueron seleccionadas intencionalmente para que tuvieran expresiones que despertaban, confianza, neutralidad o sensación de poco fiables.
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Los jóvenes y mayores reaccionaron de manera muy similar a las caras de confianza y rostros neutrales. Sin embargo, ante los rostros de poca confianza, los más jóvenes reaccionaron fuertemente, mientras que los mayores no lo hicieron, pese a que las señales faciales eran bastante fáciles de distinguir. El segundo estudio se llevo a cabo en el Ahmanson-UCLA Lovelace Brain Mapping Center, en este caso se observo a través de imágenes de resonancia magnética funcional (FMRI), los cerebros de los participantes mientras miraban los rostros. En el caso de los más jóvenes, se activaba la ínsula anterior, cuando estaban haciendo las calificaciones de los rostros y especialmente al ver los rostros de poca confianza. En contraste, los adultos de edad avanzada presentaban poca activación de esta área.
Esta moderada actividad de la ínsula anterior, produce en las personas mayores una falta del sistema de alerta cerebral que informa: Cuidado. Mientras que en los jóvenes el solo hecho de juzgar si una persona es digna de confianza o no ya despierta precaución. Según Taylor, el prototipo de víctima para el fraude financiero, son los hombres de 60 años de edad, que han realizado inversiones y tienen experiencia, lo que los hace sentirse cómodos y seguros de su toma de decisión, sin embargo no reciben igual que antes el alerta temprana de su cerebro sobre las otras personas y eso los puede llevar a equivocarse. Una de las funciones de la ínsula anterior es decirnos "Algo no está bien aquí" y con ello se despiertan sensaciones corporales (marcadores cerebro somáticos), que generan cierta incomodidad física que suele relacionarse con la intuición y nos alertan por ejemplo de que alguien se ve poco fiable. Si bien a ninguno de nosotros nos gusta envejecer y mucho menos aceptar que nuestra UCCM (unidad cuerpo cerebro mente), no es igual que a los 20, este estudio es de gran ayuda para que podamos desarrollar una nueva habilidad, que es la de aprender a mantenernos alejados de posibles situaciones que nos lleven a decidir apresuradamente sin el asesoramiento adecuado. Unir un cerebro joven con una ínsula activa, con uno adulto con experiencia, sin lugar a dudas es una buena estrategia para la toma de decisiones. Y una buena noticia para los adultos es que con los años se tiende a ser más positivo y a tomar las situaciones negativas con menos dureza, lo que otorga mayor bienestar.
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Investigación: Universidad de California en Los Ángeles. Academia Nacional de Ciencias (PNAS). Co-autores de la investigación: Naomi Eisenberger - Grinblatt Marcos - Ian Boggero. Nse. Marita Castro LinkedIn: http://www.linkedin.com/in/maritacastro
Aspectos emocionales de la comunicación en adultos: una mirada neuropsicológica. Dra. Valeria Guaita RESUMEN Si bien se están realizando cada vez más trabajos a nivel mundial en relación a las emociones, muchos de los mismos se están trabajando con neuroimágenes. Dado la dificultad para poder llevar a cabo este tipo de estudios en Argentina, es que se pensó en construir un Inventario que permita hacer inferencias acerca del funcionamiento tanto conductual como neurocognitivo del adulto y establecer relaciones entre las emociones y otras funciones cognitivas que hacen a la conducta adaptativa de la persona frente a distintas situaciones. Esto hace posible evaluar el modo de funcionamiento emocional, sin con ello pretender suplantar otras evaluaciones diagnósticas, sino complementarlas. El objetivo del presente trabajo es realizar un análisis de las bases teóricas de los aspectos neurocognitivos que subyacen a la comunicación emocional, así como mostrar los avances realizados en la construcción del Inventario mencionado. El Inventario tiene como objeto aportar datos empíricos que ayuden a prevenir y predecir trastornos emocionales y conductuales, colaborando en el proceso diagnóstico, para posteriormente poder armar de acuerdo a ello planes de intervención para mejorar las funciones cognitivas y emocionales. Palabras clave: Comunicación emocional, neuropsicología, evaluación, adultez. INTRODUCCIÓN
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En los últimos años, ha habido una revolución en el estudio de la emoción. Nuestras emociones -amor, miedo, enojo, deseo- le dan color y significado a la vida. Son indispensables cualquiera sea el objetivo que tengamos para nuestra vida. El desarreglo emocional lleva a un dolor vital profundo y al sentimiento de incapacidad en muchas enfermedades mentales. Toda conducta humana puede pensarse como una forma de comunicación con dos componentes distintivos: los contenidos lingüísticos y el aspecto relacional. Los aspectos lingüísticos hacen referencia al significado de lo que se comunica mientras que el aspecto relacional hace referencia a la manera en que esa comunicación se emite y puede ser considerado como el transporte emocional de la comunicación. Sobre estos aspectos emocionales se tratará de profundizar en el presente trabajo.
Para el logro de la eficacia comunicativa es necesario poseer lo que diversos autores han denominado competencia emocional, que se refiere a la capacidad de cumplir con eficacia objetivos adaptativos en situaciones de excitación emocional [35]. Entre las competencias emocionales necesarias para el funcionamiento adaptativo, se encuentran la capacidad para percibir las emociones con precisión, la capacidad de usar la emoción para facilitar el pensamiento, así como la comprensión y el manejo emocional [1]. Saarni [35] ha enumerado una serie de habilidades de la competencia emocional:
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Capacidad para darse cuenta del estado emocional, incluyendo la posibilidad de ser concientes de que se están experimentando múltiples emociones simultáneas, así como, darse cuenta de que es posible no ser conciente de algunos sentimientos debido a dinámicas inconscientes o a inatención selectiva. Habilidad para discernir las emociones de otros, basándose en la situación y las pistas expresivas que tienen cierto grado de consenso cultural en relación a su significado emocional. Habilidad para usar el vocabulario y expresión de la emoción comúnmente disponibles en la (sub)cultura de uno. Capacidad para la comprensión empática de las experiencias emocionales de otro. Habilidad para darse cuenta de que el estado emocional interno puede no corresponderse con la expresión externa, tanto en uno mismo como en los demás así como la habilidad para entender que la conducta emocional que se expresa puede tener impacto en otro y tenerlo en cuenta en el desarrollo de las estrategias de presentación frente a los demás. Capacidad para afrontar adaptativamente las emociones aversivas o displacenteras usando estrategias de auto- regulación que disminuyan la intensidad o la duración temporal de esos estados emocionales (por ejemplo, la resistencia al estrés). Capacidad para darse cuenta de que la estructura o naturaleza de las relaciones está definida en gran parte por la forma en que se comunican las emociones dentro de la relación, como por ejemplo el grado de inmediatez emocional o la autenticidad en la exhibición emocional, así como el grado reciprocidad y simetría emocional dentro de la relación; así, la intimidad madura está en parte definida por la capacidad de compartir mutua y recíprocamente emociones genuinas, mientras que en una relación padre- hijo puede haber asimetría cuando se comparten emociones genuinas. Capacidad de autoeficacia emocional, por la cual la persona se ve a sí mismo sintiendo emocionalmente como desea. La autoeficacia emocional significa que
uno acepta su experiencia emocional, tanto única y excéntrica como culturalmente aceptada y que esta aceptación está alineada con las creencias del individuo acerca de lo que es el balance emocional deseable; en esencia, el individuo que demuestra autoeficacia emocional vive de acuerdo a una teoría personal y al propio sentido moral. La adquisición de las competencias emocionales adecuadas, se manifiesta en la capacidad para expresar, controlar y regular la emoción. La expresión emocional ajustada es aquella que coordina los distintos canales de comunicación emocional (verbal, conductual, facial y vocal) para trasmitir una emoción dada. El control emocional está en relación a la inhibición o postergación de la respuesta emocional impulsiva. La regulación emocional consiste en poner en práctica estrategias comportamentales, cognitivas, atencionales y fisiológicas para eliminar, mantener o cambiar la experiencia emocional, para adecuar la emoción al momento y contexto adecuado para expresar dicha emoción. Estos tres aspectos de la comunicación emocional deben funcionar armónicamente para que la emoción cumpla con su función adaptativa [8].
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Cabe tener en cuenta que hasta el momento, la mayor parte de los trabajos de investigación e intervención en educación emocional y social han ido dirigidos a niños y jóvenes, por la importancia esencial de estas etapas evolutivas en la consolidación de las estructuras de funcionamiento neuropsicológico y social, así como en la prevención de problemas psicológicos futuros. Se han realizado estudios [28,9] que sugieren que los niños aprenden a regular las emociones dentro de la familia y que repiten este estilo de regulación emocional en sus relaciones interpersonales fuera de la familia. Es por ello que resulta fundamental conocer no sólo cómo se van adquiriendo estos procesos a lo largo del desarrollo, sino también cómo se dan en aquellos adultos que interactúan con un niño. Igualmente, hay que considerar que las personas adultas podrían beneficiarse de programas de intervención, ya que éstos suponen una oportunidad tanto para aprender competencias que nunca llegaron a adquirirse por diferentes razones, como para potenciar o mejorar competencias adquiridas pero no desarrolladas adecuadamente [23]. Esta propuesta cobra particular importancia si se tiene en cuenta que durante la etapa adulta se producen múltiples cambios a nivel neurofisiológico, neurocognitivo y social. Por ello, es importante que la persona cuente con recursos para prevenir algunos de estos cambios y prepararse para afrontar o adaptarse a la mayoría de ellos. Diversos estudios han encontrado cambios en aspectos emocionales, tales como la optimización del afecto y la complejidad del mismo, la intensidad emocional o el uso de diferentes estrategias de regulación emocional [23].
Si bien se están realizando cada vez más trabajos a nivel mundial en relación a las emociones, muchos de los mismos se están trabajando con neuroimágenes. Dado la dificultad para poder llevar a cabo este tipo de estudios en Argentina es que se pensó construir una prueba psicométrica que permita hacer inferencias acerca del funcionamiento tanto conductual como neurocognitivo del adulto, y establecer relaciones entre las emociones y otras funciones cognitivas que hacen a la conducta adaptativa de la persona frente a distintas situaciones. Esta modalidad hace posible evaluar el modo de funcionamiento emocional, sin con ello pretender suplantar otras evaluaciones diagnósticas, sino complementarlas. Bases neuropsicológicas de las emociones
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El miedo es la emoción que más exitosamente ha sido estudiada. A partir de estos estudios realizados con respecto al miedo, se llevaron a cabo diversas investigaciones que permiten afirmar que la forma en la cual el cerebro procesa la emoción no difiere de la forma en la que procesa la visión o los movimientos voluntarios, que también dependen de un circuito específico propio [25]. Entre las muchas definiciones que pueden encontrarse acerca de la emoción, una de las más abarcativas es la de Kandel [13] en la que plantea que las emociones son funciones biológicas del sistema nervioso que han evolucionado como respuestas fisiológicas y conductuales especializadas para la supervivencia de la especie. Las emociones constituyen un proceso psico-neural innato, el cual se expresa a través de estados afectivos agudos. En la respuesta emocional podemos observar dos niveles, uno Conductual, que se expresa por medio de patrones de acción realizados en el intercambio con el medio ambiente; otro Fisiológico que comprende la activación del sistema nervioso simpático. El conjunto de estas manifestaciones conforman el arousal (o fase de excitación) emocional, que es particular para cada emoción. Otra de las manifestaciones fisiológicas se da a nivel hormonal, activándose el eje Hipotalámico-Hipofisiario-Suprerrenal,
liberando glucocorticoides como el cortisol, lo cual va a reforzar las respuestas autonómicas del sistema nervioso autónomo. Tanto el reconocimiento de las emociones expresadas por la cara en humanos, como los estados emocionales, están siendo estudiados por medio de neuroimágenes. Los resultados de estudios realizados por diversos investigadores [24, 4, 2, 29, 14, 22, 26, entre otros] permiten afirmar las funciones de las siguientes regiones cerebrales con respecto a la emoción, si bien siguen realizándose estudios: la Amígdala (responsable de detectar, generar y mantener las emociones relacionadas al miedo); la Corteza Prefrontal media (relacionada a los aspectos cognitivos que están estrechamente relacionados al procesamiento emocional (atención a la emoción, identificación de la emoción, toma de conciencia de la emoción); la Corteza Paracingualada Anterior (involucrada en la evaluación de información motivacional y emocional significativa, y en la regulación de las respuestas emocionales; la Ínsula (relacionada a los aspectos evaluativos, experienciales o expresivos de las emociones generadas internamente; el Hipotálamo (cumple un rol fundamental en la regulación de la emoción, ya que contiene muchos circuitos neuronales reguladores de las funciones vitales que varían con los estados emocionales: temperatura, frecuencia cardíaca, presión sanguínea e ingesta de agua y comida. A su vez, regula a la hipófisis, y de este modo regula al sistema endócrino. Las desviaciones de la homeostasis elicitan mecanismos hipotalámicos que contribuyen a rectificar el desequilibrio) [8]. La activación o desactivación de las áreas varían de acuerdo a la emoción. Se cree que para cada emoción hay patrones variados que proveen una "paisaje perceptual" del estado interno del organismo, y que las diferencias entre dichos paisajes constituyen la razón de que cada emoción sea experimentada como diferente [4]. Emociones y funciones cognitivas
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En los inicios de la disciplina psicológica en tanto que entidad científica, se argumentó que los aspectos afectivo, conativo y cognitivo podían ser abordados y estudiados como entidades separadas. No obstante, en la actualidad se pone de relieve de modo sistemático que los procesos emocionales influyen sobre diversos procesos cognitivos, aunque más bien podría decirse que existe una clara interacción entre los procesos cognitivos y los procesos emocionales o afectivos en general [27]. Como respuesta a la consideración respecto a los procesos cognitivos y a la propia conducta se viene observando que en los últimos años existe un creciente interés en restituir la importancia que poseen los procesos afectivos. Ya en los años 80, han habido
algunos trabajos [43] en los que se llega a defender que los procesos afectivos son tan relevantes que pueden producirse antes que, e independientemente de los procesos cognitivos [27]. Al respecto, ya es clásica la controversia existente entre los autores que esgrimen la primacía del afecto respecto de la cognición [43] y los que argumentan la primacía de la cognición respecto del afecto [19]. Hoy por hoy, diversos autores están trabajando cada vez más sobre el procesamiento emocional, teniendo en cuenta sus bases neurofisiológicas y apoyándose en los resultados de las evaluaciones mediante neuroimágenes. Los resultados de diversos estudios muestran que la relación entre las emociones y las demás funciones cognitivas es más fuerte de lo que se creía hasta el momento. De hecho, para que haya un funcionamiento cognitivo adaptativo debe haber un adecuado manejo emocional. Los circuitos que están involucrados en la regulación de la emoción son altamente interactivos con los que están asociados a las funciones ejecutivas (tales como planificación, juicio y toma de decisiones), que están íntimamente involucradas en el desarrollo de las habilidades para la resolución de problemas durante los años del preescolar [33]. En términos del funcionamiento básico del cerebro, las emociones sostienen a las funciones ejecutivas cuando están bien reguladas, pero interfieren con la atención y la toma de decisiones cuando están controladas pobremente [38, 3, 5, 20, 2].
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Emociones, Percepción y Atención La atención permite seleccionar información sensorial y garantizar la prioridad de su procesamiento. Atender a la información del medioambiente puede llegar a cumplir un rol incluso más sustancial cuando la misma es emocionalmente relevante, dado que provee información crítica para reaccionar ante los cambios de dicho ambiente. De hecho, la emoción facilita tanto la velocidad en que la información es procesada como la probabilidad de que efectivamente sea procesada. Tratando de entender los mecanismos responsables de la modulación emocional de la atención, los investigadores han comenzado a estudiar los circuitos neurales subyacentes, focalizando su atención en la amígdala [31]. Los resultados de los estudios muestran que la amígdala participa en la percepción de los eventos emocionales, respondiendo al contenido emocional de un evento de manera rápida y previamente al procesamiento consciente [21]. Se ha sugerido que la amígdala facilita la percepción, alterando el procesamiento sensorial cortical vía feedback con conexiones a la corteza visual [12, 21]. De esta forma, el procesamiento atencional también queda alterado por la amígdala que modula las regiones corticales primarias en contextos emocionales. Y viceversa, la atención hace que aumente la
percepción, sobre todo cuando la información sensorial indica que la situación es potencialmente peligrosa, lo que confiere una ventaja evolutiva. Emociones y Memoria
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Las memorias emocionales constituyen el centro de nuestra historia personal. Filósofos y psicólogos han discutido acerca de cómo la emoción potencia o perturba la memoria. Uno de los avances en el estudio de la memoria de los últimos 50 años ha sido el creciente reconocimiento de que hay múltiples sistemas de memoria gobernados por distintos sustratos neurales [40]. Las investigaciones que se están realizando sobre la influencia de las emociones en la memoria se han centrado en dos sistemas de memoria del lóbulo temporal medial. El primero ligado a la amígdala, crucial para la adquisición y la expresión del condicionamiento del miedo. El segundo ligado al complejo hipocampal, necesario para la adquisición de la memoria episódica o declarativa. Este sistema de memoria puede considerarse el principal en humanos, en el sentido que regula a lo que comúnmente se denomina "memoria", esto es, la recolección voluntaria de eventos [30]. Si bien cada uno de estos sistemas tiene su función propia, en situaciones emocionales interactúan de manera sutil pero importante. Específicamente, la amígdala puede modular tanto la codificación como el almacenamiento en memoria, lo que normalmente depende del complejo hipocampal. Éste, formando representaciones episódicas de significación emocional y de la interpretación de dichos eventos, puede a su vez influir sobre la respuesta amigdalina ante un estímulo emocional. Sin pretender entrar en el complejo tema de los diferentes sistemas mnésicos, lo que cabe señalar es que, en términos generales, la emoción beneficia a la memoria. Por ejemplo, se han realizado estudios en adultos sanos que indican que las palabras relacionadas a las emociones se recuerdan mejor que las palabras neutras pasado un cierto tiempo de la evaluación (de una hora a un día) que después de un período breve (delay); esto indica que el arousal emocional beneficia la memoria facilitando los procesos de consolidación, que toman tiempo en surgir [18, 37]. Los estudios comportamentales de la memoria explícita (consciente) para experiencias emocionales revelan que existen tres aspectos en los que la emoción influye sobre la memoria: en el número (cantidad) de eventos
recordados, en la vividez del recuerdo (calidad) y en la cantidad de detalles exactos recordados acerca de las experiencias previamente mencionadas [15]. De cualquier manera, pueden observarse consecuencias mnésicas perjudiciales a largo plazo, particularmente luego de períodos prolongados de estrés. Esto está en relación a la modulación neurohormonal de la memoria: las hormonas adrenales modulan el rendimiento en varias tareas de aprendizaje y memoria. Si bien los glucocorticoides y las hormonas adrenales potencian temporariamente el rendimiento, cuando este proceso es sostenido durante períodos prolongados las consecuencias no son tan beneficiosas. Esto es así sobre todo para la memoria de trabajo, que depende además tanto del sistema amigdalino como de la corteza prefrontal, que también se ven afectados. El estrés y los glucocorticoides afectan tanto las memorias emocionales como las no emocionales: se altera la codificación y la recuperación de memorias a corto plazo. En resumen puede decirse que la amígdala es una estructura cerebral que media directamente entre aspectos del aprendizaje emocional y que facilita las operaciones de memoria en otras regiones, incluyendo al hipocampo y la corteza prefrontal. Las interacciones entre la emoción y la memoria ocurren en varios niveles del procesamiento de la información: desde la codificación inicial a la consolidación de señales mnésicas, hasta su recuperación a largo plazo [17]. Emociones y Lenguaje Las neurociencias cognitivas están estudiando hoy la relación existente entre el pensamiento, el sentimiento y el uso del lenguaje, cómo se desarrollan y funcionan normalmente, la manera en que se representan en el cerebro y la forma en que se deterioran con el envejecimiento, por lesiones cerebrales y por otros factores [6].
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El lenguaje es un medio de comunicación que resulta fundamental para la construcción de las relaciones humanas. Entre sus funciones se encuentran la transferencia de tradiciones culturales a través de las generaciones y compartir con otros ideas, sentimientos, puntos de vista y planes. Su ausencia o las alteraciones en el contenido o en el uso del lenguaje pueden indicar severos desórdenes en el desarrollo del funcionamiento cerebral y/o sensorial, ya que el mismo organiza la experiencia sensorial y expresa pensamientos, sentimientos y expectativas [14]. Por otra parte, el uso incorrecto del lenguaje también puede ser indicio de muchos tipos de enfermedad mental [25].
El lenguaje es necesario para una comunicación emocional adaptativa. El mismo, usado tanto para comunicarse con otros o como lenguaje interno, cobra importancia como un medio para interpretar y controlar la expresión emocional. El lenguaje interno permite tanto el control conductual como la postergación de la gratificación, por lo cual cuando está afectado se observan consecuencias en el control emocional [10]. Se están realizando cada vez más estudios en relación a la alexitimia, o "ausencia de palabras emocionales", un rasgo de personalidad asociado con dificultades en el reconocimiento y en la regulación emocional [41]. Todavía sigue en investigación si es un déficit causado principalmente por fallas en la percepción, en el procesamiento o en la regulación emocional, evaluando hasta qué punto existe un compromiso del lenguaje. Emociones y Género La organización funcional del cerebro y las capacidades mentales de hombres y mujeres presentan diferencias significativas. Las investigaciones en ciencias cognitivas, particularmente en neuropsicología, así lo constatan. Las diferencias comprenden un amplio espectro, desde actos reflejos a comportamientos más complejos. La acción de las hormonas sexuales conforma redes neurales y procesos bioquímicos diferentes en los cerebros de hombres y mujeres, ya desde los primeros meses de vida intrauterina. Pero también las experiencias y aprendizajes en los contextos socioculturales conforman y organizan el cerebro de cada persona originando capacidades y comportamientos propios y diferenciales [7]. Los avances en las tecnologías de neuroimágen están posibilitando el estudio de personas con el cerebro sano. Se han realizado estudios longitudinales con más de quince mil niños y niñas a lo largo de dieciséis años, registrando los comportamientos manifiestos y el rendimiento en tareas como juego, razonamiento verbal y matemático, orientación espacial y resolución de problemas, motricidad y velocidad en la ejecución, etc., registrando también la actividad cerebral diferencial de unos y otros [16].
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Un estudio con sesenta y una personas adultas, treinta y siete hombres y veinticuatro mujeres y una media de veintisiete años de edad, ha mostrado diferencias significativas entre ambos sexos en diecisiete zonas del cerebro, de veintiséis áreas estudiadas [7]. Algunos estudios han mostrado diferencias en la conformación del cuerpo calloso en hombres y mujeres, área cerebral que comunica ambos hemisferios. Las mujeres tendrían mayor cantidad de fibras y conexiones. Otros estudios no han evidenciado tal dato, pero sí
formas diferenciales de organización funcional [11] lo que haría que variara la comunicación entre el "cerebro derecho emocional" y el "cerebro izquierdo lógico". Caben resaltar las diferencias registradas en las regiones del sistema límbico. Los hombres muestran mayor actividad en las regiones basales, temporales, del sistema límbico, mientras que en las mujeres la activación es mayor en el área tálamo-cingular, lo cual explicaría las diferencias en cuanto al comportamiento emocional. En técnicas de autoinforme las mujeres tienden a informar una mayor expresión de emociones positivas (alegría, afecto, sentimientos de bienestar) dentro de las relaciones interpersonales cercanas, mientras que los hombres lo hacen para las relaciones interpersonales menos cercanas. Las mujeres también informan mayores sentimientos de empatía y comprensión que los hombres, así como mayor disgusto, tristeza, sentimientos de vulnerabilidad -miedo, ansiedad-, vergüenza y culpa [39]. En otros estudios no se encontraron diferencias significativas, pero sí que los sentimientos mencionados eran más intensos y de mayor duración en las mujeres [36]. Los estudios sobre el enojo no muestran mayores diferencias. Si bien los hombres pueden expresar mayor enojo por medio de los canales vocal, facial y conductual, las mujeres informan sentirlo con mayor intensidad y durante más tiempo [39]. En cuanto a la expresión de las emociones, las mujeres tienden a expresarlas mayormente por medio del canal verbal, pudiendo explicar mejor porqué se sienten de determinada manera, mientras que los hombres tienden a "encerrarse" y no suelen hablar acerca de las mismas [42].
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Debido a que las presiones culturales y los factores de personalidad varían entre géneros, no resulta sorprendente que las estrategias de regulación emocional también lo hagan. Los hombres tienden a usar estrategias de regulación más ligadas a la resolución activa de los problemas, o a suprimir o externalizar la emoción más que las mujeres, entre las que se encuentran el culpar a otros, realizar actividades de distracción o evitación del conflicto o tomar acción sobre el problema. Las mujeres usan estrategias más ligadas al apoyo social, estrategias de internalización, como culparse a si mismas y estrategias centradas en la emoción, como la rumiación, que consiste en centrar la atención en los aspectos emocionales negativos más que realizar pasos activos para solucionar el problema [42]. Por último, caben señalar diferencias en cuanto al arousal emocional diferente de hombres y mujeres, incluyendo cambios en el ritmo cardíaco, la presión sanguínea, la
conductancia de la piel y niveles de catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) ligadas al funcionamiento diferente del sistema neuroendócrino [32]. Emociones y relaciones interpersonales Sin pretender quedarse en una mirada biologicista del tema, es innegable que el funcionamiento y la interacción del funcionamiento cerebral y corporal en general, en interacción con el ambiente sociocultural del individuo, dan como resultado las experiencias que describimos como emocionales. Tanto la competencia emocional, como la emoción en si misma, se construyen a lo largo del desarrollo de la persona en interacción con los demás, a lo largo de su vida. Este encuentro que provoca emociones, obtiene su sentido del contexto social en el que ha crecido el individuo, y viceversa, es decir que se influyen mutuamente [34,35]. Cuando dos personas interactúan se crean ciclos de mutua influencia en relación a la conducta emocional expresiva de ambos, que deben acompañarse para poder llegar a comunicarse. Sin esta experiencia se tendrán dificultades en establecer interacciones y variar la comunicación emocional de acuerdo a la naturaleza de la relación. Es decir, posiblemente la persona tendrá dificultades en reconocer que su comunicación emocional influye sobre los demás y que este proceso es recíproco. Si su comunicación emocional va en contra de lo que el consenso social considera apropiado, va a sufrir rechazo, o intento de los demás de "enseñar" a enviar señales en forma diferente. Este proceso se va adquiriendo a lo largo de todo el desarrollo de la persona [34,35]. Cédula para medir los aspectos emocionales de la comunicación en Adultos
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En trabajos anteriores , se construyó una cédula de observación de los aspectos emocionales de la comunicación en niños, que permitió establecer tres estilos de comunicación emocional: a) con predominio de los componentes expresivos (estilo expresivo), b) con predominio del control emocional (estilo normativo) y c) con predominio en la regulación de la emoción (estilo asertivo). Se relacionaron los resultados de la cédula de observación con las zonas cerebrales involucradas en las emociones, y se hallaron importantes relaciones [9]. Se piensa que en los adultos también habría un estilo de comunicación emocional prevalente. Para estudiar este supuesto se construyó un inventario teniendo en cuenta las competencias emocionales esperables en adultos, que incluyó ítems relacionados a la expresión emocional (por ejemplo, Soy capaz de expresar sentimientos de alegría), el
control emocional (por ejemplo, Cuando estoy triste o enojado por algo, me irrito con los demás) y la regulación emocional (por ejemplo, Durante una conversación, trato de escuchar a los demás). Considerando que la estructura o naturaleza de las relaciones está definida en gran parte por la forma en que se comunican las emociones dentro dicha la relación, se construyeron dos inventarios independientes. Uno para ser respondida teniendo en cuenta las relaciones laborales o con gente que no es muy cercana, de 43 ítems, (Ver Protocolo 1), y el segundo, de 42 ítems, a ser respondido teniendo en cuenta las relaciones familiares, de pareja y/o de amistad (Ver Protocolo 2), ya que se hipotetiza que la expresión, el control y la regulación emocional variarían de acuerdo al tipo de cercanía emocional que la relación implica. Con el objetivo de hacer un análisis preliminar del instrumento, se procederá a la administración del inventario, solicitando la respuesta de 30 empleados de una empresa de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (15 mujeres y 15 hombres). Luego se realizará el análisis de los resultados en cuanto a la validez y la confiabilidad del instrumento, realizando los cambios que fueren necesarios para luego ampliar la muestra a un número mayor de sujetos. Como objetivo general, con los resultados del trabajo se espera seguir aportando datos acerca de cómo se da los procesos de comunicación en adultos y poder responder a si hay un estilo de comunicación emocional prevalente que determine que una conducta sea o no funcional en un contexto dado.
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Como objetivos específicos, se espera que la técnica permita caracterizar los niveles de funcionamiento de las distintas estrategias para regular, controlar y expresar emociones, así como inferir cuáles son las bases neuropsicológicas de los aspectos emocionales de la comunicación; es decir, analizar qué estructuras neurológicas le permiten a una persona poder comunicar lo que siente de una forma funcional, y cómo lo hacen, Y por último se espera que a partir de los resultados se puedan caracterizar las diferencias, si es que las hay, entre las distintas estrategias de comunicación emocional entre hombres y mujeres. Posteriormente se espera poder correlacionar los resultados con pruebas que evalúen otras funciones cognitivas, para seguir estudiando las relaciones entre las mismas en nuestra población.
La prueba pretende ser un instrumento que aporte datos empíricos que ayuden a prevenir y predecir trastornos emocionales y conductuales, colaborando en el proceso diagnóstico, para poder diseñar de acuerdo a ello planes de intervención para mejorar las funciones cognitivas y emocionales. Publicado Internacional ISSN 0001- 6896. Guaita, V. L. Aspectos emocionales de la comunicación en adultos: una mirada neuropsicológica, Acta psiquiátrica y psicológica de América Latina, 56(2), 96-107 (2010). El presente proyecto sigue la línea de desarrollo de mi Tesis Doctoral "Aspectos emocionales de la comunicación en niños en riesgo por pobreza extrema", adscripta al PICT 03/14064 FONCYT (Agencia Nacional de Ciencia y Tecnología) "Desarrollo de resiliencia en niños en riesgo ambiental por pobreza extrema", Programa "Sin afecto no se aprende ni se crece", para fortalecer los recursos afectivos, cognitivos y lingüísticos en niños en riesgo por extrema pobreza, cuya Directora es la Dra. María Cristina Richaud de Minzi, que se desarrolla en el Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Psicología Matemática y Experimental (CIIPME), Unidad Ejecutora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Trabajo realizado en el marco de la Beca Postdoctoral otorgada por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas Técnicas (CONICET) llevada a cabo en el Centro Interdisciplinario de Psicología Matemática y Experimental (CIIPME). Tte. Gral. Perón 2158 - (C1040AAH) Buenos Aires - Argentina. Tel. 54 11 4953-1477/3541 - Fax: 54 11 4953-3541
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La autora agradece a la Dra. María Cristina Richaud de Minzi, Directora de Beca Postdoctoral, su asesoramiento teórico y metodológico y apoyo constante y al Dr. Roberto Rosler, Profesor y Director de Tesis de Maestría en Neuropsicología del Hospital Italiano de Buenos Aires, su asesoramiento teórico en relación a las bases neuropsicológicas de los procesos estudiados. Dra. Valeria Laura Guaita
[email protected] Referencias bibliográficas: 1. Brody L & Hall J. Gender and Emotion in Context. En M. Lewis, J. Haviland-Jones, & L. Feldman Barrett, Hanbook of Emotions, 395-408, New York: The Guildford Press, 2008. 2. Bush G, Luu P & Posner M. Cognitive and emotional influences in anterior cingulate cortex. Trends Cogn Sci. 2000, 4(6): 215-222. 3. Damasio AR. The Feeling of What Happened. New York: Harcourt Brace, 1999.
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4. Damasio AR. Subcortical and cortical brain activity during the feeling of self generated emotions. Nat Neurosc. 2000, 10(3 : 1049-1056. 5. Davis EP, Bruce J & Gunnar MR The anterior attention network: associations with temperament and neuroendocrine activity in 6-year-old children. Dev Psychobiol. 2002, 40: 43-56. 6. Fussel S. The Verbal Communication of Emotion: Interdisciplinary perspectives. Mahwwah, NJ: Lawrence Erlbaum Associates, 2005. 7. García-García E. Neuropsicología y género. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiquiatría. 2003, 23 (86): 7-19. 8. Guaita VL. Evaluación de los aspectos emocionales de la comunicación en niños en riesgo por pobreza extrema: Una mirada neuropsicológica. En Richaud MC & Ison M. (Eds), Avances en investigación en ciencias del comportamiento. Vol. 1, (pp. 289-318). Mendoza: Editorial de la Universidad del Aconcagua, 2007. 9. Guaita VL. Aspectos emocionales de la comunicación en niños en riesgo por pobreza. Trabajo de Tesis Doctoral. Universidad Nacional de San Luis- CIIPME-CONICET, 2008. (Inédito). 10. Guaita VL. La evaluación de la percepción de la comunicación emocional de los padres en niños desde la Neuropsicología. Interdisciplinaria , en prensa. 11. Gur RE. Sex differences in brain gray and white matter in healthy young. J Neurosci. 1999, 19 (10): 4065-4072. 12. Kaap B, Supple, WJ & Whalen P. Effects of electrical stimulation of the amigdaloid central nucleus on neocortical arousal in the rabbit. Behav Neurosc. 1994, 108: 81-93. 13. Kandel E. Neurociencia y conducta. Madrid: Pearson Prentice Hall, 1997 14. Kandel E. Schwartz J, & Jessell T. Principios de Neurociencia. Madrid: Pearson Prentice Hall, 2005. 15. Kensinger E & Schacter, D. Memory and Emotion. En Lewis M, Haviland-Jones J & Feldman Barret L. Handbook of Emotions. New York: The Guilford Press, 2008. 16. Kimura D. Cerebro de varón, cerebro de mujer. Investigación y ciencia. 1992, 194: 7784. 17. LaBar K & Cabeza R. Cognitive neuroscience of emotional memory. Nat Neusosc. 2006, , 7: 53-64. 18. LaBar K & Phelps E. Arousal-mediated memory consolidation: role of the medial temporal lobe in humans. Psychol Sci. 1998, 9: 527-540. 19. Lazarus R. On the primacy of cognition. Am Psychol. 1984, 39: 124-129. 20. LeDoux, JE. The Emotional Brain. New York: Simon & Schuster, 1996. 21. LeDoux JE. The synaptic self. New York: Viking, 2002. 22. Levav M. Neuropsicología de la emoción. Particularidades en la infancia. Rev argen neuropsico. 2005, 5: 15-24.
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Anexo: Tablas Protocolo 1. Ítems a ser respondidos teniendo en cuenta las relaciones interpersonales laborales o con gente que no es muy cercana.
Ver tabla 1, clic aquí: http://www.asociacioneducar.com/imagenesnotas/articulo-comunicacionadultos-mirada-neuropsicologica/1.jpg Protocolo 2. Ítems a ser respondidos teniendo en cuenta las relaciones interpersonales familiares, de pareja y/o de amistad.
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Ver tabla 2, clic aquí: http://www.asociacioneducar.com/imagenesnotas/articulo-comunicacionadultos-mirada-neuropsicologica/2.jpg
Neurociencias y Educación
La Inteligencia Emocional y el Cerebro 2.0 Prof. Nse. Alejandra del Fabro El siguiente artículo está basado en un suceso que aunque surge en un ámbito educativo es válido para ser trasladado a relaciones familiares, de amistad, laborares y para cualquier otro círculo en el que nos desempeñemos. Trabajo en un instituto de inglés y en el año 2012, tuve la oportunidad de implementar un “plan piloto” utilizando Ipads en diferentes cursos para el dictado de clases en dicho idioma. Al principio la idea me pareció brillante, desafiante y, fundamentalmente, que a mis alumnos les iba a encantar, resultándoles muy motivador tomar clases con estos dispositivos tan novedosos.
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Al retrotraerme en el tiempo, reconozco que mi amígdala cerebral debe haberme jugado una mala pasada: evaluando en 125 milisegundos eficacia por eficiencia. Es decir de lo que es bueno (alcanza para la supervivencia) a lo que es ser grande (con el fin de trascender). “De la eficacia a la grandeza”, como rezaba Stephen Covey. (2) Al transcurrir el tiempo, la idea no se me fue de la cabeza… evidentemente, mis Lóbulos Pre-frontales se habían puesto a trabajar: procesando y analizando la información, utilizando las capas superiores de mi cerebro cognitivo y ejecutivo, lo que me permitió hacer un juicio crítico. Consecuentemente, me di cuenta de que dicha implementación estaba muy lejos de poder complementarse con mi filosofía de “compartir, a diestra y siniestra” conocimientos para desarrollar la Inteligencia Emocional.
Después de transcurridos aquellos 125 milisegundos iniciales, lo primero que se me vino a la mente fue: “La tecnología vino para quedarse, de eso no hay dudas, y más vale que aunque nos implique, especialmente a los adultos, salirnos de nuestra zona de confort (es decir, de lo que conocemos para aprender cosas nuevas) si juzgamos sabiamente, concluiríamos que debemos adaptarnos a estas nuevas tecnologías.” Es cierto también que, para quienes nacimos antes de los ´90, implica un trabajo arduo. La computadora, celular o cualquier otro dispositivo electrónico que compramos el año pasado y que tanto nos costó aprender a manejar, en meses se convierte en obsoleto. Debemos seguir aprendiendo. Esto está muy bien, pero, ¿hasta qué extremo? Después de haber escuchado y leído mucha información sobre el “cerebro social”, la “inteligencia emocional” y la “comunicación efectiva”, me siento un poco parca a la idea de usar la tecnología para todo. La naturaleza concibió el cerebro social para la interacción cara a cara, no para el mundo virtual. Esto, por supuesto, no supone que tanto en mi institución como en tantas otras no se utilicen tecnologías como un aliado del proceso enseñanza y aprendizaje en proyectos realizados por alumnos (videos, blogs y Power Points) pero con técnicas de aprendizaje cooperativo. En el momento de la decisión de los Ipads para mis cursos, seguí mis creencias: si quería alumnos que además de contenidos crezcan en la Inteligencia Emocional, no iba a permitir que las únicas dos horas semanales que comparten en este espacio de aprendizaje e interacción, sean regidas por una máquina, perdiéndose así la posibilidad de conversar “cara a cara” sobre sus sentimientos, experiencias, anhelos, etc. Dudo que en lo cotidiano abunden espacios para los mencionados intercambios, los cuales ponen en juego las inteligencias inter e intra personales, bases fundamentales en el desarrollo de una buena Inteligencia Emocional.
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Nuestro cerebro es social, por lo tanto, para desarrollar la Inteligencia Emocional necesita de otros cerebros “en vivo y en directo”. El 85% de la comunicación se realiza de forma no verbal y, no puedo evitar preguntarme qué diría Paul Ekman, el gran estudioso y experto mundial en expresión facial y emociones, si leyese los mensajes de texto que se envían en la actualidad: ;), =), :), o), un poco simplista la simbología emocional, ¿no? El lado oscuro entra en escena cuando por “abusar” de la tecnología, perdemos la conciencia de la empatía: percibir lo que piensan y sienten los demás sin que nos demos
cuenta. Enviamos permanentemente señales sobre nuestros sentimientos mediante tonos de voz, expresión facial, gestos y muchos canales no verbales. La capacidad de descifrarlas varía enormemente de persona a persona, y en la comunicación virtual (e-mails, mensajes de texto y chats) estas señales no existen. Además, las neuronas espejo juegan un papel primordial en el contagio emocional, son la base de nuestros comportamientos empáticos, y en el mundo virtual poco tienen para lucirse. (3) “La empatía es el componente esencial de la compasión. Tenemos que darnos cuenta qué le pasa a la otra persona, qué siente, para que se despierte la compasión. Este proceso finaliza cuando empezamos a tener sintonía, y continúa con el establecimiento de una empatía, la comprensión de sus necesidades, la preocupación empática y por fin la acción compasiva, cuando le prestamos ayuda.” (4) Las tecnologías conectan: Se reconocen los beneficios de la Web 2.0: el correo del correo electrónico, poder navegar en la web, estar conectados con el mundo. Es más, hasta nos permite cosas que en tiempos pasados hubiesen sido impensables como estudiar. Hoy las carreras “on-line” les dan acceso a muchas personas que por motivos personales, laborales, de distancia (incluso se puede estudiar en otros países), no podrían hacerlo de otra manera. En este sentido, es importante tener en cuenta que el celular con los mensajes de texto suele ser muy útil también siempre y cuando se tomen ciertos recaudos. Las tecnologías que desconectan: Al no tener el registro de la expresión de la persona con la que nos estamos comunicando, y por la inmediatez que implica mandar un mensaje de texto, un e-mail o un chat las personas solemos malinterpretar los mensajes que recibimos. Por ejemplo, esta rapidez, hace que comúnmente omitamos tipear una coma:
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“La riqueza de la “coma” (5): Una coma puede ser una pausa, o no: “No, espere.” “No espere.”
Puede hacer desaparecer tu dinero: 23,4. 2,34. Puede crear héroes: “Eso solo, él lo resuelve.” “Eso, sólo él lo resuelve.” Puede ser la solución: “Vamos a perder, poco se resolvió.” “Vamos a perder poco, se resolvió.” Cambia una opinión: “No queremos saber.” “No, queremos saber.” ¡La coma puede condenar o salvar! “¡No tenga clemencia!” “¡No, tenga clemencia!” La coma hace la diferencia entre dos puntos de vista. “¿Cómo se relacionan los cerebros sociales cuando miramos un monitor y no directamente a otra persona?”
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Contamos con una pista crucial sobre los problemas que presentan estas comunicaciones desde los inicios de Internet… Esta pista crucial son los mensajes ofuscados que se envían cuando la persona se altera un poco (o mucho) y la amígdala toma riendas de la situación, con lo que se escribe arrebatadamente y se hace “Click en Enviar” sin haberlo pensado bien. A continuación, ese producto de secuestro amigdalino aparece en el buzón de entrada del otro individuo. El termino técnico más adecuado sería “ciberdesinhibición”, porque se ha comprobado que la conexión entre el cerebro social y la pantalla, libera el control que suelen tener sobre la amígdala las zonas pre-frontales, más razonables.” (4)
Esta “ciberdisinhibición” la he vivido no sólo con e-mails, sino mensajes de texto: personas que no se animan a “dar la cara” y, mediante un mensaje mandan sin ningún tipo de empatía y, por tanto, sin importar el efecto emocional que produce en la persona que lo recibe cualquier tipo de mensaje. Esto habla de una muy pobre inteligencia emocional, de un desarrollo de la empatía nulo, y, hasta me atrevo a decir, falta de amor y compasión. Este tipo de “ciberdisinhibición”, puede llegar a causar graves problemas laborales, sociales y hasta familiares. Conectando para trascender: Como señala Shirky, que estudia redes sociales y la web en la Universidad de New York, “las redes sociales tienen un potencial inmenso para multiplicar nuestro capital intelectual. (6) Se trata de una especie de “supercerebro”: el cerebro ampliado gracias a Internet.” Con todo esto, en su justa medida y con responsabilidad, con un verdadero y comprometido trabajo cooperativo se logran “supercerebros” que aprenden y producen elementos muy creativos, innovadores, interesantes… Es, sin dudas, tarea de los educadores (padres y docentes) y de capacitadores en empresas, ajustar estas conexiones y desconexiones que producen por el uso de la web 2.0 para que podamos aprovecharlas al máximo: para no creernos que las tecnologías que manejamos nos hacen mejores, sino para que nos ayuden, para aprender, poco a poco, a desarrollarnos como mejores seres humanos. -En este artículo se ha utilizado metafóricamente el término “cerebro 2.0” haciendo una analogía entre dos términos (cerebro y Web 2.0), de tal manera que para referirse a uno de ellos se nombra al otro.Nota: “El término Web 2.0 (acuñado en 2004) comprende aquellos sitios web que facilitan el compartir información, la interoperabilidad, el diseño centrado en el usuario y la colaboración en la World Wide Web (www). Un sitio Web 2.0 permite a los usuarios interactuar y colaborar entre sí como creadores de contenido generado por usuarios en una comunidad virtual, a diferencia de sitios web estáticos (Web 1.0) donde los usuarios se limitan a la observación pasiva de los contenidos que se han creado para ellos.” (1)
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Prof. Nse. Alejandra del Fabro www.idiomasdelfabro.com.ar Referencias: (1) Definición de “Web 2.0”, fuente Wikipedia.
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(2) Covey, Stephen “Los siete hábitos de las personas altamente efectivas” Paidós Ibérica (1989) y “El 8º hábito” Paidós Empresa (2004) (3) Rizzolatti, G. y Sinigaglia, C. “Las neuronas espejo. Los mecanismos de la empatía emocional” (2006) Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica. (4) Daniel Goleman, “The Brain and the Emotional Intelligence: New Insights”, Kindle Edition, 2012 (5) Transcipción de Imagen publicada en Facebook, autor anónimo. (6) Shirky, Clay, “Here Comes Everybody”, Penguin Press, New York 2008 Agradecimiento por corrección de texto: Prof. Nancy Díaz y Prof. Florencia Zambaglione
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Neurociencias y Educación
Aspectos emocionales de la comunicación en niños en riesgo por pobreza extrema. Dra. Valeria Guaita. RESUMEN La calidad de las relaciones interpersonales, incluyendo la interpretación de intenciones y emociones de los otros, cumple un rol fundamental en el desarrollo del niño. Por ello, resulta importante comprender cómo se desarrolla el proceso de adquisición de las competencias emocionales: la capacidad de cumplir con eficacia objetivos adaptativos en situaciones de excitación emocional, que se refleja en la habilidad para manejar las emociones propias, resultando en una autoestima mejorada y una resiliencia adaptativa al enfrentarse a circunstancias estresantes. Para medir los aspectos emocionales de la comunicación en niños en riesgo ambiental, se construyó una cédula de observación. El objetivo del presente trabajo es analizar los resultados de los estudios psicométricos de la misma: la validez y confiabilidad del instrumento, así como el análisis factorial. La cédula se aplicó a 120 niños de 5 años de edad de la escuela Domingo Savio de La Cava de San Isidro, Provincia de Buenos Aires. Se espera que los resultados aporten datos empíricos que ayuden a predecir y prevenir trastornos emocionales y conductuales, así como problemas de aprendizaje. Palabras clave: relaciones interpersonales, comunicación emocional, resiliencia, riesgo ambiental INTRODUCCIÓN
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Durante toda la vida, el ser humano vive en un proceso de continuo desarrollo y aprendizaje. El hombre es un ser social por naturaleza por lo que resulta fundamental para su crecimiento el desarrollo de habilidades que le permitan relaciones interpersonales satisfactorias y efectivas. El comportamiento social se constituye a través de aprendizajes cada vez más complejos que incluyen aspectos cognitivos, afectivos, sociales y morales. Para que se adquiera un aprendizaje de una conducta socialmente adaptativa, debe haber un nivel de desarrollo madurativo y un funcionamiento psicológico que respondan a una interacción de
múltiples factores ambientales, individuales y conductuales. Es decir, para un adecuado desarrollo social que permita relaciones interpersonales satisfactorias, se requieren habilidades cognitivas y destrezas conductuales y emocionales. Los comportamientos interpersonales se refieren a la capacidad social de expresar lo que se piensa, se siente y se cree. Para ello se requieren adecuadas estrategias comunicacionales y habilidades sociales específicas. Dentro de las situaciones de comunicación, debe tenerse especial consideración por las actitudes y comportamientos indispensables para el logro de la eficacia comunicativa. La participación de un niño en una situación de comunicación debe constituir una instancia en la que se refuercen no sólo las competencias lingüísticas indispensables para el logro de la eficacia comunicativa, sino también comportamientos, actitudes, sentimientos y valores, para que esa comunicación sea un efectivo intercambio e interacción que favorezca el entendimiento, el respeto y la consideración del otro. Las mencionadas actitudes y comportamientos que acompañan al contenido a comunicar, pueden ser considerados como el transporte emocional de la comunicación, y son una parte fundamental de la misma. El sistema de señales basado en las emociones no necesita palabras, una singularidad evolutiva con la que distintos investigadores tratan de explicar el hecho de que las emociones puedan haber desempeñado un papel fundamental en el desarrollo del cerebro humano mucho antes de que las palabras se convirtieran en una herramienta simbólica. Este legado evolutivo significa que nuestro radar emocional se "sintoniza" con el de quienes nos rodean, fomentando una interacción más fluida y eficaz (Llacuna Morera, 2002).
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Para que dicha comunicación sea posible, es necesario que el niño posea lo que diversos autores han denominado competencia emocional, que se refiere a la capacidad de cumplir con eficacia objetivos adaptativos en situaciones de excitación emocional (Saarni, 1999). Uno de los temas centrales en el desarrollo de la competencia emocional es la íntima conexión entre las relaciones interpersonales y el desarrollo emocional. Las relaciones sociales ayudan a definir qué es ser "emocionalmente competente", es decir, poder responder empáticamente, tener facilidad para expresarse emocionalmente, tener la capacidad para comunicar la emoción o para responder adaptativamente a dicha emoción.
Mirando el desarrollo humano, las relaciones interpersonales son cruciales para la socialización emocional; a través de ellas los niños comienzan a apreciar la importancia de la emoción para sí mismos, los demás y la cultura, y aprenden las conductas que son apropiadas para la expresión emocional. Consecuentemente, tanto las habilidades para la competencia emocional, como la emoción en sí misma, se construyen a lo largo del desarrollo de la persona en interacción con los demás a lo largo de su vida. Este encuentro que provoca emociones, obtiene su sentido del contexto social en el que ha crecido el individuo, y viceversa, es decir que se influyen mutuamente. (Saarni, 1989,1990). Los componentes de la competencia emocional son aquellas habilidades necesarias para ser eficaces, particularmente en interacciones sociales, por ser el intercambio interpersonal donde se establece el significado emocional. La noción de autoeficacia en relación a las situaciones sociales que disparan emociones, considera cómo las personas pueden responder emocionalmente, y, de forma simultánea y estratégica, aplicar su conocimiento acerca de las emociones y su expresividad emocional para negociar su manera en el intercambio interpersonal. La noción de competencia ha sido definida como la capacidad o habilidad para comprometerse con un ambiente sociocultural variable y desafiante, resultando en un crecimiento para el individuo (White, 1959). De cualquier manera, al usar el término "competencia emocional" se puede comenzar a articular las capacidades relacionadas a la emoción y las habilidades que un individuo necesita para lidiar con un ambiente cambiante, de manera tal que él o ella emerja como más diferenciado, mejor adaptado, efectivo y confidente. Los efectos de la adquisición de las competencias emocionales adecuadas al nivel madurativo de la etapa en la que el niño se encuentre, se ven en la habilidad para manejar las emociones propias (es decir, controlarlas y comunicarlas), lo que resulta en una autoestima mejorada y una resiliencia que permiten un comportamiento adaptativo al enfrentarse a circunstancias estresantes. Si bien las mismas continúan desarrollándose a lo largo de toda la vida, es esperable que a la edad de 5 años, hayan adquirido, al menos, los siguientes componentes (Denham, 1998):
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En lo que se refiere a la expresión de la emoción:
En una situación social o una relación, usar gestos para expresar mensajes no verbales (por ejemplo, dar un abrazo).Demostrar empatía hacia las emociones de otros (por ejemplo, consolar a un amigo que esta llorando).
Desplegar emociones socialmente complejas y referidas a sí mismo dentro de un contexto apropiado (por ejemplo, culpa, orgullo, vergüenza). Darse cuenta de que se puede mostrar una emoción externamente, pero sentirse internamente de otra manera. Particularmente, que la expresión abierta de sentimientos socialmente desaprobados, pueden ser controlados, mientras que emociones socialmente aceptadas deben expresarse (por ejemplo, si una autoridad escolar le inspira temor cuando entra al aula, no demostrar dicha emoción, o esbozar una ligera sonrisa).
En lo que se refiere a la comprensión de la emoción:
Discernir los estados emocionales propios (por ejemplo, darse cuenta de que uno está más triste que enojado cuando un amigo noble le hace burla o se burla de él/ella). Discernir los estados emocionales de los demás (por ejemplo, darse cuenta de que la sonrisa del padre al llegar a la casa, significa que ha tenido un buen día en el trabajo y que está contento. Usar vocabulario relacionado a las emociones (por ejemplo, poder decir que la familia se puso triste cuando una mascota murió).
En lo que se refiere a la regulación de la emoción:
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Poder afrontar adaptativamente el distrés emocional, o la situación que las causa (por ejemplo, pedirle ayuda a la mamá, en vez de agredir a un hermano menor que le rompió un juguete, aunque esté enojado por ello). Afrontar adaptativamente las emociones placenteras, o la situación que las causa (por ejemplo, respirar hondo y aguantar la risa que le provoca estar muy contento porque no lo están descubriendo mientras juega a las escondidas). Regular estratégicamente la experiencia y la expresión de la emoción en el momento adecuado (por ejemplo, hacer una mueca de enojo para hacer que un compañero deje de molestar o abrazar a un amigo y saltar para compartir la alegría con él).
Cuando todos estos componentes de las competencias emocionales funcionan de manera óptima, "operan" conjuntamente de manera integrada. Son intrínsecamente interdependientes. Por ejemplo, si una niña está enojada permanentemente, es muy difícil que pueda aprender algo acerca de los sentimientos de los demás.
La regulación de la emoción hace que se facilite la interacción social, y se creen las bases para el desarrollo de otros aspectos de las competencias emocionales. La integración de la expresión emocional con la comprensión de las emociones es particularmente importante en niños preescolares. En primer lugar, porque las emociones a esta edad se hacen cada vez más complejas debido a las demandas de un mundo social que se va ampliando más allá de la familia de origen y comienza a incluir a pares, maestros y otros miembros de la escuela. Las sensaciones de las distintas emociones primarias empiezan a mezclarse para dar lugar a emociones más complejas, como la culpa por ejemplo. Para poder organizar toda esta carga emocional, se necesita la regulación de la emoción. En segundo lugar, porque la regulación de la emoción es posible gracias a una mayor comprensión de la misma. De esta forma, estos tres aspectos de las competencias emocionales, están intrínsecamente relacionados.
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A través de los padres el niño experimenta el mundo. Debido a que la relación con los padres es el contexto primario del desarrollo temprano comportamental, social y cognitivo, los efectos negativos de la pobreza en los padres tienen a su vez un efecto negativo en el desarrollo del niño. Las condiciones que aseguran el éxito en las familias están a menudo ausentes en el contexto de pobreza: estabilidad, seguridad, pasar juntos tiempo emocionalmente positivo, acceso a recursos básicos, y un fuerte sistema de creencias compartido. Por lo tanto, las relaciones familiares sufren cuando las personas viven en condiciones de pobreza. Los padres muestran poca capacidad de contención y consistencia, proveen poca estimulación emocional y verbal, responden poco a las necesidades de sus hijos y se comunican con un lenguaje poco sofisticado. Esto no significa que todos los niños en pobreza fracasen en tener un adecuado desarrollo pero sí que están en un serio riesgo. (Richaud de Minzi, 2006). Con respecto a la evaluación de las emociones, muy pocos autores presentan una discusión explícita de cómo manejaron sus investigaciones, a pesar del hecho de que el estudio de la emoción requiere procedimientos especializados, instrumentos y estrategias de codificación específicas y que el tema está alcanzando un nivel en el que están creando muy buenas estrategias de elicitación de las emociones en el momento de evaluarlas y muchas técnicas de evaluación, sobre todo en el exterior, están siendo desarrolladas y validadas. A pesar de contar con instrumentos de evaluación que se están desarrollando
en otros países, todavía cuesta encontrar literatura organizada y detallada, sobre todo en nuestro país, de los principales enfoques e instrumentos para el estudio de las emociones, que sirvan de recurso para los investigadores proveyendo un acceso fácil a las escalas, estímulos, sistemas de codificación, herramientas de evaluación y metodologías nuevas. (Allen, 2007). Además de los experimentos con animales y de los estudios con diagnóstico por imagen, se han desarrollado numerosos cuestionarios que intentan medir tanto emociones positivas como negativas, algunos autoadministrados, y en el caso de los niños, para ser completados por adultos que los conocen bien (Nebraska Early Childhood Mental Health Workgroup). De cualquier manera, es muy poco el material que se encuentra validado y estandarizado para Argentina, y menos aún el material que se encuentra para evaluar estos aspectos en niños. Esto genera un inconveniente particularmente importante, ya que la experiencia y la expresión de las emociones varían de acuerdo a las culturas. Los objetivos de este trabajo son entonces: 1) describir la construcción de una cédula de observación para evaluar los aspectos emocionales de la comunicación en niños argentinos en riesgo por pobreza extrema, de 5 años de edad, 2) estudiar su estructura factorial, 3) estimar su fiabilidad mediante el procedimiento de la consistencia interna. MÉTODO
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Participantes La cédula fue respondida por las cuatro maestras de las cuatro salas de 5 años de la escuela Domingo Savio del barrio La Cava de San Isidro, Provincia de Buenos Aires, en relación a sus 106 alumnos de 5 años de edad, de ambos sexos, considerados en riesgo ambiental por pobreza. La escuela Domingo Savio es parroquial, con personal docente pagado por el gobierno provincial. A ella concurren 1000 niños y adolescentes de la villa de emergencia La Cava, en San Isidro, Provincia de Bs. As. Estos niños, si bien en general están bastante bien alimentados y acostumbrados a recibir ayuda externa de todo tipo, debido al alto grado de asistencialismo en la Cava, tienen alto porcentaje de padres desocupados o que se dedican a la recolección y venta de "cartones" o material plástico, y/o que reciben planes sociales, y sus madres suelen ser empleadas domésticas o sólo amas de casa, con niveles mínimos de escolaridad, y con dificultades en el acceso a centros de salud. Esta situación genera presión emocional y malestar crónico familiar con riesgo muy significativo de violencia y negligencia para los niños (Richaud de Minzi, 2005).
Al estar este trabajo integrado a un programa más amplio de intervención para fortalecer los recursos afectivos, cognitivos y lingüísticos en niños en riesgo por extrema pobreza (CIIPME-CONICET), la organización de la administración de la pruebas ya estaba coordinada con el colegio. Como esta es una técnica que debe ser contestada por las maestras, se procedió a explicarles a las cuatro maestras de las cuatro salas de 5 años, dos de los cursos del turno de la mañana, y dos de los cursos del turno de la tarde, cómo contestar la cédula de comunicación emocional. Por otro lado, se pidió el consentimiento libre e informado a los padres o cuidadores legales de los niños para la utilización de la cédula con sus hijos. INSTRUMENTO Construcción de los ítems Se realizaron observaciones naturales de los niños, con el objetivo de conocer sus comportamientos en el manejo de las emociones, tanto en relación a la maestra como a sus pares. Por otra parte, se realizó una intensiva búsqueda bibliográfica para profundizar teóricamente en el tema y para conocer cuáles eran los parámetros de comportamiento emocional esperables en niños de 5 años de edad en relación a la capacidad del niño de sentir y expresar emociones, a la posibilidad para percibir la emoción sentida y expresada por los otros y al conocimiento que el niño tiene de sus propias emociones y su capacidad para adaptarlas a la situación y verbalizarlas. Se tomó en cuenta la inclusión de comportamientos referidos tanto emociones positivas (como la capacidad para expresar sentimientos de alegría, el sentido del humor, la comprensión hacia las emociones de los demás, por ejemplo) como negativas (como la capacidad para manejar el enojo, la vergüenza o la culpa, por ejemplo).
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MODALIDAD DE EVALUACIÓN Por los motivos que se mencionarán a continuación es que decidió evaluar a través de una Cédula de observación y no a través de otras modalidades, como ser la elicitación de emociones a través de cuestionarios directos a los niños o elicitando las emociones a través de dibujos.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que los estilos de comunicación emocional se ponen de manifiesto en todas las conductas, y hacen referencia a la forma más constante de una persona para comunicar sus emociones. Por lo que haciendo una evaluación en un momento particular, ésta puede estar influida por el estado emocional predominante en ese momento y esto influir en la respuesta. Esto sucede cuando, por ejemplo, se evalúa a través de un cuestionario o a través de fotografías o dibujos como formas de elicitar la emoción. Esto es útil para evaluar emociones momentáneas pero no para evaluar estilos de comunicación. La ventaja que ofrece una grilla de observación de las conductas, ya sea a ser contestada por los padres o por la maestra, es que pueden responder cuál es la forma de comportamiento predominante en diversas situaciones, y en un continuo de tiempo. Se decidió que sea a llenar por las maestras debido al ámbito escolar en el que se obtuvo la muestra. En segundo lugar, hay que tener en cuenta que la mayoría de las técnicas de evaluación están mediadas por el aspecto verbal. Y esto, en los niños en general, y en los niños en riesgo por pobreza en particular, es un aspecto importante a considerar. Teniendo en cuenta que el proceso de adquisición del lenguaje está en pleno desarrollo en los niños de 5 años de edad, y que ya desde la consigna se está dando un estímulo lingüístico, si el niño tiene dificultades de lenguaje, las respuestas de la técnica se verán afectadas por ello. Y aún sin dificultades en el lenguaje, y en relación a los aspectos emocionales de la comunicación, recién a los 5 años es esperable que un niño use vocabulario relacionado a las emociones. Por esta razón, es un logro en plena adquisición que algunos niños con desarrollo normal adquieren un poco después, y que la mayoría de los niños en riesgo por pobreza tienen desfasado con respecto a los niños de clase media. Es por esta razón que si bien los cuestionarios a niños suelen brindar información relevante, deberían estar acompañados por cuestionarios a ser respondidos por adultos para complementar la información obtenida de ellos.
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Una vez determinada la modalidad de evaluación y seleccionados los ítems que iban a conformar la cédula de observación, se consultó acerca de la misma con maestros, psicólogos y psicopedagogos, para evaluar si los ítems eran comprensibles y si el vocabulario era accesible, y se depuraron aquellos ítems que se consideraron demasiado complejos. Con el objetivo de hacer un análisis preliminar del instrumento, se procedió a la administración de la cédula, solicitando a una de las maestras de preescolar de la Escuela Domingo Savio que evaluara a 30 niños, de 5 años edad, de ambos sexos.
La cédula de observación de los aspectos emocionales de la comunicación para niños de 5 años, quedó constituida por 34 ítems con cuatro categorías: Siempre, A veces, Nunca. RESULTADOS Análisis de los ítems Se analizó el poder discriminativo de los ítems, considerando no discriminativos a aquellos ítems que fueron respondidos en la misma categoría en más del 75% de los casos., como se puede ver en la Tabla 1.
Ver tabla 1, clic aquí: http://www.asociacioneducar.com/imagenesnotas/articulo-aspectosemocionales-pobreza/1.jpg Es decir, si por ejemplo se toma el ítem 4: Cuando le ponen límites, hace como si no hubiese pasado nada, y las maestras indicaran que más del 75% de los niños nunca lo hacen, entonces no discrimina entre los niños con buena y con mala capacidad de comunicación emocional. Los ítems 4, 5, 7, 26, 28, 29, 31, 34 no resultaron discriminativos, aunque se decidió conservarlos debido a que la muestra donde se aplicó la cédula tiene características de riesgo particulares que probablemente sesguen los resultados. De todas maneras, el comportamiento de estos ítems será analizado con otras muestras. ANÁLISIS FACTORIAL
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Con el objeto de estudiar la estructura subyacente de la cédula, se llevó a cabo un análisis factorial. Se empleó el método de Componentes principales sometido a una rotación varimax. El número de factores se determinó de acuerdo al gráfico de sedimentación de Cattell. Como se puede ver en la Tabla 2, los resultados muestran la existencia de tres factores, que llamamos expresión emocional, control emocional y regulación emocional.
Ver tabla 2, clic aquí: http://www.asociacioneducar.com/imagenesnotas/articulo-aspectosemocionales-pobreza/2.jpg
El primer factor (estilo expresivo), quedó constituido por los ítems correspondientes a la expresión de la emoción: expresión de la alegría, tristeza, enojo, vergüenza, adopción de conductas expresivas en juegos, comprensión y uso de palabras relacionadas con la emoción en conversaciones y brindar ayuda espontáneamente si otra persona la requiere. El segundo factor (estilo normativo) incluye los ítems correspondientes al control de la emoción: respuesta a los límites puestos por el adulto, pedido y aceptación de ayuda si la necesita, respeto por los turnos en juegos sociales y actividades, retracción en juegos frente al enojo, comprensión de sentimientos de maestras y pares (empatía) y cambio de actitud ante el pedido de la maestra y/o pares. El tercer factor (estilo asertivo) está constituido por aquellos ítems correspondientes a la regulación de la emoción: resolución de problemas de manera autónoma, regulación de la intensidad y duración de la expresión de sentimientos, pedido de ayuda, comprensión y uso de palabras relacionadas al afecto, escucha hacia los demás, manejo de los otros a través de las emociones y manifestación verbal de las dificultades. El ítem 20, presentó complejidad factorial, apareciendo cargado en el primer y el tercer factor, por lo que fue suprimido. FIABILIDAD Con el objeto de analizar la fiabilidad en cuanto a la consistencia interna, se ha calculado el coeficiente alpha de Cronbach, obteniéndose índices de .93 en la escala total; .93 en el factor estilo expresivo, .87 en el factor estilo normativo y .82 en el factor estilo asertivo. La cédula muestra, por tanto, unos niveles de fiabilidad muy aceptables de acuerdo al margen de .70 considerado por Cronbach (1951). DISCUSIÓN
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En este trabajo se presenta la cédula de observación de los aspectos emocionales de la comunicación en niños de 5 años de edad. Esta cédula ha mostrado una consistencia interna muy aceptable. Al mismo tiempo, se han obtenido tres factores que hemos definido como estilo expresivo, estilo controlado y estilo asertivo.
Estos tres factores encontrados se corresponden con el planteo teórico expresado anteriormente. Hemos dicho que los efectos de la adquisición de las competencias emocionales adecuadas al nivel madurativo del niño, se manifiestan en la capacidad para expresar, controlar y regular la emoción. Los componentes de las competencias emocionales, cuando trabajan de manera adaptativa y en niveles mayores de desarrollo, funcionan conjuntamente, sin que se pueda separar su efecto. Sin embargo, existen formas disfuncionales de comunicación emocional en las que aparece un predominio marcado de un componente sobre otro. La presente técnica, dada su característica multifactorial, permite establecer tres estilos de comunicación emocional: a) con predominio de los componentes expresivos (estilo expresivo), b) con predominio del control emocional (estilo normativo) y c) con predominio en la regulación de la emoción (estilo asertivo). En los niños en riego por pobreza extrema, la disfuncionalidad en la comunicación emocional conjuntamente con la inmadurez en la misma, se expresaría en el predominio de un estilo sobre otro. Madurativamente, el estilo más funcional parecería ser el asertivo, en donde hay una expresión adecuada de la emoción, pero sin el desborde que manifiesta el estilo expresivo, ni el hipercontrol del estilo normativo. Estos dos últimos estilos, tendrían características más disfuncionales. El presente trabajo presenta algunas limitaciones referidas especialmente a la homogeneidad de la muestra con respecto a la escuela en riesgo estudiada y el lugar geográfico donde se encuentra ubicada, por lo que los resultados no deberían generalizarse a otros grupos de riesgo. Sin embargo, los resultados obtenidos con la cédula aquí presentada están en línea con la teoría neuropsicológica de la emoción y las características psicométricas de la misma son lo suficientemente satisfactorias como para fundamentar su utilización.
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Publicado Internacional ISNN 1135-3848. Guaita, V. L. Aspectos emocionales de la comunicación en niños en riesgo por pobreza extrema, Revista Iberoamericana de Diagnóstico y evaluación Psicológica, Asociación Iberoamericana de Diagnóstico y evaluación Psicológica (AIDEP) (Ed.), Vol. 24, 177- 192, 2007. * Agradecimientos: La autora agradece a la Dra. Ma. Cristina Richaud de Minzi, Directora de Beca Doctoral, por el asesoramiento teórico y metodológico y apoyo constante que hicieron posible la realización del trabajo.
Dra. Valeria Laura Guaita
[email protected] Referencias bibliográficas:
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Neurociencias y Liderazgo:
Las comparaciones sociales pueden perjudicar la confianza y el trabajo en equipo. Nse. Marita Castro La confianza es un atributo sumamente importante en todo tipo de relación, incluidas las laborales, en estas últimas es fundamental para que las personas puedan formar parte de un equipo y colaborar los unos con los otros. Cuando la confianza se ve afectada, se produce un estado emocional que conduce a acciones nocivas que inquietan a las personas y organizaciones. Los seres humanos tenemos la predisposición de compararnos con las otras personas que nos rodean y cuando consideramos que ciertas situaciones no son justas o ponen en peligro nuestra supervivencia - principal función de la UCCM (unidad cuerpo cerebro mente) - , nuestro sistema de alerta cerebral se enciende y disminuyen las capacidades sociales. En los ambientes laborales, las diferencias en sueldos, promociones, aumentos y los tratos diferenciados realizados por los líderes de forma consciente o no, acentúan esta tendencia y sus consecuencias.
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Una investigación realizada por Maurice Schweitzer profesor de Gestión de Wharton, Jennifer Dunn, de la Universidad de Michigan, y Nicole E. Ruedy, de la Universidad de Washington, permitió observar que tanto la confianza cognitiva como la afectiva pueden verse afectadas con las comparaciones sociales, algo de sumo cuidado en un ambiente en donde la cooperación es indispensable.
1.- Cognitiva: aquella que se basa en la idea que las personas tienen sobre los otros (su conocimiento e integridad). 2.- Afectiva: se relaciona con el vínculo emocional entre quien transmite confianza y quien confía en esa persona. Imaginemos por ejemplo, que un líder decide dar una capacitación extra a un empleado, esta decisión tal vez no afecte la confianza cognitiva que el resto del equipo tenía sobre su compañero, ya que pueden tener en claro que es alguien capaz y que no se puede dudar de su desempeño profesional. Sin embargo, el componente afectivo se resiente y es posible que dejen de verlo como parte del grupo, comenzando a ocultarle información, detalles y recursos, lo que afectaría su rendimiento y por lógica la actividad del sector. El estudio liderado por Schweitzer, se realizo a 262 hombres que planeaban entrar en la facultad de derecho y habían realizado una prueba de admisión. A los voluntarios se les hizo una serie de preguntas relativas a su nivel de confianza cognitiva (considero que tal persona hace un buen trabajo) y de confianza afectiva (le contaría a tal persona algún error que he cometido), en relación a los compañeros que habían obtenido índices más elevados y más bajos, respecto a sus notas en la prueba. El resultado obtenido fue que la confianza afectiva se veía disminuida cuando se trataba de responder sobre personas con mayor puntuación a la propia y la confianza cognitiva bajaba en los casos de personas que tenían menor a la del entrevistado.
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Pero algo que no esperaban los investigadores fue encontrar que el orden de las comparaciones también producía variables. La confianza afectiva disminuía solo si la comparación se realizaba con alguien de mayor nivel, por el contrario, si primero la hacían con alguien de menor nivel y luego con el de mayor, no se producía el mismo descenso. La respuesta posible es que al contactarse primero con alguien a quien sentían le llevaban ventaja, producía que la sensación de amenaza fuera menor. Según los investigadores, las comparaciones sociales se vuelven importantes cuando se hacen con personas parecidas y cuya área de actuación tiene relación con nosotros. Es
factible que nadie se sienta mal por el ascenso de su jefe, pero si el ascenso es el de un par la situación cambia y si se vive como algo injusto la respuesta es aún mayor. Otro estudio interesante que puede integrarse al anterior fue el realizado en el Instituto de Ciencias Radiológicas de Japón, en donde se pudo observar como la envidia (del latín invidia: mirar con malos ojos) es una reacción común de nuestra especie, cuando una persona se ve superada en algún aspecto por otra sufre, pero siente placer cuando las cosas comienzan a salirle mal a esa persona. Estas dos particularidades de la envidia, han podido ser observadas en la actividad cerebral. Para conocer las vías neuronales de la envidia, los científicos monitorearon los cerebros de las personas que formaron parte del estudio, mientras estas se imaginaban protagonizando situaciones en donde eran superadas por otras personas. En los casos en los cuales los individuos se imaginaban interactuando con personas superiores que les producían envidia, se activaron las regiones cerebrales relacionadas con el dolor físico, la corteza cingular anterior, un área que además forma parte de los circuitos encargados de “mantener algo en mente” e interviene en la capacidad empática. El dolor y el placer son dos de las fuerzas que manejan la UCCM (unidad cuerpo cerebro mente), sentir envidia nos produce dolor, pero el dolor de la persona envidiada placer.
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Los investigadores luego, le pidieron a los voluntarios que imaginaran como la persona envidiada caía en la ruina, en este caso, se activaron los circuitos de recompensa del cerebro. Quienes habían sentido más envidia, tuvieron una respuesta de mayor actividad en las vías dopaminérgicas del cerebro, las encargadas del placer.
El aprendizaje para los líderes es que se debe tener presente al cerebro social, su fuerte activación en las empresas y que las consecuencias negativas de las comparaciones deben ser mitigadas. El homo sapiens actual, vive las diferencias como un peligro para su supervivencia, lo que activa comportamientos defensivos y de lucha. Por ello, es importante recompensar al equipo y destacar a todos sus integrantes, de ese modo se incentiva el rendimiento, y la confianza cognitiva y afectiva del grupo se ve fortalecida. El cerebro se ve bañando de una buena dosis de neurotransmisores del placer y la seguridad (dopamina y serotonina), que activan los centros de placer del cerebro y llegan hasta los lóbulos prefrontales, lo que genera sensación de pertenecía y garantía de supervivencia, de esta manera, cada miembro del equipo despliega todo su potencial y el máximo sus funciones cognitivas y ejecutivas, a favor de sí mismo, del grupo y del crecimiento, efectividad y productividad de la organización.
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Investigación: Program on Negotiation de la Universidad de Harvard. - University of Pennsylvania. Nse. Marita Castro LinkedIn: http://www.linkedin.com/in/maritacastro
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