Bethell, Leslie, (ed.), “Economía y Sociedad” (Cap. I), en Historia de América Latina Latina, (T. 6), Barcelona, Espaa, Editorial Crítica, !""!, pp. #$ %!. &rimera &arte 'ispanoamrica
En los años que transcurrieron de 1808 a 1825 se estableció una nueva relación entre la economía hispanoamericana y la economía mundial. Si bien los cambios que siuieron a la consecución de la independen independencia cia pueden parecer super!iciales y limitados en comparación con la incorporación mucho m"s completa en la economía mundial en e#pansión que empe$ó empe$ó a producirse a mediados de silo y que se acentuó a partir de la d%cada de 18&0' sin embaro !ueron decisivos en las relaciones entre (ispanoam%rica y el resto del mundo. El vie)o sistema comercial colonial se estaba desinterando desinterando desde !inales del silo *+,,,' pero sólo despu%s de 1808 España quedó eliminada en su papel de intermediaria entre (ispanoam%rica y Europa -sobre todo ran /retaña. as circunstancias que' como un todo' imperaban tanto en Europa como en la economía atl"ntica tuvieron raves consecuencias consecuenc ias para las !uturas relaciones comerciales de (ispanoam%rica. El avance del e)%rcito !ranc%s en la península ib%rica' que provocó la separación de las colonias americanas de España y ortual' se emprendió para completar el cierre de la Europa continental al comercio brit"nico. ,nlaterra' estando cada ve$ m"s aislada de sus mercados europeos' buscó reempla$arlos reempla$arlos con una urencia que empe$aba a parecerse a la desesperación. desesperació n. or esta ra$ón la ocasión que representó la trans!erencia de la corte portuuesa a 3ío de 4aneiro para comerciar directamente directamente con /rasil por primera primera ve$ se aceptó calurosamente. calurosamente. como' tras el derrocamiento de la monarquía española en 6adrid' se produ)eron los primeros levantamientos políticos en la 7m%rica española' 3ío de 4aneiro se convirtió en el centro de la aresiva actividad comercial brit"nica no sólo en /rasil' sino tambi%n en la 7m%rica española' especialmente especialmente la $ona del 3ío de la lata y la costa del ací!ico de 7m%rica del Sur. En 180 el 9ltimo virrey español del 3ío de la lata abrió el territorio que obernaba al comercio inl%s. a e#pansión posterior de %ste en la 7m%rica del Sur española seuiría sobre todo la suerte de las armas revolucionarias: aunque quienes administraban las $onas realistas terminarían por mani!estarse dispuestos a abrirlas a título e#cepcionall al comercio directo con ran /retaña' la actividad de los corsarios patriotas e#cepciona lo hacía poco atractivo. ;hile sólo se abrió de!initivamente al e#terior en 1818' y ima en 1821' si bien el resto de er9 no lo hi$o hasta m"s tarde. En las tierras bañadas por el mar de las 7ntillas las trans!ormaciones !ueron m"s lentas y parciales. En +ene$uela la uerra de la ,ndependencia duró veinte años' al iual que en
independi$arse tarde' en 1821. ,ncluso entonces pasaron unos cuantos años antes de que independi$arse se liquidara a los realistas de San 4uan de =l9a y esto a!ectó a +eracru$' el principal puerto me#icano en el ;aribe. as islas de ;uba y de uerto 3ico continuaron en manos de los españoles' pero desde 181& quedaron abiertas al comercio directo con el e#tran)ero' si bien este comercio su!rió restricciones al reservarse este 9ltimo mercado colonial para los 50 productos españoles' españoles' empe$ando empe$ando por los te)idos y terminando por la harina. harina. Santo >omino estuvo ocupada por los haitianos hasta 18??. a !ran)a marítima del 7tl"ntico suramericano !ue la $ona que primero se incorporó al nuevo sistema comercial y donde la peculiar coyuntura que empu)ó a ran /retaña a e#pansionar r"pidamente r"pidamente sus mercados ultramarinos alcan$ó un primer y m"#imo impacto. En 1808@1812 los comerciantes@aventureros brit"nicos llearon a 3ío de 4aneiro' a /uenos 7ires y a 6ontevideo en ran cantidad. ocos años despu%s +alparaíso se convirtió en el principal puerto del ací!ico ací!ico suramericano: suramericano: !ue el centro desde desde donde los productos productos inleses 51 eran trasladados a otros puertos desde a Serena a uayaquil. Estos comerciantesaventureros que emprendieron la e#ploración y la e#plotación del mercado latinoamericano actuaban de modo distinto a los comerciantes y los industriales que vivían en ran /retañaA su ob)etivo era encontrar lo antes posible un mercado para el e#cedente que amena$aba amena$aba el crecimiento de la economía inlesa. >esde el comien$o se preocuparon menos de los precios que de la venta r"pida y de la obtención de retornos iualmente iualmente r"pidos -entre los cuales se pre!erían con ran di!erencia los metales preciosos. ara poder e!ectuar esta penetración comercial' comercial' los productos productos inleses a menudo menudo se o!recían a precios m"s ba)os ba)os de lo que en principio se había pensado. or e)emplo' en 1810' ante las noticias de la liberación mercantil y del estallido de la revolución en /uenos 7ires' muchos comerciantes@aventureros comerciantes@ave ntureros salieron de ondres esperando vender productos inleses en Suram%rica: cuando llearon a /uenos 7ires no sólo se encontraron con que eran demasiados'' sino que tuvieron que su!rir la inesperada competencia demasiados competencia de los envíos de los comerciantes brit"nicos instalados en 3ío de 4aneiro. El resultado !ue que terminaron vendiendo a p%rdida y con ello aceleraron la victoria de los productos ultramarinos sobre los que tradicionalmente habían surtido el mercado de /uenos 7ires desde $onas tan ale)adas como los contra!uertes andinos o el 7lto y el /a)o er9. Btra consecuencia !ue la e#pansión del mercado de consumo e#istente al incorporarse a %l niveles sociales que antes sólo de !orma muy limitada habían sido consumidores. a apertura del comercio latinoamericano al mundo e#terior y la lleada de ran
independi$arse tarde' en 1821. ,ncluso entonces pasaron unos cuantos años antes de que independi$arse se liquidara a los realistas de San 4uan de =l9a y esto a!ectó a +eracru$' el principal puerto me#icano en el ;aribe. as islas de ;uba y de uerto 3ico continuaron en manos de los españoles' pero desde 181& quedaron abiertas al comercio directo con el e#tran)ero' si bien este comercio su!rió restricciones al reservarse este 9ltimo mercado colonial para los 50 productos españoles' españoles' empe$ando empe$ando por los te)idos y terminando por la harina. harina. Santo >omino estuvo ocupada por los haitianos hasta 18??. a !ran)a marítima del 7tl"ntico suramericano !ue la $ona que primero se incorporó al nuevo sistema comercial y donde la peculiar coyuntura que empu)ó a ran /retaña a e#pansionar r"pidamente r"pidamente sus mercados ultramarinos alcan$ó un primer y m"#imo impacto. En 1808@1812 los comerciantes@aventureros brit"nicos llearon a 3ío de 4aneiro' a /uenos 7ires y a 6ontevideo en ran cantidad. ocos años despu%s +alparaíso se convirtió en el principal puerto del ací!ico ací!ico suramericano: suramericano: !ue el centro desde desde donde los productos productos inleses 51 eran trasladados a otros puertos desde a Serena a uayaquil. Estos comerciantesaventureros que emprendieron la e#ploración y la e#plotación del mercado latinoamericano actuaban de modo distinto a los comerciantes y los industriales que vivían en ran /retañaA su ob)etivo era encontrar lo antes posible un mercado para el e#cedente que amena$aba amena$aba el crecimiento de la economía inlesa. >esde el comien$o se preocuparon menos de los precios que de la venta r"pida y de la obtención de retornos iualmente iualmente r"pidos -entre los cuales se pre!erían con ran di!erencia los metales preciosos. ara poder e!ectuar esta penetración comercial' comercial' los productos productos inleses a menudo menudo se o!recían a precios m"s ba)os ba)os de lo que en principio se había pensado. or e)emplo' en 1810' ante las noticias de la liberación mercantil y del estallido de la revolución en /uenos 7ires' muchos comerciantes@aventureros comerciantes@ave ntureros salieron de ondres esperando vender productos inleses en Suram%rica: cuando llearon a /uenos 7ires no sólo se encontraron con que eran demasiados'' sino que tuvieron que su!rir la inesperada competencia demasiados competencia de los envíos de los comerciantes brit"nicos instalados en 3ío de 4aneiro. El resultado !ue que terminaron vendiendo a p%rdida y con ello aceleraron la victoria de los productos ultramarinos sobre los que tradicionalmente habían surtido el mercado de /uenos 7ires desde $onas tan ale)adas como los contra!uertes andinos o el 7lto y el /a)o er9. Btra consecuencia !ue la e#pansión del mercado de consumo e#istente al incorporarse a %l niveles sociales que antes sólo de !orma muy limitada habían sido consumidores. a apertura del comercio latinoamericano al mundo e#terior y la lleada de ran
n9mero de inleses tambi%n constituyeron un severo olpe a las vie)as pr"cticas comerciales que al menos en la 7m%rica española se habían basado en una ríida )erarquía. El comerciante@e#portador español estaba relacionado relacionado con el comerciante español de los puertos y de los centros distribuidores distribuidores de la 7m%rica española' española' %ste con con los comerciantes menores de las poblaciones m"s pequeñas y %stos a su ve$ con los vendedores ambulantes. El sistema se mantenía cohesionado sobre todo por el avío -6%#ico o por la habilitación
-Suram%rica española Ces decir' por la provisión de capital por parte de quienes ocupaban los niveles m"s altos de la )erarquía a los que pertenecían al nivel in!erior y querían desarrollar una actividad productivaC y por el cr%dito. En cada uno de estos rupos se aseuraban m"renes m"renes de anancia muy altos' si bien los bene!icios derivados de la provisión de cr%dito cr%dito no siempre se di!erenciaban di!erenciaban !"cilmente !"cilmente de la actividad comercial comercial en el estricto sentido de la palabra. a aparición de los inleses Cque a medida que los empu)aba la desesperación hacían sentir su presencia' aunque de modo espor"dico' en los niveles m"s ba)os de la estructura comercialC tuvo consecuencias consecuencias devastadoras. Su pre!erencia por las operaciones operaciones r"pidas r"pidas a precios m"s m"s ba)os y el uso del pao en e!ectivo e!ectivo en ve$ del cr%dito empe$ó a constituir' a todos los niveles' una alternativa al sistema que concentraba los mayores bene!icios en manos de los que estaban m"s arriba. a pací!ica invasión brit"nica de (ispanoam%rica se vio !acilitada por el laro periodo de inestabilidad inestabilidad política' social social y militar de las uerras de de independencia independencia en las que sus rivales locales quedaron debilitados. os mercaderes@aventureros mercaderes@aventureros pronto se dieron cuenta de las oportunidades que había de obtener unos bene!icios e#celentes dada la inestabilidad e#istente. Esto les llevó a acentuar la ailidad de su estilo mercantil en detrimento de cualquier tentativa de establecer estructuras reulares de tr"!ico. tr "!ico. or e)emplo' en el aran"' los hermanos 3obertson corrieron a Santa De para vender la yerba mate del aislado arauay que debido a su escase$ allí era mucho m"s cara. 1 Encontramos otro 1 4.
. y . . 3obertson' Letters on Paraguay' ondres' 18F8' ,' pp. F58@F5.
52 e)emplo en 1821 cuando San 6artín estaba en ;hile preparando su campaña para ocupar imaA /asil (all !ue secretamente comisionado por los comerciantes londinenses para llevar allí un caramento antes de que lo hicieran otros comerciantes: así pudo espumar Gla cremaH de este mercado Ccapital del virreinato virr einato del er9C que durante tantos años había estado aislado. 2 7unque este comercio resultó !atal para los comerciantes locales' ello no quiere decir que los comerciantes inleses no se arriesaran. Se vieron obliados a desarrollar una audacia creciente y muy pocos de ellos loraron sobrevivir hasta el !inal de esta !ase de e#ploración y conquista. Esto' dadas las circunstancias mismas de esta etapa' qui$" !ue
inevitable. as necesidades de la economía brit"nica !or$aban a los comerciantes a que e#pandieran el mercado' cuyos límites sólo se hacían evidentes cuando no había demanda local: este m%todo de tantear y errar hacía que cada intento de e#pansión terminara en un !racaso' ya que este !racaso le ponía !in: lóicamente' los in!ormes amaros de las víctimas se !ueron acumulando. Sin embaro' ninuna de las víctimas anulaba los avances que ella misma había ayudado a obtener. ,ncluso los que valoran los resultados desde un punto de vista brit"nico' m"s que latinoamericano' encuentran di!ícil sostener que los loros de este periodo no de)aran de)aran un leado sini!icativo sini!icativo para el !uturo. Si bien bien las e#portaciones e#portaciones brit"nicas a (ispanoam%rica (ispanoam%rica ya no rondaban el F5 por 100 del total de las e#portaciones e#portaciones brit"nicas' tal como como había sucedido sucedido en 180 y 1811' 1811' sin embaro' embaro' con un promedio promedio anual de cerca de cinco millones de libras esterlinas en 1820@1850 -casi la mitad de las cuales iba a (ispanoam%rica (ispanoam% rica y la otra mitad a /rasil' aqu%llas habían duplicado en valor' y multiplicado varias veces en volumen' los promedios de la seunda mitad del silo *+,,,.F En el seundo cuarto del silo *,* ran /retaña !ue perdiendo el casi monopolio comercial que había e)ercido durante las uerras de independen independencia. cia. Este predominio estuvo amena$ado durante al9n tiempo por la competencia de los Estados =nidos. 7poy"ndose en una e#celente !lota mercantil' los comerciantes norteamericanos norteamericanos iniciaron un sistema comercial y de naveación m"s "il que el de los inleses. uesto que no estaban al servicio de las necesidades de una economía industrial como sus rivales brit"nicos' no sólo vendían productos de los los Estados =nidos =nidos sino tambi%n de Europa' de I!rica y de 7sia al mercado latinoamericano -y sobre todo a los puntos peor suministrados por los inleses' que como sus antecesores españoles españoles y portuueses tendieron a pre!erir las $onas m"s ricas y m"s densamente pobladas. Sin embaro' un componen componente te esencial de las e#portaciones norteamericanas era de producción propia: o!recían un te)ido m"s basto y barato que los de 6anchester. ero el descenso a laro pla$o de los precios' a consecuencia de la 3evolución industrial' anuló la venta)a del precio y eliminó este producto irrempla$able en el desa!ío del predominio brit"nico. Sin embaro' aunque el comercio norteamericano pudo dis!rutar de alunas venta)as en alunos sitios -por e)emplo' en +ene$uela a mediados de silo rivali$aba con el comercio brit"nico' no produ)o ninuna alarma ni en ondres ni en iverpool. 2 Samuel F ara
(aih' Sketches of Buenos Aires, Chile and Peru ' ondres' 18F1' p. +,,. las ci!ras de las e#portaciones inlesas a 7m%rica atina en 1820@1850' v%ase >. ;. latt' Latin
America and British trade, 1!"#1$1% ' ondres' 1&F' p. F1. Si estas conclusiones Ca las que se llea
tras e#aminar las ci!ras propuestas por el pro!esor lattC permiten o no concluir con %l que las ci!ras de las tres d%cadas posteriores a la independencia no est"n Gtotalmente en desacuerdoH con Glas estimaciones hechas del comercio colonialH depende en 9ltimo t%rmino de si se considera que un comercio que se ha doblado constituye un cambio sini!icativo. >esde lueo' este cambio puede parecer insini!icante si se lo compara con el que sobrevendr" a partir de la seunda mitad del silo *,*.
5F 7dem"s del comercio norteamericano' se notaba con intensidad creciente el comercio de Drancia' el de los estados alemanes' el de ;erdeña y el de las vie)as metrópolis políticas. Sin embaro' parece que todos ellos complementaban' m"s que compartían' con el comercio brit"nico. Drancia vendía productos de lu)o y 7lemania de semilu)o' lo cual no a!ectaba el predominio brit"nico sobre la mucho m"s vasta ama de productos industriales de consumo popular. >e nuevo Drancia' ;erdeña' España' ortual y tambi%n los Estados =nidos de
periodo de uerra. a importante salida de metal que tuvo luar en (ispanoam%rica durante la seunda y tercera d%cadas del silo *,* se consideraba como una p%rdida' incluso como una !ua de capital' m"s que como la constitución o la reiniciación de una e#portación tradicional.
brit"nico en este país Cun observador perceptivo pero no por ello desinteresadoC: se9n %l' lo primero y lo m"s importante que debían hacer los inversores brit"nicos era habilitar la industria minera que a la lara procuraría el capital necesario para poder cultivar las descuidadas y poco pobladas tierras ba)as tropicales' dando así un nuevo impulso a las e#portaciones me#icanas. Sin embaro' la rehabilitación de la industria minera a corto pla$o sólo permitió a 6%#ico paar sus crecientes importaciones. urante el cuarto de silo siuiente -1825@1850' la relación económica e#istente entre 7m%rica atina y el mundo e#terior !ue b"sicamente comercial: de las relaciones !inancieras establecidas sólo sobrevivieron alunas compañías mineras orani$adas en sociedades anónimas -que al no prosperar no tuvieron imitadores y alunos comit%s de detentores de los títulos de la deuda' desilusionados y descontentos' que ansiosamente esperaban un sino de me)ora en la situación económica de 7m%rica atina para poder acentuar sus reclamaciones. ,ncluso /rasil' que consiuió levantar la suspensión de paos' durante muchos años no pudo recurrir de nuevo al cr%dito e#terior. ;omo que el desequilibrio comercial no desapareció inmediatamente' debe pensarse que durante este periodo a pesar de todo e#istió cierto rado de cr%dito y de inversión e#terna su!iciente al menos -ante la ausencia de otros mecanismos institucionali$ados m"s e!ectivos para mantener al9n tipo de equilibrio. ara empe$ar' desde 1820 se necesitó ? (.
. ard' &e'ico in 1() ' ondres' 1828' ,' p. F28.
55 invertir para establecer el sistema mercantil m"s reular que entonces se impuso -almacenes' medios de transporte' etc.' y adem"s había las inversiones en parte suntuariasA incluso en los centros comerciales menores' los comerciantes e#tran)eros eneralmente poseían las me)ores casas. Estos comerciantes tambi%n invirtieron en otros sectores' ya que emprendieron actividades industriales o' a9n m"s a menudo' adquirieron propiedades arícolas. Sin embaro' estas inversiones sólo pudieron compensar el desequilibrio
comercial e#istente entre la economía latinoamericana y la del mundo e#terior si' durante el periodo de consolidación y de reulari$ación' los residentes e#tran)eros continuaron actuando como aentes o socios de los comerciantes o capitalistas de los países metropolitanos.
en
precios de las e#portaciones inlesas' en los años re!eridos' se basan en los valores reales declarados
las e#portaciones a /uenos 7ires' en ublic 3ecord B!!ice' ondres' 7duanas' serie J. ara los precios de los cueros rioplatenses' v%ase K. (alperín@>onhi' Ga e#pansión anadera en la campaña de /uenos 7iresH' *esarrollo económico' /uenos 7ires' 1JF' p. J5. ara los precios del ca!% vene$olano' v%ase 6iuel ,$ard' Series estadísticas +ara la historia de ene-uela ' 6%rida' 1&0' pp. 1J1@ 1JF. ara los del a$9car y el tabaco' v%ase 6. . 6ulhall' *ictionary of statistics' ondres' 182' pp. ?&1@?&?.
5J aradó)icamente' como consecuencia de esta situación !avorable' la apertura de 7m%rica atina al comercio mundial tuvo consecuencias menores de lo que se había pensado antes de 1810. ;omo el nivel de los precios de los productos e#portables no parecía amena$ado inmediatamente' el e!ecto de la apertura consistió m"s en estimular un aumento del volumen de las e#portaciones que en impulsar la adopción de cualquier avance tecnolóico en la producción a !in de reducir los costes. En cualquier caso' los intentos de desarrollar el sector e#portador se vieron severamente reducidos por la !alta de capital local -acentuada por la uerra y' tal como se ha visto' por el desequilibrio de la balan$a comercial e#istente en el periodo de la independencia.
dos reiones' la !luctuación de las e#portaciones de trio chileno a lo que sería el mercado peruano' y la desarticulación del complicado tr"!ico andino de alimentos' bebidas alcohólicas y manu!acturas te#tiles e!ectuado sobre mulas. Se pueden incluir tambi%n las consecuencias indirectas de la uerra' como la caída de la producción minera )unto con la destrucción de minas en las $onas de combate allí donde sus propietarios' a causa de la uerra' de)aron de hacer durante años las inversiones necesarias. Entendida así' la herencia de la uerra puede parecer abrumadora' aunque es di!ícil evaluarla con precisión. as p%rdidas reales tampoco se han podido valorar adecuadamente. or otro lado' hay que tener en cuenta que' al iual que el impacto de la apertura de 7m%rica atina al comercio mundial' los e!ectos de la uerra !ueron muy distintos se9n las reiones y se9n los sectores de producción. Kanto en (ispanoam%rica como en Europa se pensó que los metales serían el primer producto en bene!iciarse de las oportunidades que o!recía la apertura del comercio' pero el optimismo !ue decayendo radualmente. Sólo en ;hile la producción minera loró superar' ya antes de mediados de silo' el volumen alcan$ado en el periodo colonial -que había sido modesto. En el resto de (ispanoam%rica las "reas mineras que conocieron mayores %#itos !ueron aquellas cuya producción' tras atravesar un descenso' recuperó el nivel que había alcan$ado antes del periodo revolucionario: en muchos sitios' como !ue el caso de
pa$' en recuperarse. ,ualmente' tambi%n es m"s !"cil comprender por qu% ;hile dis!rutó de la prosperidad posrevolucionaria antes que otras $onas' si se recuerda que su centro minero' la mina ;hañarcillo' no se descubrió hasta despu%s de la independencia. a recuperación de la minería me#icana' al iual que sucedió en /olivia incluso m"s tarde' no se debió tanto a que los vie)os centros mineros retornaran a los antiuos niveles de producción como a la aparición de otros centros en Lacatecas o en otros estados. Sin embaro' la decepción por la producción y la e#plotación minera del periodo de la post independencia se puede )usti!icar. Era ra$onable esperar que la revolución comercial' al hacer ascender el volumen y el valor de las importaciones' añadiera un nuevo !actor de apremio a la necesidad de que se ampliaran las e#portaciones' especialmente de metales preciosos. a respuesta lenta y modesta de la minería requiere' por lo tanto' una e#plicación que vaya m"s all" del ciclo de bonan$as y crisis dictado por el descubrimiento o el aotamiento de los !ilones m"s ricos. a mayoría de e#plicaciones culturales e institucionales las dieron los e#tran)eros que habían lleado a 7m%rica atraídos por las aparentemente brillantes e#pectativas que había antes de 1825' lo cual no debe sorprender: se re!erían a la inmoralidad y a la !rivolidad de la clase obernante' a la di!icultad de encontrar traba)adores para las minas dotados de las cualidades necesarias' a la inesperada indulencia de aqu%lla !rente a %stos en casos de indisciplina laboral que sólo per)udicaba a los empresarios e#tran)eros' a la riide$ de las leyes que reían la e#plotación minera' y a otras causas parecidas. espu%s de la independencia' los peones de las minas cobraban sueldos m"s altos que los de las haciendas arícolas' pero esto no era nada nuevo y en cualquier caso no
necesariamente sini!icaba un desnivel equivalente en sus salarios reales. or otro lado' a pesar de que el !in de la mita' como ya se ha comentado anteriormente' sustra)o en la /olivia independiente una !uente importante de !uer$a de traba)o en las minas' no de)a de 58 ser sini!icativo que durante las primeras d%cadas que siuieron a la independencia los salarios de los traba)adores libres !ueran m"s parecidos a los que recibían los mitayos que a los de los traba)adores libres del periodo colonial. J Kodo esto no indica ninuna !alta de mano de obra. 7dem"s' las nuevas $onas mineras' o aquellas en m"s r"pida e#pansión' no parece que tuvieran m"s di!icultades que las vie)as y estancadas para reclutar la !uer$a de traba)o necesaria: por e)emplo' no parece que hubiera escase$ de ella en la e#pansión minera chilena. El problema causado por la !alta de capital parece m"s serio. En este aspecto' el daño ocasionado por la uerra parecía menos !"cil de reparar. a destrucción de las minas y de los centros de procesamiento debida a las operaciones realmente militares !ue muy limitada incluso allí donde la $ona minera !ue teatro de la uerra. a suspensión de las inversiones en la e#pansión y en el mantenimiento de las minas tuvo unas consecuencias m"s duraderas y por ello antes de que la minería latinoamericana pudiera recuperarse !ue necesario e!ectuar una inversión de capital importante. ero' vista desde esta perspectiva' la evolución de la minería hasta 1850 no !ue tan neativa' ya que racias a capitales brit"nicos y locales en 6%#ico y en /olivia' o casi e#clusivamente locales en ;hile y er9' se produ)o un modesto renacimiento. 79n así' cabe preuntarse por qu% no se dio una inversión m"s intensa' con resultados m"s considerables. as ra$ones que tenían para no hacerlo quienes debían tomar la decisión de invertir son muy comprensibles. Salvo en ;hile' el rendimiento de las inversiones mineras resultó nulo o !ue muy ba)o. or e)emplo' en 6%#ico la compañía inlesa de 3eal del 6onte' la m"s importante de las creadas durante el boom que se terminó en 1825' no obtuvo bene!icios de las inversiones. Due así no por !alta de iniciativas para sacar a la mina de su estancamiento: por el contrario' la empresa multiplicó los costosos intentos de me)oras' continuó con a9n menos suerte los es!uer$os de los anteriores propietarios por librar del aua los niveles in!eriores de la veta' y construyó una carretera que permitió el acceso de vehículos a un "rea antes servida sólo por mulas. Sin duda' la compañía 3eal del 6onte tenía derecho a que)arse de su mala suerteA cuando tras
un cuarto de silo de invertir a p%rdida trans!irió los derechos de e#plotación a empresarios locales' %stos comen$aron a obtener r"pidas anancias en parte como consecuencia de esas inversiones.& ero los observadores coet"neos parecían dispuestos a e#traer de esa e#periencia una morale)a m"s precisaA (. . ard' apoloista no del todo desinteresado de las compañías brit"nicas establecidas en 6%#ico' admitió de buen rado que la decisión de invertir sumas inentes en me)orar la producción' laboreo y transporte había sido imprudente. En el otro e#tremo de (ispanoam%rica' 4ohn 6iers sacó una conclusión an"loa de su e#periencia como !rustrado productor de cobre en ;hileA tambi%n a su )uicio era preciso e#aminar cuidadosamente el e!ecto económico de cualquiera de las me)oras t%cnicas que se proyectara emprender: e incluso las inversiones destinadas a aumentar el volumen de la producción sin introducir me)oras tecnolóicas corrían el rieso de resultar contraproducentes.8 7sí pues' este conservadurismo Cque re!le)a la situación dominante en una etapa en que no se producían proresos t%cnicos comparables a los que conocería la minería en la seunda mitad del siloC provocó una creciente cautela en el momento de hacer nuevas inversiones mineras' e#cepto allí en donde la presencia de yacimientos J uis
eñalo$a' .istoria económica de Bolivia' a a$' 15F@15?' ,' p. 208: ,,' p. 101. . 3andall' /eal del &onte, a British mining venture in &e'ico ' 7ustin' Ke#as' 1&2' pp. 81'
& 3obert
100@ 108 y 5?@5J. 8 4ohn 6iers' 0ravels in Chile and La Plata ' ondres' 182J' ,,' pp. F82@F85.
5 e#cepcionalmente ricos Ces el caso de los chilenosC aranti$aba r"pidos y altos bene!icios. a reconstrucción pos b%lica no conllevó la introducción de innovaciones decisivas en la orani$ación de las e#plotaciones mineras. En cuanto a la !uer$a de traba)o no hay duda de que el asalariado predominó incluso allí donde no lo había en el periodo colonial. Este !ue el caso de /olivia: la situación !ue alo distinta en la $ona aurí!era de
situación de los mineros chilenos. En el periodo colonial había e#istido la misma variedad en la orani$ación de la minería. En 6%#ico predominaban las randes unidades productivas que !inanciaban su e#pansión con sus propios bene!icios: a veces' incluso podían invertir en la adquisición de haciendas que interaban económicamente a las minas. En er9' /olivia y ;hile las unidades productivas eran m"s pequeñas y carecían de independencia real !rente a los GaviadoresH o GhabilitadoresH que adelantaban el capital necesario para continuar las actividades. -En el caso del 7lto er9 la situación de los empresarios mineros a9n era peor' ya que !recuentemente tenían que alquilar los derechos de e#plotación a unos precios muy altos a sus titulares absentistas. >espu%s de la independencia los contrastes entre 6%#ico y er9 al respecto continuaron e#istiendo. En una !echa tan tardía como 18&' 6aurice du ;hatenet señaló que la mayoría de los empresarios mineros de ;erro de asco no eran Gpersonas ricas' que pueden disponer de capitales... tienen que recurrir a la plata a)enaH: a la ve$ debían vender sus productos a sus acreedores' que se los paaban a un precio in!erior al normal.10 En la d%cada de 1820 6iers describió una situación similar para la $ona chilena del cobre. ero la prosperidad de la minería arentí!era a partir de 18F1 permitió que en ;hile suriera una clase de empresarios mineros no sólo independientes' sino lo bastante prósperos como para que a partir de mediados de silo pudiera invertir randes cantidades de capital: los mineros m"s ricos emerieron como !uertes propietarios urbanos y r9sticos en el ;hile central. En el mismo periodo' en /olivia hubo cambios radicales en el conte#to leal en que operaba la actividad minera. a nación independiente eliminó los derechos de los titulares absentistas y' al otorar nuevas concesiones' !avoreció la aparición de unidades mineras m"s amplias que las e#istentes en la etapa colonial. ero el marasmo de la minería boliviana impidió que estos cambios alcan$aran todas sus posibles consecuencias antes del 9ltimo tercio del silo *,*. or lo tanto' la e#pansión minera en casi todas partes se vio limitada por la necesidad de capital que nunca lleó a cubrirse del todo satis!actoriamente. Sin embaro' el nivel de la demanda Cotro !actor limitador de la e#pansión de la economía de e#portación 4ohn
Disher' &inas y mineros en el Per colonial ' 1&&J@182?' ima' 1&&' p. 101. 10 6aurice du ;hatenet' GEstado actual de la industria minera en el ;erro de ascoH' Anales de la 2scuela de Construcciones Civiles y de &inas ' 1M serie' , -ima' 1880' p. 11.
J0 de 7m%rica atinaC no a!ectó al sector minero. Es verdad que en la d%cada de 1820 se
produ)o el boom y la caída de la producción cuprí!era chilena a consecuencia del aumento y la posterior disminución catastró!ica de la demanda de cobre de la ,ndia brit"nica. 11 Sin embaro' en toda 7m%rica atina la plata era' con ran di!erencia' m"s importante que cualquier otro mineral y la demanda de plata latinoamericana para acuñarla era tan rande que era imposible imainar que pudiera e#istir al9n tipo de límite que pudiera !renar la e#pansión de su producción. En cambio' el sector aropecuario no podía depender de una demanda tan !irme' pero por otro lado' respecto al aspecto mencionado' este sector podía contar con una venta)aA no era necesario hacer una ran inversión antes de comen$ar a percibir anancias' a di!erencia de la industria minera descalabrada durante las luchas por la independencia. a anadería era el sector productivo que requería la inversión m"s pequeña. Sin embaro' qui$"s estaba m"s a!ectado que cualquier otro por la disponibilidad de mercados e#ternos. >esde el comien$o de la coloni$ación de la 7m%rica española' la anadería vacuna !ue el modo de e#plotar los recursos naturales cuando no había otros m"s provechosos. as "reas sobre las cuales se e#pandió' a9n sin contar entonces con mercados e#ternos satis!actorios' terminaron por ser amplísimasA desde el norte de 6%#ico hasta el noreste brasileño -y en el mismo /rasil' 6inas erais' una ve$ aotada su prosperidad minera' las tierras neoranadinas y los llanos vene$olanos' vastas e#tensiones de 7m%rica ;entral' buena parte del valle central de ;hile y todo el 3ío de la lata y el sur de /rasil. En la primera mitad del silo *,* este sistema de e#plotación que a9n estaba tecnolóicamente muy atrasado no sini!icaba necesariamente -como sini!icó m"s tarde limitar la e#plotación anadera a las $onas m"s aptas dentro de esas vastas tierras. o que hacía que sólo alunas de entre ellas se incorporaran sólidamente a la nueva economía e#portadora tenía entonces menos que ver con la es!era de la producción que con la mercantilA la capacidad de volcar esa producción en circuitos comerciales pree#istentes C tanto antes como despu%s de la independenciaC es lo que e#plica el %#ito de la anadería rioplatense' vene$olana o sur@brasileña. >ada la e#trema !alta de capital y ante el hecho de que eran unas "reas muy poco pobladas donde la disciplina social en muchos casos se veía seriamente a!ectada por los tiempos revueltos' la e#pansión de la producción vacuna se basaba en la e#tensión de tierra disponible. Sin embaro' la di!erencia entre la creciente prosperidad de los anaderos de /uenos 7ires y el empobrecimiento de los de la vertiente del ací!ico en ;entroam%rica C como observaba 4ohn . Stephens a mediados de siloC residía en el hecho de que los hacendados de ;entroam%rica Ccuyas propiedades eran tan randes como alunos
principados europeosC no podían vender su in9til rique$a' mientras que los hacendados del 3ío de la lata tuvieron libre acceso al mercado europeo. 12 Ello se debía a que la e#pansión de las importaciones de ultramar Cconsecuencia de la liberali$ación del mercadoC había tenido luar antes y con mayor intensidad en el 3ío de la lata que en nin9n otro sitio y esto creó la necesidad de una corriente de e#portación que hiciera posible la perduración de las importaciones. En ;hile' a pesar de la ausencia de unas circunstancias parecidas a las del 3ío de la lata' tambi%n hubo un incremento de la 11 ,n!orme
del cónsul brit"nico en +alparaíso' ;harles 3.
J1 anadería para la e#portación' aunque su volumen !ue mucho menor. os importadores de /uenos 7ires' 6ontevideo y +alparaíso necesitaban productos para enviar a Europa y sus barcos necesitaban cara para el via)e de rereso. 7lunas veces tomaron a su caro la responsabilidad de e#portar productos anaderos. a !alta de importaciones era lo que impedía la e#pansión de las e#portaciones a otras "reas menos a!ectadas por la apertura mercantil y esto !ue lo que ciertamente ocurrió' hasta mediados del silo *,*' en la costa del ací!ico desde uayaquil a ;ali!ornia. a apertura del comercio permitió que los anaderos latinoamericanos pudieran acceder al mercado europeo que desde hacía mucho tiempo estaba dominado por los rusos. Esto limitaba las posibilidades de la e#pansión latinoamericana' pero a pesar de todo pudo e#tenderse dada la abundancia y la baratura de la tierra. El descenso secular del precio de los cueros en el mercado europeo recortó pelirosamente el maren de anancia de los hacendados. a cría se mantuvo y se e#pandió racias a la diversi!icación de las e#portaciones de orien pecuario: el cuero mantuvo desde lueo su posición dominante y la carne salada -charque y tasa)o' cuya e#portación había comen$ado antes de la crisis de la independencia' ya hacia 1820 recuperó los niveles de preuerra y estos continuaron aumentando hasta mediados de silo. a carne salada halló su mercado en las $onas esclavistas tropicales -;uba y /rasil' sobre todo. 7 partir de 18F0' el sebo comen$ó a pesar cada ve$ m"s en las e#portaciones a Europa y' a di!erencia de los cueros' o$ó de una subida casi constante de precios. /uena parte del sebo e#portado no era ya en rama' sino rasa concentrada al vapor: propietarios y comerciantes de la $ona rioplatense instalaron GvaporesH para producir sebo y rasa. or lo tanto' su producción incluía un aspecto manu!acturero' si bien era de car"cter muy modesto tanto en lo re!erente a la demanda como en el n9mero y en la especiali$ación de la mano de obra' como tambi%n en la inversión de capitales. a producción de tasa)o e#iía una dimensión manu!acturera mucho m"s importante. El saladero' establecido en un puerto o cerca de %l' arupaba un n9mero de traba)adores que casi nunca ba)aba de cincuenta y en los m"s randes lleaba a varios
centenares que se especiali$aban en tareas bien di!erenciadas cubriendo las distintas etapas de elaboración' desde el sacri!icio del animal hasta el salado y secado de las mantas de carne. 7l rev%s de lo que ocurría en el sur brasileño' donde estas empresas manu!actureras marcadas por tantos rasos capitalistas utili$aban predominantemente mano de obra esclava' en el 3ío de la lata y ;hile la que traba)aba en el saladero era asalariada y se bene!iciaba de los altos niveles de remuneración que por entonces recibían los traba)adores especiali$ados en las ciudades hispanoamericanas. 1F a !uer$a de traba)o necesaria para la cría del vacuno tambi%n era asalariadaA el traba)ador percibía salarios en dinero y no se veía !or$ado por presión e#traeconómica o por el aislamiento a astarlos e#clusivamente en lo que adquiría de su patrón' o del comerciante que debía a este patrón la posibilidad de tra!icar en la estancia. Este era el caso de los traba)adores temporales y especiali$ados -domadores' herradores' arrieros' cuyo nivel de remuneración era mucho m"s alto que el de los permanentes. ero' a pesar de que estos 9ltimos podían no tener acceso directo al mercado de consumidores -lo que est" le)os de ser evidente en todos los casos y eran ob)eto de medidas leislativas que los obliaban a estar siempre empleados so pena de su!rir encarcelamientos' traba)os !or$ados o enrolamiento en 1F Sobre
el sur de /rasil' v%ase Dernando (. ;ardoso' Ca+italismo e escravid3o no Brasil meridional4 o
negro na sociedade escravocrata do /io 5rande do Sul ' SPo aulo' 1J2. Sobre la reión del 3ío de la lata'
v%ase 7l!redo 4. 6ontoya' .istoria de los saladeros argentinos' /uenos 7ires' 15J.
J2 el e)%rcito' todo este aparato de control social y político Clos testimonios de todas las $onas de anadería vacuna lo con!irmanC sólo servía para aseurar la presencia de la !uer$a de traba)o en la hacienda vacuna: su disciplina era relativa en parte porque la cría del vacuno requiere muy poca y en parte debido a la escase$ de mano de obra. >e los di!erentes tipos e#istentes de producción anadera -sobre las "reas medio vacías de 7m%rica atina la vacuna !ue de le)os la m"s a!ectada por las consecuencias de la liberali$ación comercial de principios del silo *,*. a lanar y cabría y la de especies aboríenes se hallaban bien implantadas en las $onas m"s antiuas que estaban m"s densamente pobladas y donde esta herencia tenía un peso muy rande' pero su trans!ormación sólo se hi$o sentir en la seunda mitad de silo' cuando nuevas corrientes comerciales se volvieron m"s intensas y alcan$aron de modo m"s pare)o a toda (ispanoam%rica. 6ientras tanto' sólo en er9 se asistió a un crecimiento importante de las e#portaciones de lana' tanto de ove)a como de los auqu%nidos andinos' pero no es evidente
que ello se debiera al crecimiento del n9mero de cabe$as de anado lanar sino m"s bien a la reorientación hacia la e#portación a ultramar de !ibras que antes eran utili$adas por la te)edura andina. 1? 7lunas ramas de la aricultura loraron utili$ar m"s ampliamente que la anadería ovina las oportunidades abiertas por la liberali$ación comercial' aunque ninuna de ellas se adaptó tan bien como la anadería vacuna a las condiciones de la economía. os cultivos de clima templado -cereales' vid' olivo desde lueo estaban limitados por la !alta de demanda adicional en el mercado europeo y por los altos costos del transporte. a e#portación de tabaco -que se puede producir tambi%n en clima templado no aumentó sini!icativamente hasta mediados de silo y sólo en ;olombia ese proceso se empe$ó ya a insinuar en los 9ltimos años de la d%cada de 18?0. El cacao seuía teniendo su mercado m"s importante en la antiua metrópoli: los cambios en la estructura del comercio e#terior no podrían entonces a!ectarlo tan !avorablemente como a otras e#portaciones: pese a ello' siuió creciendo la producción en la costa ecuatoriana y tambi%n en +ene$uela' que !ue el ran centro productor en los 9ltimos años de la etapa colonial' y si bien el peso relativo de la e#portación cacaotera ba)ó' su valor absoluto ascendió un poco. En +ene$uela' y en menor medida en Ecuador' el cacao se había cultivado con mano de obra esclava. 7l parecer en Ecuador' desde el comien$o de la reconstrucción económica posterior a la independencia' los claros Caquí menos sini!icativosC de)ados en la población esclava por las manumisiones y los enrolamientos !or$osos que tra)o la uerra se cubrieron con indíenas de la costa y de la sierra.
iel' GKhe place o! the peasantry in the national li!e o! eru in the nineteenth centuryH' Past and Present ' ?J -1&0' pp. 108@1FJ. 15 Sobre +ene$uela' v%ase 4ohn +. ombardi' 0he decline and abolition of negro slavery in ene-uela, 1(!# 16%'estport' ;onn.' 1&1' +assim. Sobre Ecuador' v%ase 6ichael K. (amerly' .istoria social y económica de la antigua +rovincia de 5uaya7uil ' 1&JF@ 18?2' uayaquil' 1&F' pp. 10J y ss.
JF
7un así' el peso tanto de los esclavos como de los e# esclavos en la !uer$a de traba)o !ue ba)ando constantemente. arece que en +ene$uela !ueron reempla$ados m"s !recuentemente por asalariados que por campesinos que cultivaban tierras propiedad de los hacendados a cambio de la entrea por parte del terrateniente de lotes para sus propios cultivos. a p%rdida de peso relativo que su!rió el cacao dentro de la aricultura vene$olana se debió sobre todo a la e#pansión del cultivo de ca!%. Qsta comen$ó ya en la %poca colonial y alcan$ó su ritmo m"s intenso en la d%cada de 18F0. El cultivo de ca!%' que en su mayor parte utili$aba mano de obra asalariada' al e#pandirse en nuevo territorio requería una espera de tres años entre la plantación de los arbustos y la primera cosecha. Esta e#pansión estuvo a caro de terratenientes que no disponían del capital necesario y que por lo tanto debieron recurrir al pr%stamo. a ley del 10 de abril de 18F?' que eliminaba las limitaciones a la libertad contractual impuestas por la leislación antiusuraria heredada de la etapa colonial' perseuía precisamente el propósito de crear un mercado de capital m"s amplio y qui$" lo loró demasiado bien' ya que la prosperidad ca!etalera impulsó a los terratenientes a tomar dinero a pr%stamo a un precio muy alto y cuando esa prosperidad cesó' a partir de 18?2' tuvieron sobradas ocasiones para lamentarlo. as tensiones e#istentes entre una clase terrateniente crónicamente endeudada y un sector mercantil y !inanciero que quería cobrar esas deudas serían el tras!ondo de la atormentada historia política de +ene$uela durante varias d%cadas. Sin embaro' al acabarse la prosperidad ca!etalera' debido a la depresión de los precios' el ca!% no perdió su posición central en la economía e#portadora vene$olana. El volumen de las e#portaciones subió alrededor del ?0 por 100 en el quinquenio siuiente a la crisis de 18?2 comparado con el de los cinco años anteriores' y este nuevo nivel se mantuvo hasta que en 18&0 comen$ó una nueva y ran e#pansión. 7 mediados de silo el ca!% constituía m"s del ?0 por 100 de las e#portaciones vene$olanas y en la d%cada de 18&0 m"s del J0 por 100. 1J 7 di!erencia de lo que ocurría en /rasil' donde la e#pansión del cultivo de la caña en estos años dependía casi totalmente de la mano de obra esclava' los productores de ca!% vene$olanos eneralmente empleaban mano de obra libre. Sin embaro' la creciente penuria !inanciera de los propietarios hi$o que cada ve$ se emplearan menos asalariadosA ahora se hicieron m"s !recuentes los contratos con cuneros que a cambio de la tierra
recibida traba)aban los ca!etales del terrateniente: este tipo de contratos pasaron a constituir el sistema de relación dominante entre los propietarios y los traba)adores rurales en las $onas ca!etaleras vene$olanas. 7sí pues' pese a la necesidad de capital y de mano de obra' en +ene$uela la aricultura ca!etalera encontró el modo de sobrevivir y de e#pansionarse en una etapa en que la plantación con mano de obra esclava ya no era una solución viable a laro pla$o. or otro lado' el cultivo de la caña de a$9car en toda (ispanoam%rica se basaba en el sistema de la plantación que empleaba mano de obra esclava -las reducidas $onas productoras de 6%#ico eran una solución sólo parcial y le resultó di!ícil salirse de %l. En la costa peruana' la aricultura a$ucarera utili$aba mano de obra esclava al iual que durante el periodo colonial. os plantadores a$ucareros siempre mencionaban la imposibilidad de obtener m"s esclavos como una de las causas principales del estancamiento de la producción -hasta la d%cada de 18J0. Sin embaro' parece que la !alta de mercado es una e#plicación m"s satis!actoria. 1J ,$ard'
Series estadísticas ' pp. 11@1F.
J? En ;uba Cque con uerto 3ico !ueron colonias españolas a lo laro del periodoC la aricultura tropical' concretamente el cultivo de la caña de a$9car' alcan$ó paradó)icamente un desarrollo espectacular. a breve ocupación brit"nica de a (abana' en 1&J2' se considera el punto de partida de una etapa e#pansiva que en medio de altiba)os continuaría por m"s de un silo. >esde !inales del silo *+,,, la economía cubana C que hasta entonces había sido diversi!icada pero poco desarrolladaC se !ue orientando hacia el predominio del a$9car' si bien el tabaco y el ca!% tambi%n avan$aron' mientras la anadería vacuna' primero predominante' retrocedió aunque no acabó de desaparecer. a monarquía ilustrada !acilitó en parte el proceso de abolir las leyes que reían la adquisición y la utili$ación de la tierra. ero otros cambios in!luyeron a9n m"s directamente' sobre todo el !in del dominio !ranc%s en Saint@>ominue R(aití que eliminó al mayor productor de a$9car del mundo y motivó la emiración a ;uba de alunos de sus hacendados con su capital y sus esclavos. 7 comien$os del silo *,* el centro de ravedad de la producción a$ucarera pasó de la provincia de oriente a la de a (abana. a unidad productiva' el inenio' continuó siendo relativamente pequeña durante varias d%cadas debido al alto costo del transporte ya la necesidad de disponer de combustible. (abía randes productores dueños de m9ltiples inenios' pero la mayor parte dependían de los comerciantes -que les anticipaban el capital
inicial y que les siuieron proveyendo de mercancías y sobre todo de esclavos. a provisión continua de esclavos' en su mayor parte provenientes de I!rica' es lo que hi$o posible la e#pansión a$ucarera cubana. >esde la primera d%cada del silo *,*' ran /retaña y Estados =nidos prohibieron la trata de esclavos en sus territorios y prohibieron a sus s9bditos que se relacionaran con el tr"!ico internacional de esclavos. 7 pesar de la presión internacional' sobre todo brit"nica' España loró escaparse de un primer compromiso Cy de otros posterioresC de abolir la trata. a protección que se dio al comercio de esclavos no !ue el motivo menos importante para que los señores del a$9car aceptaran el dominio de España sobre la isla' dado que una ;uba independiente a9n hubiera podido oponerse menos que la decadente monarquía española a las e#iencias brit"nicas. 7 lo laro del silo *,*' hasta que no concluyó el tr"!ico de esclavos en la d%cada de 18J0 C die$ años despu%s de que hubiera sido suprimida de!initivamente en /rasilC' ;uba importó centenares de miles de esclavos. El tr"!ico alcan$ó el punto m"s alto entre 18F5 y 18?0: en estos seis años entraron 1J5.000 neros en la isla' la mayor parte de ellos destinados a las plantaciones. a población esclava pasó de los escasos ?0.000 de 1&&? a casi F00.000 en 182& Ccuando la población blanca de)ó de constituir la mayoría de la poblaciónC y ascendió a ?50.000 en 18?1. 1& En la d%cada de 18?0' cuando el control brit"nico sobre la trata se hi$o m"s e!ica$' la importación de esclavos descendió' pero aun así la e#pansión de la caña continuó durante dos d%cadas m"s. Sin embaro' ya no se dependía tanto del ran aumento de la !uer$a de traba)o esclava. El !errocarril no sólo !acilitó la comunicación entre las $onas a$ucareras y los puertos sino que tambi%n hi$o posible una e#pansión del cultivo del a$9car que anteriormente había sido imposible dados los altos costes del transporte: tambi%n liberó a la hacienda de su dependencia de los recursos ener%ticos cercanos' permitiendo así que la caña de a$9car se e#pansionara en una proporción mucho mayor que antes en las tierras de 1& DranOlin
. Tniht' Slave society in Cuba during the nineteenth century ' 6adison' 1&0' pp. 22 -tabla
1 y 8J -tabla 8. ara m"s cuestiones sobre la industria a$ucarera cubana y la esclavitud' v%ase Khomas' .ALC ' +' capítulo 5.
J5 la hacienda. 6"s tarde' el !errocarril lleó hasta la misma hacienda' consiuiendo que la comunicación interna !uera m"s barata y e!ica$' lo que a su ve$ permitió superar las limitaciones que antes habían !i)ado las dimensiones de cada hacienda. 18 aralelamente' la creciente di!icultad de suministrar esclavos conllevó una trans!ormación paralela en la industria a$ucareraA una utili$ación mayor de la m"quina de vapor. 7 la ve$' esto hi$o' por un lado' m"s inevitable la transición de la hacienda de cien
esclavos' y que producía 100 toneladas anuales de a$9car' a las propiedades de dimensiones mucho mayores y' por otro' ocasionó la sustitución de una parte importante de los hacendados. óicamente' los que supieron sacar m"s venta)as de estas nuevas circunstancias no eran terratenientes sino comerciantes.
modestos como el de la lana en el sur de er9' tienden a con!irmar el punto de vista de que el es!uer$o de incrementar las e#portaciones sólo podía tener %#ito si sus protaonistas aprendían a adaptarse a la estructura social que estaba cambiando lentamente pero sobre la cual su propia in!luencia era marinal. ;omo que a lo laro de la mayor parte de la 18 =n
e#celente an"lisis de este proceso se debe a 6anuel 6oreno Drainals' 2l ingenio4 el com+le8o vol. ,A 1)"!#1"!' a (abana' 1J?.
económico#social cubano del a-car,
JJ (ispanoam%rica continental' desde 6%#ico hasta ;entroam%rica' desde urante y despu%s de las uerras de independencia hispanoamericanas las relaciones sociales tambi%n se vieron pro!undamente a!ectadas por una nueva ideoloía liberal e iualitaria que recha$aba la característica sociedad )erarqui$ada del periodo colonial y que aspiraba a interar los di!erentes rupos sociales y %tnicos en una sociedad nacional a !in de re!or$ar la unidad de los nuevos estados. Sobre todo tres rasos de la sociedad hispanoamericana se oponían a la corriente liberal e iualitaria de principios del silo *,*A la esclavitud nera' las discriminaciones leales Ctanto p9blicas como privadasC e#istentes sobre los individuos de ra$as me$cladas' y la división de la sociedad' tan vie)a como la misma conquista' en una rep9blica de españoles y en otra rep9blica de indios' las barreras entre las cuales Csi bien eran !"ciles de cru$arC a9n estaban en pie en 1810. 7 principios del silo *+,,, la esclavitud en nin9n punto de la atinoam%rica continental era tan importante como en ;uba y' por supuesto' /rasil. a mayoría de los obiernos revolucionarios abolieron la trata' en alunos casos ya en 1810@1812. Se dictaron leyes que liberaron de la esclavitud a los hi)os de esclava por e)emplo en ;hile -1811'
7rentina -181F' ran ;olombia -1821 y er9 -1821' si bien en alunos casos se estableció un periodo de aprendi$a)e o de traba)o asalariado a cambio de su educación. as leyes del nacimiento en libertad en pocos casos se aplicaron en realidad y de cualquier modo' e#cepto a laro pla$o' no atacaban a la institución misma de la esclavitud. a se ha visto que las necesidades de la uerra impulsaron el reclutamiento de esclavos' !ueran o no manumitidos. >espu%s de la independencia sólo unos cuantos países que tenían una reducida población esclava abolieron la esclavitudA ;hile -182F' ;entroam%rica -182? y 6%#ico -182. 7 la ve$' en otras $onas se intentó revitali$ar la institución' sobre todo por el aotamiento de las !uentes e#ternas de esclavos. El comercio de esclavos a!ricanos era necesario para poder mantener el sistema esclavista y en la 7m%rica atina continental despu%s de las uerras de independencia sólo la reión del 3ío de la lata importaba esclavos en cantidad importante' y esto sólo ocurrió durante las d%cadas de 1820 y 18F0. Ello ine#orablemente condu)o a la decadencia' tanto en cantidad como en calidad' del n9mero de esclavos e#istente' y e#plica por qu% su abolición en +ene$uela' ;olombia' er9 J& y 7rentina en la d%cada de 1850 no provocó nin9n desequilibrio social o económico importante. El ataque a las discriminaciones leales a las que habían sido sometidas las castas !ue menos vacilante y en suma tuvo mucho m"s %#ito. Su abolición sin duda !ue menos completa e inmediata de lo que las !ormulaciones de la etapa revolucionaria permitían suponer: para poner un e)emplo' en la reión del 3ío de la lata' donde la retórica y la leislación iualitaria !loreció m"s que en nin9n otro sitio en la d%cada que siuió a la revolución de 1810' los mesti$os y los pardos no !ueron admitidos en la universidad hasta la d%cada de 1850. 7dem"s' cuando un nuevo Estado hallaba un inter%s !inanciero en mantener las normas di!erenciales' las desiualdades perduraron m"s: por e)emplo en er9' la contribución que paaban las castas' que proporcionaba un inreso considerable' se abolió' pero poco tiempo despu%s se reimplantó y perduró hasta la d%cada de 1850. Sin embaro el sistema de castas en todas partes quedó herido de muerte cuando a partir de los primeros años del periodo nacional ya no !ue obliatorio reistrar el orien racial de los niños. ,ncluso en er9' los bauti$os y los matrimonios de los mesti$os y de los indios ya no se anotaron en libros separados. ;uando se recuerda que ya en las 9ltimas etapas del periodo colonial' desde ;aracas a /uenos 7ires' la prosperidad Cal menos en las "reas urbanasC de alunas personas de ra$as entreme$cladas' incluso aunque !ueran una ín!ima minoría' empe$ó a a!ectar la composición %tnica de las clases propietarias' es m"s !"cil entender que la abolición de la di!erenciación leal entre las castas tuviera %#ito' si bien no sini!icó la desaparición de las
desiualdades en el momento de paar las contribuciones. a uerra' por otra parte' !avoreció el ascenso de la ente de sanre me$clada a posiciones de in!luencia militar y' menos !recuentemente' política. a elite criolla' a9n orullosamente consciente de su pure$a %tnica' sin embaro se convenció de que era imposible intentar de!ender sus pre)uicios por medio de una discriminación leal o política. as necesidades !iscales de los nuevos estados tambi%n pesaron en la lentitud con que se modi!icó la posición leal de los indios en el medio silo que siuió a la independencia. España había abolido el tributo indio en 1810. >e entre los países nuevamente independientes que tenían una ran población india' sólo 6%#ico no lo volvió a reimplantar' pero en er9 y /olivia' y en menor medida en
S"nche$@7lborno$' GKributo abolido' tributo impuesto. ,nvariantes socioeconómicas en la
%poca republicanaH' 9ndios y tributos en el Alto Per' ima' 1&8.pp. 18&@218.
J8 que los cambios )urídicos especí!icos' !ueron los cambios m"s enerales' acaecidos en el sistema político' social y económico que acompañaron las crisis de la emancipación' los que tuvieron mayor impacto. or e)emplo' la d%cada de rebeliones indias que hubo en 6%#ico en el período posterior a la independencia !ue consecuencia de la rela)ación eneral que su!rió la disciplina político@social que e#istía anteriormente en el 6%#ico rural. 7unque los nuevos reímenes introdu)eron en casi todo cambios sustanciales en el status leal de los indios y adoptaron un concepto de la posición del indio en la sociedad b"sicamente di!erente del que e#istía ba)o el 7ntiuo 3%imen' parece que estas innovaciones especí!icas tuvieron menos repercusión que la que provocó la crisis eneral del vie)o sistema. 7l nuevo orden le repunaba la noción de que e#istiera una Grep9blica de indiosH separada y paralela y se neó a adoptar un m%todo alternativo que reconociera' leal y políticamente' un sistema de vida distinto para los indios. 7dem"s' la institución b"sica de la Grep9blica de indiosH' la comunidad india dotada de derechos sobre la tierra'
ahora se consideraba aberrante en t%rminos )urídicos' per)udicial en t%rminos económicos -dado que impide la incorporación de la tierra y el traba)o en la economía de mercado y desastrosa en t%rminos sociales y políticos porque se le considera como un ran obst"culo para la asimilación de los indios en el nuevo orden político. 7 pesar de todo' la comunidad campesina' que había su!rido un lento proceso de erosión incluso durante el período colonial' sobrevivió notablemente bien en 6%#ico' en ;entroam%rica y en las rep9blicas andinas durante la primera mitad del silo que siuió a la independencia. /olívar en er9' por e)emplo' propuso su disolución leal -que hubiera convertido a sus miembros en propietarios individuales' pero esto sólo !uncionó ocasionalmente y aun entonces no parece que a!ectara el !uncionamiento real de la vida de la comunidad. Kampoco se produ)o una aresión importante sobre el patrimonio territorial allí donde las comunidades habían lorado preservarlo durante el periodo colonial a pesar de que e#istía un clima m"s !avorable para hacerlo. Seuramente que la !railidad del nuevo orden político y la !alta en este periodo de presión demor"!ica retrasaron esta aresión' pero en ello a9n in!luyó m"s la !alta de un desarrollo importante de la aricultura comercial. En suma' la principal e#plicación de la estabilidad social de las "reas habitadas masivamente por indios radica en el lento impacto de los nuevos ne#os e#ternos sobre las comple)as y desarticuladas estructuras de la economía hispanoamericana -por e)emplo' el aislamiento económico real de la reión andina. En una $ona muy vasta de (ispanoam%rica' la !alta de estímulos -que hubieran podido aparecer por una e#pansión del mercado debilitó la tendencia hacia una concentración mayor de la tierra y el avance de la hacienda a costa de las comunidades campesinas indias. a propiedad de la tierra !uera de las comunidades indias por supuesto continuó estando muy concentrada' pero las propiedades cambiaron de manos m"s !recuentemente durante los años de uerra civil y de con!lictos políticos que durante el periodo colonial y alunas veces las randes propiedades se dividieron. El estudio e!ectuado sobre un "rea cercana a la ;iudad de 6%#ico revela cómo una ran propiedad se convirtió en botín' apenas disimulado' de la victoria política y militar: 7ustín de ,turbide !ue el primer ran propietario nuevo y despu%s pasó a manos de +icente 3iva alacio que pertenecía al rupo liberal que emerió por primera ve$ en la d%cada siuiente. Sin embaro' a la lara' este botín se hi$o menos atractivo' en parte porque la debilidad del sistema tradicional que proporcionaba mano de obra rural hi$o que la e#plotación de estas J tierras resultara menos rentable que en tiempos anteriores. 20 En 4iquetepeque' en la $ona costera del norte de er9' en este periodo se acentuó la consolidación de una clase de
randes propietarios criollos !ormada en parte por individuos que habían sido en!iteutas de tierras anteriormente eclesi"sticas y en parte por civiles y o!iciales militares de la nueva rep9blica.21 En +ene$uela' el eneral "e$' entre otros' se convirtió en propietario' clase con la que se había identi!icado políticamente. En la reión de /uenos 7ires había tanta tierra disponible para la cría de anado que pudo dividirse en randes propiedades y distribuirla sin randes con!lictos entre los nuevos y los antiuos propietarios. Sin embaro' es peliroso sacar aluna conclusión eneral sobre la propiedad despu%s de la independencia dada la dimensión y la diversidad de (ispanoam%rica y la escasa investiación que se ha hecho sobre el tema. En las ciudades' la elite criolla !ue la principal bene!iciaria de la emancipación política: consiuió sus ob)etivos de despla$ar a los españoles de los caros burocr"ticos y del comercio' a la ve$ que la creación de obiernos republicanos independientes hi$o aumentar las oportunidades de ocupar puestos ubernamentales y políticos. Sin embaro' la elite urbana' comparada con la del periodo prerrevolucionario' ahora era m"s d%bil por diversos !actoresA por la eliminación del patrimonio y del prestiio de los mismos españoles que habían sido una parte muy importante de ella: por la entrada' si bien no la completa interación' de los comerciantes e#tran)eros que tan a menudo sustituyeron a los españoles: por la movilidad ascendente de los mesti$os' y sobre todo por la sustitución de un sistema de poder basado en una metrópoli que lo e)ercía a trav%s de sus ciudades Cque eran los centros políticos y administrativosC por otro sistema' con bases m"s locales' m"s rurales' en que el poder lo e)ercían los hacendados y los caudillos. as elites urbanas vieron cómo se les sustraía parte de estas bases materiales de su preeminencia y tambi%n de buena parte de su )usti!icación ideolóica. En un momento en que la rique$a' comparada con el pasado' se estaba convirtiendo en el criterio principal de la di!erenciación social' monopoli$aron menos la rique$a que antes. Esto les llevó a considerarse' m"s que en el pasado' como una clase instruida' pero cada ve$ se aceptó menos que la ilustración )usti!icara la posición que uno ocupaba en la sociedad. Su recha$o dio luar a que se iniciara un entendimiento -seuramente e#aerado por la elite urbana entre los caudillos rurales -o urbanos de tendencia conservadora y el sector popular urbano' m"s numeroso' m"s próspero e in!luenciado Cen mayor o menor medidaC por las ideas iualitarias di!undidas por las revoluciones de independencia. Esto nos lleva a considerar un problema que es crucial para entender qu% !ue lo que ocurrió en esta !ase de la evolución de la sociedad urbana' en particular en las ciudades m"s directamente a!ectadas por la liberali$ación del comercio e#terior. Se suele a!irmar que esta
liberali$ación Cque posibilitó la importación de productos de las nuevas industrias de ran /retaña y de Europa en ran cantidadC debió tener e!ectos ne!astos sobre aquellos que producían estos productos localmente con m%todos artesanales: es decir' que la pauperi$ación de los sectores populares urbanos !ue la consecuencia inevitable del libre comercio. El arumento contrario sustenta que ya antes de 1810 la importación de productos de lu)o -telas de ;astilla' utensilios metal9ricos' vinos y el comercio 20 4ohn
6. Kutino' G(acienda social relations in 6%#icoA the ;halco reion in the era o! ,ndependenceH' .is+anic American .istorical /evie: ' 55UF -1&5' pp. ?J@528. 21 6anuel /ura' *e la encomienda a la hacienda ca+italista . El valle de 4iquetepeque del silo *+, al **' ima' 1&J' pp. 1?8 y ss.
&0 intrarreional' tanto de estos productos como de los de consumo popular' ya habían limitado la e#pansión de las manu!acturas urbanas y que' adem"s' la e#pansión del comercio e#terior condu)o a un aumento del mercado interior que creó nuevas oportunidades a los artesanos locales. =no y otro e!ecto sin duda se hicieron sentir y su punto de equilibrio no pudo ser el mismo en todos los centros urbanos hispanoamericanos.22 =na de las consecuencias m"s evidentes de la e#pansión del comercio Cy de la creciente comple)idad de la sociedad urbanaC !ue la aparición de un rupo m"s numeroso de comerciantes al detalle. El aumento del volumen de las importaciones no condu)o necesariamente a que los randes importadores e#tran)eros abandonaran la pr"ctica española de vender directamente al p9blico' pero se vieron obliados a diriir una parte creciente de su neocio al detalle hacia un n9mero en aumento de pequeños tenderos. a e#pansión del consumo de trio comportó la sustitución de di!erentes tipos de pan de maí$ que se producían dom%sticamente en casa' por un producto que a menudo se compraba en las tiendas. or otro lado' el movimiento de personas dio luar a la apertura de m"s !ondas. 7dem"s' aunque el incremento del volumen de telas importadas bien pudo a!ectar neativamente a los productores locales Cque en e!ecto eran raros de encontrar en los centros urbanos importantesC' creó una demanda de m"s modistas y sastres en las ciudades donde se concentraba su consumo. En eneral' si bien no del todo' se produ)o m"s bien un aumento que una decadencia de los sectores m"s prósperos de las clases ba)as en las ciudades hispanoamericanas en el periodo que siuió a la independencia. Ello en parte e#plica que las elites urbanas a menudo se mostraran preocupadas por el orden social que se creía amena$ado' pero que a pesar de ello no a!rontaran desa!íos abiertos. Sin embaro' había pocas oportunidades de que los sectores no primarios de la economía hispanoamericana se desarrollaran de !orma autónoma en el nuevo orden económico internacional tras la independencia. a dependencia económica Centendida' para este periodo' sobre todo como la aceptación de un luar en la división internacional del
traba)o !i)ado de antemano por la nueva metrópoli económicaC impuso limitaciones ríidas sobre las posibilidades de diversi!icación económica en las "reas así incorporadas m"s estrechamente en el mercado mundial. (asta !inales del periodo que se est" anali$ando' 6%#ico !ue de hecho el 9nico país de (ispanoam%rica que pudo crear una industria te#til capa$ de trans!ormar su proceso productivo y pudo competir con las telas que se importaban. ;uando se e#aminan las ra$ones de este triun!o de 6%#ico' parece que los !actores m"s importantes !ueron las dimensiones del mercado y la e#istencia desde el periodo colonial de un activo comercio interno que hi$o económicamente posible la producción a la escala que la nueva tecnoloía requería. 7dem"s' en esta primera etapa e#istía una ran cantidad de artesanos concentrados en el centro urbano de uebla para emplear en la nueva y m"s claramente industrial !ase de la producción te#til me#icana. 2F En los otros países' el mercado interior o bien era mucho m"s limitado Cmenos ente' y a menudo con inresos in!eriores que los de 6%#icoC y estaba suministrado por los comerciantes e#tran)eros -como era el caso de la reión del 3ío de la lata' o bien continuaba siendo muy pequeño' desinterado y muy aislado del mundo e#terior' como en 22 ara
un suerente e#amen de estos cambios en Santiao de ;hile' v%ase uis 7lberto 3omero' a Sociedad de la ,ualdad. os artesanos de Santiao de ;hile y sus primeras e#periencias políticas' 1820@1851' /uenos 7ires' 1&8' pp. 11@2. 2F 4an /a$ant' GEvolución de la industria te#til poblanaH' (istoria 6e#icana' 1F -6%#ico' 1J?' p. ?.
&1 toda la reión andina. 7hí sobrevivió el sistema tradicional de la con!ección de te)idos y tambi%n de otras muchas cosas. En este repaso necesariamente breve de las continuidades y de los cambios que se dieron en la sociedad hispanoamericana en el periodo que siuió a la independencia no se ha mencionado una variable que podía esperarse que !uera b"sicaA la evolución demor"!ica. Este silencio se debe en parte a que se sabe muy poco de las características demor"!icas' pero sobre todo porque lo que se sabe de ella permite concluir que no !ue un !actor decisivo en la evolución de la sociedad a di!erencia de lo ocurrido en el periodo colonial o como lo sería a partir de 18&0. En 6%#ico' despu%s del aumento de la población que se había dado en el silo *+,,,' las primeras d%cadas del silo *,* parecen re!le)ar una caída de la población en alunas "reas y un estancamiento eneral. En el resto de (ispanoam%rica la tendencia !ue claramente ascendente si bien naturalmente estaba su)eta a randes variaciones de una reión a otra.
estuvieran o no a!ectadas por la apertura mercantil ultramarina despu%s de la independencia y' por otro' un crecimiento m"s lento en las $onas de 6%#ico' hasta el espina$o andino de Suram%rica' pasando por ;entroam%rica pobladas principalmente por indios. En el caso de ;ochabamba -/olivia' la comparación de los datos de 1&F y de 185? con!irma esta conclusión eneralA hubo un crecimiento m"s r"pido en los valles -que e#pandieron su aricultura y atra)eron inmirantes que en la sierra. 2? El crecimiento de la población se basaba sobre todo en el avance de la !rontera arícola. Este avance' si bien en
S"nche$@7lborno$' La +oblación de Am;rica Latina desde los tiem+os +recolombinos al a
(!!!'
6adrid' 1&&' pp. 12& y ss.
&2 Este crecimiento urbano relativamente lento y la similitud del ritmo de crecimiento de la población en reiones que !ueron o que no !ueron incorporadas en la economía arario@e#portadora en e#pansión son otras dos pruebas de lo limitado que !ue el impacto de la inserción de (ispanoam%rica en el nuevo sistema económico internacional' cuyo
centro era ran /retaña y no la vie)a metrópoli imperial. Sin embaro' desde mediados del silo *,* se inició la transición radual a una relación m"s estrecha y m"s comple)a entre (ispanoam%rica y el mundo e#terior que la que e#istió en el periodo que siuió a la independencia. El tercer cuarto del silo *,* !ue una etapa de transición en la historia económica de 7m%rica atina entre el periodo de estancamiento económico de despu%s de la independencia -con la e#cepción de ;uba y el de crecimiento de las e#portaciones que hubo entre las d%cadas de 18&0 y 1880 hasta la depresión mundial de 1F0. as relaciones e#istentes entre la economía hispanoamericana y la metropolitana se !ueron rede!iniendo radualmente. Se abrieron nuevas oportunidades para los sectores de e#portación de alunas economías hispanoamericanas' sobre todo en 7rentina' er9 y ;hile. os años centrales del silo *,* marcaron' para la economía europea' el !in de un periodo de decadencia que despu%s de alcan$ar su punto m"s ba)o en la crisis de 18?8' de)ó paso a una !ormidable ola e#pansiva que se prolonaría -a pesar de las crisis de 185& y 18J5 hasta la ran >epresión de 18&F. >urante este periodo' el continente europeo acortó distancias con la isla que había iniciado la 3evolución industrial. El crecimiento industrial' tanto en ran /retaña como en Europa' avan$ó a un ritmo m"s r"pido que en el pasado inmediato y los principales países del continente europeo introdu)eron' de !orma m"s decidida que ran /retaña' innovaciones institucionales y orani$ativas -como por e)emplo los bancos de depósito o inversión' y las empresas de base no !amiliar se hicieron cada ve$ m"s numerosas' sobre todo en el neocio bancario y en los transportes. a demanda europea y norteamericana de materias primas latinoamericanas aumentó. El avance de la naveación a vapor !ue mucho m"s lento en Suram%rica y en el ací!ico que en el 7tl"ntico
las casas bancarias de sólida reputación -que posibilitarían a los inversores penetrar en el mercado latinoamericano con una con!ian$a que no siempre estuvo bien !undamentada. En el periodo de 1850 a 18&F el cr%dito otorado a los estados hispanoamericanos !ue de car"cter !uertemente especulativo y m"s de un episodio entre los que precedieron la crisis de 18&F Cpor e)emplo' los re!erentes a los pr%stamos a (onduras y arauayC 25 25 ara
(onduras' v%ase >. ;. 6. latt' G/ritish bondholders in nineteenth@century atin 7merica. ,n)ury
and remedyH' 9nter#American 2conomic Affairs ' 1?UF -1J0. Sobre arauay' v%ase (. . arren' Paraguay and the 0ri+le Alliance . Khe post@Nar decade' 18J@18&8.7ustin. 1&8' pp. 12 y ss.
&F recordaron alunos ocurridos medio silo atr"s. (ubo muestras de lo que serían las !uturas relaciones !inancieras con la metrópoli. En alunos casos -como el e)emplo peruano que veremos m"s adelante' la operación de cr%dito iba vinculada al control del comercio e#terior del país peri!%rico. En otros casos -como el de los pr%stamos a 7rentina y ;hile la otoración de cr%dito !acilitó la e#portación a la peri!eria de productos que ya no eran de consumo. or otro lado' en la d%cada de 18J0 se establecieron los primeros bancos privados e#tran)eros especiali$ados en cr%dito al comercio ultramarino y en la remesa de !ondos entre (ispanoam%rica y Europa: se trata de los bancos brit"nicos que acabaron por !usionarse en el /anco de ondres' 6%#ico y Suram%rica. or supuesto que los banqueros de la Europa continental tambi%n se trasladaron a (ispanoam%rica' pero hasta la d%cada de 1880 no retaron la heemonía brit"nica. El papel del rupo de los comerciantes brit"nicos establecidos en los puertos y en los centros comerciales de (ispanoam%rica en el momento en que se abrió el comercio mundial' y que estaban relacionados con las principales !irmas comerciales de ran /retaña' empe$ó a declinar' al iual que su autonomía. En este periodo' tanto los estados como los capitalistas de cada rep9blica se vincularon m"s al crecimiento de la economía latinoamericana' pero para el !uturo a9n !ue m"s importante la creciente importancia de un nuevo tipo de neocio Cdel que la sociedad !erroviaria es el me)or e)emploC que era metropolitano no 9nicamente por su orien -si bien su capital podía no ser e#clusivamente metropolitano' sino tambi%n por la locali$ación de la sede de su administración y' sobre todo' por los la$os íntimos que mantenía con la economía metropolitana. as nuevas compañías !erroviarias no sólo eran un instrumento de la interación mercantil entre la economía metropolitana y la neocolonial que !acilitaba la concentración de esta 9ltima en el sector primario@e#portador: desde el punto de vista metropolitano a9n cumplió una !unción m"s inmediatamente 9til al o!recer una salida a la producción metal9rica y mec"nica en
los años de construcción de la red y una demanda m"s reducida pero reular de estos mismos productos y de carbón' una ve$ que ya se e#plotó el !errocarril. El principio de la e#pansión del !errocarril en la (ispanoam%rica continental' especialmente en 7rentina' que tuvo luar durante estos años' muestra con claridad el car"cter de la nueva relación entre la metrópoli y la peri!eria. En la provincia de /uenos 7ires' en 185& una serie de capitalistas de la reión empe$aron a construir el !errocarril del norte para !acilitar el transporte de la lana. Sin embaro' esta !uente de capital pronto resultó insu!iciente y el erario provincial se hi$o caro eventualmente de la e#tensión de la línea antes de buscar la alternativa de traspasar la construcción y la e#plotación del !errocarril a compañías e#tran)eras. =na d%cada despu%s' productores locales y comerciantes de orien inl%s )uaron un papel destacado en la promoción de una seunda red importante en la provincia de /uenos 7ires' la línea del sur -al iual que la del oeste era entonces b"sicamente para transportar lanas' y alunos de ellos llearon a ser miembros de la )unta directiva de la compañía privada que se hi$o caro de su estión. Sin embaro' la compañía se estableció en ondres y desde el principio ravitaron en ella los intereses metropolitanos: en pocas d%cadas la relación entre el !errocarril del sur y los intereses económicos dominantes de la reión a la que servía' que primero había sido tan íntima' desapareció casi por completo. a línea de 3osario a ;órdoba' el e)e de la !utura red del !errocarril ;entral 7rentino' !ue desde el comien$o una empresa muy distinta. 7 di!erencia de la del oeste y del sur' que servían las necesidades de una reión productiva ya en e#plotación' se quería que esta línea desarrollara e impulsara la industria rural y el comercio: así no podía o!recer r"pidos bene!icios. Se construyó racias a una arantía &? estatal de anancia mínima mediante una subvención -m"s la entrea de tierras a la compañía brit"nica que tomó a su caro su construcción y e#plotación. El vínculo metropolitano se estableció' a9n m"s que en el caso del anterior !errocarril del sur' con intereses vinculados con la construcción !erroviaria. a cone#ión con los intereses ararios y mercantiles locales posteriormente se desarrolló m"s como consecuencia de la construcción del !errocarril. Estas relaciones no sólo no eran tan estrechas como en el caso del !errocarril del sur' sino que estuvieron marcadas por un antaonismo casi permanente. Ello se debía a las condiciones o!recidas para la construcción de la línea: la arantía era proporcional a su e#tensión y' aunque esto estimuló la inversión' desanimó las que debían me)orar el servicio. =na seunda ra$ón consistía en que el !errocarril entre ;órdoba y 3osario se construyó para transportar cereales' y dada las especiales características que requiere su almacenamiento y su transporte dio luar a con!lictos de intereses m"s serios entre productores y transportistas que en el caso de la lana. 2J 7l !inal' como consecuencia
de la depresión de 18&F' cuyos e!ectos se sintieron en la 7rentina en 18&?' la compañía de !errocarril brit"nica se neó a alarar el tendido que en 18&0 lleaba hasta ;órdoba. El Estado asumió la responsabilidad de continuarla' pero esta decisión' que parece independi$ar la construcción !erroviaria del centro metropolitano' modi!icó pero no suprimió esa relación e#terna. a construcción de la línea !ue tomada por el empresario brit"nico Kel!ener' que había invertido su capital en material de construcción !erroviario y que en este periodo de depresión económica aceptó adelantar al Estado arentino los !ondos necesarios. En este periodo' el sistema adoptado por 7rentina para la construcción de la red !erroviaria' si bien constituyó un precedente de las características que m"s adelante tendrían las relaciones !inancieras entre (ispanoam%rica y la metrópoli' no !ue el modelo m"s corriente. En ;hile' aunque el primer !errocarril' en la $ona minera de
traba)os posteriores no han superado el de (. S. Derns' Britain and Argentina in the =9=th Century ' B#!ord' 1J0' pp. F?2 y ss. 2& 6ararita =rias (ermosillo' G6anuel Escandón' de las diliencias al !errocarril' 18FF@18J2H' en ;iro D. S. ;ardoso' ed.' >ormación y desarrollo de la burguesía en &;'ico . Silo *,*' 6%#ico' 1&8' p. 52.
&5 a participación creciente de la economía metropolitana en la de la peri!eria a trav%s' por e)emplo' del sistema bancario incipiente y de las compañías !erroviarias no sólo !ue necesaria por el crecimiento del volumen de producción de los sectores de e#portación hispanoamericanos: tambi%n se necesitó para hacer posible que (ispanoam%rica pudiera producir a precios competitivos. a venta)a de que habían o$ado en t%rminos de
intercambio las economías hispanoamericanas en la etapa anterior -1808@1850 empe$ó a hacerse menos evidente' y a !inales de la etapa de transición -1850@18&F había desaparecido o por lo menos había descendido notablemente. as economías peri!%ricas ya no crecían m"s lentamente que las de los países metropolitanos' a pesar de que se había producido la e#pansión eor"!ica del "rea metropolitana en la Europa occidental continental y en urante el tercer cuarto del silo *,*' la continuación' e incluso la intensi!icación' de los con!lictos políticos y militares que destruyeron activos' absorbieron recursos que hubieran debido emplearse en ob)etivos productivos y ale)aron el capital e#tran)ero constituyó un obst"culo al crecimiento económico de los países latinoamericanos. En ello se encuentra tambi%n una e#plicación de la di!erenciación creciente que se percibe en las distintas economías hispanoamericanas. 7 lo laro de la mayor parte de este periodo' 6%#ico' y en menor medida +ene$uela' por e)emplo' se vieron pro!undamente conmocionadas por uerras civiles' las peores desde la independencia. a uerra civil me#icana se complicó adem"s con una intervención e#tran)era. ,ncluso en 7rentina' el ministro de (acienda en 18J& calculó que el coste de las uerras civiles de los años cincuenta y sesenta )unto con la uerra con el arauay -18J5@18&0 iualaba al total de los cr%ditos e#tran)eros recibidos por el Estado arentino durante este periodo. En las dos d%cadas que siuieron a 1850 ;uba Cque era una colonia españolaC tuvo la economía e#portadora m"s desarrollada de (ispanoam%rica: en 18J1@18J? sus e#portaciones alcan$aron un valor promedio de 5& millones de pesos anuales y no ba)aron de este nivel ni en la primera !ase de la uerra de los >ie$ 7ños' que empe$ó en 18J8. 7 principios de la d%cada de 18&0' las e#portaciones cubanas todavía eran casi el doble de las de los países latinoamericanos independientes que habían desarrollado m"s considerablemente sus e#portacionesA 7rentina' ;hile y er9 e#portaron por valor de alrededor de F0 millones de pesos' que a su ve$ superaban a 6%#ico -que en 18&0 e#portaba por valor de 2? millones de pesos' cuyo estancamiento económico re!le)aba tanto las consecuencias de los con!lictos políticos y militares de las d%cadas de 1850 y 18J0 como la decadencia de su sector minero. Se produ)eron tambi%n sini!icantes realineamientos entre los e#portadores menoresA =ruuay' cuyas e#portaciones se valoraban en 12 millones y medio de pesos' doblaba entonces las e#portaciones de /olivia o +ene$uela -ambos países con un valor de cerca de J millones' debido en parte a que 6ontevideo era tambi%n el puerto de salida de una parte de la producción arentina. 28 /olivia a9n padecía las consecuencias del colapso de su sector minero. +ene$uela la de los
28 Sobre
las e#portaciones de (ispanoam%rica' v%ase D. 6artin' 0he Statesman?s @ear#book ' ondres'
18&?' +assim.
&J costes sociales y económicos de la uerra civil y del descenso paulatino del precio del ca!%' su principal producto de e#portación. a industria a$ucarera cubana continuó su impresionante crecimiento a mediados del silo *,*' pero su hori$onte empe$ó a ensombrecerse. El descenso del precio del a$9car' aunque no era tan pronunciado como sería despu%s' ya se había iniciado' y ante la e#pectativa de la clausura !inal del comercio atl"ntico de esclavos -que tuvo luar en 18J5@ 18JJ ya se había empe$ado a producir un incremento del precio de los esclavos importados. 7 consecuencia de este movimiento de tena$a' e#istía un creciente pesimismo acerca del !uturo de la economía de plantaciónA ahora se ponía en evidencia que para que sobreviviera el cultivo de la caña debía e#istir una !uente alternativa de mano de obra y de capital para poder e!ectuar la moderni$ación del sector industrial. Era dudoso que pudieran hallarse' y era cada ve$ m"s evidente que la mayoría de los plantadores cubanos' incluso aquellos que se habían interado en la industria y que en ran parte eran responsables de la reciente e#pansión' no podrían mantener su posición dominante en el momento de a!rontar los cambios que era necesario hacer para que pudiera sobrevivir el sector a$ucarero. a uerra de los >ie$ 7ños -18J8@18&8 reveló y aravó las !racturas e#istentes en la industria a$ucarera cubana e hi$o a9n m"s seuro que el !inal de la esclavitud -en la d%cada de 1880 y la moderni$ación de los inenios a$ucareros sini!icarían el !in del dominio de los plantadores cubanos y españoles en la aricultura cañera cubana. a prosperidad de la economía e#portadora peruana' al iual que la cubana' estaba continuamente acompañada de presaios l9ubres. ero esto era lo 9nico que tenían en com9n. a e#pansión de la e#portación peruana se basaba en el uano: sólo al !inal de la etapa del boom del uano' otros productos' alunos de ellos tradicionales como el a$9car y el alodón y otros nuevos como el nitrato' empe$aron a rivali$ar con el uano. 7hora bien' el papel del uano en la economía peruana era muy di!erente al desempeñado por el a$9car en ;uba. En primer luar' las características del comercio internacional del uano eran di!erentesA en un conte#to de una demanda creciente de uano' nacida de las e#iencias de la aricultura europea' er9 o$ó a lo laro de este periodo de un monopolio virtual en la o!erta del producto. El impacto del uano en la economía peruana tambi%n !ue distintoA para e#portarlo sólo se necesitaba una tarea de recolección que no requería t%cnicas
comple)as y que sobre todo absorbía mano de obra no cuali!icada: adem"s' desde el punto de vista de su transporte' su volumen era mucho menor que el del a$9car por valor comparable. Dinalmente' había tambi%n una di!erencia en la relación eor"!ica entre el "rea uanera y las $onas nucleares de la economía peruanaA el uano provenía de un "rea marinal y min9scula' !ormada por un con)unto de islas relativamente ale)adas de la costa. Kodos estos !actores in!luyeron en el impacto de la e#pansión uanera en la economía peruana. Su capacidad de suscitar directamente trans!ormaciones de otros sectores' mediante una combinación de avan$ar y retroceder' !ue e#tremadamente limitada. Sin embaro' racias a la situación de proveedor monopolístico de que o$aba er9' el Estado peruano pudo retener una parte muy importante de los bene!icios del sector -parece ser que por encima del 50 por 100'2 una proporción sólo alcan$ada por +ene$uela con el petróleo durante la Seunda uerra 6undial. 2 Se9n
las ci!ras presentadas por Shane (unt en (eraclio /onilla' uano y buruesía en el er9' ima' 1&?' p. 1??. ueden verse m"s aspectos del impacto del uano en la economía peruana en /onilla' .ALC ' +,' capítulo J.
&& (asta 18J0 el comercio del uano estuvo en manos de casas mercantiles e#tran)eras' entre las que dominaba la !irma inlesa de 7nthony ibbs and Sons. ero las realías obtenidas por el !isco -m"s los inresos derivados del hecho de que' debido a su solvencia' er9 de nuevo tuvo acceso al cr%dito nacional y e#tran)ero pronto se tradu)eron en un aumento del asto p9blico que b"sicamente se diriió a aumentar las retribuciones de los !uncionarios y los militares. En cambio' sólo una parte reducida de los inresos que proporcionaba el uano sirvió para obras p9blicas e incluso para la adquisición de armas. or otro lado' la consolidación de la deuda interna' que trans!irió recursos muy vastos a manos particulares -a menudo con derechos muy dudosos' en t%rminos de su impacto político y social' !ue un aspecto esencial de esta primera !ase del boom del uano peruano. a seunda !ase estuvo marcada por la concesión del monopolio del comercio del uano' con el mercado m"s importante' el brit"nico' a un rupo de concesionarios peruanos. El periodo de e#pansión se había terminado y el tesoro' acostumbrado a un incremento constante de sus inresos' empe$ó a sentirse en la penuria. Entonces recurrió cada ve$ m"s al cr%dito de los mismos concesionarios uaneros' que tuvieron una in!luencia creciente en la vida !inanciera y política del er9. En 18J' un obierno de tendencias conservadoras encabe$ado por el eneral /alta' que contaba con m"s apoyo en el e)%rcito y en el sur de er9 que en ima' rompió esta lia$ón !inanciera al trans!erir la concesión del comercio del uano a 7uuste >rey!us' un comerciante !ranc%s. =na ve$ obtenida la concesión no le
resultó di!ícil encontrar el respaldo !inanciero necesario en Europa. +olvieron a crecer los inresos !iscales procedentes del uano y el cr%dito' y estos nuevos recursos se volcaron en un ambicioso prorama de construcciones !erroviarias destinadas a conectar las sierras sureña y central con los puertos del ací!ico. 6ientras tanto' a pesar de que el boom del uano sin duda había contribuido a la recuperación de la aricultura a$ucarera y alodonera de la costa peruana' no había lorado crear un rupo vioroso de capitalistas nacionales. Ello se debió en parte' parece ser' a que el rupo peruano activo en la e#portación del uano tenía una independencia !inanciera limitada: desde el principio dependía de cr%ditos chilenos y brit"nicos. En particular la participación peruana en la e#portación del nitrato' que en el e#tremo sur peruano y el litoral boliviano o!recía una alternativa menos costosa que el uano y que precipitó su decadencia' !ue muy escasa. >esde 18&?' el !in del boom
del uano comportó alunos rea)ustes penosos pero necesarios y así er9 no estuvo bien preparado para a!rontar la prueba realmente dura que sería la uerra del ací!ico -18&@ 188F. aradó)icamente' si bien el aotamiento de este primer ciclo e#portador de su etapa independiente debilitó decididamente a er9' que debió a!rontar el desa!ío chileno' !ue en parte el simult"neo aotamiento de su propio primer ciclo e#portador lo que persuadió a los líderes chilenos de la urencia que e#istía de lan$ar este desa!ío a !in de conquistar' en el litoral del nitrato' una nueva base para su propia capacidad e#portadora y para ampliar la base !iscal del Estado chileno. a e#pansión de las e#portaciones chilenas se produ)o en un !rente mucho m"s amplio que el del er9. En el sector minero' el despertar de la plata !ue seuido por el del cobre: en los primeros años de la d%cada de 18J0' ;hile !ue el principal e#portador de cobre del mundo. a e#pansión de la minería en ;oquimbo y ;opiapó' en el esde !inales de la d%cada de 18?0 %ste se e#portó m"s all" del tradicional y limitado
mercado peruano hasta los nuevos mercados del ací!ico' sobre todo ;ali!ornia y 7ustralia. ;uando %stos se autoabastecieron de cereales Cque !ue prontoC' la mayor parte de la harina y el trio e#portado se envió a 7rentina -que sólo loró autoabastecerse en la d%cada de 18&0 y a Europa. a e#pansión del cultivo cerealístico hacia el sur de ;hile empe$ó antes de que se construyera el !errocarril lonitudinal' racias a la habilitación de puertos menores como ;onstitución y Kom%' que !ueron la salida de "reas a9n aisladas por tierra de los n9cleos !ormados por Santiao y +alparaíso. Esta e#pansión eor"!ica produ)o el desalo)o de una masa de ocupantes que Cmientras el dominio e!ectivo de esas tierras no o!reció inter%s económico para la clase terratenienteC habían ocupado estas tierras' ya !ueran del Estado o privadas. Qstas !ueron entonces reclamadas con m"s vior' y las del Estado pronto pasaron a manos privadas. 7unque en el le)ano sur se emprendió un sini!icativo ensayo de coloni$ación arícola con inmirantes alemanes que llearon a ser propietarios' en con)unto esta trans!erencia al sector privado bene!ició a los que ya eran propietarios o a otros nuevos pertenecientes a las clases altas urbanas. 7l mismo tiempo' ello resolvió el problema de la mano de obra rural: a pesar de que los terratenientes se que)aban del daño que la apertura de nuevas posibilidades de empleo en las minas' en las obras p9blicas y en las ciudades e)ercía en la disciplina de las $onas rurales' se produ)o un aumento de la o!erta de mano de obra. Ello se nota en el deterioro proresivo que su!rió la posición de los inquilinos' cuyo n9mero se multiplicó y que tuvieron que o!recer mayor cantidad de traba)o a cambio de lotes de tierra cada ve$ m"s reducidos. a presencia de una mano de obra abundante y barata !ue una venta)a para la aricultura chilena !rente a la competencia creciente de la arentina' que contaba con una e#tensión de tierras superior' y de la estadounidense y canadiense' que racias a la mecani$ación y a la selección de semillas producían a costes m"s ba)os a la ve$ que loraban una mayor calidad. Este recurso consistió en un sistema de producción arcaico que empleaba una ran cantidad de mano de obra pero que invertía muy poco capital' e#cepto en obras de irriación. Sin embaro no era un recurso muy seuroA la primera víctima !ue la industria harinera' complementaria de la aricultura cerealística. ;hile pronto perdió la batalla ante los centros productores europeos y norteamericanos que utili$aban los nuevos molinos de cilindros de acero: adem"s' los aricultores chilenos de)aron de producir el trio duro que estos molinos necesitaban y' a consecuencia de ello' en veinte años el trio chileno !ue barrido del mercado internacional.
7 mediados de la d%cada de 18&0 este proceso de involución se encontraba sólo en su inicio y sobre todo se re!le)aba en el descenso del volumen de las e#portaciones arícolas y especialmente de los bene!icios. ero no todo el mundo advirtió que no se trataba de circunstancias temporales. En la minería la decadencia !ue vertiinosa: a !inales de la d%cada de 18&0 ;hile' que como productor de cobre había o$ado de una posición que el país nunca había alcan$ado como productor de cereales' !ue barrido del mercado mundial. Ello se debió a que los Estados =nidos' con un sistema minero que había incorporado nuevos procedimientos tecnolóicos' empe$ó a producir cobre a un precio in!erior al de ;hile: los empresarios mineros del
mediados de la d%cada de 1850' se dio una nueva e#pansión' primero como consecuencia de la uerra de ;rimea que aisló a los proveedores rusos de los mercados occidentales' y de un modo m"s permanente por los avances de la industria del cal$ado' cuya producción masiva produ)o un incremento en la demanda de cuero. Sin embaro' el breve período de estancamiento !ue su!iciente para estimular la anadería ovina: muy pronto' y hasta !ines de silo' la lana se convirtió en el primer producto de las e#portaciones pecuarias arentinas. a e#pansión de la anadería ovina' que' hasta mediados de la d%cada de 18J0' tuvo luar en un conte#to de precios en al$a' primero se vio !avorecida por la e#tensión del !errocarril' pero sobre todo por el incremento del n9mero de inmirantes -en este caso irlandeses y vascos. >ada su abundancia' se vieron obliados a aceptar condiciones cada ve$ m"s des!avorables y el audo descenso que su!rieron los salarios arícolas hi$o posible mantener e incluso aumentar la actividad pastoril en estos años di!íciles que empe$aron en 18J&. os dos principales mercados' Drancia y los Estados =nidos' impusieron tari!as altas a la importación de lana' mientras que por otro lado la competencia de la lana australiana hi$o descender los precios de la arentina' que era de calidad in!erior debido a los sistemas primitivos de producción y sobre todo de almacenamiento y comerciali$ación. En estas condiciones' la anadería ovina no podía ya ser el motor de la e#pansión de la economía e#portadora arentina. En cambio' en la d%cada siuiente se produ)o un resurir de la anadería vacuna en las tierras peri!%ricas del sur de la provincia de /uenos 7ires' donde las ove)as habían sustituido al anado vacuno: hubo un 9ltimo !lorecimiento de la arcaica industria del tasa)o que conservaba su vie)o mercado cubano y una parte del brasileño. Sobre todo se produ)o un aumento de la producción de cereales. En la provincia de /uenos 7ires esto sucedió' incluso en esta etapa' en el marco de la estancia tradicional' F0 ara
m"s in!ormación sobre la economía chilena antes de la uerra del ací!ico' v%ase ;ollier' .ALC '
+,' capítulo &.
80 pero en Santa De Cque se convirtió en la provincia cerealística m"s importanteC se basó en los centros de coloni$ación arícola' de nuevo con aricultores inmirantes. Kal como se ha dicho m"s arriba' ya a mediados de la d%cada de 18&0' estimulada por una demanda en aumento' debido al crecimiento urbano y a la presencia en las ciudades de un n9mero cada
ve$ mayor de inmirantes' 7rentina e#pandió la producción de cereales hasta el punto de convertirse en autosu!iciente en ranos. En los años de 18&0 tambi%n tuvo luar la o!ensiva !inal contra los indios de la ampa que' al o!recer una ran cantidad de tierra viren' dio un nuevo pla$o de vida a la !órmula económica en la que se había apoyado la e#pansión arentina' esto esA tierra abundante y barata' lo que hacía posible producir a precios competitivos con t%cnicas que requerían poco capital y relativamente escasa mano de obra. Qsta era escasa en 7rentina' y la de los inmirantes nunca !ue tan barata como la que los terratenientes chilenos encontraban. 7un en el marco de este sistema' empe$aron a crecer las inversiones de capital Cpor e)emplo' al cercar con alambres y al empe$ar el cruce del anadoC que en la d%cada de 18&0 a9n a!ectaba sobre todo el ovino. Sin embaro' la economía e#portadora arentina no de!iniría !irmemente su nuevo rumbo hasta la d%cada de 180' cuando los cereales y la carne se convirtieron en las principales e#portaciones como resultado de las trans!ormaciones no menos hondas' pero sí menos traum"ticas' que las que atravesaron las economías peruana y chilena. a rede!inición de las relaciones comerciales y !inancieras de 7m%rica atina con las economías metropolitanas !ue un !actor que impulsó el cambio social en el periodo de 1850@18&0' pero de ninuna manera !ue el 9nico' y el cambio social se produ)o lentamente. En primer luar' a lo laro de (ispanoam%rica continuó la paulatina eliminación de la esclavitud. 7unque allí donde comparativamente había pocos esclavos C;hile' 7m%rica ;entral' 6%#icoC se abolió inmediatamente despu%s de la independencia' en los países en los que había un n9mero de esclavos económicamente m"s sini!icativo la abolición tuvo que esperar hasta mediados de silo. En 18?J la esclavitud !ue abolida en =ruuay' y en 185F en la 3ep9blica 7rentina -a e#cepción de la provincia de /uenos 7ires' que sólo la abolió cuando en 18J0 pasó a ser parte de la 3ep9blica. En 1850 !ue abolida en ;olombia' y en 185? en er9 y +ene$uela. arauay !ue' en 18&0' el 9ltimo país en abolirla en la 7m%rica continental. En casi todos los países la esclavitud había ido perdiendo importancia económica debido principalmente a que la abolición radual de la trata atl"ntica de esclavos y la serie de leyes de libertad de vientres la hicieron cada ve$ m"s di!ícil' incluso para mantener la relativamente pequeña población esclava que e#istía. Sólo ;uba' que )unto con /rasil eran las dos 9ltimas sociedades esclavistas del
para la industria a$ucarera. ero incluso allí' al liquidarse la trata cubana a mediados de la d%cada de 18J0' la esclavitud quedó amena$ada de muerte y los plantadores cubanos empe$aron a discutir posibles alternativas. 7unque la solución pre!erida por muchos de ellos era la inmiración de campesinos españoles Cque hubiera comportado la conversión de la plantación como unidad productiva en unidades m"s pequeñas a caro de arrendatarios o de aparcerosC' la alternativa m"s di!undida en la pr"ctica !ue la importación de coolies chinos' al iual que en er9' donde se les empleó en las $onas productoras de uano y en la aricultura de la $ona costera. Sin embaro' la inmiración china' que !inali$ó debido a la presión brit"nica' nunca o!reció un continente num%ricamente comparable al que había aportado la trata a!ricana. 81 >urante la primera uerra de independencia cubana -18J8@18&8' los dos bandos intentaron anarse la adhesión de los esclavos o!reciendo la libertad a los que se sumaran a la lucha' ya que la e#periencia de las uerras de independencia en la 7m%rica española continental había demostrado que los esclavos eran una atractiva !uente de reclutas. En 18&0 la ey 6oret' promulada por las ;ortes españolas' estableció la libertad de los niños hi)os de esclava. 7unque estas disposiciones no proporcionaron la libertad a muchos esclavos' contribuyeron a crear el consenso sobre el !in inevitable y cercano de la esclavitud. Dinalmente' %ste tuvo luar en la d%cada de 1880 y' entre otros !actores' oblió a hacer alunos rea)ustes dolorosos en la economía a$ucarera cubana. En el periodo de 1850@18&0 se produ)eron m"s usurpaciones de tierra de las comunidades indias que las que se habían ido produciendo desde la independencia' e incluso antes. 7dem"s' las re!ormas leales minaron la base )urídica de la e#istencia de estas comunidades' ya !uera porque impusieron la división del patrimonio territorial entre los miembros de la comunidad Cque se convirtieron en propietarios con el derecho de vender las tierras' un derecho que no siempre se reconocía lealmente pero que de todas maneras podía practicarseC' o bien porque convirtieron la tierra comunal en usu!ructo del Estado -que entonces pudo venderla' )unto con las otras tierras p9blicas' a particulares. Sin embaro' en ninuna parte estas re!ormas provocaron un s9bito cataclismo social. En 6%#ico' por e)emplo' los e!ectos de la ey erdo -185J y otras leyes de la /eforma no se hicieron sentir plenamente hasta el obierno de or!irio >ía$ -18&J@111: por otro lado' en la mayor parte de la sierra peruana' la supresión leal de las comunidades no !ue seuida de la liquidación e!ectiva de su patrimonio territorial hasta el silo **. Ello se debió' como siempre' a que la liquidación se dio sobre todo cuando trans!ormaciones m"s enerales de la economía hicieron rentable volcar la producción de las tierras comunales a los mercados en e#pansión' ya !ueran internos o e#ternos' y aun así no sucedió en todos los casos. En
uatemala y el norte de er9' por e)emplo' el sector aropecuario e#portador utili$ó !uer$a de traba)o procedente de las comunidades pero se e#pandió sobre tierras previamente no incluidas en ellas -este !ue el caso de uatemala o se e#pandió sobre una parte mínima de las tierras comunales -como !ue el caso de er9. 7 consecuencia de ello' se produ)o un re!or$amiento de las comunidades' ya que su viabilidad económica se mantuvo racias a los aportes de los que habían emirado. 7sí pues' no siempre se dio un avance lineal de la propiedad comunal a la propiedad privada e individual' en bene!icio de la hacienda' y allí donde se produ)o este proceso se dio de !orma relativamente lentaA durante el periodo que aquí se considera' la e#pansión de la aricultura de e#portación apenas a!ectó las tierras comunales y por lo tanto no lleó a corroer decisivamente su orani$ación social. En este periodo' el impacto de la trans!ormación de las relaciones comerciales y !inancieras e#ternas de 7m%rica atina y la consiuiente me)ora de las !inan$as de los di!erentes estados contribuyeron al crecimiento así como al aumento de la in!luencia social y política de las ciudades' especialmente de las capitales. esde lueo hubo casos en que el crecimiento urbano se 82 produ)o en los centros mercantiles e#portadores y no en los centros políticos: en ;olombia este !ue el caso de /arranquilla' que creció m"s de prisa que /oot"' y' en Ecuador' el de uayaquil' que sobrepasó a Vuito' si bien la tasa de crecimiento de todas estas ciudades !ue muy pequeña. or otro lado' en ;hile' Santiao superó la población de +alparaíso en este periodo.F1 El comercio e#terior no ocupaba directamente a un n9mero importante de personas: su in!luencia sobre el crecimiento urbano' en cambio' se hacía sentir a partir de la e#pansión del Estado y del n9mero de sus !uncionarios y tambi%n de la moderni$ación de los transportes que' si bien disminuyó el personal vinculado a esta actividad' tendió a
urbani$arlo -los empleados del !errocarril y de los tranvías sustituyeron a los carreteros y muleros. 7l mismo tiempo' el proceso de moderni$ación no a!ectó otros aspectos de la vida urbanaA el comercio al detalle y el servicio dom%stico continuaron absorbiendo una parte desmesurada de la creciente población activa de las ciudades. a moderni$ación qui$" !ue super!icial' pero !ue muy evidente por e)emplo en la adopción de innovaciones como el alumbrado de las calles por as y' como resultado de la prosperidad p9blica y privada' en la construcción de teatros y en la actuación de artistas de renombre internacional. 7 medida que las ciudades !ueron creciendo' aumentó la sereación social por barrios: si en el pasado no habían !altado los barrios caracteri$ados a la ve$ por la pobre$a y la mala vida' al mismo tiempo las ra$ones por las cuales ricos y pobres habían encontrado conveniente vivir cerca unos de otros habían pesado m"s que ahora en las ciudades ampliadas y renovadas. ;iertamente' las mayores ciudades crecieron lo su!iciente para dar paso a la especulación. En la d%cada de 1850' la ;iudad de 6%#ico conoció la creación de sus primeras GcoloniasH urbanas: en /uenos 7ires la parcelación especulativa de tierras no comen$ó hasta casi dos d%cadas m"s tarde' pero se impuso muy r"pidamente. F2 Simult"neamente' nació el transporte p9blico: la aparición de los tranvías tirados por caballos !ue su primera mani!estación importante. El crecimiento urbano' al crear un mercado potencialmente m"s rande' tambi%n impulsó la aparición de actividades artesanales y alunas industrias que concentraban mano de obra' como la cervecera y las !"bricas de ciarros. Sin embaro' la población perteneciente al sector terciario era superior a la del secundario' y el proletariado moderno emerió m"s a menudo en las empresas de transportes que en las industrias. a prosperidad de estas ciudades burócrata@comerciales en crecimiento dependía de la e#pansión del sector primario e#portador. Su estructura social se volvió m"s comple)a' pero tambi%n m"s vulnerable a los e!ectos del desarrollo de una coyuntura cada ve$ m"s de!inida !uera de (ispanoam%rica. or otro lado' el crecimiento urbano no comportó' sino e#cepcionalmente' un aumento del peso político de la ciudad' que por un momento a mediados de silo pareció que se volvía m"s importante. Sin embaro' hasta mediados de la d%cada de 18&0 la !railidad del proceso e#pansivo y las posibles consecuencias políticas de la inestabilidad de las bases económicas de la e#pansión urbana no constituyeron un motivo de alarma. =na de las ra$ones de que !uera así se debió a que' a trav%s de la e#pansión de la