AxiologÃa educativa una visiÃ³n nacional (2a. ed.)

AXIOLOGIA EDUCATIVA, UNA VISIÓN NACIONAL

LIDIO NÉSTOR RIBEIRO RIANI

Diseño de portada: Plaza y Valdés Editores

AXIOLOGÍA EDUCATIVA UNA VISIÓN NACIONAL Primera edición: septiembre de 1999 Segunda edición: septiembre de 2002 © Lidio Néstor Ribeiro Riani Revisor adjunto: Marco Antonio Muñiz Vargas © Plaza y Valdés, S. A. de C. V. Derechos exclusivos de edición reservados para Plaza y Valdés, S. A. de C. V. Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin autorización escrita de los editores. Editado en México por Plaza y Valdés, S. A. de C. V. Manuel María Contreras núm. 73, Col. San Rafael México, D. F., 06470, teléfono 5097 20 70 editorial @plazay valdes.com ISBN: 968-856-728-0 Impreso en México / Printed in México

ÍNDICE Al lector de la segunda edición

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Advertencia

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Introducción

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1. Las causas de una ausencia

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2. Ideología y valores

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3. Las utopías del encargo

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4. Análisis de los supuestos previos

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5. Seguirán las naciones

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6. Permanencia de las ideologías

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7. Las conquistas del liberalismo político no serán avasalladas por el liberalismo económico

45

8. El destino de los partidos políticos

51

9. Prioridad de los valores

57

10. Globalización y valores

61

11. El conocimiento, la cultura y los valores

65

12. Necesidades, tecnología y valores educativos

69

13. Los encantos del poder caído y la globalización del valor

73

14. Segunda parte. Análisis de documentos

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15. Conalep.Varios. 1997

79

16. Conalep. Varios. 1998

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17. Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) Segundo Congreso Nacional de Educación. Tema 2: Los valores de la educación pública. México. 1997 97 18. Alducin Abitia, Enrique, 1989. Los valores de los mexicanos. México entre la tradición y la modernidad

107

19. Alducin Abitia, Enrique. Tomo II. México en tiempos de cambio

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20. Alducin Abitia, Enrique, 1993. Los valores de los mexicanos. Tomo III. En busca de una esencia

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21. El reduccionismo axiológico, un factor de desprestigio y emprobrecimiento

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22. ¿Qué valores proponemos para una política educativa?

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23. Algunos valores de personalidad a tomar en cuenta en nuestro proceso educativo

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24. Emotividad, razón y valores

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25. El destino del hombre como un proyecto axiológico renovado

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26. Bibliografía básica utilizada por el autor

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a ausencia de material bibliográfico que analice los documentos fundamentales que sobre el tema valores se produjeron en nuestro medio, quizás contribuyó a la rápida ecogida de esta obra en su primera edición por parte del público lector. Esperamos que esta segunda edición corra la misma suerte desde el momento en que sigue notándose en el "mercado librero" la carencia de trabajos de esta índole.

ADVERTENCIA ara el desarrollo de este trabajo tomamos como base y punto de partida los conceptos centrales de nuestro pensamiento sociopedagógico. Ello no significa que, para una cabal comprensión de lo que aquí decimos, sea necesario poseer un conocimiento previo de nuestra posición en el campo educativo. El trabajo es autosuficiente, aunque su contenido conlleva un contacto permanente con nuestras posiciones pedagógicas sostenidas con anterioridad. De todos modos, cada vez que traigamos a colación una idea anterior-sostenida en una o en diversas obras- haremos mención a su fuente original a los meros efectos documentales o de profundización voluntaria porque, reiteramos, el trabajo se sustenta por sí mismo.

L.N.R.R

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INTRODUCCIÓN

E n estos tiempos de posmodernismo importado y ausencia de compromisos sociales, en que una gran mayoría de nuestra intelectualidad -luego de arrear presurosamente sus banderas seudo marxistas y presuntamente revolucionarias- ha procedido, con la mayor frescura, a declararse posmodernista, agnóstica, escéptica, nihilista y hasta esteticista; en estos momentos en que han caído todos los sistemas, todas las bases, todos los fundamentos y que los únicos supuestos que se mantienen visibles son los del oportunismo ramplón en los sectores medios y bajos y de la rapacidad despiadada en las cúpulas; en esta circunstancia histórica, en que hasta los mismos dogmas religiosos son cuestionados y los mitos ancestrales caen pulverizados, proponer un sistema de valores o hacer una simple insinuación valoral, más que una osadía resulta una afrenta imperdonable. Más aún si su autoría proviene del Tercer Mundo. Sin embargo, debemos reconocer que es hora de que empecemos a vivir desde nuestras propias coordenadas psicosociales. La vieja Europa -nuestra antigua surtidora de ideas-continúa fiel a su proceso de desarticulación ideológica, orientada más a lo crítico que a lo propositivo. Ya Federico Nietzsche, hace más de un siglo, le había anunciado la muerte de dios. Dios como base, como supuesto y meta, como fundamento del pensar y del hacer, más que como símbolo religioso (Nietzsche. 1984). En ese momento el hombre europeo sentía moverse sus cimientos espirituales. Su fe, su confianza absoluta en las 13


posibilidades del conocimiento humano, empezaba a tambalearse. Se sumergía en una situación similar a la experimentada en el siglo XVI, cuando comprobó que la tierra ya no era el centro del universo; pero esta vez complicada por un nihilismo anonadante. En 1891, en su Así Hablaba Zaratustra, el mismo filósofo reitera y amplifica su anuncio con una variante: la introducción del concepto de Superhombre ("Dios ha muerto, yo os anuncio el Superhombre") (Nietzsche. 1993). El Superhombre: una esperanza, un anhelo, una tabla de salvación en medio del Océano; La Voluntad de Dominio como sustituto de la angustia. En pleno siglo XX (en 1927) Martin Heidegger refuerza la imagen de desconcierto del hombre europeo al profundizar, en contenido, la corriente que más tarde se conocería bajo el rubro de Existencialismo (Heidegger. 1951). No estoy diciendo que Heidegger formó parte de la corriente existencialista, sino que aportó elementos básicos para su construcción al igual queNietzsche y Kierkegaard. El propio Heidegger se encarga de aclararlo según el Boletín de la Sociedad Francesa de Filosofía, en pág. 193. (Citado por Alain Boutot. 1991). Corriente filosófica y moda espiritual-mundana que llevó a la juventud (sí, especialmente a la juventud) de esta esquilmada y maltrecha América Latina, a sentirse angustiada porque Francia había perdido la guerra contra los nazis y la Gran Bretaña se había quedado sin su imperio. Nuestra simiesca actitud de imitación a todo lo foráneo nos condujo a este grado del ridículo. Hoy, en pleno siglo XXI, en momentos en que el hombre europeo se encuentra flotando en el vacío, suspendido de la nada y presa de la desesperanza y de la desesperación, nosotros -latinoamericanos y tercermundistas- volvemos a contagiarnos de sentimientos ajenos y adoptamos como valor supremo de la vida al oportunismo absoluto de la incertidumbre. Oportunismo que se inicia en la vida cotidiana y se proyecta al plano de lo escatológico. Entre estos inciertos oportunistas descuellan grandes sectores de nuestra intelectualidad vernácula, siempre prontos a un cambio brusco de frente con tal de estar a la moda, sin importar principios ni compromisos. Es a estos sectores inestables y especiantes de nuestra 14

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intelectualidad, a quienes nos dirigimos preferentemente, sin detenernos a polemizar con sus mentores posmodernistas de allende ni de aquende el mar. Vivimos tiempos de prisas en nuestro continente. Tiempos de construcción y de lucha. Por eso iremos directamente a la formulación de nuestra propuesta, sin entablar polémicas vacías ni discusiones vanas con posibles adversarios. Sólo lo haremos cuando el proceso de construcción de nuestra propuesta así lo exija. Ya lo hemos dicho: [Debemos] "Desarrollar nuestra capacidad de iniciativa histórica a fin de que las soluciones a proponer -en relación con nuestra problemática nacional- no queden sujetas a los caprichos e intereses ajenos, ni a la espera de propuestas realizadas por terceros". [ ... ] "Actuar sin esperar a que la incitación venga desde afuera para después responder sobre ese mismo planteamiento incitador. Actuar como actores primarios, haciendo nuestra propuesta con anterioridad a todo desafío concreto de solución y no a manera de respuesta o represalia". (Ribeiro. 1994: 121). En otras palabras, como se dice en el juego de cartas: vamos a empezar a jugar de mano, vamos a empezar a jugar lanzándola primera carta para que los otros tengan que tomarla en cuenta al hacer su juego y ya no tener que hacer nuestro juego sobre la base de cartas ajenas. No entrar en el círculo de la desventaja, hacer nuestra propuesta y que los terceros -si les interesa- que nos la rebatan. Movemos en el terreno de los intereses mexicanos y continentales a la luz de nuestras coordenadas socioculturales. Pobres quizás, pero nuestras al fin. No nos estamos encerrando en un círculo de hierro chauvinista, simplemente estamos diciendo con el poeta que seguiremos bebiendo en nuestra copa que, aunque pequeña y modesta, nos pertenece y la usamos a discreción y sin permiso ajeno. No nos aislamos del mundo, nos adentramos al nuestro. Oteamos horizontes propios en busca de soluciones propias. Se ha dicho que quien no aprende de la historia está condenado a repetir sus errores. En nuestro caso concreto, aprendamos la lección del fracaso del marxismo en América Latina. Sus militantes y demás prosélitos, por estarse siempre a la espera de ideas y soluciones ajenas —emanadas del Comité Central 15


del Partido Comunista de la Unión Soviética y de la Academia de Ciencias de la URSS- perdieron la oportunidad histórica de convertir al marxismo en una ideología (entendida como sistema de ideas y puntos de vista) pujante y creadora en el amplio espacio de estas latitudes (Ribeiro. 1985). México, pese a toda la problemática que lo aqueja, seguirá firme en el afianzamiento (¿involuntario?) de su liderazgo continental. No repetiremos conceptos ya vertidos y largamente analizados. Para quienes quieran partir de sus bases o de la elaboración de sus conceptos fundamentales, aconsejamos la lectura de nuestro libro intitulado Geopolítica y Educación en México, como asimismo algunos capítulos y pasajes de La Educación de los Educadores y Prejuicios Sociales y Educación en México; aunque a los efectos de este trabajo no los consideramos imprescindibles, dado que su texto resulta con la autonomía suficiente para la comprensión del tema. Creemos que México puede trazarse una política educativa propia y de esta convicción partiremos para hacer nuestra propuesta axiológica. ¿Por qué una filosofía educativa orientada en tal sentido? Porque somos de los que pensamos que no hay educación cabal (en el sentido de la plenitud) sin una intencionalidad. Nuestro mismo concepto de educación nos lleva a ver el problema de ese modo. Hace muchos años -en plena contienda con las huestes macartistas- dijimos que: "Educar es propender a que todos los factores que contribuyen a modelar el espíritu humano concurran a la formación de una conciencia social determinada". (Eugenio B. de Meló. 1966). (Ese era mi seudónimo en tal ocasión). Hoy mantenemos el mismo criterio; claro que robustecido por largos años de ejercicio y análisis de la práctica docente. Dejamos constancia de que: si bien esta definición surgió en medio de una polémica relacionada con la Educación Formal, ello no significa que las otras formas de educación estén exentas, totalmente, de ese toque de intencionalidad. 16

AXIOLOGÍA EDUCATIVA, UNA VISIÓN NACIONAL

Es por lo antedicho que nuestra propuesta lleva una intención, un propósito, una meta, una finalidad, cuál es: la de formar dentro y fuera del aula a los futuros líderes de América Latina. Como lo hemos venido haciendo en todos nuestros traba jos, cada vez que retomemos una idea ya desarrollada por nosotros en obras anteriores (sin menoscabo del intento de lograr su más cabal expresión para cada caso) indicaremos al lector su fuente originaria a los efectos de una posible ampliación o de un simple reencuentro con su propia genealogía. N/B:

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1 LAS CAUSAS DE UNA AUSENCIA

Más de una vez hemos afirmado que, en el campo de la educa-

ción, jamás había surgido en México una propuesta curricular con pretenciones de convertirse en alternativa ante la propuesta oficial. Podemos agregar que eso ha ocurrido también en otros campos, V. Gr.: en el campo de lo socioeconómico, dado que todas las posibles alternativas que se manejaron y se manejan, responden a modelos foráneos importados y sin digerir. Las causas de esta situación son bastante claras. Por un lado, la izquierda marxista mexicana (cuando existió) jamás se propuso crear-

la; se limitó a obedecer y repetir lo planteado desde afuera como simple consigna de obediencia. El liberalismo no oficial, por su parte, pagó las consecuencias de una debilidad propia de toda esa corriente: su falta de un sistema de valores más o menos estable y estructurado. Tuvo valores, sí; pero en forma de tendencia, de flujo disperso, no encauzado ni explicitado. Fue una corriente más bien pragmática que, aún dentro de los sectores no integrados, vivió a través del partido gobernante. Por eso, desde su seno tampoco han surgido propuestas alternativas. Excluidas estas dos fuentes (marxismo y liberalismo disidente) de posibles alternativas ante las propuestas oficiales, no queda ninguna de donde esperarlas. Se pensará que la propuesta (no concreta19


da en proyecto) de los grupos religiosos fundamentalistas -pese a su origen foráneo- podría convertirse en una alternativa; pero -en nuestra opinión- no la vemos como viable dentro de la sociedad mexicana actual. Incluso, muchos de los que se autodenominan cristianos, se pronuciarían en contra. Son conscientes-al igual que la mayoría de nuestra población-de que no se puede volver a los tiempos de la religión obligatoria y única, ni a los dogmatismos y fanatismos medievales. Vivimos tiempos de libertad; de ansias de libertad aunque más no fuere. Nadie está dispuesto a encadenarse voluntariamente. Ante tal panorama, resolvimos dar forma a nuestra propuesta axiológica. Lo hacemos con la esperanza de que otras fuerzas, no políticas propiamente dichas, intensifiquen sus esfuerzos como gestoras de nuevas y sólidas propuestas. Me refiero concretamente al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) quien, con sus Diez Propuestas para Asegurar la Calidad de la Educación Pública. 1994. (Ed. SNTE. México), los resultados del segundo Congreso Nacional de Educación (Noviembre de 1997) y los del tercero, realizado en abril del año 2000, nos está indicando la ruta por donde encaminará sus esfuerzos destinados al logro de una educación acorde con las necesidades y aspiraciones del México moderno. (La ausencia del Sindicato Nacional de Traba jadores de la Educación -SNTE- en propuestas educativas de largo aliento, ha sido preocupación fundamentalísima de nuestra prédica, tanto a través del libro como de la mesa de conferencias). Hoy nos congratulamos de que nuestros anhelos comiencen a hacerse realidad. Esperamos que estos atisbos no se queden en eso, en meros comienzos, en simples iniciativas y nuestro organismo representativo -a partir de ahora- acelere e intensifique su marcha hacia una verdadera toma de posición académica desde el terreno de lo sindical. Conviene aclarar que nuestra propuesta se limita al campo de lo axiológico. No pretendemos realizar una propuesta curricular en su sentido más amplio. Eso será obra, quizás, del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Así lo esperamos para un día no muy lejano. 20

2 IDEOLOGÍA Y VALORES

E n (Libro señero en el desarrollo de nuestra doctrina educativa) sentamos la premisa de que es La Educación de los Educadores

necesario que el educador (fuere del nivel que fuere) sea poseedor de una ideología. Me refiero a una ideología propia, teñida de matices personales, no a una ideología injertada, de adhesión puramente externa. Una ideología personal, libre de todo ritual eucarístico, formalista y mágico. Una ideología apoyada en un sentir y no en un deber. Una ideología que, aunque heredada, pueda ser maquillada, retocada, internalizada, desdogmatizada y dinamizada con caracteres propios. Una ideología en movimiento, sin nudos ni barreras. Una ideología que sea la expresión viva y constante del espíritu (del psiquismo total) del individuo. Para los detractores clásicos de la ideología-a la manera de Carlos Marx, Federico Engels y el charlatán de Althusser- esto resultaría una aberración, ya que la ideología es -a criterio de los mismosun factor de enmascaramiento y deformación. No compartimos esta opinión; pero no entraremos en polémica. Expondremos nuestro pensamiento sin evocar ajenas posiciones. No nos interesa embestir contra los dogmas -más aún si vienen de la otra orilla-, sí, nos interesa y mucho, minarlos y socavar sus bases a través de una toma de posición con fundamentos propios. 21


Es hora de que tomemos la palabra sin seguir huellas ajenas ni enredarnos en convencionalismos contaminados ni contaminantes. Empecemos por decir que, para nosotros, la ideología tiene una función diferente a la asignada por aquéllos (independientemente de que pueda constituirse -llegado el caso- en factor de deformación y enmascaramiento de la realidad). La ideología deforma y enmascara, sí; pero a la vez impulsa-a veces como detonante- la función razonadora del hombre. Cuando el individuo (desde su circunstancia personal) comienza a enredarse en los principios, postulados y dogmas heredados e impuestos; cuando las contradicciones lo empiezan a cercar en su vida cotidiana, si no es un mogigato o un hipócrita, advierte que se desata dentro de sí un cogitar herético que tiende a romper amarras molestas e inútiles a partir de su misma ideología. Es el momento en que comenzamos a entrever ante nosotros los barruntos de la represión colectiva, que pronto nos convertirán en perseguidos, segregados y aplastados... salvo que escojamos convertirnos en héroes o en rebeldes. La elección entre unos y otros siempre nos pertenece y son los valores quienes -en última instancia- la deciden. Los valores surgidos de la misma ideología y de la aplicación que hayamos hecho de la misma. Quedan los otros roles: los silentes, los no visibles, los potenciadores de actitudes inesperadas e imprevistas. Uno muy importante es el de aglutinar, organizar y patentizar situaciones de modo que desemboquen en una problemática capaz de ser analizada por el mismo individuo que la experimenta. Estas situaciones, merced a la ideología, se agrupan en campos de análisis diferentes y diferenciables; se clasifican, se ordenan, se jerarquizan y luego se interrelacionan. Sin la ideología, la problemática socio-espiritual del hombre se le presentaría como un todo, como una andanada anonadante, sin otra función que la de aplastarnos anímicamente. Porque hay ideología hay jerarquía de problemas y a la recíproca: porque hay jerarquías problemáticas hay ideología. La realidad social impulsa la creación de la ideología y ésta -a la vez que se va creando- valoriza y estructura las distintas necesidades humanas. 22


El juego dialéctico es simultáneo, permanente y difícil (casi imposible) de separar en partes o componentes. En síntesis: toda ideología (trátese de una conciencia falsa o verdadera) constituye un elemento gestor y dinamizante del hombre, tanto como ser pensante que como ser actuante. La ideología es la verdadera fuente de los valores. Me refiero a la ideología tomada como sistema de ideas y puntos de vista interiorizados (de un modo racional y emocional) y no como simple vestimenta externa, ya fuere impuesta, heredada o adquirida como un objeto a la moda. Sin ideología personalizada no hay búsqueda; no hay dudas; no hay cuestionamientos; no hay roturas de barreras o, por lo menos, deseos de atropelladas. Me estoy refiriendo -insisto- a la ideología asumida como una actitud individual; como una toma de posición personal que luego -aunada a otras- generará las grandes corrientes de opinión con sus respectivos valores.

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3 LAS UTOPÍAS DEL ENCARGO i Zapa Zapata ta viv vivie iera ra,, etc., etc., et etc.". Largos años de paternalismo político-sindical político-sindical llevaron llevaron al pueblo mexicano mexica no a conformarse a la idea idea de que todo debe llegarle desde arriba (léase: gobernante, caudillo, coyote o -en última instanciael mismo dios en caso de que existiese). Un estribillo que se ha hecho popular expresa: expresa: "Si Zapata viviera ¡qué ¡qué chinga les pusiera!". pusie ra!". Como Zapata ya no vive ya ya no hay hay nadie capaz de ponerle una chinga chinga a sus presuntos o reales enemigos. enemigo s. ¿Por qué Zapata? Porque Zapata fue líder; porque Zapata estaba y está reconocido por las masas como el gran gran revolucionario. Por eso, fuera de Zapata o de algún algún otro procer reconocido, reconoc ido, no hay nadie que pueda hacerlo. Se está está siempre a la espera del sujeto sujeto providencial. providencia l. Esta es es la posición axiológico-emotiva de nuestro hombre en el momento actual. Un hombre que lo espera todo de "los grandes hombres" y poco o nada de sí mismo. Falta conciencia en nuestro pueblo en el sentido de advertir que las transformaciones sociales no son son obra de los superhombres sino de las mismas mismas masas, aunque dirigidas por hombres relevantes. Nuestra Nuestra educación acusa esa incidencia y nos resultará muy difícil superarla. De todos modos será necesario intentarlo. Su lastre 25


dentro del del aula es es evidente. Es raro el estudiante que procura arribar a conclusiones conclusiones propias. Su actitud "crítica", "supercríti " supercrítica" ca" en algunos casos, se limita a cuestionar cuestion ar incoherentemente tanto al profesor profesor como a sus condiscípulos. Digo incoherentemente porque va desde el recurso de tomar una palabra o una frase aislada y divagar en torno a ella, hasta el de cambiar el sentido o la acepción acepción que se le ha querido dar a los términos, términos, ya fuere fuere de un modo aislado o al discurso en su conjunto, para despacharse a sus anchas sobre los más diversos lugares comunes. Todo esto lo sabemos muy bien quienes dirigimos tesis o trabajos conclusivos en general. Sus discrepancias se limita lim itan-c n-casi asi siem si empr pree-aa un simple simple inventa inventario rio de improper improperios ios y frafrases hechas dirigidos contra el gobierno (no contra el sistema ni contra los sistemas dominantes como tales). tale s). Cuando tienen que llegar a la fase fase de "Conclusiones y Recomendacione Recome ndaciones" s" ya no saben saben qué hacer y otra vez se vuelve a lo anodino e intrascendente. Es la misma rebeldía juvenil llevada al aula; toda ella se apaga, se esfuma, ante la ausencia de una propuesta concreta. Hay que enseñar a pensar a nuestro alumno, a razonar, a reflexionar, más que a cuestionar con espíritu de grilla. Tarea difícil, porque amplios sectores de nuestro profesorado carecen de esa habilidad. Así fuero fueronn educados, tanto en la escuela como en el hogar y dentro de la misma sociedad en general. general . Sociedad surgida surgida de ese hogar represivo en el que el hijo no tiene derecho ni oportunidad de opinar y menos aún de intentar rebatir la opinión de sus mayores. Las trabas mentales del mexicano medio se generan preferentemente dentro del hogar; allí donde se incuba el reflejo condicionado de callar ante las opiniones de quienes quiene s se encargan de proveer la pitanza diaria y de cubrir las necesidades elementales. Por eso eso decimos que resultará muy muy difíci difícill deshacer esas trabas o eliminar esos refle jos jo s condiciona condi cionados. dos. Si a ello sumamos los preceptos prec eptos de corrientes corrie ntes religiosas que constantemente están hablando de obediencia, sumisión sión y castigo, el cuadro propicio para una castración mental mental queda estructurado. En los años que subsiguieron subsiguieron a la Segunda Segunda Guerra Mundial se hablaba mucho de la definitiva decadencia de Europa y de susposi26


bles relevos históricos. Algunos sociólogos e incluso historiadores -a la manera de To Toynb ynbee ee-- llegar llegaron on a pensar pensar que que el encargado de tomar la posta del relevo histórico de manos de Europa sería sería el mundo árabe. Desde un primer momento rechazamos tal idea. En conferencia a estudiantes normalistas dijimos: mientras los árabes sean musulmanes (resignados) (resigna dos) y no sujetos sujetos autónomos, no habrá ningún ningún avance significativo dentro de de su civilización. civiliza ción. Esta posición fue retomada en mi posterior libro juvenil Los Problemas de Latinoamérica Latinoamé rica (Ribeiro. 1955). La historia nos dio la razón. Tanto el autoritarismo religioso, como el autoritarismo hogareño (derivado de aquél) están limitando lás~posTbilidades creativas y resolutivas de nuestro pueblo. En tanto esta situación situación se mantenga, en tanto sigamos creyendo que las cosas se hacen a través de terceros -sea -s eann éstos terrenos o extrat ext raterr erreno enoss- todo esfuer esfuerzo zo que hagamos en pro del espíritu de empresa y de la creatividad creatividad de nuestro pueblo se verá reducido en sus posibilidades. No corresponde traer a colación pruebas de ninguna especie en tal sentido. No estamos elaborando un alegatojurídico ni un tratado de sociología, sino una propuesta axiológica para una filosofía de la educación mexicana. Sin embargo enunciaremos algunas situaciones en las que esta realidad se trasunta vivamente y de un modo cuasi cuasi antológico cuando no, ridículo. Un primer hecho -sorprendente y revelador- está constituido por la tendencia de un alto porcentaje de nuestros asesorados de tesis a dedicar el frut frutoo de sus esfuerzos esfuerzos "a Dios". Dios" . "A Dios" Dio s" por haberlos ayudado en todos sus aspectos. ¡La divinidad agradecida; pletórica pletórica de orgullo al ser distinguida por el hombre! La "certificación" ció n" ha invadido invadido todos los terrenos. Por otra parte estamos regresando al tiempo de las musas; aqueaqu ellas que nos dictaban o imbuían de su sabiduría para que nuestra obra lograse perfección. Junto a éstas se dan dan otras situaciones y actitudes como la de aquellos que pretenden sobornar a las divinidades (Dios incluido) para ganar sus favores. Son los que les encienden veladoras y les llevan flores y hasta serenatas. serena tas. Todo ello ello con con el propósi propósito to de conven convencer cer a 27


las deidades de la necesidad de atender sus ruegos y brindarles su invaluable ayuda. Esto en lo trascendental, en el plano de lo escatológico. ¿Qué pasa en el plano de lo terrenal, en el mundo de la vida? Casi nadie (me refiero al pueblo común y corriente, no a los sectores encumbrados) realiza gestiones por sí mismo. En especial los jóvenes siempre procuran hacerlo a través de un personaje influyente. Así, si un joven egresado decide solicitar un empleo, lo primero que hace es buscar un buen acompañante: su padre, un pariente influyente, un maestro, un líder sindical, etc.... pero casi nunca lo hace él por sí mismo. Esto, incluso, está institucionalizado a través de la carta de recomendación o de presentación; pues hay presentaciones que no se cuestionan, que constituyen todo un pase en blanco. Independientemente de que el procedimiento pueda o no surtir efectos positivos, lo que importa es que todo esto resulta frustrante, inhibidor y ridículo. En todos los planos, empezando por el escatológico. ¿Necesitan, acaso las divinidades (santos, dioses, etc.) del halago de los hombres para su satisfacción? Creemos que no; que, en caso de existir, resultarían autosuficientes y nada les importaría la adulonería (sincera o fingida) del sujeto humano. Pero nuestro hombre -desde los tiempos del imperio azteca- necesita creer que alguien lo ayuda desde afuera. Quizás resultase oportuno recordarle que, desde tiendas protestantes, se suele difundir este consejo: "Ayúdate y Dios te ayudará". Posiblemente, si nos convenciéramos de este aserto, el tiempo que gastamos en peregrinaciones y el dinero que invertimos en cirios, flores y demás ofrendas, los emplearíamos en capacitarnos para el trabajo y para otros menesteres más socializantes y rendidores. Algún día nos convenceremos de que "Dios" está más cerca de nosotros de lo que pensamos y que buscarlo en imágenes, en símbolos y otras formas de la idolatría, constituye una especie de blasfemia emanada de nuestra misma ignorancia de lo humano. Hablábamos del descuido de lo axiológico en que había caído la corriente liberal. El mismo descuido podemos atribuirlo a la iglesia católica (la dominante en México). Esta institución ha sustituido los 28


valores por aspectos secundarios y pervertidos del dogma: mogigatería, ritualismo hueco, obsecuencia, etc., limitando su campo valoral a lo meramente externo y emblemático. El feligrés católico (la masa creyente) ha dejado de pensar. Sólo le preocupa su suerte personal obtenida a costa de artificios meramente externos, sin contenido alguno.

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ANÁLISIS DE LOS SUPUESTOS PREVIOS n nuestro proyecto de investigación decimos que esta es una investigación teórico-conceptual que se desarrollará a través de un proceso de reflexión apoyado en un amplio acervo documental y en nuestra larga experiencia docente. Una serie de abstracciones respecto al problema -generadas en el transcurso de investigaciones anteriores- servirán de marco referencial para el desarrollo del mismo. Todo investigador en Ciencias Sociales carece de virginidad intelectual. Siempre aborda al objeto a través de una nebulosa de abstracciones previas, difusas y confusas. Esta circunstancia es lo que permite dar inicio a un proceso de análisis más o menos sistematizado del tema a estudiar, tal como lo concebimos en nuestro método conocido como "Análisis Conceptual Dinámico" (Ribeiro. 1994). En otras palabras, en toda investigación se parte de supuestos y presuposiciones que, sin revestir el carácter de premisas inamovibles ni de hipótesis a comprobar, nos sirven como referentes circunstanciales para el análisis conceptual en su proceso de concreción. Estos supuestos, lejos de debilitar el rigor del análisis, lo enriquecen y dinamizan. Ello es así desde el momento en que no los convertimos en dogmas ni piedras angulares inamovibles, aunque 31

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muchos de ellos persistan a través del análisis y mantengan su presencia en los resultados finales; claro que, con modificaciones sufridas a través del estudio. El mismo Heidegger, con todo su rigor lógico-fenómeno lógico, nos dice: "La interpretación de algo como algo tiene sus esenciales fundamentos en el, "tener", el "ver" y el "concebir" "previos". "Una interpretación jamás es una aprehensión de algo dado llevado a cabo sin supuestos". [... ] "La filosofía ni debe querer negar sus "supuestos", ni concederlos simplemente. Los concibe y, a una con aquello para lo que sirven de supuestos, los desarrolla acabadamente". (Heidegger. 1951: 174 y 357). Nosotros partimos de algunos supuestos como los que siguen: a. México se perfila como el líder sociopolítico de América Latina. b. La educación puede contribuir a formar una conciencia de liderazgo en cada habitante de este país. c. Seguirán las naciones, pese a la globalización de la economía. d. La vida institucional de la sociedad continuará girando en torno a los partidos políticos. e. Permanecerán las ideologías (en constante transformación). f. Se jerarquizarán los valores en la vida ciudadana. g. Las conquistas del liberalismo político no serán avasalladas por el liberalismo económico. Algunos de estos supuestos ya fueron ampliamente analizados en oportunidades anteriores. Es el caso del que afirma que "México se perfila como el líder sociopolítico de América Latina". Por tal razón lo damos por discutido y no volveremos sobre él. Si alguien se interesara por entrar en profundidad en dicho tema, le recomendamos la lectura de Geopolítica y Educación (Ribeiro, Lidio. 1994). En lo que atañe al que sostiene que "La educación puede contribuir a formar una conciencia de liderazgo en cada habitante de este país", diremos que tampoco le dedicaremos un estudio especial en esta ocasión. Está contenido en toda nuestra producción bibliográfica, además será retomado en capítulos posteriores. Nos limitaremos, pues, a irlo explicitando a lo largo de nuestra investigación. Nos detendremos sí, en el análisis de los sucesivos supuestos. 32

5 SEGUIRÁN LAS NACIONES finales del siglo XIX, bajo el influjo del marxismo (internacionalismo proletario, capitales apatridas, etc.), se decía que el régimen de organización mundial -funcionando a través de naciones- pronto desaparecería. Alguien, a comienzos del siglo XX, se permitió diagnosticar que "seguirán las naciones". Y las naciones siguieron, algo maltrechas, pero siguieron. Y algo más, siguió el nacionalismo; a veces exacerbado, como en el caso del nacionalsocialismo alemán, del nacional-chauvinismo japonés o del nacional-patrioterismo argentino, a veces debilitado, como en el caso México, pese al arraigado prejuicio que existe sobre "el acendrado nacionalismo del pueblo mexicano". Ya lo dijimos más de una vez (y no sólo nosotros): en México, más que de nacionalismo hay que hablar de localismos (así, en plural). Las naciones seguirán, no tanto por la acción de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación), como lo piensan las grandes masas populares de este país, sino por otras razones más complejas. Por otra parte, nuestro fútbol está tan corrompido y comercializado, que hasta resulta un agravio de lesa patria, asimilarlo a los valores nacionales; en este caso habría"que incorporar, también, al narcotráfico y a la venta de influencias. 33


Las naciones seguirán tanto por razones de orden emocional como por razones de orden racional y, más concretamente, administrativas. (La sed de autonomía y el aflorar de sentimientos nacionalistas que sucedieron a la caída del campo socialista -dentro de su exámbito, geográfico- es prueba más que suficiente de cuanto decimos). Lo emocional no necesita mucha explicación. Las tradiciones, las costumbres, tienden a servir de elemento social aglutinante. Algunos dicen que también la historia-fundamentalmente la historia, dicen otros-constituye una base emocional del nacionalismo y del propio concepto de nación. Aquí la cosa ya se complica. La historia no es la misma para todos, aunque los acontecimientos sean los mismos. ¿Acaso todos los mexicanos ven del mismo modo los acontecimientos históricos que van de la independencia nacional hasta la fecha? La historia, en el aspecto emocional, más que unir separa. Profundos odios históricos suelen separar a las naciones; por eso no creo que -en la mayoría de los casos- sea un elemento muy valioso para reforzar emocionalmente el sentimiento de nación. En este plano de lo emocional les concedo más peso a las costumbres y tradiciones folklóricas que a cualquier otro elemento. Sin embargo, en el aspecto global determinante del fenómeno de constitución y supervivencia de las naciones, veo un mayor peso en lo racionaladministrativo por encima de cualquier otro factor. Analicemos el caso de México. Nuestro país está organizado federativamente (federalismo basado en ciertos principios que, en sus grandes rasgos se respetan, pese a lo que se piense dentro de su territorio; no al modo de Argentina y de Brasil, donde la federación es una mera etiqueta constitucional) y eso resulta cómodo y benéfico para la casi totalidad de las entidades. Digo la casi totalidad, porque no me parece que Chiapas, Guerrero y Oaxaca se sientan muy bien dentro del conglomerado político-social que conforma nuestra nación. Pero, ¿qué pasaría con estas poblaciones en caso de no permanecer integradas a los Estados Unidos Mexicanos? Quizás su miseria fuese mayor, mucho mayor, que la que actualmente padecen y los filibusteros de todo el mundo sentarían en esas tierras sus reales para establecer un colonialismo depredador y avasallante. Y eso lo 34


saben los habitantes de esas regiones. México -contrariamente a lo que se piensa- continuará afirmándose como nación. Los amagos separatistas de Nuevo León nos tienen sin cuidado. Son simples mohines de despecho de una querida celosa y consentida. Fuertes factores de unidad permanecen vigentes en la sociedad mexicana y entrarán con pasos triunfales en el siglo XXI. Empecemos por enumerar los elementos defensivos. Los llamamos así porque más que de avanzada sirven de protección; actúan como una coraza social conservadora. Entre ellos podemos citar los siguientes: La conciencia de nación explotada por capitales foráneos que existe en nuestra población. Se exceptúan los grupos vicariales que están al servicio de aquellos capitales. El generalizado sentimiento de inferioridad racial, motivado por la predominante coloración cobriza de la inmensa mayoría de nuestra población. Este sentimiento, emanado de un fuerte prejuicio racial, actúa como elemento aglutinante frente a entidades internacionales. (Ver: Ribeiro, Lidio. 1986) El sentido de solidaridad social que caracteriza a la gran mayoría de nuestra sociedad, emanado de dos fuentes básicas: nuestra herencia indígena y la conciencia generalizada de un hostigamiento ancestral. El deseo, ampliamente mayoritario, de mantener costumbres populares que se ven amenazadas por la influencia de los Estados Unidos de Norteamérica. En cuanto a los elementos de pro (no digo ofensivos) mencionaremos: La conciencia (incipiente aún) de lo que significa México en el concierto de las naciones del mundo. (Si aún no tenemos conciencia de lo que significamos dentro del continente americano, menos la vamos a tener con relación al mundo, aquí se acusa una falla grande en nuestros programas de historia y de civismo y en la orientación misma de nuestra enseñanza en general). Algo de nuestra historia (no todo); en especial aquellos héroes y hechos que han superado la prueba del tiempo. Cuauhtémoc, Hidalgo, Morelos, Zapata y otros actores de menor entidad, protagoniza35


ron hechos en torno a los cuales casi todos los mexicanos están de acuerdo. (Sobre las invasiones extranjeras es preferible no hablar; todavía no hay unanimidad de opiniones al respecto, en especial en lo que respecta a la francesa de 1863). La acción aglutinante de nuestra lengua nacional, intensificada por la fuerza expansiva de la misma dentro del propio territorio de los Estados Unidos de Norteamérica. Un cuarto elemento de pro (a generar más que a constatar) está representado por la conciencia del papel que le corresponderá desempeñar a México en el futuro de América Latina. Esto constituirá nuestro gran aglutinante social en los próximos años. Cuatro elementos defensivos y cuatro elementos de pro, constituirán el cañamazo sobre el cual se bordará el futuro. Entre tanto, ¿qué lugar ocupará en los próximos tiempos la lucha de clases? El marxismo real en su caída no arrastró el fenómeno lucha de clases; este sigue vigente y con más fuerza que nunca. ¿Qué incidencia tendrá en los acontecimientos venideros de nuestro proceso social? No lo podemos anticipar; pero sí afirmar que la misma se canalizará -con fuerza renovada- a través de una forma de sindicalismo diferente al actual y de partidos políticos con perspectivas muy diversas. NOTA: (Registropara un Análisis). En el México actual no se han producido manifestaciones propias de una lucha de clases con cierta definición; por lo menos a partir de 1988. Lo de Chiapas responde más a un episodio de confrontación étnico-cultural que a un choque clasista. Nuestro clasismo está impregnado de racismo; por eso, más que al rico explotador se odia al blanco sin más (aunque este resulte de una condición socio-económica tan modesta como la del odiante). El blanco significa la opresión, el despotismo, el desprecio; por eso se le odia indiscriminadamente. La historia en México pesa más que la realidad. El pasado más que el presente. Organizar una lucha de clases en México siempre va a resultar una tarea compleja, inestable y frágil. La emotividad anti-blanco desplazará a un segundo plano cualquier otra forma de oposición social. Ello 36


perturbará toda toma de conciencia emanada de lo racional. Sin embargo hay que tener en cuenta que no todos los blancos son "blancos". Hay de blancos a blancos para la masa mexicana, lo que enreda más la problemática social. Puede usted ser de cutis blanco y poseedor de ojos azules sin que nadie lo moleste por tales características. La condición para que las cosas ocurran de ese modo, es simplemente: tener rasgos indígenas. Parece que lo que más exacerba al racismo mexicano son los rasgos, las facciones, no el color ni la raza propiamente dicha. Es algo diferente de lo que ocurre en los Estados Unidos de Norteamérica, donde lo que importa es la ascendencia real y no la apariencia externa*. Así, hay restaurantes y centros exclusivos en ese país donde, independientemente de que el cliente sea rubio, castaño o moreno (no negro) se le hace poner las manos sobre la mesa y luego presionar con los dedos. Si una coloración especial, manifestada en la base de las uñas, revela su ascendencia negra, ello es motivo suficiente para que la casa haga uso de su inalienable "derecho de admisión". En síntesis (y anticipando problemas) diremos que resultará muy difícil homogeneizar una lucha de clases en la sociedad mexicana actual debido al fuerte lastre racista que la contamina. El odio contra el blanco será siempre más fuerte y conciso que el odio que pueda despertar el oligarca explotador y despótico. Y esto lo conocen los oligarcas y ¡bien que lo saben aprovechar! Mientras la masa mexicana siga viendo en el blanco a su verdadero enemigo, no avanzaremos mucho en el propósito de generar una conciencia clasista reivindicadora y justiciera. Todo esto a pesar de que la población blanca caucásica del país (según nuestros cálculos, sujetos a un mínimo margen de error) apenas si alcanza a un raquítico tres por mil.

• Estamos hablando de dos tipos de racismo: el mexicano frente a la minoría blanca, ante la cual se siente genéticamente inferior y el anglonorteamericano frente al negro, al cual considera genéticamente inferior al blanco. El primero es un racismo de compensación mientras el segundo es un racismo de dominación. Uno procura defenderse, el otro ejercer una supremacía. 37

6 PERMANENCIA DE LAS IDEOLOGÍAS a despolitización y el fanatismo han privado a México del servició de muchos de sus grandes hijos en pro de las mejores causas nacionales. Siempre oí decir que el fanatismo y las supersticiones -fundamentalmente las de orden religioso- habían privado a la humanidad de grandes exponentes del genio o, por lo menos, impedido que llegaran a descollar en los más altos niveles de sus capacidades. El caso que más suele mencionarse es el de Blas Pascal quien, después de haber escrito a los dieciseis años un "ensayo sobre las secciones cónicas" e inventado la máquina de calcular a los dieciocho -además de escribir las leyes de presión atmosférica, el equilibrio de los líquidos, el cálculo de posibilidades y el triángulo aritmético- se retiró (a los treinta y un años de edad) a una abadía para enfrascarse en las discusiones que, en ese entonces, sostenían las diferentes sectas religiosas que rivalizaban en aquel momento. ¿Qué cumbres del pensamiento habría logrado alcanzar ese hombre de no estar alienado por las supersticiones, temores y prejuicios religiosos y de haber dedicado toda su vida al saber científico? (Por otra parte, quizás, no hubiese muerto tan joven). Los mexicanos no tenemos que ir tan lejos para encontrar y lamentar frustraciones intelectuales y de índole diversa. Muy cerca de nosotros tenemos a 39


Sor Juana Inés de la Cruz quien, a su turno, luego de expresar tajantemente que "no quiero ruido con la inquisición", renunció definitivamente a las letras "en plena madurez y rodeada de fama" (Paz, Octavio. 1995: 16 y 91). En otro plano diferente, aunque no menos lamentable, nos encontramos con el general Tomás Mejía. Independientemente de su posición ideológica -en abierta contradicción con su circunstancia social- y del error táctico-político de apoyar la aventura imperial de Maximiliano y su cohorte de vendepatrias mexicanos -todo ello como consecuencia del descuido de la tarea formativo-doctrinaria del liberalismo-' podemos afirmar que, en lo moral, era un hombre en todo el sentido de la palabra. Indio al igual que Juárez (otomí de pura raza, nacido en la sierra Xichú), actuaba en su vida privada de acuerdo a cánones de conducta pocas veces observados en situaciones tan difíciles y complicadas como las que vivía México en esos momentos. Vale la pena transcribir el diálogo que mantuvo con Mariano Escobedo en su celda de muerte. Digo que lo vale porque tanto el Liberalismo Político (fuerza de avanzada de la época) como las fuerzas supuestamente de vanguardia que le sucedieron -llámense de izquierda o de cualquier otro modo- también descuidaron la formación ético-axiológica de la población en general y de sus militantes en particular. Sus diversos proyectos de política educativa nunca fueron más allá de los documentos que los contenían. No incidieron mayormente en la ciudadanía. Apenas si la salpicaron sin producir modificaciones sustanciales. Utilizando una terminología conductista diremos que las políticas educativas del liberalismo no produjeron modificaciones apreciables de conducta en sus aprendientes.

He aquí el diálogo de referencia: "Estando el general en su celda de la prisión de Querétaro, dice un documento, le visitó el general en jefe del Ejército ' Aclaro, desde ya, que cuando hablo de liberalismo me estoy refiriendo al Liberalismo Político y no al Liberalismo Económico, corrientes estas que, además de no formar parte de una misma doctrina, se oponen ideológicamente como lo mostraremos en el próximo capítulo. 40


Republicano, Mariano Escobedo, quien en otros tiempos cayó prisionero de Leonardo Márquez. Y cuando este se empeflaba en fusilarle, Tomás Mejía se opuso y le salvó la vida. No habiendo Escobedo olvidado que le debía la vida a Mejía, quiso a su vez salvar al prisionero y le ofreció la fuga con todas las garantías. Mejía agradeció el rasgo de su adversario, pero no aceptó. Entonces recordó a Escobedo que cuando él le dio la bienvenida a Maximiliano a la llegada de éste a México, le dijo: Excelencia, aquí está un hombre que dará la vida por usted, cuando sea necesario. No pude decir otra cosa, pues como usted sabe, no soy orador, y ahora ha llegado el momento de cumplir con mi palabra. Si el emperador y Miramón se salvan, yo me salvaré con ellos. Si se les fusila, asimismo me han de fusilar a mí. Con ellos a la libertad o en su compañía al patíbulo. En vano quiso Escobedo convencerle de que esas gentes nunca habían sido fíeles a la amistad de que hacía gala Mej ía en aquellos momentos. Estoy seguro, general -le decía Escobedode que si al archiduque y a Miramón se les ofreciera una oportunidad, huirían sin acordarse de usted. Es más, en el fondo lo desprecian a usted por ser indio. No me hace. Precisamente por ser indio he de hacer honor a mi palabra, pues ya sabe usted, don Mariano, que lo que un indio promete, lo cumple. Quizás la causa que abracé sea una causa equivocada, pero la creí buena para mi patria y empeñé mi honor en su defensa. Hemos perdido y es justo que paguemos con la vida, si la vida se nos pide. Le agradezco a usted su noble propósito, de verás se lo agradezco don Mariano, pero no puedo aceptar que la historia diga de mí que abandoné a mis compañeros en la hora del infortunio. Don Tomás, es usted mejor y más grande de lo que me figuraba. ¡Lástima que su entereza y fidelidad sean para ese rubio aristócrata, que no merece que un hombre como usted se sacrifique por él! Mi voluntad es salvarle a usted la vida y créame que lo haría con gusto. Pero si se empeña en seguir la misma suerte que el archiduque, no me queda otro recurso que inclinarme y darle un abrazo de despedida. Y los dos soldados se abrazaron emocionados", (Foix, Pere. 1995: 227-228). 41


El liberalismo político siempre descuidó la integralidad del fenómeno educativo. No educó en profundidad, no politizó, no adoctrinó, no sembró valores; se limitó a rechazar los valores contrarios a su ideología, pero no se preocupó por afirmar ni difundir sus propios valores. (El intento cardenista de impartir una educación socialista fue un intento fallido por su misma carencia de raíces y de explicitación. Tan fallido como el intento de 1926 de implantar para la Educación Primaria un "Código de moralidad" que se procuró fundamentar con apoyos religiosos del Antiguo y del Nuevo Testamento). (Véase: Latapí Sarre, Pablo. 1998. Revista Proceso. Número 1120). Da la impresión de que el liberalismo nunca confió en sus propios valores y que más que confianza en ellos reveló temor a sus opuestos. Fue un ariete para destruir concepciones dogmáticas y castrantes, pero no supo construir una ideología propositiva en todas las dimensiones. Por eso la axiología oscurantista y prepotente va y viene en México a través de su historia sin extinguirse jamás. Su vitalidad se mantiene pese al millón de muertos y a los dos millones de lisiados que nos dejó el levantamiento de 1910. El liberalismo en México fue ante todo una corriente pragmática, sin una propuesta teórico-doctrinaria con sentido de alternativa ideológica. Esto explica que elementos como Tomás Mejía militasen en el otro bando y explica, también, la presencia de toda una caterva de oportunistas, estafadores, ladrones y asesinos que siempre acompañó -como una sombra fatídica- al Liberalismo Político de estas latitudes. Si queremos mantener la vigencia de las conquistas del Liberalismo Político mexicano frente a la embestida del Liberalismo Económico y demás tendencias retrógradas, tenemos que empezar por educar en ese mismo sentido. Educar por encima de los partidos, sin que esto exima a las fuerzas progresistas de su labor políticodoctrinaria específica y proselitista. Educar profundamente y con intensidad de acuerdo al espíritu y a la letra de nuestro artículo tercero constitucional; aunque más no fuere en consonancia con lo que resta de él, a lo que sobrevive de su versión original, procurando robustecer su contenido laico, democrático y de respeto al ser 42


humano. Educar para una vida libre de dogmatismos, de prejuicios y convencionalismos retardatarios y frustrantes; pero educar, fundamentalmente, para el ejercicio de un liderazgo nacional e internacional apoyado en la ideología que tiene como eje central a nuestra carta magna de 1917. Todas las fuerzas político-sociales que estén en contra de todo tipo de sinarquismo, fundamentalismo y demás fuerzas de opresión y avasallamiento del ser humano, deben ponerse de acuerdo para el ejercicio de una educación basada en una serie de valores que incluya, por lo menos, aquellos que apuntan hacia la libertad, la autonomía, la participación, la autoestima, la solidaridad, la entrega generosa del hacer humano, la eliminación de prejuicios y convencionalismos y de todos los que hagan del sujeto humano un hombre en toda la acepción de la palabra humano. ¿Qué significa cada uno de estos calificativos? Habrá que establecer precisiones que apunten a la clarificación de sus contenidos como valores inherentes a nuestra propuesta de organización social. Todos tenemos un concepto de lo que ellos significan; pero cada corriente filosófica los interpreta y los aprecia a su manera. Por eso es necesario -reiteramos- que todas las fuerzas político-sociales que apunten a la defensa de los intereses de las mayorías, se pongan de acuerdo respecto a estos contenidos y hagan girar todo su accionar teórico-práctico en torno a ellos, poniendo énfasis en lo propiamente educativo, en especial, en lo que a educación formal se refiere. Concomitantemente habría que establecer acuerdo en torno a ciertos principios básicos que hacen posible la realización de aquellos valores. Principios como los que establecen el derecho de todo individuo -dentro de un régimen democrático- a elegir y ser elegido; el derecho a decidir por sí mismo dentro de los márgenes otorgados por la ley y el derecho a disponer de los recursos materiales indispensables para el ejercicio de una vida digna. Ninguno de estos principios o postulados podrán lograrse íntegramente sin el requisito previo o simultáneo de una economía planificada (sic). Planificada -precisamente- con vistas al cumplimiento de aquellos postulados y sin comprometer ni entorpecer el derecho de iniciativa y realización que debe tener todo individuo, ni menoscabo de los derechos 43


mayoritariamente acordados. La actual política económico-financiera (mal llamada neoliberal), ha generado un verdadero terror a todo lo que huela a planificación; pero las sucesivas crisis y recesiones económicas y sus correspondientes conmociones sociales (presentes y futuras) acabarán por convencernos, definitivamente, de que sin economía planificada no puede haber sociedad organizada. Organizada sobre una base de justicia y de pacífica convivencia humana. El comunismo como sistema político-social ha muerto y esperamos que para siempre; pero las formas de socialización que apuntan a la seguridad del sujeto humano por parte del Estado, cada día clamarán con mayor vigor por su consolidación. (Lo que murió fue el "socialismo real" en su versión bolchevique, no el socialismo en su esencia marciana propiamente dicha. Marx no llegó a desarrollar su teoría económica con vistas a una práctica social, apenas si esbozó sus aspectos básicos fundamentales. A tal punto estoy convenido de ello que, proyectándome en su pensamiento primario, veo que las economías que más se compadecen actualmente de sus ideas, son las de los países escandinavos y del propio estado de Israel. En torno a este principio de seguridad continuarán girando las diversas ideologías que pugnarán dentro de la sociedad futura; ya fuere para aceptarlo como para rechazarlo, pero ya no podrán dejar de tomarlo en cuenta. En síntesis: permanecerán las ideologías.

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LAS CONQUISTAS DEL LIBERALISMO POLÍTICO NO SERÁN AVASALLADAS POR EL LIBERALISMO ECONÓMICO a se ha vuelto un lugar común hablar de neoliberalismo sin más, como quien habla de una corriente única y unívoca; emparejando así, en un solo concepto, el Liberalismo Político y el Liberalismo Económico. No se advierte que la evolución de esta corriente ha estado signada siempre por una especie de contradicción interna y que una cosa fue y es el Liberalismo Político y otra el Liberalismo Económico. El Liberalismo Económico nació con los fisiócratas (1760-1770) y estos pensadores -salvo contadas excepciones- políticamente hablando, no fueron liberarles. Puede consultarse al efecto la obra de André Jardin. 1989. Historia del Liberalismo Político. Ed. Fondo de Cultura Económica. México. México. Lo que lleva a asociar históricamente a ambas formas de liberalismo es el hecho de que una y otra postularon la libre iniciativa como base de la actividad social. Claro que, mientras el Liberalismo Político postulaba la libre iniciativa sinceramente y en la plenitud de 45


sus alcances, el Liberalismo Económico la postulaba hasta donde le permitiese arrasar con sus competidores, además de anteponer el orden social (léase statuquó) a las libertades públicas. El Liberalismo Económico era y es enemigo declarado del Liberalismo Político (tomado en su sentido originario y esencial). Los fundamentos del Liberalismo Político no surgen del seno de la alta burguesía sino de la clase media ilustrada, la que tenía plena conciencia del hecho de que, sin libertad, su misma existencia como clase social emergente era precaria e insegura. El problema de los Derechos Humanos era crucial para esta burguesía; débil económicamente, pero fuerte intelectualmente. Ese mismo problema que hoy vuelve a ponerse sobre el tapete de la realidad político-social, pero que ya no puede limitarse al esquemático mundo de la organización de poderes sino que debe avanzar hacia el amplio y profundo mundo de la organización económica. El tema de la democracia, las libertades públicas y el desarrollo económico, hoy debe ocupar el centro de la actividad socio-doctrinaria del pensamiento humano. Podríamos ampliar nuestro análisis del problema con una pregunta señera: ¿supone el Liberalismo Político un régimen económico basado en el "laisserfaire, laisserpasser "? Creemos que no. No vemos ninguna relación lógico-causal entre uno y otro. Por el contrario, vemos al Liberalismo Político más en armonía con las ideas socialistas que con las capitalistas. No haremos un "racconto" histórico al respecto. Nos bastará con citar a una de las cabezas cumbres del Liberalismo Político mundial -tanto en el pensamiento como en la acción- en cuanto afirmó que: "Debemos organizar la vida de manera que nada falte al campesino y al obrero que producen la riqueza; es nuestro deber procurar que la persona que vive de un salario tenga un hogar cómodo, escuela para sus hijos y un seguro contra las enfermedades y el paro forzoso. ¿Socialismo? Bien. No me asusta la palabra, porque socialismo diría que es la tendencia natural de mejorar la condición o el libre desarrollo de las facultades físicas y morales del hombre. A cada cual lo suyo según su capacidad, según sus obras y su educación. Así no habrá clases privilegiadas ni preferencias injustas". 46


(La cita fue tomada de Pere Foix. 1995. Benito Juárez. México. México. Pág. 311). A manera de reforzamiento documental recordemos que: "Croce cuenta como en Europa a mediados del siglo XIX los estadistas locales, en función de gobernantes, tuvieron que apartarse del librecambio, que antes se había venido casi a identificar con los principios de la libertad política. John Stuart Mili explica como rehace en sus "Principios de Economía Política" el capítulo sobre propiedad, por las preocupaciones sociales y socialistas, buscando un estado social que combinara la mayor libertad posible con la justa distribución de los frutos del trabajo. La práctica liberal o la aparición de nuevas corrientes de pensamiento, partiendo de la receptividad de la doctrina, permitieron hacer distingos dentro del liberalismo, separando los principios espirituales y políticos de los principios económicos y sociales, para afirmar los primeros, aún prescindiendo de los segundos". (Reyes Heroles, Jesús. 1994. Tomo I. pp. X y XI). El mismo socialismo (en todas sus versiones) desconoció esta relación. En su afán de atacar al régimen capitalista la emprendió contra todos sus productos, incluyendo el Liberalismo Político. Es hora de proceder a un análisis sereno y responsable del problema. Nuestros educadores tienen un compromiso muy serio e ineludible en tal sentido. La educación -tanto la formal como la informaldebe colocarlo en el centro de las discusiones. De no ser así, nuestra ya marcada despolitización ciudadana, continuará en aumento y ello será para mayor daño de nuestra misma vida institucional, porque a la larga perderemos todas las conquistas ciudadanas logradas gracias al Liberalismo Político. No olvidemos que en México "el liberalismo nace con la nación y ésta surge con él". (Reyes Heroles, Jesús. Op. Cit. pág. XII). Como no creemos que tal cosa ocurrirá porque las sociedades no se suicidan, partiremos de la base de que dichas conquistas se mantendrán pese a los embates del Liberalismo Económico y nuestra proverbial indiferencia político-social. A propósito, recordaremos que la despolitización del pueblo mexicano se expresa, entre otras maneras muy diversas, en la indi47


ferencia de la ciudadanía ante las amenazas a sus conquistas sociales. Se nacionaliza la banca y nadie se conmueve a nivel popular; al poco tiempo se la vuelve a privatizar y todo el mundo tranquilo (exceptuando a los banqueros, por supuesto). Entre uno y otro acontecimiento nada ha ocurrido para la masa. Banca nacionalizada o banca privada tanto da. Sus consecuencias no llegan al pueblo y el pueblo nada hace para que lleguen a él ¿¡Cuántas conferencias me hizo dar la Secretaría de Educación Pública (SEP) sobre los posibles efectos de la nacionalización bancada!? muchas; aunque no recuerdo cuantas. Profesores, padres, alumnos y vecinos en general (más alguno que otro periodista) estuvieron soportando mi ingenuo optimismo. ¿Para qué? para descubrir -de inmediato- que todo era mentira. Ya nos cerraron Conasupo, quizás mañana nos cierren el ISSSTE y El Seguro y no ocurran mayores conmociones. ¿Qué pasará cuando pretendan cerrar la Escuela Pública o hacerla confesional? ¿Aún tendremos capacidad de reacción? Creo que sí y lo que me preocupa es que nuestra reacción -en todo caso- siempre se ha mostrado explosiva, efervescente, eruptiva, catastrófica. Nunca estuvo precedida de una etapa previa de concientización ideológica capaz de orientar los acontecimientos. Un día reaccionamos contra el poder colonial de España y arrancamos con un ejército popular neófito e improvisado, sin ninguna visión de lo que significa la toma del poder. Todo estuvo en nuestras manos y lo echamos a perder. Fue necesaria la capacidad organizativa de un Morelos para que las cosas tomaran otro giro. Otro día reaccionamos contra el porfiriato y empezamos a desmantelar haciendas y a fusilar sin tregua. Huerta no es fruto del azar. Años más tarde nos hartamos de la pacatería y del inmovilismo generalizado y salimos a la calle (sin programas ni ob jetivos que rebasen lo meramente instantáneo) a hacernos masacrar en la ratonera de Tlaltelolco. ¿Cómo reaccionaremos mañana?, tienen la palabra los partidos políticos y los sindicatos. ¿Podremos esperar algo de las llamadas "organizaciones no-gubernamentales"? Soy poco optimista. Constato la manera apresurada como todos los opotunistas y charlatanes 48

AXIOLOGIA EDUCATIVA, UNA VISION NACIONAL

de la clase media se han venido cobijando bajo su amplio y manipulable alero de indefiniciones. Sea como fuere; sea cual sea el procedimiento escogido para resistir, nuestras conquistas seguirán ahí, aún bajo la amenaza de los ejércitos del Tratado del Atlántico Norte o de las Naciones Unidas o, simplemente, del Pentágono. Si nuestra clase dominante no es capaz de contener las aguas desbordadas del Papaloapan (418 Km.), ni los incendios forestales de verano, menos será capaz de detener la multiplicidad de estallidos sociales que se gestarán en tales circunstancias.

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8 EL DESTINO DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS

Los Partidos Políticos como tales -rotulados con ese nombre- sur-

gen en el siglo XIX. Pero ya antes de la Primera Guerra Mundial se hablaba de la desaparición de los mismos. Parece que el único problema doctrinario de quienes hacían tales previsiones era el de la sustitución de estos por otras fuerzas representativas. Algunos pensaron en los sindicatos, otros en organizaciones aglutinadas en torno a algún interés social en particular (a la manera de las actuales Organizaciones No-Gubernamentales), en tanto que otros hasta vieron la posibilidad de volver a los antiguos estamentos, con voto calificado y todo lo demás. Mientras los teóricos se entretenían con estas elucubraciones, la realidad les demostraba la enormidad del error. Lenin, haciendo hincapié en el partido y su adecuada organización, lleva a los bolcheviques al poder en la antigua Rusia en el año de 1917. En 1922, Benito Mussolini, tras su "marcha sobre Roma" (instrumentada por el partido fascista) se apropia del poder en Italia y, en 1933, el aventurero Adolfo Hitler-mediante la febril actividad del partido Nacional-Socialista- asume el poder en Alemania. 51

LIDIO NÉSTOR R1BEIRO RIANI

Hoy, los tecnócratas y teóricos desocupados, vuelven a pronosticar la desaparición de los Partidos Políticos; pero los Partidos Políticos seguirán oficiando como canales de comunicación entre el pueblo y el gobierno dentro de la sociedad futura. Ni las Organizaciones No-Gubernamentales, ni los sindicatos, ni los estamentos, ni la tecnocracia (como se piensa, insistentemente, hoy día) los podrán sustituir. Los partidos serán, más que nunca, los rectores de la actividad política. Los técnicos -pese a lo que pese- serán sus servidores y no a la inversa. Claro que, para eso, los partidos tendrán que funcionar como organizaciones que se han dado voluntariamente un mecanismo de acción. En los países socialistas los partidos dejaron de funcionar porque el culto a la personalidad los anuló y nunca más se pudo revitalizaríos, aún después de la muerte de Stalin. Su anulación -como generadores de corrientes de opinión- permitió que quedasen frente a frente tecnócratas y burócratas, para que después se fusionaran en el cuerpo único de la nomenklatura. Eso explica la ruptura que -con el correr del tiempo- sobrevino en las distintas sociedades del campo socialista. En México la situación, con no ser tan grave, es bastante similar a la de aquellas comunidades. Nuestros partidos políticos no funcionan como tales. Sus organismos representativos no representan a nadie; ni en la derecha, ni en la izquierda, ni en el centro. ¿Qué hacer? Empecemos por reactivar la actividad partidista en lo más elemental. Fortalezcamos sus organismos de base evitando, desde luego, que demagogos y oradores de barricada se los copen. Y eso sólo se logra politizando al pueblo; informándolo, induciéndolo a la militancia activay eliminando toda forma de patemalismo. La pereza mental constituye una de nuestras grandes plagas políticas: no me molesto en pensar, el líder lo hace por mí. La primera fuerza política mexicana que se dé una tal organización recibirá una gran sorpresa en el primer evento electoral en que participe. Advertirá -quizás sin poder explicarse de un todo lo acontecido- que obtuvo más votos de los que esperaba. No desconocemos las dificultades que se oponen a estos procedimientos. Largas décadas de patemalismo nos han desmovilizado política y moralmente. Pero 52


habrá que empezar de todos modos; aunque fuere comenzar por un leve intento de hacer más participativo al ciudadano de estas latitudes. Las marchas a ciegas, las concentraciones multitudinarias con desconocimiento de los verdaderos intereses que las impulsan, los incendios de pozos petrolíferos y el desquiciamiento del tránsito público, no constituyen formas de participación ciudadana sino actos de desesperación o de simple provocación política, alentados por los oportunistas de siempre. Nuestros partidos políticos deberán comenzar por establecer programas de acción concretos y definidos; no programas teóricos, con visos de discursos de ocasión sino plataformas orgánicas y coherentes. Programas que el electorado pueda conocer y comprender con facilidad. Esta tarea no puede ser obra de una secta, de un grupo o de una cofradía sino de amplios sectores partidarios, aunque su redacción inicial e incluso la final, pueda corresponder a una comisión de expertos. Otra actividad que deberán tomar muy en serio nuestros partidos políticos, es la selección de candidatos a representarlos en las diversas competencias electorales. Candidatos elegidos por afiliados al partido y no impuestos por sus caudillos de turno. Paralelamente, la tarea de difusión y sedimentación ideológica constituye una condición básica para la vitalidad de los partidos. No basta con la simple acción mecánico-proselitista ocasional. Hay que formar y capacitar cuadros político-doctrinarios. Cursos, audiciones, publicaciones y demás elementos formativos han de constituir una actividad sistemática y no casual de los partidos políticos que pretenden actuar en democracia. Junto a las tareas anteriores, -tareas que, materialmente, sólo un partido político puede realizar- queda una cuarta que no sabemos por qué razón ha sido tan vilipendiada en México. Me refiero a la tarea de movilización realizada a través de servicios de transporte: lo que aquí llamamos despectivamente "acarreo". Facilitar los medios de transportación para que la ciudadanía pueda concurrir a los actos polítfcos o a cumplir con el deber cívico de participar en eventos eleccionarios, constituye un rasgo de alta civilidad en servicio de la 53


ciudadanía. Consideramos que una gran parte del abstencionismo mexicano se debe al hecho de que el electorado no dispone de medios de transporte para concurrir a las urnas; pues nuestros partidos políticos solamente se ocupan del criticado "acarreo" en oportunidad de los actos proselitistas de propaganda partidaria y dejan totalmente abandonado al elector en el día de los comicios. Un hecho ilustrativo: en países como Uruguay y Argentina resulta prácticamente imposible conseguir un taxi en un día de elecciones, dado que todos están contratados por los partidos políticos para dar servicio a sus potenciales electores. En México, sin embargo, el problema no existe: es más fácil conseguir un taxi en un día de comicios que en un día hábil. Una quinta actividad -muy propia de los partidos políticos- está constituida por las tareas financieras. Constituye un tipo de movilización muy propio de estas entidades desde el momento en que cubren una doble finalidad: la de recabar fondos para cubrir los gastos de campaña y la de comprometer al electorado para con su causa política. En consonancia con todo lo antedicho podemos concluir que: resulta muy difícil -sino imposible- dar cumplimiento a estas tareas si no es desde la base de un partido político. Por otra parte, consideramos que: mientras existan clases sociales, divididas por fuertes diferencias de intereses, tendremos organizaciones sociales destinadas a luchar por esos intereses. Esas organizaciones -no importa como se llamen en el futuro- no serán otra cosa que partidos políticos. UNA BANDERA CONCRETA PARA UN PARTIDO DE HOY

Los partidos mexicanos de oposición suelen enarbolar banderas axiológicas abstractas con la finalidad de desplazar del poder al partido gobernante. Abstracciones contra realidades concretas casi nunca han funcionado y, en los casos en que funcionaron como exitismo político, siempre desembocaron en la decepción. 54


El caso del partido nacional o blanco, de Uruguay, en las elecciones de 1958, fue evidente. Honradez, patriotismo, decencia, pureza, idealismo y otras consignas de similar indefinición, coparon la audiencia política del país. Resultado: triunfo arrollador del partido nacional en las urnas después de noventa y tres años de intentos fallidos (1865-1958). Consecuencias: un partido sin otro programa que la conservación del statu quo maquillado, pronto cayó en la fácil y tentadora cacería de brujas con el consiguiente avasallamiento de las libertades públicas. En México estamos viviendo la preparación de un clima seme jante. Ya se habla de unir a toda la oposición por encima de ideologías y valores. Las consignas se anticipan: honradez política y administrativa se dice en algunas filas y, en sus elecciones internas, los propios dirigentes de ese partido queman urnas, agreden a electores y sustituyen planillas. Libertad, gritan desde otras tiendas y, sus prohombres más representativos, pugnan por la prohibición de determinadas películas cinematográficas, censura de obras teatrales, libros y hasta prendas de vestir femeninas. Se manejan valores caros al pueblo mexicano y se los viola con la mayor impudicia, en un constante acto de hipocresía social. Es hora de una unión sí, de una unidad política sin tapujos; pero unidad de las fuerzas más representativas de México y no de los fariseos de todo signo: fueren de derecha o fueren de izquierda. Me refiero a una unión que pueda inscribir en sus banderas postuladas tales como: * Liderazgo continental de México en lo político-social, con fuerte incidencia en el terreno económico. * Combate a la miseria a través de programas viables y concretos. * Defensa y fortalecimiento de la escuela pública. * Programa concreto de combate a la corrupción, signado por una mayor agilidad y funcionalidad del código penal. * Afianzamiento de la seguridad pública mediante la profesionalización de la policía y el fomento de la participación ciudadana para su logro. 55

9 PRIORIDAD DE LOS VALORES in pretender meternos en disquisiciones filosóficas y, menos aún, en polémicas con los filósofos y, por supuesto, sin la intención de embarcarnos en ninguna especie de "idealismo metafísico", partiremos del supuesto de que los valores-como tales- guardan independencia con respecto a las cosas y a las acciones. Las cosas (los objetos o los entes como dirían algunos) no crean los valores (lo mismo que las acciones), lo que hacen es patentizarlos, objetivarlos; pero no generarlos. Así, el valor utilidad tiene validez aún cuando no existan cosas u acciones útiles. Las cosas se vuelven útiles o inútiles a la luz del valor utilidad. Ejemplo: una planta medicinal no presta ninguna utilidad mientras no se descubre la propiedad curativa que le es propia. Una vez descubierta la propiedad curativa la planta se vuelve útil, porque existe el valor utilidad. Ello no quiere decir que el valor (en este caso la utilidad) exista como una esencia en el topus uranus platónico. Los valores no son realidades metafísicas; tampoco son conceptos emanados de los hechos y las cosas; serían "significaciones", tal como consideran los fenomenólogos a las esencias. El valor tiene significado o validez porque se adecúa a las aspiraciones humanas. No es un existente es un "valente". El valor simboliza una aspiración, un objetivo huma57


no generado en el correr de la experiencia histórica del hombre. (Para el lector interesado en profundizar este aspecto del problema, recomendamos la lectura del capítulo intitulado "La experiencia histórica en la gestación de los valores", de nuestro libro "Los Valores de Acceso y la Práctica Docente"). Vale en tanto existe el hombre como ser pensante en su actitud de aspirar a proyectarse fuera de sí. Heidegger se pregunta: "¿Qué quiere decir ontológicamente el ser de los valores o su "validez"? "¿Qué significa ontológicamente esta "adherencia" de los valores a las cosas?". (Heidegger, Martin. 1951: 115). El autor no da respuesta a sus preguntas. Nosotros tampoco las contestamos. Podemos avanzar en nuestro análisis sin dar respuesta alguna. Quedan como problemas de la axiología. Problemas que tenemos que seguir planteando, dándoles cabida en nuestras disquisiciones pedagógicas, porque la pedagogía sin la filosofía, sin un fundamento filosófico, se vuelve actividad mecánica, rutinaria, huera, sin sentido y propensa a caer en el estancamiento y en la desorientación. Es lo que nos está ocurriendo en estos momentos. Estamos desorientados porque carecemos de una filosofía definida en todos los campos del pensamiento y de la acción. Solamente hacen gala de una filosofía social (incluimos aquí a lo pedagógico y demás actividades gregarias del ser humano) los sectores más retardatarios de nuestra sociedad. Los demás sectores carecen de ella. No la tienen los auto-designados sectores de izquierda, porque el hundimiento del campo socialista les hundió el cerebro y su consiguiente capacidad de generar ideas de cierta envergadura. No la tienen los llamados centristas porque ni siquiera saben de qué cosa son el centro, de qué supuestos puntos extremos equidistan. Y no la tienen4os llamados sectores de avanzada porque, parodiando al personaje novelístico, podríamos decir que: antes de embarcarse en esa empresa jugaron su corazón al azar y se los ganó la trivialidad (no la violencia, como al personaje referido). Ante tal orfandad resolvimos realizar nuestra propuesta tomando como punto de referencia (no de apoyo) a la investigación de 58


Enrique Alducin Abitia (Alducin, Enrique. 1989, 1991 y 1993), como asimismo el material ofrecido por el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep), bajo el título de Desarrollo Humano y Calidad. (Varios. Conalep. 1997 y 1998). Tomemos en cuenta, asimismo y de un modo muy especial, los materiales que respecto a valores educativos generó el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación en su Segundo Congreso Nacional de Educación. La elección de estos tres documentos se debe al hecho de que, el primero responde a una encuesta nacional con amplia cobertura y los otros dos emanan de instituciones altamente representativas de los sectores educativos.

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10 GLOBALIZACIÓN Y VALORES a humanidad se encamina hacia una globalización de la economía y de los medios de comunicación. ¿Sigue el mismo derrotero la cultura? ¿Se dirige la cultura y más concretamente la axiología, hacia una meta de globalización? Observamos que este proceso de globalización afecta, en especial, a la vida pública, a la vida de relación ampliada y externa, no tanto a la vida privada, a la vida íntima, a la vida familiar. Dentro de cada familia, de cada hogar, de cada institución incluso, se generan maneras de ser y de actuar que les son propias; quizás, en estos momentos, con mayor intensidad que en otros tiempos. Lo mismo ocurre con las naciones, como ya lo vimos. Todo ello a despecho de la llamada globalización o mundialización económico-comunicativa. ¿Por qué la subsistencia y hasta intensificación de los particularismos? ¿Cuál es su razón de ser y su destino? Creemos que el proceso unificador no impedirá los particularismos de todo tipo; incluyendo los lingüísticos. La globalización no amenaza a la capacidad creadora de la cultura, antes bien la impulsa. La cultura la crea el individuo, no la multitud y siempre lo hace desde un ángulo personal, aunque influido por el medio sociocultural. El tinte personal y local de la cultura nunca se esfuma, siempre está presente en los productos culturales concretos 61


en sus más diversas expresiones, aunque respondan -en todo casoa patrones sociales condicionadores. El localismo es un factor generador de cultura en el más amplio sentido. De él nace la cultura universal y de ésta los valores comunes. Todo proceso internacional de masificación genera un tinte psicosocial que tiñe al hombre de su tiempo, pero que no lo modifica sustancialmente sino sólo en sus aspectos más generales y exteriores. Así ocurrió con el helenismo, con la romanización y con el Imperio Carolingio en la antigüedad y así ha ocurrido y ocurrirá con todas las globalizaciones o mundializaciones en el futuro. El individuo jamás se desprenderá totalmente de sus raíces locales (sean éstas regionales o nacionales) y son precisamente estas raíces las que otorgan a los valores sus diversos matices. El sincretismo en lo religioso es un ejemplo bien claro de ello, lo mismo que los diversos tonos de las ideologías político-sociales. Por otra parte, los valores (locales, nacionales o internacionales) no se heredan como fatalidad, pero sí ejercen una influencia directa (tanto negativa como positiva) en el individuo. De ese modo -por influencia negativa- en un medio conservador puede surgir una expresión cultural o axiológica transformadora y revolucionaria o viceversa. De un modo u otro el medio sociocultural siempre está presente, ya sea para afirmar una continuidad o para gestar una ruptura. Nadie escapa a su circunstancia sociocultural como condicionante, lo que no quiere decir que ella imprima una dirección determinante con carácter de fatalidad. La dirección, la salida, nunca es homogénea; porque heterogénea es la mente humana y la circunstancia propia de cada uno. No se puede anticipar la adhesión a un sistema de valores por parte de un individuo, ni de un grupo de individuos, ni de una sociedad determinada, a partir de una situación sociocultural. Apenas si se puede prever a través de un diagnóstico -poco confiable- posibles resultados. El mecanizado determinismo social de la corriente marxista deformada (marxi-skinnerismo) simplificó el análisis; mecanizó lo no mecanizable, quiso convertir a la mente humana en un gran silogismo emanado de supuestos rígidos y consecuencias fata62


les. ¿Quién no recuerda estas parejas de opuestos?: el pobre bueno y generoso frente al rico malo y egoísta; el patrón haragán y torpe frente al obrero esforzado y hábil; el socialista inteligente y promotor de cambios frente al capitalista (llámese liberal, fascista o socialdemócrata) limitado e insensible. Todo este intento de globalización ideológica simplificada que virtió el campo del socialismo real sobre la humanidad de entonces, no fue suficiente para condicionar la mente de sus propios prosélitos de un modo homogéneo. Dentro del mismo campo socialista (férreamente sectarizado) empezaron a surgir las discrepancias. De acuerdo a la experiencia histórica de la humanidad podemos afirmar que: no existe el riesgo cierto y previsible de una globalización total y homogénea de los valores. Más concretamente: no hay peligro de una norteamericanización de los valores, pese a la mundialización de la economía y de los medios de comunicación. La mente humana está por encima de ambos elementos y es más poderosa y astuta que todos los tribunales de la Santa Inquisición y de los Juicios de Moscú juntos y asociados a los poderes exteriores. Sin embargo, posiblemente, algún día, pueda haber cierto (no digo total) acuerdo en torno a determinados valores de convivencia universal. Quizás, en algún momento de la historia, podamos expresar una opinión común en torno a valores tales como: libertad, justicia y dignidad humana, aunque más no fuere en el terreno de la teoría. Pero es un hecho que se ve difícil. La humanidad se aleja constantemente de esta meta. Las condiciones para alcanzarla son cada vez menores. La oposición Norte-Sur no es una fantasía, es una evidente y cruda realidad acompañada de todas sus connotaciones y derivaciones. Sea como fuere: soñar no cuesta nada y posiblemente sea dable esperar -en algún tiempo privilegiado- una globalización axiológica en el plano de la convivencia y del entendimiento humano integral.

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EL CONOCIMIENTO, LA CULTURA

Y LOS VALORES

ierta vez dijimos (Ribeiro, Lidio. 1998: 36) que la cultura supo-

nía conocimientos especiales para cada época e incluso propusimos tres fuentes básicas o fundamentales de conocimiento para la construcción de una cultura propia de nuestros días, acorde con las circunstancias del mundo actual. Insistimos en que el conocimiento no se adhiere pasivamente al espíritu humano sino que se adhiere a través de un proceso crítico -activo- de asimilación; de un proceso de percepción consciente que permite al hombre evadirse del ciego determinismo de la naturaleza. El ejercicio del pensamiento, la actividad pensante, es lo que lleva al terreno de la libertad. La libertad entendida como actividad consciente, no como actividad indeterminada y caprichosa a la manera del clásico librearbitrismo. Es a partir de este proceso (activo) de asimilación que el ser humano genera sus gustos, sus preferencias, sus preocupaciones y sus búsquedas; sobre todo sus búsquedas. Llegado a este nivel podremos decir que ha alcanzado el plano evidente, manifiesto, de lo axiológico; que ha generado y expresado -claramente- sus valores. Conocimiento, asimilación y valoración constituyen un proceso único con diversos grados de incidencia, no tres actividades sucesivas ni 65


separadas, como pareciera desprenderse de nuestro análisis. Lo axiológico supone un plano del conocer y del sentir que va más allá de los meros hechos, de la pura realidad cosificada, aunque parta de ellos para constituirse. Los valores surgen cuando la realidad comienza a comprenderse en su relación con la circunstancia humana; es decir, cuando empieza a ser apreciada, además de conocida. No nos interesa, en este momento, el problema del conocimiento en sí; nos estamos refiriendo a la apreciación y a la comprensión de la realidad circundante, a lo que podríamos llamar puesta de valor o toma de valor si se prefiere. La relación hombre-mundo genera el conocimiento y este conocimiento al ser asimilado (conscientemente) genera la cultura y, a partir de ella, comenzamos a proponernos valores. Valores que se ponen a las cosas o se toman de ellas, según sea la posición desde donde los consideremos. Es en este momento en que podemos decir que eljiombre comienza a apropiarse de su realidad con la finalidad de dominarla e incluso de transformarla. Diríamos (con el perdón de Marx) que toda vez que el ser humano procura conocer al mundo es con la intención de transformarlo. No hay conocimiento puro, desinteresado; todo conocimiento es utilitario, intencional, proyectivo. Ello es debido a nuestra permanente actividad axiológica; actividad que -de un modo u otro- siempre procura transformar la realidad. Y todo intento de transformación siempre es para algo; para alcanzar algún fin. Por eso decimos que, en todo conocimiento, siempre hay un tinte utilitario, un para que. Lo axiológico es una actividad propia del sujeto humano. Sin la axiología la actividad consciente de la mente humana se vuelve automación. Son los valores los que ponen sentido a nuestro conocer, del mismo modo que es nuestro conocer lo que enriquece nuestra actividad axiológica. Unidad dialéctica ejemplar sin la cual el hombre jamás hubiese logrado superar su estadio de animalidad cuasi irracional. La actividad axiológica del sujeto humano (la puerta o toma de valores) aporta a la realidad una nueva dimensión. Dar sentido a la realidad es tarea fundamental de la actividad axiológica y ese sentido sólo la especie humana lo puede dar, porque sólo ella es capaz de 66


elevarse al plano de la axiología. Las demás especies simplemente se someten a sus condiciones externas. Podemos decir, a manera de conclusión, que los valores constituyen un aspecto más del fenómeno cultura emanado, como ya lo vimos, del conocimiento primario; aunque representen su aspecto más refinado, más puro, más humano y a la vez humanizador.

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12 NECESIDADES, TECNOLOGÍA Y VALORES EDUCATIVOS La tecnología dentro del sistema económico globalizador -en su conjunto y como tal- como expresión de un hacer humano, no toma en cuenta las necesidades sociales como problemas a solucionar. Antes bien trata de generar nuevas necesidades (reales o ficticias) destinadas a alentar su propia expansión. Expansión que -por lo general- no tiene otra meta que la de consolidar el monopolio mercantil ista ejercido por los grandes grupos de poder socioeconómico, con todas las consecuencias visibles y previsibles que ello encierra. Sin embargo, las previsiones de Marx en el sentido de que el régimen capitalista -al producir para el mercado y no para las necesidades sociales- desembocaría siempre en sucesivas crisis cada vez más intensas, hasta desembocar en una crisis final y definitiva que acabaría con el sistema, no se cumplieron (por lo menos en los márgenes de lo esperado). Antes que crisis en el campo capitalista se dio una crisis dentro del campo socialista. Crisis de tal intensidad que llegó a destruir al propio sistema. Lo que Marx previo para el campo capitalista se cumplió dentro del sistema socialista (suponiendo que la organización socioeconómica de esos países respondía a una estructura socialista). No entraremos a analizar las causas del fenóme69


no en el llamado mundo socialista; ya lo hicimos en Geopolíticay Educación en México. Sí, trataremos de escudriñar las causas por las cuales las sucesivas crisis del mundo capitalista no llevaron a una crisis final y desintegradora. Nos apoyaremos, precisamente, en su misma producción y comercialización tecnológica. La tecnología, dentro del mundo capitalista, no toma en cuenta la solución de las necesidades básicas del hombre para encauzar su producción. Esa es una verdad evidente que nadie puede negar; ni los más recalcitrantes defensores del régimen. En cambio, ese modo de producción -a través de la tecnología- genera otras necesidades no básicas ni fundamentales, pero que -llegado el caso- pueden suplantar a las que sí revisten estos caracteres y al ser solucionadas, repercutir en la problemática de aquellas de un modo favorable. Por ejemplo, la tecnología actual no se preocupa por hacer que cada individuo sea poseedor de un traje de casimir, una camisa de seda natural importada, zapatos de charol y un abrigo de primera; pero sí produce otro tipo de vestimenta más cómoda y definitivamente más barata que, al hacerse "necesaria" -a la vez que adecuada a la circunstancia del individuo- permite prescindir del carísimo atuendo antes mencionado. La tecnología, en su afán competitivo de conquistar mercados, baja los precios y aumenta la calidad. La calidad es un área de la competencia, a la par que el precio. Lo que decimos de la ropa podemos decir de otros aspectos de la tecnología. La tecnología del mundo capitalista actual ha logrado un milagro que el mundo socialista jamás pudo lograr: hacer que las mercancías, permanentemente, mejoren su calidad y bajen los precios. Los dos casos más evidentes lo constituyen las computadoras y los medios individuales de transporte y aún los de comunicación. ¿Quiénes, hasta hace pocos años, podían disponer de una bicicleta, de un auto, de una máquina de escribir, de una radio, de una televisión o de una computadora? Muy pocos privilegiados. Hoy su utilización y adquisición se han convertido en fenómenos comunes y corrientes, casi que de orden masivo. Esto nunca se dio en el socialismo, donde se sacrificó la calidad en aras de la cantidad y lo único que se logró fue producir 70


mercancía ordinaria a precios que no estaban al alcance de los bolsillos de la gran mayoría de la población y, en caso de estar a su alcance, los posibles compradores ni de regalo la querían. La tecnología puede influir en la creación de una vida de calidad y de una mentalidad concordante. La tecnología pronto invadirá todos los campos de la actividad humana y será el momento en que habremos de hacer sentir el peso de nuestras diferentes ideologías. Aquí desempeñarán un papel fundamental los partidos políticos. La política partidista, lejos de disminuir su acción, la acrecentará. No estamos ante el fin de las ideologías, estamos ante el comienzo de las verdaderas ideologías. Decimos verdaderas porque apuntarán a la conciencia del individuo, a su convencimiento espiritual y no a su imposición material, como ha venido ocurriendo con el capitalismo cerril y con el mal llamado socialismo. Entraremos en un período histórico en que el hombre se acostumbrará a pensar; a pensar más que a obedecer; a reflexionar más que a enardecerse. La educación ocupará un espacio central en la vida humana. Tenemos que retomar el hábito de pensar y meditar. Convencernos de que no todo puede encontrarse en los libros de moda venidos desde el exterior y tomar conciencia de que el posmodernismo no lo ha dicho todo y ya no queda nada por decir. Nuestros problemas no se mencionan en sus páginas sino de un modo indirecto y distorsionado. Empezarán nuestros intelectuales progresistas por convencerse de ello para luego sacudirse el yugo de la necesidad de una autoridad condicionadora e inapelable. Aún quedan quienes echan de menos la presencia de la Academia de Ciencias de la URSS y se agarran de cualquier palo podrido con tal de seguir (pretendidamente) a flote. Hoy por hoy están asidos al palo del posmodernismo. Un salvavidas cómodo para los continuistas, pero demasiado condicionador para los cambios atinados que deberán gestarse dentro de nuestra realidad tercermundista. Esa realidad, a la que habremos de escudriñar en busca de soluciones y desde la cual deberemos hacer nuestras proyecciones de futuro. En lo que respecta a nuestros valores educativos caben algunas interrogantes. ¿Debemos limitar nuestros valores educativos a las 71


necesidades tecnológicas inmediatas? ¿Debemos hacer que apunten hacia un horizonte de gestación de nuevas tecnologías? ó, finalmente, ¿tomar en cuenta ambas propuestas y sin descuidar lo inmediato, ir preparando un futuro donde podamos entrar al mundo de la competencia tecnológica? Lo primero significaría mediatizarnos y colocarnos detrás de los avances tecnológicos porque, en el momento actual, la casi totalidad de la tecnología nos llega desde afuera. De hecho, renunciaríamos a la generación de tecnología, por lo menos de la tecnología de punta. Lo segundo podría hacernos despegar un tanto de la realidad y proyectarnos a un salto en el vacío. Por exclusión, damos por aceptada la tercera propuesta.

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ló

LOS ENCANTOS DEL PODER CAÍDO Y LA GLOBALIZACIÓN DEL VALOR (Cómo las clases dominantes nos imponen sus valores). iertos sectores populares (y, a veces, no tan populares) se sensibilizan a menudo ante la presencia de personajes que, una vez alcanzada la cima del poder o de la gloria, caen de su pedestal víctimas de sus propias debilidades y defectos. Quizás, en su imaginación -durante sus proyecciones fallidas- se sientan asimilados a ellos. Posiblemente alguna vez se imaginaron estar en la cumbre de la gloria al igual que aquéllos y temieron no poder sostenerse allí debido a sus mismas limitaciones. La solidaridad de la mediocracia es una constante social. Las clases dominantes son conscientes de ella y se las arreglan para sacarle partida en beneficio de su hegemonía y por ende, en defensa de sus propios intereses de clase. Cada vez que cae uno de estos ídolos con pies de barro la multitud de voces se levanta para aclamarlos y justificarlos en su desgraciada circunstancia. Es el caso de la actriz Marylin Monroe (cortesana de presidentes y hombres de gobierno en general), de la princesa Diana (muerta en una noche de parrandas junto a su play boy millonario a causas del exceso de velocidad y de alcohol) y de Diego Armando Maradona, sujeto que llegó al estréllate deportivo, pero que no pudo 73


superar su condición social de lumpenproletariat y sucumbió ante las drogas al igual que la Monroe. Esta admiración (contagiada y contagiosa) reviste, a veces, caracteres de piedad o de actitudes farisaicas, como cuando el sacerdote Ernesto Cardenal dedica poemas elogiosos a esta actriz o la madre Teresa de Calcuta se deshace en elogios ante la alta condición moral del la princesa Diana y Eduardo Galeano exalta a Maradona y lo define como una víctima de la sociedad. Las clases dominantes y sus medios masivos de comunicación -mediante este procedimiento- logran colonizar las mentes y los corazones populares haciendo que dentro de ellos crezca el germen de la inocencia y del autoengaño. Autoengaño y autoconvicción... Esta artimaña me hace rememorar a otra muy común en los tiempos de las dictaduras militares conosureñas. Me refiero a la imposición de la autocensura. Llegó un momento, en los países del Cono Sur, en que los déspotas de turno ni se molestaban en escudriñar posibles desviaciones o simples resbaladillas en los medios de difusión. Estaban seguros de que sus mismos responsables se encargarían de mantenerse dentro de los carriles preestablecidos; muchas veces, de un modo más limitado y estricto queMo que establecía la propia autoridad represiva. La seudo convicción se había logrado. Estaban convencidos de que ésa era la manera correcta de proceder, del mismo modo de que hoy están convencidos de que se debe amar a la princesa Diana y de que su conducta (tanto personal como social) debe convertirse en paradigma para todo habitante del mundo actual. Lo lamentable es que la inmensa mayoría de nuestros coetáneos carezca de los recursos económicos y de la prosapia oficial de la mencionada. La teoría de la división de clases como hecho fatal e irreversible ha encontrado un justificativo difícil de rebatir, tanto más difícil en cuanto nos ha copado la esfera de lo emocional. El coloniaje a través de los sentimientos impuestos (a nivel masivo) por los medios de comunicación, llegó a tal grado, que hasta en países que todavía se autodefinen como socialistas, se dan expresiones de dolor ante la muerte de una de las grandes de la francachela y de la limosna disfrazada. Renace la filosofía -hasta ayer adormecida 74


por el mismo pesotle la realidad- de que la limosna y la caridad salvarían al mundo de la miseria y de toda clase de penurias. AI efecto, en una columna de la prensa internacional leemos: "En Cuba, más de mil personas firmaron el registro de condolencias en la Embajada Británica de la Habana, donde acudieron el canciller cubano Roberto Robaina (sic) y sus viceministras Isabel Allende y María Flores". El Mañana. 7/IX/97. Reynosa. Tamaulipas. Evidentemente, ya no queda ningún centro de oposición -más o menos organizado- para enfrentar el empuje de las clases dominantes en su propósito de lograr una hegemonía ideológico-emotiva a su favor. Como ya lo hemos dicho en alguna oportunidad, nuestro temor es que el día en que estas multitudes engañadas y desahuciadas en gran parte, tomen conciencia de su situación, nos convirtamos ¡todos! en víctimas de una explosión popular en la que todos peleemos contra todos. Entonces ya no sabremos dónde está el engaño ni quienes son los engañadores ni quienes los engañados. La línea entre el compañero y el enemigo se habrá borrado. Sólo persistirán el odio y la violencia. Ya no habrá hegemonía ni globalización; pero tampoco sabremos hacia donde vamos. ¡Qué hermoso caldo de cultivo para una nueva inquisición!, ésta, más despiadada e inhumana que la anterior, después de las grandes frustraciones que experimentó y viene experimentando la iglesia en su intento de homogeneizar espiritualmente al hombre. ¡Qué magnífica apertura para un segundo Adolfo Hitler o para el ascenso de imbéciles peligrosos al estilo de un Benito Mussolini o de un Teodoro Roosevelt! ¡Qué sensación de vacuidad! Por primera vez el nihilismo habría copado todos los sectores de la sociedad. Buen clima para un suicidio colectivo... pero también campo propicio para el surgimiento de una axiología realmente humana y humanizadora. México tiene la palabra.

¡Adelante! 75

14 SEGUNDA SEGUNDA PARTE. PARTE. ANÁLISIS DE DOCUMEN DOCUMENTOS TOS.. OTA ACLARATIVA No vamos a analizar el contenido de nuestras leyes fundamentafundamentales de educación como el artículo tercero constitucional y la Ley General de Educación. Ello irá implícito implícito en nuestra nuestra propuesta final; además ya lo hicimos en trabajos anteriores como Los Valores de Acceso y la Práctica Docente, del mismo modo que en La Educación de los Educadores y en Prejuicios Sociales y Educación en México, aunque limitándonos siempre al tema en cuestión dentro de cada circunstancia. Analizaremos, en cambio, algunas propuestas concretas concret as emanadas de diversas instituciones (oficiales (oficiales y no ofioficiales) que pretenden abordar aspectos del problema. A partir del análisis de los mismos y a la luz de la filosofía de nuestras leyes fundamentales fundamentales de educación, elaboraremos nuestra propuesta axiológica. Tomaremos en cuenta solamente aquellos documentos debidamente debidamente estructurados; es decir, decir, que que revistan revistan un carácter de de propuesta propuesta acabada. acabada. Por lo tanto quedan quedan excluidos los simples enunciados y declaraciones hechas a través de "Investigaciones Educativas" Educat ivas" compendiadas en un capítulo que, por lo general, se desarrolla baj bajoo el título de "Conclusiones y Recomendacio77


nes". Muchos trabajos de este tipo podrán localizarse en los archivos del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE); documentos que, por otra parte, ya los hemos comentado en otras obras. (Ribeiro, Lidio. 1998). Nuestra búsqueda nos ha llevado a seleccionar tres tre s trabajos trabajos para un análisis detenido. deten ido. Dos que apuntan concretamente a una axiología educativa y un tercero que, si bien no pretende ocuparse del tema, puede llevarnos directamente a él. El primer documento document o a examinar será el que distribuye el Colegio Nacional de Educación Profesiona Profesionall Técnica (Conalep) bajo el título Actitudes). (Varios. de Desarrollo Humano y Calidad (Valores y Actitudes). 1997) Documento que ha contado con una amplia cobertura tanto dentro como fuera fuera de la institución. in stitución. (También (También se comenta el Módulo II: Los valores en la vida social y profesional. 1998). El segundo es la propuesta elaborada en el Segundo Congreso Nacional de Educación del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Trabajo que, para nosotros, reviste un alto valor moral por ser la primera propuesta de ese tipo que se realiza desde el el mencionado sindicato. El documento a que nos estamos refiriendo refiriendo es el que lleva por título: títu lo: Educar en la democracia y en el respeto respeto a la diversidad: compromiso del SNTE. Tema 2. Los Valores en la Educación Pública. México. 1997. (En el instante en

que escribimos estas líneas aún no ha aparecido el documento definitivo aprobado por el congreso; de ahí que estemos haciendo referencia al documento sobre el que que se trabajó en el el referido evento). even to). El tercero -que -q ue no apunta apunta directame directamente nte al tema educat edu cativo ivo-- está representado por la investigación de Enrique Alducin Abitia sobre Los Valores de d e los Mexicanos Mexicano s (Alducin, E. 1989, 1991 v

JO

93) y

cubre un amplio panorama social respecto al problema de los valores en nuestro país, con posibles repercusiones en el plano educativo. Considero que con estas tres propuestas ya disponemos de un vasto arsenal arsenal propositivo para desarrollar nuestra tarea. Ello no obsta a que -eventualmente- analicemos otros trabajos de menor alcance de una manera menos exhaustiva. 78

15 CONALEP. VARIOS. VARIOS. 1997 1997..

EI Colegio Nacional de Educación Profesio Profesional nal Técnica (Conalep), (Conal ep),

a través de la asignatura Desarrollo Humano y Calidad, en su módulo I (Valores y Actitudes), Actit udes), procura iniciar al alumno en el mundo de los valores en el aspecto teórico-práctico. Así, en el documento editado a tales efectos (Conalep. 1997), en la página 7, se dice: "[...] resulta indispensable fortalecer en las nuevas generaciones aquellos valores y virtudes virtude s que refuerce refuercenn la cohesión cohesión social y que les permitan enfrentar los retos que plantea un entorno cada vez más compecompe titivo y en continua transformación". transformación". El intento es loable y digno digno del mayor encomio. Si Sinn embargo un análisis crítico pormenorizado de la propuesta nos revela que no siempre se mantiene la coherencia dentro de) mismo documento. En su Introducción se dice que "Los valores constituyen la base de las actitudes y las conductas externas" y se enuncian tres valores como punto de arranque: arranq ue: la Responsabilidad, la Honestidad y la Calidad Cal idad.. En consonancia con con lo anterior anterior se establece establece como como objetivo objetivo gener general al de esta asignatura, el siguiente: "Mejorar la formaci formación ón integral de los alumnos Conalep, mediante el fortalecimiento de valores, actitudes, conocimientos y habilidades y la adquisición de una cultur culturaa de la calidad, que les permitan permitan contribuir activamente al desa79


rrollo de la sociedad y al mejoramiento de la calidad de vida de nuestro país" (Pág.ll). En párrafos sucesivos expresa que: "Un profesional técnico competente no sólo aplica los pasos de una técnica o desarrolla destrezas manuales, sino que también ha optimizado la capacidad de resolver problemas y tomar decisiones, como corresponde a un trabajador sobresaliente". Y agrega: "El país no demanda únicamente profesionales técnicos competentes, sino también jóvenes reflexivos, autónomos y comprometidos. Para lograrlo, se necesita un trabajo de autoconocimiento personal, donde clarifiques tus valores, consolides tu autoestima y desarrolles un proyecto de vida" (Ibidem). Luego de haber empleado, junto a estos conceptos, la palabra éxito con relieve inusitado, los autores se consideran en la necesidad de aclarar que: "El énfasis (del primer módulo) está en el individuo, a diferencia del segundo módulo, que se proyecta al ámbito social y profesional" (pág. 12). Dicha aclaración nos lleva de la mano a la siguiente pregunta: ¿Cómo proyectar al individuo al ámbito social y profesional con "comportamientos congruentes con los ideales de una sociedad justa, democrática, igualitaria y tolerante" {Ibiderri), luego de haberle inculcado la actitud personalista del "éxito" y del individualismo? Ya desde la Introducción se plantea una dificultad de origen. Una dificultad que se expresa a través de una verdadera aporía. En efecto, la página diez se ilustra con una estampa del monumento a los Niños Héroes, cuyo supuesto comportamiento nos aleja bastante de toda actitud exitista, individualista y oportunista. Pero... entremos de lleno al contenido temático del documento. Unidad 1.

Lleva por título Desarrollo Humano y Valores. Sus objetivos particulares (de unidad) son: a): "Despertar en la conciencia de los alumnos la inquietud por explorar y potenciar sus capacidades, en una perspectiva de vida y carrera". "Propiciar una reflexión sobre los fines de la educación, los objetivos de la formación técnica y la responsabilidad social ante los retos del siglo XXI". 80


En consonancia con lo anterior se dice en el apartado 1.1 (Modelo de Desarrollo Humano) que: "El desarrollo humano es un proceso de descubrimiento, de crecimiento, de humanización, de conquista de la libertad; representa el esfuerzo de los hombres y mujeres por conquistarse a sí mismos a través de la iluminación de la inteligencia y el fortalecimiento de la voluntad, con apertura, como resultado del amor hacia los demás " (pág. 19). Subrayamos lo de "amor hacia los demás". En un intento de explicitar lo anterior se agrega: "En un desarrollo humano basado en la posibilidad de potenciar las capacidades, la clave reside en cómo conciliar los elementos culturales y valorables que permiten preservar lo existente con la ruptura de las barreras que se oponen a la innovación y el crecimiento en humanidad; cómo conservamos elementos esenciales expresados en normas y pautas sociales; y cómo potenciamos las posibilidades de ejercer la libertad de elección de cada individuo", (pág. 20). Con los fundamentos del artículo tercero constitucional y la Ley General de Educación, se propone un "Modelo para propiciar un desarrollo humano integral" en el que, si bien, no se mencionan valores de un modo directo, sí se habla de actitudes y megahabilidades que los manifiesten. Entre las primeras destacamos las que expresan: confianza, motivación, esfuerzo, responsabilidad, tolerancia, autoestima, iniciativa, perseverancia y solidaridad. No nos quedan claras las referentes a: vigilancia, cautela, preocupación, servicio y sentido común. Las megahabilidades, por su parte, abarcan tres áreas: la del pensamiento, la del manejo de lenguajes y la de las capacidades en general, como observación, discernimiento, análisis, reflexión, relación, autoevaluación, síntesis, comunicación y acción. En el apartado 1.2 (Naturaleza del ser humano) no se mencionan, en ningún momento, valores ni actitudes; simplemente se ofrece un material sintético sobre el tema a fin de que el estudiante reflexione (colectivamente) sobre el mismo. Apartado 1.3. (Potencial humano y crecimiento personal). Tanto en la presentación del material de apoyo como en las actividades propuestas, se recae en el individualismo. Los ejemplos de Helen 81


Kellery de Anne Mansfield son de individuos excepcionales y no de seres comunes y corrientes como lo son la casi totalidad de nuestros alumnos. Convendría que, junto a lo excepcional, se incorporase lo cotidiano y demás aspectos de la vida diaria. Por otra parte, no se proponen actividades colectivas. Todas son actividades individuales. Unidad 2. (La búsqueda de valores universales).

El objetivo particular (de unidad) dice: "Comprender qué son los valores y qué trascendencia tienen en la vida personal y en la participación social de los alumnos". Interesante propuesta, digna del más alto esfuerzo didáctico para facilitar su comprensión. Sin embargo el dilema (de Heinz) propuesto para la reflexión no resulta muy feliz ni oportuno. Se ubica dentro del más egoísta planteamiento que pueda emanar de un sistema socioeconómico voraz y excluyente. Se trabaja bien el concepto de valor. Aparecen actividades colectivas junto a las personales, pero los autores cometen el error de confundir valores con virtudes. Debemos dejar bien clara la diferencia entre virtud y valor. La virtud se agota en sí misma, no tiene proyecciones utilitarias como el valor; trátese del valor que se trate. (Véase al respecto: Ribeiro, Lidio. 1998. Capítulo 8, pág. 47 y ss.). En un momento determinado de esta unidad (pág. 62) los autores toman partido en contra de actitudes como la xenofobia, la segregación racial y el machismo; lo que nos parece muy acertado y constructivo. Lo que no nos parece muy atinado es poner a los scouts y a las fuerzas armadas como ejemplo de instituciones promotoras de valores. Sobre estas instituciones existen muchas discrepancias. Mucha gente les reprocha a las fuerzas armadas el hecho de que, entre otras cosas, enseñen a matar y sobre los scouts se opina del modo más diverso, como la opinión muy generalizada entre las policías de todo el mundo de que son "unos metiches que se arrogan funciones que no tienen". Si bien el texto pide que "señalen otras instituciones que podrían ser tomadas como ejemplo de promoción de valores, el simple hecho de destacar a aquellas dos ya les está 82


avalando un papel positivo. Por otra parte se sigue tomando al dilema de Heinz como ejemplo para muchas actividades, lo que vicia el buen propósito con que ellas fueron enunciadas. En la página 68 se dice que: "nuestra sociedad demanda jóvenes inteligentes", sin explicitar qué contenido encierra ese difuso y socorrido término de "inteligente". Resultan muy atinadas las actividades propuestas en la página 71 (una colectiva y otra personal) por llevar al estudiante a una decidida e ineludible toma de posición frente a los valores. El apartado 2.3, dedicado al tema "Adquisición de valores e influencia social", resulta bastante apropiado (tanto en su contenido como en sus actividades) para tratar el tema; lástima que siga haciendo referencia al dilema de Heinz. El apartado 2.4 (Identificación de valores personales) también resulta muy atinado, tanto en sus actividades como en su material de apoyo. Sin embargo, en el apartado 2.5 referente a "Valores universales, nacionales y cívicos", vemos que los primeros están tratados de una manera muy escueta aunque bastante clara y loa segundos, en una forma demasiado escueta y nada clara. No se llega a dar una idea de lo que son los valores nacionales. La primera actividad colectiva que se propone, si bien se basa en un pasaje de una obra con posición definida al respecto, ofrece la posibilidad de que el alumno exprese sus discrepancias. La segunda actividad colectiva consiste en un análisis de la letra de nuestro Himno Nacional. Los autores, ante cierto contenido belicista de su letra, tienen el buen criterio de establecer un ítem en el que se solicita a los alumnos que "analicen otras maneras en que se podría manifestar el patriotismo, el amor a la libertad, la soberanía y la independencia nacional". Luego de dar a conocer -brevemente- el sentido del Escudo Nacional solicitan, como actividad personal, que cada alumno exprese por escrito sus opiniones sobre el tema Valores Nacionales. Respecto a los Valores Cívicos, vemos que su material de apoyo resulta muy heterogéneo y difuso; habría que especificarlos con mayor detenimiento. En cuanto a sus actividades podemos decir que la actividad colectiva es un tanto pretenciosa en lo que atañe a su 83


posible realización; pues incluye aspectos jurídicos que quizás el alumno conozca, pero que le resultará, un tanto difícil, aplicarlos para juzgar una situación concreta. La actividad personal propuesta nos resulta adecuada y oportuna (reflexión sobre la actuación personal del alumno en cuanto a su comportamiento cívico), lo mismo que su dinámica de reflexión en la que se incluye, como acción básica, la lectura del capítulo IV de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (cuyo texto se adjunta). Apartado 2.6 (Congruencia en la expresión de los valores; pensamiento, emoción y acción). Lo más destacable en este apartado lo constituye la dinámica de reflexión que lleva por título: Beto y Enrique. Constituye un caso muy interesante de "experiencia moral". Por otra parte, el material de apoyo correspondiente resulta muy adecuado y oportuno. Unidad 3. (El valor fundamental del hombre: la capacidad de elegir su propio destino).

Cabe una crítica básica a esta unidad: olvida completamente los condicionantes materiales o socioeconómicos del individuo. Como veremos, esta y otras razones hacen que sea esta la unidad más débil y desafortunada de todo el trabajo. En un recuadro inicial se resumen algunos principios básicos. El primero nos afirma que: "El valor más preciado que posee el ser humano consiste en la capacidad de elegir su destino". Los autores olvidaron o no quisieron agregar: cuando se puede elegir. No siempre somos lo que queremos ser, sino lo que podemos ser o lo que nos obligaron a ser. La primera actividad colectiva que se propone se encuadra dentro del más puro idealismo metafísico: lo material está totalmente ausente y no se abre siquiera una posibilidad para introducirlos la "Discusión acerca de la libertad individual". Esta tendencia se ratifica, de un modo definitivo, en la página 113, cuando se expresa que: "El límite de la libertad de cada quien es el derecho de los otros". Me agradaría saber dónde termina mi libertad y dónde comienzan los derechos de Morgan, de Rockefeller o de Billy Gates. 84


Un aspecto importante de esta unidad está representado por el estudio de las Garantías Individuales contenidas en nuestra Constitución Nacional. Su importancia radica en el hecho de que estas garantías serían analizadas a la luz de una discusión axiológicay no puramente jurídica como suele hacerse, aunque el texto no lo diga de un modo expreso. Apartado 3.2. (La importancia del pensamiento positivo y su impacto en nuestras acciones). En este apartado se comienza a poner como centro de la cuestión el tema del éxito; valor importado y ajeno a nuestra idiosincrasia, además de factor deformante y generador de frustraciones. ¿Qué es el éxito? ¿Cuáles son los modelos "exitosos" a seguir? "La formación de hábitos y actitudes de éxito es parte esencial de cualquier programa de vida", se dice en la página 117. Por si cupiese alguna duda, a renglón seguido, se habla de "actitudes y hábitos esenciales para su éxito personal" y de la necesidad de "elegir los buenos y cambiar o eliminar los malos", con una referencia expresa a la "efectividad personal" y a los "triunfadores". Ingresamos, así, a la sociedad de lobos ("El hombre es el lobo del hombre"). Les faltaría agregar el slogan de moda en los Estados Unidos de Norteamérica: ganar no es lo más importante ¡Es lo único! Como si fuera poco, las tendencias religiosas de alguien o de algunos del grupo redactor, se ponen de relieve al tomar partida el documento de marras por la teoría de la predestinación. Al efecto se dice: "Desarrollar un programa de vida es, ante todo, adoptar actitudes positivas y hábitos satisfactorios que permitan a la persona ser aquello para lo que fue creada" (pág. 121). El resto del apartado se destina a consejos prácticos para el éxito. El apartado 3.3 (La visión personal: aspecto clave para el éxito), refuerza y rubrica todo lo dicho en el apartado anterior sobre el exitismo personalista. En la página 127 lo hace de un modo expreso al decir textualmente: "El que una persona siga un camino que la destine al éxito o que continúe en la senda de la mediocridad es asunto de la propia y libre elección ". Y subraya lo de elección. Es este el momento en que se pone de manifiesto, con mayor intensi85


dad, la contradicción entre enunciados y contenidos de la obra. Para peor de males, en la misma página 127, se vuelve a tomar partido -ahora de una manera decidida y firme- por una de las corrientes que intentan explicar el fenómeno humano. Al efecto el texto se declara abiertamente creacionista al decir que: "El ser humano es la creación más importante de un ser superior". ¿Qué pasa con el artículo tercero constitucional? No perdamos de vista que el documento que venimos analizando (Conalep. 1997) está avalado por la Secretaria de Educación Pública y destinado a una institución de enseñanza (pública) como lo es Conalep. Se cierra la Unidad III con el apartado 3.4 (asumiendo el control de nuestra vida) en que se prosigue por la vía del personalismo exitista. Unidad 4. (Fortalecimiento de la valoración de sí mismo).

Concepto de autoestima muy flojo. Actividades poco relevantes. No le aciertan con el tema. Habría que rehacer totalmente esta unidad. Unidad 5. (El valor del respeto hacia sí mismo y hacia los demás).

El apartado 5.1 (La unicidad como característica de la persona) tiene un texto de apoyo demasiado volátil, aunque sugerente en algunos aspectos. La actividad colectiva resulta intrascendente. Apartado 5.2. (La tolerancia de las diferencias individuales). Texto breve y sencillo; pero claro y adecuado al tema. Se propone una actividad personal donde los estudiantes emiten sus opiniones al respecto y luego las comparan con las afirmaciones de la Unesco. Como actividad colectiva se propone un "Análisis de problemas y experiencias". Se sugiere el análisis de recortes de periódicos sobre diferentes formas de intolerancia. Se recomienda, además, un procedimiento para este análisis y técnicas para evaluación y resumen./El apartado 5.3 no aparece numerado, pero en su lugar aparece urja "dinámica de reflexión" relacionada con la honestidad. Como actividad grupal se propone, dentro del mismo espacio, un debate y como actividad 86


personal una reflexión escrita sobre el tema de la honestidad. Como autoevaluación se proponen entrevistas y búsqueda de artículos periodísticos relacionados con el tema. Se proponen, además, como actividad colectiva, una discusión sobre la honestidad a partir de una frase escogida al efecto. La misma comprende la definición de ciertos términos que luego serán aplicados en una tarea concreta. Como evaluación final se proponen varias actividades como: análisis de artículos periodísticos, de frases de personajes famosos, etc. En síntesis: este debe ser el apartado mejor elaborado didácticamente. Apartado 5.4 (Conciencia de los derechos humanos). El tema de dios (no como problema sino como existente y creador) reaparece a través de todo el texto, ya en forma de afirmaciones directas ya en forma indirecta; pero siempre está presente. En esta unidad se lo introduce a través del famoso discurso de Luther King. No negamos el acierto de la inserción de este discurso, tanto por su mensaje humanista como por el planteamiento de un problema social tan relevante como el racismo, pero sí queremos dejar constancia de la insistencia de un supuesto intento de catequisación del alumno. Constituye, asimismo, un gran acierto el solicitar a la clase la sugerencia de medios para una posible realización del sueño igualitario. De un modo sintético se habla de los diversos caracteres de estos derechos. La actividad colectiva resulta muy adecuada: sugerir un bagaje de principios y actitudes para una eventual reconstrucción del mundo. La evaluación va, desde un análisis de noticias hasta la elaboración de un periódico mural. En síntesis: este apartado constituye uno de los pasajes más consistentes del libro. Apartado 5.5 (Revisión de la Declaración Universal de los Derechos Humanos). Se transcriben los treinta artículos de la declaración de la ONU. Como dinámicas se proponen trabajos individuales y en pequeños grupos. Como evaluación se sugiere la búsqueda de documentos, reportajes y otras actividades similares. Apartado 5.6. (¡Un reto!) Comienza con una poesía de Pablo Neruda sobre la tolerancia y la libertad. Propone un análisis de la situación que se vive en su colegio en relación con el respeto a los Derechos Humanos. A continuación recomienda redactar una "de87


claración de derechos y responsabilidades del alumno". Para ello propone la participación conjunta de toda la clase. Finalmente, para reforzar los contenidos de la unidad 5, se enlistan diversas actividades colectivas. Tales como: visitas, convivencia en instituciones que alberguen a personas con "handicaps" y organización de un festival de la paz, la tolerancia y los derechos humanos. Como actividades personales se proponen acciones vinculadas con el análisis y evaluación de aconteceres que permitan evaluar el ejercicio de los Derechos Humanos. Para terminar se propone una autoevaluación que no corresponde ni viene al caso.

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16 CONALEP. VARIOS. 1998

E n 1998 el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep) (Conale p) da a conocer el contenido del Módulo II bajo bajo el el título títul o de: Los Valores en la Vida Social y Profesional. No nos extenderemos en el comentario de este documento; pues, en sus grandes rasgos, rasgos , procura seguir los pasos didácticos del anteant erior. Destacaremos sí, sus aspectos de contenido fundamentales a fin fin de dar una idea más completa del material que, que , respecto r especto a valores, ofrece el Colegio Nacional de Educación Profesion Profesional al Técnica. Técni ca. Su Objetivo General expresa textualmente la intención intención de: "Fortalecer talecer los valores que permitirán permitirán al alumno alumno asumir su responsabilidad y compromiso familiar, laboral, ecológico y social, mediante una mejor comprensión del mundo, el fortalecimiento de los lazos familiares, el desarrollo de hábitos constructivos y una comunicación asertiva", (pág. 8.). En él se tratan cuatro temas fundamentales, a saber: * Compromiso social, socia l, cultura laboral y formac formación ión del del profesional profesional técnico. * Calidad de vida en la familia familia y la comunidad. * Desarrollo de hábitos constructivos. * Comunicación y asertividad. (pág. 9). 89


El tema 1: Compromiso social, cultura laboral y formación del profesional técnico, a su vez se divide en los siguientes subtemas: 1.1 Caminos Cam inos y metas me tas.. 1.2 Valores de la cultura universal. 1.3 Humanización y valores. 1.4 Tendencias del saber, saber, hacer y convivir contemporáne conte mporáneos. os. 1.5 Nueva cultura cult ura laboral laboral y formación del personal person al técnico téc nico (Pág. 11). El objetivo particular de de este tema es: "Fortalecer los valores que permitirán permitirán a los alumnos asumir su responsabilidad responsabilidad social social y sus compromisos como trabajadores, con base en la comprensión comprensión del proceso de humanización, la evolución de los sistemas productivos, el significado significado de la nueva cultura laboral y el el papel que cumple el propr ofesional técnico en los procesos sociales de satisfacción de necesidades". Nos interesa destacar su primer objetivo específico que reza del siguiente modo: "Contribuir a que los jóvenes comprendan los procesos naturales que determinan la formación de valores...". Este pasaje es de suma importancia, desde el momento en que se ajusta, en forma precisa y adecuada, al espíritu de nuestro artículo tercero constitucional, en especial en lo que se refie refiere re al al criterio que orientará a nuestra nuestra educación: "se basará en los los resultados del propro greso científico". Nos complacemos en destacar este pasaje pasaje dado que, en algunos momentos los autores (ver comentarios al Tomo I) suelen caer en posiciones de corte corte teologizantes. Convendría, asimismo, destacar algunas fallas de orden conceptual contenidas en el mismo tema. Así, en el texto te xto se habla de de "Dimensiones "Dim ensiones en las que se se manifiestan manifiestan los los valores val ores"" y se destacan: la de de sobrevivencia, la cultural y la trascendental (pág. 16). Debemos aclarar que no se trata de dimensiones precisamente, sino de planos axiológicos. Otra falla y muy grande, por lo que pueda inducir a la confusió confusión, n, es la de colocar a los supuestos Valores Valores Intelectuales Intelectua les como una una categoría axiológica axiológic a ubi90


cada entre los Valores Estéticos y los Eticos;pues tanto los Valores Estéticos Estét icos como los Éticos (lo mismo que lo que ellos llaman llaman Valores Valores Metafísicos), serían Valores Intelectuales. No sabemos en base a qué criterios se hace esta clasificación clasificación,, que nada ayuda ayuda a la comprensión del tema y sí lleva a confusiones insolubles. Cuando incursionan en el campo de la moral también cometen errores que pueden generar confusion confusiones es en el alumno. Así afirm afirman an -co -c o n la mamayor inoce in ocenci nciaa- que: la mora morall prescribe y la ética analiza. Esta afirafirmación -en el mejor de los casos- peca de ligereza. ¿Acaso no saben los los autores que hay una Moral Filosóficay Filosófica y «na Moral Moral Doctrinaria donde se analizan los diversos temas temas y problemas de la moral en su conjunto? El hecho de que alguna de estas corrientes pretenda convertirse en dogma impositivo es cuestión personal de quienes la sostienen y no algo propio de la moral. Pese a las críticas realizadas hasta el momento, podemos decir que este segundo módulo tiene una orientación ideológica más definida que el primero. Se ajusta ajusta más a nuestra legislación educativa que el primero, al que -en algunos momentos- vimos como ambivalente y hasta contradictorio. Tema 2. Calidad de vida en la familia familia y la comunidad. Está integrado por cinco subtemas. 2.1 Familia y comunidad. 2.2 Calidad de vida y familia. 2.3 Adolescencia y problemas familiares. 2.4 Los derechos de la familia y de los jóvenes. 2.5 Educación para la vida en comunidad: formaci formación ón en la solidaridad. Los objetivos particulares particular es de este tema son: * Comprender Comprende r los valores fundamentale fundamentaless que promueven promueven el mejoramiento de la calidad de vida en los ámbitos familiar familiar y comunitario. 91


* Propiciar una reflexión sobre las opciones de participación personal y social de los jóvenes en la solución de los problemas que aquejan a su familia y comunidad. Aunque no nos estamos ocupando en este módulo del aspecto didáctico, queremos poner de manifiesto el hecho de que las actividades indicadas para este tema son muy adecuadas a su contenido, tanto por su calidad como por su cantidad. El Tema 3. Calidad de hábitos constructivos, se divide también, en cinco subtemas: 3.1 Raíces del comportamiento. 3.2 Hábitos, vicios y virtudes. 3.3 Formación del carácter y desarrollo de hábitos constructivos. 3.4 Creatividad y desarrollo de habilidades del pensamiento. 3.5 Resolución de problemas. El objetivo particular propone: "Formar jóvenes motivados para el ejercicio pleno de sus capacidades humanas, con valores y actitudes que favorezcan el desarrollo de la vida productiva, y conscientes de su responsabilidad personal y social". Se insiste mucho en el aspecto del "Éxito", con todas las connotaciones ya anotadas en referencia al Tomo I. Con base en la pirámide de necesidades de Maslow, se afirma que: "Debido a su naturaleza básica y vital, las necesidades físicas son importantes como motivadores generales". (Pág. 106). Nosotros decimos que no sólo son importantes sino que son las más importantes. Nadie se levanta en armas ni, menos aún, arriesga su vida por motivos estéticos y por lograr una mayor consideración social, ampliar su círculo de amistades o conseguir más amor. Sí, lo hace, por satisfacer sus necesidades físicas fundamentales. No es nuestro propósito entrar a cuestionar al señor Maslow, queremos solamente señalar los riesgos que se corren al buscar apoyo en propuestas aceptadas sin un exahustivo análisis previo de sus fundamentos. 92

AXiOLOGÍA EDUCATIVA, UNA VISIÓN NACIONAL

Basados en la misma propuesta, casi de inmediato, agregan: "Si otras personas aceptan a un individuo y su manera de comportarse, esa aceptación prueba que escogió el sistema de valores correcto, por lo cual se siente tranquilo". (Pág. 108). Esta afirmación es bastante cuestionable. Máxime cuando va dirigida a los jóvenes, casi siempre enfrentados a lo establecido, al statu quo. No hay que perder de vista que, más de una vez, tenemos que enfrentar el rechazo y hasta la agresión social por escoger valores opuestos a los de la comunidad. Lo correcto no es claudicar para lograr la acomodación sino mantenerse en la posición asumida aunque tengamos que enfrentar el rechazo y el odio de la sociedad. Por utilizar una expresión del mismo texto, diré que "pierdo el respeto a mí mismo" cada vez que claudico de mis valores y de mis convicciones y lo gano toda vez que me mantengo en la posición que considero correcta. Imaginemos por un momento a Jesús, a Sócrates, a Giordano Bruno, al padre Hidalgo, a Guerrero y otros, cediendo en sus convicciones y valores a fin de ganar el perdón y el aprecio de sus verdugos. Que negativo hubiera sido ¿no? En la misma página se dice: "El individuo quiere ser más creativo, tanto en su vida profesional como en la personal". Preguntamos: ¿Cómo podemos ser creativos cuando vivimos a la caza de la aprobación ajena? Recordemos que en todo sujeto humano se alberga un fuerte temor a lo nuevo y que toda innovación levanta resistencias. Por otra parte: ¿Por qué pensar que la tranquilidad es un valor generalizado entre los seres humanos? Será para algunos espíritus, pero no creemos que lo sea para todos los individuos. La tranquilidad podrá ser el ideal del gato y de la marmota; pero nunca el ideal del hombre y menos aún del joven. Esta tendencia a la búsqueda de la aceptación ajena se prolonga a través de todo el capítulo, a tal punto que en la página 121 se dice: "La valoración de los demás influye sobre como se valora el sujeto a sí mismo". De acuerdo al espíritu del pasaje en cuestión, tenemos motivos para pensar que se hace referencia a la valoración positiva. No sabemos como se adecúa todo esto con la afirmación hecha en la página 130 en el sentido de que: "si las personas creen en la historia, en sí mismo como sus autores, no pueden renunciar a la 93


responsabilidad de transformar". Porque para transformar hay que atrepellar barreras y esto supone ponerse a la gente en contra. A veces a la mayoría; lo que significa "vivir peligrosamente"; es decir, sin la tranquilidad de los gatos ni de las marmotas. Tema 4. Comunicación y asertividad. Contiene seis subtemas: 4.1 Sociabilidad humana y proceso de comunicación. 4.2 Lectura crítica de los medios. 4.3 Hacia un sistema asertivo de relaciones. 4.4 Manejo del cambio y resolución de conflictos. 4.5 Comunicación y toma de decisiones. 4.6 Normas de convivencia. Objetivo particular: "Relacionar los elementos de la comunicación humana con aquellas conductas que permitan asumir la resolución de conflictos, el cambio, la toma de decisiones y la lectura crítica de los medios de comunicación social desde la perspectiva de asertividad".

Dijimos que no haríamos comentarios más que al contenido de este Módulo II y nos ajustamos-en loposible-alodicho. Solamente y para cerrar el análisis, diremos que en este módulo se descuidó demasiado la redacción cayéndose -en muchos casos- en el empleo de barbarismos, como por ejemplo, utilizar la preposición "entre" en lugar del adverbio "cuanto". Dos muestras ilustrativas bastarán como prueba de lo que decimos: "Esto quiere decir que entre (sic) mayor autoestima y amor propio podamos desarrollar...", (pág. 174). Y en la página siguiente: "Por eso entre (sic) mejor se defina un problema, mayores posibilidades habrá de resolverlo". El Módulo II, por las razones indicadas, resulta muy irregular; pues, junto a su definida o, más ajustada, línea ideológica (en relación con el Módulo I, desde luego) deja escapar verdaderos gazapos, como el mal uso del idioma que acabamos de señalar y el afirmar que uno de los objetivos fundamentales de la vida humana es la búsqueda de la tranquilidad y el asentimiento social de su conducta. 94

AXIOLOGÍA EDUCATIVA. UNA VISIÓN NACIONAL

Reiteramos: habrá quienes piensen así y hagan de este objetivo el norte de sus vidas; pero no todos pensamos así. La vida de quien esto escribe -por lo menos- rió se ajustó a este principio. Las observaciones hechas a los dos tomos de Conaiep, no disminuyen el alto mérito que tienen ambos trabajos. Mérito, por ser la primera propuesta de este tipo realizada en México y mérito por su contenido general, pese a las discrepancias y fallas conceptuales anotadas además de las sintáctico-gramaticales. Una vez dijimos que: Una mente para ser fecunda debe estar cargada de intenciones. Lo mismo ocurre con toda propuesta social: si no lleva una intención no es tal. Es puro verbalismo sin fuerza ni destino. Por eso nos complace que este segundo módulo esté más impregnado de intenciones que el primero. Por lo menos se trata de intenciones más definidas y concretas.

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17 SINDICATO NACIONAL DE TRABAJADORES DE LA EDUCACIÓN (SNTE) SEGUNDO CONGRESO NACIONAL DE EDUCACIÓN (Educar en la democracia y el respeto a la diversidad: compromiso del SNTE). TEMA 2: LOS VALORES DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA. MÉXICO. 1997. 1 documento toma como punto de partida a la legislación educaE tiva nacional. Sobre esa base realiza su propuesta. Su virtud fundamental consiste en hacer una propuesta axiológica concreta destinada a realizar una defensa de nuestra legislación educativa en particular y de la Educación Pública en general. Consideramos que, con estas dos posturas, nuestro sindicato da un paso fundamental en el terreno de la teoría educativa, tanto en su 97


aspecto de afirmación como de desarrollo doctrinario. Es el segundo paso que da luego las Diez Propuestas para Asegurar la Calidad de la Educación Pública, pasos que, desde hace muchos años, venimos reclamando desde el libro, la cátedra y la mesa de conferencias. Hoy nos sentimos felices. Felices, aunque no satisfechos. Nuestro sindicato debe seguir en esa línea propositiva dentro de un marco de profundización y búsqueda ideológico-doctrinaria. En el Apartado 2.1.1. se exige el cumplimiento de nuestra legislación educativa y que se tome en cuenta el documento sindical antes citado. El 2.1.2 además de resaltar los valores que considera fundamentales en nuestra educación, destaca la necesidad de que toda reforma educativa surja de la participación, el diálogo abierto y la discusión fundamentada. El 2.1.3 insiste en la necesidad de no admitir excepciones en el criterio de laicidad de nuestra legislación educativa. La consideramos como la propuesta más combativa y coherente de todo el documento. Nosotros también creemos que el concepto de laicidad no debe admitir excepciones, porque sería como proponernos educar a algunos mexicanos para la libertad y la tolerancia y a otros para la obsecuencia y la intransigencia dogmática. El 2.1.4, por su parte, se refiere al nacionalismo como valor fundamental y en consecuencia nos habla de la necesidad de: "Establecer -por parte de la Secretaría de Educación Pública- la normatividad que permita aplicar sanciones a las escuelas públicas y privadas que no promuevan el respeto a los símbolos patrios y héroes nacionales, ya que de esa forma se podrá fortalecer el nacionalismo que deseamos como mexicanos". El 2.1.5 procura reafirmar el criterio de obligatoriedad de la educación con el siguiente texto: "Vigilar que se cumpla la obligatoriedad de los padres de hacer que sus hijos o pupilos concurran a las escuelas públicas o privadas, para recibir la educación primaria y secundaria". El apartado 2.1.6 nos habla de la necesidad de mantener actualizada nuestra administración educativa a fin de evitar desfaces con la realidad social de cada circunstancia histórica nacional. El apartado 2.1.7 se ocupa del diseño y estructura curricular con vistas a promover la formación y fortalecimiento de los valores nacionales según el espíritu de nuestro artícu98


lo tercero constitucional. Resulta de fundamental importancia y sumamente oportuna, la inclusión de este apartado en un documento de esta índole. Documento que representa la opinión de la casi totalidad del profesorado nacional. El 2.1.8 apunta al aspecto prácticosocial de nuestra educación axiológica al proponer: "[...] una movilización incluyente y representativa de todos los grupos involucrados con la educación para diseñar, impulsar y difundir estrategias educativas y formas de trabajo en las escuelas, en los hogares y en la comunidad que fomenten la educación basada en los valores y principios marcados en nuestra Legislación y otros documentos nacionales y estatales". Destacamos lo relativo a acción de los hogares y de la comunidad en general a fin de no limitar nuestra educación axiológica al ámbito reducido del aula escolar. El 2.1.9 se ocupa de la necesidad de mantener una continuidad de nuestros valores educativos por encima de los avatares propios de los periodos sexenales. Habla, así mismo, de la necesidad de garantizar su permanencia y ampliación. El apartado 2.1.10 nos toca muy de cerca en lo personal, desde el momento en que atiende a una propuesta que venimos haciendo desde mucho tiempo atrás; concretamente, desde la primera edición de La Educación de los Educadores, en 1990. Se trata de la necesidad de incluir en los programas de formación y superación docentes, el tema de la educación moral o formación ética del educador. Esperamos que, desde este momento, amainen las acusaciones que sobre nosotros recayeron de "idealistas metaffsicos" y de "burgueses retardatarios" por haber realizado tal propuesta (el marxiskinnerismo todavía resollaba). En el capitulo 2.2 destinado al tema: "La Escuela Pública y sus relaciones con la sociedad. Espacio para la formación integral y el desarrollo armónico de la personalidad de todos los mexicanos", se realizan las siguientes propuestas: Apartado 2.2.1. Se refiere a la necesidad de "Contribuir al mejor desarrollo de los individuos, promoviendo en la educación básica el conocimiento y cumplimiento estricto de la declaración de los derechos humanos y de los derechos de los niños". El 2.2.2 se refiere a la iniciativa y responsabilidad 99


social de la educación en estos términos: "Estimular la iniciativa y sentido de responsabilidad social de los alumnos, maestros, autoridades escolares y padres de familia, en el diseño de estrategias para mejorar los aprendizajes, resolviendo creativamente los problemas de la comunidad educativa". El 2.2.3 propone la necesidad de: "Establecer estrategias para que los maestros adquieran recursos y habilidades que les permitan generar en su labor docente relaciones de trabajo en la libertad, la democracia, la justicia, la verdad, la equidad y el bienestar". El 2.2.4 habla de la adquisición de recursos propios desde el ángulo de la educación tecnológica y de la investigación. El 2.2.5 se refiere a la educación artística del individuo, con el siguiente contenido: "Sensibilizar y desarrollar las capacidades artísticas de los alumnos, como una expresión del ser humano". El 2.2.6 apunta al desarrollo de la capacidad comunicativa. Dice así: "Enfatizar en la educación de los alumnos y maestros en formación, la capacidad y habilidad comunicativa en sus expresiones oral, gráfica y corporal". El 2.2.7 establece expresamente la necesidad de "Incrementar las oportunidades de recreación, deportivas y artísticas a las que los alumnos asistan gratuitamente y promuevan su participación activa". El 2.2.8 apunta al desarrollo de la capacidad del individuo para solucionar problemas en su entorno. Al efecto dice: "Impulsar en los alumnos actitudes de indagación científica, objetiva y crítica y en consecuencia la habilidad necesaria para actuar racional y responsablemente, en la solución de problemas de su entorno". Los dos últimos apartados se relacionan con el apoyo logístico con que debe contar la acción educativa para alcanzar y afianzar estos valores. El capítulo 2.3 se ocupa del tema: "La Escuela Pública y sus relaciones con la sociedad. Espacio para el ejercicio de la democracia. Formación democrática en los procesos de enseñanza y aprendizaje". El apartado 2.3.1 nos habla de la democracia, la libertad y la responsabilidad, como valores a fomentar en el alumno, a la vez que aporta un concepto concreto de la primera. Textualmente dice: "Lograr que el alumno reconozca en la democracia una forma de vida que garantice el establecimiento de relaciones más justas y armóni100


cas en la convivencia social en un clima de libertad. Así mismo que aprecie en la democracia una condición para el respeto a los derechos, que a su vez demandan un sentido de responsabilidad en el cumplimiento de las obligaciones ciudadanas ". El apartado 2.3.2 retoma aspectos que, desde antiguo, venimos destacando para la generación de un auténtico clima educativo; los que enfatizamos en nuestro libro que lleva por título: "Mejoramiento del profesor en funciones (basado en la microenseñanza), 1983. Su texto es el siguiente: "Establecer un ambiente escolar de diálogo, comunicación, confianza, tolerancia y aceptación, generando el trabajo compartido y construyendo saberes colectivos". El 2.3.3 habla de: "Promover en el educando la práctica de la democracia, a través de oportunidades de participación y toma de decisiones de todos los miembros de la escuela en el nombramiento de los órganos escolares de gobierno, cooperativa escolar, sociedad de alumnos, proyectos y otros, en un ambiente de igualdad". El 2.3.4 enfatiza en el valor igualdad con el siguiente texto: "Propiciar el valor de la igualdad en las relaciones que los alumnos establecen en el aula, y en las oportunidades de aprendizaje que se brindan a niñas y niños". El 2.3.5 se refiere a la importancia de poseer un pensamiento autónomo y crítico para el ejercicio de la democracia. Dice: "Propiciar el desarrollo de un pensamiento autónomo y crítico en los estudiantes para el ejercicio de la democracia, a través de la guía y orientación de los docentes". El 2.3.6 apunta directamente a la Práctica Docente y la relaciona con una serie de valores que propiciarían su realización. Su contenido es claro y comprensivo: "Basar la práctica docente en estrategias que promuevan un ambiente de libertad en donde el aprendizaje sea un proceso compartido de búsqueda de explicaciones, transformaciones y aproximación a la verdad". El 2.3.7 insiste en las prácticas democráticas con extensión al ámbito familiar.El 2.3.8 hace hincapié en la necesidad de difundir la Ley General de Educación entre la comunidad a los efectos de que sus miembros coadyuven en su aplicación. El 2.3.9 insiste en la práctica de valores y actitudes democráticos entre los miembros de la comunidad escolar y periescolar. El 2.3.10 habla de democracia, pensa101


miento abierto y pluralismo ideológico, fomentados a través del proceso enseñanza-aprendizaje. El 2.3.11 nos proporciona todo un listado de valores relacionados con el concepto y ejercicio de la democracia para ser reflexionados con padres y alumnos a través de talleres. "Socializar con los padres de familia -dice- conceptos como democracia, dignidad de la persona, tolerancia, respeto, libertad, justicia y convivencia; y proyectar talleres que promuevan la reflexión sobre estos valores". El 2.3.12 dice que el alumno debe participar en las decisiones de interés general, tanto de la escuela como de la comunidad. El 2.3.13, por su parte, se refiere a procedimientos destinados a fomentar una cultura democrática. El capítulo 2.4 se ocupa del tema: "La escuela pública y sus relaciones con la sociedad. Espacio para el fortalecimiento de la cultura nacional en el respeto al origen, tradiciones, costumbres y perspectivas de los grupos étnicos que conforman el país. Reconocimiento a la diversidad cultural universal". Apartado 2.4.2. (sic; así empieza el desglose), destaca enfáticamente el contenido del artículo cuarto constitucional que reconoce la pluriculturalidad de nuestra sociedad y las etnias como parte de nuestra identidad nacional. El apartado 2.4.3 se apoya en el anterior para pugnar por la "solidaridad con los grupos indígenas" que se traduzca en una integración emanada de la educación pública. El 2.4.4 se refiere a la necesidad de mantener vivas las diversas manifestaciones culturales de cada región. El 2.4.5 habla de la necesidad de evitar el uso de vocablos extranjeros e intensificar el conocimiento de nuestras etnias. El 2.4.6 pide que los medios masivos de comunicación otorguen mayores espacios a la difusión de nuestra cultura, poniendo énfasis en nuestra originalidad. El 2.4.7 proclama no admitir excepciones -de ninguna índole- en cuanto al respeto y reverencia a nuestros símbolos patrios. El 2.4.8 se ocupa del bilingüismo en la educación sin menoscabo del fomento y difusión de una cultura nacional. Tema que retoma el 2.4.9 al decir que la lengua indígena de la región y la historia cultural de cada etnia deben hacerse asignatura obligatoria. El 2.4.10, por su parte, proclama la necesidad de que el magisterio mexicano retome su papel 102


protagónico mediante el rescate de nuestras raíces. El 2.4.11, a su vez, dice que es necesario mostrar, mediante actividades socioculturales, nuestras diferencias culturales, lingüísticas y étnicas como reconocimiento a las mismas. El 2.4.12 aconseja, como actividad sindical, promover intercambios socioculturales a fin de preservar y difundir nuestras tradiciones. El capítulo 2.5 se ocupa de "La escuela pública y sus relaciones con la sociedad. Espacios para el ejercicio de la equidad, la justicia y la observancia de la ley". Apartado 2.5.1 Aconseja la realización de estudios diagnósticos a fin de que nuestro servicio educativo se aproxime a las metas de equidad y justicia. El 2.5.2, a su turno, aconseja basar la integración educativa en valores tales como igualdad, equidad y justicia a fin de erradicar la exclusión. El 2.5.3 habla de calidad de vida y crecimiento personal como factores de desarrollo social. El 2.5.4 postula una educación que genere actitudes críticas y reflexivas-con el respeto debido hacia los demás. El 2.5.5 se refiere a la necesidad de incrementar la difusión de material impreso sobre el significado de valores básicos a fin de fomentar la reflexión y el compromiso individual y grupal. El 2.5.6 habla de la necesidad de propiciar el análisis y reflexión de situaciones cotidianas a la luz de valores tales como justicia, dignidad, convivencia, soberanía, democracia y libertad. Consideramos de suma importancia este apartado desde el momento que incentiva el análisis vivo de la problemática axiológica. La experiencia valoral que se tiene sobre la base de situaciones vividas por el individuo y, de hecho, por el grupo, nos conduce a una apreciación más cabal y circunstanciada del hecho con relación a lateoría. Teoría y práctica conjuntadas, reforzadas, unidas en un todo dialéctico-existencial. He ahí el verdadero proceso enseñanzaaprendizaje logrado en su máxima expresión. El 2,5.7 aconseja la realización de foros, campañas y convivencias destinadas a la formación de valores en la escuela, orquestados en una propuesta nacional. El 2.5.8 habla de la necesidad de mantener constante el principio de igualdad entre los sexos. El 2.5.9 se refiere a la atención de los niños de la calle, no sólo en el campo de la educación. El 2.5.10 103


se preocupa por la orientación de los jóvenes para una correcta ocupación del tiempo libre. El 2.5.11 resulta muy oportuno porque se ocupa de los que podríamos llamar valores de compensación, desde el momento en que habla de solidaridad, tolerancia y aprecio hacia los alumnos con necesidades educativas especiales. Como quien dice: "que los más infelices sean los más privilegiados". El 2.5.12 se refiere a la necesidad de crear escuelas para padres. El 2.5.13 hace referencia a la defensa material de la escuela como valor social. Merece la pena su transcripción completa: "Pugnar porque las autoridades actúen con energía y en base a derecho, sancione a quien atente contra las condiciones físicas y materiales de una escuela o institución educativa". El 2.5.14 dice: no a la explotación de menores. Capítulo 2.6. "La escuela pública y sus relaciones con la sociedad. Espacio para el impulso a la cultura del trabajo y las relaciones respetuosas con el medio ambiente". Se efectúan trece propuestas. 2.6.1 Definir un proyecto de nación tomando en cuenta los aspectos humanísticos y tecno-científícos. 2.6.2 Desarrollar una cultura del trabajo. 2.6.3 Incorporar a los planes de estudio una visión del mundo que permita la vinculación de los aprendizajes con esquemas de desarrollo y productividad. 2.6.4 Revalorar al trabajo humano como una actividad digna y participante. 2.6.5 Iniciar el servicio social a partir de la secundaria. 2.6.6 Respeto a las individualidades y fomento del trabajo colectivo democratizante y creador. 2.6.7 Fomentar el aprecio al trabajo mediante la capacitación técnica y la producción. 2.6.8 Organizar equipos de trabajo con miembros de la comunidad con metas colectivas. 2.6.9 Respeto y protección al medio ambiente a través de acciones como: ""'Establecer un programa de "Rincones de la Ciencia" en el aula, para el análisis de fenómenos naturales y el aspecto práctico de la ciencia". *"Establecer convenios con la iniciativa aprivada y asociaciones civiles con el fin de que los educandos vinculen su aprendizaje teórico con la práctica, asociados con una cultura ecológica". 2.6.10 Conservación de los recursos naturales y 2.6.11 Conciencia 104


ecológica. 2.6.12 y 2.6.13 Redundan sobre el mismo tema de los tres apartados anteriores. De un modo sintético y anticipado podemos decir que es ésta (la del SNTE) la propuesta más completa y adecuada que hemos^onocido en México sobre axiología educativa. A tal punto que consideramos que todo proyecto futuro, que procure introducir valores en la educación mexicana, deberá apoyarse en la misma. En ella se resume toda una tradición nacional-ai respecto y, no tomarla en cuenta, sería como borrar toda la historia de México. El juicio que acabamos de emitir respecto a la propuesta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación no implica abandonar otros análisis. (Otros documentos serán tomados en cuenta y de ellos extraeremos todo elemento valioso que pueda sernos de utilidad). Los seguiremos practicando a los efectos de presentar un panorama lo más completo posible respecto a los valores educativos en lo nacional aunque, estamos en condiciones de adelantar que, ninguno de los documentos que expondremos en adelante tienen la completez y sistematicidad del que acabamos de exponer. La propuesta de Conalep resulta un intento interesante de aplicación concreta, pero adolece de serias fallas como ya lo demostramos en el capítulo anterior.

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18 ALDUCIN ABITIA, ENRIQUE. 1989. LOS VALORES DE LOS MEXICANOS. MÉXICO: ENTRE LA TRADICIÓN Y LA MODERNIDAD. ED. FOMENTO CULTURAL Banamex, A. C. MÉXICO. MÉXICO.

A comienzos de la década de los ochentas el Banco Nacional de México (Banamex) encomendó al doctor Enrique Alducin Abitia la

investigación que nos proponemos analizar. La misma finalizó en 1984 y se basó en una encuesta nacional realizada en 1981. De ella destacaremos aquellos rasgos axiológicos que apuntan sobre todo a lo educativo y sus relaciones con la actividad laboral. En la obra que nos proponemos analizar en primer término y que corresponde al Tomo I de la citada investigación, se afirma que "Hay concenso entre los mexicanos respecto a los principales factores para triunfar en la vida: buena educación, inteligencia y trabajar duro", (pág. 15). El factor educación aparece en primer término. Aunque consideramos exagerada esta ubicación nos resulta muy sintomático que, 107


en una sociedad como la nuestra, donde son muy pocos los que tienen el hábito de la lectura y que quienes lo hacen, no siempre se inclinan por lo mejor y donde el analfabetismo real y funcional alcanza a vastos sectores de la población, se destaque mayoritariamente el factor educación como elemento básico para triunfar en la vida. El hecho de que nuestra sociedad destaque a la educación como valor esencial en la lucha por la vida nos alienta a continuar en la empresa de búsqueda y propuesta para un mejor hacer educativo. Sobre este punto habremos de insistir. En cuanto a los rasgos de comportamiento que más se valoran, destaca en primer término la honradez. "La honradez es el rasgo más apreciado por los mexicanos", dice el autor en la página 16. Los valores de convivencia se enuncian en este orden: honradez, respeto, dignidad, bondad, paciencia, humildad, solidaridad, tranquilidad, veracidad, orgullo, aguante, tolerancia, resignación y conformismo (aunque muchos podrán considerar a los cuatro últimos como antivalores) (pág. 157). (Ver tablas en pág. 160 y 161). Queremos destacar el valor honradez porque, en un medio donde la pequeña ventaja, el logro mezquino del incumplido y el prejuicio de la picardía rendidora hacen verdaderos estragos, es digno de mencionarse (por lo menos) el hecho de la existencia primaria de un apego a la honradez. El lema "tranza y avanza", al parecer, no convence mucho. Sin embargo casi todos lo repiten como un axioma con el que adornarse. Ya hemos dicho que hay toda una tendencia en el sujeto tercermundista (especialmente si pertenece a las clases más necesitadas) a compensar sus frustraciones mediante el recurso de considerarse más listo que los demás. "El pobre tercermundista -dij irnos- más que inteligente desea ser astuto o, por lo menos, considerado como tal". (Ribeiro, Lidio. 1994, 163). Se da en nuestra población toda una gama de confusión de valores y de sentimientos que no acaba por aclararse. Tan así es que, pese a la repetición de este falso slogan, el autor de la investigación nos dice que entre los Valores de Logro se destacan en la encuesta los siguientes: iniciativa, esfuerzo, ambición, perseverancia, independencia y ahorro. En ningún momento los encuestados magnifican la deshonestidad, ni 108


la hipocresía, ni el engaño, ni la mentira, ni cosas por el estilo, como Valores de Logro. Incluso, al consultar la encuesta sobre "Personas que le inspiran menor respeto" (pág. 176), advertimos una opinión que resalta la preferencia del mexicano por la honradez. Se trata del hecho de que el ladrón sea quien le merece el menor aprecio social. Esto concuerda con el dato de que "Los mexicanos piensan que la responsabilidad es el atributo sobresaliente de un buen trabajador". Lo siguen -aunque en un orden de estima cincuenta por ciento inferior- los rasgos de actividad, de inteligencia, orden y puntualidad, (pág. 22). Estos son, según datos tomados de la Introducción hecha por el mismo autor, los valores más apreciados por los mexicanos en el ámbito de la actividad educativo-laboral. Sobre esta base emprenderemos el análisis de la encuesta y apreciaremos las conclusiones a que arribó el autor en la presentación de la misma. Otro dato que debemos tener muy en cuenta en nuestro análisis es el que indica que "poco más de la mitad de la población desea que México sea México y no se parezca a ningún país", (pág. 91). Importa destacar en este sentido que Querétaro -ciudad industrial de alto vuelo y con amplias perspectivas de futuro- alcance un porcentaje de un ochenta y uno por ciento en apoyo al deseo de que encontremos nuestro propio camino como nación. Es el más alto porcentaje, seguido por Acapulco con un setenta y cuatro por ciento y Pachuca con un sesenta y cuatro. Esta aspiración mayoritaria de la sociedad mexicana operará como un factor positivo a tomar en cuenta a lo largo del trabajo. Digo positivo, porque significa un rasgo de afirmación referido a nuestros propios valores. Valores desde los cuales deberemos partir para construir el país al que todos aspiramos; es decir, un país que aproveche los avances tecnocientíficos sin sacrificar lo auténticamente humano de su población. Avance material sin avance espiritual es retroceso. La ciencia al servicio del hombre se dice a diario; pero, también a diario, vemos al hombre sucumbir y disminuirse ante los avances tecnocientíficos. El apoyo en nuestros valores ancestrales podrá facilitar aquel propósito. Esos mismos valores que las grandes potencias industriales han perdido 109


o han visto debilitarse al máximo. En un pasaje de la obra y a manera de resumen, el autor nos dice que: "[...] la mayor parte de los mexicanos tiene una actitud que permite esperar esfuerzo y sacrificio para resolver nuestros problemas", (pág. 110). Esta característica del mexicano ya la destacamos en Geopolítica y Educación (Ribeiro, Lidio. 1994, 92); pero con la advertencia o salvedad de que: "(...) nuestro hombre revela un gran sentido de compromiso y capacidad para los mayores esfuerzos, toda vez que ello suponga espontaneidad y espectacularidad rayana en el heroísmo visible; pero no cuando comportan una conducta signada por la modestia, el esfuerzo y la constancia ocultos, libres de aspavientos. Rendimos culto a los héroes de lo espectacular, de lo aparatoso, de lo deslumbrante y emotivo, de todo lo que tenga sabor a aventura, pero ignoramos a los héroes de lo cotidiano, de lo modesto, de lo silente, de lo sedimentario que construye obras duraderas a través de un proceso de acumulación imperceptible". Mucho tendremos que hacer desde el campo de la educación para cambiar esta circunstancia y lograr que lo esporádico y ocasional se vuelva permanente. Tenemos un punto de apoyo: el mexicano saca a relucir sus mejores cualidades morales cuando de superar una tragedia se trata, haya o no espectacularidad en el hecho. Lo trágico suplanta a lo espectacular. 1985: el Distrito Federal en escombros. Miles de víctimas apresadas bajo los mismos. Cuando nadie sabía qué hacer, la población capitalina se puso en marcha y comenzó a trabajar en el rescate de vidas. ¿Tendremos que vivir en tragedia o en espectáculo permanente para lograr que aflore nuestra casta? Tal vez el compromiso pueda suplantar a estas dos condiciones. En otro pasaje el autor refuerza los conceptos anteriores al afirmar que: "Es importante saber que buena parte de los habitantes de México tiene una actitud que facilita la implantación de un proceso de planeación participativa y democrática. La mayoría de los ciuda110


danos desea cambiar la situación y mejorarla a través de su trabajo y de empeño" (pág. 121). El trabajo y el empeño siguen apareciendo como valores altamente apreciados por los mexicanos. Trabajo y empeño, precisamente dos cualidades que suelen negársele a nuestros compatriotas. Reiteramos, una vez más, las grandes posibilidades que, en este sentido, tiene la educación; porque una cosa es reconocer la importancia de estos valores y otra es ejercerlos e internalizarlos. De todos modos ya significa un gran paso hacia adelante la existencia manifiesta de este reconocimiento. Sobre el trabajo, como tal, los encuestados opinan que la cualidad mayor que debe tener un trabajador es la responsabilidad (Ver tablas en las págs. 250 y 251) seguida de la actividad, la inteligencia, el orden y la puntualidad. Con esto terminamos el comentario de la obra citada (Tomo I). Analizaremos, a continuación, los tomos subsiguientes.

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19

ALDUCIN ABITIA, ENRIQUE TOMO II. MÉXICO EN TIEMPOS DE CAMBIO ED. FOMENTO CULTURAL Banamex A. C. MÉXICO, 1991. os resultados que acabamos de analizar emanan de una encuesta realizada en 1981. La que tomaremos a continuación para su estudio fue realizada en 1987. La institución patrocinadora se ve en la obligación o necesidad de aclarar que: El Banco Nacional de México es una institución que sirve a la comunidad. Su esfuerzo es promover el desarrollo del país. Concibe que va más allá de lo económico, que trasciende en la cultura y la calidad de vida de cada compatriota. Por ello se impone la tarea de conocer nuestra realidad, labor que corresponde a la División de Estudios Económicos y Sociales, uno de cuyos proyectos destacados es el análisis de los valores de los mexicanos. Y agrega: El interés de Banamex en la axiología es práctico y se manifiesta en la adopción de un 113


código ético y en el compromiso de mantener y cumplir las normas de conducta más altas. Suscribe cinco valores institucionales: honradez, discreción, calidad, productividad y nacionalismo. Sin embargo no deja de reconocer que: [...] estas cualidades no agotan las características que debe poseer un banquero profesional e íntegro. (Las transcripciones anteriores corresponden al capítulo de "Presentación"). Establecida esta postura de la institución patrocinadora -la que tendremos que tomar muy en cuenta.durante todo el proceso de análisis- consideramos de particular importancia destacar, desde ya, uno de los hallazgos fundamentales de esta investigación; en especial para nosotros que dirigimos toda nuestra búsqueda al plano de la educación. Nos referimos al hecho, documentado en la página 51, en el sentido de que en materia de objetivos personales, la máxima distancia psicosocial la causan... la escolaridad, aún más que la desigualdad económica. "La máxima distancia psicosocial, aquella que causa la escolaridad es la que más se ensancha de 1981 a 1987", dice el texto referido. Y agrega con cierta ingenuidad y quizás sin advertir plenamente el alcance de su afirmación: "En términos absolutos, a la distancia psicosocial o valoral que impone la escolaridad sigue aquella que provoca la desigualdad económica". Ponemos de relieve este resultado porque queremos protegernos de aquellos que sostienen que toda tarea que se realice en el campo educativo es pura pérdida de tiempo y energías, desde el momento en que esta nada influye en el comportamiento ni en la misma construcción espiritual del individuo. (Aprovechamos la oportunidad para dejar constancia de una característica que hemos venido constatando en tales adalides de la anti-educación: la gran mayoría de los que sostienen esa posición negativista respecto a la educación, son individuos que ostentan, por lo menos, un grado de doctor en su currículo. Conozco algunos que tienen hasta tres doctorados en su haber. Lo que no obsta a que sigan negando los efectos positivos de la educación sobre el sujeto humano). ¿Para qué trabajamos? Este planteamiento aparece en la pág. 55. Nosotros insistimos mucho en la necesidad de generar un verdade114


ro culto al trabajo de modo que este no aparezca como un mero deber, como una obligación, o como una condena sino como un medio de realización humana. Veamos qué responde la mayoría de los encuestados ante la pregunta ¿para qué trabajamos? 1 2 3 4 5 6

Para mantener a la familia Para dar educación a los hijos Para comer y vivir Para satisfacer aspiraciones Para tener dinero Porque no hay de otra

16% 12% 11 % 9% 8% 5%

Nota: Redondeamos los datos.

En un total de catorce preguntas, seis logran el 61% de las preferencias. En todas ellas el trabajo aparece o como un medio para obtener algo ajeno al trabajo mismo o como una fatalidad ("porque no hay de otra"). El trabajo como actividad humana, como tarea en sí, como algo que nos produce satisfacción ("por gusto", como dice la respuesta) ocupa un modesto 1%. Algunas otras respuestas teñidas de cierto idealismo moral como: "Por el progreso de México", "Para aprender", "Para ayudar a los demás" y "Para trascender", apenas alcanzan un 14%. No tomamos en cuenta la respuesta "ser feliz" por difusa. ¿Ser feliz trabajando, realizándose en el trabajo o ser feliz comprando felicidad con el dinero obtenido en el trabajo? ¿Qué hacer ante semejante panorama? ¿Qué perspectivas nos aguardan en los diversos planos de la actividad humana? ¿Qué podemos esperaren el ámbito del trabajo propiamente dicho? Quizás algo más de lo que tenemos podamos esperar en la actividad (excluyo ex-profeso el término trabajo) intelectual, porque su mezcla con lo vocacional puede servir como elemento dinamizador. Pero en lo demás, en lo que tenga que ver con cualquier actividad (digamos) rentada o sujeta a obligaciones (lo que podríamos llamar trabajo propiamente dicho), el panorama resulta bastante desolador. Factores más importantes para el desarrollo del país. (pág. 135). 115


En primer lugar se coloca la calidad moral de los gobernantes. En la encuesta un 13% pone como condición "que el gobierno no diga mentiras". Y un 11% "que los líderes políticos sean honestos", lo que da un 24% a favor de las soluciones morales. En segundo lugar se coloca al esfuerzo y la inteligencia, con un 21%. Un 11% para "gente que trabaje duro" y un 10% para "gente con ingenio e inteligencia". La capacidad para lograr el progreso radicaría (según esta postura) en los individuos. Apenas en el sexto lugar se colocan las soluciones políticas y, asimismo, con un magro 8% para "un gobierno que responda a las demandas populares". La educación ocupa un raquítico noveno sitio con un 7% de respuestas a favor de "una educación gratuita para todos". Conviene destacar que el control natal ocupa el penúltimo lugar de la lista de preferencias con un 4%. Cultura y Política (pág. 161). Ya lo dijimos en varias oportunidades: México es una sociedad despolitizada. Veámoslo numéricamente y desde una perspectiva extraña o indirecta. El documento en cuestión nos dice que: "La participación en asociaciones es un índice que refleja el carácter político y social de la población. [...] También revela, en el sentido de una preferencia que se hace explícita, el interés y el valor que los mexicanos le conceden al objeto de la asociación", (pág. 161). Compartimos plenamente esta opinión. Veamos los resultados numéricos. Las asociaciones deportivas son las que cuentan con más asociados y las políticas con el menor número. 27% de la población encuestada las primeras, contra un 6% de las segundas. A ello se agrega el hecho de que: "La participación en cualquier tipo de actividad política es de las más bajas en nuestro país. Un grave problema es la apatía, la indiferencia, el desinterés e incluso la ignorancia en torno a las cuestiones públicas", (pág. 163). Concretamente, en lo que atañe a los partidos políticos (pág. 207), se obtuvieron los siguientes resultados: Un 46% de los encuestados considera que "el organizarse políticamente permite satisfacer las demandas de uno". También un 46% opina que "los partidos políticos influyen en las decisiones del gobierno". Un 47% 116


está de acuerdo en que "sería deseable para México que otros partidos alcanzacen el poder". Un 48 considera que "las elecciones contribuyen a tener un mejor gobierno, aunque no ignoran la existencia de vicios e imperfecciones en los sufragios, desde el momento en que el 50% de los encuestados opina que "Debemos avanzar hacia un gobierno más democrático". Hasta el momento hemos venido considerando el documento sin tomar en cuenta posibles fallas de procedimiento y preguntas inducidas que aparecen en la encuesta, además de conclusiones extrapoladas que llevan a conclusiones falsas o, por lo menos, no comprobadas. Sin embargo, tanto por lo grosero como por lo manifiesto, no podemos pasar por alto el párrafo que a continuación transcribimos: "En 1987, en la II encuesta sobre los valores de los mexicanos se plantea lo siguiente: está de acuerdo o desacuerdo en que el ejido debería tratarse como propiedad privada para aumentar la productividad del campo. Asiente el 54%, disiente el 24% y no opina o no sabe el 22%. La relación es de 2.3 a uno; al descontar a los que no opinan, el 70% de las respuestas es a favor de la privatización del ejido y el 30% en contra", (pág. 219). (Textual, incluyendo la sintaxis y la omisión de signos de interrogación). La inducción de la respuesta es grosera, desde el momento en que el agregado "para aumentar la productividad del campo", lleva a una respuesta afirmativa acorde con los deseos del encuestador. Nadie que esté en su sano juicio en este país va a decir que no quiere "aumentar la productividad del campo". Todos sabemos que esa es una tarea urgente, de primerísima prioridad, por lo cual, incluida en una consulta popular sobre el destino del ejido, siempre determinará el fiel de la balanza a favor de la condición supuestamente favorable a los intereses de quien elabora el reactivo. Destacamos el hecho porque queremos prevenir al lector sobre la supuesta objetividad de algunas encuestas; de ahí que hayamos 117


elegido uno de los casos más gruesos para tal efecto. De todos modos podemos decir que la encuesta es válida en sus grandes tendencias, no así cuando procura justificar hechos concretos y abiertamente sectarizados.

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ALDUCIN ABITIA, ENRIQUE. 1993 LOS VALORES DE LOS MEXICANOS TOMO III. EN BUSCA DE UNA ESENCIA ED. FOMENTO CULTURAL Banamex, A. C.

E ste tomo se remite a las encuestas anteriores como fuente de información directa relacionada con nuestra sociedad. Los tomos I y II de la misma investigación le sirven como base de datos. No vamos a recaer en la consideración de temas ya tratados. Simplemente tomaremos algunos de sus aspectos más salientes a los efectos de redondear el análisis del trabajo. El valor de la educación (págs.

19 y ss.).

Nos referiremos en primer término al tema de la educación. Un dato que queremos destacar es el que se refiere al apoyo ciudadano con que cuenta la educación universal. Un 99% (noventa y nueve por ciento) dice que la educación debe ser popular; es decir, que debe llegar a todos y a todas las capas sociales. Vinculado con este dato se 119


nos presenta otro que nos dice que el 91 % (noventa y uno por ciento) de los encuestados expresa su preferencia preferencia por por la escuela pública. Educación universal y pública, hermoso binomio para una sociedad democrática que confía confía en los resultados de la labor educativa en sus aspectos aspec tos más generales, gener ales, no como factor de impulso concreto (en este sentido la coloca en noveno lugar). (Ver (Ver apartado "Factores más importantes para el desarrollo del país", en nuestros comentarios sobre el Tomo II). Sistema Socioeconómico deseado (pág.

63).

La encuesta presenta diecinueve preguntas ideológicas a fin de conocer el grado de preferencia hacia cada una de ellas por parte de nuestra población. Encabezan la tabla con igual puntaje (un 80%) "Eficiencia Económica" y "Asegurar niveles de bienestar para toda la población", población" , como rasgos salientes a procurar para nuestra organización socioeconómica. El autor en sus comentarios dice que: "Es "E s inesperado que la prioridad más alta sea un medio y no un fin". A nosotros no nos resulta inesperada la preferencia popular. Eso que él llama medio y nosotros "Valor de Acceso" Acce so" (porque el medio no lleva implícita ninguna referencia valoral) no resulta inesperado si tomamos en cuenta el hecho de que ningún fin social se logra sin sus correspondientes "Valores de Acceso"; más aún cuando en ellos va implícito un factor económico o un sustento material cualquiera. Les sigue muy muy de cerca (con un setenta y nueve por ciento) en orden de preferencia: "Ingresos de acuerdo con capacidad y trabajo". Es un principio de justic jus ticia ia social. social. También, También, con un 79%, tenemos "La liberta libertadd de palapalabra y acción, poder expresarse libremente". Dice el autor que "La libertad de palabra es un valor que enarbolan todos los partidos e ideologías y que el mexicano tiene en altísima estimación", (pág. 67). Es necesario tenerlo muy en cuenta para cualquier propuesta de contenido social. social. Muy Muy próximo próximo -con -c on un 7 8 % - tenemos "Igual"Igualdad de oportunidade oportu nidadess para todos, tod os, sin sin importar origen social" soci al".. Se trata de otro principio de justicia justic ia social. 120


El autor subraya que (en este sentido): "El concenso nacional es asombroso; asombroso ; en todas las clases sociales ocupa el quinto sitio, excepto en la media-baja, media-baja, que la pone en el cuarto", cuart o", (pág. 67). A continuación aparecen, con un 75%, "Sufragio efectivo y no reelección" ció n" y "Libertad de creencias creencias y religión religión,, de expresió expresiónn y práctica". Con un un 73 7 3 % aparece: "Seguro de desempleo desempleo y garantía garantía de ingreso mínimo". Otro principio de justicia social. El mismo autor hace notar que: que : "[...] "[. ..] en la sociedad sociedad mexicana es alto el valor de la just ju stic icia ia social", socia l", (pág. 68). Con Con un 72% 7 2% le sigue: "Régimen de propiedad privada que garantice su seguridad". seguridad" . Hay un alto concenso en el pueblo mexicano a favor de la propiedad privada. El régimen de economía eco nomía mixta que tomó vigor a partir de 1917 1917 y la política polít ica de privatizaciones de los ochentas han han venido condicionando la mentalidad de nuestra población en tal sentido. Con un punto más abajo - 7 1 % - encont encontramos ramos "Influe "Influencia ncia de los los ciudadan ciudadanos os en las las decisiodecisiones de gobierno". No debe extrañarnos que esta aspiración ocupe un décimo lugar. La despolitización de nuestro pueblo y su falta de oportunidades para ejercer influencia en el gobierno, le impiden apreciar en toda su magnitud el valor de participar en la toma de decisiones del poder político. Dejamos el análisis aquí. Los demás aspectos del Tomo III resultan intrascendentes y/o reiterativos, cuando no, groseramente tendenciosos y simplificantes. Vale la pena transcribir algunos pasajes del tema "Propiedad Privada", correspondiente al capítulo IV, IV, intitulado "Clases Sociales e Ideología". Lo sucedido en la Unió Uniónn Soviética demuestra demuestra que el sistema comunist comunistaa no es el camino camino del progreso, pues va contra arraigadas motivaciones. Para lograr una sociedad sin clases se restringe restringe la libertad, pero nunc nuncaa se alcanza alcanza la igualdad. igualdad. Georg Georgee

Orwel, en su crítica a la Revolución Rusa, sostiene que la premisa premisa "todos "todos los animales animales son iguales" pronto se transforma añadiendo "pero unos son más más iguale igualess que otros". otros". Apropiarse de los medios medios de producción producción y abolir los los derechos de propiedad provocan una enajenación más grave que la que Marx observa en el capitalismo. Esta surge, de acuerdo con su teoría, porque el trabajador pierde parte de la plusvalía o 121

LIDIO NÉSTOR NÉSTOR RIBEIRO RIANI valor agregado que genera con su trabajo, y beneficia beneficia al dueño del capital. En aquel sistema la indefensión es total, ya que la autoridad despoja al al individuo del usufructo usufructo inmediato de su trabajo y además cancela la posibilidad de acumular el producto de su esfuerzo. esfuerzo. Si Sinn incentivo, motivación motivación y libertad, el hombre pierde el ánimo. á nimo. Tarde o temprano se derrumba una organización así. La propiedad está en el centro de los derechos derech os individuales y es el motor de de la dinámica económica. Aún en la evolución evolución del capitalismo se aprecia una y otra vez que, cuando se eses clarecen clarecen y define definenn los derechos de propiedad, se libera el popo tencial de crecimiento. Las acciones del que usufructúa un bien común, y sólo temporalmente, son muy distintas a las del dueño. El primero explota los recursos sin sin considerar su depreciación y la necesidad de cuidar, reinvertir, renovar y acrecentar. El segundo aprovecha sin abuso, sabe que la expoliación conduce a la pérdida del valor de su bien y que sólo la conservación y la diligencia rinden frutos frutos y crean crean riqueza. rique za. El vínculo emocional de aquél es de desapego e indiferen indiferencia, cia, mientras que este tiene interés e incluso afecto por su pertenencia. El neoliberalismo fundament fundamentaa el sistema socioeconómico en la propiedad privada y la libre empresa. Las considera fuente de prosperidad y libertad. Se opone a la interferencia oficial, a impuestos y reglamentaciones que inhiben y restan eficiencia a las fuerzas fuerzas del mercado, mercad o, disminuyen o impiden la creación de riqueza, que es la base del del bienestar de de las naciones. Los socialistas condenan condenan la propiedad privada, raíz de desigualdad e injusticia. Una distribución inequitativa de la propiedad provoca la del ingreso y una sociedad dividida no sólo por dispares condiciones de calidad de vida, sino por resentimiento, frustración y envidia. Este argumento conduce a la hipótesis de la lucha lucha de clases y la solución menos radical es la intervención creciente del gobierno para garantizar mayor mayor igualdad. La concentración de los bienes se ataca con con sistemas tributarios progresivos, altos impuestos a las herencias y, en última última instancia, instancia, por expropiaciones expropiaciones o nacionalizaciones. Cuando los sectores relevantes y estratégicos estratégicos son estata122


les se requiere planear la economía y ello lleva a la centralización. Estas economías no acaban con las diferencias y menos con la pobreza. Entonces se crea el Estado-benefactor, que proporciona, gratuitamente, educación, servicios de salud y seguridad social. Buena parte del presupuesto nacional se emplea para subsidiar a desempleados, desprotegidos, enfermos y sus familias. Finalmente, la intervención integral: se fijan y controlan precios, salarios y prestaciones; se determina qué producir, cómo y para quién, (pág. 90). Si esto corresponde a una investigación y no a un vulgar panfleto partidista, ya no sabemos cuál es el límite entre lo científico y lo meramente propagandístico. Simplificar y deformar las posiciones en un trabajo destinado al gran público, más que un acto de deshonestidad, es una actitud criminal.

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21 EL REDUCCIONISMO AXIOLÓGICO, UN FACTOR DE DESPRESTIGIO Y EMPOBRECIMIENTO

N uestros axiólogos -mejor dicho, quienes se ocupan de los valores en nuestro medio- están ubicados, en su casi totalidad, dentro de

la corriente reduccionista que asimila, identifica y hasta confunde, lo axiológico con lo moral. Moral (o ética) y axiología serían una y la misma cosa. Nuestra pregunta es: si así piensan, ¿por qué hablar de valores o de axiología y no de moral o ética a secas, de un modo directo y exclusivo? (Recordamos al lector que nosotros no hacemos distinción alguna entre moral y ética; pues consideramos a la ética como un tema más de la Moral Doctrinaria o de la Moral Teórica o de la moral sin más, si lo prefieren). Creemos que en esta actitud de nuestros estudiosos del valor hay mucho de snobismo, de deseo de estar a la moda porque, en verdad, lo axiológico no lo necesitan para nada. Lo utilizan porque es un término que está en boga simplemente. Esa tendencia se insinúa en todos los documentos que circulan en nuestro medio. En unos más, en otros menos; pero en todos se insinúa. Es necesario destacar que la axiología no se reduce al estudio de los Valores Morales; que estos no constituyen más que una parte del infinito mundo de los valores e incluso -para algunos- ni siquiera la parte más importante. 125


Esta confusión e incluso asimilación de valores con los preceptos morales, lleva a una minimización del problema axiológico y desvirtúa totalmente el alcance del tema. Debemos dejar bien claro -aunque pequemos de redundantes- que los Valores Éticos o Morales no son más que una parte del gran campo valoral; pero que nunca lo abarcan en su totalidad. Este ha sido el gran error conceptual de nuestros docentes; de ahí las periódicas caídas que presenta el tema en la historia de la educación mexicana. Esta tendencia está muy difundida en nuestro medio y muchos colegas me han hecho notar que ello quizás se deba a que la gran mayoría de quienes se dedican al estudio de los valores en México son sacerdotes o exseminaristas, lo que permite que se asimile valores y no-valores (o anti-valores) con el problema religioso del conflicto entre el "Bien" y el "Mal". Decíamos que esta actitud minimiza el problema axiológico; pero no sólo eso, sino que además se vuelve contraproducente en el seno de la Educación Pública, Laica y Democrática, en la que no se imponen preceptos morales ni se busca catequizar a nadie. En algunos autores resulta tan evidente esta tendencia que hasta hablan de la posibilidad de una evaluación del alumno en el terreno axiológico. Resulta por demás curioso constatar que en las obras de estos "axiólogos" jamás se ve una mención a los Valores del Conocimiento, ni a los Valores Vitales, ni a los Valores Estéticos y -ni siquiera- a los Valores de lo Absoluto que, por su misma condición de catequizadores, deberían esgrimir. "Los valores están dados y son éstos. Ahí les van para que los memoricen y apliquen". Pareciera ser esta la consigna de la casi totalidad de nuestros estudiosos de la temática del valor. Toda su axiología se centra en el campo de las humanidades. Mientras tanto, el campo de las ciencias (naturales y formales) continúa y continuará ajeno al mundo de los valores y circunscripto al pequeño ámbito de una moral para palomas amaestradas, a la manera de Skinner. Practicismo, eficientismo e imitación simiesca seguirán siendo los mini valores a observar en este campo. No entraremos en polémica con los representantes de esta tendencia (contra los dogmas no caben razones, solemos decir); nos 126


limitaremos a señalar el hecho como advertencia de una desviación que nos puede llevar a un raquitismo esterilizador del campo de la axiología. Campo fértil, si lo hay, dentro de la problemática humana, pero a la vez riesgosamente mutilable.

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¿QUÉ VALORES PROPONEMOS PARA UNA POLÍTICA EDUCATIVA?

N o consideramos oportuno (ni estamos en condiciones de) realizar una propuesta global y totalizadora de valores para un proyecto

educativo en el México actual. En este momento, lo que nos interesa es proponer-en sus grandes lincamientos- algunos Valores de Acceso favorables a la consolidación de una realidad que ya no podemos soslayar: la del liderazgo mexicano en el contexto sociopolítico de América Latina. La educación del pueblo mexicano debe apuntar hacia determinadas direcciones que le permitan y faciliten el desempeño de ese liderazgo continental. Las mismas estarían signadas por algunas áreas valórales de acceso que procuraremos describir en sus grandes aspectos sin adentrarnos a lo concreto de sus contenidos. Ellas se apoyarían -a su vez- en un Valor de Acceso más amplio que podríamos designar bajo el rubro de Capacitación para un liderazgo continental. Sugerimos -entre otras muchas- las siguientes: * Capacitación para ¡a integración sociopolítica en el contexto latinoamericano.

Esta capacitación supondría el conocimiento y eventualmente. la comprensión participante de la historia de nuestro continente. 129


Esto como base para un mejor conocimiento y consiguiente interacción a nivel internacional. No podemos conocernos y, menos aún interactuar, sin previamente adentrarnos a nuestro pasado y asimilar nuestro presente. Como factores básicos para conocer nuestro presente incluimos el estudio de la estructura y posibilidades de los organismos regionales vigentes y de nuestra misma sociología continental, destacando en especial su realidad sociopolítica. En esta misma dirección tendríamos que incluir el conocimiento del idioma portugués, idioma que habla más de la mitad de la población latinoamericana (ciento sesenta millones de urasileñus más las poblaciones fronterizas de diez países de habla hispana; muchas de las cuales jamás hablan el español). * Capacitación para una clara apertura hacia ¡o nuevo en perspectiva continental.

Tal propósito abarcaría el estudio de las principales épocas históricas de la humanidad con un énfasis especial en las costumbres, principios morales e ideas dominantes de los diversos pueblos a considerar. Habrá que tener muy en cuenta que una cosa es la apertura de que hablamos y otra el snobismo novelero y el malinchismo emocionai-imuativo que padecemos, desde muy antiguo, en los diversos estratos sociales del país. La tolerancia, como actitud de convivencia, ha de ser fomentada desde un primer instante en el educando. Al hablar de tolerancia no estamos involucrando a la indiferencia. Tolerancia es inclusión de la actitud contraria en el plano de la confrontación leal y abierta, en tanto que la indiferencia es simple comodidad (cuando no, debilidad) ante cualquier peligro o amenaza. La apertura hacia lo nuevo supone, en gran medida, abandonar la tendencia a la rutina y la pereza en todas sus manifestaciones; en especial la pereza mental. Muchas veces rechazamos lo nuevo por no romper con nuestros cánones, por tratar de continuar dentro de los viejos cauces o por simple temor a que lo nuevo o lo desconocido venga a cambiar nuestra rutina. Será éste un campo valoral muy difícil de atender por su 130


misma viscosidad conceptual. En otras palabras: ¿cómo movernos en el ámbito de la apertura sin caer en el snobismo? * Capacitación para vivir con un sentido histórico. Nos referimos a un sentido histórico elegido de común acuerdo. No impuesto ni manipulado. Un sentido histórico que deberá estar por encima de los intereses grupales de todo tipo, incluso por encima de los intereses de clase. ¿Podrá haber un propósito general con esas características? Pese a la opinión contraria e inexpugnable de los clásicos del marxismo, nosotros creemos que sí. Un recuerdo de infancia -más emotivo que racional- me trae a la mente el caso de la defensa de Londres. Tengo una idea -algo lejana- no muy bien transparentada en los documentos oficiales, de que allí la aristocracia estuvo mezclada con las clases populares en el cumplimiento del deber común. Del mismo modo evoco a señores linajudos recogiendo en sus lujosas embarcaciones (de propiedad personal) a los evacuados de Dunkerque, en momentos en que nada hacía presagiar una derrota del nazifascismo. La misma Unión Soviética-con todo el odio clasista acumulado en contra de la nomenklatura- nos puede servir de ejemplo. Cuando en 1941 las huestes hitlerianas invadieron el territorio soviético, su población -casi en forma unánime- decidió hacer frente al enemigo, pese a todo el odio generado por el círculo estalinista convertido en casta dominante. La causa nacional se antepuso al problema interno. El pueblo fue consciente de que el estalinismo y todo su aparato de explotación del pueblo, tarde o temprano podría ser vencido; pero que el nazifacismo -una vez entronizado- sería muy difícil de vencer por su misma política de aniquilación total del enemigo. Poner un sentido en nuestra historia (sentido como dirección y como significado) es una de las tareas geopolíticas más urgentes que nos imponen las circunstancias y creemos que el objetivo de consolidar un liderazgo continental constituye una magnífica opor131


tunidad para imprimirlo con caracteres indelebles en el seno de nuestra población. Toda la capacitación antes citada deberá estar signada por una ética político-social acorde con lo expresado en torno a una posible axiología nacional. NOTA: Consideramos que estas tres fuentes o perspectivas valórales que acabamos de exponer, constituirían suficiente referencia para el logro de una educación encuadrada en los marcos filosóficos que estamos proponiendo.

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ALGUNOS VALORES DE PERSONALIDAD A TOMAR EN CUENTA EN NUESTRO PROCESO EDUCATIVO

Y a hemos manifestado nuestro rechazo a todo intento de querer importar valores ajenos a nuestra idiosincrasia y circunstancia histórico-social para apuntalar políticas educativas destinadas al pueblo mexicano. Ya expresamos nuestro repudio a convertir el "éxito" y la "utilidad" (entendida como sinónimo de efícientismo) en los objetivos señeros del quehacer humano, especialmente en el terreno educativo. "Éxito" y "utilidad" llevan implícito el virus del egoísmo y del divisionismo debilitante. Necesitamos valores que nos robustezcan mediante la unidad y no valores (o anti-valores como dirían algunos) que nos debiliten como entidad que procura una convivencia común, unitaria y fraternal. En lugar del éxito, del exitismo, pongamos la capacidad de desarrollarnos en plenitud; de dar de nosotros todo lo que seamos capaces de dar, liberados de cortapizas tanto sociales como individuales. Procuremos generar un ambiente social en el que todos y cada uno de nosotros pueda expresar y manifestar 133


plenamente el potencial que lleva dentro, en beneficio propio y de la sociedad en que vive. Sentado este principio como base, analicemos algunos de los valores que nos permitirán avanzar en tal sentido. Consideramos que hay un grupo de valores de personalidad en torno al cual todos los mexicanos deberíamos estar de acuerdo. El mismo estaría integrado por un contenido axiológico que comprenda aspectos tales como: la Seguridad, la Autoestima, la Perspectiva, la Pertenencia, la Integración y la Universalidad. Procuraremos explicar el sentido de cada uno de estos contenidos. ¿Qué entendemos por seguridad? No nos estamos refiriendo a la seguridad económica, ni física, ni de ningún otro tipo material. Nos estamos refiriendo a la seguridad como actitud mental, como presencia del individuo ante la vida. Actitud que nos permita afirmar o proponer como propia y personal la consigna de que: "donde otro hombre pasa yo también he de pasar". Consigna que no significa una fanfarronada, sino una propuesta de acción, una posibilidad de realización y de conducta cotidiana. En fin, la Seguridad vista como sinónimo de confianza en nosotros mismos. Hay una carencia muy grande de confianza en nuestro medio que viene desde muy atrás en la historia, fruto de una apreciación impuesta y deformada de los hechos que la componen. Así, la conquista se nos presenta como la hazaña de un Cortés que, con escasos quinientos hombres muertos de hambre, derrota a varios millones de indígenas. Y... nosotros descendemos de esos indios derrotados. Este es el razonamiento histórico primario del pueblo mexicano. Razonamiento en el que se omite que la conquista -más que a los españoles- se debió a los tlaxcaltecas y que nuestra descendencia también proviene de Cortés, de sus hombres y de todos los que más tarde llegaron a estas tierras. El racismo -esa llaga que nos heredó la decadente España- prolonga a través del tiempo nuestra inseguridad como sujetos creadores de destinos propios. Rompamos con este pasado engañoso preñado de maldiciones y generemos un futuro de realidades encaminado al encuentro con la historia. 134


Sobre Autoestima ya hemos escrito lo suficiente; en especial en "Geopolíticay Educación en México ". Recordemos, sin embargo, que el tema está vinculado con el de la Seguridad por su mismo origen histórico-social. Nuestros prejuicios sociales-en especial el Prejuicio Racial- nos conducen a una desestimación de nosotros mismos y por ende a una pérdida de seguridad personal o confianza en lo que somos y en lo que podremos ser. Tendremos que batallar mucho en este aspecto de la axiología. Destruir preconceptos castrantes (que en algunos sectores de la población se presentan como barreras dobles, como en el caso de la mujer: que al Prejuicio Racial debe agregar el Prejuicio Machista) y llevar a nuestros conciudadanos a planos más elevados en cuanto al concepto de sí mismos. Llevarlos, por lo menos, a la convicción de lo que venimos postulando desde hace muchos años: que no seremos más que nadie, pero tampoco menos que ninguno. (Con mucha satisfacción señalamos que algunos autores citan y manejan esta frase sin indicar su origen ni autoría, lo que nos hace pensar que la misma ya ha adquirido la aceptación suficiente como para prescindir de paternidades con visos de propietarismo). En cuanto a la Perspectiva, el propósito se nos complica con el inveterado conformismo de las grandes masas de la sociedad mexicana, como ya lo analizamos en La Educación de los Educadores. Ese conformismo que no nos permite albergar esperanzas concretas más allá del momento presente. Vivimos al día en todos los aspectos y sentidos de la vida. No sólo en lo material sino también en lo espiritual. No planeamos a futuro (y estoy hablando de las grandes masas en la circunstancia concreta de cada uno en su aspecto promedial y estadístico); nos basta con tener asegurado el pan de cada día, lo más elemental de cada día. Esta actitud repercute directamente en el campo educativo. No son pocos los padres -de los más bajos sectores sociales e incluso muchos de la clase media baja- que ven con malos ojos el hecho de que sus hijos deseen estudiar. Lo consideran una pérdida de tiempo porque se proyecta más allá de la circunstancia momentánea del sujeto. Desean que sus hijos se integren al mercado laboral lo antes posible, sin importar las condiciones presentes 135


ni futuras (fácilmente calculables en el mundo actual). Ya lo dijimos: vivimos la plena soberanía del instante, lo que pueda ocurrir mañana no interesa; "dios proveerá". Esta psicología está plasmada popularmente en una estrofa de la canción del maestro Salvador Flores, cuando dice: "Ya está ganada la copa en la olimpiada; la casa está pagada ¡ya no hay que trabajar!". Es este un ámbito valoral en el que tenemos que incidir de un modo sistemático y persistente a fin de generar en nuestro pueblo un sentido de futuro, de proyección, de perspectiva, unido todo esto al mismo proyecto de nación que nos hayamos propuesto por encima de las diferentes circunstancias personales. (La lucha de clases, representada por diversos intereses y perspectivas de vida continuará mientras hayan clases sociales; pero ello no inhibirá el intento de trazarnos perspectivas comunes en los aspectos más generales de nuestra vida nacional). Diríamos que la única perspectiva de futuro que alberga realmente el hombre-masa de la sociedad mexicana es de orden escatológico: ganar el cielo a través de halagos a la virgen de Guadalupe. Forjemos en él esperanzas terrenas, más próximas a su vida real y cotidiana; esperanzas y perspectivas que estén más unidas a los parámetros nacionales, a las aspiraciones de una sociedad integrada en la categoría de nación. Continuarán las naciones -dijimos desde el comienzo- y no se diluirán en la globalización económica. De ahí que insistamos en la necesidad de fomentar y desarrollar los sentimientos e ideas generadores de aquel valor que podríamos llamar de Pertenencia-Integración; o sea, el valor que permite vernos como parte constitutiva de una totalidad socio-político-cultural llamada México. Para ello se hace necesario que todos los mexicanos tengan la posibilidad de pertenecer (de hecho y de derecho) a la sociedad nacional de la que se consideran parte. Es decir, que sean tomados en cuenta como miembros activos de esa misma sociedad, sin segregaciones de ninguna especie. Será a partir de entonces que podremos empezar a hablar de la posibilidad de tensar los espíritus al máximo. Todo lo anterior se hará sin perder de vista la proyección universal, la visión de universalidad. Ello permitirá crear un sujeto humano con clara pertenencia a su circunstancia socio-político-cultural-geográ136


fica; pero a la vez, con una sólida pertenencia al mundo de su tiempo, tomado en proyección universal común y única. Nuevos tiempos se aproximan, dijera Goethe desde su perspectiva romántico-europeista-dominadora. Nuevos tiempos se aproximan, diremos nosotros, desde nuestra perspectiva realista-tercermundista-condicionada. Seguirán las naciones; seguirán los pueblos y seguirán las luchas de intereses. Grandes batallas nos esperan.

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24 EMOTIVIDAD, RAZÓN Y VALORES

En alguna oportunidad nos hemos referido a la adhesión emocio-

nal que solemos proporcionar a ciertos valores, en especial a aquellos que integran la categoría de Valores Finales. (Ribeiro, Lidio, Los Valores de Acceso y la Práctica Docente, segunda edición. 1998, pág. 27). Retomamos el tema en este análisis de la Axiología Educativa porque estamos enfatizando en lo de "una visión nacional". Una visión en la-que va implícita toda nuestra idiosincrasia (plena de emotividad).proyectada más allá de las diferentes ideologías y de los múltiples panoramas de clase (nos referimos a las clases sociales y sus diversas circunstancias históricas). Esta emotividad de la sociedad mexicana es en parte heredada: la heredamos del indio y del hispano. Una emotividad patética, cuasi lúgubre; pero profunda, capaz de penetrar los más recónditos meandros del sentir humano y abarcar el más amplio abanico de percepciones sin excluir ninguna. Por otra parte, esta emotividad de tono tétrico que nos dieron aquellos ascendientes, se tiñe de luz, de vivos colores, de mucha alegría y de gran euforia, al matizarse con las emanaciones y reflejos de nuestro cielo, de nuestros mares y de nuestro múltiple y variado paisaje, paisaje poseedor de todos los climas y de las más diversas expresiones meteorológicas. (Cuando digo en el 139


extranjero que una gran nevada me detuvo en México a la altura del paralelo dieciocho de latitud norte, la gente lo festeja como una ocurrencia algo ridicula y cosas por el estilo que no vamos a mencionar). Nosotros, lejos de rechazar y descartar el aporte de lo emocional en la construcción y fortalecimiento de los valores, lo admitimos y nos aprestamos a un estudio de esta relación. La razón, por sí sola, no resulta suficiente para captar -en el plano axiológico- la interacción hombre-mundo (conciencia-materia) que experimentamos en nuestro diario vivir. Al respecto Carlos Castañeda (1994) dice que: "La razón se raja apenas sale de sus limites estrechos y seguros" (pág. 329) y que: "Nuestro error es creer que la única percepción digna de conocerse es la que pasa por nuestra razón". {Ibidem 333). Esta circunstancia-había dicho antes-es lo que "nos roba nuestra herencia mágica y nos reduce a la nada". {Ibidem 332). Concordamos con el autor citado en que el racionalismo (el racionalismo estrecho, cerrado, a ultranza podríamos decir) mata lo mágico que hay en el hombre. Es este racionalismo lo que nos hace despreciar los aportes de lo inconsciente y de todo aquello que no pase por los conductos racionales, sin advertir que: "la razón no puede en modo alguno dar cuenta de todo cuanto ocurre en el mundo". {Ibidem 336). En lo que a nuestra sociedad respecta diremos que este (mal) uso de la razón es lo que nos ha resecado y esterilizado todo impulso creador, integral y profundo. Es por eso que propugnamos por una educación plena de emotividad y entusiasmo, en la que la razón (la conciencia) pueda y deba utilizar lo inconsciente como un detonador, un insinuador o un explorador. En síntesis: la educación debería apelar al inconsciente como ayuda; pero sin someterse a él, sin dejarse anonadar por ninguna turbulencia emocional desbordada y sin cauce. Este tipo de educación es lo que nos llevaría a la conquista o adquisición de un "poder personal", que es "un estado de ánimo", "algo que uno adquiere sin importar su propio origen" (Castañeda, Carlos. 1995: 221) y que nos permitiría -una vez que nos convenzamos de él- actuar por nosotros mismos, como dice el autor citado. 140


Una vez alcanzado este nivel espiritual (que nos permitirá a la vez vivir estéticamente, si así se puede decir, porque asumiríamos una real actitud de creatividad y de contemplación, dentro de una verdadera acción proyectante) empezarán a tener sentido muchas de las cosas que hoy pretendemos hacer de un modo mecánico y a imitación servil y puramente externa de modelos que no nos corresponden. Así, empezarían a tener algún sentido y significado nuestros (hoy) mal llamados concursos de creatividad y quizás, hasta el mismo Sistema Nacional de Investigadores llegase, un día, a constituir algo más que un mero derroche de dinero destinado a fantasear con una caterva de saltimbanquis y cuentamusas, que fingen investigar al socaire de un pequeño grupo de verdaderos científicos. (A éstos, mi respeto y admiración). ¿Cómo dar cabida a la emoción en nuestro proceso educativo? Haciendo emocionante nuestra propia vida. Y una vida resulta emocionante cuando tiene objetivos, cuando tiene sentido, cuando se puede compartir, cuando se expande y se desborda, cuando hasta lo absurdo tiene cabida dentro de la misma. En fin: la vida es emocionante cuando se la vive con intensidad, ya fuere en la bonanza como en la desgracia. Vida intensa tenemos en los momentos de profunda felicidad, del mismo modo que la tenemos en los tiempos de infinita desgracia. La vida como presencia, como expresión, como manifestación psicosomática de una permanente actitud de gestación e impulso.

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25

EL DESTINO DEL HOMBRE COMO UN PROYECTO AXIOLÓGICO RENOVADO a gran tragedia del hombre como sujeto viviente es sentirse inmortal, querer vivir como inmortal y tener que resignarse a existir como un sujeto perecedero. La muerte es segura, es la única posibilidad sin riesgo de error para todo ser viviente. Sin embargo actuamos, sentimos y pensamos como si no fuésemos mortales. Odiamos como inmortales, amamos como inmortales (como si yo y el otro no tuviésemos término) y juzgamos como inmortales; es decir, para siempre, indefinidamente. Todo es inmortalidad en la conducta del hombre, pese a la posibilidad histórica de su muerte. Sartre se equivocó; la angustia metafísica no es el estado fundamental del hombre. Sus angustias son más de orden terrenal, ¿qué hacer con esta vida?, porque todo hombre se siente (de un modo u otro) inmortal (sabe, presiente, que no es "una pasión inútil"). Sus problemas son con la muerte física, histórica, aunque no tenga una idea muy clara de lo que pasará después. No vamos a polemizar con Sartre; bastante tuvimos que argumentar en su contra cuando se había erigido en el gurú de las atolondradas generaciones de los sesentas. 143


El actuar como inmortales es lo que nos impulsa a estar siempre haciendo planes, proyectándonos. No hay límites de edades para la proyección humana... aún en la certeza inexorable de su muerte. Siempre nos proyectamos o tratamos de proyectarnos, aunque fuere a través de terceros. A ello, quizás, se deba la mala costumbre de los moribundos de ofrecer consejos "postumos" a quienes los rodean. Dicen los existencialistas que el hombre es un proyecto; un proyecto constante y permanente, agregamos nosotros. Proyectarse (a través de un proyecto) es el destino más próximo del hombre y toda proyección se hace con una base axiológica. Sin valores no hay proyecto y menos aún proyección. De ahí la permanencia de los valores. Se podrá vivir sin proyectos, pero no se puede vivir sin valores. Quizás el condenado a muerte inminente no tenga ningún proyecto en su conciencia; pero jamás dejará de tener valores, por lo menos aquellos que lo llevarán a enfrentar esa muerte inminente. Las religiones -en su casi totalidad- han pretendido matar este proceso de acercamiento especulativo (individual y libre) del hombre a su destino. Lo han hecho a través de una teología establecida de antemano por una fuerza supuestamente extraña al mismo hombre. ("Y eso no lo digo yo, lo dice dios", acota el sacerdote). El hombre es inmortal, han dicho, sobrevive a través de su espíritu. Una vez muerto el cuerpo el espíritu se independiza y se va al infierno o al paraíso según sus merecimientos. Allí, afirman, vivirá por la eternidad sin volver a su condición humana de pre-muerte; es decir, sin volver a ser un viviente inmerso en la materia, con todas las connotaciones y derivados de una mundaneidad realmente asumida. Las necesidades, las pasiones y los anhelos son propios del pasa jero y breve estado de vital terrenidad del hombre. En el más allá nada de esto tiene razón de ser. Allí los valores mueren para el hombre como gestor de los mismos; están preestablecidos, impuestos y realizados. Perpetuamente realizados, inconmovibles, estáticos y eternos. Es ahí (en el paraíso) donde el hombre encuentra su muerte verdadera y total. 144


El hombre actual comienza a alejarse de esa escatología. Grandes sectores sociales ya ni siquiera especulan con ella. En un alto porcentaje de "creyentes" se la acepta por tradición y por comodidad. Es una especie de "pereza mental" que conduce por el camino fácil. En su experiencia vital el hombre continúa sintiendo su inmortalidad en la perspectiva humano-material a través de la cual el espíritu se ejercita y obra. Cada día atisba más la creencia de que una eventual destrucción del universo no acarreará -necesariamenteuna aniquilación del hombre como energía espiritual. Siente, intuye (no razona aún por falta de elementos de apoyo) que su espíritu (en forma universal o individual) sobrevivirá y de allí volverá a nacer la vida, racional, pensante con todas sus manifestaciones (palingenesia, de todos modos). Hablamos del espíritu, no creemos en la perennidad de la morfología humana. Mil formas, infinitos aspectos adquirirá la figura humana, ya fueren voluntarios (programados por el mismo hombre) o involuntarios (efectos del medio ambiente); pero el toque de humanidad que hayamos conquistado (aunque volvamos a caer en la peor de las barbaries y debamos emerger del mundo de las cavernas) jamás se aniquilará (como potencial, desde luego, no como realidad actuante). Aún barbarizados, aún de regreso a las cavernas, el hombre mantendrá su espiritualidad potencial en proyección futura. Los cataclismos matarán su cuerpo, pero jamás su energía espiritual, del mismo modo que barrerán con toda forma de vida sin jamás aniquilar la posibilidad de que esta resurja eternamente como manifestación de la misma materia organizada. Vida y espíritu son rasgos del ser, cual idades del ser cuyo origen y sustento aún desconocemos. Se dice que la materia nos limita, que el mismo hecho de que la velocidad de la luz sea la máxima posibilidad de desplazamiento que se pueda alcanzar en el mundo físico, nos aisla, nos circunscribe y nos impide una comunicación universal y plena. Esta creencia permite sugerir con "suficientes elementos de juicio" una salida místicoescatológica de salvación externa. Todo el idealismo metafísico apunta en tal sentido. En el mismo campo de la ciencia toma fuerza y se 145


expande esa posición con renovados bríos. Son los mismos científicos quienes pretenden apuntalarla. Quizás, en lo profundo, pretendan hacerse perdonar por dios el haber hurgado en sus ocultos designios. Empecemos por recordar que la velocidad de la luz no es el máximo desplazamiento material que podamos lograr dentro del cosmos. Ya se ha demostrado (experimentalmente) la correlación simultánea de fenómenos que se producen millones de años luz unos de otros. Los pontífices de la moderna física celeste los conocen. Sería bueno que los divulgasen. Algunas religiones y corrientes filosóficas hablan de la reencarnación o metempsicosis de las almas, pero la reducen al espacio terrestre, la limitan geográficamente. Se podría decir que es una de las consecuencias de la circunstancia de sentirnos limitados en el espacio. A través de ella escaparíamos a la limitación temporal, pero no escaparíamos a la limitación espacial. La reencarnación -si en realidad se produce- no tiene porque limitarse al espacio terrestre, debe ser un fenómeno cósmico. Raro, muy raro, sería que se produjese exclusivamente dentro del ámbito planetario solar. Un infinito número de planetas puebla el espacio y el fenómeno vital -incluyendo el fenómeno humano- no tiene porque reducirse a uno ni a unos cuantos. Especulaciones aparte, diremos que al sentirnos inmortales (en el entendido de una permanencia vital imbuida de materia) nos haría más humanos y menos egoístas; más comprometidos con el mundo del presente y del futuro. Las religiones suelen inducir al hombre al egoísmo, al individualismo providencialista. ¡Salva tu alma! Los demás que se arreglen como puedan. Si en algún momento el religioso (me refiero al religioso militante, ejercitante, fanático) piensa en el otro en términos de congénere, casi siempre lo hace tomándolo como un simple medio, un vulgar recurso para salvar su alma personal, individual. Jesucristo mismo intuyó esa posibilidad al ordenar a sus prosélitos que amasen a su prójimo como a ellos mismos. Ya lo dijimos en páginas anteriores: el peor error del creyente que adora a un dios supuestamente creador a la vez que juez universal, es pensar que a esa divinidad se 146


la puede engañar con acciones puramente externas, no representativas de sus intenciones. La señora que alimentaba a las palomas porque adquieren forma de cruz cuando vuelan, constituye un ejemplo clarísimo de esta ingenua actitud de hipocresía. Otro tanto podríamos decir de quienes cuidan leprosos y asisten a los pobres de Calcuta, Indonesia, Sierra Leona y otras regiones. Alimentar palomas o cuidar enfermos o dar limosna, tanto da. ¡Bienvenidos si permiten mi salvación personal! Amar, odiar, sentir indiferencia ante tales objetos salvadores, es algo que no interesa. Lo que importa es cumplir con las formalidades del rito. Sin intención de crear desánimo ni sembrar desesperación entre tales creyentes, diré que: ese dios todopoderoso-en caso de existirno solamente sería imposible de engañar, sino que tampoco necesitaría de las alabanzas humanas para sentirse tal, ni de sus directrices (dadas a través de petitorios y sobornos) para poder actuar. Dios es dios (Alá) y Mahoma su profeta, dicen los musulmanes. Lástima que en su práctica religiosa pretendan poner a Mahoma por encima de dios. Pareciera que este es un mal de todas las religiones instituidas: pretender condicionar a dios con sus ruegos, sobornos (promesas) y sus normas caprichosamente interpretadas. En fin: si existe un dios como entidad externa al mundo y sus criaturas vivientes, ese dios ha de ser autosuficiente, sin necesidad de alabanzas ni de mentiras piadosas de parte de los hombres. Como sujetos que nos sentimos inmortales, es necesario que vivamos nuestra inmortalidad a través de lo que somos y de lo que disponemos, proyectándonos a lo absoluto a partir de nuestro ámbito concreto sin esperar ayuda de entidades extrañas ni milagrosas. Quizás por esta vía, nos iremos encontrando -a través de nuestra experiencia diaria existencia!- con el verdadero sentido de lo trascendente.

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Axiología educativa, una visión nacional

se terminó de imprimir en septiembre de 2002. Tiraje mil ejemplares.

AxiologÃ­a educativa una visiÃ³n nacional (2a. ed.)

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