El Shmuz de la Vida
Hebreo Mishkan Yejeskel
Copyright 2010. Rabí Ben Tzion Shafier and The Shmuz Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser traducida, reproducida, guardada en un sistema de recuperación o transmitido de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico, mecánico, fotocopiado, grabado o cualquier otro, sin previo permiso escrito de la editorial y del autor. Diseño de Portada: Raizel Grossman
LA EDICIÓN DE LA FAMILIA KORNGOLD Este libro está dedicado a nuestros preciosos hijos,
Shmuel Zev, Dovid Eliezer Y Yosef Meir, Es nuestra esperanza que el mensaje de este libro los inspire a caminar en los caminos de Hashem y se conviertan en una fuente de najat para para Klal Israel. Por el zejut de nuestra participación en este proyecto, que sean bendecidos con Yirat Shamayim, Shamayim, larga vida, salud y el valor y la claridad de mente para vivir realmente la Torá. Que tengan el mérito de ver generaciones de sus propios hijos dirigirse por los caminos de Hashem.
Sus Queridos Padres
En memoria de nuestros abuelos, quienes fueron sobrevivientes del Holocausto. Si no fuera por ellos, no seríamos quienes somos ahora. Esperemos poder continuar dándoles a nuestros hijos lo que ellos nos han dado a nosotros. Hebreo
Matis y Ronit Blisko
Rabí Jaim P. Scheinberg Rosh Yeshibá “TORÁ OR”Y Morá Hora’á de Kiryat Mattersdorf Hebreo
Rabí S. Kamenetsky 2018 Upland Way Filadelfia, PA 19131
Octubre 5, 2010
Rabí Ben Tzion Shafier Mariner Way 10 Monsey, NY 10952 Querido Rabí Shafier, Gracias por enviarme su manuscrito, “El Shmuz de la Vida – Deja de Sobrevivir y Comienza a Vivir.” Es una lectura agradable, clara y fácil de entender. Le deseo que beneficie a todo Klal Yisrael. Mi sincera berajá para usted es que este próximo libro satisfaga su deseo de ayudar a Ajenu Bnei Yisrael a encontrar significado y felicidad en sus vidas. Que sea usted bendecido con hatzlajá en todos sus proyectos.
Instituto Talmúdico de Upstate New York Rabí Menajem Davidowitz, Director Rabí Daniel Goldstein, Decano Septiembre 10, 2010 Este sefer es una presentación poderosa y dramática de los fundamentos de nuestra fe. Está escrito para el lector del siglo 21 con toda la sabiduría y color del Shmuz de la Parsha. Que el Ribonó Shel Olam ayude a Rabí Shafier a ser capaz de continuar esparciendo el D’ Var Hashem. Con saludos de Torá, Rabí Menajem Davidowitz
Agradecimientos Hebreo Jazal nos dicen que no existe comparación entre una persona haciendo una mitzvá y una multitud haciendo una mitzvá. Una comunidad trabajando junta es elevada a un tzibur , y su impacto es de una magnitud de un nivel distinto. En este tono, es muy satisfactorio ser parte de un tzibur que dedica su tiempo, energía y talento para promover el Shmuz. Desde los profesionales que trabajan con sueldo hasta los voluntarios que distribuyen los discos y las hojas de la Perashá, y los muchos otros quienes logran su contribución única, es un verdadero esfuerzo en masa, y sin ellos el Shmuz nunca hubiera alcanzado el nivel de éxito que ahora tiene. A ellos les digo yasher koaj, koaj, y gracias. Sin embargo, hay algunas personas que sobresalen por su contribución, y merecen ser mencionados individualmente. Están Mijael y Gavriel Abrams de Queens quienes son la inspiración, energía y soporte del programa completo de distribución de CD’s. Jezky Eider por crear, llevar el marketing y conducir el Lakewood Shmuz y por la energía que infunde al Shmuz.com, y a Janan Gordon de L.A., por todo lo que hace. Mucho de lo que sucede detrás de las mamparas pasa desapercibido, pero si las cosas caminan sin incidentes, es debido a dos individuos: La señora Zweig quien hace un impresionante trabajo llevando ella sola la oficina de Shmuz, y Shaul Hen, nuestro administrador de red, quien hace un fantástico trabajo manteniendo el sitio. El “Shmuz Live” en cada locación comienza con dos o tres individuos motivados quienes dicen, “Yo lo lograré,” y lo hacen. Por eso me gustaría agradecer a: Yisrael Schwartz, Jeff Katz, Akiva Bookman y Moshe Miller, quienes encabezan el Baltimore Shmuz; Yehuda Frager por sus esfuerzos para llevar el Shmuz a su siguiente nivel; David Markowitz y Zvi Ginsberg por llevar el Shmuz a Teaneck-Bergenfield; y finalmente a Alex Levy por hacer que las cosas sucedan y a Rabí Singer y Rabí Bodenheim del Instituto Passaic de Torá por su apoyo – el Shmuz Passaic les debe una gran deuda de agradecimiento. Con respecto al contenido de este libro, estoy endeudado primero y principalmente con mi rebe, rebe, el Rosh Yeshibá, R’ Alter Hanoj Leibowitz, zt’l . Es su derej ha-limud y y su enfoque hacia el musar y y hacia la vida el que ven plasmado en estas páginas. Mi más profundo agradecimiento a R’ Davidowitz, Rosh Yeshibá de Rochester, por sus conocimientos, su guía y dirección durante mis años de formación cuando muchos de estos conceptos estaban cobrando forma. También a R’ Yisrael Rakowsky, Rosh Yeshibá de Ohr Somayaj, Monsey, por tomarse el tiempo de leer el manuscrito y ofrecerme su dirección; y a R’ Shalom Kamenetsky, Rosh Yeshibá de Filadelfia, por haber prestado generosamente su tiempo para leer y comentar. Y a R’ Tzvi Berkowitz, Rosh Yeshibá de Ner Israel, por su ingeniosa guía y dirección. Con respecto a la presentación del material en este libro, le debo un agradecimiento a mi editora, la señora Kressel Housman. El texto que tienen enfrente de ustedes fue bastantemente mejorado por su pasión y talento al expresar las cosas de la manera más efectiva. A la señora Raizel Grossman, quien hace casi todo el trabajo de arte de Shmuz, por su magnífica portada – es una obra de arte digna de su talento y del libro al que adorna. A Shaya Sonnenschein de Diseños Sonnshine por su destreza y atención a cada detalle utilizado en el diseño de este libro para hacerlo fácil de leer para el lector. A Jaim Zipper quien reunió el índice del Shmuz por capítulo. Y a Moishe Grossman – ambos, él y la Editorial Feldheim han sido muy buenos amigos del Shmuz. Gracias especiales a la señora Yael Miller de Diseños Miller por su ayuda con el título y el mensaje de la portada del libro. Finalmente, en cuanto a mi hogar, quisiera agradecer a mi hija Sara Leah por su hábil lectura del manuscrito y por las correcciones que ofreció, a mis hijos pequeños por tolerar el
extraño horario de su Aba. Más que nadie, la persona que merece reconocimiento y agradecimiento es mi socia en la vida, mi esposa. Es su incansable devoción hacia mí y hacia la misión que el Rosh Yeshibá me encomendó lo que permite que todo esto suceda.
Índice Capítulo 1 – Introducción Capítulo 2 – Los Fundamentos de Todo Capítulo 3 – Las Inmutables Leyes de la Naturaleza Capítulo 4 – Apreciando este Mundo Capítulo 5 – Más Dinero es igual a Más Felicidad Capítulo 6 – La Búsqueda del Placer Capítulo 7 – Hagamos un Hombre Capítulo 8 – Comprendiendo los Reglamentos de la Vida Capítulo 9 – El Gimnasio y el Spa Capítulo 10 – El Alma Animal Capítulo 11 – La Princesa y el Campesino Capítulo 12 – Folletos de Viaje y el Mundo Venidero Capítulo 13 – El Mundo de Peter Pan Capítulo 14 – Hola, Este es mi Funeral Capítulo 15 – WYSIWYG Capítulo 16 – Dos Mundos, Una Oportunidad ¿Hacia dónde nos dirigimos ahora? Catálogo de TheShmuz
Capítulo 1 Introducción Tengo la oportunidad de hablar en diferentes comunidades y de vez en cuando me encuentro con reacciones que son… bueno… digamos un poco interesantes. En un evento, después de finalizar mi presentación, varias personas se acercaron para comentar y hacer preguntas. Una pareja de gente ya mayor esperó pacientemente hasta que todos los demás se hubieron retirado, y entonces se acercaron. La mujer habló primero, diciendo algo como, -Rabí, nos encantó la conferencia. – Su esposo continuó inmediatamente y dijo, -Sí, Rabí, nos encantó la conferencia pero… Verán, conozco lo suficiente como para saber que si alguien dice, -Rabí, nos encantó la conferencia pero… - algo viene a continuación. Así que esperé para escuchar lo que seguía. –Rabí, nos encantó la conferencia, pero… de acuerdo a lo que usted acaba de decir, yo he desperdiciado mi vida entera. -¿Qué quiere usted decir? –le pregunté. -Bueno, -dijo él, -me he pasado mi vida entera trabajando. He tenido éxito. Pero estos conceptos acerca de los que usted habló… nunca he pensado en ellos. Y de acuerdo a lo que usted está diciendo, yo he desperdiciado mi vida entera. Permítanme compartirles que cuando uno se encuentra de un lado del podio, y un hombre de ochenta y tantos años está del otro lado diciendo que de acuerdo a lo que tú acabas de decir, él ha desperdiciado toda su vida, es una posición muy incómoda. Lo que la hace aún más difícil es el hecho de saber que tiene la razón. Me gustaría decirles qué fue lo que dije que provocó una reacción así. Durante muchos años yo fui rebe en la secundaria. Parte del papel de un rebe es enseñarles a los jóvenes muchachos cómo estudiar, y parte del papel (quizá el papel más importante) es enseñarles cómo vivir. Ellos eran todos muchachos religiosos, de buenas casas, y en algún momento al comienzo del año yo les ofrecía un reto de fe. Los miraba y les decía, -Caballeros, ¿por qué no pecan? No me refiero a pecados pequeños. Hablo de cosas realmente grandes: robar, matar, asaltar… Típicamente, alguien respondía, -Rabí, si yo hiciera eso, Hashem se enojaría conmigo. ¡Yo no quiero que Hashem se enoje conmigo! Yo miraba a ese muchacho a los ojos y le decía, -Escúchame. A través de la historia muchos, muchos hombres malvados han florecido. No te preocupes porque Hashem se enoje contigo. Tú solamente actúa exactamente como tú quieras. Por lo menos uno de los muchachos se levantaría gritando, -Sí, eso es verdad ahora, pero neshamá se quemará. Yo no quiero que mi neshamá se neshamá se muera. cuando me muera, mi neshamá se -Permítanme aclararles algo, -les decía yo. –Hay muchas cosas que hacemos a pesar de que no queremos hacerlas. Hay muchas otras cosas que queremos hacer pero que no hacemos, ¿y me dicen que todo es por el bien de la neshamá? neshamá? Escúchenme. Olvídense de la neshamá. neshamá. ¿Por qué tienen que esforzarse tanto? Cuídense a ustedes mismos y dejen que su neshamá se neshamá se queme. A pesar de que esto suena ficticio, a menudo enfatiza un malentendido común. Asumimos que ahora, porque estamos vivos, yo pienso, yo siento, yo recuerdo. Cuando llega el momento que yo me vaya de esta tierra, yo muero. Así se va el “yo” que piensa, siente y recuerda. Yo estaré muerto. Mi alma, mi alter ego, una especie de pariente lejano o alguna otra versión de mí estará parado enfrente de Hashem. Pero yo estaré estaré muerto. De acuerdo a esa suposición, la pregunta que yo hice a esos muchachos es válida. ¿Por qué debo esforzarme ahora para que a mi neshamá le neshamá le vaya bien en el Mundo Venidero? Mejor me olvido de mi neshamá. neshamá. Voy a preocuparme por mí.
Solamente hay un defecto en este enfoque. Está totalmente equivocado. R’ Yisrael Salanter explica que la diferencia entre yo cuando estoy vivo y yo cuando estoy muerto es como cuando alguien se quita un abrigo. Cuando entro a una habitación y me quito mi abrigo, surjo yo. Mi abrigo está colgado, pero yo entro a la habitación. R’ Yisrael explica que eso es la muerte. Mi cuerpo - el abrigo - está enterrado. Surge mi yo, quien piensa y siente. Yo no muero; muere mi cuerpo. Lo colocan en la tierra. Pero yo, el que ocupa el cuerpo, quien le dijo a los brazos y las piernas que se movieran, vivirá para siempre. No alguna otra versión de mí. No un pariente lejano o alter ego. Surjo yo. El mismo yo que se encuentra ahora sentado aquí, el mismo yo que ha estado pensando y sintiendo, seguirá viviendo con todos mis recuerdos. Este concepto nos es algo extraño porque tendemos a pensar en la muerte como un tipo de sueño – un estado de descanso. Cuando hablamos de personas que han fallecido, decimos cosas como, “Henry fue un buen hombre. Ahora por fin está descansando.” Si visitamos el cementerio, veremos muchas lápidas con las palabras, “Descansando” o “Descanse en paz.” Parece que el sentido común equipara el morir con irse a dormir. Como que estaremos descansando. R’ Yisrael nos enseña que eso es completamente equivocado. Irse a dormir significa que abandono la situación. No estoy ahí. Como ejemplo, imagínense que se rompen el brazo, y se encuentran con un intenso dolor – las terribles punzadas no los dejan en paz. Toman Motrin, Tylenol con codeína, Advil – lo que sea, con tal de sentir un alivio. Pero nada ayuda. Finalmente a las tres de la mañana se quedan dormidos. El dolor ya no les molesta porque ustedes no están ahí. Están dormidos. Pensamos que la muerte es como irse a dormir. No estaré ahí. Mi neshamá, neshamá, mi alter ego, esa otra parte de mí, puede ser que esté ahí. ¿Pero yo? Yo estaré dormido – descansando. De acuerdo a esa versión de las cosas, ¿por qué voy a esforzarme tanto ahora para que alguien más, mi neshamá (lo neshamá (lo que sea) se beneficie? Olvídalo. Me preocuparé por mí y dejaré que mi neshamá se neshamá se queme. Ese es un error crítico. Cuando muero, mi cuerpo es enterrado, pero yo continuo viviendo. El mismo yo que piensa, el mismo yo que siente. El cuerpo es la casa en donde yo vivo. Pero, así como un astronauta con un traje espacial, eso no me define. Es solamente algo que yo uso. Cuando termine mi tiempo en esta tierra, esa capa exterior será colocada en el suelo, y yo sigo.
Ganarse la Lotería De alguna forma esto es intuitivo. En algún nivel, nosotros estamos conscientes que no somos nuestros cuerpos. La dificultad con este concepto es hacerlo real. Para ayudarnos a lograrlo, imagínense lo siguiente: Es un domingo por la mañana; recoges tu periódico, ojeando lentamente las páginas, dejando que tus ojos lean lo que les plazca. “No hay noticias hoy,” dices para ti mismo. Antes de dejar el periódico, solo por curiosidad, abres la sección de la lotería, y buscas los números ganadores de esa semana. Los encuentras. Un escalofrío recorre tu cuerpo. ¿Qué? 7 8 4 3 4 5. ¡Esos son mis números! ¡¿Qué?! Espera. ¿Cómo puede ser? Corres a tu habitación. Buscas tu boleto de lotería. Corres de regreso a la cocina. Tomas tu boleto y lo comparas con el número del periódico. “7 8 4 3 4 5” ¡Sí es! ¡Esos son mis números! Oh, cielos. Mis números. ¡Gané! Quiero decir, ¡gané! ¡He ganado la lotería de N.Y! No puedo creerlo. O sea, ¡gané! ¡Gané! ¡YO GANÉ! ¡¡¡GAAAAANÉÉÉÉÉ!!! Si pudiéramos detener el tiempo y preguntar lo que sentiste en esos momentos, probablemente responderías, ‘Euforia. Gran alegría. Felicidad fantástica. ¡¡¡O sea, YO GANÉ!!!’ Si entonces te preguntáramos quién sintió todo eso, tú responderías, ‘¿Qué quiere decir quién lo
sintió? Yo lo sentí.’ Eso es verdad, pero ¿fueron tus brazos, tu cabeza, o tu pecho quién lo sintió? ¿Fue acaso tu espalda, tus hombros, o tus piernas? La respuesta es que ninguno de los anteriores. Tú lo sentiste. Aún si tus piernas hubieran estado dormidas, y tus brazos hubieran estado atados, aún así hubieras sentido ese tremendo sentimiento de alegría. ¿Entonces quién lo sintió? No fue tu cuerpo, no fue tu casa física – tú lo sentiste. Este es un ejemplo del “Yo” sintiendo algo que no se encuentra limitado al cuerpo. Llevemos esto un paso más adelante.
¿Te encuentras vivo? Imagina que es ya tarde por la noche y te encuentras conduciendo por la carretera. Has transitado por este camino muchas veces, y para decir la verdad, estás conduciendo un poco rápido, sin poner mucha atención al camino. Justo entonces tu teléfono vibra. Es un texto. Lo lees. Mandas un texto. Tu teléfono vuelve a vibrar de nuevo con la respuesta. Miras hacia abajo para leerla. Mandas otro texto, y… CRAAAASSSHHH. Vidrios rotos, metales retorcidos. Te encuentras frío. Despiertas tres días después en la cama de un hospital mientras el doctor te observa y dice, -Siento tener que decirle esto, pero… no podrá volver a caminar nunca más. Aquí tenemos una pregunta para pensar: ¿estás vivo aún? ¿La esencia tuya, la persona que eres, está viva aún? La respuesta es sí. Por supuesto, ¡aún estás vivo! Tendrás que aprender a hacer muchas cosas que antes dabas por sentado. Tu estilo de vida será muy distinto, pero estás vivo. Llevemos el mismo ejemplo un paso más adelante. El mismo viaje en auto, los mismos textos, el mismo accidente, pero esta vez, cuando despiertas en el hospital, el doctor mira hacia abajo y dice, -Siento tener que decirle esto pero se ha dañado su médula espinal. Usted no podrá volver a mover ni un solo músculo de su cuerpo jamás. Tú escuchas esas palabras, pero realmente no lo crees. No puede ser posible. “O sea, estoy joven. Sano. ¿Cómo puede suceder algo así?” Intentas mover tus brazos. Nada. Tratas de estirar tus piernas. Nada. Jalas tus manos manos hacia adelante con todas tus tus fuerzas – nada sucede. Nada. -Oh, cielos, ¡no puedo moverme! –piensas dentro de ti. Desesperadamente intentas sentarte. Nada. Tratas de mover tu cabeza. Nada. Quieres gritar, pero tus labios no se abren. ¿Qué? ¿Cómo puede ser posible? ¿Qué significa esto? Y comienzas a darte cuenta que lo que el doctor dijo es verdad. No puedes moverte. Ni tus brazos, ni tus piernas, ni tu cabeza, ni tu pecho. Te encuentras atrapado dentro de tu propio cuerpo. Puedes escuchar y puedes ver, pero no puedes controlar tus músculos. No puedes controlar ni el más pequeño movimiento. Observas cómo la gente entra a visitarte. Tu familia y tus amigos… te miran hacia abajo y pronuncian esas lastimosas lastimosas palabras que la gente gente suele decir: “Oh, no, te ves terrible.” terrible.” -Muchas gracias, -piensas para ti mismo. – ¿No es suficiente que tengo que estar encerrado dentro de mi cuerpo, además tienen que decirme lo mal que me veo? Ahora imaginen que pasan un buen tiempo en este estado. Algunos momentos de quietud. Comienzas a pensar… piensas en cosas del pasado, cosas que hiciste y que dijiste. Algo que alguna vez le dijiste a alguien y de qué manera lo hiciste. Cosas que hiciste y que no hiciste. Te das cuenta que todos tus pensamientos, actitudes y sentimientos están aún ahí. Ahora regresemos a la pregunta. ¿Estás vivo aún? La respuesta es sí. Por supuesto que estás vivo. Tu cuerpo está inmóvil. Está efectivamente muerto. Pero tú, quién piensa y siente, está realmente vivo. Si no estás seguro de considerarte vivo en este estado, existe un libro llamado La Campana Saltarina y la Mariposa escrito acerca de un hombre quien vivió justamente así. Él había sido editor de una revista en Francia, sufrió un accidente y despertó en la cama de un hospital – atrapado –
incapaz de moverse. El libro relata su vida después del accidente. Las subidas y bajadas, sus buenos momentos y los malos. Él describe a las enfermeras. Algunas eran amables y buenas; otras eran solamente normales. A una de ellas él la nombra Attila la bárbara. Él describe lo que sentía cuando sus hijos iban a visitarlo. Estaba feliz de verlos, pero le dolía mucho que no podía tocarlos. Fue afortunado en el sentido de que podía mover una sola parte de su cuerpo: podía parpadear con su ojo izquierdo. A través de esto, una terapeuta del lenguaje diseñó un método a través del cual él podía comunicarse con el mundo. Ella arregló el alfabeto verticalmente en una tabla. Movía su dedo por la tabla, y cuando llegaba a la letra que él quería señalar, él parpadeaba con su ojo. De esa forma él podía hacer que la gente conociera sus pensamientos. Este libro, que se convirtió en un bestseller en Francia y fue más tarde traducido al inglés, es el testimonio de que él está vivo – porque lo escribió estando en ese estado. Durante las mañanas, él componía las oraciones y párrafos dentro de su mente, y en las tardes su secretaria tomaba el dictado, letra por dolorosa letra. Su expresión final fue ese libro porque él murió en esa cama de hospital.
WYSIWYG Ese es un ejemplo de un hombre quien estaba totalmente vivo, mientras que su cuerpo estaba efectivamente muerto. Ilustra a la perfección el concepto de que el cuerpo es algo que ocupamos – no algo que nos define. Sin embargo hay un punto más en el que nos tenemos que enfocar. Hace un número de años, cuando salieron a la venta los primeros procesadores de palabras, estos eran torpes y engorrosos. Si querías una letra impresa en fuente negrita, tenías que oprimir (B) antes de la palabra. Eso es lo que aparecía en la pantalla, y era una señal para la máquina para que imprimiera esa palabra en fuente negrita. Si querías subrayar una palabra, oprimías (U) antes de ella, y esa palabra se imprimiría subrayada. En los años ochenta, la tecnología evolucionó y fue introducido el sistema WYSIWYG. El nombre de este sistema es un acrónimo en inglés para “Lo que ves es lo que obtienes.” Ahora cuando quieres una letra en fuente negrita, oprimes “B” en el menú, y la letra aparece en negrita en la pantalla. Si quieres una palabra subrayada, oprimes “U” en el menú, y la palabra aparece subrayada en la pantalla. Lo pantalla. Lo que ves en ves en la pantalla es lo que obtienes en la impresora. WYSIWYG es una parábola muy adecuada para lo que ocurrirá cuando dejemos este mundo. Lo que ves es lo que obtienes. Exactamente la forma que tengo en este momento es como seré para siempre. Cualquiera que sea el nivel de perfección que obtuve aquí es como seré para siempre, con todos mis finos rasgos de carácter… y los no tan finos también. Si los celos fueron mi debilidad, eso no desaparecerá de mi esencia. Yo hice que eso fuera parte de quien soy yo, y será mío para siempre. Si mi falla fue un temperamento violento, eso es algo que quedará impreso en la esencia de mi yo, y permanece conmigo a pesar de que la causa de mi enojo ya no exista. Cuando la vida termina, la persona que soy yo, es quien seré para siempre. La realidad es probablemente el concepto de transformación de vida más increíble que la persona pueda reconocer. Ahora, lo que yo hago en la vida adquiere mucha importancia porque cada interacción con otro ser humano me moldea a ser lo que seré para siempre. Cada acción, pensamiento, y actividad actividad le da forma a mi yo para la eternidad. Cuando el hombre de ochenta años dijo, “De acuerdo a lo que usted acaba de decir, yo he desperdiciado mi vida entera,” fue porque por primera vez en su vida comprendió: Yo Yo soy la neshamá. neshamá. Yo fui colocado en esta vida para crecer y lograr. Cuando termine mi trabajo, yo seré lo que hice de mí mismo. No será un pariente lejano o mi alter ego. Seré yo, y es para siempre.
Capítulo 2- Los Fundamentos de Todo
Hebreo El fundamento de servir a Hashem es que la persona debe comprender comprender claramente por qué fue creado, y cuáles son sus sus metas en la vida. Mesilat Yesharim, Yesharim, Capítulo 1 Imagina una mañana temprano, te encuentras pasando por una construcción del largo de toda una cuadra. Ves las grandes grúas, máquinas pesadas para transportar la tierra y buldóceres alrededor. Los trabajadores con cascos están esperando ansiosos. Este en un proyecto enorme, y es el primer día de trabajo, casi es momento de comenzar a cavar. Súbitamente, una fuerte sirena se escucha y el capataz de la construcción llama a todos los trabajadores a una junta de emergencia. -Este es uno de los proyectos más grandes que jamás se hayan construido en la historia de esta ciudad, -anuncia él por el megáfono. –El plan conlleva 110 pisos, vertiendo concreto sobre las vigas de hierro. Será uno de los edificios más grandes y más seguros que exista. Pero parece que hubo un error en los cálculos – hemos rebasado el presupuesto. De hecho, lo rebasamos tanto, que la única forma de que continuemos con este proyecto es cambiando los planes. Normalmente, para este tipo de estructura, cavaríamos cientos de metros hacia abajo del subsuelo para asegurar un fundamento sólido, pero el costo de hacerlo es prohibitivo. Así que hemos decidido comenzar la construcción desde el nivel del suelo. Eliminaremos los fundamentos. Comenzaremos la construcción en diez minutos. – Y diciendo eso termina con la junta. Cada uno de los trabajadores quedaría pasmado pensando, “¿Cómo es posible construir un edificio sin los fundamentos?” Nunca se sostendrá. Sin importar lo sólido que sean los materiales, sin importar lo bien planeado que esté el edificio, si los mismos fundamentos sobre los que se construye no existen, un fuerte viento puede derribar toda la estructura.
Las Bases de Nuestra Religión Religión El Mesilat El Mesilat Yesharim nos Yesharim nos dice que los fundamentos de nuestra religión, la piedra primordial sobre la cual descansa todo, es una pregunta básica: ¿Por qué me creó Hashem? ¿Qué es lo que hago aquí? ¿Cuál es el propósito de mi vida? Pero esto no es simplemente un asunto importante – una de esas preguntas teóricas interesantes sobre las que vale la pena reflexionar – es la base para todo lo que hacemos, el fundamento de todo por lo que vivimos. Si una persona no se pregunta y responde a esta pregunta, entonces el resto de su vida queda construida sobre arena movediza. Extrañamente, si llevaras a cabo una encuesta de judíos educados y les preguntaras porqué Hashem creó al hombre, seguramente recibirías un número de respuestas: “Para servir a Hashem.” “Para hacer mitzvot.” “Para estudiar.” “Para hacer que el mundo sea un lugar mejor.” “No estoy seguro.”
Mientras que todos pueden ser conceptos finos y valiosos, el Mesilat Yesharim nos Yesharim nos enseña que no son la razón por la que Hashem nos puso en este planeta, y ciertamente no son la base para todo lo que hacemos. Es intrigante que mucha gente no puede responder la pregunta correctamente. Pero es aún más fascinante que la mayoría de la gente ni siquiera se la pregunte. Tú puedes pensar: ¿es posible que gente pensante e inteligente no sienta la abrumadora necesidad de responder esa pregunta? ¿Cómo puede alguien vivir sin saber porqué? porqué? ¿Cómo pueden tomarse decisiones en la vida sin una respuesta? ¿Cómo pueden planear una familia sin un claro entendimiento del propósito de todo eso? Lo más irónico es que la pregunta no está confinada a la religión. Es una pregunta universal que todo ser humano debe hacerse. Si yo acepto que Di-os creó este mundo y todo lo que contiene, eso significa que Di-os me creó a mí también. Entonces la pregunta es: ¿por qué? ¿Qué es lo que estoy haciendo aquí? ¿Qué se espera de mí? ¿Por qué me crearon? La respuesta a esta pregunta debe impactarme en cada decisión que yo tome siempre. Debe afectar mis prioridades y determinar mi estilo de vida. Definirá mis valores y calibrará de qué manera yo mido el éxito. Más que nada, establecerá mis metas y aspiraciones en la vida. ¿Es posible que una persona prosiga en esta cosa llamada vida sin haber resuelto una respuesta sólida a esta pregunta? ¿Acaso la respuesta no va a afectar profundamente su vida, más que nada que pueda llegar a imaginarse?
Una Aparición Como si fuera una ilustración, imagina que es una tranquila tarde de verano. Te encuentras caminando solo por la playa, observando la quietud del océano, cuando notas algo como una tenue luz hacia el horizonte. Lentamente, la luz parece volverse más grande y más brillante, más brillante aún, hasta que ilumina el océano entero. Súbitamente, aparece una figura. Parece la forma de un hombre con una bata larga. No puedes distinguir sus rasgos, pero es enorme y brilla con un blanco resplandor. Entonces, sin aviso, una poderosa voz suena por encima del horizonte: -¡MOSHE!¿Sssíí-íííí? –respondes dócilmente. -He sido mandado para revelarte el secreto de la Creación… -¡Oh, cielos! ¡Un malaj! malaj! ¡Un ángel está hablándome! Sí. Sí. Por favor dime. ¿Cuál es el secreto de la Creación? -El secreto para comprender la vida entera es comprender por qué Hashem creó el mundo. -Sí, sí. Dímelo. Estoy listo. ¿Qué es? ¿Cuál es la razón de todo? -La razón por la que Hashem creó el mundo y todo lo que contiene, es para que tú puedas hacer dinero. -¿Para… que yo pueda hacer dinero? -Sí. Para que tú puedas hacer dinero. -¿Dinero? Quiero decir, ¿así es? ¿Esa es la razón para todo? ¿Esa es la razón por la cual Hashem creó los cielos y la tierra, los océanos y los ríos? -Sí, para que tú puedas hacer dinero. Y mucho dinero. Hashem no quiere que ganes solamente para vivir. Hashem quiere que ganes todo el dinero que puedas. Él quiere que trabajes de la mañana a la noche, después de que hayas ganado más dinero del que pueden llegar a gastar tú, tus hijos y los hijos de tus hijos. Hashem quiere que tú trabajes tan duro como puedas para ganar más dinero que eso. Ese es el gran secreto de la Creación. Y con esas palabras, el ángel desaparece. ¿No imaginas que una conversación así tendría un gran efecto en tu futuro? ¿No imaginas que influenciaría tu elección de escuelas, de trabajo, y en cómo pasas tu tiempo? Determinaría cada aspecto de tu vida.
Mientras que es poco probable que escuches a un malaj malaj hablándote directamente a ti, y aunque es menos probable que ese sea el mensaje que él te daría, la pregunta es el mayor criterio definitivo que moldeará tu vida. ¿Por qué me creó Hashem? ¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Cuál es mi propósito en la Creación?
Viviendo sin Dirección Sin embargo, uno de los hechos más curiosos de la raza humana es que no nos ocupamos con esa pregunta. Es ignorada, como que nos la brincamos dentro de esta locura que llamamos vida. ¿Cómo es posible que cada ser humano no haya luchado con esta pregunta y no haya llegado a una firme respuesta a ella? ¿Cómo es posible que la gran mayoría de la raza humana quede satisfecha diciendo cosas como, “Pienso que hay preguntas las cuales nunca conoceremos su respuesta,” o “Algún día encontraré la respuesta a todas esas grandes preguntas de la vida.”? ¿Cómo se toman decisiones sin una respuesta? ¿Cómo planeas una vida sin una respuesta? ¿Cómo vives sin vives sin una respuesta? Interesantemente, en cualquier otra área que no sea la vida misma, pensamos las cosas muy bien, nos preparamos con tiempo, anticipando cualquier eventualidad. ¿En qué colonia viviremos? ¿Qué tipo de escuela quiero para mis hijos? ¿Qué clase de amigos me gustaría tener? Planeamos todo, desde las vacaciones del año siguiente hasta nuestro retiro, pero la pregunta más importante detrás de todo, de alguna manera elude nuestro enfoque. Cuando nos preguntan, “¿Cómo piensas ganarte la vida?” muy poca gente responde, “Ah, estoy seguro que de algo se me presentará.” Cuando una persona está enferma, no sale a deambular por las calles esperando llegar llegar a la oficina del doctor. doctor. Parece que en cualquier otro aspecto de la vida, tenemos todo bien organizado y planeado, pero cuando se trata del asunto más importante de nuestra vida entera, lo dejamos en, “Bueno, pienso que eventualmente eventualmente encontraré la respuesta.” respuesta.”
¿Puedo Tomar el Auto Prestado? Jamás dejaríamos que nuestros hijos corran sin dirección. Imagina que tu hijo de dieciocho años te dice, “Mi amigo se casa en California y me gustaría ir a la boda. ¿Te importa si tomo el auto prestado? La idea te hace dudar, así que le preguntas, -¿Cuánto crees que tardarás? ¿Tienes direcciones? ¿Planeaste ya en dónde vas a dormir? ¿Tienes suficiente dinero para gasolina y comida? -Bueno… realmente no he pensado en todas esas cosas, -responde él. –Sólo pensé subirme al auto, comenzar a conducir y decidir en el camino. Dudo que encuentres esta respuesta muy satisfactoria. Sin embargo esa es la forma en la que vivimos. Sin un plan, sin dirección, simplemente esperando hacer lo correcto. Lo más triste de todo es que si no buscamos una respuesta, lo más seguro es que nunca la encontraremos. Continuaremos viviendo, flotando de playa en playa sin anclar, sin comprender por qué las cosas no tienen sentido, sin vivir la vida al máximo porque tu enfoque está cambiando constantemente. Nunca lograrás tu propósito en la vida. (Y aún si lo hicieras, seguro no lo sabrías.) ¿Qué tan gratificante puede ser una vida así? ¿Cuánta satisfacción puedes esperar si vives de esa manera? Esta parece ser una peculiaridad en la naturaleza humana. Podemos estar tan enfocados en las cosas que estamos haciendo y haciendo y aún así nunca fijarnos en la pregunta de por de por qué lo qué lo hacemos. Nos preocupamos tanto porque las cosas se hagan, que no nos enfocamos en preguntar siquiera si valía la pena hacerlas en primer lugar.
PIENSA Tom Watson, fundador de IBM, construyó su compañía sobre principios básicos de excelencia. Su visión fue crear una compañía realmente grande. Su equipo de dirección estaba compuesto por algunos de los líderes de negocios más experimentados y talentosos de esos tiempos. Sin embargo, cuando entrabas a su oficina, había un arco encima de su escritorio con la palabra “PIENSA” grabada encima de él. Él se dio cuenta que aún los capitanes de la industria, líderes dentro del mundo del comercio, solían irse a dormir al apagar el interruptor, o sea que se involucraban tanto con los árboles que no podían ver el bosque. El único mensaje que él quería transmitir a su gente era: PIENSA. A pesar de que suena irónico, nosotros solemos no pensar. Un hombre puede ser brillante, estudioso y erudito, pero si su cerebro no está encendido, entonces no vale nada. Para tener éxito en la vida, la única pregunta en la que uno tiene que pensar es: ¿Por qué estoy aquí? ¿De qué se trata la vida? Hacerse esa pregunta puede transformarnos la vida, y no no hacerse esa pregunta puede significar vivir una vida sin dirección.
Un Listón Amarillo en Cinco Estilos Probablemente el mayor costo para una persona que vive su vida sin un propósito claro es que no llegará ni a una fracción de su potencial. Será como el joven que había obtenido cinturón amarillo en cinco estilos distintos de karate. Cuando este muchacho estaba en la escuela, quedó fascinado por las artes marciales, así que convenció a sus padres que lo dejaran estudiar karate. Se inscribió en una escuela y aprendió todas las posturas, las patadas y los golpes. Era un alumno muy diligente, y después de cerca de un año de entrenamiento, él estaba listo para su examen de cinturón amarillo, el primer rango. Él realizó el examen y lo aprobó. Poco tiempo después, su familia se mudó a otra ciudad, pero la única escuela de karate que él encontró ahí practicaba un estilo de karate distinto. Así que comenzó de nuevo con lo básico, con las nuevas posturas, nuevas patadas y nuevos golpes. Otra vez progresó bien, y otra vez tomó su examen para obtener cinturón amarillo – ahora en este nuevo estilo – y lo aprobó. Pronto llegó el momento que él tuvo que irse a continuar sus estudios de preparatoria en otro lugar. En esa ciudad de nuevo buscó una escuela de karate, y la única que encontró enseñaba un tercer estilo de karate. Así que comenzó otra vez con lo básico, con nuevas posturas, nuevas patadas y nuevos golpes. Y en este estilo también recibió cinturón amarillo. A la mitad de su preparatoria, tuvo que cambiar cambiar de yeshibá, y comenzó el mismo proceso proceso de nuevo. Al final de cinco años de entrenamiento disciplinado, este joven muchacho había obtenido el rango de cinturón amarillo en cinco estilos de karate - ¡un principiante! Si él hubiera pasado la misma cantidad de tiempo y esfuerzo en un solo estilo, hubiera obtenido el rango de cinturón negro – una maestría. Lo irónico de todo es que él se esforzó mucho y trabajó muy duro, pero debido a que su enfoque continuó cambiando y él tenía que comenzar desde el principio una y otra vez, su avance fue frustrado. Al final él se quedó como un principiante de rango.
Cambiando Divisas Esta historia tiene un mensaje. La mayoría de la gente pasa su vida cambiando prioridades. Aquello que era importante en una etapa se vuelve insignificante en otra. Para un niño creciendo en América, los deportes con deportes con lo máximo. Eso es lo que realmente cuenta en su vida. Pero eso no dura; pronto es reemplazado por sus amigos y amigos y por ser popular . Conforme madura, las calificaciones y
a qué universidad es es aceptado se convierten en la medida del éxito. Después de un corto tiempo, su carrera y carrera y hacer dinero es dinero es todo lo que realmente le importa. Pero esto también pasa, y pronto él cambiará enormes cantidades de riqueza para construir su reputación. reputación. Conforme se acerca al tiempo del retiro, su salud su salud y y su futuro su futuro asilo se asilo se convierten en sus preocupaciones principales. A través de la vida, lo que es preciado y envidiado en una etapa se vuelve devaluado y despreciado cuando las nuevas prioridades llegan. Las divisas cambian constantemente. El resultado de esto es que mientras a alguien puede ser que le vaya bien en cada etapa de su vida, la totalidad de lo que logró puede ser que no sume mucho. Se convirtió en un cinturón amarillo en cinco estilos.
En el Lecho de Muerte Muerte Uno de las consecuencias de no hacerse las preguntas fundamentales de la vida es que la gente termina en situaciones muy tristes. A menudo, al final de la vida de la persona – cuando es demasiado tarde para hacer algo al respecto – él queda con un amargo arrepentimiento por la forma en la que pasó su vida. Muchas personas tienen fuertes dudas en su lecho de muerte. Pero muy pocas de esas dudas son por no haber pasado más tiempo en la oficina. “Uyy, cómo puede ser que no trabajé ochenta horas a la semana, en lugar de las setenta que trabajé durante treinta años.” “Realmente me arrepiento de haberme tomado los domingos libres para pasarlos con mi familia.” La gran mayoría de este mundo se va de la tierra con sueños sin cumplir. Lo trágico es que para mucha gente, esos sueños eran muy fáciles de alcanzar – simplemente no se enfocaron en ellos. Porque tenían las prioridades equivocadas, le dieron forma a su visión y a sus divisas en lo que era importante para ellos en ese momento. Sus divisas cambiaron mientras se hicieron más viejos y más sabios – pero ya era demasiado tarde. Se cuenta una historia acerca de un ejecutivo de una corporación muy grande quien se estaba retirando. En honor del evento, la compañía ofreció una cena de gala. Era una fiesta de corbatas negras, con todos los gerentes, ejecutivos y sus esposas presentes. El ejecutivo festejado se levantó a hablar. Miró a la audiencia y dijo, “Puedo asegurar que a muchos de ustedes les gustaría tener mi trabajo. Pero si lo quieren, tienen que estar dispuestos a pagar el precio. Permítanme contarles acerca de mi trabajo. Mi hija acaba de casarse. En su boda, miré alrededor y me di cuenta que no podía reconocer a ninguna de sus amigas. No conozco los libros que lee. No sé qué le gusta o qué no le gusta hacer. En resumen, no conozco a mi hija. Si quieren mi trabajo, tienen que pagar el precio. Ese es el precio. No creo que valga la pena.” Y se sentó. Esas son palabras muy tristes. No porque un hombre cometió un error, sino porque lo hizo con tanto cálculo y auto sacrificio. Él no estaba tendido bajo el sol. Él era un poderoso y ambicioso trabajador con metas específicas – pero trabajando hacia las metas equivocadas. Corriendo por la carretera de la vida – hacia la dirección equivocada.
Las Palabas Más Tristes Del Del Mundo Entre las palabras más tristes que un humano puede pronunciar jamás son: podía, debía tenía. tenía. Yo podía Yo podía haber haber logrado mucho más. Yo debía de debía de haber escogido mejor. Yo tenía que tenía que haber vivido mi vida de forma distinta. Este es un concepto muy serio. ¿Qué sucede si vives toda tu vida por el propósito equivocado y con las metas equivocadas en tu mente? No es nada placentero despertarte a los ochenta años de edad y decir, “De acuerdo a lo que usted acaba de decir, yo he desperdiciado mi vida entera.”
Aún peor, ¿qué sucede si todas esas fueron decisiones de estilos de vida conscientes que resultaron en grandes pérdidas? ¿Qué sucede cuando una persona sacrifica todo lo que tiene – su tiempo y su familia – sólo para darse cuenta después que esa causa fue falsa? Una de las realidades de la vida es que tenemos que trabajar duro. Sin importar lo que hagas, sin importar cómo vivas, desde el día que llegaste a ese planeta hasta el día que te marches, estarás muy activamente involucrado en esta cosa que llamamos vida – trabajar, planear, hacer. La única pregunta es: ¿las metas para las que estás trabajando, valen la pena?
¿Hacia Dónde Te Diriges? El Mesilat Yesharim Yesharim nos enseña que el primer principio para llevar una vida exitosa es saber qué es lo que quieres lograr de ella. Saber hacia dónde te diriges. Conocer tus divisas, saber tu sistema de valores y entonces fijar tus metas de acuerdo a eso. Pero aquí yace el problema. ¿Cómo puede una persona joven saber a dónde lo llevará la vida cuando sea mayor? ¿Cuál ser humano es tan sabio como para saber en dónde se encontrará dentro de veinte años? ¿Cómo puede alguien saber qué es lo que él considerará valioso cuando se encuentre en una etapa distinta de su vida? Cuando le preguntas a un niño de cinco años, “¿Qué quieres ser cuando crezcas?” él puede responderte que quiere ser un bombero, o un jugador de basquetbol. En realidad, él no está diciéndote lo que quiere ser cuando crezca. Él te está diciendo lo que quiere ser ahora, ahora, si es que él fuera un adulto. Te está diciendo, basado en su entendimiento de la vida de cinco años, lo que él valora y considera importante. Él no puede decirte lo que valorará cuando sea más grande. No tiene manera de saber lo que él sentirá que es importante y significativo en ese momento. Te está diciendo lo que quiere ser ahora. Y de acuerdo a su actual entendimiento del mundo, a él le gustaría ser Superman, Batman o un repartidor de UPS. En este sentido, una de las cosas más difíciles para un ser humano es planear un recorrido de vida que lo haga feliz treinta años hacia el futuro. ¿Cómo es posible que alguien pueda saber lo que va a ser importante para él entonces? ¿Cómo podemos saber lo que consideraremos exitoso entonces?
El Plan El Mesilat Yesharim Yesharim nos dice que Hashem no solamente creó al hombre y lo dejó para que él encuentre las respuestas por sí mismo. Hashem no diseñó un mundo entero para el hombre, colocándolo a él dentro del mundo con una misión y después haciéndose a un lado, diciendo, “Pero no voy a decirte cuál es. Es secreto. Tú tienes que adivinarlo.”Hashem nos dio una guía clara, definitiva y exacta con direcciones específicas de cómo vivir nuestra vida y las razones principales para ello. La llave del éxito es abrir ese libro, estudiar sus palabras de verdad, y moldear nuestras vidas de acuerdo a ello.
Capítulo 3 - Las Inmutables Leyes de la Naturaleza “Él otorga Sus bondades a dos mil generaciones para aquellos a quienes ama y para aquellos quienes cuidan Sus mitzvot.” Shemot 20:6 HEBREO (Rashi) Si un hombre actúa justamente, se le paga por dos mil generaciones. Por eso, el bien pesa más que el mal por un radio de 500:1. Cuando se trata de pagar el mal, Hashem solamente paga por cuatro generaciones, generaciones, pero cuando se trata de pagar los buenos actos, Hashem paga por dos mil generaciones. generaciones. “Él otorga Sus bondades por miles de generaciones, a aquellos a quienes ama y a quienes cuidan Sus mitzvot.” Shemot 20:6 Hashem formó este mundo con las inmutables leyes de la naturaleza. El calor tiende a subir, los gases tienden a expandirse. Los objetos pesados tienden a caer. Estos conceptos guían todo lo físico a través del inimaginable y vasto cosmos. Las mismas estructuras moleculares, leyes y patrones que gobiernan a la materia en la tierra aplican también en la galaxia más distante – todo en perfecto orden, todo en perfecto equilibrio y balance. Así como es el mundo físico, también es el mundo espiritual. Toda la Creación se rige por leyes absolutas que Hashem puso en movimiento y que continúa utilizando para guiarla. Rashi explica que cuando la Torá dice que Hashem le paga al malvado por cuatro generaciones y al justo por dos mil generaciones, esto nos enseña uno de los principios de operación de la Creación: la medida del bien contra el mal en el mundo. El radio de dos mil generaciones a cuatro es 500:1. Esa es la proporción del bien y bien y del mal , el balance del premio y el castigo, del placer y el dolor. En otras palabras, por cada incomodidad que existe, hay quinientas veces más de satisfacción. Por cada sufrimiento, hay quinientas veces más de alegría. Antes de que Hashem creara al mundo, Él mando su radio como una de sus doctrinas para guiarlo. Sin embargo, esto necesita comprenderse.
¡La Vida es Grandiosa! Imagina que te encuentras con un hombre y le preguntas decentemente, “¿Cómo es la vida?” a lo cual él responde, “¿La vida? ¡La vida es grandiosa! ¡No sólo grandiosa, sino FANTÁSTICA! Solamente bondades y bendiciones. Desde el momento en el que abro los ojos en la mañana hasta que los cierro por la noche, todo lo que experimento es felicidad indescriptible, alegría y gozo. Placeres y más placeres. Satisfacciones y más satisfacciones. Nada más que perfección y fortuna. ¡¡¡La vida es increíble!!!” Mientras que su descripción puede intrigarte, dentro de tu mente probablemente pensarías, “¡¿De qué planeta viene?! Por supuesto que la vida es buena – ciertamente que tiene sus momentos. ¿Pero qué ser humano describiría su vida como un indescriptible éxtasis? Sin embargo eso es lo que al parecer nos dice Rashi. Un radio de 500:1 significa que los momentos difíciles de la vida quedan tan opacados por la enormidad del bien, que son casi inexistentes. Por cada dolor de cabeza que soporto, disfruto quinientas veces de un placer. Por cada cólico de estómago que sufro, me beneficio quinientas veces más de algún gozo. ¿Puede alguien decir que sus “placeres” opacan a sus “dolores” quinientas veces a una? ¿Cómo reconciliamos este principio con la realidad realidad de nuestras vidas?
Capítulo 4 – Apreciando este Mundo Imagina a un hombre, quien a la edad de treinta y cinco, se vuelve ciego. Siendo un luchador, intenta durante diez años crear una vida productiva para sí mismo y tiene éxito – relativamente. Un día, su doctor le informa de un procedimiento experimental que, si llegara a tener éxito, le permitiría ver de nuevo. Él está asustado y feliz. Si eso funciona, él recuperará su vista. Si no funciona, puede morir. Reúne a su familia para discutir sus opciones, y después de mucho debate él anuncia, “Voy a hacerlo.” La operación se programa, y el día tan esperado por fin llega. Paralizado con miedo, él es conducido hacia el quirófano. Le dan unos sedantes y duerme durante toda la operación de diez horas. Cuando despierta, su primer pensamiento es abrir los ojos. Se prepara para el momento. Ahora sabrá de qué manera pasará el resto de su vida. Se alista, toma valor y aprieta sus párpados. ¡No se mueven! En pánico grita, “¡ENFERMERA!” La enfermera le explica pacientemente que sus vendajes no podrán quitarlos por lo menos durante tres días más. Así que él espera. Cada momento es como una década, cada hora una vida entera. Finalmente llegó el tiempo. Con su familia alrededor, con los doctores y las enfermeras a su lado, el cirujano comienza a quitar las gasas. La primera venda queda afuera, ahora la segunda. El cirujano dice, “Abre tus ojos.” Él los abre. ¡Y puede ver! Por primera vez en diez años, mira hacia afuera y observa las imágenes de este mundo – y queda pasmado con todo. Pasmado con el brillo de los colores y de las formas. Estremecido con la belleza y la magnificencia de todo lo que se encuentra enfrente de él. Mira hacia afuera de la ventana y observa un prado cubierto de hermoso pasto verde. Ve las flores abiertas. Mira hacia arriba y ve un claro cielo azul. Ve a la gente – los rostros de sus seres queridos que han sido sólo imágenes en su mente, a sus propios hijos, a quienes no ha visto en diez años. Se le llenan los ojos de lágrimas mientras dice, “Doctor, ¿qué puedo hacer para pagarle lo que usted ha hecho por mí? ¡Me ha dado el increíble regalo de la vista! ¡Gracias!
Apreciando Nuestros Nuestros Regalos Nosotros Nosotros somos ese hombre. Cada mañana abrimos nuestros ojos y vemos. Cada día disfrutamos del impresionante regalo de la vista. Y, podemos sentir el mismo sentimiento de emoción que él experimentó diariamente… si nos entrenamos para sentirlo. La vista es un regalo precioso, incomparable, acerca del cual debemos detenernos y pensar. No una vez en la vida. Ni siquiera una vez al año. Cada día. Parte de nuestro crecimiento espiritual es apreciar los regalos que tenemos. Una de las bendiciones que decimos cada mañana agradece a Hashem por este maravilloso regalo de la vista. Está diseñada para ser dicha con una demostración de emoción. Nosotros los humanos somos una especie curiosa. Podemos poseer tesoros durante años sin siquiera pensar en ellos, sin detenernos una sola vez a apreciar la riqueza que nos han dado… hasta que algo sucede. Entonces decimos, “Hashem, por qué a mí? ¿De toda la gente que hay en el planeta, por qué me escogiste a mí?” Hasta entonces no hubo un momento de reflexión. Ni un gracias. Sin un reconocimiento de que todo sea un regalo. Pero una vez que ya no está, comienzan a llegar las quejas. Desafortunadamente, no nos tomamos el tiempo de pensar en todos los regalos que tenemos. Nos acostumbramos tanto a ellos que casi ni nos damos cuenta que existan. ¿Cuántas
veces nos detenemos a pensar que tenemos piernas, brazos y manos? ¿Cuántas mañanas nos despertamos y apreciamos que estamos sanos y completos? ¿Qué tan rica es nuestra vida porque tenemos ojos para ver, dedos para sentir, oídos para escuchar, una lengua para saborear, y una nariz para oler? Cada uno de esos sentidos fue creado por Hashem con sabiduría y entendimiento para que nosotros vivamos una vida más rica, más llena y más completa. Hay tanto en este mundo que fue diseñado a la medida para nuestra satisfacción. Pero se necesita enfoque y entrenamiento para ganar apreciación de las riquezas que poseemos.
Revisitando a la la Creación Para ayudar a lograrlo, demos un paso atrás hacia el principio de la vida e imaginemos el momento preciso en el que Hashem creó el mundo. Por favor imaginen el vasto vacío. Nada. Absoluta ausencia de todo. Recuerdo cuando mi hija tenía seis años y platicábamos acerca de Bereshit (Creación), había un asunto que no podía aceptar. -Aba, -me dijo ella. –Entiendo que antes de que Hashem creara al mundo no había nada, ni siquiera luz y oscuridad, ¿pero de qué color era? La dificultad que ella tenía se debía a que estamos tan acostumbrados al mundo como Creación es muy difícil para nosotros imaginar. La idea de la es, que el concepto de antes de la Creación es ausencia de todo – antes de que hubiera un mundo, antes de que hubiera siquiera materia, espacio, o cualquier sustancia – es muy difícil para nuestra comprensión como seres corporales. Tendemos a volver a nuestra forma de ver las cosas dentro de un marco físico, y un vacío absoluto no tiene cabida en nuestro mundo. Pero intentemos por un momento visualizar un vasto vacío de la nada. No hay espacio, no hay materia. No hay ni siquiera tiempo porque el tiempo existe solamente en el mundo físico. Y la Creación comienza. De la nada – porque no hay nada. De ningún lado – porque no hay lugar. En este absoluto primer momento en el tiempo, Hashem crea la materia, los ladrillos de construcción de la Creación. Después viene la luz y la oscuridad, ni siquiera separados, sino entremezclados – una mancha de luz aquí, un flashazo de oscuridad allá. Después llegan los cielos y la tierra, después los planetas y las estrellas, los peces del mar, los pájaros del cielo, y todos los animales de la tierra. Y el día final, casi al último momento de la Creación, llega el hombre. Cada parte de la Creación tiene que ser bien pensada. Nada es regalado. No hubo imitaciones ni aceptaciones del status quo antes de la Creación, no había nada qué imitar o utilizar como modelo. Cada parte y cada elemento de este mundo tenían que ser planeados y diseñados desde cero. Tomando un salto así en nuestro entendimiento, veremos la abundancia de bondad que Hashem ha otorgado al mundo.
Color Comencemos con algo básico – el color. El mundo es fantásticamente rico en color, con tantas tonalidades y sombras. El color es algo que damos por sentado. Por supuesto, hay color en el mundo; siempre estuvo ahí. Pero Hashem creó esta cosa que llamamos color, y Él la colocó en el mundo por una razón en particular: para que disfrutemos lo que vemos. El mundo no tenía que ser de esta manera. Si Hashem hubiera estado solamente preocupado por la funcionalidad – creando un mundo que pudiera ser utilizado – negro y blanco hubiera sido suficiente. Aún seríamos capaces de reconocer todo, hasta las sombras y la profundidad, dentro del espectro de la escala de los grises. Si recuerdan cuando veíamos la televisión en blanco y negro, era bastante aceptable, solamente le faltaba dimensión, por eso no era tan divertida. Hashem quiere que disfrutemos este mundo, por eso creó
la entidad llamada color. Mira hacia afuera en un día de otoño y observa a los árboles en toda su gloria, el interminable conjunto de brillantes rojos, naranjas y amarillos formando un magnífico tapiz que se extiende a través de las montañas. Mira hacia el sol mientras se oculta y observa el completo y radiante espectro de la paleta de un artista, pintado sobre un escenario gris. Si el mundo hubiera sido creado únicamente por razones prácticas, toda la belleza que contiene no tendría que existir. Pero Hashem lo colocó todo ahí – desde los magníficos olores florales hasta la exótica vida del mar, desde la gloria del cielo nocturno hasta el claro verde agua del océano, desde el despertar de una flor hasta la pluma de un perico de la selva, toda la pompa y ceremonia de un amanecer – un mundo creado en Tecnicolor. ¿Por qué fue creado de esa manera? Podía haber sido todo más simple. ¿Para qué todo el esfuerzo? La respuesta es por una razón: para que el hombre se beneficie. Hashem hizo todo eso para nosotros, para que observemos al mundo y disfrutemos su belleza.
Sabor, Textura y Aroma Aroma El color es solamente uno uno de los placeres que disfrutamos pero damos por sentado. ¿Y qué sucede con la comida? La comida es algo que necesitamos para mantener nuestros niveles de energía y salud. Si su única función fuera la nutrición y nada más, entonces todas las comidas que comemos deberían de saber a cartón húmedo. Pero no es así. Hay tantos tipos distintos de comidas, cada una con un sabor, textura y aroma únicos. ¿Por qué crearlos de esa manera? ¿Por qué no hacer que todo sepa a avena? De nuevo, por una razón: para que el hombre pueda disfrutar. Para que el comer, que es algo que tenemos que hacer, no sea una obligación, sino un placer. El sabor es algo que Hashem añadió solamente para nuestro beneficio – para nuestro deleite. Mucha creatividad y pensamiento fue necesario para crea las diferentes comidas que tenemos. Una vez escuché a R’ Avigdor Miller zt’’l, zt’’l, describir una naranja. Cuando pelas una naranja, hay trozos adentro. Si miras atentamente, cada uno de esos trozos está rodeado por una membrana delgada. Cuando retiras la membrana y observas adentro, puedes ver muchos sacos diminutos. Adentro de cada saco se encuentra el jugo de la naranja. ¿Por qué creó Hashem a la naranja de esa forma, con miles de pequeños sacos? La razón es simple: para realzar aún más nuestro placer. ¿Has visto alguna vez uno de esos dulces para niños que tiene un centro líquido? Los anuncian con el slogan, “Una explosión de sabor.” Cuando sabor.” Cuando muerdes una naranja, también obtienes una explosión de sabor. El jugo de la naranja está contenido dentro de esos muchos pequeños sacos, para que cuando la muerdas, dejen salir el jugo en forma de explosión, y eso aumenta el placer al comerse una naranja. Hashem creó esos sacos para que hubiera otra dimensión para disfrutar. La sensación de comerse una naranja sería diferente sin ellos. Las naranjas aún serían deliciosas, pero existe un aspecto adicional del que Hashem quería que nos beneficiáramos, así que Él diseñó la naranja de esta manera.
El Color de la Comida Comida ¿Alguna vez te has preguntado por qué las manzanas son rojas por afuera? Es por la misma razón que los detergentes para ropa vienen empacados en colores brillantes. Proctor and Gamble gastaron millones de dólares en investigaciones para determinar qué color tiene más atracción ocular. Han realizado innumerables estudios comprobando que al empacar Tide en una caja color naranja neón, las ventas son mayores. A los compradores les gusta, y la toman antes que tomar cualquier otra marca. ¡Cheerios ha tenido el mismo empaque amarillo desde hace sesenta años! Los estudios muestran que ese tono de amarillo en particular vende más cereal que cualquier otro color. Simplemente la gente lo prefiere.
Así también, Hashem creó a las manzanas rojas porque es un color agradable para mirar, y hace que al comerse una manzana se disfrute más. Como cualquier chef sabe, la presentación embellece al plato. Hashem diseñó la comida con atracción ocular para realzar nuestra experiencia al comer. Recuerden: la comida es necesaria solamente para proveer nuestra alimentación. Cualquier otra característica está ahí porque Hashem tuvo razones específicas para hacerlo. Muchas de ellas fueron creadas simplemente para que nosotros tengamos más placer y disfrutemos más.
Textura Aquí tenemos otro ejemplo: ¿Qué sucede cuando muerdes una manzana? No obtienes esa explosión de sabor que sientes cuando muerdes una naranja. Obtienes un crujido. ¿Y qué es eso? ¿Por qué no diseñar todas las frutas iguales? La razón por la que una manzana es crujiente es que resulta divertido morder esa fruta. Por eso tu supermercado tiene todo un pasillo, setenta pies de largo, de piso a techo, repleto de cereales para el desayuno, cada uno presumiendo que es más crujiente que el siguiente. Cruje, crujiente, el más crujiente. “¡El nuestro es tan crujiente que incluimos tapones de oídos para el vecino de enfrente!” ¿Por qué cada compañía intenta convencerte que su cereal es el más crujiente? Porque es divertido morder algo realmente crujiente, y cuando Hashem creó las manzanas, Él diseñó sus células formando paredes fuertes para que al morder en ellas obtengamos la textura que proporciona algo crujiente. No tenía que ser de esa manera. Hashem lo diseñó así para que lo disfrutemos. (¡En mi vida entera he podido figurarme por qué los plátanos son blandos! Pero me imagino que a veces se nos antoja una textura suave y blanda.) Una típica ensalada contiene muchas verduras distintas: jitomates, pepinos, pimientos, lechuga y champiñones. Cada uno es distinto con su propia forma, textura y sabor; cada uno contribuye sus cualidades únicas hacia un entero. ¿Por qué crearlas de esa manera? ¿Por qué no hacerlas todas cafés como los frijoles? ¿Por qué no hacer que todas tengan el sabor de las papas? La razón es que no hubiera sido tan divertido. La comida que comemos viene en sabores y texturas tan variados, cada uno destinado para un elemento distinto de nuestros gustos, para que los disfrutemos. Hashem invirtió una extraordinaria cantidad de detalle y preocupación para que nosotros obtengamos placer.
Aroma ¿Y qué sucede con el aroma? ¿Alguna vez has estado en un restaurante cuando tienes gripa? El mesero te trae tu platillo favorito, y se te hace agua la boca con sólo mirarlo, pero cuando comienzas a comer, algo no te sabe bien. Sencillamente no pudiste disfrutarlo. Los científicos ahora reconocen que la mayor parte de nuestro sentido del gusto proviene del olfato. Cuando Hashem creó la comida, él añadió la dimensión de los maravillosos aromas para realzar nuestra experiencia de sabor. No solamente nuestras comidas tienen diferentes sabores y texturas, también tienen distintos olores – para contribuir a nuestro placer. Pero aún hay más. ¿Alguna vez han notado que cuando pelas una naranja, un fino rocío de jugo salpica? Si te fijas con atención, verás que la cáscara exterior contiene unas diminutas burbujas. Cuando esa cáscara se rompe, el líquido de adentro sale como un fino rocío que contiene el aroma de la naranja. ¿Para qué Hashem se tomó todo el esfuerzo de diseñar esas diminutas burbujas de jugo en la cáscara? Por una razón: para que cuando peles una naranja, aspires la fragancia y se te antoje más. Cuando se te antoja una comida, la disfrutas mucho más. No fue suficiente que el sabor de la naranja sea una mezcla distintiva de azúcar y tang, y sabor.” Quizá que los trozos estén formados de pequeños sacos que proporcionen la “explosión de sabor.” Quizá
no se nos antoje tanto, así que Hashem diseñó esas diminutas burbujas en la cáscara para aumentar nuestra satisfacción. No tenía que ser de esa forma. Para obtener nuestra diaria dosis de vitamina C, se podía haber logrado bastante bien sin todos esos extras. Pero Hashem quería añadir placer a nuestra alimentación.
El Radio de 500:1 500:1 Esta parece ser la respuesta a Rashi. El radio de 500:1 es acertado. No solamente Hashem diseñó un mundo con incontables características especiales para nuestro deleite. Nos dio cinco sentidos cuidadosamente construidos para permitirnos discernir las diferencias más delicadas. El ojo ojo está diseñado brillantemente para captar las imágenes con una claridad vívida y apasionante, y el cerebro está diseñado para interpretar esos mensajes para que experimentemos una explosión de imagen – en miles y miles de colores en diferentes tonos, intensidades y matices. oído está finamente entonado para transmitir todas las variantes del sonido, desde el fascinante El oído está tono de la flauta hasta el estruendoso rugido de las percusiones. Y miles y miles de varios sonidos que se combinan para formar melodías unificadas y agradables que realzan nuestra experiencia auditiva. La lengua, lengua, boca y paladar están tan maravillosamente diseñados para poder discernir entre los sabores: dulce y agrio, salado y amargo, en ilimitadas combinaciones. No tenía que ser de esa manera. Todos los realces y los extras fueron agregados para nuestro placer.
¿Tuvo Éxito Hashem? Enfocándonos en esto nos da una sugerencia de la naturaleza amorosa, dadivosa y amable de Hashem. Y nos muestra cuánto quiere Él que disfrutemos este mundo. Sin embargo, eso también nos lleva a una pregunta crítica: ¿acaso la gente se da cuenta de estas cosas? Todas esas características fueron diseñadas especialmente para nosotros. ¿Nos beneficiamos de ellas? Parece que para la mayoría de la gente la respuesta es no, el mundo no les da mucho placer, en absoluto. Y eso es algo curioso. Hashem invirtió un cuidado increíble para crear todo lo que necesitamos para disfrutar la vida – y la mayoría de la gente ni siquiera lo nota, mucho menos lo aprecia. ¿Pero por qué? ¿Por qué no nos beneficiamos de todos esos placeres? Aún más perplejo es que Hashem es muy capaz. Vemos en lo vasto, lo complejo y lo intricado de las maravillas de la Creación, que Hashem es muy efectivo en hacer lo que Él hace. Está claro que Hashem quiere que el hombre disfrute este mundo. El radio del placer al dolor en verdad es de quinientos a uno. Pero cuando se trata de que el hombre realmente tenga placer – si pudiera decirse así – parece que que Hashem falló. ¿Cómo es posible? posible? ¿Qué significa? La solución a este dilema no es simplemente que nosotros aprendamos a “valorar lo que tenemos.” Más bien implica un elemento básico de la personalidad humana y requiere una comprensión fundamental del hombre. Sin embargo, antes de hablar acerca de este dilema, necesitamos dar otro paso hacia atrás y reconocer algo único acerca de nuestra generación.
Capítulo 5 –Más Dinero es Igual a Más Felicidad
Mi abuela creció en Polonia antes de la Primera Guerra Mundial. Su familia era considerada rica; vivían en una casa de dos habitaciones. Eso significa dos habitaciones. Una para los padres, y la otra en donde los niños dormían, jugaban, hacían sus deberes, cocinaban, se bañaban y lavaban la ropa. Eso Eso era todo. Dos habitaciones, habitaciones, y punto. Y créanme, las habitaciones habitaciones no eran grandes y las familias no eran pequeñas. Ahora, cuando vamos de vacaciones y “nos acomodamos” acomodamos” toda la familia – padres y dos hijos – en una habitación de motel, es simpático y acogedor… por una noche. Pero ese era la cantidad de espacio en la que la gente vivía con todas sus pertenencias, todo el tiempo. Ese era un hogar. Los pisos hechos de polvo y tierra, los muebles consistían en una simple mesa y unas cuantas sillas, con chimeneas que tenían que mantenerse encendidas cortando árboles – así vivían. Las paredes estaban llenas de grietas que dejaban pasar el frío aire del invierno, pero mantenían el insoportable calor durante el verano. Llegaban en caballo hasta el mercado y se bañaban solamente en ocasiones especiales – sin teléfonos, sin televisión, sin agua corriente o electricidad, así vivía la gente. Gente regular. Nuestra gente. Nuestros abuelos y bisabuelos así vivían. Nosotros no somos tan distintos de ellos. Ellos caminaban, comían, dormían y respiraban igual que nosotros. Ellos no nacieron en un planeta distinto, y no vivieron hace mil años. Y aún así sus vidas fueron tan diferentes de las nuestras que es difícil para nosotros imaginarnos a nosotros mismos en esa situación.
Lujos de Antaño Mi tía abuela, Tante Perel, llegó de Polonia antes que mi abuela. Cuando mi abuela llegó a América y visitó a Tante Perel por primera vez, Tante Perel le dijo con voz muy emocionada, ¡Tienes que ver esto! ¡No lo vas a creer! ¡Nuestro departamento tiene un baño adentro! – Eso era un estándar de lujo mucho más allá de lo que podían imaginarse. Aunque para nosotros puede sonar como historia antigua, no fue hace tanto tiempo cuando la gente tenía que salir de sus casas para ir al baño. En el terrible frío del invierno, se ponían un abrigo y salían de sus casas en donde había una pequeña cabaña vacía. En ese mundo no había ni autos, ni aviones, ni autobuses. No existían las calles pavimentadas ni las carreteras. Si tenías que transportarte a algún lugar, te subías a una carreta llevada por caballos y te conducían golpeando durante horas por un camino lleno de baches y piedras hasta que sentías que tus intestinos se saldrían de su lugar. La calefacción era algo para los ricos. Mi padre tenía un amigo que asistía a la yeshibá en una remota parte de Europa. Este hombre tenía una forma de saber por la mañana si hacía mucho frío. Él dejaba un recipiente lleno de agua junto a su cama cada noche para poder lavarse las manos tan pronto como se levantara por la mañana. Antes de lavarse, él miraba el recipiente. Si tenía hielo encima, ¡sabía que sería un día frío! Quiero recordarte que el agua no se convierte en hielo a 58 grados. Y tampoco a 48. ¡Y él se dormía en la misma habitación en donde el agua se congelaba! En estos días, ajustamos nuestros termostatos cómodamente a 72 grados, y si llega a bajar a 62, alguien se queja, -¡Hey, está helando aquí! – Si tu calefacción se descompone, inmediatamente le llamas a la compañía responsable ¡es una emergencia! Y si ellos te dicen, -Les mandaremos a un técnico mañana temprano, te vas a pasar la noche a casa de un amigo. -¡Mi casa está está a 50 grados! ¿Cómo puede alguien alguien sobrevivir con ese frío?- Pero la gente sí sobrevivía – gente que no era tan diferente de ti o de mí, y a temperaturas
mucho más bajas de 50 grados.
Somos tan Ricos Ricos Las comodidades y posesiones materiales que no apreciamos hoy en día eran inimaginables hace unas cuantas generaciones. Si caminas por un pasillo de Wal-Mart, todo lo que ves está disponible para comprar – en cualquier color, forma y textura que quieras. Y la mayor parte del tiempo, tenemos el dinero para pagarlo. Para darte un ejemplo, una vez di una plática acerca de ese tema y después de la plática, una mujer se acercó a contarme su historia. Ella era amiga de una nueva inmigrante, una mujer rusa. Llevó a su nueva amiga a su primera salida de compras a un supermercado grande. Cuando la mujer rusa caminó hacia la sección de frutas y verduras y vio la cantidad y abundancia que había disponible, se emocionó tanto que se desmayó. En toda su vida nunca había visto tanta comida junta y disponible. Durante el régimen comunista, se consideraba una parte normal del día esperar durante horas en las filas para obtener comida. Ahora, si nos detienen por diez minutos en la fila para pagar, ya estamos buscando un nuevo supermercado. Aquí tenemos otro ejemplo. Si posees una casa que se construyó antes de la Segunda Guerra Mundial, probablemente notarás que no importa qué tan grande sea la casa, parece ser que nunca hay suficiente espacio en los closets. La casa puede tener muchas habitaciones de tamaños muy grandes, pero los closets son demasiado pequeños. ¿Por qué sucede así? ¿Por qué no construyeron los closets de acuerdo al tamaño de la casa? Es porque esa casa fue construida para la gente que vivía en esos tiempos. Nadie de ese entonces podía soñar llegar a poseer la cantidad de ropa que tenemos ahora. Hablé con una señora que creció en los 1930’s, y me platicó que ella tenía dos vestidos: uno para entre semana y otro para Shabat. No era pobre; provenía de una familia típica. Eso se consideraba la norma. Así que construían las casas con los closets que eran adecuados a los guardarropas de esos tiempos.
Nuestras Ropas Ahora tenemos montones y montones de ropa: trajes, camisas, pantalones, suéteres, abrigos de invierno, chamarras de verano, sacos ligeros, corbatas, cinturones y accesorios que combinen, sin mencionar los zapatos. Mi rebe, R. A.H. Leibowitz, zt’l, zt’l, creció en América en los 1920’s. Cuando era un niño, tenía un agujero en la planta de uno de sus zapatos, el único par que tenía. No se atrevía a pedirle a su padre los veinticinco centavos que necesitaba para ponerle suelas nuevas. Así que inventó su propia solución. Colocó un pedazo de cartón dentro del zapato para que sus calcetines no rozaran contra el concreto mientras caminaba. Funcionó muy bien hasta el primer día lluvioso. Caminó justo en medio de un charco – ¡splash! Sus ¡splash! Sus suelas nuevas se acabaron. ¿Conocemos a alguien hoy en día que no posea varios pares de zapatos? Negros, azules y cafés – algunos para uso casual, otros de vestir. Por lo menos un par de tenis para correr, otros para basquetbol y otros para el boliche. ¿Juegas golf? Por supuesto, todo un guardarropa apropiado es necesario. ¡Y no se te ocurra jugar tenis usando zapatos para basquetbol!
Comparado a Otros Tiempos Si describiéramos nuestra riqueza a gente de otra generación, no creo que nos creerían. Los reyes de las generaciones pasadas no gozaban de los lujos que tenemos ahora. Si vemos cuadros del Rey George, monarca de Inglaterra antes de la Guerra de la Revolución, podemos verlo sentado sobre su trono en la comodidad de su palacio, con capas y capas de ropajes, y encima una última capa de pieles. ¿Alguna vez se han preguntado por qué se ve usando tantas capas de ropas? ¡La
razón es el tremendo frío frío dentro del palacio palacio del rey! El Rey de Inglaterra, con con toda su riqueza, tenía que mantenerse calientito acercándose a una humosa chimenea que calentaba solamente la parte de su cuerpo que estaba enfrente de ella, no el resto que daba hacia atrás. Su alteza tenía que caminar por la noche en corredores húmedos y apenas iluminados. Tenía que dormir en colchones rellenos de plumas. (Acuérdate que no había quiroprácticos en esos días para cuidar su adolorida espalda al hundirse en treinta y seis pulgadas de plumas de pato.) Y cuando su hermano, el duque, se casó, tuvo que viajar a la boda soportando un tremendo viaje en carruaje durante casi una semana. Todas las joyas de la corona no podían comprarle los lujos que ahora no apreciamos. La realidad es que somos extremadamente ricos. Disfrutamos de comodidades y abundancia que no tiene antecedente histórico. Y no solamente los que son muy afluentes. El ciudadano promedio, pagador de impuestos de hoy, vive en una opulencia y esplendor que las generaciones pasadas no podían siquiera llegar a soñar. Y todo esto sin hablar acerca de los avances de la tecnología que están a nuestra disposición. Un amigo mío estaba volando a Nueva York, y después de aterrizar, el avión se detuvo a una distancia de la terminal. El asistente del vuelo les informó que habría un ligero retraso mientras esperaban a que les acercaran al avión el pasillo móvil. Los pasajeros observaban mientras el técnico maniobraba el pasillo móvil y lo colocaba en su lugar. La persona que estaba sentada junto a mi amigo comentó, comentó, -Mira las maravillas de la tecnología. tecnología. ¡Ya existen pasillos pasillos móviles! Mi amigo quedó pasmado. Acababan de volar a quinientas millas por hora a una altura de 32,000 pies. Sin cables, sin alambres – volando en el aire. ¡Y esta persona estaba impresionada por el pasillo móvil! ¿En dónde quedó el asombro acerca de que el hombre ha dominado las leyes de la gravedad de tal manera que puede volar? ¿En dónde quedó la sorpresa de poder viajar alrededor del mundo? Eso nos noticas viejas. Ya nos acostumbramos a ellas. Así que las damos por sentadas. Pero en realidad, los lujos que disfrutamos debido a los avances tecnológicos son fantásticos: desde iPods hasta el e-mail, desde las comidas empacadas hasta los microondas, desde las computadoras laptops hasta el GPS.
Hemos llegamos llegamos - ¿Somos felices?l felices?l En resumen, somos más ricos de que podemos imaginar. Tenemos riquezas que exceden por mucho nuestras necesidades. Como sociedad, como nación y como individuos, disfrutamos de prosperidad y abundancia. Nos beneficiamos de comodidades que eran impensables hace una generación. Todo está tan disponible y tan accesible y tan fácil. Así que yo sólo tengo una pregunta: ahora que tenemos tenemos tanto, ¿somos felices? Durante siglos, todo lo que el hombre ha deseado es liberarse de la tiranía y una patria en donde pudiera disfrutar de libertad y seguridad. Los ejércitos lucharon demasiado por ello, generaciones enteras sacrificaron todo lo que tenían por ello, y ahora lo tenemos. Hemos llegado. Finalmente llegamos. Vivimos en una sociedad libre con oportunidades ilimitadas, fácilmente encontramos sustento y disfrutamos de riqueza sin igual; tenemos todo. ¿Pero somos felices? Ahora que ya estamos aquí, ¿realmente es todo lo que pensamos que sería? ¿Es este el sueño que tanto buscamos? ¿Somos más felices ahora que nuestros ancestros de generaciones pasadas? Mientras que es difícil comparar un concepto tan abstracto como el nivel de felicidad entre entre las generaciones, Richard Earlstein, un historiador economista de la Universidad de California Sur, realizó un estudio que nos abre los ojos. Él comparó la relación del sueldo creciente con la felicidad. Encontró que a pesar de que el producto bruto per cápita en los Estados Unidos se ha duplicado en el último siglo, no ha habido absolutamente ninguna mejoría en el porcentaje de gente feliz. Tenemos más del doble de la cantidad de productos disponibles para cada consumidor, comparando con cincuenta años antes – dos veces más autos, dos veces más refrigeradores, dos veces más casas – y sin embargo no somos más felices. Él continúa diciendo, -A pesar de que cada generación posee más que su antecesora, cada generación quiere más.- Él señala que una de las
creencias culturales más duraderas es que un veinte por ciento de aumento en nuestro ingreso nos hará perfectamente felices, pero no es verdad. Tan pronto como obtenemos ese veinte por ciento de aumento, necesitamos más, entrando a un ciclo sin fin.
El Dinero me hará hará Feliz Esto nos lleva a un fenómeno extraño. Parece que existe una creencia cultural inherente acerca de que el dinero resuelve todos los problemas. “Si tan siquiera fuera millonario. ¡Wow, la vida sería increíble! Todos mis problemas se resolverían. Sería tan feliz.” Aún la gente inteligente y pensante se deja atrapar por este mito, persiguiendo sin cesar la riqueza, y pensando todo tiempo, por lo menos muy dentro de sus mentes, que más dinero es igual a más felicidad. Pero no funciona así, porque tan pronto como obtienen más, necesitan aún más que eso. Ese punto se ejemplifica con un estudio de los ganadores de lotería mayor. Estas son personas quienes ganaron fortunas significativas. Sin embargo, a un año de haber ganado su premio, el ochenta por ciento de ellos se encontraba de regreso en su trabajo. ¡Ochenta por ciento! Eso quiere decir que todas esas personas quienes durante años decían, -Espera solamente que me gane la lotería. ¡Sólo un premio grande y ya la hice! No volverán a verme en esta oficina.- Pero después de un año, volvieron al trabajo, frecuentemente al mismo empleo que tenían antes. Es especialmente intrigante debido a que muchos de los ganadores no tenían trabajos que los llenaban de satisfacción. A menudo eran trabajadores típicos de clase media quienes conducían taxis, eran meseros o trabajaban en fábricas.
Bob, el Chofer de de UPS gana el Premio Premio Mayor Para adquirir una perspectiva mejor de todo eso, imaginemos a Bob, el chofer de UPS. Él odia su trabajo, todo el tiempo habla de renunciar. Su expresión favorita es, “Un mal día en la pesca es mejor que un buen día día en el trabajo. Cada semana Bob sale con un dólar y un sueño a comprarse un billete de lotería, y espera a que su número salga premiado. Entonces un día, ¡por fin Bob gana! Y gana mucho. Tanto dinero que no tendrá que volver trabajar ni un sólo día en su vida. ¿Qué sucede? Primero, Bob se compra el último modelo de bote para pescar. Después se compra todos los accesorios y aditamentos atractivos para el hombre. Y entonces se dispone a recorrer el mundo – a ver los paisajes. La vida no no podía ser mejor. Día tras día, despreocupado… despreocupado… De Moroco a Tunez a Egipto, recorre los desiertos en camello. Después, montando burros y cabras, llega hasta las polvorientas calles de Estanbul para ver los destellantes bazares. Una rápida desviación hacia los baños turcos, después al Caribe: Barbados, Curazao, y luego a Costa Rica… Pero entonces sucede algo curioso. Bob se aburre. Ya estuvo ahí. Ya hizo todo. Fue en kayak por el río Amazonas, escaló las pirámides. ¿Ahora qué? Regresa marchando al trabajo. Regresa al mismo camión café, regresa a los mismos pantalones y calcetines cafés, regresa a la misma ruta. Ahí está Bob, recogiendo paquetes y dejándolos en su destino.
¿Qué estuvo mal? ¿Qué sucedió? ¿Qué estuvo mal? Todo lo que él necesitaba para disfrutar verdaderamente de la vida era algo de riqueza – y la obtuvo. ¿Acaso podía haber sido mejor? Él sabía con tanta claridad que solamente con un poco más de dinero su vida podía ser total y completamente
diferente. Sin embargo, ahora lo tenía, y su vida no había cambiado mágicamente. No había encontrado súbitamente la poción de la felicidad sin límites y de alegría eterna. La parte fascinante es que es difícil encontrar una correlación real entre el dinero y una mayor felicidad. Y mientras que todos más o menos lo menos lo sabemos, vivimos nuestras vidas como si no fuera cierto. Hemos sido socializados dentro de esta aceptación ciega de “más dinero igual a más felicidad.” Pero nunca funciona así. El dinero se ve tan tentador, tan atractivo. Parece que llenará nuestras necesidades y deseos. Pero al final del día, nos deja tan sedientos – no por más dinero o por más lujos – sino por por algo más. Sencillamente no nos nos sentimos satisfechos. satisfechos. Cada persona siente, “Yo seré distinto. Sólo dame un par de billones y seré taaaan feliz.” Pero él también, obtiene el dinero y su vida no cambia – sigue siendo el mismo de antes. La pregunta es: ¿por qué? ¿Por qué no lo hace feliz? Fue todo lo que siempre deseó. Fue todo lo que siempre soñó. Ahora que lo tiene, ¿por qué no puede ser feliz?
¿Qué Falta? La pregunta se complica porque Hashem creó un mundo hecho a la medida con mucho pensamiento y enfoque para que nosotros lo disfrutemos. Toda la belleza de la Creación: desde el brillo de un atardecer hasta hasta la exuberancia de un jardín tropical, tropical, todos los colores colores y tonos diseñados diseñados para nuestro beneficio. Todos los olores que experimentamos – desde la suave fragancia de una rosa hasta el aroma del filete asado – fueron creados para nuestro beneficio. Todos los diferentes colores, texturas y sabores de la comida fueron formados para que los disfrutemos. Sin embargo, no los disfrutamos. ¿Por qué no? Por amor del Cielo, ¿qué nos falta?
Capítulo 6 – La Búsqueda del Placer
“Quién dijo que el dinero no puede comprar la felicidad, no está gastándolo correctamente.” - Anuncio del Lexus. Imagina que te encuentras naufrago en una isla desierta. No has visto un alma en tres días… ni tampoco un pedazo de pan. Estás hambriento. Tienes más hambre que nunca en tu vida, todo lo que piensas es encontrar algo de comer. Algo, lo que sea, que te pueda quitar ese vacío que sientes en tu estómago. De pronto, te encuentras una bolsa de papel arrugada bajo la sombra de una palmera. La abres. Adentro hay un sándwich de mantequilla de cacahuate de seis meses de antigüedad, seco y duro. Te comes ese sándwich con tanto fervor que casi sientes como si te encontraras fuera de ti mismo observando cómo te lo devoras. Después de tragar hasta la última migaja, te sientas a descansar, ya no estás tan hambriento como antes.
La Diferencia entre entre Placer y Pasión Analicemos esa situación. No hay duda que te comiste ese sándwich con mucha hambre – tenías pasión tenías pasión.. Sin embargo, ¿podrías llamarle a esa, una de las experiencias más placenteras de tu vida? ¿Piensas que por el resto de tus días recordarás con cariño el sentimiento del pan seco mientras rascaba tu garganta? ¿O el sabor ácido de la mantequilla de cacahuate podrida? Este es un ejemplo de hacer algo con mucho apetito, pero sin obtener mucho placer . Placer es la cantidad de disfrute que recibes al realizar una actividad. Pasión es Pasión es el deseo, el empuje que tienes para realizar esa actividad. El sándwich de mantequilla de cacahuate fue devorado con gran pasión, pero dio muy poco placer. Mientras que esta diferencia diferencia puede parecer obvia, no lo es. Y esa esa es una de las claves para entender lo que realmente nos empuja. Dentro de nuestras mentes, a menudo combinamos los dos conceptos como diciendo, “Si tengo un deseo tan fuerte de hacer algo, debe ser porque hay mucho placer en ello.” Pero no siempre ese es el caso.
Adición a los Químicos Químicos y al Alcohol Alcohol Hay cosas que deseamos que nos dan poco placer, y hay cosas que nos dan mucho placer y que no deseamos instintivamente. instintivamente. Pregúntale a un adicto – ya sea al alcohol, a los químicos o lo que sea – que te describa cuánto placer siente al beber o al ingerir drogas. Lo más probable es que te diga que sus primeras experiencias fueron formidables: “¡Fue lo máximo, wow!” “¡No hay nada igual!” Pero si le preguntas ahora que se encuentra encadenado, ahora que ya es un esclavo de la botella o de las pastillas, que describa sus experiencias, sonará más como un Gehinom (purgatorio) que como algo salido del Cielo. “Soy un esclavo de la botella.” “Una necesidad desesperada de beber – sin importar a qué costo.” “Saber que el próximo trago puede matarme, pero no poder detenerme.”
Mientras que el adicto pudo haber comenzado motivado por el placer, el deseo se ha vuelto tan poderoso que lo controla a él, aún cuando la actividad ya no le produce placer. Los adictos no solamente ya no son motivados por el placer, sino que a menudo ya ni siquiera lo disfrutan. Los deja vacíos y deprimidos, completamente – pero siguen necesitándolo. La distinción entre placer y pasión se vuelve crítica para comprender lo que es realmente el placer y por qué se le dificulta tanto al hombre encontrar el disfrute. Pero para entender la relación del hombre con los placeres, debemos de dar un paso más y comprender la manera en la que Hashem lo creó.
Los Hedonistas están están Destinados a Fracasar Fracasar ¿Alguna vez escuchaste la expresión, “El hombre promedio piensa que es más inteligente que el hombre promedio”? Parece ser una curiosidad de la naturaleza humana el que la gente sienta que las reglas de la naturaleza humana se apliquen a todos – menos a mí. Yo, simplemente soy… diferente. Así que asumamos que mientras yo sé que “no todo en la vida es el dinero,” eso es verdad para todas esas pequeñas personas que no saben en qué gastar su dinero. ¿Pero yo? Yo soy mucho más inteligente que ellos. Yo sé que tener dinero en el banco no me va a hacer feliz. Es saber cómo gastarlo lo que trae felicidad. Solamente dame suficiente dinero, y seré más feliz que una lombriz. Llevemos esto un paso más allá. Imagina que tengo la oportunidad de probarlo. Mi mayor deseo se me ha otorgado – me gano la lotería. Pero no cualquier lotería, me gano el mayor premio en la historia de la lotería de los Estados Unidos: 365 millones de dólares en efectivo. ¡Indescriptible alegría! Lo logré. He llegado. ¡Soy rico! ¡Rico! ¡RICO! Entonces, ya que todo lo que me ha estado impidiendo una verdadera felicidad era esta falta de dinero, ahora que lo tengo, ¡me dispongo a disfrutarlo! Así que me preparo para buscar el placer. Pero no un poquito de placer. No un placer ligero y descuidado, sino placer real, montones y montones. Placer más placer. Tanto placer como pueda soportar. ¡Comer, beber y disfrutar, ya que mañana podemos morir! ¡Adelante!
Mi Vida de Placer Placer Lo primero que hago es comprarme una isla privada en el Pacífico. ¿Qué mejor lugar para disfrutar la vida que ahí? Contrato un equipo de mayordomos y sirvientas y todo un personal de cocineros. Un chef italiano para el desayuno. Cocina mediterránea para el almuerzo, y para la cena nada más que lo mejor: mi chef personal francés. Y así, me dispongo a comenzar mi búsqueda del placer. Planeo el desayuno para la primera mañana: waffles belgas, ligeramente tostados, cubiertos en miel maple de Vermont, con fresas recién cortadas y crema batida a mano. Tomaré jugo de naranja recién llegado desde Brasil – todo servido por meseros con guantes blancos. Mientras me preparo para mi banquete, mi emoción no puede ser mayor. Quiero decir, esto será fantástico. Sólo espera a que pruebe esos waffles… La suavidad, la gentil dulzura, la profundidad de sabor - ¡Cielos! No puedo esperar el primer bocado. Se me hace agua la boca sólo de pensar en ello. Y ahora me encuentro aquí, la primera mañana de mi excursión de placer. Me acerco a la mesa. Mi mesero personal retira la silla para que yo me siente. Me acercan el plato de comida – cubierto, por supuesto, para que llegue a la temperatura exacta, justo como salió del horno – ni el Cielo quiera que se enfríe mientras me lo traen a la mesa. El mesero lo coloca delante de mí, le quita la cubierta, y… el primer bocado - ¡wow! Es todo lo que pensé que sería. (Bueno, casi… quiero decir, sí saben muy bien.)
El segundo bocado no se queda atrás, mientras me concentro en los aromas que pasan por mi paladar, me enfoco en el balance de los sabores y texturas. Luego el tercer bocado, luego el cuarto… Entonces algo sucede… me doy cuenta que mi mente comienza a divagar. Comienzo a pensar en mi día y en todo lo demás que he planeado, y antes de saberlo, casi me termino el plato. Hey, ¿qué sucedió? … Mis waffles… la miel de maple… mi chef personal… Y descubro la primera regla del placer: El chisporroteo es mejor mejor que el filete.
La Primera Regla del del Placer Alguna vez has notado que los anuncios de restaurante muestran un grueso filete de carne a punto de ser puesta sobre la plancha, entonces ¡SZZZZZZZZZZZZZZZZZZZZ! El humo sube, y casi puedes probar la carne. ¿Por qué no simplemente muestran la carne cocinada sobre el plato? La respuesta es que una de las reglas de publicidad es: vende el chisporroteo, no el filete. Madison Avenue comprende muy bien que el placer anticipado es anticipado es mucho más grande que el pacer actual. Imagina lo bueno que va a ser. Mejor que nada de lo que hayas experimentado antes. Más delicioso que nada de lo que has probado antes. Algo gracioso sucede cuando de hecho pruebas ese platillo. No es que el filete no esté bueno, y no es que el chisporroteo no sea real; es solamente que la anticipación fue mucho más grande que el placer. El chisporroteo siempre siempre es mejor que el filete. filete. La preparación es increíble, la anticipación es poderosa – pero el placer nunca llena la expectativa de la promesa. Todo placer es sobre sobre- prometido y bajobajo- recibido. El placer promete ser lo más grande y lo mejor que el hombre ha visto. Y mientras que el primer bocado es placentero, es placentero, ese placer se desvanece rápidamente. Porque la imaginación siempre supera a la realidad.
No me Daré por Vencido Vencido Pero soy un buscador de placer testarudo, y un poco de desilusión no me va a enfriar, así que continúo con mi camino. Me termino mi primer platillo, pido una segunda y tercera porción, y sigo disfrutando mi desayuno de gala. Por supuesto, ningún desayuno está completo sin el postre. ¡Ah! Un poco de Rocky Road, mi mezcla favorita de helado, cubierto con chocolate suizo caliente y crema batida fresca – solamente de vacas Hereford, por favor , su crema es mucho más espesa. Y me como mi helado con el mismo gusto. (Bueno, casi con el mismo, porque ahora ya estoy un poco satisfecho.) Pero esto está delicioso; quiero decir, realmente delicioso. La primera cucharada, la segunda, la tercera… Y entonces comienzo a bajar de ritmo pues simplemente ya no tengo espacio. ¿Hmmmmmm? Y súbitamente descubro la segunda regla del placer: Todo placer tiene su límite.
La Segunda Regla Regla del Placer Sin importar cuál es el placer, éste dura por un tiempo limitado, y luego estás forzado a detenerte. Puedes comer durante treinta minutos, una hora, quizá hasta dos horas, pero entonces te llenas – ya no hay más espacio. Olvida la preparación, olvida la emoción, y olvida que el chisporroteo es mejor que el filete. Tomemos al placer en sí. Asumiendo que realmente es una experiencia profundamente rica y memorable, ¿cuánto dura? Sin importar qué tan grande es el placer, si cuentas el tiempo verdadero
que sentiste “placer,” te darás cuenta que es muy corto, y luego se acaba. El desayuno puede durar una hora, pero el tiempo verdadero de placer intenso y profundo, cuando te concentraste y disfrutaste todos los sabores y aromas, probablemente fue de diez minutos, a lo mucho. El almuerzo puede estirarse hasta una hora y media, pero el tiempo verdadero de disfrutar única y dramáticamente del comer no dura más de veinte minutos. Si organizamos una cena a la luz de las velas a la orilla del mar, asumiendo que no estás distraído por la compañía, la conversación, tus propios pensamientos internos, o lo que sea que llame tu atención en ese momento, puedes añadir otros veinte minutos. Así que hemos obtenido menos de una hora de intenso y poderoso placer. Y esa es la segunda regla del placer: Todo placer tiene su límite. límite. Diez minutos, veinte minutos, quizá una hora – y luego termina.
Aún no me Rendiré Rendiré Pero no me rendiré tan rápido, he esperado todos estos años para tener placer real, ¡y estoy decidido a obtenerlo! Pero ahora es tiempo de ir a dormir. Después de todo, esta búsqueda de placer no debe tomarse a la ligera. Necesito descansar. Si duermo una hora o dos menos de mi horario normal de sueño, puede ser que me levante cansado y de mal humor y no podré disfrutar mucho de nada. Así que me dormiré temprano. Me levanto a la mañana siguiente fresco y con vigor, listo para disfrutar de cualquier placer imaginable. Estiro mis brazos mientras este profundo sentimiento de satisfacción y felicidad me llena conforme pienso en el día que me espera, productivo y lleno de significado buscando placer. (Bueno, casi. Porque me siento un poco vacío y superficial… pero nada me detendrá en esta implacable búsqueda de placer, así que comienzo con mi día.) Me siento a desayunar el segundo día, listo para disfrutar en grande. Mi mesero de guantes blancos me pregunta, -¿Qué desea desea el día de hoy, mi señor? -Esos waffles de ayer estaban maravillosos, -le digo yo. –Probémoslos de nuevo hoy, junto con un buen vino blanco. Él me sirve y los waffles se ven tan gloriosos como se veían ayer. El aroma, lo doradito, lo tierno por dentro – glorioso. Pero cuando los pruebo, algo sabe… algo sabe… como puedo decirlo… quiero decir… diferente… Simplemente no saben igual a como sabían ayer. O sea, aún saben bien, y todo… pero algo falta… Y descubro la tercera regla del placer: La primera vez es la la mejor, pero solamente solamente hay una primera vez.
La Tercera Regla del Placer Alguna vez has estado en un restaurante y has probado una comida impresionante. La comida estuvo fantástica, el ambiente perfecto, la presentación gloriosa – el balance de las comidas, sabores y aromas, una experiencia para recordar. ¿Y qué sucede cuando regresas por segunda vez? Probablemente aún lo encuentres bueno, puede ser que muy bueno, pero nunca como la primera vez. Ya sea la primera vez que conduces un auto o la primera vez que estrenaste una casa, la primera vez que lograste una buena buena venta o la primera vez que tu hijo hijo te sonríe – no hay nada nada como la primera vez. Después de eso, como que se pierde la emoción. Cuando un adolescente recibe su licencia de conducir por primera vez, hará lo que sea por lograr conducir. El sentimiento de independencia y poder es estimulante. Pregúntale a una persona que ha estado conduciendo durante veinte años que te describa su camino al trabajo de esa mañana. Dudo que describa su guerra con el tráfico de la mañana como una experiencia digna de un poema.
Y esa es la tercera regla del placer: La primera vez es la mejor, pero solamente hay una primera vez.
¡Aún no me he dado por vencido! Para ser honesto, en este momento, esta búsqueda de placeres comienza a hacerse un poco pesada, pero mi vida entera, todo lo que he pedido es un poco de placer poderoso - ¡y no voy a rendirme ahora que por fin he llegado hasta aquí! Si con la comida no puedo lograrlo, entonces encontraré otras maneras. Así que me dirijo hacia una vida libre, llena de placeres para disfrutar. Primero me dirijo a la distribuidora de Mercedes para comprar una serie de autos en todos los colores del arcoíris. Después a África para un paseo en globo aerostático sobre el Serengeti. Luego a Paris para saltar en una cuerda Bunge cuerda Bunge de de la Torre Eiffel. Ningún gasto es demasiado, ninguna distancia es larga – la búsqueda absoluta absoluta de placer es mi meta. Y debo admitir, ¡es fascinante! ¡Wow! ¡La descarga de adrenalina mientras miro hacia abajo y veo a los rinocerontes saliendo del subsuelo! (Bueno, no salieron exactamente, pero como que estaban por ahí, y tuve que esperar cerca de dos horas bajo un calor de 115 grados hasta que finalmente decidieron moverse.) ¡Ese sentimiento de emoción y suspenso mientras observo hacia abajo, mil pies de altura hacia la calle francesa de concreto! (Terror sería la palabra más apropiada, pero me dije a mí mismo, “¡Sí, a esto se esto se le llama vivir!”) Pero cuando todo termina y regreso de mis aventuras exóticas y locas, descubro la cuarta regla del placer: La pasé bien.
La Cuarta Regla del del Placer Pídele a alguien que te describa una experiencia placentera, quizá un crucero de una semana por las Bahamas, un viaje a esquiar en los Alpes, y estudia cuidadosamente su descripción: “Wow, estuvo increíble.” “La pase tan bien.” “Lo disfruté mucho.” Po favor nota que todas estas expresiones están hechas en tiempo pasado, como: “Wow, estuvo increíble.” estuvo increíble.” “La pasé “La pasé tan tan bien.” “Lo disfruté mucho.” disfruté mucho.” Y de esa manera llegamos a la cuarta regla del placer: Una vez que se tiene el placer, este se termina. Se acabó. No hay más. No quedan más que recuerdos. Yo quedo igual que como estaba antes de ese placer – sin cambios.
Leyes Universales del Placer La parte interesante es que estas reglas se muestran en cada cultura y en cada periodo de tiempo. Parecen ser una ley de hierro de la permanencia del hombre en el planeta. Todos los placeres son limitados y pasajeros. Se ven tan atractivos, tan tentadores. Realmente parece que mi vida será distinta, pero los placeres físicos pasan y yo quedo siendo… el mismo.
¿Y ahora qué sigue?
Ahora, como dicen, las cosas se complican. Está claro que Hashem quiere que disfrutemos de la vida, ya que Él creó muchos, muchos placeres, y nos dio la habilidad de beneficiarnos de ellos. También nos dio el deseo para buscarlos. Sin embargo, por alguna razón, todos los placeres parecen ser tan limitados, tan difíciles de obtener, y tan pasajeros. ¿Quiere Él que los disfrutemos o no? ¿Si Él no quiere que nos beneficiemos de todas esas características, para qué las creó entonces? ¿Y si Él sí quiere que las disfrutemos, por qué es tan difícil? Aún así, tan intrigante como son estas preguntas, palidecen en comparación al asombro que enfrentamos cuando analizamos un aspecto más de la forma en la que Hashem creó al hombre.
Capítulo 7 – Hagamos un Hombre
Hebreo Ninguna persona pensante puede posiblemente decir que Hashem nos creó para nuestra estancia en este mundo. Mesilat Yesharim, Yesharim, Capítulo Capítulo 1 Si observas el maravilloso mundo en el que vivimos, seguramente parece que Hashem pudo haber hecho un trabajo mucho mejor al crear al hombre. De hecho, parece que hay muchas cosas buenas que Hashem intencionalmente no intencionalmente no otorgó al hombre. Comencemos con el reino animal. Hay muchos regalos que los animales disfrutan y que el hombre no tiene. Si el hombre es la orden más alta de la Creación, ¿no tendría sentido tomar todas las fortalezas del reino animal e invertirlas en él? Sin embargo no es eso lo que vemos. Permíteme darte un ejemplo.
No puedes luchar luchar contra un Oso George Dillman era un maestro de karate. También le gustaba hacer mucho show. Decidió que iba a montar una demostración de karate especial. Ya había pasado por toda la gama de romper cosas: primero tablas, luego ladrillos, y después grandes pedazos de hielo. Ahora quería hacer algo realmente espectacular. Decidió que iba a luchar contra un oso. Por supuesto, solamente sería un show, así que contrató a un oso de circo para la presentación. El oso había sido entrenado para luchar, y George se reunió con el entrenador del oso para coreografiar una escena de lucha entre “el hombre y la bestia.” Sin embargo, aquí estuvo el problema. Mientras que George pudo haber sido un maestro de las artes marciales muy eficiente, tuvo un error: se tomó la situación muy en serio – quizá demasiado en serio. Él decidió que llegaría a la primera plana de los periódicos. En lugar de pasar por la escena de lucha como lo habían planeado, de hecho él quería derribar derribar al oso. El día de la demostración, la multitud se reúne y George sube al escenario. El entrenador trae al oso. Los dos se enfrentan y comienza la “lucha.” El oso se acerca y George camina hacia atrás. El oso se inclina hacia él, y George se hace a un lado. En ese momento el oso da un manotazo y George se agacha, entonces toma vuelo y se estrella contra el pecho del oso con toda su fuerza. Se podía escuchar el golpe desde tres filas atrás. No es necesario decir que George no derribó al oso. Pero sí logró que el oso se enojara. Muy enojado. Tan enojado que si no hubiera sido porque el entrenador del oso se acercó a calmar al animal, este podía haber matado a George. George aprendió una importante lección ese día: puedes ser un experimentado maestro de karate con veinte años de experiencia en el combate, pero no puedes luchar contra un oso. ¡Un oso equivale a seiscientas toneladas de músculo sólido! Un oso es mucho más fuerte que un hombre.
Tan fuerte como un Oso Aquí tenemos una pregunta para pensar: ¿por qué Hashem no nos creó como los osos? ¿Por qué Hashem no creó al hombre grande y fuerte, con seiscientas toneladas de músculo sólido? ¿No
hubiera eso prevenido demasiado sufrimiento a través de los años? ¿No hubiera sido la estancia del hombre en este planeta más placentera? ¿Alguna vez has esperado al autobús una helada mañana de febrero, y sin importar cuántas capas de ropa tengas encima, aún te encuentras temblando hasta los huesos? Eso nunca le sucederá a un oso polar. Los osos polares tienen una capa de grasa debajo de la piel que los mantiene calientitos. En medio del invierno, abren un agujero en el hielo ártico y se sumergen a nadar. Después salen y se asolean bajo el aire a veinte grados bajo cero. ¿Por qué no nos creó Hashem de esa forma? ¿Por qué no hacernos como un oso polar, grande y fuerte, con una gruesa capa de piel para que no suframos de frío? ¿Por qué no tomar la misma esencia del hombre – la misma inteligencia, la misma personalidad – y colocarla colocarla dentro de un cuerpo más fuerte fuerte y más poderoso? ¿No hubiera hubiera sido mejor el hombre de esa manera?
El Diente de un un Tiburón Te daré otro ejemplo. ¿Has estado en la silla de un dentista con un dolor insoportable? La próxima vez que te suceda, quiero que pienses en el tiburón. tiburón. ¿Por qué el tiburón? Porque ese temible cazador del mar tiene hasta veinticinco filas de dientes, un juego detrás del siguiente. Si un diente se daña, otro toma su lugar. El tiburón nace con un suplemento de dientes para toda su vida. Ahora, ¿no hubiera sido más conveniente crear al hombre de esa manera, con muchas filas de dientes? Si uno se descompone, solamente se quita, y aparece el siguiente. ¿Por qué Hashem no creó al hombre así? Parece que hay muchas ventajas que las creaturas salvajes tienen, y que al hombre no le fueron otorgadas. Él fue creado como es: débil, susceptible al ataque, y sujeto a los elementos. Casi parecería que el hombre fue creado a propósito de este modo independiente pero dependiente, como si fuera a ser el maestro de su destino, y aún así frágil y vulnerable. Y la pregunta que ruega ser respondida es: ¿por qué? ¿Por qué no crearlo grande y fuerte e indestructible? Un ejemplo más claro de esto son las enfermedades. Hashem creó un perplejo sistema inmune en el hombre – listo para atacar a cualquier germen imaginable – sin embargo Él dejó enormes huecos en ese sistema de defensa. Tomemos al hombre, el poderoso controlador de su propio destino. Llega Llega una sola pequeña célula célula de cáncer, y ese hombre ya no existe más.
La Rana Araña Africana Africana Mijael Zasloff, un bioquímico del Instituto Nacional de Salud, recientemente hizo un descubrimiento fantástico. fantástico. Mientras trabajó con la rana araña africana, se dio cuenta que esta nunca sufría de infecciones. Aún cuando los investigadores realizaron una cirugía en estas ranas y las regresaron al agua turbia llena de bacterias, se mantuvieron libres de enfermedades. Dos meses después de hacer esta observación, Zasloff descubrió porqué. Parece que la piel de la rana segrega una familia de anticuerpos que la protegen de la infección. Cuando la rana se siente amenazada, emite un fluido que mata todas las formas conocidas de bacterias. ¿No es sorprendente: una rana que no puede infectarse? Una creatura pequeña e insignificante que es inmune a las enfermedades. ¿Cuánta gente ha muerto de infecciones a lo largo del milenio? Antes de la penicilina, era probablemente el más grande asesino sobre la faz del planeta. Y aún ahora, ¿acaso no sufrimos sufrimos de todo tipo de infecciones infecciones y enfermedades? ¿Por qué no poner los mismos anticuerpos en el hombre? Vemos que Hashem es capaz de crear un organismo que esté completamente protegido de enfermedades; lo hizo para la pequeña rana. ¿No hubiera sido amable dárselo al hombre también? ¿No hubiera mejorado la estancia del hombre en este planeta? ¿No hubiera vivido más tiempo y disfrutado más de la vida sin la constante amenaza de las enfermedades encima de su cabeza?
Si pretendes decirme que Hashem no fue lo suficiente astuto como para resolver todas las respuestas para los problemas del hombre, sería una cosa. Pero vemos un mundo repleto de Su sabiduría. Vemos estas mismas maravillas en abundancia en el mundo natural. Sin embargo al hombre se le dieron algunas ventajas y otras no. ¿Eso no te hace pensar?
¿Y qué sucede con el dolor ? Pero hay otras características que son aún más problemáticas. Parece que hay otras cosas que Hashem sí colocó en el hombre y que no le hacen ningún bien. De hecho, justo lo opuesto, parece que hacen que su existencia sea miserable. Tomemos por ejemplo el dolor. ¿Has sentido un terrible dolor de cabeza que parece no desaparecer? ¿O un dolor de muela que no te permite funcionar? ¿Quién lo necesita? ¿Qué beneficio puede darnos? ¿Y qué puedes decirme acerca de alguien que se encuentra con un dolor crónico, el tipo de dolor que no le permite hacer nada más que enfocarse en aliviar esa debilitante angustia que lo consume? ¿Para qué le sirve eso? Sabemos que algo de dolor es beneficioso; el dolor nos enseña a retirar la mano de una olla caliente para que no nos quememos. ¿Pero qué sucede con el dolor artrítico que no le permite a un hombre abandonar su cama? ¿Qué beneficio puede haber en ello? ¿Entonces, para qué crearlo? ¿Y si era necesario crearlo, por qué no proveer un tipo de mecanismo de apagado? En un sistema tan complejo y sofisticado como las cien billones de células que componen el sistema nervioso central, estoy seguro que Hashem podía haber insertado un temporizador que suspendiera la transmisión del dolor, digamos, después de cinco minutos. La pregunta se vuelve mucho más complicada cuando observas la variedad de tipos de dolores que molestan al hombre. Cuando te golpeas el dedo, duele, y cuando chocas con tu barba, duele – pero el dolor no no es el mismo. Un dolor de muela es muy distinto que una quemadura en el dedo. Una migraña no es lo mismo que un hueso roto. Las piedras en el riñón no se parecen al dolor de estómago. Cada segmento del cuerpo tiene sus propias sensibilidades, cada sensación es única: quemaduras, raspones, cortadas, fracturas, y golpes. Y el dolor varía en intensidad. ¿Has visto esas gráficas que les muestran a los pacientes después de una cirugía? En una escala del diez, ¿cuánto cuánto duele? Desde severo hasta suave, desde crónico hasta agudo. Se podría escribir poesía acerca de los diferentes sabores, sombras y graduaciones del dolor. ¿Quién lo necesita? ¿Quién se beneficia de él? Y esta es la cuestión: ¿para qué crearlo? Si es que solamente sucedió, sería una cosa, pero fue cuidadosamente planeado. Una impresionante cantidad de detalles fueron incluidos para que funcionara. Se situaron receptores en la punta de los dedos. Unos caminos neurales fueron arreglados para mover los impulsos eléctricos hacia arriba del cuerpo. El tálamo, la parte del cerebro que dirige el tráfico, fue designado para mover adecuadamente los datos. La parte interpretativa del cerebro fue diseñada para leer la información y mandar de regreso su determinación, la señal eléctrica regulada y dirigida de regreso hacia el lugar de la herida. Todo eso para que yo pueda decir, ¡OUCH! ¿Quién lo necesita? Santo Cielo, ¿para qué crearlo?
Estoy de muy buen buen humor Mientras nos hacemos esas preguntas, aquí tenemos algo aun más curioso. Los científicos ahora ya son capaces de medir los efectos de ciertos químicos dentro de nuestros humores. Cuando estoy contento, hay un cambio químico dentro de mi cerebro y un aumento de neurotransmisores que afectan la manera como me siento. Hay diferentes formas de causar la liberación de estos químicos. Una es por medio de medicamentos, y otra es por medio del ejercicio. Después de un periodo de actividad física, una glándula libera estos químicos causando una sensación de suave euforia. Los atletas saben muy
bien esto; le llaman runner’s high. Esta es una pregunta muy simple: sabemos que Hashem es más piadoso que nadie que podamos imaginar. Hashem ama a Sus criaturas mucho más de lo que un padre ama a su hijo. ¿No podía Hashem, dentro de Su infinita misericordia, darnos una glándula más grande que liberara constantemente este activador de la alegría para que nos sintiéramos felices siempre? ¿Por qué no? Para Hashem no hay ninguna diferencia. De todas maneras va a crear esa glándula; ¿así que por qué no hacerla un poco más grande? Eso pondría fin a tanta miseria en el mundo. Imagina esto: te despiertas por la mañana, estiras tus brazos, y esa glándula libera una gran dosis. “¡Wow! ¡Es increíble estar vivo!” Te sientas a tomar un jugo de naranja, y otra ola de euforia te envuelve. “¡Wowwwwww!!!” ¿Por qué no crear al hombre de esa manera? Está claro que Hashem tiene la capacidad para hacerlo. Con ese elevado nivel de químicos dentro de su cerebro, el hombre seguro que sería capaz de vivir una vida de placer y comodidad. ¿Por qué no dárselo?
Hagamos un Hombre Hombre Para demostrarte lo profundo que es esta línea de cuestionamiento, digamos que me han dado la oportunidad de diseñar al hombre. Corriendo el riesgo de sonar irrelevante, pienso que yo hubiera hecho un trabajo mucho mejor que lo que Hashem hizo. Si me dieran la oportunidad de tomar todas las maravillas que vemos en este mundo y unirlas para crear un ser humano, yo podría diseñar al hombre de una forma que sería mucho más apropiada para la vida en el mundo real. Imaginemos que una mañana sale una voz resonante del Cielo y llama: -¡RABÍ! -¿Sí? -ESCUCHÉ QUE TIENES MUCHAS QUEJAS ACERCA DE LA FORMA EN LA QUE HASHEM HIZO LAS COSAS. -Uh… No Señor, no hay quejas. Solamente estaba pensando en voz alta… -SI CREES QUE PUEDES HACER UN TRABAJO MEJOR, ADELANTE. ¡TÚ CREA AL HOMBRE! Y así, obedeciendo al mandato, me dispongo a crear al hombre. Utilizando únicamente características que ya existen en este mundo, sólo me dedico a escoger y elegir, diseñando a un hombre totalmente nuevo.
Superman ¡Y qué hombre crearía! No haría a un pequeño hombre, débil y enclenque. Mi hombre sería tan fuerte e indestructible como un oso. Sería tan rápido como un venado y tan valiente como un león. Le daría los dientes de un tiburón y el sistema inmune de la rana araña africana. Tendría el oído ultra sensitivo como el murciélago, y sería capaz de pasar semanas enteras sin agua como el camello. No tendría problema con el dolor. ¡Mi hombre no! Le daría un sistema de apagado automático. Pero además de eso le pondría una glándula de alegría tan grande como un coco. Con un suministro constante de alegría, sería tan feliz como una lombriz todo el día. Ah, y otra cosa. ¿Flojera? No en mi hombre. Le daría el nivel de energía de una hormiga. Trabajaría todo el día sin cansarse, solamente por la noche se detendría para descansar. ¿Enojo? No. Eso no creo que le haga ningún bien. Eliminaría esa parte por completo. ¿Y qué haría con la competencia y los celos? Para nada. Mucha gente a través de los milenios ha sido asesinada por esas mismas razones. ¿Arrogancia? De ninguna manera. El sería humilde como un pastel. ¡Qué hombre sería!
Aquí está lo perplejo: está claro que Hashem es capaz de crear un hombre así, ya que Él diseño todas esas características y las colocó en otras especies. ¿Entonces, por qué sencillamente Él no combinó todo, tomando lo mejor de cada uno y mezclándolo para formar el pináculo de la Creación – el hombre?
La Manera Actual Parece que mucha sabiduría fue necesaria para hacer al hombre exactamente como es. Fue como si Hashem a propósito creó al hombre en el estado en el que se encuentra: fuerte, pero frágil; maestro de la tierra, pero dependiente de ella para su propia supervivencia. El hombre, quien tiene la capacidad de encontrar felicidad, pero también sufrir. El hombre, quien vive con toda la gama de debilidades humanas que atacan a generación tras generación, a menudo terminando en guerra y destrucción. El hombre, esta única conglomeración de fuerza y debilidad, creado con un balance tan fino. ¿Por qué crearlo de esa manera?
Resumiendo Todo Todo Parece que entre más estudiamos al hombre, menos lo entendemos. Está claro que Hashem quiere que el hombre disfrute la vida, ya que Él creó muchas características únicamente con ese propósito. Sin embargo parece que el hombre no se beneficia de ellas. Parece que Hashem quiere que el hombre tenga placeres, ya que Él le dio al hombre el impulso interno para buscarlos. Pero cuando el hombre los persigue, no solamente se da cuenta que la alegría es pasajera, sino que queda vacío, ansiando más. Parece que Hashem quiere que el hombre sea feliz. Pero el hombre tiene demasiadas necesidades e impulsos que lo dejan en un conflicto interno. Sin embargo, el punto más desconcertante, por mucho, es que cada mejora que el hombre tiene por sobre el reino animal solamente le causa más infelicidad y dolor. Elsie, la vaca, pastando en el campo, no sufre de depresión. Nunca leemos acerca de suicidios en masa entre los lémures. Si investigamos en los anales del tiempo, ¿qué es lo que la sabiduría del hombre le ha dado? Por supuesto que le ha dado amor, altruismo, un sentido de cuidado y de compromiso hacia los demás. Pero también le ha dado celos, engaño, odio, guerra y destrucción. Los animales matan para comer. El hombre mata por cientos de razones diferentes – con causa o sin ella. Si, en balance, la mayoría de la humanidad fuera feliz la mayoría del tiempo, diríamos que la vida del hombre fue mejorada añadiendo estas características, pero no parece que ese sea el caso. De hecho, exactamente lo opuesto – parece que cada característica que se le ha dado al hombre solamente le causa miseria adicional. ¿Por qué un rey, Creador bondadoso, creó al hombre de esa forma? ¿Por qué un Di-os amoroso hace que la vida sea tan difícil? La respuesta a estas preguntas no consiste en una simple oración. Realmente requiere de un cambio dramático de perspectiva. Se necesita un punto de vista distinto del hombre y de lo que Hashem quiere de él. Es indispensable alejarse de nuestra existencia actual, subir a 35,000 pies de altura, y observar la vida desde un punto de vista mucho más amplio. Estamos ahora listos para emprender ese viaje.
Capítulo 8 – Comprendiendo los Reglamentos de la Vida Hebreo Todas las situaciones de la vida, ya sean para bien o para mal, son pruebas para el hombre. Por un lado la pobreza, por otro lado la riqueza. Mesilat Yesharim, Yesharim, Capítulo 1 R’ Elazar bar Padas fue uno de los grandes sabios de la Torá de su tiempo. Fue conocido como el “maestro de Israel.”A su hogar llegaban todas las preguntas, grandes y chicas, a su casa llegaban todos los asuntos, comunitarios y personales. Sin embargo, a pesar del hecho de que era un gran individuo, llevó una vida muy difícil – sufrió de pobreza, enfermedad y dolor. Era tan pobre que a menudo se quedaba sin comida. La Guemará nos da un ejemplo de un día en su vida. Una vez, después de haber pasado por un procedimiento médico, regresó a casa a una despensa vacía. Literalmente no tenía qué comer. Lo único que pudo encontrar fue un diente de ajo. Lo mordió y en ese instante se desmayó de malnutrición. Se corrió rápido la voz que el gran R’ Elazar bar Padas estaba inconsciente. Los rabinos se reunieron en su casa y esperaron. Mientras él estaba en ese estado, ellos observaron cómo primero lloraba, después se reía, y después un rayo de luz emanaba de su frente. Cuando despertó, los Sabios le preguntaron, -¿Cuál es el significado de todo esto: primero llorar , luego reír , y después el rayo de luz? luz ? R’ Elazar bar Padas respondió, -Mientras estaba inconsciente, Hashem vino a visitarme. Yo le pregunté, ‘¿Cuánto tiempo más durará mi sufrimiento en este mundo?’ Hashem me dijo, ‘Elazar, hijo mío, ¿quieres que regrese el mundo hasta el primer momento de la Creación y quizá así tú nacerás en un tiempo de abundancia?’ Yo le respondí a Hashem, ‘¿Todo eso para que quizá quizá yo nazca en un tiempo de abundancia?’ Entonces le pregunté, ‘Por lo menos debo saber si ya viví más de la mitad de mi vida.’ Hashem respondió, -‘Sí, ya has vivido más de la mitad de tu vida.’ -‘En ese caso, -dije yo, -regrésame a mi vida actual.’ Hashem dijo, -‘La recompensa que recibirás en el Mundo Venidero es un estado tan amplio que habrá trece ríos corriendo a través de él.’ (Ta’anit ( Ta’anit 25a) 25a)
Poniendo las cosas cosas en Perspectiva Hay mucho para aprender de este incidente. Comencemos con una pregunta. R’ Elazar bar Padas era un gran hombre. Fue un estudioso de la Torá grandioso, uno de los líderes de su generación, un hombre justo que seguía los caminos de Hashem. Definitivamente era un tzadik. Sin embargo estaba sufriendo, y no ligeramente – estaba consumido por la pobreza, el dolor y la enfermedad. Su situación era tan difícil que cuando Hashem mismo vino a visitarlo, lo primero que él le dijo a Hashem Hashem fue, “¿Cuánto tiempo más durará mi sufrimiento en este mundo?” ¿No te imaginas que la respuesta de Hashem sería, “Está bien, eres un buen hombre. No te ha ido bien. Me haré cargo de ti?” No solamente que esa no fue la respuesta, sino que Hashem le respondió algo desconcertante, “¿Quieres que regrese el mundo hasta el momento de la Creación y quizá así tú nacerás en un tiempo de abundancia?” R’ Elazar bar Padas no estaba buscando lujos. No quería riquezas ni honores. Él estaba pidiendo sus necesidades básicas, nada más. ¿Por qué Hashem no le dijo simplemente, “Has sufrido suficiente. Voy a ayudarte.”
Para comprender mejor este evento, utilicemos una parábola.
Actores en el Escenario Escenario Imagina que un actor famoso recibe una llamada de su agente. -Escucha Jack, acabamos de recibir una gran oferta. Toneladas de dinero, y todo en efectivo. Tú tienes el papel principal, actuando al lado de las estrellas de la industria. Pero lo mejor de todo es la historia; es grandiosa. Es una historia que va a tener mucho éxito. Es un premio garantizado. Te mando el manuscrito esta misma mañana. Quiero que firmes inmediatamente. Después de leer el manuscrito, el actor de llama de regreso a su agente. -Bob, olvídalo. No hay trato. -¿Qué quieres decir? -Quiero decir que no hay forma. No voy a hacerlo. -Jack, ¿qué sucede? ¿Es la historia? -No, la historia está bien. -¿Son los demás actores? -No, eso también está bien. -¿Entonces qué es? -¿Qué es? ¿No entiendes? El hombre que quieres que yo represente no tiene un centavo y no es nada inteligente. ¡Además de eso, es un tonto! No puedo soportar verme a mí mismo de esa manera. -Pero Jack, ese es solamente el papel que estarás interpretando. No eres tú. tú. -Bob, olvídalo. Actuar este papel significa que todos – el mundo entero – me va a ver como un tonto y un perdedor. No puedo soportar la vergüenza. No me lo vuelvas a pedir, no voy a hacerlo. Y el actor cuelga el teléfono.
Juzgando a un Actor Obviamente esta conversación nunca sucedió. Porque un actor, así como cualquier persona que va al teatro, entiende que las personas que están arriba del escenario están actuando sus papeles. No son juzgados por qué tan ricos o pobres son en la producción. No son calificados en cuanto a su papel, si este describe una vida de éxito o de fracaso. Solamente hay un criterio para juzgar a un actor: qué tan bien interpretó su papel. Si su papel es interpretar a un idiota y lo hace convincentemente, él ganará aplausos y alabanzas. Si su papel es ser el hombre más exitoso del mundo y no es real, las críticas lo harás pedazos. Él está ahí para un propósito – para interpretar su papel. Se le dan ciertos antecedentes y un cierto conjunto de circunstancias. El personaje nació en este periodo de tiempo, tiene este tipo de personalidad, y tiene esta cantidad de inteligencia y de carisma. ¡Ahora sal y actúa tu papel!
Nosotros también, también, seremos juzgados Esta es una parábola muy adecuada para la vida. A cada persona se le entregó un conjunto especial de circunstancias y un juego de habilidades en particular. Se crea un escenario y se nos da un papel para interpretar. Nacemos en un periodo de tiempo en particular, a una familia en particular, y se nos entrega un conjunto exacto e xacto de d e parámetros. pa rámetros. Serás así de alto, así de inteligente, tendrás tanto talento de esto y tanto de eso otro. ¡Ahora, sal y actúa! ¡Vive tu vida, nada en esos arroyos, cruza esos ríos, navega esos mares!
Al final de tus días, tú serás juzgado. Pero no serás comparado conmigo ni con nadie más. Serás medido con la cinta medidora más exigente que puedas imaginarte – tú. Basándote en tu potencial, basándote en las habilidades que Di-os te dio, ¿cuánto lograste? Si eres más inteligente o más rico o más talentoso que la siguiente persona, eso es irrelevante. Lo único que importa es: ¿cuánto lograste en comparación a lo que eras capaz de lograr? Todas las cosas en las que ponemos tanto énfasis – dinero, honor, talento – todo eso no son más que escenografías. Son accesorios para ser utilizados; nos permiten actuar nuestro papel. Pero al final no seremos juzgados por el papel que interpretamos. Cuando dejamos este mundo, no nos preguntarán, “¿Cuánto dinero te dio Hashem? ¿Qué tan inteligente te hizo Hashem?” Hashem?” Las preguntas son mucho más penetrantes y demandantes. “¿Qué tan lejos llegaste con lo que se te fue entregado?” No existe un objetivo estándar o una misma cinta medidora para medir a todos, y la medida del éxito del hombre no existe en términos absolutos. El sistema es mucho más exacto. Está basado en tus talentos y en tus fuerzas, en tus habilidades y capacidades. La única pregunta que nos hacen es, ¿cuánto de tu potencial alcanzaste? ¿Ochenta por ciento? tú? ¿Cuarenta por ciento? ¿Veinte por ciento? ¿Cuánto llegaste a ser tú?
“Hashem, Dame un IQ de 180” Tendemos a tomar mucho crédito por lo que se nos ha dado, y mucha culpa por lo que no se nos dio. Nadie se despierta por la mañana diciendo, “Hashem, pienso que debes crearme con un IQ de 180… No, mejor que sea un IQ de 80”. “Hashem, creo que debo de medir 1.83, ser fuerte y fornido. No, pensándolo bien, mejor créame de 1.74, delgado y débil.” Nuestras características de vida han sido escogidas para nosotros, y no podemos contribuir en el proceso. Astuto o tonto, atractivo u ordinario, talentoso o no. Esos son escenarios sobre los cuales vivimos nuestras vidas, el paisaje que nos rodea. Pero eso no nos define. Así como nuestras condiciones externas son establecidas, así también mucho de nuestra naturaleza interna. Nuestro temperamento fue colocado dentro de nosotros desde que nacimos. Hay estudios que demuestran que si un niño es tímido o atrevido, extrovertido o penoso, puede ser determinado desde los veintidós meses de edad. Sencillamente es la naturaleza con la que el niño nace. Es verdad que la persona puede trabajar sobre sí misma. Puede aprender a superar las debilidades y cambiar el nivel de algunos de sus rasgos de personalidad. Pero a cada individuo le fue dada una cierta predisposición y tendencia al nacer. Estas son partes de los escenarios de su vida. Él nació dentro de un papel, y este es el escenario sobre el que debe actuar. Este concepto va un paso más allá:
Un sefer Torá Muy Pequeño Tuve la oportunidad de hablar en el bar mitzvá de mi hijo, y conté la historia de un pequeño sefer pequeño sefer Torá que Torá que había escuchado en las noticias en ese entonces. Así es la historia:
Joajim Joseph era un niño de doce años cuando Rabí Dasberg se le acercó y le dijo, -Pronto será tu bar mitzvá, y quiero enseñarte a leer la Torá. Joajim se negó. Simplemente no quería leer la Torá. Rabí Dasberg fue persistente. Aún así Joajim se negó. Al final, Rabí Dasberg perseveró y Joajim Joseph aceptó y leyó de un sefer un sefer Torá muy Torá muy pequeño… en Bergen-Belsen. Arriesgando su vida, Rabí Dasberg había introducido con él un pequeño rollo de Torá en el campo de concentración. Cuando vio a Joajim Joseph de doce años, tan cerca de su bar mitzvá, quiso que él leyera de ese sefer ese sefer Torá. Torá. Así que temprano una mañana, antes del amanecer, bajo las mismas narices de los guardias Nazis, reunieron un minyan, minyan, y Joajim leyó de ese sefer ese sefer Torá. Después de la “celebración” de bar mitzvá, Rabí Dasberg le pidió otra cosa. Le pidió a Joajim que tomara posesión del sefer Torá. Torá. De nuevo, Joajim se negó. ¿Cómo podía él, un niño pequeño, tomar la responsabilidad por un artículo tan preciado? -Yo ya soy un hombre anciano, -suplicó Rabí Dasberg. –Probablemente ya no salga de este lugar. Tú estás joven – sobrevivirás. Quiero que te lleves esta Torá, y que me prometas que el mundo entero sabrá acerca acer ca de esto. Tor á y sobrevivió. Después de la guerra se Al final, Joajim accedió. Tomó el sefer el sefer Torá fue a vivir a Israel y colocó ese sefer ese sefer Torá Torá dentro de un armario en su departamento, y allí permaneció. Años más tarde, Ilan Ramón, el astronauta israelí, en preparación para su misión a bordo de la nave espacial, Columbia, consultó con el Dr. Joajim Joseph acerca de ciertos asuntos relativos a su viaje. Después de sus pláticas, la conversación se desvió hacia el sefer Torá Torá que tenía en su posesión. Ilan le pidió que le permitiera llevarlo con él cuando viajara al espacio. La historia tiene un trágico final, ya que el Columbia estalló en llamas al volver a entrar a la atmósfera de la tierra. Pero la promesa que fue hecha cincuenta y siete años antes se cumplió cuando el mundo entero supo acerca del sefer del sefer Torá que se encontraba a bordo de la nave.
Vamos al Grano La razón por la cual conté esta historia en el bar mitzvá de mi hijo fue para llegar al punto. -¿Acaso escogimos nacer en EUA en los 1990’s? –pregunté yo. -¿Acaso Joajim Joseph escogió nacer en Polonia, en los 1920’s? Ninguno de ustedes escogió su vida. Pero más les vale creer que su vida fue enormemente distinta que la nuestra. Y ese es el punto – a nadie le toca escoger. Cada individuo nace en la generación exacta, a una familia en especial, con un orden de nacimiento específico, y con una dinámica familiar precisa. Eso puede incluir un hermano mayor dominante o una hermana menor llorona. Puede significar nacer con la cuchara de plata en tu boca o en la pobreza más extrema. Introvertido o extrovertido, atrevido o tímido, robusto o débil, alto o bajo, apuesto o no. Con talentos específicos y habilidades, y un exacto nivel de inteligencia, cada persona es colocada en el escenario perfecto para él. Nuestras vidas se adaptan a nosotros como un guante a una mano, con cada situación diseñada a la medida por nuestro Creador para ese individuo. Cuando una persona comprende esto, la vida en sí es justa. Si no, entonces la vida no tiene sentido en absoluto. ¿Cómo explicas que a algunas personas les sea tan fácil todo
mientras que otras tienen dificultad para cualquier cosa? ¿Por qué algunas personas nacen con talento y otras no? ¿Por qué hay quienes nacen discapacitados? ¿O sordos o ciegos? ¿Por qué existe el autismo en el mundo? ¿Y qué decimos de la polio? ¿Cómo explicas a dos hermanos? Uno lleva una vida idílica; todo lo que toca se convierte en oro – tiene éxito en los negocios, lleva un matrimonio excelente, y sus hijos lo adoran. Pero todo lo que su hermano toca se convierte en lodo. No puede ganarse la vida. Su matrimonio es un desastre, y sus hijos son una miseria. No puedes discutir que fueron criados de diferente manera. Nacieron de los mismos padres, crecieron en la misma casa, y fueron a la misma yeshibá. Pero aún así, uno lleva una existencia encantadora mientras que el otro es un shlemiel un shlemiel .
Los papeles que actuamos actuamos Si nuestra condición en este mundo realmente importara, no habría respuesta a estas preguntas. Si este mundo fuera la razón de la Creación, entonces ninguna de estas situaciones sería justa. Pero ese es el punto: ninguna de ellas importa; sencillamente son distintas circunstancias de vida. Nosotros somos solamente actores en el escenario. Nuestro trabajo es interpretar nuestros papeles – ricos o pobres, atractivos o feos, exitosos o no. No somos juzgados por el papel que actuamos, sino por cómo lo actuamos. El rol es irrelevante. Los accesorios no nos definen, Lo único que importa es lo que hacemos con nuestro tiempo en este planeta. Cuando dejemos esta existencia temporal, nadie nos va a preguntar, “Y cuéntame, ¿Te ganaste la vida? ¿Por lo menos ganaste mucho dinero? ¿Y el mundo te llenó de honores?” A nadie le interesa. Sencillamente no importa. Y mientras que esto es obvio, parece ser uno de los conceptos más evasivos. Hay tantas cosas que no comprendemos en la vida y que se basan en por qué a la gente le va bien, y por qué Hashem no me dio esa situación a mí. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? Si comprendemos que todo es irrelevante, la pregunta ni siquiera se nos ocurriría. ¿Por qué a ella le tocó ese malvado como esposo? ¿Por qué yo nací en un hogar de divorciados? ¿Por qué es tan fácil para él estudiar y para mí es tan difícil? Sí al final de nuestros días, nos dieran a todos el mismo examen de admisión para el Gan Eden (paraíso), Eden (paraíso), entonces esas serían preguntas válidas. Pero no es así. A cada quién nos dan nuestro propio examen, y las preguntas fueron elaboradas a mano exclusivamente para nosotros – antes de que naciéramos. Esta será tu cantidad asignada de talento. Estas serán las situaciones y el escenario de tu vida. Esto es lo que eres capaz de lograr. ¿Cuánto lo aprovechaste?
Un Jugador de Futbol dentro del Cuerpo del Magnate Flabby Hubo una novela escrita hace algunos años que ilustra este concepto. Trata de un joven jugador de futbol profesional que se prepara para el próximo juego del Super S uper Bowl. Se encuentra montando su bicicleta en una carretera del campo para entrenar y estar en forma para el gran juego, y entra a un túnel curvo. Sin saberlo, del otro lado del túnel hay un auto que se aproxima a toda velocidad hacia él. El ángel de la muerte que estaba ese día de servicio es nuevo en el trabajo. Ve el choque aproximándose y decide, “¿Para qué esperar? ¿Para qué hacerlo pasar por todo ese desastre?” Así que en lugar de esperar el inevitable choque, toma al jugador de futbol y lo saca de su cuerpo en el último momento antes del accidente y lo sube al Cielo. Sin embargo, el ángel de la muerte comete un error. Cualquier persona normal montando su bicicleta a través de ese túnel hubiera chocado y se hubiera muerto. Pero este hombre era un atleta con sus instintos muy desarrollados; él hubiera girado en el último minuto evitando el
choque. Él tendría que estar vivo. Pero es demasiado tarde. Su cuerpo está enterrado; él está en el Cielo. ¿Y ahora qué hacen? La Corte Celestial se reúne y deciden que no tienen alternativa más que mandarlo de regreso. Pero para hacer eso, necesitan encontrar a alguien que ya haya terminado su tiempo en la tierra y así poder mandar al jugador de futbol a ese cuerpo. Lo mejor que pueden encontrar es a un rico magnate que vive en una exclusiva mansión. Así que este atleta se encuentra a sí mismo en el fofo cuerpo de un presumido millonario con un equipo completo de mayordomos y sirvientas. Lo simpático de la historia es cuando él planea transformar su consentido y tenso cuerpo y ponerlo en forma para el Super Bowl que se llevará a cabo algunas semanas más tarde. Logra que los elegantes sirvientes hagan entrenamientos de futbol con él en el jardín de enfrente de la impresionante mansión mientras él practica sus pases. Mientras que esta es una historia encantadora, ilustra un concepto significativo: el jugador de futbol se encontró ocupando otro cuerpo. Él abrió sus ojos y se encontró en otra vida. Exactamente la misma experiencia le ocurrió a cada uno de nosotros. Hashem nos tomó y seleccionó con Su mano una vida que sería el escenario ideal para permitirnos crecer. Nos colocó dentro de este cuerpo y nos dijo, “¡Ve y vive tu vida!
La Respuesta a R’ Elazar bar Padas Esta parece ser la respuesta a R’ Elazar bar Padas. Esa era la situación de vida ideal para él. Le fue dada una exacta circunstancia, perfectamente diseñada para retarlo. Eso le permitiría alcanzar su potencial. Pero esa vida incluía la pobreza. No porque Hashem no tuviera suficiente dinero y no porque Hashem no estuviera preocupado por su bien, sino porque era el perfecto laboratorio para su crecimiento. Basándose en su naturaleza interna y en sus habilidades, esa era la mejor oportunidad para permitirle alcanzar su potencial. Gran riqueza es una prueba de la vida. Cuando una persona es tan rica que no sabe por dónde comenzar a gastar su dinero – esa es una prueba muy difícil. En este estado, el ser humano se siente fuerte e independiente. “No necesito a nadie. Yo puedo comprar y vender el mundo. No necesito a mis hijos. No necesito a mi esposa. Ni siquiera necesito a Di-os.” Para algunas personas, ese es el escenario perfecto para retarlos a alcanzar su potencial. Así como la riqueza es una prueba, también lo es la pobreza. Cuando eres tan pobre que no sabes de dónde llegará tu siguiente comida, y apenas alcanzaste a pagar la renta, y esa noche le pegaste a un auto estacionado y nadie te vio, pero… ¿dejas una nota o no? Esa es una verdadera prueba. Esas situaciones situaciones no son accidentes y no ocurren ocurren por coincidencia. Son escenarios de la vida perfectamente preparados.
El Escenario Perfecto Perfecto Eso es lo que Hashem le decía a R’ Elazar bar Padas. “Esta es la perfecta vida para ti. Este es el escenario ideal para permitirte crecer. ¿Quieres que Yo vuelva a barajar las cartas, buscarte una vida que no incluya pobreza y que aún así te permita alcanzar tu potencial? Quizá pueda hacerlo, y quizá no. Porque esta vida está perfectamente diseñada para ti.” Este concepto es fundamental para entender la vida. Hashem nos mandó aquí por unos pocos años. Nos dio un potencial casi ilimitado para crecer y convertirnos en los individuos grandiosos que estamos destinados a ser. Nos colocaron en el escenario ideal y nos dieron las herramientas adecuadas para ese crecimiento. Sin embargo, para encontrar el verdadero sentido de la vida necesitamos lidiar con esa pregunta que debe ser el núcleo núcleo central de nuestra existencia existencia - ¿por qué me creó Hashem?
Capítulo 9 – El Gimnasio y el Spa Hebreo Este mundo es un corredor corredor para el Mundo Mundo Venidero. Mesilat Yesharim, Yesharim, Capítulo 1 En su libro El Judío Americano Desaparecido, Desaparecido , Alan Dershowitz escribe que él enseñó un curso en la Escuela de Ley de Harvard, titulado, Pensar acerca de Pensar . Trataba acerca de asuntos mayores de la vida: Creación, Di-os, religión… Durante una discusión en la clase, alguien tocó un punto. “El propósito de la religión es estudiar a Di-os o servir a Di-os. Si estamos calificando las diferentes religiones, ¿no nos corresponde calificar a Di-os?” Y entonces comenzaron a calificar a Di-os. ¿Cómo se comportó Dios en esta cosa llamada Creación? Antes de que te diga cómo se comportó Di-os, compartiré contigo algunos antecedentes. Si observas alrededor de este mundo, verás muchas cosas maravillosas. Hay amaneceres y flores, amor y amistad, amabilidad y esperanza. Hay muchas cosas buenas en el mundo. Por otro lado, hay sufrimiento y dolor, divorcio y corazones rotos, viudas y huérfanos. Hay muchas cosas malas en el mundo. Por lo tanto, tomando todo eso en consideración, calificaron a Di-os con una B-. No fue una F. Ciertamente tampoco tampoco una A+. Balanceando todo, Di-os Di-os califica con una B-.
Calificando al Calificador Si tuviéramos oportunidad de calificar a nuestro inteligente profesor, yo le daría una D… por tonto. No por su opinión – vivimos en un país libre, y todos tienen derecho a su punto de vista – sino una D por su descuidada manera de pensar, por tomar las cosas literalmente y no hacer las preguntas críticas que que una persona honesta e inquisitiva inquisitiva debe hacer. Para explicar lo que quiero decir, imagina que saco una pluma de mi bolsillo y digo, “¿Ven esto? Quienquiera que diseñó este palillo de dientes, dientes , hizo un pésimo trabajo. ¡Miren! ¿Quién necesita este clip a un lado? Y este barril que tiene por dentro no sirve para nada… Y cada vez que lo trato de meter entre mis molares, me queda la boca llena de esta tinta azul. Quienquiera que diseñó este palillo de dientes hizo un pésimo trabajo.” Esto sería un ejemplo de pensamiento descuidado. Antes de calificar al fabricante tienes que saber pará qué fue hecho el producto. Como un palillo de dientes, puede ser que sea pésimo, pero como un aditamento de escritura puede ser que esté bien construida. Antes de calificar a Bic, tienes que saber con qué función ellos crearon ellos crearon ese objeto. De la misma forma, antes de “calificar” al Creador de los cielos y a tierra, debes de tener una muy buena comprensión de por qué Él creó este mundo. ¿Cuál fue Su propósito? ¿Qué quiere Él del hombre? Si intentas calificar al Creador antes de comprender por qué Él creó al mundo, entonces terminarás con unas ideas demasiado tontas.
La Respuesta – Por qué qué creó Hashem el Mundo El Mesilat El Mesilat Yesharim en Yesharim en el Capítulo 1 nos da la respuesta. Hashem es dadivoso. Hashem quiere compartir su bondad con el hombre. El mayor bien y el más grande placer que el hombre puede disfrutar es estar cerca de su Creador. Hashem
creó al hombre para permitirle disfrutar de ese placer. Sin embargo, para que el hombre disfrute verdaderamente de eso, debe ganárselo. Debe ser algo para lo que él trabajó – no solamente algo que le obsequiaron. La manera en la que se lo gana es haciéndose tan parecido a Hashem como un mortal puede hacerlo. Hashem es perfecto. Perfeccionándose a sí mismo, el hombre se parece más a Hashem y se vuelve digno de estar cerca de Hashem. Por lo tanto, Hashem creó dos mundos: este mundo y el Mundo Venidero. Este mundo fue diseñado con los retos, pruebas y situaciones que le permiten al hombre perfeccionarse a sí mismo. El Mundo Venidero fue diseñado para permitir que el hombre disfrute la recompensa por sus esfuerzos. De acuerdo al nivel de perfección que el hombre alcance en este mundo, será capaz de disfrutar de la presencia de Hashem en el Mundo Venidero. Este mundo es el corredor para el Mundo Venidero – que es el propósito de la Creación.
No es un Suplemento Suplemento Yesharim define nuestra existencia y Con esta pequeña ráfaga de claridad, el Mesilat Yesharim cambia nuestra perspectiva en todo. Dos mundos – cada uno con su propio rol, cada uno con su propósito. El punto clave es que el Mundo Venidero no es un suplemento de la vida. No es algo secundario. Es la razón la razón por la cual Hashem creó la luna, el sol, los cielos y todo lo que contienen. Es la razón por la cual Él creó al hombre. Es la razón de la vida. Si una persona no comprende esto, entonces tiene muy pocas probabilidades de entender nada de lo que sucede en este mundo. Porque no se ha detenido a hacerse la pregunta crítica: ¿para qué quería el fabricante que se utilizara ese objeto? ¿No es sorprendente que la gente tenga tantas preguntas acerca de la vida? Ellos miran solamente la mitad de la película. El propósito de todo, la razón de todo, no se encuentra dentro de su visión. Así que, por supuesto, nada tiene sentido. Y tienen muchas, muchas preguntas. Preguntas acerca de Di-os. Preguntas acerca del sistema. Preguntas acerca de la justicia de todo. ¿Por qué la vida es tan difícil? ¿Por qué hay tanto sufrimiento en el mundo? ¿Por qué les suceden cosas malas a la gente buena? Muchas, muchas preguntas – y ninguna respuesta. Todas estas preguntas están basadas en una premisa: la vida termina en la tumba. Cuando morimos, se termina el juego. Morimos y nada más. Si eso fuera correcto, entonces sus preguntas son válidas. La vida no tiene sentido. No hay nada justo. Sin embargo, una vez que la persona comprende la razón de la vida; todos esos dilemas se desvanecen como el humo.
El Gimnasio y el Spa Para poner esto en una analogía, imagina que te invitan a un club exclusivo. Nunca has estado ahí, pero conoces la idea. Del lado derecho está el gimnasio; del lado izquierdo está el spa. El gimnasio es en donde la gente hace ejercicio. Tiene todos los equipos necesarios, las máquinas elípticas, las pesas, las caminadoras. El spa es el lugar para relajarse. Tiene una sauna, un vapor, y las mesas de masaje. Decides que has tenido una semana muy estresante, así que te vas directo al spa. Pero por error, en lugar de dirigirte a la derecha, te vas a la izquierda y llegas al gimnasio. Volteas a tu alrededor y te encuentras con muchos hombres con los rostros rojos, gruñendo y sudando. En ese momento gritas, “¿Quién necesita todo este equipo? ¿De qué se tratan todas estas carreras, empujones y tirones? ¡Quienquiera que diseñó este spa hizo un pésimo trabajo!” Esta es una parábola apta para la Creación. Hashem creó dos mundos. Este mundo y el Mundo Venidero. Este mundo es el gimnasio. Aquí es en donde nos ejercitamos, en donde crecemos hasta convertirnos en personas mayores y mejores. El Mundo Venidero es el spa. Ahí es en donde disfrutamos de los resultados de nuestro trabajo. Cada mundo tiene su lugar, cada mundo
tiene su propósito. Nos mandaron a este mundo por unos cuantos años para cumplir nuestra misión. Después nos retiramos y disfrutamos de nuestros logros en el Mundo Venidero. Esta parábola es tan fundamental para entender la vida, que sin ella, nada bajo el sol tiene mucho sentido. Si una persona intenta encontrarle sentido a la vida sin darse cuenta que nos mandaron a este mundo a crecer y después a disfrutar de nuestros logros en el Mundo Venidero, entonces se encontrará con muchas, muchas preguntas que no tienen respuesta. No son preguntas de las cuales no conoce la respuesta – son preguntas sin preguntas sin respuesta. respuesta.
Di-os calificaría calificaría con una F De hecho, si asumes, como parece que lo hizo el profesor, que la vida termina en la tumba, entonces no calificaríamos a Di-os con una B-. Calificaría con una F. Una F por crear muchas cosas que no necesitan estar ahí, y mucho peor, por diseñar características que hacen que la vida del hombre en el planeta sea más difícil. Dolor. Sufrimiento. Penas. Enfermedades. Preocupaciones. Ansiedades. ¿Quién las necesita? Hashem creó todo. No hay límites para Hashem, y no hay nadie que le diga cómo hacer las cosas. Él es Quién creó el sistema de dolor en el cuerpo, y Él es Quién creó la personalidad humana. Si Hashem hubiera querido, el hombre no sufriría. Ni siquiera un poco. Ni mucho. Nada. Todo el dolor no existiría. Sin embargo Él creó a propósito los medios y la manera para permitir que el hombre sufra. La pregunta que ruega ser respondida es - ¿por qué? El Mesilat Yesharim Yesharim explica que la condición humana comprueba el Mundo Venidero. Si este mundo fuera el final de toda la existencia, entonces sería cierto, Hashem hizo un trabajo terrible. Si pudiera decirse así, Hashem se equivocó. Pero ese es exactamente el punto: la razón de la vida es el crecimiento, y estas características son todas ellas, parte de esa odisea. Todas las pruebas, problemas y preocupaciones de este mundo son los retos que le permiten al hombre crecer. Todas las situaciones que atravesamos fomentan nuestro desarrollo. Nuestra posición en este mundo – sana o enferma, rica o pobre – no es relevante. Lo único que importa es cómo utilizamos este mundo – lo que logramos en el gimnasio.
Un Mundo Perfecto Imperfecto ¿Por qué sufre tanto el hombre? ¿Por qué diseñó Hashem un mundo con tanto cuidado y devoción, pero haciendo a propósito que sea tan difícil para el hombre disfrutar estas características? Sabemos que Hashem hizo la naranja, la pera y la uva, pero también creó al hombre de una manera que es muy difícil para él disfrutar estas cosas. ¿Para qué hacerlo así? Cuando llegamos al núcleo del entendimiento de por qué Hashem nos puso aquí, vemos la vida muy diferente. Nuestra permanencia aquí no es significante; en un vehículo, y dentro de ese contexto, tiene sentido. Comenzamos a verle la forma a este mundo. Mientras que podemos no saber la respuesta a cada pregunta hecha por el hombre, sí tenemos un marco de referencia para basar nuestras respuestas. Los patrones de nuestras experiencias tienen un tapiz de significado y belleza. Todas las preguntas se derriten conforme la razón y la percepción comienzan a abrirse paso. Mientras más tiempo pasemos en este camino de entendimiento, más piezas comienzan a encajar juntas. Cuando lo comprendemos, la vida misma tiene sentido. Sin embargo, para tener éxito en la vida debemos entendernos a nosotros mismos a un nivel central y fundamental. Para saber qué se espera de nosotros, en qué tenemos que cambiar, y cómo funciona el sistema, necesitamos examinar las distintas partes de nuestra personalidad, y los lados conflictivos de nuestra naturaleza – necesitamos profundizar dentro de la esencia del hombre.
Capítulo 10 – El Alma Animal Hebreo Hashem ha colocado al hombre en una situación situación en donde hay muchas cosas que lo alejan de Hashem. Estos son los deseos materiales. Si el hombre se deja llevar por ellos, se distancia del bien principal. Mesilat Yesharim Yesharim , Capítulo 1 Cuando Moshe Rabenu subió al Cielo a recibir la Torá, los malajei hasharet (ángeles ministeriales) intentaron detenerlo. Hashem le dijo a Moshe, “Explícales por qué deben permitirle al hombre tener la Torá.” Moshe les dijo, -Cuando los tres ángeles vinieron a visitar a Abraham, él les sirvió carne y leche… y ellos lo comieron. Por lo tanto, ustedes deben permitir que el hombre reciba la Torá. Cuando los malajim malajim escucharon este argumento, inmediatamente inmediatamente estuvieron de acuerdo. (Da’at Zekenim, Bereshit, 18:8) Bereshit, 18:8)
Entendiendo este Midrash Claramente, este Midrash presenta algunos problemas. Parece implicar que porque los tres ángeles comieron carne y leche, eso prueba que la Torá no es para ellos, y por eso deben dársela al hombre. ¿Cómo puede eso probar algo? Primero, ¿por qué es un pecado para un malaj comer malaj comer carne y leche? A los ángeles nunca les ordenaron cuidar kosher. Segundo, ese evento sucedió más de cuatrocientos años antes de que Moshe subiera al Cielo para recibir la Torá. ¿Por qué es relevante que tres ángeles comieron no kosher tantos años antes? Y por último, si un individuo que viola una prohibición de la Torá prueba que la Torá no es para ese grupo, entonces seguro que la Torá no debía de haber sido entregada al hombre. En las muchas generaciones desde que se dio la Torá, debemos asumir que mucho más de tres hombres han comido taref . Entonces, ¿por qué el hecho de que tres ángeles comieron carne y leche es un argumento tan potente que “inmediatamente estuvieron de acuerdo?” Para responder a estas preguntas, necesitamos comprender mejor la misma naturaleza del hombre.
La Naturaleza del Hombre El Jovat El Jovat HaLevavot (Shaar (Shaar Avodat Elokim 3:2) Elokim 3:2) explica: “El hombre fue creado de elementos que son muy diferentes, cuyas esencias son opuestas y cuyas naturalezas están en competencia. Ellas son su cuerpo y su alma. Dentro del hombre, Hashem implantó impulsos y deseos que son necesarios para la continuidad de la especie humana; estos son todos sus deseos por placeres físicos. Se encuentran en el hombre así como en los animales. Si el hombre los utiliza, fortalecerá su estancia física, y la raza humana florecerá. Además de estos, Hashem implantó dentro del alma humana fuerzas, las cuales si el hombre utiliza, causarán que él mire hacia abajo su posición en este mundo y lo harán desear separarse de él. Esta es su parte espiritual.” Dentro de este corto párrafo nos han dado la fórmula de la naturaleza del hombre. Cuando Hashem creó al hombre, Él unió dos elementos diversos para formar su alma viviente. Estas son su alma espiritual (lo que llamamos su neshamá) neshamá) y su alma animal. El consciente “Yo” que piensa y
siente está compuesto de ambas partes. La neshamá neshamá llega desde el trono de gloria de Hashem. Es pura y elevada, sagrada y sublime. Todo lo que desea es lo bueno, lo apropiado y lo noble. Debido a que proviene de los mundos superiores, no obtiene beneficio de este mundo y no puede relacionarse con ninguno de sus placeres. La otra parte del alma del hombre es muy distinta. Es exactamente como la de un animal, con todas las pasiones y deseos necesarios para mantenerlo vivo. Es su alma animal . Si quisiéramos comprender al hombre, encontrarle sentido a lo que lo impulsa y relacionarnos con lo que a él le importa, entonces necesitamos comprender su neshamá, neshamá, necesitamos entender esta otra parte del alma del hombre.
Comprendiendo el Alma Animal Un animal tiene una esencia viva. Justo como el hombre, tiene una parte que no es física. Se deja atraer por cierto tipo de objetos y repele a otros. Un perro tomará cariño hacia su amo y aún arriesgará su propia vida para defenderlo. Como ejemplo: Cuando yo era rebe en la yeshibá, había un muchacho que tenía mucha dificultad al irse a su casa para un Shabat libre. Cuando era niño, su padre le había comprado un cachorro. Él y el cachorro crecieron juntos, y se encariñó mucho con él. Cuando él se marchó a la yeshibá, la separación fue muy difícil para su perro. Cuando este muchacho regresaba a casa, más o menos cada seis semanas, su perro se emocionaba mucho a verlo y salía a recibirlo. El problema era que dentro de su entusiasmo, ¡se ponía frenético y se orinaba encima de las piernas de su amo! No creo que él quedara muy complacido con la lealtad de su mascota. El punto es que cada animal tiene una parte que está víbrate y viva, y justo como el alma humana, esta parte no es física, sino espiritual. Cuando un perro duerme, su cuerpo queda inerte, casi sin vida. Cuando despierta, su esencia regresa de nuevo a él. La parte del animal, su esencia interna, es su alma animal.
Instintos Necesarios Necesarios para la Supervivencia Supervivencia Hashem implantó dentro del alma animal todos los impulsos que el animal necesita para su sobrevivencia. Un gato caza ratones por instinto. Un pájaro come gusanos por un impulso interno. Sería difícil imaginar a un petirrojo pensando, “Basándome en mis necesidades nutricionales, así como en mi capacidad de cazar, capturar y digerir esas comidas, acompañado con la disponibilidad general de esos artículos, he decidido que lo mejor para mí será utilizar al gusano como mi suplemento alimenticio.” El pájaro tiene hambre de un gusano. Es un impulso natural, una inclinación innata hacia su comida. Hay estudios que muestran que cuando los animales criados en cautiverio son liberados al campo abierto, instintivamente cazan la fuente de comida ideal para su especie. Cuando los dejan sueltos, los tigres siberianos que fueron dejados huérfanos desde chicos y fueron criados con leche de botella, comenzaron a cazar venados, su fuente natural de comida, aún cuando los tigres nunca antes habían visto un venado, mucho menos habían visto cómo se cazaba un venado para comérselo. Las herramientas se encuentran innatas dentro de ellos, la aptitud y la inclinación para capturar y consumir los tipos de comida que más aseguran su sobrevivencia. Así también con el apareamiento. Dos ranas acuáticas no se sientan a platicar acerca de su futuro, una de ellas diciendo, -Kermit, creo que es tiempo de que nos asentemos y formamos una familia, - Hashem implantó en cada animal los impulsos necesarios para su supervivencia como individuos, así como la supervivencia de la especie entera. Esos instintos y deseos son parte de su alma animal.
Alma Animal en el Hombre El hombre también tiene un alma animal. Hay una parte de él que ansía las cosas físicas. Él desea comer, dormir y procrear. Hashem colocó dentro del alma animal del hombre todas las inclinaciones que necesita para permanecer vivo. Si él sigue estos instintos, sobrevivirá, y las especies de la humanidad continuarán. El alma animal forma parte de mí. El “yo” que piensa y siente consta, en parte, de estos instintos y deseos. Dentro de mí, hay una parte que necesita comer. No decimos que mi cuerpo tiene hambre de comida – yo tengo hambre. La esencia de mí desea comida. Yo estoy compuesto de ambas partes: espiritualidad pura e instintos animales. Tengo una parte de mí que es más sublime que los ángeles, y una parte que es tan impulsiva como cualquier miembro del reino animal. Cuando un perro siente la necesidad de procrear no hay nada que lo detenga: el deseo gobierna al animal. Yo también tengo esa parte. Dentro de mí hay un conjunto de instintos para buscar las actividades físicas. La grandeza del humano es que mi otra parte, la parte que es pura inteligencia, puede controlar a los instintos animales. Puede utilizar esos deseos e impulsos adecuadamente, canalizándolos hacia fines productivos y positivos.
La Lucha en el Hombre Estos dos elementos en el hombre son opuestos, y luchan por la primacía y control sobre la persona. Como resultado, el hombre está en constante flujo. Entre más utilice cualquiera de los dos lados, este se vuelve más fuerte e influyente. Como un músculo que se hace más fuerte con el uso y se atrofia con el desuso, si una persona utiliza su alma espiritual para controlar su alma animal, se vuelve más fuerte y él se eleva. Sí cede ante sus deseos, entonces el alma animal gana el mando. Sus deseos se vuelven más intensos y frecuentes. Exigen ser cumplidos más a menudo y con más fuerza – al hombre lo controlan sus deseos. En este aspecto, el alma animal del hombre es diferente de la que encontramos en el reino animal. Los deseos de un animal son fijados a cierta intensidad desde su nacimiento. Estos fluctúan basándose en las estaciones y en las circunstancias, pero todo dentro de un patrón establecido. El hombre, por el otro lado, tiene menos restricciones en la intensidad de sus deseos. Si controla sus instintos animales, ellos disminuyen, disminuyen, así que se vuelve más fácil para él dominarlos. Él se convierte en su amo. Si permite que ellos gobiernen, se vuelven más fuertes y más extremos hasta que toman el mando. Entonces, el hombre no es más que un títere en manos de sus apetitos.
Auto Dominio Dominio El proceso de la vida es una lucha entre estas dos fuerzas. Idealmente, si una persona tiene éxito, su alma intelectual pura dominará a su alma animal y la utilizará para el propósito de mantenerse vivo. Como un capitán dirigiendo su barco por medio del viento, él utiliza el alma animal y su energía para lograr sus objetivos y metas. Cuando come, es con el propósito de mantener su salud para que pueda cumplir su misión adecuadamente en este planeta. Cuando procrea, es con el propósito de traer hijos a este mundo y crear un matrimonio armonioso y amoroso. Los placeres que recibe de este mundo también son para un propósito: para que permanezca tranquilo y tenga tenga la mente en paz, así podrá estar más apto apto de proseguir su camino. camino. Usando el alma animal de esta manera, no solamente él incrementa el control que tiene su neshamá, neshamá, también eleva todo lo que él hace. Actividades físicas mundanas necesarias para la sobrevivencia humana, se elevan hasta llegar a la máxima forma de actos positivos, y las funciones humanas llegan al máximo nivel de espiritualidad – un ángel con la forma de un hombre.
Sin embargo, si la persona permite que sus deseos animales ganen y sigue a sus impulsos naturales sin controlarlos, estos se vuelven cada vez más fuertes y eventualmente gobiernan sobre él. Ya no es capaz de tomar decisiones basadas en su inteligencia. Sino que, como un animal, es dominado por sus caprichos y gobernado por sus pasiones hasta que pierde el control de sí mismo y aún la habilidad de decidir. Se parece cada vez más al animal y cada vez menos a Di-os, eventualmente convirtiéndose convirtiéndose en nada más que un animal con la forma de un hombre.
El Dr. Jekyll y el Sr. Hyde Este es el humano: una contradicción viviente, caminando y respirando, compuesta de dos elementos drásticamente diferentes, completamente opuestos en naturaleza. Y así, encontramos que el hombre actúa de manera muy peculiar. ¿Alguna vez te has preguntado por qué vemos a la misma persona actuando de formas tan contradictorias? En una ocasión es tolerante y comprensivo; en otra es inflexible y agresivo. Un momento es benevolente y amable; al siguiente es amargo como el vinagre. Lo extraño es que no se trata del Dr. Jekyll y el Sr. Hyde - ¡soy yo! Atrápame en el momento adecuado y soy noble y distinguido. Un minuto más tarde soy todo un egoísta. ¿Qué sucedió? ¿Cómo puedo encontrarle sentido a mi propio comportamiento? No gastamos suficiente energía observándonos a nosotros mismos y viendo quiénes somos en realidad. Estamos tan acostumbrados a explicar nuestro comportamiento de manera positiva que perdemos la habilidad de vernos bajo una evaluación honesta. La realidad es que tenemos dos lados, y dependiendo del momento y del humor en el que nos encontremos, nuestras reacciones varían de manera extrema. Puedo estar sentado con alguien en mi estudio, teniendo una inspiradora plática acerca de la grandeza del espíritu humano, acerca de elevar nuestras vidas, y de las finas sutilezas del comportamiento humano. Podemos proseguir durante horas. Un poco después me entero que este hombre se fue a su casa, se peleó con su esposa y comenzó a maldecir, gritar y muchas cosas más. Y quisiera preguntarme a mí mismo, “¿Es la misma persona? ¿Puede el mismo ser humano que justo una hora antes estaba involucrado en una discusión acerca del mejoramiento del ser humano, dirigirse a su casa y golpear a su esposa?” ¿Cómo podemos explicar cuando gente extremadamente exitosa en lo que hace, poderosa, con metas bien definidas, tira todo lo que tiene – su carrera, su matrimonio y su reputación – todo, por una aventura con la secretaria? Si decimos que comprendemos la esencia de la personalidad humana, ¿cómo le encontramos sentido a algo así?
Perdiendo el Control Control La respuesta es que después de haber cedido antes sus deseos, el hombre pierde el control. Se vuelve como un animal, gobernado por sus deseos y pasiones. Los animales son gobernados por sus instintos. Cuando el deseo de procrear aparece, no existe ningún agente controlador que lo detenga. Las personas que han tenido una mascota en celo te contarán historias acerca de gatos saltando a través de ventanas de cristal y perros que cavan agujeros bajo la cerca del jardín. El animal es cautivado por un deseo incontrolable. El hombre también, tiene deseos e impulsos, pero él posee la capacidad de controlarlos y dominarlos. Si lo hace, entonces estos impulsos, mientras que siguen formando parte de él, se vuelven menos poderosos. Disminuyen en la intensidad y la urgencia con la que exigen ser cumplidos. Cuando cede ante estas pasiones sin dominarlas, efectivamente cede el control sobre sí mismo. Estas crecen y se vuelven más exigentes y más potentes. Comienzan a afectar su juicio y su razonamiento, ejerciendo cada vez más influencia y dominio sobre él. Eventualmente, ellas se convierten en su amo y él es el esclavo, hasta que llega a un punto en el que hace cosas que son destructivas para él y completamente en contra de sus intereses personales.
A través del proceso, él puede pensar que mantiene el control, pero como un adicto a la droga, quién necesita de la droga, el deseo se vuelve tan fuerte y demandante que es necesario un esfuerzo sobrehumano para resistirse a él. Esos deseos no comenzaron de esa forma. En una etapa anterior en su vida, no lo envolvieron de la manera en la que lo hacen ahora. Fue un largo proceso de “ceder” el cual permitió que esos deseos se hicieran más fuertes, causando que él perdiera más y más el control, hasta que se encontró a sí mismo en una posición en la que casi ya no puede detenerlos. Nosotros los humanos somos esa combinación contradictoria. Dentro de mí se encuentra el alma animal compuesta solamente de deseos y apetitos, y dentro de mí está la neshamá sagrada neshamá sagrada que solamente quiere hacer lo correcto y apropiado. El alma animal únicamente conoce sus necesidades neshamá es magnánima y únicamente quiere dar. y vive para satisfacerlas. La neshamá es Estos dos opuestos totales son fusionados para crear al entero que conocemos como ser humano. Cada parte grita por ser satisfecha; cada componente compite por el control. Y así el ser humano se encuentra en un estado de constante cambio mientras una fuerza o la otra gana la primacía. ¿Es acaso sorprendente que encontremos tantos diversos y variados comportamientos en una persona cuya naturaleza no concuerda?
¿Por qué crear al Hombre de esta manera? Ahora llegamos a la pregunta crítica: ¿por qué Hashem creó al hombre de elementos tan conflictivos? ¿Por qué formarlo en este estado de constante batalla interna? La respuesta a esta pregunta está basada en la comprensión del concepto del libre albedrío. Mientras que el libre albedrío suena muy sencillo, de hecho es una de las características más brillantes de toda la Creación Creación – y una de las más difíciles difíciles de comprender. Cómo ejemplo: pregúntale a cualquier estudiante de yeshibá si un ángel tiene libre albedrío. ¿Puede un ángel escoger o ignorar una orden de Hashem? Recibirás un enfático “¡No! Por supuesto, un malaj no malaj no tiene libre albedrío. Todo mundo lo sabe.” Es interesante saber que los ángeles sí tienen libre albedrío. Hay muchos lugares en la Torá donde encontramos que son castigados por no haber hecho lo que tenían que hacer. Los ángeles, como nosotros, tienen la habilidad de escuchar a Hashem o de ignorarlo. malaj está en su nivel de entendimiento. Un malaj La distinción entre un hombre y un malaj comprende totalmente las consecuencias de sus acciones. Él se da cuenta que todo lo que Hashem le ordena hacer es bueno y adecuado, y cualquier cosa que Hashem le advierte que no haga, es incorrecta. En teoría, un ángel puede ignorar lo que le ordenan hacer, pero no lo hace porque ve que está dañándose a sí mismo y a toda la Creación. Un ángel que desobedece a Hashem es como si alguien colocara su mano dentro del fuego.
Colocando tu Mano dentro del Fuego Imagina que saco un billete nuevo de cien dólares y te lo ofrezco si colocas tu mano adentro del fuego durante un minuto. ¿Tienes el libre albedrío de hacerlo? En teoría, sí lo tienes. Nada te detiene para hacerlo. Lo puedes hacer, pero nunca lo harías – porque sería tonto. No lo harías ni por mil dólares, ni siquiera por diez mil dólares. Es un daño auto-infligido, y eso es algo que sencillamente no harías. ¿Entonces tienes el libre albedrío de colocar tu mano dentro del fuego? La respuesta es que en teoría sí lo tienes, pero nunca lo harías. Eso no es lo que quiere decir la Torá cuando dice que al hombre se le dio libre albedrío. El libre albedrío no se refiere al libre albedrío teórico, teórico, o sea, la habilidad teórica de hacer algo que nunca harías. Se refiere al libre albedrío práctico, en donde los dos lados son tentadores y son posibilidades legítimas, y tú debes elegir entre ellas. Entonces podrás ser acreditado de tomar una decisión y darle forma a tu persona. Tienes la opción, no en
teoría, sino prácticamente, porque cualquiera de las dos elecciones es una posibilidad real. Podías haberte dirigido a la derecha o a la izquierda, y tú elegiste y tomaste ese camino hasta llegar a dónde estás. Un malaj tiene malaj tiene libre albedrío teórico. Puede violar la voluntad de Hashem, pero nunca lo haría porque ve que al hacerlo se está dañando a sí mismo. En la muy extraña ocasión cuando un malaj sí malaj sí desobedeció a Hashem, fue por un error de juicio. Por ejemplo, un malaj puede malaj puede calcular que en una situación específica, la más ligera falta de respeto al honor de Hashem es demasiado grande para soportar, y tomando acción, se pasa de la raya. El motivo fue desinteresado y puro – actuó por respeto a Hashem. Pero calculó mal. Un malaj es castigado, aún por un error intelectual, si actúa equivocadamente. Sin embargo, estas situaciones son muy inusuales, y bajo circunstancias normales, un malaj malaj nunca se siente tentado a violar la voluntad de Hashem porque ve la verdad claramente.
Para permitir el libre libre albedrío Si el hombre hubiera sido creado solamente con una neshamá, neshamá, él también hubiera tenido libre albedrio teórico. teórico. Hubiera sido posible para él violar la voluntad de Hashem, pero nunca lo hubiera hecho. Su neshamá neshamá es brillante, perspicaz y astuta. Intuitivamente comprende que su Creador es bueno. Instintivamente sabe que cada orden que Hashem nos da es para nuestro bien. ¿Entonces cómo entendemos que Hashem tomó al hombre, cuya sabiduría es mayor que la de los ángeles, y le dio el libre albedrío práctico albedrío práctico?? Para hacer esto, Hashem colocó esta otra dimensión dentro del hombre: su parte instintiva basada en los impulsos. Ahora, parte del hombre desea hacer lo que es correcto y bueno, y parte de él no desea hacerlo. Parte de él desea vivir una vida noble y elevada, y a la otra parte de él no le importa nada. Toda una mitad de su esencia está compuesta de sus apetitos y deseos a los que solamente les interesa ser satisfechos. El hombre es arrastrado hacia los dos lados: hacia una vida de significado y propósito y es igualmente atraído hacia el aquí y el ahora. Él se encuentra en una completa contradicción. Sus dos lados están compitiendo por tomar el control, cada uno de ellos gritando sus necesidades – cada uno de ellos llorando para que sus deseos sean cumplidos. Y ahora se encuentra en un balance perfecto, y tiene la habilidad práctica de darle forma a su persona. Es su decisión la que determina hacia qué lado se dirigirá, y es él quien que será acreditado por llegar a ser lo que será.
La Torá – el Sistema Sistema de Auto-Perfección Auto-Perfección Sin embargo, el costo de todo esto es que el hombre queda en un estado de conflicto interno. Se encuentra a sí mismo atrapado en una lucha constante por el control. Él se encuentra en la batalla llamada vida. Para permitirle al hombre ganar esa batalla, Hashem nos ha dado un programa para nuestro desarrollo espiritual, un medio para fortalecer la neshamá y neshamá y sacarla a flote. Ese método es la Torá – el sistema final de auto-perfección. La Torá es el proceso y la guía que cultiva el lado espiritual del hombre, permitiéndole dominar al alma animal que tiene dentro. Está repleta de mandamientos y acciones, muchos de los cuales se entienden fácilmente mientras que para otros es necesaria mucha profundidad para poder comprenderlos. Pero todos ellos con una sola meta: fortalecer las dimensiones espirituales del hombre para que se vuelvan dominantes. Cuando el hombre sigue el sistema de la Torá, su neshamá se neshamá se nutre y se llena de energía, y puede sobrepasar a los ángeles, alcanzando alturas de grandeza.
Comidas Prohibidas
Esto nos lleva a uno de los elementos más malinterpretados de nuestra religión: por qué la Torá prohíbe ciertas actividades. La Torá nos ordena que no comamos ciertas comidas, que no usemos ciertas prendas, y que no hagamos ciertas actividades. La carne está bien. La leche está bien. Pero cocinar carne y leche juntas está prohibido. El lino está bien. La lana está bien. Combinar el lino y la lana juntos de repente se convierte en shatnez y shatnez y no puedes usarlo. ¿Por qué? ¿Qué sucedió? ¿Qué cambió? El Jovat El Jovat HaLevavot (Shaar Avodat Elokim 3:2) explica que la mayoría de las mitzvot de la Torá están basadas en mantener este fino balance dentro del ser humano. Debido a que estas dos partes del hombre, la neshamá y neshamá y el alma animal, están en guerra, la Torá prohíbe ciertas actividades ya que le dan una ventaja injusta al alma animal. La fortalecen y le dan fuerza extra. Así como demasiada cafeína causa que la gente esté nerviosa, ansiosa y agresiva, ciertas comidas afectan nuestro balance espiritual. Muchos comentarios explican que ninguno de los animales kosher son depredadores. Se nos prohíbe comer animales que matan a su presa para comérsela. ¿Por qué? Porque cuando el hombre ingiere un animal, parte del nefesh (fuente nefesh (fuente de vida) de ese animal pasa a formar parte de él. Se nos ordena no comer depredadores ya que al hacerlo traeríamos esas tendencias agresivas dentro de nosotros. Nuestra alma animal absorbería esas características y afectarían nuestro balance interno. Así también, la carne y la leche cocinadas juntas fortalecen el alma animal del hombre. Para comprender cómo lo hace, necesitarías ser un científico del alma. La ley se llama jok porque porque la persona promedio no es suficientemente estudiosa espiritualmente para entender cómo funciona. Pero la Torá nos advierte en contra de eso porque tiene el efecto de volver al alma animal más poderosa y primaria. La Guemará (Yomá 39) Yomá 39) nos dice que la comida taref adormece adormece el corazón del hombre. Cuando una persona come comidas prohibidas, se le hace más difícil sentir la santidad de Shabat, estudiar Torá y sentir el dolor de otra persona. ¿Por qué sucede así? Porque en ese fino balance de su personalidad, el alma animal se ha reforzado, y por consecuencia su neshamá se debilita. La persona se vuelve más parecida al animal y menos parecida a Di-os. Y ahora es más difícil para él relacionarse con asuntos espirituales.
Ayunando en Yom Kipur Otro ejemplo de esto es la mitzvá de ayunar en Yom Kipur. Yom Kipur es posiblemente el día más sagrado dentro de calendario judío, y ciertamente es un día muy importante en la vida de la persona. Nuestro futuro entero se decide ese día, y es un tiempo de arrepentimiento y cambio, crecimiento y plegaria. Una persona puede alcanzar alturas impresionantes en ese día. ¿No asumirías que nos debían de haber ordenado llegar al shul con energía? Comiendo un buen desayuno; ya que es un día largo de rezo e introspección y necesitamos las fuerzas. Sin embargo eso no es lo que la Torá nos ordena hacer. Justo lo opuesto, nos ordena abstenernos completamente de comer y beber. ¿Por qué? De nuevo, el Jovat HaLevavot explica que eso es parte del sistema. Cuando yo ayuno, mi cuerpo está más débil. El alma animal se atenúa, y tiene menos dominio y control sobre mí. Comienzo a pensar de diferente manera. La vida toma otro punto de vista y mis prioridades comienzan a cambiar. Lo que solía ser tan importante para mí, de pronto ya no lo es. Aquellas cosas que solía alejar ahora comienzan a acercarse. Cerca de medio día, cuando el ayuno realmente comienza a surtir efecto, hay un hecho muy notorio – mi cuerpo ahora está débil. Me siento distinto a como me siento normalmente. El balance dentro de mí ha cambiado, mi percepción ha cambiado – yo yo he cambiado. Ahora veo la vida desde otro ángulo. Veo las cosas claramente. Puedo relacionarme con mis metas en la vida. Puedo enfocarme en mi propósito en la vida. Puedo preguntarme a mí mismo la pregunta clave: ¿estoy logrando mi misión en este planeta?
La Respuesta a los Malajim Malajim Parece que esta es la respuesta a los malajim. malajim. Las mitzvot de la Torá son diseñadas como el sistema de perfección para el hombre quien tiene dos partes en su alma. Las mitzvot se enfocan en ayudar a la neshamá a neshamá a ganar la batalla en contra de su rival de competencia. ¿Por qué los tres malajim comieron malajim comieron comida taref ? Un ángel no pecaría. Él ve las cosas claramente. En teoría podría pecar, pero nunca lo haría. La razón por la que los tres malajim comieron malajim comieron no kosher es porque a ellos nunca les ordenaron no comer taref – – la comida no kosher no les hace daño. Ellos no tienen un alma animal que gana primacía cuando comen comidas prohibidas. Una vez que Moshe Rabenu señaló eso, los malajim inmediatamente malajim inmediatamente admitieron que la Torá había sido escrita para el hombre. Las mitzvot de la Torá fueron diseñadas para permitirle al hombre – este ser altamente afinado y balanceado – que se perfeccionara perfeccionara a sí mismo. Comprendiendo cómo funcionan las mitzvot requiere de una profunda sabiduría acerca de los dos elementos de la personalidad del hombre y de la interacción entre los dos. Parte de ese proceso requiere estudiar al alma animal en su elemento natural y después extrapolarlo al hombre. Sin embargo, antes de hacer eso, debemos entender mejor la parte sagrada del hombre – la parte que lo impulsa a hacer todo lo que es grandioso y elevado – la neshamá del neshamá del hombre.
Capítulo 11 – La Princesa y el Campesino Hebreo Si el propósito de la existencia del hombre fuera sólo para su estancia en este mundo, no hubiera sido necesario colocarle dentro una neshamá tan elevada que es más grande que los ángeles, especialmente si no recibe ningún beneficio de todos los placeres de este mundo. Esto es lo que nuestros Sabios nos han enseñado: “Se compara con una princesa que se casa con un campesino.” (Midrash Kohelet, Capítulo 6) Si él le ofrece todo lo que hay en este mundo, no tiene significado para ella ya que es la hija de un rey. Así también la neshamá. Si quisiéramos ofrecerle todas las cosas finas de este mundo, no significan nada para ella ya que ella proviene del Mundo superior. Mesilat Yesharim Yesharim , Capítulo 1 En los tiempos de castillos y valles, vivía una princesa. Como hija única, su vida estaba llena de comodidades, lujos y esplendor desde la cuna hasta la tumba. Usaba solamente satín y seda. Le servían únicamente las delicias más finas. Vivía una existencia encantadora hasta que cumplió los veinte años. Un día la princesa tomó un paseo por el bosque y se perdió. Deambulando durante horas, se dio cuenta que no podía encontrar el camino de regreso al castillo. Exhausta, se recostó sobre el suelo desnudo y se quedó dormida. Soñó que nunca regresaba a su casa y que estaba destinada a pasar el resto de su vida en el bosque. bosque. Se despertó sobresaltada, miro alrededor y vio que no era sólo un sueño, que aún estaba en el bosque. Llena de un pánico desesperado ella corrió – tropezándose, chocando, cayéndose y volviéndose a levantar. Hora tras hora corría cada vez más profundamente dentro del bosque… y cada vez más lejos del castillo. Exhausta se colapsó y de nuevo cayó en un profundo sueño. Cuando despertó se dio cuenta que si no comía algo, moriría. Recordó que algunas de las ramas y raíces del bosque eran comestibles, así que intentó juntar algún tipo de alimento y así pasó el tiempo. Pronto los días se convirtieron en semanas, y las semanas en meses.
Encuentra una Choza Después de más de un año, con sus ropas destrozadas y su cabello desaliñado, se topó con un claro en el bosque y vio lo que parecía una choza hecha de leños. Se acercó, despacio, con cuidado… no había sonido alguno. Silenciosamente, rodeó la choza. Estaba vacía. Abrió la puerta, miró adentro, y vio un hogar primitivo pero muy bien atendido, con una mesa, sillas y una chimenea. Parecía que alguien acababa de estar ahí. En la esquina había un marco de cama de madera relleno de paja como colchón. Exhausta, y después de no haber dormido en una cama durante más de un año, se recostó inmediatamente y cayó en un profundo sueño. Muchas horas después, despertó con un sobresalto y vio a un campesino parado a su lado. Él era grande, fornido y más oscuro que cualquier hombre que ella hubiera visto. Pero tan sorprendida estaba ella de verlo como él estaba desconcertado por su presencia. Mil pensamientos corrieron por su mente. “¿Me hará daño? ¿Quién es él? ¿Hablará mi idioma?” Antes de que tuviera oportunidad de abrir la boca, él le trajo una manta y la cubrió con ella. Dentro de su agotamiento, ella volvió a quedarse dormida.
Cuando despertó por la mañana, se dio cuenta que estaba sola de nuevo. El hombre se había marchado. Ella miró alrededor de la choza llena de polvo en el suelo, agujeros en las paredes, y la mesa y sillas de madera simple. “Tiene un aire casi acogedor,” pensó para sí misma. Lentamente fue despertando y vio un platón de avena tibia sobre la mesa. Hambrienta, se lo devoró todo. Sus ojos se llenaron de lágrimas al recordar lo que fueron sus tiempos distantes – su hogar, el castillo, lleno de los más finos ornamentos; su guardarropa, hecho de las telas más delicadas; su cama, el satín más suave y la seda más fina. Se levantó y se dirigió a caminar afuera. El olor de la primavera estaba ya en el aire, y la frescura parecía colgar de las ramas. Ella estiró los brazos y aspiró los dulces aromas. Cuando abrió sus ojos, se dio cuenta que el campesino estaba ahí – parado en la distancia, observándola. Él se acercó lentamente. Abrió su boca para hablar. Era su idioma, pero crudo y primitivo. Él era un hombre sencillo – inculto y no refinado. refinado. Sin embargo, él era amable. Cada día, ella encontraba encontraba su comida preparada, y cada día él regresaba del bosque con algún regalo – un día flores, el siguiente un platón tallado en madera. El tiempo pasó y ella comenzó a sentirse casi en casa en esta cabaña. Hasta se sentía algo atraída por este hombre. Recordó esa primera noche en el bosque cuando había soñado que su destino era pasar el resto de sus días en el bosque. Lentamente se hizo a la idea de su destino. Después de poco tiempo, se casaron. Su vida en el bosque era muy difícil. Ella pasaba los días tejiendo, pelando, cosiendo y cocinando – todo lo tenía que hacer a mano. Y los inviernos eran tan duros: helados e interminables, mes tras mes de frío frígido, y ella tenía que usar las prendas más ásperas que raspaban su piel y que apenas mantenían fuera el frío. La única fuente de calor en la cabaña era el fuego que terminaba cada cuantas horas. La mayoría de las noches ella despierta temblando de frío, y entonces su mente regresaba a su juventud, a la vida de esplendor y lujos que siempre pensó que serían su futuro. Lo que hacía todo aún más difícil es que mientras que su esposo es bueno con ella, ninguna de las cosas que él le da la hacen feliz – simplemente no significan nada. Él talla unas cuentas, las ensarta en un hilo y se las da a ella, pero su mente viaja hacia atrás, a las perlas y diamantes que ella usaba tanto tiempo antes. Él cocina avena mezclada con hierbas para ella, y ella recuerda a los sirvientes que cargaban charola tras charola de delicias. Cada regalo la llena de melancolía ya que la hacen regresar a su vida anterior.
Una Parábola de nuestras Vidas El Mesilat El Mesilat Yesharim explica Yesharim explica que este es un mashal (parábola) (parábola) de nuestras vidas. Parte de mí es la princesa; parte de mí es el campesino. Cada una tiene sus necesidades; cada una tiene su propósito. Parte de mí es un espíritu sagrado que solamente busca lo que es noble, correcto y apropiado. Provino de bajo del trono de gloria de Hashem, en donde disfrutaba de la existencia más sublime. Siendo de pura inteligencia, desea únicamente ser generosa y dadivosa. Aspira a la grandeza. Fue colocada en este mundo con una misión y reconoce la importancia y el significado de la vida. Todo lo grandioso del hombre proviene de esta parte. Pero hay otra parte dentro de mí: el campesino. campesino. Esta también tiene deseos; esta también tiene necesidades. Está compuesta de todos los instintos y deseos encontrados en el mundo animal. Esta parte no tiene sensatez o auto-control; consta de hambres y apetitos. Fue programada con todo lo que el hombre necesita para mantenerse vivo y funcionando en este mundo. El yo consciente, la parte que piensa y recuerda está compuesto de ambas partes – la princesa y el campesino. La razón por la cual el hombre tiene tanta dificultad para lograr la paz de espíritu es que ambas fuerzas lo mueven en direcciones opuestas – cada una jala hacia su propia
naturaleza. La parte ‘campesino’ del alma del hombre desea todo lo que es el aquí y el ahora. Es simple. No puede ver el futuro. Sólo puede relacionarse con lo que está revelado y es obvio. Basándose en el mundo físico, todo lo que conoce son cosas de naturaleza material. Dale un lugar en donde dormir y algo de comer y será feliz.
Nada satisface a la Princesa La otra parte de mí, la princesa la princesa,, desea tantas cosas más. No encuentra satisfacción en nada de este mundo; ve a todos los lujos y las posesiones materiales como espumillón barato. Encuentra a cada placer de este mundo rudo y nada atractivo. Dale todo el dinero que el dinero puede comprar, y aún así permanece inmóvil. No significa nada para ella porque proviene de un lugar mucho más alto. Esta parte, la neshamá, neshamá, también tiene hambre – pero no de comida y bebida; tiene hambre de significado y propósito. Quiere crecer, lograr, cambiarse a sí misma y al mundo en el que vive. Más que nada, ansía una relación con su Creador. ¿Alguna vez te has preguntado por qué el hombre no parece encontrar la felicidad? Corre detrás de las cosas, trabaja tan duro para lograrlas, pero cuando finalmente las tiene, sencillamente ya no significan nada para él. ¿Por qué no puede sentirse satisfecho con lo que tiene? Seguro que lo persiguió con mucho afán. Lo buscó como si fuera la solución a todos sus problemas. Ahora lo tiene, y ahora necesita más. ¿Por qué? Cuando la gente no entiende su constitución básica, tienen pocas oportunidades de lograr paz y armonía interna. Persiguen muchas cosas pensando, “Esto es lo que me hacía falta. Esto es lo que necesito. En cuanto tenga esto ya voy a ser feliz.” Pero no funciona. No puede funcionar porque solamente llenan la mitad de ese vacío. La otra mitad queda más hambrienta que antes. El campesino no necesita mucho – una mesa y unas sillas, una simple choza y algo de pan, y con eso está satisfecho. Es la otra parte del alma del hombre la que no está satisfecha – y no puede quedar satisfecha con nada físico.
Yo soy Ambos Uno de los pensamientos más elusivos que parece que siempre se nos escapa es que yo soy yo soy una combinación de esos dos elementos. El yo consciente, la parte que piensa, siente y recuerda, consta de esos dos componentes. Yo soy la princesa y yo soy el campesino. Y porque hay dos lados en mi persona, yo deseo cosas muy conflictivas. Un momento deseo todo lo bueno y adecuado y al siguiente momento todo mi enfoque está en cosas vacías y vanas. Lo extraño de todo es que eso es normal. No tengo personalidades múltiples. Soy un ser humano sano y totalmente funcional. Sin embargo, eso es el punto. Soy humano y esa es la forma en la que Hashem nos creó a los humanos. Hasta que la persona se adapte a estas dos partes de su personalidad, no comprenderá lo que lo motiva, sus propios impulsos y deseos permanecerán siendo un misterio – hasta para él. Una vez que se enfoca en estas dos partes de su “yo,” entonces todo adquiere sentido. Las completas contradicciones que componen nuestros deseos, los intereses conflictivos y necesidades que experimentamos, los lados competitivos de nuestra naturaleza, todo viene de esta dualidad – las dos partes de mi yo. Justo como el campesino busca comida y bebida, la princesa busca significado y propósito, y por esa razón se nos hace tan difícil disfrutar este mundo. Cuando un hombre vive su vida en una dimensión, llenando su estómago y después su bolsillo, la princesa se mira la nariz diciendo, “¿Y para esto vine a este mundo? ¿De ¿De esto se trata la vida?” Y ella manifiesta manifiesta su falta de satisfacción satisfacción en términos muy claros. No lo deja en paz.
Bebiendo cuando cuando estás Sediento En una memoria escrita hace muchos años, un adolescente describe lo que fue la vida para él mientras crecía en los 1920’s en el Sur. El hambre era parte de su vida; era algo normal. Se levantaba por la mañana hambriento, y se iba a dormir más hambriento aún. A menudo salía de su casa por la mañana sin haber desayunado porque no había comida en su casa – literalmente nada para comer. Una mañana mientras caminaba hacia su trabajo, pasó por la casa de un vecino y notó que la manguera del jardín la habían dejado afuera. Él le dio vuelta a la llave y comenzó a beber y a beber hasta que se llenó su estómago, esperando que se le calmaran los retortijones de hambre. Funcionó. Su estómago ya no gruñía por comida… hasta que el agua pasó. Entonces quedó más hambriento que antes. Para mucha gente, así es la vida. Sienten un vacío adentro, un ansia de algo. No pueden explicar exactamente qué es, pero no los deja en paz. Intentan llenarlo con dinero y honor, posesiones y lujos, lujos, todo el tiempo esperando esperando que eso satisfaga ese hueco que tienen adentro. Pero no funciona. Se distraen durante un rato, desvían su atención por unos momentos, pero después vuelve a llegar la calma, y se encuentran a sí mismos más vacíos que antes. Y lo peor de todo es que por más que quieran, no pueden entender por qué. “¡Tengo tanto y me siento tan pobre! ¿Qué sucede conmigo? ¿Cuál es el error de mi vida?” El problema es que tratan de llenar sus almas con cosas que brillan y relampaguean, pero que son tan fugaces como los fuegos artificiales del cuatro de julio. La princesa que está dentro de mí no se satisface y no puede llegar a satisfacerse con algo tan barato, así que pide más a gritos. En lugar de escuchar su grito, mucha gente trata de llenar ese vacío con más oro y resplandor. Pero la princesa no se impresiona. Así que mientras ellos llenan sus estómagos por un tiempo y olvidan su dolor, el hambre insoportable vuelve a atacarlos mucho más fuerte que antes.
Necesito más “¿Pero qué sucede? ¿Qué me falta? Pensé que lo tenía todo. Creo que necesito un poco más.” Entonces, en una alocada prisa para sofocar ese sentimiento de vacío que está adentro, ellos buscan carreras y promociones, honor y prestigio, adquisiciones y aficiones, distracción tras distracción, corriendo, corriendo, corriendo – lo que sea, sólo para no pensar en el vacío de adentro. Desde autos hasta casas, aviones y cruceros. Compra un bote, luego un yate. Después un Rolex, luego un Rembrandt. Lujos, fiestas, extravagancias… lo que sea, lo que sea para llenar ese vacío de adentro. Pero nunca funciona. Se despiertan a la mitad de la noche y pronuncian las palabras, “Tiene que haber más en la vida que esto.” Lo hay. Hay mucho más. Pero si el hombre no lo busca, no lo encontrará. Y si no lo encuentra, está destinado a ser miserable. Viviendo tan pobre como un ratón ciego en un silo de comida, sin saber qué puerta abrir para encontrar un tesoro de provisiones, que está justo ahí para tomarlo – si tan solo pudiera verlo. Para lograr la felicidad y la paz de espíritu, el hombre debe saber que tiene un alma, y entonces debe saber que esa alma necesita alma necesita ser satisfecha. Irónicamente, esto es algo que aún gente que proviene de ambientes seculares han llegado a comprender.
Víctor Frankl – El hombre en busca de Sentido
Victor Frankl fue una persona así. Él fue un psiquiatra Vienés, judío secular quien apenas sabía que era judío. Los nazis hicieron que su identidad fuera clara para él cuando lo deportaron a un campo de concentración. Después de la guerra, escribió un libro titulado El Hombre en Busca de Sentido. Sentido . El libro tiene dos partes. La primera trata acerca de la vida en los campos de concentración. Describe cómo él intentó salirse de la existencia de día con día y analizar la vida en los campos desde un punto de vista desapasionado. Es una lectura espeluznante. La segunda parte del libro es igual de interesante. En ella, Frankl describe lo que fue la vida para él después de la guerra. Poco después de haber pasado un tiempo en un campo para los sobrevivientes de guerra, llegó a Los Estados Unidos y abrió una clínica en el Upper East Side de Side de Manhattan. Debido a que había sido un psiquiatra mundialmente famoso, su consultorio se llenó rápidamente. Sin embargo, él explica que los casos que trataba ahora no eran para nada parecidos a los que estaba acostumbrado a tratar. Una mujer llegaba a su oficina, y él comenzaba la entrevista preliminar: -Señora, ¿en qué puedo ayudarle? -Es que, doctor, estoy deprimida. -Ya veo. ¿Es su matrimonio? -No. Eso va muy bien. -¿Son sus hijos? -No, ellos también está bien. -¿Se trata de su trabajo? -No, eso está muy bien. -¿Entonces qué es? ¿Por qué está usted deprimida? -No lo sé doctor. Por eso estoy aquí. Él describe que paciente tras paciente llegaban, deprimidos, pero sin ninguna causa atribuible. Ningún trauma. Ninguna pérdida de un ser querido. No habían perdido ni su trabajo ni su fuente de ingresos. Su conclusión: estas personas estaban deprimidas porque les faltaba un significado en su vida; les faltaba dirección y propósito. Un hombre de cuarenta y cinco años se despertaba y se decía a sí mismo, “Me va muy bien. Estoy ganando montones de dinero, mi compañía está floreciendo, pero, ¿de qué se trata todo esto? ¿Para qué hacerlo? ¿Cuál es el propósito de todo? todo? La conclusión de Victor Frankl, desde un punto de vista psiquiátrico, es que el hombre sin significado se deprime, y de hecho, debe deprimirse, porque en el núcleo de su esencia él está vacío. Su única esperanza es encontrar significado y propósito en su vida. Solamente entonces encontrará la felicidad.
¿Por qué el Hombre no puede Satisfacerse? Él está en lo correcto. La razón es que Hashem creó al hombre para un propósito más neshamá, la cual no le permite al hombre estar tranquilo. No le permite ser elevado y le dio una neshamá, mediocre. Le exige demasiado. Le exige vivir con un propósito, le exige darle a los demás, le exige hacer contribuciones significativas, significativas, y si sus necesidades no son cumplidas, lo deja triste e infeliz. Una de las paradojas de la vida es que puedes tener todo y ser pobre, o no tener nada y ser rico. Pero no se trata únicamente de actitud. No es solamente asunto de apreciar lo que tenemos. Es mucho más profundo que eso, cortando la fibra misma de la personalidad humana. El hombre tiene dos partes dentro de él. Cuando satisface las necesidades de las dos, logra un estado de balance y armonía. Él está en paz consigo mismo. Cuando eso sucede, todo es hermoso. El sol brilla, los pájaros cantan y todo es maravilloso. Puede ser que esté lloviendo afuera y que no pueda pagar la hipoteca, pero está bien, porque las cosas tienen significado. Comprende la vida. Entiende lo que estás haciendo aquí. Y siente verdadera alegría y satisfacción. Está feliz.
El propósito de la vida no es la felicidad, y la Torá no es una “guía para ayudarte a ser feliz.” Pero una consecuencia directa de llevar un estilo de vida de Torá es que serás feliz. La Torá es la guía para llevar una vida exitosa. Fue escrita por el Único que entiende realmente al hombre – su Creador. Cuando una persona sigue sus caminos, está en paz consigo mismo. Ambos, el campesino y la princesa tienen sus necesidades satisfechas, y la persona está sincronizada.
Permitiendo que que el Campesino Gobierne Gobierne Sin embargo, cuando la persona no sigue los lineamientos de la Torá para el éxito, invariablemente permite que el campesino gobierne. Por un tiempo, eso está bien; él está ocupado formando su fortuna y divirtiéndose. Pero parte de él está infeliz y él simplemente no puede disfrutar de la vida – sin importar lo que tenga, sin importar lo bien que le vaya en la vida. Todas las posesiones del mundo, toda la belleza de la Creación, no significan nada para él porque en el núcleo de su esencia hay una voz gritando su descontento. “¿Pero por qué no soy feliz? ¿Por qué no me siento satisfecho?” Simplemente al hacer esta pregunta nos dice la respuesta. Hashem nos creó para un destino que es mucho más grande que sólo vivir, ganarse la vida, caminar por este camino que llamamos vida. Y debido a eso, no puedo sentirme satisfecho con pasar el tiempo nada más. No necesito más dinero o lujos o autos. Más significado. Más sustancia. Más relevancia. Parte de mí está diciendo, “No puedo creer que Hashem me puso en este planeta solamente para hacer las cosas insignificantes que hago. Tiene que haber un propósito más elevado. Tiene que existir un significado en todo esto.” Si una persona quiere vivir una vida significativa y llena de satisfacción, necesita entenderse a sí mismo. Él tiene que relacionarse con las necesidades de su alma. La única manera de hacerlo es encontrando su misión en la vida, investigando por qué lo creó Hashem y por qué Hashem lo colocó en esta cosa llamada vida.
La Actividad que que le da más Felicidad Felicidad al Hombre Una vez que la persona se entiende a sí mismo, puede dedicarse a la experiencia que le da más felicidad – crecimiento. Para eso nos puso Hashem en este mundo. Ese es el propósito de toda la Creación. Y Hashem implantó dentro de nosotros todos los impulsos e instintos que necesitamos para crecer. El reto de la vida es que existe la otra parte de mí. Existe el campesino quien llama con sus necesidades y deseos. Si la persona sigue esa voz, por un tiempo estará ocupado, por un tiempo encontrará algo de satisfacción, pero desaparece rápidamente dejándolo más vacío que antes.
Hashem quiere que seamos felices felices Hashem quiere que seamos felices. Hashem creó todo para darnos de Su bondad a nosotros. A pesar de que el propósito de la vida es nuestra estancia en el Mundo Venidero, Hashem quiere que seamos felices en este mundo también. Para esa razón, Él creó muchas alternativas estrictamente para que nosotros disfrutemos. Pero para disfrutarlas, la persona debe aprender a usar este mundo adecuadamente. Cuando el hombre sigue el camino de la Torá, él crece, él consigue, y él logra su propósito en la Creación – y él está feliz. En ese estado, él puede disfrutar toda la belleza de este mundo. No lo distrae; es una herramienta que él utiliza para servir más a su Creador y realzar su crecimiento. El reto de la vida es no perderse, no dejarse atrapar en el aquí y en el ahora tanto, que olvidamos que existe un mañana.
Capítulo 12 – Folletos de Viaje y el Mundo Venidero Hebreo Por lo tanto, el hombre fue colocado colocado primero en este mundo, para que por medio de lo que encuentre aquí, él pueda adquirir su Mundo Venidero. Mesilat Yesharim, Yesharim, Capítulo Capítulo 1 “Jamaica: Playas blancas, cielos sin nubes, océanos sin fin. Una vez que estés ahí, lo sabrás.” Anuncio de Viaje Existe una industria entera dedicada a escribir folletos de viaje. Sus anuncios ofrecen llevarte por tren, crucero y camello desde los bosques lluviosos de África hasta los Alpes cubiertos de nieve. Después a Jamaica, Aruba y el Golfo de México – desde lo pintoresco hasta lo espectacular, lo excéntrico y lo impresionante. Te atraen para ver el mundo. Si observas a la gente cuando mira estos panfletos, a menudo su mirada se pierde mientras se imaginan a sí mismos viajando a través de esas tierras exóticas. Esto es interesante porque la mayoría de la gente que toma esos panfletos no tiene ninguna intención de ir a esos lugares, jamás. Son muy bonitos para mirarlos, interesantes, pero no tienen nada que ver conmigo. Parece que esa es la manera en la que vemos al Mundo Venidero. ¡Intrigante! ¡Fascinante! Me encantan las descripciones. Pero no tiene nada que ver conmigo. No me malentiendan; estar cerca de Hashem y disfrutar de una felicidad eterna suena maravilloso. Es sólo que no tengo intenciones de estar ahí. Verás, cuando llegue ese momento, yo ya estaré muerto. Mi neshamá puede ser que esté ahí. Mi alma podría llegar a terminar ahí. ¿Pero yo? Yo ya estaré muerto. Así que toda esta discusión en interesante, pero irrelevante.
Yo soy un Ser Físico La razón por la que sentimos de esta manera es que nos vemos a nosotros mismos como seres físicos. físicos . Después de todo, ¿acaso el hombre no es más que carne y hueso, un simple mortal? “Con el sudor de su frente se ganará el pan de cada día, y después se irá de la tierra para que nunca más se vuelva a escuchar de él.” Nos dejamos atrapar tanto en esta limitada definición del hombre que comenzamos a creerla. Y comenzamos a confundirnos a nosotros mismos con nuestros cuerpos. Ya sé que tengo un alma – lo que sea que fuere – pero tiene muy poco que ver conmigo. Yo soy este cuerpo. Desde que alcanzo a recordar he estado dentro de este cuerpo. Todo lo que he experimentado es a través de él. Creo que eso es todo lo que hay. Y la vida parece confirmarlo. Si me golpeas en el brazo, me duele. me duele. Si me pisas en el dedo del pie, yo siento yo siento dolor. Yo y mi cuerpo somos uno. Así que, obviamente, cuando este cuerpo sea enterrado en la tierra, yo estoy muerto. Acabado. Extinto. Y el Mundo Venidero es irrelevante. Por supuesto, se supone que debemos de creer de otra forma. El problema es que dentro de nuestros corazones, así es como sentimos. La pregunta es: ¿cómo alineamos nuestros sentimientos con nuestras creencias? Aquí tenemos un ejemplo que puede ayudar.
Experiencias Cercanas Cercanas a la Muerte
En 1975, Raymond Moody causó una conmoción dentro de los círculos científicos cuando Vida , un libro que cuenta crónicas de experiencias cercanas a publicó La Vida Después de la Vida, la muerte – un término que él inventó. En una experiencia cercana a la muerte, el paciente está muerto clínicamente, pero después es revivido y es capaz de describir lo que sintió al “morir.” Casi todos estos casos comparten una similitud escalofriante. Típicamente ya no había latido cardiaco, ni respiración, tampoco actividad de ondas en el cerebro, pero aún así la persona estaba consciente, dándose cuenta y observando mientras se hacían intentos por resucitarlo. A menudo los pacientes describen un sentimiento de saltar de sus cuerpos y permanecer cerca del techo, observando la escena del accidente, mientras sus cuerpos eran pronunciados muertos. Cuando revivieron, a menudo relataron información detallada acerca de lo que sucedió cuando ellos estuvieron “muertos.” Algunos repitieron conversaciones literalmente. Otros contaron con detalles vívidos los procedimientos médicos realizados en sus cuerpos sin vida – todo hecho mientras ellos permanecían inconscientes, inconscientes, muertos como una piedra. Desde la publicación de ese libro, miles de experiencias cercanas a la muerte han sido reportadas, y el tema ha recibido mucha discusión y muchos estudios científicos. La evidencia parece irrefutable. Una y otra vez, gente gente se acerca a contar el haber visto cosas cosas que no podían haber visto y sabiendo cosas que no podían haber sabido porque estaban muertos cuando eso sucedió. Para muchos, estos hallazgos cuestionan su entendimiento de la vida.
Un Cepillo de Dientes Eléctrico El Lancet , una prestigiosa revista médica, reportó un reciente estudio que registró un número de experiencias cercanas a la muerte que son muy ilustrativas. Una de ella trata de una mujer de treinta y seis años quien sufre un aneurisma y tiene una hemorragia dentro de su cabeza. El procedimiento normal hubiera sido llamarle a un cirujano para abrir el cráneo y cauterizar el área, quemando juntas las venas desgarradas para detener el sangrado. El problema fue que en su caso, la herida estaba en un lugar tan profundo dentro de su cabeza que si intentaban llegar tan lejos, la incisión misma causaría mucho sangrado residual y ella moriría por la pérdida de sangre. No había nada que pudieran pudieran hacer por ella. La mandaron a su casa a morir. morir. Un cirujano ofreció una esperanza. Él había desarrollado una técnica para drenar toda la sangre de su cabeza. Haciendo esto, entonces podrían entrar y sellar las venas dañadas sin provocar más sangrado. Una vez que su cráneo estuviera de nuevo pegado, re-insertarían su sangre. El procedimiento era experimental – no había garantías – pero tampoco tenían ninguna otra opción. Ella consultó con otros profesionales médicos. Se reunió con su familia y con su autoridad religiosa. Y decidió llevar a cabo la operación. El día del procedimiento, colocaron una cinta adhesiva sobre sus ojos y audífonos sobre sus oídos para asegurar que su cerebro no recibiera ningún estímulo que causara sangrado. La anestesiaron y sumergieron su cuerpo en un baño de hielo para bajar su temperatura corporal. Cuando su cuerpo estuvo frío, drenaron toda la sangre de su cabeza. El cirujano abrió su cráneo. Entró, encontró el área dañada, la selló y volvió a cerrar. Entonces volvieron a insertarle su sangre, la sacaron del baño de hielo y comenzaron el lento proceso de regresarla a la vida. Ella sobrevivió. Mientras se recuperaba, el cirujano vino a visitarla. Ella le dijo, -Doctor, debo compartir esto con usted. Mientras usted me estaba operando, tuve una extraña alucinación. Soñé que me salía de mi cuerpo, y que yo estaba ahí en la habitación, cerca del techo, observando. Fue tan extraño. Primero vi que usted tomó un cepillo de dientes eléctrico e intento ponerlo en mi muslo. Escuché que usted le decía a la enfermera, ‘Es demasiado pequeño.’ Ella le dijo, ‘Intente de nuevo.’ Usted volvió a intentar. De nuevo volvió a decir, ‘Es demasiado pequeño.’ La enfermera dijo, ‘Vuelva a intentarlo.’ Usted lo volvió a intentar e insertó el cepillo de dientes adentro de mí. ¿No es extraño?- dijo la mujer riendo.
El doctor no se rió. Lo que describió tenía una asombrosa semejanza con lo que había ocurrido en la sala de operaciones. Parte del procedimiento consistía en insertar dentro de su muslo un instrumento médico que desde lejos se veía como un cepillo de dientes eléctrico. Durante el procedimiento, el doctor se dio cuenta que sus venas eran demasiado pequeñas, y él no podía insertar el instrumento. Él le dijo a la enfermera, -No entra. –Ella le respondió, -Intente de nuevo. – Él lo intentó, pero aún así no entraba. Ella volvió a decir, -Vuelva a intentarlo. – Él volvió a intentarlo y esa vez sí pudo introducirlo. Lo desconcertante de todo es que esto sucedió cuando la mujer estaba inconsciente, su cuerpo dentro de un baño de hielo, ¡y sin actividad de ondas en el cerebro!
¿Qué significa esto? Estos casos desafían el entendimiento de la vida del hombre. Hasta las personas no religiosas están comenzando a reconocer que “Yo” no soy mi cuerpo. Yo únicamente ocupo este cuerpo. Pero si tú no eres tu cuerpo, ¿quién eres? Por supuesto, tú eres más que sólo un cuerpo, ¿pero qué quiere decir? Y aún más significativo, ¿cómo puedes vivir sin tu cuerpo? cuerpo ? Si tu cuerpo muere, ¿qué es lo que queda? La habilidad de verte claramente a ti mismo en una forma diferente a como estás ahora requiere alejarse de la manera en la que pensamos normalmente. Aquí tenemos un ejercicio que puede ayudar.
El Caso más Grande Grande de tu Vida Imagina que eres un abogado. Has estado en la práctica durante diez años, y este es el caso más grande de tu vida. La demanda es tan significativa y los asuntos tan importantes para la práctica de la ley que los procedimientos de la corte están siendo filmados. Todos los socios mayores de tu firma se encuentran en la sala del juicio, esperando para ver cómo se decide el caso. Ayer el juez te pidió un breve perfil de la posición básica de tu caso. Ahora continúa la corte, y dice con voz solemne: -Sr. Goldstein, he sido juez durante diez años, y he ejercido la ley durante veinte años antes de eso. Tu corazón se acelera; no tienes idea hacia donde se dirige. -En todos los años que tengo sentado en esta corte, -continúa él, -nunca he leído un perfil tan bien organizado, lúcido, lógico y fascinante como el que usted presentó. Sr. Goldstein, usted debe ser felicitado. En ese momento, el juez y la sala entera rompen en aplausos. Si describieras tus sentimientos en ese momento, imagino que sería algo como una euforia que se propaga por todo tu ser. Felicidad intensa, impresionante alegría. Lo más probable es que ese día no saliste caminando de la corte; saliste flotando, sintiendo como si trascendieras el tiempo y el espacio. ¡Wowwwwwwwwwwwwwww! ¡Wowwwwwwwwwwwwwww!
¿Qué parte de ti lo sintió? La parte de ti que experimentó esa sensación no fue en tus manos, o en tus pies, o en tu Tú lo sentiste. Tú sentiste Tú sentiste placer. Tú cabeza. No fue ninguna parte de tu cuerpo la que lo sintió. Tú lo estabas emocionado. Ese sentimiento de placer no es dependiente de tu cuerpo. De hecho, no tiene conexión con el estado físico de tu ser. Pero tú lo tú lo experimentaste.
Del otro lado del espectro, imagina que alguien te está gritando, diciéndote todas las groserías que existen en el libro. “Eres una excusa sin valor de ser humano. No sabía que existía gente tan baja como tú.” Escuchar estas palabras te causa dolor. Tú Tú te sientes herido. No es tu corazón quién lo siente. No son tus nervios ni tus sinapsis lo que se siente avergonzado. Tú te sientes así. Es verdad, sientes con tus dedos, saboreas con tu lengua y hueles con tu nariz, pero eres tú quien tú quien lo experimenta. Tú eres Tú eres el que ocupa el cuerpo y controla su destino. Tú eres el dueño del barco. Hay muchas cosas que sientes que no son físicas por naturaleza. Toda la gama de emociones, desde el amor hasta el odio hasta la furia hasta los celos, son cosas que tú sientes. Tú te sientes orgulloso de tus logros. Tú sientes apreciación por los gestos amables de los demás, y tú te sientes herido por las palabras crueles que la gente dice. No es tu cabeza la que siente el dolor. Eufemísticamente, utilizamos expresiones como un corazón roto, pero lo que queremos decir realmente es que tú has tú has sido herido. Tú disfrutas escuchar música y observar un bello paisaje. Tú sientes admiración al ver una montaña majestuosa. Tú puedes derramar lágrimas ante el impresionante poder del océano. Tú sufres cuando un amigo se muere. Tú estás emocionado cuando tu hermana tiene un bebé.
La Alegría no es Física Física Cualquier alegría que experimentamos no es física. Nuestros cuerpos sienten placer; nuestras almas sienten alegría. Felicidad, satisfacción y serenidad – condiciones que valoramos más que todo lo demás en la vida – tienen poco que ver con el cuerpo. Ellas no llegan a nosotros a través del cuerpo, y no dependen de nuestro estado físico. La mayoría de lo que nos hace humanos, esos sentimientos y sensaciones que nos separan del reino animal, no son físicas por naturaleza y no dependen de nuestro cuerpo para su existencia. La emoción que sientes al sostener a tu hija recién nacida por primera vez en la sala de expulsión. ¿Se puede acaso describir una experiencia así? El corazón la siente, o más acertadamente, tú la sientes, pero no es física. Estas son condiciones internas que casi no tienen descripción. Pero son reales, y tú las tú las sientes. Cuando tu cuerpo muere, tú tú sigues viviendo. Tú – con todos tus sentimientos, pensamientos y recuerdos recuerdos – se salen del saco llamado cuerpo. cuerpo.
¿Por qué es tan difícil definir la muerte? Mientras que esto puede sonar bastante franco, la mayoría de la gente no lo comprende. Aún los grandes pensadores se pierden tanto en la espesura de lo físico, que no son capaces de distinguir entre ellos y la forma que ocupan temporalmente. Como un ejemplo: uno de los grandes debates morales dentro de la medicina hoy en día es la definición de la muerte. ¿Es cuando el corazón deja de latir? ¿Es cuando ya no hay actividad de ondas cerebrales? ¿Y qué sucede con una persona que es mantenida con un respirador en un coma vegetativo durante diez años? ¿Está vivo o muerto? La muerte no debe ser difícil de definir. Es cuando el espíritu, la esencia de la persona, ya no ocupa su cuerpo. Mientras estés ocupando tu cuerpo, estás vivo. Una vez que dejas el cuerpo, ya estás muerto. ¿Qué tiene de complicado? La razón por la que la muerte es difícil de cuantificar es porque la ciencia es muy efectiva en medir las propiedades físicas. físicas. ¿Cuánto tiempo? ¿Qué tan denso? ¿Qué tan caliente? ¿Qué tan distante? Pero tú tú no eres físico. Tu cuerpo es físico. Tú Tú no. Estamos tan acostumbrados a mezclarnos con nuestros cuerpos que nos cuesta trabajo recordar que son entidades separadas. Entonces al final terminamos aplicando medidas físicas a algo que no existe en existe en esa dimensión.
Es como intentar pesar la luz. Si alguien te preguntara, -¿Cuántos kilos pesa un rayo de luz? – lo mirarías de forma extraña. Podemos medir la luminosidad. CP es una medida estándar conveniente de referencia. Pero peso es un criterio equivocado para medir la luz. Del mismo modo no podemos utilizar atributos físicos para medirte a ti. ti. No podemos poner “tu esencia” dentro de un tubo de ensayo, agregarle colorante rojo, calentarlo y observar de qué color se tiñe. El cuerpo es cuerpo es medible en términos físicos. La presión sanguínea es cuantificable. La eficiencia respiratoria puede ser calculada. Los niveles de gas en la sangre pueden ser determinados. ¿Pero qué pruebas puedes hacer para saber si tú aún tú aún estás ahí? Tú no eres físico, y cualquier intento por medir tu yo con yo con algún criterio físico, fallará. Por lo tanto, así como el peso no es relevante para la luz, la muerte no es aplicable para ti. La muerte aplica para la vida física. Así que mientras que el cuerpo muere, tú permaneces vivo.
Yo no soy el Cerebro Sin embargo, hay un paso más que debemos tomar para comprender totalmente este concepto. Cuando comenzamos este proceso de relacionarnos con nuestro cuerpo y con nosotros mismos como entidades separadas, mucha gente queda con la mirada en blanco sobre sus rostros, ya que estas ideas son tan extrañas para ellas como el polvo de la luna. Después de un tiempo, comienzan a relacionarse con sus cuerpos como una capa exterior, una funda, una herramienta que utilizan. Entonces llega el momento del ¡aja! Como ¡aja! Como un foco de luz que se enciende, sus rostros se encienden de emoción y gritan, -¡Ya lo entendí! ¡Ya lo entendí! Yo no soy mi cabeza. No soy mi pecho. No soy mi espalda. ¡Ni siquiera siquiera soy mi corazón! Finalmente Finalmente lo entendí. ¡Yo soy soy mi cerebro! ¿Correcto? ¡Incorrecto! Cuando entierran al cuerpo, el cerebro está enterrado con él. Justo como tú no eres la cabeza ni el pecho, tampoco eres el cerebro. El cerebro es el órgano con el que tú piensas. tú piensas. tú. Este es un paso muy significativo. Es algo que utilizas para filtrar tus experiencias, pero no eres tú. Hasta tu cerebro es físico. físico.
Un Flashazo de Intuición ¿Alguna vez has tenido un flashazo de intuición? Fue difícil de explicar, simplemente supiste algo. Quizá fue una corazonada, quizá un pensamiento, pero estaba ahí. Entonces tuviste que pasarlo por ese concreto proceso llamado pensamiento. “Déjame ver… lo que quise decir es que…” Este es un ejemplo de saber algo y luego tener que procesarlo a través de tu cerebro. El cerebro es lento y grueso, lento para entender y rápido para olvidar. Cuando dejas esta gruesa capa tú ya no estás limitada a pensar a través del cerebro. En ese de materia física que llamamos cuerpo, tú ya momento todo llega en un flashazo de brillantez. Tú percibes. Tú percibes. Tú entiendes. Tú entiendes. Y tú recuerdas tú recuerdas cada acción, cada conversación, y cada pensamiento que tuviste jamás – desde que fuiste un infante hasta tu último respiro. Todo está ahí, accesible, porque tú y tus pensamientos son uno. ¿Alguna vez te has preguntado qué sucede con un gran estudioso de Torá quién, al final de sus días sufre de la enfermedad de Alzheimer? Él pasó toda una vida acumulando sabiduría y ahora no puede acceder a ella. ¿Qué sucede cuando se va de este mundo? Como un anciano, es incapaz de recordar la Torá que estudió porque el órgano físico llamado cerebro no está funcionando adecuadamente. Su cerebro está dañado, pero él, su esencia, recuerda todo. Cuando termine su vida, todo volverá de regreso a él. Esta tendencia de vernos a nosotros mismos como entidades físicas es un pensamiento severamente limitante, e inhibe nuestro crecimiento. En el nivel más simple, si no comprendemos quiénes somos y de qué estamos hechos, es seguro que la vida no tendrá sentido. Tendremos muchas, muchas preguntas y no habrá respuestas.
Soy un Ser Espiritual Espiritual Pero aún más restrictivo es que esta confusión causa que veamos nuestra experiencia espiritual como algo peculiar, casi como si fuera sobrenatural. En Shabat, a veces sentimos espiritualidad. Cuando entramos al shul en Yom Kipur, quizá sentimos santidad. Estas ocurrencias se sienten casi extrañas porque aquí estamos nosotros, seres físicos, teniendo estas raras experiencias espirituales. ¡Nada puede estar más alejado de la verdad! No eres un ser físico teniendo ocasionales experiencias espirituales. Eres un ser espiritual, teniendo experiencias físicas temporalmente. temporalmente. Fuiste tomado del trono de gloria de Hashem y colocado temporalmente en este cuerpo. Tú permaneces aquí solamente algunos años, y después regresarás. El mismo tú. tú. No alguna otra versión, no algún primo lejano. Tú te separas de tu cuerpo y regresas, ya sea enormemente mejorado o la opuesto… pero eres tú. tú. Tú eres completa y totalmente espiritual. Este concepto es vital para entender lo que Hashem quiere de nosotros. Una de las razones por la cual la gente tiene dificultad para relacionarse con ciertas mitzvot es porque preguntan, “¿Por qué la Torá se preocupa de esas trivialidades? ¿Qué importa si yo como esto o hago aquello?” Desde una perspectiva física, estas preguntas con válidas. Si fueras únicamente un cuerpo, entonces la mayoría de las mitzvot de la Torá no serían necesarias. No hay nada en el cuerpo que cambie con ellas, así que no se logra nada. Una vez que somos capaces de salir de esta limitada perspectiva y comprendemos nuestra naturaleza, entonces mucho de lo que Hashem nos pide instantáneamente tiene sentido. La Torá es el sistema de perfección espiritual . Fue diseñado a mano por nuestro Creador para guiarnos hacia las alturas para las cuales fuimos creados.
Crecimiento en el Mundo Espiritual Debido a que nuestros cuerpos en el mundo físico están esencialmente estancados. Cualquier cambio que hagamos en ellos nos cuesta mucho trabajo y se pierde fácilmente. Sólo con gran esfuerzo podemos perder peso. Sólo con mucho agobio podemos crear masa muscular. Por otro lado, debido a que somos espirituales, somos altamente susceptibles al cambio. Fuimos colocados en una situación en donde nuestras acciones, palabras y pensamientos nos modelan. Tienen un profundo efecto en nuestra esencia, y ese cambio permanece. Por eso nos fue dada la Torá, un programa para nuestro éxito espiritual. Si seguimos ese programa, creceremos nivel tras nivel, y cuando dejemos este estado transitorio, entonces disfrutaremos nuestros logros eternamente. Probablemente la más grande propensión de vernos a nosotros mismos como seres físicos es que nos dejamos envolver en este mundo. Cuánto dinero gano. Cuánto honor recibo. Qué tan lindo es mi auto, mi casa, mi barco, mi reloj. Todas esas cosas importan tanto porque yo estoy aquí, y es para siempre. Y aún cuando hablemos de conceptos como el Mundo Venidero, tendemos a verlo como vemos los folletos de viaje; son interesantes, pero no son relevantes porque no tenemos intención alguna de ir ahí, jamás. No seré yo quien vaya ahí. Yo estaré muerto. Así que no importa. Pero ese es el punto. Serás tú. No tu primo o alguna otra versión de tu persona. Tú saldrás de este cuerpo físico y tú serás exactamente lo que moldeaste en este mundo.
Comprendiendo la Vida Una vez que somos capaces de ver las cosas desde esta perspectiva tan amplia, la vida toma un significado completamente diferente. Cuando vemos este mundo como un gimnasio, y al Mundo Venidero como el spa, entonces la manera en la que utilizamos nuestro tiempo aquí importa enormemente. Si nos importa la vida aquí, seguro que nos importará mucho más la vida allá. Es
muchísimo más significativo, y es eterno. Entre más veas la realidad de esto, más tu vida será relevante, real y significativa.
Capítulo 13 – El Mundo de Peter Pan No creceré, no, yo no creceré. Nunca usaré corbata; no, yo nunca usaré usaré corbata. O una expresión seria, nunca una expresión seria, A mediados de julio, julio, a mediados de julio. julio. No, yo no creceré, nunca creceré, nunca creceré. Yo no.
-Peter Pan
Uno de los resultados de que Hashem haya colocado nuestra sagrada neshamá dentro neshamá dentro de un cuerpo físico es que somos incapaces de ver ciertas realidades. Puede ser que nos demos cuenta de ellas, pero no podemos sentirlas. Una de ellas es nuestra mortalidad. Tenemos mucha dificultad para vernos a nosotros mismos morir. No es que no queramos pensar en la muerte, o que pensar en ella nos haga sentir incómodos. Es algo mucho más básico – simplemente no tenemos la intención de morir. Dentro de nuestro modo de pensar operante, eso no va a suceder. Por supuesto, sabemos Intelectualmente lo sabemos, pero que va a ocurrir, pero no entra dentro de nuestro pensamiento. Intelectualmente emocionalmente permanece emocionalmente permanece en un lugar remoto, y ciertamente nosotros no vivimos la vida como si esta fuera a terminar. Por ejemplo: como regla general, la gente madura es responsable. Ahorran dinero para cuando se retiren. Compran un seguro de vida – por si las dudas. Establecen anualidades para los nietos – quienes no han nacido aún. Todo en su vida está planeado. Todo está arreglado. Sin embargo, hay un pequeño detalle que pasan por alto: ¿qué sucede después de que se mueren? Si el morirse es una posibilidad tan seria, ¿no debemos pasar más tiempo pensando en ella? Planeas tu carrera. Cuidadosamente escoges el vecindario en donde debe vivir tu familia. Fuiste muy selectivo al escoger escuelas para tus hijos. Cuando estuviste enfermo, no dijiste, “Veremos qué sucede.” Cada parte de tu vida fue programada – no dejaste nada a la deriva. Únicamente en esta pequeña área olvidaste pensar: el propósito de la vida y lo que me sucede a mí cuando cuando esta termina. La razón por la que no pensamos en eso es porque no vemos que alguna vez nos vayamos a morir. Por supuesto que en un nivel lo sabemos. Después de todo, ¿cuántas personas conoces que hayan estrechado la mano de George Washington? ¿Cuánta gente puede decir que conoció a Abraham Lincoln? Hasta puedo ser capaz de citar la tasa anual de mortalidad de mi edad por región, pero eso se queda en teoría. En el ámbito emocional, en mi modo real de funcionar, eso nunca va a suceder. Y simplemente continuamos sin ninguna preocupación en el mundo.
Una Sociedad Especial El Jafetz Jaim explica que nosotros sentimos que hay una sociedad de personas que mueren. Son los ancianos, los enfermos, los desafortunados. Ellos pertenecen a este selecto grupo que muere – y yo no soy un miembro. Así que, mientras que estoy muy al tanto de la muerte, eso no aplica para mí. Sorprendentemente, esto se repite en todos los tiempos, en todos los individuos, viejos o jóvenes, sanos o enfermos. Yo vi un ejemplo viviente de esto una vez que visité a mi abuela. En sus últimos años, ella solía pasar los veranos en las Montañas Castkills. Yo la visitaba regularmente, y en una de esas ocasiones estábamos sentados juntos con varias de sus amigas
– todas ciudadanas mayores. La conversación era agradable hasta que alguien mencionó que tal persona había fallecido. Una de ellas comentó, -¡Oy! Qué pena. Toda la gente mayor se está muriendo. Vi a mí alrededor al grupo y quedé impresionado. No había allí ni una sola persona de menos de ochenta años. Todas eran abuelas o bisabuelas. Todas habían ya perdido a sus padres. La mayoría había perdido hermanos. Muchas habían ya perdido a su esposo. Y aun así el morir era un concepto distante. No era real. En algún nivel, permanecía siendo algo que no les iba a ocurrir a ellas. Era la gente mayor la la que se estaba muriendo. Los desafortunados. desafortunados. Es un grupo selecto – y yo no soy miembro.
La Dura Realidad Esta ceguera tiene un costo real. Antes de que una persona pueda pensar acerca de vivir con un propósito, debe entender la vida. Y hasta que la muerte se vuelve real para él, su vida permanece siendo una aventura de Disney sin fin – la aventura de Peter Pan, en donde la situación actual durará eternamente, y nunca sucederá nada malo. La mayor parte de la humanidad pasa su existencia en este mundo de fantasía. Y como Peter Pan, dentro de sus corazones, cada persona siente, “Yo no me voy a hacer viejo, Yo no. Yo siempre seré joven y sano, y por supuesto, nunca moriré.” Y entonces, como niños, pasan su tiempo jugando con cosas. Juguetes grandes, juguetes pequeños, baratijas y adornos, castillos y lagos, puentes y barcos, medallas de honor e insignias de prestigio, y por supuesto dinero, dinero y un poco más de dinero. Ah, tan exquisito y verde y arrugadito. ¡Ah, qué feliz me hace! Y mientras que es cierto que en este mundo de sueño la vida es barata y sin sentido, ¡seguro que es divertida! Sólo obtienes una oportunidad en esta cosa llamada vida – así que te conviene disfrutarla ahora. ¡A celebrar! Y el carnaval continúa y continúa y continúa. Hasta que se enferman, o envejecen o se aburren y ahí todo se detiene abruptamente. La fiesta termina. Y entonces comienzan las preguntas. Muchas preguntas. Preguntas reales. Pero supuesto, durante sus vidas de fantasía, estuvieron demasiado ocupados como para hacer preguntas. Pero ahora, las preguntas aparecen. Preguntas acerca de Di-os. Preguntas acerca del sufrimiento. Preguntas que necesitan respuestas. Preguntas que no tienen respuestas debido a que están basadas en un mundo de mentiras que malinterpreta la razón básica detrás de la existencia. Sorprendentemente, hasta ese momento no existieron preguntas, ni siquiera se diero n cuenta que la celebración algún día terminaría.
Comprendiendo el Plan Maestro Este fenómeno no es solamente una peculiaridad del comportamiento humano. Es crítico para el plan maestro de la Creación. Si yo pensara en mi muerte de una forma real, eso cambiaría radicalmente mi vida. Estaría forzada a lidiar con esos asuntos que actualmente ignoro: ¿Por qué me creó Hashem? ¿Qué se supone que debo lograr en mi vida? Estas preguntas parecerían tan enormes delante de mí, que yo hubiera tenido que buscar las respuestas. Esas respuestas me obligarían a cambiar. No hubiera sido capaz de vivir en el adormecimiento en el que vivo ahora. No hubiera pasado mi tiempo en actividades frívolas. Mi neshamá neshamá gritaría, “¡Haz algo! ¡Logra! ¿Cómo puedes desperdiciar desperdiciar tu vida de esa manera?” manera?” Hasta los apetitos y deseos del cuerpo no me jalarían, ya que hubiera reconocido que al seguirlos me dañaría. Vería las tentaciones como veo cualquier daño físico. Así como es obvio que no importa qué tan sediento me sienta, nunca bebería cloro, así también ninguna cantidad de
pasión me seduciría para hacer cosas que reconozco como auto-destructivas. E ignoraría las tontas exigencias del cuerpo. En resumen, viviría una existencia enfocada y directa y funcionaría en un nivel elevado logrando grandes cosas. Pero no hubiera sido por elección. Hubiera sido forzado a hacerlo. Y eso práctico, ambos lados deben ser igualmente no es libre albedrío. Para permitir un libre albedrío práctico, viables. Vivir una vida de propósito tiene que ser tan fácil como perderse en el camino. Pensar tiene que ser tan fácil como irse a “dormir” – involucrándose tanto en el proceso de vivir que nunca lidiaría con los asuntos más básicos.
La Gruesa Capa de lo Físico Para crear un balance parejo, Hashem hizo algo más que simplemente mezclar los deseos e impulsos en el alma del hombre. Él puso la neshamá dentro neshamá dentro de esta gruesa capa de materia física que conocemos como cuerpo. El cuerpo actúa como una cubierta que le impide a la neshamá ver neshamá ver Yesharim explica que “Lo físico es como la oscuridad de la noche en el ojo claramente. El Mesilat El Mesilat Yesharim explica de la mente.” Una manera de visualizar esto es imaginar un frío día de invierno. Te encuentras en la parada del autobús toda cubierta con tu grueso abrigo, tu bufanda de lana y tus guantes de esquiar. Tu amigo te pregunta si tienes cambio de un dólar. Metes la mano en tu bolsillo para ver si tienes cuatro cuartos, pero no puedes sentir. No solamente no puedes sentir la diferencia entre una moneda de diez centavos y un cuarto, ni siquiera puedes estar seguro de que hay monedas en tu bolsillo. No hay nada malo con tus dedos. No es que de repente perdieron su sensibilidad; sensibilidad; es sólo que están cubiertos por capas y capas de material. Esto es similar a la neshamá neshamá dentro del cuerpo. El cuerpo rodea a la neshamá neshamá con una capa exterior que la amortigua. La neshamá neshamá no puede sentir ya que está cubierta por capas y capas de materia física. El resultado es que el intelecto claro y afilado del hombre es disminuido. Su conciencia se desenfoca. En cualquier momento él está alerta y adormecido. Consciente y apagado. Así que vive en un estado de disonancia cognitiva, en donde ciertos factores que él sabe intelectualmente, simplemente no puede sentir. No se registran. Ahora el hombre puede estar absorto en el momento, sin ver el futuro o las consecuencias de sus acciones. Ahora puede vivir totalmente en el aquí y en el ahora. Y ahora el hombre está en perfecto equilibrio; puede dirigirse hacia cualquiera de los dos caminos. Tiene libre albedrío – no en teoría, sino en la práctica. Debido a eso, no importa qué tan obvio es para los demás, su final estará oculto de él. Ya sea que tenga un IQ de 180 o la inteligencia de un mosquito, será difícil para él ver su muerte. Y esa es la distinción crítica: difícil pero pero no imposible. El hombre no es forzado a tener éxito, pero el éxito se encuentra a su alcance. Él puede escoger uno de los dos caminos. Está dentro de su capacidad simplemente flotar, sin pensar nunca por qué existe, o puede vivir con significado e intención construyéndose una vida llena de sentido.
Viendo mi Muerte Una de las técnicas más efectivas para vivir una vida de propósito es lidiar concretamente con la muerte. Al confrontar la muerte, me forzó a darle sentido a mi existencia. Puede ser que nunca la sienta completamente, pero puedo tocarla. Y cuando lo hago, es como una bocanada de aire helado que me sacude de mi adormecimiento. De pronto, la vida adquiere un significado profundo. Mis prioridades cambian. Ya no me siento satisfecho persiguiendo aquello que todo el mundo valora, ya sea dinero, honor, pasiones o placeres. Veo todo tal y como es. Súbitamente tengo necesidad de buscar significado y propósito. Necesito lograr cosas significativas. Hasta el sufrimiento comienza a tener sentido, y encaja con el plan maestro. El mundo no ha cambiado, yo
he cambiado. Hashem nos creó para crecer. Él nos colocó en una situación en donde seremos retados, y será difícil, pero Él también nos dio las herramientas que necesitamos para salir exitosos. La primera herramienta es pensar. Salirnos del mundo de castillos en el cielo y lidiar con la vida de manera madura. Comprendiendo que la vida es hermosa, pero tiene un propósito. El primer paso en este proceso es reconocer que la vida tiene un fin. Para lograr eso necesito sentirme cómoda con la muerte – mi muerte. En vez de huir de ella, necesito entrenarme para saberla recibir. Pensar en ella conscientemente. A pesar de que no es un pensamiento muy reconfortante, esta es una de las técnicas más poderosas para el crecimiento personal.
¿La Muerte es Deprimente? Sin embargo esta idea a menudo asusta a la gente. Dicen cosas como, “No quiero pensar en la muerte. Me voy a deprimir. No podré volver a sonreír. ¿No es mejor enfocarse en pensamientos felices?” Me gustaría ofrecerles una perspectiva muy diferente acerca de esto. Lance Armstrong es uno de los atletas más reconocidos del mundo. Ganador siete veces de la carrera de bicicleta Tour de France, es un ícono en el estrado de los deportes internacionales. Tanto como se le reconoce como competidor, es respetado por su valentía – el atleta que personifica auténtico coraje. Sin embargo su carrera no fue un paseo en el jardín. A la edad de veintiún años fue diagnosticado con un cáncer agresivo y le dieron un veinte por ciento de probabilidades de sobrevivir. Sus días de carreras habían terminado por seguro. Para la gran sorpresa de los doctores, sobrevivió. Mientras se recuperaba, comenzó a pensar en correr de nuevo. Siete años más tarde, se convirtió en el segundo americano en la historia de América que ganó la carrera Tour de France, una carrera conocida como el evento más difícil del mundo. Después de eso, ganó la misma carrera durante siete años seguidos, imponiendo un record que quizá jamás será roto. Mientras se encontraba en el proceso de imponer ese record, y cuando apenas era moderadamente famoso, Lance fue entrevistado por un reportero acerca de su recuperación del cáncer. Durante el curso de la plática el reportero se dio cuenta de la manera tan ligera en la que él parecía tomar la enfermedad. No solamente él no estaba amargado acerca de la experiencia, sino que parecía sentirse ligero – hasta contento acerca de ello. En un momento el reportero dijo, -Por la forma en la que hablas acerca del cáncer, parece que hasta estás feliz de haberlo tenido.Él respondió, -¿Y por qué iba a renunciar a la mayor experiencia que he tenido en mi vida? Me hizo mi carrera. Me hizo mi vida. Saber que todo podía terminar fue la experiencia que más ha cambiado mi vida. ¿Por qué iba a querer renunciar a ello?
Una Perspectiva muy Distinta Esas son palabras muy poderosas y son una perspectiva de la muerte que muy poca gente tiene. Pensar en la muerte es deprimente – cuando no entiendes la vida. Si la vida es una fiesta y la muerte es el final, entonces la muerte es el destructor. Sin embargo, si la razón por la cual estamos en este planeta tiene sentido, entonces la muerte no es deprimente; es un pensamiento galvanizador y lleno de energía. Te hace levantarte de la cama por las mañanas y te mantiene en movimiento por las noches. Te da la energía de cambiar y crecer. El saber que este programa es temporal le añade brillo y atractivo – y si pudiera decirse así, diversión a diversión a la vida. Pocas cosas en el mundo son tan tristes como una existencia vacía, tiempo sin nada qué hacer. Pocas cosas hacen un evento tan tedioso como el no tener metas y no ver un final claro. Irónicamente, entre más una persona abraza la realidad de la muerte, más disfruta la vida. Obviamente mientras él comprenda la vida y cómo vivirla, el pensar en la muerte lo despierta y le
añade vigor y chispa a sus días. Y con ello llega un profundo sentimiento de balance y armonía. Sin embargo, una perspectiva realmente madura acerca de la vida no es fácil de adquirir. No llega estudiando algunos textos y entonces, ¡prum! ¡prum! – todo cambia. Se requiere de un cambio en nuestro sistema emocional, y eso lleva tiempo, mucho pensamiento y refuerzo constante. Y aún entonces, podemos tenerlo claro enfrente de nuestros ojos un momento, pero luego se resbala y nos encontramos de nuevo viviendo medio dormidos.
Llegando a Paris para para Coser un Botón Reb Yisrael Salanter, conocido como el padre del movimiento del musar, tenía un alumno que dejó Polonia y se mudó a Paris. Le llegó un comentario a Reb Yisrael que su alumno, a pesar de que tenía mucho éxito en los negocios, estaba descuidando sus actividades religiosas. Poco tiempo después, Rabí Salanter tuvo la oportunidad de viajar a Francia. Cuando el viejo alumno escuchó que llegaba su mentor, salió a recibirlo. En la estación de trenes, cuando Reb Yisrael desembarcó, el alumno permaneció esperándolo ansiosamente. Saludó a su querido maestro, y después de intercambiar cortesías, él le preguntó, -¿Y para qué ha venido venido el Rav a Paris? Reb Yisrael le respondió, -Necesito coserle un botón a mi abrigo. El alumno quedó impresionado, Estoy seguro que el rabí no escuchó mi pregunta, asumió él. Así que volvió a repetir, -¿Y para qué ha venido el Rav a Francia? Rabí Salanter respondió, -He escuchado que hay sastres muy buenos en Paris, y como dije, necesito que le cosan un botón a mi abrigo. El alumno dijo, -Estoy seguro que hay suficientes sastres en Polonia, el Rav no tenía que hacer un viaje tan largo y pesado. Rabí Salanter respondió, -¿No puedes creer que hice un viaje tan largo para algo tan trivial como coser un botón? Sin embargo tu alma ha hecho un viaje mucho más largo para venir a este mundo, y tú vives para hacer dinero.
La Alarma Pongamos esto es perspectiva. Este alumno era un individuo maduro y exitoso. Él había pasado su juventud creciendo espiritualmente bajo la guía de uno de los más grandes maestros de la generación. No le faltaba comprensión intelectual acerca del propósito de la vida. Había estudiado ese tema, profundizado en él, había pasado muchos años involucrado en él, sin embargo su vida no reflejaba esa comprensión. No era debido a preguntas o dudas que tenía, simplemente porque se dejó llevar tanto por el negocio de la vida, que perdió el enfoque en la razón detrás de todo eso. Reb Yisrael le estaba dando una alarma para recordarle a su alumno todo eso que ya sabía pero que ya no formaba parte de su modo de vida. Lo que él le estaba diciendo era, “No estoy aquí para decirte nada nuevo. Todos esos puntos los entiendes demasiado bien. El problema es que últimamente no te has tomado el tiempo de pensar en ellos, de reflexionar y permitir que ellos modelen tu comportamiento y tu vida.” Ese es justo el mensaje para nosotros también. Si alguna vez fuéramos brutalmente honestos con nosotros mismos y reconociéramos que un día dejaremos esta tierra, tan sólo el darnos cuenta de eso cambiaría todo el balance de nuestra vida. Nuestras neshamot gritarían, gritarían, “¡Haz algo! Solamente tienes muy poco tiempo aquí. Descubre tu propósito y persíguelo con todas tus fuerzas, ¡ahora!” ¡ahora!” El resultado sería una vida más dirigida, más apasionada y más significativa. Reconoceríamos el extraordinario valor de la vida y pará qué estamos aquí. Y estaríamos mucho más vivos, viviendo por diseño, no por casualidad. El primer paso es darse cuenta de la importancia de aceptar la muerte. Cuando lo hacemos, la muerte se convierte en algo que recibimos, y entonces
encontramos distintas formas y oportunidades para experimentarla y hacerla real.
Capítulo 14 – Hola, Este es mi Funeral
Todo lo que hemos platicado hasta ahora ha sido teórico. Una persona puede leer todo este libro y decir, “Estuvo muy interesante. Ahora tengo una perspectiva distinta de la vida,” y continuar viviendo exactamente como lo hacía antes. Para que estos conceptos tengan un efecto en tu vida, deben volverse reales. No es suficiente con saberlos. Debes sentirlos. Y eso es algo que requiere mucho trabajo. Para ayudar a acercar estas ideas, quiero que intentes un ejercicio final.
Un Ejercicio de Musar Imagina que te encuentras en una habitación grande y alfombrada. Hay cortinas oscuras en la pared. Las luces están tenues, el ambiente es sombrío. Al frente hay un podio con dos velas encendidas. Se encuentran reunidos doscientos de tus mejores amigos y parientes. Todos están sentados escuchando atentamente. Todos los ojos están dirigidos al centro de la habitación, y ahí estás tú, justo ahí, enfrente de todos – acostado en una caja. Bastante muerto. Hola, este es tu funeral. Miras alrededor de la habitación y ves a gente que no has visto en años. Ahí está tu tía Miriam. Ahí está Moshe, tu mejor amigo de la secundaria. Quieres correr y abrazarlo. En la fila de enfrente está sentado tu hermano. No has hablado con él desde hace cinco años. Quieres pedirle una disculpa por todas esas palabras duras palabras que se dijeron uno al otro. Pero no puedes. No puedes moverte. No puedes hablar. Ves a tu prima Rochel, con quien creciste. Se ve terrible; las lágrimas resbalan por sus mejillas. Quieres calmarla y decirle que no se sienta tan mal. “Vamos Rochel. Nos pasa a todos nosotros.” Y te preguntas, “¿Es esto real? No tiene sentido. Puedo pensar y ver. Sé que todos están en esta habitación. Hasta puedo escucharlos. ¡Debo de estar vivo! Debe ser un error. Quizá es sólo un sueño. Eso es. Por supuesto. Una pesadilla. Y cuando despierte por la mañana todo esto habrá desaparecido.”
Estás Completamente Completamente Alerta Pero no termina. Alguien se levanta a hablar y dice muchas cosas lindas acerca de ti. Recuerdos de cuando eras más joven. Cosas buenas que hiciste durante tu vida. Tu rabí se levanta y te alaba. “Ah, Rabí,” quieres decir, “es muy amable de su parte. Pero, en verdad, no hay necesidad, no hay necesidad.” Por supuesto te das cuenta que esto no puede estar ocurriendo. No a ti. Intentas gritar, “Quiero agradecerles a todos por haber venido. Ha sido muy agradable verlos a todos juntos, pero ahora es momento de que todos se vayan a casa. ¿Está bien?” Pero ni una sola palabra sale de tu boca. Tus labios están morados. Tus manos están frías. Lo más desconcertante es que estás alerta. Estás consciente, pero atrapado. Y… te sientes asustado. Aterrado es la palabra correcta. En algún lado, en el fondo de tu mente, siempre supiste que este momento iba a llegar, pero no tan pronto. No ahora. No estoy listo. Aún no. En ese momento electrizante, te das cuenta que la vida tiene un final. Por fin lo entiendes. Por fin comprendes que llegaste a este planeta durante unos pocos años. Tuviste una misión y una meta, con una función en particular para cumplir, y ahora se terminó. Estás muerto. Y quieres gritar, “¡Deténganlo! Esto no puede estar ocurriendo. ¡Deténgalo!”
Te Llevan Hacia Afuera La ceremonia termina. Tus amigos, la gente de tu vida, se acercan a ti. Se reúnen alrededor del ataúd, cada uno coloca un hombro debajo de ella. Te levantan. Escuchas cómo dicen, “Era tan joven,” “Qué tragedia.” “No puedo creerlo.” Te cargan y te llevan hasta la funeraria. La gente, con los rostros tristes, se mueve por la calle. Caminan hasta que llegan a la parte de atrás de la carroza fúnebre. Alguien abre la puerta. Se mueve lentamente, como si tuviera todo el tiempo del mundo. Deslizan el ataúd – tu ataúd – en la parte de atrás. Alguien se acerca y atornilla la placa de metal para mantenerlo en su lugar. La gente gente comienza a dispersarse. Se suben suben a sus automóviles. Escuchas como encienden el motor. La carroza comienza a moverse. En cada bache y vuelta del camino, tú estás ahí. Presente. Alerta. Consciente. Ves la carretera que se aproxima. La carretera por la que has transitado miles de veces. Está tan vívida y radiante. El sol brilla. Es un día hermoso. “Que día tan bello bello para un funeral,” piensas piensas tú. Pero espera. ¿Qué significa? significa? ¿Cómo pudo suceder? Y la carroza continúa continúa moviéndose. Después de lo que parece una eternidad, la carroza llega al cementerio. Se detiene. La gente sale de sus autos. Se reúnen. Alguien abre la puerta de la carroza. No lo reconoces; lleva puesto un traje negro muy desgastado y una corbata negra delgada; parece que ha hecho esto muchas veces antes. Él les dice a los demás, -Acérquense y deslicen el ataúd hacia afuera.- Tu antiguo compañero de trabajo camina hacia adelante. “¿Hey, a dónde me llevan?” quieres gritar.
Se Acerca Lentamente sacan el ataúd de la parte trasera. Varios hombres lo sostienen y comienzan a caminar. Lento. Deliberado. Ves a tus hijos. Llorando. Temblando. Escuchas las palabras, -¡Aba! ¡Aba! – Quieres abrazarlos pero no puedes. Quieres llorar, pero no puedes. Te cargan hasta una tumba abierta. Ves hacia adentro. Parece muy, muy profunda. “¿Qué van a hacer ahora, amigos?” quieres gritar. Colocan el ataúd sobre dos piezas de madera que cruzan sobre el profundo agujero que hay en el suelo. Quitan las maderas. Todo lo que te sostiene son dos bandas de tela. Los hombres se reúnen en ambos lados y toman las bandas. Lentamente, Lentamente, comienzan a bajarte a ti a ti a la tierra. Y te pega. En ese momento, la verdad te sacude. Mi vida. Se acabó. ¡Mi vida se acabó! Todo lo que yo conocía, todo lo que yo esperaba – mi vida misma se acabó. No se suponía que debía terminar. Realmente no. Ciertamente no de esta forma. Y ahora comienza el verdadero pánico. “¡Deténganse! ¿Qué hacen? Esto no puede ser real. ¡Deténganse! ¡Estoy vivo! ¿Qué hacen? ¡No me pongan ahí! ¡No podré volver a salir! ¡Deténganse! ¿Cómo voy a respirar ahí adentro? ¡Alto! ¡Alto! ¡Alto!” Pero no se detienen. Continúan bajándote más y más profundo. Ya no puedes ver sus rostros. “¡Alto! ¡Ayuda! Alguien. Por favor. ¡Que se detengan!” Tu mente se llena de mil pensamientos. ¿Cómo puede ser? La vida. La vida misma. ¿Qué sucede? Sientes una sacudida mientras el ataúd llega al fondo.
Comienzan con las Palas Alguien toma una pala, la voltea hacia arriba y comienza a echar tierra. “¡¿Qué haces?!” intentas gritar. Escuchas cómo la tierra cae arriba del ataúd. “¡Alto!” Más tierra cae. El sonido es ensordecedor. Esto no tiene que estar sucediendo. No a mí. ¡Aún no! Más tierra cae hacia abajo, y el sonido es aún más fuerte. “¿Acaso nadie va a hacer que se detengan? ¡Por favor! ¡Ayuda! ¡Alguien haga que se detengan!” Una y otra vez, la tierra llueve y comienza a formar una capa. “¡Alto! Aún estoy aquí. ¡Alto! ¡Alto! ¡Alto!” Pero continúa. Más y más tierra, hasta que se forma la capa, una capa completa que cubre tu ataúd. Entonces sucede.
El momento del que tanto huiste. Ese momento que alejabas de tu mente constantemente – este año no. Ahora no. Sabías que en algún momento sucedería. Sólo era cuestión de tiempo. Quizá más tarde. En algún otro momento. Ahora momento. Ahora es es ese otro momento. Finalmente sucedió. Tú y tu cuerpo se separan. Tú te vas hacia arriba y tu cuerpo se queda abajo, en la tierra. Una ola de terror te invade mientras un solo pensamiento ocupa todo tu ser. ¿QUÉ SIGUÉ DESPUÉS?
Capítulo 15 – WYSIWYG
Hebreo El hombre adquirirá la perfección y encontrará felicidad en la medida directa de cómo conquistó su naturaleza y sus deseos; distanciándose a sí mismo de distracciones; e intentando apegarse a Hashem. Mesilat Yesharim Yesharim , Capítulo 1
Onkelos el Converso Impreso en el interior de casi cada Jumash encontramos el Targum Targum de Onkelos. Aceptada como una de las explicaciones más autoritarias de la Torá, Onkelos fue considerado como un maestro del peshat del peshat (entendimiento lógico). Mientras que él estaba entre los más grandes estudiosos de su generación, así no fue cómo él empezó. Nacido bajo la nobleza romana, Onkelos fue el sobrino de Titos, el emperador de Roma. Titos fue un déspota malvado, su poder excedía solamente a su maldad. Él fue quien exilió al Pueblo Judío y destruyó el Bet HaMikdash. Titos tenía una hermana, la madre de Onkelos. Onkelos era muy querido para su tío y estaba destinado a vivir una vida de honor y prestigio. Sin embargo, comenzó a estudiar los caminos de los judíos y reconoció la verdad de la Torá. La Guemará (Guitin (Guitin 56b) explica que cuando Onkelos estaba decidiendo su conversión, él quería consultarlo con su tío, que para entonces ya había muerto. Él utilizó una forma de magia negra para comunicarse con él. Él le preguntó a Titos, -¿Quién es importante en el Mundo Venidero? -Los judíos, -respondió Titos. -Estoy considerando convertirme, -dijo Onkelos. -¿Me debo unir a su Pueblo? -No lo hagas, -respondió Titos. –Su religión es muy difícil. Nunca serás capaz de cumplirla. Lo que debes hacer es luchar contra ellos. Di-os no permitirá que Su nación caiga en manos de gente baja. Quién haga la guerra en contra de los judíos se levantará prominentemente. Lucha contra los judíos y ascenderás al poder. -Tío, -le preguntó Onkelos, -¿cómo es tu juicio ahí? -Cada día reúnen mis cenizas, Me juzgan, Me queman. Después esparcen mis restos entre los siete mares.
¿Cómo Pudo Titos dar un Consejo Así? Está Guemará es muy difícil de entender. Mientras ocupemos un cuerpo, estamos rodeados de oscuridad. Cegados por lo físico, no reconocemos los efectos de nuestras acciones. Pero esta conversación ocurrió después de que Titos se fue de este mundo. Su cuerpo estaba enterrado y él estaba separado de todo lo físico. Él se encontraba en el Mundo de la Verdad.
¿Cómo pudo decir algo tan tonto? Él vio que Hashem gobierna sobre los cielos y la tierra. Él comprendió que los judíos son el pueblo querido de Hashem. Hasta mencionó su propio castigo por haber hab er atacado a los judíos. Seguro que lo mismo le esperaría a Onkelos si seguía los caminos de su tío. ¿Por qué le diría a su sobrino que luchara contra los judíos? Para responder a esta pregunta necesitamos una perspectiva distinta.
El Amor lo Conquista Conquista Todo Si le preguntas a un joven jatán joven jatán (un (un hombre comprometido para casarse) lo que él espera del matrimonio, lo más probable es que responda, con la mirada perdida, -Ah, será maravilloso. Yo la amaré, ella me amará, y viviremos felices por siempre. Este mismo joven puede provenir de un hogar deshecho. Puede ser que haya vivido durante años solamente pleitos, gritos y groserías. Puede ser que ahora tenga una relación difícil con sus padres y hermanos, y que tenga constantes altercados con sus compañeros de habitación y amigos. Puede ser que esté consciente de ser una persona difícil – pero todo eso no importa – su matrimonio será sólo armonía y felicidad. “Mi esposa me amará, yo la amaré, y viviremos felices por siempre.” Desafortunadamente, las cortes de divorcio están llenas de parejas así. ¿Pero qué hicimos mal? Comenzaron tan enamorados. Él era genial. Ella era perfecta. ¿Qué sucedió? Lo que sucedió fue que cuando se casaron estaban infatuados. La infatuación se terminó, la vida real tomó su lugar, y ellos no estaban listos para eso. La infatuación es como una droga. Afecta tus sentidos y cambia la forma en la que ves las cosas – así que todo es maravilloso. El mundo entero te sonríe. Hay estudios científicos que muestran que el enamorarse cambia la química del cerebro de manera similar a como lo hace con el uso de cocaína; los balances normales cambian. Una pareja “enamorada” experimenta un aceleramiento de adrenalina, una sensación de euforia, y el sentimiento de que serán felices por siempre juntos. “Sus malos hábitos nunca me molestarán. Ella siempre será tolerante de que yo llegue tarde. Viviremos por siempre en este estado de felicidad.” Pero la infatuación termina.
La Infatuación juega un Papel Importante Hashem creó la infatuación para permitirle a la pareja que se unan. Los hombres y las mujeres tienen distintos intereses, deseos y sistemas de valores. Se comportan de diferente manera, y se comunican diferente. Son tan diferentes que puedes casi asumir que provienen de culturas distintas – quizá hasta de planetas distintos. Pedirle P edirle a dos individuos que son tan disimilares que vivan juntos como uno, nunca funcionaría; sería imposible. Para permitir que los matrimonios tengan éxito, Hashem colocó cierto número de fuerzas dentro del corazón del hombre – una de ellas es la infatuación. La infatuación funciona como el sulfuro dentro del cerillo de la cocina. Cuando rasgas el cerillo contra el fósforo de la caja de cerillos, se encenderá la flama. Se pone muy caliente, muy rápido. Durante un segundo o dos, explota lo suficiente como para encender la madera del cerillo. Sin embargo, esa flama no está diseñada para durar. Fue destinada para ser el catalizador para encender el fuego, no para mantenerlo encendido. La infatuación trabaja de la misma forma. Le permite a la pareja comenzar; empezar el proceso, pero después ellos deben hacer el difícil trabajo de crear una verdadera
unión de amor. Necesitan entonarse a las necesidades del otro; necesitan aprender a preocuparse por el otro, y lo más difícil: tienen que cambiar esas cosas que le molestan a su pareja. Cambiar no es fácil. Desafortunadamente, muchas parejas nunca logran esa transición. Una gran parte del problema es que sus expectativas iníciales eran infundadas. Comenzaron pensando, “Estamos enamorados, así que todo será hermoso y fácil. El amor lo conquista todo.” todo.” El problema es que no estaban enamorados; estaban infatuados. Cuando la droga se desvaneció, despertaron siendo las mismas personas que eran antes, y entonces la elección era cambiar o sufrir.
No le Tememos a la Muerte De la misma manera, la mayoría de la gente no le teme a la muerte debido a que tiene una visión irreal de lo que será. Aún si despiertan y se dan cuenta, “Yo también debo morir,” aún si entienden que no será mi alter ego o mi pariente lejano, sino yo sino yo en en el Mundo Venidero, la mayoría de la gente no le teme a la muerte porque su imagen de lo que será aún es irreal. Sienten que todo estará bien. Seré un ángel vestido de blanco. Todo limpio. Todo puro. Tendré hermosas alas que brillen. Tú también tendrás alas. Y flotaremos alrededor juntos - ángeles bailando por siempre en una alegría alegr ía sin fin. Desafortunadamente, eso no es lo que sucede. Lo que sucede es que yo estaré ahí así como estuve aquí. El mismo yo. Yo no cambio por arte de magia. No me transformo en una persona perfecta. Todas esas áreas de mi carácter que perfeccioné, brillarán radiantemente, y aquellas que no desarrollé estarán tristes y oscuras. Permaneceré allá tal y como estuve aquí. En la introducción platicamos acerca de WYSIWYG. Lo WYSIWYG. Lo que ves es lo que obtienes es una parábola apta para lo que sucederá cuando dejemos la tierra. Cuando llegue ahí, seré liberado de todas mis pretensiones y encubrimientos. Me veré exactamente como soy. Aquí puedo esconderme. Estoy cubierto por este velo de lo físico. Puedo pensar una cosa y decir la otra – y nadie sabrá la diferencia. En el Mundo Venidero no hay escondites, no hay mentiras. Todo está revelado, al descubierto. Seré exactamente lo que yo creé de mí mismo. Si pasé mis días pensando en mí mismo y siendo egoísta, entonces eso es lo que veré aquí. No me transformaré de pronto en un ángel vestido de blanco. De hecho, no habrá ningún cambio.
Como una Luz Brillante Lo único que cambia es mi claridad de pensamiento. Mientras ocupe este cuerpo, mi mente está bloqueada. Estoy envuelto en una densa nube que me oculta la verdad, así que veo las cosas de manera distorsionada. Para el ojo de la mente, este mundo es como la oscuridad de la noche. Cuando dejo este cuerpo, esas nubes se levantan; mi percepción es vívida. Como el sol a medio día que brilla con esplendor, todo se ilumina, y puedo ver con brillante claridad. Lo entiendo. Todo tiene sentido. Reconozco el valor extraordinario del tiempo. Me doy cuenta que fui colocado en este planeta para crecer y lograr. Percibo el valor sin medida de cualquier mitzvá, y el daño causado por cada pecado. Comprendo total y
completamente la vida y el por qué fuimos creados. Instantáneamente, mi sistema de valores cambia. Todas las cosas que antes eran tan importantes tan importantes para mí – cuánto dinero tenía, cuánto honor recibía, qué tan gruesa era la alfombra de mi sala – ahora reconozco que son triviales. Veo todas las parafernalias de este mundo vacías y sin valor. Pero a pesar de que sé qué todas esas cosas no valen, aún tengo hambre de ellas, para mi propia vergüenza. Cuando Hashem me puso a mí en este cuerpo, el alma animal comenzó como una entidad separada. Me jaló, me tentó, pero no era parte de mí. Cuando me rindo ante ella y le permito que me gobierne, no solamente hago cosas que no son para mí bienestar, sino que esos deseos se convierten en parte de mí. Este es un punto que mucha gente no entiende: los impulsos y deseos que yo utilizo de manera constante se convierten en parte de mí. Inicialmente, fueron traídos a mí por mi cuerpo, y después se separaron de mí. Pero si yo cedo ante esos deseos una y otra vez, ellos se incorporan a mi esencia. Cuando yo dejo el cuerpo, esos deseos aún están ahí. Mi sistema de valores es distinto, pero “Yo” sigo siendo el mismo. Y aún cuando todo el concepto del deseo ya no aplique, el deseo permanece.
Dolor Fantasma Esto es análogo al fenómeno de los dolores fantasma. En ocasiones, gente que ha perdido una extremidad describen un dolor en esa extremidad, a pesar de que ya no la tienen. La sensación puede ser vívida. Hay pacientes que describen un dolor quemante que se sube por una mano que ya no está ahí. El miembro se corta, pero el cerebro todavía no hace la conexión. Recibe la información de que algo está muy mal, pero el hecho de que la mano ya no está ahí no se ha registrado, así que el cerebro manda mensajes de sufrimiento, y la persona siente el dolor. De manera similar eso es lo que será el Mundo Venidero para una persona que cedió ante sus deseos de forma regular y constante; pasan a formar parte de él. Ya no posee un cuerpo, así que ya no puede experimentar esos deseos, pero el apetito se encuentra aún dentro de él.
El Dybuk Habla Habla Profanidades Un ejemplo de esto ocurrió en los tiempos del Jafetz Jaim cuando un dybuk ocupó el cuerpo de una joven mujer. Un dybuk es la neshamá neshamá de una persona que ya falleció. neshamá no se le permite entrar Debido a que esta persona pecó de forma tan severa, a su neshamá no al Mundo Venidero y es forzada a permanecer en el limbo. Bajo ciertas circunstancias, se le permite invadir el cuerpo de otra persona que aún se encuentra viva. Cuando le ocurrió a esta joven mujer, mandaron a llamar al Jafetz Jaim para exorcizarla. Mientras lo esperaban, algunas personas hablaron con el dybuk. Era claro, por la voz y las expresiones que utilizaba, que este dybuk había sido un hombre. Una cosa que los impresionó fue el terrible lenguaje y los comentarios obscenos que el dybuk pronunciaba. Alguien le preguntó, -¿Por qué hablas h ablas de esa manera? El dybuk respondió, -Esto es en lo que me convertí. Esto es lo que soy. Es casi lo que conocemos como “viejo sucio.” Quizá hayas presenciado a un viejo vagabundo sin hogar, silbando y abucheando a cada mujer que pasa a su lado. Puede ser
que esté demasiado viejo para tener actividad física, pero aún tiene lujuria por las mujeres. El deseo permanece mucho después de que el cuerpo ya no es capaz.
La Respuesta para Titos Titos Parece que esta es la respuesta para Titos. Él pasó toda su vida inmerso en la maldad, y esta pasó a ser parte de su esencia. Luchar contra los judíos fue un factor tan importante en su vida, que lo convirtió en lo que fue. Ahora estaba en el Mundo de la Verdad y entendía la vida, pero aún era él. Tan tonta como era la realidad, él no podía cambiar en lo que se había convertido. Era casi como si hubiera estado parado afuera de sí mismo pensando cómo podía decir una semejante tontería – pero aún así, incapaz de detenerse a sí mismo. “¡Lucha contra los judíos!” judíos!” gritaba él, todo el tiempo viendo a Hashem enfrente de él. “¡Lucha contra ellos y subirás al poder!” poder!” gritaba, sintiendo una intensa vergüenza mientras escuchaba sus irracionales estupideces saliendo de su boca. Pero sin poder controlarse a sí mismo, lo decía casi en contra de su voluntad.
¿Cómo me Veré en el Mundo Venidero? A muchos de nosotros nos importa mucho la forma en la que nos vemos. ¿Cuántas veces al día nos checamos en el espejo o revisamos nuestras ropas? Estas cosas son muy importantes para nosotros. Si un hombre que tiene una calva la cual se cubre constantemente con un poco de cabello queda atrapado en una tormenta, sufrirá una gran vergüenza cuando llegue a su oficina con el cabello escurriendo. Muchas mujeres casi no salen a la calle cuando su cabello no está arreglado. Hasta una mancha en nuestra ropa nos causa angustia porque “Me veo descuidada. Me veo desarreglada y me avergüenzo.” Nos avergüenzo.” Nos sentimos orgullosos, y con razón, de nuestra apariencia. Sin embargo, todas esas cosas son externas. ¿Y qué sucede con algún detalle de mi carácter? ¿Qué sucede con algo de mi misma esencia? ¿Y si eso es feo? ¿Y si todos pueden ver que está negro? Mientras estoy aquí sentada no puedes ver mi gran egoísmo. ¿Y mi temperamento? ¿Y mi pereza? Todo está cubierto. Me conoces basándote en mis acciones. Basándote en tu relación conmigo, haces un resumen de todas mis acciones y palabras, y creas una imagen en tu mente de quién soy yo. A veces estás acertada, y a veces te equivocas por mucho, aún si conoces a la persona demasiado bien, nunca podrás saber exactamente cómo es porque tú sólo adivinas lo que sucede dentro de él. ¿Y si pudieras ver mi yo real? ¿Y si pudieras ver mi mente mientras pienso? ¿Y si pudieras mirar dentro de mi esencia mientras todos esos pensamientos pens amientos pasan por mi mente en nanosegundos? Te formarías una imagen distinta de mí. Entonces, verías a mi yo real.
Sin Encubrimientos Encubrimientos En el Mundo Venidero eso es lo que verás. Yo. No mi yo físico. Esa parte estará enterrada en la tierra. Pero yo, mi yo real, exactamente lo que soy, sin maquillaje, para bien o para mal, sin ropa – descubierto de scubierto para que todos lo vean. vean . Aquí uso esta gruesa gr uesa capa de cuerpo humano, y me cubre para que tú no puedas verme. Pero cuando esta capa ya no está, emerge mi “yo”, me podrás ver libre de cualquier encubrimiento, incapaz de esconder
nada detrás de ninguna fachada o racionalidad. Seré tan bello como me he alcanzado a formar… o tan feo. Fuimos mandados a este mundo a moldear nuestro “yo.” Esa es la única razón por la que Di-os creó este mundo: para darnos la habilidad de cambiar, de diseñarnos a nosotros mismos. Cada situación en el mundo que nos ofrece una elección es parte de ese proceso de diseño. Estamos constantemente moldeándonos. Las decisiones decisiones que yo tome, las palabras las palabras que que pronuncie, y las acciones que acciones que ejecute, todas tienen un efecto sobre mí. Me dan forma, me moldean, y me crean en lo que yo seré para toda la eternidad. En este mundo, tomamos el cambio por sentado. Es algo sabido que una persona puede comenzar en un lugar y con tiempo y esfuerzo puede convertirse en algo distinto. Todo lo que tiene que hacer es tener voluntad, y puede hacer que suceda. Este es un fenómeno de este mundo. En el Mundo de la Verdad, eres lo que eres. Atascado, congelado en el tiempo. En toda la Creación, al hombre, y solamente al hombre, se le dio la capacidad de crecer. Sin importar lo grande que pueda ser un ángel, permanece siempre exactamente igual. La unicidad del hombre es su habilidad para desarrollarse. Sin embargo, esa habilidad tiene un límite: dura solamente el tiempo que el hombre está vivo, ocupando un cuerpo. Después de que la escena final de su vida es interpretada, la música se detiene, la cortina cae y – congelado. congelado. Ese eres tú. tú. En esa pose final permaneces para siempre.
Siempre hay Tiempo Tiempo Una de las razones por las que tomamos una actitud tan valiente acerca del Mundo Venidero es que de alguna manera pensamos que si no lo arreglo aquí, siempre podré cambiar allá. Si por algo no pude terminar mi trabajo, ¡no hay problema! Siempre podré enderezar las cosas allá. Además, realmente no importa. De todas formas, allá todos nos parecemos, sólo un grupo de ángeles áng eles vestidos de blanco, brillando. Mientras que “blanco” y “brillante” pueden ser buenas metáforas para aquellos quienes logran su misión en el planeta, desafortunadamente, no todos lo hacen. Allá habrá diferencias dramáticas entre la gente. Algunos habrán alcanzado la grandeza, y algunos no. Algunos se habrán acercado mucho a perfeccionarse a sí mismos, y otros estarán en una posición mediocre, si les va bien. Habrá muchos individuos que serán enormes gigantes, brillando llenos de luz, iluminando al cielo de la noche. Y habrá otros que serán diminutos y opacos. También habrá otros quienes serán pigmeos, sin siquiera ser una fracción de lo que podían haber sido. Y tendrán que vivir para siempre con eso – sabiendo que pudieron haber sido mucho más. Esta es una de las más dolorosas experiencias que puede sentir una persona jamás. El pensar en eso puede ser que no nos mueva ahora, porque estamos viviendo en la oscuridad. Pero cuando llegue el momento lo comprenderemos muy claramente. Aquí tenemos una parábola que ilustra este concepto.
Frank y Joe La historia de Frank y Joe data de mucho tiempo atrás. Crecieron como tipos normales americanos. Eran muy buenos amigos en la secundaria y después compañeros de habitación en la universidad. Desde la graduación no se han visto, pero Frank a menudo
se encuentra a sí mismo pensando en esos días de antaño. A través de sus años en la universidad, Frank se sintió algo mal por su amigo Joe. Joe era un tipo decente y todo, pero cuando todos estaban afuera divirtiéndose y pasándola de lo lindo, ahí estaba Joe el matadito, estudiando. Parecía que Joe estudiaba mañana y noche. Casi nunca podías verlo sin un libro en su mano. Mientras todos los demás estaban borrachos y en fiestas, ahí estaba Joe agachado sobre los libros. Pobre hombre. Después de graduarse de la escuela, Frank y Joe separaron sus caminos. Joe se graduó como el mejor de su clase, y entró a la escuela de medicina, convirtiéndose en un cirujano bien establecido. Y Frank, bueno… Frank se desvió un poco. Se graduó de la universidad solamente con C’s. Nunca fue capaz de encontrar un trabajo que le gustara realmente. Ahora trabaja detrás del mostrador de pescado en una tienda de abarrotes.
Los Dos se Encuentran Encuentran Por azares del destino, los dos se encuentran muchos años después cuando Joe está entrando al estacionamiento del supermercado. Estaciona su lujoso auto importado, sale y se abrocha su traje hecho a la medida de dos mil dólares. Mientras entra a la tienda, ¿a quién ve trabajando detrás del mostrador del pescado? ¡Nada menos que a su viejo amigo Frank! -¡Frank, viejo amigo! ¿Cómo estás? -¡Hey, Joe! ¿Eres tú? -Wow, Frank. ¡Hace mucho tiempo que no nos vemos! ¿Cómo has estado? -Bien. Quiero decir… Wow. Joe, tú te ves realmente diferente. ¿Tu traje es hecho a la medida? Se ve muy fino. -Sí, lo acabo de comprar. Y Frank, tú te ves mmm… me gusta mucho tu… mm, o sea, tu delantal. -Hey Joe, ¿qué auto tienes hoy? -Bueno, escogí este nuevo auto deportivo italiano… ¿Y tú, Frank, qué auto conduces? -Bueno, yo tengo esta carcacha vieja, solamente hasta que pueda comprarme algo mejor. -Escucha, viejo amigo. Me dio mucho gusto verte. -Sí, a mí también, Joe. Quizá podamos reunirnos algún día para platicar de los viejos tiempos. -Me parece increíble. Llámame cuando puedas.
Comienza a Comprenderlo Y Frank comienza a pensar. “Parece que este viejo amigo Joe logró hacer su vida. Trabaja cuatro días de siete, juega golf dos tardes a la semana, vive en una mansión, está felizmente casado, y trabaja activamente en la comunidad. Pero más que eso, hace algo con su vida, algo importante, algo significativo. Y aquí estoy yo, treinta y tantos años, trabajando detrás del mostrador del pescado ganando un poco más que el salario mínimo, conduciendo una carcacha vieja, y viviendo en un departamento de una habitación. No voy hacia ningún lado.
En ese momento lo comprende todo. “¿Cómo pude haber sido tan estúpido? ¡Qué oportunidad desperdiciada! Todos esos años que yo veía a Joe como un perdedor, y ahora mírenlo a él.” Pero no es solamente en ese momento cuando Frank lamentará su suerte. Por el resto de su vida él pensará en ello. Cada vez que sufra para pagar la renta. Cada vez que uno de sus hijos le diga, “¿Por qué mi amigo puede irse de vacaciones con sus padres y nosotros nunca vamos a ningún lado?” lado?” Cada vez que despierte en medio de la noche preguntándose por qué se encuentra atrapado en un trabajo sin futuro, dirigiéndose a ningún lado y haciendo nada más que perder el tiempo. Por el resto de su vida, se lamentará a sí mismo, y siempre llegará a la misma vida. Tuve la oportunidad. Pude haber logrado hacer algo conclusión: “ Desaproveché mi vida. de mí mismo, y no lo hice. Realmente pude haber sido alguien, y ahora mírame. ¿Por qué? Por ninguna razón. Simplemente me dejé llevar por todas las cosas estúpidas que sucedían a mí alrededor. Perdí el enfoque de por qué estaba en la escuela.” Una y otra vez, la misma fastidiosa canción volverá a repetirse en su mente: “Si tan sólo pudiera regresar el tiempo y volver a vivirlo de nuevo.” nue vo.” Pero no puede. Tuvo su chance. Tuvo su única oportunidad, y se fue. Ahora, por el resto de su vida, él será lo que logró hacer de sí mismo.
El Momento más más Doloroso de Tu Existencia Existencia Esta es una parábola de la vida en el Mundo Venidero, una parábola tan perspicaz y poderosa que si la tomamos en serio, puede cambiar nuestra existencia. El Gaón de Vilna escribe que el momento más doloroso en la vida de la persona es después de que abandona este mundo. Está parado delante del tribunal Celestial, y detienen una fotografía de él para que la observe: una fotografía de un individuo verdaderamente excepcional, una persona con cualidades y rasgos de carácter impecables, quien muestra inteligencia, amabilidad y humildad, una persona de verdadera grandeza, que trajo valores impresionantes al mundo y cambio todo su alrededor. Y le dicen, “¿Por qué ese no eres tú?” -¿Yo? ¿El pequeño yo? ¿Qué quieren de mí? ¿Acaso yo fui un genio? ¿Acaso yo fui un líder poderoso? ¿Cómo pude haber logrado todas esas cosas? Y le dirán una sola oración: “Esa fotografía eres tú. tú. No tú, el que está aquí parado. No tú, como viviste tu vida. Ese eres tú, si hubieras logrado lo que tenías que haber logrado en ese mundo. Ese eres tú, si te hubieras convertido en lo que tenías destinado llegar a ser.
En ese Momento, Momento, lo Comprendes Ese momento es el más doloroso en la vida de la persona. Porque en ese momento la verdad cae sobre de ti – comprendes lo que fuiste capaz de lograr. Ves el propósito de tu vida y reconoces lo que podías haber logrado durante tu estancia en este planeta. En un flashazo de reconocimiento, percibes la grandeza del hombre y lo que eres capaz de realizar. Y es justo en este momento cuando quieres gritar: “¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor! Sólo denme una oportunidad más. Sólo una oportunidad más para pasar un tiempo trabando, mejorando, cambiándome a mí mismo. ¡Por favor!” Pero entonces
ya es demasiado tarde. La vida terminó. Esta única oportunidad de cambio, esta única oportunidad de crecer terminó. Como estás en este momento es como permanecerás para toda la eternidad. Y el darse cuenta que podías haber sido mucho más grande y de que podías haber logrado mucho más, es el momento más trágico en la existencia de la persona. La belleza de estar vivo es que mientras haya respiración dentro de tus pulmones, y sangre corriendo por tus venas, puedes cambiar y crecer. El valor real de la vida es la diferencia que puedes realizar para la eternidad. Dentro de ti. En lo que serás para siempre. Por eso Hashem nos mandó a este planeta, y es la única cosa por la que vale la pena esforzarse.
Capítulo 16 – Dos Mundos, Una Oportunidad Hebreo En verdad, el lugar de máximo placer es el Mundo Venidero porque fue creado para ese propósito. Sin embargo, la forma en la que la persona llega ahí, es por medio de este mundo. Mesilat Yesharim, Yesharim, Capítulo 1 En el Capítulo Ocho, conocimos a Elazar bar Padas. La Guemará relata que cuando estaba inconsciente, los rabinos observaban cómo él, primero lloraba, lloraba, después reía y después un rayo de luz emanaba luz emanaba de su cabeza. De esas tres cosas, dos son comprensibles. La razón por la que él rió esta clara. Si te dijeran que tu porción en el Mundo Venidero es el equivalente a un estado con trece ríos corriendo a través de él, tú también te sentirías bastante complacido. El rayo de luz también es entendible. Cuando Hashem le dijo de su recompensa, él respondió, “¿Eso es todo? ¿Solamente trece ríos, y nada más?” Con esto, R’ Elazar bar Padas demostró que comprendía su potencial. Debido a eso, tenía ambiciones significativas y aspiraba a todavía más. Hashem lo tocó en la frente como una señal de aprobación, como diciéndole, “Bien hecho. Lo hiciste muy bien.”
¿Por qué Llorar? ¿Pero por qué lloró? Rashi explica que lloró porque Hashem le dijo que ya había vivido la mitad de su vida. Escuchando que la mitad de su vida ya había pasado le causó tanta angustia que lloró. Esto es muy difícil de comprender. R’ Eliezer bar Padas tuvo una vida muy difícil. Él sufrió de pobreza, enfermedad y dolor. Su suerte fue tan difícil que sus primeras palabras hacia Hashem fueron, “¿Cuándo terminará mi sufrimiento?” Y cuando Hashem le ofreció la oportunidad de regresar a la vida que había vivido o de escoger otra, él preguntó, “¿Ya he vivido la mitad de mi vida?” ya que no estaba seguro que tuviera la fuerza de seguir soportándolo. Pero cuando Hashem le dijo, “Ya has vivido la mitad de tu vida,” él comenzó a llorar, como diciendo, “¡Oy vey! ¡Ya utilicé la mitad de mi vida! ¡Pobre de mí! Esto no tiene sentido - ¡debería de estar celebrando! Aquí se encontraba él, viviendo a través de uno de los retos más difíciles que uno puede imaginarse. Cada día era una prueba nueva que hubiera destruido a cualquier hombre un poco más débil. Hashem le dijo que iba muy bien. Y no solamente eso, sino que solamente le faltaba la mitad para terminar. ¿Por qué iba a llorar? Esa era la mejor noticia que podía haber recibido. Se compara a un hombre que corre en un maratón. Justo cuando pasa la milla veintiuno, los jueces anuncian que él está a punto de romper el record mundial. El hecho de que se encuentre a la mitad de la carrera le debería de traer una gran alegría. “¡Sólo sigue así!” se diría a sí mismo. ¿Por qué la respuesta de Hashem provocó que R’ Elazar bar Padas llorara? La respuesta a esta pregunta está basada en lo que la vida significó para él.
Cuando R’ Elazar bar Padas Abría sus Ojos por la Mañana R’ Elazar bar Padas comprendió la vida. Él reconoció que Hashem nos puso en este mundo para darnos una oportunidad de moldearnos a nosotros mismos. Podemos alcanzar alturas impresionantes o caernos en picada hacia las profundidades más oscuras. Lo que será para la eternidad está formado por nuestras acciones. Y fuimos colocados en una posición de poder – el mundo entero fue creado para nosotros y depende de nosotros. Si utilizamos nuestras vidas adecuadamente, se nos acredita mantener al mundo. Si no, es como si nosotros lo hubiéramos destruido. Lo que está en juego es demasiado. Debido a que R’ Elazar bar Padas vio esto con tanta claridad, abría sus ojos cada mañana con energía, entusiasmo e impulso. Veía su vida como una oportunidad de oro, un tesoro para ser usado, cada momento era una gema potencial que podía ser suya para la eternidad. Guiado por ese sentido de propósito, él tenía un profundo fervor por la vida. Físicamente, su vida fue muy difícil – tan difícil que no estaba seguro de poder continuar. Pero era preciosa más allá de toda descripción. Una semana, un día, o hasta un momento de tiempo representaba una oportunidad para crecer. Por lo tanto, amaba la vida. Tan difícil como era, la apreciaba, y al escuchar que una significativa parte de su vida ya había sido utilizada y se había ido, le provocó llanto.
Lo que Eso Significa Significa para Nosotros Hay mucho que podemos aprender de esto. Nuestro estilo de vida de hoy es mucho más grandioso que cualquier generación pasada. Disfrutamos de libertad y derechos que aún cien años atrás eran inimaginables. Se nos da tolerancia religiosa y libertad de opresiones. Los avances tecnológicos explotan delante de nosotros a un paso deslumbrante, cada uno de ellos superando al anterior. La prosperidad y la riqueza son cosas de todos los días. Nunca en el curso de la historia había habido tantas cosas disponibles para tanta gente. Así no solía ser. Hace quinientos años la vida era dura. La comida era escasa, la ropa era poca, las enfermedades abundaban, y los bandidos eran parte de una realidad. La gente vivía amontonada en casuchas descuidadas, sin agua corriente ni sanitario. La basura era arrojada a las calles. Los insectos y piojos estaban siempre presentes. La persona promedio sufría de hambre y dolor, sofocándose en el tremendo calor del verano y temblando a través del largo y frígido invierno. Las comodidades eran muy difíciles de encontrar. Esos tiempos ya se fueron. Nuestras casas son cómodas, calientitas y bien iluminadas. Comida y ropa hay en abundancia. Nuestras calles están pavimentadas; nuestros vehículos caminan sin caballos. Ya no cortamos madera ni pasamos medio día en tareas tediosas – todo está listo y disponible. Disfrutamos de una riqueza extraordinaria. Parecería que no tenemos ninguna razón para sufrir.
Sufrimos Ahora Sin embargo sufrimos. Materialmente nos va mejor que a cualquier otra generación, sin embargo sufrimos. Pero nuestro sufrimiento es de un tipo diferente y de una magnitud
distinta. Ya no pasamos por incomodidades físicas, sino que sufrimos emocionalmente. Soportamos dolores de cabeza, depresión y miseria, dolor, desesperación y desperdicio de vidas. Vivimos una taza trágicamente alta de divorcio y toda la angustia de esos hogares rotos. Ansiedad, neurosis, desórdenes de personalidad, obsesiones, compulsiones y adicciones son tan comunes como la gripe. El único negocio a prueba de recesión hoy en día parece ser el campo de la salud mental. Ahí tienes un flujo constante de clientes por la explosión de gente adolorida. Las depresiones clínicas están de moda. Solamente en los Estados Unidos, más de quince millones de personas son diagnosticadas con depresión. ¿Y qué sucede con el resto del espectro de la gente que sencillamente no es feliz? Pregúntale a alguien, “¿Cómo te va?” y escucharás respuestas interesantes. “Pasándola.” “Sobreviviendo.” Esa es la respuesta que esperarías de un hombre que acaba de enterarse que tiene cáncer terminal y que le quedan seis meses de vida. ¿Cómo explicas que proviene de gente que vive con los mejores lujos, disfrutando de libertad y de ilimitadas oportunidades? ¡¿Pasándola? ¿Sobreviviendo?! No ¿Sobreviviendo?! No creo que esa sea solamente una expresión. Más bien indica que hay muchas cosas sucediendo bajo la superficie. Materialmente, Materialmente, somos muy ricos, pero en medidas de alegría, felicidad y satisfacción en la vida estamos empobrecidos. Tenemos tanto y somos tan pobres.
Debemos Disfrutar Disfrutar este Mundo Esa no es la forma que tiene que ser. Hashem creó un mundo hecho a la medida con flores y árboles, amaneceres y montañas, para nuestro uso. Toda esa belleza extraordinaria fue colocada aquí para nosotros. La naranja, la manzana, la pera y el plátano fueron creados para que los disfrutáramos. Los sabores, texturas y aromas en la comida no tenían que haber estado ahí. Tampoco el color. Hashem invirtió gran sabiduría en la Creación para nuestro placer. Hashem creó el mundo para compartir Su bondad. El mayor regalo que nos dio fue la habilidad de ganarnos nuestro lugar en el Mundo Venidero, de poder estar cerca de Hashem. Este mundo es sólo un pasillo. Es una pequeña parada aquí, sin embargo, Hashem quiere que sea placentera. Por eso este mundo fue construido con todos los servicios necesarios para que el hombre disfrute su estancia. No es la razón por la que estamos aquí. Pero es parte del diseño. La razón por la que el hombre no puede encontrar la felicidad es porque no está enfocado en el por qué fue creado. Asumiendo que este mundo es el final completo de la Creación, el hombre persigue todo menos para lo que fue puesto aquí, así que vive fuera de sintonía con su propia naturaleza. Entonces, por una “extraña razón,” nada parece satisfacerle. Así comienza esa elusiva búsqueda por la felicidad – en todos los lugares equivocados.
Yo Seré Feliz Cuando… Como una mantra, la gente repite las palabras, “Yo seré feliz cuando…” Cada persona tiene su propio vacío, sea lo que sea, y su felicidad depende de eso. Puede eso. Puede ser ser el auto más nuevo, la casa más bonita, la oficina de la esquina, o el guardarropa perfecto. Puede ser Puede ser la pareja adecuada, la carta de aceptación a la escuela de medicina, el gran trabajo, o gente que me comprenda… Cada persona tiene su propio sistema de valores y su propio criterio, pero todos saben claramente, “En
cuanto lo obtenga, lo obtenga, finalmente seré feliz.” Sin embargo ocurre algo asombroso. ¡Finalmente lo lo obtiene! Y sorprendentemente, aún no es feliz. ¿Qué sucedió? Era todo lo que necesitaba. Era todo lo que quería. Finalmente lo tiene. ¿Por qué no se siente satisfecho? ¿Cuál es el problema? El problema es que él no está viviendo de la manera en la que su vida fue planeada. Si utilizas un instrumento quirúrgico fino para abrir una ventana - harás un trabajo mediocre, y arruinarás la navaja. Cuando vives de otra forma como tu Creador lo planeó, la vida sencillamente no funciona bien. Y lentamente, después de toda una vida desperdiciada, aprendes que el dinero no llena tu alma. El placer y el honor simplemente no satisfacen tus necesidades internas. Ah, parecen tan atractivas. Tienen una influencia casi mágica, pero nunca funcionan. En el núcleo de tu existencia, permaneces vacío. Y así como beber cuando estás hambriento, tan pronto como la emoción de haberlo obtenido finalmente pasa, te encuentras a ti mismo más insatisfecho que antes. Desafortunadamente, la mayoría de la gente descubre esto demasiado tarde dentro del juego como para hacer algo al respecto.
La Actividad más más Agradable es Crecer Hashem creó al ser humano para crecer. Está en su misma naturaleza. Crecer es la actividad que le proporciona el mayor placer. Hashem colocó al hombre en este mundo con muchos retos y con mucho qué lograr. Cuando el hombre utiliza su vida adecuadamente, logra balance y armonía internos; está en paz consigo mismo. El sol brilla con intensidad. Los pájaros cantan. Los colores son brillantes – él está muy vivo. Él está contento. Cuando usa su vida para otro propósito, se encuentra a sí mismo vacío e insatisfecho, apático, con una constante necesidad de llenar el hueco que tiene adentro. Esta es una de las mayores ironías de la vida. Entre más la persona se enfoque en el propósito y el significado, más abundante será su vida. Entre más se enfoque en tomar todos los placeres que este mundo tiene tiene que ofrecer, menos los disfruta. disfruta. Come, bebe y sé feliz ya que mañana puedes morir es es una fórmula para encontrar cada vez menos placer y disfrutar menos de la vida. El hedonista está destinado a fracasar porque su existencia se convierte en una carrera sin fin para llenar el interminable abismo que tiene adentro. Esta no es una peculiaridad del sistema, y no ocurrió por accidente. Es parte del diseño. No cometas errores, los placeres tienen su lugar – son herramientas herramientas para ser utilizadas. Cuando una persona está contenta, es más capaz de servir a su Creador. Utilizando adecuadamente los lujos y las comodidades de este mundo, el hombre se eleva a sí mismo. Él transforma lo mundano en sagrado y está más preparado para su misión. Haciendo esto, también eleva al mundo mismo porque lo utiliza para su propósito implícito. Él disfruta de este mundo y se gana el Mundo Venidero.
El Hotel de Cinco Cinco Estrellas Llamado Llamado Vida Estamos en hotel llamado vida solamente durante unos cuantos años. Sin embargo, Hashem lo diseñó como acomodamiento de cinco estrellas con muchos lujos y servicios. La parte difícil es no perder el camino, no confundir lo pasajero con lo permanente, no confundir el hotel con nuestro hogar. Dentro de nosotros, Hashem colocó una neshamá neshamá regia. Es la princesa que está acostumbrada a vivir en las alturas. Debido a que no puede satisfacerse viviendo una existencia superficial y vacía, puede ayudarnos a dirigir nuestro rumbo. Es la voz dentro de nosotros la cual grita, “¡Logra! ¡Crece! Haz algo significativo con tu vida.” Y no encuentra satisfacción en nada de este mundo ya que proviene de un lugar mucho más elevado. Esa voz interna nos habla a nosotros. Debemos entrenarnos para aprender a escucharla.
El reto de la vida es perfeccionarnos a nosotros mismos encontrando el camino que trae nuestro crecimiento, permitiendo que nuestros deseos innatos hagan lo correcto para ganar. El truco es que Hashem casó a la princesa con el campesino, colocando a mi sagrada neshamá dentro neshamá dentro de este grueso cuerpo. Así que ahora soy yo quién se encuentra en contradicción. Yo quiero Yo quiero crecer, sin embargo yo embargo yo quiero quiero juguetear en el lodo. Yo quiero Yo quiero dirigirme a las estrellas y alcanzar las alturas de la grandeza, pero yo pero yo estoy estoy satisfecho viviendo sin un plan y sin dirección, sólo tomando la vida como se presente. La situación en compleja porque nos presentan muchas pruebas en la vida. Este mundo es el gimnasio. Nacimos en una generación predeterminada, nos dieron cierta cantidad de inteligencia y talento, y nos colocaron en la vida exacta. Las situaciones son insignificantes. Son únicamente accesorios – partes del escenario – que nos fueron entregadas para actuar nuestro papel. Al final de mis días seré juzgado, pero no comparado contigo – me mostrarán una imagen de mí mismo. Y me dirán la oración más importante, “Ese eres tú. Ese eres tú si hubieras vivido tu vida como podrías haberlo hecho… como deberías haberlo hecho…”
La Torá, el Sistema Sistema de Perfección Espiritual Espiritual Para ayudarnos a encontrar nuestro camino, nos han dado direcciones claras. Hashem nos dio la Torá, la guía para la vida. Escrita por nuestro Creador, contiene toda la sabiduría del universo. Sirve como sistema de perfección espiritual y es lo que nos guía a través de la oscuridad en este mundo. Nuestra misión es descubrirla, buscarla. Si no hemos tenido la oportunidad en nuestra vida de estudiarla suficientemente, necesitamos alguien que pueda enseñarnos, alguien que conozca sus caminos y que nos pueda mostrar cómo aplicarla a nuestras circunstancias particulares. Creando activamente una vida significativa y productiva a veces puede parecer desalentador. Requiere de pensamiento. A menudo se necesitan romper moldes preestablecidos y comportamientos aceptados. Y la persona puede sentir, “¿Cómo puedo hacer esto? ¿Cómo puedo encontrar mi lugar entre los muchos caminos que se abren enfrente de mí?
Rambam – Truenos Truenos y Relámpagos En La En La Guía de los Perplejos, el Perplejos, el Rambam escribe que la mayoría de los Nevi’im (profetas) Nevi’im (profetas) no tenían revelaciones divinas constantes. Algunos de ellos las tenían intermitentemente, otros raramente, y muchos de ellos tuvieron una sola experiencia. Sin embargo esa experiencia moldeó sus vidas porque en ese momento vieron la verdad con brillante claridad. Fue como un trueno y un relámpago que iluminó su noche. Para entender mejor lo que el Rambam dice, imagina a un hombre que se ha perdido en el bosque. Ha estado caminando sin rumbo durante días. Sin importar cuánto lo intente, no puede encontrar el camino a casa. Su humor se vuelve peor cada vez, y de pronto comienza a llover. Decidido, continúa caminando hasta que finalmente se tropieza y se cae al suelo. Desesperado levanta sus ojos al cielo y grita llorando, “¡Hashem! ¡Ayúdame por favor!” Súbitamente, como por arte de magia, un relámpago ilumina al cielo y enciende la oscuridad. En ese único flashazo, el bosque entero se ilumina y él es capaz de ver su casa. “Ahí está. ¡Puedo verla! ¡Gracias Hashem!” exclama él. La visión fue momentánea, pero suficiente. Él ya no estaba perdido. Puede ser que le tomaría días el viaje, pero ya conocía el camino. Así es la vida. Estamos perdidos en un mar de deseos, tentaciones y distracciones. En medio de una vida que es muy confusa, tenemos flashazos de entendimiento, ciertos momentos en los que comprendemos. Quizá es en un funeral, quizá en una ocasión festiva, o tal vez en Yom Kipur en el shul. En ese instante vemos las cosas claramente. Ese es el momento para tomar decisiones de vida. Esa claridad va a desaparecer muy pronto, pero si la utilizas para guiar el curso de tu vida sabrás que te diriges hacia la dirección correcta.
Dos Mundos, Una Oportunidad Fuimos mandados a este mundo, nos han dado ilimitado potencial, y nos han dado el reto de engrandecernos a nosotros mismos. Nos han dado una oportunidad en la vida. Lo que logremos hacer de ella será lo que seremos para toda la eternidad. Los caminos de la Torá son agradables, también el pasaje, mientras tomemos fuerza y coraje, es placentero. Cuando la persona sigue los caminos de la Torá, gana dos mundos. Viviendo una vida significativa y plena, adquiere este mundo y el Mundo Venidero. Cuando escoge el otro camino, pierde ambos. Dos mundos. Una oportunidad. Que tu camino sea exitoso. Ben Tzion Shafier Tu B’Av 5770
¿Hacia Dónde nos Dirigimos Ahora? Espero que hayas encontrado significado en este libro. Mientras que ofrece información, su principal propósito es impartir una perspectiva – una perspectiva que debe ser la estructura de soporte de todo lo que realicemos. Si este libro te llevó a pensar en los grandes temas de la vida, entonces lo puedo considerar un éxito – ha cumplido con su trabajo. La pregunta es: ¿hacia dónde nos dirigimos ahora? ¿Cómo mantenemos esa perspectiva? ¿Cómo la aplicamos a nuestra vida? ¿Cuál es el siguiente paso? Una herramienta que me gustaría sugerir es “El Shmuz.” El Shmuz es exactamente lo que el título implica, una “plática” de musar que trata de una gran variedad de temas: el rezo, la emuná, bitajón, matrimonio, educación de los hijos, habilidades de la gente, trabajando con el enojo, celos y humildad… En este momento, hay más de doscientas pláticas y la lista sigue creciendo. El estilo es muy similar al libro que acabas de leer, el Shmuz toma las fuentes de la Torá y las aplica a la vida – a tu vida en el siglo veintiuno. Las pláticas están disponibles en varios lugares, y uno de ellos es el Shmuz.com. Ahí pueden escuchar, ver, leer, bajar a tu computadora o compartir. Les invito a visitar ese sitio. También encontrarán allí muchos otros shiurim y materiales. Por el momento todo este material es en inglés, pero esperamos pronto poder contar con material en español, si te interesa formar parte de este proyecto, comunícate con nosotros. Si ustedes son de una generación anterior, o si tratas de evitar el uso de internet, aún hay un número de formas de acceder al Shmuz. Tenemos CDs de audio, libros sobre varios temas, y pueden escuchar el Shmuz en Kol Halashon. Si deseas más información o quisieras traer el Shmuz a tu comunidad, por favor llama a la oficina de Shmuz al 1-866-613-TORAH (8672). También son bienvenidos todos sus pensamientos o comentarios. Pueden encontrarme en mi e-mail
[email protected] En la siguiente página les mostramos una lista de los Shmuzin.