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Tejidos por niños y niñas boyacenses
Narraciones y cantos vestidos de ruana
Tejidos por niñas y niños boyacenses © 2009, Editorial Fundación Promigas FUNDACIÓN PROMIGAS DIRECTOR E JECUTIVO ~ Julio Martín Gallego C ONSEJO DIRECTIVO Hernando Gutiérrez de Piñeres Rodolfo Anaya Abello Alba Sierra Arrieta Martha Ligia Tamayo Carlos Moreno Aguas
EQUIPO DE TRABAJO DEL PROYECTO DIRECCIÓN GENERAL ~ Luz Marina Silva Travecedo C OORDINACIÓN ~ Sandra Castro Mercado ASESOR PEDAGÓGICO ~ David Cortés Zamora
EDICIÓN DIRECCIÓN EDITORIAL ~ Luz Marina Silva Travecedo ASISTENCIA TÉCNICA ~ Paula Villate Martínez PREPARACIÓN DE LA OBRA ~ David Cortés Zamora DISEÑO GRÁFICO Y DIAGRAMACIÓN ~ Cristina López Méndez ILUSTRACIONES ~ Sandra Castro Mercado R EVISIÓN DE TEXTOS ~ Editorial Maremágnum
Fundación Promigas Calle 66 No. 67-123 Barranquilla/Colombia www.fundacionpromigas.org.co ISBN: 978-958-98728-1-9 Impresión: OP Gráficas Impreso en Colombia ~ Printed in Colombia
Herramientas es una publicación que busca transferir instrumentos y materiales de apoyo para facilitar procesos de gestión educativa, social y comunitaria. El contenido de esta obra está protegido por las leyes y tratados internacionales en materia de Derecho de Autor. Queda prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio impreso o digital conocido o por conocer. Queda prohibida la comunicación pública por cualquier medio, inclusive a través de redes digitales, sin contar con la previa y expresa autorización de la FUNDACIÓN PROMIGAS. EJEMPLAR DE DISTRIBUCION GRATUITA. PROHIBIDA SU VENTA
Agradecimientos A las secretarías de educación municipales. Al Banco de la República, sede Tunja, por su respaldo institucional en el logro de este objetivo. A la comunidad boyacense por aportar las palabras que ayudaron a tejer gran parte de esta obra. A todos los profesionales y amigos que aportaron sus saberes y experiencias. A las niñas y niños boyacenses por su esmero y extraordinaria capacidad de soñar y de tejer con alegría estos relatos.
DOCENTES Y ESTUDIANTES QUE PARTICIPARON ACTIVAMENTE EN EL PROYECTO MUNICIPIO DE Cómbita CENTRO EDUCATIVO L A CONCEPCIÓN PROFESOR FACILITADOR
Esperanza Forero ESTUDIANTES
MUNICIPIO DE Samaná C OLEGIO GUSTAVO R OJAS PINILLA , SEDE L A ESPERANZA PROFESOR FACILITADOR
Flor Marina Estupiñán o
Angie Karina Valderrama Fresno, 5 Deissy Lorena Matta Fresno, 5o Carlos Andrés Zipagáuta Quintero, 5o Luz Clarita Suárez Suárez, 5 o COLEGIO L A ESPERANZA PROFESOR FACILITADOR
Luz Ángela Estupiñán ESTUDIANTES
Deisy Fernanda Fuquén Pineda, 5o Deisy Johana Pineda Piravaguen, 5o E SCUELA S AN ONOFRE PROFESOR FACILITADOR
Ana Betty Pulido Aguilar E STUDIANTES
Magreth Lorena Alfonso Valderrama 3o Laura Juliette Aguilar Vargas, 3o Noris Juliana Barragán Barragán, 4º Yeison Manual Barragán Barragán, 4º Sandra Lizbeth Barragán Malaver,4º Yeimi Lizeth López Ríos, 4º Juan Carlos Mata López, 5º Jorge Isidro Malaver Sarmiento, 5º Juan Sebastián Munévar Pulido, 5º Jessica Liliana Rubio Aguilar, 5º Yiner Iván SuárezRuiz, 5º Yenni Lorena Pineda Alfonso. 5º
ESTUDIANTES
Sandra Milena Reyes González, 5 o Clara Inés Rodríguez Chivata, 5o Yulieth Andrea Suarez Carvajal 5º MUNICIPIO DE Puerto Boyacá C OLEGIO GUSTAVO R OJAS PINILLA , SEDE L A ESPERANZA PROFESOR FACILITADOR
Doris Mercedes Suárez ESTUDIANTES
Yeison Andrés Pérez Bautista, 5o Miguel Ángel Pulido Castro, 5 o Andrea María Pulido Buitrago, 4o Deisy Patricia Pineda Pineda, 5o Carlos Eduardo Santiago Mora, 5o Yeismi Rosmeri Pineda Pineda, 5o Nelson Iván Luis Raba, 5 o Diana Carolina García Guachetá, 5o Yoana Carlina Martínez López, 5o Jeffer Alexander Alba Guachetá, 5o Ángela María Firacative Echeverría, 5o Duván Lisandro Bautista Gavilán, 4o Doris Paola Chivatá Morales, 5o
MUNICIPIO DE El Porvenir C OLEGIO GUSTAVO R OJAS PINILLA , SEDE EL PORVENIR PROFESOR FACILITADOR
Yaneth Ladino
Sintia Estefan Rodríguez, 2o Cristián Alberto Robayo Merchán, 3o Erika Lisney Molina Samacá, 5o Laura Gimena González Pinilla, 4o Óscar Andrés Rodríguez, 3o
ESTUDIANTES
Diego Rodríguez, 5o Sandra Milena Vargas Robles, 5o Aura Cecilia Ávila Pulido, 3o María Camila Sierra, 3o Erika Liliana Sierra Cardazo, 4 o Nelson Javier Niño Reyes, 5 o Yesica Viviana Sierra Bernal, 5o Carmen Andrea Nope Infante, 5o
MUNICIPIO DE Tinjacá C OLEGIO M ARIANO OSPINA PÉREZ PROFESOR FACILITADOR
Nohora Inés Castellanos Mery Cecilia Castro SEDE FUNZA SEDE PRIMARIA ESTUDIANTES
Wilmer Yesid Salcedo, 5o Ginna Paola Salcedo Páez, 5o Michael Steven Vargas Gómez, 5o José Leonardo Mancipe Chacón, 3o Miguel Ángel Mendieta Martínez, 4o Laura Alejandra Reyes Sierra, 4 o Emily Daniela Ospina Ochoa, 3 o Wendy Geraldine Sierra, 5o Mariam Didier Rodríguez, 3o Maryam Yulieth Velosa Mendieta, 5o
COLEGIO M ARIANO OSPINA PÉREZ , SEDE PROVIDENCIA PROFESOR FACILITADOR
Martha Cajamarca ESTUDIANTES
Wilmer Santafé, 4o Sergio Vargas, 5o MUNICIPIO DE Motavita CENTRO EDUCATIVO C ARBONERA PROFESOR FACILITADOR
Aurelia Rincón Dueñas SEDE S ALVIAL ESTUDIANTES
Julián David Tocarruncho García, 5 o Luz Yaneth Alvarado Pamplona, 4o Maida Lorena Rojas Molina, 5o Dayana Ercilia García Pamplona, 4o Yilver Molina Amado, 4o Emilce Zipamocha Peña, 4o Edison Cipriano Rojas Suárez, 4o Fredy Alexander Rubio, 4o María Claudia García Moreno, 4o Luis Arturo Rodríguez Pulido, 4o Brayan Estíven García Gamba, 4o Angie Lorena Rodríguez, 4o Isabel Cristina López López, 4 o Dubán Yesid Rodríguez, 4o
MUNICIPIO DE Motavita CENTRO EDUCATIVO R ISTA PROFESOR FACILITADOR
MUNICIPIO DE Sutamarchán COLEGIO HÉCTOR JULIO GÓMEZ
Nidya Esperanza Daza Ciro Tomás Cucaita Parra ESTUDIANTES Juliet Katherine Guachetá Castellanos, 5o Mónica Lizeth Alvarado García, 5o Edison Julián Guachetá Castellanos, 3o
SEDE R OA ESTUDIANTES
CENTRO EDUCATIVO S ALVIAL PROFESOR FACILITADOR
Carolina Rojas Calderón ESTUDIANTES
Lizeth Alejandra Molina, 4o Daniel Felipe Samacá, 5o Yaneth Paola Gil Molina, 5o Diana Marcela Rivera Quintero, 4o Alexander Tibacoy Hernandez 5º MUNICIPIO DE Oicatá CENTRO EDUCATIVO PORAVITA PROFESOR FACILITADOR
Ricardo Beltrán ESTUDIANTES
Yenny Katerine García Gómez, 4o
Aura Forero
María Alejandra Domínguez Villanueva 5 o María Andrea Rodríguez González 3º Daniel Felipe Coy Forero 3º Sergio Ramiro Vargas Rodríguez 4º Héctor Heli Espitia 5º Paula Karina Durán Aguilera4o Diana Paola Espitia 5º Luisa Paola Cárdenas Rodriguez 5o
R ELATORES O NARRADORES ORALES María Cristina Castillo José Orlando Salcedo Luz Megan Merchán Blanco Nazario Lázaro Velosa Peña Sonia Forero Sáenz Nuvia María Sierra Mendieta María Estela Páez González María Rosa Jiménez Ana Barreto viuda de Mensura Paula Andrea Ramírez María Ceneida Guachetá Flor Alba Gómez Flor Ángela Sierra Castellanos José María Martínez Luz Ángela Estupiñán Daisy Agudelo Vanegas
C on tenido Presentación ~ 12 Introducción ~ 14 Capítulo 1
Los niños se ponen las palabras de ruana ~ 24 Coplas ~ 27 Coplas que cuentan historias ~ 32 Coplas cojas ~ 44 Acrósticos ~ 45 Adivinanzas ~ 48 Chistes ~ 51
Capítulo 2
Mi abuelo dijo: “De boca en boca, de ruana en ruana” ~ 52 Mitos y leyendas ~ 55 Historias de vida: entrevista ~ 64 Historia oral: De mi pueblo Tinjacá ~ 68 Historia oral que se convierte en cuento ~ 75
Capítulo 3
Puntada a puntada, palabra a palabra, los niños y niñas tejieron la ruana ~ 80 Cuentos de tradición ~ 83 Cuentos de ángeles, brujas y Vírgenes ~ 89 Cuentos de ficción ~ 93 Poesía ~ 114
Glosario ~ 121
Presentación La Fundación Promigas creó la colección Narraciones y Cantos de la mano de las escuelas participantes en sus
programas de promoción de lectura, con el propósito de hacer visible las capacidades y talentos que tienen los niños y niñas colombianas para expresarse a través de la palabra escrita. En el primer volumen de esta colección, las narraciones y cantos llegaron vueltiaos, al estilo del pueblo sahagunense del departamento de Córdoba, en el que estudiantes de catorce instituciones educativas que previamente habían participado de nuestro proyecto Escuelas Lectoras emprendieron un proceso creativo que produjo poesía, narrativa de tradición oral y recreación literaria. En esta ocasión la producción llega vestida de ruana, tejida por las voces y manos de los estudiantes, docentes y padres de familia de 16 escuelas rurales boyacenses a
quienes acompañamos durante 24 meses en el cultivo y valoración de sus piezas narrativas. Esta iniciativa de trabajo en el departamento de Boyacá, rico en colores, sabores y celebraciones como el festival de bandas de Paipa, o como el de luces y cometas de Villa de Leyva, se convirtió en una oportunidad para fortalecer el patrimonio cultural y las tradiciones de su gente, desde la perspectiva de las nuevas generaciones. Nuestro anhelo con este tipo de propuestas es seguir cultivando el entusiasmo de la niñez colombiana por el aprendizaje y la apropiación de su cultura. Finalmente, deseamos que la lectura de estas páginas sea disfrutada con la misma alegría con la que fueron escritas.
FUNDACIÓN PROMIGAS
In troducción
Fue así como el pacto se cerró: tan sólo bastó la expresión “Contigo, pan y cebolla” —que se utiliza en Boyacá cuando se quiere ratificar el compromiso y el cariño que se profesa por alguien sin importar las adversidades— para que el proyecto de Escritura Creativa se iniciara.
Contigo, pan y cebolla E n el antiguo Claustro de San Agustín, ubicado en la ciudad de
Tunja, donde se dice reside el alma en pena del Monje sin cabeza y que hoy en día es utilizado como sede de la Biblioteca Alfonso Patiño Rosselli, comenzó esta historia… Allí, hace dos años, representantes de diversos centros educativos de la zona rural de Boyacá se dieron cita para escuchar la propuesta del proyecto Escritura Creativa que les abría la oportunidad a sus estudiantes de convertirse en escritores de su propia historia. El objetivo despertó gran interés en los presentes, y lo hizo aún más cuando se comunicó que los futuros escritores serían los alumnos de básica primaria y que para lograrlo los docentes participarían en un proceso formativo de un año y medio de duración. Cuando la presentación llegó a su fin, se preguntó si querían participar del proyecto, a lo que respondieron: “Contigo, pan y cebolla.” A partir de ese momento se implementaron reuniones periódicas cada tres meses en la capital boyacense, las cuales buscaban relacionar a los docentes con diversas técnicas de creación literaria y algunos postulados básicos de investigación enmarcados dentro de la historia oral. Los encuentros tenían una duración de cuatro días, después de los cuales los maestros se dirigían a sus instituciones educativas para transmitir a sus estudiantes las técnicas aprehendidas. En un principio los esfuerzos se centraron en propiciar la confianza de los niños en el oficio de escribir. Era necesario
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convencerlos a ellos, y a sus maestros, de que la expresión por medio de la palabra escrita no es un privilegio reservado para pocos sino un derecho disponible para todos. El medio que se utilizó para conseguir dicho objetivo fueron los diarios de vida: durante tres meses los estudiantes llenaron hojas y hojas de papel consignando su cotidianidad, sin darse cuenta que se estaban entrenando y familiarizando con el oficio de la escritura. Al término de este proceso y cuando la mano de los estudiantes ya se había soltado, la creación se convirtió en un juego y las palabras en un juguete, naciendo el primer capítulo de nuestro libro:
Los niños se ponen las palabras de ruana Para qué pregunta una pregunta si la respuesta se encuentra en la pregunta; mejor pregunte una pregunta que la respuesta sea incierta a la pregunta. Por ejemplo: ¿Qué fue primero la música o la palabra?
E ste cuestionamiento, a manera de juego, fue el detonante que
permitió a los estudiantes recorrer un camino enmarcado en la creación literaria en el que descubrieron la música que proviene de las palabras, el ritmo que se esconde detrás del silencio y la alegría de convertir al lenguaje escrito en un juguete.
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Juguete que tomó forma de copla: la expresión literaria característica de esta región del país —conformada por versos que riman gracias a sus terminaciones silábicas. Con el tiempo, el juguete fue enriqueciéndose y se llegó a una variante: las “coplas cojas” donde la última estrofa no rima con las anteriores. Después, aparecieron los relatos contados mediante una conjugación de coplas que no sólo rimaban sino que también guardaban una coherencia semántica; y lo mejor ocurrió cuando los niños y niñas de Boyacá se pusieron las palabras de ruana y escribieron acrósticos, himnos, canciones, chistes y adivinanzas. Al final, el esfuerzo cobró factura: ¡la imaginación se agotó!, los papeles quedaron en blanco y los lápices con ganas de seguir escribiendo. Fue entonces cuando la vida cotidiana llegó como una fuente inagotable de inspiración, pero ya no la propia —como en los diarios de vida— sino la de sus antepasados. Y fue así que el segundo capítulo de esta historia se gestó:
Mi abuelo dijo: “De boca en boca, de ruana en ruana” “C uenta mi abuelito que…”, con el anterior estribillo comienzan
muchos de los textos de este capítulo que recopilan una parte de la tradición oral de la zona rural boyacense. Con libreta en mano, los niños y niñas emprendieron uno de los viajes más emocionantes que se pueda realizar: un recorrido a
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través de los recuerdos de sus abuelos quienes sentados alrededor del calor de la estufa o en la terraza de la casa desde donde se observan los primeros brotes del cultivo, propiciaron el encuentro de dos generaciones a través de la palabra. Los primeros acercamientos dieron cuenta de la tradición oral de su región, entendida esta como el compendio de relatos que preservan los mitos y leyendas de Boyacá. Después, los niños y niñas detectaron que las experiencias de vida de sus abuelos también eran interesantes, que el preguntarles por la forma en que trascurría su niñez en el siglo pasado era fascinante, que el indagar por la manera en que se ganaban la vida era una fuente inagotable de tradición oral que ahora era entendida como una particularidad (la vida de un ser humano) que representa una generalidad (la cultura boyacense). Por último, el proceso llegó a su máxima expresión cuando las historias de vida de sus abuelos sirvieron como argumento, como punto de partida para la posterior creación de los cuentos de los estudiantes.1 Cuentos que les despertaron, de nuevo, el instinto creativo. Ahora tenían ganas de retomar el papel en blanco y decorarlo con sus palabras en forma de cuentos o de poesías, ya fueran basados en la realidad o en su propia imaginación. Y fue así que el tercer y último capítulo de nuestra historia se concibió:
Es preciso anotar que los textos de este apartado, lejos de pretender convertirse en un documento histórico -que se caracteriza por su objetividad y veracidad de la información transmitida— presenta un compendio de textos subjetivos que tomaron el método investigativo de la historia oral para recopilar las tradiciones de los abuelos y como pretexto para darle voz a los que, generalmente, no tienen voz. 1
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Puntada a puntada, palabra a palabra, los niños y niñas tejieron la ruana Paso a paso, el final de esta historia se va acercando: ya se percibe
la alegría de un cierre que recopila en sus instancias todo el proceso de formación y creatividad por parte de los profesores y estudiantes. Es como si por arte de magia, al final del camino, surgiera una metáfora perfecta que toma dos objetos del mundo real y los une a través de la palabra creando una nueva forma de nombrar el mundo. Así, como el efecto de una metáfora, los estudiantes se valieron de las dos herramientas que habían manipulado a lo largo de un año: la recopilación de la cultura oral y el vínculo de la palabra con la música, para crear sus propias historias que descansan en el papel con la forma de cuentos y poesías. Aquí, el oficio de la escritura se vivió, tal vez, con mayor intensidad, debido a que la corrección y la posibilidad de poner el escrito a consideración de sus compañeros hizo parte de la convivencia académica en la escuela. Fueron días difíciles en los que había que volver sobre el papel y reescribir la historia; otras veces se debía tomar la difícil decisión de votar a la basura la producción realizada para comenzar de ceros y, sólo después de mucho trabajo, lograr que el texto se aprobara y estuviera listo para la publicación. De hecho, fue tan intenso este proceso, que muchos de los docentes participantes se animaron a producir sus propios textos
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—que se encontrarán a lo largo de este libro— cerrando el ciclo de Escritura Creativa donde el que enseñaba resultó ser el aprendiz y el discípulo resultó convertido en maestro. Por último —y recordando lo que me decían mis padres cuando me iban a leer un cuento: “Y colorín colorado, esta historia… hasta ahora está comenzando”— tan sólo me resta invitarlos para que entren al mundo de narraciones y cantos vestidos de ruana con la disposición de encontrar entre sus páginas una cara de la cultura boyacense presentada a través de los ojos de los niños y niñas de este departamento.
David Cortés Zamora Barranquilla, 2008.
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¿Lo recuerda? Las posibilidades eran infinitas. ¿Quién no transformó en su niñez la rama de un árbol en una espada mágica o una caja de cartón en una nave espacial? Motivados por el juego, lográbamos convertir las cosas en objetos fantásticos con sólo usar nuestra imaginación. Pero ¿alguna vez jugó con las palabras? En nuestro caso, los niños además de jugar con las palabras las vistieron de ruana, dándole identidad a su creación. Ellos, se rieron y divirtieron con su nuevo juguete de palabras (…que algunas veces rimaba y otras no tanto…), descubriendo, de esta manera, la magia que las envuelve.
Los niños se ponen las palabras de ruana Capítulo 1
Coplas Coplas que cuentan historias Coplas cojas Acrósticos Adivinanzas Chistes
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Coplas Aquí están los carboneros
M i primer amor que tuve
si los quieren conocer: pantalones como hombre y no naguas como mujer.
fue con uno de Alto el Moral, le regalé las apabochas y se tragó hasta el costal.
Autor: Yilver Molina Amado
Arráncame un tamarindo, siémbrame un gualanday, que yo no creo en las brujas, pero que las hay, las hay.
La luna está triste, un lucero la acompaña; así queda don José cuando su mujer lo engaña. Autora: Emilce Zipamocha Peña
Autor: Edison Cipriano Rojas Suárez
Y o desde chiquito me enseñaron a caminar, por eso hoy en día yo lo sepo apreciar. Autor: Fredy Alexander Roberto Rubio
Y o quiero a mis profesores por lo que me han enseñado, perdón si les he hecho daño o si los he groseriado. Autora: María Claudia García Moreno
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Nosotros los campesinos cultivamos mucho la papa para llevarla los viernes a la plaza y venderla a la lata.
Allá arriba en aquel alto está el profesor Hernando con la profesora bailando, y cada que a él le da sed se le come a ella el mango. Autor: Luis Arturo Rodríguez Pulido
Allá arriba en aquel alto está el profesor Hernando con la profesora Rita encaramada en su canto. Autora: Angie Lorena Rodríguez
—¡C ompadre!- dijo la /comadre. —¡Vamos a hacernos pasito, porque si el compadre sabe hasta nos voltea el hocico! Autor: Edison Julián Guachetá Castellanos
M is costumbres y mis mañas son mi mayor ambición: siempre engaño a mis amigos haciéndoles creer que soy el que verdaderamente no soy.
¡Oh! Virgen del Milagro recompensa a tus obreros aumentando su salario por sus grandes esfuerzos.
Autor: Brayan García Gamba Autor: José Leonardo Mancipe Chacón
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Las profesoras son muy M i mamita no me deja ir a misa de doce, porque el cura que la dice me hace ojitos y me tose. Autor: Miguel Ángel Mendieta Martínez
Y o no me caso con tonta aunque tenga mucha moneda, porque la plata se acaba y la mujer tonta queda. Autor: Profesora Mery Cecilia Castro
Trabaja y trabaja hasta que se le acaba el azadón de su patrón. Autor: Sergio Vargas
/queridas: comparten con los niños, cuidan las gallinas y nos enseñan muchas /guabinas. Autora: Maria Alejandra Domínguez Villanueva
E n las fiestas de mi pueblo me reúno con mi gente a tomar mucho aguardiente para alegrar el ambiente. Autor: Daniel Felipe Coy Forero
M i madre es cariñosa mi padre regañón cuando no hago las tareas me dan un coscorrón. Autor: Sergio Ramiro Vargas Rodríguez
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A Sutamarchán viene la gente a conocer y a pasear, también a pelar el diente y a las muchachas enamorar. Autora: Camila Andrea Rodríguez
M i papá hace las enjalmas y se las vende a la gente para enjalmar a los burros que no son decentes. Autor: Héctor Helí Espitia Munévar
M i familia es trabajadora: siembra cebolla, también zanahoria, y por la noche las echa a la olla. Autora: Paula Karina Durán Aguilera
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Las mujeres que se /enamoran de los hombres sin bigote es mejor que se enamoren de la jeta de un chorote. Autora: Deisy Patricia Pineda Pineda
C uando se muera mi suegra que la entierren boca a bajo, por si se quiere salir que se vaya más abajo.
Si al cortar una rosa una espina te hiere, recuerda que lo que pasa es que alguien te quiere. Autora: Yeismi Rosmeri Pineda
Allá arriba en aquel alto hay una burra motosa, cada vez que subo bajo mi taita se monta y se va a ver a la moza. Autora: Diana Carolina García Guachetá
La música de mi pueblo es un poco la norteña, pero la que más se baila es la música carranguera.
E l profesor Hernando aún está fumando, pero no nos interesa si nos sigue enseñando. Autora: Dayana Ercilia García Pamplona
Autora: Erika Liliana Sierra Cardozo
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Coplas que cuentan una historia La papa
Alistémonos comadre que ya comienza la siembra, pa´ tener güena platica con la venta de la papita. Antes de aclarar el día nos levantamos con ánimo llevando nuestro guarapo y el azadón donde el amo. Arreglamos la tierra con un precioso surcao, allí regamos la semilla y luego bailamos zapatiao . Qué trabajo tan jodido tocarnos cargar al hombro los venenos y jumicidas pa´ que el gusano no la roiga.
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Qué bonita que florea moradito su color, debajo de sus ramas encuentro mi gran amor. Todos valoremos la papa, siendo nuestro valioso /alimento, pa´ brindarle a las muchachas y darles su buen sustento. Sintamos amor por la papa ya que la comadre Petra no deja de ofrecerla con su guarapo y arepa. No hay comitiva más güena que el mute y la siembra de /papa, pa´ compartir con los amigos en las jiestas y en los cultivos /de papa.
Mañana cuando sea grande no dejaré de comer mi papita bien trancada y una morena bien alineada. Ya con esta me despido, que pasen felices pascuas, no olvides el gran Gachivita de nuestras festividades cultivando papa. Autora: Dayana Ercilia García Pamplona.
A la chicha
E che chicha por totumas
El guarapo es amarillo como el color de la panela y cuando hace mucho frío lo tomamos como agua de /canela. Allá arriba vive una viejita que hace con masa arepas y cuando un chivo se atraviesa se lo come como pepas. Y con esta me despido diciéndoles a todos ustedes que la chicha es tan buena que hasta la toman los alférez. Autora: Juliet Catherine Guachetá Castellanos
y por vasos aguardiente que un hombre con un buen /sorbo ningún trabajo siente. La chicha es tan buena que me inspira una mirada, cuando se hace una faena la gente no deja nada.
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La chicha: de los chibchas a nuestros días
Dicen que en tiempo primero vivían los señores chibchas y para ir a cazar terneros tomaban mucha chicha. Los hombres hoy en día toman mucho guarapo; a mi tío le da alegría y pa´l trabajo es muy guapo. Autora: Mónica Lizeth Alvarado García
Un curita milagroso
E n Boyacá hay un pueblito que se llama Motavita. Y aquí nace esta historieta que te cuento con coplitas. A mi pueblo Motavita llegó un cura milagroso, las gentes al conocerlo se llenaron de alborozo.
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De todas partes del mundo, y de Colombia también, llegaban los carros llenos para buscar el bien. Los sordos oían claro, los enfermos se alentaban, los hombres y las mujeres muy prontito se arreglaban. La gente vendía comida en las misas de sanación: escapularios y biblias se compraban por montón. Los hombres de Motavita ampliaron sus construcciones, invirtieron sus dineros e hicieron reparaciones. Todo funcionaba bien, la gente tenía trabajo, y los turistas llegaban con amor, fe y entusiasmo. Pero un día en el pueblo al curita amenazaron, empezaron los chismes y otros lo acusaron.
El arzobispo de Tunja compadeció a Motavita y para otro pueblo vecino trasladó a nuestro curita. Hasta aquí narro señores, este cuento o historieta, que sucedió en Motavita con el padre Álvaro Puerta. Autor: Alexander Tibacoy Hernández
Himno I
Hoy celebramos los niños, el 7 de agosto acá, son 187 años de la batalla de Boyacá.
II En un día como hoy, dos ejércitos se enfrentaron, y en el puente de Boyacá, los patriotas ganaron.
III Los patriotas de Bolívar venían de tierra caliente y junto con sus caballos fueron los más valientes. IV Al señor español Barreiro no le fue tan bien, y al esconderse detrás de una /piedra, quedó preso también. V Fue un valiente soldado que Pedro Pascasio se llamó: no se dejó vender por monedas y a Bolívar no delató. VI A partir de esa fecha una nación se volvió, Colombia la tituló Bolívar y en república la declaró. VII En homenaje a nuestra /Colombia hoy izamos la bandera, para recordar con patriotismo a toda Colombia entera.
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VIII Como niño colombiano soy un patriota más, con una ilusión tan grande de que todos vivamos en paz. IX Preparémonos para la vida, preparémonos para ganar, para librar otra batalla y un día a Colombia gobernar. Autor: Profesor Ciro Tomás Cucaíta Parra
A la Virgen María
M uy felices te cantamos ¡oh! Virgencita María, Tú que estás allá en los cielos muy radiante de alegría. Eres luz de nuestra vida, porque por el mundo vas. Rogad por los pecadores para así encontrar la paz. Este canto te ofrecemos, Virgencita encantadora. Eres mujer hermosa, de nosotros protectora. En este mes de mayo, rosario te rezamos. Todos juntando voces, los niños te cantamos. Autor: Profesor Ciro Tomás Cucaíta Parra
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Quiero ver sonreír los campos
Q uiero ver sonreír los /campos, quiero oír las aguas cantar, que bajen de las montañas como gotas de cristal. Vamos todos por la causa, un arbolito a sembrar y en un mañana podamos muchos frutos cosechar. Si no se cultiva el campo no lo vemos florecer, será semilla marchita en un triste atardecer. Hoy la tierra nos convida a llevarla en la conciencia, a cuidar la ecología porque es la mejor herencia. Sólo quiero con mi canto, despertar esa pasión, por la savia de la vida, por el bien de mi nación. Autor: Profesor Ciro Tomás Cucaíta Parra
Quiero a mi nación
C on cariño le canto a mi /querida Colombia, en este ritmo sin igual, para decirle que siento /inmenso gozo al nombrar a Colombia, en /este, mi cantar. Esta es mi tierra: igual que un /paraíso, llena de historia y belleza sin /par; aquí sus hijos llevamos la /esperanza, todos unidos construyamos la /paz. Así seremos más felices /cantando, diciendo al mundo que quiero /mi nación; que por encima de todo lo que /pase la sigo amando con todo el /corazón. Autor: Profesor Ciro Tomás Cucaíta Parra
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A mi familia
M i familia es un regalo de /Dios, que vive con los hijos, mejorando la finquita y haciendo arepitas. Cuando canta el gallo la familia se despierta, mamá prepara el tinto y lo reparte contenta. Después lava la ropa, la pone al sol, y la remienda junto al fogón. Después de la cena nos gusta ver televisión, las novelas favoritas son nuestra entretención. La familia toma cerveza con sus hijos al lado: la pasan chévere con sus seres amados.
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Ya con esta me despido: la familia mata sus gallinas, las pone a cocinar, cuando llega visita en bandejas las sirven ya. Autora: Diana Paola Espitia
Que bonita es mi escuela
E n el alto está mi escuela: es adonde voy a aprender las tareas de la clase y muchas palabras también. Cuando estamos de recreo inventamos muchos cantos. ¡Qué bonita es mi escuela ubicada en el campo! A la hora del almuerzo vamos todos a comer alimentos nutritivos que nos hacen crecer. Cuando llego a mi casa mis tareas voy a hacer para el día siguiente a mi profe complacer. Autora: Deissy Lorena Matta Fresno
Mi tierra: Tinjacá
Los niños de Tinjacá están con alegría para mañana gritar: ¡Viva la patria mía! Nuestros antepasados muiscas nos enseñaron a hacer ollas, y hoy en memoria de ellos elaboramos muchas joyas. Tinjacá te quiero mucho porque eres mi gran mansión, y se convierte en orgullo para toda la nación.
Los artesanos de este pueblo del fique hacen mochilas, y las muestran en los pueblos por montones y por filas. Con el fique los campesinos sus trabajos elaboran, como el muisca en otro tiempo con el barro hacia la pora. Cuando trabajo el fique voy cantando una canción, porque me siento orgulloso con la riqueza de mi nación. Autora: Profesora Mery Cecilia Castro
Los campesinos de Tinjacá siembran fique en bulla para poder trabajar la mochila y la cabuya.
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Coplas a Sutamarchán
Sutamarchán es un pueblo, ubicado en Boyacá, que a cualquier concurso que vaya, siempre triunfará. Aquí en Sutamarchán, hay zona urbana y rural; en este pueblo querido nunca se ha de peliar. Yo quiero a mi pueblo, pues es mi tierra natal, y a donde quiera vaya, en el corazón la voy a llevar. Tus hijos en este pueblo no se entristecen jamás, porque hay polideportivos y /parques donde pueden ir a jugar. En este pueblo adorado hay mucha seguridad, todos con mucho cariño te ayudarán a cuidar.
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La iglesia es bonita por fuera, pero dentro mucho más, con la ayuda del Altísimo tus sueños realizarás. Aquí hay mucha gente a la que le preguntarás: —¿Adónde queda tal parte? Y ellos te responderán. El hospital es seguro, y confía porque te auxiliarán; a sutanos y turistas con cariño atenderán. Hay lujosos restaurantes donde podrás almorzar; con longaniza y arepitas satisfecho quedarás. Cuando tenga que partir de esta tierra hermosa, extrañaré su esencia y su gente maravillosa. Donde quiera que esté yo te recordaré, porque pueblo querido, yo te ayudaré. Autor: Edson Ramiro Medina Martínez
Ferias y fiestas de Sutamarchán
E n octubre son las fiestas y nos vamos a bailar, escojo una pareja y nos ponemos a saltar. Son tres días de fiesta, con orquesta y toreo; tres días de parranda, con baile y jaloneo. Que nunca falte en las fiestas la santa misa a la Virgen, que por la paz de Colombia toda la gente se aflige. Qué bonito que se mueve el toro en la arena. Muevo un poco la capa y soy el héroe de la faena. Todos aplauden mi lance , mis amigos me felicitan, me quito rápido el sombrero y recibo todas las monedas.
Qué fiestas tan bonitas, la gente se pregunta, sabemos que fueron /organizadas dizque por una junta. Sutamarachán es mi pueblo, el más bonito y agradable, con bailes y guabinas la gente se vuelve amable. Cuando hay fiestas en /Sutamarchán, los de Roa se van a tomar, emborrachan a sus mujeres y se ponen a gozar. Con alborada se empiezan las fiestas de mi pueblo; se alegran con la galleras, las orquestas y las ferias. En las fiestas de Sutamarchán siempre voy a parrandear, cuando el presidente llega lo vamos a saludar.
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La gente emocionada por las fiestas de Suta, el dinero que han ahorrado, en bebida lo han gastado. Las chicas de mi pueblo se divierten y gozan, a la hora de la verbena nos presentamos hermosas. Ya con estas me despido, porque esto dijo el armadillo, vistiéndose sus calzones: -¡Que mañana hay fiestas para todos los trabajadores!-. Así que esta noche estoy aquí /en mi pueblo, mañana en fiestas estaré, buscaré una pareja y pa´ la gallera mi iré. Autor: Luisa Cárdenas
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A Sutamarchán
Fuera de la frontera tu /imagen llega con longaniza sabrosa y buena que artesanos, con amor la /llenan y hasta milagrosa se hace… /si usted la entrega.
Hombres ilustres, de historia /y fama, por toda Colombia, su legado /exclama. Con Héctor Vargas Canario /de ruana y el Soy boyacense que al /mundo, llama. El gran Jediondo de boca /sana, recorre Europa, luciendo /ruana, enseñando al mundo nuestra /idiosincrasia y mostrando a Suta con /mucha gracia.
El gran Humboldt, con su /sapiencia, “ el mejor clima del mundo”… /así declara. Y si de santos y vírgenes se /habla, Santo Eccehomo y Reina de /Colombia, de todo el mundo… visita /reclama. Autora: Profe Carmen Amira Vargas
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Coplas Cojas E sto dijo el armadillo yendo por una cámara: —Apúrele mi perrito porque no me va a alcanzar. Autora: Isabel Cristina López López
La señora debe venir para que me haga el /desayuno, con mucha alegría y con huevo y amor. Autor: Julián David Tocarruncho García
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M is costumbres eran muy /bonitas, pero cuando era más grande ya se me acabaron porque eran muy chistosas. Autor: Luis Arturo Rodríguez
Allá arriba en aquel alto hay un perro amarrado, cada vez que subo y bajo el perro se me manda. Autor: Duván Yesid Rodríguez
Acrósticos C álido fermentado de cereales o de frutas. Herencia deliciosa de nuestros antepasados. Indispensable siempre ha sido en Celebraciones religiosas y fiestas tradicionales. Homenaje hacen a nuestro jugo de tusa A llá en Bogotá con el festival de la chicha. Autora: Diana Marcela Rivera Quintero
C antas y das Á nimo al R itmo de la música. R umbea la gente y A unque la música Nueva se entona, tú siempre Ganas, tú vales más. Un hombre siempre se Emociona con tu son y R icos momentos de jolglorio y de A mor. Autor: Diego Alexander Rodríguez Mora
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R ecubierta de lana, Una lana caliente: A livias el cuerpo y Nunca nos dejas sufrir. A sí es la ruana. Autora: Sandra Milena Vargas Robles
Región del alto Ricaurte
R egión del alto Ricaurte, con riqueza natural, Entrañada en el hermoso departamento de Boyacá. Comprende siete municipios de gran prosperidad y Un solo anillo turístico de dinosaurios visitarás. R eliquias en Santo Eccehomo, Villa de Leiva, Santa Sofía, Sáchica y Gachantiva. Organizadas las rutas están… para Sáchica, Suta, Ráquira y Tinjacá. Naturalmente en Villa de Leyva paisajes lindos verás y A nte la plaza más grande del mundo empedrada te encontrarás. Turistas de todo el mundo llegan a descansar. Un solo paseo te darás y toda la región conocerás. R áquira, Sáchica, Tinjacá: artesanías te ofrecerán. A l pasar, almuercito, con longaniza en Sutamarchán. Luego el olor a cebolla por Sáchica percibirás. En un paseo más largo llegarás a Gachantiva; Sólo que en esta región la mayor riqueza es la paz. Autora: Profe Carmen Amira Vargas
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V oy a contarle un poco de nuestra Inmensa gastronomía que es R ica en proporción. Comenzamos con la Generosa longaniza, apetecida En abundancia; la arepa de maíz No podría faltar; el mute Da energía y calurosa bienvenida junto con El envuelto: una sabrosa comida. Contentos y agradecidos vivimos por tan ricos alimentos. Hacer de nuestra comida una verdadera Industria es nuestro objetivo. Vivimos orgullosos de la /chicha y la lechona Que nos dan mucho reconocimiento. Una oportunidad que nos va a recordar Intensamente los días en que vamos a piquetear. No debemos olvidar Que Suta nos ofrece Unas comidas deliciosas, que Inicialmente te provoca una R ara experiencia al probarla y A l instante perplejo quedarás. Autor: Profesora Carmen Amira Vargas
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Adivinanzas Y o que me le subo,
Tengo 4 patas. No me muevo sola. Llevo la comida encima y No la puedo comer. ) a s e m a l (
¿Q ué es lo que al secarse se moja? ) a l l a o t a l (
Soy grande, pero también pequeña. Tengo todos los colores. Y en la mitad tengo un huequito que llama la atención. ) a n a u r a l (
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él que se menea. Yo que se las cojo y él que me chorrea. ) a y a p a p e d l o b r á l e — o y a p a p l E (
Autora: Luz Yaneth Alvarado Pamplona
Soy amiga de la luna y no quiero ver al sol. Cuando mi amiga se marcha, cojo el camino y me voy. ) e h c o n a L (
Dos cintas muy a la par: por donde unos vienen, por donde otros van. ¿Qué es? ) a r e t e r r a c a L (
Soy un animal raro: vivo contento en el mar. Si me sacas a la tierra, caminaré para atrás. ¿Quién soy? ) o j e r g n a c l E (
Autora: Maida Lorena Rojas Molina
Tiene plumaje verde, pasea de rama en rama, y si lo molesto me nombra hasta la mama. ) o r o l l E (
C uando llueve nos quita el /sueño, cuando sale el sol nos acalora, viste a hombres y mujeres, y de cuatro puntas es la señora. ) a n a u r a L (
Autor: Carlos Andrés Zipagáuta Quintero
M i madre es tartamuda, mi padre es cantador; tengo blanco mi vestido, amarillo mi corazón. ) o v e u h l E (
Autor: José Leonardo Mancipe Chacó
Blanca por dentro, verde por fuera. Si quieres que te diga: espera. ) a r e p a L (
Autor: Michael Steven Vargas Gómez
Amarilla y sabrosa, redonda y vistosa; con queso por dentro es muy deliciosa. ) a p e r a a L (
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Hecha de carne picada, larga y bien asada; con buen condimento está preparada. ) a z i n a g n o l a L (
Los preparan también en /Tolima, pero en Suta son más ricos; envueltos en hojas de plátano, preparado con maíz, carne y /chorizo. ) l a m a t l E (
C ortada en trozos, pequeña y negrita, en las picadas sale bien frita y sabrosita. ) L ( a n e l l e r a
Grande y crocante suena en tu boca. Delicioso cuerito que bien te provoca. ) n ó r r a h c i h c l e (
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Autor: Óscar Eduardo Lesmes Panqueva
Tiene dientes y no come. Tiene cabeza y no es hombre. ¿Qué es? ) o j a l E (
Autora: Ángela María Firacative Echeverri
Chistes Dos pulgas estaban en Tunja. Una vez una señora estaba conversando con otra. Entonces, una le pregunta a la otra: —¿Cómo está su marido? Y la otra le contesta: —Ayer llegó llorando. —¿Por qué? —Porque se murió el elefante. —¿Y lo quería mucho? —No. Es que le tocó abrir el hueco para enterrarlo.
Una se fue en una señorita y otra en un perro para la capital. A la que iba en el perro le fue muy mal porque el perro se rascaba mucho. A la que iba en la señorita le fue bien porque a la señorita le daba pena rascarse. Autora: Yeismi Rosmeri Pineda
—¿Q ué le dijo el timbre a la puerta? —No sé. Le dijo: —Si me tocan, grito. Autora: Diana Carolina García Guachetá
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“Allá arriba en aquel alto, mi abuelo me contó que al llegar las ovejas a Boyacá vino la lana y con ellas una nueva forma de vida que no sólo convirtió a muchos hombres en pastores de rebaños sino que permitió a las mujeres cambiar su forma de tejer, transformando la textura, los colores y el diseño de la ruana tal y como la conocemos hoy en día.” Relatos como este se compartían en clase luego de un ejercicio de recuperación de la tradición oral en el que los niños conocieron las costumbres, estilos de vida e historias de espantos y aparecidos que los abuelos les contaban de boca en boca y de ruana en ruana. Por ejemplo, dicen los que cuentan y cuentan los que saben, que en la sabana boyacense cada noche es un pretexto para que personajes como la Bruja de Motavita, el Fraile de la finca de Yerbabuena y el Jinete sin cabeza, se paseen por caminos y trochas en busca de habitantes desprevenidos. Estas narraciones, y otras más, son las que han elegido los niños para que conozcamos la cultura oral de su departamento.
Mi abuelo dijo: “De boca en boca, de ruana en ruana” Capítulo 2 Mitos y leyendas Historias de vida: Entrevista Historia oral: De mi pueblo Tinjacá Historia oral que se convierte en cuento
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Mitos y leyendas La Llorona Tunja, capital de Boyacá, es una ciudad llena de templos y leyendas. La gente dice que por las calles cercanas al santuario del Topo, en las noches oscuras y frías, se oye el llanto de una mujer. Hay quienes aseguran haberla visto después de la media noche caminando lentamente y llorando con gritos prolongados que parecen salir de las profundidades del infierno. La Llorona, como la llaman, es una mujer de rostro pálido, escuálida, de cabello largo y manos huesudas que baja en busca de su pequeño hijo a quien arrojó a las aguas del río Chicamocha y por ese crimen fue condenada a buscarlo por toda la eternidad. La Llorona recorre quebradas, lagunas y ríos y, apoyada en un palo, va por entre los sembrados, y en la madrugada llega a Tunja y anda por las calles especialmente por la que llega a la iglesia del Topo. Dicen que la gente que se la encuentra —generalmente los borrachos— pierde la respiración, no puede moverse, y promete no volver a trasnochar y llegar temprano a su casita. Autora: Yeismi Rosmeri Pineda Relata: Paula Andrea Ramírez
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La Candileja
C uentan que La Candileja, o la luz viajera, es una mujer de gran melena luminosa, que fue quemada viva en la época de la Violencia en Colombia, hace cincuenta años. Ella vaga por la selva buscando descanso para su dolor. Le gusta frecuentar ruinas y es amiga de los cucuyos y las numelicencias. Es la culpable, según dicen los campesinos, de los grandes incendios de las cosechas, los campos y las montañas. También engaña a los guaqueros con su luminaria. Autora: Yeismi Rosmeri Pineda Relata: Paula Andrea Ramírez
El Tunjo de Oro
Hace muchos años, por los caminos serpenteados de Boyacá, se apareció un niño abandonado implorando protección, alimento y abrigo a los viajeros. A veces, se veía al Tunjo en forma de muñeco de oro, sentado sobre un arco iris irradiando rayos de luz.
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El Tunjo parece la encarnación de un dios con figura humana, como si fuera un fantasma visible. Cuando se ve al Tunjo, lo más maravilloso son sus ojos rojos y su corazón de diamante. El Tunjo empuña en una mano una flor y en la otra sostiene una lámpara de la inteligencia y la sabiduría. Extrañamente, cuando aparece el espectro del Tunjo de Oro, canta el gallo. Alguna gente cree que a quien se le aparece el Tunjo es porque es una persona muy ambiciosa y con muchos sueños irrealizables. Otros creen que el Tunjo de Oro es como la fortuna, la cual es caprichosa y sólo se le aparece a unos pocos que están de buenas. Lo cierto es que aquellos que han visto al Tunjo de Oro y han guardado una cruz de plata y un objeto de marfil, reciben muy pronto grandes riquezas con poderes en el cielo y en el mar, porque en el lugar donde se aparece el Tunjo de Oro se convierte —tiempo después— en una mina de oro o en un yacimiento de piedras preciosas. El Tunjo de Oro cura, también, cualquier enfermedad del cuerpo y del alma. Es por eso que a los que tienen paciencia puede que el Tunjo de Oro les cure las penas, los pesares y los sufrimientos. Autora: Diana Carolina García Guachetá Relata: María Ceneida Guachetá
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La Nariz del Diablo C uenta mi abuela que en una curva que queda yendo para Melgar, y que se llama la Nariz del Diablo, se aparecía la Madre Monte en forma de mujer hermosa; que encandelillaba a los conductores que habían cometido algún pecado la noche anterior y los hacía echarse abismo abajo. Por eso ella nunca pasaba por allí montada en un carro. Autor: Michael Steven Vargas Gómez Relata: Flor Alba Gómez
Así nació la risa
E n un país muy lejano, había un señor llamado Salamanca. Un día empezó a hacerse cosquillas pero no sentía nada. Después de esto, su único trabajo era hacerse cosquillas para saber que se sentía. Salamanca duraba días y días con sus noches haciéndose cosquillas. En total, Salamanca duró cien años pero no sintió nada. De repente un día, ¡zas!, cruzó un gato por debajo de los pies de Salamanca y con la cola le hacía cosquillas, suaves cosquillas. Salamanca reía y reía, no dejaba de reír, tanto que iba a llorar de la risa, hasta casi orinarse, tanto que al fin le tocó cambiarse el pantalón porque no se aguantó las ganas.
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Después de ese día, Salamanca llevaba al gato, lo colocaba debajo de los pies de la gente: de los niños, las niñas, los adultos, los viejos… y todos empezaban a reír. Así fue cuando se formó la risa. Autora: Yesica Viviana Bernal
Sol y Luna
M e cuenta mi mamá que hace mucho tiempo vivió una tribu indígena en la que no tenían en cuenta las escuelas sino todo lo que enseñaban los ancianos a los niños. Todo era muy tranquilo. Pero un día se desató una guerra. En esa guerra nacieron un niño y una niña que resplandecían mucho y tenían el nombre de Sol y Luna. Sus padres no los dejaban salir de la cueva donde vivían porque el enemigo los podía ver y matarlos. Un día, los niños decidieron salir de la cueva sin que sus padres se dieran cuenta. Cuando estaban afuera, el enemigo los vio y los quería matar. Entonces, los niños se desvanecieron y subieron al cielo: así se creó el sol y la luna. Autora: Wendy Geraldine Sierra Sierra Relata: Flor Ángela Sierra Castellanos
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La familia del maíz f amilia que adoraba los cereales, en Hace muchos años existió una familia especial el maíz, porque les daba fuerza y siempre imaginaban cómo sería la tierra de un clima cálido donde lo pudieran sembrar. Una noche el jefe de esta familia salió a caminar y cayó en un hueco donde una luz le hablaba y le decía: —Tienes —Tien es que caminar con tu familia al árbol más alto donde encontrarás el camino a la tierra donde tus sueños se harán realidad. De un momento a otro el jefe de la familia salió del hueco con mucho susto y se sentó a pensar: “¿fue un sueño o una realidad?” Entonces la luz volvió a aparecer y le dijo: —Hazme caso. Yo no soy una luz mala y quiero lo mejor para ti. Entonces, el hombre se paró de aquel lugar y se fue adonde su familia. Alistó los burros y se se dirigió al árbol más alto donde, por supuesto, supuesto, lo estaba esperando esperando la tierra que la luz le había prometido. El hombre y su familia se ubicaron y fueron poblando la tierra poco a poco. Al principio sembraron sembraron maíz, cebada, cebada, trigo, y con fique fique hacían figuras de animalitos. Entonces, el hombre le pidió a la luz que le diera vida a esas figuras. Le dijo que él las cuidaría y las alimentaría como si fueran un miembro más de su familia. La luz le concedió el deseo, y con el pasar del tiempo, el hombre murió. Pero antes de morir dejó una ley donde decía que esta tierra debería llamarse Tinjacá, que sus pobladores deberían adorar el maíz porque daba calor de hogar. hogar.
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El hombre murió en su ley porque Tinjacá es el mejor clima del mundo y posee un calor de amor y paz. Autora: Sintia Estéfan Rodríguez Forero Relata: Sonia Forero Sáenz
El diablo y las piedras
M e cuenta mi papá que hace muchos años el diablo venía de Chiquinquirá con dos piedras, cada una de aproximadame aproximadamente nte diez toneladas. El diablo las traía traía jugando tejo. Pasó por Cucaíta a media noche, y a lo l o que iba en la vereda de Piedra Gorda, como a las dos de la mañana, cantó el gallo. Cuando el diablo escuchó al gallo se asustó mucho y lanzó una piedra para arriba, y cuando cayó, la dejó abandonada en ese lugar. Es por eso que los campesinos le colocaron el nombre a la vereda: Piedra Gorda. Hoy en día algunas personas quieren levantar la piedra para ver que hay debajo, pero pesa mucho. Ellos no la han podido levantar y tienen que aguantarse las ganas porque no la pueden levantar. Autor: Yoana Yoana Carolina Martínez López Relata: José María Martínez
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El Muñeco de oro
Hace mucho tiempo, cuando yo llegué del departamento del Tolima al departamento de Boyacá, más exactamente al municipio de Sutamarchán, vereda Cañón Alto, finca El Volcán, a vivir con mi suegra, mi esposo y mis hijos, aconteció algo muy extraño. Cerca de la finca donde vivíamos con mi familia, pasa una quebrada llena de grandes piedras y frondosos árboles. Había muchas casas habitadas por gentes muy trabajadoras, honradas y, sobretodo, muy católicas. Los vecinos siempre comentaban lo que ellos escuchaba escuchaban. n. Decían que todas las noches, a eso de las once, oían llorar a un niño con un llanto muy triste. El vecino que vivía más cerca de la quebrada pensaba que eso era el otro vecino vecino que le estaba pegando a uno de de sus hijos, pero el papá contestaba que “no es aquí donde el niño llora”. Entonces buscaron en las otras casas, pero tampoco. Asombrados por por lo que escuchaban escuchaban se pusieron pusieron todos de acuerdo acuerdo y decidieron reunirse para descubrir lo que pasaba ya que no podían dormir ni estar tranquilos. Todos los vecinos cumplieron la cita y se ubicaron en diferentes sitios. El reloj marcó las once de la noche cuando escucharon escucharon el llanto del niño. Se miraron unos a otros, sintieron un escalofrío por todo el cuerpo, pero se arriesgaron y se fueron siguiendo el eco del llanto aunque no veían nada y tampoco podían descubrir dónde era que lloraba el niño.
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Uno de los vecinos decidió acercarse más a la quebrada porque el llanto se perdía llegando a la quebrada y ahí no se escuchaba llorar más. La gente decía en voz baja: “se está ahogando”. Entonces, los vecinos se metieron en la quebrada por encima de las piedras y los árboles, y alumbraron con veladoras. El asombro fue tan grande porque encima de una piedra veían sentado a un pequeño niño. Iban a recogerlo para alzarlo y sacarlo de aquella quebrada, pero él no se dejaba coger de nadie: saltaba de piedra en piedra. Los vecinos se aburrieron y se alejaron de ese sitio. Se quedó sólo un vecino, luchando por atrapar al niño. El niño se quedaba mirándolo a la cara y soltaba unas tremendas carcajadas que dejaban ver de su boca unos pequeños dientes amarillos; el cabello era mono y ensortijado, los ojos eran verdes, sus manos y brazos eran cortos y gordos, al igual que sus piernas y pies. El señor insistía en cogerlo pero no podía. Cuando llegó la una de la mañana el niño desapareció y el señor se fue para su casa todo aburrido, con mucho frío y miedo a contar lo que había pasado, a sus vecinos. Los vecinos lo escucharon, pero no supieron darle una explicación ni saber si “eso” venía del mal o del bien y entonces decidieron ponerle el Muñeco de oro. Autora: Sonia Yesenia Pineda Mensura Relata: Ana Barreto viuda de Mensura
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Historia de vida Entrevista El libro de los recuerdos
—¿Abuela, usted en qué año nació? —En 1918 en la vereda de la Concepción, Boyacá. He vivido muchos años, gracias a Dios, y tengo buenos recuerdos. —¿Cómo fue su niñez? —Mi niñez fue un poco difícil porque mis padres eran muy pobres, tanto así que cuando un niño venía al mundo lo envolvían en lo que pudieran porque no había eso de pañales finos. Cuando el niño iba creciendo le colocaban unos pedazos de ruana vieja o pedazos de tela amarrados a la cintura. Para dormirlo en el día, hacían unas hamacas de fique colgadas con lazos para mecerlos. Se alimentaban más que todo con el seno materno y se complementaba con agua de panela. Algunas mamás les llenaban el chupo de guarapo porque creían que así los niños crecían muy fuertes. Las mamás los cargaban en las espaldas para poder trabajar. —¿Cómo fue su estudio? —A uno lo llevaban a la escuela a los 8 o 9 años. En esa época había una sola maestra para atender a los niños. En algunas partes no
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había salón ni pupitres, entonces estudiábamos en un corredor que era prestado por un señor de la vereda. Escribíamos en pizarras y sacábamos tinta de algunas pepas de los árboles de la región; en esa época no teníamos todo lo que tienen los alumnos hoy en día. No nos daban toda la primaria completa. Por ahí dos o tres años mientras aprendíamos a leer y escribir porque luego teníamos que trabajar en las cosechas. Los que seguían estudiando eran los hijos de los hacendados. En esa época los profesores tenían pocos estudios. —¿Cómo fue su juventud? —Mi juventud fue muy difícil porque teníamos pocos recursos y teníamos que trabajar mucho. Debíamos levantarnos desde la madrugada. Las mujeres debíamos ayudar a preparar los alimentos para los que iban a trabajar en el pedazo que era el terruño, el potrero o la finca. Alistábamos la chicha, el guarapo, las arepas, los cocidos, el cuchuco y los envueltos para el convite que era el grupo de obreros o jornaleros que iban ya fuera arando la tierra con bueyes, sembrando, trillando o regando la cosecha. Nosotros como jóvenes no teníamos los lujos de ahora. La ropa que usábamos generalmente era la que iban dejando los hermanos mayores; pocas oportunidades teníamos de estrenar. Las relaciones amorosas se realizaban a escondidas. La mayoría de matrimonios se hacían por conveniencia de los padres. En ocasiones los novios se conocían el día del matrimonio que duraba muchos años y se tenían hasta 15 hijos. En esa época no había métodos para parar de tener hijos.
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—¿De qué vivían? —Se vivía de lo que producía la tierra, de la cría de animales, había poca industria. El día de mercado la gente sacaba sus productos y animales para venderlos y comprar el mercado para la semana. En ese entonces se hacía mucho el trueque. El papá, generalmente, era el que asistía al mercado con los hijos varones. Desde esa época había mucho machismo. El papá tenía derecho a emborracharse y llegar a la casa cuando quisiera mientras la mujer estaba esperándolo a que llegara para atenderlo. Casi siempre el hombre le pegaba a la mujer o le daba malos tratos cuando llegaba borracho del mercado. —¿Cuáles eran las costumbres de esa época? —La orden para todos era que tenían que trabajar para poder comer. Quien no trabajaba lo corrían de la casa. Todos tenían que madrugar a trabajar. Los hombres en las fincas y las mujeres en los oficios domésticos. Cuando alguno se enfermaba no lo llevaban al médico sino al yerbatero que era quien le daba algunas plantas para que se curara. El estudio para los hijos era muy poco. La mayoría quedaba sin leer ni escribir. Cuando un adulto moría lo velaban varios días y contrataban a un grupo de mujeres para que lloraran al muerto. Cuando moría un niño hacían fiesta porque decían que se iba derechito para el cielo. La fiesta que más se tenían en cuenta era la Semana Santa. La gente la vivía con gran fervor y recogimiento, toda la semana, de lunes a lunes de Pascua. En Semana Santa las personas vestían de ropa oscura, no se oían ni se hacían ruidos, no
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se escuchaba música y mucho menos se bailaba, no se trabajaba porque decían que eso era pecado y que cuando uno se muriera todo lo que uno había hecho de mal en Semana Santa se vería realizado para toda la eternidad. Diciembre era un mes de mucha alegría. La gente se disfrazaba, tomaba, bailaba hasta el amanecer. La fiesta de san Isidro Labrador la celebraban con mucho fervor porque es el patrono de las cosechas; entonces, cada familia ofrecía una muestra de sus cosechas que luego eran rematadas bien baratas y donadas al cura párroco. Finalmente, yo digo que mi época fue de dificultades. Que no tuvimos los lujos ni las oportunidades de hoy, pero que vivimos bien de acuerdo a nuestras posibilidades. Autora: Deisy Fernanda Fuquén Pineda Relata: Luz Ángela Estupiñán
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Historia oral De mi pueblo Tinjacá Así empezó Tinjacá
M i papá me contó que érase una vez un pueblito escondido entre Sutamarchán y Ráquira, en Boyacá, llamado Tunjacá. Antes se trabajaba la alfarería, pero no había suficientes bosques de roble para alimentar los hornos, entonces a la gente le tocaba ir a Ráquira a cocinar la losa. El cacique de Tunjacá cobraba el paso de comerciantes de sal que venían de Zipaquirá. Al cabo de unos años, cuando vinieron los españoles, le cambiaron el nombre de mi pueblo y pasó de llamarse Tunjacá a Tinjacá que es el nombre actual. Al desaparecer la alfarería, a sus habitantes les tocó dedicarse a la elaboración de artesanías en fique, especialmente las mochilas, capoteras, lazos, bolsos, carteras, carpetas y costales. Autora: Maryam Julieta Velosa Relata: Nazario Lázaro Velosa Peña
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Amo a mi pueblo
M i pueblo es pequeño. Tiene pocas calles y carreras. Una Iglesia. Unas cuantas tiendas, y pocas veces se encuentra lo que uno necesita. Está alejado de la contaminación visual y auditiva, de la violencia, del ruido, del peligro y hasta de la moda y la tecnología. No tiene parque de diversiones mecánicas ni teatros ni cines. Ni siquiera semáforos, y cualquier persona que llega de la ciudad se aburre. Yo en cambio amo a mi pueblo y lo extraño cuando voy a la ciudad. En mi pueblo yo salgo al parque sola, juego a las escondidas, los quemados, saltar cuerda y otros juegos en grupo con otros niños que, al igual que yo, les gusta la libertad. Lo grandioso de Tinjacá es la tranquilidad, la paz y la seguridad de que nada me pasará al estar sola o al cruzar una calle. Bueno, lo que quiero decir es que mi pueblo es único y no lo cambiaría por otro. A veces quisiera verlo lleno de trigales, cebadales, maizales y artesanos, como era antes, pero me conformo con que tengamos el mejor clima del mundo. Autora: Mariam Didier Rodríguez Torres
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Un romance a la antigua en Tinjacá
C uenta la señora Luz que hace mucho tiempo, allá por los años de 1456, en un pueblo llamado Tunjacá por los indios y por los españoles Tinjacá, existió una india llamada Chibna y un español llamado Joaquín que quisieron ser novios. Pero la familia de Chibna como la de Joaquín se oponían, ya que Chibna vestía con ropa hecha de fique, trabajaba haciendo artesanías en barro y tenía costumbres distintas a las de Joaquín que venía de un familia española que vestían de falda larga y pañolón las mujeres, y de traje y sombrero los hombres. Entonces Joaquín quiso enseñarle a Chibna la fe católica y cómo vestir elegante, pero no lo logró. Entonces Joaquín aprendió las tradiciones y costumbres de los indígenas de esta gran región. Y fue así que por fin fueron felices en un lugar llamado por todos: “Mansión regia de un soberano”, como es Tinjacá, mi lindo pueblo. Autor: Cristian Alberto Robayo Relata: Luz Megan Merchán Blanco
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La historia de Tinjacá
Hace mucho tiempo este pueblo sólo era un lago y al parecer aquí no había personas. Un día, un señor llamado Quenzia que pasaba por aquí, se hizo la idea de hacer de este solitario lugar un pueblo llamado Tinjacá. Desde entonces este pueblo fue evolucionando y se cuentan muchas leyendas o hechos ocurridos como lo fue la mina descubierta llena de fantasía o de hacer artesanías con el fique y la tagua. Eso es lo que cuentan los abuelos o los tatarabuelos. Han pasado muchos años y ahora el pueblo se reconoce por una bella y joven muchacha que ha ganado importantes concursos, y por su gran banda que también ha ganado muchos premios a nivel departamental, nacional e internacional. En esto se convirtió el lago solitario. Y aquí se termina esta historia. Autora: Erika Lisney Molina Samacá
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Tinjacá es un pequeño paraíso
C uenta mi abuela que hace cien años en el pueblo se encontraban solamente unas cinco casas y la iglesia. La educación que se impartía en ese tiempo era un poco ruda porque los profesores les pegaban a los alumnos con un palo de rosa lleno de espinas. Ellos estudiaban hasta 5 grado, pero salían bien preparados. El 3 de febrero se celebran las fiestas patronales y mucha gente viene a visitar y a rezarle al patrono san Blas, médico de la garganta. El pueblo ha ido evolucionando, han hecho muchas casas, la gente progresa, tenemos un sacerdote maravilloso. Aquí todo el mundo trabaja, algunos en la agricultura, otros en la ganadería; los jóvenes estudian y otros cuentan con pequeñas empresas. Tinjacá cuenta con un sitio turístico que es el cementerio de El Descanso, donde reposan los restos de personas que se destacaron en este, nuestro municipio. Autora: Laura Gimena González Pinilla Relata: María Cristina Castillo
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Milagro divino
La señora Daisy me cuenta que hace mucho tiempo los chibchas en sus recorridos descubrieron un lugar muy bonito y acogedor el cual llamaron Tunjacá, y que más tarde se convirtió en un pueblo. Pero un día un hombre muy malo se valió de un incendio para destruirlo por completo; afortunadamente después de unas horas de desgracia apareció en el cielo un santo, llamado san Blas, que iluminó el mundo e hizo que el incendio desapareciera, y horas después a través de un milagro el pueblo volvió a la normalidad. De ahí en adelante sus habitantes siguieron creyendo en san Blas y se convirtió en el patrono del pueblo. En su honor se celebran fiestas cada año porque ha hecho muchos milagros desde entonces como curar a las personas enfermas de la garganta. Autor: Óscar Andrés Rodríguez Relata: Daisy Agudelo Vanegas
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La romería
M e cuentan que la tradición de mi pueblo era reunirse para preparar y empacar alimentos como las arepas, los envueltos, la gallina, la chicha; también esteras con cobijas. Todo eso lo cargaban en un burro. Cuando pasaba otro grupo de personas que venían de otros pueblos vecinos se reunían y se iban a las fiestas. Duraban días caminando, pero era muy agradable pues cantaban, tocaban tiple, guitarra, guacharaca, maracas, decían coplas, tomaban chicha, hacían fogatas y bailaban. Seguían su recorrido hasta llegar al lugar indicado: allí pagaban sus promesas, iban a misa, gozaban de las fiestas, compraban un recuerdito y se devolvían a sus hogares. A estos paseos se les llamaba romería. Aquí en Boyacá las romerías las hacían a Chiquinquirá para visitar a la Virgen. Autora: Mariam Didier Rodríguez
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Historia oral que se convierte en cuento San Onofre Nuestra vereda recibe el nombre de San Onofre porque en un sitio de esta región que se llama El Santuario encontraron abandonado un cuadro donde aparece la imagen de este santo.
Rogativa a san Onofre
C uentan los abuelos que en los meses de enero, febrero y marzo se presentaba una época de sequía en la región. Entonces, el sacerdote, las autoridades y las instituciones educativas organizaban una procesión hacia el cerro de San Onofre porque a este santo lo consideraban el patrono de las lluvias. La rogativa salía de la iglesia, atravesaba el parque principal del pueblo mientras todos rezaban el rosario. Al final, llegaban al cerro de El Santuario donde colocaban unas cruces de madera y celebraban una misa en honor al santo para que este les hiciera el favor de conceder la lluvia en la región y poder salvar los cultivos y tener una buena cosecha.
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San Onofre: el santo de mi vereda
Una mañana en el cielo estaban todos los santos con Dios descansando. Los santos se sintieron aburridos y le pidieron a Dios que los dejara bajar a la Tierra para poder ayudar a la gente. Dios se sintió complacido por esta petición y envió a los santos para que recorrieran toda la Tierra y ayudaran a la gente en lo que necesitaran. Los santos, entonces, se subieron en sus carros celestiales y se fueron a recorrer el mundo. San Onofre caminó y caminó por entre valles, llanuras y ríos hasta que llegó a un paraje que no tenía agua ni flores ni árboles: había tanta sequía que la gente se estaba muriendo de hambre y de sed. San Onofre —patrono de las lluvias— viendo la necesidad de este pueblo, decidió quedarse a vivir con ellos para buscarle solución a los problemas. Se radicó en el cerro más alto del lugar y lo llamó El Santuario. Después mandó a llover y la quebrada se vio correr, las flores florecer y los árboles crecer. Cumplida su misión, san Onofre decidió regresar al cielo. Los campesinos agradecidos le pidieron que se quedara con ellos. Él no aceptó porque tenía que obedecer a Dios y regresar. Como recuerdo, san Onofre se plasmó en un recuadro que los pobladores llevaron a la iglesia de Cómbita, donde lo veneran. Como homenaje al santo que les salvó la vida le dieron el nombre a la vereda. Autores:
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Magreth Lorena Alfonso Valderrama, Laura Juliette Aguilar Vargas, Noris Juliana Barragán Barragán, Yeison Manual Barragán Barragán, Sandra Lizbeth Barragán Malaver, Yeimi Lizeth López Ríos, Juan Carlos Mata López, Jorge Isidro Malaver Sarmiento, Juan Sebastián Munévar Pulido, Jessica Liliana Rubio Aguilar, Yiner Iván Suárez Ruiz, Yenni Lorena Pineda Alfonso.
Recuerda que barro eres y en barro te convertirás
E n Boyacá, y principalmente en los municipios donde se explota el carbón, la piedra, la arena, y en los chircales, los niños conforman la principal mano de obra por ser muy barata en salarios y porque es un oficio que se ha heredado de generación en generación. Los chircales son los sitios donde se produce la teja y el ladrillo. Allá siempre encontraremos niños “pisando” y amasando el barro, materias primas que son fundamentales en la producción económica del departamento. Generalmente, los niños de mi municipio, Poravita, no terminan ni siquiera segundo de primaria porque los padres piensan que sus hijos deben aprender a desenvolverse en la vida, a ganar plata, a ayudar con los gastos de la casa y esta posibilidad la encuentran en los chircales y no en la escuela. Definitivamente, los niños que nacen al lado de los chircales, y en particular los de mi municipio, la mayoría nacen entre el barro y mueren en él… Autor: Profe Ricardo Beltrán
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Entrevista —¿Desde qué año se comenzó la explotación de arcilla en los chircales? —Algunos dicen que desde 1940, otros que desde hace veinte o treinta años. —¿Cómo se explotaba la arcilla en un comienzo? —Con pica y pala. —¿Actualmente cómo se explota? —Ahora es más moderno y rápido porque se saca con una retroexcavadora y una volqueta. —¿Quiénes colaboran en las extracción de la arcilla? —Los obreros. —¿Cómo se hacen los ladrillos, los bloques y las tejas? —Primero la tierra pasa por un molino. Después se le hecha la tierra a la máquina mezcladora que la van amasando. De ahí sale a una máquina extrusora que es la que le da la forma del ladrillo y del bloque. La teja sí se hace a mano. Autora e investigadora: Yenny Katerine García Gómez
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Nace una industria
E n la vereda de Poravita, del municipio de Oicatá, se construyó una fábrica destinada a la producción de materiales para la construcción. La idea surtió efecto ya que el ladrillo, el bloque, la rejilla y los tubos se vendieron como pan caliente ya que la demanda era y es superior a la producción. Hoy en día son muchos los pedidos que llegan allí de diferentes municipios de Boyacá y de la capital del país porque el desarrollo de las ciudades crece y es necesario dar vivienda a todos los compatriotas. Autora e investigadora: Yenny Katerine García Gómez
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“Escribir es como tejer una ruana” me enseñaron los niños y niñas de Boyacá. ¡Claro! el tejido, como la escritura, es un proceso creativo que demanda esfuerzo, habilidad y concentración, el cual ellos conocen muy bien debido a que al llegar del colegio encuentran a sus abuelas sentadas frente al telar elaborando puntada a puntada su creación. Desde pequeños son testigos de que para tejer una ruana hay que prepararse muy bien, esto es: contar con la materia prima necesaria y desarrollar las actitudes adecuadas. Es así que los hilos son escogidos de la mejor lana virgen, y las manos que tejen son guiadas por la pasión del artesano que será determinante para que el diseño de la ruana llegue a buen término, con la esperanza que el domingo —día de mercado— se encuentre una persona que la quiera vestir. En este ejercicio de escritura, los niños y niñas se prepararon para el tejido de sus historias: Sus maestros los motivaron y compartieron con ellos infinidad de relatos para que dejaran volar su imaginación. Con el tiempo, los niños descubrieron que algo extraordinario ocurría en el telar de su hoja: las metáforas comenzaban a germinar, y entonces, redoblaron sus esfuerzos revisando, organizando y puliendo sus escritos, para lograr, al final, el producto deseado.
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Puntada a puntada, palabra a palabra, los niños y niñas, tejieron la ruana Capítulo 3 Cuentos de tradición Cuentos de ángeles, brujas y Vírgenes Cuentos de ficción Poesía
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Cuentos de tradición El fósil
E s muy fácil decir adiós, pero hay algunos momentos que se graban en la mente y no se van, como cuando fuimos a una expedición a una loma con gran vegetación y muchas piedras que tenían figuras de animales. Le preguntamos a la profe Marta y nos dijo que esas piedras se llaman fósiles y que para que un animal se convirtiera en fósil tenía que durar bastantes años debajo de la tierra. Yo encontré un fósil Yo fósil de una tortuga que llevé a la escuela, pero pero semanas después nos lo robaron. Ahora no tenemos el fósil de la tortuga para para yo poder decir decir que el cuento que les dije era verdad o mentira. Autor: Wilmer Santafé
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El compromiso
Había una vez, en la tierra del Chanchito, una pareja de enamorados que estaba haciendo turismo y conociendo a los fósiles de dinosaurio de esas bellas tierras. Un día, la enamorada decidió quedarse a vivir allí porque probó las rellenas, las longanizas, los cuchucos y los chicharrones que le gustaron mucho. Dago, su novio, también se quedó con ella, pero un día decidió irse a la capital porque iba a comprar el vestido de novia para poder casarse con su enamorada. Antes de irse, Dago dejó un contrato pago para que a su “princesa” le hicieran feliz el paladar mientras él no estaba. Dago se fue, pero la princesa entró en depresión porque le hacía falta su príncipe azul e inició a comer maxirellenas, megalonganizas megalonganizas y supercuchucos. supercuchucos. Cuando Dago Dago regresó a Sutamarchán Sutamarchán buscó buscó a su princesa, pero pero encontró a una mujer gorda y fea. Dago Dago se negaba a aceptar que aquella era su novia, la mujer de sus sueños, que días atrás era muy flaca y bella, pero que ahora estaba gorda y con la cara toda llena de grasa por culpa de comer tanta rellena y longaniza. Pero como ya se había comprometido, a Dago le tocó casarse con esa mujer gorda y fea, y todo por culpa de la maxilonganiza. Autor: Miguel Ángel Echeverría
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María y el descubrimiento
Había una vez una niña llamada María que le gustaba cocinar e inventar recetas nuevas. Un día, María, cansada de hacer postres y bebidas dulces que no le producían muchas muchas ganancias, decidió decidió intentar con otro otro producto. Compró carne de cerdo, ají, pimienta y perejil. Picó todo esto tan pequeñito, tan pequeñito, pequeñito, y después de varios intentos, envolvió envolvió todo en un delicado cuero, lo cocinó y luego lo fritó. El olor que expedía la mezcla era tan exquisito que todos t odos los vecinos llegaron a su casa atraídos por el delicioso olor. Y desde ese día el el descubrimiento de María se llama longaniza, longaniza, que hace famoso a su pueblo Sutamarchán por todo el país y el mundo, y ha hecho rica y prestante a María. Autora: Georgette Andrea Pubiano Vargas Vargas
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El sueño de la pulga
É rase una vez una pulguita que vivía aquí, en Tunja. Ella vivía muy triste y sola porque su marido se le había muerto hacía un año aproximadamente y su hijo había muerto en un accidente de tránsito. Ella, diariamente, se la pasaba rezándole a los santos para que su hijo y esposo estuvieran con Dios y los protegiera. Al fin, la pulguita resolvió dar un paseo al Puente de Boyacá porque quería conocer el fantástico lugar donde había estado Simón Bolívar. La pulga caminó y caminó, y cuando había avanzado hasta la mitad de camino se cansó; entonces le dieron permiso para quedarse en una casa muy bien decorada. Al otro día, la pulga se levantó, se baño y siguió su recorrido, pero ya le habían nacido callos en los pies pues nunca había tenido que caminar tanto. Las banderas que están izadas en el puente de Boyacá se veían al otro lado de la calle, y ella estaba muy cansada y agotada. Así que decidió seguir avanzando. Iba cruzando la calle para poder llegar a su destino cuando un carro la mató: una llanta había deshecho todo su cuerpo. Minutos más tarde las pulgas vecinas se reunieron y recolectaron dinero para su entierro. Allí, cerca al monumento donde próceres de la patria murieron, también reposan los restos de aquella pulga luchadora. Autora: Carmen Andrea Nope Infante
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Un día oscuro
E sta historia comienza en Tunjacá, en un verano de esos inolvidables. Una mañana, al despertar, noté que aún estaba oscuro. Escuché que me llamaba mi mamá —como lo hace todos los días para ver el amanecer—. Estábamos las dos, ahí paradas junto a la ventana, esperando. Nos quedamos durante mucho tiempo. Al ver que no salía el sol, salimos al pueblo a investigar y vimos cómo toda la gente se preguntaba por el sol. Una de esas personas que vestía poncho, alpargatas y una mochila de fique propuso que llamáramos al sol. Entonces todos a la vez gritamos: “¡SOCORRO!”. Y esperamos a que saliera. Pasó una hora, dos, tres horas, pero no salió. Entonces empezamos a proponer ideas. La mía fue mandar una paloma mensajera al sol con una carta que decía: “Querido señor Sol: Hemos estado esperándolo casi medio día. Nos sentimos solos y asustados sin usted. Le pedimos, por favor, que vuelva a aparecer, pues sin usted estamos perdidos.” Tiempo después llegó la paloma con la respuesta que decía: “Queridos humanos: En medio de mi tristeza les digo que no quiero volver porque veo cómo ustedes contaminaron el mundo:
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sus ríos, su tierra, el aire, talaron árboles. Si fueran más limpios y cuidadosos con la naturaleza yo volvería, pero veo que tienen al mundo enfermo.” Desde ese día, los habitantes de Tunjacá hicimos una promesa: todos reciclaríamos los materiales. Un día volvió el sol con una sonrisa grande y todos fuimos felices porque nunca contaminamos más. Autora: Emily Daniela Ospina Ochoa
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Cuentos de ángeles, brujas y Vírgenes Sueño mágico
Un día mi familia, mis vecinos y yo nos fuimos a una romería con la intención de visitar a la Santísima Virgen de Chiquinquirá. El santuario era esplendoroso. Todos estábamos asombrados. Por lo menos yo no había visto algo así en toda mi vida. A la hora del regreso todo era muy oscuro. Llovía mucho, caían rayos y muchos truenos. Aun así me quedé dormida en el viaje de regreso a mi casa. Soñé con un avión de papel que volaba a mil velocidades sobre los santuarios de la Virgen en toda Boyacá. Pasó sobre el santuario de la Virgen del Milagro de Tunja, por la de Toguí, por la del Carmen… Yo estaba en ese hermoso sueño cuando un fuerte estruendo me despertó. Lo único que alcance a hacer fue pedir ayuda a la virgencita porque el carro en el que viajábamos quedó trancado con un tronco y no nos podíamos mover pues si lo hacíamos el carro se podía ir al abismo. Después de un momento fuimos bajando con cuidado y cuando estuvimos en el suelo trajimos el carro a la carretera sin ningún problema. Es por esta historia que me pasó a mí, a mi familia y a mis vecinos que todas las noches rezamos un rosario en agradecimiento a la virgencita. Autora: Sandra Milena Reyes González
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Seres divinos
E n medio de frailejones, gotas de rocío y un inmenso arco iris, se esconde una ciudad boyacense habitada por ángeles, arcángeles y una que otra bruja. En esa ciudad el viento frío corre por sus calles y se comercia con grandes canastas de fique llenas de papa, arveja, habas y unas pepitas llamadas rudas con las que se hace el cocido boyacense. Un día, yo iba caminando por esta ciudad, buscando un remedio para los males de mi madre, cuando en una torre encontré el rostro de la Virgen del Topo. Entonces mi mamá le imploró: —¡Virgencita del Topo, sáname de estos chupones de bruja que tengo en el cuello y la espalda! Entonces una luz salió del rostro de la Virgen y se sentó a nuestro lado, diciéndonos: —Cómprate unos aretes de oro y un rosario. Yo los bendigo y nunca más habrá brujas que puedan ante mi poder. Muy contentas, mi mamá y yo, nos fuimos a comprar los aretes, el rosario y el agua bendita. Cuando llegamos a la casa mi mamá lavó los aretes en agua bendita y se los colocó. Después rezamos el rosario, y desde esa noche lo hacemos todos las noches ya que la virgencita del Santuario del Topo nos protege y ya nunca más las brujas han llegado a las Patas del Diablo que son unas piedras que están cerca de mi casa, ni a mamá le han vuelto a salir los chupones. Autora: Clara Inés Rodríguez Chivata
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Dios nos llama
Un niño llamado Daniel dormía tranquilamente cuando oyó que una voz lo llamaba. Daniel se despertó y fue al cuarto de su padre y le dijo: —¿Me llamabas papá? —No —contestó su padre—, molesto ya que estaba muy borracho. El niño, entonces, se fue a dormir cuando escuchó nuevamente la voz que lo llamaba. Daniel, bastante nervioso porque no sabía de dónde provenía esa voz preguntó: —¿Quién me habla? —Tu padre del cielo; es necesario que vayas a cuidar a tu madre. El niño salió corriendo al cuarto de su madre, y cuando abrió la puerta, vio que su papá le estaba pegando muy duro a su mamá. Entonces Daniel gritó: —¡Diosito ayúdame! Y fue cuando su padre resbaló por las escaleras y se fracturó la cadera. Daniel, entonces, levantó a su madre y la llevó a vivir lejos de ese borracho, gracias a Dios. Autora: Yulieth Andrea Suárez Carvajal
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El manto de María
É rase un avión de la Fuerza Aérea Colombiana que iba volando muy alto, muy alto. De pronto perdió el control, empezó a dar vueltas en el aire y ya se iba a caer al suelo. El piloto se asustó mucho y gritó: —Virgen del cielo, ¡sálvame! Fue entonces que una nube azul envolvió al avión en su interior e hizo que siguiera su rumbo sin ningún problema. Es por eso que la Fuerza Aérea Colombiana le rinde culto a la Virgen de los Milagros de Tunja, porque fue ella con su manto divino la que salvó al avión de caerse a tierra. El primer domingo del mes de junio, el día de la fiesta de la Virgen de los Milagros de Tunja, se celebra una eucaristía y los aviones de la Fuerza Aérea Colombiana hacen piruetas en el aire de Tunja en honor a su patrona. Autora: Yulieth Andrea Suárez Carvajal
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Cuentos de ficción El tiburón y la sirena
É rase una vez un tiburón y una sirena que eran muy buenos amigos. Una mañana la sirena le dijo al tiburón: —¿Sabes una cosa? Yo estoy muy aburrida de vivir en el agua y de tener esta cola tan grande, tan grande. ¿Tú serías capaz de comerme la cola, amigo tiburón? Y el tiburón riéndose le contestó a la sirena: —¡Cómo se te ocurre!… Yo no sería capaz de eso. —¿Acaso no sabes que los amigos se ayudan? —le preguntó la sirena. —Claro que sí. Los amigos se ayudan, pero en las cosas buenas, pero tú me estás pidiendo una cosa muy, muy mala —respondió el tiburón. Entonces la sirena muy triste y un poco brava le dijo al tiburón: —¿Me vas a hacer el favor o no? Entonces, el tiburón lo pensó tanto que por fin aceptó comerse sólo la cola, pero le gustó tanto que terminó comiéndosela todita, todita la sirena. Autora: Yaneth Paola Gil Molina
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El monstruo del bosque
Una mañana de cielo azul, los rayos calientitos tocaban mi cuerpo que temblaba de frío. Iba con mi mamá y mi hermana por un bosque caminando. Yo estaba muy cansado, cuando de pronto un monstruo nos cogió a mi hermana y a mí, nos llevó a su cueva y nos amarró. Cuando terminó de atarnos, el monstruo se fue a buscar más niños y niñas para preparar su cena. Cuando estábamos soltándonos, llegó el monstruo y preguntó: —¿Qué están haciendo? En ese momento, al monstruo se le olvidó cerrar la puerta y salí corriendo con mi hermana cogida de la mano y llegamos a la casa, y le conté a mi papá lo sucedido. Mi papá, entonces, fue a buscar al monstruo pero no encontró nada. Lo que pasa es que todo era una fantasía que yo había creado. Autor: Carlos Andrés Zipagáuta Quintero
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El túnel
E sa misma noche le hablé por teléfono. Me atendió una mujer. Cuando le dije que quería hablar con la señorita María pareció vacilar un segundo, pero luego dijo que iría a ver si estaba. Casi instantáneamente oí la voz de María, pero con un tono casi ofensivo, que me produjo un susto. —Necesito verla María —le dije—. Desde que nos separamos he pensado continuamente en usted, cada segundo. Me detuve temblando. Ella no contestaba. —¿Por qué no contestas? —le pregunté con nerviosismo creciente… Autora: Wendy Geraldine Sierra Sierra
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El hombre ingenioso
E xistió alguna vez, en un lugar del mundo donde la imaginación daba vida a todo lo irreal, un hombre de avanzada edad, pero de inteligencia muy grande y habilidoso con sus manos de manera que tenía mucha creatividad en todo cuanto realizaba y construía. Pasaba los días construyendo —para cada ser humano y animal— cosas que le fueran muy útiles y aligeraran sus tareas y trabajos diarios. Por eso todas las personas y animales que vivían cerca de él estaban muy felices en extremo. El problema es que a medida que transcurrían los años el hombre envejecía y los habitantes estaban muy tristes porque el viejo se había convertido en un ser indispensable para todos. Entonces, los habitantes se dieron a la tarea de realizar algo para evitar que el anciano partiese pronto. Ellos inventaron tantas cosas que llegaron a superar al anciano, más los cosas que crearon eran inútiles para detener la inminente partida del hombre. Pasaron los años y el anciano murió, pero para entonces la aldea era muy prodigiosa y habilidosa, pues fueron muchos los años que habían empleado para descubrir cómo detener el tiempo para evitar la partida del anciano. La tristeza nunca llegó a los habitantes de la aldea con la muerte del anciano porque aprendieron a ser habilidosos, inteligentes y creativos, y nunca, pero nunca, olvidaron a ese hombre que habiéndose convertido en un ser indispensable para ellos inspiró en todos el invento hermoso del cual fueron pero muy felices: el de ser maestros de sí mismos. Autora: Andrea María Pulido Buitrago
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El transformista
E sta es la historia de Fabián, un jovencito que desde pequeño tenía problemas porque no tenía amigos. Él se sentía muy triste. Un día, su mamá le dijo: —Fabián, te invito a pasear. Fabián se puso muy feliz porque sintió que por primera vez alguien lo quería y se fue con su mamá a dar un paseo. Estaban caminando cuando de pronto la mamá le dijo: —¿Quién es el príncipe? Entonces Fabián se convirtió en príncipe y se sintió tan contento que fue y le contó a los niños del barrio, pero ellos se burlaron de él. Después llegó a su casa a comer y comió muy poquito, entonces su hermana le dijo: —Fabián si sigues comiendo así te vas a poner como un pollito. Y ¡zas! Fabián se convirtió en un pollito. Después Fabián salió con su novia y ella le dijo: —¡Hola papasito! Y aquí tenemos a Fabián con su novia, y feliz como una lombriz. Autor: Duván Lisandro Bautista Gavilán
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La supercuchara y el superzapato mágico
Había una vez una cuchara que era muy rápida y mágica. Un día quiso volar y lo intentó porque pensaba: “¿si yo hago magia, por qué no puedo volar?” Pasaron los días, los meses y los años, y la cuchara seguía intentándolo, hasta que un día pudo volar un poco; luego en la segunda vez lo logró: llegó al cielo y se puso muy feliz. Iba volando por los cielos cuando de pronto cayó en un castillo de donde la arrojaron. Entonces, la cuchara, muy triste, se metió a un zapato que olía a pecueca. La cuchara se desmayó. Cuando volvió en sí, el zapato le dijo: —Te quiero pedir perdón por oler tan mal. La cuchara, entonces, lo miró fijamente a los ojos y le dijo que no se preocupara. Pasaron los meses y la cuchara pensó y pensó, y finalmente dijo: —¡Ya se cómo quitarle ese olor al zapato! Y en verdad se lo quitó. Desde ese día ellos eran limpios e impecables, además eran héroes porque el zapato era como un carro que llevaba a la cuchara a salvar el mundo. Transcurrieron dos años y por alguna razón se les acabaron los poderes mágicos y lloraron día y noche. El pedazo más triste fue que esta cuchara y este zapato fueron asesinados sin ninguna razón. Autora: María Camila Sierra Bernal
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Los tres corazones de Tomás
Había una vez un niño llamado Tomás. Él se aburría mucho porque casi no tenía amigos. Una vez conoció a una niña llamada Carolina. Los dos se enamoraron. Con el paso del tiempo Tomás y Carolina se volvieron novios. Cuando llegaron las vacaciones, Tomás se fue con sus padres a la finca a visitar a la familia y conoció a una niña llamada Vanesa. Tomás y Vanesa hablaron y jugaron, mejor dicho, se conocieron y se enamoraron. Tomás, entonces, le pidió a Vanesa que fueran novios y Vanesa dijo: —Y a que tengo esta oportunidad… Sí, voy a ser tu novia. Al día siguiente, Tomás Tomás salió a dar un un paseo por la finca finca y se encontró encontró con una niña mayor que se llamada Paulina y se besó con ella, y también se volvieron volvieron novios. Así transcurrieron transcurrieron los días: en los tardes tardes se veía con Vanesa Vanesa y en las noches con Paulina. Hasta que un día, Paulina llegó más temprano y Tomás Tomás estaba todavía todavía con Vanesa. Vanesa. Tomás Tomás pensó: “Ahora “Ahora sí me he metido en un gran problema”. Tomás no sabía qué hacer y decidió que lo mejor era salir corriendo. Pero las dos novias salieron detrás de él. Cuando lo alcanzaron alcanzaron,, Paulina le dijo: —¿Pensaste que te ibas a escapar? Pues te equivocaste. Dinos ya la verdad. Entonces Tomás dijo: —Es cierto, ustedes dos son mis novias.
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Paulina se fue llorando y Vanesa que se quedó, le dijo: —Me equivoqué siendo tu novia. Yo pensé que si algún día terminábamos, recordaríamos recordaríamos lo nuestro como algo algo maravilloso. Pensé Pensé que tú eras mi verdadero amor, mi príncipe azul, pero me equivoqué. No te quiero volver a ver: ¡mujeriego! Adiós y suerte. Tomás quedó boquiabierto con lo que le había dicho Vanesa, pero pensó: menos mal mal todavía tengo a Carolina Carolina que me está esperando esperando en el pueblo. Al día siguiente se acabaron las vacaciones y Tomás regresó al pueblo y lo primero que hizo fue buscar a Carolina. Cuando se encontraron, Carolina le dijo a Tomás: —Lamento decirte esto, pero durante las vacaciones encontré a alguien más especial que tú. Recuerda que siempre te quise: terminamos, adiós. adiós. Tomás, entonces, se dio cuenta de lo que había hecho y aprendió la lección. Autora: Eva María Garzón
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Metáfora: milagro de amor
Había una vez un hombre llamado Ramiro que amaba a una mujer llamada María. Ella era tan hermosa que parecía una rosa en un jardín. Él no sabía cómo expresarle su amor. Preocupado por conquistarla decidió consultar la biblioteca y leer muchos libros. Por fortuna encontró en uno de ellos muchas frases bonitas tituladas “la metáfora”. Desde ese día aprendió a hablar como un poeta y diariamente le expresaba a María su amor diciéndole: —Mujer mía, tu sonrisa brilla tanto como el sol de un nuevo amanecer. Y ella, flechada con tan hermosa expresión, expresión, le pidió a Ramiro Ramiro que fuera su novio. Él tomó su mano y le susurró al oído: —Bendigo esta mañana porque el sol brilla como una bola de fuego aquí en mi corazón y sus rayos iluminan tu belleza como hilos de oro caídos del cielo y de Dios. María, entonces, sintiendo que realmente Ramiro era el hombre de su vida, aceptó ser su esposa cuando él se lo pidió, pero le puso una condición: que nunca le dejara de decir frases bonitas. Entonces, él por su parte expresó: —Quiero tener una nena con el cabello largo y negro como la oscuridad, la piel como la nieve y los labios color sangre, y que se llame Metáfora: milagro de amor. Autor: Óscar Eduardo Lesmes Panqueva
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El príncipe cien años sapo
É rase una vez, en un castillo muy lejano, que vivía un rey llamado Ricardo VI, el cual se casó con Olga VII, princesa de Grasgobia. El problema es que en Grasgobia vivía un hechicero que se pretendía casar con Olga. Cuando el hechicero se enteró del casamiento, realizó un hechizo que era que el primer hijo que tuviera Ricardo con Olga se convertiría en sapo por cien años. Llegó el día en que Enrique —el hijo de Ricardo y Olga— nació. Cuando Enrique cumplió un año de vida, el hechicero llegó al castillo y automáticamente el niño se convirtió en sapo. Al ver lo ocurrido, Ricardo juró vengarse pero nunca lo pudo hacer. Noventa y nueve años después, una joven muy bella encuentra a un sapo en un lago. Ella lo besó y el sapo se transformó en un príncipe con el cual se casó, tuvieron un hijo, y el día en que ese hijo nació, el hechicero murió. Autor: Nelson Iván Luis Rada
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Este era un gato pardo
E ste era un gato pardo que tenía uñas larguísimas y su cola larga. El gato era flaco, flaco. Hasta que un día se cansó de perseguir ratones y hacer “run, run” y maullar de diferentes tonos y pensó que quería ser maromero, músico, aviador o equilibrista. Hasta que un día vieron al gato cruzando la cuerda floja y… ¡cata plum! al suelo fue a dar. A los pocos meses los habitantes del pueblo vieron al gato en un famoso circo, exhibiendo un traje bordado con un corazón en el pecho y un lazo rojo en su cuello. El gato lanzaba pelotas, piñas, brevas y limones sin fallar ni una sola vez. Y aunque ustedes no lo crean, después de la función, el gato pardo se fue al tejado a planear su próxima aventura. Autora: Maryam Yulieth Velosa Mendieta
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Mi enano adorado
Había una vez un niño a quien todo el mundo quería pues era tan pequeño que se perdía entre las flores del campo. Un día su madre salió a las fiestas patronales del pueblo y olvidó que había llevado a su pequeño hijo. El niño buscó a su madre por todo el pueblo hasta que llegó a un lugar donde la oscuridad era tan profunda que no se veía nada. Entonces se sentó al lado de un árbol y se puso a llorar. Mientras tanto, su mamá, en medio de la alegría del festival, recordó que había traído a su hijo, pero por más que lo buscó no lo encontró. Al día siguiente se enteró que el alcalde había traído a un grupo de enanitos; entonces corrió hasta el lugar donde ellos presentaban el espectáculo y observó que su pequeño hijo estaba vestido de mariachi. Se veía tan lindo que la madre lloró de la emoción, y desde ese día el niño pertenece al grupo de los Enanitos Fantásticos. Autora: Yinny Esmeralda García Páez
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El robo de un banco
Había una vez un superhéroe que se llamaba Ecomán y su enemigo que se llamaba Talamán. Ecomán es una persona muy buena, pero en cambio Talamán es malo. Una noche, Talamán necesitaba plata, pero como no tenía nadie que le prestara se le ocurrió una idea: robar un banco para sacar de allí una suma muy alta, aproximadamente cinco millones de pesos para pagarle la clínica a uno de sus hijos. Talmán esperó que llegara la noche y entró al banco por el techo. Cuando estaba adentro buscó el dinero y se dio cuenta que estaba en la caja fuerte, como siempre. Entonces buscó las llaves de la caja fuerte, “como a veces las dejan por ahí”, pensó. Bueno, por fin encontró las llaves, abrió la caja fuerte, sacó la plata que necesitaba y se escapó. Al día siguiente la policía vio el video de seguridad del banco y Ecomán reconoce a Talamán por la capa que usaba. La policía, con ayuda de Ecomán, llega a la guarida de Talamán y lo atrapa, pero el dinero que se había robado Talamán lo manda a la clínica para que su esposa pueda pagar los gastos y salven a su hijo. Autor: Jeffer Alexander Alba Guachetá
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Reflexiones sobre un rey
E l león es un animal salvaje pero también es un rey. Algunos se preguntarán: “¿Por qué es rey el león?”. Porque en cada especie debe haber un rey. En la especie de los humanos también hay un rey y ese rey es Dios. Así mismo ocurre en las especies de las plantas: allí hay una reina y esa reina es la más grande y bonita: el eucalipto. Y en el reino de los animales, el rey es el león. Aunque es salvaje y se come a las personas, es el animal más famoso sobre la tierra ya que su melena es la más larga, suave y sedosa. Además, se le ha llamado rey puesto que con su piel amarilla se hacen los abrigos de reinas y reyes. Autora: Aura Cecilia Ávila Pulido
Aprendiendo a resolver las dificultades
Había un león y un tigre que se cuidaban mutuamente de los peligros de la selva. Un día, unos animales los atacaron, pero el tigre y el león se unieron para pelear juntos y derrotaron a los enemigos. En la huída, los enemigos se desquitaron con los familiares del tigre y el león que encontraban por el camino.
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Las noticias de la venganza de sus enemigos llegaron a oídos del tigre y el león. Entonces organizaron una reunión con sus vecinos para ir a la defensa de sus familias. Acordaron el día y la hora para buscar a sus opositores. Llegó el día del encuentro, pero el tigre y el león tomaron la decisión de no ir a la guerra porque peleando no solucionaban nada, pues dialogando se encontraría una solución pacífica. Entonces nombraron voceros de cada una de las partes… Hubo conciliación. Decidieron hacer una fiesta para celebrar. Contrataron una orquesta conformada por el grillo, la chicharra, los pájaros, entre otros. Hubo integración, pachanga, abrazos, excusas, pero sobretodo, mucha diversión. Autor: Daniel Felipe Samacá
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Los amigos del bosque
Un conejo y una ardilla vivían en el bosque y se encontraban perdidos de sus familias. De pronto, el conejo y la ardilla se encontraron y se pusieron a charlar, pero el conejo siempre temía que saliera algún animal más fuerte y veloz, y se lo comiera. La ardilla le daba mucho ánimo y pasearon durante largo tiempo, conversaron de sus negocios, hicieron una gran amistad. De repente apareció un león muy hambriento y les dijo: —Hola amigos ¿por qué tan solos? —Siempre nos gusta venir por aquí —contestaron temerosos—. —No teman —les contestó el león con voz maliciosa—. Podemos ser muy buenos amigos, si me lo permiten. —Claro que sí —contestó el conejo, asustado—. Mientras tanto, la ardilla pensaba qué hacer para escapar de semejante peligro que corrían. El león, muy atento, los invitó a pasar una noche en su madriguera: allí no podrían escapar. Entonces, en el camino a la madriguera se encontraron con el simio que era muy fuerte y veloz para trepar en los árboles. En un descuido del león, el simio, de un salto, levantó al conejo y lo trepó a un árbol. Lo mismo hizo la ardilla con sus largas y afiladas uñas. Desde la cima del árbol los animales observaban al temido enemigo con mucha alegría, pero al mismo tiempo pensaban cómo harían para regresar con sus familias. Entonces se hicieron amigos de una araña que pasaba por allí; le contaron su historia y ella prometió que los ayudaría. Fue así que la
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araña extendió sus hilos y comenzó a tejer una red sobre el león hasta que lo dejó sin poderse mover. Mientras tanto el conejo, el simio y la ardilla aprovecharon que el león estaba atrapado y se fueron adonde estaban sus familias, y nunca más volvieron a salir por los territorios del león. Autora: Angie Karina Valderrama Fresno
La araña que quería ser silla
Una noche una araña se estaba soñando que era una silla y que un señor muy gordo, pero muy gordo, se sentaba encima de ella y por un poquito la parte. La arañita se despertó y dio un grito. Al día siguiente la araña se fue a pasear y se encontró con una silla. Entonces la silla le preguntó: —¿Arañita, arañita, te gustaría ser una silla? Y la araña le contestó: —No me gustaría porque anoche tuve un sueño muy feo, entonces mejor sigo siendo araña y acéptame como soy. Entonces la silla le dijo a la araña que tenía la razón y se aceptaron las dos tal y como eran. Autora: Deisy Johana Pineda Piravaguen
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El burro en el país de las maravillas
Había un burro que era muy malo. En los campos sembrados con hortalizas, acelga y otros vegetales, el burro siempre llegaba y se los comía. Los campesinos pensaban que eran los conejos o los caballos, pero nunca se imaginaron que era un burro. El burro se la pasaba día y noche comiendo lo que había en los campos y en los huertos. Los campesinos estaban cansados de tener todos sus huertos dañados, hasta que un día el dueño del último huerto bueno que quedaba dijo: —No dejaré que se me dañe mi huerto. Aquel que se atreva a meterse dentro de mi campo le tengo una trampa para agarrarlo. El campesino hizo la trampa y el burro llegó esa noche a comer, y apenas estaba en la mitad del huerto, cayó patas arriba porque había pisado la trampa. El campesino llegó al lugar donde estaba la trampa, soltó al burro y le dio varios latigazos. De esta manera el burro nunca volvió a comerse los huertos de los campesinos y nunca volvió a ser malo porque al fin aprendió la lección. Autor: Julián David Tocarruncho García
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El Rey árbol y sus fantasmas
E n un país muy lejano existía un árbol que tenía dos mil ramas, diez mil hojas y miles de raíces. Era un árbol singular y le llamaban el “Rey árbol”, pues cada vez que una persona pasaba cerca de él, se lo comía, lo absorbía con sus inmensas y mortales raíces. El Rey árbol vivía furioso y cuando intentaban talar algún árbol de su misma especie se ubicaba detrás de los hombres y se los comía. Su interés más grande era salvar del peligro a todos sus amigos, los árboles. Un día, los hombres atraparon al Rey árbol y lo cortaron en varios pedacitos: eran miles y miles, los cuales se convirtieron en árboles fantasmas que estaban enfurecidos y mataban a todos aquellos que cortaran árboles, con sus mortales raíces. Autor: Nelson Javier Niño Reyes
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El hombre cucaracha
Había una vez un hombre que maltrataba mucho a su esposa. Ella se sentía muy mal, cansada y triste. Un día, ella decidió ir donde una señora que tenía buenos poderes y entonces acuerdan convertir al marido en un animal feo y maloliente. A la mañana siguiente el esposo se despertó convertido en una cucaracha. Él no se hallaba, se sentía raro, casi no se podía mover de la cama, pero al rato logró caminar y salir corriendo de la casa, teniendo mucho cuidado de no irse a encontrar con nadie porque no fuera que lo espicharan y acabaran con su vida. Esta maldición le duró muchos años, y ya se había acostumbrado a vivir como cucaracha cuando un día cayó mucha nieve en el parque donde él tenía su escondite y casi muere congelado a no ser porque su esposa que iba pasando por allí lo reconoció y se lo llevó para la casa. En la casa, ella sintió mucha nostalgia por su esposo y decidió quitarle el castigo dándole un beso en la boca a la cucaracha; entonces el insecto se convirtió otra vez en hombre. Desde ese entonces esa es la pareja más feliz del mundo, porque él no le volvió a pegar a su esposa por miedo a que lo volvieran a convertir en cucaracha. Autora: Luz Clarita Suárez Suárez
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Poesía La naturaleza
Amor verdadero
La naturaleza es sabia
Q uiero entrar en tu mirada y
como una nube y verde como se observe.
recorrer tus sentimientos; quiero que estés dentro de mi corazón para tenerte junto a mí.
Por eso debemos conservarla sin contaminarla para que nuestros hijos la reciban sana.
Tengo una gran ilusión que recorre mi silencio y es la de tenerte cerca de mí para no sufrir tanto; si tú no estás a mi lado no se cómo podría soportar el dolor que me causaría: tú eres la única razón de mi vida.
No queremos problemas con el oxígeno ni con el agua por eso hay que cuidarla. Hoy tenemos problemas con el aire que respiramos. Nos llegó la maleza. ¡Pobre naturaleza! Autor: Carlos Andrés Menjura
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No se cómo sacarte de mi mente, y desearía no haberte conocido para no haberme ilusionado contigo. Autora: Luz Andrea Ávila Velandia
A papá
Lo que pienso en ti
Padre tierno, hermoso y cariñoso, Tus labios, sabor a chocolate, en este día te quiero felicitar porque eres el hombre de mis /sueños, héroe infinito de mi bienestar. Padre amable, honesto y /responsable, nunca me dejes de abrazar: tus abrazos son como mi abrigo, y tu abrigo el que yo quiero /alcanzar. Quiero oír que me hablas /diariamente, que tus consejos debo practicar: respetaré con ahínco a mis / maestros y a mis abuelos he de venerar. Autora: Laura Juliana Suárez Páez
tus manos suaves como el algodón, pero lo más hermoso de ti, es tu gran corazón. Eres la estrella que alumbra el oscuro cielo y conviertes la inmensa penumbra en un espléndido día. Cada vez que estoy contigo yo me siento inspirado para escribir estos poemas que de ti me han hablado. Cada logro, cada meta, se hacen realidad cuando me sonríes y me besas llenándome de felicidad. Autor: Felipe Leandro Aguazaca Rodríguez
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Mi madre y yo M i mamá tiene los ojos tan azules como el mar. Ella a mi me protege y me da siempre el pan. Yo le pido a mi diosito no se la vaya a llevar, hasta que me busque una novia para formar un hogar. Después será una tierna abuela, sus nietos la cuidarán, y cuando seamos estrellas será su felicidad. Después pasa una tragedia: mi mamá se morirá; unos días de tristeza a nosotros llegarán. Cuando sea su entierro yo la voy a acompañar, por cuidarme todos estos años, yo la voy a recompensar.
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Pero yo sé que en el cielo ángeles la cuidarán, porque fue tan buena madre que el Señor la abrazará. Autor: Edson Ramiro Medina Martínez
Tus sueños Tus sueños se acaban cuando no entiendes la razón del existir. Cuando no ves pasar el tiempo, entiendes lo que un momento puede hacer en ti. Te das cuenta que el sol tiene que salir, y tu vida tiene que seguir para alcanzar el mejor sueño: el sueño que es vivir. Autora: Profe Flor Marina Estupiñán
Si las nubes no anticipan Si las nubes no anticipan en su formas la historia de los /hombres. Si los colores del río no figuran los designios del dios de las /aguas.
Boyacá: cuna y taller de la libertad Boyacá: región de las mantas. El verde esmeralda de su suelo se extiende por valles, llanuras y montañas hasta alcanzar la blancura de la cúspide de su Sierra Nevada del Cocuy.
Si no remedias con tus manos de astromelias las comisuras de Boyacá: cercado del cacique, /mi alma. su suelo generoso se divide en Si mis amigos no son una legión provincias que con el empuje de ángeles clandestinos ¿qué de sus gentes las hacen focos /sería de mí? de desarrollo y progreso que describo a continuación: Me pregunto con angustia y /desespero 1 Gutiérrez esperando encontrar una /respuesta Protegida por la Sierra que calme mi angustia y mi Nevada del Cocouy, guarda /desvelo: los tesoros de la comunidad ¿Qué será de mí? Si lo que u´wa o tunebo: únicos /busco no lo encuentro. vestigios de nuestro pasado ¨
Autor: Yeison Andrés Pérez Bautista
muisca.
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2 Valderrama ¨
Productora de carbón: negro azabache con el que esculpen figuras las manos laboriosas de su pueblo. Igualmente es conocida por los dátiles y limones que endulzan el paladar del visitante.
dios Sol. Tierra pujante que brinda a Colombia el hierro, el carbón y las calizas como contribución al desarrollo económico del país. Adorna su suelo la belleza del lago de Tota que lleva en sus entrañas la deliciosa trucha arco iris.
5 Centro ¨
3 Tundama ¨
Abriga las noches frías boyacenses con sus hilados y tejidos. Escenario de la guerra de la Independencia, pues en su territorio se libró la batalla del Pantano de Vargas. Cuna de Pedro Palacio Martínez, un niño que no cambió la lealtad a su patria por la riqueza española.
4 Sugamuxi ¨
Su nombre es un homenaje a Suamox, templo de los chibchas donde se adoraba al
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Engalana esta provincia la capital del departamento, Tunja, ciudad de la cultura, hidalga y estudiantil. Rica en arte colonial por sus bellos templos, conventos y mansiones. Cada una de sus piedras son testigos mudos de las miles y miles de historias y leyendas que atraviesan sus calles. Región patriótica en la revolución de Independencia, muestra orgullosa el Puente de Boyacá, en cuyo campo se libró la batalla libertadora.
6 Ricuarte ¨
circunda el suelo de Puerto Boyacá, y sus maderas, que son la riqueza ecológica de este sitio.
El olor a la guayaba perfuma sus cálidas tierras. Bocadillos y panelitas endulzan el paladar de los visitantes. Villa de Leyva, de gran belleza colonial, aloja en sus alrededores el fósil de un cronosaurio, reptil extinguido hace millones de años.
Región de bellos y minúsculos paisajes, ofrece su inmensidad geográfica sembrada de dulces frutas.
7 Occidente
9 Lengupá
Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, la Virgen y patrona de los colombianos, abraza con su manto la provincia de Occidente.
Sus cámbulos y naranjales adornan el paisaje natural de la región. Los ocobos, con sus flores rojas, tiñen de color esas cálidas tierras de exuberante vegetación.
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De los negros socavones de Muzo sacan las hermosas y valiosas esmeraldas para esparcirlas por el mundo. Famosas por su belleza y riqueza son las esmeraldas llamadas “gotas de aceite”. Igualmente, el oro negro que
8 Márquez ¨
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10 Neira ¨
Región de numerosas hondonadas encerradas entre montañas que forman la represa de Chivor, eje de la hidroeléctrica de Boyacá. Autora: Profesora Ana Betty Pulido Aguilar
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Glosario Alborada:
Tiempo de amanecer o despuntar el día. Música al amanecer y al aire libre para celebrar a alguien o anunciar alguna festividad.
Apabochas:
Papas de mayor tamaño que se recogen en una cosecha.
Astromelia:
Planta abundante en Colombia y Boyacá. Posee una de las flores más apetecidas para arreglos florales por su gran variedad de colores. También es utilizada por sus propiedades medicinales.
Cámbulo:
Árbol grande que da flores de color rojo-anaranjado. Muy utilizado para ornamentar jardines y calles.
Carboneros:
Nombre que se le da a los habitantes de la población boyacense llamada Carbonero.
Carranguera:
Música típica de Boyacá. Se le llama carranga a los esqueletos de los animales; uno de los instrumentos que se usa para tocar esta música es la quijada de una vaca, burro o caballo.
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Chibchas:
Nombre del grupo indígena que habitaba la zona de lo que hoy es Boyacá a la llegada de los españoles.
Chicha:
Bebida alcohólica elaborada a base de maíz fermentado.
Chircal:
Sitio donde se fabrican tejas, ladrillos y adobes.
Chorote:
Vasija fabricada en barro.
Comitiva:
Comida típica que se ofrece en los convites.
Convite:
Forma de trabajo comunal en el campo, que consiste en intercambiar trabajo como un favor entre parientes, conocidos o amigos.
Cuchuco:
Sopa de cebada con carne de cerdo.
Enjalma:
Especie de cojín tela relleno de algodón, paja o lana, que se pone debajo de la silla de montar en los animales de carga para que no se lastimen.
Envuelto:
Masa de harina de maíz, a veces con queso fresco, envuelta en hojas de la mazorca del maíz, y cocida al vapor o en el horno.
Faena:
En relación con la corrida de toros son las acciones que se ejecutan para lidiar al animal. También se usa para designar el trabajo.
Fique:
Fibra vegetal con la que se hacen cuerdas, cabuyas y artesanías.
Frailejón:
Planta que alcanza hasta dos metros de altura y crece en los páramos. Tiene hojas anchas y felpudas, y flores de color amarillo.
Guabina:
Aire musical popular de la zona andina de Colombia.
Gualanday:
Árbol corpulento, con flores de color rojo oscuro.
Guarapo:
Bebida fermentada hecha con el jugo de la caña dulce exprimida.
Jediondo:
Forma de decir “hediondo”. Cómico boyacense que usa este nombre.
Jumicidas:
Forma de decir “insecticidas” o “fungicidas” (sustancias químicas que matan las plagas u hongos de los sembrados).
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Lechona:
Cerdo relleno de arroz y otros condimentos; comida muy popular en varias zonas de Colombia.
Longaniza:
Pedazo largo de tripa estrecha rellena de carne de cerdo picada y adobada con condimentos.
Motosa:
Peluda, felpuda. También se usa para designar algo que tiene manchas de colores.
Naguas:
Forma de decir “enaguas” (prenda interior femenina, similar a una falda y que se lleva debajo de esta).
Numelicencias:
Luciérnagas.
Muiscas:
Indígenas que poblaban la zona cundi-boyacense.
Mute:
Sopa cuya base es el “maíz mute” (granos de maíz descascarados al ser hervidos con cal o cenizas) y a la cual se le agregan diversos tipos de carne, papas y verduras.
Ocobo:
Árbol que da unas flores muy vistosas.
Piquetear:
Comer, especialmente la comida típica, en momentos especiales, días festivos o paseos.
Pora:
Vasija de barro elaborada por los indígenas que habitaban la región.
Rellena o Morcilla: Tripa de cerdo, carnero o vaca, rellena de sangre cocida, que se condimenta con especias y a la que suelen añadírsele otros ingredientes como arroz, cebolla y alverjas. Rogativa:
Oración pública hecha a Dios o a la Virgen para conseguir el remedio de una grave necesidad.
Roiga:
De roer (los insectos la cosecha).
Romería:
Viaje o preregrinación a un santuario o iglesia que se hace por devoción.
Rudas:
Vegetales que se usan en la preparación del cocido boyacense.
Surcao:
Surcos, hendidura que se hace para arar la tierra.
Sutanos, (Zutanos): Nombre que se le da a los habitantes de la población boyacense llamada Sutamarchán. Forma de señalar a alguien cuyo nombre no se conoce o no se quiere mencionar.
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Tagua:
Semilla de una palmera muy dura y lustrosa con la que se fabrican artesanía y objetos muy diversos.
Taita:
Como se le dice al papá o al abuelo.
Tejo:
Juego popular de la región que consiste en quemar unas mechas de pólvora dispuestas en un terraplén de barro, alcanzándolas con un objeto de metal.
Trueque:
Intercambio directo de productos o servicios sin la intervención del dinero.
Tusa:
Corazón de la mazorca.
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Mis creaciones
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Este libro se terminó de imprimir en Bogotá, Colombia en el mes de julio de 2009. Se utilizó la fuente Cochin en la composición del texto.