Creatividad y Educación Capítulo 1 La creatividad: pasado, presente y futuro J. P. Guilford A lo largo de de este primer primer capítulo, capítulo, se analiza analiza de qué qué manera manera han evolucionado evolucionado los estudios estudios en materia de creatividad, determina su situación actual (es decir, del momento en que fue escrito, 1971) y establece sus posibilidades futuras. 1. Desde Galton hasta 1950 Los primeros estudios alrededor de la creatividad los realizó Galton, quien enfocó su atención sobre los hombres dotados de genialidad (1869), detonando el interés de las ciencias naturales en esa dirección. Galton no se mostró seriamente interesado por comprender las operaciones mentales mediante las que algunos pensadores distinguidos producen sus ideas noveles sino, más bien, sus esfuerzos fueron dirigidos al entendimiento del determinismo hereditario de las obras de creación. Su estudio se convirtió en un clásico, si bien no logró llegar a conclusiones incontestables. Encontrar las respuestas a las incógnitas de cómo comprender a los seres excepcionalmente creativos y cuáles son las operaciones mentales que permiten plasmar las obras de creación tendría que haber entrado dentro de las responsabilidades de los psicólogos, en opinión del autor. Sin embargo, estos estaban preocupados en descifrar hechos mentales más simples, como la sensación, la percepción y la memoria, de modo que no tenían espacio para una interrogante tan compleja como la de la creatividad. Las aproximaciones más cercanas fueron las menciones a la 'imaginación' o 'imaginación creadora', pero, en general, el concepto sólo se mencionaba al pasar. Sumado a esto, el auge del conductismo eliminó todo concepto mentalista -como el de la imaginación- de los estudios de psicología. Fueron dos escritores (Schoen, 1930; Guilford, 1939, 1952) quienes tuvieron bastante que decir sobre la creatividad al principiante que se iniciaba en el estudio de la psicología. a) Los intereses psicométricos en la creatividad Los estudios de los psicólogos de principios del siglo XX se abocaron, principalmente, a la creación y comprobación de tests de inteligencia, otros tenían por objetivo predecir el rendimiento escolar en el nivel elemental, donde llegado el momento de evaluar ése rendimiento, prácticamente no se prestaba atención alguna a las ideas noveles del sujeto. En el tipo de actitudes que se medirían incluso se omitieron las que revestían interés para la evaluación del potencial creativo. Terman (1906) aplicó a dos grupos extremos una serie de tests experimentales, en uno de los cuales reconoció una prueba de ingenio. A lo largo de los años los tests destinados a evaluar las cualidades creativas prácticamente brillaron por su ausencia en las escalas de inteligencia. En estudios aislados realizados a lo largo de los años se advirtió la falta de correlación entre los
tests identificados como pertenecientes a la categoría creativa y los tests comunes en las escalas de inteligencia. Deaborn (1899) había descubierto que esta relativa independencia se verificaba en sus tests concernientes a la "imaginación productiva", pero Terman no los utilizó como antecedente para apoyar sus propias conclusiones en el sentido de que la capacidad de inventiva se desligaba del ámbito de la inteligencia, la cual corresponde, exclusivamente, al policial intelectual básico. O bien, pudo haber llegado a la conclusión, confirmada en épocas más recientes, de que la inteligencia, concebida en términos generales, abarca varios componentes, de los cuales algunos, por lo menos, no se correlacionan en medida estrecha con los otros. La concepción por esos años era que la inteligencia era una capacidad monolítica, de importancia crucial, y que escapaba a todo análisis. b) Estudios anecdóticos del rendimiento creativo Otros investigadores comenzaron a buscar la mayor comprensión de los seres dotados de capacidad de creación o de la producción creadora en sí, registrando descubrimientos el campo de la ciencia, la producción literaria, y otras muestras de la producción de genios creadores cabalmente conocidos. Wallas (1926, 1945), Hadamard (1945) y Ghiselin (1952) aportaron muestras de ese tipo de investigación. Rossman (1931) efectuó un estudio más sistemático de los inventores, valiéndose del método de cuestionarios. El resultado más productivo del estudio de episodios de creación fue una lista de las etapas del pensamiento que el creador característicamente pone de manifiesto en el proceso total, yendo desde la necesidad concientizada del esfuerzo creativo al "envoltorio" del producto final. Tanto Wallas como Rossman señalaron tentativamente la existencia de los distintos pasos que tienen lugar en el curso del hecho creativo total: Rossman en relación con los inventores, específicamente, y Wallas para la producción creadora en general. c) Estudios experimentales de la creación Pocos investigadores tomaron en serio los pasos de creación propuestos por Wallas: preparación, incubación, iluminación y elaboración. Uno de ellos fue la psicóloga Patrick (1935, 1937, 1938, 1941), quien procuró determinar por experimentos psicológicos si los procesos de Wallas podían ser identificados, si siguen su curso en el orden dado, y qué papeles desempeña cada uno en el hecho de la creación total. Determinó la validez de los conceptos del proceso, pero descubrió que los pasos respectivos se alejan considerablemente del orden 1-2-3-4 establecido por Wallas. Esta última conclusión se confirmó en descubrimientos similares de Eindhoven y Vinacke (1952). d) La producción creadora en relación con la edad Una esfera de investigación tanto más activa como extensiva, en relación a la creatividad, era la que hacía referencia a las etapas de la existencia en que la capacidad creadoras suele llegar a su pináculo, y a la cantidad de la producción en relación con la edad. Los estudios de Lehman culminaron en la complilación de un libro (Lehman, 1953). Dennis (1956) también llevó a cabo estudios de índole similar. En resumen, los antecedentes hasta mitad de siglo en el estudio de la creatividad, derivan en
que los psicólogos ignoraron casi por completo el tema; los partidarios de las técnicas psicométricas hicieron a un lado el potencial creativo, como si no tuviera nada que ver con la inteligencia; y el conductismo adoptó un punto de vista general a partir del cual no podía enfocarse la creatividad. Los investigadores no psicólogos, en su intento por acortar la brecha, usaron un enfoque anecdótico. Una ventaja de éste fue la sugerencia de que existían distintas etapas en el proceso de producción creadora, lo cual implicaba la postulación de diversas hipótesis susceptibles de ser investigadas experimentalmente de manera preliminar, tal como, en efecto, se hizo. No se obtuvo prácticamente ninguna información sobre la naturaleza del pensamiento creativo, en sí, salvo por lo que indican estudios de probada importancia sobre temas tan insólitos como el del "insight" (Guilford, 1967). 2. La creatividad desde 1950 El discurso sobre creatividad del autor ante la APA (Guilford, 1950) marcó un giro en relación con el interés que despertara el tema. Las publicaciones sobre el mismo se incrementaron notablemente durante las décadas de 1930 y 1940, de modo coherente con el posterior ritmo explosivo de actividad desarrollado desde 1950. Fuerzas diversas ejercían su influencia, entre ellas las necesidades que la Segunda Guerra Mundial generó en el campo de la investigación y el desarrollo. La falsa paz que se anticipaba a la Guerra Fría, demandante de esfuerzos más acelerados en una batalla de intelectos, ofreciendo un gran precio por los cerebros dotados de inventiva, que parecían siempre insuficientes. Los albores de la era espacial. Todos estos factores que influían sobre la necesidad de indagar en las profundidades de la personalidad creadora y los procesos de creación. Una prueba de este despertar de interés lo materializa la obra de Osborn, Applied Imagination (Imaginación Aplicada), lista para ser publicada en 1953. Con una gran repercusión, no sólo fue reimpreso en reiteradas ocasiones sino que fue traducido a varios idiomas, indicador de una atención mundial sobre la creatividad. Osborn fundó, asimismo, la fundación de Educación Creativa y el Instituto para la Resolución Creativa de Problemas , que se reunía anualmente y lleva ya doce asambleas anuales en la Universidad Estadual de Nueva York, en Buffalo. a) Nuevas investigaciones sobre la creatividad Las investigaciones que emergen desde 1950 han tenido motivaciones y enfoques distintos, se ha puesto de manifiesto un gran interés teórico que llevó al planteamiento de cuestiones sobre el qué, cómo y porqué de las cosas. Los estudios siempre han sido tendientes a solucionar los problemas de índole práctica, de los cuales utilizaron información derivada de estudios básicos. Información básica sobre la naturaleza de la creatividad. Las nuevas investigaciones no han
podido tomar información de estudios precedentes por la gran ausencia de los mismos, es por ello que han sido de carácter principalmente exploratorio y apenas han contenido alguna convalidación de las hipótesis. Tal es el caso de lo ocurrido con las investigaciones sobre las características de las personas dotadas de reconocida capacidad creadora, como el estudio sobre científicos destacados de Anne Roe (1952) y los estudios sobre escritores, arquitectos y
matemáticos de reconocido talento creador realizado por MacKinnon y Barron y sus colaboradores en el Instituto para Evaluación e Investigación de la Personalidad en la Universidad de California, Berkeley (MacKinnon, 1960). Caracterizados por su sesgo psicoanalítico teórico, dichos estudios subrayaban las características motivacionales y temperamentales. Los descubrimientos más notables puntualizan que las personas sumamente creativas, al menos en las personas examinadas, suelen interesarse en problemas estéticos y teóricos, y tienden a ser individuos sumamente intuitivos e introvertidos. Respecto al nivel intelectual, la mayoría de los sujetos estudiados tenía un CI de nivel superior, pero dentro de ese orden no había prácticamente correlación alguna entre ello y el nivel de rendimiento creativo. Otro enfoque importante fue el que subrayó las cualidades intelectuales que podrían contribuir a la elaboración el pensamiento creativo y a la obra de creación, bajo la dirección del autor, de cuya investigación se extrajo que el talento creador no se manifiesta sólo en pocos seres privilegiados, sino que probablemente se halla diseminado, en diferentes grados, en toda la población, lo que lo hace susceptible de ser observado en una cantidad mayor de individuos. Dentro del marco de la investigación se desarrolló una teoría general de la inteligencia y sus componentes, conocida como "estructura del intelecto", partiendo del supuesto de que son varias, tal vez muchas, las aptitudes identificables implicadas en el talento creador. Los resultados de encuentran en el volumen dedicado a The Nature of Human Intelligence. [En versión castellana, La naturaleza de la inteligencia humana , Buenos Aires, Paidós, 1975.] Las aptitudes que se cree revisten de mayor importancia, en relación con el pensamiento creativo, entran dentro de dos categorías. Una de ellas es la de aptitudes de "producción divergente" y se relaciona con la generación de ideas, donde la variedad es importante. Algunas aptitudes de "producción divergente" se caracterizan como tipos de fluidez, algunas como tipos de flexibilidad, y otras como aptitudes para la elaboración. Otra fuente potencial de talento creador corresponde a la categoría de aptitudes de "transformación", en revisión de lo que uno experimenta o conoce, produciendo como consecuencia nuevas formas y pautas. La disposición a la flexibilidad es una característica general de este grupo de dones, llevando a reinterpretar y reorganizar la información. Ambas categorías dependen del medio o de los tipos de información con los que trabajan los creadores. Conocer las aptitudes que reinciden en la disposición creadora es una ventaja para reconocer que estas también implican tipos de funciones mentales, respondiendo a la interrogante 'qué'; la aplicación de estas respuestas a operaciones que el individuo ejecuta responde los referentes al 'cómo', abriéndose las posibilidades de estudiar el modo en que opera un pensador creativo. Algunas condiciones del pensamiento creativo. Torrance (1962) examinó la manera en que el
potencial creativo se va modificando en función de la edad en los niños y en los adolescentes. Estos estudios coincidieron con los descubrimientos de Lehman, quien tuvo el hallazgo de que la calidad de la producción por lo general alcanza su punto tope al comienzo de los treinta años. En relación con la posibilidad de mejorar las propias aptitudes en virtud de condiciones ambientales favorables se han diseñado estudios para evaluar el aumento de la actividad
creadora como resultado de distintos tipos de prácticas. Los estudios revelan que los cambios de rendimiento pueden ser evaluados y que efectivamente se producen mejorías caracterizadas por cierto grado de perdurabilidad. 3. El futuro de la creatividad No cabe duda de que han cobrado impulsó las investigaciones en torno a la creatividad y su consiguiente instrumentación en el campo de la educación y otras esferas. A continuación se consideran algunos de los problemas que resta enfocar, especialmente en el contexto de la investigación básica. a) Necesidad de mayor número de investigaciones básicas Las investigaciones básicas futuras probablemente se ceñirán a una de dos direcciones principales: hacia una comprensión más detallada de los procesos del pensamiento creativo, y hacia un estudio de las condiciones que influyen sobre el pensamiento creativo, sea positiva o negativamente. La naturaleza del pensamiento creativo. Es deseable conceptualizar las funciones de la fluidez,
flexibilidad y elaboración en las operaciones de producción creativa y resolución de problemas en general, de maneras que den lugar a operaciones de investigación. La fluidez, por ejemplo, consiste sobre todo en la capacidad de recuperar la información de la propia memoria, pero no se ha hecho gran cosa en relación a la 'recordación replicativa' ni a la de 'transferencia', que dan cuenta de la manera en que la información acumulada se recoge y utiliza en conexiones nuevas y modalidades noveles. Como deducción de la teoría de la estructura del intelecto referente a las funciones mentales se desprende que cierto tipo de flexibilidad consiste en la posibilidad de transformar la información, pero aún queda campo por estudiar para responder a dos interrogantes, principalmente, ¿de qué manera se producen las transformaciones? y, ¿cómo se reinterpreta o redefine la información para aplicarla ingeniosamente a usos nuevos? Otro tipo de flexibilidad hace referencia a las reclasifiaciones. Sin duda la clasificación de ítems de información aprendida tiene mucho que ver con su recuperación eficaz. b) Consecuencias sociales La educación creativa está dirigida a plasmar una persona dotada de iniciativa, plena de recursos y de confianza, lista para enfrentar problemas personales, interpersonales o de cualquier otra índole. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS