Bipolaridad. (Harry/Marcel Styles - Louis Tomlinson) "Larry Stylinson" by samanthabg_18 Harry Styles y Marcel Cox no deben ser mencionados en presencia del otro. Louis Tomlinson no sabe en lo que su vida se convertirá al conocerlos. Uno no existe. Uno no debería vivir. Alternative Universe. Fiction Rated T (13+): No recomendado para menores de 13 años por contener violencia, lenguaje levemente grosero, y temas adultos sugeridos. Lemon. Slash.
Obra registrada en Safe Crative: Código: 1404100557874 Fecha 10-abr-2014 7:09 UTC Licencia: All rights reserved
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Bipolaridad. (Harry/ Marcel Styles - Louis Tomlinson) Louis Tomlinson es el típico niño popular de la preparatoria, sus tatuajes y malos modos lo hacen irresistible ante cualquiera, él no tiene problemas en meterse con cualquier mujer u hombre que se pase por su camino... hasta que lo conoce a él.
Harry Styles, un muchacho con sonrisa encantadora y tatuajes con historia, ojos color verde y ese cabello rizado tan llamativo.
Una noche, solo una noche se necesitó para que Louis callera en las redes de Harry.
El problema es que Harry se parece de sobremanera a Marcel, el nerd matadito de su preparatoria... ¿La razón? Solo pocos la saben.
Un trastorno de personalidad múltiple lo atacó desde su educación escolar, falta de sueño por meses y consumo de medicamentos en exceso, su forma de ver al mundo se distorsiono y creo a una persona alterna para que la viviera por él.
Así que existe un dilema... el amor es complicado.
Louis se enamorara de Harry... o de Marcel. Pero en el proceso, secretos y el pasado de Louis saldrán a la luz, para hacer de esta relación un poco más complicada.
¿Quieres seguir su historia?
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NOTA IMPORTANTE: La novela tiene el nombre de Bipolaridad aunque el verdadero trastorno de Marcel es la doble personalidad. Internet me mintió, léela solo si te adaptas a ella, no cambiaré el título ni la historia. (:
Por favor vota los capítulos si son de tu agrado, ese es el más grande regalo que pueden darme.
Si les gusta voten y comenten :)
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Adelanto. ADVERTENCIAS:
*Lenguaje vulgar.
*Escenas de sexo (explicito)
*Odio hacia los personajes (involuntariamente)
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Los alumnos se apartaron de estacionamiento, todos corrían dejando la vía libre a la camioneta negra de Louis Tomlinson, se estaciono es su lugar habitual junto a los autos de sus mejores amigos, Niall, Zayn y Liam. Apago el motor y bajo de la camioneta, pantalones negros, unos vans blancos y la camiseta de The Roling Stones sin mangas que tanto amaba, la tinta negra que cubría sus brazos y el cabello despeinado que tanto lo hacía resaltar entre la multitud.
-Hola- dijo seco a sus amigos.
-Que humor de perra te cargas Louis, ¿No dormiste anoche?- se burló Niall.
-Ni una mierda, la zorra de Cally no dejaba de llamarme, apague el celular y fue peor, llego a mi casa a las tres de la mañana, no vuelvo a meterme con ninguna puta de primero.
Todos rieron de su comentario, lo habían advertido, las menores obsesionadas eran una pérdida de tiempo y energía, pero Louis no le decía que no a nadie, no importaba el físico o el sexo, Louis no rechazaba ninguna oferta.
-Bueno, yo me retito- anuncio Zayn prendiendo un cigarrillo- tengo que ir con el estúpido de Marcel, había olvidado la tarea de química y tengo que pasar esa puta materia.
Liam vio a Zayn partir y negó con la cabeza, Marcel era un nerd pero el miedo que le tenía a Zayn era inhumano, se compadecía de él pero en silencio, a nadie le importaba realmente y otros simplemente no sabían quién era el chico.
-¡Por la puta! ¿Había tarea de química?- gritó Niall.
-Si duende, la dejo el viernes... son todos una bola de estúpidos, ¿Por qué sigo juntándome con ustedes?- bromeo Liam.
-Porque te gusto- respondió Niall- y no quieres separarte de mí, ahora que tenemos ese punto iré a con Marcel, yo también necesito la tarea.
Y salió corriendo hacia el aula donde era seguro que se encontraba Marcel, temiendo de Zayn.
-¿Quién jodidos es Marcel?- pregunto Louis.
-Marcel Cox... ¿El mejor alumno de esta escuela? ¿El premio anual?- dijo Liam.
Louis lo pensó por un rato, nunca había escuchado su nombre o lo había olvidado.
-No, nos e de quien me hablas.
-Louis- dijo Liam al tiempo que avanzaba a la entrada de la preparatoria con Louis pisándole los talones- ha estado en todas tus clases desde la secundaria, se sienta a tres asientos de ti.
-Pues no sé quién y tampoco es que importe tanto.
Entraron y se dirigieron a sus salones, Liam era un curso mayor así que fue hacia el ala oeste del edificio, se despidieron y Louis entro a su aula, la mitad de los alumnos estaban dentro, todos lo miraron, observaban cada paso de que daba, las mujeres suspiraban -algunos hombre también- y cuando llego a su siento dejo caer su enorme trasero en la silla esperando a que la clase comenzara, Niall y Zayn entraron abrazando a un chico, lo molestaban jalándole la blusa fuera del pantalón o moviendo sus lentes pero él no decía nada, Louis los observaba, el chico traía puesta una camisa negra polo de manga larga con un suéter color caqui, un pantalón del mismo color y zapatos negros de abuelo, unos lentes cuadrados y grandes y exceso de gel en el cabello, tenía unos ojos verdes hermosos pero su aspecto arruinaba todo, Zayn le quito los lentes y pudo ver como el chico cerraba los ojos, Niall le jalo de la mano tan rápido que el chico cayó al suelo sobre sus rodillas con un golpe seco, todos lo miraron y algunos reprimieron las risas, otros no. Una chica se acercó a él con determinación, le arrebato los lentes a Zayn y golpeo la nuca de Niall sin dejar de matarlos con la mirada, Louis se sorprendió de eso, nadie trataba así a sus amigos, ni siquiera las mujeres se atrevían a mirar mal a alguno de los cuatro.
-¡Hijos de puta!- gritó ella- son unos bastardos, dejen a Marcel en paz de una puta vez si no quieren conocer la humillación que una chica les puede causar.
¡Que cojones de mujer!- pensó Louis sonriendo ante la mirada absurda de sus compañeros, y después proceso lo que había dicho "Marcel", ese era el tal Marcel.
-Un pendejo en acenso- pensó Louis en voz alta.
La chica ayudo a Marcel y se sentó junto a él, le ayudo con sus lentes y a arreglarse la camisa mientras mataba a los dos muchachos atónitos frente a él.
-Ya Sam, no te enojes, es solo un cariñito ¿Verdad Marcel? Dile a Samantha que estábamos jugando- dijo Niall.
-Si Sam- anuncio Marcel- solo estábamos de broma.
-Y una mierda, Marcel deja de ser tan sumiso y ustedes par de pendejos- señalo a Zayn y Niallvallase a la mierda de mi vista, no los quiero ver junto a Marcel de nuevo.
Louis observo a sus amigos ir a su encuentro con unas sonrisas en sus rostros.
-Es una cabrona- susurro Zayn a Niall.
-¿Cuánto a que puedo con ella?- propuso Niall.
-50 libras- y apretó la mano de Niall en un trato.
-¿Ese es Marcel?- pregunto Louis cuando la clase empezó, no ponían atención a nada, Zayn se dedicaba a crean dibujos para ir a la tienda de tatuajes y hacerse uno nuevo y Niall escuchaba a Falling in Reverse con sus audífonos.
-Si- contesto Zayn distraído- es un nerd de mierda pero siempre hace tres tareas extra a la suya para nosotros, ¿A que es un encanto?
-Eres un cabron- sonrió Louis.
-Dime algo que no sepa.
Y toda la clase se le fue en observar a Marcel, era la primera vez que lo veía en toda su existencia y le intrigaba, de alguna forma le intrigaba el tipo con horrible ropa y actitud de sumiso. Harto de sus pensamientos se recordó que los tipos como él, frágiles y sumisos, callados y que dejaban que cualquiera pasara por sobre ellos eran una mierda, y esas personas se ganaban el desprecio de Louis solo de vista, y eso fue lo que sustituyo a su intriga, desprecio.
-Marcel Cox...-susurro- eres un desperdicio de aire.
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Capítulo I: Harry Styles.
-Marcel, cariño, la cena está servida.
Anne fue hacia el cuarto de Gemma y le aviso de la cena, bajo las escaleras y espero a sus hijos.
-Mamá- dijo Gemma bajando las escaleras- Harry está aquí.
La casa se quedó en silencio, ningún ruido proveniente del comedor o del cuarto de Marcel... o Harry. Todo estaba normal y cuando Anne fue a la cocina para sacar los cubiertos la música comenzó.
Rock You Like A Hurricanede Scorpions sonaba por los altavoces del cuarto de Harry, escuchaba su cantar por toda la casa, las paredes retumbaban, los vidrios vibraban y la paz y tranquilidad de Marcel se desvanecía. Unos pasos en las escaleras anunciaban la llegada de Harry.
-Mamá- dijo Gemma nerviosa.
-Tranquila amor, Harry sabe que no tiene que tocarte de nuevo- dijo un poco apresurada desde la cocina, tratando de llegar antes a donde sus hijos se encontraban.
Harry termino de bajar las escaleras, tenía una playera sin mangas de Scorpions y un pantalón negro ajustado con las rodillas descubiertas, unas botas negras y una bandana en la cabeza cubriendo una parte de sus rulos.
-Gemma, estas preciosa esta noche- saludo besando la mano derecha de la muchacha que estaba estática en el comedor- ya no estés tan rígida, no tratare de besarte de nuevo, ya comprendí que lo que hice aquella noche estuvo mal- termino con una sonrisa cínica en la cara.
-Sí, está bien Harry- trató de sonreír Gemma- ¿Saldrás esta noche?
-Si, creo que iré a "Calle 23" a ver quién toca hoy, te invitaría pero sé que tienes trabajo mañana y aun no confías en mi- dijo mirándola a los ojos con una sonrisa demedia luna, tratando de ponerla nerviosa.
-Está bien, yo saldré esta noche también, iré a casa de Matt.
Y como si fuese un ángel Anne llegó al rescate de su hija.
-Hola Harry- saludo Anne- hace mucho que no venias por aquí.
-Si, lo sé, tenía muy abandonadas a mis chicas- sonrió- solo vengo a agradecerte que me dejes quedarme en tu casa mientras estoy en la ciudad, quisiera conocer a tu hijo, su cuarto es de un ñoño total, espero no insultarte pero, por Dios, una mujer tan guapa como tu ¿Teniendo a un nerd como Marcel? Esperaba algo más... caliente.
Anne se atraganto con el jugo que estaba tomando, nunca se acostumbraría a que Harry se le insinuara de esa forma, era incomodo cuando se ponía meloso, para Harry ella era solo una buena amiga que le dejaba hospedarse en su casa pero para Anne Harry era su hijo atrapado en otra personalidad, ocultando su verdadero yo.
Todavía recordaba la primera vez que Harry salió a la luz en esa forma tan rebelde, tenía diez años y ella estaba en la sala, sintió unas manos tapando sus ojos y cuando volteó a ver a su querido Marcel se encontró con una mata de risos alborotados y una patineta en la mano de aquel pequeño, un pantalón rasgado de Marcel y su camisa polo favorita cortada por tijeras desde las mangas hasta la mitad del torso.
-Señora Anne, iré a jugar un rato con mi patineta a la calle, espero que no le moleste, Marcel se fue antes de que pudiera invitarlo.
Y salió a la calle sin decir otra palabra, Harry había sido un lindo niño, respetuoso y se ponía la confortable ropa de Marcel sin problema pero desde ese día Harry había cambiado.
La segunda vez que Harry se había pasado fue a los catorce, claramente él no recordaba a Gemma ya que ella estudiaba en una internado en otra ciudad y nunca pasaba tiempo en casa, hasta una navidad cuando todos estaban reunidos en la sala para abrir los regalos, Harry tomó a Gemma y la llevo a su habitación y sin dejarla hablar trato de conectar sus labios con los de ella, Gemma asustada pateó como pudo la ingle de Harry y salió disparada dela habitación corriendo hacia su madre, le conto lo que había sucedido y Anne tuvo una charla nada agradable con Harry sobre que Gemma era su hija y que si trataba de tocarla de nuevo lo echaría de casa a un orfanato.
Harry era así, impulsivo y sin pudor, no le importaba incomodar, lo disfrutaba. Y con el paso del tiempo había ido transformando el cuerpo de Marcel, hacia ejercicio, se tatuaba, estaba lleno de tatuajes lo que, sabían todos, haría una mala jugada con el paso del tiempo para Marcel
dejándolo como un adolescente loco frente a sus jefes cuando pidiese un trabajo, era por eso que siempre usaba mangas largas para la escuela, sus tatuajes estaban principalmente en sus brazos, bajando por ellos o en las muñecas, Harry era un adicto a la tinta y al ejercicio y Marcel a los libros y experimentos. ¿Podrían ser más opuestos?
-Anne, querida saldré esta noche, sé que tengo que llegar pero será algo tarde, ya sabes, no tengo nada que hacer por la mañana.
Y salió de la casa tomando un pedazo de pizza que Anne había cocinado, saco del garaje su motocicleta y partió a "Calle 23".
*
Louis estaba aburrido en casa, Zayn y Niall se habían ido hacía media hora y no tenía nada que hacer, siempre hacia sus tareas en las tardes y su tiempo libre la pasaba con sus amigos pero
esa noche quería hacer algo, era lunes por la noche y aunque sabía que no debía algo lo incitaba a salir de su casa, subirse a su camioneta y manejar hasta llegar a algún lado, no sabía a donde, no sabía porque pero tenía que salir así que fue a su habitación, se arregló el cabello y tomó su cartera, celular y llaves, salió con paso decidido de su casa ignorando los gritos de sus hermanas desde la sala, peleando por el control y los caramelos.
-Vendré tarde, acuéstense antes de que mamá llegue- grito desde la puerta.
-¡Púdrete!- gritó una de las gemelas y Louis sonrió, que familia tan perfecta.
*
Harry aparco fuera del club, saludó a todas las damas que esperaban en la fila y alaguno muchachos que le guiñaban el ojo al pasar, algunos otros que gruñían al ver que avanzaba al frente de la fila sin problema alguno.
-Pendejo, la fila esta para atrás.
Harry paró en seco, nunca le había gustado que le llamaran con insultos pero su actitud lo pedía a gritos.
-Y tu pendejo- imito Harry- salte de la fila, no entraras a este puto club están noche.
Y siguió caminando.
-¿Y quién me lo impedirá?- pregunto el mismo hombre de antes.
-Mi amigo Josh que, casualmente es el que está frente a esa cadena con cara de perro- dijo Harry señalando al musculoso y tatuado hombre de la entrada- y da la casualidad de que, lo que yo digo, él lo hace.
Y camino hasta llegar con Josh, aquel rubio corpulento que conoció una vez en una de sus tantas noches y con el que había forjado una amistad muy fuerte.
-¡Harry jodido Styles!- saludo Josh.
-Josh "El maton" Devine- sonrió Harry a la vez que se fundían en un abrazo.
-Tenía como una semana sin saber de ti, ¿Dónde te has metido?- pregunto mostrando sus perlas blancas en una sonrisa.
-La verdad ni yo se dónde me meto- confesó Harry- nunca recuerdo lo que hago.
Y se sonrieron como viejos amigos.
-Ya, mucha platica por hoy Styles, entra a divertirte yo iré en media hora.
Harry atravesó la entrada pero antes de perderse por la puerta recordó al hombre que le habai gritado y volvió donde Josh.
-¿Qué pasa Hazza?- pregunto este.
-Auque idiota- gritó Harry e hizo que el hombre lo viera- no lo dejes pasar.
Y como si nada Josh asintió y le indico al hombre que saliera de la fila, él enojado se salió jalando consigo a una muchacha agradecida de irse de aquel lugar.
-Gracias Joshi- dijo Harry alegremente.
-Por nada.
Y la fiesta empezó tras aquella puerta de vidrio.
*
Louis dejo la camioneta en el estacionamiento del club "Calle 23", nunca había ido a aquel sitio y le pareció una buena nueva experiencia, era uno de los únicos clubs que estaban abiertos un lunes.
Se formó sacando un cigarrillo de la bolsa de su pantalón y escuchando a las personas quejarse por el frio y la espera, cerró los ojos y se perdió en el tiempo, dejo de escuchar los sonidos a su alrededor para concentrarse únicamente en el humo que si cigarro le ofrecía.
-¡Hey tú!- gritaba alguien- ¡Hey tú, el de la playera de The Stones- y Louis abrió los ojos, la fila había avanzado dos puestos y salió de su trance, el guardia lo estaba llamando y fue hacia él.
-¿Cómo te llamas?- pregunto.
-Louis- contesto extrañado-¿Por qué?
-Porque Harry quiere que te deje entrar.
¿Quién putas es Harry?-pensó Louis.
-¿Piensas pasar o qué?- gruñó el rubio.
Y sin decir más se adentró en aquella puerta de vidrio sin saber que Harry Styles sería su perdición.
*
El amiente estaba pesado, la música y el olor a cigarros y alcohol se adueñaban del aire, el sudor y el calor en el cuerpo de los que se encontraban dentro era aplastante, Louis caminó a la barra del bar y pidió una cerveza XX fría, le gustaba es marca, le gustaba la sensación de la cerveza helándose recorrer su garganta y asentarse en su estómago, prendió otro cigarrillo mientras esperaba a que le atendieran y se sentó en uno de los bancos acolchonados que se encontraban pegados a la barra, dio la espalda al bar tender y observo los cuerpos moviéndose al ritmo de las mesclas de las canciones de Avicci, las mujeres pegadas a los cuerpos de los hombres tras de ellas, algunos hombres con otros hombres y mujeres con mujeres, le gustaba ver bailar a las personas, observar sus movimientos lentos o rápidos según la música, sintió que le tocaron el hombro y volteó para encontrar una cerveza frente a él.
-Gracias- le dijo al bar tender y se llevó la botella a la boca sin dejar de ver los ojos de aquel muchacho que le atendía. Era guapo y moreno, fornido y no tan viejo.
-¿Vienes solo?- se aventuró a preguntar el hombre frente a él.
-Pues...
-Está conmigo- dijo una voz masculina y profunda a las espaldas de Louis y este pensó que el hombre tras él era horrible por la mueca de miedo y los ojos saltones del mesero.
-Lo siento Harry- se disculpó- no sabía que era tu pareja.
Harry.
Louis volteó enojado con el tal Harry, pensaba reclamarle que lo dejara en paz, que se alejara y lo dejara cogerse al hermoso moreno tras la barra pero cuando observo a ese ser de casi metro ochenta de altura con facciones angelicales y ojos verdes, cabello castaño y rulos alborotados sus intenciones se fueron a la mierda, Harry, ese Harry era un puto dios y destilaba sensualidad y lujuria por donde mirases.
-Santa mierda- logro decir Louis.
-Santa mierda- repitió Harry sonriendo- mi nombre es Harry Styles y ¿Cuál es tu nombre?
-Louis... Louis Tom-mlinson- tartamudeo este.
-Pues Louis, déjame decirte que eres el tipo más encantador que he visto esa noche...
-Santa mierda- repitió Louis perdido en esos ojos color esmeralda.
-Bueno, tendré que darte lecciones de español y vocabulario nuevo, santa mierda y tu nombre no es lo único que puedes decir ¿Verdad?
Louis estaba perdido en esos ojos, en esa voz, en ese hombre... ¿Desde cuándo había querido él ver a alguien sobre él hundiéndose hasta el fondo de él queriendo locamente sentir que lo partían en dos?
-Santisima mierda- dijo con la boca seca.
-Bueno, ya es un avance, ¿Quieres bailar conmigo Louis?- pregunto Harry en el oído de este, dejando que su aroma a menta llegara a su nariz y pasando su lengua por su lóbulo.
-La verdad es que quiero que me folles- dijo algo desesperado.
-Tus deseos son ordenes Louis.
Y tomando su mano fue hacia la parte trasera del local, a una puerta negra que decía NO PASAR valiéndole mierda que los cacharan cogiendo en cualquier parte de aquel lugar.
-¿Harry?- pregunto una mujer en lo que serían unos vestidores.
-Selia, un gusto volver a verte cariño- saludo Harry.
-El gusto es mío, ya nos tenías muy abandonados.
Y ene se momento Louis se dio cuenta de que aquella mujer no llevaba mi blusa ni sostén y hablaba muy animadamente con Harry sin importarle el hecho de estar semidesnuda.
-¿Qué habías estado haciendo estos días he?- pregunto viendo a Louis por primera vez- ha, lo siento, no sabía que estabas ocupado, Hola- saludo a Louis- mi despacho está disponible amor, diviértanse.
Y Harry planto un beso en la frente de aquella rara mujer y siguió hasta llegar a una oficina con el nombre de la mujer en el vidrio.
-Aquí tendremos privacidad.
Louis sintió las manos, las grandes manos de Harry sobre su cintura acercándolo a él, la diferencia de estatura era una abominación, Harry era una cabeza más alto que él por lo que sentía su erección clavada
en la pelvis. Se dejó llevar por las sensaciones de las manos de Harry a su alrededor, tocando y arañando, apretando y acariciando su espalda y trasero.
-Por Dios, ¿Cómo es que tienes el culo tan grande?- pregunto Harry besando el cuello de Louis.
-Por los genes- dijo entre gemidos de excitación.
-Permíteme agradecerle a tus genomas- susurro en su cuello.
Louis se estaba quemando, literalmente ardiendo en fiebre por el buen trabajo que estaba haciendo Harry con su cuerpo. Se alejó de él tirando su camisa al suelo y despojándolo a él de la suya, después desabrocho sus pantalones y los tiró junto con su camisa quedando solo en boxers, se sacó los tenis y observo a Harry que loe estaba observando a él, a su cuerpo y a sus tatuajes.
-Me gusta este- señalo Harry a una brújula en su antebrazo derecho.
-Y a mí me gustas tú- señalo Louis.
Harry observo a Louis después a sus labios entreabiertos y lo tomo con fuerza dela nuca atrayéndolo hacia él. Sus labios chocaron agresivos y deseosos, sus lenguas aparecieron en la escena rápidamente, Harry llevó sus manos al trasero de Louis y metió las manos por dentro de la tela del bóxer, deleitándose por la suavidad de su trasero.
-Joder- dijo entre besos.
Louis gimo antes su tacto demandante, Harry lo hacía querer correrse con solo hablarle. Sus manos buscaron el botón de su pantalón y desvistió a Harry de esos horribles pantalones ajustados, le saco las botas con urgencia con sus pies descalzos y después se deshizo que aquella prenda que le obstruía lo que en verdad quería sentir.
Harry lo atrajo a él más- si es que se podía- y sus miembros chocaron doloridos, sus bocas se juntaron de nuevo y todo se volvió negro, era tana excitación tras los parpados de Louis que fue quedando en negro, ya no escuchaba solo sentía.
-Harry- fue lo último que dijo antes de perderse en sus brazos y pasar la mejor noche de su vida.
*
Marcel abrió los ojos, estaba en un lugar obscuro y no recordaba haber llegado a aquel lugar, se levantó del suelo con cuidado y se encontró completamente desnudo.
-No, no, no, no, no- repetía en susurros buscando su ropa o la de Harry, se puso el bóxer que encontró en el suelo y encontró su celular en un escritorio. Cuatro veinte de la mañana- ¡Mierda!
Se puso lo primero que vio en el suelo y se topó con un cuerpo frente a él, no erala primera vez que despertaba así o en casa de algún hombre o mujer pero esta vez era diferente, él chico frente a él era Louis "Jodidamente bueno" Tomlinson.
-¡Mierda!- repitió en voz baja.
Tomó sus cosas y salió sin hacer ruido, la luz blanca de unos vestidores lo atonto y camino hacia una puerta que de seguro lo llevaría a la salida, la abrió lentamente para encontrarse con un club lleno de personas y humo de cigarro, tomó aire para no aspirar mucho de ese aire ya que su asma casi lo mataba y salió corriendo por una puerta de vidrio que daba a la calle.
-Harry, ¿Te vas tan pronto?
La voz del guardia lo detuvo ¿Qué debía hacer? ¿Cómo actuaria Harry ahora?
-Aja- dijo desconfiado sin darle la cara.
-Bueno, ya hablaremos otro día amigo.
Marcel fue hacía la moto de Harry sin despedirse el rubio de la entrada, no sabía manejar muy bien pero era lo único que tenía para transportarse.
-Harry ¿No puedes tomar el auto de mi mamá para la otra?- dijo para "Si mismo".
Arranco la moto y se dirigió a su hogar.
*
La alarma solo a las ocho en punto, Marcel la apago de un mantazo y se levantó, la cabeza lo estaba matando pero agradeció que esta vez su cuerpo no doliera por otro tatuaje, fue hacía el baño y se lavó la cara, las ojeras se hicieron presentes igual que la resaca que tenia de una noche de alcohol y.... sexo.
-Mierda... ¿Por qué Harry? ¿Por qué entre semana?
Salió del baño y se puso una polo de manga larga y un cárdigan negro, unos pantalones de mismo color y sus zapatos, sus lentes- Harry usaba lentes de contacto- y su mochila con sus tareas. Bajo a desayunar y saludo a su madre y a su hermana con una sonrisa cansada.
-¿Cómo te fue anoche?- pregunto Gemma preocupada.
-Pues Harry es muy fiestero- respondió oliendo el desayuno y queriendo vomitar- creo que paso de comer hoy.
-Marcel, se te está haciendo tarde- dijo Anne desde su asiento- siento lo de anoche hijo, Harry no había vuelto en semanas, creo que fue demasiado para él.
-No te preocupes mamá, tengo que aprender a vivir...conmigo.
Salió de la casa caminando lentamente por la banqueta pensando en una cama y química orgánica.
*
Louis se había despertado en aquel lugar, solo, sin Harry y salió del local, eran las cinco de la mañana cuando despertó así que prácticamente llego a su casa a bañarse, cambiarse y tomar su mochila, le dolía en culo, le ardía como si lo tuviese en fuego directo pero había valido la pena, Harry Styles había sido algo más que un polvo para él y no sabía nada sobre él, solo su nombre.
-Jodido cabron- sonrió al recordarlo.
Aparco en su lugar habitual y fue a con sus amigos, estaban burlándose de algo o de alguien, por la cara de Liam era de alguien.
-¿Qué pasa?- pregunto.
-¿A que no adivinas quien llego con una cruda de los mil demonios y se quedó dormido en el laboratorio de química?- pregunto Niall.
-Ni idea- contesto sonriendo ya que la sonrisa del duende era contagiosa.
-Marcel Cox, el nerd, está dormido y con una jaqueca del demonio- se burló Zayn- ahora ya lo he visto todo.
¿Marcel Cox? ¿El mismo patético ser que había vito ayer?
Ahora si que lo había escuchado todo.
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Bueno, aquí el primer capítulo, serán extensos así que subiere muy lentamente.
La empiezo ahora porque ni yo dejo de escribir sobre ella, ¿para qué esperar? :D
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Capitulo II: Episodios. El tema de conversación o burla de ese día fue Marcel Cox, las clases aun no empezaban pero claro, los chismes circulaban rápido. Todos comentaban la gran resaca del nerd de la escuela, ¿Cómo podía alguien como Marcel tener una resaca? ¿Marcel tenia vida social?
-Me gustaría verlo, quiero estar seguro de que no son chismes- dijo Niall animado.
-Pues vallamos a ver al nerd- secundo Zayn.
Los cuatro amigos caminaron lentamente fumando un cigarrillo, las miradas de las chicas se posaron en ellos, nadie podía dejar de ver a esos cuatro "chicos malos" y la sensualidad que emanaban.
-Cierren la boca o se les meterán las moscas- dijo Louis a una bola de niñas de primer semestre que los observaban.
El salón de química estaba cerca, muy cerca pero la campana sonó y tuvieron que ir a sus clases, Liam se retiró a su aula y quedaron tres adolescentes con la intriga de ver al nerd. Entraron al salón en silencio pero ganándose de todas formas la atención de los alumnos, de tomos excepto la de Marcel y Samantha que le frotaba la espalda, se veía terrible, como si hubiese tomado toda la noche y no hubiese dormido nada.
-Ya paso Marcel, tienes que levantarte, la clase está a punto de comenzar.
-No- susurro- no puedo Sam, me siento muy mal, me duele la cabeza y el estómago se me revuelve con solo respirar.
Los tres amigos fueron hacia él, Louis estaba perdido en sus pensamientos, una mirada verde y tatuajes predominaban en su mente, Zayn y Niall sonreían probablemente pensando en una buena broma hacia el pobre nerd con resaca.
-Marcelito- dijo Zayn frente a él dejando caer su mochila en el pupitre con un sonido estruendoso
causando un dolor de cabeza para Marcel- ¿Es verdad que traes una cruda de las mil putas?pregunto sonriendo.
-No es una cruda Zayn- respondió- yo, simplemente me siento mal... estoy... estoy... enfermo.
-¿Enfermo he?- se burló Niall- entonces no te molestara que haga esto...- y medio segundo después gritó con fuerza en el oído de Marcel un ¡Despierta!
-¡Hijo de puta!- gritó Marcel levantándose de su asiento- No. Lo. Hagas. De. Nuevo. ¿Entendiste grandísimo imbécil?
La clase se quedó en silencio, Louis observo la imagen de aquel nerd que le gritaba a uno de sus mejores amigos, ese que se había levantado del asiento y mostraba una altura tremenda, sus manos estaban echas puños y resoplaba con brusquedad por la nariz.
-Marcel- lo calmó Samantha- Marcel cálmate, sabes qué pasa cuando te enojas y no es momento ni lugar, por favor, solo hay que saltarnos esta clase hasta que te calmes... ¿De acuerdo?
Niall estaba encogido ante la postura de Marcel, Zayn boquiabierto solo observada todo igual que todos los demás en el aula, Louis se acercó a la escena, nadie le gritaba a sus amigos y menos
aquel imbécil.
-A ver, estúpido- le reto Louis- no te permito que...
-¿No me permites que Tomlinson?- contradijo Marcel- ¿Tienes que meterte a cuidar del marica de tu amigo?
-Marcel por favordijo Samantha tomándolo del brazo- solo vámonos antes de que H te visite.
Las miradas de aquellos dos hombres se retaban pero Samantha desesperada jaló a Marcel fuera del salón a regañadientes y con toda la fuerza que pudo.
-Perdonen- susurro a los tres chicos tras ella y salió del salón con el "nerd".
-¿Qué putas fue eso?- pregunto atónito Zayn.
-No tengo ni puta idea- contesto Niall.
Pero Louis pensaba en la mirada de Marcel, esa mirada la había visto antes, la había visto... en alguien.
*
-Vamos, sube al puñetero coche Harry- gritó Samantha.
Harry estaba quitándose los lentes y el cardigan que tenia puesto sin saber porque.
-¿Qué es esta ropa? Parezco un pendejo.
-Que subas al coche por favor Harry- suplico Samantha, no podían estar en el estacionamiento de la preparatoria, no cuando Marcel o Harry se estaba desvistiendo y dejando a la luz todos aquellos tatuajes.
-Solo déjame quitarme estas cosas, en verdad que parezco un pendejo Sam, ¿Cómo putas me puse esto?
-Yo te lo puse Harry, llegaste muy borracho a mi casa por la noche así que fue una venganza, ahora sube al puto coche porque tengo que dejarte con Anne antes de que mi segunda clase empiece.
Harry sonrió a Samantha, fue a su encontró y la tomo por la cintura, la pego a su cuerpo y le besó la frente, Samantha trataba de quitarlo pero Harry era más fuerte.
-Vamos Sam, ¿Cuándo dejaras de ser tan frígida?- pregunto sonriendo.
-Cuando te metas al auto Harry y me dejes llevarte a casa- suspiro frustrada.
Y cuando se despegó de ella y retrocedió Samantha pudo ver ese torso tatuado y bien trabajado que tanto le gustaba observar... en Marcel, aquel niño que no trataba de meterse entre su ropa interior. Y cunado Harry iba a dar la vuelta para entrar a la puerta del copiloto Louis Tomlinson salió junto con Liam, Zayn y Niall, directo a donde ellos se encontraban.
¡Mierda!- prenso Smantha.
-¡Súbete al auto rápido!- gritó Samantha.
Harry la observo, sus ojos estaban preocupados y lo miraba a él y a otros cuatro tipos que se acercaban, pensando en que su amiga les tenía miedo fue a su lado y la abrazo, Samantha le
rogaba que se metiera en el auto pero Harry era terco y para que negarlo, buscaba una pelea... le gustaban los golpes.
-Harry por favor, por lo que más quieras sube al auto- suplicó Samantha.
-¿Quiénes son esos pendejos y porque les temes?- gruño este.
-Si subes al auto te lo explico, por favor, se están acercando.
-Pues que vengan.
-Harry...
-Samantha- grito Niall- ¿Quién es tu amiguito?
Ella, sin saber que hacer y escuchando los pasos más cerca, recordando lo que Marcel le había contado sobre haberse cogido a Louis Tomlinson lo único que pudo hacer fue, contra su voluntad tomar a Harry de la nuca y atraerlo a sus labios, Harry era perceptivo y nunca le negaba un beso a nadie, sintiendo la desesperación de su amiga le correspondió el beso con urgencia y atrayéndola hacía él de la cintura, dándole la espalda a los cuatro muchachos estáticos.
-¿Pero qué?- susurro Niall.
El beso se rompió y las escusas se acababan.
-Vámonos Harry- susurro en su oído- solo vámonos.
Samantha se las ingenio y llevo a Harry a la puerta del conductor, le dio las llaves y corrió a la puerta del copiloto tratando a toda costa de que Harry no voltease a ver a los otros cuatro muchachos a menos de tres metros de ellos.
-Arranca- dijo en voz baja mientras cerraba la puerta y Harry, extrañado con la actitud de su amiga arranco el coche y no vio atrás, dejando a los cuatro chicos parados en el estacionamiento.
-¿Quién putas era ese?- pregunto Liam.
-Pues no era de esta escuela...- pensó Zayn- él en definitiva no es de esta escuela.
Louis observo la escena y noto un cárdigan negro tirado no muy lejos de donde minutos antes estaba el automóvil, se acercó hasta el y lo tomo, era el mismo que traía Marcel, se imaginó que él estaba dormido en el asiento de atrás y que Samantha o su novio se lo habían quitado, lo dejo en el suelo y con un movimiento de cabeza le advirtió a sus amigos que tenían que regresar.
Las clases pasaban y ninguno de los dos habían regresado, todos mencionaban la actitud de Marcel en la clase de química, en la cafetería, Louis se hartó de los murmullos y se había levantado de la mesa gritando a todos que se callaran de una puta vez y que si no lo hacían le dijeran en su cara lo gracioso de que un pendejo como aquel le hubiese gritado a él o a sus amigos, y con eso, el chisme quedo en el pasado.
-¿Qué quieren hacer por la tarde chicos?- pregunto Liam- hace mucho que no salimos los cuatro.
-Corrección Li, hace mucho que tú no te reúnes con nosotros- dijo Zayn.
-¿Tu que dices Lu?
-¿Lu?- pregunto Liam.
-¡LOUIS!- gritó Zayn.
Louis estaba perdido en sus pensamientos, en Harry y sus grandes manos, en sus labios rosas y gruesos, sus tatuajes y ese cuerpo bronceado, su lengua recorriendo su cuello, su miembro rosando el suyo y entrando en él con violencia, con brusquedad y después... sintió su miembro endurecer bajo sus pantalones... estaba excitado con solo recordar y estaba en clase de cálculo, con el único maestro que lo odiaba a muerte por haberse acostado con su hija y dejarla al otro día, tenía que ir a aliviarse rápido, necesitaba dejar de sentir su miembro adolorido bajo aquel pantalón tan pegado, tal vez Martin podría aliviarlo, solo tenía que pasar por fuera de su salón, hacerle una seña y lo tendría chupando su miembro dentro de alguno de los baños, solo necesitaba eso pero aquel viejo no se lo podría tan fácil.
-Maestro Robin- dijo Louis en tono casual- tengo que ir al baño.
El maestro vio en su dirección, aquel pendejo le recordaba día donde su hija lloraba por ese cabron, donde su hija le decía lo mucho que lo quería y verlo le producía un odio instantáneo.
-Pues se espera al final de la clase Tomlinson- y se dio la vuelta siguiendo con su clase.
Y su miembro seguía doliendo bajo su pantalón y se dijo a si mismo que si el viejo ya lo odiaba no era mucha diferencia el salir de su clase, guardo sus libros en su mochila, se despidió de sus amigos y camino a la salida.
-Vuelve a tu lugar Tomlinson- gruño el profesor pero él no se inmuto- ¡Vuelve a tu lugar!
Pero Louis ya estaba fuera, recorrió el pasillo y fue directo al aula de 6°E, Martin lo observo pasar y Louis le guiño un ojo, eso fue todo lo que necesito para que su juguetito saliera del salón casi brincando de alegría y se encerraron en los baños, Louis lo tomó de la nuca con brusquedad y lo acercó a él besando sus labios con ansias, lo atrajo hacia él de la cintura, lo pegó a los lavabos y tomando sus piernas lo sentó en ellos, se frotaban bruscamente, sus labios luchaban por ganar una batalla donde no había piedad pero Louis no sentía nada, abrió los ojos para ver a Martin con los ojos cerrados y gimiendo, cerró los ojos y lo único que pudo ver fue a Harry frente a él, con esos ojos verdes que lo consumían y sentía sus labios devorándolo, sus manos acariciándolo.
-Harry-susurró entre besos.
-No tonto- dijo Martin con voz entrecortada.
Louis abrió los ojos, ¿Dónde estaba Harry? Se separó del muchacho frente a él y lo observo, era rubio y de ojos azules, de complexión delgada y con movimientos demasiado femeninos, Harry era fuerte, musculoso, moreno y de ojos verdes, era igual de dominante que Louis, él sabía que si se lo propusieran entre ellos abría una gran rivalidad a la hora de querer repetir una noche de pasión, que si Louis lo dejo una vez no se repetiría, él era el dominante y tenía que encontrar a Harry para demostrárselo.
-Me voy- advirtió Louis ante un extrañado Martin.
-Como quieras- susurro decepcionado este queriéndose hacer el interesante.
*
Samantha estaba abrazada a Harry en la cama de Marcel, Anne los había dejado pasar y se habían tumbado en la cama a decir estupideces, Samantha le había puesto un tranquilizante en el jugo que Anne les llevo, antes de que Harry le pidiese una explicación a su huida se quedó dormido.
-¿Sam?- pregunto la voz ronca de Marcel... o Harry... ¿Quién era ahora?- ¿Qué fue lo que sucedió?
¿Ninguna maldición? ¿Ningún gruñido?
-Un episodio Marcel... en la clase de química... con Horan y Malik- susurro en su oído.
Marcel abrió los ojos casi saliéndose de sus orbitas, ¿Cómo? ¿Un episodio en la escuela?
-¿Hice algo malo?- pregunto con miedo a la respuesta.
-Solo les gritaste, te saque antes de que pasara a mayores,... Harry es más violento ahora que antes, no lo había visto así desde esta vez en "Valen" cuando aquel idiota golpeo a su novia.
Samantha se quedó pensativa, Marcel obviamente no recordaba aquello, su cerebro y el de Harry eran distintos, cada uno tenía sus recuerdos y experiencias, cada uno tenía sus amigos y su vida.
-Pero en fin...ahora estas bien, tengo que regresar a la escuela por nuestras cosas, te veré en la noche Marce... ¿Vamos a Degas?
Marcel solo pudo asentir viendo marchar a su amiga, ¿Qué era peor? ¿Haber dejado a todos pensando que era un maldito suicida al gritarle así a los tres chiflados? O no recordar los momentos que, a decir verdad, eran los mejores de su complicada vida.
Era verdad que agradecía solo tener a una persona más en su cuerpo, solo una, había ido a sus terapias y conocía a otras que tenían hasta seis personalidades diferentes y eran agresivos, agresivos, sociópatas, psicópatas o suicidas, había perdido a una amiga de sus terapias porque una de sus personalidades era drogadicta y ninfómana, se había contagiado de sida y había muerto dos años después.
Marcel alejo esos pensamientos, fue a su baño y se quitó la ropa... o lo que quedaba de ella, por
suerte Harry necesitaba los lentes y no los había tirado junto con su cárdigan y su camiseta. Se quitó el pantalón y el bóxer, se metió bajo el agua fría que lo despertaba de sus pensamientos.
Samantha llegó a la preparatoria, dejo el automóvil sin seguro para volver corriendo con las mochilas e irse sin mirar atrás, rezo para que no se topara con los cuatro fantásticos patanes de la escuela y con valor corrió al salón de química, no había nadie por los pasillos, se deslizo con cuidado por la puerta y tomó del suelo su mochila y la de Marcel, salió al pasillo y un celular sonó, "Blitzkrieg Bop" de The Ramones sonaba estruendoso en los pasillos vacíos. Se apresuró a contestar y cuando encontró aquel celular negro con funda de The Stones supo que no era de Marcel, era el celular de Harry y sonaba con un número desconocido, ¿Contestaba o no?
-¿Bueno?- contesto ella dudosa.
-¿Harry?- la voz del otro lado era demandante y con un acento británico esquicito.
-No... me llamo Smantha soy su amiga ¿Necesitas algo?
-Dile que llamó Josh Devine... por favor.
-Claro yo le digo... Josh Devine, lo tengo- dijo sonriendo a la voz.
-Gracias- y colgó la llamada.
Samantha seguía caminando con el celular de Harry en la mano tenia que llegar al automóvil antes de que la campana sonara y salieran los cuatro "pendejisimos". El celular sonó de nuevo y contesto si ver el número.
-¿Bueno?- contesto cansada.
-¿Harry?
-No está disponible, ¿Quieres que le diga algo?- pregunto abriendo la puerta de la entrada.
-Solo dile que llamo Selia- y colgó la llamada.... Harry era demasiado solicitado en martes...
-Harry Styles... eres un puto fiestero- se burló Smantha en voz alta, sin darse cuenta de que alguien la estaba escuchando, alguien con una mirada azul intensa y la sangre bombeando locamente ante el nombre que había escuchado salir de la boca de aquella chica.
La observo subiendo a su auto, quería ir tras ella, ver a donde se dirigía pero no serviría de nada si no iba a ver a Harry, tal vez podía preguntarle otro día, tal vez podía seguirla otro día, tal vez y el destino sería bueno con él y le dejaría ver a Harry una vez más, porque aquel muchacho de hombros musculosos y manos grandes se había llevado con él parte de su esencia, solo pensaba en él y él era quien debía bajarle la calentura que traía entre sus piernas.
Harry Styles lo iba a frustrar sexualmente y eso... eso era algo imperdonable.
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Capítulo III: Problemas. 4:30 p.m Doctor Mhor. Psicólogo.
-Vamos a ver Marcel, ¿Estos días Harry ha vuelto a aparecer?- pregunto el doctor.
Aquel estudio utilizado por el psicólogo era confortable, espacioso, los muebles blancos y ventanas de vidrio con vista a la calle le relajaban, las pinturas y libros de psicología le hacían ver que él hombre frente a él -aun cuando lo había visto desde que era pequeño-era de confianza.
-Sí- susurró apenas audible- volvió dos veces en un lapso de cuarenta y ocho horas, el lunes en la noche como es usual, la segunda vez en la escuela... una amiga me sacó del salón antes de que pudiera ponerme violento... estaban insultándome... me dolía la cabeza...
-Sabes cuales son los síntomas Marcel- el doctor dijo sacando una lista con los síntomasresponde si has sentido uno de estos síntomas por favor.
Marcel tomó la hoja y leyó:
Poca necesidad de sueño
Control deficiente del temperamento
Comportamientos imprudentes y falta de autocontrol, como beber, consumir drogas, tener relaciones sexuales con muchas parejas, hacer gastos exagerados
Tristeza o estado de ánimo bajo diariamente
Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones
Problemas en la alimentación como inapetencia y pérdida de peso o consumo exagerado de alimentos y aumento de peso
Fatiga o desgano Pensamientos de muerte o suicidio
Dificultad para conciliar el sueño o dormir demasiado
Alejarse de los amigos o las actividades que alguna vez disfrutaba
Marcel lo pensó... sí, tenía todos los síntomas, los marco con una palomita a un lado y le entrego la hoja al doctor, este la leyó, asintió con la cabeza y se levantó de su asiento, recorrió el escritorio y observo a Marcel muy delicadamente.
-¿Tendencias suicidas?- pregunto viendo aquellos ojos verdes.
-Si.
-Eso es nuevo Marcel, cuéntame de eso- pidió amablemente.
-No quiero hablar de ello...
-Tienes que- sentencio- si no me lo dices lo harás, si no sacas todos tus problemas conmigo lo sacaras contra ti.
Marcel lo pensó por unos segundos, no quería hablar de ello, no quería hablar de nada a esa hora de la tarde, solo quería dormir, estudiar o hablar con alguien... pero solo tenía a Samantha y ella no era muy buena escuchando.
-Harry me ha transformado en más de una forma física, ha deformado mi cuerpo, me ha tatuado, no solo en mi cuerpo, en mi mente, ¿Sabe lo que se siente el no tener control de lo que haces? Cuando Harry aparece me quedo en penumbras, solo veo obscuridad, es como estar dormido sin sueños, es como... es como si todo mi mundo perdiera el color y las formas y solo quedara el negro y el gris, porque no hay nada más. Cuando voy por la calle algunas personas me observan por cómo me visto... yo no soy lo que uso, soy una persona y me visto de esta forma porque Harry se roba lo que en verdad quiero ser, quiero ser músico pero Harry es el que toca la guitarra, quiero cantar pero no puedo porque Harry fuma y yo soy asmático, mis pulmones estas en decadencia, no puedo usar camisetas porque los tatuajes quedan a la luz y entonces soy un pandillero, ¿Sabe que es salir y que te digan: Harry, amigo, que putas estas usando?, ¿Qué les puedo contestar? No los conozco, no se quiénes son. Si, en ocasiones quiero morirme pero no lo hago por mi madre, pero, algún día, no se cuándo ni cómo, algún día solo saltare de algún edificio o me aventare a una piscina o me cortare las venas para matar a Harry conmigo, para truncar su vida... como él lo está haciendo
con mi vida.
-Te quiero ayudar Marcel. ¿Qué puedo hacer por ti?
-Deme una vida... una que solo yo pueda vivir, estoy harto de escuchar a aquellos estúpidos que se dicen "bipolares" cuando están sonriendo y después se ponen serios, cuando lloran sin razón y alguien los hace sonreír al momento- Marcel se levantó con cuidado, meditando sus pasos- ellos nunca han tomado pastillas, ellos no pierden la noción de tiempo o espacio, ellos no se pierden es si mismos, ellos no toman tratamientos pero se burlan de esto, como si fuera algo en verdad para reír. Solo nosotros, los que son como yo sabemos lo que sentimos, ¡No me vengas con estupideces! Tu tampoco sabes lo que yo siento, solo has leído tus libros, estudiado a las personas pero tú vives tu vida, sabes quién eres siempre...
Marcel caminó a la puerta, no le importaba que faltara media hora para que la consulta acabara, no le importaba que le estudiaran, nadie le comprendía, algunos no sabían quien era pero claro, Harry era un hombre muy popular en Londres, probablemente todos conocían a Harry Styles pero Marcel Cox era un siempre... nada.
-Ni siquiera recuerdo la primera vez que tuve relaciones... no recuerdo cuando ni con quien. No se si fue con un hombre o una mujer, no se ni como se llamaba ni cuantos años tenía. Esperaba tener una familia y perder mi virginidad con la persona que amaba pero ¿Qué recibí? Un extraño en una lugar obscuro, sexo... no amor, solo sexo y una noche que no recuerdo porque no era yo, Harry me ha arrebatado todo lo que me importa y a nadie le importa.
Y dejando que sus palabras lo abandonaran salió de aquel lugar sintiéndose peor que antes, que siempre, porque había descubierto la verdad, Harry era parte de si mismo y aunque no le agradara le regalo momentos de incertidumbre, podría con ello, podía ser Harry y Marcel a la vez, era fuerte, tal vez demasiado... y sacaría provecho de eso.
*
Eran aproximadamente las siete y media cuando Samantha llegó a casa de Marcel, Anne la recibió y hablaron sobre lo que había pasado, un episodio en la escuela era algo que nunca había pasado, Harry estaba tomando fuerza y tenían miedo de perder a Marcel, eso era posible, que una personalidad fuese superior y tomase el control, y Marcel era débil... o eso aparentaba.
-¿Y no pasó a mayores?- pregunto Anne preocupada.
-No, no lo permiti, sabes que lo cuidare Anne, quiero a Marcel como a un hermano, Harry no nos lo va a quitar.
Marcel se preparaba para ir a Degas, tenían que llegar temprano ya que era martes pero él simplemente quería salir y pasar un buen rato, quería simplemente alejarse de su mundo, dejar los estudias de lado y vivir un poco como Harry, pero tenía miedo, es miedo que creo a Harry, le tenía miedo al vivir... y respeto a morir.
Bajó las escaleras en calma, obviando el hecho de que su mamá y su única amiga estaban hablando el él, como siempre. Llegó a la sala y se sentó a un lado de su madre, le toco la rodilla con la mano en señal de apoyo... o queriendo que parase el rumbo de sus pensamientos.
-¿Listo?- pregunto Samantha.
-Si- respondió.
Salieron de casa, abordaron el automóvil y fueron a Degas, sin saber que esa noche, sería la última noche de tranquilidad de Marcel Cox.
*
El café estaba medio vacío, estudiantes de universidad encerrados en su mundo de libros, un par de señoras de edad avanzada tomando café y platicando del ayer. Los meseros y cocineros sentados en una mesa alejada, platicando, riendo y otros despidiéndose.
Marcel y Samantha estaban en una mesa al rincón, pegada a la ventana, veían las calles medio vacías, a los indigentes acostados en las calles, a otros adolescentes vestidos con ropas negras o con muy poca ropa sin importarles el frio que pelaba los huesos.
-¿Cómo te sientes?- preguntó Samantha rompiendo el silencio.
-No quiero hablar de eso Sam, no quiero saber de Harry por hoy, ya tuve mucho en estos días, él
ya no venía, me dejo una semana entera ser yo mismo, estaba tan bien, pensando que se había ido, que no volvería, que lo había superado, que las medicinas ayudaban en algo... nada de eso fue verdad. Él sigue aquí, las medicina son ayudan, mis pensamientos están a medias, no tengo sueño, ni hambre, ni ganas de hablar, quiero gritar, golpear a alguien...
Después el silencio reino, no era Harry consumiendo a Marcel, era Marcel consumiéndose a sí mismo.
-¿Por qué no me hablas Marcel? ¿Por qué me dejas de lado en esto si he estado contigo cuando me has necesitado?- pregunto Samantha dolida.
-En ocasiones es mejor estar solo... así nadie puede lastimarte.
-¿Yo te he lastimado? ¿¡YO TE HE LASTIMADO!?- gritó ella- Eres un imbécil Marcel, he estado contigo toda la puta preparatoria y parte del secundario, he estado a tu lado con tus facetas, he estado contigo en momentos donde Harry nos e controlaba, ¡Casi te meten a la puta cárcel! Yo he estado contigo mi vida entera y planeo seguir contigo, planeo ayudarte hasta que Harry desaparezca, eres como mi hermano Marcel, te amo, quiero que mis hijos te digan tio, quiero que seas parte de mi familia.... Nunca, en mi puta vida te quiero lastimar... eres a la única persona a la que no quiero lastimar.
-Sam...- rogó Marcel- solo tienes que aguantar un poco más, solo quiero que estés conmigo cuando él se vaya, y si nunca lo hace... si no lo hace, quiero que estés conmigo y me digas que es lo que hice, a quien he lastimado, el porqué de otro tatuaje, el porqué de mis cicatrices, quiero que me digas con quien he terminado por la noche, si me enamoro alguna vez... quiero que le expliques a ella o a él lo que me pasa, quiero que estés cuando me rompan el corazón por no querer cargar con mis demonios... eres mi mejor amiga pero en ocasiones quiero alejarme porque, no sé si... no sé si podría hacerte daño.
-No Marcel- susurró ella tomando su mano por arriba de la mesa- tu eres incapaz de hacerle daño a las personas que te quieren y Harry tampoco, él tiene algo de ti, eres demasiado noble y esa nobleza la tiene Harry de ti, no eres malo y Harry tampoco, es exasperante pero tú también, el me agobia con tatuajes y tu con libros, él es muy temperamental pero tú también, Marcel y Harry son las mejores personas que me he topado en mi vida, los más interesantes... y son mis mejores amigos, los tengo a los dos, los dos me cuidan a mí y a tu familia, cuidan a las personas que aman, eres hijo de la mejor mujer que he conocido y tú Marcel eres un maldito genio y la persona más hermosa, física y espiritualmente que ha pisado este mundo.
Terminaron sus cafes y salieron del local tomados de la mano, el clima frio les pegó de frente, las risas se hicieron presentes cuando empezaron a castañearles los dientes, caminaron hasta el lugar donde habían dejado el auto, tres manzanas adelante, la noche fría y obscura gobernaba las calles casi vacías, era como una película de terror de bajo presupuesto.
-¿Tenebroso no?- pregunto Samantha.
-La verdad da un poco de miedo, es como si el conde Dracula viniese por nosotros... pero el solo bebe la sangre de personas vírgenes... y... estamos jodidos.
-Muy chistoso, tú no eres virgen, yo soy la virgen en persona.
Y las risas volvieron, el tema de Harry estaba en el pasado, estaba olvidado con aquellos cafes.
O eso era lo que pensaban... Harry no se había ido, Harry estaba presente y... no tardaría en salir.
Una manzana, solo una manzana faltaba para llegar al automóvil y partir a sus casa, solo una manzana pero la suerte es una perra, el futuro en cabron.
-¿Qué tenemos aquí?- pregunto un hombre saliendo de un callejón seguido por otros dos, no eran mayores de veintidós no eran mejores de dieciocho- ¿Un nerd con una chica? ¿Cuándo se vio algo parecido?
Los otros dos se rieron de la "broma", no era conveniente reírse pero ellos no sabían.
-Un pendejo cono tu... con una chica...
-No digas groserías, por favor- pidió Marcel.
-Ahh, al bebe no le gustan las malas palabras- se burló otro de los chicos.
-Al pendejo no le gusta que le llamen pendejo- se burló el tercero.
No, las malas palabras no eran bien recibidas en Marcel, era otro de los síntomas, lenguaje vulgar o fuerte... eso despertaba a las "personalidades", reacciones fuera de lo común.
-Vámonos Marcel- pidió Samantha sintiendo el temblor en su amigo, un temblor que el frio no estaba provocando.
-Y una mierda linda, no vas a ningún lado.
Y como los pendejos que eran la jalaron hacia ellos, la mirada de Marcel cambio, era como ver a Hulk en transformación, su instinto protector salió a la luz, su enojo se hiso evidente, sus fosas nasales extendiéndose y contrayéndose, sus ojos obscurecidos, sus brazos tensándose y la sonrisa prepotente en su cara, eso fue lo último... Harry estaba de vuelta por segunda vez en el día, y eso no era bueno.
-Pero que tenemos aquí- dijo Harry co voz gruesa- tres cabrones molestándome y tocando a mi chica, eso no está bien... suéltenla.
¿Quién le haría caso a Marcel? Con esa ropa y esos anteojos, pensando que era un juego los hombres se burlaron de él... primer error.
-Les doy tres para que la suelten y se desaparezcan de mi vista.
-¿Qué harás si no lo hacemos niñito?- contesto uno de ellos.
Segundo error.
-Uno.
-Harry, déjalo- susurro Samantha.
-Dos.
-Por favor Harry, solo déjalo, vámonos.
Y cuando ella estaba por caminar una de las manos de uno de esos tres hombres se posaron en
su cadera, atrayéndola hacia él, pegándola a su cuerpo.
Tercer error.
-Tres.
Y sin más la lucha comenzó, tomo al primero, al más bajo de todos y con un cabezazo le noqueo, el segundo le dio una patada que le pego en la pierna, si, dolió pero Harry era fuerte, quizá demasiado y lo tomó del brazo, atrayéndolo hacia él y su puño, un golpe en el estómago, otro en la cara, en la nariz, un patada en la pierna y ya estaba, dos fuera en menos de cinco minutos, y el tercero, ¿sin miedo? Imposible, aquel hombre de uno ochenta de altura daba miedo, un miedo de mierda, ese miedo que tienes antes de hacer la cosa más estúpida, como ver por la azotea de un edificio de cuarenta pisos esperado a saltar o ver hacia abajo dese un puente, ver el agua que te tragara pronto, ese miedo, el del saber que aunque no quieras... te metiste en la boca del lobo.
El hombre soltó a Samantha y cuando quiso darse a la fuga Harry lo atrapo por el cabello, sentía que el cuero cabelludo se le saldría o la piel se desprendería, el dolor era horrible, un golpe en el costado izquierdo de la cara y dejo de ver, calló al suelo como un saco, las rodillas de ardieron, una patada en el costado derecho del tronco le sacó el aire, ahora, recostado en el asfalto supo que no debía juzgar a las personas por su aspecto, una patada más, otra, otra, un golpe con el puño en la boca y sintió la sangre correr por su cuello, un golpe más en la nariz y el dolor lo consumía.
-¡BASTA HARRY! ¡LO VAS A MATAR!
Los gritos estaban lejos, su respiración se aceleró, aquel hombre que loe estaba golpeando era un monstruo y no tenia cura, el dolor lo inundaba, una patada más, ¡En la cara! Su oreja se partió en dos, sentía el dolor pero no podía gritar, la voz no salía.
-Harry ¡LO VAS A MATAR, POR FAVOR PARA!
Si, para por favor- pensó aquel hombre. Sitió las manos alrededor de su cara y después el dolor agobiante del asfalto revotando en su cabeza... ¿O su cabeza contra el asfalto?
-¡HARRY!
-¿Le temes a la muerte?- pregunto aquel hombre con la mirada perdida y sangre brotando por su nariz.
-No, le tengo respeto- concluyó golpeando por última vez la cabeza en el asfalto de aquel hombre que le había insultado... o mejor dicho, que había insultado a Marcel.
Y todo quedo en silencio, aquel hombre no se movía, las sirenas de la policía retumbaban en los oídos de Harry que sonreía, sonreía viendo a aquel hombre tirado, desangrándose... y cuando vio a su amiga esa sonrisa se borró.
-¿Sam?- preguntó acercándose a ella.
-No... ¡NO ME TOQUES!- grito con las manos tapando su boca, dejando de ver aquella escena, esa donde su amigo, su pequeño Marcel se había transformado en un psicópata, un verdadero criminal.
-Sam...
Y las sirenas ahora eran más fuertes, las manos fueron tomadas por detrás, lo jalaron hacia el coche de policía, lo arrestaron y lo único que vio fue la mirada de miedo de aquella mujer que consideraba su amiga, y se sintió mal porque no sabía cómo había llegado a esa situación, él estaba durmiendo en su habitación, ahora estaba en un coche de policía siendo arrestado por golpeas a aquel hombre... y todo era confuso para él porque no sabía en qué momento había abandonado la casa, no sabía cómo había llegado a ese lugar.
-¿Qué me está pasando?- pregunto en voz alta, pero el silencio fue lo único que le respondió.
No tenía a nadie, porque Harry Styles no existía... pero él, él no lo sabía.
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Capitulo IV: Disculpa... La noche pasaba lenta, la celda estaba fría, la cama era incomoda y estaba solo, solo entre tres paredes y una reja que le separaba de la libertad, el fierro era fuerte, frio, solido. Su alrededor olía a sudor, desesperación y lágrimas... si, a eso olía, a gritos desesperados, a disculpas falsas, a hipocresías, a arrepentimiento... y eso sentía, sentía su alrededor, sentía la pesadez de haber ahuyentado a quienes amaba, de haber decepcionado a una de sus amigas, a Anne, a Gemma. Se sentía mal, como nunca se había sentido, por primera vez supo lo que era el arrepentiemiento y nadie estaba con él para escuchar sus disculpas.
¿Lo siento? ¿Te ofrezco una disculpa? ¿Podía decir eso sinceramente? ¿A quién se lo diría? ¿Al hombre que ahora estaba ingresado en el hospital, con un respirador, con el cerebro apagado y la cabeza rota? ¿A ese que tal vez no vuelva a ver por un golpe en el cerebelo? ¿A ese que podría no escuchar de nuevo por haberle jodido el oído? Esa persona no podría responderle un "te perdono" porque podría ser que no despertara de nuevo, podría ser que lo último que vio fue a ese monstruo arrebatándole la vida, lo último que sintió fue a ese cabron inculcándole dolor y sonriendo por ello.
Harry se sentó en el suelo, junto sus piernas a su pecho y encerró su cabeza en las rodillas e hizo lo que nunca había hecho, lloró, lloró un rio de dolor, sufrimiento y soledad.
Y él no sabía por que actuaba de esa manera. Él no sabía porque era un monstruo que gozaba de dañar a los demás y proteger a sus seres queridos, él no sabía el porqué de sus actos, el porqué de estar
en un lugar y estar en otro, él no sabía por qué el paso del tiempo, Harry no era Harry, él no se sentía ser Harry.
-Perdón- susurró para nadie en particular o para todos los que lo rodeaban.
Una lágrima más cayó y se quedó en esa posición por horas, esperando a alguien que fuera por él, pero ya no tenía a nadie.
*
-¿Anne?- dijo una asustada Samantha al teléfono.
-¿Qué pasó Sam?- pregunto preocupada.
-Marcel... Harry... Marcel fue arrestado por golpear a un hombre, está en terapia intensiva, Harry está encerrado y Marcel, él no sabrá que ha hecho por la mañana, él no sabía lo que hacía... Anne, él tendrá miedo.
-¿Dónde estás tú?
-En la comisaria- dijo en un susurro- lo escucho llorar Anne, está llorando, Harry está llorando pero no puedo ir con él...
-¿No te lo permiten?- pregunto la mujer en tono desesperado, tomando sus llaves y saliendo de casa, olvidando apagar las luces, olvidando todo, queriendo ir por su hijo, por sacarlo de aquel infierno.
-Sí, me lo permiten- dijo llorando- pero tengo miedo...le tengo miedo.
*
Media hora después Harry se levantó, sus ojos rojos e hinchados, sus pensamientos confusos, con la garganta seca, los puños apretados y ganas de gritar de impotencia.
Él sabía que lo habían escuchado, que había logrado dejar de ser fuerte y ahora era un estúpido que lloraba por su libertad, sabía que lo escuchaban y le enfermaba que lo hubiesen hecho, que pensaran que era un patético niño malo que lloraba por estupideces, que no fuese lo suficientemente hombre para esa situación... pero estaba verdaderamente roto, estaba en la obscuridad total.
Caminó a la pequeña e incómoda cama y se recostó, hundiéndose en la obscuridad, y lo último que vio antes de perderse en sus pesadillas fueron aquellos ojos azules, esa sonrisa pícara y escucho con una voz chillona su nombre: Louis Tomlinson.
*
Anne llegó a la comisaria, Samantha fue a su lado y la abrazo, la mujer estaba echa nervios, temblando y con los ojos rojos por las lágrimas que seguro había derramado en el camino, la voz le temblaba y su respiración era acelerada.
-¿Dónde está?- pregunto.
Samantha la guió al escritorio, un oficial de edad avanzada las recibió con una sonrisa falsa, una barba de día y las ojeras denotaban el cansancio que debía de sentir pero eso no le importó a Anne, que le empezó a gritar, lloró frente a ese hombre que la tranquilizaba, que le decía que estaría bien, que no lo trasladarían a una cárcel mayor hasta que aquel hombre presentara cargos, que nada le pasaría. Anne con dolor le explico su condición, le explico a un total extraño que su hijo no era su hijo, que Harry era un invitado no bien recibido dentro de su inocente niño, que cuando Marcel volviera estaría asustado, lloraría y gritaría por el miedo, porque Marcel era un niño, no sabía de maldad, no sabía de malos tratos, no conocía el mundo.
Pero nada podía hacerse, esa justicia, había molido a golpes a un hombres y le había roto la nariz a otros dos, había perjudicado a un hombre con familia, a un hombre que tal vez no actuase bien pero tenía una vida, una familia, hijos, personas que se preocupaban por él.
Nada se podía hacer.
La noche pasó lenta, Samantha se retiró para ir a dormir y dar la cara a la escuela por la mañana, la escuela que estaría vacía sin Marcel.
Anne se quedó sentada y pensando en una de las bancas de la estación, pensaba en su pobre Marcel encerrado como un animal, pensaba que, si pudiese cambiar su pasado lo haría, se culpaba por lo que le había pasado a su hijo, era un niño y le exigió demasiado, le exigió ser el mejor, le exigió calificaciones perfectas, le exigió ser lo que su padre no había sido y le había enfermado, le había causado desveladas terribles por días, le había quitado su alimentación normal, sus horas de juego, le había ausentado del mundo pero Marcel no le culpaba, él era un buen muchacho y le decía que todo había sido su culpa, que él tenía la culpa por exigirse más de lo que ella pedía.
La noche pasó, entre miedo al mañana y ausencia a la realidad.
*
La luz era intensa, nunca había dejado las cortinas abiertas y cuando abrió los ojos pensando que se había quedado dormido para ir a la escuela la realidad le golpeo.
Estaba encerrado, tres paredes y una reja, ¿Dónde estaba?
-¡MAMÁ!- grito con todas sus fuerzas.
Silencio.
-¡¡MAMÁ!!
La ansiedad le recorría la espalda, el miedo entraba en sus huesos, la desesperación lo agonizaba, las lágrimas salieron y su mundo se vino abajo.
Harry, Harry había vuelto para joderlo, Harry le arrebato otro sueño, le arrebato la libertad, le comía la vida.
Una voz conocida lo llamaba con apuro, su mamá, Anne estaba allí, con él, del otro lado de la reja. Veía su ojeras bajo los ojos, su labio roto de tanto morderlo, su falta de sueño, su cansancio... pero más que eso, veía su amor, veía apoyo y cariño. Algo que Harry jamás tendría, porque Harry no era nada, Harry no existía.
-Bebe- susurró Anne besando el dorso de su mano- Oh, mi bebe- se lamentaba- lo siento, lo siento tanto yo tengo la culpa de todo... mi bebe, yo tengo la culpa, tu sufres por mi culpa.
Marcel se heló, su corazón se estrujo, su madre, esa señora que lo amaba y lo apoyaba tanto estaba rota, como él, rota por pensar que había hecho algo mal.
-No- dijo firme levantando la mirada de aquella señora que ahora daba lastima- no es tu culpa, la culpa es de Harry.
-Yo creé a Harry...
-No, yo soy Harry, soy Marcel y soy Harry... la culpa la tengo yo por no ser fuerte, por dejarme llevar por él, tu no tienes la culpa.
-Por favor, perdóname...
-No tengo nada que perdonar.
Y se miraron a los ojos, aquellos seres perdidos que compartían una carga, una más pesada que la otra.
Y un ruido los saco de aquel trance, una guardia en la entrada dándole a Anne indicaciones de salir, el tiempo había acabado, Marcel no podía recibir visitas, Marcel tenía que estar solo hasta que aquel hombre atestiguara contra él, si es que despertaba.
-Tienes que ir- dijo Marcel aguantando las lágrimas.
-No me iré de aquí, estaré fuera amor, no te dejare solo.
Marcel asintió con la cabeza, casi suplicando que no se fuera pero entendiendo el porqué.
Ahora quería saber porque estaba allí, y la persona que podía decírselo era su amiga, la única que tenía, la que no estaba allí para él, la que, simplemente lo había dejado solo o... ¿Él la habia dejado a ella?
*
Louis se habida levantado con un carácter de las mil putas y no tenía idea del porqué. Sentía una opresión en el pecho, sentía que algo había pasado, algo que no le dejaba ser feliz por un día.
Su celular sonó alejando los pensamientos.
-¿Qué?
-Uy, que humor has traído estos días Tomlinson- se burló Zayn- ¿Estás listo?
-¿Listo para qué?- pregunto poniéndose un pantalón y escogiendo una de sus tantas camisetas.
-Es miércoles por la mañana estúpido, estuviste molestando toda la semana pasado con la noticia de que llegaría hoy uno de tus primos...
¡Mierda! Hoy llegaba Christopher, Christopher Hilton, el único al que podía contarle sus secretos, el único que lo entendía, su primo, el que sabía todo sobre él.
-¡Mierda! ¿Qué hora es?- pregunto poniéndose los vans y corriendo al baño a lavarse la cara y los dientes.
-Las siete con treinta... tienes veinte minutos para ir con él e irse directo a la escuela.
Y sin despedirse colgó el teléfono, Louis se apresuró, tomó las llaves dela camioneta y se fue al aeropuerto por Christopher sin saber que aquel pequeño y loco niño le traería a Harry a sus manos.
*
Samantha entró al aula, nadie había llegado aún, todos estaban fuera platicando o molestado a las personas, esperando la llegada do los cuatro estúpidos más grandes. Ella se sentó en el último asiento, llorando aun lágrimas rebeldes que escapaban recordando a Harry golpeando a aquel hombre y preguntándose como estaría Marcel ahora.
Tenía miedo de verle, esa imagen no se borraría fácil y aunque sabía que eran dos personas completamente diferentes, el físico era el mismo y los recuerdos solo sirven para torturar.
La puerta se abrió, ella no se dio cuenta. Niall Horan la observaba, frágil, llorando, era presa fácil para aquella apuesta que había hecho con Zayn.
Si, las personas eran crueles, pero ser cruel es bueno, te ayuda a comprender que confiar es malo, que temer es bueno y que llorar no sirve.
-Hola...
Pero ella no contesto, su mente estaba en Marcel... en cómo habría despertado, en si pensaba que era una mala amiga por no estar para él.
-¿Samantha?
Y cuando ella volteo y vio aquellos ojos azueles, casi transparentes... sus pensamientos se transformaron a... ¿Niall Horan siempre ha sido así? Que ojos tan lindos.
Y la apuesta... esa apuesta ahora era más fácil de ganar.
*
Louis llegaba tarde, su primo estaba allí, parado en la entrada con tres maletas y una mochila, esperando impaciente por un estúpido que se había quedado dormido.
La camioneta freno frente a aquel muchacho alto de piel bronceada, ojos obscuros y cabello rosa, aquel que le comprendía a la perfección y le daba los mejores consejos.
-Hola- saludo Louis sonriendo desde la camioneta.
-Louis, estúpido, baja a ayudarme con estas maletas, pesan mucho...
Y hay estaba, esa actitud controladora e impulsiva. Louis bajó de la camioneta y subió las maletas al asiento trasero mientras Christopher se subía al asiento de copiloto, lo vio arreglar su cabello... si, era vanidoso y superficial en ocasiones.
-Te vez bien- dijó Louis,
-Lo sé- contesto dándole una sonrisa.
Y tomaron rumbo a la escuela, a otro día de clases y aburrimiento.
*
Marcel estaba al borde del colapso, no había anda que hacer en aquel lugar, había contado todo, una ventana, una cama, un colchón, una almohada, treinta losas, veinte barrotes verticales, tres horizontales, cuatro líneas bajo la ventana, cuatro mordidas en la almohada, siete golpes en la pared, tres rasguños y solo una hora... una hora donde no sabía nada.
Ahora sí, Harry le había jodido la existencia.
Y lo único que le quedaba era recordar el significado de los tatuajes de su piel.
Se quitó el cárdigan, la camisa y se despeino el cabello dejando sus rulos alborotados.
1.- Things i can't- No podía cambiar su temperamento.
2.- El barco- no sabía a donde le llevaría el futuro pero quería disfrutar de aquel viaje.
3.- I can't change- el tatuaje lo decía todo...
4.- Esa mariposa- No sabía el porqué, ni Harry sabía el por qué.
5.- A- esa letra que simbolizaba a Anne.
6.- Los pájaros en su pecho- Libertad.
Y podía seguir, había muchos más pero en esos momentos un recuerdo llego a él, y no era suyo, era de Harry y temió volver a perderse en la obscuridad... pero lo único que pudo ver fueron unos ojos azules, como el mar, que lo miraban con brillo y deseo. Esos ojos, los de Louis Tomlinson.
Y no lo abandonaron en ningún momento, estaba entre sí y entre la oscuridad, Marcel y Harry estaban en un nivel de equilibrio, compartiendo recuerdo y momentos... pero esos ojos, no los abandonaron.
*
Louis llegó a la escuela, como era normal todas las miradas se posaron en aquella camioneta negra y en su conductor.
Louis y Christopher bajaron encontrándose con Liam y Zayn en el estacionamiento.
-Hola- saludo Louis- él es Christopher, mi primo...
Y cuando la mirada obscura de Zayn chocó con la mirada obscura de Christopher, el mundo de Zayn se fue a la mierda.
-Hola- saludo.
-Hola...
Y así empezó su "historia".
*
Las clases comenzaron, el nuevo alumno fue presentado ente el grupo.
-Bueno... mi nombre es Christopher Hilton... vengo de Halifax y soy primo de Louis Tomlinson.
Aquello último se lo pudo haber ahorrado pero ver aquellas caras de sorpresa valieron la pena.
-Bien señor Hilton, tome asiento- demando el profesor.
Él camino entre los asientos, llegó al último, junto a una muchacha que no ponía atención a nada, cerrada en su mundo.
-Hola - saludo casi susurrando para no molestarle- me llamo Christopher.
-Hola- contesto ella con la voz entrecortada- me llamo Samantha.
Y aquí es donde la historia comienza.
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Capítulo V: Hola. Habían pasado dos días, dos días de que Marcel había sido arrestado. Anne iba a trabajar y
directo a la comisaria a ver a su hijo, Gemma lo había visitado y Samantha no lo había ido a ver y entendía el porqué. La imagen que de seguro ella había presenciado era perturbadora. Ver a aquel Harry golpeando a un hombre- uno que no había salido de emergencias aun-.
Marcel estaba acostado en la incómoda cama, eran aproximadamente las nueve de la noche, los policías fuera no hacían el ruido normal, estaban casi en silencio. Cerró los ojos, empezó a tararear una canción, relajo su cuerpo... el tiempo pasa más rápido cuando te relajas.
-Harr...Marcel, lo siento- dijo un hombre.
Marcel abrió los ojos, un guardia estaba frente a él, abriendo la puerta.
-¿Si?- pregunto dudoso.
-El señor Gett quiere verte.
Marcel no dijo nada, no conocía a aquel "señor" y parecía que el guardia le leyera la mente por que le explicó.
-Es el hombre a quien golpeaste.
Marcel se levantó de inmediato, se alisó la ropa y fue hacia aquel guardia. Salieron al pasillo y
caminaron hasta la puerta que lo separaba de la oficina principal, Marcel estaba temblando, no había visto nada en dos días pero para él pudieron ser años. Con cuidado el guardia giró la perrilla y lo primero que Marcel vio fue a su mamá, llorando junto con su hermana, abrazadas y sonriéndole.
-¿Estas bien Marcel?- preguntó el que sería el jefe.
-Sí, gracias- contesto sin apartar la vista de las dos mujeres a las que más amaba.
-Bien, ve con tu mamá, tenemos que ir al hospital.
Marcel le hizo caso, fue con ellas y las abrazo, con fuerza y desespero. Gemma lloraba ahora más que Anne, ella no había ido a verlo ya que eso la hubiese matado, ver a su pequeño hermano, asustado y encerrado como animal de circo.
-¡Marcel!- gritó en su odio.
-Gemma- apenas susurro entre lágrimas.
-Bebe, ¿Estas bien? ¿Quieres comer algo?- preguntó Anne desesperada.
Un guardia carraspeó y tuvieron que separarse, seguían abrazados viendo a aquel hombre.
-Tenemos que ir al hospital.
Y salieron para sellar el destino de Marcel.
Cárcel o libertad.
*
Samantha estaba estudiando junto con Christopher, se habían hecho buenos amigos pero... los dos apestaban en álgebra.
-¡A la mierda todo!- gritó Christopher.
-Si...- susurro Samantha- si tan solo Marcel estuviera aquí.
Y recordó a su amigo, quería verle, quería apoyarlo y saber cómo estaba pero... simplemente no superaba a Harry y su etapa psicótica.
-¿Quién es Marcel?- preguntó Christopher dejando de lado sus apuntes.
-Un amigo... mi mejor amigo.
-¿Y dónde está él?
-Está de viaje... no se cuándo volverá.
-¿Y él es bueno en álgebra?
-Es el maldito nerd de la escuela, es bueno en todo.
-¿Y porque no lo habías mencionado antes si es tu mejor amigo?
-¿Siempre haces tantas preguntas?- preguntó ella exasperada.
-Sí.
Mierda.... Tenía de amigos a un loco y a un hablador.
-Es mejor que te vayas a tu casa Chris, es tarde.
-Como sea- respondió guardando sus apuntes- mañana me pasas los ejercicios- y salió de la casa.
Samantha estaba sentada en el comedor pensando en Marcel, tenía que verlo... superar a Harry psicótico, ella debía recordar que ellos eran dos seres totalmente distintos, con modos de pensar y actuar demasiado diferentes.
Tomó su celular, marcó el número de Anne.
Primer timbre.
Segundo timbre.
Tercer timbre.
Y colgó.
No, no estaba lista... era una cobarde.
*
Christopher llegó a casa de su primo Louis, donde viviría por algunos meses mientras acababa la preparatoria.
Abrió la puerta con la imagen de las gemelas peleando en la alfombra por una muñeca, dejó su mochila en el armario y sonrió a sus primas, avanzo a la cocina y se sirvió un vaso de jugo, camino despreocupadamente a la sala y se detuvo al escuchar unas risas roncas, entro con cuidado de no ser visto y vio a tres muchachos, un rubio, un castaño y a su primo. Le decepcionó no ver a aquel moreno que le había hechizado. Cuando estaba por dar la vuelta y subir a su habitación unas manos se entrelazaron en su cintura, su espalda choco con un pecho liso.
-¿No te han enseñado que espiar es de maña educación?- susurro una voz en su oído.
Él se quedó quieto, dejó de respirar, su corazón se saldría de su pecho en cualquier momento y lo único que pudo hacer fue quitar las manos de aquel moreno que le encantaba, darse la vuelta quedando de frete con él, viendo sus facciones, amándolo en secreto.
-¿Y a ti no te enseñaron que tocar así a las personas es acoso?
Si, le tenía loco pero él tenía una clase de suicidio social.
Zayn le sonrió, él le dio una mueca y se apartó de su camino. Avanzó a las escaleras y antes de poder si quiera poner uno de sus pies en el escalón Zayn lo tomó de la mano y lo atrajo hacia él.
Sus narices se rosaban, sus bocas casi se mesclaban. Zayn sonrió al ver como tenía a aquel hombre que le estaba haciendo dudar muy seriamente de su sexualidad.
-¿Y te gusta el acoso?- preguntó.
-Claro imbécil- espetó temblando- a todos nos gusta ser acosados.
Y se soltó de su agarre y antes de arrepentirse de alejarse de él corrió por las escaleras y se refugio en su habitación sonriendo como loco mientras se apoyaba en la puerta.
-Zayn Malik- saboreó su nombre.
Y Zayn no dejó de sonreír en toda la noche.
*
El hospital estaba cada vez más cerca, Marcel podía sentir el miedo, podía olerlo y solo era de él.
¿Qué pasaría si aquel hombre no retiraba los cargos? ¿Por qué aquel hombre retiraría los cargos? ¿De qué quería hablar con él?
La camioneta se detuvo frete a la puerta, Marcel bajó junto a uno de los guardias y su mamá y su hermana fueron con él hasta la sala de espera.
Nunca le habían gustado los hospitales, estaba harto de tanto ir cuando era pequeño. No le gustaba el color blanco, ni el olor a morfina, ni los pasillos extensos, los gritos de dolor y agonía.
Llegaron a una habitación con el número 295 en ella, el guardia abrió la puerta y el sonido de las maquinas llenó en ambiente, el olor a medicamento se hizo presente.
El guardia fue quien avanzó primero, Marcel lo siguió. El hombre al que había golpeado los veía con una "sonrisa" en el rostro, "sonrisa" porque aquel hombre estaba deformado, la oreja cosida, el labio roto, la mandíbula arreglada con algunos calvos, estaba hecho un desastre.
-Hola- dijo con apenas un susurro.
-Hola- contesto Marcel con cautela.
-Vamos Harry, no te hare nada- quiso bromear.
Marcel sonrió para complacer a aquel hombre.
-Marcel... mi verdadero nombre es Marcel.
El hombre se sorprendió, el jefe de policía le había dicho que el nombre de su agresor era Harry y ciertamente, este niño no era aquel gigante que le había malformado el rostro.
-¿Marcel?... ¿Tienes dos personalidades?
-Si- susurró.
El hombre se sorprendió de nuevo.
-Sufro de un trastorno de bipolaridad múltiple- explicó.
-Oh... yo tengo un grado bajo de esquizofrenia- le sonrió el hombre- por cierto, mi nombre es Marco, Marco Gett- y trató, como pudo de darle la mano.
Marcel procesaba lo que le dijo Marco, esquizofrenia en un grado bajo... había leído sobre el tema, había leído sobre todas las enfermedades "mentales".
Esquizofrenia, se sienten irritables o tensos, no pueden dormir, nos e concentran, su enojo va en aumento, no controlan sus impulsos.
-¿No sabía lo que hacia cuando ataco a mi amiga?
-No, igual que tu no sabías lo que hacías cuando me golpeabas.
Los dos sonrieron, tenían un tema del cual hablar pero no estaban allí para eso.
-No quiero ser grosero pero... ¿Por qué quería que viniera a verlo?
Y los nervios y el miedo volvieron.
-Ah.. si, si, eso...
Y los nervios no lo abandonaban.
-No levantare cargos contra ti, sé que actuaste en defensa de su amiga y... no eras tú... así como yo no era yo. Mis compañeros están de acuerdo conmigo así que no tendrás problemas con eso.
Marcel respiro, exhalo, sonrió, respiro y trato de calmas a su atolondrado corazón.
-Gracias- dijo emocionado- muchas gracias, en verdad.
Y como era Marcel, casi un niño, abrazó con cuidado a aquel hombre que le había perdonado.
-Ahora podes irte Marcel, yo tratare de dormir, la morfina me está matando.
Y él le complació, salió de la habitación junto a aquel guardia que le miraba expectante, no, él no
entendía como aquel niñito había molido a golpes a aquel hombre.
Marcel llegó a donde su familia y las abrazo, les dijo lo mucho que las amaba y abandonaron el hospital despidiéndose de aquellos hombres que le habían encerrado.
La noche pasó, Marcel se durmió en la cama de su madre junto con su hermana, esperando no perderlas de nuevo.
Samantha se durmió pensando en su amigo y lo cobarde, débil y estúpida que estaba siendo.
Christopher se quedó dormido pensando en aquel moreno de ojos cafés y sonrisa arrogante.
Y cuando en nuevo día llegó todos tenían miedo de llegar a la escuela.
*
Louis Tomlinson apareció con su primo en el lado del conductor, Christopher estaba harto, todas las chicas y chicos que estaban locos por su primo se acercaban a él queriendo su "amistad", la única persona que no lo hacia esa Samantha, esa era una de las razones del porque le hablaba.
Bajaron de la camioneta y cuando los amigos de Louis llegaron Christopher los saludó amablemente, a todos excepto a Zayn, él funcionaba de una forma distinta, mientras más le gustara una persona más le ignoraba.
-¿A mí no me saludaras con abrazo?- pregunto Zayn con una sonrisa pícara.
-No- respondió y camino hacía donde Samantha estaba estacionando su automóvil.
La campana sonó cuando los dos entraban al salón, Louis, Niall y Zayn entraron cuando el profesor lo hizo, se acomodaron en sus escritorios y cuando la clase estaba por comenzarla puerta de abrió, el profesor sonrió y Marcel apareció con la cabeza baja.
Samantha se congelo, Christopher lo notó, Louis lo miró.
-¿Puedo pasar?- pregunto apenado.
-Si- contesto un feliz profesor.
Marcel entró, las miradas posadas en él. Llegó a donde Samantha, le sonrió, ella trato de acerlo, Christopher aun no entendía nada, solo podía ver a aquel chico con lentes gruesos y cuadrados, chaleco negro, camisa blanca, pantalón de mezclilla obscuro y tenis negro.
-Hola Sam- saludó.
-Ho-ho-hola- tartamudeo.
-Deja de ser tan tonta, solo es Marcel, él no lastimaría a nadie- se recordó.
-Hola- dijo Christopher para romper la tención- yo me llamo Christopher, soy nuevo obviamente y soy primo de Louis Tomlinson.
Marcel se congeló, ¿Primo de Louis? ¿Sería tan estúpido como él?
-Yo soy Marcel, Marcel Cox.
Y la clase comenzó, Marcel se sentó solo, las horas pasaban rápido. En todas las clases Samantha había preferido sentarse con Christopher, Marcel se quedó solo.
A la hora de almuerzo, cuando Marcel había tomado sus alimentos y buscaba una mesa para sentarse solo, como había estado ese día vio unas manos haciéndole señas, nada más y nada menos que el primito de Louis.
Caminó hacia él, vio a Samantha observándolo con la mirada llena de confusión.
-Hola- volvió a saludar. Se sentó y cuando el silencio se hacía incomodo Samantha lo rompió.
-Lamento no haberte ido a ver Marcel... es solo que... no podía con ello.
-Lo se... no te culpo Sam, fue muy duro, estuvo mejor así... no quería que me vieras en aquella situación.
-Lo siento- dijo ahora con lágrimas en los ojos.
-Yo lo siento, no quiero que pasemos por eso de nuevo.
Y se abrazaron, se abrasaron con lágrimas saliendo de sus ojos, lágrimas de dolor, angustia y un lo siento no muy sincero.
-Harry no volverá a molestarnos en un rato Sam, tengo que poder con él- prometió.
Pero no pudo mantener su promesa, Harry era más fuerte y, cuando vio a Louis Tomlinson pasar frente a él todo se fue a la mierda.
Esa noche Louis volvió a ver esos ojos verdes que lo tenían en un estado de insomnio por días.
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No salió muy bueno pero estos días no doy para más :'C
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Capítulo VI: La casa de Liam. Sugerencia: escuchen en multimedia, I Need Ur Love de Calvin Harris :3
Al fin era viernes.... Bendito viernes.
Marcel, Samantha y Christopher estaban sentados en las primeras mesas de la clase de algebra, a Christopher le reventaba esa materia pero se había dado cuenta de que, si quería seguir una amistado con Marcel debía ser casi que a sus modos, eso incluía por supuesto sentarse enfrente.
El maestro llegó, al ver a Marcel se emocionó, la clase continuo.
Cincuenta minutos después el timbre final sonó, todos guardaron sus cosas y salieron de la escuela hacia el estacionamiento, el celular de Christopher sonó.
-¿Qué quieres?- preguntó bromeando.
Marcel y Samantha fueron hacia el automóvil de ella, dejaron sus mochilas en el asiento trasero y esperaron a que Chris terminara la llamada, sonreía o hacia gestos cada que le daban información. Samantha y Marcel estaban a una distancia de veinte centímetros, ella quería distancia, él respetaba eso. Tal vez podría ir juntos a otra de las terapias de Marcel.
-Bueno... está bien- dijo Christopher llegando con ellos y aventando su mochila al auto- pero ire con dos amigos... oye, no le digas así... si no va él no iré yo- sentenció.
Cuando convenció a la persona al otro lado de que Marcel y Samantha irían con él- auna fiesta donde nada saldría bien- colgó el teléfono y sonriente dijo:
-Hoy es viernes de fiesta... mi primo me ha dejado invitarles... es fiesta en casa de Liam... amm... ¿No les molesta ir cierto? No quiero estar solo.
Marcel iba a protestar pero Samantha le detuvo, había tenido mucho drama esta semana, necesitaban un respiro.
-Claro que iremos... ¿A que hora y donde es la casa de Liam?- preguntó.
-Pues a las nueve y no tengo idea, le preguntare a Louis.
Samantha asintió, Marcel se mordió el labio y después exhalo, él solo quería encerrarse en su casa, leer algún libro y dejar de pensar hasta el lunes en la mañana.
Subieron al auto de Samantha y fueron a la casa de Marcel, se había comprometido con Christopher a explicarle algebra así que empezaría desde ese día a ver sus fallos.
El camino fue silencioso, la radio tocaba canciones de Joan Jett, todos estaban inmersos en sus pensamientos, todos se olvidaron del mundo.
Para cuando llegaron a casa de Marcel habían soñado despiertos cosas inalcanzables. Samantha estaciono el auto en la acera, todos bajaron y tomaron sus pertenencias, Marcel abrió la puerta de la casa revelando a Anne con una gran sonrisa en el rostro, como siempre.
-Hola bebe- dijo dándole un beso en la mejilla- ¡Samantha!- gritó emocionado- te extrañaba por aquí... ¿Y este jovencito quién es?- dijo saludando a Christopher.
-Él es un amigo nuevo mamá, su nombre es Christopher Hilton... es primo de Louis Tomlinson.
Anne se quedó callada, Louis... ese muchacho no le gustaba para nada y estaba muy feliz
sabiendo que si hijo era ignorado por él....y ahora se entera de que su primo se junta con su pequeño. Hizo un esfuerzo por sonreír, no le gustaba juzgar a las personas así que esperaría antes de dar su veredicto.
-Bueno, la comida estará lista en diez minutos... pónganse cómodos.
Y se perdió en la cocina.
Marcel guió a sus amigos a la sala, se sentaron en los muebles y obligó a Christopher a sacar sus apuntes, Samantha se acostó en el sillón y en minutos se quedó dormida.
En la mesa de centro estaban regados sus cuadernos y libros, Marcel repasaba los ejercicios, para él eran fáciles, había desarrollado un gran cerebro a su edad, para Chris... no tanto.
Pasaron quince minutos.
-Bueno... entonces tenemos que las tres cuartas partes de un número más la mitad de su consecutivo equivalen a res... y su lenguaje algebraico es: 3/5p+1/2(p+1)=3.... ¿Entiendes?
No, Christopher no había entendido nada y la verdad no quería entender, su mirada perdida le dio a entender a Marcel que esas clases tomarían mucho tiempo.
-Olvídalo- se resignó- hay que despertar a Samantha, la comida esta lista.
La despertaron recibiendo un manotazo de su parte, ella odiaba que le despertaran.
-¡A comer!- gritó Anne.
La comida fue lenta y en silencio, como a Anne le gustaba, no aprobaba las pláticas durante la comida por la "buena digestión". Cuando terminaron fueron a la habitación de Marcel, Samantha volvió a recostarse y caer dormida pero Christopher no perdió el tiempo en ayudar a Marcel a escoger su ropa para esa noche, abrió el pequeño closet blanco encontrándose con las mismas prendas del día a día de Marcel, pantalones de pana, suéteres, chalecos, camisas y corbatas.
-¿En verdad?- se dijo atónito- ¿Qué clase de ancianito mala leche a vomitado en tu closet Marcel?
Marcel apenado bajó la mirada, es ropa era cómoda, le agradaba, él era así.
-No, no te sientas mal... seguro por aquí hay algo que puedas usar.
Y los dos sacaron cambios y cambios de ropa, nada, ¡Nada!, todo el closet de Marcel era horrible, algo que si bien le agradaba a él a las personas en la fiesta no les haría gracia.
Marcel se dio por vencido y se sentó en la cama a un lado del cuerpo inmóvil de su amiga, cerró los ojos y puso su cabeza entre sus piernas quedando en una posición fetal, se acurrucó a un
lado de aquel cuerpo tendido y se perdió en sus pensamientos.
¿Cuántas cosas más seria capaz de aguantar?
¿Por qué la vida se empeñaba contra él?
¿Qué putas había hecho para merecer eso?
-¡SANTA MIERDA!- gritó Christopher y Marcel salió de su ensoñación, lo buscó con la mirada esperando verlo tirado o lastimado pero lo que pudo ver fue algo mucho peor, había dado con el segundo closet, ese que contenía camisas de bandas antiguas, pantalones ajustados y botas, anteojos, chaquetas... el closet de Harry.
-¡Marcel hijo de la gran puta sin ofender a tu madre!- exclamó poniendo sus brazos en posición de jarra- ¿Qué significa esto? Esta ropa esta de la puta madre, ¿Por qué no la usas para ir a la escuela?
"Porque no es mía" pensó.
-Porque no me gusta como se ve... no me gustan mis brazos.
-Tonterias.
-Es la verdad... están feos y... esas camisetas son tan cortas y..
-No importa, te pondrás algo de esto para esta noche.
-¡Ni de coña!
-¿Ahora dices groserías? Me gusta este Marcel.
-No me pondré nada de eso para hoy, vete olvidando de la idea.
-Vamos Marcelito-dijo dando un paso hacia él- nadie te hará nada.
-Que no.
-Que si.
Y como si fuera un león se abalanzó sobre él, rompiendo los botones de su camisa, Marcel le quería apartar pero estaba bajo él y no podía moverse, Samantha tenía el sueño pesado y no sintió nada.
-¡NO, NO, NO!- gritaba Marcel.
Cuando Christopher desabrocho la camisa y la abrió se quedó en shock, tatuajes, tatuajes era todo lo que podía ver. Marcel Cox, el nerd de la escuela estaba lleno de tatuajes y tenía un maldito abdomen de muerte.
-¿Pero qué...?
Fue lo único que pudo decir.
*
Louis, Zayn y Niall estaba ayudando a Liam con los preparativos de la fiesta, escondieron los jarrones, retratos y reliquias para que nada saliera dañado, fueron por las cervezas y las demás bebidas, ayudaron a preparar las botanas y cuando el reloj marco las siete fueron a arreglarse.
Niall se puso una playera blanca sin mangas, un pantalón de mezclilla claro y unos supras negros.
Zayn tenía una playera negra, un pantalón obscuro y unas botas.
Liam una playera de cuadros, un pantalón caqui y unos converse blancos.
Louis usaba una camiseta sin mangas de Scorpions y pantalones entubados negros con unos vans.
Todo fue cuestión de esperar a que las personas llegaran.
*
Marcel termino vestido con una playera de The stones negra con unos apretados pantalones de mezclilla y unas botas negras. Christopher le había robado un pantalón negro, una camisa de rayas y unos converse y Samantha había robado un vestido negro holgado y unas botas militares de Gemma. Eran las ocho y media y solo esperaban a que Samantha terminara de alisarse el cabello.
Diez minutos después, cuando Samantha al fin terminó y vio a Marcel casi se desmalla, ese hombre era Harry, era él, no podían mentirle, era Harry y ella aun veía a Harry como un monstruo.
-¿Marcel?- preguntó dudosa.
-¿Si?- le respondió.
Ella suspiro, era Marcel.
-Nada, vámonos.
Salieron avisándole a Anne que se quedarían en casa de Samantha a dormir, Anne se despidió de todos y viendo a su Marcel vestido igual a Harry, hasta con las lentillas y los tatuajes al aire le dio cierto miedo así que le ofreció un suéter entejo rasgado para que los cubrirá.
-No hagan cosas de las que se puedan arrepentir por la mañana- les aconsejo.
Pero nadie sigue los consejos de una señora...
*
Eran las diez, la casa de Liam estaba un poco retirada de la civilización, y se habían retrasado cargando gasolina y comprando unos dulces en la tienda, iban cantando "Bad Reputation" de Joan Jett y bailando como locos, divirtiéndose como los adolescentes alterados que eran, cada uno huyendo de sus pensamientos.
- An' I don't give a damn 'bout my reputation...- cantaban a gritos.
Al fin podían ver la gran casa de Liam Payne, una hermosa y blanca casa con pilares al frente, las luces revotaban entre los árboles y casas del vecindario y la música llenaba el silencio del residencial, Christopher apagó el estero del auto, se prepararon mentalmente para lo que se venía, cada uno tenía un tormento detrás de aquella puerta.
Wake me up de Avicii resonaba por las paredes. Cuando los tres pasaron por la puerta se encontraron con cuerpos restregándose, bailando, con los brazos hacia arriba y brincando como locos por la música y la escasa iluminación, las latas y vasos de cerveza estaban distribuidos por cualquier parte de la sala y en las escaleras, caminaron juntos hasta la cocina, si iban a pasar rasa noche necesitaba un poco de alcohol... solo un poco.
Llegaron y saludaron a las personas que les saludaban, todos observaban a Marcel pero Samantha y él sabían que no sabían quién era realmente, el cabello alborotado, la cara sin cubrir por los lentes, los tatuajes que se alcanzaban a ver por las mangas arremangadas del suéter... él era hermoso y todos le veían, si fuese Harry sonreiría pícaro pero Marcel era distinto, él bajó la cabeza apenado.
-¡Alcohol!- gritó Christopher.
Fueron a la barra y sirvieron tres vasos, tomando aire y valor los llevaron a sus labios y de un solo tragó se tomaron el contenido, eso no era cerveza, era whiskey y ardí, quemaba, sentían como bajaba por sus tráqueas y llegaba a sus estómagos quemándolos.
-¡Wuuuu!- gritó Samantha sirviendo una nueva ronda.
Así siguieron hasta beberse cuatro shots cada uno y después, por asares del destino y entre tanta multitud fueron hacia la sala, perdiéndose entre los cuerpos sudados y excitados de aquellos hormonales adolescentes.
Christopher bailaba con los ojos cerrados sin importarle el estar solo, Samantha bailaba con Marcel, estaban absortos en la música y con los ojos cerrados que no notaron cuando fueron separándose. Sweet Nothing de Calvin Harris sonaba inundando el ambiente.
You took my heart and you held it in your mouth And with a word all my love came rushing out
-Hola- susurro una voz en el odio de Samantha, cuando los abrió se encontró con aquellos ojos azules transparentes.
-Hola...- susurro atragantándose con los nervios... ¿Cuándo Niall Horan había empezado a mover su mundo?
And every whisper, it's the worst, Emptied out by a single word There is a hollow in me now
Unos metros más alejados de ella estaba Christopher bailando con una adorable niña que estaba sola, parecía una buena chica, su nombre era Danielle.
-¿Me permites Dani?- preguntó una demandante voz.
So I put my faith in something unknown I'm living on such sweet nothing But I'm tired of hope with nothing to hold I'm living on such sweet nothing
Zayn Malik, su nuevo tormento personal le tomó de la cintura cuando Danielle se fue dándole una sonrisa de complicidad.
-Hola Chris, ¿Me extrañaste?
¿Desde cuándo él se quedaba sin palabras?
It isn't easy for me to let it go Cause I've swallowed every single Word
Marcel estaba perdido en la música, con los ojos cerrados no veía anda a su alrededor, sentía la letra, la dulce nada...
Louis salía de la cocina, estaba decidido a volver a tener sexo después de haberse obsesionado con Harry Styles, estaba resignado a solo recordar aquella maravillosa noche... hasta que le vio, bailando solo, ante las miradas lujuriosas de todos los presentes en la habitación.
And every whisper, every sigh Eats away this heart of mine And there is a hollow in me now
Estaba paralizado, aquel hombre frente a él era lujuria, no se movía tanto como las demás personas bailando pero sus movimientos eran tan exquisitos, Louis quería ir, ir con él y besarlo
hasta sangrarle los labios pero no podía moverse... pensaba que era un bendito sueño.
Parpadeo, una, dos, tres veces, él seguía allí, era real.
Dio un paso. Él no abría los ojos.
And it's not enough to tell me that you care When we both know the words are empty air You give me nothing
Y como decía la canción, Harry Styles era su dulce nada, algo que nunca podría tener, no solo para él.
Dio un paso más, no estaba tan lejos, se terminó su tequila de un solo trago, un paso más, ahora más cerca.
-¡Louis!- gritó su primo.
Él dio la vuelta a su mirada, vio a su primo acorralado por su amigo y bufó, Harry seguía allí, se acercó más.
-¡Louis!
-¡CARAJO!- grito y camino hacia su primo, aparto a Zayn de un empujón y su mirada inyectada en enojo fue a la de su primo- ¿Qué PUTAS QUIERES?
Christopher sonrió, le gustaba enojar a las personas.
-Ya nada primo, ya me quitaste a este imbécil, eso era todo.
Louis bufó de nuevo, volvió a ver a Harry, seguía donde lo había visto, con las miradas de todos en él.
-¿Qué tanto miras?- pregunto Chris y posó su mirada donde su primo- ¿Qué haces viendo a Mar...
Pero no pudo terminar, Samantha y Niall había llegado a ese tiempo y ella preocupada le tapó la boca con fuerza, golpeándolo un poco.
-Cállate, para Louis Marcel es Harry... es algo complicado, después te explico... por favor cállatele dijo al oído.
Chris solo asintió, retiro la mano de su amiga de su boca y la jaló a la pista improvisada para bailar, librándose así de Zayn, no es que no le gustara estar con él, le encantaba pero le ponía tan nervioso que no podría controlarse.
Zayn y Niall los veían, no sabía cómo ni cuándo pero esos dos estaban causando algo en ellos.
I need your love de Calvin Harris sonaba ahora, inundando a las personas con la melodía.
I need your love I need your time When everything's wrong You make it right I feel so high I come alive I need to be free with you tonight I need your love
Esa canción era tan perfecta para lo que Louis sentía por Harry, quería su amor, su tiempo, lo quería todo.
Decidido fue a con él, le besaría y esta vez sería él quien le demostrara quien tenía el control. Caminó, decidido.
I take a deep breath every time I pass your door I know you're there but I can't see you anymore
And that's the reason you're in the dark
Ahora estaba frente a él, veía su rostro, sus facciones casi perfectas, sus tatuajes y con un poco de nervios tomó su cintura, pegándolo a él.
Marcel abrió los ojos y cuando el verde choco con él azul de los ojos de Tomlinson Harry despertó.
I've been a stranger ever since we fell apart I feel so helpless here Watch my eyes are filled with fear Tell me, do you feel the same? Hold me in your arms again
Empezó la fiesta.
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Capítulo VII: Alivio. Advertencia: Contenido SMUT /Es mi primer escena boy x boy así que no la juzguen tanto/.
Yo no me hago responsable de traumas, ya tengo con el mío por escribir la escena xD
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-Miren nada más a quien tenemos aquí- dijo Harry sonriendo- Louis Tomlinson.
Louis sonrió, él se acordaba de su nombre.
-Harry Styles, no esperaba volver a verte...
Los dos estaban muy juntos, las personas alrededor observaban la escena, dos hombres completamente deseables se deseaban en medio de la pista improvisada, la tención sexual se podía tocar con las manos.
-Pues, debo admitir que me gustó volver a verte Louis- dijo Harry a la vez que le abrasaba por el cuello atrayéndolo hacia sus labios- me da mucho gusto volver a verte- susurro sobre sus labios.
Esta bien, la temperatura en aquel lugar era tremenda, ellos ya no escuchaban nada que no estuviese en su burbuja, si, eso era tención sexual reprimida.
-Debo preguntar... ¿Cómo has llegado hasta aquí? ¿Conoces a alguien en esta fiesta?
-Si, soy amigo de Samantha no sé si la conozcas.
-La conozco, nunca creí que alguien como ella conociera a alguien como tú.
-¿A qué te refieres?- casi gruño, no le gustaba que ofendieran a sus amigos.
-Bueno, tal parece que tu amas las fiestas y ella es más del tipo libros y café, viernes de escritura y esas cosas...
Harry sonrió, si, así era su amiga... y hablando de ella ¿Dónde estaba?
¿Y cómo había llegado allí? Lo último que recordó fue salir de la cárcel... aunque eran recuerdos vagos, como si no fuesen suyos.
Un estruendo rompió su burbuja personal, volvieron a la realidad y observaron como dos chicos se molían a golpes.
-¡Hijo de puta!- gritó una voz conocida para Louis- No vuelvas a tocarla de ese modo.
Y reacciono, era Liam, Liam "no mato ni una mosca, solo parezco malote" Payne, ese que estaba golpeando a un donnadie en el suelo por- según se ve- Haber tocado a Danielle.
Los golpes no paraban y cuando el otro chico escupió sangre Louis supo que era momento de actuar.
-Tengo que ir a calmar esto, no queremos a la policía por aquí- dijo sonriendo a Harry- no te vayas, ya regreso.
Harry asintió y le vio marcharse... era inevitable no verle el enorme trasero.
-Tenemos que hablar- dijo una voz a su derecha. Era Samantha, su amiga, sonrió y cuando trato de abrazarla ella levantó los brazos en señal de que se detuviera- Vamos Harry, tenemos que hablar.
Samantha avanzo, Harry la siguió, en el camino al segundo piso se les unió Christopher, Harry lo observo, no le conocía, él observo a Harry, era tan raro, era como si Marcel se hubiera esfumado. Samantha abrió la primera puerta que encontró subiendo las escaleras y se metieron a una habitación con fotos de la familia de Liam, y más de una muchacha, alguna de sus hermanas.
-Bien... mira Harry, te traje aquí a divertirte y a que te olvidaras de la prisión.
Harry estaba tenso, Chris estaba alucinando, había dicho ¿Harry y prisión al mismo tiempo? ¿Refiriéndose a Marcel? ¿Quién putas era Harry?
-Gracias- fue lo único que él dijo.
Se miraron a los ojos, los verdes de Harry contra los cafés verdosos de Samantha, ella le temía, él quería abrazarla.
-¿Quién es Harry?- preguntó un Christopher curioso y mareado.
-Yo- gruño Harry.
-¿Tu?.... ¿Y Marc...?
Pero Samantha lo cayó de nuevo.
-Creo que deberíamos ir por unos tragos Chris, estas como alucinando- y abrazándolo por los hombros salieron esperando a Harry pero él no se movía- ¿Hazz?- preguntó.
-Voy en unos instantes, veme preparando un mojito Sam.
Y se quedó solo, pensando con todas sus fuerzas en cómo había llegado allí, recordaba algunas cosas, asistir a clases lo cual era estúpido porque él había dejado la escuela.
-¡MIERDA!- gritó con frustración. Respiro y cuando se tranquilizó salió del cuarto deseando un mijito.
*
Harry fue hacia una puerta blanca al final del pasillo, estaba desierto y se alegró de que nadie quisiera entrar al baño ahora, necesitaba mojarse la cara y volver a la diversión. Abrió la puerta y se miró al espejo tras cerrarla, abrió el grifo y junto agua en sus manos para lavarse la cara, cerró los ojos y pensó sin querer en Louis, en lo sexy que se veía con esa barba de días y en las ganas que tenia de volver a hacerlo suyo.
Sonrió a su reflejo y sacudió la cabeza, esa noche lo tendría de nuevo.
Lo que él no sabía es que Louis pensaba lo mismo.
*
Louis lo observó salir del baño, volvió a cerrar la puerta para que no lo viera, inhalo y exhalo antes de abrirla de nuevo y verlo acercándose cada vez más, volvió a inhalar, era ahora o nunca.
Ario la puerta por completo, justo cuando paso frente a él Louis tomó a Harry por la espalda, lo metió a aquella habitación obscura que vibraba al ritmo de la música, la obscuridad los consumía pero eso no le impidió buscar a Harry y pegarlo a la pared, devorando sus labios, mordiéndolo, chupándolo, sus lenguas encontrándose a medio camino, Harry gimió en la boca de Louis, este sonrió al escucharlo, lo tenía tan frustrado que esa noche le cobraría todo el sufrimiento que le había hecho pasar. "Te dije que no te fueras Harry, tienes que acatar órdenes" dijo Louis al tiempo que subía una de sus piernas a su cadera haciendo que sus miembros se frotaran, movía sus caderas con violencia, quería que se pusiera tan caliente, que le rogara que lo tocara, la fricción de los pantalones los estaban volviendo locos, Harry abrazó a Louis, lo quería tener más cerca, sus miembros dolían por la cercanía, sus pechos se rosaban, estaban jadeantes.
Harry no aguantó más en aquella posición, empujo a Louis rompiendo el beso y el momento, sus labios estaban hinchados y rojos, dolían de una manera tan excitante, sus ojos estaban obscuros, el azul se había ido a la mierda, Harry llevó sus manos a los pectorales de Louis, sintiendo como sus pezones se endurecían con el tacto, sus manos bajaron por sus costados hasta encontrar el borde de la camisa, la levanto sacándosela por la cabeza con urgencia, cuando la prenda cayó beso sus pechos, lamiendo y mordiendo los pezones, Louis gimió en voz alta, estaba seguro que si alguien pasó por fuera lo había escuchado, atrajo a Harry hacia él, caminaron a ciegas hasta caer en la cama que crujió bajo ellos, volvieron a besarse, sus lenguas encontrándose antes que sus labios, estaban muy excitados y tenían ganas del otro, Louis retiro la camisa de Harry rompiendo el beso pero retomándolo cuando la prenda salió, se tocaban el abdomen y los costados provocando que
sus terminaciones nerviosas cobraran vida retorciéndose y gimiendo entre besos, Harry se sentó sobre el miembro de Louis, moviendo su trasero lentamente, volviéndolo loco, los dos gemían pero ninguno daba el siguiente paso.
Louis llevó sus manos a la espalda de Harry bajándolo, atrayéndolo hacia él, besándolo y rosando a hora su trasero, metiendo sus manos por sus boxers, sintiendo la piel suave, Harry reaccionó moviendo sus caderas junto con las de Louis creando una fricción de los mil demonios, se movían rápido, jadeando, cuando eso se volvió un estorbo Louis llevó sus manos al frente del pantalón de Harry, desabotonándolo, bajándolo para liberarse de la prenda, Harry entendió en mensaje y se levantó a regañadientes para bajarlo, Louis aprovecho el momento y se deshizo del suyo.
Ahora en boxers sus miembros estaban más libres de movimiento, dejando ver a cada uno lo excitados que estaban, Harry gateo sobre Louis que lo recibió a medio camino con un abrazo y un beso, en una jugada Louis dejó a Harry bajo él, juntando sus pelvis, rozando sus miembros, sus piernas se entrelazaron creando así una fricción mayor, Louis acarició el muslo de Harry subiendo su mano hasta su muy erecto pene, lo masajeo por sobre la tela y cuando Harry gimió fue como luz verde, lo tomo con su mano, deshaciéndose del estorboso pedazo de tela, Harry no se quedó atrás, acaricio en pene de Louis con sus enormes manos. Louis se levantó interrumpiendo a Harry que lo miró con el ceño fruncido, no estaba acostumbrado a que las personas tomaran el control pero, había algo en Louis que le daba la idea de querer ser domado por él.
Louis bajó dando besos por todo el abdomen de Harry, tomando su pene con su mano, subiendo y bajando, haciendo movimientos rápidos, cuando su boca dejó el último beso en su glande Harry gritó, gruño como una bestia y cuando Louis lo tomó en su boca los gemidos se atoraron en su garganta, aquella boca caliente y ansiosa lo reclamaba, dándole la mejor felación que había recibido, la lengua de Louis le recorría del glande a los testículos, sus dientes lo mordían delicadamente causándole unas sensaciones embriagadoras, con la ayuda de su mano, moviendo de arriba abajo, succionando el glande, sintió las manos de Harry en su cabello
empujándolo hacia abajo, quería más de Louis, quería follarle la boca como ya lo había follado antes y Louis no se lo iba a negar, cuando Harry sintió el familiar cosquilleo dentro suyo jaló el cabello de Louis separándolo, cortando aquella sensación, no quería llegar tan rápido. Lo atrajo a sus labios sintiendo su caliente lengua volverlo loco.
Louis estaba desesperado, esos días de no tener sexo a diario como siempre le estaban jodiendo, estaba tan lleno que quería entrar en Harry desesperadamente y le hizo caso a sus instintos. Rompió el beso y tomó los tobillos de aquel hombre postrado bajo él, les dio vuelta causando con eso que Harry quedaba boca abajo, observo aquella hermosa y bien trabajada espalda, su perfecto culo, y sin resistirse dejo una hilera de besos y mordidas en aquella parte, las estrujo con sus manos, sabía lo que quería, sabía que Harry lo quería también así que con su lengua lamio su entrada, quería durar más, quería darle placer pero era demasiado, lamio, lamio hasta que Harry jadeo y entonces, cegado por el placer de hacerle disfrutar metió un dedo en él, sin cuidado, Harry gimió y encorvo la espalda, lamio y movió el dedo dentro de él, no aguantaría mucho si Harry seguía gimiendo de esa forma, fue cuestión de minutos para que empezara a dilatarse, un dedo más y lo jodió duro, como él le había jodido la semana, Harry mordió la almohada, cerró los ojos sintiendo a Louis, quería más, era la primera vez que quería más.
Louis lo quería ahora, ya no le importaba si le dolía o no, saco sus dedos de él y sin aviso alguno, cuando Harry empezaba a extrañarlo se hundió en él, pegando su pelvis a su culo, dándole duro, los dos gimieron, Harry estaba apretado y Louis lo sentía abrirse para él, Louis lo abrazo haciendo que su pecho se despegara del colchón, después, cuando sus ansias iniciales se pasaron le dio el amor que creía estaba sintiendo por él, dejo su cuerpo libre, tomó sus manos y las llevo al frente de la cama, entrelazando sus dedos, dándoselo lento, disfrutando, con envestidas lentas y frágiles, los dos gimieron, eso era mejor, ya no estaban jodiendo, eso era hacer el amor, dos personas tan jodidas se habían encontrado para eso, para amarse.
Estaban cerca, lo sentían, Louis tomó el pene de Harry con una de sus manos mientras con la otra seguía entrelazando sus dedos, mordía la espalda de su amante, besaba sus hombros y su cuello. Empezó a masturbarlo, queriendo que los dos llegaran juntos.
-Vamos Hazza, llega conmigo- susurro mordiendo su lóbulo.
Y cuando los dos sintieron ese cosquilleo en sus pelvis llegaron juntos, Harry en la mano de Louis y este a su vez dentro, muy dentro de Harry.
Se tumbaron en la cama, sudados y cansados, Louis abrazó a aquel muchacho que lo tenía loco, Harry se dejó amar.
-Te quiero Hazz- dijo Louis medio dormido en un susurro solo audible para él.
*
Habían pasado cuatro horas, eran cerca de las cuatro y media de la mañana y Harry no aparecía,
Christopher estaba más borracho que una cuba y Samantha nos e quedaba tana tras, tenían que irse antes de que el sueño la venciera, no podía quedarse en esa casa, observo a Christopher, estaba con un preocupado Zayn, ella volvió a posar su mirada en Niall, la había acompañado toda la noche y estaban igual de borrachos, se habían contado tanto sobre el otro, secretos y anécdotas pero ahora ella estaba preocupada y aquellos ojos azules no le consolaban.
-¿Estas bien Sam?- preguntó Niall.
-No, no sé dónde esta Harry.
-¿El tatuado con el que llegaste?- pregunto molesto.
-Si, ayúdame a buscarlo por favor.
Y emprendieron la búsqueda, no estaba en la sala, ni en la barra, en el patio... solo quedaban las habitaciones. Samantha y Niall subieron las escaleras esquivando a las parejas besándose o borrachos tirados en el suelo.
Abrieron habitación por habitación hasta llegar a una de puerta negra, Niall la abrió y sonrió.
-Parece que Louis y tu amigo tuvieron un buen rato.
Samantha abrió los ojos, ¿Otra vez?
-Ayúdame a sacarlo- le suplico.
-Está desnudo, no lo puedes sacar así.
-Él no ha bebido puede cambiarse solo, lo que no quiero es que Louis despierte.
Niall asintió, Samantha fue con cuidado hasta donde Harry estaba acostado, lo movió despacio, si algo había aprendido de Marcel y de Harry era que su sueño no era pesado. Harry abrió los ojos espantado de verla en la habitación, se cubrió como pudo apenado.
-Sam, ¿Qué haces aquí?
-No hay tiempo, debemos irnos, cámbiate y no hagas ruido.
Harry le obedeció quitando la mano de Louis que lo tenía abrazado, busco su ropa a tientas en la obscuridad y cuando encontró los boxers decidió quedarse los de Louis, se puso los suyos y cuando termino de cambiarse, antes de salir se acercó a Louis dejando un pequeño beso en sus labios.
-Hasta luego bebe- susurro en su odio.
Samantha se despidió de Niall, Christopher, ayudado por Zayn se metió al asiento trasero quedándose dormido al instante y Harry se sentó en el lado del copiloto pensando aun en Louis y el maravilloso momento que habían pasado.
El carro se alejaba, dejando seis corazones marcados tras el.
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Capítulo VIII: ¿Un paseo? Samantha estaciono el auto frente a su casa, Harry cargo con facilidad el cuerpo inconsciente de Christopher y entraron a la vivienda, la madre de Samantha estaba de viaje y no hubo problema con llevar a dos chicos a su cuarto, dejaron a Christopher en la cama y bajaron por algo de comer, no habían probado bocado en aquella fiesta y el alcohol estaba haciendo efecto.
La cocina estaba muy poco alumbrada, cuando Harry se sentó en el banco de la barra y Samantha preparó una pequeña cena supo que algo estaba mal.
-¿Sam?
-¿Si?
-¿Por qué estás tan distante?
-No sé de lo que me hablas- contestó ella dándole un pan con mantequilla y una taza de café.
-No has dejada que te abrase como siempre y no has bromeado conmigo... sé que no te gustan esas cosas pero siempre la pasamos bien... sé que lo que hice estuvo mal... sé que... tal vez ahora te sientas rara a mi lado pero yo nunca te lastimaría...
-Lo sé- le interrumpió- sé que no lo harías pero Hazzita... no puedo verte con otros ojos por ahora, en verdad, contigo todo es tan... desesperante en ocasiones peros e como funcionas... pero sabes que te amo, eres mi mejor amigo... te amo pero quiero tiempo para adaptarme, volver a verte como Harry, el idiota de mi mejor amigo...
-Solo quiero que sepas que nunca te lastimare, nunca.
-Lo sé Harry, ahora come.
Y así pasaron una hora, en silencio, mirándose a los ojos y sonriendo, esperando a que el perdón llegara por completo.
-Hora de ir a dormir- anuncio Harry.
Subieron las escaleras cansados, eran casi las seis de la mañana y apenas iba a dormir, llegaron a la habitación de Samantha y vieron a Christopher ocupar la cama entera, suspiraron y bajaron
algunas almohadas y colchas al piso y se tiraron, cayendo rendidos.
*
Louis despertó sonriendo, recordando lo que había pasado la noche anterior, abrió los ojos esperando ver a su Harry a su lado pero él no estaba allí, se levantó buscando su celular, eran las doce con cuarenta y no sabía dónde estaba Harry, era la segunda vez que le dejaba así, la segunda y la última.
Busco su ropa en el suelo encontrándose con sus boxers faltantes, sonrió, tal vez Harry los había tomado. Se vistió y salió de aquel cuarto encontrándose con botellas y basura por todos lados, bajó las escaleras con dificultad y saltándose cuerpos de personas dormidas en el suelo, fue a la cocina y se encontró a Zayn dormido en la barra, a Niall hecho un feto en el suelo y a Liam en un mueble abrazando a Danielle por la cintura... pero Harry no estaba por ningún lado.
Fue a con Niall, el único que no se enojaría si le despertaba y eso hizo, con su pie movió su cuerpo hasta que esos ojos se dejaron al descubierto.
-¿Ni?- preguntó dudoso del estado de su amigo.
-¿Qué?- gruñó Niall removiéndose en el suelo y soltando quejidos de dolor por su mala posición.
-¿Sabes dónde está Harry?
-¿Quién?- preguntó el rubio levantándose del suelo y tratando de amoldar su espalda.
-El amigo de Samantha y Christopher... el de tatuajes y ojos verdes...
-¡Ha! Si, se fue por la madrugada...
-¿Se fue?- pregunto ahora molesto- ¿Así nada más?
Estaba enojado, se lo había follado aquella noche y él solo se había ido, así como si nada, como si para él no hubiera sido más que un polvo de una noche.
-Pues creo que estaría con Sam todo el día, puedo llevarte a su casa.
Los ojos de Louis se iluminaron, quería verlo, quería estar con él... si, estaría con él, lo secuestraria por un día si no quería salir por su propia voluntad.
-¡SI!- gritó causando gruñidos de algunos de los borrachos.
-Pero baja el tomo que me duele la cabeza... y date un baño, tienes secreciones en el pecho.
*
-¡MI CABEZAAAAAAA!- gritó Christopher sentándose en la cama.
Samantha y Harry se levantaron asustados, aquel grito les desconcertó.
-¿Qué?- pregunto una soñolienta Samantha
-¡Mi cabezaaaaa! ¡Duele muchoooo!
Los dos resoplaron, se levantaron y le ayudaron a llegar al baño, Harry se quedó con él para ayudarle a lavarse y Samantha busco pastillas para el dolor. Cuando al fin se cayó y le dio las
pastillas fueron a la cocina para desayunar cualquier cosa, no habían tenido muchas horas de sueño y por lo mismo estaban hechos un desastre.
-Explicaciones- dijo Christopher.
Samantha y Harry le observaron...
-Quiero explicaciones... ¿Harry? ¿Ese es tu verdadero nombre o te gustan las dobles identidades?- le preguntó a aquel niño de rulos- y tu- señalo a Samantha- ¿Estas igual de loca coma para aguantar las estupideces de este tipo?... no entiendo, tatuajes, alcohol... ¿Y buenas calificaciones y sumisión? ¡HAAAAA!gritó cuando Samantha le pateó la espinilla por debajo de la mesa- ¡¿Qué putas te pasa Sam?!
-Solo cállate- susurro.
-¡NO!
-Si, yo también quiero escuchar...- dijo Harry- ¿De qué putas está hablando este niñato?
-¿NIÑATO?
-Si, niñato.
-¡Yo no soy un niño!
Y la discusión hubiera seguido de no ser por el bendito timbre.
-Dejen de pelarse, paresen bebes.
Samantha fue a la puerta y al abrirla dos pares de ojos azules la recibieron.
-¿Qué hacen en mi casa?
Niall le sonrió y Louis la veía expectante, ninguno dijo nada.
-¿Me van a contestar o que putas?
-¿Siempre eres tan malhumorada?- le pregunto Niall- Louis quiere ver a tu amigo, al parecer se enamoró de ese tal Harry.
Louis casi lo mató con la mirada. Niall rió por eso. Samantha rodó los ojos y llamo a Harry.
-¿Qué quieres Sam?
-Alguien te busca...
-¿Quie...
Pero cuando el verde y el azul se encontraron por segunda vez en menos de veinticuatro horas su cerebro se borró.
-Louis...
-Hola Harry... ¿Quieres ir a dar una vuelta?- preguntó sonriendo.
Y Harry no le negaría nada a aquel hombre frente a él.
*
Niall se había ido para ayudar a Liam en la limpieza, Samantha estaba frente a Christopher que aun quería explicaciones.
-Lo diré una sola vez así que pon mucha atención.
-Okay
-Marcel y Harry son la misma persona pero Harry no lo sabe, es un problema que tiene desde chico, es algo asi como la bipolaridad, hay dos personas en ese cuerpo pero son muy distintas, Marcel es un chico noble y bueno y Harry es el fiestero, son sus dos personalidades pero nunca están en un estado de equidad. Mira, cuando Harry este presente nunca menciones a Marcel, él no sabe nada sobre él, él cree que Anne le da asilo en su casa porque es amiga de su madre o algo así, nunca ha preguntado al respecto, Marcel conoce su estado, va al psicólogo y toma tratamientos pero en estos meses Harry ha estado muy activo, la verdad es un martirio pero te acostumbras... puedes hablar con Marcel sobre el tema cuando él regrese pero nunca lo menciones a otra persona, por favor Chris, este es un secreto muy preciado para mí y si en verdad quieres ser nuestro amigo tienes que guardarlo u olvidarte de esta amistad.
El silencio reino por unos segundos, Christopher tardo en analizar la información... creía tener amigos normales pero eso nunca sería posible para él.
-Está bien... ¿Pero cómo sabré cuando sea Marcel y cuando sea Harry?
Samantha soltó una carcajada.
-Créeme, lo sabrás.
*
Había un parque cerca así que fueron hacia él, era casi la una y había ya algunas madres con sus hijos pequeños en los juegos, ellos caminaron por un sendero que los llevo a la zona de camping, se sentaron en el pasto y no dijeron nada, solo se observaron con unas sonrisas en sus rostros, como dos niñatos enamorados, cosa que para los dos era nuevo.
Sus ojos se conectaban, los colores se fundían con el calor que despedían y sus sonrisas de lunáticos se hinchaban cada vez más por su cercanía. Ni Louis ni Harry sabían que les deparaba el destino pero el pasado había jugado con ellos dejándolos jodidos, Louis era un niño de buena familia pero por alguna razón sus hermanas y él eran una jodida broma y Harry nunca sabía lo que hacia ni cuándo ni cómo... ni con quien.
-Louis...
-¿Si Harry?
-No sé qué decir... no sé qué... ¿Por qué estoy aquí contigo?
Louis se paralizo, no sabía que decir, eso había sonado muy mal. Harry al notar su mirada se golpeó mentalmente.
-No pienses que es algo malo... Louis, por lo general cuando tengo sexo con alguien no lo recuerdo o simplemente lo dejo pasar, es algo muy normal para mi, no me importa con quien me acuesto, no me importa si los veré de nuevo o no pero tu... tu vienes y apareces de nuevo y dejo que me cojas... porque a mi no se me da eso de ser sumiso, yo soy dominante pero contigo es diferente... no se qué tienes Louis que no puedo alejarte de mi... cuando estuve en la cárcel yo pensé en ti y...
-¡¿EN LA CARCEL?!- gritó.
Harry se sonrojo, era algo muy estúpido haberlo dicho así pero no pensó, sus pensamientos estaban en otro lado, en aquel día en que se quedó pensando en Louis más que en otra persona, porque él no tenía a nadie, se sentía nada solo con el recuerdo de aquel chico que había visto por accidente en la fila del club cuando fue a corroborar algo con Josh, lo vio hay, despreocupado fumándose un cigarrillo con los ojos cerrados y el cabello revuelto, y cuando aquellos ojos azules entraron en su campo de visión quiso hacerlo suyo y no solo ese día, quería tenerlo a su lado, que nadie más le tocara.
-Fue por una pequeña pelea... nada importante.
Louis le creyó, se había preocupada, era fácil imaginarse a Harry en peleas y bares pero... no podía ver a aquel ángel tras las rejas.
-Yo... Harry... yo no se qué tengo contigo pero no lo había sentido antes... yo solo, cuando desperté esta mañana y no estabas a mi lado como la vez anterior tuve miedo de no verte otra
vez... pensé que pasarían días hasta poder verte de nuevo por eso vine a buscarte... mira Harry, te seré sincero, me gustas, en verdad me gustas y nuca me había sentido atraído por chicos como lo estoy hacia ti, tienes algo que me gusta Harry, aparte de todos esos tatuajes que me encantan y tu actitud prepotente, el miedo que te tiene las personas... es sexy.
Harry soltó una carcajada, Louis era tan lindo y fuerte a la vez que el contraste era algo inusual.
Harry se acercó a Louis, sus labios se rosaron y los dos sonrieron, no se prometieron una relación ni amor, nada, solo dejaron que sus bocas se juntaran y se besaron como dos locos, casi desgarrándose los labios.
La tarde paso entre besos y caricias en aquel parque. Cuando la noche empezó a caer lentamente decidieron regresar.
-¿Harry?- preguntó Louis tomando su mano y entrelazando sus dedos.
-¿Si?- respondió sonriendo por aquella acción que Louis había hecho.
-Me dijiste que casi nunca sabes lo que haces...¿Por qué es eso?... digo, una persona no puede solo olvidar y ya.
Harry siempre tomaba de mal modo aquellas preguntas por la frustración que tenía, él no sabía dónde estaba o que hacía, siempre tenía recuerdos vagos de Josh o Selia, de Samantha o las personas con las que dormía pero no recordaba en concreto lo que hacía o dejaba de hacer, como llegaba a los lugares o en que gastaba su tiempo.
-No sé y no es mucho de tu incumbencia.
Soltó sus manos y como la casa de Samantha estaba frente a ellos entro cerrando la puerta tras él.
Louis se había quedado frio, Harry era tan extraño, ¿Sería siempre así? ¿Tendría esos cambios de humor siempre? Era tan tierno en ocasiones... y después... ¿Podría ser violento?
La puerta se abrió de nuevo y su corazón latió fuertemente, levanto la vista del suelo y cuando vio a quien tenía enfrente sus ánimos decayeron.
-¿Nos vamos?- dijo Christopher.
-Si.
Y tomaron camino a casa de Liam para buscar su camioneta e ir a su casa, con el pensamiento en Harry.
-¡Ahh! Por cierto- dijo su primo buscando en el bolsillo de su pantalón- Harry me dio esto para ti.
Le entrego un pedazo de papel y cuando lo abrió sonrió. Su número de celular... y un simple lo siento estaban escritos en el. Louis lo guardo con cuidado de no romperlo.
Harry Styles estaba tan cerca de él y a la vez tan lejos.
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Esto es lo último que subiré hasta enero, perdón pero tengo que salir y cuando egrese les hare un maratón :3 sé que este capítulo es mierda pero es lo que salió de mi mente.
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Capitulo IX: Todo es nuevo para mi. Bueno, ya he dicho sobre que el nombre de la novela y la enfermedad de Marcel/Harry no es la Bipolaridad, es una doble personalidad pero como no soy psicóloga me vale madres :3 ya dejando ese tema atrás PERDON por tardarme tanto en subir capitulo, tuve algunos problemas.
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El fin de semana había pasado, ningún acontecimiento después de ese paseo para la vida de Louis, no había llamado a Harry, no le había mandado mensajes, no quería verse tan desesperado. Harry no había esperado que le llamara ni que le mensajera, solo se había dedicado el fin de semana a hacerse otro tatuaje y a repasar con Samantha las razones por las que no quería ver un maratón de Crepúsculo.
Un nuevo día comenzó, lunes en la mañana, Marcel despertó e hizo la rutina de siempre pero
ahora con el ardor de un nuevo tatuaje en su pecho, no quería ver que era, no quería saber que dibujo adornaba su cuerpo ahora, tomo una ducha y se vistió con su ropa habitual, pero ahora dejo de un lado las corbatas y no se peinó, no tenía la suficiente energía, su cuerpo dolía, su cabeza a penas y daba para pensar, tenía una flojera de los demonios y simplemente no quería ir a la escuela, ese día no quería hacer nada, y pensó que sería una buena idea un poco de diversión, Harry no podía tenerla toda... no, Harry no le quitaría la diversión.
Con algo de valentía tomo su celular y marco el número de Samantha, tal vez ella también quería perderse un día de clases, tal vez podían ir a alguna cafebreria y perderse entre chocolate, café y libros.
-Sam- dijo al teléfono.
-Que quieres Marcel, estoy en medio de una ducha caliente, estoy mojando mi celular y no estoy de ánimos para quejar mañaneras.
Bueno, hoy no era un buen día para nadie.
-No quiero ir a la escuela.
-¿Que?
Marcel se miró al espejo, era hora de cambiar algunas cosas, mientras le explicaba a su asombrada amiga de su aburrimiento y su fugaz idea de huir por un día se cambió de ropa, no se puso nada del closet de Harry, él tenía su propia dotación de camisetas y pantalones que su hermana un día le había regalado como un "Cambio de look por si las dudas". Termino con una camisa a cuadros y un pantalón de mezclilla con sus vans favoritos, el cabello despeinado como
al despertar y sus fieles lentes, no los dejaría por nada, sus tatuajes a penas y se cubrían.
Colgó la llamada con la promesa de Samantha de estar en su puerta en media hora, bajo a desayunar, Anne y Gemma habían salido antes ese día dejándole a Marcel el desayuno y una nota explicándole que no llegarían hasta pasada medianoche. El desayuno fue tranquilo, el silencio en su casa era reconfortante, reviso su mochila, llevaba su suéter, sus celulares- El suyo y el de Harry- su cartera y algunos cuadernos donde escribía frases que le venían a la mente en ocasiones, se cepillo los dientes y cuando un sonido fue emitido desde la calle supo que Samantha estaba allí, corrió por las escaleras, tomo su mochila y salió a lo que para el era su primer día de diversión en su cuerpo.
*
El día estaba iniciando para Louis, la luz que se colaba por las cortinas y el sonido de sus escandalosas hermanas agobiando al escandaloso de su primo le despertaron completamente, se despertó fuera de la cama y tomo la toalla que siempre dejaba sobre su escritorio a la vez que se introducía en el baño.
Media hora había pasado, estaba listo para ir a su infierno personal, fue a la planta baja a tomar el desayuno y mientras bajaba por las escaleras escucho como algo caía, con fuerza y después un llanto, corrió hacia la sala y vio a su primo en el suelo, con la nariz sangrando y las gemelas llorando por su caída.
-Mierda- susurro yendo a ayudar a su primo.
-¡¡Mierdaa!!- grito Christopher.
-Tráiganme algo frió niñas, pero ya!- grito Louis.
-Tus hermanitas son unas chifladas, primero me abrazan después me empujan al suelo y se ponen a llorar, no se si es de familia pero los cambios de humor no son buenos.
-Bueno Chris, lamento informarte que no son las únicas con cambios de humor en esta casa, empezando contigo DIVA.
-Cállate.
Las gemelas llevaron una bolsa helada de papas para freír, Louis la puso en la cara de Christopher a la vez que fue a la cocina a tomar algo de leche y pan, se sentó en la sala junto a su primo y espero a que dieran las ocho para ponerse en marcha a la escuela.
*
Samantha estaciono el auto una calle antes de La torre de Londres, era temprano en la mañana pero como una ciudad concurrida el trafico era pesado y las calles estaban llenas de transeúntes. Marcel bajo del carro y corrió hacia el puente, Samantha lo siguió corriendo y después de eso no pararon, corrieron y corrieron sin rumbo hasta que llegaron a un barrio no muy concurrido y escondido, la curiosidad los llamaba, fueron hacia un callejón con escalinatas y pasaron por tiendas muy raras, era como un Londres distorsionado, como la hermosa ciudad de Praga. Tomados de la mano y explorando calles por las que nunca habían pasado, entraron a un pequeño bar que de milagro estaba abierto a esa hora de la mañana, en el solo había muchachos y muchachas entre los quince y los veinte, todos vestidos de colores obscuros y peinados raros, Marcel dejo escapar el aire que se había atorado en su garganta, Samantha lo jalo hacia la salida pero un chico de ojos verdes y sonrisa sexy se interpuso en la puerta.
-Se van tan rápido?- pregunto con una voz tan gruesa que incluso Marcel se sorprendió.
-Si, nos hemos equivocado de lugar- dijo Samantha en un susurro.
-No lo creo- respondió aquel chico- nadie que entre aquí lo hace equívocamente.
Marcel tomo la mano de se amiga con más fuerza, todos los presentes en esa habitación les observaban riendo, algunos tomando de sus cervezas y otros con sus cigarro en la boca.
-Pues cometimos una equivocación, con permiso.
-No, no se pueden ir tan rápido.
Y un sonido les alerto de que algo no iba realmente bien, un "Click" que resonó en las cabezas de Marcel y Samantha, el seguro en aquella puerta y la sonrisa del desconocido no eran algo bueno.
Marcel estaba asustado igual que su amiga pero él no podía hablar, tenía miedo y claustrofobia, el humo de cigarro le sacaba el aire de los pulmones, el olor a alcohol ahora era más fuerte.
-Mira, no queremos problemas chico déjanos ir y todo tranquilo.
-Lo siento, no puedo hacer eso así que mejor les invito una cerveza, va por mi cuenta... y por cierto, mi nombre es Stand.
*
Louis aparco la camioneta en su puesto de siempre, Christopher salió lentamente, cuidando no hacer movimientos bruscos para que no empezara el dolor de nuevo.
-Hola- escucho a sus espaldas.
La puerta estaba cerca, cada paso más cerca pero Zayn Malik era insistente.
-He dicho Hola, ¿No quieres saludarme?- dijo al tiempo que tomaba su mano y le daba vuelta atrayéndolo hacia él.
Christopher bajo la mirada y susurro un "Hola", trato do soltarse pero Zayn era más fuerte y llevo una de sus manos a la barbilla que aquel hombre que le traía loco, levanto su rostro y encontró ese golpe entre negro y morado que le recorría la mitad de la barbilla y el pómulo.
-¿¡Que te paso!?
-Nada, las locas de mis primas y sus bromas... podrías por favor quitar tu mano de mi cara, me duele el rostro entero y como te habrás dado cuenta no tengo muchas ganas de hablar- dijo al tiempo que se soltaba de su agarre y caminaba a la entrada.
-Nunca quieres hablar..- escucho el susurró de Zayn y se frenó en su trayecto. Dio la vuelta y achico los ojos viendo a aquel moreno que le sonreía de medio lado.
-¿Quieres hablar? Bien, vamos a hablar, no te soltare e toda la tarde hasta que te hartes de mi y no quede nada que no te haya dicho.
Zayn sonrió, tomo lugar al lado de aquel niño mimado.
*
Louis estaba aburrido, la primera clase estaba siendo insoportable, había notado la ausencia de Marcel y Samantha, había notado que la profesora estaba de mal humor, que habían puesto un nuevo póster en la habitación que habían roto una ventana y que había una nueva pareja en la escuela, Liam y Danielle, -Al fin- pensó Louis.
Saco su celular, busco en sus contactos y llego a la H, Harry S., Escribir nuevo mensaje:
Hola Harry... ¿Cómo estás?- No, muy tonto.
Hey, ¿Cómo andas?- No, muy simple.
Soy Louis, pensé que querrías guardar mi numero- No, muy desesperado.. Enviar. Error de dedo, por eso Louis odiaba los smartphones.
-Mierda!- grito.
La profesora paro la clase, las miradas se dirigieron a él.
-¿Algo que quiera compartir con nosotras señor Tomlinson?- ladro la maestra.
-No, nada.
Bueno, ahora solo esperaba una respuesta.
*
-Y una mierda, no puede ser posible que hagas eso... eres raro Marcel.
Stand resulto ser una buena persona, una de las pocas en esa habitación, los tres estaban sentados en una mesa alejados del humo y los ritos constantes de una pareja que no paraba de discutir hacia unos diez minutos.
-Si, pero es algo bueno... bueno, eso me han dicho.
Stand sonreía, Samantha sonreía, Marcel sonreía, ese bar fue un buen error después de todo.
Marcel sintió una vibración en su pantalón, tomo su celular y al darse cuenta de que no era el que emitió la vibración se petrificó, con cuidado tomo el celular de Harry y observo el mensaje, un número desconocido, leyó el contenido y se le fue la sangre a los pies, ¿Tenía que contestarle? ¿Cómo le repondría Harry?
Bien Louis, lo he guardado...
Muy simple y cortante, ¿Así era Harry no?
-Y Marcel, ¿Qué hacen ustedes dos, niños de los suburbios en un lugar como este?- pregunto Stand sonriendo.
-Pues... nos perdimos- contesto guardando el celular y concentrándose en esos ojos iguales a los suyos.
-Bueno, hay más cosas que ver por aquí así que en marcha.
*
"¿Eso era todo?" pensó Louis viendo su celular, ¿Solo eso? A la mierda Harry Styles.
Las clases fueron aburridas, todo el día se la paso molesto por la actitud de Harry Styles, ese
imbécil que le había hecho desearlo, que le había puesto un cartel de cursi en la cara. Liam estaba con Danielle y Niall había tenido que pasar el descanso en retención por comer en clase y quedarse dormido al terminar su lonche, Zayn y Christopher eran otra historia, su primo no dejaba de habar y de hablar sobre Justin Bieber y Miley Cyrus, la pintura para el cabello y ropa, series de televisión y lo que más sorprendía era la forma en la que Zayn escuchaba cada una de sus palabras, sin perderse una sola.
Las horas pasaron, las clases terminaron, Louis fue a su casa solo, Christopher y Zayn seguían con su conversación, él no sabía de donde sacaban tantas palabras, como alguien podría hablar tanto. Llego a su casa, sus hermanas no estaban, su madre había dejado una nota decídele que las había llevado a comer y que volverían tarde, se tiró en su cama y cerró los ojos, enojado con el mundo gracias a Harry.
*
Marcel había conocido -gracias a Stand- los barrios olvidados de Londres, esos que en sus pesadillas habría recorrido, Samantha se había perdido con sus audífonos, ahorrándose las tediosas platicas del ojiverde, Marcel por su parte estaba fascinado, los barrios olvidados eran, de cierta forma bellos, con historia y Stand hacia el recorrido más interesante, comieron en un puesto ambulante y a las cinco con veinte regresaron a la Torre de Londres para regresar a su hogar, le dio las gracias a Stand y subió al auto de Samantha, con un día de diversión y conocimiento solo de él.
Llego a las seis a su hogar, Samantha lo dejo y después puso en carro en marcha, la vio alejarse hasta que se perdió al final de la calle, saco las llaves de su mochila y cuando giro la cerradura una voz lo paro en seco.
-¿Solo eso? Un simple lo he guardado... que estupidez.
Marcel paro en seco, Louis estaba allí, estaba atrás de él y pensaba que era Harry... eso no era bueno.
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Capitulo X: Hora del Show. Uno... Dos... Tres... Respira Marcel.
-Y ahora no vas a responderme.
Uno.. Dos... Tres... Respira Marcel.
-RESPONDEME maldita sea!
Marcel estaba pálido, estático. No quedaba nada más que enfrentarse aun Louis sacado de un cuento de horror, enojado, inhalando y exhalando tan pesadamente que Marcel se daba cuenta de cuan enojado estaba. No podía decirle que no era Harry, que no sabía de lo que estaba hablando, que le dejara en paz, que se fuera de su propiedad. Giró las llaves lentamente, la cerradura hizo un "click" que alertó a Louis.
-Si te atreves a abrir esa puerta y dejarme hablando solo va a ser uno de los primeros errores que cometas cabrón...-le amenazo.
Inhala, exhala... y tomando el mayor aire que sus pulmones le dieron volteó el rostro hasta aquel chico de mirada azul asesina.
-Hola Louis.
Y Marcel lo hubiera esperado todo, un golpe, un insulto, alguna burla... pero nunca los labios de Louis contra los suyos.
Marcel estaba embelesado. Aquel era su primer beso, el primero que le daban a él, no a Harry, su primer beso, su primer eso... eso era lo único que podía pensar, esos labios suaves y carnosos, el calor de sus labios, su sabor a menta y cigarrillo, su lengua caliente haciéndose paso entre sus dientes. ¿Cómo actuar? Él no sabía de besos. Dejo que su instinto le llevara, abrió sus labios, sus lenguas se encontraron a medio camino y con pobres suspiros saliendo de su boca se dejó llevar.
No supo cuando paro, no supo cuando sus labios se separaron y juntaron sus frentes.
-Ahora si, ¿Por qué tan cortante por teléfono Harry?
HARRY. Ese nombre lo estropeaba todo.
-So-solo he estado... ocupado...- Y repentinamente molesto porque Harry le había cagado la vida de nuevo le gritó- pero que a ti te venga valiendo madres Louis, no soy ni tu novio ni tu amigo para darte explicaciones. ¿Captas?
Y con un enojo y una habilidad espectacular se retiró de sus manos que le tomaban por la cintura y le cerró la puerta en la cara, dejándolo con la boca abierta y el ceño fruncido.
-Vete a la vil mierda Harry Styles...-susurró para sí mismo dejándose caer por la puerta, escurriéndose hasta el suelo, hasta que su culo dio con fuerza sobre el frio piso y sus lágrimas salían sin permiso.
Los golpes en la puerta empezaron después de dos minutos de reflexión para Louis. Golpes que trataban de pasar la puerta, desgarradores gritos, patadas y suplicas enojadas. Todo el coraje de aquel chico que se dejó enganchar a los pocos encuentros de una persona que no existía.
-¡DEJALO YA LOUIS! ¡NO HAY NADIE LLAMADO HARRY EN ESTA CASA!
Pero no cesaban, los golpes no paraban.
-ABRE LA MALDITA PUERTA HARRY!
-No, yo no soy Harry- se repetía Marcel- YO NO SOY HARRY.
-¡ABRE!
Pero Marcel no reaccionaba, ¿Quién reaccionaria al nombre de una persona que no era? ¿Quién podría reaccionar al cariño que no era para sí?
-Harry, por favor...
"Pero Harry no existe" pensó Marcel "Quiéreme a mi".
Su bolsillo vibró, un nuevo mensaje había entrado probablemente en el celular de Harry pero cuan fue su sorpresa al ver que su móvil prendía la pantalla gracias al mensaje nuevo de un número desconocido.
"Hola Marcel, soy Stand... no preguntes como conseguí tu número, me he pillado tu celular en un instante donde te distrajiste, la magia de los barrios marginados... solo quería que guardaras mi número y quedáramos algún día, eres un chico asombroso"
Algo se removió dentro de él, algo parecido a la excitación y la incertidumbre, pero ese mensaje le había sacado una sonrisa, se refería a él, a Marcel Cox, no a un Harry Styles. Guardó su número y respondió con la adrenalina al cien.
"Stand, me encantaría quedar contigo".
*
Louis estaba recostado contra la puerta de aquella casa que vagamente se le hacía familiar, estaba seguro de haber pasado por ella varias veces ero no recordaba a la persona que le habitaba... todo ese tiempo puso haber visto a Harry en ella si hubiese puesto mas atención. Harto, harto de estar esperando una respuesta por parte de aquel imbécil que le había quitado las ganas de probar otros labios se levanto y pateo la puerta una vez más.
-Ale cabrón, abre la puta puerta si no quiere que te reviente.
-Vete a la mierda o llamare a la policía Louis, deja de tocarme los huevos.
-Me vas a escuchar pedazo de mierda, ya me tienes harto de estar pensando en ti todo el puto tiempo, sal ahora y afrenta las consecuencias.
-VETE O TE JURO QUE SALGO A ROMPERTE LA BOCA POR HABLADOR.
-Sal- susurró aporreando la puerta y cuando esta se abrió de repente y vio a aquellos ojos verdes llenos de furia y lágrimas reprimidas se quedó sin aliento.
-¿Querías que saliera? Adelante, ahora afronta las consecuencias.
El primer golpe no se lo espero, sintió como le reventaba el labio, como la sangre caliente caía por su mandíbula, perdió el equilibrio, Harry golpeaba fuerte. El piso se amoldo a su mejilla derecha, la cara le escoció, le daba vueltas la cabeza, el dolor era penetrante.
-¿Eso era lo que querías cabrón? Deja de tocarme las pelotas Louis, si te digo que no quiero habar es porque no quiero hablar.
Louis sentía el dolor, era algo que no había sentido ni en sus peores peleas, y de un solo golpe.
Se levantó con cuidado y con furia, aquel hombre frente a él le acababa de golpear y sin embargo le seguía viendo igual de deseable. Se olvidó solo por ese instante de lo que sentía por él y con una velocidad casi inhumana le reventó una patada en el muslo que le hizo caer de rodillas y con el puño cerrado golpeo su majilla izquierda dejándole un morado que sería negro al día siguiente.
Sus miradas se encontraron y Louis pudo ver un cambio en el, esos ojos verdes que le habían resultado llorosos y sensibles se habían convertido en dos ventanas del infierno, literalmente vio la transformación de una persona tranquila a un psicópata.
-Jodido Lou... me has jodido la cara.
Esa voz, todo había cambiado, sus ojos, su postura, su voz ahora era más gruesa.
-Esperemos que mañana te puedas levantar.
No sabía a qué se refería hasta que, con un certero puñetazo en la ingle se dejó caer de rodillas agrandase con fuerza su parte baja, entre jadeos y gritos se liaron en el porche de aquella casa que al lado de aquellos dos locos se veía pequeña. Golpes resonaban secos contra la piel del otro, el castañeo de los dientes al chocarse al golpe de un puño contra la mandíbula del otro. Patadas, arañazo, mordidas. Sangre y gritos, jadeo entrecortados castigados por más golpes.
-JODER!- gritó una voz a lo lejos.
-Mierda, que se van a matar!- esa voz, la voz de Christopher hizo que Louis entrara en razón, tratando de separarse de Harry no logró ver el puño que se avecinaba con fuerza y rabia hacia su nariz.
Dolor, dolor y sangre. No había nada más hasta que todo quedo negro.
*
Lo había vuelto a joder, había hecho daño de nuevo y no sabía exactamente la razón, era una máquina de destruir, era un aquí te agarro aquí te cargo. No podía detenerse una vez que tenía a alguien en el suelo suplicando por piedad.
-Va a estar bien, no se preocupen, no le he roto nada pero será mejor que se lo lleven de mi vista.
Zayn no podía con la imagen... Aquel era Marcel Cox? Aunque debía admitir que se parecía al patético ser de su escuela este hombre daba miedo e imponía cierto temor disfrazado de respeto.
-Marcel?- preguntó levantando a Louis junto a su primo.
-Harry, Harry Styles imbécil, Marcel es el hijo de Anne, la dueña de la casa. Hey tu- dijo viendo a Christopher con indiferencia a la vez que este le veía retándole- cuando se despierte dile que me llame, es agradable hablar con él.
-Y una mierda jodido cabrón, vete a joder a otro que a mi primo no le vuelves a tocar.
-Shhh, cierra el pico y haz lo que te he dicho, largo de aquí antes de que Anne llegue y le dé un ataque al ver a una persona en ese estado, ya me ha pasado muchas.
Camino hacia la puerta y la cerró a sus espaldas, dejando a aquellos dos asustados y enojados al tiempo que arrastraban el cuerpo de Louis al automóvil.
*
El dolor de cabeza no se comparaba con el de la pierna que no se comparaba a su vez con el de la nariz sin mencionar el del labio. Estaba jodido y dolido. Que putas había pasado?
Harry Styles, el jodido que le había hecho pasar momentos de excitación, alegrías, frustraciones ahora le daba un verdadero dolor de cabeza y de cuerpo...y todo sin haber tenido sexo. Debió habérselo cogido a la vez que se golpeaban, así hubiese valido la pena.
-Que cabronazo- dijo riéndose, a decir verdad él le había provocado, pateó la puerta de su casa y le gritó que saliera, eso fue lo que él dijo, y Harry le había obedecido.
No se sentía mal, no se arrepentía, hacía mucho que no tenía una pelea y haberla tenido con Harry, sentir su fuerza... eso le había excitado... pero no se rebajaría a ir a buscarlo, ya lo había hecho, ahora le tocaba a él... solo había un problema, tenía una erección de la puta madre, que dolía contra su bóxer.
Que haría ahora?
Y la respuesta le llegó como una bendición. Su celular prendía y apagaba con el resultado de una llamada entrante...
"Eleanor llamando".
"Si no puede ser Harry" Pensó ... tenía un problema que arreglar.
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Capitulo XI: Te quiero... ahora. SMUT TIME! xD Mi segunda escena BOYXBOY.... a ver que tal :3
Martes.
La luz se colaba por las ventanas, el dolor de cabeza era insoportable y el golpe en la cara seguía molestándole. No sabía que le molestaba más, el dolor en el rostro o la insoportable erección que tenía a la pelea con el pequeño Louis. ¿Quién diría que una pequeña pelea le haría ponerse de eso modo?
Y ahora estaba enojado, terriblemente enojado, estaba que si veía al mismo diablo le mandaba al infierno a base de patadas. No sabía el por qué, no sabía nada, solo sentía ese espacio en donde tendría que estar su corazón. Estaba enfadado, eran alrededor de las once de la mañana, no tenía sentido estar enojado, no tenía sentido haberse levantado a una hora tan temprana cuando no tenía planes de hacer nada, no quería despertarse del sueño que había tenido donde Louis jadeaba su nombre y le mordía los labios rogándole por mas y ahora, tenía una erección enorme y unas ganas de que se la bajaran a gritos.
Pero no cualquier persona...
Tomó su celular y marco el número de Samantha, si había alguien que pudiera decirle sobre Louis Tomlinson seria ella.
-¿Qué?- contesto una voz cansado del otro lado de la línea.
-Samy, linda... tengo que hablar contigo.
-Adivino, es sobre la golpiza que le has dado a Louis, Christopher esta echo mierda, no deja de gritarme a mí, A MI! como si yo fuera tu jodida nana, estoy harta, no dejas de joder a todos a tu alrededor Harry, yo soy la que está cargando ahora con los constantes gritos de Chris, tiene el puto timbre de voz más jodido que le he escuchado a alguien... y ahora tu me llamas para quejarte de algo pero te lo advierto, no estoy para ninguna broma estúpida, mi para andar de mensajera pidiéndole a Louis que te dé una oportunidad que en la más mínima oportunidad echaras a perder. Mira, estoy recargada en una mesa de la patética cafetería que huele a café quemado y grasa, me estaba quedando dormida antes de que me jodieras el sueño y sabes que eso me molesta mucho, te diré algo, si vienes a mi escuela ahora mismo veras a Louis antes de que Eleanor se lo lleve a algún lado y le haga lo que tú quieres hacerle, te conozco, solo te levantas antes de la una cuando quiere sexo, es como un reloj interno bebe, así que, apúrate porque ya la veo acercarse lentamente a...
Pero no la dejo continuar. Ahora entendía su enojo, él estaba allí, esperando patéticamente una salvación a su problema y Louis estaría en esos momentos metiendo su maldita lengua en la boca de una maldita puta que le bajaría el calentón, pero no podría ser porque si alguien debía bajarle en calentón debía ser él, y viceversa.
Cogió las llaves de su moto, se calzo unos tenis y solo dejo sus ajustados jeans y una playera sin mangas cortadas hasta el inicio de la cintura con la cita: Fuck u!
-No Louis, se alguien va a joderse a alguien voy a ser yo a ti maldito guarro de quinta.
Salió de casa disparado, sin ponerse a pensar en que cosas diría, estaba indignado, enojado, confundido... en su vida se había puesto celoso, en su vida alguien como él jodido Louis Tomlinson le había hecho sentir algo mas allá de la lujuria, de un buen polvo y un hasta nunca... pero no, él se había metido en donde no le llamaban, se había metido bajo una capa invisible de piel que no podía ver y por lo tanto no podía sacarlo de su sistema por más que quisiera.
¡QUE SE JODIERA LOUIS!
Con un portazo que retumbo e hizo que la puerta se tambaleara peligrosamente camino sobre el césped marchitando algunas flores, pisando con fuerza, con enojo, con pasos decididos. Estaba echo una furia por una tal Eleanor y la idea de follarse al dueño de sus pesadillas. No, no iba a permitir que una perra sin rostro le tocara, antes pasaba por sobre él.
Se subió a su adorada moto con peso muerto, sus pupilas se habían vuelto negras, sentía la rabia apoderarse de él. Acelero aun sin dar marcha, el chirrido de la ruedas era espeluznante. Más le valía Eleanor no estar cerca cuando llegara.
Soltó el freno y salió disparado a la escuela donde antes había ido por su amiga, a la escuela donde nunca se había percatado de la presencia de Louis, a la escuela donde hubiese podido conocerle pero por aceres de destino no fue así. Todo pasaba a una velocidad de miedo, los colores se mesclaban, los gritos se perdían con el viendo a su alrededor, su cabello se movía de un lado a otro, su sonrisa no bajaba de macabra.
Llegando a el estacionamiento se dio cuenta de la cantidad de alumnos que había en este, todos voltearon a verle, algunas con las mandíbulas caídas, otros con un brillo en los ojos y los demás con algo de envidia. Pero bueno, Harry era hermoso, causaba envidias y sacaba suspiros involuntarios.
Todas las miradas eran desconocidas, todos los que le observaban no eran nada, no era lo que buscaba. Estaciono su motocicleta a un lado del carro de Samantha, saco su celular y marco el número de aquella chica que, si no le contestaba estaba dispuesto en ir y darle una buena lección.
Primer timbre... segundo timbre.... tercer timbre...
-¿Hola?
-¿Dónde estás?- demando en un susurro contenido.
-En clase, ¿Y tu?
-A un lado de tu auto... sal ahora y llévame con Louis.
-En primer no puedo salirme de clase, espera diez minutos y se acabara... en segunda no me des ordenes imbécil, no me importa tu maldito estado de ánimo Harry, no eres el único puto ser con problemas en este mundo.
Y le colgó.
Estaba enojado, realmente enojado. Con pasos seguros bajo de su moto y camino a la entrada de la preparatoria, observando a todo aquel que le miraba con rabia contenida. Su entrepierna palpitaba dolorosamente, su mente estaba en unos ojos azules y su furia iba en aumento. Entro al recinto sin importarle los gritos de las personas a las que empujaba, se dirigió a cualquier salón que estuviera cerca buscando aquella cabellera café con morado de su "amiga" o a aquella cabellera café y unos ojos azules penetrantes.
Había buscado por lo que parecían horas... estaba estresado. La campana sonó, las puertas de los salones se abrieron y se vio inundado de personas, personas por todos lados, demasiados colores, demasiadas voces, demasiados... hasta que a vio. Samantha venia cabizbaja, con pasos flojos, el cabello suelto tapándole buena aparte de la cara y cuando su mirada conecto con la de Harry y le observo con el ceño fruncido abrió los ojos al tope y camino hacia atrás cada que Harry daba un paso hacia ella. Estaba enojado, mucho... y eso no era bueno.
-Samantha-dijo en voz baja pero ella lo había escuchado.
Con miedo dio la vuelta y hecho a correr aventando a cualquiera que se le pusiera enfrente.
-¡SAMANTHA! VEN AQUÍ EN ESTE INSTANTE!
Pero no, ella no era tonta, Harry era muy violento... nunca le había golpeado pero le gritaba y ella no estaba para gritos.
-¡Quítense!- gritaba mientras corría.
Todos observaban la escena, Samantha corriendo y Harry tratando de alcanzarla, corriendo como un novio celoso y posesivo al cual le hubiesen desobedecido.
-¡Joder Harry, sabes que odio que me persigan!- gritaba pero no, Harry no entendía razones.
La puerta trasera estaba cerca, Samantha corrió hacia ella para salir a las bancas del jardín y cuando abrió las puertas y el sol le dio en la cara sintió un jalón desgarrador en el brazo. Grito, grito tan fuerte que todos los estudiantes que estaban fuera le observaron. Harry respiraba pesadamente, sin medir su fuerza, estrujando su brazo con una fuerza atroz.
-POR FAVOR HARRY! ME ESTAS HACIENDO DAÑO!
Y esas palabras le hicieron entrar en razón, la soltó y vio su mano marcada en su brazo, la marca roja que pintaba sus dedos, una marca que se pondría muy fea.
-¡Joder cabrón! Que conmigo no es el problema! Bruto! Hijo de puta!
Harry la veía, estaba más enojado ahora, Louis había hecho que maltratara a su amiga... el nunca había hecho eso. Un picor le ardió en la mejilla, Samantha le había golpeado, le había cacheteado y le había dolido... mucho... moviéndole el moretón que ya tenía antes.
-TU! CABRÓN HIJO DE PUTA!- una voz a lo lejos le sobresalto.
Un chico moreno y con el cabello de color lila venia hacia el con paso decidido, le reconoció... era el que se había llevado a Louis cuando estaba inconsciente...su primo. Empezó a creer que había sido una mala idea ir allí.
-Hola otra vez... ¿Cómo está tu primo?- pregunto sonriendo.
-A ti eso te viene valiendo jodido imbécil, no quiero que te le acerques más, no quiero que le toques otra vez, no quiero verte a menos de un kilómetro de distancia de él ¿Me escuchaste?
-Te escuche- dijo entre risas- pero hay un problema... Tu primo me tiene las mismas ganas que yo a el, tu primo quiere que lo toque igual que yo a él, tu primo... tu primo me quiere a un kilómetro pedo dentro de él.
Christopher estaba furioso, Samantha lo vio todo en cámara lenta. El puno que se dirigía al rostro de Harry, certero, lleno de fuerza... vio la sangre brotando de la herida que le abrió en la mejilla por la fuerza, la expresión de Harry, su rostro contraído por el dolor. Y después se desato el infierno, Harry tomo a Christopher por el cuello de la camisa, con fuerza, pero ninguno retrocedía. Ella estaba frente a ellos, no sabía que hacer pero estaba segura de algo... nadie perdía contra Harry... y eso era algo muy jodido.
-Cabrón- escupió con roña en el rostro del moreno.
-Imbécil.
Y hubiera sido lo último que hubiese dicho si no se hubieran interpuesto entre ellos tres cuerpos. Liam, Niall y Zayn que le veía con rabia por agredir a su chico.
-Ya va, ya va... dejen el show para después.
Zayn fue a por Christopher cuando quería volver a golpear a Harry que se tomaba con fuerza la mejilla donde le había abierto la herida. Samantha aprovecho el momento y tomo a Harry del brazo llevándolo hacia la enrejada que daba acceso al estacionamiento, decidida a alejarlo de allí antes de que fuera tarde y pudiese localizar a Louis... pero nunca nada salía como lo planeaba.
Habían llegado al estacionamiento entre las miradas absortas de todos los que les rodeaban. Estaban a menos de tres metros del auto de Samantha cuando una risa chocosa y fina rompió el silencio en que se había sumergido la preparatoria.
Harry volvió la vista hacia la chica con la sonrisa empalagosa y entonces lo vio. Recostado en el capo de una camioneta negra, con sus manos alrededor de la cintura de una chica insignificante, cabello castaño, piernas largas, vestimenta de puta... nada nuevo, nada que valiera la pena. Freno en seco haciendo tropezar a Samantha. Esta se quejó pero cuando vio la escena supo que no había nada más que hacer, Harry estaba enojado y la verdad prefería que explotara con otra persona.
-Te veo después Harry, por favor no te metas en muchos problemas- dijo Samantha y fue hacia su automóvil donde sorpresivamente estaba Niall recargado- ¿Qué?- le pregunto cansada.
-Solo quiero hablar contigo...
-Sube.
Y se fueron juntos, dejando atrás a un Harry furibundo.
Camino disidido, con pasos fuertes, enojado. Llego a la pareja que no se había percatado de su presencia. El habiente estaba pesado, todo el mundo observaba los pasos de aquel imponente chico.
-Louis- apenas dijo.
Louis abrió los ojos, su cuerpo se sacudió por la excitación de oír su nombre salir de la boca de aquel hombre.
-Harry...
No podían moverse, se observaban fijamente, luchaban en silencio.
-Vámonos- gruño Harry.
Todo estaba en silencio, Louis sintió el tirón de su corazón al recibir aquella orden. Si, le seguiría a cualquier parte, a donde aquel magnifico hombre le dijera. Le seguiría al mismísimo infierno.
-¿Loui?- la voz de Eleanor le bajo de su nube- te vas a ir con ese o te quedaras conmigo bebe?
Harry gruño, era un hombre posesivo... no, no lo era, solo con Anne, Gemma y Samantha... pero Louis... él era suyo.
-Vámonos- repitió.
-Lou?- volvió a decir Eleanor obviando a Harry.
-Maldita sea Louis, vámonos ahora!
Louis sonrió, su entrepierna empezó a cobrar vida, Harry estaba tan sexy, tan varonil con su rostro golpeado, su ceño fruncido y la vena saltándose del cuello por su enojo.
-¡Loui! Contéstame bebe- Y eso fue lo que hizo explotar a Harry.
-A ver perra, que te quede claro una cosa, Louis está contigo cuando no estoy presente, eres algo así como un regalo de consolación, solo eres eso pero ahora estoy aquí, estoy aquí por él y no puedes tener lo que es MIO cada que te de la gana, Louis ira conmigo ahora porque le pongo más que tú con solo una orden, Ya te diste cuenta? Le gusta que le traten como a la perra que es y para eso solo yo, quita tus putas garras de mi propiedad y vete a cogerte a otro pobre que necesite tus servicios- Vio a Louis y su sonrisa de idiota y su pene dio un tirón de excitación- Louis, vienes aquí o tendré que ir a por ti?
Eleanor abrió la boca a mas no poder, todos se exaltaron al oírle decir eso, Eleanor era la típica chica popular y zorra pero nadie se había atrevido a decirle ni una sola palabra...al menos no a la cara. Louis quito las manos de Eleanor de su pecho y con la cabeza en alto y mordiéndose el labio fue hacia Harry, tomo su mano y le jalo a su camioneta. No le importaba dejar su motocicleta en plena escuela, no le importaban las miradas que les daban.. Solo importaba que el culo de Louis Tomlinson se balanceaba en sus narices guiándolo a su camioneta para dejarle joderlo.
*
No eran nada sutiles, restregándose a mitad del pasillo de la sala, el silencio de la casa era opacado por los constantes gemidos y jadeos de aquellos dos hombres urgidos por mas contacto.
Mientras más partes tocaban más ansiosos se volvían, la habitación estaba lejos, no podrían durar sin tocarse y ni hablar de subir escaleras, sería demasiado para ellos. Harry abrió la primera puerta que encontró, no pararon a pensar donde estaban, la luz apagada los dejaba en penumbras, cerrando la puerta a sus espaldas, besándose con urgencia, tocándose por encima de la ropa, restregándose las prominentes erecciones. Cuando la luz fue encendida y se encontraron con un gran espejo y un lavabo enorme repararon en que estaban en el cuarto de baño. Rieron entre besos, estaba tan entretenidos en tocarse que ni siquiera pensaron en salir de allí y buscar una cama, no, estaban demasiado ansiosos y enojados el uno con el otro que solo querían hacer lo que tenían en mente todos los días desde que se conocieron.
Harry tomo a Louis por el trasero, estrujándolo y masajeándolo, con cuidado y a la vez con una rudeza placentera. Louis mordió el labio de Harry haciéndole una pequeña herida, su lengua paso por ensima de esta y la poca sangre que salía se mescló con la saliva que no paraban de
producir. Las piernas de Louis terminaron enrollándose a la cadera de Harry y sus erecciones volvieron a encontrarse con una fricción dolorosa y excitante. Harry lo llevó a hasta el lavabo, sentándolo sobre aquel gran espacio, pegando su espalda al inmenso espejo donde podría verse aquella excitante escena.
Sus labios se juntaron ahora con más calma, dejando un poco el odio que sentían por el otro. Sus labios se encontraban suavemente, sus lenguas salían a encontrarse antes de que sus labios se tocaran, mordidas, gemidos, Louis tomo la nuca de Harry atrayéndolo hacia él, sus lenguas tocaban partes que no sabían que tenían dentro de sus cavidades. Las manos de Harry recorrían el pecho de Louis, sin esperar más tiempo Louis llevo sus manos al inicio de la camiseta de Harry y la levanto lentamente, sus yemas rosaban cada parte de su pecho, cada tatuaje, cada musculo.
Harry imito la acción, levantó la camiseta de Louis con ansia, quitándosela incluso antes de que se la quitara a él. Louis termino unos segundos después. Se miraron a los ojos mientras lentamente Harry se acercaba al pecho de Louis y le besaba justo donde el diafragma, sus manos encontraron sus pezones y los masajeaban lentamente. Louis cerró los ojos, su cabeza se acoplo al espejo y se dejó hacer. Desabrocho sus pantalones y lentamente los fue bajando hasta que Harry le ayudo a quitarlos por completo junto con sus bóxers dejando su miembro erecto en libertad. Harry, desesperado por ver el miembro de aquel perfecto hombre desabrocho sus pantalones y los bóxers y quedo igual que Louis, los dos juntándose mientras que las piernas de Louis se enrollaban en su cintura. Fricción, gemidos, jadeos, fricción.
-Por favor, déjate de bromas y empieza a hacer algo Harry.
Complaciéndolo tomo su miembro entre su mano y empezó a masturbarlo, lentamente, haciéndolo arquear la espalda. El ritmo fue aumentando por los empujes de Louis a su mano, más rápido, rápido hasta que Harry paro y empezó a repartir besos desde su mandíbula, clavículas, esternón, sus tetillas, su ingle y finalizando en su glande. Le beso, le acaricio y cuando Louis jadeo con ganas se la metió a la boca.
-Santa mierda...-jadeo Louis.
Harry daba lametazos y succionada con ganas, masajeando sus testículos. Su cabeza subía y bajaba a la vez que Luis tomaba su cabello entre sus dedos y le alentaba a ir más profundo. Harry restregó suavemente sus dientes en se pene, haciéndole gruñir y cerrar los ojos con ganas, dándole placer. La habitación estaba en llamas, se sentía el acaloramiento del momento, sus cuerpos destilando testosterona.
-Oh por... oh... Ha..Harry..Oh para, para que me voy a correr...
Y Harry paro, no porque quisiera, lo hizo porque no quería que terminara todo tan rápido. Dejo que su lengua recorriera cada parte de su erección hasta que estuvo fuera y deposito un pequeño beso en el glande, sonriendo, con las mejillas rosadas y los labios hinchados y rosas.
Subió hasta que sus ojos se encontraron y sin saber cómo ya se estaban devorando la boca, sintiendo el pre semen que se había colado en sus labios, Louis estaba casi deshecho, estaba perdido entre tantas sensaciones.
-Vamos bebe, aguanta, tenemos un asunto pendiente...
Harry tomo a Louis en sus brazos, bajándolo del lavabo, besándole la oreja y mordiendo su lóbulo. Le dio la vuelta quedando frente al espejo, veían sus miradas perdidas por la lujuria y el placer, sus cuerpos desnudos y juntos, rojos por el calor que emanaban. Harry llevo una de sus manos al trasero de Louis y besando su espalda, sus hombros busco su entrada con los dedos, Louis gimió al sentirlo, rosando y masajeando su entrada, tratándola con cuidado, con admiración. Harry bajo sus besos pos su columna vertebral, hasta llegar al inicio de su trasero, besando, mordiendo, salivando en el poseso, succionando, chupando, dejando marcas de amor claras para que supieran que Louis era suyo.
Harry llevo sus dedos a la boca de Louis que al momento se los metio a la boca y los chupo con ansias, entre jadeos adrenalina, con el corazón bombeándole con fuerza. Harry sentía a Louis, sus ansias y sumisión hacia que se pusiera más duro de lo que ya estaba.
Sin aguantar un momento más saco sus dedos de su boca y los llevo a su entrada, sin importarle el dolor que pudiese sentir. Le tomo de la nuca bajando su cabeza al lavabo, viendo su reflejo imponente en el espejo y la sumisión de Louis. Metió dos dedos sin importarle el grito de dolor de Louis e hizo su trabajo rápido, dilatándolo con velocidad porque, realmente la entrepierna le estaba matando.
-Harry... Maldita sea cabrón.... me.. ahh... me vas a reventar....
-Eso es lo que quiero- dijo al tiempo que besaba su cuello dejando más marcas.
Louis levanto la cabeza y vio por el espejo la cara de Harry, con los ojos semi abiertos, la cabeza echada hacia atrás y su erección prominente. No aguantaría más, lo quería a él, hacía mucho que lo quería a él... y no solo en el sexo... lo quería para siempre.
-Vamos Harry, hazlo ya... por favor.
Harry abrió los ojos encontrándose con esos iris azules que le pedían a gritos hacerle suyo. Y con un rápido movimiento sustituyó sus dedos por su pene, fue rápido y certero. Gimió mientras Louis jadeaba por mas, tomo sus caderas y empezó a moverse rápido, con ansias, besándole la espalda, gimiendo en el odio de su Louis. La piel contra piel, el sonido de sus suspiros y el calor era lo que llenaban ese baño.
Harry abrazo a Louis, llevando sus manos a su pene, masajeándole, masturbándole, dándole más placer del que podía soportar. Louis giro la cabeza y Harry aprovecho el momento para encontrar sus labios, los gemidos que Louis dejaba en sus labios le hacían montarle con más ansias, estaban tan deseosos del otro que sabían que no aguantarían tanto, no podían aguantar mucho más. Louis gimió cuando Harry toco su próstata, grito con fuerzas mientras le mordía el labio, Harry sonrió para si, sonrieron entre besos antes de que el calor los inundara y el cosquilleo en sus ingles les avisara lo inevitable.
-HARRY!-grito Louis corriéndose en su mano y parte del lavabo, dejándose caer en este, viendo su reflejo de reojo. Viendo la cara de éxtasis de Harry al entrar en el con fuerza y desaceres en su interior.
-LOUIS!-grito a la vez que dejaba su semilla dentro de él.
Abrazados, sin fuerzas... Harry se puso de pie, atrajo a Louis hacia él, le dio la vuelta y dejo un pequeño beso en la punta de su nariz.
-¿Que putas estás haciendo conmigo cabrón?- le dijo con una sonrisa en el rostro.
-Lo mismo que tú me estás haciendo a mi hijo de puta.
Se besaron, lentamente, sin apuros...
Hasta que la puerta de entrada se abrió y cuatro pequeñas niñas entraron a la casa.
-¡¡LOUIS!! LOOOOOOOOOOOUI!- gritaban las gemelas.
-Mierda...- dijeron al mismo tiempo.
Se habían metido en un buen lío.
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Espero les haya gustado este capitulo :3
(Si no tiene comentarios me tarare mucho en hacer el otro, quiero opiniones, criticas constructivas, por favor)
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Capitulo XII: El primer paso. Marcel abrió los ojos, estaba en su habitación, el sudor le resbalaba por la frente, sentía su pecho subiendo y bajando con apuro, su corazón palpitando alocadamente, un nudo en la garganta y unas ganas insoportables de llorar.
No soportaba, no quería soportar a Harry un momento más, a su mente llegaban imágenes que no eran suyas, estaba Louis, sus besos, sus miradas... cuatro niñas fascinadas al verlo, tocando sus tatuajes, jalándole el cabello, riendo con el mientras Louis se sonrojaba, recordaba anécdotas y risas que no debería de recordar, que no quería saber... él no quería nada de Harry... aunque tener a Louis Tomlinson no era tan malo... Louis Tomlinso había sido alguna vez su amor platónico, lo había observado por horas, le había ayudado sin que se diera cuenta con sus tareas, dejaba los libros que necesitaba listos para el en la biblioteca, le había ayudado con sus trabajos inconclusos diciéndole a los profesores que él lo supervisaba, le había anhelado y venerado por dos años hasta que su supo que... Louis no sabía quién era Marcel Cox.
No podía volver a pensar en el de esa forma, no perdía porque una vez más, Harry se había quedado con algo que él quería.
Vio su celular, eran las tres de la mañana de un miércoles, las tres de la mañana y no podía dormir, era de madrugada y lo único que él quería era hablar con alguien, quería gritar, escupir insultos hacia una persona que no existía más que en su imaginación... pero no tenía a nadie. Samantha odiaba con toda su alma que le despertaran su un sueño, si le hablaba la tendría al otro día recriminándole su llamada y Christopher, según lo que recordaba, en esos momentos le odiaba. No tenía a nadie... y en ese momento lo recordó.
Tomo en sus manos aquel aparato que ahora mostraba que eran las tres con cinco de la mañana y abrió sus mensajes, busco entre todos y lo encontró... Stand, él dijo que quería quedar con él, él era un chico que los barrios olvidados que tal vez estaría despierto a esa hora... podría mandarle un mensaje y esperar una contestación.
Stand,
Se que probablemente estés dormido en este instante pero verdaderamente necesito a alguien que me escuche y que mejor que contarle mis problemas a un extraño, siempre han dicho eso... no hay mejor persona para escucharte que un extraño y pues... quiero que seas ese extraño... me
dijiste que podríamos salir algún día y me gustaría que fuera lo más pronto posible, espero no molestarte y si lo hice lo siento.
Marcel.
Cerró los ojos, ¿Habría hecho bien? ¿Y si lo tomaba como un niño estúpido? ¿Y si solo quería ser cortes? Pero antes de que alguna respuesta se formara a sus preguntas su celular vibro anunciando un nuevo mensaje.
Marcel, no creo que algún día llegues a molestarme, si quieres que vaya a por ti en este instante o hago solo madame tu dirección :)
Mentiría si dijera que no estaba feliz, tal vez Harry podría tener fiestas, alcohol, sexo y a Louis pero nunca tendría a Anne, Gemma, Samantha ni a Stand... y mucho menos a Christopher. Le envió a Stand el mensaje con su dirección y calculo que podría tardarse una media hora, tomo alguna de su ropa que no era tan anticuada ni tan.. Harry. Un pantalón holgado de mezclilla obscura, una camisa a cuadros roja con negro y sus botas, hizo su mochila porque no estaba dispuesto a faltar a la escuela de nuevo, se peinó y sonrió, sonrió como no lo había hecho desde el día que le dijo adiós al mismo hombre que vería en unos minutos.
Todo estaba sumido en la obscuridad, todo a su alrededor era negro, nada tenía color... recordaba eso, el estar perdido, el no saber exactamente donde estas ni que haces. Tomo sus cosas decidido a irse, a hablar con alguien que quisiera escucharlo.
Bajo las escaleras lentamente, con cuidado de no despertar a nadie, sintiendo la adrenalina de salir de su casa sin que nadie lo supiera... de tomar los riesgos que nunca había tomado. Cuando llego al piso de abajo pudo ver una luz desde la sala, se asomó tratando de que fuese quien fuese la persona que estuviese allí no le escuchara. Asomo la cabeza y vio a su madre acostada en la
sala, frente a la televisión viendo una novela romántica parisina, ella volteo la cabeza como si supiera que alguien estuviese allí y sus miradas se encontraron, ella sonrió, Marcel quería huir pero no podía.
-¿A dónde vas a las... casi cuatro de la mañana Marcel?
-Ahh...yo...yo no... amm....- dejo al descubierto su cuerpo y fue hacia ella, se sentó en el mueble a su lado y tomo su mano como muchas veces ella lo había hecho- Solo he quedado con un amigo ma... quiero hablar con alguien y confío en él, no quiere decir que no confíe en ti pero... en ocasiones odio que mi mejor amiga sea mi madre... eso es muy.. amm... muy para niños de primaria. o
Anne sonrió, sus perlas blancas quedaron a la escasa luz del salón.
-Te entiendo bebe, tu madre no puede serlo todo para ti...
Una motocicleta estaciono a la entrada de la casa, un chico con ropa un poco desgastada, casi con el estilo de Harry se quitó el casco y saco su celular, marcó un número y el celular de Marcel empezó a sonar.
-Han llegado por mí- anuncio sonriendo.
-Pues ve, no puedes hacer esperar a ese chico bebe...
Marcel le abrazo, ella le correspondió y cuando se separaron y Marcel abría la puerta escucho un
vago: Espero que sea el indicado...
Marcel no pensaba así, mientras veía a Stand sentado sobre su moto, sonriéndole con esa sonrisa de media luna que era capaz de parar mil corazones su mente, inconscientemente, pensaba en Louis Tomlinson y maldijo a Harry por fijarse en él, por traerle recuerdos que no quería por hacerle pensar en aquel estúpido que no sabía quién era y perderse al maravilloso chico frente a él, ese que fue a su casa a las cuatro de la mañana porque quería hablar, ese que le sonreía como loco por verlo y lo que era mejor no le juzgaba, que no le miraba por arriba del hombro como si fuese menos que él.
-Hola- saludo sonrojándose cuando llego a su lado.
-Hola- dijo Stand en una sonrisa.
Marcel podría jurar que algo dentro de él se revolvió, algo dentro de él se fundió... o revivió. Stand tomo su mano y como en una de las tantas novelas que Marcel había leído beso la parte frontal de esta. Estaba decidido, Stand era el hombre de sus sueños.
-¿Quieres ir a algún lugar en especial?- pregunto atrayéndolo hacia el para ayudarle a montar en la parte trasera de la moto.
-No conozco muchos lugares fuera de un área de tres kilómetros... tu elige...yo solo quiero gritar.
Stand lo pensó por unos segundos, sonrió y puso en marcha el motor.
-¿Gritar hee...? Se dónde está el lugar perfecto para eso a las cuatro de la mañana...
Marcel sentía el aire alborotando su cabello, sus lentes estaban en su manos para que no resbalaran, sus manos a la ves abrazaban el cuerpo de Stand que sonreía al sentirlas apretarse en su cintura. No podían negar que entre ellos había surgido algo, que había entre los dos algo más haya de una amistad inesperada. Pasaron veinte minutos y al fin estacionaron en un parque desierto, a las afueras de la ciudad, lejos de la vista del ojo mundano. Parecía un parque de cuento de hadas, con una banca en medio del césped lleno de hojas y los árboles secos sobre sus cabezas. Todos era callado y el frió de la mañana les abrazaba.
-Ahora si Marcel, grita todo lo que quieras.
Y Marcel lo hizo, mientras Stand le observada con fascinación desde la banca solitaria Marcel grito a los cuatro vientos, primero un grito sólido y desgarrador, solo aire saliendo de sus pulmones y después empezó con sacar todo lo que le envenenaba.
-¡Te odio! ¡Te odio con todas mis fuerzas! ¡Odio que siempre seas mejor que yo en todo! ¡Odio que te pesan las mejores cosas, que puedas disfrutar de una vida que no es tuya! ¡Quisiera que estuvieras muerto, quiero acabar contigo, quiero que te pudras en el interior de mi mente, que no salgas nunca, que te vayas, que no me estorbes más, que me dejes hacer mi vida!
Las lágrimas salían sin razón, él se sentía libra al decir todo eso y no se explicaba las lágrimas que le abandonaban, como si no fuesen suyas.
-¡Odio que seas parte de mi, odio cada cosa que has hecho conmigo, te odio más de lo que algún día podría odiar a alguien! ¡Eres lo peor que le ha pasado a mi familia! Me destruyes y destruyes todo lo que tocas! ¡No sabes nada sobre el amor ni al amistad ni nada remotamente cerca al cariño!
Stand estaba sorprendido pero no decía nada, quería ayudar a Macel, quería que se sintiera libre y no era nadie para pedirle explicaciones.
-¿Y sabes qué más?- dijo en una risita histérica- No puedo terminar contigo porque si lo hago terminaría conmigo y con las personas a mi alrededor... y yo quiero vivir, tener una vida, enamorarme, casarme, tener un trabajo, una carrera, una familia... y eso tu no lo podrás tener, nunca! NUNCA!
Y devastado pero al fin liberado del nudo en su garganta se dejó caer al suelo, sin importarle que el barro se pegara a sus pantalones, que Stand pensara que estaba loco, que le dejara solo... no importaba nada porque estaba seguro de que Harry había sentido el odio que quería transmitirle... estaba seguro que el que lloraba era ese usurpador y no el.
-Lo sabes Harry- susurro solo para el- sabes que no existes y que nada de lo que tienes es real, no existes y estoy agradecido por eso.
Marcel sintió unos brazos a su alrededor, unos labios pegados su nuca y un par de piernas rodeándolo en el suelo, eran dos hechos uno sin tener que hacer algo sexual, eso era estar conectados verdaderamente, pero una mirada azul y un cabello castaño se apodero de la mente de Marcel, imaginaba a Louis Tomlinson mientras el hombre perfecto le abrazaba. Se sintió mal pero él estaba seguro de que ese era Harry, que Harry estaría pensando en Louis... pero no, no era Harry.
Se quedaron abrazados por horas, hablando sobre cosas sin sentido, realmente estúpidos... hasta que el sol salió con las nubes tapando parte de él, dejando el día nublado y perfecto para estar con alguien especial.
-Son las siete Marcel, es hora de ir a la escuela... y lo digo por ti que mira que yo ya la he terminado y estoy en un año sabático.
Sonriéndose se levantaron del suelo, se sacudieron la tierra que se había pegado a sus ropas y volvieron tomados de la mano a la motocicleta, Stand ayudo a Marcel a acomodarse y fueron hacia el instituto. Marcel le abrazaba como si fuese a desaparecer en cualquier momento, Stand estaba feliz de haber encontrado a Marcel aquel día.
Después de casi diez minutos de viaje llegaron al estacionamiento de la escuela donde todos abrieron paso a aquella "pareja". Todos los que se encontraban allí quedaron boquiabiertos al ver que era Marcel Cox el chico que había llegado con un cambio de estilo radical, un chico guapo en una moto y una sonrisa esplendorosa.
-Quieres que salgamos después en una cita sin gritos ni lágrimas?- bromeó Stand cuando Marcel bajo de la moto y se situó frente a él.
-Me encantaría- respondió sonrojado.
Stand llevo una de sus manos a la mejilla de Marcel, recorriéndola con cariño en aquello moretones que según él se había hecho al caerse en su cuarto por estar distraído y lentamente, llevando un mechón de chinos tras su oreja lo atrajo hacia él.
Todo el mundo contuvo la respiración... no se escuchaba ni un solo ruido, Marcel se acercó hacia
el y sus labios chocaron suavemente, como una caricia, solo se tocaron, no fue nada más que eso para los demás pero para ellos dos fue una subidón de adrenalina.
Un chirrido los saco de su ensoñación y vieron a Louis Tomlinson con el ceño fruncido viendo en su dirección. Marcel se sorprendió y Stand sonrió...
-Louis Tomlinson, mi mejor amigo... ¿Como has estado?
Marcel abrió los ojos, Louis no reaccionaba.
-Bueno- dijo ha Marcel- creo que te llamare luego.
Y le beso la mejilla con delicadeza. Hizo sonar el motor y se fue dejando todo un acontecimiento a sus espaldas.
Marcel se giró y entro a la escuela dejando a Louis con una ira inhumana al verle besándose con el que había sido su mejor amigo... y no entendía por qué la ira o los celos mal infundados y eso le hacía enojarse más.
-Louis- dijo la voz de Zayn a sus espaldas- creo que es un buen momento para ir a con Marcel y preguntarle que hacia Harry Styles en su casa....
¿Qué?
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No es capitulo- "Opiniones". Bueno, este obviamente no es un capitulo -perdón si lo creyeron así, ya voy a la mitad del otro, lo publico mañana- pero quiero que me digan que pareja shippean mas:
Larcel
Larry
Starcel (Stand y Marcel)
También quiero que me digan opiniones o cosas que quisieran que pasaran en la novela. No me gusta hacer novelas largas, solo de unos XX capítulos pero esta la quiero extender mas pero necesito que me den ideas porque cada capitulo que escribo sale en el momento, ni siquiera me he planteado como terminara y para eso necesito su ayuda... así que den opiniones, puntos de vista cualquier cosa que quieran :3
Les agradecería si me apoyan con eso :3
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Capitulo XIII: Pasado, presente y futuro.
Louis no volteo a ver a Zayn después de sus palabras. Sus pies actuaban involuntariamente, se movía sin saber porque solo con una cosa en la cabeza, Stand había vuelto, Stand estaba de regreso y tenía el descaro de llamarle amigo después de lo que había hecho, creyó haber dejado todo en el pasado pero ahora se daba cuenta de que nunca podría huir de él. La campana aun no sonaba, faltaban alrededor de diez minutos para que las clases comenzaran, busco a Marcel con la mirada, decidido a preguntarle por qué Harry Styles había estado en su casa, por qué Harry Styles vivía en su casa.
Seguía con la mirada las siluetas frente a él, los colores, formas hasta que vio aquella mata de risos que le recordaban a Harry, realmente se lo recordaba. Fue hacia él, con pasos firmes, decididos. Marcel le daba la espalda, no había notado su presencia, estaba tomando los libros de su casillero, perdido en su mundo. Louis paro a su espalda, muchas preguntas invadían su mente, ¿Y si Harry y Marcel eran familiares? ¿Y si realmente se conocían?
Enojado nuevamente por no tener las respuestas tomo con fuerza el hombro de Marcel y le hizo dar la vuelta, pegándolo con un ruido sordo a los casilleros, mirándole a los ojos tras los grandes lentes, el cabello sobre su frente, su mirada perdida y miedosa, no, Marcel no podía ser algo de Harry... aunque había un parecido.. Se parecían mucho. Le observo anonadado, perdido en aquellos orbes verdes y después vio los moretones, casi iguales a los que le había hecho a Harry, el golpe en su mejilla, los morados, y su cabeza daba vueltas... ¿Cómo se había hecho aquellos morados? ¿Que podría hacer Marcel para meterse en problemas? Su cabeza decidió dejar todo de lado y solo hacer una pregunta: ¿Que hacia Harry Styles es tu casa? Solo debía preguntar eso pero por algún motivo inesperado su boca pregunto otra cosa.
-¿Que hacías con Stand?
Marcel se asombró, abrió los ojos casi haciéndolos salirse de sus orbes.
-¿Y tú quién te crees para preguntarme eso?
-Respóndeme.
-No tengo porque.
No, Louis no estaba contento con esas respuestas, el quería ver al Marce sumiso que había descubierto apenas hace unas semanas, quería que le temiese y le dijera de una vez por todas que hacía con es estúpido de Stand y porque le había besado aunque tampoco sabía por qué quería saberlo.
-Que me respondas Marcel.
-Discúlpame Louis pero no tengo porque decirte nada de mi vida privada, no te conozco, no me conoces, solo déjame en paz..
-¡Es que no puedes estar con él!- grito.
-¿Y porque no!?
-Porque Stand Gall en peligroso...
Marcel frunció el cenó, no creía, no creería, no quería hacerlo, no podría creerle que fuese peligroso, no, Louis solo quería joderle la vida como todos los estúpidos que le trataban mal.
-¡Púdrete Louis!- grito y se fue de aquel lugar dejándolo solo.
Louis lo veía alejarse y aunque no quería ir tras él algo lo hizo moverse, tal vez el recuerdo de Harry, ver la similitud en sus facciones, él necesitaba respuestas, las quería con ansias. Marcel iba con la cabeza gacha, a lo lejos podía ver a Samantha con Niall, no podía dejar que llegara a ella. Corrió por los pasillos semivacíos, llegó a su lado y cuando Marcel iba a voltear le tapó la boca y lo adentro a uno de los salones cercanos.
Marcel estaba harto, si Louis se hubiese comportado con el de esa forma años atrás estaría encantado pero no, hacia eso ahora que sabía muy bien que solo lo hacía para que dejara a Stand como si a él le importara que problemas hayan tenido en el pasado. La campana no tardaría en sonar, Marcel lo sabía y su paciencia iba en decadencia, podía notar la ira en su cuerpo, la irritación que Louis le estaba causando. No quería irritarse o meterse en problemas después de un gran inicio con Stand en aquel parque, pensó en sus brazos alrededor de él, sus labios en su cuello, sus caricias, su beso... su beso, nada rudo, tierno, no como el que Louis le había dado, admitió que el que Louis le hubiese dado su primer beso fue la gloria en su momento pero se arrepentía de no haber esperado un poco, ahora estaba seguro de que desearía regresar el tiempo y ser Stand el que le diera ese primer beso que tanto anhelaba. Pensar en él le relajaba, quería llamarlo y que fuera por el a la escuela, escaparse, ir lejos y gritar y besarlo y reír.
Dio un paso decidido a la puerta cuando Louis retrocedió pero una garra se aferró a su brazo.
-Ven para acá- ladró atrayéndolo con brusquedad- ¿Qué te pasó en la cara?
-Nada- respondió bajando la mirada olvidándose por un momento de su coraje- Solo soy torpe... por favor, solo sal de mi vida... o de esta parte de ella.
No fue necesario que dijera más, retiro se brazo del agarre de Louis y rogo por que fuera su último encuentro, caminó a la puerta con pasos flojos, todo lo que él había querido era dejar su frustración de lado y ahora estaba peor que antes, la puerta estaba cerca, estiro la mano y tomo la manija, pero la voz seria de Louis lo paralizo de nuevo.
-¿Qué quisiste decir con eso?
-¿Con que?
-Con que te deje en esta parte de ti vida.
¿Qué diría? ¿Qué podía decir? Hola, yo soy Marcel pero en ocasiones estoy tan jodido que me transformo en Harry, si, ese chico del que no puedes dejar de hablar como un imbécil, si, ese con el que has tenido sexo, si, pues mira, él no existe, en verdad soy y, lo siento. No, no sonaba muy convincente.
Marcel abrió la boca, no sabría que saldría pero algo, cualquier cosa ayudaría... y la campana sonó, abrió la puerta con rapidez y se perdió en el mar de gente dejando a Louis con una duda más ¿Será que Stand le había golpeado?. Louis frunció el ceño realmente molesto, no sabía porque le importaba ahora Marcel, no quería que le importara que Stand le pudiese hacer daño como era su especialidad, prefería pensar que Stand había cambiado, que se había rehabilitado y que Marcel podría cambiarlo. Si, era mejor pensar eso pero aún tenía una plática pendiente con Marcel y el tema del día era Harry.
Primera clase del día: Álgebra. Nadie ponía atención, todos estaban en sus universos, perdidos en cualquier cosa menos es las aburridas palabras del maestro frente a ellos, Samantha estaba medio dormida con la cabeza recargada en la palma de su mano, Marcel veía a la nada escuchando vagamente la clase pensando muy seriamente el llamarle a Stand e irse con él. Louis tenía la mirada clavada en la nuca del rizado, había algo en él, algo que o no quería ver o no podía hacerlo, el parentesco con Harry era inequívoco, no podía negar que eran algo solo que no le agradaba la idea de que ninguno de los dos mencionase al otro.
-Louis- le llamó Zayn- ¿Hablaste con Marcel sobre Harry?
Maldita sea, solo la mención de ese nombre y ya divagaba en la próxima vez que lo vería.
-No.
-¿No?
-¡NO ZAYN!- gritó y toda la clase dio vuelta y lo miraron, rojo, encolerizado sin razón.
-¿Algún problema señor Tomlinson?
Presión, sentía una presión en el pecho, enojo, rabia, tenía que hablar con Stand, nada sobre Marcel, no, esos eran asuntos pendientes. No podía obviar su regreso, no podía solo dejarlo
pasar.
-Váyanse a la mierda todos.
Tomó sus cosas y salió del salón no si antes darle una mirada a Marcel que le veía con los ojos como platos. Si, eso quería, que le temiera. Sus pasos resonaban en los pasillos vacíos, escuchaba al profesor gritarle que volviera pero sabía que si lo hacía solo seria para causar más problemas.
Llegó al estacionamiento, se subió a su camioneta, estrujó el volante en sus manos, encendió el motor y pisó el acelerador, nada, nada podía detenerlo de ir a donde aquel bastardo que alguna vez había llamado amigo. Recorrió la ciudad entera hasta llegar a aquellos barrio donde antes se desvivía, donde perdió al noción de la realidad y el tiempo gracias a aquellas personas que le utilizaron. La pequeña casa que se erguía al frente de color azul y con las puertas algo caídas, esa casa donde antes pasaba días, consciente, inconsciente.
Estacionó su camioneta en la acera viendo a todos lados antes de bajar, camino con paso decidido a la entrada donde ya le esperaba Caler, otro de los antiguos amigos nada bien recordados.
-Te estábamos esperando Loui, como siempre nunca nos decepcionas.
Marcel estaba tirado en el patio con la cabeza sobre las piernas de Samantha, el receso se había prolongado por una junta de maestros y tendrían dos horas libres, quería relajarse, olvidarse de todo por un rato, tratar de sacar todas las malas vibras que le llenaban en esos momentos.
Le molestaba que Louis le hubiese hablando, si, nunca pensó decir eso pero le molesto, le odio en pocos momentos. Él no tenía derecho de hablarle así de Stand, no, no podía decirle que él era malo, no tenía derecho a difamarlo de esa forma.
-Dime Marcel, dime todo lo que tengas que decir.
Samantha tenía una cosa, bien podría mandarte a la mierda si no estaba de genio, podía golpearte hasta sacarte la mierda si decías una sola cosa que le molestara, en ocasiones no quería escuchar a nadie y tenía más contras que pros tener su amistad pero si tenías un problema, por más estúpido que fuera y si tenía tiempo y ganas podrías decirle todo y nunca, nunca repetiría una sola palabra de lo dicho.
-Estoy harto, ya me estoy cansando de vivir conmigo mismo, ya no soporto esto Sam, en verdad que no... he llegado a pensar que el suicidio no es tan mala idea.
-Claro, resolver tus problemas de una manera tan cobarde, dejando la batalla sin haberla iniciado. Sabes que conmigo no hablas del suicidio Marcel, es una manera patética y estúpida de acabar con lo que te rodea y no hablemos del daño que le harías a Anne y a Gemma, yo te odiaría si lo hicieras, sabes que hablo en serio, te odiaría si te das por vencido y no derramaría ni una sola lagrima por ti, las personas que hacen eso por cosas estúpidas como las tuyas no valen la pena.
Ese era otro de los contras de su amistad, nunca media sus palabras, si un tema no le gustaba terminaba hundiéndote en el para no plantearlo de nuevo.
-Llorarías por mí- reafirmo Marcel sonriendo.
-Tal vez... unos tres lágrimas y ya.
Los dos, con una sonrisa en su cara se vieron a los ojos, nunca habían sentido una atracción el uno por el otro y eso hacia su amistad más fácil y duradera. Los dos eran tan opuestos que se repelaban, con ellos no funcionaba la teoría de los dominios, aquí los opuestos nunca se atrajeron. Perdidos en los ojos del otro, recordando momentos, años de amistad. No se dieron cuenta de la tercera persona que se había sumado al momento.
-Hola.
Los dos voltearon a ver a Christopher, el ambiente era algo raro, Samantha no tenía problemas pero la tensión entre Christopher y Harry era algo y aunque no estuviese presente en esos momentos Marcel sentía la incomodidad.
-¿Puedo sentarme?-pregunto cabizbajo.
-Obvio Chris- contestó Samantha.
-Amm... Yo... yo lo siento por eso- dijo apuntando el corte de la mejilla que le había dejado a Harry y ahora Marcel lucia.
-No importa, créeme que esto no ha sido nada.
-No podría imaginarme lo se seria tener a otra persona dentro mío... bueno, no de esa forma... ya sabes a qué me refiero... que otra persona gobierne tu vida a ratos, que haga lo que quiera con tu cuerpo... que sea más cool que tú.
-¿En verdad Chris? Es lo más humano que se te ocurre decirle a una persona que pasa por todo eso a diario... usa tu puto filtro, tienes tres carajo, tres filtros. El de la verdad, la utilidad y la bondad... Si no vas a decir algo bueno mejor cállate.
-Yo solo decía... oye, esto es raro ¿Sabes? En mi vida había tenido dos amigos en uno.
Marcel estalló en risas -Estúpido- dijo Samantha.
-Bueno, a lo que venía... Marcel, necesito tu ayuda con la puta algebra. No puedo, simplemente no puedo con tantos números y letras y signos y esas cosas que en mi vida voy a utilizar. Me habías ofrecido ayuda una vez, espero que aun estés dispuesto, te juro que no volveré a golpearte.
-No hay problema... ¿Te parece bien que empecemos hoy?- necesitaba una distracción y esa era perfecta.
-Pues si, no importa... entre más rápido aprenda más rápido me olvido de ellas.
Louis estaba sentado frente a aquel que se decía su amigo, estaban solos, nadie les interrumpía tras aquella puerta de madera forzada. No, Stand no podía haber cambiado, ahora se daba cuenta de ello.
-Así que... ¿Por qué has vuelto a Londres?
-Bueno, te extrañaba Loui, siempre fuimos buenos amigos... los mejores si no mal recuerdo- le dijo con una sonrisa de media luna.
-La clave en tu oración es el "fuimos"... ¿Por qué has vuelto a Londres?
-Tenía que estar seguro de que seguías vivo, me arrepiento de como termino nuestra amistad, siempre fuiste tan leal y nunca me fallaste y ¿Cómo te pague yo?
-Haciendo que me metieran en una clínica de rehabilitación...- le interrumpió Louis.
Stand gruñó.- Si, lo siento por eso... no podía quedarme, espero lo entiendas.
-Lo entendí en su momento Stand, supe los errores que había cometido mientras me amarraban a una cama en una cuarto solitario y frío, lo supe mientras los espasmos de la droga ausente en mi cuerpo de mataban, recapacite cuando vomitaba sin razón y el frio que producía mi mente me calaba en los putos huesos... pero caí en la cuenta de que nunca fuiste mi amigo cuando ni una sola vez fuiste a verme, nunca en los cinco meses en que me encerraron... nunca apareciste como cuando yo lo hacía y cuidaba de ti y tus mierdas.
-¡DEJA DE VIVIR EN EL PASADO!- gritó enojado.
-Es en el único espacio de tiempo en el que tendría algo que ver contigo de nuevo.
-Louis, fuimos mejores amigos, hermanos... nos teníamos cuando nadie más nos apoyaba, eras tu y yo Louis, tu y yo siempre, frente a todos, contra todos, por encima de todos. Podemos volver a eso, podríamos volver a ser los mejores amigos. He cambiado, ya no soy el mismo.
-No Stand, entiéndelo- estaba harto, no había ido a eso, no quería una reconciliación- ahora tengo mejores amigos, verdaderos amigos, unos que si se preocupan por mí y no envuelven mi
mundo con mierdas como tú lo hacías, piensa bien en lo que haces de ahora en adelante, yo y mi dinero ya no estamos para ti.
Se levantó de la silla, fue a la gran puerta dejando tras él al hombre más enojado que había visto y entres de salir, por algún motivo desconocido de oyó decir: Y deja a Marcel fuera de tus mierdas.
El día no pasaba rápido para nadie, Samantha ayudaba a Anne a hacer la comida mientras Gemma y su novio iba a una misteriosa visita al psicólogo de Marcel sin que este se enterara. Christopher no podía con más números, con más letras o ecuaciones. Marcel se desvivía explicando, tratando de que las formulas del algebra lineal se quedaran en su mente con ejercicios fáciles, solo llevaban una hora y ya escuchaba los lamentos de Christopher y sus maldiciones a los creadores de las matemáticas y a los de las escuelas. Una hora después Samantha se tiró en el mueble de la sala escuchándolo hablar a gritos sobre la importancia de las matemáticas y el por qué tenía que aprenderlas, los gritos de inconformidad de Christopher y los gruñidos de Marcel al repetir la misma frase cada dos segundos: Las matemáticas son importantes, las utilizaras toda tu vida aunque no de esta forma. Y la misma respuesta de parte de Chris: Pero ya se sumar, restar y multiplicar, eso es todo lo que importa.
Anne los llamó a comer, había comida italiana por toda la mesa, pasta, lasagna, pizza, risotto... y todo estaba delicioso. Devoraron los alimentos como si fuesen animales, como si no hubiesen comido en días. Anne solo reía, observaba a su Marcel, a su pequeño y débil Marcel... o eso era lo que
ella creía porque Marcel no era para nada débil, no era para nada un debilucho.
-Este es el mejor risotto que he probado en mi vida. ¡É la perfezione culinaria!- dijo Samantha.
-Oh, cállate Samantha- dijeron Marcel y Christopher al unísono.
Terminaron de comer Gemma y su novio Max entraron a la casa, Anne rápidamente fue a donde ellos. La casa quedo en silencio hasta que el timbre sonó y Marcel fue a atender.
Lo único que quería ver era a Louis Tomlinson en la puerta de su casa.
-¿Si?
-¿Esta Christopher?
Marcel le hablo a este y se despidieron, los vio subirse en la imponente camioneta negra y alejarse en silencio, como si nunca hubieran estado allí.
-Tengo que irme Marcel, nos hablamos después. Te quiero.
Después de un corto abrazo la vio a ella alejarse en su carro y quedo solo, su celular vibro y se olvidó de todos cuando el identificador decía STAND LLAMANDO.
Louis no podía dormir, no quería dormir. Todo era tan complicado y no tenía respuestas. Nada podía darle respuestas a lo que había escuchado. Gemma Cox, la conocía, era una chica popular en la preparatoria hasta que se graduó y fue a la universidad. ¿Pero por qué tantos ministerios con esa familia? Sus palabras estaban claras en su mente y no las entendía, no podía entenderlas. No sabía porque les había espiado, hubiera preferido no hacerlo.
-Se está apoderando de él.
-Si continua así podrán ser los dos a la vez.
-Si Harry sigue con esos problemas Marcel estará mal, ahora no solo será la cárcel. No puedo con eso, es mi hermano Max.
-Harry Styles tiene que irse.
-Harry no puede saber sobre Marcel.
Irse. Irse. Irse.
Esa familia escondía un secreto y estaba decidido a saber cuál era.
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Perdón si no es un capitulo bueno, les juro que no he dormido bien y la cabeza me va a explotar en algún momento. Les prometo hacer uno mejor muy pronto.
PD: Cumplo años el sábado, espero sus felicitaciones. xDDD
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Capítulo XIV: Fiesta y otras cosas. Viernes
Buenos días Marcel.
Despierta dormilón.
Estaré a las 7:30 en tu casa, no me obligues a subir por tu ventana y despertarte.
Marcel abrió los ojos encontrándose con todos esos mensajes en su celular, una sonrisa se apodero de él, Stand estaba acabando con él, estaba dándolo los mejores momentos de su vida. No había hablado con nadie sobre él, no le había contado a su madre o a Gemma, ni siquiera a Samantha, esperaba pasar tiempo con él, que le dieran su espacio sin preguntas tontas o acusaciones infundadas.
Stand quería hablar con él hoy, quería contarle una historia, su pasado. A Marcel eso no le importaba, él no era parte de su pasado, era y solo quería ser su futuro. Habían hablado por horas la noche pasada, habían dicho tantas cosas sin sentido, sentía ser otra persona cuando Stand estaba presente.
Se apresuró a ponerse un pantalón de mezclilla negro con unos vans azules, una camisa polo azul marino de manga larga y una chamarra negra. Tomó su mochila y bajó a desayunar rápidamente pensando que en unos diez minutos Stand estaría en la puerta de su casa, a un lado de su motocicleta, sonriendole.
-Buenos días Marcel- saludó Anne.
-Buenos días.
Los huevos con jamón que su madre había preparado relucían en la mesa como si fuesen esculturas, Anne siempre ponía la mesa como si de un restaurante se tratara, todos los días era igual y para Marcel era un regocijo comer en aquellas condiciones. Comió y comió hasta que su estomago estaba a punto de reventar y fue a lavarse
los dientes a la velocidad de la luz. Aun en el baño se miró al espejo, sonrió, como nunca lo había hecho... con algo distinto en su mirada.
-MARCEL- grito Anne- Un chico lindo te espera en la puerta.
Los nervios y esas mariposas en el estomago lo envolvieron. Salió corriendo del baño, se despidió de su madre y corrió hasta donde Stand que le recibió con un abrazo.
-Buenos días Marcle. Listo para ir a la escuela?
Pensó Marcel.
-Claro- contestó sonriendo.
-Pues en marcha.
El aire en su cara golpeaba fuertemente, sus risos danzando con la brisa, sus brazos acorralando la cintura de Stand, su nariz absorbiendo su aroma, su cerebro grabando cada uno de sus gestos, risas, cada momento. La forma de su nariz, sus ojos achicados por el viento, la destreza de sus manos al volante, sus pómulos rosados, su piel pálida, todo. No le importaba su alrededor cuando estaba con él. No le importaba el hecho de no saber nada mas que su nombre, no le importaba el hecho de que escondía algo, de que conducía como si quisiera morir sin importarle lo que dejara atrás, no le importaba que dijeran que Stand era malo, a él no le importaba nada, solo él, la persona a la que abrasaba en esa moto que iba a mas de 180 km/h.
El instituto estaba cerca, la hora de separarse de Stand estaba cerca. Lo abrazo mas, pegándolo a su cuerpo. Stand tomo sus manos con la suya mientras bajaba la velocidad para entrar al estacionamiento lleno de gente.
-No quiero- dijo Marcel en un puchero cuando llegaron a la puerta de la preparatoria.
-Tienes que ir a clases pequeño, estaré esperando por ti en la salida, dile a tus amigos que iremos a una fiesta esta noche.
Marcel se sorprendió, nunca le habían invitado a una fiesta antes, nunca a él, solo a Harry.
-Una fiesta? Nunca he ido a una...
Stand sonrió de lado, no le sorprendía esa confección pero le encantaba saber el grado de pureza de aquel hermoso chico de lentes enormes y sonrisa angelical. Lo quería, solo para él, nadie mas podría tenerle, Marcel Cox era suyo, solo suyo y no podía contra las ganas de protegerle... quería protegerle de si mismo pero no podía alejarle.
-Pues me alegro de ser tu primera fiesta... la verdad quisiera ser tu primer todo.
Y con esa confección le atrajo hacia él y le beso, suavemente, sus labios tocándolos con cuidado, demostrándole que no era malo, que cualquier cosa que pudiesen decirle era mentira... una mentira.
-Y yo quiero que seas el primero en todo- confeso Marcel con la mirada baja y las mejillas sonrosadas.
Stand sonrió y soltó sus manos pero en el acto pudo ver tinta negra marcada en una de las muñecas de Marcel. Un tatuaje. Marcel al ver aquella acción quiso retirar la mano pero Stand se lo impidió. Levanto la manga de la camiseta y observo las letras escritas en aquel pedazo de piel "Say Something".
-Que quieres que diga?- pregunto sonriendole.
Marcel volvió a sonrojarse y cuando la campana sonó deposito un pequeño beso en la comisura de su labio y salio corriendo a su salón dejando a sus espaldas a un chico peligros totalmente enamorado.
Las clases pasaban lentamente, ese día Louis Tomlinson no se acerco a Marcel mas de lo necesario sin embargo le observaba desde una distancia segura, estaba tratando de averiguar algo de los secretos que estaba seguro escondía. No puso atención a clases, no escucho su celular sonando, no presto atención a sus amigos. Marcel estaba feliz, quizás demasiado feliz. No dejaba se observar su celular, no dejaba de reír cada que su pantalla se iluminaba y él sabia por que, sabia que Stand no le dejaría y no es que importara mucho, no, no podía importarle pero Marcel no tenia madera para tratar con alguien como él. Demasiada inocencia en una persona.
-Louis- dijo una voz a lo lejos, su mirada aun en aquel chico de grandes anteojos- Maldita sea Louis, pon un poco de atención.
Reconoció la voz de Niall, volteo la vista y se encontró con tres pares de ojos, todos de distintas tonalidades y noto esa cara de percepción en Liam.
-Que pasa chicos?
-No, Que es lo que te pasa a ti?- demando Liam- No haz estado en este mundo desde la mañana.
-Es solo que no he dormido bien, ya saben...
-Es el tal Harry de nuevo?- pregunto Zayn enojado- Este estúpido que te golpeo como un saco de huesos y tiene a tu propio primo entre ojos para la próxima vez que le vea mandarlo directo a la morgue si se lo propone. Es un maldito psicópata Louis, nunca te habías metido en problemas por una persona, hay gente que se merece tu atención, tus sueños, tus palabras pero ese maldito loco no se merece si tu desprecio... yo solo te digo que si vuelve a poner un solo ojo en Christopher no podre contenerme. Me enferma que le vea, que lo observe con esos ojos de loco, tiene mas tatuajes que cualquiera de nosotros y todo lo que dice es a broma, no te esta tomando en serio, para él eres un juego mas y no puedes mentirte. No te ha llamado desde el incidente en la escuela, te cogió en tu propia casa, convivió con tu hermanas y después desapareció. Solo se atreve a verte cuando quiere sexo, solo le sirves para es...
Pero no pudo terminar gracias al golpe que recibió de uno de sus mejores amigos. Louis
respiraba furioso, sus orificios nasales se ampliaban y se cerraban con brusquedad, el golpe había resonado en la cafetería y todo estaba en silencio, Zayn estaba tirado en el suelo tocando su nariz dolorida. Niall y Liam fueron a ayudarle pero el rechazo su contacto. Christopher había ido a ayudarle, lo levanto del suelo regalándole a su primo una mirada de asco y lo saco del edificio con camino a los sanitarios. Samantha y Marcel les observaban, Liam y Niall se alejaron de él negando con la cabeza.
Había golpeado a uno de sus mejores amigos por Harry Styles. Ahora si estaba jodido. Tomo su celular del bolsillo decidió a llamarle y probarle a Zayn el error en el que estaba pero algo llamo su atención, un mensaje de un numero descendido. Abrió tal mensaje y su enojo resurgió.
Louis, Esta noche tendremos una fiesta de bienvenida, sabes donde, en la casa donde nuestra amistad surgió y se forjo, te espero a las once, puedes traer a tus amigos, te espero... Y lleva tu traje de baño.
Stand G.
Cerro los ojos conteniendo su enojo, cerro el celular y se levanto de su asiento decidido a ir a pedir perdón a sus amigos, no permitiría que Harry destruyera su amistad, no podía permitir que aquel hombre que solo lo buscaba cuando quisiera le derrumbara.
Niall y Liam estaban sentado- inusualmente- con Samantha y Marcel donde también estaba Danielle a un lado de Liam abrazándole. Fue a donde ellos y carraspeo para llamar su atención, cinco pares de ojos le observaron.
-Yo... lo siento, todo lo que ha dicho Zayn me ha afectado y no quería... lo siento.
-No tienes que disculparte con nosotros y lo sabes- le reprendió Niall.
-Ve a buscar a Zayn, él si vale la pena...
Christopher trataba de calmar al morocho pero este no dejaba de moverse por el dolor.
-Con una chingada Malik, deja de ser tan niñeta y deja que te limpie la sangre... ya esta seca, no te paso nada aguántate- gruño Chris.
-Eso lo dices porque a ti no te han golpeado, tu puto primo tiene mas fuerza de la que se le observa.
-Lo se, yo por eso no le digo nada y pensé que tu le conocías mejor, ahora quédate quieto y déjame terminar de...
Pero no termino porque unas manos se enredaron es su cabello violeta y le atrajeron hacia sus labios, un simple rose al principio se convirtió en una pelea a muerte, se devoraban, se retaban entre mordidas y roses. Los brazos de Christopher se apretaron el cintura de Zayn mientras este le tomaba con mas fuerza del cabello, estaban perdidos en la tensión sexual que había entre ellos. Se separaron
cuando sus labios empezaban a doler y el aire les faltaba. Zayn miro a Christopher y este le observo incrédulo, tomo sus cosas y salio del baño topándose con su primo en la puerta, con una sonrisa picara.
-Bueno, no has tardado tanto... ya me estaba preocupando por tu salud mental Chris, pensé que ahora te iban las chicas.- se burlo Louis.
-Ah, vete a tomar por culo cabrón!- grito sonrosado.
Christopher dejo el baño y a Louis y Zayn solos, tal vez no era una decocción muy inteligente pero estaba apenado y algo molesto por la reacción de su cuerpo, él era un jugador, él era el que hacía que ellos rogaran pero con Zayn todo era diferente, él podía con sus deseos.
-Sé que no es algo bueno que este aquí y que mi salud corre riesgo a tu lado pero quería disculparme, no debí reaccionar de ese modo pero todo lo que me has dicho es tan cierto que odie que lo dijeras como si nada, tu maldito vomito verbal me enferma Zayn, debes de dejar a las personas equivocarse... nada puede cambiar lo que siento por Harry porque ese cabrón se metió bajo mi piel pero yo no debí reaccionar así y quiero que me disculpes, no quiero arruinar nuestra amistad por ese imbécil que me tiene loco... eres mi hermano, no podría con eso.
Zayn solo le observaba, su mirada le retaba a seguir hablando pero ya no había palabras.
-Bueno, no pienso perder tu amistad por un golpe pero si lo haces de nuevo te lo regresare y con intereses.
Las clases continuaron normalmente, el reloj casi tocaba las dos en punto para salir, era viernes y el rumor de una fiesta en los barrios olvidados había corrido, todos querían asistir pero sabían que si no conocías a alguien por aquellos lugares sería peligroso asistir.
-Sam...-susurro Marcel para que el profesor no le escuchara.
-Queeee...-gimoteo Samantha medio dormida.
-Esta noche iremos a la fiesta de Stand...
-¿El chico de la otra vez?.. ¿El del bar?- pregunto ahora despierta.
Marcel se sonrojo, bajo la cabeza y asintió.
-¿¡¡POR DIOS MARCEL, SIGUES EN CONTACTO CON EL!!??- grito interrumpiendo la case y llamando la atención de todos.
Su enojo era entendible pero Marcel no lo aceptaba.
-¿Algo que quiera compartir con el resto de la clase señorita Samantha?- pregunto un enojado profesor.
-Nada- dijo en voz baja, apenada- lo siento.
La campana de final de clases resonó por las aulas y pasillos, todos tomaron sus cosas y salieron entusiasmados de los salones. Marcel se levantó decidido a irse pero cambio de opinión al ver a su amiga, entendía su enojo o desconcierto, su preocupación.
-Mira Sam, él es un buen chico, me trata bien y me quiere a mí, a Marcel Cox... él cuida de mí y me ensena el mundo con otros ojos... por favor, solo por favor deja que yo encuentre mi felicidad o mi mierda en este camino... junto a él.
Dio la vuelta dejándola en soledad, al llegar a la perta solo pudo escuchar un quebrado: ¿Y qué pasa con Harry? ¿Stand ya sabe de él?
Marcel salió de la escuela casi llorando, no se le había pasado por la cabeza la idea de decirle a Stand sobre Harry... pero tenía que hacerlo, tenía que advertidle que junto a él vivía una bestia, un depredador... un chupa vidas. Sus lágrimas estaban por caer hasta que vio a aquel chico frente a las escaleras, con una rosa en su mano y una sonrisa preciosa.
Todos le observaban pero no le daba la más mínima importancia, Marcel sentía celos por eso, no era justo que él pudiera andar por el mundo sin que le importaran las opiniones ajenas. Cuando llego a su lado y tomo la rosa que le ofrecía se recargo en él y deposito un pequeño beso en sus labios. Se escucharon los bullidos de sus alrededores y sintió la sonrisa de Stand en sus labios.
-Hora de irnos, iremos a tu casa por algo de ropa y pedirás permiso de quedarte en mi casa... confía en mí, nada te pasara.
Eso fue una orden, una orden que Marcel acataría sin problemas.
-Está bien, haré todo lo que tú digas Stand.
Cuando subió a la moto vio a Samantha salir sola con su mochila al hombro y libros en sus brazos, ahora la veía como nunca pensó, como una chica solitaria y pequeña, casi quebradiza. Ya no era fuerte ante sus ojos y pensó que tal vez ella no era fuerte, que todo lo que decían de ella era cierto. Era débil y rara... pero esa completamente su amiga, su hermana, la mejor de todas.
-¡SAM!- grito. Ella lo miro con la mirada perdida- Esta noche, por favor, te envío la dirección por mensaje... te quiero.
Y la moto arranco sin dejarle escuchar una respuesta.
*
Llegaron a casa de Marcel en menos de los usuales veinte minutos en coche, bajaron de la moto y entraron en la casa sorpresivamente vacía. No tardaron en ir a la habitación y escoger la ropa que Marcel DEBÍA usar esa noche. Stand se desvivió viendo en el closet de Harry pero Marcel no se lo impidió. Busco hasta encontrar unos pantalones que casi eran una segunda piel, una ramera de Spliknot, unos vans gastados color negro, una playera a cuadros roja y un traje de baño.
-¿Y el bañador para que lo quieres?- pregunto Marcel inseguro.
-Es una fiesta en la piscina tontito...-respondió guardando la ropa en una mochila al igual que ropa interior y sus lentes de contacto- Ahora llama tu madre y dile que te quedaras a dormir en casa de tu amiga y a ella dile que le diga a sus padres que se quedara contigo... y que lleve su traje de baño.
Marcel tomo su celular e hizo lo que Stand le dijo, le envió la dirección a Samantha.
-¿Por qué tienes ropa tan... tan no tu Marcel?- le pregunto un curioso Stand.
-Ammm... yo... es una historia...amm... un poco confusa...
-Espero me la cuentes hoy... yo te diré algunas cosas que no me gusta decir... te diré algunas cosas que considere mi pasado pero quiero que las sepas, que no me rachases una vez que sepas lo que he hecho y lo que soy.
-No es tan simple de explicar Stand...
-Quiero que nos tengamos confianza bebe, quiero que puedas decirme lo que te sucede sin problemas... quiero saberlo todo. Puedes confiar en mi como yo confiare en ti... solo somos tu y yo Marcel.
Marcel asintió, bajo la mirada y resoplo. Bajaron a la sala, dejo un mensaje a su hermana en la cocina y salieron de la casa. No podía negar que estaba ilusionado y emocionado de todo lo que estaba sucediéndole.
-¿Listo para la mejor fiesta de tu vida bebe?- pregunto Stand.
Marcel asintió y Stand acelero en la moto, dejando que el aire les congelara los rasgos de felicidad por haberse encontrado y estar juntos.
El viento les pegaba con fuerza, Stand esquivaba coches como loco perdiéndose entre el tráfico del centro, pasando por los grandes monumentos de Londres, integrándose en la ciudad entre sonidos, colores y personas. Vieron a los turistas tomar fotos y a los enamorados tomarse de la mano, a grupos de amigos sonriendo y bromeando, a personas apuradas por llegar a sus trabajos o a sus hogares. Escucharon las bocinas de los autos a su alrededor, los gritos de los niños, el sonido del río a sus costados, el viento soplando en sus oídos. Sus cuerpos estaban tan pegados que el calor empezaba a hacerse presente. El abrazo que Marcel le daba le hacía sentir querido, como una vez lo hizo sentir Louis pero de una forma totalmente distinta. Quería a Marcel pero no como se quiere a un amigo, lo quería para él, egoístamente, solo para él. Pasaron el puente y se integraron en los barrios olvidados, no eran de mala muerte pero escaseaban personas por la zona, eran barrios olvidados por la pobreza pero a nadie le importaba, tenían más libertad que en otros distritos.
Una casa azul enorme se levantaba ante su vista, era grandiosa aunque un poco dejada.
-Bienvenido a mi casa Marcel- dijo Stand estacionando frente al garaje- En esta casa ha empezado grandes historias... espero esta noche iniciar una nueva.
*
La horas pasaban rápidamente, Samantha y Christopher se preparaban para la fiesta, estaban encerrados en el cuarto de Christopher en casa de Louis, Samantha se sentía incomoda pero no podía repelar en contra de Chris, no le convenía. Este aventaba ropa por todas direcciones, el closet ahora estaba medio vació con la ropa tirada en la cama y parte del suelo, ella solo le observaba, ya se había puesto un vestido azul marido de chiffon, unas botas militares color café y una chamarra de mezclilla clara. El cabello lo tenía en una coleta alta con el cabello cayéndole sobre los hombros y el maquillaje natural. Christopher dejo de buscar al encontrar una camisa negra de los Rolling Stones, un pantalón de mezclilla deslavado y botas negras estilo militar, los dos llevaban en una mochila sus trajes de baño y todo listo, habían terminado. Solo eran las nueve y media de la noche, la fiesta era a las diez pero por petición de Louis llegarían hasta las once. Nadie sabía porque Louis quería ir a la fiesta al tiempo que hacia caras de desprecio cuando se mencionaba a Stand.
Se acostaron en la cama escuchando a Miley Cyrus mientras cantaban o gritaban, se reían y solo disfrutaban de las horas que pasaban. Cuando fueron las diez con veinte las gemelas entraron en la habitación brincando y subiéndose a la cama juntos a ellos para avisarles que Louis les hablaba. Salieron de cuarto mientras Christopher las cargaba para que no hicieran de las suyas en su habitación y bajaron los cuatro las escaleras con sus mochilas en mano, fueron a la sala y vieron a Niall, Zayn, Liam y Danielle sentados en los sillones, Samantha noto el rubor que se instaló en los pómulos de Christopher al ver a Zayn pero cuando vio a Niall todos sus pensamientos se fueron a ese rubio de ojos azules.
Louis llego a la sala con un atuendo casual, pantalones rotos, camisa sin mangas y vans negros, tomo las llaves de su camioneta, mando a sus hermanas a sus habitaciones y con una seña les alentó a salir de la casa, salieron y se repartieron en la camioneta de Louis y el auto de Samantha.
La ciudad estaba abarrotada, las calles llegas de turistas y londinenses. Estaban cerca, solo tenían que pasar el puente, recorrer un medio kilómetro llegarían a la casa azul de las pesadillas de Louis. Cuando las luces se iban opacando y los barrios olvidados resurgieron los recuerdos vinieron a él.
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No todo había sido malo en su momento pero supo que nunca estuvo bien, que cada que se olvidaba de su familia por Stand y sus amigos se habían equivocado porque él no había estado en esa habitación blanca, no le había dicho que le quería, no le había apoyado...
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Marcel estaba totalmente cambiado, Stand tenía un pantalón negro rasgado, una camisa negra pegada al cuerpo dejando a Marcel suspirando por su espalda y unas botas negras, nadie les había molestado por horas, estaban acostados en la cama esperando mientras la música y los gritos se escuchaban tras la puerta. Stand le abrazaba por el cuello, teniéndolo cerca con cada palabra que decía, no queriendo que se alejara por su pasado... aunque no todo se había quedado atrás.
-Entonces...-dijo Marcel- ¿Tú eras drogadicto?
-Sí.
-Y enviciaste a Louis Tomlinson y después le dejaste solo...
-Sí.
-Y por eso te odia... y por eso... por eso me dijo...
-¿Que te dijo?-pregunto receloso.
-Que eras peligroso... que no hay nada bueno a tu lado.
Stand se enojó, tan rápido como sus arranques de ira iban y venían, era violento, él lo sabía pero no quería hacerle daño a Marcel... pero Louis quería alejarlo de él, quería que se alejara, le había dicho que era peligroso... él no le haría daño a Marcel... nunca.
-¡No!- gritóYo nunca te haría daño, no a ti Marcel, nunca te tocaría si me dijeras que me alejara, nunca haría algo que no quisieras... tu eres como un comodín Marcel, puedo acudir a ti y no necesito nada más.
-Yo sé que no eres malo Stand, no lo eres... todo eso está en el pasado- Marcel se abrazó más a Stand- Prométeme que está en el pasado.
-Te lo prometo, no podría caer en eso teniéndote a ti Marcel, ahora tu eres mi droga, mi todo, eres una parte de mi mundo. Te prometo que nunca me veras con un solo gramo de coca en mi sistema, nada de drogas ni peleas, no podría soportar que quisieras alejarte de mí, no podría aguantar contigo lejos. Te quiero Marcel Cox, te quiero como nunca he querido a nadie, no sé qué tienes, no sé qué me has hecho que me haces necesitarte.
Marcel suspiro, era su turno de sincerarse.
-Bueno... ahora voy yo.
-Pues habla.
-Yo... yo soy Marcel Cox- Stand sonrió obviando esa respuesta- pero también... también hay alguien más... yo... amm... Harry Styles... es alguien... Como te lo explico?!
-¿Quién es Harry?- pregunto para ayudarle.
-Soy yo.
Stand rió, se levantó de la cama y fue a la ventana y en ese momento vio llegar a Louis Tomlinson en su imponente camioneta negra.
-Solo dime Marcel, ese Harry te molesta o algo?
-Pues sí... pero soy yo... Mírame- Stand volvió la vista hacia Marcel- Yo soy Marcel Cox eso lo sabes pero tengo otra personalidad, es un trastorno, soy dos personas en una, soy Marcel y Harry... yo soy dos personas en una.... soy Marcel y soy callado y reservado pero Harry es todo menos eso, no quiero que algún día me veas y pienses que soy un falso, yo no controlo a Harry, él vive para las fiestas y el sexo... yo...
-Ok... Esto es enserio?- pregunto ahora sentándose en la cama a su lado.
-No veo el porque te mentiría con algo así... no tengo porque mentirte.
-Bueno...supongo que tendré que conquistar a Harry porque no dejare que nadie más te toque.
*
La música llenaba el ambiente, las bebidas, el alcohol inundaba el aire, el cigarro, todo estaba obscuro, solo las luces que parpadeaban te dejaban ver caras distorsionadas, cuerpos bailando, apenas llevaban diez minutos en esa fiesta y sentían la necesidad de aire fresco, no podía verse nada, Samantha y Niall fueron por bebidas, Danielle y Liam fueron al patio trasero ya que ninguno de los dos soportaban ese ambiente, Christopher y Zayn se habían perdido en la pista de baile y Louis solo buscaba a Stand, quería aclarar algunas cosas.
-HORA DE LA PISCINA!- grito alguien y todos salieron a la gran piscina en forma de guitarra que los padres de Stand le habían construido cuando era un niño y aun vivían.
Ropa por doquier, todos quitándosela entre risas y empujones, camisas, pantalones, Zapatos... Y entonces lo vio, Stand estaba saliendo de su habitación al lado de Marcel, tomados de la mano y los celos sin cavidad regresaron. Fue hasta ellos pero una chica cayo a sus pies y le ayudo a levantarse, cuando vio hacia donde antes estaban aquellos dos chicos ya no había nada. Maldijo y siguió buscando.
-Ehhh, tu- grito alguien- Louis!- Y todo se congelo... esa voz- No puedes estar con ropa, solo traje de baño, sabes las reglas.
Nick Grimshaw... el peor de todos aquellos psicópatas y drogadictos.
-Lo sé- gruño a la vez que se iba quitando la ropa para quedar en una bermuda- ¿Donde esta Stand?
-Lo vi saliendo con su nuevo novio a la piscina... ¿No me vas a saludar? ¿Siguen los resentimientos?
-Vete a la mierda Grimy.
Escucho las carcajadas del chico a sus espaldas y salió al patio, todos estaban en la gran piscina, otros fuera de ella platicando, otros fumando sentados en el borde, vio a sus amigos solo en traje de baño y se maldijo por no recordarles las reglas de aquel lugar... Si era una fiesta con "temática" tenías que respetarla. Todos estaban nerviosos, en estas fiestas no existía el pudor... ¿Y que era lo que tenían en las manos?... ¡NO!
-NO!- grito a los seis- No tomen eso, suelten eso! No tomen nada de la cocina nada! Los barriles fuera de ella son los únicos que pueden tocar... díganme que no han tomado mucho.
-Amm... es el tercer baso- anuncio Samantha- un tal Nick nos los ofreció.
"Me cago en la puta" Pensó Louis... ese cabrón.
-Bueno, Samantha y Danielle, no las quiero solas por ningún motivo y si Nick vuelve a hablarles le mandan a la mierda... solo no estén solas por favor, no sonrían a todos aquí y si pueden no se alejen de nosotros... Yo tengo que buscar a alguien pero por favor... no más alcohol de esa casa.
*
Dio la vuelta en el momento justo para ver un cuerpo tonificado y lleno de tatuajes parado en la esquina as alejada de la piscina, unos cabellos cafés y rizados, ojos centelleantes y verdes... Harry.
Camino empujando a las personas a su alrededor, lo sentía cerca, cerca... pero cayó al agua gracias al gracioso de Nick que le empujo a la alberca.
-¿A dónde tan rápido Louis?- dijo riendo.
-¡VETE A LA MIERDA GRIMSHAW!- grito saliendo empapado con la furia en sus venas, volteo a donde antes había visto a Harry pero este ya no estaba allí.
-No querrás espesar una pelea verdad Lu... no nos hemos visto en anos amigo, antes terminamos mal pero todo tiene una solución... te invito una línea... yo la hago.
Su furia aumento, cerro los puños casi a clavarse las uñas en las palmas- Mantente alejado de mi cabrón de mierda.
Siguió buscando por todos lados a aquel hombre que le tenía loco y frustrado. Enfadado y temblando por su indiferencia.
*
Marcel estaba tapado con una toalla en los brazos de Stand, sentados en una de las bancas debajo de un árbol con la suficiente privacidad.
-Entonces todos esos tatuajes se los ha hecho Harry... tiene buenos gustos, me gustan algunos de ellos.
Marcel sonrió- Bueno, no diré que no aunque duele mucho al siguiente día y yo siento ese dolor, también voy crudo a la escuela y tengo que sacar buenas notas con el mundo girando en mi cabeza.
-No cabe duda de que eres todo un guerrero... eres tan fuerte y delicado a la vez.
-Te quiero Stand... nunca me arrepentiré de haber entrado a ese bar... aunque me asustaste como la mierda.
-Si, pero no podría dejar que salieras sin saber tu nombre... todo estaba calculado.
*
Todo estaba pasando muy rápido, todo se salía de control, todo daba vueltas. Eran las tres de la mañana, algunos estaban tirados en el césped, otros en flotadores en la alberca, algunos tirados en el suelo o en los sillones, otros seguían bailando, los tragos pasaban. Nick estaba con Samantha y Christopher, Niall se había quedado dormido en un sillón, Danielle y Liam se habían ido en el carro de Samantha con la promesa de pasar por ellos al otro día. Zayn estaba perdido al igual que Louis.
-Así que... si te tomas tres caballitos en menos de veinte segundos te daremos un premio- dijo Nick a Samantha.
Sirvieron los pequeños vasos y tomaron, la visión de todos estaba borrosa, todo estaba lento, la piel había perdido sensibilidad. Samantha, Christopher, Nick y otros chicos bebieron los caballitos.
-WHOOOOOOOOO!!- gritaron mientras Slut Like You de P!nk sonaba en el estéreo a todo volumen.
-I'm not a Slut I just LOVE LOVE!- cantaba Samantha claramente borracha.
-Tell me something new, cause' I heard this: "Okay I'll fuck you" a little taste test- le secundo Christopher
Y todos cantaban al ritmo de la música, todos los borrachos que seguían despiertos y algunos no tan consientes. Bailando, gritando, cantando.
Christopher grito y salió de la cocina decidido a buscar a Zayn Malik. Samantha no podía más con el ardor en su estómago y con ayuda de Nick quedo dormida a un lado de Niall. Louis estaba tomando desde una esquina con algunos viejos amigos, no el hacía gracia regresar y hablarles pero no quería estar solo pensando que se había imaginado a Harry en la fiesta... porque nadie conocía a Harry Styles.
Marcel y Stand estaban en la habitación, abrazados bajo las sabanas, besándose sin prisas, riendo entre besos, suspirando, sintiendo el calor del otro.
-¿Te has enamorado alguna vez?- pregunto Stand.
-Una vez... pero él nunca me respondió... nunca me dije mis sentimientos.
-¿Por qué no?
-¿Por qué para él no existía... nunca supo de mi existencia hasta hace pocas semanas.
-¿Y quién es el chico?- pregunto interesado y un poco celoso.
-No creo que quieras saberlo...
-Dímelo- ordeno.
-Louis... Louis Tomlinson.
*
Christopher encontró a Zayn en una esquina del salón bailando con una chica de cabellos rubios, ojos azules y una sonrisa de perra.
-¡Aléjate de él...puta!- grito apenas entendible.
Zayn sonrió, el alcohol también le estaba afectando a él. Dejo a la chica bailando sola y fue hacia donde el pequeño chico con mirada perdida se encontraba.
-Creo que es mejor que vallamos a dormir Chris... el alcohol no es lo tuyo.
Subieron las escaleras lentamente, con peligro de caer y no despertar nuevamente, lentamente, entre risas torpes y con los gritos de todos a su alrededor. Encontraron una habitación vacía, con una cama grande y se dejaron caer en ella, cansados y alcoholizados. Christopher sonrió en su dirección, Zayn le regreso la sonáis, se acercaron lenta y torpemente, cuando estuvieron a milímetros de distancia... no supieron quien inicio el beso... pero no pararon.
*
Louis termino dormido con una chica, una chica linda de cabello rizado y castaño que le recordó a Harry, tuvo sexo esa noche solo por despecho. Niall y Samantha se acurrucaron en el sillón con el ruido de fondo. Christopher y Zayn se perdieron en la maldita tensión sexual que habían desarrollado.
Pero Marcel y Stand solo se abrazaron, se besaron y Stand cantaba en su oído mientras Marcel se quedaba dormido.
-Say something I'm giving up on you, I'll be the one if you want me too...
Stand sentía que Marcel lo era todo.
-And I am feeling so small It was over my head, I know nothing at all...
Pero tenía que quitar a Louis Tomlinson de su camino. Por qué aunque quisiera su amistad de nuevo... su chico aun sentía algo por él.
-Te quiero Marcel... solo para mi- dijo en su oído cuando estuvo seguro de que había caído en un sueño profundo.
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Capítulo XV: No hables. Los rallos del sol cegador se colaban finalmente por las cortinas y todas las grietas por donde podía. Había más de cincuenta personas durmiendo en el suelo en posiciones incomodas que fueros despertando entre gruñidos, dolores de cabeza, olores extraños y malos modos. Algunos salían al pateo por algo de aire limpio, otros se iban a sus casad entre mareos y somnolientos.
Niall despertó viendo a su lado una cabellera entre morado y castaño, una chica dormida a su lado, los parpados moviéndose por la profundidad del sueño, los labios entreabiertos, y leves ronquidos. Al darse cuenta de que la chica era Samantha sonrió, le abrazo y volvió a dormirse sin importarle el dolor de cabeza que se estaba presentando.
Marcel seguía dormido sin sentir la ausencia de Stand en la habitación. Soñaba con un chico de cabellos castaños y lacios, tatuajes de brújulas, lasos y corazones. Ojos azules y blancos dientes. Soñaba con su calor, sus labios, sus abrazos... su voz.
Stand buscaba en la cocina un poco de agua para la terrible resaca que tenía. No había tomado mucho, no había hecho mucho que no fuera estar con Marcel pero últimamente, después de haber salido de aquel lugar que no quería recordar los dolores y terrores nocturnos le volvían loco. Aquella noche se había dado cuenta del poder que Marcel tenía en él, las pesadillas habituales no se habían presentado, su sueño había sido tan reconfortante que no había soñado absolutamente nada, solo había descansado.
Subió las escaleras, entro nuevamente a su cuarto y vio a su Marcel dormir, no supo cuánto, no le importaba. Después de lo que parecieron años observándole subió a la cama con él, le abrazo su respiro el aroma de su nuca, le atrajo hacia él sin despertarlo y cerró los ojos, perdiéndose en pensamientos banales.
Christopher abrió los ojos, estaba en una habitación un poco obscura pero claramente no era la suya, unas punzadas en su cabeza le recordaban la borrachera de la noche pasada, el mareo y los ascos le hicieron erguirse en la cama causándole un dolor más fuerte e íntimo. El trasero le dolía y no de una forma muy buena. Sus ojos se abrieron hasta donde pudieron, bajo su mirada y se encontró sin ropa, ni una solo pieza puesta, con miedo tentó en la cama el cuerpo musculoso y bien formado de un hombre, gruñó al sentir el toque y Christopher volteo su mirada a aquella piel morocha, con la espalda descubierta y tentadora.
Pero sus primeros pensamientos no eran que había pasado la noche con aquel adonis, no, él pensaba en que no recordaba nada por haber estado borracho e inconsciente, estaba enojado, realmente enojado, ¡Le habían violado! O al menos eso pensaba él.
-¡HIJO DE PUTA!- gritó al hombre a su lado que al escucharle pego un brinco dejando su cuerpo expuesto.
Christopher abrió los ojos más de lo que ya estaban, ver a aquel hombre perfectamente tonificado no tenía descripción pero, aquel hombre era el mismo que le traía loco desde su llegada, y no es que le importara mucho que fuera Zayn Malik quien le había jodido anoche, no, le encabronaba no tener recuero alguno de aquel acto. Y como la reina del drama de toda Inglaterra e Irlanda su enojo se expresó con un show digno de ver.
-¡ZAYN MALIK! Tú, hijo de puta...
Zayn reaccionó a aquella acusación y tomo el enredón cubriéndose la cintura- Chris....-dijo apenado y ciertamente desconcertado- Déjame te explico...
-¡EXPLICARME! ¡EXPLICARME QUE!- gritaba como loco- ¿Qué me has violado?
-¡YO NO HICE ESO!- se defendió Zayn.
-Cállate, no me grites, ¡NO TE ATREVAS A GRITARME! Me has violado, me has jodido sin mi permiso, me has... ¿Me has violado?
-No...
-¡QUE SI! ¡QUE ME HAS VIOLADO! Por Dios.... Oh mi Dios... ¿Qué me has hecho desgraciado? Y yo no recuerdo nada... ¿Usaste condón? ¡Te juro que si me has pegado algo te la corto!
Como auto reflejo Zayn llevó sus manos a su parte intima, los ojos de desorbitado de Christopher le ponían la piel de gallina.
-¿Tienes sida? ¿Gonorrea? ¿Sífilis?... ¿Tifoidea?... ¿Eso es por contacto sexual?....
-No lo cre...
-¡Cállate!
-No tengo nada Chris, estoy limpio...
-Que te calles... que si me has pegado el tétanos te golpeo...
-Eso no es una enfermedad sexual...
-Shh, no hables....
-¡QUE NO TENGO NADA! ¡ESTOY TOTALEMTE LIMPIO!
-Pero aun así me has violado...- le recordó ahora tranquilamente- Me has violado, a mí, el primo de tu mejor amigo... eres un cabronazo Malik... ¿Era una apuesta o algo?
-NO, estúpido, te he jodido porque anoche te me lanzaste como una perra en celo, no niegues que quisieras recordarlo, todo lo que te hice, donde te toque, como paso... No lo niegues jodido imbécil, no puedes negarlo, se te nota a leguas las ganas que tienes de recordar o de que pase ora vez...- explotó Zayn- y NO, no es una maldita apuesta... la apuesta en de Niall.
-¡NO!- gritó hecho una furia, levantándose de la cama y buscando su ropa en la habitación sin mirar al morocho que le funcia el ceño- No tienes la suerte de que quiera recordar el sexo tan "maravilloso" e "inolvidable" que tuvimos, no me importa, créeme Zayn, he tenido sexo... mucho, con muchos chicos guapos y tatuados y musculosos como tu... tan.... Tan tu... no te hagas ilusiones conmigo, por algo vine a esta ciudad y te juro que no fue para tener sexo de una noche con un total cabrón... ¡Así que espero una puta confesión de amor mañana!
Los dos se quedaron en silencio, sus respiraciones eran rápidas e irregulares. Entonces Christopher recordó ese pequeño fragmento de la conversación.
-¿Dijiste que la apuesta era de Niall?
Zayn dejó de respirar por unos segundos, busco su ropa en el suelo y se la puso, le dio a Christopher la suya y cuando no puedo evitar más el tema habló.
-No... yo... Él y yo hicimos una apuesta, le dije que le daría cincuenta libras si podía con la rara de Samantha, ya sabes, esa chica tan callada pero concarac...
El golpe seco de una cachetada resonó en el cuarto, Zayn se dobló un poco por el impacto y Christopher se sobó la mano.
-¡Espero la puta confesión de amor mañana, CABRÓN!...- pensó unos segundos por lo que había dicho Zayn, Samantha estaba sintiendo algo por Niall, se lo había confesado antes, pero no podía dejarla seguir con eso si todo era una puta apuesta, con sus pensamientos pasando tan rápido pensó en voz alta y dijo- A Harry no le gustara eso...
Zayn abrió los ojos y quiso tomar a Chris pero este fue más rápido, salió del cuarto a velocidad record y bajó las escaleras con Zayn gritando a su espalda.
Encontró rápidamente a Samantha y Niall abrazados en el sofá, tan perdidos en el sueño que le molesto la hipocresía en el acto. Enojado quito con brusquedad las manos de Niall de la cintura de Samantha y el acto les despertó. Samantha gruñó, abrió los ojos con pereza y asesino a su amigo con la mirada.
-¿Pero qué putas Chris? ¿Otro dolor de cabeza con el que quieres que ayude?- dijo sarcástica.
-Cállate estúpida, estoy salvando tu puto corazón de este pendejo...
Niall parpadeó, Samantha frunció el ceño.
-No te entiendo...
-Este cabrón hizo una apuesta con Zayn... para... "domarte"- hizo comillas con sus dedos.
-¿Qué?- preguntó sentándose en el mueble sin entender la que había escuchado.
-¡Que ese hijo de puta está jugando contigo! Todo lo que hecho o dicho es parte de una maldita apuesta... Nada de lo que dice en verdad Sam, está jugando contigo.
La habitación se quedó en silencio, tres pares de ojos estaban sobre ella, ella no reaccionaba. Una puerta fue abierta, dos personas salieron de ella, los gritos les habían despertado.
-¿Qué está pasando aquí?- pregunto Marcel sobándose los ojos.
-Nada- contesto Samantha- Nada que en realidad valga la pena repetir.
Marcel abrió los ojos después de desperezarse, se había recogido el cabello con una liga, sus ojos verdes brillaban por el sol que se escabullía por las cortinas semi abiertas. Su cuerpo solo era adornado por unos bóxers negros pegados a su anatomía. Sus tatuajes estaban al aire... ¡Sus tatuajes estaban al aire!
Zayn y Niall le veían como si de un alíen se tratara, nadie había imaginado que detrás de toda la ropa grande y vieja, el gel en exceso y grandes lentes se escondía ese cuerpo con abdominales, músculos, tatuajes y, por qué negarlo, aquel hombre tan sexy.
-¡Santa mierda!- expresó Zayn.
-¿Sam?- pregunto Marcel obviando las miradas de los demás.
-No pasa nada, solo estos dos que creen que por ser tan gritona y por defenderte no tengo sentimientos. Creo que piensan que no puedo sentir o que no me importa lo que me puedan hacer para lastimarme. Esto apesta...
Marcel, que no había despertado de muy buena humor al no recordar a la persona con la que estaba soñando antes se alteró más al ver a su amiga de esa forma. Samantha fue hacia lo que parecía ser el baño y cuando estuvo seguro de que no escuchaba le pidió a Chris una explicación.
-Pues... para no hacerte el cuento muy largo... estos dos estúpidos- dijo señalando a Niall y Zaynhicieron una apuesta para enamorar a Sam y probar que podían con su... ¿Estas bien?
Había
tres cosas en el mundo sagradas para Marcel, Anne, Gemma y Samantha... Sus fosas nasales se expandían y contraían con cada respiración. El enojo iba en aumento, no podría controlarlo, en ocasiones veía sus cambios de humor como Hulk cuando se transformaba sin poder hacer algo para controlarlo. En ese momento, cuando estaba perdiendo el control sintió la mano de alguien en su hombro, le relajo el contacto. Pensaba que era Stand pero cuando vio aquellos ojos azules se paralizo. Louis Tomlinson le veía con los ojos ansiosos, enojados y desconcertados.
-¿Harry?...
Samantha salió del baño en ese momento y al ver la escena lo primero que se le vino a la cabeza fue hacer uno de los shows que tanto odiaba de las chicas al enojarse con su novio o su pareja. Para desviar la atención de Marcel y Louis se echó a correr contra Niall, golpeándolo de costado, cayendo al suelo.
-Maldito,...amm... estúpido.... ¿Te odio?...ammm- No, las escenas no eran lo suyo. Se limitó a golpearle el pecho con toda la fuerza que tenía y pronto sintió a Zayn tratar de quitarla del pecho de Niall, Christopher le ayudaba a Samantha a quitar a Zayn y se creaba un conflicto aparte del que nadie parecía darse cuenta.
-¿Harry? ¿Qué putas haces aquí?
Marcel estaba paralizado, el toque de Louis le dejaba una sensación de paz a la vez que la piel se le ponía de gallina. Stand estaba a una distancia segura tragándose las inmensas ganas de ir a por Louis y obligarle a separarse de él.
-Yo... amm... yo solo...
-Está conmigo.
La voz de Stand rompió el incómodo momento.
-¿Pero qué?... ¿Tú no estás con Marcel Cox?
-¿No sabias Louis?... Los gemelos Styles Cox son míos... solo míos.
Los gemelos Styles Cox son míos... solo míos. Los gemelos Styles Cox son míos... solo míos. Los gemelos Styles Cox son míos... solo míos. Los gemelos Styles Cox son míos... solo míos.......
Marcel se quedó en shock, Louis no sabía que decir y Stand sonreía maldosamente.
-¿Los gemelos Styles Cox?- pregunto sin comprender... o sin querer hacerlo.
-Si Louis, los gemelos... Harry y Marcel... son gemelos y son míos. Los dos...
Marcel no podía decir nada... solo sabía que de eso no había una salida limpia.
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Aburrido, sencillo y corto pero es lo que salió de mi mente seca: C
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Capítulo XVI: Altercados. El silencio llenaba la habitación, Samantha y Christopher habían dejado de hacer la escena con Zayn y Niall al escuchar lo que Stand había dicho. Louis no se movía, le fallaban los pensamientos en ese momento.
-¿Es por eso que estabas en tu casa ese día?... Cuando nos golpeamos....-concluyó Louis mirando a Marcel.
-Yo no soy Harry, soy Marcel....
Louis volvió a perderse en sus pensamientos. No... Harry tenía exactamente la misma anatomía y los mismos tatuajes que Marcel... Marcel no tenía tatuajes...
-¿Marcel?
-Sí, Marcel.... Mira, no pretendía que te enteraras de esto...amm... Harry no debe de saberlo, NUNCA, por favor Louis, guarda este secreto, eso nunca debió salir a la luz.
-¿Y por qué no?
-Porque....-Marcel bajó la cabeza buscando una buena excusa para darle- Ammm.... Harry no sabe de mi existencia.
Louis, que estaba muy, muy confundido no creía ni una sola de las palabras que salían de la boca de aquel hombre. No sabía cómo decirle... ¿Marcel era un mitómano con aspecto de niño rudo? ¿O era un mitómano y se creaba personalidades para dejar salir todo el sentimiento de libertad reprimido? No estaba seguro pero algo le decía que nada, nada de lo que escuchaba era verdad. Pero quien era él para juzgar, había escuchado a Gemma hablar sobre Harry y Marcel y no tenía por qué dudar de ella, pero recordaba vagamente lo que había dicho, "Harry tiene que irse" ¿Anne Cox sería tan mala como para dejar ir a uno de sus hijos? "Harry no puede saber sobre Marcel" ¿Entonces era verdad y Harry no sabía ni una mierda sobre su hermano?
Pero había cosas que no entendía, ¿Por qué Marcel tenia los mismos tatuajes que Harry? ¿Por qué no quiere que Harry sepa de él? ¿Por qué su primo y Samantha podía estar con Harry y ocultarle la verdad?
-¡Bola de hipócritas!- le gritó a Samantha y Christopher a la cara- Conocen a Harry y a Marcel y no le han contado que tiene un hermano... ¡Ni siquiera le han dicho que Anne Cox es su madre!
El ambiente se estaba poniendo muy peligroso, Louis estaba enojado y confundido. Marcel controlaba su enojo, no le gustaba que le gritaran a sus amigos, no le gustaba que las personas perdieran el tiempo pensando en Harry cuando en realidad él ni siquiera existía.
-Déjalo ya Louis- sugirió Marcel- mi familia y yo tenemos las razones para hacer eso, Harry tiene problemas, estoy seguro de que lo sabes. Tu solo quédate callado y mira que te lo pido de favor,
no te metas en los asuntos de mi familia. Si Harry se entera de eso no sé qué podría hacerle a mi madre o a Gemma.
Louis frunció el ceño, su mirada no se separaba de Samantha y Christopher. No estaba contento, para nada. No podía concebir que le hicieran eso as Harry, no quería que sufriera aunque pensara que a Harry no le importara, tal vez lo hacía, tal vez no sabía quién era su madre o no sabía que tenía dos hermanos, que uno de ellos era su gemelo.
-¡Solo déjalo ir Louis!- gritó Marcel ahora enojado- ¡NO ES TU PUTO PROBLEMA!
Y Marcel dio la vuelta, Stand sonreía para sus adentros, eso quería, que Marcel se enojara con Louis, que no le viera más como alguien de quien enamorarse, que ni siquiera le viera. Fue tras de él para calmarlo dejando a cinco personas sin nada que decir en la sala.
-Sam... ¿Podemos hablar?- preguntó Niall.
-No.
Y tomando su celular para llamar a Liam y que trajera su auto se sentó en el sofá, Christopher llegó a su lado y le abrazo. Samantha odiaba los abrazos y las muestras de afecto en situaciones como esas, eran ridículas. Niall le había tratado como una apuesta, si, le hizo sentir mal pero tenía que superarlo, no quería lastima. Pero era Christopher y esa diva se había convertido en uno de sus mejores amigos después de Marcel y Harry.
Stand le veía vestirse, le gustaba mirarlo, no en forma sexual... no del todo. Le gustaban sus risos, el color de su cabello, el pálido de su piel, sus tatuajes, la tinta resaltando en su cuerpo. Le gustaban sus labios, sus ojos, sus pestañas alargadas, el rubor en su piel como la crema, el verde intenso de sus ojos y los hoyuelos de sus mejillas.
-¿Te gusta lo que ves o doy una vuelta?- preguntó Marcel en broma abotonándose el pantalón.
-Me gusta lo que veo- dijo Stand caminando hacia él- me gusta mucho pero si quieres dar una vuelta no te detendré.
Marcel se sonrojó, no estaba acostumbrado a esos cariños y no sabía si algún día podría acostumbrarse.
-Cállate, tu, tonto....
-Cállame.
No supieron quien dio el primer paso. No supieron quién fue el primero en aferrarse a los labios del otro pero en ese beso se dieron cuenta de algo. Marcel supo que aunque Stand era la persona más buena del universo y lo quería a él no estaba completo... algo faltaba. Y Stand se dio cuenta de que, nunca, NUNCA dejaría ir a Marcel Cox de su lado. Él lo alejaba de todo, lo alejaba de querer ir e inyectarse, inhalar o tomar algo, era como su comodín para las drogas, no quería anda más cuando estaba él... solo cuando
estaba porque cuando no las ganas de recaer eran inmensas. Quería ir y meterse cualquier cosa que pudiera encontrar, salir con Nick o Cal y no volver nunca, morir, matar... hacer algo que activara su adrenalina. Pero Marcel nunca se iría de su lado, primero moriría antes de dejarle libre. No, Marcel Cox era suyo y si con el tiempo no lo aprendía se lo enseñaría a la fuerza.
-Te quiero Marcel- le dijo al terminar el beso- Te quiero mucho, demasiado, dime que nunca te iras de mi lado... ¡Promételo!
Marcel, que en ese momento no tenía idea de que estaba catando con el diablo le dijo- Te prometo que nunca me alejare de ti Stand, nunca.
Liam llegó en el auto de Samantha y al entregarle las llaves esta se fue del lugar con Christopher. No dijo nada, solo salió y manejo. Marcel se iría con Stand así que no le espero. Danielle había ido en su camioneta y Niall y Zayn fueron con ellos, Louis estaba demasiado alterado y nadie se animaba a ir con él en ese monstruo que él llamaba camioneta.
El sábado pasó, entre risas y bromas entre Marcel y Stand. Entre películas y helado con plátano entre Samantha y Chris. Entre cartas y pensamientos de amor por parte de Zayn. Entre lamentos por parte de Niall. Y malos, muy malos presentimientos por parte de Louis.
Domingo. 3:30 pm. Doctor Mhor. Psicólogo.
-Marcel. Necesito que hables conmigo, cuéntame cualquier cosa que quieras, dime lo que sea, exprésate. Tu hermana me ha dicho que Harry ha estado visitándolos constantemente. No quiero que me digas como lo llevas o que me recrimines por no tener a un Harry dentro de mi cabeza. Quiero que me digas lo que te molesta, lo que quieres cambiar y si lo creo conveniente podremos hacer un experimento, créeme, solo quiero ayudarte.
Marcel se relajó, hoy le diría todo lo que pensaba al doctor Mhor, le diría cualquier cosa que le viniera a la mente.
-Me enamore.
El doctor sonrió, era bueno saber que Marcel seguía teniendo buenas experiencias.- Eso es bueno, cuéntame de él.
-Su nombre es Stand, es un chico muy bueno, me entiende, me escucha... me quiere a MI. No conoce a Harry pero le he dicho sobre él, no me gustaría que Harry arruinara lo que tenemos pero tengo un presentimiento de que eso no pasara. Stand es el chico más bueno y risueño que he conocido, siempre me consiente, me dice cosas que jamás nadie me había dicho. No le da pena decir que somos algo aunque aún no seamos nada. Con él he sentido lo que son las mariposas en el estómago, lo que es no parar de pensar en lo último que te ha dicho o en la mágica despedida que acabamos de tener. Me ha enseñado el lado realista del enamoramiento. Me da flores y besos, me abraza y me dice palabras lindas. Ya sabe lo que dicen: "Las mejores relaciones son en las que no te esperabas estar, esas que nunca podrías esperar".
-Eso es lindo Marcel... espero todo lo mejor para ti y ese chico.
-Y yo solo espero no arruinarlo.
-No lo harás, estoy seguro de eso. Ahora, Harry... cuéntame sobre eso.
-Harry... ya no está conmigo desde que conocía a Stand, creo que solo ha salido una vez pero estando con Louis, él y Harry tienen algo masoquista... Bueno, la última vez tuvo una pelea con él y después con el primo de Louis, Christopher... amm... casi se pelea con Zayn Malik el "novio" de Chris pero Samantha, como siempre, nos salvó el trasero. No es que me preocupe por eso, pero no quiero ir a la cárcel de nuevo solo por enfrentarme a Malik.
-Entiendo- dijo tomando notas- ¿Entonces, Harry ha estado violento cuando se presenta?
-Bueno... en realidad solo se presenta cuando estoy enojado...
-Ajam....-notas, notas y más notas- entiendo, Marcel, tendremos que hacer un ejercicio. Me dirás tres cosas que no puedas soportar y tres personas que signifiquen algo para ti.
-Esta bien... amm... no soporto los gritos... los golpes.... Amm... y odio cuando alguien hace menos a una persona. Y ....amm... pues mi mamá, Gemma y Samantha... ellas son las únicas que me importan... bueno, esta Stand pero no podría hacer nada sin ellas.
-Si, está bien. Ahora cierra los ojos y limpia tu mente... solo relájate.
Marcel siguió las instrucciones que le daba el doctor y se relajó sobre el diván.
-Ahora imagínate a tu madre, sentada en la sala.... Tranquila... e imagina a tu padre con ella, gritándole, diciendo que no es nada, insultándole, dedicándole miradas de desprecio. Imagínala llorando, imagina a tu hermana llorando, escuchando todo, con miedo... imagínalas temblando, calladas, sumisas... temiendo.
Marcel tenía una imagen clara, demasiado clara en su cabeza, era como si estuviera pasando de verdad, como si él estuviese en aquella sala soportando a su padre y los gritos que daba, viendo a Gemma escondida llorando, con las manos en sus oídos para interrumpir el sonido. Era una imagen fuerte, le hacía sentirse impotente.
-No... pare con eso- Su voz se había vuelto rasposa y lenta, sus ojos tenían un verde opaco, sin brillo.-Pare con lo que está haciendo ahora, no quiero escucharlo, no quiero.
-Imagina ahora a Samantha, siendo maltratada por algún hombre, llamándola con sobre nombres despectivos o haciéndola llorar, imagínala siendo engañada, manipulada...
-¡NO!
Y enojado, con los puños cerrados se levantó del diván, camino hacia donde el doctor y tomo el block de notas, se lo quito y lo tiro hacia alguna parte de la habitación.
-Le he dicho que pare- dijo frente a él, con sus ojos mirándole a una distancia muy cerrada- le he
dicho que se calle, que pare, que no quiero escucharle. ¡CALLESE! No quiero escucharle, no quiero saber nada de eso, nada de eso pasara mientras yo este con ellas.
El doctor estaba paralizado, no por miedo, no, Marcel había gritado así antes, él había golpeado y aventado cosas antes pero siempre con el permiso de él, estaba paralizado por lo que estaba descubriendo, porque ese chico frente a él era Marcel.. O podría decirse que lo era a medias.
-¿Marcle?
-¿Qué?
-No te rindas... algún día podrás ver los frutos de esto.
Marcel contrajo la cara en una señal de que no había entendido nada de lo que había escuchado.
-Lo veré después.- Y salió del consultorio.
Por la noche, el celular de Marcel vibró. Un nuevo mensaje.
De: Stand.
Es asombroso que tan rápido tu vida puede cambiar. Un momento estas sumido en la miseria y un rayo de esperanza llega y lo cambia todo. Tal vez no eres mi primero pero eres mi único y espero que mi último. Eres la primera persona en la que pienso al despertar y al ir a la cama. Sé que esto que tenemos tomara tiempo, paciencia y ganas de estar juntos pero creme, eso es lo que más quiero. Tener tiempo para el otro, enamorarnos lentamente, conocernos. Antes de ti había perdido toda esperanza, pensaba que nadie llegaría a alegrarme la vida como tú lo has hecho.
Te quiero Marcel. Ti voglio bene. Je t'aime. I Love you.
Nunca de dejare ir.
Descansa.
Marcel sonrió, dejó su celular a un lado y cerró los ojos pensando en ese maravilloso chico que me quería por ser él. Sin saber que la mañana de ese lunes todo se pondría feo.
**
Lunes.
Marcel despertó, hizo la rutina habitual y salió de su casa cuando se madre le apresuro para irse. La entrada del estacionamiento era un mar de murmullos, unos corrían dentro para ver la conmoción de la que todas hablaban.
Marcel no le tomo importancia, bajó tranquilo y se despidió de su madre.
-¡No puedo creerlo!- gritaban unas chicas- ¿Quién es tan tonta como para gritarle e Louis?
-La rara de Samantha,
la única estúpida que podría hablarle así a un dios como ese...
Marcel frunció el ceño, si pudiera golpearía a esas chicas por hablar así de su amiga pero no podía, era un caballero, él nunca haría algo como eso. Siguió a todos lo que comentaban la riña entre Louis y Sam, llegó a la cafetería para encontrarse con la peor de las discusiones.
-¡NO TE METAS EN ESTO CHRIS!- grito Samantha empujando al chico de su lado- ¡Me tienes harta Louis! No es tu puto problema, Harry no debe de saber de la existencia de Marcel, él está bien así... entiéndelo.
-¡NO! ¡NO ESTA BIEN! ¿Acaso eres tan estúpida como para creer que una persona está bien sin saber de su familia?- grito él- Eres una maldita hipócrita Samantha, eres la peor de las amigas. ¡Una perra estúpida que no sabe apreciar a sus amigos!
-No te atrevas a llamarme perra de nuevo- dijo entre dientes- ¡Deja de procurarte por un chico al que no le importas Louis!- sonrió al ver la cara de enojo de su adversario- ¿Qué Louis?- dijo aun sonriendo- ¿Creías que Harry se quedaría contigo? Nunca vas a poder con Harry Styles, es demasiado para un pendejo como tu... ¿Creías que te iba a jurar amor eterno? ¿Qué se quedaría a tu lado teniendo a todo el mundo a sus pies?- resoplo y se burló de él- ¿Creías que Harry se quedaría al lado de una putita como tu? ¡Pero si te abriste más rápido que una bolsa de Ziploc...!
Toda las cafetería se quedó en silencio, Louis cerró los puños a sus costados, estaba enojado, ¡Enojadísimo! Se repetía una y otra vez un "cálmate" en su mente.
-Harry Styles es mucho para una puta como tu...
Y negro. Todo quedo negro. Marcel abrió los ojos y el enojo que tenía le sobrepaso... Harry estaba con él, podía sentirlo, pero no fue a ningún lado, era como si cuatro ojos vieran lo que acababa de pasar. Christopher gritó, Zayn, Niall y Liam estaban estáticos. Las estudiantes en la cafetería se habían quedado en silencio.
-¡Por Dios!- gritó Danielle.
Samantha estaba tirada, literalmente desmayada en el suelo con la nariz brotando de sangre. Su cabeza había golpeado el pisa tan fuerte que probablemente se había fracturado.
-Nadie la mueva- gritó un chico- iré por la directora.
Marcel estaba estático, la furia le recorría todo el sistema. Harry estaba con él y su furia la sentía de un modo distinto. La fuerza de dos hombres que amaban a la chica que seguía tirada y sangrando se presentaba en uno y cuando al final logró reaccionar salió la bestia.
-¡HIJO DE PUTA!- gritó antes de llegar a él.
Louis -que aún seguía perdido en sus pensamientos, en el dolor de su mano, en la sangre de Samantha que le había manchado- no se daba cuenta de la fuerza que le arremetió contra en suelo.
Nadie se movía, nadie hacia nada. Marcel levantó el puño con las venas marcándose en su cuello, la rabia apoderándose de su mirada, el sudor por la adrenalina corriéndole por la frente. No saldría anda bueno de eso pero, justo cuando su puño recorría el camino a alguna parte de la anatomía de Louis una mano tomó su muñeca.
-No Marcel... no vale la pena.
Stand, la voz de Stand le tranquilizo un poco.
-Se cómo podremos solucionarlo bebe, ahora no vale la pena, Samantha no querría que te expulsaran por eso. Vamos, la ambulancia está aquí, vamos.
La directora se llevó a Louis, los paramédicos a Samantha y Christopher fue con ella. Marcel y Stand iban en la moto de este al hospital. La furia de antes se había convertido en lágrimas, lágrimas despiadadas, que picaban, escocían. Los sollozos no paraban, era como si todas las lágrimas que tenía para dar salieran ene se momento.
-Calma bebe, todo saldrá bien, tu amiga está bien, solo es una sangrado, nada más.
Marcel estaba feliz de tener a Stand con él. Lo que no sabía era que esas lágrimas regresarían con la misma intensidad a lado de Stand.
Es raro saber que... la persona que te hacer sentir alegría y fortaleza es la misma que te puede sumir en la misma mierda si se lo propone.
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Este capítulo es algo raro porque hoy ando toda rara pero amm... puede que no suba en unas tres semanas, empiezo exámenes el lunes y tengo que estudiar mucho :C
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Capítulo XVII: Advertencias. -¿Cómo esta ella?- preguntó Marcel a Christopher cuando llegaron al Hospital.
-Es solo un poco de sangre... le pego en la mejilla y se hizo un corte pero cuando cayó al suelo se pegó en la nariz, no es nada grabe, se desmayó pero se despertó en la ambulancia. Ahora le están cosiendo la herida.
-¡Voy a matar al estúpido de tu primo!
Christopher no dijo nada, él también quería golpear a Louis pero un hospital no es un buen lugar para hacer escenas de ese tipo.
-Cálmate Marcel- ordeno Stand- Te han dicho que no ha pasado nada, trata de calmarte y espera a que salga Samantha, igual y ella es la del problema, no tú.
Marcel veía a Stand, no le gustaba que le diera ordenes pero tenía miedo de que, si le decía, le dejara o se enojara con él. Lo miró, lo observó y cuando tuvo claro que no le daría la contraria se sentó al lado de Christopher para esperar noticias.
-¿Entonces no podre correr por los sangrados?- se escuchó la voz distorsionada de Samantha diez minutos después.
-No, nada de deportes ni actividades físicas o de contacto por una semana...
Marcel, Christopher y Stand la observaron por los pasillos de aquel blanco hospital caminado al lado de un señor mayor, tenía un moretón en la nariz y parte de la mejilla y una pequeña venda en ella.
-Me parece perfecto... ¿Me podría dar algo por escrito para dárselo a mi maestro de gimnasia?
El doctor sonrió y firmo unos garabatos en la receta, ella le dio las gracias y camino hacia sus amigos.
-¿Y cómo estuvo el golpe?- preguntó Christopher- ¿Tendrás al cara deforme siempre o bajar la hinchazón?
Samantha frunció el ceño, su cara no estaba hinchada.- ¿De qué hablas? Mi rostro no está hinchado ni deforme...
Christopher tapó su boca en una reacción exagerada- Oh, lo siento pequeña... ¿Siempre has sido así de fea?
Marcel giró los ojos y abrazó a su amiga, la fuerza hizo que su nariz pegara en su hombro pero a Marcel no le importó, no la soltó hasta que ella le abrazo de vuelta y le rogó que la dejara ir.
-Sam... Oh mi Dios... Samantha, cuando te vi ahí, tirada.... Oh no...
-Marcel, cállate y cuando tengas una idea concisa me la dices, me duele la cabeza y el rostro y tengo que ir a la escuela a habar con la directora... no puedo dejar que expulsen a Louis por esto... yo también le agredí...
-¿Qué?- pregunto Stand- Él te golpeo... él te noqueó y estas aquí, con sangrado en la nariz por su culpa y tú le perdonaras...
-Bueno, yo también le agredí, le dije cosas malas...
-Verdades... ¡LE DIJISTE VERDADES! Nada que no pueda soportar- Stand gritó enojado.
Samantha le miró raro, no estaba para gritos y menos para que un chico como Stand -un chico que no le caía para nada bien- le dijera que hacer.
-Pues a mí me parece que hace bien- se metió Christopher- realmente Samantha le dijo cosas un poco crudas... bueno, al inicio... al final todo estuvo un poco más calmado...
Marcel solo escuchaba todo mientras se reprendía por no haber llegado antes a parar una absurda pelea por el estúpido Harry Styles.
-¡Pues no estoy de acuerdo con que ese loco siga en esa escuela!- grito Stand- Puede que si te pegó a ti le haga lo mismo a Marcel... No quiero que nadie toque a Marcel.
Stand tenía la mirada sombría, miraba a Samantha de una forma poco agradable, no le gustaba esa chica y estaba seguro de que el sentimiento era mutuo... no la quería junto a Marcel, no quería a esa chica junto a SU Marcel.
-En primera- aclaro Samantha tomando a Christopher de la mano-No me digas lo que tengo que hacer o no... en segunda- dijo caminando hacia la salida, observando a Marcel- No me hables con ese tono de superioridad... no a mí, chico. Y en tercera- dijo ahora llevando su mano sobrante a la de Marcel- En tu vida vuelvas a ordenarme algo Stand, no te conozco, no me conoces.... No eres el único con carácter fuerte... no soy una muñequita, no sé cómo funcionan las cosas en tu mundo pero en el mío la igualdad es el centro...- Stand tomó la mano de Marcel retirando la de Samantha con brusquedad, esta frunció el ceño y miró a Marcel- ¿Vienes?
Pero Marcel no quería dejar a Stand enojado, no quería irse de su lado aunque quisiera estar con su amiga, porque desde que Christopher llegó a su vida no era la misma chica, no era su amiga, ahora siempre estaba con él... o eso era lo que él veía.
-No.
Samantha no pudo negar que eso le dolió, no podía negarlo pero era una chica orgullosa y la cabeza le mataba. Cerró los ojos, negó y dio la vuelta. Caminó, caminó y se perdió entre
la gente sin notar que a su mejor amigo lo gobernada una mente manipuladora y atrofiada.
-No te preocupes bebe, ella no es tu amiga, ella no quiere estar contigo, ella está cambiando... yo siempre estaré para ti.
Marcel lo creía, creía que su mejor amiga le estaba dejando de lado, que su mejor amiga le cambiaba por un chico que había llegado hacía poco a su vida pero no, el que cambiaba era él, cambiaba por miedo a estar solo nuevamente, cambiaba porque se sentía solo, porque, por más amor que pudiese recibir necesitaba alguien a su lado que le hiciera sentirse querido.
-No, ella no ha cambiado, ella no.
-Lo ha hecho Marcel, y te ha dejado atrás.
Louis escuchaba los gritos de la directora, las amenazas de correrlo del plantel, la mala reputación que tendría la escuela si lo dejaba en la institución. Pero él realmente no escuchaba, él veía la sangre en sus nudillos y recordaba cómo había golpeado a una chica. Recordaba las miradas de sus amigos, el horror en el rostro de Danielle, y entonces a Marcel empujándole, a punto de golpearle... y pudo ver su parecido con Harry, pudo ver la misma mirada de enojo que le atraía de Harry, pudo ver el parecido en sus ojos, en su piel... podría jurar que era la misma persona, podría jurar que Marcel y Harry eran los mismos; si no supera que en verdad son gemelos dudaría mucho de una doble personalidad.
-¿Entiendes lo que te digo Louis? ¿Entiendes que lo que has hecho te traerá muchos problemas? ¿Lo entiendes? ¿Lo haces?
-Sí, lo hago.
-Pero no puedo esperar nada de ti....-y se perdió en sus pensamientos. Estaba seguro de haber estado en esa oficina por unas dos horas escuchando el mismo sermón cada media hora.
"Tock tock"
La puerta se abrió revelando la figura de Samantha, la directora gritó al ver el moretón de su rostro pero ella solo corrió los ojos y entro a la habitación. Louis le vio y se sintió mal, ella lo miro y le sonrió de lado.
-Directora, no ha pasado nada, es solo un golpe. Louis no actuó racionalmente al igual que yo al no medir mis palabras, le pido que no le suspenda, solo fue un mal entendido, no digo que no merece un castigo, lo merece pero la expulsión es algo innecesario.
-Samantha, no necesito que me digan cómo hacer mi trabajo.
-No lo hago, solo es mi opinión. Tengo que retirarme, la cabeza me duele... ¿Puede firmarme mi justificante para gimnasia? No puedo hacer deportes por una semana.
Se levantó de su asiento y salió con rumbo a su casa, la directora observo a Louis y le dijo que se retirara, hablarían después.
Quiso disculparse con Samantha, quiso ir tras ella y agradecerle pero su primo le dijo que se había retirado.
Entró a las últimas dos clases y cuando el timbre sonó fue directo a su camioneta, obviando las miradas de los que se atrevían a mirarle. Llegó al monstruo negro de cuatro ruedas que tanto amaba y observó a la persona recargada en la puerta del conductor.
-¿Se te ofrece algo Stand?- dijo su nombre con desagrado.
Stand sonrió de lado, sus ojos verdes se obscurecieron.
-Solo quiero decirte una cosa...
Louis corrió los ojos, tomo su mochila con fuerza y encaró al chico frente a él.- ¿Qué es lo que quie...?
El aire le faltaba, la mano en su cuello le impedía la respiración, sus ojos lloraban, sentía la presión de la sangre en su rostro, sus labios se entumecían. Stand le sonreía, sus ojos maniacos le advertían algo.
-Solo quiero que te mantengas alejado de Marcel... y de Harry. Si me entero de que has vuelto a ver a alguno de los dos, si te atreves a solo mirar en su dirección, yo lo sabré y sabes que no quieres llevarme la contraria... Louis, tu eres mi mejor amigo y como tal tienes que alejarte de lo que es mío, sabes que quiero a mis gemelos, los quiero como te quiero a ti.
Aflojó su agarre y Louis tomó aire antes de que la fuerza volviera a castigar su cuello.
-Solo quiero que te alejes de Marcel- dejó libre a su "amigo" y Louis se dobló en su rodillas haciendo llegar aire a sus pulmones.
Stand resoplo, sacudió su cabeza y tomo los hombros de Louis atrayéndolo hacia él.- Te quiero Louis, siempre te he querido y siempre lo hare... pero si tocas a Marcel esos sentimientos no me impedirán hacer algo que no quiero.
Louis sintió la ausencia de sus manos y segundos después escucho una moto en movimiento, levantó la cabeza para ver a Stand alejándose. Pero no podía entender la necesidad de estar cerca de aquellos dos chicos, ahora que conocía a Marcel no sabía cómo podía estar alejado de él, le gustaban sus gestos, su forma de vestir- aunque fuera horrenda- sus ojos, su piel... y no sabía si era con su parecido con Harry, solo sabía que quería conocerlo más.
Pero Stand le había pedido "cordialmente" que se alejara, y sabía que Stand era capaz de todo por marcar lo que era suyo.
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El chico en multimendia es Stand :3
¿Podrian leer mi OS de larry? :3 http://www.wattpad.com/story/12358366-la-lista-de-harry-oneshot
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Capítulo XIX: No debiste decir eso. Parte I. Harry despertó en un cuarto obscuro que sabía no era el suyo. Un brazo fornido le tomaba posesivamente por la cintura y no estaba seguro de quien era el dueño de esa extremidad. Incomodo se apartó de aquel posesivo abrazo, se sentó en la cama y dejó que su vista de acostumbrar a aquella obscuridad.
Unos segundos después pudo ver la habitación enorme en la que se encontraba. Caminó hacia las ventanas cerradas viendo aun el sol a las afueras. Y en sus pensamientos está Louis, quiere que las manos que le toquen sean las de Louis, quiere que Louis sea quien le bese. Pero Louis había golpeado a su mejor amiga, y tenía que ajustar cuentas con él.
Estaba totalmente vestido así que todo era más fácil, saldría de aquella casa, iría a ver si Samantha estaba bien y después iría a ajustar cuentas con aquel chico de culo perfecto. Tomó sus zapatos y caminó a la puerta pero cuando su mano tomó la manija una vez le interrumpió.
-¿A dónde crees que vas?
Era un chico de voz ronca, era guapo, su cabello castaño y mirada obscura le robó el aliento pero solo un poco, no era ni la suela del zapato de Louis.
-A mi casa chico, ya tuviste suficiente de mí.
-No lo creo- contesto el chico- No creo que pueda tener suficiente de ti.
-Lo siento, mi tiempo es preciado, hay personas que necesitan de mis encantos.
-Tú te vas a quedar conmigo- dijo yendo a su encuentro- No dejare que te acerques a Louis de nuevo después de todo lo que ha hecho.
Harry gruñó, a él no le decían que hacer, nunca.
-Mira chico, no sé de qué hablas, ni siquiera te conozco, no se tu nombre y no me dirás que hacer.
Stand sonrió, le gustaba esa actitud, le gustaba lo que la otra parte de Marcel podría hacer o decir.
-Harry, no saldrás de aquí, no si iras detrás de Louis y se la estúpida de Samantha, no dejare que te lastimen de nuevo...
-¿De qué putas estás hablando?- Ladro.
-¿No recuerdas nada?- preguntó sonriendo- ¿No recuerdas porque estás aquí conmigo? ¿No recuerdas que ellos te han estado engañando todo este tiempo? ¿No lo recuerdas Harry?
Harry se frustraba cuando hablaban de esos temas, los temas que él no recordaba.
-Cállate, no sé quién eres, ni siquiera te conozco.
-Mi nombre es Stand y me conoces más de lo que cualquier persona Harry, y yo te conozco a ti, estoy enamorado de ti Harry y tú de mí, tu me amas como yo a ti pero sigues pensando en Louis, ese idiota que ha jugado contigo, ese chico que esta con tu "mejor amiga", esos que se han burlado de ti a tus espaldas. Ellos están juntos Harry y se burlan de ti, están probando lo débil que eres.
-No sabes lo que dices, no me conoces, no los conoces...-dijo Harry abriendo la puerta con rabia en la voz- Hazme el favor de callarte e irte a la mierda.
Stand rió cuando Harry cerró la puerta pero se apresuró a gritar un: ¡Estaré aquí para cuando te des cuenta de todo!
-.-.-.-.-.-.-.-.-
-¡ESPERO QUE LE DES UNA DISCULPA Y UN AGRADECIMIENTO A ESA CHICA!-Gritó Jay desde la entrada de su casa.
Louis dejo a sus hermanas en la sala peleándose por el control remoto, fue al encuentro de su madre para soportar un sermón más. Christopher lo escuchaba todo desde las escaleras, estaba enojado con su primo pero si su tía le obligaba a ir a donde Samantha él le acompañaría.
-Lo hare mamá- dijo al llegar a donde ella.
-Espero que vayas ahora, que le des las gracias por salvarte... Su madre a petición de ella pidió que te adjudicaran el golpe que le diste... ¡YO NO TE EDUQUE DE ESA MANERA! Golpear a una chica... ¡A UNA MUJER! ¿Así fue la educación que te di?
-No.
-Me decepcionas Louis Tomlinson... me decepcionaste mucho.
Eso le dolió pero, él conocía a su madre. Era una feminista de corazón, la igualdad y el machismo no tenían cabida en ese hogar.
-Iré en este momento a su casa a disculparme y agradecerle...
-¡Voy contigo!- Gritó Christopher.
-Y llévale flores...- comento Jay.
Louis Tomlinson nunca regalaba flores... pero por una vez haría una excepción.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Samantha estaba en su habitación, dormía pesadamente gracias a los medicamentos que le habían recetado. Su madre estaba en el salón cuando el timbre sonó. Dos chicos se presentaron en la puerta con flores de todos los colores en la mano.
-Buenas tardes señora, mi nombre es Louis Tomlinson...
-¿El que golpeo a Samantha?
Incómodo. Fue la primera palaba con la que Louis describía la situación. Se rasco la nuca con la mano que no tomaba las flores, se mordió el labio y respiro antes de contestar.
-Lo siento por eso... yo...
-No te preocupes- respondió la mujer- Ella soporta más de lo que crees. Está
durmiendo ahora, no creo que le guste mucho que la despierte pero le traes flores así que iré a despertarle... te diría que pasaras pero haz golpeado a mi hija, sería algo malo si dejo que traspases la línea.
Louis sonrió para no decir nada, ¿Qué podía decir? Aquella señora amaba ponerlo nervioso.
Christopher se sentó en el porche de la casa con la vista perdida en la nada hasta que diviso a aquel taxi amarillo chillante que se acercaba cada vez más.
-¡Que no me quiero despertar!- se escuchó una voz desde lo alto de la escalera, silencio y finalmente un portazo.
Louis empezó a sentirse nervio, la señora que debería ser la madre se Samantha bajó las escaleras y dobló en una puerta a la derecha, pasos flojos se escuchaban y después Samantha estaba frente a la puerta con una manta sobre sus hombros.
-¿Qué?- gruño soñolienta.
Louis- que no estaba preparado para tal recibimiento- levanto las flores hasta ponerlas frente a su rostro.
-Lo siento.
Christopher dejó salir una carcajada- Estúpido- susurró.
-Bueno- comento Samantha rodando los ojos y tomando el ramo, alejándolo de su rostroGracias... Y no tienes por que lamentar nada, los dos dijimos cosas que no debimos. Pero espero que en verdad entiendas que Marcel y Harry están bien ahora, ellos no deben conocerse Louis y si algún día lo saben ellos... eso será algo malo ¿Entiendes?
-No lo entiendo, no lo entenderé pero... no puedo hacer nada contra eso, no es mi vida.
-Exacto, no lo es y te aseguro que Marcel no te quiere en la suya... como ahora no me quiere a mí en ella.
Christopher vio descender a aquel chico, al mismísimo Harry Styles. No pregunten como fue que él se dio cuenta de que no era Marcel.
-Harry...- susurró cuando el chico pasó a su lado con los puños cerrados y los ojos escupiendo veneno.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-
-Perdón por el golpe Samantha... Yo no estaba pensando...
-Que te calles, lo entiendo, ninguno estaba pensando.
Tal vez fue la inercia o simplemente algún reflejo del cuerpo o una orden no dada a su cerebro pero Louis abrazó a Samantha tomándola totalmente desprevenida.
Aplausos. Aplausos y gritos junto con risas sarcásticas.
-Así que todo era verdad...- la voz gruesa de Harry llenó los oídos de Samantha- Felicidades, hicieron una actuación de lujo...
El abrazo se rompió, Samantha observó a Harry y esos ojos verdes tan obscuros.
-Hola Sam, vine a verte porque me he enterado de que este chico al que estabas abrazando te ha dado un golpe que te hizo desmayarte y mira que hermosa escena de amor me encuentro... Debo admitir que esperaba algo mejor de ti Sam... pasamos tantos buenos momento pero tú y este estúpido que me hizo pensar en el por días... Bueno, eso no lo esperaba.
-No sé de qué estás hablando...
-No me mientas más linda... Te estas acostando con el chico que a mí me gusta... el primero que lo hace y tú te acuestas con él a mis espaldas.
Samantha- que ya había soportado suficiente por un día- al escuchar esa difamación a su persona cerró su puño y lo centró en la mejilla izquierda de Harry.
-¡No vuelvas a decir esas cosas sobre mi Harry Styles! ¡Vete a la mierda! Yo soy la única amiga verdadera que tienes, soy la única estúpida que se atreve a entablar una relación de confianza con un monstruo como tú. ¡Yo no soy una puta cualquiera! ¡Yo no me he acostado con nadie y menos aún con Louis sabiendo que los dos están en una maldita relación no admitida!
Harry la observó, su enojo estaba en aumento.
-Ya no sé quién eres Sam... Tienes un pasado de niña suicida que encaja muy bien con tu perfil de mal amiga... Yo no soy el monstruo aquí... Yo no he atentado contra mi vida ni una sola vez.
Las palabras se alojaban bajó la piel de Samantha, Harry sabía que ese tema no debía ser tocado y menos reprochado.
-¡Cállate!
-Eres una chica mimada y retraída para que nadie pueda ver las cicatrices bajo tus piernas y tu espalda, eras inteligente, cortándote donde no pudiera notarse... Pero Samantha, no eres una buena amiga... ese chico tenía razón...
-Retráctate Harry...- decía al borde del llanto.
-No puedo hacerlo... la verdad duele pero es la verdad.
-Tú no eres nadie para reprocharme esas cosas a la cara... no tienes autoridad para juzgar mis errores pasados. Yo sé más cosas de ti de las que algún día sabrás... No vuelvas a decirme esas cosas...
-No me digas que hacer.
-Está claro que es tu orgullo dañado gracias a las mentiras de ese bastardo el que habla por ti.
-¿Ese bastardo?- mencionó Harry escupiendo las palabras- Así que conoces a Stand...
-Lo conozco, ese hijo de puta está jugando contigo...
-No veo porque lo haría, él solo me ha dicho la verdad.
-¡Él esta obsesionado contigo!
Una risa sarcástica fue todo lo que Samantha necesito para desmoronarse. Nunca, -en los años que llevaba de mistad con aquellos dos chicos que en realidad eran uno- pensó que podrían doblegar sus mentes tan eficazmente.
-Todos se obsesionan conmigo Samantha... eso lo tienes claro.
-¡Tu maldita arrogancia te está haciendo perder una verdadera amistad! Si mencionas una palabra más Harry... una sola más y puedes olvidarte de la única verdadera amiga a la que le importas.
-Zorra.
Louis y Christopher se congelaron al ver a Samantha golpear el pecho de Harry como si no hubiera un mañana, nada podía pararla, su coraje, sus sentimientos y sus lágrimas. No entendía como un chico podía destruir una amistad como la suya con simples palabras.
-¡Hijo de puta! Espero que cuando sepas lo que dices no sea demasiado tarde.
Harry tomó las muñecas de Samantha con fuerza, tanta que dejaría unas horrendas marcas a su paso. La sangre se acumulaba en su piel, dolía pero Harry no lo notaba.
-Suéltala Styles- demandó Christopher.
-Tu. No. Te. Metas- escupió las palabras viendo las lágrimas descender de los ojos de la chica que creía su amiga.
-La estas lastimando- aclaró Louis.
Harry soltó sus manos, Samantha se arrepentía seriamente de haber bajado las escaleras cuando su madre le hablo.
-Debiste pedir explicaciones antes de acusar a las personas Harry, pero al fin estas mostrando quien en verdad eres... un maldito hijo de puta que no se merece el amor de nadie. Por eso estas solo... puedes tener todo el sexo que quieras pero siempre estarás solo porque el amor y la amistad no se ganan con un acostón.
Samantha se alejó de él, caminando a la entrada, Christopher se acercó a ella.
-No quiero verte por mi casa de nuevo... Yo... Eres un estúpido, un reverendo estúpido que no sabe diferenciar las verdades de las mentiras, que nos abe lo que es tener una amistad verdadera porque si así fuera hubieras sabido lo que era realidad. Stand es un cabrón, y tu un imbécil que ha desperdiciado la única pisca de amor que podían ofrecerle. Tu no existes Harry, tú no eres nadie, simplemente no deberías de vivir. No tienes pasado, presente ni futuro, vives una vida que no es tuya, no sabes que haces la mayoría del tiempo porque ¡No existes!
Y la puerta ce cerró en su nariz.
-Eres el chico más estúpido que he conocido Styles... Y sí, me enamore de ti y sí, me arrepiento de haberlo hecho.
Louis se volvió y camino lejos de aquel chico que le hacía soñar despierto. Pensando en que tal vez se había enamorado del Karma. Sí, dicen que el Karma es una mierda y que te hace pagar por tus errores. O tal vez su error más grande fue enamorarse de Harry, el chico misterioso con una mente débil.
Tomó un taxi con rumbo a la casa azul done sus pesadillas comenzaron. La casa de Stand. La casa donde perdió algo más que la razón.
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No debiste decir eso. Parte II. Tal vez eran lágrimas, tal vez solo sonoros rencores del alma pero no eran agradables de escuchar.
Christopher abrazaba a Samantha en aquella habitación obscura. No debía decir nada, no aun. Pero ahora sabía que ella al igual que él tenía una historia, tal vez podrían comentarlas y terminar de conocerse de una vez por todas, podrían desenmascararse poco a poco.
-¿Sam?- preguntó dudoso.
-¿Qué?
-Te voy a contar una historia...
***
En alguna parte de un desierto parque Harry se sientó a pensar en las cosas que ha dicho, el dolor que le ha casado a su única mejor amiga, el dolor físico y mental que ahora tendrá que
sobrellevar, porque Samantha es débil, demasiado, y recordar cosas del pasado solo lo empeorara.
Harry lloró por primera vez desde la cárcel, lloró sin poder hacer nada porque supo que la había liado, que creyó más en un total desconocido que en la palabra del único ser que se preocupaba por él. Él lloró porque supo que ya no tiene a nadie, se dio cuenta de que Samantha no le perdonaría, que Louis le rechazó también, recordó que no tiene familia. Pero tenía a Anne y a Gemma, y rogó con fuerzas para que ellas aun le quisieran.
-¡Estúpido! ¡Estúpido! ¡ESTÚPIDO!- se gritó en aquella obscuridad, atragantándose con sus palabras.- Estúpido y patético... Siempre... siempre haces que las personas se alejen de tu lado.
El frio le recordaba su soledad, peo no podía hacer nada contra eso. Porque él ahora estaba completamente solo.
Y todo por culpa de un chico llamado Stand.
Un chico con el que tendría que arreglar cuentas.
***
Louis llegó a la casa que le había cambiado el mundo. Bajó del taxi con miedo a lo que diría o haría Stand al verlo allí y más al escucharle reclamar.
Nick estaba en la entrada fumando un cigarrillo, Louis odiaba a Nick más que a cualquier persona en el mundo. Las razones eran simples pero confusas, un amor mal correspondido y un juego que a Louis no le había sentado nada bien.
-Hola Louis...-saludó Nick con una sonrisa de media luna- ¿Qué te trae por aquí?
-Nada que a ti pueda interesarte Grimmy.
Nick sonrió completamente, le gustaba jugar con Louis, siempre le había gustado hacerlo.- Todo lo que tenga que ver contigo me importa.
-Vete al infierno- escupió Louis antes de entrar por las grandes puertas.
-Ya estoy en el- susurró Nick a su espalda con un tono inaudible.
***
-¿Una historia?- preguntó Samantha sorbiendo por la nariz y alejándose del abrazo de su amigo.
-Mi historia... para ser exactos.
-Ohh...
Christopher se acomodó en la cama, cerrando los ojos para recordar casa uno de los pequeños detalles.
-Siempre me han gustado los chicos rudos... y la verdad estoy aquí huyendo de uno. Sabes, hay una fina línea entre el amor y la obsesión y él y yo la cruzamos, la verdad yo había estado enamorado de él desde la lejanía, ya sabes, el chico popular, hetero e inalcanzable. Todo cambió en la fiesta de la que yo creía era mi mejor amiga, él estaba lo suficientemente borracho como para acercarme y recibir un golpe no tan fuerte pero recibí un beso, violento y baboso pero era un beso. Eso alimentó a mi enamoramiento... en esa fiesta pasó de todo, él y yo terminamos en una habitación y por la mañana simplemente me fui del lugar para no soportar los gritos de un "macho" crudo y sus contantes "Yo no soy un marica".Christopher sonrió recordando la escena- El lunes, en la primera hora sus amigos me estaban esperando para arreglar cuentas conmigo, no te o negaré, pensé que iba a ser mi muerte... pero ellos simplemente me dejaron en el salón de química y cerraron la puerta, y allí estaba él, sentado en uno de los bancos con una sonrisa un poco macabra y yo estaba estático, esperando un grito o un golpe pero simplemente se acercó a mí y me beso. Empezamos una relación ese día, una secrete obviamente, pero él empezó a salir con una chica muy linda y nueva y yo no podía quedarme con las manos cruzadas así que le devolví la jugada... Ulises, un chico abiertamente gay de la escuela me ayudó y empezamos a "salir". Pero a Daniel no le agradó la idea y empezó a mostrarse más celoso, le decía a sus amigos queme vigilaran y no dejaban de molestar a Ulises, cuando le reproche de eso me golpeo y abuso de mi hasta hacerle decir que yo simplemente era suyo, que no tocaría a ningún otro hombre o mujer... Daniel no dejó las cosas con la chica y yo me estaba hartando... solo soporte un mes y después le dije que era el final... ¿Sabes lo difícil que fue para mí darme cuenta de que el tipo del que me había enamorado era la sombra de un maldito monstruo?
Samantha asintió sin sabes bien el por qué... ella no se había enamorado... o no que ella quisiera admitirlo.
-Pero él no dejó que acabara, él estaba en todas partes, me mandaba mensajes, me llamaba, iba a mi casa y le decía a mi mamá que éramos amigos del colegio, mi madre le adoraba ¿Qué podía hacer yo? El día que me di cuenta de que todo se había salido de control fue en una fiesta de Kattya, mi ex mejor amiga, ella le dijo que yo estaría en su casa... yo solo quería pasar un buen rato... pero él llegó exigiendo saber de mi, advirtiendo a todo el mundo que yo era suyo y Dios... los chicos malos me podían... me pueden... y yo era tono... y caí de nuevo, caí por él chico de ojos negros y malos modos... y esa noche mientras lo hacíamos me dijo que me amaba... y yo le creí.
Samantha escuchaba el dolor en las palabras, pero Christopher seguía sonriendo.
-Y un mes después, cuando me di cuenta que él no cambiaría, que él no le diría a nadie de lo nuestro le reclame y me dijo que él no era un maldito marica hijo de puta... y los golpes se presentaron... los insultos y los te amo se combinaban y yo no sabía qué decisión tomar, porque, por Dios... te juro que él sabía que decir al momento. Y las cosas se pusieron peor cuando mi madre descubrió los golpes en mi cara, cuando llegaba enojado y decidido a acabar con todo. Y ella tomó la decisión, la verdad, si no hubiera sido por ella yo seguiría con él...
-Pero Zayn... Zayn no es como él...
-No, Zayn es el chico malo... con sentimientos buenos... y ahora me doy cuenta que los te amo y los insultos no se deben de mesclar.
-¿Y por eso te resistías tanto a él?
Christopher sonrió y después una carcajada salió de su boca.- Digamos que en parte si... en parte era parte del juego...
-Bueno... Gracias por confiarme tu historia... amm... Pero... ¿Él sigue llamando?
-Cada noche.
El silencio se hizo en la habitación. Samantha sabía que tenía que hablar pero no podía, ¿Qué podía decir? Sus motivos para quitarse la vida o provocarse dolor eran tan estúpidos que realmente le daban pena.
-Tengo todo el tiempo del mundo para esperarte Sam... Si no quieres hablar ahora no lo hagas.
Pero ella tenía que hacerlo.
-Todo comenzó con la muerte de mi papá...
***
Louis se adentró en aquella enorme recepción, Stand estaba senado en la sala viendo algún programa de televisión al que no le prestaba la mayor atención, estaba sonriente, como siempre... como siempre que había ingerido algo.
Si, Louis sabía exactamente cada una de las reacciones de Stand, él había aprendido a leer sus gestos y comandos de voz, había puesto una dedicación extra en eso para no molestarle en un
mal momento pero ciertamente, estaba harto de su regreso. En pocos días le había hecho preocuparse de un chico que no le interesaba en lo más mínimo y ahora no podía sacarlo de su cabeza y había destruido la amistad de una chica que- ahora que veía mejor- le agradaba.
-Stand.
-¡Louis!
Stand se levantó como un resorte y abrazó al chico que le vi con desagrado.
-Louis, amigo, no esperaba verte por aquí, por Dios, ha pasado tanto tiempo desde que me acompañabas en mis momentos más solitarios... Nick es un estúpido... ha salido por allí cuando le dije que me acompañara... ¿Tu no me despreciaras verdad?
-No he venido a eso Stand.
-¿Entonces a que has venido?- gruñó
-Quiero que le aclares a Harry que Samantha y yo no hemos tenido ningún encuentro... no puede ser posible que estés arruinando su amistad solo por tus malditos celos... a nadie le importa quitarte a Marcel o a Harry... Harry que ¡Se acababa de dar cuenta de tu existencia! Me mentiste, me dejaste creer que Harry y tú estaban en una relación cuando él ni siquiera te conocía...
Stand rió, una risa que enojó a Louis, una risa que le daba entender que su amigo había cambiado para mal, que ahora estaba perdido.
-Pobre iluso Louis.- dijo dando vueltas alrededor de él- ¿No has entendido en juego de Harry y Marcel?
Louis le observó, Stand tomó lugar a su espalda y susurró en su oído un:
-Nos hemos enamorado de la misma persona.
***
-¿Por la muerte de tu padre?- preguntó Christopher.
-Sí, él era mi pilar más sagrado ¿Sabes? Mi madre trabaja y viaja mucho y él era el único que estaba conmigo en momentos difíciles... y un día le presione tanto para que llegara de su trabajo a la cena que había preparado para él... yo... yo me arrepiento tanto...
Samantha se quebró en ese momento y Christopher la abrazó, se recostaron en la cama juntos mientras ella hablaba entrecortadamente.
-Él se presionó tanto a llegar que no vio la desviación y... bueno, no puedo decirlo pero no pudieron encontrar su cuerpo hasta tres días después... él, él no tenía el cinturón puesto y salió por el parabrisas... Por Dios, ni siquiera me dejaron verle, el ataúd estaba cerrado, yo... todo fue mi culpa y la única forma de dejar mis problemas de lado fue
dañándome a mí, sufriendo lo que él.
-No es tu culpa.
-Ahora lo se... no dejo de culparme por completo pero sé que es la vida, la muerte es parte de ella.
-Sam...
-¿Si?
-¿Lo has hecho de nuevo?
Samantha se mordió el labio, lo había hecho, lo había hecho ayer y el día anterior a ese, había retomado el habito pero no lo diría, no preocuparía a su -ahora- único amigo con esas tonterías de niña débil.
-No.
-¿Me lo prometes?- preguntó observándola acomodarse en sus brazos y cerrar los ojos, cansada de todo.
-Aja...
-Esa no es una respuesta.
Pero no obtuvo nada, Samantha no quería hablar y él no la presionaría.
-Buenas noches Sam.
***
-¿De que estas hablando?- gruñó Louis.
-Bebé, está muy claro... ¿Qué dos hermanos gemelos tengan exactamente los mismos tatuajes? ¿Qué los dos tengan exactamente el mismo peinado y forma de hablar? Por favor Louis, te creía más inteligente.
Louis estaba inmóvil, las imágenes de Marcel y Harry se colaban en su mente como si fuese una película, sus tatuajes colocados en el mismo lugar, su cabello rizo y del mismo color, sus voces que son una, sus sonrisas, sus ojos. Y lo supo, o lo supuso.
-No.
-Si Louis, digamos que nuestro querido Marcel sufre de un trastorno de personalidad, Harry, Marcel, Marcel, Harry... tu decide su nombre, no es que importe mucho.
Louis estaba procesando la información, no podría ser cierto, Marcel y Harry... Ellos, no podían ser uno, ellos eran tan diferentes, tan únicos a la vez, ellos no podían ser la misma persona.
-No intentes comprenderlo, solo acéptalo.
-No- susurró- no puede ser.
-Oh, pero lo es, y Louis...- dijo ahora frente a él.- No te quiero cerca.
Pero Louis estaba enamorado de Harry... o de Marcel, o tal vez de los dos.- Lo siento Stand, pero yo ya no hago lo que tú ordenas.
Una risa floja salió de la garganta de Stand.- Bueno, no debiste decir eso.
Nick entró a la sala tirando el cigarrillo consumido, observó a Louis y sonrió incomodo a Stand.
-Te dejaremos claro quien da las órdenes y quien las recibe, bebé.
***
Harry llegó a la casa azul. Tenía planeado algo simple, un "Vete a la mierda" y unos cuantos golpes para dejar en claro que con él y su mente no jugaba nadie. Pero todo cambió al atravesar la puerta y ver a Stand y un chico de cabello negro golpeando a una persona que conocía muy bien, demasiado bien si le preguntaban. Algo se revolvió en su interior, algo como el odio y la desesperación. Nadie, nadie tenía derecho de tocar sus cosas y Louis Tomlinson entraba en la lista.
No se dio cuenta de que había avanzado hasta que el chico de cabello negro estaba en el suelo seguramente con la nariz rota.
-Primero me dices que mi mejor amiga, a la que por cierto le he dicho la mayor mierda, y Louis me estaban engañando, que estaban teniendo sexo a mis espaldas y ahora te atreves a simplemente maltratar mi propiedad... ¿Es que tengo que tatuarle un "Propiedad de Harry Styles" en el trasero para que les quede claro?- ladró Harry a Stand.
-Harry...
Louis estaba sangrando, tenía la mejilla un poco hinchada, y unos moretones nada agradables alrededor del cuello.
-Harry.- Dijo Stand- No tienes por qué estar aquí bebé, podríamos vernos después, cuando tú quieras... olvídate de Louis, este pedazo de mierda no podría ofrecerte lo que yo.
Harry resopló, acercándose a donde Louis, tomándole de la cintura, con su dedo pulgar recorrió su rostro algo deformado.
-¿Estas bien amor?- preguntó.
Louis abrió los ojos lo más que pudo, amor, esa palabra era tan íntima.- Estoy bien ahora que estas aquí... yo... yo no quiero que pienses que Sam y yo...
-No- interrumpió- Yo sé que nada ha pasado, me he dejado llevar por los celos, tengo que ir a hablar con Sam, ella no merece toda la mierda que le dije, soy un tremendo estúpido.
-Lo eres.- Dijo Louis sonriéndole, sintiéndolos grandes brazos de Harry aferrarse a su espalda baja.
-Es por tu culpa, saber que has visto a alguien más me pone loco.
Louis sonrió, Stand apretó los puños, quera golpear algo, hacer algo pero no con Harry, Harry sería difícil de domar.
-Vamos, tenemos que ir a curarte esas pequeñas cortadas.
Y lo que sucedió después fue algo que Louis llevaba deseando por días.
Un beso, fuerte, protector y demandante.
-¿Sigues arrepentido de haberte enamorado de mí?- preguntó sonriente sobre sus labios.
-Para nada.
Harry tomó la mano de Louis en la suya, observó al moreno que le veía con miedo desde el suelo y después a Stand.
-Y tu, Stand... mantente alejado de Louis, de Samantha y de mi, no quiero verte, ni saber de ti. No quiero ver tu rostro ni escuchar tu estúpida voz, no me intimidas con tu faceta de niño malo, vuelves a tocar a mi chico y veras lo que un hombre enojado puede causar.
Salieron de la casa, dejando atrás a un muy enfurecido Stand.
Y eso, bien sabia Louis, nunca era bueno.
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Capitulo XX: Hola Marcel, me llamo Louis y creo que me enamore de ti. Marcel despertó en una habitación llenada de sonoras risitas, música ensordecedora y posters de bandas desconocidas para él. No era su habitación, ni la de Stand. Y eso le preocupó.
Se despertó sobresaltado y con ganas de gritar por la desesperación de no saber su paradero. Volteo rápidamente la mirada en busca de una salida para poder huir rápidamente cuando vio dos
pares de ojos azules asomados en la puerta del armario.
Alerta, estaba muy alerta. El cabello rubio de aquellas dos enanas se le hacía vagamente familiar.
-Él está aquí de nuevo Daisy- susurró una de las pequeñas.
La rubia número uno identificada como Daisy sonrió y le señalizo que guardara silencio, Marcel sonrió con ternura, esas pequeñas idénticas eran muy lindas.
-Calla Phoebe, él nos escuchara- gritó sobre la música.
Marcel soltó una carcajada y pegó un brinco cuando una melena lacia y castaña resurgió de debajo de la cama.
-¡¿QUÉ?!- gritó un alterado y adormilado Louis Tomlinson.
¡Louis Tomlinson!
-Shhhh... Calla Boo, despertaras a Harry.
Pero Marcel ya estaba más que despierto y parado a un lado de la cama alejado de Louis.
- Phoebe, creo que Harry ya despertó...- aclaró la pequeña Daisy.
Louis reacciono al nombre o nombres que salieron de la boca de sus hermanas, y después, reacciono a que sus hermanas estaban escondidas en su closet y el solo estaba en ropa interior con una erección matutina.
- Phoebe, Daisy... Salgan ahora por favor- pidió Louis con un sonrojo en las mejillas.
-¡Pero Boooo!- alargaron las gemelas.
-No, por favor, Marcel tiene que hablar conmigo de algo importante, él y yo tenemos algo serio que tratar y saben que no pueden escuchar conversaciones de mayores porque es...
-¡De mala educación!- finalizaron ellas.
-Pero él se llama Harry, no Marcel Lou...- aclaro Daisy.
Marcel se congeló desde que escucho su nombre, el verdadero salir de los labios de Louis.
-Niñas...- sentenció Louis.
Las dos pequeñas, vestidas con sus pijamas salieron totalmente del armario y corrieron hacia
Marcel para abrazarle. Él solo les abrazó de regreso y después ellas salieron disparadas por la puerta cerrándola con un sonoro golpe.
-Marcel... tenemos que hablar.
¡De puta madre!- pensó Marcel. Ahora Louis sabía su secreto, y no tenia idea de qué manera se había enterado.
-Yo soy Harry... ¿Qué no recuerdas mi nombre?- intentó Marcel.
Una sonrisa y después una risa, sarcástica para agregarle sabor, salió de lo más recodito de Louis.
-Y yo aún me chupo el dedo.
La puerta se abrió de una vez y Phoebe entró corriendo al cuarto con los ojos abiertos a más no poder.
-¡¿TE CHUPAS EL DEDO BOO?!- preguntó asombrada.
-¡Por Dios Phoebe, deja de espiar a los adultos!
Marcel, gracias a los nervios y la hermosa escena que estaba presenciando se dobló
en sus rodillas por la risa floja. Louis le siguió mientras Phoebe salía del cuarto haciéndole una seña a Daisy para huir antes de que Louis se recuperara.
Cuando la risa se cortó Marcel sabía que tendría que dar explicaciones pero no quería darlas, él solo quería acurrucarse en la cama con una persona y esa era Louis, él quería que la persona fuese Stand, trataba de imaginarse a su lado, acurrucados, mirándose a los ojos pero no, Louis llenaba sus pensamientos y para ser sinceros no era la primera vez.
-Marcel...- susurró Louis y pudo degustar su nombre en su lengua.
Una mano rozó levemente su brazo y sus bellos se enchinaron, solo una caricia de él. Sus ojos buscaron los de Louis y entonces paso, como pasan ciertas cosas en la vida, inesperada y magníficamente. Se conectaron, sus miradas pelearon y el azul y el verde se convino y el color y el aire y todo a su alrededor simplemente no paró porque si hubiese parado el tiempo se hubiera alargado y ese beso no hubiese pasado.
Louis guió el rostro de Marcel al suyo, se miraron antes de dar paso al beso, corroborando que él no huiría. Marcel no quería que Louis se arrepintiera, él también tomo el rostro de Louis con sus manos y juntos recorrieron la poca distancia. Labios acariciándose, lentamente, con algo muy parecido a la devoción. Louis recorrió la mejilla de Marcel con el torso de su mano. Marcel sonrió a mitad del beso, se sentía bien, mejor que cuando besaba a Stand y no podía ni quería hacer nada para cambiar eso.
-Lou... Oh Dios...- una voz en la puerta hizo que se separaran de golpe.-Charlotte estaba parada en la puerta, con los ojos cerrados y la cara roja por la vergüenza.- Lo siento, mamá ha llamado, no vendrá hoy a comer... ammm.... Iremos a la escuela... amm... te vemos después, adiós.
Un par de risitas se escucharon en el pasillo y segundos después la puerta delantera se cerró.
-Marcel- dijo Louis.- Lo siento... yo...
-¡No!- grito este alejándose de él- Por favor, no digas que lo sientes, no quiero escucharte decirlo, yo no lo siento, no lo hago ni lo hare... Maldita sea Louis, he soñado por un maldito beso tuyo desde hacía años... pero tú eres tan estúpido y superficial como para notarlo... por Dios, si no sabías de mi existencia.
Marcel estaba de espaldas a Louis, las lágrimas rebeldes amenazaban con salir. Louis avanzó hacia él peros e detuvo cuando Marcel prosiguió.
-Yo no era nadie para ti Louis pero después Harry apareció y movió tu mundo y ¡Harry soy yo! Yo soy esa persona de la cual te enamoraste y perdón por no ser él, perdóname por no poder ser tan rudo o sexy como lo es él, por no tener su actitud o su sarcasmo, su encantador prohibido. ¡Maldita sea! Perdona por haber estado enamorado de ti por años, por quererte en silencio... tal vez no soy Harry pero yo soy real... yo...
Louis escuchó el rompimiento de su voz y fue hacia él, le abrazo por la espalda y besó su nuca, le besó porque quiso hacerlo y se recriminó por haber pensado las estupideces más grandes sobre ese ser fuerte, Louis quería recompensarle, pero no como una consolación, él quería estar con Marcel, Harry le había enamorado pero Marcel... Marcel había llegado más haya y darse cuenta de que los dos eran uno simplemente pudo con él. Los quería, no podía simplemente olvidar a Harry por Marcel o viceversa, él los quería a los dos y siempre haba sido demasiado egoísta con las cosas que quería que le pertenecieran. Pero Stand era un rival digno de lucha.
-Marcel...- susurró en su oído- Te quiero.
Marcel dio la vuelta al escuchar esas palabras, Louis le veía, serio, decidido, con la verdad en la boca.
-Yo también te quiero Louis.
Y por Dios que le quería, le quería más de lo que podría querer a Stand.
Un beso los llevó a otro y con eso Marcel se llenó de coraje y avanzó, haciendo que Louis retrocediera a la cama. Él lo hacía porque quería recostarse con Marcel, solo eso, pero Marcel lo hacía porque quería estar con Louis, de una forma en la que nunca planeo estar con él.
La cama tocó las piernas de Louis y Marcel le depositó con amor sombre la colcha mal tendida, Louis le atrajo hacia él, se juró que nunca, ni una de las veces que estuvo con Harry sintió la intimidad que sentía con Marcel, él superaba todo lo que un día planeo sentir.
-Así que esto es sentirse desnudo....
Marcel sonrió a la metáfora de Louis, si, estar desnudo no se trataba de la ropa faltante en el cuerpo, era sobre exponer y sentir. Dar y recibir, mirar, escuchar y hablar. Estar desnudo en alma y no en cuerpo.
-Yo nunca he estado desnudo... nunca siendo Marcel.
Y Louis sonrió porque de algún modo supo que era verdad, que Marcel ya no era virgen siendo Harry pero siendo Marcel simplemente no podía
ser posible, se daba cuenta que Marcel solo se entregaría por amor y le daba la impresión de que quería entregarse a él y eso le produjo una felicidad algo exagerada. Pero no lo haría de esa forma, no lo haría así, tan simple. Marcel era único y le daría una noche única.
Marcel se acercó a él y con todo y el dolor que le causo ver su cara cuando le rechazo le tomo en sus brazos, le acurruco a uno de sus lados, paso mu brazo por su cintura y le trajo a él, quedando cara a cara, nariz contra nariz y con sonrisas en sus rostros.
-Así no bebe, no aquí.
Y Marcel no reclamo.
Una duda creció en él y no dudo en preguntar:
-Louis... ¿Cómo es que llegué a tu casa?
Y Louis dudó, dudó porque sabía que Marcel no se perdonaría si le contara todo. No lo que pasó exactamente.
Pero tenía que ser justo con él y dejar que resolviera sus problemas.
-Marcel... ayer en la tarde Stand le dijo a Harry que... que Samantha y yo teníamos una relación a sus espaldas y tu... bueno... él... él le reclamó a Sam... le reprocho algo de ser una suicida y se
verlo de ella... le dijiste Zorra.
Marcel palideció.
-No, ni de coña podría reclamarle lo de sus cicatrices... ella tenía sus razones... por Dios, yo le ayude a superar, a perdonarse.
-No fuiste tú... fue Harry.
-¡Pero yo soy Harry!
-No, tú eres Marcel Cox y él es Harry Styles, hay mucha diferencia entre ustedes dos. Tu eres el mejor Marcel, ahora me doy cuenta.
-Tengo que ir a ver a Sam.
.Pues en marcha guapo.
Los dos salieron de la casa después de que Louis se vistió, tomaron un taxi ya que Louis había dejado su camioneta fuera de casa de Samantha, cuando el taxi estacionó frente a casa de Samantha Louis tomó la mano de Marcel con la suya, entrelazando sus dedos.
-Todo va a salir bien- le prometió- Ella te perdonara....
Marcel rió, Louis no conocía a Samantha, no sabía lo orgullosa y rencorosa que esa chica podría ser.
Ninguno de los dos se dio cuenta del chico con capucha negra que les observaba tomados de la mano y con los nudillos apretados de puro coraje.
Antes de que Marcel pudiera incluso tocar la puerta Louis lo tomó del rostro y plantó un beso en sus labios. Stand lo veía todo, tuvo que contenerse de ir y terminar de matar a golpes a Louis.
-Marcel... creo que me he enamorado de ti.
Una sonrisa, una sonrisa fue lo que Marcel el regaló a Louis sin que este le dejara responder al tocar la puerta. Christopher la abrió al cabo de dos minutos, estaba en un pantalón de franela que claramente era de mujer, pero Louis sabía que cuando se trataba de comodidad Chris usaría lo que fuese.
-¿Si?- preguntó receloso.- ¿Puedo ayudarlos?
Louis gruñó.- Solo llama a Samantha.
Él, sin muchas ganas de pelea hizo lo que su primo le ladró y Samantha apareció en la puerta, con los ojos hinchados y desprecio en la mirada.
-Sa...
-¿Qué?- preguntó enojada.- ¿Te falto decir uno más de tus malditos insultos? ¿Después de zorra viene Puta o algo parecido? ¿Me gritaras una más de tus estupideces? Porque estoy harta Marcel, harta de siempre apoyarte tanto y que me pagues creyéndole a un estúpido vago que conociste en un día donde decidiste brincarte las clases, harta de estar callada y aguantando tus reclamos a la vida... ¡Tienes todo lo que un chico quisiera! Eres inteligente, lindo y carismático, tienes tatuajes y un cuerpo de envidia, dos personalidades y una de ella simplemente es tan vale madrista que te envidio por ser tu quien padece de eso y no yo.
Marcel solo escuchaba, Samantha estaba en su momento de vomito verbal y era justo escucharla aunque difería con ella.
-Y no vengas a disculparte conmigo si vas a seguir viendo a Stand, las putas hipocresías no van conmigo... o terminas los nexos con él o los que tienes conmigo.
Stand, que estaba escuchando todo ahora odiaba más a Samantha, esa chica se estaba ganando un castigo duro.
-Y si no es así no te perdonare hasta el día de mi muerte.
Y de repente la idea llegó a Stand. Recuperaría a Marcel dándole lo que quería.
Que Samantha disfrutara de sus últimos días, que si solo perdonaría a Marcel estando muerta le daría a su bebe el perdón que tanto buscaba.
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Capitulo XXI: Un doloroso adiós. Antes que nada, me sentí muy rara al escribir este capitulo porque Samantha soy yo, en los pocos capítulos que sibí todo lo que era Samantha soy yo.Les conté partes de mi vida escondida en párrafos y diálogos. Así que, escribir esto es algo raro pero necesario. Gracias pro querer a Sam, me hacen sentirme querida a mi.
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Otro día llegó, Stand había estado llamando a Marcel pero él no contestaba. Aun no podía creer que él, el chico que le apoyaba tanto hubiera hecho que su mejor amiga le odiara de esa forma. Si, había sido su culpa, por estar tan ciego y desesperado por un poco de amor.
El día anterior, después de que Samantha corriera a todo el mundo de su casa -yeso incluía a Christopher- y hubiera cerrado la puerta en la cara de los tres chicos regresaran a casa de Louis y vieron películas hasta que Anne busco a su hijo y le pido de manera muy amable que regresara a casa.
Hoy, un miércoles muy movido Louis había ido por él a su casa, le había abierto la puerta y tomado su mano cuando llegaron a la escuela, con las miradas de todo el mundo puestas en ellos. Si, Marcel sin duda era un chico suertudo.
Encontraron a Samantha fumando muy cerca de la entrada, algo que a Marcel no le gustaba ya que ella solo lo hacía cuando estaba realmente molesta o cuando las ganas de dañarse la atacaban. Si, solo él sabía eso, y por lo que veía seguía siendo el único. Louis sugirió que se acercaran pero cuando ella los vio dirigirse a donde ella se sacó el cigarrillo de la boca, lo piso con fuerza y se retiró
del lugar entrando a la escuela sin mirar atrás.
Christopher se veía las cutículas de las manos mientras Zayn se acercaba a él con una rosa roja.
-Hola Chris- le dice frente a frente. Pero Christopher sigue viéndose las cutículas.- Esto es para tidice el pequeño Zayn entregándole la flor.
Christopher es una perra y no lo hará tan fácil, nunca ha sido fácil.- Lo siento, no me gustan las rosas rojas.
Y como la Diva que es caminó hacia la entrada dejando a Zayn con la rosa y una sonrisa de incredulidad en el rostro. Primera vez en la vida que había sido rechazado y siendo Christopher solo le había encantado.
Samantha se sentó en el último banco del salón, dándole miradas de advertencia a Chris y Marcel para que simplemente no se acercaran. Entendían su enojo, y nadie en su sano juicio molestaría a Samantha.
Excepto Niall Horan, ese chico estaba decidido a recibir golpes o insultos de esa chica, porque quería su perdón y la oportunidad que se estaba ganando. Se sentó a su lado, sin decir nada, simplemente se sentó, sacó su cuaderno y cuando Samantha iba a renegar él le dio un "Shhh" que la hizo levantar las cejas por el atrevimiento.
-¿Disculpa?- dijo prepotentemente.
-Cállate Sam, estoy tratando de estudiar.- respondió él con una sonrisa.
-Serás cabrón.
Y silencio, Samantha rodó los ojos y se quedó cruzada de brazos por el resto de la clase mientras que Niall se felicitaba internamente por no haber sido golpeado. No aún.
Las clases pasaron rápidas, la hora del almuerzo estaba cada vez más cerca y todos sentían una atmosfera un poco rara al ver a los cuatro chicos inalcanzables amarrados a parejas. Liam no podría dejar de hablar de lo maravillosa que Danielle era, Louis no soltaba a Marcel por nada en el mundo y le hacía repelar cada minuto, Zayn estaba muy raro ese día y Niall, él simplemente trataba de hablar con una máquina de enojo y golpes como lo era Samantha.
El timbre sonó, Samantha se levantó de su asiento con rumbo a la cafetería pero en el proceso, cuando estaba muy cerca de la puerta escucho un nombre y dos palabras que la hicieron congelarse.
-Samantha, te quiero.
La boca de Niall Horan... deberían de cerrarla por una vez. Todos los alumnos que aún no salían vieron el preciso instante donde ella remarco su mano en la mejilla pálida de aquel irlandés.
-Y que te quede claro Horan, que la próxima vez no será solo una bofetada.
Pero bendito Dios, Niall nunca entendía a la primera.
La cafetería se llenó de chicos hambrientos, en una de las mesas más alejadas se sentaron los cuatro chicos "malos", Danielle, Samantha y Christopher. Todo estaba tan normal como siempre, ruido y más ruido. Hasta que Zayn se paró en la mesa de la cafetería y pidió silencio. Todos le observaban, callados, sin atreverse a hacer ruido, y el show comenzó.
-Christopher, tú, pequeño pedazo de nada que me ha robado todo... estoy hasta los cojones de aguantar tus niñerías, tus reclamos y tus desplantes. Pero te quiero, me enamore de ti como un hijo de puta... no puedo dejar de pensar en tu maldito cabello lila o en tu forma de ser, en la noche que pasamos juntos porque, bebe, yo recuerdo algunas cosas. Siento celos de cualquier persona que este remotamente cerca de ti, hasta de Louis estoy celoso por vivir en la misma casa que tu, estoy harto de pensar en ti, en el que será de...- todo el mundo observaba a Zayn y a Christopher que intentaba, no muy gratamente de ignorarle para no saltar hacia él, darle un guantazo y besarlo.- Christopher Diva Hilton... ¿Me harías el puto favor de convertirte en mi novio?
Y un chico, que se le hacía vagamente conocido a Chris, entró a la cafetería con flores de todos los colores, excepto rojas, y se las entregó al chico de cabello lila y cara de espanto. Porque Zayn Malik lo volvía a hacer, le dejó sin palabras de nuevo.
Vitorreos y aplausos, seguidos de "Dile que si" de toda la cafetería inundaron los odios de Chris, que sabía la respuesta pero no podía reaccionar, aun viendo sus multicolores flores en sus manos.
-¿Entonces?- presión Zayn.
-Pues, si.- contestó sin perder a la diva orgullosa que llevaba dentro.
Samantha resopló a la vez que todos gritaban y aplaudían... y unas cuantas chicas lloraban.
Zayn bajó de la mesa y besó a Christopher, los dos sonrientes mientras el beso duró. Después Liam besó a Danielle y Louis a Marcel... para sorpresa de todos.
y Samantha, que ese día estaba más molesta de lo normal se levantó de aquella mesa, con dirección al patio para fumar otro cigarrillo. Algo que Niall impidió tomando su brazo con fuerza y apretando sus labios en los de ella. Ella replico, se removió pero Niall no la soltó, cuando pudo liberarse otra cachetada resonó en el rostro de Niall.
-¡Cabrón!
-Ay, Samantha, tuve un puto error ¡Solo uno! Y no me arrepiento de haberlo conocido porque si no, no hubiera hablado contigo nunca, olvídalo, no es complicado, te quiero, ¿Esta bien? Te quiero con todo y tus cambios de humor, tus malos y buenos momentos, solo supera eso... nunca sabes cuándo puede ser una oportunidad única.
Samantha se quedó callada, sonrió y retomo su dirección por un cigarrillo, ahora con Niall tras ella.
Cuando las clases terminaron y todo el mundo salió al estacionamiento Marcel pudo ver aquella motocicleta negra que tanto le había gustado montar junto a Stand. Y después le vio a él, recargado en el capo del carro de Samantha, como si nada de lo que había dicho hubiese afectado a él o sus amigos.
Stand sonrió pero cuando vio a Louis tras de Marcel, tapándole los ojos y haciéndole sonrojarse sus celos atacaron un vez más. La droga que acababa de ingerir estaba en su sistema, bombeando su corazón a una velocidad un poco peligrosa, él había dicho que no tomaría más esos vicios pero cuando Marcel se fue simplemente no pudo aguantarlo. Ahora venía a por lo que era suyo.
Caminó, lentamente, viendo la reacción de los chicos a su llegada, Samantha entró a la escena, viéndole retadoramente, advirtiéndole de dar un paso más. Ella se acercó a él, con el pequeño rubio a su espalda, observándolo con cuidado.
-Más vale que dejes a Marcel en paz de una vez, maldito vago.- escupió ella con saña.
Stand soltó una carcajada.-Tu no me tienes que advertir de nada pequeña estúpida, yo soy lo que Marcel necesita y te lo demostraré ahora.
Retomó su camino, Louis le veía, tan seguro como siempre pero sus ojos rojos le advirtieron que su conducta ya psicótica se podía disparar.
-Marcel, ¿Puedo hablar contigo?
Louis le tomó de la mano con fuerza, no aceptando dejarle ir con él, lo conocía, tal vez demasiado como para saber que hallaría la manera de tener a Marcel junto a él de nuevo.
-No- contestó Louis.
-No estoy hablándote a mi Tomlinson. Le hablo a Marcel... ¿Por favor?
Y Marcel es un chico bueno, uno que no acepta ver a las personas rogar por algo que es tan sencillo cono ir y hablar. Terminar con algo que estaba mal.
-Solo será una plática rápida Lou... todo estará bien.
Stand tomó la otra mano de Marcel, Louis le soltó y avanzaron solo unos pasos lejos de ellos, los suficientes para que no escucharan su nada agradable plática.
-Stand... yo...
-Perdóname bebe, yo soy impulsivo y celoso, no planeaba llegar a ser tan descuidado con las palabras que dije, nunca quise causarte problemas con tus amigos.
-Lo que hiciste estuvo mal, muy mal, yo nunca hubiera dicho lo que dije sobre Samantha, tu no estuviste ahí, no escuchaste la sarta de estupideces que salieron de mis labios... por Dios, ni siquiera yos e que fue lo que le dije porque se lo dijiste a Harry, no a mí, te aprovechaste de eso
Stand, y me dolió. Me dolió que pudieras ser tan mezquino y cruel, que tomaras mi momento de debilidad y me hicieras creer una mentira como esa.- Tomó aire y volteó la mirada, Samantha y Louis le observaban con los brazos cruzados.- Mira Stand, antes que todo siempre pondré mi amistad con Sam, ella ha sido mi soporte por años, demasiados que ya hasta es parte de mi familia y si me quiere lejos de ti eso es lo que tendrá, lo siento Stand, creí que contigo tendría algo de amor o estabilidad pero me has dado todo lo contrario.
Marcel dio un paso para retirarse de allí pero los brazos de Stand le rodearon la cintura, pegó su boca a su oído y con una voz tétrica, una que Marcel nunca le había escuchado le dijo:
-Bebe, no te voy a perder solo porque una chica mimada quiera que te alejes de mi, Marcel, te quiero, a mi lado, conmigo, así que, si no quieres que le pase algo a la perra de tu amiga vasa subirte a esa motocicleta conmigo, me abrazaras y pondrás una puta sonrisa en tu rostro, bebe, yo no quería hacer esto pero, por Dios Marcel, me has dejado para irte con Louis, uno de mis mejores amigos, eso no se hace mi vida, tu lugar es a mi lado, en mi puta cama, en mi puta casa, te amo Marcel, te lo juro por mis demonios que lo hago, tu, un ser tan patético te has metido en mi piel y no planeo dejarte ir solo porque una puta te ha dicho que te separes de mi. No me conoces bebe, no quería que conocieras esta parte de mi pero lo has pedido a gritos. Así que ahora seremos justos el uno con el otro, si no me parece una de las acciones que hagas serás castigado, simple como eso. No quero reclamos ni palabras de odio. No soportaría que me odiaras amor... ¿Entendido?
Marcel estaba estático, paralizado por el miedo que las palabras y la voz pacifica de Stand.
-Dije ¿Entendido?
-Si-i.
Stand sonrió, observó hacia donde Louis y le giñó un ojo, en señal de derrota.
-Ahora vas a ir a donde tus amigos y les dirás que te iras conmigo, que sabes que me amas y no puedes alejarte de mi. No digas una palabra más o tu pequeña amiga Sam lo pagara... sé que quieres su perdón bebe, muy pronto lo tendrás. Te lo prometo.
Marcel asintió, tomó camino hacia donde Louis y Samantha y cuando Louis quiso abrazarle él lo impido, poniendo sus manos en su pecho, alejándolo.
-Tengo que irme con Stand... yo... lo amo y sé que no puedo estar lejos... perdón si mis acciones te confundieron Louis, no puedo, no puedo estar lejos de él... no puedo.
Louis apretó la mandíbula, lo sabía, sabía que Stand haría algo, las amenazas era su punto cuando no quedaban alternativas, de algún modo se alegraba, Stand tenía que recurrir a ellas para tener a Marcel a su lado. Pero, sabia de lo que era capaz, sus últimos días como su amigo vivió de los abusos, gritos y golpes de Stand.
-Marcel, no hagas eso, si estas con nosotros las amenazas no se podrán cumplir.
-Nadie me ha amenazado Louis, simplemente es la verdad.- dijo Marcel con la mirada baja y la voz quebrada.
Louis tocó su hombro pero Stand llegó a su lado.- Vamos Marcel.- dijo sin dejar de sonreír, Marcel le siguió, Louis le vio subirse a la moto y partir, con rumbo a la casa azul que tanto odiaba.
-¿Qué clase de amenazas Louis?- preguntó Samantha.
-Las que pueden doblegar a una mente como la de Marcel Sam, solo ese tipo de amenazas.
**
Samantha aceleró en su coche, estaba harta de un día estresante, harta de sentirse mal. Aceleró y tomó el camino a la playa de Brighton, no le importaba no llegar a su casa, su madre estaba en un viaje de negocios y no había nadie esperándola, solo quería escapar. Observó una vez más las marcas rojas en sus brazos, las marcas que Harry le había dejado.
No le gustaban las marcas en las muñecas, no le importaban las cicatrices o marcas, pero en los lugares correctos. Las muñecas podría verlas cualquiera.
Su celular sonó, tomó el manos libres y contesto la llamada, Christopher estaba al otro lado.
-Sam, estoy fuera de tu casa, abre la puerta ahora.
-No puedo, estoy de camino a la playa.
-¿La playa? ¿A Brighton?- preguntó emocionado.
-Si, solo yo y una hora y media de carretera.
-¡¿Y por qué no me invitaste?!
-Por la encilla razón de que quiero estar sola... he tenido este presentimiento sabes... de que algo pasará.Pero en fin, solo tengo que ir y pensar, extraño a Marcel ¿Sabes? Lo amo, es mi mejor amigo, no puedo dejarlo de lado solo así. Solo necesito una horas para mi y después iré a verlo, tengo que hablar con él sobre algo que descubrí de Stand...
Samantha soltó el celular, su mirada se perdió en la camioneta negra frente a ella, estacionada en el camino, a mitad de carretera, como si la esperara. Un chico de cabello negro y piel pálida la veía, ella pisó el freno pero nada paso. El chico, Nick, recordaba su rostro de la fiesta de Stand. Él cerró los ojos mientras la veía acercarse fuera de control en el auto, se alejó de la camioneta y se internó en el pequeño bosque a su costado.
Christopher pudo escuchar todo, cada uno de los gritos y chirridos que salieron de Samantha y su automóvil, gritó, le gritó que contestara el teléfono y la comunicación se cortó con un sonoro golpe.
Samantha sintió cada uno de los golpes que llegaron, su cuerpo soltándose, golpeándose contra el volante, su pecho ardiendo, su cabeza revotando en el respaldo, el dolor era insoportable. Sus piernas contagiándose cuando el golpe llegó, su brazo estampando la puerta, los vidrios encajándose en su rostro y brazos, escuchó el sonido del metal doblándose, las llantas rechinando, el sonoro "crak" de sus huesos. Y el dolor era inevitable, la muerte era dolorosa y lenta, fueron solo segundos pero ella pudo sentir minutos de dolor y delirio.
Y si lo viéramos de un ángulo más alejado podríamos ver como un pequeño auto quedo bajó una
camioneta negra, despedazado, rogarías por no ser tu quien pasara por una muerte como esa.
**
-Está hecho- susurró Nick Grimshaw al teléfono.
-Gracias, amigo.
La voz de Stand respondió al otro lado de la línea mientras abrazaba a un temeroso Marcel.
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Despidanse de Sam:(
Perdón por matarla... son cosas de la vida.
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Capitulo XXII: "Un lugar mejor". A cientos de kilómetros de Londres un equipo de rescate sacaba el cuerpo sin vida de una joven,
prensada en un automóvil bajo una camioneta descompuesta, sin dueño, sin restos de ADN. Una joven que había tenido una muerte dolorosa, con el rostro hinchado por los golpes y una postura nada cómoda. Ellos estaban acostumbrados a ver esas imágenes pero cada que veían a jóvenes perder su vida de esa forma... era algo a lo que no querían acostumbrarse.
Samantha Barrientos; se leía en su ID.
19 años de edad.
Londres, Inglaterra.
Lo difícil era avisar a sus familias, escuchar la voz quebrada de su madre, los gritos y después de dar la noticia llamar a sus familias, recordarles cuanto los aman.
Eso era algo que día a día tenían que hacer.
*Usted tiene un Nuevo buzón de voz*
Marcel sacó su celular en el baño, pudiendo escapar de Stand por un momento. Tenía una llamada perdida de Samantha y otras de Louis, la más reciente venia del celular de Christopher.
Abrió su buzón y escuchó su mensaje:
-Hola cuatro ojos- se escuchó la voz nerviosa de Samantha- bueno, sabes que odio llamar por celular y de algún modo me alegra que no contestaras, no podría decirte esto con tu voz al otro lado. Marcel, desde que Stand ha llegado a tu vida nos hemos separado y no debería de ser así, prometí estar contigo, en la buenas y malas, dijimos que superaríamos todo, lo siento por irme así, tan de repente y dejarte en manos de ese monstruo pero en estoy días he encontrado algo, algo que puede ayudarme a separarte de esa bestia. Ahora tengo que ir a la playa, sabes que nunca me ha agradado la ciudad, necesito despejarme... Marcel, te amo, eres mi mejor amigo, siempre estaré para ti. Tu y yo para toda la vida ¿Recuerdas? Nuestra amistad durará años, y después de la muerte aun seguiremos juntos. Te perdono por todo lo que has dicho y espero me perdones por todo lo que yo te he dicho a ti.- Una risa nerviosa salió de Samantha y Marcel sonrió involuntariamente.- Gracias por ser mi amigo bebé, sabes que... siempre agradeceré por haberlos conocido. Te amo.
Y el mensaje se cortó ahí, sin nada más que decir.
Marcel sonrió al escuchar la voz de su amiga, Samantha nunca perdonaba fácil pero con él siempre hacia una excepción. Marcó el número de Christopher pero le mandó directo al buzón. Y cuando marcó al celular de Louis el mundo cayó a sus pies.
-¿Lou?- preguntó en voz baja.
-Marcel... Tengo que decirte algo pero tienes que venir a tu casa, tu mamá te está esperando.
La llamada quedó en eso, nada más. Salió del baño y le dijo a Stand que su madre la había hablado, que tenía que ir a casa.
-Pues vamos amor, no podemos hacer esperar a tu mamá.
El regreso a casa fue algo callado, Marcel no quería hablar, ya anda bueno salía de la boca de Stand y seguía pensando en el mensaje de Samantha. Se juró que, cuando pisara el suelo de su casa le llamaría e iría a su casa. Quería abrasarla, revolver su cabello como solía hacerlo y que ella le golpeara pidiendo que parara, quería simplemente verla, hacerla reír y no dejar que volvieran a separarse por nada en el mundo.
Veía el paisaje pasar rápido, como siempre cuando de Stand se trataba, conducía como si no le importara morir en cualquier instante, pero Marcel se había acostumbrado a eso, se acostumbró a cosas que no debía.
Su casa estaba cerca, podía ver el automóvil de su madre y el de Gemma, podía ver también un pequeño auto rojo que no conocía.
-Déjame en la esquina- le anunció a Stand.
-No bebé, tengo que conocer a tu mamá.
-No ahora Stand. Algo ha pasado, estoy seguro de eso, solo déjame aquí y te veré después.
Stand bajó la velocidad, se detuvo en la solitaria esquina y Marcel bajo, corrió sin despedirse de él, había quitado cualquier emoción positiva al despedirse, saludar o siquiera tocar a Stand.
Cuando cruzó las puertas de su hogar y observó todo detalladamente se dio cuenta de que algo iba mal, muy mal.
Gemma estaba allí, Anne estaba allí, Louis, Christopher, Zayn, Liam, Danielle, Niall. Pero todos tenían los ojos rojos... lágrimas secas y Samantha no estaba por ningún lado.
-¿Mamá?
Y Anne, al escuchar su nombre lloró, lloró a gritos, como si hubiera perdido una parte de su ser.
-Marcel... Samantha... ella...
Su cerebro creó una imagen, ella, en el suelo de su baño, con la sangre derramándose por los blancos azulejos. Ella, inmóvil, pálida por la sangre fuera de su cuerpo, sus parpados cerrados. La veía allí, mientras él estaba en otra parte, sin ayudarla.
-Ella...-escuchó ahora la voz de Louis.- Ella tuvo un accidente, de camino a la playa, una camioneta negra estaba descompuesta y los frenos de su carro fallaron, ella no pudo parar, simplemente no funcionaron... a la velocidad a la que iba no podía hacer nada más que chocar contra la camioneta o desviarse al acantilado.
Marcel estaba quieto, simplemente inmóvil. Las palabras entraban por un oído le salían por otro. Cerró los ojos y su mundo se volvió en cámara lenta.
Veía a Christopher llorar de nuevo, a Zayn abrazándole, a su madre y su hermana llorando en el sofá, porque Samantha era parte de la familia. Niall lloraba en un rincón. Louis trató de tomarlo en sus brazos pero Marcel no quería escuchar nada, las lágrimas ni siquiera estaban cerca de caer o ser creadas.
Dio media vuelta, sin siquiera ver a su espalda. Subió las escaleras a su habitación y se encerró, las cortinas bajas y la puerta cerrada. Con simples recuerdos de la que en un momento fue su mejor amiga.
"Gracias por ser mi amigo bebé, sabes que... siempre agradeceré por haberlos conocido. Te amo"
Palabras que nunca podrá olvidar. ¿Cuándo le habrá mandado aquel mensaje? ¿Unos minutos antes de morir? O ¿Antes? Tal vez, cuando apenas salía de su casa a la playa. Samantha amaba la playa, le gustaba leer con el agua a sus pies. Él amaba ir a la playa y escucharla decir las frases que más le habían gustado de un libro.
La última que le había dicho fue del libro Bajo la misma estrella de John Green: Te mueres en medio de la vida, en mitad de una frase.
Ahora veía lo cierto en esas palabras. Cerró los ojos y se quedó dormido.
I write this song in memory of the wayward smile; The boy we won't forget; The soul you took away from us; The river flows; The tears that we wept.
No eran sueños, eran recuerdos.
-Hola... Me llamo Marcel.
-No me importa.
Una chica de cabello castaño, ropa negra y un libro en la mano le contesto amargamente.
-A mí también me gusta John Katzenbach.
Ella sonrió, Marcel se sentó en el espacio que ella le había dejado.- Mi nombre es Samantha, un gusto Marcel.
**
-Por Dios...- susurró la castaña.- ¿Qué es lo que te pasa Marcel?
-¿Marcel?... Mi nombre es Harry, linda.
Anne entró al cuarto viendo a los dos chicos apartados a cada lado de la cama.- Sam, tenemos que hablar.
**
-Todo fue mi culpa Marcel... ¡Yo lo mate!- gritaba con la voz quebrada y los ojos llorosos, su rostro estaba rojo por la furia que sentía hacia ella.
-No hermosa, no digas eso... la muerte es así, llega cuando nadie la llama y tarda cuando alguien quiere morir.
**
Missing you; Is all that needs to be said; More than blue; The words inside my head.
And I know that you're gone
-¡Marcel! ¡Vamos carajo, eres muy lento!
-Solo tú puedes ver lindo el subirte a una montaña rusa.
-No es lindo, tengo pánico a las alturas y la velocidad... todo es para romper nuestros miedos.
**
-Te quiero Samantha, gracias por ser mi amiga.
-Y yo te quiero a ti Harry... ¿Cómo no poder ser tu amiga? Eres mi hermano mayor.
**
-¡Harry déjalo! ¡Lo vas a matar!
**
-Te quiero más que a cualquier chico que he conocido Marcel... tú y Harry son mis mejores amigos.
**
-¿Yo te he lastimado? ¿¡YO TE HE LASTIMADO!?- gritó ella- Eres un imbécil Marcel, he estado contigo toda la puta preparatoria y parte del secundario, he estado a tu lado con tus facetas, he estado contigo en momentos donde Harry no se controlaba, ¡Casi te meten a la puta cárcel! Yo he estado contigo mi vida entera y planeo seguir contigo, planeo ayudarte hasta que Harry desaparezca, eres como mi hermano Marcel, te amo, quiero que mis hijos te digan tio, quiero que seas parte de mi familia.... Nunca, en mi puta vida te quiero lastimar... eres a la única persona a la que no quiero lastimar.
**
-No Marcel- susurró ella tomando su mano por arriba de la mesa- tu eres incapaz de hacerle daño a las personas que te quieren y Harry tampoco, él tiene algo de ti, eres demasiado noble y esa nobleza la tiene Harry de ti, no eres malo y Harry tampoco, es exasperante pero tú también, el me agobia con tatuajes y tú con libros, él es muy temperamental pero tú también, Marcel y Harry son las mejores personas que me he topado en mi vida, los más interesantes... y son mis mejores amigos, los tengo a los dos, los dos me cuidan a mí y a tu familia, cuidan a las personas que aman, eres hijo de la mejor mujer que he conocido y tú Marcel eres un maldito genio y la persona más hermosa, física y espiritualmente que ha pisado este mundo.
**
The cheeky smile; Of jokes and laughs; The memories of times; We crossed the line; The stepping stones; Across my mind; Washed away; We all now feel so blind.
Las lágrimas corrían por el rostro de Marcel sin ser detectadas. Harry y él estaban en sincronía, lloraban, lloraban por haber perdido a su amiga, a la única que podían contarle todo, a la única que le importaba como se sentían. Marcel sentía el dolor de dos personas, como si el suyo no fuese suficiente peor no le importó, porque sabía que Harry quería a Samantha, los dos la querían, dejó que Harry llorara y se curó el dolor a con él.
Missing you; Is all that needs to be said. More than blue The words inside my head
No quería aceptarlo, no quería aceptar que la única chica que lo ha querido con todo y sus demonios estaba muerta, no quería saber cómo, no quería saber si sufrió, si había dolido la muerte, no quería saber cómo estaba ahora, si su cuerpo podía ser reconocido o si tendrían que reunir sus pedazos. Era algo real, su muerte, su dolor, todo era real, el sentimiento de vacío en el pecho.
-Sam...-fue lo único que pudo decir antes de romperse.
And I know that you're gone
Goodbye.
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-¡Lo siento!- gritó Marcel tan alto que todos en la casa pudieron escucharlo, pero nadie dijo nada.Perdóname por todo lo que te dije, todo lo que te dije sin pensar, mis acciones contigo estas últimas semanas, por Dios, Sam... si pudiera regresar el tiempo juro que todo sería diferente, ¡Te amo! eres mi mejor amiga... yo solo... solo quiero agradecerte por todo... por Dios Sam... ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué? Tu odias la velocidad, te da miedo... ¿Por qué manejabas de esa forma? No iré a tu funeral ¡No iré a tu funeral! ¡No iré a tu funeral solo porque por un descuido te mataste!- la ira se apodero de él.- No puedo creer que seas tan estúpida como para matarte de esa forma... juraste que estarías conmigo siempre, que me ayudarías a decirle a mi pareja de Harry, que me ayudaría en el camino... que tus hijos me dirían tío y que haríamos las mayores estupideces del mundo... ¡Pero ahora estas muerta! ¿Qué voy a hacer yo? ¿Qué hare sin ti? Simplemente no podré hacer nada porque... ¡Estas muerta! ¡Eres tan estúpida! ¡Te odio! ¡Te odio tanto!
Las lágrimas no le dejaron continuar. Estaba tan enojado con ella, por irse, por dejarlo.
-Quisiera gritarte Sam... gritarte hasta que mis pulmones no tengan más oxigeno pero de anda serviría, quiero escuchar de tu boca el perdón que no pudiste darme, solo quiero escuchar tu voz... abrasarte pero... no podré tocarte de nuevo... tus abrazos Samantha, esos que no te gustaba dar pero a mí me obsequiabas.
La puerta se abrió lentamente, Louis entró a la habitación, se metió a la cama a un costado de Marcel, le abrazó, sintiendo sus lágrimas mancharle la camisa.
-Te odio Sam, te odio por irte... pero te amo, por ser mi amiga y no dejarme atrás.
Louis lo abrazó y sintió cómo si algunos de sus pedazos rotos se unieran de nuevo, recuperó algo de aliento, se acomodó en el abrazo que Louis le ofrecía y cerró los ojos con más fuerza, tratando de que la voz de Samantha se apagara... como se había apagado su existencia.
"Marcel, te amo, eres mi mejor amigo, siempre estaré para ti. Tu y yo para toda la vida ¿Recuerdas? Nuestra amistad durará años, y después de la muerte aun seguiremos juntos. Te perdono por todo lo que has dicho y espero me perdones por todo lo que yo te he dicho a ti"
-Te perdono Sam, te perdoné desde el momento en que las palabras salieron de tu boca.
**
Un nuevo día llegó. Marcel despertó por los movimientos bruscos que Louis realizaba, como si estuviese teniendo una pesadilla. Le observó, con el ceño fruncido y el rostro contraído, la cabeza girando de izquierda a derecha bruscamente. Marcel tomó su rostro, y le despertó con un beso.
Louis abrió los ojos, observando a Marcel frente a él, con los ojos hinchados y lágrimas secas en sus pómulos.
-Buenos días Marcel- susurró.
-Si....- dijo con voz ronca- No creo que sean buenos.
**
La funeraria estaba llena, llena de familiares y amigos de la madre de Samantha, Samantha casi no tenía amigos así que Marcel se sentía más vacío, como si él fuese el único chico de su preparatoria o de la vida de Samantha que lloraría por ella todas las noches.
Por todos lados las lágrimas y el negro reinaban. Era tan patético para a Marcel ver aquella escena pero más patético era no tener a Samantha a su lado para superarla. A Samantha la tenía justo en frente, dentro de una caja de madera. Sellada, porque el cuerpo no podía ser visto, no en las condiciones en el que se encontraba.
Marcel ni siquiera ponía atención a lo que pasaba a su alrededor, estaba serio, no podía llorar porque a Samantha no le hubiese gustado que lloraran por ella, ella creía en la reencarnación, ella aprovecharía esa oportunidad de muerte para hablar con Frida Kahlo o reclamarle a John Leenon por dejar a Los Beatles. Ella estaría en sus sueños, hablando con él porque le prometió que nunca le dejaría solo.
Marcel ni siquiera sabía cómo había llegado a aquel lugar, porque seguía viendo a Samantha en su mente, ¡Si hacia un día ella estaba frente a él! Con su maldito carácter de siempre, cubriéndose con su caparazón. Ella estaba viva, "alegre", simplemente viva.
-Hola Marcel- escuchó a la madre de Sam, le dio un beso en la mejilla y se quedó a su lado.
Ninguno de los dos lloró, no valía la pena, conocían a Samantha, no le gustaban las personas que lloraban, dejaban su lado blando a la vista, y eso era debilidad, y la debilidad no servía.
Lágrimas, llantos, gritos, lágrimas... niños corriendo, sonrisas, negro, blanco, una caja de madera, flores, flores, flores.
"prometí estar contigo, en la buenas y malas, dijimos que superaríamos todo, lo siento por irme así, tan de repente"
Marcel recordaba su último mensaje, sus últimas palabras para él. Era como si ella supiera que algo le pasaría, como si lo presintiera.
Sacó su celular y lo escuchó de nuevo... lágrimas se construyeron pero él no podía derramarlas. Escuchó su voz, lenta, pausada... nerviosa.
Christopher estaba sentado en una banca por la entrada de aquel funeral, llorando en silencio por la mejor amiga que había tenido la oportunidad de conocer en poco tiempo, a la que le había confesado más secretos que a nadie más. Escuchaba a Zayn diciéndole que todo estaría bien, sentía a Louis a su lado frotándole la espalda. Pero nada ayudaba.
Cuando la puerta delantera se abrió, Christopher sacó su frustración con aquellas dos personas.
-¿¡Qué putas estás haciendo aquí!?- casi gritó a Stand.
Stand entró con determinación a ese velorio, y no era para honrar a la muerta, claro que no, si él había sido la mente maestra tras su muerte. Ella era un estorbo, más cuando supo que le había investigado, y que había encontrado justamente la noticia que le destruiría la vida, no solo su relación con Marcel.
-Solo he venido por Marcel.
-¿Y qué te hace pensar que Marcel quiere verte? ¡Hijo de puta!- escupió Chris.
Stand sonrió, como si ese fuera un lugar para sonreír.- Marcel siempre quiere verme.
Liam, Niall, Zayn y Louis se interpusieron en su camino, no dejaron que entrara al recinto, no le querían cerca de Marcel, no cuando estaba tan débil e ido que no reaccionaria o se defendería como debería.
-No iras a ninguna parte, darás la vuelta, saldrás por esas puertas y te iras, te alejaras de Marcel para que cure su pena en paz, su mejor amiga acaba de morir en circunstancias dudosas ¿Sabes? Ella se fue sin darle un perdón que él necesitaba. No dejaré que te aproveches de él como te aprovechabas de mi Stand.
Nick observaba atentamente a Zayn, una sonrisa de medio lado que a Christopher no le acababa de gustar.
-¿Qué tanto le ves a mi novio, estúpido? ¿Qué? ¿No puedes ver a un hombre sin que se te antoje tener sexo con él?
Nick sonrió de más.- No te preocupes amigo, si quisiera sexo con Zayn no me importaría que fuese tu novio... Y menos cuando ya he experimentado lo que tiene para dar.
Zayn bajó la mirada, Christopher abrió los ojos cegado por el coraje.
-¿De qué estás hablando?
-Aww... el bebé no sabe con quién se ha acostado su novio... Niñito, tu novio se ha acostado con más chicas de las que pudiera contar con todos los dedos de mi cuerpo... Yo fui uno de los primeros hombres con los que estuvo, según él no estaba hecho para los hombres pero... te juro que esa noche fue espectacular.
Stand veía a Louis, sus miradas se retaban pero sabía que no podía hacer nada con tanta gente mirándole. Dio la vuelta jalando a Nick con él. Ya llegaría su tiempo de tener a Marcel.
Christopher aun resoplaba por la nariz, estaba hirviendo en furia.
-Chris...-dijo Zayn.
-¡Cállate! ¡No quiero pensar en eso ahora! Tú y yo hablaremos después, ahora lo único que me importa es mi puta amiga en aquella caja de madera.
-Chris... él no fue nada para mi, solo fue un experimento... Dios, te juro que de haber sabido que él era amigo de Stand... yo... ¡Ni siquiera conocía a Stand en ese tiempo!
-Solo cállate Zayn.-le sugirió Louis.
Christopher dio la vuelta y se dirigió a donde Marcel, si bien eran diferentes tenían en común la amistad cercana con Samantha y podía comprender un poco de su dolor.
Cuando Marcel lo sintió a su lado no le miro. Simplemente le dijo una cosa:
-Una vez Sam me dijo que eras un buen amigo... tú y mis recuerdos es todo lo que me queda de ella. Espero llegar a apreciar tu amistad como ella lo hacía.
**
Cuando el féretro bajó, la madre de Samantha lloró, lloró porque su esposo y si hija habían muerto de la misma forma y porque la habían dejado sola.
Cuando Marcel la escuchó se permitió llorar también él, Christopher también lloró, las lágrimas ahogaban a las personas, siempre es mejor dejarlas salir.
Tres metros bajo tierra... ¡Tres metros bajo tierra!
-¡NO!-gritó Marcel y se tiró al suelo, queriendo detenerlo todo.- Samantha es claustrofóbica, ella no quisiera estar tres metros bajo tierra en una caja por toda su eternidad... ¡Ella le tiene miedo a la obscuridad y a los espacios cerrados! ¡No le pueden hacer eso! ¡No podría con el miedo! ¡No!
Sus gritos alertaron a Anne, ella estaba preparada, solo necesitaba la crisis para actuar.
Sacó de su bolsa una pequeña inyección, una con un calmante en su interior. Se acercó a él, Louis y Liam le ayudaron a mantenerlo quieto.
-¡No dejes que le hagan eso mamá!-gritó con la voz desgarrada.
-Todo estará bien bebé...- le reconfortó a la vez que inyectaba el calmante en su interior.
-¡No mamá! Ella odia la obscuridad...
Y se quedó dormido, tan tranquilo que parecía que todo estaba bien.
-Todo estará bien bebé...- repetía Anne ahora para ella, atragantándose con las lágrimas.
Esa noche Marcel durmió en la cama de su madre, con su hermana abrazándole por la espalda, no le dejarían solo, no cuando la única persona aparte de ellas ahora estaba en "Un lugar mejor".
Esa noche Marcel juró escuchar un: Mantente fuerte. Una frase que Samantha le había repetido infinidad de veces.
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Capítulo XXIII: Todo sale a la luz. Habían pasado dos días, dos días donde Marcel no salía de su habitación.
Anne le entendía, Gemma solo le llevaba la comida y le ayudaba a recoger su cama antes de que volviera a encerrarse, le comprendían y aunque pensaban que era dañino para su salud nadie decía nada.
Una mañana, una muy silenciosa madrugada Harry despertó llorando, llorando como un niño desamparado, uno que lo había perdido todo. Lloraba porque la extrañaba, porque se sentía perdido y solo ella podía calmarlo, pero ella ya no estaba.
No quería preocupar a Anne, no quería que le inyectaran de nuevo, no quería nada más que hablar con ella... así que lo decidió.
Se levantó de la revuelta cama, se despejó la mente antes de tomar su chaqueta y salir de la habitación. Gemma estaba en la sala, cuando lo observó, cuando le analizó y se dio cuenta que aquel era Harry se alarmo.
-¿Harry?
Pero él no contestó, salió de la casa sin mirar atrás, limpiándose las lágrimas.
Tomó su motocicleta y la encendió alertando a Anne de su huida. Condujo a la casa de Samantha, sin importarle que la madre de ella le echara, o que su salud emocional estuviera en riesgo. Condujo sin cuidado, con las lágrimas en sus ojos tapándole la carretera. Cuando pudo divisar la casa de su mejor amiga, dejó su moto en la acera, sin ningún cuidado y fue hacia la puerta.
Eran las cuatro y media de la mañana, la calle estaba desierta y la casa en penumbras, aun así tocó el timbre, espero... espero pero nadie atendió. Nadie estaba en casa, era como si todo sobre ella se hubiese evaporado.
Harry se tomó el cabello en señal de desesperación, con la vista perdida en aquella puerta de madera, como si mágicamente fuera a abrirse. Pero recordó, recordó cuando Samantha salía de su casa por las noches, bajando por su ventana, dejándola destrabada siempre... y algo le decía que la última vez que pisó su habitación no la cerró.
Fue al patio trasero y divisó la ventana, trepó por las tuberías, sosteniéndose de los lugares adecuados, como había visto hacer a Samantha.
Estaba cada vez más cerca, más cerca de obtener el confort de volver a tener su aroma y de volver a sentirla cerca. Cuando por fin alcanzó la ventana y con su mano izquierda hizo fuerza para levantar el vidrio llevó su cuerpo dentro de la habitación.
Las luces apagadas y las sabanas desechas de la cama, se notaba que la madre de Samantha no había entrado a la habitación, tal vez por falta de coraje o por miedo, miedo a los recuerdos. Observó la computadora encendida pero con la pantalla apagada, su closet abierto con su ropa seleccionada en la silla del escritorio, sus zapatos favoritos en el suelo, las paredes llenas de frases de libros y celebres palabras de sus ídolos, posters de películas y fotografías. Se tumbó en la cama, envolviéndose en las sabanas de estampado de cebra y los cojines y almohadas negras, observó el techo, los recuerdos inundaban su mente pero ya no había más lágrimas, las había llorado todas. Dio la vuelta, con la intención de dormir en aquella cama y enfrentar las consecuencias de entrar a propiedad privada por la mañana. Pero algo llamó su atención, bajo el escritorio, casi escondido un sobre color manila, con el nombre de su amiga escrito con una caligrafía decadente.
Se levantó, llamado por la curiosidad. Tomó aquel sobre en sus manos y se sentó en la cama, sus manos temblaban cuando sacó aquella única hoja blanca, con una frase escrita con plumón permanente: Deja de investigar, deja de buscar.
Harry se sorprendió, ¿Qué estaría buscando Samantha para que alguien se tomara la molestia de escribirle una advertencia?
Repentinamente estaba enojado, enojado porque alguna persona en la ciudad estaba amenazando a su amiga y porque no tenía idea de lo que estaba investigando. Se recostó en la cama, cerrando los ojos por el sueño que le invadía de a poco.
Antes de perderse totalmente en el sueño que le llamaba vio una fotografía, una fotografía donde Samantha sonreía abrazando a un chico con vestimenta extraña, lentes grandes y un peinado con demasiado gel... pero era él, era un chico idéntico a él. No quería dormir, quería ver aquella fotografía que no recordaba pero el sueño ganó la partida, solo pudo leer una cita bajo aquel retrato: Samantha & Marcel, Amigos por siempre.
++
-¿Harry?
-¿Harry? Cielo... Despierta.
-¡Harry!- gritó una tercera voz.
Marcel despertó, abrió los ojos tan deprisa que su vista se lastimó cuando el sol entró por sus pupilas. Se sentó en la cama observando a su alrededor.
-¿Qué...?
-¿Marcel?- preguntó Anne.
-¿Qué pasó mamá?- preguntó con la voz ronca.
-Oh bebé, me alegra tanto que estés bien... yo, no sabía dónde buscarte... me haz asustado tanto.
Marcel estaba perdido, no sabía cómo había llegado a esa habitación, él no había estado en ella hacía meses, no sabía por qué están en aquel espacio.
-¿Qué estoy haciendo en el cuarto de Sam?
Anne le miró con los ojos llenos en lágrimas, Gemma- que estaba al lado de su madre le miraba con tristeza- y la madre de Samantha no podía ni siquiera verle a los ojos.
-Fue Harry bebé... él no se lo ha tomado nada bien.
Marcel se tiró a la cama de nuevo, con todo el dolor que sentía pero no quería demostrar.- Yo tampoco lo he tomado bien...¿Puedo quedarme más tiempo aquí?
La madre de Samantha le susurró un SI con la voz quebrada y después salió de la habitación junto con Anne. Gemma le miró, desecho, sin ganas de nada... y salió del cuarto, cerrando la puerta tras ella.
++
Marcel absorbió el aroma de las almohadas de Samantha, observó a su alrededor, todas las fotografías que tenía con ella, tenía miedo... miedo de algún día olvidar su rostro, de olvidar su voz. Apretó las sabanas con sus manos, las apretó fuerte para no gritar, con los sollozos escondidos en su garganta, sus ojos cerrados fuertemente, con un creciente dolor de cabeza, y una hoja de papel se coló entre sus manos cuando dejó las sabanas para estrujarlas nuevamente.
La tomó en sus manos y la leyó. Una advertencia o tal vez una amenaza. ¿Quién podía amenazar a Samantha por buscar información? Y se pudo haber quebrado el cerebro buscando a algún sospechoso, cuando recordó... Samantha le había mencionado que encontró cosas sobre Stand. Cosas que le ayudarían a separarle de él.
Se levantó de la cama de un salto, fue hacia la computadora y cuando movió el mouse una serie de ventanas se abrieron a su vista.
Stand Harrison.
19 años de edad.
Sexo: Masculino.
Tipo de sangre: O+
Historial: Victima de la separación temprana de sus padres, vivió con su madre hasta los cinco años cuando vio a su padre estrangularla. Los psicólogos lograron hacerle hablar hasta los diez años solo con palabras monosílabas y a los doce fue ingresado a la clínica de rehabilitación donde aprendió a entablar conversaciones maduras con los doctores y pacientes. A los dieciocho salió de la escuela militar de Manchester. No se sabe nada de él hasta ahora.
Nota: Stand Harrison fue tratado por diversos psicólogos que no entendían como un chico tana acomplejado veía la vida con una pasividad extremista. Le fue tratado como paciente de riesgo por no tener la seguridad de sus estados de ánimo.
La segunda página hablaba sobre un tal STAND HERVERT.
Ingresado en estado de coma por una sobredosis de cocaína, signos vitales bajos, altos niveles de sustancias dañinas, pulsaciones imperceptibles, presión arterial alta, bajos niveles de hemoglobina. Único pariente: Louis Tomlinson.
Y la tercera página, con un reportaje sobre una banda de jóvenes que traficaban drogas de Londres a Irlanda. Y una fotografía de Stand, el Stand que le había cuidado y prometido amor a su persona, el mismo que le había tratado con devoción, el mismo que le había contado sus
secretos, al que le había dicho sobre Harry, al que le había abierto sus pensamientos.
La mente maestra en la operación es Stand Harrison, conocido también como Stand Hervert, un chico de apenas veintidós años aliado a las mafias de Estados unidos, México, Canadá e Irlanda. Su base de operaciones en la ciudad de Londres, Inglaterra. El susodicho fue condenado a veinte años de prisión junto a sus cómplices. El chico es buscado por todo el continente europeo, prófugo de la justicia.
Marcel no creía nada de lo que leía, no podía creer que el mismo chico que le había enamorado fuera un traficante de drogas buscado por la policía.
Marcel abrió la última página, el correo de Samantha. El último e-mail que Samantha había recibido era de un correo sin identificar.
Te dije que dejaras de investigar, no te metas en asuntos que no te incumben Samantha, una última advertencia. Para ahora, el camino que estas tomando no te llevará a nada bueno y terminara antes de que puedas sacar todo a la luz. Solo para ahora y lo olvidaré todo.
No me hagas enojar, haz leído suficiente para saber que no te conviene.
Marcel cerró los ojos, tratando de alejar los pensamientos que nublaban ahora su mente. Esos pensamientos que le hacían enojar, esos que inculpaban a Stand sin tener pruebas reales.
Sus manos - sin que él tuviera conciencia- tomaron con fuerza el escritorio, encajando las uñas en la madera. Resoplaba, en su mente las palabras de Samantha resonaban, esas donde acusaba a Stand. Y ahora las amenazas, que no dejaban muy bien parado al chico de mirada obscura.
Cuando Harry abrió los ojos y observó la pantalla frente a él la tomó con fuerza, desconectándola de la fuente de poder y aventándola contra el suelo. El alboroto alerto a las tres mujeres en la sala pero ninguna de ellas se atrevió a entrar e interrumpir lo que sea que Marcel o Harry estuviera haciendo.
Sus ojos inspeccionaron la habitación, queriendo romper algo, desquitar su coraje.
Cuando su mirada se posó en el retrato que había visto la noche anterior lo tomó en sus manos, detallando cada uno de los rasgos de aquel hombre, aquel que era una copia exacta suya, al lado de su mejor amiga.
Dio vuelta al retrato, sacó la fotografía de aquel marco y leyó la dedicatoria e la fotografía.
Con todo el amor que te puedo dar, gracias por ser mi amiga, te amo Samantha.
Marcel Cox. xoxo.
Harry parpadeó, ese nombre, el mismo que sabía que era el hijo de Anne. Todo era tan confuso, eran demasiadas cosas en su cabeza.
-¿Marcel Cox?- susurró para si.
Algo se removió dentro de él. Ese nombre, ese nombre que había escuchado pro años, el del chico que nunca había conocido. Y quería conocerle, quería verle. Porque aquel chico era su doble y no tenía lugar para más secretos.
Tomó la fotografía en sus manos, salió de la habitación con la mirada nublada y ganas de gritarle al mundo. Bajó las escaleras y cuando divisó a las tres mujeres frente a él aventó la fotografía en la mesa de café frente a ellas.
-Anne...- escupió el nombre con rencor- Quiero conocer a Marcel.
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Les juro que el siguiente estará mejor. Prepárense para Larcel modo Romántico ON.
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Capítulo XXIV: Ámame una vez mas.
*Smut Romántico y Larcel* ¿Qué más quieren? xD
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Las tres mujeres frente a aquel imponente hombre que quedaron en silencio, ninguna de las tres creían que ese día llegaría tan rápido, la madre de Samantha se excusó y retiró las tazas que habían utilizado en su amena plática. Gemma tomó lugar a lado de su madre, sin tener ninguna idea de que poder decirle a Harry.
-Harry... ¿Podemos hablar cuando estés un poco más calmado?- preguntó Anne tranquilamente, escondiendo su miedo a decir la verdad.
-¡NO PUEDO CALMARME ANNE!... Este chico... es... ¡SOY YO!... ¿Marcel es tu hijo?... Porque eso significaría que o soy tu hijo.... ¿SOY TU HIJO ANNE?- gritó con la mirada perdida-...Soy tu hijo... y tengo un hermano gemelo... Porque ¡POR DIOS! No podemos parecernos tanto si no lo fuéramos... ¿Por qué no me tratas como a un hijo Anne? ¿Tanta vergüenza causo en ti? ¡DIME ALGO MALDITA SEA!
Gemma tomó a su madre entre sus brazos, las palabras de Harry no eran fuertes pero la impresión que daba, con esa mirada perdida y la desesperación de su voz creaban en Anne sentimientos deplorables. ¿Qué podía decirle? No podía simplemente revelar la verdad y seguir con su vida.
-Mañana- anunció Gemma robando la atención de las dos personas en la habitación- Mañana iremos con una persona que nos ayudara a aclarar tus dudas Harry.
-¿Quién?
-Es un amigo de la familia... El doctor Mhor.
-Yo no quiero discutir esto con ningún doctor... quiero que me digan la verdad.
-Y él es el único que puede ayudarnos Harry... mira, todo esto será algo duro para ti pero ya sabíamos que este día tendría que llegar... aunque la verdad no lo esperaba tan pronto pero ahora ha pasado y tienes que saber la verdad. Solo no olvides que te queremos, que queremos s Harry tanto como a Marcel...
Harry se dejó caer en el sillón, sin entender nada de lo que Gemma le había dicho pero sin la fuerza para seguir con la conversación, solo quería dormir y olvidarse de todo, quería hundirse en el negro de algún sueño pastoso y no volver a salir a la luz, se sentía débil, cansado, sin ganas de hablar.
-Yo solo... solo quiero la verdad.
-Y la tendrás...-habló Anne- Aunque no sea lo que realmente estas esperando.
Y Harry se perdió, a voluntad propia dentro de su mente, sin poder decir o entender como era que sentía su cuerpo moverse sin que lo deseara.
Cuando Marcel abrió los ojos su madre estaba frente a él, viéndole con los ojos llenos de lágrimas sin derramar.
-¿Mamá?
-¿Marcel?
-¿Qué ha pasado?
Gemma abrió los ojos extremadamente, confundida con lo que acababa de pasar, Marcel y Harry siempre tenían un tiempo para cada uno, nunca, nunca le habían visto imponer control sobre el otro.
-¿Marcel?- preguntó Gemma de nuevo.
-¿Qué? ¿Por qué me ven de esa forma?
-Oh mi Dios... Mañana... Mañana tenemos que ir con el Doctor Mhor...
La madre de Samantha regresó y Anne se disculpó por los gritos que habían surgido, se despidió de ella y salió de la casa acompañada de Gemma. Cuando Marcel se despidió de la señora ella le tomo de la mano, con fuerza y con lágrimas invisibles.
-Marcel... Samantha quería que te diera algo, no he tenido el valor de ir al sótano... no puedo simplemente ver todo lo que dejó en proceso... no puedo... es una caja, una caja gris con detallen
negros... ella estaba segura de que sabrías cual es, ella te lo iba a llevar esa tarde pero...- los sollozos no la dejaron continuar y Marcel la tomó en sus brazos, de cierta forma era como abrazar a Samantha, eran tan parecidas que si cerraba los ojos y se esforzaba solo un poco podría escuchar su voz y respirar su aroma a té de manzanillas y cera de uva para el cabello- Ven por ella cuando quieras... ¿Tienes su llave no es así? Puedes venir cuando quieras.
Marcel se retiró de abrazo, sintiendo nuevamente la ausencia, la lejanía. La realidad.
-Nos e preocupe señora... todo va a estar bien, siempre me tendrá a mi y m familia, Samantha era parte de ella... así que... todo estará bien.
Ella solo pudo asentir y despedirse, perdiéndose en la obscuridad de su habitación. Marcel fue hacia la entrada, cerrando la puerta tras de él, solo escuchando el cerrojo al trabarse.
**
Recostado en su cama solo podía pensar en una sola cosa, Stand Harrison o Hervert... fuese cual fuese su verdadera identidad.
Pensaba en todo lo que había visto en la computadora de Samantha, ¿Fue él quien le amenazo de esa forma? Realmente no había ninguna otra persona que quisiera hacerle daño, Samantha no tenía muchos enemigos por que no era muy sociable así que todo apuntaba a él.
¿Él tendría algo que ver con su muerte? Marcel se revolvió al hacerle esa pregunta, era algo extremista, ¿Matar a alguien por investigar? Eso solo pasaba en las series de televisión... pero Stand era un prófugo de la justicia... y si Samantha sabía eso era algo muy peligroso para ella.
Marcel debía hacer algo, algo en nombre de su amiga.
Tomó su celular, marcó el número de la policía y sus nervios empezaron a salir, el sudor se aglomero en su frente, sus manos temblaban y su voz fallaba, los segundos se hicieron eternos pero... él le debía eso a su amiga, había muerto por él y eso nunca podría pagárselo, tenía que hacer lo correcto sea cual sea la consecuencia.
-¿Cuál es su emergencia?- habló la voz de una alegre chica del otro lado de la línea.
Marcel tragó en seco, era hora de actuar, de vengar la muerte de su mejor amiga.
-Tengo información sobre un chico llamado Stand Harrison...
-¿Stand Harrison?... Un momento por favor.
La línea se quedó en silencio, tal vez su mente había jugado con sus sentimientos y todo fuese una mentira, tal vez vio cosas donde no las había... tal vez.
-¿Cuál es su nombre?- demando la voz de un hombre, una voz fuerte y segura, una que le decía que no se valía de juegos o bromas.
-Marcel Cox...
-Bien Marcel, dime todo lo que sepas de ese chico.
**
Marcel terminó de contar cada detalle y la sospecha de la muerte de Samantha al policía que se había identificado como Edward Collinz, uno que- según le había dicho- buscaba a Stand hacía meses, queriendo encontrarlo para meterlo a la cárcel y verle pudrirse en ella, había una historia tras esas palabras, Marcel podía sentirlo pero no pregunto, no era algo que en verdad pudiese soportar en esos momentos. No cuando acababa de denunciar a un posible asesino, drogadicto, manipulador y un chico que en su momento fue encantador y le ayudo cuando más necesitaba a alguien.
La puerta de su habitación se abrió lentamente, con un sonido chirriante, Marcel se levantó sobre sus codos para ver al intruso o intrusa que se colaba en su cuarto, por un momento olvido todo por lo que estaba pasando e imagino ver a Samantha, entrando en su cuarto con pereza, tumbándose a su lado en la cama y cayendo dormida, sin hablar, porque ella no hablaba, ella dormía, le gustaba mucho su cama, siempre caía rendida cuando se acostaba en ella. La imagino viéndole con esos ojos cafés que en ratos eran verdes, con esa sonrisa de burla en su rostro y el maquillaje corrido haciéndola lucir como un mapache rabiosos por sobarse los ojos después de un bostezo, la imagino riéndose con su estruendosa risa, dándole un golpe, rogándole que le acompañara a hacerse una tatuaje, contándole algo sobre un chico que había visto en una de sus visitas a la biblioteca o simplemente observándole, mientras lentamente dormía, recostándose en su pecho, cantando con él Counting Stars de One Republic.
Parpadeó, regresando a la realidad, viendo la figura de Samantha desaparecer sobre las mantas, sonriéndole, como si en verdad hubiese estado con él.
-¿Puedo pasar?- la voz de Louis sonó desde la entrada.
-Claro- respondió Marcel recuperando la voz.
Louis entró a la habitación, sin decir nada, simplemente sonriendo.
-Me preguntaba si... ¿Quisieras ir a mi casa y ver una película? Tu madre me ha dado el permiso total para sacarte de tu habitación...- dijo mientras sonreía y se acomodaba frente a él.
Marcel sonrió, no podía negarle nada a Louis, no con esa sonrisa.
Sentía el proceso bioquímico en el hipotálamo debido a la segresión de dopamina.
Si, Marcel estaba enamorado, loca y perdidamente enamorado.
-Vamos.
**
La película no era aburrida, para nada pero Marcel no podía dejar de ver a Louis, su perfil tan perfecto, su nariz respingada, sus mejillas arrugadas por su sonrisa perfecta, sus ojos azules brillando por la luz artificial del televisor.
Estaban tapados por la manta pero él sabía que eso no era lo que hacía del ambiente más
caluroso, él sabía que, era Louis y las ganas de entregarse a él. Porque le amaba... no sabía cómo había llegado a esa conclusión pero lo sentía.
Cuando Louis volteó la mirada a Marcel, y sus ojos se encontraron una chispa se prendió en aquella sala. Louis era consciente de sus sentimientos hacia Marcel, sabía que, de algún modo u otro se había metido en su piel.
Las ganas de besar sus labios ganaron y fue acercándose lentamente, Marcel se acercó a él también y pronto sus labios estaban danzando, lentamente, cómo si no fuese suficiente ir rápido, sin querer terminar. Louis llevó su mano al cuello de Marcel, acercándole a él, haciendo el momento más íntimo. Marcel acarició su pecho, con las puntas de sus dedos, recorriendo sus terminaciones nerviosas, causando en él en estremecimiento que le sacó un suspiro.
Cuando su beso terminó, y Louis vio a Marcel pudo ver en él la necesidad de terminar lo que un día quiso empezar, y tal vez no debería hacerlo pero... si tener el lado alfa de Harry era espectacular tener el lado romántico de Marcel sería algo inolvidable.
-¿Lou?- preguntó con la voz ronca pero baja, con miedo.
-¿Si bebé?
-Hazme el amor.
Louis no pudo responder con palabras, fue por los labios de Marcel, recostándolo en aquel gran sillón. Todo era nuevo, las sensaciones y los toques, cada una de las caricias. Era como la primera vez de ambos, Marcel temblaba bajo el cuerpo de Louis y este no podía tener más miedo
de dar el siguiente movimiento. Marcel recorrió los costados de Louis, llevando sus manos a sus caderas y apretándole hacia él. Louis gimió en su boca, tomó el cabello de Marcel con sus dedos y lo jaló un poco, haciéndole gemir ahora a él. Louis paró el eso, observando el rostro rojo y sudado de Marcel, viéndolo a los ojos con ese brillo nuevo.
-¿Estás seguro de esto?-preguntó Louis entre jadeos.
Marcel sonrió, con dulzura, con amor.- Más que nada en el mundo Lou.
Louis sonrió, le gustaba como sonaba se bobo sobrenombre en los labios de su "novio".
-Pues en ese caso...
Sentó a Marcel sobre sus piernas, quitándole la camiseta con devoción, viendo el cuerpo que ya conocía, pero ahora... ahora parecía nuevo, cada detalle era nuevo, cada centímetro de piel sonrosada bajo su tacto, los músculos temblando por el miedo del que pasará después.
Cuando terminó de quitar su camisa, viendo aquel torso desnudo y sin marcas, lleno de tatuajes que juraría nunca haber visto. Besó cada uno de ellos, levantó la vista y cuando lo hizo juró morir, Marcel tenía la mirada baja, con los ojos semi-abiertos, los labios separados y respiraba lentamente.
-Te amo Marcel.
Sus ojos se abrieron, Louis tuvo miedo de haberle espantado, miedo de que corriera de sus brazos, que se alejara. Antes de que Marcel pudiera responderle, lo tumbó al sillón de nuevo. Tomó su lugar frente a él, retirándose la camiseta antes para que sus pechos se rozaran, libres de barreras. Marcel sintió el pene de Louis en su trasero, haciendo fricción, con los pantalones estorbándoles. Los gemidos y suspiros se hacían más fuertes, llenando la habitación. Louis separó las piernas de Marcel, acomodándose entre ellas, haciendo la fricción más fuerte. Marcel le tomó de la espalda, atrayéndolo a él, Louis besaba su cuello, dejándole marcas por doquiera, succionando y besando, lamiendo. Marcel gemía, nunca pensó que una persona podría sentir tantas emociones con el acto sexual.
Acarició el pecho de Louis hasta que le sintió bajar, besándole el pecho, marcándole. No podía esperar más, era como si tuviera que hacer algo. Lentamente, con manos temblorosas tocó el botón de los pantalones de Louis, desabrochándolos mediocremente, con inexperiencia.
Louis quiso reír a tal escena pero no pudo al sentir los dedos temblorosos de Marcel rosar su miembro. Marcel sonrió al ver el rostro de agrado de Louis, pensando en darle placer recorrió con sus dedos aquel duro miembro. Louis gimió de nuevo, con los ojos cerrados, los labios apretados para no gritar- porque Marcel estaba creando algo nuevo en él-.
Louis no podía más, se levantó de mueble dejando a Marcel con una mirada de extrañeza al interrumpir el momento pero él solo pensaba en hacer suyo a aquel perfecto chico. Sacó sus pantalones de un solo movimiento y vio como Marcel hacia lo mismo, dejando su miembro cubierto por sus boxers a la vista.
Los dos se observaron, como si fuese la primera vez que lo hacían, la televisión se había quedado negra gracias a que la película se había acabado, las luces apagadas y solo las velas ambientales en la ventana daban luz. Era algo nuevo, algo que ninguno de los dos había experimentado. Era amor. Verdadero amor.
Louis cayó al sillón, Marcel le había jalado de la mano para volver a juntar sus labios. Sus
miembros se rosaban ahora con más intensidad y para la sorpresa de Louis Marcel empezó con un vaivén de caderas que les proporcionaba sensaciones excitantes. Ninguno de los dos podría durar demasiado si no pasaban a la siguiente etapa, y con Marcel haciendo esos "inofensivos" movimientos Louis no podría más.
-Alto bebé- le rogó entre jadeos.
Marcel paró, viendo a los ojos a su chico, con las mejillas rojas y una capa de sudor en su frente. Louis suspiró y echó la cabeza hacia atrás, respirando antes de sentir a Marcel levantarse de sus piernas.
-¿Lou?- preguntó la ronca voz de su chico y Louis abrió los ojos, quedándose mudo cunado vio a aquel dios frente a él, ahora con los boxers en el suelo y la mirada de niño perdido posada en él.
Su pene dio un tirón, como si no pudiese con la imagen de niño bueno que aquel chico le ofrecía, como si quisiera arrebatarle cada gramo de inocencia. Se sentía como un vampiro sediento de sangre, como un drogadicto pidiendo su dosis, como un carnívoro ansiando su carne.
-Ven aquí bebé- dijo con una voz desconocida, cegado por la pasión y el amor que se aglomeraban en su sistema.
Marcel fue hacia él, viéndole con esos ojos llenos de miedo y deseo, con ansias de darle todo. Luis se recostó en el sillón, quitándose la última prenda que le cubría, Marcel no supo que fue lo que le llevó a hacer lo que hizo.
Louis le observó, tomando lugar en su miembro, simplemente para crear fricción. Un gemido se escapó de sus labios, Marcel movía sus caderas lentamente, viendo la mirada perdida de Louis.
-Te amo, Lou.
Las palabras salieron de su boca en forma de gemidos, Louis no podía soportar más, tomó las caderas de Marcel, manteniendo la presión.
-¿Estás seguro?
-Solo hazlo ya Lou...
-Te amo.
-Y yo a ti bebé.
Sus labios se juntaron de nuevo, mientras Marcel levantaba el trasero para acomodarse, no estaba preparado pero ciertamente no era como si en verdad fuese virgen, Harry había tenido sexo antes, Harry avía tenido mucho sexo antes.
Marcel sentía la punta del pene de Louis en su entrada, pero el dolor era mental, todo estaba en su mente y eso hacía que sus músculos se apretaran y el dolor se hiciera real.
-Solo relájate amor... y dime si te lastimo.
Marcel asintió, relajándose ante las palabras de Louis, y lentamente, fue dejando que entrara en él.
Los dos suspiraron cuando las nuevas sensaciones llegaron a ellos, se sentían llenos. Louis tomó las caderas de Marcel y este empezó a moverse lentamente, con miedo al dolor. Pero estaba seguro de que Louis no le lastimaría.
Louis tomó los movimientos lentos, llevándolos poco a pocos a otro nivel, dando fuertes envestidas, haciendo que Marcel soltara suaves jadeos y gemidos. Su espalda se encorvaba hacia atrás casa que sentía a Louis hundirse más en él. Con sus labios abiertos, los ojos cerrados y apoyándose en el pecho de su chico... se dio cuenta de que lo que él había esperado para su primera vez no se comparaba con esto. Si, Marcel esperaba flores y velas, una cama, amor, pero estaba en su sofá, en una casa donde vivía una familia, expuestos a que en cualquier momento una de las pequeñas niñas abriera la puerta y los viera... pero para él era perfecto. Porque era Louis Tomlinson, el chico al que amaba y que le amaba.
Las envestidas aumentaron, y Marcel no podía más con las sensaciones en su estómago. Louis tomó su miembro en su mano y empezó a masturbarle, lentamente, mientras las embestidas aumentaban.
Louis estaba cerca y cuando Marcel se apretó en su miembro cuando llegó sobre su mano fue si fin.
Los dos gritaron el nombre del otro, mientras sus mentes viajaban a otros lugares.
-Te amo Louis- dijo Marcel acurrucándose sobre su pecho.
-Y yo te amo a ti Marcel...
Madia hora después -cuando Louis dejo de pensar en lo magnifico que era tener a Marcel a su lado, y lo cuan afortunado era de que ese chico le hubiese correspondido- escuchó a Marcel balbucear cosas sin sentido, estaba dormido, se había dormido desnudo y en sus brazos. Y Louis no podía dejar de sonreír, porque ese había sido uno de sus sueños desde que se dio cuenta de que estaba enamorado. Y pensó en lo feliz que estaría al otro día, cuando aquel chico despertara a su lado.
Se bajó del sillón con cuidado de no despertarle, tomando sus cosas y apagando la televisión. Fue a su habitación, distendió la cama y acomodó sus ropas sobre la silla del escritorio, y bajó por Marcel, cargándolo con facilidad - aunque fuese más alto que él- llevándolo a su recamara para que pudiesen dormir con tranquilidad.
Se recostó a su lado, abrazándole por la espalda, con la sonrisa de estúpido aun en su rostro.
-Te amo Marcel... te amo en verdad.
Y se quedaron dormidos, con sus cuerpos siendo uno, y sus mentes en el otro.
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Capítulo XXV: Amores y obsesiones. Marcel siempre había pensado en cuando encontrara a la mujer u hombre perfecto, formara una familia, con un hogar bien sostenido, hijos y un buen trabajo. Todo eso para dar la vuelta en la cama, ver al amor de su vida y darle los buenos días junto con un beso juguetón.
Pero esa mañana, cuando abrió los ojos y Louis hizo ese proceso por él se dio cuenta de cuan enamorado estaba, y de que no necesitaba a nadie más a su lado.
-Buenos días pequeño.
Y Marcel sonrió, no solo por lo dulce que sonaba Louis al despertar, con el cabello revuelto y la cara llena de algo de saliva, porque seamos francos, nadie se despierta con el aspecto intacto. Marcel sonrió porque el pequeño en esa cama era Louis, pero amaba ser llamado pequeño.
-Buenos días a ti, gigante.
Louis besó su mejilla, y un ataque de cosquillas matutinas atacaron las costillas de Marcel. Fue una lucha dura, con risas y suplicas. Marcel tomó el control de la situación, dejando a Louis bajo su cuerpo, con los brazos sobre su cabeza y sus piernas atrapadas entre las suyas.
-Creo que he ganado, me declaro oficialmente el rey de esta habitación con olor a cigarrillo viejo y posters de bandas que me darían miedo si no estuvieras conmigo.
Louis soltó una carcajada, con un ágil movimiento destrabó sus piernas y tomo con ellas la cadera de Marcel, juntando su pelvis con la suya. Los dos, al estar desnudos y con erecciones matutinas sintieron el movimiento como el mismo cielo.
-Tú ya eres el rey, de esta habitación, de Londres y de mi corazón... maldita sea Marcel, me haces decir las estupideces más grandes.
-Yo no tengo la culpa de las idioteces que pueden salir de ti, pero créeme... disfruto de ellas.
Marcel dobló los codos, haciendo que sus cuerpos se juntaran su totalidad, viéndose a los ojos a cada segundo. Sus labios se rozaron pero sus miradas no cesaban.
-Te amo Louis- susurró Marcel contra sus labios.
Las palabras sobraban y Louis sentía el calor de Marcel, no solo el físico, el mental y espiritual, ese que le decía que si Harry le había enamorado Marcel había hecho en él un cambio significativo, le había enseñado el verdadero amor, el que no se consigue con sexo o una sola mirada.
Sus brazos fueron dejados en libertad y los llevó a la nuca de su chico, con cuidado y lentamente le abrazó, juntando sus labios, lentamente, disfrutando del momento. Sus labios se encontraron, y el beso fue lento, con los ojos cerrados, porque dicen que las mejores cosas son las que no se ven si no las que se sienten.
Sus respiraciones se aceleraron, el mundo se congeló a su alrededor, los sonidos y el tiempo se perdieron en una realidad alterna, solo escuchaban a sus corazones galopar dentro de sus costillas, y sentían el ardor de sus pulmones cansados buscando aire.
Cuando finalmente el beso fue roto sus pulmones aspiraron aire locamente, pero sin reprocharle a sus dueños el castigo impuesto.
-Marcel Cox- anunció Louis viéndole a los ojos- Te amo y no
quiero perderte porque... mi vida ha mejorado desde el día en que te encontré, desde el maravilloso día que me di cuenta de que tú eras ese chico, el que tanto buscan las chicas, ese que tanto describen en las películas... ya sabes, el chico mujeriego que al final encuentra a la chica ideal... solo que yo te encontré a ti, y eres real, estoy es real, tú y yo somos reales. Y sabes lo que dicen... Nunca es tarde para hacer las cosas bien. Tal vez no seamos perfectos y no estemos de acuerdo en muchas cosas pero...
-El amor no tiene que ser perfecto Louis.- interrumpió Marcel.- Solo tiene que ser amor... verdadero.
-En ese caso, es una suerte que los dos lo sintamos así... puedo cambiar, cambiar para ser el chico que mereces.
-Pero yo no quiero que cambies, he estado "enamorado" de ti por años, por Dios, he estado enamorado del chico que sonreía para tener sexo, que chascaba los dedos y tenía a medio colegio a sus pies, pero sobre todo me enamoré del chico que ha estado con sus amigos en los peores momentos, ese que le ayudó a Niall Horan cuando su madre estuvo en el hospital, el que le ayudó a Liam Payne cuando su hermana tuvo el accidente que casi la deja paralitica, ese que junto con Zayn Malik ayudó a una chica porque su padrastro intento violarla... por Dios, ¿En qué clase de monstruo me convertiría si quisiera cambiarte? Eres el chico perfecto, para mí y para cualquier persona en el mundo... Pero te agradezco que me hayas elegido a mi, que hayas visto más allá de mi aspecto físico, por quererme con todo y mis problemas.
-El único problema que tienes Marcel, es que tu novio es un maldito celoso posesivo que no dejara que nadie más te vea de la forma en la que muchos lo han hecho... porque, tú no has visto a los chicos y chicas mirarte de esa forma, la forma en la que yo te veo ahora.
Marcel sonrió, convencido de que nunca había imaginado a Louis siendo tan... cursi.
-Espera...- dijo recordando sus palabras.- Yo no tengo novio.
Louis sonrió.- Oh bebé... no lo he preguntado de la mejor manera, déjame por favor corregir mis palabras. Marcel Cox, el único problema que tienes es que me he enamorado de ti, yo, el chico celoso y posesivo que quiere tener el honor de ser más que tu amigo.- Marcel sonreía mientras Louis le veía de una forma especial, como juró nunca lo había visto nadie.- Marcel Cox, ¿Quisieras convertirme en el hombre más feliz de esta habitación y convertirte en mi novio?
-Si.
-¿Qué?
-Si.
-Si ¿Qué?
-Si quiero ser tu novio, quiero ser tu novio Louis, ¡Te amo!
-Je t'aime.
Marcel sonrió, las tonterías románticas de Louis no tenían fin.
-Ti voglio bene.
-Louis.
-I love you.
-Para.
-Ti amo.
-Oh por Dios... para de una vez.
-Te amo.
Marcel le calló, con un beso rápido, contralando su risa al ver los pucheros de Louis al haberle callado.
-Solo quiero que sepas algo más Marcel.
-Dime.
-Mi madre me ha educado con la creencia de una época donde, cuando encuentras al amor de tu
vida, no importa que pase, no importa que tan grande sea un problema o una discusión... nosotros arreglamos las cosas, no las dejamos atrás, no cuando la persona vale la pena.- Marcel le veía con ternura, como siempre imaginó ver a la persona que le robaría el corazón de por vida.- Y créeme Marcel, tu vales la pena.
El celular de Louis sonó, haciendo que Marcel se moviera de sobre se cuerpo a la vez que Louis protestaba por la repentina ausencia de calor.
-El celular puede esperar.
-Puede ser algo importante.
-Lo único importante para mí ahora está a mi lado, desnudo y en mi cama... si, no hay nada más importante que eso.
-En ese caso tendré que ponerme los boxers, contesta tu celular Louis.
Louis se estiró en la cama, buscando su celular sobre la mesa de noche. La llamada venia del celular de Zayn.
Unos minutos de conversación banal con él y Louis colgó el celular.
-Amm... ¿Marcel? ¿Quieres ir a tomar un café con Zayn y Christopher?
Marcel le observó, él sabía que tenía que ir al doctor, que tenían que aclarar algo con él, algo que no entendía aun. Pero era una cita con Louis, su primera cita como novios.
-Claro que quiero...- dijo sonriendo.
Tomo su celular y marco el primer número que se vino a su mente, la línea sonaba y sonaba pero el celular nunca fue contestado.
-¿A quién llamas Marcel?- preguntó Louis al observarle marcar el número de nuevo
-A Samantha tengo que contrale sobre nosotros, ella seguro se pondrá a gritar algo como ¡Te lo dije! Y esas cosas... ella es muy... muy ella cuando se trata de algo que sabía que pasaría...
Su voz se apagó cuando observó a Louis de nuevo, viéndolo con una cara de pena y lastima, con los puños apretando las colchas para no ir hacia él y abrazarle. Recordar que ella estaba muerta nunca entraría en su subconsciente.
-Oh...- dijo viendo hacia el suelo- Eso... yo... no puedo acostumbrarme a que ya no este... aquí. Yo, no quiero olvidarla.
-Y no lo harás Marcel, nunca olvidaras a Samantha.
-Pero algún día lo haré, algún día tendré que ver su rostro en una fotografía porque no recordaré como se veía, tendré que hacer un esfuerzo para recordar su voz... ella es... era mi mejor amiga, no quiero olvidar.
Unas cuantas lágrimas salieron de sus ojos, no podía llorar más, sus lágrimas se habían acabado.
-Marcel... la muerte y el olvido son partes de la vida, la muerte es un efecto que acarrea la vida y el olvido es la maldición que nos queda a los que vivimos, lo siento amor pero... ella no quería esto.
Marcel aún se perdía en sus sentimientos, en sus recuerdos, en todos lo que aun podía recordar y esperaba nunca olvidar. Se enojó al pensar que un día no recordaría su voz, que olvidaría su sonido o sus rasgos, la forma en la que hablaba, su nerviosismo o su sarcasmo.
Louis no creía en los secretos cuando una pareja que se quería realmente. Tenía que sacar a Marcel de un acontecimiento que le marcó, no quería que olvidara, quería que se perdonara por creer que era su culpa. Sentía las palabras en su garganta, y era mejor dejarlas salir.
-Las personas mueren Marcel, día tras día, cada hora,... No puedes ser tan patético y perderte en tu mierda... Samantha estría tan avergonzada de ti en estos momentos... Como si ella hubiese aceptado que te revolcaras en sufrimiento solo porque ella no está...
-¡Tu no la conocías para nada!
-Tal vez no... Pero se suficiente de ella para saber que ahora mismo está sufriendo porque te hizo daño con su muerte, una que no pudo evitar.
Y ya estaba, las palabras habían salido.
Marcel le veía con los ojos inyectados en enojo pero eso no le detuvo de ir a por él y abrasarle.
-Lo siento.
-Nunca te disculpes por decir la verdad.- le contesto abrazándole con fuerza- Samantha siempre decía eso, así que sigue su consejo.
-¿Estamos bien?
-Lo estamos... vamos por ese café.
**
La cafetería estaba casi vacía, chicos con computadoras portátiles escribiendo y ancianos platicando de antaño.
Y dos chicos peleando con voz moderada y gestos exagerados. Zayn y Christopher.
-¡TE LO REPITO! ¡NO ME GUSTA NICK!
-¡Pues esa perra me lo dejó muy claro! ¡Te lo follaste!
-Si, me lo follé, me lo follé y si tuviera que regresar el tiempo me lo fallaría de nuevo. ¡En ese tiempo ni siquiera te conocía yo a ti!
Christopher le dio un manotazo en la nuca, haciendo que el sonido seco del golpe resonara en los alrededores. Marcel apretó los labios para no dejar salir la risa mientras que Louis se carcajeó son problemas.
-Eres un estúpido Zayn, pero bueno... supongo que en esos tiempos yo también ¡ME ESTABA ACOSTANDO CON MI NOVIO!
Louis se carcajeó aún más fuerte cunado vio el rostro de Zayn, si algo sabia de su amigo a ciencia cierta era que los celos eran su peor enemigo.
-¡YO SOY TU MALDITO NOVIO!- gruñó en su rostro.
-Pues en esos momentos yo no te conocía Zayn...- le recordó Christopher con una voz dulce y la mirada de cachorrito.- Y si tuviera que volver en el tiempo ¡ME FOLLARIA A MI NOVIO MIL VECES MÁS!
-Suficiente... déjate de estupideces.
-Calla perra.
Marcel no pudo más con la risa y se carcajeó de la escena cuando llegaron a la mesa. Tomaron asiento y les vieron retarse con las miradas hasta que Zayn se levantó y preguntó por lo que iban a tomar.
-Un capuchino de vainilla.- Pidió Louis.
-Chocolate caliente, por favor.- Pidió Marcel.
Cuando Zayn se perdió en el local Marcel le pregunto a Christopher sobre su pelea pero él solo sonrió.
-Es parte del drama que me caracteriza Marcel, así soy, drama puro... nunca te aburrirás en mi presencia.
Zayn regresó minutos después con los pedidos de la nueva pareja y un chocolate extra para Christopher.
-Gracias- dijeron los novios al mismo tiempo que les entregaron sus bebidas.
Zayn dejó el chocolate frente a Christopher, este a su vez le giñó un ojo a Marcel y continúo con su show.
-No me gusta el chocolate, pero gracias.
Zayn se dejó caer en la silla, sin quitar la mirada de incredulidad a su novio.- ¡Pero si te acabas de tomar uno!
-Pues dejó de gustarme ahora.
-Está bien, es suficiente, ¿Tanto e afecta que haya tenido sexo con Nick? ¡Te me acabas de decir que te follabas a tu novio! Es lo mismo...
-Yo no me folle al amigo del tipo que le hace la vida imposible a Marcel.
-No me tas a Marcel en esto Chris.
-Cállate.
-Te estoy empezando a odiar.
Christopher se levantó de la mesa, tomó su mochila del respaldo de la silla y se despidió de Marcel y Louis.
-Tú estás enamorado de mi.... Así que deja de decir estupideces.
Zayn le vio alejarse, contoneándose con toda la chulería que había visto en un hombre. Pero no podía dejar la sonrisa al verle, le encantaba su actitud, nunca había conocido a nadie que le pudiera tener en la palma de su mano solo con tronar los dedos, porque Christopher podía con él.
-Bueno, eso fue entretenido.- Se burló Louis- Ahora corre tras él antes de que por venganza se las vaya a dar a otro...digo, no le creo capaz de menos.
Zayn se levantó de su asiento, ahora con la sonrisa inexistente y el entrecejo fruncido.
-¡CHRISTOPHER HILTON!- Gritó cuando salió del local.
-Bueno, el amor se representa de muchas formas...
-Espero que tú no me reproches pro mis anteriores relaciones...
Marcel soltó una risa floja y le palmeo el hombro.- Vaya hombre, que no tengo tanta saliva para reprochártelos a todos.
**
Louis llevó a Marcel a su casa y en todo el camino no soltaron sus manos, fue algo difícil el manejar con una sola mano pero se las arreglaron muy bien, cantando canciones de Lana del Rey y riendo cada que la letra "cambiaba misteriosamente" porque ellos no se equivocaban.
La noche estaba cayendo y Marcel tenía que prepararse para ir a la escuela, por fin, después de sus días sin enfrentar una realidad tan fuerte como ir a un lugar donde todos le preguntarían sobre cómo se sentía porque el no haber ido les había dado razones a los demás para preguntar sobre su estado de ánimo.
La camioneta se estacionó frente a la casa, Marcel observo a su novio, sonriéndole.
-Te veo mañana amor.
Louis asintió y bajo de la camioneta, rodeándola para abrirle la puerta a Marcel y ayudarle a bajar.
-Innecesario pero realmente encantador.
-Todo para mi princesa.
-Oye, eso suena como si fuese la chica de la relación.
-Lo eres, una princesa pasiva.
Marcel entrecerró los ojos, dándole una mirada de reproche.
-¡No soy una princesa pasiva!
-Marcel... anoche me tenías dentro tuyo... eso te hace una princesa pasiva.
-Púdrete Louis... Tengo más tatuajes que tú, mido más que tú y ciertamente tengo más fuerza que tú... además tengo a Harry de mi lado, si él saliera en este momento la princesita pasiva serias tú así que mejor guárdate tus comentarios antes de que te castigue contra bromas hacia tu macho.
-Mi macho...- se burló Louis dándose pequeños golpes en la mandíbula con su dedo índice.- eso sonó a una princesa pasiva.
Marcel se tiró sobre él, tomando su cabello entre sus manos. La diferencia de altura se hizo visible ante tal postura. Jaló un poco su cabello hacia atrás, obligándole a verle a los ojos.
-Yo no soy una princesa pasiva- le reclamó con la voz ronca- Y para dejártelo más claro tendré que besarte, fuerte...
Y el beso comenzó, violento, sin dejarle espacio a Louis para tomar aire.
-Espero que eso te deje claro que no soy una pasiva... pero puedes dejar lo de princesa, solo si quieres ser mi lacayo.
Louis aun veía las estrellas, ese beso demandante le había quitado el aliento.
-Te amo.
Y Louis despertó al sentir la ausencia de Marcel a su lado. La puerta de la casa de cerro frente a él, ocultando a Marcel de su vista.
-¡YO TE AMO MÁS!
**
Louis llegó a su casa, su madre aun no daba señales de vida junto con sus hermanas, siempre que salían de "compras" tardaban todo el fin de semana.
La casa estaba a obscuras, Louis estaciono su camioneta, buscó las llaves en sus pantalones y cuando abrió la puerta y entro a la obscuridad del pasillo unas manos le taparon la boca y le inmovilizaron por la espalda.
-Louis, viejo amigo, tenemos un problema.
Nick le sostenía con fuerza, sin darle espacio para moverse o luchar.
-Marcel ha llamado a la policía, me están buscando... y lamento decirte que también te buscan a ti.
Louis abrió los ojos por la sorpresa, sin poder pensar en algún motivo por el cual la policía estuviese tras de él.
-Louis, si yo voy a la cárcel tu iras conmigo, la policía sabe sobre nuestra amistad y si no quieres que te culpe sobre la muerte de Samantha me ayudaras a esconderme.
Nick finalmente dejó su boca en libertad.
-¿De que estas hablando?- gruñó.- La muerte de Samantha fue un accidente, no puedes culparme sobre eso.
Stand empezó a reírse poco a poco hasta terminar con carcajadas fuertes y marcadas.- La muerte de Samantha fue un accidente.imitó su voz- No puedo creer que seas tan estúpido como para creer que eso haya sido un accidente Louis, nadie deja una camioneta en mitad del camino sin rastro alguno, por favor, te creía inteligente.
El entendimiento iba cada vez en aumento, Louis no podía creer que Stand llegara tan lejos.
-Esa chica me estorbaba y sabes que los estorbos deben de eliminarse, tú te estas convirtiendo en uno, tomando a Marcel, arrebatándolo de mi lado. Pero eres uno de mis mejores amigos y no puedo matarte... no puedo hacerlo. Pero puedes pudrirte en la cárcel a mi lado, juntos como antes, cuando no podían separarnos.
-Mataste a Samantha...
-Yo no, la verdad el crédito va para Nick pero fue bajo mis órdenes...
-Marcel va a odiarte cuando se entere.
-Oh, créeme Louis, Marcel nunca podrá odiarme.
-¡Mataste a su mejor amiga maldito psicópata!
Louis se revolvió entre los brazos de Nick, tratando fallidamente de llegar hacia Stand.
-No Louis... tú mataste a Samantha. Un drogadicto que estuvo en rehabilitación y problemas de conducta en la escuela... Y no sirve el haber golpeado a la chica que misteriosamente murió días después de ese altercado.
-No son pruebas suficientes para probar un homicidio.
-No, pero son suficientes para mantenerte en observación, tenerte en la mira mientras yo puedo moverme.
-No entiendo porque haces esto Stand, tus problemas no tiene que afectar a Marcel y sus seres queridos.
-Bueno, Marcel y Harry son parte de mi ahora, mis problemas son los suyos, los suyos son los míos. Pero decide rápido Louis, porque si Marcel ha llamado a la policía también puedo olvidarme de mi amor hacia él.
Y por primera vez en mucho tiempo Louis sintió verdadero miedo, porque la mirada perdida de Stand al decir eso le hizo ver hablaba en serio pero la dulzura en su voz al mencionar el nombre del chico del cual estaba enamorado de hizo temblar. Porque si algo es cierto es que las personas enamoradas harían cualquier cosa, pero Stand se amaba a si mismo más que a cualquier cosa en el mundo y por su libertad no le importaría una muerte más en su lista.
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Capítulo XXVI: Una solución. El día era obscuro, el cielo pintado de gris y el clima frio, el viento y la lluvia tranquila. Marcel despertó por el sonido de la alarma en su celular, la atmosfera le hacía querer volver a dormir y olvidarse de las clases, pero ya había faltado mucho y los trabajos escolares se venían en montones, más ahora que solo faltaba un mes para su graduación.
No sabía a qué universidad asistiría, pero estaba seguro que le aceptarían en cualquier institución donde pidiese información. Pero la universidad no estaba en sus planes por ahora.
Se levantó de la cama, con la pereza marcada en sus movimientos, y fue hacia la ventana, levantando las cortinas para ver el pastoso día que se presentaba en Londres. Esos días que lo único que atraen es una cama, una película y una bebida caliente.
Fue hacia el cuarto de baño, se lavó la cara y se miró en el espejo, con unas ojeras bajo sus ojos por pensar en Louis por gran parte de la noche. Sonrió a su reflejo, pensando en que esa desvelada había valido la pena.
Regresó a su habitación, vistiéndose de la forma en la que nunca lo hubiera hecho. Con la ropa de Harry... porque él era Harry y era tiempo de aceptarse.
Un pantalón rasgado color negro, una playera blanca con la frase "It is what it is", una gabardina negra y unos vans negros desteñidos. Se revolvió el cabello con sus manos, formando olas despeinadas y se dejó sus lentes, porque seguía siendo Marcel.
Suspiró, cuando ya había arreglado su aspecto. Tomo su mochila, guardando en ella los libros que ese día utilizaría y bajó las escaleras, percibiendo el olor de los huevos con tocino que Anne preparaba tarareando una canción desde la cocina.
-Buenos días mamá...
Anne pegó un brinco al escuchar la voz de Marcel, se volteó, sujetándose con fuerza el pecho tratando de calmar su alborotado corazón.
-Marcel... por Dios... me has dado el susto de mi vida. ¿Qué haces despierto?
-Bueno, es tiempo de retomar mis estudios... Samantha no aceptaría que desperdiciara mis días llorado por ella... y tampoco es algo justo para mi, perder mis oportunidades y calificaciones por una chica muerta.
Anne le observó, con la mirada espantada.- Eso fue muy cruel de tu parte Marcel...
-Pero es la verdad, esa frase es muy de ella, sé que no le duele que la diga, al fin y al cabo esta muerta.
-Bueno- reprendió Anne.- No las dirás en mi presencia, come tu desayuno y te llevaré al colegio.
Y Marcel sintió la primera perdida del día, el saber que su amiga no iría nunca más por él.
Se apresuró a tomar su desayuno para no atrasar las actividades de su madre. Al subir al auto tomó su celular y marcó el número de Louis pero él no contestó.
Pensó que no se había despertado aun, Louis no era del tipo de despertarse temprano. Anne puso en marcha el auto y así inicio el primer día de una nueva rutina.
**
Louis había dejado el celular sobre su mesa de noche, dejándole sonar mientras la llamada de Marcel iba directo al buzón. Nick le observaba desde la silla frente a él, viéndose a los ojos retadoramente pero sin hacer gran esfuerzo para iniciar una pelea.
-Lo siento.
Louis le frunció el ceño.- ¿Qué es lo que sientes? ¿Desperdiciar tu vida siendo el perro de Stand o haber matado a una chica que no te había hecho daño alguno?
-Creo que por haberla matado...tú sabes nuestra historia Louis, uno no puede simplemente alejarse de Stand.
-Yo lo hice.
-Porque tú tienes un hogar y amigos que te apoyaran. Yo no tengo nada, Stand me ha dado refugio u alimento. Si, mate a una chica inocente... pero era ella o yo.
Louis resopló, haciendo callar a Nick.
-Tengo que ir a clases, lo único que puedo darles por ahora son las cinco mil libras que he juntado, vayan a Irlanda o España, realmente no me importa. Mira Nick, nunca has sido de mi
agrado pero ahora solo quiero que lleves a Stand lejos de Marcel, es lo único que te pido, que salves a la única persona que corre verdadero riesgo en todo este problema, una persona inocente. Nunca olvidaras que mataste a Samantha, créeme, cuando Stand lo quiera te o recordara como me recordaba a mi diariamente que era un drogadicto.
Nick solo asintió con la cabeza, no podía decir nada, porque todo era verdad. Stand siempre echaba en cara los errores que habían cometido pero nadie le llevaba la contraria.
Louis sacó de su cartera su tarjeta de crédito, se la entregó a Louis junto con la clave de retiro y le señaló la puerta, corriéndole sutilmente de su casa.
-No quiero hacerles daño Louis, y Stand tampoco... pero sabes que no puede con el encierro.
-Ciertamente Nick, no me importa una mierda como se sienta Stand o lo que sea de su agrado. Solo váyanse y si es posible no regresen nunca.
Nick salió a la calle, con la mirada baja, dándose cuenta finalmente de que el chico que le había salvado una vez ahora le estaba hundiendo.
Louis tomó su mochila de la mesa de la sala, salió de su casa cerrando la puerta tras de él, golpeando su frete en la puerta de la entrada, cerrando sus ojos y dándose cuenta que las decisiones que tomó en el pasado venían a atormentar su presente.
-Solo quiero que Marcel esté bien, todo lo que haré será por Marcel... por Marcel... porque te amo
Marcel, te amo.- repetía mientras tomaba camino a su camioneta.
**
-¡Qué tengas un buen día amor!- gritó Anne cuando Marcel bajó del auto.
Marcel sonrió a su madre, entró por el gran portón de hierro negro que un había utilizado desde que Samantha había conseguido su licencia y se internó dentro de las miradas de asombro y admiración que -los chicos y chicas que estaban en el estacionamiento- le daban.
-¡Marcel!
Una voz le llamó desde la entrada del edificio.- Por Jesucristo redentor...- dijo Christopher al llegar a su lado.- Creo que si te hubiera visto en esas fachas antes te hubiera rogado una follada rápida... Maldigo que ahora seas mi primo.
Marcel sonrió a la vez que Christopher le abrazaba por los hombros y le obligó a caminar a donde Zayn se encontraba, recargado en su coche, viéndoles con una cara de pocos amigos.
-¿Sigue enojado por su plática de ayer?-pregunto Marcel.
-¿Quién? ¿Zayn? ¡JA! Para nada, creo que solo quiere que retire mi brazo de tus hombros y deje
de susurrarte al oído... por Dios Marcel, eres ahora el chico más bueno que he visto... ¡Oh! Aquí viene... la erección matutina en honor a alguien caliente.
Marcel se sonrojó a la vez que se partía de la risa, y cuando observó a Zayn en posición de ataque decidió -por su bien- tomar una distancia segura de Christopher-.
-Hola Zayn.- saludó al llegar a donde él.
-Hola...
-Por favor Zayn, puedes celar a cualquier persona en el mundo pero a mi con Marcel... eso es de enfermos, ¡Es mi primo!... No te negaré que es el chico más guapo que he visto este día pero...
-Cállate Christopher- ladró Zayn.
-¡A mi no me calla nadie!
-¡Cállate!
-¡NO! ¡NO! ¡NO!...
Zayn tomó a su novio de la cintura, viéndole con esos ojos que tanto atormentaban a Marcel
hacia escasas semanas y plantó un beso en sus labios, un beso con el único objetivo de callarle.
Marcel retiró la vista del ahora intenso beso, buscó con la mirada a Louis pero su camioneta aún no estaba en su lugar habitual.
Una cabellera rubia llamó su atención, una cabellera rubia y unos ojos azules celestes que veian hacia el pavimento, escondido entre las sobras de un árbol.
-Niall...-susurró para si.
Sus pies reaccionaron antes de siquiera pensar en ir hacia él. Se alejó de la pareja melosa en silencio, escuchando un último ¡No vulvas a callarme perra! Salir de los labios de Christopher.
El día frio y nublado le daba algo de nostalgia, se imaginaba otra vez a su samanta disfrutando de este día, rogándole que le acompañara a el puente del centro a observar las olas creciendo por la intensidad del aire.
Niall levantó la vista cuando vio los vans gastados frente a él, llevándose una sorpresa al ver a Marcel vestido de aquella forma frente a él.
-Hola...
-Hola Marcel.
-Ammm... ¿Cómo has estado?
-Yo pues... estoy enamorado de una chica muerta.
Marcel se quedó sin palabras, simplemente no encontraba algo en su mente para decir.
-Yo se que desperdicié tiempo, pero yo en verdad la quería... la quiero. El tiempo a su lado pasaba lentamente y aunque hablaba sobre cosas que en mi vida había escuchado me gustaba cuando me decía que mi IQ era más bajo de lo que ella había creído. Yo disfrutaba de sus insultos porque sabía que para ella era solo sinceridad... nunca quise jugar con ella Marcel, ella era la chica indicada. Con la que quería tratar una relación verdadera... pero supongo que uno no piensa morir tan joven.
-No, supongo que nos creemos que solo los viejos mueren.
-Porque no es natural que un padre entierre a su hijo.
Marcel iba a responder a Niall cuando el motor de la camioneta negra de Louis resonó en el viento. Los dos levantaron la mirada a donde la imponente carrocería se encontraba.
-¿Y tú?-pregunto Niall.- ¿Estás perdiendo el tiempo con Louis?
Marcel sonrió, aunque realmente no quería mostrarse feliz para no lastimar a Niall.- No, nosotros lo estamos intentando.
-Me alegro, verdaderamente... creo que teníamos que establecernos alguna vez. Ya sabes... encontrar a la persona que nos haría ver el infierno de un corazón destrozado. Realmente me alegra que todos hayamos encontrado a la persona perfecta.
Marcel le veía, con algo de lastima en la mirada.
-No me veas de ese modo- le dijo sonriendo.- Si, tal vez me enamoré de una chica que ya no está pero me enamoré, ella fue la primera que me enseño el significado real de esa palabra. No me mires con lástima porque yo te miraré de la misma manera por haber pedido a tu mejor amiga y se que eso será incómodo.
-Lo siento por eso.
-Nada de lastima Marcel, ni lo siento ni perdona ni nada de esas tonterías ¿Está bien?
-Si, está bien.
-Bien, vamos con Louis, no quiero que me vea con los ojos de loco con los que Zayn ve a cualquiera que se acerque a Chris.
**
Louis estaciono su camioneta, con las manos aun temblando, escondiendo la pequeña caja negra que guardaba su destino bajo el asiento del copiloto.
-Solo lo hago por Marcel, no quiero más muertes... yo no quiero que nadie más salga herido.- se recordaba pegado su frete al volate, estrujándolo con fuerza, evitando gritar.
Respiró profundamente, dejando que el estrés saliera de su organismo. Levantó la vista, observó a Niall y Marcel venir hacia él. Dejó la caja bien cubierta bajo el asiento, respiró una vez más y abrió la puerta de su camioneta para salir de la presión que esa caja le respresentaba.
-Buenos días Lou- saludó Marcel sonrojándose al decirle por su sobrenombre.
-Hola bebé.
Y por Dios, hablar con él, solo verle frete a él sano y salvo, solo eso necesitaba para que todo su estrés se fuera a la vil mierda.
El timbre de entrada sonó, Louis tomó la mano de Marcel y saludo a Niall con un movimiento de cabeza, él les siguió a una distancia segura, se encontraron con Christopher y Zayn y entraron todos a clases, viendo brevemente a Liam y Danielle en los pasillos.
**
Los maestros se alegraban de ver a Marcel nuevamente en sus clases, los alumnos le veían como a una muestra de arte en el museo. Porque el nuevo Marcel era una obra de los dioses.
Las clases fuero aburridas, como siempre.
El receso fue de soportar miradas y lagos, besos que las chicas le obsequiaba a distancia y los celos posesivos de Louis al abracarle por detrás y darle besos cada que podía.
-Me gustaba más cuando solo yo te veía de esta forma.
Marcel rió, dándole a su novio un beso en la comisura de los labios.- Y a mí me gustaba más cuando lo que me pedían era la tarea... no un rapidin en el baño.
Louis frunció el ceño.- ¿Quién te pidió un rapidin en el baño?
Zayn, Niall, Liam, Danielle y Christopher le observaron, con sonrisas en sus rostros.
-Te juro que solo fue una vez...- dijo Chris.
Zayn le dio un golpe en la nuca a su novio y este se lo regresó, iniciando así una más de sus peleas.
-Bueno... solo fue Chris, y eso ya es predecible.
Niall levantó la mano al mismo tiempo que Liam y Danielle.
-¿Ustedes qué?
-Nosotros, querido Louis- respondió sonriendo NiallTambién le hemos pedido un rapidin... no puedes negarlo, tu chico volvería homo a cualquier hetero en esta escuela.
Louis gruñó dándole a los demás una razón para burlarse de él.
**
Las clases acabaron, dando por terminado el primer día de clases donde las estupideces de Samantha no estarían presentes.
-¿Vamos a mi casa?- pregunto Niall.
-Vamos.
Todos se dirigieron a sus automóviles, Marcel siguiendo a Louis a la imponente camioneta.
-¿La extrañaste mucho?
Marcel sabía a lo que se refería pero por algún motivo no sentía el vacío que creía que iba a sentir.
-No creo que ella este lejos, siempre la siento a mi lado.
-Ella nunca te dejaría solo... nunca lo hará.
La camioneta se puso en marcha, siguiendo a los otros dos automóviles donde sus amigos se transportaban.
-Haremos una pequeña escala bebé- anunció Louis doblando en la segunda esquina, tomando el camino más corto al cementerio.
**
La tumba blanca sobresalía entre la fila de olvidadas y sucias a su alrededor. Marcel llevaba una flor roja con él, una que Louis le había hecho comprar.
-Tienes que dejarla ir Marcel, dejar que descanse... llorar por ella o simular que está viva no le ayudara a descansar.
Las lágrimas ya se acumulaban en sus ojos, con miedo de que en cualquier momento las compuertas se abrieran y no pudiese detenerse.
-No quiero aceptarlo.
-Tienes que, dile todo lo que quieras, reclámale, cuéntale lo que ha pasado, dile algo y después déjala ir. Yo esperaré en la camioneta, tomate tu tiempo.
-¿Y qué te puedo decir?- le hablo a la tumba- Al fin soy el novio del magnífico Louis Tomlinson... lo sé, me dirías te lo dije si pudieras pero sabes que esos sueños eran muy disparatados. He aceptado la parte de Harry que debo de tener pero ahora tomaré los tratamientos necesarios para desaparecerlo... ammm... te extraño, mucho.... Yo, yo no sé porque tuviste que irte pero te extraño... aún recuerdo tu voz y tu rostro pero el día que te olvide... Dios Sam, si algún día te olvido... me siento mal, y puede que el nudo en mi garganta me deje sin habla en cualquier momento pero a uno no se le muere su mejor amiga todos los días.
El viento sopló, haciendo que las hojas que se habían junado sobre la tumba cayeran al pasto.
"Samantha Barrientos, hija, amiga y soñadora,
1995-2014
Se fue sin entender el verdadero sentido de la vida"
-Bueno, creo que tu madre respetó tu epitafio. Eres... eras rara hasta para organizar tu muerte. Realmente no sé qué es lo que debo decirte... yo solo hablo contigo cuando necesito hacerlo y espero no molestar tu sueño eterno. Realmente desearía que me pudieses contestar, decirle si no tienes miedo allá abajo, si no te incomoda estar metida en una caja sin ningún libro para leer. Realmente no creo dejar que descanses en paz por un buen tiempo... y todo eso por morirte, porque yo no estaría contándole mis problemas a una persona imaginaria que seguramente esta rencarnando en un pequeño bebé chimpancé en algún zoológico del mundo.
Marcel se levantó, dejando al rosa sobre la lápida.- Perdona pro no decirte algo lindo Sam, pero sigo enojado contigo... por dejarme y no llevarme contigo.
**
Louis tomaba la mano de Marcel mientras conducía a casa de Niall, ninguno decía nada, solo veían el camino.
Las casas y negocios pasando a su alrededor, llevándolos a la casa de Niall en el centro de la ciudad. Las personas en la calle, apresuradas por sus trabajos y la tensión.
Louis estacionó la camioneta en el gran porche de la casa de Niall y entraron como si fuese su casa, Maura les había dejado claro que ellos eran parte de la familia y ellos se habían acoplado a sus palabras.
Louis bajó de la camioneta, rodeándola antes de que Marcel bajara por su cuenta. Louis tiró sus llaves accidentalmente en el pasto y Marcel abrió la puerta para ayudarle a buscarle pero en la acción una caja negra salió disparada por debajo.
Marcel la tomó en sus manos, observándola detalladamente, comprobando el peso de la aparentemente liviana caja.
-¿Lou?-preguntó haciendo que Louis le viera.
Marcel observó el color salir de golpe del rostro de Louis, le vio correr hacia la puerta y arrebatarle la caja, sus manos temblaban, sus ojos se volvieron negros.
-No. Toques. Esta. Caja. De. Nuevo. Marcel.
Su voz, había bajado unas cuantas octavas y se estuchaba enojada.
-¿Lou?
-Solo no la toques de nuevo Marcel, no quiero que te impliques en esto... no debes de tocarla de nuevo una vez que la limpie... ¿Entiendes?
Marcel asintió, bajando de la camioneta y dejando que Louis escondiera su preciada caja negra bajo en asiento.
-Lo siento, yo no quería que te molestaras.
-Y no estoy molesto, solo no quiero que tu salgas implicado en mis problemas. No quiero que tengas más problemas.
-Yo no tengo problemas Lou.
-Los tienes Marcel... los tienes.
Marcel le tomó por los hombros, haciendo que le viera a los ojos.-Lou, yo no tengo problemas, no tengo ningún problema, mi vida está tranquila, lo único que molesta mi vida es Harry pero pronto solucionaré esto.
Louis le miraba los ojos, toda su inocencia reunida en esos hermosos ojos verdes.
Le abrazó, le abrazó con fuerza. Sin querer dejarlo ir.- Por Dios Marcel... ¿Por qué tenías que llamar a la policía?
Marcel se quedó helado, abrazando a Louis con fuerza.
-¿Él lo sabe?- preguntó con miedo.
-Marcel... si, lo sabe. Lo sabe.
-Lou...
-¿Si bebé?
-¿Qué hay en la caja?
Louis tragó en seco.- La solución bebe, la solución a todos nuestros problemas.
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Capítulo XXVII: No es un adiós, es un hasta luego. Advertencias: No quiero que me odien por ese pequeño capitulo, es lago necesario de escribir. Y recuerden que quien ayudo primero a Marcel siempre fue Stand.
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El día había llegado a su fin, un día donde Louis había actuado muy distante. Perdido en su mente. Pero Marcel no veía el lado malo, sus problemas de ahora tenían que ser resueltos, no quería ser víctima de Stand, no ahora que le conocía en su mal estado.
La tarde había pasado entre bromas, películas, golosinas y risas. Era un día para reír pero Louis había estado un poco desentendido de las pláticas. Marcel le había tomado de la mano, dándole un gesto de fortaleza, indicándole que dejara ir los problemas solo por esa tarde.
-No te preocupes bebé, no hay problema que no podamos resolver.- Le informo Louis besando su mano.
Pero Marcel sabía que detrás de sus palabras, detrás de sus pupilas dilatadas había una sobra de inseguridad.
Ahora estaba en su habitación, recostado en la cama, con los brazos cruzados tras la nuca, viendo el techo y pensando en la caja negra pesada que Louis le había pedido seriamente no volver a mencionar.
¿Qué tendría esa caja? ¿Qué solución podría caber es ese pequeño espacio?
Se levantó de la cama, cerrando la cortina para que la luz de la luna no molestara su sueño, se despojó de su ropa y zapatos y se puso la parte baja del pijama. Suspiró, pensando que tal vez todo se acabaría de un buen modo. Tal vez la policía fuera rápida y tomara a Stand antes de que saliera huyendo.
Tal vez Stand se iría y encontraría a una persona con quien compartir su vida... porque ciertamente, Marcel creía que todos merecían un poco de amor.
Cerró los ojos, recordando que, aunque fuesen pocos los momentos que pasaron Stand había sido con él lo que nadie en aquel tiempo, le había dado estabilidad, cariño y comprensión. Le había apoyado, ayudado y abrazado cuando lo necesitó. Stand le había apoyado cuando le contó sobre Harry, le había entendido y había puesto en claro ante el mundo que los prejuicios no importaban.
Cuando abrió los ojos y se encaminó a su confortable cama sintió que las lágrimas quería salir desde el fondo de su alma, porque, aunque nos e arrepentía había dejado a Stand con sus problemas cuando Louis empezó a ponerle un poco más de atención. Le había abandonado, aun sabiendo sobre sus demonios, sabiendo que tal vez volvería a las drogas si no le apoyaba como había hecho con él.
Se tiró en su cama, tapándose con el enredón y apagando la luz del escritorio, escuchando el silencio, dejando su mente en blanco.
Cerró los ojos y cayó en un sueño, un sueño que no duró mucho.
**
-Stand
La voz de Nick le hiso salir de su ensoñación, observando desde el auto como la luz del cuarto de Marcel se apagaba.
-¿Qué pasa Nick?
Nick tomó su mano con la suya, haciéndole voltear la mirada a su rostro.- Tengo que decirte algo antes de que vayas con él.
Stand apretó su mano, reconfortando a el único chico que siempre había estado a su lado, que nunca le había fallado, se podía decir que era su todo.
-Dime.
-Yo... sé que para ti no significará nada porque, ciertamente nunca has sentido nada por nadie. Sé que esto no significara nada para ti, que tal vez sea algo estúpido de decir... pero no quiero callarlo más, no sirve de nada callar. No soy Marcel y si te enamoraste de él por su inocencia no tengo oportunidad pero... la única razón por la que no he huido de ti, de tu ambiente toxico es porque estoy enamorado de ti.
Stand apretó aún más la mano de Nick, pasando saliva sonoramente y sonriéndole, incómodamente de lado.
-Nick, yo te amo, tal vez no lo he demostrado pero... la única persona de la que en mi vida no quisiera apartarme eres tu. Marcel es Marcel... pero te amo. Si, tal vez Marcel represente mucho para mi pero Nick, tu eres mi mejor amigo, mi apoyo y mi compañero... de vida. No eres Marcel, nunca lo serás pero ciertamente amo a mi chico malo, ese que haría cualquier cosa por mi.
Se acercó a Nick, con una sonrisa en su rostro, aceptando el mayor gesto de amor que alguna vez pudieron darle, amor verdadero. No el amor que Marcel le había mendigado.
Plantó en la frente de su amigo un beso, casto y sencillo donde le transmitió más que sentimientos.
-No eres Marcel Nick... no quiero que lo seas.
Y salió del auto, cerrando con cuidado la puerta a su espalda.
**
La ventana de la habitación se abrió fácilmente, Stand entró con cuidado, son hacer el mayor ruido. Observó a Marcel, con sus parpados moviéndose por el sueño profundo, pero en su mente estaba ahora Nick, si, tal vez Marcel había sido su obsesión pero tenía que acabar con todo. Tenía que acabar con su adicción más grande.
Rodeó la cama, observándole respirar suavemente. Levantó el cobertor y tomó lugar a su lado, abrazándole por la espalda. Marcel se removió, abrió los ojos y cuando dio la vuelta y se topó con los obscuros ojos de Stand sintió como su sangre se helaba.
-Stand...
-Hola Marcel.
-H-hola.
Dio la vuelta completa en la cama, quedando frente a él, sintiendo su brazo aplastándole por la cintura.
Stand sentía las pulsaciones de Marcel, erráticas.- No tengas miedo. Solo he venido a hablar.
-¿Sobre... sobre mi llamada a la policía?
-No- contestó sonriendo- Entiendo que les hayas llamado... Soy una persona con problemas Marcel, sé que lo soy. Tengo problemas con la policía, soy un drogadicto sin futuro y tengo una no muy sana obsesión contigo cunado tengo a un chico asombroso a mi lado... un chico que... mataría por mi.
Stand hiso una pasa, analizando a Marcel, viendo sus hermosos ojos verdes, sus labios rosados y su perfecto cuerpo, viéndole con su mirada de inocencia y pánico.
-Un chico que mataría por mi si algo me estorbara.... Lo siento por eso.
-¿Por qué?
-Porque Nick mataría por mi.
-Es amor Stand... yo mataría por Louis.
Una sonrisa escapo de los labios de Stand, recordando a su buen ex-amigo Louis.- Si, yo también mataría por Louis. Es una buena elección, fue un buen rival.
-Nunca fue un rival Stand.
-La única persona que podía salvarme de mis demonios me dio la espalda para curar los del que una vez le rechazo... Si, tal vez ahora lo sientas de ese modo pero tuvimos nuestro momento.
Marcel le sonrió, olvidándose del miedo que le profesaba a aquel hombre de sonrisa encantadora y manipuladora.
-Si, tal vez tuvimos más que un momento.
Stand sonrió, atrayendo a Marcel a su cuerpo, sintiendo su calor.
-Sabes que... mi insana obsesión a contigo no acabado ¿Verdad?
Marcel- que había bajado la mirada por la cercanía le vio a los ojos, sin dejar que el poco espacio entre ellos le agobiara.- ¿No has venido a despedirte?
-Oh, bebé, es solo por un rato...
-¿Y Nick?
-Yo amo a Nick.
-Él merece tu amor.
Stand le miró a él, sin expresión en el rostro.- Y no dudes ni por un segundo que no lo tiene. Es solo que tú has causado en mi algo obsesivo Marcel, como la cocaína lo fue en su tiempo.
Marcel llevó su mano a la mejilla de Stand, sintiendo su tersa piel bajo el tacto.
-Tienes que dejar las drogas.
-Tú eres una de ellas.
Marcel sonrió, era como hacía unas semanas, cuando se recostaba en la gran habitación de la casa azul y no había problema alguno.- Yo voy incluido en ellas, así que déjalas antes de que te causen un daño irreversible.
Stand cerró la distancia, besando con suavidad, como si fuese de cristal y pudiese romperse o esperando el rechazo, un grito y la huida inminente. Pero nada pasó, nada excepto los labios de Marcel correspondiéndole.
Sintió las manos de Marcel abrazar su nuca, profundizando el beso, tratando de dejar que los demonios que seguían en Stand cambiaran de cuerpo y fuesen más fáciles de botar.
Cuando el beso se rompió, Marcel solo podía pensar en el peso sobre sus hombros al haber engañado a Louis con nada más y nada menos que Stand.
-Fue un buen beso de despedida.
-Es lo mejor que puedo hacer por lo que fuimos una vez.
-¿Sabes Marcel? Ese día que te vi en el bar, tan fuera de lugar, tan miedoso como una vez yo lo estuve... quise protegerte, tomarte en mis brazos y hacer que todo a tu alrededor desapareciera, dejar solo las cosas buenas. Pero yo fui la única persona que terminó dañándote... perdona por todo el sufrimiento que te he causado.
-No ha sido mucho Stand.
-Créeme... lo ha sido, no tengo el valor para decir por qué pero te he causado más dolor del que alguna vez podrás perdonar.
-Stand...
-Te quiero Marcel y aunque ahora me iré porque la policía está buscándome de nuevo volveré. Volveré porque ciertamente no quiero dejarte, no quiero y no puedo. Puedo tener a Nick y su amor verdadero pero las sobras de tu amor me llenan más que eso.
Marcel sintió el frio cuando Stand se alejó.
-Solo venía a despedirme.
Caminó hacia la ventana pero Marcel le paró, tomando su mano.
-No dejaré que bajes por la ventana... no eres ningún ladrón para hacerlo.
Se colocó la blusa del pijama y atrajo a Stand a un abrazo, dándole ánimos para seguir con su vida.
Bajaron las escaleras, con cuidado de no hace ruido, sin querer alertar a su hermana o su madre. El reloj de la pared marcaba las tres y treinta de la mañana.
Llegaron a la puerta, Marcel quitó los cerrojos y la abrió. Abrazó a Stand una vez más, respirando su aroma por un buen tiempo.
-Cuídate.- susurró en su oído.
-Marcel, con todo lo que tengo encima... cuidarme es lo último que me importa ahora.
Stand salió de la casa, dándole a Marcel un sincero beso en la frente.
-Pensaré en ti todo el tiempo mientras huyo de los demonios que me has lanzado encima. Ha... una cosa más. Sé lo que Louis está planeado, dile que va por un mal camino. No puede dar un paso sin que yo lo sepa.
Marcel se puso regido una vez más, la voz de Stand había vuelto a la obscuridad de antes.
-No quiero que salga herido pero si él iniciara esto... Yo tendré que defenderme.
Marcel se quedó quieto, mientras Stand volvía hacia él y depositaba en sus labios un beso, solo un beso suave, sin profundidad. Un adiós.
Stand dio la vuelta en la esquina, perdiéndose dentro de un auto, alejándose.
Marcel le vio marcharse, tal vez debió llamar a la policía. Pero le debía eso, le debía un poco de ventaja.
Quiso cerrar la puerta pero su mirada capto a un chico frente a la acera, con la mirada perdida y los ojos cristalinos.
-Lou...
Louis se acercó a él. Frente a frente.
-Te extrañaba.
-¿Qué tanto viste?
-Lo suficiente.
-Yo no... yo no quería besarle...
Louis lo tomó en sus brazos, en un abrazo protector.- No te reprocho nada Marcel, mientras solo yo tenga tu corazón podría soportarlo todo.
-Stand sabe lo que planeas.
-Pues entonces, estaré esperando.
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Capitulo XXVIII: Una realidad alterna. *No soy psicóloga y todo lo que hablo en este capítulo lo he "investigado" en internet, no se si sean ciertas algunas cosas pero yo no me especializo en este tipo de cosas xD*
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Harry despertó enojado, con una pesadez en los hombros que no le dejaba descansar. Tirado en la cama, con un pijama incómodo y el sudor en su frente. Se levantó, decidido a acabar con todo lo que le rodeaba si era necesario para conocer la verdad sobre su "hermano gemelo".
Se puso lo primero que vio y bajó las escaleras, buscando con determinación a Anne.
La casa estaba en silencio, el sol aun no salía y las cortinas bajas. Harry fue hacia la cocina, escuchando la conversación de Gemma y Anne.
-¿Cuándo iremos con el doctor Mhor?
-Cuando Harry venga, no quiero obligar a Marcel a que lo traiga, solo debemos esperar lo suficiente, ciertamente... preferiría no hacer esto nunca.
-¿Cómo crees que Harry vaya a tomar esto?
-No tengo idea Gemma... Harry no es muy predecible, esperemos que lo tome a bien... esto no es algo que se le pueda decir a una persona.... No a una como Harry.
-Espero que no salga corriendo... ¿No podemos ponerle una tranquilizante antes?
-¡Gemma!
-Es solo una propuesta...
Harry entró a la cocina, cuando las dos mujeres le vieron callaron.
-Buenos días M...
-Iremos hoy con ese psicólogo y no me van a poner ningún tranquilizante, quiero escuchar lo que tienen para decir.
-Harry...
-Vamos a ir hoy, si es posible
en este instante... estoy harto de que me oculten cosas, cosas que no recuerdo y que no quieren ayudar a descifrar... ¡Es mu maldita vida! No pueden ocultarme parte de ella, si tengo una hermano exijo saberlo, si hay algún problema... si no quisiste ser mi madre, si simplemente no soy lo suficientemente bueno para la gran Anne Cox. Quiero saberlo todo.
Anne se acercó a él, queriendo consolar a la sombra de Harry pero él le alejo. Recargándose en la barra, alejándose de ella.
-Quiero información, no lastima.
Gemma le fulminó, levantándose de su asiento y caminando hacia él.
-No te preocupes Harry, lastima es lo último que te tendríamos. ¿Quieres saber la verdad? Pues yo quiero acabar con esto. ¡Maldito chupa vidas!
Harry se tragó sus palabras y cerró los puños evitando atacarla.
-Solo quiero la verdad.
-Y la tendrás Harry- le aclaró Anne.- Pero la realidad, tu realidad es muy diferente... quiero que tengas eso en cuenta.
Gemma regresó, con las llaves del auto en la mano y su chaqueta en la otra.- Vámonos, nos esperan.
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El viaje fue relevantemente corto pero con la tensión entre Harry y Gemma Anne sentía que iba a estallar. El silencio, la incomodidad y el miedo a como actuaria Harry, todo se mezclaba para hacer del ambiente más pesado.
El consultorio estaba cerca, Anne podía ver el gran letrero del edificio, sus defensas iban en picada. Estacionó el coche en el estacionamiento, suspiró antes de escuchar la puerta del copiloto abrirse y cerrarse con fuerza. Anne observó a Harry, moviéndose de un lado a otro, tomarse el cabello con fuerza y soltarlo con impotencia, cerrar sus puños y abrirlo, respirar lentamente.
-Gemma.
-¿Qué?
-No te quiero cerca de Harry cuando se entere de todo... solo, mantente lejos.
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La sala de espera, blanca, pulcra, como si los demonios y esencias de personas con problemas no estuviesen estampados por la sala, los muebles, gritando entre los muros.
Anne y Gemma, sentadas frente a Harry, un Harry con la mirada perdida y una reacción nerviosa, su pierna sacudiéndose arriba y abajo, golpeando el suelo con su bota y tamborileando los dedos sobre su rodilla.
La puerta de la habitación se abrió, dejando ver a un señor mayor con una barba un poco larga y bien arreglada, entradas en el cabello y una sonrisa fría pero reconfortante.
-Harry Styles... he esperado mucho tiempo para esta cita. Por favor, entren.
Los tres se levantaron de su asiento, entrando a la gran habitación con sumo cuidado y nerviosismo.
-Solo relájense, la charla tenía que salir y en algún momento ese problema iba a verse inmerso. Harry, siéntete libre de hacer cualquier pregunta pero recuerda que este es un recinto de verdades, cada una de nuestras bases es verdad, podríamos lastimarte al mostrar tu verdadero yo pero es parte de nuestro tratamiento, puedes decir cualquier cosa que este en tu mente al momento, gritar, llorar y si quieres romper algo, pero tendrás que escuchar, hasta el final y tomaremos una decisión, una difícil decisión.
Harry asintió, sentándose en el cómodo sillón blanco frente a él.
-Pues pregunta.
Lo pensó por un momento, esperando que la pregunta que desechara fuera la correcta, para llegar al final.
-Marcel.
-¿Cuál es el problema con él?
-¿Quién es él? ¿Es mi hermano?
-No, no lo es.
Harry frunció el ceño.- Dijo que nada de mentiras.
-Y no miento.
-Somos iguales, nadie puede parecerse de esa forma a alguien si no hay un lazo sanguíneo. Marcel Cox somos idénticos, podríamos ser la misma persona.
Anne tomó aire, Gemma le abrazaba. Harry observaba el gesto inexpresivo.
-Marcel y tú no son hermanos.
-No entiendo.
-Harry, Marcel es un chico, de tu edad, con un problema al que llamaremos personalidad alternante. Él comparte su cuerpo y mente con una muy diferente, es un trastorno disociativo de la identidad del "yo", Marcel tiene dos formas de ser diferentes, con sus respectivas estructuras, pautas de conducta, criterios y formas de reacción que condicionan su forma de actuar.
-¿Cómo me incluye a mi?
-Tu, Harry, eres la personalidad alterna de Marcel.
La sangre se heló en sus venas, pudo sentir un pequeño mareo y un retortijón en el estómago, repentinamente la habitación le dio vueltas, su boca se secó.
-¿Cómo?- preguntó con la voz baja, apenas audible.
-Harry, en la mayoría de los casos las personalidades tienen características opuestas entre sí. Como es el caso de Marcel y el tuyo, Marcel es un chico sin problemas, estudiosos y con facinacion a las matemáticas, tu eres un chico adicto a los estupefacientes del tipo alcohólico y a la "fiesta", podríamos decir que acarreas un poco de ninfomanía y tendencias agresivas. Pueden también tener características psicológicas completamente distintas, pueden pertenecer a distinto nombre, sexo, profesión, edad, nacionalidad, raza... es una buenas señal que solo sus características psicológicas sean las afectadas, tienes la mima edad mental, sexo y características físicas a Marcel.
-No... usted me está diciendo que... que yo no existo.- sus puños se cerraron a sus costados, estrujando en ellos el cuero del pulcro sillón, parpadeando, tratando de entender la idea.- Usted me está diciendo que yo no existo, que soy una forma distinta de pensar de... ¿Marcel? ¿Solo soy una forma "alternante" de vivir su vida?
-Vulgarmente podría decirse que si. Harry Styles no existe, tú eres Marcel Cox, o una parte de él. Eres una forma distinta de pensamiento pero existes, eres cuerpo y mente.
-¿Cómo es que esto pasa?
-¿Cómo se da el trastorno? Existen varios métodos, en su caso fue por una ingesta de medicamentos que distorsionaron tu realidad. Perdiste la noción de tiempo y espacio, no sabías quien eras y creaste a Harry.
-¡Deje de hablarme como si fuera Marcel!
-Tu eres Marcel, tienes que acostumbrarte a eso pero si prefieres que te siga llamado Harry no hay problema en eso.
-Eso quiero que haga, quiero que me llame por mi nombre y mi nombre es Harry.- tomó aire y continuó, ahogándose con sus palabras.- ¿Cómo es que yo no sabía sobre esto? ¿Cómo es que no podía sentir cuando otra persona se apoderaba de mi cabeza?
-El paso de una personalidad a otra suele suceder de un modo brusco. Una vez producida la transformación, lo más común es que se produzca una amnesia por la cual se olvida -total o parcialmente- lo sucedido mientras dominaba la personalidad anterior. También es habitual que cada personalidad no tenga conocimiento de las otras. Se han descrito casos en los que personas con este trastorno mantenían diálogos internos en los que participaban simultáneamente sus diversas personalidades. Hubiera sido algo más sorprendente y una lucha interna si hubieras sabido de Marcel, si te hubieras comunicado con él. Pero en si, nunca sabes cuando la otra personalidad entrara en juego, es por eso que no tienes idea cuando eres tú o cuando eres Marcel y no puedes recordar el momento en el que tú no estás presente.
-Entonces, él tiene sus recuerdos y yo los míos.
-Si.
-Eso nos hacer ser diferentes, tener cada quien una parte del cuerpo y de la mente.
-Si, podría decirse...
-Entonces no somos la misa persona.... Solo el mismo cuerpo. ¡YO NO SOY MARCEL!
Al termino del ese grito, salido de lo más recodito de su alama se levantó del sillón, con el cuerpo un poco más flojo y la cabeza dándole vueltas. Observó a Anne y Gemma, sentadas en el sillón más alejado, sin verle a los ojos.
-¿Quién más sabe sobre esto?
Pero ellas no reaccionaban, no mentirían al decir que tenían miedo, miedo a la agresión o a un futro rechazo.
-¡¿Quién. Más. Sabe. Sobre. Esto?!
El psicólogo se acercó a él pero Harry fue más rápido y camino hacia donde las mujeres. Se arrodilló ante Anne, tomó su cuerpo en sus manos y le abrazo.
-No quiero que me tengas miedo, solo necesito saber quién más sabe sobre esto, quién más me ha traicionado al ocultarme quien soy.
Anne lloraba quedamente, abrazando a Harry con fuerza, tratando de que se quedara más tiempo a su lado.
-Por favor Anne...
-Samantha, ella sabía sobre esto.
-Bueno, eso explica muchas cosas.
-Louis Tomlinson y sus amigos- intervino Gemma.
-Bien.
Y se soltó, bruscamente, dejando a Anne con un vacío.
Salió de la habitación, del edificio y llegó a la calle, con el ceño fruncido, con la respiración entrecortada. Tratando de recordar, recordar cualquier cosa, pero no venía nada a su mente, nada que no fuera Louis Tomlinson, el único recuerdo que aprecia conectarlos.
Corrió, corrió por las calles de una aglomerada ciudad, a las nueve y treinta de la mañana, corrió entre los cuerpos de las personas que volvían a su rutina, corría para aclarar sus pensamientos y sentirse libre.
Corría por que estaba enojado, porque todo lo que él era no era real, porque compartía su cuerpo con un chico que era todo lo opuesto a él, corría porque ahora se sentía un intruso, corría porque quería dejar a sus demonios atrás pero ellos querían alcanzarle y meterse bajo sus huesos.
Corrió, corrió hasta que llegó a aquella casa donde un día jugo con unas pequeñas niñas, una pequeñas clones de Louis.
Tocó el timbre, esperando ver la cabellera larga y lacia de Louis frente a él pero une muejr de cabello lacio y largo atendió.
-Buenos días, ¿Se te ofrece algo?
-Buenos días... ¿Se encuentra Louis?
La señora frente a él sonrió.- Tu debes de ser Marcel.
Sintió una punzada en el pecho, acostumbrarse a eso no iba a ser fácil.
-Si, soy yo... Marcel...
-Es un placer conocerte finalmente Marcel, yo soy Jay, la madre de Louis... pensé que nunca te conocería.
Jay se acercó a él, rodeándole en un abrazo.- Louis está en la escuela, ya sabes, es el último mes y los trabajos están más pesados para él... ya sé que tú eres el chico estrella de la clase pero ya sabes, él deja todo para el último momento.
Harry sonreía de lado, extrañamente.-En ese caso,... tendré que ir a buscarle, amm... hasta luego.
-Adiós.
Harry retomó el camino, ahora caminando lentamente, tratando de que la realidad le golpeara, le golpeara y las ansias de dejarlo todo atrás se presentaran. Lo mejor que puso hacer, mientras caminaba por las solitarias calles de los suburbios al edificio que le traería recueros fue reclamarle a la única persona que no le respondería, que no le diría ni una sola palabra ni de reproche ni en defensa. Samantha.
-Años de amistad, años de secretos y estupideces y tu simplemente nunca mencionaste a Marcel. Nunca me dijiste mi verdad, la única que tenías que haber mencionado. ¡Te quedaste callada! Cada vez que no recordaba lo que había hecho, cuando pasaban días y yo no sabía que había hecho, donde había estado, como me había perdido. Pero ya no importa... y es mejor que no estés aquí, verdaderamente me alegro de que no estés aquí ahora. Porque te gritaría, te gritaría hasta que me quedara sin voz y tú te irías y no hablarías conmigo hasta que el miedo se te pasara y no podría soportarlo.
Dejo que las palabras se perdieran, que se las llevara el viento.
El edificio de ladrillos rojos se veía ahora más cerca, viendo el despoblado estacionamiento de alumnos. Sacó su celular, marcó el número de Louis y este respondió al segundo timbre.
-¿Harry?- respondió con una voz suave.
-Harry o Marcel, como a ti te plazca, estoy en el estacionamiento, sal ahora, tenemos que hablar.
Y cortó la comunicación. Un timbre sonó dentro de aquellas puertas y Louis salió después de cinco minutos de espera.
Lo observó caminar lentamente, tratando de ver más allá de su inexpresivo rostro.
-Hola...
-Cállate.
Tomó sus mejillas con sus manos, tomando sus labios con los suyos, desesperadamente. Louis le abrazó, con fuerza, enganchando sus brazos a su nuca, atrayéndolo fuertemente hacia él. Ninguno de los dos disminuyó la fuerza, abrazándose casi al grado de hacerse daño.
Cuando el beso finalmente se rompió, Louis buscó en Marcel la mirada de Harry, porque ciertamente ya no sabía si quería a Harry dentro de su relación.
-¿Louis?- preguntó Marcel con el ceño fruncido, alejándose de él.- ¿Dónde estoy?
-Marcel... estamos en la escuela, todo está bien, te llevaré a tu casa amor. Todo está bien.
Louis guió a Marcel a su camioneta, ayudándole a tomar asiento y ponerse el cinturón de seguridad.
-¿Marcel?- preguntó cuándo ya estaban en camino.
-¿Si amor?
-¿No has tratado de tomar una terapia o un medicamento para borrar a Harry?
Marcel lo piensa, un día, hacía mucho tiempo había sopeado la idea.- Supongo que si pero Harry
también tiene derecho a vivir Louis, ya es parte de mi, tal vez arruine muchas cosas pero gracias a él ahora estamos juntos... yo no podía solo dejarlo en el pasado, tengo que vivir con él porque yo soy él.
-Lo entiendo.
-Sabemos que esto no es fácil, no puedo prometer una relación libre de estupideces de mi parte o de Harry... y en verdad pienso que sin él una parte de mi estaría faltante.
-No quiero que esta relación sea perfecta, solo quiero que sea contigo. Te amo.
Cuando llegaron a la casa de Marcel, salieron de la camioneta y Marcel tomó su mano, llevándolo con él hacia la entrada.
-Marcel...
-Solo quiero sentirte a mi lado mientras duermo Lou... puedes irte después de eso. Me siento cansado y realmente mal, no si ni siquiera como he llegado a la escuela... solo quiero dormir y estar a tu lado.
Louis asintió, entrando con él a aquella casa, observando a las dos mujeres que le recibieron abrirles camino, subió las escaleras con la mano de Marcel entrelazada a la suya, se tumbaron en la cama, abrazados, sin pensar en nada. Marcel cayó dormido mientras que Louis pensaba en la única idea que ahora rondaba su cabeza.
Como invitar a Marcel al baile de graduación.
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Este es un Sexy Anuncio. Bueno, Holi a todas las creaturas del señor que leen este Fic :3 xD
El motivo de este anuncio es.... Avisarles que Bipolaridad está llegando a su fin :c
Si, solo quedan aproximadamente cinco capítulos, un epilogo y una escena extra.
También quiero decirles gracias a las personas que me nominaron para los Slash1DAwards (? Estoy concursando en la categoría de MEJOR FANFIC LARRY EN PROCESO (Mañana empiezan las votaciones, y yo solos e los digo porque me han puesto a lado de FanFic que verdaderamente se merecen el premio y yo me siento alagada por esta nominación). Gracias a quienes me nominaron, gracias por reconocer este fanfic entre sus favoritos, me hacen muy muy feliz con ese hecho.
Realmente les quiero dar las gracias por seguir lo que escribo, por sus comentarios, su amor, su odio involuntario (? Gracias por su apoyo y por darme la alegría de seguir con este proyecto. Por no remarcarme tanto como otros mis faltas de ortografía que sé les han de sangrar los ojos cuando las detectan- Porque cuando yo detecto una cuando estoy releyendo lo que escribo me doy de topes-.
Pero bueno, solo quería avisarles de eso, Bipolaridad está llegando a su fin, espero no decepcionarlos con el final que tengo planeado, espero que les gusten los capítulos restantes como les han gustado los demás, espero que me puedan seguir -Si gustan- en mis proyectos futuros. Realmente me han hecho estos meses muuuuy soportables, me encanta escribir para mí y para ustedes.
Sin más que decir, GRACIAS por todo su apoyo y, bueno, ya saben, el final está cerca.
Gracias.
Los amo.
Besos.
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Capitulo XXIX: Miedos y sombras. -¿Marcel?
La voz de Anne le llamaba desde la inconciencia, su cuerpo pesaba, su mente daba vueltas. No quería abrir los ojos, simplemente no quería moverse.
-Marcel, amor...
Escuchaba su voz, como un eco en la obscuridad, tratando de guiarle hacia la superficie, pero Marcel no quería salir o simplemente Harry no quería permitírselo. Si iban a estar en la sobras, lo estarían juntos.
-Marcel... por favor, despierta.
La puerta de la habitación se abrió, el ruido de unos tacones al entrar le desconcertaron. Un lado de la cama se hundió, moviendo un poco su cuerpo hacia esa dirección. Unos dedos fritos recorrieron su frente, removiendo un poco de sudor de ella.- Marcel, mamá y yo iremos a Doncaster, regresaremos en dos días... Cuídate.
Los labios de su hermana chocaron en su frente y después los que tendrían que ser de su madre, escuchó la puerta de su habitación cerrarse y el silencio que inundaba la habitación le atemorizó. No abrió los ojos, simplemente no podía hacerlo.
Estaba aterrado, sintiéndose solo, sin saber la hora, sin saber que era de Louis, sin saber nada. Solo con la sensación de soledad, silencio he inmovilidad.
Así que hizo lo único que podía, dejó que el silencio y le miedo vencieran, metiéndose en un sueño lleno de pesadillas.
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Louis abrazaba a Felicite mientras veían una película de miedo en la sala, las gemelas estaban frente al televisor, sin perderse una sola de las muertes que se suscitaban. Para ser tan pequeñas su lado sádico iba en potencia. Jay estaba terminando con la cena, mitras Christopher se acababa el saldo del celular de Lottie, encerrado en su habitación hablando con Zyan.
Eran las siete y media de la noche, una noche obscura y fría. Estaba preocupado por Marcel, antes de irse, cuando su novio se quedó dormido y se retiraba de aquella casa Anne le había informado sobre el viaje que tenían planeado. No quería que durmiera solo, no ahora que estaba más inestable que antes.
Iría a su casa, dormiría con él, no le dejaría solo.
La película llegaba a su fin y su madre les entregó a todos un plato con pasta y una rebanada de pizza cacera. Christopher bajó las escaleras corriendo, con Lottie tras de él, tratando de alcanzarle para darle el golpe que merecía por acabar con su saldo.
-¡Christopher Hilton!- gritó al llegar los dos a la sala.- No huyas cobarde... Maldito estúpido, primero te quedas con Zayn y ahora usas mi celular para hablar con él.
Christopher le sacó la lengua, haciendo que la ya alterada niña corriera tras él de nuevo.- ¡Yo no tengo la culpa de que tu celular fuese el único que encontré cuando se acabó mi saldo! Tú eres la que no cuida donde dejas las cosas...
Lottie corrió hacia él pero Jay la tomó del hombro antes de lograr su objetivo.
-Compórtense los dos, Lottie, siempre te hemos dicho que no dejes tus cosas por donde sea, Christopher... vas a tener que pagarle a Lottie lo que has gastado d su celualr... Por Dios, ustedes dos no son gente.
Las pequeñas gemelas se levantaron al mismo tiempo, observando a su querido primo, sonriendo hacia él.- Creo que Chris necesita un abrazo.- le sugirió Daisy a Phoebe.
Las dos corrieron hacia él, dejando a Christopher sin escapatoria cuando le tiraron al sueño y le llenaron de besos.
-¡Mi cabello!- gritó con todo lo que sus pulmones pudieron.
-¡Su cabello!- gritaron las gemelas al tiempo que lo tocaban y despeinaban.
Louis veía la escena, como Lottie y Felicite iban hacia ellas y torturaban a su primo de la misma manera, haciéndole cosquillas y despeinándole. Pero su mente estaba en otra parte, estaba en el episodio de Marcel esa tarde y en cómo no recordaba haber llegado a la escuela, ni siquiera sabiendo cómo pudo contra Harry.
Le veía durmiendo, con los parpados moviéndose por el sueño o pesadillas, con los labios entre abiertos gritando cosas inentendibles, con su cuerpo retorciéndose. Le veía en su cama, sin poderle despertar porque lo había intentado pero simplemente Marcel no quería despertar.
Recordó en ese momento que tenía que llevar la caja negra a la comisaria, tenía que acabar con todo, dejar a Marcel fuera de los problemas de Stand. Porque él sabía que aunque ahora no estuviese cerca él volvería.
Se levantó el mueble, dejando a sus hermanas y primo tirados en el suelo, observando con atención el final de la película. Subió las escaleras, con dirección a su habitación.
Abrió la puerta, entrando sin hacer ruido, sin alarmar a nadie en el primer piso. Buscó en su armario, debajo de una de las cajas de sus zapatos. Aquella caja negra, aquella que les salvaría y que podía entregar ahora que Stand había salido de la ciudad. Lo que viniese después podría soportarlo, al sacar a Marcel que aquel infierno.
Teniendo aquella caja en sus manos fue hacia su cama, sentándose mientras buscaba las palabras para explicarle a la policía como es que aquella grabación había llegado a él. Tendría que decir la verdad, desde la primera vez que había habado con Stand hasta la última vez que le vio, cuando Salió de casa de Marcel, aunque tendría que tener cuidado de no incriminarlo.
Dejó la caja a un lado, tapándose el rostro con las manos, suspirando, pensando en que tan mal aquella confesión le dejaría a él. Tomó aire, guardando sus ganas de gritar. Se talló los ojos, frunciendo el ceño, tratando de que el repentino dolor de cabeza que sentía disminuyera. Cerró los ojos, dejándose caer en la cama, con los brazos extendidos, viendo por la ventana la luna y las luces de las casas encendidas.
-Marcel...-susurró para sí mismo.
Se levantó, decidido a ir a la comisaria y después a casa de su novio.
Bajando las escaleras observó a su primo y sus hermanas en la sala, las gemelas dormidas, y las otras dos recostadas sobre los hombros de Chris, su madre, con los pies escondidos bajo su cuerpo, sentada en el sillón para una persona. Pero él solo podía pensar -o sentir- la soledad de Marcel en esos momentos. Tomó su chaqueta del armario, las llaves de su camioneta y dinero, asegurándose de tener la caja negra con él en la bolsa de su pantalón, aun pesaba, aun sentía el peso de la culpa.
-¿A dónde vas hijo?- preguntó Jay.
-A casa de Marcel, no se siente del todo bien, me ha llamado, su madre y su hermana han salido y tiene fiebre, iré a cuidarlo... Regresaré temprano en la mañana.
-Oh, no te preocupes, ve a cuidarle... Dale mis saludos.
Louis asintió, sin siquiera preguntarse por qué su madre le mandaría saludos a su novio, uno que aún no habida conocido.
La noche estaba fría, tiritó solo al caminar de la entrada de su casa a la camioneta, abrió la puerta, tirando la caja sobre el asiento del copiloto. Se sentía enfermo, con la vista nublada, como si lo que hiciera estuviera mal, como si algo fuese a suceder pero él sabía que era lo correcto, que todo tenía que acabar en algún momento. Puso en marcha la camioneta, asegurándose de que sus manos dejaran de temblar en el camino.
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Marcel abrió los ojos, finalmente, después de haber soñado con sombras y gritos. Creyó que era, de algún modo, el sentimiento de Harry al haber descubierto la realidad.
Se sentó en la cama, tomándose la cabeza con una mano, tratando de parar el mundo que le daba vueltas. Cerró los ojos, escuchando el silencio, dejando que su mente dejara las sobras atormentadas atrás. Cuando los abrió y vio por la ventana la luna llena y redonda, brillante, se sintió menos solo.
Se levantó, saliendo de su habitación, buscando a alguien en casa pero recordó que estaría solo por dos días, dos días en la obscuridad. En la soledad de una casa, sin nadie con quien hablar sobre lo que había pasado ese día, sin nadie a quien decirle por que se sentía mal y sin ganas de nada.
Bajó las escaleras, queriendo ir hacia la cocina por algo de agua. La garganta seca le hacía daño. Se perdía entre la obscuridad de los pasillos y el brillo de la luna entrando por la ventana. Caminó hasta llegar a la sala, dando un brinco cuando el timbre sonó. Vio el reloj en la pared, eran las ocho con cuarenta y cinco.
Fue hacia la puerta, con un poco de miedo, abriendo la puerta con cuidado observando en cuerpo de su novio al otro lado. Terminó de abrirla, sintiendo el frio entrando, tomando a Louis de la mano, haciendo que entrar a la casa y cerrando la puerta rápidamente.
-Lou, por Dios... amor ¿Qué haces aquí?
Louis fue hacia él, abrazándole fuertemente, como si no lo hubiera visto en años.- Solo que te
extrañe, no quería que estuvieras solo... yo estaré contigo, no quiero que duermas solo o tengas pesadillas. Todo estará bien si estamos juntos amor.
-Está... está bien Lou. Todo está bien ahora. Pero gracias por venir, no quería estar solo.
Cuando Louis rompió el abrazo que los unía sus labios chocaron contra los de su novio, besándolo suavemente, con devoción. Tratando de que todo lo que ahora se siente incorrecto se desaparezca con su tacto.
Marcel rompió el beso, abrazándole una vez más.- ¿Quieres tomar un baño?
-Si.
Los dos subieron las escaleras, dejando atrás las sombras que les atormentaban, impidiéndoles regresar a sus cabezas.
Marcel llevó a Louis a su habitación, buscando en su closet por ropa cómoda y algunas toallas.
-¿Tomaras el baño conmigo?- preguntó Louis sonriendo.
-Al menos que quieras enfriarte en la tina, no se tu pero yo muero de frio y ni siquiera he salido.
-Por mí no hay problema amor, tomar un baño de espuma a tu lado... suena muy bien.
Los dos se sonrieron, como si minutos atrás no hubiesen sentido miedo o ausencia de algo. O tal vez porque el miedo y la ausencia eran sobre el otro, sobre el miedo de Louis a por Marcel y sobre la ausencia de Louis a su lado.
-Vamos.
Marcel tomó la mano de Louis, guiándolo por el pasillo al cuarto de baño, encendiendo la luz, dejando ver el reluciente blanco de toda aquella habitación. Louis cerró la puerta a su espalda, quedando los dos en aquel pequeño espacio.
-Te ves realmente guapo con la luz artificial sobre tu rostro, tus risos desechos me gustan.- Le dijo Louis llevando su mano hacia su frente, removiendo su cabello.- Te amo Marcel.
-Pues tú no te quedas atrás, me gustan como tus ojos se vuelven más brillantes.
Louis sonrió, llevando ahora su mano a la barbilla de su novio, atrayéndolo hacia él, juntando sus frentes y sus narices.- Brillan cuando te veo, tienes esa clase de aura que ilumina todo. A propósito de ojos... ¿Dónde han quedado tus lentes?
-Pues... he tomado prestadas las lentillas de Harry, no creo que ahora le importe mucho.
Marcel se giró, dándole la espalda, abriendo las llaves del agua para llenar la tina. Vio el espejo y la mirada de Louis le dejó atónito. Sus ojos azules se habían puesto obscuros, y los suyos, a
través de las lentillas igualaron su color. Louis empezó a despojarse de su ropa, lentamente, bajo la mirada de Marcel.
No sabían si era el vapor saliendo del agua caliente o si simplemente eran ellos pero la habitación empezó a ser calurosa. Marcel empezó a desvestirse también, bajo la mirada de Louis tras el espejo.
El ruido del agua llenándola tina los trajo a la realidad, cortando aquel erótico momento. Marcel cerró la llave, metiendo en la tina un pie, con cuidado. Louis se acercó a él, tomando su mano, ayudándole a entrar a la tina.
-¿Se siente bien Marcel?- preguntó cuándo el cuerpo de su novio ya estaba cubierto a la mitad por el agua.
-Si amor, pero deberías probarla tú, ven.
Marcel hiso su cuerpo hacia adelante, dándole espacio a Louis para entrar. Louis se acomodó a su espalda, atrayéndolo hacia él en un abrazo.
-Lou... No tienes los boxers puestos.
-No... se supone que cuando tomas un baño lo haces desnudo... ¿No sabes el proceso?
-No seas estúpido, se le proceso pero tu miembro en mi espalda es incómodo.
Louis rió, haciendo que las vibraciones de su pecho llegaran a la espalda de Marcel, causándole un tirón en su entrepierna.- Pero apuesto cincuenta libras a que si estuviera a unas pulgadas más abajo no te quejarías.
Marcel se sonrojó, dándole un pequeño golpe en el abdomen con el codo.- Cállate estúpido.
Su noche fue así, tranquila, entre un baño caliente, sonrisas, bromas y a la hora de dormir, con Louis abrazándole por la espalda Marcel no tuvo pesadillas.
A la mañana siguiente, cuando los dos llegaron al colegio, bajo la mirada incrédula de todos, un oficial de policía se acercó a Louis, observando a Marcel.
-¿Louis Tomlinson?- preguntó con una voz que a Marcel le resultaba vagamente conocida.
-Si.
-Soy el teniente Edward Collins... Te agradecería mucho si vienes con nosotros, no quiero hacer un show frente a tus compañeros. Si te pongo las esposas o te obligo a venir sería un problema para ti.
Marcel se abrazó a Louis, escuchando lo que el oficial decía sin poder creerlo.
-Claro... yo entiendo.- respondió Louis con la voz temblorosa.- ¿Puedo saber por qué hacen esto?
-Hemos recibido una llamada de Stand Harrison, desde un teléfono que se ha desechado, sin darnos rastro de su paradero. Él ha declarado que participaste en el asesinato de Samantha Barrientos.
Marcel se congeló, mirando a Louis como si fuese un extraño.
-¿Qué él ha dicho qué?- peguntó atónito.
-Louis, este no es lugar para hablar de esto, no te leo tus derechos porque no estoy seguro de que hayas sido tú el responsable, Stand ha declarado que él y Nick le han matado pero te ponen a ti como cómplice, nos has ayudado ayer con las cintas, no creo que fueses tan estúpido como para entregar las cintas si tu tuviste algo que ver con ellos.
Louis asintió, dando un paso hacia adelante pero Marcel no le dejaba ir.
-Bebé, tengo que ir con los oficiales... Por favor, quédate con Christopher hasta que yo me comunique contigo ¿Está bien?
Marcel tenía la mirada llorosa.- ¿Stand mató a Sam?
Louis tragó en seco, tomando a Marcel por los hombros, obligándole a verle.- Amor... Stand ha cometido muchos crímenes en su vida... Yo lo siento, no quería que te enteraras de esta forma.
-¿Tu lo sabias?
-Si, hace unos pocos días, yo iba a decírtelo cuando Stand se fuera... no quería que él supiera que tú lo sabias, no sé hasta dónde es capaz de llegar.
-¡Tú lo sabias!- gritó dolido.- ¡Lo supiste por días y no me lo habías dicho! Yo... yo deje que entrara a mi casa, le dije que merecía amor...- todos los chicos y chicas en el estacionamiento escuchaban su pelea, Niall y Liam habían llegado a donde ellos.- Dejaste que le tratara como a una persona... que le ayudara y le diera aliento cuando sabias que había matado a mi mejor amiga... y la había hecho sufrir con su muerte... Yo no quería creerlo... yo no...
Su voz se fue apagando, Louis trató de ir a por él pero el teniente Edward se lo impidió.- No es una buena idea chico, esta impactado, dale algo de espacio... Vamos a la comisaria, tenemos que hablar.
Louis asintió, haciéndole señas a sus amigos para que tomaran a Marcel, fue hacia la patrulla del policía, frente a la mirada atónita de todos, siendo el punto de los rumores de ese día.
Marcel le vio alejarse, con el pecho comprimido y el enojo en su cabeza, y por primera vez en mucho tiempo se conectó con Harry, sintiendo los dos esas ganas de ir por Stand y matarle, de la misma forma o si podían haciéndole sufrir más de como él mato a Samantha.
Solo tenían que esperar, el tiempo suficiente para que Stand regresara y todo acabara.
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Capítulo XXX: La cabaña. La habitación constaba de tres paredes y el típico vidrio separador de la sala de interrogaciones. Louis estaba sentado, hacía más de media hora que estaba en la misma posición, con los brazos doblados sobre la mesa y con la mandíbula sobre ellos, viendo al espejo, esperando que el teniente Edward entrara a escena.
Diez minutos después la puerta se abrió, dejando ver al gran hombre frente a él, junto con otro policía un poco más pequeño y de piel pálida.
-Bueno, Louis, sabes porque estás aquí, queremos saber por qué Stand se ha arriesgado a una localización para incriminarte en la muerte de la señorita Samantha.
Louis tomó aire, era momento de recordar todas las malas acciones y explicarlas.- Stand y yo fuimos amigos en el pasado...
-¿Cuándo eras drogadicto?- le interrumpió.
-Si... él fue quien me introdujo en las drogas, me las vendía y las consumíamos juntos. En ese momento yo no sabía que su amistad me traería problemas en el futuro...
-Todos somos estúpidos en un punto Louis...
-Bueno, mi estupidez superó la barrera del tiempo. A lo que quiero llegar es que mi novio, Marcel,
el chico que vio en el estacionamiento, el mismo que puso la denuncia contra él. Él es algo así como su ex novio... Samantha y Marcel eran mejores amigos pero Samantha nunca gustó de Stand. Ella empezó a investigar algunas cosas según Marcel me contó, ella encontró sus expedientes y algunos casos donde lo incriminaban a la mafia y asaltos, ella e tomaba muy en cuenta la salud de Marcel... por su enfermedad...
-¿Enfermedad?- inquirió el teniente.
-Bueno... Marcel tiene una doble personalidad... el nombre de su segunda personalidad es Harry Styles.
-Está bien, es algo que tomaremos en cuenta. Sigue.
-Stand estaba celoso de mí por... por haberle "robado" a Marcel, no es que yo lo tuviese en mente, pero nos enamoramos y Marcel vio la verdadera cara de Stand. Él le amenazó y le ocultaba cosas, lo sabe, Stand es bueno manipulado a las personas. Le inculcaba miedo y amor al mismo tiempo y no me enorgullezco al decir que Marcel necesitaba ese amor... ya sabe, los malos tratos que les damos a personas como él.
-¿Personas como él?
-Es el chico más inteligente en la escuela, sus notas nunca han bajado de sobresaliente aun cuando no va a la escuela. Sus trabajos son impecables y solo tenía una amiga, una que el chico que le dio amor mató.
-Entonces... ¿Stand te ha culpado por la muerte de esta chica por celos?
-Yo diría que es para que Marcel se aleje de mí como se alejó de él, usted vio su reacción hoy, el solo hecho de saber que yo tenía conciencia de eso, Marcel no me perdonaría, como no perdonará a Stand por lo que ha hecho. Él quiere lograr eso. Mire oficial, puede retenerme aquí, yo le diré todo lo que se, las cintas lo dicen todo pero lo repetiré si lo desean. Yo no maté a Samantha, pueden retenerme o encarcelarme por no declarar antes sobre tener conciencia de su asesinato pero no soy cómplice ni he matado a nadie.
El teniente le miró, no podían culparlo, encerrarlo veinticuatro horas era lo necesario pero Louis les había ayudado, entregándoles las cintas que ayudarían a culpar a Stand por sus crímenes. Eses grabaciones que tenían su confesión del asesinato de Samantha, venta de drogas y algunos otros delitos que se revelaron. Louis estaba serio, mirando al oficial sin miedo o nervios en la mirada, no había cometido delito alguno, no tenía por qué sentirse intimidado.
-Está bien- dijo golpeando la mesa.- Te dejaremos ir pero estaremos en contacto contigo ¿Esta bien? Si quieres salir de la ciudad tienes que avisarme, tienes que tenerme al tanto de donde estarás, no quiero tratarte como a un criminal pero es lo menos que puedo hacer.
-De acuerdo.
-Bien, puedes irte ahora.
Louis se levantó con pereza, sintiendo su cuerpo entumecido volver a la vida, dejando que la sangre circulara una vez más.
-Cuídate chico, tu sabes más que nadie como funciona Stand, lo he estado buscando por años... no quiero buscarlo por el asesinato de otra persona... o por el tuyo.
Louis sonrió, esa frase se la pudo haber ahorrado.- No se preocupe oficial... se cuidarme solo.
Caminó con naturalidad a la salida, en compañía del oficial más pequeño. Cuando el teniente Edward salía de la habitación Louis paró en seco, volteando a verle con una sonrisa en su rostro.
-Señor... de hecho, saldré de la ciudad hoy y volveré pasado mañana, Marcel y yo teníamos planeado un viaje a la cabaña de mi padre en Brixton.
-¿A una cabaña?
-Si, es algo especial... quiero invitarle a la graduación de un modo un poco menos convencional...
-Entiendo- le dijo sonriendo.- Entonces nos veremos por aquí después.
Louis asintió, caminando de nuevo custodiado por el oficial. El viaje en la patrulla ahora era diferente, en el asiento de enfrente, como a las personas no un criminal. Llegando a la hora del receso, con algunas personas viendo la escena desde el estacionamiento. Bajo del automóvil dando la gracias al policía, llegando antes a su camioneta para bajar su mochila.
Dejó salir el aire que no sabía estaba conteniendo, pegó su frente en el frio metal de la puerta del copiloto. Su cabeza daba vueltas, no se había puesto a pensar en lo que el teniente le había dicho, Stand podía matar una vez más, podía matarle a él o tratar de hacerle algo a Marcel.
El sonido de la campana anunciando el segundo receso le sacó de su cabeza, caminó hacia la entrada odiando las miradas de los curiosos en él. Caminó si ver a nadie pero buscando a Marcel, caminó buscándolo, entre las bancas y los salones hasta llegar al patio trasero y verlo junto con Zayn y Christopher, sonriendo a medias con las caras de estúpido de su primo, tocándose el pecho, como si esperara una mala noticia y lo que era peor para Louis, con la mirada de todas las depredadoras y depredadores en él.
Caminó hacia él, viendo a quienes le veían, tratando de alejar sus miradas de su novio. Caminó rápidamente, quedando frente a él y observando como sus pupilas se dilataban al mirarlo.
Louis hubiera esperado todo, gritos, golpes o simplemente su indiferencia pero obtuvo en cambio un abrazo, un abrazo fuerte, como el de una sanguijuela deseando sangre, como una persona aferrándose a su último aliento.
-Oh, Lou... pensé... pensé que te dejaría en ese lugar... perdona por cómo me comporté contigo, tu solo querías protegerme, lo entiendo, lo siento.
Shh... shhh bebé, no pidas perdón, yo debí decírtelo, ella era tu amiga y yo me callé una verdad horrible, perdóname tu a mí, mi instinto protector salió a la luz...
-No, no fue tu culpa, Sam me ocultaba cosas igual que tú, para protegerme igual que tu... contigo siento que ella aún sigue aquí...
-Siempre te protegeré Marcel ¿Entiendes? Haré lo que sea necesario para mantenerte a salvo, no importa que tan doloroso pueda llegar a ser, te protegeré siempre, te amo, te amo mucho amor.
-Yo también te amo Louis, y no dejaré que nada nos pase, si tú me cuidas a mi yo te cuidaré a ti.
Zayn y Chris empezaron otra de sus peleas habituales, que como siempre eran interrumpidas por un beso de Zayn. Louis tomó asiento a un lado de sus amigos, besando su novio de igual manera.
-Amor... ¿Quieres ir conmigo a un lugar especial?
Marcel le miró a los ojos, sonriendo como un niño en la mañana de navidad, con las mejillas algo rojas por las miradas de todos en ellos.- Si.
-Bien, terminando las clases iremos por ropa, no vendremos hasta pasado mañana, justo para comprar las entradas del baile y rentar el smoking. El baile está cerca... igual que la graduación.
Eres era un tema del que aún no hablaban, los dos tenían carreras muy diferentes a la mira, Marcel como robótica y Louis en finanzas. Universidades a miles de kilómetros de distancia, como era el caso de Louis y la universidad en la ciudad de New York.
-Si... la graduación.
El ambiente se puso un poco tenso y Louis decidió romper la tensión dándole un beso rápido en la nariz.
-Bueno, esta tarde nos vamos, trata de traer ropa caliente y muchas mantas, el clima en el bosque es un poco frio.
-Si, está bien... ¿Pero a dónde vamos?
-A un lugar especial, ya te lo dije.
El timbre sonó una vez más, regresando a todos a sus salones de clases.
**
El camino fue largo, algunas horas de carreteras y pequeños pueblos, árboles y naturaleza a cada lado del camino. Marcel se había quedado dormido tomando la mano de Louis entre la suya, Louis seguía recordando el camino por el cual debería desviarse antes de llegar a la ciudad. Era un camino de piedras, perdido entre los matorrales.
Aun recordaba la primera vez que fue a la cabaña, con su padre y sus hermanas, solo para enamorarse del bosque y la pequeña casita de madera. Una que no volvió a pisar.
Estaba atento en el camino, pero su mente aún seguía en aquel cuarto de interrogaciones, buscando una manera de proteger a Marcel de Stand. Su mirada volvió a la carretera, justamente para ver la pequeña entrada al camino de rocas.
Pasaron veinte minutos hasta que al fin encontró la barricada donde tenía que dejarse el automóvil para iniciar la búsqueda entre el bosque. Tenían que caminar entre los árboles, y el sol
estaba a unas pocas horas de esconderse.
-Marcel... amor... hemos llegado, tenemos que caminar ahora, vamos.
Marcel abrió los ojos, encontrándose frente a una entrada entre aboles enormes, pinos y naturaleza, era como un sueño, con flores de colores magníficos y Louis a su lado.
-¿A dónde vamos Lou?
-Si dejas de hablar y tomas tus cosas lo veras en pocos minutos, vamos, tenemos que encontrarla y llegar antes de que el sol se esconda, no quiero perderme de noche.
Marcel bajó y tomo su mochila colgándosela a la espalda como Louis, bloquearon la camioneta y tomaron sus manos, empezando la búsqueda.
La cabaña estaba lejos, caminaron un kilómetro por el bosque, encontrándola perdida, un poco abandonada pero en buen estado. La entrada tenía un camino de rocas y flores de distintos colores creciendo por entre las rocas y la madera. Louis tomó la mano de Marcel, guiándolo entre la luz escasa del sol al ocultarse.
-Vamos Marcel, tenemos que prender algunas velas antes de que oscurezca.
Entraron, con cuidado al entrar, sin pisar ninguna de las flores de hermosos colores.
El techo de madera prensada, con retratos de la familia de Louis, un florero con flores marchitas y secas, algo de polvo en el suelo y restos de hojas que se habían colado por bajo la puerta. Un gran espejo en el pasillo principal, y el olor a madera. Marcel veía todo detalladamente, la madera seca y el cedro reluciente, los muebles al llegar a la enorme sala, donde se veía una gran chimenea. Louis le soltó la mano, dejando que se sentara en uno de los grandes muebles frente a un ventanal que deba vista al gran boque tras la casa. Louis fue hacia la chimenea y de su mochila sacó un frasco con alguna sustancia flamable y un encendedor, dando calor a la casa.
-Iré al sótano por unas velas amor, no tardo.
Marcel asintió viéndole bajar por una pequeña escalera tras una pequeña puerta. Marcel observó ahora con la oscuridad que la cabaña era un poco tétrica y se notaba que nadie había puesto un pie en aquella casa.
Louis llegó, con una caja en la mano y sacudiéndose unas pequeñas telarañas del hombro. Sonrió a Marcel cuando le vio acurrucado en el mueble, tapándose con una de las sabanas que habían metido en sus mochilas.
-¿Frio?
-Miedo.- respondió con las mejillas encendidas en carmín.
Louis sonrió, colocando las velas en los peldaños de las paredes para iluminar la habitación. Las sombras que el fuego lanzaba hacían que Marcel temblara más.
-No te preocupes amor, estaré contigo en un momento.
Diez minutos después, cuando Louis al fin había podido iluminar suficientemente la habitación fue a con Marcel y le abrazó, absorbiendo algo de su calor, porque el frio empezaba a hacerse notorio. Ahora la luna era su compañera, el sol aún se veía a lo lejos, escondiéndose ante sus ojos.
-Es un lindo lugar.- le susurró marcen al oído, abrazándole.
-Si, mi padre lo compro para nuestras vacaciones en familia- le respondió bufando.
-Se ve muy abandonado.
-Nunca pasamos unas vacaciones aquí Marcel, se fue antes de que pudiésemos hacernos a la idea.
Marcel se tragó sus palabras, abrazando aún más a Louis. Louis le devolvió el abrazo, buscando su rostro en el proceso, besando sus labios suavemente. Sentados en el sillón, sin más que ellos en kilómetros. El beso era lento pero Marcel pasó sus brazos tras la nuca de Louis, haciendo más intenso el momento. Sus lenguas salieron a la vista, dándose placer con ellas, peleando. Louis lo abrazó por la espalda, pegando su cuerpo al suyo. Marcel bajó lentamente una de sus manos a la entrepierna de Louis, haciendo que este gimiera al contacto. Marcel se animó al escucharlo y empujó su cuerpo sobre el suyo, recostándolo en el sillón, tratando a ciegas de quitar su suéter. Louis levantó las manos cuando Marcel al fin pudo localizar el borde del suéter y lo retiraba lentamente, Louis interrumpió el beso para quitarse la ropa que sobraba, llevando la de Marcel en el proceso. Volvieron a juntar sus labios, bruscamente, pegando sus pieles calientes, creando fricción entre ellos. Marcel tomó lugar entre las piernas de Louis, creando una fricción entre sus entrepiernas, moviéndose con brusquedad, sacando de Louis gemidos y suspiros.
Louis sentía que ahora la habitación estaba sobrecalentándose, sentía el sudor por su rostro, y lo sentía al tocar la espalda de Marcel, haciendo de sus movimientos más fuertes, enroscando sus piernas en él. Marcel gimió cuando Louis le atrajo hacia él, dejándolo inmóvil.
-Quítate el pantalón.- Le ordenó con la voz gruesa.
Marcel se levantó raídamente, viendo desde las alturas el prominente miembro de Louis queriendo salir de entre las redes de su pantalón, su cuerpo sudoroso y bronceado. Se apresuró a salir de su ensoñación cuando vio a Louis despojarse de su ropa, quedando desnudo ante él, con una sonrisa pícara en el rostro. Cuando Marcel se despojó de su ropa Louis lo tomó por los muslos, atrayendo su miembro erecto directo a su boca.
Lo tomó con su boca, sintiendo su calor al momento de lamerle, sintió como Marcel se tambaleo, como tomó sus hombros para no caer. Se metió todo su pene en la boca, sintiendo la punta rosar en su garganta, tratando de no atragantarse mientras Marcel le arañaba los hombros. Empezó con un vaivén, metiendo y casando, succionando y lamiendo, mordiendo algunas partes haciéndole gritar, gemir y suspirar. Sentía sus muslos contraerse cada que su lengua masajeaba su glande y volvía a su garganta. Con una de sus manos masajeaba su miembro mientras le veía a la cara, sus ojos cerrados y el sudor en su frente, sus labios rojos y una mordida en ellos que no recordaba haber hecho. Su mano apretaba fuerte y rápido en su pene, dándole a su rostro una sensación de placer que Louis disfrutaba ver. Sus labios se abrieron, gritando el nombre de Louis antes de que estallara en su pecho, llenándolo y derrumbándose sobre el suelo. Louis sentía su pecho caliente y no solo por su temperatura corporal, el semen de Marcel hacia que le calor aumentara, viendo aquel liquido blancuzco semitransparente y después llevando su mirada a su novio, sentado en el suelo, tratando de respirar de nuevo.
Louis le tomó por las axilas, subiendo su cuerpo al sillón.
-Lo siento por eso.
-¿Por qué?
-Por correrme en tu pecho... es de mal gusto, lo siento.
Louis rió, separó algunos mechones de su frente pegados con sudor y con una sonrisa le dijo:
-No es de mal gusto, siento como si me hubiese marcado con tu esencia, ahora soy tuyo.
Sus miradas se encontraron, el verde y el azul y los dos tenían esa obscuridad de deseo en la mirada. Louis le tomó por la nuca, atrayéndolo bruscamente hacia él, dándole un beso desesperado mientras hacía que se levantara. Rompió el beso y con un movimiento rápido lo dejó de espaldas, recostado boca abajo en el sillón.
Marcel se dejó hacer mientras Louis acariciaba sus glúteos, sus piernas y su espalda, dando pequeños besos en cualquier parte que le era visible. Marcel se retorcida bajo las caricias, suspirando y cerrando los ojos por el placer que sentía.
Louis, con cuidado de no hacerle daño llevó uno de sus dedos a la entrada de su novio, moldeándola, preparándola. Marcel era muy receptivo así que pronto empezó a dejar que los dedos de Louis le abrieran, Louis se inclinó, besando la parte baja de su espalda, haciéndolo retorcerse y sonreír por las sensaciones.
Louis pasó un rato tratando la entrada de su novio para que, cuando entrara en él el dolor fuese
mínimo. Marcel tomó la mano de Louis, retirándola de su cuerpo, atrayéndolo hacia él.
-Solo hazlo Lou...-le rogó con la voz gruesa.- Quero sentirte a ti, ahora.
Louis se apresuró, tomó su miembro con su mano, esparciendo su pre semen por su glande y acomodándolo entre los glúteos de su novio. Entró lentamente, dejando que Marcel se acostumbrara a él, quedándose quieto. Marcel suspiró, poniendo su peso en sus codos para que Louis entrara más en él.
-Muévete...
Louis lo tomó por la cadera, empezando sus movimientos rápidos, observado como su miembro se perdía en Marcel. Marcel sentía el calor del pene de Louis, sentía como acariciaba su interior, como iba desgarrando a su paso, dejando tras él una sensación de gloria. Levanto su rostro, viendo a Louis tomándolo, con fuerza, con amor y devoción en la mirada. Le gustaba, le gustaba verlo de esa forma, dominante, como queriendo reventarlo por dentro para marcarlo como suyo. Louis le miró a los ojos, pasándole con la mirada la pasión que les estaba conectando. Louis se movía con más fuerza, queriendo alcanzar aquel punto en Marcel, queriendo que gritara su nombre. Le abrazó por la espalda, llevando sus labios por toda su espalda, lamiendo su columna vertebras, haciéndole retorcerse. Cuando llegó a su oído, lamió su lóbulo, susurrándole que lo amaba, diciéndole "Te amo" cada que su cuerpo se hundía más en él. Mordió su lóbulo cuando sintió el calor familiar en su estómago, buscó a ciegas -acariciando su abdomen en el proceso- el pene de Marcel, notándolo duro nuevamente contra su palma. Lo tomó en su mano, acariciándolo dulcemente para ir aumentando la presión a la vez que aumentaba sus envestidas. Los dos sentían ahora el calor en su abdomen, sentían los escalofríos recorrer sus piernas, brazos, su sistema hasta llegar a sus miembros y explotar, al mismo tiempo, como si estuviesen sincronizados.
Los dos gritaron el nombre del otro, pero no
dejaron de moverse, extrayendo de los dos el mayor placer que pudieren. Marcel se derrumbó en el sillón, atrayendo con él a Louis, aplastando el cuerpo de Marcel bajo él.
-Eso fue... eso...
Louis salió de él, dando un último momento de placer y le atrajo hacia él, besando su frente, tapándose con el -ahora manchado- cobertor.
-Fue íntimo e intenso... un poco muy caliente pero fue bueno.
-Como un polvo de verano en la cabaña de la abuela.
Louis se rió del comentario, abrazando con más fuerza a su novio, dándole un beso en el cuello que se quedó como una marca de amor.
-Ese fue un comentario un tanto retorcido. ¿Quién se folla a su novio en la cabaña de su abuela?
-Tu.
-Pero yo no te follé, te hice el amor en el sofá... y no fe como un polvo, un polvo es algo rápido y sin abrazos... yo quiero abrazarte y no soltarte aunque me lo ruegues.
Marcel sonrió, viéndole a los ojos mientras juntaba sus labios en un beso lento, sin prisas.
-Te amo.- le susurró Louis sobre sus labios.
-Te amo.
Los dos se abrazaron, con las piernas entrelazadas, sus pechos juntos y Marcel con la mandíbula sobre la cabeza de Louis, cerraron los ojos y se quedaron dormidos, exhaustos por sus "actividades" nocturnas.
**
A la mañana siguiente, cuando Marcel despertó solo en aquella habitación rustica y caliente, se despertó con una sensación de calidez y felicidad, olvidándose de todos los problemas que había tenido últimamente.
Buscó a Louis con la mirada, con miedo a moverse en aquella cabaña. Se puso su ropa interior y tapándose con la manta se acercó al ventanal, encontrando en el pasto, flores con colores pasteles y otros algo extravagantes, pinos, piñas secas y ramitas, escritas con ellas las palabras: "TE AMO"
Marcel sonrió, llevándose una de sus manos a la boca, tratando de tapar su emoción. Sintió una pesadez en su cabello, dando vuelta para encontrarse a Louis con una corona de flores violetas y rojas en el cabello, y viendo la que había construido para él, una corona de flores con ramitas y flores color violeta con amarillo y unas azules, flores que nunca en su vida había visto.
Louis acomodó la corona en su cabello, asegurándola al tiempo que bajaba sus manos por la
espalda de su novio para tomarlo en un abrazo.
-Buenos días dormilón, son más de las doce, la comida esta lista... no pidas mucho, solo hay tocino y salchichas fritas con refrescos de lata, la verdad no pensé mucho en la comida.
Marcel sonrió, dándole un beso tierno en la nariz a Louis.
-Bueno... yo no tengo la culpa de que no disfrutes de tu sueño. Vamos a almorzar esa deliciosa comida que has preparado para nosotros.
Louis se despegó de él, aventándole ropa limpia sobre la cabeza.
-Vístete, te veo en el comedor... es por aquella puerta.- dijo señalándole una de las puertas que daban a un gran pasillo.
Marcel se vistió rápidamente, cubriéndose del frio que entraba por su piel aun con la chimenea encendida. Caminó a donde Louis el señalo y cando llegó al lugar indicado Louis le esperaba, arrodillado, con una sonrisa en su rostro. Sobre su mano un ramillete -de esos que las mujeres usaban en los bailes-.
-Marcel Cox... ¿Me harías el gran honor de ser mi princesa en el baile de graduación?
Marcel volvió a sonrojarse, tapándose la boca para evitar gritar. Corrió hacia donde Louis, saltando a sus brazos, haciendo que los dos terminaran en el suelo.
-¡Si! Si, si si, si... si quiero ir contigo al baile...
-¿Y ser mi princesa?
-Y ser tu todo Louis, tu todo.
Cerraron la distancia con un beso, con los ojos cerrados y sus labios bailando. Louis abrazó a Marcel por la espalda, negándose a dejarlo ir.
-Te amo Marcel.
-Te amo Louis.
**
Tomaron sus alimentos en la sala, hablando sobre las estupideces habituales, sin nada serio que decir, abrazados.
-Marcel...
-¿Si?
-¿Te hago feliz?
Marcel se levantó de entre sus brazos, quedando frente a él, mirándole a los ojos.
-Mi madre una vez me dijo que enamorarse no era sobre encontrar a una persona que te hiciera feliz y nunca te llevara la contraria, es sobre encontrar a la persona que aunque te haga derramar las lágrimas este ahí para apartarlas, sosteniéndote en sus brazos después de una pelea, sobre encontrar a la persona que se quedará aunque la situación sea difícil y no se vea una salida fácil. Me haces feliz Lou, pero me das todo lo que una vez mi madre dijo que era amor.
-¿Y si te preguntara qué soy yo para ti?
-Te respondería que eres mi amor, mi bebé, mi dolor de cabeza, mi felicidad, mi sonrisa, mi fortaleza, mi error, mi bien, mi dolor, mi todo.
Louis sonrió, viendo a los ojos de Marcel, encontrado en él todo lo que buscaba.
-Me arrepiento de haberte tratado tan mal antes, sin saber que hermosa persona eras bajo aquella ropa y esa inteligencia que... si somos sinceros admiro y envidio.
-Bueno, ya sabes lo que dicen... de los errores se aprende.
Los dos sonrieron, viendo atreves de sus alamas, encontrando el amor que tanto se tenían. Se
abrazaron de nuevo, frente al gran ventanal, viendo como el sol relucía y las flores con el mensaje que sentían seguían intactas.
Te amo.
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Capítulo XXXI: ¿Mentiras o Verdades? Louis tomó a Marcel, el sol estaba escondiéndose y no se habían dado cuenta de cuando se habían quedado dormidos en los brazos del otro. Marcel gruñó, con el sueño escrito en todo su rostro.
-Louuu....-se quejó.
-Vamos dormilón... baila conmigo.
Marcel se desperezó en segundos, mirando a su novio con incredulidad.
-¿Bailar? Pero aquí no hay música Lou.
-Bueno, canta conmigo.
Louis le tomó la mano, halándolo hacia él, cerrando el espacio que les separaba. Colocó su mano izquierda en su cintura y Marcel la colocó en su hombro. Sus palmas derechas se juntaron,
entrelazando sus dedos. Marcel observó de pronto la cara de Louis, sonriente y con los ojos brillosos.
-Latidos rápidos, colores y promesas ¿Cómo ser valiente? ¿Cómo puedo amar si tengo miedo a caer? Pero te estoy viendo ahí solo, todas mis dudas desaparecen de alguna manera...Un paso más cerca.
Marcel sonrió, mirando los ojos de Louis mientras sus pies seguían el compás de los de Louis. De izquierda a derecha, paso, vuelta... suavemente, cómo si bailara sobre las nubes.
-He muerto todos los días esperándote, cariño, no tengas miedo yo te he amado por mil años, te amare por mil más...
Louis sonrió a Marcel, dándole un pequeño beso en la nariz, haciéndole sonrojar.
-El tiempo se detiene, la belleza en todo lo que es. Voy a ser valiente, no voy a dejar que nadie me quite lo que tengo frente a mí. Cada respiro, cada hora que ha llegado a esto...Un paso más cerca.
Marcel cayó a su novio con un beso, abrazándose a él, pegando completamente sus cuerpos y cantándole al oído.- A la larga creí que te encontraría. El tiempo ha traído tu corazón a mi, te he amado miles de años, te amare por mil más...Un paso más cerca.
Se movían lentamente por toda la habitación, con el sol escondiéndose a lo lejos, riendo entre besos y vueltas, dándose un momento de paz y amor, sin nada más que ellos alrededor.
-He muerto todos los días esperándote, cariño, no tengas miedo yo te he amado por mil años, te amare por mil más...
Cuando terminaron de cantar, cuando sus voces se apagaron lentamente sonrieron, dándose un beso lento. Marcel tomó las mejillas de Louis con sus manos, atrayéndolo hacia él para cerrar sus labios. El rose era lento, suave, sin la brusquedad habitual. Solo era un beso, un beso que recordarían siempre, mientras se abrazaban, seguían el vaivén con música inexistente. Sonrieron cuando el beso llegó a su fin, viéndose a los ojos, se dijeron un te amo, ya habitual en ellos. Pero era lindo, porque el amor nunca debe de esconderse.
-¿Quieres que hagamos una fogata?- preguntó Louis.
-¡Si!
Marcel se alejó de Louis, tomando una manta caliente y poniéndola sobre sus hombros.- ¡Vamos Lou!
Louis sonrió, viendo la alegría en el rostro de su amado.- Bueno, vamos.
Tomó otra manta para él y después la mano de Marcel, llevándolo con él hacia la salida trasera, donde se encontraba la hoguera con los leños ya en ella. El aire frio de la noche les helaba los huesos e hizo sus dientes castañear. Louis se apresuró a encender los leños, con un poco de alcohol para ayudarse. Marcel se sentó en una de las sillas acolchonadas viendo a su novio actuar, moviendo la madera, perdiendo una pequeña y viendo el fuego nacer. Veía también la sonrisa de satisfacción de Louis, cómo un pequeño niño scout que ha logrado hacer su primera fogata.
Sus miradas se encontraron y Louis fue hacia Marcel, sentándose frente a él en la alargada silla, siendo rodeado por unos brazos fuertes. Un beso fue depositado en su nuca haciendo que sus bellos se erizaran. No tenían mucho que decir, el silencio siempre era cómodo cuando estaban juntos, no necesitaban decir nada, solo estar juntos.
Pero tarde o temprano un tema tenía que salir a la luz, un tema que era necesario hablar.
-¿Marcel?
-¿Si?
-¿Ya sabes a que universidad iras?
Marcel tragó en seco, tenía decidido entrar en Cambridge, le habían aceptado y pedido que fuera a ver las instalaciones para darle un tour e indicaciones, un reglamento, horario y alunas otras cosas, como si estuviese hecho que aceptaría... pero él quería aceptar.
-Pues... La universidad de Cambridge me ha aceptado... quieren que vaya para un recorrido guiado y esas cosas pero no estoy muy seguro.
-¿Por qué no? Cambridge es una escuela muy prestigiosa... igual que Oxford. Sería un honor ser aceptado en alguna de las dos para mi pero...
-¿Pero?
-New York me llama. Me aceptaron en Columbia.
Marcel no negaría que eso le había sorprendido, Louis no era uno de los alumnos ejemplares de la escuela pero sabía que no era tonto, tal vez fingía serlo por su popularidad pero aun así no entendía cómo, con sus calificaciones, pudo haber entrado.
Louis volteó su rostro un poco y sonrió al ver su rostro.- Bueno, tengo una carta de recomendación y estoy en un programa de finanzas por internet hace un año, Columbia sabe que soy bueno para la gestión de finanzas así que no te sorprendas tanto.
Marcel le apretó en un abrazo, pegando su frente a la cabellera de Louis, aspirando su aroma.No puedo negar que me he sorprendido, digo... nunca prestaste el mayor interés a lo que pasaba en la escuela.
-Es parte de ser un chico malo bebé... tengo que quedar con el perfil.
-Podrías ser malo e inteligente a la vez... en lo personal eso sería un poco más terrorífico, digo, tu, tu camioneta negra que asusta a muchos cuando se pone en marcha, tu presencia y si notaran el cerebro bajo esta cabecita... eso sería aterrador.
-Bueno, mejor que se sorprendan.
-Así que... dentro de un mes que se acabe el ciclo y tengamos que mudarnos... nos separaremos y... ¿Quedaremos cómo amigos?
-¿No crees en las relaciones a distancia Marcel? Yo podría esperar a cada vacaciones, podría acoplarme a las llamadas por Skype y a los mensajes de texto... no creo que debamos separarnos, son solo kilómetros de distancia, unos cuantos mares y océanos los que nos separaran... no es mucho.
-¿Esperarías por mí?
-No existe una sola cosa en el mundo que no haría por ti.
Louis volteó su cabeza, mirando a Marcel a los ojos, aquellos hermosos orbes verdes le recibieron con amor y devoción.- Te amo Marcel, me he enamorado de ti, nunca creí que el amor me pegaría de esta forma, perderme en tus ojos, olvidándome del mundo. Queriendo verte a cualquier hora, deseando besarte, estar en tus brazos, escuchar tu voz. Nunca pensé que alguien sería lo suficientemente bueno para mi, que alguien podría domarme o hacerme decir estas estupideces que digo ahora. No pensé hablar de amor.
-Nuca sabes que te depara el destino Louis. Yo soñaba con tenerte ¿Sabes? Yo soñaba, deseaba estar en tu mente, siquiera hablarte o que tuvieras conciencia de mi persona. Por años pensé en ti, viéndote en sueños y pesadillas, tratando de llegar a tus pensamientos... pero era o sigo siendo un cobarde amor, un cobarde que no sabe cómo actuar cuando la vida pone situaciones difíciles frente a mí pero trato de solucionarlas. Yo tampoco creí hablar de amor contigo... nunca. Pero gracias a Dios ahora estoy aquí, contigo, amándote.
Un relámpago se dibujó en el cielo, trayendo con él un trueno ensordecedor que asustó a los amantes. Haciéndoles dar un brinco en su lugar alertándolos de una tormenta.
-Creo que es hora de entrar.
-Sí, vamos... odio los truenos.- dijo Marcel abrazándose a Louis cuando se levantaron del sillón.
Los dos se adentraron en la obscuridad de la cabaña, viendo como el fuego se consumía gracias a las gotas que caían con fuerza.
-Odio las tormentas Lou...
Louis lo abrazó, tumbándose en el sillón a su lado, tapándose con las colchas, viendo a Marcel cubrirse los oídos y protegerse en su pecho.
-No te preocupes amor. Yo estoy aquí para protegerte, lucharé contra el mismo Zeus para que deje de lanzar esos rayos.
**
El celular de Louis sonó a las ocho y cuarenta y cuatro de la mañana, despertándolo de golpe, haciéndole tirar a Marcel del sillón. Marcel se levantó quejándose, viendo por la ventana la niebla
y la lluvia intensa que aún seguía.
-¡¿Pero qué putas?!- gritó Marcel enojado.
Louis tomo su celular, apagando la alarma y tallándose los ojos.- Cállate Marcel, tenemos que irnos, tu madre llega hoy y no queremos que sepa de nuestra huida... se supone que tendríamos que estar en la escuela y ya has faltado mucho.
Marcel le miró, con los ojos saliéndose de sus orbitas.- ¡¿Con esta lluvia?! ¡Louis! ¡Pero si está lloviendo muy fuerte! Yo no voy a cruzar así el bosque... La camioneta está muy lejos.- se cruzó de brazos, oscilando la mirada entre el paisaje y su novio.
-No importa Marcel, el agua no te va a hacer daño... yo no quiero que Anne me tache de irresponsable pro haberte traído aquí sin permiso. Vamos, toma tus cosas y vámonos.
Marcel se rindió, guardando su ropa y objetos personales en su mochila y cubriéndose con una de las grandes mantas, si iba a caminar en la lluvia se iba a cuidar.
Salieron de la cabaña, sonriendo a pesar de la lluvia. Tomándose de las manos, y encontrándose con las heladas gotas de lluvia y el frio.
-Por mi madre... ese clima está como para meternos bajo las sabanas y dormirnos.
-Si, y lo haremos cuando lleguemos a Londres. Ahora camina rápido, no esta tan largo el trayecto.
Caminaron, caminaron por media hora o más hasta encontrar la camioneta estacionada y llena de hojas y lodo. Los dos estaban empapados, los cobertores estaban empapados en agua junto con sus ropas. Corrieron a la camioneta, entrado y refugiándose en el techo. Louis prendió la calefacción, restregando los dos sus manos frente a la ventilación, esperando el aire caliente.
-¡Me congele las manos!
-Ya Marcel, ya prendí la calefacción, vamos a casa.
Louis puso la camioneta en marcha, dando la vuelta y saliendo a la carretera, tomando la fría mano de Marcel con la suya.
-¿Te gustó la cabaña amor?
Marcel le vio, le gustaba su perfil, la forma de su nariz, sus labios... todo.
-Me gustó y más porque estuve contigo.
Los dos se sonrieron por un momento. Marcel volvió su vista a la ventana, donde veía el camino, el cielo gris y una gran tormenta persiguiéndolos. Como si fuese una advertencia o un presagio. Como si esas nubes obscuras y llenas de desesperación fuesen para tortura personal.
El viaje de regreso fue en silencio, Marcel se quedó dormido y Louis le despertó cuando llegaron
a su casa, exactamente media hora antes de que Gemma y Anne atravesaran la puerta. Louis tomó sus cosas y se despidió de Marcel cuando las dos mujeres entraron a la casa.
Anne los vio y sonrió, Gemma le giñó un ojo a su hermano. Cuando Louis se despedía de las mujeres Marcel tomó su mano y lo atrajo hacia él, abrazándolo por la cintura y mirando a su madre.
-Ma... él es mi novio, Louis Tomlinson.
Louis se puso colorado cuando Anne se acercó a él y le abrazó, depositando un pequeño beso en su mejilla y tomándolo de los hombros, viéndole a aquellos azules ojos.
-Es un placer conocerte Louis, aunque no sea nuestro primer encuentro... espero que cuides a mi Marcel.
-No tenga cuidado señora... a Marcel lo cuidaré con mi vida, él ya es la mitad de mi.
-No tengo la menor duda de ello...
Louis sintió a Marcel a su espalda, abrazándolo con fuerza y depositando un pequeños beso en su nuca.- Te amo Lou...- susurró para que solo él pudiese escuchar.
Louis sonrió, tomando las manos entrelazadas de Marcel en su abdomen y entrelazándolas con las suyas.- Y yo te amo a ti Marcel, más de lo que una vez podría haber imaginado.
Anne los veía con el rostro lleno de ilusión y felicidad, como quien ve la prueba del amor frente a su rostro. Llenándose dela alegría que los dos despedían.
-Bueno, es tarde y tengo que ir a casa, espero verte mañana... y recuerda que el baile es en una semana. Adiós.
Se despidió de las mujeres frente a él y deposito un pequeño beso en los labios de Marcel, viéndolo sonrojarse y despedirse. Salió de la casa, subió a su camioneta y fue a su hogar, encontrándose a Christopher fuera de la casa peleando con Zayn.
-Pídemelo de buena manera.- le escuchaba gritar.
-Chris... ¡Me arrodillé! ¡Me arrodillé maldita sea! ¿Quieres ir al puto baile conmigo si o no? ¡Me tienes harto!
Louis sonrió al ver la cara descompuesta de su primo, con la mano derecha tocándose el pecho, como si le hubiesen dado un golpe. Se estacionó en la calle, sin perder detalle de su pelea.
-Pues no, no voy a ir contigo a ninguna parte... ni al baile ni a la esquina, no quiero hablar contigo. Adiós Zayn.
Louis sonrió, caminó a su casa encontrándose a su primo y saludándolo. Chris fue a si encuentro y entraron a la casa al tiempo que la puerta sonó.
-¿No vas a hablar con él?- se burló Louis.
-Oh, pero claro que si, solo quiero que me ruegue un poquito... ¡Por favor! Yo no soy un chico fácil.
-Pero si eres una perra...
-Y de las peores amor.
Louis abrió la puerta, dejando a los tortolos solos. Se adentró a su hogar con la intención de subir las escaleras y lo último que escuchó fue a Zayn rogándole a Chris que lo acompañara al baile.
**
Los días pasaron rápidamente, con la rutina habitual. Louis pasaba por Marcel todas las mañanas y pasaban las tardes estudiando para los exámenes finales, hablando de las universidades o simplemente disfrutando de un picnic en el parque. Todos los días estaban juntos, disfrutando de la compañía del otro.
Todos estaban locos por el baile y los exámenes finales, todos con caminos tan distintos, excepto Zayn y Christopher que estudiarían artes en New York, el destino los quería juntos por que separados ya no funcionaban.
Niall regresaría a Mullingar a estudiar y trabajar con su hermano y Liam y Danielle habían sido aceptados en La real academia de artes de Londres.
Todos los estudiantes se preparaban, solo faltaba un día para que el baile se llevara acaba y tres semanas más de clases para que todo acabara, para que los lazos y los caminos se separaran y se iniciara otra etapa. La escuela estaba preparándose con la decoración y Marcel era voluntario así que él y Louis se quedaron esa tarde a ayudar con la decoración, Christopher había ido a la estética junto con Zayn para retocarse el cabello, Niall estaba visitando a su padre y entregando algunas cosas a la universidad de Irlanda para su egreso y Liam y Danielle había ido a la compra de un vestido.
Ya era tarde y Louis veía a su novio hacer las servilletas mientras él ayudaba a los demás con las mesas, lo veía reír con las otras chicas y se moría de celos hasta que Marcel le miraba y sus ojos le decían que no había nadie más para él. Hicieron flores, acomodaron el sonido, las mesas y sillas, pusieron estrellas de cristal en el techo, luces de colores y coloridos cristales para que las luces los reflejaran, eran unos veinte chicos y chicas ayudando con el baile más importante para ellos. Todos riendo y algunos llorando por el acontecimientos, Louis y Marcel se despidieron cuando el salón quedo listo, cuando el gran gimnasio parecía una discoteca multicolor.
Salieron cuando la noche ya se había puesto y decidieron ir por una pequeña cena antes de volver a su casa y despedirse de Marcel hasta la mañana siguiente.
El celular de Louis sonó cuando Marcel entró a la camioneta, un mensaje de número desconocido:
Te doy media hora pare regresar a tu casa, tenemos cosas de que habar. Tus hermanas son realmente adorables pero ¿No les han enseñado a no abrir la puerta a cualquier extraño?
A Louis se le helo la sangre, metió s celular a la bolsa de atrás del pantalón y corrió para entrar a la camioneta y ponerla en marcha, aceleró a casa de Marcel, tenía que llegar rápido a la suya. No dejo nada en el trayecto, solo manejo hasta llegar a la blanca casa y dejar a su novio con apenas un beso de despedida y la promesa de amor de todas las noches. Marcel no dijo nada, había notado la mala vibra que salía de su novio y creyó que se debía a algún problema en su familia y ciertamente no quería hacerle platica si era un tema del que no quería hablar. Se despidieron con un beso y lo vio marcharse.
Louis no dejó de apretar el acelerador hasta llegar a su casa y ver a Nick recargado en el carro negro de Stand, con la cabeza baja y el cabello más largo, la ropa más grande y ciertamente con algo de arrepentimiento en la mirada. La puerta del conductor se abrió revelando a Stand con el mismo aspecto patético de Nick. Louis soltó el suspiro que sostenía al verlo fuera de su casa, lejos de sus hermanas.
-Louis, perdona por la mentira, tenía que verte de urgencia.
-¿Qué es lo que quieres?
-Que te alejes de Marcel, podemos llegar a un acuerdo... si yo no lo veo y tú te vas de Londres a New York como lo tienes planeado nadie estaría con él y nuestra amistad podría volver a ser la misma.
Louis frunció el ceño, sin entender el punto que según Stand estaba claro. Vio a Nick perderse a su espalda pero algo le dijo que lo hacía más para alejarse de Stand que para agredirlo.
-Yo no iré a New York.
-Pero claro de que si, la universidad de Columbia es muy prestigiosa, no puedes perder esa oportunidad...
-¿Tu cómo sabes de Columbia?
-Yo lo sé todo Lou, se sobre tu visita a la policía y sobre las cintas que les entregaste. ¿Sabes? Nunca creí que nuestra amistad terminaría de esta forma pero entiendo que nunca fui el mejor amigo Lou, entiendo que me comporté como un idiota y un maldito al dejarte en rehabilitación, sin visitarte ni una sola vez, el inducirte a los vicios que me consumían a mí, te pido perdón por todo eso y más por haberme enamorado del mismo chico del que tú estás enamorado pero este es el trato que te digo. Dejar a Marcel en paz, sabes que si no es así yo seguiré tras de él, buscándolo hasta que uno de los dos lo tenga porque simplemente nunca voy a entender que te ve a ti que no pueda ver en mí.
-Somos muy diferentes Stand... para empezar yo nunca he matado a nadie.
-No, pero tus insultos y malos ratos mataban a tu madre lentamente cuando eras mi amigo, la mataban por dentro y por fuera. Se notaba que no podía más contigo Louis, que preferiría que no fueras su hijo cuando le contestabas o llegabas con los ojos rojos y sin ganas de nada.
-Pero yo pude superar mi mierda con la ayuda de las personas que me aman Stand... tú no has podido hacerlo porque nadie, nadie te quiere. Alejas a las personas porque tu inseguridad no te ayuda, no puedes tener el control sobre todos y eso te hacer perder a quien quieres. Ahora Marcel nunca te perdonara el haber matado a Samantha, él lo sabe y créeme no lograste tu objetivo de separarnos al hablarle a la policía. Te has puesto en peligro por nada.
Stand le miró, con los ojos suplicándole algo que no dijo su boca. Le miro por un tiempo hasta
que asintió en comprensión, callándose el dolor de saber que ahora, Marcel, el chico del que se había enamorado le odiaba.
-Tengo que irme... tú, tú piensa en lo que te dije. ¡No te quiero a su lado Louis!- gritó de la nada, como si su cabeza le hubiera dado una orden, Louis retrocedió al verle a los ojos, a esos obscuros y perdidos ojos.
Observó a Nick ir tras Stand y abordar el auto al tiempo que Stand aceleraba y se perdían en la calle. Se tocó la frente, dándose cuenta de que, a pesar del frio estaba sudando. Volteó a su camioneta y la observó con la puerta del conductor abierta y se preguntó si había olvidado cerrarla al bajarse. Fue hacia ella y la cerró, poniendo la alarma y entrando a su casa, revisando cada uno de los cuartos y viendo a sus hermanas, a su madre y a Christopher acostados. Caminó a su habitación, pensando en Stand y su mirada extraña, dándose cuenta al fin de que había recaído en las drogas y Stand drogado era más peligroso.
Tomo su celular y escribió:
Espero no despertarte, solo escribo para decirte lo mucho que te amo, lo mucho que te amo y que cuidaré de ti por siempre. No dejaré que nada te pase aunque en el proceso me desgarre a mí mismo. Siempre recuerda que cualquier cosa que algún día salga de mi boca, por más dolorosa que sea va a ser para protegerte.
Nunca te lastimaré, te amo.
Pulsó el botón de enviar y después, cuando su corazón volvió a la normalidad llamó al teniente Edward, avisándole del regreso de Stand a Londres.
**
Un nuevo día llegó, Louis se levantó con ojeras, no pudo dormir en la noche por pensar en Marcel y Stand. Se visió sin ganas, con lo primero que encontró, desayuno con las gemelas y Christopher pero todo el tiempo estuvo en silencio. Cuando Zayn llegó por su primo hiso un esfuerzo para sonreírle y en el trayecto a casa de Marcel su mente estaba en otra parte.
Hasta que lo vio, frente a su puerta, con la mochila de lado cayéndose de su hombro y con la mirada de niño pequeño e indefenso sonriéndole al verle llegar. Estaba tan lindo, con el cabello revuelto y sin peinar, con sus labios rosas naturalmente y sus verdes ojos brillando, sonriéndole a él y solo a él. Con un suéter guinda realmente grande y un pantalón negro pegado al cuerpo, unas botas negras.
Marcel rodeo el frente para subir al asiento del copiloto y deposito un beso suave en los labios de Louis. Este aspiró el aroma a lavanda que salía del gran suéter e impregnaba el ambiente.
-Mmmm... hueles delicioso.
Marcel se sonrojó.- Mi mamá lavo mi ropa con la suya... todo mi guardarropa huele a lavanda y fresa.
-Bueno, a mí no me desagrada el olor, para nada.
Los dos se sonrieron y en un repentino impulso Louis rodeó a Marcel con sus abrazos, haciendo que este le abrazara de igual forma.
-¿Ya te he dicho esta mañana que te amo?- preguntó en su odio.
-No.
-Pues lo hago. Te amo.
-Y yo te amo a ti Lou.
**
Las clases se pasaron rápido para todo el alumnado y maestros, las interrupciones del comité estudiantil y los eventos de la semana siguiente ayudaron a hacer el día más corto y de repente, cuando el timbre de salida sonó todos salieron corriendo a sus casas, porque solo faltaban seis horas para el baile.
Chris y Zayn fueron a la casa de este último, Liam y Niall fueron a casa de Danielle y Marcel fue a casa de Samantha porque recordó que, tiempo atrás, cuando ellos habían hablado del baile compraron un par de cadenas que representaban su amistad. Para cuando Samantha regresara a México para estudiar la universidad y estuvieran en diferentes continentes.
Louis dejó a Marcel en la casa de Samantha y fue a su casa, a arreglar su ropa y dejar -por una apuesta- a Lottie y Fizzy jugar con su cabello.
Marcel tocó la puerta, viendo a la madre de Samantha con una sonrisa en el rostro.
-Hola Marcel, sabría que vendrías hoy.
-Hola señora, buenas tardes.
-Pero pasa por favor.
Marcel entró a la casa, viéndola con un aire diferente, como si nadie llorara más en ella.
-¿Hoy es el baile de graduación no es cierto?- preguntó la señora con una sonrisa.
-Si, hoy es el baile...
-Bueno... ¿Y a que has venido? ¿Es por la caja que te había mencionado?
-Si.
-Bueno, ven conmigo, he ido por ella al sótano, deje de sentir dolor cuando supe que llorar no traería de regreso el pasado.
-No, no lo traerá pero en el futuro siempre la tendremos a ella ¿No es así?
-Oh, claro que si. Hoy llegó su carta de aceptación de la universidad. Me alegré al recibirla, ella nunca pensó en poder entrar y lo logró, la aceptaron.
Marcel sintió como su corazón se contrajo, orgulloso de su amiga.
-Pero bueno, la caja esta sobre la cama en su habitación, puedes pasar por ella. Perdona pero tengo que irme, viajaré a México por unos meses ¿Podrías cerrar la puerta cuando salgas? Adiós Marcel.
La vio salir de la casa y se quedó solo. Caminó por el pasillo de las escaleras a la habitación, la puerta abierta, la ventana cerrada y con lar cortinas abiertas. Símbolo de que Samantha no vivía en ese cuarto más. Fue a la cama y vio la gran caja blanca, levantó la tapa y tuvo que sentarse para no caer al piso. El vestido negro con flores color vino que él le había elegido para ella estaba en la caja, junto con los dijes en forma de alas que habían comprado juntos con las iniciales del otro.
Marcel los tomó, tratando de ignorar el vestido, tapándolo de nuevo y alejándose de la cama. No quería llorar, no cuando sabía que todo estaba bien, que las lágrimas no la traerían de nuevo y cuando tenía que volver a su casa a arreglarse. Tomó de la pared de Samantha una foto donde se les veía en la playa de Bringston y salió de la habitación, bajando las escaleras corriendo y cerrando con candado la puerta del frente. Alejándose de la casa.
**
Las horas pasaron y Gemma ayudó a su hermano con sus rulos, peinándolos con la secadora dejándolos ordenados y fijos, dándole un aspecto elegante. El saco negro de satén con una camisa de seda blanca, un pantalón de mezclilla negro y unas botas de piel negro. Se vio al espejo y se colgó las cadenas de alas al cuello, las dos, para que Samantha estuviera presente ese día con él.
Gemma dejó a su hermano solo mientras contestaba su celular y este seguía sonriendo, salió del cuarto de baño y fue a donde su madre en la sala. Anne fue a su encuentro con algunas lágrimas juntándose en sus ojos.
-Oh Marcel, te ves realmente hermoso amor.
Anne le abrazó, haciendo que Gemma gritara para que no le despeinara.
-Ya Marcel, Louis esta afuera esperando por ti.
Se despidió de su madre y su hermana y salió para encontrase a Louis recargado al frente de su camioneta, con una pierna sostenido su peso y los brazos cruzados, en un traje pegado el cuerpo con una playera de The Killers.
-Hola Lou...
-Hola amor.
Louis se levantó del capo, abrazando a Marcel y besándolo. Le tomó la mano y la besó y le ayudó a subir al asiento del copiloto. Rodeó la camioneta y subió para encender el motor y ponerse en marcha.
-¿Listo para bailar toda la noche?
-Si, y más si bailas una canción lenta conmigo.
-Bueno, bailaré contigo ese y todos... digo, no dejaré que nadie más se acerque a ti.
Al llegar al gimnasio los dos se sentaron donde sus amigos, viéndolos a todo con trajes negros y a la guapa de Danielle con un vestido verde que le resaltaba la piel.
La música era fuerte y movida, los seis se levantaron a bailar con sus parejas y Niall invitó a una hermosa chica llamada Bárbara de un grupo inferior con él. Todos bailaron por horas y horas, cenaron y bailaron de nuevo.
Una chica fue a donde Marcel y Louis y le avisó al último que un coche de policía estaba fuera buscándole.
Los dos salieron del gimnasio para ver al teniente Edward y a dos oficiales más en el estacionamiento, viéndoles con algo de pena en el rostro.
-¿Oficial? ¿Se le ofrece algo?
El hombre se acercó a él.- ¿Puedes hacerme el favor de abrir tu camioneta Louis?- preguntó con amabilidad.
-Si- contesto extrañado con el ceño fruncido.
Los tres fueron a donde la camioneta y Louis destravó la alarma. Los oficiales que le acompañaban se pusieron unos gustes y abrieron la camioneta buscando algo bajó los asientos hasta que, después de unos dos minutos uno de ellos sacó una pequeña bolsa con un polvo blanco en ella.
Louis se asombró al ver aquella droga en su camioneta, habían pasado años desde que él no había tocado ninguna de ellas.
-¿Pero qué putas?
-Al parecer alguien quiere perjudicarte Louis... ¿Me acompañarías a la estación? No creo que esa droga sea tuya, la persona que ha llamado ha sido Stand, ha dicho que estas metido en las drogas de nuevo y aunque no quiera tengo que analizarte.
Louis seguía perdido en sus pensamientos, pensando cómo había llegado eso a su camioneta y recordó a Nick, perdiéndose a su espala y después su camioneta abierta. No tenía de que preocuparse, nunca había tomado esa bolsa y no había forma de ver sus huellas dactilares en ella.
-Claro... solo... tengo que decirle algo a Marcel.
El teniente asintió, caminando a su patrulla y despidiéndose de Marcel con un asentimiento de cabeza, viendo algunas de sus lágrimas en sus ojos.
Louis camino a donde su novio, dándose palmadas mentales al giro que había tomado su noche y mientras caminaba su celular sonó en su pantalón. Se lo llevó al oído sin siquiera darse cuenta de quién era quien llamaba.
-¿Hola?
-Hola Lou... ¿Ahora has comprendido bien mi mensaje?- la voz de Stand retumbó en su cabeza.No te quiero cerca de Marcel si yo no puedo estar con él. Esto es solo una advertencia.
Y colgó. Louis quiso llorar de rabia y coraje, llegó a donde Marcel decidido a alejarse de él por un tiempo.
-Pensé que no necesitarías las drogas de nuevo Lou.
-No sigo en las drogas Marcel.
-¡¿Y porque estaba esa bolsa en tu camioneta?!- gritó Marcel, ahora con el rostro hundido en lágrimas.
-Eso fue un truco de Stand, por Dios santo Marcel, no puedo creer que seas tan estúpido e ingenuo.- dijo aun afectado por la llamada.
-¡No me digas así! Solo quiero que me expliques como llegó esa droga a tú camioneta.
-¡Estoy harto! No tengo por qué darte explicaciones Marcel, me tienes harto, harto de fingirte amor, de fingirte aprecio, no eres nada para mí, todos esos te amo eran falsos, el apoyo... un simple rollo, el último, con el que me iría victorioso, porque pude contigo, pude domar al maldito matadito de la escuela. Solo eso, un rollo.
Marcel sintió en ese momento el peso en su pecho, como su corazón se haca un poco más pequeño. Como las sombras de lo que una vez fue luz se alzaban sobre él para burlarse.
-¡No fuimos un rollo! Yo te amo.
-Y yo me amo a mi mismo, Marcel, ¿Te has mirado a un espejo? Antes de ser como Harry tú no eras nada, un simple estúpido vestido con camisetas de ancianos y pantalones de talla grande, grandes lentes y secretos ¿En verdad creíste que me había enamorado de ti? Me enamoré de Harry, de Harry Styles no de ti, me enamoré de alguien que en verdad valía la pena, alguien que desgraciadamente no existe.
Su garganta dolía al escupir las palabras y tenía el impulso de ir hacia Marcel y abrazarle, quitar con sus pulgares las lágrimas salientes de sus ojos, rodando por sus mejillas.
-Retráctate...
Louis apretó la mandíbula, queriendo ser un poco más suave pero decidido a alejarse de Marcel hasta que Stand estuviera tras las rejas.- No voy a retractarme... ¿Cómo decía Samantha? Nunca te disculpes por decir la verdad.
Dio media vuelta, dejando tras él la poca felicidad que le quedaba.
-¡LOUIS!- Le escuchó gritar.- Por favor... dime que todo es mentira.
Louis dejó de caminar, dándole aun la espalda, soltó el aire que sostenía.- Todo es mentira Marcel, los te amo y esta relación, todo.
-¿Entonces este es el fin?
No, no era el final, no podía serlo, Marcel era su todo, su amor, el verdadero.- No existe final... esto nunca tuvo un principio.
Caminó a la patrulla y se sentó en el asiento de atrás, Marcel les vio alejarse, perdiéndose en la obscuridad de la calle, en aquella patrulla, dejando tras él las luces de colores que salían por las puertas y a Marcel, sollozando, con el corazón en la mano, con la música lenta del vals prometido retumbando en su cabeza.
-Pues mis te amo siempre fueron verdad.- susurró desde su destrozado corazón.
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Capitulo XXXII: Un nuevo comienzo. Louis estaba sentado en la misma habitación de semanas atrás. Ahora con el ceño fruncido y el odio hacia Stand. Las lágrimas en sus mejillas que caían una tras otra le quemaban. No sabía porque había actuado de la forma en la que lo hizo, tal vez su enojo había salido disparado a la primera persona frente a él, tal vez quería alejar a Marcel de una vez de los problemas en lo que inconscientemente le había metido.
No podía sacarse la imagen de Marcel llorado, suplicando con la mirada para que le dijera que todo era mentira, que había una razón por la que había hablado de ese modo. Podía ver cada una de las lágrimas derramadas por aquellos ojos verdes. Le dolía el pecho, le ardía la garganta y la cabeza le dolía al ver que Stand había conseguido lo que quería, que Marcel el odiara porque de eso estaba seguro; Marcel le odiaba ahora.
No pudo aguantar más, su pecho tomó una gran respiración y cuando soltó aquel aire atrapado las lágrimas ganaron. Fue como si las compuertas se hubiesen abierto. Cruzó los brazos en la mesa y pegó su frente a ellos, teniendo un ataque de furia y ansiedad, llorando, sollozando, hipando en el proceso. Se sentía enfermo de lo que había dicho y hubiera llamado a Marcel en ese momento si su celular no estuviera en manos del teniente Edward. Su pecho dolía ahora por la intensidad de sus sollozos, cualquier persona fuera de la habitación podría escucharlo pero a él no le importaría menos, porque necesitaba llorar.
Sentía el peso de lo que había hecho en su espalda, sentía dolor y pesadez, como su pecho iba comprimiéndose.
La puerta de la habitación se abrió, revelando al teniente Edward, mirándolo con algo de pena y lastima en la mirada, Louis no se sentó, no podía simplemente parar sus lágrimas para escuchar más mierda.
-Louis... sé que no es un buen momento para esto pero bueno, los resultados dieron negativos como todos esperábamos, las huellas digitales en la bolsa no son tuyas y tu celular esta ayudándonos a rastrear a Stand.
Louis escuchaba pero no podía hablar. Sentía como su mandíbula se contraía temblaba, como cuando el frio te haces generar calor. El frio que sentía sin Marcel el hacía temblar. Levantó un poco el rostro, solo para asentir frenéticamente y ver el rostro contraído del oficial.
-Lo siento.
Louis se limpió el rostro, solo un poco antes de que nuevas lágrimas cayeran.- No tiene por qué disculparse. El que ha arruinado mi vida he sido yo.
El teniente tomó asiento frente a Louis, poniendo sus manos sobre la mesa.- ¿Quieres hablar de eso? No hay mucho que hacer por aquí hasta que no encontremos a Stand.
-¿De que serviría hablar?
-Pues, tal vez podrías dejar de llorar cuando toda la culpa salga de tu cuerpo. En ocasiones funciona. Probemos si contigo es así. Cuéntame Louis, Marcel parece un chico encantador, uno con el que uno sueña pasar el resto de su vida.
-Lo dice como si conociera a un Marcel...
-Y lo hago. Estoy casado con mi mejor amigo ¿Sabes? Me enamoré de él en la universidad y ahora estamos casados, duramos siete años como novios y llevamos tres de casados. Soy feliz y mi James es como tu Marcel. Yo era como tu Louis, callado y hacia lo que me venían en gana cuando quería, tratando de ocultar mi pasado y mis puntos débiles pero James me salvó de mí mismo cuando me perdí.
Louis había dejado de sollozar al escuchar aquella confesión.- ¿Entonces usted es Gay?
-Bueno, tú lo eres también ¿Por qué la sorpresa en tu voz?
Los dos rieron un poco cuando sus miradas se encontraron. Louis estaba ahora un poco más calmado, quizás si hablaba con el teniente Edward él le podría ayudar, ahora que sabía que él podría comprenderlo mejor la confianza comenzaba a encenderse.
-¿Entonces? Puedes contarme o irte a tu casa... tú decides, no tienes nada que hacer aquí, estas limpio.
Louis le miró, sabiendo que su aspecto era patético. Con el cabello revuelto, los ojos rojos y algunas lágrimas secas, secreciones nasales que había quitado con la manga de su saco, todo eso y su voz ahora más aguda.
-Conocí a Marcel el mismo día que conocí a Harry.
-¿Harry?
-Su otra personalidad...
-Oh, sí, lo habías mencionado... Harry Styles, algunos delitos menores y uno mayor, un poco violento y temperamental.
-Sí, lo es. Bueno, la verdad no había reparado en el hecho de que los conocí a los dos el mismo día. ¿Sería una señal del destino? Ya sabe... estar juntos, destinados. Bueno, estoy divagando, lo siento. Bueno, una noche en un bar conocí a Harry y tuvimos sexo y después él ya no estaba... me obsesione con él, y un día, cuando Marcel empezaba a entrar en mi campo de visión porque quería acabar con él llegó Stand y mi "odio" a Marcel se convirtió en preocupación y quería a Marcel para mi aun queriendo a Harry porque había algo en él que me hacia sentir que Harry estaba cerca y bueno, mi primo Chris ayudó mucho a que me acercara a él. Y un día todo cambió y me había enamorado de Marcel y Harry ya no importaba y ¡BUUM! De un día a otro me entero de que los dos son solamente uno y... y yo quería enojarme porque todos me habían mentido pero yo estaba feliz porque eran mis chicos... los dos eran míos y o tenía que sentirme mal por quererlos a los dos. Y entonces estaba completo, ya no necesitaba nada más que agua y comida para vivir porque ya tenía a mi lado todo lo que buscaba. Pero Stand siempre estaba allí, asechando y echando a perder mi vida. Quería quitarme a Marcel porque yo lo aparté de él y empezó a hacer cosas que, en cierto modo nunca creí que se atrevería a hacer o una parte de mí, la que aún le quería ayudar como a un viejo amigo se negaba a creer. Y entones Marcel empezó a ser el centro de sus retorcidos juegos y ahora estoy aquí, encerrado en un cuarto de interrogaciones por segunda vez acusado de estupideces de un pobre chico dañado al que comprendo del todo. Sé porque hace esto pero no puedo dejar de odiarle aunque sé que no está tan equivocado. Yo sé que él está dañado y que yo le quite el único rayo de esperanza que aún le quedaba pero mis demonios también necesitan curarse, y Marcel es una panacea.
Louis sorbió por la nariz y quitó algunas lágrimas rebeldes. El teniente le veía con el rostro inexpresivo.- ¿Y por eso
le has dicho todas esas estupideces a tu panacea? ¿Por qué un chico dañado te llamó y te dijo una sarta de estupideces? Dejaste que unas simples palabras te quitaran a tu "todo" porque tienes miedo.
-Sí, lo acepto ¿Está bien? Tengo miedo por Marcel y por mi. Stand ya hizo que Nick matara a alguien por Marcel, no voy a dejar que el siguiente sea él.
-¿Y si antes de que todo eso ocurra lo arrestamos Louis? ¿Cómo vas a resolver el daño que le causaste a Marcel? ¿Con una simple disculpa? ¿Llegaras con una flor y tus palabras para reparar lo que rompiste en segundos?
-Pensé que iba a ayudarme con esto...-gruñó.
-Y lo estoy haciendo. Te ayudaré con encontrar a Stand y Nick y hacer que paguen en la cárcel l daño que han hecho. Y te ayudo a que comprendas como es que el corazón de una persona funciona. Marcel está dolido pero por Dios santo, ustedes dos están hechos para el otro. Pero una persona solo soporta un grado de dolor y tú tienes que reparar todo lentamente. Yo me encargo de Stand, tú encárgate del amor de tu vida.
El teniente se levantó de la silla, haciendo con ella un ruido ensordecedor en el suelo, le tendió la mano a Louis y le vio levantarse débilmente de la silla.- ¿Tenemos un trato?
Louis trató de sonreírle a aquel hombre, extendió su mano y apretó la suya.- Es un trato.
**
Louis salió tras el teniente a la sala de espera de la comisaria, su madre estaba allí, esperando por él, se veía la angustia en su mirada y él no entendía que hacía en aquel lugar cuando pidió que no se le avisara. La vio acercarse rápidamente, revisando su rostro cuando llegó a su encuentro, moviendo sus brazos, tocando su estómago y verificando que no tuviera alguna lesión.
-¿Pero qué pasó Louis? ¿Por qué estas detenido?
-No estoy detenido ma, solo fue un malentendido.
-¡¿Un malentendido?!
-Si, no grites por favor, la cabeza me duele. Puedo irme ahora.
-Pues vamos.
Louis se despidió con un asentimiento de cabeza delos oficiales que le habían llevado y de teniente, recibiendo de su parte una mirada de advertencia.
-¿Mamá?
-¿Qué Louis?
-¿Cómo supiste que estaba aquí?- preguntó cuándo ya estaban de camino a su casa.
-Marcel vino a casa llorando, me dio mucha lastima... dijo que te habían llevado a la comisaria y no paraba de llorar, deberías de llamarlo he... ese chico es un pan de Dios. Le afectó mucho lo que te paso y tuve que llevarlo a su casa porque él había caminado desde la preparatoria hasta la casa... ¡Es casi un kilómetro!
-¿Él fue a avisarte?- preguntó atónito.
-Si, llorando y casi cayéndose por dolor de cabeza... no se veía nada bien y su mirada se perdía a ratos. Te seré sincera, era como si fuese una persona distinta cuando me miraba pero cuando las lágrimas regresaban era él otra vez. Si, me dio miedo pero ese chico es un amor... espero nunca lo pierdas. Serías el idiota más grande del mundo di alguna vez lo dejas ir.
Louis escuchaba a su madre a medias, una parte de su mente estaba en Marcel, en su rostro, en su figura pequeña perdiéndose mientras la patrulla avanzaba. Quería ir a por él, ir a su casa y rogarle perdón, explicarle porque había terminado todo de esa forma. Decirle que las palabras que salieron de su boca nunca iban a ser verdad, que le amaba más de lo que le es permitido a una persona pero era cierto que no puedes solo llegar y decirlo, la confianza se había roto o había decaído precipitosamente. Se concentró en la obscuridad de las calles, lo solitario que todo lucía.
Cuando llegó a su casa y vio su camioneta fuera se extrañó pero cayó en la cuenta de que Niall tenía unas llaves de repuesto. Caminó sin ver a su madre, abriendo la puerta de su casa con la cabeza baja, solo con ganas de una cama donde caer y morir. Subió las escaleras en silencio, tratando de no despertar a sus hermanas.
Ya estaba por entrar a su cuarto, llevaba los zapatos en la mano y se desabrochaba en pantalón al tiempo que abría la puerta y entonces el primer golpe llegó, tan doloroso que se tiró al suelo.
-¡Estúpido!- gritó la chillona voz de Christopher.- ¿Cómo te atreves a hacerle eso a Marcel?
Louis se despejó la cabeza con una sacudida, tratando de levantarse una vez más antes de que el segundo golpe llegara a su mejilla. Christopher estaba enojado y él simplemente no quería defenderse, porque estaba consciente de que se merecía lo que venía.
-Lo has dejado pasmado... ido... está afectado por todas las estupideces que le gritaste... ¡Por Dios! ¿No pudiste decir esas cosas en la graduación? Cuando ya nos e verían de nuevo nunca. No, le arruinaste la noche y lo hiciste llorar tanto que Harry estaba a punto de salir en medio del baile. Y después desapareció y no contesta su celular y tú eres un estúpido y te odio Louis.
-Y yo me odio a mí mismo Chris.
Y ya estaba, Louis se recostó en su puerta mientras Christopher se sentaba a su lado abrazándolo como si nada hubiese pasado.
-Él nunca podrá odiarte Louis... eres el amor de si vida.
-Y él es el mío y te juro que todo lo que dije fue una gran mentira, nada es verdad. Todo es por culpa del estúpido de Stand pero muy pronto estará en la cárcel al fin y yo podré estar con Marcel si me perdona.
Chris le abrazó más fuerte, dándole ánimos.- Están enamorados, no creo que una simple guerra de palabras sin sentido los arruinen.
-¿Escuchaste algo de lo que le dije?
-No, no realmente. Él llegó llorando y dijo algo sobre ti y que no lo amabas y que amabas a Harry y que él no valía la pena... yo tuve con eso para enojarme.
-Bueno, fue algo peor que eso... yo simplemente escupí palabras para alejarlo de mi, realmente no creo haberlas pensado y estaba enojado así que fue horrible de decir... no quiero saber que ha de haber sentido él aunque su rostro lo decía todo.
-Bueno, mañana será otro día. Todo es mejor con una buena noche de sueño así que duerme y mañana hablaras con él o no... si es que Harry no ha salido para estos momentos.
-Eso no ayuda Chris.
-Oh... pero yo no quiero ayudar. Sufre por lo que has hecho.- dijo con una sonrisa antes de levantarse y caminar a su habitación.
Louis entró a su habitación, cerrando la puerta con seguro tras él y tirándose en la cama, como si fuese un peso muerto y solo ocupara espacio. Cerró los ojos, perdiéndose en el sueño tormentoso.
**
Marcel estaba dormido, tratando de calmar las lágrimas que salían saliendo sin ser llamadas. Había tardado en dormir y había dejado a Gemma y Anne fuera de la puerta preguntando a gritos que era lo que pasaba. Se encerró con llave en la obscuridad de su habitación y se tiró a la cama, viendo el techo, sollozando e hipando, con las palabras que Louis había dicho quemando su cabeza y estrujando su corazón, las escuchaba claramente, como si las estuvieran repitiendo en su oído, en una voz tan retorcida que quería simplemente desaparecer, hundirse en sus sabanas y no salir nunca.
Una parte de él estaba enojado, sabiendo que había algo entre líneas que le decía que no era verdad, que cada palabra que había salido de entre los labios de Louis era una vil mentira y estaba enojado porque no sabía el por qué las había dicho, porque no le había pedido ayuda.
Se durmió pensando en que tal vez Louis estaría a su lado al amanecer, diciéndole que nada había sido verdad, que todo lo que dijo había sido una maldita broma pesada. Y le perdonaría, le perdonaría y le besaría porque lo amaba y no dejaría de hacerlo por unas palabras sin cabida.
**
Los rayos del sol entraban por la ventana, iluminando solo partes del piso. Eran rayos débiles, propios de un día lluvioso y semi nublado en Londres. Harry abrió los ojos sintiéndose mal, tenía la bilis subiendo por la garganta y la cabeza le dolía, sentía el rostro raro por las lágrimas secas y el sudor en su frente.
Se levantó de la cama corriendo al baño, apenas abrió la puerta y vio a Gemma en el pasillo, trató de esquivarla pero el impulso que había tomado hizo que la empujara callera al suelo con un golpe seco. No paró a disculparse, siguió corriendo hasta el cuarto de baño, levantó la tapa y se contrajo el estómago vacío. Nada salía pero las arcadas seguían allí, molestándole, doliéndole en el diafragma y el pecho, queriendo sacar algo pero sin suerte. Se dejó caer al azulejo frio, con el cuerpo sudando y la cabeza matándolo.
Gemma le miraba desde las alturas, con los brazos cruzados en el pecho y una cara de enojo.
-¿Qué demonios te pasa Marcel?- le gruñó.
Harry se tapó la cara con el brazo, tapando la luz del foco y sintiendo el frio bajo él.- Pues a Marcel no sé pero yo me siento como si me hubieran dado la paliza de mi vida y me hubieran dejado vivo solo para sentir el dolor.
-¿Qué es lo que sientes Harry?- preguntó ahora sentándose a un lado de su hermano en el piso, apagando la luz a su paso.
-La cabeza me duele, no sé por qué estoy llorando, la ropa está pegada a mi cuerpo porque sudo como si estuviera corriendo un maratón... No sé, no me soporto.
Gemma le acarició el cabello, sin importarle en lo más mínimo que el sudor de su hermano se pegara a su palma.
-Bueno, es el cuerpo de Marcel también y él anoche no llegó muy bien ¿Sabes?
Él estaba llorando mucho y por más que tratamos de hablar con él no abría la puerta de su habitación... no sabemos qué le pasa y si tu e sientes así puede que esté enfermo o que bueno... podría ser que... tal vez... ¿Podría ser que Louis le hizo algo?
Harry se incorporó del suelo, mareándose un poco en el proceso.- ¿Louis y Marcel están juntos?
-Pensé que lo sabias.
-Bueno, tal vez lo olvide. Pero... ¿Crees que hubieran terminado?
-Pues tal vez... ellos estaban muy bien antes de irse al baile y después Marcel regresó llorando y bueno... no he hablado con él, tú estás aquí...
-Yo podría hablar con Louis.
-Ajamm... ¿Y enamorarlo tú en el proceso?
Harry puso los ojos en blanco, bufando.- Mira Gemma, no es necesario, si Marcel y yo somos la misma persona Louis y yo somos novios, si no fuera así Marcel lo engañaría cada que yo apareciera y pues eso no sería justo. Hablaré con él y pues ya veremos. Ahora necesito una ducha así que salte y por favor prepárame algo de comer.
-¿Algo más mi amo?- bromeó.
-No, no por ahora.
**
Louis despertó por unos golpes en su puerta. No se movió, cualquier cosa que pudieran decirle no le importaba realmente.
-¿Lou? Amor por favor responde.- hablaba Jay desde el otro lado de la puerta.
Louis se tapó con una almohada, cerró los ojos y su primer pensamiento de esa mañana, como la de cualquier otro día fue Marcel. Veía su risa fácil, sus ojos verdes, sus risos. Lo veía a él, su cuerpo frágil a la vista pero fuerte al toque, escuchaba su risa y su voz, llamándole. Era algo que jamás había imaginado sentir, ese sentimiento llamado amor y el corazón roto de que todo el mundo a su alrededor se quejaba pero tanto buscaban.
-Louis abre la puerta en este instante.
Pero no quería hacer nada, no quería despertar. Quería seguir durmiendo, hasta el lunes o hasta que tuviese el valor suficiente para hablar con Marcel.
-Louis... por favor, dime que es lo que te pasa. ¿Es por tu detención? No te causará daños en tú solicitud de universidad, no te preocupes por eso... solo abre la puerta.
No movió ni un solo dedo. Al paso de los minutos, cuando nadie más insistió en la puerta se volteó en la cama, con la mirada fija en la ventana que le revelaba un día gris con muy poco sol y una lluvia suave.
Lottie eligió un mal día para poner en su iPad sus ya conocidas canciones deprimentes de un sábado nublado. Louis no quería escuchar a Birdy cantando Skinny love.
La canción retumbaba en sus oídos, su voz suave cantando todo lo que sentía en ese momento. Se levantó de la cama de un salto, tomó su chaqueta de la silla del escritorio, sus llaves y salió de su cuarto, bajando las escaleras rápidamente, sin siquiera hacer caso a las llamadas de su madre y su primo. Salió a la calle, empapándose rápidamente con la lluvia fuerte que ahora caía. Se tapó con la capucha, caminado en el asfalto y las calles solitarias.
Los automóviles pasaban lentamente a su lado, era el único chico que se encontraba caminando por la ciudad, no sabía a donde se dirigía, solo caminaba. Divisó a lo lejos una sombra negra, alargada y delgada pero la lluvia era tan fuerte que no podía ver su rostro.
Siguió caminando, viendo al suelo, tratando de no pensar en nada hasta que, en un punto medio entre él y el otro caminante los dos se chocaron, cayendo al suelo. Los dos se quejaron y se miraron al mismo tiempo. Louis se perdió en aquellos hermosos ojos verdes de nuevo.
Harry lo miró y algo en él dolió. Como si Marcel le quisiera obligar a retirarse para no salir herido. Pero si algo podía hacer por el chico que le compartía su cuerpo era darle a Louis en bandeja.
Louis estaba inmóvil, tirado en el suelo.
-¿Marcel?- apenas susurró.
-Harry, en realidad.
Harry se levantó del suelo, ayudando a Louis a ponerse de pie.- Quería hablar contigo.
-¿De qué quieres hablar?
-De lo que hiciste a Marcel anoche para que llegara a su casa llorando y se sintiera mal en la mañana. Mira Louis, yo no sé qué ha pasado con ustedes pero ahora mismo me siento mal, aquí, al verte, al hablarte. Me siento mal, como si Marcel no quisiera estar aquí o no estuviese preparado para hablar contigo. Dime qué fue lo que pasó, tal vez podría ayudarte que me lo digas, mi cerebro nos e conecta del todo con Marcel pero cabe una posibilidad de que él pueda escucharnos ahora.
Louis asintió, tomando la mano de Harry y empezando a caminar. Tacar su piel le hacía sentir que ese momento era real.
Mientras los dos se empapaban bajo la lluvia, caminando con las manos entrelazadas Louis le contó todo, cada uno de los detalles y palabras que habían escapado de su boca. Harry asentía y escuchaba sin interrumpir.
Cuando Louis terminó de hablar Harry le apretó la mano, en señal de apoyo pero no dijo nada, no podría decir algo. No sabía que.
-Tienes que hablar con Marcel. Sé que ira a Cambridge el fin de semana para su visita guiada y pues... tal vez no regrese. Mira Louis, tiempo no tienen y si quieren que lo suyo funcione tienen que hablar.
Louis tomó a Harry por las mejillas y depositó en sus labios un pequeño beso.- ¿Sabes que también te amo a ti verdad?
Harry sonrió, asintiendo como un niño pequeño.
-Lo sé, pero si tuviera que elegir... yo también hubiese elegido a Marcel.
**
El fin de semana se pasó rápido, el teniente Edward había hablado con Louis y le dio la noticia de que habían localizado a Stand y solo esperaban el momento para detenerlo.
El lunes, cuando Louis vio a Marcel en la escuela ninguno de los dos dijo nada, los dos tomaron caminos distintos y sus miradas no se posaron en el otro en ningún momento. Su grupo se había dividido. Marcel y Christopher se sentaron en una mesa diferente y Zayn siguió a su novio.
Niall era el único que se sentaba con Louis, pero los dos estaban perdidos en sus asuntos y sus
cabezas.
Toda la semana fue lo mismo, se sentía la tensión entre los dos pero nadie hablaba, ninguno tenía el coraje necesario.
Le segunda semana, cuando los exámenes finales empezaron los dos encontraron el pretexto necesario para dejar de pensar en el otro. Louis estudiando con Zayn y Niall mientras que Danielle y Liam ayudaban junto con Marcel a Christopher.
Los días se acababan y ninguno de los dos se atrevían a dar el primer paso hasta que, el viernes de la última semana de clases Louis cerró la puerta del salón que compartía con Marcel dejándolos a los dos encerrados dentro.
-Marcel, tenemos que hablar.
-¿Me dirás la verdad?
-Toda la verdad.
-Entonces empieza a hablar.
-Te amo. Te amo ahora, te amé antes y te amaré siempre. Todas las palabras que han salido de mi boca simplemente no fueron verdad, solo las dije por qué estaba enojado y si, tal vez mi reacción fue la equivocada, puede haberte dicho del problema, pude haberte informado de lo que me estaba pasando porque también tú estabas en ese problema pero yo estaba tan enojado que
mi cerebro no coordinó. Créeme que decirte lo que te dije me dolió, fue como escupir veneno pero por Dios Marcel, yo soy tan idiota que la única salida que vi fue destruir la mejor relación que he tenido en mi vida y haber arruinado la mejor noche de mi vida.
Los dos habían caminado hacia el otro, sin darse cuenta. Estaban frente a frente, y Louis, al verlo tan cerca después de tanto tiempo, lo único que hizo, para no alejarlo fue besar su frente. Marcel sonrió, abrazándolo por la cintura.
-¿Entonces todo fue mentira? ¿Cada una de las palabras?
-Todas y cada una de las palabras que dije. Todas.
-¿Me amas?
-Más de lo que algún día podré demostrarte. Te amo.
Los dos se quedaron abrazados, dándose el tiempo para sentirse.
-¿Podremos ser amigo?-preguntó Marcel.
-¿Amigos?
-Louis... no vale la pena inicial algo que no tiene un futuro. Son cuatro años de una relación a distancia... en New York podrás conocer a alguien.
-Yo no quiero a nadie más.
-Nunca sabemos que nos pondrá el destino enfrente amor.
-Yo solo te quiero a ti Marcel, no quiero a nadie más, m rehúso a hacerlo.
-Es todo lo que voy a ofrecerte Louis, mira, si, tus palabras dolieron pero si estamos separados y tú me fallas o yo te fallo a ti... no podría soportar eso. Te amo Louis pero ¿Qué tal se empezamos con una amistad? Así deberían de ser las relaciones. Hay que conocernos, saber cuáles son nuestros gustos y disgustos... Por favor, concédeme tu amistad y después veremos si podemos estar juntos.
Louis asintió, besando una vez más la frente de Marcel.
-Ahora dime... ¿Por qué dijiste todas esas cosas ofensivas?
-Fue la última jugada de Stand.
Marcel puso los ojos en blanco.- Genial Louis Tomlinson, me rompiste el corazón por las palabras de un chico desorientado. Te aplaudiría pero no sé si tu estúpido cerebro entienda que no son para felicitarte.
-Oye... no seas malo, yo temía por ti. Intenté protegerte.
-Me siento más seguro cuando estas a mi lado.
-Pero él no... olvídalo, no lo entenderías, no sabes lo que yo estaba sintiendo, solo quería alejarte de sus amenazas.
-Pues espero que pronto puedan encerrarlo, ya estoy harto de ver en el solo su lado bueno, no quiero sentirme mal por él, me alejo de ti y mando a la tumba a mi mejor amiga. Si, mi corazón en grande pero él lo ha profanado y tú le has ayudado. Eres un estúpido peor te amo y eso no va a cambiar. Por más palabras o amenazas que él pueda dar.
-Te amo Marcel.
-Y yo te amo a ti Louis.
-¿Un último beso antes de que quedemos como amigos?
Juntaron sus labios, sonriendo y abrazándose mientras sus lenguas jugaban. El ambiente estaba cambiando, como si todos los problemas de antes no hubiesen pasado. Se dijeron un te amo antes de separar sus labios.
-Lou... mañana me iré a Cambridge... no volveré. Quiero que estés conmigo cuando tome el tren, quiero que seas la última persona a la que vea porque en esta escuela siempre eras a la primera que observaba.
-Estaré contigo amor.
-A las ocho de la mañana, no lo olvides por favor.
-No lo haré, estaré contigo.
-Es hora de salir de aquí, tengo que hacer mis maletas...
Louis tomó la mano de Marcel mientras salían de la escuela, acompañándolo en su camioneta y ayudándole a hacer sus maletas, bajo la supervisión de Gemma, porque ella no quería que su hermano volviera a llorar.
Toda la tarde estuvieron juntos, cuando la ropa y objetos de Marcel estuvieron empacados se tiraron en la cama abrazados, sin hacer nada más que mirarse. Se sentía esa cierta lejanía entre los dos, esa que Marcel sentía pero no quería admitir. No quería confiar mucho en Louis, porque las palabras que le había dicho aun seguían en su cabeza.
Cuando la noche llegó Marcel se había quedado dormido en los brazos de Louis y este se levantó con cuidado, dejándolo para irse a su casa.
Gemma lo observó al bajar las escaleras y no dijo nada cuando lo vio salir. Sabía que ellos estaban enamorados y que un corazón roto era una buena señal en ocasiones.
Louis hiso una parada en el camino, comprando en una florería pequeña un ramo de rosas rojas. Llegó a su casa sonriendo, algo que en las tres semanas que habían pasado no había hecho. Salud a su mamá, sus hermanas y a Chris y subió a su habitación, preparándose para dormir esa noche y despedir a Marcel en la mañana.
**
Marcel estaba esperando, faltaban diez minutos para que su tren saliera, sus maletas estaban ya en paquetería y su madre y su hermana se habían ido a casa hacia media hora. Esperaba a Louis, él el había prometido que llegaría.
Observaba a las personas, colores, formas, tallas, alturas. Nada coincidía con Louis. Buscó entre el mar de personas en la estación, con algunas lágrimas en los ojos al no verle.
La voz en los altavoces le indicó que su tren estaba por salir.
Tomó su chaqueta y su mochila y se formó en una de las entradas, sacando su boleto. La fila avanzó y él no escuchó su nombre entre las personas. Era un grito desesperado, con urgencia pero la fila avanzaba y él al seguía.
Un grito más. Y la fila avanzó un puesto más.
-¡Marcel!
Subió al tren, recorrió el pasillo hasta sentarse en su lugar, limpiándose las lágrimas que salían. Pensó que Louis se había atascando en el tránsito, que se había quedado dormido, todo... menos que había olvidado se su ida.
Sacó su celular viendo un nuevo mensaje.
Me he quedado dormido, casi llego, te amo.
Sonrió, de alguna forma eso le reanimo más. Tal vez Louis se había quedado realmente dormido y el tiempo no había alcanzado. Se colocó los audífonos y escuchó a Ed Sheeran cantando en sus oídos.
Se recostó en el asiento, tratando de perderse en sus pensamientos. Siempre iba recordar a Louis, siempre iba a sentir que estaba a su lado y siempre lo iba a amar, eso o tenia seguro.
El asiento a su izquierda se hundió, pero no vio a su acompañante. Estaba recordando a Louis y su último beso.
Una mano tomó la suya y abrió los ojos, encontrándose una sonrisa grande y unos ojos azules expresivos.
-Bueno, casi pierdo el tren.- dijo Louis con su voz chillona con un ramo de flores en sus manosEstas son para ti.- le entregó el ramo, dándole un beso en la mejilla antes de acomodarse sus propio audífonos escuchar su música.
-¿Qué haces aquí?- preguntó aun es shock.
-Bueno, dijiste que querías que fuese el último rostro que vieras. Ahora me veras, me veras siempre. Transferí mis papeles de Columbia a Cambridge y me han aceptado. No tengo idea de cómo lo hicieron, alguien me ha dado una carta de referencia... no lo sé, pero cuatro años serán perfectos para conocernos. Amigo.
Louis sonrió al ver el rostro de Marcel pero sabía que había hecho lo correcto. No perdería al amor de su vida por tonterías de un chico que a esa hora estaba siendo arrestado. No más amenazas ni corazones rotos.
Solo Marcel, él y una vida por delante. Pero siempre a su lado.
-¿Crees que nos puedan registrar en la misma habitación? Preguntó sonriendo.- No dejaré que nadie más tenga el placer de verte dormir.
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Epílogo. Le dedico esta historia a todas y cada una de las personas que me siguieron desde el primer capitulo, o que se integraron cuando los comienzos y en el trayecto. Gracias a todos por el apoyo y las criticas constructivas. Ustedes me hacen el mejor regalo de todos al leer las cosas que salen de mi turbia cabeza.
Gracias por todo a cada uno de ustedes.
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El día estaba gris. El sol se había escondido hacia una semana y las nubes gobernaban en cielo. No llovía pero el aire frio calaba en los huesos.
Las tumbas se apilaban una tras otra, blancas, negras, grises... colores opacos. La hierba se apilaba a cada uno de los extremos de las grandes tumbas, con algunas flores y árboles.
Marcel estaba frente a aquella tumba blanca, sencilla, solo con una rosa roja sobre ella, una que él cambiaba cada mes hacia cinco meses. Una visita cada treinta días. Sonreía, con algunas lágrimas queriéndose formar en sus ojos, lágrimas que nunca derramaba.
Se sentó sobre la gran tapa que tenía solamente el nombre de aquel chico que alguna vez le hizo feliz. Empezó a hablar, contarle sobre los acontecimientos que habían pasado en esos treinta días que habían transcurrido desde su última visita.
Mientras hablaba su cerebro volvía a aquel día donde la tragedia había sucedido.
**
El día estaba soleado, todos los alumnos iban de un lado a otro para asistir a sus clases. Louis y Marcel se encontraron en uno de sus descansos, se sentaron en el pasto junto con algunos de sus nuevos amigos.
Louis abrazó a Marcel, dejando en claro- como todos los días desde que Marcel empezó a levantar miradas en la facultad- que él era suyo... o pronto volvería a serlo.
-¿Cansado?- preguntó Louis con una sonrisa.
-Mucho... hubiera dormido bien su hubieras llegado a dormir ¿Dónde estuviste?
Louis sonrió, sabiendo que la respuesta no sería de su agrado.- En la habitación de Jannete.
Marcel quitó la sonrisa de su rostro.
Se sacudió el brazo de Louis de sus hombros.
-¿Y que hacías en su habitación?
-Pues tengo una exposición que hacer y no pude reunirme con ella en las tardes porque tu quisiste que fuéramos a la biblioteca y claro que yo acepte porque en mi vida te dejaría solo.
-No es excusa.
-Es todo o que puedo decirte... no te voy a mentir. Tuve que dar la clase hoy después de no dormir en toda la noche por hacerla, no volverá a ocurrir, además te marqué a tu celular y tú no contestaste.
-No quería escuchar excusas.
-O tus celos y tu orgullo no te dejaron dominar... lo entiendo bebé, pero sabes que no debes de preocuparte por nada, Louis Tomlinson es tuyo, cada célula, folículo y gen. Soy tuyo, de pies a cabeza y así será por siempre.
-No deberías hablarme de ese modo Lou... solo somos amigos.
-Amigos con beneficios si mal no recuerdo.- aseguró dándole un beso en la comisura de la boca, haciéndole sonrojarse.
-No hagas eso... alguien podría vernos.
-¿Y eso importaría porque...? Al menos que tengas algún pretendiente aparte de mí, en ese caso debería besarte en este mismo momento para que sepan que eres mío y de nadie más. No puedo permitir que alguna otra persona sueñe con tener la oportunidad de tenerte a su lado... por Dios Marcel... no podemos ser tan malos con los demás y dejarles creer tal mentira. Dime ¿Tienes algún pretendiente? ¿Tendré que besarte ahora?
Marcel se levantó del césped, sonrojado y con una sonrisa en el rostro.
-No, estoy profundamente enamorado de una sola persona... de mi mejor amigo a decir verdad. Y Harry también lo está, lo hemos discutido.
-¿Lo han hecho eh...?
-Si, los dos hemos llegado a la conclusión de que estamos enamorados del mismo chico y no tenemos problema con eso.
Marcel había asistido a pláticas con el psicólogo de Cambridge hacía dos meses atrás. Había desarrollado una forma de aceptación a sus personalidades, Harry y Marcel tenían sus pláticas con él cada que eran requeridas y tenían lugar. Los dos habían desarrollado una vía de comunicación y ahora el compartir su cuerpo no era una batalla.
-¿Y puedo preguntar quién es ese amigo?
-Bueno, lo estás haciendo ahora y no, no te lo puedo decir aun... sería una revelación y no quiero dañar tus sentimientos amigo.
Louis sonrió, llevándose una de sus manos a donde su corazón.- Oh bebé, eso me ha dolido. La confianza ¿Recuerdas? Es la base de esta amistad.
-Bueno, será lo que sea, tengo clase ahora, te veo en unas horas Lou- Louis se levantó, quedando a la altura de Marcel- Te amo Lou.- susurró en su oído y depositó un beso en su
mejilla, antes de salir disparado junto con dos de sus amigos a su salón.
Louis sonrió más de lo que ya lo hacía, con un gesto de superficialidad recogió su mochila y retomó su camino a su salón, regodeándose de las miradas de celos de algunos chicos y chicas que se habían fijado en su Marcel y entre las miradas y guiños que recibía de otros.
Cuando la tarde llegó y los dos se reunieron en su pequeña habitación compartida y comentaron sobre su día, era viernes y una buena hora para salir aunque debían hacer- primero que nada- la llamada de los viernes a Christopher y Zayn a New York.
Hablarían con Niall, Liam y Danielle en la noche, cuando cada uno estuviera en sus habitaciones y pudiesen conectarse en una video-llamada.
Marcel encendió la computadora mientras Louis se cambiaba su ropa formal por algo más parecido a su estilo, con un pantalón de mezclilla, vans blancos y una ramera sin mangas de alguna de sus bandas favoritas.
Se sentó a un lado de su "amigo" y esperaron a que su primo contestara la video-llamada, sonaba, una, dos, tres veces.
-¡Cállate Zayn!- fue lo primero que escucharon cuando la imagen y el sonido se encendieron. Los dos sonrieron al escucharlo y después al ver su rostro y el de Zayn poniéndose algo de ropa tras él.- Hola tortolitos ¿Cómo están?
-Bien- contestaron al mismo tiempo.
-¡Awwww! Pero si hasta piensan igual que el otro, me encantan. Pues yo estoy excelente aunque no lo hayan preguntado, sé que se mueren por saber cómo estoy, soy el universo entero... como sea, estoy cansado, las clases son un asco pero si quiero estar aquí tengo que sacar buenas calificaciones así que mi vida va perfecta... ah... Zayn está bien pero él no importa.
Una voz interrumpió su habla, Zayn se hiso visible tras Christopher y con su mano despeino su cabello, haciendo que su novio diera un grito escandaloso.
-¡Malik! ¡Hijo de put...!
-¿Le dirás a mi madre de ese modo? Ella está encantada contigo y tú la llamaras así...
-Lo siento.- se disculpó Christopher, haciendo que Louis y Marcel se asombraran.
-No importa amor, sabes que estoy bromeando...- dijo y beso sus labios rápidamente, con un sonoro te amo al despegarse.
Los cuatro sonrieron a la pantalla, conversando por un largo rato.
Había pasado una hora y media y los cuatro se habían quedado sin tema de conversación así
que dieron por terminada la llamada. Eran las ocho y cuarenta cunado cerraron la computadora y se miraron a los ojos, decididos a salir y empezar el fin de semana.
-¿Quieres ir a la fiesta de Dian?- preguntó Louis.
-Sí, vamos.
Marcel se cambió de ropa por un pantalón Skinny y un polo negra con sus botas negras. Tomó una gabardina que Louis le había regalado por su segundo examen calificado con diez y salieron del departamento, topándose con algunos conocidos en el pasillo.
Louis tomó la mano de Marcel, como era costumbre y Marcel se lo permitió- como siempre-.
Caminaron por la universidad hasta salir del campus, dejando la camioneta negra de Louis en el estacionamiento. La casa de Dian no estaba lejos y además los alguno de los dos bebería, si no es que los dos lo harían y no querían tener problemas con la policía del campus.
Estaban llegando a la gran casa, escuchaban la música y veían a chicos y chicas pasar por la calle y rebasarlos por la acera, risas, cantos y gritos de diversión se avecinaban. Pero un chico resaltó sobre todos ellos.
Louis ya tenía conocimiento de que ellos habían escapado.
El teniente Edward le había avisado tres días antes pero nunca pensó que podrían encontrarles.
Nick estaba a unos siete metro frente a ellos, observándolos con su rostro cansado. Marcel seguía hablando mientras Louis observaba a aquel chico de cabello negro y largo y aspecto acabado. Nick le hiso un gesto con la cabeza, internándose en el pequeño parque a su izquierda.
Podía correr o volver a su habitación, subir a su camioneta y volver a Londres por ese fin de semana. Lo pensó y volteó la cabeza solo para ver a Stand tras ellos, con una sonrisa en el rostro y la cabeza ligeramente ladeada a la derecha.
-Hola.
Su voz retumbo literalmente en sus cabezas. Marcel volteó la mirada a donde la voz había surgido y casi grita al verle allí, con ese aspecto fantasmagórico, de quien no había comido como se debía ni había dormido lo suficiente.
-¿Stand?
-Hola Marcel- dijo dando un paso hacia ellos- te he extrañado. A decir verdad los he extrañado a los dos. Ahora por favor sigan a Nick, tenemos que resolver unos asuntos pendientes.
Stand dio un paso más hacia adelante, alertando a Louis y poniendo a Marcel tras su espalda. Algo que a Stand no le pareció. Sus ojos se inyectaron en sangre, volviéndose más grandes.
-¡No lo ocultes de mi estúpido!-gritó con rabia. Marcel dio un brinco a la espalda de Louis, sacando de su garganta un gritó de miedo.- los he estado buscando por dos jodidos meses... son unos hijos de puta... tú me engañaste Louis, teníamos un jodido trato... si yo no estaba con él tú
tampoco lo estarías... ¿Es tan difícil de obedecer? ¿Tú cabeza no entendió mis palabras? ¡¿Tengo que buscarte y separarte de él yo mismo?!
Ninguno dijo nada, la calle se había quedado vacía de un momento a otro, nadie estaba por los alrededores, solo Nick, escondido en algún lugar de aquel bosque donde algunas veces iban a explorar y hacer picnics.
-Marcel... amor... sé que no puedo regresar el tiempo y comenzar de nuevo, pero podemos comenzar hoy a crear un nuevo final. Un final donde tú y yo estemos juntos. Tuvimos nuestro momento y era especial, los dos lo sentimos pero Louis... Louis tiene que tenerlo todo. El amor es cuando aceptas a una persona con sus defectos y eres capaz de amar cada una de las pequeñas fallas de otro. Yo te amo. A ti y a todas las fallas que has cometido contra mi. Te perdono por el sufrimiento que me has causado.
Louis veía el rostro de Stand, las mejillas ahuecadas y los ojos saltones. Seguía siendo guapo, de hecho su aspecto ahora parecía el de un modelo que ropa interior con imagen de chico malo... pero sus ojos estaban perdidos, en tiempo, espacio y realidad. Podía sentir su mente trabajando lentamente, como muchas veces le vio al estar drogado. Y no dudaba en que lo estuviera.
Sacó su celular del bolsillo, marcando en número uno de su marcación rápida, contactando con el teniente Edward. Escuchó como descolgaban el teléfono y hablaba al otro lado, como el hombre pronunció su nombre y al no recibir respuesta lo escuchó gritar con desesperación. Quería que escuchara a Stand, que rastrearan el número rápidamente para que todo acabara de una vez y que los encontraran a tiempo.
-¡Todo es culpa de Louis!- gritó logrando que el policía al teléfono le escuchara.
Louis escuchó un leve Estoy en camino pero no cortó la llamada, tenían que rastrear el celular.
Stand se acercó a ellos, Louis temblaba levemente a comparación de Marcel, sentía su miedo y el sudor de sus manos aferrándose a sus brazos. Quería decirle que todo estaría bien, que nada les pasaría esa noche. Quiso gritar pero de nada serviría, la música de la fiesta ahora estaba más fuerte y sus gritos serian opacados. Rogó para que alguien saliera de entre las sombras o pasara por la calle pero estaba desierta, era viernes y todos los alumnos se repartían por la ciudad, a los bares, sus casas o fiestas fuera del campus. Los guardias no salían y ellos estaban solo en la calle.
Quería formar un plan, quizás podría correr y pedir ayuda a los guardias del campus, llamar a la policía y avisar de que un maldito psicópata prófugo de la justicia estaba en la acera, a menos de quinientos metros de la universidad pero sus planes se vieron opacados cuando Nick surgió de las sombras, con un pequeño artefacto en las manos. Un brillo plateado fue apuntado hacia ellos, revelando un cañón pequeño y una mano nada temblorosa.
-Nick... mi maldito y fiel amor...- susurró Stand yendo a su lado- estamos tan jodidos que ya anda es relevante en nuestras cabezas.
Las cosas ahora estaban serias, Marcel estaba al borde del colapso y Louis ahora no tenía escapatoria. Se resignó a esperar a que la policía apareciera y a no temerle a la pistola que Nick tenía sujeta a su mano firme.
-Hemos aprendido tanto en estos meses...- seguía hablando Stand a Nick, pero este no le veía, veía directamente a los ojos de Louis, rogándole un perdón que sabía no era merecido.- he aprendido a amarte como a un amante...
Nick cerró los ojos, deleitándose de las palabras de Stand.
Marcel apretó la mano de Louis, pegándose a su cuerpo y cerrando los ojos, no queriendo ver aquella imagen tan íntima donde dos mentes dañadas se hablaban de amor. Pegó su nariz a la nuca de Louis, aspirando su aroma, sonriendo y besando su nuca.- Te amo Louis... tú eres la única persona de la que estoy enamorado. Te amo.
Louis dio la vuelta, sin importarle el darle la espalda a dos chicos totalmente perdidos. Tomó a Marcel por las mejillas, sonriéndole al ver sus ojos verdes a la luz de la luna.
-Te amo Marcel. No puedo decir otra palabra porque ni siquiera el te amo expresa lo que siento por ti. No se ha inventado palabra alguna para decir lo que siento. Es... real e intenso. Es amor... es alguna expresión es amor.
Una lágrima corrió por la mejilla de Marcel.- Todo va a estar bien.
-Oh bebé, mañana este encuentro habrá sido solo un mal sueño. Te lo he dicho antes. Siempre voy a protegerte, siempre estaré para ti.
-Louis... ¿Quieres ser mi novio?- preguntó Marcel, con algo de alegría en la voz.
Louis sonrió, con una verdadera y autentica sonrisa.- Bueno, tu escoges los momentos más románticos para hacer este tipo de preguntas amos, tu ex novio que es mi ex amigo esta junto a un chico manipulado mentalmente apuntándonos con una maldita pistola y tu me dices que si quiere sor tu novio... como su existiera una jodida respuesta que no fuera si en mi vocabulario. Pero, está bien, te responderé. Si, quiero ser tu jodido novio Marcel Cox.
No era el momento apropiado para un beso así que en lugar de eso regresaron su atención a donde Stand y Nick. Los dos estaban perdidos en una plática y a juzgar por el rostro de Nick la plática no era de su agrado. Sus ojos se posaron en Marcel y después en Louis, oscilando entre los dos con cada palabra de Stand.
Louis pudo escuchar a lo lejos el sonido de una sirena, después dos y el sonido iba en aumento. Eran más de tres unidades y los familiares colores de la policía se veían en la oscuridad.
Stand salió de su transe y Nick negó varias veces con la cabeza. Apuntó el arma a donde Louis y Marcel cerró los ojos, Louis lo observaba a los ojos, leía en su expresión un lo siento.
Cerró los ojos. Esprando que la policía llegara a tiempo.
-¡Dispara!- gritó Stand, como si escupiera veneno sobre la orden.
El tiempo se congeló, Marcel escuchó la explosión de la pólvora y el rugido del cañón. Salió disparado al suelo, sin abrir los ojos, dejando que sus lágrimas salieran sin control.
Abrió lentamente los ojos, viendo el a Nick con la pistola en la mano caída a un costado, la sudadera manchada de sangre, como si hubiese sido bañado por pintura roja y después, en la acera... el cuerpo sin vida del que una vez le hiso feliz.
-Una vez leí sobre efectos colaterales- escuchó decir a Nick- la muerte es un efecto colateral del amar... amar esperando una reacción que nunca llega. Un efecto colateral del haber amado a Stand era la locura, deje que me llenara con su retorcida forma de ver el mundo. Pero no puedo dejar de agradecerle por ese pequeño lapso de felicidad. ¿Él me amo?- preguntó con la voz
queda.
-Te ama, aun lo hace Nick...- respondió Louis.- y te perdona.
**
Las lágrimas querían salir pero nunca lo hicieron realmente. Marcel se levantó de la tumba, leyendo el nombre de Stand Harrison en ella. Dibujó una sonrisa en su rostro y dejó la rosa roja en su lugar de siempre.
Dio vuelta para encontrar a Louis frente a él, viéndole desde la lejanía.
Los dos se sonrieron y se tomaron de la mano cuando Marcel llegó a su lado. Salieron del cementerio, subiendo a la gran camioneta negra de Louis y alejándose a velocidad, hasta que los treinta días pasaran y tuviesen que regresar.
Al llegar al campus fueron a su habitación, se recostaron en la cama y se dijeron cuanto se amaban, lo mucho que querían estar juntos el resto de sus vidas y después hicieron el amor, lenta y apasionadamente.
Se abrazaron toda la noche, hablando sobre banalidades. Cuando Marcel estaba durmiendo y Louis lo veía parpadear se disidió a hablar. Tomó valor y suspiró, esperando no asustar a su novio.
-Marcel...
-¿Qué pasa Lou?- preguntó en un bostezo.
-Sé que el inicio de nuestra historia es algo... no muy usual. Sé que te traté mal en momentos y que he dicho las mayores estupideces de toda mi vida... pero estoy seguro de una cosa... Te amo, te amo y lo haré siempre. No pido que sea ahora, solo quiero que lo consideres para un futuro a tu lado. Nuestra historia es rara pero sabemos que nos amamos. Llegamos a ser un poco como una historia de los libros de tragedia que tanto lees. Marcel Cox... no tiene que ser ahora si no lo quieres de ese modo pero quiero que sea algún día, que ocurra y me hagas feliz. Quiero que tú y Harry lo hablen y que lleguen a una conclusión. Quiero que los dos me hagan el hombre más feliz dentro de algunos años.
Marcel le miraba, ahora sin rastro de sueño.- ¿A qué quieres llegar Lou?
-Marcel Cox... Harry Styles... ¿Se casarían conmigo?
Marcel sintió la familiar conexión con Harry, sonrió involuntariamente, sabiendo que la petición había causado la misma reacción en Harry.
-¡Sí!- gritaron los dos, sintiéndose por primera vez como uno solo.
El resto es historia. SU HISTORIA.
FIN.
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Gracias. Solo quiero escribir esto para agradecerles a todas las personas que leyeron mi novela.
A todos y cada uno de ustedes.
Mi sueño más grande es ser escritora, tal vez no reconocida pero escribir es lo que más amo. Ustedes, con sus votos, comentarios lecturas me han dado la felicidad y el apoyo que necesito. Gracias a todas las personas que me apoyaron- no diré nombre pero saben quiénes son- y la novela le agradezco que me ayudó a encontrar a grandes amigos.
El apoyo, las palabras de aliento, todo.
Solo... Gracias.
Estoy nostálgica, triste, feliz... siento todo. Este es el segundo fanfic de Larry que escribo y bueno, yo nunca en mi vida en el fandom creí que terminaría escribiendo sobre el amor de estas dos personas que nos une a todos.
Bueno, eso es todo por mi parte en esta novela, gracias por todo. Aunque no parezca me ayudan a ser feliz día con día, suene muy trillado o no, ustedes causan en mi un efecto muy agradable.
Gracias.