Colección temas españoles nº 11 · La batalla de Teruel · Andrés Pamplona 1952
Descripción: obra batalla de ayacucho
Batalla de IlipaDescripción completa
Batalla de Kilómetro Siete Antecedentes.
La pérdida de los fortines Boquerón, Arce, Alihuatá y la retirada general hacia Saavedra fue un duro golpe para los bolivianos. Cundió una ola de desmoralización que alcanzó a todas las unidades en el Chaco.
El general Carlos Quintanilla fue destituido del mando de la 4.ª División siendo reemplazado por el coronel Enrique Peñaranda. Los restos de la 4.ª División boliviana retrocedieron hacia Saavedra abandonando los fortines Arce y Alihuatá, los más avanzados que tenía Bolivia en el Chaco. A la altura del km 7 del camino Saavedra-Alihuatá cruzaron un ancho pajonal que cortaba perpendicularmente el camino. Los comandantes vieron allí las condiciones favorables para una defensa y acordaron detener ahí el avance paraguayo.
Después de capturar Arce y Alihuatá, Estigarribia perdió la oportunidad de acabar con el ejército boliviano en el Chaco al desviar su ataque hacia los fortines bolivianos Fernández y Platanillos asumiendo, razonablemente, que fuerzas bolivianas podían salir desde allí a su retaguardia y cortar la línea de suministro Arce-Isla Poí. Estigarribia pensaba que los efectivos apostados en esos fortines superaban los 1000 hombres, sin saber que allí solo se encontraba distribuido, en posiciones distanciadas, el regimiento RI-1 Colorados con 220 soldados.
Este error de apreciación le dio tiempo a las fuerzas bolivianas en retirada para fortificar sus posiciones en Saavedra. Se produjeron nuevos cambios en los comandos: El coronel Francisco Peña, comandante interino i nterino del Primero Cuerpo, fue evacuado por enfermedad siendo reemplazado por el general Arturo Guillén. El Coronel Peñaranda también tuvo que ir a retaguardia por enfermedad, cediendo el mando al teniente coronel Bernardino Bilbao Rioja.
Desde Bolivia, el presidente Salamanca pensó que la resistencia en ese lugar era decisiva para recuperar la moral de las l as tropas, la cual pendía de un hilo. Una derrota obligaría a los bolivianos a retroceder aún más, lo cual acarrearía graves consecuencias para todo el ejército y posiblemente para su propio gobierno.
Los 18 días perdidos por Estigarribia permitieron la llegada al frente de los regimientos Abaroa, el RI-25, un destacamento de zapadores y un grupo de
artillería. Se apostó a otros 1500 hombres y 80 oficiales al otro lado del camino y se esperó pacientemente la aparición de los paraguayos. Progresivamente iban llegando a la zona de operaciones las fuerzas bolivianas que habían sido movilizadas y que Estigarribia estimaba que se completarían para fines de dici embre de 1932.