CONFIANDO SOLAMENTE EN DIOS
Es nuestra intención hacer u na transcripción fiel y exacta de este Mensaje, tal como fue predicado; por lo tanto cualquier error en este escrito es estrictamente error de audición, transcripción e impresión; y no debe interpretarse como errores del Mensaje. El texto contenido en esta Conferencia, puede ser verificado con las grabaciones del audio o del video. Este folleto debe ser usado solamente para propósitos personales de estudio, hasta que sea publicado formalmente. (Fue tomado de una transmisión vía Internet)
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Ha sido para mí un privilegio privilegio grande estar con co n ustedes en esta noche, dándoles testimonio de nuestro tema: “CONFIANDO
Por William Soto Santiago Martes, 28 de octubre de 2003 Encarnación, Paraguay
SOLAMENTE EN DIOS.”
Y en esta noche no che ustedes han confiado completamente en Dios para la salvación de vuestras almas para asegurar el futuro et erno de cada uno de ustedes en el Reino de Jesucristo Jesucristo nuestro Salvador. Dejo al ministro, al Rvdo. Aquí para que les indique hacia dónde caminar para cambiarse de ropa y así ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Muchas gracias por vuestra amable atención, y continúen pasando una noche llena de las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador, y nos veremos en el Reino eterno de Jesucristo cuando Él nos dé el nuevo cuerpo, el cuerpo eterno y disfrutaremos ese glorioso Reino de Jesucristo nuestro Salvador. Con nosotros nosotro s ya aquí tenemos al ministro. ministro. Que Dios les bendiga y les guarde a todos. “CONFIANDO SOLAMENTE EN DIOS.”
[NOTA - ESTE DÍA PASARON AL FRENTE, AL LLAMAMIENTO, UNAS 100 PERSONAS, Y 20 DE ELLAS INMEDIATAMENTE INMEDIATAMENTE FUERO N BAUTIZADAS EN AGUA]
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uy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes; es para mí un privilegio privilegio y bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Reciban todos saludos de mi esposa Erica y también los niños reciban saludos de América y Yahannah Gabriela. Leemos en Proverbios, capítulo 3, verso 5 al 8, donde dice de la siguiente manera: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos.” Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Tomamos el verso 5 que dice: “Fíate de Jehová de todo tu corazón.” Para tomar to mar de ese verso nuestro tema, que es: “FIANDO SOLAMENTE EN DIOS.” “CONFIADOS EN DIOS.”
Estamos confiando en Dios cuando recibimos a Cristo como nuestro Salvador, pues recibimos a Cristo porque Dios dice por medio de Su Palabra y tambi t ambién én a través de Jesucristo y a través de los Apóstoles que “Dios ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquél que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Esa es la expresión máxima del Amor de Dios: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda,
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mas tenga vida eterna.” [Nota - San Juan 3:16] Y nosotros confiamos en lo que Dios dice aquí en Su Palabra para recibir a Cristo como nuestro Salvador. Cristo nos perdona nuestros pecados y con Su Sangre nos limpia de todo pecado, somos bautizados en agua en Su Nombre, porque Él dijo: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” [Nota - San Marcos 16:15] Por esa razón toda persona que cree en nuestro amado Señor Jesucristo, al escuchar la predicación del Evangelio de Cristo, pide perdón a Cristo por los pecados que ha cometido en esta Tierra y Cristo lo perdona y Cristo Cristo con co n Su Sangre lo limpia limpia de todo tod o pecado, y el ministro bautiza la persona en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, porque el Nombre “Señor Jesucristo,” es el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíri Espíritu tu Santo, Santo , porque porqu e en Jesucristo moró la plenitud plenitud de la divinidad, divinidad, la plenitud plenitud de Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Por esa causa Jesucristo decía: “Las obras que yo hago no las hago de mí mism mismo, o, sino que el Padre que mora en mí, Él hace las obras.” El Padre Celestial, Celestial, Dios en Jesucristo en t oda Su plenitud, plenitud, realizando todas aquellas obras que fueron vistas siendo hechas po r Jesucristo nuestro Salvador, era Dios el cual estaba en Jesucristo realizando realizando esas obras. Ahora, encontramos que en el libro de los Hechos, capítulo 4, verso 12, dice San Pedro hablando a los líderes religiosos del pueblo hebreo, los sumos sacerdotes y la descendencia, la familia de los sumos sacerdotes y también a todo el pueblo, dice en el capítulo 4, verso 11 al 12 del libro libro de los Hechos: “Este Jesús es...” Vamos un poquito antes, capítulo 4, verso 10 en adelante, dice... aún un poquito antes, en el 8: “Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel: Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, de qué manera éste haya sido sanado, sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que
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y ahora me falta ser bautizado en agua en Su Nombre, el Nombre del Señor Jesucristo, para ser identificado identificado con Su muerte, sepultura y resurrección, porque cuando el ministro bautiza a una persona, está ahí representándose en la persona la muerte de Cristo, la sepultura de Cristo y la resurrección de Cristo; y también en la persona se está representando la muerte, porque Él ha muerto al mundo y ha sido sepultado; y cuando el ministro ministro lo levanta de las aguas ha resucitado a una nueva vida con Cristo en el Reino de Jesucristo, ha resucitado a la Vida eterna. ete rna. Por lo tanto, se preguntarán: “¿Y cuándo puedo ser bautizado porque yo he creído de todo corazón en Jesucristo como mi Salvador?” Como creyó el etiope eunuco, y le dijo a Felipe: “¿Qué impide que yo sea bautizado” Felipe le dijo: “Si crees de todo corazón, bien puedes.” Y el eunuco le dijo a Felipe: “Yo creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.” Y bajaron del carro donde iban y bajaron a las aguas y fue bautizado el eunuco por Felipe en el Nombre del Señor. Y ahora, en esta noche por cuanto ustedes han creído de todo corazón que Jesucristo como el Hijo de Dios y Salvador de ustedes, bien pueden ser bautizados en agua en esta e sta noche. Y le pregunto al ministro aquí presente: ¿Sí hay agua? Hay agua, hay dos bautisterios aquí con agua, hay ropas bautismales también, hay ropas bautismales y hay un lugar donde pueden cambiarse de ropa para que las ropas que ustedes tienen no se mojen y luego luego puedan regresar regr esar a sus hogares con co n la ropa seca. Hay países donde ya estaban las ropas bautismales y las personas dicen: “Yo me bautizo con la misma ropa que tengo puesta.” No se quieren ir sin ser bautizados, porque quieren obedecer el mandato de Cristo, que dijo: “El que creyere y fuere bautizado será salvo.” Ahora, en esta noche dejaré al ministro, ministro, al Rvdo. aquí, para que él les indique hacia dónde pueden pasar las damas y hacia dónde pueden pasar los caballeros para cambiarse de ropa y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, en cumplimiento y obediencia al mandato mandato de Jesucristo y Sus Apóstoles.
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noche yo confieso públicamente delante de todas las personas aquí presentes, que Te recibo como mi Salvador, y Te ruego me coloques en Tu Reino eterno. He de ser bautizado en agua en Tu Nombre, y Te ruego Tú me bautices con Espíritu Santo y Fuego, y produzcas en mí el nuevo nacimiento, y así yo nazca en Tu Reino eterno a la Vida eterna. En tus manos encomiendo mi alma Señor Jesucristo, Jesucristo, en Tu Nombre Señor Jesucristo. Amén. La Sangre del Señor Jesucristo me ha limpiado de todo pecado (pueden repetir conmigo): La Sangre del Señor Jesucristo me ha limpiado de todo pecado. La Sangre del Señor Jesucristo me ha limpiado de todo pecado. La Sangre del Señor Jesucristo me ha limpiado de todo pecado.
Y ahora, oraré por ustedes uste des (no tienen que repetir repetir esta oración): Padre Celestial, ante Tu presencia vengo en el Nombre del Señor Jesucristo y traigo ante Ti todas estas personas que han recibido a Cristo como Tu Salvador, Te ruego ¡oh Dios eterno! que Tú les coloques en Tu Reino, Dios eterno, ellos serán bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y yo Te ruego que Tú les bautices con Espíritu Santo y Fuego, y produzcas en ellos el nuevo nacimiento y así nazcan en Tu Reino eterno a la Vida eterna, y así quede asegurado el futuro eterno de ellos en Tu Reino Eterno. Padre Celestial, en Tus manos los encomiendo, cuídales, guía sus vidas y ayúdales en todos los momentos de su vida, de su carrera cristiana; y a sus familiares tráelos también al conocimiento de la verdad, y Señor, salva las almas de sus hijos, sus hijas, sus familiares, todos los de su hogar y demás familiares. En Tus manos Señor los encomiendo y a sus familiares también en el Nombre del Señor Jesucristo. Jesucristo. Amén y amén.
Y ahora, ustedes se preguntarán: “¿Cuándo puedo ser bautizado? Porque escuché que Jesucristo dijo: “El que creyere y fuere bautizado será salvo.” salvo.” Por lo tanto, yo quiero obedecer lo que Cristo dijo, ya he creído y he recibido recibido a Cristo como mi Salvador,
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en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano. Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” No hay otro ot ro Nombre en que podamos ser salvos, y no hay otra forma para el ser humano recibir la salvación salvación y Vida eterna, es por medio de Jesucristo. Él tiene el Nombre de Redención, Jesús significa: ‘Salvador, Redentor,’ para redimir al ser humano, restaurarlo a Dios y po r consiguiente a la Vida eterna de la cual el ser humano cayó en el Huerto del Edén cuando pecó Adán y Eva contra Dios. Cuando el ser humano pecó en el Huerto del d el Edén murió, murió, pues Dios dijo que el día que comiera el ser humano del árbol de ciencia del bien y del mal, ese día moriría; pero vemos en la Escritura que luego Adán continuó viviendo, viviendo, y dice la Escritura que los años de de vida de Adán fueron novecientos treinta años. Ahora, ¿qué sucedió cuando Adán y Eva pecaron: se cumplió lo que Dios dijo que morirían o no se cumplió? Se cumplió en el mismo día y en el mismo momento que pecaron contra Dios, se cumplió la sentencia de Dios. ¿Pero y por qué continuaron viviendo? viviendo? Cuando Adán y Eva pecaron pecaro n contra Dios, murieron a la Vida eterna, y solamente les quedó una vida temporal que se le acabó a Adán a los novecientos no vecientos treinta años y a Eva mucho antes, pero perdieron la Vida eterna, no pudieron continuar viviendo eternamente en aquellos cuerpos físicos, físicos, porque po rque al pecar se hicieron mortales, porque la paga del pecado es muerte. Y ahora, en el Antiguo Testamento, encontramos que Dios ordenó al pueblo hebreo sacrificar animali animalitos tos por po r el pecado. Y encontramos que t odo el pueblo hebreo, el día diez del mes séptimo de cada año se realizaba realizaba la fiesta de la expiación, en donde se sacrificaba un macho cabrío por Jehová por el pecado del pueblo, y el otro macho cabrío por Azazel o Azael, quedaba vivo
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y sobre ese macho cabrío luego el sumo sacerdote confesaba los pecados del pueblo y lo enviaban lejos por el desierto llevando los pecados del pueblo. Ambos machos cabríos: el que era sacrificado y también el otro que no era sacrificaba sino que el sumo sacerdote colocaba sus manos sobre la cabeza de ese macho cabrío y confesaba los pecados del pueblo, también ese macho cabrío representaba a Cristo. Cristo en Su cuerpo físico de carne fue representado en el macho cabrío que era sacrificado, y fue sacrificado Cristo en la Cruz del Calvario como el macho cabrío de la expiación. También Juan Juan el Bautista cuando vio a Jesús dijo: “He aquí el cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” Por lo tanto, Cristo vino para quitar el pecado del mundo, el pecado original Cristo lo quitó en la Cruz del Calvario; por lo tanto, todo ser humano nace sin pecado. Por eso los niños si mueren mueren van al Cielo, Cielo, pero luego cuando las personas ya tienen conciencia del bien y del mal, ya están llamados a arrepentirse de sus pecados, recibir a Cristo como su Salvador para que Cristo les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado. Por eso los niños de doce a trece años en adelante, los cuales ya tienen conciencia del bien y del mal, están llamados a arrepentirse de sus pecados y recibir a Cristo como su Salvador, para que Cristo les perdone y con Su Sangre les limpie limpie de todo pecado; y también los adultos están llamados a hacer en la misma forma. Ahora, veamos aquí este sacrificio sacrificio por el pecado, el sacrificio sacrificio de la expiación. Veamos todo lo que significaba para el pueblo hebreo y para cada hebreo como individuo; y recuerden que este sacrificio es tipo y figura del sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario. Calvario. Dice el capítulo 23 de d e Levítico, verso 26 en adelante: “También habló Jehová a Moisés, diciendo: A los diez días de este mes séptimo será el día de expiación; tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová. Ningún trabajo haréis en este día; porque es día de expiación,
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“Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” O sea, la luz de la Vida eterna. También Él dice, eso fue en San Juan, capítulo 8, verso 12, y en San Juan, capítulo 14, verso 6, Jesucristo dijo: dijo: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Nadie puede llegar a Dios a menos que sea a través de Jesucristo, Él es el Sumo Pontífice, el cual intercede por nosotros nosot ros ante Dios, ante el Padre Celestial. Si falta alguien más, más, puede pasar y ya estaremos estaremos orando por po r todos los que están aquí presentes. Dios tiene mucho pueblo en esta ciudad y en ciudades y lugares cercanos a esta ciudad y en toda t oda la república del Paraguay. Dios ha colocado muchas almas, muchos hijos e hijas de Dios en esta República del Paraguay, y por eso les está llamando en esta noche para que reciban a Jesucristo, para que obtengan la salvación salvación y Vida eterna. Ya vamos a orar por todas las personas, pueden estar puestos en pie los que están en la audiencia. Si falta alguien todavía, pase para que sea incluida incluida la persona en esta oración or ación ante Jesucristo. Vamos a inclinar nuestros rostros y vamos a orar. Aún si ha permanecido sin pasar al frente pero su alma ha sido tocada por Dios, por el Espíritu de Dios ha sido llamado, ahí mismo incline su rostro y repita esta oración juntamente con todos los que están aquí, que la van a repetir también. Repitan conmigo todos esta oración: Señor Jesucristo, yo creo que Tú eres el Hijo de Dios que has venido al mundo para llevar mis pecados y morir por mí en la Cruz del Calvario. Yo creo que Tu Sangre me limpia de todo pecado, y yo en esta noche reconozco que soy pecador y necesito un Salvador, y yo Te recibo en esta noche como mi Salvador personal. Señor Jesucristo, salva mi alma, Te lo ruego, perdona mis pecados y con Tu Sangre límpiame de todo pecado. pecado. Señor Jesucristo en Tus manos encomiendo mi alma, quiero vivir contigo eternamente en Tu Reino, por lo tanto, en esta
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pasar para que quede incluida incluida en esta oración o ración que estaré haciendo por todos los aquí presentes. Recuerden, Cristo dijo: “El que me confesare delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre.” Y eso es lo que queremos: que Cristo nos confiese delante delante de nuestro Padre Celestial como creyentes en Él. Deseamos vivir vivir eternamente con co n Jesucristo en Su Reino, y para vivir vivir eternamente no hay otra forma sino recibiendo recibiendo a Cristo como nuestro Salvador, y así aseguramos nuestro futuro eterno con Jesucristo. Todavía estamos esperando por po r las últimas personas que faltan, porque todavía t odavía hay más personas que desean vivir vivir eternamente con Cristo en Su Reino y todavía no han pasado, tienen una lucha adentro, si pasan o no pasan, eso es una lucha que toda persona tiene, algunas vencen rápido la lucha esa y pasan al frente, frente, otros ot ros se aguantan un poquito, es una lucha. Es como cuando usted estaba en el vientre de su madre, tuvo una lucha para nacer, pero nació. Y para nacer en el Reino de Cristo hay una lucha y hay que vencer, hay que vencer para nacer en el Reino de Cristo, nacer a la Vida eterna. ete rna. Todavía estamos esperando unos segundos. Recuerden que esta es una decisión decisión que tiene que ver co n el futuro eterno de cada uno de ustedes en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador, y todos queremos tener nuestro futuro eterno bien, pero que bien asegurado, y el único que nos puede asegurar el futuro eterno se llama Señor Jesucristo. “Porque no hay otro nombre dado a los hombres en que podamos ser salvos.” No hay otro Nombre. No mbre. Por lo tanto, no buscamos otra forma sino que confiamos solamente en Dios y lo que Él ha dicho en Su Palabra, solamente hay un Salvador y su Nombre es Señor Jesucristo. Si falta alguien más, más, puede pasar y ya vamos a orar por ustedes. Recuerden que hay más personas que desean vivir eternamente con Cristo en Su Reino y necesitan por consigui co nsiguiente ente recibir a Cristo como su Salvador, porque no hay otra forma para vivir eternamente. Cristo dijo:
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para reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios. Porque toda persona que no se afligiere en este mismo día, será cortada de su pueblo.” Vean, este es día de expiación para las personas ser reconciliadas reconciliadas con Dios en medio del pueblo hebreo, y toda t oda persona que no se afligiere en su corazón arrepentido de sus pecados, y pidiera perdón a Dios en ese día, no quedaba perdonada y por consiguiente perdía el derecho a continuar viviendo, Dios lo cortaba del d el pueblo, Dios le quitaba la vida, la vida terrenal. Pero toda persona que arrepentida de sus pecados pedía perdón a Dios en ese día y venía humillado ante Dios, Dios lo perdonaba y quedaban cubiertos sus pecados con la sangre de esa expiación, de ese macho cabrío, y Dios lo recibía y le daba un año más de vida, o sea, obtenía o btenía el derecho a continuar viviendo. viviendo. Pero el que no venía arrepentido de sus pecados ante Dios en ese día, perdía el derecho a continuar viviendo. viviendo. ¿Y por qué po r un solo año y al otro año tenían que hacer lo mismo? Porque los animales animales no tienen alma y por consiguiente no son perfectos y por consiguiente consiguiente la sangre de los animales no es una sangre perfecta, la sangre de los animales animales no puede quitar el pecado del d el ser humano, solamente cubría el pecado del ser humano. Solamente Solament e aquellos animales y esos sacrificios de eso s animales, y la sangre de esos animales, era tipo y figura de Cristo y Su Sacrificio Sacrificio en la Cruz del Calvario Calvario derramando derr amando Su Sangre, para que toda persona que arrepentida de sus pecados viene a Cristo y confiesa a Cristo sus pecados, Cristo lo perdona y Cristo con Su Sangre lo limpia de todo pecado. La única Sangre que puede quitar el pecado del ser humano es la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador, y el único que puede perdonar nuestros pecados es nuestro amado Señor Jesucristo. Por lo tanto, ya el ser humano no necesita sacrificar animalitos animalitos por el pecado para ser reconciliados con Dios, ya fue sacrificado el cordero de Dios, Jesucristo nuestro Salvador, para realizar nuestra nuestra reconciliación con Dios, para nuestros pecados ser perdonados y ser limpios limpios con Su Sangre de todo pecado y ser reconcil reco nciliados iados con
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Dios, no para vivir un año más, sino para vivir eternamente con Jesucristo en Su Reino. Y ahora, ya los sacrificios de animalitos por el pecado del Antiguo Testamento ya no son efectivos, porque hay un Sacrificio Sacrificio perfecto realizado en la Cruz del Calvario Calvario por Jesucristo, el Hijo de Dios. “Para que todo aquél que en Él cree no se pierda mas tenga Vida eterna.” Desde el día en que Cristo fue Sacrificado en la Cruz del Calvario, se abrió en el Cielo, en el Templo Celestial el día de la expiación; por eso luego cuando Cristo murió fue sepultado y resucitó al tercer día, ascendió al Cielo Cielo victorioso y llevó llevó Su propia Sangre al Templo Celestial y la colocó sobre el propiciatorio, que es el Trono de Dios, para allí como Sumo Sacerdote, Jesucristo, Sumo Sacerdote del Orden Celestial, que es el Orden de Melquisedec, Melquisedec, porque Jesucristo es el Sumo Sacerdote Sacerdot e Melquisedec del Templo Celestial, Celestial, en donde Él está desde que ascendió a scendió al Cielo Cielo haciendo intercesión con Su propia Sangre por toda persona que arrepentido de sus pecados lo recibe, recibe a Cristo como su Salvador, Cristo perdona sus pecados y con Su Sangre lo limpia de todo pecado, y la persona es bautizada en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y la persona obtiene el nuevo nacimiento, nacimiento, nace del Cielo. Ahora, ya hemos obtenido un nacimiento a través de nuestros padres terrenales, pero este nacimiento, nacimiento, el cual ha sido a la vida, no ha sido a la Vida eterna, ha sido a una vida temporal, a una vida pasajera, a una vida que a la mayor parte de las personas se le acaba antes de los cien años, es una vida muy corta; pero no importa lo corta que sea esta vida terrenal, Dios nos da suficiente suficiente tiempo para que recibamos a Cristo como nuestro Salvador y seamos bautizados en agua en Su Nombre y Él nos bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en nosotros el nuevo nacimiento. Y ahora, el nuevo nacimiento es del Cielo, por lo tanto, nacemos del Cielo, nacemos del Agua y del Espíritu y entramos al Reino de Dios, al Reino Reino de Cristo, que es el único Reino eterno, el
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Como cuando usted ust ed y yo nacimos en la Tierra, fue el momento de la decisión grande, porque si no nacíamos moríamos, cuando llega el tiempo para nacer, hay que nacer, porque si no se muere uno en el vientre de su mamá. Y en lo espiritual, cuando llega el tiempo para el ser humano nacer de nuevo, tiene que nacer de nuevo o sino muere eternamente porque será echado e chado en el lago de fuego que es la segunda muerte; pero no queremos morir eternamente, queremos vivir vivir eternamente con Jesucristo en Su Reino. Por lo tanto, desde el Día de Pentecostés en adelante ha sido el tiempo para nacer de nuevo, para nacer en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador y todavía estamos en ese día. Este es el Día de Redención para las personas recibir a Cristo como nuestro Salvador, este es el Día de la Dispensación de la Gracia para todo ser humano recibir a Cristo como Salvador, es el Día de reconciliación reconciliación del ser humano con Dios. En este tiempo Dios está llamando sus últimos hijos, Sus últimos escogidos en Su Reino, el Reino de Jesucristo y colocándolos en la Iglesia del Señor Jesucristo. Estamos en el tiempo más glorioso de todos los tiempos, tiempo para nacer de nuevo, nacer del Reino de Cristo a la Vida eterna todos los escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Po r eso ustedes están aquí: porque el nombre de ustedes está escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida de Dios, de la Vida eterna, por esa causa ustedes han venido en esta noche a esta actividad y han estado escuchando la Palabra de Dios, la Palabra de Vida eterna, y la han recibido en sus almas. Cristo dijo: “El que oye mi Palabra y cree al que me ha enviado, tiene Vida eterna, y no vendrá a condenación más pasó de muerte a vida.” Todavía estamos esperando por las últimas últimas personas que faltan faltan por pasar, las cuales también desean vivir eternamente con Jesucristo en Su Reino. Vamos a dar unos segundos en lo que pasan los que faltan y estaremos orando por todos ustedes en esta noche. Si falta alguna persona, alguna otra persona por pasar, puede
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reciba y Cristo perdone vuestros pecados y con Su Sangre les limpie de todo pecado. Veo manos levantadas aquí en esta ocasión, deben pasar al frente y estaré orando por ustedes para que Jesucristo les reciba, reciba, les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado, y así puedan ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y Cristo les bautice con Espíritu Santo, y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, nacimiento, nazcan en el Reino de Cristo a la Vida eterna et erna y así aseguran el futuro eterno de ustedes en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador. Jesucristo dijo: “El que me confesare co nfesare delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre.” Por lo tanto, todos queremos que Jesucristo nos confiese delante de nuestro Padre Celestial y diga diga al Padre Celestial: “Estas personas han creído en mí, me han recibido como su Salvador y yo les he dado Vida eterna.” Para eso se hace una confesión pública de que creemos y recibimos recibimos a Jesucristo como nuestro Salvador. Todos queremos vivir vivir eternamente con co n Jesucristo en Su Reino, y Dios por medio de Cristo ha realizado el programa de salvación salvación para que podamos po damos vivir vivir eternamente con Jesucristo en Su Reino. Pueden continuar pasando todos to dos los que desean que Cristo les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado y les coloque en Su Reino eterno... Es un momento en donde ustedes han estado haciendo la decisión decisión más importante de su vida, porque es la decisión que los coloca en la Vida eterna con Jesucristo en Su Reino eterno. Decisión mayor que esa nunca ustedes la han hecho y nunca la podrán hacer, es la decisión más grande que uno hace en la vida: recibir a Jesucristo como Salvador para recibir el perdón de nuestros pecados y ser limpios limpios con la Sangre de Jesucristo de to do pecado, ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y Cristo bautizarnos con Espíritu Santo y Fuego, y obtener así el nuevo nacimiento, nacer a la Vida eterna en el Reino Eterno de Jesucristo nuestro Salvador. Ese es el momento más grande para toda persona, es el momento de la decisión más grande.
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único Reino que tiene Vida eterna y los ciudadanos de ese Reino tienen Vida eterna, por lo tanto nacemos en el Reino de Cristo a una nueva vida, a la Vida eterna. Y así queda asegurado nuestro futuro eterno en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador, ahí es donde toda persona tiene que asegurar su futuro eterno, en este reino terrenal, en el cual hemos nacido físicamente, aseguramos el auto, aseguramos la casa, aseguramos la famili familia, a, pero no podemos asegurar la Vida eterna en este reino terrenal, porque porqu e no hay ninguna ninguna compañía que le pueda asegurar a usted que lo puede hacer vivir a usted eternamente. Ahora, cómo podemos asegurar nuestro futuro eterno ya que en esta Tierra en estos cuerpos mortales no hay un futuro eterno, porque estos cuerpos no pueden vivir eternamente, porque son mortales, son temporales, por lo tanto ninguna compañía le va a asegurar a usted que usted va a vivir doscientos años si compra un seguro con ellos. Ahora, Jesucristo nos asegura el futuro eterno en Su Reino con Vida eterna, produciendo en nosotros el nuevo nacimiento y así nacemos del Cielo y recibimos un cuerpo angelical, igual al cuerpo angelical que Él tiene; y luego recibiremos un cuerpo físico glorificado y eterno, como el cuerpo glorificado que Jesucristo tiene, y en ese cuerpo cuerp o nuevo viviremos viviremos eternamente con Jesucristo en Su Reino eterno. Toda persona que no recibe a Cristo como su Salvador, pues no puede recibir un cuerpo angelical eterno y tampoco puede recibir un cuerpo físico eterno, el cual Cristo ha prometido para los creyentes en Él. Es exclusivamente exclusivamente para los creyentes en Jesucristo nuestro Salvador. Por eso nos dice San Juan, capítulo 3, verso 16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” El que cree, no se perderá, sino que vivirá eternamente con Jesucristo en Su Reino. El que no cree, la Escritura dice que ya es condenado, pues la raza humana fue condenada a la muerte desde que pecó en el Huerto del Edén, por lo tanto la raza humana está
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muerta a la Vida eterna, murió a la Vida eterna y solamente tiene vida temporal. Por eso es necesario nacer de nuevo, nacer a la Vida eterna, y ese nuevo nacimiento nacimiento se produce creyendo cr eyendo en Cristo como nuestro Salvador. Por lo tanto, no podemos confiar en nosotros mismos sino en Dios, en Jesucristo, Jesucristo, para poder asegurar nuestro futuro eterno ete rno con Jesucristo en Su Reino. Sigue diciendo: “Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” ¿Ven? El que no cree ya es condenado porque la raza fue condenada a la muerte, murió a la Vida eterna y solamente le quedó al ser humano vida vida temporal, y por po r eso luego de cierta cantidad c antidad de años el cuerpo físico muere, aunque la persona, que es alma viviente, continúa viviendo en un cuerpo espiritual, un cuerpo espiritual de otra dimensión. Si no es un creyente en Cristo, la persona cuando muere va a la dimensión de la cual es ese cuerpo espiritual; y la persona al nacer en esta Tierra recibe un cuerpo físico mortal y recibe un espíritu del mundo, de d e la quinta dimensión, y por consiguiente cuando muere la persona sin Cristo, va a la dimensión dimensión a la cual pertenece ese espíritu que recibió, por lo tanto la persona va en alma y espíritu a la quinta dimensión y la quinta dimensión es el infierno. Vean ustedes aquí en la primera carta de San Pedro donde él estuvo hablando cosas muy importantes acerca de las cosas que sucedieron a Jesús, en Primera de Pedro, capítulo 13, verso 18 al 20, dice: “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu.” Jesucristo murió en la carne, en su cuerpo físico, pero su espíritu no murió. murió. Cristo en e n Su cuerpo físico físico es el macho cabrío de
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salvación y Vida eterna, como Él ha dicho en Su Palabra así es, confiemos en Dios y Su Palabra, y nos veremos en el Reino de Cristo viviendo eternamente en un cuerpo nuevo, eterno y glorificado, como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador. Los que no confían en Dios y Su Programa de salvación, no vivirán eternamente con Jesucristo en Su Reino. Y ahora, ¿quiénes ¿quiénes son las personas que han confiado en Dios y Su Programa de Redención y que vivirán eternamente con Cristo en Su Reino? Somos nosotros, porque hemos recibido a Cristo como nuestro Salvador y hemos asegurado nuestro futuro eterno con Jesucristo en Su Reino eterno, hemos nacido a la Vida eterna en el Reino Reino eterno de Jesucristo nuestro Salvador, hemos entrado al Reino de Dios, al Reino de Jesucristo, Jesucristo, porque hemos confi co nfiando ando solamente en Dios y Su Programa de Redención a través de Jesucristo nuestro Salvador. Toda persona que todavía no ha recibido a Cristo como su Salvador, no tiene asegurado su futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno. Pero en esta noche lo puede asegurar con Cristo recibiendo recibiendo a Jesucristo Jesucristo como su único y suficiente suficiente Salvador. Para el cual estaré dando a ustedes la oportunidad que levanten sus manos los que no han recibido a Cristo todavía como su Salvador y estaré orando por ustedes para que Jesucristo les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado, y para que puedan ser bautizados en agua en el No mbre del Señor Jesucristo y Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y así nazcan en el Reino de Dios, el Reino de Jesucristo nuestro Salvador, nazcan a la Vida eterna, y así tengan su futuro eterno asegurado con Jesucristo en Su Reino. Cristo dijo en San Marcos, capítulo 16, verso 15 al 16: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” Tan simple simple como eso. En esta noche todos los que desean recibir a Cristo pueden levantar sus manos manos y estaré orando por po r ustedes para que Cristo les
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el Sacrificio Sacrificio de Jesucristo nuestro Salvador, para obtener el perdón de nuestros pecados y ser limpios de todo pecado y ser reconciliados reconciliados con Dios para po der vivir eternamente con Jesucristo en Su Reino. No hay otro Programa de salvación, no hay otro Programa en el cual usted puede asegurar su futuro eterno, el único programa es el Programa de Redención que Dios ha llevado a cabo por medio de Jesucristo nuestro Salvador. En el libro de los Hechos, capítulo cap ítulo 2, verso 34 en adelante, San Pedro predicando el Día de Pentecostés, dice: “Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.” Dios ha hecho a Jesús Señor y Cristo, por eso es que llamamos llamamos a Jesús: Señor Jesucristo. “Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.” Y ahora, aquí Pedro Pe dro llama a las personas al arrepentimiento, les da la oportunidad oport unidad que vengan a los pies de Cristo arrepentidos de sus pecados para recibir el perdón de sus pecados, para ser bautizados en agua en el Nombre del de l Señor Jesucristo y recibir el Espíritu Santo y obtener la salvación y Vida eterna, y así ser reconciliados reconciliados con Dios y asegurar su futuro eterno con Jesucristo en Su Reino. Esa es la forma para toda persona entrar al Reino de Dios, esa es la forma para toda persona nacer de nuevo, nacer del Agua y del Espíritu. Por lo tanto, tenemos que confiar solamente en Dios para la
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la expiación que era sacrificado, y Cristo en Su cuerpo espiritual espiritual es el macho cabrío que no era sacrificado, sino que el sumo sacerdote colocaba sus manos sobre ese macho cabrío y confesaba los pecados del pueblo sobre ese macho cabrío ca brío y luego lo soltaban en el desierto para que llevara lejos lejos los pecados pecado s del pueblo. Cristo cuando murió, Su cuerpo físico murió como el macho cabrío de la expiación que era sacrificado, y luego cuando Cristo en espíritu bajó al infierno, bajó como el macho cabrío sobre el cual los pecados del pueblo habían sido confesados, y llevó lejos los pecados del ser humano, los llevó al infierno y allí los dejó, los dejó en el infierno donde está el diablo, el originador del pecado, los retornó al que originó el pecado al diablo. Sigue diciendo, diciendo, hablando acerca de la ida de Cristo al infierno cuando murió en espíritu Él bajó al infierno, dice: “En el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados.” ¿Ven? En el infierno infierno están las personas perso nas en alma y espíritu, todo t odoss los incrédulos, todos los que no confiaron en Dios, todos los que no pusieron su fe en Dios, dice: “...los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé.” Todas aquellas personas que no creyeron al Profeta Noé cuando cu ando Noé predicaba que vendría un diluvio diluvio sobre la Tierra y destruiría la raza humana, y Noé sabiendo eso recibió la orden de Dios, de la construcción de un arca y construyó el arca y le tomó alrededor de cien años la construcción del arca, y las personas con todo y eso viendo la labor que estaba haciendo para salvación, salvación, para salvarse él y su familia, y un grupo de animales y aves, las gente se burlaba de Noé, no creyeron el Mensaje que Dios le dio a Noé, y no conocieron, no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos. Y esas personas perso nas murieron físicamente, físicamente, pero en alma y espíritu espíritu bajaron al infierno que es el lugar para todos los incrédulos, para todos los que no han confiado en Dios, y allí les predicó no para salvación salvación sino para co ndenación, les predicó que estaban ellos allí
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WILLIAM SOTO SANTIAGO
por no haber creído a Noé y su Mensaje. Mensaje. Y luego Cristo salió del infierno, pues Él tomó las llaves del infierno y de la muert muerte, e, se las quitó al diablo y luego pasó al Paraíso donde estaban los creyentes que habían confiado en Dios: Abraham, Isaac, Jacob, y todos esos patriarcas y resucitó co n ellos ellos el domingo de resurrección, y aparecieron a muchos en la ciudad los que resucitaron con Cristo y Cristo apareció a Sus discípulos. Y ahora, podemos p odemos ver que luego que el ser humano termina sus días aquí en la Tierra, lo que terminó fue el tiempo del cuerpo físico, físico, pero la persona por cuanto es alma viviente, viviente, tiene un espíritu que es un cuerpo de otra dimensión y sigue viviendo en ese otro cuerpo, en e n la dimensión dimensión que le corresponde. Si no es un creyente en Cristo que ha pedido perdón a Cristo por sus pecados, y ha lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, y ha sido bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo lo ha bautizado con Espíritu Santo y Fuego, esa persona si no ha hecho así, no ha nacido de nuevo, no ha nacido del Agua y del Espíritu, no ha nacido en el Reino de Cristo, por lo tanto no tiene Vida eterna y cuando muere va al infierno que es la quinta dimensión, donde fueron todos aquellos del tiempo de Noé, que fueron incrédulos al Mensaje Mensaje de Noé. Pero los creyentes en Cristo cuando mueren físicamente, no tienen problemas, van al Paraíso, que es la sexta dimensión, de la cual es el cuerpo angelical que recibe cuando recibe el Espíritu de Cristo, y por consiguiente esas personas al ser nacidas de nuevo, han nacido del Cielo, han obtenido el nuevo nacimiento del cual Cristo le habló a Nicodemo en el capítulo 3, verso 1 al 6, cuando le dijo: dijo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del Agua y del Espíritu, Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” Y ahora, toda to da persona desea entrar en el Reino de Dios, porque desea vivir vivir eternamente con Jesucristo Jesucristo en el Reino de Dios, para lo cual toda persona necesita recibir a Cristo como su Salvador personal. Cristo es el que salva al ser humano de sus pecados. En el capítulo 1 de San Mateo, verso 23, el Ángel que le apareció a José,
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el esposo de María, le dice... pues José estaba pensando en abandonar a María, porque ella estaba desposada con José, pero todavía no se habían casado y no estaban viviendo juntos. Dice capítulo 1, verso 19 al 21 de San Mateo: “José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente...” Vamos a leer un poquito antes, el verso 18 en adelante, dice: “El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” Y ahora, el que salva al ser humano de sus pecados es Jesucristo. Usted no puede salvarse por sí mismo, no importa lo bueno que usted sea, no puede salvarse por usted mismo, mismo, usted no se puede quitar los pecados. Solamente hay una forma y es recibiendo recibiendo a Cristo como nuestro Salvador y Cristo nos perdona y con Su Sangre nos limpia de todo pecado. Por lo tanto, t anto, confiemos completamente completamente en Dios y en Su Plan de Salvación, de Redención, el cual es a través de nuestro amado Señor Jesucristo. No confié ustedes en ustedes mismos, porque no es correcto, confíen en Dios y Su Programa de Redención. Ya Dios estableció estableció la forma en que el ser humano puede ser restaurado a la Vida eterna, la forma para el ser humano ser reconciliado con Dios, lo cual fue reflejado en el Antiguo Testamento en los sacrificios que el pueblo hebreo realizaba para ser reconciliados reconciliados con Dios. Y ahora, en el Nuevo Testamento en Jesucristo se cumplieron cumplieron todos esos tipos y figuras, y ahora todos tenemos la oportunidad, el derecho, el privilegio privilegio de tener un sacrificio sacrificio por el pecado , que es