Biografías que
inspiran
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Biografías que
inspiran
Dirección General: Lauro Alonso Aldana Félix
Autor:
Dirección de Arte Editorial: Fernando Jáuregui Flores
Fotografia: Arturo Jáuregui Flores
Retoque Fotográfico: Jesus Elmer Molina Cedano. Jorge Francisco Arce Corona.
Revisión y Corrección: Irene Paiz Tejada Jesús E. Aguirre Valenzuela
Producción: Fabiola Ríos Beltrán ISBN 000000000 Primera Edición 2005
D.R. IBALPE INTERNACIONAL DE EDICIONES, S.A. DE C.V. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, archivada o transmitida en alguna forma o mediante algún sistema mecánico de foto-reproducción, de almacenamiento en memoria o cualquier otro medio.
José Ángel Espinoza Ferrusquilla # 202-A, Col. Palos Prietos C.P. 82010. Mazatlán, Sinaloa, México Tel.: (669) 989-04-88 / 985-53-53 Fax: (669) 989-04-77 www.ibalpe.com.mx, Correo electrónico:
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INDICE Ana Gabriela Guevara
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Los Hermanos Mayo
87
Emilio Azcárraga Vidaurieta
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María Montessori
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Baby Ruth
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Mozart
94
Simón Bolívar
22
James Cleveland Owens
99
Andrew Carnegie
26
Bill Gates
102
Dr. Benjamín Carson
29
John F. Kennedy
107
Sor Juana Inés de la Cruz
33
Aristoteles Onasis
113
Marie Curie
37
Gabriel García Marquez
119
Juan Davison Rockefeller
40
Pelé
128
Walt Disney
44
Franklin Delano Roosevelt
131
Michael Faraday
47
Leonardo Da Vinci
134
Benjamín Franklin
51
James Watt
140
Mohandas K. Gandhi
53
Netzahualcóyotl
145
Raúl González
56
Thomas A. Edison
151
Dan Jansen
61
Alejandro Magno
158
Madre Teresa de Calcuta
65
Carlos Slim Helu
164
Benito Juárez
70
Jorge Luis Borges
169
Frida Kahlo Calderón
74
Juan Pablo
176
Helen Keller
77
Michael Jordan
183
Abraham Lincoln
83
Ray Kurzweil
189
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prólogo
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Ana Gabriela Guevara 6
A
na Gabriela Guevara Espinoza nació el 4 de marzo de 1977 en Nogales, Sonora, México. Hija primogénita de Ana María Espinoza, ama de casa, y de César Octavio Guevara, propietario de un negocio de alarmas. La infancia de Ana Gabriela fue como la de cualquier niña. Junto con sus hermanos Azalia, César, Daniela y Jaime, jugaba por horas con sus amigos. Por ser la mayor siempre ha protegido a sus hermanos. Desde pequeña fue extremadamente independiente. Su padre comenta que cuando ingresó a la primaria, la llevó el primer día a la escuela; sin embargo, al tercer día la niña le pidió que no la acompañara más, porque ella podía llegar sola. Ana Gabriela mostró inclinación hacia el deporte desde la primaria, especialmente por el básquetbol. A pesar de que sus padres no influyeron en Ana Gabriela para que se dedicara al deporte, siempre la apoyaron en lo que ella quiso practicar; le permitieron que de niña se fuera sola a entrenar básquetbol, o se trasladara de un lugar a otro a bordo de su bicicleta. Una cicatriz en la espalda recuerda el accidente que sufrió cuando, a la edad de siete años, la atropelló un auto. Siendo estudiante de secundaria y preparatoria representó a sus escuelas jugando básquetbol. Estudió hasta la preparatoria en su ciudad natal. En la escuela preparatoria del Centro de Estudios Interdisciplinarios de la Frontera, siempre se mostró segura de lo que decía y en lo que creía. Era una alumna seria que daba su opinión sin titubeo. En tiempo de competencias no podía asistir a clases, pero cuando regresaba de inmediato se ponía al corriente. Fue en ese tiempo cuando el entrenador cubano Luis Betancourt la observó y la seleccionó para integrar el equipo de Nogales de básquetbol, conjunto con el que ganó el Campeonato Estatal frente al Instituto Tecnológico de Sonora, en lo que fue el inicio de una etapa de grandes satisfacciones y éxito. Al terminar la preparatoria se fue a entrenar a la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, donde estudió ingeniería un semestre; sin embargo, al poco tiempo se decidió por Hermosillo como su sede de entrenamientos. En la Universidad de Hermosillo estudió también un semestre, pero en Ciencias de la Comunicación; sin embargo, no pudo continuar ya que fue en esa época cuando tomó la determinación de dedicarse de lleno al atletismo. Su ingreso al atletismo se dio de manera circunstancial en 1996, ya que por su edad no podía continuar integrando el equipo de básquetbol de su estado natal, Sonora, y al no ser seleccionada para el equipo olímpico de básquetbol que iba a participar en Atlanta´96, decidió que lo suyo era el atletismo. Este hecho lejos de representar una barrera se convirtió en un nuevo reto. Los resultados se dieron rápidamente; primero ganó la olimpiada estatal en Sonora, luego participó representando a su estado en la Olimpiada Juvenil de México en 1996, ganó en los 400 y 800 metros planos, con tiempos de 56.01 segundos y 2:15.01 minutos, respectivamente (imponiendo récords en ambos eventos). En ese mismo año asiste al Campeonato Iberoamericano de Medellín, en Colombia, y es parte del relevo 4 x 400 que consigue el tercer
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lugar con 3:38.48, y el sexto lugar en los 400 metros con 54.8. Todo esto lo consiguió en sólo seis meses de practicar el atletismo. Después de esta inusual demostración de talento, los expertos del atletismo internacional reunidos en Medellín se dieron cuenta de que había nacido una de las posibles estrellas del atletismo mundial. Asistió también al Mundial Juvenil de Atletismo celebrado en Australia y ocupó el duodécimo lugar en los 400 metros, con tiempo de 56.20. En 1997 compitió en la Universiada Mundial de Sicilia, Italia, y quedó en sexto lugar en los 800 metros con 2:02.90. Obtuvo uno de sus primeros triunfos internacionales de renombre en 1998 cuando participó en el Campeonato Iberoamericano de Lisboa, Portugal, donde logró ganar los 400 metros con un extraordinario tiempo de 50.65 segundos; en el mismo campeonato compitió en el relevo 4 x 400 y terminó esta vez en primer lugar con 3:33.62; también corrió los 800 metros planos y quedó segunda con 2:01.53. En ese mismo año dentro de los Juegos Centroamericanos de Maracaibo, Venezuela, terminó en segundo lugar en los 400 metros con 51.31 segundos y en los 800 metros fue también segundo lugar con 2:01.12. En 1999 participó en el Torneo de Invitación de Grecia y ganó los 400 metros con registro de 51.47. A partir de ese año la dedicación y las horas de esfuerzo diario comenzaron a dar los resultados esperados con la conquista de múltiples preseas, y el nombre de Ana Gabriela Guevara comenzó a ser reconocido. Por ello, Ana Gabriela fue convocada por la Federación Mexicana de Atletismo para representar al país en competencias internacionales. El rápido ascenso de Ana Gabriela apenas empezaba a tomar forma y el primer reto de importancia mundial estaba por llegar en el Mundial bajo techo de Maebashi, Japón. Así, el domingo 7 de marzo la atleta sonorense finalizó en el cuarto lugar, provocando que el ámbito del atletismo mundial volteara sus ojos hacia una novata que mostraba en cada carrera seguridad y hambre de triunfos. Los triunfos conseguidos en esos meses fueron el principal motivo por el cual Ana Gabriela fue designada abanderada de la delegación mexicana que participaría en los XIII Juegos Panamericanos Winnipeg ´99. Impulsada por el honor de portar la bandera mexicana, Ana Gabriela llegó con la firme intención de subir al pódium y darle a México su primera medalla en pruebas de velocidad. El domingo 25 de julio de 1999, logró el objetivo y obtuvo para México la medalla de oro panamericana superando a sus rivales con gran claridad. Este triunfo y los buenos tiempos registrados durante la temporada de atletismo hicieron que clasificara al Campeonato Mundial en Sevilla, España, en donde se presentó como una de las cartas fuertes del atletismo de América Latina, pero su participación mundialista concluiría el martes 24 de agosto al finalizar en el sexto puesto en la serie semifinal. Aunque Ana Gabriela no pudo llegar a la final, el destino le regaló otra recompensa al ser ganadora del Premio Nacional del Deporte por su brillante desempeño durante 1999.
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Entusiasmada Ana Gabriela dijo: “Recibir este reconocimiento me llena de orgullo y me da mucho gusto haberlo logrado, es el premio más significativo a nivel nacional”. Sydney 2000 fue un sueño hecho realidad para Ana Gabriela, vivió la experiencia que todo deportista anhela tener, asistir a unos Juegos Olímpicos. En su debut se ubicó en el segundo puesto detrás de la senegalesa Amy Thiam en la primera ronda eliminatoria. En la segunda fase, nuevamente calificó en la segunda posición y en las semifinales llegó detrás de la australiana Cathy Freeman. En la final, Ana Gabriela se ubicó en el quinto lugar y su regreso al país fue muy emotivo, ya que estuvo cargado de demostraciones de cariño y múltiples reconocimientos del pueblo. El 2001 representó para Ana Gabriela el escalón que necesitaba para consolidarse entre las mejores atletas de nuestro planeta. Ana Gabriela actuó durante la temporada en competencias por Europa, Australia y Sudáfrica, en donde tuvo excelentes resultados. Pero su cita más importante del año llegó en agosto, cuando en Edmonton, Canadá, se celebró el Octavo Campeonato Mundial de Atletismo. Su participación mundialista inició al ganar la primera ronda eliminatoria. En semifinales Ana Gabriela volvió a terminar en la primera posición, y todo estaba listo para la final que se llevaría a cabo en el estadio Commonwealth. Ana Gabriela se ubicó en el tercer carril y la carrera fue más emotiva de lo esperado con una atleta mexicana que arañó la medalla de oro, pero que finalmente conquistó la presea de bronce en una emocionante final. La temporada de atletismo terminaría para Ana Gabriela con su participación en los Juegos de la Buena Voluntad, en Brisbane, Australia, en donde ganó la presea dorada. Todos esos resultados además se reflejaron en el escalafón mundial de la Federación Internacional de Atletismo Amateur, en donde se adueñó del primer lugar de la clasificación. El año 2002 fue un año dorado para Ana Gabriela: ganó sus 12 carreras en la temporada, incluidas las siete pruebas de la Liga de Oro, la final del Gran Premio en París y la Copa del Mundo en Madrid. Al cronometrar 49.16 segundos en Zurich se convirtió en la undécima mujer más rápida de la historia en correr la vuelta a la pista. Su triunfo en la Liga Dorada representó para Ana Gabriela, junto con Félix Sánchez, el marroquí Hicham El Guerruj y la estadounidense Marion Jones, conquistar parte de los 50 kilos de oro que se reparten entre los atletas que logren siete victorias en la serie. Para continuar con su racha de triunfos durante este año, Ana Gabriela fue abanderada de la delegación mexicana a los XIX Juegos Centroamericanos y del Caribe en El Salvador. En las competencias ganó la medalla de oro en la prueba de los 400 metros y en la carrera de relevos 4 x 400. Para coronar el año recibió el premio a la mejor deportista de Latinoamérica en 2002, concedido en una encuesta anual organizada por la agencia cubana Prensa Latina. Este año, 2003 ha sido otro año de triunfos. Ana Gabriela continúa en su camino exitoso rumbo a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
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Ana Gabriela Guevara logró ver en México la celebración de un evento de atletismo de gran nivel, y consiguió el mejor registro en los 300 metros en la historia, al recorrer la distancia en 35.30 segundos. En su primera competencia del año, Ana volvió a encontrarse en la pista con la australiana Cathy Freeman, a quien por primera ocasión derrotó en su carrera. La velocista sonorense tuvo una presentación de lujo en territorio estadounidense (Eugene, Oregon), en donde dio muestras de su calidad y consiguió el primer puesto con un tiempo de 49.43 segundos. Consiguió su decimoctava victoria consecutiva al imponerse en los 400 metros, con tiempo de 49.62 segundos, en el Encuentro Internacional de Pista y Campo celebrado en el Home Depot Center, de esta ciudad. En el Grand Prix Guadalajara 2003, Ana obtuvo el triunfo con su tercera mejor marca de la temporada: 50.09 segundos. Por vigésima ocasión, Ana Gabriela Guevara cruzó la meta en primer lugar, ahora en Xalapa con tiempo de 50.98 segundos. Por tercera ocasión en su carrera deportiva Ana Gabriela Guevara fue designada como abanderada de la delegación tricolor a los Juegos Panamericanos en Santo Domingo. Ana Gabriela se define a sí misma como una mujer de carácter fuerte, firme en sus decisiones y enemiga de las medias tintas; toma una decisión, la ejecuta sin contemplaciones y sin necesidad de ayudas. De carácter duro a primera vista pero tierna y sensible cuando se la conoce un poco más. Le molesta mucho la injusticia, la prepotencia y el abuso hacia las mujeres. La vida familiar es muy importante para Ana Gabriela y disfruta cada oportunidad que tiene para convivir con sus padres, y sus hermanos. Aparte del deporte, entre las cosas que más le gusta hacer es cantar acompañada con la guitarra por su padre, con quien entona canciones románticas y boleros. Le apasiona la fotografía; antes de las competencias pasa el tiempo leyendo. Su libro preferido es “El mundo es tuyo pero tienes que ganártelo”, del coreano Kim Wo Chong. Su ídolo en el mundo del deporte no es un atleta, sino Michael Jordan, la estrella del básquetbol mundial. En pocos años, Ana Gabriela Guevara ha logrado consolidarse como una de las máximas figuras del atletismo mundial. Y aunque parece fácil, su trayectoria en el atletismo ha sido fruto del esfuerzo, la dedicación y el sacrificio. Ana Gabriela ha triunfado donde muchas otras han fracasado, y es un ejemplo de que los jóvenes con talento pueden incursionar con gran éxito en cualquier actividad que se propongan. “Hay personas que ven las cosas como son y se preguntan ¿por qué? Hay personas que soñamos con cosas que nunca han sido y decimos ¿por qué no?” Ana Gabriela Guevara
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Emilio Azcárraga Vidaurreta 11
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S
e oyó un fuerte llanto anunciando el nacimiento de aquel niño. Era el 2 de marzo de 1895 cuando en Tampico doña Emilia Vidaurreta de Azcárraga, esposa de don Mariano Azcárraga, daba a luz a un hermoso bebé. Era robusto, muy vivaracho y de buen peso. Su padre al verlo se quedó maravillado, y le dijo a su esposa: lo llamaremos “Emilio”. Sólo el destino sabía lo grande que iba a ser este pequeño, que ese día sorprendiera a su padre como tiempo después lo haría con mucha gente. Desde muy pequeño dio muestras de tener carácter fuerte, era muy terco y le gustaba que los demás niños lo vieran como una especie de líder al que tenían que seguir en sus juegos, y así era porque todos lo seguían y aceptaban como tal. Su familia, que vivía en el puerto de Tampico, emigró hacia Piedras Negras, Coahuila, en donde Emilio estudió la primaria. Mientras, don Mariano se desempeñaba como funcionario de Aduanas y su madre se dedicaba por completo al hogar. Al terminar su primaria, sus padres deciden enviarlo a estudiar la secundaria a San Antonio y Austin, Texas, porque cambiaron a su papá a una región endémica de fiebre amarilla y temían que Emilio se contagiara. Pero no concluyo sus estudios debido a que había comenzado la revolución en el año de 1910, y con ella, el desequilibrio de muchas familias a las que les fueron arrebatados bienes, dinero, estatus y algunas veces hasta los hijos. Emilio pensó que lo mejor sería estar al lado de su gente y lo mejor que podía hacer era conseguirse un trabajo. Así que a la edad de 17 años se inicia como vendedor en una zapatería, “El Capricho”, en Veracruz y de ahí nació su vocación hacia las ventas. Era como si hubiera nacido con un don especial, tenía talento y mucha creatividad, motivo por el cual le piden que trabaje en otra zapatería llamada “Cruz y Morabieta” en su natal Tampico, en donde se supo desarrollar ampliamente y obtuvo grandes ganancias. Tenía conocimientos del idioma inglés, lo que le ayudaba a comunicarse con los marinos que venían al puerto de E.U.A., pero más que nada era su carisma y su don de gentes lo que lo llevó pronto a ser uno de los vendedores más exitosos de Tampico. Ahorró un considerable capital con la ilusión de iniciar una empresa propia en el futuro. Cuando se le preguntaba a Emilio en qué radicaba el éxito que tenía en sus ventas, sólo respondía que le daba únicamente a la gente lo que necesitaba. Su experiencia pronto lo llevó a ser representante de una empresa norteamericana de calzado. Su nuevo empleo le sirvió para viajar por todo México, conoció costumbres, experiencias y gustos diferentes, lo que le ayudó para desarrollar aún más su capacidad como vendedor y ganar una suma considerable de dinero. Fue tanta su tenacidad y empeño que pronto inició su propio negocio.
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Así, cuando tenía 22 años fundó la firma “Azcárraga y Copland”, cuya actividad era la de distribuir los primeros automóviles Ford llegados a México. Era el año de 1917. Pronto extendió su empresa logrando establecer otras agencias Ford en León, San Luis Potosí y Aguascalientes. Era sorprendente ver cómo un joven de su edad tenía tanta capacidad para desarrollarse dentro de los negocios. Emilio pensó que tendría que tener una sede en un lugar que fuera importante y, además, una de las ciudades más grandes. Así que decidió que el lugar ideal sería Monterrey, Nuevo León; en 1921 se establece en esa ciudad. Su fama y su nombre pronto fueron conocidos fuera de México llegando a conseguir en 1923 la distribución de la Victor Talking Machinering Company, que se dedicaba a la elaboración de discos y Fonogramas Victor o “La voz de su amo” y también en este campo alcanzó un gran éxito, pues consiguió la representación exclusiva en el país. Su dinamismo y su profesionalismo hicieron que la radio en México tuviera un desarrollo importante. De él surgió también la idea de que la estación pudiera recibir a compositores e intérpretes, ya que además de ser escuchados por cientos de personas ayudaría a que las ventas se incrementaran. En cuanto a la distribución de aparatos de radio, gustó tanto su proyecto que el 18 de septiembre de 1930 sale al aire la estación XEW conocida como “La Voz de América Latina desde México”. Tenía una visión de los negocios como ningún otro, previó a futuro que su empresa iba a tener un crecimiento y un desarrollo enormes, ya que el medio radiofónico en ese momento era de los más importantes medios de comunicación. Nunca escatimó en gastos, todo lo invertía en su negocio, su gran creatividad lo llevó a implementar el llamado anuncio publicitario, a través del cual las empresas podían anunciar sus productos por la radiodifusora. Al gran Emilio Azcárraga se le debe que haya nacido la época de Oro de la Canción Mexicana porque fueron muchos los compositores e intérpretes que en la XEW nacieron y muchos otros los que se dieron a conocer. Pero su talento no paró ahí, siguió ideando y creando medios mejores para llegar con más facilidad a la gente. Así, en 1932, integra la onda corta a la XEW e incrementa su potencia a 50,000 watts. Pronto hubo la necesidad de expandir la capacidad de la XEW; el viejo inmueble ya era insuficiente para tanto personal y tantas actividades y deciden inaugurar en 1934 otros estudios
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en las calles de Ayuntamiento, donde la potencia fue aún mayor que en la anterior estación, ya que contaba con 250,000 watts. Tiempo después decide incursionar en otro medio de comunicación de masas: “EI Cine”. El 7 de marzo de 1936, inauguró el Teatro Alameda, con un estilo propio, decorado en su totalidad muy a la mexicana y en el que combinaba actuaciones de cantantes en vivo y exhibía cintas cinematográficas. Mucha gente lo quería y lo admiraba, porque además de ser uno de los empresarios más importantes de México, siempre conservó la humildad de cuando inició como un simple vendedor de calzado. Durante toda su vida como empresario, creó muchas fuentes de trabajo en donde se emplearon cientos de personas. Protegió los derechos de quienes escribían alguna canción y de quienes la interpretaban. Hizo también exclusivos a los músicos que trabajaban para la XEW, mismos que respondieron siendo cada día más profesionales y responsables. Preocupado por quienes llevaban el nombre de México en sus interpretaciones al extranjero, y cuidando sus derechos y el cobro de sus regalías, fundó la promotora Hispanoamericana de Música, cuyo objetivo era el de representarlos en el extranjero. Don Emilio consideraba que la radiodifusora tenía que seguirse expandiendo cada día más porque era mayor el número de gente que los escuchaba y los veía, así que nuevamente puso en práctica su talento, y creó otra radiodifusora, la XEQ, que salió al aire el 31 de octubre de 1938 y tuvo el mismo éxito que la anterior. Muchas fueron las empresas que crecieron a la par con la XEW y XEQ, entre ellas la fábrica de chocolates “La Azteca” y la Cervecería Modelo. Todo gracias a la publicidad que se les dio en las radiodifusoras. Además de dirigir sus negocios, también le gustaba participar en la elección del personal que iba a trabajar para él, escogiendo las voces de los locutores, descubriendo talentos como Gabilondo Soler “Cri-Cri”, Amparo Montes, Ema González, Agustín Lara, Toña La Negra, entre otros. También le gustaba crear guiones, los que eran muchas veces mejores que los de los mismos redactores. Emilio Azcárraga también contó con gente que le seguía y apoyaba incondicionalmente, como “Amalita” o Amalia Gómez Zepeda, su secretaria y mano derecha. En 1938 la NBC de Nueva York retransmite en más de 100 difusoras programas de la XEW. Todo gracias a Emilio, el que no sólo logró que en E.U.A. tuviera impacto sino que también hizo lo mismo en Europa. Ni qué decir del éxito en México y en provincia de “RADIO PROGRAMAS DE MÉXICO”, una red que cubrió con música, radionovelas e información todos los rincones del país. Este señor se preocupó no sólo por llevar buena música y espectáculos de cine y teatro a la comunidad, sino que también por la seguridad de la misma, lo que lo llevó a crear un sistema de protección: “radiopatrullas”.
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También, por su amor hacia la población en general participó en la organización del Instituto Mexicano del Seguro Social como miembro del primer Consejo Técnico. Fue presidente de la primera convención de radio que se celebró en Chicago, donde propuso la creación de una norma legal para la radiodifusión, la que tiempo después agrupaba a los concesionarios de la radio del país con otros radiodifusores en la “Cámara de la Industria de la Radiodifusión”, de la que fue nombrado presidente por unanimidad. Creó también la “AIR” que reunía a los más prominentes radiodifusores del continente americano y construyó en 1944 los estudios “Churubusco”, en donde hicieron un sinnúmero de películas. Pero lo que no le gustó fue que las salas donde se proyectaban esas películas y asistía la mayoría de la gente sin recursos fueran lugares insalubres; así que se dio a la tarea de crear cines con mejores condiciones, como el “Atlas”, “Acapulco”, “Apolo”, “Arcadia”, “Bahía”, “Bucareli”, “Estadio” y “Popotla”, donde los precios eran accesibles y las salas cómodas y salubres. Don Emilio Azcárraga sentía gran pasión por Acapulco, en donde edificó hoteles familiares: “Papagayo”, “Ritz” y “Paraíso”. Su espíritu incansable hace que piense en la necesidad de juntar sus radiodifusoras y encadenarlas de manera televisiva, así el 21 de marzo de 1951 inicia transmisiones XEWTV Canal 2 en Televicentro, la que posteriormente tomó el nombre de Televisa al fusionar las estaciones de televisión comerciales existentes en el país y que hoy da salario a más de 6,000 mexicanos. Emilio Azcárraga tuvo 3 hijos cuyos nombres son: Laura, Carmela y Emilio. Este último siguió sus pasos y su escuela y fue un gran empresario como lo fue su padre. Pese a ser un hombre humilde y lleno de bondad, aunque de apariencia tosca, tenía también muchos ratos de histeria y mal humor principalmente cuando sentía que la gente se quería aprovechar de él. Este gran hombre, genio incansable, no pudo continuar su obra ya que un paro cardiaco puso fin a su existencia a los 77 años, cuando fue llevado a Houston, Texas, para ser intervenido quirúrgicamente. Falleció el 23 de septiembre de 1972 y sus restos, que fueron trasladados a la Ciudad de México, descansan en el Panteón Español. “Murió su cuerpo” pero no su obra ni su espíritu de lucha, el que siguen como ejemplo quienes trabajaron junto a él. Porque mientras exista TELEVISA y sus radiodifusoras seguirá vivo el gran Emilio Azcárraga Vidaurreta
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Baby Ruth 16
Aunque era un pequeño de sólo 7 años, George German Ruth no pudo evitar que sus padres lo ingresaran a “St. Mary´s Industrial School” por las costumbres que el niño había adquirido y por los problemas que causaba a su familia. Sus padres tenían un salón cerca de la ciudad de Baltimore, en Maryland, cercano a los muelles a donde los marineros que pasaban meses en el mar llegaban a beber hasta embriagarse totalmente. Y aunque se preocupaban por el futuro del niño, no le ponían la atención debida porque pasaban muchas horas en el bar todos los días. Así que George pasaba su infancia en las calles o en los muelles. En 1902, Baltimore no era un lugar muy seguro, en especial para los niños, pues era un sitio muy rudo y aunque había escuela en el pueblo, George se escapó un sinnúmero de veces pues no le gustaba asistir a clases. Como era de esperarse, el niño no creció en un ambiente propicio para él, así que pronto empezó a adoptar malas costumbres y a causar problemas. Los clientes le enseñaron a masticar tabaco y uno de ellos le dio alguna vez a beber whisky. Todo esto molestaba a sus padres y aunque George sabía de su preocupación él seguía haciendo lo que los demás le enseñaban, porque pensaba que él también lo tenía que hacer. Pronto adquirió malas costumbres como la de extraer dinero de la caja del bar o la de robar dinero del bolso de su madre; como estaba muy pequeño la gente reía, ya que les caía en gracia lo que hacía. Así que sus papás pensaron ponerle remedio a esa situación, pues más adelante no lo iban a poder controlar, así que deciden enviarlo a una especie de internado lejos de Baltimore. Aunque George supo que había causado problemas, no quería ir ahí. ¿Qué conciencia podía tener un niño de 7 años?, ¿por qué querían sus padres alejarlo de ellos?, ¿cómo podría él entenderlo? Le habían dicho que la escuela iba a ser su nueva casa, en la que iba a aprender cosas que después le servirían, que iba a asistir a clases, a dormir y comer en ese lugar, pero él no lo entendió. Lo único en que pensaba era que no iba a volver a ver a su madre ni a su padre pero no pudo hacer nada, su madre arregló sus cosas y partieron hacia lo que sería su nuevo hogar. Se vio como en un sueño, parado frente a un gran portal de hierro y miró a un hombre alto, que supuso era el portero del lugar, abrir el cerrojo, lo deslizó, y con una campanada dejó la puerta abierta. Aunque George trataba de no mostrarse nervioso, todo su cuerpo temblaba cual si fuera una hoja y sudaba copiosamente, le echó una mirada al interior y todo lo que veía se le hacía feo y triste.
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Tenía un gran patio a un lado y todo el lugar estaba rodeado por una gran cerca; además, ahí no conocía a nadie y ese lugar era dirigido por los hermanos Xaverianos, una orden de sacerdotes católicos, que pensó serían muy diferentes a los amigos que tenía en los muelles. Uno de ellos le dio un locker, una cama con un número y le hicieron saber que tenía que seguir las reglas del lugar. A él no le dio gusto oír eso, porque aunque no sabía de qué se trataba no estaba de acuerdo. Pronto se hizo amigo de los chicos más problemáticos del lugar y los más grandes. Uno de ellos quiso iniciar una pelea para probarlo y le demostró que no tenía miedo. Eso les gustó y lo dejaron ser como era. Tenía muchos conocidos porque la mayoría eran huérfanos, chicos de la calle, gente dura y sin dinero, cuyas familias les enviaban ahí con la esperanza que se reformaran y educaran. Así transcurrió su primer día, a la mañana siguiente los hermanos Xaverianos los despertaron para que desayunaran y tomaran clases. No estaba acostumbrado a marchar, mucho menos a despertar a tales horas. Se sentía como enjaulado pero estaba consciente de que no podía escapar de ese sitio y se aguantó. Al mediodía, en el descanso, entre gritos todos los chicos corrieron hacia el patio, había comenzado una pelea: George y otro se tiraron al piso dándose manotazos y los demás les hicieron un gran círculo. De repente todo quedó en silencio y pudo ver a un hombre enorme con una túnica y con un chicote liado a su cintura que los veía; todos se sacudieron el polvo y siguieron jugando. Él pensó que le tenían miedo y así lo preguntó, pero al caer la tarde el hermano Matías se presentó ante él y le dijo que le daba gusto que estuviera ahí, le sonrió y le dio la mano y aunque con timidez, le devolvió la sonrisa. Él fue su maestro y coach dentro de la escuela. Al llegar la primavera, Matías le pidió a George que participara en el equipo de béisbol y como no sabía nada de este deporte probó todas las posiciones hasta que prefirió ser catcher. Sólo hubo un problema: George era zurdo y como la escuela no contaba con ese equipo tenía que atrapar con la izquierda y cambiar la manilla para poder lanzar la bola.
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Fue tanto su interés que pronto lo ponen en un equipo mayor, con muchachos 3 o 4 años más grandes que él. Un día su vida tomó otro rumbo cuando su equipo iba perdiendo un juego. Habían admitido 5 carreras y llevaban 3 cambios de pitcher; Ruth comenzó a reírse hasta que el hermano Matías paró el juego, caminó hacia el campo, lo sacó y le reclamó su sarcasmo. Lo miró un rato y lo metió a lanzar, George se quedó mudo ya que nunca había lanzado, se paró en la loma como pudo y lanzó su primer bola, fue un straik, lanzó otra y fue otro straik. Se sentía sorprendido. Pero después, un poco más seguro decide lanzar una curva con la que desubica al bateador y lo poncha. Todos lo ovacionaron y desde ahí trabajó muy duro para llegar a ser un buen pitcher. El hermano Matías lo ayudaba, aun en tiempo extra, hasta que llegó a ser el mejor pitcher del área. Aunque su curva era muy buena, George tenía un mal hábito: sacar la lengua hacia un lado cuando realizaba sus lanzamientos y era obvio pensar que le adivinaban la bola; para que dejara esa manía que no se le quitaba le pegaban entre todos. Nunca pudo dejarla hasta que jugó béisbol profesional en las ligas mayores. Continuó sus entrenamientos y estudios en la escuela; aprendió un oficio (sastre) que le permitiera ganar dinero al salir y tener una vida digna. Cuando cumplió los 19 años era todo un hombre, muy alto y fornido. Estando en prácticas en el patio de la escuela, se acercó el hermano Matías con un hombre llamado Dunn (Manager de los Orioles de Baltimore). Se lo presentó y el Sr. Dunn le preguntó a George: ¿Te gustaría jugar béisbol profesional? A lo que no respondió pues quedó mudo de la sorpresa. Tendrás otras oportunidades y un buen salario, le dijo. George no podía creerlo, además de jugar le pagarían. Sintió que se desmayaba, cuando le dijo que empezaría ganando 600 dólares. Era emocionante y mucho más divertido que ser sastre. Por fin llegó el día en que tuvo que abandonar la escuela; estaba nervioso, con dudas, no lo podía explicar, tenía miedo de fallarle al hermano Matías. Al despedirse éste le dijo: ¡No tengas miedo, George, lo vas a lograr! El campo de entrenamiento al que se dirigía se encontraba en Fallett Ville, en North Carolina. Al llegar todos lo miraron, él era el novato más joven y les causó gracia que fuese un hombre bastante grande, fornido, con cara redonda de bebé. Pronto lo comenzaron a llamar “Baby”, y fueron olvidando su nombre, George.
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Acostumbrado a las reglas de la escuela recibió una gran sorpresa cuando vio que podía ordenar lo que quisiera en el hotel, pues el equipo pagaba hotel y comida. Empezó pidiendo 2 órdenes de huevo con tocino, 3 órdenes de pancakes, 1 rebanada de pan tostado y café, y al dejar de comer aventaba con la panza la mesa. Todos lo observaban y se preguntaban: ¿Es humano? Así fue todos los días. Carne de res, pollo, chuleta, pavo, papas fritas y pan. Era tal su emoción que el primer día se despertó a las 5:00 a.m. y decidió caminar por el centro y después se dirigió a la estación de ferrocarril para ver cómo se movían los trenes. Pero recordó algo importante: él desayuno. Tenía que regresar al hotel para ser el primero en la fila. A George no le gustaban los elevadores y siempre ponía algún pretexto para no subir. Durante los entrenamientos siempre trabajó duro lanzando con Ben Egan, el receptor (catcher). Tomaba siempre su turno al bat y no le gustaba hacer outs fáciles. Con su primer cheque Baby se compró una bicicleta. Fue lo que siempre deseó. Esto fue motivo de risa entre sus compañeros, pues todos tenían carro. Al iniciar la temporada pichó y ganó. Fue su primer juego. El club de Baltimore vendió jugadores a otros equipos, y lo cambiaron a los Medias Rojas de Boston, quienes lo enviaron a un equipo en provincia. Regresó después a Boston a tiempo de lanzar. Ganó 2 juegos y perdió 1; la siguiente temporada, en 1945, ganó 18 y perdió 6; ese año obtuvo el mayor porcentaje de juegos ganados y perdidos en las ligas mayores. Su porcentaje de bateo fue de .315 con 4 jonrones, uno de ellos por encima del techo del estadio; pronto se hizo famoso por su bateo y sus gestos. En 1916 ganó 23 juegos y perdió 12, empató con otro pitcher en más juegos ganados. Tuvo 1.75 en carreras limpias admitidas, al bat logró .272. Con él los Medias Rojas ganaron la temporada y la serie contra los Dodgers del Brooklyn (barrio de Nueva York), pichó el segundo juego y los blanqueó, bateó .325, entonces el manager le preguntó a Baby que si quería jugar el out field para que pudiera batear y así lo hizo; jugó casi todos los juegos de la temporada. Antes de la Segunda Guerra ganó 13 juegos, bateó para .300 y conectó 11 jonrones. Tiempo después “Baby” jugó contra los Cachorros de Chicago en la Serie Mundial. Ganó 1 a 0, pichó el cuarto juego y ganó 3 a 2; su equipo ganó la Serie. En Serie Mundial pichó y ganó 3 juegos: 1 en 1916, 2 en 1918 y durante 29 entradas no permitió carreras, lo que ya era un récord.
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Ese año ganó 8 juegos y perdió 5, bateó para .322 de porcentaje e implantó un récord en jonrones; desde entonces se le conoce como jardinero y bateador. Sólo lanzó 5 veces más en 13 años, para demostrar que podía, y ganó los 5. En 1920, lo cambiaron a los Yanquis de N.Y., que nunca habían ganado un campeonato, pero con él lo hicieron en 1921 y 6 campeonatos más después de ése. Estuvo con el equipo por 15 años, ganando 7 campeonatos. En 4 series mundiales en 12 años bateó .400. Baby Ruth en ocasiones anunció sus espectaculares jonrones. Cierto día sacó una línea entre las piernas del pitcher y la pelota fue a parar hasta la cabeza del center field, fue un triple. Bateó un total de 714 jonrones en toda su vida y más de 300 en juegos de exhibición. Baby fue famoso por predecir cuándo iba a batear un hit o jonrón. Son muchas las anécdotas que se cuentan de este gran personaje, como la sucedida cierta vez que en un juego empatado había bateado dos fouls y se dio cuenta de que la secretaria del equipo estaba muy nerviosa porque tenían reservaciones para el tren y pensaba que no llegarían a tiempo; se lo comentaron y se dijo a sí mismo: “Esta vez lo haremos bien”. Al siguiente lanzamiento del pitcher conectó jonrón, ganaron y llegaron a tiempo. En 1932 los Yanquis se enfrentaron a los Cachorros de Chicago. Había grandes resentimientos entre los dos equipos. Durante el tercer juego llamaron a Baby, que fue recibido entre silbidos y tomatazos. El juego estaba a la mitad y había hombre en base. La multitud lo abucheó y él pensó: ¡Yo les voy a mostrar! Se paró en el cajón de bateo y señaló hacia el jardín central, la multitud se burló de él, el pitcher lanzó su bola y él sólo la vio pasar. Bajó sus brazos y él mismo cantó el primer strike, el segundo lanzamiento hizo lo mismo, la gente se reía y lo insultaban. A la tercera pichada hizo swin y la bola se fue exactamente hacia donde él había señalado. Fue un jonrón. Él salió casi caminando hacia las bases y cada vez que llegaba a una bailaba alrededor de ella. La muchedumbre permaneció callada porque gracias a ese jonrón ganaron el tercer juego. Ganaron la serie y desde ese momento contó con la admiración y reconocimiento de la multitud. Para los niños era como un héroe al que le pedían autógrafos, él se identificaba con ellos. Baby nunca se olvidó del hermano Matías y los muchachos. Los visitaba frecuentemente. ¿Cómo podía olvidar que ésa fue su casa, St. Mary, donde lanzó su primera pelota y pegó su primer hit? ¿cómo olvidar que ahí entendió que la disciplina, la humildad y la perseverancia eran la base del éxito? ¿cómo podía olvidar que fue en ese sitio donde nació el gran... Baby Ruth
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Simón Bolívar 22
Simón Bolívar, conocido mundialmente como el Libertador de América, nació en Caracas, Venezuela, en el seno de una noble familia española. Su padre fue Juan Vicente Bolívar, terrateniente y dueño de esclavos, y su madre Doña María de la Concepción Palacios. Su infancia tuvo un episodio realmente trágico al quedar huérfano a los 9 años, por lo que quedó bajo la tutela de un tío suyo. Se educó en Madrid y tuvo como maestro y guía a Simón Rodríguez, eminente y dedicado pedagogo de esa época. Su adolescencia transcurrió con la aparente normalidad de un joven de su tiempo. El 26 de mayo de 1802 contrajo matrimonio con María Teresa Toro; sin embargo, parecía que la muerte se empeñaba en terminar con todos sus afectos, ya que a principio de 1803 queda viudo repentinamente. Ante los acontecimientos, decide regresar a su patria, permaneciendo algunos meses en Estados Unidos. Posteriormente realizó otro viaje, esta vez a Europa, y en el Monte Sacro en presencia de su antiguo maestro juró dedicar su vida a la independencia de América. En 1807, establecido en su natal Caracas, formó parte del Movimiento Revolucionario que culminó con la renuncia del gobernador Emparán. Para 1810 se encontraba plenamente identificado con el Movimiento de Independencia de Venezuela. Con el nombramiento de Teniente Coronel del ejército revolucionario y junto con Andrés Bello y Luis López Méndez se trasladan a Inglaterra en misión diplomática para gestionar el apoyo del gobierno inglés para la lucha emancipadora. En el mismo año retornó a Venezuela con Francisco Miranda y fue uno de los principales gestores de la declaración de independencia el 5 de julio de 1811 y desde ese momento, la independencia sudamericana iniciará una larga lucha entre España y sus colonias rebeldes. Envuelto en una vorágine de problemas y deshechas las fuerzas patriotas, Simón Bolívar logró huir a Curazao, donde el 14 de noviembre de 1812 pasó a Cartagena, Colombia, y lanzó su primer manifiesto político. Al frente de un pequeño ejército expulsó las guarniciones enemigas de las orillas de Magdalena y tras una brillante campaña, en que cruzó los Andes con 800 hombres, llegó triunfante a Caracas el 6 de agosto de 1813, donde recibió el titulo de “EL LIBERTADOR”.
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Pero no todos fueron triunfos: el 14 de junio de 1814 fue derrotado en La Puerta, por lo que se retiró a Nueva Granada. Ahí se presentó ante el Congreso reunido en Tunjá, el que le confirmó su confianza para apoderarse de Cundinamarca, pero ante la posibilidad de hacer frente a los 15,000 veteranos traídos de España se retiró a Jamaica. En Jamaica sufrió un atentado que costó la vida a su secretario. Después de permanecer 6 meses en Jamaica escribe su célebre “Carta de Jamaica” el 6 de septiembre de 1815. Se trasladó a Haití, donde con la ayuda del presidente Petión organizó una expedición de 350 hombres que desembarcó en Margarita y de ahí pasó a tierra firme; en Ocumbare promulgó un bando sobre la libertad da los esclavos. Después de visitar Haití y de reunir a los insurgentes refugiados regresó a Venezuela en 1816 y estableció un gobierno provisional en Barcelona. No siendo factible tomar Caracas se dirigió a Orinaca para hacerse fuerte en Los Clanos. Entre 1817 y 1819 libera la mayor parte del país. Bolívar estableció en Angostura una capital provisional (hoy Ciudad Bolívar), en donde pronunció un discurso el 15 de febrero de 1819 y, ese mismo año, inauguró sus sesiones el Congreso de Angostura. Confirmado su cargo de jefe absoluto del Ejército, Bolívar empezó a reorganizar sus tropas. Atravesó los Andes hasta Nueva Granada con un ejército semidesnudo y hambriento y aun así vence a los españoles en el puente de Boyaca. Uno de sus máximos triunfos fue la unificación de Venezuela y Nueva Granada para formar la República de Colombia. El 30 de agosto de 1821 fue aprobada la constitución del país, donde alcanza la más alta distinción al ser nombrado Presidente de la República. El 24 de junio de 1821 marchó con sus tropas a Venezuela y obtuvo la segunda victoria de Carabobo. Ese año selló la independencia de esa región. Se dirigió a Quito y después de la victoria de Sucre en Pichincha entró en la ciudad el 16 de junio de 1822 e incorporó la provincia a la Gran Colombia. Al anexar el Ecuador a la República los peruanos reclamaron su ayuda y después de 2 años de lucha expulsó a los españoles del Perú y se erigió en dictador del país. En 1825, a raíz de una visita de Bolívar al Alto Perú la región cambió de nombre por el de Bolivia en honor del libertador.
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Pero la constitución creada por él en 1826, que confiaba el poder efectivo a un presidente vitalicio con carácter hereditario, suscitó la alarma y la inconformidad de Perú y Bolivia. En septiembre transfirió el gobierno de Perú a una junta nombrada por él mismo y regresó a sofocar un desorden en Venezuela, volvió a triunfar su influencia personal y fue reelegido presidente. Aun así, Perú rechazó su constitución y las tropas de Colombia fueron expulsadas de Bolivia; salió hacia Bogotá y Caracas en 1829; en Bogotá pudo eludir otro atentado contra su vida el 25 de septiembre de 1828. El recelo de los republicanos ante el temor de un “Segundo Napoleón” fue lo que originó la conspiración contra él y motivó el atentado mencionado del que se salvó milagrosamente. En vista de las hondas disensiones políticas y deseoso de salvar la unidad de su patria y evitar toda resistencia en su obra, en noviembre de 1829 Venezuela se separa de Colombia. Aunque las dificultades de la guerra prácticamente le atribuyeron una imagen de “dictador”, Bolívar siempre fue sincero en su amor a la patria y a la libertad; sus servicios no sólo no le reportaron beneficio alguno sino que voluntariamente invirtió su propia fortuna, que puso al servicio de la causa que abrazó; por todas esas razones, Simón Bolívar ha sido llamado: “El Washington de América del Sur”. Pobre y minado por una terrible enfermedad: la tuberculosis, abandonó la capital para salir rumbo a Europa, pero a causa del estado precario de su salud, la goleta que lo llevaba a Jamaica volvió a Santa Marta. En “San Pedro Alejandrino”, la quinta de su amigo el español Joaquín Mier, dictó su testamento y una proclama en la que se despedía para siempre y perdonaba a sus enemigos. Murió a la 1.00 p.m. el 17 de diciembre de 1850. Quedan de su pluma vibrantes proclamas, alocuciones, discursos, críticas, cartas y documentos políticos y constitucionales, ya que no debemos olvidar su personalidad como literato, la que abarcó múltiples aspectos. Simón Bolívar cultivó con amor el género epistolar. Se conservan unas 300 cartas escritas por él; temas sociológicos y de derecho, el manifiesto de Cartagena, Carta de Jamaica, Mensaje al Congreso de Angostura y la Constitución de Bolivia.
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Andrew Carnegie 26
Nació, en 1835, en Dunfermline, Escocia. Fue conocido mundialmente por haber sido un industrial afamado. Llegó a los E.U.A. en el año de 1848 y con el paso del tiempo se convirtió en un gran filántropo de esta nación. Carnegie amasó una cuantiosa fortuna dentro de la industria del acero; pero a pesar de ser tan rico y poderoso, siempre fue de espíritu humilde, porque gustaba de hacer obras de beneficencia en las que distribuyó parte de su fortuna entre fundaciones de bibliotecas públicas para promover las ciencias y la paz mundial. Por eso es mayor el reconocimiento que merece este tipo de personajes, ya que a pesar de lo humildes que fueron, lograron establecerse metas y salir adelante, mediante el esfuerzo y tenacidad. Debido a los problemas que su familia pasaba en Escocia, su padre decide emigrar en el año de 1848, buscando más oportunidades y un mayor porvenir para sus hijos. Así llegan a una población cercana a Pittsburgh, en Pensilvania, donde transcurrió tranquilamente su infancia; aunque carente de recursos, para él no presentaron mayor problema. Al llegar a la adolescencia decide cooperar económicamente con sus padres, y empieza a buscar empleo, hasta que lo consigue. Y aunque todavía muy jovenes empleado en una fábrica de algodón. Más adelante, debido a su empeño por sobresalir, obtiene una plaza de mensajero del telégrafo y sus ratos libres los dedica a aprender el oficio de telegrafista. Así consigue empleo en la empresa del ferrocarril Pensilvania, en la que por su perseverancia rápidamente obtiene un ascenso y en 1859 es nombrado superintendente de la División Occidental. Ya que logra tener un pequeño capital decide realizar un negocio. Así que piensa en invertir parte de su dinero en una empresa de Vagones Dormitorios de Ferrocarril, que por cierto, fue la primera en ponerlos en servicio en E.U.A. y fue todo un éxito. Además adquirió terrenos petrolíferos en el Oeste de Pensilvania que resultaron también un gran éxito por su producción. Estas inversiones le resultaron muy provechosas. Constituyeron la base para que poco tiempo después Andrew lograra una considerable fortuna, ya que en 1901 se podía calcular ésta en más de 500 millones de dólares. Andrew Carnegie se dedicó en gran medida al fomento de la industria del acero, para lo cual estableció los altos hornos de Pittsburgh, Keystone Bridge y Edgar Thompson, a los que agradó por comprar los de Homestead.
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Sus conocimientos como empresario llevaron a colocar a E.U.A. como una de las naciones más industrializadas en el mundo, siendo que en esa época la revolución industrial estaba en su grado más alto de desarrollo y que él hizo que se considerara como importante estímulo para el aumento de la producción. Carnegie, con sus empresas, influyó en el fortalecimiento industrial de E.U.A. Quién iba a pensar que algún día este chico, hijo de un modesto tejedor, llegaría a ser un personaje tan célebre. Su Fundación Carnegie para el fomento de la enseñanza y el Instituto Tecnológico Carnegie para el fomento de las investigaciones científicas han contribuido enormemente a que se hayan realizado grandes proezas. Fundó también la Carnegie Institution of Washington, cuyo objetivo era promover las investigaciones científicas, las bibliotecas Carnegie y la corporación Carnegie de Nueva York, entidad depositaria del patrimonio Carnegie y continuadora de su obra. En 1900 escribe “The Gospel of Wealth”. En 1902 “The Empire of Business” y en el año de 1920 su autobiografía.
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Benjamín Carson 29
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Nuestro personaje es Benjamín Carson, el brillante neurocirujano nacido en Detroit en 1951. Más que un médico eminente, Carson es un ser humano preocupado por dar siempre lo mejor de sí mismo a sus pacientes, compañeros de trabajo, amigos y a todo aquel que ha tenido la suerte de convivir con él y conocerle. Sin embargo, para que Ben Carson (como es conocido) llegara a convertirse en una persona de éxito tuvo que recorrer un camino difícil, nada le fue regalado; tuvo que invertir un gran esfuerzo, tenacidad, dedicación y entrega para lograr sus propósitos. Ésta es una pequeña reseña de su vida. La infancia de Carson transcurrió normal en su natal Detroit entre la escuela, los juegos, el cariño de sus padres y su hermano Curtis, 2 años mayor que él. El padre de Ben, Robert Carson, era pastor de una pequeña Iglesia Cristiana de su comunidad; sin embargo, detrás de la imagen afable y honorable se escondía una persona muy diferente, era un hombre que vivía de fiesta en fiesta, amante de los lujos y la ostentación; todo esto contrastaba enormemente con la personalidad mesurada y práctica de Sonya Carson, la madre de Ben, quien prefería dedicar todo su tiempo a permanecer en su hogar al cuidado de sus dos pequeños hijos, que eran su adoración y su razón de vivir. Quizá estas diferencias de carácter y de costumbres entre sus padres trajeron como consecuencia el divorcio, cuando él sólo tenía 7 años; este hecho vino a cambiar radicalmente el estilo y la calidad de vida que había disfrutado hasta entonces. Para Ben y su hermano terminaban los juegos y la convivencia con su padre, ya no podían verlo al llegar del trabajo como hacían todos los días, su padre se fue de su casa y ya no regresó; con sorpresa y dolor descubrieron que él tenía otra familia, por lo que sobrevino la separación y tuvieron que mudarse a Boston a casa de una hermana de su madre. Sin educación, sin la más mínima experiencia laboral, la señora Carson se vio en la necesidad de trabajar y luchar para que sus hijos salieran adelante. Y vaya que lo logró. Pero al pequeño Ben y a su hermano sólo les interesaban dos cosas: la televisión y jugar con sus amigos en las calles aprovechando las ausencias de su madre, que trabajaba incansablemente. Sin embargo, las cosas tenían que cambiar porque Sonya Carson no sólo quería que sus hijos salieran adelante; deseaba verlos convertidos en triunfadores, en hombres de éxito y empezó a
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trabajar en ello. Los pequeños recibieron una serie de reglas que había que cumplir en el hogar y en la escuela. Lo primero era: se acabó la televisión. Sólo podrían mirar dos programas por semana y eso después de haber realizado las tareas escolares. Se acababan los juegos en la calle; a cambio tendrían que acudir a la biblioteca pública y leer dos libros por semana, además de presentar un informe escrito sobre lo que habían leído. Debían ayudar a su madre con las labores domésticas y empezar a hacerse responsables de sí mismos. ¡Ben no lo podía creer! Jamás había leído un libro completo, ¡cómo podría vivir sin la televisión! Lo que en ese entonces consideró como una medida injusta se convirtió en el inicio de una especie de adicción, de necesidad; sin saberlo se había despertado en él una sed inagotable por adquirir conocimientos, por aprender; su madre siempre había confiado en que poseía un gran potencial, sólo tenía que descubrirlo él mismo y liberarlo. Ben era un chico de raza negra –al igual que sus padres–con grandes limitaciones académicas, se consideraba a sí mismo casi un inútil, el más atrasado de su clase, carecía de motivación para el estudio y constantemente era objeto de burlas por sus compañeros debido a su pésimo desempeño escolar. Sin embargo, empezó a darse cuenta de que él sabía cosas que sus compañeros no conocían, dominaba diferentes temas gracias a los libros que leía, sobre animales, rocas, plantas y descubrió que también podría leer sobre sus materias escolares. ¡Había aprendido a estudiar! A retener conocimientos, a redactar, pero sobre todo, empezaba a adquirir poco a poco confianza en sí mismo. Estaba liberando su potencial y casi sin darse cuenta mejoraba su autoestima. Muchas personas influyeron en la vida de Carson para que lograra sus metas; sin embargo, fue William Jaek, su maestro de ciencias de quinto grado quien le reconoció por primera vez una capacidad intelectual extraordinaria; lo estimuló, apoyó y alentó a superarse cada vez más. Pero como el mismo Ben lo reconociera alguna vez, no es que él tuviera una capacidad excepcional, es que había recibido un ejemplo de lucha y de esfuerzo por parte de su madre y no podía defraudarla; reconoció muy a tiempo que sólo podía lograr sus metas y alcanzar el éxito a través de una lucha constante, un esfuerzo denodado, a través de perseverancia, de trabajo intenso, de disciplina personal y de amor hacia los demás. Ben había entendido cabalmente la enseñanza de su madre: SIEMPRE DA LO MEJOR DE TI, y había empezado a hacerlo.
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Por supuesto que tuvo momentos de dudas, de indecisión o bien los logros que obtenía amenazaban con desubicarlo, pero siempre tenía presentes los consejos de su madre, y sobre todo una inmensa fe y amor a Dios, lo que le permitía reconciliarse consigo mismo y volver a ser el Ben sencillo, humilde y siempre dispuesto a dar lo mejor de sí a los demás. Con sólo 33 años de edad Ben logró convertirse en el jefe del Área de Neurocirugía Pediátrica en el Hospital Johns Hopkins en 1984. Este hecho es realmente notable por la edad que tenía en ese entonces y por los terribles prejuicios raciales a su alrededor; pero a su lado estaría siempre su gran maestro el Dr. Danling Long, quien confió en él en todo momento, lo inspiró y le brindó una gran enseñanza: ser amable con toda la gente, pues todos los seres humanos son importantes. Ben era un apasionado de los libros de todo tipo, lo mismo disfrutaba de los temas de ciencia como de las artes. Fue el profesor Demuel Doakes, director de la banda de música de la escuela media Sowthwestem, quien descubrió en Ben su habilidad para la música y lo animó a que aprendiera a tocar varios instrumentos, entre ellos el saxofón y el clarinete; gracias a esa habilidad para la música es que Ben pudo conocer a Lucena Rustin (a quien todos conocían por Candy), una estudiante de la misma universidad de Yale donde ambos cursaban medicina; al poco tiempo de conocerla se casó con ella formando un matrimonio feliz. La vida de Ben Carson es propia de aquellos grandes hombres que inspiran a otros, su historia de pobreza, de privación en su infancia y adolescencia, la falta de un padre que lo guiara y protegiera no se convirtieron en obstáculo para el logro de sus metas; a pesar de ser un niño negro, a pesar de su bajo rendimiento escolar, a pesar de todo, Carson liberó su potencial. Uno de sus más notable éxitos como neurocirujano es la operación de la separación de los mellizos alemanes Binder en 1987. Este y muchos casos existen para probar la extraordinaria habilidad del neurocirujano; sin embargo, lo más destacado de él es su espíritu de servicio, su calidad humana y su amor por sus semejantes. Ben Carson siempre dispone de tiempo para los demás; sus conferencias y pláticas en universidades y centros escolares se cuentan por miles. En cada joven, Ben se reconoce a sí mismo en sus inicios y su mayor deseo es inspirar en ellos la motivación para el éxito, para la liberación de su potencial; como diría Ben Carson, cada quien tiene su oportunidad: Piensen en grande y siempre den lo mejor de sí mismos.
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Sor Juana Inés de la Cruz 33
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Su nombre completo era Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Castillana. Nació en Nepantla, llamado por los españoles San Miguel Nepantla, el 12 de noviembre de 1651. Su padre, Pedro Manuel de Asbaje, era de origen vasco; su madre, Isabel Ramírez, era criolla. Cuando Juana nació, la llevaron a Chimalhuacan a bautizarla. Su familia se trasladó tiempo después a un poblado más importante, ya que pensaban en la educación y el futuro de sus hijos. Debido a las costumbres que imperaban en esa época y a lo rígidas que eran sus leyes, hacían demasiadas distinciones entre los hombres y las mujeres, ya que no había igualdad entre ellos. Desde muy pequeña Juana mostró interés por asistir a la escuela junto con los demás niños, pero su madre Doña Isabel concluyó que no era el tiempo de asistir, ya que le faltaba edad. Y aunque parecía resignarse, pidió que solamente la dejaran acompañar a su hermana que iba por la mañana a la escuela; le ayudaba a cargar la pizarra, el ábaco y el cuerpo de tinta. Según se dice en sus notas, le encantaba ensuciarse los dedos, tomar la pluma y escribir; hacer como que leía aunque muchas veces tuviera el libro de cabeza, porque dada su edad, todavía no tenía esos conocimientos. Pero eso no era lo que ella quería y poco tiempo después, se le ocurre una mentirilla para dejar de ser la acompañante de su hermana y ser una alumna más de la clase. Entonces la niña tragó saliva, se alisó el pelo cual si fuera gatito; sacó fuerzas de donde pudo y le dijo a su maestra: “Me dijo mi madre que le comentara que si usted desea me puede dar también lecciones a mí”. Como suponemos, la maestra no creyó lo que Juana Inés le decía; pero viendo el interés que mostraba la niña empezó a instruirla. Para cuando Doña Isabel supo la ocurrencia de la pequeña ya Juana había aprendido a leer; pero con el paso del tiempo Juana Inés creció y junto con ella el deseo de aprender nuevas cosas. Pero al pueblo de Amecameca no llegaban libros ni maestros que pudieran enseñarle cosas nuevas; así que pensó en viajar a México, para poder continuar con sus estudios en alguna escuela. Suplicó a su madre que la enviara y la inscribiera en la Universidad; pero para poder evitar dificultades por ser mujer le propone que le corte el pelo para disfrazarse de hombre y que así le fuera más fácil su inscripción. A Doña Isabel las ocurrencias de su hija le causaron gracia; aunque se negó rotundamente por mucho tiempo, llegó el momento en que accedió a enviarla a México, tal y como su hija lo pedía. Ya en México se instaló en la casa de su abuelo y al tratar de inscribirse en la escuela sufre su primer desengaño porque no pudo asistir ni a la Universidad ni al colegio superior. Pero para poder remediar esto se dedicó con ahínco a estudiar latín. Varias desgracias acontecieron a la familia de Juana Inés.
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Con todo eso, su abuelo piensa en la necesidad de velar por el futuro de la niña, que iba creciendo y convirtiéndose en una hermosa señorita de delicados rasgos. Así que decide que no sería propicio dejarla sola en el mundo, al momento en que él muriera y como se fijaba en que ella no tenía inclinación alguna hacia el matrimonio necesitaba buscarle algún refugio. Como su abuelo tenía muy buena condición económica y era una familia de abolengo muy acomodada, decide que Juana Inés ingrese como dama de honor de la Marquesa de Mancera en el palacio de los Virreyes. Fue bien recibida en el palacio porque le dieron muestras de simpatía y de aprecio, ya que ella era una gran conversadora; por ese motivo no tardó en ser el centro de las reuniones que se hacían en el palacio. Pero esto no fue bien visto por la gente cercana a los Virreyes y comenzaron a intrigar en torno a Juana Inés, inventando calumnias, y al conocerlas se entristeció su alma noble. Y fue tanta su decepción que decide abandonar el palacio y entrar a un convento. La virreina, como la apreciaba, suplicó muchas veces para que permaneciera a su lado, pero fue en vano. Ella estaba resuelta a dejar la vida mundana ya que consideraba que sólo existía la envidia y la intriga. El Convento al que decide ingresar era uno de los más humildes de aquella época. Su nombre era el de Santa Teresa la Antigua, donde permaneció desde el 14 de agosto de 1667 hasta el 15 de noviembre de 1669. Tiempo después profesó en el Convento de San Jerónimo. Ahí adoptó el nombre de Sor Juana Inés de la Cruz: ahí encontró paz a su espíritu y prosigue con los estudios que había empezado, ya que con la paz que encontró dentro del Claustro, sintió gran estímulo para continuar con más dedicación y empeño aún en las disciplinas más extrañas: matemáticas, música, filosofía etc. Su mayor anhelo era llegar a conocer cada una de las disciplinas; para poder llegar con razón a la Teología. Se cuenta que su celda parecía archivo, biblioteca y gabinete de trabajo. Llegó a tener 4,000 libros, no sólo en castellano, sino también en latín, griego y portugués. Era apreciada por muchos y las gentes principales de la capital, tanto virreyes, obispos y escritores, la visitaban. Cada vez que lo hacían le obsequiaban regalos. Así era como vivía la llamada “Décima Musa”. Fue gran escritora. Su poesía estaba notablemente influida por el culteranismo. Bajo la dirección de un tío, Sor Juana Inés de la Cruz aprendió latín, retórica y filosofía. A ciencia cierta nadie sabe por qué tomó la iniciativa de ingresar al convento. Se dice que fue la desilusión que sufrió cuando vivía en el Palacio, pero mucha gente comentaba que alguna pasión desconocida la hizo tomar ese rumbo. Sor Juana Inés anteriormente había estado en el convento de Santa Teresa la Antigua, como lo habíamos comentado; pasó mucho tiempo recluida, sin salir al exterior, ni tener contacto con el mundo. Dada la austeridad de las reglas y la severidad con que la trataban dentro del convento, hicieron que con el tiempo su salud se quebrantara, tanto que por orden médica deciden trasladarla al convento de San Jerónimo. En este sitio, la tranquilidad y la paz, hicieron que sin desatender sus prácticas pudiera entregarse a su gran afición: la poesía. Dentro de su celda, pasaba largas horas dedicadas al
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estudio y a escribir, entre otras, sus famosas Redondillas; así su alma se entregó por completo a la devoción, a la disciplina y principalmente a la oración. Tiempo después reiteró sus votos. Pero no fue todo paz y felicidad para ella, ya que al convento lo aquejó una epidemia en la que sólo unas cuantas monjas lograron salvarse de la muerte. Aunque Sor Juana no estaba obligada a cuidar a las enfermas decidió hacerlo como si fuera una madre; ya que según decía no podía negarse a ese privilegio; pero su entrega la llevó a contagiarse de la enfermedad. Los médicos realizaron un sin fin de investigaciones para contrarrestar la enfermedad pero fue inútil, porque pronto se supo que no tenía remedio; no había medicina capaz de remediar este mal. Así Sor Juana Inés de la Cruz murió con una calma que a todos dejó admirados. Llena de paz, dejó de existir. Su muerte dejó tristes a todos aquellos que amaron a la noble monja; a la que se enterró en el coro del Convento, en donde por tantos años fue feliz y en donde afloró su alma de poeta. Allí en esa tumba permaneció por muchos años, hasta que con el tiempo una discreta mujer pensó en la posibilidad de rescatar su cuerpo para guardarlo en un lugar seguro y hermoso, tanto como en el que estaba. Pero ante el asombro de todos, cuando se quiso extraer el cuerpo de la monja no se pudo encontrar; la tierra como una madre amorosa no la quiso devolver. De ella quedan sus Obras y un legado enorme, que sirven de ejemplo para la humanidad, porque fue una persona dotada de una gran belleza espiritual y de un gran conocimiento, que supo expresar ambas cosas a sus semejantes. Dentro de sus obras que aún en día se conservan para beneplácito de quienes gustan de la poesía podemos encontrar las siguientes: “Escritos en prosa”, “Composiciones en verso”, “Comedias”., “Autos Sacramentales”., “Loas y Sainetes”. Dentro de su obra lírica encontramos: “Sonetos”, “Romances”, “Silvas”, “Redondillas”, “Liras”, “Bailes” y “Tonada”.
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Marie Curie 37
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Marie Sklodwska Curie nació en Varsovia, Polonia, en 1867, hija de un profesor de física, del que tal vez heredó su talento y creatividad científica. Se educó en el museo de la Industria y la Agricultura de su país. Marie aprendió a leer desde los 5 años en los libros de su hermano, desde pequeña amó el estudio y se consagró a él por completo. Siendo muy pequeña en Varsovia, sus primeros tesoros fueron los instrumentos de precisión que pertenecían a su padre. Para ampliar sus conocimientos en la universidad se trasladó a París y acudió a la Sorbona, donde tomaba sus clases durante todo el día. Ahí es donde conoció a Pierre Curie, también profesor de física. Por mucho tiempo vivió en una buhardilla de tan sólo 3 francos al día. Estudiaba en la biblioteca de la escuela hasta las 10 de la noche, y luego en su buhardilla sin calefacción hasta las 2 o 3 de la madrugada. Obtuvo la magistratura primero en Física en 1893 y después en Matemáticas en 1894. La ciencia era su vida. Cuando se licenció en Ciencias Físicas y Matemáticas fue nombrada profesora en la Escuela Normal de Seudores, y desde allí continuó sus relaciones con Pierre; poco a poco su admiración por éste se transformó en un sentimiento más tierno. En el verano de 1895 se casaron. Su viaje de bodas fue tan poco convencional como su matrimonio, partieron en 2 bicicletas a explorar los alrededores de París, en la llamada Isla de Francia. Cuando Marie y Pierre se casaron el sueño de él era trabajar con su esposa en investigaciones científicas, por lo que ella empezó inmediatamente a apoyarlo en su laboratorio. Su primer hogar fue aún más sorprendente: tenía vista al jardín, pero no contaba con mucho más. El mobiliario del comedor consistía en libros, tratados de física, una mesa, dos sillas, una lámpara de petróleo y flores en abundancia. A pesar de la precaria situación, las condiciones de extrema pobreza no impidieron al matrimonio Curie ser felices. Eran jóvenes y se amaban, además había algo más que los unía, ambos estaban apasionadamente entregados al campo de la ciencia. Se comunicaban maravillosamente, podían pensar juntos, cualquier idea que Pierre concibiese podía ser captada por su esposa, que se convirtió así en su más asidua y leal colaboradora, hasta el punto de que sus trabajos fueron la obra común de ambos. Realmente eran inseparables, tanto en el aspecto familiar como profesional, compartían sus mismos gustos, sus aficiones, sus intereses, ambos amaban las mismas cosas: su jardín, su ciencia, y por supuesto sus dos hijas, Irene y Eva. Marie era una madre maravillosa y entregada; a pesar de lo absorbente de sus investigaciones siempre encontraba tiempo para compartirlo y dedicarlo a sus hijas. Cada primavera disfrutaban de unas placenteras vacaciones en familia. Las investigaciones realizadas por el matrimonio arrojaron como resultado el descubrimiento del polonio, posteriormente junto a G. Bemont descubrieron el radio. En 1896 Antoine Henri Becquerel descubre la radioactividad y Marie eligió como tema de su tesis doctoral continuar las investigaciones de Becquerel, realizando un exitoso trabajo al determinar la radioactividad de la mayoría de los elementos conocidos.
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Su ardua labor de investigación finalmente fue reconocida y premiada con el Premio Nobel de Física, que reciben en 1903, éxito que compartieron con Henri Becquerel, que también fue galardonado por ese hecho. Pero una gran desgracia se cernía sobre la vida de los Curie. En la primavera de 1906, después de regresar de unas maravillosas vacaciones, Pierre caminaba totalmente absorto en sus pensamientos cuando un carretón lo atropella causándole la muerte. Para Marie fue un golpe terrible, pero su espíritu indomable se sobrepone y decide ocupar la cátedra de física de la Sorbona, siendo la primera mujer que consigue tal puesto en una universidad francesa. El dolor de la pérdida de su esposo lo canalizó en su trabajo de investigación. Contando con la colaboración de A.L. Debieme logra aislar en 1910 el radio metálico. En 1911 recibe el Premio Nobel de Química por sus trabajos de investigación sobre los cuerpos radioactivos, ya que logró finalmente aislar el radio metálico puro. Irene, su hija, había heredado su inteligencia y amor por la ciencia, por lo que a partir de 1918 le ayuda con la impartición de Cátedra de la física en la Sorbona; siguiendo los pasos de sus padres descubre junto a su esposo el Físico Frederic Joliot la radioactividad artificial, con lo que obtuvieron el Premio Nobel de Química en 1935, un año posterior a la muerte de su madre. Marie Curie murió en 1934, rodeada del amor de sus hijas. Madame Curie ha sido la única persona que ha obtenido 2 premios Nobel: el Premio Nobel de Física en 1903 y el Premio Nobel de Química en 1911. Sus más grandes aportaciones a la ciencia lo constituyeron sus descubrimientos sobre el radio y el polonio; este último recibió su nombre en homenaje al país natal de Marie, Polonia. Publicó algunas obras entre las que destacan: -Le Polonium et le radium. -Traité de radioactivité en 1910. -Leur decouverte sur les rayons de Becquerel en 1899. -Recherches sur les substances radioactives en 1904.
Su hija menor Eva escribió la historia de la vida de su madre en un libro que tituló “Marie Curie” en 1937; este libro ha sido traducido a más de 25 idiomas.
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Juan Davison Rockefeller 40
Conocido como uno de los hombres más ricos de todo el mundo, pues su fortuna era calculada en mil millones de dólares. Juan Davison nació en Richford, Nueva York, en el año de 1839; ahí vivió con su familia para después emigrar hacia Cleveland. Cuando contaba con sólo 16 años trabajaba como tenedor de libros; pero su gran capacidad y habilidad para realizar negocios lo llevan a convertirse en un socio de la firma Clark-Rockefeller. Tenía una fantástica capacidad para organizar empresas industriales y comerciales En 1862, él y su socio deciden invertir una suma considerable en una refinería de petróleo y emplearon métodos perfeccionados por Samuel Andrews. Pero no conforme con esto, decide vender su parte a Clark en 1865 e invierte dinero en otra refinería; pero no abandona a sus socios ya que organiza las participaciones sociales de Clark y Andrews. En 1867, la firma se fusiona en combinación de su hermano Guillermo Rockefeller. Fue tan notable el crecimiento que tuvo Juan Davison que llegó a reabsorber veintiún empresas pequeñas en el año de 1872. En 1880 se forma la Standard Oil Company cuyos socios eran: los hermanos Rockefeller, Andrews, Enrique M. Flagler y Esteban V. Herkness. Fue una de las empresas dedicadas a la refinería de petróleo más importante de los E.U.A. porque de haber empezado con un millón de dólares llegó a intervenir en el 95% de la producción. Muchas veces Rockefeller fue duramente criticado por la forma en que desarrollaba sus negocios. Aunque en la actualidad se reconoce que gracias a él se dio un gran paso dentro de la organización de las empresas, ya que debido a su lucha y tenacidad logró dominar la técnica de la producción y la distribución en escala. Pero en esa época se generó un descontento total que tuvo como consecuencia que su compañía fuera disuelta dos veces, en 1892 y 1911, ya que no estaban de acuerdo en que la compañía Standard Oil monopolizara el petróleo. Aunque la empresa tuvo mucho éxito por el sistema de oleoductos que crearon para transportar el petróleo crudo desde el lugar de producción a las refinerías, la Corte y el Congreso decidieron tomar medidas al respecto en contra de los manejos de la Standard y el monopolio. Fue uno de los fundadores de la universidad de Chicago a la que donó 34,000,000 de dólares. Fundó el Instituto Rockefeller para la investigación de la medicina o Fundación Rockefeller, el Comité general de Educación y el Laura Spelman Rockefeller Memorial.
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En 1882 constituyó la Standard Oil Trust, que era conocida como el mayor intermediario del mercado, ya que dada su importancia, podía fijar los precios de la compra y venta del petróleo; pero con el tiempo su compañía tuvo que verse fraccionada, como lo mencionamos anteriormente, por el Congreso de E.U.A., con lo que se le llamó ley Sherman, pero a Rockefeller no le afectó mucho, ya que de cualquier manera amasó una de las fortunas más importantes en el mundo, y el Instituto Rockefeller que creó en 1901 y el Rockefeller Center en 1931 en Nueva York dan una muestra de ello. Este hombre con su habilidad administrativa y visión económica fue uno de los principales creadores de una época de prosperidad en los E.U.A. ya que logró crear una poderosa entidad mercantil. Se supone que si las leyes contra los monopolios, como las que existieron en 1911, no lo hubieran bloqueado, ni hubieran dividido su empresa a 34 compañías, no se hubiera podido saber con seguridad cuán cuantiosa hubiera sido su fortuna, ya que muchas de sus compañías (sucursales) se convirtieron en grandes empresas independientes. Traspasó a su hijo Juan D. Rockefeller todos sus negocios para dedicarse a vivir tranquilamente su vida. Así Rockefeller decide retirarse de la dirección de 1a compañía en 1911. No tenía ni siquiera idea de lo rico que era; gastaba de manera generosa; se dice que utilizó más de quinientos millones de dólares de su fortuna, en sus gastos. Se supone que su dinero era tal, que llegaba a los mil millones de dólares, por lo que se consideraba el hombre más rico del mundo. Tanto el padre como el hijo fueron muy generosos y de una calidad humana enorme, ya que les gustaba realizar cuantiosas donaciones que sirvieron para ayudar a la humanidad. Les gustaba fomentar la educación y la asistencia médica en todo el mundo. Y su fundación estaba dedicada especialmente a eso, a prestar ayuda económica para estudios de esa índole. Su hijo heredó de él su gran personalidad, su inteligencia y amor al prójimo. Llegando a donar más de 400,000,000 de dólares a instituciones religiosas y de educación; ya que los dos consideraban que no podía haber niños sin estudios, ni gente sin preparación religiosa. Rockefeller ayudó a la reconstrucción de la catedral de Reims y a restaurar los Palacios de Versalles y Fontainebleau. También contribuyó al financiamiento de las expediciones polares que realizó Ricardo Byrd. Mediante un donativo de 20.000.000 de dólares hizo posible la restauración de la parte colonial de la catedral de Williamburg, en Virginia. En el año de 1946 decide ceder a las Naciones Unidas el terreno donde construyó el gran edificio, que es sede de esa institución.
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Juan Davison Rockefeller procreó dos hijos, quienes destacaron en la política: Winthrop, quien fuera gobernador del estado de Arkansas de 1967 al 1971, y Nelson A., quien fuera gobernador de Nueva York, durante cuatro períodos (en 1958-1973) y que tiempo después fuera electo vicepresidente de E.U.A. de 1974 a 1976. Actualmente se retoma el ingenio de Juan D. Rockefeller dentro del manejo de las empresas como ejemplo a seguir, para elevar el nivel económico de la empresa, así como de analizar su personalidad como administrador, ya que él decía que lo importante no era la materia prima, en este caso el petróleo, sino la manera como se comercializaba. El establecer bases y metas a corto, mediano y largo plazo, para que la empresa funcione. Porque si los objetivos que se buscan no se logran en el momento que se establecieron, la empresa no tendrá éxito. Además de sus grandes y cuantiosas donaciones para la educación y las ciencias médicas, también realizó muchas obras que iban destinadas a fines científicos, filantrópicos y fiscales.
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Walt Disney 44
Walter Elías Disney, mundialmente conocido como Walt Disney, es un hombre que ha hecho sonreír a generaciones de niños, a los padres y a los abuelos de esos niños. Como muchos hombres exitosos Walt Disney tuvo que abrirse camino en medio de la pobreza y la recesión económica que padecía Estados Unidos en esa época. Eran los albores de los años veinte. Siendo aún pequeño, consiguió su primer éxito como dibujante. A los 10 años se ganó un corte de pelo gratuito al realizar un dibujo que serviría para adornar la pared de la peluquería de su localidad. Con 40 dólares en su bolsillo y las estampas de su dibujo Alicia en Dibujolandia, Walt se traslada a Hollywood para reunirse con un hermano que era empleado de allí. Por cuatro años consecutivos Disney desempeñó diversos empleos, sin olvidar sus sueños como dibujante y creador de fantasías animadas. En esa época dedicaba gran parte de su tiempo libre a hacer dibujos del Conejo Osvaldo, uno de sus primeros personajes. Hasta que él y su hermano formaron su propia compañía, donde Walt produjo su máxima creación, el personaje animado más aclamado, querido y famoso del mundo: EL RATÓN MICKEY. Después del nacimiento del Ratón Miguelito, Mickey Mouse o el ratón Mickey, se originó el surgimiento de una serie de encantadores personajes, todos ellos animales: el Pato Donald, la Ratita Minnie, el Perro Pluto, que aparecieron en las pantallas convirtiéndose en los grandes favoritos del público. El Ratón Mickey filmó varias películas convirtiéndose en una verdadera celebridad; sus películas y las sinfonías tontas fueron conocidas como “Cortos”, al igual que Los 3 cerditos, primera película de Disney que se hizo famosa aisladamente. Pero Disney no estaba aún satisfecho, él deseaba incursionar en el cine de mayor duración, yendo en contra de las opiniones de los entendidos de la industria cinematográfica quienes le auguraban un total fracaso. Aún así solicitó un crédito en un banco y se lanzó a la aventura de producir una película de larga duración. Ni siquiera el mismo Disney imaginaba el impacto que tendría esa película; la llamó Blanca Nieves y los 7 enanitos. La gente que le rodeaba en Hollywood llamaba a su película “la locura de Disney”, por que en esta película Disney invirtió 3 años, con un costo de $1,000 dólares y debía producir $2,500. Todo esto mucho antes de que su creador pudiera recibir un solo dólar. Sorprendiendo a Disney y a sus críticas, el exquisito cuento de hadas alcanzó a producir casi $8,000 dólares en muy pocos meses a partir de su estreno. La capacidad creadora de Disney era inagotable, por lo que estrena Pinocho repitiendo su exitosa experiencia en 1940 y revoluciona su propio arte al utilizar un método de registro realmente novedoso, en el que
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armoniza el desarrollo de la película con varias composiciones musicales. Para ese entonces, Disney ya producía sus propias películas en una “pequeña ciudad” que ocupaba unas 2,000 hectáreas donde trabajaban aproximadamente 2,000 personas; Disney ya no dibujaba sus propias obras, ahora su trabajo consistía en producir y dirigir a sus artistas; pero el genio creador le pertenecía a él. Disney realizaba primeramente el boceto donde realizaba la acción y calculaba la duración de la partitura musical, para sincronizarla con los episodios y ya con estos datos se empezaba el trabajo. En seguida los animadores principales bosquejaban los puntos importantes de la acción y determinaban los tipos de actores, posteriormente los dibujantes comunes se encargaban de llenar los espacios intermedios. El procedimiento era lento y complicado porque al conjunto de fotografía se le daba tinta y color antes de convertirse en escenas. La razón de tanta dedicación era que los bocetos no podían ser simples dibujos: las figuras debían tener vida. Disney era un trabajador incansable, animoso, inspirador, no se doblegó nunca ante la pobreza o los problemas. En los últimos años de su vida produjo notables películas en colores todas ellas sobre la vida de los animales sálvajes. Después de su muerte en 1966 la empresa que él creó prosiguió su obra. A Disney le debemos una infancia llena de fantasías: sus personajes viven en sus películas, cuentos y dibujos animados. Una muestra más de su invaluable genio y talento lo constituyó la creación de su máxima fantasía: un parque de diversiones donde sus personajes convivieran directamente con el público; hoy en día Disneylandia es el centro de diversiones favorito de la mayoría de los niños del mundo. Entre sus más célebres películas se encuentran: Blanca Nieves Fantasía Pinocho Los Tres Caballeros Dumbo Bambi Saludos, amigos La Cenicienta La isla del tesoro Robin Hood Peter Pan Secretos de la vida Tonka
(1938) (1940) (1940) (1941) (1942) (1942) (1950) (1950) (1952) (1953) (1956) (1959)
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Michael Faraday 47
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Hijo de un herrero, Michael Faraday nació en Inglaterra en 1791. Fue un niño con pocas oportunidades para asistir a la escuela porque tuvo que aprender el oficio de encuadernación; aunque quizá era mejor eso que ir a trabajar en una fábrica en horarios infrahumanos, como lo hacían los demás niños pobres de su época. Pese a esta situación Michael mostró deseo de superarse y salir adelante y la gente alrededor suyo pronto lo advirtió. Realmente Michael no se parecía a los otros niños, aprovechaba cualquier oportunidad para leer los libros que él mismo encuadernaba, además de otros que encontraba por ahí sobre temas que le interesaban. Michael deseaba estudiar química y física pero lo que realmente le apasionaba y deseaba conocer era sobre aquella novedad llamada electricidad de la que tan poco se conocía en esa época. Michael buscaba las oportunidades y éstas le buscaban a él. En cierta ocasión una persona amiga de su familia que había notado la afición de Michael por el estudio lo llevó a una conferencia del gran Humphry Davy, donde el jovencito tomó notas durante toda la conferencia y las copió pulcramente estando en su casa. Se le ocurrió enviarle una copia a Davy preguntándole si no habría algún trabajo para él en el laboratorio del ilustre sabio. Esta situación inquietó grandemente a Davy; no atinaba a comprender qué podría hacer por aquel muchacho que osaba escribirle y pedirle empleo. Davy decidió consultar con su amigo sobre la curiosa situación y le pidió su opinión: –Aquí hay un joven que me ha escrito esta carta donde me dice que desea trabajar en el Instituto Real; ¿qué haré por él? –Opino que podrías ponerlo a lavar botellas. –Respondió el amigo. –Si realmente quiere trabajar y sirve para algo te aseguro que lo hará. –Si se niega es que no sirve para trabajar. Pero Davy le ofreció trabajo como su ayudante en el Instituto Real, por lo que Michael tuvo que abandonar sus trabajos de encuadernación.
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Por su parte Davy cada vez estaba más asombrado de la capacidad y el tesón del joven; acostumbraba decir que su más grande e importante descubrimiento había sido precisamente MICHAEL FARADAY y tenía razón. Faraday trabajó durante 54 años realizando numerosas investigaciones en el terreno de la electricidad y la química. Su mayor descubrimiento fue producir electricidad en fuertes corrientes, las cuales eran capaces de impulsar toda la maquinaria que se mueve en el mundo actualmente, de encender todas las luces y de llevar a todas partes a través del espacio sonidos, palabras e imágenes. Davy y Faraday fueron compañeros por muchos años, juntos enfrentaron dificultades al tratar de reunir la energía necesaria que les hacía falta para realizar algunos de sus experimentos. Michel Faraday puso manos a la obra. Faraday se preguntaba: ¿qué le sucedería al alambre si movemos un imán cerca de él? y ¡encontró la respuesta! Él siempre encontraba respuestas a sus preguntas; finalmente, después de 9 años de trabajos e investigaciones obtuvo el éxito. Comprobó que evidentemente una corriente eléctrica fluye a través de un alambre cuando se mueve el imán; toda vez que cuando se mueve un imán cerca de una bobina la aguja salta a un lado de la señal de cero. Y a pesar de que fueron años de intenso trabajo los que le costó descubrirlo, una vez encontrada la solución, fue tan sencillo el experimento que al explicar la manera de hacerlo cualquiera pudo repetirlo. Por ejemplo, al sumergir el imán en la bobina la aguja se mueve en una determinada dirección; si se saca el imán se mueve en sentido contrario: esto indica que la dirección de la corriente es determinada por aquella en que se mueve el imán. Para producir la corriente eléctrica parecen necesarias 3 cosas: una bobina en un rollo de alambre, un imán y que el uno se mueva con respecto al otro. Los descubrimientos de Michael Faraday representaron un gran avance sobre el método de acción químico. Son muchos y muy importantes los méritos de este físico y químico inglés; sus estudios sobre la electrólisis sentaron las bases para el desarrollo de la electroquímica. Michael Faraday era realmente un hombre incansable, trabajaba hora tras hora en su laboratorio.
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En esas jornadas interminables encontró la manera de generar electricidad mediante un campo magnético y una bobina de alambre; de ese notable hallazgo nacieron todos los dínamos del mundo, y además escribió no menos de 157 memorias científicas. Gustaba de dar conferencias y de compartir sus conocimientos y experiencias; realizó también importantes trabajos sobre la naturaleza de la luz y el sonido. Michael poseía una personalidad carismática y atrayente. En alguna de sus conferencias alguien le preguntó cuál era la edad mínima para escuchar sus conferencias. Michael le contestó que no conocía a un ser demasiado joven para comprenderlo. Michael Faraday fue autor de varias obras entre las que se destacan: Chemical Manipulation (1827) Experimental Researches in Electricity (1844-45) Experimental Researches in Chemistry and Physics (1859-61) Michael Faraday murió, a diferencia de otros grandes hombres de ciencia, entre grandes honores en el año de 1807; sin embargo, a pesar de sus importantes y grandes descubrimientos que aportó a la ciencia y a los hombres, no alcanzó a vivir lo suficiente para ver las creaciones que los hombres hicieron con base en sus descubrimientos.
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Benjamín Franklin 51
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Nació en Boston, Mass. Desde temprana edad sintió inclinación por la filosofía, las ciencias y la diplomacia a pesar de que tuvo que abandonar la escuela a los 12 años. Su padre, quien tenía una pequeña empresa para fabricar jabón y velas, tuvo que apoyarse en su hijo para que lo ayudara en el oficio. En eso se desempeñó durante mucho tiempo. Pero su falta de estudios no le truncó su amor hacia la lectura y cuando llegó a una edad madura se empleó como aprendiz de impresor, y fue tanto su esfuerzo y dedicación al estudio que tiempo después fue editor de “The Pensilvania”. El pseudónimo bajo el cual escribía era el de Richard Saunders. Realizó varias publicaciones entre las que sobresalieron: Por Richard´s Almanack (1732-57) Popularismo Anual de Consejos Morales y Graciosos Aforismos. Organizó el club “Junto” que vino a ser la América Philosophical Society; pero su trabajo no termina ahí sino que su gran vocación lo lleva a iniciar la biblioteca pública y la Universidad de Filadelfia y fundar el primer cuerpo de bomberos. Benjamín Franklin era un hombre con una gran personalidad, deliciosa sencillez y de conversación chispeante; siempre luchó por la democracia, de la que hablaba en cada ocasión. Los franceses lo consideraban un hombre encantador que luchaba apasionadamente por sus ideales desde que compareció ante un comité de los comunes como agente de Pensilvania en Londres. Ahí se manifestó en contra del primer Ministro Grenville, por querer emplear al ejército para recaudar los impuestos, y decía que ese camino llevaría a una rebelión segura, ya que no tenía derecho a imponer cargas. Benjamín Franklin pasó largo tiempo en la corte de Francia ganándose simpatías y la solidaridad por la causa norteamericana; pero a pesar de contar con el apoyo de los franceses se abstuvieron de reconocer la independencia de E.U.A. Si existía alguien en el mundo capaz de terminar con las diferencias que había entre las colonias norteamericanas y la Gran Bretaña era probablemente Benjamín Franklin. Era reconocido como un hombre de ciencia respetable y gran estadista tanto en Inglaterra como en el resto de Europa. A él se le deben grandes investigaciones en ambos campos. Mejoró la iluminación de las calles y las estufas de calefacción; ideó el anteojo de su nombre; en el año de 1752 inventó el pararrayos, formuló la ley de la conservación de la carga eléctrica. Pero lo que más le agradeció la humanidad a este gran personaje fue su dedicación a la vida pública; el amor que les tenía a sus semejantes y su rotundo rechazo al abuso y esclavitud de las personas.
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Mohandas K. Gandhi 53
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A Gandhi se le llamó también Mahatma, cuyo significado era el magnánimo; fue una de las figuras políticas más extrañas de toda la historia, líder político nato y religioso hindú. Nació en 1869 en Porbandar, estudió leyes en Londres a los 19 años ( en 1888) y puso en práctica sus conocimientos de abogacía en la India y Sudáfrica (en 1893), donde comenzó su famoso movimiento de resistencia pasiva. Por ser enemigo de toda clase de violencia se opuso a las autoridades que querían limitar la inmigración y los derechos de los asiáticos residentes allí, en el África del Sur. Organizó un cuerpo de ambulancias en la Guerra Bóer (1899-1902), pero anteriormente, en el año de 1901, habrá iniciado la publicación del periódico “The Indian Opinion” y empezó a luchar por la independencia de la India. Con todas estas manifestaciones de apoyo el pueblo de la India comenzó a ver en él a su salvador, quien sería más tarde el gran artesano de la Independencia de la India. Mahatma Gandhi era un hombre sencillo, bondadoso, que se ganó el respeto y el cariño de todo aquel que lo conocía; tenía una extraordinaria fuerza de persuasión. Así era. Su pueblo entendía que la mejor forma de luchar por su libertad era resistiendo al gobierno inglés pero con la “Fuerza del Alma” y la no cooperación, no lo que otros partidos practicaban contra los ingleses. Al gobierno de la India en el año de 1919 se le concedieron poderes especiales para luchar contra los revolucionarios, pero todo esto fue considerado como una forma de opresión más y un insulto a su pueblo. A pesar de la decidida oposición de Gandhi comenzó una campaña que se extendió rápidamente en contra de esas leyes injustas. En 1920 proclamó una campaña general de “No cooperación pasiva”. Ésta consistía en oponerse al gobierno, a su cuerpo legislativo y sus tribunales, y aunque la mayoría no consumían mercancías inglesas entraron en huelga las oficinas públicas, y hubo actos violentos. Ya que muchas personas no estaban de acuerdo con él en llevar las cosas de manera pacífica, pensaban que esta actitud de sumisión no llevaría a ningún lado y se necesitaba ser más enérgicos. Muchos conciudadanos se separaron de su movimiento por no aceptar sus métodos de lucha.
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Fueron tales los disturbios que en 1922 fue apresado por tratar de derrocar al gobierno. Fue encontrado culpable y él aceptó totalmente la responsabilidad ya que pensaba que era el iniciador de lo sucedido; pidió a la ley que se le condenara por lo que él consideraba el más alto deber de todo ciudadano: “Luchar por la libertad de su patria”. Fue condenado a 6 años de prisión; pero en 1924 fue liberado. Y fue nombrado ese mismo año Presidente del Congreso Nacional Indio. En 1929, después de un año y medio de retiro y meditación, reanudó su campaña de desobediencia civil. Pero no fue ésa la única vez que fue tomado preso sino que fue apresado cinco veces más, pero también fue indultado otras tantas. Asistió a una conferencia en Londres donde se trataron problemas indios. En 1931 por todos los motivos anteriormente citados Mahatma Gandhi llegó a ser objeto de la veneración de su pueblo. A pesar de haber logrado ver a la India independiente pero dividida no pudo seguir frente a su pueblo, porque fue víctima de un fanático; murió el 30 de enero de 1948. Moría entonces un pacifista, un líder, un hombre de elevado espíritu, un ser realmente excelso, pero no morían con él sus ideales y la luz de su ejemplo.
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Raúl González 56
Nativo de Río Bravo, Tamaulipas, nace una gloria del deporte mexicano. Raúl González, hombre con espíritu de lucha y voluntad de triunfo: de esa manera lo describen quienes conocen sus éxitos. Cursó sus estudios hasta Bachiller en el mismo lugar en el que nació; sintió inclinación hacia el deporte desde sus inicios escolares. Después de tres años y medio de practicar diversos deportes: carreras, béisbol, boxeo, fútbol y de buscar destacar en cada uno de ellos, se dio cuenta del interés que tenía por el deporte pero en forma individual y no en conjunto como lo estaba practicando; porque los riesgos y el esfuerzo empleados dependían de él mismo. Ese deseo de juventud de hacer algo solo, de sobresalir entre muchos, de aprender actividades que lo hicieran sentirse alguien, lo tenía desde que trabajaba como ayudante de mecánico en el taller de su padre. Aunque no era muy hábil para el fútbol o el béisbol; porque eran actividades en las que no estaba muy calificado, quedaba casi siempre al margen de la integración de los equipos escolares. Pero tenía que encontrar algo que realmente lo llenara y en el otoño de 1965 llegó por fin su oportunidad; se realizó un evento atlético en la escuela en la que él estudiaba y participó de manera individual. Pero sus aspiraciones no sólo eran deportivas sino que buscaba también obtener una carrera universitaria, y en septiembre de 1969 inició los estudios de físico-matemáticas en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Su padre no compartía sus intereses ya que prefería que trabajara en su taller y permaneciera al lado de su familia; de todas maneras se trasladó a la ciudad de Monterrey, en donde se hospedó con un grupo de amigos que lo ayudaban económicamente. Como su situación económica no era estable tenía que correr varios kilómetros diariamente para poder asistir a la universidad. Y un 16 de septiembre al ir a visitar a sus padres a Río Bravo encontró al profesor Guadalupe Hernández, quien había sido profesor de educación física en la Secundaria y se encontraba organizando una carrera para celebrar el Aniversario de la Independencia Nacional, y fue invitado a participar. Al estar en la línea de salida, el profesor se acercó a donde se encontraban los competidores y les dijo: “Esta prueba es de caminata, consta de 3 kilómetros”. Les hizo una demostración de la técnica que deberían utilizar y después dio inicio la competencia. Ésa fue su primera competencia y su primer triunfo, al que seguirían muchos más.
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Al iniciar nuevamente las clases en la Universidad tuvo una entrevista con el responsable de atletismo, el profesor Denle Garza Moreno, quien lo entrenó posteriormente. Participó en las pruebas de los 800, 1,500 y 5,000 metros, así como en la caminata de 3 kilómetros. Siempre representaba a su escuela y a los 10 meses después de haber ingresado al equipo atlético de la Universidad ganó el campeonato Juvenil en Oaxtepec, Morelos. Por estos logros lo llamaron a formar parte de la preselección nacional y unos meses más tarde partió a la Ciudad de México, al Centro Deportivo Olímpico Mexicano, el 6 de enero de 1971. Al principio no quería aceptar y pasó los primeros 15 días a expensas de lo que sus amigos le obsequiaban; pero él ya había decidido triunfar, pese a todos los obstáculos que se le presentaran. En muchas ocasiones era mucho el trabajo, ya que tenía que emplear disciplina y dedicación al entrenar 50 kilómetros en una sola sesión; le dedicaba 4 horas diarias aproximadamente. En 1971 obtuvo el tercer lugar en Kingston, Jamaica, en el Campeonato Centroamericano y participó con buenos resultados en una gira de competencias del Equipo Nacional por los E.U.A. Tras estas competencias siguieron muchas más. El primer campeonato nacional fue en el Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria. Participó en los Juegos Olímpicos a los 20 años; justo el día en que Raúl González salió rumbo a Alemania se encontró a su padre que le decía: “¡Échele gallo! ¡Usted puede!” Después vinieron las fotos con sombreros de charro antes de subir al avión y viajar rumbo a Alemania. En el año de 1972 al regresar a Monterrey el Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey le ofrece una beca para terminar sus estudios. Pero al pasar los meses abandona la carrera por luchar para llegar a ser campeón olímpico. Durante 15 meses de prácticas, visitas a los volcanes, aspirar el olor del bosque, y emprender el ascenso entre la nieve desarrolló su preparación personal. En abril y mayo de 1973 llegó a ser el mejor en 20 km, les ganó a los ingleses, mérito que le fue reconocido al finalizar 1973 como mejor atleta mexicano. Pasó algo chusco en Italia: cuando vieron su bigote, el Corriere dello Sports lo bautizó con el nombre de “Speedy González”. Su carrera como marchista iba creciendo en forma vertiginosa al participar en 1974 en los XII Juegos Centroamericanos y del Caribe, y obtuvo la presea de oro; a partir de esa competencia logra establecer marcas y campeonatos.
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Para Raúl González ganar era como una obsesión y escuchar el himno nacional lo máximo. Compartía correspondencia con una muchacha de Santo Domingo; con la que al tiempo de frecuentarla se comprometen y terminan por contraer matrimonio. Su nombre es Ivette y se casaron el primero de noviembre de 1975. No fue una boda ostentosa; asistieron unos pocos amigos y familiares y ya juntos partieron a la Ciudad de México, en donde pensaron residir, pero en 1975 se mudan a Toluca, para que Raúl entrenara en las alturas. Raúl tenía como terapia leer después de cada entrenamiento para relajarse. En 1977 otra vez su sueño se convierte en realidad al ganar la competencia por equipo y derrotar a los soviéticos, italianos y alemanes en la Copa Lugano. En México son recibidos por el pueblo y el Presidente de la República. Esa vez son distinguidos con el Premio Nacional del Deporte; su esfuerzo, constancia y tenacidad lo llevan a recibir el reconocimiento del pueblo mexicano, mismo que él dice era su motivación para seguir triunfando. Pero su afán por seguir cosechando triunfos como ése lo lleva tiempo después a realizar una gira por varios países, en la que intentaría romper récord mundial de pista de cincuenta kilómetros. Así un 19 de mayo en Noruega, a pesar del frío y el viento helado y haciendo un tiempo de 3 horas 52:23, “llegó a la meta”. Tenía la vista borrosa y a ciencia cierta ya no sabía en dónde se encontraba por el esfuerzo hecho. Caminó 125 vueltas de 400 metros. Después continuaron su gira por otros países de Europa, Polonia y Suecia; pero faltaba otro lugar por conquistar: “Praga Podebrady”, Checoslovaquia. Ahí estableció récords dentro de las marcas que había hecho anteriormente en otras competencias, dentro de los 25, 30, 35 y 40 kilómetros; mismas que sirvieron para establecer nuevos registros a nivel mundial ya que al llegar a Podebrady realizó 3 horas 41:19 estableciendo la marca mundial más impresionante que se hubiera registrado en la historia de la marcha. Ese día memorable fue el 12 de junio de 1978. Ese mismo año fue conocido como el único atleta en el mundo, capaz de realizar tiempos por debajo de 3 horas y 50 minutos. Volvió a México colmado de aplausos, premios y satisfacciones. 1978 fue un año de gloria para Raúl González, ya que recibe por segundo año consecutivo el Premio Nacional del Deporte de manos del Presidente de la República. En forma individual en 1978 y por equipo en 1977. Además de ese logro obtuvo otro en su vida matrimonial, pues el 7 de octubre nace su segunda hija de nombre Gina. Su primera hija se llama Lissette y nació el 6 de marzo de 1977. El año de 1979 fue un año en el que además de competir contra otros países tuvo que tomar la difícil decisión de competir contra sus compañeros de equipo; para eso tuvo que pensarlo muy bien y establecer metas claras y objetivos a seguir; ya que además de pelear contra otros atletas, tenía que pelear por ganarle a su amigo y compañero de equipo Daniel Bautista.
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Así después de mucho tiempo de prácticas se dirigieron a Jalapa, Veracruz, en donde sobrevino la competencia, y aunque Daniel siempre fue al frente, fue descalificado en el kilómetro 16. De esta manera, ya no hubo quién estuviera con él en la pelea y ganó la competencia y con ésta la posibilidad de participar en las 2 pruebas de los Juegos Panamericanos. Al viajar a Europa, vuelve a obtener otra medalla en Alemania Federal, en donde participa y gana en la competencia de 50 kilómetros. De ahí se dirige a Noruega, donde participó en el Grand Prix de Softeland. Ahí se encontraría lo mejor del deporte mundial, soviéticos, italianos, alemanes, checos, etc. Luchó contra sus propios tiempos, dando 125 vueltas a la pista de 400 metros. Al llegar a la meta realizó un tiempo de 3 horas 41 minutos y 39 segundos; mejoró su propio récord mundial de 3 horas 52:23. Después se preparó en combinación con Daniel Bautista y Domingo Colín para participar en los Juegos Panamericanos. Se oponía a participar en la competencia de 20 kilómetros, pero había sido disposición del entrenador. Fue eliminado de esta prueba pero al participar en los 50 kilómetros ganó haciendo el 1-2 en combinación con Martín Bermudez. Pero no fue todo triunfos en su carrera; muchas veces la soberbia y la inmadurez hicieron que no tomara las cosas con la seriedad y el respeto que debía. Porque en la copa Lugano en Echbom, Alemania Federal, en octubre, presa del agotamiento y la fatiga, obtuvo el cuarto sitio dentro de la competencia, siendo que sus compañeros hicieron el 1-2. En la revista “Track and Field News” se escribe un artículo en el que aparecía por tercer año consecutivo como el mejor del mundo. Y siguieron muchos triunfos más, entre los que se pueden citar: Moscú 80, Copa Lugano, Valencia 81, Los Ángeles 84 y otros. Después de Los Ángeles 84, decide incursionar en otro campo, ya que deseaba poner en práctica su administración deportiva y decide tomar el cargo de la Institución Deportiva del estado de Nuevo León. Colaboró en la campaña política del Lic. Jorge A. Treviño para Gobernador del Estado y siguió haciéndose cargo de la Institución de Deportes en el estado. Raúl González opina ante todos los sucesos ocurridos en su vida que: “Aunque ante los ojos del mundo no resulte ser ganador, sé que voy a triunfar; porque el ganar no necesariamente lo hace a uno un triunfador”.
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L a historia de Dan Jansen es un relato verdaderamente conmovedor e inspirador. Generalmente se piensa que un campeón olímpico es un deportista nato, con habilidades naturales y otro poco de entrenamiento y técnica; la vida de Dan Jansen es una muestra palpable de lo que la perseverancia y la fortaleza de espíritu pueden hacer por un ser humano. Pero remontémonos a su infancia, a su natal Westa Allis en Wisconsin, E.U.A. D. J., como cariñosamente le llama su familia, era un rubio niño inquieto y consentido por ser el menor de 9 hermanos, entre los que se encontraban Mary, Janet, Jim, Dick, Jane, Joanne, Diane y Mike. Para Dan no existía nada más importante que su familia; aún actualmente sus hermanos continúan viviendo en su ciudad de origen, conservando y reafirmando los fuertes lazos de unión y amor que sus padres les enseñaron. Harry Dansen, el padre de Dan, combinaba su trabajo como agente de policía con labores de jardinería y de chofer para solventar las necesidades de la numerosa familia; un hombre firme con sus hijos, amante del orden y de la disciplina, pero incapaz de imponer autoridad a sus hijos, estaba convencido de que su responsabilidad como padre no era vencer sino convencerlos de que actuaran correctamente; jamás gritaba en su hogar y era un ejemplo de fortaleza y rectitud para ellos; al igual que la señora Gerry, la madre de Dan, quien también ayudaba con el gasto familiar laborando por horas como enfermera. D. J. descubrió su habilidad natural para el patinaje a través de su hermana Mary, quien era muy enfermiza, por lo que la familia empezó a practicar deporte al aire libre para fortalecer la salud de la pequeña Mary; pronto todos los hermanos Jansen eran expertos patinadores. Sus padres siempre disponían de tiempo para acompañarlos a prácticas y competencias. El señor Jansen fue el primer entrenador de Dan y no por ser su padre era menos estricto en sus entrenamientos. D. J. participó en su primera competencia a la tierna edad de 4 años y a ésta siguieron muchas más; sin embargo, el más destacado de los hermanos era Mike, quien logró el primer sitio en los Campeonatos Nacionales de E.U.A. en Minnessota, no así Dan, quien en esas mismas competencias tropezó y perdió el título nacional de su categoría; lloró inconsolablemente a lo que su padre sólo le dijo: ¿Sabes, Dan?, dar vueltas a una pista no lo es todo en la vida. Dan jamás olvidaría esa experiencia y lo que aprendió de ella; sólo tenía 9 años entonces.
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En una de esas competencias y ya con 12 años conoció a Peter Mueller, un famoso entrenador, quien fue el primero en reconocer en él su potencial y sus habilidades como patinador. Dan jamás imaginó en ese entonces la importancia que ese hombre tendría en el futuro. Desde su adolescencia ya practicaba más de 4 horas diarias y su dedicación y disciplina eran extraordinarias. A los 18 años llegó la gran oportunidad, ingresar al equipo de su país que participaría en Sarajevo 84, sus primeros juegos olímpicos de invierno. Acumulaba experiencia, técnica y disciplina, cada vez se convertía en mejor patinador, maduraba física y emocionalmente. En ese tiempo una tragedia vino a conmocionar la vida de la familia Jansen: la joven Jane padecía leucemia y estaba condenada a morir irremediablemente. Esto vino a traer un golpe terrible para todos y sobre todo para Dan, que en esos momentos se preparaba para su participación en Calgary. De este modo, mientras Dan competía, Jane moría en ese febrero de 1988. Todos vaticinaban un gran triunfo a Dan, sus marcas eran inmejorables, pero falló. ¿Qué sucedió?, ¿acaso la muerte de su hermana le hizo perder la fe y la motivación? o tal vez se sentía culpable de participar mientras su familia lloraba en Wisconsin; mientras Dan competía, su corazón lloraba también y dos caídas en la competencia terminaron con su sueño olímpico. Dan se sumía en largas reflexiones desde entonces: la ausencia de Jane, su derrota en Calgary, el apoyo de su familia y los amigos de su pueblo, pero parecía que no lo superaría. Un suceso vino a cambiar su vida y su estado de ánimo: se enamoró de una bella rubia, Robin Wicker, con quien contrajo matrimonio, y al poco tiempo tuvieron una niña a quien no vacilaron en bautizar con el nombre de Jane en memoria de su entrañable hermana. Apareció en su vida Jim Loehr, un psicólogo para deportistas que conocía su historia y estaba decidido a ayudarlo. Aunque fue difícil se sometió a terapia y poco a poco fue resolviendo aparentemente sus conflictos internos, tanto así que en diciembre de 1993 se convertía en el primer patinador en toda la historia de este deporte que concluía el recorrido de los 500 metros en menos de 36 segundos. Esta carrera se convertiría a en su especialidad dentro de las competencias. Y llegó Lillehammer en 1994. Lleno de fe y de entusiasmo, sintiéndose seguro y preparado, Dan llegó a los juegos olímpicos. Una vez más todas las esperanzas estaban puestas en él y lo sabía;
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miles de ojos ansiosos lo observaban, sus padres, Robin y sus hermanos, sólo la pequeña Jane permanecía ajena a todo y dormía profundamente en el regazo de su madre. Dan tenía los ojos brillantes y la emoción recorría su cuerpo; hubo una salida en falso por otro competidor, pero aparentemente recuperó su concentración y empezó la carrera, recorrió casi la mitad de ella a su acostumbrada velocidad, cuando de pronto, sucedió de nuevo: Dan volvía a caerse. Dan volvía a fracasar. Parecía que el triunfo se le negaba, nadie podía creerlo, ni él mismo siquiera. Con lágrimas en los ojos Dan gritó al Dr. Loehr que renunciaba al patinaje, que renunciaba a los juegos olímpicos y que renunciaba a la medalla de oro. Pero Loehr no estaba dispuesto a dejarlo caer emocionalmente y le dijo: “Aún te falta recorrer los 1000”; Esto le sonó absurdo a Dan porque la carrera de 1000 metros no era precisamente su especialidad y su resistencia se vencía al final, pero terminó por aceptar: había decidido intentarlo una vez más, a pesar de la derrota, a pesar de sus caídas, volvía a levantarse , volvía a perseverar. Loehr le había dicho: “Mientras más se enfrenta un hombre a sus temores, más probabilidades tendrá de vencerlos” y le hizo repetir una y mil veces “me encanta la carrera de los 1000 metros”. Al principio Dan se sentía un poco tonto haciéndolo, pero poco a poco se fue convenciendo de que le encantaba la prueba de los 1000 metros. Y llegó el día de la competencia. D. J. se sentía liberado, como inspirado por una fuerza superior, arrancó y casi voló por la pista; al llegar a la penúltima curva, lo que tanto temían todos volvió a ocurrir, Dan volvió a caer. Sin embargo, se levantó y se recuperó rápidamente. Esta vez tenía que conservar la calma, esta vez tenía que vencer sus temores; por él, por su familia, por todos los que creían en él y por Jane. Y volvió a patinar, casi no se dio cuenta cuando ya estaba a 50 metros de la recta final, la ansiada meta; la cruzó a una velocidad vertiginosa y el clamor del público lo hizo volver a la realidad ¡Lo había logrado! Imponía un nuevo récord olímpico en esa especialidad. Nada se compara con la victoria y Dan lo sabía: la premiación, el himno de su país, los besos, los abrazos, las felicitaciones... lo había logrado al fin. El triunfo de Dan no era sólo una medalla de oro, era un triunfo del esfuerzo, del coraje, del tesón, era el triunfo de un hombre que había vencido sus temores y que había aprendido a enfrentar sus fracasos.
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Madre Teresa de Calcuta 65
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El 27 de agosto de 1910, vio la luz quien ha hecho más por los pobres y necesitados que cualquier otra persona en el siglo XX. Su nombre era Agnes Gonxha Bojaxhiu, conocida mundialmente como Madre Teresa de Calcuta. Nació en Skopje, capital de Macedonia, un pueblo albanés que en aquel tiempo era una pequeña ciudad de 20,000 habitantes bajo el dominio turco, pero que había pertenecido durante mucho tiempo a Albania. Era Hija de Nikola y Dronda Bojaxhiu, ambos de origen albanés. Tuvo dos hermanos mayores, Age y Lázaro, con quienes siempre se llevó muy bien. Agnes tuvo una infancia acomodada gracias a que su padre era uno de los propietarios de una empresa de construcción, en sociedad con un italiano. Agnes creció en el seno de una familia que profesaba la religión católica. Fue dentro de su familia, y sobre todo gracias a la ferviente religiosidad de su madre, que en ella se despertó la vocación a la vida religiosa. Su padre, Nikola Bojaxhiu, participó en la recuperación de la Macedonia albanesa a la madre patria y a ello dedicó gran parte de su vida. En 1912, cuando Agnes tenía sólo dos años, Skopje se liberó del dominio turco y logró la independencia como capital de la República albanesa de Macedonia, pero pocos años después cayó bajo el poder sucesivo de Serbia, Grecia y Bulgaria, en las eternas guerras balcánicas. La pasión política de su padre desembocó al parecer en su propia muerte. En 1919, viajó a Belgrado para participar de una reunión de los nacionalistas albaneses. Al regresar dijo a su esposa que se sentía mal, lo llevaron a un hospital con una hemorragia interna y falleció al día siguiente; la familia siempre sospechó que había sido envenenado. Agnes tenía entonces nueve años y la desgracia terminó con la prosperidad familiar. El socio italiano liquidó la sociedad y la madre de Teresa se encargó del sostenimiento de su familia. La religiosidad de su madre creció mientras afrontaba el intenso trabajo para sobrevivir. Asistía con sus hijos al santuario de la Virgen de Letnice. “A los pies de la Virgen de Letnice, escuché un día la llamada divina que me convencía de servir a Dios”, dijo muchos años después la Madre Teresa. Ahí su madre se dio cuenta de que a la pequeña Agnes le gustaba quedarse a solas durante los oficios religiosos. Su casa estaba al lado de la parroquia del Sagrado Corazón y participaban diariamente de la actividad de la iglesia. También notó que Agnes prefería mantenerse en silencio durante horas. El párroco, Frnajo Jambrekovic, descubrió que a Agnes le gustaba leer las historias de los misioneros. Era asidua lectora de las crónicas que dos jesuitas de Skopje enviaban para narrar su trabajo misionero en la India. “No cumplía aún 12 años cuando sentí el deseo de ser misionera”, contó más tarde la Madre Teresa. En su parroquia la niña ingresó a la Congregación Mariana de las Hijas de María. Los más pobres acudían a la iglesia y también a la casa de su madre donde, curiosamente, siempre obtenían algo. Agnes sentía que su vocación crecía. Al cumplir 18 años, su vocación religiosa se hizo irresistible y el 25 de septiembre de 1928 partió rumbo a Rathfernham, en
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Irlanda, donde se encontraba la casa general del Instituto de la Beata Virgen María. Tras un largo viaje, el 28 de noviembre de ese año llegó a la casa de las Damas Irlandesas o Hermanas de Nuestra Señora de Loreto. Agnes quería ser misionera en la India y le habían informado que en el Estado de Bengala las monjas de esa congregación hacían una labor excelente. La estadía en Rathfernham fue sólo momentánea, ya que embarcó rumbo a la India. Llegó el 6 de enero de 1929 a Calcuta. Sólo estuvo una semana en Calcuta y de ahí viajó 51 días hasta Darjeeling, donde estaba el convento de la orden fundada por la misionera Mary Ward. La joven albanesa se empeñó en el noviciado, estudió para enseñar, que era la misión especifica de las Damas Irlandesas. Cuando llegó la hora de profesar, el 24 de mayo de 1931, según las constituciones de la Congregación de Loreto debía cambiar su nombre. Agnes eligió el nombre de Teresa, en honor de una monja francesa, Thérèse Martin, quien fue canonizada en 1927 con el nombre de Santa Teresa de Lisieux o Santa Teresita del niño de Jesús. La hermana Teresa fue destinada a las cátedras de historia y geografía en el colegio de Santa María, única escuela secundaria para muchachas católicas de Calcuta. La escuela estaba reservada a las familias de clase media y alta. Parecía que llevaría una vida tranquila. Pronto, su trabajo aumentó y comenzó a enseñar también en el colegio Entally, de su congregación, adonde iban chicas pobres. Como estaba frente del Santa María, la hermana iba y venía, trabajando sin descanso. Durante seis años confirmó tres veces sus votos de profesión, hasta que el 24 de mayo de 1937, en la fiesta de María Auxiliadora y en la Casa de Loreto donde residía, Teresa Bojaxhiu profesó en forma perpetua su vocación de religiosa. Su trabajo era óptimo y la nombraron directora escolástica del colegio de Santa María. Comenzó a dedicarse a las “Hijas de Santa Ana”, rama de la Congregación de Loreto, integrada por hermanas indias de Bengala, que cumplían trabajos jesuíticos. Las “Hijas de Santa Ana” vivían con las usanzas bengalíes. Vestían el sari indio tejido en algodón pobre. Rezaban y meditaban en la capilla sentadas o arrodilladas sobre esterillas. Teresa fue encargada de dirigir la formación espiritual de las “Hijas de Santa Ana”. Esta experiencia influiría mucho en el proyecto de la Madre de la Formación de la Congregación “Misioneras de la Caridad”. Enseñó por 10 años en el Colegio de Santa María en Calcuta, India, y en el año 1946, precisamente el 10 de septiembre, recibió otro llamado de Dios, el servicio hacia los más pobres. Mientras estaba como directora de un Instituto en Calcuta se conmovió por la presencia en la calle de un hombre enfermo y moribundo; este hecho la llenó de fuerza, forjó su carácter y marcó sus objetivos: salir a la calle y ofrecer a la gente la vida en Jesucristo.
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Aquella visión, que Teresa consideró de inspiración sobrenatural, fue una iluminación interior que presentó de inmediato una enorme complicación: cómo realizarla. Se iniciaba para la hermana Teresa el camino final hacia su nueva y definitiva vida: la de Madre Teresa de Calcuta. En el año 1948, el Papa Pío XII le concedió a la Madre Teresa permiso para vivir como monja independiente y empezó a compartir (después de haber tomado un curso intensivo de enfermería con las hermanas misioneras médicas de Patna) su vida en las calles de Calcuta con los más pobres, los enfermos y los hambrientos. Ese mismo año adquiere la ciudadanía india. Su trabajo inicial fue el de enseñar a leer a los niños pobres de la calle y ayudar a víctimas de la lepra. En 1950 funda la congregación de religiosas “Misioneras de la Caridad” y añade a los votos tradicionales el de la entrega al servicio de los más pobres sin aceptar recompensa material por el trabajo, eligiendo como hábito un sari blanco con borde azul, y una simple cruz abrochada sobre el hombro izquierdo. Poco a poco, la imagen de aquella diminuta monja, con un sari blanco ribeteado de azul, se hizo famosa en todo el mundo, convirtiéndose en una leyenda viviente. El gobierno Indio cedió 34 acres de terreno para construir la primera misión, Shanti Nagar (Ciudad de la paz), a la que Teresa contribuyó con los recursos obtenidos por la venta de un Lincoln convertible que le había regalado Pablo VI. La religiosa encontró inmediatamente multitud de seguidores y cuando el 7 de octubre de 1950 el papa Pío XII reconoció a la congregación, la institución de la Madre Teresa contaba con cientos de miembros en todo el mundo. Más tarde, para el año de 1952 se funda la primera Casa de los Moribundos Indigentes, llamada en indio Nirmal Hidray (Casa del Corazón Puro). Con el tiempo, la labor de la Congregación fue haciéndose cada vez mayor y más eficaz, extendiendo su trabajo no sólo en Calcuta sino en otras ciudades de la India y aun en los cinco continentes. En el año 1965, el papa Pablo VI colocó a la congregación de las Misioneras de la Caridad bajo el control del Papado y autorizó a la Madre Teresa a expandir la orden religiosa en otros países. Alrededor de todo el mundo se abrieron centros para atender leprosos, ancianos, ciegos y personas que padecen del sida, y se fundaron escuelas y orfanatos para los pobres y niños abandonados. Todas las naciones le abrieron sus puertas incluyendo China, Cuba y la ex Unión Soviética. El papa Juan Pablo II confió a las religiosas de Madre Teresa la casa “Don de María” abierta en el Vaticano, al lado del Palacio del Santo Oficio, para asistir a los más pobres y a los moribundos de Italia. En 1974, Pablo VI la visitó personalmente en la India y, doce años más tarde, recibió a Juan Pablo II, quien incluyó en el programa del viaje una visita a la Nirmal Hidray,
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la “Casa del Corazón Puro” fundada por la religiosa, más conocida en Calcuta como “la Casa del moribundo”. En 1990 renuncia al liderazgo de la congregación, pero el pedido de todas las hermanas la hace retornar. A partir de su trabajo comenzó a recibir gran número de premios, muchos de los cuales se convertirían en donativos para los necesitados. Entre los más importantes figuran: en 1971 el papa Pablo VI le otorgó el premio de la paz Juan XIII. En 1972 el gobierno de la India la nominó para el premio Jawaharlal Nehru para el Entendimiento Internacional y además recibió el premio de la Fundación Kennedy. En 1978 el entonces presidente de la República de Italia, Sandro Pertini, le entregá el premio Balzan. En 1979 recibe el premio Nobel de la Paz. En 1980 recibe el Bharat Ratna, el honor más importante que se le otorga a un civil en la India. En 1983 recibe la orden del Mérito de la Reina Isabel II en Nueva Delhi. La Madre Teresa aceptó estos premios con humildad, usando el dinero de los mismos para la fundación de más centros. A pesar de su delicado estado de salud, continuó trabajando por los más pobres entre los pobres hasta sus últimas fuerzas. La Madre Teresa de Calcuta falleció en la sede central de la congregación (Calcuta) el viernes 5 de septiembre de 1997, a los 87 años de edad, víctima de un paro cardíaco. Miles de personas de todo el mundo formaron largas filas en la iglesia de Santo Tomás para despedirse de la Madre Teresa. La madre Teresa fue proclamada beata el 19 de octubre del año 2003, alcanzando la gloria de los altares en un plazo récord, a seis años de su muerte. La Madre Teresa se ubica entre las más importantes personalidades contemporáneas. Fue una Santa en Vida que trascendió las barreras del catolicismo para convertirse en símbolo de todos los cultos. La vida y obra de la Madre Teresa de Calcuta es un ejemplo para la humanidad, especialmente para los jóvenes, a fin de desterrar del mundo la indiferencia y la destrucción. En la actualidad las Hermanas de la Caridad son casi 4,000 repartidas en 424 casas establecidas en más de 95 países de todo el mundo, y dispuestas a defender los derechos de los pobres, contra el aborto y la eutanasia, siguiendo las enseñanzas de su fundadora. “Cada obra de amor, llevada a cabo con todo el corazón, siempre logrará acercar a la gente a Dios”. Madre Teresa de Calcuta
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Benito Juárez 70
Don Benito Juárez García nació en Ixtlán, Oaxaca, pueblo escondido en la sierra, el 21 de marzo de 1806, en cuna muy humilde; tuvo la mala suerte de quedar huérfano a los 3 años de edad al morir sus padres campesinos zapotecas Marcelino Juárez y Brígida García. Desde entonces quedó a cargo de un tío, Bernardino Juárez, y su abuela; desde muy pequeño tuvo que trabajar en labores propias del campo junto con su tío: trabajaban día y noche para poder subsistir. Ésa era la vida a la que se enfrentaba la gente humilde. Una de las principales tareas del niño era la de guardar las ovejas y probablemente una o dos vacas y unos cuantos cerdos, para evitar que estos animales entraran e invadieran las parcelas de maíz y los sembradíos. Se considera que el hecho de haber vivido durante su niñez y su adolescencia en compañía de animales y de haber tenido una vida un tanto difícil le ayudaron a fortalecer su espíritu, su cuerpo y sobre todo le formaron un carácter que le serviría en problemas futuros. Benito Juárez era un muchacho reservado de carácter obediente, solitario. Tenía pocos amigos, pero se mostraba siempre afectuoso, formal y muy juicioso. Dado que desarrolló su vida dedicado al campo llega a la edad de los 12 años siendo un analfabeto: no sabía leer ni escribir, además de ignorar la lengua castellana; pero conforme iba creciendo se da cuenta de que él desea otras cosas. En su pueblo natal había pocas perspectivas y, deseoso de estudiar, se fuga de su casa el 17 de diciembre de 1818. Tenía 12 años de edad y se dirigió a pie a la ciudad de Oaxaca. Dejó todo por buscar fortuna. Al llegar a Oaxaca conoce a Francisco Antonio Salanueva, encuadernador de libros. Él fue el que le enseñó el amor a los libros, ya que de él aprendió el oficio y trató de encauzarlo a la carrera eclesiástica. Fue tal la motivación que al terminar la primaria se inscribió en el seminario de Oaxaca, donde cursó latín, filosofía y teología. Pero se dio cuenta de que no tenía vocación de sacerdote y se pasó al Instituto de Ciencias y Artes, creado en 1826 por la legislatura local. En 1831, siendo todavía estudiante de derecho, recibe el nombramiento de regidor del ayuntamiento de Oaxaca y con esto inicia su carrera dentro de la política. En 1834 fue elegido diputado al Congreso del Estado; cuando el asesinato del general Vicente Guerrero, Juárez pidió que los restos del caudillo fueran velados en Oaxaca, pero por lo aberrante que resultó su petición fue hecho prisionero durante varios meses. Posteriormente lo desterraron a Tehuacán. En 1841 regresó a Oaxaca. Fue designado Juez de lo Civil y de Hacienda; en 1843 estando en ese mismo puesto decide contraer matrimonio
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con Margarita Maza, su compañera de toda la vida. En 1846 fue elegido al Congreso de la Unión y al año siguiente, Gobernador Constitucional de Oaxaca. Al finalizar ese mandato pasó a ser director del Instituto de Ciencias y Artes, en el que ejerció su profesión de abogado. Más tarde lo mandó aprehender López de Santa Anna, quien lo envió prisionero a las Tinajas de San Juan Ulúa, de donde fue deportado. Regresó a Acapulco y se incorporó a las fuerzas del general Álvarez, quien lo designó Ministro de Justicia y negocios eclesiásticos. En 1856 Comonfort lo llamó para que ocupara la cartera de Gobernación, pero el 19 de noviembre de 1856 fue derrocado el presidente Comonfort por la revuelta del plan de la Ciudadela. Quedó Juárez automáticamente como presidente sustituto de la República. Empieza entonces su largo período como Presidente trashumante de un sitio a otro del país llevando consigo la representaciónb del poder; cual había de tener durante siete períodos. En 1858, ante la situación favorable a los conservadores, Benito Juárez subió a la Presidencia y se retiró a Veracruz. Desde allí expidió las leyes de Reforma (1859), las cuales introducían cambios radicales, separación de la Iglesia y del Estado, así como la nacionalización de los bienes del clero, supresión de las órdenes religiosas e implantación del matrimonio civil. Benito Juárez fue desde siempre uno de los partidarios más ardientes de las ideas liberales. Cierta vez Don Filomeno Bravo fungía como capitán de su batallón y mandaba la guardia que custodiaba al presidente y sus compañeros. Y al grito de “traición” Bravo hizo tomar las armas a los soldados de guardia. Se formaron frente al Presidente Juárez y se les dio la voz de “Fuego”; en aquel momento Guillermo Prieto se le adelantó y haciendo acopio de valor les dijo a los soldados la célebre frase: “Los valientes no asesinan”. Los soldados, sin aguardar otra orden, echaron sus armas al hombro y se pusieron a las órdenes del Presidente Benito Juárez. DESTIERRO Durante 1853, cuando Juárez ejercía su profesión en Etla, hasta allí le alcanzó la persecución contra los liberales que desplegó la dictadura; fue aprehendido y llevado más tarde a un calabozo en el castillo de San Juan de Ulúa. Después fue enviado a Cuba y posteriormente lo trasladaron a E.U.A. sin que le proporcionaran ninguna especie de recursos; hasta julio de 1855 permaneció en Nueva Orleans, sufriendo las más crueles privaciones. Entonces resuelve volver a México.
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Benito Juárez después de un largo y prolífico trabajo enfermó de angina de pecho y tuvo que estar un buen tiempo en cama; pero nunca se recuperó de esta dolencia y murió el 18 de julio de 1872. Sus restos permanecen, junto a los de su esposa, en el Panteón de San Fernando. En honor de su memoria se erigió en la Alameda Central el Hemiciclo que lleva su apellido. Benito Juárez es conocido mundialmente por su célebre frase: “El respeto al derecho ajeno es la paz”.
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Biografías que
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Frida Kahlo Calderón 74
Originaria del Distrito Federal (Coyoacán), nació en el año de 1910. Aunque no fue para muchos una mujer hermosa, para otros toda ella era belleza ya que plasmaba en sus pinturas lo bello que ella concebía el mundo, las personas, animales y cosas. Desafortunadamente Frida no tuvo una adolescencia normal; ella muchas veces llegó a renegar de su mala suerte, porque a la edad de 16 años al ir caminando por una calle un autobús acabó con sus sueños atropellándola. Este fatídico suceso la dejó casi inerte, ya que sufrió once fracturas en el pie derecho, dos más en la pelvis, una en el codo izquierdo y dos en la columna vertebral; además de todo esto, una varilla de hierro le atravesó el tronco. Con estas cicatrices en el cuerpo y en el alma pasó el resto de su vida. Anteriormente ella había estudiado en la Escuela Normal para Maestros y en la Escuela Nacional Preparatoria de la Ciudad de México. Hasta antes del accidente quería llegar a ser pedagoga, pero no lo pudo realizar. Se aferró a la vida y pensó que no estaba todo perdido, que aún tenía mucho que hacer por delante y eso era lo importante, así que desde que estuvo en su convalecencia (pasó mucho tiempo en cama) empezó a pintar. Al principio Frida tenía un estilo realista que plasmaba en cada lienzo que pintaba: rosas, caballos, niños, etc. Pero no lo utilizó más cuando se vio postrada en cama. El trauma que sufrió fue tal que se alejó completamente de ese estilo y comenzó a pintar cosas que carecían totalmente de belleza; eran pinturas bruscas, grotescas, muchas veces plasmadas con brutal expresión. Y todo esto debido a que veía su cuerpo hecho pedazos y su alma abatida. Pero finalmente y con el tiempo logró estabilizarse por la tragedia que le sucedió y se dedicó a pintar de manera surrealista, ya que de esta forma pintaba su propia conciencia del mundo, haciendo un arte propio. En sus obras se puede encontrar una mezcla entre fuerzas deprimentes y hermosas. Le gustaba pintar lo bella que era la tierra y el sexo; impregnaba una gran ternura maternal en sus cuadros. Esto lo hacía de manera inconsciente, ya que dejaba escapar su profunda frustración por no haber podido tener hijos debido a su condición. Estaba obsesionada con la idea de un hijo que nunca tuvo, al que hubiera querido darle toda la ternura de madre con la que ella se quedó por estar imposibilitada para tenerlo. Además de inclinarse por pintar sobre el folclore, también le gustaba sobre el popularismo como un pretexto. Pudo realizarse como mujer a la par que como pintora, ya que conoció a un hombre del que se enamoró. Su nombre fue Diego Rivera, con quien se casó en 1929 y también fue un renombrado pintor. Se “descasó” en el año de 1940 y se volvió a casar en 1941. Frida Kahlo tuvo la oportunidad de realizar su antiguo sueño, el de ser maestra, y enseñar lo mejor que ella podía hacer: pintar. Así que en la Escuela de Artes Plásticas de la
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SecretarÍa de Educación Pública (La Esmeralda) prestó sus servicios como maestra de pintura. De esta manera pudo dar a sus alumnos la sensibilidad y la técnica con las que ella pintaba. Fue miembro del Seminario de Cultura Mexicana. Frida Kahlo pasó toda su vida pintando para ella y para quien admiraba sus obras, mismas que presentaba en exposiciones. Como la que realizó en el año de 1938 en la Galería Pulien de Nueva York, en donde realizó su primera exposición personal. Exhibió trabajos en la Exposición de Arte Mexicano y en la Galería Pierre de París. En muchas ocasiones mostró al público de México la calidad de sus obras, en cada una de las exposiciones que realizaba en su país. Hay una cantidad impresionante de pinturas de esta gran señora del pincel; sus obras tienen un valor incalculable por el contenido anímico que plasmaba cada vez que tomaba la brocha, su caballete y empezaba a trabajar. Entre sus obras más conocidas podemos encontrar: “Mi nana y yo”, “Los habitantes de México”, “Autorretrato de Tehuana”, “El nacimiento y Nueva York” y otras muchas más. Tanto México como Europa y E.U.A. conservan un sinnúmero de sus creaciones, en las que se observa la dualidad entre fuerzas opresoras y estimulantes de la tierra y el sexo. Frida Kahlo Calderón murió en el mismo lugar en el que nació, en Coyoacán, México, en el año de 1954, siendo joven aún, pues contaba con 44 años de edad, y teniendo todavía mucho camino por aprender y sobre todo enseñar a la humanidad de su enorme talento, de su notable técnica y de su creatividad, que nunca se vio truncada por la fatalidad que tuviera el destino para con ella. Aunque su alma siempre permaneció triste por la ausencia del hijo que nunca llegó y por el deseo de haber sido una mujer completamente libre de movimientos y actuaciones, nunca se quejó de su infortunio. Pero quienes conocen sus cuadros, saben que en cada uno de ellos está plasmado un pedacito de lo que ella hubiera querido ser o hubiera querido tener. Pero gracias a su legado, pudimos conocer la personalidad y la gran belleza interior que conservaba en su alma. FRIDA KAHLO, una mujer que a pesar de su incapacidad física, fue y ha sido ejemplo de voluntad, de talento y superación para quienes se sienten imposibilitados para hacer algo en la vida.
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Helen Keller 77
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Escritora norteamericana nacida en Tuseubia, Alabama, es un ejemplo a seguir dado que demostró que los impedimentos físicos no son obstáculo para llegar a ser alguien en la vida. Esta niña con impedimentos psicológicos y físicos nació el 27 de junio de 1880 en un pueblo pequeño. Fue hija de un antiguo capitán del ejército sureño de la Confederación durante la Guerra de Secesión de nombre Arthur Keller, quien anteriormente había tenido 2 hijos varones con su primera esposa. Su madre Kate fue la segunda esposa del capitán. Cuando Kate madre de Helen Keller, quedó embarazada todo fue felicidad; estaban seguros de que sería un bebé sano, fuerte y lleno de vida. Heredaría además el carácter independiente y recio de la familia. En varias publicaciones se habla del orgullo que mostraban los padres de Helen al hablar de su bebé, pues veían que crecía robusta y se desarrollaba normalmente. Hasta el primer año de vida de la niña todo parecía normal; sus papás hacían planes a futuro sobre la educación que recibiría su hija, porque en esa época las señoritas tenían que ser unas auténticas damas. Al transcurrir 19 meses, Helen comenzó a dar muestras de que algo no andaba bien en ella, ya que no podía incorporar su cuerpecito ni podía moverse, estaba roja por la fiebre y lloraba desesperadamente. La angustia que embargaba a sus padres fue tal que acudieron a los mejores médicos del condado; no escatimaron gasto alguno por la pequeña, pero todo fue inútil. Se desconocía la enfermedad que la aquejaba. Aún se desconoce a ciencia cierta el nombre de dicha enfermedad y las características de la misma: en aquella época quienes diagnosticaron a la niña concluyeron que se trataba de una congestión cerebral. Muchos fueron los días que Helen luchó contra la muerte. Con el transcurrir de las semanas, y gracias a los medicamentos que se le suministraron, la fiebre comenzó a bajar poco a poco. Pero la naturaleza le jugó una mala pasada a la familia; de ser una niña inquieta, robusta y llena de vida, pasó a ser un ser humano con limitaciones, pues quedó ciega, sorda y muda. A los 19 meses de edad quedó ciega y sorda y poco tiempo después perdió el habla. Esta condición le permitió desarrollar otros sentidos, porque a pesar de ser un ser humano limitado por la naturaleza, logró lo que muchos con todos los sentidos despiertos a su máxima capacidad no pudieron.
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Ella logró superar sus incapacidades físicas por su deseo de vivir, de luchar contra la adversidad y de hacer lo imposible posible. Triste se veía el futuro para Helen, pues se consideraba que quienes padecían tal enfermedad y quedaban ciegos, sordos o mudos, por herencia o accidentes, cargarían con el estigma de su invalidez de por vida. No fue el caso de Helen Keller, quien se sobrepuso a todos sus impedimentos y dejó constancia de su vida y de sus obras, para ejemplo de quienes como ella quieren ser parte de una sociedad sin limitaciones. Para su familia fue motivo de tristeza, ya que era como si la desgracia hubiera entrado en el hogar. Su prestigio y su posición social se vinieron abajo porque eran merecedores de la compasión y lástima del pueblo. Su madre, antes una mujer hermosa y joven, se convirtió en una anciana, achacosa, atormentada por el futuro incierto de su pequeña hija. ¿Quién sería capaz de cuidar a su hija cuando ella faltara? El empeño y el coraje que Kate demostró para ayudar a su hija fueron en vano porque a medida que la niña iba creciendo se fue volviendo un problema, pues se convertía en un vegetal incapaz de comunicarse con nadie. Era como un animal salvaje guiado por sus solos instintos, incapaz de comunicarse hasta con sus padres. Pero había algo en ella: emociones distorsionadas psicológicamente dado que percibía cosas pero no sabía como exteriorizarlas; sólo sabía que era un ser anormal y se complacía en torturar a sus semejantes. Tal era su maldad o su coraje con la vida que un día tomó unas tijeras y correteando a su compañera de juegos, “una negrita”, le cortó el pelo y el cuero cabelludo, pero no fue ésa la última vez que descargó su rabia contra sus semejantes. Cierta vez su pequeña hermanita Mildred, quien era normal, yacía sobre su lecho cuando Helen, que tenía 6 años, se le acercó cautelosamente y dándole un empujón la tiró. Su personalidad se tornó hosca y hostil, vivía en su propio, mundo; un mundo en el que nadie excepto ella podía vivir, pues no oía ni veía el mundo exterior; esto le ocasionó un desarrollo patológico desequilibrado. Cada día era más rebelde, egoísta, un ser resentido contra todos y contra todo, se convertía no sólo en un problema sino en un peligro y una amenaza para quienes se le acercaban. Como percibía el cariño que sus padres le profesaban, hacía de las suyas. Comía como un animalito, con los dedos. Escupía aquello que no le gustaba, rasgaba sus ropas, arremetía contra los demás mediante gruñidos y balbuceos.
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Como sus padres no la reprendían ni dieron jamás muestras de estar inconformes con lo que hacía, Helen creció siendo un monstruo ensoberbecido, enojada con la vida, Dios y sus semejantes, haciendo más triste la vida de sus familiares. Ante la impotencia para convivir con aquel ser, mitad vegetal, mitad coraje, sus padres deciden ingresarla en una “Clínica especializada” que no era otra cosa que un campo de concentración en el que recluían a todo aquel que significaba algún peligro para los demás. Pero su madre Kate en medio de una discusión hizo ver a su esposo que Helen tenía alternativas, pues a pesar de sus limitaciones podía tomar decisiones de si quería comer, lo que deseaba vestir o hacer. Todo lo indicaba por algún gesto. La familia decide que permanezca con ellos y durante un verano caluroso viajan a una granja rústica: Juy Green. Se enteraron de que había educación científica para invidentes impartida por Charles Aickens, quien relataba cómo podían aprender a leer y a escribir mediante un sistema de puntos en relieve. Entonces viajaron a Baltimore a una de las clínicas oftalmológicas más importantes. Le fue diagnosticado nuevamente el mal cerebral y fue invitada a viajar a Washington, donde Alexander Graham Bell le hizo varias pruebas en las que encontró posibilidades de percepción al tacto, a los sonidos y a las vibraciones. De inmediato fue ingresada en el Instituto Perkins; dada su inteligencia e imaginación contó con el apoyo de una joven que se había rehabilitado casi por completo de su ceguera: Anne Sullivan, quien se convirtió en sus manos y sus ojos para comunicarse con el exterior. Anne se dirigió a la granja el 3 de marzo de 1887. Al llegar el carruaje, Helen percibió la llegada de un extraño y se abalanzó sobre ella derribándola, le tiró el equipaje, sacó sus ropas y comenzó a manosearla tratando de amedrentarla. Pero Anne supo responderle al momento y puso en sus manos una muñeca de trapo que le traía de Boston y comenzó a acariciarla, tocándola y dándole golpecitos. Helen dio entonces su primer abrazo y beso y abrazándose comenzaron las dos a llorar. Con paciencia y ternura fue moldeando su comportamiento, enseñándole a valerse por sí misma, y tuvo que alejarla de todo lo que le recordara su vida anterior. Cambió por completo su hábitat y toda relación con la familia, que la sobreprotegía; tenían que recomenzar todo Anne y ella. Al principio fue divertido, pero al verse obligada a comer, asearse, desvestirse y acostarse, su ira fue incontenible hasta que finalmente se durmió. Día a día era algo nuevo; al
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mes, el cambio era notable. Helen podía valerse por sí misma pero fue su empeño y tesón el que la hizo aprender a hablar mediante el dorso de la mano y golpecitos. Pese a su oscuridad aprendió a leer y escribir utilizando un alfabeto sobre cartón y papel. Después aprendió el sistema alfabético de Braille, dirigió sus pensamientos hacia disciplinas como matemáticas, geografía, historia, etc, pero no fue ése sólo el reto sino que años más tarde aprendió a hablar inglés, latín y griego. Aunque un tanto difícil de comprender, sin ritmo ni modulación podía comunicarse, dar conferencias y participar en debates de oratoria. A los 11 años logró dramatizar poemas, narraciones y cartas, etc. Hasta los 13 años recibió atención en el Instituto Perkins. Entonces John Spaulding abrió una cuenta bancaria a favor de Helen y su profesora. En 1894 ingresó al Colegio Wright Humasan donde estudió por 2 años matemáticas, inglés y alemán, geografía, historia y literatura. En 1897, 1898 y 1899 en Nueva York y en la Red Farm de la familia Chamberlin estudiaba artes, ciencias y religión, practicó equitación, patinaje en hielo, esquí sobre nieve y natación. En 1900 se matriculó en el Colegio Radcliffe, una institución superior. Dada su capacidad, en 1904, a los 24 años realizó los exámenes finales, donde sacó calificaciones superiores a las normales y se graduó ese mismo año; también publicó “Historia de mi Vida”. En 1905 escribe artículos sobre su vida en Braille. En los años 1912, 1913, 1914, 1915, 1916 y 1917 realizó varias giras por Estados Unidos donde fue aclamada por su esfuerzo a pesar de su mala dicción. En 1918 una empresa se ofrece a realizar una película de la vida de Helen y Anne. La titularon “Liberación”, que dejó a Hellen y Anne desoladas; no obstante, siguieron trabajando. En 1921, con su participación se le otorga el voto a la mujer. En 1922 fundó una institución para ciegos, la “American Foundation for the Blind”. Durante los siguientes años se dedicaron a recabar fondos, escribir, dar conferencias, etc. En 1936 muere su amiga y profesora Anne Mansfield Sullivan, víctima de un edema pulmonar a los 70 años.
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Helen no se retiró, continuó trabajando como traductora y conferencista, inauguró centros asistenciales para inválidos, lisiados, invidentes, lesionados de guerra, etc. En 1961, a los 81 años de edad, se retira a vivir en New Arcan Ridge; el 3 de junio de 1968 muere en forma tranquila y con una sonrisa, víctima de un paro cardiaco. “El 3 de junio se declaró día de luto en todos los países del mundo para rendir homenaje a la vida y obra de esta gran mujer”. Helen Keller
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Abraham Lincoln 83
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Nuestro personaje es Abraham Lincoln, el gran estadista, a la fecha el mejor presidente que ha tenido la Unión Americana; un gran hombre sin duda, amante de la justicia, de la igualdad y la libertad. Cuando Lincoln era pequeño tal vez jamás imaginó que alcanzaría la más grande magistratura de su país, ya que su familia era muy pobre; su padre, Thomas Lincoln, era un agricultor que le tenía gran amor a la tierra. Vivían en un pequeño pueblo de nombre Herdin asentado en Kentucky, por lo que Lincoln pronto tuvo que aprender las labores del campo y ayudar a la manutención familiar. Aunque sólo tenía 7 años ya tenía que emplearse en duras labores domésticas, así como arduas faenas rurales; pero ésa era la vida que tenían y que se veían obligados a vivir los niños de condición humilde. En esa época su familia tuvo que emigrar hacia otros lugares en busca de mejorar sus condiciones de vida, pero no tuvieron mucha suerte, ya que sumada a la precaria situación económica sobrevino un hecho muy doloroso para Lincoln, la muerte de su madre. Al poco tiempo su padre volvió a casarse, pero ya el joven Lincoln se dedicaba a buscar la manera de salir adelante; en su alma existía un ferviente deseo por superarse, por aprender. Su asistencia a la escuela había sido muy irregular hasta ahora y él deseaba ser alguien, una persona importante, y estaba seguro de que a través del estudio y el trabajo lo lograría. En ese entonces laboraba como empleado en una tienda de víveres, carecía de recursos y de educación y sólo lo acompañaba su gran deseo de superación. Con sólo 50 centavos Lincoln compró restos de una casa en ruinas, entre los que se encontraba un barril; tal vez esto no tendría nada de extraordinario, pero en el fondo del barril encontraría las principales herramientas de su éxito: los libros, unos libros de derecho que le motivaron a desear ser abogado. De este modo continuó leyendo todo lo que podía, volvió a la escuela y pedía a sus amigos y vecinos libros prestados que estudiaba después de terminar sus labores del campo. Conforme crecía iba adquiriendo mayor conocimiento y experiencia y también fue progresando laboralmente, consiguió empleo en un aserradero y posteriormente trabajó en diversos oficios. Estando en Nueva Salem, le fue confiada la atención de una pequeña tienda, pero pese a sus grandes esfuerzos fracasó. Trabajaba al mismo tiempo que estudiaba la carrera de Leyes, de la que finalmente se graduó en 1837 a la edad de 28 años. Empezó a ejercer su profesión en la política con una carrera vertiginosa y ascendente, era un gran orador y tenía gran aceptación de sus oyentes de cada uno de sus discursos. En ese entonces se desempeñaba como diputado en el Parlamento de Illinois.
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Tenía fama de abogado brillante, pero más se destacaba por su carismática personalidad, su honradez y espíritu humanitario. Muy dentro de su alma se rebelaba a la idea de que los negros vivieran en la esclavitud, estaba convencido de que todos los seres humanos eran iguales ante Dios. Contrajo matrimonio con una bella mujer, inteligente y ambiciosa, quien le motivaba a obtener mayores logros, Maria Todd se convirtió en su compañera y aliciente en todo momento; ella logró despertar en él nuevamente el interés por la política. Al derogarse el pacto de Missouri que limitaba los territorios que eran lícitos para la esclavitud vio la oportunidad que buscaba para adoptar una posición antiesclavista. Y se definió como uno de los principales opositores hacia la esclavitud en los debates públicos sobre la posesión de tierras y los derechos de los esclavos. Abraham Lincoln, no obstante su popularidad por oponerse a este sistema, en 1858 fue derrotado por Esteban Douglas al ocupar el cargo de Senador, pero su nombre fue recorriendo otros estados llegando a ser Presidente de la Nación en 1860. Algunos estados no estaban de acuerdo con él y sus medidas antiesclavistas y decidieron separarse de la Unión constituyendo la confederación; en total eran 7 estados del Sur. A todos ellos debió enfrentarse Abraham Lincoln al tomar el cargo de Presidente de la Nación el 4 de marzo de 1861. Aunque procuraba que hubiera concordia entre los estados, fueron muchos los que estuvieron en su contra, ya que veían en los esclavos una mano de obra que además de ser gratuita podían explotar vilmente. Los esclavos eran tratados peor que bestias, sin derechos y sin dignidad. Lincoln se oponía fervientemente a esta esclavitud, a pesar de que la mayoría del pueblo norteamericano no se oponía; sin embargo, no renunció a sus ideales, a los que se aferró con ahínco. La separación de los estados trajo como consecuencia natural lo que Lincoln tanto había temido: la guerra. Con sólo 7,000 soldados y pocas expectativas de triunfo se lanzó a la lucha; un año más tarde logró reunir un gran número de soldados, duplicando el número anterior. Sin embargo, los sublevados habían consolidado su situación, sumando cuatro estados más los siete que anteriormente se habían opuesto a sus ideales, siendo cada día más la gente que se encontraba en desacuerdo con él. A mediados de 1863 se sumó Pensilvania y amenazaban con sitiar al estado de Washington; el memorable 3 de julio de 1863 en la batalla de Gettysburg culminaba el gran triunfo de las fuerzas del Norte; de este modo, Lincoln adoptó medidas liberales,
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todas en favor de quienes estaban sometidos a la esclavitud. Al inaugurar el cementerio de Gettysburg meses después, dirigió al pueblo un célebre discurso, que definió el sentido de su gobierno en favor de la democracia. “Democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, lo que ocasionó que miles de sus conciudadanos lo apoyaran. Sus pensamientos e ideales tuvieron trascendencia mundial. No obstante todos estos avances, la guerra continuó todavía por otros dos años, favoreciendo a los estados de la Unión. Lincoln veía con gran regocijo cómo era cada vez más la gente que se oponía a la esclavitud. Por fin el, 1° de enero de 1863 Lincoln cumplía su sueño y el de miles de esclavos: abolía la esclavitud. “Tenemos que hacer un país libre para gente libre, el color no es motivo para mantener a las personas como animales al servicio de los patrones, la raza no debe dividir fronteras”. Éstos eran sus pensamientos y los defendía en cada discurso. Con casi todo el pueblo de su lado, Lincoln fue reelecto presidente en el año de 1864. El 9 de abril de 1865 el ejército confederado que se encontraba bajo las órdenes del general Roberto E. Lee se rindió en Appomattox, lo que fue motivo de gran júbilo para el presidente y su nación. Había terminado la terrible guerra civil tras cuatro años de lucha fratricida. En medio de la gloria y de la libertad que se respiraba en la unión americana, Lincoln es invitado a asistir a una velada en el teatro Ford en Washington. Era su cita con la muerte. Días antes había pronunciado un emotivo discurso en el que anunciaba una nueva política de conciliación, de unión entre los estados, con respeto y solidaridad a vencedores y derrotados; pero ese día en el teatro, manos asesinas terminarían abruptamente con su vida. Había asistido a la obra “Our American Cousin” en compañía de su esposa y dos amigos. Ese fatídico 14 de abril de 1865, Wilkes Booth, un exactor fracasado fanático del Sur, disparó su arma y de un impacto de bala en la cabeza terminó con la vida del gran mandatario. “Sic semper tyranis”, diría el asesino. “Así hay que acabar siempre con los tiranos”. Aún agonizante, Lincoln fue llevado a una pobre casa de hospedaje frente al teatro. Ante su cuerpo moribundo, el secretario de Guerra Stanton exclamaba: “Aquí yace el más perfecto gobernante que ha conocido el mundo”. En medio de la confusión su asesino escapó, pero al día siguiente fue encontrado muerto a tiros en una granja. Quien a hierro mata a hierro muere. Este magnicidio había sido inútil, ya que la guerra había concluido y se había declarado la libertad de los esclavos negros. La vida de Abraham Lincoln es un ejemplo para todas las generaciones de todos los tiempos, de todas las épocas. La luz de su vida no terminaría con la muerte, pues continúa iluminando hasta ahora el espíritu de los estadounidenses y de todos los seres humanos que aman la libertad, la justicia y la igualdad.
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Los Hermanos Mayo 87
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Sus nombres completos eran Guillermo Jacobo y Carlos Horacio Mayo , pero fueron mejor conocidos como “Los Hermanos Mayo”; Guillermo Jacobo nació en Le Sueur, Minnesota, en 1861 y Carlos, en Rochester, en 1865. Fueron hijos de uno de los primeros cirujanos que habitaron y prestaron sus servicios en la región noroeste del país. Sus conocimientos y habilidades las heredaron de su padre. Guillermo Jacobo realizó sus estudios en la Universidad de Michigan y Carlos Horacio en la universidad Northwestern, de Evanston, Illinois, y en el Colegio Médico de Chicago. Ambos se recibieron de cirujanos. No se puede decir que hubo uno mejor que el otro, ya que ambos realizaron operaciones maravillosas; los dos adquirieron profundos conocimientos y sobre todo una habilidad técnica increíble. Estos hombres tenían el respeto y la admiración de todos aquellos que conocían su trabajo, ya que contribuyeron a salvar la vida de muchas personas, así como a aliviar muchos sufrimientos. Cada quien trabajaba por su lado en diferentes clínicas. Guillermo era un gran cirujano de la “Clínica Mayo” en el hospital de “Santa María”, lugar en el que se hizo famoso y gozaba del cariño de quienes trabajaban junto con él, por sus operaciones en el estómago. Al igual, su hermano Carlos, después de haber terminado su carrera, decide prestar sus servicios como cirujano en el Colegio Médico de Chicago; él se especializó en operaciones de bocio. Su prestigio y habilidades pronto fueron conocidas mundialmente; hasta hoy día la Clínica lleva su nombre y va gente de todas partes del mundo que padece alguna enfermedad. Esta clínica se encuentra situada en Rochester, Minnesota, E.U.A., y es una de las más importantes, ya que anualmente es visitada por los mejores médicos del mundo. Esta clínica la fundaron ellos en 1939 y donaron la cantidad de 2,800,000 dólares a beneficio de la Fundación Mayo para la Enseñanza e Investigación médica. En la actualidad, en esta famosa clínica se realizan anualmente más de 20,000 intervenciones quirúrgicas y todo gracias a los conocimientos y entrega de estos notables cirujanos norteamericanos, quienes con esfuerzo y dedicación lograron, a pesar de las limitaciones económicas, estudiar medicina y ejercer su profesión exitosamente. Su labor humanitaria y altruista perdura en nuestros días; su clínica en Rochester, Minnesota, es una prueba palpable de ello.
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María Montessori 89
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Tal vez en alguna ocasión hayas escuchado hablar del “Método Montessori”; esto es algo muy posible, porque este método pedagógico ha tenido un éxito extraordinario en todo el mundo y ha sido traducido a casi todos los idiomas, desde su creación en 1909. Este método pedagógico proponía la autoeducación del niño, el permitir al infante la expresión libre de sus ideas y de sus emociones, dándole la oportunidad de equivocarse, de cometer errores y aprender de ellos. La autora de este innovador método fue María Montessori, una excepcional y revolucionaria mujer italiana originaria de la región de Chiaravalle; como podrás imaginar, en la época que le tocó vivir, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la mujer estaba confinada al hogar, al cuidado de los hijos y del esposo; las posibilidades de desarrollo profesional eran mínimas y aquellas mujeres que se atrevían a desafiar estos principios eran severamente criticadas. Pero María estaba dedicada a afrontar las críticas y dificultades contra todo y contra todos; se inscribió en la Facultad de Medicina de la Universidad de Roma, siendo la primera mujer que logró graduarse en esa escuela como médico en 1896. No le inspiraba el hecho de retar a la sociedad en la que vivía o de demostrar que tenía capacidad igual que cualquier otro hombre; no, a ella la inspiraban otras cosas: una inagotable sed de conocimiento, deseos de superación y un inmenso amor por sus semejantes, principalmente por los desvalidos, los enfermos, los niños y aquellos que padecían retraso mental de alguna manera. María no era el tipo de mujer que opacara con su presencia a otras, ni tenía actitudes de mujer super exitosa; más bien era silenciosa, callada y realizaba todas sus actividades con mesura, abnegación, delicadeza y casi con sacrificio. Dada su condición femenina sólo fue admitida en un principio como ayudante de la clínica psiquiátrica de la Universidad de Roma; sin embargo, esto colmaba sus más caros anhelos pues estaba empezando a cumplirse su sueño, ya era médico y trabajaría con amor y dedicación para los niños que estaban hospitalizados. Le era más fácil establecer comunicación con los pequeños que permanecían hospitalizados; los niños veían en ella a alguien en quien podían confiar y se acercaban sin temor. María podía haberse conformado con el papel de esposa y madre como todas las mujeres de su época, pudo evitarse el dolor y la pena de ser rechazada, las burlas y los comentarios que se hacían a su alrededor, pero no lo hizo.
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Se había forjado una meta, había acariciado un sueño y estaba dispuesta a pagar el precio para alcanzarlo. Era, pues, una mujer de lucha, incansable, de una salud y energía excepcionales. Parecía que nunca se cansaba o se molestaba. Su sonrisa era apacible, tierna y animosa a la vez. Pronto sus esfuerzos dieron frutos. Fue nombrada directora de la Escuela Magistral Ortofrénica, en donde tenía a su cargo la preparación de maestros para niños subnormales; los niños... su gran preocupación. Le preocupaba la salud de ellos, pero lo que más le angustiaba era saber que estaban destinados al ostracismo y al rechazo social por su deficiencia mental aunque ésta fuera muy leve en algunos: en esa época sólo recibían tratamiento médico, pero nada se hacía por su educación, por enseñarles, por ayudarles a superar esas limitaciones y salir de su pequeño y estrecho mundo. Y ella decidió hacerlo. No estaba dispuesta a asumir una actitud pasiva como los demás. Esos niños eran su responsabilidad y los ayudaría a salir adelante. María decidió que ya era tiempo de que la gente, que veía a estos pequeños incapacitados como seres inútiles, cambiara su actitud hacia ellos; su ideal era lograr que desarrollaran habilidades dormidas y explotaran todo su potencial, quería demostrar al mundo que esos niños eran capaces de ocupar un lugar en la sociedad y de convivir con los demás normalmente. Empezó dándoles clases de lectura y escritura; sus alumnos eran numerosos y rápidamente aprendieron con gran entusiasmo a leer y escribir. Pero fue aún más allá y los llevó a presentar exámenes en las escuelas públicas, en las que lograron resultados asombrosos al aprobar todos sin problemas. Para Maria la explicación era muy sencilla; su mística de trabajo con estos niños se concentraba en esta bellísima frase de su autoría: “Despertar el alma del niño anormal y reavivar al hombre que en ella estaba sepultado”. Para lograr esto tenía que utilizar métodos pedagógicos y no sólo la ciencia médica. En esa época el sistema educativo era realmente rígido y estricto; se tenía la idea de que el niño sólo aprendía a través de férrea disciplina, en la que intervenían castigos, reprimendas y privaciones, por lo que los niños se educaban en un ambiente frío, hostil e incómodo.
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De ahí nació en María su clara inclinación hacia la pedagogía; su experiencia con niños subnormales la animaba a replantear sus métodos educativos, ahora con niños considerados normales. María insistía en la necesidad de educar primero al maestro en su trabajo hacia el niño, favorecer un ambiente más sano, más cálido en el aula; evitar los castigos físicos y reprimendas excesivas para dar lugar a los estímulos y a la natural expresión de las inquietudes del niño, de sus gustos. Ideó también el cambio del mobiliario de las aulas, que en ese entonces constaban de pesadas sillas y bancos imposibles de mover por los niños, cambiándolos por sillas y mesitas ligeras y prácticas. Para comprobar la eficacia de sus métodos fundó las llamadas “Casas para Niños” en las que albergaba a los hijos de inquilinos de una empresa inmobiliaria que puso los locales a su disposición para este fin. Los niños se encontraban contentos en ese ambiente; si bien los muebles no eran muy elegantes, las aulas eran amplias, con luz y colores claros; además utilizaba llamativo material para trabajar, lentejuelas, formas geométricas, etc., todo confeccionado en vistosos colores, que ayudan a reforzar la atención de los alumnos. María Montessori proponía que la educación infantil ha de ser integral, que el desarrollo intelectual debe ir acompañado de un desarrollo físico y artístico, por lo que combinaba las clases con enseñanza de música, danza y gimnasia. Sus alumnos mostraban grandes avances y se esforzaban por ser los mejores, poco a poco se convertían en seres independientes, con iniciativa, sabían lo que tenían que hacer y lo hacían; mantenían su aula de trabajo impecable y ordenada porque llegaron a considerarla como su segunda casa, por lo que no había necesidad de premios y castigos. Este método en conjunto recibió el nombre de PEDAGOGÍA CIENTÍFICA aplicado a la educación infantil en las casa para niños y pronto se extendió al resto de Europa con notable éxito. Siendo mundialmente reconocida, organizó un primer curso internacional en compañía de su entrañable amigo el barón Franchetti. Viajó por casi todo el mundo impartiendo conferencias y cursos didácticos. En esa época la humanidad se convulsionaba con la terrible Segunda Guerra Mundial. Fueron muchas las universidades europeas que le confirieron el doctorado ADHONOREM y una infinidad de países la consideraron ciudadana honorífica. En el año de 1950 fue designada Presidenta del nuevo Centro Internacional de Estudios Pedagógicos de Perugia.
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Pero como suele suceder, nadie es profeta en su tierra y a pesar de sus esfuerzos sus métodos no tuvieron tanto éxito en Italia. Recibió críticas y acusaciones, ya que había quienes consideraban que sus métodos limitaban el desarrollo de la fantasía y la capacidad inventiva de los niños. Sin embargo, en muchos otros países, sus métodos pedagógicos fueron aplicados con éxito por considerarlos innovadores y de gran contenido humano, además de haber revolucionado el antiguo sistema de enseñanza y aprendizaje en las escuelas. María Montessori fue quizás la primera persona que creyó firmemente en la rehabilitación de niños subnormales; en su mente no existía diferencia entre ellos, para ella todos eran normales, sólo era necesario: “Despertar su alma”. Esta dama incansable, dulce y tenaz rindió tributo a la tierra en su amada Holanda, a la que siempre consideró su segunda patria; moría María Montessori a los 80 años de edad; pero los seres excepcionales como ella jamás mueren, pues sus obras los mantienen vivos por siempre.
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Su nombre completo fue Wolfgang Amadeus Mozart; nació en 1756 en Salzburgo, Austria. Su precocidad no tenía límites, a los 5 años era mundialmente conocido como uno de los más grandes genios de la música. El niño era a esa edad un gran concertista de clavicordio y tenía una personalidad gigantesca debido a sus dotes prodigiosas. Mozart pasó su infancia entre sonatas, sinfonías y música de cámara. Aunque no jugó como tantos niños de su edad, no pareció molestarle mucho porque nació con un don innato: un inmenso amor a la música y un extraordinario oído musical. A los 6 años de edad viajó a Munich para ofrecer un concierto. Anteriormente, su padre lo había presentado en Viena como concertista de clavicordio. En Munich da a conocer un minué de su composición que dejó maravillados a quienes lo vieron y escucharon. De allí parte a Francia, Alemania y los Países Bajos, en una larga gira cuyo resultado fue que su nombre y su fama como niño genio crecieron; recorrió el continente entero. Desde entonces, se dedicó a componer sonatas, sinfonías y música de cámara; todas ellas antes de cumplir los diez años, cosa que ningún artista había hecho antes. Son tan importantes sus obras que hoy se ejecutan en conciertos con el asombro de quien las escucha, tanto por su originalidad como por grandes conocimientos musicales que revelan. Aunque Mozart siempre estuvo rodeado por la fama y la fortuna tuvo también un sin fin de desventuras que lo motivaban a realizar composiciones tristes y melancólicas. Su vida se vio ensombrecida muchas veces por sucesos penosos ocurridos a su familia a la que él amaba tanto como a sus obras. Vivió penalidades económicas y a pesar de todo su actuación como concertista nunca se truncó. De Mozart se tiene un catálogo de 626 composiciones. Gracias a investigaciones que han individualizado la creación musical de Mozart actualmente se conocen 789 de sus obras y el número podría crecer.
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Sus conocimientos musicales son reflejo viviente de lo que acontecía durante el siglo XVIII; en sus obras se aprecia la armonía y la instrumentación que revelan una fecundidad nunca igualada. Su música está plasmada de originalidad, riqueza, inspiración e inventiva, y lo ha colocado como una celebridad por todos los siglos. Sería imposible mencionar todas sus creaciones, pero muchas de ellas todavía forman parte del repertorio de grandes teatros. Entre las que podemos mencionar están: “Don Juan”, “Las Bodas de Fígaro”, “La Flauta Mágica”, “El rapto en el Serrallo”, “Bastien und Bastienne”, “Cosi fon tutte”, que son algunas de sus maravillosas óperas que aún inspiran a muchos artistas en el mundo al interpretarlas arriba de un escenario para beneplácito de quienes aman el arte. También en los conciertos frecuentemente encontramos muchas de sus 44 sinfonías, y su incomparable producción pianística está en los programas de todos los intérpretes. Igual pasa con sus 25 conciertos para piano y orquesta, sus conciertos para otros instrumentos, sus 23 cuartetos de cuerdas y sus muy variadas combinaciones para conjuntos de cámara. Toda esta incomparable música incluye páginas de celebridad mundial. Mozart nos heredó su riqueza musical, su talento y su pasión por la música, pues hasta hoy no hay nadie que, en su género, iguale a este gran genio del arte. Le debemos también una grande y rica producción de música religiosa, entre la que se incluyen cantatas y oratorios, 15 misas y su célebre Réquiem, que fue su última composición. Se dice que es como si Wolfgang Amadeus hubiera querido cantar sus propios funerales, pues despertó la admiración y el asombro de quien la escuchaba por su contenido. Esta extraordinaria producción constituye la gloria más alta del inspirado genio de Mozart, pues después de dos siglos sigue siendo su más grande obra. Mozart no pudo llegar al límite de su vida como el triunfador que fue porque, a pesar de ser el más grande de todos los tiempos, nunca en su tiempo fue reconocido como tal. Los últimos años de su existencia los pasó casi en la miseria y víctima de una fatal enfermedad: la tisis, la que poco a poco fue minando su existencia hasta llevarlo a la tumba. Mozart murió poco antes de cumplir 36 años de edad, sin el reconocimiento de sus logros, por el egoísmo de quienes nunca pudieron apreciar al gran genio que fue ”Wolfgang Amadeus Mozart”. Este inolvidable pianista y compositor austriaco sólo obtuvo el mérito debido hasta después de su muerte.
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Mozart fue de los primeros en escribir obras de música de cámara en que hubiera una participación especial del clarinete, que era uno de los instrumentos que más le apasionaban. Lo consideraba como maravilloso, debido a que tenía un timbre muy característico, grato y aterciopelado. En cuanto a sus famosas óperas, reconocidas a nivel mundial, podemos citar una que es del gusto de un sin número de gente y que ha sido objeto de numerosas imitaciones: ”Don Juan”, obra que ha servido de tema para innumerables ensayos y estudios. Mozart presenta a un personaje dotado de arte y efectividad para seducir a todas las mujeres de cualquier condición social con un poder de dominio incontenible para rendirlas a sus pies. Su único pecado es el de querer gozar plenamente de la vida y el amor; pero que después, antes de morir, tiene tiempo de arrepentirse. Quizá Mozart quería proyectarse en sus creaciones, dado que su amor al arte lo tenía al margen de otro tipo de pasiones que él mismo hubiera querido despertar en las mujeres. En cuanto a la música y el drama, no ha tenido gran variación hoy en día desde su época. Sus obras tanto cómicas como serias gozan de una gran celebridad. A Mozart se le debe ir del clasicismo al romanticismo y de éste a las tendencias modernas. Sus composiciones se encuentran dotadas grandemente de romanticismo, dramatismo y recursos orquestales, en cuyos argumentos se pueden apreciar las pasiones que lo animan. Mozart heredó de su padre Leopold Mozart ese talento, ya que también era un gran violinista y teórico y fue autor de un método para violín que le valió el prestigio de su obra. De ahí que su hijo Mozart realizara su primera composición en 1762. Viajó por Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia, además de los Países Bajos, los que enriquecieron su formación. Qué irónico que siendo una figura tan célebre tuviera un final tan trágico y triste como su Réquiem. Mozart tuvo grandes conocimientos en cuanto a la ópera, adquiridos principalmente en Italia, donde adoptó un estilo vocal italiano que plasmó en sus composiciones. En los años de 1772 a 1777 realizó sus primeras grandes sonatas. En París estrenó una Sinfonía en el Concert Spirituel y el Ballet las Naderías y en el año de 1781 estrenó en Munich su ópera “Idomeneo”. En esa misma época, radicó en Viena y se tiene conocimiento de que fue ahí donde contrajo matrimonio y trató de vivir como músico independiente. Así inspirado por su esposa escribe en 1787 “Impresión de atardecer” dedicado a Laura. En 1791 la nobleza húngara le ofreció una pensión vitalicia y fue precisamente en esa época que se le encarga la composición de un Réquiem, que escribe como si fuera para él mismo, ya que como mencionamos, muere después de realizarla, a causa de una repentina fiebre, por padecer de tisis.
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La vasta producción de Mozart abarca distintos géneros. Dentro del campo lírico podemos mencionar: “Mitridatos, Rey de Ponto” (1770), “El rapto en el Serrallo” (1782), “Las bodas de Fígaro” (1786), “El Laberinto Castigado” (1787), “Así hacen todas” (1790). Además de 18 misas, 5 letanías, 3 vísperas solemnes y una treintena de composiciones vocales variadas, música sacra instrumental; 17 movimientos para órgano y orquesta, danzas, pantomimas, obertura de ballet, etc. cuyo lenguaje es universal. Aunque manejaba muchos conceptos musicales de otros países, permaneció siempre fiel al concepto melódico derivado de la ópera italiana en la que plasmaba un gran romanticismo que podemos sentir en sus composiciones. En 1780 sufre una transformación al conocer las obras de Bach y Handel; entonces rechaza lo que había elaborado hasta ese momento y se lanza de lleno a la escritura polifónica, misma que lo llevó a componer sus obras maestras.
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James Cleveland Owens es nuestro personaje, un célebre atleta de color al que un día llamaron el gran Jesse Owens. Nació en Oackville, en Alabama, en el año de 1914. Fue el décimo hijo de una familia de once hermanos. Como suponemos, su familia vivió muy pobremente, pues carecía de recursos para vivir dignamente debido al gran número de miembros; todos tuvíeron que trabajar desde muy pequeños para ayudar económicamente a la familia. Así que James desde pequeño tuvo que trabajar arduamente, lo que no le impidió asistir a la escuela donde tuvo la oportunidad de hacer los estudios primarios, y eso era suficiente para un jovencito de su época y de su condición sociocultural. Ejerció diversos oficios entre los que podemos mencionar vendedor de periódicos, empleado de una gasolinera, recadero y otros. Tenía 16 años cuando siente el deseo de ingresar a la High School situada en Pairmount y es ahí cuando, practicando deportes, siente que puede hacer algo dentro del atletismo. Se sentía capaz y consideraba que tenía las habilidades suficientes para sobresalir en ese campo, así que puso todas sus fuerzas en practicar atletismo dentro y fuera de la escuela. Así llegó el día esperado, el 25 de mayo de 1935, en Ann Arbor, ante la admiración y el asombro de quienes lo vieron competir y realizar la hazaña de batir cinco récords mundiales. Además logró igualar otro en menos de 90 minutos y cubrió las 100 yardas en 9’4, y realizó un salto de 8.13 m en longitud, proeza que sólo pudo superarse 25 años después. Jesse Owens adquirió pronto una gran fama que sirvió como ejemplo para quienes quisieron dedicarse al atletismo. Aunque los negros eran, como lo son hoy, discriminados, tuvieron que reconocer la gran calidad que tenía como deportista. Era casi imposible que siguieran su ritmo de trabajo al estar entrenando. Durante una competencia, Jesse Owens corrió las 220 yardas en un tiempo de 20´3 y las 220 yardas con vallas en 22´6, lo que lo llevó a romper los récords mundiales en estas pruebas. Logró una distancia de 201.8 m y volvió a realizar la hazaña de nueva cuenta; esta vez el gran Jesse impuso también récords mundiales en la categoría de los 200 metros y 200 metros con vallas. Su fama no tuvo límites, muchos quisieron imitar su estilo al competir, algunos envidiaban su capacidad y otros más no aceptaban que un hombre de raza negra pudiera sobresalir tanto en el deporte.
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Después de ese día le dieron un nuevo nombre, lo llamaron el “Antílope de Ébano”. Corría el año de 1936 cuando se dirigió a la ciudad de Chicago interesado en participar en las competencias que ahí se realizaban; el resultado fue el que todos esperaban: ganó la competencia en que participó. Logró romper el récord mundial de 100 m con 10´2, lo que lo llevó, tiempo después, a tomar parte en lo que fue el gran sueño de toda su vida: participar en los “Juegos Olímpicos” que se realizarían en Berlín. Él sabía que las pruebas iban a ser muy duras, pues se enfrentaría a los mejores atletas del mundo. Puso lo mejor de su parte, realizó su máximo esfuerzo y, por fin, su tenacidad y empeño dieron buenos resultados y fue merecedor a cuatro medallas de oro, que logró en las competencias de 100 m y 200 m de longitud y en relevos 4 x 100 y 4 x 200. Jesse Owens cosechó triunfos el resto de su vida, sus prácticas en el campo de atletismo nunca fueron superadas. Durante unas competencias realizadas en Suecia fue descalificado y no participó en el equipo representativo de los E.U.A. Esto originó un gran disgusto tanto para él como para los entrenadores. Debido a la desilusión que sufrió al ser descalificado y el deseo de incursionar en otros campos se decidió a ingresar al profesionalismo. Sin embargo, no abandonó por completo sus prácticas y siguió en el terreno competitivo; llegó incluso a jugar competencias corriendo contra caballos, lo que resultaba un espectáculo demasiado inusual y gracioso. Jesse Owens se dedicó también a dirigir espectáculos, pero lo que más amó fue el deporte. Su inclinación fue tal que decidió finalmente ser encargado de Relaciones Públicas del deporte de su país, de esta manera siempre estaría ligado a esta actividad. Como encargado de Relaciones Públicas ayudó mucho a los jóvenes de su país y a su patria, pues sus conocimientos y experiencia los transmitió a todo aquel que se interesara en ser como él. Pero eso es algo casi imposible. Owens había nacido con un don con el que pocas personas nacen. Sus dotes de atleta lo llevaron a la fama y fueron también las que lo hicieron un hombre de gran personalidad al que un día llamaron el “Antílope de Ébano” ,el gran “Jesse Owens”.
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William Henry Gates III, conocido mundialmente como Bill Gates, nació el 28 de octubre de 1955 en Seattle, Washington. En su familia, desde que su abuela le puso como apodo Trey, por el número III, todos lo llaman con ese nombre. Es el segundo hijo de Mary Maxwell y Bill Gates Jr. Su madre pertenecía a una prominente familia del noreste de los Estados Unidos. Fue maestra de escuela y llegó a ser directora de la Universidad de Washington. Su padre empezó su carrera como asistente del fiscal público de Bremerton, hasta convertirse en un prestigioso abogado. Como se acostumbra en E.U.A. fue inscrito en un colegio público durante la primaria. Durante ese tiempo era motivado por sus padres a obtener excelentes calificaciones, pagándole veinticinco centavos de dólar por cada A. A los 9 años uno de los pasatiempos favoritos de Bill era leer la enciclopedia por estricto orden alfabético. En los años de su niñez los chicos de su clase lo consideraban ridículo, como el payaso de la clase. Cuando estaba en sexto grado se encerraba en el sótano. Un día su madre, preocupada, le preguntó que hacía. Él le contestó:”Estoy pensando”. “¿Estás pensando?”, insistió su madre. Él respondió: “Sí, mamá, estoy pensando. ¿Alguna vez trataste de hacerlo?” Sus padres, desorientados por su conducta, lo enviaron al psicólogo, pero éste les dijo que debían adaptarse al chico. En 1967, al terminar séptimo grado lo sacaron de la escuela pública y lo enviaron para que cursara la secundaria en un colegio de élite, la Lakeside School. La escuela tenía un método académico tanto dinámico como riguroso que enseña a los alumnos la responsabilidad en el estudio. Esto satisfizo a los padres de Bill, quienes no dudaron que éste era el lugar adecuado para su hijo. Mientras estudiaba en Lakeside se esforzó, y una vez que repuntó los demás chicos le comentaron que lo creían tonto. Su primer contacto con las computadoras y el lenguaje de programación lo tuvo en 1968, mientras cursaba el octavo grado. El destino hizo que ese año la escuela se convirtiera en una de las primeras de los Estados Unidos en tener acceso a una computadora. Desde ese momento Bill se convirtió en un adicto a la computadora, pasando todo su tiempo libre en aquel lugar. En ese entonces con tan sólo trece años de edad comenzó a programar y a obtener sus primeros ingresos de ello, algo que en un futuro potenciaría a dimensiones que ni él podía imaginar. Allí conoció a un muchacho dos años mayor que él, Paul Allen. En 1969, Bill, Paul y dos estudiantes más decidieron fundar una empresa. Hasta el año 1970, se dedicaron a probar
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las computadoras de la firma Computer Center Corporation sin cobrar, pero teniendo acceso gratuito a las máquinas. Allí Bill aprendió sobre lenguajes de programación tales como ALTAIR, FORTRAN y LISP. En 1973, luego de terminar el colegio se inscribió en la Universidad de Harvard, donde inició sus estudios de ingeniería electrónica. Vivía a unos metros del futuro presidente de Microsoft, Steve Ballmer. Antes de abandonar la universidad consiguió un trabajo y fundó, junto con Allen, la empresa Traf-O-Data, que sería el precursor de Microsoft. Publicó el número de teléfono de empresa en el periódico universitario y tuvo suerte; alguien le encargó un programa para analizar el tráfico de unas ciudades pequeñas cercanas a Seattle. A los 18 años y tras dos semanas de trabajo cobró 20,000 dólares, con los que compró un Ford Mustang rojo que costó 3, 000 dólares. Tras dos años de vida universitaria decidió abandonar los estudios para mudarse junto a Allen a Albuquerque, estado de Nuevo México, lugar donde se producían las MITS Altair. En ese momento le dijo a su padre que no se preocupara por que pensaba regresar a la universidad. En enero de 1975, Allen lo llamó con urgencia para que viera la portada de la revista Popular Electronics. Allí aparecía el prototipo de la primera computadora hogareña, la MITS- Altair 8800. Allen le dijo: “Bill, no podemos quedarnos al margen”. Gates y Allen fundaron una nueva firma, Microsoft. La filosofía de la empresa: juntemos nuestras cabezas, pensemos en software y hagámoslo mejor que nadie, dice mucho de sus fundadores. Su objetivo era participar en forma activa en el desarrollo de la era de las computadoras. La computadora hogareña existía, pero no existía un lenguaje para una máquina tan pequeña. Entonces Bill llamó por teléfono a Ed Roberts, el presidente del MITS y le dijo que había creado una forma del lenguaje BASIC para una microcomputadora. Roberts le contestó: “Tráígamelo y usted será el primero en hacer el negocio”. El cuartel general de Microsoft se instaló en Albuquerque. Bill iba y venía de Harvard, hasta que en enero de 1977 decidió abandonar la universidad, para dedicarse definitivamente a Microsoft. Bill adquirió un 64% de la empresa y Allen un 36%. Llegado el año 1979 decidieron mudar la empresa a Bellevue, Seattle. En 1980 le solicitó a su ex compañero de cuarto en la facultad, Steve Ballmer, que se convirtiera en vicepresidente de ventas. Ese año IBM decidió ingresar al mercado de las computadoras personales, eligió a Gates para hacer un sistema operativo que sería lanzado al mercado con sus computadoras el año entrante. La computadora debía salir a la venta a mediados de 1981. Presionado por el tiempo, Gates recordó que Tim Patterson de la firma Seattle Computers había creado el Q-DOS (Quick ‘n’•Dirty Operating System). Fue a hablar con Patterson y finalmente
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Microsoft adquirió todos los derechos del Q-DOS por 75,000 dólares. Le cambió el nombre por MS-DOS (Microsoft Disk Operating System) y le dio la licencia a IBM. Cuando salieron al mercado las computadoras IBM, con base en DOS, tuvieron un éxito increíble, de tal manera que Microsoft se aseguró el futuro. En 1983, Allen fue diagnosticado con la enfermedad de Hodgkin y abandonó Microsoft. Para Bill fue un duro golpe y decidió que Allen no volviera a incorporarse a la firma. En 1984 Microsoft era una de las pocas empresas que hacían programas para Macintosh, una computadora personal de Apple. Este aporte en los primeros años fue fundamental para echar raíces en el negocio con los programas Word, Excel y Works (un sistema integrado). El 13 de marzo de 1986 pusieron a la venta las acciones de Microsoft en la bolsa. Bill Gates se convirtió ese mismo día en el multimillonario más joven de los Estados Unidos. Él y Paul Allen donaron 2.2 millones de dólares al colegio Lakeside para construir un edificio para ciencias y matemáticas al que se denominó Allen-Gates Hall. Ese año decidió mudar las oficinas centrales de Microsoft desde Bellevue a Redmond, en el mismo estado (Washington). A este impactante predio lo llaman Campus y se compone de unos veinticinco edificios. Con el mercado a sus pies, con la aparición del Windows 2.0 en 1987, lograron afianzarse una vez más. En 1990 Microsoft se volvió la primera empresa en este rubro. Las ventas totales de la empresa, integrada entonces por 5,635 empleados, rebasan los $1,000 millones de dólares. Pero como no podía ser tan fácil, en 1990 la Federal Trade Comisión (FTC) comenzó una investigación alegando un supuesto monopolio en la actividad por parte de Microsoft, caso que fue tomado luego por el Departamento de justicia de los Estados Unidos y cuya cuestión todavía no ha llegado a una solución. En 1992 se anuncia el sistema operativo Windows. Se convierte en el Sistema Operativo estándar de los fabricantes. Ese mismo año recibió de manos del presidente norteamericano George Bush la Medalla Nacional de Tecnología. Además llegó a un acuerdo parcial con el Departamento de Justicia, por lo que se cambió el sistema de ventas y la manera en que se otorgaban licencias. En enero de 1994 se casó con Melinda French, una de las ejecutivas responsables del contenido interactivo de Microsoft. En agosto de 1995 salió a la venta en los Estados Unidos el WINDOWS 95, arrasando con todas las expectativas de venta. Escribió el libro Camino al Futuro. Sus regalías las donó a una fundación internacional de maestros que trabajan con computadoras en clase. En 1996, con la vista puesta en Internet, aplica la primera reinvención de su empresa. Lanza MSNBC, firma de información y noticias. El 26 de abril de 1996 nació su hija Jennifer Katherine Gates, de la que se dice que ha sido capaz de hacerle cambiar y suavizar su carácter. Para 1997 las ventas de su empresa sobrepasan los 11,000 millones de dólares. Se forma la fundación Gates para Bibliotecas.
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Se asoció con Steven Spielberg en DreamWorks, compró el 80% de Ticketmaster, el 20% de America On Line y metió mano en los imperios de Time-Warner y TCI. Un año después Bill promovió al vicepresidente ejecutivo de Microsoft, Steve Ballmer, al cargo de presidente. Con ello Gates quedó como CEO (Chief Executive Officer). En 1999 nació Rory John Gates, su segundo hijo. En enero de 2000 Gates dejó su puesto de CEO para que lo ocupase Ballmer, así él se podría concentrar con mayor facilidad en el desarrollo de nuevos productos. Ese año recibió el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad japonesa Rikkyo, en Tokio. Ahora Gates ya no preside Microsoft, dirige la investigación. E intenta invertir y participar en todo lo relacionado con Internet. Pero seguro que piensa que no es igual de divertido viajar de pasajero en la revolución de la Red. Gates querrá controlarla, lo que de seguro logrará. Es un ávido lector, dice que el hábito de lectura lo obtuvo de escuchar a sus abuelos leerle cuentos. Posee una biblioteca personal de 195.09 metros cuadrados y el Codex Leicester de Leonardo da Vinci, que data del siglo XVI, el cual compró en 30.8 millones de dólares. Se considera una persona sobre el promedio. Prefiere ser considerado un científico, en la rama de la tecnología, por lo que comenta que le parecen más atractivas las historias de científicos que las de magnates empresariales exitosos. Le gustan los rompecabezas y el golf. En televisión ve los dibujos animados y cuando se quiere distraer le pide a su hermana que le recomiende alguna novela. Dice comer en McDonald´s más de lo que la gente común hace. Intentó ser vegetariano pero no duró más que tres años en ello. TNT hizo una película basada en su vida Su habilidad para convertir sus productos en estándares mundiales le hizo hoy por hoy el hombre más rico del mundo. A pesar de todo ello ha afirmado que es malo acostumbrarse a no vivir como la mayoría. Por eso viste jeans y zapatillas deportivas, viaja en avión en clase turista y en su modesto despacho no hay muebles caros ni de diseño ostentoso. Su idea es dirigir Microsoft por sólo 10 años más para luego dedicarse a la filantropía. Piensa dejarle a su familia sólo el 2% de su fortuna y regalar el 98% restante. “Nuestra mayor fuente de conocimiento son nuestros clientes más insatisfechos.” Bill Gates
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Descendiente por ambas partes de una poderosa familia de ascendencia irlandesa, radicada en Boston, John Fitzgerald Kennedy nació en Brookline, Massachusets, el 29 de mayo de 1917. John fue el segundo hijo de una familia numerosa y creció en un ambiente de franca prosperidad. Su padre construyó un imperio económico debido a la especulación en la bolsa, las inversiones en la industria cinematográfica, el negocio del alcohol en los tiempos de la Ley Seca y al alquiler de viviendas populares. Una vez que logró una excelente posición económica, accedió al poder político en virtud de su matrimonio con Rose, hija del alcalde de Boston, lo que le colocó cerca de los círculos del poder. Mostró su oficio político al apoyar la campaña electoral del futuro presidente Roosevelt, lo que acrecentó su influencia en el ámbito norteamericano. En 1938 fue nombrado embajador en Londres, cargo que desempeñó hasta 1941, lo que significó el punto culminante de su carrera política. Su ambición personal se proyecta a partir de entonces en sus hijos. Ambiciona que alguno de ellos ocupe la presidencia de los Estados Unidos, para lo que les inculca valores como el sacrificio y la competitividad. Inicialmente las espe-ranzas de su padre estaban puestas en el hermano mayor, Joseph. John fue un niño débil y enfermizo, con problemas en la espalda que le causaron fuertes dolores a lo largo de toda su vida. Estudió en el Croate College de Wallinford (Connecticut), donde no logró resultados brillantes. En 1936 ingresa en la Universidad de Harvard, ahí inició estudios de Derecho. Su padre, para estimular sus inquietudes políticas y sociales, le envió de gira durante dos años (1937-38) por varios países europeos. Al parecer la Guerra Civil española sirvió para catalizar sus intereses y le llevó a abandonar los estudios en Derecho y licenciarse en Ciencias Políticas. En 1940, se graduó con una tesis sobre la política de apaciguamiento hacia el expansionismo nazi desempeñada por Inglaterra, titulada “¿Por qué dormía Inglaterra?” Completó su educación asistiendo a las clases de la Escuela de Economía de Londres, donde tuvo, entre otros profesores, al teorizador del laborismo británico, Harold Lasky. Tenía 25 años cuando su patriotismo le hizo intentar alistarse en la Marina cuando Estados Unidos entró en la Segunda Guerra Mundial, pero fue rechazado por sus problemas de espalda. La influencia de su padre logró que fuera aceptado, prestando servicio como teniente de navío en una lancha torpedera destinada en el océano Pacífico. Fue gravemente herido en el desembarco de las islas Salomón, de cuya acción quedaría resentido durante mucho tiempo, llegando al extremo de utilizar, en ocasiones, muletas y sillas especiales. Permaneció durante muchas horas en el agua, herido, sosteniendo a su compañero, y gracias a su decisión pudo salvarse la mayor parte de la dotación del barco. Esta acción de guerra le valió ser condecorado. De regreso a Estados Unidos permaneció una larga temporada reponiéndose de su lesión; no cree poder iniciar su carrera política, pues su capacidad física está fuertemente mermada por
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su lesión de espalda; en este tiempo se encaminó hacia el desempeño del periodismo. Trabajó entonces como comentarista político en el International News Service. Un acontecimiento inesperado le da un giro a su vida. En 1944, su hermano mayor Joseph, que prestaba servicio en la fuerza aérea estadounidense, murió accidentalmente cuando se dirigía a destruir una fábrica alemana de bombas. Esto motivó que su padre decidiera proyectar en el joven John las ambiciones políticas que tenía puestas en Joseph. La primera intervención política de Kennedy se produjo en 1946, al ser elegido para la Cámara de Representantes por Boston. Sólo tiene 29 años y debe transformar su vida y su personalidad para lograr hacer de sí mismo un político profesional. Comenzó su carrera ascendente tanto en el seno del Partido Demócrata como en el ámbito político norteamericano. En 1948 y 1950 es reelegido para el cargo, lo que acrecienta su popularidad y capacidad de influencia. Ya no es el joven tímido de cuando empezó, sino que sabe valorar y utilizar sus armas físicas e intelectuales. Su posición anticomunista le gana popularidad. El electorado lo ve como un joven pujante, emprendedor y culto, representante de una nación que se ve a sí misma poseedora de valores semejantes. El joven Kennedy se plantea ahora dar un paso más en su fulgurante carrera política: ser senador. meta que logra con facilidad, pues derrota con una diferencia de más de 70,000 votos a su oponente. En 1952, año de su elección como senador, conoció a Jacqueline Lee Bouvier, perteneciente, como él, a la alta esfera social norteamericana, con quien se casó en 1953. El matrimonio contribuyó a dar del futuro presidente una imagen de hombre de familia que complementaba sus virtudes. Un año después de su matrimonio, se manifestaron las consecuencias de las heridas sufridas durante la guerra, de tal forma que hubo necesidad de operarle y durante algunos días su suerte fue crítica, pero la robusta complexión que poseía le permitió sobrevivir. Su ambición política hace que intente conquistar la vicepresidencia de su país; su propuesta es rechazada por su propio partido. La derrota no lo desalentó y regresó a la contienda, esta vez por la presidencia de su nación. Kennedy era también un intelectual; antes de ostentar su alto cargo había manifestado ya sus dotes de escritor. En 1957, gana el premio Pulitzer gracias a su libro “Perfiles de Coraje”, en el que describe, a través de personajes importantes de la historia de Estados Unidos, los valores y características que aportaron para el desarrollo de la nación: el sacrificio personal, la entrega, la fortaleza de carácter. Escribió este libro durante un período de convalecencia, después de haber sido operado de la espalda.
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Reelegido para el Senado en 1958, es designado por la convención de su partido como candidato para las siguientes elecciones presidenciales. Formó un grupo de trabajo con jóvenes liberales, entre los que destaca su hermano Robert. El clan Kennedy puso en juego todo su poder y su dinero para la campaña presidencial de 1960. Sus promesas electorales fueron aire fresco para un país deseoso de cambios. Aprovechando su imagen jovial, lanza un programa renovador, quiere que el electorado le identifique con los pioneros que construyeron la nación americana: jóvenes, dinámicos, luchadores. Denomina a su programa como Nueva Frontera, bajo el cual promete emprender el cambio de las estructuras sociales, políticas y económicas que acaben con las desigualdades raciales y económicas. La campaña electoral es dura, pues el electorado parece no confiar en un candidato a presidente demasiado joven. Muy importante resultó el debate televisado en que enfrenta a Nixon. La imagen de un Kennedy joven, seguro de sí mismo e inteligente se opone a la de un Nixon con barba, algo torpe y lento de reflejos. El 8 de noviembre de 1960, llegó a la presidencia de los Estados Unidos, en unas elecciones muy disputadas en las que ganó por escaso margen de votos a su oponente del partido republicano. Fue el hombre más joven en ser elegido presidente de su país. En enero de 1961 tomó posesión de su cargo. Kennedy era católico, y era la primera vez que un hombre de esta religión ocupaba la alta magistratura de aquel país, pero en su actuación política no se manifestó la influencia de la religión. Nacido en un medio privilegiado, procedió precisamente contra aquel círculo de privilegiados al que pertenecía. Como todos los intelectuales, confiaba en que las fórmulas ideológicas pudieran aplicarse en la vida política real. Su discurso inaugural ofreció la frase tan memorable: “Pregúntense no lo que su país puede hacer por ustedes, pregúntense lo que ustedes pueden hacer por su país.” Los objetivos de su gobierno son el desarrollo económico, la elaboración de una eficaz política de defensa frente a la U.R.S.S. y el comunismo, la reforma de una administración anquilosada y el despliegue de una política de intervención en América Latina (Alianza para el Progreso) que, a partir del desarrollo económico, impida la expansión del comunismo en la región. Igualmente son importantes sus iniciativas de contenido social, fundamentalmente dirigidas por su hermano Robert. En política interior, su programa de reformas hubo de hacer frente a la mayoría republicana en el Congreso. Su primera iniciativa fue detener la inflación, a la que siguió el establecimiento de un salario mínimo, la implantación de un programa de obras públicas y la reducción de impuestos. Sus programas económicos lanzaron al país a su más larga expansión sostenida desde la Segunda Guerra Mundial.
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Su política social incluyó algunos programas de distribución de alimentos a los grupos desfavorecidos y la subvención de la enseñanza pública. Sus intervenciones en favor de la igualdad racial abrieron un camino que terminaría por expandirse en los próximos años. En política exterior su primera crisis importante surge con la Cuba comunista de Fidel Castro. Kennedy, temeroso de que el ejemplo cubano se extienda a otros países latinoamericanos, emprende un programa de ayudas (Alianza para el Progreso) destinado a lograr el desarrollo económico regional. Poco después de iniciar su gobierno, un grupo de cubanos exiliados en Miami intentaron, con el visto bueno de Kennedy, tomar Cuba desembarcando en Bahía de Cochinos. El intento acabó en un sonado fracaso. Un episodio de mayor gravedad sucedió en 1962, cuando se descubrió la instalación de misiles soviéticos en Cuba. La reacción de Kennedy fue imponer un bloqueo total de la isla hasta que los misiles no fuesen desmantelados. Las relaciones entre E.U.A. y la U.R.S.S. empeoraron hasta el punto que durante unos meses se temió el estallido de una guerra nuclear. Finalmente, el líder soviético accedió a desmantelar las instalaciones. Kennedy salió fortalecido de este enfrentamiento: ganó los apoyos de su electorado y del bloque occidental, y enseñó lo que pasaría si en otros países intentara imponerse un sistema comunista. Su pretensión de acabar con la Guerra Fría le llevan a firmar un tratado con la U.R.S.S. y Gran Bretaña por el que se prohíben las pruebas nucleares. Promueve la intervención directa de Estados Unidos en Vietnam, error de importancia capital para la historia de su país. Cuatro años de permanencia en la presidencia de los Estados Unidos son pocos para llevar a cabo una política coherente y eficaz, por lo que todo presidente aspira a la reelección, única posible tras la enmienda aprobada en este sentido durante el mandato de Truman. Era preciso mantener la popularidad, no disminuida, del presidente, y al efecto, un año antes de las elecciones, Kennedy viajaba ya por el país preparando su reelección. El día 22 de noviembre de 1963 llegó a Dallas (Texas), ciudad donde abundan los fanáticos de la segregación racial y en la que habían aparecido en los periódicos artículos e incitaciones odiosas contra su persona. Tras su llegada al aeropuerto de la ciudad, montó Kennedy en coche descubierto, acompañado de su esposa, del vicepresidente (luego presidente) Johnson y del gobernador del estado, John Connally.
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En una de las calles del recorrido se hicieron, desde gran distancia, disparos contra el presidente, a consecuencia de los cuales falleció a las pocas horas, resultando también gravemente herido el gobernador del estado. El autor único, según la investigación del suceso a cargo del juez Warren, fue Lee Harvey Oswald. Dos días después de su arresto fue asesinado por Jack Ruby, quien murió también en circunstancias poco claras. A partir de entonces, todo apunta a la posibilidad de que el atentado respondiera a un complot contra el presidente. Su asesinato conmocionó a la opinión pública, contribuyendo a la creación de un mito. El magnicidio dejó prácticamente inédito el ensayo de gobierno intelectual del infortunado presidente, que moría a los 46 años, en la plenitud de sus facultades políticas, cuando podía esperarse su reelección. Pocos personajes como Kennedy a lo largo de la Historia han tenido una carga simbólica y representativa tan importante. Su figura sirve como representación de los valores de toda una época, los años sesenta, probablemente sobrevalorada, pero sin duda apasionante en cuanto al espíritu de cambio, al ímpetu y la búsqueda de nuevas formas políticas, sociales y culturales. “Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.” John F. Kennedy
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Aristóteles Onassis 113
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ristóteles Onassis, quien llegó a ser el hombre más rico del mundo en su época, nació el 20 de enero de 1906 en Esmirna, Grecia (hoy Izmir, Turquía). Creció en el seno de una familia acomodada regida por los principios de la religión ortodoxa. Su padre, Sócrates, era un próspero comerciante de Esmirna, cerca de la frontera con Turquía, que se hizo rico vendiendo tabaco. Cuando “Aristo” ( diminutivo con que lo llamaban desde pequeño) contaba con sólo 6 años murió su madre; la posterior boda de su padre con una mujer mucho más joven, de nombre Helena, distanció a padre e hijo. Las pésimas notas que traía del colegio y las quejas de sus profesores por su carácter rebelde e indisciplinado no ayudaban a mejorar las cosas. Pero si las notas escolares del joven Aristo no eran nada brillantes, en compensación sus disposiciones para el comercio se manifestaron en él muy precozmente, como lo atestigua la siguiente anécdota. Uno de sus amigos había elaborado un modelo a escala de molino de viento, compuesto por una vela de papel fija a una aguja, a su vez fija a un trozo de madera. El niño deseaba construir varios modelos semejantes, para venderlos. Aristóteles le preguntó a su amigo: “¿Cuánto pides por tu molino?” “No lo sé, digamos un alfiler...” contestó el muchachito. “¡Pobre idiota!” exclamó Aristóteles, “me pides un alfiler, cuando ya me das un alfiler, una vela y un pedazo de madera, sin contar el tiempo que has puesto en fabricar tu molino...” Cierto día, en su ciudad natal, un negocio de artículos escolares se incendió y Aristóteles compró a buen precio un lote de lápices que el fuego había dañado. Invirtió algún dinero en comprar dos sacapuntas y con la ayuda de un compañero puso los lápices en condiciones, haciendo desaparecer las partes dañadas, y los revendió a sus compañeros de escuela a precios competitivos, pero que le permitieron sacar un buen beneficio. Era el ídolo de sus compañeros, pero sus profesores le temían. Era alguien que despertaba sentimientos encontrados, pero jamás indiferencia. Al cumplir 16 años había fracasado en los exámenes y su futuro parecía incierto. Al creerlo afligido, un amigo trató de consolarlo. “No te preocupes, Aristo. El año próximo puedes intentarlo de nuevo y te irá bien: “Onassis le contestó: “¿Crees que me voy a quedar en esta ciudad? Para mí, esta ciudad es muy pequeña. No necesito diploma. Un día te asombrarás de lo que llegaré a hacer”. Ese mismo año, la invasión turca cambió de pronto el escenario y la adversidad le ayudaría a templar su carácter. Esmirna fue ocupada y las tropas turcas asesinaron a muchos ciudadanos prominentes. El padre de Onassis conservó la vida, pero fue encarcelado y sus propiedades fueron confiscadas. Con sólo 16 años, Aristo se convirtió de pronto en el sostén de la familia, y no hay duda que esa dura prueba despertó en él lo que los sociólogos llaman el “factor Fénix” ayudándolo a salir victorioso y fortalecido de las calamidades.
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De la tragedia de Esmirna surgió el Onassis ganador, gracias a probarse a sí mismo que era capaz de enfrentar y derrotar a las circunstancias adversas; desde entonces le acompañará una fe inquebrantable en sus propias fuerzas. En esos días difíciles empeñó todo su talento para sobrevivir y lograr la liberación de su padre. Utilizando sus dotes naturales de seductor, se puso bajo la protección de la mujer del general que usurpaba la residencia de los Onassis. Se ganó la confianza de los invasores con regalos de buenos licores y aromáticos cigarrillos, además les conseguía baratijas y alcohol de contrabando. Así descubrió su natural habilidad para las relaciones públicas, que sería una de las claves de su buena fortuna. Onassis había logrado desarrollar, como pocos, la virtud de ponerse en la situación de su interlocutor. “Por lo general, descubrí que si uno le facilita las cosas a la gente, se gana su simpatía”, dijo en una ocasión. Aristo no sólo se las ingenió para mantener a la familia, sino que además logró que liberaran a su padre. Sócrates no le dio el debido reconocimiento al papel desempeñado por su hijo, y éste se resintió por la ingratitud paterna, precipitando una decisión que venía preparando desde hacía tiempo: ir a América para probar suerte. Su primer objetivo era llegar a Estados Unidos, pero ese año, 1923, el cupo para inmigrantes griegos estaba completo y decidió embarcarse rumbo a la Argentina. Con 17 años cumplidos, Aristóteles Onassis arribó a Puerto Madero, para alojarse en el hotel de emigrantes. Llegó al país con una maleta vieja en la mano y 450 dólares en el bolsillo. Pero lo más importante era su firme determinación de encontrar en este nuevo mundo lo que en su patria se le estaba negando. El principio no fue nada fácil; sin diploma, sin oficio, sin dinero ni relaciones influyentes, Onassis realizó todo tipo de tareas: lavaplatos, albañil, hasta que pudo entrar como aprendiz de electricista en la United Telephone. Pidió ser transferido al equipo nocturno, en el que para no aburrirse cuando no había trabajo, escuchaba las conversaciones. Una noche, interceptó una plática en inglés, donde se hablaba del revuelo que produciría en la Bolsa de Comercio la noticia de la compra (conservada en secreto) del más importante frigorífico de la Argentina, por parte de un grupo de capitalistas norteamericanos. Al día siguiente, Onassis se presentó ante un comisionista de Bolsa, y le dio instrucciones precisas para comprar 2,500 acciones. El hombre se sorprendió por la determinación del muchacho, pero la sorpresa dio paso a la admiración cuando debió liquidarlas, sólo dos días después, a tres veces el valor de compra. Cuando el comisionista quiso indagar el origen de tan oportuna información, sólo recibió de Onassis el silencio por respuesta. Con el dinero obtenido de su primer golpe de fortuna, unos 7,000 dólares, el
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joven telefonista decidió que había llegado el momento de emprender un nuevo negocio: importar tabaco desde su país. Continuó su trabajo en la compañía telefónica: se dio cuenta de que una información oportuna es como un as en la manga de quien sabe utilizarlo. Con una estrategia de negocio bien definida, adaptó su imagen a su nueva condición de empresario. Se mudó a un departamento de la avenida Alvear, se mandó hacer dos trajes a la medida, y puso manos a la obra. En aquel tiempo, el tabaco griego disfrutaba en Buenos Aires de cierta reputación, pero sólo era conocido por unos pocos, debido a problemas en la importación. Existía un mercado insatisfecho, y era allí donde Onassis encontraría su primera oportunidad como empresario. Escribió a su padre y se presentó a sí mismo como el introductor ideal del tabaco griego en la Argentina. Tenía los contactos, conocía el negocio, disponía de capital. El padre, contento al descubrir que su hijo había sentado cabeza, despachó el primer embarque. Los primeros pasos fueron decepcionantes. Onassis distribuyó muestras entre varios fabricantes menores de cigarrillos, pero no sucedió nada. Sin perder el ánimo planeó una nueva estrategia, recurriendo a sus dotes de relacionista público. Encontró el contacto que lo llevaría al despacho de Juan Gaona, propietario de Piccardo, una importante tabacalera del país. Empleando su astucia de vendedor, Onassis convenció al empresario de que incluyera tabaco griego en la mezcla de sus cigarrillos. Gaona, que era un buen conocedor de hombres, descubrió que ese joven griego tenía algo especial que auguraba un excelente futuro. Onassis logró su primera orden de compra por $ 10,000 dólares, para entonces una cifra fabulosa. Éste fue el inicio de su gran fortuna. Alentados por el éxito alcanzado por Piccardo con los cigarrillos con mezcla de tabaco griego, otras empresas tabacaleras se sumaron. En 1928, el gobierno griego lo utilizó para negociar un acuerdo comercial con Argentina y dos años después lo nombró cónsul general. Sus actividades económicas se extendieron a la elaboración de cigarrillos, sin descuidar el negocio de importación. Alquiló un local de 400 metros en la avenida Independencia y contrató compatriotas suyos sin empleo. La marca “Grecos” fue lanzada con bombo y platillo, posicionándose como un cigarrillo para la “alta sociedad”. La anfitriona de la fiesta de lanzamiento fue Antonella Giutti. Onassis tenía 23 años y ella 34, pero nació entre ellos un romance apasionado. A principio de los años treinta su amiga le presentó al hombre que despertaría en él la ambición de convertirse en magnate naviero: Nicolás Mihanovich. Nicolás era el tipo humano con el que Onassis quería
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identificarse. A una clara visión empresaria unía el encanto personal de quien se divierte haciendo lo que hace. Fue para Onassis una especie de mago que lo deslumbraba con sus trucos para salirse con la suya en cualquier terreno. Con él Onassis desarrolló otra de sus cualidades: saber escuchar. Su memoria absorbía como una esponja todo lo que oía, siempre escuchaba a quienes hablaban con autoridad. “Si Dios nos dio dos oídos para escuchar y sólo una boca para hablar, debe ser que debemos oír el doble de lo que hablamos”, concluía el griego. De esta estrecha amistad surgía una pasión por los barcos. Poco a poco fue dejando el negocio del tabaco y los cigarrillos, que lo habían hecho rico, por su nueva carrera de empresario naviero. El primer eslabón de la cadena de navíos se lo compró a Mihanovich por 20,000 dólares y tuvo un mal final. Una tormenta que azotó el puerto de Montevideo lo mandó a pique. Este revés, lejos de desanimarlo, lo impulsó a tomar la decisión de su vida. Vendería todos sus intereses en la Argentina y se establecería en Londres, por esa época la capital del mundo marino. Cuando embarcó con destino a Europa, Aristóteles Onassis echó una última mirada a Buenos Aires; sabía que era su despedida. En 1932 tenía 26 años, un millón de dólares en un banco de Suiza y la pasión de emprender nuevos proyectos. Beneficiándose de la Depresión, ese mismo año compró sus primeros seis buques de carga a una firma canadiense por 120,000 dólares. En 1936 mandó construir su primer barco petrolero, y dos más durante la Segunda Guerra Mundial. Se radica en Nueva York, donde establece su cuartel general. Su imperio creció notablemente y su flota se multiplicó durante las dos décadas siguientes. A los 42 años Onassis ya era un hombre poderoso. En el año 1946 contrae matrimonio con Tina Livanos, hija del armador griego Stavros. En abril de 1948, nace su primer hijo, Alexander y, en diciembre de 1950, su hija Christina. A mediados de los años cincuenta compró trece petroleros nuevos en un solo año. En 1953 pagó un millón de dólares para hacerse del control de la Société des Bains de Mer, propietaria del casino de Montecarlo, entre otros bienes inmuebles. El casino de Montecarlo estaba en una quiebra virtual. Rainiero no tuvo más remedio que recurrir a Onassis. Aristóteles compró más del 50% de las acciones del casino, lo salvó de la bancarrota y se instaló en Mónaco, convirtiéndose en una especie de príncipe paralelo. En 1957 el gobierno griego le entregó en concesión las líneas aéreas nacionales y fundó la Olympic Airways. En 1959, después de divorciarse, vivió un largo romance con la cantante de ópera María Callas, hasta que en 1968 se casó con Jacqueline Kennedy, viuda del presidente norteamericano John F. Kennedy.
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En 1973 Onassis sufrió la mayor de sus tragedias personales. Su hijo Alexander murió en un accidente de avión cuando tenía 25 años de edad. Después de la muerte de su hijo, Onassis entró en un estado de depresión del cual, al parecer, nunca se recuperó completamente. Dos años después, el 15 de marzo de 1975, a consecuencia de la miastenia grave que padecía, murió en París el multimillonario Aristóteles Onassis. Fue sepultado en Grecia, en la isla de Skorpios, una de sus propiedades. Ser un gran emprendedor no resulta sencillo; sin embargo, sí ha habido personas que, casi desde la nada, han llegado a tener éxito en los negocios. Aristóteles Onassis, de una audacia sin límites, seductor, rápido, espléndido amigo y temible adversario, comenzó desde muy abajo y llegó a ser el magnate de su época. Explotó sus fortalezas, transformándose en un Midas moderno, que convertía en oro todo lo que tocaba. Pocas personas han llegado a tener el poder que tuvo Aristóteles Onassis, un gran emprendedor que vio una oportunidad de negocio y no la desaprovechó. “El secreto del éxito en los negocios consiste en saber algo que nadie más conoce.” Aristóteles Onassis
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Gabriel García Márquez 119
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En casa de sus abuelos, “con un aguacero torrencial fuera de estación” y después de superar una insuficiencia respiratoria a base de friegas de ron, nace el 6 de marzo de 1927 en Aracataca, pequeño pueblo bananero del departamento de Magdalena en la costa atlántica colombiana, Gabriel José García Márquez. Desde pequeño le llamaron Gabito, que con los años se convertiría en Gabo. Ahí mismo inicia el misterio que rodea a la figura de Gabo, porque un certificado y hasta él mismo señalan su venida al mundo en 1928. Fue el primogénito de una familia numerosa de 12 hermanos. Gabriel Eligio García, su padre, fue uno de los inmigrantes que, con la “fiebre del banano”, llegaron a Aracataca en el primer decenio del siglo XX. Su madre, Luisa Santiaga Márquez, pertenecía a una de las familias eminentes del lugar: era hija del coronel Nicolás Márquez, de talante liberal y veterano de la Guerra de los Mil Días, y de Tranquilina Iguarán, que no estuvieron de acuerdo con los amores de su hija con uno de los “aventureros” de la “hojarasca” (como se llamaba con desprecio a los inmigrantes), que desempeñaba el humilde oficio de telegrafista. Tras vencer múltiples dificultades, la familia materna capitula; Gabriel Eligio y Luisa Santiaga consiguieron casarse, se alejaron de la familia y se instalaron en Riohacha. Sin embargo, cuando tenía que nacer su primer nieto, sus padres convencieron a Luisa Santiaga de que diera a luz en Aracataca. Tras el nacimiento del primogénito, la pareja permaneció en Aracataca, reconciliada al fin con la familia. En 1929 sus padres y su hermano Luis Enrique (nacido en 1928) se trasladan a Barranquilla con la idea de prosperar en el negocio farmacéutico y dejan a Gabriel con sus abuelos en Aracataca; el niño se quedó con sus abuelos hasta que cumplió ocho años. Fue criado por sus abuelos, quienes acostumbraban y contarle relatos, fábulas e historias desde que era muy pequeño, lo que indudablemente llegaría a ser una fuente de inspiración perdurable para el escritor. De esos primeros ocho años de infancia prodigiosa surge lo esencial del universo narrativo y mítico de García Márquez, que creció entre fantasmas en un mundo mágico de supersticiones en el que su abuela hablaba con los muertos y una de sus tías cosía su mortaja. En noviembre de 1929 nace su hermana Margot, y su abuela lleva a Gabo a Barranquilla para conocerla. Un año después nace su hermana Aída Rosa y es llevado de nuevo a Barranquilla. Su abuela decide llevarse a Aracataca a su hermana Margot para criarla junto a Gabriel, debido a la costumbre que la niña tiene de comer tierra (personaje que más tarde retrata en su obra). En ese tiempo Gabo toma conciencia de quién es su madre; la recordará sólo a partir de ese momento.
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A finales de 1934, sus padres abandonan Barranquilla para trasladarse a Aracataca. En este momento Gabriel toma conciencia de la figura paterna, hecho que asocia a la pérdida de la inocencia y al nacimiento de un ser adulto. Le fue difícil tratarlo con confianza en la adolescencia; “nunca me sentía seguro frente a él, no sabía cómo complacerlo. Él era de una seriedad que yo confundía con la incomprensión”, dice García Márquez. En este mismo año nace su hermana Ligia y su padre abre una farmacia. Gabriel cursa preescolar y 1.º de primaria en el Colegio Montessori de Aracataca, hasta que en 1936 sus padres se trasladan a Sincé (pueblo natal del padre), en el Departamento de Sucre, y se llevan a Gabriel y a su hermano. No volverá a ver al abuelo (la figura más importante de su vida), quien fallece a la edad de 73 años en marzo de 1937. Gabriel ingresa posteriormente a la escuela pública de Sucre. Comienza su lectura de Las mil y una noches, obra que fascina al escritor con sólo 9 años y disfruta su primera época de paz y relativa felicidad. Acaba la primaria con las mejores calificaciones. A los doce años de edad estuvo a punto de ser atropellado por una bicicleta. Un cura que pasaba lo salvó con un grito: ¡Cuidado! El cura, sin detenerse, le dijo: “¿Ya vio lo que es el poder de la palabra?” Ese día lo supo. Sus padres decidieron matricularlo como interno en el Colegio San José, de Barranquilla, donde cursó estudios secundarios a partir de 1940. Se entrega a la lectura de poetas colombianos, clásicos del Siglo de Oro español, de los relatos de los hermanos Grimm, Julio Verne, Salgari y Alejandro Dumas. Asimismo comienza a escribir poemas, que se publican en la revista del colegio Juventud, de la que fue un intenso colaborador. En 1943, a los 16 años viaja por primera vez a Bogotá a concursar para una beca. Su padre pudo conseguirle un pasaje hasta Bogotá. Abordó un barco del río Magdalena y después de 10 días de viaje llegó a Salgar, donde se tomaba un tren hacia Bogotá. Ya en la ciudad se hospedó en una pequeña pensión. Al día siguiente hizo fila frente al Ministerio de Educación; estaba llegando a la puerta del edificio cuando de pronto pasó un señor a quien le había copiado un bolero durante el viaje en tren y le dijo: “¿Tú que haces aquí?” “Estoy haciendo la cola para los exámenes de beca”, respondió Gabriel... “Ven conmigo”, dijo quien resultó ser el Director Nacional de Becas. “¿Pa´ dónde la quieres?”, le dijo. Gabriel respondió “para San Bartolomé Nacional”, en aquel tiempo el colegio de más prestigio en todo el país. “Me dijo: no te la puedo dar para San Bartolomé. Pero, vete para Zipaquirá que es muy buen colegio y está muy cerca de aquí”. Así, Gabriel obtiene una beca de estudios e ingresa como interno en el Liceo Nacional de Zipaquirá, lugar del que guarda recuerdos sombríos y dolorosos y donde nunca llegó a integrarse. Durante esos años pasó encerrado la totalidad de las horas libres leyendo libros de Julio Verne, Emilio Salgari y todo lo que pasaba por sus manos, desde novelas hasta tratados de medicina. Seguramente, esos años de soledad, reclusión y lectura fueron decisivos para su futura vocación de escritor. En uno de sus viajes a Sucre conoce a Mercedes Barcha, su futura esposa. Sus primeros escritos en el periódico del liceo los firma con el seudónimo de Javier Garcés. En el suplemento literario El Tiempo de Bogotá publica “Canción”.
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Obtuvo el grado de bachiller en 1946 y regresó a Sucre, donde sus padres lo convencieron para seguir la carrera de Derecho. Acatando la voluntad paterna, se inscribió en la Universidad Nacional en Bogotá al año siguiente. Entre sus profesores figuraba Alfonso López Michelsen, y entre sus condiscípulos Camilo Torres, “el cura guerrillero”, con quien entabló amistad, y Plinio Apuleyo Mendoza, desde entonces uno de sus amigos más íntimos. Su época de estudiante en Bogotá puede definirse como la de un joven despreocupado, en la que tenían menos importancia sus desatendidos estudios de leyes que una incipiente aunque desordenada dedicación literaria. Esta inquietud tomaría una forma mucho más seria tras la lectura de un libro que marcó su futuro profesional: “La Metamorfosis”, de Kafka, en una traducción de Jorge Luis Borges. El estudio de las leyes lo aburría, mientras que su vocación de escritor se consolidaba día a día; hacía tiempo venía trabajando en una extensa narración titulada “La casa”, y Eduardo Zalamea Borda, editor literario del periódico El Espectador, publicó su cuento “La tercera resignación”, descubriendo en su autor al nuevo genio de las letras colombianas. Poco tiempo después le publican otro relato, “Eva está dentro de su gato”. García Márquez participó, como otros muchos estudiantes, en las manifestaciones surgidas a raíz del “bogotazo”: el asesinato en 1948 de Jorge Eliecer Gaitán, político liberal aspirante a la presidencia de la República, hecho que determinó un nuevo cambio de rumbo en su vida. La pensión de García Márquez es destruida (sus libros y manuscritos se perdieron en el incendio) y la universidad se cierra. Él y su hermano Luis se trasladan al domicilio familiar en Cartagena, aunque continúa sus estudios de Derecho. El escritor Manuel Zapata Olivella le consigue una columna diaria en el recién fundado periódico El Universal de Cartagena, en la que trató temas muy diversos. A lo largo de su vida, García Márquez se ha destacado como excelente columnista. Tanto Manuel Zapata Olivella como Clemente Manuel Zabala despertaron su fervor por la música vallenata. Abandona los estudios de Derecho: en un viaje a Barranquilla conoce a un grupo de periodistas que le fascinan y decide instalarse allí y orientar en forma total su vida al periodismo y a la literatura. Se instala en un cuartucho ínfimo de un bloque de cuatro pisos llamado “el Rascacielos” y allí empieza a escribir su primera novela, La hojarasca, y se inicia con la lectura de Faulkner, Joyce, Woolf, Hemingway y John Dos Passos. Colabora en El Heraldo con la columna diaria “La Jirafa”, que firma con el seudónimo de Séptimus y se integra en el Grupo de Barranquilla, cuyo ideólogo, José Félix Fuenmayor, tiene una importante influencia en su literatura temprana. El grupo lo forman Álvaro Cepeda Samudio, Alfonso Fuenmayor, Germán Vargas y los pintores Alejandro Obregón y Cecilia Porras. Ayuda a fundar la revista Crónica, órgano del Grupo Barranquilla, de la que es redactor jefe, y dirige el periódico Comprimido, que apenas dura seis días. Conoce a Rafael Escalona en cuya compañía realiza algunos viajes por las provincias de Magdalena, el César y la Guajira.
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Hasta finales de 1952 se mantiene su columna en El Heraldo. Viaja con su madre a Aracataca para vender la casa de los abuelos, donde había nacido. Es uno de los hechos más decisivos de su vida literaria. Se publica en El Heraldo un capítulo de La hojarasca, llamado “El invierno”. A partir de esta época, se le pierde la pista durante un año; se dice que durante este lapso Gabo vendió enciclopedias en la Guajira junto a Álvaro Cepeda. En febrero de 1954, convencido por Álvaro Mutis, Gabo regresa a Bogotá. Allí trabaja como reportero y editorialista de El Espectador, donde comienza a escribir comentarios semanales cinematográficos que lo convierten en el primer columnista de cine del periodismo colombiano. Su serie en 14 entregas “Relato de un naúfrago...”, notable reportaje a Luis Alejandro Sepúlveda, marinero colombiano que sobrevivió a un naufragio en alta mar, apasionó al país y duplicó las ventas del periódico. Su cuento “Un día después del sábado” gana el premio de la Asociación de Escritores y Artistas, y se estrena: “La langosta azul”, producción colombiana dirigida por García Márquez, Álvaro Cepeda Samudio, Enrique Grau y Luis Vicens. Ese período de apasionada dedicación al periodismo dejará posteriormente huella en su literatura. Presenciar la matanza de estudiantes en el centro de Bogotá provocó el viraje definitivo de García Márquez hacia la izquierda. Sus publicaciones suscitan la animadversión de los censores del régimen de Gustavo Rojas Pinilla, por lo que la dirección de El Espectador lo envía a Ginebra como corresponsal para cubrir la conferencia de los Cuatro Grandes y luego a Roma, donde el papa Pío XII aparentemente agonizaba. En la capital italiana asistió, por unas semanas, al Centro Experimental de Cinematografía. Más tarde viaja por Polonia y Hungría. A finales de año se traslada a París. Publica el cuento “Isabel viendo llover sobre Macondo” en la revista Mito, y aparece en Bogotá su primera novela, La hojarasca, en 1955. El manuscrito había sido rechazado un año antes por la editorial Losada de Buenos Aires, asesorada por Guillermo de Torre. Al poco de llegar a Francia, recibe la noticia de que El Espectador había sido clausurado y debe regresar. Pero García Márquez, que había decidido seriamente ser escritor, decide quedarse en París, afrontando grandes penalidades económicas. En una buhardilla de la Rue de Cujas, en el Barrio Latino, debiendo el alquiler de varios meses, empezó a trabajar en “La mala hora” (1962). La situación desesperada del escritor, paradójicamente, contribuyó en gran parte a dar forma a “El coronel no tiene quién le escriba”, concluida en enero de 1957. Entretanto, gracias a su amigo Plinio Apuleyo Mendoza, García Márquez publicó varias colaboraciones en la revista caraqueña Elite. Con su amigo Plinio Apuleyo Mendoza hace un viaje a los países del Este (Alemania Oriental, Checoslovaquia, Polonia, Rusia...) y luego escribe diez reportajes; al más célebre lo tituló “90 días en la Cortina de Hierro”, publicado dos años después por la revista Cromos. En noviembre de 1957 viajó a Londres, donde esperaba pulir su inglés.
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Pero una carta de Plinio Mendoza, en ese tiempo editor ejecutivo de la revista Momento, cambió sus planes. Llegó a Caracas en Navidad, justo a tiempo para ser testigo de los últimos días de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, sobre los que publicó varios artículos luego de la fuga del dictador. En marzo, García Márquez viajó a Barranquilla para contraer matrimonio con su novia de toda la vida, Mercedes Barcha, con la que tiene dos hijos, Rodrigo, que nació en Bogotá en 1959, y Gonzalo, que nació en México tres años después. Renuncia a su trabajo en Momento, y asume un extenuante cargo en Venezuela Gráfica, con poco tiempo para escribir. Pero no abandona el quehacer literario: escribiendo sólo los domingos, redacta casi todos los cuentos de “Los funerales de la Mama Grande” (1961). En 1960, tras el triunfo de la Revolución Cubana, vivió seis meses en La Habana, trabajando para Prensa Latina. Meses antes, García Márquez había creado la sede de Prensa Latina en Bogotá. En 1961 se instala en Nueva York como corresponsal de Prensa Latina. Las continuas amenazas que recibe le hacen temer por la seguridad de su familia. Decide establecerse en México y probar suerte con la tercera de sus aficiones: el cine. Pero antes de abandonar Estados Unidos, recorre el Sur de su admirado Faulkner. En 1962, “La mala hora” recibió el Premio Esso de novela colombiana. Cuando descubre que es muy difícil abrirse camino en el mundo del cine, se encarga de la organización de dos revistas de gran tiraje: una revista de señoras, La Familia, y otra de crímenes sensacionalistas, Sucesos. Más tarde, trabaja en el mundo de la publicidad. A partir de 1963, García Márquez consigue por fin trabajar como guionista. Su primer guión, El gallo de oro, lo escribe en colaboración con Carlos Fuentes a partir de un cuento de Juan Rulfo. Otros de sus trabajos como guionista son: Tiempo de morir de Arturo Ripstein, H.O. también con Ripstein; Patsy, mi amor y una adaptación de su cuento “En este pueblo no hay ladrones”. Su experiencia en el mundo del cine le fue de gran utilidad, pues le ayudó a tomar conciencia de las limitaciones del cine y a entender por fin que las posibilidades de la novela son ilimitadas. De 1961 a 1965 no escribió ni una sola línea de creación, en un período de infertilidad literaria. En enero de 1965 decide “retomar” la literatura. Parece un milagro cómo descubre la técnica y el procedimiento con que ha de escribir la historia de ese universo mítico de su infancia que le obsesiona desde sus inicios como escritor. La revelación tuvo lugar un día de enero de 1965; mientras conducía su coche por la carretera de México a Acapulco tuvo la repentina visión de la novela que hacía tiempo se estaba gestando en su interior, su antiguo proyecto de “La casa”. De repente paró el coche y le dijo a su esposa: “¡Encontré el tono! ¡Voy a narrar la historia con la misma cara de palo con que mi abuela me contaba sus historias!”
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De regreso al Distrito Federal, García Márquez decide encerrarse a escribir su novela de Macondo y los Buendía escribiendo ocho y más horas diarias, mientras Mercedes se ocupaba de sostener el hogar. Después de 18 meses de duro trabajo concluye Cien años de soledad. Para enviar el manuscrito de Cien años de soledad a Buenos Aires, a la Editorial Sudamericana, empeña los tres últimos objetos de un cierto valor que les quedan: una batidora, un secador de pelo y la estufa. Cien años de soledad aparece en junio de 1967. El éxito es fulminante: en pocos días se agota la primera edición. En octubre de 1967 se traslada a vivir a Barcelona con su familia, donde reside hasta 1975. Quiere alejarse de la persecución cada vez más agobiante de la fama y experimentar la vida cotidiana en una dictadura (en esa época se viven los últimos años del franquismo), pues se ha decidido a convertir en novela esa imagen que le persigue desde hace mucho tiempo: un anciano déspota que se queda solo en un palacio lleno de vacas. En 1970 el ministro de Relaciones Exteriores colombiano, Alfonso López Michelsen, le ofrece el consulado de su país en Barcelona, pero García Márquez lo rechaza públicamente. Un año después la Universidad de Columbia en Nueva York le nombra Doctor Honoris Causa. García Márquez viaja a EE.UU., y ésta es una de las pocas veces que no le niegan la visa de entrada al país. En 1972 obtiene el premio Rómulo Gallegos, cuyo importe cede al MAS (Movimiento al Socialismo), grupo revolucionario venezolano, y al Comité de Solidaridad con los presos políticos. Publica el libro de cuentos “La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada”. En 1974 publica “Ojos de perro azul”, colección de cuentos escritos entre 1947 y 1955. El Tribunal Bertrand Russell, organización instituida para defender los derechos humanos, lo nombra vicepresidente. En 1975 abandona Barcelona para instalarse en México. Viaja a Cuba con frecuencia por su amistad con Fidel Castro. Se dedica de lleno al periodismo político y al activismo. Aparece la esperada novela El otoño del patriarca. Desde esos años, García Márquez es consciente de su responsabilidad como intelectual de prestigio, lucha activamente en defensa de los derechos humanos. Viaja a España, donde le recibe el rey Juan Carlos I. Poco después se entrevista con el papa Juan Pablo II. Forma parte de la Comisión Internacional sobre los Medios de Información y de Comunicación organizada por la UNESCO, que condena los gobiernos de Reagan y Thatcher. Regresa a Colombia en 1980 y retoma su columna semanal en El Espectador. En 1981 publica Crónica de una muerte anunciada, novela basada en hechos reales acaecidos en Sucre durante su juventud, donde tomó por primera vez el papel de narrador. Se le otorga la medalla de la Legión de Honor del gobierno francés. Ese mismo año, en pleno lanzamiento de Crónica de una muerte anunciada, el gobierno conservador lo acusa de financiar
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al grupo guerrillero M-19. García Márquez se ve obligado a pedir asilo político en la embajada mexicana y abandona Bogotá en medio de un gran escándalo. En octubre se le concede el Premio Nobel de Literatura, que recoge vestido con una guayabera caribeña blanca y llevando en la mano una rosa amarilla, símbolo de Colombia y su amuleto personal. Su discurso de agradecimiento es un canto de amor a América Latina. Ese mismo año se le concede el Águila Azteca, máxima condecoración que el gobierno mexicano otorga a un extranjero. Publica varias obras, entre otras, “El verano feliz de la Señora Forbes”, “Viva Sandino” ,”Conversaciones con Plinio Apuleyo Mendoza” y “El olor de la guayaba”. Regresa a su país y visita Aracataca en 1983. Los múltiples compromisos que le sobrevienen a continuación del Nobel le hacen buscar refugio en Cartagena, donde viven sus padres, para terminar de escribir El amor en los tiempos del cólera. En 1985 se autoexilió definitivamente de Colombia, donde crecían las amenazas contra él y las acusaciones de algunos sectores del ejército y se instaló de nuevo en México. Se le nombra presidente de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano. El Círculo de Periodistas de Bogotá le concede por unanimidad el Premio Cuarenta Años. Publica El amor en los tiempos del cólera a finales de año, basada en gran medida en la experiencia de sus padres. Al siguiente año funda la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños, en Cuba. Colabora con el cineasta chileno Miguel Littin en una serie televisiva sobre la represión en Chile y escribe “La aventura de Miguel Littin clandestino en Chile”. En 1987 finaliza en México su única obra de teatro, “Diatriba de amor contra un hombre sentado”. Viaja a Moscú y se entrevista con Mijail Gorbachov. A principios de 1989 publica El general en su laberinto, una novela histórica donde cuenta el camino hacia la muerte de Simón Bolívar. Su guión para cine “Milagro en Roma” obtiene el premio Ninfa de Plata en el 29 Festival de Montecarlo. Decide instalarse en Colombia y poner fin a un largo exilio. En agosto de 1991 anuncia que está escribiendo sus memorias. Se publica “Notas de prensa”. En mayo de 1992 se le extirpa un tumor en el pulmón. Publica “Doce cuentos peregrinos”, relatos que narran la experiencia de los latinoamericanos que emigran a Europa. En 1994 publica su última novela, Del amor y otros demonios, una novela ambientada en la Cartagena de Indias del siglo XVIII. La Universidad de Cádiz lo nombra Doctor Honoris Causa y su casa natal es convertida en fundación casa-museo. En mayo de 1996 se presenta en la Feria del Libro de Bogotá “Noticias de un secuestro”, un reportaje novelado de un secuestro colectivo de diez personas a manos de la banda de narcotraficantes de Pablo Escobar. En marzo de 1998 lee en público el primer capítulo de sus memorias “Vivir para contarla”, en México, D.F. En octubre del 2002 se publica, con el título de “Vivir para contarla”, el primer volumen de los tres que compondrán las memorias de García Márquez.
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En marzo de 2003 Gabriel García Márquez, José Saramago, Darío Fo y otros intelectuales y artistas, pidieron al presidente de México, Vicente Fox, y al de Chile, Ricardo Lagos, que no cedieran en la promoción de una salida pacífica a la crisis de Iraq. A Gabriel García Márquez lo podemos considerar la mejor definición del escritor latinoamericano. Como la mayoría de los escritores, comenzó su vocación rodeado de muchas penurias. Nunca perdió el gusto por la literatura y siempre tenía contacto con ella, pero su vida antes de llegar el reconocimiento y gloria siempre estuvo marcada por la indiferencia. Sin embargo, la vida fue más cruel con García Márquez como periodista: como corresponsal en Europa, se vio en París esperando una carta con dinero que nunca llegó. Entonces, dormía en las calles y un día se vio sin un centavo en los bolsillos y recogió botellas, revistas y periódicos viejos para obtener a cambio unos cuantos francos. Hoy, gracias a su incansable trabajo y a su indomable espíritu, Gabriel García Márquez es considerado por un importante grupo de intelectuales como el escritor vivo más importante del mundo. Se ha convertido en invitado de honor de sucesos intercontinentales, de congresos, de festivales, de posesiones y de eventos, porque su presencia tiene un valor muy especial. Aunque desde hace años lucha incansablemente contra un cáncer, García Márquez continúa lleno de proyectos y sigue demostrando una admirable energía. Por la trayectoria de este “colombiano universal” podemos sacar conclusiones acerca del porqué de su fama y renombre. “La vida no es sino una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir”. Gabriel García Márquez
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Pelé 128
El nombre completo de nuestro personaje es Edson Arantes do Nascimento, mejor conocido como: “Pelé”. Nació en el año de 1940 en su natal Tres Coracoes. Desde muy pequeño sintió inclinación hacia los deportes, en los que se desarrollaba muy bien pues tenía bastantes aptitudes, pero donde sobresalió fue en el fútbol, deporte en el que pronto fue profesional. Pronto su nombre alcanzó fama en Brasil, pues desde los 16 años jugó fútbol profesional con el equipo de Bangú, en el que realizó un papel impresionante como jugador por su dominio del balón. De ahí pasó a formar parte de otro equipo, de nombre Santos de Sao Paulo, en el que fue también un gran jugador, en el que estuvo hasta el año de 1975 y con el que cosechó excelentes triunfos. Para mencionar algunos: la Copa Sudamericana en los años 1962 y 1963; la Copa Intercontinental también en 1962 y 1963. Su carrera como gran deportista fue siempre en ascenso; a la edad de 17 años, fue campeón mundial con el equipo brasileño en Suecia en 1958. Pelé es recordado por todos los aficionados que vieron y escucharon ese encuentro, por su gran actuación y, además, por haber hecho un gol antológico en la gran final, lo que llevó al equipo de Brasil a conseguir el campeonato. Ese mismo triunfo se repitió en los mundiales de Chile en 1962 y en México en 1970. Pelé dice que no había nada como escuchar el himno de su país: “Ganar y oír a la gente apoyarnos es lo mejor de la vida”. Siempre fue y ha sido una persona muy humana, preocupada por la niñez y por que la juventud salga adelante. Él dice que aunque no se tengan los medios, voluntad, la tenacidad y el amor que se tenga a lo que queremos hacer nos coloca en la línea de despegue, para conseguir nuestras metas. Edson Arantes do Nascimento fue un jugador completo en toda la extensión de la palabra, ya que tenía un dominio completo del balón, poseía rapidez de reflejos y era excelente en el campo. Además era un buen regateador y qué decir como goleador. “Era único”, no había nadie que lo igualara en el campo, era una delicia asistir a verlo jugar y aunque el equipo en sí era muy bueno, muchos aficionados iban sólo por verlo a él. Durante el año de 1969 marcó su gol número 1000 en competición. Tuvo una gran trayectoria como futbolista. Pelé poseía un estilo propio, que ponía en práctica cada vez que se encontraba en la cancha. En el año de 1975, realizó un fichaje millonario por el Cosmos neoyorquino; y finalmente decide retirarse en 1977 tras disputar un encuentro entre su último equipo, el Cosmos, y el Santos. Durante este encuentro Pelé marcó su gol número 1281.
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Fueron muchos los logros de este personaje durante toda su trayectoria como futbolista; hoy en día se dedica a transmitir sus experiencias, ya que forma parte de los organismos que luchan a favor del deporte en su país. También es un incansable promotor del deporte y defensor de las causas más nobles, principalmente apoya a la juventud de escasos recursos de su país y hace actividades de beneficio social para los llamados “niños de la calle” del Brasil.
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Franklin Delano Roosevelt 131
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Nació en el año de 1882. Perteneciente al partido demócrata, fue elegido presidente en las elecciones de 1932. Enfrentándose con la recesión resultante de la crisis de 1929, estructuró una nueva política, el “New Deal”, consistente en un amplio programa de obras públicas, de estímulo a los agricultores y de recuperación industrial. Durante la Segunda Guerra Mundial, en 1941 se escribe el tercer período de gobierno del presidente Franklin Delano Roosevelt y la intervención de E.U.A. frente a la guerra. Durante estos años E.U.A. se convirtió una vez más en el mediador entre quienes tenían conflictos. Roosevelt propone una nueva ley frente al Congreso, la Ley del “Préstamo y Arriendo”. Consistía en que E.U.A. podía prestar o arrendar materiales bélicos a las naciones que lucharan contra el Eje; es decir, contra la alianza que formaban los países de Alemania, Italia y Japón. La condición era que las devolvieran o pagaran después de la guerra. Otro problema que cubría la ley de préstamo o arrendamiento era el transporte de los armamentos a Europa, a través del Atlántico, infestado de submarinos. En el año de 1943 ofrecía nuevas perspectivas a los Aliados. Se reunieron en la Casa Blanca dos personalidades: el presidente Roosevelt y el primer ministro de Gran Bretaña, Churchill, con el general francés de Gaulle, el 24 de enero. Como consecuencia de esta reunión acordaron los ataques aéreos sobre las ciudades y grandes centros industriales del Reich. Para hacerles frente a los alemanes se reunieron en Teherán el 26 de noviembre los “tres grandes”, Churchill, Roosevelt y Stalin, para trazar los planes de invasión a Europa. El 3 de febrero se celebra una conferencia en Yalta en la que vuelven a participar Churchill, Roosevelt y Stalin, para coordinar las últimas ofensivas y esbozar planes para después ordenar el cese el fuego. Franklin Delano Roosevelt, presidente de los E.U.A. durante la Segunda Guerra Mundial, usó su gran prestigio personal para que su país acudiera en ayuda de Gran Bretaña y la U.R.S.S. Al intervenir E.U.A. en la guerra, después del ataque a Pearl Harbour, Roosevelt firmó con Churchill la llamada Carta del Atlántico. En noviembre de 1944, ya estando por terminar la Segunda Guerra Mundial, Franklin D. Roosevelt fue nuevamente elegido para un cuarto período presidencial.
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Pero la larga tensión a la que fue sometido y la terrible responsabilidad habían sido excesivas para él. En febrero de 1945 el presidente volvió de Yalta, en Crimea, donde se entrevistó con Churchill y Stalin. Pero todo tiene un fin y el 12 de abril las estaciones de radio comunicaron al país una triste e inesperada noticia: “El presidente ha muerto”. Murió en Warm Springs, Georgia. Sus restos mortales yacen en Hyde Park, N.Y. Roosevelt en su infancia había padecido un violento ataque de parálisis infantil del que sólo se recuperó en parte; y el 15 de febrero de 1933 salvó nuevamente su vida en Miami, gracias a que una mujer desvió un arma homicida del anarquista Giuseppe Zangaray. Había sido candidato presidencial del Partido Demócrata triunfando sucesivamente en los años de 1932, 1936, 1940 y 1944. Logros de Roosevelt como presidente: -
Iniciar la garantía federal de los depósitos bancarios. Proteger a los obreros y campesinos sin trabajo. Auspició un programa de Obras Públicas. Promulgó una legislación liberal del trabajo. Contribuyó a la Organización de las Naciones Unidas. Formuló la Política del Buen Vecino con los pueblos latinoamericanos. - Apoyó la devolución de la Isla de Pinos a Cuba.
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Leonardo da Vinci 134
Leonardo da Vinci, de carácter voluble y caprichoso desde pequeño fue un personaje con grandes dotes, ya que si bien quería estudiar aritmética o música o demás artes, inmediatamente las aprendía dada su habilidad. Poseía un gran ingenio y facultades tan extraordinarias que podía resolver cualquier problema por difícil que fuera; era como si hubiera nacido con algún don, mismo que con el tiempo afloró en su persona. Fue hijo de Piero da Vinci; se piensa que de él heredó tantas facultades, ya que estaba preparado tanto en ciencias y letras como en música, dibujo y el modelado, que era lo que más excitaba su fantasía. Su padre pronto se dio cuenta del don de su hijo al hacer algunos dibujos y los llevó con un amigo de nombre Andrea, para hacerle una consulta: quería saber si su hijo tenía posibilidades dentro del mundo del arte. De esta manera Leonardo da Vinci inicia sus estudios en el taller de Andrea; como se le facilitaba el dibujo y era excelente en geometría, se ejercitó en un solo oficio. Se dedicó a los trabajos de escultura, haciendo con barro cabezas de mujeres sonrientes y de niños que parecía que habían sido realizadas por algún maestro. Utilizó muchos planos de arquitectura. A pesar de su corta edad propuso la canalización del Arno desde Pisa hasta Florencia. Se dedicó a diseñar molinos y máquinas hidráulicas y estudió dibujo natural. Realizaba modelos de arcilla a los que vestía con trapos cubiertos de barro y procedía después a dibujar pacientemente sobre finas telas de lino en colores blanco y negro que ponía en la punta del pincel. Tenía tan desarrollado su estilo, o más bien era tal su habilidad, que hacía dibujos de manera tan cuidadosa que nadie pudo igualarlo jamás. Era como una rutina en la que diariamente elaboraba algún proyecto o modelo. Entre los que sobresalen: bombas para extraer agua de grandes profundidades. Pero de todos ellos, había un diseño en particular que interesó de manera especial a quienes gobernaban Florencia; se trataba de un método para levantar la Iglesia de San Giovanni y poner las escaleras sin que se derrumbara. Tenía una manera tan convincente de hablar que lo único que hacía falta era lo imposible de su empresa. Tenía una conversación muy amena aunque trabajaba poco, tuvo criados y caballos, le gustaban mucho los animales, a los que domesticaba con gran cariño.
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Muchas veces tuvo que pagar el precio de algún pajarillo al vendedor por sacarlo de su jaula, ya que le gustaba la libertad. Todo lo que realizaba estaba dotado de una gran excelencia, de belleza, de gracia, de vigor que sus manos, aunque dotadas de gran habilidad, no podrían expresar. Observaba los movimientos del cielo, la Luna y el Sol y los plasmaba en sus dibujos. Cierta vez, cuando su maestro pintaba un cuadro de San Juan bautizando a Cristo, él realizó la pintura de un ángel que tiene algunas prendas en la mano. Y lo sorprendente fue que superó en mucho a su maestro Andrea; cosa que no le gustó a éste, ya que no entendía cómo una criatura podía tener más conocimientos que él. Después le encargaron que hiciera un cartón del pecado de Adán y Eva en el paraíso para una antepuerta de tapicería que se había de tejer en Flandes. Tenía que elaborarla en oro y seda porque sería un regalo para el rey de Portugal. La tapicería no llegó a ejecutarse, pero en la actualidad ese cartón se encuentra en Florencia en la residencia de Ottaviano de Médicis, dado que fue obsequiado por un tío de Leonardo. También se le pidió que pintara en un pedazo de madera cualquier cosa pues querían enviarla a Florencia. Pero como estaba tosca y muy mal trabajada la enderezó y luego hizo que un tornero la dejara lisa. La enyesó y dio rienda suelta a su imaginación y lo que vino a su cabeza no fue muy agradable que digamos, ya que hizo algo parecido a la cabeza de Medusa. Para esto juntó lagartos, lagartijas, gusanos, serpientes, mariposas, langostas, murciélagos y demás animales extraños, mismos que utilizó para realizar un horrible monstruo cuyo aliento parecía envenenar el aire. Lo representó saliendo de una roca oscura a la cual vomitaba veneno por sus fauces abiertas, echaba fuego por los ojos y le salía humo por la nariz. Estaba tan metido dentro de su obra que nunca advirtió el hedor de los animales que había capturado. La peste era tal que su padre y un campesino que habitaba con ellos, aunque malhumorados por el hedor, ya no hacían preguntas sobre la obra hasta que la hubo terminado. Llamó a su padre y colocando la obra en el caballete la mostró. Como había entrado desaprevenido en el cuarto, no creía lo que sus ojos veían y dando un gran salto de espanto retrocedió hasta la puerta.
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A lo que Leonardo responde: “Éste es el efecto que yo quería. Llévala a su destino.” Su obra fue enviada a Florencia y la vendió en 100 ducados a unos mercaderes. Tiempo después fue a parar a manos del Duque de Milán en 300 ducados; después le encomendaron la tarea de pintar una virgen, que al poco tiempo llegó a manos del papa Clemente VIl. En este cuadro representaba una jarra llena de agua con unas flores maravillosas. Para un amigo dibuja un Neptuno sobre papel, mismo que parece tener vida: el mar se encontraba agitado y su carro era arrastrado por caballos marinos, con sirenas y otros monstruos. Casi todos sus proyectos, aunque maravillosos, quedaron incompletos. Sus pinturas parecían cobrar vida sobre los lienzos que él pintaba. Mezclando pinturas descubrió que las sombras y los negros intensos vuelven más claras las luces. Esto lo lleva a pintar de una manera más sombría, porque no les incluye ninguna luz intensa que dé luminosidad del día. Era un gran observador de las cabezas humanas, por las barbas o sus cabelleras, y a veces seguía a las personas que le llamaban la atención sólo para retener viva la imagen y al llegar a su casa la plasmaba en un lienzo. De esta manera, pintó muchas cabezas, tanto de hombres, como de mujeres; entre ellas la cabeza de Americo Vespucci, anciano pintado en carbón, y la de un gitano que era un capitán de nombre Scaramuccia. Cierta vez fue invitado a Milán a una ceremonia con motivo de la muerte de Giovanni Galeazzo; en ella tocó la lira, instrumento que dominaba tan bien como pintaba. Fue tanto el agrado del Duque al escucharlo que le pidió lo siguiente: Le rogó que pintara la Natividad para una tabla de altar, misma que fue enviada por el Duque al emperador. Después realizó una de sus más grandiosas obras, “La Última Cena”, de gran belleza, para Santa María Delle Grazie, en Milán, pero esta proeza no la pudo terminar ya que no fue capaz de pintar a Cristo, pues consideraba que no podía darle la celestial divinidad que él requería. Pero aún sin terminar, su obra fue siempre venerada por los milaneses y también los extranjeros, pues en ella plasmó el momento en el que los apóstoles están ansiosos por descubrir quién de ellos traicionará al Maestro. Lo más importante es la expresión que logró captar en los rostros, de amor, temor, ira, o el pesar por no poder interpretar la intención de Cristo, y los contrastes con el odio y la traición de Judas.
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En realidad “La Última Cena” de Leonardo da Vinci es tan realista que hasta el mantel, la tela misma parecía que tenía movimiento. Muchos le pidieron que terminara la obra, entre ellos el Prior (Padre) y el Duque. Leonardo pasaba el tiempo sumido en sus pensamientos, meditando, ya que le faltaban dos cabezas por pintar, la de Cristo y la de Judas. Pero era incapaz de concebir modelo alguno en la tierra que expresara tal divinidad. Y por otro lado, tampoco podía imaginar el rostro de un hombre que fuera capaz de traicionar al maestro (Cristo), y fue así como se lo expresó al Duque y al Prior, quien se llenó de vergüenza. Pero poco después termina la cabeza de Judas, creando en ella lo que era la verdadera imagen de la traición. Cuando el Rey de Francia se enteró de esta maravilla, quiso quedarse con ella; no quería reparar en gastos, ni gente que la transportara sin peligro, pero cuál no sería su decepción cuando supo que la pintura estaba hecha en la pared. Entonces permaneció en Milán. Esta obra ha sido reproducida en miles de ocasiones y en diversos materiales. Leonardo hizo grandes obras en barro y otras en cera, pero casi siempre las dejaba incompletas. Tiempo después se dedicó con ahínco a estudiar la anatomía humana, que le sirvió para hacer grandes trabajos. Plasmó en un libro una serie de dibujos anatómicos con grandísimo cuidado. Bosquejó el esqueleto, al que cuidadosamente agregó los nervios y músculos, pero lo curioso de este trabajo consistió en lo siguiente: En agregar pequeñas notas, pero elaboradas con la mano izquierda y escritas al revés, las cuales se pueden leer reflejadas en un espejo. Fue tal el respeto que inspiraba Leonardo entre los demás pintores que al volver a Florencia se enteró de que los servitas habían pedido a Filippino la tabla del altar mayor de la Nunziata; y como comentó que le hubiera gustado pintar esta obra Filippino dejó su trabajo, para que Leonardo lo hiciera. Se alojó en la casa de los frailes, quienes le pagaron todos los gastos tanto de él como los de su familia. Como siempre, tardó bastante en comenzar, pero cuando hubo terminado, todo aquel que la miró se quedó extasiado, ya que plasmó a la Virgen, Santa Ana y Cristo en un lienzo. En ella la Virgen contemplaba a su hijo en brazos con humildad, amor y ternura. San Juan se encuentra a sus pies acariciando un corderillo y Santa Ana sonriendo.
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Esta pintura se encuentra en Francia. Pero faltaba aún que realizara su máxima creación, “La Mona Lisa”, esposa de Francesco del Giocondo; para variar la dejó sin terminar y se encuentra en las manos del rey Francisco de Francia, en Fontainebleau. Pero es tal la belleza de la pintura que más que eso parece ser carne y hueso y no lienzo plasmado; hasta hoy en día ningún artista ha podido descifrar el misterio que envuelve a la Mona Lisa y su enigmática sonrisa. Al estar haciendo el retrato, cuentan que empleó bufones, música, cantos, con el fin de que su sonrisa fuera totalmente espontánea y no melancólica, como se plasma en la mayoría de los retratos que elaboran los pintores. Este grandioso artista, a pesar de su fama, era humilde, generoso, pero también muy bromista. Se cuenta que cierta vez en la elección de León X, en Roma, creó animales huecos, hechos de cera, que al soplarlos volaban como si fueran pájaros. Pero también realizó una broma al tomar a un lagarto que se había encontrado; y le pegó en todo su cuerpo escamas con mercurio, que temblaban mientras el animal se movía. Hizo un verdadero monstruo, ya que le agregó barba, ojos y cuernos, y posteriormente lo domesticó y encerró en una jaula, y se dice que todo aquel que lo miraba corría espantado por la impresión y él reía al ver la reacción que provocaba. Para hacer más vivos los colores, destilaba aceites y hierbas en la elaboración del barniz. Pero nada ni nadie es eterno en la vida y a Leonardo le llegó su turno al estar por varios meses enfermo y tener una edad muy avanzada. Quiso refugiarse en la religión cristiana. Ya arrepentido se confesó. Decía que se sentía culpable por haber ofendido a Dios y a los hombres, por no haber trabajado el arte como se debiera. Se aferró al Santísimo Sacramento sus últimos días. El rey, que lo visitó frecuentemente en su lecho de muerte, le sostuvo su cabeza cual si fuera un niño y en ese momento al sentir que no podía tener mayor honor, muere en sus brazos. Tenía 75 años. Florencia, que estuvo feliz por tener por hijo a uno de los más grandes artistas que han existido en la tierra, ese día estaba de luto, sufría la pérdida de Leonardo.
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James Watt 140
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a historia de James Watt es como la de cualquier otro niño, sin preocupaciones y cuyo único interés era el juego; le gustaba correr por la colina en compañía de sus amigos y aunque este pequeño nacido en 1736 fue demasiado enfermizo, no hacía caso de medicamentos por tener pasatiempos más divertidos. Era un niño demasiado faltista en la escuela; sus padres preferían que reposara por semanas enteras sus dolencias y hasta que él se restablecía, reanudaba sus estudios. Pero a pesar de esto tenía un buen hábito que lo mantenía ocupado la mayor parte del tiempo. Gustaba de leer buenos libros y pese a ser pequeño, sabía escoger temas importantes que le sirvieron para forjar su personalidad. Su padre, cuyo oficio era el de proveer a los barcos de cuanto necesitaban, lo apoyaba siempre premiándole con algún libro. Su taller tenía un almacén lleno de cuerda y lona y se podía respirar un fuerte olor a estopa. Pero eso no le impedía a James Watt permanecer atento cuando se elaboraban las piezas que los barcos necesitaban. En ese ambiente creció el niño, aprendiendo a realizar cosas tanto de metal como de madera, y construyó modelos de máquinas. Pronto tuvo conocimientos de todas las herramientas que se manejaban en el taller y fue tanta su habilidad que cuando James tenía 15 años ya la gente del pueblo empezaba a reconocerlo como el genio que era. Pronto sintió que necesitaba extender sus conocimientos y tomó la decisión de ingresar a la Universidad; pero cuando ya estaba a punto de hacer su sueño realidad su padre perdió la fortuna que tenían y por la que había trabajado tanto tiempo. Aunque un poco triste y decepcionado, James Watt decide trabajar arduamente para su sustento y viaja a Londres, en donde se instala con un amigo y se dedica a buscar trabajo (de lo que más se le facilitaba, ser fabricante de herramientas). Al poco tiempo consiguió empleo como aprendiz con una persona que se dedicaba precisamente a elaborar herramientas, tarea que además de serle fácil le resultaba sumamente agradable; lo único malo era que tenía que trabajar mucho por un salario miserable. Dado que en esa época no valía el conocimiento o las ganas de trabajar, el que quería desempeñarse como artesano tenía que cumplir con muchos años de aprendizaje.
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Debido a que no se alimentaba bien y a los excesos de trabajo tuvo que abandonar este empleo y regresar a su ciudad. Dejó pasar un tiempo y en 1756, ya restablecido, decide emigrar a Glasgow. Ahí comenzó a fabricar instrumentos para la Universidad local. Se dedicó a esto durante 8 años; tiempo después lo combina trabajando en los problemas de ingeniería que le planteaban dentro de la misma Universidad. Pero pronto se presentó la oportunidad que él buscaba: la de realizar una obra que le permitiera transformar el mundo. Y fue precisamente dentro del museo de la escuela, en donde había una máquina de Newcomen a la que le encomendaron que le hiciera algunas reparaciones. Esto se le facilitó muchísimo; notaba que cada vez que estudiaba se iba adentrando en el funcionamiento y en la manera primitiva en la que trabajaba la máquina, ya que según James derrochaba mucho valor y tenía muy poca fuerza, además de considerar que era muy lenta. Entonces ideó hacer algo que fuera capaz de mantener a la máquina caliente, en vez de enfriarla a cada golpe, y que además no necesitara esperar la formación del vacío. Se aferró a su proyecto como cuando era un niño en el taller de su padre y comenzó a trabajar arduamente en eso; pensaba que él podía hacer que esa vieja máquina de Newcomen funcionara con mayor fuerza y rapidez. Fueron 3 largos años que empleó en la meditación y la experimentación para llegar al éxito deseado. Sin embargo, no progresaba gran cosa: pero tenía confianza en que encontraría una respuesta al problema. Y cierto día caminando por los jardines de Glasgow se le ocurrió súbitamente la solución. Se dirigió inmediatamente a su casa y dejó aflorar su imaginación; realizó un sin fin de modelos de máquinas diferentes. Muchas fueron las veces que él fracasó; pero también sabía que un gran invento no se realizaba en un solo día y que si quería triunfar tendría que tener confianza en que tarde o temprano, con mucha tenacidad y paciencia, iba a conseguir lo que buscaba. Construyó un pequeño modelo cuyo funcionamiento era bastante bueno: pero se desilusionó cuando al hacer de éste una máquina grande con el dinero que le habían prestado no funcionó. Notó que la máquina estaba mal construida. Y tenía muchas ranuras por donde perdía vapor. Y ya al borde de la desesperación ocurre un milagro. Aparece un señor de nombre Mateo Boulton, de Birmingham, quien le propone asociarse con él en su empresa para realizar la máquina. Eso vuelve a levantarle el ánimo a James Watt y hace que retome su trabajo con más ánimo. Y así lo hicieron; juntos hallaron mejores fundidores y mecánicos y el resultado de tantos esfuerzos fue la creación de una nueva máquina que funcionó a la perfección. En general se parecía mucho a la de hoy en día.
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También a James Watt se le atribuyen la planeación y la perfección de la válvula de corredora y el regulador, además de piezas como el condensador, que fue uno de los más grandes logros alcanzados. Con él podía atraer el vapor cuando lo había usado, sin enfriar ni detener la máquina, por tanto podía trabajar con más rapidez y desarrollar una mayor potencia. Otro de sus inventos fue el “regulador”, que es un pequeño aparato destinado a impedir que la máquina funcione con demasiada rapidez o demasiada lentitud. Pero James Watt no paró ahí sino que siguió trabajando día tras día en su obra: La Máquina. Buscaba mejorarla y perfeccionarla y así lo hizo hasta llegar a la edad de 64 años, por lo que concluimos que pasó la mayor parte de su vida estudiando su invento. Después de esto decidió retirarse a disfrutar de sus numerosas aficiones, entre las que podemos citar la invención de una manera de copiar estatuas y el estudio del gas que se consume en los hornillos. Al seguir indagando en sus investigaciones, trató de descubrir la composición del agua, además del motor de doble acción. Durante el año de 1782, descubre el regulador de velocidad, la calefacción a vapor y otros más. James Watt fue hombre incansable y uno de los inventores más grandes de todos los tiempos. Hasta el día de su muerte en 1819 trabajó sin descanso para aportar al mundo y a la ciencia su legado, “sus grandes descubrimientos”. Es su nombre tan célebre que se utiliza muy a menudo porque la palabra ”Watt” o vatio se designa en su honor, por ser la unidad de potencia eléctrica. Pensamos que si James Watt hubiese vivido más tiempo habría visto lo que la humanidad hacía con su máquina maravillosa. Se realizaron cosas mucho mayores de las que él un día había soñado, porque gracias a su gran invento hoy en día se pueden hacer grandes viajes arrastrando enormes trenes por todos los continentes e impulsando enormes barcos a través de los océanos; se hace girar las ruedas en un millón de fábricas y ejecutan casi todo el trabajo duro y pesado del mundo, gracias a que la máquina de vapor de este gran inventor, James Watt, fue la que inició la era de las máquinas. Actualmente podemos mencionar que debido a los descubrimientos que se hacen, las máquinas de vapor han sido reemplazadas por las máquinas eléctricas, y que tal vez las maquinas de vapor desaparezcan algún día de la tierra.
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Pero tenemos que decir que mientras exista alguien en este planeta se recordará el milagro que realizó este gran hombre de humilde cuna, pero célebre por sus logros, con un poco de vapor. James Watt sólo tuvo un hijo, de nombre James (1769-1848), quien fue ingeniero naval e instalaba máquinas en el “Caledonia”, el primer barco de vapor que navegara desde un puerto inglés. De su padre heredó su sabiduría y los conocimientos que aplicó tiempo después en su trabajo; también heredó de él su amor a las máquinas. A James Watt se le atribuyen también obras que dejó plasmadas en sus libros como un legado de la humanidad: “Description of a neumatic apparatus with directions for procuring the factitious”. “On a new methode of preparing a test liquor to show the presence of acids and alkalis in chemical mixtures”, etc.
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Nezahualcóyotl 145
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En el siglo XII llegó la tercera ola de migración de las tribus del norte hacia el Valle de México. Eran varias tribus, las más poderosas eran los aztecas y los acolhuanos. Estos últimos se asentaron al este del lago de Texcoco y de ahí el nombre de la tribu cambió de acolhuanos a texcocanos. Éste era el pueblo de Nezahualcóyotl. Techotlala, rey de Texcoco, impuso el habla tolteca como lengua oficial, obligó a los chichimecas y acolhuas a instruirse y educarse y pasó la vida luchando por vencer la resistencia de una parte de su pueblo a entrar por el camino del progreso. Al morir Techotlala recibió el bastón de mando su hijo Ixtlixóchitl, “Flor de maguey “. Ixtlixóchitl contrajo matrimonio con la princesa nahua Matlalcihuatzin, hija del primer rey azteca, Acamapichtli, concertando con esa boda la alianza con los aztecas. De ese matrimonio real nació, el día 28 de abril, al filo de la media noche del año de 1402, en Texcoco, capital del señorío chichimeca de Acolhuacan, el niño Acolmiztli, que significa “León fuerte”, que con el tiempo habría de ser el famoso Nezahualcóyotl, “Coyote Hambriento”. Nezahualcóyotl nació bajo el siguiente signo; “será noble y principal, dará de comer y beber a unos, y a otros dará vestidos y joyas”. Su nombre se publicó por todos los rincones del Señorío. Recibió esmerada educación en el palacio paterno. Entre los seis y los ocho años, fue enviado al “Calmecac” e inició la severa educación destinada a la nobleza. Allí fue alumno de Huitzilihuitzin, considerado en su tiempo un gran filósofo, quien avivó en el joven el interés por el pensamiento tolteca. De esta forma pudo adentrarse en el conocimiento de las doctrinas y sabiduría heredadas por los toltecas. En el colegio cultivó su sensibilidad poética y su piedad. Creció llegando a ser un joven guerrero de gran valentía, pero también con gran afición a los estudios y a las ciencias. Aunque Nezahualcóyotl era heredero del reino, su juventud no fue como la de un príncipe viviendo en lujos, porque los texcocanos entonces luchaban por su propia sobrevivencia contra una tribu, la de los tepanecas. Desde su temprana juventud comenzaron los problemas con Tezozómoc, Señor de Atzcapotzalco, que gobernaba el pueblo tepaneca en la orilla opuesta del lago. Ixtlixóchitl, previniendo cambios políticos y guerreros que pudieran usurpar el gobierno de Texcoco, reafirmó su posición de gobernante e hizo nombrar heredero al niño Nezahualcóyotl, que contaba entonces con sólo doce años de edad. El niño quedó impresionado por las palabras llenas de humildad que pronunció su padre, de acuerdo al ceremonial:
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– ”Hijo mío, muy amado, brazo de león: ¿A dónde te tengo que llevar...? Las palabras de su padre hicieron llorar al joven. El 24 de septiembre de 1418, un soldado trajo la noticia de que la guerra iba tan mal para Texcoco, que estaban rodeados y no tardaría en caer en poder de sus enemigos. Ixtlixóchitl, atacado en el corazón de su ciudad, logró escapar llevando consigo a su hijo Nezahualcóyotl. Seguido muy de cerca por los enemigos fue alcanzado y apenas tuvo tiempo para esconder en un tupido árbol a Nezahualcóyotl, que horrorizado vio cómo unos soldados tepanecas dieron muerte a su padre. Tenía entonces dieciséis años y heredaba un señorío que acababa de conocer el sabor de la derrota. Él huyó y pudo salvar su vida. Al quedar huérfano y perseguido adoptó el nombre de Nezahualcóyotl, cuyo significado es “Coyote hambriento”. En la desgracia del destierro comienza a hacer alianzas entre los señoríos vecinos. Los señores de Tlaxcala eran sus tíos y le dieron protección. Para estar más cerca de su patria se fue a Chalco, allí lo reconocieron y cayó en manos de sus enemigos y fue arrojado a una celda. Un sirviente logró entrar en la prisión y se vistió de príncipe, mientras Nezahualcóyotl, vestido con las ropas del sirviente, escapó hacia Tenochtitlán, la capital del pueblo azteca. Por este acto de sacrificio, el fiel sirviente pagó con su vida. Nezahualcóyotl finalmente encontró refugio en Tenochtitlán, la patria de su madre. De ahí salió a recorrer muchos pueblos, con el fin de atender las mejores artes de la guerra, del gobierno y del conocimiento humano, captándose a la vez amigos, aliados y simpatizadores hacia su causa. Él nunca se olvidó de las circunstancias brutales que ocasionaron su exilio y estaba decidido a recuperar su trono. Para 1420 con la ayuda de su tío Chimalpopoca, Tlatoani de Tenochtitlán, logra el perdón de Tezozómoc y le permite vivir en Texcoco, dedicado al estudio y así llegó a ser un hombre extremadamente culto y civilizado, dueño de grandes conocimientos humanos. Se empezó a preparar para vengar la muerte de su padre. Tezozómoc murió en 1427. Al morir, Tezozómoc designó como sucesor en Azcapotzalco a su hijo menor, Quetzalyatzin. Esto desató la ira del primogénito, Maxtla, quien gobernaba en Coyoacán. Maxtla lanzó sus ejércitos contra Azcapotzalco, se apoderó de la ciudad y asesinó a su hermano. Nezahualcóyotl necesitaba un pretexto para entrar a su tierra de nacimiento, ahora parte del señorío Texcocano-Tepaneco. Pretendiendo reconciliarse con los tepanecas, Nezahualcóyotl fue a la ciudad capital de Azcapotzalco y se presentó ante Maxtla, ofreciéndole flores. Pero Maxtla, un hombre rudo, despreció la ofrenda. Nezahualcóyotl, sintiendo que estaba en peligro, se escapó del palacio y regresó a su ciudad natal de Texcoco. Durante su corto encuentro Maxtla había notado que Nezahualcóyotl
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tenía una fuerte personalidad. Vio en él un rival potencial; fingiendo haber cambiado de opinión, invitó a Nezahualcóyotl para que lo acompañara a una fiesta en su honor. Entonces Maxtla ordenó que asesinaran al príncipe al llegar. Pero Nezahualcóyotl se negó. Era tanta la admiración al príncipe entre sus seguidores que uno de ellos, sabiendo que había cierto riesgo de muerte, se presentó en su lugar. Cuando fue descubierto, Maxtla enfurecido puso un precio a la cabeza de Nezahualcóyotl, prometió grandes recompensas a quien pudiera capturar o matar a su rival. Nezahualcóyotl vivió los siguientes años oculto en lo alto de la sierra, viviendo en hoyos y cuevas; no obstante, tenía algo importante: la devoción de su gente. En cuanto a la recompensa de Maxtla, nadie lo entregó aunque muchos lo reconocieron en su disfraz de campesino. Maxtla mandó asesinar a Chimalpopoca, el rey azteca, hermano de la madre de Nezahualcóyotl, por haber dado refugio a su sobrino. El asesinato de Chimalpopoca fue el gran error político de Maxtla que libera a los mexicas de su alianza con Azcapotzalco. En 1427 surge el momento propicio, y a la voz de Nezahualcóyotl se forma una alianza: son muchos pueblos los que están dispuestos para ir a la guerra. Pactó la alianza con el rey de los mexicas, Itzcóatl, y con el señor de Tlacopan o Tacuba, Totoquihuatzin, nieto de Tezozómoc, quien deseaba vengar la muerte que a su padre le infirió su propio hermano, el rey Maxtla. Los ejércitos mexica y tlacopa, con el de Nezahualcóyotl formaron un ejército con sus adeptos texcocanos. Cuentan con tres escuadrones, uno de ellos capitaneado por Nezahualcóyotl, logrando vencer a los que comandaba el rey Maxtla, a quien Nezahualcóyotl logró aprehender durante la batalla, matándolo con sus propias manos, pudiendo el soberano de Texcoco vengar la muerte de su padre con la derrota y muerte del hijo de Tezozómoc. En 1431 los aliados constituyen la Triple Alianza entre Texcoco, Tenochtitlán y Tacuba. Vencedor, vuelve a Texcoco y reorganiza el Señorío. Tiene entonces veintinueve años de edad. Es el año 4 Caña, o 1431, y ese año es coronado rey. Nezahualcóyotl comenzó a mostrar evidencias de sus notables habilidades. Su primer acto fue idear un código de leyes, considerado tan ejemplar que fue adoptado por sus aliados principales, los aztecas y los tlacopanos. Las leyes, basadas en una división de poderes, creaban un número de consejos incluyendo guerra, finanzas, justicia y el llamado consejo de música. No sólo era música, sino que incluía ciencia, arte, literatura, poesía e historia. Destacó como legislador, expidió ochenta leyes, de las cuales han llegado a nuestros dias treinta y dos, que son dignos ejemplares del Derecho indígena. El Tlatoani de Texcoco también fue un magnífico arquitecto y bajo su dirección fueron construidos templos y palacios. Se dice que el palacio de Nezahualcóyotl incluía un sistema de
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distribución de agua fría y caliente, así como de drenaje. Se construyeron también calzadas, diques que separaban las aguas salobres del agua dulce de los lagos y albarradones que evitaron las inundaciones. En 1449, cuando gobernaba a Tenochtitlán Moctezuma I, ocurrió una gran inundación, razón por la que este emperador tuvo que recurrir a los consejos y auxilio del hombre más sabio de la época, el famoso Rey de Texcoco, Nezahualcóyotl, que emprendió la obra más atrevida que pudo ejecutar el genio mexicano, la del dique o albarrada de los indios con una anchura de 8 varas y más de tres leguas de largo, con la finalidad de contener las aguas del lago de Texcoco. Se encargó además de la construcción del acueducto de agua potable para Tenochtitlán. Hizo construir en Texcoco, capital del reino acolhua o chichimeca, los más hermosos jardines elevados que se conocieron en América, semejantes en fama y hermosura a los famosos jardines colgantes de Babilonia. En esos jardines texcocanos se cultivaban infinidad de árboles y plantas, cuyas flores adornaban con profusión los arriates. Dichos jardines asombraron a los primeros españoles. En el bosque de Tezcutzinco, introdujo el riego, protegió las especies nativas vegetales y animales. Reconstruye la ciudad, dividiéndola en barrios que poseían su propia industria, con lo que logra mejorar la economía de los habitantes. Por sus bellos escritos es conocido como Rey Poeta; de ellos se conservan aún unas 30 composiciones, con temas sobre la muerte y el enigma del hombre y su creador, y el pensamiento conocido como la flor y el canto. Nezahualcóyotl fue el máximo representante de la poesía azteca. Aunque los conquistadores incendiaron la inmensa biblioteca de Nezahualcóyotl porque contenía libros herejes contra la fe católica, algunos versos del Rey Poeta han llegado hasta nuestros días. Fundó varios colegios para el estudio de la astronomía, el idioma, medicina, pintura e historia. Con este alto nivel cultural, Texcoco bien podría ser conocida como la Atenas de Anáhuac. Nezahualcóyotl era profundamente religioso, llegando a la concepción de un solo Dios: el Dador de la Vida, el Señor del cerca y del junto. Hacia el año 1464, sobrevinieron una serie de desgracias para el Señor de Texcoco y su pueblo: su heredero, de unos veinte años de edad, fue acusado de alta traición a la patria y ejecutado. La guerra contra los calcas, un grupo indígena muy belicoso, se volvía despiadada. Dos de sus hijos y dos de Axayácatl, Tlatoani de Tenochtitlán, fueron muertos en una emboscada cuando andaban de cacería. Afligido recurrió a los sacerdotes, quienes le recomendaron grandes y solemnes sacrificios a las diferentes deidades que reverenciaban en Texcoco, y permitió incluso la edificación de templos a las deidades mexicas.
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Nada cambió en la vida del monarca, se cansó ante lo inútil de los sacrificios y decidió buscar la verdad. Esta vez, dentro de su propia alma. Abandonó la ciudad de Texcoco y se refugió en el bosque de Tetzcotzinco, donde ayunó cuarenta días, haciendo oración al Dios no conocido, creador de todas las cosas y principio de todas ellas. Hacía oración cuatro veces al día; a partir de esos días de penitencia y oración al Dios único todo cambia, espera un nuevo heredero y sus ejércitos se vuelven victoriosos. Hacia 1465 sus ejércitos vencen al enemigo y él se vuelve con toda su alma hacia ese Ser extraordinario que supera sus fuerzas. Nezahualcóyotl intuyó la existencia de un Dios único, creador del cielo y de la tierra, muy semejante al de la Iglesia Católica. Basándose en lo que recibió como preciosa herencia de los toltecas y con la luz de su propia inteligencia, Nezahualcóyotl acercó a su pueblo a un Dios único. Si Texcoco se engrandeció por la belleza de su arquitectura, la maestría de sus mejores hombres, donde más sobresalió fue en el cultivo de los valores del espíritu y en el conocimiento natural de Dios; es aquí donde brilló con esplendor la inteligencia de Nezahualcóyotl. Nezahualcóyotl murió a los 70 años, rodeado del afecto y admiración de su pueblo. Nezahualpilli, uno de sus hijos legítimos, un muchacho de 18 años de edad, le sucedió en el trono. El rey murió feliz, creyendo que dejaba una dinastía y un Estado lo suficientemente fuerte que duraría siglos. Su deseo no sería tan largo porque 47 años después de su muerte, invasores de piel blanca cruzaron los mares para terminar con la civilización tan brillante que había creado. Nezahualcóyotl es probablemente el monarca más distinguido del México antiguo; sus ideas y forma de gobierno fueron de un humanismo notable y diferente a la ideología reinante. Cuando un hombre es capaz de elevarse a las alturas del pensamiento a donde pocos llegan, sobresale por encima del común de los mortales y recibe el calificativo de “genio”. Éste es el caso de Nezahualcóyotl. Como el rey hebreo, Salomón, Nezahualcóyotl fue reconocido por su gran sabiduría y por su poesía. “El guerrero más poderoso es aquel que logra vencerse a sí mismo.” Nezahualcóyotl
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l 11 de febrero de 1847 nació en Milán, Ohio, “El • Mago de Menlo Park”, Thomas Alva Edison, séptimo hijo de Samuel Edison Jr. y Nancy Elliot Edison. Al cumplir siete años se mudó con su familia a Port Huron, Michigan, porque su padre había sido contratado como carpintero en el fuerte militar de Gratiot. Allí, Edison asistió a la escuela, de donde fue expulsado tres meses después pues, según su maestro, era “retrasado”. De pequeño, Edison había sufrido escarlatina y como consecuencia se había quedado parcialmente sordo, motivo por el cual tenía dificultad en seguir las lecciones y poner atención en la escuela. Su madre, que había sido maestra de escuela, se encargó de la educación del niño, desarrollando en él ese enorme deseo de saber y de experimentar que lo caracterizaría durante toda su vida. Sus dotes como inventor se revelaron desde la infancia. Cuando contaba diez años de edad, el pequeño Thomás podía leer ya libros bastante difíciles y complicados. A esa edad instaló en el sótano de su casa su ”laboratorio experimental” en el que construyó un telégrafo doméstico, hizo experimentos con electricidad y aprendió los rudimentos de la física y la química. Cuando Edison tenía 12 años, su madre no pudo soportar más el olor de los compuestos químicos que en el laboratorio se utilizaban y le ordenó tomar un trabajo de entrenamiento en el ferrocarril. Para ello se puso a vender periódicos y dulces en la línea del ferrocarril Port Huron-Detroit. Allí, en el vagón de equipajes, instaló otro laboratorio. En el vagón se encerraba largas horas para experimentar, leer y continuar su educación autodidacta que tan lejos lo llevaría, dedicando su tiempo libre a la experimentación con distintos aparatos mecánicos y eléctricos, y desarrolló una prensa rudimentaria con la cual imprimía sus propios periódicos para venderlos en el tren. En 1862 publicó un semanario, el Weekly Herald. Su vida sufrió un gran cambio al salvar la vida del hijo de un jefe de estación; fue recompensado con la realización de un curso de telegrafía. Estudió telegrafía con James Mackenzie en Mount Clemens, Michigan. A los 16 años se fue a Canadá y comenzó a trabajar como telegrafista para el Grand Trunk Tailroad en Strafford Junction, Ontario. Inventó un dispositivo que enviaba una señal si se quedaba dormido. Fue su primer invento: el transmisor y receptor para el telégrafo automático. Se vivía la época de la Guerra Civil y la demanda de operarios de telégrafos aumentaba. Debió regresar a Estados Unidos y tiempo después trabajó como operador telegráfico ambulante. Fue de ciudad en ciudad en el Medio Oeste de Estados Unidos. Entre 1863 y 1864 regresa transitoriamente a Port Huron. Trabaja en turno nocturno como telegrafista cerca de Adrian, Michigan. Trabaja por dos meses como telegrafista en Fort
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Wayne. Entre 1864 y 1865 trabaja en Indianápolis, en la oficina de telégrafos de la Western Union y experimenta mejoras en las tareas. En 1865 trabaja en Cincinnati, Ohio, en la oficina de la Western Union. En esa oportunidad experimenta con reguladores autoajustables. En septiembre, ingresa como miembro fundador del Distrito de Cincinnati de la National Telegraphic Union. Es promovido a operador de primera clase. Comienza a diseñar dispositivos de telegrafía múltiple. Entre 1865 y 1866 se vuelve operador regular de cablegramas en Memphis, Tennessee, en la oficina de la South Western Telegraph Co. En 1866 ingresa a la Western Union de Louisville como operador de cablegramas. En junio de ese año transfiere su afiliación al distrito Louisville de la National Telegraphic Union. En 1867 regresa a la oficina de la Western Union en Cincinnati y posteriormente a Port Huron. Mientras trabajaba como operador de telégrafos, realizó su primer invento destacado, un repetidor telegráfico que permitía transmitir mensajes automáticamente a una segunda línea sin que estuviera presente el operador. Cuando tenía 21 años comenzó a trabajar como un experto operador nocturno de telégrafo en la oficina principal de la Western Union en Boston, Massachusetts. En el año de 1868 ocurrió el hecho detonador de su carrera como inventor: la lectura del libro Investigaciones experimentales en electricidad de Michael Faraday. Durante ese tiempo adquiere los medios para dedicarse a la terminación de varios inventos que bullen en su mente privilegiada. Trabajó para mejorar el telégrafo y poder enviar varios mensajes al mismo tiempo y sobre el mismo conductor. Publica en El Telegrafista el primero de varios artículos sobre sus invenciones en la comunidad de telegrafistas. Hace el primero de varios acuerdos con E. Baker Welch, un hombre de negocios que financió su primer invento: un contador de votos o urna automática, parecido a las máquinas que cuentan billetes. Edison pensaba que este tipo de aparato ahorraría tiempo y confusión. Era una excelente idea, no así para los miembros de la cámara, ni tampoco para los políticos que contaban los votos. No había forma de hacer trampa. Aunque el invento cumple su objetivo, no es adoptado oficialmente. Basado en esta experiencia, decide que antes de poner mano en cualquier invento consideraría su utilidad práctica: que fuese útil para las necesidades humanas; de no tenerla lo abandonaría desde el comienzo, y es este principio el que le proporcionó un gran éxito como inventor. Después de trabajar un tiempo como telegrafista en Boston para la compañía Western Unión, en 1869 se trasladó a Nueva York con la intención de establecerse como inventor independiente. Edison llegó a Nueva York sin un centavo en la bolsa. Conocía a un telegrafista y acudió a él para obtener un préstamo que le permitiera vivir hasta encontrar trabajo; su amigo no podía prestarle más que un dólar, cosa que hizo.
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Aquella pequeña suma de dinero representaba la comida y el alojamiento hasta que pudiera hallar empleo. A los pocos días, ya tenía trabajo. El trabajo consistía en un puesto que era el de supervisor de un aparato que indicaba los índices en el precio del oro, en una casa de agentes corredores de bolsa, en Manhattan. Su afortunada intervención en la reparación de un indicador de precios del oro en la Bolsa, cuya avería había causado una crisis, le valió un contrato de la Western Unión. Poco después se le comisionó para mejorar el telégrafo impresor que transmitía los precios de acciones y valores. Inventó entonces su impresor de acciones universal Edison. Este invento, junto con varias mejoras que hizo al sistema telegráfico de Morse, le hicieron ganar 40,000 dólares. Su carrera como inventor empezaba brillantemente. Con ese dinero Edison abrió en Newark, Nueva Jersey, una fábrica para manufacturar y comercializar sus inventos y estableció en ella un laboratorio. En 1871 se casó con Mary Stilwell, con la que tendría dos hijos y una hija. Edison trabajó durante algunos años con la Compañía Telegráfica Western Union, y en 1874 produjo otro importante invento: el telégrafo cuádruple, de gran velocidad y con capacidad para enviar dos mensajes en cada dirección sobre un solo alambre. En 1875 inventó la lapicera eléctrica, un equipo rudimentario para copiar textos, y trabajó en varias invenciones relacionadas con el telégrafo. En 1876 clausuró su fábrica de Newark para dedicarse de lleno a la experimentación y la invención. Instaló uno de los laboratorios mejor equipados de la época en Menlo Park, Nueva Jersey. Lo llamó “Fábrica de inventos de todos tipos”. Se rodeó de un equipo de mecánicos y relojeros de primera categoría, además de un físico matemático. Edison era un hombre incansable, tenía una sorprendente memoria, llegó a trabajar hasta en 50 experimentos a la vez. A sus empleados les era difícil satisfacer las demandas de Edison, que parecía jamás cansarse, aunque su físico o rostro así lo indicase: le decían “el viejo”, y todavía no cumplía los treinta. Ese mismo año salió de Menlo Park uno de los primeros inventos, el micrófono de carbón, que perfeccionó el teléfono que Alexander Graham Bell acababa de inventar. En 1877 produjo su invento favorito: el fonógrafo, mediante el cual se podía grabar el sonido en un cilindro de papel de estaño; esto le dio inmediata fama internacional. Inventó la “máquina que habla” por accidente, mientras trabajaba en telegrafía y telefonía. Pero el fonógrafo no salió a la venta sino hasta 10 años después. Cuando estaba en vías de experimentación con el fonógrafo se sabe que trabajó cinco días con sus noches seguidas sin dormir. Después del fonógrafo Edison dedicó su atención a la lámpara incandescente. Ésta ya había sido inventada por el químico británico Sir Joseph Wilson Swan. En 1879, tras
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cientos de intentos y pérdidas superiores a 50,000 dólares, consiguió un hilo que alcanzara la incandescencia sin fundirse. Y no era de metal, sino de algodón carbonizado. Creó una bombilla usando filamentos carbonizados, la que iluminaba por dos días antes de quemarse el filamento. La primera demostración práctica, coronada con un éxito completo, tuvo lugar en Menlo Park, el 21 de octubre de 1879. En 1880 Edison se asoció con el magnate financiero J.P. Morgan para fundar la Edison General Electric. Su primera lámpara fabricada de forma industrial en 1881 se componía de un hilo de carbón dentro de una ampolla de vidrio al vacío. Esta lámpara tenía una eficacia luminosa de 2 lm/W y fue utilizada por primera vez en la Ópera de París para la Exposición Universal de la Electricidad en ese mismo año. En 1882 se inauguró el primer suministro de luz eléctrica de la historia, instalado en la ciudad de Nueva York, y que inicialmente contaba con 85 abonados. Para poder atender este servicio, Edison perfeccionó la lámpara de vacío con filamento de incandescencia, conocida popularmente con el nombre de bombilla, construyó la primera central eléctrica de la historia, la de Pearl Street, Nueva York y desarrolló la conexión en paralelo de las bombillas, gracias a la cual, aunque una de las lámparas deje de funcionar, el resto de la instalación continúa dando luz. En 1884, su esposa murió. Dos años más tarde se casó con Mina Miller, quien le daría tres hijos más, y comenzó la construcción de un nuevo laboratorio. En 1887 Edison trasladó su laboratorio a West Orange, Nueva Jersey, y lo hizo diez veces más grande que el de Menlo Park, con 5,000 empleados a su servicio (su casa y su laboratorio fueron convertidos en museo en 1955). Allí siguió inventando una gran cantidad de aparatos y haciendo fortunas e invirtiéndolas, y a veces perdiéndolas en nuevos experimentos. En 1888, estimulado por el éxito del “gramófono”, desarrolló un modelo perfeccionado de su fonógrafo. En 1891, consiguió uno de los más grandes inventos: el proyector y la cámara lenta de cine. El primer comercial de cine fue hecho y realizado en su estudio. En mayo de 1891 Edison lo estrena ante las delegadas de la Federación Nacional de Clubes Femeninos, que visitan su laboratorio en West Orange, Nueva Jersey. Más tarde vendería una de sus patentes a Marconi. Comercializado a partir de 1893-1894, el kinetoscopio fue inspiración de muchos inventores, entre ellos los hermanos Lumiére. En 1896, sorprendido por el éxito del cinematógrafo
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de los hermanos Lumiére, Edison compró los derechos del proyector Armat, que fue rebautizado “Vitascopio de Edison”. La primera exhibición pública del Vitascopio se realizó en el “music hall” Koster y Bial de Nueva York, el 23 de abril de 1896. A principios de siglo aparece el kinetoscopio de proyección. En 1900 Edison comienza a trabajar en baterías para acumular energía eléctrica suficiente como para operar un coche eléctrico. Casi una década después (1909), resultado de miles de experimentos, Edison produce su batería alcalina, la que si bien no es usada en el coche eléctrico, encuentra infinidad de usos en otras áreas. Otros descubrimientos de Edison fueron el microtasímetro (se utiliza para la detección de cambios de temperatura) y un método de telegrafía sin hilos para comunicarse con los trenes en movimiento; perfeccionó los procesos para fabricar cemento Port land e ideó un disco fonográfico. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, el inventor ya envejecido proyectó, construyó y dirigió factorías para la fabricación de benceno, fenol y derivados de la anilina. Dirigió además la investigación sobre mecanismos del torpedo y dispositivos antisubmarinos. En 1915 fue nombrado presidente del Consejo Asesor de la Marina de Estados Unidos e hizo muchos descubrimientos valiosos. Debido a su trabajo convenció al Congreso y logró en 1920 establecer el Laboratorio de Investigación Naval, la primera institución para la investigación militar. Su trabajo posterior consistió fundamentalmente en mejorar y perfeccionar inventos anteriores. En total, Edison patentó 1,093 inventos. Pero quizás lo más importante de todo es que fue el primero en organizar la investigación, empleando simultáneamente unos 3,000 ayudantes. Además de sus numerosas invenciones, Thomas Alva Edison contribuyó a la investigación estrictamente científica, con el descubrimiento del llamado efecto termoeléctrico (1883), también conocido en la actualidad como efecto Edison, el cual permitiría, años más tarde, el desarrollo del dispositivo electrónico conocido como diodo, que daría paso al advenimiento de la moderna revolución de la electrónica. La curiosidad de Edison no se limitaba a sus inventos. En una ocasión que halló un escarabajo muy maloliente, le escribió a Charles Darwin para reportarle su hallazgo. Entre los muchos honores de su gran labor se cuentan el haber sido nombrado Comendador de la Legión de Honor de Francia y el haber recibido la Medalla Alberto, de la Real Sociedad de Artes de Gran Bretaña. También fue nombrado Miembro de la Academia Nacional de Ciencias en 1927. En 1928 recibió la Medalla de Oro del Congreso de Estados Unidos “por el desarrollo y la aplicación de inventos que han revolucionado la civilización en el último siglo”. En 1929 es honrado en el cincuentenario de la Luz. Resulta inconcebible que se le haya negado el Premio Nobel por tecnicismos burdos.
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Edison constituye el prototipo de hombre que se hace a sí mismo. A pesar de sus escasos recursos económicos, salió adelante con tenacidad y esfuerzo para superar grandes obstáculos y dar rienda suelta a su genio y tremenda capacidad creadora. Era un hombre muy pragmático, capaz de encontrar utilidad a sus ideas y a las de los demás. Si hay algo de lo que puede enorgullecerse la humanidad es que, de cuando en cuando, nace un genio que aumenta nuestra calidad de vida. Ése es el caso de Thomas Alva Edison. Sus grande inventos dejados al género humano lo han convertido en uno de los más grandes hombres de la historia. Este extraordinario inventor, verdadero genio y típico representante del hombre que encaminaba al mundo hacia la era de las máquinas, murió en West Orange el 18 de octubre de 1931. Los Estados Unidos de América apagaron sus luces por un minuto el día de su funeral. Edison fue uno de esos hombres que ya es difícil encontrar. Thomas Alva Edison dijo una frase que lo describe tal cual era y que nos sirve de ejemplo: “El genio es un 1% de inspiración y un 99% de transpiración”. Thomas Alva Edison
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Alejandro III de Macedonia, conocido como Alejandro Magno (El Grande), nació el 20 de julio del 356 a.C., en Pella, la antigua capital de Macedonia, pequeño país del norte de Grecia; era hijo de Filipo II, rey de Macedonia, y de Olimpia, princesa de Epiro. Muchas leyendas se tejen alrededor del nacimiento de Alejandro, en donde los buenos augurios son numerosos: el día que nació estuvo colmado de truenos y relámpagos, las águilas de Zeus se posaron sobre las habitaciones de la reina, y su padre, Filipo, logró tres victorias simultáneas: una en los juegos olímpicos y dos en el campo de batalla, él ganó la primera y la otra su lugarteniente Parmenión. En Asia, un desequilibrado prendió fuego al templo de Artemisa en Éfeso, augurando así el futuro que le esperaba a ese continente, según relata este tipo de leyendas. La antigua Macedonia era un país de hombres rudos y muy orgullosos de su honor. Para que un macedonio pudiera ser considerado un hombre, tenía que haber matado un jabalí, aunque lo ideal era que, en batalla, hubiese dado muerte a un guerrero enemigo, ambas cosas al cumplir los quince años. Tal fue la época en la que se crió Alejandro. La educación de Alejandro fue una de las más sólidas que conoce la historia. Para demostrarles a los griegos que el futuro soberano macedonio también era un heleno, desde la más tierna infancia Filipo instruyó a su hijo en la típica educación griega. Para tales efectos, trajo de Epiro al severo Leónidas, quien inició al pequeño Alejandro en el rigor espartano y la cultura ateniense. Para el pequeño Alejandro esto significó una vida austera y rígida, en donde el rudo entrenamiento físico y militar se mezclaba con la enseñanza del idioma griego, teatro, matemáticas, historia, geografía; tuvo una institutriz llamada Lánice, que lo introdujo en la poesía griega. Dicen algunas fuentes que Alejandro fue un hábil cantante e intérprete de la cítara. Esta estricta educación no impidió que el niño recibiera afecto familiar. Su abuela paterna (llamada Eurídice) influyó en los primeros catorce años de Alejandro. Fue así como gracias a su madre y su abuela el joven creció en medio de las historias relativas a sus antepasados: Heracles, Aquiles y demás héroes griegos. De esta manera se inculcó en el joven el culto al honor y el amor por la gloria. Así nació en Alejandro el sueño de emular a los semidioses y dioses griegos, y de este modo alcanzar igualmente la fama inmortal. Esto permitió que asumiera con entereza el rudo entrenamiento al que era sometido por parte de Leónidas y demás preceptores, pues para lograr sus sueños Alejandro debía ser el mejor en todo, e inclusive superar a sus propios maestros. El vigor físico que adquirió gracias a este severo entrenamiento es histórico. Cuando Alejandro terminó su instrucción básica, se le propuso participar en los juegos olímpicos. Como entre su madre y su abuela paterna le inculcaron al pequeño Alejandro una ética homérica, éste se negó, debido a que sólo estaría dispuesto a enfrentarse contra reyes.
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Para fortalecer su educación su padre escogió a Aristóteles como preceptor de Alejandro. En Mieza se acondicionó una escuela para tal fin. Aristóteles enseñó al joven príncipe retórica y literatura, y estimuló su interés por la ciencia, la medicina y la filosofía, además de la virtud del razonamiento basado en la lógica que tanto le sirvió en sus posteriores campañas. Aristóteles le enseñó también la virtud de la prudencia, virtud de la que Alejandro hizo gala toda su vida. Las enseñanzas duraron entre tres y cuatro años. Fue en esta escuela donde Alejandro conoció a la mayoría de sus amigos más íntimos con quienes tuvo un apego profundo, como lo refleja la amistad con Hefestión, Ptolomeo y Harpalo. Una vez culminados sus estudios superiores (probable-mente a la edad de quince años), Alejandro ingresó en el ejército. Alejandro gozaba de las simpatías de los soldados y oficiales con anterioridad a su designación como escudero real. Para ese entonces, Alejandro había logrado prestigio gracias a su popular doma de Bucéfalo, el magnífico semental de guerra. Se ignora la fecha exacta en que el príncipe logró su hazaña. Se cuenta que aún era un niño cuando pudo domar el bronco caballo. Trajeron a Bucéfalo para venderlo a su padre en trece talentos y, al intentar montarlo, se mostró enteramente indómito. Esto desagradó a Filipo, y dio orden de devolverlo, pero Alejandro, que se encontraba en el lugar, dijo: “Qué caballo desaprovechan, sólo por no tener resolución para domarlo...” “Yo lo podría manejar mejor que nadie”. Al escucharlo, su padre le dijo: “Si no lograras tu intento, ¿cuál ha de ser el castigo de tu temeridad?” Con gran confianza contestó Alejandro: “Pagaré el precio del caballo”. Todos se rieron. Alejandro tomó el caballo por las riendas, le pasó después la mano y le halagó por un momento, se quitó poco a poco el manto, y de un salto montó en él sin dificultad. Sin castigarlo ni tocarlo lo conservó quieto. Cuando vio que no ofrecía riesgo le soltó la rienda y lo montó con facilidad y soltura; todos los presentes lo aclamaron. Al bajar de Bucéfalo su padre le dijo: “Hijo mío, busca un reino igual a ti, porque Macedonia te queda pequeña”. Fue la primera ocasión en que Alejandro logró lo que los expertos consideraban imposible. Ya se empezaba a ver a Alejandro como el digno sucesor de Filipo. También se comenta su inquietud al ver que su padre conquistaba grandes territorios: temía que no le dejara ninguno por conquistar. La disciplina del ejército macedónico era férrea. Alejandro, acostumbrado al rigor de Leónidas, se desempeñó de manera impecable como guardia real. Su debut como guerrero es lo máximo de la hazaña de un soldado: Alejandro salvó la vida de su general. Filipo recibió un golpe, cayó y se fingió muerto; el joven cubrió con su escudo el cuerpo de su padre y mató a los hombres que lo atacaron. Semejante hazaña incrementó la admiración de Filipo hacia su hijo.
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Cuando su padre marchó a luchar a Tracia lo designó regente de Macedonia. Alejandro tendría unos dieciséis años. Los medos, al ver que un jovenzuelo estaba a cargo del trono, se rebelaron. Al frente del ejército de reservas con que contaba, Alejandro se enfrentó y derrotó a los rebeldes, su primera proeza como general y estadista. Como precedente de lo que en el futuro haría, el joven regente de Macedonia fundó su primera ciudad: Alejandrópolis. El rey lo recompensó confiándole la reconquista de algunas plazas rebeldes en el sur de Tracia, en la que resultó triunfante. Filipo ordenó a Alejandro que preparara su ejército para una campaña contra los atenienses. Para no prevenirlos, el rey divulgó que pensaba atacar a los ilirios. Éstos se creyeron el cuento y atacaron primero. Alejandro se vio obligado a expulsarlos del norte de Macedonia. Esta nueva campaña (la tercera) se vio igualmente coronada por la victoria. Alejandro tendría unos diecisiete años cuando la batalla de Queronea (338 a.C.) contra la coalición tebano-ateniense. Alejandro, quien para ese entonces tendría como máximo dieciocho años, fue el encargado de hacer frente a la invencible Hueste Sagrada. Encabezó una furiosa carga de caballería contra el batallón sagrado, demostrando ser el mejor comandante de caballería del mundo. Para establecer las condiciones del vencedor, Filipo envió a Alejandro a Atenas. El carisma de Alejandro sedujo a los atenienses, quienes le rindieron todo tipo de honores y le concedieron la ciudadanía. La estrecha amistad que unía a Alejandro con su padre empezó a deteriorarse. Alejandro, junto a su madre, abandonó Macedonia. Instaló a Olimpia en el Epiro y se dirigió a Iliria. Un amigo de Filipo (Demarato de Corinto) visitó a Alejandro en Iliria. Poco después padre e hijo se reconciliaban. Durante las fiestas de la boda de su hija Cleopatra con el rey Alejandro de Epiro, hermano de Olimpia, y ante todos los presentes, el comandante de la guardia real, llamado Pausanias, asesinó a Filipo. En el año 336 a.C. el ejército aclamó a Alejandro como nuevo rey; apenas tenía 20 años cuando ascendió al trono de Macedonia y se suponía que era inexperto. Se encontró rodeado de enemigos y se vio amenazado por una rebelión en el extranjero. Encargó a su maestro Aristóteles que investigara el asesinato de su padre y ordenó la ejecución de todos los conspiradores y enemigos nacionales, contrariando las voces de sus allegados, que le aconsejaban indulgencia. Alejandro prometió públicamente que haría realidad el sueño de su padre, conquistar Asia. No fue un juramento en vano. El cumplimiento de la palabra empeñada por Alejandro III, rey de Macedonia, fue un aporte colosal para la humanidad.
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Uno de sus primeros pasos como monarca fue la pacificación de las tribus bárbaras del norte y el oeste de Macedonia (335 a.C). Pensando que Alejandro había muerto en Iliria se formó una coalición griega, encabezada por Tebas. Alejandro marchó sobre Tebas, que se había sublevado. Tomó la ciudad por asalto y arrasó sus edificios, respetando sólo los templos y la casa del poeta Píndaro. La rapidez de Alejandro en reprimir la sublevación de Tebas facilitó la inmediata sumisión de los otros estados griegos. Con ello demuestra ya una de las más sobresalientes particularidades de su carácter: lo que inicia, lo ejecuta hasta el fin con inflexible voluntad. Que Alejandro una vez entronizado perdonara y hasta protegiera a su único hermanastro varón fue algo único en la historia de Macedonia. Nos habla de sus dones humanos de espiritualidad interior y de generosidad. Esto es lo verdaderamente soberbio en él, y lo que le hace ganar hasta la simpatía de sus enemigos. Después marchó sobre Persia; con un ejército de 32,000 hombres de a pie y 5,200 de caballería cruza el Helesponto. Alejandro lanzó una jabalina y se declaró señor de Asia. En 334 a.C. logra la victoria sobre el ejército occidental persa a orillas del río Gránico y luego conquista partes de Asia Menor (Tesalia, Halicarnaso). Un año después llegó a Frigia, donde en Gordión cortó con su espada el “nudo gordiano” que sujetaba el yugo a la lanza del carro del rey Gordio y que, según el vaticinio, daría el dominio de Asia a quien fuese capaz de deshacerlo. Con ello, Alejandro confirmó sus pretensiones de dominio universal. Durante las batallas Alejandro estaba siempre en los lugares de mayor peligro. Cruzó el Taurus y en Issos derrotó al principal ejército de Darío III. En el 332 a.C. conquista Fenicia y destruye Tiro tras siete meses de asedio. Tomó Jerusalén y penetró a Egipto; es reconocido como faraón e hijo de Amón en Menfis. En el 331 a.C. funda la ciudad de Alejandría; efectúa una reforma administrativa en Egipto y parte hacia Mesopotamia para conquistar Persia. En Gaugamela triunfa sobre un ejército persa muchas veces superior al suyo. Ocupa la capital persa en Susa. En Persépolis (330 a.C.) derrota a otro ejército de Darío y ordena asesinarlo. Alejandro adopta el sello y la diadema del gran rey y manda enterrar solemnemente a Darío, tras lo cual se casó con su hija Estatira. Persia fue vencida. En 326 Alejandro cruza el Indo y avanza hacia el este; vence al rey Poro. Sus soldados no quisieron intentar la conquista de toda la India. Alejandro decide el regreso. Estando en Babilonia, mandó ejecutar a los babilonios rebeldes y se consagró a organizar su enorme imperio. Se casa con Roxana y de esa unión nace póstumamente su único hijo, Alejandro IV. Alejandro enfermó tras un banquete, posiblemente a causa de fiebres tifoideas; aún así fijó la fecha para el inicio de la expedición de Arabia. El 10 de junio, según el calendario macedonio, muere en Babilonia, sin haber cumplido los 33 años. Fue más que un gran guerrero.
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Fue un conductor en el sentido más amplio de la palabra; en persona marchaba a la cabeza, enseñando el camino que su tropa debía seguir. Incansable, siempre era el primero al frente del combate. Por eso la grandeza de este hombre no muere con su acción guerrera: las consecuencias de su ejemplo como soldado y conductor influyeron en la historia del mundo. Por él, el helenismo llega a ser instrumento de la cultura y ciencia oriental, como llegó a ser el cimiento del Imperio Romano. Su figura no se hubiera hecho tan legendaria de no ser por unas dotes personales casi sobre humanas y un espíritu que albergaba un afán de aventura imposible de saciar. Solamente reinó 13 años, pero en este tiempo formó un gran imperio de más de 10 millones de km. Seguramente, como ser humano, tuvo defectos, pero sin lugar a dudas fue uno de los más notables generales y gobernantes de la antigüedad. Ésta es la historia de un joven que se atrevió a luchar por sus sueños, mismos que implicaban alcanzar sólo lo que los dioses y semidioses habían logrado, y que tuvo el coraje y tenacidad para atreverse a intentar lo que expertos y sabios consideraban imposible de hacer. Del joven que inspiró a otros soñadores, hombres y mujeres de todas las razas que siguieron el principio de que lo imposible está en la mente y no en el corazón. “Resulta algo muy bello vivir con honor, y morir dejando detrás una fama perdurable.” Alejandro Magno
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Los Slim fueron inmigrantes libaneses católicos que llegaron a México a principios del siglo XX. En 1902, a la edad de 14 años, el padre de Slim llegó a México, en compañía de su hermano José (13 años mayor), procedentes de Líbano. Ambos fundaron en la Ciudad de México la “Estrella de Oriente”. Su negocio estaba en la calle sexta de Capuchinas número 3638 y como tantos otros comercios del centro de la ciudad se dedicaba a vender mercería, juguetería y otros artículos. Durante la Revolución de 1910, Julián Slim asumió los riesgos y adquirió propiedades iniciando un próspero negocio de bienes raíces. En 1914, doce años después de la inauguración del negocio, Julián adquirió las acciones de su hermano, en un monto equivalente a los 30,000 pesos. El padre de Carlos sabía su trabajo al derecho y al revés. Y tenía normas muy claras: “vender mucho y a bajos precios”, “contar con efectivo para aprovechar oportunidades”, “no dividir las comisiones” e “invertir a largo plazo”. Y así comienza el crecimiento empresarial de la familia Slim. En 1921 la “Estrella de Oriente” se extiende a ocho propiedades, de las que cinco ocupan un importante porcentaje de una manzana frente a Palacio Nacional. Carlos Slim Helú nació en la Ciudad de México en 1940. El padre de Carlos Slim, Julián, fue una figura clave en la formación del magnate, pues inculcó en su hijo la disciplina para los negocios. Según cuentan sus hermanos, Carlos aprendió a leer y a escribir haciendo sumas mentales y anotando ideas en su cuaderno. No pasaba un día sin que anotara algún movimiento en su cartera. Los domingos el pequeño Carlos ponía una tiendita debajo de la escalera de su casa y vendía dulces a sus primos y hermanos. Después, hacía con su padre las cuentas de las ganancias del negocio y de lo que se le había entregado en la semana para que invirtiera o pagara sus pequeños gastos. Mientras sus hermanos jugaban, Carlos Slim, ya a los diez años, iba con su padre a la tienda familiar “Estrella de Oriente” para ayudar con los libros de contabilidad de pasta dura que aún mantiene. Pronto mostró su precocidad financiera: a los 12 años hizo sus primeras transacciones, a los 15 ya tenía 44 acciones de Banamex (Banco Nacional de México) y un capital propio de más de $5,000, los que en un término de dos años multiplicó seis veces. En 1957, antes de ingresar a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde se recibió de ingeniero civil, su cartera era de $31, 900. 26. Desde un principio contó con el apoyo de su familia, no sólo en lo material, sino en la formación y en el ejemplo. Poco después de cumplir los 20 años se casó con Soumaya Domit Gemayel, hija del magnate Michael Domit. El sacerdote que ofició la ceremonia fue el padre Marcial Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo. Casados bajo la tradición libanesa, los muchachos recibieron de sus padres, como patrimonio, un terreno en la
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colonia Polanco, y algo de dinero. Carlos Slim no le construyó a su esposa una casa lujosa, sino que la hizo socia de un edificio de 20 apartamentos en el terreno recibido. La familia vivía en uno de ellos y rentaba cuatro. Los otros 15 fueron vendidos. En 1964 fundó Inversora Bursátil; ahí aprendió a analizar empresas y a estudiar a fondo la información de las compañías industriales, comerciales y financieras activas en el mercado. Para 1965 era dueño de una embotelladora, una constructora y una compañía inmobiliaria. A los 26 años, Carlos Slim registró la Inmobiliaria Carso. A mediados de los años sesenta, Slim tenía levantados los dos pilares sobre los que construyó su futuro: la Inmobiliaria Carso y la casa de bolsa Inbursa. Durante una década combinó el negocio inmobiliario y el de la construcción con exitosas incursiones en la bolsa de valores. Su estilo informal y despreocupado chocaba con el ambiente elitista de la Bolsa. Cuenta una anécdota que en 1973, Slim fue invitado a salir del edificio de la Bolsa por no llevar corbata. De 1965 a 1969 adquirió condominios y terrenos en diversas partes de la Ciudad de México con una superficie de más de un millón de metros cuadrados. En los años setenta la carrera del inversionista tomó un gran impulso, en 1970 compró la refresquera Jarritos del Sur; en 1976 compró Galas, imprenta que manufacturaba envolturas para los paquetes de Cigarrera La Moderna. Este negocio le abrió las puertas para la primera gran inversión de su vida: la adquisición de Citagam, la empresa cigarrera más importante de México. Entre 1981 y 1989, Slim se lanzó a una febril jornada de adquisiciones y agregó al portafolio de Carso nueve empresas, entre las cuales se encontraba Seguros de México, comprada por 55 millones de dólares. Durante 1982, cuando la combinación de la caída de los precios del petróleo y el déficit público llevó a la economía mexicana al borde del colapso y nadie quería invertir en México, Slim adquirió Reynolds Aluminio, Sanborns, Nacobre, Luxus, Euskadi, General Tires y Condumex, Artes Gráficas Unidas, Fábricas de Papel Loreto y Peña Pobre, Personalite y FRISCO y Bicicletas de México, entre otras; compañías que después consolidaría en su grupo Carso, el conglomerado industrial más importante de América Latina. Al preguntársele por qué compró, la respuesta de Slim fue: “Aquí vivo, aquí nací, de aquí soy, es el lugar donde murieron mis padres, viven mis hijos, éste es el país de donde soy. ¿Por qué habría de ir a otro lado?” En otro ejemplo de su espíritu nacionalista, a diferencia de otros miembros de la alta burguesía mexicana, ni el propio Slim ni sus hijos obtuvieron grados académicos en universidades de prestigio americanas como Harvard o Stanford. El consorcio, Grupo Carso (por la unión de su nombre Carlos y el de Soumaya, su esposa, quien murió de una insuficiencia renal en el 2000, después de más de 40 años de matrimonio), creció tanto que fue necesario convertirlo en una empresa pública. Hasta ese momento actuaba audazmente, pero nada comparado con la audacia que mostró durante la privatización de Telmex en 1990. Antes de su venta, la empresa presentaba rezagos técnicos y humanos. Teléfonos de México era una empresa paraestatal enorme. El gobierno de Carlos Salinas de Gortari puso en venta la empresa a través de
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una controvertida subasta que generó uno de los mayores escándalos de su gobierno. En noviembre de 1990, el consorcio encabezado por Carso junto con Bell International Holding Co., France Cable & Radio y varios empresarios mexicanos, ganó la licitación para privatizar Teléfonos de México. Adquirió el 5.17% de la empresa. En los años que Telmex lleva privatizada, ha pasado de ser el tambaleante monopolio controlado por el Estado a convertirse en el principal valor de América Latina que cotiza en bolsa, con una capitalización de mercado de más de 50,000 millones de dólares. La habilidad de Carlos Slim de descubrir un buen negocio tampoco se ha restringido a la economía mexicana. En 1997 compró cerca del 3% de Apple Computer, justo antes del retorno de Steve Jobs a la compañía. Un año después, y tras la introducción de la computadora iMac, la cotización de las acciones de Apple había subido de 17 a 100 dólares. En el año de 1997 adquirió Prodigy, un proveedor estadounidense de servicios de Internet. Pagó 800 millones de dólares en la compra del 85% de las acciones de la norteamericana CompUSA, una cadena de tiendas de informática en decadencia, que pretende transformar en un proveedor de soluciones integrado. Además su incursión en la era digital se encuentra marcada por la asociación que formó con Bill Gates, propietario de Microsoft, al crear el portal T1MSN; esto le permitió construir un imperio en la vanguardia de lo que denomina la nueva civilización. Uno de los proyectos más importantes de Slim acercará al Laboratorio de Medios del MIT (Media Lab) con América Latina. Durante cinco años, el centro de investigaciones buscará desarrollar nuevas tecnologías de información adecuadas para Latinoamérica, la formación de especialistas en el desarrollo de esas tecnologías, la transferencia de conocimientos y el combate a la pobreza. Sus negociaciones no sólo se mantienen en México. Este hombre, que ha creado un gran imperio empresarial, ha extendido su dominio en países como Brasil, Guatemala y Colombia, ya que es accionista importante de compañías de telecomunicaciones de estos países. Muchas de sus adquisiciones se han realizado conjuntamente con SBC, que posee el 7.5% de Telmex. SBC también tiene una participación del 20% de Bell Canadá, la compañía holding de BCI, y los tres socios constituyen juntos un poderoso grupo. No todo ha sido miel sobre hojuelas. Dos de los socios de COC Services, Roger Cunningham y Lawrence Mc Bride, denunciaron a Slim por haberse confabulado con un tercer socio, James Halpin, para sacarlos del negocio. La corte civil 116 de Dallas, Texas, le impuso una multa por 454.5 millones de dólares. Pero un juez tejano redujo la multa a 121.5 millones de dólares, 31.5 millones en daños reales y otros 90 millones en costos legales a favor de COC Services Ltd., la empresa demandante. Slim ha apelado el segundo veredicto. Aunado a lo anterior, el magnate se defiende en Ginebra ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) donde lo señalan de actividades monopólícas. Dos grandes telefónicas estadounidenses –AT&T y MCI– acusan a Teléfonos de México (Telmex) de mantener una posición excluyente en el mercado de telefonía de larga distancia. Las empresas, sin embargo, ya han llegado a arreglos respecto a los precios de interconexión y las inversiones para prestar este servicio.
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Pero la habilidad financiera de Slim no implicó una vida dedicada a la acumulación. De hecho, aún ahora, con una fortuna que según la revista Forbes puede llegar a 10,800 millones de dólares (lo que lo convierte en el hombre más rico de América Latina y el número 25 en el mundo), Carlos Slim ha tenido y tiene otros intereses. Tiene ambiciones que trascienden al mundo de los negocios. Desde los años ochenta se atrajo la amistad de los intelectuales mexicanos: Fernando Benítez, Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis, Héctor Aguilar Camín, Carlos Payán y el Premio Nobel Octavio Paz. Ligado al arte, su principal afición consiste en acumular las obras de mayor calidad de pinturas y esculturas. El objetivo de Slim es contar con un patrimonio artístico al nivel de los mejores museos europeos. Desde 1994, con la inauguración del Museo Soumaya, abrió al público la exhibición de todo tipo de piezas que había ido coleccionando. Cuenta con la mayor colección de piezas del escultor francés Augusto Rodin, superada sólo por la del museo parisino que lleva el nombre del artista. Su espíritu de servicio puede observarse en la Fundación TELMEX, constituida en 1995, que vino a reforzar y ampliar las actividades que desde hace más de 12 años realiza la Asociación Carso A.C., ambas trabajan conjuntamente en programas permanentes de promoción de la educación, salud, cultura y bienestar social en México. El imperio que Carlos Slim estableció con mucha inteligencia y sumo esmero lo ha convertido en el hombre más rico de América Latina. Su fortuna personal se calcula en 10,800 millones de dólares. Sin embargo, su vida es austera como pocas. Austera y genial porque se la pasa ideando maneras prácticas para mejorar la economía, las empresas y el mundo. La oficina de Carlos Slim no es nada ostentosa, pero se mantiene llena de arte. Sigue haciendo cuentas en cuadernos que siempre lleva consigo. Los saca cuando quiere anotar algo que le ha llamado la atención. En su escritorio no tiene nada parecido a una computadora, lleva los cálculos y las estrategias de su negocio en la cabeza. Cuando requiere un dato o necesita estar enterado de alguna situación, levanta el teléfono y pide la información. Slim maneja sus empresas a la manera tradicional, con una jerarquía familiar. Sus tres hijos administran el Grupo Carso y su filial financiera, Grupo Inbursa. Sus yernos se encargan de las divisiones de móviles y de internet de Telmex. Él continúa a la cabeza de Telmex y se reserva la última palabra en la mayoría de los asuntos. Carlos Slim planifica la entrega en vida de sus compañías a sus hijos y yernos para poder dedicarse a su proyecto de largo plazo: la internacionalización de sus empresas y su nueva pasión, Internet. “La mejor inversión es la que se hace para combatir la pobreza”. Carlos Slim
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A
fines del invierno austral, el 24 de agosto de 1899 nació en Buenos Aires, en la casa de su abuela materna en la calle Tucumán, entre Suipacha y Esmeralda, Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo, hijo de Jorge Guillermo Borges, abogado y profesor de Psicología en inglés, y de Leonor Acevedo. Desciende de criollos, portugueses e ingleses, heredero de dos tradiciones de sus antepasados, una militar y otra literaria: en la primera se destacan el coronel Isidoro Suárez, bisabuelo materno que dirigió una famosa carga de caballería que decidió la batalla de Junín, el coronel Francisco Borges, abuelo paterno fallecido en la batalla de La Verde (1874), y Francisco Narciso de Laprida, presidente del Congreso de Tucumán y firmante del acta de independencia de su país. Por eso, desde pequeño lamentó que su corta vista y escasa salud lo hubieran alejado de su futuro militar. En la tradición literaria se encuentran el poeta romántico Juan Crisóstomo Lafinur y Edward Young Haslam, bisabuelo paterno que editó en Argentina uno de los primeros periódicos ingleses, el Southern Cross. En 1901, tras el nacimiento de su hermana Norah, la familia decide mudarse a una casona en la calle Serrano 2135 de Palermo, por aquel entonces un barrio marginal de inmigrantes y cuchilleros; barrio en el que Borges con el paso del tiempo decidirá su vocación literaria. La férrea disciplina impuesta por su madre lo condenó a observar el barrio desde detrás de la cerca. Su padre lo inició en un mundo maravilloso de letras en la amplia biblioteca dentro de su propia casa. Georgie, como era llamado en casa, creció en el bilingüismo y aprendió a leer en inglés antes que en español por la influencia en el hogar de la abuela paterna Fanny, oriunda de Northumberland, Inglaterra. En 1905 el pequeño Jorge Luis toma sus primeras lecciones de inglés con una institutriz británica, Miss Tink. Tenía apenas seis años cuando dijo a su padre que quería ser escritor. A los siete años escribe en inglés un resumen de la mitología griega; a los ocho, “La visera fatal”, un ejercicio escolar sobre un tema de El Quijote; a los nueve traduce del inglés, “El príncipe feliz” de Oscar Wilde. En 1909 ingresa a cuarto grado de la escuela primaria, donde soporta las burlas de sus compañeros debido a sus lentes y la indumentaria estilo Eton con que lo envían a clase. Su padre, por graves problemas de la vista, se jubila en 1914 y emprende con la familia un viaje a Europa para someterse a un tratamiento oftalmológico. Después de recorrer Londres y París, antes de que estalle la Primera Guerra Mundial, se establecen en Ginebra (Suiza). En esta ciudad el joven Jorge Luis cursa tres años de bachillerato en el Lycée Jean Calvin y estudia francés y alemán, idiomas que le permiten ampliar sus lecturas y descubrir a los prosistas del realismo francés y a los poetas del expresionismo y del simbolismo, especialmente Rimbaud, mientras descubre a Schopenhauer y Nietzsche, a Carlyle y a Chesterton.
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En esa época escribió algunos poemas en francés y su primera publicación registrada es una reseña de tres libros españoles escrita en francés para ser publicada en un periódico ginebrino. Desde Ginebra la familia visita brevemente Milán y Venecia. Poco después de la muerte de su abuela materna, se traslada en 1919 a Lugano (Italia) y más tarde a España, residiendo sucesivamente en Barcelona, Mallorca, Sevilla y Madrid. En esta época Borges escribe dos libros que no conocerían la imprenta: “Los naipes del tahúr” y los poemas de “Los ritmos/ o himnos/ o salmos/ rojos, un impulsivo canto a la reciente revolución soviética”. En Sevilla se relaciona con los poetas del movimiento ultraísta. Comienza a colaborar con las revistas Ultra, Hélices y Cosmópolis y publica su primer poema conocido, “Al mar”. En Madrid, Borges frecuenta las tertulias del escritor andaluz Cansinos-Asséns en el café Colonial. Allí también, y en el café Pombo, conocerá a Valle Inclán, Gómez de la Serna, Gerardo Diego y Guillermo de Torre y formará parte del movimiento ultraísta que habría de encabezar en Argentina. Los Borges regresan a Buenos Aires en 1921. Ya sin los barrotes de la reja del jardín de su infancia, ni las distancias que el exilio europeo había impuesto, Borges salió a caminar por la ciudad. Redescubre su ciudad natal, sobre todo los suburbios del Sur; así comienza a dar forma a la mitificación de los barrios suburbanos, donde asentará parte de su constante idealización de lo real. Convocó a un grupo de amigos que compartían su inclinación vanguardista; el primo Guillermo Juan, Eduardo Gonzales Lanuza, Norah Lange y Francisco Piñero. Por las noches, brocha en mano, estampaban en las calles céntricas la renovadora palabra ultraísta. Con ese mismo grupo, al que se sumó Macedonio Fernández, fundó al año siguiente la revista Proa, cuyo nombre representa esa vocación suya de abrir caminos. Allí se consolidó su admiración por Macedonio, el cual lo atraía por su pausada e inteligente conversación, su humor metafísico y sus convicciones idealistas. Antes de emprender su segundo viaje a España, a los veinticuatro años de edad, el joven poeta edita su primer libro: Fervor de Buenos Aires. Instalado definitivamente en su ciudad natal a partir de 1924, publicará algunas revistas literarias y con dos libros más, Luna de enfrente e Inquisiciones, establecerá ya en 1925 su reputación de jefe de la más joven vanguardia. Un año después publica el libro de ensayos El tamaño de mi esperanza. El fervor de Borges por la argentinidad no conoce mesura en el énfasis. En 1928 publica el ensayo “El idioma de los argentinos”, no incluido en sus Obras completas. Borges da a conocer un nuevo libro de poemas, Cuaderno San Martín (1929), que ganó el II Premio Municipal de Poesía de Buenos Aires. Aparece en 1930 “Evaristo Carriego”, una suerte de fantasiosa biografía de un poeta menor de Buenos Aires. En 1931 conoce a la mecenas Victoria Ocampo que funda la famosa revista Sur, en la que Borges se desempeñará como colaborador desde los primeros números y donde publicará reseñas bibliográficas, críticas cinematográficas, ensayos y,
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más adelante, poemas y cuentos. Es por esta época cuando conoce a Adolfo Bioy Casares, uno de sus más cercanos amigos, con quien firmará en colaboración numerosos libros y desarrollará diversas actividades literarias. Un nuevo libro de ensayos, Discusión, aparece en 1932. Al año siguiente comienza a dirigir junto a Ulises Petit de Murat el suplemento literario del diario Crítica, la “Revista Multicolor de los Sábados”, donde aparecen entre 1933 y 1934 los relatos que integrarán Historia universal de la infamia (1935). Esta colección contiene el famoso relato “Hombre de la esquina rosada”, donde de alguna manera Borges sigue perfilando el mítico Buenos Aires iniciado en “Evaristo Carriego”. Inicia en 1936 una importante serie de colaboraciones en El Hogar, donde publicará quincenalmente gran cantidad de reseñas bibliográficas, biografías sintéticas de escritores y ensayos. Este año se publican los ensayos de “Historia de la eternidad”, donde el autor indaga sobre la metáfora. Para la editorial Sur traduce A Room of One´s Own, de Virginia Woolf. En 1937 con ayuda de su amigo, el poeta Francisco Luis Bernárdez, Borges consigue un empleo en la biblioteca municipal Miguel Cané, del barrio de Almagro, donde cataloga libros y, en sus ratos libres, se dedica a leer y a escribir sus primeros cuentos. Publica Antología clásica de la literatura argentina, escrita en colaboración con Pedro Henríquez Ureña. Traduce otra novela de V. Woolf, Orlando, que también editará Sur. En febrero de 1938 muere su padre después de un ataque de hemiplejía. Borges sufre un accidente, al golpearse la cabeza con una ventana, que le produce una septicemia y debe ser internado; al reponerse escribe su famoso cuento “Pierre Menard, autor del Quijote” (1939), que aparece en Sur. En parte por el accidente, comienza a perder totalmente la vista, escasa desde su juventud. Junto a Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo compila la “Antología de la literatura fantástica” en 1940 y, al año siguiente, la Antología poética argentina. Publica también su libro de narraciones El jardín de senderos que se bifurcan, con el que gana el Premio Nacional de Literatura. Aparece en 1942 Seis problemas para don Isidro Parodi, en colaboración con Bioy Casares. Su libro Ficciones (1944), que recoge los cuentos de El jardín de senderos que se bifurcan y agrega otros bajo el título de “Artificios”, es premiado por la Sociedad Argentina de Escritores con el Gran Premio de Honor. En 1946, por firmar algunas declaraciones antiperonistas, se ve obligado a renunciar a su empleo en la biblioteca Miguel Cané al ser designado (sarcásticamente) “inspector de mercados de aves de corral”. Su madre y su hermana, antiperonistas, sufren detención policial. Para obtener algunos ingresos con qué sustentarse, Borges se ve obligado a dictar conferencias en Buenos Aires y, más tarde, en Uruguay y diversas provincias de Argentina. Es nombrado director de la revista Anales de Buenos Aires. En 1949 publica El Aleph, uno de sus más importantes libros de narrativa y que para la crítica es casi unánimemente su mejor colección de relatos.
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En 1950 la Sociedad Argentina de Escritores lo nombra presidente, cargo que desempeña hasta 1953. Borges ocupa la cátedra de literatura inglesa en la Asociación Argentina de Cultura Inglesa. Se acentúa su interés por la antigua literatura anglosajona. Publica Aspectos de la literatura gauchesca. Un año después se edita en París la primera traducción francesa de su narrativa, Fictions; en México, Antiguas literaturas germánicas; en Buenos Aires, una antología de textos ya editados bajo el título de La muerte y la brújula. En 1952 aparecen los ensayos: “Otras inquisiciones” y en 1953 publica “Martín Fierro” (con Margarita Guerrero) y en Francia “Labyrinths”. Tras el derrocamiento del gobierno de Juan D. Perón (1955), Borges es elegido director de la Biblioteca Nacional. Ese mismo año también es nombrado miembro de la Academia Argentina de Letras. Un año más tarde, será nombrado catedrático titular en la Universidad de Buenos Aires. Recibe el Premio Nacional de Literatura y un Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Cuyo. En la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires dicta una cátedra de literatura inglesa. Desde esta fecha los médicos oftalmólogos le prohíben la lectura y pasa a depender de su madre y de sus amigos, que gustosamente se prestan a tareas de amanuense. Con Margarita Guerrero publica en 1957 el Manual de zoología fantástica, en México. En 1960 su obra es valorada universalmente como una de las más originales de América Latina. Aparece El hacedor, colección de textos breves y poemas dedicada a Leopoldo Lugones, destacado poeta modernista argentino y teórico del golpismo militar. A partir de entonces se suceden los premios y las consideraciones. En 1961 comparte con Samuel Beckett el Premio Fomentor, otorgado por el Congreso Internacional de Editores. Este premio relanza decisivamente el conocimiento universal de la obra de Borges. Este año Borges es traducido a cinco idiomas. Es condecorado por Francia como Comendador de las Artes y las Letras. El Gobierno italiano le concede el título de Commendatore; visita por primera vez E.U.A. Un año más tarde recibe en Buenos Aires el Gran Premio del Fondo Nacional de las Artes. En compañía de su madre viaja por tercera vez a Europa en 1963, y ofrece conferencias en Inglaterra, Escocia, Francia, Suiza y España. En 1964, la famosa revista literaria Cahiers de L´Herne le dedica un número monográfico de homenaje dedicado a su obra, con ensayos de críticos de diversos continentes. Publica la colección poética “El otro”, el mismo. Invitado por el Congreso Por la Libertad de la Cultura, Borges visita la República Federal Alemana, en compañía de María Esther Vázquez.
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La UNESCO lo invita a la celebración del homenaje a Shakespeare, en París. Viaja después a Inglaterra, Estocolmo y Copenhague. De regreso a Argentina pasa por España para conocer Santiago de Compostela. Al año siguiente visita Perú en compañía de María Esther Vázquez. Recibe varias condecoraciones: la insignia de caballero de la muy distinguida Orden del Imperio Británico; la Medalla de Oro del IX Premio de Poesía de la ciudad de Florencia; la Orden del Sol del Gobierno de Perú. Viaja también a Colombia y a Chile. Edita un libro de letras de milongas, Para las seis cuerdas. El 21 de septiembre de 1967 contrae matrimonio con Elsa Astete Millán, una ex novia de su juventud, que acababa de enviudar, de quien se separará tres años después. Es profesor invitado de la universidad estadounidense de Harvard y da conferencias en distintos ámbitos académicos. Participa en Santiago de Chile en el Congreso de Intelectuales contra el Racismo, en 1968. Publica Nueva antología personal. En 1969 da a conocer Elogio de la sombra, su quinto libro misceláneo de prosa y de poesía. En 1970 publica El informe de Brodie, un libro de relatos de los que Borges sostiene que quieren distraer y conmover y no persuadir. En Brasil recibe el Premio Literario Interamericano. Un año después Borges viaja por E.U.A. y Europa. Recibe el Premio Jerusalén, además es nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Oxford. Publica El congreso. En 1972 edita el volumen de poemas El oro de los tigres. Septuagenario ya, Borges afirma entonces que descree de las escuelas literarias. En 1975 fallece su madre, Leonor Acevedo, a los noventa y nueve años. Publica La rosa profunda, volumen de poesía, y “El libro de arena”. Borges es nombrado director de la colección “Biblioteca de Babel”. María Kodama se convierte en su secretaria y la acompañante de sus viajes. Con setenta y siete años de edad, el autor argentino publica La moneda de hierro, que contiene versos y prosa, poemas donde vislumbra, pesimista como siempre, el vacío de la existencia. En 1977 Borges viaja de nuevo a Europa. Recibe un Doctorado Honoris Causa por la Sorbona. Se publica Historia de la noche, libro de poemas dedicado a la memoria de su madre y a María Kodama. Borges recibe la Medalla de Oro de la Academia Francesa y la Orden del Mérito de la República Federal Alemana en 1979. Visita Japón. En 1980 recibe en España el Premio Cervantes, junto con Gerardo Diego. Publica los ensayos del ciclo de conferencias “Siete noches”, donde descubre asuntos íntimos de su alma como la pesadilla, la poesía o la ceguera. Borges recibe un Doctorado Honoris Causa por Harvard en 1981. Publica el libro de poemas La cifra. En 1982 estalla la guerra entre Argentina e Inglaterra por la posesión de las islas Malvinas. Borges ridiculiza el hecho escribiendo que la lucha es similar a “la de dos calvos peleándose por un peine”. Ese año, Borges comienza a formular críticas públicas a la junta militar que gobernaba Argentina. Aparece “Nueve ensayos dantescos”, digresiones metanarrativas sobre La Divina Comedia. El 27 de marzo de 1983 publica en el diario La Nación de Buenos Aires el relato “Agosto 25,
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1983”, en que anuncia su suicidio para esa fecha. Tiempo después se le preguntó por qué no se había suicidado en la fecha anunciada y contestó simplemente: “Por cobardía”. Ese mismo año la Academia sueca otorga el Premio Nobel a William Golding; uno de los académicos denuncia la mediocridad de la elección. Todos siguen preguntándose por qué Borges es sistemáticamente soslayado. En su última visita a España, Borges recibe la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio y participa en los cursos de la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo. En 1984 publica Atlas, ensayo y poesía, en colaboración con María Kodama, libro casi descriptivo de las vivencias de los viajes de la pareja. Un año después publica su último libro, Los conjurados. Jorge Luis Borges muere en Ginebra, Suiza, el 14 de junio, poco después de celebrar su matrimonio con María Kodama. Es sepultado en el cementerio de Pleinpalais. La timidez y la amenaza de unos ojos débiles acompañaron a Borges a lo largo de su vida. Éstos no fueron obstáculos para que este escritor argentino se consagrara como una de las figuras prominentes de las literaturas latinoamericana y universal. Borges creó un mundo fantástico, metafísico y totalmente subjetivo. Su obra ha despertado la admiración de numerosos escritores y críticos literarios de todo el mundo. Describiéndose a sí mismo, el autor escribió: “No soy ni un pensador ni un moralista, sino sencillamente un hombre de letras que refleja en sus escritos su propia confusión y el respetado sistema de confusiones que llamamos filosofía, en forma de literatura”. Su cosmopolitismo le permitió sentir que las nacionalidades son barreras ficticias. Borges es un maestro del lenguaje. Logra darles a todos sus escritos ese toque de fantasía, de verdad, de interés que nosotros como lectores necesitamos para impulsarnos a terminar de leer. Borges buscaba en las letras la evidencia de un orden y un sentido. “Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón.” Jorge Luis Borges
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Karol Józef Wojtyla, conocido como Juan Pablo II desde su elección al Papado el 16 de octubre de 1978, nació en Wadowice, una importante ciudad y centro industrial a 50 km de Cracovia, en el sur de Polonia, el 18 de mayo de 1920. Era el segundo de los dos hijos de Karol Wojtyla y Emilia Kaczorowska. Su padre, sastre de profesión, ingresa en el año 1900 con rango de oficial en el ejército austrohúngaro. Luego del desmembramiento del Imperio de los Habsburgos, finalizada la Primera Guerra Mundial, y del cual Polonia formaba parte, ingresa en el recién constituido ejército de Polonia, con rango de teniente. Se retira del ejército en 1927. Su madre era una joven silesiana de origen lituano, mujer de hogar y maestra de escuela; su hermano Edmund era catorce años mayor que él. Los padres de Karol Wojtyla lo bautizaron a los pocos días de nacer en la Iglesia de Santa María de Wadowice; la ceremonia fue oficiada el 20 de junio por el capellán militar P. Franciszek Zak. Vive su infancia y juventud con sus padres en Wadowice, en la Calle Rynek 2 (hoy Vía Koscielna 7, apartamento 4 ). Al pequeño Karol le llamaban de cariño “Lolek o Lolus”. Fue un acólito piadoso. Inicia sus estudios en la Escuela Primaria de Wadowice, luego pasa a la Escuela Intermedia Marcin Wadowita. Obtiene calificaciones sobresalientes en todas las materias. A los 9 años hizo la Primera Comunión y recibió un duro golpe: el fallecimiento de su madre al dar a luz a una niña que murió antes de nacer. En junio de 1930 ingresa a la secundaria estatal Marcin Wadowita. Durante sus años en la secundaria sus compañeros lo eligen, en dos ocasiones, presidente de la rama estudiantil de la organización católica Sodalicio Mariano. Debuta en su primer recital en el teatro de la secundaria en Wadowice. Hace su primera peregrinación al Santuario de la Virgen de Jasna Gora, Reina y Patrona de Polonia, en Czestochowa (Monte Claro). Muere su hermano mayor Edmund, siendo médico, contagiado de escarlatina, y participa de las prácticas y ejercicios de la unidad de Adiestramiento Militar de Hermanice. Durante su juventud practica el esquí y se aficiona a las excursiones por el campo. Además, el futuro pontífice mostró una gran inquietud por el teatro y las artes literarias polacas. Tanto, que aún en el colegio pensaba seriamente en la posibilidad de continuar estudios de filología y lingüística polaca, pero un encuentro con el cardenal Sapieha durante una visita pastoral le hizo considerar seriamente la posibilidad de seguir la vocación que tenía impresa en el corazón: el sacerdocio. En mayo de 1938 recibe el Sacramento de la Confirmación. Terminados los estudios de enseñanza media en la escuela Marcin Wadowita de Wadowice, solicita y es admitido para proseguir estudios universitarios en la Facultad de
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Filosofía (filología polaca) de la famosa Universidad Jaguelloniana de Cracovia. Se traslada junto con su padre a Cracovia, donde se hospedan en la casa de sus tías, hermanas de su madre, y habilitan el sótano de la casa como apartamento. Asiste a sus clases universitarias y entra a formar parte de la compañía teatral “Studio 38”, círculo teatral fundado por Tadeusz Kudlinski. Estalla la Segunda Guerra Mundial. Con la ocupación de Polonia por parte de las tropas alemanas, hecho ocurrido el 1 de septiembre de 1939, sus planes de estudiar filología se verían definitivamente interrumpidos. Los alemanes cierran las escuelas y las iglesias, persiguen a los sacerdotes, destruyen casas, aniquilan ciudadanos, prohíben el uso de la lengua polaca. Frente a estas circunstancias Karol Wojtyla con un grupo de jóvenes organizaron una universidad clandestina en donde se estudió filosofía, idiomas y literatura. En esta difícil situación, el joven Karol tuvo que trabajar en una cantera y luego en una fábrica química (Solvay), para ganarse la vida y evitar la deportación a Alemania. Ayuda a los trabajadores y les enseña a orar. En sus momentos libres estudia con ahínco y escribe poesía. Según relata el hoy Pontífice, esta experiencia le ayudó a conocer de cerca el cansancio físico, así como la sencillez, sensatez y fervor religioso de los trabajadores y los pobres. También en aquella difícil época Karol se iniciaba en el “teatro de la palabra viva”, una forma muy sencilla de hacer teatro: la actuación consistía esencialmente en la recitación de un texto poético. Las representaciones se realizaban en la clandestinidad, en un círculo muy íntimo, por el riesgo de verse sometidos a graves sanciones por parte de los nazis. Otra importante ocupación de Karol por aquella época era la ayuda eficaz que prestaba a las familias judías para que pudiesen escapar de la persecución decretada por el régimen nacionalsocialista. Poniendo en riesgo su propia vida, salvaría la vida de muchos judíos. En febrero de 1940 conoce a Jan Tyranowski, un hombre de profunda espiritualidad carmelita. Introduce a Karol a los escritos de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Ávila. A principios de 1941 muere su padre y se queda completamente solo. Karol tenía 21 años de edad. Este doloroso acontecimiento marcará una señal importante en el camino de su propia vocación. “Después de la muerte de mi padre” –dirá el Pontífice– poco a poco fui tomando conciencia de mi verdadero camino. Mi vocación sacerdotal tomó cuerpo, como un hecho interior de una transparencia indiscutible y absoluta. “Al año siguiente, en otoño, sabía ya que había sido llamado. Veía claramente qué era lo que debía abandonar y el objetivo que debía alcanzar: “Sería sacerdote”. Es acogido en la casa de la familia de Mieczyslaw Kotlarczyk, fundador de la compañía teatral de la palabra viva, Rapsodyczny (Rapsodia). Habiendo escuchado e identificado con claridad el llamado del Señor, Karol inicia el camino de su preparación para el sacerdocio, ingresando al seminario clandestino de Cracovia, en 1942.
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Debido a las siempre difíciles circunstancias, el hecho de su ingreso al seminario –que se había establecido clandestinamente en la residencia del Arzobispo Metropolitano, futuro cardenal Adam Stepan Sapieha- debía quedar en el más absoluto secreto, por lo que no dejó de trabajar como obrero en Solvay. El 12 de marzo de 1944, cruzando una calle, es embestido por un automóvil; inconsciente, es llevado a un hospital y allí permanece por un tiempo, recuperándose. Años de intensa formación transcurrieron en la clandestinidad hasta el 18 de enero de 1945, cuando los alemanes abandonaron la ciudad ante la llegada del ejército ruso. Tras la Segunda Guerra Mundial, continuó sus estudios en el seminario mayor de Cracovia, nuevamente abierto, y en la Facultad de Teología de la Universidad Jaguelloniana. El 1 de noviembre de 1946, a la edad de 26 años, Karol Wojtyla fue ordenado sacerdote en el Seminario Mayor de Cracovia; recibe las órdenes sagradas en la capilla privada y de mano del Arzobispo Metropolitano Adam Sapieha. Al día siguiente celebra su primera misa en la Cripta de San Leonardo en la Catedral de Wavel. Después de su ordenación sacerdotal es enviado a Roma para completar su Teología. Estudia en la Universidad Pontificia de Roma Angelicum de los padres dominicos y consigue su Doctorado en Teología con la tesis: “El Acto de Fe en la Doctrina de San Juan de la Cruz”. Obtiene Summa cum laude. En ese período aprovechó sus vacaciones para ejercer el ministerio pastoral entre los emigrantes polacos de Francia, Bélgica y Holanda. En 1948 regresa a Polonia. Lo asignan vicepárroco de la Parroquia de Niegowic cerca de Gdów, donde además de cumplir con las obligaciones pastorales propias de la parroquia, asumió la enseñanza del curso de religión en cinco escuelas elementales. Un año después lo asignan a la Parroquia de San Florián en Cracovia. Entre sus nuevas labores pastorales le tocó hacerse cargo de la pastoral universitaria de Cracovia. Semanalmente disertaba (para los jóvenes universitarios) sobre temas básicos que tocaban los problemas fundamentales sobre la existencia de Dios y la espiritualidad del ser humano, temas que era necesario profundizar junto con la juventud en el contexto del ateísmo militante, impuesto por el régimen comunista de turno en el gobierno de Polonia. En 1951, reanuda sus estudios filosóficos y teológicos. En 1953 presentó en la Universidad Católica de Lublin una tesis titulada “Valoración de la posibilidad de fundar una ética católica sobre la base del sistema ético de Max Scheler”. Es nombrado profesor de Teología en la Universidad de Lublin, más tarde pasa a la Universidad de Cracovia, donde interactuó con importantes representantes del pensamiento católico polaco, especialmente de la vertiente conocida como “tomismo lublinense”. Escribe muchos ensayos, artículos y la obra teatral sobre el valor del Sacramento del Matrimonio llamada “El Taller del Orfebre”, que actualmente se ha traducido a muchas lenguas. Sigue ayudando a familias, a trabajadores y promueve el amor a la Virgen María.
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El 4 de julio de 1958 fue nombrado por Pío XII Obispo Auxiliar de Cracovia. Recibió la ordenación episcopal el 28 de septiembre de 1958 en la catedral de Wawel (Cracovia), de manos del arzobispo Eugeniusz Baziak, convirtiéndose en el miembro más joven del Episcopado Polaco. Su labor pastoral como obispo estuvo marcada por su preocupación y cuidado para con las vocaciones sacerdotales. En este sentido, su infatigable labor apostólica y su intenso testimonio sacerdotal dieron lugar a una abundante respuesta de muchos jóvenes que descubrieron su llamado al sacerdocio y tuvieron el coraje de seguirlo. Asimismo, ya desde entonces destacaba entre sus grandes preocupaciones la integración de los laicos en las tareas pastorales. Participó en el Concilio Vaticano II (1962-1965), donde intervino activamente, especialmente en las comisiones responsables de elaborar la Constitución Dogmática sobre la Iglesia Lumen Gentium y la Constitución conciliar Gaudium et Spes. Durante estos años, el entonces obispo Wojtyla combinaba la producción teológica con una intensa labor apostólica, especialmente con los jóvenes, con quienes compartía tanto momentos de reflexión y oración como espacios de distracción y aventura al aire libre. El 13 de enero de 1964 murió Monseñor Baziak, por lo que Wojtyla ocupa la sede de Cracovia como titular. Dos años más tarde, el papa Paulo VI convierte a Cracovia en Arquidiócesis. Su labor como arzobispo se caracterizó por la integración de los laicos en las tareas pastorales, la promoción del apostolado juvenil y vocacional, la construcción de templos a pesar de la fuerte oposición del régimen comunista, la promoción humana y formación religiosa de los obreros, y el aliento del pensamiento y las publicaciones católicas. Es creado cardenal por el papa Paulo VI en 1967. Fue entonces que la Sede Apostólica puso en marcha su conocida Ostpolitik, dando inicio a una importante distensión a las frías relaciones entre la Iglesia y el Estado comunista. El cardenal Wojtyla asume un importante papel en este diálogo, y respondió a esta difícil y delicada tarea con mucho coraje y habilidad. Su postura era la defensa de la dignidad y derechos de toda persona, así como la defensa del derecho de los fieles a profesar libremente su fe. Apoya la causa justa de los obreros polacos, especialmente aboga por la libertad del Sindicato “Solidaridad”, para ir venciendo el tirano yugo del comunismo. Su sagacidad y tenacidad le permitieron obtener también otras significativas victorias: tras largos años de esfuerzos, en contra de la oposición de las autoridades, se pudo inaugurar una iglesia en Nowa Huta, una ciudad piloto comunista. Los muros de esta iglesia se levantaron con más de dos millones de piedras talladas voluntariamente por los cristianos de Cracovia. En 1974 el nuevo cardenal ordenó a 43 nuevos sacerdotes, en la ordenación sacerdotal más numerosa desde que terminó la Segunda Guerra Mundial. En 1975 asiste al III Simposio de Obispos Europeos. Allí se le confía la ponencia introductoria: “El obispo
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como servidor de la fe”. Ese mismo año dirige los ejercicios espirituales para Su Santidad Paulo VI y para la Curia vaticana. Las pláticas que dio en aquella ocasión fueron publicadas en un libro titulado Signo de contradicción. En 1978 muere el papa Paulo VI y es elegido nuevo papa el cardenal Albino Luciani, de 65 años, quien tomó el nombre de Juan Pablo I y que fallece a los 33 días de su nombramiento. El 15 de octubre de 1978, luego de un nuevo cónclave, el cardenal polaco Karol Wojtyla es elegido como el sucesor de San Pedro, rompiendo con la tradición de más de 400 años de elegir papas de origen italiano. El 22 de octubre de 1978 fue investido como Sumo Pontífice, asumiendo el nombre de Juan Pablo II. “No tengáis miedo”: éstas fueron las primeras palabras que S.S. Juan Pablo II lanzó al mundo entero desde la Plaza de San Pedro, en aquella memorable homilía celebrada en ocasión de la inauguración oficial de su pontificado. Desde el inicio de su pontificado ha sido ésta su firme exhortación a confiar en el hombre. Su doctrina está caracterizada por la defensa de los derechos humanos, un progresismo social, la insistencia en una rígida moral sexual y un encendido fervor mariano. Todo esto lo ha expresado en diferentes encíclicas: Redemptor hominis (1979); Divis in misericordia (1980); Slavorum apostoli (1985) y Solicitudo rei socialis (1988), entre muchas otras. El lema del escudo de Juan Pablo II es “TOTUS TUUS”, que significa “TODO TUYO”, como signo de consagración íntegra a la Virgen María. Es el gran defensor de la vida, como lo podemos ver en su encíclica Evangelium Vitae. El primer país que visitó Juan Pablo II fue México, del 26 al 31 de enero de 1979. Quizá muchos jóvenes desconocen los atentados que el Papa ha sufrido: el 6 de noviembre de 1979 un joven italiano llevaba un cuchillo grande para atentar contra el Papa. Fue detenido antes de que lo usara. El 13 de mayo de 1981, al iniciar una audiencia en la Plaza de San Pedro, fue herido de un balazo en el vientre por un turco llamado Alí Agca. En un gesto auténticamente cristiano y de enorme grandeza de espíritu, el Santo Padre se acercó a su agresor recluido en la cárcel para ofrecerle el perdón y constituirse él mismo en un testimonio vivo de que el amor cristiano es más grande que el odio, de que la reconciliación aunque exigente puede ser vivida, y de que éste es el único camino capaz de convertir los corazones humanos y de traerles la paz tan anhelada. Fruto de esta experiencia vivida con un profundo horizonte sobrenatural será su hermosa carta apostólica Salvifici doloris. El 13 de mayo de 1982, cuando el Papa visitó Fátima, en Portugal, un sacerdote católico de nacionalidad española, Juan Fernández, trató de herirlo con una larga bayoneta de fusil. Sin embargo, a partir de que fue intervenido de un tumor en el colon en 1992, su actividad empezó a declinar. El estado de Juan Pablo II es frágil, afectado principalmente por un indisimulable mal de Parkinson que le provoca temblores en la mano izquierda, y otros problemas que se acentuaron desde que se rompió el fémur, en abril de 1994, al resbalarse en el baño.
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Desde el inicio de su pontificado, el papa Juan Pablo II ha realizado 95 viajes pastorales fuera de Italia, y 141 por el interior de este país. Entre sus documentos principales se incluyen: 13 encíclicas, 13 exhortaciones apostólicas, 11 constituciones apostólicas y 41 cartas apostólicas. El Papa también ha publicado dos libros: Cruzando el umbral de la esperanza (octubre de 1994) y Don y misterio: en el quincuagésimo aniversario de mi ordenación sacerdotal (noviembre de 1996). El Papa es un hombre que ha conocido desde dentro los dos sistemas totalitarios que han marcado trágicamente nuestro siglo: el nazismo por una parte, con los horrores de la guerra y de los campos de concentración, y el comunismo, por la otra, con su régimen de opresión y de terror. A lo largo de aquellos años de prueba, la personalidad de Karol fue forjada en el crisol del dolor y del sufrimiento, sin perder jamás la esperanza, nutrida en la fe. Esta experiencia vivida en su juventud nos permite comprender su gran sensibilidad por la dignidad de toda persona y por el respeto de sus derechos, empezando por el derecho a la vida. “¿Cómo puede considerarse rica una sociedad si en su seno numerosas personas carecen de lo necesario para vivir?” Juan Pablo II
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Michael Jeffrey Jordan, considerado el jugador de básquetbol más grande de todos los tiempos, nació el 17 de febrero de 1963, en Brooklyn, barrio negro de Nueva York. Es hijo de James R. y Deloris Jordan. Hasta los dos años de edad Michael vivió en el mismo suburbio junto a sus hermanos James Ronald, Deloris, Larry y Roslyn. En ese tiempo, su padre, quien trabajaba como supervisor en la empresa General Electric, por motivos de su trabajo tuvo que trasladarse a Wilmington, en el estado de Carolina del Norte. Michael creció en una comunidad sin los problemas de segregación del Sur norteamericano. Michael siempre habla con felicidad de aquella época. Jugaba al béisbol, al básquetbol y tenía fama de perezoso en la escuela. Algunas de sus aficiones y sus fobias provienen de ese período. Su fobia por el agua apareció a los ocho años, tras la muerte de un amigo en la playa, arrastrado por la corriente ante los ojos de Michael. En la actualidad no sabe nadar y evita los viajes en barco. Ése fue el ambiente donde el pequeño Jordan comenzó a jugar básquetbol en compañía de Larry, su hermano mayor. Juntos competían uno contra el otro en el patio trasero de la casa y se dice que Larry le enseñó los primeros movimientos. Su primer deporte fue el béisbol. En 1975 comenzó a jugar en Dixie Youth. A los 12 años, Michael recibió el premio “Dixie” al Jugador Joven del Año del estado de Carolina del Norte. Más tarde pasó al club D.C. Virgo Junior High School, donde practicaba básquetbol y fútbol americano. Así, ingresó a la escuela secundaria, donde combinaba sus tiempos libres practicando béisbol junto con el básquetbol, pero teniendo en mente que este último deporte sería, al final, su elección, a pesar de que tenía mejores habilidades para el béisbol. Posiblemente ésta fue la primera gran decisión de su vida, la primera vez que Jordan se planteó un reto: ser mejor en la especialidad que menos dominaba. Ingresó al equipo de la Trask Junior High. Michael era un muy buen guardia anotador, pero demasiado pequeño. Medía 1.58 m y sus tiros a menudo eran tapados por sus rivales, mucho más altos que él. La altura iba a ser uno de sus mayores obstáculos y, a pesar de que su estatura aumentó entre los 12 y los 15 años, muy pronto vivió la que sería la más grande frustración de su vida. En 1978 el director técnico de la Emsley A. Laney High School lo dejó fuera de su reclutamiento. Michael buscó su nombre en el listado, pero no lo encontró. Regresó a su casa y se encerró en su cuarto a llorar. Solo, porque no había nadie. Con la puerta con doble llave. No quería que nadie lo viera de esa manera. Todo lo que quería era jugar en el equipo de la secundaria. Pero el ánimo del jovencito no se derrumbó; se armó de valor y enfrentó al entrenador, le pidió acompañar al equipo y, pese a que el entrenador en un principio se negó, finalmente accedió ante la obstinación del pequeño, aunque su labor sería la de cargar los bolsos del equipo.
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Aunque su frustración creció, Michael con trabajo e insistencia logró poco a poco hacerse de un puesto en el equipo y consiguió ser una figura esencial dentro del equipo de la Laney High School, que en su honor decidió al inicio de la década de los ochenta retirar la camiseta con el número 23. En 1981, Jordan aceptó una beca de básquetbol en la Universidad de Carolina del Norte. Con 18 años ingresó en el equipo de la Universidad de Carolina del Norte, uno de los equipos más prestigiosos de la Liga Universitaria. Siendo un principiante, en los últimos segundos, marcó la canasta, que dio el triunfo a su equipo en el partido decisivo del campeonato de la National Collegiate Athletic Association (NCAA) en 1982, lo que se convirtió en algo común a lo largo de su carrera profesional. Como universitario estuvo tres años en la Universidad de Carolina del Norte. Jordan fue nombrado el mejor jugador universitario del año en 1984 tras promediar 17.7 puntos. Pero además, como fruto de sus estudios, obtuvo una licenciatura en Geografía. Jugando por la Universidad de Carolina del Norte, Michael Jordan comenzó a escribir una historia llena de éxitos deportivos que lo llevaron rápidamente a la NBA. Es elegido con el número 3 del draft de 1984 por los Toros de Chicago, tras Hakeem Olajuwon y Sam Bowie, que fueron primero y segundo respectivamente. Antes de pasar a profesionales disputa la Olimpiada de 1984 de Los Ángeles, en la cual logra la medalla de oro tras ganar en la final a España. En su primer año en la NBA, Jordan ayudó a Chicago a mejorar su récord en la Liga regular con 38 victorias y llevó al equipo a jugar los playoff, algo que no ocurría desde 1981. En 1985 Jordan es nombrado para el partido de las estrellas por primera vez en su carrera, en el que anota 7 puntos en 22 minutos. El 12 de febrero establece un récord de anotación como novato anotando 49 puntos frente a los Pistones de Detroit. Ese año Jordan finaliza la Liga con 28.2 puntos por partido, tercero en la Liga. Establece además récords, dentro del equipo, de anotación (2,313), de tiros de campo (837), de tiros libres (630), de tiros libres intentados (746) y de robos de balón (196). Todo ello añadido al premio como mejor novato del año en la NBA, y es seleccionado para el equipo de novatos y al mejor segundo equipo de la NBA. En su segunda temporada (1985-1986) Michael se rompe un hueso de la pierna izquierda –otro obstáculo en su carrera–, por lo que no juega en 64 partidos de la temporada regular; reapareció cuando faltaban 18 partidos para terminar el año. De nuevo es seleccionado para el partido de las estrellas, pero no asiste por culpa de su lesión. En la temporada 1986-1987 Michael Jordan establece un récord que todavía parece inalcanzable, anotando un promedio de 37.1 puntos por partido, siendo el segundo jugador de la historia en anotar más de 3,000 puntos en una temporada. En noviembre y diciembre anota más de 40 puntos en 9 partidos consecutivos. Obtiene su primer título de máximo anotador.
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Además, ese año Jordan establece el récord de 200 balones robados y 100 tapones en una temporada. Juega el partido de las estrellas, y gana el concurso de “clavadas”, se gana el apodo de “Air” y es nombrado para el mejor equipo de la Liga. En la postemporada Boston vuelve a eliminar a Chicago por 3-0. En el segundo partido de la ronda anota una cifra mítica en la NBA, 63 puntos en un partido de postemporada. En la siguiente temporada, logra los premios de jugador más valioso, mejor defensor del año, es seleccionado para el primer equipo de la Liga y para el mejor equipo defensivo, y en el partido de las estrellas logra 40 puntos, lo que le hace el jugador más valioso, y además vence por segunda vez en el concurso de “clavadas”. Es líder de la Liga en puntos (35.0) y en robos de balón (3.16). La temporada 1988-1989 es posiblemente la más completa de su carrera. Por tercer año consecutivo es líder de la Liga en puntos con 32.5, logra su máximo en rebotes y asistencias con 8.0 por partido. Juega su quinto partido de las estrellas consecutivo y logra 28 puntos. Es elegido para formar parte del mejor equipo del año y del mejor equipo defensivo, y nombrado mejor jugador del año por The Sporting News. Jordan promedia 34.8 puntos en los 17 partidos de postemporada. El 25 de enero llega a los 10,000 puntos anotados. En 1989 se casa con Juanita Vanoy, con quien tiene tres hijos: Jeffrey, Marcus y Jasmin. Los Toros nombran a Phil Jackson como entrenador principal en la temporada 19891990. Jordan vuelve a liderar la Liga en anotación con 33.6 puntos por partido y en robos con 2.77 por encuentro. Establece la que es su mejor marca anotadora en un partido el 28 de marzo de 1990 contra los Cavaliers de Cleveland, con 69 puntos anotados. Además este año Jordan confirma su clase como tirador de tres puntos al conseguir un porcentaje de .376 lanzando en 92 ocasiones. Es nombrado, otra vez, para el primer equipo de la NBA, para el equipo defensivo del año y para el partido de las estrellas con la conferencia Este. Finalmente Michael Jordan consigue obtener el ansiado anillo de campeón. Logra el campeonato en la temporada 90-91. Vuelve a formar parte del primer equipo y del mejor equipo defensivo. Juega otra vez el partido de las estrellas y es elegido por segunda ocasión el jugador más valioso de la Liga regular. También logra su quinto título de máximo encestador consecutivo con un promedio de puntos de 31.5. En los juegos de postemporada vencen a Nueva York, Filadelfia y Detroit antes de derrotar a Los Ángeles Lakers en la final. Jordan anota 31.1 puntos, captura 6.4 rebotes y da 8.4 asistencias; fue nombrado el jugador más valioso de la final. En la temporada 91-92 Jordan gana por segunda vez consecutiva el trofeo al jugador más valioso del año, es nombrado para el partido de las estrellas por octava vez, consigue estar incluido en el mejor equipo del año, en el mejor equipo defensivo y de nuevo es líder de anotación con 30.1 puntos por partido. Su equipo obtiene su segundo campeonato consecutivo al vencer a los Portland Trail Blazers en la final con 34.5 puntos de Jordan en los juegos de postemporada, lo cual le valió
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el título de jugador más valioso de la final. Durante ese verano Jordan formó parte del equipo olímpico de Estados Unidos, conocido como el Dream Team (Equipo de Ensueño), que consiguió la medalla de oro en los Juegos celebrados en 1992 en Barcelona, al ganar en la final a Croacia. Otro título de máximo anotador, esta vez con 32.6 puntos. Jordan liderea la Liga por tercera vez en robos de balón, consigue también ser nombrado para el quinteto ideal por séptima vez consecutiva y para el mejor equipo defensivo por sexta vez seguida. En el partido de las estrellas hace 30 puntos, llevándole a conseguir una media de 22.1 puntos por partido en los partidos de las estrellas, el máximo en la historia de la NBA. Vuelve a lograr el título de jugador más valioso de las finales al lograr por tercera vez consecutiva el campeonato, esta vez contra los Soles de Phoenix. Logra el récord de media de puntos en la historia de las finales de la NBA con 41.0 puntos de media. Este año consigue su punto número 20,000 en su carrera como profesional. Antes de empezar la temporada 1993-1994 Jordan anunció su retiro argumentando haber perdido interés por jugar al básquetbol profesional. La violenta muerte de su padre influyó también en su decisión. Después de mucha especulación sobre sus planes, Jordan regresó al deporte profesional, esta vez como jugador de béisbol, recordando sus primeros pasos en el deporte. Pasó la temporada 1994 de béisbol jugando para los Barones de Birmingham, una sucursal de los Medias Blancas de Chicago en la Clase AA de la Liga del Sur. Jugó como jardinero, bateó para .202 en 127 juegos, bateando 114 hits en 436 veces al bat. Jordan produjo 51 carreras y robó 30 bases. Fue el mejor jardinero de la Liga con sólo 11 errores. Con el béisbol en huelga, Jordan empezó a considerar un retorno a la NBA, y por rumores se supo que regresaría con los Toros. En abril de 1995 volvió a incorporarse con éxito a los Toros. En su temporada de regreso promedió 26.9 puntos de media en 17 partidos de temporada regular. En su primera temporada completa (95-96) tras su retirada, Jordan demostró una ambición y un momento de forma impresionante, logró su octavo título de máximo anotador y consiguió para los Toros su cuarto campeonato. Fue nombrado el jugador más valioso de la temporada regular, del partido de las estrellas y de las finales. En la final contra Seattle, Jordan logró un promedio de 27.3 puntos por partido. En la temporada 96-97, logra su noveno título de anotación con 29.6 puntos, otra vez forma en el equipo defensivo y en el mejor equipo del año. Logra el primer triple-doble en la historia de los partidos de las Estrellas, con 14 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias. En las finales contra los Utah Jazz obtiene su quinto anillo de campeón y su quinto título de jugador más valioso de unas finales. Es nombrado como uno de los 50 mejores jugadores en la historia de la NBA. En la siguiente temporada Michael Jordan volvió a deslumbrar a todo el mundo. Logra su décimo título de anotador con 28.7 puntos por partido. También consigue ser nombrado para el equipo defensivo y para el mejor equipo del año, jugador más valioso del partido de las Estrellas que se disputó en Nueva York, jugador más valioso del año por quinta vez y jugador
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más valioso de las finales de la NBA por sexta vez. En la final contra los Utah Jazz logró una media de 33.5 puntos en 6 partidos, lo que le dio a Chicago el sexto título de su historia. Luego de 13 años de carrera profesional, Michael Jordan, el capitán y conductor base de los Toros de Chicago, anunció, el miércoles 13 de enero de 1999, su retiro definitivo del básquetbol profesional de la NBA. Pero no fue definitivo: Jordan comenzó a planear su vuelta desde los despachos de los Wizards de Washington, club en el cual tiene participación económica y deportiva. En 2001 Jordan volvió a encantar al mundo de la NBA con un nuevo retorno a la actividad. Su regreso a la duela fue lento pero en ascenso. Después de algunos tropiezos se comenzó a notar la mano de Jordan, quien comenzó a anotar y tuvo a los Wizards muy cerca de llegar a la pretemporada. Una lesión en la rodilla lo obligó a abandonar la temporada. Continúa jugando por toda la temporada 2002-2003, siendo nominado de nuevo al partido de las estrellas. Con 40 años de edad impuso un nuevo récord, anotar 40 puntos o más en un partido, el primero que lo logra en la NBA. Ésta es quizás su última temporada como jugador activo. Ésta es la historia de un grande. El muchacho de Wilmington, Carolina del Norte, escaló en una década los peldaños a la gloria. Ganó todo y maravilló a todos. En las canchas fue capaz de hacer movimientos acrobáticos impensables en el aire, lleno de magia y puntería. Nunca se había visto una mezcla igual de pericia, agilidad, elegancia y ambición. Ver lo extraordinario es común cuando juega Jordan. Incluso sus proporciones físicas hacen más grande el tamaño de sus hazañas. Un deportista de apariencia común –1.98 metros– se atrevía a transgredir las leyes de la física y del espectáculo frente a los gigantes que juegan en la NBA. Desde que los Toros lo contrataron en 1984, pasó de deportista asombroso a vendedor empresarial y luego a ídolo de todos los basquetbolistas. Jordan llegó a generar movimientos financieros por más de 10,000 millones de dólares. Se hizo famoso por su ímpetu, su perseverancia y su competitividad. El mejor ejemplo fue cuando superó una infección viral en el quinto partido de la final de 1997 contra Utah, llevando a los Toros a una victoria muy necesaria. Jordan se convirtió en el héroe de nuestro tiempo, la representación viviente de lo que significan hoy el deporte y la imagen: dinero, publicidad y difusión mundial. Michael Jordan demostró que su genialidad es simplemente inigualable y que su nombre merece estar escrito en las páginas más gloriosas del básquetbol mundial. Una estatua de bronce en la puerta del United Center de Chicago lo recuerda, no sólo a él sino a todos sus logros y a su contribución al básquetbol. “El talento gana partidos, la inteligencia y el trabajo en equipo ganan campeonatos”.
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aymond Kurzweil, gurú de la Inteligencia Artificial y un genio sin descanso, como lo definió The Wall Street Journal, nació el 12 de febrero de 1948 en Queens, Nueva York. Es hijo de un pintor y una musicóloga que habían emigrado de la Alemania nazi para radicar en Nueva York. Desde temprana edad Ray aspiraba a convertirse en inventor. Cuando Ray tenía 7 años descubrió a Tom Swift Jr., héroe de un libro de caricaturas, que estaba siempre metido en aventuras peligrosas y a menudo salvaba al mundo recluyéndose en su laboratorio para inventar algo que le ayudara a lograrlo. No es sorprendente que Ray creciera convencido de que cualquier problema puede ser resuelto simplemente con aplicarse a ello. A los 8 años construyó un teatro de marionetas con partes mecánicas para cambiar el escenario. Desde los 12 años Ray ha estado fascinado con la idea de que las computadoras pueden ser usadas para modelar el mundo real y el proceso del pensamiento humano. “Desde pequeño he estado interesado por la magia, pero las computadoras son una forma más poderosa de magia y no pierden su atractivo cuando revelas el método”, dijo en una ocasión. Ray apareció a los 16 años en la televisión, caminó sobre el escenario, tocó una composición en un viejo piano y entonces le susurró a Steve Allen, conductor del programa, “Tengo un secreto”. – Construí mi propia computadora. – Bien, eso es impresionante, –replicó Steve Allen–, – pero, ¿qué tiene eso que ver con la pieza que acabas de tocar? Entonces Ray le susurró el resto de su secreto: – La computadora compuso la pieza que acabo de tocar. Durante la sesión de preguntas la ex Señorita América Bess Myerson quedó sin saber qué decir. Pero la segunda celebridad en el panel, el artista de cine Henry Morgan, adivinó el secreto de Ray. Este proyecto escolar fue el primer intento de Ray Kurzweil en el campo de “reconocimiento de patrones”, lo que Ray describe como“ esa parte del campo de la Inteligencia Artificial (IA) donde enseñamos a las computadoras a reconocer patrones abstractos, una capacidad que domina el pensamiento humano”. Ray programó su computadora para reconocer y aislar patrones y pautas de grandes músicos y después componer nuevas melodías originales en un estilo similar. Por este proyecto Ray ganó el primer premio en la Feria Internacional de Ciencias y fue uno de los 40 ganadores de “Busca de Talentos Científicos” de la Westinghouse que fueron recibidos y galardonados por el presidente Lindon B. Johnson en la ceremonia de premiación en la Casa Blanca. Ray ingresó al Instituto Tecnológico de Massachusets (MIT por sus
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siglas en inglés) y siendo estudiante pregraduado tomó los nueve cursos de computación que le fueron ofrecidos. En 1967, a la edad de 19 años, como alumno de segundo año en el MIT, diseñó un programa para asignar universidades a estudiantes de preparatoria; lo hizo como el inicio de una empresa y la mayoría de la gente quedó muy conforme con los resultados. Sin embargo, algunos padres se disgustaron cuando el programa no recomendó Harvard u otras universidades de prestigio para sus hijos. Por primera vez Ray se dio cuenta de la capacidad de las computadoras para afectar la vida de las personas. Esta compañía la vendieron a Hartcourt, Brace & World, una editorial de Nueva York, por más de 100,000 dólares y regalías. Era suficiente para pagar todos sus estudios en el MIT y ayudar a pagar los gastos del tratamiento médico de su padre. Se graduó en 1970 en Ciencias de la computación y Literatura, habiendo estudiado con la novelista Lillian Hellman. Continuó su amistad con el pionero de la Inteligencia Artificial (I.A.), el profesor Marvin Minsky, quien había empezado a guiarlo unos años antes. En 1974 formó Kurzweil Computer Products, Inc., para dedicar su interés al reconocimiento de patrones, atacando el clásico problema sin resolver de enseñar a la computadora a identificar caracteres impresos sin importar el tipo de fuente o la calidad de impresión. Los sistemas existentes sólo podían reconocer ciertos tipos especiales de fuente (por ej., Courier, OCR A). Ray y sus colegas enseñaron a la computadora cómo deducir las cualidades abstractas de las formas de las letras, definiendo las propiedades esenciales que las hacen diferentes. Ray y su equipo crearon la primera “omni-font” (es decir, cualquier fuente) Optical Character Recognition (Reconocimiento de Caracteres Ópticos: OCR). Esta nueva tecnología se constituyó como una solución en busca de un problema. Durante un vuelo, sentado al lado de un ciego, Ray se convenció de que la aplicación más interesante para esta nueva tecnología sería crear una máquina que pudiera leer y hacer audibles los documentos impresos, superando así la incapacidad de los ciegos y débiles visuales para la lectura. Este logro creó nuevas dificultades, ya que en 1974 no estaban disponibles escáners de cama plana o sintetizadores de voz. Así que, como complemento de la omni-font OCR, Ray y sus colegas desarrollaron el primer escáner de cama plana CCD y el primer sintetizador completo de texto a voz, y combinaron esas tres tecnologías en la primera máquina de lectura para ciegos. Ray y los líderes de la Federación Nacional de Ciegos anunciaron la máquina de lectura Kurzweil en una conferencia de prensa el 13 de enero de 1976. Stevie Wonder, presente en la demostración de la máquina de lectura Kurzweil, adquirió la primera unidad de producción.”La máquina de lectura Kurzweil fue un descubrimiento espectacular que cambio mi vida”, dijo Stevie Wonder. Esto codujo a una gran amistad entre el inventor y la estrella musical que llevó a otras innovaciones de Ray Kurzweil en el campo de la música basada en computadoras. En 1878 “Kurzweil Computer Products” introdujo una versión comercial del “Kurzweil OCR”, la que fue
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usada por Lexus y Nexus para crear sus propios servicios legales y de información “on-line”. En 1980, Ray vendió su empresa a Xerox, que vio la tecnología del escáner y del OCR como un salto del mundo del papel al mundo de la electrónica. Ray continuó trabajando en este proyecto hasta 1995 y el proyecto, ahora llamado Xerox TexBridge, continúa encabezando este mercado. En 1982, Stevie Wonder, mientras le mostraba a Ray un nuevo estudio que construyó en Los Ángeles, se lamentaba de las condiciones de los instrumentos musicales. Por un lado estaba el mundo de los instrumentos acústicos (piano, guitarra, violín), que proveían sonidos ricos y complejos, pero eran difíciles de tocar. Por el otro, el mundo de los instrumentos computarizados permitía el control de técnicas avanzadas como la secuencia multitrack, pero era solamente capaz de crear sonidos sintéticos magros. “¿No sería maravilloso”, le preguntó a Ray, “si pudiésemos usar el extraordinariamente flexible método de control computarizado sobre el hermoso sonido de los instrumentos acústicos?”. El resultado de este desafío fue que ese año Ray fundó el “Kurzweil Music Systems” con Stevie Wonder como consejero musical. En 1984, Kurzweil introdujo el Kurzweil 250, el primer instrumento musical electrónico en emular exitosamente la respuesta compleja del sonido de un gran piano y virtualmente todos los otros instrumentos orquestales; incluso en las pruebas no se distinguió cuándo el piano que se escuchaba era tocado por una persona y cuándo por el sintetizador. Ray vendió “Kurzweil Music Systems” a Young Chang, una compañía coreana de instrumentos musicales, en 1990 y se quedó como consultor hasta 1994. A los 35 años de edad, se le diagnosticó diabetes tipo 2. Insatisfecho con su tratamiento médico, dejó de aplicarse inyecciones de insulina y creó su propia dieta y programa de suplementos, y actualmente no muestra ningún signo de la enfermedad. Ray también inició la “Kurzweil Applied Intelligence” en 1982. Es la primera compañía que introdujo el primer sistema para el reconocimiento de voz, en 1987. Posteriormente incorpora el área de sistemas expertos al reconocimiento de voz y producen aplicaciones a la medicina. Su producto Kurzweil VoiceMed (hoy llamado Kurzweil Clinical Reporter) permite a los médicos crear sus reportes hablando a sus computadoras. Los sistemas Kurzweil son actualmente utilizados en 10% de las salas de emergencia en los Estados Unidos, y en muchas otras especialidades médicas. La empresa “Kurzweil Applied Intelligence” la vendió a “Lernout & Haspie (L&H)” en 1997. Poco después de esta venta Microsoft entró en una alianza estratégica con la división de dictado de “L&H” para compartir tecnologías en el campo del habla. Ray sigue como consultor de la división de dictado de L&H, que introdujo recientemente el primer producto que combina el reconocimiento de voz con órdenes de comando de lenguaje natural. Con este producto, llamado “Voice Express Pro”, puedes dar órdenes a tu propia computadora hablándole en tus propias palabras.
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Ray empezó en 1966 su cuarta empresa, el “Kurzweil Educational Systems”, que se dedica a desarrollar sistemas para la educación, y que rápidamente domina el mercado del reconocimiento de texto hablado e impreso. Esta empresa también la vende a “Lernout & Haspie” en 1998 y continúa trabajando en ella como consultor. Una de las últimas incursiones de Ray es: FATKAT (Financial Accelerating Transactions – Kurzweil Adaptive Technologies), “transacciones financieras aceleradas – tecnologías adoptivas Kurzweil”, que está aplicando algoritmos evolucionistas a las decisiones del mercado de valores con el objetivo de crear sistemas inteligentes para la aceleración de transacciones financieras. Otra empresa es ”Medical Learning Company” o “Empresa de Aprendizaje Médico”, que está creando un paciente simulado para la educación de los médicos y como juego educacional, y “Poeta Cibernético”, un programa que crea poesía y ayuda a otros a escribir sus propias poesías. Su última innovación es Ramona, la primera artista de actuación virtual y grabación musical en vivo. Ella tiene 25 años de edad y es una estrella de rock de Nueva Orleáns y el alter ego de Kurzweil. En una conferencia reciente Kurzweil se transformó en Ramona y él/ella interpretaron su disco “Come out and play”. Ray Kurzweil hace la mayoría de sus pensamientos creativos en el estado humano del sueño lúcido (el estado de sueño cuando se encuentra con el primer índice del consciente), programando su cerebro a enfocarse sobre cierto problema mientras él duerme libre de inhibiciones, y a menudo hace nuevas conexiones mientras está soñando; cuando sus poderes de lógica regresan al despertarse, él ha visualizado invenciones, resuelto problemas importantes y conceptualizado capítulos enteros de su libro. Utilizando esta técnica, se le ocurrió una nueva manera de hacer realidad virtual, por la cual está solicitando una patente, Ramona, su alter ego de realidad virtual. Kurzweil es también un escritor de gran éxito. En 1990, el primer libro de Ray, La edad de las máquinas inteligentes, recibió el premio al más distinguido libro de ciencia de la computación del año de 1990, por la Asociación Americana de Casas Editoriales. Las predicciones que Ray escribió en este libro, en 1988, incluyen la popularización del “web site” mundial, la conquista del campeonato mundial de ajedrez por una computadora para el año 1998, el dominio de las armas inteligentes en una guerra y la expansión continua de la economía. Éstas y muchas otras más de las predicciones de Ray han probado su veracidad. En 1993, el segundo libro de Ray, La solución del 10% para una vida sana (como eliminar virtualmente todos los riesgos de enfermedades del corazón y del cáncer), narra cómo Ray se curó a sí mismo de diabetes tipo 2 a través de un programa nutricional que él mismo investigó. Ahora, al entrar al nuevo milenio, el tercer libro de Ray, La edad de las máquinas espirituales (cuando las computadoras exceden la inteligencia humana), extiende la idea original profética de Ray en lo que George Gilder llama “el momento metamórfico”, cuando las computadoras sobrepasan
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el rango completo de la inteligencia humana, que él considera está solamente a unas pocas décadas de suceder. La tesis de Ray Kurzweil es muy simple: hacia el 2030 las computadoras alcanzarán la inteligencia de un ser humano, y luego la sobrepasarán. Ray ha recibido una gran cantidad de premios nacionales e internacionales. En 1986 recibió el premio de la Casa Blanca por la excelencia empresarial de manos del presidente Reagan. En 1988, fue nombrado inventor del año por la MIT y el Museo de Ciencias de Boston. En 1990, Ray fue elegido el ingeniero del año por más de un millón de lectores de la revista “Desien News Magazine” y recibió su tercer premio anual a logros tecnológicos. Recibe en 1994 el premio Dickson de la Universidad de Carnegie Mellon, que es el máximo premio científico de esta universidad. Desde su creación en 1970, solamente una persona ha recibido el premio Dickson en el campo de las ciencias computacionales. En agosto de 1998, Ray recibió el primer premio SAP/ Stevie Wonder por “producto del año”, que consta de 150,000 dólares por el sistema de lectura Kurzweil 1000. En el año 1999 le fue conferida la Medalla Nacional de Tecnología, el galardón más importante concedido por el gobierno americano a sus científicos, de manos del presidente Bill Clinton en una recepción en la Casa Blanca el 14 de marzo del 2000, por sus logros innovadores y de vanguardia en ciencias computacionales. En el año 2001, recibió el premio Lemelson-MIT (este premio dotado de 500,000 dólares es el mayor premio del mundo para la invención y la innovación). Ha recibido diez doctorados honoríficos en ciencias, ingenierías, música y humanidades del Politécnico Rensselaer, la Universidad Hofgtra y otros colegios y universidades eminentes. También recibió el premio “Grace Murray Hopper” de la asociación de computadoras. Recibió también siete premios fílmicos nacionales e internacionales incluyendo el premio cinematográfico Águila Dorada y la medalla de oro para la educación científica del Festival Fílmico y de Televisión de Nueva York. Un aspecto de Ray Kurzweil digno de mencionar es que las cuatro empresas que fundó, construyó y vendió no solamente crearon nuevas tecnologías y nuevos mercados, sino que siguen siendo hoy día líderes en los mismos mercados que descubrieron. Todos los inventos de Kurzweil representan grandes avances en la ciencia computacional y al mismo tiempo son productos prácticos que satisfacen necesidades fundamentales. Es raro que un individuo pueda trabajar exitosamente en ambos sentidos. Kurzweil creó también múltiples empresas para llevar estos inventos al mercado. Sus inventos trajeron beneficios significativos para la humanidad al vencer grandes barreras para las personas incapacitadas, enriqueciendo el mundo de la música y ampliando el uso útil de las computadoras para todos. Además de sus logros empresariales, Kurzweil empezó una fundación para proveer de becas a estudiantes ciegos.
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Actualmente dirige Kurzweil Technologies, cuyos proyectos incluyen un dispositivo de lenguaje natural que permite mantener una conversación de voz fluida con las máquinas y un artefacto para que los parapléjicos puedan caminar. El científico y empresario Ray Kurzweil es uno de los hombres más brillantes en el campo de las tecnologías informáticas y un verdadero visionario sobre el futuro que nos espera, en relación con la convergencia de la inteligencia artificial y el avance de la complejidad en el manejo de la información y la conciencia artificial. “Lo que me excita es la conexión entre las fórmulas secas escritas en un pizarrón y el tener un impacto sobre las vidas de la gente. Los proyectos que he escogido, todos tienen este aspecto, todo se interpreta en alcanzar una meta cultural o social ”. Ray Kurzweil
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