14. JESUCRISTO MODELO DE SANTIDAD. Juan 13:13-15.
Despué Despuéss de consi consider derar ar las consec consecuen uencia ciass profun profundas das causa causadas das por el pecado en la humanidad. De manera que dejó al ser humano en una condición, alejada completamente de Dios a causa de su inclinación al mal. Es necesario que consideremos la provisión de Dios en Cristo, para redimir al hombre y a la mujer caídos en una situación lamentable. Jesucristo, Jesucristo, el Señor, es la única esperanza de la humanidad, El es su único medio de escape de la completa sumisión a la esclavitud de su propia corrupción, impotencia y muerte. Al respecto el testimonio de las Sagradas Escrituras es claro que: “Jesucristo salva de los pecados y que El tiene la capacidad de salvar, siempre a los que se acercan a Dios por medio de Él”. (Mt. 1:21; He. 7:25). Estas son las buenas noticias. “La santidad no es camino a Cristo, sino Cristo es el camino a la Santidad”. Además de las consideraciones anteriores, Jesucristo es el modelo de la vida santa que enseño. La base de la santidad de Jesucristo era la unidad con el Padre, esta es la que posibilita la vida santa, pues ella siempre es relacional. La unidad espiritual ejemplificada ejemplificada por Cristo es la norma para todos. La expresión de la santidad de Jesucristo es su justicia completa. “Había coherencia entre su estilo de vida y la ley de Dios. Hizo lo que debía hacer. Lo que sentía, decía y hacia, estaba de acuerdo con lo que Él percibía que era recto”. La esencia de la santidad de Jesucristo era la demostración del amor. “Por tanto, era más que una actitud apropi apropiada ada,, legal legal y extern externa; a; era un interé interéss que fluía fluía de Él”. Él”. Jesucr Jesucris isto; to; “tuvo “tuvo compasión de la multitud. Porque eran como ovejas sin pastor y comenzó a enseñarles muchas cosas”. (Mr. 6:34). La santidad que Jesucristo modelo tiene rasgos especiales, son aquellas que están apropiadamente para cada ser humano y son las siguientes: “sumisión, “sumisión, humildad, obediencia obediencia y reverencia, estas cualidades pertenecen con todo derecho a la condición del ser humano como criatura y sujeto”. Por tanto, “la santidad es semejanza a Cristo, y la semejanza de espíritu con Cristo se caracteriza – mucho más en nosotros – por una sana autovaloración”. (Mt. 11:29). En Él vemos que la santidad no depende del medio ambiente, sino del Espíritu Santo que mora en el cristiano. Jesucristo fue amigo de los pecadores, pero nunca se contaminó por ellos. Entonces la santidad es calidad del espíritu y ese recurso divino hace la diferencia en la vida santa del cristiano. (1Jn. 4:4; Ro. 8:31-39). “En Jesucristo no sólo vemos un modelo de santidad cristiana, sino la afinidad inherente entre la humanidad y la santidad. Obviamente el pecado no es un mal particular del cuerpo, porque Cristo poseyó un cuerpo. El asumió una naturaleza humana, demostrando así que esta no es pecaminosa por sí misma; más bien, la humanidad sin pecado es más verdaderamente humana que la
humanidad manchada y deformada por el pecado”. Por eso Cristo es el modelo de la santidad.