10 0 V ECES EC ES REDOND REDONDOS OS
José Bellas • Fernando García
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10 0 V ECES EC ES REDOND REDONDOS OS
Hi st ori a s sec secrreta et a s del pogo pogo má s gra gra n de del mundo
Barce ar celo lona na • Bogotá ogotá • Buenos Aire Airess • Caraca Cara cass • Madrid Madr id • México D.F. D.F. • Montevideo Montevideo • Miami • Santiago de Chile
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Bellas, José 100 veces Los Redondos / José Bellas y Fernando er nando García. - 1a ed. - Ciudad Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Ediciones B, 2014. e-Book ISB ISB N 978-987-34-2234-8 978-987-34-2234-8 1. Rock Rock Argenti Arge ntino. no. I. Fernando Ferna ndo García Gar cía II. Título CDD 781.66 781.66 Fecha ec ha de catalog ca talogac ación ión:: 16/10/ 16/10/2014 2014
Diseño de portada e interior: Pablo Piola 100 veces vec es Redondos Redondos osé Bellas • Fernando García 1.a edición
© José José Bellas Bellas • Fernando Fer nando Garc Ga rcía, ía, 2014 © Morales Pe nacini Desarrollos Desarrollos edito editoriales riales - m oralespenacini@ oralespenacini@ gmail gma il.com .com © Ediciones B Argentina S. A., 2014 Av. Paseo Colón 221, piso 6 - Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina www.edicionesb.com.ar www.edicionesb.com.ar ISB ISB N 978-987-34-2234-8 978-987-34-2234-8 Queda hecho el e l depósi depósito to que que est e stablece ablece la Ley 11.723 11.723.. Libro de edición argentina. o se perm per m ite ite la reprodu re producc cció iónn total total o par parcial, cial, el alma cenam ce namient iento, o, el alquil alquiler er,, la transmisión o la transformación de este libro, en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico o mecánico, mediante fotocopias, digitalización u otros métodos, sin el permiso previo y escrito del editor. Su infracción está penada por las ley es 11.723 11.723 y 25.446 25.446..
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A todos los que estuvimos. Los ojos ciegos, bien abiertos.
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EL PRÓLOGO
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Un objet o redondo Por José Bellas y Fernando García
En La muerte del autor (1968) el francés Roland Barthes postulaba: “El texto es un tejido de citas provenientes de los mil focos de la cultura”. Su sentencia, insertada en el clima contracultural de aquel año bisagra, es enteramente aplicable no solo a los textos, las letras de las canciones, sino a la idea misma de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Este segundo volumen de la serie 100 veces se ha propuesto capturar a partir de historias, la leyenda oral de ese tejido que aun habiendo alcanzado una dimensión masiva (eso de “el pogo más grande del mundo”) logró permanecer extrañamente secreto y a salvo. En algún momento de la producción de este largo testimonio colectivo que llamamos naturalmente “libro” surgió una denominación alternativa que acaso sintonice mejor con el espíritu de esta colección. Hablamos de Read & roll, un objeto editorial que busca aislar o capturar la personalidad del artista en cuestión eliminando la marca de los autores para entregarse al vértigo del cuento (entendido como memoria espontánea antes que género literario). Un objeto redondo, nunca más aplicable que en esta ocasión, que se echa a rodar replicando la oralidad originaria por contagio eléctrico. Este volumen incluye un ensayo a cargo del periodista y escritor Marcelo Figueras que hace las veces de marco interpretativo sobre la obra del grupo y una cartografía del paso de Patricio Rey por el underground de La Plata y Buenos Aires. Creemos que parte del encanto de esos años formativos está ustamente en el dibujo de un mapa fantasma, lugares a los que solo podemos acceder (o volver) extrayendo memoria como mineros de la larga noche underground. La mayoría de las entrevistas fueron realizadas exclusivamente para este Read & Roll. Los testimonios de Poli, Skay y el Indio Solari fueron extraídos de entrevistas realizadas para el diario Clarín entre 1998 y 2001, salvo que se consigne otra fuente. Los testimonios firmados como P.R. (Patricio Rey) corresponden a una necesaria zona indeterminada entre 2001 y la actualidad y son resultado de larguísimas conversaciones de trasnoche, viajando en el tiempo y el espacio con los protagonistas (la mesa chica) de esa entidad huidiza a la que hemos dedicado un capítulo entero para ¿explicar? su origen y nombre. No es que hayamos ignorado la tesis de Barthes sino que nos empecinamos en descifrar los signos de ese autor omnipresente y ausente a la vez. La pregunta ¿quién es Patricio Rey? puede ser la fatalidad del investigador. No hay nada que averiguar ahí y sin embargo está todo. El periodista entra a formar parte de una “ficción muy bien orquestada” (como explica Tom Lupo en una de las historias) 7
en la que puede decidir o no participar. Nuestra respuesta ha sido un gozoso, orgásmico, “sí”. Todos los que participamos en este volumen (sumando al infatigable Rodrigo García Olmedo) hemos estado integrados a esta historia desde los años ochenta, primero como público y luego como periodistas o camaradas de la noche. En cualquiera de esos momentos agradecemos a Poli y a Skay especialmente por compartir experiencia y conversación. Luego, naturalmente, a todos los que testimoniaron con entusiasmo y desinterés, y cuyos nombres se repasan hacia el final del volumen. Hay quienes aportaron alumbrando otras posibilidades de testimonio o recuperando fechas y lugares borrosos. Gracias entonces a Mónica Delfino, Oscar Jalil, Carolina Muzi y Carlos Goldsack, entonces. Y a Constanza Penacini, Mariana Morales y Silvia Itkin por creer en este formato. Hasta el próximo Read & Roll…
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EN ENSAYO
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Ch an ch i tos y el egan tes Por Marcelo Figueras
1. La ci enci a del su eño La física habla de un fenómeno que llama singularidad. En términos estrictos, es un lugar donde las cantidades que se usan para medir el campo gravitacional escapan de todo cálculo, volviéndose infinitas. Puesto de otro modo: se le dice singularidad a un fenómeno que se produce a pesar de que su contexto impide preverlo. Así, el Big Bang que marca el origen de nuestro(s) universo(s) es una singularidad; y hay singularidad en el corazón de los agujeros negros. Dado que no pueden explicarla mediante sus herramientas habituales, los científicos la definen como aquello que elude las definiciones: una singularidad es, pues, lo inefable. La analogía viene servida para hablar de los Redonditos de Ricota. Porque, por más que se ahonde en las circunstancias de su fenómeno, no hay forma de que la cuenta cierre. La suma de sus partes se queda corta siempre, a la hora de definir el todo; la lista de elementos y proporciones no alcanza a explicar la reacción química. Una combustión que, aunque arrancó en los 70, todavía sigue quemando.
2. La maldición de los tiempos interesantes Los Redonditos son, como todo el mundo, un producto de su cultura y de su tiempo. Criollos de origen cercana o remotamente europeo. (El apellido Solari es italiano, Beilinson es judío y Castro —que así se llama la Negra Poli— es español.) Que advinieron a la conciencia de sí en el país del primer gorilismo, de la Plaza de Mayo bombardeada y el peronismo proscripto, de la alternancia naturalizada entre dictaduras y gobiernos seudodemocráticos. Que crecieron en el marco de una cultura popular que confundía el arte con el show y el show con el casino: el tango de la siesta pre-piazzolliana, el folklore de salón, la TV de los buenos modales y los festivales de San Remo; cuando Latinoamérica no era sino aquello que quedaba siempre a nuestras espaldas. Ellos tuvieron el privilegio infinito de ser jóvenes en una ciudad joven —por aquel entonces no tenía ni un siglo— como La Plata, marcada por la efervescencia universitaria. (Allí estudiaron Ernesto Sábato, el Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, Laura Carlotto, Néstor Kirchner y Cristina Fernández; estos tres últimos, parte de la misma generación que Beilinson & Co.) Pero, a 10
diferencia de tantos de sus coetáneos, que apostaron a cambiar el mundo mediante la acción política, los futuros Redondos siguieron el ritmo de su propio tambor. Y se sustrajeron al arte de la militancia para entregarse a la militancia del arte. Pocos tiempos más ricos que aquel, a la hora de ofrecer alternativas para enfrentarse al orden establecido. El ariete del rock —aquel fenómeno sociocultural hijo de la posguerra y del baby boom— fue lo primero en golpear contra las puertas de la ciudadela conservadora. Pero, por las brechas que abrió, se colaron las hordas más variadas: el arte joven de Warhol, Godard y Peter Brook, la multiculturalidad, los nuevos estilos de vida, la experimentación en materia de estados de conciencia, la ecología, las organizaciones que intervenían en la vida vida cotidiana de d e un u n modo modo pol p olíti ítico, co, más no partidario. partidario. Sin embargo, de la mano del privilegio infinito llegaba el riesgo infinito: aquel peligro que entrañaba el simple hecho de ser joven, en un mundo al mando de adoradores de Saturno. (Aquel dios que devoró a sus propios hijos y Goya inmortalizó en un cuadro, que alimentaba mis pesadillas infantiles.) Porque una cosa eran las razzias policiales. Pero las amenazas y los crímenes de la Triple A subieron el listón de la violencia. Y la dictadura que arrancó en 1976 significó, lisa y llanamente, la instalación de aquel horror al que Kurtz aludía sin saberlo, al agonizar en Apocalypse Now. Porque ese régimen no se parecía en nada a los militares bajo cuya tutela Beilinson, Castro y Solari habían crecido: lo que va de d e La L a fami f amili liaa Falcón a La L a gavill gavillaa Falcon (verde). (verd e). Hay circunstancias históricas que moldean con delicadeza, una brisa que despliega velas y nos lanza al buen rumbo; hay otras, sin embargo, que proceden con la sutileza de un tifón. Esas son las que les tocaron en suerte a Los Redondos: aquellas que la tradicional maldición china describe como tiempos interesantes. Por eso su background explica tantas cosas. Pero, por supuesto, no todas.
3. Tres de un par perfecto Más allá del contexto, el talento individual y las sociedades creativas también también jugaron jugaron su parte. parte . Cuando salieron al ruedo, los Redonditos de Ricota apelaron a los modos propios de su época. Primero armaron una ronda: un círculo mondo y lirondo, elástico y libre, del que entraban y salían músicos, bailarines, artistas plásticos, monologuistas y hasta strippers. Pero, a medida que giraba, el eje de aquel movimiento perpetuo fue adoptando una forma acrisolada: la del triángulo Solari-Beilinson-Castro.1 Solari-Beilinson-Castro. 1 El triángulo es una figura que sugiere muchas cosas. Desde una daga vista de frente a una estructura de equilibrio perfecto. (La teología cristiana entera 11
reposa sobre la idea de la Trinidad). En este sentido, resulta tentador atribuir la magia redonda a la complementariedad de estos tres vértices: Solari como el hombre de palabra(s), que además es frontman; Beilinson como el hombre de las músicas, ofreciendo sostén orquestal; y Castro como la Pachamama —la tierra misma— que provee lo que los hombres necesitan para producir frutos y prosperar sin interferencias. Si hasta en lo físico son opuestos que se complementan, con el simbolismo de los isotipos: el pelado de gafas, el fideo de ojos claros, la mujer morena y generosa. (Nadie se ha detenido sobre el hecho de que la banda más popular del rock argentino haya sido managereada por una mujer: la Negra Poli se merece esta consideración). Pero nuestra música conoció triángulos similares —pienso en el Arco Iris de Santaolalla, Tokatlian y Dana— que, más allá de su calidad musical, no dieron pie a un fenómeno como el de Los Redondos. Es que, como toda simplificación, el triángulo no lo explica todo y la dinámica psicosexual de un trío solo es parte del asunto. Solari componía músicas, Beilinson también pensaba y se expresaba en términos de logos (la imaginería que despliegan sus canciones solistas es elocuente al respecto) y Poli era algo bastante más complejo y rico que un(a) manager. La obra de Los Redondos exhibió desde un comienzo los rasgos de la singularidad. Si uno echa una oída al rock argentino del período comprendido entre la mitad de los 70 y 1984, año de la grabación de Gulp! —o sea, entre el Hiroshima de la dictadura y la tímida consolidación de la primera democracia post—, percibirá corrientes claras: tardíos experimentos en rock sinfónico, escarceos con el jazz, cancionero pop, primeras fintas en la arena de la new wave, hard rock, rock, folk rock, rock, nueva nu eva trova trova ros rosarina. arina. Sin embargo embargo,, las primeras primeras canciones de Los Redondos no suenan a nada de eso. Parecen provenir de otra galaxia o de un universo paralelo, donde el rock and roll no perdió sentido y —a diferencia de lo que le ocurría al resto de la cultura argentina, empezando por los mismos rockeros— todavía se le tiene fe. En consecuencia, no suenan cerebrales ni lánguidos ni líricos ni densos ni cool ni telúricos ni modernos ni tristes. Suenan a sexo. Y no a cualq c ualquier uier sexo. sexo. Suenan al sexo más delicioso. Ese que es chanchito y elegante a la vez.
4. Los Los a ñ os qu e v i v i mos mos en pel i gro gro Nuestro primer registro de Los Redondos pasa por el cuerpo. Son pura sensualidad, en un medio sonoro con tendencia a lo eunuco. (En términos generales, el rock argentino es tan poco sexy como el cine argentino. Lo cual es un signo más de nuestras contradicciones. ¿Cuál es la gracia de un arte que trabaja sobre sentidos que se esfuerza por no perturbar?) 12
Cuando su música (re)suena al volumen adecuado, los cuerpos se calientan. El pogo que se populariza durante sus conciertos es la sublimación de un impulso sexual sin dirección: antílopes que se disputan los favores de una hembra virtual. Los Redondos me hicieron pensar siempre en otra banda sensual, la inglesa Roxy Music: por los saxos untuosos a lo Andy Mackay, por el sonido entre decadente y glam (si algo probaron los muchachos, es que aquí hay ingredientes para producir nuestro propio, reo estilo de glamour) y por la seducción del Indio Solari. Que no podía jugar al dandy como Brian Ferry, pero ganaba por el lado del galán peninsular: entre la pelada de brillo perverso, la voz grave y la parla de que hacía gala en letras y monólogos (¡si hasta se daba el gusto de sanatear en italiano!), Solari impresionaba como un tipo capaz de levantarse a la mejor mina. Producían una música festiva, pero no pelotuda. Algo quente hasta lo abrasador. Que también en sus letras peinaba a contrapelo. Lanzadas a una guerra personal contra el cliché, ponían los pilares para la construcción de un idioma secreto. Donde hasta las cosas más comunes recibían un nombre nuevo (aquel a quien le gusta chupar muerde vidrio, se transforma en un vitricida); donde se instauraban otras categorías para leer la realidad (“La Bestia Pop”); donde se desafiaban las nociones establecidas (al arrancar Gulp! diciendo Esta vez, vez , por f in, la prisi prisión te va a gustar, se su gería gería que, ue , con demo de mocrac craciia y todo, seguíamos sin ser libres); y donde se trabajaba sobre la ironía de una forma tan inusual, que el malentendido se abrió paso y “A brillar, mi amor” se convirtió en un slogan. Los primeros clásicos de Los Redondos evitaron el atasco que se había producido produ cido en la Avenida Avenida del de l Rock Local. Y, al pro p robbar un derr de rrotero otero alternat alternatiivo, le le c ambiar ambiaron on el e l cent ce ntro ro gravitac gravitacio ional. nal. Mien Mientras tras reescribían reescribían los c ódigos ódigos para construir c onstruir una comunicación distinta (algo que constituía una necesidad, tanto durante la dictadura que pervirtió conceptos, practicó la censura y predicó que el silencio era salud, como durante la democracia debilitada por sus efectos residuales), arrancaron expresando un reclamo político, en su sentido más amplio: había que recuperar los cuerpos que aún eran recuperables para la vida —nuestros cuerpos—, porque sin cuerpo no hay discurso posible. Si la dictadura no se contentó con amedrentar y amordazar, fue porque entendió que en los cuerpos (y muy particularmente, en los cuerpos jóvenes), radicaba la mayor amenaza a su poder. Porque todo aquel que se abriese a la búsq búsque ueda da del de l placer, place r, tal como lo manda mand a la naturaleza nat uraleza —que nos empuja empu ja a saciarnos, a la expansión—, terminaría por cuestionar a un régimen que era esencialmente carcelario y, por ende, represor. De ahí la saña que los impulsó a coleccio colecc ionar nar cue c uerpos rpos jóvenes jóvenes para despué d espuéss negarlos negarlos.. El trío Solari-Beilinson-Castro parece haber intuido este dilema. El nombre de la banda ya era una apelación al placer, en este caso culinario: todo el que se acerca a degustar Redonditos de Ricota quiere quedar pipón. El título de su 13
debut discográfico era la onomatopeya de un ruido corporal, aquel de la garganta al tragar violentamente. Las canciones hablaban de bebidas espirituosas, de drogas, de sexo. (“Te voy a atornillar” no tenía por protagonista a un carpintero. Por el contrario, ese tema era uno de los que establecía las reglas del de l jue juego go más clarament claramente: e: ¿Cómo ¿Cómo pued pu edee ser qu qu e te t e albor alboroten oten mis mis placeres?) placeres?) Y la puesta en escena subrayaba esa orientación hacia la bacanal. Durante los inicios de Los Redondos surgieron otras bandas que invitaban a bailar (por ejemplo, Virus Virus y Los Twist), Twist), pero pe ro la celeb ce lebració ración n que proponían los los ricoteros ricoteros era e ra de otra índole. En sus conciertos nadie practicaba pasitos. Ibas allí a rozarte, a chocar, a sacar chispas. (A quemarte de amor, como correspondía a todo joven lobo que se preciase.) No se trataba tan solo de volver a sentirte vivo, después de la muerte en vida de la dictadura: se trataba de no olvidar el peligro que estar vivo entraña. Siempre. A cada puto instante.
5. Creer o rev ent en t a r Con los cuerpos ya a salvo de los body snatchers militares, Los Redondos desovillaron su discurso. Aunque la hub hu biesen iesen concebi conc ebid d o como una un a obra obra instrumental, nstrument al, Oktubre Oktubre (1986) habría representado de todos modos una toma de posición. El título aludía al mes de las revoluciones, tanto la soviética como la peronista: los dos cucos más grandes del conservadurismo local, tanto en su versión nazional como liberal. El arte de tapa de Rocambole —cuarta pata del trípode— estaba lleno de masas agitadas y banderas rojas; la contratapa imaginaba la catedral de La Plata en llamas. Y la música jodía con el folklore ruso y los motivos orientales. Las letras se apuraban a establecer que no se levantaba ningún estandarte de los convencionales. Si algo describía Oktubre, era el estado calamitoso en que la dictadura nos había dejado. Estábamos sonados, atrapados en libertad, imbecilizados por “La divina TV führer”. Salíamos de la cueva del perico con los ojos al rojo vivo o simplemente ciegos, corriendo a la deriva. Alrededor no había más que rockeros bonitos, educaditos y todo estaba muy Shanghai. (Quien quiera encontrar relación con aquel grupo de escritores frívolos y jactanciosos que se hacía llamar Shanghai —uno de ellos dijo por entonces, en relación a la experiencia dictatorial, que en literatura la sangre solo servía para hacer morcillas—, cuenta con mi aprobación.) Pero el estado general era de una angustia inexplicable. Hasta las canciones que se consagraron como himnos — por ejemplo, “Jijiji”— transmitían el sudor frío del amanecer que sucede a una noche de excesos; aquel instante en el cual, cuando ya no hay más que aspirar, el espejito te devuelve la imagen de alguien que vive tiranizando a quienes te han querido. 14
En el final, “Ya nadie va a escuchar tu remera” planteaba la única, modesta esperanza que nos quedaba. Después de esa intro de saxo que, perversamente, parecía compuesta por Santos Lipesker para un programa de juegos del canal de Romay, se nos pedía que tratásemos, al menos, de que no nos secuestrasen el estado de ánimo. En aquellas circunstancias, conservar la capacidad de creer en alguien (Esto es efímero... Pero te creo) constituía un triunfo. Y no uno menor. Después de todo lo que habíamos vivido, y peor aún: a causa de lo que todavía estábamos viviendo en el presente... —¡y de lo que quedaba por venir!—, mantener vivo el espíritu no constituía algo que estuviese por debajo de la hazaña. Se trataba, más bien, de una épica digna del mes de octubre.
6. Beau ti fu l Losers Ya en su arranque, Un baión para el ojo idiota (1988) introduce una modificación sutil, pero sustancial. Con “Masacre en el puticlub”, Solari deja de hablar desde un yo, para asumirse como narrador en tercera persona de una escena que ocurre fuera de su cabeza pero en la cual, de todos modos, no deja de estar involucrado. Este retirarse un paso del centro para observar mejor —a otros, a un encuadre más panorámico— sugiere que Solari-Beilinson-Castro habían arribado ya a la intuición de su potencial rol dentro de la Argentina posdictadura. Por aquel entonces se desplomaba la esperanza encarnada por Alfonsín. Ya estaba claro que, desmintiendo nada más y nada menos que su discurso más emblemático, con la democracia no necesariamente se comía, se curaba y se educaba. Dándole la espalda a sus votantes, Alfonsín había apostado a la negociación intramuros (a la politiquería, en lugar de la política) y terminó acorralado por el poder establecido: el FMI, la Sociedad Rural, los militares, los medios hegemónicos. Había allí una lección trágica, que pocos estaban en condiciones de verbalizar: cuando los temerosos políticos no trabajaban por la verdad y la justicia (la de Tribunales, sí, pero también la social), haciéndose acompañar por la movilización popular, la democracia dejaba de ser the real thing para resignarse a ser la farsa actual de la que hablaba “Vencedores vencidos”. No es casualidad que Un baión abunde en músicas con aire a cabaret: dramatizan la sensación de que el país se había convertido en una joda. La banda misma había sufrido un sacudón, cambiando su elenco de músicos; al tiempo que su popularidad crecía, impulsándola a presentarse en lugares cada vez más grandes. Así, mientras el liderazgo de Alfonsín flaqueaba, el pulso de Los Redondos respecto de sus seguidores —cada vez más numerosos, entusiastas e idiosincráticos— se afinaba hasta lo preclaro. Un baión destaca como una inmejorable sucesión de hits, pero entre esas canciones hay algunas que son clave, en tanto terminan de definir los códigos de la relación entre Los 15
Redondos, sus fans y el país que los contiene... o sujeta. Empezando por “Todo preso es político”, que insiste en la idea de que vivimos en una prisión y propone un axioma: Si esta cárcel sigue así / todo preso es político. El climax de la canción llega con un desafío: Deténganme / Deténganlos, que apuesta a que no habrá nadie lo suficientemente guapo para recoger el guante. “Vencedores vencidos” establece las fuentes de las verdades que Solari difunde: la realidad no está en lo que dicen los medios (que propalan “Noticias de ayer”), sino en aquello que escribe en la pared / la tribu de mi calle / la tribu de tu calle. Le sigue la arenga de “Vamos las bandas”, que parte de la pregunta sobre el valor de ciertos lugares sociales: vivir custodiado, ser la banda nueva, tener mocos super caros, para llegar al estribillo arltiano que alienta a las bandas a rajar del falso cielo. El cierre es “Todo un palo”. El himno redondo por antonomasia, por la forma en que sintetiza gran cantidad de los ejes del fenómeno. La expresión del título ya es rica, de un modo que sintoniza con una de las constantes de la obra redonda: el trabajo sobre la ambigüedad, tensada hasta rozar la contradicción. Decir que algo es un palo es, en principio, un juicio positivo. Que se apropia de una imagen negativa, con connotaciones de violencia: ligar palos, pegarse un palo. Que además tiene lecturas sexuales: por ejemplo, estar al palo. (A la que se alude expresamente, en los versos: Algo me late / Y no es mi corazón). Y también monetarias: un palo siempre fue un millón. La canción arranca con una formulación positiva en apariencia: El futuro llegó hace rato / Todo un palo, ya lo ves. A continuación, Solari subraya esa intención de observar a través de un prisma distinto al que hasta entonces usaba. Veámoslo un poco con tus ojos, se propone, para reafirmar: el futuro ya llegó. La estrofa siguiente introduce el elemento negativo. (O, si prefieren: abandona la ironía para practicar el realismo). Yo voy en trenes, dice, lo cual puede y debe ser leído de forma literal, pero también como comentario al No voy en tren, voy en avión popularizado por entonces por Charly García. (Cuyo verso siguiente establecía, por cierto: No necesito a nadie, a nadie alrededor.) Solari agrega, sin embargo: No tengo dónde ir. Y pega allí la alusión a la pulsión sexual: Algo me late / Y no es mi corazón. Que también admite ser leída en clave premonitoria: cuando algo te late es que tenés un pálpito, estás intuyendo o entreviendo un eventualidad. (¿El futuro que viene después del futuro?) A pesar de que habla en primera persona, lo que Solari hace es expresar la circunstancia de parte de su público en apenas cuatro versos: alguien que no puede permitirse medio de transporte más caro que el tren o el bondi, que está caliente (probablemente, en más de un sentido) y que no tiene Norte porque la sociedad le ha cerrado todos los accesos. A consecuencia de esa estrofa, la ironía del comienzo puede ser releída desde el realismo: para esos chicos presente y 16
futuro son lo mismo, porque para ellos nada cambiará cuando llegue mañana. La tercera estrofa justifica esa sensación: ¿Cómo no sentirme así / Si ese perro sigue allí? Los perros, en efecto, no se habían alejado: el FMI, la oligarquía local, las “fuerzas de seguridad” represoras y los medios hegemónicos retrocedieron un paso con Alfonsín, pero tan solo para tomar envión. A esa altura, no paraban de tirar tarascones. Y la pobreza, que Alfonsín no logró contener, ya había empezado a causar estragos. (Las ironías de la Historia: cuando Solari pregunta, en el verso siguiente, ¿Qué podría ser peor?, seguramente no imaginaba lo que haría Menem cuando llegase al poder). La estrofa se completa con una frase de deliberada imprecisión: Eso no me arregla a mí, dice. “Eso” puede ser cualquier cosa, y por ende puede serlo todo. Es una forma indirecta de sostener que nada me arreglará, que no hay arreglo a la vista. Porque el futuro llegó, sí —aquí Solari vuelve a interpelar a su oyente—, pero como vos no lo esperabas. Es decir: no como sueño, sino como pesadilla. Lo que completa y resignifica la operación que “Todo un palo” practica es la música. Que te lleva al cielo verdadero, propulsada por un saxo más Roxy Music que nunca. Al sonar como suena, esa música dice lo que la letra calla. Porque los versos expresan que, en términos generales, estamos fritos. Y la música agrega: pero estamos vivos, y por más efímera que sea nuestra existencia, no hay perro que impida que aspiremos a nuestra cuota de gloria. En sus épicos siete minutos, “Todo un palo” define para siempre a los fans de Los Redondos. Hablamos de los beautiful losers a los que Leonard Cohen consagró su segundo libro; de aquellos que se ven forzados a marchar por el Boulevard de los sueños rotos, del que ya hablaba una canción en 1934. Muchachos y muchachas tan bellos como jodidos por la sociedad, que sin embargo se resisten a darse por quebrados. Gente que, al sonar “Todo un palo” (o cualquier otro de los himnos redondos), es capaz de elevarse sobre las constricciones de su existencia y manifestar que, le pese a quien le pese, no dejará de aspirar a la gracia.
7. Los cabal l eros de l a mi sa redonda La circunstancia histórica provee siempre el álbum. Y cada artista diseña su línea de figuritas. Pero es la gente quien decide qué colecciona y hasta dónde quiere llegar con su manía. En el caso de Los Redondos, casi desde el principio, los fans fueron mucho más que el grupo de los que compran discos y entradas. Si algo demuestra el fenómeno, es que el ida y vuelta entre la banda y su público fue constante, intenso y, en oportunidades, conflictivo. E importa no solo porque representó apoyo concreto —o sea, económico— al trío Solari-BeilinsonCastro, brindándole la tranquilidad que permitió crear sin necesidad de someterse a sponsors, discográficas ni medios. Importa, ante todo, porque así como los fans sintieron que la banda les cambiaba la vida, la evolución del trío se 17
vio afectada a su vez por la naturaleza indómita de sus fans. Hay aspectos de esa atracción que se prestan a ser explicados. Tal como dije, Los Redondos encarnaban la energía del rock and roll más puro, en un tiempo caracterizado por la represión. (Valdría la pena trazar un paralelo entre el estallido del primer rock en USA y aquel de Los Redondos en Argentina. Porque, más allá del desfasaje temporal, los contextos contra los que se rebelaban —las realidades que lo cargaban de sentido— tienen mucho en común. Por lo pronto, ambos booms expresaban una manifiesta carga sexual y un deseo de forjar nuevos códigos comunicacionales. Es posible que la jerigonza del “Tutti Frutti” de Little Richard2 y “Ñam fri frufi fali fru” compartan un ADN, que la ciencia no nos había permitido identificar hasta hoy.) Pero también está el atractivo que generan los artistas reticentes. Desde que los medios electrónicos establecieron un canon, todos los músicos pop / rock con vocación de estrellas adoptaron una misma actitud: ámenme. Es verdad que hay muchas variantes a la hora de demandar adoración. No es lo mismo un cuarteto de flequilludos sonrientes que una máquina de ritmos humana como James Brown o un andrógino como Bowie. (Hasta aquellos que parecen pedir: ódienme, como el punk de los comienzos, reclaman amor por la negativa.) Sin embargo, Los Redondos pedían otra cosa. Algo que podría ser expresado como: déjenme ser. Las peculiaridades que los periodistas difundimos —su defensa de la independencia económica y por ende creativa, su negativa a participar de festivales y aparecer en TV— colaboraron con la creación de una mística. Y las leyendas en torno a los shows apoteóticos aportaron su granito de arena. Cuando fui a verlos por primera vez, a mediados de los 80, tenía claro que no acudía a ver un concierto más. Los periodistas más grandes que yo —los Rosso, los Kleiman— me habían convencido de que debía prepararme para participar de una experiencia. La terminología que se usaba ya entonces daba cuenta del tipo de devoción necesaria: se hablaba de acudir a la misa redonda. Solari tenía el tino de explicar que no los animaba un principismo a la violeta. Solía decir que, si no negociaban con MTV o con Grinbank, no era por pureza alguna, sino porque nadie estaba dispuesto a pagarles el dinero que creían valer, o a garantizarles las condiciones necesarias para crear y tocar bien. Lo cierto es que, en aquel contexto de “profesionalización” del rock, donde no eras nadie si no te managereaba un zar y tenías un videoclip en heavy rotation, la actitud de Los Redondos era desafiante. Y a medida que su éxito crecía, cuestionaba los lugares comunes del negocio. Porque demostraba que no hacía falta salir en las revistas y trepar radares militares para llegar al público; y apostaba a trascender tan solo por su música y no por sus escándalos o sus peinados. La seducción que ejerce aquel que no se casa con nadie pero te considera digno de entrar en su templo es innegable. Lo que no se explica tan fácil es el fervor que tantos empezaron a sentir por Los Redondos. Que, así como no le 18
hacían concesiones a la industria, tampoco las producían para el público. Los Redondos ofrecían una música que no estaba de moda. (Aunque, ya se ha dicho, su rock and roll conectase con las necesidades profundas de muchos. Los sonidos du jour habían sido concebidos en otros laboratorios, respondiendo a demandas diferentes.) Y sus letras eran más bien herméticas. Lo que al principio pudo haber sido codificación para traficar mensajes, se fue convirtiendo en poética propia. Que nunca era más engañosa que cuando parecía simple. Se puede asumir que la poesía de Solari sumaba al misterio de la banda, componente esencial de su encanto. Pero, al mismo tiempo, nadie se convierte en fan —o más que fan, porque fans los hay también de Soda y de Babasónicos: en militante— de una banda a la que no se le entiende ni jota. La gente galopaba a lomos de la música energizante, sí, pero también revoleaba el poncho de las frases que le decían algo que creía importante. (Aun cuando se tratase de un malentendido. Con la poesía de Solari, nadie —empezando por mí— puede asegurar que su interpretación es aquella que animaba al autor. Sus mejores versos son aquellos que resuenan de mil modos distintos, una masa hojaldrada de sentidos: un prodigio de la poesía y de la repostería.) Y, si se consideran las características de sus seguidores, las bases para la confusión parecen quedar sentadas. El público de Los Redondos siempre fue más joven que el trío-eje. (Y cada vez más, a medida que transcurrían los años y los discos.) Sin embargo, Solari insistía en usar términos que eran patrimonio de otras generaciones. Decía derviches, soirée, groggy, banzai, éter, Durax, bohemia, parabellum, Savoy, bolchevique, rufián, rapaz, fuselaje, mandarines, Rififí. Y aun así, los pendejos coreaban esas letras con tanta o más convicción que su autor. Imagino que Solari-Beilinson-Castro tenían una percepción fina respecto del grueso de sus seguidores: pibes y pibas de los suburbios de las grandes ciudades, que alguna vez supusieron el límite con la jungla hasta que el follaje avanzó y se impuso la ley de la selva. Eso acrecienta el mérito de la banda porque, una vez producida la conexión con ese público ansioso de consagrarse tribu, nunca produjeron gestos condescendientes. Por el contrario: si el pacto tácito entre la banda y sus seguidores se fortaleció, fue porque Los Redondos fueron fieles a la promesa de no subestimarlos. En aquella Argentina pendular, que pasó de la hiperinflación y los saqueos al consumismo alentado por la ficción del uno a uno, nadie le confería a esos pibes una dignidad como la que sentían al escuchar a Los Redondos. Que, contrariando el discurso que los medios bajaban al mediopelo, no consideraban que estos pibes fuesen escoria. Más bien les levantaban el listón, desafiándolos a superarse, a concederse a sí mismos la oportunidad merecida. Y así, sin quererlo, Los Redondos dejaron de ser solo una banda exitosa para convertirse en referentes sociales. Ejercían un liderazgo que no habían buscado y que les cayó encima por default, desde que su arte penetró como pocos en una zona de nadie socio-cultural. Porque le dirigían la palabra —y no cualquier 19
palabra— a aquellos a quienes los demás preferían apalear, matar o algo peor: ignorar. Porque miraban a los ojos de aquellos a quienes los demás preferían no ver. Y porque no los llamaban a la resignación y a vivir el momento, como tanta cumbia, sino a la construcción y conquista de sus propias vidas. Violencia es mentir, decían a modo de cierre de ¡Bang! ¡Bang!... Estás liquidado (1989), mientras la batería producía un redoble marcial y convocaba a cerrar filas para aguantar el chubasco.
8. El h orror, el h oror Tanto en ¡Bang! ¡Bang! como en La mosca y la sopa (1991), el trío-eje siguió experimentando con los elementos de la cocina ricotera: rock clásico, de la cepa incendiaria (si escuchás el inicio de “La parabellum del buen psicópata” y no te parás y alzás un brazo al viento, es posible que estés muerto), propulsando las fábulas de Solari, que, en concordancia con el paisaje circundante, se mostraban cada vez más demenciales. Resulta tentador imaginar al Indio como un Marlow conradiano o su epígono, el Willard de Apocalypse Now: remontando el río Congo / río Nung, en pos del corazón de las tinieblas del Vietnam menemista. Las letras siguen inventando un lenguaje nuevo, que aspira a lunfardo del siglo XXI (como subraya el tango cabaretero del “Blues de la artillería”) mientras le guiña el ojo al steampunk. (Algún día habría que rastrear la veta de la ciencia ficción en Solari, tan proclive a acuñar neologismos como japolicía, toxi-taxi y crono-rock.) La tensión que se produce entre la evolución de la banda y la involución del país resulta en el desarrollo de una faceta fértil del Indio letrista: aquella que lo tiene como narrador / creador de personajes urbanos. (Ver “El héroe del whisky”, “Nadie es perfecto”, “El pibe de los astilleros”.) A menudo el cantante se pone en la posición de quien interpela, hablándole en segunda del singular al protagonista mudo. Vos creés ser el más fiero, dice en “Rock para los dientes”. Estás hundido en tu propia herida, dice en “Fusilados por la Cruz Roja”. ¿Vas a volver a herirme otra vez?, pregunta en “Tarea fina”. Fijate de qué lado de la mecha te encontrás, dice en “Queso ruso”. Es un recurso estilístico que involucra al oyente, a la vez que cimenta el rol del cantante como cuestionador de la realidad. En abril de 1991, le llegó a la realidad el turno de poner todo en cuestión. Walter Bulacio había acudido a ver a la banda en Obras, pero nunca pudo entrar. Murió a causa de los golpes que recibió mientras estaba bajo custodia de la Policía Federal, que para más INRI lo había retenido ilegalmente, dado que se trataba de un menor de edad. Ese crimen debe de haber sido un mazazo para Los Redondos. Lo sería para cualquier artista que perdiese a alguien del público durante un concierto. (Cosa que le ocurrió, en circunstancias muy disímiles, tanto a los Rolling como a Divididos.) Pero en este caso existía un matiz, que es fácil asumir como 20
agravante: dada la relación entre la banda y su público, está claro que Walter no fue a Obras como un simple melómano, sino como practicante de los rituales ricoteros. No estaba allí del mismo modo en que podría haber ido a cualquier otro concierto: estaba allí porque creía en Los Redondos. Que, seguramente, habían contribuido a dar forma a la visión que Walter tenía del mundo... y, dentro de ella, a su opinión respecto de la policía. En consecuencia, aun cuando no les cupiese ninguna responsabilidad objetiva, no cuesta mucho imaginar al trío replanteándose todos los porqués y para qués. Y preguntándose, tal vez por vez primera, si la tan peculiar relación que tenían con su público no implicaba pagar precios que hasta entonces no habían considerado. La banda sostuvo un perfil bajo, intentando no quedar presa de la manipulación que se hizo del caso. (Y recibiendo no pocas críticas por ello.) Todo indica que existió un esfuerzo por no descuidar la tarea: terminar la grabación de La mosca y la sopa, tocar mucho en vivo. Como si hubiesen tenido que trabajar para que aquella otra singularidad: la muerte de un pibe que debería haber vivido sesenta años más, se convirtiese en un agujero negro que devorase el tiempo de todos. Porque la banda no era ajena a la experiencia de la mortalidad. Pocas ciudades fueron más visitadas por la Parca que La Plata durante la dictadura. (Casi ochocientos desaparecidos: el equivalente a las víctimas de una peste negra, durante el Medioevo.) En más de un sentido, toda la experiencia Redonda era un intento de sustraerse al Maelstrom de la muerte. ahora, en plena democracia, los verdugos de siempre volvían a cebarse en la carne de otro inocente. Quizás el texto introductorio a La mosca y la sopa haya sido escrito antes de Bulacio. De ser así, la frase: Puede que alguna de estas noches no nos encontremos aquí ya agregaría a su intimación de mortalidad una pizca premonitoria. Todo olía a final de etapa. Pero el vía crucis argentino estaba aún lejos de arribar a su duodécima estación.
9. Th e Bl ack Al bum Lobo suelto / Cordero atado impresiona a simple vista, con el mejor arte de tapa que Rocambole había producido hasta entonces. Era una obra doble, cuyos discos se vendían por separado. Y despegaba con sonidos insólitos: la “Invocación” al lobo del título sonaba como parte de la banda sonora de Apocalypse Now; música para la llegada de Willard al santuario de Kurtz. A continuación, “Rock para el viejo Atila” insinuaba que todo estaba como siempre. Pero, pocos tracks después, “Espejismo” desplegaba los sonidos más tristes que hubiesen concebido. Es, sin dudas, una marcha fúnebre, sentido enfatizado por los arreglos de vientos y de cuerdas. Allí Solari articula la célebre frase: Lo mejor de nuestra piel es que no nos deja huir, que suena a autoconsuelo del suicida 21
fracasado; mientras contempla la boutique del rock con desencanto y se promete que este espejismo pasará. A partir de allí, no hay más remedio que leerlo y oírlo todo en otra clave. A pesar de que la energía se recarga constantemente (“Gran Lady” no desentonaría en el repertorio de AC/DC), la obra da cuenta de una vulnerabilidad que antes no estaba allí. La poesía es elíptica como siempre, pero alienta la sensación de que Solari contempla sus dilemas a la luz de la tragedia de Bulacio. El que abandona no tiene premio, se arenga a sí mismo en “Sorpresa de Shanghai”, para a continuación devaluar la carrera: ¿A quién le importa toda esta guinda / Si te sofoca? La sensación de estar atrapado se explicita en “Perdiendo en tiempo”, donde confiesa: Yo ya no me puedo ir / Me ata un fuego y mi sueño duerme aquí. Y más adelante: Por primera vez tengo miedo / De no hacer bien mi papel / Sé que voy a perder un poco de tiempo / Y tirar con lo que hay. Calamaro diría: honestidad brutal. El comienzo de “Buenas noticias” serviría como descripción de los seguidores de Los Redondos, el fuego que los ata aquí: Esa banda inconsolable de perros sin folleto / Brujas de alma sencilla, patéticos viajantes / Pobres tontos, pobres diablos, lunáticos diamantes / Prometidos de carne, lánguidos, impalpables / Son mis amantes. A los que también les cabe el sayo de “Un ángel para mi soledad” (Preso de tu ilusión / vas a bailar, bailar) y la ternura redentora de “Caña seca y un membrillo”. Nada te recuerda tus limitaciones con mayor efectividad que el cachetazo de una pérdida: Siempre fui menos que mi reputación, concluye esa maravillosa canción de (des)amor que es “La hija del fletero”. La mirada se vuelve descarnada en “Lavi-rap”, donde el Indio canta: El último show no murió casi nadie / Se fue vacío el furgón de los fiambres. De hecho, Cordero atado concluye con un réquiem. Etiqueta negra se abre con ese acordeón agridulce que es la marca de fábrica de la música popular francesa y se despide con una imagen fúnebre: Y ahora mira crecer las flores desde abajo. De todos modos, la banda sigue negándose a explotar la figura de Bulacio; ni siquiera recurre a la tramposa figura del homenaje. Por eso Lobo suelto / Cordero atado es mucho más que Los Redondos contemplando su mortalidad y evaluando las consecuencias de tener ciertos amantes. Es, ante todo, una prueba de la creatividad inagotable de Beilinson & Co. para releer el Libro Gordo del Rock and Roll; y un nuevo paseo de Solari por la doble miseria que el menemismo desparramaba: la material, que empuja a la marginalidad y el delito (“Lavi-rap”, “Botija rapado”), y la espiritual que describen “Shopping Disco Zen” y “El arte del buen comer”. El álbum doble trasunta la convicción de quien sabe que está expandiendo su paleta creativa. Pero, al mismo tiempo, existe la conciencia de un presente borrascoso. Tal vez por eso, durante “Lobo caído”, se desliza la expresión álbum negro: como el doble blanco de Los Beatles, solo que concebido desde las tinieblas. 22
10. Cómo espesar un gui so Uno de los múltiples nombres del Príncipe de las Tinieblas es Luzbel. Y si nos arrogamos la confianza de llamarlo Luzbelito, debe ser porque, desde los 70 en adelante, nos habituamos de ver su jeta por todas partes: produciendo hambre, muerte, ignorancia, banalidad, apatía. Es que, como dice el texto introductorio al séptimo opus Redondo, los hijos de puta no descansan nunca. La persistencia de la maldad puede ser agotadora; y al ciudadano argentino que había sobrevivido la dictadura y después toleró golpes de mercado, amnistías y atentados, le quedaba poco resto en 1996. ¡Si estábamos presididos por un tipo tan salpicado de mierda, que ni siquiera podía admitir que habían asesinado a su hijo! Luzbelito es una obra oscura y mordaz, digna del diablo burlón que parecía haber hallado querencia en nuestro país. Consecuentemente, su momento más luminoso pasa por una vieja canción: “Blues de la libertad”, que ya desde su título plantea la contradicción entre el ideal y las tristezas que despierta su busca. Mi amor, la libertad es fanática, canta Solari. Ha visto tanto hermano muerto / Tanto amigo enloquecido / Que ya no puede soportar / La pendejada de que todo es igual. La otra emoción la depara el cierre. A pesar de que no existe ninguna alusión directa, “Juguetes perdidos” parece hablar de los pibes que siguen a Los Redondos y, entre ellos, de Walter Bulacio. La letra define aquello que deben esperar de la banda: Yo sé que no puedo darte / Algo más que un par de promesas / Tics de la revolución / Implacable rock and roll / Y un par de sienes ardientes / Que son todo el tesoro. Para establecer, a continuación y mediante un grito, a quién le corresponde la tarea verdaderamente importante: ¡Este asunto está ahora y para siempre en tus manos, nene! Sin embargo, los pibes seguían atribuyéndole a Los Redondos mucho más que su excelencia como artistas. Y el poder coincidía con esta percepción de su importancia, que solo les producía desconfianza. En agosto de 1997, el intendente de Olavarría, Helios Eseverri, no tuvo mejor idea que prohibir las fechas de presentación de Los Redondos, dos días antes del debut. La medida generó un escándalo que tuvo entre sus consecuencias el más inusual de los espectáculos: una conferencia de prensa de los Redonditos, dando la cara en directo por TV. El incidente transparentó un estado de cosas. Por un lado estaban Los Redondos, una banda de flautistas de Hamelin que peregrinaban por el país llevando a su zaga un ejército de ratas con forma humana: los indeseables de la sociedad, a quienes se atribuían los males que empañaban la fiesta menemista. Y del otro, la Argentina “bienpensante”, que consideraba a aquellos chicos el Enemigo Público No. 1 y empezaba a reclamar políticas de mano dura. En un país con crisis de representación política (con un peronismo de 23
prácticas antiperonistas, una UCR inoperante y una izquierda que proponía acciones sugeridas por los diarios de 1950), no sorprendía que se depositase sobre Los Redondos la carga de un liderazgo antimenemista. Más allá de los organismos de derechos humanos, que proseguían su lucha —caminando, por aquel entonces, en pleno desierto—, Los Redondos eran la única entidad convocante que encarnaba los valores despreciados por el carnaval en curso: la solidaridad, la defensa de los más pequeños, la importancia del arte popular. Era inevitable que el poder empezase a resentir la molestia que suponían Los Redondos, que ya no eran solo un grupo de rock sino un fenómeno sociocultural de apetitos pantagruélicos. Y algo todavía más complicado: también se volvía inevitable que cierta parte de los ricoteros demandase de la banda un rol que excedía aquel que el trío podía, o quería, desempeñar. Demasiada presión. Que el Indio admitió con todas las letras, durante un concierto en Villa María, Córdoba. Cansado de los desmanes entre el público, dijo: “Estos quilombos no hacen otra cosa que acelerar el fin de la banda”.
11. Auf Wi edersehen, au bi en t ot Tanto Último bondi a Finisterre (1998) como Momo Sampler (2000) exhalan el aliento de lo póstumo. La puesta en funcionamiento del estudio propio, Luzbola (construido como anexo de la casa del Indio), ayuda a que Solari-Beilinson mejoren la calidad de sus demos y se planteen usarlos en sus mezclas finales. Se habla de capitalizar las ventajas de la tecnología, de sumar texturas, de escapar del riesgo de “trabajar de uno mismo”. El Indio y Skay hacen casi todo, saltándose el trámite de pasar las canciones a la banda para que sean reinterpretadas según la tradición rockera. Esto acelera los procesos, tanto los buenos como los malos. Es lo que suele ocurrir con los matrimonios largos, una vez que los hijos vuelan del nido y no queda más remedio que reencontrarse: ese cara a cara, sin más intermediaciones ni distracciones, puede ser fatal. Al mismo tiempo, hay que preguntarse si la internación en Luzbola no fue también consecuencia de la necesidad de aislarse (literalmente: hacerse isla), para resistir al asedio de los fans, los medios y la fauna de los que codiciaban la teta de la vaca Redonda. En términos estrictos, tanto Último bondi como Momo Sampler son obras concebidas desde un encierro. La apelación a lo final no solo está presente, sino establecida por duplicado en el título de Último bondi a Finisterre: se trata del viaje postrero al sitio donde la Tierra se termina y se abre el abismo de lo desconocido. La música trabaja sobre la tensión entre lo festivo y lo siniestro, apropiadísima para lo que por allí se describe como “Casino Argentina”. El paisaje sonoro es más panorámico que nunca: “Alien Duce” pasa de lo beatlesco al hard rock, “La pequeña novia del carioca” tiene un aire a Morphine. Y las letras, además de ahondar el surco de la picaresca ricotera con personajes como el Capitán Buscapina, el Zumba y 24
Drogocop —un derrotero único dentro del rock local, suerte de mezcla entre Discépolo y Philip K. Dick—, dejan caer pistas sobre un cansancio del alma. Ya me hartó la función / En la Estrella del Sur, dice en El árbol del Gran Bonete. Con lo que cuesta armar un full / Armar algún puto full / Y jugarlo en este paño, Dios, se lamenta en la inolvidable “Gualicho”. Con este bonus-track / De mierda de guerra / La Armada Buscapina / Ahora va a pirar, anuncia en “Esto es to-to-todo amigos”, final que llega entre sonidos espaciales, un corazón que late, gente que no para de hablar y la risa del Pájaro Loco. El año 2000 es aquel de los conciertos de River que fueron cima de su popularidad (y que arrojaron el saldo de un muerto y varios heridos por arma blanca) y de la despedida que representó Momo Sampler. Los dos años transcurridos entre Último bondi y Momo habían bastado para que el alivio inspirado por el triunfo de De La Rúa se disolviese. Durante la última entrevista que les hice, el Indio le endilgó al Presidente un alias que era payasesco en su usta medida, porque reflejaba la criminal inoperancia del personaje: Pepeto De La Ruta. Momo Sampler es una digna coda a la obra de Los Redondos. Tiene, por una parte, toda la riqueza rítmica, armónica y sonora que la banda fue acopiando a lo largo de su trip: hay funk, aires de candombe, guitarras que suenan a gaitas, cítaras y teremines, melismas arábigos y timbres de bicicleta. El Indio sostenía que el disco era un drama musical, “una escenografía sonora por la que transcurren las historias y los solos”, a la que le imaginaba un género definido: cabaret político. “El templo de Momo” conjura los comienzos de la banda. “La murga de los renegados” habla de un desfile de marginales que ya no da más. Hay personajes despreciables, siempre adultos (Murga purga, Sheriff) pero también están aquellos, muy jóvenes, a quienes el barro no les impide producir destellos. Por ejemplo la Marita de “La murga de la virgencita”, que nunca pudo comer del queso / Sin que la trampera la aplaste. Y Rato molhado, un Juan Moreira faviano pero contemporáneo, cuya muerte inspira la frase que oficia de epitafio para el disco y la banda toda: Una sombra chinesca / Que encandila a su muerte / Y se va. “El carnaval tradicional es cíclico”, me decía Solari, reflexionando sobre el mítico Momo que, además de personificar el sarcasmo y la ironía, era el dios de los poetas. “Después del festejo viene la Cuaresma, el ayuno, el cambio en los comportamientos. Pero acá no. Acá el carnaval es permanente. Un show con violencia y ruido, en el que no hay ninguna esencia en juego”. El artículo concluía con el Indio diciendo: “Ojalá pase algo, y pronto, que lo conmueva todo”. Lo primero que pasó fue la oficialización del fin de la banda, a comienzos de noviembre de 2001. (Las razones no importan. Aquellas que con el tiempo se traslucieron son más bien nimias, como suele pasar con las largas asociaciones: se 25
estalla por tonterías que encubren los desencuentros profundos.) Lo que ocurrió a principios de diciembre fue la imposición por decreto del corralito, que inmobilizaba los depósitos bancarios e impedía a los trabajadores disponer de sus sueldos. Pronto sobrevinieron la protesta social, el Estado de sitio y la caída de De La Rúa, con fuga en helicóptero mientras se reprimía en la Plaza. Fue, casi, como si a la banda ya no le quedase paño para metabolizar la tragedia argentina —una más, e iban...— que se desencadenaba. O como si la Historia, que le había concedido el terrible privilegio de conducir a la Murga de los Renegados durante la tormenta (1976-2001: de la dictadura al default), la relevase al fin de su pesada misión, para facilitar el alumbramiento de una etapa nueva. Ya no habría más Redondos. Pero mientras el olvido devoraba música con voracidad de Pacman, las canciones de Beilinson-Solari permanecieron. Y la promesa de aquellos versos de “Juguetes perdidos” empezó a hacerse realidad: Cuando la noche es más oscura / Se viene el día en tu corazón.
12. Los l an zal l am as A lo largo de años, le hice escuchar música de Los Redondos a muchos amigos de otros países. Casi sin excepciones, la encontraron tan poderosa como desconcertante. Hay una razón material que explica por qué la banda no trascendió las fronteras argentinas: al no formar parte de una multinacional de la música, nadie se tomó el trabajo de difundirlos; como sí ocurrió, por ejemplo, con Soda Stéreo. Pero, a mi juicio, existen razones más poderosas. En términos generales, los melómanos del mundo hispanoparlante canalizan sus demandas de forma clara. Cuando quieren algo sensual, apelan a los ritmos latinos. Cuando quieren bailar, se quedan con la electrónica. Cuando quieren mero placer auditivo, van en la dirección del pop o de los colores que proporcionan las músicas étnicas. Y cuando quieren algo que los haga pensar, se compran The Wire o leen un libro. No existe hoy mucha gente que busque satisfacer esas demandas a través del rock. Y por eso los Redonditos se tornan difíciles de decodificar: porque llevaron su arte en una dirección que ya pocos toman. En el tiempo de las descargas ilegales, las canciones sueltas y el popurrí sonoro, ¿quién recibe la música popular en los términos de una obra, de un corpus que se desarrolló orgánicamente y requiere tiempo para ser paladeado? El otro condicionante es la especificidad de la experiencia argentina. Así como hay escritores que “viajan” bien (por ejemplo, Borges) y pueden ser disfrutados por lectores de cualquier parte, hay otros (por ejemplo, Arlt) que, si no se está en dominio de ciertas claves de nuestra historia, pierden parte esencial de su gracia: como pedir caracú y que te llegue sin la carnecita. La 26
angustia arltiana se saborea mejor si uno es argentino, y todavía más si vivís en Buenos Aires. Por definición, todo artista traduce su circunstancia al lenguaje expresivo que elige. (O, para ser honestos: que lo eligió a él.) La forma en que los Redonditos procesaron la experiencia de vivir acá durante la mitad final del siglo XX es ejemplar, porque con las limitadas herramientas que les ofrecía la música popular de su momento, construyeron una obra-universo completa (¡redonda!), tan furiosa y demencial como la Argentina que les tocó en suertedesgracia. Yo creo que la gran novela argentina de los años oscuros se publicó en nueve volúmenes, entre 1984 y 2000, y fue firmada por un colectivo creativo llamado los Redonditos de Ricota. No existe otra obra —ni siquiera abarcando el cine y la literatura— que haya contemplado, destrozado y rearmado la tragicomedia argentina de aquellos tiempos con la creatividad de Los Redondos. En lo personal, les agradezco esos himnos-faro que me ayudaron, como a tantos otros, a no perder el rumbo en los años difíciles. Pero, como escritor y periodista, me siento en la obligación de echar luz sobre la importancia de su obra en el contexto de la cultura argentina. Cualquiera que pretenda revisar y entender aquel tiempo a través del prisma de nuestro arte, tendrá la posibilidad de picotear aquí y allá, entre películas, novelas, programas de TV y obras de teatro, que le permitan armar un mosaico trabajoso. O bien podrá escuchar la obra de Los Redondos, que en poco rato le contará —mediante palabras, sí, pero también mediante arreglos que usan el ropaje del rock para vestir las sonoridades de toda la música contemporánea— la historia de lo que ocurrió en este puticlub cuando Luzbelito metió la cola y el sheriff se adueñó del tinglado, con intención de convertirlo en un shopping disco zen; y cómo fue que la Armada Buscapina resistió hasta que, cuando todo parecía perdido, Walter invadió la Tierra y el futuro nos alcanzó. Los Redonditos de Ricota son ese fenómeno que ningún científico habría podido prever, por más atento que estuviese a las mediciones del contexto. Por su obra pero también por el modo en que esa obra moldeó miles de vidas, son el equivalente cultural de lo que en física se llama singularidad. Porque, en medio de un agujero negro como lo fue Argentina entre 1976 y 2001, nadie esperaba encontrar belleza. Y eso fue precisamente lo que Los Redondos construyeron: una catedral de belleza inaudita, que desde entonces no para de arder.
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LA ENTREVISTA
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“La obra soy yo” por José Bellas y Ernesto Martelli
Aunque este reportaje, realizado en noviembre de 2000, se haya consumado dentro del actual milenio (o a dos meses de su comienzo exacto), en la casa palermitana de Skay & Poli fue grabado en cinta análoga, coordinada en charlas breves por teléfono de línea, igual que el delivery gastronómico (empanadas). No se comentó en red social alguna ni generó selfies a modo de souvenir presencial, porque las primeras todavía no existían y porque los celulares que circulaban no registraban imágenes. “Acá está la turba de Clarín”, recibió el Indio al dúo de cronistas (Ernesto Martelli y quien aquí suscribe) y condujo, como siempre, la entrevista. Que, como siempre, duró más de tres horas y tuvo algunas acotaciones, casi desplegadas como separadores, de Skay Beilinson y la Negra Poli. Después de llenar dos River en abril, se habían dedicado el resto del año a preparar Momo Sampler, el disco que afianzaba su giro tecno-rockero. Fue publicada en el Suplemento Sí! de Clarín el viernes 17 de noviembre de 2000. Por esos días, el rebote mayor de la entrevista, que en primera instancia pudo ser leída por las 500 mil personas que compraban Clarín un viernes de entonces, tuvo que ver con la encendida defensa de Solari acerca de la privacidad de su hogar, explicando que vivía armado y que no le temblaría el pulso en poner en su sitio a quien quisiera invadirlo. El escándalo opacó el título que entonces elegimos para titular la entrevista, destilado de un textual inequívoco del cantante: “La obra soy yo”. Aun negando, a partir de una pregunta directa, su proyección solista, puede decirse que el germen de la separación de Los Redondos se acuña en esa frase. Con los años, con la banda ya disuelta, pequeñas rencillas con amplificación mediática sobre dominios de archivo pudieron parecer causales de ruptura, pero esas nimiedades no honran la verdadera razón, más relacionada con ideas y formas de ver la vida. Lo que terminó desbandándolos fue, justamente, su pecado original. Esa idea de invocar a un espíritu ¿inexistente? e incorpóreo como Patricio Rey para que Él ocupara el lugar de líder y fuera el titiritero de Los Redonditos de Ricota, llegó a una encrucijada. Por un lado, la exaltación del movimiento colectivo, comunal, que encararon y encarnaron siempre Skay & Poli. Por el otro, el Indio como el rostro, la voz, el artista, el vaso comunicador. El momento en que verbo y sustantivo ya no conjugan. El liderazgo. Las diferencias. 29
Más que el principio del fin, aquí se puede leer el fin de los principios de Patricio Rey y el comienzo de un largo destierro, que dura hasta nuestros días. Noviembre de 2014.
Cerca de la medianoche, el tipo está parado en una esquina de Palermo. Carlos “El Indio” Solari tiene cara de ansiedad. Vestido con un pantalón cargo de tela de avión y unas zapatillas de trekking está esperando a su hombre. “No encuentro a mi chofer”, dice. Ese es el desenlace de una velada prolongada. Una sesión de charla amigable, estreno del nuevo disco, empanadas y cerveza por encargo, entrevista tensa y final precipitado. ¿Motivo? Skay, el anfitrión, venía de una mala noche, casi sin dormir. Definitivamente alejado de sus otrora célebres trasnoches bohemias, el Indio quiere volver a casa temprano: después de algunos rodeos, reconoce con los ojos alegres que pronto será padre (varón, para más datos) y, se sabe, eso le cambia la vida a cualquiera. Incluso al experimentado frontman de Los Redonditos de Ricota, a la fecha la banda récord de convocatoria. A los 52 años, después de reunir 140 mil personas en River y convertir esta odisea independiente casi en prodigio global, Carlos “El Indio” Solari vive en paz con su propia leyenda. —¿Qué es de la vida de Patricio Rey? —Tenemos un desconecte de muchos años con él pero, cada tanto, nos trata de pingüinazos y nos hace acordar que por más que uno envejezca no se pone más piola. Se carga de achaques: el hígado crece, el cerebro envejece. —A juzgar por los números a ustedes no les va tan mal. —Cuando batís todos los récords de la historia del espectáculo nacional, te permitís correr riesgos sabiendo que cualquier cosa te mejora. No era una meta pero sentís que ya lo pasaste, cortás el cordón unmbilical que te sostiene. Yo siempre pienso que mi vida no es tan rica como para que Los Redondos sean algo secundario. Pero también, por la formación de uno, hay una especie de desconfianza de la masividad. El éxito me pone incómodo. —¿No lo disfrutás? —El momento que disfruto realmente es el de componer. Solo. —¿Qué viste desde arriba del escenario de River? —La cantidad no me conmovió, de verdad. Los Redondos nunca tuvimos que luchar contra la adversidad. Cuando tocábamos en lugares para cien personas, venían ciento cincuenta. Antes de llegar a River, hicimos Huracán y Racing. La convocatoria de la gente nos fue llevando a lugares. Quizás por eso se 30
me hace difícil ver un shock de la diferencia de convocatoria. A nosotros no nos puso en el éxito una corporación. —Quedó tu frase: “Bienvenidos al pogo más grande del mundo”. —Es que lo fue. —¿Cómo viviste los incidentes de la primera noche? —Cuando llegó la noticia de que había un tipo lastimando, me dieron ganas de no tocar nunca más. En ese momento, es muy difícil ponerse en el lugar del que convoca: a nosotros siempre nos adjudicaron no poder controlar la seguridad. Una producción independiente tiene muchas ventajas pero hay que remar como descosido. Y no hay que olvidar la circunstancia social: está todo el mundo con la mecha seca y, en cualquier momento, en cualquier lugar, se arma. Es un país donde a tu viejo lo despidieron y está tan viejo que no sale ni a afanar, tu hermano más grande empezó afanando motos pero ahora está en una más grande y vos empezaste a afanar motos porque no tenés ninguna posibilidad de laburar. Esa noche seguí porque me di cuenta que suspenderlo iba a ser peor. —¿No sobreactuaste la situación al amenazarlos con no volver a tocar? —A esta altura no tengo necesidad de montarme en ninguna pequeña mentirita. Los Redondos no están en ningún negocio que no sea el expuesto, esas son elucubraciones de gente que piensa que atrás de esto hay poder. Creen que, porque metimos 140 mil personas y los sindicalistas metieron apenas 15 mil, nos ofrecen alguna cosa para ver si podemos arrastrar agua para su molino. Ninguna corporación me puede ofrecer más de lo que me está pasando. —Del tipo que murió, ¿qué sabés? —Lo mató la misma gente, a patadas, para sacarle el arma. No creo que haya pasado por ningún control, no creo que haya sacado entrada. Entró en la turba y se mandó. Ni siquiera debe haber tenido un objetivo que lo beneficiara: estaba zarpado y lastimaba a inocentes. —Pero de víctimario paso a víctima... —No hay ningún tipo de manifestación violenta que yo vaya a defender pero sí puedo comprenderla. Desde la revolución social al ámbito personal. —¿Justificás lo que sucedió? —Yo no estoy a favor de matar a nadie. Debe ser una frontera extraña matar a alguien. Pero tampoco me entrego mansamente a la humillación... En mi casa, yo vivo con siete perros y tengo una 12.70. —Supongo que se trata de un arma. —Sí, y de muy grueso calibre. —¿Hablás en serio? ¿Para qué te sirve tenerla? 31
—Del ligustro para acá que no venga nadie a romperme los huevos. Yo soy un opinólogo de cualquier cosa, lo que sea, pero cuando está en juego mi mujer, la gente que quiero, no sé que soy capaz de hacer. ¿Acaso no están de moda los secuestros express? Ya no se llevan a un industrial por medio millón de dólares sino que se cargan a cualquier perejil por diez lucas. Por más que tengas leones en tu casa, si te la quieren dar, te la dan. Tampoco soy el único de mi barrio que tiene matraca... —Tenés un arma, pero ¿sabés usarla? —La vida que llevó uno no fue solo tocar la guitarrita. Yo tengo 52 años y he visto muchas cosas, en distintas épocas, lo que pasa es que tantos años de ecología y Animal Planet cambian la mentalidad. Yo todavía llevo grabada la mirada del primer animal al que maté de un disparo. El uso de armas era algo común. Si tu viejo y tu hermano iban de caza, vos también estabas ahí a los tiros. Uno aprendía a usar un arma como ahora los chicos manejan el joystick. —Cuando empezaste a responder, por un momento pensé que te ibas a referir a tus 20, 30 años... —Ese es el segundo capítulo de mi relación con las armas. Pero ése no es tema de entrevista. El tema de esta entrevista es, también, Momo Sampler, el nuevo disco de Patricio Rey y sus Redonditos. El noveno para más datos. Y el primero hecho con una modalidad: no hay banda de rock. Solo están la voz, las letras y las texturas sónicas del Indio (más densas e inspiradas que Último Bondi a Finisterre) y las guitarras de Skay (como siempre, punteos y riffs memorables, ahora más cerca del Zooropa de U2). Lo demás, un espíritu murguero algo trágico y desesperanzado, de alto contenido dramático. —Indio, ¿para qué sirve hoy el rock? —Creo que es una reserva en la que los espíritus medio progresistas todavía encuentran el mejor lugar para sentarse. Sin embargo, creo que estamos al final de la cultura rock, porque ya se ha fagocitado todo lo posible. Sigue siendo lo más progre que hay, aunque hoy solo se copia a sí misma. Hay chicos que tienen quince años y en vez de tener la aventura de agregarle algo al mundo... son conservadores. —¿Está mal? —No sé, cuando yo era pibe no había ninguna pretensión sobre la música. No era el vehículo de ninguna cultura. ¿Por qué debemos pretender que el fenómeno de la cultura rock se imponga para siempre y la música sea el vehículo de las novedades? —Bueno, llegamos a pretenderlo por boca de algunos profetas... —Es que pasaron cosas muy importantes en la cultura rock. Hubo una infección en todos los rincones de la cultura. En quince o veinte años el mundo 32
cambió mucho, para mi gusto para mejor. El rock fue la cultura más significativa que hubo. Mucho más que las actitudes revolucionarias de los sesenta y los setenta, de eso estoy seguro. El rock ha modificado el mundo más que el marxismo. —¿Cuáles serían los grandes aportes de la cultura rock? —La transformación metafísica de la gente. Para mí, la obra soy yo. Todas las experiencias no ordinarias que hice en nombre del rock modificaron mi mirada de la vida. —Desde el escenario, ¿lograste cambiar algo del sistema? —Ojo, yo no me salgo del plato, soy un tipo que consume chucherías. Nosotros hacemos un producto de tipo “artístico” —no sé cómo mierda se llama esto de hacer canciones y venderlas—: la gente compra si le gusta. Yo no le cago la vida a nadie. Vivo bien y me puedo comprar chucherías, aunque con bastante delicadeza. Si yo me quiero comprar un Jaguar me lo puedo comprar, no lo hago porque sería obsceno. —Ponés el ejemplo del Jaguar porque no sabés manejar... —Yo compro chucherías: no es una cuestión heroica, no soy un asceta. Tengo veinte equipos Roland, con todos sus manuales... Pero los uso como herramientas. Rescato en ellos cierto interés que no es como comprarse esas chucherías que están en los shopping. —¿Cómo sabés qué venden en los shoppings si la leyenda cuenta que nunca salís de tu casa? —Cuando viajás, en cualquier lugar del mundo, encontrás las mismas marcas, las mismas boludeces. —O sea que allá vas... —Sí, voy y compro muchas cosas. Me gusta comprarme ropa. Acá no puedo porque me rompen mucho los huevos, se arma quilombo. Voy a primera hora, porque pienso que no hay pibes pero están los empleados y a los cinco minutos se armó el quilombo. —¿Escuchas algún disco de Los Redonditos? —No tanto. Para mí esta música no tiene inocencia. Las canciones de los primeros álbumes son lindas, son frescas pero la realización en muchos casos es una cagada. —¿Nunca pensaste en ser solista? —Hay dos lujos de los que yo desconfío: uno es la masividad y el otro es la relación que tuvimos con Skay. Durante los años que hemos trabajado juntos hay algo que excede el momento musical, todo el tiempo estamos consultándonos para saber qué hacer, cómo ahorrar unos pesos, cómo dilapidar otros. Cuando tenés que compartir con alguien algo resignás cosas. Y eso es bueno. Los solistas 33
se repiten, inevitablemente. Son lo que más me aburren. Eligen siempre armonías que, para ellos, están bien. Es mejor que te corrija alguien. —¿Cuándo fue la última vez que fuiste a una discoteca? —La última vez fue hace como diez años. —¿Qué tenés en contra? —No tengo nada en contra, simplemente no me interesa. Me interesa volver temprano a mi casa. No es un ambiente que me enriquezca. La bohemia me empezó a aburrir. —¿Y en tu casa qué hacés? —Trabajo todo el tiempo. Compongo, escribo, leo, escucho otra música. Y la vida. Ahora tengo a Luzbola y Luzbulo. Luzbola es el estudio donde grabamos y Luzbulo es una especie de playroom donde están mis libros, mis apuntes, la computadorita, el teclado, el armonizador, un sintetizador de guitarra, pedales, un mixer... —¿Vivís encerrado, en soledad? —Tengo una compañera que es muy gamba. Decidí abandonar un poco la vida urbana porque el grado de decepción hace que necesite justificaciones para vivir. En un lugar donde la naturaleza te tiene rodeado es más fácil saber por qué carajo se disfruta de la vida. Durante el primer año que me mudé no conocía el parque: me quedaba jugando al pool toda la noche, bebiendo, me despertaba a las cinco de la tarde. Ahora me levanto todos los días a las ocho. —¿Qué te hizo cambiar? —Con el tiempo he aprendido algo respecto del principio ordenador del placer que rige a Los Redondos. Después de cruzar la frontera, uno se da cuenta de que el placer está en el límite, justo ahí... pero de este lado. Del otro lado es una experiencia enriquecedora pero nada gratificante. Es interesante pero hay que tener muchos cojones, hay que tener un espíritu más cool que la palabra cool. No me da un valor agregado que un tipo se reviente. —¿Drogas? —Entiendo que un tipo que está pintando un cuadro, haciendo una película o tocando una canción se tome una pepa o una raya... porque no jode a nadie. Ahora, si yo estoy entrando al quirófano para una operación a corazón abierto y veo que el cirujano se está tomando un pase... Si todavía la anestesia no me hizo efecto, me pongo la bata y me rajo. —¿Todavía les siguen ofreciendo cheques? —Ya no, porque nos va bien. Si hay una banda que siempre se ha manejado por otro andarivel, que no sabe nada del medio porque no se ha cruzado con los colegas en la noche es Los Redondos. —Le hiciste bastante propaganda a la actitud contraria... 34
—No sé si tanta. El mundo te prefiere diciendo un discurso con mayor ideología de la que tenés. Cacareamos solo cuando vamos a poner un huevo.
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100 HIST ORIAS SECRET AS
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EL SUEÑO TERMINÓ (PERO TODOS LOS SUEÑITOS NO)
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1 Herma no sol , h erma na l u na Desde los años 50, Poli siempre estuvo en los eventos culturales que se hicieron en La Plata. Yo la conozco desde que ambos teníamos 15 años. A fines de los 50, principios de los 60 estaba en los movimientos de teatro, poesía, en esas cosas más relacionadas con la beat generation, los iracundos. Cuando aparece toda la bola de la psicodelia es que ella alterna con La Cofradía. Entraba y salía. O formaba otros grupos. La Casa de la Luna, por ejemplo. Que se armó en oposición a La Cofradía de la Flor Solar. Eran algo así como una comunidad. Pero muchos participaban de las dos. Y así en algún momento Poli lo conoce a Skay. Rocambole
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Por la casa de La Cofradía caía de tanto en tanto La Negra Poli, que era pareja de Manija Paz y habitaba La Casa de la Luna. Yo medio que me encogía cuando aparecía, porque era brava La Negra. Toda vestida de negro, con cuero. ¡Era re-punk! Siempre lo fue. Imponía respeto. Te miraba fijo y chau. Muy conocedora del ambiente y de todo. En cambio Skay siempre fue un angelito. En ese entonces estaban la casa de La Cofradía de la Flor Solar y La Casa de la Luna. Éramos como dos polos. La Casa de la Luna era completamente… lunática. Iban todos los locos y los hippies que nosotros rebotábamos. Poli conoció a Skay a través nuestro. —¿Qué onda? ¿No querían a los hippies en La Cofradía? —Y, que se yo, venían por ahí medio empastillados y nosotros teníamos que laburar a la mañana, haciendo artesanías, produciendo para sustentarnos, y ensayar a la tarde. Si nos hacían razzias era porque se llenaba de pendejas que se peleaban con los padres y decían: “Me voy a lo de La Cofradía”. Pero nada que ver con Charles Manson. Eramos disciplinados. Había un orden que no podíamos saltear. Kubero Díaz
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2 Beat(l es) generati on Con Morcy Requena y Eduardo Paz (Manija) nos conocíamos de Nogoyá (Entre Ríos), donde teníamos un grupo que tocaba temas de los Beatles. Ellos terminaron el secundario y se fueron a estudiar a La Plata. Yo me quedé, paradójicamente, en banda. Había repetido tercer año y no quise estudiar más. Al tiempo volvieron a buscarme, porque decían que yo era esencial para el proyecto que estaban encarando, que resultó ser el comienzo de La Cofradía de la Flor Solar. Pero me tenía que ir con ellos a La Plata y mi viejo quería que estudie, ni en pedo me dejaba. Al final una de mis hermanas lo convenció. Fue todo un descubrimiento. ¡Imaginate! Pasar de un pueblo de Entre Ríos a La Plata, trabajar con el Mono Cohen3, toda esa gente… ¡Yo todavía no había hecho el amor! Ahí arrancó la locura y me enganché con Isabel Vivanco, que era la única mujer de la casa. Todo era novedad. Que la contracultura, que Miguel Grinberg4, que las comunidades. Todo eso le puso un contexto a todo. Yo estaba como un paisano diciendo: “Muchachos, yo apenas vine a tocar rock and roll”. Kubero Díaz
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Yo llegué a Los Beatles por mi hermano que trajo un disco muy, muy al principio de todo esto. Lo que más me impresionó y me sigue impresionando es el alcance que tiene el grito “Yeah, yeah, yeah”. Uno no entendía qué estaban diciendo pero por adentro era un llamado, una convocatoria a vivir intensamente. Indio Solari
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A los Beatles los habíamos descubierto en Entre Ríos sintonizando una radio de Sarandí (Uruguay) donde les dedicaban una hora semanal. ¡Siempre un paso adelante los uruguayos! 39
Kubero Díaz
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3 Ojos col or de Skay —Marta, ¿Es cierto que vos le pusiste el sobrenombre a Skay? —Sí, fui yo. En el Di Tella. —¿Por? —Por los ojos, azul sky. Marta Minujín
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—¿Marta Minujín le puso el apodo a tu hermano? —Sí pero era “Sky”, él después se lo acriolló a “Skay”. Pero sí… Fue así. —Ella dice que fue por los ojos… —No, yo creo que era por lo tranquilo también. Como quien te dice que “sos un cielo”. Daniel Beilinson
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Los Redondos fueron el happening de masas que Marta Minujín siempre soñó y jamás pudo hacer. Daniel Molina
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4 Sótano beat En un momento se reunieron todos los instrumentos y equipos que andaban dando vueltas en un solo lugar que fue el sótano de la Galería Rodrigo5. Ahí nos reuníamos y ensayaban. Pero eran varias bandas las que ensayaban. Y ellos empezaron haciendo la música para las películas de Guillermo (Beilinson) y el Indio. Pero también hacían otras músicas con mucha gente que pasaba por ahí. Poli
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Aparecí ahí por ser compinche de Skay, por estar todo el tiempo juntos. La función que yo cumplía era juntarme con Skay y hacíamos músicas a las que después el Indio venía y le ponía las letras. Así se hicieron varios temas como “Mariposa Pontiac” o “El blues del noticiero”, había otro que se llama “Mandan decir”, que era una especie de blues. Esa fue un poco la primera formación de Los Redondos, antes de que se llamaran así. En el sótano del almacén se había armado una sala y un estudio de grabación, donde Federico Moura grabó su primer demo, por ejemplo. Eramos nosotros tres y (Bernardo) Rubaja que tocaba el teclado más Fenton o Néstor Madrid en el bajo. Al principio nos costaba conseguir baterista, iban y venían como taxistas. Hasta que que quedaron medio fijos Diego Rodríguez y Oscar Farías, que vino a Salta. Eramos como una pyme. Basilio Rodrigo
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5 Th e Fin ol i s —Nosotros nos conocimos antes de todo, de todo, de todo… —¿Llegaste a ver un show de Diplodocum? —Sí… —¿Y como era eso? —Finoli. —¿Por qué finoli? —Y, porque era… qué se yo. Acá no teníamos ni equipo ni nada. Y ellos tenían muchas cosas. Los fui a ver con los de La Cofradía y ellos eran pobrísimos. o no vivía con ellos pero iba a cada rato, a tomar mate. A comer. Que les costaba mucho comer. Y ellos (los de Diplodocum) venían de Londres y venían de París. ***
Poli
Del pasado de ellos sabíamos muy poco. Lo más seguro es que el Indio era un laburante y Skay, un pudiente. Algunas cosas se decían: que el padre de Skay tenía relación o negocios con Favaloro. Pero esto era todo muy nebuloso eh... cosas que podías pescar en una conversación y no más. Nada que pueda decirte “me lo dijeron ellos”. Piojo Ábalos
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6 La Cofradía morfogenética Ellos no habían escuchado a Hendrix, no se habían fumado ni un porro y sin embargo las mismas cosas que se estaban haciendo en Londres las estaban replicando unos tipos de Nogoyá que no tenían nada que ver… Por eso creo que había una onda planetaria. Yo lo asocio con esa idea de los campos morfogenéticos de Scott Gilbert6. Un buen día, después de la II Guerra Mundial, un grupo de científicos viaja a una isla para observar el comportamiento de unos monos. Un día observan que una mona que se desprende del resto va y lava en el mar un pedazo de zapallo para sacarle la arena. Acto seguido, los monitos mas chiquitos la siguen y repiten algo que nunca habían hecho antes. Al poco tiempo, encuentran que en otra isla a 500 kilómetros otros monos habían empezado a hacer lo mismo. Con esto digo que la información a veces pasa sin necesidad de que se tenga experiencia directa. Lo del hippismo en La Plata fue algo muy similar. Skay
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Yo era muy amigo de Skay , y apenas llegó del viaje de Europa7, distribuyó un montón de información. Trajo lo último de lo último: Led Zeppelin, ponele. Nos partió la cabeza. In a Gadda Da Vida de Iron Butterfly, el primero de Pink Floyd, Hendrix. Audaz como el amor8, ese disco increíble. Ahí nos enganchamos a tocar con él, que ya tocaba el bajo en el Diplodocum Red & Brown. Con ellos hicimos un concierto juntos en La Plata. Estaban el Topo D’Aloisio en guitarra, Isa Portugheis en batería y Guillermo Beilinson, el hermano de Skay, que cantaba. Querían hacer una onda Pink Floyd. Cantaban en inglés, nos diferenciábamos en eso, y a ellos los maravillaba que tuviéramos temas en castellano. Kubero Díaz
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7 La Pl at a h ace a l a f el i ci dad La Plata tiene una historia aparte. Es una ciudad de clase media, en muchos casos de clase media alta. Lo que era una especie de barrera como el viaje a Europa era en La Plata una cosa bastante más frecuente. Muchos hijos de jueces, por ejemplo, o chicos del interior de familias adineradas. Todas las mantecas de la cultura se conseguían con una facilidad muy grande y muy cuidada. Todo lo que se conseguía en La Plata en esa época era de muy buena calidad, podías hacer las experiencias que quisieras cuyo origen eran las Universidades de California, Santa Bárbara, Holanda. Entonces no era difícil estar bien informado… No teníamos que esperar tanto. Te hablo de la época primigenia. Siempre daban vuelta los discos meses antes que en Buenos Aires porque había muchas familias viajando y con ellas venían discos. Yo creo que en La Plata se vivió algo muy serio. Me acuerdo de maratones en el club Atenas de La Plata y todas esas cosas. Y la mayoría de la gente no estaba mirando el escenario. Era así. Estaban todos con sus túnicas viajando. El escenario era como una especie de acto cortesano, una música de fondo para el trip de la gente que estaba ahí. Indio Solari
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Alrededor de 1968 había en La Plata un boliche que se llamaba Babú, situado en las calles 48 entre 9 y 10, un lugar que hoy se subdividió y no queda nada de aquella época. El dueño era Juan Coda Suárez, un disc-jockey de aquella época, que había viajado a Europa y se había traído todos los discos que acá no se conseguían: Jimi Hendrix, Traffic, Family, Cream... Era un lugar inmenso que se llenaba de hippies. En la puerta de entrada y en los pasillos, había colchones de pluma y luces raras. Cuando uno entraba se generaba como una sensación psicodélica, porque te caías al suelo o tambaleabas. Ahí pasé música muchas noches. En realidad yo pasaba música a las siete de la mañana, cuando el dueño quería cerrar el boliche y que la gente se vaya a sus casas, entonces yo ponía rock progresivo, mucho Hendrix, y la gente huía despavorida. El Doce9
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En La Plata los primeros grupos fueron realmente Diplodocum Red & Brown y La Cofradía de la Flor Solar. Antes habían existido Los Clusters10 que cantaban en inglés y hacían un rock como de televisión. Una cosa para confiterías, muy light. Y punto. Skay
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8 Lágrimas de Winco He llorado escuchando a Jimi Hendrix en un Wincofón cuando era más chico… Y uno estaba descubriendo ciertos estados no ordinarios de conciencia entonces. Era la única música que yo ponía y que sentía que era subversiva, al punto que tenía cierto cuidado de ponerla. Cuando vivís en departamentos y sos joven, en cualquier momento el consorcio te viene a echar, y cuando ya vas por el tercer edificio que te vienen rajando, te cuidás un poco más. Podía poner cualquier cosa, Iron Maiden, lo que se te ocurra. Pero ponías Hendrix y te dabas cuenta que al vecino le estaba pasando una corrosión realmente subversiva por debajo de la puerta. Indio Solari
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9 Sierra maestra —En el año 69 nos integramos a un grupo, una comunidad en el sur. Pero no Bariloche, nos fuimos a Tandil. Y estuvimos varios años juntos. —Ah… —Estábamos en Cura Malal11, en las sierras. —¿Una comunidad hippie? —Y, en aquella época, de alguna manera. Pero se podría llamar un grupo de autoconocimiento. —¡Ja! —Éramos pibes. Y vivimos muchos años juntos. Tres años para un grupo es muchísimo. Y cultivábamos la tierra… —Ah, tenían experiencia en la tierra entonces… —Pero poco. No vas a comparar eso con ir a ver… Semejante cantidad de tierra. Y nosotros, ¿qué podíamos? Nunca pudimos ordeñar la vaca que nos habían prestado. Nunca pudimos. Nunca jamás. En el grupo ese había uno que ahora vive en la India. Hace mucho ya… Primero se fue a Estados Unidos y se unió al Meher Baba. Y también vivía con nosotros la Solita. —¿Quién es la Solita? —Una de las que después bailó con Los Redondos. Y el hermano de Skay. Y otro pibe que se fue prófugo a Brasil. Hasta el 73 vivimos juntos. —¿En Tandil? —Tandil y Villa Elisa. Y fue así. Uno se fue a New York y se unió a Meher Baba. Otro se fue con Silo… —Eran los caminos que había, ¿no? —Claro. —O te ibas al carajo de la meditación o agarrabas un fusil. —El fusil. Bueno, en el antro nuestro hubo de todo: unos se fueron a la guerrilla; otros con Meher Baba. El del E.R.P zafó y se fue a Brasil. Poli
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—En Cura Malal un día nos invitaron a marcar el ganado. Va toda la gente de la zona, comen asado. Y nosotros vivíamos en los aledaños de una finca, nos habían prestado un pedazo de tierra. —¿Y la casa la construyeron ustedes? —No… ¿Qué casa? Era un rancho que no entrabas ni parado. Yo no tenía problema pero ellos que eran más altos… El piso de tierra. No había agua, nada. Teníamos el arroyo ahí, el agua helada, cuatro grados bajo cero. Pero qué felices éramos. Qué felices. —¿Y qué pasó con el asado? —Era con los obreros, los peones de campo. No estábamos con los dueños; estábamos con la peonada. Entonces el dueño de la finca se enteró que estábamos ahí y dijo “¡Traigánlos acá!” Y nos escuchó hablar de la naturaleza, del trabajo cosas así. Y nos dijo que estábamos enfermos, que padecíamos una neurosis mística. Poli
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10 Cómo poner l a bomba La primera vez que lo vi al Indio fue en una reunión y tenía el pelo por los hombros, aunque ya se le notaban las entradas. Era una charla de Silo, del Partido Humanista, en La Plata y él permaneció en un rincón. Al final lo único que dijo, decepcionado, fue: “Yo vine a que me enseñen como poner una bomba” Fenton
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El Indio no había tenido grupos antes de Los Redondos. De hecho yo lo conocí como pintor por intermedio de gente de la facultad de Bellas Artes de La Plata. Se la pasaba encerrado en su departamento pintando. Los cuadros que hacía eran… raros. Medio como las letras que tenés que andar investigando para ver qué quiso decir. Basilio Rodrigo
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11 Indi o genov és Me cuenta el Indio que el apodo no tiene nada que ver con el otro “Indio” Solari, el jugador. Hay un hecho llamativo y es que él supo de varios Solari con el apodo “Indio”, inclusive de su hermano mayor (le lleva diez años). Un señor muy grande que conoció en Salta durante la mítica primera gira de Los Redondos que le decían “Indio”. Hace unos años ya, recibió una carta del hijo de un tal Solari que también le decían “Indio”. Y me dice que todo esto no sería nada más que una coincidencia sino fuera que el apellido Solari es profundamente genovés. Él cree que en casi todos los casos debe tener que ver con el comportamiento. Julio Sáez 12
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DETÉNGANME, DETÉNGANLOS
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12 Cófrades v s. Pat ri ci os El Indio siempre está queriendo tomar distancia de La Cofradía porque no vivió esa época. Cuando él llega, La Cofradía había desaparecido. Pero todos los demás tenían ese sello. Todas las ideas sobre la producción independiente estuvieron en el germen de La Cofradía. Pero como La Cofradía era algo más idealista, hippie, nunca tuvo eficacia y Los Redondos, en cambio, llevaron todo eso a cabo. En eso, Poli tuvo una importancia capital. Ella posibilitó que todos esos delirios tuvieran una concreción. Logró que las cosas se llevaran a cabo. De cada uno de esos pequeños recitales que se iban haciendo ella iba separando de a poco el dinero para poder grabar. En la época de La Cofradía si llegaba a sobrar plata se la… patinaban. Rocambole
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No hubo continuidad entre La Cofradía de la Flor Solar y Patricio Rey. Lo único que recuerdo de los cófrades es la experiencia de la independencia y de la autogestión, que tomaban mucho coñac Tres Plumas y que ellos me iniciaron en todas las corrientes de pensamiento no-académicas; esas que hoy en día se asocian a la new age y son leídas por unas viejas de peluquería. Yo tengo admiración por los cófrades, porque ellos me abrieron las puertas a la psicodelia. La verdad es que éramos casi todos unos vagos drogadictos, y quizás por eso nos salvamos de la Triple A. El Doce13
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Me siento parte de la semilla de Los Redondos. Completamente. Porque la idea que tenía Rocambole con nosotros era la misma, filosóficamente hablando. a tenía esa idea de algo completamente autónomo. Hasta que por razones de causa mayor, después nos desbandamos. Cada uno por su lado. ¿Qué era Rocambole? Nosotros le decíamos Maestro. Escucharlo hablar y las cosas que 53
decía… Era increíble. Kubero Díaz
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13 Bossa nov a Vamos a vender remeras con mi amigo Paul de La Cofradía a la playa. Y cuando pasamos por Valeria del Mar nos acordamos de que el Indio estaba administrando el Alex, un hotel pequeño. Fuimos a buscarlo y efectivamente estaba ahí. Y estaba también Skay. A la noche nos quedamos charlando, chupando y comiendo hasta que pintó la guitarra y cada uno tocó sus propias canciones. El Indio hacía unas baladas medio bossa nova. Y a nosotros nos parecía que con esa voz tenía que cantar rock. Lo incentivamos un poco a que cantara rock entonces. Las primeras cosas que cantó el Indio fueron los temas de Basilio Rodrigo que para mí fue el primer autor de canciones para Patricio Rey. Todos temas inéditos: “Super sport”, “No quiero ser un pollo”. Rocambole
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¡Cómo extraño ese fogón! El Indio tenía temas que empezamos a escucharle ahí como “Tomalo de mi estera” y “Honolulu”, un blues muy lindo, la letra sobre todo era muy piola. Lo que más recuerdo de ese tiempo eran las excursiones larguísimas por los médanos que hacíamos con el Indio. Atravesábamos Valeria y aparecíamos en Cariló, todo a través de las dunas de arena… Rodrigo Basilio
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Volviendo del Sur lo conocí al Indio Solari, porque era amigo de Skay. Pero era otra onda. Si hablé con él más de dos palabras, es mucho. Era de la banda de todos los intelectuales que nos seguían, como Sergio Martínez “Mufercho”14, que tenía un programa de radio. Todos personajes fuertísimos. El Indio siempre me criticó: “Dejá de hacer esa música complicada, hacé algo más simple”. Nunca lo entendí, aunque me encanta lo que hace: es un gran artista. Yo soy más intuitivo. 55
Kubero Díaz
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14 Indi o ch arrú a (Manaos-Al aska ) La primera vez que estuve en Uruguay fue en el año setenta y pico, 71,… medio rajando un poco de allá (La Plata). Pero estuve detenido acá en Treinta y tres orientales por un retén. En realidad estaba haciendo un viaje que pretendía, sin dinero, llegar hasta Manaos y de ahí irme a Alaska y no sé que mierda. Tomármelas bah.…Y bueno estuve un tiempo acá en Uruguay porque era un viaje prácticamente sin dinero. Encima iba con una chica que se estaba escapando del padre y el padre era un jerarca del Partido Comunista. Y aún así, se ve que el padre tenía conexiones porque nos agarraron en Río Branco. Estuve viviendo acá en ese momento que era tanto o peor que en Argentina. Porque al ser Uruguay más chico, la clandestinidad era peor o más difícil. Después todo ese viaje se trastocó porque me quedé viviendo en Brasil. Me enamoré de Brasil porque estaban viviendo como en una nube de pedo. La izquierda había tenido un problema antes, previo. Y después fue como que la ley no tenía muy claro qué eran estas nuevas cosas y combatían algunas, pero otras no.Y estaba explotando Brasil. De movida llegué a Porto Alegre y me quedé tres meses. Y Porto Alegre es nada… Indio Solari
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Ahora cuando vengo a Uruguay ya tengo calculado el tiempo. Sé que tengo tres días de changüí hasta que se corre la pelota porque el pibe que trabaja en la cocina del restaurant se enteró. Al rato lo saben cinco, siete, diez y al quinto día ya tenemos que mover porque no se puede. Indio Solari
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15 El Herma no Ju an En el 71 apareció en La Plata un tipo que hablaba en inglés y se llamaba John. Había venido caminando descalzo desde California haciendo paradas en todas las comunidades. Vestía una túnica blanca y llevaba el pelo muy largo. Lo veías y era Cristo. Pero de verdad. La gente en La Plata que se lo cruzaba se persignaba o se arrodillaban. Estuvo un tiempo viviendo con La Cofradía. Era muy bello y había pasado de los votos al hippismo. Se daba una situación rarísima porque las chicas querían acostarse con él y él también pero ninguna se animaba a expresarlo. ¿Cómo te vas a coger a Cristo? Supimos que después siguió para el monasterio de Azul. P.R.
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16 Asado v i ol ento Estábamos por hacer un asado en la casa del Indio que se había venido a vivir a City Bell y no sé cómo le llega a los servicios de inteligencia la noticia de que nos íbamos a encontrar con un tipo que venía de Venezuela. Que era cierto, porque Guillermo, el hermano de Skay, estaba viviendo en Venezuela porque trabajaba en la empresa que el padre de ellos tenía allá. Y una o dos veces por año venía y por eso coincidía con las actuaciones de los chicos que todavía no se llamaban… bueno… Como todos sabemos que se llaman… Entonces se corrió la bola de que nos reuníamos con este tipo misterioso de Venezuela en esa casa y vienen y nos allanan a todos. El mismo día del asado o un día después, no me acuerdo. Y bueno, ahí nos dieron como en la guerra. Como si fuéramos subversivos. Me picanearon, toda la bola. Por supuesto que no sabía nada de nada. Además, los amigos que andaban en alguna hacía rato que habían muerto. Lo agarraron también al Indio, a Skay. Después no les quedó otra que soltarnos. Rocambole
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17 Ban da en f uga… 75, 76… No había nada en La Plata y había que tener mucho cuidado. Las épocas gloriosas del porro y todo eso, del hippismo, habían pasado. No había tanta mentalidad para el delirio. Antes de eso, cuando la policía nos allanaba les convidábamos mate, los charlábamos y les podíamos hacer creer que un ladrillo de marihuana escondido en un ropero era ropa sucia. Pero nosotros conocíamos a todos los que militaban. Compartíamos con ellos guitarreada, asados. Nuestra idea era otra: era una militancia de vida. Pero en La Plata buscaban a todo aquel que fuese… Te levantabas y estabas rodeado por el ejército. Y te entraban, te ponían contra la pared y te allanaban la casa. En una oportunidad no estábamos y cuando llegaron habían roto la puerta. El candado… Y habían entrado, y habían dejado los pasaportes nuestros sobre la mesa y habían revisado toda la casa. Después de eso nos fuimos. Poli
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Seguirnos, nos siguieron siempre. Fuera en la época de Onganía o de Lanusse. La cosa en La Plata empezó a ponerse muy pesada, muy jodida por el CNU, una concentración de derecha que se había apoderado de la Universidad. Uno de los tipos era del Loperreguismo. Recontrafascistas. Cuando empezó el Proceso estábamos todos en las listas. A mí me detuvieron dos veces. Una vez me agarró el ejército con Paul15 y tres de La Cofradía. Estuvimos cinco días desaparecidos y al final zafamos de pedo. Rocambole
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De los que pasaron por La Cofradía, solamente me acuerdo de un flaco que estaba metido en la militancia fuerte, andaba medio camuflado, se teñía el pelo. el hermano de Isabel Vivanco también estaba metido en esas cosas, Arturo. Nos iba a visitar y decía: “A mí la única artesanía que me interesa es hacer una 60
molotov”. Un tipo fantástico. No le gustaban los Beatles, le gustaban los Rolling Stones, por supuesto. El tipo jugaba al rugby y contaba que por eso sabía escaparse de las balas. Quedó pegado como diez años, en el sur. Falleció hace poco. Kubero Díaz
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18 Éxodo Después de las cosas que pasaron, la familia nos recomendó a una compañía de gente que tenían un campo allá en Salta. Eran varios socios. Una gente de allá, de Salta, y otra gente de otros lugares que compraron tierras ahí pero luego las vendieron porque no daban ninguna ganancia. Monte bajo, achaparrado. Se cosechaba poroto y zapallo. Nosotros llegamos para cuidar los intereses de los nuevos inversores en ese lugar. Un bodrio, no sabíamos nada de nada. Teníamos que anotar las tareas que se hacían y cómo se hacían. Pero bueno, hubo que aprender. Meternos ahí, que nos comieran los bichos. La finca se llamaba “Lagunita” y estaba en el límite entre Salta, Tucumán y Chaco16. No había teléfono y estábamos a cien kilómetros de un lugar que vendiera nafta. En medio del desierto. Y, bueno, la comunicación con el Indio era cuando llegábamos; porque más o menos quedábamos: “Bueno, dentro de tantos meses volvemos”. Poli
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Había de todo. Científicos, matemáticos, linyeras… proxenetas… psicólogos... Todos mezclados. Los tipos con más conocimiento eran los más creativos en la manifestación de liberarse. Me refiero a los más científicos. Por ejemplo, el docente. El docente era un matemático. El “Doce” o el Sultán. Y cuando encuentra este lugar donde manifestar su otra parte, el tipo se transforma. Lógicamente lo echaron de todos los lugares académicos que frecuentaba. Porque en La Plata todo se sabe: es un pueblo dramático. El tipo comienza a sentir un estado de decir “bueno, también soy este otro”. Reconoce su homosexualidad. Después va a la cárcel. Y en la cárcel forma las escuelas para los tipos que salían y buscaban reinserción. Estaban con Enrique (Symns) en el mismo grupo que Zaffaroni… Desgraciadamente el Doce murió… Se vinculó mucho con el ambiente carcelario y nunca se supo bien cómo lo mataron… Si fue o no el muchacho que se había llevado a vivir en su casa, si fue un crimen pasional… Nunca se supo… Pasiones… Eso hay que dejarlo... P.R.
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19 Su l tá n del swi ng —Guillermo se fue a Venezuela. El Indio a la costa… —Claro… —Hay otros que van presos, también… —Claro… claro. —Por ejemplo, el docente estuvo varias veces preso. —¿Quién era el docente? —El docente era el Sultán. —Ah… —El que hacía de Sultán y repartía los buñuelos. Ese estuvo varias veces varios años preso. Poli
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El Doce era una persona muy simple, muy campechana. Y después venía alguien y te contaba la verdad, que enseñaba matemáticas y era una verdadera eminencia, cosa que nunca hubieras sospechado, porque era un trolo al que le gustaba disfrazarse, hacer los redonditos de ricota, pasearse entre el público disfrazado de sultán, con sus efebos, y loquear un poco. Esa noche, después de aquel Lozanazo17, no volví a Buenos Aires, me quedé en La Plata, porque después del show nos fuimos a un bar a chupar y la juerga terminó a una hora ridícula, así que nos fuimos a dormir a lo del Doce. Yo no sabía que era gay y nadie me lo advirtió: era un gigantón de barba, no te imaginabas ni por puta. Yo era un niño inocente, rubiecito. Basabru18 durmió en el suelo y a mí el Doce me dio su cama matrimonial y se tiró al lado mío. Yo tendría 22 ó 23 años, y él era un tipo de 35 ó 40. Recuerdo que en medio de la noche yo estaba durmiendo y por ahí sentía como un dedito de su pie que se acercaba, y yo cada vez más a un costado, más acurrucadito. Casi me caigo de la cama. Claudio Kleiman19
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Los redonditos, los buñuelos digo, fueron una creación total del Doce, del Sultán. Él se disfrazaba y salía a repartirlos en una canasta pero también era el que los cocinaba. Y estaban buenísimos… Basilio Rodrigo
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20 Ex preso Imagi nari o Lo de Salta fue una gira mágica y misteriosa. Salimos de noche y me acuerdo que el micro era un Volvo al que le habían afanado la L de la marca. Al micro le decíamos el ex preso imaginario, porque todos, alguna vez, habíamos caído en cana. Bueno, creo que nos pararon en todos los retenes militares que habían dispuesto en la ruta. Zafamos con la excusa de que era un viaje universitario y al final hicimos un arreglo con un tipo al que le decían El Polaco, que tenía un boliche que un poco era el lugar trampa de la ciudad. Tocamos tres veces en diez días y el tipo nos hizo hacer tres entradas por noche. El público eran básicamente cogotudos, había un subcomisario que se divertía viendo el show. Rarísimo. Fenton
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Fue todo una locura ese viaje. Ibamos tapados de equipos en un micro viejo que parecía que no iba a llegar pero finalmente llegó. Hasta subimos a Cafayate después. Cuando llegamos al bar del Polaco tuvimos que tocar delante de un comisario y sus amigos para ver si le gustaba la música que hacíamos y nos dejaban tocar a la noche. Hicimos un par de blues, medio jazzeaditos, como para que no hubiera problema… Creo que aprobamos, ¿no? ¡¡¡¡Porque pudimos tocar, ja, ja, ja!!!! Basilio Rodrigo
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21 Noti ci as de ay er Por vía automovilística llegará hoy a nuestra ciudad el ómnibus que conduce al conjunto espectáculo marplatense “Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota”. Así lo anunció Skay Beilinson. Para mañana y pasado están previstos dos recitales en la peña de la calle Dean Funes, primera cuadra. Cabe señalar que el conjunto viene realizando una extensa gira por todo el país y obteniendo los más elogiosos comentarios de la prensa especializada.20 ***
En la mañana de ayer llegaron a nuestra ciudad los integrantes de la agrupación musical de rock “Patricio Rey y sus redonditos de ricota”. Vienen desde La Plata donde la mayoría cumplen estudios universitarios y en sus horas libres se dedican totalmente a la expresión artística de la música juvenil.21 ***
Luego de un breve ensayo realizado el jueves en presencia de El Tribuno la agrupación musical de rock “Patricio Rey y sus redonditos de ricota” se presentaron exitosamente anoche en Polaco, Deán Funes 82. La actuación del grupo musical de La Plata despertó el interés y fue coronada con el aplauso de la numerosa concurrencia.22
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22 Heroicas afuera… —Esos primeros recitales eran como una cosa descontrolada. Una fiesta. Como una liberación. Como una catarsis. —Claro… —Y mucha bebida… —Mucha bebida… —¡Mucha bebida! —Mmnnn… claro. Pero merca no había, ¿O sí? —¡Nooooo! ¡No existía! No había cosas heroicas. —No habían arrancado los 80, todavía. —No, no… ¡Heroicas, no! Tst…tst… Era la época de… —Mente… —De mente, ensueño… era… alucinación. —Claro. —Era… la… alucinación. P.R.
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23 El loco del matafuegos El primer Lozanazo fue un recital que se organizó sin grupos. Un recital en el que cualquiera podía subir y tocar. Entonces todo el público eran grupos y los que estaban arriba del escenario también. Eso fue tan desorganizado que dio como una estética general que a todos les gustó. Fue un quilombo que por ahí uno tocaba una cosa, otro otra totalmente distinta. Fue una especie de jazz de happening. Entonces eso llamó la atención como una estética. Después se hicieron más acotados, como por turnos. El que quería hacer algo, iba y lo hacía. Por ahí había un actor teatral que lo único que hizo fue subirse con una mesita y una palangana con agua jabonosa para afeitarse. Y ese fue su acto. Vino otro con una gallina y se la tiró al escenario. Otro se volvió loco y atacó a la gente con un matafuego. Después vinieron los monólogos entre los temas. De entrada fue un caos. Rocambole
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El primer Lozanazo fue una convocatoria abierta. Subía el que quería. Tal es así que compramos pollos vivos para tirarle a la gente en un tema mío que se llamba “El blues del pollo”. Los pollos o gallinas estuvieron tanto tiempo esperando en el backstage que la mayoría ya estaban medio entumecidos, pobrecitos. Y cuando los tiramos caían como balas. Yo creo que salieron varios pucheros ese día. Basilio Rodrigo
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24 Los Kantores del Alba Ramiro Kantor, compositor y cantante de la banda salteña “Mambrú y los Desertores”, quien organizó el primer recital de Los Redondos de Ricota en el boliche “El Polaco”, a un par de cuadras de Plaza 9 de Julio, recuerda: “Nosotros ya conocíamos a Skay Beilinson, que hizo algunos conciertos junto a mi hermano, el guitarrista Gustavo Kantor. En ese tiempo había una especie de pub que se llamaba El Polaco y así le decían a su dueño, Alejandrowicz 23. La onda era empezar a generar cosas ahí y se lo propusimos a Skay que ya tenía una banda en La Plata. Así que apenas le dijimos desde allá se alquilaron un colectivo y se vinieron como unas treinta personas. Bueno, era gente diferente y creativa pero que tenía recursos como para moverse. Tenían una banda que por entonces no tenían nombre. Aquí le pusieron “Patricio Rey” por el pintor Francisco “Pancho” Silva que ya vivía en Cafayate, pero que también venía de La Plata y de estar con la gente de La Cofradía de la Flor Solar.24 ***
Era bien amigo del Ramiro… Yo recuerdo que me lo presentó varias veces: “Este es el Skay” y esas cosas. Eso fue en la casa de mamá, acá en Salta. Pero yo ni lo registraba… Estaba en un grupo de malambo, no participaba para nada de la onda de ellos. Para mí saludar a Skay era como si me dijeran “te presento a Juan de los Palotes”. Ni me acuerdo de lo que era El Polaco, imagínate. No me acuerdo casi nada de esa época… Ahora me dicen “¡Pero boludo estuviste con el Skay!” ¡Yo que sabía! Damián Kantor
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En realidad toqué con Skay de manera informal en un recital, digamos… privado, después de lo de El Polaco. Yo tocaba folclore y quería que me enseñara a tocar blues y rock porque todos mis amigos lo hacían. Cuando tocaron en El Polaco, yo tenía unos quince años, imagínate. Fue un acontecimiento muy extraño para la provincia. Demasiada locura para lo que se veía en Salta. Tengo imágenes de que había más bien poca gente, muy poca gente. Chicas bailando en el escenario. Al Indio, por ejemplo, ni lo registré en ese momento. Lo que nunca me voy a olvidar es de cuando Poli le dijo “a este chico tenés que enseñarle a ser más agresivo para cantar”. Eso me quedó grabado para siempre. 69
¿Llamaste al Ramiro? Gustavo Kantor
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25 Patri ci o Rey & Marí a Antoni eta Toda la cosa la organizaron entre el Juan Ahuerma y una mina que se llamaba María Antonieta, una mina copada, de acá de Salta que estaba en todas las movidas. Al Skay lo conocí en mi casa porque era amigo de mi vieja pero no tengo idea de cómo se conocieron… Ellos se vinieron todos en un colectivo y fueron a parar a la casa de Juan que no tenía agua caliente, calefacción, nada de nada, che… En ese momento en Salta no pasaba nada, imagínate que en las boites si ibas con una mina muy morocha no te dejaban entrar. No había ninguna historia de rockeros cuando ellos vinieron, todos tocaban cumbia y algunos grupos, cuando los parroquianos se ponían muy en pedo, aprovechaban y metían rock&roll. Del recital del Polaco lo que te puedo decir es que no salió un peso porque teníamos una cantidad de entradas para vender que incluían canilla libre y con el Skay y la Poli decidimos repartirlas entre la muchachada de los barrios. ¡Le llenamos el boliche de negros al Polaco ese! Ramiro Kantor
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26 La casa de Las Rosas Nunca entendí muy bien por qué ellos venían a mi casa. Por un lado creo que mi mamá, que era obstetra, atendía a Poli. Por otra parte, mi casa, en el barrio Las Rosas, estaba abierta a los mochileros, los artesanos, a todos los locos que andaban dando vueltas por Salta. Así que era lo más normal del mundo para mí abrir la puerta y encontrarlo al Skay. Solía viajar acompañado de un requinto, que es como una guitarra chiquita… Igual yo a ellos los conocí en la casa de los hermanos Ahuerma. La casa de ellos era una especie de caldero de amigos en épocas muy locas y setenteras. Se daban charlas sobre el tema de la lucha armada… Ya se hablaba de gente que había desaparecido. Ellos cayeron en esa casa un día y ahí lo vi a Skay por primera vez. Me pareció alguien de aspecto clásico, para nada hippie, con una energía muy linda. Gustavo Kantor
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27 Rompan todo Para el primer recital en Buenos Aires llevamos todo de La Plata. El Sultán vestido con un traje impresionante que repartía los buñuelos de ricota. Con un séquito de efebos casi desnudos. Imaginate al tipo del teatro cuando vio eso. Las mujeres también se desvestían. Y era un descontrol. Un descontrol. Subía al escenario el que se le daba la gana. Tanto es así que alguno subió —era uno de los que venía de La Plata—, y agarró su propio reloj y lo pisoteó en el escenario. Era como una liberación. Una catarsis. Poli
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Como era la primera actuación en Buenos Aires nos pusimos a trabajar todos. Siempre había como una convocatoria general. Venía Skay y te decía “vamos a armar algo, preparate cosas”. Era como la convocatoria a un happening, lo que hoy llamarías multimedia. Generalmente a mí me tocaba hacer la ropa de las chicas para el baile. Esa vez a las chicas las disfrazamos de Superman. Las chicas se ponían todas unas mallas ajustadas. Yo les sopleteaba estrellas… Además eran todos colores bien contrastantes. Cuando bailaban las chicas era un espectáculo. Una especie de teatro de revistas pero underground. Rocambole
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28 La i nu ndaci ón —¿Se ensayó mucho para el primer recital en Capital? ¿El Indio ensayó o vino a cantar directamente? —Vino directamente a cantar. —Ah… —Un día antes se hace como un ensayo general. El Indio más o menos ve los temas. —¿En el sótano que me habías dicho antes? —No, el ensayo lo hicimos en el mismo teatro. Que fue cuando se inunda, a la noche… —¿Cómo que se inunda? —Se inunda toda la alfombra, todo. Porque dejamos las canillas abiertas cuando nos fuimos. Poli
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29 El El as astr tro ona ut a i ta l i an o El Indio tenía su propio vestuario. Le gustaba ponerse un enterito blanco como usaban los de la NASA pero no cuando van al espacio sino en la oficina. Tenía el overol y un gorrito con visera. Por eso le decíamos el astronauta italiano. Por la pinta que tenía con esos mostachos que usaba. Cara de tano: el astronauta italiano. Rocamb Roca mbol olee
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Me citaron a un departamento en el centro. Me impresionó que me recibieran tomando mate. Es que el ambiente era muy reventado. Parecían provinc provinciano ianoss, un poco. Ensayáb Ensayábamo amoss tres o cuatro cu atro semanas. semanas. Y el cantan can tante te nunc nu ncaa aparecía. Yo les preguntaba ¿cuándo viene el cantante? Me decían: “Es el astronauta italiano”, y nada más. Me hablaban de Patricio Rey y yo me preguntaba “¿será un gurú?”. Me adoctrinaron un poco. Hasta que al final, dos días antes aparece el Indio. Un cantante calvo, con un bigote tipo cepillo y una voz aguda agud a y áspe áspera, ra, ab abssolut olutament amentee inusual para el estándard estánd ard de la época. ép oca. Yo tampoco había escuchado las letras, porque Skay apenas si las cantaba. Eran rarísimas… y encima las cantaba este tipo vestido como de oficina que ni siquiera parecía parec ía un bohemio. ohemio. Conejo Jolivet
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30 Aut Au t oges gest i ón o mu ert ert e —¿Hubo músicos conocidos que fueron a verlos en aquel primer show en Buenos Aires? —Medina… Alej Alejand andro ro Medina ed ina estuvo. ¿Quién ¿Qu ién más? más? Oscar López Lópe z estuvo. —El productor… —Fue porque todo el mundo, por lo bajo, había empezado a hablar de Los Redond Re dondos os.. Y él dij d ijoo que que querí ue ríaa tenernos te nernos en su agencia. agenc ia. —¿Fue —¿Fu e el e l primero primero que que fracas frac asó? ó? —Claro. Y entonces yo le dije que cómo era posible que viniera con un contrato si todavía nunca había visto al grupo. Entonces lo invité. —Ahá… —Y a mitad del show, del quilombo ese que estaban haciendo, me dice: “Ah, ¡Qué terror! ¡Qué espanto! ¿Qué es esto? ¡Esto es terrible! ¿Cómo hacen esto? ¡Están locos!” Y entonces le digo: “Viste que era muy importante que los vieras”. Ja,ja,ja… Él creía que era un grupo de chicos que tocaban nomás. Poli Poli
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Oscar López fue el primero que quiso contratar al grupo. Y a mí no me caía muy bien. Entonces hice el afichito en el que se ve al joven Patricio Ray naciendo, al jovencito y las garras con las iniciales como un monstruo que lo está seduciendo. Rocamb Roca mbol olee
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En un show en La Esquina del Sol se apareció Charly García y como yo era el que más andaba dando vueltas entre la gente me encaró a mí. “¿Vos sos de Los 76
Redondos?”, me pregunta. “Sí”, le digo. “Por favor llevame a hablar con el Indio, que los quiero conocer.” Fue al camarín y les dijo que los quería producir. ¡Y los otros, en la cara y en el momento, le dijeron que no! Imaginate venía de producir a Los Twist y a Los Abuelos, y pensó que con estos iba a ser fácil. Piojo Piojo Ábalos Ábalos
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31 La Cl í n i ca del del Dr. Pat ri ci o ¿Cuál era la banda Patricio Rey? No había. Cualquiera podría haber estado… En esta situación pasamos aaaaañooooos… Desde el 68, 69 al 82. Por eso Patricio Rey no era un grupo sino que se iba sumando gente… No tenía forma… La gente subía y se manifestaba… ¡Hace lo que quieras! Era como una especie de clínica enorme. Un psiquiátrico maravilloso donde al fin muchos encontraban un lugar de manifestación. Imaginate en los tiempos aquellos… En los barrios siempre hay uno al que marcan como el “raro” y lo apartan. Ese que apartan es un genio para mí. Una figura misteriosa. Esa idea de las escuelas antisistémicas es como estúpido porque estos ni siquiera registraban que estaban en un sistema. No reaccionaban contra el sistema sino que eran personas realmente marginadas manifestándose. Marginadas por ideas, por su evolución en muchísimos casos. Fantásticos. Los que no encontraron un lugar lo tenían acá. Siempre decíamos que la Clínica de Patricio Rey era muy grande, que éramos un grupo terapéutico. Para darle lugar a los enfermitos… Que éramos todos. P.R.
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32 NIETOS Hay 25 me muero nunca pensé q los redondos tenían fotolog ahora aprovecho para pedirles esto. Bueno les cuento que soy la nieta de Ricardo Meyer, hija de Laila… La que en ese momento era una bebé. Y me gustaría saber… vaa si es que ustedes tienen contacto con el indio, me gustaría que me dieran alguna información de mi abuelo, ex guitarrista de los redondos… creo que en el momento que sacaron el primer CD… & hace ya 31 años de su muerte. Y bueno, yo nada más les quería preguntar… que si ustedes pueden comunicarse con el indio, digánle que les habló la nieta de Ricardo Meyer. Bueno, les digo que yo en realidad quisiera saber algo sobre la vida de él, ya que a mi mamá nunca le dijeron nada y a ella le gustaría mucho saber qué fue la vida de su papá. Y como el indio y él ensallaban todos los días juntos y eran muy grandes amigos… me gustaría que me digan algo sobre él. De la Hija y Nieta de Ricardo Meyer26
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33 Honol u l u bl u es Vos sabés que a mí un día el Skay me enseñó una canción que yo nunca volví a escuchar che. No sé si la han grabado o qué cosa pero te puedo decir que salí a recorrer Latinoamérica después y vivía de músico callejero y se las iba cantando a los artesanos y con los años es una canción que saben cantar los locos viajeros que andan por el Norte. Era algo sobre un tipo que le escribe a una mina desde Honolulu, ¿viste? Yo te paso la letra por mail y si averiguás algo de la canción por favor contámelo, che… Linda te extraño mucho vieras que solo estoy Yo estoy atrapado en Honolulu Nativa tropieza un trago Sonriente quema su sol Yo te hago estas líneas desde Honolulu Linda se me hace larga la transa internacional Yo estoy atrapado en Honolulu27 Gustavo Kantor
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ATRAPADO EN LIBERTAD
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34 Qu e ven ga el punk La primera manifestación punk que hubo en Buenos Aires en realidad no la hicieron los grupos que se la atribuyen sino que fueron un par de canciones que hacían Los Redondos un poco irónicamente con el hermanito de un baterista28 que tuvimos y que murió lamentablemente, que tocó con Miguel Abuelo en Nada. Entonces hicimos un par de temas29 con él en un espacio cultural que tenía el arquitecto Giesso en San Telmo. Y hasta ese momento yo acá no había visto nada que tuviera que ver con eso. Yo no cantaba todos esos temas porque era una especie de teatralización. El pibe sí porque se vestía todo de punk, se tiraba al piso. La troupe era muy amplia. Él formaba parte de eso… La banda tocaba algo muy rápido y él hacía ese número como convocando a eso, a que el punk viniera. Indio Solari
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Afortunadamente en Buenos Aires no proliferó el punk, la “moda horrible y nihilista” que nació en Inglaterra coincidiendo con el auge del grupo “Sex Pistols”: uno de sus temas se denomina “No quería matarla, pero tenía acné”. En el recital de “Patricio Rey y los Redonditos de Ricota”, una delirante banda platense que recuerda las épocas de la psicodelia, se pudo ver a algunos pibes de no más de 17 años luciendo camperas con la inscripción “punk”. Sin embargo, fuera del escenario, el líder de la banda no coincidía absolutamente en nada con la imagen punk. “La ciudad de La Plata es como una gran familia —cuenta Sky 30— nosotros nos reunimos a tocar y algunas amigas nuestras se disfrazan y bailan. Nuestras actuaciones son como una fiesta.31
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35 Ratón de bibl i oteca Yo era pendejo, tendría 22 años, pero estaba muy actualizado. No laburaba: era un vago de mierda y me iba a las bibliotecas. En esa época eran importantes las bibliotecas. La gente antes no era abierta, no iba a ver teatro. Yo sanateaba con un carnet trucho. Se comentaba que en La Plata había un grupo famoso. Fui a ver a Los Redonditos al Espacio Giesso, que era un tipo abierto, que tenía guita porque vendía lofts. Había un locutor. Alto, así, muy simpático, que los presentaba. Y ahí decía del invento de Los Redonditos de Ricota. ¡Un delirio! Y ahí le hablo a la Negra Poli, yo no tenía ni Café Einstein ni nada. Re-buena onda. Me sorprendió. A mí no me gustaba el rock, salvo Manal y el Trío Galleta. No me bancaba a Spinetta ni a Charly García. Mucho menos a León Gieco, aunque debo admitir que no puedo parar de llorar cuando canta “Solo le pido a Dios”. Luego los vi en el Teatro de la Cortada, donde después fue el Parakultural. Omar Chabán
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36 La rel at i v i dad acorde al Ei nstei n —Buenos Aires era estar en el Einstein. A la noche… Bebiendo… Nos llevaban presos, nos tenían horas, días. Chabán era un santo. Nos venía a buscar y nosotros presos. —Ella decía: “No nos van a doblegar con el miedo. Vamos de vuelta”. Ibamos y nos volvían a llevar presos. —Y Chabán a las cuatro, cinco de la mañana pidiendo por nosotros… Peleándose con los canas, un santo. Doce, catorce horas presos. En un calabozo era como estar en el Einstein porque todos los que había visto en el bar después los reencontrabas en el calabozo. A las 10 de la mañana llegaba el comisario y preguntaba “¿Y a estos por qué los tienen?” Poli y Skay
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Poli y Skay venían cada dos por tres al Einstein. Al Indio no lo vi nunca, creo que porque vivía lejos. Y cada dos por tres los tenía que ir a sacar de la comisaría de la vuelta. A ellos y a los que caían en cana después de una razzia. Había un comisario terrible, Cobello, que era un hijo de puta. Nunca conocí a un cana más hijo de puta que ese. Me miraba y decía: “Ustedes andan mal. Por ejemplo, tienen una lesbiana trabajando en la barra”. Hablaba de una brasilera muy laburadora, muy buena gente. Nosotros tardamos en entender que lo que el tipo quería era una guita fija por mes. De hecho, la negra dejó de laburar con nosotros y contratamos a otra chica, ¡que resulta que era lesbiana de verdad! Pero como ahí ya le estábamos dando mensualidad a la cana, no hubo problema. Omar Chabán
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37 Un acto de Kabal ah —Guillermo vuelve para el show en el teatro Margarita Xirgu, año 82… —Ah… —Vuelve esa noche, y yo usé los telones y pasamos las películas de Guillermo. Los cortos que había hecho en Venezuela. —¿Cómo eran los cortos? ¿Tipo surrealistas o qué? —Y… algunos cómicos, muy irónicos. Tendrías que verlos, no te puedo...32 —¡Me encantaría! —Los tiene Guillermo… —Y él no quiere saber nada, ¿no? —¡No! —¿No se puede hacer el intento? —Te dije que se dedica a la religión. Está abocado a eso. Es rabino. —¡Que increíble! —Mejor dicho, pertenece a una escuela… Hashídica. —¿Hace mucho? —Ocho años. —¿Pero se mantienen comunicados? —Sí… Pero no tanto, porque un hombre que se dedica tanto a la religión… —Claro… —No es de salir, tomar, ir de aquí para allá. —Y me imagino que habrá dejado de entender las cosas que hacen ustedes. —Claro. Las ve desde otro punto de vista. Él se dedica al estudio de la kabalah, las cosas del mundo le parecen un poco… P.R.
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A Guillermo lo conocí poco pero cuando entré al grupo él todavía tenía 85
mucho que ver. ¿Viste que en “Barbazul” en la parte del solo hay un grito en un idioma raro? Bueno, eso lo hacía en vivo Guillermo pero para cuando la grabamos lo cantó Skay o el Indio, no recuerdo bien pero fue alguno de ellos. Piojo Ábalos
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38 El monologuista Enrique tenía a las dos mujeres (Cassandra y La Turca de las BayBiscuits33), la blanca y la negra tirándoles de las pelotas. Una le decía una cosa, la otra, otra. Era una descripción muy buena del ser humano, por un lado la pasión y por el otro el deber. Entonces él era la voz, porque las mujeres no hablan, simplemente están ahí: atadas. El es el que relata ese drama existencial. Esa fue la primera vez que lo vimos. Era fantástico. Poli
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Pero hay una situación anterior que es cuando él vivía un poco en la calle. Ahí es donde lo conozco que voy con Eleazar Ortell… Una noche que venimos de La Plata. Vengo con él y me dice “hay un espectáculo en un tugurio” y le digo “vamos”. Y ahí lo veo. Cuando lo veo en ese lugar me digo, hmmmm… este es una joya. Voy y le digo. “Tenemos un grupo…”, era el año 81 recién estábamos volviendo a vivir en La Plata. Y él no entendía nada. Entonces le pregunté cuando era la próxima vez que se lo podía ver. Y voy con el cuento a ellos: “Encontré a este tipo… que es otro par, nuestro…”. Y ahí fuimos a verlo a un lugarcito por Cangallo entre Callao y Riobamba. Ellos lo vieron también y dijeron: “Oh, es un par.” Poli
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Eleazar toda la vida fue igual. Era como un linyera de traje. Siempre pareció un tipo de 60 años con el mismo traje cada vez más gastado y un libro bajo el brazo. Pero impecable. Nunca laburó en su vida y cuando no tiene que comer: se queda quieto. Así no gasta energías y no siente hambre. Ya estaba antes de La Cofradía, antes de todo. Siempre estuvo Eleazar. Cuando digo el mismo traje es EL MISMO TRAJE. 87
Skay
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39 Mejor ha bl ar de Mejor no h abl ar… A Luca lo conocimos en el Einstein. Llegamos a vivir unos días con él y Pettinato. Pettinato era un niño. En esa época venían con Timmy 34 también a nuestro departamento. Yo quería producirlo, mostrarlo, hacer algo importante con él. Presentárselo a Mariño35 para que lo llevara a La Plata. Y al final una noche teníamos un concierto en La Plata con Riff y V8, y el Indio no quiso venir a cantar y lo trajimos a él. Yo le escribí todas las letras y el miraba asustado y me decía: “¿Voy a poder interpretarlas?”. Y entre esos temas estaba “Mejor no hablar”, que nunca se hizo con el Indio. Nosotros teníamos otra versión, de hecho. Una especie de balada. La cantábamos36 todos cuando estábamos en Valeria del Mar. Y a Luca le gustó mucho esa y la rehicieron, una versión maravillosa. Después conseguí que tocaran en el lugar de Mariño que se llamaba Aquí Club. Salimos todos juntos de Buenos Aires en un Citröen, todos apretados con los equipos. Poli
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Los Redonditos no tocaron nunca en Café Einstein. No sé por qué. Creo que tenían miedo porque no eran conocidos. Quién sabe. Soda Stereo, en cambio, no movía nadie. Nos apiolamos y dijimos: ¿cómo metemos gente? Y yo que siempre fui muy astuto para estas pelotudeces, dije: “Hagamos olla popular”. Iba y compraba el corte más barato del día. Queríamos laburar de martes a domingo. Ellos (Poli y Skay) venían siempre a ver a Sumo. Eran muy callados. Siempre elegantes. Muy, muy formales. Muy fuera de lo común. Cuando tocaba Sumo todo el mundo saltaba y se deliraba. Y ellos, en el fondo. Skay así (Omar se para, cruza el brazo izquierdo por la espalda, agarrando el derecho, y se queda inmóvil veinte segundos). Después iba a la barra y decía: “¡Qué bueno!”. Parecían de una serie de ovnis. A nosotros nos encantaban porque teníamos ese criterio: era una grasada expresarse. Omar Chabán
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40 El ataque del Dragón Marcia: En el Margarita Xirgu vos hiciste varias entradas y nosotros, con el búlgaro Luis Freisztav 37, habíamos hecho un dragón como el que hacen los chinos y lo sacábamos por la avenida Corrientes, nos íbamos metiendo en los bares. Y no sé cómo fue que ellos lo vieron y quisieron que lo lleváramos al show del Xirgu. Entonces íbamos por el escenario con el coso este que se llamaba “Liliana, ¿qué Liliana? Aquel bagre”. Ese era el nombre. Pero era como un dragón de papel maché. Después terminó en el Centro Recoleta y lo tiraron a la mierda. Lo destruyeron. Claudia: El dragón empezaba en el escenario pero después bajaba y se le iba sumando gente. Fue extraordinario eso. Estaba todo el mundo enloquecido. Una fiesta total. Y estaba Monona38 que aparecía en bolas toda dorada, una belleza exótica. Una especie de indiecita dorada. Marcia: Yo no me acuerdo de esa Monona. ¿Quién era? Claudia: ¡¡¡Sí, Marcia!!! Después de eso se fue a Europa. Me acuerdo que hablábamos de eso en el camarín. Claudia y Marcia Schvartz
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41 Sangre Azu l Lo que pasó en Azul fue algo... Ahí se reunieron todos.… Todos. Llegamos porque era la presentación de una revista de gente que estaba vinculada a Enrique. Esa experiencia fue algo fantástica porque misteriosamente, cuando llegamos no había nada de lo que nos habían prometido. Fuimos hasta el pueblo y nadie conocía absolutamente a nadie de los que nosotros buscábamos. Alguien nos sopló que quizás esas personas tuvieran algo que ver con una finca que estaba a 15 kilómetros del pueblo. Cae la tarde, hace mucho frío. Llegamos y el lugar estaba abandonado. Una casona muy vieja donde todo estaba detenido en el tiempo, como si hubieran pasado años y años sin que nadie tocara nada. Había un piano. Copamos el lugar. Y ahí comienzan a llegar todos, todos, todos los que de años anteriores a ese tiempo que es Patricio Rey estuvieron involucrados. Hay ácido… Pero de una manera atroz. Experiencia terrible. Todos están en un trance. Todo el mundo está en trance. Ahí sale el nombre de “La enfermera del führer”. Y la pregunta era pero… ¿quién es el dueño?39 Sin embargo hay alguien que viene a la madrugada y toca en el piano eso que hizo Lito Vitale en Gulp! Nadie lo vio. Nunca supimos quién fue. Poli
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En Azul estaba toda la pesada… Todos los chicos de La Plata que yo no conocía. Fue una experiencia muy loca. Fue todo un gran descontrol. Yo no subí a la misma altura que ellos, digamos… Pero hice mi laburo. La presencia de La Plata en ese viaje era como comprobar la mística de Los Redondos. Esa cosa. Y yo tengo la sensación de que a pesar de haber sido yo un poco ajena fui una figura propiciatoria para algunas cosas que ellos querían hacer. El día que fuimos a Azul yo sentía que estaba entre nosotros Patricio Rey. Que no era Rocambole como algunos creían por entonces. Para mí era un flaco alto muy hermoso, muy loco. Y yo creí que era él o que podía serlo. Pero no te lo decían. Y ojalá nunca digan quién es, ¿no? ¿Para qué? Claudia Schvartz
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La casa era enorme realmente. Y lo curioso es que no se dio una situación de festejo sino más bien de un silencio. Yo no tomaba drogas porque tenía que estar clara en esa situación y ayudarlos. Mi lugar era otro. Acostarlos… conversaciones suaves… Era como si el lugar se hubiera predispuesto para eso misteriosamente. No saber de quién era el lugar, no tener una referencia. Y ahí nos pasa lo de la ceguera. Resulta que cuando llegamos, Carlos me dice: “Poli no veo bien, tengo algo en los ojos”. Voy y empiezo a revisar en la casa con mucho cuidado. Encuentro unas gotas y le pongo cuatro, seis… A eso de las 3 o 4 de la mañana me pide que lo ayude a acostarse. Al otro día, me pide que lo acompañe a recorrer la ciudad. En la casa seguía todo igual, salvo que cada vez llegaba más gente. Cuando llega el tercer o cuarto día que estábamos ahí decidimos que era momento de partir. Se dejó todo perfecto. Como debe ser… Cuando me despierto tengo los ojos a la miseria y digo ¡Ahhh las gotas que le dí a Carlos! Me pongo las gotas y cuando arrancamos, íbamos con Willy y el Indio, empiezo a quedarme ciega. Pasaron cuatro, cinco minutos y digo ¡No veo! Willy rápidamente saca unas antiparras de aviador y me las da. Y el Indio me dice: —¿No ves? —¡¡Noo!! —¡¡¡¡Yo llevo cuatro días sin ver!!!! Eran de esas gotas para hacer fondo de ojo. Él (Skay) que no veía muy bien me preguntaba “¿ese auto, viene o va?”. Así volvimos… Poli
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En Azul se dio el encontronazo entre Symns y el Mufercho. Tocamos en un pub. Lo único cierto es que fuimos sin baterista porque llevamos una batería electrónica. Pero nadie sabe cómo se llegó, cómo sonaron, nadie… Entramos en un estado emocional muy fuerte. Recuerdo que Symns lloraba desconsolado por el hostigamiento del Mufercho. Recorríamos la ciudad. Me acuerdo de haberme cruzado con Symns y una chica que estaba con él y que los dos lloraban y ella tenía los ojos muy pintados y tenía toda la cara negra del maquillaje. Fue también el lugar donde se conformó la base de los que fueron Los Redondos después porque se armó una gran bola con Semilla y Tito Fargo. Hubo como una gran comunión. 92
Skay
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42 Un casi no-Redondo Antes de que el Indio diera el okey para que yo entrase al grupo ya había escuchado hablar de ellos en una circunstancia rara. Otro conocido, el guitarrista Jorge Capello40, tipo en el 80, en una tocada que hicimos en Haedo se me acercó con un casette y me dijo que eran Los Redonditos de Ricota y que estaban buscando baterista. Yo escuché un quilombo bárbaro de una grabación en vivo y no me gustó nada y le dije que no, que no me interesaba conocerlos. No creo que esto haya llegado a boca de ellos nunca. En ese espacio entre el casette y que me volvieran a llamar, Lalo Mir y Elizabeth Vernaci ya pasaban el demo de “Superlógico”. Y me parecía muy atractiva la melodía de “Superlógico”. Piojo Ábalos
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43 Hipsters, cultos, cool Viene esto de Las Malvinas y, de pronto, todos los medios querían a alguien que pudiera escribir de rock nacional. Me llama la madre de una amiga que era escritora y me pide que escriba sobre rock para el diario La Prensa. A partir de eso me metí en un grupo de quince o veinte periodistas que éramos todos los mismos e íbamos juntos a todos lados. La cuestión es que ellos hablaban todo el tiempo de “Los Redondos… Los Redondos”. Había como un mito de que eran una banda distinta y que no estaban en ninguna agencia. ¡Y eso no existía! La cosa es que me llevan a verlos. No era común ni la manera de entrar ni la forma de estar ahí adentro para ver un recital, ni lo que se veía arriba del escenario. Había mucha data en el escenario de Los Redondos. ¡Que nombraran a Caryl Chessman41 en un tema! Era todo diferente, sobre todo ese sonido que no se parece a nada. Al público yo lo describiría como culto antes que cool. No de hispters que miran todo así.… Era un público entusiasta, de tomarse un vino bueno, un trago largo… Pero sin esa esa cosa de caerse desmayados. Era ese público como intelectual que después se vio en el principio de Cemento. Se daba una comunión muy rara en los shows de Los Redondos. Rara para lo que habíamos visto y, mucho más, para lo que vendría después. Mónica Delfino
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44 Kikí, ¿qué? Claudia: Yo tenía un personaje que se llamaba Kikí La Plumme. Ella era como una especie de monstruo romántico que más que cantar, graznaba. Era un personaje metafísico. Todo el diseño escenográfico que era una escenografía puesta sobre mí misma estaba hecho por Marcia. También con Los Redondos hice La Reina del Mambo… Marcia: Yo tengo el recuerdo de vos cantando “Je suis Kikí” y ellos acompañando.… Claudia: Eso fue en el teatro Espacios. Era como un numerito que hacíamos. Pero ahí el que tocó fue Skay que hizo una improvisación de media hora. Pero ellos me vieron en el Einstein primero.… Marcia: En esa época andábamos de acá para allá todos juntos. Sobre todo con Poli y Skay. Al Indio no lo veíamos casi nunca. Recuerdo que compartimos alguna mesa una que otra vez pero yo jamás lo escuché hablar. Con Poli y Skay fuimos a ver a los Memphis, ¿Te acordás? Claudia: Ah… sí… sí. Marcia: Fuimos a un pool por Caballito donde tocaban los Memphis y Poli los quería ver porque siempre estaban buscando lugares para tocar. Claudia: En el 82, creo que tocamos en La Esquina del Sol. Yo hacía varias entradas, creo. Hacía a Kikí, que era como un gran títere. Había otro personaje mío que les gustaba mucho a ellos y que era La Papusa. Que era como hiperfemenina.… Marcia: Para mí era como un travesti. Claudia: Algo así. Kikí era una pregunta sobre “quién soy”, en cambio esta se llevaba todo por delante… Marcia: Eran performance, unas performance buenísimas. Yo me acuerdo de ellos tocando y vos cantando “Kikí, Kikí”. Claudia: Hay que preguntarle a Poli que es una persona muy cerebral y se va a acordar. ¿No? Claudia y Marcia Schvartz
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Claudia: Kikí tenía una especie de taparrabos del cual emergía un crisantemo, emblemático o metafórico del sexo y después se recitaba un poema de Ruben Darío. Y en Mar del Plata en una noche de aquelarre tremebunda perdí ese taparrabo que era un regalo de un artista danés. Fue una noche que terminó muy mal.… Marcia: Una noche muy rara… Claudia: Por eso hay cosas que me olvido… Claudia y Marcia Schvartz
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45 10/12/1983 El día antes de que asumiera Alfonsín fue una especie de fiesta pagana en el Teatro Bambalinas que empezó la noche del 9 de diciembre del 83 y terminó la madrugada del 10, no me acuerdo si a la 1 o 2 de la mañana (Alfonsín asumía a las 10 de ese mismo día). Era como despedirse de la dictadura a puro rock. Yo había salido en libertad apenas una semana atrás42. Los primeros dos días los pasé en Rawson, después tuve un día de viaje y llegué acá un jueves. Un primo mío me dijo que si quería ver algo nuevo en Buenos Aires no me podía perder a Los Redonditos de Ricota. Pero yo no tenía un peso. Al final, terminé yendo con un vecino que se había peleado con la novia el día anterior y me terminó llevando a mí. Esa fue la primera vez que los vi. Habría trescientas personas, no más. La impresión fue como de otro mundo porque lo último que había visto, antes de caer preso, había sido Billy Bond y La Pesada y Sui Generis. Cuando salí estaba Tina Turner con la música de “Mad Max”. En la radio decían que Madonna era música de verano que no pasaba del otoño, imaginate. En ese clima Los Redondos no pegaban con nada. Eran rock puro distinto a todo. Y al mismo tiempo escucharlos era como participar de una orgía. La primera vez que los vi fue lo más parecido a haber participado en algo desaforado, feliz, alegre y sin malas consecuencias. Salías borracho de la música, de la explosión de vida: ebrio de alegría. Entre el 83 y el 88 vi casi todos los recitales de Los Redondos. Bambalinas, Xirgu, El Depósito, La Esquina del Sol, los Cemento, La Capilla, Paladium… Daniel Molina
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46 Tró Tróccol i , Di os y el Di a bl o… Un día, como siempre, suena el teléfono y era Poli que le deja un mensaje a mi hija preguntando si yo estaba tocando. En esa época los contactos musicales eran todos t odos por referencia referenc iass de amigo amigoss. Y alguien les dio mi contact cont acto, o, creo que que fue fu e Tito Fargo. Creo no, fue él. Los Redondos estaban entonces en una etapa de rearmarse. El baterista (Alejandro Pensa) no sé por qué había dejado de tocar. Estaban con Semilla, Tito recién se había sumado y agregaron un baterista y un saxofonista que era Willy Crook que todavía era un niño. Nosotros no éramos tan grandes como hoy en día pero cada uno andaba por los treinta ya. Finalmente hablé con Poli que me preguntó si no quería tocar con ellos un día, sentir qué pasaba. Me vino a buscar Skay, yo entonces vivía en Haedo norte, casi Palomar, la tierra de los Mollo. Cazamos la batería en el auto: yo tenía una batería gigante. Era en Soler y Gallo, arriba, una escalerita tan angosta que apenas pasaba el bom bombbo con los los nudill nu dillos os pegados p egados a la pared. pared . Tocamos en cuarteto, cu arteto, sin el Indi Ind io. Esto fue a comienzos del 84. Fueron dos o tres meses antes del Bambalinas que fue en julio del 84. Haber tocado ahí fue una sorpresa total porque el lugar se había llenado con una publicidad ínfima. El aviso salió en Clarín Variedades y decía “Hoy Redonditos de Ricota”. Y la gente entendía e iba. Lleno hasta las bol bolas as.. H ab abló ló Enriq Enrique Symns que para mí f ue toda una un a sorpresa orpresa escu escuch char ar a alguien hablar así. Argentina recién volvía a la democracia… Y el tipo se metió con Tróccoli que era el Ministro del Interior, con dios, con el diablo. Yo no entendía qué pasaba, me dio un poco de temor, pero como veía que los demás aplaudían me quedé tranquilo. Y al terminar el primer tema que siempre era “Barbazul”, no sé por qué, fue una ovación, unos gritos. De locos… Piojo Piojo Ábalos Ábalos
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47 Wi l l y Gu l p! Gulp! es una maravilla y es algo que agradezco a los espíritus que me cuidan. Porque justo cuando Los Redondos se transformaron puntualmente en una banda de rock, yo tuve la suerte de estar ahí. Felizmente intuí que ese tren iba a pasar una sola vez en la vida. Willy Crook4 Crook4 3
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Yo transportab transportabaa fras f rases es de David David Gilmour Gilmour al saxo saxofón fón y me adapt ad aptab abaa much mu choo a Skay. Así sucedió y 20 años después, si algo justifica mi presencia en esta mesa, es la música, que se ha hecho cargo de mí sin consultarme. Con ellos pasé cinco años de mi vida, tiempo más que razonable (de hecho ningún matrimonio me duró tanto). No escucho el disco, pero sé que está ahí y que me dio un lugar en la historia. No sé si es importante, pero una parte de mí está muy orgullosa, descaradamente orgullosa de haber participado en una banda en la que nada de lo que sucedió fue falso. Todo fue verdad. Y esto es rocanrol, rocanrol, no es Disneylandia. Salud. Firmado: Willy Crook, saxofonista de Gulp! Willy Crook4 Crook4 4
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48 To Toda l a n och e h a st a
q u e sal salg g a el so l… Las notas eran ir a lo de Grinbank donde te recibía el artista. O a la agencia de Oscar López o los Rodríguez Ares. La cuestión es que llamo por teléfono a la casa y me atiende ella y me dice venite tal día. Voy, después de esa experiencia y todo el mito, y me encue enc uent ntro ro con dos pers p ersonas onas,, Pol P olii y Skay, que al día d ía de d e hoy son como mi familia. Empezamos a hablar y no fue una nota… fue… Llegué a las tres de la tarde y me fui a la noche. Terminamos hablando de mi vida. Yo estaba recién divorciada, hecha mierda. A partir de ahí empezó una amistad muy íntima. Por ejemplo si Los Redondos estaban grabando yo me iba con ella a comer y a charlar por horas. Poli tenía una presencia fuertísima. Tanto que a mí me decían: “¿Vos sos amiga de Poli? ¿Cómo hiciste?”. Porque parece ser que había una cosa instalada de que Poli se llevaba mal con las mujeres. Quizás esa idea haya salido de que ella era muy estricta con los camarines. Esa cosa de las novias o las mujeres revoloteando la cortaba en seco. Al camarín de Los Redondos no entraba nadie que no fueran los músicos. Y eso fue así desde La Esquina Esquina del d el Sol Sol hasta R iver. Móni Mónica ca Delfino
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Cuando entré a trabajar a El Porteño lo primero que hice fue proponer una nota con Los Redondos. María Moreno ya los había hecho para Tiempo Argent Argentino ino y ahí los los comparó con (James) (James) Joyce Joyce por las letras… letras… Antes d e ir a entrevistarlos supe que habían cambiado varios integrantes pero que el espíritu del grupo eran Poli, Skay y el Indio, entre los tres hacían Patricio Rey que era como un poder sin jefe o un jefe anarco. Arreglamos para una entrevista de media hora a cuarenta minutos. Era frente a una plaza… Villa Crespo… Paternal… Un departamento nuevo y chiquito, recién inaugurado, muy de los 80. Piso octavo, ponele, con balcón a la calle. Cuando llego me dicen: “Hace poco tiempo que nos hicimos amigos de tomar cerveza con vodka, ¿te gusta?”. Empezamos el reportaje con la idea de terminar a las 6 de la tarde y me fui de ahí a las 7 de la mañana. Tomamos cerveza, comimos empanadas, comimos comida, tomamos vino, volvimos al vodka, no sé, litros de agua… Tuvimos una onda buenísima. Y justo el Indio, y creo que Poli también, pero el Indio seguro, 101
eran amigos de un tipo, de un militar que había estado en el Penal de Magdalena pero no como un preso político sino por una estafa. Y hablamos de este tipo y todo era: “Guau, hace un año estábamos en dictadura y ahora estamos acá cagándonos de risa”. La nota salió en diciembre del 84. A ellos les interesaba mucho lo que me había pasado y en ese momento los derechos humanos eran como una religión y ellos eran muy progres o más bien de izquierda y estaban con todo eso. Entramos en una especie de comunión sentimental e ideológica muy fuerte… Como si fuéramos gente que se volvía a encontrar después de mucho tiempo. Fue muy mágico hablar con el Indio y Skay. Con el Indio, sobre todo… ¿Porque viste que Skay no habla? Pero está, maneja una u na energí e nergíaa que te t e hace h ace sentir ent ir cómodo. No No necesi nec esita ta hab h ablar lar.. Dani Dan iel Mol Molina ina
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49 Risas en el cabaret dadaísta El primero que me habló de ellos fue Enrique Symns. A él lo conocí más o menos para esa época porque vino a pedirme laburo a la revista Twist & Gritos. Ahí me comentó que estaba haciendo algunas actuaciones con un grupo y me invitó a verlos en un bolichito de San Telmo. Seríamos ochenta personas como mucho. Podría ser el año 81, ponele. No me acuerdo el nombre del lugar pero sí que inmediatamente después tocaron en el Margarita Xirgu. Y me causaron una impresión muy fuerte. Como que te dabas cuenta muy rápido de que no eran un grupo nuevo más. Algo pescabas en las letras que te abría otra puerta. Nene nena… Además presentaban todo ese cabaret dadaísta. Recuerdo un baile muy insólito de una mina; un desorden en el escenario que no era para nada común, pasó un enano frente a nosotros de repente. Pasaba de todo. Recuerdo ahora mientras lo cuento que el Indio se reía mucho de todo lo que veía, como si se dijera: “Mirá las cosas que hago”. Tom Lupo
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50 La nu ev e mi l í metros Cuando dicen eso de la ingeniería psíquica de Poli te firmo que es absolutamente cierto. Yo iba al ensayo de Soler y Gallo, antes o después de tocar con los Videotas45 y la tipa me agarraba la mano, se la ponía así en el pecho de ella y me hacía un trabajo psicológico. “Me decía, a vos Los Redondos te precisan, no podés estar perdiendo el tiempo ahí”. Y yo tipo que hacía caso. Piojo Ábalos
Eso de la nueve milímetros es un mito. Una metáfora por lo implacable que ella era porque con ella no te sentás a negociar así nomás. Es bravísima. Te mira y ya sabés a qué atenerte. También creo que esto tiene que ver con el hecho de ser una mujer en este ambiente, que es durísimo. Ella siempre tenía un segundo como jefe de producción. Y si bien decidía absolutamente todo, un día me dice: “Es que a los hombres les gusta hablar con hombres, hay que mandarlo a él”. Ponete en los pies de ella, ser la productora de Los Redondos. Y salirse de los caminos. 83, 84… Estabas con (Daniel) Grinbank o no existías. Y te la cobraban, eh… Mónica Delfino
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Claudia: Poli realmente se tenía que encargar de cosas muy densas que eran el afuera del grupo. Organizar toda la seguridad. Marcia: Conseguir los boliches… Claudia: Podía hacer de enfermera, cocinera y al mismo tiempo sostener el secreto del grupo. Marcia: Yo me acuerdo que cuando se hizo lo del Margarita Xirgu nos pagó. Estábamos con el búlgaro y vino y nos dijo: “Esto es de ustedes”.
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Claudia y Marcia Schvartz
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51 Torero casi redondo El tema es que lo conocimos a Guillermo Piccolini, gran músico y una muy buena persona, cuando fuimos a España. Primero nos ofreció un departamento ahí en Malasaña. Luego nos invitó para que siguiéramos al sur en la gira con Los Toreros Muertos y esos viajes uno sabe cuándo empiezan pero no cuándo se terminan. Y entonces lo conocimos a Pablo Carbonell, el cantante, y fue fantástico. Pablo era una mezcla entre Pipo Cipolatti y Luca Prodan. Yo quería que cantase con Patricio Rey. ¡Cómo quería! ¡Cómo quería! Ellos tenían tres bares: el Casi casi, el Ya está y el Laboratorio. Y Malasaña era muy heavy, muy heavy. Había empezado la heroína. Las alcantarillas estaban llenas de jeringas. Bueno, con ellos nos fuimos al Sur y paramos en un pueblo llamado Trigueros y ahí fue que le dije a Pablo: “Quiero que cantes con Patricio Rey”. Él estaba en la televisión también, con Martirio. Y esos bares eran gigantes, había de todo. Podías jugar a las máquinas, había mesas de juego y ropa y discos y cantidades de heroína. La gente vomitando en la calles.…Era un infierno. No dormían de día; no dormían de noche. Y nos conocimos bastante. ¿Sabés lo que era verlo a las 5 de la mañana al lado del río representando personajes para nosotros? Él era un niño solo que vivía en una especie de castillo. Un tipo muy culto y elegante… Quizás sea panelista hoy día. P.R.
Llegamos a Trigueros el día de la fiesta de los animales. La gente sale con los animales a la calle. Pero no perros y gatos… La gente sale con la vaca, sus chanchos, los patos. Y ellos tocaban ahí, ese día. Y era muy raro estar todo el tiempo con gente que se inyecta heroína. Pero él nunca perdía la forma. Era como Luca, se le notaba el origen. Corría y saltaba por la mesa de billar. ¡¡¡¡Aaaaaaay!!! Y le dije “¡¡¡¡Te pago todo, lo que sea para que vengas a la Argentina a cantar con Patricio Reeeeeey!!!”. Me hubiera gustado muchísimo… Era un momento en el que su talento podría haberse incorporado. P.R.
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52 La co cof ra dí a de l a f l or Sol er La casa de Soler eran tres habitaciones en un primer piso con un balcón a la calle y arriba, en la terraza, ellos habían construído una habitación acolchada que es donde ensayaban Los Redondos. Se iba por una escalera de costado. Era eso que llaman departamento tipo casa. Que arriba ensayaban Los Redondos y en el medio había dos chicas bolivianas que eran hermanas y que cosían con overlock. La cosa es que de pronto Willy Crook salía y les tocaba el saxo a las chicas mientras trabajaban. Todo así era. Después esa fue mi casa. Y hubo un espacio de dos o tres meses mientras mudaban las cosas en el que yo vivía y ellos ensayaban arriba. Esto es en el año 87. La plata no me alcanzaba y me dieron dos años para terminar de pagarla. No se firmó ningún papel, nada. Escrituramos como dos años después. Y yo seguí como cuatro años con guardias de pibes y gente que escribía “Aguante Los Redondos” en la escalera. Seguían creyendo que ensayaban ahí y bue... Ya eran un grupo grande para entonces. En donde ellos ensayaban yo armé mi atelier para pintar. Siguieron escribiendo la escalera hasta que averiguaron adonde se habían mudado. Estos pibes siempre sab saben donde dond e viven. No sé sé cómo c ómo hacen.… hac en.… Móni Mónica ca Delfino
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53 La Venu s de fer f ern n et Ahora Ahora todo el mund mu ndoo tom t omaa f ernet con Coca Coca Cola… Cola… Pero la la primera primera pers pe rsona ona que vi que tomaba eso en Buenos Aires fue Poli. Y era…¡insólito! Muchas veces se transformaba en un problema porque íbamos a bares que no tenían fernet y ella se lo tenía que conseguir por su cuenta. Entonces por ahí teníamos que buscar un almacé almacén n abierto abierto a las 11 de la noche noch e para p ara que que Poli Poli encontrar encont raraa su fernet f ernet.. Dani Dan iel Mol Molina ina
En Café Einstein Poli siempre tomaba fernet: ¡nadie tomaba fernet en esa época! Todos tomaban ginebra. Ella se tomaba como diez y estaba impecable. Omar Chabán
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Poli también hacía una especie de personaje misterioso. Se veía como una dama cuyo rol en el grupo no terminaba de quedar claro pero que influía mucho en los otros dos. Tenía el estilo de una Morticia Adams, una linda morocha. Por ejemplo, cuando salía el tema del dinero, el Indio la señalaba a ella y te decía: “Ella sabe cómo somos nosotros, no va a vendernos a cualquier boliche sino está segura de que nos van a tratar bien”. Tom Lupo
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54 Pa n ch o, el a rt esa esa n o Claudia: Por momentos yo era la única muchacha entre Los Redondos. Compartíamos el camarín. De modo que eso sí era un striptease. Nos teníamos que cambiar todos juntos. Yo me acuerdo mucho de El Niño, que era Willy (Crook). Era un niño, casi un adolescente. Hermosísimo. Y de Semilla. Pero yo conocí más a la formación anterior que eran todos de La Plata. Los nombres no los los tengo ten go muy c laros laros.. Marcia: Estaba Pancho… Claudia: ¡Pancho! Pancho Silva era un artesano platense que andaba mucho con ellos. Como la represión en La Plata había sido tremebunda, él se fue a Cafayate. Él es un músico salvaje, un artesano exquisito y tiene un tema que dice así: La montaña/La montaña/esa forma tan extraña. Clau Claudia dia y Mar Marcia cia Sch Schvvartz ar tz
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55 Ka Ka ma su t ra en La Ri oja La segunda noticia que tuve de ellos fue cuando Poli me trajo en persona a la radio un demo con cuatro temas que empecé a pasar por Submarino Amarillo que se transmitía tanto en AM como en FM por Del Plata. El Submarino… venía después de 9PM, el programa de Lalo (Mir) con Elizabeth Vernaci. Eramos líderes en ese momento. Yo creo que nosotros lo pasamos primero que nadie, eh. La primera sorpresa es que el demo pegó mucho en el interior. Tanto que un tipo me mandó una carta desde La Rioja que decía “Yo hago kamasutra con la radio para poder agarrar la señal y escucharlos y me quedé loco con ese grupo de Patricio Patricio Rey… Re y…”. ”. Tom Lupo
Yo d irigí rigíaa FMR (FM Rivadavia) donde dond e Alf Alf redo (Ross (Rosso) y (Fernando) (Fernand o) Basabru eran parte del equipo. No solo era la radio sino que estábamos intentan inten tando do desar d esarro roll llarnos arnos como productores produc tores de espectác espec táculos ulos con recitales como el de (los músicos de jazz) Chick Corea y Gary Burton, por ejemplo. En ese momento decidimos también abrir Kriptonita, un sello con distribución de RCA y empez emp ezamo amoss a trabajar trabajar… … H icimos icimos un u n demo de mo con Migue iguell Abue Abuelo lo,, casi al mis mismo tiempo que estaba formando a Los Abuelos de la Nada, como para un disco solo, el primer disco del Fontova Trío, un demo para Jorge Cumbo y el disco de Urubamba… Ahí es cuando Alfredo o Fernando, no estoy seguro, traen el demo de Los Redondos. Que no fue producido por nosotros porque ya estaba hecho. Lo tuvimos, lo consideramos para el sello pero finalmente lo dejamos pasar. El sello era una actividad paralela, un hobby casi, no teníamos ambición de compañía compañ ía dis d iscográfica. cográfica. Mar Marce celo lo Morano oran o
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El demo de los Redonditos de Ricota se grabó en los estudios de RCA, en el invierno de 1982, con la supervisión de Fernando Basabru y durante bastante 110
tiempo, la cinta máster estuvo pasándose por FMR hasta que, en algún momento, el máster se prestó a alguien y nunca retornó, hasta donde sé. Afortunadamente, algunos nos guardamos una copia en cassette. Resumiendo: Los Redondos grabaron el demo pero luego por algún motivo no se pusieron de acuerdo para grabar en Kriptonita y siguieron su marcha independiente, como está bien documentado. Alfredo Rosso
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56 El Pol i móv i l En esa época Skay tenía una camioneta tipo cross country que le decíamos el Polimóvil porque si había que ir a Cemento, ponele, todos nos cargábamos ahí. Ibamos de un lado para otro. Me acuerdo de haberlos acompañado muchas veces a ver a Don Cornelio, a la Organización Negra. Eran muy de hacer como scouting ellos. Buscar gente interesante para sumarla a Los Redondos. Pero no tanto por la calidad técnica sino por algo que tenían que tener que era medio difícil de determinar. Siempre quisieron rodearse de los mejores. Así eligieron al chico de Cornelio46, al baterista, para tocar en Oktubre. La salida que más recuerdo con ellos fue un aniversario de casados de los padres de Chabán que se hizo en Cemento. Y entonces ver mezclados a la gente de etiqueta y vestido largo con los punks con las crestas parecía de otro mundo. Como una película. Al Indio nunca lo vi en el Polimóvil supongo que porque vivía en Ramos Mejía y en esa época tenía otro trabajo y no era muy de salir con nosotros. Mónica Delfino
Una semana después de verlos en el Bambalinas yo estaba trabajando con Symns en El Porteño y el Indio o Skay o Poli venían a la revista y salíamos a tomar ginebra juntos después. O llegaban y nos íbamos todos a ver a Luca en ese auto gigante que manejaba Skay. Y seguíamos de largo hasta las 7 de la mañana. O te enterabas que había vuelto (Jorge) Pinchevsky y entonces todos a verlo zapando con Alejandro Medina. Cosas así todos los días, todo el tiempo. Ese año 84 fue maravilloso, con mucha libertad y mucho miedo también. Pero más libertad que miedo. Daniel Molina
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57 Cemento fresco… Los Redonditos estrenamos Cemento. ¡Pero cemento fresco eh!…Fue la primera noche y no había (conexión a) 220 en el escenario ni siquiera tenían los baños terminados. El 220 lo tenía el sonidista en un lugar estratégico y estaban colocando un alargue. No teníamos electricidad para el equipo de bajo y de guitarra, ¿entendés? Y estaba el Mufercho al frente, que él sí tenía potencia, y tuvo que hacer un monólogo como de cuarenta minutos mientras resolvíamos esto. Me acuerdo que terminó diciendo: “Por favor, el 220 una garcha”. Estaba Cemento lleno y él consiguió mantener el interés de la gente. La gente flasheaba. Piojo Ábalos
El primer show de Cemento fue de Los Redonditos. Ellos me pidieron de tocar. Poli me dijo: “Vamos a hacer el recital, que sea 70/30”. Yo salté enseguida: “¿Cómo? ¡Te vas a llenar de guita!”. Y ella: “Noooo, 30 para nosotros y 70 para vos”. ¡Un delirio! No había dimensión. Ellos metían gente en el Stud y en La Plata, pero tenían miedo. Y yo, que tan hijo de puta no podía ser, oferté 50 y 50. Así lo hicimos. Después empezamos a hacer 70/30, pero jamás me pidió 80/20, como otros. Al final se llenó, mal. Como había tanta gente, en un momento abrimos la puerta. Ella me dijo que haga eso. Ni siquiera me pedían catering: ellos lo traían todo. Estaban dos horas “pinki, pinki” saltando en el escenario, pero como tenían buena onda, hacían un parate en el medio, así la gente podía chupar. Omar Chabán
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58 Dame gas En el backstage no existía separación alguna. Por lo menos en la época que yo estuve. Estábamos todos juntos. Ahora me han contado que al Indio no se lo puede observar, que no lo podés mirar, por ejemplo. Ahí no. El Indio y Willy se toreaban, por ejemplo, se buscaban todo el tiempo. Pero creo que era como un uego. Porque el Indio es un tipo huraño, cascarrabias. Cuando estábamos tocando siempre te pedía más. Quería todo al palo. Más velocidad, más fuerte, más... Esas fotos donde lo ves con la vena inflamada es porque el chabón quería siempre más y más gas. Y creo que le respondíamos. Sonábamos como la concha de la lora. Piojo Ábalos
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Es que Cuando entré al grupo nunca se dijo eso de que ellos tres eran Patricio Rey y que el resto éramos poco más que sesionistas. Desde que entramos Tito, Willy y yo —y el Indio esto lo dijo varias veces—, esto era un grupo, un grupo en el sentido que puede tener una banda de delincuentes. Donde uno se va a meter en el banco, otro se va a quedar en la puerta, otro en el auto. Esa explicación la daba él y era así. El rumbo lo fuimos haciendo entre todos. Piojo Ábalos
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59 ¿Patys de Ricota? En un momento se volvió inevitable saber de Los Redondos porque empezaron a estar en boca de todo el mundo aunque pocos los hubieran visto. Y eso que a principios de los 80 yo vivía encerrado dentro del estudio Del Jardín, de Santa Fe y Talcahuano, donde se armó mucho del rock de los 80. Se mezcló Corpiños en la madrugada47, por ejemplo, o hicimos los demos de Los Abuelos de la Nada antes del primer disco y boceteamos lo que después sería la carrera solista de Andrés (Calamaro). De Los Redondos llegaba siempre el rumor de que eran una banda muy diferente con el coro de damas desafinadas y demás atracciones. Por ahí venía uno y te contaba que en los recitales había personajes tirando patys de ricota. Pero llegaban comentarios también de un cantante con una parada y un carisma poco común. Y ya te daban ganas de verlos. Después salió el primer disco y me pareció horrible cómo sonaba. No estaba bueno. Pensá que fueron conejitos de indias de Lito Vitale que nunca antes había grabado nada antes. Lo grabaron con equipos feos, bah, lo que había a mano.… Mario Breuer
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60 Garganta si n arena Marcia: Poli ya la tenía bastante clara de lo que querían hacer. Para dónde ir. Cosa que no era el caso de ninguno de nosotros. Claudia: Vos sí sabías a donde íbas… Marcia: Con la pintura sí, pero con el tema de las escenografías y eso ni idea. Claudia: Poli y Skay eran una pareja muy encantadora. Con todas sus rarezas pero encantadores. Marcia: Luca los odiaba, ¿sabías? Preguntale a Geniol. Sobre todo a Poli. Claudia: Yo creo que era porque ella era la cabeza política del grupo. Junto con el Indio, creo. Marcia: ¡Pero si el Indio no hablaba nunca! ¡No se sabía lo que pensaba! Claudia: El Indio siempre estaba preocupado por su gola… Siempre con una cosa neurótica sobre si tendría voz o no tendría voz. Skay en cambio era una entidad con su guitarra, una sola cosa. Claudia y Marcia Schvartz
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61 Cocaí na y Democraci a Cuando se supo que Miguel Abuelo tenía HIV creo que medio Buenos Aires salió corriendo a hacerse el test. Yo tenía muchos amigos y amigas que habían curtido con él porque Los Abuelos, más que ningún otro grupo, vivían en estado de orgía. Full time. O estaban tocando o estaban cogiendo. En cambio Los Redondos ni se acercaban a esa forma de vida. Yo no recuerdo haber visto algo parecido a una groupie en un show de ellos. El Indio estaba con su mujer. Skay con Poli. El más zarpado de ellos podía ser Willy (Crook) que si no conseguía bajaba con 700 litros de alcohol. Daniel Molina
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—¿Era más tranqui el back de Los Redondos que el de Sumo? —Sí. No… Más o menos… Era parecido. Sumo era muy diferente en su actitud toda, eso era lo que pasaba. En cuanto a lo otro, para que te des una idea yo no era de tomar drogas y en ese momento conocí la cocaína. Es que la cocaína y la democracia entraron juntas: al alcance del pueblo. Hasta ahí había sido una cosa de tangueros y de gente grande, custodios de Perón, ese tipo de gente. No era del rock. Nosotros a lo sumo hacíamos un fasito o un ácido como algo muy loco y de vez en cuando. Piojo Ábalos
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El backstage de Los Redondos siempre fue de muy buen humor pero escueto, muy limitado todo. De un tono espartano comparado con los camarines de Charly o Soda que eran muy diferentes. Más expansivos y desorganizados. No veías el ambiente clásico del rock ahí. De desborde. De la joda y las chicas y todo lo demás que ya sabemos.
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Tom Lupo
La forma de vida de Sumo y Los Redondos era muy distinta. Como otra cosa. Ellos eran muy amigos de Marcelo Arbiser, el dueño de la casa de Alsina donde vivía Luca, un chico que afinaba pianos. Era una casa muy rara esa. No tenía luz. Y recuerdo una habitación llena de pianos iluminada por candelabros, daba una sensación muy rara meterse ahí. Poli, Skay y el Indio eran gente de perfil muy bajo mientras que los Sumo ya tenían una cosa más de rock stars. Ellos nunca fueron rock stars aunque tuvieran que terminar siéndolo porque no quedó otra. Gente muy sencilla. Muy, muy, muy sencilla… Mónica Delfino
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La droga, para nosotros, tenía connotaciones místicas. Tampoco existía una ley clara que penara el consumo. Creíamos que a través de la droga —y sobre todo del LSD— podíamos llegar a un nuevo conocimiento. Y ciertamente yo vivencié imágenes y situaciones muy locas, muy psicodélicas. Más tarde, en los 80, el lugar que ocupaba la droga en Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, lo empezó a ocupar el dinero. El Doce48
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62 El carnav al i to ese… Ellos no se juntaban con nadie excepto con los de Sumo. Yo creo que en parte porque eran lo más culto y arty dentro del ambiente del rock. No les gustaba nada Soda Stereo por ejemplo. Porque les parecía que hacían el sonido que la época pedía. Por eso no podían entender que a mí me gustara. Yo les hablaba de “Cuando pase el temblor” que me emociona mucho y ellos medio que me sobraban tipo: “Bueno, no está mal el carnavalito ese”. Había dos o tres canciones que a mí tampoco me gustaban y entonces me atacaban por ese lado “¡¿Pero cómo te puede gustar un grupo que en una canción habla de tomar vitaminas!?”. Yo creo que en eso ellos se dejaron llevar por el River-Boca. Por más under que seas te debés a tu público al final. Y ellos estaban capturando el imaginario de un público recio para el cual Soda Stereo era blando, comercial y cortesano. Y, aunque es el costado menos interesante del Indio, la cosa más militante e ideológica del grupo también tiene su parte buena porque eso depuró en un grupo de experiencias que no compartieron con nadie. Ellos respondían a un verso que dice “La poesía no se vende porque la poesía no se vende” (Guillermo Boido49). Tenían un poco esa idea. Y les salió bien. No tuvieron que darle el orto a Coca Cola ni a nadie. Y por eso se merecían haber ganado cien veces más plata de la que ganaron. Daniel Molina
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63 Rompan todo II En una de las tantas propuestas para tocar nos sale hacer el barco María Sí en La Boca. En esa época nos hacían el sonido (Oscar) Mediavilla y Patricia Sosa. Mediavilla cargaba el sonido en un Fiat 600. Cuando terminó el recital, mientras la gente salía, se metieron unos chicos de La Boca en el barco. Empezaron a pedir bebidas, quizás de mala manera. Uno de los mozos le pegó un cachetazo a uno de los pibes. La cosa es que se van muy enojados del barco y vuelven con sesenta tipos más a romper el empedrado y tirarle piedras al barco. Entonces sale un custodio del barco con un revolver para afuera. Al rato lo veo meterse de nuevo en el barco pero sin el revólver y un hilo de sangre en la cara. ¡Se lo habían sacado al revolver! Y a Willy Crook no se le ocurre nada mejor que agarrar un fierro Ludwig mío, nuevito, y salir a pelearse con la gente. Al rato vuelve con el fierro roto. Eran tremendos. Mientras pasaba todo esto, el Indio, Skay y Poli más algunos invitados estaban en lado del barco que daba al Riachuelo. Del lado que daba a tierra, era una guerra. Del lado de ellos estaban viendo el amanecer. Tomaban fernet, whisky. Ni idea tenían. Piojo Ábalos
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64 Un si gl o i gua l La relación de Poli y Skay es una cosa de un misterio que ojalá lo supiera porque me habría ido mejor en mis relaciones. No sé como hicieron para estar untos tanto tiempo. Yo creo que se respetan muchísimo los espacios de cada uno. Verlos de la mano es maravilloso. Amor. Me acuerdo una noche que Poli no había llegado a la casa y Skay que sabía que salíamos mucho me llamó re preocupado para ver si yo sabía algo. Yo puedo entender que un primo mío que se dedica a cualquier cosa me llame preocupado porque la esposa no llegó a la casa. Pero en este medio. Qué se yo... Y escucharlo a él con esa preocupación me tocó el corazón. Me pareció… inusual. Y no sé cual es el secreto pero llevan un siglo juntos. Mónica Delfino
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65 Carl os Sol ari , ma saji sta Como estaban gustando bastante, los invité al programa, a mi segmento en el programa que era el Tom Lupo show, algo más volado que el resto del Submarino. Y entonces vinieron el Indio, Skay, Poli y Rocambole. Todavía no había salido Gulp! Nunca me voy a olvidar de ese reportaje. Resulta que yo usaba un tono un poco humorístico para descongelar la situación y Rocambole, que en ese momento mostró una absoluta falta de sentido del humor, tomó esa circunstancia como una tomadura de pelo, como que no les estaba tomando en serio la parada de grupo intelectual fuerte que tenían. Y empezó a hacerme una crítica muy dura al aire: “Que por qué no se podía tomar en serio a un grupo de rock argentino, que esto y lo otro”. Todo en un tono muy duro. Y yo no bajé la guardia y le empecé a devolver golpe a golpe. Mientras esto pasaba, siento que el Indio me hacía una especie de masajito en la espalda como para que me relajara… Epa. Ahí me di cuenta de que no era un tipo del montón. Con ese gesto me estaba diciendo: “Este tipo es un cabrón, olvidate”. Tom Lupo
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66 Aportes desmedidos La composición de los temas era de Skay y el Indio, sí, ¡pero todos colaboramos en el armado de los temas! Porque al ensayo venían con la letra y una idea de la guitarra pero faltaba el bajo, la batería y el saxo. Y eso nunca estuvo reconocido por ellos. Quizás sea una cosa mía, pero te aseguro que Fargo y Crook también lo ven así. De hecho hay arreglos de saxo enteros que son de él. Los riff de “La Bestia Pop”50 o el de “Música para Naufragios” son enteros de él. Lo que te quiero decir es que no estaban ejecutando una idea del Indio o Skay sino que eran aportes personales y… desmedidos. Piojo Ábalos
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Componer, yo no compuse, pero el comienzo de “La Bestia Pop”, por ejemplo, fue mío. Se le podría haber ocurrido a cualquier baterista pero lo hice yo ¿entendés? Hoy los pibes aprenden a tocar, tocando eso.…Y no es que era un arreglo del Indio o de Skay que yo ejecuté. Y como eso, el tempo ¡chan-tichitichi-chan-chan! de “Jijiji” salió de un ritmo que se me ocurrió hacer con la batería que es como raro. Una especie de tango. Piojo Ábalos
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Tito es muy importante en Oktubre porque hay unos arreglos increíbles de él. Todas aquellas cuestiones rítmicas desde “La Bestia Pop” a todas esas guitarras cruzadas que no son las del rock&roll que veníamos haciendo con Skay son de Fargo. Y el solo de “Jijiji”, el solo lindo, rockero, que termina estirado también es de él. El de Skay es el que yo digo que es tipo Ruta 3. —¿Ruta 3? —¡No sé que quiere decir eso pero para mí es super Ruta 3! Yo lo escucho y veo un auto levantando polvo. Qué sé yo. 123
Piojo balos
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67 Memori as de u n móv i l El primer móvil que se hizo en la historia para un recital de rock lo hice yo para un show de Los Redondos en La Esquina del Sol. Fue un día de lluvia que se estaba inundando el lugar. En un momento dado se cortó el micrófono de Del Plata y yo necesitaba el del escenario para poder salir al aire. Me subo al escenario cuando ya estaban por tocar y empiezo a hacer una especie de presentación para que saliera al aire. Y ellos me empezaron como a empujar, como si me dijeran “Nadie ocupa el escenario de Los Redondos”. Me empujaba el Indio, me empujaba Skay, me daban golpes y yo me los aguantaba para poder hacer una apertura digna. Me cagaron a codazos en la espalda. Empezaron a tocar y en un momento teníamos treinta centímetros de agua en el pub. Y alguien grita, que puede haber sido Pierre, “¡¡Señores paren todo, nos vamos a morir electrocutados!!” Y ahí se paró. Se hizo un tema más y se terminó. Tom Lupo
El único tema de Gulp! y Oktubre que se hizo entero en el estudio fue “Pierre el Vitricida”. Eso salió de una noche en La esquina del Sol que el cielo se había venido abajo y entraron veinte centímetros de agua en el local. Entonces se armó una discusión sobre si teníamos que tocar o no. Al final, los dueños insistieron con que había que salir y estaba Pierre que se puso furioso y no quería que tocáramos. Como al final se impusieron los dueños, Pierre se fue de La Esquina del Sol dando un portazo tan fuerte que destrozó todo el vidrio de la entrada. Piojo Ábalos
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68 ¿Qué gusto tienen los redonditos? La noche de La esquina del Sol debe haber sido una de las últimas veces que dieron de comer los famosos redonditos de ricota. Qué se yo, eran como una golosina. No me acuerdo. Algo medio tibio. Tengo un recuerdo vago. Es como un sueño donde veo a una mina repartiendo masitas en una bandeja. Y me despierto. Tom Lupo
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69 Oktu bre (de regreso…) En el arte de tapa de Oktubre aparecen textos supuestos al repertorio pero que, sin embargo, no tienen lugar en el disco. En “Jijiji” el sobre interior indica que la letra debería terminar: Olga Sudorova, vodka de Chernobyl, pobre la Olga Crepó. Según Skay, el verso mudo corresponde a una emulación o una adaptación en palabras, del riff final, con aires de balalaika rusa.51 ***
También aparece en la lista de temas el clásico under “De aquellos polvos, futuros lodos”. El tema estaba en la lista original que Rocambole recibió para el diseño de arte del disco. El diseño se retrasó y en medio, esa canción quedó fuera de la lista. Ya no había tiempo para rehacer el sobre interno.52
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70 Torta de Ricota Estábamos todos en la mesa, en la casa de Soler y Gallo, y salió el tema de que se venía el tercer disco y ahí yo planteé que me iba si no había una participación en la composición o algo que a mí me diera una tranquilidad para mantener a mi familia. Porque era el único que tenía hijos. Y mi ocupación total eran Los Redonditos de Ricota. Tres veces a la semana de Palomar a Palermo para ensayar, aparte los shows. Bueno quería mi participación en esa torta... de ricota. Los shows los he cobrado puntualmente, no me estafaron en nada en eso, pero sí hubo una estafa de palabra porque se dijo que todas las ganancias de Gulp! iban a ser repartidas en partes iguales a los intérpretes. La autoría no: Solari&Beilinson, de acuerdo. ¿Pero de lo otro? Nunca vi un peso por haber trabajado en ese disco. Piojo Ábalos
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Gulp! se vendió muchísimo aunque circuló de una manera totalmente artesanal. Había un pibe que se llamaba Osvaldo, amigo de Skay, que era de Zona Norte que se iba a Palermo y cargaba una caja de pizzas con discos y se venía para las disquerías de Morón, después se iba a Quilmes o a San Isidro. Y el disco te aseguro que se vendió porque con lo que dio ese disco se pudo grabar Oktubre en Panda. Panda tenía como una mística de que muchos discos grabados ahí sonaron re bien. Oktubre, por ejemplo, se grabó en la salita de abajo que era la más básica. ¡Y suena mortal! Piojo Ábalos
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71 ¡Un su ngut ru l e en Pal adi u m! Cuando apareció Oktubre el asombro se multiplicó. Eran otra banda. Una oscuridad densa, con mucho contenido. Como si hubieran dicho “Estos somos nosotros”. La fiesta de Gulp! había quedado atrás y ahí se veía quiénes eran realmente. Pero es curioso cómo esos mismos temas los fueron corriendo del repertorio para privilegiar la parte más rocanrolera y festiva. Y sin embargo Oktubre va a pasar a la historia como un clásico. Pensemos que de ahí salió “Jijiji” ¿Vos sabés quién estaba en la presentación de Oktubre en Paladium? De la Rúa estaba. Lo había llevado la encargada de prensa de él. Me lo acuerdo relojeando para todos lados con una mirada muy paranoica. Yo pasé y le toque el culo así como al pasar y se quedó totalmente asustado. Jamás imaginé en ese momento que un tipo así iba a ser presidente, imaginate. Tom Lupo
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72 Tres y nadi e más Enrique se hizo tan cercano a ellos que la cosa se terminó de pudrir. Porque Enrique era muy de contar cosas. Y no está bueno eso. Hay un límite que no se puede cruzar porque te convertís en un buchón. Y no hace falta contar todo, hay cosas que se dejan de lado. Otra cosa es que Los Redondos siempre fueron ellos tres y nadie más. Hubo mucha gente que quiso ser tal vez más y no. Enrique es uno de esos casos. Mónica Delfino
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Claudia: El asqueroso de Symns… Marcia: Siempre estaba. Era como un moco. ¿Vos sos amigo? Estaba en todos lados. Claudia y Marcia Schvartz
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73 La march a del Pi ojo Como respuesta a mi planteo me dieron un cheque de 300 dólares que me sirvió para pagar el viaje de Panda a Palomar y poco más que eso. Cuando viene la segunda charla antes de la grabación del tercer disco les hice un planteo todavía más serio. De todos los que estábamos en esa mesa una sola persona respondió y fue el Indio que me dijo: “Y, eso no está contemplado, lo vamos a ver”. Muy suave pero determinante. Fueron, lo hablaron. Yo me fui a mi casa. El vivía por acá, por Ramos, por la calle Coronel Díaz; yo estaba en Haedo norte que es del otro lado. Se tomó un colectivo y vino a mi casa con Virginia, su mujer. Comimos. La mujer le preguntó: “Che, ¿El Piojo no quiere volver…?” Y él se quedó un poco en el molde. Bueno, se tomaron una semana, me volvieron a llamar y quedé afuera. En esa semana también hubo un planteo con Fargo que tuvo que ver más por el lado de que hacía cosas afuera del grupo. En ese momento Tito estaba haciendo cosas con Claudia Puyó así como yo tocaba con los Videotas donde también estaba Symns. No sé como fue la conversación de ellos con Tito pero sé como terminó: Tito también se fue. Piojo Ábalos
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74 Luca sí ; Luca no… Una noche fuimos con Luca a verlos a Cemento y él estaba con muchas ganas de subirse al escenario a cantar con ellos. Alguien le hizo llegar el rumor a Poli y le dieron la señal para que pasara. Me dijo: “Vos quedate cerca del escenario y yo voy a estar mirándote. Si ves que molesto o está saliendo mal haceme una seña y me bajo”. Estaba un poco borracho pero se animó porque me tenía mucha confianza. Subió, cantó una canción, creo que fue “Criminal Mambo”, y después se notaba que el Indio estaba molesto, miraba de reojo a Skay, era muy notorio el malestar con la situación. Entonces le hice una seña a Luca e inmediatamente se bajó del escenario porque aunque estuviera muy borracho era todo un caballero. —¿Eran buenos amigos ellos? —No, yo diría que conocidos. No más que eso. Tuvieron ese accidente que según dice el mito el Indio se olvidó la letra de “Mejor no hablar de ciertas cosas” en (el café) La Paz y Luca se la llevó y la hizo pero registrando el nombre del Indio, ¿no? —Cuando murió Luca, ¿viste a alguien de Los Redondos que fuera a despedirlo? —No. Tom Lupo
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75 Pol i -deporti v o Recuerdo sobre todo un recital en el Estadio Polideportivo de Gimnasia, en unio del 89, en plena etapa de saqueos para el triste final del gobierno de Alfonsín: por aquella época laburaba en el Ministerio de Acción Social de la Provincia de Buenos Aires y tengo muy claro el registro de recorrer barrios carenciados de La Plata repartiendo cajas de alimento porque la cosa estaba áspera. Por esos días Los Redondos volvían a tocar en La Plata y la densidad se respiraba en el ambiente, el Poli estaba repleto y antes del show comenzaron algunos problemas: unos flacos se subieron a uno de los aros de acrílico de la cancha de básquet y el armatoste estalló en mil pedazos. No me acuerdo si fue promediando el show, en un momento el jefe de la barra brava de Gimnasia, “El Negro” José Luis, subió al escenario, primero le desconectó la guitarra a Skay y luego quería tirar la columna de parlantes, acto seguido entró la infantería y armaron un cordón en el escenario pero “El Negro” nunca se bajó, andaba con un pasamontaña y realmente parecía un activista del IRA 53, nos tuvimos que ir y por suerte no se armó más quilombo, pero recuerdo la sensación, todo estaba por estallar y ahí adentro también. Oscar Jalil
Estuve con Los Redondos hasta 1979 porque entonces empecé un viaje muy largo que terminó recién en 1988 cuando decidí regresar a La Plata. Imaginate que cuando me fui era una cosa de amigos y cuando los volví a ver en Gimnasia y Esgrima en el 89 ya eran un grupo inexplicablemente masivo. Yo nunca pude entender cómo algo tan secreto pudo convertirse en una situación de estadio, futbolizada. Debe ser muy fuerte vivir eso pero me puedo imaginar que también debe tener su parte de pesadilla. Basilio Rodrigo
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LA GRAN BESTIA POP
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76 El l i v i ng de l a mu erte (…) Uno de los últimos shows al que concurrí fue en el estadio de La Plata donde la policía actuó ferozmente. Gasearon a la gente y todos huimos, a excepción de Skay que se quedó solo en el escenario tocando un tema de Jimi Hendrix. Yo la pasé peor. El hijo de la Negra Poli, que era policía, me denunció y fui perseguido por las patotas azules buscando la cocaína que escondía. Logré escapar y esa noche sostuve una de las últimas charlas con el Indio. Ya había aroma a repudio a mi libertinaje lindante con la ilegalidad. Y mi siguiente editorial en mi revista Cerdos y Peces fue la declaración de guerra. Su título: “Den la alarma” y fue construída con frases de las canciones del Indio en las que se anunciaban malos tiempos para la banda. Muy poco después —mi memoria extingue fechas y lugares— se produjo la muerte de Walter (Bulacio) y una nueva nota que escribí cuyo título era “Carta abierta al Indio Solari”. Empujado por furiosos huracanes de mi mente, allí lo acusé de asesino. Lo mató un policía pero a ese repugnante tipo lo contrató la banda y siempre el que paga tiene más responsabilidad que el contratado. Yo concurría a las marchas y encontraba a Poli y Skay, quienes siempre tuvieron actitudes estratégicas ante los acontecimientos. Jamás los vi actuar espontáneamente. El Indio jamás fue a una marcha y ni siquiera aceptó la índole criminal de la muerte de Walter (…) Enrique Symns 54
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El principal motivo de la ruptura con Enrique fue el tema de la muerte de Walter Bulacio. Porque Symns había escrito un editorial reclamándole al Indio que saliera a decir algo, más porque se le había muerto alguien en el living de su casa. Esa frase creo que lo mató. El Indio se enojó mucho con eso. Tom Lupo
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77 El beat de Wal ter Tuvimos una reunión antes de grabar Lobo Suelto Cordero Atado donde el Indio me pide que desarrolle un método para que el tempo de Walter Sidotti fuera exacto y los golpes fueran siempre el mismo, parejos. Recuerdo que me dijo: “Me incomoda que las canciones no tengan un tempo perfecto porque yo escucho los discos de los grupos de rock americano (John Cougar Mellencamp ponele, porque a él le gustaba mucho) y tengo eso. A mí me gusta cómo toca Walter pero el tambor es pic, poc, pac le pega siempre en un lugar distinto y eso no me gusta”. Y ahí fue que armamos con Hernán Aramberri, un método por el cual se grababan las baterías con disparadores que iban a un secuenciador. Para Luzbelito hicimos lo mismo pero con mejor equipamiento. No sé como se filtró en su momento este truco que íbamos a hacer con la batería. Y me llamaban periodistas para preguntarme sobre eso. Y yo chicaneaba las respuestas, los eludía. ¡¡Pero ya pasaron quince años podemos contarle de una buena vez a la gente que la batería de Lobo Suelto… está en parte secuenciada!! Mario Breuer
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78 Odi sea Hu racán Definitivamente me quebré en Huracán que fue la primera gran superproducción de ellos. Nadie se da una idea de lo a pulmón que fue eso. Los carteles de entrada y salida los pinté a mano, ¡no había ni siquiera ploteo! Los carteles de los baños, todo. Un olor a meo por todas partes, discutir con los que vendían Coca-Cola que son una mafia aparte. Huracán fue una odisea. En el momento del show, en el momento que dan puerta, yo hago así, me trepo a la valla y veo todo Huracán lleno, la cancha totalmente llena. Hasta ese momento ni siquiera había reparado en eso: por el stress de que estuviera todo en orden, las credenciales, los invitados… Y cuando veo eso, me agarré con Poli y me puse a llorar. Fue muy fuerte ver eso; fue como decir “se puede, hay otra cosa, que bueno conocer a estas personas y que les pase todo esto”. Mónica Delfino
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Había un susto generalizado por toda la producción. Porque cuando haces una producción independiente tenés que lidiar con la cosa de lo municipal, la policía extra, el que limpia el estadio, los socios del club. Eso es un aprendizaje. A Huracán se llegó porque los otros estadios ya estaban alquilados para todo el año. o estaba asignada en una puerta lateral desde muy temprano.Tenía la lista de toda la gente que iba a ir a trabajar. Desde las 10 de la mañana iba tachando la lista. Ya se veía que tenían la entrada y estaban medio desmayados varias horas antes de empezar. Uno medio peladito que venía siempre me encara con una bolsa llena de petardos y cañitas voladoras y me dice: “Doña,¿ podemos entrar esto?”, “No, ¿ustedes están locos?”. Y él me decía “Dele, que yo podría ser su hijo”, “Bueno no. ¡Menos! No podés”. Al rato de que dan puerta, el de seguridad me dice: “Mónica, váyase de aca”. Le digo: “No, que me queda mucha gente todavía por hacer pasar”. Al rato vuelve: “Mónica, hágame caso, váyase”. Me señala un gentío y se veía un grupo que estaba tramando algo. Me dice: “Váyase”. Cuando estoy caminando para el lado del arco, siento ¡Bum! Había caído la puerta que era donde yo estaba parada. ¡Imaginate! Mónica Delfino
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79 Solos en América Decirles de ir a grabar a Estados Unidos fue un atrevimiento mío. Yo me acuerdo el día de hoy que mientras se los decía había una voz adentro mío que me decía: “Callate la boca, son Los Redondos”. Habíamos mezclado Lobo Suelto, Cordero Atado y a mí no me gustaba cómo sonaba. Y ellos tampoco estaban muy conformes. En el ínterin, me llama Tito Losavio para mezclar un disco de ManRay. Y justo me había llegado el dato de un estudio muy lindo que había en Fort Laurerdale. Y lo convencí a Losavio de mezclarlo allá. Y se hizo: fantástico. Cuando vuelvo, me siento con el Indio y le digo: “Che, Indio, yo no estoy contento con las mezclas. Se que es hinchapelotas y costoso y estoy dispuesto a no cobrarles pero así no me gusta el disco”. Y entonces le mostré lo que había grabado con Man Ray (el disco Hombre Rayo). Y a él le gustó. “Si vos querés que Los Redondos suenen así de bien, acá no hay manera, tenemos que mezclarlo allá”. Y él dice: “A mí me interesa, vamos a hablarlo en el almuerzo. En el almuerzo, el Indio toma la palabra y dice: “Skay, Poli, acá Mario quiere proponernos algo”. Y la Negra me clava los ojos como diciendo “ojo con lo que vas a decir”. Skay relajadito y el Indio esperando que yo mueva. Y entonces arranco con el cuento de grabar en Estados Unidos. El Indio no dice nada, Skay dice “sí” y simultáneamente, la Negra dice “no”. Se miran entre ellos y dicen “Lo hablamos entre nosotros y en la cena retomamos el tema”. Yo me seguía preguntando “¿Habré hecho bien? Soy un boludo. Al final el Indio no dijo nada, capaz que me tiró a los lobos”. Me dio por pensar eso por la postura de ellos, ¿no? Siempre habían tenido como una parada antiyanqui aunque no fuera explícita. Llega la hora de la cena y me dicen: “A ver contanos cómo sería” y arreglamos. Con la condición de que todo lo que fuera ir a Estados Unidos sería una producción mía. No solo reservar el estudio sino sacar los pasajes, la hotelería. Todo. Para que ellos solamente pensaran en la música. Aparte del tema del sonido creo que empezó a pesar el hecho de que afuera podían hacer una vida normal. Salir a comer, ir al cine, sin tener que evitar un campamento de trescientos pibes en la puerta del estudio. Mario Breuer
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80 Rocanrol es de a y er La secuencia “Mariposa Pontiac-Rock del País” que funciona como una excepción musical en el barroco y oscuro Luzbelito surgió luego del encuentro que Poli y Skay tuvieron con Néstor Madrid, un antiguo bajista de la banda en Bahía, Brasil. La idea original fue hacer un disco con todos aquellos rocanroles de la etapa de los pubs que habían quedado por fuera del repertorio discográfico. El grupo se instaló en Brasil para grabar y día a día se fue haciendo ostensible la disconformidad del Indio con el proyecto. Al punto de llegar a boicotearlo y eludir la mayoría de las tomas de las voces. Quedaron grabadas muchas pistas instrumentales y el potpourri que se editó en Luzbelito,incluído tras un acuerdo entre el Indio y Skay.55
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81Lobo su el to, Cordera atado El bocón de Gustavo Cordera, cantante de Bersuit Vergarabat, había dicho que los músicos de Los Redondos estaban entonces muy mal pagos. Bersuit tocaba en Cemento a los pocos días. Poli, Skay y el Indio fueron a verlos y ocuparon una mesa en el fondo del local. Cordera atravesó rasante el lugar y al pasar por esa mesa alcanzó a escuchar la voz de Poli: “Con vos tengo que hablar”. La mesa chica se mantuvo en el lugar aún después de terminado el show. Cordera volvió a pasar acompañado de una pequeña guardia de seguridad que impidió que Poli se aproximara. La siguieron en un bar, donde el Pelado hartó tanto a Poli que la Negra terminó rompiendo una botella a modo de inequívoca declaración de guerra. Pero unas pocas semanas más tarde, se encontraron en el Marquee. Ahí Cordera se acercó para disculparse y explicar que hablar mal de Los Redondos era una forma de obtener la prensa que estaba necesitando. P.R.
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82 Conv i v enci a Sagrada (La v i da en el estu dio) Hasta Luzbelito, incluído, trabajaban con una división muy clara de los roles. El Indio muy raramente podía meterse con todo lo que fuera el sonido de las guitarras y el bajo que lo manejaba siempre Skay. Por ahí podía venir y decir “para esta parte quiero un órgano o un piano”. El área música era casi exclusiva de Skay así como la parte de la imagen, comunicación, concepto pasaba por el Indio. Por supuesto que había zonas de intercambio pero funcionaban perfecto. Poli era el aceite que hacía que toda la maquinaria alrededor de esto funcionara pero en el estudio no se metía. Y cuando decía algo siempre era muy discreta y escueta, al menos en la cabina. ***
Mario Breuer
Hasta la grabación de Último Bondi… el Indio estaba todo el tiempo: todos los días, todas las sesiones. Y aunque no tuviera que grabar estaba en el estudio y participaba muy activamente. Estaba escuchando y cada tanto daba su parecer pero siempre en la medida justa para no invadir el terreno de Skay, su gerencia de la música. Participar podría ser no abrir la boca en todo el día pero sí estar todo el tiempo pendiente. No recuerdo que tuvieran discusiones en el estudio. Para nada. Ni siquiera en el último disco donde ya digamos la apertura, la escición entre Skay y el Indio se veía con mucha claridad. Quizás fue algo que venía de arrastre pero el proceso de grabación de un disco es algo de mucha intimidad y uno lo ve, y entonces… se veía. Se notaba que pasaba algo aunque la manifestación no fuera expresada con algo más que un distanciamiento. El Indio produjo solo prácticamente los últimos dos discos dejándole espacio a Skay para que laburaba sus temas aparte. Mario Breuer
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Grabar con ellos no era un caso normal como es con otros grupos que nos vemos de lunes a viernes de 12 a 18. No. Yo me iba una semana a Del Cielito y me quedaba a vivir ahí. En esas sesiones tuve muchas charlas íntimas con el Indio. Eran charlas de filosofía popular, ¿sabés? Cuando digo popular quiero decir que se hablaba de la vida no de Hegel. Mi decálogo filosófico fue formado con muchas de las frases que el Indio me decía en esas conversaciones. Tales como: “A la vida hay que cobrarle al contado”, “Cada vez que ponés el gancho estás entregando un pedazo del culo”… Cosas que han formateado mi adultez. Se hablaba de todo: se hablaba de la guerra, se hablaba de la paz, del amor, de la amistad, de las noticias. Recuerdo particularmente cómo con la llegada del diario, a la mañana, Carlitos hacía una lectura y un análisis simultáneo de lo que iba leyendo y debió ser la única época de mi vida en la que estuve realmente informado. Mario Breuer
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Cuando íbamos al exterior podíamos pasar cinco, seis semanas afuera conviviendo. Yo vivía en un departamento y al lado, con puerta de conexión directa, estaba Carlos. Todos los discos que hice con Los Redondos fueron trabajos de convivencia. Y siempre hubo mucho respeto. No eran estos los chabones que están todo el día con el paquete de faso llamando al dealer por teléfono. O mamados desde la mañana. No. Ellos son trabajadores muy serios. Metódicos, ordenados pero no solemnes. No se acuartelan para nada. El orden, la estructura, es lo que les permitía estar distendidos. Es como al revés la cosa. Mario Breuer
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83 Tai Ch i Dri v er Si las neuronas sin quemar no me traicionan, el camarín de la disco L´Etoile, de San Carlos (Santa Fe) donde tocaron Los Redondos allá por el 96, no respondía al imaginario de los rockeros que demuelen hoteles, juntan polvo en las mesas y piden ostras para escupirlas. Se comía pizzetas. Unos músicos ugaban a una cosa con cartas que practicaba la monja de una película de Buñuel: el Tute. Recuerdo al Indio Solari en una sesión solitaria de tai chi, coreogafía tan grácil y graciosa como la de un flamenco al momento de pescar. Sostenido en una pierna, las manos parecían formar sendos montoncitos al cielo, al modo de los Tatadioses, pero con carga existencial. Estaba concentradísimo. Fueron minutos de espionaje, de periodista voyeur: de ahí tenía que salir volando hacia un balcón que definiría mi ángulo para ver el show. Ahí me esperaba un ensamble de espaldas, entre las que me escurrí como pude, como entrando al subte. Fueron dos horas de cánticos en masa, leudando pogo. La ingravidez solitaria y silenciosa del tai chi (que permitía a las ranas y los grillos de afuera filtrarse en el soundtrack) contrastaba con el pogo colectivo y rugiente de “las bandas”. Tanto que entonces aprendí en carne propia que muchas veces la diferencia social entre ídolos y fan es tal que se torna una cuestión biopolítica insoluble. Pablo Schanton
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84 Saxo v as a l l orar El Indio era definitivamente mucho más duro que Skay con los otros músicos. Un poco por esta certeza de tener muy claro lo que estaba buscando. No me acuerdo en qué tema fue que hubo un solo de Dawi que costó muchísimo y que él lo terminó haciendo en su casa, lo que nosotros llamamos un Frankenstein que es hacer varias tomas y después construirlo. —¿Es cierto que lo presionó tanto que terminó llorando? —Humm... sí... sí. Pero no creo que fuera a partir del maltrato sino más bien de la frustración del músico. Te puedo asegurar que no lo trató como trata Fito a sus músicos cuando no tocan exactamente lo que quiere. Yo no recuerdo ni violencia ni agresión pero es un momento bravo cuando te piden algo y no te sale. Yo me atrevo a decir que la lágrima de Dawi era más de frustración propia que de maltrato. No jodamos con eso. El Indio no será la Madre Teresa pero tampoco es Idi Amín. Mario Breuer
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85 ¿Pi ñas v an, pi ñas fu eron? La pelea entre el Indio y yo a los golpes no es real. Fue un invento de Symns que dijo que yo era boxeador cuando en realidad practiqué box de muy chico y nada más. Pero sí es cierto que tuvimos una agarrada fea y fue más o menos así. Coincidimos en un bar de San Telmo y el Indio me pidió que me uniera a la mesa de ellos. De la nada me dice: “Vas a tener que reconocer que tenemos distintas transferencias sobre el público”. Y le dije: “Pero claro Indio, yo soy un simple periodista y vos… una estrella nacional, imaginate”. Ahí me di cuenta de que el narcisismo lo había alcanzado, algo inevitable para una figura tan adorada. Digo esto porque nadie que no esté muy enamorado de sí mismo puede necesitar remarcar algo así. Después, conociendo mi desprolijidad, agarró mi libreta personal y se la pasó a Poli como diciendo “mira lo que es la libreta de este”. Pero no es que me pidió ver la libreta: me la arrebató a la fuerza. Y yo forcejeé también para recuperarla y en ese movimiento se me rompió el saco. Y el Indio le dice a Poli: “Miralo a este, anda con el saco roto”. Ahí ya me dió mucha bronca y le dí mi saco a un pibe que daba vueltas a las mesas del bar. Se lo regalé. Y me fui: muy ofendido. Antes de salir le dejé a la moza una notita donde le escribí: “Solo seré amigo de aquellos de quienes pueda ser discípulo y maestro alternativamente”. Vi que (el Indio) leyó la nota y empezó a buscarme con la mirada pero yo ya estaba fuera del bar, escondido, espiándolos. Tom Lupo
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86 El no-cantante de Patri ci o Rey El Indio a la hora de cantar es una persona con tantas certezas como incertezas. Las certezas van por el lado de saber él como quiere que quede cantado y sus incertezas tienen que ver con no sentirse un gran cantante. Es más: siempre le escuche decir: “A mí no me pidan mucho porque yo no soy un gran cantante”. Por eso, en general, los discos de Los Redondos no tienen la voz fuerte y al palo. Ese era un pedido de él, muy claro. El se siente un no-cantante. Por ahí pasaban sus incertezas. El decía que era un “decidor” o un “relator” de sus letras. De hecho a la estrofa el la llama “relato” y al estribillo creo que lo llama “refrán”, como los brasileros. Frente a eso, tenía muy clara la intención. Y si una toma se repetía mucho, no era tanto por cuidar la formalidad sino por la expresión, por su manera de relatar la letra. Si no salía no se ponía loco ni se deprimía sino que pasaba a otra cosa. Y no era en absoluto uno de esos cantantes que pueden pasarse un día en el estudio para poner un estribillo. Mario Breuer
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—¿Cantaba con anteojos? —(…) Humm… Qué buena pregunta que me hacés, creo que no lo vi nunca en el estudio con anteojos. No se disfrazaba de Indio Solari para grabar. El estudio estaba hecho para integrarse a su casa, por lo tanto había una muy buena vista desde las ventanas… Mario Breuer
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87 El no-can ta nt e y l as estrel l as A diferencia de Luca que hablaba mal de todos los demás, al Indio nunca lo escuché emitir opinión sobre los demas artistas. Un silencio cerrado, como desde las alturas. Pero la realidad es que no les gustaba casi nada de acá. Al Indio le gustaba Andrés, eso sí se sabía. Tenía mucha simpatía por él. Me acuerdo de haber estado con Andrés en el estudio Del Cielito y que el Indio viniera de visita. Calamaro le dijo: “Me gustaría grabar algo con vos alguna vez”. “Bueno —le dijo el Indio—, alguna vez”. Y nada más. Tom Lupo
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88 La v ena s abi ertas de Ri v er Pl at e En River viví internada una semana. Me instalé ahí directamente. Para que te des una idea de la dimensión que tuvo eso. Por ejemplo, ellos querían colgar el sonido para que no molestara a la visual y tuvimos que contratar una máquina excavadora para hacer las entradas a la cancha más profundas. A ese nivel se estaban manejando. Pero si vos tenías encendida la tele mientras trabajábamos parecía que era imposible venir. Te quedabas en tu casa porque anunciaban una masacre en masa más o menos. Yo creo que en los recitales de rock siempre pasaron cosas, lo que pasa es que antes no se sabían. En el primer Chateau Rock se cayó un chico de una columna y se mató. Y nadie se enteró. Nadie dijo nada. Para mí los River estuvieron bien más allá del incidente del pibe que se metió a robar con un cuchillo. Cuando se para el show la gran discusión con el fiscal de turno era que él quería que el show se hiciera con todas las luces prendidas. Y lo que Poli se desvivía por hacerle entender era que un show de rock no es nada más los tipos tocando en el escenario. Un concierto de Los Redondos siempre fue una experiencia de arte total. Sobre todo al principio y eso era lo que a uno le encantaba: esa ruptura de que en el escenario fuera todo posible. Mónica Delfino
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89 Andrés camu fl ado Me llama Andrés y me dice: “Olga, vamos a ver a Los Redondos a River”. Le digo que me dé una hora así consigo las acreditaciones para poder entrar y tener una buena ubicación. Pero no. El quería ir con la gente; quería estar en el pogo más grande del mundo. Me pasa a buscar y llegamos a Ríver con dos entradas para el campo. Se había puesto un buzo con capucha para que no lo reconocieran. Afuera, todo bien. Empezamos a avanzar cada vez más cerca del escenario. Yo me quería morir porque pensaba lo que podía llegar a pasar si la gente se daba cuenta. Llegamos muy muy cerca. Venía todo más o menos bien hasta que uno lo mira y le saca la ficha: “¡Calamaro!”. Ahí empezó un quilombo padre, de buena onda igual porque la gente se acercaba para saludarlo y en un momento estábamos atrapados. Nos aplastaban. Uno de los pibes de seguridad que estaba en el vallado se dio cuenta de lo que pasaba y medio que nos rescataron. Lo agarró a Andrés de la capucha y prácticamente lo levantó en el aire para pasarlo del otro lado. Podría haber terminado muy mal. Olga Castreno
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LAS DESPEDIDAS SON ESOS DOLORES DULCES
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90 El señor de la 1403 La mezcla de Momo Sampler duró como seis semanas. Y como uno no venía al estudio, el otro tampoco. Y se nos hizo muy cuesta arriba, tanto a mí como a Edu Herrera56 que trabajaba para ellos. Entonces al final del día llevábamos un CD con lo hecho, ellos nos daban una devolución y llegábamos a conclusiones. Al final, cuando los tiempos estaban apremiando, pensá que no había Internet como hoy, mandábamos al asistente. “Toma ándate hasta el hotel Delmónico y llevale esto al señor de la habitación 1403 para que lo escuche”. Entonces después llamaba el señor de la 1403 y decía: “Mira, gordi, me gusta, pero si las guitarras tuvieran una sensación de presencia pero con una nube, que tengan una tersura aunque estén distorsionadas”. Ya hilaba muy fino y uno se acercaba todo lo que podía. Y al otro día: “Te pasaste un poquito de nube, gordi…”. Mario Breuer
91 Me comí tu dol or Recibo permanentemente cartas de dolores profundísimos que pretenden de uno que les coma el dolor. Y todas las veces que lo he intentado el dolor me lo como pero me queda a mí una intensidad muy grande. Y dejo de tener actitud para comer el dolor a quienes están cerca de mí. Aquellos a quienes realmente conozco. Termino comiéndole el dolor a alguien que solo conocí por carta, que me voy al Garrahan, que está el nenito paralizado y de pronto está la mamá con una foto mía y me dice: “Yo no creo mucho en vos…” ¿De qué estamos hablando acá? Yo venía a ver a un nene y me atendió una chica y están los padres con una foto mía como si fuera una estampita. Y estás pidiéndolo permiso al doctor para ver si te deja entrar y el doctor te cuenta que sí, que en la semana vinieron los jugadores de Boca, que estuvo Navarro Montoya… Indio Solari
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92 Eros & Pathos —Ayer estábamos en un restaurant italiano y ponían… ¿cómo se llama el pato este… cua… cua… cua…? —No sé. ¿Donald? —No… Un solista. —Ah, ¡Eros Ramazzotti! —Ese… Eros Ramazzotti (refuerza las letras con bronca) Al tercer tema… Yo no soy de ir a decirle a nadie que cambie la música porque me banco cualquier cosa. Cualquier música más o menos incidental. ¡Pero era insoportable eso! Al cuarto tema de cua… cua…cua… Le dije poné Fred Bongusto, Doménico Modugno, cualquier cosa...… Indio Solari
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93 Al tas tensi ones En Momo Sampler no hay ficha técnica. Es una cosa que siempre nos quedó atragantada. Hubo una explicación un poco naïfe, para mí. ¿Viste que el arte son todos cartoncitos? Bueno, ellos me dijeron que la imprenta se olvidó de poner el último. Bueno, pensé yo, en la próxima edición lo agregarán. No, Momo Sampler no tiene ficha técnica. ¿Nadie lo grabó ni lo mezcló? Es que hubo una situación con la mezcla de Momo Sampler. Tardamos mucho en mezclar porque ni Skay ni el Indio venían al estudio. Entonces el proceso se hacía larguísimo. Mezclábamos con Edu (Herrera) todo el día y a la noche se lo dejábamos a ellos: una copia a cada uno. Y a esperar. No es lo mismo que si los tenés al lado tuyo escuchando, ¿se entiende? En algún momento Skay se rayó porque se estaba estirando mucho la cosa pero no éramos nosotros. Yo le expliqué lo que estaba pasando y hubo una pequeña tormenta con eso. Al margen de que ya estaban bastante uno para el Norte y otro para el Sur, eh. Porque en Momo Sampler las tensiones corrían por la venas de Patricio Rey. Y quizás ellos pensaron que por culpa nuestra ese disco terminó costando cien mil dólares más y eso generó un resquemor que pudo haber provocado esa decisión de dejarlo sin ficha técnica. o dudo; Edu, en cambio, está seguro de que fue por eso, que fue de mala onda. Mario Breuer
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94 Revolución Libertadora:
derecho a réplica Si un periodista extranjero viene y me pregunta por el Indio Solari yo le diría que ha sido uno de los personajes más fascinantes de la historia argentina. Me parece una genialidad haber logrado que su palabra sea buscada como el oro porque justamente al retirarla cumple con una ley del deseo freudiano. El Indio es un Conde Lautreamont contemporáneo, un poco un Huidobro, un surrealista más en la tradición de Olga Orozco o Alejandra Pizarnik, aunque de otro modo, con frases maravillosas que van hilando una letra que nunca sabés a donde va. No hay ninguna frase hecha en él. No hay Narosky. No hay ningún aforismo estúpido y rockero en sus letras. Y mezclado a eso, inserciones políticas muy muy interesantes. “Vencedores Vencidos”, por ejemplo, es una respuesta a la Revolución Libertadora treinta años después. Porque el lema de Aramburu y Rojas fue “ni vencedores ni vencidos”. Y este sale con una respuesta tremenda: “Somos vencedores vencidos”. Es una mirada condensada, biopolítica. Hay cosas de él que me hacen acordar a Drummond De Andrade. Cuando canta Iba rápido, muy rápido y se le soltó un patín, por ejemplo. Yo, después de tantos años sigo escuchando “La Bestia Pop” y me vuelvo loco. Que enciende en sueños la vigilia que antes que cuente diez dormirá. Me la repetí cien veces y sigo sin saber lo que dice…¡Pero sé lo que dice! ¡Y encima la podés bailar! Tom Lupo
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95 Una gu i ta rra menh i r Con Skay tuve siempre una especie de placer máximo no solo dentro de Los Redondos sino de la música mundial. Un placer extremo. Uno como ingeniero de sonido es inevitable que piense cómo se haría una parte. Con Skay me pasaba que siempre que plantaba una guitarra era exactamente la guitarra que yo quería escuchar. En Ultimo Bondi a Finisterre hicimos algunas sesiones de guitarra en Luzbola pero ya en Momo Sampler me lo perdí y extrañé la situación de grabarlo. Skay mezcla una candidez humana y una firmeza, una madera, una fibra como músico. Es un tipo que no da órdenes, que se acomoda a las circunstancias, pero una vez que se colgó la guitarra todo el mundo marcha atrás de él. Es como un monumento, como un menhir gigante. Más que Pappo, más que cualquier guitarrista que se te ocurra. Skay agarra la guitarra y es el tipo más seguro del mundo. Grabarlo a él es como tener adelante esos menúes de quince páginas que ya no sabés qué morfar. Bueno, de él sirven absolutamente todas las tomas. Con él no había que hablar: teníamos telepatía. Mario Breuer
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96 Teléfonos descompuestos sonando en estadi os l l enos I
La verdad es que me da un poco de asquito esta historia de una supuesta rivalidad con la que nos quieren hacer enfrentar con Los Redonditos. Gustavo Cerati 57
En los recitales nuestros se canta que Cerati se la come y que el Indio se la da, y en los de ellos al revés. Un día me enteré de que Cerati había contestado en un recital que no iba a hacer eso porque yo le daba asco. Ent onces yo pienso decir en un recital de Los Redonditos que es una pena, porque él a mí me gusta. Ahora, en serio, más allá de las rivalidades, estoy convencido de que mis enemigos no están entre los músicos, y que tengo muchos más puntos en común con los Soda Stereo que con el carnicero de la esquina. Indio Solari 58
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Me encantaría hablar bien de la música de Los Redondos, pero no puedo porque no me interesa. Tampoco me interesa generar, con la gente a la que sí le gustan Los Redondos, una cosa de antipatía. Una vez escribí una crítica sobre un disco de Los Redondos, y el Indio terminó diciendo: “¿Y le gustó o no le gustó?”. Y no. No me gusta mucho lo que hacen. Me quedo con otras cosas de ellos; por ejemplo, fueron el caballo de batalla de lo independiente y eso está muy bien.
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Gustavo Cerati 59
Lo que me jode de la muerte de John Lennon es que me perdí de todo lo que podría haber hecho, que yo lo extraño. Lo mismo me pasa con Gustavo. Tengo mucho respeto por su obra, aunque no tengamos la misma “tarjeta”. Es uno de los mejores músicos que ha habido en la cultura del rock, es uno de los más prolijos, los más meticulosos, y lo respeto porque yo trato de hacer lo mismo. Indio Solari 6 0
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II
Yo quiero ser un héroe Que toda la gente se crea Que tomo solo vino del peor Que soy un bolchevique. Que no me importa el dinero que me gusta mucho el rock’n roll. (“Ya morí”, Ratones Paranoicos, 1991)
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—¿Le dedicaste “Ya morí” al Indio Solari? —Esa es una interpretación. Nunca dije que sí ni que no. Solamente que al rock and roll hay que vivirlo. Si yo digo que soy rockero pero salgo al escenario vestido como Karen Carpenter, no puedo justificarlo. 157
Juanse61
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¿Ratones Paranoicos? Son los Danger Four de los Rolling Stones. Indio Solari 6 2
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—Ustedes compartían con Los Redondos el mismo sello y el estudio. ¿Había algún tipo de rivalidad en esa época? —Mirá, puede ser, pero yo tengo tanto respeto que de verdad no me importa, aunque me muestres un video del Indio diciendo cualquier cosa de mí, yo lo escuché y sé que es un aporte. Gracias a él esta sociedad musical sobrevive, hay que agradecérselo. Al Indio Solari no hay que lamerle el orto, hay que agradecerle realmente lo que le brindó a la cultura de nuestro país. Me guste o no me guste, si no hubiese sido por él, vos y yo no estaríamos acá, y es así y listo. Juanse63
III
—Los Redondos exhiben como una medalla haber llegado a River haciéndolo todo por ellos mismos. Vos, que llegaste por el camino contrario, ¿qué valor le das a la “independencia”? —Yo soy independiente. ¿Hay algo más independiente que Say No More? Siempre traté de no perder control sobre las tapas de mis discos, que la cosa no se transformara. Algunos creen que lo de ellos es la música y nada más. Y otros necesitan tenerlo todo controlado. Acá, lo ideal es vivir tranquilo, si eso lo lográs estando solo o con diez tipos alrededor es lo mismo. 158
Charly García64
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—¿No creés que tipos como García o Spinetta son independientes en las decisiones musicales que toman? —No sé lo que les cuesta a García o a Spinetta generar con su música, no sé si tienen la comodidad que tenemos nosotros, si les gusta que una compañía con la que firmaron haga un compilado con sus temas y haga una gadorcha. Eso genera un estado de ánimo que tal vez pueda reflejarse en la música y a mí no me interesa lo que le pasa a nadie, a mí me interesa la obra. Indio Solari 65
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97 Famosos de a pie Después de todos estos años ví al Indio de casualidad una vez más. Ya muy famoso. Habrá sido 2000, 2001. Me lo encontré en la calle, a media cuadra del Obelisco. Iba con unos anteojos negros, una boina, una campera negra. Y yo voy le pongo la mano en el hombro y le digo: “Te descubrí, Indio”. Y él se sobresaltó. Cuando me ve, me dice: “Uy Danielito, creí que se me venía un grupo de fans que me iban a saltar encima”. Al final pudimos charlar un rato, veinte minutos, medio escondidos, en la puerta de una galería. El estaba yendo a un estudio de abogados, algo burocrático. Quedamos en llamarnos pero... A Poli y Skay los vi tres o cuatro veces. Una fue en el Easy de Palermo, que estaban comprando cosas para la casa. Y nunca más... Daniel Molina
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98 Col ofón, tri ste y sol i tari o fi nal Mientras el Indio tiene varios millones de dólares en el banco, yo —habiendo sido uno de los fundadores de Patricio Rey— tengo que pasar hambre. Hoy en día estoy arruinado, llevo una vida miserable. Estoy peleado con mi hija, no tengo nada. Vivo con miedo y pienso que mi vida fue un gran error. Yo tendría que haber estudiado y no estar perdiendo el tiempo con esos vagos drogadictos de Los Redondos. El Doce66
99 El abrazo parti do Fue una conversación de dos minutos. Salimos de hacer una nota con la revista La García y vinimos para casa. Nos sentamos, hablamos un par de cosas y fue mirarnos y decirnos el uno al otro: BASTA. Poli
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La entrevista fue en un bar que se llamaba Honduras, que ya no está mas. Cerca de donde ahora está Kika, por las vías, llegando a Juan B. Justo. Debe haber sido hacia fines de octubre de 2001 porque la nota se arregló para promocionar un show del 14 de diciembre en la cancha de Unión de Santa Fe. A los tres días me llama la Negra para avisarme de que el show no se hacía y me pasa una especie de comunicación oficial que decía: “Patricio Rey cree que no es momento, que no hay ánimo para fiestas”. Sonaba absolutamente lógico porque el país se estaba empezando a incendiar. Humphrey Inzillo 161
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La nota fue publicada en dos partes (en los números de noviembre y diciembre), la segunda salió en lo que terminaría siendo el último número de La García. Pero los primeros rumores sobre la separación del grupo fueron a principios de 2002.…Y la misma Poli me lo desmintió.… Humphrey Inzillo
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Esa nota tuvo varias particularidades. Primero que fue la primera vez que los veíamos67 afuera de la casa de Poli y Skay. Segundo, que el Indio arrancó la nota sin los anteojos negros que siempre le veías en las entrevistas. Era en un bar de Palermo, un martes a las 8 de la noche. No había nadie. Llegamos unos minutos antes y pasamos a sentarnos en un patiecito y ese lugar quedó para nosotros solos porque no había nadie. La moza era una francesa que no tenía ni idea de que estaba atendiendo una mesa con los músicos más populares de la Argentina. Debe haber durado dos horas y media, tal vez tres… Pero cuando se apagó el grabador nos quedamos una hora y media más chupando y hablando. En realidad se quedaron hablando entre ellos como si nosotros no estuviéramos. Poli y Skay le contaban al Indio una historia de que habían ido a la Boca y que terminaron caminando junto al Riachuelo a las 5 AM. Parecía que se estaban poniendo al día porque el Indio no paraba de reírse y se veía muy curioso de la situación. Como si le estuvieran contando las aventuras de Sandokan. Humphrey Inzillo
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Terminó la nota y en la esquina del bar vemos alejarse a los tres abrazados: el Indio al medio, Poli y Skay de cada lado. No había celular con cámara ni nada en ese momento como para registrarlo pero es una de las fotos mentales que guardé para el resto de mi vida.…Verlos así, en perspectiva, yéndose. Como viejos amigos.
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Humphrey Inzillo
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100 ¡Ll amen a Pat ri ci o! —Oficial, ¿cree que es conveniente que el grupo le dé algún mensaje a sus fans? —Yo le pido encarecidamente al señor Patricio Rey que lleve tranquilidad a su gente. Que por favor ponga la cara y tengamos una noche en paz en Lanús para bien de todos. Si me está escuchando le pido por favor, señor Patricio Rey, esto también es su responsabilidad68. ***
—En Uruguay se me apareció un tipo con el documento que efectivamente decía que se llamaba “Patricio Rey”… —¿Qué quería? ¿Regalías? —Nada. Cariño nomás. Poli
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Yo supongo por algunas pistas que “Patricio” (porque creo que Rey era solo porque mandaba, algo nominal) era una referencia a algún amigo desaparecido o algo así. Es una hipótesis mía basada en que ellos siempre hablaban de que “Patricio” era un representante de una época y una generación y que estaba y no estaba, y que esa era la forma que ellos tenían de homenajear a ciertas personas. Nunca te lo decían del todo pero armando un patchwork de veinte mil cosas que hablabas borracho a mí me quedó eso: la imagen de alguien que había estado y no estaba más. Ni siquiera tenía que llamarse Patricio. Algún compañero de la escuela de arte o de los primeros tiempos de la banda, eso no lo sé. Pero con lo que contaban podías especular con algo así tranquilamente.… Daniel Molina
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La pregunta por quién era Patricio Rey era permanente y apuntaba siempre a que el Indio asumiera que era él. Y él no se hacía cargo nunca y te decía que a Patricio Rey podías encontrarlo en muchas personas a la vez. En un momento me llegó a decir a mí: “¿No serás vos Patricio Rey?”. Nunca se hizo cargo de eso. Y mi teoría fue que… viste que Patricio Rey empezó con el viaje a Salta, ¿no? Bueno, la persona que me viene a buscar con Skay para ir a tocar con ellos era un tal Pancho, un artesano de La Plata. Un tipo muy copado que iba mucho a la casa de Skay. Y yo pensaba “¿No será este Patricio Rey?” Piojo Ábalos
—¿Vos creés que Pancho Silva puede ser Patricio Rey? —Mirá loco, de eso pasó mucho tiempo, ¿viste? Tendrías que hablarlo con el Pancho, ¿entendés? Yo no puedo andar hablando cosas.… —¿Vos lo ves? —Sí, Pero cómo te puedo decir… El vive acá en Cafayate sin televisión ni radio ni teléfono, ¿entendés? Ramiro Kantor
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Francisco Silva es un plástico que reside en Cafayate desde los años 70, a donde llegó, como otros jóvenes de esa época, buscando un espacio lo suficientemente lejano del gris de la dictadura militar. Naturista y vegetariano, Silva habría preparado los “redondos de ricota” que se repartieron en aquel primer recital de 1978, donde la mitológica banda tomó el nombre.69 ***
El Indio contaba que en ese viaje a Salta pintó un libro de cocina donde había unas recetas de una señora llamada Patricia Rey. Posteriormente, cuando yo estaba en el grupo, cuando alguien lo cruzaba al Indio en los recitales o los pubs le decía inmediatamente “Patricio Rey” o “Señor Patricio Rey” y él se sacaba, no quería saber nada con eso.
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Piojo balos
(…) Sobre el origen del nombre es dudoso. Hay historias que son poco creíbles: la de Fenton que dice que se llaman así porque una vez, yendo a tocar en Salta, se toparon con un cartel de una tal “Patricia Rey” que vendía buñuelos de ricota, después el Indio en un acto de delirio dice justificar dicho nombre diciendo: “Redonditos porque estaba harto de estar en un mundo manejado por cuadrados con ideas rectas y pasiones triangulares”. Los creó de ricota porque antes experimentó con otras especies. Por ejemplo, probó con el cemento, redonditos de cemento. Pero el cemento fue utilizado para construir los nichos donde descansan nuestros sueños. Probó con la mierda, pero los monopolios internacionales la tenían copada. También probó con la sangre, pero la sangre había sido derramada por esta colonia de pequeños hitleres que gobiernan este manicomio. También probó con las palabras, construir redonditos con palabras, pero la palabra “represión” las envolvía a todas dentro de la palabra “miedo”. Entonces dijo, “solo queda la ricota”, la ricota se extrae de la leche podrida de las vacas que se escaparon del matadero a las cuales el verdugo no pudo colocarles su rebeldía, por eso son de ricota.”… Rocambole dice que se llaman así por una revista de cocina de un tal chef Patricio que daba una receta de unos buñuelos de ricota, etcétera. A mí no me cierra ninguna historia, y está bien así, con su misterio.70 (…) Edgardo, el Godo o el Doce, escondía un pasado de dandy, algo que sonará a loco para quienes lo conocieron en los últimos años, con su parecido a Pavarotti, vistiendo descuidadamente y calzando una gorra deportiva. Pero fue así. “Era un adolescente muy lindo y se cuidaba mucho al vestir”, acotó su hermana. Era muy lector y un apasionado por el cine como buen hijo de aquellos años. Oriundo de Lomas de Zamora, cuando terminó el colegio Industrial ingresó a un profesorado de Matemática, Física y Química. Al recibirse empezó a trabajar como docente en el Otto Krause de Buenos Aires y al poco tiempo, en el San Vicente de Paul en La Plata. Fue entonces cuando se mudó a Gonnet y su vida dio un vuelco total. En Gonnet cocnoció a los hermanos Beilinson, a Solari y a Fenton, sus vecinos que tenían un taller de estampado de telas y ropa. Gran cocinero y excelente anfitrión, se hicieron amigos y el Doce, que fue bautizado así porque se presentaba como “docente”, se hizo vendedor de esa ropa. Según cuentan, una de sus especialidades culinarias fueron unos buñuelos pequeños de ricota, redonditos, que había extraído de un libro de la ecónoma Patricia Rey. Buñuelos que terminaron bautizando al grupo que en esos momentos, estaba en gestación.71 Se me ocurrió hacer con ellos un especial para la radio y los invité a mi casa para tener una charla más profunda. ¡Y vinieron a mi casa! El Indio, Skay y Poli 166
en mi casa. Ahora parece un sueño. Estoy seguro de que tengo más posibilidades de hablar con Obama que con el Indio, ahora. Entonces yo vivía en la calle Avellaneda, en Caballito. La primera sorpresa fue al desgrabarlo. Siempre cuando uno desgraba también corrige. A Miguel Abuelo, por ejemplo, había que ordenarlo un poco por la forma caótica de expresarse que tenía. Con el Indio, no. No le podías tocar una coma porque hablaba como si escribiera. Una máquina de una precisión intelectual y una formación que no era común en el rock. En ese reportaje habló muy pero muy serio de Patricio Rey como si existiera. Decía que cada tanto recibían noticias suyas, que se cruzaron en un hotel una vez. Siempre hablando de una figura misteriosa pero de la que podían, llegado el caso, darte pruebas de su existencia; que habían cartas y demás. Patricio Rey era un señor de un poder inalcanzable para ellos pero que los protegía. Una ficción muy bien montada. Tom Lupo
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El nombre de la banda lo creé yo. Estábamos con Fenton en el taller de estampado de telas que teníamos en Gonnet (El Mercurio) y para hacer las serigrafías —estampábamos ropa, telas hindúes— utilizábamos diarios viejos para cubrir las partes de la tela que no queríamos que salieran pintadas. Así fue que, buscando un nombre para el grupo, apareció un suplemento de cocina del diario Clarín con una receta para hacer buñuelos de ricota. Entonces le dije a Fenton: “Vos serías como un rey astral, vestido con ampulosos atuendos, un patricio rey. “¡Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota!”. Esa es la verdadera historia. Todo lo demás es mentira. El Doce72
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Sobre el nombre tengo dos versiones. Una es que Patricio Rey cada tanto se comunica conmigo y me dice lo que tengo que decir… —¿Y que te está diciendo ahora? —Que tengo que ser más prudente cuando hablo con vos. 167
—¿Y la otra? —La otra es que dada la época en que andábamos por La Plata, en la que ibas preso hasta por tirarte un pedo, necesitábamos a alguien que no estuviera y que a la vez fuera el responsable mayor de todo esto. Rodrigo Basilio
En su larga marcha por el underground de La Plata, Buenos Aires y alrededores, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota dibujaron una cartografía de la noche. Aquí, en orden azaroso, un mapa de teatros, pubs y discotecas (la mayoría devenidos fantasmas urbanos) previos al desembarco del grupo en el estadio Obras. Teatro Lozano: Fundado en 1952, sigue en pie como “Salón Cultural Lozano” en la calle 11 entre 45 y 46 de La Plata. Fue el segundo lugar donde Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota se presentaron con ese nombre en 1978. Café Einstein: Funcionaba en los altos de un viejo edificio de Pueyrredón y Córdoba y fue abierto por Omar Chabán, Sergio Aisenstein y Helmut Zieger en mayo de 1982. Duró apenas un año pero marcó la estética underground de toda la década. Si bien Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota nunca lo usaron como escenario formaron parte de la intelligentsia que transformó ese cabaret punk en un mito. Teatro San Telmo: Funcionó con ese nombre en Cochabamba 354 hasta que se convirtió en el actual Espacio Giesso, por el nombre de su fundador el arquitecto y activista estético Osvaldo Giesso. Teatro de la Cortada: Funcionó en Venezuela al 336 y desde 1986 cambió su nombre a Centro Parakultural cuando lo gestionarion Omar Viola y Horacio Gabín. Fue el sótano dilecto de la punkitud porteña en su segunda etapa, la que tuvo a Todos Tus Muertos como banda emblemática. La Esquina del Sol: El faro de la llamada escena de los pubs porteños que empezó hacia fines de la dictadura militar y se prolongó hasta los primeros años del alfonsinismo. “La esquina…” estaba en la ochava de Guatemala y Gurruchaga, hoy Palermo Soho. Cerró en la segunda mitad de los 80. Stud Free Pub: Avenida del Libertador y el túnel. Una antigua caballeriza (“stud”) transformada en pub entre 1982 y 1985. Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota lo rebalsaron con 450 personas ese mismo año. Cotorras (ex Vinicius): Local en el interior de una galería en la avenida 168
Santa Fe, muy cerca de Callao. Fue uno de los primeros video-bares dedicados al rock en Buenos Aires. Se transformó en cine porno en los 90. Cemento: Luego del cierre de Café Einstein, la sociedad integrada por Chabán-Aisenstein-Zieger y Katja Alemann compró una antigua casa pegada a un estacionamiento ubicada en Estados Unidos al 1200 y la convirtió en una discoteca minimalista que resultaría el sitio emblemático del underground ente 1985 y 2004. Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota fueron el primer grupo que tocó en vivo. Fue demolido y volvió a su antiguo karma: un estacionamiento. El Goce Pagano: También conocido como “Lo de Fontova” (lo había abierto el mismo Horacio Fontova) funcionaba en un local de la avenida Córdoba al 5500. Casa Suiza: Teatro y auditorio fundado por la Sociedad Filantrópica Suiza en 1895. Funcionó en la calle Rodríguez Peña 252-54 hasta fines del siglo XX. Por su escenario pasaron Carlos Gardel y Sandro y fue bastión de la escena del Candombe porteño en los 60. En peligro de demolición desde hace varios años. El Depósito: Ubicado en San Telmo, sobre la calle Cochabamba, duró apenas un año. Lo suficiente para ser recordado como el lugar donde en 1984 Patricio Rey “sorteó una mujer”. Una pizarra ubicada en la entrada del local decía: “Hoy. Patricio Rey sortea una mujer”. Con la entrada se adjuntaba un número. Luego, durante el intervalo del show, el monologuista Enrique Symns extrajo el ticket ganador directamente de la tanga de una joven. El segundo premio o premio consuelo era un joven musculoso señalado por Symns como “este chongo”. Teatro Bambalinas: Sala consagrada sobre todo al arte escénico en el off de la avenida Corrientes. Los Redondos actuaron en la locación anterior, sobre la calle Chacabuco en San Telmo. Jazz & Pop: El local original abrió en 1978 y estaba en Chacabuco al 500. Pequeña catedral de la fusión y el jazz-rock en la transición hacia el regreso a la democracia. Reabrió en Paraná al 300 en la primera década del siglo XXI. Teatro Margarita Xirgu: Sigue funcionando como parte del Casal de Catalunya, abierto a fines del siglo XIX en Chacabuco al 800. Federico García Lorca dirigió sus propias puestas en escena en este lugar durante su exilio porteño. Paladium: Un enorme galpón del bajo (Reconquista 945, C.A.B.A) que el empresario Juan Lepes convirtió en discoteca (“estadio de Cámara”) hacia 1984. Atenti al slogan: “Lo mejor del tercer mundo”. Airport: Discoteca de la generación New York City que funcionó entre los primeros 80 y hasta principios de los 90 en la avenida Cabildo 4663. Satisfaction: Discoteca con proyección de mini estadio de rock que abrió a 169
fines de los 80 en el barrio porteño de Constitución. Centro de artes y música: Así se llamaba cuando Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota debutaron en Buenos Aires en 1978. Antes había funcionado allí un reducto de nombre “Periscopio” y, luego, a partir de los 80 se lo conoció como Teatro del Plata. Zero Bar: Sótano de una antigua casa patricia ubicado en República de la India y Las Heras. Con cambios de nombre (Wave, por ejemplo) sobrevivió hasta principios de los 90. La Capilla: Pub-teatro ubicado en Suipacha 842. Reabierto como “sala de conciertos” hace un par de años. La Alcantarilla: Otro de los lugares emblemáticos del Palermo bohemio junto con La Esquina del Sol. Estaba ubicada en la manzana de la Plaza Serrano. Látex Neo Bar: Uno de los lugares de Palermo viejo con mayor apertura a los grupos punk. Estaba en la esquina de Bulnes y Honduras. Inaugurado por Los Redondos. Gracias Nena: Otro de los lugares que hizo punta en el off Palermo. Ubicado en la avenida Dorrego duró apenas tres temporadas durante los 80. Teatro Santamaría del Buen Ayre: Sala tradicional de Buenos Aires ubicada en Montevideo y la avenida Córdoba. Caras más Caras: Pub abierto en la segunda oleada de pubs de los 80 que funcionó hasta los primeros años 90. Estaba ubicado en la calle Billinghurst al 1100. Teatro Fénix: Un viejo cine de la Avenida Rivadavia, a la altura del barrio de Floresta, que devino teatro en los años 80. Cerró y volvió en los últimos años como una sucursal de El Teatro. Saint Moritz: Local bailable de zona norte, a la altura de Martínez. Pinar de Rocha: Local clásico de la zona oeste (Ramos Mejía) que atravesó la etapa de boite, discoteca y lugar para conciertos. Y sigue ahí, inamovible. Halley: Discoteca con tendencia rocker, otra especialidad de los 80, que abrió en el microcentro (Maipú 365) en 1985 y que después devino templo del heavy metal (era Guns & Roses) en un local enorme de Corrientes y Junín. Prix D’ami: Enclave del underground en Belgrano que mudó tres veces. Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota llegaron a tocar en la primera versión del lugar en la esquina de Arcos y Monroe. Pasó de pub a discoteca y con ese formato cerró a mediados de los 90. 1. En términos kingcrimsonianos: three of a perfect pair 2. A wop-bop-a-loo-m op-alop-bam-boom. 3. Nombre original de Rocambole. 4. Poeta, periodista y activista cultural muy vinculado con la contracultura hippie. En 170
los años 60 dirigió la revista Eco Contemporáneo, donde se publicaron los primeros textos traducidos de la generación beat y los primeros intentos de crítica de rock con ensay os sobre The Beatles y Bob Dylan. 5. El pasaje Rodrigo, ubicado en la calle 51 entre 4 y 5, es hoy un shopping mall. El nombre de la familia fundadora está imbricado en la genealogía de Los Redondos y de Virus. Patricia Rodrigo fue ocasional colaboradora de El Sultán en el reparto de los redonditos de ricota y Ricky (conocido como Ricky Ricón) tocó guitarra y violín con Los Redondos y, sobre todo, en el debut discográfico de Virus. 6. Biólogo del Swarthmore College (EE.UU) especializado en desarrollo genético. 7. Ver La cronología. 8. Axis, bold as love, en el original. 9. Testimonio recogido por Franco Ruiz para Rockelepé, La Plata, 2009. 10. “Aquel que fue del 66 al 69 en La Plata fue un tiempo increíble -recuerda “Cuqui” Contardi-, los Clusters se hicieron muy famosos en la Ciudad vistiendo trajecitos de cuellos cortados como Los Beatles. Cuando debutamos en Federico V fue el primer grupo de rock que tocaba en vivo en La Plata, y fue un éxito extraordinario. En los fines de semana hacíamos hasta siete shows por noche, actuamos en televisión con Badía, nos contrató Emy (SIC) para grabar tres discos, y en el año 69 nos fuimos a Europa para tocar durante seis meses y nos quedamos siete años.” (El Día, La Plata, noviembre de 2003). Juan Alberto Badía no tuvo programa de televisión sino hasta los años 80. 11. Cura Malal en realidad no queda en Tandil sino que es una localidad del partido de Coronel Suárez también en la provincia de Buenos Aires. Su nombre en tehuelche significa “Corral de Piedra” y tiene una población de noventa y cinco habitantes según el último censo de 2010. En esta zona serrana se reclutó la primera conscripción que reunió a ocho mil soldados ante una hipotética guerra con Chile en 1896. El pueblo, que supo tener mil habitantes en 1905, fue la cabecera del cacique Juan Calfucurá y el lugar desde donde se decidían los malones contra Buenos Aires en el siglo XIX. 12. Actual vocero y prensa del Indio Solari. 13. Ibídem 14. Sergio Martínez o Mufercho fue el primer monologuista que tuvieron Los Redondos en sus recitales. 15. Por Néstor Paul, bajista de La Cofradía de la Flor Solar. 16. Es la zona conocida como chaco salteño. 17. Por “Lozanazos” se entienden todas las fiestas en el Teatro Lozano de La Plata que fueron el germ en de la experiencia de Los Redondos. Ver La cronología. 18. Fernando Basabru fue un periodista de la revista Expreso Imaginario que luego se vinculó a la industria discográfica. 19. Testimonio recogido por Franco Ruiz para Rockelepé, La Plata, 2012. 20. El Intransigente, Salta, 5 de enero de 1978. 21. El Intransigente, Salta, 6 de enero de 1978. 22. El Tribuno, Salta, sábado 7 de enero de 1978. 23. De acuerdo a testimonios obtenidos en la ciudad de Salta, el dueño de El Polaco 171
se habría suicidado varios años atrás. 24. El Tribuno, Salta, 20 de abril de 2013. 25. Así, en el texto original. 26. Luego del mítico debut salteño en 1978, el grupo se disponía a volver a Buenos Aires en el mismo micro alquilado que los había llevado desde el teatro Lozano de La Plata. Volvieron todos menos el guitarrista Ricardo Meyer que eligió subir hasta Jujuy para visitar a su padre. En el viaj e de regreso a Salta un alud lo mató junto a su padre y a su m ujer. Solo se salvó su hija, una bebé de meses llam ada Laila. Post en osenielnombre en el fotolog“paatriciorey”, 29 de marzo de 2010, http://www.fotolog.com/paatriciorey (consultada en mayo de 2014 27. Blues inédito de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Ver en wttps://www.youtube.com/watch?v=2TnJ1wbj_6Y (Consultado en m ay o de 2014) 28. Se refiere a Diego Rodríguez. 29. “Crisis punk”, por ej em plo. 30. Así en el original. 31. Revista Vea, semana del 6 al 12 de diciembre de 1978. 32. Un extracto de la película Ciclo de cielo sobre viento se pudo ver finalmente en el documental El alucinante viaje de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota (2013) que se proyectó por primera vez en el marco de una función privada en El Imaginario Bar. Luego, el film se presentó en varias ciudades del interior en una especie de gira. 33. Grupo performático por el que pasaron FabianaCantilo, Isabel de Sebastián y Vivi Tellas, que se integró al cabaret de Los Redondos hacia 1983. 34. Por Timmy McKern, amigo entrañable de Prodan, manager de Sumo y luego Las Pelotas. 35. Productor de teatro platense. 36. De hecho, según apuntaron Poli y Skay, fue el único tema de Los Redondos que la manager cantaba. 37. Escultor agentino de perfil expresionista conocido como “El búlgaro” (19542008). 38. Por Inés Pando, ex parej a de Alej andro Medina. 39. En una entrevista con La Nación, Poli dio otra versión de este viaje: “El dueño de casa, un tipo excepcional, tenía un piano. Y a la madrugada, él entraba y tocaba una melodía, que es la que se escucha al final del disco. Es un tem a fam oso, una canción antiquísima que cantaba Estela Raval: ‘La hora del crepúsculo’” (“Gulp: veinte años después”, Daniel Amiano y Diego Mazzei, La Nación, 2004). 40. Jorge Capello fue un integrante efímero de Los Redondos (ver La cronología). 41. En la canción “Un tal Brigitte Bardot” Los Redondos mencionan a Caryl Chessman (1921-1960), ladrón y violador estadounidense condenado y ej ecutado en la cámara de gas de la prisión de San Quintín. 42. Daniel Molina estuvo detenido por la dictadura militar entre 1974 y 1983. 43. “Gulp: veinte años después”, Damián Amiano y Diego Mazzei, Vía Libre, La ación, 2004. 44. Ibídem. 172
45. Grupo efímero de rock new wave y performance en el que Piojo Ábalos participó como baterista y en el que tam bién actuaba Enrique Sy mns. 46. Claudio Cornelio, baterista de Don Cornelio y la Zona. 47. Primer disco independiente de Sumo editado como casette por Silly Records en 1983 y reeditado, luego, en 1993 en CD. 48. Testimonio recogido por Franco Ruiz. Rockelepé, La Plata, 2009. 49. Poeta argentino (1941-2013). 50. En rigor, el riff de saxo de “La Bestia Pop” es una cita al leitmotiv de la música de la película “Lawrence de Arabia”. 51. Inform ación de los autores. 52. Inform ación de los autores. 53. Siglas por Irish Republic Army (Ejército Republicano de Irlanda). 54. Extraído de www.infoj usnoticias.gov.ar, setiembre de 2013. 55. Inform ación de los autores 56. Eduardo Herrera, ingeniero de grabación y asistente de Mario Breuer en los discos de Los Redondos. 57. Durante un show de Soda Stereo presentando Dynamo, Estadio Obras, domingo 19 de diciem bre de 1992, tras un cantito de su público. 58. Suplemento Sí!, agosto de 1996. 59. Rolling Stone, marzo de 2003. 60. Revista Garganta Poderosa, septiem bre de 2011. 61. Clarín, agosto de 1998. 62. Clarín, marzo de 2000. 63. Rolling Stone, febrero de 2009. 64. Suplemento Sí!, mayo de 2000. 65. Suplemento Sí!, mayo de 2000. 66. Testimonio recogido por Franco Ruiz para Rockelepé, La Plata, 2009. 67. La nota fue realizada por los periodistas Humphrey Inzillo, Martín Correa y Pablo Marchetti. 68. Diálogo entre un comisario y un periodista a la salida del show que Patricio Rey sus Redonditos de Ricota dieron el 1 de mayo de 1992 en el estadio de Lanús (ver cronología). 69. El Tribuno, 20 de abril de 2013. 70. https://ar.answers.yahoo.com/question/index?qid=2011061615 0804AApnICm (consultado en agosto de 2014) 71. http://www.mundoredondo1.com .ar/Juguetes/eldoce.htm (consultado en agosto de 2014). 72. Testimonio recogido por Franco Ruiz para Rockelepé, La Plata, 2009.
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EL MONTAJE FINAL ES MUY CURIOSO
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LAS VOCES
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Por estricto orden de aparición: Rocambole: Artista plástico y profesor de Bellas Artes. Encargado de la imagen de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota desde el vestuario y los afiches para los primeros shows hasta las escenografías de los estadios y el arte de tapa de todos los discos.
Kubero Díaz: Guitarrista y compositor que formó parte de La Cofradía de la Flor Solar y La Pesada del Rock de Billy Bond y Jorge Alvarez, con quienes editó un disco solista que es una pieza de culto mundial. También participó en la última formación de Los Abuelos de la Nada. Vivió en Ibiza y en Buzios pero terminó volviendo a la Argentina. Actual solista.
Indio Solari: Carlos Solari. Cantante y letrista de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Actual solista.
Marta Minujín: Artista plástica. Emblema de la generación del Instituto Di Tella y parte de la comunidad hippie de Nueva York y Buenos Aires entre 1967 y 1970. Su obra “La Menesunda” (1965) es considerada una de las primeras en el mundo con participación directa del público.
Daniel Beilinson: Hermano de Guillermo y Eduardo Beilinson (Skay) . Vivio la experiencia hippie en Londres y Estambul. Actualmente organiza viajes de turismo aventura y administra cotos de caza y pesca.
Daniel Molina: Periodista y crítico de arte. Militante de base del E.R.P, fue encarcelado por la Dictadura entre 1974 y 1983. Entrevistó a Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota para la revista El Porteño.
Poli: Carmen Castro. Manager de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Compañera de vida de Eduardo Beilinson (Skay).
Rodrigo Basilio: 176
Guitarrista y compositor de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota entre 1973 y 1978.
Piojo Ábalos: Baterista de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota entre 1984 y 1987.
Skay: Eduardo Beilinson. Guitarrista y compositor de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Actual solista.
El Doce: Edgardo Guillermo Gaudini. Profesor universitario y colaborador escénico de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota bajo el nombre de “Sultán”. Fue asesinado en 2002.
P.R.: Patricio Rey.
Fenton: Roberto Fuentes. Bajista y guitarrista de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota entre 1973 y 1981.
Tom Lupo: Carlos Galanternik. Periodista y terapeuta. Difundió a Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota desde el programa “Submarino Amarillo” en los 80.
Julio Sáez: Guitarrista. Fue parte del grupo Plus en los 70, luego formó la banda Taxi. Actual manager y vocero de Indio Solari.
Claudio Kleiman: Periodista. Escribió la primer nota sobre Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota que se publicó en Buenos Aires en El Expreso Imaginario.
Damian Kantor: Parte del clan familiar que recibió a Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota en su travesía salteña de 1978.
Gustavo Kantor: Guitarrista. Parte del clan familiar que recibió a Patricio Rey y sus 177
Redonditos de Ricota en su travesía salteña de 1978.
Ramiro Kantor: Artesano. Parte del clan familiar que recibió a Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota en su travesía salteña de 1978.
Conejo Jolivet: Guitarrista de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota entre 1978 y 1980.
Omar Chabán: Actor, performer. Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota abrieron Cemento, el local que había abierto junto con Katja Alemann en 1985.
Claudia Schvartz: Bailarina, performer, poeta. Parte del Ballet Ricotero de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota entre 1982 y 1984.
Marcia Schvartz: Pintora, escenógrafa. Parte del Ballet Ricotero de Patricio Rey y sus Redinditos de Ricota entre 1982 y 1984.
Mónica Delfino: Periodista, encargada de prensa, pintora abstracta secreta. Formó parte del equipo de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota en los shows de Huracán y River Plate.
Willy Crook: Saxofonista de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota entre 1984 y 1987. Actual solista y referente porteño del funk sibarita.
Marcelo Morano: Productor de radio.
Alfredo Rosso: Periodista e historiador de rock. Eventual invitado al Ballet Ricotero de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.
Mario Breuer: Ingeniero de grabación. Trabajó para Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota en los discos La Mosca y la Sopa, Lobo suelto, Cordero Atado, Luzbelito, 178
Ultimo Bondi a Finisterre y Momo Sampler.
Oscar Jalil: Periodista. Entrevistó a Skay Beilinson en sus días como guitarrista de Patricio Rey para el diario El Día de La Plata.
Enrique Symns: Periodista, activista cultural. Fue monologuista de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Como director de la revista Cerdos & Peces publicó varios manifiestos firmados por P.R.
Pablo Schanton: Periodista y crítico cultural. Escribió un ensayo sobre Pappo en el anterior volumen de esta serie (100 veces Pappo). Entrevistó a Los Redondos para el Suplemento Sí! de Clarín.
Olga Castreno: Manager de Andrés Calamaro.
Humphrey Inzillo: Periodista. Uno de los que realizaron la última entrevista publicada de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Por Rodrigo García Olmedo
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LA CRONOLOGÍA
*Interesado por la música desde chico, Skay comienza a tocar la guitarra criolla a los 8 años.
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s/f *El 15 de noviembre, nace Carmen Castro, la “Negra Poli”.
1949 *El 17 de enero nace en Concordia, Entre Ríos, Carlos Alberto Solari, el “Indio”. Hijo de José y Celina Estelita Choy, conocida como “Chicha”. Es el menor de dos hermanos. A causa del trabajo de su padre, jefe de Correos, la familia se traslada continuamente de un lugar a otro. Al año y medio del nacimiento del Indio se mudan a Santa Fe para luego recalar en La Plata, donde pasará su infancia y adolescencia.
1952 *El 15 de enero nace en La Plata, Eduardo Federico Beilinson, “Skay”. Su padre Aarón se dedica a la construcción, por lo cual la familia goza de un buen pasar económico. Es el segundo de tres hermanos: Guillermo o “Boss”, y Daniel, el menor.
1959 *El Indio se vincula muy tempranamente con el arte, tanto con la literatura como —y fundamentalmente— con el dibujo, disciplina en la que muestra una gran capacidad. La música le llega a través de su madre. Recordará luego haberla oído entonar canciones populares todos los días mientras cocinaba.
1960 *Interesado por la música desde chico, Skay comienza a tocar la guitarra criolla a los 8 años. Luego estudia guitarra clásica y folclore con el maestro Leopoldo Ezcurra. En su casa se escucha música clásica, bossa nova y jazz. Sin embargo, desde La Plata, Eduardo sintoniza Radio Espectador de Montevideo y escucha un programa llamado Beatle Manía. La música de la banda inglesa cambiaría su vida, al punto de que termina abandonando los otros géneros cuand descubre los tres acordes de “Twist and shout”. A partir de entonces, se convierte en autodidacta y construye su primera guitarra eléctrica.
1961 *El 25 de septiembre la Negra Poli tiene su primer y único hijo: Claudio Quartero.
1964 *Skay forma su primera banda: The Longfellows. En el grupo, formado con tres compañeros de colegio, Eduardo toca la guitarra. El repertorio está 181
compuesto por canciones de The Beatles, The Byrds y The Tremeloes. *Ricardo “Mono” Cohen, luego Rocambole, ingresa a la Escuela de Bellas Artes de La Plata. Por su oferta educativa y disposición geográfica, la ciudad tiene la característica de ser invadida por estudiantes universitarios, por lo cual se mezclan jóvenes de todas partes de la Argentina, así como también de otros países.
1966 *En la Escuela Nro. 33 de La Plata, el Indio Solari conoce a Isa Portugheis, quien se convertiría en su gran amigo de la infancia y, más tarde, en el baterista de Diplodocum Red & Brown, Billy Bond y La Pesada del Rock & Roll, y Cantilo y Punch. *Nace La Cofradía de la Flor Solar. Agrupados ante el cierre del comedor universitario, fuente vital de subsistencia para seis mil estudiantes, un grupo comienza a juntar alimentos y logran darles de comer a cien alumnos del Bellas Artes. Luego alquilan una casa a la que muchos van a vivir, creando una comunidad hippie que sería histórica. Es integrada por decenas de artistas y estudiantes, entre los que se destacan Rocambole, el guitarrista Kubero Díaz, el bajista Morci Requena y la Negra Poli, que por entonces era artesana.
1967 *Viajando en barco hacia Sudáfrica junto a su familia, Eduardo Beilinson gana un concurso de habilidades tocando dos canciones con su guitarra, una de The Beatles y otra de Peter, Paul & Mary. El premio consiste en un viaje a España. Como tenía 15 años y a sus padres les da miedo que viajara solo, le proponen que espere un año así puede viejar con su hermano mayor, Guillermo, a Francia. *El Indio ingresa a la colimba donde está poco tiempo, logra que le den la baja gracias a un acuerdo con un cabo del que se hace amigo. La contraparte del arreglo es un revolver perteneciente a su hermano.73
1968 *Carlos Solari colabora con las letras de algunas canciones de Dulcemembriyo, agrupación platense integrada originalmente por Federico Moura en bajo y coros, Luis María Canosa en voz 74, Pinfo Garriga en guitarra, Diego Rodríguez en batería y Daniel Sbarra como segunda guitarra. A excepción de algunos temas en castellano, el grupo realiza principalmente covers de bandas anglosajonas como The Who, Steppenwolf o Black Sabbath. En los 80, Moura y Sbarra darán origen a Virus, grupo emblema del pop/rock argentino. Una de las letras de Solari, en coautoría con Beto Verne, dice: Estamos en un vínculo 182
Vamos a ver qué es eso de pesar en un vínculo. Asombramos a extraños queridos. Vamos a ver qué es eso de asombrar a extraños queridos. Veo señores que caen boca abajo, Ocultan revanchas, Cuidan su rango, Está en salvarlos. Y doy vueltas y doy vueltas Y doy vueltas sin parar. Iluminemos nuestras rutas. Vamos a ver qué es eso de iluminar en rutas *El Indio es expulsado del Instituto de Bellas Artes, al cual había ingresado el año anterior, por orinar en medio de una clase cuando un profesor le negó el permiso para ir al baño. *En noviembre, Skay llega a París junto a su hermano Guillermo. Se establecen en el Barrio Latino. Por las calles aún continúan las protestas por el Mayo Francés. Los hermanos Beilinson no solo son testigos privilegiados, sino que participan en algunas manifestaciones donde una dura represión es frecuente. En una de esas marchas, Skay es golpeado salvajemente en la cabeza y es detenido junto a su hermano. Luego de dos días en la cárcel son liberados con la orden de abandonar el país cuanto antes. Rápidamente viajan a Londres donde se encontraba Daniel, su otro hermano, quien —ya instalado en la ciudad— se había conectado con hippies de todo el mundo que vivían allí. Si París había logrado un cambio radical en la mente de Skay, la capital inglesa terminará por modificar su manera de entender la vida. *En Londres presencia un recital de Jimi Hendrix en el Royal Albert Hall. También ve a Free, Soft Machine, Family, Donovan y a Tyranossaurus Rex.
1969 *Skay y Guillermo regresan de Europa. Ante el pedido de sus padres de que retornara al país, Skay impone condiciones: quiere una guitarra y un amplificador. De esta manera consigue volver portando un cabezal Marshall (el primer equipo de este tipo en pisar suelo argentino), una guitarra Grestch, un pedal de distorsión y un wah wah, además de una gran colección de discos. Sin embargo, el primer proyecto musical que emprende no es con la guitarra, sino a través del bajo. Integra Diploducum Red & Brown, una banda con impronta rockera con claros rasgos de blues y psicodelia. Su formación la completan su hermano Guillermo en voz, Daniel “Topo” D´Aloisio en guitarra, Bernardo Rubaja en teclados e Isa Portugheis en batería. En sus shows utilizan un 183
proyector de aceite, técnica de moda entre las bandas psicodélicas de la Costa Oeste de Estados Unidos. Luego se sumaría a la comunidad de artistas de La Cofradía de la Flor Solar. Paralelamente Skay forma parte de un trío acústico con dos miembros de la Cofradía: Kubero Diaz y Morci Requena. *El 5 de Noviembre se presenta Diplodocum Red & Brown y La Cofradía de la Flor Solar en el teatro Opera de La Plata (58 y 11). Esa noche Skay conoce a la Negra Poli, por entonces tan solo una artesana y estudiante de teatro. No sabía aún que sería la mujer con la que compartiría su vida. *A fin de año, a través del sello porteño Trova, Diplodocum Red & Brown graban un simple compuesto por dos temas: “Blues del hombre de la cara azul” y “Blind Sex”, canción en la que Skay comparte autoría. Ambas composiciones son cantadas en inglés y poseen la impronta psicodélica que definía a la banda. Fue el único registro discográfico.
1970 *En abril, La Cofradía de la Flor Solar organiza un festival en el club Atenas de La Plata que dura treinta horas. Se presentan gran parte de los artistas beat del momento. Skay, junto a Diplodocum Red & Brown, comparte escenario con Dulcemembriyo, Almendra, Manal, Moris, Miguel Abuelo, Vox Dei, Arco Iris y Pajarito Zaguri, entre otros. *Skay abandona la casa de sus padres y junto a Poli se suman a una comunidad ambulante. Pasan por la costa, Villa Gesell, Valeria del Mar y terminan en Pigüé. Durante esta experiencia intentan volver a lo más primitivo viviendo de la caza con arco y flecha. También formarían parte de La Casa de la Luna, mítica casona de La Plata donde se estableció la comunidad y en donde vivieron muchos artistas, incluyendo integrantes de La Cofradía. *El Indio Solari se va a vivir a Valeria del Mar, cerca de la casa de su madre. Administra un pequeño hotel llamado el Alex.
1971 *La Cofradía de la Flor Solar edita su álbum debut. Este disco, homónimo, es el único de la banda y cuenta con la colaboración de Skay Beilinson como invitado. Si bien antes había participado como guitarrista en la agrupación, solo interviene haciendo palmas en algunos temas.
1972 *Devastados por la persecución policial, se disuelve La Cofradía de la Flor Solar. Sus integrantes se dispersan: Rocambole se instala en Mar del Plata y funda ferias de artesanos. Otros inician comunidades en Entre Ríos y El Bolsón. Algunos integrantes conseguirán viajar a Europa y hasta llegarán a integrar un grupo en París junto a Miguel Abuelo. 184
1973 *El Indio y su novia Andrea deciden casarse. Lo hacen en el Registro Civil de La Plata; Guillermo Beilinson y Laura, su mujer, hacen de padrinos. El matrimonio duraría tan solo algunos meses.75 *Por intermedio de Guillermo, la pareja de Skay y Poli conoce al Indio Solari.
1976 *Fuerzas uniformadas allanan dos veces la casa de Skay y Poli en La Plata. Ante el peligro que representa la dictadura militar, y la clara persecución que hay sobre ellos por ser considerados “sospechosos”, la pareja decide irse a vivir a Salta. Se instalan tres años en unas tierras compradas por los padres de Skay, a 300 kilómetros de la capital provincial, y aprovechan para recorrer el Norte. En ese lapso regresan varias veces a la ciudad de las diagonales para reencontrarse con amigos. *Guillermo “el Boss” Beilinson administra, junto a su mujer, un pequeño taller de estampado y confección de telas llamado El Mercurio, ubicado en City Bell. En él trabajan Roberto “Fenton” Fuentes, Sergio “Mufercho” Martínez y Elio López Torres. El Indio, que vive en Valeria del Mar, quiere instalarse en la zona pero no tiene trabajo que lo sustente. Guillermo le ofrece unirse al taller. Durante dos años, Solari va y viene desde Valeria. *Vecino del taller El Mercurio, Edgardo Guillermo Gaudini, luego “El Doce” o “El Sultán”, gran cocinero y docente de profesión, entabla relación con los hermanos Beilinson, Solari y Fenton. Al poco tiempo se suma al negocio como vendedor. *El Indio y Guillermo hacen un guión basado en un cuento de Solari llamado Ciclo de cielo sobre viento, nombre surgido del I-Ching. Lo filman y para musicalizarlo convocan a Skay. Junto al Indio realizan las primeras composiciones que desencadenan en la formación de una banda. Nace también uno de los dúos de compositores más importantes de la historia de la música nacional.
1977 *El 26 de noviembre se realiza el primer Lozanazo, nombre que se le dará a las alocadas fiestas, tipo happening, en el teatro Lozano de La Plata (calle 11, entre 45 y 46). En estas caóticas presentaciones una multitudinaria tropa de artistas y amigos, finalmente agrupados a través de la filmación de Ciclo de cielo sobre viento, realizan un espectáculo lleno de disfraces, bailes, actuaciones y monólogos junto a una banda de rock que aún no tiene nombre. Esa noche participan: Skay en guitarra, el Indio en voz, Fenton en bajo, Juan Carlos Barbieri en batería, Iche Gómez, Basilio Rodrigo, Ricky Rodrigo, Beto Verne en guitarra y Bernardo Rubaja. Entre el público, “el Doce”, disfrazado de Sultán 185
reparte pequeños buñuelos “redonditos” de ricota.
1978 *El 7 de enero se presentan por primera vez bajo el nombre de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, repitiendo shows el 13 y 14 del mismo mes en el bar El Polaco, de Salta. Al regresar a La Plata entusiasman al resto del grupo para embarcarse hacia el Norte. En los primeros días de enero sale un micro con: Skay y Poli, el Indio y su novia, Guillermo Beilinson, el “Doce”, el presentador Sergio “Mufercho” Martínez, el bajista Roberto “Fenton” Fuentes y su hermano Ñandú, el guitarrista Ricardo Meyer con su mujer y su beba, el violinista Ricky Rodrigo y su hermano Basilio, también guitarrista, Quique Peñas, Iche Gómez y el baterista Oscar Farías. Entre las elocuencias del presentador, Mufercho, la banda interpreta sus canciones: “Tómalo de mi estera”, “Perra dinamita come mariposas”, “Solita, déjalas solita”, “Swing de los años 52”, “Maldición, va a ser un día hermoso” y “Blues del noticiero”. *Luego del recital, y aprovechando la cercanía, el guitarrista Ricardo Meyer viaja a Jujuy junto a su esposa y su beba para ver a su padre. En el trayecto un accidente fatal, acaba con la vida de Meyer y su mujer. La niña sobrevive. La banda regresa a La Plata en estado de duelo. *El 21 de abril regresan con un Lozanazo, a partir del cual sale la primera nota sobre la banda, firmada por Claudio Kleiman, en el número 22 de la revista Expreso Imaginario. En el texto figura la siguiente nómina de integrantes: Skay Beilinson, Beto Verne y Basilio Rodrigo en guitarras, Fenton (caracterizado como mosquetero) en bajo, Ruben Rubaja en órgano, Chirola en batería, Ventura y el Indio Solari en canto y percusión y Ricky Rodrigo en violín. También se mencionan los siguientes colaboradores: Sergio Mufercho Martínez como el payaso, Edgardo como “el Sultán”, más el “ballet ricotero”. *Skay y Poli van y vienen del Chaco Salteño, donde trabajan la tierra plantando zapallos. Regresan para ver amigos y armar nuevas fechas con la banda. *En mayo, Skay consigue un guitarrista ideal para la banda. Se trata de Gabriel “Conejo” Jolivet, quien con 20 años ya había tocado con Pappo. Se establece la formación: Indio Solari (voz), Skay Beilinson (guitarra), Gabriel Jolivet (primera guitarra), Bernardo Rubaja (teclados), Migoya (batería) y Néstor Madrid (bajo). Poli asume las funciones de mánager, productora e “ingeniera psíquica” del grupo. También participan las chicas del ballet ricotero (Silvia Fainbloch, Cecilia “Monona” Elías, María Isabel Hayworth), el payaso Mufercho, el Sultán y la corte de efebos repartidores de buñuelos de ricota. *El 18 de agosto debutan en Capital Federal en el escenario del Centro de Artes y Música (Cerrito 228), ex Periscopio. Se suman al repertorio temas como “Mariposa Pontiac”, “La chica de la cafetera”, “Supersport”, “El Hidromedusa” (letra del Indio Solari y Morci Requena), “Spiroqueta”, “El bazar de Wakeman 186
and Fripp” (luego conocida como “Patricio Disco Show” o “Patricio Super Show”), y “Crecer, crecer”. En principio serían dos noches pero, luego de ver la performance alocada de la primera función, el dueño del establecimiento suspende la segunda fecha. Al mes siguiente la revista Expreso Imaginario publica en su número 26 una pequeña crónica del recital titulada: “Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota: una fiesta”. *El 10 de noviembre tocan en la Sala Monserrat del barrio de San Telmo. La organización corre a cuenta de la revista subterránea La ballena de Gustavo Noya. La formación del grupo se vuelve a modificar; provenientes de Dulce 16 ingresan Marcelo Puchi en batería y León “el blusero”, que junto a Skay y Jovilet se encargan de las guitarras. Fenton vuelve al bajo. *El 30 de diciembre despiden el año tocando en el Teatro de La Cortada (luego Centro Parakultural). Aparecen: “Mi perro dinamita”, “Cabaret”, “Tristezas de un vendedor callejero”, “Imperialismo espacial” (letra de Rocambole y Morci Requena), “Por fin, por fin” y “Mucha fe”.
1979 *En enero realizan una pequeña gira por la costa tocando en Villa Gesell y Mar del Plata. *En febrero el Indio decide que Patricio Rey debe hacer sus primeras declaraciones públicas. Entonces arma un reportaje junto a Guillermo Beilinson y se lo entrega a la revista Expreso Imaginario, que la publica en su número 31. Claudio Kleiman realiza una introducción para luego copiar textualmente la misteriosa entrevista a Patricio Rey en Bruselas. Es el único “diálogo” conocido del enigmático personaje. *En esta época Skay también participa como guitarrista de Fontova & La Foca, un dúo que luego fue sumando y variando integrantes. En aquella experiencia se destacaron: Alejandro Medina (ex bajista de Manal), Roberto Petinatto en saxo, Daniel Melingo en saxos tenor y alto y clarinete, el negro Jimmy Santos (percusionista de Raíces), Eduardo Prado (clarinetista y saxofonista de la Sinfónica de La Plata), Fenna Della Maggiora en percusión, y obviamente el negro Horacio Fontova en guitarra y voz. *El 22 de diciembre Patricio Rey se presenta en el teatro Margarita Xirgu. Esa noche el Indio se encuentra recluido en Valeria del Mar, por lo cual comienza a cantar Guillermo Beilinson. Poli había decidido invitar a Fontova & La Foca para tocar unos temas como parte del show. Juntos realizan una improvisación colectiva en comunión con el público. La lista de temas de esa fecha incluyó, entre otros, “Un tal Brigitte Bardot”, “Blues del Gallo malo”, “Imperialismo espacial”, “Bajo las palmeras”, “Mariposa Pontiac”, “Petit Suisse” (letra de Beto Verne), “Estopa, dulce estopa”, “Oh mami” y “Ladrón de mi cerebro”. 187
1980 *El 19 de enero tocan en Villa Gesell. Suenan “Blues del noticiero”, “Mujeres aburridas” (con las Bay Biscuits), “Blues de la libertad”, “Superlógico”, “Ñam fri fruli fali frú”, “El gordo tramposo” y “Noche de Bahía”, entre otros. *El 7 de septiembre se presentan, sin el Indio Solari, bajo el nombre de “La banda ricotera” en Aquí Club de Berisso. La formación tiene de invitados al músico Jorge Capello y al periodista y músico Claudio Kleiman, quienes además suman sus propias composiciones. Este inédito grupo lo integran: Skay en guitarra y voz, Beto Verne en guitarra, Guillermo Beilinson en voz, Jorge Capello en guitarra y voz, Edy “La Foca” Rodríguez en batería, Claudio Kleiman en guitarra acústica y voces, y Carlos “Tereré” Massanti y Fenton alternando en el bajo. Además están presentes el Doce, Mufercho, “Govinda” y la Monona. La lista de temas fue: “Mariposa Pontiac”, “Estopa, dulce estopa”, “Sentimiento de Blues” (de Jorge Capello), “Tiempo de corazón” (de Claudio Kleiman), “Caminaré” (de Jorge Capello), “Rock del país”, y “¿Cuándo habrá libertad?” (de Jorge Capello). “A Patricio lo daban por muerto, pero no, esta noche renacerá”, grita Mufercho.
1981 *El 3 de enero regresan a Aquí Club, en Berisso. Esta vez bajo el nombre de Patricio Rey y los Redonditos de Ricota con la banda ricotera. *Skay y Poli conocen a Luca Prodan en el pub Café Einstein. La banda entabla una relación de amistad con Sumo. Incluso Poli intenta llevarlos a tocar a La Plata, pero el viaje se frustra tres veces por distintos motivos. *El 6 de diciembre realizan un show en un pequeño festival en el Club Banco Provincia de City Bell. Se presentan junto a otras ocho bandas, entre las que se destacan Celeste Carballo y Manal.
1982 *A pesar de la mítica consigna del Indio “solos y de noche”, el 2 de enero tocan en el club Excursionistas a beneficio de la revista Pan Caliente, dirigida por Jorge Pistochi. Junto a los Redonditos de Ricota participan: León Gieco, Celeste Carballo, Lito Nebbia, Sexteto MIA, Alejandro Medina, Piero, Alejandro Lerner y La Magia, Alberto Muñoz y La Fuente. La actuación de la banda genera incidentes con la policía a causa del atuendo y baile de Monona. Al repertorio se sumaban temas como “Nene, Nena” y “Para Monona Blues (Merca para vender)”. *El Indio consigue trabajo administrativo en Hogar Falcón, un pequeño hogar para chicos de la calle. Por este motivo decide mudarse definitivamente a Buenos Aires. En estos meses comienza el fin del “período platense”. *A través de un sello independiente, perteneciente a Fernando Basabru y 188
Marcelo Morano, el grupo logra registrar un demo en los estudios RCA. Los temas fueron “Nene, Nena”, “Mariposa Pontiac”, “Un tal Brigitte Bardot”, “Pura Suerte” y “Superlógico”, este último con la participación en coros de las Bay Biscuits (Fabiana Cantilo, Viviana Tellas e Isabel de Sebastián). La formación que graba estos temas es: Indio Solari (voz), Skay Beilinson y Rodolfo Gorosito (guitarras), Semilla Bucciarelli (bajo), Alejandro Pensa (batería), Gonzo Palacios (saxo) y Laura Hutton (coros). *Ante la coyuntura originada por la guerra de Malvinas y la prohibición de pasar temas en inglés, las emisoras necesitan más que nunca material en castellano, algo que ayuda a que la cinta sea bastante difundida por las radios locales, especialmente en FMR, la FM de Radio Rivadavia. En Radio del Plata, Lalo Mir conduce un programa llamado 9 PM junto a la joven locutora Elizabeth Vernaci. Casi todas las noches suena “Superlógico”, o algún otro tema del flamante demo. *El 10 de junio se presentan en el Teatro de San Telmo. Suenan: “Rock para el negro Atila”, “Qué mal celo”, “Aquella solitaria vaca cubana”, “Rock 18”, “Las piernas de Dolores”, “Crisis punk”, “Pura suerte” y “No late más”. *Enrique Symns se suma como “maestro de ceremonias” y comienza a competir con Sergio, el Mufercho. Se destaca su monólogo “Las pelotas de Patricio Rey” *El 13 de agosto realizan un recital en el teatro Margarita Xirgu, como invitados aparecen: Celeste Carballo, Daniel Melingo y Las Bay Biscuits. Suenan: “Espiroqueta”, “Roxana Porcelana”, “La fiesta del horror”, “La momia”, “Orgasmos telepáticos”, “Blues del veraneo”, “Blues del gallo malo” y “Mujeres aburridas”. El 20 tocan en Candombe de La Plata. *El 21 de septiembre se presenta Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota con Luca Prodan como cantante. La banda tiene un contrato firmado para participar del I Festival de la Primavera en el microestadio de Gimnasia y Esgrima de La Plata, pero Solari no abandona la consigna “solos y de noche”. Por lo cual Poli llama a Luca quien acepta sin problemas. Junto a él aparece Roberto Pettinato con su saxo y mameluco naranja. No más de doscientas personas presencian un concierto que será histórico y único. Junto a Prodan y Pettinato, Los Redondos tocan “Blues de la libertad”, “Nene Nena”, “Para Monona Blues (Merca para vender)”, “Mejor no hablar de ciertas cosas” y “Criminal Mambo”. *El 28 de diciembre despiden el año en el Teatro Bambalinas.
1983 *Aparecen nuevos personajes para las performances escénicas: la bailarina Krisha Bogdan, que venía de hacer teatro callejero en Europa, Ana Benegas, Susana Pozner y las hermanas Claudia y Marcia Schwartz. Las nuevas canciones son: “Vamos las Bandas”, “Golpe de suerte”, “Cua cua Amén”, “El hombre 189
eléctrico” y “Fuego Fuego”. *Los Redondos vuelven a tocar sin el Indio Solari. En un “encuentro por la vida” en Parque Lezama, apoyando las causas de Derechos Humanos, el candidato a diputado Augusto Conte (Democracia Cristiana) organiza un festival donde participan León Gieco, Celeste Carballo, Fontova, Viracocha y Los Redonditos. Fiel al lema “solos y de noche”, el Indio decide no participar, por lo cual Skay lleva la voz cantante. Entre el público está presente Solari. *El 9 de diciembre regresan al Teatro Bambalinas. Despiden el año, el 22 en Zero Bar (ex Wave). *Skay participa en el proyecto La Galletita de Edelmiro Molinari. La formación compuesta por Molinari en voz, bajo y guitarra, Alejandro Pensa en batería, Hugo Villarreal en bajo, Pedro Conde en coros y Beilinson en primera guitarra, graba el álbum Edelmiro y La Galletita.
1984 *En abril el Indio publica sus primeros escritos en la revista Cerdos & Peces, de Enrique Symns. Se titulan “El Delito Americano”. Este sería el comienzo de una serie intermitente, la cual precede al primer disco de Los Redondos, pero que llegan a publicarse hasta 1988 en revistas como Fin de Siglo, Siglo XXI y la mencionada Cerdos & Peces. *El 30 de junio se presentan en la localidad de Azul, Buenos Aires, para el lanzamiento de una revista. Tocan con una batería electrónica ya que a último momento, el baterista Pensa se niega a ir por no cobrar su cachet. *Ante la necesidad de profesionalizarse, la formación vuelve a cambiar. Ingresan Daniel “Piojo” Ábalos en bateria, Tito “Fargo” D´Aviero en guitarra (proveniente del grupo paralelo de Luca Prodan, la Hurlingham Reggae Band) y Willy Crook en saxo. Estos músicos, junto a Skay y el Indio, serán la primera formación histórica de Los Redondos y juntos labrarán un nuevo repertorio con canciones como “La Bestia Pop”, “Barba Azul versus el Amor Letal” y “Te voy a atornillar”. A su vez, en los shows se comienza a dejar de lado las actuaciones para concentrarse más en lo musical. Solo quedan Enrique Symns como “maestro de ceremonias” y Viviana Tellas haciendo algunos temas propios acompañada por su banda. *El 8 de julio tocan en el Teatro Bambalinas y el 15 y 22, en el mítico La Esquina del Sol. *El 10 y 11 de agosto realizan recitales en Lo de Fontova (el Goce Pagano). *El 7 de septiembre tocan por única vez en Jazz y Pop, y luego se despachan con cuatro fechas en La Esquina del Sol, dos a fines de mes (21 y 28) y dos para finales de octubre (20 y 27). *En noviembre hacen dos presentaciones, el 10 en Stud Free Pub y el 17 en 190
La Esquina del Sol. *Gracias a las numerosas actuaciones, donde un porcentaje de las ganancias iban a parar a un pozo común, logran juntar un dinero que les permite embarcarse en la grabación de su primer disco. Para esto se contactan con Músicos Independientes Asociados (MIA) quienes poseen un sello discográfico propio e independiente: Cliclo 3. En los meses siguientes graban Gulp! en los estudios Tubal, ubicado en la casa de la familia Vitale. El disco sería publicado al año siguiente y distribuido por la misma Poli. La familia Vitale utiliza un sello paralelo: Wormo (apodo del actor Mex Urtizberea). El arte de tapa estará a cargo de Rocambole. *Durante la grabación del disco Skay, Poli y el Indio se reúnen con las cabezas de MIA, don Rubens “Donvi” Vitale, alma páter, y su mujer Esther Soto, cerebro organizativo. Con ellos charlan sobre la independencia, la música y la organización. Los padres de MIA repiten: “Primero arte, segundo negocio”. Postura en la que Patricio Rey coincidía de manera total. Incluso Donvi les explica el método que había inventado para relacionarse con los medios de comunicación, basado en un sistema de semaforización: rojo para la televisión (adonde no había que ir), amarillo para la radio (precaución) y verde para la prensa escrita. Los Redondos se convertirán en los continuadores máximos de estos planteos. *El año termina con tres recitales en diciembre. El 8 tocan por primera y única vez en un barco. Se trata del María sí, ante casi quinientas personas. Luego tocan el 22 en El Depósito y cierran el año el 29 regresando a La Esquina del Sol. Suenan “Karashok”, “Rodando”, “Rock de las abejas”, “Patricio Disco Show”, “De esos polvos futuros lodos”, “Roxana Porchelana”, “El regreso de Mao” y “Mi genio amor”.
1985 *El año donde realizan más recitales. Ofrecen alrededor de treinta y tres shows, tocando en seis oportunidades en Stud Free Pub, cinco en La Esquina del Sol, cuatro en Latex Neo Bar, tres en El Depósito y tres en La Capilla, entre otros tantos pubs y salas. *Se edita en cassette y vinilo Gulp! (Wormo). Reeditado en CD. Lado A: “Barbazul versus el amor letal”, “La Bestia Pop”, “Roto y mal parado” , “Pierre el vitricida”, “Unos pocos peligrosos sensatos” y “Yo no me caí del cielo”. Lado B: “Te voy a atornillar”, “Superlógico”, “Ñam fri frufi fali fru”, “El infierno está encantador esta noche” y “Criminal Mambo”. Todos los temas compuestos por Beilinson/Solari. Músicos invitados: Lito Vitale (teclados), Gonzo Palacios (saxo), Laura Hutton (coros), Claudia Puyó (coros), María Calzada (coros). 191
Técnico de grabación: Lito Vitale. *El 23 de agosto presentan Gulp! en Cemento, luego de que les cancelaran el Teatro Astros para darle la fecha a Valeria Lynch. Como invitados para acompañar a la banda estuvieron Laura Hutton, Claudia Puyó y Gonzalo Palacios. Esa noche el periodista Alfredo Rosso sube al escenario disfrazado de oso. *Skay participa junto a Semilla Bucciarelli, Willy Crook y el Piojo Ábalos en el tema “Ruedo mágico” del disco Sin presupuestos de Pedro Conde. *El Indio Solari cede la letra de “Mejor no hablar de ciertas cosas” a Luca Prodan, quien registra el tema en el álbum Divididos por la felicidad de Sumo. Los Redondos nunca grabarían el tema ni lo volverían a tocar en vivo. *El 7 de diciembre se presentan en Latex Neo Bar y el 14 en Luar de Lomas de Zamora. Despiden el año nuevamente el 28 de diciembre, fecha importante para los calendarios ricoteros. Para la ocasión ingresan en otra casa del rock: Paladium.
1986 *Indio Solari forma pareja con Virginia Mones Ruíz, mujer con la que compartirá su vida y con quien tendrá un hijo en 2000. *La banda se presenta alrededor de dieciocho veces en todo el año. Inician con una doble fecha en Paladium el 16 y 17 de Mayo, ante 1200 personas, y cierran con otro doblete en el mismo lugar para la presentación de su nuevo álbum. En el medio tocan ocho veces en el Parakultural, dos en el Teatro Fundart, dos en Gracias Nena y dos en el Teatro Santamaría. *En agosto y septiembre graban en los estudios Panda su segundo disco. El arte vuelve a estar a cargo de Rocambole, como en todos los discos de la agrupación. *Se edita en cassette y vinilo Oktubre (Wormo). Reeditado en CD. Lado A: “Fuegos de octubre”, “Preso en mi ciudad”, “Música para pastillas”, “Semen-Up” y “Divina TV Führer”. Lado B: “Motor psico”, “Jijiji”, “Canción para naufragios” y “Ya nadie va a escuchar tu remera”. Todos los temas compuestos por Beilinson/Solari. Músicos invitados: Daniel Melero (teclados) y Claudio Cornelio (percusión). Técnico de grabación: Osvel Costa. *La prensa llena de elogios a la nueva producción. “Es un discazo que de entrada obliga a adjetivar desmedidamente”, publica la revista CantaRock. En el ranking de los “100 mejores álbumes del rock argentino” hecha por la revista Rolling Stone (Argentina) en 2007, ocupa el cuarto puesto. 192
*El 18 y 25 de octubre presentan la nueva placa en Paladium. La grabación pirata del disco es una joya del mundo bootleg, agigantando el mito del histórico show por años. *A fin de año ingresa el tecladista Andrés Teocharidis, quien al poco tiempo fallece en un accidente en el norte del país. Skay y el Indio deciden no reemplazarlo. La banda toma un descanso por algunos meses.
1987 *A principios de año Skay y Poli viajan a España donde el guitarrista es invitado a tocar con la banda local Los Toreros Muertos. Luego de participar en algunos conciertos le ofrecen sumarse formalmente a la agrupación, pero rechaza el ofrecimiento y vuelve a Buenos Aires. *Los shows del año comienzan el 15 de mayo en Caras más Caras. El 23 del mismo mes tocan en Cemento. Este recital será recordado por el ingreso al escenario de Luca Prodan en medio de “Criminal mambo”. La grabación pirata de este tema se transformará en un clásico. *La banda otra vez modifica sus integrantes. Con los cambios en saxo y batería se produce la formación histórica y definitiva: Indio en voz, Skay en guitarra, Semilla Bucciarelli en bajo, Walter Sidotti en batería y Sergio Dawi en saxo. *Se internan en los Estudios Panda a grabar su tercer álbum: Un Baión para el ojo idiota. *En el último semestre tocan en el Teatro Fenix, hacen dos fechas seguidas en Paladium, lo mismo en el Teatro Bambalinas, pasan por el Teatro Coliseo Podesta, Cemento, brindan shows en la provincia de Córdoba, la Facultad de Arquitectura, Casa Suiza, Arena, St. Moritz y cierran con un Cemento en noviembre y otro en diciembre.
1988 *Otro año lleno de recitales. Comienzan con shows en ST. Moritz, Cemento y Airport. *Se edita en cassette y vinilo Un Baión para el ojo idiota (Del Cielito Records). Reeditado en CD. Lado A: “Masacre en el Puticlub”, “Noticias de Ayer”, “Aquella solitaria vaca cubana” y “Todo preso es político”. Lado B: “Vencedores vencidos”, “Vamos las Bandas”, “Ella debe estar tan linda” y “Todo un Palo”. Todos los temas compuestos por Beilinson/Solari excepto “Ella debe estar tan linda” en el que se agrega la autoría de Bucciarelli. Músicos invitados: Lito Vitale (piano) y Gonzalo Palacios (saxofón). 193
Técnico de Grabación: Roberto Fernández. *El grupo produce su primer videoclip, el cual ilustra el tema “Masacre en el Puticlub”. Se tratan de imágenes animadas de Rocambole. *El nuevo trabajo es presentando en vivo en cinco fechas en el Teatro Bambalinas, 13, 14, 21 y 28 de mayo, más el agregado del 4 de junio. *En lo que queda del año hacen siete presentaciones en Cemento (incluyendo el cierre del año el 23 de diciembre), tres presentaciones en Airport, tres en Quilmes, a lo que se le suman Mar del Plata, La Plata y otros teatros.
1989 *Entre enero y mayo se intercalan los recitales, una vez al mes, entre Airport y Cemento. En los siguientes meses tocan en Sky Lab, La Cupula (Temperley), Polideportivo de Gimnasia y Esgrima de La Plata (donde la policía irrumpió en el lugar tirando gases lacrimógenos), Halley, Pinar de Rocha, Tandil, Sobredosis y hasta en el Palacio Peñarol y el pub Laskina, ambos en Montevideo, Uruguay. Entre agosto y octubre hacen ocho fechas en Satisfaction. *Enrique Symns, último monologuista del grupo, deja de frecuentarlos y nunca más participa de los recitales. *El 6 de septiembre se publica en la revista Cerdos & Peces un informe sobre “la masacre del Pabellón Séptimo” ocurrida en la cárcel de Devoto en 1978. El texto está firmado por “el Doce” o “Sultán”, quien luego de su alejamiento del grupo trabajará como periodista en la revista Cerdos y Peces, El Porteño, Radio Belgrano y Radio Universidad Nacional de La Plata. En todos los casos se vincularía con la defensa de los derechos humanos para los presos comunes. *El Indio Solari se casa con Virginia Mones Ruíz. *Durante un mes se graba el cuarto disco del grupo en los estudios Del Cielito. *Se edita en cassette y vinilo ¡Bang! ¡Bang! Estás liquidado (Del Cielito Records). Reeditado en CD. Lado A: “Héroe del whisky”, “Rock para los dientes”, “La parabellum del buen psicópata” y “Un pacman en el Savoy”. Lado B: “Nadie es perfecto”, “Esa estrella era mi lujo”, “Maldición, va a ser un día Hermoso”, “Ropa sucia” y “Nuestro amo juega al esclavo”. Todos los temas compuestos por Beilinson/Solari. Músicos invitados: Lito Vitale (teclados) y Rick Anna (teclados). Técnico de grabación: Gustavo Gauvry / Mariano López. *La presentación en vivo se realiza el 3 de noviembre en el Club Sportivo América de Rosario. 194
*La popularidad de la banda crece de manera colosal, abarrotando todos los reductos donde se presentan. Si bien siempre fueron renuentes a tocar en Obras Sanitarias, incluso el Indio había dicho que no subirían a ese escenario por no tener las condiciones de producción que requerían (la gerencia del estadio retenía la taquilla durante días), a fin de año llegan al Templo del Rock. Por esta razón un sector de la prensa los tilda de poco coherentes con sus actitudes antitransa. El 2 y 3 de diciembre las bandas colman en su totalidad el estadio. *Tocan el 8 de diciembre en el Teatro de Verano de Montevideo. Siguen en Mar del Plata, 19 de diciembre, en el Superdomo. Diez días después de haber debutado en el Estadio Obras, con dos fechas llenas, regresan para tocar en el campo de hockey del mismo club. Tocan ante 25 mil personas, cifra inédita para ellos hasta entonces. 1990 *Luego de un parate de varios meses, vuelven a presentarse. Comenzaron con dos fechas en mayo en la ciudad que los vio nacer, La Plata. Le siguieron Mar del Plata, Venado Tuerto, dos Parque Sarmiento, un Palacio Peñarol y dos Laskina en Montevideo, Uruguay, y el Club Sportivo América en Rosario. El último tramo del año fue todo Obras Sanitarias, con nueve presentaciones en total, tres en agosto, tres en octubre y tres en diciembre. *En octubre comienzan las grabaciones de su nuevo disco que se vuelven intermitentes, con grandes espacios de tiempo entra unas y otras, razón por la cual utilizan diferentes técnicos.
1991 *Skay colabora en el disco Gargoland (acto II) de la banda uruguaya Níquel, de Jorge Nasserl. El flaco participa en la canción “El Solitario”. Este álbum fue reeditado por el sello Orfeo, junto al acto I, logrando el disco de oro a finales del año siguiente. *El Estadio Obras es el lugar elegido para iniciar el año, el 19 y 20 de abril. En la primera fecha efectivos de la Seccional 35, a cargo del comisario Miguel Ángel Espósito, realizan una razzia en las inmediaciones del estadio. En un arresto sin justificación, a lo que se le suma la prohibición de detener a menores sin la intervención del juez competente, la policía se lleva de la puerta a Walter Bulacio, de 17 años. El joven queda en coma durante cinco días producto de una salvaje golpiza que recibe en la comisaría. Muere el 26 de abril. En busca de usticia se realizan varias marchas. En la primera participan Skay y Poli. Luego, Los Redondos sacan una solicitada en la revista Pan y Circo y en el programa radial Piso 93 de FM Rock & Pop. En 1997 la familia de Bulacio debe presentar una denuncia ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIFH) por falta de justicia. El Estado argentino le ofrece una indemnización a la familia de Walter para que la demanda no siga adelante, pero los Bulacio no buscan plata y quieren el reconocimiento de la participación policial en la muerte del joven. La 195
causa en la CIDH sigue adelante. En 2003 el Estado argentino reconoce, mediante la firma de un documento oficial, que los derechos humanos de Walter Bulacio y su familia fueron violados. Fue el primer juicio contra el Estado nacional por violaciones a los derechos humanos en tiempos de democracia. En 2013 llega el juicio oral al comisario Espósito pero no por el homicidio de Walter Bulacio, sino que se lo acusa únicamente por la privación ilegal de la libertad. El Tribunal Oral Criminal N° 29 lo condena a tres años de prisión en suspenso, por lo cual no va a la cárcel. *A raíz del Caso Bulacio, el grupo decide dejar de tocar unos meses. Entre mayo y julio se enfocan en terminar la grabación de su quinto álbum en los estudios Del Cielito que habían comenzado en octubre de 1990 y se desarrollaban intermitentemente. *Se edita en casette, vinilo y CD La Mosca y la Sopa (Del Cielito Records). Lado A: “Toxi-taxi”, “Fusilados por la Cruz Roja”, “Un poco de amor francés”, “Mi perro dinamita” y “Blues de la artillería”. Lado B: “Tarea Fina”, “El pibe de los astilleros”, “Nueva Roma”, “Salando las heridas” y “Queso ruso”. Todos los temas compuestos por Beilinson/Solari excepto “Mi perro dinamita” en el que se agrega la autoría de Bucciarelli. Músicos invitados: Lito Vitale (teclados) en Blues de la Artillería, Luis Mississipi Robinson (armónica) en “Tarea fina”. Técnicos de grabación: Mario Breuer, Roberto Fernández y Gustavo Gauvry. *Realizan el segundo videoclip, el cual ilustra el tema “Blues de la artilleria”. Otra vez se trata de imágenes animadas de Rocambole. *En un año el disco alcanzará la cifra de 40 mil ejemplares vendidos. *La banda regresa a los escenarios en agosto presentando el flamante álbum en el Teatro San Martín de Mar del Plata. Luego pasan por el Club de Trabajo en Balcarce, y en octubre realizan dos fechas en Florencio Varela. *En septiembre se edita en formato CD el catálogo completo de Los Redondos. *El 21 de septiembre se presenta el grupo Los Piojos en Boa Vista. Skay Beilinson sube al escenario para tocar “Little Red Rooster” (canción escrita por Willie Dixon y luego interpretada por cientos de artistas como The Rolling Stones, Grateful Dead, The Doors y Pappo, entre otros). La grabación pirata se convertirá en una de las rarezas más destacadas de la banda de El Palomar. *Vuelven a Capital Federal en noviembre con tres fechas seguidas en el galpón Autopista Center, donde ingresan ocho mil personas por función. Nace un canto entre las bandas: “Yo sabía, yo sabía, a Bulacio lo mató la policía”. *Para finalizar el año regresan al Estadio Obras el 27, 28 y 29 de diciembre. 196
1992 *Luego de unos meses de descanso inician los shows con tres fechas seguidas en el Microestadio de Lanús el 1, 2 y 3 de mayo. Hay incidentes con la policía y con la cantidad de personas que quieren ingresar al lugar. La venta de tickets supera la capacidad del recinto. “Falsificaron entradas con fotocopias color”, dice Poli. *Tanto para la policía como en el imaginario popular aparece una creencia: en los recitales de Los Redondos hay disturbios y problemas. Entre “las bandas” y la policía se entabla una rivalidad. *Se organizan dos fechas para el 15 y 16 de mayo en el Instituto Sagrado Corazón de Florencio Varela. Dos días antes se suspenden por miedo a que se produzcan hechos de violencia. Según la policía: “El tema de la seguridad estaba arreglado, pero los organizadores se echaron atrás a último momento”. El subcomisario Ángel Perez comenta: “Para mí que esta gente leyó los diarios, se enteró de lo que paso en Lanús y se asustó”. *En junio se presentan en L´etoile, en Santa Fe. *Llegan al Microestadio de Racing para realizar tres fechas: 17, 18 y 19 de ulio. Luego van a Mar del Plata con dos shows el 7 y 8 de agosto. Le siguen el Estadio Cubierto de Newells´s Old Boys, en Rosario, y Plop en Río Cuarto, Córdoba. *Los últimos shows del año comienzan con dos fechas en el Centro Municipal de Exposiciones, 2 y 3 de octubre, ante diez mil personas por función. Cierran con tres fechas en King Kong Stadium, 30 y 31 de octubre y 1 de noviembre. En estas presentaciones vuelven los incidentes y la represión. La policía de la comisaría 8ª detiene a treinta y cuatro personas antes del show y reparte golpes. Veinte personas salen heridas. *Se edita en CD y cassette En Directo (Del Cielito Records). Primer y único disco en vivo de la banda. Es considerado un “pirata oficial” según el propio Skay. En el álbum no se especifica lugar y fecha de las grabaciones, se presume que pertenecen a los conciertos en el Teatro de Verano de Uruguay edl 8 de diciembre de 1989 y al Obras Sanitarias del 29 de diciembre de 1991. Fue el primer trabajo del grupo masterizado en los Estados Unidos. Lado A: “Nuestro amo juega al esclavo”, “Barbazul versus el amor letal”, “Yo no me caí del cielo”, “Héroe del whisky”, “La parabellum del buen psicópata” y “Maldición va a ser un día hermoso”. Lado B: “El blues del noticiero”, “Todo un palo”, “Unos pocos peligros sensatos”, “Criminal mambo”, “Rock para los dientes” y “Vamos las bandas”. Todos los temas compuestos por Beilinson/Solari. Tema inédito: “El blues del noticiero”. 197
La edición cuenta con dos tapas diferentes, una producida por Del Cielito y otra de Patricio Rey Records. En una se ve a “las bandas” y una gran bandera, mientras que en la otra la portada es roja y negra, y se ve al público con una bengala encendida.
1993 *Desde diciembre de 1992 hasta mediados de año se enfocan en la producción de un nuevo trabajo discográfico. Las grabaciones se realizan intermitentemente, con múltiples pausas, en los estudios Del Cielito. Sin embargo, la mezcla se efectuó en un estudio en Miami para luego ser completada en Los Ángeles. Se trataría del primer y único álbum doble de la banda. * Se edita en CD y cassette Lobo suelto, Cordero Atado (Del Cielito Records) Volumen 1 Lado A: “Invocación”, “Rock para el negro Atila”, “Sorpresa en Shangai”, “Shoping - Disco Zen”, “Un ángel para tu soledad”, “Buenas noticias” y “Susanita”. Lado B: “Capricho magyar”, “Espejismo”, “Gran lady”, “La hija del fletero”, “El lobo caído” y “Sushi”. Volumen 2 Lado A: “Yo, caníbal”, “Ladrón de mi cerebro”, “Hora de levantarse, querido”, “Perdiendo el tiempo”, “Caña seca y un membrillo” y “Soga de Caín”. Lado B: “Lavi-rap”, “El arte del buen comer”, “¡¿Lobo estás?! ”, “Botija rapado” “San Telmo” y “Etiqueta negra”. Todos los temas compuestos por Beilinson/Solari. Invitados: Guillermo Piccolini (teclados) en “Sorpresa en Shangai” y “Caña seca y un membrillo”, Sergio Poli (violín) en “Espejismo” y “Un ángel para tú soledad”. Ingeniero de Grabación: Mario Breuer y Barry Brodsky El arte de tapa estuvo a cargo de Rocambole en Lobo suelto, cordero atado vol. 1 y de Semilla Bucciarelli en Lobo suelto, cordero atado vol. 2. Los álbumes se venden por separado. *En un año ambos discos superaron los 100 mil ejemplares vendidos. *La presentación del nuevo material se realiza en el estadio de Huracán. Fueron dos fechas separadas, la primera, el 19 de noviembre, dedicada al disco uno, y la segunda, el 20 de noviembre, para el disco dos. En estos recitales 198
estuvieron invitadas Las Blacanblus y también Conejo Jolivet, ex miembro de la banda, en segunda guitarra. Ese fin de semana tocan en total para 80 mil personas. *El canal de televisión Telefé les ofrece medio millón de dólares para transmitir el show de Huracán. Patricio Rey declina la propuesta.
1994 *El 14 de mayo vuelven a presentarse en el Estadio de Huracán. A pesar de que el mismo día tocan en Vélez Los Ramones y Motorhead, reúnen 40 mil personas. Se producen incidentes. Un chico es apuñalado y hay cincuenta detenidos. *Comienzan las grabaciones de lo que será el séptimo álbum de la banda que será editado dos años después. *Realizan tres fechas seguidas en Go! Disco de Mar del Plata, el 12, 13 y 14 de agosto. *Para despedir el año regresan al Estadio de Huracán. Realizan dos fechas, el 16 y 17 de diciembre. Los ex redonditos Willy Crook y el “conejo” Jolivet tocan como músicos invitados. Nuevos incidentes, dos apuñalados, veintiséis heridos leves y sesenta detenidos.
1995 *Continúan las grabaciones de lo que será el séptimo álbum de la banda. *Nuevo parate en la primera parte del año. *La Fundación Konex reconoce su trayectoria y les otorga el Diploma al Mérito en la categoría Música Popular, Conjunto de Rock. Al grupo nunca les interesaron los premios o distinciones. *El 19 y 20 de agosto regresan a los escenarios de L´etoile en San Carlos, Santa fe. *Vuelven las misas a Mar del Plata con tres fechas seguidas en Go! Disco el 13, 14 y 15 de octubre. *Los últimos recitales del año son el 8 y 9 de diciembre en Costa Chaval, Concordia, Entre Ríos.
1996 *Los recitales comienzan a mitad de año con tres fechas, 7, 8 y 9 de junio, en Go! Disco de Mar del Plata. Adelantan canciones de su próximo álbum. *Realizan otras tres fechas, 16, 17 y 18 de agosto, en L´etoile en San Carlos, Santa fe. *Se edita en CD y cassette Luzbelito (Del Cielito Records). Lista de temas: 199
“Luzbelito y las sirenas”, “Cruz diablo!”, “Ella baila con todos”, “Fanfarria del Cabrío”, “Nuotatori Professionisti”, “Blues de la libertad”, “La dicha no es una cosa alegre”, “Me matan limón”, “Rock yugular”, “Mariposa Pontiac, rock del país” y “Juguetes perdidos”. Todos los temas compuestos por Beilinson/Solari. Invitados: Lito Vitale (teclados) en “Blues de la Libertad”, “Mariposa Pontiac, rock del País” y “Rock Yugular” y Rodolfo Yoria (trompeta) en “Fanfarria del cabrío”. Ingeniero de Grabación: Néstor Madrid en San Pablo y Mario “El magyar” Breuer en Fort Lauderdale y B.A. Grabado en los estudios Be Bop de San Pablo, New River de Fort Lauderdale y El Pie de Buenos Aires entre 1994 y 1995. *La presentación oficial del disco se realiza el 26 y 27 de octubre en el Polideportivo de Mar del Plata. *Cierran el año el 28 de diciembre en el Estadio Unión de Santa Fe.
1997 *Skay y el Indio participan como invitados en Tren de Fugitivos, el primer disco de Rodolfo Luis González, apodado “El Soldado”, ex plomo de Los Redondos. Solari colaborara en “Ángel de los perdedores” y “Trago especial”, este último también cuenta con la guitarra de Beilinson. Esta sería la única participación del dúo en conjunto fuera de Los Redondos. *El 8 de marzo tocan en el Patinódromo de Mar del Plata y el 14 de junio en el Anfiteatro Municipal Centenario en Villa María, Córdoba. *El 16 y 17 de agosto llega la misa a Olavarría, Buenos Aires. Con las entradas vendidas, el lugar alquilado, y la estructura del escenario en construcción, el intendente de Olavarría, Helios Eseverri, firma un decreto prohibiendo la actuación de la banda. Mientras Los Redondos intentan destrabar la situación a través de un recurso de amparo, miles de fanáticos llegan a la ciudad con la ilusión que el recital se lleve a cabo. Ante esta situación el grupo decide dar su primera conferencia de prensa, apareciendo, también por primera vez, en televisión. La exposición del Indio Solari, con la presencia de toda la banda, incluyendo a la Negra Poli, se transformará en un video histórico. Al día siguiente el grupo vuelve a aparecer en público, esta vez en la puerta del hotel que los alberga, para hablar y explicar la situación cara a cara a los chicos. El recital no se realiza y Patricio Rey es censurado. *El reencuentro con el público se da el 4 de octubre en el Estadio José de San Martín, en Tandil, ante 21 mil ricoteros. *El año termina con un recital el 13 de diciembre en el Estadio Colón de Santa Fe ante 20 mil personas.
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1998 *El Indio y Skay trabajan en la producción del octavo disco de estudio. *Se presentan el 23 de mayo en el Anfiteatro Municipal Centenario de Villa María, Córdoba. Se registran incidentes cuando un grupo de jóvenes intenta ingresar por la fuerza al recinto. Hay enfrentamientos con la policía, no faltan los botellazos, balas de goma, piedrazos y gas lacrimógeno. Resultado: veinticinco detenidos y cincuenta y cinco lesionados (veinticinco policías y treinta fanáticos). * Se edita en CD y cassette Último bondi a Finisterre (Patricio Rey Discos). Lista de temas: “Las increíbles andanzas del capitán Buscapina”, “Estás frito, angelito”, “El árbol del gran bonete”, “Gualicho”, “Pogo”, “Alien Duce”, “La pequeña novia del carioca”, “Drogocop”, “Scaramanzia” y “Esto es to-todo amigos”. Todos los temas compuestos por Beilinson/Solari. Invitados: Lito Vitale (piano) en “La Pequeña Novia del Carioca” y “Drogocop”, Sergio Poli (violin) en “Scaramanzia” y Juan Cruz Urquiza (trompeta) en “El Árbol del Gran Bonete”, “Gualicho” y “Scaramanzia”. La grabación marca un giro en el sonido de la banda. Si bien venían experimentando con máquinas y samplers en las anteriores placas, esta exhibe una clara búsqueda de nuevas texturas y posibilidades a través de las computadoras. Se inicia una nueva etapa en la música de Patricio Rey. *Realizan el tercer videoclip, el cual ilustra el tema “Las increíbles andanzas del Capitán Buscapina”. Se trata de animaciones realizadas por Rocambole, Silvio Reyes y J.M. Moreno. *El nuevo disco es presentado el 18 y 19 de diciembre en el Estadio de Racing Club de Avellaneda. Para estos recitales vuelve a aparecer como invitado Conej Jolivet, como segunda guitarra. Las misas congregan en total a casi 100 mil fanáticos. *Se calcula que sus álbumes alcanzan la cifra total de un millón de discos vendidos.
1999 *Dos fechas en Mar del Plata, únicas misas del año. El 19 y 20 de junio se presentan en el Patinodromo ante una multitud que desborda el lugar. Willy Crook, ex saxofonista de la banda, participa como invitado en tres temas. Nuevamente se registran incidentes entre el público y la policía, que reprime salvajemente. Más de trescientos detenidos, cien chicos con balazos de goma, autos destrozados y negocios saqueados. Cuando el grupo regresa a Buenos Aires, los medios interceptan a Solari en Aeroparque. Los periodistas, siguiéndolo hasta la salida, logran sacarle algunas palabras: “Esto es un problema social mucho más serio y más grave… ¿vos pensás que los chicos nacen malos?... ¿Vos 201
pensás que a mí me pone feliz que pase todo esto?... Un grupo de rock no puede hacer un planteo social. Sobre 15 mil chicos había 700 que son marginales. Pero marginales no en el término despectivo, están marginados por la sociedad. Son unos chicos que se roban un ventiluz.”
2000 *Los Redondos llenan River Plate. En dos rituales históricos, el grupo reúne a más de 140 mil personas provenientes de todo el país en las noches del 15 y 16 de abril. Sin embargo, la presentación queda manchada por nuevos incidentes. En el primer recital, Jorge Ríos, apodado “Pelé”, saca un trincheta y lastima a siete personas en pleno campo. La multitud rápidamente reacciona y lo masacra. El agresor, que había sido linchado por el público, muere en el hospital Pirovano una semana después. Estos serán los últimos recitales de Los Redondos en Capital Federal.La situación hace que Poli avise a los músicos. El Indio, enojado, habla a la multitud. Por orden del juez el recital continúa con las luces prendidas. Al día siguiente los incidentes ocurren en las afueras del estadio, sobre la Avenida Figueroa Alcorta, donde chocan decenas de fanáticos con la policía. “Escuchenmé carajo. Acá ha pasado algo muy grave. Entraron un par de hijos de puta, no sé si mandados por alguien o qué, que se cagan en el esfuerzo de esta banda y de los 70, 80 mil pibes que vinieron hoy a vernos. Hay varios chicos lastimados... Así que consideren esta como una de las últimas de las noches que tocamos. No estamos de ánimo y solo vamos a concluir este show por respeto. Parece que todo el esfuerzo de la prensa que quiso ubicarnos en un ghetto dio resultado”. *Se edita en CD y cassette Momo Sampler (Patricio Rey Discos). Lista de temas: “El Templo de Momo”, “Morta punto com”, “La Murga de los Renegados”, “Dr. Saturno”, “La Murga de la Virgencita”, “Pool, Averna y papusa”, “Murga purga”, “Sheriff”, “Pensando como una acelga”, “Una piba con la remera de Greenpeace” y “Rato Molhado”. Todos los temas compuestos por Beilinson/Solari. La música del álbum es trabajada íntegramente por Solari, Beilinson y Hernán Aramberri. El resto de la banda apenas participa de las grabaciones. No solo se continúa con la senda tomada en el disco anterior sino que se intensifica, los sonidos de computadora y samplers adquieren gran relevancia en las composiciones. Se utilizan los estudios Panda, Luzbola (ubicado en la casa de Solari) y la masterización se realiza en New York. *En diciembre nace Bruno, único hijo del Indio con Virginia Mones Ruíz.
2001 *El nuevo disco es presentado el 22 y 23 de abril en el Estadio Centenario de 202
Montevideo, Uruguay. *El 4 de agosto la banda realiza un recital en el centro del país. El lugar elegido es el Estadio Chateau Carreras de la provincia de Córdoba. Nadie supondría, ni músicos ni fanáticos, que este sería la última misa de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. La lista de veinticinco temas cerró con “Jijiji” y “Un ángel para tu soledad” canción final del mítico grupo y la última vez que el duo Beilinson/Solari se cruzaron en un escenario. *Se anuncia un nuevo show para el 8 de diciembre en el estadio Club Atlético Unión de Santa Fe. Salen publicidades y entradas anticipadas a la venta. *El 30 de octubre, luego de una entrevista a un medio gráfico, se produce lo que Solari llamará en 2009 la “noche definitiva”. *Tres días después, el 2 de noviembre, Poli anuncia la suspensión del recital en Santa Fe. El país atraviesa una delicada situación que terminará en un estallido social al mes siguiente.
2002 *Indio, Skay y Poli deciden tomarse un año sabático. El guitarrista luego dirá: “Se acabó la magia, el misterio. El Indio también hacía tiempo que quería parar y el nacimiento de su hijo habrá influido. La verdad es que todos necesitábamos un cambio. Decidimos tomarnos un año sabático. Un año sabático no tiene que durar exactamente un año. Pueden ser dos, tres años. Quién sabe. Llega un momento en que uno no se sorprende con las ideas del otro”. *Aunque el público nunca deja de cantar “solo te pido que se vuelvan a untar”, Los Redondos nunca vuelven a reunirse. *Skay inicia su carrera solista editando el disco A través del mar de los sargazos, y se presenta por primera vez en noviembre en el Teatro The Roxy de Mar del Plata. Luego edita Talismán (2004), La marca de Caín (2007), ¿Dónde vas? (2010) y La luna hueca (2013). Su banda va mutando de nombre: pasa por Skay y los Seguidores de la Diosa Kali, luego Skay y Los Seguidores del Tlaloc, y desde mayo de 2012, Skay y Los Fakires. Claudio Quartero, hijo de la Negra Poli, integra el grupo tocando el bajo. *El 2 de febrero es encontrado sin vida en su casa de Claypole, “el Doce” Eduardo Gaudini. Su muerte fue causada por veinte puñaladas. Se presume que fue asesinado por uno de sus inquilinos.
2004 *El Indio Solari inicia su carrera solista editando el disco El tesoro de los inocentes (bingo fuel). Llama a su grupo Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado. La primera presentación se realiza en 2005, los días 12 y 13 de noviembre en el Estadio Único de La Plata. Luego edita Porco Rex (2007), El 203
Perfume de la Tempestad (2010) y Pajaritos, bravos muchachitos (2013). Este último álbum cuenta con la participación de los tres ex redonditos Semilla Bucciarelli, Walter Sidotti y Sergio Dawi en la canción “La pajarita pechiblanca”. En la presentación del disco, el 12 de abril de 2014, en la ciudad de Gualeguaychú (Entre Ríos), los músicos son invitados a tocar ese tema junto a otras tres canciones de Los Redondos que ellos mismos eligen. El show se transforma en el concierto pago más convocante de la historia de argentina con más de 170 mil asistentes.
2005 *La Fundación Konex vuelve a reconocer la trayectoria de Los Redondos y les otorga el Premio Konex de Platino en la categoría Grupo de Rock.
2007 *Skay Beilinson es invitado por el grupo Dancing Mood a participar en los temas “Police Woman” y “Fantasy” en los shows que realiza la banda en octubre en el Teatro Ópera. Las grabaciones del mismo forman parte del DVD y CD doble Dancing Mood Deluxe editado al siguiente año.
2008 *Solari participa como invitado en el segundo disco de Sergio Dawi, realizado junto a su banda Dawi y los estrellados, llamado Quijotes al ajillo. El cantante pone su gola en la canción “Gato Negro”. También participa en el primer disco de Pablo Sbaraglia, músico de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, llamado El club de la moneda de plata. En este caso pone su voz en la canción “Nada!”
2009 *El 14 de agosto, y tras años de silencio en relación a los motivos de la separación del grupo, se publica una entrevista en el diario La Nación donde, entre otras cosas, Skay dice: “Todo se terminó cuando nos dimos cuenta de que uno de nosotros se quería apropiar de ese proyecto tan hermoso que fue Patricio Rey, que había nacido como la comunión y el aporte de muchos artistas y no de los deseos de uno solo”. Esa misma mañana, Solari envía un mail, a través de su manager Julio Sáez, a tres medios, incluyendo el citado diario. En el mensaje afirma que le habían sido negados durante años y con evasivas, los soportes de grabación (audio y video) de todos los shows de Los Redondos (Huracán, Racing, River, etc.). “La noche definitiva me puse firme en mi requerimiento y esa actitud desembocó (ante la negativa) en el rompimiento de la sociedad artística”.
2010 204
*A mediados de año se comienzan a filtrar los videos del show que la banda dio en el Cilindro de Avellaneda en 1998. Se trata de las imágenes originales, registradas por empresas profesionales, que habían sido realizadas bajo las órdenes de Rocambole, que oficiaba de switcher master en los shows. Dos años después, en 2012, aparecen en la web los videos de los recitales en Huracán. Hoy en día se puede acceder a una gran cantidad de audios pirata pertenecientes a los recitales de Patricio Rey en sus distintas épocas, tanto grabaciones tomadas por aire como desde la consola, además de un gran registro fílmico de sus presentaciones en distintos lugares a los largo de las décadas, en las que se incluyen el material original grabado por la banda en los multitudinarios shows de Racing y Huracán.
2011 *Solari le pone voz al tema “A lo mejor” del segundo disco de Baltazar Comotto, guitarrista de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, llamado Blindado.
2012 *Skay participa en el disco Contacto de Edelmiro Molinari. Es el guitarrista invitado en la canción que le da nombre a la placa.
Fuentes consultadas: • Clarín. “Los números de un fenómeno”, 19 de diciembre de 1998. • Del Mazo, Mariano. “Pueden ser dos años, tres… Quién sabe” en Clarín, 6 de octubre de 2002. • Gaudini, Edgardo. “Masacre en el Pabellón 7º” en Cerdos & Peces, número 18, 6 de septiembre de 1989, páginas 32 y 33. • Guerrero, Gloria. Indio Solari. El hombre ilustrado, Buenos Aires, Debolsillo, 2011. • Jaunerena, Jorge. “Caso Bulacio: un claro ejemplo de la complicidad policial judicial”, Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, 10 de noviembre de 2013. • Kleiman, Claudio. “Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota” en Expreso Imaginario, año 2, número 22, 1978, página 42. • Kleiman, Claudio. “Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota: una fiesta” en Expreso Imaginario, año 2, número 26, 1978, página 47.
205
• Kleiman, Claudio. “Es verdad aunque usted no lo crea: conseguimos entrevistar a Patricio Rey” en Expreso Imaginario, año 3, número 31, 1979, páginas 44 y 45. • Mundo Redondo: http://www.mundoredondo1.com.ar • Página 12. “Crónica de una muerte anunciada”, 26 de abril de 2000 • Palavecino, Darío. “Prohíben el regreso de los redondos”. La Nación, 21 de junio de 1999 • Ramos, Sebastián. “El tiempo lo cura todo”. La Nación, 14 de agosto de 2009. Redonditos de Abajo: http://www.redonditosdeabajo.com.ar • Rockelepé. “Edgardo Gaudini, el Doce” [en línea], 28 de enero de 2012. http://rockelepe.blogspot.com.ar/2012/01/edgado-gaudini-el-doce.html [Consulta: 10 de agosto 2014] • Solari, Indio. “Carta abierta de Indio Solari” [en línea]. Redonditos de Abajo. 14 de agosto de 2009. http://redonditosdeabajo.blogspot.com.ar/2009/08/carta-abierta-de-indiosolari.html [Consulta: 10 de agosto 2014]
73. Tomado de Guerrero, Gloria: Indio Solari, el hombre ilustrado, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2005. 74. Canosa murió en 1978 durante la llamada “Masacre del Pabellón Séptimo” en la cárcel de Devoto. El Indio le dedicará la canción “Toxi Taxi” en 1991 y luego recordará el hecho en su primer disco solista con el tema “Pabellón Séptimo —relato de Horacio—” en 2004. 75. Tomado de Guerrero, Gloria: Indio Solari, el hombre ilustrado, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2005.
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Índice EL PRÓLOGO
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Un Objeto Redondo
7
EN ENSAYO
9
Chanchitos y Elegantes
10
1. La ciencia del sueño
10
2. La maldición de los tiempos interesantes
10
3. Tres de un par perfecto
11
4. Los años que vivimos en peligro
12
5. Creer o reventar
14
6. Beautiful Losers
15
7. Los caballeros de la misa redonda
17
8. El horror, el horor
20
9. The Black Album
21
10. Cómo espesar un guiso
23
11. Auf Wiedersehen, au bien tot
24
12. Los lanzallamas
26
“La obra soy y o”
29
100 HISTORIAS SECRETAS
36
El sueño terminó (pero todos los sueñitos no)
37
1 Hermano sol, hermana luna
38
2 Beat(les) generation
39
3 Ojos color de Skay
41
4 Sótano beat
42
5 The Finolis
43
6 La Cofradía morfogenética
44
7 La Plata hace a la felicidad
45 207
8 Lágrimas de Winco
47
9 Sierra maestra
48
10 Cómo poner la bomba
50
11 Indio genovés
51
Deténganme, deténganlos
52
12 Cófrades vs. Patricios
53
13 Bossa nova
55
14 Indio charrúa (Manaos-Alaska)
57
15 El Hermano Juan
58
16 Asado violento
59
17 Banda en fuga…
60
18 Éxodo
62
19 Sultán del swing
63
20 Ex preso Imaginario
65
21 Noticias de ay er
66
22 Heroicas afuera…
67
23 El loco del matafuegos
68
24 Los Kantores del Alba
69
25 Patricio Rey & María Antonieta
71
26 La casa de Las Rosas
72
27 Rompan todo
73
28 La inundación
74
29 El astronauta italiano
75
30 Autogestión o muerte
76
31 La Clínica del Dr. Patricio
78
32 NIETOS
79
33 Honolulu blues
80
Atrapado en libertad
81 208
34 Que venga el punk
82
35 Ratón de biblioteca
83
36 La relatividad acorde al Einstein
84
37 Un acto de Kabalah
85
38 El monologuista
87
39 Mejor hablar de Mejor no hablar…
89
40 El ataque del Dragón
90
41 Sangre Azul
91
42 Un casi no-Redondo
94
43 Hipsters, cultos, cool
95
44 Kikí, ¿qué?
96
45 10/12/1983
98
46 Tróccoli, Dios y el Diablo
99
47 Willy Gulp!
100
48 Toda la noche hasta
101
49 Risas en el cabaret dadaísta
103
50 La nueve milímetros
104
51 Torero casi redondo
106
52 La cofradía de la flor Soler
107
53 La Venus de fernet
108
54 Pancho, el artesano
109
55 Kamasutra en La Rioja
110
56 El Polimóvil
112
57 Cemento fresco…
113
58 Dame gas
114
59 ¿Paty s de Ricota?
115
60 Garganta sin arena
116
61 Cocaína y Democracia
117 209
62 El carnavalito ese…
119
63 Rompan todo II
120
64 Un siglo igual
121
65 Carlos Solari, masajista
122
66 Aportes desmedidos
123
67 Memorias de un móvil
125
68 ¿Qué gusto tienen los redonditos?
126
69 Oktubre (de regreso…)
127
70 Torta de Ricota
128
71 ¡Un sungutrule en Paladium!
129
72 Tres y nadie más
130
73 La marcha del Piojo
131
74 Luca sí; Luca no
132
75 Poli-deportivo
133
La gran bestia pop
134
76 El living de la muerte
135
77 El beat de Walter
136
78 Odisea Huracán
137
79 Solos en América
138
80 Rocanroles de ay er
139
81Lobo suelto, Cordera atado
140
82 Convivencia Sagrada (La vida en el estudio)
141
83 Tai Chi Driver
143
84 Saxo vas a llorar
144
85 ¿Piñas van, piñas fueron?
145
86 El no-cantante de Patricio Rey
146
87 El no-cantante y las estrellas
147
88 La venas abiertas de River Plate
148
210