Cuentos para antes de despertar NUNILA LÓPEZ SALAMERO y MYRIAM CAMEROS SIERRA
Cuentos para antes de despertar NUNILA LÓPEZ SALAMERO y MYRIAM CAMEROS SIERRA
NUNILA
Para tod@ tod@ss l@s niñ@ niñ@ss herid herid@s @s que lleva llevamos mos dent dentro ro Para las herid heridas as que lleva llevan n tod@s l@s niñ@ niñ@ss dent dentro ro Para que nos cure curemos mos MYRIAM
Para toda la gent gente e que está dejan dejando do de ser un cubit cubito o de hielo y para Jan y Quico, Nora y Martín, Ada y Camí, Candela, Laura, Héctor y Yoel, mis pequeñ@s descongelantes
—En esta ciudad no necesitamos policías mientras tengamos a Pippi Calzaslargas —dijo una voz. —¡Cierto! —exclamó otro—. Ella se basta para reducir a los tigres y a los hombres malos. —¡Sí que necesitamos un policía! —dijo Pippi—. Alguien tiene que cuidarse de que las bicicletas estén bien aparcadas en los lugares prohibidos. ASTRID LINDREN, PIPPI CALZASLARGAS
Prólogo POR LAURA MICÓ
Mucho antes de convertirse en cuentacuentos profesional, Nunila ya exhibía su talento al convertir lo cotidiano en espectáculo, al crear y teatralizar todo cuanto su mente global y su mirada veloz recogía de la vida, de la calle, del barrio… Desde hace casi dos décadas, encaramada a escenarios variopintos por todo el país, nos cuenta quiénes somos, nos desnuda con su poesía poligonera, nos deja en bragas, diciéndonos la verdad, como el niño inocente y descarado de El traje nuevo del emperador . Actúa como testigo cómplice de nuestro yo más frágil, no perdona la injusticia venga de donde venga y señala con el dedo a l@s responsables, ¡buena es ella! Ahora sus cuentos, escritos, nos llegan tan cercanos y sugerentes que son cuentos del corazón. En este libro nos vemos representad@s con ternura y nos reconectan con la inocencia. ¡Qué alivio! Por su parte, Myriam ha explorado en el universo de Nunila hasta encontrar las formas y colores que traducen su teatro más canalla en ilustraciones llenas de luz. Los dibujos, aparentemente redondeados pero de punta afilada, recrean a esos entrañables personajes que nos remiten al parvulario, cuando observábamos la vida desde una ficha con un dibujo para colorear. Y coloreando la vida sentíamos. Desde esa perspectiva sólo veíamos lo auténtico, la simplicidad de un círculo amarillo, los mensajes confusos del mundo adulto, nuestra indefensión y el genuino deseo de ser aceptad@s.
Los personajes de estos cuentos son insumisos, tercos, cooperativos, creativos... Vemos estrellas desobedientes, a las que no les da la gana de quedarse colgadas en el cielo. Aspiran a más. Y colores que no están de acuerdo con sus roles, que están dispuestos a mezclarse, a ser algo nuevo. Datruelo nos inspira. «Sé tú mism@», parece decirnos, el trueno que siente, que no se avergüenza, que no se rinde. Dan ganas de seguirle como una comparsa y unirse al confeti de las chispitas de colores, a celebrar la autenticidad y la solidaridad. Este cuento nos deja sonriendo, soñando con esa parte de nosotr@s que juega y baila, y que no comprende la represión de las emociones, aunque ése haya sido el pan nuestro de cada día. Es el trueno que se acepta y se ama, nos habla de autoestima, y prefiere dejar de ser a claudicar y ser otra cosa. No tiene miedo, por eso nos atrae y nos asombra. Con esta obra, Nunila y Myriam, dos autoras que viven como piensan, que hacen la revolución desde dentro, nos llevan de paseo por el parque de los sentimientos, nos muestran rincones secretos donde jugar al escondite y plazas soleadas donde dejar volar las cometas de nuestros sueños. Justo antes de despertar.
En la ciudad de los truenos había un trueno especial. Se llamaba Datruelo y no era como los demás.
A Datruelo no le hacían ninguna gracia las clases en las que explicaban cómo tratar a otros fenómenos de la naturaleza.
Además, se despistaba mucho porque le costaba aguantar tantas horas sentado sin poder moverse.
En cuanto se ponía a llover, salía a jugar. A Datruelo le encantaba bailar con la lluvia.
Pero los demás truenos, cuando llueve, se ponen a gritarle a la lluvia:
—Datruelo, ¿qué haces bailando con la lluvia? A la lluvia le gritas que es tonta y se cae.
—No digas más tonterías, Datruelo. Castigado.
A Datruelo también le gustaba salir con el sol (tenían un buen rollo el sol y Datruelo… un feeling). Pero los demás truenos tampoco lo soportaban.
—Datruelo, ¿qué haces con el sol? Los truenos tienen que ir con la tormenta, no con el sol. ¡Castigado!
Así que, como cuando no llueve hace sol, Datruelo siempre estaba castigado. Datruelo fue creciendo de castigo en castigo...
hasta que un día los truenos rectos se hartaron de Datruelo, que, por más que lo castigaban, no se convertía en un trueno recto. Así que decidieron mandarlo a la Tierra.
Todos los truenos saben que si te mandan a la tierra, en cuanto tocas la primera capa de la atmósfera desapareces. Brungggg. Datruelo sabía que si cambiaba y dejaba de jugar con el sol y de bailar con la lluvia, le perdonarían. Pero él se sentía muy orgulloso de ser así.
Así que los truenos cogieron a Datruelo y con toda su fuerza bruta lo lanzaron a la Tierra.
Pero justito antes de tocar la primera capa de la atmósfera,
un montón de chispitas de colores que están en el ambiente,* alertadas por el sol y la lluvia, se pusieron debajo de Datruelo y lograron mantenerlo suspendido en el aire. Hicieron tanta tanta fuerza que Datruelo se arqueó. Las chispitas de colores sabían que si soltaban a Datruelo, Datruelo caería y desaparecería. Así que entre todas decidieron quedarse para siempre con él.
*Ambiente:
lugar donde se respira libertad y te lo pasas genial.
Por eso, los días que salen sus amig@s
la lluvia y el sol, en el cielo hay
un arco de colores. Es
Y, a veces, el brillo de Datruelo es tan fuerte que llega a la ciudad de los truenos.