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ceac delaconstrucción
Cómo interpretar un Plan Plano o M
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E B E o n o g ra fias ceac , de la construcción
Cómo interpretar un Plano Plano Juan de Cusa
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Perú, 164 - 08020 Barcelona Barcelona - Españ España a
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© EDICIONES CEAC, S.A. Perú, 164 - 08020 Barcelona (España) Primera edición: Enero 1989 ISBN 84-329-2970-0 Depósito Legal: B-4520 - 1989 Impreso por GERSA, Industria Gráfica Tambor del Bruc, 6 08970 Sant Joan Despí (Barcelona) Printed in Spain Im p reso en Esp aña
Introducción
Un plano es una representación gráfica dibujada sobre un soporte adecuado, cuyas medidas g uarda n una e xacta proporcionalidad con el objeto a realizar o ya realizado. De manera que, por medio de la visualización que ofrece el plano y siguiendo únicamente sus indicaciones, pueda facilitar su realización, corpórea para co nv ertirse en un cu erpo volum étrico, perfectamente aju sta do a la idea cre ado ra de quien lo proyectó. O viceversa. Es decir, en luga r de ofrecer los datos p recisos p ara su realización práctica, pued e re ferirse a una inte rp re ta ció n fiel, so bre el pa pe l, de algo que ya existe, como pued e ser el caso de lev antar el plano de un edificio o de un con junto de depe ndencias ya con struidas , de un terren o que va a ser objeto de un a reparcelación, de un poblado de residencias veraniegas, de unas nave s que componen u n complejo industrial, etc. En cua lquier caso, qued a claro que el plano represen ta, con exactitud y, por lo general, a menor tamaño que el verdadero, algo que tiene dos o tres dimensiones (solar, edificios), que son reflejadas sobre el papel mediante el dibujo de líneas y superficies exclusivamente planas; y de ahí su nombre'. La importancia que tiene, entonces, la correcta interpretación de estas expre siones gráficas, no necesita remarcarse, ya que se comprende que el más pequeño error de apreciación, como consecuenc ia de un fallo en la lectura, puede origina r el fracaso de una o bra que se apoya, bá sicam ente, en los plano s creados al efecto. Por ello resulta fundam ental la abs oluta y total comprensión de tales dibujos por pa rte de quien debe manejarlos como herramienta de trabajo, cualquiera que sea la especialidad adptada y el cargo que se desenpeñe: encargado de obras, jefe de sección, capataces, oficiales, que al menos teóricamente, deben tener unos conoci mientos más o menos extensos sobre el tema y estar capacitados para leer con soltura e im terp reta r correctam ente los planos que se les faciliten pa ra el desem peño de sus actividade s. La experiencia y la prác tica profesional suplen, la may oría de las veces, la falta de una cualificación técnica inicial, de modo que muchos pueden decirse que han ido aprendiendo sobre la marcha , a su propia costa: preg untan do a quién podía aclarar sus dudas, inquiriendo del compañero más viejo lo que se supone sabría por razones de llevar más tiempo en el trabajo. 5
Pues bién: e ste libro, que en principio responde a la petición form ulad a por un grupo de lectores que desean contar con un texto claro y conciso dedicado al tema, no pretende otra cosa que servir de guía a quienes se están iniciando en la práctica de cualquier trabajo cuyo desarrollo requiere la utilización y consulta de planos. En seña r a comprenderlos, a que puedan ser asimilados con facilidad, es la misión que nos imponem os y que esperamo s alcanzar, c ontando con la atención y el interés de ustedes.
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I. LOS PLANOS
CONCEPTO DE PLANO Un plano es la representación gráfica, sobre una superficie plana —por lo general de pap el— de algo que deseamos dejar perfectamente determinado y docum entado por medio del dibujo lineal. “Este algo” representado en un plano puede referirse a infinidad de cosas, ya que realmente, todo lo que existe puede ser objeto de su representación por medio del dibujo lineal; sin embargo y a los efectos de la tem ática del libro, conside rarem os que el concepto de plano por antonomasia lo aplicamos a los relativos a la construcción. Básicamente, el plano debe contener todos los datos necesarios para que queden fijados, con exactitud: • La forma del edificio —o construcc ión— que se reproduce. • Las medidas del mismo. • Y la situación de todos los elementos constructivos que intervienen en su realización y acabado, como cimentaciones, estructuras, pilares, huecos al exterior, plantas, vertiente del tejado, instalaciones complementarias, etc.
REPRESENTACION DIMENSIONAL Una construcción no es otra cosa que un cuerpo en el espacio, asentadosólidamente en el terreno y determinado por las tres dimensiones tradicionales: longitud o largo, anchura o fondo y altura. Vea la figura 1, en donde el esquema dibujado muestra una vivienda unifamiliar, con parte de la edificación asentada sobre un ligero desnivel del terreno, tal como lo ve un espectador situado por delante de la silueta del árbol esbozado en el centro de la escena. El volumen de este edificio debe reproducirse, en el papel, por medio de lá combinación de magnitudes planas, lo que obliga a que la representación gráfica 7
00
Fig. 1. La represen tación lineal en planos gráficos de un edificio cualqui era, como por ejemplo éste, se resuelve med iante los dos tipos de planos que reproducen las figuras 2 y 3.
F ig . 2.
Plano de planta, correspo ndiente al área ocupad a, o base de ía construcción.
tenga que resolverse por lo menos con el concurso de dos planos complementarios. Uno de ellos, facilitará la visión aérea de la superficie ocupada, en lo que estarán incluidas todas las medidas de longitud y de anchura. Los de este tipo se llaman pla nos de pla nta s (Fig. 2). El otro, que se denomina pla no de alzad a o de alzado (Fig. 3), servirá para representar una dimensión constante, la altura, que es la básica, acom pañada de una dim ensión altern ativa. Esta pu ede ser la longitud, o bién la anchura, según se an la s cara s del edificio re pre senta do.
Plantas y alzado Resumiendo, la planta es la representación plana de una superficie horizontal para lela al terreno, que con form a el áre a en don de asie nta el edificio o local, lo que 9
o
Fig. 3. Plano de alzado, uno de los cuatro planos de fachad a que requiere el proyecto de un edificio. En este caso, se trat a de la fachad a lateral derecha.
en término s vulgares pod ría consider arse como el suelo, y que no es otra cosa que la base de la co nstru cción. Un plano de planta señala los limites perimetrales, e indica con precisión el contorno y el grosor no solo de los muros exteriores , sino el de los tabiques divisorios internos, señala la situación de pilares, puertas y ventanas, así como la presencia de cualq uie r otro elem ento co nstructivo. Por su parte, los planos de alzado representan las superficies verticales, perp endicula re s al suelo, que hay en una constru cc ión. Entre otras cosas, tienen la utilidad de indicar las m edidas, en altu ra de todos los elementos que intervienen en la obra, tale s como rodap iés, zócalos, pared es, escalones, cam bios de nivel, alféiza res, dinteles de puertas y ventanas, cielo rasos, etc.
Fachadas Por lo general, cad a proyecto requiere el diseño como mínimo de un plano de pla nta y de un cierto núm ero de planos de alzada. Se com prend e fácilmente esta diferencia, si pen sam os que un a construcción es un poliedro (Fig. 4), compuesto por una base horizontal (la planta), y varias caras verticales, correspo ndien tes a las facha das. En la mayoría de los casos, geom étrica mente considerada, la casa es un cubo y por lo tanto, las fachadas son cuatro. Entre las cuatro fachadas, cada una de las cuales da origen a un alzado particula r, hay siem pre una que representa la cara princip al del edificio que se llama entonces fa ch ada p ri nci pal o simplemente fa ch ada , que incluye la pu erta de acceso que comunica la construcción con el exterior. Los planos llevan siempre un texto explicativo, en la po rtada, que se refiere al contenido, de m ane ra que cuan do se tiene uno de ellos por primera vez entre las manos, no quepa la menor duda de lo que desarro lla el dibujo (Fig. 5). Corrienteme nte incluyen las cuatro fac had as en un solo plan o, con el título genérico de alzados . Las denominaciones particularizadas de cada fachada acostumbran a ser: • A lz ado fronta l, el que reproduce el fr en te del edificio, o sea la fa ch ada pr in cipal . Cualquier plano de alzado qu e lleve una de estas tres indicaciones, se refiere a la cara ante rior de la construcción rep rodu cida, cuya car acterís ti ca fund am ental, repetimos, es la de contener la puerta de entrada. • Alz ado fo ndo o fa ch ada po sterio r, cuando representa la cara opuesta al frente. • Las dos fachadas situada s a ambos costados, que unen la fachada principal con la posterio r y com pletan el cuerpo del edificio, se deno min an respectiva mente alzado lateral derecho y alzado lateral izquierdo, teniendo en cuenta que los términos derecha e izquierda corresponden a los de la propia cons trucción contem plada desde la fachada frontal.
Situación geográfica En la actualidad, se advierte la tendencia de sustituir los términos que acaba mos de citar, po r las denominaciones ba sad as en la orientación de dichas fachada s 11
F a c h a d a p r in c ip a l
F a c h a d a la te ra l derecha
F a c ha d a p o s te r io r
F a c h a d a Ic te ra l iz q u ie r d a
Fig. 4. Un edificio es un cuerp o geométrico en for m a de cubo, cuya base con stituy e la p l a n t a y la s c u a tr o c a r a s v ertic ale s q u e n a c e n de el la, s u s f a c h a d a s .
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con respecto al Polo magnético, dándo les el nombre de los cuatro pun tos card inales. En estos planos se descubre enseguida la presencia de un signo que representa una flecha más o menos estilizada, con la letra N en la puer ta, que indica la situación del edificio con referencia al Norte geográfico, tal como puede verse en el ejemplo de la figura 6. El dato permite conocer la orientación del edificio, lo que resulta interesante para con oc er cual será la parte de la constru cción que re cibirá con mayor fuerza la insolación y proceder al reparto de las zonas o sectores interiores, p ara apro vec har o rehuir las consecuencias del soleamiento. Tam bién sirve este dato para saber cuales serán las p arte s del edificio que esta rán más protegida s de los vientos fríos del lugar. Existe una gran libertad de diseño en la interpretación del símbolo que se utiliza para fijar la orientación de un plano. En la figura 7 reproducimos una selección de algunos de los mu chos que se emplean, en los que puede d esc ubrirs e la constante de que, en todos ellos, queda constancia del punto Norte por medio de la letra N. La m ayoría de las veces no se dibujan sobre el plano, ya que suele rec urrirse a símbolos autoadhesivos que se venden en láminas transferibles (Fig. 8). Es in teresa nte sa be r que en los planos con indicad or de orientación geográfica, los nom bres de las cuatro fac had as del edificio suelen acom odarse a los de los cuatro punto s card in ale s, de acuerd o con sus situ acio nes respectivas, y por lo ta nto se prescinde de las denom inac ione s convencionales, que son las menc ionad as ante rior mente. Así, en el ejemplo de las figuras 9 a 12, que representa los cuatro alzados de 13
Fig. 6. Plano de plan ta con indicación de su orientación geográfica, por medio del s í m b o l o q u e r e p r e s e n t a u n a f l e ch a c o n t e n i d a e n e l i n t e r i o r d e u n c í rc u lo .
14
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N I
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Fig. 7.
c K
Diferen tes símbolos utilizados para fijar la orientación
Fig. 8. Ind icad ore s de los cua tro pun tos cardinales, p a r a p la n o s de g r a n ta m a ñ o ( a u to a d h e s i v o s Z ipatone).
ALZADOSUR
Fig. 9 y 10.
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De nom inación de las fac ha da s de acu erd o con su orien tación geográfica.
un chalet para m ontaña, vemos que la fachada enc aram ada al Norte se intitula como alzado No rte ; la que m ira al Sur, alzado Su r ; la orien tad a al Oeste, alzado Oeste; y la fachada opuesta, alzado Este. Para el lector de planos, es suficiente atenerse a la denominación original. No obstante, si se desea efectuar una trasposición para m antene r los términos tradicio nales, el cambio será muy fácil a partir de la determinación de cual es la fachada principal. Norm alm ente se considera como frente ó fachada de una co nstru cció n, a aquella en donde está la entra da de la vivienda, que en este caso sería la fachada Norte (a lzado Norte) de la figura 9, en donde además está la entrada al garaje. Al ha bla r de los planos de alzado, suele asociarse tal imagen a la de los planos de fachada de una casa, esto es, a la representación gráfica de las cuatro o más ca ras que tiene la construcción objeto de la reprodu cción delineada . Y así es, efectivamen te, en la mayoría de los casos. Los alzados corresponden, corrientemente, a las fachadas de un edificio, y sirven para presentar el diseño, conformación y medidas proporc ionalm ente exactas de la s caras extern as, tal com o p uede verse en las cuatro ilustraciones de las figuras 13 a 16, además de una serie de detalles constructivos que ayudan a comprender mejor la intención creadora del proyectista, como por ejemplo, la disposición de las teja s de la cubierta, de los aleros, de la chimenea, de la pre sencia de pre sio nar para protección de las venta nas, de la disposición de fr anja s en el termina do de la obra que hace a lterna r enfoscados lisos con revocos estriados, etc. En resum en: los alzados, en este caso se corresponden con la cara arquitectón i ca de la construcción. Sin em bargo, existe otro tipo de planos de alzado, los de parede s interiores, q ue se corresponden con los paramentos de locales y habitaciones. Por lo general, se utilizan para proyectos decorativos, ya que estos planos de alzado son los que utilizan los decoradores e interioristas p ara prese ntar sus proyectos y llevarlos a la prá ctica, así com o p ara pla nific ar la instalación de servicios, ta le s como em potrados de líneas eléctricas, tend ido de redes m usical y telefónica, situación de las tube rías para ca lefacción c entral, o de colectores para la conducción de aire climatizad o, etc. Los planos de plan ta son utilizados por arquitectos, ingenieros, aparejadores, constructores, instaladores, etc. Como puede apreciarse en el ejemplo de la figura 17, la m ayoría de los plano s de planta incluyen detalles constructivos, de e stru ctu ra ción de espacios, de distribución de elementos complementarios y del mobiliario.
CORTES EN SECCIÓN Merecen especial atención los plan os que se conocen con el nombre de cortes de sección, com plem entarios de los planos de plan ta y de alzado. Estos últimos son los que fundamentalmente determinan las formas y las medidas de un proyecto, mien tras que las secciones, com pletan el conjunto del mismo al proporc ionar una serie de datos particulares relativos a elementos que, por una u otra causa, no aparecen o están confusamente delimitados en los planos generales de planta y alzado. Los llamados cortes en sección o secciones, se delinean a partir de unos supue stos co rtes realizados longitudinal o transve rsalm ente en la habitación o en el edificio, para dividirlos en dos planos geométricos perpendiculares a la planta y para le los a las pare des. 17
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A L Z A D O O E * *' , e
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Fig. 11 y 12.
Deno mina ción de las fach ada s de acu erdo con sil orientaci ón geográfica.
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A L ZA D O NORTE
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Fig. 13 y 14.
Alzados de la fach ada prin cipal y la facha da poste rior de una cas a para residenc ia de verano.
F i g ' 15 y '6 -
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F a c h a d a s la te ra le s d e ,
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Fig. 17. Plan o de planta de un chalet. Observ em os que el m ism o plano sirve para fijar la estructura de la construcción, indicar la forma y medidas, la de la instalación de los servicios baño y cocina, así como la distribución del mobiliario.
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F ig . 1 8. E s t a p e q u e ñ a c a s a d e u n a s o l a p l a n t a s e r v i r á d e m o d e l o p a r a o p e r a r e n la obtención de sus planos de alzada y de planta.
En realidad, al tratar de explicar lo que son los cortes en sección, no debemos perd er de v ista el hecho de que, en cierta form a, los planos de p la nta co rresponden a un corte en sección paralelo al suelo y por encima del mismo. Insistiremos en el tema, p orque son estos unos conceptos básicos que deben qued ar bien claros, para comprender el resto de la teoría sobre la lectura e interpretación de planos.
Los planos de planta origen de los cortes en sección Imaginem os un a casa de diseño sencillo, como la que aparece rep rod ucida en la figura 18. Esta elementalidad nos permitirá facilitar la explicación de los ejemplos. Si contem plam os la figura 19, advertiremos q ue los alzados se obtienen directa mente a ra s de las fachadas, o sea que se trat a de reprodu cir en el papel el perímetro de las mism as, operación sencilla de realizar si se tom an correctam ente las m edidas de longitud, anchura y altura, así como la situación de puertas y ventanas. Estas m edidas se desarro llarán despu és, p roporcionalm ente, sobre el plano. Es lo que se ha hecho para delinear la figura 20. El tratam iento par a ob tener el plano de planta ya no es igual. A prim era vista parece que basta rá con dib uja r un rectán gu lo, cuyos lados sean idéntico s a las longitudes A y B, correspo ndientes a las dos ba ses de los alzados fron tal y lateral. Con ello obtendríamos, indudablemente, el área de la casa, la superficie ocupada, siemp re que la construcción fuese perfectam ente regular, con los lados exactamente iguales dos a dos y bien encuadrados a 90°, circunstancias que no siempre se cumplen. Por otra parte, este plano de planta a rás de tierra, del que habría q ue res tar la faja perimetral co rrespond iente al espesor de los muros, no nos daría la situación de las ventana s, que o bviamen te no nacen nunca del suelo. Y sin embargo, en todo s los 24
Fig. 19. Los planos de alza da siguen, con fidelidad, el perím etro de las facha da s A y B, t o m a n d o d i r e c t a m e n t e l as m e d i d a s d e la c a sa .
Fig. 20. Plan o de pla nta de un a vivienda, que incluye el proyec to de distribu ción del mobiliario.
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Fig. 21. Así que dar ía la par te de ab a jo d e la c a s ita r e p r e s e n ta d a e n la fig. 18, d e s p u é s d e h a b e r s i d o s e c c i o n a d a con un corte que actuase en la direc c i ón d e u n p l a n o g e o m é t r i c o h o r i z o n tal.
Fig. 22. Proyección de la ant erio r figura sobre un plano horizontal, paralelo al suelo de la casita.
planos de pla nta ap arecen represe nta dos los huec os al exterior de la s ventanas. Y hay más. Es norm a general que, salvo excepciones, en estos planos de plan ta se dibujen los elementos que componen las instalaciones sanitarias —baño, ducha, lavabo, ino doro, bidé, etc. — y los que integ ran la cocina —arm ario s bajero s, fuegos, horno, fregadera, etc. —, representados siempre por sus respectivas encimeras, el mobiliario de dormitorios, comedor, y sala de estar para ver los espacios de circulación y libres en estas dependencias tal como puede verse en la figura 21. Tal como hemos dicho al comenzar el tema, u n plano de pla nta no se repre senta a nivel del suelo, sino por encima de los alféizares de las ventanas, actuando imaginativamente como si se hubiera seccionado la casa por medio de un corte, capaz de dividir el edificio en dos par tes desiguales, s epa rad as entre sí por un plano geométrico horizontal que alcance y englobe a todas las aberturas o huecos al exterior. La parte seccionada de abajo qued aría, aproxim adam ente, de una forma parecid a a como reproduce la figura 22. Y esta parte, pro yectada so bre la su perficie 26
de papel que sirve de soporte al plano de planta, no s dar á un re sultado sem ejante al que representa la figura 23.
Planos de sección vertical En la práctica profesional los cortes en sección se refieren, en general, a representaciones de alzados de cortes realizados en sentido vertical. Estos pueden ser transversales, cuando se realizan de través o a lo ancho, o bien lon gitu din ale s, si se efectúan a lo largo. En c ualqu ier caso, el corte im aginario a ctua rá de acu erdo con la realidad de un plano geométrico vertical (figura 24). El corte transversal con su correspondiente proyección sobre un plano, se detalla en la figura 25, así como el corte longitudinal realizado so bre la m isma c asita del modelo, está representado en la figura 26. La secciones, ya hemos dicho anteriormente que sirven de complemento al conjunto formado por los planos de planta y alzado, al aportar detalles que estos últimos no llevan reflejados. Por ejemplo, y siguiendo con los comentarios que estam os ap licand o al modelo de la figura 18, en el plano de la fach ada A, tan to como
Fig. 23. Plan o de plant a res ultan te de la proyección realizada en la figura an terior.
Fig. 24. Ah ora dividimos el peq ueñ o edificio de la figura 18 en cua tro partes, po r medio d e s e n d o s c o r t e s e n s e cc i ó n t r a n s v e r s a l y l o n gi t u d i na l , r e s p e c t i v a m e n t e .
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Fig. Fig. 25 25. Persp ectiva de un corte de sección sección transv ersal, y su proyección (a la derec ha) en un plano de alzado.
Fig. Fig. 26 26.. Persp ectiva de un corte de de sección sección longitudinal, y su proyección (a la dere cha) en un plano de alzado.
en el de la fachada B, reflejados en la figura 19, no queda constancia del hueco o altillo formad o entre el cielo cielo raso y el tejado, qu e en cambio apar ece en am bos cortes en sección transversal y longitudinal (Figs. 25 y 26).
Denominación de las secciones En principio, principio, se denom inan po r lo lo tanto secciones secciones trans trans vers ales a la represen tación g ráfica de un corte im agin ario realizad o a lo ancho del edifici edificio, o, o sea paralelo a la fachada principal, de la misma manera que son secciones longitudinales aquellas en las que el corte se ha supuesto perpendicular a la propia fachada. Pero en la práctica, suelen omitirse ambos nombres, y tanto las secciones transversales como las longitudinales se acostumbran a llamar por medio de dos letra s m ayú ayúscula scula s, rep r epetid etid as o consecutivas . Por ejemplo, Sección Sección A-A A-A,, Sección B-B B-B,, Sección C-C... O bien Sección A-B, Sección C-D, Sección E-F, etc. También, aunque menos, se utilizan los dígitos, igualmente repetidos o consecutivos, y entonces los 28
nombres serían: Sección 1-1, Sección 2-2, Sección 3-3, etc., o Sección 1-2, Sección 3-4, Sección 5-6... Aunque se eliminan las denominaciones clásicas transversal y longitudinal (figuras 27 y 28) 28),, no será difíci difícill adiv inar a que sentido del edifici edificioo correspond en, por el solo solo hecho de la longitud longitud que ofrezcan, c om para das entre sí dos secciones de una mism a construcción. En los ejemplos ejemplos que ac abam os de menciona r, la Sección Sección A-B A-B es más extensa qu la C-D, casi el doble, por lo que resulta congruente suponer que la pri p rim m e ra se refi re fier eree a u n c orte or te en secc se cció iónn lon lo n g itu it u d inal in al,, m ie n tra tr a s que qu e la C*D pu p uede relacionarse con un corte en sección transversa.
Como se indican en el plano de planta los cortes de sección Ya sabemos que un corte en sección se adjudica, imaginariamente, a un supuesto tajo dado al edificio que lo divide en dos partes, limitadas por un plano geométrico vertical, vertical, y que este corte pu ede se r en sentido transv erso o longitudinal. Pero como es lógi lógico co pen sar un edificio edificio no es siemp re simétrico, y aunq ue lo fuese, la distribució n interior que qued ará al descub ierto es cambia nte, es decir, decir, no no será igual si el corte corte ha sido realizado en un pu nto o en otro. otro. Entonces, hay que indicar en el plano de planta el lugar exacto al que corres po n d e el a lza lz a do en secc se cción ión.. Ve Veaa en la fig fi g u ra 29 u n a s p u n ta s de flech fle cha, a, se ñ a liz li z a d a s respectivamente con las letras A, B, C, y D, que forman pareja para indicar el prin pr incc ipio ip io y el fin fi n de do s ejes ej es:: lon lo n g itu it u d ina in a l (A y B) y tr a n s v e rs a l (C y D). E s to s ejes ej es
SECCION
Fig. Fig. 27. 27. Corte en sección del del edificio cuyo plan o de plan ta se se rep ro du ce en la ligur a 29. 29. Corresponde a un corte transversal.
29
3.13
3.13
5.04
1!°'50tI
S ec e c ci ci ó n
Fig. Fig. 28. 28.
Corte en sección longitu dinal de la mi sm a construcción
A -B
Detalle
—
4 .2 2 ----------------------------------- f—
PlantaDistribuciónyCotas
Fig. 29. Plano de planta aco tado de una vivienda unifam iliar en el térmi no municipal de Foix (Arquitecto. F.° Javier Magriñá Hern ández , de Ibiza). A dviérta se las dos indicaciones A-B y C-D de corte en sección, que pu eden verse des arroll ados en las figur as 27 y 28 precedentes.
delineados con trazos cortos y puntos, pueden dibujarse en su totalidad, pero lo corriente es que solamente se indique su presencia marcando ambos extremos, como se ha hecho en el plano de la figura 29 que estam os co men tando. Ello tiene por objeto evitar la sobrecarga de líneas confluyentes en el centro del plano, que sólo servirían para dificultar la lectura e interpretación del interior del mismo. Así, el eje transversal C-D, corresponde a la sección representada en la figura 27, que abarca el cuarto de baño, el pasillo y el dormitorio central, mientras que el eje longitudinal A-B, representado en el alzado de la figura 28, atraviesa la zona de comer, el pasillo (las dos puertas pertenecen a la cocina y al cuarto de baño) y un dormitorio doble. En el ejemplo que ac abam os de com entar, la señalización de los ejes de corte se ha hecho con flechitas perfila das so bre fondo blanco; en otros modelos, como el que reprod uce la figura 30, se resuelven con las pequeñ as cabezas de flecha macizadas en negro. Y es posible que en su contacto con planos de muy diversa procedencia encuentre otras variantes, pero siempre se descubrirá la presencia de esta flecha, m ás o menos estilizada y rem atand o un trazo compu esto por rayitas y pun tos, para señalizar un corte en sección.
Elección de los puntos de corte En ca da proyecto se incluyen las secciones que se consideran necesarias par a la com prensión del proyecto por parte de quién debe trab aja r coradlos. El número es, por lo tanto , un dato que dep ende por en tero del criterio del proyectista. Y aún cuan do al respecto no existe regla ni norma alguna, se da por supu esto que los cortes en sección de un edificio, local o tipo cualquiera de construcción, se hacen por aquellas partes del plano que precisan una mayor aclaración, de acuerdo con los elementos que comprend e y que interesa detallar, dejando una rep resentación clara y completa.
Una línea quebrada, en zig-zag, indica continuidad En algunos planos, m ucha s veces se encuentra delineado un brazo terminal en forma de Z, compuesto p or tres líneas cortas disp ues tas en zig-zag, de ángulos m ás o menos abiertos según cada delineante y que, indica continuidad. Su presencia significa que el cuerpo que delimita no acaba ahí, sino que continúa. Vea, por ejemplo, el corte de sección A-B que reproduce la figura 28. Los dos m uros laterales se apoyan en el terreno p or intermedio de las zapatas o zarpas de las cimentaciones, en el dibujo resueltas con un rectángulo macizado en negro, de ancho mayo r que el muro, y cual parte inferior adop ta un corte en bisel que presen ta, en su parte central, el susodicho zig-zag. Quiere decirse, con tal símbolo, que las zarpas no acaban en este punto, sino que continúan más abajo. Otro ejemplo lo tiene en la figura 31, en donde un detalle de alzado, aparece delimitado po r sus cua tro lados m ediante un a línea fina negra, que repite de trecho en trecho la inclusión del mismo símbolo en Z. El hecho de que el delineante lo haya interpretado con ángulos mucho más abiertos, no indica diferencia alguna en cuanto a su valor. 32
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Fig. 30.
O tra fo rm a de señ al iza r los co rte s en secció n A-A y B-B.
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Fig. 31. Detalle del alzado de la celosía de un a escale ra de un edificio de viviendas. Advierta los símbolos en zig-zag, indicativos de continuidad, que rodean el dibujo.
En este caso concreto, el perfil que rodea po r completo al diseño significa que la continuidad del plano debe considerarse que se extiende por sus cuatro lados. Lo cual quiere decir que el plano recoge un trozo parc ial con la única misión de de tallar los materiales y la disposición adoptada para resolver la celosía, cuyas medidas deben buscarse en el plano de alzado general.
Otros indicadores de continuidad El pequeño zig-zag que aca bam os de com enta r es un signo internac ional que se utiliza corrientemente en todo el mundo. Pero no es un signo de uso obligado. 34
4. 5
F i g. 3 2. U n a s u c e s i ó n d e t r a z o s e n lí n e a re c t a , lo s u f i c i e n t e m e n t e g r u e s o s p a r a q u e d e s t a q u e n s o b r e e l c o n j u n t o , p u e d e s e r v i r t a m b i é n p a ra in d ic a r c o n ti n u id a d de las p a rt e s latera les.
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PIQUETAT.T.
F ig . 33 . E n e s t e e j e m p lo , l a i n d i c a c ió n d e c o n t i n u i d a d h a s i d o e n c o m e n d a d a a l s i m p l e destaque del material sobre el fondo blanco del papel, por medio de unos recortes en ondas, en los laterales y parte inferior.
Muchos arquitectos aplican otros recursos pa ra simbolizar la continuidad, por lo que al proceder a la interpretación de un plano hay que suplir algunas veces, con sentido común, la falta de unidad que se observa en la delineación técnica. Las excepciones puede n ser much as; pero las principales se reducen a dos. La prim era de ellas, posiblem en te la que m ás se prodiga, es la de la figura 32. Como pued e verse, los p unto s de corte que señ alan continuid ad (lim ites derecho e izq uier do) han sido resueltos con una sucesión de trazos dispuestos en línea recta, lo suficientemente gruesos como para que destaquen del conjunto. El dibujo es un detalle de la barandilla p ara u na p ista deportiva. La otra solución que suele darse a la indicación de continuidad que suele utilizarse cuan do el fondo del dibujo sob re el que debe actu arse, tal como ocurre en el ejemplo de la figura 33 aparece agrisado, lo que permite que al recortarse de staq ue con fuerza sobre el fondo blanco del papel. Los recortes se ha n realizado con trazos sinuosos en forma de “ese”, para evitar la probable confusión que ocasionaría el hecho de haberlos ejecutado con líneas rectas, dando origen a un rectángulo.
Fig. 34. Planos de detalle com plem enta rio del plano de pla nta de la figura 29. Co mp ren de el proyecto de las cim entacio nes y el de la recogida de las agu as sucia s de la vivienda.
36
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6 * 2 e s a B * l
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Fig. 35.
Plano de detalle de las estructuras del techo del mismo edificio, de la fig. 29.
Fig. 36.
Plano de detalle de la cubierta , aplicable a la constru cción anterior. — f- 0 .7 6
— ^------------------------------------------------------------------
6.50
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----------1 . 6 4 ------------------f -------
|
—
■ ■5.10
-------------------------------------------------------------
Fig. 37.
Detalle de la salida de hu m os de la chim ene a y de su solap a a la cubierta.
ARTIFICIAL
BORDILLO HORMIGON
BARANDILLA
fW O T HORMIGON 2 0 X 2 0
LINEA TERRENO 0 £ JUEGO
Fig. 38. Detalle de los pav im en tos de una p ista de hockey (A rquitec to D. Jorge Muntañola Sanz. Barcelona).
40
TERRENOEXISTENTE
CIMIENTOBORDL l O
CAPAZAHORRAS
HIERBAARTIFICIAL
BORDILLOHORMIGON
RELLENOGRAVASENZANJAS
CAPAGRAVAS
PANOT20X20 A
LECHODEARENA
TUBODRENAJEPVC90rrm
SOLERAHORMIGON
E L L A T E D
TUBODRENPVC0 90
8LINEAS7.bm 10LINEAS5 5 n
íi
Fig. 39.
Detalle en sección de la red de drena je proyectada para el cam po deportiv o de la figura anterio r.
PLANOS COMPLEMENTARIOS DE DETALLES Y por último, el proyecto se com pleta con una serie de plano s, que se refieren a detalles de im po rtad a p ara la ejecución de la obra, pero que convertirían en confuso el plano general si se incluyesen den tro de él, apa rte de que m uchas veces requieren ser tratados a mayor tamaño, para ampliar la efectividad del gráfico. En términos generales, un proyecto suele disponer de un conjunto de planos que comprende, como minimo: • • • •
Un plano de planta. O varios, si hay mas de una y diferente en el proyecto. Tan tos planos de alzad a como fachad as o pared es tenga el edificio. Un núm ero indeter m inado de cortes de sección. Y la can tidad de planos de detalle que sea conveniente en cada caso para facilitar la comprensión de la obra.
Los planos de detalle pueden ser de tipo general o bién solamente parcial. Form an p arte del primer grupo todos aquellos que afectan a la integridad del plano de pla nta —o de alzada —, es decir, que supo nen u n calco de los mismos, d estinado a exponer una particularidad concreta cuya importancia requiere su tratamiento gráfico por separado; por ejemplo, un plano de detalle anejo al plano de planta general que puede co nside rarse básico, es el dedicado a exponer el proyecto de los cimientos. Vea la figura 34, que es un plano de detalle complementario del plano de pla nta de la figura 29. El mismo gráfico sirve para incluir la situ ació n de las arquetas que recogerán los desagües de los servicios sanitarios, por lo que este plano cumple una doble función , la de un plano de detalle de las cim en taciones, y la de un plano de instalación accesoria, la de evacuación de las aguas sucias. Por su pa rte, la figura 35 correspon de a la plan ta de la estruc tura del techo del mismo edificio, así como el plano de la figura 36 está dedicado al proyecto de la pla nta de cubiertas, siem pre referido a la obra que estam os co mentando. Junto a estos planos de detalle que se ajustan a la totalidad del área de la superficie ocupada por la construcción, están otros planos de detalle que solo afectan a u na parte del proyecto, y que en cierta forma son considerad os como los verdad eros plan os de detalle del mismo. Estos plano s parciales no tienen limitación de núm ero y pueden ser tan tos como lo juzgue necesario el proyec tista pa ra qu e no quede n ingún da to im porta nte sin especificar, de acuerdo con su propio criterio. Por ejemplo, es un p lano parcial de detalle el que reprodu ce la figura 37, con el alzado de la salida de humos de la chimenea y de su solapa a la mencionada cubierta. Vea otro plano de detalle en la figura 38, esta vez dedicado a señalizar el term inad o de una pista d eportiva y de su zona inm ediata de acceso, con indicación del tipo de pavim entos pro pue sto y situación de la baran dilla que lim itará el sector. El plano de detalle en plan ta precedente se comp lementa con el plano de detalle en corte de sección reproducido en la figura 39, con el detalle de la red de drenaje pro yectada para dicho campo deportivo.
42
II. LECTURA DE PLANOS
De lo que se trata es que, al manejar cualquier plano, se comprenda sin el menor asomo de duda la obra que comprende tal como la planta su autor, para seguir con fidelidad las directrices que señalan los gráficos. Partamos de un supuesto previo: no es difícil leer e interpretar correctamente un plano. Bastará con proponérselo, poner interés en la operación y poseer un mínimo de sentid o común. De hecho, suele ser suficiente un breve aprendizaje que tienen que pasar todos los profesionales de este campo. Lo que intentamos ahora nosotros, desde estas páginas, es abreviar tal período y hacer posible que cualquie ra, sin conocimientos especiales sobre el tema, care nte de experiencia en el sector tecnológico de la construcción, pueda verse capaz de entender lo que le dice un plano.
REPRESENTACIÓN DE LAS DIMENSIONES Lo fundamental en un plano es la exposición clara de todas las medidas relativas a c uan tos elementos intervienen en su composición. Y ello se refiere tanto a cada uno de estos elementos considerados particularmente, como al conjunto en el que se integran. Pensem os al respecto que sólo el conocimiento de las medidas, de todas las medidas, es lo que puede hacer viable la conversión de un proyecto establecido con los gráficos delineados sobre el papel, en una obra natural y auténtica. Recordemos que un plano es la representación dibujada, a tamaño proporcional del proyecto de una obra por realizar, o un documento que refleja una obra ya realizada . Y en ambos caso s tiene un interés irrelevante q ue el diseño sirva no sólo para dejar constancia fiel de la forma, sino igualmente para fijar las medidas.
43
Desde el pu nto de vista de un a exposición de aq uellas y según sea la resolución gráfica que se adopte en cada caso, podremos co nsiderar tres claras fundam entales de planos: • Acotados. • Mudos. • Mixtos.
Planos acotados Se llaman así los planos que llevan expresamente anotadas todas las cotas, considerando como tales a cada una de las medidas entre dos puntos señalizados debid am ente. Vea, por ejemplo, la figura 40, donde apa recen indic adas m ultitud de cotas, exp resadas en metros encima de unas líneas de trazo fino, atrave sadas por un peq ueñ o segmento perpendic ula r igualmente fino, en cuyos punto s de cruce hay otros trazos, esta vez dispuestos oblicuamente y de mayor grosor destacable a sim ple vista. E sta s líneas se conocen con el nom bre de líneas de cota. Los trazos gruesos sesgados indican que, entre dos de ellos consecutivos, la distancia repre sentad a es la que a parec e aco tada encim a de la línea de cota. Advierta en el plano la presencia de dos clases de acotado: medidas totales, cuando van de extremo a extremo, y me didas parciales, que sup onen su bdivisiones de aquellas. Por ejemplo: en la figura 40, la medida tota l de la fach ada frontal (pa rte de abajo del plano), es de 7,50 metros, o sea 750 cm. Las me didas pa rciales acotad as corresp ond en al espesor del mu ro (30 cm .); dista ncia long itudin al del mu ro (195 cm 4- el espe sor del muro); y hueco acris talado (3 metros). Sum ando las m agnitud es parciales (0,30 + 1,95 + 3,00 + 1,95 + 0,30 = 7,50) el resu ltado tiene, que coincidir con el acotado total cons igna do en la línea de cota que hay debajo. Más ad elante insistirem os en el tem a de las líneas de corte, porque es ta que se ha utilizado ahora es una de las varias formas en que acostumbra a expresarse gráficame nte, pero no la única. De mom ento, lo que interesa es poner en evidencia que el plano que comentamos está exhaustivamente acotado: no falta ninguna medida por señalar, lo que indudablemente facilita la comprensión rápida de las distancias representadas, cuyos valores aparecen ya consignados. Digamos, de paso, que en la actu alidad tien de a gen eralizarse m ayorita riam ente el uso de los planos ac otados, en detrim ento de los otros tip os a los que nos referiremos se guid a mente, los cules cada vez son menos utilizados, por ser m enos práctico su m anipulado.
Planos mudos Constituyen el tipo contrario de los planos acotados. En la figura 41 se repro du ce un ejemplo característico de plano que no lleva una sola cota consignada; por lo general, debido a que se trat a de un plano de detalle complem entario, en el que se repiten perfiles que motivan la existencia de otro plano similar, en donde sí que constan indicadas las medidas. Puede ocurrir, sin embargo, que por cualquier causa un plano mud o cayese en sus m anos y careciese de otro plano acotado al que recurrir para la ac laración de estos datos. ¿Cómo in te rpre ta r, en tonces, las med idas? 44
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^
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Planta Sup.C ons truida 63,91rm i
Fig. 40.
Pian o de plant a acota do.
45
ON
Fig. 41.
Plano de alzado mudo.
La solución la brinda la escala con la que fue delineado el susodicho plano mudo. La ma nera de obrar se explica unas páginas más adelante, cuando a borde mos el tema de las escalas. Y de paso que estamos contemplando el plano mudo de la figura 41, llamare mos la atención del lector sobre los pilares de las cimentaciones cuyo perfil aparece dibujado y termin ado con el signo de continuidad, un signo que no es exactam ente igual al que hemos ofrecido en anteriores figuras, y pre cisam ente al ha bla r de ello. El tradicion al zig-zag en forma de Z, lo ha convertido es ta proy ectista en siete rasg os formando u na línea queb rada en la que cada ram a tiene distinta longitud. Pero esta y otras variantes que se puedan encontrar no deben afectar a la seguridad en su interpretación. Por similitud, el lector de planos se acostumbra enseguida a su asimilación, y lo único que percibe es una línea fina en zig-zag, que interiormente tradu ce por “solución de contin uid ad ”. Y esto es tan así, que no nos extra ñaría que usted no se hubiese dad o cuen ta de la variante que estam os poniendo en evidencia, y desde un primer momento ya la hubiese identificado como señal de continuidad.
Planos mixtos Como su mismo nom bre indica, los planos mixtos participan en las cara cterísti cas pe culiares de los planos acotad os y de los planos m udos: es decir, carecen de la acotación de muchas de sus medidas, pero no son totalmente mudos, puesto que indican alguna de ellas —las que se consideran m ás im porta ntes desde el pu nto de vista del objeto par ticular del plan o— con sus corresp ondien tes líneas .de cota. Este es el caso, por ejemplo, de la figura 42, correspondiente a un corte de sección del cuerpo de un edificio habilitado para garaje, en el que solo se hacen constar las m edidas de altura de la fachada en donde se abre la puerta de entrada, la del hueco de la misma y la de la valla, con indicación de la pendiente del tejado. Se entiende que el resto de los datos están en otro plano; pero el lector que quiera conocer cualquiera de ellos y carezca del otro documento, puede prescindir de su presen cia pa ra av eriguar la m edida que desee por medio del uso de la escala, siempre que la misma se refiera a un elemento representado en el plano que tiene entre sus manos.
LAS LINEAS DE ACOTADO Ya hemos dicho que las medidas de referencias que se utilizan para señalizar los planos, se llaman cotas, y que la operación de señ alar esta s cotas en el plano se denomina acotar, así como los gráficos de este tipo son los planos acotad os . Sabemos, igualmente, que el acotado se indica por medio de cifras, que se dispone n generalme nte encima de una s líneas de trazo fino llamad as líneas de cota , las cuales se compleme ntan con unos trazos cortos, igualmente finos, perpen dicula res, que se conocen con el nom bre de líneas de referencia. Las líneas de referencia limitan el recorrido de las líneas de cota, indicando el principio y el fin de las mismas. La figura 43 prese nta un ejem plo sencillo. Fíjese en el hecho de que la línea de cota se traza paralela a la parte acotada del plano. En los puntos donde se cortan las 47
oo
Fig. 43. Línea de cota. E ste nom bre se aplica a la línea de traz o fino que indic a la longitud de la parte que desea acotar. En este caso, es la línea horizontal inferior. El número 28 es la cota propiamente dicha. Los dos trazos perpendiculares situados a izquierda y derecha de la línea de cota, se llaman líneas de referencia, y sirven para se ña lar el princ ipio y el fin de la línea de cota. Los dos trazos oblicuo s de m ayor grosor, que están situad os en los pu ntos de intersección de la línea de cota y las de referencias, son los terminales.
líneas de referencia y la línea de cota, se destaca la dimensión de esta última por medio de dos terminales, que resaltan la longitud de su recorrido. En esta figura 43 se ha utilizado, para señalizar la presencia de ambos terminales, un símbolo que tiene tendencia a imponerse, por su clarid ad expositiva y su facilidad de trazo: una pequeña línea algo gruesa, dispuesta oblicuamente sobre los pun tos de intersección.
Terminales La delimitación de las líneas de cota por medio de trazos oblicuos, aproxim ada mente en ángulo de 45°, tiene actualmente una gran vigencia. Es probable que la mayoría de los planos que caigan en sus manos están señalizados con este tipo de líneas de cota. Sin embargo, no debe descartarse la posibilidad de que tenga que utilizar planos en los que se hayan resuelto con los símbolos tradicionales, que todavía se utilizan mucho, cual son las pu nta s de flecha. Vea un ejemplo en la parte superior de la figura 44. En la parte inferior de la figura 44 presentamos una nueva solución, capaz de sustituir a las dos anterio res. Se1trata de unos topos o pun tos negros, situados en los lugares del corte entre las líneas de referencia y la de acotado.
Lectura de las líneas de cota Por regla general, el valor de las cotas se sitúa encima de la correspondiente línea de cota, poco más o menos a la mitad de su recorrido, tal como presenta la figura 45. En este ejemplo, hay tres medidas de otros tantos tramos de una pared, y como vemos, después de la indicación parcial se ha totalizado la suma de las tres cotas con una nueva línea de cota situad a más abajo. La unidad de medida que se utiliza en cada plano, queda consignada en cada uno de ellos. No obstante, puede darse el caso de que el proyectista se haya olvidado de indicarla. En tal supuesto, hay que actuar con intuición, sabiendo que en 49
Fig. 44. Dos varian tes para reso lver los term inales de las líneas de cota. A rriba, las tradicionales cabezas de flecha. Abajo, los topos o puntos negros.
Fig. 45.
Co tas parciales y cota total va lora da s en m etros.
arq uite ctu ra y construcción lo má s corriente es que el acotad o se exprese en metros o en centímetros, muy raramente en milímetros. El conocimiento previo de lo que representa el plano (y este sí que es un dato que nunca falla) permite aplicar la medición correcta en cada caso.
Situación correcta de las cotas Hem os dicho que las cotas suelen situa rse po r encima de su respec tiva línea de cota, ap roxim adam ente en su pa rte media, lo que se hace casi siempre. Antes, solía colocarse en el centro de la línea de cota, a la que co rtaba, tal como aparece reflejado 50
Fig. 46. 46. E sta dispos ición de las cifra s de cota, que era la tradicional, se utiliza ya poco. No obstante, es p o s i b le e n c o n t r a r l a t o d a v í a e n a l g ú n q u e o tr o p la n o .
5,5 &
5,5
Fig. Fig. 47 47.. Tres m an era s de resolver el acotado , cuan do hay poco espacio y se utilizan utilizan terminales de punta de flecha.
en la la figura 46. 46. E sta práctica se va aband on and o poco a poc poco, o, ya que supone m ayor trabajo para el delineante, por lo que de día en día resulta más raro encontrar los acotados resueltos de tal forma. Veamos a hora la figura figura 47, 47, en do nde se expone la solución solución que se da al acotado de una d istanc ia estrecha, como puede ser, por ejemplo, ejemplo, el grueso de una par ed o de un tab ique. A la izquierda de la mencion ada figura, la cifra de cota se ha dibu jado dentro del espacio que ocupa dicho elemento, pues al tratarse de un solo número, cabe holgadamente. Ello no sucede ya en el ejemplo del centro; el espesor de la par p ared ed,, q u e h a a u m e n ta d o de los 5 cm a los l os 5,5 cm , d a u n n ú m e ro co m p u esto es to p o r dos d os cifras, separadas entre sí por la coma, que debe desplazarse hacia la derecha, po p o rq u é no ca b e en el inte in teri rioo r de la s u p u e s ta p ared ar ed.. Por su parte, la tercera tercera solución que aparece a la la derecha, repr esenta u na nu eva alternativ a. Las cifras de la cota se llevan llevan abajo, delineando u na línea línea de cota a b ase de la proyección de dos líneas perpendiculares de referencia. En los tres casos, la línea línea de cota se se ha resuelto con los term inales (las p un tas de flecha) flecha) m irand o en direcci dirección ón con traria de lo lo habitu al y por fuera de su longitud. Se entiende fácilmente que al ser esta última tan corta, no tienen cabida las dos pu p u n ta s d e fle f lecc h as, as , y po p o r eso e so se s i tú a n ta l com c om o p u ed e ver v erse se en la fig fi g u ra que qu e e sta st a m o s comentando. La dirección en que apuntan las puntas de flecha es lo suficiente elocuente para co m prend er enseguida que la línea línea de cota es es la la que queda enc errad a entre ambas. Ello no no sucede con la utilización utilización de los term inales en forma de trazos oblicuos (Fig. 48), que no sufren la menor alteración en su tratamiento por el hecho de que la línea de cota sea muy corta o estrecha. 51
,5,5
Fig. Fig. 48 48.. Solución Solución al al m ismo problem a de aco tar un espacio estre cho por medio de terminales de trazo oblicuo.
LAS ESCALAS Un plano debidamente acotado no produce el menor problema en cuanto a la compre nsión de las medidas e xpuestas gráficamente. Las líneas de cota y las las cifras de cota, cota, a quellas indicando la extensión de un elemento y de todas y cad a un a de sus pa p a rte rt e s , y é s ta s últi úl tim m a s s e ñ a la n d o su valo va lorr rea r eal,l, son so n su fici fi cien ente tess da tos. to s. La difi di ficu culta lta d en la la interpretac ión de las me didas com enzará en el mismo momento en que el plano plano se hace mudo. Porqué entonces ¿como ¿como saber leer unas cotas que no existen? existen? Y sin embargo, es posible leer estas cotas que no existen, valiéndonos sólo del dibujo que nos muestra el plano. Recordemos lo que se dijo al principio sobre la carac terística de los los planos, que repre senta n tanto la forma forma y disposición disposición exactas de las dimensio la fachada, plan tas, cortes en sección sección,, etc., etc., de una c onstrucción, como las nes reales totales y parciales de los los eleme ntos representados, como paredes, huecos al exterior, pilares, dependencias, etc. Ello quiere decir que, en los planos, se delinean el espesor y longitud de una pa p a re d de a c u erd er d o con co n el e sp e s o r y la long lo ng itu d real re ales es q u e tiene tie ne o te n d rá la su so d ic h a pa p a re d de o bra br a . Pero Pe ro como co mo es lógico, lógi co, si el ta t a m a ñ o de los plan pl an os fues fu esee el m ism is m o que qu e el de los edificios que representan, sería muy difícil su delincación y mucho más difícil todavía su manejo posterior, dejando aparte la extraordinaria dificultad de enc ontrar y m anejar el papel necesario para soporte. Lo que sucede es que los planos p ero o p ro p o rc io n a lm en te un d e te rm ise representan respetando las m edidas reales, reales, per nado número de veces más pequeñas.
Aclaremos esto. Por ejemplo, el el plano de plan ta de la figura 49 49 se ha delineado cien cien veces veces m ás pequeñ o que en la realidad. realidad. Si medimos con una regla gra dua da en centíme tros en el el plano plano una longitud longitud cualquiera, solamente hab rá que m ultiplicar la la medida que se obtenga por cien, para saber cuál es la longitud verdadera. Vamos a concretar con un ejemplo. Imaginemos que deseamos conocer la longitud entre paredes del cuerpo lateral izquierdo que avanza sobre el total del edifi edifici cio. o. Valiéndonos Valiéndonos de una regla gra dua da o btendrem os un valor de cota que no cm. Si multiplicam os e sta cifra está espe cificado en el plano : en la regla se leerá 4,70 cm. po p o r 100 100,, cono co noce cere rem m os la long lo ng itu d de la p a re d real, re al, que qu e se rá igua ig uall a 4,70 4,7 0 x 100 = 470 cm, o lo que es igual, 4,70 metros. Continuemos descubriendo cotas no señalizadas. El hueco que se advierte en en dicha pared, mide sobre el papel 3,20 cm. Realizando idénticas operaciones, vere mos que 3,2 x 100 — 320 320 cm = 3,20 3,20 metros. me tros. 52
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Fig. 49. Plano de plan ta delineado a escala 1:100. 1:100. Esto quiere decir que las m edidas han sido reduc idas 100 100 veces, veces, o lo lo que es lo lo mismo, un centímetro en el plano representa 100 cm, o sea 1 metro, en la planta real. Y un milímetro en el plano significa 100 mm, es decir, 10 cm.
FECHA
TTTULO DEL PLAMO:
PLANTA
NB DEL PLANO:
1
GENERAL
EL PROPIETARIO
EL AAOUITECTO;
ESCALAS:
1/200
MARUGAN ZARAGOZA-BARCELONA
1:200
PISTA DE A T L E T IS M O
131
Fig. 50. M ódulos de casilla qu e sue len llevar los plano s en un ángu lo, en do nd e se hacen c o n s t a r d i v e r s o s d a t o s r e l a ti v o s a ta l d o c u m e n t o . E n t r e e ll o s y b ie n d e s t a c a d a , a p a r e c e la escala que se ha tomado para mantener la proporcionalidad con el modelo real.
El trozo de muro de la parte izquierd a es igual a 9 mm , que m ultiplicados por 100 nos dará 900 mm = 90 cm — 0,90 metros. Si sumam os amba s mag nitudes (0,90 + 3,20 m = 4,10 m), y restam os del total ya conocido (4,70 m - 4,10 m = 0,60 m), obtend rem os sin necesidad de efectuar ning una nueva m edición la longitud del trozo de muro de la parte derecha.
Indicación de las escalas En el plano de la figura 49 falta indicar este dato importantísimo: Escala 1 : 100. Los dos puntos significan es a. Por lo tanto, se leerá: Escala uno es a cien. Norm almente, el d ato de la escala se indica en el án gu lo inferior izquierd o del plano, en la casilla destinada a clasificar el trabajo, donde se hace constar el nombre de la empresa que presenta el proyecto, el del cliente por cuya cuenta se hace, el emplazamiento, el nombre del arquitecto, el contenido del plano, la fecha de su realización, etc., y suficientemente destac ada la proporción elegida para la escala. Los modelos repro ducido s en la figura 50 indican una escala de 1/200. 54
Esta forma de señalar la escala por medio de un quebrado, bastante corriente por otra par te, tiene exactam ente el mismo significado que la anterior, o sea 1:200 es igual a 1/200. En am bos casos se quiere decir que cualquier dime nsión en el plano es 200 veces menor que la real. En ocasiones, el rotulado que indica la escala es mucho más modesto, como pued e verse en la figu ra 51, en donde este dato ap arece resu elto por medio de un peq ueñ o texto que casi pasa desapercibido, situado al pie de los planos. Ello es corriente cuando se trata de planos com plemen tarios de detalles. Pero en todo caso, el tipo de escala elegido para d elinear un plano, se hace co nstar siem pre, de una o de otra forma.
DIFERENTES TIPOS DE ESCALAS En el ejemplo que hemos com entado con cierto detalle, la escala emp leada era la de 1:100. Vemos luego, en la figura 50, otros dos modelos de escala 1:200. Y existen otros muchos, a los que nos referiremos enseguida, p orque las posibilidades de aplicar una relación proporcional en las medidas de un plano son infinitas. Básicamente, podemos dividir las escalas en tres grupos: • Escala natural. • Escalas de ampliación. • Escalas de reducción.
Escala natural La mención, en un plano, de que se ha utilizado para su realización la escala 1:1, lo que se llama un a escala natu ral, qu iere decir que las dimensiones rep rese nta das en el papel son las natura les, o sea, que el plano ha sido delineado a su verd adero tamaño. Se trata de un tipo de planos que se aplica para proyectar detalles de escasas dimensiones, que quepan dentro de los límites del papel, y que requieran una escrupulosa fidelidad en su reproducción, como por ejemplo, una labra en piedra para un motivo orn amental, o un despiece para taller de un mosaico, cuyas piezas deben encajar perfectamente entre sí.
Escalas de ampliación En determ inadas ocasiones puede convenir represe ntar las dimensiones de un detalle, que en su tamaño natural es pequeño, a um entando sus m edidas. Se trata de un caso poco corriente, sobre todo en el mundo de la construcción. A título de curiosidad le diremos, sin embargo, que las principales escalas de ampliación qu e se usan en otros ramo s, por ejemplo, en las ind ustria s mec ánicas y en las electrónicas, son las de 2 :l, 5:1 y 10:1. La prim era de las cifras que ap ar ec ee n 55
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Escala 1:25
Fig. 51.
D e t a ll e d e l a a r m a d u r a d e h o r m i g ó n d e u n a v i g a se n c i ll a . E n l a p a r t e i n f e ri o r se h a c e c o n s t a r l a e s c a l a .
estas proporciones, significa el número de veces con que han sido ampliadas las dimensiones reales. Esto es: 2:1, quiere decir ampliado al doble de su verdadero tamaño. 5:1, aum entado cinco veces. 10:1, que el incremento es de diez veces. Para conocer, pues, el valor real de una magnitud expue sta en el plano, en lugar de multiplicar dicha magnitud por la escala, como se hace en las escalas de reducción, habrá que dividirla por la misma. Es decir: • Escala 2:1. Dividir la medida del plano por 2. Ejemplo: 12 centím etros en el plano equiv aldrán a 12:2 = 6 centímetros reales. • Escala 5:1. Dividir la medida del plano por 5. Ejemplo: 12,5 centímetros en el plano equivaldrán a 12,5:5 = 2,5 centí metros reales. • Escala 10:1. Dividir la medida del plano por 10. Ejemplo: 70 centímetros en el plano corresponden a 70:10 — 7 centímetros reales.
Escalas de reducción Son las que ya conocemos, por haber iniciado el tema de las escalas con un ejemplo de reducción 1:100. Por supuesto, son las que más se utilizan, hasta el punto de qu e en construcción puede afirmarse que casi se recurre a ellas exclusiva mente. En esta clase de escalas, las dime nsiones reales se reducen un cierto número de veces que se consigna en el mismo plano. Las reducciones que se pueden efectuar son infinitas, puesto que cualquier número es susceptible de servir de base pa ra la operación. Pero si cada cual utilizase las escalas con reducciones a capricho, probablemente se produciría un caos, al dificultar su interpretación y facilitar la confusión y los errores en la lectura de los planos. Por ello, se ha convenido normalizar su uso mediante la adopción inte rn a cional de diez reducciones standard.
Escalas normalizadas Corresponden a las más utilizadas, recomendables por ello: 1:2,5 1:50
1:5 1:100
1:10 1:200
1:20 1:250
1:25 1:500
Las seis primera s escalas (de 1:2,5 hasta 1:50) son aconsejables para resolver planos de detalles, para mostrar con m inuciosidad las ca racterísticas construc tiva s o decorativas de un elemento determinado de la obra, o bien una parte del mismo (Fig. 52). 57
E s c a l a 1:10
Fig. 52. Sección de un a viga de horm igón, a escala 1:10. C om prue be po r m edio de un decímetro graduado las medidas acotadas que constan en el plano, y verá como corresponden a las indicadas cifras divididas por 10.
En la resolución de planos de planta y alzados (fac hadas , cu biertas, cimientos, etc .) que suelen se r los má s frecue ntes en los proyectos de edificios, se aco stum bra a utilizar la escala de 1:100 (Fig. 53), y en ciertos casos, la de 1:50. Por último, las esc alas de 1:200, 1:250 y 1:500, suelen ad op tarse pa ra gra nde s superficies, como edificios singulares , grupos de viviendas residenciales, conju ntos urbanos, parques, urbanizaciones, terrenos, etc. (Fig. 54).
Escalímetros Con este nombre se conoce una regla graduada, por lo general de sección estrellada, que tiene en cada una de sus caras graduaciones correspondientes a diferentes e scalas, lo que facilita la lectura directa de las m edida s sobre el plano, sin necesidad de realizar operación alguna aritmética suplementaria. Las graduacio nes en metros, decímetros, centímetros, etc., que aparecen grabadas en el borde del escalímetro, corresponden a las me didas reales, de acuerdo con la escala que se trate (Fig. 55). Es decir, para operar con un escalímetro hay que tener una unidad en la que se halla incluida la escala que se necesita en cada caso, por lo que conviene disponer, como mínimo, de las esca las 1:50 y 1:100, que son las m ás cor rientes. De hecho, en el comercio especializado se encuentran escalímetros que cuentan con ambas escalas, grabada cada una de ellas en una de sus dos caras. 58
Fig. 53. Plano de plan ta de un a viviend a a escala 1:100. O sea que las med idas que aparece n rep rese ntad as deben m ultiplicarse por 100 pa ra ob tener el valor de las repe titi vas medidas reales. Compruébelo, tomando por ejemplo las dimensiones de las camas cam eras y de m atrim onio, o de los m uebles de cocina, como eleme ntos de comparac ión.
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Las escalas gráficas Existe una forma especial de representar la escala, que da lugar a la llamada escala gráfica , que incorpo ra su p ropio escalímetro dibu jado al pie del plano. T al es el caso, por ejemplo, de la figura 56, en donde pued e verse en la pa rte inferior, lado derecho, un trazo recto dividido en tres tramos y numerado en la cabeza con el número 0, y al final con el 3, añadiendo la letra M. Esto significa que dicha long itud equivale a 3 metros, por lo que cada u na de las divisiones internas, blanca la intermedia y negras las dos situadas en ambos extrem os, tiene el valor lineal de 1 metro. La división del centro (la bla nca ) lleva una pequeña ra yita perpendic ula r que parte dicho tram o en dos sectores iguales, seña lando la distancia que corresponde a medio metro, es decir, de 50 centímetros. Cualquier distancia en el plano se puede m edir por intermedio de este particu lar escalímetro, au nq ue justo será decir que para consegu ir exactitud en las lecturas se necesita una cierta práctica en el manejo de este tipo de planos, así como un sentido m uy acusa do de la precisión. En el supu esto de que no fuese así, conviene asegurarse los resultados procediendo, previamente, a completar el escalímetro, actuando de acuerdo con las instrucciones que siguen: La mayor distancia que ofrece el plano de la figura 56 corresponde a la pro fundid ad, que roza los 9 cm. Por lo tanto , el escalím etro que vam os a dib uja r para u tilizar p orteriorm en te, tendrá u na longitud de 9 cm. Longitud qu e en la figura 57 dividirem os en partes iguales valiéndono s de la pau ta exactamente igual que nos brinda el escalím etro delineado en el plano de la ante rior figura 56. El prim er tram o (del 0 al 1) debe usted dividirlo en 10 parte s iguales, cada un a de cuy as divisione s equiv aldr á a 10 cm. El resto de los tram os (del 1 al 8) bas ta rá con dividirlo en dos parte s iguales, lo que sup on drá equ idistan cias de 50 cm. Y ya tiene usted terminado un sencillo instrumen to de medición, diseñado exactamente a m edida del plano que estam os com entando . El escalímetro a pun to de uso, es el que reprodu ce la figura 57.
Fig. 54. Plano de situación de un a finca a esca la 1:500. Este tipo de escala solo se adopta en contadas ocasiones, en que se representa una gran extensión de terreno.
61
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Fig. 56.
Plano de plan ta con indicación de escala gráfica.
Fig. 57. Proceso de delinear una escala gráfica a med ida. En este caso, el ejemplo lo ha facilitado la anterio r figura 56.
62
Fig. 58. M anera practica de tom ar mediciones sobre una escala gráfica, valiéndon os del auxilio de una cuartilla.
Para el m anejo de este o de otra cualquier escala gráfica que caiga en sus ma nos, no hay necesidad de llevar las distancias del plano por intermedio de una regla gradua da, que suele ser el sistema convencional que se emplea. La regla puede sustituirse por una cuartilla y actuar de manera parecida a como se indica en la figura 58. En el borde del papel se tom an directamente las medidas en el plano que se desea leer, señalándolas con un trazo a lápiz. Y ya sólo queda el comprobar el valor real de dicha longitud, traspon iéndo la sobre el escalímetro. El valor de una escala gráfica es camb iante, pero se encue ntra siempre consig nado de forma destacada, de manera que resulta imposible que se produzcan confusiones en su interpretación. También el diseño es distinto, según el criterio estético de quién lo delinea. En la figura 59 ofrecemos una selección de diferentes escalas gráficas, en donde p ueden verse varias soluciones.
Utilidad de las escalas gráficas La principal ven taja que ofrece un a escala gráfica sobre las escalas tradicio na les, es la de conserv ar siempre la proporción entre las d imensiones ex presadas en el 63
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3
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50cm
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5m
15m
Fig. 59.
Diversos tipos de escala gráfica.
plan o y las co rrespondientes m edid as reales, en el s upuesto de qu e p or u na causa u otra, fuesen reducidos de tamaño los planos originales. Explicaremos esto último, para aclarar cualquier duda. A ctuaremos a partir de un p lano de planta delinead o a escala 1:50, que es el caso de la figura 60. Se trat a de un plano mudo, en el que todas las medidas deberán obtenerse una a una, por medio de la proporción establecida en la escala. Ya sabemos que cada milímetro de distan cia en el plano eq uivaldrá a 50 milímetros, y que p ara conocer el valor real de cualquier medición, bastará con multiplicar la misma por 50. Por lo tanto, no existirá dificultad alguna en transformar las longitudes lineales que se vayan tomando directamente sobre el plano, en cifras de valores reales. Imagine mos ah ora, por ejemplo, que sacamos u na copia de este plano y que la m áqu ina nos reduce el dibujo en un 10 %, cosa que pu ede ocurrir algu nas veces. Una disminución del original en un 10 %, ciertamente no puede considerarse como demasiado importante, apenas se percibe a simple vista (Fig. 61), pero afectará al valor de las m edidas que se hagan entonces. Po rqué “teóricamen te’' se m ante nd rá la escala de 1:50, puesto qu e este dato con tinuar á figurand o en el texto del plano; pero lo cierto es que en razón de la pequeña reducción efectuada, un centímetro en el plano ya habrá dejado de valer 50 ce ntímetros reales, y las mediciones que se realicen de acuerdo con esta proporción serán falsas.
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1
2
3
Fig. 62. Por el con trario, la escala gráfica es flexible y se ad ap ta a cua lquier cam bio de m e d i d a s q u e p u e d a n o r i g i n a r s e e n e l o r ig i na l .
Continuemos imaginando posibilidades relacionadas con el tema. Pensemos aho ra que el plano en cuestión ha sido elegido pa ra figu rar como ilustración en un libro técnico, o en una revista especializada. Y que para proceder a su impresión gráfica se comienza por obten er el correspondiente graba do; y que por necesidades de com paginación, del ancho de colum na de los textos, del espacio dispon ible, de lo que sea, se reduce el dibujo, lo cual es una cosa muy corriente en ediciones. Por ejemplo, a mitad de tamaño, a un tercio, a su cuarta parte, a veces incluso mucho más pequeño. En cualquier caso, la escala 1:50 que seguirá figurando al pie del plano se habrá destruido, y el dato será falso. Veamos ahora lo que sucede cuando el plano lleva una escala gráfica propia, como es el caso representado en la figura 62. Se trata de la planta de un pequeño chalet de dos habitaciones, proyectado par a fines de sem ana de un matrimon io sin 66
Fig. 63. Véalo con un ejem plo prác tico y fácil de com pren der. E ste plano de plan ta es igual que el de la figura anterior, pero m ucho m ás pequ eño. A hora bien; al redu cirse las d i m e n s i o n e s , t a m b i é n s e h a r e d u c i d o e n l a m i s m a p r o p o r c i ó n l a e s c a la g r á f ic a , p o r lo q u e se mantiene la relación entre las magnitudes delineadas y las reales.
hijos, cuya e scala grá fica apa rece en el ángulo inferior derecho. Si el plano se reduce de tamaño , que es lo que se ha hecho en la figura 63, todas las me didas co ntinua rán ma nteniend o su proporciona lidad con respecto a la escala gráfica dibujada al pie del plano, la cu al se habrá re du cido al mismo tiempo y ex actamente en el mismo porcen taje que el resto del diseño. Y nada habrá ca mbiado, excepto la s dim ensiones externas del dibujo: cualquier m edida que se tome y se verifique en la escala gráfica del modelo reducido (Fig. 63), dará exactamente el mismo valor que si se hace idéntica op eración en el plano original de la figura 62. Si lo dud a, compruébe lo usted mismo. Se comprende, entonces, que cuando se delinea un plano destinado a ilustra ción de un artículo que se publicará en una revista, o que debe servir de figura o ejemplo en una obra técnica, se recurra siempre a la escala gráfica.
INTERPRETACION DE ELEMENTOS EN LOS PLANOS DE PLANTA Los planos de alzada, suelen indicar las dimen siones de altura y longitud de los elementos que aparecen representados gráficamente. Comentamos la figura 64, un alzado de fachada lateral correspondiente a un chalet de dos plantas. La interpretación de este plano nos da las medidas del 67
F ig . 6 4. L o s p l a n o s d e a l z a d a no a c o s t u m b r a n a p r e s e n t a r o tr o p r o b l e m a d e in t e r p r e t a ción que el relativo a las dimensiones. El dibujo suele ser lo suficientemente expresivo como para que el lector reconozca fácilmente los diversos elementos que componen el conjunto.
edificio, en cuanto a su longitud, altura y pendientes del tejado, así como las relativas a los diferentes elementos qu e intervienen en el proyecto de construcción. En un plano sin acotar las dimensiones son una incógnita. Pero al menos experimen tado en la lectura de este tipo de documentos, sabe distinguir enseguida, a simple golpe de vista, la presencia de puerta s y ventanas, la de dos tram os de peldaños pa ra acceder al interior de la casa, la de un zócalo de piedra natural careada, la de una escalera exterior que lleva a la segunda planta, la de una chimenea ado sad a en el costado derecho, que se supone será la salida de humos de un hogar-chimenea, así como la existencia de una segunda salida de humos, en el lado izquierdo, que intuitivamente se asocia con la cocina. De manera que un plano de alzada, salvo raras excepciones, tiene una fácil interpretación. Pero en un plano de planta la cosa no es tan sencilla. Los elementos que aparecen represen tados “a v ista de pájaro’' son muy esquemáticos, y much as veces se identifican como un corte en sección horizontal; como puede apreciarse en la figura 65, se han delineado varios de los elementos qu e intervienen en el proyecto, tales como tabiques, muros, pilares, puertas, ventanales, los armarios empo trados, una chimenea, las cortinas e incluso lámparas de sobremesa. El plano que estamos comentando es muy sencillo y, por lo tanto y al menos teóricamente, fácil de comprender. Además, cuenta con la ayuda de algunos textos explicativos, lo que para interpretar con absoluta corrección un plano siempre se agradece. 68
t e r r a z a
Fig. 65. Es el caso opue sto que ofrecen los plano s de plan ta, en los que ade m ás de saber interp reta r las me didas, el lector tiene que c o n o c e r lo q u e s i g n i f i c an l o s e s q u e m a s d e l o s e l e m e n t o s q u e a p a r e c e n r e p r e s e n t a d o s e n v i s i ó n a é r e a.
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ESCALA 1:20
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Fig. 66. Plano de planta de una doble instalación de salida de hum os, que com prend e una chimenea-hogar en la parte izquierda, adosada pared a pared a la campana de humos de la cocina, en la estancia contigua.
En ocasiones los planos de plan ta especialmente de detalles se delinean total mente ac otado s y acom pañad os por los textos que, el proyectista, juzga conveniente para que se compre nda sin erro r posible su intención. Son planos como el que ofrece la figura 66, tan com pletos que no precisan aclaración de ningún género, cuya lec tura se halla al alcance de cualquier lector carente de experiencia en el tema. Pero normalmente, los textos se reducen a los titulares del plano y a la indicación del tipo de escala empleado, con independe ncia de que se hallen acotado s o sean m uchos. Y entonces hay que sa be r encon trar el significado de los elementos y las partes de la obra que se han representado. Los planos de planta nos mu estran, esquematizada pero con escrupulosa fidelidad, la estructuración de la obra ya con struida o por construir. Al mismo tiempo, facilitan exacta información sobre los tipos de mu ros y paredes, la existencia de pilares, la distribuc ión de la superficies, la 70
situación de pu erta s y ven tanas y de su sentido de ape rtu ra y cierre, etc. Ninguno de los otros planos que constituyen el proyecto puede facilitar una información tan am plia y precisa. Más detalla da, si, como suele ser el caso de los cortes en sección, pero muy particulariza da, circunsc rita a un sector ciertam en te limitado. Por otra parte, casi siem pre los planos de pla nta determ inan las cara cterísticas de la ob ra.
Representación de elementos constructivos Como hemos dicho ya con anterioridad , los elementos constructivos se repre senta n en corte de sección, paralelam ente al suelo. Estas representaciones gráficas, muy esquematizadas, adoptan muy diversos diseños, según el aire particular que les imp rime el proyec tista de acuerdo co n su propio criterio y el sentid o estético que pre tenda para simboliza r cada elem ento. Pero a pesar de la extraord in aria variedad que se advierte en este campo, los esque m as giran casi siempre alreded or de unos dibujos que podríam os considerar como básicos. En realidad, p ara evitar la confu sión se tiende a n orm alizar la simbología de los planos, y de hecho existen no rmas estrictas al respecto, por lo que no es raro que a pesar de la variedad existente, dentro de la cual cada d iseñador utiliza esquem as a prim era vista diferentes, lo cier to es que entre todos ellos se descubre enseguida un común denom inador, po r lo que a poca prác tica q ue se tenga en la profesión no re sultan difíciles de reconocer.
Las paredes Este es el elemento más fácil de determinar, ya que las paredes son las que encierran perimetralmente los espacios estructurados, la parte que destaca más en el plano, la prim era qu e suele ver el lector, porq ue es la que d a la forma al edificio, habitación o local y hace de envolvente. Las paredes se acos tum bran a diseñar por medio de dos trazos paralelos, cuya separación entre sí indica el grosor de las mismas. C uando represe ntan tab iques y tabiquillos, de pequeño espesor, es frecuente dibujarlos totalmen te en negro. P ara los casos de muros, el tratamiento acostumbra a tomar ejemplo de alguno de los cuatro casos qu e presen ta la figura 67. Los dos primeros son los que probablem ente enco ntrará u sted en la mayoría de los planos, ya que son los que más se utilizan para simbolizar las paredes. Vea, por ejemplo, la figura 68. Los contornos exteriores se perfilan con trazo grueso, y el núcleo queda re spirando el fondo del papel, es decir, aparece resu elto en color blanco. El contraste es suficiente para que destaque inmediatamente, sobre todo si el resto de los elementos se han diseñado con trazos muy finos. El caso contrario lo prese nta la figura 69, donde el esqu em a de las paredes se ha macizado de negro. El cuarto y último ejemplo de la figura 67, que podríam os d escribir como un conjunto formado por una línea o perfil negro, una franja blanca a continuación y como remate un a franja negra, de una a nch ura sensiblem ente igual a la anterior, se acepta como la representación esquemática de una pared con cámara de aire. La zona en blanco simboliza el hueco interior del muro que a ctúa como cáma ra de aire. Los planos de p lanta rep roducido s en las figuras 62 y 40, entre otros, m uestra n la 71
F ig . 6 7. E s t a s s on la s c u a t r o r e p r e s e n ta c i o n e s e s q u e m á t i c a s m á s u s u a l e s p a r a s e ñ a l a r la existencia de una pared en el plano. Las tres primeras corresponden a pa redes macizas, mientras que la última simboliza un muro con cámara de aire.
Fig. 68. Ap licación práctica de la rep resen tación de una pa red por medio de perfiles negros que dibujan el perímetro de la misma.
aplicación del mencionado recurso gráfico a sendos proyectos, lo que indica la presencia de tal cámara aislan te. Aunque no se trata de variante s que se prodiguen dem asiado, es posible que en alguna ocasión caiga en sus m anos un plano de planta en el que advierte que se han dibujado unas paredes distintas a las habituales. Algo así como los ejemplos de la figura 70, con los que el proyectista ha intenta do deja r constanc ia en el dibujo, del material de construcción utilizable para levantar las paredes. La ilustración de la 72
parte de arriba pretende simbo lizar una pared de piedra natura l, mientras que la de abajo, dividida en dos p artes, significa ladrillería (macizad o en negro, a la izquier da) y hormigón.
Pilares Se llaman así los elementos resistentes de una construcción que tienen por misión soportar una carga. Son siempre verticales y su sección suele resolverse cuadrada o rectangular. Mayoritariamente aparecen como cuerpos adosados a la pared, aunque en ocasiones pueden levan tarse con total independencia de ella.
Fig. 69. En este modelo, se ha preferido ma cizar de negro las superficies ocu pad as por las paredes.
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Fig. 70. Indicac ión simbó lica del m aterial de con strucción utilizado pa ra lev an tar las p a red e s re p re s e n ta d a s . En la ilu stra c ió n su p e rio r, pie d ra n a tu r a l. En la in ferio r, o b ra de fábrica (izquierda) y hormigón (derecha).
73
Los pilare s son fáciles de reconoce r en un plan o. Vea, po r ejemplo, la figura 71. Siempre que se advierta que una pared sufre un acusado engrosamiento en uno o varios pun tos de su perímetro, p ara formar en el plano la figura de un cu adrado o un rectángulo que sobresale de aquellas, como ocurre en el ejemplo que estamos comentando, debe interpretarse como la representación gráfica de un pilar de suste ntac ión adosado . P ara facilitar su localización, hemos seña lizado con las letras A, B, C, D, E y F, otros tantos de estos elementos, mientras que las letras G y H indican la existencia de dos pilares independientes de la pared, a manera de columnas. También es posible encontrar simbolizados elementos de sustentación de sección cilindrica, como ocurre en la figura 72. La presencia de un topo negro en un plano, de mayor o men or diá m etro y siempre separa do de las pare des, debe considerarse como representativa de columnas. Pilares y columnas suelen esque ma tizarse con rectángulos, cuad rados y círcu los ma cizados de negro. No obs tante, es posible que en algunos plan os pue dan verse
Fig. 71. Los eng rosam ientos de las pa red es indican la prese ncia de pilares integrad os en las paredes. En la figura aparecen señalados con las letras A, B, C, D, E, F y G. La letra H corresponde a la situación, en el plano, de pilar tipo aislado.
74
Fig. 72. Los pilares colum na de sección cilindrica se esq ue m atizan po r medio de un t o p o n e g r o.
resueltos con ligeras varian tes; p or lo general con un perfilado de trazos negros y el fondo blanco, o tramado, o rayado oblicuamente, como expone la figura 73. Pero éstas acostumbran a ser soluciones más propias de planos de decoración que de arquitectura-construcción. Igualmente, se puede encontrar en un plano el esquema de un pilar en el que aparezca consignado, gráficamente, el material de construc ción, aunque el hecho es poco frecuente. Vea ahora el ejemplo de la figura 74. En el plano, encuentra usted dibujados unos esquemas que cree reconocer como símbolos de pilares de sección cuadrada. Los cuadrados aparecen cruzados por dos trazos en forma de cruz, paralelos a las dos caras. Estos dos trazos son los ejes de simetría del cuadrado, y su cruce indica exactamente el centro del pilar. Tal indicación sirve para tomar la distancia entre pilar y pilar, o bien entre el pilar y una pared.
Escaleras La escaleras son uno de los elementos m ás fáciles de interp reta r en un plano, y se represen ta con una sucesión de rectángulos alargados, de escasa profundidad y todos ellos de igual tamaño, con los que se esquematizan los peldaños. 75
o F ig . 7 3 . V a r i a s f o r m a s de r e p r e s e n t a r lo s p i la r e s . C o m o p u e d e c o m p r o b a r s e , e s s i m i l a r a la r e p r e s e n t a c i ó n d e l a s p a r e d e s .
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Fig. 74. El traza do de los ejes de sim etría, perm ite tom ar las distanc ias exactas entre d o s e l em e n t o s c o n s e c u t iv o s , o e n t r e u n p i la r y la p a r e d m á s p r ó x i m a .
Veamos, p or ejemplo, la figura 75, que correspond e a la plan ta s uperior de un conjunto de tres viviendas de dos pisos, proyectadas para una zona residencial veraniega. La construcción carece de escalera com unitaria, p or cuanto cada vivien da dispon e de la suya propia, que asc iende directam ente desde el jardín. En el plano se descubren enseguida la tres escaleras, adosadas a las tres esquinas izquierda superior que conforman el escalonamiento del grupo. Cada una de ellas consta de dos tramos, respectivamente de 7 y 8 peldaños, más un descansillo de enlace de forma rectang ular, par a imp rimir un giro de 90° al sentido de la marcha . Se trata de unas escaleras exteriores, esto es, construidas fuera del edificio. Advierta que el esquema de la escalera lleva trazad o, e n su línea media, u n eje central, señ alizado po r una flecha dotad a de cabeza y cola. La dirección que lleva la misma indica, expresamente, el sentido de subida. Nada cambia si la es calera es interior. Siempre re pre senta rá , a esc ala, los peldaños y los de scan sillos, y siempre incluirá una flecha a modo de eje central, que se adaptará a la forma y recorrido, e indicará la dirección de ascenso (Fig. 76). Recuerde que el plano de planta proporciona los datos relativos al ancho y el largo de los eleme ntos repres entad os, nunca los de altura. Por ello, las indicaciones del esque ma de una escalera servirán pa ra situar su forma exacta y las dimensiones de longitud y anc hura de su caja, así como las relativas a los peldaños y descansillos, pero no fa cilitarán su altura total, cotas que corresponde buscar en el plano de alzada.
Líneas de trazos finos Fíjese en la ya comentada figura 75, donde verá una línea de trazos finos dibujada alrededor de toda la planta, cuyo significado tal vez no vea claro. Estas líneas punteadas superpuestas al diseño, se refieren a las partes salientes con 76
Fig. 75. Las escaleras incluyen una línea cen tral que con stituy e el eje de las m ism as, y que lleva un a cab eza de flecha, ia cual indica la dirección de sub ida . Ad vierte una línea de p e q u e ñ o s tra z o s d ib u ja d a a lre d e d o r de to d a la p la n ta : es el re c u rso g ráfic o q u e se u ti liz a p a r a se ñ a liz a r lo s sa lie n te s de la p la n ta in m e d ia ta su p e rio r, q u e en e ste c a so c o rre sp o n d e a la cubierta.
respecto al cuerpo del edificio, que tienen las plantas situadas por encima de la representada en el plano. En este caso concreto, señalizan los salientes de la cubierta. En cualquier caso, para interpretar correctamente un punteado de este tipo, hay que sab er lo que existe por encima de la plan ta que aparece represen tada en el plano, y esta incógnita no se puede des pejar sin conta r con el correspondiente plano de esta parte superior del edificio. Así, el contorno de las terrazas aparece reflejado con una línea de pequeños trazos en el plano de la figura 77, que lo es de la plan ta baja del mismo agru pam iento de vivienda. 77
F ig . 7 6 .
E j e m p l o d e u n a e s c a le r a i n t e ri o r , c o m ú n a to d a s la s p l a n t a s d e l m i s m o e d if ic io .
En es ta figura 77 puede verse el tratam iento gráfico que se da pa ra se ñalizar la continuidad de las escaleras. Por lo común, las escaleras en p lanta se suelen cortar a la mitad ap roxim ada de la altura del techo sobre el pavimento, cuan do se trata de interiores y contadas de una a otra imposta en las exteriores. La división se señala por medio de una o dos líneas quebradas u ob licuas, es decir, re currie ndo a las tradicionales líneas de interrupción.
Las puertas Estos elementos que sirven para abr ir y cerrar los huecos de paso que com uni can dos estancias contiguas, o el interior de una vivienda o local con el exterior, tienen tam bién una representación sencilla y muy fácil de interp retar en los planos. Sobre todo, si se tiene en cuenta que la inmen sa m ayoría de las pue rtas e stán form a das por una hoja de madera de forma rectangular, cuyo corte en sección será igualmente un rectángulo, correspondiente al ancho de la hoja, y de muy pequeña altura (el espesor), y que por intermedio de los herrajes de fijación y suspensión, sean bisagras o pernios, puede girar por uno de sus costados hasta 90 grados de ángulo, en las puertas normales. 78
EscalaGrafica
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1
*
en metros
i
i
Fig. 77. Pla nta b aja del edificio de vivien das esc alo na da s de la figura 75. La línea de p u n to s in d ic a la s p a rte s sa li en te s de la s te rra z a s q u e ti en e la p la n ta su peri o r.
El corte en sección de una p uerta ya instalada, incluyendo la zona de pared en donde se ha montado, el cerco o marco y la hoja, sería por lo tanto, parecido al modelo de la figura 78. La situación de una flecha indicaría no sólo el lado de apertura de la puerta, sino igualmente el sentido de giro, en este caso por la derecha y hacia dentro. Este esquema, sin embargo, no se utiliza actualmente. Es posible que todavía pueda caer en sus m anos un plano con las pu ertas sim bolizadas así, pero probable79
»
Fig. 78.
Corte en sección tran sv ersa l de un a pu erta de ap ertu ra radial.
Fig. 79. Así se rep resen tan, en un plan o de plan ta, las pue rtas de ap ertu ra radial: entreabiertas o totalmente abiertas, con indicación del recorrido o sin él.
mente no tenga ocasión de enfrentarse nunca con su identificación. Porque hace mu chísimos año s, par a sim plificar el diseño y evitar el menor asomo de confusión, en los plano s generales se delineaba n siem pre las puerta s ab iertas, tal como refleja la figura 79, dejando clara co nstanc ia de la presencia del hueco. La sección de una puerta se dibuja, indistintamente, perfilada o rellena de negro; totalm ente abierta o sólo entreab ierta, pero nun ca cerrada. En la mencionad a figura puede ver las cuatro representaciones más comunes: en las dos de abajo se indica la totalidad del recorrido de ape rtura, lo que se hace con un arco de círculo resuelto por medio de puntos o de una suce sión de rayitas de brazo fino, o bien con una línea recta que una el principio con el fin de la carrera. Cualquiera de estas cuatro representaciones gráficas que acabamos de comen tar, re unida s en la figura 79, simbolizan la presencia de puert as sencilla s e indican claramente el sentido de apertura de las mismas. Hemos destacado el hecho de que se trata de puertas sencillas, considerando como tales a las que tienen una sola hoja. Las pu ertas de hoja doble se representa n 80
F ig . 8 0. R e p r e s e n t a c i ó n e s q u e m á t i c a d e p u e rta s d o b le s, o d e d o s h o ja s.
Fig. 81.
i
J
ii
(
P ue rtas con y sin m ocheta. O bsérvese el detalle del renvalso.
duplicand o el m ismo esquem a, pero con los términos invertidos, tal como aparece en la figura 80.
La mocheta Se llama con este nom bre al rebaje efectuado en la obra pa ra alojar el cerco de la puerta (o la ventana). Aunque suelen ser mayoría las puerta s que tienen mocheta, su aplicación no es obligatoria, y se instalan m uchas p uer tas sin ella. Pero tal detalle no se refleja siemp re en el plano general, ya que en aquellos delin eados a escalas de 1:100 en adelante, debido a su reducción no suelen señalarse gráficamente ni la presencia de mochetas en la obra, ni tampoco los renvalsos de las hojas para asegu rar un cierre hermético. Estos detalles acostu m bran a indicarse expresam ente con un intercalado, o bien recurriendo al complemento de un plano parcial de 1:50, o de 1:25 (Fig. 81).
Puertas especiales Las pu ertas que aca bam os de describir son las de mayor uso. Colgadas por uno de sus later ales por m edio de pernios o bisagras, se abren y cierran en giro radial, y por ello se llam an de apertura radial. Pero existen otros tipos de puerta s, que verá representadas en los planos con otros esquemas diferentes. Vea en la figura 82 las principales variantes y la forma en que suelen verse representadas en los planos de planta. Los dibujos nos ahorran de cualquier explicación accesoria.
Las ventanas Al contrario de lo que sucede con las puertas, las ventanas se representan siempre cerradas. Y también siempre, con independencia de su escala, se indican las mochetas. En los planos de planta, la situación y longitud de la ventana se descubre enseguida por la interrupción de la pared, lo que origina una zona rectan gu lar en la que respira el fondo blanco del papel. Su dimensión longitudinal correspo nde a la del hueco. La presencia de la hoja o ven tana p ropiam ente dicha, se representa por unas líneas rectas de trazo fino, paralelas a la pared. Vea los ejemplos de la figura 83. La mayoría de las ventanas se resuelven con tres líneas par alelas y equidista ntes; las dos exteriores señalan el ancho del marco de la hoja, exactamene del travesañ o, m ientras que la línea interm edia repre senta la lám ina de vidrio (1, 2 y 3). F íjese en que esta últim a línea term ina y acab a en los dos cua drad os o rectángulos laterales, que simulan los largueros izquierdo y derecho del marco. Por ello, a veces se encuentra la esquematización del ejemplo 4, sobre todo cuand o el plano h a sido resuelto con escalas mayo res de 1:100, en la que la supu esta lámina de vidrio del acristalado se delinea con dos líneas paralelas muy juntas, aunque sin cegarse. Estos ejemplos que acabamos de mencionar (1, 2, 3 y 4) se refieren a ventanas sencillas. Las v entana s dobles se diseña n tal como aparece delinead o el modelo 5 de la mism a figura: con doble indicación de lo que ya serán cuatro largueros, dos por cada hoja, y un trazo perpendicular que corta el hueco exactamente por su parte central, qu e seña la la división en dos hojas. La situación de las ventanas con respecto al plano de la fachada determinará que el alféizar sea interior, tipo nicho, o exterior. Norm almente las ven tanas abren hacia ade ntro de la estancia. En el supuesto de que se hayan proyectado venta nas que ab ran hacia el exterior, se indicará tal extremo p or medio de una flecha. La inm ensa m ayoría de las ventan as, con un alto porcentaje que se pod ría fijar en el 90 o el 95 %, se resuelven en construc ción con el tipo llamad o a la france sa, esto es, de hojas colgadas del cerco por los costados mediante bisagras o pernios, con ap ertu ra radial. Pero hay otros tipos de venta nas que tienen una distin ta expresión gráfica y por lo tanto, un a d iferente lectura.
Ventanas especiales Las principales ventanas especiales que se pueden encontrar representadas en un plano, aparecen reunidas en la figura 84. Son las seis que se comentan a continuación. 82
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F ig . 8 2. D i fe r e n t e s e s q u e m a s r e p r e s e n t a t i v o s d e p u e r t a s e s p e c i a le s . A , p u e r t a m e t á li c a e n r o l la b l e s o b r e t a m b o r s it u a d o e n e l d i n t e l (s e ñ a l iz a d o c o n l ín e a s d e p u n t o s ) . — B, p u e rta lev ad iza. — C, p u e r ta p le g a b le o de li bril lo . — D, p u e rta a c o rd e ó n o c o rru g a b le . — E, p u e rta b a s c u la n te de eje tr a n s v e r s a l. — F, p u e rta o sc ila n te de eje v e rtic a l s itu a d o en el centro de la hoja. — G, pu erta o scilante sob re eje vertical situad o en un c ostad o de la hoja. — H, pu erta de corre dera s. — I, pu erta giratoria. 83
Fig. 83. V ariantes en la repre sen tación gráfica de pla nta s de ve ntan as norm ales. 1, de m och eta inte rio r.— 2, de m och eta ex terior.— 3, de mo cheta inte rm ed ia.— 4, con indicación de la lám ina de cristal y mo cheta interior. — S de doble hoja y mo cheta interior.
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Fig. 84. Principales ve ntan as especiales, rep rese ntad as en plan ta: 4, ve ntan a pivotan te de eje vertical. B, de tipo b asc ul an te o de eje m edio ho riz o n tal.— C, a b ati b le.— D, ve ntan a de librillo o pleg ab le.— E, de tipo corred era con dos h oja s.— F, de tipo guillotina.
84
La ventana pivotante gira alrededo r de un eje vertical central; en consecuencia, una parte de la hoja se abrirá lateralmente hacia adentro, mientras el extremo opuesto lo hace hacia el exterior. De manera similar actuará la ventana basculante, que oscilará sobre un eje central longitudinal, de manera que la apertura no se producirá por los lados, sino por las parte s superior e inferior, que avanzará n y retrocederá n a la vez, m ante nié n dose en la posición deseada por la acción de un perfecto equilibrio, muchas veces ayudado por la colaboración de contrapesos. Las ventanas abatibles, como su mismo nomb re indica, llevan la hoja articu la da con bisagras montadas en el travesaño inferior, de forma que se abre por la cabeza y se abate constituyendo un plano que puede tomar diversos ángulos con respecto a la pared. La llamada ventana de librillo presenta la hoja dividida en varias partes iguales, articuladas entre sí por los laterales, lo que permite que pueda plegarse sobre sí misma al abrirse. Por su par te, en la de tipo corredera, la ventan a con sta de dos o más hojas, cuyo conjunto cub ren el hueco. L as hojas pueden deslizarse paralela m ente al plano de la pared, por in term edio de uno o más carriles, o disposicione s similares, descubrien do parte de dicho hueco, nunca la totalidad del mismo. Finalmente, la ventana de guillotina está compuesta también por dos o más hojas que se deslizan sobre distintos planos paralelos a la pared, pero en lugar de hacerlo en sen tido longitudinal, las hojas pueden s ub ir y bajar, o sea que ascienden y descienden verticalmente.
Elementos divisorios En algunos planos de planta representativos de grandes superficies, como suelen ser los de locales destinados a oficinas, despacho s, dep endencias a dm inistra tivas, etc., es frecuente encon trar una sucesión de trazos p aralelos forma ndo lo que a primera vista pudieran parecer caprichosas composiciones geométricas, que recuerdan al ejemplo de la figura 85. Estas líneas que aparecen diseñ adas en tramos relativame nte cortos, de igual longitud, separadas entre sí por unos pequeños dados negros, simbolizan paneles de cualquier material (madera, cristal, plancha de aluminio, etc.), con los que se montan pantallas y tabiquillos móviles, y los cuadraditos negros representan los perfile s metálicos o de plástico con los que se c onform an los paneles p ara fijarlos en la posición dese ada y estru ctu rar el co nju nto . Dicho de otra m añ er a: estos esq uem as quieren re pre sen tar la instalación de tabiqu es ligeros divisorios, cualquiera que sea el sistema empleado, ya que se trata de la simbología general con que se indica el trazado de los elementos que intervienen en la compartimentación de un espacio.
Los ascensores Hay que aco stum brarse a reconocer —loque por otra pa rtee s muy sencillo— el símbolo que apa rece en el lado izquierdo del plano rep roduc ido en la figura 86. En esta p arte del dibujo puede verse un rectángulo cruzado interiormente por dos líneas
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Fig. 85.
Representación de elementos divisorios en un a comp artimen tación de espacios.
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Fig. 86. La simbo logia de un ascens or se ba sa en el dibujo de un rectángulo que representa el corte en sección de la cabina, cruzada por una cruz en aspa.
en diagonal. El rectángulo en cuestión parece encerrado por tres paredes, que limitan los tres tercios de su total perímetro. Este signo, que se enc uen tra en muchos plano s de plan ta, significa la existencia de un hueco en este punto. Los trazos finos que rodean el hueco y conforman el mencionado rectángulo, pueden asimilarse al esquema de la caja de un ascensor. La constancia será, en todo momento, esta cruz en aspa, ya que la forma de representar un ascensor puede variar notablemente, según cada proyectista. Espe cialmente según sea la cuantía de los detalles representados en el esquema. La manera más elemental consistirá en la simple delincación del corte en sección del hueco que constituye la caja del ascensor, la cual fo rm a pa rte de la propia obra. El 86
F ig . 87.
D i fe r e n t e s e s q u e m a s r e p r e s e n t a t i v o s d e a s c e n s o r e s
rectángulo interior representa la cabina. Vea en la figura 87 diferentes formas de esqu em atizar las cajas y cabin as de ascensor, en mu chos casos con la indicación de los contrapesos, que pueden ser laterales o posteriores, los contactos de paro, las puertas, etc. Se pueden encontrar esquem as de cabina sin el aspa interior. Los proyectistas que ob ran así están persu adid os de que la cruz en aspa es símbolo de hueco, y que la cabina del ascensor constituye en realidad un pequeño recinto cerrado y techado, independiente del hueco que lo cobija. Y tal vez tengan razón y los que yerra n sean los otros. Pero lo cierto es que se acepta, intern acionalm ente, la rep resentació n del corte en sección de un ascens or por medio de un rectángulo cruzado por una cruz en aspa.
Patios interiores Los patios de luces entre mediane ras, limitados en tre cuatro pared es, así como los patios interiores de cualquier tipo encerrado entre tres, salvo muy raras excep ciones son de forma cu ad rad a o rectangular. Su presen cia se indica, en los planos de las plantas superiores, por medio del rectángulo que corresponde a sus dimensio nes, rem atado con las diagonales que form arán la cruz en aspa, tal como reproduce la figura 88. Con estas cruces se da a entend er que se trata de una superficie hueca, es decir, que no se ha delineado ningu na clase de pieza complem entaria corresp ondiente a la planta. Los trazos en diagonal se realizan con líneas finas no co ntinuas, sino formadas por una sucesión de rayitas.
Hogares-chimenea En la figura 89 se reprodu ce la planta de una vivienda, cuya hab itación lateral izquierd a pertenece al proyecto del comedor-estar. O bserve en el muro un eng rasa miento triangu lar cortado por la ventana; dentro del mismo hay recortada en blanco una figura trapezoidal; se trat a de uno de los varios esquem as representativos de una chimenea-hogar. El símbolo que se adopta, universalmente, para indicar la presencia de una chimenea-hogar es básicamente el mismo. Sobre el muro macizado en negro se recorta el plano de plan ta del hogar, cuya representación gráfica v ariará ligeramente en función del tipo y forma adoptada para la chimenea, del número de bocas de fuego que tenga, del punto en don de se construy a, etc. Por lo demás, tra tán do se de planos generales a escalas 1:100 en adelante, el delineado ac ostum bra a ser mera mente indicativo, m uy elemental, dejándose la exposición de los detalles con structi vos a los planos complementarios parciales. Fundamentalmente, las chimeneas pueden ser de rincón (Fig. 90) cuando están em plazadas en un ángulo de la estancia, limitadas por dos paredes en contra das; o de pared , que es la solución mayoritariamente adoptada, cuando se sitúan longitudinalmente dispuestas junto a la pared, como es el caso de la figura 91. Com paremos la plan ta de la chimenea diseñad a en esta última figura, con la de la ilustración 89, porque ambos son indicativos de dos tipos de construcción para
Fig. 88. Pla nta de un a vivienda plurifam iliar. Ad viértase la existencia de dos am-plios patios, interiores, abierto s, señaliz ado s con ^o sen das cruce s en aspa , así como de un patio de luces central.
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Fig. 89. Plano de plan ta de una vivienda, con indicado r de chim enea-hog ar en la sala de esta r comedor, en la estancia izqu ierda del conjunto. Véala em po trada en el interior del m u r o , q u e e n e s t a p a r t e se e n g r u e s a f o r m a n d o u n c u e r p o t ri a n g u l a r .
Fig. 90.
Plano de plan ta de un com edor-estar con chim enea -hoga r de rincón.
una misma chimenea. En la última de las figuras mencionadas (la 89), dejando aparte el hecho de que el plano de la chimenea se haya proyectado en posición oblicua con respecto al paramento exterior del edificio, lo que es consecuencia directa de la forma ado ptada par a el engrosamiento del muro, vemos que el hogar aparece empotrado, es decir, rebatido, ab ierto dentro del espes or de la pared y a sus expensas. Y por el contrario, en el caso de la figura 91, la chimenea sobresale del nivel del param ento exterior, la totalidad de su cuerpo ha sido adosada, superpuesta posteriormente a la construc ción de la vivienda. 90
Fig. 91. En esta planta, la chim enea-hoga r es de tipo adosado , es decir, sup erp ues ta a la construcción. Por ello tiene un tratamiento gráfico distinto y sus paredes han sido objeto de un ra yad o de trazos oblicuos, en lugar de m acizarlas en negro.
Por lo general, este último tipo d e chimenea pertenece a u na adición, es decir, a la instalación solicitada después de ocupada la finca, aunque por razones de economía, o de improvisación, algunas chimeneas se construyan originalmente adosadas. En la figura 92 se reprodu ce el modelo de dos hogares-chimen ea contra puestos, que corresponden a dos habitaciones o dos viviendas contiguas. Tratándose de planos a escalas que perm itan la inclusión de detalles, o proyectado s expresamente para instalaciones, es normal encontrar junto a un a ch im enea, o en u na cocina, unos cuadrados divididos en dos mitades por una diagonal, en los que uno de los dos triángulo s que resulta n de la partición ap arece relleno de negro, mien tras que el otro se deja en blanco. Este signo simboliza los conductos de humos; cada cuadrado blanco y negro re prese nta un conducto de humos. En el dibujo hay ocho, porque están indicados los correspondientes a las plantas inferiores de la construcción. El esquema se asimila, pues, a un conducto de evacuación al exterior para humos, seccionado al mismo nivel que las paredes. 91
Fig. 92. Plan ta de dos chim ene as-ho gar con trapu estas, corresp ond ientes a dos vivien d a s c o n t ig u a s , A am b o s l a d o s e s t á n r e p r e s e n t a d o s l o s c o n d u c t o s d e h u m o s .
Fig. 93. B ajante y cond uctos de ventilación en un cu arto de aseo interior. La bajante e s t á r e p r e s e n t a d a p o r u n p e q u e ñ o c í r c u lo d i v id i d o e n d o s m i ta d e s , u n a b l a n c a y l a o tr a negra, contenido en el interior de un rectángulo, q ue po dría ser igualm ente un cua drad o.
Conductos de ventilación El mismo signo del cuadra do cortado en dos par tes por u na diagonal, la mitad rellena de negro, se utiliza para repre senta r un condu cto de ventilación, de los que se aplican par a recintos cerrados sin contacto con el exterior, principalmente aseos y w.c. interiores (Fig. 93).
Armarios empotrados Un importantísimo porcentaje de armarios empotrados acostumbran a ser de obra, es decir, son construidos con el edificio y se entregan formando parte de la vivienda o locales en venta. Un armario empotrado se llama así porque su frente avanza, de p ared a pared latera l y constituye de hecho un tabique-armario. La caja del armario empotrado está delimitada, por lo tanto, por la pared del fondo, por el cielo raso, por el suelo y por las dos pared es laterales. La parte d elantera la resuelve la carpin tería de madera, enc argada de agregar el marco y las puertas de cerramien to. El interior de este tipo de armarios suele ser muy elemental; en realidad, su distribución y composición son tareas que se dejan un poco en suspenso, a la expectativa de que el ocupante de aquella vivienda se encargue de proyectarlas y realizarlas a su gusto y necesidades. 92
Así es que en los planos, los armarios de obra se representan como un hueco delimitado por tres trazos gruesos que indican tres parede s de fábrica (el fondo y los laterales) y una línea fina cerrando p or delante el conjunto, que debe interpretarse como las puertas. Véase al respecto la figura 94, en donde se reproducen ocho variantes de interpretación gráfica referida a estos elementos. A lgunos proyectistas conciben el esquema de un armario empotrado con el interior totalmente limpio (modelos A, B y C); otros, rellenan e ste inte rior con un ray ado vertical u oblicuo (D); la mayoría suelen indicar el hueco por medio de las clásicas diagonales formando una cruz en asp a ( E y F) y finalmente, los hay (G y H) que se ñala n con un filete fino horizontal el centro del hueco, con el que pretenden simbolizar la barra para los colgadores, añ adiendo algunos trazos que esq uem atizarán las perchas. Tales suelen ser las cuatro soluciones que se adoptan mayoritariamente. Incluso, cuan do el tam año de la escala lo permite, se indican las pue rtas, que en el modelo C son colgadas, de tipo radia l; en el modelo E, corred eras, de tres puertas deslizantes; y en el F, igualmente correderas, pero sólo de dos puertas. Los modelos A, B, D y H corresp onden a doble armario -empotrad o forma do por dos unidade s con el frente alternado. Acostum bra a ser una solución ada ptada a dos habitaciones contiguas, con la que una sola obra cubre dos servicios. Los casos de los modelos C y G represe ntan un planteam iento similar, pero con las dos unidad es abiertas en el mismo frente. Y no se acaban, con las expuestas, las formas con que el proyectista puede esque ma tizar y simbolizar un armario-tabique. Se trata de un elemento constructivo que, a pesar de la pretendida norma lización a que ha sido sometido, man tiene una anárquica independencia representativa, que algunas veces puede inducir a la
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Fig. 94. Diferentes interpretacio nes gráficas de arm arios em po trados. M odelos A, B, D y H, de tipo doble, encarados, para servir conjuntamente a dos habitaciones contiguas, de la misma vivienda. Modelos C y G, de tipo doble, pero abiertos por el mismo frente. Modelos E y F, de tamaño grande, propios para habitación de matrimonio. 93
confusión en el momento de interpretar el plano, y entonces resulta un factor muy importante, para efectuar una lectura correcta, dejar que juegue su papel la in tuición. Por ejemplo, en la figura 95, que reproduce una planta con dos viviendas gemelas, en el piso correspo ndien te al lado izquierdo, que está d etallado, los cuatro dormitorios disponen de un armario empotrado por pieza. Advierta que la única pis ta que concede el auto r de l delineado es una A trazada en el in te rior de cada hueco. Obse rve que en el plano del piso del lado derecho no se han rep rese ntad o los mu ebles qu e está n en el plano del piso del lado izquierdo, con esto se indica que es igual que el otro (simétrico) y la no existencia del dibujo de los muebles se ha aprovechado para poner las cotas con las distancias exactas que, lógicamente, también corresponden al piso del lado izquierdo.
Las terrazas Las terrazas descubiertas o cubiertas, tanto si son cuerpos salientes como si corre spon den a un a pa rte de la cubierta de la plan ta inferior, se localizan fácilmente por dos cara cte rísticas que les son pro pia s en los planos, ta l como re pro ducen las ilustraciones de las figuras 97 y 98. Son: 1.°) Se hallan fuera del cuerp o del edificio, en ca rad as al exterior, m ás a llá de los límites que en el plano señalan los muros de la construcción. 2.°) Su definición y destaque sobre el conjunto se consigue dibujando su embaldosado. Tratándose de planos a escalas bajas, que permiten detallar —incluso a la pro porc ión de 1:100— resulta obligado que el modelo de bald osas elegido para pavim enta r la zona, sea re presenta do a escala, p ara que el im pacto visual sea lo m ás real posible. Pero a partir de reducciones de 1:200 en adelante, el cuadriculado pro bable m ente se ceg aría, mucho más si las piezas pro puesta s son de tam años corrientes. Entonces, se adm ite el recurso de sim ular la existencia del em baldos ado a sentimien to, es decir, sin suje tar el delineado a las reglas de la propor cionalidad. Esto sucede muy a menu do en la representación de las piezas de la vivienda dedicadas a servicios (Fig. 98), como son las cocinas, los cuartos de baño, los aseos y los retretes, que al igual que las terrazas, se suelen distinguir por el cua driculad o con el que se resuelve el plano dibujado de tales piezas de la casa . Pero así como en una terraza pueden aplicarse baldosas de dimensiones por lo general grandes, en las dependencias citadas lo normal es que ocurra precisam ente todo lo contrario, que se utilicen cerámicas y gres de tam años más bien pequeñ os, incluso a veces m osaicos de 2 x 2 cm. En tonces, p ara ev itar la dificultad —en algunos cas os la im pos ibilida d— de redu cir tales me didas a los límites que seña la la escala, es cuando se aconseja pres cindir de las proporciones debidas y actu ar “a ojo”.
Materiales Como ya hemos dicho anteriormente, en los planos se hace constar con textos cortos, una pequeña explicación sobre los motivos representados, en la que con 94
Fig. 95. Plan ta con dos viviendas. O bserve, en el piso de la izquie rda, que los arm arios em po trado s han sido señalizado s con la letra A, inicial de tal elemento.
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F i g. 96 . E n e s t a o t r a p l a n t a , lo s a r m a r i o s e m p o t r a d o s h a n s i d o r e s u e l t o s c o n l a c r u z e n a s p a i n d i c a d o r a d e h u ec o , c r u z a d a p o r u n a l ín e a h o r i z o n t a l q u e s i m b o l i z a la b a r r a p a r a c o l g a r la s p e r c h a s .
frecuencia interviene la naturaleza de los materiales previstos. Por ejemplo, en la figura 99, que represen ta la fachad a delantera de un chalet, se indican los acab ados con los que se resolverá la obra. Pero otra s veces se omite la ayuda del rotulad o y se deja a la expresión gráfica la labor de dejar su mensaje, que debe ser perfectamente comprendido. E squem atizar con símbolos de term inado s m ateriales puede ser fácil o difícil, según sea la sup erfi cie del m aterial que se quiera re presen tar. Cu ando se trat a de piezas especiales que tienen un diseño característico y reconocible, el problema será mínimo. Pero ya resulta más complicado pretender significar, por medio de dibujos, materiales de aplicación continua, como son por ejemplo el cemento, el yeso, el hormigón, etc. Y ello es lo que se in tenta solucionar recurrien do a unos signos convencionales que todavía no han sido normalizados. Y que, por lo tanto, dependen de factores muy diversos, entre los cuales cuen tan princ ipalm ente la decisión de adop tarlos y la unificación de criterios, puesto que actualmente hay demasiadas opciones. Por un lado, se encue ntran los que prefieren ignorar la simbología de materiales y prescin den de su represen tación gráfica; existe un im po rtante grupo qu e la crea a su gusto y actú a de acuerdo con su pa rticu lar pun to de vista; y finalmente, hay los que utilizan láminas transferibles autoadhesivas, ed itadas expresamen te para facilitar la elabo ración de planos y perspectivas de arqu itectura y construcción. Pero estas lám inas está n pu blicad as por diferentes editoriales técnicas y resuelven de forma distin ta los mismos problemas. 96
Fig. 97. En la represe ntació n de una terraza, el dibujo del embaldosado indica su forma y la superficie de la terraza.
F ig . 9 8. A d e m á s d e l a s t e r r a z a s , q u e sa l v o m u y r a r a s e x ce p c i o ne s se r e p r e s e n t a n s i e m p r e p o r m e d i o d el e s q u e m a d e s u e m b a l d o s a d o , e s c o r r i e n t e e n lo s p l a n o s d e p l a n t a de tipo general dibujar, igualmente, el cuadriculado que simboliza el pavimento de los servicios: cocina, baño y aseo.
No obsta nte lo dicho, el criterio seguido en to dos los caso s no difiere excesiva mente de unos dibujos a otros, ya que todos parten de una base única; por otra pa rte, para in te rpreta r adecuadam ente unos símbolos que se desconocen, ju eg a en grado máximo el sentido com ún del lector, la intuición y el sentido de la observación. La figura 100, por ejemplo, recoge cua tro inte rpre tacio nes clásicas. El cemento (A) suele represen tarse con un punte ado m uy fino. El mortero (B) con un p untea do m ás grue so y espaciado. Y al hormigón (C y D) con una mezcla de pu ntos y siluetas de distintos tam años con las que se pretende esquem atizar los agregados pétreos. Vea en la figura 101 un conjunto de doce modelos de materiales tradicionales, de los que más de la mitad son aplicables indistintam ente par a levantar p ared como para pavim entar, por lo q ue apare cen ta nto en planos de alzada como de planta. El ladrillo y la piedra na tura l son los protago nistas. La obra de fábrica de ladrillo visto, o el revestimiento de plaque tas cerámicas im itando dicho acabado, puede rep resen tars e tal como aparece reflejado en estos ejemplos o por cualqu ier otro aparejo. En cuanto a la pared de m am postería o al revestimiento de piezas y lajas de piedra par a sim ular m am pue stos y sillarejo, se dibu ja siluetando los componentes. Reconocer la pie dra y el ladrillo y, p or su diseño, la dispo sición general adopta da p or el pro yectis ta, resulta una tarea fácil. En la figura 102 se ha reunido una pequ eña selección de ejemplos prácticos, tomados de planos, en su mayoría de alzada, en los que se simbolizan otros 98
ESTUCO
BLANCO
WARMOLY GR1FFÏI O BIEN PINTADO FEB-REBETON RUGOSO
RAMPA
no de alzada con indicación de los acabados de la obra.
GARAJE
Fig. Fig. 100. 100.
Re pres enta ción de: A, cem ento, yes o.— B, m or ter o. — C y D, horm igón .
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F ig ig . 1 01 01 . D i f e r e n te te s re r e p r e s e n t a c i o n e s g r á f i c a s de d e o b r a v i s ta ta d e l a d r i ll ll o (t (t a m b i é n d e revestimiento cerámico imitando tal material), y de paredes de piedra natural, estas ú l t im im a s i n d i s ti t i n t a m e n t e a p l ic i c a b l e s a re re v e s t im im i e n to t o s d e p a r a m e n t o s y co c o m o m a t e r ia ia l d e p a v i m e n t a c i ó n . E l ú l t im o m o d e lo s i m b o l iz a u n e n c a c h a d o d e m á r m o l . ( D e la g a m a Zipatone).
materiales de corriente uso en la construcción sobre los que todavía no hemos hablado . Son el mármol, la mad era natura l, elementos para revestimiento prefabri cados de madera, piezas para parquet, mallados de alambre y metal. No N o rm a lm e n te , el m e ta l se re p r e s e n ta con co n u n ra y a d o de tra tr a z o s p a r a le lo s o b li li cuos, con inclinación aproximada a los 45°. Estamos refiriéndonos a planos de arqu itectura, construcción y decoración. decoración. E n planos industriales de piezas me cáni cas la cosa no es tan sencilla, ya que cada tipo de material metálico tiene su representación particular, hierro, acero inoxidable, latón, cobre, etc. Pero tal dife renciación renciación no interesa al objeto del del tema que estam os d esarrollando. esarrollando. Luego, en la figura 103 ofrecemos un muestrario bastante completo de repre sentaciones de cubiertas, a base de tejas de barro cocido y de pizarra de diversas forma s y distinta s combinaciones. El diseño adoptad o es lo suficientemente elocuen elocuen te, por lo que no insistimos; se trata de unos símbolos que cualquiera puede interp retar sin necesidad de tener conocimientos conocimientos especiales sobre la la m ateria. No p u e d e d ec irse ir se lo m ism is m o en lo q u e re s p e c ta a los e s q u e m a s g ráfi rá fico co s de la figura 104, en los que se simboliza el arenal; el campo sin cultivar; el terreno cubierto de hierba y el césped; y la huerta. Pero aquí nos hemos apartado ya del tem a de los los materiales, pa ra en trar en el de la la representación en planta de las zonas que circun dan a la construcción aislada en el el campo o la playa. playa. 100
E
Fig. 10 102. 2. De arr iba ha cia abajo, simb olización gráfica de: A, revo co .— B, m árm ol. — C, p r e f a b r i c a d o s d e m a d e r a p a r a r e v e s t i m i e n t o s . — D, p a r q u e t d e m a d e r a . — E , m a l l a d o d e a l a m b r e . — F , m e t a l.l.
Como se representa la vegetación En un plano de alzado, la representación de la vegetación no ofrece el menor pro p ro b lem le m a , ni p a r a el d ise is e ñ a d o r q u e d eb e p la s m a r su s e s q u e m a s en el p ap e l, ni p a r a el lector del documento, que debe in terp reta r al dibujo. dibujo. Vea, Vea, po r ejemplo, ejemplo, la figura 105. La silueta de unos árboles, de unos arbustos, de unas plantas, por muy estilizada que haya sido concebida y realizada, no ofrece la menor duda para su reconocimiento reconocimiento instantáneo. 101
_ V r W F i g. g. 1 03 03 . D i v e r so s o s e s q u e m a s d e c u b i e r t a s t e r m i n a d o s c o n t e j a s d e a r c i ll ll a o p l a q u e t a s d e p i z a r r a . ( D e la g a m a Z i p a t o n e ) .
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Fig. 104 104.. D ibujos sim bo lizan do : A, aren al, p la y a.— B, cam po sin cu ltiv ar .— C, c é s p e d . — D , h u e r t a , c a m p o c u lt l t iv iv a d o .
Pero ¿cómo ¿cómo se esquem atizan los árboles árboles que han de complemen tar un plano de pla p la n ta d e un u n a c a sa con co n ja rd ín , o ro d e a d a de d e bo b o sq u e? El arb a rb o lad la d o , vis v isto to d e sd e a rrib rr ib a , a vuelo vuelo de pájaro, suele represe nta rse de man era parecid a a como como han sido resueltos los ejemplos de la figura 106. Como puede verse, la estilización de las copas de los árboles tiende a considerar que las mismas ocupan una superficie circular, cuyo centro lo ocupará el tronco, a partir del cual se formarán radicalmente los brazos ramosos. La fantasía del proyectista hará el resto. En algunos casos, se intentará esquematizar especies de árboles concretos, pinos, encinas, roble, hayas, abetos, pa p a lm e r a s , alco al co rno rn o q u es, es , oliv ol ivos os... ... La m ay o ría rí a de la s veces, vec es, lo ú nico ni co q u e im p o rta rt a es dejar clara co nstancia de que aq uel dibujo indica la presencia de un árbo l en el el punto señalado. Es lo que se ha hecho en el ejemplo de la figura 107, donde se ha diseñado la zona ajard ina da colindan te con con la la casa de veraneo, señalizando sende ros revestidos de lajas de piedra natural rústica que combinan con escalones, para salvar el desnivel del del terreno y acceder a la gran e xplan ada que hace las veces veces de terraza, en donde se levanta la casa de campo, perfectamente diferenciada en dos zonas: la orientad a al N, N, destinad a exclusivamente a descanso, consta de cuatro dormitorios dobles, cuarto de baño y dos aseos. La zona S comprende una gran sala de estar 102
Fig. 105. La rep resen tación de la veg etación en un plano de alzad a no ofrece el m eno r p ro b le m a , n i p a r a su d is e ñ o n i p a ra su in te rp re ta c ió n p o ste rio r. La silu e ta d e u n o s á r b o l e s , p o r e je m p l o , n o o fr e ce la m e n o r d u d a p a r a s u r e c o n o c i m i e n t o , p o r e s t il iz a d a q u e sea. (Modelos Zipatone).
F ig . 10 6. M á s c o m p l i c a d a r e s u l t a l a r e p r e s e n t a c i ó n d e e s t o s m i s m o s á r b o l e s a v i s t a d e p á ja ro , q u e es co m o d eb en a p a r e c e r en u n p la n o de p la n ta . La e sq u e m a tiz a c ió n q u e se a d o p t a e s la d e s u p o n e r la c o p a o c u p a n d o u n á r e a a p r o x i m a d a a l c ír cu lo . E s t a e s, p o r ejemplo, la versión que Zipatone da a 18 especies arbóreas contempladas desde un helicóptero.
103
Fig. 107. Aqu í vem os algu no s árbo les y otros tipos de vegetación incluidos en un plano de planta de una casa de campo en el Vedat, de Torrente (Valencia). Observe el t r a t a m i e n t o g r á f ic o q u e s e le h a d a d o a l t e r re n o q u e r o d e a l a fi n ca , la m a n e r a d e s e ñ a l i z a r l os d e s n i v e l e s y d e m a r c a r s e n d e r o s r ú s t i c o s p a r a a c c e d e r a la s t r e s e n t r a d a s q u e t ie n e l a gran explanada en donde se ha construido la finca y la piscina contigua.
comedor, la cocina y la habitac ión p ara el servicio, con un aseo-du cha. E n esta parte , la terraza cobija una piscina rectangular dotada de trampolín. El resto es grava, césped, vegetación y rocalla.
LOS SERVICIOS Corrientemente, se consideran servicios anejos a un a vivienda los centralizados en habitaciones especiales, proyectados para cu brir una s necesidades concretas de 104
los ocupan tes de aquellas. P ara resu m ir la exposición del tema, po demos form ar dos grupos pa ra clasificar estos servicios: • Uno, que comprende los destina do s al man tenimien to fisiológico por medio de la alimentación. • Y el otro, que abarca el cump limiento de las prácticas higiénicas, en todas sus gamas. El primer grupo tiene un solo nom bre representativo: la cocina. El segundo, puede adoptar diversas variantes, según el número de elementos que compongan su instalación y el fin para el que es destinada. Así, acoge a los cuartos de baño, cuartos-ducha, aseos, lavabos, w.c., saunas y cualquier derivado que pudiera existir. Los recintos destinad os a cub rir un servicio determ inado requ ieren la insta la ción de una serie de apara tos o elementos auxiliares que son, precisamente, los que ju stifican su existencia. Estos apara to s, así como el mobiliario au xiliar que los complemen ta, form an pa rte de la obra, p or lo que con stan siempre especificados en los respectivos planos del proyecto. Resulta obligado, por lo tanto, que puedan ser reconocidos enseguida los esquem as que los representan, y que la interpretación de los mismos sea acertada.
La cocina En la cocina se realiza una serie de operaciones que pued en resu m irse en cinco fases, cad a u na de las cuales requiere sus propios elementos de trabajo. Son: • • • •
La prep aración de los alimentos (el banco de trabajo ). Cocción de los mism os (cocina-horno). Preparac ión de la comida (el banco de trabajo). Limpieza de los útiles em pleados y recogida de los desperdicios (fregadera, escurreplatos, triturador de basura, cubo, etc.). • Almacenam iento de los útiles y de los alimentos (frigorífico, despe nsa, armarios).
Según sea el espacio disponible, la cocina comprenderá un mayor o menor núm ero de elementos. De acu erdo con su disposición, ocur rirá algo parecido. Quiere decirse, con ello, que contando con un único espacio disponible, puede aum enta rse o dism inuirse el área de servicios, si los elementos se instala n de un a u o tra forma. Esto qu eda expuesto grá ficam ente en la figura 108, don de una superficie de 2 x 2,5 metros adopta cinco soluciones, cada una de las cuales supone distinta superficie lineal de trabajo. Así: • La agrup ación en un a hilera (A) proporciona 2,5 metros lineales de trabajo. • La disposición en doble hilera (B) dobla aquella magnitud, que será de 5 metros lineales. • La agru pación en “L”, supone 3,5 metros lineales útiles (C). 105
B
A
C
D
E
Fig. 108. D istribu cion es bás icas de los elem entos de un a cocina. A, en h iler a.— B, de hilera doble.— C, en “ L " . — D , e n “ U ' \ — E , e n “ U ” i n t e r r u m p i d a .
• La denom inada en “U”, con 6 metros nominales, en realidad proporciona una superficie neta de 5 metros (D). • Y po r último, la disposición en “U” interrum pida, m otiva un área de trabajo de 4,5 metros (E). De todo ello se deduce que la agrupación en “L” es la más adecuada para cocinas peq ueñ as, salvo que el ancho de la habitació n perm ita la instalación de una doble hilera o en “U”. Pero como es natural, las dimensiones de la cocina, la disposición adoptada para la instalación de los elementos que la componen y la elección de los mism os, es u n pro blem a que debe resolver el proyectista, y que viene ya indicad o en el plano corresp ondiente. Lo que in teresa al lector de estos planos, es la interpretación correcta y rápida de los esquemas trazados.
Representación gráfica de los elementos de una cocina en planta Vea la figura 109. En ella tiene representados el alzado y la planta de una agrupación en hilera, que es la más elemental. Planta y alzado se corresponden. 106
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Alzado y planta de una cocina prototipo instalada en una sola hilera. De izquierda a derecha, los elementos componentes considerados como unidades, son: a r m a r i o d e c o l u m n a , n e v e r a e m p o t r a d a , b a n c o d e t r a b a j o ( a r m a r i o b a j e ro ) , la v a v a j il la s (encimera escurreplatos), fregadera de dos senos, armario bajero, cocina horno y a r m a r i o r in c o n e r a . Fig. 109.
Como que en esta composición no falta ningún elemento básico, comparando la visión aérea reproducida en la parte baja de la ilustración con la visión fontal que aparece a rriba, puede el lector hacerse perfecta idea de cada esquema . Vamos a comentar, con cierto detalle, la exposición de la hilera de muebles y servicios que integran la agrupación esquematizada en planta de izquierda a derecha. Los arm arios se representan por medio del rectángulo que corresponde a sus medidas de planta, cruzado por dos diagonales. Pero cuando se delinean dos armarios situados uno encima del otro, ocupando el mismo espacio, sólo se cruza con las diagonales el de arriba. Es decir, los dos elementos de la izquierda, que se alzan a tod a a ltura y por ello se llaman de columna, se simbolizan tal como indica el dibujo. Los que siguen, se componen de dos unidad es m ontada s dejando un espacio libre entre am bas. Las de arriba son los denominados armarios colgados, de menor profundid ad siempre que los de aba jo, o armarios bajeros. Las encimeras de los armarios bajeros constituyen el banco de trabajo. Pues bien, observe con atención el plano que estamos comentando. Los arma rios colgados se señalizan con las diagonales en as pa co mp letando el rectángu lo que delimita su perímetro. Los armarios bajeros se delinean con la superficie lisa. 107
\
Algunos elementos no son propiamente armarios, sino que cumplen otra función. B ásicamente, son la fregadera y la cocina-horno, la prim era enc argad a de facilitar la limpieza de los alimentos y de los utensilios utilizados en su m anipu lado y servicio de mesa. La fregadera se esquen^tiza dibujando los rectángulos que simulan las cubetas, y el escurreplatos se simboliza por una sucesión de líneas parale la s que representa n el ac analado por donde se ev acú a el ag ua, de form a parecid a a como rep ro duce la m encionada figura 109. Por su parte, la cocina-horno se indica por unos circulitos dibujados en la encimera, que quieren significar el núm ero de fuegos. La cocina del plano, por lo tanto , es de cuatro fuegos. Adviértase el detalle de que, cuando coinciden en un mism o pu nto del plano dos elementos supe rpuestos verticalmente, po r ejemplo un arm ario bajero y su pareja colgado, se ha evitado que se produzca el cruce de líneas correspondientes a los esquem as de amb as un idades, p ara dejar limpio el dibujo y favorecer su inte rpre ta ción correcta. En estos casos, suele ser el propio criterio del proyectista, o bien la necesidad de conceder mayor destaque de uno de los dos elementos sobre el otro, quien resuelva cuales serán los armarios que total o parcialmente deb an delinarse con trazos discontinuos de rayitas. Como veremos enseguida, no todos los planos se solucionan de igual manera. Pero de momento interesa continuar comentando la planta de cocina de la figura 109. La cua rta u nid ad b ajera, com enzando p or la izquierda, q ue hay en el plano de alzada, dispone de un tablero adicional rebatible encargado de desempeñar la función de una mesa auxiliar. Observe en el plano de planta de resolución gráfica que se le ha dado. Las líneas discontinuas que diseñan el rectángulo saliente de la encimera, quieren significar la existencia de un tablero alojado debajo de esta m isma encimera, que puede extenderse hacia afuera y que, en su m áxima extensión, ocup ará el área señalada. Continuemo s interp retan do líneas. Al con tem plar el conjun to de la agrupació n repre senta do en planta , veremos que la línea longitudina l que indica el límite frontal de dicho conjunto, tiene tra za da a muy escasa dis tancia otra línea, esta vez disconti nua, dispuesta paralelamente. Esta línea a rayitas representa la profund idad real de los armarios y elementos bajeros, ya que la encimera avanza unos milímetros con respecto al cuerpo de los mencionados armarios.
Variantes en la representación del mobiliario de cocina En la figura 110 reprod ucim os otra esq uem atización de los elemen tos compo nentes de la instalación de una cocina, esta vez con la planta completa de la habitación. Llamamos la atención sobre lo que dijimos en otra parte de la obra, sobre el hecho de que los cuartos de baño y las cocinas se acostum bran a esquem ati zar dibujan do tam bién, a dem ás de los muebles, el cuad riculad o del suelo con el que se representa el embaldosado del pavimento. Este cuadriculado tiene, fundam entlmente, dos misiones: • Por un lado, sirve pa ra con trastar la presencia de las hileras que forman el mobiliario, haciendo que destaque. • Y por otra parte, independiza en cierta forma y desde un primer momento, los sectores dedica dos a los servicios con respecto al resto de las habitacion es que integran la vivienda. 108
F ig . 1 10. P l a n t a d e u n a c o c i n a in s t a l a d a e n d o s h i l e r a s. C o m p á r e s e e l t r a t a m i e n t o g r á f ic o q u e s e h a d a d o a l o s e s q u e m a s d e lo s e l e m e n t o s , c o n lo s d e la f i g u r a a n t e r i o r .
Visualmente, esta diferencia de tratamiento gráfico tiene su importancia, ya que ayuda a separar las llamadas zonas de ocupación de las accesorias al primer golpe de vista. Vea en el ejemplo de esta figura 110, que repre senta un a cocina con la insta la ción en doble hilera, que la manera de delinear los esquemas de los elementos componentes, ha variado algo. Para este proyectista prevalece el factor real. Si la pla nta es una sintetización de las su perficies contempladas a vista aérea, no cabe la menor duda que se verán únicamente las encimeras de los armarios colgados, es decir, de los que form an la agrup ación superior. Todos estos arma rios se cruzan por dos d iagonales, que indica n espacios huecos. De los arm ario s b ajeros sólo se ve la parte que queda libre de las encim eras, y no se recu rre p ara nada a la señ alización de lo que está tapado por medio de líneas punteadas o de rayitas. A pesar de ello, la interpr etación del plano no resulta m ás difícil que en el caso anterior, exp uesto en la figura 109. Cada unidad está perfectamente individualizada con trazos vigorosos que dibujan su perímetro. Otra manera de tratar este tipo de planos la presenta la figura 111, donde vemos que no se establece un a diferencia real entre las superficies superiores d e los arm arios bajeros y la de los colgados, de tal suerte que cuand o in teresa que se vea algo tapado por la hilera de los arm arios colgados, se supone transp aren te la parte afectada. Es el caso de la fregadera, de la que convencionalm ente sólo debería verse la mitad, puesto que la otra m edia estará ocultada por el armario colgado que tiene encima. T amb ién ocurre lo mism o con la encimera de la cocina, que no debe ría verse 109
1 1 0
Fig. 111.
Plan ta de una cocina insta lada con elem entos mo dula res Forlady, según proyecto técnico de Discocina, S.A.
puesto que la cam pana de humos que pende encim a de ella no pu ed e perm itir su visión. Pero son licencias que se toman y admiten con naturalidad. En relación con la interpretación de plantas de cocina, la mayoría de los esqu em as q ue lleva este modelo nos son conocidos. Vemos los elementos de colum na, un armario de pared a pared con tres cuerpos, en el lateral izquierdo; los arma rios colgados con su indicador de las dos diagonales cruzadas; las encimeras lisas de los armarios bajeros. Y las líneas discontinuas de rayas, señalando la diferencia de profu ndid ad e ntre los frentes de los arm arios bajeros y sus encimeras, así como del número de elementos o unidades que conforman la agrupación. Al llegar a la encimera de la cocina, descubrimos la existencia de tres fuegos a gas, a cuyos símbolos se añade un círculo negro de mayo r tama ño. ¿Qué significado debe atribuírsele? El círculo negro de diámetro superior al de los fuegos, muchas veces sustituid o por un cu adra do o un rectángu lo igualmen te negros, significa el símbolo de una p lancha —generalmente eléctrica— par a el asad o de carnes y pescados. Otro elemento nuevo se introduce en este plano: la presencia de una silla, a medio introducir debajo de la encimera que hay dibujada a la izquierda de la parte superior, empotrada entre dos paredes, una de las cuales la separa de la zona de lavado, presidid a por la fregadera. Las sillas, en plan ta —y de esto hablarem os m ás adelante, cuand o tratemo s el tema del mobiliario — se representa n por un cua drado, en uno de cuyos cuatro lados se establece una p eque ña división por medio de una o dos líneas paralelas, que representan el respaldo. Por el respaldo , p recisam ente, se reconoce como una silla el elemento que hay embutido en la encimera. El hecho de que parte de esa silla se represente situada debajo de la encimera, debe interpretars e como que la mism a no corresponde a un banco de trabajo tradicional, y no es la supe rficie superior de un arm ario bajero, sino el tablero de una mesa. Así mismo hallamos otra novedad en el sector de la cocina, que aparece rodeada por un ancho espacio en L, que por intuición asimilaremos a una mesa auxiliar para convertir la zona en un comedor anejo a la cocina. Este extremo lo corroboraremos con el complemento del correspondiente plano de alzada o el corte en sección, qu e nos resolverá c ualqu ier du da al respecto. P ero no es de esto de lo que deseamos tra tar ahora.
La zona de comer en la cocina Por diversas razones que no hacen al caso, es evidente la tendencia que se advierte de dedicar una parte de la cocina, siempre que la misma sea lo suficiente mente espaciosa, a pequeño comedor auxiliar, destinado a que los ocupantes de la vivienda puedan desayunar y efectuar ligeras colaciones, muchas veces incluso realizar las comidas y cenas diarias, de carácter informal, prescindiendo del come dor conve ncional. Por ejemplo, si cae en nuestras manos un plano de planta como el que reprodu ce la figura 112, su contemplac ión no ofrecerá du da algun a. Se tra ta de una instalación de cocina en U, con tres frentes, dos de ellos con doble agru pam íento de arma rios b ajeros y colgados, m ientras que el tercero, d estinado a zona de lavado y de prepa ració n de alimentos, sólo con sta de fregadero con dos cubetas y de banc o de trabajo. En el diseño, sin embargo, encontramos una innovación, una incógnita y una novedad. 111
F ig . 1 12 . D i s tr i b u c i ó n d e u n a c o c in a e n " U ” , c u y a s u p e r f i c i e p e r m i te s i t u a r u n a m e s a c e n t r a l c o n c a p a c i d a d p a r a c u a t r o p e r s o n a s , c o n v i r ti e n d o e l s e rv i ci o e n u n a i m p l a n t a ción mixta: la de una cocina-comedor.
La innovación se refiere al fregadero de doble seno, de sección oblonga. H asta ahora, los símbolos utilizados p ara esq uem atizar los fregaderos resolvían las cube tas en forma rectangular, lo cual permitía interpretar indistintamente dichos ele mentos como superpuestos o empotrados, de acero inoxidable, porcelana o gres porcelán ico. En cambio, el diseñ o especial de esta s cubeta s no adm ite disyuntivas. Se tra ta de un modelo encastrable, a man era de encimera. La incógnita se halla en lo que representa esta figura p espun teada, que se repite dos veces, en los ángulo s sup erior izquierdo y derecho, que rec uerd an po r su forma la de un gajo de m andarina. Cuando en un plano de plan ta de cocina vea este signo resuelto con trazos finos discontinuos, el dato debe a lertarla: se trata de u na pista que, en principio, manifiesta su cualidad de elemento oculto, situado debajo de la encim era del mueble. Y en efecto, indica la existencia de un elem ento móvil dispu es to en el interio r del arm ario bajero, que pu ede ser un co njunto de estante s, de cestas, de porta ve rdu ras, o un botellero, etc., que gira alrededo r de un eje central, y sale por fuera de los límites del mueble, para facilitar su limpieza y acceso. La novedad está constituida por la inclusión en el centro aproximado de la estancia, de una mesa auxiliar capaz para cuatro plazas, que permite habilitar el espacio disponible como comedor complementario. La silueta de la mesa y de las 112
cuatro sillas es tan específica, que no puede traer la me nor confusión pa ra interp re tar sus esquemas. De este concepto que podríamos c onsiderar como tradicional para p romover un área en la cocina especialmente proyectada pa ra comer, pas am os al que ofrece como ejemplo la figura 113. Sobre la base de un a rm ario ba jero se ha incorporado , a unos 12 cm a ntes de alca nzar la cima, un tablero en forma de “L” que aba rca el lateral y el lado posterior de dicho mueble. De esta m anera, ya no se trata de incluir en la cocina una mesa convencional de serie, con sus correspondientes sillas, cuyo diseño no guarda la menor relación con el resto del mobiliario. Ahora, la mesa de comer ha sido sustituida por un plano intercalado en un elemento que hace de columna sustentadora, aparte de cumplir su función propia de armario bajero y constituye una superficie parecida a la que ofrecen las barra s snac k de las cafeterías, integrado totalmente en el conjunto, del que es un elemento de serie más.
Los servicios higiénicos Los servicios higiénicos giran alrededor de cuatro necesidades fisiológicas, cada u na de las cuales tiene a su disposición un elemento especialmente proyectado para satisfacerla s adecuadamente , con excepción de la limpiez a co rp ora l, que cuenta con dos alternativas. Las cuales, por otra parte, suelen ofrecerse conjunta mente en una mism a instalación, p ara que el usua rio de la vivienda disponga de dos opciones.
F ig . 1 13 . D i s tr i b u c i ó n d e u n a c o c in a e n “ U ” i n t e r r u m p i d a , c o n á r e a p a r a c o m e r incorporada.
113
Los aspectos crea dos al efecto tienen un nom bre que los personaliza y descubre en cada caso su función. Son estos: • El lavabo, recipiente en forma de cuenco utilizado para lavarse. • La ducha y el baño, pensados para una limpieza corporal más profunda y completa, que se basan en otros dos recipientes estancos: el pla to y la •
bañera. El inodoro,
popularmente conocido como water, destinado a recibir y eva cuar al exterior los productos residuales procedentes de la digestión, así como los acumulados en la vejiga urinaria. • Y el bidé, que cum ple una misión relacionada con la higiene de los órganos sexuales femeninos.
La representación en planta de estos cinco aparatos sanitarios puede verse, conju ntada , en el ejemplo de la figura 114. Todos ellos se caracteriza n por func ionar a base de agua, lo que significa que cada un o de los mism os precisa co ntar con una en trad a p ar a el líquido elemento regulable con el corres pond iente grifo, y un a sa lida dotada de válvula para la evacuación.
Señalización de los servicios de entrada
y
salida del agua
El desagüe se suele indicar por el esquema de un circulito dividido en cuatro parte s iguales por una cruz con do s cuadra nte s altern os macizados de negro, tal como puede verse en la cita da figura 114. Este es el signo de válvula de evacua ción que se aplica en el gráfico de planta de la mayoría de los aparatos sanitarios, aunque no es el único. Posiblemente caigan en nuestras manos otros planos de pla nta de cuartos de baño y de aseo en los que se descubra n signos distinto s, a los que deberá dárseles idéntico significado. Después de aquel, los símbolos más utilizados son los que reproduce la figura 115. Incluso pued e ocurrir que no se recurra a signo alguno p ara indicar la existen cia y situación del desagüe, ya que el proyectista dé por supuesto que un aparato sanitario no puede cumplir su m isión si no está provisto de un sistema de entrad a de agua limpia, y de un orificio pa ra su evacuación una vez usa da, por lo cual pud iera parecer innec esa rio se ñalizar tale s da tos. Vea, por ejemplo, que en el lavab o de la figura 114, o en el de la figura 116, localizables en el fondo de la habitac ión, se han omitido los símbolos de grifería y de desagüe. Observe, también, que el dibujo representativo del inodoro interpreta dicho desagüe con el esquema macizado en negro, del agua de reserva que mantiene perm anente m ente el sifón. Se trata de una licencia gráfica tan expresiva, qu e no pre cisa de la menor aclaración para ser compre ndida perfectamente en el acto. En cuanto a la grifería, en los planos generales no acostumbra a señalizarse cuando se sobreentiende su existencia obligada en un punto concreto del aparato. Es el caso de un lavabo, sin ir má s lejos. Está claro que los grifos deben ocu par u na posición, con resp ecto a la cubeta, qu e no de pende de la voluntad del proyectista, sino del propio elemento. La grifería se instala siem pre en el plano o plataform a que lleva la parte trasera del apartado. 114
114. Plano de planta de un cuarto de baño com pleto, com pren diendo los cinco aparatos característicos de este servicio. h'ig
No ocurre igual, sin em bargo, en el caso de la bañ era o del p lato de du cha, en los que la alimentación de agua puede proye ctarse con total independ encia, de acuerdo con las necesidades, haciendo que la entra da sea por cualquiera de las cuatro caras del apa rato. Entonces, sí que tiene que indicarse la situación de los grifos, pa ra que los instaladores se adapten a la idea del proyecto. Continuemos comentando la figura 114. El proyectista ha id eado la entrad a del agua a la ba ñera por los pies, o sea con la grifería montada en el tabique que separa el baño-lavabo del recinto anejo ducha-water-bidé. Al otro lado del tabique y para aprovechar las conducciones de aporte, se han proyectado los grifos para la ducha. El signo utilizado para indicar estas situacion es, es al de dos peque ñas cruces pró xim as entre sí, tanto si la grifería es monobloque como si consta de salida diferente para el agua fría y la caliente. 115
+ F ig . 11 5. D i s ti n t o s s í m b o l o s p a r a s i g n i fi c a r u n a m i s m a fu n c i ó n : c o n u n o d e e s t o s s ig n o s s e r e p r e s e n t a e l d e s a g ü e d e u n a p a r a t o s a n i ta r i o .
F ig . 1 16 . S.A.).
A l z a d o y p l a n t a d e l a v a b o d e c u b e t a o va l ( M o d e l o d e J a c o b D e l a fo n E s p a ñ a ,
La diversidad de diseño no excluye la unidad de criterio Cada ap ara to san itario puede encontrarse en el mercado bajo diferentes varian tes, debidas principalmente al diseño. Y naturalmente, estas diferencias se acusa rán en los esquemas de plantas que se haga de ellas. Compare, por ejemplo, el modelo de lav abo qu e reprod uce la figura 116 con el que sirve de motivo a la figura 117. Y existen m uchísimos modelos m ás, de fabricac ión naciona l o de importación, que pueden utilizarse para instalar un cuarto de baño, cada uno de los cuales ofrecerá un plano de p lanta con símbolos distintos. Un cuarto de baño co mpleto comprende, como ya hemos dicho, los menciona dos cinco elemen tos: la bañe ra, el plato de ducha, el lavabo, el inodoro y el bidé. El diseño de estos aparatos no afecta para nada al concepto. Cuarto de baño será la habitación destinada a cubrir las cuatro necesidades corporales de limpieza bási cas, que reúna dentro de un mismo recinto, las cinco unidades sanitarias que se encargarán de satisfacerlas. El hecho de que dichos aparatos sean de diseño tradicional, o que haya n sido proyectados de ac uerdo con el más avanza do criterio 116
1200
150 ,
Fig. 117. Plan ta y alzado de lavabo de cuerpo recta ng ular (Modelo de Jacob Delafon España, S.A.).
estético, no cambia el planteamiento. Tan cuarto de baño es el reproducido en la figura 114 como el de la figura 118. La supresión de la bañera dará origen al llamado cuarto de ducha, muy corriente en viviendas modestas, y que generalmente comprende un plato para ducha, el lavabo y el inodoro. La sustitució n de la bañe ra por una mini-bañera o por el denom inado bañoseo, permite elim inar el plato de ducha indep en diente, ya que engloba el servicio 117
Fig. 118. Pla nta de un cuarto de baño proyectad o por Cuinova, con m obiliario aux iliar de Xen. Plato de ducha, inodoro y bidé ocupan un recinto indepen diente de la sala de b a ñ o p r o p ia m e n te d ic h a . A d v ie rta la situ a c ió n de lo s p u n to s d e lu z, la de lo s in te r r u p to res sencillos y conmutadores, así como de la instalación eléctrica señalizada por una l ín e a d e b r a z o s d i s c o n t i n u o s .
“ducha” dentro del servicio “baño”. Tanto bañoseos como mini-bañeras (figura 119), no son otra cosa que m odelos de bañ eras de reducido tamañ o, entre los 90 x 90 cm y los 92 x 75 cm, expresam ente diseñado s par a solucion ar el problema del cuarto de baño en aquellos hogares en donde existe escasez de espacio. Su principal cara cterística es la de ofrecer un escalón en el interior de la cubeta, perfectam ente identificable en la plan ta de la indicada figura 119, que perm ite sentarse al usuario para convertir el recipiente en un baño -pies. Pero, a pesar de su nombre, ni la mini bañera , ni el “b añose o”, ni el “p olibán” co nsienten, dadas su s dim ensiones, qu e el usu ario pu eda extenderse a lo largo y no puede, po r lo tanto , utilizarlo pa ra el baño, en su sentido tradicional. De manera que esta combinación origina un a variante del cuarto de ducha, en el que por paradoja, no cuenta con plato de ducha. El llamado cuarto de aseo, lavabo y simplemente aseo suele dar cabida a la m odesta pare ja form ada p or el lavabo y el inodoro. Rara vez com prende tam bién el 118
A
B
A1
B1
90
90
79
79
90
82
79
71
90
75
79
64
Fig. 119.
n
•J
M inib añ era Rimini.
elemento bidé, y excepcionalmente puede incorporar un plato de ducha. En cual quier caso, le faltaría el bidé pa ra po der asc ende r a la sup erior categoría de cua rto de ducha y se quedaría en cua rto de aseo. Finalmente, el retrete, water o w.c., sólo se equipa con un inodoro.
Aislamiento del inodoro En los planos de planta de cuartos de baño de cierta amplitud, se advierte la tendencia a dividir el espacio en dos zonas se para das por un tabique que cuenta con hueco de paso y su correspondiente puerta, de manera que ambos sectores, aun cuando forman parte de una unidad superior, pueden considerarse como recintos independientes, comunicados entre sí por una pue rta que, cuando está cerrada, los sepa ra po r completo. Como puede apreciarse en las figuras 114 y 118, de acuerdo con este concepto, la zona baño contiene sólo la bañera y el lavabo, y es más espaciosa que la zona ducha, que comprende el plato receptor de la misma y la pareja bidé-inodoro. Sin embargo, el ideal para el proyectista se cifra en la idea de aislar absoluta men te el inodoro del resto de la instalación. Es lo que se ha hecho en el proyecto de la figura 120, donde se advierten cuatro recintos individualizados dentro de la sala general. La entrada a la habitación da acceso a la zona lavabo, con dos cubetas esquinadas y un pequeño diván de una sola plaza en el rincón lateral derecho, con respaldo triangular. Dos recintos situados en el lateral izquierda contienen, respec tivamen te, el inodoro y la ducha. La línea que une el ma rco de la pu erta de acceso al recinto du cha y el arma rio situado detrás del segundo lavabo de rincón, indica el paso a un cuarto recinto ded icado a ba ño, en donde se ha in sta la do la bañera y el bidé.
REPRESENTACIÓN DEL MOBILIARIO En los plano s de proyectos, la repres entació n de los muebles de un a instalació n general tienen un ca rác ter mera me nte orientativo. A diferencia del mobiliario que se incorpora a los servicios inheren tes a la cocina y al cua rto de baño, que como hemos 119
Fig. 120. Plan ta de un cuarto de bañ o en el q u e s e h a n i n d e p e n d i z a d o t o t a l m e n t e lo s s e c to res baño, ducha, lavabo y W.C. (Instalación Roca).
Fig. 121. Un rectángu lo, el esqu em a base de m u l ti tu d d e m u e b l e s re p r e s e n t a d o s e n p l a n ta . Puede ser una mesa de comedor, una mesa a u x i li ar , u n m ó d u l o p a r a m o n t a r e s t a n t e r ía s o b ib lio tec a s, u n a p a ra d o r , u n co m o d ín , u n a m e silla de noche, un mueble zapatero, etc.
dicho anteriormente pertenecen a la obra y, por lo tanto, son resueltos por el con struc tor de acu erdo con las directrices que p resen ta el proyecto expuesto en los planos, los mueb les que se in co rp oran al resto de las hab itac iones de la vivienda, representadas en los gráficos correspondientes, tienen un valor accidental. En realidad, con su inclusión sólo se pretende mostrar al presunto cliente, de una m ane ra visual, clara y precisa, de la distribución de la plan ta y de las dimensiones de cada espacio, m uy fáciles de asimilar con la referencia de los muebles dibujados, cuyos tam año s reales conocidos —un a cama de matrimonio, u n sofá de tres plazas, un a bu taca , un tresillo, etc. — se com paran con los de la estanc ia que los contiene y los espacios libres que qu edan entre ellos. El esquema de la distribución del mobiliario tiene, a primera vista, especial interés pa ra los posibles com pradores de la vivienda, incluso pa ra los arrendatar ios de la misma, pero tamb ién pa ra cualquiera que deba utilizar planos de construc ción, que en su trabajo habitual deba manejar proyectos, por lo que conviene se acostu m bre a inter pre tar este tipo de símbolos con seguridad; lo que, por otra parte, ofrece escasas dificultades, y que las plan tas de los mueb les son, en su mayoría, de sencillo reconocim iento. Como es de suponer, el futuro usua rio colocará en las habitaciones los muebles que crea conveniente en cada caso, y con toda p robab ilidad, la solución que adopte se parecerá poco, en el número de piezas elegidas y en su distribución, a la que le ofrece el proyectista. Salvo cuand o se tra ta de un proyecto de Decoración, en la que el interiorista asum e la respon sabilida d de la instalación, y entonces el proyecto es una m ues tra de lo que va a realizar que se prese nta al cliente para su ap robación, por regla general la distribución d e los muebles en un p lano tiene un valor de distribución tipo, en la que se indica un reparto de las zonas que conforman la superficie de 120
cualqu ier habitación de acuerdo con un as nec esidades genéricas. N ecesidades que, al particularizarse, probablem ente cam biarán.
Muebles prototipo La base de la esquem atización a que son sometidos los muebles repres entado s en planta , es el rectáng ulo (Fig. 121). De mayor o menor longitud y anch ura y, por supuesto, proporcional a la escala del plano, pue de significar una mesa d e comedor o una mesa auxiliar dispuesta a cumplir múltiples funciones, así como un módulo intercambiable para instalar un grupo de estanterías y cajones, un aparador, un trinchante, un comodín, un chiffonier, un a rma rio bajero, una mesilla de noche, un zapatero, etc. T antos modelos distintos de mueble puede simbo lizar un rectángulo, que por ello se comprende el que, cuando el proyectista quiere referirse a uno concreto, lo haga con star expresa me nte así con un pequeño texto aclaratorio anejo, para evitar la po sibilidad de una fa lsa interpretación (vea la figura 122). De cualquier forma, por la situación que ocupa el esquema rectangular en la habitación, teniendo en cuenta el destino de ésta y las dimensiones que aparecen repre sen tada s en el plano, no res ulta excesivamente difícil pa ra el lector deducir el significado de cada signo del mueble. Por lo general, el rectángulo se asocia al símbolo de una mesa. Y sin embargo, un im portantísimo porcentaje de m esas no son cuadrad as ni rectangulares. En la figura 123 se han reunido las principales siete varian tes que el mercado del mueble ofrece al consum idor, d entro del renglón de las mesas. Otro elemento fundamental para el amoblamiento lo constituyen las sillas, cuya extensísima gam a de modelos puede ser reducida a las cinco variantes bá sicas que reproducen las figuras 124 y 125. Con una mes a y varias sillas se compone el conjunto que preside la habitación destin ada a comedor, o la zona comedor de una sala de estar. La figura 126 presenta ocho modelos que, aun siendo clarame nte distintos entre sí, difieren poco uno del otro, comparativamente. Las piezas claves de la sala de esta r son los sofás y las butacas , aco mp añad as casi siempre de una o más mesas auxiliares, por lo general de poca altura, que cumplen muy diversas funciones. En las figuras 127 y 128 se muestran algunos de los signos más usados como esquema de plantas de ambos tipos de mueble. Y por último, nos referiremos a las principales repre sentacion es gráficas que se hacen de las camas, cuyos símbolos son el motivo de la figura 129, donde se pre senta n cinco modelos de ca mas de matrim onio (o do ble) y otros tanto s de camas individuales o cameras. Vea el distinto tratam iento q ue suele da rse a este elemento.
¿Normalización de los signos convencionales que se utilizan para represen tar el mobiliario en los planos? Cotejando no ya las ilustraciones que acabamos de citar, sino varios planos cuales quiera de planta , realizados por distinto proyectista, se advierte enseguida la disparidad de criterios que existe, en cuanto a la simbolización de los muebles 121
Fig. 122. La fórm ula mágica que puede utilizar el proy ectista pa ra que no surjan p ro b le m a s d e in te rp re ta c ió n en la le c tu ra de lo s sím b o lo s d e m u eb le s, es la q u e se ex p on e e n e s t a f i g u r a ; r e c u r r i r a la s n o m i n a c i o n e s a c l a r a t o r i a s , p o r m e d i o d e te x t o s a u x i l ia r e s .
representados en planta. Con el deseo de terminar con este supuesto desorden y unificar todos los signos que puedan emplearse en el diseño de planos, de manera que su lectur a sea m ás fácil y no ofrezca el menor asom o de dud a, con la idea de que tales signos pue dan ser interp retad os po r cualquiera y en dond e sea, sin limitación de fronteras, se preconiza la adopción de reglas norm alizado ras capace s de unificar los criterios que existen al respecto, para uso universal. Así es que diversos ins titutos y organism os técnicos relacionado s con el mundo de la Construcción y la Arquitectura, como ocurre por ejemplo con el Comité de 122
O o rectangulai
ova!
extensible
redonda
oval
sexagonal
truncada
d e a l a s a b a t i b le s
Fig. 123.
M esas de com edor, de cocina, de tipo com plem entario.
Fig. 124. respaldo.
E sta es la rep resen tación tradicion al de un a silla; con esq uem atización del
Fig. 125. C uatro va riantes bás icas de la silla rectan gu lar, de las que derivan tod as las restantes conocidas.
Norm as Alemán reco pilad or de las llam adas Normas DIN, viene dictando desde hace tiempo u na serie de reglas con la pretensión de regularizar la totalidad de los aspectos del dibujo técnico: desde los formatos que deben tener los papeles para dibu jar y las dimensiones que ado pten los planos, ha sta la forma de plegarlos y de archivarlos, incluyendo la m aner a de rotu lar los mismos, el tipo de letra a u tilizar y, sobre todo, de representar por medio de símbolos convenidos los principales elementos que pued an e ntra r en el proyecto de una vivienda o en el de una i nsta la ción, entre los cuales deben considera rse las principales unid ades utilizables pa ra el amo blam iento de una casa (Fig. 130). Pero a pesa r de las innegables ventaja s que apo rtaría la aceptación unánim e de estas (o de cualesquiera otras norm as que tiendan al mismo fin), y del tiempo que ha transcurrido desde que fueron lanzadas a los medios profesionales del sector, lo cierto es que dentro del cam po en donde estos últimos d esarrollan sus actividades, parece que ex isten am plios gru pos de op inión que hacen gala de descono cerlas, o que las eluden expresamente y prefieren normalizar los planos de acuerdo con nom enclaturas propias. 123
^Û \ a ( "--- ^ )D o
non
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F ig . 1 26 . D i f e r e n te s c o m b i n a c i o n e s d e m e s a s y s i ll a s p a r a c o m e d o r . E n c u a t r o d e l a s m e s a s s e h a d i b u j a d o e l v e t e a d o d e l a m a d e r a p a r a s i g n i f i c a r e l m a t e r i a l d e f a b r ic a c i ó n . L a s p e q u e ñ a s c r u c e s q u e p r e s e n t a n l a s s il la s d e l ú l t im o m o d e l o en el a s i e n to , r e p r e s e n tan claveteado.
d o s p l a za s
tres plazas
dos plazas
tres plazas
tin brazos
sin brazos
con brazos
con brazos
a o F ig . 12 7. P l a n t a s d e s o f a s y b u t a c a s . L a s b u t a c a s , h a c i e n d o g e n e r a l m e n t e j u e g o c o n e l s o f á p a r a c o m b i n a r el ll a m a d o t r e s il lo , s e r e p r e s e n t a e n s í m b o l o ig u a l q u e s i fu e s e n u n sofá de un a sola plaza.
Esta actitud, sin embargo, no suele dificultar la interpretación de dichos planos, según hemos podido ir com probando dura nte el desa rrollo del libro. En realidad y puestos a ser objetivos, hay que reconocer que muchos de los signos y símbolos rep resentativos que se inventan los arquitectos, proyectistas y diseñado res para esquematizar elementos, son más expresivos e incluso más fáciles de leer que los propuestos por las normalizaciones convencionales, y de ellas no puede decirse que induzcan a la confusión en ningún momento. El meollo del asunto no 124
Fig. 128. El tresillo, el juego de tres piezas que ca racteriza la sala de esta r. En el gráfico aparece complementado por una mesita de centro cuadrada.
F ig . 12 9.
S í m b o l o s d e c a m a s d e m a t r im o n i o y c a m e r a s .
Mobiliario.
Comedores y salas.
Dormitorios.
Mesa decomedor. Camadobleformadapor doscamassencillas.
O
Mesaredondadecomedor.
□
Mesadedespacho.
E
Mesadecostura.
U
Silla.
ñ
Sillón.
Camade matrimonio.
Camacamera.
Otomana.
Camade niño.
Sofá. Armario ropero. Bastonero.
Cocinas.
Pianovertical. Mesa de cocina. Pianodecola.
CD
□
Q
Máquina de coser.
126
Armario para despensa.
Sección de biblioteca. Trinchero. Aparador.
Fig. 130.
Armario para vajilla.
C o l
Armario despensa empotrado. Vertedero de basura.
Signos rep rese ntativ os de m obiliario, seg ún la N orm a DIN.
reside, po r lo tanto, en una su pu esta falta de claridad, sino en la diiones, que obliga al lector a que tenga que realizar un ejercicio de adaptación cada vez que se halle ante un plano concebido y dibujado con un criterio distinto.
Actitud del lector de planos Cuando u n lector de planos se halla, por vez primera, ante u n símbolo nuevo, que todavía no conoce por no hab er visto antes, tiene que h acer juga r su intuición, considerando previam ente los datos racionales de los que puede disponer. Prime ra mente, pensar que el signo que ve dibujado representa la planta de algo concreto, resuelta a escala. El resto es simple ejercicio de observación. La estanc ia o habitación en donde se halla incluido el símbolo desconocido, la posición que ocupa dentro de la misma, su tam año en relación con el resto de la instalación, los elementos próximos y los que le rodean, su elen ser pistas elocuentes p ara acertar, la ma yoría de las veces. Teniendo en cuenta, además, que la línea de esquematización adoptada por significar la presencia de un mueble determ inado, acostu m bra a particula rizarse por parte de cada proyectista de m anera que no toda las sillas son iguales, ni tampoco tod as las mesas del comedor, pongamos por caso.
PLANOS DE INSTALACIONES Como tales se consideran los dedicados, total o parcialmente, a cubrir las necesida des de u na vivienda, local o edificio, en cuan to a un servicio de sum inistro de fluido que requiere una red de canalización para llevarlo a los puntos de consumo. Son los principales la electricidad, el agua y los medios calefactores, re spec tiva mente objeto de los correspond ientes proyectos de instalación eléctrica, de fontan e ría y de calefacción o climatización.
Proyectos de instalación eléctrica Un plano de planta para la instalación eléctrica de una habitación, vivienda completa, comercio o establecimiento público, oficinas, etc., com prende los siguien tes datos: • Relación gráfica de todos los ap arta do s y dispositivos eléctricos que se ju zguen ne cesa rios para el proyecto, con indicac ión de su situación. Por ejemplo, lám paras de techo y apliques (pun tos de luz), interruptores, tomas de corriente, etc. Excepcionalmente, el plano general puede detallarse a escala ampliada en uno o varios planos de sección, plano de alzado, etc. • Señalización de la debida conexión de dichos apa rato s y dispositivos a la red eléctrica general. • Cálculo de los cables y elementos de conexión, teniendo en cuenta la poten cia de cada aparato, horas de consumo, recalentamiento de los conductores, etc. 127
• El esquem a debe permitir al instalador, sin más ayuda que estos dibujos, la realización práctica de la instalación en la propia obra, con seguridad y rapidez. Por consiguiente, será conveniente —sino obligado — que se indi quen d atos tales como: • Clase de corriente. • Situación de la acom etida, tablero de contado res, apa rato s de conexión, etc., en el caso de que la instalación sea de tipo general y afecte a la totalidad del edificio. • Variante adoptada para la instalación: empotrada, saliente, bajo tubo aislante, etc. • Tipo de condu ctores a utilizar. • Sección y núm ero de conductores en todas las derivaciones. • Dimensiones de los tubo s aislantes de protección de conductores. • Potencia consum ible prev ista por los diferentes ap ara tos receptores. • Distancia de los ap ara tos con respecto al suelo, paredes, etc. • Otros datos que se considere n de interés de acuerdo con las pecu liaridades características de la instalación.
Simbología Al igual que sucede con todos los resta nte s elementos a los que ya nos hemos referido con anterioridad y que intervienen en la especificación de los planos, los diferentes aparatos y dispositivos de que consta una instalación eléctrica se repre sentan, en los planos, por medio de símbolos. Estos son unos d ibujos esquem áticos mu y sencillos, fáciles de traz ar y perfec tamente diferenciados de las restantes representaciones gráficas que lleva el plano para a y u d a /a una in te rp re ta ció n in sta ntá nea y correcta. Natura lm en te, para poder leer el plano con rapidez y seguridad, será preciso conocer de antemano lo que simboliza cada uno de estos dibujos. Y al llegar a este punto , se imponen dos m atizaciones: 1.°) Los signos represen tativos que se utilizan p ara señ alar la incorporación, a una instalación eléctrica concreta, de cualquier clase de aparato o dispositivo, son verdaderam ente simbólicos, al contrario de lo que ocurría ha sta ah ora, q ue tenían el valor de un plano de planta del elemento reproducido. Los símbolos eléctricos se resuelven, gráficamente, con una serie de pequeños y elementales diseños, cuya princip al cara cterístic a es q ue sean m uy fáciles de dib ujar, de reco rd ar, de reconocer y de interp retar, sin que sea necesario que los esqu em as se asocien, men talmen te, al original que representan. Por ejemplo: el símbolo de una mesa es una figura geométrica que adopte, a escala, el mismo diseño que pre sen tará su tablero encimera; y el de una v entan a se resolverá con el corte en sección, esquem atizado, de la misma. Pero, en cambio, el símbolo de un interruptor o de un enchufe, en nada recordará al mecanismo que pre te nde repro ducir en el plan o. 2.°) Según esto, los signos a utiliz ar en el proyecto de una insta lació n eléctrica, deberían sujetarse m ás férreamente que ningunos otros a una normalización capaz 128
Fig. 131. Plano elemen tal de la instalac ión eléctrica corre spo nd iente a la pla nta ba ja de u n c h a l e t, e n d o n d e s e h a c e c o n s t a r l a s i tu a c i ó n d e lo s p u n t o s d e l u z , lo s in t e r r u p t o r e s y las tomas de corriente proyectadas.
de facilitar la lectura de los planos. Y sin embargo, tam poco se encuen tra el men or síntoma de unanimidad de criterios en este sector. Por ello, probablemente cons cientes los proyectistas de que deben ase gura r una correcta interpretación p or parte de los encarg ados de leer sus proyectos, ac ostum bra n a incorpor ar en un ángulo del plano un cuadro com plementario en donde se re lacionan los símbolos empleados y su traducción exacta, de mane ra que resulte imposible que nadie pueda c onfundir los términos. Pero cada proyectista utiliza sus propios símbolos, lo cual no quiere decir que se les invente necesariamente, sino que utiliza diferentes fuentes de normalización, total o parcialmente, mezclándolas entre sí. Adviértase esto en las figuras 131, 132y 133, correspon dientes a tres proyectos de instalaciones eléctricas que se reproducen como ejemplos, en donde puede constatarse la existencia de tres gamas de símbolos distintos para los mismos apa ratos y mecanismos, debidos a otras tan tas procedencias de origen. 129
UZZI
a r m a r i o c o n t a d o re s
O enchufe
c o j a s f u s ib l e s
fuerzo
i n te r r u p to r g e n e r a l
Fig. 132. Plan o de la instalación gen eral eléctrica de la plan ta de un edificio de stinad o a locales de oficinas. A p artir de las cajas de distribución , se com pletará la instalac ión u na vez conocidas las necesidades de la oficina o conjunto de oficinas y despachos que se monten en la planta.
130
O O -$■
PUNTO LUZ SENCILLO »
" "
OOBLE CONMUTADO
LI NEAALUMBRADO E
" FUERZA CUADRO AUTOMATICOS
Fig. 133. Plan ta de la instalació n eléctrica de uno de los pisos de un edificio de vivienda. S e h a n r e p r e s e n t a d o t o d o s l o s a p a r a t o s y d is p o s i t iv o s d e q u e s e c o m p o n e l a in s t a l a c i ó n , a d e m á s d e i n d i c a r el t e n d i d o d e l a s l ín e a s d e a l u m b r a d o y d e fu e r z a , c o n d e t a l l e d e la sección y el número de conductores de cada uno de los cables que unen los diferentes dispositivos.
Plano elemental de la instalación eléctrica de una vivienda En el ejemplo de la figura 131 se han utilizado solamente tres símbolos, respectivamente representativos de los puntos de luz (lám para), los interruptores y las bases de enchufe o tomas de corriente. La interpretación del plano no puede ser más sencilla. El proyectista de esta instalación ha situado diez puntos de luz de los cuales siete se han situado como fuente de iluminación general de cada un a de las habitacion es de la vivienda (c uatro 131
dormitorios sencillos, uno de matrimonio, el hall de entrada y el vestidor-ropero anejo al dormitorio de cada doble), y los tres restantes se han programado para iluminar las zonas de aseo de los dos cuartos de baño y el tramo de la escalera de acceso a la planta superior. Interruptores hay 16, más el situado junto al arranque de la escalera. Los dorm itorios, con la excepción del situado en el lateral izquierdo del fondo, dispone n de dos interruptores, uno situado junto a la puerta de entrada y el otro al lado del cabecero de la cama ; el dorm itorio de m atrimo nio incorpora un in terru pto r de más, al co nsid erar la indepen dencia de los dos ocu pan tes del lecho conyugal en cuan to a la posibilidad de encender o apagar la luz. Por el contrario, en el dormitorio del extremo superior izquierdo, al que ya nos hemos referido anteriormente, la situa ción de la cama, cuya cabecera qu eda muy cerca de la pue rta, ha perm itido sup rim ir un in terrupto r que en esta circunstancia parecía innecesario. Las bases de enchufe proyectadas son sólo 6. Corresponden una por cada dormitorio sencillo y dos para el doble. A primera vista se echan en falta como mínimo dos unidades, una para cada cuarto de baño situada junto al espejo del lavabo. Sin embargo, su m isión es la de inte rpre tar los planos, no la de enmend arlos. Si descubre un fallo de este tipo, consulte con el proyectista y no actúa antes de conocer su decisión.
Plano general de una instalación eléctrica para una planta destinada a oficinas comerciales Com entemos aho ra el plano de la figura 132, que correspo nde al proyecto de un edificio^ gran a ltur a destin ado a locales de oficinas y despach os. El diseño repro du cido es uha m uestra de la instalación eléctrica prop uesta, aplicada en una p lan ta de la construcción que puede considerarse como prototipo. Fíjese en la forma curva que a do pta el períme tro del edificio, repres enta do en la pla nta . Con este diseño el a rquitecto pretendió darle a la to rre un asp ecto singular, más airoso y menos pesado que construyénd olo en forma de un simple paralelepípedo. Conducen a las diferentes plantas del edificio dos ascensores y una escalera. Aparte de la línea que dib uja el contorno de la plan ta, de los trazos que de limitan las cajas de los ascensores y los que señalizan los tabiques del pasillo en donde desemboca la escalera, todas las restantes líneas que hay en el plano corresponden a la instalación eléctrica. Como es costum bre en este tipo de proyectos, pa ra a seg urar la correcta interpretación de la totalidad de los elementos que intervienen en el plano, se indica el valor de cada uno de los símbolos utilizados. Según puede com prob ar el lector, la instalación con sta de cuatro líneas de luz y otra s cua tro de fuerza. Las ocho líneas salen del armario del contado r, disp ues to al lado de la caja del ascensor de la derecha, y siguen p or el pasillo h asta el centro de la pla nta , donde se dividen en dos ra m as: una para ca da lado del edificio. No se disponen más que bases de enchufe en el contorno de la planta. Así es como se entregan las plantas a los diferentes usuarios, por cuya cuenta correrá, po sterior mente, com pletar la instalación p articular a pa rtir de las cajas de distribución, de acuerd o con las necesidades de cada un a de las oficinas que se reún an en la misma planta. 132
Plano completo de la instalación eléctrica en una planta de un edificio de viviendas Más d etallado que los anterio res es el plano de la figura 133, que corresp ond e a la instalación eléctrica de una de las plantas de un edificio de vivienda. En él aparecen representados todos los elementos de la instalación, cuyos símbolos tam bién se especifican al pie del plano. O bservemo s que ah ora se indican la sección y el núm ero de cond uctores de to da s las derivaciones. Así, por ejemplo, la expresión 4 x 1 significa que se ha de instala r un cable de cuatro conductores, cada uno de ellos de un milímetro cuadrado de sección. A su vez, con la expresión 2 x 2.5 se indica que la derivación a que se refiere se hará m ediante un cable de dos con duc to res, de 25 mm2 de sección cada uno. Las líneas continuas se refieren a la instalación de la línea eléctrica para alum brad o, m ientras q ue la línea de trazos indica el recorrido de la línea eléctrica de fuerza. El resto del plano está dedicad o a indicar los pun tos en dond e se aplica rán los punto s de luz en cualquie ra de su s tres m odalidades (sencillos, dob les y conm uta dos), los interruptores (sencillos o dobles), los conmutadores (sencillos y de cru ces), los enchufes (de alumbrado o de fuerza), las cajas registro, etc.
Instalaciones eléctricas y de fontanería de una vivienda Veamos a continuación la figura 134, un plano de p lan ta de un chalet en donde se plan tea el proyecto de las instalaciones de electricidad y fontanería co njun tam en te. El cuadro de símbolos utilizados ocupa la cabecera del dibujo: en cuanto a los indicadores eléctricos no existen diferencias notables con respe cto a los signos que ya conocemos, salvo en la represen tación de los enchufes de alum brad o y de fuerza, que un a vez más ofrecen un esque m a distinto, uno nuevo que a ña dir a la colección. Pero, insistimos en los mismos razonamientos que ya hemos expuesto al respecto: m ientras se conserve la cos tum bre de agregar, al plano, un cua dro ind icado r de los símbolos utilizados, con especificación expresa de su significado, la lectura y consiguiente interpre tación no se verá afectada par a nad a por posibles confusiones, pues siem pre se te ndrá a m an o la traducció n exacta, en ca so de duda. El plano ap orta la novedad de rep resen tar un cale ntad or eléctrico, que en cierta forma podemos considerar como un aparato mixto, ya que su misión es la de facilitar agua caliente a los servicios san itarios y, por tal m otivo, debe consid erarse como un integ rante de la red de fontane ría. Pero el hecho de funcion ar por la acción de la energía eléctrica, lo que requ iere un a conexión a la red general p or m edio de una in stalación derivada , la convierte al mismo tiem po en un apa rato vincu lado a la instalación eléctrica, dotado de su correspondiente enchufe o interruptor, para conectarlo o desconectarlo de aquella red. En cuanto a la instalación de fontanería, se han señalizado los servicios sanitarios correspondientes a la alimentación del agua fría, por medio de tubos de aceros, y del agua caliente con tubería de cobre, así como los desagües de PVC y la situación de los grifos. 133
O Columna descendente Q Bajante aguas negras C a l e n t a d o r e l e c t r i co
’ Y
| I ,
$ Punto de luz • Interruptor unipolar >/ Conmutador unipolar -K Enchufe alumbrado -fx Enchufe fuerza -------- Tubería de acer o de agua -------- Tubería de cobre de agua —*
fria caliente
Des ag üe de PVC Grifo De la acometida al deposito
0 * 0
Fig. 135.
Plan ta del sector cocina-aseo de dos viviend as con tiguas unifam iliares.
Esquema de una instaladión sencilla de fontanería El plano que reprod uce la figura 135 corresponde a u n proyecto de viviendas unifam iliares dispue stas en línea, formando una sola construcción. La distribución de las plantas es alterna, con lo que el cuarto de aseo y la cocina de cada par de viviendas contigua se hallan situ ado s a lado y lado de la pared de separación, lo que perm ite disponer de una tu bería conju nta de alimen tación y evacuación del agua. El mencionado plano de la figura 135 representa la planta del sector de la vivienda ocupado por estos servicios. La instalación de fontanería y saneamiento se han representado, a su vez, en dos planos (Figs. 136 y 137). Comentemos el primero de ellos. En la planta reproducida en la figura 136 pue de distinguirse la situ ac ió n de los distinto s elementos de alimentación que componen el servicio de suministro de agua a los aparatos sanitarios y a los fregaderos. Como puede verse en el dibujo se trata de una instalación sencilla, cuya red está com puesta por un solo conducto de entrada y otro de distribución, dispu es to en forma de “T”, con las derivaciones correspondientes para el llenado de los tanques de los inodoros, y para la alimentación de los grifos de lavabos, mini bañeras y fregad eras. La red interior de sum inistro se ha dibujado con trazo de línea llena, mie ntras que el conducto de la red general de servicio, situado al exterior del edificio, se ha
Fig. 134. circuitos.
Plano de la instalació n eléctrica y de fon tanería, con indicación de am bo s
135
F ig . 1 36 . P l a n t a d e l a i n s t a l a c i ó n d e s u m i n i s t r o d e a g u a a l o s a p a r a t o s s a n i t a r i o s y a lo s fregaderos de la figura 135.
F ig . 1 37 . P l a n o d e l a i n s t a l a c i ó n d e l s i s te m a d e e v a c u a c i ó n d e la s a g u a s r e s i d u a l e s d e l a figura 135.
136
represen tado con dos líneas paralelas de trazos, pa ra diferenciar claramen te amb os conceptos. Veamos aho ra el plano de la figura 137, que lo es de la plan ta de instalació n de los servicios de evacuación de las aguas residuales. Las tuberías de los desagües interiores, en el plano señalizadas con trazos gruesos de negro, forman dos brazos que reciben las derivaciones de los desagües de las fregad eras y se unen con los de los inodoros p ara d esem boca r en el albañal. Este útimo, a su vez, desemb oca en el pozo de re gistro dispuesto en el colector. Con lo antedicho, creemos que la interpretación de ambos planos resulta basta nte clara . No obstante , prese nta m os como complemen to el gráfico de la figura 138, en donde los anteriores planos de planta han sido objeto de una conversión per sp ec tiva, que perm iten ver en una represen tació n ca si real el dispositivo pro yec tado para la instalación. Tanto en uno como en el otro ejemplo, el recorrido de las tuberías resulta ah ora m ás perceptible y no ofrece la menor duda. Por esto, algunos pro yectistas resu elven el plano de la instalación re curriendo a la re pre se nta ció n perspectiva m uy esq uem atizada, con es quem as sim ilare s al q ue ofrece la fig ura 139, a manera de ejemplo, aunque no es muy corriente que se realice. El único inconveniente que tiene este tipo de esquema es que se delinean sin escala y, por consiguiente, no pueden tomarse medidas sobre él, y estas medidas deben especificarse entonces con textos aclaratorios en el mismo dibujo, que indiquen las longitudes de cada tramo, ad emás de los diám etros ya señalados que corresponden a las secciones de las tuberías.
Esquema de una instalación de calefacción central sistema monotubular Vea en la figura 140 un prototipo de calefacción central para una viviendarefugio de alta m ontañ a, resue lta con sistema de tube ría única. Las flechas señalan
F ig . 1 38 . E s q u e m a s p e r s p e c t iv o s d e l a s i n s t a l a c io n e s d e a l i m e n t a c i ó n y e v a c u a c i ó n de a g u a q u e a p a r e c e n e n l o s p l a n o s d e f i g u r a s 1 36 y 1 37 .
137
ogu o cali en te
F i g. 1 39 . E s q u e m a p e r s p e c t i v o d e la in s t a l a c i ó n d e f o n t a n e r í a d e u n a v iv i e n d a . L os d i á m e t r o s d e la s t u b e r í a s d e s u m i n i s tr o d e a g u a s e i n d i c a n e n p u l g a d a s , m i e n t r a s q u e lo s d i á m e t r o ^ de lo s tu b o s d e l si s t e m a d e e v a c u a c i ó n d e a g u a s r e s i d u a l e s l o h a c e e n milímetros.
la dirección de la circulación del agua, desde que es calentada hasta que habiendo cedido el calor en el trayecto de su recorrido retorna al punto de partida. El plano, que ha sido ejecutado a escala, indica las longitudes de los tram os, los punto s de conexión del circuito secundario a las der ivadas que alim entan los radia do res, la situac ión del circuito primario que incluye la tub ería de elevación, el depó sito acum ulado r par a la cesión del calor y la tubería p ara el retorno del agu a fría a la caldera, en donde volverá a calentarse. El sistema se basa en cuatro elementos, perfectamente diferenciados: • Un elemento encargado de calentar el agua. • Un circuito primario, que traspo rtará la energía calórica generad a hasta el acum ulado r, circulación que se establecerá en razón del menor peso especí fico del agua caliente, que le hace ascender. • Un depósito termo acum ulador, que recibe y almacena la energía, la cual cede al circuito secundario. • Y por último, el circuito secundario, encargado de distribuir al calor almace nado a los radiadores. 138
• El agua que ha transferido el calor retorna a la caldera, par a volver a calentarse, al mismo tiempo que la del acumulador retorna a su punto de partida con el m ismo fin, una vez ha cedido su energía calórica al ambiente. En este caso, el elemento calefactor es una caldera. Veamos ahora el modelo basado en los mismos principios, pe ro que utiliza una en ergía calórica de dis tinta fuente. La caldera ha sido sus tituida , entonces, por unos paneles solares, colectores que tendrá n la misión de cap tar las radiaciones del sol y transform arlas en energía calórica. La lectura de este plano no requiere la cons ulta ha bitua l al cuad ro de símbolos, ya que la explicación de su significado está escrita al lado mismo de cada signo.
Fig. 140. E squ em as lon gitudin al y tran sv ersa l de un equipo de calefacción cen tral por sistema monotubular. (Cortesía Emilio Llano, arquitecto).
139
PLANOS TOPOGRAFICOS Se llam an así aquellos plan os de planta qu e señalizan, sob re el papel, un a zona determ inad a de terreno a escala propo rcional, en los que se da a conocer la situación y la extensión de todos los accidentes geográficos comprendidos en la parte repre sentad a, po r insignificantes que sean. En este tipo de planos se incluyen los cursos de ríos, riachuelos y arroyos, las autopistas, carreteras, caminos y senderos, las líneas de ferrocarril, aeropuertos, estaciones, apeaderos, las poblaciones, caseríos, aldeas y casas solitarias, los bosques, huertas y jardines, las ermitas, castillos y ruinas famosas, las playas, las calas, los campings, etc., etc., es decir, todos los accidentes geográficos, los topónimos, los lugares de interés turístico que hay dentro del territorio que comprende el plano. Pero, con todo, la característica más destacable de un plano topográfico, es la de hacer constar un dato que no se encu entra en ningún otro docum ento gráfico: la altu ra de cualquier pun to incluido en el terren o representa do con respec to al nivel del mar, po r medio de las denom ina das curvas de nivel. Las curvas de nivel, que pueden ap reciarse en el ejemplo de la figura 141, son el recurso q ue utiliza la topografía p ara describir el relieve gráficamente, en un d ibujo plano, y que se describe como la re su ltan te de la intersección del terren o con un plano horizo ntal, cuyo valor altimétrico está referido al nivel del m ar en Alicante.
Fig. 141.
140
Plan o topo gráfico con cu rva s de nivel.
Fig. Fig. 142. 142. Proyección Proyección de los plano s de altura de un terreno a un plano de plan ta, pa ra su conv ersión ersión en curva s de nivel. nivel.
Pero esto que acabamos de decir, que corresponde a la definición técnica del concepto “curva de nivel”, posiblem ente qu eda algo oscuro para los los no iniciados iniciados en el tema, por lo que vamos a intentar aclararlo. Imag inemo s que la superficie plana del mar, pu dier a baja r su nivel nivel poco a poco poco pero pe ro de form fo rm a c o ns tan ta n te, te , y qu e llega lle gase se u n m om ento en to en que qu e com co m enza en zase se a a s o m a r la cumbre de una montaña hasta entonces sumergida. La primera impresión sería la de que estábamos asistiendo al nacimiento de una isla. Conforme Conforme el el agua fuera bajando, la isla isla iría iría aum entand o de tamañ tamañ o. Sigamos imaginando que el descenso de la mar se produce escalonadamente, pongamos de metro en metro. En cada tramo, el perímetro de la nueva isla cambiará. Sí fuese posi po sibl blee fijar fij ar,, en el ter t erre reno no d es c ub iert ie rto, o, la línea lín ea p erfe er fecc tam ta m e nte nt e hori ho rizo zont ntal al q u e se ñ a la el límite establecido por el contacto de la superficie del agua con la tierra, tendría mos representada su curva de nivel. Vea en la la figura 142 la la expresión gráfica de lo que esta m os exponiendo. A par tir del plano 0, 0, definitiva curva de nivel nivel del del monte emergido de las aguas que reprod uce la parte superior del diseño, procediendo a la inversa del supuesto fenómeno geológ geo lógico ico,, es decir, asce ndiendo en tram os de 5 metros de al tura cada uno de ellos, ellos, alcanzaremos las sucesivas curvas de nivel 5, 10, 15, etc., hasta llegara la cumbre, indicada 40. Es decir, 40 metros en el plano de alzado. De lo que se trata es de p la n o de d e pla n ta, ta , en donde queda rán señalizadas las nueve trasp asa r estas cotas cotas a un un pla 141 141
curvas de nivel, de manera parecida a como reproduce la parte inferior de la mencionada figura. Y ahora sí que podemos decir que, una curva de nivel, es la proyección horizontal del contorno de una figura, por lo general irregular por tratarse de un terreno m ás o menos quebrado, en un punto determ inado de altura. altura. A la la distan cia entre ca da do s curv as de nivel nivel se le le llama llama equidistancia, que en el caso de la figura que estamos comentando corresponde a 5 metros, pero puede ser mayor o menor, según la escala del plano. A destacar el hecho de que sólo son las pro pr o ye ccio cc ionn es de las la s cu c u r v a s e q u id is ta n te s las la s q ue se dib d ib u jan ja n en los l os p lan la n o s, p o r lo que q ue entre dos cu rvas consecu tivas el espacio existente existente puede estrech arse o hacerse m ás ancho, según que el terreno presente más o menos pendiente. En una pared escarpada, bruscamente cortada a pico, las curvas de nivel aparecerán juntas en aquel punto; e inversamente, si la la mo ntaña prese nta una pend iente muy suave, las las curvas de nivel nivel correspondientes aparecerán m uy sepa radas entre sí, sí, al ab arca r una may or superficie. superficie. El conjunto de las curva s de nivel de un plano, por lo tanto , no sólo sirven para que el lect lector or pueda in terpre tar la altura correcta de cualquier pun to que se encuen tra comprendido en el documento gráfico, sino que al mismo tiempo produce, visualmente, la sensación de relieve, e indica la conformación del terreno, la pre p re s e n c ia de c r e sta st a s y v a g u a d a s, de decl de cliv ives es d e es c a rp a d o s, etc. etc . La equidistancia entre curvas de nivel viene indicada en los planos topográfi cos, de manera que resulta de suma sencillez averiguar la altura de un punto cualesquiera del mapa, relacionándolo con con las cotas num eradas, de las que deben restarse o sum arse la equivalencia equivalencia mu ltiplicada ltiplicada por el el número de cu rvas de nive nivell existente. Por ejemplo, en la figura 141, la equidistancia es de 20 metros, y cada cinco cu rva s de nivel nivel hace con sta r la altu ra: 500 500,, 600, 600, 700, 700, 800 800 y 8885, 85, que s eña la la cum bre o cota máxima del del plano. plano. Bordeando el lado derecho derecho del del pantan o hay u na carretera que indica su kilometraje, desde el k. 118 hasta el 114, ya en la orilla izquierda. El mojón del K. 115, aproximadamente está situado a 580 m. de altitud; el K. 116, pró p róxi xim m o a los 640 m. d e a ltu lt u r a ; el k. 117 so b re p a s a ya, ya , a u n q u e sea se a lig li g era er a m en te, te , los citad os 640 m .; y el el k. 118 118 ha baj ad o a los 56 5600 m. Es decir, la car retera ret era a sciend e hasta h asta que, cercana al poblado poblado que h ay a su derecha (según el sentido sentido n atural de m archa) vuelve vuelve a descend er y se sitúa por debajo de la altu ra que tenía al iniciar la subida. Pa ra obtener estos resultados, sólo se han tenido que sum ar o resta r 20 metros po p o r ca c a d a cu c u rv a de d e nive ni vell qu q u e hu h u b ier ie r a h ac ia su d e re ch a o su s u izq i zq u ierd ie rd a, p a r a lleg ll eg ar a las la s curvas de relación, situada cada 100 metros y señalizadas convenientemente.
142
Indice
Introducción ................................................................................................................ I.
Los plan os
CONCEPTO DEL PLANO ........................................................................................ REPRESENTACION DIMENSIONAL ................................................................... Plantas y alzado .................................................................................................. F a c h a d a s .............................................................................................................. Situación geográfica ................................................................................................ CORTES EN SECCION ............................................................................................ Los planos de planta origen de los cortes en sección ............................... Planos de sección vertical ................................................................................ Denominaci Denominación ón de las sec cione s ....................................................................... Como se indican en el plano de planta los cortes de sección .................. Elección de los puntos de corte ....................................................................... Una línea quebrada, en zig-zag, indica continuidad ................................. Otros indicadores de continuidad ................................................................. PLANOS COMPLEMENTARIOS DE DETALLES ................................................... II.
5
7 7 9 11 11 17 24 27 28 29 32 32 34 42
Lectura de planos
REPRESENTACION DE LAS DIMENSIONES ....................................................... Planos acotados .................................................................................................. Plano Planoss m udo s ...................................................................................................... Planos mixtos ...................................................................................................... LAS LINEA LIN EAS S DE ACOT AC OTAD AD O................ O...................... ............ ............ ............ ............ ............ ........... ........... ............ ............ ............ .......... Terminales ............................................................................................................ Lectura de las líneas de cota ........................................................................... Situació Situaciónn correct correctaa de las c o ta s ....................................................................... LAS ESCALAS ............................................................................................................ Indi In dica ca ción ci ón de las la s e s c a la s ............ .................. ........... ........... ............ ............ ............ ............ ............ ............ ........... ........... ............ ........ DIFERENTES TIPOS DE ESCALAS ..................................................................... Escala natural .................................................................................................... Escalas de ampliación ...................................................................................... Escalas de reducción ........................................................................................ Escalas Escalas norm alizadas ........................................................................................
43 44 44 47 47 49 49 50 52 54 55 55 55 57 57 143
Escalímetro ............................................................................................................... Las escalas grá fic as ............................................................................................... Unidad de las escalas gráficas .............................................................................. INTERPRETACION DE ELEMENTO S EN LOS PLANOS DE PLAN TA ... Representación de elementos con structivos ...................................................... Las paredes .............................................................................................................. Pilares ........................................................................................................................ E s c a l e r a .................................................................................................................. Líneas de trazos f in o s ........................................................................................... Las pue rtas ............................................................................................................... La mocheta .............................................................................................................. Puertas especiales ........................................................................................................... Las ventanas ............................................................................................................ Ventanas especiales ............................................................................................... Elementos divisorios ............................................................................................... Los ascensores .................................................................................................... Patios interiores ....................................................................................................... Conductos de ventilación ..................................................................................... Armarios empotrados ............................................................................................. Las terrazas .............................................................................................................. Materiales .......................................................................................................... Como se representa la vegetación ....................................................................... LOS SERVICIOS ............................................................................................................ La cocina ................................................................................................................. Representación gráfica de los elementos de una cocina en p la n ta Variantes en la represe ntación del mobiliario de cocin a .............................. La zona de comer en la cocina ........................................................................... Lps servicios higiénicos ........................................................................................ Señalización de los servicios de entrada y salida del agua .......................... La diversidad de diseño no excluye la unidad de criterio ............................ Aislamiento del inodoro ........................................................................................ REPRESENTACION DEL MOBILIARIO ................................................................ Muebles p rototip o .................................................................................................. ¿Normalización de los signos convencionales que se utilizan para re pre sentar el mobiliario en los p la n o s? ............................................................. Actitud del lector de planos ................................................................................ PLANOS DE INSTALACIONES ................................................................................ Proyectos de instalación eléctrica ....................................................................... Simbología ............................................................................................................... Plano elemental de la instalación eléctrica de una vivienda ...................... Plano general de una instalación eléctrica para una planta destinada a oficinas comerciales ............................................................................................ Plano completo de la instalación eléctrica en una planta de un edi ficio de viviendas .................................................................................................... Instalaciones eléctricas y de fontanería de una vivienda ............................ Esquema de una instalación sencilla de fon tan er ía ...................................... Esquem a de una instalación de calefacción central sistema m onotubu lar PLANOS TOPOGRAFICOS.......................................................................................... 144
58 61 63 67 71 71 73 75 76 78 81 82 82 82 85 85 88 92 92 94 94 101 104 105 106 108 111 113 114 116 119 119 121 121 127 127 127 128 131 132 133 133 135 137 140