Enseguida se ve que la majestad es efecto de la peluca, los zapatos de tacón alto y el manto... Así hacen los barberos y zapateros los dioses que veneramos. William William Thackeray Thacke ray
PETER PET ER BURK BURKE E
LA FABRICACION DE LUIS XTV Traducción de M anuel Sáenz Sáenz de Heredia
N E R E A
Cubierta: Rigaud, Lui L uiss XTV, XTV, Madrid, Prado. Publicado originalmente en inglés como The Fabrication o f Louis Lo uis XTV, TV, Yale University University Press, Lon dre s, 1992. 1992.
1- edición: 1995 2a edición (tapa dura): 2003
© by Pe ter Burke , 1992 1992 © de la ed. esp.: esp.: Edito rial N ere a S.A. S.A.,, 1995 San Ba rtolom é, n 9 2, 52 dc ha 20007 San sebastián Teléfono: 943 432 227 Fax: 943 433 379
[email protected] ISBN: 84-86763*97-5 D epó sito legal: legal: 39.106-2003 39.106-2003 Fotocomposición e impresión: EFCA, S.A Encuadernación: RAMOS, S.A.
PARA MARIA LUCIA
AGRADECIMIENTOS
Durante los años que he dedicado a estudiar a Luis XIV he recibido ayuda y consejo de muchas personas. Quisiera expresar en particular mi agradecimiento a Derek Beales, les, A nto nia Ben edek , R obin B riggs, riggs, Ivan Ivan G askell, askell, Serge G rozinski, rozinski, Mark Jon es, Margare t McGowan, McGowan, Maj Maj No de rm ann , Betsy Betsy Rosasco, Rosasco, Alian Ellenius Ellenius,, y el gru po de la Fun d a c ió i ó n E u r o p e a d e la l a C i e n c i a q u e t ra r a b a j a s o b r e « I c o n o g r a fí f í a, a, P r o p a g a n d a y Legitimación». El Wissenschaftskolleg de Berlín me ofreció un entorno ideal para p r e p a r a r el li b ro e n 1989 19 89-1 -199 990, 0, m ie n tr a s o tr o a n tig ti g u o r é g im e n se e n c o n t r a b a e n p r o ceso de demolición. Deseo también expresar mi agradecimiento al público que hizo comentarios sobre varias partes de este estudio presentadas en forma de conferencia en Am sterdam, sterdam, Berlín, Berlín, Cam bridge, Cam piñas, Ithaca, Jerusa lén, Lo ndres, Lu nd, Mu nich, Nueva York, Oxford, Providence, Tokyo, Upsala y York. Por las mejoras en la pe p e n ú l ti m a v e rsió rs ió n d e l lib li b r o e sto st o y m u y a g r a d e c id o a m i m u je r , M a ría rí a L ú c ia, ia , a m i co co lega Emmanuel, Henry Phillips, y a Peter France, con quien en 1972 impartí un curso sobre «Literatura y sociedad en tiempos de Luis XIV» en la Universidad de Sussex. Deseo también dar las gracias al personal de Yale University Press, y especial m en te a Sheila Lee, po r su ayuda y su aten ció n a los detalles detalles verbales y pictóricos.
INDICE
I PRESENTAC ION DE LUIS XIV ............................................................................ 11 II PERSUASIÓN.............................................................................................................. 23 III II I O R T O ............... .................... ............. .............. ............. .............. ............ ............. ............... ............ ............ ............. ............. .............. ............ ............. ............... ............ ..... 45 IV LA C O N S T R U C C IO N D E L S ISTE IS TE M A ....... .......... ....... ........ ........ ........ ........ ........ ........ ........ ........ ........ ........ ........ ........ ....... ... 55 V AUTOAFIRMACION................................................................................................. 65 VI LO S AÑ O S V IC T O R IO S O S ....... .......... ....... ........ ........ ........ ........ ........ ........ ........ ........ ........ ........ ........ ........ ........ ........ ........ ........ ........ ........ 73 VII LA R EC O N ST R U C C IO N DE DEL L SIST SI ST EM A ..... ........ ...... .................. ...... .......... ...... .......... ...... .................. ...................... ... 85 V III II I O C A S O .............. .................... ............. .............. ............ ............. ............... ............. ............. ............. ............. .............. ............ ............. .............. ............ ............. ........... .... 105 IX LA CR CRISIS ISIS DE LAS R E P R E S E N T A C IO N E S.......... S............. ...... ...... ....... ........ ........ ........ ........ ........ ........ ........ ....... ... 121 X E L REVE RE VERS RSO O DE LA M ED EDAL ALLA LA....... .............. .............. ............ ............. ............... ............ ............ ............. ............. .............. ........... 129 XI LA REC EPCIO N DE LA IMAGEN DE LUIS XTV..................... ........................ 143 X II L U IS EN PE R SP E C T IV A ............... ..................... ............ ............ ............. .............. ............. ............ ............ ............. .............. ............. ........... ..... 169 G L O S A R IO ............. ................... ............ ............. ............... ............. ........... ............. ............. ............ ............. .............. ............. ............ ............. ............. ............ ............ ............. .......... ... 191 A P E N D I C E S ............. ................... ............ ............. .............. ............. ............ ............. .............. ............. ............ ............. ............. ............ ............ ............. ............. ........... ........... .......... .193 N O T A S ..................................................................................................................... ...................... 199 19 9 B IBL IB L IOG IO G R A FIA FI A ............. ................... ............. ............. ............ ............. .............. ............. ............ ............. ............. ........... ............. ................ .............. ........... ............ .............. ....... 209 20 9 IN D IC E A N A L IT IC O ............... ..................... ............ ............ ............. ............. ........... ............. ............... ............ ........... ............. ............. ............ ............ ............. .......... ... 223 22 3
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«La «La imagen imag en más famosa de Luis». Luis». Retrato Retrato de Luis Lu is XIV, XIV, de Hyacinthe Rigaud, óleo sobre lienzo, c. 1700. Louvre, París.
I PRESENTACION DE LUIS XIV
Ces cordes qui atta chen Ces ch entt le le respect respec t á tel tel ou tel tel en particulier, sont des cordes de l’imagination. l’imagination. Pascal, P Pascal, Pen ensé sées es
Luis XIV, rey de Francia, accedió al trono en 1643, a los cuatro años de edad, y reinó 72 años, hasta su muerte en 1715. Es el protagonista de este libro, que no pretende ser, sin embargo, una nueva biografía del Rey Sol. Biografías de Luis XIV hay mu chas, chas, algunas algunas ex ce len tes1. tes1. Po r lo lo dem ás, este este estudio estudio se cen tra no tan to en el hom bre o el rey como en su imagen. No en su autoimagen, aunque también ésta se ha re con struido 2. No en su imag en a los ojos ojos de la po steridad , que h a sido sido o bjeto de otros estudios 3. El libro se se c en trará en la im ag en pú blica d el rey, en el lug ar qu e Luis XT XTV ocup ó e n la im aginac ión colecti colectiva. va. Este estudio, como otros del autor, tiene por objeto contribuir a la historia de la comu nicación, nicación, la histor historia ia dé la produ cción , circulación circulación y recep ción de formas simbó licas 4. Estudia las representaciones contemporáneas de Luis XTV, su imagen tal como fue retratada en piedra, bronce, pintura e incluso cera. Trata también de su «ima^ gen» en sentido metafórico, como representación del rey proyectada por medio de textos (poemas, dramas, historias) y en otros medios, como ballets, óperas, rituales cortesanos y otras otras formas de espectáculo. La ima gen pú blica de Luis ha sido sido objeto de n o pocos estudios de especiali especialist stas as en arte, literatura, numismática, etc., no sólo en Francia sino también en los Estados Unidos, A lemania y otros países países.. Se ha n escrito escrito mo nografías sobre ico nog rafía de sus sus retratos, sobre sus estatuas ecuestres y sobre las medallas donde se representaron los p rin ri n c ip a le s a c o n te c im ie n to s d e su r e i n o 5. El E l te a tr a l d e c o ra d o d e V ersa er salle lle s, q u e h a d e entenderse como «mensaje» además de como «escenario», ha sido objeto de nume rosos rosos e studios6. studios6. En la literatura literatura francesa francesa c on tem po ránea p ue de hallars hallarsee u na inves investi ti gación g ene ral de las represe ntacio nes de Luis Luis XT XTV, así así como un de tenid o analis analisis is de retra tos literarios literarios con creto s y de las las estrategias de los escritores 7. Ha y m ono grafías sobre los historiadores oficiales del reino, así como sobre la propaganda guberna m ental d ura nte la Gue rra de Sucesión esp añ ola 8. Balle Ballets ts,, óperas y ¿tros espectáculos han sido objeto de muchos estudios9. La idea de un dios sol se ha rastreado hasta el
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m un do an tigu o 10. La relación relación en tre a rte y política en este este pe ríodo , que Vo ltaire ltaire pasó pasó p r á c ti c a m e n te p o r a lto lt o e n su fa m o so Siécle de Louis XTV (1751) ha sido cuidadosa mente estudiada en los últimos cien años, especialmente por Augusta Dilke (una dama que tenía buenas razones para considerarse modelo de la Dorotea de George Eliot) y por Emest Lavisse (cuya posición entre los intelectuales de su tiempo tuvo que ayud arle a co m pre nd er m ejor la situación situación que p revalecía 300 300 años an te s)11 s)11. No N o c o n o z c o , sin si n e m b a rg o , n i n g u n a r e l a c ió n g e n e ra l d e las re p r e s e n ta c io n e s c o n temporáneas de Luis XTV. Como señaló hace pocos años un historiador de los ritua les monárquicos, «El culto del Rey Sol... no ha sido aún objeto del estudio global que m erece» 12 12. Incluso las las repre sen tacio ne s desfavorables d e Luis, en su país y en el ex tranjero, tranjero, se se han estudiado estudiado fragm en tariam en teI3 teI3. Mi objet objetiv ivoo en este este libro libro es prese nta r la im ag en rea l com o u n todo. El mismo mismo Luis Luis y sus ministros contemplaban el sistema de comunicación en su conjunto, por lo que debe ríamo s seguir su ejem ejem plo y u nir lo qu e h a sido sido escindido po r distintas distintas discipl disciplinas inas aca dé m icas14 icas14. Mi inte nc ión es analizar las las imág ene s individuales d e Luis XT XTV p ara re velar su imagen pública en su tiempo. Sin embargo, este análisis no se hace por el me ro hech o de hacerlo. hacerlo. El libro libro pre tend e ser un estudio estudio m onográfico sobre las las rela rela ciones ciones entre arte y pod er, y más co ncretam ente sobre la la «creación «creación de grandes h om bre b re s» 15. P o r c o n s ig u ie n te , las la s c o m p a r a c i o n e s y c o n t ra s te s q u e c o n f i g u r a n el c a p í tulo 12 son parte esencial del proyecto. Luis Luis es es, por varia variass razones, ob jeto idó idó ne o pa ra un estudio mo nográfico de esa na turaleza. El rey mismo y sus consejeros prestaban gran atención a la imagen real. Aparte del tiempo empleado en rituales de diversa especie, el rey debió pasar mu chas horas posando para sus distintos retratos. Un dibujo del rey en campaña en Flandes atestigua el cuidado con que se analizaban esos retratos: «es necesario mos trar al Rey con el bastón levantado, en vez vez de apoy ándose en él» él» [il fa u t que que le Roi Roi ait la canne cann e haute, a u lieu de s ’appuyer app uyer dessus dessus]] 16. Luis fue además muy afortunado por lo qu e se refiere a la calidad calidad de los artistas artistas,, escritores y com positores qu e tuvo a su servi servi cio. La creación de la imagen del rey fue un modelo para otros monarcas (infra ( infra,, pá gina 160). 160). Est Está, á, por lo demás, extrem ada m ente b ien do cum entada. H an sobre sobrevi vivi vido do cientos de retratos, medallas y grabados del rey. Versalles sigue existiendo en una forma que nos permite imaginar su aspecto en tiempos de Luis XIV. Y, lo que es aún más sorprendente, ha sobrevivido una serie de documentos confidenciales, desde cartas cartas particulares hasta actas actas de reu nio ne s de comités, comités, que n os perm iten p ercibir los los designios designios y método s de los los cread ores de la im im agen del rey en distintos distintos m ed ios17 ios17. La gran ventaja ventaja de c ontem plar los los medios en su conjun to es que esa perspecti perspectiva va p o n e m á s d e reli re liee v e los lo s c a m b io s. R a ro h a b r í a sid si d o , c ie r ta m e n te , q u e las r e p r e s e n t a ciones de Luis no hubieran cambiado en el curso de un reinado que duró 72 años (incluidos (incluidos 54 de lo qu e se llamó llamó «gob ierno perso nal» ). En los los prim eros retratos lo ve ve mos como un bebé en pañales; en los últimos, como un anciano en silla de ruedas. En tre esas esas fechas, su su pe rfil en medallas, y m on ed as cam bió varias varias veces veces.. C on el paso de los años se fundaron nuevas instituciones para glorificar al rey, artistas y ministros ap areciero n y desap arecieron, y a las las victor victorias ias suce dieron las derrotas. derrotas. Una de las ventajas de un enfoque estrictamente cronológico es que revela si los cambios en diferentes medios han tenido lugar al mismo tiempo (indicio de un alto
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grado de control central) o han seguido su propio ritmo (indicio de que las artes eran relativamen relat ivamen te au tóno m as). Desg raciadam raci adam ente, no es fáci fácill atenerse atenerse rigurosa mente a la cronología. La imagen del rey era objeto de constante revisión. Se acuña b a n , p o r e je m p lo , n u e v a s m e d a lla ll a s p a r a c e le b r a r , o r e i n te r p r e t a r , a c o n te c im ie n to s que h abían tenido lugar e n fechas anteriores del reinado reinado . Ell Ello nos obliga obliga a ten ten er pre sentes dos escal escalas as temp orales, lo qu e p od ría llama llama rse «tiempo metálico» metálico» y la fech a de los los aco nte cim ien tosls. tosls. La G rand e G alerie alerie d e Versal Versalle less ha de estudiarse estudiarse no sólo sólo como representación de acontecimientos anteriores (1661, ó 1672) sino también como acontecimiento cultural en sí mismo, en el decenio de 1680. N o es, p o r ta n to , d e e x tr a ñ a r q u e lo s h is to r ia d o re s , a u n q u e h a y a n d e s ta c a d o a menudo hitos en la historia de la imagen real, discrepen en lo tocante a las fechas. Algunos hacen hincapié en 1670 (o esos años), cuando el rey dejó de bailar en los ba b a lle ll e ts d e c o r te y las c o m p a r a c io n e s c o n A le ja n d ro M a g n o se h ic ie r o n m e n o s f r e cu en tes 19. O tros h an postulad o el año 1674, 1674, cuan do el leng leng uaje de los los fes festi tival vales es em em pe p e z ó a c a m b ia r, y 16 77, 77 , c o m o a p o g e o d e l c u lto lt o r e a l 20. A m e n u d o se h a su b ra y a d o la importancia de 1679, fecha en que un programa mitológico para la Grande Galerie fue sustituido sustituido p or un pro gra m a h istó rico 21. O tros estudiosos estudiosos prefieren 1682 1682 ó 1683, 1683, cuando las grandes fétes fét es declinaron y la corte se instaló en Versalles, o 1685-1686, cuando se diseñaron estatuas de Luis para plazas públicas de toda Francia22. Espero haber reunido en las páginas siguientes material suficiente para que los lectores pue dan extrae r sus sus prop ias conclusiones. Ev identem ente, un estudio de esta na turaleza es hijo de su tiem tiem po. Ya Ya en 1912 1912,, la la «gloriosa empresa» de Luis XIV le recordaba a un estudioso francés la publicidad co n te m p o rá n ea 23. El para lelo es aú n m ás claro a fines fines de l sigl sigloo XX XX, cua nd o jefes de Estado, como Richard Nixon o Margaret Thatcher han confiado su imagen a agen cias cias de p ub licida d24 d24. Para exp resarlo en términ os m od ernos, lo que m e interesa es «la «la venta de Luis XTV», el em paq ue tado del m ona rca, la ideología, ideología, la pro pa ga nd a y la m anipulación d e la opinió n pública. pública. Ob viamente, hay peligro peligro de caer en anacronismos. No tengo intención algun a de p r e s e n t a r a los lo s p a n e g iris ir is ta s d e L u is XTV c o m o e q u iv a le n te s e x a c to s d e S a a tc h i a n d Saatchi Saatchi.. Po r lo lo demás, la referencia a la la venta no es tan an acrónica como po dría pen sarse, pues el Duque de Saint-Simon, que conocía personalmente al rey, afirmó en cierta ocasión que nadie sabía tan bien como Luis «vender sus palabras, su sonrisa, incluso sus miradas». Con todo, la cultura del siglo xvn era muy distinta de la nues tra, y esas diferencias se reflejan necesariamente en las imágenes de los gobernantes (infra, (infra, página 185). Otra forma moderna de describir este libro sería llamarlo un estudio sobre la «propaganda» de Luis XTV, sobre los intentos de moldear o manipular la «opinión pú p ú b lic li c a » , o u n e s tu d io s o b re « ide id e o lo g ía » (e n e l s e n tid ti d o d e «las fo rm a s e n q u e el sig nificado nificado sirv sirvee para sostener relaciones de do m ina ció n» )25 )25. Ning uno de esos esos tres tres con ceptos —propaganda, opinión pública e ideología— existía en el siglo xvii. La Con gregaba de prop pr opag agan anda da fid f id e i romana era un comité para «la propagación de la fe», no de «propaganda» en el sentido sentido políti político co del térm térm ino. El concepto m ode rno de la pro p a g a n d a só lo se r e m o n t a a fin fi n a le s d e l sig lo XVIII, II, c u á n d o las téc té c n ica ic a s d e p e rs u a s ió n
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utilizadas por los simpatizantes de la revolución francesa se compararon con las téc nicas cristianas de conversión26. Siempre es útil para el historiador buscar lo que falta en u n lugar y un tiemp o dados, y estas estas ausencias con cretas son sin d ud a signifi significat cativ ivas. as. N o sig si g n ific if ic a n , sin si n e m b a r g o , q u e lo s e s p e c ta d o r e s y o y e n te s d e l sig si g lo XVII no se apercibieran de los intentos de persuasión, o incluso de manipulación. Dada la im p o r ta n c ia o to r g a d a a la r e tó ri c a e n la e d u c a c ió n d e las la s elites elites de aquel tiempo, proba b le m e n te e r a n m á s c o n sc ie n te s d e las té c n ic a s d e p e rs u a s ió n d e lo q u e h o y e n d ía lo somos la m ayoría de n oso tros 27. Si el térm ino pro pa ga n da se defin e con suficiente amplitud, por ejemplo, como «el intento de transmitir valores sociales y políticos», es difíci difícill opo nerse a que se aplique al sigl sigloo x v n 2S. Co n tod o, llam ar a u n e studio com o éste éste u n anális análisis is de la pro pa ga nd a de Luis XTV conlleva el peligro de ind uc ir tanto al au tor como a los los lectores lectores a interp retar los poem as, pinturas y estat estatuas uas que represe n tan al rey como si no hubieran sido otra cosa que intentos de persuadir, antes que (por ejemplo) expresiones del po d er del rey y de la la devoción de al m eno s algunos de sus súbdit súbditos. os. Com o el historiador historiador d e la an tigüed ad Paul Veyne h a sugerido rec iente m ente, algunas obras de arte son creadas p ara existir existir y no pa ra ser vi vistas stas.. Los relieve relievess de la Co lumn a de Trajano , po r ejem plo, son invisi invisibl bles es desde el su elo 29. Más exacto sería, tal vez, decir que las representaciones de Luis fueron encarga das para glorif glorifica icarl rlo. o. Los Los escr escrit itos os del pe ríodo no nos perm iten du da r de la im im portan cia cia que p ara goberna ntes y nobles ten ten ían la repu tación o la glor gloria. ia. En un diccionario diccionario del período se distinguía la gloria de la alabanza porque «la alabanza es dispensada p o r in d iv id u o s, y la g lo ria ri a p o r el m u n d o e n g e n e ra l» [la louange se donne par les parti culie culiers rs,, et la gloire gloire p a r le general du d u monde] monde ] 30. Gloire era u n a p alab ra clave clave de la é p o ca 31. Su im im po rtancia se subrayaba subrayaba en las las Mémoires Mémoi res de de Luis32. Mademoiselle de Scudéry reci bió b ió u n a m e d a lla ll a d e la A c a d e m ia F r a n c e s a p o r u n en sa y o s o b r e e l t e m a 33. L a g lo ria ri a p e r s o n if ic a d a a p a r e c ía e n r e p r e s e n t a c io n e s te a tr a le s , e n b a lle ll e ts y e n m o n u m e n t o s pú p ú b lic li c o s. E n los lo s j a r d in e s d e V e rsal rs alle less h a b ía u n a F u e n te d e la G lori lo riaa . Tam bién era com ún en el sigl sigloo x v i i observar que el fast fastoo ten ía un a func ión polí tica. Daba éclat al al rey. Eclat Ec lat era otra palabra clave de la época, con significados que iban desde el «relámpago» al «trueno», pero siempre refiriéndose a algo inesperado e impresionante. El fasto se consideraba impresionante, en el sentido literal de que dejaba una «impres «impresión ión»» e n los los espectadores, espectadores, com o u n sell selloo en un p edazo de cera. cera. En ese sentido, Colbert decía del palacio del Louvre que imprimía respeto en los pu p u e b lo s d e l m u n d o [toute la structure imprime le respect dans l'esprit des peuples] M. peuples] M. La re ferencia es probablemente a los pueblos de Europa, y no sólo al francés. Como a su vez Luis (o, más exactamente, uno de sus secretarios) explicaba al Delfín, los festiva les gustaban a los los súbditos y dab an a los los extranjeros «una im presión muy útil de m ag nificencia, poder, riqueza y grandeza» [une impression tres avantageuse de magnificence, de puissance, puissan ce, de riche richess ssee et de grandeur grande ur ] 3S. Bossuet usaba palabras an álogas cu an do en su tratado tratado sobre sobre política política señalaba que la corte corte de u n m on arca es «deslum bradora y mag nífica» [ éclatante et magnifique\ magnifique\ para que «los pueblos lo respeten» [pour imprimer aux peuples peu ples u n certain respec respect t ] 36. U n teórico social co m o M on tesqu ieu, q ue se crió crió en el rei nado de Luis XTV, afirmaba algo parecido: «El fasto y esplendor que rodean a los re yes forman parte de su poder» [Le faste et la splendeur qui environnent les rois font une partie pa rtie de leur le ur puissance puiss ance]] 37.
PRES PR ESEN ENTAC TAC ION DE LUIS LUI S XJV
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Las opiniones sobre la relación entre el arte y el poder vigentes en el siglo xvn p u e d e n c lasi la sifi fica ca rse rs e c o m o u n e s p e c tr o d e fre fr e c u e n c ia s . E n u n e x tr e m o se e n c o n tr a b a n los los escrit escritores ores que ap are nte m en te c reían a pies pies juntillas en la ima gen del rey, rey, ya fue ran poetas que escribían odas al monarca, historiadores que narraban sus victorias o estudiosos que describían las decoraciones de Versalles. Describían las estatuas y otros otros m onu m entos como m edios pa ra «la «la instrucción instrucción del pueblo», al que a lentaban a am ar y obe dece r a su p rínc ipe 38. Al otro extremo estaban los observadores, moralistas y satíricos que veían esen cialmente la glorificación del rey como una artimaña de aduladores cínicos y con temporizadores, cuya víctima era el pueblo. Una generación antes, un escritor al ser vicio del Cardenal Richelieu ya sugería que las «bonitas palabras» eran un medio p a r a q u e el p r ín c ip e « se d u je ra » al p u e b l o , « p a ra q u e lo e n g a ñ a r a c o n a p a rie ri e n c ia s» , «lo manejara a su antojo» 39. De manera análoga, los detractores de Luis XIV utiliza ron considerablem ente o tra palabra cl clave ave de la época, divertissement, divertissement, «diversión» en el doble sentido de «entretenimiento» y «distracción». Aducían que los festivales y es pe p e c tá c u lo s — c o m o los lo s a n tig ti g u o s c irc ir c o s ro m a n o s — t e n ía n p o r o b je to d is tr a e r al p u e blo b lo d e la p o líti lí ticc a o, e n la v ivid iv idaa fra fr a se d e L a B ru y é re , d o r m i r lo [laisser le peuple peu ple s ’endor mir mi r dans da ns les lesJetes, Jetes, da n s les specta spectacles cles]] 40. Ciertam ente, estos estos conce ptos d el sigl sigloo XVII arrojan luz sobre la corte de Luis XIV. N o p o d e m o s p e r m it ir n o s e l lu jo d e p a s a rlo rl o s p o r a lto lt o . P o r o tr o la d o , u n h is to r i a d o r del siglo XX que escribe para un público del siglo XX tampoco puede pasar por alto ios conceptos modernos, tanto si se toman de la ciencia política como si provienen de la antropología social o la psicología social. Lo que sobre todo me interesa de la escritura histórica es la labor de mediación entre dos culturas, el pasado y el pre sente, el establecimiento de un diálogo entre los dos sistemas de conceptos, la tra ducción de un lenguaje a otro. «Propaganda» es un concepto moderno útil, pero tamb ién hay otros. otros. Podría ser conveniente, por ejemplo, ver en este libro como un estudio sobre el m ito ito de Luis X IV 41. La exp resión pare ce e n princ ipio ap rop iada p orq ue Luis era constantemente comparado con los dioses y héroes de la mitología clásica, como Apolo y H ércules. Sin Sin emba rgo, el términ o «mito «mito»» pu ed e utilizar utilizarse se en form a más am bic b icio iosa sa...... y m á s p o lé m ic a . P o d ría rí a m o s d e f in i r el m ito it o c o m o u n a h is to ri a c o n sig si g n ifi if i cado simbólico (como el triunfo del bien sobre el mal) en la que los personajes, hé roes o villanos, revisten proporciones mayores que las naturales. Cada historia p a r ti c u la r se e n c u e n t r a e n el p u n to d e in te r s e c c i ó n e n t r e el a r q u e ti p o y la c o y u n tu r a o, en otras otras palabras palabras,, e ntre un legado d e im ágenes y unos individuos individuos y acontecimien tos específicos42. El mito de Luis XIV existía en el sentido de que se le presentaba como omnis ciente [informé de tout\, tout\, como invencible, divino, etc. Era el príncipe perfecto, aso ciado con el retorno de la edad de oro. Poetas e historiadores describían al rey como «héroe», «héroe», y a su su reino, reino, en palabras palabras de Racine, como «una ininterrum pida serie serie de ma ravi ravilllas» las» 43. Su image n pú blica no era m era m en te favorable: favorable: ten ía un a cualidad sa grada. Los historiadores profesionales utilizan a menudo el término «mito» en el sentido
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de «historia que no es cierta» (en contraste con sus propias historias, tai como ellos las ven). Sin embargo, mi objetivo no es oponer el Luis «real» al Luis mítico. Por el contrario, lo que me interesa es precisamente la realidad del mito, sus efectos en el mundo exterior a los medios de comunicación: extranjeros, súbditos de Luis y, no m enos imp ortante, el rey mismo. mismo. El términ o «mito «mito»» tiene tam bién la ventaja de re cordamos que los artistas y escritores, lejos de circunscribir su trabajo a imágenes es táti tática cass del rey, ey, trataban trataban de p resentar u na narrativa, narrativa, lo que den om inaba n l’histoire du roi, roi, tanto en pinturas, tapices, medallas y grabados como en las historias oficiales. Para combinar esta sensación de movimiento con la sensación de espectáculo, po dríamos em plear el concep to d e «teatr «teatro» o» de Luis XI XIV. Resulta ten tad or ir aún más lejos lejos y h ab lar de l «E stado stado espectáculo» del Rey Sol. Sol. El El concepto de «Estado espectáculo» fue propuesto hace diez años por el antropólogo am erican o C lifford lifford Geertz en su influy ente estud io sob re el Bal Balii decim on ón ico 44. La frase habría gustado sin duda a los contemporáneos de Luis XTV, que estaban acos tumbrados a ver el m und o com o u n escenario. escenario. Luis mismo utili utilizó zó la metáfora alguna vez (infra ( infra,, páginas 17 y 51). El Duque de Saint-Simon usó constantemente términos como comedie y comedie y scene en sus descripcio nes d e la c o rt e 4S. Más de u n o de los sermon es p r o n u n c ia d o s c o n o c a sió si ó n d e la m u e r t e d e l re y se r e f ir ie r o n a su v id a c o m o u n g ra n «espe «e spe ctác ulo » 46 46. El ritual, especialmente, se veía como una especie de drama que tenía que esceni ficar ficarse se pa ra fom fom en tar la la obedienc ia. U n estudioso alem án, J. C. C. Lünig, que pub licó licó un estudio gene ral sobre cerem onias púb licas licas en 1719 1719 y 172 1720, 0, lo llamó llamó Theatrum Cere moniale y explicó explicó qu e ese tipo tipo de tea tro era n ecesario po rqu e «en tre la la gen te co m ún... las las impresiones físi físicas cas tiene tiene n un efecto m ayor qu e el lenguaje que se dirige dirige al intelecto y la razón». razón». En las las m em orias d e Luis se se sostiene algo p ar ec id o 4?. Los análisi análisiss de la impo rtancia del del ritual ritual en la políti política ca co ntem po ráne a se se basan en supuestos aná log lo g o s 48 48. A lo largo del libro recurriré con frecuencia a una perspectiva dramática, aprove chando especialmente los trabajos del antropólogo social Erving Goffman, que re calcó la importancia de la actuación, lo que él llamaba la «presentación de uno mismo» en la vida cotidiana, el arte de la «administración de la impresión», la dife rencia entre las zonas «delantera» y «trasera», la función del decorado y sus propie dades, etc.,9. Todos esos términos modernos son utilizables para estudiar a Luis XTV. Versalles, p o r e je m p lo , e ra u n d e c o r a d o d o n d e e l re y p o d í a e x h ib ir su p o d e r . El a cc eso es o al m o na rca estaba cuida dosa m ente co ntrolad o y pa saba p or varias varias etapas. etapas. Los visit visitante antess cir cir culaban de patios exteriores a patios interiores, subían escaleras, esperaban en ante sala salas, s, etc., etc., antes de qu e se les les pe rm itiera vislum brar al rey. rey. Los términos utilizados por Goffman apenas habrían sorprendido a contemporá neos del rey como La Rochefoucauld o Saint-Simon. Saint-Simon^ por ejemplo, usa con frecuencia el término término les deméres deméres para referirse a la zona de la corte situada «en tre bastidores». Aveces se dice que Luis vivió su vida entera en público. En cierto sen tido ello es cierto: siempre había alguien que lo estaba observando, aunque sólo fuera uno de sus ayudas de cámara. Sin embargo, algunas de sus actividades, políticas y no políticas, eran menos públicas que otras. Sus relaciones con sus amantes, como
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su matrimonio con Madame de Maintenon, tuvieron lugar entre bastidores. No hay referencias referencias a esas esas relaciones relaciones en los me dios de c om unicac ión ofic oficia iale les, s, aun qu e todo el mundo las conocía. Tienen que reconstruirse a partir de diversas fuentes oficiosas, incluidas cartas privadas e incluso las memorias de uno de los camareros reales. (Des graciadamente, sus observaciones terminan en 1653, fecha en que cayó en desgra cia) 50. También es útil para este estudio otro término relacionado con el teatro: el tér mino «representación»51. Uno de sus principales significados era el de «actuación». El jesu íta M enestrier, ex perto en emb lemas, espectáculos y otras formas simbólic simbólicas, as, pu p u b lic li c ó e n 1681 16 81 u n lib li b ro s o b re « re p re s e n ta c io n e s » m u sica si ca les. le s. L a p r i m e r a vez ve z q u e vio la Duquesa de B orgoña, que a la la sazón sazón tenía once años, años, Luis Luis com entó a M adame de Maintenon que cuando le llegara el tiempo de representar su papel en el escenario de la corte, lo haría con gracia y encanto [Qu [ Qu and ilfa u d ra u n jo u r q u ’ell elle repr représ ésen ente te,, elle lle sera d ’u n air ai r et d ’u n e gráce á charmer] charmer] 52. Según otra definición, sacada de un dicciona rio de la época, la representación es una «imagen que nos devuelve a la mente y la memoria los objetos ausentes» [ Ima [ Image ge qui qu i nous no us remet en idée et en e n la mémoire les objets objets ab senté] senté] 5S. «Representar» significaba también «tomar el lugar de otro». En ese sentido, los embajadores, los gobernadores provinciales y los magistrados representaban todos a Luis. También lo hizo la reina cuando el rey estuvo en campaña en 1672. También, en un sentido algo distinto del término «representación», lo hacían los secretarios reales, que estaban autorizados a imitar no sólo la firma del rey sino también su cali grafía 54. Ha sta las las cartas cartas de am or d e Luis estaban escrit escritas as po r otro (en un m om ento dado, el Marqués de Dangeau). En las memorias reales se contraponen las cartas es critas en nombre del rey a las escritas por el rey mismo —pero lo cierto es que ese mismo pasaje, pasaje, com o el resto de las famosas famosas Mémoires, fue Mémoires, fue escrito, escrito, a m od o de «negro», «negro», p o r u n s e c r e t a r i o 55. También representaban al rey objetos inanimados, especialmente sus monedas, que llevaban su imagen y a veces su nombre (el luis luis de oro valía unas 15 livres). livres). Asi mismo lo hacían su escudo de armas y su divisa personal, el sol. También su cama, o la mesa puesta para su almuerzo, aunque el rey estuviera ausente. Estaba, por ejem plo p lo,, p r o h ib id o lle ll e va r s o m b r e r o e n la h a b it a c ió n d o n d e la m e sa re a l e s ta b a p u e s t a 56. En tre las las repre sen tacion es inan im adas del rey rey destacan sus retratos. retratos. Se dijo dijo del ar tista Charles Lebrun que había representado en un retrato del rey «todas sus altas cualidades, como en un espejo muy claro» [ily represente comme dans une glace tres puré toutes ses hautes qualités\ qualités\ 57. Los retratos se trataban también como si fuesen sustitutos del rey rey.. El famoso retra to del rey p or Rigaud (véa (véase se figura 1), po r ejemplo, oc upa ba el lugar del monarca en el salón del trono de Versalles cuando el rey estaba ausente. Dar la espalda al retrato era una ofensa, como dársela al rey58. Otros retratos presi dían en las provincias festivales en honor del rey59. En ocasiones eran llevados en p ro c e s ió n c o m o la im a g e n d e u n s a n to 60. L a c o m p a r a c i ó n n o es ta n e x tra tr a v a g a n te como p ued e pa recer, po rqu e el rey era represen tado a veces veces como como San Luis Luis.. Podría también decirse con cierta exactitud que el rey se representaba a sí mismo, en el sentido de que representaba conscientemente el papel de rey. De su conciencia de sí, así como de la diferencia entre las zonas delantera y trasera de la
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corte, se hacen eco las memorias de un noble italiano que visitó la corte en los años setenta. «En privado» [en son particulier], particulier] , es decir, en su cámara, rodeado de un pe queño grupo de cortesanos, Luis se olvidaba de su gravedad, pero si la puerta se abría, «cambiaba inmediatamente de actitud y expresión, como si tuviera que apare cer en un escenario» escenario» [il compo compose se aussitót son son attitude attitu de etpren etp rendd un e autre express expression ion de figure, comme comme s’ s ’il devait d evait paraitre sur s ur u n théát théátre re]] 51. Luis ocupaba también el lugar de Dios, como pusieron de relieve el predicador de la corte Jacques-Bénigne Bossuet y otros teóricos políticos políticos.. Los gob ernan tes eran «imág enes vivientes vivientes»» [images vivantes] de Dios, «represe ntan tes de la majestad divi divina» na» [ les les répr réprese esenn tants tan ts de la majesté divin d ivinee] 6Z. También pordría decirse que Luis representaba al Estado. Un escritor político p o c o c o n o c id o d e la é p o c a d e c la ró q u e e r a re y « q u ie n r e p r e s e n t a a to d a la r e p ú blic bl ica» a» [celui qui représente toute la république], république], Luis es, naturalmente, conocido por el epigra m a q ue se le le atribuye, «el «el Estado soy soy yo» [VEtat [VEta t c’est c’est moí\. moí \. Si no dijo tal cosa, al menos permitió a sus secretarios que escribieran en su nombre que «cuando uno tiene prese nte el Estado, Estado, está trabajand o pa ra sí» [qu and an d on a l ’état état en vue, on travaille pou p ou r ío¿] 63. Amigos y enemigos del régimen estaban de acuerdo con esa identifica ción. Bossuet declaraba que «todo el Estado está en él» [tout VEtat est en luí], m luí], m ientras ientras que en un panfleto protestante se deploraba que «el rey ha ocupado el lugar del Es tado» [Le roi a pris la place de VEtat ] 64. Sin embargo, representar al Estado no es lo mismo que identificarse con él. Bos suet recordaba al rey que él moriría, mientras que su Estado debía ser inmortal, y se dice que Luis, en su lecho de muerte, dijo «Yo me voy, pero después de mí permane cerá el Estado» [Je [Je m ’en en vai v aiss, mais ma is l ’état état demeurera aprés aprés moi\ moi\ 65. No conviene tomar de masiado literalmen literalmen te el célebre célebre epigram a. Una ventaja del término «representación» es que puede referirse no sólo a los re tratos tratos visua visuale less o literar literarios ios del rey, rey, la la imag en proye ctada en o p or los los medios de com u nicación, sino sino tamb ién a la image n recibida, la imagen de Luis en la imag inación co l e c ti ti v a , o , c o m o d i c e n l o s h i s t o r i a d o r e s y a n t r o p ó l o g o s f r a n c e s e s , la la s «representaciones cole colect ctiv ivas as»» d e la época. La desventaja de la exp resión «repre senta ciones colectivas», es que puede creerse que entraña que todos tenían una imagen idéntica del rey, o incluso que existe algo como la imaginación colectiva, según el m ode lo del inconsciente colect colectiv ivoo d e Jun g. P ara evitar evitar esos esos ma lenten dido s se ha es cogido un título distinto. No N o h e titu ti tu la d o e ste st e lib li b ro la « fab fa b ric ri c ac ió n » d e L uis ui s XTV XTV c o n e l fin fi n d e d e s tr u i r o d e moler al rey, como demolieron los revolucionarios sus estatuas en 1792. Reconozco que de hecho el rey hacía bastante bien su trabajo, le métier du roi, roi, como lo llaman las memorias reales. No tomó todas las decisiones que se le atribuyeron en su tiempo, p e r o sí a lg u n a s d e ellas ell as.. L u is e r a m u c h o m á s q u e u n «rey «r ey p in ta d o » , c ó m o d e s c ri b e n a un m on arca débil algunos escritores escritores del sigl sigloo xvn. El El térm ino «fabricac «fabricación» ión» no tiene p o r o b je to s u g e rir ri r q u e L uis ui s e r a a rtif rt ific ic ial ia l m ie n tr a s q u e o tra tr a s p e r s o n a s e r a n n a tu ra le s . En cierto sentido, como demuestra sagazmente Goffman, todos nos construimos a nosotros mismos. Lo excepcional de Luis fue la ayuda que recibió en la labor de construcción. El título título se ha escogido p o r dos razon es m ás positivas5S positivas5S. En pr im er lugar, «fabrica «fabrica
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ción» ción» es un a palabra qu e sugiere un proceso, y yo quisiera quisiera centrarme en u n proceso de creación de imagen que duró más de medio siglo. Hoy en día, la visión retrospec tiva, Versalles y las memorias de Saint-Simon nos presentan una imagen del rey an ciano que prácticam ente a nu la las las de sus sus encam acion es más jóvenes. Un término como «fabricación», al igual que la estructuración cronológica de este ensayo, puede contribuir a dar una sensación de desarrollo. Por la misma razón, tal vez sea conve niente hablar de la «mitologización» gradual de acontecimientos reales, como la tra vesía del Rin en 1672 o la revocación del Edicto de Nantes, en 1685, en sus sucesivas representaciones en distintos medios. Lo que podríamos llamar «versión autorizada» de la historia historia del rey era objeto de co ntinu a revisi revisión. ón. En segundo lugar, la frase «la fabricación de Luis XIV» en lugar de «la fabrica ción de una imagen» destaca la importancia de los efectos de los medios de comuni cación cación en el m und o, la imp ortancia de lo que se ha llamad llamad o «la creación creación de g randes hombres» o «la construcción simbólica de la autoridad» 67. La mayoría de los contem p o r á n e o s d e L u is X IV v e ía n al re y c o m o u n a f ig u r a sa g ra d a . Se le a tr ib u ía e l p o d e r de c urar a quien es p ade cían en ferm eda de s cu táneas e n virtud virtud de su «toque real» real» 6S. Era carismático en todos los sentidos: el sentido original de haber sido ungido con crisma, símbolo de la gracia divina, y el sentido moderno de un líder envuelto en un aura de autoridad. Sin embargo, ese carisma exigía constante renovación. Tal era el objetivo principal de la presentación de Luis, en su escenario de Versalles, como tam b ié n el o b jeti je tivv o d e la r e p r e s e n ta c ió n d e l re y e n los lo s m e d io s d e c o m u n ic a c ió n . Resumamos. El enfoque adoptado en este libro es resultado de un cierto desen canto con dos visiones opuestas de los gobernantes y sus imágenes, que podrían lla marse visión «cínica» y visión «inocente». La visión cínica, que, como hemos visto, tuvo tuvo sus sus partidarios en el sigl sigloo Xvn Xvn,, de spac haría la image n del rey como un a m anifes anifes tación de vanidad, megalomanía o narcisismo, o la explicaría como adulación de cortesanos trepadores, o la presentaría, a modo del moderno análisis de las comuni caciones, como ejemplo de la creación de «pseudoacontecimien'tos» y la transforma ción ción de acontecimientos que con tradicen la imagen en «no-acontec «no-acontecimient imientos» os» p or es es pe p e cia ci a list li staa s d e los lo s m e d io s d e c o m u n ic a c ió n q u e n o c re e n e n lo q u e h a c e n . S e g ú n esta es ta pe p e rsp rs p e c tiv ti v a , el a rt e y la l it e r a t u r a o fic fi c iale ia less d e l p e r ío d o d e b e r í a n in te r p r e t a r s e co m o una forma de «ideología», a su vez definida como una serie de trucos encaminados a m an ipu lar a los lectores, los oyentes y los los esp ec tad o res 69. La visión opuesta de la creación de imagen sugiere que se tomó y debe tomarse en serio, en el sentido de que respondía a necesidades psicológicas. El término «ide ología», de utilizarse, se redefine para referirlo al poder de los símbolos sobre toda pe p e rs o n a , t a n to si es c o n s c ie n te d e ese es e p o d e r c o m o si n o lo es. D es d e e sa p e rsp rs p e c tiv ti v a , los elogios a un rey son homenaje a una función, no adulación a un individuo. Un es tado centralizado necesita un símbolo centralizador. El gobernante y su corte, a me nudo percibidos como una imagen del cosmos, son un centro sagrado o «ejemplar» p a r a el re s to d e l E s t a d o 70. En su estudio sobre Bali en el siglo xix, Clifford Geertz ha llevado aún más lejos esta línea argumenta!. En Bali, según Geertz, el Estado no se ocupaba gran cosa del gobierno, «que ejercía con indiferencia e indecisión». Se orientaba, por el contrario, «hacia «hacia el espectáculo, hacia la cerem onia, hacia la dram atización p ública de las las obse
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siones siones que d om inan la cultura balinesa: balinesa: de sigualdad social social y orgullo de clas clase. e. Era un Estado espectáculo donde los reyes y príncipes eran empresarios, los sacerdotes di rectores y los campesinos actores secundarios, personal técnico y público». De ahí que G eertz eertz critique critique la visión visión cínica, cínica, p or c onsid erarla reduccion ista, ista, adu ciend o qu e el ritual ritual mo nárquico no e ra un instrum ento, y m ucho m enos un fraude, sino sino un fin fin en sí mismo. «El «El pod er serví servíaa a la po m pa , n o la po m pa al pod er» 7I 7I. La exactitud o inexactitud de esta descripción de Bali en el siglo XIX no es algo que deba p reocup arnos aquí. Lo que nos interesa es es el m ode lo de Geertz Geertz de la rela ción entre pompa y poder. ¿Es o no aplicable a la Europa de principios de la Edad moderna, y en particular a Francia? El ejemplo más evidente de un «Estado espec táculo» en la Europa del siglo XVH es sin duda el papado, que carecía de fuerza mili tar (Stalin preguntó en una ocasión que cuántas divisiones tenía el Papa), pero com pe p e n s a b a esa es a c a re n c ia c o n el e s p le n d o r d e sus su s r itu it u a le s y sus su s e s c e n a r io s 72. T a m b ié n e n el caso de Luis XIV puede utilizarse el modelo. Luis era considerado un gobernante sagrado, y en su corte se veía un reflejo del cosmos. De ahí las muchas comparacio nes e ntre el rey rey y Jú pite r, A polo y el sol. sol. Desde un punto de vista comparativo, podría decirse que ambos modelos rivales hacen hincapié en determinadas percepciones al precio de excluir otras. Los cínicos son, ciertamente, reduccionistas, y se niegan a considerar el mito, el ritual y la devo ción como respuestas a una necesidad psicológica. Dan por supuesto con demasiada facilidad que las clases gobernantes del pasado eran tan cínicas como lo son ellos. Por otro lado, el modelo rival da por supuesto demasiado fácilmente que todo el m und o en un a sociedad sociedad da da creía en sus sus mito mitos. s. No es capaz capaz de recon oc er ejemplos ejemplos concretos de falsificación y manipulación. También en el caso de Luis XIV ambos enfoques son reveladores. Por un lado, concuerdo con los cínicos en que Luis no fue un monarca tan maravilloso como lo pin p in ta b a n . L os te s tim ti m o n io s q u e d e s p u é s se p r e s e n ta r á n p o n e n c la r a m e n te d e m a n i fiesto que el gobierno trató de engañar al público en algunas ocasiones, desde el saco de Heidelberg (infra ( infra,, páginas 109, 121, 187 y 193) a la derrota de Blenheim. También es probable que algunos cortesanos y algunos escritores cantaran las ala ba b a n z a s d e L uis ui s e n b e n e fic fi c io d e sus su s p ro p ia s c a rr e ra s , e n g a n c h a n d o sus su s v a g o n e s a l sol. Sería, sin embargo, un error centrar el análisis de la conducta de Luis o de sus cortesanos cortesanos en las las ideas ideas de sinceridad y auten ticidad. El culto m od erno a la la sinceridad no existía en el siglo xvn. Otros valores, como el decoro, se consideraban más impor tantes 7S. En cu alqu ier caso, caso, el sistema sistema no se basaba ú nic am en te en la adulac ión. Es improb able q ue todas las las contribu cion es a la glorificación glorificación del rey fue ran cínicas cínicas en el sentido de constituir intentos de persuadir a otros de algo en lo que uno mismo no cree. Es Es cua ndo me nos posible q ue Luis mismo, la co rte y el país país creyeran en la ima gen idealizada del rey como creían en las virtudes del toque real (cf. Capítulo XI). Fuera de contexto, la imagen de Luis XIV XIV com o m ona rca sagrado sagrado e invencibl invenciblee pue de muy bien parecer una manifestación de megalomanía. Sin embargo, tenemos que apren der a verla verla en su contexto, contexto, com o creación colecti colectiva va y — al menos en cierta cierta me dida— como respuesta a una demanda, aunque el público no fuera del todo cons ciente de lo que deseaba. Los procesos por los que las imágenes sostienen el poder son tanto más poderosos cuanto que parcialmente inconscientes.
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Ambos modelos, por consiguiente, tienen su utilidad. Podría aducirse que tam b ié n la te n s ió n e n t r e ello el loss es fr u c tíf tí f e ra . Si f u e r a p o sib si b le re so lv e r las o p o sic si c io n e s y al al canzar una síntesis, ésta sería tal vez la siguiente. El rey y sus consejeros conocían bie b ie n los lo s m é to d o s p o r los lo s q u e p u e d e m a n ip u la r s e al p u e b l o c o n sím sí m b o los. lo s. D e sp u é s d e todo, la mayoría de ellos habían sido adiestrados en el arte de la retórica. Sin em ba b a rg o , los fin fi n e s al serv se rv icio ic io d e los lo s c u a le s m a n ip u la b a n a otx ot x os se e sc o g ían ía n , c o m o es n a tural, tural, del repe rtorio que ofrecía la la cultura de su tiempo. T anto los los fines fines como los los mé todos son p arte de la Historia, y pa rte de la historia historia que se relata en este este libro. libro. En los siguientes capítulos intentaré combinar el enfoque cronológico con el ana líti lítico. co. U na relación narrativa de la fabricación del rey a lo largo de más d e siete siete dece nios se intercala entre capítulos temáticos donde se estudian los medios de comuni cación del período y la recepción de los mensajes en el país y en el extranjero. Para conc luir el anális análisis is,, trataré de dar u n paso atrás y con tem plar a Luis Luis con cierta cierta distan distan cia, cia, com parand o y contrastando su imagen pública con la de otros otros mon arcas del si si glo glo xvn y situánd ola en la historia gene ral de las imág enes d e los gob ernantes. El objetivo de este estudio puede resumirse, mediante fórmula derivada del tra ba b a jo d e los an a list li staa s d e la c o m u n ic a c ió n d e n u e s tr o tie ti e m p o , c o m o el i n te n t o d e d e s cubrir quién decía qué sobre Luis a quién, por conducto de qué canales y códigos, en qu é escena rios, con q ué in tenc ion es, y con qu é e fec tos 74. El cap ítulo siguiente se se ded icará a los canales y códigos, códigos, en otras otras palabras, a los medios d e p ersuasión. ersuasión.
2.
«Luisjoven» jov en».. Jean Warin Warin pres present entand andoo su medalla medalla a Luis niño, pintura niño, pintura anónima, c. 1648. Musée de la Monnaie, París.
PERSUASION
C’est C’est un granel granel art qu e de savoir savoir bien louer. Bouhours
En este capítulo se presenta una breve descripción, o tal vez más bien un collage, d e las imágenes de Luis XTV, destacándose temas, motivos y lugares comunes recurren tes. Sin embargo —como suelen sostener los teóricos de la comunicación— es impo sibl siblee sep arar el mensaje del m edio en que se presenta. Los críticos críticos lit literari erarios os viene n a dec ir lo mismo mismo sobre la imp imp osibilidad osibilidad de sep arar el con tenido de la form a y la necesi dad de tener en cuenta lo que significan los géneros y sus convenciones. De ahí que al retrato com puesto del rey rey prece da un exam en de los los medios y los los géneros. géneros.
Medios
Desde el famoso ensayo del crítico crítico alem án Lessing Lessing sobre el Laoco onte (1766), (1766), los crí crí ticos suelen hacer hincapié en las características específicas de cada medio artístico. Sin embargó, en la era de Luis XIV, como en el Renacimiento, se recalcaban más los pa p a ra le lism li sm o s e n t r e las a rte rt e s, d e sd e la p o e s ía a la p i n t u r a 1. Las La s e sc e n a s d e la v id a d e l rey se prese ntab an en form as parecida s en m edios distintos. distintos. Los retratos retratos y las las estatuas estatuas ecuestres evocaban m utuas resonan cias, las las m edallas se se repro du cían en bajorreli bajorrelieves, eves, y se escribían panegíricos del rey, entre los que destaca el Portra Por trait it du roi roi de Félibien (1663), que pretende describir una pintura de Lebrun2, en forma de descripciones de pinturas. En esa pro fusión de m edios, es difícil difícil dete rm ina r si si las las imág enes visual visuales es ilustra ilustra ba b a n los lo s te x to s u o c u r r í a lo c o n tr a r io . L o i m p o r t a n t e es, sin si n d u d a , q u e se in f lu ía n y reforzaban mutuamente. La figura de la Victoria, por ejemplo, aparece no sólo en medallas, medallas, estat estatuas uas y pinturas, sino sino tam bién en o bras de tea tro com o el Toison d ’Or de de Comeille (1660). Los arcos triunfales provisionales erigidos para las entradas reales y los arcos construidos en piedra en París y otros lugares eran más o menos idénti cos. Los relieves esculpidos en torno a la estatua de Luis en la Place des Victoires imitaban a algunas al gunas medalla medallass del reinado reinado , pe ro también se acuñó un a m edalla edall a para conmemorar la inauguración de la estatua. Medallas y monumentos se reproducían
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en grabados. grabados. H abía mu chas rep resentacio nes de rep resentacion es del rey rey y sus acti acti vidades. Existían imágenes de Luis en pintura, bronce, piedra, tapiz (o, menos abundan tes, en pastel, esmalte, madera, terracota e incluso cera). Abarcan desde la infancia (figura 2) hasta la digna ancianidad del famoso retrato de Hyacinthe Rigaud (véase figura 1). 1). El m ero nú m ero de estatuas estatuas y retratos p intados del rey, rey, de los que sobrevi sobrevi ven más de 300, era notable para la costumbre de la época3. También lo era el nú mero de grabados del rey, de los que todavía pueden encontrarse casi 700 en la Bi b lio li o th é q u e N a tio ti o n a le . T a m b ié n lo e r a la c o lo sa l e sc a la d e a lg u n o s d e los lo s p ro y e c to s , como la estatua de Luis a pie de la Place des Victoires, o la estatua ecuestre para la Place Place Louis Louis-l -lee-Gra Grand, nd, tan tan e norm e q ue veinte hom bres po dían sentarse sentarse a com er den tro tro del caballo. caballo... .. como de h ech o h icieron m ientras se instalaba instalaba la la estatua. estatua. A veces se agrupaban imágenes del rey para dar forma a una narración. El nú m ero de representaciones representaciones de Luis en form a de seria seriall era poco h abitual pa ra la época. época. Una famosa serie de pinturas de Lebrun, conocida como «la historia del rey» [ l ’histoire du roi], roi], representaba principales acontecimientos del reinado hasta el decenio de 1670. Esta «narrado», como la llamarían los retóricos, se reprodujo en forma de tapices, así como en grabados. Las medallas acuñadas para conmemorar los aconteci mientos del reinado (más de 300, también en este caso un número más alto de lo normal) también se reproducían en forma de grabados, que se publicaban como «historia metálica del rey». Los denominados «almanaques reales» tenían frontispi cios cios grabados don de se represe ntab a un acon tecimiento distinto distinto cada año, y tam tam bién éstos se describían a veces veces com o «historia del rey». rey». Merece destacarse la importancia de los medios susceptibles de reproducción me cánica. Las reproducciones acrecentaban la visibilidad del rey. Las medallas, que eran relativamente caras, sólo podían acuñarse por centenares. Sin embargo, las «es tampas» (grabados en madera, aguafuertes, grabados en cobre, grabados en acero, e incluso incluso medias tintas tintas)) era n baratas. Se repro du cían en miles miles de ejemplares y pod ían, p o r ta n to , c o n tr ib u ir d e m a n e r a i m p o r t a n t e a d if u n d i r ta n to im á g e n e s c o m o n o tic ti c ia s d e Luis 4. 4. La imagen real se co nstruía tam bién con palabras, orales y esc escri ritas tas,, en prosa y en verso, verso, en francés y en latín. latín. Los med ios orales com pre nd ían sermo nes y discursos discursos (a los Estados provinciales, por ejemplo, o por embajadores en el extranjero). Constan temente se producían poemas en alabanza del rey. Se escribieron, distribuyeron e in cluso cluso p ublicaron historias historias del reina do en vida del rey. rey. Los periódicos, especialm ente la Gazette deFrance, q deFrance, q ue se pub licaba dos veces veces po r semana, y el el Mercure Merc ure Galan Ga lant,t, que se p u b lic li c a b a m e n s u a lm e n te , d e d ic a b a n u n e s p a c io c o n s id e r a b le a las a c tiv ti v id a d e s d e l rey5. Escritores de prestigio, entre ellos Racine, componían cuidadosamente inscrip ciones latinas para monumentos y medallas. Eran en sí mismas una forma de arte' donde se combinaban la brevedad y la dignidad. Estas inscripciones contribuían de m an era im po rtante a la eficacia eficacia de las las imágen es, pues en seña ba n a los los espectadores a interpretar lo que veían. Ta m bién h ab ía eventos don de se utilizaban utilizaban me dios diver diversos sos,, y en los que las pala bra b ra s, las im á g e n e s , las a c c io n e s y l a m ú s ic a c o n s ti tu ía n u n to d o . C o n f r e c u e n c i a se r e pr p r e s e n ta b a n o b ra s d e M o lie li e re o d e R a c in e c o m o p a r t e d e u n fest fe stee jo v e sp e rtin rt in o , q u e
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incluía incluía tamb ién un ballet. ballet. De he cho, en 1670 1670 la Gazette descr Gazette describí ibíaa un a representación d e Le bourgeois bourgeois gentil ge ntilhom homme me como u n ballet «acom pañado de un a comedia». El ballet de cour no cour no era un ballet en el sen ado m od erno de la palabra, sin sinoo más bien un a especi especiee de baile de disfraces, o, en otras palabras, una forma episódica de entretenimiento dramático en la que co laboraban poetas, poetas, com o Isaac Isaac Benserade, compositores compositores,, core ógrafos y artist artistas as 6. En los año s se ten ta y oc he nta , Jean-B aptíste Lully y Philipp e Quinau lt lograron lograron sustit sustituir uir el ballet ballet po r un a forma m ás unificada unificada de representación mu s ic i c a l, l , la l a ó p e r a . F r e c u e n t e m e n t e , e n l a s l e t r a s d e l o s b a l le le t s y la s ó p e r a s , y especialm ente en sus prólogos, se intercalaba n referencias elogio elogiosas sas a las las activi actividades dades del rey 7. Las obras teatrales, los ballets y las las óp eras se integ rab an a m en ud o en un fest festiv ival al más am plio, que a su vez vez po día hab erse planificado p ara glorificar glorificar un aco nte cimiento particular, como las «diversiones» de Versalles en 1674, por ejemplo, con m em oraron la captura de la provinc provincia ia del de l Franco Fr anco C on dad o8. o8. También los rituales extraordinarios (en otras palabras, no recurrentes) como la un ción del rey en 1654 o su boda en 1660, 1660, y rituales recurren tes, com o la imposición imposición de manos a los enfermos para curarlos o la recepción de embajadores extranjeros, p o d ía n c o n s id e r a r s e a c o n te c i m ie n to s d o n d e se u tili ti lizz a b a n m ú ltip lt ip le s m e d io s p a r a p r e sentar la «imagen viviente» del rey9. De hecho, también podían considerarse así las actividade actividadess cotidianas de l rey — levantarse, levantarse, com er, acostarse— acostarse— , tan tan m arcad am ente ritualizadas que pueden considerarse mini-dramas. El escenario de esos rituales era generalmente un palacio: el Louvre, Saint-Germ ain, F on taineb leau y, cada vez vez con más frecuen cia, Versal Versalle les. s. Versal Versalle less en particular
Figura 3. «El palacio del Rey Sol». Cour de marbre, Versalles.
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p o d r ía c o n s id e ra rs e c o m o u n a e x h ib ic ió n p e r m a n e n t e d e im á g e n e s d e l r e y 10. L u is se veía a sí mismo por todas partes, incluso en el techo. Cuando el reloj instalado en 1706 1706 daba la hora, u na estatua estatua de Luis Luis aparecía y la Fama desce ndía p ara co ronarlo de laurel. Un palacio es algo más que la suma de sus partes. Es un símbolo de su propieta rio, rio, una extensión de su personalidad, personalidad, u n m edio p ara su autopresentación (figur (figuraa 3). 3). Como más adelante veremos (página 70), Colbert criticó los diseños para el Louvre del arquitect arquitectoo y escult escultor or ital italiano iano G ianlorenzo ianlorenzo B em ini po r con siderar que eran incó modos y poco prácticos, pero incluso Colbert se preocupó de que tuviera «una fa cha da digna del príncipe» u . Versal Versalle les, s, en pa rticular, rticular, fue la ima gen de un go be rna nte que supervisó su construcción con amoroso cuidado. No era únicamente escenario de representaciones, era por sí mismo protagonista de representaciones como la Grotte de Versailles Versailles de Lully (1668), Les fon fo n ta in e s de Versailles Versailles (1683) (1683) de L alande y M orel y Le cana ca nall de Versailles Versailles (1687) de Philidor. Se publicaban oficialmente grabados de Versalles, que se distribuían para mayor gloria del rey.
Géneros
Las imágenes no son tan fáciles de leer como parecen, al menos cuando la distancia cultural entre el creador y el espectador es tan grande como la que nos separa del si glo xvn. Para compensar ese abismo es de elemental prudencia prestar considerable atención a las las descripciones descripciones contem porán eas de esas esas imágenes. Algunas pued en en contrarse en guías contemporáneas de Versalles, que, como las inscripciones en mo num entos y medall medallas, as, estaban estaban ideadas p ara m oldea r las las percepcion es d e los especta especta dores 12. Com o ya hemo s vist visto, o, po etas e historia do res h acía n desc ripcion es de los los retratos reales. reales. Para no m alinterpretar las las imágenes de Luis debem os ten er p resentes no sólo sólo los los medios, sino también los diferentes géneros y sus funciones. Cada género tenía sus pro p ro p ia s c o n v e n c io n e s o fó rm u la s . El p ú b lic li c o , o p a r t e d e él, e s ta b a fa m ilia il ia riz ri z a d o c o n esas convenciones, que moldeaban sus expectativas e interpretaciones. En contraste con los espectadores y oyentes postrománticos, que rechazan el estereotipo como una ofensa contra la espontaneidad, no parece que el público del siglo xvn tuviera objeciones a los luga luga res co m un es y las fó rm u las 13. Por lo demás, la función de la imagen no era, en términos generales, presentar u na copia recon recon ocible de los rasgos rasgos del rey o un a fría descripción d e sus acciones. acciones. Su objeto era, po r el contrario, cele brar a Luís, Luís, glorifi glorificarlo, carlo, en otras palabras, p ersua dir de su grandeza a espectadores, oyentes y lectores. Para lograrlo, artistas y escritores aprovecharon un a larga tradición tradición de formas triunf triunfales ales.. La entrada real en las ciudades, por ejemplo, seguía en lo esencial el modelo de una entrada triunfal romana, y el relato de la entrada de Luis, con su reina, en París en 1660 recibió de hecho el título de entrée triomphanteli triomphanteli (figura 4). Como en otras entradas reales en ciudad es, la la pareja atravesó atravesó un a serie de arcos d e triunfo triunfo provis provisio io nales que marcaban la naturaleza de la ocasión. Durante el reinado de Luis XIV se construyeron también arcos de triunfo permanentes en París, en la Porte St Denis, la
Figura 4. Arco Arco de triunfo provisional erig erigid idoo en el Marché N e u f grabado de Entré Entréee Tnom Tnom.ph .ph.an .ante te.. 1660. British Library, Londres.
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Po rte St A ntoin e y la Po rte St M artin, así así com o e n ciu dad es provinciales, provinciales, desd e Lille Lille a Montpellier. Otra forma triunfal era la estatua ecuestre, también un antiguo género romano, que estampaba la imagen del gobernante en los espacios centrales de la ciudad. Las convenciones que regían esos monumentos ecuestres eran bastante estrictas. El caba llero se representaba por lo general con armadura romana. El caballo solía estar al trote. trote. Bajo Bajo sus sus pies po día h ab er algu na figura que rep rese nta ra la de rrota de las fuer zas del mal o el deso rden . Unos pocos retratos de Luis lo muestran en forma relativamente informal, con su rop a de diario, diario, cazando, sen tado en un sill sillón ón o incluso jug an do al b illar 15. Sin Sin em ba b a rg o , lo p ro b a b le es q u e esos es os r e tr a to s se h ic ie ra n p a r a e x h ib irs ir s e e n p riv ri v a d o y n o e n pú p ú b lic li c o . L a m a y o ría rí a d e los lo s r e tr a to s d e l re y c o r r e s p o n d e n al g é n e r o q u e los lo s arti ar tist staa s denominan «retrato de Estado» construido de acuerdo con la «retórica de la ima gen» desarrollada desarrollada en el Renacim iento iento p ara re tratar a la la gente im portante. En esos esos re tratos de Estado el modelo se presenta generalmente de tamaño natural o mayor, de pie p ie o s e n ta d o e n u n tr o n o (fig (f ig u ra 5 ). Sus Su s o jos jo s e s tá n a u n n ivel iv el m á s a lto lt o q u e los lo s d e l es p e c ta d o r, p a r a r e c a lc a r su s u p e r io r c o n d ic ió n . El d e c o ro n o p e r m i te q u e el m o d e lo se muestre con ro pa de diario. diario. Lleva arm ad ura p ara simbolizar simbolizar el valor, valor, o ricas ricas vesti vesti duras como señal de alta condición, y está rodeado de objetos relacionados con el p o d e r y la m a g n ific if ic e n c ia — c o lu m n a s clás cl ásic icas as,, c o r tin ti n a s d e te rc io p e lo , e t c . 16. S u p o s tura y expresión transm iten d ignidad. El género es igualmente importante en el caso de la poesía, y en cierto sentido aún más evidente. evidente. Las reglas de los los diferentes gé neros se resum ieron en tratados tratados for males y en el A el Art rt poétiqu po étiquee (1674), ensayo ensayo en verso verso de u no de los principales poetas del reino, Nicolás Despréaux, más conocido como Boileau. No parece que Luis haya fi gurado nun ca como héroe de un poem a épico, épico, circuns circunsta tanci nciaa que probablem ente re flej flejaa una pé rdida de confianza confianza en el géne ro más q ue e n el m onarca. Jean Chapelain, p o e t a q u e a s e s o ra b a a l g o b ie r n o e n m a te r ia d e g lo rifi ri ficc a c ió n li te ra r ia d e l rey, re y, a rg u mentaba en contra de la epopeya aduciendo que ésta entraña necesariamente «fic ciones ciones»» (sin (sin dud a pen saba en el papel de los dioses dioses en H om ero y Virgil Virgilio) io) qu e po d í a n d a ñ a r la l a r e p u t a c i ó n d e l r e y h a c i e n d o q u e e l l e c t o r c o n t e m p l a r a co co n escepticismo sus éxitos reales17. Se escribió, sin embargo, un «poema heroico» en la tín tín sobre la habilidad habilidad d el rey rey como jine te, y Luis era celebrad o frec ue ntem en te en so so netos, m adrigales adrigales y o d as ls. La oda pued e definirse definirse como u n p oem a líri lírico co en estrof estrofas as don de se combinan ver sos sos largos largos y cortos 19. Su fun ció n — com o la de la estatua e cue stre o el retrato de Es tado— era fundamentalmente enaltecedora. El antiguo poeta griego Píndaro había escrito odas en alabanza de los vencedores de las carreras de carros. Un verdadero ejército ejército de poetas alabó de m an era aná loga las victori victorias as del rey. rey. En 1663 1663,, Racine cele b ró la r e c u p e r a c ió n d e l re y d e u n a e n f e r m e d a d c o n u n a o d a s o b re su c o n v a le c e n c ia, ia , en la que se describía la «perfidia» de la «insolente enfermedad» que había osado am ena zar al rey, rey, y se se com pa raba a Luis co n el sol sol y a su reina do co n la Eda d de O ro 20. Muchos ecos ecos de esta esta oda resue nan en los poetas m enores d el reinado , especialmente especialmente en 1687 1687,, cuand o el rey se estaba estaba recu pe ran do de un a op eració n g rave 21. Tanto en prosa como en verso, la imagen del rey se engastaba en una retórica
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Figura 5. «Luis en el trono». intrat int ratoo de Luis Lui s X IV como como Pro Protec tector tor de la Academia de Pintura Pintur a y Escultura, de Henri Testelin, óleo sobre lienzo, 1666-1668. Cháteau de Versailles.
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triunfalista. El panegírico o discurso en alabanza de un individuo concreto en ocasio nes diversas (desde cumpleaños hasta funerales) fue en la Francia del siglo x v i i u n género tan favorecido como en la antigüedad clásica. Con periodicidad se celebra ba b a n c o n c u rso rs o s s o b re el m e jo r p a n e g ír ic o d e L u is e n fr a n c é s , y los lo s je j e s u íta ít a s e r a n b ie n conocidos por su habilidad para componer esos discursos en latín. El «panegírico al muy mu nifícente Luis Luis el G rande , pa dre y patro no de las artes liberal liberales», es», de Jacq ues La Beaune (1684), (1684), escrit escritoo en latín y pro nu nc iad o en el colegio colegio de los jesuítas de Pa rís rís antes de enviarse enviarse al al im p res o r22 r22 (figura (figura 6), es u n b ue n ejem plo de l géne ro. Los Los sermones sermones eran un a forma de discurs discursoo m uy apreciada en la época. La predica ción era un arte, arte, cuyos cuyos m aestros (ademá s de Bossuet) Bossuet) eran V alentin-Esprit alentin-Esprit Fléchier, los los jesuítas jesuítas Louis Louis B ourd aloue (que pro nu nc ió d iez cicl ciclos os de serm one s de C uaresm a y Adviento Adviento e n la corte en tre 1672 1672 y 1693) 1693) y Charles de La Rué, y el oratoria no Jean Baptiste Massillon, que predicó con gran éxito en Versalles al final del reinado23. La oración oración funeraria de Fléchier p or el Maris Mariscal cal T ure nn e y la de Bou rdaloue po r Co ndé se considerab an clás clásic icas as en su gé n e ro 24. Los pred icad ores de la co rte (escogidos (escogidos pe r sonalmente sonalmente po r el r ey) ey) com paraban a la m ona rquía francesa francesa con la sagrada s agrada mo nar quía de Saúl Saúl y Davi Davidd descrita descrita en el An tiguo tiguo T estame nto, y alabaron a Luis Luis m uch o an tes de su funeral. El sermón de Bossuet con ocasión de la muerte de la reina (1683) contenía numerosas referencias a las virtudes del rey. También las contenían el ser món que pronunció con ocasión de la muerte del Canciller, Michel Le Tellier (1686), y muchos otros sermones de tiempos de la Revocación del Edicto de Nantes ( infra, infra , páginas 101 y ss.) 25. Se permitía a los predicadores, sin embargo, recordar al rey sus sus deb eres y criticar criticar sus sus acciones acciones (en térm inos vagos vagos y ge ne rales), espec ialmen te si predica ban en C ua resm a26 a26. También la historia tiene que considerarse como género literario. Se estimaba que una obra histórica debía incluir una serie de pasajes literarios, como el «carác ter» o retrato moral de un gobernante, ministro o comandante, la vivida narración de una batalla y la presentación de debates por medio de discursos atribuidos a los pri p rinn c ip a le s p a rt ic ip a n te s (p e ro f r e c u e n te m e n t e in v e n ta d o s p o r el h is to r ia d o r) 27. N o hubo, por consiguiente, nada extraño en el nombramiento de Boileau y Racine como historiadores historiadores reales. reales.
Estilos
El esti estilo lo apropiad o pa ra la pin tura narrativa y los los retratos d e E stado era la form a de nominada «grande» o «magnífica» [la grande maniere, la maniere magnifiqué] magnifiqué] 2S. Ese es tilo entrañaba idealización. Como comentó Bemini mientras trabajaba en un busto del rey, «el secreto de los retratos es exagerar lo hermoso, añadir grandeza, y dismi nuir lo feo o mezquino, o incluso suprimirlo, cuando sea posible hacerlo sin adula ción» [Le sec secre rett dans lesportraits est est d ’augmenter augm enter le beau et donner du grand, dim inuer inu er ce qui est laid ou petit, ou le supprimer quand cela se peut sans intérét de la complaisance] complaisance ] 29. Dentro de esa gran forma había importantes variaciones de estilo: por un lado, el estilo que los historiadores del arte generalmente llaman «barroco» y asocian con Bemini, caracterizado por el movimiento —caballos encabritados, ademanes teatra-
L u is como prote p rotecto ctorr de las artes arte s , del Pane Pa negy gyric ricus us de La Beaune, 1684. British Library, Figura 6. Lu Londres.
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les, etc.; por otro lado, el ideal del «clasicismo» asociado con Poussin, caracterizado p o r a d e m a n e s re s trin tr in g id o s , u n a s e r e n a d ig n id a d y u n a m a y o r p r e o c u p a c i ó n p o r lo cierto, cierto, natu ral o en cua lquier caso caso verosímil verosímil [le vrai, le naturel, le vraisemblable], vraisemblable ], al me nos en cuanto a los los detall detalles. es. Luis Luis llevaba llevaba a sus sus artis artistas tas L eb run y van d er M eulen con él en cam paña pa ra que rep resen taran sus sus conquistas conquistas con exactitud. exactitud. Como la epopeya, la oda era uno de los géneros que exigían el denominado «alto esti estilo lo», », el equivalente equivalente de la gran form a en la pintura. Su objeti objetivo vo e ra la expresión de elevados pensamientos en lenguaje elevado, mediante el empleo de eufemismos o pe p e rífr rí fraa sis si s p a r a e v ita it a r té rm in o s té c n ic o s o re fe r e n c ia s a la v id a o rd in a r ia . L a i n c o m p a tibilidad entre los «barbáricos» nombres geográficos de Flandes y Holanda y el alto estilo era un problema para los poetas de la época30. Boileau, solucionó ese y otros pro p ro b le m a s d e b a tié ti é n d o lo s e n sus su s p r o p io s p o e m a s . A d e m á s d e o d a s fo rm a le s, e sc rib ri b ió epístolas semiformales. Introdujo también una nota irónica, que rompía con la tradi ción del panegírico y a veces se ha interpretado como subversiva, aunque tal vez fuera sólo un intento de adaptar un género antiguo a las exigencias del mundo mo d e rn o 31. Se daba por supuesto que también los sermones, al menos los predicados ante el rey, debían ser de alto estilo. Bossuet criticó a su rival el gran predicador Massillon p o r n o a lc a n z a r lo su b lim li m e . L a h is to ri a , p o r su p a r t e , e r a el e q u iv a le n te e n p r o s a d e la epopeya. Los Los historiadores historiadores te nían qu e c elebrar acciones h eroicas y, po r consiguiente, escribir en el alto estilo que exigía la «dignidad» de su tema. Al describir el reino de Luis como «un continuo encadenamiento de hechos maravillosos» en el que un «mi lagro» seguía de cerca a otros milagros [un [u n enchaínement continuel de faits fai ts merveill merveilleux. eux..... le miracle suit de prés un autre miracle] miracle] 32, Racine no hacía más que utilizar el vocabula rio normal de su tiempo. Por otro lado, ya fuera en verso (como algunos de los diarios del decenio de 1660) 1660) o en prosa, la Gazette em ple ab a un estilo estilo «bajo» «bajo» ce rcan o al leng leng uaje o rdin ario y no evitaba evitaba términos técnicos técnicos o n om bres geográficos geográficos extranjeros. El esti estilo lo de la Gazette solía ser sencillo, escaso en adjetivos y otros embellecimientos, pero profuso en infor mación. El tono era frío (salvo en ediciones especiales conmemorativas de victorias, etc.), lo que daba una impresión de imparcialidad y, por ende, de fiabilidad. El apa rente rechazo de la retórica retórica fue la form a ado ptada po r la retórica de la Gazette. Al igual que los poetas, los historiadores y los escritores de inscripciones eran, por razones tanto políticas políticas como estét estética icas, s, expe rtos en el arte d el eufemismo. L a captura de Estrasburgo por tropas francesas en 1681 se conmemoró en una medalla que lle vaba la leyenda «Estrasburgo Recibido» [ARGENTORATUM RECEPTUM] . La leyenda de la medalla que celebraba el bombardeo de Argel en 1683 era «Argel fulminado» [ALclásic icaa a Luis Luis com o Júp i GERXA FULMINATA], que e ntrañ ab a u na elegante referenc ia clás ter, presentando al mismo tiempo la acción de los buques de guerra franceses como un a fuerza de la naturaleza. Ni N i q u e d e c ir tie ti e n e q u e la h ip é r b o l e es u n a fig fi g u r a r e t ó r i c a q u e a p a re c e c o n s ta n te m ente en esta literatura laud laud atoria. O tra es la sinécdo que , d on de Luis es es la la pa rte que designa al todo, atribuyé atribuyé ndo se al rey en p erso na los éxitos éxitos de sus ministr ministros, os, generales e incluso incluso ejércitos ejércitos (cf. (cf. pág. 76). Ezechiel Spanh eim, qu e a la exp eriencia diplom ática en Versal Versalle less suma ba la del ex profeso r de retóric a en Ginebra, analizó analizó las las técnicas técnicas de
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los panegiristas de Luis. «Lo presentan como único autor e inspiración de todos los felices sucesos de su reinado, atribuyéndolos enteramente a sus consejos, su pruden cia, cia, su valor y su co nd ucta» [On s’attache a lefaire seul Vauteur et le mobile de tous les heu reux succés de son régne, régne, á les attribuer attribu er uniqu un iqu em ent en t á ses con consei seils ls,, a sa prudence, prudence , á sa va leur leu r et a sa conduite] 33. Otra figura retórica recurrente es la metáfora, como en la clásica comparación del rey con el sol. Esta metáfora particular está tan detalladamente elaborada en las decoraciones de Versal Versallles y otros otros lugares lugares q ue pod em os verla verla como un a form a de ale ale goría arq uitec tón ica34 ica34.
Alegoría El lenguage alegórico era bien conocido en la época, al menos entre las elites. elites. Los dioses, diosas y héroes clásicos se asociaban con cualidades morales —Marte con el valor, Minerva con la sabiduría, Hércules con la fuerza, etc. La Victoria adoptó la form for m a de u na m ujer ala a lada, da, la l a Ab undancia la l a de un a m ujer con un a cornucopia. cornucopia. Tam b ié n se r e p r e s e n t a b a n e n f o r m a d e m u je r (a v e ce s c o n ro p a je s re g io n a le s ) re in o s como Francia y España (figura 7), y ciudades como París y Besan?on, mientras que los los ríos ado ptab an la form a de ho m bres a nc ian os35 os35. Las alegorías no eran siempre fá fá ciles de descifrar, ni siquiera para los contemporáneos, pero el interés por los enig mas literarios y pictóricos era parte del gusto de la época36. Luis figuraba a menudo representado con figuras alegóricas de ese tipo. La Grand Galerie de Versalles, por ejemplo, está poblada de personificaciones, algunas de ellas clásicas, como Neptuno o Victoria, otras modernas, como la Académie Frangaise, en forma de mujer portando un caduceo, u Holanda, en forma de mujer, sentada sobre un león, que sostiene siete flechas para simbolizar las siete provincias. Merced al lenguaje alegórico, el artista podía representar acontecimientos difíciles de visu visual aliz izar ar,, com o la decisión de go be rnar p ersonalm ente. El rey m ismo e ra a veces veces rep rese nta do ind irecta o alegóricam ente. El retrato de la familia familia real real de Jea n N oc ret (figura (figura 8), po r ejemplo, es u n «retrato «retrato m itológi itológico» co» o portrait historié en la tradición renacentista que identifica a individuos con dioses o hé roes p ar ticu lar es 37. Los ciclos ciclos de pin tura s m itológicas itológicas de l Louvre, Versalles Versalles,, las las TulleTullerías y otros palacios reales tenían que leerse también alegóricamente, con Luis en el lugar de Apolo Apolo (figur (figuraa 9), Júp iter, Hércules o Ne ptuno . Las norm as de u n concurso concurso organizado en 1663 para escoger la mejor pintura de las acciones heroicas del rey exigían que éstas éstas se «rep resentara n bajo la form a de D anaé, ad ap tánd ola a la histori historiaa de la recu pera ción de D un q ue rq ue » 38. La famo famo sa Fu ente d e Laton a en Versal Versalle les, s, que representa la transformación en ranas de los campesinos que se burlaron de la ma dre de Apolo, se ha interpretado con cierta verosimilitud como referencia a la Fronda (véase página 45) 39. Las representaciones del pasado eran otro tipo de alegoría. A menudo debían en tenderse como referencias indirectas al presente ( y los espectadores del siglo XVII esta b a n c a p a c ita it a d o s p a r a e ll o ) . C u a n d o L uis ui s p id ió a C h a rle rl e s L e b ru n q u e p in ta r a esce es ce na s
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Figura 7. Aleg Alegor oría ía de la Paz de los los Pir Pirin ineo eoss, de Theodor van Thulden, óleo sobre lienzo, c. 1659. Louvre, París.
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Figura 8. La lienzo, 1670. Cbáteau de Versaill Versailles. es. L a F a m ilia il ia de Lu L u is XTV, XTV, de Jean N ocre t, óleo sobre lienzo,
de la vida vida de Alejandro Magno, n o estaba estaba sólo sólo expresand o adm iración iración po r Alejandr Alejandro, o, sino identificándose con él (figura 10). También se suponía que los súbditos de Luis debían identificarlo con Alejandro. La tragedia de Racine Alexa Ale xand ndre re le Grand, Grand, equiva lente literario del ciclo de pinturas de Lebrun, se dedicó al rey al publicarse en 166640. Luis Luis XI XIV era también identif identificado icado con su pred eceso r y ho m ónim o San Luis (tam (tam b ié n c o n o c id o c o m o L u is IX, IX , re y d e F ra n c ia d e 1226 12 26 a 1 2 7 0 ). F u e r e p r e s e n t a d o e n p in t u r a y e s c u lt u r a c o m o San Sa n L u is 41. Se le a c o n s e ja b a q u e s ig u ie r a los lo s p a so s d e su p re d e c e s o r . El e stu st u d io so C h a rle rl e s D u C a n g e c o m p a ró a los d o s m o n a r c a s e n su d e d i catoria al rey de una edición de una biografía de San Luis escrita en el siglo xill. El 25 de agosto, fiesta de San Luis, se celebró de forma cada vez más rebuscada durante el reinado. Se estableció la costumbre de incluir en las celebraciones un panegírico no sólo de L uis IX IX sino tam bién de Luis XIV42 XIV42. Luis fue también identificado con Clodoveo, primer rey cristiano de Francia, y con C arlomagno. arlomagno. A unqu e el rey rey mismo no fue protagonista de nin gu na epopeya, po emas como el Clovis Clovis (1657) (1657) de Jea n D esmarets y las epopeyas sobre Carlom agno (1664, 1666) de Louis Le Laboureur y Nicholas Courtin, respectivamente, pueden verse como descripciones vicarias de sus hazañas pasadas (o futuras). Se le identificó incluso incluso con Crist Cristo, o, po r ejemplo com o el Buen P astor (figura 11). 11). Las novelas novelas histór históricas icas del períod o eran con relativa relativa frecu enc ia romans á clef, clef, en los que el significado oculto sólo era inteligible para quienes conocían el mundo de la
Figura 9. «Luis como Apolo». Triunfo de Luis XTV, de XTV, de J. Wemer, guache, 1664. Cháteau de Versaillés.
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Figura 10. «Luis como Alejandro Magno». La familia de Darío Darío a los los pies de Alejan Alejandro dro,, de Charles Lebrun, óleo sobre lienzo, c. 1660. Cháteau de Versailles.
corte. Clélie Clélie (1654-1661), por ejemplo, de Mlle de Scudéry, celebraba a Luis como «Alcandre», y la Histoire Histo ire amoureu amo ureuse se des Gaules (1665), Gaules (1665), de Bussy Bussy R abutin, era u n a alego ría tra ns pa ren te de las las intrigas co rtesana s 43. A veces hasta las obras eru ditas tenían significado significado a legórico. N o se deb ió al azar que el pad re Jean -Bap tiste tiste Du Bos, asig asig nado al Ministerio de Asuntos Exteriores, publicara una historia de la Liga de Cam bra b ra i c o n tr a V e n e c ia p re c is a m e n te e n e l m o m e n t o e n q u e h a b í a u n a lig li g a d e p o te n c ia s europ eas c on tra F ran cia 44.
El retrato retrato del rey A estas estas alturas tal vez sea posible crea r nu estro collage de collage de las las imá gen es visuales visuales y litera litera rias de Luis XIV, XIV, su su m on taje e n un retra to c om pu esto 45. El rey es es ge ne ralm en te re tratado en armadura, romana o medieval, o con el «manto real» decorado con flores de lis y orlado de armiño. Combina esa vestimenta arcaica con una peluca de finales del xvil. Lleva en la mano un orbe, un cetro o un bastón, todos ellos símbolos de mando. Su figura es por lo general impasible e inmóvil, y también su postura simbo liza el poder. A eso probablemente se refieren sus contemporáneos cuando comen tan el «aire» de grandeza o majestad de los retratos reales46. La expresión del rostro real, real, po r su parte, suele variar entre valor ardiente y digna digna afabilidad. Al parecer, la sonrisa no se consideraba ademán adecuado para un rey de
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Figura 11. Luis 11. Luis X IV com comoo el el Buen Past Pastor or,, pro bab lem ente de P ierre Paul Sevin Sevin,, vite vitela. la.
Francia. De hecho, se ha sugerido que fue la sonrisa indecorosa en el rostro de la es tatua ecuestre de Bernini (figura 12) la causa de su rechazo, o más exactamente — p u e s h a b r ía sid si d o u n a p e n a d e s p e r d ic ia r e l m á r m o l—• d e q u e se r e c ic la r a c o n v ir ir tiéndola tiéndola en un antiguo antiguo hé roe ro m ano 47 47. Tal vez vez conven ga centrarse en u n a sola imag en. U n ejem plo ev idente es el famoso retrato de Estado de Rigaud (véase figura 1), tanto más interesante cuanto que se sabe que a Luis le gustaba especialmente esa obra y que encargó copias de ella48. La colum na clásic clásicaa (con u na figura alegórica de la justicia en la base) base) y la cortina d e ter ciopelo son reminiscentes del retrato de Estado renacentista. Sin embargo, la pintura es menos tradicional de lo que pudiera parecer. Es un hábil compromiso entre ten dencias opuestas. En p rime r lugar, lugar, com bina la idealizaci idealización ón con los los detalles detalles reali realist stas. as. Un historiado r reciente ha descrito el retrato como «certero hasta en los ojos cansados y la boca hundida tras la extracción, en 1685, de varios dientes de la mandíbula superior». Mientras que Augusto fue siempre representado a la edad que tenía cuando accedió al po der, y la reina Isabel Isabel I retra tad a con lo q ue los los historiado historiado res de l arte llaman «la «la
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Figura 12. «El malhadado monumento de Bernini». Modelo Modelo para un monumento monum ento ecue ecuest stre re a Luis XTV XTV, de Gianlorenzo Bemini, c. 1670 1670.. Gallería Borghese, Roma.
má scara de la la juven tud» , Luis pu d o envejecer discretam ente en sus retratos. Sin em ba b a r g o , R ig a u d h a p u e s to la a n c ia n a c a b e z a s o b re u n c u e r p o jo v e n . O tr o h is to r ia d o r ha llamado la atención sobre las elegantes p iernas y la « postura de b allet» allet» de los los pies, pies, recu erd o de los días días en que el rey b aila ba 49. El retrato logra tam bién establecer un cierto cierto equ ilibri ilibrioo en tre form form alidad e infor infor malidad. Representa al rey con vestiduras de coronación, rodeado de sus atributos, corona , espada y cetro, símbolos símbolos de su pod er. Sin em bargo, Luis desea ba tam bién ser un monarca moderno conforme a los criterios de principios del siglo xvm, el primer caballero de su reino, y hay una informalidad estudiada en la forma en que sostiene el cetro, con la punta hacia abajo, como si fuera el bastón que normalmente llevaba en púb lico lico (figura (figura 18). Tal vez vez Rigaud a ludía al retrato inform al de C arlos arlos I po r Van Van Dick, en el que Carlos (a quien también gustaba llevar bastón), vestido para la caza, ad op ta un a p ostu ra parec ida (figura (figura 1 3 )60 )60. Luis lleva lleva a un lado la espad a medieval de ju s tic ti c ia , p e r o m á s c o m o u n a e s p a d a n o r m a l q u e c o m o u n o b je to sa g ra d o . C o m o Bo i leau, Rigaud presenta al rey llevando con ligereza su dignidad, y adapta la tradición clási clásico-r co-renacent enacentis ista ta al m un do m od erno. El retrato de Rigaud sugiere que los artistas del período tenían poco que apren der de Goffman sobre la importancia de lo que éste llama «frente» en la presenta ción de un individu o51 o51. Luis Luis es hab itualme nte retratad o rod ead o de un con junto de p r o p ie d a d e s d ig n ific if ic a d a s o d ig n if ic a n te s c o m o o rb e s , c e tro tr o s , e sp a d a s, re lá m p a g o s ,
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Figura 13. «Modelo para el retrato de Rigaud». Retrato Retrato de Carlo arloss I, I, de Antón van Dyck, óleo sobre lienzo, c. 1635. Louvre, París.
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carrozas y diversos tipos de trofeos militares. Diosas como Minerva y personificacio nes femeninas de la Victoria o la Fama se yerguen o ciernen a menudo cerca del monarca, cuando no lo están coronando de laurel. Ríos como el Rin levantan los bra b ra z o s, a s o m b ra d o s p o r las la s h a z a ñ a s d e l rey. re y. L o s a c c e so rio ri o s in c lu y e n ta m b ié n d iv e r sas figuras en actitud de subordinación, como enemigos derrotados, cautivos aco b a rd a d o s , e m b a ja d o re s e x tr a n je r o s in c li n á n d o s e a n te el rey , e tc. tc . L os m o n s tr u o s so n pis p is o te a d o s — la p it ó n d e la r e b e l i ó n , la H i d r a d e la h e r e jía jí a , e l C e rb e r o tric tr ic é fa lo y el Gerión tricorporal (símbolos estos dos últimos de la triple afianza de los enemigos de Luis). Para el lector lector m od ern o, las represe ntacio nes literar literarias ias de Luis Luis tiene tiene n la ventaja de que explican claram ente su signifi significado cado u tilizando tilizando adjet adjetiv ivos. os. Como en la antigua Siria Siria y en la Roma imperial, se aplicaba al monarca una serie establecida de epítetos. Un p o e ta lo g ró c o m p r im ir 58 a d je tiv ti v o s — d e agréable a agréable a zelé — e n u n so lo s o n e to 52. P o r lo general, se describía a Luis como augusto, brillante (como el sol), constante, ilus trado, gen eroso, glorioso, glorioso, ap uesto, h eroico, ilustre, ilustre, inm ortal, invencible, invencible, justo, labo rioso, rioso, mag nán im o, m unificente, pío, triun triun fante , vigil vigilante ante y sabio. sabio. En un a palabra, era «grande», adjetivo que se adoptó oficialmente en 1671 53. LOUIS LE GRAND se escribía a me nud o en mayúscul mayúsculas as en m itad itad de un texto texto e n minúsculas minúsculas.. Ta m bién se com unica ba al lector (u oyente) que Luis era accesible accesible a sus sus súbditos súbditos;; que era el padre de su pueblo; el protector de las artes y las letras, campo en el que m ostraba b ue n juicio y «delicado gusto» 54; el rey más católico; católico; el que ha bía d om ad o (o extinguido) la herejía; el restaurador de las leyes; «más temido que el trueno» [plus craint que le tonnerre\ tonnerre\ 35; «el árbitro de la paz y de la gloria» [V.Arbitre de la Paix et de la Gloire] Gloire] 36; el am pliad or de las las fronteras; el seg seg un do fun da do r del Estado; Estado; «el más p e rf e c to m o d e lo d e u n g r a n rey» re y» [des des gran ds rois le plus pl us parf p arfait ait modé modéle le]] 57; «n ue stro D ios visible» [notre visi v isible ble Dieu\ Dieu \ ; y el m on arc a más po de roso del un iverso 5S. La imagen del rey se asociaba también con los héroes pretéritos. Se le describía como un nuevo Alejandro (su (su co m paración preferida, al men os en los años sesenta), un nuevo Augusto (que recibió un París de ladrillo y lo dejó de mármol), un nuevo Carlomagno, un nuevo Clodoveo, Clodoveo, un nuevo Constantino, un nuevo Justiniano (codi (codi ficador de la ley), un nuevo San Luis, un nuevo Salomón, un nuevo Teodosio (des tructor de la herejía de los protestantes como el primer Teodosio destruyó la de los arrían os). Charles-Claude Charles-Claude de V ertron, de la Acad em ia de Arle Arles, s, establ estableció eció un a colec ción de paralelismos entre Luis y otros príncipes a quienes se había llamado «gran des», desde Ciro de Persia hasta Enrique IV de Francia59. La necesidad necesidad de tene r co nstantem ente presente la posibi posibili lidad dad alegórica alegórica es un a de las razones por las que para los lectores modernos, que probablemente encuentran algo raras, cuando no absurdas, personificaciones como la Victoria, con sus alas y su laurel laurel,, o la la Abund ancia, con su cornucop ia, bu en a pa rte de esta esta literatura literatura resulte resulte re mota. Otra dificultad es el cambio de actitud con respecto al alto estilo, que al oído moderno suena insufriblemente afectado. Hoy en día es muy probable que la dupli cación de adjetivos, antaño indicio de la «profusión» del buen orador, nos parezca un a redun dan cia innecesari innecesaria, a, un a « retóri retórica ca infl inflada». ada». De hech o, para mu chos de nos otros, «retórica», como «formalidad» o «ritual», se han convertido en términos peyo rativos: «mera retórica». Por su parte, el elogio de las personas importantes suena a
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servilismo, a humillación, en nuestros oídos democráticos. Estos cambios de mentali dad, de valores y del «horizonte de expectativas» constituyen un obstáculo impor tante para com prend er el arte arte y la la literatura literatura d e la época de Luis Luis XI XIV. Fom entan jui cios cios anacrón icos. Dada esta distancia cultural, tal vez sea prudente adoptar la estrategia de los an tropólogos, especialistas en comprender otras culturas, para hacer el arte, el ritual y la literatura del períod o inteli inteligibles gibles para los lectores y espectado res m od ernos. Ya he mos hecho referencia al «Estado espectáculo» del Bali decimonónico (página 16). En algunas partes de Africa, por ejemplo entre los bantúes meridionales o en Mali, aún florece florece la tradici tradición ón del poem a laudatorio o panegírico, como antañ o floreció floreció en la antigua Rom a y la Europ a ren acen tista tista 60. El conc epto del po em a laud atorio como género recurren te, o el ver a Boilea Boileauu como griot grio t (término utili utilizado zado en Mali pa ra de signar a los «bardos»), puede ayudar a reducir nuestra resistencia natural —o, más exactamente, cultural— a las alabanzas dedicadas a Luis, tan comunes en la Francia del si siglo glo xvn. xvn. Cuan do m enos deb ería alen tam os a hac er distinci distinciones. ones. En primer lugar, un epíteto concreto, como «heroico», aplicado a Luis en un p o e m a c o n c re to n o d e b e sac sa c arse ar se d e l c o n te x to y tr a ta r s e c o m o u n a m e n t ir a in v e n ta d a p o r el e s c rito ri to r p a r a a d u la r al m o n a r c a . Si u n o e s c rib ri b e u n a o d a al rey re y o c u a lq u ie r o tr a forma de panegírico, ése es el tipo de adjetivos que tiene que usar. La idea de escri b ir u n p a n e g ír ic o e r a n o r m a l e n el sig lo xvn. La retórica de alabanza e inculpación (retórica (retórica epideíctica, epideíctica, como enton ces se llama llama ba) era un a de las tres tres principales cate gorías de oratoria. N a tu ra lm e n te , los lo s a d jeti je tivv o s la u d a to r io s a p lic li c a d o s al rey re y p o d ía n se r m á s o m e n o s abundantes, y Boileau, por ejemplo, censuró severamente a algunos de sus colegas p o r s o b re p a sa r la dosi do siss a d e c u a d a . El m ism is m o L u is o b je ta b a a v eces ec es.. R a c in e r e fi e r e q u e el rey le comentó que «Yo os elogiaría más si vos me elogiarais menos» ¡Je vous loue rois davantage, si vous ne me louiez tant\. La idea del servilismo no es anacrónica. El problema es decidir cuándo y dónde se aplica, problema tanto más agudo cuanto que algunos poetas y cortesanos se espe ciali cializaban zaban en elogiar sin sin qu e pa reciera que lo hacían. Esa Esa fue, po r ejemplo, la técnica de Boileau en su famoso Discours Disco urs au roí (1665). Boileau sostenía que era incapaz de cantar las alabanzas del rey [je sais peu louer], louer] , y criticaba los afectados y predecibles versos de poetas rivales que comparaban al rey con el sol o lo aburrían con la narra ción de sus propias hazañas. El historiador Paul Pellisson utilizaba la misma técnica, como él mismo explicó en un memorial confidencial a Colbert: «Es necesario alabar al rey todo el tiempo, pero, por así decirlo, sin alabanzas» [ il fa u t louer louer le le Roy Roy partout, mais pour ainsi dire sans louange] louange ] 61. He m os re torn ad o a la retóric a del rech azo de la retórica, retórica, p rop ia de la époc a clás clásiica. ca. Una última cuestión que debe tenerse presente al leer ese tipo de literatura es que un panegírico no era necesariamente pura alabanza. Era una forma discreta de aconsejar, al menos de vez en cuando, describiendo al príncipe no como era sino como uno esperaba que llegara a ser. Racine, por ejemplo, al dedicar al rey su Ale xand xa ndre re le Grand, G rand, le le decía que «la «la historia historia está llena llena d e jóven es c onqu istadores», istadores», y que mu cho más rara es la accesión accesión de un rey que a la edad de Alejandro Alejandro ya se com porta como Augusto [qui a l ’áge d ’Alexa A lexa ndre ait fa it paraítre la cond uite d ’Aug A ug uste], uste], Por su
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parte, parte , La Fontaine, Fontaine , cuando cua ndo cantaba can taba las alabanzas de Luis, Luis, cosa que no ocurr oc urría ía muy a m en ud o, se refería a sus sus hazañ as pacíficas, pacíficas, no a las las milita res62 res62. Ese tipo de consejos se daban con mayor libertad en los primeros años del rei nad o, que se analizarán analizarán en los los siguientes siguientes capítulos. capítulos.
III ORTO
La majesté rég ne dans ce visag visagee Oú la douce ur á la bonté se joint: Mais, s’il est tel au levant de son age, En son midi, q uel n e sera-tsera-t-il il point? Baudouin, Le prince prince parfait
La preocu pación po r la imagen de Luis se se manifestó manifestó desde su nacimiento, celebrado cel ebrado en toda Fran cia con h og ueras y fuegos artif artifici iciales ales,, repiqu e d e cam panas, cañon azos y solemnes Te Deum, Deum, y conmemorado con sermones, discursos y poemas, entre ellos versos latinos del filósofo italiano Tommaso Campanella, exiliado en Francia, en los que se refería al recién nac ido com o u n a especie de M esía esíass en cuyos cuyos tiempos tiempos volver volvería ía l a Edad de O ro 1. De hecho, la concepción de un heredero del trono y el primer movimiento de la criatura en el seno materno ya habían sido objeto de celebración, tanto más entu siast siastaa cua nto que en 1638 1638 parec ía en ex trem o im prob able q ue Ana de Austria Austria y su es es po p o s o L uis ui s X III II I ll e g a r ía n ja m á s a e n g e n d r a r u n h i j o 2. P o r e sa ra z ó n se a p lic li c ó al n iñ o el epíteto «diosdado», «diosdado», Lo L o u is leDieu leD ieudo donn nné. é. N o h a b ía n tr a n s c u rr id o c in c o a ñ o s c u a n d o , e n 1643 16 43,, la m u e r t e d e su p a d r e situ si tuóó de nuevo a Luis en el centro del escenario. Su accesión al trono en 1643 se caracte rizó por un cambio importante en su imagen. Hasta entonces, se le había mostrado igual igual que a otros muchachos, com o u n niño en pañales o con la bata que solían solían lle lle var los menores de siete años. A partir de 1643, se le empezó a representar vestido con un manto real, con flores de lis de oro sobre fondo azul, y también con el collar del Espírit Espírituu Santo, un a o rden de caballería caballería fund ada en 1578 1578 por su su predec esor Enri que III. A los cinco o seis años ya se mostraba a Luis sentado en el trono, sosteniendo un cetro cetro o un bastón de m ando. Aveces se se le le representaba en arm adura (mo derna o r o m a n a a n t ig ig u a ) . A un espectador espectador mo derno, p intar a un niño en arm adura puede parecerle parecerle pinto pi nto resco o gracioso. Sin embargo, es probable que los retratos adoptaran esa forma por que la arm ad ura simbolizaba simbolizaba el pod erío militar militar que se esperaba d e los los reye reyes, s, las las virtu virtu des castrenses que siempre podían ejercitarse por persona interpuesta, mediante los gene rales y sus sus ejércit ejércitos. os. C uan do en 1643 1643 los los franceses franceses de rrotaro n a los los españoles en
Figura 14. «La derrota simbólica de la rebelión». Luis Lui s XTV aplastando aplastando a la Fronda Fronda,, de Gilíes Guérin, mármol, 1654. Musée Condé, Chantilly.
ORTO
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la batalla de Rocroi, un grabado de la época muestra al rey en su trono felicitando a su general, el Duque d’Enghien (Condé). El grabado se titula «les premieres victoires de Louis XIV »3. »3. O tra forma de pre sen tar al joven rey a su su pue blo era el ritual ritual.. En 1643 1643 hizo su su en trada solemne en París para celebrar su accesión. Ese mismo año celebró su primer lit de justice justi ce (literalm (literalm ente «lecho «lecho d e justicia»), justicia»), es decir, decir, un a reu nió n forma l con el tri tri b u n a l s u p re m o d e l r e in o , el Parlem Par lement ent de París, con objeto de modificar las provisio nes del testamento de su padre para que su madre Ana de Austria —de la mano del Cardenal Mazarino— Mazarino— pu diera g ob ernar Francia en calidad calidad de R egente 4. El Parlem Par lement ent no era un parlamento en el sentido inglés de asamblea representa tiva. Con todo, sus miembros se consideraban guardianes de lo que llamaban las «le yes fundamentales» del reino. En 1648, casi en el mismo momento en que el parla m ento inglés inglés juzg ab a a C arlos arlos I, I, el Parle Pa rleme ment nt de París desempeñó un papel esencial en un movimiento político conocido como la Fronda. Los participantes en ese movi m iento (nobles y ma gistrados) gistrados) lo veían como u n a protesta co ntra la la destrucción de la la antigua constitución francesa por los Cardenales Richelieu y Mazarino, mientras que la corte lo consideraba una rebelión contra el monarca. La Fronda puede descri bir b irss e , e n t r e o tra tr a s cosa co sas, s, c o m o u n c o n flic fl ic to e n t r e d o s c o n c e p c io n e s d e la m o n a r q u ía , limitad a y «ab soluta» 5. Con arreglo a la primera de ellas, el poder del rey de Francia estaba limitado por las denominadas «leyes fundamentales» del reino, de las que el Parlem Pa rlement ent de de París era custodio. Con arreglo a la segunda, que prevalecía en la corte, el rey tenía «poder ab soluto» [pouvo po uvoir ir absolu]. absolu]. La frase solía definirse negativamente, como poder ilimitado [iaru contróle, sans restriction, sans condition, sans reserve] reserve] 6. Se consideraba a Luis mo na rca absoluto absoluto po rque estaba estaba po r encim a de las leyes eyes de su reino , y tenía el pod er de eximir a los individuos de su aplicación. No se consideraba, sin embargo, que estu viera por encima de la ley divina, la ley natural o el derecho de gentes. No se esti m ab a que deb ía ejercer un co ntrol absoluto sob re la la vida de sus sus súbditos. súbditos. La Fronda, que fue derrotada en 1652, influyó de manera importante en la forma en que el joven rey y su gob ierno se presen taron en público. Po r ejemplo, ejemplo, en 1654 1654 se se emplazó en el patio del Hotel de Ville de París una estatua de Luis con un guerrero po p o s tra tr a d o (sim (s im b o liz li z a n d o a la F ro n d a ) b a jo sus p ie s (fig (f ig u ra 14 ). Ese Es e m ism is m o a ñ o , u n ba llet representado en la corte, Pelée Pelée et Thétis, Thétis, presentaba a Apolo (en otras palabras, al rey) rey) a niquilando a una Pitón (otro (otro símbolo del desord en) 7. 7. U na serie serie de p inturas en los apartamentos reales del Louvre celebraban también la derrota de la Fronda. Por ejemplo, un a imagen de la diosa diosa Ju no lanzando un rayo rayo sobre Troya estaba estaba claramente destinada a lograr que los espectadores espectadores pen saran en París París y en la Reina M adre 8. Los rituales de los lits lits de justic e de los años cincuenta fueron otro d e los medios p o r los lo s q u e el G o b ie rn o t r a tó d e p o b r a r la d e r r o t a d e la F r o n d a , re s ta b le c ie n d o la idea de la monarquía absoluta y mostrando al rey como representante de Dios en la Tierra. Como uno de los principales parlamentarios, Omer Talón, declaró al rey — h in c a d o d e rod illas-— illa s-— e n u n a d e esas es as o c a si o n e s , « S e ñ o r, la s e d e d e V u e s tr a M ajes aj es tad representa para nosotros el trono del Dios viviente [nous représente le tróne du Dieu vivant]. vivant]. Los Estados del reino os honran y respetan como a una divinidad visible» [ comme comme á un e div inité init é visi visibl ble] e] 9.
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Cosas parecidas se afirmaron con ocasión de la coronación del rey en 1654 y de su en trada solem ne en París en 1660 1660.. Los rituales rituales eran los los tradicionales, tradicionales, pero precisa precisa m ente p or ello ello pod ían p ercibir ercibirse se variac variacione ioness relati relativam vam ente p equeñ as —al m enos p or un sector del público— público— com o p ortadoras de un mensaje polít político. ico.
La coronación La coronación y unción de Luis [le sacre], sacre], aplazada por los disturbios de la Fronda, tuvo lugar en 1654. El ritual se celebró, como era costumbre, en la Catedral de Reims, cuyo arzobispo tenía el derecho de coronar al nuevo rey (derecho ejercido en esa ocasión po r su vicario, vicario, el obispo de Soissons) Soissons) 10. La ce rem on ia inclu ía un ju ra mento del rey en virtud del cual éste prometía mantener los privilegios de sus súbdi tos, y una pregunta a la congregación: si aceptaban o no a Luis como rey. Venía des p u é s la b e n d i c i ó n d e la s in s ig n i a s r e a l e s , i n c l u i d a s la d e n o m i n a d a « e s p a d a d e Carlomagno», las espuelas y lo que el historiador Denys Godefroy llamó «el anillo con el que el citado Señor se desposa con el Reino» [l ’ann eau duque l le dit Seigneur épouse U Royanme] Royan me] 11. Llegaba entonces el momento de la consagración. El cuerpo del rey era ungido con crisma, óleo sagrado de la Santa Ampolla, la botella que, según se decía, había traído del cielo una paloma cuando Clodoveo, primer rey cristiano de Francia, fue ba b a u tiz ti z a d o p o r S an R e m igio ig io.. El o b isp is p o c o lo c a b a el c e tr o e n la m a n o d e r e c h a d e l rey, rey , la «mano d e justici justicia» a» en su izquierda y la «coron a de Carlom agno» en su cabeza. cabeza. A continuación venían el homenaje de los principales nobles del reino, y la suelta de diversas aves. Contemplaban el ritual los embajadores de otros países y (con más dificultad, desde el exterior de la catedral) catedral) un a m ultitud ultitud de p ersonas comunes. Era seguido seguido de otras otras celebraciones, celebraciones, incluida la repre sen tació n de u n a ob ra de teatro p or los los jesuítas jesuítas de Reims. Los que se perdían el acontecimiento podían leer su descripción en una serie de folletos, y también contemplar los grabados de la coronación, oficialmente encargado s al artist artistaa He nri d ’Avi Avice. ce. La escena se con m em oró tamb ién en un tapiz tapiz di di señado p or un o de los principales principales pintores del reinad o de Luis, Luis, Charles Lebrun. El signi signifi ficado cado d el evento pa ra los participantes y espectado res, y especialm especialm ente la imagen del rey proyectada por la ceremonia, no son del todo claros. Lo que el histo riador ha de descub rir rir no es tanto tanto «lo «lo que realm ente sucedió» sucedió» cu anto cóm o interp re taron taron los contem poráne os lo que h abía sucedido. sucedido. No cabe su po ner que todos vieran vieran el evento de la misma forma. Parece, por el contrario, que el sacre sacre fue interpretado en formas m uy distintas distintas p o r gen te distinta. distinta. El ritual de inauguración y consagración era esencialmente un ritual medieval. H abía sido codific codificado ado p or Luis VII en u na ép oca e n la que el rey no era «absolu «absoluto» to» y com partía partía el pod er con sus nobles, nobles, po r lo que el jura m en to real y la aprobac ión for mal del nuevo gobernante por la asamblea expresaban esa idea de la monarquía. El limi Duque de Saint-Simon, firme defensor de esa idea tradicional de la m on arqu ía limi tada, seguía interpretando así el ritual a principios del siglo XVIII. No N o es p ro b a b le q u e los lo s c írc ír c u lo s p ró x im o s al re y v ie r a n e n el sacre sacre un a expresión expresión
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de la idea de la m on arq uía limitada. limitada. Esa form a d e ver las las cosas cosas haría difí difícil cil en ten de r p o r q u é e l g o b ie r n o o rg a n iz ó la r e p r e s e n t a c ió n e n a q u e l m o m e n to , ta n p o c o d es es p u é s d e la F ro n d a . U n d e ta lle ll e d e m e n o r e n ti d a d , p e r o p o s ib le m e n te re v e la d o r, q u e sugiere sugiere un intento de rein terp retar el ritual ritual tradici tradicional, onal, es que Lui Luis pronu nció el ju ramento sentado, cuando sus predecesores lo habían pronunciado de piel2. Para la dinastía de los Borbones, relativamente nueva, el sacre sacre era sin duda una forma de demostrar su legitimidad estableciendo contacto con anteriores gobernan tes, desde Clodoveo a San Luis. La ceremonia proyectaba también la imagen de una m on arquía sagrada. sagrada. Pod ríam ríam os d ecir — de hech o, los los contem poráne os lo dijerondijeron-— — que el crisma crisma hac ía a Luis análogo a Cristo Cristo y qu e el sacre el sacre lo h acía sagrado. Más adelan te, Luis Luis alegó alegó en sus m em orias (como los teóricos teóricos de la la m on arq uía ab soluta) soluta) q ue su con sagración no lo hac ía rey, rey, sino sino simp lemen te dec laraba que e ra rey rey.. Añadió, n o obstante, que el ritual ritual h acía de su realeza realeza algo «más augusto, augusto, más inviol inviola a ble b le , y m ás sa g ra d o » ls. E s ta s a n tid ti d a d p u e d e ilu il u stra st ra rs e p o r e l h e c h o d e q u e d o s d ías ía s después el jov en rey cum plió p o r prim era vez vez el ritual ritual del toqu e r e a l14 l14. Se creía tradi tradi cionalmente que los reyes de Francia, como los de Inglaterra, tenían el poder mila groso groso de curar la escróf escrófula, ula, una enferm edad de la piel, piel, tocando a los los enfermo enfermo s y di di ciendo «el rey te toca, Dios te cura» [Le roi te touche, Dieu te guérit]. guérit]. El poder curativo del toque real era un poderoso símbolo del carácter sagrado de la realeza. En esa ocasión Luis tocó a 3.000 personas. En el curso de su reinado habría de tocar a mu chas más. más.
La entrada real El via viaje je del rey a Reims y su su rec ep ció n allí form ó p arte de u n a serie de visi visitas tas oficial oficiales es a ciudades, que a menudo adoptaban la forma ritualizada, triunfal, de una entrada real, un tipo de ritual que se remonta a la baja Edad Media. Como hemos visto, Luis hizo un a en trada so lemn e en París París en 1643 1643 para ce lebrar su accesión. accesión. Volvi Volvióó a entrar en París en 1649 y en 1652, para demostrar la derrota de la Fronda. Hizo una visita de E stado a Lyon en 1658 1658.. Sin emb argo, la más im im po rtante de las entrada s reales fue la del rey y la la rein a e n París en 1660, 1660, tras la la bo d a re a l15 l15 (véase (véase figura 4). La entrada en París no era un evento patrocinado por el gobierno. Era una bien venida oficial al rey por parte de la ciudad, organizada por el prévdt pré vdt des marchan marc hands, ds, equivalente al alcalde, y sus concejales o échevins. échevins. Sin embargo, parece que el go b ie r n o su p e rv isó is ó t a n to las c e re m o n ia s c o m o e l d e c o ra d o , q u e se d e s c r ib e n d e ta lla ll a d a m ente e n un a serie serie de publicaciones publicaciones c on tem po ráne as16 as16. La entrada real tuvo lugar el 26 de agosto de 1660. Por la mañana, el rey y la reina fueron entronizados en una tarima elevada para recibir «el respeto y sumisión» de la Ciudad y sus corporaciones (incluidos la universidad y el Parlemen Parle ment t ), ) , que mar charon en procesión por delante de la plataforma mientras sus representantes ren dían ho m ena je al rey, rey, com o h abía hech o la nobleza con ocasión ocasión del sac del sacre. re. El prév El prévdt dt des marchands marchands presentó solemnemente al rey las llaves que simbolizaban su posesión de la Ciuda d 17. Sin em barg o, el p resid en te del Parlem Pa rlement ent de París representó un papel relativamente relativamente poco imp ortante en la cerem onia, haciend o al rey rey «una profun da reve reve
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renda» y siguiendo adelante. No parece accidental que se atribuyera al Parlem Par lement ent u u n p a p e l ta n m e r m a d o , e n « ex p iaci ia cióó n » , c o m o s e ñ a ló u n c o n t e m p o r á n e o , d e l q u e h a b í a represe ntad o en un escenario bastante distinto, distinto, el de la F ro n d a18 a18. Por la la tarde tarde tuvo lugar la la entrada p rop iam en te d icha, un a cabalgata en la que el rey y su nueva reina atravesaron a caballo la ciudad, pasando bajo varias puertas y arcos cuyas decoraciones expresaban la importancia de la ocasión, variaciones so b re el te m a d e l tr iu n f o d e la p a z , c o n m e m o r a n d o la p a z d e los lo s P ir in e o s e n t r e F r a n cia y España, firmada en 1659 y sellada por el matrimonio de Luis con la infanta María Teresa, hija del rey Felipe IV. En una de las puertas rezaba la inscripción LUDOVICO PACIFICO, «A Luis el Pacífico». Otra adoptaba la forma del Parnaso, con Apolo y las nueve musas en rep rese nta ció n de las las artes y las ciencias, ciencias, liberad liberad as d e la cautividad cautividad por la paz. paz. En el Marché Neuf, u n arco triunfal triunfal o stentaba la inscripci inscripción ón Luis, pacificador del m und o», y m ostraba a H ér LUDOVICO PACATORI TERRARUM, «A Luis, cules cules (en otras palabras, palabras, al al rey, ey, según el com entario im preso) recibien do un a ram a de olivo19. En esos decorados, si se comparan con posteriores fite fi te s , llama la atención lo mo derado de las alabanzas al rey. Luis compartía su gloria no sólo con su reina sino tam bié b ié n c o n su m a d r e , A n a d e A u stri st riaa , y c o n su p r in c ip a l m in is tr o , e l C a r d e n a l M aza az a rino. Ana, que contempló la entrada desde su balcón, figuraba también en un arco de triunfo triunfo co n la figura de la diosa Minerva, im pa rtiend o p rud en tes consejos, consejos, en o tro como Ju no y en o tro como un pelícano, símb olo d e la m adre que se sacrif sacrifica ica po r sus sus hijos. Mazarino, que en realidad había negociado el tratado de paz, no pudo partici pa p a r e n la e n t r a d a p o r q u e p a d e c í a d e g o ta , p e r o su c a rr u a je v a c ío o c u p ó u n lu g a r im p o r ta n te e n la c a b a lg a ta. ta . Se le r e p r e s e n ta b a e n u n a rc o tr iu n fa l c o n la f ig u ra d e l d ios io s Mercurio, y en otro como el héroe Atlas, sosteniendo el mundo con su esfuerzo. Una de las inscripciones latinas se refería a su duro trabajo, ASSIDUTS JULII CARDINALIS MAZARINI CURIS. Un homenaje de esa naturaleza a un ministro sería literalmente inima ginable más avanzado el reinado. Tras la muerte de Mazarino se representaría a Luis como único gobernante. La forma en que Luis desempeñó su papel de protagonista en aquellas represen taciones taciones se se fi fijó en la imag inación d e sus co ntem po ráne os, incluidos los embajado res, que tuvieron tuvieron una o portunid ad p oco com ún de ver al al rey rey de cerca. cerca. Todos subrayan subrayan la madurez del niño-rey, su gravedad, su prestancia. Los enviados venecianos recalca b a n q u e e n 1643 16 43,, c u a n d o t e n ía sólo só lo c in c o a ñ o s, L u is r a r a vez ve z r e ía y a p e n a s se m o v ía en público20. Es posible que los observadores contemporáneos vieran lo que espera b a n v er, er , y e x a g e ra ra n lo q u e les p a r e c ía v er. er . C o n to d o , el h e c h o m ism is m o d e q u e les im p re s io n a r a es d e p o r sí sig nifi ni fica cativ tivo. o. Los españoles eran famosos en el siglo XVII p o r la g r a v e d a d d e su c o m p o r t a miento formal, y Luis, como es bien sabido, era hijo de una princesa española, Ana de Austr Austria ia.. Las cart cartas as del Card ena l Mazarino al rey rey sugieren qu e tamb ién dio leccio leccio nes a Luis Luis sobre la form a de presen tarse en púb lico, lico, incluido el arte arte de la simu simu lación y el disimulo. En 1652, cuando recibió al principal fro principal frond ndeu eur, r, el Cardenal de Retz, sin darle darle la la m eno r pista pista sobre sobre su inmine nte detenc ión, el rey rey adolescente d em ostró ostró que había aprendido la lección. Un comentario de Luis en aquella ocasión, «que no haya
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nadie en el escenario» [ q u ’il il n ’y a it personne perso nne su r le théatre théatre\\ 21 21 parece ind icar que el mo narca era consciente de su papel. Luis también aparecía en el escenario en sentido literal, como bailarín. Entre 1651 y 1659 participó en nueve ballets de cour creados por el poeta Isaac Benserade, representando papeles diversos, incluido Apolo destruyendo a la Pitón y también el sol naciente —para lo cual el rey llevaba una magnifica peluca dorada (figura 15). No N o e r a r a r o q u e u n rey re y d a n z a ra e n u n b a l le t d e c o r te — L uis ui s X III II I lo h a b ía h e c h o r e gularm ente— p ero la pericia de Luis Luis com o bailarín bailarín fue destacada por algunos de sus contemporáneos, entre ellos el cortesano Bussy-Rabutin. De esa forma hizo una im p o r ta n te c o n t r ib u c ió n a su p r o p i a im a g e n . Hay relativamente pocas imágenes visuales de Luis entre principios del decenio de 1650 y el año 1660 1660,, cuando inespe radam ente apareció como joven ad ulto con un big b ig o te in c ip ie n te y u n a p e lu c a c o rt a . L a p e lu c a se h a e x p lic li c a d o c o m o c o n s e c u e n c ia de una enfermedad padecida en 1658 en la que Luis perdió mucho pelo. La costum b r e d e llev ll ev a r p e lu c a se e s ta b a e x te n d ie n d o e n t r e la n o b le z a e u r o p e a d e la é p o c a , p o r lo que es difícil decir si Luis estaba siguiendo o creando una moda. En cualquier caso, la peluca daba al rey el suplemento de altura que necesitaba para impresionar. A p artir de ese mo m en to, jam ás se le le vi vio en púb lico sin sin peluca. La imagen real debe verse como una producción colectiva. A ella contribuyeron p in to r e s , e s c u lto lt o re s y g ra b a d o r e s . T a m b i é n lo h ic ie r o n los lo s sa stre st re s d e l rey, re y, el fa b ri cante de sus pelucas y su maestro de danza. También los poetas y coreógrafos de los ba b a lle ll e ts d e c o rte rt e , y los lo s m a e stro st ro s d e c e re m o n i a s q u e su p e rv isa is a ro n la c o r o n a c ió n , las e n tradas reales y otros rituales rituales públicos. ¿Quién escribía el guión del drama real? En cierto sentido, la respuesta a esa pre gunta es que fue la «tradición», y no un individuo concreto; los retratos se acomoda b a n a d e te r m in a d o s m o d e lo s , y los lo s ritu ri tu a le s a d e t e r m in a d o s p re c e d e n te s . Es, sin si n e m b a r g o , r a z o n a b l e s u p o n e r q u e l a p r o d u c c i ó n t e n í a u n d i r e c t o r : e l C a r d e n a l Mazarino. Mazarino fue la principal figura del gobierno entre 1643 y 1661. A él se debe la educación política de Luis. Fue también un importante mecenas de las artes, que apreciaba el trabajo de pintores como Philippe de Champaigne y Pierre Mignard, y de escritores como Comeille y Benserade. Era un gran amante de la ópera, y gra cias cias a Mazarino se enca rgaro n, p ara su represen tación en París, París, tres óperas itali italianas anas:: Orfeo Orfeo (1647) de Luigi Rossi, Peleo Peleo e Theti The ti (1654), de Cario Caproli (combinada con el ba b a lle ll e t d e B e n s e ra d e s o b re el m ism is m o te m a ) y Ercole Am an te te (1660), de Francesco Cavalli (un tema escogido en alusión al matrimonio real). Los diseñadores del decorado, Giacomo T orelli y Gasparo Vigarani, Vigarani, eran tamb ién italianos. italianos. Mazarino amaba el arte por el arte, pero era también consciente de su utilidad po p o líti lí ticc a . E sa c ir c u n s ta n c ia e stá st á b ie n d o c u m e n t a d a e n u n e p is o d io q u e tuv tu v o lu g a r e n 1660 1660,, cuan do el Cardenal plan eab a co nm em orar la Paz Paz de los los Pirineos Pirineos m ediante una gran escalinata que condujera a la entrada de la iglesia francesa de la Trinité des Monts en Roma22. Mazarino pensaba en Bemini como arquitecto, y parece que éste llegó a realizar un diseño. Sin embargo, la erección en una plaza pública de Roma de una estatua de Luis XTV, y más aún de un monumento conmemorativo de una paz que se había hecho sin mediación papal, planteaba enojosos problemas políticos.
Figura 15. «Luis en el escenario». Luis com como Apolo Apolo,, diseño anónimo para un disfraz, 1654. Cabinet des Estampes, Biblioteca Nacional, París.
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Mazarino murió sin que esos problemas hubiesen llegado a resolverse. En cualquier caso caso,, la preocu pación p o r la políti política ca artís artísti tica ca en general, y po r la conm em oración de la paz de 1659 en particular, tal como se pone de manifiesto en la correspondencia del Cardenal, sugiere que pudo ser también él quien inspirara los temas de la en trada en París de 1660, en la que se celebraba no sólo la boda real sino también la paz p az , así c o m o a A n a d e A u s tria tr ia y los lo s a fa n e s d el C a rd e n a l. En 1660 1660,, el rey dese m pe ña ba aú n el pape l que le hab ían asignado la tradición tradición y el Cardenal Mazarino. A partir de 1661, Luis participaría activamente en la redacción (o al m eno s en la revisi revisión) ón) de su pro pio guión.
IV LA CONSTRUCCION DEL SISTEMA
II y a bien, M onsieur, d ’autres moyens louables de rép andre an dre et de maintenir la gloire de Sa Majesté..., comme sont les pyraraides, les colorines, les statues équestxes, les colosses, les ares triom ph au x, les bustes bu stes de m arbr ar bree et de bron br on ze, ze , les basses-tailles, tous monuments historiques auxquels on pourrait ajouter nos riches fabriques de tapisseries, nos peintures á fresque et nos estampes au burin. Chapelain a Colbert, 1662
Con independencia de que existiera o no un plan general para la presentación del rey en la época de Mazarino, un proyecto de esa naturaleza puede sin duda docu mentarse en el período siguiente. Tras la muerte del Cardenal, en marzo de 1661, Luis Luis declaró declaró su su intención de go bern ar sin sin p rime r minist ministro. ro. Q uería ejercer un «poder absoluto» [pouvoir absolu], absolu], en otras palabras, un poder no compartido con otros. Ello no quiere decir, naturalmente, que el rey gobernara sin asesoramiento o ayuda. En tre sus ayudantes, la figura más importante fue Colbert'. Jean-Baptiste Colbert había trabajado al servicio de Mazarino, que lo recomendó al rey. Sirvió a Luis a partir de 1661 como miembro del conseil conseil royal des finan fin ance cess o Con sejo de Estado, y desde 1664 en calidad de su rin ri n ten te n d a n t des batim ba timents ents o superinten dente de las obras reales. En el desempeño de esas funciones, Colbert, represen tando el papel de mecenas donde Luis representaba el de Augusto, supervisó el p a tr o c in io r e a l d e las a rte rt e s. C o lb e r t tuv tu v o y a ú n ti e n e r e p u ta c ió n d e h o m b r e a u s te r o y trabajador, que detestaba gastar el dinero del Estado en algo que no fuera útil. Debe añadirse, sin sin emba rgo, qu e C olbe rt con siderab a que las las artes artes eran ú tiles tiles en en el sentido de q ue co ntribuían a la gloria del rey rey.. En tiempos de Mazarino, el patrocinio real estaba oscurecido por el del Cardenal mismo y el de su ayudante Nicolás Fouquet, a quien Comeille, en el prefacio de su Oedipe Oedipe (1659) ensalzaba como «no menos superintendente de las bellas letras que de las finanz finanzas as». ». De hech o, e ntre aprox ima dam ente 1655 1655 y 1660 1660 Fouq uet prácticam prácticam ente reemplazó al rey rey como como principal patrón del reino, reino, c onstruyendo u na esp léndida casa casa en Vaux-le Vaux-le-Vi -Vicomt comtee y da nd o em pleo a u n a con stelación d e artist artistas as y escrit escritores ores de ta ta lento, entre ellos los dramaturgos Comeille, Moliere y Quinault, el poeta La Fon-
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taine, taine, el pinto r Leb run, los escultores escultores A ngu ier y G irardon, el arquitecto Le Vau y el diseñador de jardines Le N ó tre2. tre2. Colbert tenía intención de restablecer el dominio del rey como patrón (figura 16). El alcance de su preocupación por la gloria del rey se revela en su correspon denc ia ofic oficia ial, l, especialm ente su corre spo nd en cia con Jea n Ghape lain. lain. C hapelain, po eta y crítíco, había obtenido el favor del Cardenal Richelieu escribiendo una oda en alabanza suya. Fue miembro de la Académie Fran^aise desde su fundación, en 16341635. En respuesta a una solicitud de Colbert, Chapelain le presentó en 1662 un largo largo inform e sobre la utilidad utilidad de las artes «para preservar el esplen do r de las las em pre sas del rey» [pour [pou r conseru conseruer er la splend sp lendeur eur des entreprises entreprises du roy] 3. El plan, ya fuera de Colbert o de Chapelain, era ambicioso. El informe se centra fundamentalmente en la literatura, especialmente la poesía, la historia y el panegí rico, y en él se enumeran las virtudes y flaquezas de noventa hombres de letras con temporáneos y su aptitud para el servicio real. Sin embargo, Chapelain hace también referencia a otros medios y géneros: medallas, tapices, frescos, grabados y, por úl timo, diversos tipos de monumentos «como pirámides, columnas, estatuas ecuestres, colosos, arcos triunfales, bustos de mármol y de bronce».
Figura 16. Ret Retra rato to de de Luis XTV XTV rode rodead adoo de los los atri atribu buto toss de de las las ar artes tes, de Jea n Garnier, óleo ó leo sobre lienzo, 1672. 1672. C háteau háte au de Versai Versailles lles..
LA CON STRUCC STR UCCION ION DEL DE L SISTEM SI STEMA A
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Buena parte de esos medios se había utilizado ya para glorificar al rey, especial mente en la entrada en París en 1660. De todas formas, es extremadamente intere sante sante disponer de esa prueb a docum ental de un gran designi designioo en u na etapa tan tem p r a n a d e la h is to ri a d e l g o b ie r n o p e r s o n a l d e L uis ui s y d e la c a r r e r a d e C o lb e r t c o m o consejero real. El plan se llevó a la práctica en el siguiente decenio, en el que pode mos o bservar la «organización de la cultura» cultura» en el sentido de construcción de u n sis sis tema de organizaciones oficiales que movilizaron a artistas, escritores y eruditos al servicio del rey. En tiempo s de R ichelieu, ichelieu, la A cadém ie Frangais Frangaise, e, ju n to con su comité, deno m i nado «pequeña academia» [petite académie], académie], establecido en 1663 y transformado en 1696 1696 en la Académ ie des Inscriptions Inscriptions 4, desem peñ aba u n pape l im im portan te. E ntre otras nuevas fundaciones cabe citar la Académie de Danse (1661); la Académie Ro yale yale de P einture et de Sculpture, fun fun da da e n 1648 1648 pero reorgan izada en 1663 1663;; la la Aca Aca dém ie Franjarse d e R ome (1666), u na escuela p ara la forma ción d e arti artist stas; as; la Acadé mie des Sciences (1666); la la Acad émie d ’A rchitecture (1671); (1671); la Académ ie d ’O péra (1671), de corta vida, sustituida por la Académie Royale de Musique (1672); y la abortada Académie des Spectacles (su fundación, en 1674, nunca llegó a regis trarse) 5. Todas estas instituciones tenían su sede en París, pero en etapas más avanza das del reinado se fundaron academias provinciales sobre el modelo de la Académie Fran?aise (infra ( infra,, página 146). Las academ ias eran cong regacion es de artist artistas as y escritores escritores que e n su may oría tra tra ba b a ja b a n p a r a e l rey. re y. T a m b ié n e je rc ía n d e p a tr o n o s , e n c a r g a n d o tra tr a b a jo s p a r a m a y o r gloria de Luis. La Academia de Pintura y Escultura, por ejemplo, admitía nuevos miembros basándose en una «pieza de recepción» cuyo tema debía entroncarse en l ’histoire histoire du roi ro i 6. En 1663 se empezaron a convocar concursos en los que se otorgaba un premio al mejor cuadro o estatua que representase las «heroicas acciones» del rey. A partir de 1671, la Académie Franfaise convocó concursos de panegíricos del rey, rey, cada añ o con u n tem a distinto. distinto. Al Al final final del reinad o, varia variass academias tenían con tratado tratado a u n com positor cuya cuya función era escribir escribir mú sica sica en ho no r del rey7. rey7. También formaban parte del sistema otros tipos de instituciones. Entre ellos es taba, por ejem plo, la fábrica estatal estatal de los los Go belinos (ina ugu rada en 1663), 1663), que dab a empleo a unos 200 trabajadores (incluidos varios pintores) que producían muebles p a r a los lo s p a la c io s re a le s , así c o m o lo s fa m o so s tap ta p ice ic e s d e l ’histoire histoire du roiB ro iB (figura 17). Cabe también citar el Jo el Jo urn ur n a l des Sava Sa vant nts, s, fun fun dado en 1665 1665 y editado po r la la im im prenta real, que publicaba necrologías de eruditos, descripciones de experimentos y, sobre todo, reseñas de libros (una idea entonces nueva). El periódico, editado por hom b re s d e le tra tr a s d e l c ír c u lo d e C o lb e rt, rt , d if u n d í a n o tic ti c ia s so b re el m u n d o d e l c o n o c i miento, y al hacerlo daba publicidad al mecenazgo del rey9. La censura de las obras literarias se hizo más estricta en 1667 bajo la dirección del nuevo teniente de policía, La R ey nie 10. ¿Qué significaban esas fundaciones? ¿Eran expresión de una política guberna mental coherente en pro de las artes? ¿Era la glorificación del rey su único objetivo, o tenían metas más amplias? Para responder a esas preguntas es necesario analizar más d eten ida m en te el patrocin io re al de las diver diversas sas artes artes y cienci ciencias. as. Por lo que se refiere a la literatura, los consejos de Chapelain se tomaron en se
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Figura 17. «Luis «Luis com o patr ón d e las artes». Visita a los Gobelinos, de la serie «Historia del rey» de C harles Lebru n, tapiz tapiz,, c. 1670. Collection Mobilier National, París.
rio. rio. A partir de 1663 1663 se se adjudicaron p ensiones p or u na cuan tía tía total aproximad a de 100.000 livres anuales livres anuales a una serie de escritores y estudiosos. Algunos de ellos, incluido un poe ta que C hapelain d escribía escribía com o «un joven llamado Racine», Racine», eran franc ese s11 s11. Otros eran extranjeros —holandeses, alemanes e italianos. Naturalmente, al igual que ocurría con otros regalos, esas «gratifications», como se denominaban, se daban con expectativas de rendimiento. En sus cartas a Colbert y a los estudiosos extranjeros interesados, Chapelain expli caba, av ece s con notab le cand or, las las reglas del jueg o. P roba blem ente, las las contradic ciones entre esas reglas se ponían de manifiesto cada vez que se daba un regalo. Sin embargo, eran particularmente sagaces en un período de transición del ideal tradi cional de la ma gnificencia real real al sentido de la pu blicidad característi característico co de las cultu cultu ras basadas en la imprenta. Por u n lado, lado, com unicaba C hapelain al po eta italiano italiano G irolamo irolamo Graziani Graziani,, «Su «Su Ma je j e s ta d h a c e re g a lo s a las la s g e n te s d e m é r ito it o sin si n m á s m o tiv ti v o q u e el d e a c tu a r s ie m p re como u n rey y en n ing ún cas casoo para qu e se le alabe» alabe» [5a Ma [5a Majest jestéé gratifie grat ifie les les gens de mérite pa p a r le seul m o tif ti f d ’agir ag ir en toutes dioses royalemen roya lementt et p o in t de tou to u t dans da ns la vue vu e d ’en attirer attire r des louanges] louanges] 12. La cuestión era, como decía a Colbert, que las gratificaciones «parecerán tanto tanto más nobles cuanto m enos desinteresadas desinteresadas parezcan» parezcan» [paroist [paroistront ront d ’au tan t plu s nobles qu’elles paroistront plus désinteresées] désinteresées ] 13. Pa ra co nm em ora r la liberalida d d el rey rey con
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escritores y artistas se acuñó una medalla con la leyenda BONAE ARTES REMUNERA.TAE, y la fecha 1666. Por otro lado, no se dejaba a los receptores de las gratificaciones concebir nin guna duda sobre lo que a su vez se esperaba de ellos. «El rey es generoso», escribía Chapelain al erudito holandés Nikolaes Heinsius, «pero sabe lo que hace y no desea en absoluto absoluto qu e se le tome p or u n necio» necio» [Le Roy est est généreux, généreux, mais il sait sa it ce ce q u ’il fa it et ne veut point passer pour dupe] dupe] 14. «C onvien e p ara h o n ra de Su Majestad», explicaba Chapelain a Graziani, «que las alabanzas parezcan espontáneas, y para parecer es p o n tá n e a s h a n d e im p r im ir s e f u e r a d e sus su s d o m in io s» [R importait en effet pour Vhon neur ne ur de Sa Majesté Majesté que son son élog loge p a rü tfa it volontairement volontairement et et, p our paraítre paraítre volonta volontaire ire,, ilfa lla it qu ’il ’il f ú t imprimé hors hors de ses ses Etats\ 1 Etats\ 155. La m ayo ría de los b en eficiarios (decía C hap elain al abogado alemán ale mán H ermá n Conring) Conring) «han aceptado acept ado po ne r el el gran nom bre del rey rey en el encabezamiento» de sus obras 16. Se instruyó a uno de ellos que redactara la dedi catoria al al rey rey «en los término s más resp etuoso s y magn íficos íficos q ue p odáis» [dans les termes le les plu s respectu respectueux eux et les les plu pl u s magnifique mag nifiquess que vous vou s pourriez pourriez]] 17. Se aconsejó a otro que en su panegírico panegírico de Luis hiciera hiciera referencia a la decisión decisión del rey de d ar audiencias pú blic b lic a s to d a s las se m a n a s ls. l s. A un qu e se cultivaba, cultivaba, po r distintas razones, a po etas, a juristas y a filósof filósofos os na tura les, les, se se prestaba especial especial atenc ión a los los historiado historiado res. El puesto de historiad or real ya era para entonc es un a tradición tradición en F ran cia 19. Con todo, C olbert y Chape lain lain red o b la r o n sus su s e sfu sf u e rz o s p o r e n c o n t r a r h is to r ia d o r e s q u e r e g i s t r a r a n y c e l e b r a r a n los lo s éx i tos del rey. Dieciocho de los noventa escritores sobre los que Chapelain informó eran historiadores. En 1662 había seis historiadores oficiales en poste. poste. Uno de ellos era Mézéray20. A pesar de este embarras de richesses, C hap elain intrig ó — sin éxit éxitoo-— —• pa ra lograr el nombramiento de Nicholas Perrot d’Ablancourt, que era más conocido como traductor, mientras que Colbert logró que se asignara a André Félibien un nuevo puesto, el de «historiador de los edificios reales» [historiographe des bátiments du roi]. roi]. En desempeño de sus funciones, Félibien publicó descripciones oficiales de las p in tu ra s , tap ta p ice ic e s, e d ific if icio io s y féte y fétess encarg ado s p o r el rey 21. El patrocinio gubernamental se extendía a las ciencias naturales, como atestigua la fundación de una Académie des Sciences, la construcción de un observatorio as tronómico y la publicación de un periódico científico. Aunque aparentemente la idea de establecer una academia de ciencias tuvo su origen en un grupo privado de estudiosos, la ma no de C olb ert es fácilm en te visib visible le en esa esass em presas 22. El dire cto r de la Ac adém ie era su antiguo bibliotecario, Pierre de Ca Carc rcav avy; y; el el astróno m o italiano italiano Gian-Domenico Cassini fue a Francia por invitación suya; y el Jo el Jo u rn a l des Sav S avaa nts nt s fue originalmente publicado por otros tres protegidos suyos, Denis de Sallo (amigo de Chapelain), Amable de Bourzeis (anteriormente escritor al servicio d e Richelieu) y Jean Gallois (ex tutor de los hijos de Colbert). Conviene subrayar que el patrocinio estatal de la ciencia no era por entonces cosa co m en te. La Royal Royal Societ Societyy inglesa se se fund ó u no s pocos años antes qu e la Académ ie des Sciences Sciences francesa, francesa, y emp ezó a pub licar sus Philosophical sus Philosophical Transacti Tran sactions ons dos meses después que su rival, pero a pesar de llevar el título de «Real», la sociedad inglesa no estaba fi nan ciada p or el gobierno. Sin Sin em bargo, al rey de Francia se se le le asoció asoció públicam ente con la investigación investigación científica, científica, y se dio a esa asociación form a visual visual en un grab ado de finales
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Figura 18. Luis XIV XI V visitando visitando la Acad Académ émie ie des des Scie Sciennces ces, de Sébastíen Le Clero, frontispicio de Mé Mémoires pour l’histoire naturelle des animaux, 1671, animaux, 1671, de Claude Perrault. British Libraiy, Londres.
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del decenio q ue m uestra a Luis Luis visitando visitando su academ ia y rod ead o de instrum instrum entos cientí cientí ficos ficos (figura (figura 18). No está de m ás añ ad ir qu e la vis visit itaa fue im ag ina ria23 ria23. Para mostrar al mundo que Luis era un hombre culto, Colbert procedió a enri quecer la colección real de pinturas, estatuas, medallas, manuscritos, libros, etc., que el rey había heredado de sus predecesores. Para dar publicidad al buen gusto y la magnificencia del monarca, se encargó a un protegido de Colbert, Charles Perrault, la publicación de volúmenes de grabados de las colecciones del cabinet du roi. roi. Otro p r o te g id o d e C o lb e rt, rt , el e s tu d io s o P ie r r e Ca Carca rca vy, vy , fu e p u e st o a c a rg o d e la B ib lio li o te c a Real. Real. Fue Carcav Carcavyy qu ien inspiró la tentativa tentativa de C olbert (por con duc to de Ch apelain y de C orning) orning) de com prar la famosa bibliot biblioteca eca de W olfenbúttel olfenbúttel para añad irla irla a la la co co lecc ión re a l24 l24.. Por lo que se refiere a las artes, se instruyó a embajadores y otros agentes guber namentales en el extranjero (entre los que destacan dos clérigos italianos, Elpidio Benedetti en Roma y Luigi Strozzi en Florencia) que buscaran esculturas clásicas, pin p in tu ra s d e m a e stro st ro s r e n a c e n tis ti s ta s , e tc. tc . L a c o r r e s p o n d e n c ia d e C o lb e rt r e v e la sus m é todos hasta el último detalle, incluido el regateo de precios, la preferencia por mol des y copias porque eran más baratos que los originales, y la. presión política ejercida sobre individuos e instituciones renuentes a vender sus tesoros al rey de Francia, en tre ello elloss un a Ultima C ena de Veron ese, p rop ieda d del convento de los los Ser Servi vi de VeneVenecia. Así como la colección de arte estuvo al servicio de la política, también a veces la po p o líti lí ticc a e stu st u v o al serv se rvic icio io d e la c o le c c ió n d e a r t e 25. N a t u r a l m e n t e , n o b a st a b a c o n c o m p r a r a n tig ti g ü e d a d e s . L u is t e n ía q u e e n c a r g a r p in tu r a s y e s ta tu a s n u e v a s, y t e n ía q u e sa b e rse rs e q u e lo h a c ía . Así c o m o d e p e n d ía d e l consejo de Chapelain en materia de literatura, en lo tocante al arte Colbert general mente escuchaba a Charles Lebrun, premi pre mier erpe pein intre tre d u roi2 ro i266. Según Bemini, que los vio ju j u n t o s e n 1665 16 65,, « C o lb e rt se c o m p o r ta c o n L e b r u n c o m o c o n u n a a m a n te , y e stá st á to ta l mente sometido a sus deseos» 27. Según otro contemporáneo, Lebrun había estable cido «una especie especie de tiranía tiranía en la pintura [une espéce de tyrannie dans la peinture] peinture] gra cias a la confianza en él depositada por Colbert» 2a. La frase ha llamado la atención de algunos historiadores modernos, impresionados por el paralelismo entre el abso lutismo lutismo real y el pape l de L eb run en el reino del arte 29. Este Este paralelismo paralelismo es u n poco exagerado, pues algunos artistas trabajaban para el rey con independencia de Le b r u n 30. En cualquier caso, Lebrun era un patrono importante en virtud de su posición como figura dom inante de la Académ ie Roya Royalle de P einture (inst (instit itución ución que había contribuido a fundar en 1648), como director de los Gobelinos, donde se estaba pro duciendo l ’histoire histoire du d u roi roi en forma de tapices, y como artista encargado de la decora ción in terio r de los palacios reales d el Lo uvre y Versall Versalles. es. Los Los artis artistas tas qu e no estaban en bue nas relaciones con él o con Co lbert no recibían encargos que de otra forma habrían logrado, como sucedió en el caso de Pierre Migna rd tras tras la m ue rte d e su protec tora Ana de Austri Austria, a, en 1666 1666,, m ientras que los pro te gidos de Lebrun solían hacer buena carrera al servicio real. Por ejemplo, el grabador Gérard Edelinck, en cuya boda Lebrun estuvo presente, obtuvo el puesto de grave gr aveur ur du cabinet du roi, roi, y el escultor Pierre Mazeline, de cuya boda Lebrun fue testigo, tra ba b a jó e n V ersa er sa lle s y re r e c ib ió u n a p e n s ió n d e l rey. rey .
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En materia de arquitectura, el consejero de Colbert era Charles Perrault, un hom b r e d e le tra tr a s h o y e n d ía m a s c o n o c id o p o r su a d a p ta c ió n d e c u e n to s p o p u la r e s c o m o Caperucita Roja, que ocupó el cargo de comisario de edificios [commis des bátiments] cuando C olbert olbe rt fue nom brado suri su rinn ten te n da nt en 1664. En sus memorias, Perrault des cribe el plan de Colbert «de hacer que se construyan muchos monumentos a la glo ria del rey, como arcos triunfales, obeliscos, pirámides y tumbas», confirmando así la idea que em erge de la l a co rrespo nd en cia de C h ap ela in31 in31. En 1665, 166 5, el arqu itecto itecto Francois Francois Mansart, Mansart, y tamb tamb ién Gianlorenzo Be m ini, diseñaron un a tum ba, o más exac exac tam ente un a capilla capilla funeraria, p ara la familia familia real en la iglesi iglesiaa de St-Deni St-Denis. s. En lo to cante a obeliscos o pirámides, las decoraciones para la entrada real en París de 1660 incluían una pirámide de madera, y en 1666 Claude Perrault, hermano de Charles, diseñó un obelisco de piedra para glorificar al rey (figura 19). En los años setenta ( infra, pá infra, pá gina 80) 80) se construirían arcos de triunfo. Colbert dio muy pocas muestras de disfrutar personalmente del arte, la música o la literatura. En contraste, acaso deliberado, con sus predecesores Richelieu, Maza rino y Fouquet, sus actividades como patrono privado fueron muy exiguas. Personal mente le interesaba más el conocimiento que las artes, y entre sus protegidos había estudiosos estudiosos como Charles Du Cange y Jea n M ab illon illon 32. Sin embargo, en sus veinte años de ejercicio del poder, este aparente filisteo hizo más por las artes que ministros como Mazarino, que las apreciaban más por lo que signif significaban icaban en sí mismas. mismas. C olbert atrajo atrajo al servi servici cioo del rey a un gru po im po rtan te de artist artistas as y escritores. escritores. Algu nos de ellos, ellos, com o los escritores A m able d e B ourzeis, ourzeis, C ha pe lain lain y Jea n Desmarets, Desmarets, hab ían e stado a nte riorm en te al servi servici cioo del C arden al Riche lieu. Otros, al de Mazarino: el poeta Isaac Benserade, por ejemplo, el compositor Jean Cambefort, el escritor Frangois Charpentier. Fouquet aportó algunos de los más talentosos, entre ellos Lebrun, Le Nótre, Le Vau y Moliere. Por conducto de Chape lain lain,, Colbert conoció a Racine, Racine, que fue p ensiona do en 1663, 1663, cuand o tenía poco más de 20 años. años. Parece que hubo una política deliberada de alentar a extranjeros a poner su ta lento al servicio del rey. Ya hemos visto que se pensionaba a estudiosos extranjeros. Colbert persuadió al astrónomo italiano Gian-Domenico Cassini a que se trasladara de Bolonia a París París (con un a pe nsió n de 9.000 limes al añ o ). Se Se invitaba invitaba a Fran cia a ar tist tistas as extranjeros extranjeros p ara q ue trabajaran en el Louvre o e n Versall Versalles. es. El pin tor suizo suizo Joseph Wemer, por ejemplo, fue invitado a París en 1662, tras informe favorable del embajador francés. El grabador flamenco Gérard Edelinck llegó en 1666. La traduc ción francesa francesa «Desjardi «Desjardins» ns» ocu lta el el origen flamen co del esc ultor Martin van d en BoBogaert, que llegó llegó a Francia alreded or de 1670 1670.. La importancia de Colbert reside en su visión general de la contribución de todas las artes a la gloria del rey. Para sugerencias específicas se apoyaba en especialistas, especialmente Chapelain, Perrault y Lebrun. Sin embargo, el responsable de la orga nización del patrocinio estatal, y concretamente de su burocratización, era el mi nistro. Al utilizar el término «burocratización» no es mi intención sugerir que el sistema tradicional de patronos, clientes e intermediarios, vigente tanto en el mundo del arte como en el de la la política política al principio de la era m od ern a, ha bía llegado a su fin 33. ArAr-
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Figura 19. Dis 19. Diseño eño de de u n obelis lisco, de Charles Perrault, 1666. Biblioteca Nacional, París.
tistas y escritores como Lebrun y Moliere eran clientes del financiero Fouquet antes de ser adoptados por el rey. Chapelain ocupó una posición de intermediario en el sist sistema ema de patrocinio real de la literatura. literatura. Tam bién otros otros intermed iarios iarios d esem peña ron sus papeles. Por ejemplo, Racine envió su primer poema a Chapelain por medio de uno de ellos. El compositor André Destouches fue dado a conocer al rey por quien después sería sería prínc ipe de M onaco. Ab unda n los los ejemp ejemp los de este este tipo. tipo. Con todo, a m edida q ue avanzaba avanzaba el reinado , la adm inistración inistración d e las las artes artes iba re cayendo en un número creciente de funcionarios, como directores, superintenden tes o inspectores. Lebrun era directeur de la manufacture royale des Gobelins. Gobelins. Los ballets reales, así como los edificios, los instrumentos y la música tenían todos sus surinte sur inten n dants. dants. H a b ía ía u n inspecteurgéneral inspecteurgéneral des bátiments, b átiments, u n inspecteur inspecte ur des beauxarts, beauxarts, e incluso un inspecteur général de la sculpture (que sculpture (que evoca la ima gen de u n desfile desfile de e statuas). statuas). Otra característíca de la burocradzación de las artes fue la construcción del sis tema de academias, el equivalente, en el plano del arte, del sistema de colegios que empezaba a desarrollarse en el marco gubernamental de la Europa del siglo xvn. Colbert, Colbert, además de fún da r academias, academias, reguló la condu cta de sus sus miembros, como en
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el caso de los de la Académie Franfaise, a quienes se asignaban horas fijas de trabajo, ju j u n t o c o n u n re lo j d e p é n d u lo , p a r a a s e g u ra rs e d e q u e su s e n tid ti d o d e l tie ti e m p o f u e r a tan preciso preciso co mo el ministro deseaba. Igualmente burocrático era el uso creciente de comités, como el pequeño grupo qu e d iseñó otros otros posibles posibles plano s pa ra el Louvre, Louvre, o, aún m ás im po rtante, la petite petite aca démie, que originalmente no era ni mucho menos una academia, sino «una especie de pequeño comité que se ocupaba de todo lo relacionado con las bellas letras» [une espéce de petit conseil pour toutes les chases dépendantes des belleslettres\ 34. Los miembros de este comité (Chapelain, Charles Perrault, Bourzeis, Cassagnes y Franfois Charpentier) se reunían en casa de Colbert todos los martes y viernes. Su p rin ri n c ip a l f u n c ió n e r a s u p e rv isa is a r la c r e a c ió n d e la im a g e n p ú b lic li c a d e l rey . C o rr e g ía n textos antes de su publicación, incluidas descripciones de festivales hechas por Féli b ie n y p o r el m ism is m o P e r r a u l t 35. E s tu d ia b a n los lo s d is e ñ o s y c o m p o n ía n las d e s c rip ri p c io n e s que habían de figurar en tapices y medallas. Al menos durante algunos años, trabaja ron en u na historia historia del rein ad o 36. La fundación de ese grupo mu estra con cuá nta se se riedad se tom tom aba C olbert el trabaj trabajoo d e creación de imagen, y cuán agudo era su sen tido de la publicidad. La creación de la imagen pública del rey, como la administración del Estado, se organizaba desde el centro37. Comités de patronos dirigían a equipos de artistas. El sistema podría representarse —como corresponde a una era crecientemente buro crática— en forma de organigrama. En la cúspide estaba el rey mismo, que interve nía de vez en cuando, para encargar trabajos concretos o al menos para escoger en tre proyectos diversos ( infra, infra , páginas 7070-71 y 86). Inm ed iatam en te po r debajo de Luis Luis venía Colbert, Colbert, qu ien, a pesar de sus otras otras ocup aciones, gu staba de tocar todos los los re re sortes sortes.. Después ven ían los ho m bres d e C olbert, en p articular tres de ello ellos. s. Chape lain le aconsejaba en materia de literatura, Lebrun en materia de pintura y escultura, y Charles Perrault en materia de arquitectura. La música (incluidos el ballet y la ópéra) qued aba fuera del dom inio de Colbert. Colbert. Estaba Estaba controlada p or Lul Lully. En resumen, lo que se ha denominado «departamento de gloria» se fundó para organizar la presentación de la imagen del rey, rey, o, o, más exactam ente, un a represe nta ción móvil de los principales acontecimientos del reinado, l ’histoire du roi. roi. Parece aho ra op ortuno pasar de la organizaci organización ón a sus sus productos. productos.
V AUTOAFIRMACION
Sous un tel souverain nous sommes peu de chose; Son soin jamais sur nou s tout to ut á fait ne repose; Sa main seule départ ses liberalités; Son choix ch oix seul discribue états et dignités. Comeille, Othon, Acto Othon, Acto 2, escena 4
El anterior capítulo se dedicaba a lo que podría llamarse estructura de la glorifica ción de Luis XIV, y más concretamente a la creación de esa estructura desde princi pio p ioss d e los lo s a ñ o s se se n ta . El p r e s e n te c a p ítu ít u lo se d e d ic a a la im a g e n rea re a l p r o p ia m e n te dicha desde la asunción d el po de r person al en 1661 1661 hasta el estall estallido ido de la la Gu erra de Devolución en 1667 1667.. Esos Esos años p od rían describirse describirse com o «la «la épo ca de la autoafir autoafirmamación». ción». M uerto su m en tor y m inistro inistro M azarino, azarino, el jove n rey estaba en con diciones de tomar importantes decisiones por sí mismo. Curiosamente, esta autoafirmación ha de verse verse com o u na acción colectiva colectiva en la qu e p articiparo n los los consejeros consejeros y creadores creadores de im agen del rey. rey.
El mito del gobierno personal
La imagen del joven rey pr oyectada en el decen io de 1660 1660 fue la de u n gob ernan te exc epcion alm ente ded icado a los los asuntos de Estado y al bien estar de sus súbditos. súbditos. La asunción de po der personal se se convirt convirtió ió en sí misma en un acontecimiento digno de celebrarse, e incluso de mitologizarse en el sentido de presentarse en forma dramá tica como una «maravilla». El primer anuncio de la intención del rey de gobernar en persona fue de carácter semipri semiprivado, vado, en un discurs discursoo al cancill canciller er pron un ciad o en presencia de ministr ministros os y secre secre tarios La Gazette oficia oficiall no hizo en su mo m en to re feren cia algu na a él. él. Al m orir Maza Maza rino, el 9 de m arzo de 1661, 1661, el diario inform ó so bre u na visit visitaa de pésam e al rey rey de algu nos representantes del clero francés, cuyo portavoz declaró que el monarca era incansable no sólo en las operaciones militares sino también en la dirección de los
asuntos de Estado [5a Majesté, qui a été infatigable dans les travaux de laguerre, ne l’est pas moins dans la conduite des affaires de son Etat ] 2. La Gazette Gazette misma se hizo eco de la cues
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tión en abril, poniendo de relieve la notable aplicación del rey a los asuntos oficiales, com o las las reu nion es del consejo [Le Roy, continua con tinua nt de prendre le le soin de ses ses a jfaires jf aires avec une application toute particuliére, se trouva au Conseil des Parties]. Parties]. Incluso en una referencia a las activid actividades ades cinegéti cinegéticas cas del rey se se describe esa activida actividadd co mo m od o de desca nsar de la «maravillosa asiduidad» con la que el rey se dedicaba a los asuntos de Estado [des soins que Sa Majesté M ajesté pren pr endd toujours des affaires de so nE tat, ta t, avec un e assidu assi duité ité merveille merveilleusé] usé] 3. Una relación más completa del mismo incidente figura, más avanzado el decenio, en las memorias del rey sobre el año 1661, un memorando confidencial redactado p o r los se c re ta rio ri o s d e l rey, re y, a l r e d e d o r d e 16 66, 66 , c o m o p a r te d e la e d u c a c ió n d e l D e lfín lf ín pa p a r a lo q u e las m e m o ria ri a s m ism is m a s lla ll a m a n e l tra tr a b a jo d e re y [le métier du roí]. roí]. En ese texto, Luis explica que había tomado la decisión de «por encima de todo, no nom b r a r p ri m e r m in istr is troo » [sii [s iirr toutes toutes chose chosess de ne po int in t prendre de premier ministré]. ministré]. En un fa moso pasaje se dice de él que está «informado de todo; atento al menor de mis súbdi tos; os; consciente consciente en tod o m om ento del núm ero y calidad calidad de mis tropas tropas y del estado de mis fortalezas; impartiendo sin cesar órdenes para hacer frente a todas sus necesida des; recibiendo y leyendo despachos; respondiendo a algunos de ellos yo mismo, e instruyendo a mis secretarios cómo deben responder a los otros; fijando el nivel de los ingresos y gastos de m i Estado» 4. 4. El acontecimiento se presentó a un público más amplio mediante diversos textos e imágenes. La noticia de la Gazette Gazette antes citada acaso fue suficiente para que el pú blic b lic o p u d ie r a d is c e r n ir u n a r e f e r e n c i a c o n t e m p o r á n e a e n el Othon Othon de Comeille, que se estrenó en la corte de Fontainebleau en 1664. La acción de la obra tiene lugar en el reino del emperador Galba, uno de cuyos ministros hace un comentario sobre la po p o c a im p o r ta n c ia q u e los lo s s u b o r d in a d o s t i e n e n p a r a e l g o b e r n a n te , q u e n o d e p e n d e de ellos y distribuye por sí mismo regalos y nombramientos (véase el epígrafe de este capítulo). El acontecimiento también se conmemoró, más avanzado el reinado, por medio de imágenes visuales. La más famosa de ellas es la pintura de Lebrun en el techo de la Gran d G alerie alerie de Versal Versallles, con la inscripción «el «el Rey se hac e cargo de la dirección de sus dom inios, y se con sagra e nte ram en te a los los asuntos públicos» (figura 20) 20) 5. 5. Luis sosti sostiene ene un timón, timón, para d em ostrar que a ho ra capitanea el barco del Estado. Estado. Es Es coro nado por las Gracias, mientras una figura que representa a Francia estrangula a la Discordia, y la imagen de Hymen, diosa del matrimonio, sostiene una cornucopia que representa la abundancia. Minerva, diosa de la sabiduría, muestra al rey la Glo ria, lista para coronarlo, acompañada de la Victoria y la Fama. En el cielo, los dioses ofrecen a Luis Luis su ay ud a6. a6. Tres medallas que llevan la fecha 1661 ofrecen una interpretación más precisa del poder personal del rey7. En la primera reza la inscripción «el rey haciéndose cargo del gobierno» [REGE CURAS IMPEÍUI CAPESSENTE] , y se representa el «Orden y Felicidad» subsiguiente a ese acontecimiento, frase ampliada por el comentario ofi cial de 1702 a la reforma de los abusos, la resurrección de las artes y las ciencias y la restauración de la abundancia. Las otras dos medallas añaden detalles a esa imagen. Una de ellas se titula «la asiduidad del rey en sus consejos», a pesar de otras obliga ciones e incluso enfermedades, como se explica en el comentario. La otra se titula «la acce sibilidad d el rey» [FACILISAD PRINCIPEM ADITUS] 8.
A UTO AFIRMA AFIR MA CION
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Figura 20. El rey gobi gobier erna na por sí mism ismo, o, de Charles Lebrun, pintura en techo, 1661. Cháteau de Versailles. M erece la pe na destacar la la ana logía de las las expresion es utili utilizadas zadas en las las inscripci inscripcio o nes y com entarios, p or u n lado, y las Mé as Mémo moire iresy sy la Gazette, po Gazette, po r otro. otro. La primera m eda lla, como las Mémoires, Mémoires, presenta el gobierno p ersonal ersonal como un a restaur res tauración ación del or d e n t r a s u n p e r í o d o d o n d e « e l d e s o r d e n r e i n a b a p o r d o q u i e r » [le désordre régnait par p arto tout ut ] 9. La segun da medalla, como la Gazette, Gazette, utiliza el término «asiduidad». La ter Mémoires en destacar cu án accesible cera me dalla coincide co n las las Mémoires en accesible era el rey rey a sus sus súb ditos. Este tipo de referencias recíprocas entre distintos textos y distintos medios es com ún en las las representaciones con tem porán eas de Luis XIV, lo que d a la impresión de que existía un esfuerzo coordinado para presentar al rey en formas concretas. Las instrucciones de Chapelain al escritor italiano Dati de insertar en su panegírico una referencia a la accesibili accesibilidad dad del rey con firma n esa imp resión l0 l0.
Rivalidades
Los Los acon tecimien tos de principios d el decen io d e 1660 1660 sugieren q ue el jove n rey y sus consejeros estaban resueltos a causar una impresión inmediata en el público, tanto nacional como extranjero. Los medios empleados fueron la diplomacia y los fest festiv ival ales es,, ambos p erfectam ente rese ñad os en otros medios. En el frente diplomático, dos acontecimientos, uno en Londres y otro en Roma, indicaron un cambio de política. En 1661, un conflicto de precedencia entre los em
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ba b a ja d o re s fr a n c é s y e sp a ñ o l o rig ri g in ó lo q u e S a m u e l P ep ys lla ll a m ó u n a « refr re frie iegg a» e n tr e sus sus seguidores seguidores en las las call calles es de Lo ndres. El inc iden te fue algo algo más qu e u na reyerta in in decorosa, decorosa, pues echó a pe rde r un a recepción ofic oficiial (la llegada llegada del embajado r de Sue cia ante Carlos II). El rey apoyó la posición de su representante, y tuvo que ser el em b a ja d o r e sp a ñ o l a n te la c o r te f r a n c e s a q u i e n p id ie r a d isc is c u lp a s p o r lo s u c e d id o . En otras palabras, es probable que el incidente estuviera preparado, que fuera una afirmación simbólica de la superioridad del monarca francés sobre su colega es p a ñ o l, F e lip li p e IV, tío tí o y s u e g r o d e L u is u . R e f u e r z a e s ta i n t e r p r e t a c i ó n la r e a c c ió n francesa en 1662 a un presunto insulto de los guardias corsos del Papa al embajador francés en Roma. En esa ocasión fue el Papa quien hubo de presentar disculpas, por m edio de su repre sen tante , el C arden al Chigi, Chigi, en 1664. 1664. Ambos triunfos diplomáticos hallaron expresión en imágenes. Dos de los grandes tapices diseñados por Lebrun ilustran las disculpas oficiales del Papa y el Rey de Es p a ñ a (fig (f ig u ra 2 1 ). L os m ism is m o s te m a s f ig u r a n ta m b ié n e n la d e c o ra c ió n d e la G r a n d Galerie, obra de Lebrun, con las inscripciones La L a préeminen préem inence ce de France Fran ce reconnu reco nnuee p a r lEspagne y lEspagne y Répa Ré parat ration ion de l ’atte at tent ntat at des Corsé orsés. s. Las disculpas españolas se representaron también en relieve en la gran Escalier Esca lier des Ambas Am bassad sadeurs eurs,, claramente po p o u r encourager encoura ger les les autres. autres. España estaba representada como una mujer «rasgándose las vestiduras, para simbolizar el despecho de esa nación» [déchirant [ déchirant ses vétements, pour marquer le dépit de
Figura 21. «Los tapices como propaganda». Reunión de Feli Felipe pe TV y Luis XIV, XIV, de la serie «Historia del Rey», de Charles Lebrun, tapiz, c. 1670. Collection Mobilier National, París.
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cette nation] nation ] I2. El estudioso holandés Heinsius se ganó su gratificación con un epi grama latino latino sobre el asunto d e la guardia corsa corsa.. Por añ adidura, se acuña ron me da llas para conmemorar los hechos, incluida la conmemoración de una conmemora ción, ción, la la erección erección (y posterior destrucción) destrucción) de u na pirámide en R oma para m arcar el el inc iden te co rso 13. La recuperación de Dunquerque, comprado a Carlos II en 1662, se celebró tam bié b ié n c o m o u n im p o r ta n t e tr iu n fo . C o lb e r t p id ió a C h a p e la in q u e p id i e r a a C h a rle rl e s Pe rrault que escribiera sobre ello ello 14. L eb run pintó un retrato ecuestre del rey con la ciudad recién recién rec up erad a en segundo plano 15 15. D un qu erqu e fue también el tema del p r im e r c o n c u r s o p r e m i a d o o rg a n iz a d o p o r la A c a d é m ie R oy ale al e d e P e in tu r e 16.
Magnificencia
Menos violento violento fue o tro tro m étodo em pleado para im presionar a Europa. Los rit ritual uales, es, el arte y la arquitectura pueden verse todos como instrumentos de autoafirmación, como continuación de la guerra y la diplomacia por otros medios. Durante el rei nad o se hizo hizo gran hincap ié en la imagen del rey como p atrono espléndido y munifimunificente. Como sus papeles político y militar, también éste fue mitologizado. En una conferencia pronunciada en la Académie Royale de Peinture, uno de los artistas ofi cial ciales es de Luis afirmó afirmó que éste éste ha bía «h echo n acer, o d ado form a, a la mayor parte de los hombres ilustres que han sido ornato de su reinado» [fait naítre, ou formé, la plus grand gra ndee partie part ie des hommes homme s illustres illustre s q ui ont on t f a i t l ’omem om emen entt de son régne] régne] 17. Entre otros acontecimientos del período, posteriormente celebrados con meda llas, cabe citar la fundación de academias y la asignación de gratificaciones a hom bre b re s d e l e t r a s la. En 1662 se organizó uno de los principales espectáculos públicos del reinado, el carrousel en carrousel en u n a plaza frente a las las Tullerías. Tullerías. Un carrousel era era un a competici competición ón de jine tes, con carreras por el ruedo y otras demostraciones de habilidad populares en la Edad Media. Media. A final finales es del Ren acimiento se había transform transfor m ado en un a especie especie de ba llet ecuestre. La aparición de Luis a caballo como «emperador de los romanos» fue p a r e c id a a sus su s a p a ri c io n e s s o b re e l e s c e n a rio ri o , salvo sal vo q u e e l p ú b lic li c o e r a e n e sta st a o c a sió si ó n m uch o m ás num eroso . Los cinco equ ipos de nobles vestían vestían traje trajess fantást fantásticos icos,, supues tamente romanos, persas, turcos, indios y americanos. Cada competidor tenía su pro p ia divi di visa sa e n e l e s c u d o , y la d e l r e y e r a u n sol c o n la in s c ri p c ió n « co m o vi v en c í» [UT [UT VIDI Vici]. De hecho, el rey obtuvo buenos resultados en la competición, y el aconte cimiento se conmemoró en un magnífico volumen de grabados infolio, con con un texto explicativo de Charles Perrault (véase figura 22). En las memorias reales se subrayó la imp ortancia política política del acon tecim tecim iento, p rim rim era fiest fiestaa realme nte esplendorosa del reinado \lepremier divertissement de quelque éclat] 19. Los principales proyectos artísticos del decenio fueron, evidentemente, la recons trucción del Louvre y de Versalles. El Louvre era un palacio medieval, reconstruido en estilo renacentista en el reinado de Francisco I. Sus dimensiones eran demasiado reducidas para las necesidades de una corte del siglo XVII, y el fuego que destruyó p a r te d e l p a la c io e n 1661 d io p ri o r i d a d a su r e c o n s tr u c c ió n . Se d e c id ió c o n s tr u ir u n
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R O M A N O R U M
. I M P E R A T O R
Figura 22. Lu L u is X IV como como emperador emperado r romano, rom ano, de Charles Perrault, Festiv Fe stivaa ad capita, 1670. British
Library, Library, Londres. Lond res.
nuevo palacio palacio y enc argar diseños a un a serie de im portantes arquitectos, arquitectos, tan to italia italia nos como franceses: Louis Le Vau, Frangois Mansart, Claude Perrault, Cario Rainaldi y Gianlorenzo Gianlorenzo Bernini, artista artista que h abía atraído la atención del C ardenal M azarin o20 o20. Bemini fue invitado a Francia en 1665. Sería interesante saber si la invitación se extendió porque Mazarino estaba interesado en su trabajo o para humillar aún más al Papa Alejandro VII, privándolo de su mejor artista. Cuando llegó, Bernini fue tra tado con gran deferencia, y gustó al rey, pero se enfrentó con Colbert y con Charles Perrault, que criticaron sus diseños, y no logró obtener el encargo, aunque sí llegó a esculpir un famoso bu sto d e L uis 21. Colbert (o Perrault, hombre suyo) redactó memorandos en los que aducía que el pro p ro y e c to d e B e m in i n o e r a p rá c tic ti c o , se a d a p ta b a m a l al c lim li m a fr a n c é s, n o p r e s ta b a su su ficiente atención a la seguridad y era, en resumen, poco más que una fachada, «tan mal concebido para la comodidad del rey» [si mal confu pour la commodité du Roi] Roi] que con un gasto de diez millones de livres livres éste se quedaría tan estrecho como antes 22. Bernini, por su parte, se quejaba amargamente de que al gobierno francés sólo le in teresa ban los «retretes y las las tuberías». Los planos para el Louvre Louvre que finalm ente obtuv ieron la aproba ción ofic oficia iall fueron obra de un pequeño comité compuesto por Lebrun, Le Vau y Claude Perrault. El pro p ro y e c to se e je c u tó y fu e c o n m e m o r a d o e n va rias ri as m e d a lla ll a s 23. El rey, re y, sin si n e m b a rg o , pas p asóó re la tiv ti v a m e n te p o c o tie ti e m p o e n ese es e p a la c io , q u e se c o n v irti ir tióó e n la se d e d e los c re adores de imagen. En el Louvre se asignó residencia y taller a algunos artistas impor tantes. Girardon, por ejemplo, se trasladó allí en 1667. También se asignaron locales en el Louvre a la Académie Frangaise, acontecimiento asimismo conmemorado con un a m ed alla24 alla24. La co rrespon den cia e ntre el rey rey y Colbert sobre la ma teria es muy cu riosa. Colbert sugirió que el Louvre sería «más digno» de la Académie, pero que la bib b ib lio li o te c a re a l s e rí a m á s c ó m o d a [plus commodé]. commodé]. Como en el caso del proyecto de
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Bernini, seguía insistiendo en los aspectos prácticos. Luis, sin embargo, escogió el Louvre Louvre a pe sar de la posible posible inco m od idad de los acad ém icos2S icos2S. Mientras tanto, el rey había centrado su atención- en Versalles, a la sazón un pe q u e ñ o cháteau cháteau construido para Luis XIII en 1624. Poco después de iniciar su go bie b ie rn o p e rs o n a l, L uis ui s e n c a rg ó a L e V au q u e a m p lia li a ra el p a la c io y a L e N ó tre tr e q u e d i señara los los jardine s, suscitando suscitando u na pro testa de C olbert ante el dispendio de d inero en «esta casa» [cetie maison, maison, en contraste con el pal p alai aiss del Louvre] porque «mucho más concierne al placer y diversión de Su Majestad que a su gloria» [regarde bien plus le plaisir et le divertissement de Votre Majesté que sa gloire\ 26. A oídos de la posteridad, para quien la gloria del rey sol está tan estrechamente vinculada a Versalles, esas palabras tienen una resonancia extraña. ¿Habremos de atribuir al jove n m on arca más sentido político, político, o un sentido de la pu blicidad más agudo que el de su ministro? Más probable es que en ese momento de su reinado Luis pensara realmente en sus diversiones, en un lugar donde celebrar Jetes celebrar Jetes o donde enco ntrarse con Mlle de La Valli Valliére ére en un a relativa relativa intimidad , y que no tuviera tuviera más más idea que Colbert de lo que llegaría a ser Versalles en el curso de cuarenta y dos años de construcción y reco nstru cc ión 27. Esta Esta famosa famosa co nfrontación entre el joven rey rey y el mad uro ministro ministro plan tea un p ro b le m a c ru c ial. ia l. ¿ Q u ién ié n to m a b a las d ec isio is io n es ? E n el caso ca so d e l L o u v re fu e C o lb e rt quien se salió con la suya. El rey autorizó personalmente el plano final, seleccionán dolo en tre o pcio nes pro pu estas p o r el comité 28. Sabem os, sin sin em bargo , qu e el se se gun do proyecto d e Be m ini le le ha bía causado u n a g ran impresión 29. Al parecer, Col Col b e r t p e rs u a d ió a L u is d e q u e r e n u n c i a r a a sus su s p re fe re n c ia s. B e m in i e sta st a b a al ta n to del problema. Una vez comentó que si se hubiera quedado en Francia «habría pe dido al rey no tener que tratar, en lo tocante a sus edificios, más que con Su Majestad pe p e rs o n a lm e n te » [il au rait demand d emandéé au Roi de n ’avoir á traiter traiter de se ses bátiments q u ’avec Sa Majesté Maje sté méme] méme] 30. Para Luis, la magnificencia era más importante que la comodidad. Si Colbert fue el vencedor en el conflicto de voluntades sobre el Louvre, sería Luis quien triunfaría en el caso de Versalles. En materia de música, danza y espec táculo, lo lo q ue preva leció u na vez vez más fue fue el gusto d el rey. rey. Luis siguió siguió participa nd o en ba b a lle ll e ts d u r a n te to d o el d e c e n io d e 1 660, 66 0, e n p a p e le s c o m o A le ja n d ro M a g n o , C iro ir o Rey de Persia y el héroe caballeresco Roger. La fundación de una Academia de Danza en 1661 es perfectamente coherente con sus intereses personales, como tam bié b ié n lo es el n o m b r a m ie n to , ese es e m ism is m o a ñ o , d e Je J e a n -B a p tis ti s te L ully ul ly c o m o s u p e r in te n dente de su música de cámara [surintendant de la musique de chambre du roí ]. ] . La organi zación de los festivales de la corte estaba a cargo de un noble que gozaba del favor real, el Duque de Saint-Aignan, y la participación personal del rey en esos espectácu los es bien conocida. Fue Luis, por ejemplo, quien escogió, inspirándose en Tasso, el tema para los Plaisirs de l ’Tle Enchan Enc hantée tée de de 1664 1664,, y po steriorm ente p ara el A el Am m ad is is de Quinault31. Mo liere liere atribuye atribuye a Luis Luis la adición de un persona je a su ob ra Les ra Les Jácheux Jách eux (1661) y la suge rencia del del argum ento de Les am ants an ts magn ma gnifiqu ifiques es (1670). Parece que po r en tonces el rey mostraba poco interés p or su biblioteca biblioteca o su colec colec ción de estatuas. Esas formas de magnificencia eran simplemente parte de su perso nalidad oficial32. Le interesaba, sin embargo, la pintura, al menos determinados tipos
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de pintura, como las representaciones de batallas. En 1669 honró al especialista fla menco en batallas Adam-Frans van der Meulen sosteniendo a su hijo recién nacido en la pila bautismal. bautismal. El interés interés personal del rey po r las las pinturas de Le brun sobre Alejandro Alejandro M agno es bie b ie n c o n o c id o . T a n to si R a c in e in s p ir ó a L e b ru n c o m o si L e b ru n in s p iró ir ó a R a c in e , la elección de Alejandro por el pintor y el dramaturgo —por no hablar del ballet de Benserade de 1665 1665 sobre el mismo tem a— ren día hom ena je a la identifi identificación cación de un jo v e n c o n q u is ta d o r co n o t r o 3S.
VI LOS AÑOS VICTORIOSOS
Voilá comme la Victoire et la Gloire prennent plaisir d’ammasser leur Co uronnes sur la la Tete d’un M onarque si si magnanim e.
Gazette, Gazette, 1672
Tras la ofensiva diplomática de los años 1662-1664, era de suponer que Luis escoge ría el camino real hacia la gloria, el éxito en una guerra extranjera. Y en efecto, sus pri p rim m e ra s g u e rra rr a s, la G u e r ra d e D e v o lu c ió n d e 1667 16 67-1 -166 6688 y — al m e n o s e n sus p ri m e ras etapas— la guerra de Holanda de 1672-1678, tuvieron éxito. Este capítulo está de dicado a la imagen del héroe conquistador de aquellos años. Se centrará especial m ente en un inciden te famoso, la invas invasión ión de la República Holand esa en 1672 1672,, y en p a r tic ti c u la r la trav tr av esía es ía d e l R in p o r las fu e rz a s d e l rey. rey .
La Guerra de Devolución
La Guerra de Devolución tuvo por objeto hacer efectiva la reclamación de los Países Bajos españoles para la esposa de Luis, María Teresa, tras la muerte de su padre, Fe lipe IV, en 1665. El terreno se preparó mediante publicaciones donde se presentaba una imagen favorable de Luis como gobernante que no deseaba sino hacer valer sus ju j u s t o s d e r e c h o s . H e r m á n C o n r i n g , c a te d r á t i c o d e d e r e c h o e n la U n iv e rs id a d d e Helmstedt y uno de los estudiosos extranjeros que recibían gratificaciones periódi cas, cas, se ofreció a escribir escribir en apoyo del re y 1. La im pr en ta real publicó un tratado fran cés cés anó nim o acerca de «los «los de rech os d e la rein a cristianísima cristianísima sobre varios varios Estados Estados de la monarquía española». El tratado, obra de un equipo que trabajó bajo la protec ción de Bourzeis Bourzeis (miem bro d e la petite petite académie) y revisado revisado po r Ch apelain y Char les Perrault, fue ráp idam ente traducido al latín, latín, al español y al alem án 2. También Charles Sorel y Antoine Aubéry escribieron en apoyo de las reivindica ciones del rey. Sorel, historiador real (y anteriormente pasante de un abogado), pu bli b licó có tra tr a ta d o s s o b re los lo s d e r e c h o s d e los lo s rey es d e F ra n c ia , m ie n tra tr a s q u e A u b éry ér y , a b o gado en el Parlemen Parle ment t de París, publicó De las just ju staa s pretensiones pretensi ones del rey rey [de Francia] al imperio imperio [Des [Des justes jus tes prétensions du roi sur l ’Empire]. Empire ]. Aunque el folleto fue desautorizado cuando los príncipes alemanes protestaron, y el autor enviado a la Bastilla, es proba ble b le q u e las Ju las Justa sta s pretensiones estuvieran o ficialmen ficialmen te insp irad as3. as3.
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LA FABRIC FAB RICACI ACION ON DE LUIS LU IS X IV
A los argumentos de los folletos siguió en cosa de semanas la invasión de los Paí ses Ba Bajo joss españoles po r un ejército ejército francés. francés. El rey rey desem peñ ó un pap el destacado en esta campaña. Siguiendo la tradición, Luis condujo a sus tropas en persona. Rom p ie n d o c o n la tra tr a d ic ió n , L uis ui s se llevó lle vó a la c o r te e n c a m p a ñ a , in c lu id a s la r e in a y d o s aman tes real reales, es, la la d uqu esa de La Valliér Valliéree y la m arque sa de M ontespan. También se invitó a dos artistas a acompañar al rey, probablemente para dar ma yor verosimilitud verosimilitud a la histoire du roi. roi. Uno de ellos era Charles Lebrun y el otro AdamFrans van der Meulen, recientemente nombrado pintor de corte. Como sugiere su nombre, van der Meulen era flamenco, por lo que de hecho participó en la invasión de su propio país. país. Los principales incidentes de la guerra, tal como se representó en los cuadros de esos dos artistas, así como en grabados, tapices, medallas, poemas e historias contem po p o r á n e a s d e l r e in o , f u e r o n los lo s sitio sit ioss d e D o u a i (fig (f ig u ra 2 3 ), L ille, ill e, O u d e n a r d e y T o u rnai, nai, ju n to con un a batalla batalla victor victorios iosaa cerca de Brujas Brujas y la la co nquista del Franco Con dado (figura 24). Cuando en 1668 se hizo la paz en Aquisgrán, el Franco Condado se devol devolvi vióó a España, España, pe ro Lille Lille qu edó inc orp orad a a Francia. El fin fin de la gue rra se ce ce lebró en Versalles con una féte a la que contribuyeron Le Vau, Vigarani, Lully y Mo liere, y con una representación titulada «La reciente paz» [Pa x nuperrime nuperrime fac tum \ o r ganizada po r el em bajador francés francés en M agu ncia4. ncia4. Las celebraciones de la guerra adoptaron también formas más permanentes. La Real Academia de Pintura convocó un concurso sobre el mejor trabajo dedicado al tema «Luis pacificando Europa». Van der Meulen se ganó su pasaje a Flandes con pin p in tu ra s d e l rey re y e n O u d e n a r d e , A rras rr as,, L ille ill e y D o le. le . Las La s c u a tr o p in tu ra s se g ra b a r o n
Figura 23. «Luis en las trincheras». Sitio de Douai Doua i en 1667 1 667 , de Adam-Frans van der Meulen, gra bado, bad o, c. 1672 1672.. Anne Ann e S. K. K. Brown Military Military Collection, Collec tion, Brown B rown University Library. Providenc Prov idence, e, R.I.
LOS LO S AÑO S VICTORIOSOS VICTORIOSO S
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Figura 24. 24. «Luis el conqu istador». Conquista del Franco Condado, grabado de Charles Simonneau, c. 1680, según un a obra de Charles Lebrun, British British Libra Library ry,, Lond res.
p a r a p o d e r s e d is tr ib u ir m ás a m p lia li a m e n te , y C h a p e la in p u b lic li c ó u n te x to p a r a a c o m p a ñ a r l a s 5. E n la se rie ri e d e tap ta p ice ic e s d is e ñ a d a p o r L e b ru n y d e d ic a d a a los lo s a c o n te c im ie n tos tos del reinad o se seleccionaron n ada m enos que cinco incidentes de la guerra: los si tios de Douai (donde el rey, de pie en una trinchera, estuvo a punto de recibir el impacto impacto de un a bala de cañón) y Tou rnai (dond e Luis asoma la la ccabez abezaa po r encima del p arap eto); la tom a de L ille ille y Dole; Dole; y la batalla batalla cerc a de B ruja s6. s6. Posteriormente, en la historia metálica del reinado, una serie de piezas conme moró, respectivamente, la guerra, la paz, la conquista del Franco Condado, su devo lución a España, y la captura de siete ciudades: Tournai, Douai, Courtrai, Oude na rde , Lille, Lille, Besangon y Dole. La m eda lla del siti sitioo de D ouai, co mo el tapiz tapiz,, m ues tra a Luis en la trinchera, y lleva una inscripción que alude a su papel en la campaña, REX rey com o caudillo y com o so ldado 7. 7. DUX ET MILES, el rey Conviene destacar la forma en que se presenta al rey como si lo hiciera todo él mismo. Cabe sospechar que Turenne, un general brillante y experimentado, fue el verdadero comandante, pero oficialmente se afirmaba que cumplía las órdenes del rey. rey. En u na c arta privada, privada, Chapelain d ecía que C ond é era «el «el principa principa l instrumen instrumen to» de la conquista. Sin embargo, en público, Chapelain atribuía al rey el mérito de la conqu ista ista del Franco C on d ad o 8. Esta Esta sería sería también la pauta po r la que se regirían regirían las
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relaciones de ulteriores victorias. Cabría explicarlo igualmente bien atribuyéndolo a las convenciones del paneg írico írico o a la cono cida ren ue nc ia del rey a com partir su glo ria. A partir de esas victorias empezó a llamarse a Luis «Luis el Grande» [Louis le Grand, Lodovicus Magnus], Magnus], Posiblemente el epíteto se utilizó por primera vez en la inscripci inscripción ón de una m edalla acuñ ada en h on or del rey rey por la ciudad de París París en 1671 1671 (véas (véasee figura 25) 25) 9. 9. El ejemplo p ro nto cu nd ió en me dallas y en los arcos triunfales eri gidos por entonces en París. Charles Perrault registró en sus memorias que «tras las conquistas de Flandes y el Franco Condado, M. Colbert propuso que se erigiera un arco triunfal triunfal a la gloria gloria del rey »10 »10. Claud e P errau lt, h erm an o de Charles, realizó realizó el di seño, y el rey aprobó la maq ueta e n 1670 1670.. El arco empezó a construirse en la Place du Tróne, pero nunca llegó a termi narse. Un memorando de Colbert lo vincula con el nuevo Observatorio (inaugurado en 1671) 1671),, como si tamb ién éste éste fuera u n m on um en to a la la gloria gloria del rey: rey: «Arco «Arco triun triun fal para las conquistas de la tierra. Observatorio para los cielos» n. Fue aproximada mente por entonces, en 1668, cuando el rey decidió construir un palacio completa mente nuevo en Versalles, que encargó a Le Vau. Como el arco triunfal, la gran escalinat escalinataa de Versal Versallles, es, d iseñada p or Le Vau, Vau, aspiraba a ser u n a c onstrucción «digna de recibir a tan g ran M ona rca al regreso regreso de sus sus glorios gloriosas as co nqu istas»12 istas»12. Tam bién los los poetas y los los historiadores con tribuían a la gloria gloria del rey. rey. Cha pelain, p o r e je m p lo , e sc rib ri b ió s o n e to s s o b re la in v a sió si ó n d e F la n d e s, la c o n q u is ta d e l F ra n c o C on dad o y el siti sitioo de M aa strich t13 t13. U n tal P. D. escribió escribió u n a n arrac ión , día p o r día, de la « campañ a real real», », con poem as incluidos, incluidos, como justificación justificación de la reivindi reivindicación cación
Figura 25. Ludoviais Ludov iais Magnus, Magnus, medalla medalla de Jean Warin, 1671. Cabinet des Médailles, Biblioteca Naciona Nac ional,l, París.
LO S AÑO S VICTORIOSOS VIC TORIOSOS
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francesa de los Países Bajos y con referencias a la «maravillosa sabiduría» del rey «que sobrepasa a la de los principales estadistas de los siglos pasados» 14. A sus 73 años, Jea n Desm arets, arets, que ha bía d edicad o lo me jor de su vida vida a alabar alabar a Luis Luis XIII XIII y a Richelieu, dedicó un poema a la campaña del Franco Condado. Moliere escribió un soneto sobre el tema y Corneille se dirigió al rey «a su regreso 'de Flandes» lla m ánd ole «gran Conq uistador», «cub ierto ierto de laureles», laureles», alabó alabó sus «grandes «grandes acciones» acciones» y su «augusto orgullo» [auguste [auguste ferté] , y com entó que la rapidez d e las las conquistas conquistas del rey ape nas dab a al poe ta tiem po de escribir sobre ellas 15. Fue asimismo asimismo Co m eille quien tradujo tradujo al francés francés u n p oem a latino latino del jesuíta Charles Charles de La Rué en alabanza de las victorias de 1667, donde se comparaba el papel del rey en la campaña con el de San Luis en las Cruzadas y se hacía una vez más referencia a su visita a las trin ch er a s 16 16.
La guerra de Holanda
Si en la Guerra de Devolución Luis llevó consigo artistas en campaña, en la guerra de Holanda llevó historiadores. Pellisson estaba en Flandes en 1677 en calidad de histo riad or oficial, oficial, y Boileau y Racine oc up aro n su luga r en 1678 1678.. Cab ría im agin ar que los artis artistas tas y escrit escritores ores hab ían agotado todos los los recursos recursos p ara c elebrar la G uerra de De volución, quedándose sin nada nuevo que decir sobre la guerra de Holanda de 16721678. De hecho, las representaciones de esta segunda guerra (incluida la segunda conquista del Franco Franco C ondado) tienen m ucho en com ún con la las de la prim prim era, aun teniendo en cuenta los estereotipos inherentes a géneros como el de la oda y la re p re s e n t a c ió n p ic tó r ic a d e b ata at a llas ll as . Sin Si n e m b a rg o , al m e n o s u n e p iso is o d io , la tra tr a v e sía sí a d e l Rin en 1672, dio a poetas y pintores la oportunidad de innovar, oportunidad que aprov echaron a mano s llenas llenas.. T am bién yo la aprovec haré p ara analizar las imágenes de ese incidente con especial detalle. U na de las últimas últimas ap ortacione s de Ch apelain a la gloria gloria del rey rey fue fue c on tribu tribu ir a difundir la interpretación oficial de la guerra. En una carta a Hermán Conring, in sist sistió ió en q ue el rey rey sól sóloo h abía hech o la guerra a Ho land a pa ra castigar castigar su su ingratitud. ingratitud. En un soneto, que envió a Colbert, la república personificada lamentaba su «orgu llo», «insolencia» y «deslealtad». Descubrió también a un tal Frischmann, que había com puesto un poe m a en latín latín sobre la guerra, y se lo lo recom endó a Colbert alegando alegando qu e «sería «sería ventajoso p ara Su M ajest ajestad» ad» q ue u n escritor alem án celeb rara sus sus victori victorias as y la la justic ia de su ca u sa 17. Un breve esbozo de la versión oficia oficiall de los motivos motivos de la gu erra no s lo ofrece Ra cine, que fue nombrado historiador real (junto con Boileau) en 1677. El puesto no era ninguna sinecura, especialmente en tiempos de guerra, y durante algunos años Racine trasladó su atención del teatro a la producción de un «panegírico histórico» del rey y una relación de sus conquistas entre 1672 y 1678 18. Según Racine, Luis ya había demostrado ser «no menos excelente capitán que gran estadista», por lo que no necesitaba otra guerra. «Reverenciado por sus súbditos, temido por sus enemigos, admirado por el mundo entero, parecía que no le restaba sino disfrutar pacífica mente una reputación tan sólidamente establecida, cuando Holanda le ofreció nue
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vas opo rtunidades de distinguirse distinguirse y abrió el cam ino a acciones cuya me m oria jamás pe p e re c e rá » *9. Lo que provocó al rey fue la «insolencia» de los holandeses (también Comeille, en un poema de 1672, Eamaba al pueblo holandés «cet insolent Batave»), La repú blic b lica, a, se g ú n R ac ine, in e, «se a lia li a b a c o n los lo s e n e m ig o s d e F ra n c ia» ia » , o p r im ía a los c ató at ó lic os, os , com petía con el comercio francés «y «y se jacta ba de q ue po r sí sí misma misma h abía p uesto coto a las las conquistas del rey». rey». Luis Luis dec idió «cast «castiga igar» r» a los los holan des es y dirigió dirigió p erso nalmente la campaña, abandonando los placeres de la corte para exponerse a los pe ligros y fatigas de la guerra. En un solo día se capturaron cuatro fortalezas (Rhein be b e rg , W esel es el,, B u ric ri c k y O rs o y ), h a z a ñ a c o n m e m o r a d a p o r u n a m e d a ll a e n la q u e la Victoria sostiene cuatro coronas de laurel en vez de una, como era normal. El avance francés se convirtió en «un triunfo permanente», cuyo más famoso episodio fue la travesía del Rin. Como es natural, los periódicos se hicieron eco del triunfo. La Gazette de Gazette dedic dicóó una edición especial a la «gloriosa acción» de «este maravilloso monarca», en un estilo más próximo próximo al panegírico que a su su hab itual y lacónica form form a de p resentación , seña lando que el rey «era tan exigente consigo mismo» como «el más bajo oficial o sol dado de sus fuerzas» y también que «nada escapaba a su entendimiento». «He aquí que la Victoria Victoria y la la G loria loria se se co m placen en apilar sus coronas sob re la cabeza de un monarca tan magnánimo [un Monarque si si magnanime] magnanime] 20. Por su parte, lo que ya se conocía como «la famosa travesía del Rin», se descri b ía e n e l p e r ió d ic o c o m o u n a h a z a ñ a n i s iq u ie r a ig u a la d a p o r C é sa r, p u e s to q u e éste había utilizado un puente, mientras que Luis, «más capaz que los Césares de resolver cualquier dificultad», superaba los obstáculos que se oponían a su paso sin esas ayudas mecánicas. El ejército francés simplemente atravesó el río a nado. Una segunda edición especial de la Gazette se Gazette se dedicó a las celebraciones que siguieron al regreso del rey, el Te Deum en Deum en N otre Dam e y los los fuegos artifici artificiales ales en las Tullerías, Tullerías, con «retratos luminosos» de Apolo, la Victoria, Holanda «bajo el yugo» y la mano de justicia, justicia, para m ostrar q ue la justicia era «el «el único objeto» d e todas las hazañas de l r e y 21. Los poetas —Comeille, Boileau, Fléchier, Furetiére, Genest, etc.—, no tardaron en poner en verso esas hazañas. Comeille subrayó que comandantes españoles como Alba y Fam esio h abían sido sido incapaces de seguir a los los holandeses al otro lado del Rin, Rin, y puso en boca del rey u n discurs discursoo en el que se dec laraba la nec esidad de su pera r los los éxitos de los romanos. Mencionaba por su nombre a algunos de los nadadores, pero dec ía a Luis Luis que su valor era sim plem en te «efecto «efecto de vuestra presencia» 22 22. En tre los los vividos detalles del poema destaca la descripción del río mismo, «alarmado» por la hazaña del rey. La Cuarta Epístola de Epístola de Bo ileau ileau y la la od a d e Charles-Claude Charles-Claude G enest sobre sobre el mismo tema describen también el estremecimiento del dios-río23. Tras los poetas les tocó el turno a los artistas. La Real Academia de Pintura y Es cultura hizo de la travesía del Rin el tema del concurso de 1672 24. En Versalles, que estaba siendo siendo transform ado en «el «el palacio de l sol» sol»,, los los plan es d ecorativos de los de ce nios de 1670 y 1680 harían numerosas alusiones a las acciones del rey25. En el deco rado del famoso Escalier Esca lier des Amba Am bassa ssadeu deurs rs de Versalles, finalizado en 1680 pero des truido en el siglo xvin, había un bajorrelieve «en el que el rey aparece dando órdenes
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Valeurr Gueniéré] ueniéré].. El para pa ra atacar a sus enemigos. En el aire vuela el Valor Valor Guerr G uerrero ero [la Valeu Rin, en form a de anciano, hace u n gesto gesto expresivo expresivo de ter ro r» 26. En el decenio de 1680, Lebrun pintó en la Grande Galerie de Versalles nueve cuadros sobre la guerra de Holanda, entre ellos uno de Luis sentado en un carro con un relám relám pago en la mano y aco m pañ ado en su trave travesí síaa del Rin po r Minerv Minerva, a, H ércu les y las personificaciones de la Gloria y la Victoria (figura 26). También aquí, como en los versos de Corneille y Boileau, Lebrun mostraba al dios-río «sobrecogido por el miedo» 27. U na cono cida de scripción c on tem po ráne a del dec orado de Versal Versalle less se se ñala a la atención del lector no tanto las imágen es com o la travesía travesía misma, «una ac ción tan arrojada, tan so rpre nd en te y tan m em orab le qu e los sigl siglos os pasados pasados jamá s vieron igual», así así com o la « intrepidez » d e Luis y «la «la g ran de za de su coraje» 2S 2S. Las de Le bru n son sólo sólo las las más famosas famosas de las las mucha s imágenes c ontem po ráne as de la traves travesía ía.. El escultor escultor Michel A ngu ier la la repre sen tó en form a alegórica, alegórica, con H o land a en form a de m ujer sen tada e n u n león «que pa recía asustado» asustado» 29. El pin tor Jo seph P arrocel realizó realizó pa ra la galería galería de Marly Marly u na versión de la escena que «pareci «parecióó al rey tan digna de su atención que la hizo colocar en la cámara del consejo de Versa lles les» 30. Otro artista artista que creó un a ima gen m em orab le de este este inc iden te fue Van der Meulen (figura 27). Los acontecimientos de 1672 se conmemoraron también en una serie de medallas que mostraban la derrota de los holandeses, la captura de sus ciu dades y, y, desde lue go, la travesía travesía del Rin. Los artist artistas as de la co rte d eb ían estar agotados de tanto r ep rese n tar Victorias Victorias alad as31 as31.
Figura 26. La 26. La trav traves esía ía del del Rin Ri n en 1672, de 1672, de Charles Lebrun, pintura en techo. teau de Versailles.
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L a travesía traves ía del Rin R in , de Adam-Frans van der M eulen, óle o sobre lienzo , c. 1672. Musée Figura 27. La des Beaux-Arts, Caen.
El tono triunfalista se mantuvo en las representaciones oficiales de los últimos años de la guerra, especialmente la toma de la fortaleza de Maastricht en trece días en 1673 y la segunda conquista del Franco Condado en 1674. Pierre Mignard pintó un famoso retrato de Luis a caballo con la fortaleza capturada en segundo plano (figura (figura 28), 28), y Desmarets escri escribió bió un a o da en la que sostenía sostenía que Luis Luis hab ía superado no sólo a Famesio y al príncipe de Orange sino también a Pompeyo y Alejandro. Ta m bién el anciano Desmarets y An toine Fu retiére (más conocido p or sus novelas novelas y su diccionario) escribieron estrofas en alabanza de esta segunda conquista del Franco C on da do 32. En julio y agosto agosto de 1674, 1674, tras el regres o del rey, rey, se celebró en Versall Versalles es un a g ran féte para celebrar la conquista. El quinto día del festival, las victorias del rey se repre sentaron con trofeos, un bajorrelieve dorado de la travesía del Rin y un decorado «mister «misterios ioso», o», en otras palabras un e nigm a visual visual en el qu e interve nían H ércu les (sim (sim bo b o liz li z a n d o «el p o d e r in v e n c ib le y la g ra n d e z a d e las a c c io n e s d e su MAJESTAD»), Mi Mi nerva (representando la sabiduría del rey), un dragón (símbolo de la envidia) y, na turalmente, un sol, además de un obelisco como signo de la gloria de Luis33. Las celebraciones adoptaron una forma más permanente en el arco triunfal de la Porte St Martin de París (figura 29), decorado con relieves que muestran al rey coro nado de laurel y recibiendo hom enaje (figura (figura 30), 30), y dond e reza la la inscripci inscripción ón —a ún visible en medio del tráfico— «a Luis el Grande» [LUDOVICO MAGNO]. Es significativo que el arco fuera el quinto de una serie. El arco de la Place du Tróne fue al parecer el primer prim er arco triunfal perma per manen nente te erigido en cualquier parte del mundo desde los días de los romanos, pero poco después se construyeron otros arcos en sustitución de las las viej viejas as puertas d e en trad a de St A ntoine, St Denis, St Be m ard y St M artin 34.
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Figura 28. «Luis victorioso». Luis en Maas Maastri tricht cht,, de Pierre Mignard, óleo sobre lienzo, 1673. Pi nacoteca de Turin.
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Figura 29. Are Ar e de triomphe, Porte S t M artin ar tin , grabado de Adam Perelle, c. 1674. British Library, Londres.
En este coro de alabanzas pueden detectarse algunos consejos en los que se insi núa cortésmente al rey que ya ha ido suficientemente lejos y que es hora de dar descanso a la tierra [Laisselá tes vertus de guerre/ Mets en repos toute la Terre] Terre] 35. Sin em ba b a rg o , la g u e r r a p ro sig si g u ió . Las La s c a m p a ñ a s d e 1 676 67 6 y 167 16 7 7 se c o n m e m o r a r o n c o n m e dallas relativas a la liberación de Maastricht, la toma de Valenciennes, Cambrai y St Omer y la victoria de Cassel, y se celebraron en poemas de Paul Tallemant, Boileau y, una vez más, Corneille («La sola aparición de Luis basta para que vuestros m uros se se derrum ben ») 36 36. Las celebrac celebrac iones alcan zaron su pun to c ulm inante en 1678, cuando se cantó cinco veces el Te Deum Deum por la toma de Ypres, Puigcerdá y, so bre b re to d o , G a n te ( e n sólo só lo seis sei s d ía s), s) , y p o r los lo s tr a ta d o s d e p a z f irm ir m a d o s e n N im e g a . Con independencia de lo sucedido en el caso de la breve Guerra de Devolución, en la gu erra de H olan da resultaba difí difíci cill ocu ltar ciert ciertas as discrepancias en tre las las refe rencias oficial oficiales es y la la realidad de las las cam paña s. E n 1672, 1672, diez días despu és d e la trave trave sía del Rin, los holandeses abrieron sus diques e inundaron el país, imposibilitando al ejército francés toda operación en el territorio anegado. Luis tuvo que regresar a Francia sin haber obtenido una victoria decisiva. En 1673, la toma de Maastricht fue seguida de la retirada del ejército francés de la Rep ública H o lan d es a37 a37. El desplaza miento del teatro de operaciones al Franco Condado en 1674 fue un reconocimiento de la tenacidad tenacidad de la resi resistenci stenciaa holandesa. T am bién lo fue fue el com prom iso alcanzado en las conversaciones de paz de Nimega en 1678 (facilitado porque Inglaterra y Es p a ñ a se h a b ía n u n i d o a los l os h o la n d e s e s e n u n a trip tr ip le a lia li a n z a ).
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Figura 30. Lu L u is recibiendo homenaje, relieve en un tímpano del arco triunfal de la Porte St Mar tin, 1674.
Sin embargo, en la historia oficial las dificultades sólo existían para que Luis las superara. En una de las raras (y acaso indiscretas) referencias a la inundación de la República Holandesa, Desmarets habla del rey como si fuera él, y no el enemigo, quien ro m piera «diques «diques y barreras» [comm [commee un fleuve fleu ve e nflép ar les les eaux des des hyvers/L OU IS domte ses bords, rompt dignes et barrieres] barrieres] 3S. Comedle presenta al rey como si, lejos de haber aceptado un compromiso, hu b ie r a d ic ta d o sus su s p ro p ia s c o n d ic io n e s d e p az a los h o la n d e s e s . « A pe na s h ab láis lá is,, su obediencia convence al universo entero de vuestra omnipotencia» [A peine pe ine parlestu, que son obéissance/ Convainc tout l’Univers de ta toutefiuissance] toutefiuissance] 39. De tal modo se cele bró b ró la p a z e n 1679 16 79,, e n v erso er soss im p re so s e n el Mercure Mercu re Galan Ga lant,t, en un ballet presentado en los Gobelinos, en ceremonias en Toulouse, etc. No se revelaban las debilidades del rey, sino su fuerza, su «moderación», la «bondad» de que daba muestras al conce der «repos «reposo» o» a E u ro p a40 a40 (figura (figura 31). 31). Sólo las desdeñosas referencias de Comeille a la Triple Alianza, tildándola de «complot» o «motín» (como si las tres potencias fueran súbditas del rey francés) revela que estaba al tanto de la situación41. De ello se hace eco la imagen visual, obse-
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Figura 31. 31. «El «El reposo del conquistador». co nquistador». Luis desca descans nsand andoo tras tras la paz de Nime Nimega, ga, de de Noel Coypel, óleo sobre lienzo, 1681. Musée Fabre, Montpellier. sivamente recurrente, del rey pisoteando el Cerbero tricéfalo. El problema de las dis crepancias entre la triunfal retórica oficial y la realidad de los reveses franceses se agudizaría más avanzado el reinado.
VII LA REC ONSTRUC ONS TRUC CION DEL SIST SISTEM EMA A
Venez voir desarmé ce m odéle odé le des Roi Rois, s, Peuples qu'il a vaincus sur la Terre et sur l’Onde, Vous tous que son seul nom fit trembler tant de fois, Quand Qua nd son bras lui lui prom et la conquéte du Monde. Le Clerc, madrigal en la estatua de la Place des Victo Victoire iress
El tratado de Nimega se proclamó solemnemente el 29 de septiembre de 1678 en once puntos de París, al son de tambores y trompetas, seguidos de cañonazos, fuegos artificiales y el canto del TeDeum en TeDeum en la ciuda c iudadd y la s p ro vin cia sT am bié n fue segui seguido do de diez años de relativa paz, en los que Luis pudo descansar en sus laureles y recibir el homenaje de sus súbditos. Aunque sin duda no era fácil encontrar formas de ala ba b a n z a q u e to d a v ía n o se h u b ie r a n u tili ti lizz a d o , tal ta l vez ve z se a o p o r t u n o m e n c io n a r la in v e n ción de no m bres geográficos en h on or d el rey rey.. La fortaleza fortaleza construida en el Sarre en los los años oc he nta recibió el no m bre de «Saar «Saarlo loui uis» s» para h acer etern a su m em oria (el (el pu p u e b lo sig si g u e lle ll e v a n d o su n o m b r e , a u n q u e a h o r a es p a r t e d e A lem le m a n ia) ia ) 2. F u e tam ta m bié b ié n p o r e n to n c e s, e n 1682 16 82,, c u a n d o el C h e v a lie li e r d e la Salle Sa lle lla ll a m ó «L uisia ui siana na»» a p a r te del continente continente n orteamericano. El decenio de paz permitió también gastar dinero en las artes con mayor libertad. Fue en ese ese decenio, p o r ejem plo, Jules H ardou in-Ma nsart reconstruyó reconstruyó Versal Versalle les, s, y Le b r u n y sus c o la b o r a d o r e s lo r e d e c o r a r o n . El p a lac la c io fu e r e d is e ñ a d o p o r q u e su fu n ción estaba cam biand o. En 1682 1682,, la corte se trasladó trasladó o ficialmen ficialmen te a Versal Versalles les,, ju n to con la administración central. Luis siguió pasando temporadas en otras residencias, como Fointainebleau y Chambord, pero se hizo algo más sedentario tras la muerte de su esposa en 1683 y su matrimonio secreto con Madame de Maintenon, unos me ses más tarde. Tras la muerte de la reina se puso fin a la división del palacio en dos apartam entos de Estado, y el ap artam en to del rey se situó situó en el ce n tro3 tro 3. Es la imagen del sistema de Versalles, tal como se reconstruyó en este período ya avanzado del reinado, lo que ha quedado más vivamente impreso en la posteridad, gracias gracias a la famosa desc ripción del rey, la la corte y la la «m áquina», co mo él la la llama, que nos ha llegado en las memorias de Saint-Simon. 1683 fue no sólo el año de la muerte de la reina, sino también el de la de Colbert, la perso na q ue m ás había he cho po r crear otro siste sistema, ma, la má quina p ara la glori glorifi fica ca
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ción de Luis XIV, que se ha analizado en el capítulo IV. Bajo Louvois, sucesor de Col be b e rt, rt , ta m b ié n se p ro c e d ió a r e c o n s tr u i r ese es e sist si stem em a.
El palacio
A partir de 1675, cuando fue nombrado arquitecto de la corte, Jules Hardouin-Mansart gozó d el favor favor real y acom pañ ó al rey rey p o r tod as p artes 4. El fue fue el princip al res po p o n sa b le d e l n u e v o d ise is e ñ o d e V ersa er salle lle s, i n c lu id a la fa m o s a G ra n d G a le rie ri e , los lo s Salons de Guerre et Paix y Paix y el Escalie el Escalierr des Ambassad Amb assadeurs eurs.. El decorado, obra de Lebrun y sus cola bo b o ra d o re s , es p ro b a b le m e n t e la v e rs ió n m á s m e m o ra b le d e L’ L’histoire du roi (figura roi (figura 32). Las descripciones impresas de ese decorado en el Mercure Mercu re Galan Ga lant t lograron que esa historia del reinado llegara a un público no circunscrito a los cortesanos. También contribuyeron a ello los libros sobre el tema publicados por Frangois Charpentier (de la pe tite acadé m ie), Pierre Rainssan t (co nserv ado r de las las medallas del rey) rey) y, y, pos teriorm ente , Jean -Fran fois Félibien Félibien (hijo (hijo d el historiad or de los edifici edificios os re a le s) 5. El programa original para la Grande Galerie era de carácter mitológico, la vida y trabajos de Hércules. Es sin duda significativo que la decisión, tomada en 1678, de sustituir ese programa por la historia de los hechos del rey se adoptara a un alto nivel po p o líti lí ticc o , e n el Conseil Secret 6. H abía nueve p inturas grand es y dieciocho peq ueñ as, d e dicadas a «la «la historia del rey rey desd e la Paz d e los Pirineos a la de N imega» 7. 7. Och o de las las pinturas grandes estaban estaban dedicadas a la gu erra c on tra los los holandeses, y un a rep re sentaba el comienzo del gobierno personal (véase figura 20), «donde el rey, en la flor de la la juven tud, con tem pland o la gloria gloria [envisageant la Gloire] Gloire] empuña el timón del Estado Estado tras tras su m atrimon io y.. y... p on de ra cóm o ha cer felices felices a sus sus súbditos súbditos y hu m i llar a sus sus enem igos »8. »8. La evolución in ter n a del rein ad o (la refo rm a de la justicia y las las finanza finanzas, s, la protecc ión de las artes, artes, el m an tenim iento del ord en en París, París, etc.) etc.) q ued a ba b a n e n se g u n d o p la n o 9. P a r a t e n e r la s e g u r id a d d e q u e los lo s e sp e c ta d o re s i n t e r p r e t a b a n a d e c u a d a m e n te las im á g e n e s, las p in tu r a s lle ll e v a b a n in s c rip ri p c io n e s . La im p o rt a n c ia atribuida a esas esas inscripci inscripciones ones pu ede juzgarse p or el hec ho de q ue las original originales, es, ob ra de Charpentier, fueron posteriormente borradas por orden de Louvois, que las con sideraba demasiado «pomposas», y sustituidas por textos más simples de Boileau y Racine10. Cassi igualme nte espectacular, Ca espectacular, según los contem po ráne os, era el Esca el Escalier lier des AmbasAmba s sadeurs, sadeurs, la gran escalinata construida para celebrar el regreso triunfal del rey de sus guerras y posteriorm ente utilizada utilizada en ocasiones cerem oniales com o la llegada de em ba b a ja d o re s a las a u d ie n c ia s re a le s. L a e s c a lin li n a ta , d e c o r a d a e n los lo s a ñ o s o c h e n ta p e ro destruida en el siglo xvm, puede reconstruirse a partir de las descripciones contem po p o r á n e a s 11 11. El te m a p rin ri n c ip a l e ra , u n a vez m ás, ás , el tr iu n fo , su b ra y a d o p o r los lo s n u m e r o sos trof trofeos eos y carros carros.. Los enemigos d e F rancia d errotad os apa recían en la form a alegó alegó rica de una hidra y una pitón, pero los escudos de armas aclaraban perfectamente al espectador que se hacía referencia a España y el Imperio. Los bajorrelieves de la es calina calinata ta representaban acontecimientos acontecimientos famosos del reinado, incluida incluida la reform a de la justicia, justicia, la tra traves vesía ía del Rin, Rin, el som etimien to del Franco C ond ado y el reco reco no ci miento español de la precedencia francesa. El lector imaginará fácilmente los sentí-
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Figura 32. «Imagen del creador de imagen». Re imagen». Retr trat atoo de Cha Charl rles es Lebrun Lebrun,, de Nicolás de Largilliére, 1686. Louvre, París. Lebrun señala con la mano la pintura que se reproduce en la figura 24.
mientos de los embajadores de España, Holanda y el Imperio cuando subían por la escalinata12. El Salón de Guerre Guerre reforzaba la impresión de triunfo. Su famoso bajorre lieve de escayola, basado en un relieve en mármol de Antoine Coysevox, mostraba al rey a caballo caballo c abalg and o so bre dos cautivos cautivos (figuras (figuras 33 y 34). 34).
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Figura 33. Luis Lui s XIVpisoteando a sus enem enemig igos os,, de Antoine Coysevox, relieve en escayola, 1681. Cháteau Cháte au de Versail Versailles. les.
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Figura 34. Busto de Luis, Luis, de Antoine Coysevox, mármol, c. 1686. The Wallace Collection, Londres.
La corte
Hoy e n día, el no m bre «Vers «Versal alle les» s» evoca no sólo un edificio edificio sino un m un do socia social, l, el el de la corte, y en particular la ritualización de la vida cotidiana del rey. El simple he cho de levantarse por la mañana y acostarse por la noche se transformó en las cere monias del lever y y el coucher, coucher, la primera de ellas dividida en dos etapas, el petit pe tit leve lever, r, menos formal, y el gran gr andd leve lever, r, más formal. También las comidas reales se ritualizaron. Luis podía comer más formalmente (el gran gr andd couvert), o menos formalmente (el petit pe tit couvert), couvert), pero incluso en las ocasiones menos formales, el tres petit couvert, couvert, se ser vían tres platos, con gran profusión de vajillas 13. Esas comidas eran representaciones ante un público. Para un cortesano era un honor poder contemplar al rey mientras comía, un honor más grande que el rey se dignara dirigirle la palabra durante su al muerzo, un honor supremo que se le invitara a servirle la comida o a comer con él. Tod os los los presentes m enos el rey rey llevaba llevabann somb rero, pero se destocaban p ara hab lar con el m on arca o si él les les dirigía la palabra , salv salvoo que estuvieran sentado s a la m es a14 a14. Como ha señalado el sociólogo Norbert Elias, en un argumento paralelo al de Marc Bloch sobre el toque real, no debe restarse importancia a esos rituales atribu yéndoles un carácter meramente anecdótico. Hay que analizarlos por lo que pueden decim os acerca de la cultura q ue los eng lobaba — sobre la m on arqu ía absolut absoluta, a, la la je rarq uía socia social, l, e tc .15 .15. Y no deja de ser razonab le a m pliar ese ese e nfoq ue al resto de la vida co tidiana de l rey — su misa diaria, diaria, sus reu nio ne s c on sus sus consejeros, consejeros, e incluso sus sus
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campañas, sus expediciones d e caza y sus sus paseos po r sus jardin es. Po dría ad ucirse que am pliar de tal m an era el anál anális isis is entrañ a d iluir el el término «ritua «ritual», l», despo jándolo p rá c tic ti c a m e n te d e to d o su sig si g n ific if icaa d o . S in e m b a r g o , los lo s o b se rv a d o re s d e s ta c a ro n q u e todos los movimientos del rey estaban estudiados, «hasta el más insignificante ade mán». Los mismos hechos tenían lugar todos los días a la misma hora, hasta tal p u n to q u e u n o p o d ía p o n e r su r e lo j e n h o r a p o r el r e y 16. Ese espectáculo estaba regulado por normas formales: quién tenía autorización p a r a v er al rey, rey , a q u é h o r a y e n q u é p a r te d e la c o rte rt e , si esa es a p e r s o n a p o d ía se n ta rs e en una silla o en un taburete [ tabouret ] o te nía qu e p erm an ec er d e pie 17. La vida coti diana del rey se componía de actividades que, además de ser recurrentes, estaban cargadas de significado simbólico porque las representaba en público un actor cuya p e rs o n a e ra sag sa g rad ra d a . M ie n tra tr a s e stu st u v iera ie ra d e s p ie r to , L u is vivía viv ía p rá c t ic a m e n te s o b re el escenario. A su vez, los objetos materiales más estrechamente relacionados con el rey adquirían adquirían u n carácter carácter sagra sagrado do po rque represen taban al m onarca. De ahí (página 17 1 7) que fuera una ofensa dar la espalda al retrato del rey, entrar en su dormitorio vacío sin previa genuflexión o llevar sombrero en la habitación donde se estaba poniendo la mesa pa ra el almu erzo del re y 18. Lo ideal sería sería com plem entar el análi análisi siss sociol sociológico ógico del o rde n en la corte co n u na historia de la creación y desarrollo de los rituales. Por difícil que hoy en día resulte imaginarse a Luis XTV sin ellos, no debemos suponer que siempre estuvieron vigen tes. La pregunta sobre su origen, a la vez obvia y pasada por alto, es tan fácil de for mular como difícil de responder. Lo que podría llamarse la «invención» de la tradi ción de Versalles permanece en la oscuridad19. ¿Comenzaron los rituales domésticos cuando Luis trasladó su residencia permanente al palacio en 1682? ¿Qué sucedía en an terio res visi visita tass a Versalles, Versalles, o e n visitas visitas ulte riore s a o tros palacios? ¿Cre aba el rey los los rituale ritualess personalm ente, eran ob ra de sus consejeros consejeros o sus sus maestros de cerem onias, o realme nte seguían u na tradici tradición? ón? ¿Se crearon po r razones políti políticas cas?? Dada la importancia que esos rituales diarios tuvieron en la construcción de la ima gen de Luis XIV, XIV, m erece la p en a resu m ir lo lo q ue se sabe sobre ellos. ellos. Casi Casi todos los testimonios provienen de una etapa relativamente avanzada del reinado. La descrip ción ción más com pleta, pleta, más viva viva y más frecu en tem en te citada de lo qu e el autor llama «la «la corteza exterior de la vida de este este m onarca» [ l ’écorc écorcee extérieure de la vie v ie de ce monarqu mona rquee] se en cu en tra en las me morias de SaintSaint-Simon. Simon. Esta Esta sección sección con creta d e las las mem orias se escribió probablemente no antes del decenio de 1740, pero se basa en recuerdos del decenio de 1690, cuando el autor era uno de los cortesanos de Luis20. Otra rela ción valiosa, aunque menos detallada, de esos rituales es la de Ezechiel Spanheim, embajador del Elector Elector de Brande nburgo , en un a descripción descripción de la corte corte de Francia Francia [.Relation Rela tion de la cour de France], France], escrita para su señor en 1690. Como Spanheim fue em ba b a ja d o r d u r a n te to d o el d e c e n io d e 1680 16 80,, el h e c h o d e q u e n o h a g a n in g ú n c o m e n ta rio sobre posibles cambios en 1682 es sin duda significativo. Tanto Saint-Simon como Spanheim describen el sistema en su conjunto, pero los testimonios anteriores a 1690 son más fragmentarios. Desafortunadamente, el volu minoso Dangeau no comenzó su diario hasta 1684. En sus memorias del año 1674, el noble italiano italiano Primi Visconti Visconti ofrece ofrece u na breve d escripción del petit pe tit coucher de coucher de l rey, rey, e x pre p re s a n d o su s o rp re s a p o r el h e c h o d e q u e el re y e stu st u v ie ra sie si e m p re r o d e a d o d e sus ca ca
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mareros, incl incluso uso cuando se enc on traba install ins talléé su r sa chaise percée21 percée21. En 1671, un ex di plo p lo m á tic ti c o , A n to in e C o u r tin ti n , p u b lic li c ó u n lib li b ro s o b re e ti q u e ta q u e i n c lu ía in s tru tr u c c io nes sobre la form a de com portarse en V ersalles2 ersalles222. El em bajad or del D uqu e de Saboya hace referencia a la multitud que presenciaba el lever re lever re al en el L ouv re en 1661 1661 23. Aunque al parecer la corte de Enrique IV y Luis XIII era bastante más laxa que la corte española (infra ( infra,, pág ina 170), tamb ién en ella se percibe u n cierto cierto grado de for malidad. Habida cuenta de la escasez de pruebas sobre el origen de la tradición en Versa lles, es imposible llegar a una conclusión definitiva. Una conclusión hipotética, donde los fragmentos encajan en una relación coherente, podría ser la siguiente: la vida cotidiana del rey ya estaba en gran medida ritualizada antes de que se iniciara su gob ierno persona l, pero los los rituales rituales se modificaron después ada ptan do el mo delo es es p a ñ o l a las c irc ir c u n sta st a n c ia s fra fr a n c e sa s. El in te r é s d e l re y p o r la d a n z a y el e sp e c tá c u lo y su protagonismo en esos rituales sugiere que probablemente los cambios de su core ografía ografía fueron hechos o al m eno s estrech am ente supervis supervisados ados po r Luis Luis mismo. mismo. La es es cenificación, cenificación, cad a vez vez más com pleja, d e la vida co tidiana de Versalles Versalles convirtió convirtió los ri tuales en algo más espectacular y también más rígido, contribuyendo a producir el efecto efecto de u n m ecanismo d e relojería. relojería. Hay un cambio importante en la rutina de la corte que puede fecharse con rela tiva iva precisión. D espués d e su traslado a Versalles Versalles en 1682, el rey abrió sus apa rtam en tos al público (es decir, a las clases altas) tres veces por semana para celebrar «diver siones» como los juegos de naipes y el billar, en las que «el rey, la reina y toda la fam ilia ilia real d escien de n de sus sus alturas alturas p ara ju g ar con m iem bros de la asamblea» 24. Esa descripción oficial de la nueva institución, los appartements, appartements, sugiere que lo que se trataba de d em ostrar era la accesi accesibil bilidad idad del rey a sus sus súbditos, súbditos, tem a reiterado en m e dallas dallas y en las m em orias reales reales ( supr su praa , pá gina 66).
El organizador
A mediados de los años oc hen ta se se prod ujeron otros otros cambios en la presentación presentación de la imagen pú blica del rey. rey. Prob ablem ente tuvieron tuvieron relación con la m ue rte de Co lbert y la ascensión de Louvois. Colbert y Louvois eran antiguos rivales, el primero domi nante en asuntos internos y el segundo en política exterior. La muerte de Colbert en 1683 dio a Louvois la oportunidad de ampliar su imperio a las artes. El oficio de su rintendant des bátiments bátiments fue heredado por el cuarto hijo de Colbert, el marqués de Blainville, que había sido adiestrado para suceder a su padre en ese cargo. Sin em ba b a rg o , el jo v e n n o h a b ía d e s e m p e ñ a d o sus su s f u n c io n e s s a tis ti s fa c to ria ri a m e n te 25. A p o y án dose en ello, el rey permitió a Louvois comprar el cargo y obtener así el control no sólo de los edificios reales sino también de los Gobelinos y de las academias. En su nueva calidad de protector de la Real Academia de Pintura y Escultura, pronto em pe zó a distribuir los prem ios a los los artistas26 artistas26. Los efectos de este cambio de control en 1683 arrojan luz sobre el funciona miento del sistema de mecenazgo de la época. Tal vez no sea del todo fantasioso compararlo con el sistema americano de acaparación de cargos por los vencedores
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de los siglos XIX y XX, que a su vez puede verse como la supervivencia de un modelo de patrocinio político propio del comienzo de los tiempos modernos. La principal diferencia es que, a falta de partidos políticos oficialmente reconocidos, el sistema del siglo xvn era más arbitrario (o más flexible). El «gran hombre» tenía la libertad de d ecidir si si deseaba o no sustituir sustituir a quiene s ejerc ían los cargos. cargos. El cambio en la surinte suri ntend ndan ance ce era una amenaza a la posición de Lebrun, el cual, como hemos visto, era hombre de Colbert, mientras que Louvois apoyaba a su rival Mignard. Lebrun no perdió sus cargos oficiales, pero sí parte de su influencia. Otro hombre de Colbert desplazado por Louvois fue Charles Perrault, que dejó de ser miembro de la petite académie y perdió su empleo como commis des bátiments27. El nuevo contróleur des bátiments — bátiments —yy secretario secretario de la petite académ ie—• ie—• era u n proteg ido de Louvois, el sieur de La Chapelle. Se produjeron confrontaciones entre La Chapelle lle y L eb ru n 2S. O tros ex clientes de Co lbert p erd iero n sus sus cargos. cargos. Pierre de Carcav Carcavyy p e r d ió el c o n tro tr o l d e la A c a d é m ie d e s S cie ci e n ce s y la B ib lio li o te c a R ea l, y A n d r é le N ó tre tr e fue o bligado a retirarse. retirarse. Pieire Mignard comprendió que por fin había llegado su hora. Se le encargó que p in t a r a la P e tite ti te G a leri le riee d e V ersa er salle lles, s, fu e e n n o b le c id o , y a la m u e r te d e L e b ru n en 1690 sustituyó a éste como premie pre mierr peintr pei ntree du roi. roi. Se dio una nueva oportunidad al es cultor Pierre Puget, cuya posición se había debilitado en los años de Colbert como consecuencia de una serie de desacuerdos con el ministro. Otro protegido de Lou voi vois, Jea n D onn eau de Visé Visé,, d irector del Mercure Merc ure Galan Ga lant,t, obtuvo por entonces una pe p e n s ió n p e ri ó d ic a d e l rey. re y. El c ríti rí ticc o d e a rte rt e R o g e r d e P iles ile s e ra o tro tr o h o m b r e d e L o u voi vois, enviado enviado a la República Ho landesa pa ra espiar y tamb ién con el fin fin de c om prar pin p in tu ra s p a r a el rey. re y. L os h o la n d e s e s lo d e s c u b r ie r o n , y Pile Pi les, s, e n p ris ri s ió n , tuvo tu vo tie ti e m p o sobrado de escribir uno de sus libros29. Más importante que el cambio de personal sería el cambio de política, o más exactamente de estrategia, dado que el objetivo fundamental de glorificar al rey se guía siendo el mismo. En sus ocho años de suri su rint nten en da nt des bátiments, bátiments, Louvois impri mió su huella promoviendo una serie de proyectos grandiosos. Duplicó los gastos en Versalles30. Planeó la construcción de edificios en la Place Vendóme como sede de la Biblioteca Biblioteca Real y de todas las las academias. Au nq ue blo qu eó la finalización finalización del proye cto Colbert-Lebrun de erigir un monumento a Luis en el exterior del Louvre, Louvois apoyó lo que se ha llamado la «campaña de estatuas» de 1685-1686, en otras palabras la idea de encargar una serie de casi veinte estatuas del rey, por lo general ecuestres, pa p a ra situ si tu a rla rl a s e n p laza la za s p ú b lic li c a s e n P a rís rí s y e n c iu d a d e s d e p rov ro v inci in cias as:: Aix, Aix , A n g e rs, rs , Ar Ar les, es, Besangon, Burdeos, Cae n, Dijon, Gren ob le, Le Hav re, Limoges, Lyon Lyon (figura (figura 35), Marsella, Montpellier, Pau, Poitiers, Rennes, Tours y Troyes31. Algunas de esas esta tuas nunca se erigieron (Besancpon, Burdeos, Grenoble), y otras sólo después de la m uerte del rey (Mon tpelli tpellier, er, Renne s). Con todo, la escal escalaa de la operac ión n o d eja de ser ser impresionante, impresionante, y recue rda más a em peradores rom anos como Augusto Augusto q ue a m o narcas narcas mode rnos. La inauguración (tal vez deberíamos decir «consagración») de cada uno de esos m onu m entos a la glori gloriaa del rey era en sí misma motivo de celebración. celebración. La estatua estatua de Caen, por ejemplo, se inauguró solemnemente en 1685, el día del cumpleaños del rey, con un desfile, discursos, trompetas, tambores, campanas y una descarga de arti-
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Figura Figu ra 35. «Luis en las provincias». Maqueta provincias». Maqueta de la la estatu estatuaa para para la Pla Place ce Royal oyalee de de Lyon Lyon,, de Frangois Girardon, cera, c. 1687. 1687. Yale Yale University Art Gallery, Gallery, dona d onació ciónn de M r y Mrs James Jame s E. Fosburgh, Fosbu rgh, BA. 1933.
llería. La inauguración misma se describió en un folleto, así como en la Gazette y Gazette y en e l Mercure Mercu re G alan al an t 32. En 1686, el Mercure Mercu re Galan Ga lant t indicaba indicaba que «se apresuran en todas partes partes a levantarl levantarlee estatuas» [on [ on s ’empresse empresse en tous tou s lieux lie ux á luy dresser des statues] statues] 33. La mayoría eran estatuas ecuestres, p ero en algunas el rey estaba estaba a pie. La más espec tacular de éstas éstas fue la esta esta tua de M artin artin Desjardins Desjardins pa ra la Place des Victoi Victoires res,, u na represe ntación del rey a pie, vestido con su manto de coronación, a 13 pies de altura, pisoteando a Cerbero y co ron ado po r la la Victori Victoria, a, «un a gran m ujer alada próx ima a su espal espalda, da, sosteniendo un a corona de laurel sobre la cabeza del rey» (figuras 36, 37 y 38) 34. Al pie de la estatua rezaba la dedicatoria «al hombre inmortal» [VIRO IMMORTALl], y el pedestal de már mol llevaba llevaba un a inscripción inscripción do nd e se en um erab an los diez diez principales principales logros logros del rei rei nado. El conjunto incluía cuatro cautivos de bronce, seis bajorrelieves en celebración de los acontecimientos más gloriosos del reinado, y cuatro columnas con antorchas que se encendían todas las noches35.
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Figura 36. «Luis victorioso». Est E stat atua ua de Lu L u is XIV, XI V, de Desjardin Desja rdins, s, en la Place des Victoire Victoires, s, París Par ís , gra bado de N icolás icolás Arnoult, c. 1686. M usée d e la Ville de París, París, M usée C am avalet, avalet, París París..
La inauguración de esta estatua fue, como era de esperar, fastuosa, con desfiles, discursos, salvas, música y fuegos artificiales56. En 1687 lo que se celebró fue la inau guración de u na estatua del rey rey a pie, obra d el escultor local local Je an G irouard, en el viejo mercado de Poitiers, con ocasión de la fiesta de San Luis37. Ese mismo año, en una de sus raras visitas a París, Luis fue a ver la estatua de la Place des Victoires, así como la Place Vendóme, donde se preveía erigir otra. Los dos escultores, Desjardins y Girardon, aco m pañ aban al m on arc a38 a38. Parece ser que la idea original de esta esta cam pañ a de erección de estatuas estatuas fue del ar qu itecto real M ansart, ansart, y qu e la más esp ectac ular de las las estatuas, estatuas, la de la Place Place des Vic Vic toires toires,, fue fue un encargo de un particular, el mariscal Feuillade (el (el duq ue de Richelieu Richelieu encargó otra para su cháteau de Rueil). Sin embargo, sin el apoyo de Louvois esos pro p ro y e c tos to s n o h a b r ía n te n id o p o sib si b ilid il id a d e s d e é x ito it o . P o r su p a r te , las in sc rip ri p c io n e s d e las estatua estatuass erigidas erigidas en las las provinci provincias as sugieren qu e fu ero n encargad as localm ente p or devoción espontánea al rey, y el Mercure Merc ure G ala nt refuerza esa impresión. Se afirma, p o r e je m p lo , q u e «la c iu d a d d e G re n o b le h a su p lic li c a d o m u y h u m il d e m e n te a Su Ma Ma je j e s ta d q u e la p e r m it a e rig ri g ir u n a e s ta tu a suya su ya e n su p la z a p r i n c i p a l» 39. Y «la « la c iu d a d d e
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Figura 37. «Luis victorioso». Vista de la Place des Victoires, Victoires, grabado anónimo,-principios del siglo siglo xvni. xvni. C abinet abine t des Estampes, Biblioteca Nacional, París. París.
Cae n no quiso quiso ser la la últim últim a en m ostrar su celo celo e rigiendo u n a estatua estatua a Su Majest Majestad». ad». Ta m bién Marsella solicit solicitóó u n a es tatu a40 a40. Hay pruebas, sin embargo, de que ese despliegue de lealtad no fue en absoluto espontáneo. Se alentó, cuando no se ordenó a las municipalidades y a los estados pro p ro v in c ia le s a q u e h ic ie r a n la so lic li c itu it u d p o r m e d i o d e sus su s intendants, intendants , gobernadores pro p ro v in c ia le s y o tro tr o s fu n c io n a rio ri o s . E n C a e n , p o r e je m p lo , la in icia ic ia tiv ti v a c o r re s p o n d ió al intendant Barril intendant Barrillon, lon, en G renob le al intendant Lebret, en Le Havre al duque de SaintAignan, y en R ennes al du qu e de C haulnes. Es dif difíc ícil il ima gina r que esos funcionarios hicieran esa sugerencia al mismo tiempo y en distintas provincias sin órdenes de Pa rís 41. Incluso las las inscripciones y otros otros d etalles etalles de alguno s de los m on um en tos a la glo glo ria de Luis fueron dictados por el gobierno central. En Arles, la inscripción conce b id a p o r la a c a d e m ia l o c a l fu e s u s titu ti tu id a p o r u n a c o m p u e s ta p o r el h is to r ia d o r ofic of icia iall Pellisson. En Dijon, Mansart insistió en incorporar adiciones que los estados locales no habían previsto. En el caso de Lyon fue Pontchartrain (ante el cual respondía la p e tite ti te a c a d é m ie tra tr a s la m u e r te d e L ou vo is) is ) q u ie n in te rv in o p a r a d e t e r m i n a r la ins cr ip ció n 42 42. M erece erece destacarse destacarse el creciente interés del go bierno central po r la imagen del rey en las provincias ( infra, infra , pág ina 147). Se ha d icho qu e la cam pañ a de erección de esta esta tuas se centró en los denominados pa ys d Eta E ’ tats ts (Normandía, Bretaña, Axtois, Borgoña, Languedoc y Provenza), los últimos que se habían incorporado a Francia y los que más independencia conservaban. Más o menos al mismo tiempo tuvo lugar la fundación de instituciones provinciales según el modelo de París, desde la real aca-
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Figura 38. «Luis victorioso». Vista de la Place des Victoires , frontispicio de Topographical Descrip Library ry,, Londres. tions, de N orth leigh, 1702. Bridsh Libra
demia de Nimes al palacio de la ópera de Marsella (infra ( infra,, página 146). La recién ad quirida conciencia gubernamental de la necesidad de cultivar la opinión pública en las provincias pudo en cierta medida ser una respuesta a la rebelión de los campesi nos bretone s en 1675 1675 (de la qu e se culpó a la elite local). elite local). Louvoi Louvoiss trató trató también de pro m ove r la gloria del rey rey me diante publicaciones, publicaciones, con la habitual desmesura. Algunas de esas publicaciones se asociaron con la Académie des Scien ces43 ces43. Más direc tam en te relac iona do con la im im agen de L uis XTV estuvo estuvo otro pro p ro y e c to in ic ia d o (o c u a n d o m e n o s re a c tiv ti v a d o ) p o r Lo uv ois, oi s, la « h isto is to ria ri a m e tálic tá lic a» . La histori historiaa metálica metálica se se planeó como un a relación de l reina do en form a de libro, libro, con grabados de todas las medallas acuñadas para conmemorar acontecimientos particu lare lares, s, dispues dispuestos tos en o rden cronológico y acom paña dos de u n texto texto explicat explicativo ivo.. El he cho de que la petite pet ite académie, académie, que componía inscripciones para las medallas reales, fuera am pliada en 1683 1683,, y de q ue u no de los nuevos miem bros (además de B oileau oileau y Racine) fuera un numismático, Pierre Rainssant, protegido de Louvois, cuya descrip ción de Versalles ya se ha mencionado en este capítulo, revela el interés del ministro
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p o r el p ro y e c to 44. E n sus ú ltim lt im o s a ñ o s, c u a n d o la g u e r r a h a b ía e sta st a lla ll a d o d e n u e v o , Louvois Louvois vigi vigiló ló estrecham ente la form a en que se describía describía en la Gazette, Gazette, criticando al gunos artículos y corrigiendo los borradores de otros45. Como en tiempos de Colbert, el trabajo en equipo era importante. Con todo, po dría sugerirse, sin temor a exagerar, que los proyectos de este período reflejan más la p e r s o n a li d a d d e l m in is tr o (á sp e ro , b ru ta l, c o n te n d e n c i a a p ro p a s a rs e ) q u e la d e l monarca. Las manos son las manos de Desjardins, Mignard, Rainssant, etc., pero la voz es la voz de Louvo is.
Los acontecimientos acontecimientos
En los acontecimientos del período, aunque fue un decenio de relativa paz, puede pe p e rc ib irse ir se u n a c e n to a n á lo g o . E n tr e los a c o n te c im ie n to s e sc o g ido id o s p a r a se r c o n m e morados destacan dos acciones navales, dos episodios diplomáticos, la recuperación del rey de un a en fermed ad y, y, dom inand o con m ucho a los los demás, demás, la Revocaci Revocación ón del Edicto de Nantes. Las acciones navales fueron el bombardeo de Argel en 1683 y el de Génova en 1684 1684,, la prime ra ciudad (parte (parte del Imperio Otom ano) po rqu e e ra un refugio refugio de pi ratas y la segunda (todavía una ciudad-Estado independiente) porque su gobierno había autorizado la construcción de galeras para la armada española. La forma en que esos acontecimientos se representaron en las medallas acuñadas para conmemo rarlos nos dice mucho sobre las actitudes oficiales de la época. En una rezaba la ins cripción «Argel fulminado» [ALGERIA FULMINATA] (figura 39), que entrañaba una analogía entre Luis Luis y jú p ite r (a m en ud o rep resen tado con u n rayo) rayo) (figu (figuras ras 40 y 41), 41),
Figura 39. Alge Algeri riaa fulminat fulminato.: o.: anverso y reverso de medalla, grabado de Méd Médai aill lles es,, 1702. British Library, Londres.
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Figura 40. Hei Heide delb lber erga ga Fulmi Fulminat nato., o., dibujo en tinta para una medalla de «Projets de Devises de l’Académie avant 1694». Manuscript Collections, British Library, Londres. p o r lo d em ás e x p líc lí c ita it a e n o tro tr o s lu g a re s , p o r e je m p lo , las p in tu r a s d e L e b r u n e n V ersalles. Otra inscripción es «Africa suplicante» [AFRICA [AFRICA SU PP LE X]46. X]46. En dos medallas distintas del bombardeo de Génova reza en un lado la inscrip ción «se arrojan rayos a los soberbios» [VIBRATA IN SUPERBOS FULMINA], y en el otro «Génova castigada» castigada» [GENUAEMENDATA] (figura 42) 47. Es el lenguaje del patemalismo llevado a sus extremos. Los artistas y escritores oficiales franceses representaban a me nud o a los los Estado Estadoss inde inde pen dientes como la repúb repúb lica lica genovesa como niños qu e de bía b ía n se r «cas «c astig tigad ados os»» p o r sus su s f a lt a s 4S. Para hu rgar más aún en la herida, se obli obligó gó al Dux de Génova a com parecer per sonalm ente en P arís arís a pre sen tar disculpa disculpass o, en palabras de la Gazette, Gazette, «a someterse» a Luis [jarr [jarree des des soumissions au Roy], Roy ], como había hecho el em bajador argeli argelino no (y como en fechas anteriores del reina do hab ían h ech o los enviados de España y el Pap ado en los casos del carruaje del embajador y los guardias corsos). El Dux llegó a Versalles con cu atro senadores y prese ntó disculpas disculpas con un discurs discursoo d ura nte el cual se quitó el sombrero cada vez que pronunció el nombre del rey. Después de que Luis aceptara con benevolencia las disculpas, y de que el Dux se retirara haciendo tres profundas
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Figura 42. 42. «Génova castigada». castigada». Genua emendata, de emendata, de Franfois Chéron, reverso de medalla, 1684. Departamento de Monedas y Medallas, British Museum, Londres. reverencias, los genoveses fueron obsequiados con una comida, con regalos y con u na visi visita ta acom pañ ada d e V ersalles4 ersalles499. Su Su sumisión se rep rep resen tó y conm em oró no sólo sólo en noticieros noticieros y periódicos sino sino tam bién en u na pin tura de C laude Hallé (figura (figura 43); en un tapiz ejecutado en los Gobelinos; y en medallas con inscripciones como «La sumisión de Génova» [GENUA OBSEQUENS]50.
Figura 43. El Dux Du x de Génova Génova en Vers Versal alle les, s, de Claude Hallé, óleo sobre lienzo, 1685. Musée Cantini, Marsella.
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Otra embajada la de los «mandarines enviados por el rey de Siam» (1686), des p e r t ó cas casii el m is m o i n t e r é s e n los lo s m e d io s d e c o m u n ic a c ió n , sin d u d a p o r q u e res re s pa p a ld ó la a le g a c ió n d e q u e Lu is e r a «el m á s g ra n d e m o n a r c a d e l m u n d o » . C u a tro tr o e d i ciones especiales del Mercure Mercu re G alan al ant t se se de dic aro n a esa visi visita ta y a la la adm iración p or el rey expresada por los visitantes. Sin duda es significativo que se llevara a los siameses a visitar los Gobelinos, la Real Academia de Pintura y diversas obras de arte, entre ellas la Histori Hist oriaa de Alejand Aleja ndro ro de de Leb run. L a em bajada fue a su vez vez representada en pin turas y grab ado s (figura 4 4), b ajorrelieve s y m eda llas 51.
La R evocación evocación
Por lo que a representaciones se refiere, todos los demás acontecimientos del pe ríodo qu ed aro n oscurecidos oscurecidos po r la Revocación Revocación del Edicto de Nantes. La decisi decisión ón del rey de proscribir el protestantismo, que desembocó en la emigración de unos 200.0 200.000 00 franceses franceses,, h a sido a m en ud o criticada criticada po r los los histor historiadores. iadores. Lo que hay que recalcar aquí es la im portan cia de los com entarios favor favorabl ables es en los los medios de com u nicación de la época. Algunos de ellos pueden considerarse obra del gobierno, que así así se se autoglorif autoglorificaba, icaba, pero otros proced ieron de órganos extem os, como los los jesuítas jesuítas o el cler cleroo secular secular.. Si contem plam os las las representacio nes c ontem poráne as de la Revo Revo cación más detalladamente recordaremos que la imagen de Luis XTV no emanaba, como la luz luz del sol sol,, de u n solo solo centro. E ra una prod uc ción con junta de escrit escritores ores,, ar tistas y patronos oficiales y no oficiales. En lo tocante a las las representacion es ofici oficial ales es del acontecimiento, p odríam os em pe p e z a r p o r los lo s p e rió ri ó d ic o s, e s p e c ia lm e n te el Mercure Galan Gal ant t , que dedicó m uch o espacio espacio al tema. Los lectores ya habían sido preparados para la noticia mediante relaciones pre pr e vias vi as d e c o n v e rsio rs io n e s d e e m in e n te s p ro te s ta n te s, q u e s u g e ría rí a n q u e su « p arti ar tidd o » se estaba debilitando por sí mismo, sin recurso alguno a la violencia52. Cada paso hacia la Revocación iba acompañado de aplausos al cristianísimo «celo» de Su Majestad53. Cu ando finalm ente llegaron las noticias noticias del edicto real, real, se publicó con pocos com en tarios 5i. Sin embargo, en ulteriores ediciones se concedió mucho espacio a poemas do nd e se cong ratulaba al rey rey por h ab er d estruido la «insole «insolente nte»» herejí herejía: a: Destruire l’Hérésie insolente et rebelle, C’es C’estt l’un l’un ique T riom ph e oú p réte nd ce gran d Roy Roy. Quel a utre pe ut d on ne r un e gloire gloire plus plus belle?55 belle?55 La Revocación también se presentó oficialmente en medallas, con inscripciones, concebidas por la petite académie, como «la victoria de la religión» [RELIGIO VICTRIX], «la herejía extinguida» [EXTINCTA HAERESIS] , «Los templos de los calvinistas destruidos» [TEMPLIS CALVINIANORUM EVERSIS] , o «Dos millones de calvinistas reinte grados a la Iglesia» [VICIES CENTENA MILLIA CALVINIANORUM AD ECCLESIAM REVOCATA] (véase figura 58) 56. En la estatua de Luis realizada por Desjardins para la Place des Victoires había un bajorrelieve referente a la Revocación. La Académie Royale de Peinture otorgó diplomas a pinturas sobre temas como «el triunfo de la Iglesia» y «la
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LA FABRICA CTO CTON N DF. TITIS XTV XTV
Figura 44. «El mundo rinde homenaje a Luis». Au Luis». Audie dienáa náa del del Rey Rey a la Emba Embajada jada de Siam Siam,, del Almanaque para el año 1687. Biblioteca Nacional, París. herejía pisoteada». Una pintura de Guy-Louis Vemansel (que ingresó en la Acadé mie en 1687) ilustra el segundo tema (figura 45). La Iglesia se representa, como era habitual, en forma de mujer, defendida por Luis, mientras los herejes huyen o caen
LA RECONS REC ONS TRUCCI TRU CCION ON DEL SISTEMA SISTE MA
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Figura 45. «Luis como defensor de la fe». Aleg Alegor oría ía de la Revocadón Revocadón del Edict Edictoo de Nante Nantes, s, de GuyLouis Vemansel, c. 1685.
derribados. Philippe Quinault culminó una carrera de veinte años como libretista de ba b a lle ll e ts y ó p e ra s d e c o rte rt e c o n u n a e p o p e y a titu ti tu la d a L ’hérési hérésiee détruite, y détruite, y Charles Charles Pe rrault escribió escribió u n a oda a los los «nuevos conversos», conversos», felicitándolos felicitándolos a ellos ellos y a su su «ma gnánimo» monarca57. La Revocación fue también celebrada por el clero, lo que no es sorprendente, dado que algunos de sus sus miem bros ha bían instado instado al rey rey a prom ulgarla. De hech o, se ha a ducido que en esa ocasión el clero util utilizó izó a Luis Luis com o «instrumen «instrumen to» de sus pro pio p io s f i n e s 58. El E l p a n e g ír ic o m ás c é le b re d e l rey re y p o r esa es a m e d id a c o n c re ta es u n s e rm ó n p r o n u n c ia d o p o r B o ssu ss u e t e n el f u n e r a l d el e x m in istr is troo M ich ic h e l L e T e llie ll ie r, e n el q u e se llamaba a Luis «este nuevo Teodosio, este nuevo Marciano, este nuevo Carlom ag no »59 »59. Los jesuítas jesuítas e n particular trab ajaron m ucho sobre el tema. tema. P hilibert Quartier, tier, pro feso r del colegio de los jesuitas de París, París, po co an tes reba utiza do LouisLouis-le le-Grand, alabó al rey «por haber extinguido la herejía» [pro extincta haeresí ]. ] . El tema del ballet del colegio en 1685 fue «Clodoveo», el rey que estableció el cristianismo en Francia. Dos añ os desp ués, otro jesuíta, Gab riel Le Jay, escogió «el triunfo triunfo de la reli reli gión» como tema de su panegírico, sus inscripciones y sus divisas60. Vistos en retros pe p e ctiv ct ivaa , los b alle al lets ts y o ra c io n e s d e f e c h a a n t e r io r , c o m o Constantin: le triomphe de la reli
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gion gio n (representado en 1681 1681,, el año en que Estrasburgo Estrasburgo se reintegró a la la fuerza al ca tolicismo tolicismo ), y Ludo Lu dovi vicu cuss Piu P iuss (1683 (1683)) 61 po drían interp retarse com o u na forma de apoyo de los los jesuitas jesuitas a la cam pañ a antiprotestante. Otras reacciones a la Revocación, dentro y fuera de Francia, fueron mucho me nos favorables. En retrospectiva, es evidente que hizo más mal que bien a la imagen real, real, que h abría de emp añarse aú n más en ulteriores años del reinado .
VIII OCASO
«Si l’affaire de Hochstet lui a été plus desavantageuse qu’á ses Ennemis, en ce que ses Troupes ont été obligées de leur céder le champ de Bataille, ils ont perdus beaucoup plus de monde que lui». Merc Mercur uree Galant Galant,, octubre de 1704, sobre la batalla de Blenheim
En 1688, Luis XTV tenía cincuenta años. Llevaba en el trono cuarenta y cinco, y desde hacía veintisiete gobernaba en persona. Era, para los criterios del siglo xvn, un anciano. Nadie podía imaginar que su reinado duraría aún un cuarto de siglo. El rey no estaba en buena forma física, pues había tenido que someterse a dos operaciones a fines deldecenio del decenio de 1680 1680.. De result resultas as de la prim era pe rdió la mayoría de sus sus dien dien tes. es. La segu nda op eración , más grave, grave, tuvo tuvo po r objeto curar un a fístula fístula —en ferm e dad descrita en círculos oficiales mediante eufemismos como «indisposición» (Mlle de Scu déry escribió escribió un m adriga l sobre «la indisposición d e Su Majest Majestad») ad») o «incomo didad» [incommodité\ 1. C 1. C om o c onsecu encia de sus enfermed ades, Luis Luis se se hizo hizo más se se dentario. De hecho, en 1692, tras llevar a la corte al sitio de Namur, el rey renunció definitivamente a salir en campaña. Luis fue perdiendo movilidad a medida que se agravaba la gota que padecía. En sus sus último último s año s se le le veía a veces veces desplazarse en sill sillaa de rueda s (su (su roulette) roulette) por el pa lacio lacio y los los jardin es de Versal Versalle les. s. Aun qu e seguía cu idand o su aspecto personal, hasta el punto de que un día de 1704 se resfrió porque pasó demasiado tiempo decidiendo cuál de sus pelucas iba a llevar, empezaba a desaparecer de la vista del público2. El coucher público coucher público se abolió abolió e n 1705 1705,, y las las representacio nes del q ueb rantad o cuerpo del rey se hicieron menos frecuentes tras el famoso retrato de Rigaud de 1701 (véase fi gu ra 1) y la ima gen en ce ra de Benoist, realizada realizada e n 1706 (figura 46). Tam bién en políti política ca se manifestó manifestó un a tendencia d escendente. La segunda m itad itad del prolongado período de gobierno personal conoció menos éxitos que la primera. Fue u n pe ríod o sin paz y sin victori victoria. a. La org ullosa divis divisaa «no inferior a muc hos», NEC PLURIBUS IMPAR IMPAR (figura 47) debía parecer cada vez más improcedente en un período en el que F rancia se mostraba incapaz d e de rrotar a la Gran Alianza Alianza de sus enemigos. La gue rra de la Liga Liga de Augsburgo duró de 1688 a 1697, y la Guerra de Sucesión es pa p a ñ o la d e 1702 170 2 a 1713 17 13.. F u e ro n g u e rr a s co stos st osas as,, q u e d e ja ro n m uy e n d e u d a d o al Es-
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Figura 46. «Luis envejecido». Intrato de Luis XIV, XIV, de de Antoine Benoist, cera y medios diversos, 1706. Cháteau de Versailles.
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Figura 47. La divis divisaa de Luis «no inferior infe rior a muchos», Nec muchos», Nec pluribus pluribus impar, impar, revers reversoo de u na medalla medalla d eJea eJ ea n Warin, 1674 1674.. C abinét abiné t des Médaille Médailles, s, Biblioteca Nacional, París. París.
tado, y a pesar de éxitos concretos, especialmente en el primer caso, contribuyeron po p o c o a la g lo ria ri a d e l rey, rey , T a l fu e el ju i c io d e sus su s c o n te m p o r á n e o s , fra fr a n c e se s y e x tr a n je ros, ros, así así como el veredicto veredicto de historiadore s más mo derno s. Por esas razones, los últimos veinticinco años del reinado constituyeron lo que p o d e m o s lla ll a m a r el «oca «o caso so»» re a l. E n c o n s e c u e n c ia , y a fin fi n d e d e s c u b r ir c ó m o a b o r d a ron el problema los creadores de imagen, será necesario analizar aún más detenida m en te que antes las las posible posibless discrepancias en tre la imagen pública de l rey rey y la reali reali dad tal como la percibían sus contemporáneos. En este difícil período, Luis no contó con el asesoramiento y apoyo de ministros del calibre de Lionne, Le Tellier y Colbert. La última de las principales figuras, Lou vois, murió en 1691. Otros funcionarios, como Villacerf (un miembro del clan de Col b e r t q u e fu e n o m b r a d o surin su rinte tend ndan antt des bátiments bátim ents en en 1691, pero que dimitió tras un es cándalo financiero en 1699) o Pontchartrain (que sucedió a Louvois en la dirección de las las academias) no estaban a la misma altura. El más capaz de todos ello elloss fue pro ba ble b le m e n te el m a rq u é s d e T orcy or cy , so b rin ri n o d e l fa f a m o so C o lb e rt, rt , n o m b r a d o e n 1696 16 96 S ec re re tario tario de Estado pa ra Asuntos Asuntos Exteriores, Exteriores, po r lo que un a de sus funciones era ocuparse de la imag imag en pública del del rey rey en el extranjero, extranjero, esp ecialmente du ran te la Gue rra de Su Su cesión española3. El interés de Torcy por pensionar a escritores y crear academias (fundó una academia de política) sugiere un retomo consciente a la política de su tío. Tam bién los los arti artist stas as y escrit escritores ores que creab an la imag en real eran me nos distingui distingui dos que antes. No había un nuevo Moliere ni un nuevo Racine, sólo dramaturgos de m en or calibre, calibre, como La Chapelle. La esc escas asez ez de talento h a induc ido a los los historiado res a ha blar d e u na «cr «crisis isis de de la literatura francesa en ese ese p er ío d o 4. No ha bía sustit sustitu u tos eficaces para Lully (que murió en 1687) o Lebrun (que murió en 1690). Los nue
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vos decorados de Versalles, Marly y el Grand Trianon fueron obra de artistas meno res como R ené An toine Houasse (ex proteg ido de L eb run ), Noel Coypel Coypel,, Charles Charles de Lafosse, Jean Jouvenet y Franfois Desportes5. El escultor Girardon siguió en activo, pe p e ro p a r a 1700 170 0 h a b ía p e r d id o el fav fa v o r re a l, y e n c u a lq u ie r ca so te n ía m ás d e 70 añ o s. La Revocación del Edicto de Nantes fue causa de la emigración de algunos artistas al servicio del rey, como Daniel Marot, que se adhirió a Guillermo de Orange. En la corte se se siguieron siguieron p resen tand o espectáculos espectáculos magníficos magníficos hasta que la mu erte del Delfín y nieto de Luis, el Duque de Borgoña, los hizo inoportunos, pero eran obra de figuras relativamente poco importantes, como los compositores André Destouches y Michel-Ric Michel-Richard hard de Lalande, o el po eta An toine d e L amo tte. tte. R acine acine sobrevi sobrevi vió hasta 1699 y Boileau hasta 1711, pero Racine ya no escribía teatro y el trabajo de Boileau no estaba ya a la altura de sus mejores obras. El escritor de más talento de la jo v e n g e n e ra c ió n , J e a n d e L a B ru y é re , a la b a b a p e r ió d ic a m e n t e al re y y su p o líti lí ticc a 6, p e r o e r a m ás c o n o c id o c o m o c ríti rí ticc o d e la s o c ie d a d c o r te s a n a d e su tie ti e m p o . Qued aban el arquitect arquitectoo Jules Jules H ardou in M ansart ansart,, que fue no m brado surin su rinte tend ndan ant t des bátiments bátiments en 1699, el escultor Antoine Coysevox, designado director de la Real Academia en 1702, y el retratista Hyacinthe Rigaud, que fue ennoblecido en 1709. Aunque los tres destacaban por sus dotes artísticas, no eran sustitutos adecuados de la constelación de talentos q ue antes h ab ía servido al al rey sol sol. El patrocinio patrocinio de la corte y el patroc inio del Estado —categorías superpuestas pero no coincidentes— empezaron a fragmentarse cada vez más. Lo que podrían llamarse cortes «saté «satéli lite tes» s» de los los duqu es de Bo rgoñ a y O rleans se conv irtieron irtieron en cen tros cada vez vez más impo rtantes de patrocinio de la pin tura y la música. música. A la la m uerte de Louvois Louvois se separó la dirección de los edificios reales y las academias reales, como consecuen cia cia de lo cual la petite académ ie p erdió su anterio r cone xión con la arqu itectura y se cen tró aú n más en las las meda llas y las las inscripciones. inscripciones. En cualquier caso, los problemas financieros del Estado ponían límites naturales a su patrocinio. El período 1689-1715 se puede describir perfectamente como el de «la «la Gran Austeridad». Austeridad». La fundición del m obiliario de plata d e Versalles Versalles en 1689 1689 no es sino el ejemplo más célebre de la repercusión de la guerra en las artes. La construc ción y decoración de Versalles se interrumpió durante un tiempo. A la muerte de Louvois, la labor de reconstrucción de la Place Vendóme se interrumpió por orden del rey. El pago de pensiones se suspendió, como también las actividades de la im p r e n ta re a l. L a h is to ria ri a m e tá lic li c a se re tra tr a s ó , y la A c a d e m ia d e C ien ie n c ias ia s tuv o q u e a b a n donar alguno de sus proyectos más prestigiosos, como la Histoire Histo ire des plan pl ante tes’ s’’. ’. El presen te capítulo, capítulo, do nd e se analiza analiza más deten idam ente la imagen del rey enve je c id o , se c e n tr a e n d o s tem te m as: as : la re p r e s e n t a c ió n d e las g u e r ra s e n u n p e r ío d o sin si n vic torias, y la finalización de dos importantes proyectos para la glorificación del rey, la colosal colosal estatua de la Place Louis le G rand y la historia metálica oficial oficial del reinad o.
Operaciones militares
Los avatares de la guerra de la Liga de Augsburgo, que duró diez años, de 1688 a 1697, se celebraron en prosa y en verso, si bien no a la escala característica de los
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años sesenta sesenta y setenta. setenta. Th om as l’H l’H era ult de L ionn iére publicó u na h istoria istoria de los los he chos militares de 1689 en forma de panegírico. Boileau escribió una oda sobre la toma de Namur, que también se conmemoró en pinturas y grabados8. Esos aconteci mientos se celebraron también en al menos 45 medallas. Dieciséis representan bata llas terrestres o marítimas, entre ellas Fleurus (en Flandes), Staffarde (en el Piam o n t e ) , L e u z e , S t e in i n k i r k e , P f o r z h e i m , N e e r w i n d e n , M a r sa sa g li l i a y T e r 9. 9. V e i n t e medallas celebran la conquista de territorios o la captura de ciudades, entre ellas Mons, Niza, Namur, Charleroi y Barcelona —sin contar la célebre medalla acuñada p a r a c e le b r a r la d e s tr u c c ió n d e H e id e l b e r g y d e s p u é s e lim li m in a d a (fig (f ig u ra 48) 48 ) 10. M e d a llas sobre la toma de Cartagena, en América del Sur, y la derrota de la flota inglesa en el Ca na dá 11 ayudan al espectador a co m pren der la escal escalaa del teatro teatro de operacio nes de esa «primera guerra mundial», como la ha llamado recientemente un histo riador. Al mismo tiempo, una comparación con anteriores campañas revela una cierta degradación del valor de las medallas. Se conmemoraban acontecimientos de relati vamente poca importancia: el salvamento de un convoy de grano atacado por el ene migo, la marcha del Delfín al Scheldt, o el hecho de que un bombardeo enemigo no lograra destruir Dunquerque (DUNKERCAILLAESA), circunstancia que suscitó las bur las las de Ad dison («¿De («¿De qué pu ed en jactarse aq uí los los frances franceses?») es?») ls. ls. Se acuñ ó incluso un a m edalla conm em orativa de la distribución distribución de m edallas edallas a m arineros frances franceses. es. Las medallas conmemorativas de la Guerra de Sucesión española, 1702-1713, re velan con algun os sile silencio ncioss elocuen tes qu e los los asuntos de Francia no ibán bien. Doce años de guerra generaron sólo 24 medallas. Junto con las que celebran nueve victo rias rias en com bate y la tom a de on ce fortaleza fortalezass enem igas, dos medallas medallas se refieren a la
Figura 48. «El saco de Heidelberg», Hei Heide delb lber erga ga Del Delet eta, a, dejéróme dejéróme Roussel, reverso de medalla, c. 1690 1690.. Departa De partame mento nto de Monedas M onedas y Medallas, Medallas, Brit British ish Museum, Londres.
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liberación liberación de forta fortalez lezas as frances francesas as (Tou lon y Lan drecies), reveladora adm isión isión de que Fran cia luch aba a veces veces a la la defensiva 13. Dos m edallas n o co nm em ora n victori victorias as o conquistas sino sino sim plem ente las las «camp añas» d e 1712 y 1713 1713 w. En cualquier caso, los nombres de las victorias (Luzara, Fridlingen, Ekeren, etc.) despiertan u n eco poco familiar familiar e incluso incluso vací vacíoo p ara cu alquier espec tador consciente de los entonces recientes hechos de armas de Blenheim (1704), Ramillies (1706), Oudenarde (1708) y Malplaquet (1709), confrontaciones en las que los ejércitos al m ando del Duqu e de M arlborough arlborough y el el Príncipe Eugen io de Saboya Saboya derrotaron a la la s tropas fran francesa cesas. s. De he cho , M alplaquet costó costó al enem igo más bajas bajas que a los france ses, pero la falta de una medalla conmemorativa sugiere que Luis no consideró el acontecimiento digno de celebrarse. La demanda de Victorias aladas y coronas de laurel disminuyó. Tam bién es reveladora la forma en que esas esas batallas batallas se se describieron en la prensa ofici oficial al de la época. Las cartas privadas del rey son testimonio suficiente de qu e estaba al tanto d el desastre 15. Sabemo s tam bién que las noticias de la de rrota del ejército ejército francés y la la captura de su com and ante, el mariscal mariscal Tallard, en la batalla de Blenh eim (también llamada batalla de Hochstádt), en Baviera, sobresaltó a la corte. Madame de M aintenon, en un a carta escrita escrita poco después de la llegada llegada d e las noticias noticias a Versa Versa lles lles,, co m entab a la aflicci aflicción ón del rey (la peine du Roi), Roi) , así como la serenidad y resigna ción con que recibió las noticias16. El Mercure Mercu re Galan Ga lant t trató de sugerir que en cierto sentido sentido Blenheim Blenheim no había si sido una derrota, porq ue el enemigo había «perdido m u chos más hombres» que los franceses, pero algunos contemporáneos, como el mar qués de Surville, destacaron la vacuidad de esa alegación y la forma en que el go b i e r n o t r a t ó d e d i s t r a e r l a a t e n c i ó n p ú b l i c a d e la d e r r o t a o r g a n i z a n d o inmediatam inmediat am ente un TeDeum para TeDeum para celebra r u n a victoria victoria na va l17 l17. Si uno se limitara a examinar la Gazette Gazette de 1708, año de la derrota de los duques de Vendóm e y Borgoña en la batalla batalla de O ude nard e, y también de la pérdid a de Lill Lille, que daría convencido de q ue ese año no se celebró n ing un a ba talla18 talla18. La Clef du Gabi Gabi net, net, una publicación mensual no oficial, trató de sugerir que Oudenarde no había sido sido un a derrota, la Gazette hizo pocas referencias referencias a la g ue rra desde la publicación publicación en marzo de un informe de Bruselas en el sentido «de que la gente de este país está en extremo descontenta con la forma en que es tratada por los Aliados, que están arrui nando su comercio», y las noticias llegadas en julio de España de que los franceses habían tomado Tortosa, acontecimiento celebrado con un TeDeum, hog ueras y otras otras manifestaciones de júbilo público 19. El Mercu Me rcure re G alan al ant t describía la confrontación como «combate» y no como «batalla», y añadía que las pérdidas de los Aliados ha bía b ía n sid o « in fin fi n ita it a m e n te» te » m a y o re s, y q u e « h a b ría rí a m o s v e n c id o d e h a b e r sid si d o p o sib si b le atravesar los setos» 20. De esa forma, Oudenarde quedó degradado a la categoría de acontecimiento menor, cuando no de acontecimiento inexistente. En ese difícil p e rí o d o p o c o h a b í a q u e c e le b ra r, c o m o n o f u e r a la s e r e n id a d d e l rey re y a n te el d esas es as tre, o -—para usar la la expresión estoica adop tada p or la petite académ ie en u n a m eda lla de 1715— su «constancia» n . Torcy ensayó entonces otro método, y en 1709 escribió en nombre del rey a los obispos obispos y los los gob ern ad ores de las las provincias provincias sustituyend o las tradiciona tradiciona les referencia s a la gloria gloria po r expresiones de celo p o r el pue blo. Luis Luis es pre sentad o n o com o u n a fi fi
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gura distante, sino como el padre de su pueblo, deseoso únicamente de que éste pu diera «reposar». «Mi afecto a mi pueblo es tan grande como el que tengo a mis pro pio p io s hijo hi jos» s» 22. N o e r a n e x p re s io n e s to ta l m e n te n ue v as; as ; las la s in s c rip ri p c io n e s d e la G ra n d Galerie destacan a veces la «paternal solicitud de Su Majestad por el bien de sus pue blos bl os»» [les soins patemels que Sa Majesté a pour le bien de ses peuples] peuples] 23. Con todo, el cam bio b io d e o ri e n ta c ió n fu e m u y n o ta b le .
Asu ntos nto s internos intern os
Muy pocos aco ntecimien tos civi civilles o interno interno s d e este períod o del reinado, a pesar de su duración, duración, se conm em oraron con medallas. medallas. Una excepción fue la recup eración del rey de su operación de fístula en 1687, que también se celebró con una reunión ex traordinaria de la Académie Frangaise, con la presencia del rey en una comida en el H otel de Vill Ville, e, con escu lturas lturas (figura (figura 49) y con u n a avalanch a de odas y sonetos, todo ello ello detenida m ente reseñad o en la p ren sa 24. Tam bién se se acuña ron m edallas edallas pa ra con m em orar el establec establecimient imientoo de la Orden de San Luis (1693), la boda del duque de Borgoña (1697), la inauguración de una estatua del rey (1699), la creación de un consejo de comercio, varios edictos contra el lujo y la mendicidad, y la accesión de Felipe de Anjou al trono de España (todo ello en 1700). Se observará que en dos de esos casos, con una circularidad que ya se ha señalado varias veces veces (páginas 24 y 68), la la glorificación glorificación d el rey rey en un m edio se ce lebra ba a su vez en o tro. Los acontecimientos internos más memorables de la última parte del reinado fue ron en realidad infortunios, desde la hambruna de 1693, la revuelta de los protestan tes de las Cévennes en 1702 y el duro invierno de 1709 hasta la muerte del Delfín en 1711 y del duque y la duquesa de Borgoña en 1712 25. En esas circunstancias, poco había que celebrar como no fueran los medios de expresión mismos. Había una ver dadera necesidad de compensación psicológica o, en palabras de contemporáneos como Survill Survillee (pág ina 110), de d istraer la la atenc atenc ión. La fundación de la Orden de San Luis fue el punto culminante de una identifica ción, o al menos de un paralelismo entre los dos reyes trazado desde la infancia misma de Luis (como se hizo en el caso de su padre, Luis XIII). Por ejemplo, el 25 de agosto de 1648, día de la festividad del santo, el rey, que a la sazón de diez años, oyó un p ane gírico del santo en la iglesia iglesia de los Jesuítas d e St A ntoine. En 1668, 1668, el es es tudioso Charles Du Cange publicó una edición de una biografía medieval de San Luis, Luis, dedicada al rey rey,, do nd e se com parab a a ambos gob ernan tes. Se sabe sabe que se reali reali zaron al menos tres imágenes de San Luis con los rasgos de Luis XIV, fechadas apro ximadamente en 1655, 1660 y 167526. En el curso del reinado se institucionalizó la comparación, y la fiesta del santo se convirtió en ocasión de honrar al rey. En 1669, por ejemplo, tomó la forma de un fest estival ival en St Germ ain, con la rep resen tación de u na ob ra d e M oliere27 oliere27. La Académie Frangaise adoptó la costumbre de celebrar el 25 de agosto con el otorgamiento de un premio en forma de medalla del rey, y también con un panegírico donde se com bin b in a b a n las a la b a n z a s a los lo s d o s L u is e s 2S. P a r a la o c a s ió n se c o m p o n ía n m o te te s, y e n
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Figura 49. «Luis se recupera de la enfermedad». Aleg Alegarí aríaa de la recup recuper erac ació iónn del del rey rey, de Nicolás Coustou, relieve en mármol, 1693. Louvre, París.
1703 1703 se se entreg ó un a m eda lla al al rey rey precisam en te ese d ía 29. La estatua del rey erigida en Poitie Poitiers rs se se inaug uró el día de San Luis. Luis. La funda ción po r Madam e de M aintenon, en 1686, de las «damas de San Luis» (una escuela para damas pobres en Saint-Cyr), como la fundación de la Orden de San Luis en 1693, fue manifestación de una ten den cia más g e n e ra l30 l30. T am bién lo fue la capilla capilla de Versall Versalles, es, que a su vez vez co nten ía un a capilla capilla dedicad a a San Luis y deco rada con escenas de su vida vida..
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Figura 50. Transporte de la estatua de Luis XTV en 1699: Salida del Convento de los Capuchinos, de René Aruoine Aruoin e Houasse, Ho uasse, óleo sobre lienzo, c. 1700. 1700. Musée de la Ville Ville de Paris, Paris, Musée Camavalet, París.
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Figura 51. Transporte de la estatua de Luis XIV en 1699: Llegada a la Place Vendóme, de Vendóme, de René Antoine Houasse, óleo sobre lienzo, lienzo, c. 1700. Musée de la Vijle de París, Musée Camavalet, París.
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L a inauguración de la estatua de Girardon para la Place Louis-le-Grand, el 13 de agosto agosto de 1699, 1699, se se celebró con tanto fervor fervor com o u na gran victori victoria. a. La estatua misma (véase página 24) era colosal. Por orden del rey, René Houasse representó en dos pin p in tu ra s el tr a n s p o r te d e la e s ta tu a a la p la z a (fig (f ig u ras ra s 50 y 5 1 ). D e s tru tr u id a d u r a n t e la revolución francesa, la estatua es conocida no sólo por los grabados (figura 52) (como la de Desjardins en la Place des Victoires) sino también por reproducciones en miniatura (de las que nos han llegado seis), que a su vez eran una forma más de pu p u b lic li c id a d (véase (vé ase fig fi g u ra 5 3 ). Para inaugurar el monumento, la municipalidad de París construyó a orillas del Sena un «Templo de la Gloria», montado en una roca (como la famosa estatua del rey por Bernini) a fin de mostrar las dificultades del camino hacia la gloria (figura 54). Hubo también un magnífico despliegue de fuegos artificiales, con representa ciones ciones no sólo sólo de H ércules, Alejandro, C lodoveo y Carlom agno — figuras figuras tradiciona tradiciona les del rey-— sino también de Perseo, Jasón, Teseo, Ciro, Teodosio, Fabio, Pompeyo,
Figura 52. «El coloso». Estatua Estatu a ecue ecuest stre re del re rey, grabado anónimo de la estatua de Girardon, c. 1697. British Library, Londres.
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Figura 53. «Reproducción en miniatura». Estatua ecu ecuestr estree de Luis XTV, maqueta para la estatua de la Place Luis-le Luis-le-Gr -Grand, and, 1691. 1691. The Metropolitan Metro politan Museum of Art, Art, Nueva Yor York, k, Hewitt Fund, . 1911. César, César, Felipe Felipe Augusto y En rique IV. El jesu íta M enestrier, a sus 68 68 años, e m ergió de su retiro retiro para co nm em orar las las celebraciones e n un follet folletoo ilu strad o31 o31. Menestrier también había participado —extraoficialmente— en otra gran em p re s a p a r a la g lo rifi ri ficc a c ió n d e l rey, re y, la h is to ria ri a m e tá lic li c a d e l r e i n a d o p la n e a d a d e sd e h a cía tanto tiempo. La petite académie empezó a trabajar en ese sentido a mediados del decenio de 1680, pero inicialmente no logró progresar mucho. En 1689, Menes trier, trier, que no tenía nada que ver con la academia, pu blicó su prop ia historia historia metáli metálica, ca, titulada Histoire d u roy roy L ouis ou is le Grand Gra nd p a r les les médailles. médailles. El libro contenía grabados de 122 medallas conmemorativas de los acontecimientos internos e internacionales del reinado, reinado, jun to con jeto con jetons ns y u na selección de inscripciones, em blema s y divi divisa sass qu e glo rificaban al rey. La academia consideró que la publicación violaba su monopolio, com o ev idencian sus sus protestas con ocasión d e u lteriores ed iciones d el lib ro 3S. Ello Ello re cuerda la forma en que Antoine Furetiére le tomó la delantera a la Académie
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(Oesse (Oesseú) ú)dt dttt f i ’u d'/ v'hfice clresje su r la. la. Ruuerc de seyn c Pour Pour (frectio n de La Sta S ta tv e ¿ a tiíJ ti íJ h 'e de L o i iu Le G r a n d * Per P er Lc j ordres ordres de M . le rr eiio st des de ¿tí VilLe dt ? Pari'j Pa ri'j le.i¡ a o i u t . i é q a
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Figura 54. £Z Templo de la Gloria, Gloria, grabado de Guérard, en C.-F. Menestrier, 179 a 5. Briüsh Li brary, Lond Lo ndres res..
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Frangaise publicando su dicáonario dicáonario en 1684 (diez años antes que ellos). El trabajo en equipo no es necesariamente más eficaz que el de un individuo emprendedor. Ante el reto de Menestrier, y liberada de sus responsabilidades con respecto a los edifici edificios os reales reales (1691), la A cadem ia im im prim ió m ayor c elerida d a su trabajo. A finales de 1695 1695,, la historia ha bía llegado a 1672. En 1699, 1699, el rey empe zó a m anifestar su «im «im pa p a cien ci en c ia» ia » p o r v e r im p re s a la h is to r ia m e tá lic li c a o ficia fic ial.l. E sta st a se p u b lic li c ó f in a lm e n te e n 1702 1702,, en un suntuoso volume n infolio de infolio de la im pren ta real real,, en un interva intervalo lo en tre gue rras en el que era algo menos difícil encontrar dinero para tan grandiosos proyectos (figura 55). También se publicó una edición más barata in quarto. quarto. Titulada Médailles Méda illes sur su r les les prin p rin cip ci p au x événements événem ents de L ou is U Gran Gr and d (la palabra «historia» no aparece, sin duda para distinguir la obra de la de Menestrier), contenía grabados de 286 meda llas, dispuestos en orden cronológico; la decisión de excluir ciertas medallas se tomó al más alto nivel. El texto explicativo incluye no sólo descripciones de la iconografía de las medallas sino también «explicaciones históricas» de los acontecimientos con memorados. En otras palabras, el libro constituía lo que tantas veces se había encar gado a muchos historiadores reales sin haberse llegado nunca a publicar, una histo ria ofici oficial al del rein ad o. Se ord en ó a los los intendants que tuvieran tuvieran esa obra de referencias en sus escritorios. escritorios. El rey mismo participó en la revisi revisión ón de la segu nd a edición de la obra, que con te nía 318 medallas, pero no llegó a ver los resultados. Cuando el libro se publicó, en 1723, Luis llevaba ya ocho años en la tumba. De hecho, las dos últimas medallas del volumen volumen co nm em oran la mu erte del rey rey..
Las escenas finales
La postrera enfermedad de Luis XIV se escenificó hasta el fin, con varias escenas en el lecho de muerte en las que el rey se despidió de sus cortesanos e impartió consejos a su su bizniet biznietoo y sucesor sucesor,, un niño de cinco años. Su Su com entario más reco rdad o fue q ue «he am ado la guerra demasiado: no m e imitéis imitéis en eso, como tampo co en mis excesi excesi vos gastos» [J’ai ai trop trop aimé la guer guerre: re: ne m'imitez m'im itez pas en cela, cela, non no n plu s que dans da ns les les trop trop grangra ndes dépenses dépenses que j ’ai faites] 33. Las relaciones oficiales del funeral del monarca dan una impresión de magnifi cenci cencia. a. La cerem cerem onia debió ser tanto más impresionante cuanto que n o se había ce lebrado un funeral po r un rey de Francia desde 1643. 1643. Sin Sin em bargo, la actitud del pú blic bl icoo , s e g ú n test te stig igoo s c o n te m p o r á n e o s , fu e m á s d e alivi al ivioo q u e d e jú j ú b i l o 34. Se publicaron más de 50 oraciones funerarias por Luis35, que dieron a los predi cadores una oportunidad única de resumir el reinado y de hablar sin que el rey los oyera. Algunos de los predicadores prefirieron centrarse en la muerte del rey, des crita como buena muerte en el sentido cristiano, y también como un «magnífico es pe p e c tác tá c u lo » d e c o ra je y c o n s ta n c ia 36. O tro tr o s se p e r m i t ie r o n d e c ir m á s s o b re la v ida id a y el remado de Luis; llegando incluso a criticar su sentido moral, especialmente en los tiempos tiempos e n que el joven rey era «esc «escllavo avo de sus sus deseos» deseos».. Tam bién se hicieron refe ren cias a «los males y miserias ocasionados a Francia por guerras demasiado frecuentes» [ les maux et les miséres que de trop fréquentes guerres ont attiré sur la France] 37.
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Figura 55. «Celebración de la celebración de Luis». Frontispicio del Méda Médaill illes es de de la Academia, 1702 1702,, grabad o de Luis Simonn Sim onneau eau según un dibujo d e Noel Coypel. Coypel. Briti British sh Librar)' Librar)',, Londres.
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Figura 56. «Desluisificación». Detalle de Knsei Knseigne gne de Gers Gersai ainl nl,, de Antoine Watteau, cartel para tienda, 1721 1721.. Schloss Schloss Charlottenb Charlo ttenburg, urg, Berlín. Berlín.
Con todo, el tono general de los sermones fue triunfalista, hasta el punto de evo car, car, incluso desde el púlpito, las las victorias victorias en F landes y la hum illación illación de Argel y Gé nova. También se mencionó el amor de Luis a las artes. Ni que decir tiene que el celo religioso del difunto rey y sus obras de caridad (en especial la fundación de los Invalides Invalides y de StSt-Cyr Cyr) recib ieron cum plida alabanza. Una imagen final del rey quedó estampada en su última voluntad y testamento, redactados en Marly en 1714, y en una carta escrita pocos días antes de su muerte pa p a ra ser se r e n tr e g a d a al D e lfín lf ín e n 1727 17 27,, c u a n d o c u m p lie li e ra los lo s 17 a ñ o s 38. E n la c a rta rt a se aconsejaba al futuro Luis XV que nunca rompiera con Roma, que prefiriera la paz a la guerra y que no elevara los impuestos. Cabe preguntarse si debemos interpretar este texto como reconocimiento de los errores del reinado o como un último es fuerzo fuerzo por causar causar una bu ena impresión impresión a la posteri posteridad. dad. Si su objetivo fue el segundo, parece que no lo alcanzó. La muerte del rey fue su cedida por una avalancha de comentarios irreverentes sobre el reinado (infra ( infra,, capí tulo X). Parece que en la Regencia prevaleció una actitud de reacción contra el rey, elegantemente simbolizada por Watteau en su famosa imagen (figura 56) de la tienda de un marchante de arte do nd e se ve un retrato de Luis, Luis, que ya no interesaba, cam ino del sótan o 39 39.
IX LA CRISIS DE LAS REPRESENTACIONES
Le changement des temps et des affaires peut obliger á supprime r ou á corriger. Bignon
H ab ía enojosas discrepancias e ntre la im age n oficial oficial del rey rey y la realidad co tidiana tal tal como la percibían incluso contemporáneos relativamente bien dispuestos con el mo narca. Aunq ue, natu ralm ente, esas esas discrepanci discrepancias as n o eran un a característi característica ca exclu exclusi siva va de ese gobernante concreto, complicaban la labor de artistas, escritores y otros encar gados de lo que p od ría deno m inarse la «gesti «gestión» ón» de la image n real. real. Por ejemplo, Lui Luiss no e ra un h om bre alto. alto. Sólo Sólo m edía alreded alreded or de u n m etro se se senta. La diferencia entre su altura real y lo que podría llamarse su «altura social» te nía que camuflarse de varias formas. Su hijo, el Gran Delfín, era más alto, pero «en pin p in tu r a s y g ra b a d o s h a b i tu a lm e n te se le situ si tu a b a d e m a n e r a q u e n o re s u lta lt a ra lla ll a m a tivo» ivo» La pe luc a y los tacones altos (figuras (figuras 1 y 57) co ntribu ían a ha ce r más im pre sionante a Luis. La peluca disimulaba también el hecho de que el rey había perdido b u e n a p a r te d e su c a b e llo ll o c o m o c o n s e c u e n c ia d e u n a e n f e r m e d a d p a d e c id a e n 1659. 165 9. También los retratos solían mejorar su aspecto, aunque Luis se dejó retratar enveje ciendo, e incluso sin dientes ( sup ( supra ra,, página 38). También hay que analizar otro tipo de discrepancia. En algunos casos, ya señala dos (páginas 61 y 110), se ponían de manifiesto contradicciones evidentes entre las relaciones oficiales de los hechos del rey y la información procedente de otras fuen tes. El mito del héroe invencible era obviamente incompatible con las derrotas fran cesas, y la forma en que los medios oficiales resolvieron —o no lograron resolver— esos esos inciden inciden tes resulta resulta reveladora. reveladora. Algunos acontecimientos se celebraron en u n mo mento dado y después se ocultaron, como el célebre caso de la destrucción de Heidelberg por tropas francesas (supra, (supra, página 109). Como discretamente declaraba el abbé Bignon (censor oficial, y posteriormente cabeza de todas las academias france sas), «Los cambios de la situación política pueden obligar a suprimir o corregir» la información8. También es posible encontrar ejemplos contrarios, es decir, celebraciones de acontecimientos que no habían sucedido, de lo que el historiador americano Daniel Boorstin ha llamado «pseudoacontecimientos» 3. Alrededor del año 1670, un gra-
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Figura 57. 57. «Un estudio histórico», frontispicio de The París Sketchbook, de Sketchbook, de Titmarsh (W. M. Thackeray), 1840. British Library, Londres. b a d o d e S é b a stie st ie n L e c le rc r e p r e s e n ta a L u is v isit is itaa n d o la A c a d é m ie d e s S c ien ie n ce s (vé ase ase figura figura 18), cuan do esa visi visita ta no ha bía tenido lug ar4. ar4. Estos ejemplos ponen de manifiesto lo que podrían llamarse problemas «recu rrentes» o incluso «normales» de la representación oficial de los gobernantes. Sin embargo, en la segunda mitad del siglo xvil se planteó otro tipo de problema o con ju j u n t o d e p ro b le m a s. L la m a ré a e ste st e c o n ju n to , c a r g a n d o tal ta l vez los lo s tin ti n te s d ra m á tic ti c o s, «la crisis de las representaciones» del siglo xvn, y lo dividiré en dos partes, la deca dencia de la antigüedad y la decadencia de las equivalencias. La decadencia de la antigüedad como modelo cultural en la Francia del siglo xvn se estudia generalmente en el contexto del conflicto [querelle] en [querelle] en tre los antiguo s y los los m ode rnos, o, com o lo llam llam ó Jo na th an Swi Swift, la « batalla batalla de los libros». libros». El deb ate al al canzó su punto culminante a finales del decenio de 1680. Boileau y La Fontaine defendían a los los antiguos, antiguos, mientras qu e los he rm an os Pe rrault y Fo ntene lle apoyaban a los modernos5. El principal tema de debate era si los antiguos, en particular los es critores Virgilio y Horacio, eran superiores a sus equivalentes modernos. Natural mente, la discusión se amplió hasta incluir la cuestión de si la cultura moderna (in cluida la ciencia) era superior a la de la antigüedad clásica. También se discutió si era adecuado escoger héroe s postc postclás lásic icos os (como Clodoveo Clodoveo o Carlomagno) como p ro tagoni tagonist stas as de poe mas y obras obras de teatro, utilizar utilizar u n idiom a m od ern o pa ra las las inscrip inscrip ciones ciones en los los mo num entos (infra, páginas infra, páginas 148 y 153), representar armas modernas (mos quetes, bombas, etc.) en esos monumentos, y retratar a personajes contemporáneos,
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como el rey, con vestiduras modernas6. Los modernos «ganaron» la batalla en el sen tido de que el cabecilla de la otra facción, Boileau, finalmente se declaró convencido. El debate no era un a cuestión cuestión m eram ente liter literari aria. a. Los participantes participantes eran perfec tamente conscientes de sus repercusiones políticas. Si la era de Luis el Grande supe raba a la de Augusto, entonces también Luis superaba a Augusto. Charles Perrault llegó al punto de criticar a Alejandro por su «inmensa soberbia», y a Augusto por su «cruelda «crueldad» d» 7. U na decisión decisión ap aren tem en te estéti estética, ca, com o la elección elección p ara el Louvre Louvre del nuevo «orde n francés» francés» de co lum nas e n vez vez de las tradiciona les dóricas, jónica s o corintias, tenía repercusiones políticas. De hecho, era un mensaje político. A primera vista, la victoria de los modernos fue una victoria de Luis XXV. Después de todo, los principales defensores del movimiento eran clientes de Colbert8. Con todo, la presentación del mon arca e staba tan estrecha m ente vinculada al al prest prestigi igioo de la tradici tradición ón clás clásiica que h asta la me no r pérd ida de im portan cia de esa esa tradición tradición creaba dificultades a los artistas y escritores, dificultades que Boileau, por ejemplo, utilizó como uno de los principales temas de su Cuarta Epístola en Epístola en la camp aña d e 1672 1672.. El segundo problema es el de la decadencia de la equivalencia y de lo que se ha denominado «analogía orgánica» en una era en que los intelectuales occidentales empezaban a percibir percibir el m und o como un a gigantes gigantesca ca m áquina. Los histor historiadores iadores de la ciencia, la filosofía, la literatura y el pensamiento político conocen bien el pro b l e m a 9. D e h e c h o , es u n a c u e s tió ti ó n q u e n o h a d e ja d o d e d e b a tirs ti rs e d e s d e el d e c e n io de 19 30 10. Ta m bién h a sido objeto d e la aten ción de los historiad ores del arte n . Sin Sin em bargo, qu e yo sepa, sepa, el debate no se ha vinculado nu nc a al anális análisis is de las las rep rep resen taciones de los gobernantes. Los mitos de los gobernantes medievales y renacentistas dependían en gran me dida de una mentalidad o concepción del mundo tradicional. La representación de un dirigente de ese período como (por ejemplo) Hércules era mucho más que una forma metafórica de decir que era fuerte, o incluso que resolvería los problemas de su reinado con la misma facilidad con que Hércules realizó sus diversos trabajos. La conexión, o «equivalencia» como a veces se llamaba, era más poderosa, como en el casoo de la equivalencia cas equivalencia de u n E stado y un bu qu e (véa (véase se figura 20), o un rey y un pa dre, o el cuerpo político político y el el cu erpo hu m an o, o el microcosmos y el ma croco sm os12 os12. El gobernante se identificaba, en todo el significado del término, con Hércules, como si se le hubiera pegado el aura del semidiós. Esta forma de expresarse no es tal vez vez muy precis precisa, a, pe ro tampo co es fác fácil il describir con precisión un proceso de esa na turaleza, turaleza, que se ma nifiesta nifiesta a u n nivel nivel más incon incon sciente que consciente. Las analogías se trataban no como creaciones humanas sino como paralelismos objetivos. Los argumentos políticos daban por sentada su realidad, alegando, por ejemplo, que la oposición a los reyes era incompatible con el mandamiento «honra rás a tu padre y a tu madre» ls. Podemos, por tanto, hablar de una «mentalidad mís tica», destacando su analogía con el concepto de «participación mística» [ partici par ticipa pa-tion mystique] mystique] propuesto a principios del siglo XX por el filósofo-antropólogo francés Lucien Lévy-Bruhl, si bien evitando su término «primitiva». Lévy-Bruhl utilizó la pala b r a «m ístic íst ica» a» p a r a r e f e ri rs e a c o n e x io n e s o id e n ti fi c a c io n e s n o o b se rv a b le s, c o m o cuan do un a tribu tribu identificaba identificaba a los los gem elos con pájaros w. w. La idea del m atrimon io m ísti ístico co en tre el rey y el reino es tal tal vez vez un bu en ejemplo
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de la manifestación manifestación de esa esa me ntalidad. L a idea era consustancial a la ceremo nia de la coronación en Francia (como hemos visto en el capítulo III), y también al matrimo nio de Venecia con el mar. Co n ocasión de u n conflicto conflicto con su parlam ento, Jacob o VI y I también invocó esa idea como si fuera de por sí evidente: «yo soy el esposo y toda la isla isla es es mi legítima esposa». esposa». L a an alog ía e ntre el rey rey y el sol es es tam bién «mís «mís tica» en el sentido de inaccesible a la observación, y al mismo tiempo desempeña la imp ortante función de «naturali «naturalizar» zar» el ord en político, político, de hacerlo p arec er tan inevit inevita a ble b le e in c u e s tio ti o n a b le c o m o la n a tu ra le z a m ism is m a. En el curso del siglo xvn tuvo lugar una revolución intelectual entre determina das elites elites de algunas algunas partes de E urop a occ idental (al (al men os en F rancia, rancia, Inglaterra, la la Repú blica Holande sa y el el no rte de Itali Italia) a) que soca socavó vó los los postulados postulados de esa mentali dad mística. Esa revolución se asocia en particular con Descartes y Galileo, Locke y New N ew ton, to n, p e r o ta m b ié n p a rt ic ip a r o n e n e lla ll a m u c h a s fig fi g u ra s d e m e n o r im p o rta rt a n c ia . N o es éste és te el lu g a r a d e c u a d o p a r a d e ta lla ll a r los lo s o ríg rí g e n e s o c o n s e c u e n c ia s d e e sa re volución volución intelectual, intelectual, de su relación relación con el cambio eco nóm ico y soci social al (como la tran sición del feudalismo al capitalismo) o con movimientos intelectuales más antiguos como el nominalismo vinculado al filósofo del siglo xrv Guillermo de Ockham (un movimiento más restringido tanto intelectual como socialmente). Baste señalar que un a consecuencia cruci crucial al de la revoluci revolución ón fue la denom inada «decadencia «decadencia de la ma gia», en el sentido de un creciente escepticismo de las elites respec to de la eficacia de la magia, magia, como parte del m ovim iento general de secularización secularización o «d esencanto con el mundo» [Entzauberung der Welt] analizado analizado p or el sociólogo sociólogo M ax W eb er15 er15. La nueva mentalidad concebía el mundo más como una máquina que como un organismo o «animal». El nuevo cosmos era el llamado «universo de bolas de billar» de Descartes, donde nada se mueve si no lo toca otra cosa, y Dios lo pone todo en marcha, como diría Pascal Pascal,, con un mo vimiento del dedo . Igualmente importante en esta nueva mentalidad fue el cambio en la naturaleza de la analogía: la transición de la equ ivalencia objetiva a la m etáfo ra subjet subjetiva iva.. El sim bol b olis ism m o se h izo iz o m ás c o n sc ie n te . E sa tra tr a n s ic ió n e n tr a ñ ó a su vez u n a d e v a lu a c ió n d e lo que con frecuencia cada vez mayor se llamaban «meras» metáforas, símbolos y ri tuales. Resulta por ello tentador dar a esta revolución intelectual el nombre de «naci miento de la mentalidad literal», aunque tal vez fuera más exacto hablar de una cre cien te c on cien cia d e la d ifere nc ia e n tre el sign sign ificado litera l y el sim sim bólico 16. Es entonces cuando Hércules se ve reducido a una expresión de la fuerza, el león a una expresión del coraje, etc., como si espectadores y lectores se sintieran más cómodos con cualidades abstractas que con mitos. Cabe afir afirmar, mar, en resum en, que un a forma más con creta de pen sam iento fue sus sustti tuida por un a más abstract abstracta. a. Hay que h acer h incapié en la palab ra «forma». «forma». No trato de negar la importancia del empirismo, del interés por los detalles concretos del mundo natural, en el siglo x v i i . Lo que afirmo es que las equivalencias del pensa miento medieval y renacentista estaban siendo sustituidas por categorías más abstrac tas. A esos cambios acompañó el nacimiento de la fe en la razón y de lo que resulta cómodo llamar «relativismo cultural», es decir, la idea de que las situaciones sociales y culturales particulares no son necesarias o impuestas por Dios sino contingentes. Varían de un lugar a otro y pu ed en cam biar con el paso del tiempo. tiempo.
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Au nque es proba ble que sólo sólo un a m inoría de los intelec intelectual tuales es de Eu ropa occiden tal hubiera modificado así su percepción del mundo en el año 1700, las consecuen cias cias del cambio, desde el declive declive de la caza caza de brujas h asta el rechaz o d e las procesio nes relig religios iosas as como form a de luch ar c on tra la peste, peste, fuero n profundas. El signi signifi ficado cado del ritual se redefinió, particularmente en un estudio de un benedictino francés, Claude de Vert, publicado en el reinado de Luis XTV, que ofrecía una explicación p o r así d e c ir «lite «li tera ral» l» d e l ritu ri tu a l, b u e n e je m p lo d e la « m e n ta lid li d a d lite li tera ral» l» a n te s c ita d a. ¿Por qué, po r ejemplo, se po ne n velas velas en el altar mientras du ra la mis misa? a? Según la teoría tradicional, formulada por Durando en el siglo xni, las velas significan que Cristo es la luz del mundo. Claude de Vert, sin embargo, rechaza la sustitución de las explicaciones históricas por lo que llama explicaciones «místicas». Según él, las velas eran necesarias necesarias cu and o la m isa isa ssee celeb raba en las catacumbas, catacumbas, y la costumbre h abía sobrevivido a su utilidad (el proceso que los sociólogos llaman ahora «desfase cultu ral») 17. La revolución intelectual intelectual tuvo im portantes consecuencias polít política icass además de re ligiosas. Los gobernantes perdieron una parte sustancial de lo que Pierre Bourdieu llam aría su capital simbó lico 1S. Esas Esas cons ecu en cias a lcanz an su exp resión m ás exp lí cita en la famosa crítica crítica de L ocke d e la analog ía en tre reyes reyes y padres, qu e se daba p or válida en Patriarcha, Patria rcha, el el libro de Sir Robert Filmer que Locke se propuso socavarl9. En resumen, los reyes estaban perdiendo su ropsye simbólico. Se estaban desmitologizan do y desmistificando. desmistificando. Por to do ello, ello, tal vez sería razon able aplicar a este perío do la fam osa frase frase de Jürgen Habermas, «crisis de la legitimación». No sugiero con ello que a mediados del si glo xvn los gobernantes europeos hubieran perdido su legitimidad, aunque Carlos I sí que perdió por entonces su cabeza. Lo que sí s í sugier sugiero, o, sin sin e mba rgo, es que u na forma im po rtante d e legitimación legitimación estaba perdie nd o efic eficac acia ia.. ¿Qué relación tiene todo esto con la imagen de Luis XIV? Como ya hemos visto, se hablaba hablaba de Luis, Luis, como de otros gob ernan tes (y aca acaso so más que de otros otros gob ernan tes de su tiempo), utilizando el lenguaje propio del paternalismo y el patriarcado, como padre de su pueblo. Se le representaba en forma de San Luis, de Hércules, de Apolo, del sol. Se le tenía por un gobernante sagrado, y, naturalmente, se dada por sentado que sus reales m anos tenía n u n m ilagroso ilagroso pod er curat curativ ivo. o. Ese poder era evidentemente incompatible con el universo mecánico de Descar tes y Galileo. Montesquieu se burló de él en sus Lettres Persanes, Persanes, p p ublicadas ublicadas unos años después de la muerte de Luis, en las que el visitante persa escribe a su patria descri b ie n d o al rey re y d e F ra n c ia c o m o « ü n g ra n m a g o » 20. E l p ro b le m a d e l rey re y e r a se r u n go b e r n a n t e sa g ra d o e n u n m u n d o c a d a vez m ás se c u lar. la r. Se le id e n tifi ti ficc a b a c o n el sol so l en un tiempo tiempo en que se po nía en en tredicho la lógica lógica de la identifi identificación cación o la equivalen equivalen cia. En las memorias reales se explica que el sol es una imagen adecuada del mo narca porque es «el más noble» de los cuerpos celestes. Para entonces, Galileo ya ha b ía f o rm u la d o p o d e ro s o s a r g u m e n to s c o n t r a e l u s o d e e x p re s io n e s m o ra le s co m o «noble» «noble» o «perfect «perfecto» o» p ara describir describir la la naturaleza inanim ada. La revolución intelectual n o era desco nocida en los los círculos círculos cercanos al rey rey.. Des Des pu p u é s d e tod to d o , u n o d e los lo s p rin ri n c ipa ip a les le s relati rel ativi vista stass cu ltu rale ra les, s, L a M oth ot h e Le Vayer, Vay er, h ab ía
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sido tutor del rey. Furetiére, que en su famoso Dicá D icáon onar ario io dio una definición reduc cionista de los símbolos, también escribía poemas en alabanza del rey. La Academia de Ciencias se había fundado en 1666 como parte de un plan encaminado a presen tar al rey como generoso patrono del saber. Los hermanos Perrault, vinculados a la fabricación de la imagen oficial de Luis XIV, no eran ajenos a la nueva ciencia. Char les les Pe rrau lt recha zó algunos mitos clási clásicos cos com o fábulas aptas sólo p ara n iñ o s21 s21. Bernard de Fontenelle, además de libretista de óperas donde se aprovechaba la mitolo gía clásica para glorificar al rey, fue también autor de un ensayo que socavaba el p o d e r d e l m ito it o re d u c ié n d o lo a a le g o ría rí a . A u n q u e p u b lic li c ó el en say sa y o, L ’Origine des PaPa bles, tras bles, tras la m ue rte d e Luis XIV, XIV, parece qu e lo ha bía escrito antes. ¿Qué ha cer en esas esas circunst circunstancia ancias? s? U na posibilidad, posibilidad, desde luego, era o brar como si no ocu rriera nad a. Bossuet sigui siguióó refiriénd refiriénd ose a la mo na rqu ía com o a algo algo sagrado y paternal, y Luis siguió tocando enfermos (más de 2.000 el Sábado Santo de 1697, y 1.800 cuatro años después) 22. En Versalles, el lever du roí siguió correspondiendo a la salida salida del sol sol.. Tam bién pod ían p rohibirse las las enseña nzas de Descartes Descartes,, com o ocurrió en las las universi universidades dades frances francesas as (decisi (decisión ón de la qu e al pa rece r el rey rey fue p erson alm en te resp on sab le)23 le)23. Hubo otras respuestas a la crisis de las representaciones. En tiempos de Luis se observó una modificación de la fórmula pronunciada cuando el rey tocaba a los en fermos. fermos. Sus Sus predecesores supu estame nte de cían Le roi te touche, touche, Dieu Die u te guérit gu érit (el (el rey te toca, toca, Dios Dios te te cu ra). La nueva fórm fórm ula, más pru de nte, era Die era Dieuu te guérisse (que guérisse (que Dios te cure)24. Desde alrededor de 1680, cuando no antes, puede verse a Luis y sus consejeros ad op tar un a nu eva estrategi estrategiaa 25. Au nqu e la divi divisa sa solar solar nu nc a llegó llegó a ab and ona rse, p e r d ió la im p o r ta n c ia q u e h a b ía t e n id o e n tie ti e m p o s d e los b a lle ll e ts d e los a ñ o s c in cuenta o sesenta. Ya hemos visto cómo las referencias a Alejandro y a Augusto se hi cieron más escasas. En 1679, el programa mitológico original para la Grand Galerie, centrado en la figura de H ércules, ércules, fue sustituido sustituido p o r rep resentacion es de las las activi activida da des des del rey rey en persona. En la las medalla medallas, s, que p or en tonces se produ jeron en núm ero creciente (página ), también se representaba al rey directa y no alegóricamente. El rechazo, a lred ed or de 1680 1680,, de la m itología clásica clásica pa rec e a ltam en te signi signifi ficat cativo. ivo. El nuevo mito de Luis se apoyó en una nueva retórica, más moderna que antigua y más literal literal que ale gó rica 26. Las inscripcio nes d e m edallas acuñ ada s an terio rm en te p a r a c o n m e m o r a r los h e c h o s d e l re y se h a b í a n in s p ir a d o e n las d e los lo s e m p e ra d o re s romanos. Sin embargo, después empezamos a encontrar ejemplos de estadísticas. Veintidós de las medallas acuñadas entre 1672 y 1700 tienen cifras en sus inscripcio nes. «Veinte ciudades del Rin tomadas por el Delfín en un solo mes», VIGINTI URBES AD RHENUM ADELPH INO UN O MENSE MENSE SUBAC SUBACTAE TAE (1688); 80 ciudades capturadas (1675); 300 iglesias construidas (1686); 7.000 prisioneros capturados (1695); 60.000 marine ros alistados (1680); y «dos millones de calvinistas reintegrados a la Iglesia», VICIES CENTENA MILLIA MILLIA CALVINIANORUM AD ECCLESIAM ECCLESIAM REVOCATA (1685) (figura 58) son titu lares lares que r ecu erd an a los periódico s d el sigl sigloo x x 27. Despu és de todo , se tratab a de la era de Colbert y de Vaúban, que eran, entre otras cosas, grandes coleccionistas de da tos estadísticos28. La tendencia no se manifestó sólo en Francia. También los británicos tenían sus
LA CRISIS DE LA S REPRESEN REP RESENTACIONE TACIONES S
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Figura 58. Vides Centena Millia Calvinianorum ad Ecdesiam Revocata, Revocata, anverso de medalla, 1685. Cabinet Cab inet des Médailles Médailles,, Biblioteca B iblioteca Nacional, París. París. expertos en estadística o «aritmética política», como se llamaba en el siglo x v i i : William Petty, Gregory King, John Graunt. A principios del siglo xvm, Sir Robert Wal po p o le c o m e n ta b a q u e la C á m a ra d e los lo s C o m u n e s b ri tá n ic a to m a b a m á s e n se rio ri o las «cifras aritméticas» que las «figuras retóricas» al escuchar los argumentos aducidos en los discursos. discursos. Podría también argumentarse que el gran esfuerzo desplegado por el gobierno francés para representar a Luis XTV, el mero número de medallas, estatuas ecuestres, tapices, etc. (especialmente en la segunda mitad del reinado), fue una respuesta a u n a crisi crisis, s, o más ex actam ente a un a serie de crisi crisis. s. En primer lugar, y muy evidentemente, la crisis política de los años de la Fronda, que coincidieron con la llamada crisis general, o al menos con una serie de revueltas europeas que hicieron de 1648, como 1848, un año de revoluciones. En segundo lu gar, las dificultades políticas de ía segunda parte del reinado, cuando los ejércitos franceses franceses ob tenían m enos éxitos éxitos que antes y los problemas financieros eran más gra ves ves. En tercer lugar, lugar, me pe rm itiría itiría sugerir que el aum en to de la inversi inversión ón en la ima gen heroica del rey (como algunos cambios en esa imagen) guarda alguna relación con la cris crisis is de las las representaciones. Com o señaló e n u na ocasión un famoso analist analistaa moderno de la comunicación política, Harold Lasswell, «una ideología bien estable cida... se perpetúa con poca propaganda planificada... Cuando se empieza a pensar en los med ios de sem bra r la la convicción, la convicción ya ha lan gu ide cid o» 29.
EL REVERSO DE LA MEDALLA MEDALLA
Le grand-pére est un fanfaron, Le fils u n imbécile, Le petit-fils un grand poltron, Oh! Labelle famille! Anónimo, c. 1708
La imagen heroica de Luis XIV no fue la única que circuló. También, como desta caba un po em a m anuscrito de finale finaless del rein ado , h ubo un «reve «revers rsoo de la medalla» medalla» *. *. Un número considerable de imágenes distintas del rey sol, mucho menos favorece doras q ue las las oficia oficiales les,, ha llegado h asta nue stros día s2. s2. Luis Luis fue fue a veces veces rep resen tado , especialmente por el artista holandés Romeyn de Hooghe, no como Apolo sino como F aetón, qu e pe rdió el control del carro del sol. sol. Para algunos críücos críücos no era Au gusto, sino Nerón. Para los protestantes que utilizaban términos bíblicos, no era Salo món o David, sino Herodes o Faraón. Como los panegíricos oficiales, las imágenes hostil hostiles es se se basaban gen eralm ente en lugares comu nes. Sin Sin embargo, tam bién e n este este caso algunos individuos publicaron ingeniosas variaciones sobre temas bien cono cidos3. N a tu r a lm e n te , e l c o n c e p to d e l « reve re vers rsoo d e la m e d a lla ll a » , p o r a p lic li c a b le q u e se a a u n conjunto de textos e imágenes donde dominan la parodia y la inversión, resulta de masiado vago para un análisis serio. Es necesario distinguir al menos dos clases de opo sición a las im ág en es oficiales. oficiales. La primera procedía de individuos que se consideraban a sí mismos, o al menos se presentaban, como súbditos leales que, como Bussy Rabutin, se burlaban cortésmente de la corte o, como el Arzobispo Fénelon, daban al rey buenos consejos aun que no bien recibidos. El segundo tipo de disidentes eran enemigos declarados del rey y de su régimen, muchos de los cuales escribían en un momento en que su país (Inglaterra, la República Holandesa, el Sacro Imperio Romano) estaba en guerra con Francia. Las críticas de los hugonotes al rey se manifestaron inicialmente de la pr p r im e r a f o rm a y fu f u e r o n e v o lu c io n a n d o h a c ia la s e g u n d a . Las imágenes disidentes se plasmaron en muchos medios, como pinturas, meda llas, grabados, poemas y diversos tipos de textos en prosa (no sólo en francés sino tamb ién en latín, latín, holandé s, alemán , inglés inglés e italiano italiano ). Luis Luis no fue el único blanco de
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sus disparos. En el curso del reinado los satíricos apuntaron también a Ana de Aus tria, Mazarino, Colbert, Louvois, Madame de Maintenon, el Duque de Borgoña, el p a d r e L a C h aise ai se,, c o n fe s o r d e l rey re y , y va v a rio s d e sus g e n e ra le s m e n o s v icto ic tori rioo so s, co m o Villeroi. La forma, estilo y tono de los textos son extremadamente variados. Algunos de ellos son simples denuncias del «tirano francés», «el maquiavelo francés» [Machiave llus Gallicus\, «el Gallicus\, «el Atíla francés» [DerFranzosis [DerFranzosische che Attila Att ila ] , «el Nerón francés» [Ñero Galli canus\, canus\, etc. Sin embargo, también se exploró la mayor parte de las posibilidades del rico rico repe rtorio satír satírico ico del pe ríodo , utilizándose, utilizándose, pa rticularm ente, varios varios tipos tipos de pa rodias. Un ejemplo es la parodia del Pater Pa ter Noster No ster (relati (relativamente vamente co m ún en la cultura cultura po p u la r d e los p ri m e r o s tie ti e m p o s d e la E u r o p a m o d e r n a ) . « P a d re N u e st ro , q u e está es táss e n Marly, tu nombre ya no es santificado, tu reino toca a su fin, tu voluntad ya no se cumple...» [Notrepére, qui Síes á Marly, votre nom n'est plus glorieux, votre régne est sur sa fin f in , votre volonté volo nté n ’est plu pl u s fait fa itee ...] 4. En la era de los romances de Mlle de Scudéry y Mme de Lafayette no es sorprendente encontrar romances burlescos. Uno de ellos describe el combate entre el «gran caballero Nasonius» (en otras palabras, Guillermo de Nassa Nassau) u) y el el «poderoso gigante Galieno», «a quien algunos tam bién llaman llaman Gran dísimo» dísim o» 5. 5. Otro tipo de parodia muy utilizado fue el testamento burlesco, como «El testa mento de Luis el Grande» [Luduiig des Grossen Testament\, Testament\, y los testam ento s p olíticos olíticos atribuidos a Mazarino, Colbert y Louvois. Otro es el informe diplomático burlesco, como en la Relatio Re lationn de la Cour Cou r de France. France. Encontramos también el catecismo burlesco, la confesión burlesca (Confessio ( Confessio regís gallicae Ludovici XIV), XIV) , la boda burlesca {La boda del rey de Francia), Francia), la relación médica burlesca de las píldoras recetadas a Luis para que vomitara sus conquistas, y el epitafio burlesco, especialmente popular en 1715. El sueño es un recurso que se utiliza más de una vez, describiendo la visita del fan tasma tasma de Mazarino Mazarino a Luis Luis du rm iente o la del fantasm a de Scarron, prim er m arido de Madame d e M aintenon, a su esposa esposa (figura (figura 63). 63). El tono de esas piezas oscila entre lo moralizante y lo cínico, y su estilo entre la elegancia urbana de Les Le s conquétes conquétes amoureuses amou reuses d u Grand Gra nd Alcan Alc andre dre y la crudeza alboro tada de L a boda del rey de Francia, Fran cia, que alega describir «El cómico Cortejo, los Maulli dos y Sorprendentes Ceremonias Matrimoniales de Luis XTV con Madame Mainte non, su última Manuela de Estado». Las tácticas literarias van del ataque directo a las insinuacion es d e «historia «historiass secretas secretas»» reveladas a investigadores privados. Los principales temas de esa orqu esta riv rival al,, qu e n o siem pre tocaba afinada, eran la ambición del rey, su falta de escrúpulos morales y sentimientos religiosos, su tiranía, su vanidad, y sus debilidades militares, sexuales e intelectuales. Tal vez sea oportuno analizar brevemente y por separado esos seis temas, construyendo una imagen disi dente comp uesta del rey (como en capítul capítulos os an teriores se construyó construyó u na imag en favo favo rable), an tes de d iferenciar los los distintos distintos pu nto s d e vista vista de los los autores de los mensajes. mensajes. 1. Los críti críticos cos de Luis XIV XIV se referían fre cu en tem en te a lo lo que u no de ellos ellos llamó «el insaciable Apetito de su Ambición» 6. La crítica moral de carácter general estaba vinculada a una acusación política específica, formulada en
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1667 en un famoso panfleto titulado «El escudo de Estado» [Le Bouclier d ’Etat] Eta t] y frecu en tem en te reiterada. Se alegaba que Luis tenía «un vasto vasto y pro fundo plan» para convertirse en «el Amo de Europa» y establecer así una «m onarqu ía univers universal al». ». Los críti críticos cos o bjetaban con pare ja veh em encia al fin fin y a los medios adoptados para establecerla. Según uno de ellos, los aconteci mientos del reinado eran «libros abiertos, donde se puede leer en grandes caracteres LUIS EL GRANDE SACRIFICA TODO A SU AMBICION E INTERES» 7. La pa rod ia tipográfica tipográfica de las las mayúscul mayúsculas as utili utilizadas zadas pa ra el no m bre del rey en publi caciones oficiales (supra, (supra, pá gina 41) es digna de m ención . La ilust ilustración ración más vivida de las ambiciones del rey figura en un grabado donde se le representa con v estidura estidurass robad as ( L ’habit usurpé) usurpé) (figura 59). Luis Luis fue o bjeto de frecuen tes ataques po r su falt faltaa de escrúpulos morales, morales, qu e los panfletistas vinculaban con la doctrina de la «razón de Estado» y las ideas de Maquiavelo, que supuestamente el monarca había aprendido del Carde na l Mazarino: «Todas las las políticas políticas maquiavélicas he en say ado /y todos los los obs obs táculos religiosos desafiado» 8. Maquiavelo había recomendado a los prínci pe p e s q u e r o m p ie r a n su p a la b ra : L uis ui s fu e a c u s a d o d e « P e rju rj u rio ri o s» , «T ruco ru co s» y «Fraudes», y su Revocación del Edicto de Nantes se representó como una ruptura de su palabra a los hugonotes9. El rey fue también acusado de viola ciones del de recho interna cion al po r «Invadir «Invadir,, Inc end iar, Pillar Pillar,, Expoliar, Expoliar, Sa Sa qu ea r y D espo blar los Territorios y Dom inios d e sus sus Pacífic Pacíficos os Vecinos Cristi Cristia a nos», y especialmente por la «Crueldad y Barbarie» de la invasión francesa del Palatinado (supra, (supra, 109) 10. Ese evento se describió como ejemplo de una «crueldad más que turca, tártara y bárbara» [O mehr ais türckische, tartarische, barbarische Grausamkeitf\, o, o, por citar el título de un panfleto alemán, de la «razón «razón de Estado francesa» francesa» n . Otra acusación común fue la de tiranía, formulada en 1689 en uno de los más famosos pan fletos c on tra el rey, rey, «Suspiros de Fran cia escla esclava» va» [Les soupirs de la France esclave], esclave], pero a menudo reiterada en otras partes, especialmente en un panfleto inglés titulado E l Tiran Tir anoo francé fran céss (1702). El fortalecimiento del p o d e r a b so lu to , a rb itra it ra rio ri o y d e s p ó tic ti c o d e l rey re y se c o n tr a s ta b a c o n la d e s tr u c ción de las libertades de los hugonotes, la nobleza, los parlements, parleme nts, las ciuda des, y finalmente la libertad del pueblo. Se presentaba a Luis como «el gran Actor que re pre sen ta la Im pieda d, la Crueldad, la O presión y la Tiranía en el Escen ario del M undo » 12 12. Más co nc retam en te, a ve ces se le describía com o «el «el rey de los impuestos», «el rey de los recaudadores de impuestos», etc. [le roi des impots, le roi des des maltótier maltó tiers\. s\. Un cuarto motivo de acusación contra Luis era su irreligiosidad. En un pan fleto, haciéndose eco de las palabras del Maquiavelo escenificado, se ponen en su boca las palabras «Creemos que la Religión no es más que un Enga ño» 13 13. N atura lm en te, u n ejem plo de la irreligiosidad irreligiosidad del rey fue su form a de tratar a los los H ug on otes, «el «el ju g u e te /d e mis dragones» 14 14. Ta m bién se manifes taba en lo que los disidentes sostenían e ra un a alianza con un Estado Estado no cris cris tiano, tiano, el Imperio Otom ano. U na medalla satír satíric icaa representab a a Luis Luis jun to con el sultán o tom an o Suleím án III, III, el Dey de Argel «M ezomorto» y Jacob o
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Figura 59. «Luis el usurpador». L ’habit usurpé , grabado holandés anónimo, principios del siglo xvn. Colección privada.
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II, con las palabras «CON TRA EL ESPIRITU ESPIRITU DE CRISTO» [CONT RA CHRISTI CHRISTI ANIMUM] a sus pies (figura 60). En el anverso había una imagen del demo nio, con la leyenda «EL «EL QUINTO E N LA ALIANZA ALIANZA»» [IN FOEDE FOEDERE RE QU INT US ] . Entre otras referencias hirientes a la alianza cabe citar el folleto titulado El E l Turco Cristianísimo Cristianísimo (1690), u otro titulado E l Corán de L u is XTV XT V (1695). Asimismo eran ejemplos de la irreligiosidad del rey la blasfemia y el paganismo del cu lto oficial al Rey Sol. Sol. 5. Este Este culto culto perm itió tam bién a los los creadores de imágen es hostil hostiles es llamar la la atención sobre lo que denominaban la «enorme vanidad» del rey [un amour propre ¿Tune gran gr ande deur ur immense] immense] 15 15. Un p anfleto alem án ce ntra do en ese tema llevaba llevaba el título título «El «El A utob om bo apesta» apesta» [Eigen [Eigenlob lob stinckt geni]. gen i]. Ilustran la acu sación referencias a las «extravagantes alabanzas» de los «aduladores» del rey en poemas, óperas, etc., alabanzas que habían «inflado su Ambición compa rándolo con el Sol» 16. Los panfletos se refieren asimismo a los enormes cos tos de construcción de Versalles, también por vanidad, y a las estatuas de Luis, Luis, espe cialm ente la erigida en la Place Place des Victoir Victoires. es. 6. En con traste, los los disidentes ha cen h inca pié en las las mu chas debilidades de aquel simple mortal. La acusación de mediocridad intelectual formulada por Spanheim y Saint- Simón no era para publicación. La referencia impresa de Swift a la «vil enfermedad» del rey, en otras palabras su fístula, era a la sazón algo relativam relativam ente poc o co m ún 17 17. Las deb ilidade ilidade s del rey en q ue se cen tra ron los panfletistas eran militares y sexuales. De hecho, se trataba de temas estrechamente vinculados, como en el retruécano sarcástico «huyes de las
Figura 60. «Luis contra Cristo». Contra Christi Animum, Animum, grabado del reverso de una medalla, de la Hi la Histo stoire ire du roi roi de Menestrier falsificada, 1691. British Library, Londres.
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Figura 61. Venit, Vid.it reverso de m edalla, edalla, 1693. Departam ento de M onedas y M e Vid.it sed n o n Vicit, reverso dallas, dallas, Britis Britishh M useum .
guerras pero corres tras las bellas» [Bella fug fu g is, is , bellas bellas sequ sequera erass] 18. Se ilustraron elegantemente en un grabado donde se ve a Luis retirándose con su «harén» (figura 62) y en una medalla donde se representaba a Luis en un carro que, tirado tirado p or cuatro m ujeres, ujeres, se se alejaba alejaba del frente (en algún p un to de los Paíse Paísess Bajos), camino de Versalles. En flagrante contraste con la imagen oficial del héroe real, se presentaba a Luis como huidizo en las batallas. Sus derrotas eran objeto de burla, como en la inscripción de la medalla de las cuatro da mas, VENIT, VIDIT SED NON VICIT (figura 61), una referencia no sólo a César sino a la impresa creada impresa creada p ara Luis en el carrousel de de 1662, UT VIDIVICI. La idea de que a Luis se le daba mejor hacer el amor que hacer la guerra es también el tema central de las Conquistas Amorosas. Amorosas. La acción tiene lugar un a vez vez más en los los País Países es Ba Bajos jos,, y el no m bre del h éro e, «Le «Le G rand A lcandre», es una referencia maliciosa al elogio alejandrino al rey en una novela de Mlle de Scudéry {supra, {supra, páginas 35-37). La guerra es una metáfora sexual. La his toria se centra en cuatro de las amantes del rey, La Valliére (a quien se des cribe como «d «d ’un e mediocre mediocre beauté»), beauté»), Montespan (que tiene otros amantes), Fon tanges y finalm ente M ainteno n (figura (figura 63), «que a ho ra se las las da de moji gata» [quifait mainte maintenant nant lapru d¿ \ I9. La co nclusión es que «el «el Gran A lcandre, aunq ue exaltado exaltado po r encima de los los demás, no era, era, en cuanto a h um or y tem p e r a m e n t o , d is ti n to d e l h o m b r e c o m ú n » 20. H o y e n d ía , e s ta c o n c lu s ió n p u e d e p a r e c e r alg al g o in s p íd id a , p e ro e n el c o n te x to d e la c a m p a ñ a ofic of icia iall p a r a p r e s e n ta r el Re Reyy c o m o a u n h é r o e re s u lt a subv su bver ersiv siva. a. L a m e t á f o r a m i l i t a r r e a p a r e c e e n Lo s n ue vo s amores amo res de L u is el Grande, Gra nde, donde se representa a Luis de rodillas ante su último descubrimiento, Mme
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Figura 62. «Luis como mujeriego». Luis Lui s se ret retir iraa con con su serr errallo llo, grabado anónimo, 1693. Depar tamento de Grabados y Dibujos, British Museum, Londres.
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de St T ron (figura (figura 64). AI recib ir noticias noticias de sus últimas últimas derro tas en el campo de batalla, el rey reconoce que prefiere Venus a Marte, y Maintenon le dice con cierta cierta aspereza que «Vuestr «Vuestraa Majestad Majestad no va a gan ar nin gu na batalla batalla en Meudon, en Marly, en Versalles»21. La guerra es de nuevo una metáfora se xual. Por otro lado, en L a boda del Rey de Fra F raná náa, a, es el sexo lo que se utiliza como metáfora de la guerra. Luis es presentado —el año de Oudenarde— no como mujeriego sino como anciano chocho e impotente, un «viejo y torpe monarca», tan fracasado en el frente sexual como en el militar: Mujer y G uerra com o Pestes Pestes han de ech ar Al Rey con cajas destempladas; No N o p u e d e s a T u E sp o sa c o n t e n ta r Pues siempre estará necesitada La referencia a Maintenon como «esposa» demuestra que el segundo matri m onio del rey era ya ya u n secreto a voce voces. s.
Figura 63. «Ataque a la Mainte non». Frontispicio grabado de Sca rron apparu á Madame de Maintenon, 1694. British Library, Londres.
Figura 64. «Luis humillado». Frontispicio grabado de Nouvelle Nou velless Amou Am ours rs de Loui Lo uiss le Grand, 1696. Grand, 1696. British Library, Londres.
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Como en el caso de las imágenes oficiales del rey, merece la pena observar la forma en que los diside disidentes ntes represe ntaron —más aún, m anipularon— acontecimien acontecimien tos particulares. Ni que decir tiene que se acuñaron medallas para conmemorar la derrota de los ejércitos franceses en Blenheim, Oudenarde, Ramillies, etc. De hecho, en 1711 se publicó en Utrecht una historia metálica de las campañas de 1708-170922. Cuando en 1695 los franceses perdieron Namur, el poeta inglés Matthew Prior cele b r ó e l a c o n te c im ie n to c o n u n a p a r o d ia d e los lo s v e rso rs o s c o m p u e s to s p o r B o ile il e a u tre tr e s años antes para c elebrar la cap tura de la ciudad. Tal vez vez dé mejores resultados resultados exam inar las las imágenes de acontecim ientos más an tiguos o de acontecimientos inexistentes, empezando por la célebre medalla en la que figuran cuatro mujeres que alejan a Luis del campo de batalla tirando de su ca rro. Es obvio obvio que la ima gen está está inspirad inspirad a en la ocasión ocasión en que Luis, Luis, du ran te de Gue rra de Devolución, llevó en campaña a los Países Bajos no sólo a la reina sino tam bié b ié n a L a V a llié ll iére re y a M o n te s p a n 23. Otro ejemplo revelador de la manipulación de los hechos es la imagen de Luis aliado aliado con el Gran Tu rco. En 1681 1681,, el Em perado r Leopoldo estaba estaba en grandes apu ros. ros. Luis Luis XT XTV hab ía an exion ado Estrasburgo, Estrasburgo, los húnga ros se hab ía rebelado contra el poder imperial, y los turcos aprovecharon la ocasión para reunir un ejército en Belgrado con el fin de invadir el Sacro Imperio Romano. En realidad, Luis no con certó un a alianza con con los turcos. turcos. Sin Sin em bargo, a pesar del llama llama miento del Papa, no hizo nad a po r ayudar al em pe rad or cu and o los turcos turcos siti sitiaron aron Viena. Viena. Lo que subya subyace ce a la diabólica alianza de Luis es ese acontecimiento inexistente (supra, página (supra, página 135) 24. En el caso de la Revocación del Edicto de Nantes no hubo necesidad de inventar nada. El hecho mismo fue un regalo para los propagandistas holandeses, ingleses y alemanes. To do lo que tenían qu e h ace r era describir y con de na r «la «la más cruel y vio vio lenta persecución que jam ás tuvo luga luga r en Francia», Francia», y lo hicieron con en ergía en m e dallas, dallas, gra bad os y p an fle to s2S s2S. N a t u r a lm e n te , los m e d io s o fic iale ia less fra fr a n c e se s h a b ía n c e le b ra d o esos es os m ism is m o s a c o n tecimientos (supra, (supra, página 101). La íntima relación entre las dos imágenes opuestas de Luis, Luis, la del hé roe y la del villa villano, no, me rece un com entario más de tenido. Como es natural, los disidentes hicieron hincapié en temas que eran tabú para el discurso oficial, especialmente las amantes del rey y su segundo y secreto matrimo nio. A pesar de esta evidente diferencia, los dos grupos opuestos de artistas y escrito res escogieron u na y otra vez vez los los mismos mismos temas, temas, prod uc iend o imágenes invertidas invertidas de sus trabajos recíprocos. Como ya hemos visto, las imágenes hostiles recurren mucho a la parodia. Imitan las formas de algunos de los medios oficiales, como las medallas y las inscripciones, invirtiendo su contenido26. Se refieren al «ocaso» o al «solsticio» (en el sentido del día más corto y oscuro del año) 27. Para ellos, Luis no era el sol, sino «ese meteoro dorado»28. No comparaban al rey con Apolo, sino con Faetón29. En vez de C onstan tino, era Julian o el A pó stata30 stata30. Luis usaba el orgulloso lema «no in ferior a muchos?» [NEC PLURIBUS IMPAR] . Era inevitable que en tiempos de la Gran Alianza alguien alguien lo desc ribiera como «el «el francés qu e ya es inferio r a much os» [ Galius iam pluribus impar ]. ]. Los panfletos califican constantemente al rey de cobarde antes que valiente, vana glorioso antes que glorioso, «injusto» antes que «justo», etc. El título oficial «Luis el
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Grande» suscitó múltiples respuestas. Era «pequeño» antes que «grande», o «tan des vergon zadam ente crecido», crecido», o «grande sólo sólo en su am bición »31 »31. Otro título oficial, el de «rey cristianísimo», era también una invitación perma ne nte a la la parodia, cual dem uestran los los tít títulos ulos de panfletos com o «El M arte arte Cristianí Cristianí simo», «El Cristianísimo Turco», «El Cristianísimo Por Cristianizar» [Christianissimus christiandus] christiandus ] o «El Anticristiano Bombardeo del Rey Cristianísimo»32. Los disident disidentes es no p asaron po r alto alto el patroc inio real de los conoc imientos y las ar tes, pero lo condenaron en vez de celebrarlo. Las pinturas de Versalles se presenta ron como ejemplos de la arrogancia del rey, las academias de consideraron instru mentos de despotismo, y las pensiones reales a escritores, e incluso la construcción del observator observatorio, io, se se interp retaro n como formas d e d istraer istraer a los los estudiosos estudiosos de la polí tica y de las críticas al gobierno33. El Louvre fue comparado con el Palacio Dorado de N erón . Se reitera ron las las acusaciones de d es pilfa rro 34. Los disidentes recalcaban a menudo lo que podríamos llamar el culto a la perso nalidad real, interpretándolo como adulación, vanidad, blasfemia y paganismo. «Ta les ha n sido sido los los H um ores d e Estos Estos Ad uladores, que ha n inflado inflado más y más su Ambi ción, comparándolo con el Sol... cual si pretendieran erigirlo como un ídolo ante el cual hubiera de postrarse el Mundo entero... esos Parásitos se esfuerzan, mediante gloriosos Epítetos, en hacerle aparecer Blanco y Brillante, llegando casi, cuando no del todo, a la altura de la blasfemia»35. El culto a Luis fue el tema central de varios panfletos, especialmente «El Auto bo b o m b o A pe sta » [Eigenbol Stinckt Gem], Gem ], «Extracto de algunas Flores» [Extract etzlichen Flosculorum] Flosculorum ] y «Alabanza de Luis Engañada» [Laus Ludovid Delusa]. Delusa]. El Extrac Ext ract t dirige dirige sus ataques contra la adulación del rey por parte del historiador oficial Périgny, mientras que Eigenlob es Eigenlob es u na crítica crítica del Paralléle (16 Paralléle (1685) 85) d e C harlesharles-Claude Claude de V ertron (otro historiador real), que comparaba a Luis favorablemente con otros gobernantes a quienes se se había llamado llamado grandes, desde Alejandro a C arlomagno. arlomagno. De m ane ra aná loga, loga, Matthew Matthew Prior escribe escribe tanto co ntra Boileau com o co ntra el rey: rey: Pín da ro, ese Aguila, Aguila, asciend e al Cielo; Cielo; M ientras V irtud la no ble vía sigue: sigue: Ta m bién Boileau, cual Buitre, alza alza el el vuelo Do el sórdido Interés la presa exhibe. Ser Servil vil tu M usa canta, canta, p or vida m ercen aria De u n rey las las glorias y co nq uistas varias varias;; y de u n h om bre inm ortal ortal haciendo alarde alar de necio lo cubre de laurel sin importarle el precio36. La estatua de Luis Luis en la Place des Victoi Victoires res dio a los disidentes disidentes u na op ortun idad que se apresuraron a explotar. explotar. Tres años despu és de su erección, erección, se decía en los Sus piros piros (1689) que Luis permitía que «se levanten estatuas en cuyos pedestales se gra ba b a n b lasf la sfee m ias ia s e n su h o n o r» , c o n u n a n o t a a p ie d e p á g in a s o b re la in s c rip ri p c ió n v i r o IMMORTALI (la alusión en plural a un ejemplo singular es una técnica retórica bien conocida)37. Un panfleto inglés refería que la estatua estaba «coronada con Rayos y
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Estrel Estrella las, s, como solían solían h acer los antiguos rom ano s co n su Dios Júpiter... en un lado ha n pue sto las figuras figuras de Eu ropa , Asia Asia,, Africa Africa y Am érica arrodilladas a sus sus pies, pies, com o si dictara leyes leyes a tod a la T ier ra» 38. O tro pa nfleto afirma ba q ue «tal «tal día com o hoy, los los franceses... ofrecen incienso a la divinidad de Luis el Grande, y debajo de su estatua, cuya cabeza está rodeada de una Gloria, rezan estas blasfemas palabras, Nu N u m in i Ludo Lu do vid Magni... hacen sus ofrendas al hom bre inm ortal, ortal, Viro inmortali» inmortali » S9. U na «D escrip ción del Arrogante Monumento» afanoso de Alabanza, de origen alemán [Beschrei bung der Ruh msüchu nd Hochmüthigen Ehren EhrenSeu Seule le], ], publicada en 1690, se dedica exclusivamente exclusivamente al al m on u m en to 40. En 1715 1715,, u n p oem a co ntra el difunto rey se refería a la estatua de Cet hom m e q u’un u’un indigne et bas bassse ñatterie ñatterie Sur u n p iédestal criminel criminel Expose á tous les les yeux co m me étan t imm ortel. ortel. Hasta la coron a de laurel se util utilizó izó co ntra Luis. Luis. U n po eta bro m ea sobre las las vac vacil ila a ciones ciones de la Victoria Victoria en el acto de coro na r al rey, rey, mientras qu e un a m edalla-parodia edalla-parodia del mo num ento mu estra estra a la Victori Victoriaa q uitándole el laurel, laurel, un herm oso ejemplo lite lite ral de lo que el crítico ruso Bakhtin llama «descoronación» 41. La parodia visual era quizás la forma más eficaz de socavar la imagen oficial. En un grabado que circuló en París en 1694 se habían sustituido las figuras de las esquinas del pedestal por cuatro mu jeres que tenían enc ade nad o al rey: rey: La Valliére, Valliére, Fontange s, Mo ntespan y M ainte ainte n o n 42. La cronología de estos ataques a Luis es digna de mención. Definir el género es difícil (¿cuándo se convierte en ataque un texto con comentarios desfavorables?), p o r lo q u e n i siq si q u ie ra d e los lo s p a n fle fl e to s p u e d e d a rse rs e u n a list li staa e x ac ta. ta . L o q u e sí p u e d e analizars analizarsee es un con junto de 75 textos textos (enu m erado s en el apé ndice 3) dedicados con cierto detalle a la persona de Luis. Cuatro de ellos (incluido el famoso Escudo Escu do de Estado) tado) son del decenio de 1660, el de la Guerra de Devolución. Seis textos son del de cenio de 1670, el del ataque a la República Holandesa. El goteo no llegó a conver tirse tirse en río ha sta los los años oc he nta, con dieciséi dieciséiss textos, incluido incluido s los los famosos famosos Suspiros de Francia Esclava Esclava y otras críticas de la Revocación del Edicto de Nantes y el río se convirt convirtió ió en in un da ción en los años nov enta, con treinta y cinco textos textos (siet (sietee d e ellos ellos en 1690). Después comienza a secarse; en el período 1700-1715 sólo hay catorce textos. ¿Quién creaba esa imagen extraoficial del rey? Se sabe demasiado poco sobre la organización y distribución distribución d e este este co njunto de textos textos e imágenes. El lugar lugar de pub li cación, cuando figura, no siempre es fiable. A veces el lugar es «Vrystadt» o «Villefranche», u na b rom a habitual d e los imp resores clandestinos clandestinos del período . A veces veces es es «Parí «París» s»,, «Vers «Versal alle les» s» o incluso « Trianon» . El no m br e geo gráfico más com ún en la p o r tada d e los textos textos franceses franceses es «Cologne», y el imp reso r más ha bitua l «P ierre ierre d u Marteau», que tal vez jam ás existi existióó y que desd e lueg o n o im prim ió todos los libros libros que se le atribuyeron atribuyeron a lo largo largo de un pe ríodo de más de u n siglo43 siglo43. En algunos casos, los bibliógrafos detectives han seguido pistas tipográficas, que
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los han conducido hasta los Elsevir, familia de impresores de Leiden y Amsterdam. Es proba ble qu e bu en a p arte de la literatura co ntra Luis Luis publicada en francés se se im im pri p ri m ie ra e n la R e p ú b lic li c a H o la n d e s a y se i n t r o d u j e r a d e c o n tr a b a n d o e n F ra n c ia. ia . E n Ho landa ya era tradici tradicional onal im prim ir libr libros os en idiomas idiomas extranjeros para ex portación, y los hugonotes que huyeron a los Países Bajos en los años ochenta se ganaban con frecuencia la vida como escritores o vendedores de libros. Es probable que algunos de ellos ellos est estuvier uvieran an p rofun da m en te implicados en esas esas formas de com unicación clan clan destina. El gran coup coup de las imprentas subterráneas en 1691 fue la falsificación de la historia metálica de Menestrier (supra, página (supra, página 116), en la que se introdujeron solapa damente cinco láminas de medallas satíricas, con una nota donde se decía que «las cinco láminas de medallas que figuran a continuación no son menos pertinentes a la anteriores: p ero el Pad re M enestrier ten ten ía sus sus ra HISTORIA DE LUIS EL GRANDE que las anteriores: zones p ara n o incluirlas incluirlas en su trab ajo »44 »44 (véase (véase figura figura 60). 60). Au nque los los creadores de esta estass imág imág enes hostiles hostiles son po r lo lo gen eral tan anónim os o pseudoanónimos como los impresores, resulta posible identificar al menos a algu nos artistas y escritores. El principal artista fue el holandés Romeyn de Hooghe, fa moso sobre todo como grabador pero activo también como pintor, escultor, medallis llista ta y escritor. escritor. Lo q ue se ha llam ado su «cruzad a en caricaturas» caricaturas» co ntra Luis empez ó durante la guerra de 1672 y continuó hasta su muerte en 1708. En su obra destacan una representación de las «atrocidades contra los protestantes franceses» en 1685, e imágenes memorables de Luis como Faetón o como Apolo tullido45. Otro adversario obstinado de Luis XT XTV fue Nicolás Nicolás Chevalier, u n p asto r hug on ote que se h ab ía ido de Francia tras la Revocación del Edicto de Nantes para convertirse en vendedor de li bro b ro s y m e d a llis ll ista ta e n la R e p ú b lic li c a H o la n d e s a , d o n d e c o m b in ó sus su s a c tiv ti v idad id ad e s e n u n a historia m etálica d e las cam pañ as de 1708-17 1708-1709 09 46. Al parecer, otros artistas trabajaban para quien les pagara. Con el artista suizo Joseph W erner ya hemos tropezado tropezado an tes en la corte (página (página 62), 62), cuando en el dece nio d e 1660 1660,, pintó al joven Luis Luis com o Apolo. Fracasada su carrera e n Francia, Francia, W er ner marchó a Alemania y pintó al Luis anciano como sátiro en una bacanal (figu ra 65). Cabe p regu ntarse si este este viraje viraje de la glorificación glorificación a la sátira de be interp retarse como efecto de una decepción personal o simplemente como consecuencia de un cambio de patrono 47. Y ¿qué decir de Nicolás Larmessin? Este grabador-librero es so bre b re to d o c o n o c id o p o r su seri se riee d e fro fr o n tisp ti sp ic io s p a r a el Alm Al m anac an achh Royal, u Royal, u na contribu contribu ción importante a la glorificación del rey. Sin embargo, fue encarcelado en la Bastilla en 1704, acusado de haber hecho o vendido una caricatura del rey y Madame de M ainten on 48. Los autores a quienes se atribuyen los panfletos son una mezcla a partes casi igua les les de personajes comp rom etidos y de m ercenarios. E ntre ello elloss hay hay algunos algunos n om bres bie b ie n c o n o c id o s e n su tie ti e m p o . E l Escudo Escu do de Estado Esta do es es ob ra de Franz Paul von Lisola Lisola,, un abogado procedente del Franco Condado que trabajó como diplomático al servicio del em pera do r Le op old o49 o49. Mach Ma chiav iavellu elluss Gallicus Gallicu s se se atri atribuye buye po r lo lo gene ral ajoac him Becher, que tam bién estaba al al ser servi vici cioo de L eop oldo, d on de com binab a las las funciones de alquimista y eco nom ista 50. Po r lo g ene ral se con sidera que Los Suspiros de Francia Esclava Esc lava e ess obra del pastor hug on ote Pierre Ju rie u 51. Queda por citar el nombre más famoso. Por lo general se acepta que el autor del
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Figura 65. «Luis como sátiro». Luis sátiro». Luis y Madame Madame de Moniespa Moniespann en una un a Fie Fiest sta, a, de Joseph Wemer, óleo sobre lienzo, c. 1670. Zurich, Colección Von Muralt.
p a n f le to titu ti tu la d o «M arte ar te C rist ri stia iann ísim ís im o » [Mars Christianissimus] Christianissimus] fue Gottfried Wilhelm Leibniz. U n a crítica de L uis XT XTV pu ed e p are ce r algo muy a jeno a los los estudios fil filosóf osófi i cos y matemáticos a los que Leibniz debe su fama, pero lo cierto es que pasó buena p a r te d e su v id a a d u lt a al serv se rvic icio io d e d o s p rin ri n c ip e s a le m a n e s, el E le c to r d e M a g u n c ia y y el Duque de Brunswick, y que incluso preparó un plan para desviar a Luis de Ale m ania propo nien do la invas invasió iónn d e Egipto. Egipto. Otros escritores escritores hostiles a Luis era n profesionales, pe rsonajes mal vist vistos os antes que célebres en su propio tiempo. Uno de los más pintorescos es el milanés Gregorio Leti, Leti, converso al calvi calvinis nismo mo y au tor d e divers diversos os panfletos c on tra el Papa, qu e en 1680 1680 viaj viajóó a Francia y pre sen tó u n pa neg írico d e Luis XTV, co ntra qu ien e m pezó a escribir escribir cinco añ os despué s. Las famosas Conquétes amoureuses s amoureuses see atribuyen atribuyen p or lo gene ral a un noble francés, Courtilz de Sandras, que al parecer también escribió para ambas par tes 52. Christianissimus christiandus e christiandus ess obra de u n period ista ista renega do, el inglés inglés MarchMarchm o n t N e e d ha ha m . Tres im portan tes figuras figuras literar literarias ias británicas británicas añ ad ieron detall detalles es a la ima gen hostil hostil del rey: rey: Jo na th an Swi Swift, M atthew Prior y Jos ep h Addison. Swif Swiftt hizo hizo referen cias poco
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elogi elogiosa osass al al «inquieto «inquieto tirano» tirano» e n u n p oe m a do nd e se celebraba la expedición de Gui llermo llermo III a Irland Irland a. Prior, que p or enton ces trabajaba com o diplomático, distri distribuyó buyó su «balada» sobre la toma de Namur a miembros del gobierno británico. La poesía, como la diplomacia, era una continuación de la guerra por otros medios. Addison, p o r su p a rt e , in tr o d u jo a lg u n a s o b se rv a c io n e s m o rd a c e s s o b re L uis ui s e n sus su s Diálogos Diálogo s sobre Medallas, Medallas, una obra aparentemente inocente, y escribió, por invitación oficial, un po p o e m a p a r a c e le b r a r l a b a ta lla ll a d e B le n h e im 53. Evidentemente, la campaña de propaganda contra Luis estuvo bastante menos coordinada que la campaña en favor del monarca. No era fácil que periodistas en Londres, medallistas en Nuremberg, exiliados hugonotes en la República Holandesa y críticos franceses del rey pudieran entrar fácilmente en comunicación. Curiosa me nte, fue la image n ofici oficial al del rey rey lo lo q ue dio c oh eren cia a sus ataques ataques.. Para el final ha quedado la pregunta más importante y más difícil. ¿Hasta qué p u n to fu e efic ef icaz az e sa c a m p a ñ a ? ¿ Q u ié n le ía los lo s p a n fle fl e to s o c o n te m p la b a las m e d alla al las? s? ¿Qué les parecían las las críti críticas cas?? La rec ep ció n de las las imág ene s desfavorables de Luis, Luis, así así como la reacción ante las representaciones oficiales del Rey Sol, serán objeto del pró ximo capítulo. capítulo.
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Etudiez la cour co ur e t connoissiez la vill ville. e. Boileau
Hasta ahora, este libro, como anteriores estudios sobre las representaciones de Luis Luis XT XTV, se se ha centrado en la produc ción más q ue en el consumo, en la ima gen p ro yectada más que en la recibida. Sin embargo, como se han percatado los historiadores de la literatura y el arte, ningún estudio sobre la comunicación puede considerarse completo si no dedica una cierta atención a la recepción del mensaje, la naturaleza del público y la form a en que ese púb lico respon dió '. En otras palabras, debemos estudiar no sólo «quién dice qué» sino también «a quién» y «con qué efecto», perfeccionando esta fórmula (supra, (supra, página 20) de modo que englobe los procesos de interpretación y utilización de mensajes para fines que no eran los previstos. En el caso de Luis XTV, al menos la documentación dedicada al pú p ú b lic li c o p re v isto is to es re la tiv ti v a m e n te a b u n d a n t e , y ta m b ié n h a y n o tic ti c ia s d o c u m e n ta le s que constituyen muestras fascinantes de reacciones individuales.
La recepción en el país
Cabe preguntarse a quién se quería convencer con la imagen expuesta durante más de s etenta años. No es pro ba ble que estuviera destinada a la m asa de súbditos de Luis, Luis, los veinte millones de franceses que vivían en 1643, en 1661, o en 1715 (la población de Francia era al final del reinado más o menos la misma que al principio). Los me dios utilizados por Luis no eran medios de comunicación de masas. Las medallas se distri distribuían buían en ocasione ocasioness especi especial ales, es, como la inaug uración del Canal de L angu edoc o de la estatua de la Place des Victoires, pero no se acuñaban en gran número. Todos los parisinos parisinos po dían ver los arcos de triunfo y las las estatuas estatuas erigidas en su ciudad, p ero po p o c o s d e b ía n se r c a p a ce s d e c o m p r e n d e r las in s c rip ri p c io n e s lati la tinn a s o al m e n o s d e desc de sci i frar la iconografía. Versalles estaba abierto a cualquier varón adulto que llevara es pa p a d a , y e n la e n tr a d a p o d ía n a lq u ila il a rse rs e esp es p ad as , p e ro sólo só lo u n a m in o r ía e sta st a b a e n c o n diciones de hacerlo. Los apartamentos reales se abrían tres días por semana para «todas «todas las las personas de distinguida calidad» calidad» [toutes les les personnes d ’une un e qualité qu alité distinguée] distinguée ] 2.
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De manera análoga, los festivales, aunque posiblemente se parecieran a la televi sión moderna por su brillantez, su espectacularidad y su simultáneo atractivo para la vist vistaa y el oído, oído, se produ cían para u n público c ortesano reduc ido. El ballet de cour era era un teatro teatro íntimo. íntimo. Los panegíricos panegíricos en prosa y verso verso se dirigí dirigían an en prim er lugar lugar a un pú blic b lic o u n ip e rs o n a l, el rey re y m ism is m o, q u e tal ta l vez los lo s le ía (o e sc u c h a b a su le c tu ra ) c u a n d o estaban aún en forma de manuscrito, aunque a menudo los textos se publicaban pos teriormente. También las Mémoires Mémoires del rey se escribieron originalmente para un pú blic b licoo u n ip e rs o n a l: e l D e lfín lfí n . Este Es te d o c u m e n to c o n fid fi d e n c ia l n o se p u b lic li c ó h a s ta 1806 18 06.. ¿Quién, o quiénes, eran, entonces, el público? La respuesta a esta pregunta es ba b a s ta n te m á s d ifíc if ícil il d e lo q u e p u e d e p a r e c e r . P a r a e m p e z a r, el c o n c e p to d e « p ú blic bl ico» o» a p e n a s e sta st a b a n a c ie n d o . L os fra fr a n c e se s u s a b a n fra fr a se s c o m o «el «e l b ie n p ú b lic li c o » , «predicar en público», etc., pero no «el público» tout court. court. El concepto de «opinión pú p ú b lic a» n o e r a a ú n c o n o c id o ; la p r i m e r a r e f e r e n c ia a l ’opinion du peuple peuple es del úl timo añ o del reinad o, 171 53. 53. La frase frase la voixpublique, e voixpublique, e n el sen tido de «voz pública» o acaso «preferencia pública» era sólo un sustituto parcial. «Se dice que un hombre tiene para él la voz pública para decir que tiene el aplauso universal» [ On dit qu 'un homme a la voix vo ix publiqu pub liquee po ur luy, pour po ur dire, dire, l ’applaud app laudissem issement ent universel] universel] 4. Podría aducirse que faltaba el significante porque también faltaba el significado. Podría definirse al público como un grupo social, que, como una clase social, precisa autocon ciencia pa ra existir5. existir5. El desarrollo desarrollo d e los me dios de com unicación estimuló estimuló esa autoconciencia. Por tanto, los fabricantes oficiales de la imagen de Luis XTV contribu yeron sustancialmente a la creación creación d e la opin ión púb lica en Francia. En ese ese sentido fa fa cilitaron cilitaron la circulación tanto de las las imá gen es oficiales oficiales como de las extraofi extraoficial ciales. es. Por otro lado, los medios de comunicación del siglo xvn —como los de hoy en día— estaban a su vez moldeados por las necesidades y deseos del público, o al me nos por lo que los comunicadores creían que eran las necesidades y deseos del pú bli b lico co . L a im a g e n d e l m o n a r c a o m n is c ie n te y o m n ip o t e n te n o p u e d e d e sp a c h a rs e d e un plumazo como si sólo fuera el produete de un círculo de propagandistas y adula dores. La analogía entre el rey-héroe francés y los héroes de otras culturas sugiere que la imagen oficial era —hasta cierto punto— expresión de una necesidad colec tiva. Aunque sea pura especulación, resulta tentador sugerir que existió un vínculo en tre el nacimiento del Estado Estado ce ntralizador en el sigl sigloo XVII y el nacimiento del culto al rey, ey, que representaba —más aún enc am aba— el poder del centro. centro. Sería, desde luego, un error ver en el público y los espectadores del siglo xvn un grupo monolítico. De hecho, me permito sugerir que los publicistas de la época trata ba b a n d e lle ll e g a r a tre tr e s p ú b lico li co s c o n c re to s. L os ob jetiv je tivoo s a los lo s q u e a p u n ta b a n e ra n la p o ste st e ridad, las clases altas francesas, tanto en París como en provincias, y los extranjeros, es pe p e c ia lm e n te las c o rtes rt es ex tra tr a n je ra s. E x a m in e m o s su c esiv es iv a m e n te estos est os dist di stin into toss g ru p o s. Por extraño que hoy pu ed a parec em os, los publici publicist stas as del rey rey trataban trataban de llegar a nosotros, nosotros, o, más exactamente, a la posteridad tal como ellos la imaginaban. Como se afirma en las memorias reales, los reyes han de dar cuenta de sus acciones «a todos los tiem tiem pos» 6. En el bo rrad or de un a c arta de C harles Pe rrault a Colbert la la pin tura y la escultura se describen como artes que, en opinión del rey, debían contribuir de manera especial a «la transmisión de su nombre a la posteridad» 7. Una razón de la pro p ro m i n e n c ia d e los lo s o b elis el isco co s e n los d ise is e ñ o s d e m o n u m e n to s e r a q u e sim si m b o liz li z a b a n
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la fama eterna. En los monumentos mismos se empleaban materiales como el már mo l y el bronce pa ra que dura sen sigl iglos. os. Se enterra ba n medallas conmem orativas orativas de los acontecimientos del reinado en los cimientos de los edificios: en el Louvre, por ejemplo, en 1665, en el Observatorio en 1667 y en el Pont Royal en 16858. La mejor prueba del interés del gobierno por la posteridad es sin duda el es fuerzo desplegado por encontrar escritores capaces de narrar la historia oficial del reinad o. N ada m eno s que dieciocho d e los los nov enta escritor escritores es sobre sobre los los cuale cualess Chape lain informó a Colbert en 1662 eran historiadores. Al menos veinte personas ocupa ron el cargo o se atribuyeron el título de historiographe du roí, roí, o recibieron del go b i e r n o el e n c a rg o d e e sc rib ri b ir s o b re h is to ri a (a p é n d ic e 3 ). El rey re y m ism is m o p a rtic rt ic ip ó e n la reda cció n de relacio nes oficiales oficiales de algu nas ca m paña s 9. La imagen del rey rey se se proyectaba tam bién p ara co nsum o d e sus sus súbditos súbditos «los «los pu e blo b lo s s o b re los lo s q u e re in a m o s» [ les peuples sur qui nous régnons]. régnons]. En primer lugar, para los cortesanos, especialmente la alta nobleza, cuya presencia en la corte era práctica mente obligatoria. Saint-Simon cuenta que el rey se disgustó una vez con él porque hab ía aband ona do la corte corte sin sin permiso. Se Se daba p or sentado que la alt altaa nobleza de bía b ía a c o m p a ñ a r al rey re y e n la c o rte rt e , c o n lo q u e se p r e t e n d í a ta n to a le ja rla rl a d e su b ase as e d e p o d e r lo c a l c o m o d e s lu m b ra r la c o n la g lo ria ri a d e l rey. re y. L o s c o rte rt e sa n o s, v a ro n e s y h e m bra b ras, s, c o n s titu ti tu ía n la p a r te p ri n c ip a l d e l p ú b lic li c o c o tid ti d ia n o d e las o b ra s de te a tro tr o , b a llets, óperas y otras representaciones celebradas en la corte (sin olvidar el lever re re al) . En ocasiones especiales su número aumentaba. Seiscientas damas y caballeros partici p a r o n e n los lo s Plaisirs Pla isirs de l ’Ile Encha Enc hanté ntéee de 1664, 1664, y 1.500 1.500 en el aún más com plejo Divertis plejo Divertis sement seme nt de 1668. Merece destacarse que las mujeres participaban en igualdad de con diciones diciones que los los hom bres y más o m enos en igual núm ero. En una famosa frase de su Art A rt poétique, poétique, Boileau describía al público literario fran cés como la cour et la ville, ville, «la corte y la ciudad» (en otras palabras, París)10. La corte solía mirar por encima del hombro a la ciudad, que consideraba «burguesa», expre sión que em pezab a a utili utilizars zarsee en los años sesenta como refe rencia a los abogados y otros plebeyos. Por lo que se refiere al rey, parece que la opinión tradicional de que sus experiencias durante la Fronda ( sup ( supra ra,, pág ina 47) 47) lo ha bían predispue sto con tra la ciudad ciudad n o carece carece de funda m ento. Después de la boda real y la entrada solemne en la ciudad, de la que bien pudieron ser testigos cien mil personas, los parisinos tuvie ron pocas oportunidade s de ver a su gob ernan te en carne y hueso n . Pasaba relativa mente poco tiempo en el palacio del Louvre, y participó en relativamente pocos eventos públicos en París después del lit de justice de 1673 ( sup ( supra ra,, página 47). El rey no pisó el Hotel de Ville hasta 1687, para demostrar que se había olvidado de la Fron da y estaba dispuesto dispuesto a h ace r las las paces c on la ciud ad 12. Pese a ello, las alabanzas a Luis llegaban a este público urbano. Los parisinos po dían leer la Gazette, Gazette, que se imprimía en el Louvre, cuando las noticias eran aún fres cas. Las representaciones celebradas en la corte se repetían a menudo en París. Por L a Princesse d Elide Eli ’ de s see represe ntó prim ero en Versal Versalle less en ejemplo, la ob ra de M oliere oliere La mayo de 1664, como parte de los Plaisirs, Plaisirs, y se repitió en el teatro del Palais Royal de París en noviembre del mismo año. En 1665, el Alexa Ale xand ndre re de Racine se se representó en el mismo teatro, así como en el rival Hotel d e Bourgogne. E n 1673, el teatro del Pa lais lais Roya Royall se se puso en m anos de Lully, Lully, y sus sus óperas se rep rese nta ron allí allí..
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Las reales academias de literatura, pintura, arquitectura y música estaban todas en París. También lo estaba la fábrica real de los Gobelinos, que exponía sus tapices con ocasión de los más importantes festivales. John Locke, por ejemplo, los vio en la fiesta de Corpus Christi de 1677, y observó que «Luis el Grande era el protagonista de todas las piezas piezas»» 13 13. Los princip ales teatro s y la ó p er a e staba n, en París. La reco ns trucción del Louvre, la la construcc ión d e los Invali Invalides, des, la erección de arcos triunfales triunfales y las las estatuas reales reales de la Place des Victoires Victoires y la Place Luis-le-Grand Luis-le-Grand (Place (Place Ven dó m e) estamparon la imagen del rey en la ciudad. La transformación se conmemoró con un a m edalla en la que rezaba la inscripción inscripción «Parí «Paríss decorada» [ORNATA LUTETIA]. También hay pruebas de un aumento del interés oficial por el público provincial. En tre 1669 1669 y 1695 1695 se fund aro n en Arles, Arles, Soissons, Soissons, Ním es, Angers, Villefranche y To ulouse seis academias provinciales según el modelo de la Académie Franfaise, mien tras tras que en Caen (que ya tenía una academ ia de h um anid ade s), M ontpellier ontpellier y Bur Bur deos 14 se fun da ron academ ias científi científicas cas segú n el mo delo de la Académ ie des Sciences. En 1684 se inauguró en Marsella un palacio de la ópera combinado con una academia de música, según el modelo de París. Esas instituciones, como sus mo delos parisi parisinos, nos, se se ocu paba n a m en ud o de p rom ove r la gloria gloria del rey. rey. Las academias de Arles y Angers ofrecieron premios a panegíricos de Luis, la academia de Soissons organizó celebraciones para la fiesta de San Luis, y la academia de humanidades de Caen co ntribuyó ntribuyó a la la erección de un a e statua del rey rey.. Luis hizo hizo tam bién algunas visi visita tass oficial oficiales es a ciu dad es francesas, d an do así así a sus ha b ita it a n te s la o p o r t u n id a d d e v erlo er lo e n p e rs o n a . A c u d ió a R eim ei m s, s e g ú n la c o stu st u m b re , p a r a su c o ro n a c ió n e n 1654 16 54.. H iz o u n a e n tr a d a o fici fi cial al e n L y on e n 1658 16 58.. Ya e n el p e ríodo de g obierno personal, vi visitó sitó varia variass ciudades, e n su mayor parte recién adq uiri das, entre ellas Dunquerque (1662, 1671), Lille (1671, 1680), Dijon, Besangon, Es trasburgo (todas ell ellas as en 1683) y Cam brai (1684). El gobierno esperaba que los acontecimientos venturosos, como las victorias o los nacimientos de nuevos miembros de la familia real, se celebraran en París y en pro vincias. Se enviaban mensajes a los obispos impartiéndoles instrucciones de que se cantara el TeDeum TeDeum en sus catedrales en ocasiones adecuadas, e incluso especificando los individuos y grupo s que se supo nía d eb ían asistir asistir a la ce re m o n ia15 ia15. A menudo, las celebraciones adoptaban una forma más compleja. En 1678, por ejemplo, se celebraron festejos públicos en conmemoración de la paz de Nimega en Abbevi Abbevill llee (don de se expuso un retrato del rey), Caen, C hartres, hartres, Le Havre y M ontpe llie r16 r16. En 1682 1682,, eell nacim iento del d uq ue de Bo rgoñ a se se celebró c um plidam ente e n las provincias, desde Rennes a Marsella, pero por encima de todo en la provincia de Bo rgoña y en su capital, capital, Dijon 17. La misma p au ta sigu ieron los festi festival vales es co nm em ora tivos del nacimiento de otro nieto, el duque de Anjou, en 1684, sobre todo en An gers IS. En 1687 se organizaron festivales para celebrar la recuperación del rey de su enferm eda d en Arles Arles y otras otras ciud ad es19 es19. Este Este tipo tipo de celebraciones, celebraciones, q ue po r lo gen e ral incluían panegíricos del rey, podían estar organizadas por el intendant local, local, por la municipalidad o por miembros de las diversas academias provinciales. Lass provinci La provincias as recibían recibían informa ción regu lar sobre el rey rey en los periódicos, sobre todo la Gazette oficial Gazette oficial y el Mercure Merc ure Galant. Gala nt. El El director del Mercure Mercu re (que (que recibió recibió un a pen sión real real a pa rtir de 1684) se dirigía a sus lectores com o si todo todo s fuera n provincianos
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y estuvieran estuvieran ansiosos ansiosos de re cibir no ticias ticias de París, París, e l rey rey y la corte (supra, (supra, página 93). El periódico periódico se escribía escribía en form a de cartas cartas dirigidas dirigidas a un a dam a de provinc provincias ias,, lo que de m ue stra un interés p or las lectoras q ue m ere ce recalcarse 20. La difusión difusión de esos esos pe p e rió ri ó d ic o s o fic iale ia less es u n a n o ta b le m u e s t r a d e l c re c ie n te in te ré s d e l g o b ie rn o p o r las pro p rovv in cia ci a s. E n 1685 16 85,, la Gazette Gazette de París se imprimía también en cinco ciudades pro vinciales (Burdeos, Lyon, Rouen, Toulouse y Tours); en 1699, su número había au mentado a veintiuno, y al final del reinado a treinta21. El Mercure Galan Ga lant t se se im primía también en provinci provincias, as, con cretam ente en B urdeos, Lyon y Toulouse. La «camp aña de erección de estatua estatuas» s» de los años oc he nta se se orientó tam bién ha cia las principa les ciuda des d e provincias: Arles, Arles, Caen, D ijon, Lyon, M ontpe llier, llier, Pau, Poitiers y Troyes. Además, se erigieron arcos triunfales en Tours, Besangon y Mont p e llie ll ie r (to (t o d o s e n 1 6 9 3 ), así as í co m o e n L ille ill e (1 6 9 5 ). Se p la n e ó c o n s tr u ir a rc o s p a r e c i dos en La Roch elle, M arsella arsella y M etz 22. La dis tribuc ión ge og ráfica de esos arcos se pa rece a la de las estatuas ecuestres {supra, {supra, páginas 96-97) y las visitas oficiales. Se concentraron en la periferia, en los territorios que se habían adquirido más reciente mente, disfrutaban de mayores privilegios... y se rebelaban con mayor frecuencia. El ba b a u tiz ti z o d e u n a f o rt a le z a e n el r e c ié n c o n q u is ta d o S a r re c o n el n o m b r e d e «Saar «S aar-louis» {supra, página {supra, página 85) fue fue pa rte de esta tend en cia general. Los famosos mensajes a las provincias de 1709, para persuadirlas de la necesidad de proseguir la la gu erra {supra, {supra, página 110), deben verse como la culminación de esa tendencia. En cartas abiertas a los gobernadores provinciales y los obispos, firmadas p o r L u is p e r o esc es c rita ri tass p o r T o rcy rc y , se e x p o n ía n los lo s es fu e rz o s d e l g o b ie r n o p o r h a c e r la pa z, la m a la fe d e l e n e m ig o y la d e v o c ió n d e l rey re y a su p u e b lo . Las La s c arta ar tass se e d ita it a r o n en imprentas locales de toda Francia23. Esta descripción de las representaciones de Luis destinada al público de su país se centró, como el gobierno, en las élites. élites. No es probable que las ediciones de la Gazette tuvieran más de 2.000 ejemplares, y su precio oscilaba entre 1 y 4 sous. Un ejemplar me nsual del Mercure Galant, Gala nt, más exclusi exclusivo, vo, costaba 25 sous en los años o che nta. D ado su costo de producción, es probable que las medallas circularan en el ámbito de un p e q u e ñ o g ru p o , c o m o la h is to ri a m e tá lic li c a o fic fi c ial, ia l, u n v o lu m e n in folio magnífi folio magnífico co p ero muy costoso 24. Los jeton jet onss se distribuían en mayor número —en 1682, por ejemplo, 26.000— 26.000—•• pe ro tam bién ellos ellos estaban destinad os a un a m ino ría d e la poblac ión 25 25. Esto Esto no quiere decir que la gente com ún careciera de un a imagen de su rey. rey. Las Las vi sitas oficiales a las ciudades permitían cuando menos vislumbrar a Luis a todo el que quisiera hacerlo. U na relación ofici oficial al de la visi visita ta del rey a C ambrai en 1684 destaca la la «extraordi «extraordinari naria» a» m ultitud ultitud que se cong regó pa ra co ntem plar al al mon arca mientras éste éste ce n ab a26 a26. Otra op ortu nida d p ara qu e los franceses franceses y francesas francesas del pueblo p udieran ver a su gobernante cara a cara era la costumbre del toque real. Una estimación más que pru de nte cifrar cifraría ía en 350.000 350.000 el nú m ero de personas tocadas po r Luis Luis en el curs cursoo de su reinado reinado . De ella ellass pod ría decirse decirse q ue atestiguaron atestiguaron físi físicamente camente su fe en u na rea leza sagrada. No hay que olvidar, sin embargo, que los tocados por el rey recibían cada un o 25 sous sous,, circunstanc ia que se pub licaba c on a ntelació n (figura (figura 66) 66) 27 27. La gente común participó también en las oraciones públicas por el éxito de los ejércitos franceses organizadas en 1672, 1687 y 1709. El mariscal Villars leyó en voz alta «a todo el ejército» la carta enviada por el rey en 1709 a los gobernadores de sus
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DE PAR LE ROY, E T M O N S I B V R L E M A R £ V I S D E S O V C H E S , Preuoji de l’Hofle Hof lell def a Mai Maiefl ef lé, <¿y Grande Preuof Preuofiéde Fr Franc ance. e. N fai¿ fa i¿tt a fqa fq a uo ir a to t o u s q u ’il a p p a r t i é n d r a , que Diman che prochain iour de Pa fqu es, Sa Sa Maief té touch era les les Malades des des Efcroüe lles, dans les Galle Galleries ries du L o u u r e , á dix heures heures du ma tin , ace q ue nul n ’en pr e tende cauíe d’ignorance , & que ceux qui font attaquez dudit mal ayent a s’y tr o u u e r , fi bo n leur íemble. Fai£ t a Paris Paris , le R o y y e ft a nt , le vingtfixi fixieí eíme me M ars mil íix íix cens cinquante-íe pt. S ig né , d e S o v c h e s . O
Leu Le u pub publie lie a fon d eT rom ro m p e& ciy ci y pub p ublic lic pa p a r tous les Qarrefo Qarrefours urs de ce tte tt e V iü e & F a u x bourgs de Taris , par moy Charles Canto Crieur luré de fa Maiefte', accompagne' de Jean du Bos ,Jacq ,Ja cque uess le Frai Fr ainn, é r Sfti Sftien enne ne Cha C ha pp í JureT¿V JureT¿Vrom rompett pettes es du dit Seigneu Seigneur r , , é r affic affiche, he, le vingtf vingtfixi ixiefme efme M a rs , mil f i x cens ánquantefept. ánquantefept. Signé , C a u t o . Figura 66. Noticia donde se publica el toque real, 1657. real, 1657. Biblioteca Nacional, París. En un anun cio cio de 1692 1692 se hace hac e referen re ferencia cia a los los pagos a los dolientes.
pro p rovv inci in cias as,, c o m o a te stig st ig u ó u n e s p ía i n g l é s 28. C o m o e n el p e r ío d o c o m p r e n d id o e n tre 1701 y 1713 ingresaron en el ejército 650.000 franceses, la institución merece es tudiarse como u n m edio de difusión difusión d e im ágen es oficia oficiales les del rey en tod a la n ac ió n 29. Las imágenes visuales del rey podían romper la barrera a la comunicación impuesta p o r e l a n a lfa lf a b e tism ti sm o , y a lg u n a s d e ellas ell as,, e s p e c ia lm e n te las esta es ta tua tu a s, e r a n m u y visib vi sibles les.. Incluso los tapices de la historia del rey se exponían algunas veces en público, por ejem plo en los Go belinos du ran te la fiesta fiesta de C orpu s C hristi30 hristi30. Con todo, los creadores de imagen rara vez se refieren a la gente común. Char p e n t ie r fu e u n a e x c e p c ió n a la re g la al r e c o m e n d a r el uso us o d e la le n g u a v e r n á c u la en los monumentos públicos para que el menú peuple peuple tuviera «por una vez el placer de pa p a r tic ti c ip a r d e l b o a to d e l E sta st a d o y d e la g lo ri a d e su p ín c ip e » 31. E n c u a lq u ie r caso ca so,, su recomendación cayó en saco roto. En una nación de campesinos, las medidas oficia les pa ra crear una bu en a imagen p ública del rey rey se se cen traron en las las ciudades. ciudades. De he cho, es raro encontrar una estatua del rey en un pueblo. El único ejemplo que co nozco es una escultura situada en Guimiliau (Finistére) donde se representa a Luis XIV como San Luis38. Sin duda no se debe a la casualidad que la fecha, 1675, sea sea tamb ién la de la rebe rebe lión de los breto nes co ntra el rey. ey.
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Figura 67. «La recepción de la historia metálica». Ret metálica». Retrat ratoo del del Graf von Dehn, Dehn, de de Nicolás de LargiUiére, c. 1702. Herzog Antón Ulrich-Museum, Braunschweig.
La recepción en el extranjero
El público extranjero de l ’histoire du roi roi no se consideraba me nos imp ortante que el nacional. En 1698, por ejemplo, Pontchartrain pidió a la Petite Académie una lista de m edallas edallas que pu dieran regalarse regalarse a personajes extranjer extranjeros. os.
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El carde nal M azarino azarino de scribió scribió al jov en Luis com o «el «el rey más gran de del mundo» [les plus grand roy du monde] monde] 33 (figura 67). La frase frase pu ed e p are ce r p ur a h i p é rb o le , a d e m á s d e p u r o e tn o c e n tr is m o , p e r o fu e r e p e t id a y a m p lifi li ficc a d a p o r los lo s p a negiri negirist stas as.. En u na m edalla edalla acuñ ada para con m em orar el tratado tratado d e N imega se se repre se nta ba a Luis co m o «el pa cific ad or u niversa l» [PACATOR ORBIS] IS], y se m os trab a a la Victori Victoriaa ofreciéndole ofreciéndole u n g lobo terráqu eo. La im agen de los cuatro con tinentes o «lo «los cuatro rincones del mundo» (Australia era desconocida) reconociendo la suprema-
Figura 68. «El trono de plata». Grabado del Trono Real, del M del Mer ercu cure re Gala Galant, nt, diciembre diciembre de 1686. Biblioteca Nacional, París. París.
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cía del Rey Sol figuraba en el Es Escalier des Ambassadeursy en otros lugares H. Entre las inscripci inscripciones ones del m on um en to a Luis en la Place Place des Victoir Victoires es había u n a referencia a las embajadas de «naciones distantes», donde se mencionaban las de Moscovia, Gui nea, Marruecos, Siam y Argelia. En un festival celebrado en Grenoble en 1701 se re pre p re s e n tó a L uis ui s e n el tr o n o re c ib ie n d o h o m e n a je d e las n a c io n e s d e l m u n d o , in c lu i dos los «siameses, tonquineses, argelinos, chinos, iroqueses» 35. Los cinco ejemplos son referencias precisas a eventos del reinado. Estas imágenes obedecían a un proyecto concreto cuyas metas se extendían mu cho más allá de las fronteras europeas. La atención prestada a la embajada siamesa de 1686 (conmemorada con una medalla, página 101) y la embajada persa de 1715, en particular, son testimonio elocuente de ese proyecto 36. A fin de impresionar a los representantes de los «despotismos orientales», como los consideraban los franceses, Luis recibió a los embajadores otomano y persa en «un trono muy elevado» [Un [U n Troné Tron é fort fo rt élev élevé] é] 37 37 (figura 68). El rey ten ten ía bu en as razone s prácticas (págin a 137) 137) p ara cultivar cultivar la am istad del sul sul tán otomano: la hostilidad al Sacro Imperio Romano generaba intereses comunes. Argel Argel y Marruecos eran eran depen denc ias del Imperio Otom ano. El bom bardeo francés francés de 1684 (pág ina 97) 97) ha bía som etido a Argel. Argel. En lo toc ante a Persia, no fue el rey sino sino el shah quien tomó la iniciativa diplomática. Con la esperanza de obtener la ayuda de un escuadrón francés en su intento de tomar el puerto de Mascate, en el Golfo Pérsico, Pérsico, el Shah H ussein envió un legad o a Luis en 1715 1715.. Luis XIV tenía al menos un punto de apoyo en las Américas. La ciudad de Que be b e c fu e f u n d a d a e n 1608 16 08 p o r c o lo n o s fra fr a n c e se s, y e n 1663 166 3 se co n v irti ir tióó e n la c a p ita it a l de la provincia de Nueva Francia. En 1686, coincidiendo con la «campaña de erec ción de estatuas» en las provincias francesas (supra, (supra, página 92), se instaló un busto del rey en la Place Royale. El gobernador francés, Frontenac, obligó a los iroqueses, que se opon ían a la dom inación francesa, a ped ir la la paz en 1696. 1696. De Q uebe c sali salióó el explorador Robert de la Salle con dirección a Luisiana, una región —mucho mayor que el actual Estado de la Unión— que anexionó en 1682 y a la que dio el nombre de Luis XIV. La m ue rte de L uis XTV se con m em oró incluso en la Am érica española, española, dad o q ue se trataba del ab uelo del mo na rca rein ante, Felipe V. V. En la catedral de M éxico éxico se ex ex pu p u so u n c a tafa ta falc lcoo , el a rz o b isp is p o L a n c ie g o p re d ic ó u n se r m ó n , y se p u b lic li c ó u n p a n e g í rico del difunto rey «Luis «Lu is XTV el grande» grande » do nd e se le describía com o «espejo «espejo de prínci pes» pe s» 38 (fig (f ig u ra 6 9). 9) . Los contactos oficiales con el Lejano Oriente se remontaban a 1661, año en el qu e Luis Luis ofreció su am istad a «los «los reyes de Go chinch ina, T on kín y China» 39. El je suíta suíta Joac him Bouvet viaj viajóó a C hina y entró al serv servic icio io del e m pe rad or Kangxi, Kangxi, qu e reinó de 1662 a 1722. Bouvet describió a Kangxi la grandeza de Luis. Desgraciada m ente, no sabemos qué impresión causó el rey rey en el em perad or. Juzgad o co nform e a criterios chinos, el monarca de veinte millones de personas debía parecer un prín cipe insignificante. Sin embargo, Bouvet fue enviado de vuelta a Versalles para que describiera a Luis Luis la co rte c h in a40 a40. Estos contactos obedecían a fines religiosos, económicos y políticos. Los jesuítas eran fun dam entalm ente misioneros q ue seguían seguían los los pasos pasos de San San Francisco Francisco Javier, Javier, el
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ESPEJO D E PRINCIPES,
Propucfto, no menos al defen= galio de caducas glorias, que la imitac imi tación ión de gloriofas gloriofas á la 2Sj1 vir ttid es , -
E n las J ump umptuo uofis fis E x fequias, fequias ,
Que Qu e la la Imperial Imperial CorteMexican CorteM exicanaa celebró
A EL EL CHRISTi CHR ISTi ANISSIMQ: ANISSIMQ: Rey de Francia LUIS DECIMO DECIMO QU ARTO EL GRANDE, C U T A R E LA C IO N
Ofreceal Excelcntifli Excelcntiflim mo Seño Señorr ‘DonBal Balthazar azar de Zuñig*, Zuñig*, Guarnan, uarnan, So Sote te Mayor,y Mendoza, Marqués de Valero, de jfya fyaaonte, y Aleaqtter, Genti Gentil Hombre de U Cámarade f¡¡ f¡¡Ma^eft ^efta aá, di fkC fkConfej fejo.y lamíade Guerra dt Ind Indias>Virrey, Goveraador, overaador,yy Cap apititán án Gmer Gmeral alde de ef eftaNaeVú aeVú Efp Efpa aüa.y Trtjídeute de[u Reai Audiencia, El DcSat Don Ju»n Dios d< Briearaonl, Oydcz ¿o « f t *
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R o l A u d i e n c ia .
trien rien de los Sopa Soparteres, teres, en México éxico po , por los He Herederos delaViuda deMiguel deRibera
Figura 69. 69. «Luis «Luis en el Nuevo Mundo». P ortad ort adaa del Es del Espe pejo jo de de Prín Prínci cipe pes, s, México, México, 1715.
apóstol del Lejano Oriente, y de Matteo Ricci, fundador de la misión china. A Col b e r t le in te r e s a b a f o m e n ta r el c o m e rc io c o n Asia. As ia. O t r a ra z ó n p a r a c u ltiv lt ivaa r las re la c io nes con aquellos reinos distantes era el deseo de difundir, y con ello ampliar, la glo ria del rey. Mucho más se hizo, sin embargo, para impresionar a las cortes europeas con la grandeza de Luis XTV. El rey dedicaba buena parte de su tiempo al ritual diplomá tico, tico, inclui incluidas das las las relaciones relaciones co n E stados stados muy pequ eños. T om em os com o ejemplo u n mes relativamente normal. Luis residió el mes de noviembre de 1682 en Fontaine ble b le a u y Versa Ve rsalle lles. s. E n F o n ta in e b le a u c o n c e d ió d o s a u d ie n c ia s al e m b a ja d o r d e Sabo Sa bo y a (con quien se estaba neg ociando un m atrimon io real) y un a a cada uno de los los envi envia a dos de Hanover, y los enviados de Saboya y Baviera le presentaron sus respetos antes de partir (el congé). En congé). En Versalles concedió audiencia a los enviados de Wolfenbúttel y Parma, y se despidieron de él los de Hanover y Zell41. En ocasiones especiales, como
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la muerte de la reina, los representantes del cuerpo diplomático acudían uno por uno a cumplimentarlo o, en ese caso concreto, a darle el pésame 42. Los embajadores eran parte sustancial del público asistente a los festivales, obras de teatro, ballets y óperas de la corte. A menudo se les hacían regalos encaminados a realzar la imagen del rey en el extranjero: medallas y tapices de los eventos del rei nado, volúmenes de grabados que representaban objetos de las colecciones reales, y retratos enjoyados del propio Luis. Ese tipo de regalos desempeñaba varias funciones simultáneas simultáneas.. E ran ejemplos d e la generosidad real, real, d ifundían su imagen y podían ser ser vir vir tam tam bién a otros fines fines.. Pa rece razona ble su po ner que el regalo al al Pap a de u n tapi tapizz donde se representaba al Dux de Génova presentando sus excusas a Luis era real mente una advertencia43. Otro medio empleado para mejorar la reputación de Luis en otras partes de Eu rop a era la la represen tación dram ática. ática. En 1668 1668,, el em bajador an te la la corte del elector elector de Maguncia recibió de París instrucciones de organizar un drama musical sobre el tema de «la reciente paz» [Pax nupernme factu m ] de Aquisgrán (supra, página (supra, página 74). En 1682, los embajadores franceses celebraron públicamente en Venecia, Roma, Ma drid, Berlín Berlín e incluso incluso la repu blican a Suiza el nacimien to del duq ue de B org oñ a44 a44. En 1688, el embajador francés en Roma celebró la captura de la fortaleza de Philipps bu b u rg c o n u n a e x h ib ic ió n d e fu e g o s a rtif rt ific ic ia le s45 s45. Los textos en que se glorifica a Luis en idiomas extranjeros demuestran la impor tancia que se atribuía a los lectores extranjeros. Las inscripciones en monumentos y medallas se redactaban en latín, a pesar de las protestas de «modernos» como Char p e n t i e r y D e s m a re ts, ts , n o só lo p a r a se g u ir u n p r e c e d e n t e clásic clá sicoo sin si n o ta m b ié n p a r a c o municarse más eficazmente con la gente culta de toda Europa46. Algunos de los nu merosos paneg íricos íricos del rey se com pusieron en latín. latín. La elección elección de idioma m arcaba a veces veces un a ocasión académica: po r ejemplo, Jacqu es de La Beaune, a utor d e un pa negírico de Luis como patrono de las artes (supra, pá (supra, pá gina 30), era profesor en el co co legio legio jesu ita de Lou is le G rand. P or o tro lado, las tradu tradu ccion es al latín de los paneg í ricos (com o las las versiones de C harles de la Rué de las obras de C orneille) d ebía n estar destinadas destinadas a u n púb lico lico no francés. Las Las relaciones relaciones de la coronac ión del rey rey y del fa fa moso carroussel de las Tullerías circulaban también en latín47. Algunos de los graba dos que representan l’histoire du roi roi llevan inscripciones en latín. Varios panfletos p a r a ju j u s tifi ti ficc a r la G u e r ra d e D e v o lu c ió n y la G u e n ra d e S u c e sió si ó n e s p a ñ o la se tr a d u je ron asimismo asimismo al latín, latín, co m o tam bién se tradu jo la h istoria istoria me tálica tálica o ficial48 ficial48. El latín era utilizado por tantas clases de personas y para tantos fines en ese pe ríodo que los textos en ese idioma no nos permiten determinar con exactitud el grupo al que estaban destinados los mensajes. Las traducciones a varios idiomas ver náculos pueden damos una impresión más clara de los principales destinatarios pre vistos. El español o castellano era el idioma de la corte de Madrid, con la que el rey riva lizó con especial intensidad en los años sesenta (supra, página (supra, página 68). No sorprende des cu brir que la apología ofic oficia iall de la Gu erra de Devolución (supuestamen te declarada en d efensa de los derech os de la rein a españo la esposa esposa de Luis) Luis) se tradujo tradujo inm ediata mente al castellano. Llama la atención que una relación en español del famoso diver tissement de 1668 (supra, (supra, página 78), la Breve Descripción del Esplénd Espl éndido ido Banquete, Banqu ete, obra
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de un tal tal Pedro de la Rosa, Rosa, se pub licara en esa fecha.. fecha.... no en Españ a sino sino en París, París, lo que sugiere que la traducción fue inspirada por el gobierno. Aparte de los citados, los textos donde se glorifica a Luis en español son raros hasta el advenimiento de su nieto Felipe V. Las Las publicaciones publicaciones do nd e se justificaba justificaba la G uerra de S ucesión ucesión española se traducían al español y se distribuían por conducto del embajador francés en Ma drid 49. El famoso re trato de R igaud de Luis envejecido se en cargó originalm ente p a r a el p a la c io d e F e lip li p e V e n M a d rid ri d . El idioma de la corte del Sacro Emperador Romano, otro de los principales riva les de Luis Luis en el escenario escenario eu ropeo , era el alem alem án, po r lo lo que n o es sorp ren de nte en contrar traducciones a ese idioma. Una de las descripciones contemporáneas de la b o d a re a l se tra tr a d u jo al a l e m á n 50. T a m b ié n se tr a d u je r o n la ju j u s tifi ti fi c a c ió n o fic ial ia l d e la Guerra de Devolución y la historia metálica. En 1687 se publicó en Augsburgo una traducción al alemán de la descripción de Félibien de los tapices de los Gobelinos so bre b re los c u a tro tr o e le m e n to s y las c u a tro tr o e sta st a c io n e s, d e sc rip ri p c ió n q u e c o m p r e n d e las ala al a ba b a n z as al r e y 51. Fue también en Augsburgo donde un grabador alemán, Elias Hainzelmann, rea lizó izó un g rabado p ara celeb rar la conqu ista ista real de la here jía (figura (figura 70), 70), recorda torio de que los europeos no eran unánimes en su crítica de la Revocación del Edicto de Na N a n te s. A lgu lg u n o s fo lle ll e to s p a r a ju s tif ti f ic a r la G u e r r a d e S u c e sió si ó n e s p a ñ o la se tr a d u je r o n al alemá n °2, y en ese ese pe ríodo tamb ién se pub licó licó en alem án un gran n úm ero de ata ques a Luis (ap énd ice 3). La traducción al italiano de las alabanzas al rey sugiere un deseo de impresionar al Pap a y quizá a las las cortes cortes de T urín , M ód ena y otros lugares. lugares. En 1654 1654 se se publicó en italiano una descripción de la coronación del rey, y en 1660 una descripción de la b o d a re a l. L u is o to rg ó u n a p e n s ió n a G iro ir o la m o G raz ra z ian ia n i, s e c re ta rio ri o d e l d u q u e d e M ó dena, paraque le glorificara. Graziani, además de escribir sonetos a las victorias del rey, rey, difund ió justificaciones justificaciones francesas de la Gu erra d e D ev olu ció n53 n53. Elpidio Benedetti, detti, más conoc ido com o asesor artíst artístico ico de C olbert ( supra, supra , página 61), fue también au tor de un paneg írico írico del rey rey,, La L a Gloria de la Virtu Vi rtudd en la Persona de Lu is el Grande, p u bli b licc a d o e n L yon, yo n, p ro b a b le m e n te p a r a el m e r c a d o d e e x p o r t a c ió n 54. O tr o p a n e g ír ic o del rey, obra de Pellisson, se tradujo al italiano. También se tradujo una serie de fo lleto lletoss para justificar justificar la la posición posición franc esa d ur an te la G ue rra de Su cesión e sp añ ola 55. Parece q ue n o se de splegaron g randes esfuerzos esfuerzos por conv encer a los los ingles ingleses es o los los holandeses de la grande za del rey rey.. En el caso caso de H oland a, el hech o de q ue la elite go elite go be b e r n a n te u tili ti lizz a ra el fr a n c é s lo h a c ía a p a r e n te m e n t e in n e c e sa r io . C o n re sp e c to a los lo s ingleses no podía usarse el mismo argumento. Sin embargo, sólo en tiempos de la Gu erra de Sucesión Sucesión españo la se se hizo hizo un inten to serio serio de conv encer al público inglés inglés de la justicia de la causa francesa. francesa. El enviado fran cés en Lo nd res trad ujo al inglés y pu p u so e n c irc ir c u la c ió n u n a d e c la r a c ió n d e L uis ui s e n el s e n tid ti d o d e q u e su « ú n ico ic o o bjet bj etiv ivoo es mantener la paz». El enviado trató también de contratar a Sir Charles Davenant pa p a r a q u e e sc rib ri b ie ra fo lle ll e to s e n ap o y o d e la c a u sa fra fr a n c e s a . A lg u n a s re la c io n e s p r o francesas de operaciones militares (escritas por Donneau de Visé, director del Mer Mer cure) se pu blicaro n en versión ing lesa 56.
Figura 70. Luis 70. Luis com como conqu conquist istad ador or de de la herej erejía ía,, grabado de Elias Hainzelmann, 1686. Biblioteca Nacional, París.
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Reacciones
La pregunta crucial es la más difícil de responder. ¿Cómo reaccionaron esos diversos pú p ú b lic li c o s a la p re s e n ta c ió n d e L uis ui s c o m o m o n a r c a g lo rio ri o so , in v e n c ib le , m a g n ífic íf ic o ? Lo más que pu ede hacerse es dar ejemplos individual individuales, es, rostros rostros .en la m ultitud. ultitud. Au nq ue no pu ede sabers sabersee si esas esas reacciones rep rese nta n a los los grupos a q ue los individuos individuos per tenecían, su variedad, al menos, puede ser instructiva. Podríamos empezar con los contrastes en el seno de la nobleza. El duque de Saint-Aignan, favorito del rey, trabajó duro para promover la gloria de su señor. Ofreció Ofreció un premio, publicado en el Merc el Mercure ure Galan Ga lant t , al m ejor poem a en h on or de l rey. ey. El mismo escribió poemas en ese sentido. Desempeñó un papel importante en la fundación de la academia de Arles, que cantaba periódicamente las alabanzas del rey, y en la erección de una estatua de Luis en la ciudad de Le Havre. De manera análoga, y a mayor escala, el duque de Feuillade, mariscal de Francia, dio impulso a la erección de la famosa estatua del rey en la Place des Victoires. De hecho, pagó la estatua, aunque el proyecto fue apoyado por el gobierno y el rey le dio el mármol. Sin Sin embargo, como cualquier lector de sus sus mem orias sabe, sabe, el duqu e de Saint-Si Saint-Simon mon criticó duramente al rey, y también la forma en que se le glorificaba (véase pá gina 174). En peldaños más bajos de la escala social, las reacciones corporativas, especial m en te las las de los jesuítas y las las mu nicipalida des, son m ás fácil fáciles es de d oc um en tar qu e las individu individual ales. es. Un nú m ero considerable de jesuítas, jesuítas, en tre ello elloss Jouvancy, Jouvancy, La B eaune, Le Jay, M enestrier, Q ua rtier y La Rué, con tribuyó a la creación de la ima ima gen real en disti distintos ntos medios. medios. Los jesuítas organ izaron represen taciones en alabanza de Luis en París París,, Lill Lille, e, Lyon, Lyon, To ulouse y otras otras ciudades. Ce lebraron a Luis Luis no sólo sólo como u n mo narca pío que se oponía a la herejía, sino también como conquistador y como pa trono de las artes. El interés de la orden por alentar a Luis a prohibir el protestan tismo tismo apen as pa rece razó n su ficiente ficiente p ara justificar todo el din ero y esfuerzo invertidos en la glorificación del rey. También las municipalidades ofrecen ejemplos de entusiasmo oficial por el rey. En 1676, por ejemplo, los cónsules de Arles erigieron un fragmento recién decu b ie r to d e u n o b elis el iscc o r o m a n o c o m o m o n u m e n t o al rey re y , c o r o n a d o p o r u n so l d e o ro y con una inscripción latina compuesta por Pellisson. La ciudad gastó en ello 6.825 livres*1. livres*1. Sin embargo, un relato del siglo x v n i sugiere sugiere que en P au la municipalidad municipalidad re cibió con muy poco entusiasmo la propuesta de erigir una estatua de Luis en una pla p laza za p ú b li c a 58. Allí d o n d e las m u n ic ip a li d a d e s a c o g ie ro n fa v o ra b le m e n te la s u g e r e n cia de erigir estatuas al rey, es difícil interpretar los motivos del consejo municipal. Tanto podían estar expresando su lealtad como buscando el favor del gobierno cen tral, o intentando mejorar la apariencia de su ciudad, glorificándose a sí mismos al hacerlo59. Esta Esta form form a de reinterp retación o ap ropiación local local de los los mensajes recibi recibidos dos del centro es tan esquiva como fascinante, porque su éxito dependía de la ambigüedad. A prim era vist vista, a, la inscripción tallada tallada (en 1715) e n la estatua d e Luis en el arco arco triun fal de Montpellier, con su referencia a la «paz en tierra y mar» [PAX TERRA MARIQUE PARTA] pa p a re c e u n e je m p lo clás cl ásic icoo d e h ip é r b o le ofic of icia ial.l. U n p o c o d e re fle fl e x ió n su g ie re
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la posibilidad de que el monumento celebrara no tanto al monarca como la Paz de Utrecht. Por debajo de esos niveles aristocráticos y corporativos, la documentación es frag mentaria. Los inventarios de París muestran que algunos particulares poseían retra tos tos del re y 60. Su imag en fig urab a en letreros d e las tiendas tiendas de París, París, com o la del gra b a d o r r e a l G u illa il la u m e V a lle t, «B uste us te d e L o u is XTV» XTV»,, o e n los a lm a c e n e s d e l P e tit ti t P o n t, «au Grand M onarque» 61 61. Ta m bién figuraba en platos platos d e loza barata. La m anufactura de esos esos objetos objetos sugiere sugiere un a cierta m edida de d evoción p op ular al rey, rey, pero es imposi ble b le m e d ir la fu e rz a y m a g n it u d d e esa es a d e v o c ió n . T o d o lo q u e p o d e m o s h a c e r es cita ci tarr algunos ejemplos contrastados de las reacciones de los particulares ante el rey y su culto. El con cepto de «particul «particular» ar» es bastante más esqui esquivo vo de lo que a prim era vist vistaa pu diera parecer. Por ejemplo, un tal Charles d’Aligre, abad de Saint-Riquier, encargó un retrato de Luis XIV tocando a los enfermos (figura 71). Resulta, sin embargo, que el difunto p adre del abad, E tienne d ’Aligre Aligre,, ha bía sido canciller canciller de Francia y primo de o tro canciller, canciller, Michel Le Tellier, Tellier, el padre de Louvois. Louvois. El pape l que desem peñ aron los administradores, sus parientes y sus clientes en la demanda de obras que glorifica b a n al re y m e r e c e e s tu d ia rs e d e ta lla ll a d a m e n te . Teniéndolo en cuenta, escojamos unos pocos rostros en la multitud. Del lado ne gativo, podríamos empezar con un hombre de Thouars que en 1707 tuvo que com p a r e c e r a n te los lo s tr ib u n a le s p o r h a b e r c o m e n ta d o , c o n b ru ta l sim si m p lic li c id a d , q u e «le ro i e stu n bou gre e t un voleur». En 1709 1709,, cuan do hab ía esc escas asez ez de alimentos, alimentos, se se prod ujo lo que Saint-Simon llamó una «inundación» de carteles contra el rey. Sus estatuas fue ron desfiguradas, y en u na carta an ón im a se incitaba a asesinarlo 62. El tradicional contraste e ntre el bue n rey y sus malvados consejeros consejeros no convencía a todos. todos. De m a ne ra análoga, aun qu e con palabras más cortes corteses, es, Paul-Ignace Paul-Ignace Chavatt Chavatte, e, un pa ñe ro de Lille (ciudad recientemente incorporada a Francia) escribió en su diario comenta rios desfavorables sobre el rey, criticándolo en particular por permitir a su ejército qu e invadiera, saqueara e ince nd iara sin declarar la gu er ra 63. En co ntraste, ntraste, Pierre Gau lthier, lthier, deán de Toul, tam bién en las fronteras de Francia, Francia, dedicó «a la gloria gloria de L uis el Grande» un a ga lería lería de treinta y un estat estatuas. uas. La figura central era la del rey, representado «como lo está en la Place des Victoires de París» (véase figura 36), salvo que la estatua sostenía una maza, la de Hércules, para mos trar que el rey rey era «un ve rdade ro hé roe, do m ad or de naciones». naciones». U n detalle curioso curioso y p o s ib le m e n te re v e la d o r d e la d e s c ri p c ió n c o n te m p o r á n e a d e la e sta st a tu a es la re f e r e n cia a «un petit Ange» que se dispone a coronar de laurel al rey. Cabe preguntarse cuántas de las las personas que v ieron la estatua estatua d e la Place Place des Vict Victoir oires es interpreta ron así la la figu figu ra de la V ictoria64 ictoria64. En un pe ldañ o aú n más bajo d e la escala soci social al,, el diario de un sacerdote rural interpretaba la Revocación del Edicto de Nantes como un caso de pie da d y desinterés, y llama ba «grande» a L uis 65. Las reacciones an te la image n real e n el extranjero se describen describen sistemáti sistemáticamente camente en los informes de los embajadores venecianos, cuyos testimonios son tanto más fia bles bl es c u a n to q u e s o n p o líti lí ticc a m e n te n e u tr a le s . Las La s re a c c io n e s d e los lo s ing in g lese le se s — e n tr e ellos Addison, Evelyn, Prior y Swift— son más vivas pero también más parciales. Ya se h a citado a Ad dison y P rior (páginas 109 y 112). Jo h n Evely Evelynn hizo hizo algun os com enta-
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Figura 71. 71. «Luis milagrero». Luis X IV curando curando la escr escróf óful ulaa, de Jean Jouvenet, óleo sobre lienzo, 1690. Iglesia Abadía de Saint-Riquier.
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no s desdeñosos sobre «aduladores reales reales com o Perau lt, Carpen tier, tier, La Chape l [sic [sic]» ]» y sobre la «egregia vanidad» de la m ed alla rep resen tativa de la estatu a de la Place des Victoires65 Victoires65. De m an era análoga, u n m édico inglés, inglés, Jo h n No rthleigh, rthleigh, qu e viaj viajóó a Fran cia cia en los los años och enta, expresó su d esapro bació n de las «absur «absurdas das»» inscripciones inscripciones en los monumentos a Luis y «la aplicación abusiva y blasfema» al rey de palabras e imá genes asociadas asociadas co n C risto risto (inclu ida «un a Gloria sob re su Cabeza») 67 67. La an alogía entre esos comentarios y la propaganda contra Luis (páginas 138-139) es evidente. Tal vez vez N orthleigh y Evel Evelyn yn fue ron persua didos de que ha bía que ver al rey rey así así. Sin embargo, una respuesta respuesta no es menos ge nuina p or el hecho de ha ber sido sido aprendida. También, un caballero rural inglés denunciaba a Luis, en una carta privada de 1686, por su «crueldad sin parangón con sus súbditos protestantes», e incluso se ale graba de su enfermedad (es obvio que las noticias sobre la fístula viajaban deprisa): «Dicen «Dicen que apesta Vi Vivo, & su Cadáver apestará más cua ndo haya m uerto, com o apes apes tará su me m oria po r to da la eternidad » 6S 6S. Los ingleses no fueron los únicos que se escandalizaron por la forma en que se glorificaba a Luis. La corte de Viena se sintió ultrajada por la «arrogancia» del emba ja j a d o r fr a n c é s , c uy a m a n e r a d e c e le b ra r, e n 16 82, 82 , el n a c im ie n to d el s e g u n d o h ijo d e l
Figura 72. 72. Los Suec Suecos os reinst reinstaur aurado adoss en Alemania, Alemania, de Jean Je an Am ould, ould , relieve, relieve, 1686. Louvre, París. París.
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em pera do r fue ex po ne r u na divi divisa sa don de se reivindicaba reivindicaba el Im perio para Luis XTV XTV559. Carlos XI ordenó a su embajador que abandonara Francia si era cierta la informa ción de que se había representado al rey de Suecia como suplicante en un bajorre lieve lieve del del célebre m on um en to d e la Place des Victoires Victoires (figura 72). El Gran Elec tor de Brandenburgo-Prusia se sintió igualmente ofendido por las representaciones humi llantes llantes de sus sus ríos ríos,, el O de r y el Elb a70 a70. Algunos ha bitantes de Rom a se se esca ndalizaron p o r las c e le b ra c io n e s o rg a n iz a d a s e n la e m b a ja d a fr a n c e s a p a ra c o n m e m o r a r la c a p tura de Philippsburgo Philippsburgo en 1688 1688 11. Según Saint-Simon, las pinturas de l ’histoire d u roi d roi dee Versalles «contribuyeron no poco a irritar a Europa contra el rey». Sin embargo, algunas cortes extranjeras le hicieron a Luis el cumplido de imitar su esti estilo lo de a utorrepresen tación. Versal Versalle less especialme nte se tom tom ó como mode lo. El caso más claro de imitación fue la corte de España bajo el nieto de Luis, Feli pe p e V. El r e tr a to d e E sta st a d o d e F e lip li p e r e a liz li z a d o p o r R ig a u d r e c u e r d a al r e t r a to d e Es tado de Luis del mismo artista (figuras 73 y 1). La corte española se reformó con arreglo al modelo francés, y el rey se hizo más visible y accesible. Las estatuas en los ja j a r d in e s d e l p a la c io d e F e lip li p e e n L a G ra n ja i m ita it a n a las d e V ersa er salle lles: s: A p o lo, lo , H é rc u le s , Latona, etc. El pintor Houasse y el arquitecto Robert de Cotte trabajaron para Felipe y para Luis, y el anciano rey intervino en persona en la reconstrucción y redecora ción de los palacios españoles. También Felipe fundó academias de arte, lengua e historia, apoyándose en el modelo francés72. En otros casos la imitación era más espontánea. Nicodemus Tessin, surin su rin ten te n da nt des bátiments bátiments de Carlos XI de Suecia, la «estrella polar» del norte, había sido recibido p o r L uis ui s e n V ersa er salle lles, s, h a b ía te n id o c o n ta c to s c o n L e b r u n , R iga ig a u d , M ig n a rd y o tro tr o s artistas, y tomó sus enseñanzas al pie de la letra cuando construyó el palacio real de Estocolmo Estocolmo 73. P or su parte, B althasar althasar N eu m ann , cua ndo recibió el encargo de cons truir un palacio palacio p ara el principe-obispo de W ürzburg, visi visitó tó Francia Francia en 1723 1723 pa ra ver «Versailie», como él lo llamaba, y presentar sus planos al arquitecto real, Robert de Cotte. No es de extrañar que la gran escalinata de Würzburg recuerde al Escalier des Ambassade Amba ssadeurs urs d d e Ve rsalles 74 74. La list listaa de palacios qu e se desc riben com o im itaciones d e Versall Versalles es es larga, y en globa desde Caserta hasta Washington. Los criterios para la descripción no son siem pre p re fáci fá cile less d e e s ta b le c e r 75. E n c u a lq u ie r caso ca so,, el p a la c io d e l sol so l n o es sin si n o u n a p a r t e de la imagen de Luis XTV. Por consiguiente, tal vez sea más útil estudiar tres cortes que consideraron a Luis Luis ejem plar en más de u n aspecto: aspecto: Lon dres, San Petersburgo y Viena. Carlos II tomó a Francia por modelo cuando fundó la Lond Lo ndon on Gazette Gazette en 1665, el Observatorio Real en 1675 y el Hospital de Chelsea (el Invali Inv alide dess inglés) en 1681. Cu riosamente, Guillermo III, el enemigo de Luis, lo imitó aún más a conciencia que su p e n s io n a d o C arlo ar los. s. G u ille il le rm o c o n tr a tó al a q u ite it e c to h u g o n o te D a n ie L M a re t, o b lig li g a d o a ab and ona r Francia Francia tras tras la la Revocaci Revocación, ón, p ara q ue contribuyera a la reconstrucción reconstrucción del pal p alaa cio ci o d e H e t L o o , in c lu y e n d o u n a ré p lic li c a d e l Escalier des Ambassadeu Ambass adeurs rs d d e Versalles. Versalles. Los hechos militares de Guillermo, como los de su adversario, se conmemoraron en un a h istoria istoria metálica, metálica, L ’histoire histoire métallique métalliq ue de Guilla Gu illaum umee II I I I (1692) (1692) 76 (figura 74). En otras pa p a lab la b ra s, alg al g u n as d e las p e rs o n a s q u e se o p o n ía n m á s fir fi r m e m e n te a L uis ui s e sta st a b a n lo su su ficientemen ficientemen te impresionadas po r su imag en como para seguir su su ejemplo. ejemplo.
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Figura 73. «Luis como modelo». Retrato Retrato de Felip Felipee V, V, de Hyacinth Hy acinthee Rigaud, óleo ó leo sobre lienzo, c. 1700. Louvre, París.
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Figura 74. «Otro rival real». Frontispicio grababo de la Hi la Histoi stoire re de de Guillaume Guillaume III, de III, de Nicolás Chevalier, 1692. British Library, Londres.
Entre los los parti particular culares, es, Joseph Addison, que no era ni mu cho men os am igo de Lui Luis, recom endó la fundación de u na A cademia de Inscripciones Inscripciones sobre sobre el m odelo de la petite académie. El primer duque de Montagu, partidario de Guillermo III, con trató trató a un arquitecto arquitecto francés francés para que diseñara Montagu Ho use en Lo ndres, y a un p in to r fr a n c é s (Laf (L afos osse se,, u n o d e los lo s p in to r e s p re f e ri d o s d e L u is XIV) XIV ) p a r a d e c o ra rla rl a . Su casa rural, Boughton, en Northamptonshire, según Nikolaus Pevsner «acaso el edificio de aspecto más francés del siglo xvn inglés», se describía en la época como «concebido sobre el Modelo de Versalles Versalles,, con Alas laterales, laterales, e xcelen tes Avenidas, Avenidas, Vis Vis tas tas y Perspect Perspectiva ivas» s» (figura (figura 75). Los Los años qu e pasó co mo em baja do r en Franc ia ha bían influido en el gusto de M on tag u77 u77. Pe dro el Gra nde estuvo estuvo en Fran cia en 1717 y visi visitó tó Versalles Versalles y la A cade m ia de Ins cripciones cripciones,, De regreso a casa envi envióó a la Academ ia la inscripción inscripción pa ra su m on um en to ecuestre en San Pe ters bu rg o7S o7S. Ta m bién el zar fund ó u n diario oficial oficial sobre el m o delo de la Gazette, un a fábrica fábrica de tapices tapices sobre el mo delo de los Gobelinos, Gobelinos, y un a acaaca-
Figura 75. 75. «Un Versal Versalles les ingl inglés» és».. B oughton House, No rtham ptonsh ire, exterior, 1690-1700. c.
f f ?
Figura 76. «Un Versalles ruso». Peterh Peterhof of con con casca cascada das, s, proyecto de Alexis Zubov, grabado, 1717.
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demia de ciencias sobre el modelo de la Académie des Sciences. Su palacio de Peterhof en San Petersburgo (figura 76) puede verse como un nuevo Versalles, por sus funciones cuando no por su apariencia, teniendo en cuenta que aun ateniéndose a los criterios rusos en materia de distancia estaba bastante lejos de Moscú. Peterhof fue diseñado en p arte po r J. B. A. Le Blond (alumn o d e Le Nótre, el creado r de los los ja rd in e s d e V e rsal rs alle les) s),, y e n tr e o tra tr a s cosa co sass te n ía u n a g ru ta y u n a z o n a lla ll a m a d a «Marly» «Marly » 79 79. También los appartements appartements de Luis tuvieron su equivalente ruso en las asambleas de San Petersburgo, aunque éstas obedecían a un propósito bastante distinto: enseñar m odales occ identales a la aristocracia aristocracia rusa. La corte de Viena siguió aún más de cerca el ejemplo francés80. El emperador Le opoldo I (figura 77), que reinó de 1658 a 1705, no era sólo rival de Luis XIV, sino también su cuñado (por su matrimonio con la infanta Margarita Teresa, hermana m en or de M aría aría Teresa). Tam bién Le opo ldo era aficionado aficionado a la la música, música, y el ballet y la ópe ra florecieron florecieron en su corte, corte, d on de la rep resen tación más notable fue «La «La Man-
Figura 77. «El rival de Luis». El Luis». El Rey Rey Leop Leopol oldo do I com como Conquis Conquistad tador or de los los Turc Turcos os,, de Matthias Steinl. Kunsthistorisches Museum, Viena.
LA RECEPCION RECEPCIO N DE LA L A IM I M AG EN DE LUIS LU IS XIV XI V
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Figura 78. El 78. El empe empera rado dorr Leop Leopol oldo do co como Apol Apolo, o, de de Christian Dittmann y Georg von Gross, grabado, 1674. Bildarchiv, Natíonalbibliothek, Viena. zana de Oro» [II pumo d ’oró], oró], un a m agnífica agnífica produ cción de 1668 668 en la que Júp iter y Ju no repre sen tan al em pera do r y su esposa81 esposa81. El estilo de gobierno de Leopoldo era por lo general más sobrio que espléndido. Oficialmente se le aplicaba el adjetivo de «Modesto», y el dormitorio imperial era ciertamente modesto comparado con el dormitorio real de Versalles. El término «grande» no se le aplicó en vida, sino sólo después de su muerte, en 1705. La contra tación por Leopoldo de historiadores oficiales (los nobles italianos Galeazzo Gualdo Priorato y Giovanni Baptista Comazzi) y su reconstrucción de su palacio de Viena, el Hofburg, son ejemplos normales de la clase de patrocinio que se esperaba de los pri p ri n c ip io s d e la é p o c a . In c lu s o las c o m p a r a c io n e s e n t r e L e o p o ld o y el e m p e r a d o r Co nstantino o el dios dios Ap olo (figura (figura 78) 78) e ran lo bastante habituales com o p ara no te n er q ue interpre tarse com o reacciones a la imag en de Luis Luis XIV. XIV. Po r otro lado, el carrousel esceni carrousel escenifi ficado cado e n H ofbu rg en 1667 1667 pu ed e verse verse como re acción ante el celebrado en las Tullerías cinco cinco años antes, y la funda ción de un hos pit p itaa l m ilit il itaa r e n V ie n a se in s p iró ir ó e n los Inv In v a lid e s. A sim si m ism o, el e n c a rg o a J. B. F isc is c h e r von Erlach de co nstruir un nuevo p alacio alacio en Sch ónb runn , en las afueras afueras de Viena (fi gu ra 79), fue segu ram ente u na reacción ante Versa Versall lles, es, tanto más clara clara cuanto q ue el p r im e r p ro y e c to p a r a el p a la c io c o in c id e c o n el e sta st a llid ll id o d e la G u e rr a d e la L iga ig a d e Augsburgo. De hecho, una medalla acuñada en 1700 por un tal I. V. Wolfgang pre-
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LA FABRICA FABR ICACIO CION N DE LUIS LUI S XIV X IV Ta : ti
Figura 79. «Un Versalles austríaco». Prim Primer er proye royect ctoo del palacio palacio de Schonbru Schonbrunn, nn, de Joseph Bemhard Fischer von Erlach, Erlach, grabado de Joh an n Adam Delsenbach Delsenbach según un dibujo dibujo del arquitecto, arquitecto, c. 1700 1700.. Bildarchiv, Bildarchiv, Natio nalbibliothek, nalbibliothe k, Viena.
Figura 80. 80. «Un Versall Versalles es austríaco». Schonbrunn como palacio del sol, de sol, de I. V. Wolfgang, medalla, 1700. Kunsthistorisches Museum, Viena.
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senta Sch ón brun n com o el palacio palacio del sol sol (figura (figura 80). 80). Podría, por tanto, hablarse de una «guerra de imágenes» o del arte como continuación de la guerra por otros me dios dios 82. El m edio elegido fue en definit definitiva iva un hom enaje, n o p or invo luntario m enos cierto, a Luis como modelo. La presentac ión ofici oficial al del primo gé nito y sucesor de L eopo ldo, José I, que reinó de 1705 1705 a 1711, fue aú n más p are cid a a la de Luis XT XTV. La elección de José com o Rey de Romanos en 1690 se celebró con una entrada triunfal en Viena. Se le aclamó como un «nuevo sol», y se le representó como Apolo en el techo del cómedor de Sch ónb runn . Su sarcófago sarcófago se se deco ró con reliev relieves es conmem orativos orativos de cuatro victo victori rias as sobre los franceses, incluido uno de la batalla de Ramillies. Hasta en la tumba siguió compitiendo con Luis83.
X II LUIS EN PERSPECTIVA
Qu’eüt dit Louís XTV si on luí avait prouvé qu’en touchant les écruelles écruelles il prena it mod éle sur un che f poly polynés nésien ien?? Reinach1 En este libro libro h e tratado de describir la form form ación gradu al de la imag imag en d e Luis XTV en el curso de su reinado, y de determinar el público al que estaba destinada y la form a en que fue recibida. Para con cluir el estudio me gu staría staría situar situar esa esa image n en un a perspectiva perspectiva comparativa. comparativa. Voy Voy a inten tar tres tipos tipos de com paración. En prim er lu gar, en tre Luis Luis y otros gobe rnan tes de su tiempo. En seg und o lugar, con gob ernan tes de p eríod os anteriore s, so bre todos aque llos qu e el rey rey y sus sus consejeros, consejeros, artistas artistas y es es critores critores conocían mejor. Finalm ente, volvi volviendo endo a u no de los temas temas del capítulo capítulo intro du ctorio, c on fron taré la ima gen de Luis XT XTV con las las de algun os jefes de Estado mo dernos.
Luis en su tiempo
Luis Luis XIV XIV no fue el único go be rnan te de su época que p restó atención a las las formas formas de autorrepresentarse. Así como otros compitieron con él, también él compitió con otros, aprendió de ellos y se definió por contraste con ellos. Aunque Luis no imitó a Leo poldo tanto com o L eopoldo a él, sí le envidi envidióó el título título de em pera do r (y de h echo trató trató de obten erlo en la elección elección imp erial de 1658). 1658). Como otros reyes de principios de la edad moderna, Luis intentó, especialmente a partir de 1648, 1648, presen tarse com o igual al al emp erad or, y prese ntar su reino como u n imperio2. Por ejemplo, en la reseña oficial de la entrada de 1660, la famosa frase de la Ene E neida ida de Virgilio, «He dado un imperio sin límites» [imperium sine fine dedi] dedi ] se aplicó a los reyes de Francia, a quienes se presentaba como sucesores de los empera dores rom anos. La reivindicación reivindicación se form form uló más ex plícita plícita y plenam ente en 1667 1667 en la publicación de Aubéry sobre los los derecho s de Luis al imp erio ( supra supr a, página 73) 3. Muchas referencias aparentemente intrascendentes a Luis refuerzan esa reivindi cación. Por ejemplo, Vertron, uno de los historiadores reales, compuso una inscrip ción que se refería a Luis como «emperador de los francos» [IMPERATOR FRANCORUM] 4. Las frecuentes referencias a Luis como «augusto» o como el más grande
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m onarca del mund o deben entenderse como formas formas de apoyar reivi reivindic ndicaci aciones ones polí polí ticas concretas y no sólo como una forma general de glorificación. Lo mismo cabe decir de su uso del tradicional símbolo imperial, el sol, para dar a entender que hay un supremo gob ernan te en la tierra como hay u n sol sol en los los ciel cielos os.. Pa ra situar situar la fabricación de Luis XT XTV en u n a pe rspectiva histórica es necesario r e m ontarse a fechas fechas anteriores a 1660, 1660, o incluso a 1643 1643.. En la gen eración an terior a la suya hubo dos reyes especialmente importantes para Luis como ejemplos dignos de emulación y superación: uno era su padre, Luis XIII, y el otro su tío y suegro, Feli pe p e IV. Felipe IV prestaba considerable atención a su imagen publica. El término «ima gen» es especialmente aplicable a un rey que impresionaba a personajes extranjeros como el em bajador francés francés por su capacidad de perm ane cer prácticamente inmóvi inmóvil, l, «como una estatua de mármol», sin mover más que los labios, cuando aparecía en p ú b li c o s. D e h e c h o , F e lip li p e n o h a c ía m u c h a s d e esa esass a p a ric ri c io n e s. El rey re y p a rt ic ip a b a en rituales religiosos y diplomáticos y a veces salía en un carruaje, pero prefería no dejarse dejarse ver. ver. Sólo Sólo com ía en p úblico u na vez por semana. Esa form a de rep resen tar el papel real no era exclusi exclusiva va de Felipe Felipe IV, IV, sino sino p ropia de la tradición tradición española, española, con arreglo a la cual cual un a seren a dignidad , lo que se llam llam aba «sosiego», era una cualidad muy apreciada. La gravedad y la sobriedad no deben to marse por falta de interés por la autopresentación; el número de retratos del rey que han llegado llegado a nuestros nuestros días días son pru eb a elocu ente d e ese interés. La atención con qu e revisaba el protocolo oficial [etiqueta] po ne igua lme nte de manifiesto manifiesto el interés de Fe Fe lipe po r los ritual rituales es co rtesanos. Po r co nsigu iente, la inm inm ovilidad y virtual invisibi invisibili lidad dad del rey deben considerarse parte integrante del teatro de la corte. El que por lo ge neral no p udiera vers versee a Felipe Felipe era un forma de hac er más deslum brantes sus sus apari apari ciones en público6. El término «deslumbrante» puede parecer inadecuado para un monarca tan so bri b rioo c o m o F e lip li p e IV, q u e g e n e r a lm e n te v e stía st ía (c o m o su a b u e lo F e lip li p e II) e n c o lo re s oscur oscuros, os, especialmente a pa rtir rtir de la me dian a ed ad, y llevaba llevaba un simp simp le cuello cuello [la [la golilla] lilla] en lugar de las espléndidas golas que habían estado de moda en la corte (figura 81). 81). Sus Sus retratos retratos por Velázquez Velázquez son son igua lme nte sobrios sobrios e im presion an po r su mode s tia7. De todas formas, se com para ba a Felipe con el sol sol y se se le llam llam aba «el rey plane ta». También se le llamó en vida «Felipe el Grande». En 1640 se erigió en la Plaza de O riente de M adrid adrid un a esplén dida estatua ecuestre del rey, rey, ob ra del escultor escultor ital italiano iano Pie tro Tacca. Felipe Felipe no se op on ía a gastar una b ue na can tidad de dine ro a fin fin de apa recer en público en un entorno magnífico. Durante su reinado, en los años treinta, se construyó en las afueras de Madrid un nuevo palacio, el Buen Retiro, a un costo de unos dos millones millones de duca dos, que en tre o tras tras cosas cosas ten ten ía u n magn ífico ífico salón salón del trono, la Sala Sala del Reino 8. Ta m bién du ran te el reinado de Felipe, en los los años cua renta, se enriqueció el palacio del centro de Madrid, el Alcázar, con su magnífica Sala de Espejos (figura 82), que había de ser escenario de las audiencias reales. Allí se recibió recibió a los los delegados france franceses ses du ran te las negoc iaciones qu e p rece diero n al ma trimon io de Luis XIV9. XIV9.
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Figura 81. «Un modelo para Luis como conquistador». Fe conquistador». Feli lipe pe IV a cab caballo llo, de Diego Velázquez, óleo sobre lienzo. Prado, Madrid.
Felipe nombró a Velázquez pintor de corte, y le encargó la decoración de los pa lacios reales. De hecho, «decoración» no es un término suficientemente fuerte, por que las las pin turas en los salones de Estado transm itían me nsajes políticos. políticos. En la Sala Sala de Espejos de Madrid había un cuadro de Rubens que representaba a Felipe IV como Atlas, con el globo terráqueo sobre los hombros, en referencia a las aspiraciones de los los Habsburg o a un imp erio m undial. El tem tem a imperial se se reforzaba con el famoso re trato ecuestre de C arlos arlos V p or Tiziano, situado e n la misma sala, sala, ju n to con retratos de em perad ores ro m an o s10 s10. En la Sala Sala del Reino del Buen Retiro Retiro h abía cinco retra tos ecuestres de Velázquez y diez escenas de la vida y trab ao s d e Hé rcules (el an tep a sado mítico del rey), obra de Zurbarán. Había también doce representaciones de las pri p rinn c ip a le s v icto ic tori rias as d e l r e in a d o d e F e lip li p e , e s p e c ia lm e n te la Re R e n diá di á ó n deBred deB reda, a, d d e Ve Ve lázquez, y la Recuperación Recuperac ión de Bahía Ba hía,, de Ju an Bautista M aíno (figura (figura 83) n . El rey rey pod ía vestir con simplicidad, pero su residencia tenía que ser fastuosa.
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Figura 82. «Un modelo para la Grande Galerie». Carlo Carloss II I I de España en la Sala Sal a de Espej Espejos os de El Escorial, dejuan corial, dejuan Carreño de Miranda, óleo sobre lienzo. Prado, Madrid.
El principal ministro de Felipe, el Conde Duque de Olivares, comparte con el rey, tan amante del arte, y con su pintor de corte la responsabilidad de la fabricación de la imag imag en real. real. Com o su con tem po ráne o Richelieu, Richelieu, Olivare Olivaress era consciente de la im im p o r ta n c ia p o líti lí ticc a d e las p in tu ra s , fo lle ll e to s, h isto is to ria ri a s, p o e m a s y o b ra s d e te a tr o . E n cargó al poeta Quevedo (entre otros) folletos y dramas sobre temas concretos, y para glorificar al rey no m br ó histo riad or d e la co rte al no ble italian o Virgilio Virgilio M alvezzi12 alvezzi12. Olivares esperaba compartir su gloria. En la Recuperación Recupe ración de Bahía Ba hía,, Maíno glorifica no sólo al victorioso comandante y a su monarca, sino también al ministro. Ni siquiera Mazarino, cuyas alabanzas se cantaron en la entrada solemne de 1660 (página 50), llegó tan lejos. Olivares aparece también en segundo plano en un retrato de Velázquez del here de ro del trono, el prínc ipe Baltasar Baltasar Carlo Carlos. s. El hec ho de q ue el ministro ministro desapareciera en un a copia del cuadro realizada realizada después de su caída caída en d esg racia13 racia13 da medida del significado político de esa aparición. Luis XTV, que tenía una madre española y una esposa española, estaba muy al
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Figura 83. 83. La recup recuper erac ació iónn de de Bahía, de Jua n Bautista Bautista Maíno, Maíno, c. 1633. Prado, Madrid.
tanto de las formas monárquicas de Felipe IV. En el curso de las negociaciones que p re c e d ie r o n a la b o d a d e Luis, Lu is, el e m b a ja d o r fr a n c é s visitó vis itó los a p a rt a m e n to s re a le s e n el Alcázar. Alcázar. Luis tuvo en 1660 la op ortu nid ad de reu nirse con su tío tío (página 50, véase véase figura 21). Como pone claramente de manifiesto el conflicto de precedencia de 1661, el ob je ti v o d e L uis ui s e ra s u p e r a r a F elip el ip e . Su m é to d o e r a la im ita it a c ió n , e n el se n tid ti d o r e n a c e n tist tistaa del término: término: em ular un m odelo a fin fin de m ejorarlo. ejorarlo. Au nque nun ca pem itió itió que Colbert llegara a convertirse en un Olivares, Luis tuvo a su propio Velázquez en la p e r s o n a d e C h a rle rl e s L e b ru n , q u e e r a el c o n s e r v a d o r d e la c o le c c ió n r e a l y c o m p r a b a obras de a rte p ara el rey en todos los rinco rinco ne s d e E u ro p a 14. Versall Versalles es se se parec ía al Bu en Retiro tanto en su concep ción —u n palacio palacio en las afueras afueras de la capital capital— — com o en su decoración con pinturas de victorias reales. La Galerie des Glaces, por su parte, em ulab a —y supera ba— el ejemp lo de la Sala Sala de Espejos Espejos del Alcáza Alcázar. r. Los rituales co tidianos de Versalles, tanto más formales que los de la corte de Luis XIII, deben algo al precedente español. Parece que los cortesanos franceses se interesaron por el es tilo español: lo cierto es que entre 1684 y 1702 se publicaron al menos ocho edicio nes en francés de la guía para la supervivencia en la corte del español Baltasar Gracián. Luis era, probablemente, menos accesible y menos visible que sus predecesores
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inmediatos. Así opinaba, por lo menos, Saint-Simon, que criticaba «la idea de ha cerse cerse más venerable hu rtándo se a los los ojos ojos de la multitud» multitud» [ l’idé l’idéee de se ren drep dr eplus lus venerable en se dérobaní aux yeux de la multitude] 15. La imagen oficial del rey resaltaba su accesibilidad. Las memorias reales contras tan expresamente el estilo monárquico francés con los de las «naciones» —obvia m ente España— d on de «la «la m ajestad ajestad de los reyes reyes consist consistee en gran pa rte en n o dejarse dejarse ver» [ou la maje majesté sté des des rois rois consistepour un e grande gra ndepartie partie,, á ne sepo se po int laisser laisser voir voir]] 16. El jesuita La Rué felicitó a los habitantes de las provincias conquistadas a España porque a partir de ese ese mom ento po drían ver a su su m o n a rca 17. Algo Algo parecido se afirmó afirmó en u no de los los sermones funerarios en m em oria de Luis, Luis, en el que se decía que el difunto difunto rey hab ía sido sido «muy disti distinto nto de esos esos reyes reyes misteri misteriosos osos que se escon den pa ra hace rse res pe p e ta r» [bien différent différe nt de ces ces rois mystérieux, qui qu i se cachent cach ent p o u r se se fair fa iree respect respecter\ er\ ls. Desde luego, luego, Luis Luis aparecía en público m uch o m ás^que ás^que Felipe. Felipe. Su estil estiloo de a utorrepre sentación era majestuoso, pero también comunicativo. Cuando instituyó la costumbre de los appartements en appartements en Versall Versalles, es, él ,y la rein a visitaban visitaban las las m esas de jue go e incluso pa rti cipaban en ellas, honrando así a sus súbditos (como inmediatamente destacaría el Mercure Galant) Gala nt) con su fam iliaridad 19. El estil estiloo d e Luis p o d ría describirse c om o u n término m edio en tre la rígida form form alidad esp año la y el est estil ilo, o, más pop ular, de o tros reyes del siglo xvn, especialmente Christian IV de Dinamarca y Gustavo Adolfo de Suecia, a quienes gustaba hablar con sus súbditos en la plaza del mercado. Ya se ha sugerido sugerido (véa (véase se página 39) que el famoso retrato de Luis po r Rigaud trata de log rar ese equilibrio entre formalidad e informalidad. Tanto la exhibición de atributos rea les como la postura relajada del rey son rasgos que los retratos reales españoles evita b a n c u id a d o s a m e n te . El contraste entre Luis y Felipe pudo deberse a diferencias de temperamento, p e ro ta m b ié n d e b e e x p lic li c a rs e e n té r m in o s d e t r a d ic ió n p o líti lí ticc a y c u ltu lt u ra l. L a so b r ie dad de Felip Felipe, e, como como la del em perad or Leo poldo (supra, p (supra, p áginas 164 y 165), e ra el es es tilo de los Habsburgo. Podría aducirse que una familia que reinaba desde el siglo XIII tenía tal legitimación genealógica que no necesitaba mucha glorificación por otros medios. medios. Luis Luis sól sóloo era, en contraste, rey rey de Francia de terc era gen eració n (aunq ue un Bo rbón a nterior ha bía sido sido rey de Navarra). De ah í que los los retratos retratos d e Luis tuvieran tuvieran que ser más llamativos y más heroicos. Luis necesitaba más estatuas ecuestres y más medallas medallas que Felipe Felipe o Leopo ldo. El go bierno francé s tamb ién utili utilizó zó la im pre nta m u cho más que los los Hab sburgo. En ese sentido, com o en otros, otros, seguía el el mod elo del go b ie rn o d e L u is X III II I y el C a r d e n a l R ic h e lie li e u . Richelieu, Richelieu, ju n to con dos de sus asiste asistentes ntes,, el frai fraile le ca puc hino Pére Jose ph (para literatura) literatura) y el intendant Sub intendant Sub let des Noyers (para a rqu itectura y p in tu ra ), hab ía hecho mucho por amarrar a los artistas y escritores al carruaje del Estado, con objeto de p re s e n ta r u n a im a g e n fa v o ra b le d e l re y y su g o b ie r n o . A esos es os e fe c to s c re ó e n 1634 16 34 la Académie Fran^aise, un grupo de cuarenta personas nombradas con arreglo a diver sos sos criterios literarios literarios y po lítico s20 s20. A solicitud d e R ichelieu , el no ble Jean -Lo uis Guez de Balzac, miembro de la academia, escribió un tratado sobre E l Príncip P ríncipee en el que se p re s e n ta b a a L uis ui s X III II I c o m o g o b e r n a n te id e a l. Se e s c rib ri b ie ro n a lg u n o s fo lle ll e to s p a r a ju s tifi ti ficc a r la p o líti lí ticc a d e l g o b ie rn o f r e n t e a los lo s c ríti rí ticc o s in te r io r e s y e x te rio ri o re s . U n o d e ello ellos, s, obra del sieur sieur de Fancan, tenía un título título ade cuad o, L a voix vo ix pub p ub liq u e11 e11. En 1631
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se fundó un periódico oficial, la Gazette semanal, im presa e n el Louvre y dirigida dirigida por un cliente cliente de Richelieu, Richelieu, Th éo ph raste R en au do t22 t22. La historia del rey fue narrada por una serie de historiadores oficiales, como Charles Sorel (más conocido como escritor de novelas), Pierre Matthieu, autor de Les merueille merueilless de Louis Lo uis le Just Ju stee (1627), y Scipion Dupleix, cuya Histoire Histoir e de Louis Lo uis le Juste Ju ste (1635) también presentaba el reinado como una sucesión de «maravillas» y compa rab a al rey rey con César, César, Clodoveo, Ca rlom agn o y San Lu is23 is23. M erece d estacarse la utili zación del título de «Justo» en vida del rey. De manera análoga, el poeta Malherbe se dirigi dirigióó en u na oda a Enriqu e IV llamánd ole « Hen ri le Grand». Grand». El gobierno también prestó atención a los espectáculos y las artes visuales. Luis XIII XIII era aficionado a la m úsica y la d anza, y el ballet de cour, cour, como el teatro, flore ció ció en su reinad o. La función política política de algunas de las represen tacion es del período es evidente, como en el caso del ballet L ballet Laa prospérité p rospérité des armes deFran deF rance ce (1640) (1640),, ob ra de Jean Desmaret Desmarets, s, miem bro fun da do r de la Académie Fran^ai Fran^aise se.. El rey mostró poco interés p or la exhibición exhibición visua visual, l, pero no así así su su m adre y Riche lieu. Fue la reina María de Médicis quien llamó a Rubens a París en 1622 para que p in t a r a u n cicl ci cloo d e v e in tic ti c u a tro tr o c u a d ro s d e l r e in a d o d e E n r iq u e IV y d e la R e g e n c ia , escenas de la historia contemporánea combinadas con alegorías que son tal vez el p r e c e d e n te m á s c e rc a n o d e las im á g e n e s d e L u is XTV XTV re r e a liz li z a d a s p o r L e b ru n p a r a la Gran de Galerie Galerie de Versal Versalle less (figura (figura 84). 84). La reina encargó también un a estatua ecues ecues tre de su esposo esposo En rique IV al más im im po rtante escultor de Florencia (incl (incluso uso de Eu ropa) de la época, Giambologna, y Richelieu encargó el famoso monumento ecues tre de Luis XIII que se erigió en la Place Royale de París. El interés del cardenal por la pintura ofrece aún menos dudas. Llamó de vuelta a Francia a Simón V oue t y Nicholas Poussin Poussin y trató de atraer tamb ién a artis artistas tas itali italia a nos. Por lo que se refiere a los los grabados, el flam fl am enco Jacq ues de Bie dedicó a Luis XIII su obra La France metallique meta llique (1634), (1634), u n a h istoria istoria de los reyes reyes de Francia en medallas, qu e sin du da con tribuyó a insp insp irar la historia m etálica de Luis XI XIV. De hecho, cuando bailaba en el ballet de cour, el jov en Luis XIV XIV estaba estaba siguien do los pasos de su p adre , tal vez incluso m ás aficionad o qu e él a la la mú sica y la danza. El famoso carrousel de carrousel de 1662 1662 tenía tenía un preced ente en el carrousel de 1612. También son claras claras las las analogías analogías entre el program a de Richelieu en los los años trein ta y el el program a de Co lbert en los años años sesent sesenta. a. De hech o, hu bo un a estrecha relaci relación ón y una co ntinui dad entre ambos. La suntuosa publicación oficial Los Lo s Triun Tr iunfos fos de L u is el Justo, Justo , en la que participaron historiadores, artistas y poetas (entre ellos Comeille), se proyectó en vida del rey, rey, au nq ue no se pu blicó ha sta 1 64 924 924. Mazarino, que fue cliente de Richelieu y patrono de Colbert, y con él todo un grup o de escrit escritores ores,, co lmaro n la lagun a e ntre los años treinta y los los años sesenta. sesenta. Jea n Chapelain, por ejemplo, fue cliente de Richelieu antes de convertirse en asesor de Colbert. Bourzeis fue asistente literario de Richelieu hasta que entró en la petite aca démie. Desmarets sobrevivió lo suficiente para escribir panegíricos de las campañas de Luis XTV en los años sesenta y setenta ( sup ( supra ra,, página 77). Cuando Colbert con trató trató al señor de Ch antelou p ara qu e ac om pañ ara a Bem ini en su visi visita ta a Francia, es es taba siguiendo siguiendo el prec ed en te de Sublet des Noyers Noyers y Richelieu, Richelieu, que hab ían enviado a Ch antelou a Rom a pa ra que trajera de vuelta a Poussi Poussin. n.
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Figura 84. «Un modelo para Luis triunfante». Entrada triunfal de Enrique IV en Parí París, s, de Pedro Pabio Pabio Rubens (detalle), c. 1625. Florencia, Uffizi.
Precedentes Un intento de situar la imagen de Luis XIV en su perspectiva histórica no puede limi tarse a Francia y España o detenerse a principios de siglo xvn. Podríamos empezar p o r re sa lta lt a r q u e u n e m b a ja d o r ing in g lés, lé s, S ir G e o rg e C arew ar ew , ya h a b ía a tr ib u id o a E n ri ri que IV la célebre estrategia, después atribuida a Luis, de obligar a la alta nobleza a acu dir a Versall Versalles es con objeto d e deb ilitarla. ilitarla. Era « Para qu e viva vivann en la corte; corte; d e m odo que no p ractiquen en o tros tros lugares; lugares; y allí allí,, po r el jueg o, y otros otros derroches, se emp o bre b re c e n » 25. En algunos aspectos, la corte de Luis XIV se parece más a la corte de los reyes Valois que a la de su padre y su abuelo. Francisco I fue un generoso patrono de las artes y la literatura, y como tal se le presentó en su propio tiempo. Se le comparó con Constantino y Carlomagno, y se le representó vestido con armadura romana. Se le hon ró con una estatua estatua ecuest ecuestre re y un arco arco triunfal triunfal a la m ane ra romana, aunq ue esas esas construcciones no duraron más que los festivales de los que fueron parte 26. Enri que III, que recibió el apelativo de rey sol, bailaba en ballets de cour, cour, y mantuvo una academia. También designó un Gran Maestro de Ceremonias e hizo más complejo y formal el ritual cortesano (incluidos el lever y y el coucherr) coucherr) 27. No es probable que Luis y sus sus maestros de cerem onias d esco no cieran ese pre ce de nte 28. La relació relació n en tre otros rituales públicos de los reyes franceses del siglo XVI y los de Luis XIV es bastante menos clara29. La influencia de las tradiciones renacentista y barroca italianas en Francia fue enorme en casi todos los medios donde se representaba al rey. La «conexión ita liana», como podríamos llamarla, es un aspecto evidente del patrocinio de las artes
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p o r e l c a r d e n a l M a z a ri n o {supra, {supra, página 52). Había aprendido a ser patrono en Roma, en el círculo del Papa Urbano VIII, y era propenso a favorecer a los italianos. Contrató a un italiano, Francesco Buti, como su asesor artístico en París, mientras El p id i o B e n e d e tt i y L u ig i S tro tr o z z i le m a n t e n í a n e n c o n ta c to c o n R o m a y F lo r e n c ia . Llevó a Francia a cantantes, compositores, pintores y escenógrafos italianos (Giacomo To relli y Gaspare y Cario Cario V igaran i). Una conexión italiana específica que merece especial atención es el eje París-Módena. Francesco d ’Este, Este, duq ue de M ódena, siem pre dem ostró un gran interés po r las las artes. Para mejorar su palacio consultó a Bernini, a quien encargó un busto suyo, y con trató a a Gaspare Vigarani como como arquitecto y superin tend en te de los los fest festiv ival ales es de corte. El duque también cultivó las relaciones con la corte de Francia. Viajó a París en 1657, propuso a su hija como esposa de Luis XIV, y él mismo contrajo matrimo nio con u na so brina de M aza rino30 rino30. El rey de Francia siguió en diversas formas el ejemplo del duque. Gaspare Viga rani fue convocado a París en 1659 y diseñó los arcos para la entrada real en la ciu dad del año siguiente, mientras que su hijo pasó veinte años diseñando máquinas p a r a Jetes reales. reales. El secretar secretario io del du que , G irolamo irolamo Graziani, Graziani, recibi recibióó un a pen sión de Luis XIV XIV en los años sesenta y escribió escribió pan egíricos del «Hércules francés francés»» [supra, p á gina 58). El hecho de que tanto Francisco I como Luis XIV pidieran consejo a Ber nini p ara m odificar sus sus palaci palacios os y realizar realizar sus sus bustos no fue p robab lem ente un a coin cidencia. Como demuestran esos ejemplos, la conexión italiana sobrevivió a Mazarino. Re cibió nuevo impulso con la fundación de la Academia Francesa de Roma (1666), do nd e p od ían estudiar arti artist stas as jóvenes. De hech o, la costumb re de estudiar en Ital Italia ia,, y más especialmente en Roma, ya se había establecido antes de institucionalizarse. Le brun hab ía vivi vivido do cuatro años en Rom a, de 1642 1642 a 1646 1646.. Tam bién Girardon estu estuvo vo en R om a en los años cu aren ta, y M igna rd residió allí allí más de veinte año s (1635(1635-1657 1657). ). Italia tenía mucho que ofrecer a los artistas al servicio de Luis XIV. En Roma po dían observar cómo se utili utilizaban zaban obelis obeliscos cos para transformar espacios espacios urbano s en mo numentos dedicados a los papas. En Venecia, el uso de pinturas históricas en el Pala cio del Dux como medio de glorificar al régimen. En Florencia, la sucesión de salones —asociados con los plane tas— del Palazzo Pitti (figura (figura 85), residen cia de los Grandes Duques de Toscana, parec e v erdad eram ente un m odelo para Versalles3 Versalles311. Esos salones fueron decorados por Pietro da Cortona entre 1637 y 1647, con una combinación de escayola, dorados y frescos que glorificaban a la familia Médicis. El ejemplo era tanto más ap ropiad o cuan to q ue Luis XT XTV tenía un a abu ela Médic Médiciis. Un anterior Gran Duque de Toscana, Cosimo de Médicis, fue muy probable m ente un mo delo p ara Luis Luis XIV XIV o para sus consejeros consejeros.. C osimo, osimo, que gob ernó de 1537 1537 a 1574, convirtió su Gran Ducado en una monarquía absoluta en miniatura. Gober naba un Estado con menos de una veinteava parte de la población de Francia bajo Luis Luis XI XIV. Cosimo Cosimo era hijo hijo de u n capitán m ercen ario q ue accedió accedió al gob ierno de Flo Flo ren cia tras tras el asesinato asesinato de A lessandro de Médicis, Médicis, que no dejó hijos. hijos. Su falta falta de legiti legiti midad le hizo más consciente aún de la utilidad política de las artes para crear una b u e n a im a g e n p ú b lic li c a . Cosimo, Cosimo, po r ejemplo, erigió erigió u na colum na e n la Piazz Piazzaa Santa Trinitá de F lorencia
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Figura 85. 85. «Un modeló mode ló para Versa Versalle lles». s». Salón de Saturno, Saturn o, Palazzo Pitti, Pitti, Florencia, de Pietro da Cortona, c. 1640.
p a r a c o n m e m o r a r su v ic to ria ri a so b re las fu e rz a s d e los lo s r e p u b lic li c a n o s e x ilia il ia d o s. H izo iz o acuñar doce medallas para conmemorar acontecimientos del reinado. Contrató a Bronzino, Cellin Cellinii y Vasar Vasarii para q ue lo retrata ran en adem án heroico, grave grave y leon leon ino en pinturas, estatuas y frescos32. Se hizo representar con los artistas a los que patroci naba (figura 86). Nombró historiadores oficiales, a quienes se otorgaron pensiones y se dio acces accesoo a do cum entos ofici oficial ales es y de qu ienes se esperab a qu e c ontasen u na his his toria favorable a los Medicis. En 1565 gastó 50.000 escudos en un espléndido festival p a r a re c ib ir a la e sp o s a d e su h ijo ij o ( h e r m a n a d e l e m p e r a d o r ) c o n a rc o s triu tr iu n fa le s , r e medos de sitios, fuegos artificiales, etc. Fundó dos academias, la Academia Floren tina, que trabsyó en una gramática y un diccionario italianos, y la Academia de Di bu b u jo . Esas Esa s a c a d e m ia s f u e r o n los lo s p r o to ti p o s d e la A c a d é m ie F ra n fa is e y la A c a d é m ie Royale Royale de Peintu re. Los artistas y escritores que trabajaron para Luis XIV eran grandes admiradores de la Italia renacentista. Jean Chapelain, por ejemplo, conocía bien la literatura ita-
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Figura Figura 86. «Un m ode lo para Luis com o patrono». Cosimo y sus Arquitectos, de Giorgio Vasari, pintura en techo. Palazzo Vecchio, Florencia.
liana, e incluso incluso escribía versos versos en i talia no 33. Los gran de s deb ates e ntre antiguo s y m o dernos y, y, en m ateria de pintura , e ntre la prim prim acía del dibujo dibujo o la del color, color, se se hacían eco de a nteriores d ebates en Itali Italia. a. En su «h istoria istoria poética» de la gu erra en tre los anti guos y los modernos, Frangois de Calliéres puso el ejército de los modernos al mando de Torquato Tasso. Las epopeyas de Ariosto y Tasso eran bien conocidas y muy admi radas. Apenas sorprende descubir que la ópera Armide, Arm ide, de Quinault-Lully (1686), se ba b a sa e n e p iso is o d ios io s d e la Gerusalemme Gerusalemme Liberata Liber ata de Tasso, o que en los Plaisirs de l ’Isle Isle En chantée se ada ptaba n esc escenas enas del Orlando Furioso d Furioso d e Ariosto al escenario d e u n torneo. El famoso carrousel de carrousel de 1662 1662 debe m ucho a mod elos ital italian ianos. os. La idea idea misma de combi n ar torn eo y teatro se rem on ta a las las cortes cortes renace ntistas de F erra ra y Flo ren cia34 cia34. Las divisas o imprese utilizadas imprese utilizadas en festivales o en medallas, pertenecían a una tradi ción renacentista italiana. Lo mismo ocurría con las medallas, y con buena parte de su iconografía, especialmente las personificaciones como la Fama, en forma de mu je j e r , la D isco is co rd ia, ia , e n f o r m a d e m o n s tr u o , etc. et c.,, a m e n u d o to m a d a s d e la Iconología d e Cesare Ripa (1593), ese inestimable libro de referencia para artistas, que se había tra
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duc ido al francés francés en 1644 1644.. Los escrit escritos os de M enestrier sob re lo que él llam llam aba «la «la filo filo sofía de las imágenes» revelan su conocimiento de la literatura renacentista italiana sobre em blem as35 as35. De hecho , po dría con siderarse a M enestrier como un ejemp lo tar dío de un fenómeno renacentista, el llamado «asesor humanista» de los artistas. Tam bién en m ateria ateria de estil estiloo la Italia Italia renacen tista tista brindó un mo delo, o más bien varios modelos, pues tanto el estilo florentino como el veneciano tenían sus partida rios. La «gran forma» de Lebrun era el estilo del Alto Renacimiento, y en particular de Rafael. Lebrun rindió homenaje simultáneo a Rafael, Colbert y el rey en el Triunfo de Constantino, Constantino, un grabado en el que figura Constantino en un carro, coronado por la Victoria, que tenía por modelo un dibujo de Rafael. Dedicado a Colbert, represen taba taba a un o d e los los goberna ntes con los que m ás frecue ntem ente se com parab a a Lui Luis. s. Tam bién las diserta disertaciones ciones de Frangois Frangois Blondel, d irector de la Academ ia de A rquitec rquitec tura, muestran indefectiblemente un conocimiento de los precedentes renacentistas. Blondel cita a menudo en ellas a los principales arquitectos italianos del período, com o Alberti, Pa lladio, Vign ola y Scamozzi. Esas formas de imitación no eran serviles. No son ejemplos del «peso muerto» de la tradición. Los artistas y escritores franceses escogieron del repertorio italiano pre cisamente los modelos que podían utilizar. Su respeto por los logros italianos no im pid p id ió q u e a lg u n o s se c o n si d e ra ra n c a p a c e s d e s u p e ra rlo rl o s 36 36. La relación de la imagen de Luis con las tradiciones medievales es bastante dis tinta tinta.. En este este caso caso lo lo que hallamos hallamos es un a co ntinuida d m ás o men os inconsciente en lugar de imitación y competencia. El ritual del sacre sacre tenía precedentes medievales franceses (página 47). Lo mismo cabe decir de los lits de justice justice de la primera parte del reinado (página 47). 47). La entrad a ofic oficia iall del rey en u n a ciudad era un a costum bre medieval, aunque se había reconstruido en el Renacimiento sobre el modelo de los antiguos triunfos romanos, con carros, trofeos, arcos triunfales, etc. La complejidad del ritual era una característica de la corte de Borgoña en la baja Edad Media —de hecho, algunos aspectos de los rituales de corte españoles de mediados del siglo XVI eran de origen borgoñón. Los franceses del siglo xvn no eran por lo general admiradores de la Edad Media. Prop end ían a men ospreciar esos tiempos tiempos oscuros, oscuros, qu e asociaban asociaban con la barbarie y los los «godos» 37. Con todo, los vínculos entre Luis y Clodoveo, Carlomagno y San Luis, se tomaban en serio (figura 87). En ciertos aspectos, los gobernantes medievales ofre cían mode los para la la presentación púb lica de Luis XIV. XIV. Luis Luis fue u ngido con el óleo óleo sagrado que, según se decía, una paloma había llevado a Clodoveo. Vestía el tradicio nal manto real, bordado con flores de lis. Usaba los atributos, los símbolos tradicio nales de la au torida d real: coro na, cetro, orbe, espada, anillo, anillo, e tc .3S .3S. El rey era pro ta gonista de otros ritos (como el lit de justice y la la en trada de Estado) qu e, a pesar de su transformación en el siglo xvi, eran esencialmente medievales. Tocaba a los enfer mos y lavaba los pies a los pobres. Podría decirse que Luis era lo suficientemente mundano para apreciar las ventajas de ser un monarca sagrado, reivindicación que Bossuet, Bossuet, p or ejem plo, co ntinu ó h ac ien do en su no m b re 39. Tal vez vez no com partía la creencia de sus predecesores merovingios en la potencia mágica del cabello largo, p e ro lle va ba su fa m o sa p e lu c a alta al ta..
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Figura 87. «Luis identificado con San Luis». Luis com como San Luis, Luis, pintura anónima, c. 1660. Poitiers, capilla del Colegio de los Jesuitas.
En el curso del reinado, el rey se fue distanciando de esos modelos medievales, aunque sin llegar a abandonarlos totalmente. En contraste con los gobernantes me dievales, no solía llevar corona, ni sostenía un cetro o una main ma in de justice justice (un bastón term term inado en u na m ano, que represen taba el papel del rey rey como juez suprem o). Desde el momento en que dejó de celebrar los lits de justice, justice, Luis no se sentó muchas veces en un trono. Entre las raras ocasiones en que lo hizo destacan las audiencias otorgadas a los enviados argelinos en 1684, los enviados siameses en 1686 y los envia dos persas persas en 1715 1715 (véa (véase se figura 68). Tod o ello ello pro du ce la imp resión de que el trono había llegado a considerarse un vestigio arcaico, tan exótico que sólo se usaba para im presio na r a los los orientales. Incluso las representaciones del rey se fueron distanciando de los atributos tradi cionales cionales,, m ostrándo lo a m en ud o con vestiduras vestiduras norm ales, sentado en un a sill sillaa o sos sos teniendo un bastón en lugar de un cetro para demostrar su autoridad. El famoso re trato de Estado de Rigaud (figura 1) exhibe algunos de los símbolos tradicionales, p e r o e n f o r m a v ela el a d a . Lu is lleva lle va e l m a n to re a l, p e r o lo lleva lle va a b ie rto rt o , d e m o d o q u e sus vestiduras modernas se ven debajo. Sostiene el cetro, pero en forma no convencio nal. Lleva la espada de Estado, pero sólo se ve la empuñadura. No hay orbe ni main de justice.
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Otro modelo de gobierno bien conocido en el entorno real era el de Bizancio. En los años sesenta sesenta ssee publicó un a m agnífica edición infolio de infolio de historiadores historiadores bizanti bizanti nos, dedicada a Colbert. Tal vez fue una lástima que la célebre guía del ritual de corte del emperador del siglo x Constantino VII Porfirogéneto fuera desconocida en Versa Versall lles es,, pues en m ás de u n sen tido Luis Luis se se pare cía a un em pera do r biza ntin o40 o40. Ante las imágenes de los emperadores ardían lamparillas, y había rituales forma les para saludarlos por la mañana, para ponerse de pie y sentarse en su presencia, e incluso para postrarse ante ellos (la llamada prosky pro skyne nesis). sis). Se aplicaban al emperador términos como «pacificador» (eirenpoios ( eirenpoios), ), pío (eusebios ( eusebios), ), benefactor (euergetes ( euergetes), ), sacer dote y autokrator (algo no muy distinto de un monarca absoluto), teniente de Dios, y sol. Algunas monedas de Constantino llevaban la leyenda «sol invicto», SOL INVICTOS. La pretensión del rey rey francés francés de se r monarque mon arque de l’univ l’univers ers puede puede parecer menos es es candalosa candalosa a oídos oídos mo dernos si se recu erda que tamb ién los los em peradores bizantinos bizantinos soste sostení nían an que gobernaban el m und o enterno (oikumene) oikumene) 41. Como otros emperadores que reinaron después, Luis fue llamado «un nuevo Constantino», paralelismo tanto más apropiado cuanto que (como subrayan algunos historiadores modernos) el mismo Constantino era muy consciente del valor de la propaganda. Bossuet, que se refirió así a Luis, probablemente se veía a sí mismo como un nuevo Eusebio, el obispo de Cesarea famoso po r sus sus pane gíricos de C onstantino, su persecución de los herejes y su historia de la iglesia42 iglesia42. El célebre arco de Co nstan tino en R om a sir sirvi vióó d e inspiración inspiración y m odelo para los los arcos arcos triunfales triunfales del rey, rey, au nq ue , com o no dejó de seña lar Ch arles P errau lt, los los del rey era n más g rand es 43 43. Los emperadores bizantinos se apoyaban en tradiciones imperiales romanas, y aquí pisamos pisamos terren o más firme. firme. En tiemp tiemp os d e Luis XIII, XIII, Guez de Balzac Balzac había p ro pu p u e s to q u e se im ita it a ra el c u lto lt o r o m a n o a los lo s e m p e ra d o r e s . E spe sp e cia ci a list li staa s e n c e r e m o nias com o Godefroy y Saintot estud iaron los rituales de los em pe rad ore s ro m an o s44 s44. Las maliciosas refere nc ias a las las apo teosis rom an as 45 de q uie ne s critica ban la esta tua de la Place des Victoires ( supr ( supraa, páginas 138 y 139) eran tal vez más exactas de lo que ellos ellos mismos mismos sospe chaba n. La relación relación e ntre la imag en de Luis XIV y la tradición clás clásic icaa es un tem a bien m e reced or de una mo nografía nografía en la que, a la ma nera de Aby Aby W arburg, se se estudien las las pe p e rc e p c io n e s de la a n tig ti g ü e d a d e n el siglo sig lo XVII, II, así c o m o la a d a p ta c ió n d el r e p e r t o r io de formas e im im ágen es clási clásicas cas a nuevas fun cion es y nuevos contex tos. Los arquitectos y artistas tenían muy presentes los antiguos modelos romanos, incluso cuando deci dían apartarse de ellos. Claude Perrault, además de publicar la traducción del tra tado del arquitecto romano Vitruvio, diseñó un «orden francés» para el Louvre con objeto de mostrar que la Francia moderna podía competir con la antigua Roma. A Frangoi Frangoiss Blondel le le gustaba incluir en sus sus trofeos armas m oderna s, co mo mo squetes, cañones e incluso bombas (en las que era especialmente experto) pero también le gustaba citar precedentes romanos de sus diseños, incluidos el arco de Tito (con sus victorias aladas en los tímpanos), la columna de Trajano y el arco de Constantino (con su sol)45. Gracias a la supervivencia de monumentos antiguos en ciudades francesas, por ejemplo la Porte de Mars en Reims, Reims, tan to C olbert com o sus arquitectos estaban fami liarizados liarizados co n los prec ed en tes clásicos clásicos 47. Los e scultores viajaba n a R om a pa ra e stu
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diar las antiguas estatuas y regresaban p a r a hablar a sus alumnos sobre el Laocoonte, el Hércules de Farnesio y el torso de Belvedere 4S. Por razones tanto políticas como estéticas, para impresionar a los extranjeros y para demostrar que París era una nueva Roma, Colbert llevó a París estatuas clásicas y moldes de estatuas en escayola (incluida (incluida la column a de T ra jan o )49 )49. Las estatuas ecuestres de Luis siguieron a menudo el modelo de la estatua de Marco Aurelio Aurelio e n el Capitol Capitolio. io. Un m olde en esc escayol ayolaa de esa estatua estatua estaba expuesto en la Académ ie Royal Royalee de P eintu re et Sculpture, d on de los los enviados enviados sia siameses meses lo con tem plaro n e n 1686 1686 50. G irardo n fue un o de los escultores qu e siguieron este este m odelo, aunque tuvo buen cuidado de que su estatua fuera mayor51. En el debate sobre si se deb ía do rar la estatua de Luis en la Place des Victoires Victoires se se invocó el ejemplo de M arco A ure lio52 lio52. Los medallist medallistas as seguían preced ente s rom ano s tan to en imágenes com o en inscripciones, aunque ocasionalmente estaban dispuestos a romper con esos prece dentes (página 126). No es probable que artistas como Lebrun y Desjardins, que re p re s e n t a r o n a L u is c o m o H é rc u le s , d e s c o n o c ie r a n q u e ta m b ié n se h a b ía r e p r e s e n tado así así a los los em perad ores rom anos. L a r e la l a c i ó n e n t r e l a li li t e r a t u r a d e l a a n t ig ig u a R o m a (y, en e n m e n o r g ra ra d o , G rec ia) y la de Francia en el sigl sigloo xvn era a la vez más estrech a y más com pleja que la de las las artes visual visuales, es, porq ue los escritores (en co ntraste con los artis artistas tas,, o e n m ayor medida que los artistas) podían esperar que sus lectores estuvieran en cierto modo familiari familiarizados zados co n los cl clásicos ásicos.. Los escritores escritores ex plo taron esa fam fam iliaridad iliaridad jug an do con citas y alusiones. Si Bossuet era un nuevo Eusebio, Boileau se presentaba como un nuevo Horacio, cuyos Mecenas y Augusto eran, respectivamente, Colbert y Luis. Como Horacio, escribió odas, epístolas, sátiras y un arte poético. poético. Los retratos en prosa del rey por Féli b ie n y o tro tr o s se g u ía n la tra tr a d ic ió n d e la clás cl ás ica ic a ekphrasis ekphrasis o descripción de una obra de arte53. Los panegíricos formales del rey, e incluso la costumbre de pronunciarlos con ocasión ocasión d e su cum pleaños, ten ían p reced entes clás clásiicos. cos. El jesu íta La Beaune publicó pa p a n e g íric ír ic o s clás cl ásic icos os a d e m á s d e e sc rib ri b ir o tro tr o s m o d e rn o s . El p a n e g ír ic o d e d ic a d o p o r Plinio al emperador Trajano era especialmente bien conocido. Cada vez había más traducciones pa ra quienes no sabían sabían leer latín latín o griego. griego. Benserade, por ejemplo, tradujo en verso las Metamorfosis Metam orfosis de Ovidio, y el rey or denó que se publicara una edición ilustrada, sin duda porque ayudaría a los especta dores a descifrar muchas de las pinturas alegóricas en su honor. Los escritores veían la antigua Roma como un rival que habían de superar. También usaron para glorifi car a Luis XIV la idea de que Roma había sido superada. Sería, por supuesto, ab surdo r ed uc ir la la famosa «batall «batallaa de los los libros libros»» en tre los los antiguos y los m ode rnos a un simple medio de propaganda de Luis XTV. De todos modos, en el tópico literario de que Luis era un nuevo Augusto o incluso, según una inscripción en el busto del rey en el convento de los Matutinos, «más augusto que Augusto» [Augusto augustior] augustior] 54, había un elem ento político. político. Como ha n m ostrado los estudiosos estudiosos del clas clasic icis ismo, mo, Augusto Augusto se ocupa ba m uch o de su imagen pública, de modo que tal vez sea interesante llevar la comparación un po p o c o m ás l e jo s 55. Los L os p a ra le lism li sm o s e n tr e los lo s d o s g o b e r n a n te s s o n r e a lm e n te n o ta b le s . Augusto era un hombre pequeño, y para aparentar más estatura llevaba tacones al
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to s56 s56. Presentó su prop ia interp retación de su reinad o en sus sus memorias, o Res Gesta estae. e. Se decía de él qu e ten ía un a especial especial relación relación con A po lo57 lo57. Se le represen taba co mo Júpiter. En las plazas públicas, tanto de Roma como de las provincias, se erigieron muchas estatuas de Augusto, representándolo «reservado, majestuoso y heroico» 58. Muchos particulares particulares tenían tamb ién imág enes d e Augusto en sus cas casas as en señal de le altad, altad, y las ciudades ciudades provinciales provinciales lo lo h on raro n com o un dios, dios, salvado salvadorr del mu nd o, se ño r de la tierra tierra y el m ar (como Luis Luis XT XTV, los em pera do res rom ano s resaltaban resaltaban su po der sobre el mundo con títulos como Conseruator Orbis, Pacator Orbis, Resíitutor Orbis, etc.)59. En monedas y estatuas se asociaba a Augusto, como a otros emperadores (fi gu ra 88), c on la figura de la Victoria. Victoria. Augusto ded icó dos obeliscos obeliscos al sol sol.. Se organ i zaron festivales para estimular la lealtad del pueblo. Con ayuda de Mecenas, se con trató a un a serie serie de escritores, escritores, en tre ellos ellos Virgili Virgilio, o, H orac io y el historiado r Livi Livio, o, para qu e p restaran servi servicio cioss aall régim régim en. También merecen destacarse las diferencias en la presentación de los dos gober nantes. Augusto sustituía a una república, por lo que para representar su liderazgo era n ecesario mo dificar el leng uaje (literario (literario y visual) visual) de la com un icación p olí tica 60. Se le represen represen tó eterna m en te joven, a d iferencia iferencia d e Luis, Luis, a quien, como ya hem os visto, se permitió envejecer discretamente. Augusto veía en la simplicidad una gran virtud virtud,, y si hubiera po dido contem plar Vers Versal allles probab leme nte hab ría repro bad o su rica decoración. decoración. Era más «populist «populista» a» que Luis Luis en el sentido sentido de que a duc ía que le pre ocupaba la aprobación pública. Aparecía en el teatro para que el pueblo romano lo viera viera e incluso p ara dialoga r con é l61 l61. A unque el cúm ulo de paralelismos paralelismos precisos precisos es notab le, no deb e sup onerse q ue las las imágenes análogas (o incluso idénticas) tuvieran el mismo significado en ambos con textos. Apolo, por ejemplo, era parte de la teología oficial romana. En tiempos de Luis era un a aleg oría cristiana. cristiana. Las diferencias diferencias políticas políticas y culturales e ntre las las dos épo cas son fundamentales, aunque estén enmascaradas por la reverencia manifestada en el si siglo glo xvn po r la tradición clásic clásicaa en gene ral, y en pa rticular po r la era de Augusto Augusto [le beau siécle d ’Auguste Aug uste]] 62. El culto culto rom ano a Julio César, César, Augusto y ulteriores em pera dore s de bía m uch o a las tradiciones griega y oriental. Por ejemplo, se dio forma piramidal al mausoleo de Augusto, como si fuera un nuevo Faraón63. Para César, como para Luis XTV, el gran héroe era Alejandro Magno. El éxito de Alejandro no estribaba únicamente en su conquista de la mayor parte del mundo conocido, sino también en el estableci miento de un nuevo estilo de monarquía basada en el modelo persa o egipcio, con un complejo ceremo nial de corte. corte. Así Así fue como la proskyn la proskynesis esis oriental oriental entró en la tra dición occidental. occidental. El El culto culto al al gob erna nte se manifestó manifestó tamb ién en la fund ación de al me nos trece ciudades con el nom bre de Alejandría, y en el proyecto de con vertir vertir un a m on taña en tera, el M onte Athos Athos,, en u na im agen colosa colosall de Alejan dro 64. Es difícil saber hasta qué punto conocían los eruditos de tiempos de Luis XTV la tradición oriental de culto a los gobernantes. Tanto Blondel como Charles Perrault estudiaron los los obelis obeliscos cos egipcios egipcios como m odelos p ara su pro pio tiempo, y cono cían el culto egipcio al sol65. Sería interesante saber si vieron en el salón cósmico del Palacio de Cosroes (el rey sasánida de Persia del siglo vi) vi ), descrito en al menos una publica ción especializada especializada de la la época, u n p rec ed en te pa ra V ersalles66 ersalles66. Cosroes fue tam bién
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Figura 88. El 88. El Emper Emperado adorr Clau Claudi dio, o, camafeo. camafeo. Cabinet des Médailles, Biblioteca Nacional, París.
p r o ta g o n is ta d e u n d r a m a c o n te m p o r á n e o d e J e a n R o tro tr o u , cu ya a c c ió n te n ía lu g a r en el palacio de Persépolis 67. No es probable, sin embargo, que adjetivos como «diosdado» aplicados a Luis fueran ecos conscientes de los epítetos aplicados a los gober nantes acadios y sumerios68. Aún menos probable es que los creadores de imagen de Luis XIV conoc ieran la tradicional asociación asociación en tre el g ob ernan te y el el sol sol en culturas culturas p a r a ello el loss ta n re m o ta s c o m o las d e l J a p ó n y el e l P e rú . También en Hawai había una conexión entre la realeza, la divinidad y el sol69. El recurso a la misma imagen del poder en tantas y tan distintas culturas no debe sor p re n d e m o s . L a id e n tifi ti fi c a c ió n e n tr e el o rd e n p o líti lí ticc o y el o r d e n có sm ico ic o es u n e je m plo p lo clás cl ásic icoo d e u n i n t e n to d e le g itim it im a r u n a se rie ri e c o n c re ta d e a rr e g lo s in s titu ti tu c io n a le s p re s e n tá n d o lo s c o m o si fu f u e r a n n a tu ra le s , o in c lu so el ú n ic o sist si stee m a p o sib si b le. le .
El siglo XX
Hasta aho ra hem os inten tado v er a Luis en perspectiva perspectiva m irando hacia atr atrás ás por el tú tú nel del tiemp tiemp o. H em os com parad o y con trastado trastado a Luis con otros m onarcas para des cubrir si su manera de autorrepresentarse era o no habitual. Dado que el rey mismo
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y los artistas y escritores a su servicio también miraban hacia atrás, ha sido necesario estudiar sus sus actitudes actitudes con resp ecto a d istintos istintos períod os y gobern antes del pasado. No N o p o d e m o s o lvid lv id a r q u e n u e s tr o p u n t o d e v ista is ta es n e c e s a ria ri a m e n te d is tin ti n to d e l suyo. En los tres siglos que separan a Luis de nosotros las representaciones de los go b e r n a n te s h a n c a m b ia d o e n m u c h o s s e n t id o s . C o n s c ie n te o i n c o n s c i e n t e m e n t e , nuestra ma nera de ver el el si siglo glo xvn está está m oldeada po r nuestra p ropia experiencia experiencia del siglo XX. Pa ra evitar juicios an acrón icos, tal vez vez lo m ejor sea hac er ex plícitas plícitas las las com pa p a ra c io n e s . D e h e c h o , p o d e m o s lle ll e g a r a e n t e n d e r m á s a f o n d o n o sólo só lo n u e s tr o p r o pio p io tie ti e m p o sin si n o ta m b ié n e l d e L uis ui s XIV XI V si a n a liz li z a m o s ta n to las la s a n a lo g ía s c o m o las d i ferencias entre esos dos períodos. Por consiguiente, me gustaría terminar este capítulo —y el libro— libro—•• co m pa ran do y co ntra stan do los medio s del siglo siglo xvil con los del siglo XX, y la imag imag en p ública de Luis con las imágen es de algunos jefes d e Estado más recientes. Los estudi estudiosos osos de los medios de com unicac ión del sigl sigloo XX, al referir referirse se a período s anteriores, incluido el llamado «antiguo régimen» que precedió a la Revolución Frances Francesa, a, parten aveces de supuestos supuestos que pu ed en pon erse en tela tela de juicio. juicio. Tómese, p o r e je m p lo , u n c o n o c id o e stu st u d io s o b re la p r o p a g a n d a , e sc rito ri to e n lo s a ñ o s v e in te d e este siglo, en el que se sugiere que «los tiempos han cambiado» desde Luis XIV, y que el gran d esarrollo esarrollo de la pro pa gan da y «l «la nueva profesión de las las relaciones relaciones púb li cas cas» son fe nó m eno s del siglo siglo XX, consecuencia tal vez de la Primera Guerra Mundial p e ro im p re s c in d ib le s p a r a la lib li b re c o m p e te n c ia d e id e a s e n u n a so c ie d a d d e m o c r á tica70. El perspicaz perspicaz y provocativo provocativo ensayo sobre «la «la imagen » pu blicad o a principios de los años veinte por el historiador americano de la cultura Daniel Boorstin es otro ejem plo p lo d e e s tu d io d el m u n d o m o d e r n o d is to r s io n a d o p o r falso fa lsoss s u p u e s to s so b re el a n ti ti guo régimen. En ese ensayo, Boorstin aduce que lo que él llama la «revolución grá fica» de finales del siglo xix y principios del xx (gracias a la imprenta de vapor, la fotografía, etc.) ha dado nacimiento a lo que él llama «pseudoacontecimiento», un térm térm ino cuyo cuyo signi signifi ficado cado ab arca d esde los acontecim ientos escenifi escenificados cados pa ra los me dios de comunicación hasta aquellos que se proclaman antes de suceder71. Confío en haber demostrado la utilidad de ese término de Boorstin para el análisis de los me dios de com unicac ión del siglo siglo xvn, incluidos los periódico s, las m edallas y los los graba dos. En tiempos de Luis XIV, actividades aparentemente espontáneas, desde los fes tejos públicos por las noticias de las victorias francesas hasta la erección de estatuas del rey, rey, se se escenificaban a veces veces con cierto c uidad o. Un estudio escrito en los años setenta utiliza también expresiones como «el Es tado espectáculo» [l [ l ’étatspectacle étatspectacl e] y el «sistema del estrellato en la política» para des cribir cribir el el m un do de Kennedy y De Gaulle Gaulle,, P om pido u y Cárter. Cárter. El au tor co ntrasta ntrasta esa «personali «personalizaci zación ón de la políti política» ca» y el esfuerzo esfuerzo p o r pre sen tar favorablem ente a los can didatos con el sistema «anteriormente» (cuando quiera que ello sea) vigente, en el que las ideas tenían importancia y los políticos escribían sus propios discursos. Atri bu ye la d ife if e re n c ia a la in fl u e n c ia d e l c in e — in c lu id o el Lu L u is X IV de Rossellini— y la pu p u b lic li c id a d 72. Los lectores de este libro comprenderán que esa argumentación es exagerada. El p o d e r y a e s ta b a p e rs o n a liz li z a d o e n e l siglo sig lo x vn . El C a rd e n a l R ic h e lie li e u y L u is X IV u tili ti li
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zaban negros pa negros pa ra sus sus discursos, memorias e incluso cartas (páginas 17-18). Puede que a los políticos contemporáneos se los presente como productos, pero también podría aducirse que los productos contemporáneos, por su parte, son objeto de alabanzas an taño reservadas reservadas a los los príncipes. príncipes. Mucho antes del advenimiento del cine, el teatro daba fe de una forma de com p r e n d e r la p o líti lí ticc a . C u a n d o el D u x d e G é n o v a lle ll e g ó a V e rsal rs alle less e n 1685 16 85,, u n o b serv se rv a dor contemporáneo, que además era un dramaturgo, Donneau de Visé, comentó que «el personaje que tenía que representar no era fácil» [le [le Personnage q u ’il avoit avoi t á souten sou tenir ir n ’estoit pas pa s a isé is é j 73. La comparación entre la política y el teatro era habitual en el período que esta estamos mos tratando. P ara sus sus contem poráneos, como pa ra la poster posteridad, idad, el Rey Sol era u n a estrell estrella. a. Los medios de persuasión empleados por gobernantes del siglo xx como Hitler, Mussolini y Stalin, y en menor medida por los presidentes franceses y americanos, son e n algun os aspectos imp ortan tes an álogos a los los m edios em pleado s po r Luis XIV74 XIV74. Por ejemplo, la grandiosidad de la arquitectura y escultura oficial, que empequeñece al espectador para hacerle consciente del poder del gobernante; el mito del héroe omnisciente, invencible y destinado a triunfar sobre las fuerzas del mal y el desorden; la imagen del caudi caudill lloo que trabaja trabaja de noch e m ientras ientras su su pueblo due rm e (mucho an tes de que se pusiera en circulación esa imagen de Mussolini —o también de Napo león—, La Bruyére contaba cómo «descansamos, mientras este rey... vela solo sobre no sotros y sobre tod o el Estado» [nou [n ouss reposons... reposons... tandis tan dis que q ue ce ce roí... veille veille seul sur su r nous no us et sur su r tou t outt l Etat Et ’ at ] 75). Tam bién la pub licación de periód icos oficíal oficíales, es, y la organizac ión de escritore escritoress e n l86 academias ofici oficial ales es encargadas de la pub licación licación de prestigi prestigiosos osos dic cionarios y enciclopedias. Incluso un detalle como la insistencia de Mussolini en que su título título d e DU DUCE se im prim iera en mayúsculas tiene su para lelo en la prese nta ción ti ti po p o g rá fic fi c a d e LUIS LUIS.. A m b o s g o b e r n a n te s f u e r o n p re s e n ta d o s e n p ú b lic li c o c o m o u n se se gu ndo A ug usto 76. Si las las partes pu de nd as de L yndon Jo hn son fue ron objeto privi privile le giado de publicidad cuando se operó de la vesícula biliar, también lo fueron las de Luis en tiem pos de la fístul fístula. a. Mirando atrás por el túnel de la historia, la supresión de la medalla de la destruc ción de H eidelberg, com o la desap arición de Olivar Olivares es del retrato de Baltasar Baltasar Carlo Carlos, s, son análogas a la eliminación de Trotsky de la Enciclope Encic lopedia dia Soviética. Soviética. Las instrucciones dadas a las municipalidades francesas para que se ofrecieran a erigir una estatua de Luis XIV en la plaza principal de la ciudad (supra, (supra, página 94) son buenos ejemplos de lo que un historiador de la Rusia revolucionaria llama «el mito de la espontanei dad» 77. N om bres com o Saarlouis y Luisiana, igual que L en ingra do , pa rec en expresio nes de un culto a la personalidad. Chapelain es el perfecto apparatchik, y apparatchik, y la reacción co ntra Luis XT XTV en tiempo s d e la Rege ncia u n caso de «desluisi «desluisifi ficación» cación» análog o a la desestalinización. Mirando en dirección contraria, podemos ver en la Academia de Ciencias Soviética un curioso homenaje a la Francia de Luis XIV —o, más exacta m ente (página (página 162), la la sucesor sucesoraa de u na instituci institución ón fun dad a po r Pedro el Grande en homenaje a las academias francesas. Esas analogías son sin duda notables. Nos recuerdan no sólo la importancia del ri tual, tual, el mito y el símbo símbo lo e n la política de tod os los tiempos, sino tam bién la continui
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dad de determinados mitos y símbolos en las sociedades occidentales7S. No es mi in tención, sin embargo, argumentar simplemente que plu p luss pa change, plu s c’est c’est la méme chose. La chose. La imagen de los gob ernantes m oderno s, y aún más la la ima gen d e los los regímenes regímenes modernos, difiere en aspectos importantes de la de Luis XIV y sus contemporáneos. La más evidente de esas diferencias es de carácter tecnológico. Luis era presen tado al público po r med io de la im im pre nta, las estatuas y las me dallas, m ientras qu e los gobernantes del siglo XX se apoyan cad a vez más en la fotografía, fotografía, el cine, la radio y la la televisión. Los nuevos medios eléctricos tienen sus propias exigencias. Uno de sus efectos, por ejemplo, es la sustitución de los discursos políticos por los debates y las sesiones de preguntas y respuestas79. De todas formas, el contraste entre lo que po drían llamarse «go bernan tes eléctri eléctricos» cos» y sus sus antecesore s se ha exag erado. Máss im Má im portan te es la consolidación consolidación d el con cepto de legitimación legitimación p or elección elección po pu p u la r. L uis ui s r e p r e s e n ta b a a Dios Di os,, p e r o g o b e r n a n te s p o st e ri o re s r e p r e s e n ta b a n a la n a ción, como destacó en 1758 un especialista en Derecho internacional80. La Revolu ción Francesa Francesa m arca un a línea divis divisori oriaa entre el antiguo rég imen , en el que n o había necesidad alguna de persuadir al pueblo, y los Estados modernos, donde éste es el pri p rinn c ip a l d e stin st in a ta rio ri o d e la p ro p a g a n d a . A p a re c ie ro n e n to n c e s los lo s p e rió ri ó d ic o s p o p u lares. Se dice que de uno de ellos, Pére Pére Duchesne, Duchesne , se vendió nad a m enos que un milló millónn de ejemplares. Los Los analfabetos p od ían asisti asistirr a la la lectu ra en voz alta alta de esos esos textos, textos, o «leer» imágenes políticas, o participar en rituales políticos como el Festival de la Fe deración, que celebraba la Revolución misma. No es casual que las ideas de conver sión sión política política y propag and a política política em ergieran en ese pe río d o 81. Con el paso paso del tiempo, la organización organización de la persuasión se ha p erfeccionad o y se ha h echo aún m ás compleja, sobre todo e n los Estados Estados Unidos, me rced a la com bina ción ción d e un régimen presidencial, presidencial, elecciones dem ocráticas ocráticas y u n interés po r los los nuevos nuevos modos de comunicación. Se ha sugerido que la creación de imagen ya adquirió im p o r ta n c ia e n las c a m p a ñ a s p re s id e n c ia le s a m e ri c a n a s d e l d e c e n io d e 1820 18 20,, c o n el desarrollo de la biografía de cam pa ña e lec tora l82 l82. Los gestores políticos políticos profesionales se rem on tan a la California del dece nio d e 1930 1930 y la em pres a « Camp aigns Inc .» 83. El nacim iento de esas esas agencias agencias se asoci asociaa con la idea de «presentación». «presentación». Com o co m entó el presidente del partido republicano en 1952, «Los candidatos y los programas se vend en como la indu indu stria stria vende sus sus pro du cto s»84 s»84. Hem os llegado a la era de Saatchi Saatchi an d Saatchi. Saatchi. Se ha aducido, no sin fundamento, que el Estado ruso nacido en 1917 estaba «más impregnado de propaganda que ningún otro», en el sentido de que hacía un esfuerz esfuerzoo consciente «por crear un a nueva hu m an idad capaz de vivi vivirr en u na n ueva so so ciedad». «Ningún Estado anterior había abrigado ambiciones semejantes, y ningún gob ernante había prestado u na atención com parable al prob lem a de la persuasión» 85. Algunos de los medios empleados eran relativamente tradicionales. El Comité del Partido de Smolensko, por ejemplo, hacía hincapié en la necesidad del «esplendor, la po m pa y el el boato» boato» como forma de influen ciar a los jóvenes, y defendía la procla mación de festividades revolucionarias. Otros medios de persuasión eran nuevos, so b r e to d o el u so d e c a rte rt e le s, p e rió ri ó d ic o s m u ra le s, p e líc lí c u la s c o rta rt a s y sen se n c illas ill as (las (la s llam ll am a das agitki), agitki), y trenes y buques especiales de propaganda con cines, bibliotecas e imp rentas a b o rd o 86.
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Tanto en 1789 como en 1917, el objetivo original era celebrar la revolución misma. Hubo intentos de eliminar no sólo a los gobernantes sino también sus esta tuas. La mayoría de las estatuas de Luis XTV fueron destruidas en 1792. A partir de 1917, las estatuas de los zares se retiraron de las plazas de Moscú y Leningrado y se sustituyeron sustituyeron p o r estatuas de hé roes po pu lares y revoluciona revoluciona rios 87. Pasado el tiemp o, los go be rna nte s volvieron volvieron a las cal calle les, s, com o volvieron volvieron a los los pala cios cios presidenciales presidenciales,, co n la sola sola diferencia de que sus sus presentaciones ad op taron un es es tilo más popular. También hay algunos ejemplos anteriores de ese estilo, por ejem plo p lo e n tie ti e m p o s d e G usta us tavo vo A d o lfo lf o d e S u e cia, ci a, o in c lu so e n los lo s d e A u g u sto st o (p á g in a s 180-184) 180-184).. La profu sión de re tratos de familias familias reales, reales, lo que se ha llam ado la «domes ticación ticación d e la majestad» es u n no table in dic ad or de este este cam bio de estilo8S estilo8S. Un ejemplo francés es el del rey de Francia Luis Felipe. Cuando llegó al poder, tras tras la la revolución revolución d e 1830 1830,, Luis Felipe fue fue p resentad o como un go be rnan te accesi accesible ble a sus sus súbditos y en realid ad no muy d istinto istinto a ello ellos. s. Por co nsiguiente, en sus prime ros retratos oficiales se le presenta —en contraste con su predecesor Carlos X— sin atri bu b u to s típ tí p ic a m e n te re a le s c o m o la c o r o n a y los lo s ro p a je s d e c o ro n a c ió n , y c o n los lo s ojo s a la altura de los del espectador89. Ese igualitarismo, ya fuera genuino o artificial, ha b r ía sid si d o in c o n c e b ib le e n tie ti e m p o s d e L u is XIV. XIV . E ra u n c o m p ro m is o e n tr e los id e a le s de la m on arq uía tradicional tradicional y los los de la Revolución Revolución Francesa Francesa.. De m ane ra análoga, análoga, po dría decirse decirse qu e la image n de L enin en los últimos últimos años de su vida fue un compromiso entre los ideales de la Revolución Rusa y la tradición de los zares. zares. L en in llevaba un estilo estilo d e vida m od esto y evitaba a artistas artistas y fotógra fos90 fos90. Sin Sin embargo, hubo un culto a Lenin ya antes de su muerte, expresado en poemas lauda torios, biografías, carteles y nombres de escuelas, fábricas, minas y granjas colectivas91. Hoy en día, el idioma dominante en la política es el idioma de la libertad, la igualdad y la fraternidad. Se da p or sen tado que el p od er deriva «del «del pueblo», y numerosos mo numentos públicos celebran «al soldado desconocido» o a un trabajador heroico ge neralizado. Los go be rnan tes elegidos tienen qu e p ensa r en los los votantes, e incl incluso uso los los go bernan tes no dem ocráticos ocráticos sostienen sostienen a m en ud o que su po de r deriva deriva del pueblo. La distancia socia sociall se se ha ab olido, o ap are nta ha berse abo lido (lo (lo qu e se debe tanto a la la in in vasión de las cámaras de televisión como a una elección consciente). La ilusión de in tim tim idad con el pue blo es necesari necesaria: a: la charla ju n to al fuego, las las muchas horas d e ap re tones de mano, etc. La dignidad es peligrosa, porque conlleva lejanía. Se hace hincap ié e n el dinamism o, la juv en tud y la vitali vitalidad. dad. Mussoli Mussolini ni no es ni m uch o meno s el único gobernan te de m ediana edad q ue se ha presentado en público público como depor tista e incluso como atleta92. Se seleccionan las fotografías que destacan las cualidades dinámicas. En algunas ocasiones se modifica el lenguaje corporal de los individuos, p o r c o n sejo se jo d e las a g e n c ia s d e p u b lic li c id a d y los lo s a d m in is tra tr a d o re s d e c a m p a ñ a s e le c to ra les, les, pa ra que el candidato respo nd a al pap el de líder popular. Luis Luis sostenía sostenía que su po de r derivaba de Dios, Dios, no del pueb lo. No necesitaba necesitaba culti culti var a los los votantes. votantes. Sus Sus medios de com unicación no eran m edios de com unicación de masas. Se le presentaba —de hecho, tenía que presentársele— como alguien espe cial, el ungido de Dios, le Dieudo Die udonné nné.. El contraste entre los gobernantes del siglo xvn contraste en tre dos y los del siglo XX no es un contraste entre retórica y verdad. Es un contraste estilos de retórica.
GLOSARIO
ABSOLU ABSOLU [absoluto]. Furetiére Fure tiére define el término térm ino en su su diccion ario como «sans «sans condition, cond ition, sans reserve». Spanheim, por ejemplo, decía del período anterior a 1661 que en él «le pouvoir absolu du gouvemement étoit entre les mains d’un premier ministre», en otras pala bras, cuan cu ando do Maza Mazarino rino co ntro nt rola laba ba la situaci situ ación ón.. Uno Un o de los histo hi storia riado dores res oficiales de Luis XIII, XIII, Dupleix, alegaba qu e «jamai «jamaiss roi n e fut fu t si si absolu absolu en France que no stre Louis» Louis».. ACADEMIE FRANCAISE. La academia más prestigiosa, integrada por cuarenta hombres de letras, fundada en 1635. A C A D EM E M I E D E S I N S C R I P T I O N S , véase PETITE PETIT E ACADEMIE ACADEMIE.. ACADEMIE ROYALE DE PEINTURE ET DE SCULPTURE [Real A cademia de Pintura y Es cultura]. Fundada Fun dada en 1648 1648.. ACADEMIE DES SCIENCES [Academia de Ciencias], Fundada en 1666. APPARTEMENTS. Término utilizado en la época no sólo para referirse a los apartamentos
reales en Versalles, sino también a la costumbre de abrirlos al público tres veces por se mana. BALLET. El ballet de cour de este período era un drama musical, centrado en la danza pero que no excluía el canto. r.ON r.ONSF SF.T .TT. T. D ’EN H A U T . El «Consejo de escaleras arriba», así llamado por el lugar donde se reunía, era el consejo consejo de Estado, Estado, do nde los ministr ministros os más importantes se reunían semanal mente me nte con el rey para tom ar las las decisiones decisiones más importantes. CONSEIL SECRET. El equivalente francés de lo que en Gran Bretaña se llama «Privy Council». ESTADOS [Etats].
Asambleas periódicas en representación de los tres «Estados» u «órdenes» (clero, nobleza y «tercer Estado») en determinadas provincias francesas (llamadas pays d ’états): état s): Artois, Artois, Bretaña, Languedoc, Normandía y Provenza. Los Estados Generales, que re pres pr esen enta taba bann a tod t odoo el reino re ino,, no cele ce lebr brar aron on n ing in g u n a sesión ses ión en tre tr e 1614 y 1789. No mbre re franc fra ncés és cont co ntem em po ráne rá ne o del de l salón de Versalles más conoc con ocido ido GRA NDE GALERIE. GALERIE. Nomb hoy en día por el nombre de Galerie des Glaces o Glaces o Sala de Espejos. Espejos. G R A 1 ll l l i C A T I O N . Un obsequio obsequio real, real, a menudo un a pensión. pensión. HISTO IRE D U R O I [«la [«la historia historia del rey»] rey»].. Nom No m bre br e dado da do p o r los conte co ntem m porá po ráne neos os n o sólo a las historias de las actividades del rey sino también a las diversas series de representaciones de esas actividades en pinturas, tapices, grabados y medallas. H I ST S T O I R E M F T A I I TOTIF . [historia [historia m etálica]. La historia del reinado, relatada disponiendo en orden cronológico las medallas representativas de los acontecimientos del reinado. Hubo Hu bo dos historias metálicas metálicas del rein ado de Luis XIV XIV,, un u n a extraoficial, extraoficial, o bra del d el jesuíta jesu íta MeMenestrier, publicada en 1689; y otra, obra de la petite académie, publicada en 1702. Más de talles en el apéndice 1. I N T E N D A N T . Representante del gobierno central en las provincias. La importancia de los intendants aumentó a lo largo del siglo xvn a medida que la centralización se hacía más efectiva. J E T O N . Una especie de medalla, distribuida por el gobierno el 1 de enero de cada año. Literalm ente «lecho de justicia», justicia», un a visit visitaa oficial oficial del rey al al parlam ento, ento , a LIT D E JUSTICE . Literalmente menudo para forzar el registro de los edictos reales.
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LA FABRIC FA BRICACIO ACION N DE LUIS LUI S XIV
La livre tournois tournois era una unidad de cuenta. Como en el caso de las libras, chelines y peniq pe niques ues tradiciona tradic ionales, les, la livre valía livre valía 20 so 20 sous us,, y el so el souu 12 deniers. PARLEMENT. No era er a un parla pa rlam m ento en to en el sentid sen tidoo inglés inglé s del de l térm té rmino ino,, sino u n tribun trib unal. al. Ha Ha bía parle parlem ments ents provinciales en Aix, Besan?on (desde 1676), Burdeos, Dijon, Douai (desde 1686), Grenoble, Pau, Rennes, Rouen y Toulouse. El par El parlem lement ent de de París era el tribunal su prem pr emoo del de l reino rei no.. PETITE ACADEMIE [pequeña academia]. Originalmente un comité de la Académie Franfaise, establecido por Colbert en 1663 para supervisar la glorificación del rey. Se inde pendiz pen dizóó en 1696 con c on el n om b re de Acadé Ac adémie mie Royale des Médailles Méda illes e t Inscrip Ins cripdo dons, ns, que en 1701 se cambió por el de Académie des Inscripdons et Médailles y en 1717 por el de Aca démie des Inscriptions et Belles Lettres. SURINTENDANT DES BATIMENTS [superintendente de las edificaciones]. Título del fun cionario encargado de las edificaciones reales, o, como decían los ingleses contemporá neos, las «obras del rey». Colbert ejerció este cargo de 1664 a 1683. LIVRE.
APENDICE 1 LAS MEDALLAS DE LUIS XTV
Contar Con tar las medallas de Luis Luis XIV XIV no es tan fácil fácil como podría po dría parece p arecer, r, y fecharlas es aún más di fícil. En primer lugar, la frase «medallas de Luis XTV» es ambigua. Hay que distinguir entre me dallas y jet y jetons ons.. Los jetons Los jetons eran eran más pequeños y se producían en mayor mayor nú m ero :. Otro Otro problema es que no todas las medallas que representaban al rey eran acuñadas, por el rey. La ciudad de París, París, por po r ejemplo, acuñó acu ñó en 1671 1671 un a famosa medalla med alla de Lúis «el «el Grande» (figura 14). 14). Para calcular el el núm ero de medallas acuñadas por el rey rey podría pensarse que se pisaba te te rreno firme recurriendo a la historia metálica oficial del reinado, publicada en 1723, que com pre p renn d e 318 medallas. med allas. Sin embar em bargo go,, esa cifra incluye inclu ye dos medallas med allas en las que q ue se repr re pres esen enta ta la muerte de Luis XIV, y que, por tanto, deben atribuirse al reinado de su sucesor. Por otro lado, al menos dos medallas se excluyeron deliberadamente de la historia oficial: la medalla donde se representaba la estatua de la Place des Victoires, y la medalla de Roussel donde se represen taba la destrucción de H eid elberg elb erg 2. Nos que da así un total de 318 medallas medallas oficia oficiales les.. Una Un a com para pa ració ciónn entre en tre las edicio ed iciones nes de 1702 y 1723 1723 m uestr ue straa otra o trass discrep dis crepanc ancias. ias. Ca Cada da un u n a de las colec ciones contiene medallas omitidas en la otra. Sumándolas se llega a una cifra de 332 medallas, y añadiendo a ella las suprimidas, a un total de 3343. Fechar esas medallas es aún más difícil. A menudo se tratan como si la fecha de la medalla fuera la fecha de acuñación y no la del acontecimiento conmemorado. En el caso de las me dallas más tardías ese supuesto no está demasiado lejos de la verdad, pero en el caso de las medallas de los acontecimientos anteriores a aproximadamente 1685 es extremadamente en gañoso. Hay que diferenciar, por tanto, las fechas de los acontecimientos de las fechas de las medallas que los representan, así como de las fechas de agrupación de las medallas en la his toire métallique. 1. Fech Fechaa de los los acont acontec ecim imie ient ntos os.. Si analizamos el Corpus Corpus metálico con arreglo a la fecha del acontecimiento representado, represen tado, hallaremos la siguiente siguiente distribuci distribución: ón: 1630-1640....................... 1640-1650....................... 1650-1660....................... 1660-1670....................... 1670-1680....................... 1680-1690....................... 1690-1700....................... 1700-1710 ...................... 1710- ...............................
2 29 26 70 67 49 53 25 11
Total................................. 332
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2. Fecha de las medallas. Dieciséis medallas se han atribuido ajean Warin, que murió en 16724. En 1675, tras la muerte de Warin, su pupilo Fran^ois Chéron fue llamado a Pa rís rís y nombrad o grav gr aveu eurr ordinaire ordin aire des médailles méda illes d u roi. Chéron había trabajado en Roma par p araa los Papas P apas Clem Cl emen ente te X e Inoce Ino cenc ncio io X. Se h a dicho dic ho que qu e en tiemp tie mpos os de Colbe Co lbert, rt, es decir, entre 1661 y 1683, sólo se acuñaron 37 medallas, pero esta cifra es demasiada baja p ara ar a ser fiable. U na fuen fu ente te co ntem nt em po ráne rá ne a alega aleg a que qu e p ara ar a princ pri ncip ipios ios de 1685 se habían acuñado 99 medallas 5. La historia metálica publicada extraoficialmente por Menestrier en 1689 comprende 122 medallas que representan acontecimientos sucedi dos entre 1638 y 1688. Si se resta esa cifra a 332 quedan 220 medallas acuñadas en el perío pe ríodo do 1689-171 1689-1715. 5. Nov N ovent entaa y dos de ellas corre co rre spon sp on den de n al per p erío íodo do 1689-1715. 1689-1715. Si éstas se restan de las 220 nos quedan 128 medallas acuñadas en el período 1689-1715, pero en representación de acontecimientos anteriores del reinado. 3. Fechar Fech ar la historia metálica del reinado reina do tam bién plante p lanteaa problemas. problema s. Por lo general, gene ral, el el proyect proy ectoo oficial de realiza rea lizarr u n a histo hi storia ria metál me tálica ica se fech fe ch a en c. 1685 y se asocia con Louvois Louvois 6. Si lo lo que qu e buscamos es un proyecto bien definido de u na publicac p ublicac ión en forma de libro, esa fecha bien puede ser correcta, pero también se encuentran ideas vagas menos avanzado el reinado, especialmente en cartas de Jean Chapelain (1 de agosto de 1665 y 28 de septiembre de 1672). En 1673, el Mercure Mercu re Gala Ga lant nt afirmaba que Jea n Warin ya trabajaba trabajaba e n «l’ «l’Histoire du Roy en médailles». médailles». La realización del proyecto oficial se encomendó a la petite académie. El trabajo progresó lentamente, pues la academia tenía otras cosas que hacer. Mientras tanto, en 1689, ClaudeFran^ois Fran^ois Menestrier publicó su famosa (pero extraoficial ex traoficial)) Histoir His toiree d u roi pa r les médailles. Parece que esta colección de las medallas y divisas conmemorativas de acontecimientos entre 1638 y 1688 era un homenaje al rey en su quincuagésimo cumpleaños. Tal vez como reacción a esa públi pú blicac cación ión extraoficial, extraofi cial, la peti p etite te aca académ démie ie cambió cam bió su n om bre br e en 1691 1691 p o r el de Académ Aca démie ie des Inscriptions, y recibió la orden orde n de centrarse c entrarse en la historia metálica. En 1693 1693 se se dio nuevo título libro de M enestrier, enestrier, prob ablem ente p ara que la academia pu L ’Histoire Histo ire d u régne de Lou is XTV, XTV, al libro diera usar la frase clásica l ’histoire du roi. Sin Sin embargo, emb argo, c uando su trabajo trabajo se publicó finalmente, en 1702, fue con el título Médaille Méd ailless su r les les prin p rin cipa ci pa u x événement événe mentss d u régne de L ou is le Grand. Gran d. Para más detalles detalles véase véase Jac Jacqu quiot iot (1668), (1668), Jones Jon es (1979a y b), F errier errie r (1982) (1982) y Oresko (1989).
1. 2. 3. 4. 5. 6.
Jac quiot qu iot (1968); (1968); cfr. cfr. M. G., G., enero en ero de 1682, páginas págin as 53 53 y siguientes. Jacqu Jac quiot iot (1968), páginas 433 433 y siguientes, 617 y siguientes. Confróntese con la cifra cifra de 312 en N. R. R. John Jo hn son (1978), (1978), página 52. 52. El inventario está publicado publicad o en Jac Jacqu quiot iot (1968), docu mento me nto 72. 72. Ibid., página págin a xxvi xxvi;; M. M. G., G., enero ener o de 1685, págin pá ginaa 99. 99. Jacq Ja cqui uiot ot (1968), páginas pági nas x-xi, x-xi, xxvf xxvff. f.
APEND APENDICE ICE 2
ICONOGR ICON OGR AFIA DE LUIS XTV
No parec pa recee posible pos ible estima esti marr el nú m ero er o total de retra re trato toss de Luis XIV ejec ej ecuta utado doss d uran ur an te su rei rei nado en distintos medios. El inventario más completo que conozco se limita a las obras que han llegado hasta nuestros días, por lo que no incluye las famosas estatuas del decenio de 16801. También se limita a obras de «artistas que vieron o pudieron haber visto al rey». Los compi ladores enumeran sólo sólo 99 99 grabados, grabados, aunq ue indican (página 4n) 4n) que en e n el Cabinet des Estam Estam pes de la Bibliote Bib lioteca ca Nacion Nac ional al hay 671 graba gra bado doss de Luis. Su inven inv entar tario io tam poco po co incluye inclu ye meda me da llas y tapices. Aun con esas restricciones, el total alcanza una cifra de 433 (incluidos esbozos y escenas donde a veces el rey no ocupa un lugar destacado). De esta cifra he extraído, para ul terior anális análisis, is, 287 retratos retrato s completos co mpletos fechables. fechables. La distribución de las imágenes por decenios merece algún comentario. En contraste con las las medall medallas, as, normalm no rmalm ente hay pocas discrepancias discrepancias entre la fecha repre sentad a y la la fecha de la pin p intu tura ra,, grabad gra bado, o, etc. (apart (ap artee de los nú m eros er os 7, 165 y 271, que, qu e, p o r tanto, tan to, se omite om itenn de la si si guiente tabla). 1630163 0- 1640......... 164 0................. ............. ....... 5 1640-1650....................... 30 1650-1660....................... 14 1660-1670....................... 48 1670-1680....................... 40 1680168 0- 1690......... 169 0................ ............ ......... 62 1690-1700....................... 44 1700170 0- 1710......... 171 0................ ............ ......... 36 5 1710-............................... 1710- ............................... Total................................. 284
El aumento en el decenio de 1680 es pronunciado, y lo sería aún más si hubieran sobrevi vido todas las estatuas que en él se erigieron.
1. Maumené Maum ené y d ’H arcou arc ourt rt (1932). (1932).
APEN DICE 3
CRO NO LOG IA DE PUBLICACIONES CONTRARIAS CONTRARIAS A L U I S X IV IV
La lista que figura a continuación sólo incluye publicaciones que se refieren al rey (y no a Francia) Francia) c on cierto detalle. Casi todas ellas ellas son anón im as o seu dónim as, y el lugar de publica ción rara vez es fiable.
1665 1667 c. 1667 1673 1673 1674 1674 1678 1678 1680 1681 1684 1684 1684 1684 1685 1686 1687 1688 1688 1688 1689 1689 1689 1689 1689 1690 1690
Hist Histoi oire re amou amoure reus usee des des Gaule auless Bou Boucli clier er d'état d'état Chimaera gallicana Diefranz franzosi osisch schee Tür Türck ckey ey Das franzo franzosis sische che Cabi Cabine net t Machiav Machiavellu elluss gall gallicu icuss Ris Risée éess de de Pasquín Pasquín Christianissimus christiandus TheFrench King Conquered The Fren French ch Politiáa Poli tiáann Fren French ch Intrig Intrigues ues Mars Mars christi christiani aniss ssim imus us Breviar Breviarium ium Níazarin Níazarinii Conduct ofFrance Triomphe de la Vérité Les Les Con Conqu quet etes es amou amoure reus uses es du Grand Grand Alcand Alcandre re Le Dragó Dragónn miss missio iona nair iree Mars Mars Orien Orienta talis lis et Occ Occid iden enta talis lis La Fra Franc ncee galant galantee L ’Espri Espritt de de la la Fran France ce Rema Remarq rque uess sur le gouvemement gouvemement du royaume Intrigu Intrigues es Bom Bombard bardir iren en Soupirs de la France esclave Laus Ludov Lu doviá iá delusa delusa Montes Montespan pan im Schlaf Eige Eigenl nlob ob stinckt stinckt gem Der Der Franz ranzos osis isch chee Attila
1690 1690 1690 1690 1690 1690 1691 1692 1692 1692 1693 1693 1694 1694 1694 1694 1695 1695 1695 1695 1696 1696 1697 1697 1699 1700 1702 1702
The Most Christian Turk Concursus Ñero Ñero Gall Gallican icanus us The Present French King Ki ng Besc Beschr hrei eibu bung ng ... Ehr ... Ehren en Saule Saule Solstitium gallicum Ludwig der der franzos franzosisc ische he Gre Greuuel The French King’s Lamentations Monar Monarchie chie Un Univer iverse sell llee L ’Ombre bre de de Louvois Louvois Fren French ch Con Conqu ques est t Royal Royal Cuc Cucko kold ld On the Taking of Huy Giant Galieno La Politi Politique que Nouvell Nouvellee de la Cour Cour de de Fran France ce Scarron apparu Alcorán Alcorán de de Louis XIV Amours Amours de de Mme de de Maintenon Maintenon Tombeau des amours de Louis le Grand Grand On the the Taking Tak ing of o f Namur Grand Alcandre frustré Nouv Nouvell elles es amo amour urss Para Parallé lléle le Chres hrestie tienn non franjá fra njáis is Télémaque La Parta Partage ge du lion lion TheFrench Tyrant Fran Franzo zosi sisc sche he Ratio Status Status
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APE NDICE ND ICE33
1705 1706 1708 1708 1708
Catechismus van de Konig van Frankr Frankrijk ijk Alle Allerc rchr hris istli tlich chee Fragst Fragstückí ückí The Fremch King’s Wedding Ludurig Ludurig des Gro Gross ssen en Test Testam ament ent Prob Proben en einer einer konigl koniglich ichen en Baukunst Bau kunst
Pille lers rs geor eordenee eneerd rd voor voor L14 L1 4 c. 1709 Pil 1709 Curses 1709 TheFrench King’s Dream 1711 Clear View Friends dship hip 1712 Frien Arcana gal galli lica ca 1714 Arcana
NO N O T A S
ABREVIATURAS D .N.B. .N.B . Dictio Dictionar naryy of National of National Biog Biogra raph phyy HARI Histoire de l ’Académie Académie Royale Royale des des Inscrip tions M.G. Merc Mercure ure Gallant Gallant I. PRESENTACION DE LUIS XTV 1 Lavis Lavisse se (1906); (1906); Goubert (1966); W olf (1968); Labatut (1984); Bluche (1986). 2 Sonnino (1964); Thireau (1973), 3 Vries (1947); N. R. Johnson (1978). 4 Burke Burke (1987, (1987, 1990). 1990). 5 Maumené y d’Harcourt (1932); Jacquiot (1968 ); Mai Mai (19 75); Jo nes (1979 a); M. Martin Martin (1986); Oresko (1989). 6 Entre los estudios recientes cabe citar a Beaussant (1981); Verlet (1985); Himelfarb (1986); Néraudau (1986); Pommier (1986); Walton (1986). 7 Ssymank (1898); Ferrier Caveriviere (1981); Marín (1981). 8 Ranum (1980); Fossier Fossier (1985); Tyvae Tyvaert rt (1974); Klaits (1976) 9 Kantorowicz (1963); Elias (1969); Haueter (1975); Giesey (1985, 1987); Christout (1967); Isherwood (1973); Apostolidés (1981); Moine (1984). 10 L’Orange L’Orange (1953); (19 53); Hautecoeu r (1953); (1953 ); Kan Kan-torowicz (1963). 11 Dilke (1888); Laviss Lavissee (1906). (190 6). 12 Giesey (1985), pág. 59. 13 Zwiedineck-Südenhorst (1888); Gillot Gillot (1914b); Gaiffe (1924); Malssen (1936); Jones (1982-3). 14 Hartle (19 57); Posner (1959); Grell y Michel Michel (1988). 15 Godelier Godelier (1982). 16 Citado Citado en Adhémar (1 983), pág. 26. 17 Chapelain Chapelain (1883, 1964); Clément (1868); Jacquiot (1968).
18 Para Para más detalles, véase el Ap énd ice 1. 19 Grell Grell y Michel (1 988) . 20 Apostolidés (1981), pág. 126; Picard (1956). 21 Walton Walton (1986). 22 Moine (1984), pág. 12; M. Martin (1986). 23 Collas (1 912) 91 2),, pág. 357. 24 McGinniss (1968); Atkinson (1984). 25 Klaits (1976); cf. Speck (1972); Schwoerer (1977); Vocelka (1981), esp. cap. 1; Kenez (1985) , introducción; J. Thompson (1987). 26 S chieder y Dip per (1984). 27 France (1972). 28 Ken ez (19 85), 85 ), pág. 4. 4. 29 Veyne (1988). 30 Furetiére (1690), s.v. «Gloire». 31 Rosenfield (1974). 32 Lon gno n (1927 (19 27), ), págs. págs. 33, 37, etc. 33 Scudéry (1671). 34 Clém Cl ém ent (1 868) 5, pág. 246. 35 Longnon (1927), pág. 134. 36 Bossuet (1967), libro 10. 37 Montesquieu (1973), pág. 58. 38 Charpentier (1676), pág. 131; M. G., abril 1686, pág. 223. 39 Naudé (1639), pág. 158. 40 LaBruyére (1960), pág. 239. 41 Cf. Cf. N. R. John son (1978). 42 Sobre mitos políticos, Tamse (1975). Cf. Burke (1939-40); Kershaw (1987). 43 Racine (1951-2), pág. 209. 44 Geertz (1980); cf. Schwartzenberg (1977). 45 Saint-Simon (1983-8) 1, págs. 714, 781, 857, etc. 46 Quiqueran (1715), pág. 48, Mongin (1716), Pág- 3. 47 Lünig (1719-20); Longnon (1927). 48 Kertzer (1988). 49 Goffman (1959). so La Porte (1755). 51 Pitkin Pitkin (1967); H. Hofma nn (1974); Podlach (1984). 52 Gaxotte (1930), pág. 104.
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53 Fuxetiére (1690). 54 Saint-Simon (1983-8) 1, págs. 803 y ss.; Gaxotte (1930), introducción. 53 Longnon (1927), pág. 53. Sobre la autoría de las memorias, Dreyss (1859); Sonnino (1964). 56 Courtin (1671), pág. 41. 37 Félibien (1688). 38 Courtin (167 (1 671), 1), pág. 40. 39 M. G., septiembre de 1687, pág. 178 (Poitiers). 60 En Agd e en 1687: M.G., abril de 1687, pág. 141. 01 Visconti Visconti (19 88), pág. 28. 28. 62 Lacour-Gayer (1898), págs. 306, 357. 53 Lo ng non (19 27 ), pág. 280; cf. H artun g (1949). 64 Bossuet (1967), pág. 177; Soupirs (1689), pág. 18. 65 Bossuet (1967), pág. 141; Luis XIV (1806) 3, pág. 491. 66 Cf. el título de Bion di (197 ( 197 3). 67 Gode lier (1982); Bloch (1987), (19 87), pág. 274. 58 Bloch (1924). 69 Boorstin (1962); acerca de la investigación sobre comunicaciones en los Estados Unidos, W. Schramm (1963). 70 Shils (1975); Eisenstadt (1979). 71 Geertz (1980); pág. 13; 13; cf. Tambiah Tam biah (1 985 ). 72 Burke (1987), cap. 12. 73 Trilling (1972), cap. 1. 74 Lasswell (1936); Hymes (1974).
II.
PERSUASION
1 Lee Lee (1940) (1940).. 2 Rpr. Félibien (1688), págs. 83-112; cf. Bosquillon (1688); Benserade (1698) 1, págs. 171-2; Guillet (1854) 1, págs. 229-38. 3 Maum ené y d’Harcou rt (1923 ). 4 Grivet (1986). 5 Dotoli Dotoli (1983). (1983). 6 Christout (1967); Silin (1940). 7 Quinault (1739), 4.145f, 269, 341, 5, 200, 257, 411; cf. Gros (1926). 8 Félibien (1674); Aposto lides (1 981). 9 Móseneder (1983). 10 Pincemaille (1985); Sabaúer Sabaúer (1985, 1988). n Perrault (1909 (19 09), ), pág. 60.
12 Combes (1681); Rainssant (1687). 13 Curdus (1947). 14 Tr ongo n (16 62); cf. cf. Roy Roy (198 3); Bryant Bryant (1986).
15 Maumené y d’Harcourt (1932 ), Nos. 79, 79, 178. 16 Jenkins (1947); Mai (1975); Burke (1987). 17 Ch ap elain (1 93 6) , pág s. 335-6; Krüger (1986), págs. 227-46. 18 Fléchier Fléchier (1670). • 19 Jump (1974 ). 20 Racine (1951-2) 2, pág. 986. 21 Benserade Bens erade (1698) 1, págs. 193-4. 193-4. 22 La Beaune (1684). 23 Bossuet (1961); Bourdaloue (1707); Flé chier (1696); La Rué (1829). Sobre el sermón, Hurel (1872); Truchet (1960), págs. 19 y ss.; Bayley (1980). 24 Perrault Perra ult (1688 (1 688-97 -97), ), págs. 262 y ss. ss. 25 Bossuet (196 1), págs. 310, 310, 340, etc. etc. 26 Truchet (1960) 2, págs. 216-58. 27 Rapin Rapin (1677). 28 Poussin (1964), pág. 170; Piles (1699) 1, pág. 6; Coypel, enjouin (1883), pág. 280. 29 Chantelou (1889), pág. 212. 30 Boileau (1969), pág. 45. 31 France (1972); Po cock (1980), (1980 ), págs. págs. 74 y ss. ss. 32 Rapin (1677), págs. 43 y ss.; Racine (1951-2) 2, pág. 209. 33 Spanheim Spanh eim (1900), (190 0), pág. 70; sobre él, Loewe (1924). 34 Sedlmayr Sedlmayr (1954). 35 Véase un útil resumen de las las representacio representacio nes tradicionales en M. G., diciembre 1684, 3-9. Cf. Ferrier (1978). 36 Montagu (1968); Rosasco Rosasco (1989). 37 Bardon (1974); Polleross Polleross (1988). 38 Montaiglon (1875-8) 1, pág. 224. 39 Whitman Whitman (1969). 40 Posner (1959); Grelly Miche Michell (1988). 41 Polleross (1988), No. 555. 555. 42 M. G., G., 1679, 1681, 1682, etc.; cf. cf. Zobermann (1985); Neveu (1988). 43 Scudéry (1654^61); (1654^61); cf. Scudéry (1669). (166 9). 44 D uB os (1709); cf. cf. Klai Klaits ts (1796). 45 Sobre retratos visuales visuales de Luis, Mai Mai (1975); sobre retratos literarios, Marin (1981). 46 Guillet (1854), págs. 229 y ss.; Sabatier (1984). 47 Wittkower (1961). 48 Mai Mai (1975) (1975) 49 Hatton (1972 ), pág. pág. 101; 101; Blunt (1953), pág. pág. 401.
30 Sobre el Van Van Dyc Dyck, k, Held (1958). 51 Goffma Goffmann (1959). 52 J. Espitalier (1697), citado en Rómer (1967), pág. 119n.
NO TAS TA S
53 54 55 56 57
Blondel (1698), pág. 608. Moliére (1971) 2, págs. 1193-4. Racine (1951-2) 1, pág. 990. Menestrier (1689). Perrault (1688-97).
58 Robinet (1665), (1665), en RothschiJd RothschiJd (1881), pág. 37. 37. 59 Vertron (1686). 60 Fin neg an (1 97 0) , págs. 111-46; Curtius (1947); McGowan (1985), págs.l y ss., 11 y ss. 61 Sobre Boileau, France (1972); sobre PellisPellisson, Marin (1981), pág. 50. Cf. Pellisson (1735, 1749). 62 La Fon taine tain e (19 48 ), págs. 626 y ss., 636 y ss., 730 y ss.
III.
ORTO
1 Campan Campanel ella la (1915), págs. 195-207. 2 Gazette ( 1638). 1638). 3 Maumené y d’Harcourt d’Harcourt (1932), No. 151. 4 Sobre el establecimiento de la Regencia, Wolf (1968), (19 68), Cap. 2. 5 Keohane Ke ohane (1980), (198 0), págs. 220 y ss. ss. 6 Furedére Furedére (1690). (1690). 7 La estatua era obra de Gilíes Guerin, el ba llet de Isaac Benserade. 8 Menot Menot (1987 (1987). ). 9 Hanley (1983 ), en especial especial págs. págs. 307-21. 307-21. 10 Haueter (1975); Jackson (19 84); Le Goff (1986); Coquault (1875), págs. 279-96, 613-32. 11 Godefroy, Godefroy, citado citado en Haueter (1975), pág. pág. 197. 12 Viguerie (1985). (1985). 13 Dreyss Dreyss (1860) (1 860) 1, pág. 450; cf. cf. la carta real de 1654, citada en Le Goff (1986), pág. 144. 14 Bloch (1924). (1924). 15 Móseneder (1983). 16 Especial importancia dene Tron^on (1662). 17 Ibid., pág. 9. 18 Mós eneder (19 38) , pág. 42. 42. La cita es de Guy Padn. 19 Trongon (1662), (166 2), págs. págs. 21-2 21-2.. 20 Barozzi Barozzi y Berchet Berc het (1857) (1 857) 2, pág. 401. 21 Citado Citado en Labatut Labatut (1984), (1984 ), pág. 43. 22 Laurain-Portemer (1968); Lotz (1969); Marder (1980).
IV. IV.
LA CONSTRU CON STRUCCIO CCIO N DEL SISTEMA SISTEMA 1 Meye Meyerr (1981). (1981). 2 Chátelain (1905).
201
3 Cha pelain (1883) 2, pág. 272; 272; cf. cf. Collas Collas (1912), Cap. 8; Couton (1976). 4 Mesnard (1857). 5 Thuillier (1967); Hahn (1971); Isherwood (1973). 6 Dussieu Du ssieu x y col. (1 854) 854 ) 2, pág. 16. 16. 7 Grove (198 (1 980) 0),, s. v. «Bossuet». 8 Gersprach (1893); Florisoone (1962). 9 Morgan (1929). 10 H. J. Martin Martin (196 9), págs. 695 y ss. ss. 11 Chapelain (188 3), pág. pág. 313. 313. 12 Ibid., pág. 422. 13 Ibid., pág. 451. 14 Ibid., pág. 608. 608. 15 Chapelain (1 964), pág. 28. 28. 16 Chapelain (1 883 ), pág. pág. 384. 384. 17 Ibid., pág. 667. 18 Ibid., Ib id., pág. 509. 509 . 19 Ranum (1980). 20 Los otros cinco eran Denys Godefroy, un erudito archivero; Jean Puget de la Serre, más co nocido como autor de una guía epistolar; Charles Sorel, más conocido como autor de novelas, que ya había comprado el cargo en 1635; Samuel Sor biere y Henri de Valois, ambos nombrados en 1660. 21 Thuillier Thuillier (1983). 22 Sobre la iniciativa original desde abajo, Hahn (1971), pág. 8. 23 Hahn (1971). 24 Chapelain Ch apelain (1883 (18 83), ), pág. 502. 25 Depping (1855), No. 1, pág. 41; Clément (1868), págs. 237, 281, 293, 346. 26 Jouin (1889); Thuillier (1963). 27 Citado en Gould (1981), (198 1), pág. 91. 28 Lefebvre de Venise, citado en Chantelou (1889), pág. 105. 29 Dilke (1888), pág. 141. 30 Weber (1985), pág. 165. 31 Perrault Perrault (1909 ), pág. pág. 30; 30; Soriano Soriano (1968), págs. 266-93. 32 Cou ton (19 76); Maber (1985). (19 85). 33 Viala (19 85), 85 ), págs. 69 y ss.; ss.; Kettering Kett ering (1986). (19 86). 34 Perrault (19 ( 1909 09), ), pág. 31. 35 Chapela Ch apelain in (18 ( 1883 83), ), págs. págs. 469, 469 , 583. 36 Perrault (1909), págs. 38 y ss. Los esbozos históricos que figuran entre los manuscritos de Chapelain (Collas, 1912, pág. 380) son tal vez parte del proyecto. 57 Jacqu Ja cqu iot (19 68), 68 ), pág. xx.
LA FABRI FA BRICA CACIO CIO N DE LUIS LU IS XI V
202
V.
AUTOAFIRMACION
2 Collas Collas (1912), pág. 435. 435. 3 Aubéry Aubéry (1668) (1668).. 1 Wolf (1968), pág. pág. 180. 180. 4 Félibien (1688), págs. 197-270. 2 Gazette (1661), pág. 271. 5 Maumené y d’Harcourt (1932), Nos. 237-40; 3 Ibid., Ibid., págs. págs. 332, 403. Collas (1912), pág. 373. 4 Longnon (1927), págs. 44, 49-50. 6 Gersprach (1893) (18 93) , págs. 62 y ss. ss. 5 Felibien Felibien (1703), pág. 161. 161. Médailles les (1723), Nos. 97-107. 7 Médail 6 M. G., diciemb dici embre re 1684, 16 84, págs. 18-25. 3 Chapelain Chap elain (18 83), 83) , pág. 635. 7 Jacqu iot (1968), (196 8), págs. 144 y ss. ss. 9 Blon del (16 98) 4, 12, 3, pág. 608; 608; Brice Brice 8 Méda Médaill illes es (1702). (1698) 1, págs. 345-6. 9 Longnon (1927), pág. 34. 10 Perrault (1909), pág. 101. 10 Chapelain Chapelain (1883), (1883 ), pág. 509n. 11 Clém ent (1868) 5, pág. pág. 288. 288. 11 Pepys Pepys (1970-83) 2, pág. 187 (30 de septiem septie m 12 Félibien (1680), (1680 ), pág. 4; 4; Walton (1986), cap. 6. 6. bre de 1661); cf. Roosen (1980). 13 Collas (19 12), 12 ), págs. 397-8 397-8.. 12 Gersprach (1 89 3), págs. 62 y s.; s.; Félibien 14 Dalic ourt (1 66 8), pág. 43. (1703), págs. 103, 166; M. G., septiembre de 1680, 15 Co m eill e (19 87), 87 ), págs. págs. 705-7. pág. 297. 16 Co me ille (1987), pág. pág. 716. 716. 13 Méd Médai aiU Ues (1723), Nos. 69, 78, 79; Menestrier 17 Chapelain Chap elain (18 83 ), págs. 783, 786-7. (1689), 2.8, 2 .8,15 15 ,16 , 21;Jacquiot (1968), págs. 158 y ss. ss. . 18 Racine (1951-2) 2, págs. 207-38. Véase una 14 Soriano (1968), pág. 101. 101. relación más imparcial en Wolf (1968), caps. 16-18. 15 Magalotti (1968 ), págs. 157157-8. 8. 19 Racine (1951-2) 2, pág. 207. 16 Montaiglon Montaig lon (1875-8) 1, págs. 220-4. 220-4. 20 Gazetie (1672), págs. 560, 562, 564, 572, 615. 17 A. Coypel, Coypel, en joui jo uinn (1883), (1883 ), pág. pág. 257. 257. 21 Ibid., Ibid ., págs. 684 , 849-60. 10 Mene Menest stri rier er (16 (1689 89)) no inclu incluye ye medal medalllas sob sobre re 22 Co m eill e (1 987), 98 7), págs. págs. 1155-65. estos temas; MédaiUe MédaiUess (1702), (1723); Jacquiot 23 Boileau (1969), págs. 45-9; Genest (1672). (1968), págs. 183 y ss., 188 y ss. 24 Jouin (1883), págs. 108-12. 19 Perrault (1670a); Long non ((1 92 7), 7) , págs. págs. 25 Guillou (1963); Néraudau (1986); Walton 132 y ss. (1986). 20 Gould (1981), pág. 7; confróntese con Pe 26 M. G., septiembre de 1680, págs. 294-5. rrault (1909), pág. 71, que alega que el nombre de 27 Dussieux y col. (1854), pág. 40; Nivelon Bemini fue sugerido por Benedetti. (n.d.),f. 327a. 21 Lavi Lavinn (1987). 28 Félibien (1703), pág. 102. 22 Clém ent (1868) (18 68),, No. No . 19; cf. Nos. No s. 20-1; y Pe 29 Dussieux (1854) 1, pág. 448. rrault rrault (1909 (1 909), ), págs. 77 y s.s. 30 Ibid., 2, pág. 43. 23 Menestrier (1689), Nos. 23, 24, 26 (medallas 31 Médai Mé dailles lles (1 72 3), Nos. 119-27; Jacq uiot omitidas omitidas en las coleccion es de 1702 y 1723). (196 8), págs. págs. 2 64 y ss. ss. 24 Jacquiot Jacqu iot (1968) (1 968),, págs. 244 y ss. ss. 32 Desmarets (1673, 1674); Furetiére (1674). 25 Luis Luis XIV (1806), (1806 ), pág. 496, mayo de 1672. 33 Félibien (1674), págs. 71f. 26 Clé ment me nt (1868 ( 1868 ), No. 24; cf. cf. N o. 23. 34 Petzet (1982). 27 Walton (1986), cap. 5. 35 Desm arets (1 67 3), pág. 7. 28 Según Perrault (1909), pág. 120, el plan 36 C om eill e (1987 (19 87), ), págs. 1309 y ss., ss., 1317 y ss. ss.;; aceptado fue el de su hermano. Médai Médailles lles (1723), No. 156, págs. 159-62. 29 Gould (1 981), págs. 19, 19, 39; cf. cf. Chantelou 37 W olf (1 96 8), 8) , págs. págs . 287 y ss., ss., 304 y ss. ss. (1889). 38 Desmarets (1674), pág. 2. 30 Chantelou (1889), pág. 104. 104. 39 Comeille (1987), pág. 1306. 81 M. G., G., enero ener o de 1684, pág. 326. 40 M. G., marzo de 1679, passim; septiem bre de 32 Jammes (1965); Schnapper (1988). 1679, págs. 2, 5, 9; noviembre de 1682, pág. 106. 33 Hartle (1957); cf. GrellyMichel (1988). 41 Co m eill e (19 87), 87 ), pág. 1325. VI. VI.
LOS AÑOS AÑO S VICTORIOSOS VII. VII. LA RECONSTRU RECO NSTRU CCION DEL SISTEMA SISTEMA
1 Chapelain (18 83), pág. 279; cf. cf. Collas Collas (1912), (191 2), págs. 433 y ss. ss.
1 Trout Trout (196 (19677-8) 8)..
NO TAS TA S
2 M. G., G., edición extraordinari extraordinaria, a, julio de 1683, pág. 188. 3 K. K. O. Johns Jo hnson on (1981 (19 81). ). 4 Autin (1981), págs. 52y s. 5 Rainssant (1687); Félibien (1703). 6 Walton (1986), pág. pág. 95. 7 M. G., G., diciembre diciembre de 1684, pág. 7. 8 M. M. G., G., diciem bre de 1684, 1 684, pág. 10. 9 Rainssant (1687 (16 87), ), págs. 9-84. 10 Racine (1951-2) 1, pág. 68. Sin embargo, embar go, se gún Furetiére, las inscripciones originales eran de Tallemant. 11 Jansen (1981). 12 Félibien (1680); M. M. G., G., sepdem bre de 1680, págs. 295-310. 13 Saint-Simon Saint-Simon (1983-8) (1 983-8) 5, pág. 607. 14 Ibid., Ibid., pág. 604. 15 Elias Elias (1969). 15 Saint-Simon (1983-8) 5, pág. 530. 17 Ibid., 2, págs. 553, 877, 95 1, etc. 18 Courtin Courtin (1671). (1671). 19 Cf. Cf. Hobsbawm Hobsbawm y Ranger (19 83), especial mente la introducción. 20 Saint-Simon (1983-8) 5, págs. 596 y ss. ss. Sobre él, Coirault (1965). 21 Visconti (1988), (198 8), pág. 61. Cf la famosa famosa rela ción del duque de Vendóme en posición análoga, Saint-Simon (1983-8) 2, pág. 695. 22 Courtin Courtin (1671). 23 Saint-Maurice (1910) l,pág. 157. 24 M. G., diciembre de 1682, pág. 48. 25 Autin (1981). 26 Corvis Corvisier ier (198 3), págs. 375-40 375-404; 4; cf. Duch ene (1985). 27 Perrault Perra ult (1909) (190 9),, págs. 135-6. 28 Guillet, Guillet, en Dussieux (1854) 1, pág. 67. 67. 29 Mélese (1936); Mirot (1924); Teyssédre (1957). 30 Corvisier (198 (1 983) 3),, pág. pág. 390. 31 Josephson Joseph son (1928 ( 1928), ), Boislisle Boislisle (1889); Souchal (1983), que usa el término «campagne», pág. 311; Martin (1986). 32 Récit Récit (1685); Gazette (1685) pág. 560; M. G., octubre de 1685, págs. 13 y ss. 33 M. G., G., enero de d e 1686, pág. 2. 34 Lister Lister (169 9), pág. 25. Cf. Cf. Boislisle Boislisle (1889) ( 1889),, págs. 49 y ss.; Descr Descript iption ion (1686); y M. G., abril de 1686, págs. 215 y ss., 224 y ss., 240-309. 35 Brice (1698), (1698 ), págs. 169 y ss. ss. 36 Boislisle (1889) (18 89),, págs. 58 y ss.; ss.; M. M. G., abril de de 1686, págs. 250-309. 37 Relation Relation (1687). 38 M. G., febrero febrer o de 1687, págs. 50, 55, 57, 73.
203
39 M. G., ju n io de 1685, pág. pá g. 69. 40 M. G., octubre de 1685, pág. 13; febrero de 1686, parte 2, págs. 49 y ss. 41 Boislisle (1889 ), págs. 210 y ss.; ss.; W olf (1968 ), 465, 787; Souchal (1983), pág. 311; Mettam (1988). 42 Ranee (188 6); N. R. Joh nso n (1978 ); Met tam (1988). 43 Mallon (1985); Taton (1985). 44 HARI (1740) 2, págs. 10-13. 45 Rousset (1865) 2, págs. 376, 464. 45 Menestrier Me nestrier (16 89), 89 ), pág. 53; Médai Médaille lless (1702), pág. 195. 47 Médail Médailles les (1702), pág. 202. 48 Sob re el «castigo» de Génova, véan se los ver sos en M. G., abril de 1684, pág. 323, y agosto de 1684, págs. 52 y ss. 49 Gazette (1685) págs. 192, 271, 295 y ss., 320; M. G., mayo de 1685, págs. 310 y ss. 50 Menestrier (1689), pág. 51. 51 Para Para un bajorrelieve bajorrelieve de Coysevox en la base base de una estatua del rey para Rennes, Dussieux (1854) 2, pág. 36. Para las medallas, Menestrier (1689), pág. 66; Médail Médailles les (1702) pág. 216; Lanier (18 83) , págs. 58 y ss. ss. 52 M. M. G., ene ro de 1 682 , pág. 10; ju n io de 1685, pág. 20. 53 M. G., dic iem bre de d e 168 4, págs. 88-9. 88-9. 54 M. G., oct ubre ub re de 1685, 1685 , págs. 324 32 4 y ss. 55 M. G., G., ene ro de d e 168 6, pág. 18. Cf. febrer feb reroo de 1686 (edición especial sobre la Revocación). 56 M ene strier ( 16 89 ), págs. 36-7; 36-7; Médailles Méd ailles (1702), págs. 209-11. 57 Perrau lt (1686 (16 86 ), págs. 99-106. 58 Stankiev/icz (1960), pág. 179. 59 Bossuet (1961), pág. 340. 60 Quartier (1681); Jouvancy (1686); Le Jay (1687). 61 Quartier (1681); La La Rué (168 3).
VIII. OCASO 1 M. G., G., abril de 1686, págs págs.. 2-4; noviembre de pág. 322. 1686, pág. 2 Le Roi (18 62), págs. 261, 277. 3 Klaits (1976). 4 Magne (1976). 5 Schnapper (1967). 6 La Bruyére (196 (1 960) 0),, págs. 452, 454. 7 Mallon (1985); Taton (1985). 8 Herault (1692); Boüeau (1969), págs. 123-7; Maum ené y d’Harcourt d’Harcourt (1932), No. 254. 254.
204
LA FABRI FA BRICAC CACION ION DE LUIS LU IS XIV X IV
9 Médailles Médailles (1702), págs. 228, 230, 238, 241, 243, 249, 250, 254. 10 Méda Médaill illes es, págs. 235, 236, 240, 251, 267; sobre la medalla de Heidelberg, Jacquiot (1968), págs. 617 y ss., pág. 110. Méda illes (1702), 11 W olf (196 8), pág. 546; 546; Médailles págs. 234, 268. 12 Addison (1 890), pág. 351. Médaille illess (1723), págs. 303, 309. 13 Méda 14 Ibid., págs. págs. 311, 314. 15 Gaxotte (1930 ), págs. págs. 126 (Vigo), 136 (Ra(Ramillies). 15 M ainten ain tenon on (1887 ) 2, pág. 30. 17 M. G., G., agosto de 1704 , pág. 426, y octub re de 1704, pág. 8; Surville citado en Isherwood (1973), pág. 281. 18 Con resp ecto a la reacción privada privada del rey rey ante la derrota de Oudenarde y la pérdida de Lille, Gaxotte (193 0), págs. 143 y s., 147 y s.s. 19 Gazette (1708), págs. 118, 360. 20 M. G., ju lio de 1708, parte p arte 2, prefac io y págs. 141, 167-8. Médaill illes es (1723), No. 316. 21 Méda 22 Gaxotte (1930); Klaits (1976), págs, 298 y s. En sus memorias, Torcy confesó su autoría. 23 Félibien (1703), pág. 103. 24 M. G., marzo ma rzo de 1687 1 687,, parte 1, págs. pág s. 7-9, 110 y ss., y parte 2, una edición especial sobre los feste jos. jos . 25 Con respecto a la reacción del rey ante la muerte del duque y la duquesa, Gaxotte (1930), pág. 158. 26 Pintura c. 1655 en el c olegio d e los jesuitas de Poitiers, Polleross (1988), fig. 104; estatua para la entrada real en París, 1660, Móseneder (1983), págs. 103, 107; estatua de 1675 en Guimilau (Finistére), Polleross (1988), No. 555. 27 Gazette, pág. 859. 28 Zobermannn (1985); cf. M. G., 1679, 1681, 1682, 1689, 1693, 1697. 29 Jacqu Jac quiot iot (19 68), 68 ), lá mina min a K_ 30 Neveu (1988). 31 Menestrier (1699). 32 Jacquiot Jacq uiot (1 968) , pág. cxii. cxii. 33 Luis XIV (1806 (18 06)) 3, pág. 492. 34 N. R. John son (1978), pág. pág. 100. 35 Hurel (1872), pág. pág. xxxixn. xxxixn. Compárese con la cifra de 35 dada en N. R. Johnson (1978), pág. 78. 36 Mongin (1716), pág. 3.
57 Quique Qui queran ran (1715), págs. págs. 18, 18, 27. 27. 38 Gaxotte (1930), pág. 186. 39 Rave (1957); (195 7); Le Roy Ladurie (19 84). 84) .
IX.
LA CRISIS CRISIS DE LAS REPRESENTACIONES
1 Hatton (1972), pág. pág. 42. 42. 2 Jacquiot (1968), pág. cviii. 3 Boorstin (1962). 4 Hahn (1971). 5 Giilot (1914a); (191 4a); Jauss (1964); Kortum (196 6). 6 Blondel Blo ndel (1698), (169 8), págs. 167 y ss., 174; 174; Perrault Perrault (1687); Hall (1987). 7 Michel (1987), (1987), pág. pág. 146. 146. 8 A. Biderst, en Godard (1987), pág. 162. 9 Gouhier (1958); (195 8); Foucault Fouca ult (1966). 10 Borkenau (1934); Hazard Hazard (1935); Gusdorf (1969). 11 Simson (1936); Sedlmayr Sedlmayr (1954); Bryson Bryson (1981). 12 Kantorowicz Kantorowicz (1957); Archambault (1967 ). 13 Schochet (1975). (1975). 14 Lévy-Bru Lévy-Bruhl hl (192 (1921). 1). 13 Thomas (1971). (1971). 16 Cf. Cf. Burke Burke (1987), (198 7), cap. 16; y Burke Burke (1990) ( 1990).. 17 Vert (1706-13). 18 Bourdieu y Passeron Passeron (197 0). 19 Locke (16 90) 1, 6, pág. pág. 65. 20 M ontes quieu (1721 (17 21), ), carta carta 24. 21 France France (1982). 22 Le R o í (1862), págs. 234, 247. 23 Sagnac (1945) 1, pág. 87; pero obsérvense las reservas expresadas por Brockliss (1987), pág. 446n. 24 Haueter (1975), pág. 250n (corrigiendo a Bloch, 1924). 25 Cf. Cf. Apostolides Aposto lides (1981) (1 981) sobre «le passage du systéme de signes antique au modeme». No estoy de acuer do, sin embargo, co n la fecha que da para para el cambio, 1674, a la vez demasiado precisa (como espero hayan demostrado mis ejemplos) y dema siado temprana. 26 Cf. Klaits (1976), págs. 293-5 sobre la adop ción de «representaciones más razonadas». Médaaille illess (1702), págs. 121, 126, 138, 143, 27 Méd 148, 179, 183, 199, 206, 210, 213, 223, 224, 226, 232, 240, 244, 249, 260, 263, 271, 283. 28 King (1949). 29 Lasswell Lasswell (1936), (1936 ), pág. pág. 31. 31.
X.
EL REVERSO DE LA MEDALLA
1 Raunié Raunié (1879) 1, págs. págs. 4646-99. 2 Para más detalles sobre panfletos hosules, hosules, en su mayor parte anónimos, véase Apéndice 3. 3 Hay Hay bastantes monografías monografías sobre imágenes imágenes
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NO TAS TA S
disidentes de Luis. Entre ellas destacan ZwiedenecR-Südenhorst (1888); Schmidt (1907); Gillot (1914b) y Kleyser (1935) sobre el material alemán; van Malssen (1936) sobre el holandés; y Blum (1913) y Rothkrug (1965) sobre el francés. No co nozco ninguna monografía sobre el material in glés, como tampoco ningún estudio sobre el mate rial en su conjunto. 4 Cf. Burke (1978). 5 An A n Historical Historical Roma Romanc nce. e. Ñero. o. 6 Ñer 7 Prese Present nt Fren French ch King. King. 8 Frenc Frenchh Tyran Tyrant.t. Frenchh Tyrant; Tyrant; Ñer Ñero. o. 9 Frenc Ñero;; Politiqu Politiquee Nouv Nouvell elle. e. 10 Ñero Bombard ardire iren, n, pág. 11; Fran Franzo zosis sisch chee Ratio Status. Status. 11 Bomb 12 Ñero Ñero Gall Gallica icanus nus.. 13 TheFrench Tyrant. 14 Ibid. Ibid. 15 Soupirs. 16 The Most Christian Turk. 17 Swift (1691). 18 Rem Remarqu arques es.. 19 Grand Alcandre, en Bussy (1930), pág. 178. 20 Ibid., pág. 12. 21 Nouvel Nouvelles les Amour Amours, s, págs. 36, 122. 22 Chevalier (1711). 23 Wolf (1968), pág. 261. 24 Cf. ibid., págs. 505 y s.; Kópeczi Kó peczi (19 83). 83 ). 25 Menestrier (1691), pág. 39. 26 Para inscripciones burlescas véanse Der franzosische Attila y los epitafios en Raunié (1879), págs. 58 y ss. 27 Gillot (1914b), pág. 273n; Solstitium Gallicum. 28 Swift, «Ode to the King» (1691), en Swift (1983), págs. 43-6. 29 Medalla de 1709, en Chevalier (1711), pág. 112. Faetón se había utilizado oficialmente, pero como símbolo del gobierno personal. personal. Peste ste. 30 La Pe 31 '«L '«Louis ouis de Petit», Raunié (18 79), pág. 58; y Mars Mars,, pág. 108. Grande sólo en ambición, Bombar diren, pág. 5. 32 Ma Mars, Turk; Turk; Chri Christ stia iani niss ssim imus us, , Bomb Bombard ardire iren. n. Frages estü tück cke, e, pág. 11. 33 Frag Frages estü tück cke, e, pág. 14; Prob Proben en,, 34 Soupirs, pág. 19; Frag Pág- 3. 35 Turk, pág. 67. 35 Prior (1959) 1, págs. 141, 220. pág. 19. 19. 37 Soupirs, pág. 38 Turk, pág. 70. 39 Politiqu Politiquee nou nouve velle lle..
40 Gillot (1914b), págs. págs. 269 y s. 41 Raunié (187 9), pág. pág. 27; 27; Chevali Chevalier er (1711 ), págs. 30-1, aclarando el mensaje con la inscripción AUFERT N O N DAT. 42 Cléme Clé ment nt (1866 (18 66), ), págs. págs. 76-7. 43 Janmart (1888). 44 Menestrier Menestrier (1691), (16 91), pág. 38. 38. 45 Kunzle (1973), (1973 ), págs. págs. 109 y s. 46 Chevalier (1711). 47 Sobre Wem er, Glaesemer Glaesem er (1974). (19 74). 48 Sobre Larmessin, Grivet (1986), pág. 244. 49 Sobre Lisola, Pribram (189 4), cap. 15, esp. pág. 353n, y Longin(1900). 50 Sobre Becher, Hassinger (1951), pág. 210. 31 Sobre Jurieu, Dodge (1947) y Stankiewicz (1970). 52 Sobre Courtilz, Woodbridge (1925). 53 Swift Swift (1983); Prior (1959) (19 59) 1, págs. 130-51; 130-51; cf. cf. Legg (1921): Addison (1890), pág. 351.
XI.
LA RECEPCION DE LA IMAGEN DE LUIS XIV
1 Holub (1984); Freedberg Freedberg (1989). (1989). 2 M. G., febrero febr ero 1683 1 683,, pág. 23. 3 Hólscher (1978), pág. 448. 4 Furetiére (1690). 5 Cf. Habermas (1962). 5 Longnon (1928), pág. 32. 7 Citado en Gould (1981), pág. 123. 8 Brice (1 698) 2, pág. 309; Jac qu iot (1 96 8), documento 9. 9 Sonnino (1973-4). 10 Auerbach (1933). 11 Loret, Loret, citado citado en Mó seneder (1983), pág. 13. 13. 12 Boislisle Boislisle (1889). 13 Locke (1953), pág. 150. 14 Storer (1935); Roche (1978) 1, págs. 19-20; Lux (1989). 15 U n ejem plo de 1693 en Gaxotte (1930 ), pág. pág. 83. 16 M. G. (1678). 17 M. G., agost ag ostoo de 1682, 16 82, págs. 224-34. 224 -34. 18 M. G., enero en ero de 1684, págs. 184 y ss. ss. 19 M. G. (1687 (1687 ). 20 Vincent (1979), Dotoli (1983). 21 Feyel (1982), pág. 33. 33. 22 Stopfel (1964). págs. 63-73. 23 Texto en Gaxotte (1930); comentario en Klaits (1976), págs. 209, 213 y s. 24 Cf. Jon es (1982-3 (198 2-3), ), págs. 20 9 y ss. ss. 25 M. G., en ero er o de 1682, pág. 53.
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LA FABRI FA BRICAC CACION ION DE LU IS XIV X IV
26 M. G., mayo may o de 1684, 16 84, pág. pág . 238. 63 Lottin Lottin (1968 ( 1968), ), pág. pág. 189. 189. 27 U na vez, en 1654, tocó a 2.000 ó 3 .000 pe rso 64 Sohier (1706 ), f,f, 13a. 13a. nas (H aueter, 1975, pág. 251 n). La cere m on ia se 65 Dubois (1965), (1 965), págs. 70, 175. 175. celebró varias veces al año durante algo más de se 66 Evelyn Evelyn (1697), (169 7), págs. 78, 81. 81. tenta años. De ahí que la cifra de 350.000 (70 x 67 Northleigh (1702), 2, págs. 7, 54. 5.000) no parezca exagerada. Véanse los anuncios 68 Veme Ve meyy (1904) 2, pág. pág. 447. en Blegny (1692) 1, pág. 21. 69 Kovács (1986), pág. 75; Polleross (1987), 28 Klaits (1976 (19 76), ), pág. 219. pág. 251. 29 Corvisier (1964 ) n o trata esta cuestió n. 70 Ellenius (1966), cap. 5; Geffroy (1885), 30 Locke (19 53), pág. 150. 150. págs. bodi-bodii. 31 Charpentier (1683), pág. pág. 131. 71 Pastor Pastor (194 0), pág. 396n. 32 Polleross (1988), No. 556. 72 Botdnea Bo tdnea u (1962), (196 2), págs. 154 y ss., ss., 167 y ss., ss., 33 Mazarin Mazarin (19 06), 06) , pág. 257, carta carta de 1659. 191 y ss., 258 y ss.; Morán (1990), págs. 15, 46, 50, 34 Jansen (1981), págs. 61 y ss. 62. 35 Menestrier (1701). 73 Josephson (1930), págs. 9 y ss. 36 Sobre el enviado turco, tal vez un impostor, 74 Hansma Ha nsmann nn (1986) (19 86),, págs. 33, 44. Beaussant (1981). Sobre la embajada siamesa, La 75 Moine (1984), págs. 168 y s., sugiere San Pemer (1883), sobre la la persa, persa, Herbette (1907) y WalWaltersburgo, Potsdam, Estocolmo, Het Loo, Casería, ton (1986), cap. 1. Racconigi y Washington. Washington. 37 Gazette (1669), pág. 1165; M. G., diciembre 76 Chevalier Chevalier (1692); cf. Speck Speck (1972); y Schw Schwoode 1686, parte 2, pág. 325. erer (1977). 38 Tovar de Teresa Tere sa (1 98 8), 8) , págs. 66-7. 66-7. 77 D.N.B., s.v. «Ralph Montagu»; Pevsner 39 Gaxotte Ga xotte (19 30), 30 ), págs. 12 y s. (1961), pág. 105; Boyer (1703-13) 8, pág. 371. 40 Bouvet (1697). 78 HARI, págs. págs . 70, 77. 41 Gazette (1682), págs. 724r39. 79 Cracra Cracraft ft (1988), (198 8), págs. págs. 158,18 5. 42 Gazette (1683), págs. 551-672. 80 Moraw (1962); Ehalt (1980); Mandlmayr y 43 Leith (1965), pág. 22. Vocelka (1985); Kovács (1986); Polleross (1986, 44 M. G. (1682). 1987); Hawlik Hawlik (1989). (198 9). 81 Biach-Schiffmann Biach-Schiffmann (1931). 45 Pastor (1940) 32, pág. 396n. 46 Brunot Brun ot (191 (1 917), 7), cap. 2. 82 Polleross (198 7), pág. 239. 83 Véase una reproducción del sarcófago en Regis Ludnvici inauguratio, atribuida a C. de 47 Regis Hennot: Perrault (1670b). Hawlik (1989), pág. 39. 48 Las Lettr Lettres es d ’un un suiss suissee de La Chapelle, difun didas con el título Helvetti Helvetti ad Gallum Gallum epis episto tola lae, e, y su Testament politique de Leopold Leopold I, titulado Ultima Con XII. LUIS EN PERSPECTIVA PERSPECTIVA silia silia.. Klaits (1976), págs. 113n, 151, 297. 49 Klaits (1976), págs. 150-1. 1 Bloch (1924), pág. pág. 52. 52. Relation (1660). 50 Relation 2 Duchhardt (1981). 3 M óseneder (1983), pág. pág. 105; 105; Aubéry Aubéry (1668). 51 Félibien Félibien (1665,1 667 ). 52 Klaits (1976), págs. 113, 275. 4 M. G., jim io 1684, pág. 118. 53 Chapelain Chapelain (1883), pág. 513. 5 Hofmann (1985), pág. 23n. 54 Benedetti (1682). 5 Brown y Elliott (1980 (19 80), ), cap. 2; Elliot (1977); Elliott (1989), caps. 7-8. 55 Klaits (1976), págs. 151,174,199, 275. 56 Ibid., págs. 70n, 7 0n, 106 y s. 7 Brown (1988). 37 Ranee (1886) 1, págs. 298 y s., 340n. 8 Brown y Elliott (1 980). 980 ). 58 Johnson (1978), págs. 50-1. 9 Orso (1986). 39 Cf. Roy (198 3) y Mettam Metta m (19 88), 88 ), pags. 54 y 10 Ibid., cap. 2. s., una manifestación extremosa de la opinión de n Brown y Elliott Elliott (1980). que las elites sólo pensaban en sí mismas. 12 Elliott (198 9), cap. 9; 9; Elliott (19 86), págs. 60 Pardailhé-Galabrun (1988), pág. 386. 418 y ss. ss. 61 Griver Griver (1986): (1986): Rave (195 7), pág. 4. 13 Harris (1976). 62 Bercé (1974), pág. 609; Saint-Simon (198314 Guillet, Guillet, en Dussieux (1854) 1, pág. 26. 26. 8) 3, págs. 476 y ss. 15 Saint-Simon (1983-8) 5, pág. 239.
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16 Longn on (1928), pág. pág. 133. 133. 17 La Rué (1987 ), pág. 716. 18 Mongin (1716), pág. 10. 19 M. G., G., diciem bre de 1682, págs. 48-50. 20 Mesnard (1857), cap. 1. 21 Thuau (1966), págs. 177 y ss., 215 y ss.; Church (1972). 22 Solomon (1972), especialmente págs. 111 y ss. 23 Ranum (1980), págs. 99, 129f; Dupleix (1635). 24 Valdor (1649). 23 Carew (1749), pág. 453. 26 Leco L ecoqq (19 87), 87 ), págs. 2 17 y ss., 164 y ss. ss. 27 Lecoq (1 986); Bouch er (19 86 ), especial mente págs. 196 y ss. 28 Bluche (1986), págs. 274, 279. 29 Giesey (1987). 30 Southorn (1988), cap. 2. 31 Campbell (1977 ), págs. 177 y ss. ss. 32 Forster (1971). 33 Chapelain C hapelain (1964 (19 64), ), págs. xv y ss. ss. 34 Strong Stro ng (19 84 ), págs. 1 42 y ss. ss. 35 Menestrier (1684). 36 Perrault (1688-97) 1, págs. 61-3. 37 Edelman (1946); Voss (1972). 38 Schramm (1939). 39 Bossuet (1967). 40 Kantorowicz (1963), pág. 165. 41 Treitinger Treitinger (1938). 42 Bossuet (1961), pág. 340; Drake (1976); Warmington (1974); Bames (1981); McCormick (1986). 43 Perrault (1688-97) 1, pág. 80. 44 Hanl H anley ey (19 ( 1983 83), ), págs. 330 y ss. 45 Saint-Simon (1983-8) 1, págs. 629-30; Choisy, citado en Gaiffe (1924), pág. 10. 46 Blondel (1698) parte 4, libros 11-12. 47 Petzer (1982), pág. 162. 48 Con C onfere ferenci ncias as d e G. Marsy, Marsy, J. van Obstal Ob stal y M. M. Anguier, 1667-9. 49 M. G., julio de 1682, págs. 138-9; Perrault (1688-97) 1, págs. 191-2. 50 M. G., sepd em bre de 1686, parte 2, pág. 362. 51 Boislisle Boislisle (1889 ), pág. pág. 118n. 118n. 52 M. G., ju n io d e 1687, parte par te 2, pág. 48.
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33 Cf. cap. cap . 2, n. 41. 54 M. G., septiembre de 1682, pág. 52. 55 Charlesworth (1937); Syme (1939); Price (1984); Zanker (1987). 56 Syme (1939), pág. 480. 57 Gagé G agé (19 55 ), págs. 499 y ss. ss. 58 Syme (1939), pág. 385. 59 Zanker (1987), (19 87), págs. 264 y ss.; ss.; Syme Syme (1939), (193 9), pág. 519. 60 Zanker (19 ( 19 87 ), cap. 1. 1. 61 Ibid., págs. 151 y ss. ss. 62 Perrault (1688-97). 63 Blondel (1698), pág. 164. 64 Taylor (19 31 ), págs. 18 y ss., 74 y ss. ss. 65 Blondel (1698), pág. 164. 66 Herbelot (1697), pág. 997. 67 Rotrou (1649). 68 L’Orange (1953); Seux (1967). 69 Sahlins (1985), págs. 18, 19n. 70 Bemays (1928). 71 Boorstin Boorstin (1 962) , especialm ente cap. cap. 1. 72 Schwartzenberg (1977). 73 M. G., mayo ma yo 1685 16 85,, pág. 339. 74 Burke (1939-40); Biondi (1967 ); Melograni (1976); Stern (1975); Kenez (1985); Kershaw (1987). 75 La Bruyére Bruyér e (1 693) 69 3),, pág. 544. 76 Kostof Kos tof (19 78). 78 ). 77 Kenez Kene z (19 85), 85 ), págs. 153, 237. 78 Kertzer (1988 (19 88); ); Kantorowicz Kantor owicz (19 63). 63 ). 79 Mickelson (1972), pág. 46. 80 Vattel (1758), págs. 42 y ss. 81 Leith (1965); O zouf (1976); Schieder y DipDipper (1984); Chartier (1990). 82 Heale (1982), pág. 51. 83 Perry (1968). 84 McGinniss (1968), pág. 27. 85 Kenez Ken ez (1 98 5), pág. 4. 86 Ibid., págs. 62, 91, 109. 87 Bowlt (1978). 88 Schama (1988). 89 Marrinan M arrinan (1 988) 98 8),, págs. 3 y ss. ss. 90 Tumarkin (1983), pág. 63. 91 Ibid., págs. 80, 88 , 95 y s., 107, 131. 92 Pozzi (1990).
BIBLIOGRAFIA
En esta bibliografía figuran todas las publicaciones mencionadas en las notas, excepto los ata ques anónimos a Luis, listados en el apéndice 3. Salvo que se indique otra cosa, el lugar de publi pu blica cació ciónn es París. Addison, J. (1890) (1890) Dial Dialog ogue uess onMedals, Londres. onMedals, Londres. Adhémar, J. (1983) «Information gravée au I7e siécle: images au cuivre desdnées á un public bourg bo urgeo eois is et élegan éle gant». t». Quademi del ’600franceseS, 11-13. ’600franceseS, 11-13. Apostolidés, J. (1981) Le (1981) Le Roi Roima mach chine ine:: sp specta ectacl clee etpolitique etpolitique au temps temps de Luis XIV. XIV. Archambault, P. (1967) «The analogy of the body in Renaissance political literature», Bulletin Bulletin d ’Humanisme Humanis me & Renaissance Renaissance 29, 29, 21-53. Atkinson, J. M. (1984) Our Master’ Mas ter’ss Voices ices:: the Language Langua ge and an d Body Body Langu L anguage age o f Politic Politics, s, Londres. Aubéiy, A. (1668) D (1668) Des esjustes prétent prétention ionss du ro roy sur l’em l’emppire. ire. Auerbach, E. (1933) «La cour et la ville», reeditado en su Vier Untersuchungen zur Geschichte der franzósis franzósischen chen Bildung, Bildung, Berna, 1951; trad. inglesa, Scene Sceness from fro m the Drama ofEuropea ofEur opeann Literature, Literature, Nueva York, York, 1959, 133-82. 133-82. Audn,J. (1981) Louis XIV arc archhitec itecte te.. Bardon, F. (1974) LePortrait myth mythol olog ogiq ique ue á la cour cour deFran deFrance ce sous sous Henri IVet IV et Louis XIII XIII.. Bames, T. D. (1981) Constantine andEusebius, Cambridge, andEusebius, Cambridge, MA. Barozzi, N. N. y G. Be Berc rche hett (eds.) (1857) Relazion Relazionii degli egli stati euro europe peii dagli dagli amba ambasc scia iato tori ri venet veneti,i, Vene Venecia. Bayley, P. (1980) Fr (1980) Fren ench ch Pulpit Orat Orator oryy 15981650, 15981650, Cam Cambrid bridge. ge. Beaussant, P. (1981) Versailles, opéra. Benedetü, E. (1682) Le glor glorie ie della della virtú nella person personaa di Luigi il Magn Magno, o, Lyon. Lyon. Benserade, I. de (1698) Oeuvres, 2 Oeuvres, 2 vols. Bercé, Y.-M. (1974) Histo Histoire ire des Cro Croqu quan ants ts,, 2 vols., Ginebra. Berger, R. W. (1985) In the the Gar Garde denn of o f the the Sun Ring: Ring: Studies Studies on the the Park Park of Ver Verssaill ailles es under Louis XIV XIV,, Washington. Bemays, E. L. (1928) Propa Propagan ganda, da, Nueva Nueva York. Bertelli, S. (1990) 77 corpo del Re, Florencia. Re, Florencia. Biach-Schiffmann, F. (1931) Giovanni und Ludovico Bumacini: Theater undFeste am Wiener Hofe, Viena y Berlín. Biondi, D. (1973) Lafabbrica delD delDuce uce,, Florencia. [Blegny, N. de] Le Livre com comm mode, ode, rpr. rpr. 1878. Bloch, M. (1924) The Royal Royal Touck, trad. Touck, trad. inglesa. Londres, 1973. Bloch, M. (1987) «The ritual of the royal bath in Madagascar», en Cannadine and Price, Price, 271-97. Blondel, F. (1698) Cours Cours d ’architecture, segund architecture, segund a edición. Bluche, F. (1986) Louis XIV XIV)) trad. inglesa, Londres, 1990. Blum, A. (1913) Louis XIV X IV et Vim Vimag agee satiri satirique que pendant les les dem demiéres iéres année annéess du 17e 17e sié siéccle, Nogent-leRotrou.
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INDICE ANA LITICO LITICO
Nota Nota:: Los números de las láminas figuran en cur siva.
Abbeville, 146. Ablancourt, Nicholas Perrot d’, 59. Abundancia, 33, 66. academias, 41, 57, 91-2, 108, 146, 162, 178, 187, 191. Académie d’Architecture, 57, 180. Académie de Danse, 57, 71. Académie d’Opéra, 57. Académie des Inscripdons, véase petite académie. Académie des Sciences, 57, 59-60, 92, 108, 122, 126, 187, 192. Académie Fran«;aise, 57. Académie Fran^aise de Rome, 57, 177. Académ ie Royale Royale de M usique, 57. Académie Royale de Peinture et de Sculpture, 57, 61, 69, 74, 78, 91, 101-2, 108, 178,183, 191. Addison, Joseph, 109 ,141, 161. 161. Aix-en-Provence, 92. «Alcandre», 37,134. alegoría, 33, 66,175, 184. Alejandría, 184. Alejandro VII, Papa Papa [Flavio [Flavio Chig i], 68, 70. Alejandro Magno, 13, 35, 41-2, 72, 80, 115, 123, 10. 126, 134, 184, 10. Aligre, Charles y Etienne d’, 157. 44. almanaques, 24, 140, 44. alto estilo, 32. ampolla, 48. Amsterdam, 140. Ana de Austriá, Reina, madre de Luis XTV, 45, 53, 61. analogías, 123. Angers, 92, 146. Anguier, M ichel, 56, 79. 79. Anjou, duque de [después Felipe V de España], 111, 146, 151, 154, 160. antiguos y modernos, 122,178, 183. Apolo, 47, 51, 78,140, 165, 184, 9, 15. appartements, 91, 191.
Aquisgrán, 74, 153. arcos de triunfo, 26, 50, 76, 80, 147, 156, 182, 4, 29, 30. 39. Argel, 32, 97,120, 131, 39. Ariosto, Ludovico, 179. Arles, 41,92, 95,147,156. Amould,Jean, 72. Amoult, Nicolás, 36. Arras, 72. Athos, Monte, 184. Adas, 50,171. Aubéry, Antoine, 73, 169. Augsburgo, 154. Augsburgo, Liga de, 105. Avice, Avice, Henri d \ 48. Bakhün, Mikhail, 139. Bali, 16, 20. Baltasar Carlos, infante, 172. Balzac, Jean-Louis Guez de, 174, 182. ballet, 25, 51, 72, 83, 103, 175-6, 191. Barcelona, 109. Barrillon Barrillon de Morangis, Antoine, 95. barroco, 30, 176. batallas: Blenheim, 105; Cassel, 82; Ekeren, 110; Fleurus, 109; Fridlingen, 110; Leuze, 109; Luzara, 110; Malplaquet, 110; Marsaglia, 109; Neerwinden, 109; Oudenarde, 110; Pforzheim, 109; Ramillies, 110; Rocroi, 47; Staffarde, 109; ■ Steinkirke, 109; Ter, 109. Baudou in, Jean, cita, cita, 45. Becher, Johan Joachim , 140. 140. Belgrado, 137. Benedetti, Elpidio, 61,154,177. 46. Benoist, Antoine, 105, 46. Benserade, Isaac, 25, 51, 62, 72, 183. Bemini, Gianlorenzo, 26, 30, 51, 62, 70, 115, 175, 12; cita, 61, 71. Besangon, 33, 75, 92, 146. Biblioteca Real, 61, 92. Bie, Jacques de, 175. Bignon, Jean-Paul, 122; cita, 122. Bizancio, 182.
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LA FABRICAC FABR ICACION ION DE LU IS XIV XI V
BlainviUe, Jules-Armand Colbert, marqués de, 91. Blenheim, 105, 110, 137. Bloch, Marc, 89. Blondel, Frangois, 180, 182, 184. Boileau, Nicolás [Despréaux], 28, 30, 42, 77-9, 86, 108-9, 122, 138, 145, 183; cita, 143. Bolonia, 62. Boorstin, Daniel, 121, 186.
Borgoña, corte de, 180. Borgoña, duque de, 108, 111, 146, 153. Borgoña, duquesa de, 17, 111. Bossuet, Jacques-Bénigne, 18, 32, 126, 180-3. Boughton, 162, 75. Bouhours, Dominique, cita, 23. Bourdaloue, Louis, 30. Bourdieu, Pierre, 125. Bourgogne, véase B orgoña. Bourzeis, Amable de, 59, 62, 73, 175. Bouvert, Joac him, him , 151-2. 151-2. Brandenburgo, 160. Brujas [Brugge], 74. Buen Redro, 170,173. Burde os, 92, 92, 147.
Burick, 78. burocradzación, 62. Bussy-Rabudn, Roger, conde de, 37, 51, 129. Buti, Francesco, 177. Caen, 92, 94-5, 146. Calliéres, Fran^ois de, 178. Cambefort, Jean, Jean , 62. Cambrai, 37, 82, 146-7. Campanella, Tommaso, 45. campaña de estatuas, 13. Canadá, 109, 151. capital, 125. Caproli, Cario, 51. Carcavy, Pierre de, 59, 92. Carew, Sir George, 176. carisma, 19. Carlomagno, 35, 48, 103, 115, 122, 175. Carlos I, 39, 125, 13. Carlos II de Inglaterra, 69, 160. Carlos XI de Suecia, 160. Carlos V, emperad or, 171. 171. carrousel de de 1612, 175. carrousel carrousel de d e 1662, 69, 153, 175. carrousel de 1667, 165. Cartagena, 109.
Cassagnes, Jacques de, 64. Cassel [Kassel], 82. Cassini, Gian-Domenico, 59, 62. Cavalli, Francesco, 51.
Cerbero, 41, 84, 93. César Augusto, 116, 134, 175. Cévennes, 111. Ciro, Rey de Persia, 35, 71, 115. clasicismo, 32. Clodoveo, 35, 48, 103,-115, 122,175, 180. Cochinchina, 151. Colbert, Jean Baptiste, 14, 26, 54r7, 59-62, 64, 71, 76-7, 85, 91, 123, 126, 145, 175, 182-3. Comazzi, Giovanni Baptista, 165. concursos de ardstas y poetas, 33, 57, 69, 74, 78-9, 154. Condé, Luis II de Borbón, Príncipe de, 30, 47, 75. Conring, Hermán, 59, 73, 77. conseil, 191. Constant Constantino, ino, 103 103,, 16 5,17 6,18 0,18 2. Constantino VII Porfírogéneto, 180-2. Corneille, Pierre, 23, 51, 55-7, 66, 78, 153, 175; cita, 65, 77-9, 82-3. coronación de Luis XTV, 48, 124-5, 180. corte, 89, 108, 146. Cortona, Pietro da, 177, 85. 85. Cosimo de Médicis, Gran Duque de Florencia, 177, 86. 86. Cosroes, 184. Cotte, Robert de, 160. coucher, 89, 105, 176. Courtilz, Gatier de, sieur de Sandras, 141. Courtin, Antoine, 91. Courtin, Nicolás, 35. Courtrai, 75. Coustou, Nicolás, 49. couvert , 89. Coypel, Noel, 108, 31, 55. Coysevox, Coysevox, Antoine, 108, 33, 34. crisis de la legitimación, 125.
chaise percée, 91. Chambord, 85. Champaigne, Philippe de, 51. Chantelou, Paul Paul Fréa rtde, 175-7 175-7.. Chapelain, Jean, 28, 56, 58-9, 69, 73, 77, 145; cita, 55-6, 58-9, 75, 175, 177-8, 194. Charleroi, 109. Charpentier, Fran^ois, 64, 86, 153,159. Chartres, 146. Chaulnes, Charles d’Albert d’Ailly, duque de, 95. Chavattre, Pierre-Ignace, 157. Chéron, Frangois, 194, 42. 42. Chevalier, Nicolás, 140, 74. Chigi, Cardenal, véase Alejandro VII. VII. China, 151.
INDICE ANALIT ANA LITIC ICO O
Dangeau, Philippe, marqués de, 17, 90. Dati, Cario, 67. decoro, 20. Delfín [Luis, hijo de Luis XIV], 14, 66, 108, 111, 121,144. Delfín [el futuro Luis XV], 120. Descartes, René, 124, 126. descorona ción, 138-9 138-9.. Desjardins, Martin [van den Bogaert], 62, 93, 101, 115, 368. desluisificación, 62, 125, 187. Desmarets, Desmarets, Jean, 33, 62, 62, 77, 80, 8 3,1 53 ,17 5. desmi tologización, tologización, 124. 124. Desportes, Francois, 108. Destouches, An dré, 63, 108. Devolución, véase guerras. Dijon, 92, 92, 95,146 . Dilke, Augusta, 12. Dittmann, Christian, 78. divertissement , 15, 69. Dole, 74. Donneau de Visé, Jean, 92, 154; cita, 187. Douai, 74. Du Bos, Jean-Baptiste, 37. Du Cange, Charles, 35, 62, 111. Dunquerque, 33, 69, 109, 146. Dupleix, Scipion, 175. Durando, G ulielmus, 125.
éclat, 14. Edelinck, Gérard, 61. Egipto, 141. Ekeren, 110. Elias, Norbert, 89. Elsevirs, 140. embajadores (o enviados); argelino, 98, 151; bávaro, 152; español, 98; francés, 68, 74, 153; guineano, 151; de Hannover, 152; inglés, 176; ma rroquí, 151; moscovita, 151; papal, 68, 98; de Parma, 152; persa, 151; de Saboya, 152; siame ses, 101, 151, 44; 44; sueco, 68; tonkineses, 151; turco, 151; veneciano, 50, 157; de Wolfenbüttel, 152; de Zell, 152. Enghien, duque de, véase Condé. entradas reales, 26, 50. Enrique III, 45, 176. Enrique IV, 91,116, 175. epopeya, 28. 28. equivalencia, decadencia de la, 123. Erc Ercol olee Amante, Amante, 51. España, personificada, 68. español, 153. Espíritu Santo, Orden del, 45.
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estadística, 126. Estado, concepto del, 18. estado espectáculo, 16, 186. Este, Francesco d’, 177. Estrasburgo, 32, 104,137,146. eufemismo, 32, 105. Eugenio de Saboya, 110. Eusebio, 182. Evelyn,John, cita, 157. fabricación, idea de la, 18. Faetón, Luis como, 129, 137,140. Fama, 26, 66. familia Habsburgo (véanse también em perador Leo Leo poldo, Felipe IV), 174. Fancan, sieur de, 174. Faraón, 129,184. Félibien, André, 23, 59, 154,183. Félibien, Jean-Frangois, 86. Felipe IV, Rey de España, 50, 68, 73,170. Felipe V, véase Anjou. Fénelon, Frangois de Salignac de la Mothe, 129. Ferrara, 179. Feuillade, Frangois d’Aubusson, duque de la, 94, 156. Filmer, Sir Robert, 125. Fischer von Erlach.J. B., 165, 79. Fléch ier, Valentin-Esprit, Valentin-Esprit, 30. Fleurus, 109. Florencia, 61, 177, 179. Fointainebleau, 66, 85, 152. Fontanges, Marie-Angélique, duquesa de, 134, 139. Fontenelle, Bemard de, 122, 126. Fouquet, Nicolás, 55, 62. Francisco I, 176. Franco Condado, 74, 80, 82, 86, 140. Fridlingen, 110. Frischmann, Johan n, 77. Fronda, 47, 49, 127, 145, 14. 14. fuegos artificiales, 78, 94, 115, 153. fuentes, 26, 33. fuentes, problemas de las, 86. Furedére, Antoine, 80, 116, 126. 126. Galba, 66. Galileo, 125. Gallois, Jean, 59. Gante, 82. Gaulthier, Pierre, 157. Gazette de France, 25, 32, 65-7, 93, 97, 110, 145, 147, 162,175; cita, 73, 78, 98. Geertz, Clifford, 16, 20.
226
LA FABRIC FAB RICACI ACION ON DE LU IS XIV X IV
géneros, 26. Genest, Charles-Claude, 78. 78. Génova, 97, 120, 153, 423. Gerion, 41. Giambologna, 175. Girardon, Frangois, 56, 70, 94, 108, 115, 177, 183, 35,502. Girouard, Jean, Jean , 94. glo gloir ire, e, 14, 66, 71, 73, 79, 92, 96. gobelinos, 57, 63, 83, 146, 148, 162. gobierno personal, 55, 65-8. Godefroy, Denys, 48,182. Goffman, Erving, 16, 18, 39. grabados, grabados, 24, 26, 47,138-1 40, 195. 195. Gracián, Baltasar, 173. Gran Elector, 160. Grande Galerie, véase Versalles. gratificaciones, 58, 73, 191. Graziani, Girolamo, 58, 154, 177. Grenoble, 92, 94, 151. grio griot,t, 42. Gross, Gross, Georg vo n, 78. Gualdo Priorato, Galeazzo, 165. Guérard, Nicolás, 54. Guérin, Gilíes, 14. guerras: Devolución, 73, 139, 153-4; Liga de Augsburgo, 105; Sucesión española, 11, 107, 109, 153-4. Guillermo de Orange [Guillermo de Nassau, Gui llermo III], 108, 130, 142, 160. Guimiliau, 148. Habermas, Jürgen, 125. Hainzelmann, Elias, 154. 43. Hallé, Claude, 100, 43. Hardouin, véase MansarL Heidelberg, 109, 122, 187, 193, 40, 48. Heinsius, Nikolaes, 59. Herault de Lionniére, Thomas 1’, 109. Hércules, 33, 50, 79-80, 86, 115, 126, 157, 177. herejía, 103. Het Loo, 160. Hidra, 41, 86. historia metálica, 96, 109, 118, 140, 153, 160, 193-4. historiografía oficial, 30, 32, 35, 37, 78, 145, 165, 171,175, 178. Hochstádt, véase Blenheim. Holanda, personificada, 33, 78. Hooghe, Romeyn, 129, 140. Horacio, 122, 183-4. Hospital de Chelsea, 160. Houasse, Ren é Anto ine, 108, 108, 115, 160, 160, 501. Hugonotes, véase Protestantes.
idealización, 30, 41. ideología, 13, 19. Imperio Otomano, véase T urcos, imprenta real, 57, 108. imprese, 179. intendanls, 95, 118, 146, 174, 191. Invalides, 120, 160. Irán, ¿rnse Persia. ironía, 14. iroqueses, 151. Isabel I, 38. italiano, 154, 178. Jacob o II, 131. 131. Jacobo VI y 1, 124. 124. Jesuítas [véase también Bouhours, Bourdaloue, Bouvet, Jouvancy, La Baune, Le Jay, Menestrier, Quartier, de la Rué], 30, 48, 101, 104, 111, 151, 156. jeions, jeions, 191. José I, Emperador, 167. Joseph, Pére, 174. Journal des Savants, Savants, 57, 59. Jouvancy, Josep h de, 156. 156. Jouven et, Jean, 108, 71. Juliano el Apóstata, Luis Luis com o, 137. 137. Julio César, 116, 134, 175. Juno, 47, 50, 164. Júpiter, 33, 164, 184. Jurieu, Pierre, 140. Justiniano, Luis como, 41. Kangxi, emperador de China, 151. 151. La Beaune, Jacques de, 30, 153, 156, 183, 6. La Bruyére, Jean de, 15, 108. La Chapelle, Hen ri de B esset, esset, sieur de, 92. La Chapelle, Jean de, 107, 159. La Fontaine, Jean de, 43, 55, 122. La Moth e Le Vayer, Frangois, Frangois, 125. La Reynie, Gabriel-Nicolas de, 57. La Roc helle, 147. 147. La Rué, Charles de, 30, 77,153, 156, 174. La Valliére, Louise-Frangoise duquesa de, 71, 134, 139. Lafayette, Marie-Madeleine, condesa de, 130. Lafosse, Charles de, 108, 162. Lalande, Michel-Richard de, 26, 108. Lamotte, Antoine de, 108. Landrecies, 110. Largilliére Largilliére,, Nico lás d e, 32, 67. Larmessin, Nicolás, 140. Lasswell, Harold, cita, 127.
INDICE ANAL AN ALITI ITICO CO
latín, 155. Latona, 33. Lavisse, Emest, 12. Le Blond.J. B. A., 164. Le Havre, 92, 95, 146, 156. Le Clerc, Michel, cita, 85. Lejay, Gabriel, 103. Le Laboureur, Louis, 35. Le Nótre, André, 56, 62, 71, 92, 164. Le Tellier, Michel, 30,157. Le Vau, Louis, 56, 62, 70-71, 74, 76. Lebret, 95. Lebrun, Charles, 17, 23, 32-3, 48, 56, 61, 64, 68, 72, 75, 85, 92, 101, 108, 160, 173, 177, 180, 10, 17, 20, 21, 25, 26, 32. Leclerc, Sébastien, 122, 18. Leibniz, Gottfried Wilhelm, 141. Leiden, 140. Lenin, 189. Leopoldo, emperador, 137, 140, 164^5, 169. Lessing, Gotthold Ephraim, 23. Leti, Gregorio, 141. Leuze, 109. lever, 89, 91, 126, 176. Lévy-Bruhl, Lucien, 6, 123. l’histoire du roi, 16, 24, 57, 61, 64, 86, 149, 191, 17, 17, 21 . Lille, 28, 74-5,110, 146, 156. Limoges, 92. Lisola, Franz Franz Paul Freiherr von, 140. lit dejustice, 47, 145, 180, 191. literalidad, 125. Locke,John, 125, 146. Londres, 70, 160. Louvois, Fran^ois-Michel Le Tellier, marqués de, 86, 91, 96, 108, 157. Louvre, véase París. Luis XIV, accesibilidad, 66, 172; asiduidad, 66; bai larín, 51; bigote, 51; cabello, 51; caridad, 118; celo, 101, 118; cita, 118; conquistador, 77; constancia, 110; coraje, 79; cumpleaños, 92; dientes, 105; divisa, 105; estatura, 121; fístula, 105; funeral, 118; grandeza, 75, 138; magnifi cencia, 69-72; memoria, 66, 144, 174; modera ción, 83; pelucas, 51, 105, 121, 180; piernas, 39; retratos, 12, 17, 25, 28, 37, 146, 15S4, 160, 174, 180,195; silla de ruedas, 13, 105. Luis VII, 48. Luis IX [San Luis], 18, 35, 77, 94, 111-2, 150, 175. Luis XIII, 45, 51, 71, 91,111, 170, 174. Luis XV, 120. Luisiana, 85, 151, 187. Lully, Jean-Baptiste, 25, 64, 71, 74, 107, 179.
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Lünig, Johann Christian, 16. Luzara, Luz ara, 110. Lyon, 92, 95, 146-7, 154. Maastricht, 76, 82. Mabillon, Jean, 62. Madrid, 153-4, 170. madrigales, 85, 105. Maguncia, 74, 153. main dejustice, 180. Maíno.Juan Bautista, 171-2. Maintenon, Frantpoise d’Aubigné, marquesa de, 17, 85,110, 112, 130, 136,139-140. Malplaquet, 110. Malvezzi, Virgilio, 172. Mansart, Fran^ois, 62, 70. Mansart, Jules Hardouin, 85, 95, 108. Maquiavelo, Nicolás, 131. Marco Aurelio, emperador, 183. María de Médicis, Reina, esposa de Enrique IV, 175. María Teresa, Reina, esposa de Luis XIV, 17, 50, 73, 85-6, 153-4, 164. Marlborough, Joh n Churchill, Churchill, Duq ue de, 110. Marly, 108, 164. Marot, Daniel, 108, 160. Marsaglia, 109. Marsella, 92, 95-6, 146. Massillon, Jean-Baptiste, 30, 32. Matthieu, Pierre, 175. Mazarino, Cardenal [Giulio Mazzarino], 47, 50, 53, 55, 62, 65, 70, 130, 172, 175, 177; cita, 150. Mazeline, Pierre, 61. Mecenas, 183. medallas, 24, 32, 59, 66-7, 70, 79, 97-8, 101, 109-11, 118, 126, 134, 144, 147, 149, 193-4. Médicis, véanse Cosimo, María, María, medios de comunicación, 11, 24-26, 56, 188. memorias reales, 66, 144, 174. Menestrier, Claude-Frangois, 17, 116, 118, 140, 156, 179, 194, 54. mentalidad mística, 123. Merc Mercur uree Galant, Galant, 24, 83, 86, 92^1, 110, 147, 154; cita, 105, 194. Mercurio, 50. Metz, 147. Meulen, Adam-Frans van der, 32, 72, 74, 79, 24, 24, 27. México, 151. Mézéray, Frangois-Eudes Frangois-Eudes de, 59. Mignard, Pierre, 51, 61, 80, 92, 160, 177, 28. 28. Minerva, 33, 50, 66, 79. 82. Miranda, Juan Carreño de, 82.
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LA FABRICA FABRIC A CIO NDE ND E LUIS LUI S XIV
mito, 11-16, 187. mitologización, 19, 65-7, 69. Módena, 154, 177. Moliere (Jean-Baptiste Poquelin], 24, 55, 62, 71, 74, 77, 145. Monaco, príncipe de, 63. Mons, 109. Montagu, Ralph, primer duque de, 161. Montespan, Fran^oise, marquesa de, 74, 134, 137, 139. Montesquieu, Charles, barón de, 14, 125. Montpellier, 28, 92, 146, 156. Morel, 26. Mussolini, 189. Namur, 105,109,137, 142. Nantes, Edicto de, revocado, 101, 137. Napoléon, 187. Needham, Marchmont, 141. Neerwinden, 109. Nerón, Luis como, 129-130, 138. Neumann, Balthasar, 160. Nimega, Paz de, 82, 85-6, 146, 150, 31. Nímes, 96, 146. Nixon, Richard, 13. Niza, 109. Nocret, Noc ret, Jean, 33. Northleigh, John , 159. 159. novelas, 35, 130. obeliscos, 62,144, 177,184, 19. Observatorio (Londres), 160. 160.
Observatorio.(París), 59, 76, 145. Ockham, Guillermo de, 124. odas, 28, 32, 80, 103, 108. Olivares, Gaspar de Guzmán, Conde Duque de, 172, 187. óperas, 11, 25, 51, 146, 164, 179. opinión pública, 13, 144.
94, 108, 115; 115; Place Royale Royale [Place des Vosgues], Vosg ues], 175; Place du Tróne [Place de la Nation], 76, 80; Place des Victoires, 24, 85, 93, 115, 133, 138, 151, 156, 159, 182, 193, 368; Pont Royal, 145; Porte Saint Antoine, 28, 80; Porte Saint Bernard, 80; Porte St Denis, 26, 80; Porte St Martin, 28, 80; Tullerías, 69, 78. Parlements, 47, 49, 192. Parrocel, Josep h, 79. Pascal, Blaise, cita, 11, 124. patemalismo, 98, 110-11. patrocinio, privado, 56, 107-8. patrocinio, real, 57, 61, 654, 92, 108. Pau, 92, 147, 156. Pedro el Grande, 162. Pel Peleo eo e Thet Theti,i, 51. 5 1. pelucas, 51, 105. Pellisson, Paul, 77, 95, 154; cita, 42. Pepys, Samuel, 68. Perelle, Adam, 29. 19. Perrault, Claude, 62, 70, 76, 122,182, 19. Perrault, Charles, 62, 64, 69-70, 73, 76, 92, 103, 123, 126; 144, 182, 184, 18, 22. Persia, 71, 151, 184. perspectiva dramática, 16. Peterhof, 162. Petite Académie, 63, 108, 110, 116, 149, 192, 194. Pevsner, Nikolaus, 162. Pforzheim, 109. Philidor, André D anican, 26. Philippsburg, 153, 160. Piles, Roger de, 92. Píndaro, 28. Pirineos, Paz de los, 50-1, 86, 7. pitón, 41, 48, 51, 86. Pitti, Palazzo, 177. Plaisi Plaisirs rs de de l'ReEncha l'ReEnchanté, nté, 71, 145, 179. Plinio, 183. 183. poder absoluto, 47, 55, 191.
Or f eo, 51. 51 .
Poiders , 92, 94, 112, 147.
Orleans, Felipe duque de, 108. Orsoy, 78. Oudenarde, 7<4-5, 110, 136. Ovidio, 183.
Pompeyo, 80, 115. Pontchartrain, Louis Phélypeaux, conde de, 95, 107, 149. posteridad, 144. Poussin, Nicolás, 32, 175. precedencia, 67, 86. Prior, Matthew, 137, 141; cita, 138. propaganda, concepto de la, 13. propiedades, 38-41. protestantes, 101-4,111,129-130, 140-2. provincias, 146. pseudoacontecimientos, 19, 61, 122,186. Puget, Pierre, 92.
panegírico, 30, 42, 77,103, 153-4, 177, 183. París, 49, 76, 85, 94, 115, 145; Bastilla, 140; collége de Clermont [posteriormente Louis-le-Grand], 28, 103, 153; Hotel de Bourgogne, 145; Hotel de Ville, 47, 111, 145; Louvre, 14, 25, 61, 69, 92, 123, 138, 145, 182; Marché Neuf, 50; Notre Dame, 78; Palais Royal, 145; Petit Pont, 157; Place Louis-le-Grand [Place Vendóme], 24, 92-
INDICE INDIC E ANAL AN ALITI ITICO CO
Puigcerdá, 82. Quarder, Philibert, 103, 156. Quebec, 151. Quevedo, Francisco, 172. Quinault, Philippe, 25, 55, 71, 103, 179. Racine, Jean, 24, 28, 32, 35, 42, 58, 62, 77-8, 86, 107, 145; cita, 15, 42, 77. Rafael, 180. Rainaldi, Cario, 70. Rainssant, Pierre, 86, 97. Ramillies, 110,137, 167. rebelión, 47, 49, 96, 111, 148. Reina, véase María Teresa. Reinach, Salomon, cita, 171. Remigio, San, 48. Renacim iento, 61, 179-180. 179-180. Renaudot, Théophraste, 175. Rennes, Rennes, 92,146 . representación, 16-18. retórica, 14, 28, 32, 42, 189. Retz, Jean-Frangois Paul de Gondi, Cardenal de, 50. Reuil, 94. Revocación del Edicto de Nantes, 101^4, 108, 137, 45. 140, 154, 157, 45. Revolución Francesa, 14, 188. Revolución rusa, 187-9. Rheims [Reims], 48, 146, 182. Rheinberg, 78. Richelieu, Cardenal de [Armand Du Plessis], 15, 47, 56, 62,175, 186. Richelieu, duque de, 94. Rigaud, Hyacinthe, 17, 24, 38, 105, 154, 160, 174, 73. 181, 73. Rin, travesía del, 78, 82, 86. Ripa, Cesare, 179. rituales, 25, 86-9, 125, 176. Rocr oi, batalla batalla de, 47.
Roger [Ruggiero], 71. Roma, 51, 61, 6&-9, 177. Rossellini, Roberto, 186. Rossi, Luigi, 51. Rotrou,Jean, 185. Rouen, 147. Roussel, Jéróm e, 48. Royal Society de Londres, 59. Rubens, Pedro Pablo, 171, 175, 84. 84. Rué, véase La Rué. Saarlouis, 85,147,187. Saboya, Eugenio, Príncipe de, 110.
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sac sacre, re, véase véase coronación. Saint-Aignan, Frangois Beauvillier, duque de, 71, 95, 156. Saint-Simon, Louis duque de, 16, 48, 85, 90, 133, 145, 157, 174; cita, 174. Salle, Robert de la, 85, 151. Sallo, Denis de, 59. San Petersburgo, 160. San Luis, Orden de, 111. Scheldt, 109. Schónbrunn, 165. Scudéry, Madeleine de, 14, 37, 105, 130, 134. secretarios reales, 17, 66. sermones, 30, 32,103,118,174. 11. Sevin, Pierre Paul, 11. Siam, 101. simbolismo (véase también alegoría), 90. Simonneau, Louis, 55. Simonneau, Charles, 25. 25. sinceridad, 20. sitios: Barcelona, 109; Charleroi, 109; Landrecies, 110; Lille, 110; Maastricht, 76, 80; Mons, 109; Namur, 105, 109; Niza, 109; Tortosa, 110; Toulon, 110. Soissons, 146. sol, Luis XTV como el, 33, 51, 69, 125, 133, 138, 170; el emperador como el, 164; Enrique III como el, 176; Felipe IV como el, 170; otros go bernantes com o el, 11,186. sonetos, 41,154. Sorel, Charles, 73, 175. Spanheim, Ezechiel, 32, 90, 133. St-Denis, iglesia de, 62. St-Omer, 82. Staffarde, 109. Steinkirke, 109. Steinl, Bartholomáus, 77. Strozzi, Strozzi, Luigi, 61,1 77. Sublet des Noyers, Frangois, 174, 176. sublime, 32. Sucesión española, véase guerras. Suecia, 160. surintendant des des bátim bátiment entss, 55, 91, 107, 160, 192. Surville, Louis-Charles de Hautefort, marqués de, 11 1 .
Swift,Jonathan, 122, 133,141. tabouret, 90. Tacca, Pietro, 170. Tallard, Tallard, Camille d’Hostun, d’Hostun, cond e de, 110. Tallemant, Paul, 82. Talón, Omer, 47. tapices [véase también Gobelinos], 48, 56, 74, 100, 153, 17, 21, 41.
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LA FABRIC FAB RICACI ACION ON DE LU IS XIV X IV
Tasso, Torquato, 71,178. teatros, 145. Teodosio, emperador, 41, 103, 115. Teseo, 115. Tessin, Tessin, Nico dem us, 160. Testelin, Henri, 5. Thackeray, William William Makep eace, 57. Thatcher, Margaret, 13. Thouars, 157. Thulden , Theod or van, van, 7. Titmarsh, 122. Tiziano, 171. toque real, 49, 89, 126,147, 157. Torcy, Jean-Baptiste C olbert, marqués de, 107, 110, 147. Torelli, Torelli, Giacomo, 51,177 . Tortosa, 110. Toul, 157. Toulon, 110. Toulouse, 83, 146,156. Toumai, 74-5. Tours, Tours, 92,147 . tradición clásica, 182-3. Trajano, emperador, 14, 183. Trianon, 108. Triple Alianza, 41, 83. trono, 49, 151, 181, 5, <56 Troya, 47. Troyes, 92, 147. turcos, 131, 137. Turenne, Henri de la Tour d’Auvergne, vizconde de, 30, 75. Urbano VIII, Papa, 177. Valenciennes, 82. Vallet, Guillaum e, 157. 13. Van Dyck, Antón, 39, 13. 86. Vasari, Giorgio, 86.
Vauban, Sébastien Le Prestre, mariscal de, 126. Vaux-le-Vicomte, Vaux-le-Vicomte, 56. 81. Velázquez, Don Diego de Silva y, 171, 81. Vendóme, Louis-Joseph, duque de, 110. Venecia, 61,124, 177. Vemansel, Guy Louis, 103, 45. 45. Veronese, Paolo, 61. Versalles, 11-13. 11-13. Vert; Claude de, 125. Vertron, Charles-Claude de, 35, 138, 169. Veyne, Paul, 14. Victoria, 24, 33, 41, 66, 73, 78, 93, 138, 150, 157, 180, 184. Viena, 164r5. Vigarani, Cario, 74, 177. Vigarani, Gasparo, 51, 177. Villacerf, Edouard Colbert, marqués de, 107. Villars, Louis-Hector, duque de, 147. Villefranche, 146. Virgilio, 28, 122, 184; cita, 169. Visconti, Primi, 90. Vitruvio, 182. Voltaire [Frangois [Frangois Marie Arou et d el , 12. Vouet, Simón, 175. Walpole, Sir Robert, cita, 127. Warburg, Aby, 182. Warin,Jean, 194, 2, 23, 47. Watteau, Jean A ntoine, 120. 120. Weber, Max, 124. Werner,Joseph, Werner,Joseph, 62,14 0, 9. Wesel, 78. Wolfenbüttel, 61,152. 80. Wolfgang, I.V., 165, 80. Würzburg, 160. Ypres, Ypres, 82.
76. Zubov, Alexis, 76.