ASESINOS EN SERIE
HIPOLITO MARTIN DIAZ
ASESINOS EN SERIE Introducción a la Criminología 1er Curso (UAO CEU) Barcelona 7 de Febrero de 2014
DEFINICIÓN: Un asesino en serie, también conocido como asesino múltiple, es una persona que asesina a tres o más personas, en un lapso de 30 días o más, con un período de enfriamiento entre enfriamiento entre cada asesinato, y cuya motivación se basa en la gratificación psicológica gratificación psicológica que le proporciona dicho crimen. Los asesinos en serie están específicamente motivados por un a multitud de impulsos psicológicos, sobre todo ansias de poder y compulsión sexual. Los crímenes suelen ser llevados a cabo de una forma similar, y las víctimas, a menudo, comparten alguna característica (p. ej., ocupación, raza, apariencia, sexo o edad). Los asesinos en serie no deben ser confundidos con los asesinos en masa, que asesinan a un número elevado de víctimas de manera simultánea en un período corto de tiempo, ni con los asesinos relámpago, que cometen múltiples asesinatos en un corto período y en lugares distintos. Tampoco tienen que ver con los genocidas, asesinos de pueblos enteros por motivos políticos (Franco, Mao, (Franco, Mao, Pol Pol Pot, Stalin) Pot, Stalin),, raciales (Hitler) o (Hitler) o económicos (Leopoldo II). El término serial killer (asesino (asesino en serie) fue acuñado por el agente especial del FBI Robert FBI Robert Ressler en la década de 1970, de 1970, aunque aunque ya había sido descrito muchos años antes. Se tiene constancia de que el inspector policial alemán Ernst alemán Ernst Gennat utilizaba ya este concepto en 1930. en 1930. Los asesinos en serie frecuentemente tienen impulsos extremadamente sádicos. extremadamente sádicos. Estos Estos anulan la capacidad de sentir empatía por el sufrimiento de otros, de esta manera, son frecuentemente llamados psicópatas o sociópatas, términos que han sido renombrados por psicólogos como la lujuria y la trastorno de personalidad antisocial. Algunos asesinos en serie hacen uso de la lujuria tortura, para tortura, para obtener placer sexual por mutilación mutilación de la víctima y también de d e matarla lentamente por un prolongado lapso de tiempo.
PSICOLOGÍA Y DESARROLLO: La mayoría de los asesinos en serie tienen antecedentes enfermizos. Se sabe que, frecuentemente, fueron víctimas de abusos durante su infancia, ya sea física, sexual o psicológicamente, toda vez que existe una correlación entre los abusos de su infancia y los crímenes que cometen. El elemento de fantasía en el desarrollo de los asesinos en serie es ex tremadamente importante. A menudo fantasean acerca de asesinar durante y aún después de la adolescencia. Sueñan despiertos de manera compulsiva sobre dominación, sometimiento y asesinato, usualmente con elementos muy específicos de sus fantasías que después apa recen en sus crímenes reales. Otros disfrutan leyendo historias de sadismo, llenos de violación, tortura y homicidio. En algunos casos, estos rasgos no están presentes. Algunos asesinos en serie, presentan uno o más signos de alerta en su niñez de lo que se conoce como el "Conjunto McDonald" o "Tríada psicopática". Estos son:
, comenzar incendios invariablemente sólo por la emoc ión de destruir cosas. Pi r omaní a Cru eldad hacia l os animal es (relacionado con el "zoosadismo"). Muchos niños pueden
tener comportamientos crueles con los animales, como por ejemplo cortarle las patas a las arañas, pero los futuros asesinos en serie con frecuencia matan animales más grandes, como perros y gatos, y comúnmente para su propio deleite, más aún de sólo impresionar a sus amigos. Enuresis más allá de la edad en que los niños normalmente superan tal comportamiento.
Cabría hacer una aclaración, esta tríada, desarrollada en 1963, ha sido recientemente cuestionada por otros investigadores. Muchos expertos han afirmado que una vez que el asesino serial comienza con sus actos delictivos no puede parar (o solo en contadas veces). Algunos sostienen la opinión de que aquellos que no son capaces de controlar sus impulsos homicidas son más fáciles de atrapar.
APOGEO: Ha habido informes contradictorios hasta cierto punto sobre el a sesinato múltiple. El FBI aseguró en los años 80, que en alguna época en particular, existieron apenas 35 asesinos en serie en actividad en los Estados Unidos, dando a entender que los asesinos múltiples en cuestión, habían cometido sus primeros crímenes pero que aún no habían sido aprehendidos o detenidos por otras causas (por ejemplo, suicidio, parálisis o muerte natural). Esta cifra ha sido frecuentemente exagerada. En su libro Serial Killers: The Growing Menace, Joel Norris afirma que hubo quinientos asesinos en serie en activo en algún momento en Estados Unidos, responsables de cinco mil víctimas al año, lo que sería aproximadamente un cuarto de la totalidad de homicidios conocidos en el país.
EL ASESINATO MÚLTIPLE ANTES DE 1900:
Retrato en pintura de Elizabeth Báthory A pesar de que el fenómeno de los asesinos múltiples es generalmente considerado un hecho contemporáneo, puede ser detectado en la historia, no obstante con cierto límite de precisión. En el siglo XV, uno de los hombres más ricos en Francia, Gilles de Rais, secuestró, violó y asesinó al menos un centenar de muchachos. La aristócrata húngara Elizabeth Báthory, fue arrestada en 1610 y subsecuentemente acusada de torturar y matar hasta 600 jovencitas. Ella constató en su diario todos sus asesinatos. Aunqu e ambos, De Rais y Báthory fueron supuestamente sádicos y adictos a matar, difieren de los asesinos seriales de hoy en día, en que eran ricos y poderosos. Basándose sobre la falta de una fuerza policial establecida y medios de información activos durante aquellos siglos, puede muy bien ser que hubiese otros tantos asesinos múltiples en aquel entonces, quienes no fueron identificados o no fue bien difundida su existencia.
Thug Behram, líder de una banda de la Thuggee India, frecuentemente ha sido nombrado el asesino serial más prolífico del mundo. Según numerosas fuentes, se estima que asesinó a 931 personas por estrangulación mediante una tela ceremonial (o rumal , que en idioma Hindi significa pañuelo), usado por su culto entre 1790 y 1830, de esta manera, posee el registro de más asesinatos cometidos por una sola persona en la historia. En total, los secuaces de manera general fueron responsables de aproximadamente 2 millones de muertes, de acuerdo con el
Libro Guinness de los Récords
Richard Freiherr von Krafft-Ebing con su esposa Marie Luise En su famoso libro Psychopathi ca Sexu ali s , Richard von Krafft-Ebing registra el caso de un asesino serial ocurrido alrededor del año 1870, un italiano llamado Eusebius Pieydagnelle quien tenía una obsesión sexual con la sangre y confesó haber dado muerte a seis personas. En México existió un asesino serial de mujeres en 1880 llamado Francisco Guerrero "El Chalequero". Mató a 20 mujeres después de violarlas para luego decapitarlas tirando sus restos en los alrededores de Río Consulado en la Ciudad de México. El caso de Guerrero, podría situarse en el apartado de asesino misionero; ya que argumentó que mataba a las mujeres para evitar que fueran infieles. Fue apresado en 1888, saliendo en libertad en 1904, donde volvió a matar a una anciana. Fue sentenciado a muerte aunque murió en 1910 de tuberculosis. El popular asesino anónimo Jack el Destripador despedazó varias prostitutas en Londres en 1888 (el número exacto de víctimas se desconoce - como mínimo cuatro, probablemente seis). Estos crímenes lograron obtener enorme atención de la prensa debido a que Londres, en aquel momento, era el centro de la superpotencia económica más importante del mundo. Joseph Vacher fue ejecutado en Francia en 1898 después de confesar el asesinato y mutilación de 11 mujeres y niños, mientras que el asesino serial H. H. Holmes fue ahorcado en Filadelfia en 1896 después de confesar 27 asesinatos.
TIPOS DE ASESINOS EN SERIE: El FBI, sin mucha precisión, ha categorizado a los asesinos seriales dentro de dos tipos diferentes: organizados y desorganizados:
ASESINOS ORGANIZADOS: Usualmente son poseedores de un coeficiente intelectual superior a la media (105 en adelante); planifican sus crímenes muy metódicamente por lo
cual pueden tardar años en realizar un asesinato. A veces realizan sus asesinatos por despechos o trastornos y, para encubrirse, involucran a otras personas en su planificación. Por lo común, secuestran a las víctimas, después de ganar su confianza, matándolas en un lugar y deshaciéndose de ellas en otro. A veces, este tipo de persona busca entre su pasado a personas que formaron parte de su vida y que la marcaron de alguna manera. Actúan engañando de muchas maneras y, si hay personas extrañas en medio de su objetivo, las estudian y llegan a crear toda una cantidad de circunstancias para volverlas en contra de su objetivo. A veces, pueden tardar años en separar a su objetivo de su obstáculo. Una vez realizado este propósito se acercan de forma pasiva y con muchas mentiras y engaños a la persona de su pasado. Así, por fin, consigue su objetivo, que es hacerle daño de maneras que pueden ser: matar a su víctima o provocarle sufrimiento, como hacerle daño físico a un ser querido o amado, a su entorno ya sea familia directa del objetivo o ser querido actual. Finalmente, se ensaña con su objetivo inicial. Por ejemplo, Ted Bundy se ponía en el brazo un molde de yeso falso, pidiendo a las mujeres que le ayudaran a llevar unos libros hasta su vehículo, donde las golpeaba duramente hasta dejarlas inconscientes. Otros tienen como objetivo específico a las prostitutas, quienes tal vez van voluntariamente con el asesino serial, creyendo que es un cliente cualquiera. Estos tipos de asesinos, tienen un alto grado d e control sobre la escena del crimen, y generalmente conocen bien la ciencia forense que los habilita para cubrir sus huellas, tal como enterrar el cuerpo o cargarlo hasta un río para hundirlo. Ellos siguen escrupulosamente sus crímenes en los medios de comunicación, y muchas veces se enorgullecen de sus acciones, como si fuesen grandiosos proyectos. El asesino organizado es habitualmente muy sociable y tiene amigos y amantes, muy a menudo hasta esposa e hijos. Son el tipo de persona que cuando son capturados, son descritos por los conocidos como "un tipo agradable" quien "no podría ni lastimar a una mosca." Algunos asesinos en serie se esfuerzan por hacer sus crímenes difíciles de descubrir, como por ejemplo falsificando notas de suicidio. El caso de Harold Shipman, un médico de cabecera británico, en el que su posición social y ocupación eran tal que le permitía simular las muertes de sus víctimas, considerando que morían por causas n aturales; entre 1971 y 1998 mató por lo menos a 250 de sus pacientes más viejos; y hasta muy poco antes de ser descubierto aún no se sospechaba que cualquiera de sus crímenes haya sido premeditado. ASESINOS DESORGANIZADOS: Carentes de un coeficiente intelectual alto (entre 80 y 95), cometen sus crímenes impulsivamente. Mientras que el asesino organizado saldrá específicamente a cazar a la víctima, el desorganizado matará a alguien cuandoquiera que la oportunidad surja, contadas veces se molestará en deshacerse del cuerpo, dejándolo en el mismo lugar en que encontró a la víctima. Usualmente llevan a cabo ataques "sorpresa", asaltando a sus víctimas sin previo aviso, y típicamente ejecutarán rituales que creen necesarios hacer, una vez que la víctima esté muerta (por ejemplo; necrofilia, mutilación, canibalismo, etc.). A menudo son personas insociables, teniendo pocos amigos, y pueden tener un historial de problemas mentales y ser referidos por sus conocidos como excéntricos o hasta "un poco extraño". Tienen poca consciencia sobre sus crímenes y puede que bloqueen los recuerdos de sus asesinatos. Uno de los casos recientes más conocidos que encajan con este perfil es el de Francisco García Escalero,
el "Matamendigos".
Un número significante de asesinos seriales muestran ciertos aspectos de los dos tipos mencionados, aunque las características de un tipo dominan. El comportamiento de algunos asesinos declina de ser organizado a desorganizado, según sus homicidios continúan. Complementan cuidadosa y metódicamente los asesinatos al principio, pero conforme su compulsión se sale de control, de jan de dominarse volviéndose descuidados e impulsivos. Algunos asesinos sufren de personalidad múltiple (Trastorno de identidad disociativo) lo que los lleva a cometer asesinatos tanto organizados co mo desorganizados. Aunque varios psicólogos han citado a la personalidad múltiple como una de las mayores causas de asesinatos, está comprobado que solo la minoría de los asesinos seriales sufren este trauma.
MOTIVACIONES: Los patrones organizado y desorganizado, están relacionados con los métodos de los asesinos. En consideración a los motivos, pueden ser ubicados dentro de cinco categorías diferentes:
DEMENCIA Contrariamente a la opinión popular, rara vez los asesinos en serie son dementes o están motivados por alucinaciones y/o voces en sus cabezas. Muchos pretenden ser exculpados por la razón de la locura. Sin embargo existen, unos cuantos casos genuinos de asesinos en serie, que fueron tratados según tal concepción.
Herbert Mullin masacró a 13 personas después de oír unas voces, que le dijeron que los asesinatos eran necesarios para prevenir un sismo en California.
Ed Gein alegó que al comer los cadáveres de mujeres que se asemejaban a su madre difunta, él podía preservar el alma de su madre en su propio cuerpo. Mató dos mujeres que le recordaban a su madre, comiéndose a una y siendo arrestado mientras se encontraba en proceso de preparar el segundo cuerpo para consumirlo. También usó la carne de cadáveres exhumados para dar forma, a un "traje de mujer" para sí mismo y de esta manera poder "convertirse" en su madre, a la vez que no dejaba de tener pláticas consigo mismo en una voz en falsete. Después de su arresto fue emplazado a una institución mental por el resto de su vida.
MISIONEROS Los llamados asesinos apostólicos creen que sus actos están justificados cada vez que ellos se deshacen de cierto tipo de personas indeseables, (prostitutas o miembros de cierto grupo étnico), haciéndole un favor a la sociedad. Robert Pickton, Gary Ridgway, Mark David Chapman, John Bodkin Adams y Aileen Wuornos son a menudo descritos como asesinos apostólicos. Curiosamente, en el caso de Wuornos, las víctimas no eran prostitutas, sino los clientes de estas. Los asesinos apostólicos difieren de otros tipos de asesinos seriales, en que sus motivaciones no son sexuales.
HEDONISMO
Este tipo asesina por el simple placer de hacerlo, aunque las características que ellos disfrutan pueden diferir. Algunos pueden deleitarse con la "búsqueda" de perseguir y encontrar una víctima más que cualquier otra cosa, mientras otros pued en estar principalmente motivados por los actos de tortura y abuso de la víctima mientras está viva. Usualmente existe un fuerte rasgo sexual en los crímenes, aun cuando puede que no sea inmediatamente obvio, pero algunos asesinos obtienen una oleada de excitación que no es necesariamente sexual, tal como Berkowitz, quien conseguía cierta emoción al disparar a parejas jóvenes, cuando estos se encontraban en su auto, lo hacía al azar y después escapaba sin siquiera tocar físicamente a las víctimas. Entre la categoría de Hedonista existe tres tipos d e asesino. El primero es el asesino motivado por emoción. Este asesino mata por la emoción que siente mientras que su víctima muere. La víctima tiene que estar consciente durante el ataque para que el asesino pueda recibir el máximo placer posible. Actos sexuales no ocurren después que la víctima muere. El objetivo del asesino motivado por emoción es sentir el terror de sus víctimas antes que mueren. El segundo tipo es el asesino motivado por lujuria. Este asesino es el que tortura y mutila sus víctimas. Son motivados por lujuria y placer sexual. Las víctimas de este tipo de asesino se encuentran con evidencia de tortura y a veces faltando partes del cuerpo. La violación de las víctimas del asesino motivado por lujuria es común. A pesar de eso, otros pueden asesinar al perjudicado rápidamente, casi como rutina y después gratificarse en actos de necrofilia o
canibalismo. El tercer tipo de asesino hedonista es el asesino motivado por beneficio.
LUCRO La mayoría de los criminales que cometen asesinatos múltiples por fines materiales (tales como los asesinos a sueldo), no son clasificados como asesinos seriales, porque están motivados por el afán de lucro o algún tipo de ganancia económica, en lugar de estarlo por una compulsión psicopatológica.Aun así, existe una delgada línea que separa a ambos tipos de asesinos. Por ejemplo, Marcel Petiot, quien operaba en la Francia ocupada por los Nazis, podría clasificarse como asesino serial. Se hacía pasar como un miembro de la resistencia francesa y atraía con engaños a opulentos judíos a su casa, haciéndoles creer que él podía hacerlos salir clandestinamente del país. En lugar de eso, los asesinaba y robaba sus pertenencias, matando a 63 personas antes de que fuera finalmente atrapado. Aunque la principal motivación de Petiot era material, pocos pueden negar que un hombre deseoso de matar a tanta gente, simplemente por adquirir unas pocas docenas de maletas con ropas y joyería, fue un asesino compulsivo y un psicópata.
PODER / CONTROL Este es el asesino serial más común. Su principal objetivo para matar es obtener y ejercer poder sobre su víctima. Tales asesinos algunas veces fueron maltratados de niño s, se sienten increíblemente impotentes y a menudo se satisfacen en prácticas que están vinculadas a las formas de abuso que sufrieron ellos mismos. Muchos asesinos de este tipo abusan sexualmente de sus víctimas, pero difieren de los asesinos hedo nistas en que la violación no es motivada por lujuria, sino por otra forma de dominación sobre el martirizado.
Algunos asesinos en serie, puede que tengan características de más de uno de los tipos mencionados. Por ejemplo, el asesino británico Peter Sutcli f fe, parece ser un asesino demente y a la vez misionero, toda vez que afirmó que escuchaba voces que le ordenaban que limpiara las calles de prostitutas. Alternativamente, otra escuela de pensadores clasifica los motivos por: n ecesidad, afán de lucro o poder.
DENTRO DE LA MENTE DE UN ASESINO EN SERIE: LAS “FASES” DE
SU PROCESO MENTAL La captura y puesta en prisión de un elevado número de asesinos seriales psicópatas le ha permitido a los psicólogos y psiquiatras forenses analizar de primera mano el desviado comportamiento que éstos exhiben. Aunque no predomina una opinión uniforme acerca de cómo funciona el mecanismo psíquico que conduce a un individuo común a transformarse en un homicida en cadena, se han formulado, no obstante, planteos altamente fundamentados y sugerentes. Por ejemplo, ha sido muy difundido el esquema postulado por el psicólogo e investigador policial norteamericano Dr. Joel Norris quien, después de entrevistar a muchos homicidas seriales, desarrolló su teoría consistente en que durante el proceso cerebral por el cual atraviesa esta clase de delincuentes necesariamente se presentan varias etapas o fases mentales que dirigen sus acciones hasta desembocar en un desenlace fatal. Al inicial de estos estadios se lo tilda “fase de aura”, y en el mismo se visualiza un pasmoso grado de confusión en el pensamiento exteriorizado por el individuo, el cual va dejando entrever signos delatores de una psicopatía que llegará rápidamente a convertirse en una auténtica obsesión. El asesino psicópata experimenta con tan virulenta lucidez sus fantasías que éstas se van mezclando de manera crecientemente peligrosa con la realidad, alcanzando un extremo donde el sujeto afectado no logrará diferenciar entre ambas. El individuo torna a depender de modo progresivo de estas fantasías, hasta un punto donde aquellas comienzan a gobernarlo por completo. Lo que inicialmente se traducía en inofensivos juegos oníricos pasa a ocupar un tiempo y un espacio cada vez más esencial dentro de su vida consciente.
La segunda etapa de esta funesta retahíla mereció el nombre de “fase de búsqueda”. Aquí el maníaco toma la irrevocable decisión de perpetrar el crimen, y comprende que para ello debe hallar una víctima adecuada a sus particulares necesidades. Hay psicópatas que al arribar a este grado se dan por satisfechos con reafirmar sus fantasías e imaginan que consuman el delito, pero no avanzan más allá. Pero si la resolución de asesinar para cumplir con su morbo deviene más poderosa se entra de plano en la “fase de seducción”, que es aquella en la cual el futuro asesino establece contacto con posibles objetos de agresión desplegando su magnetismo individual y su dialéctica. Comienza a disfrutar con su “actuación” y busca hacer bajar la guardia a su oponente preparando
el camino para un ataque de improviso. Algunos perturbados pueden contenerse al arribar a esta etapa y se conforman con haber establecido ese contacto con eventuales víctimas, y luego retroceden. Empero, la mayoría ya no son capaces de reprimirse ni detenerse y ascienden al siguiente escalón dentro de esta neurosis conocido como “fase de caza”. En la etapa de cacería se avanza abruptamente de la cautelosa pasividad a una febril actividad. El victimario ya ha escogido el tipo de presa humana que considera “apropiado” y se apresta a entrar en contacto decisivo con ella. Dependiendo de la personalidad del agresor, éste empleará su encanto y atractivo personal – si los tuviere- en pos de inducir a la víctima a caer en una trampa, o bien llevará a cabo una sucesión de encuentros inspirados en el propósito de ganarse su confianza previamente a acometerla. El tiempo que insume este estadio de su proceso mental puede prolongarse durante semanas o meses, o bien durar apenas unos instantes. Lo cierto es que esta etapa inevi tablemente se cumple siempre antes de entrar en la denominada “fase de captura”. Esta fase comporta el quinto hito dentro de la anómala conducta psíquica del criminal. Aquí es cuando el asesino – literalmente hablando- se despoja de su máscara, y hace uso de la fuerza a fin de retener a su presa o para conducirla a donde quiere. Se trata de un punto de no retorno. La sorprendida víctima cobra consciencia por primera vez de las intenciones letales que animaban a su contraparte y, debido a ello, ahora el matador ya no podrá echarse atrás. Seguidamente se instala la “fase de asesinato”, propiamente dicha, la cual cristaliza y da culminación a las precedentes imaginerías sádicas o de dominación. Acá es cuando el ultimador pierde absolutamente cualquier atisbo de percepción de la realidad, y se embarca de lleno en la realización a cualquier precio de sus planes y deseos. Ha desembocado en la fase que justifica la existencia de todas las etapas an teriores. Se trata de la razón de ser de la totalidad del proceso mental precedente, y el ejecutor – imbuido de enfermizo éxtasis- no vacila en llevar a término el crimen soñado con todos sus tétricos añadidos.
A la última de las instancias de este patológico impulso cerebral se la designa “fase de depresión”. A ella únicamente se ingresa una vez consumada efectivamente la agresión física. La excitación despertada por el acto de asesinar ha alcanzado su paroxismo.
Posteriormente, el maníaco queda abrumado bajo una intensa depresión y abulia, lo cual no quiere decir que sea capaz de reconocer la maldad de sus actos y, mucho menos aún, que sienta remordimiento. Comprende, eso sí, que el placer esperado no fue tan deleitoso como imaginó, y hasta puede calibrar que los riesgos son demasiado grandes en comparación con el relativamente magro fruto cosechado.
Sin embargo, en caso de que en verdad estemos en presencia de un psicópata homicida, esta fase no dura mucho y, tiempo más tarde, vuelve a transitar de mane ra sistemática por el antedicho proceso, el que nada más se detiene si el ultimador se enferma o incapacita, o si es capturado o muere. El asesino, en definitiva, no hace sino llevar a cabo una fantasía de carácter ritual. No obstante, una vez sacrificada la persona agredida, se esfuma la identidad que la misma conservaba dentro del imaginario del criminal. La víctima ya no representa lo que el victimario suponía al principio, a saber: la novia que lo rechazó, la voz retumbante de la madre odiada, o la aplastante lejanía provocada por el padre ausente. Todos estos fantasmas permanecen grabados de la forma más vívida en la psique del ejecutor luego de perpetrado del crimen, y éste no ha logrado ahuyentarlos de su interior. Por el contrario, su intangible presencia se torna cada vez más opresiva y ominosa y, metafóricamente, lo obliga a repetir el enfermizo ciclo qu e lo empuja a volver a matar. El desastre cometido no borra ni cambia el pasado, porque el asesino serial termina por odiar más. De ahí el carácter adictivo de su mecanismo mental y la imposibilidad de detenerse. El clímax obtenido instantes atrás tan sólo resulta un espejismo que no logra compensar esos sentimientos contradictorios, y tampoco llena su hondo vacío ni le sacia la febril ansiedad que lo agobia.
ASESINOS EN SERIE EN LA CULTURA POPULAR: A causa de la horripilante naturaleza de sus crímenes, sus diversas personalidades y perfiles, y su habilidad para evadir la detección y matar a muchas víctimas antes de ser capturados y encarcelados, los asesinos en serie se han vuelto rápidamente figuras de culto, y han sido representados en muchas novelas, filmes, canciones, historietas, videojuegos, etc. La fascinación pública por los asesinos en serie, induce al éxito de muchas novelas policíacas y filmes acerca de asesinos en serie de ficción, incluyendo el American Psycho de Bret Easton Ellis; y especialmente The Silence of the Lambs de Thomas Harris y su galardonada adaptación cinematográfica, cuyo principal antagonista, el antropófago asesino en serie Hannibal Lecter, se ha vuelto un icono cultural. El personaje John Doe, de la película Se7en, es otro notorio asesino serial de ficción, incluso la película Scream está basada en unos casos reales de asesinatos en serie ocurridos en Florida. Las series de historietas Family Bones cuenta la historia de los asesinatos de Copeland en Misuri. A finales del 2006, el canal americano Showtime empezó a emitir una serie sobre un asesino en serie de asesinos que trabajaba como analista forense para la policía: Dexter. La serie está basada en la novela Darkly Dreaming Dexter de Jeff Lindsay. En 2008, la cadena CBS lanzó El Mentalista, una serie en la que el protagonista, Patrick Jane, persigue a un asesino serial de identidad desconocida que se hace llamar Red John y que asesinó a la esposa y a la hija de Jane 5 años antes del inicio de la serie luego de que Jane lo insultase en un programa de televisión. Descubrir la identidad de Red John es el principal objetivo de la serie
y de Jane. A diferencia de la mayoría de los asesinos seriales, que trabajan en solitario o con ayuda de unos pocos cómplices, Red John es un genio criminal que cuenta con decenas de cómplices y otros asesinos que trabajan para él, así como infiltrados en el FBI, CBI y posiblemente otras agencias gubernamentales, con lo que la tarea de desenmascararlo se torna aún más complicada.
CÓMO SE ORIGINA UN ASESINO EN SERIE: Todo asesino serial tiene “trastorno de personalidad antisocial”, una condi ción que se caracteriza por la falta de empatía, la manipulación, y el ver a los demás como meros medios para satisfacer los propios deseos. Pero eso no basta para que surja un asesino. Padres violentos, rechazo social, traumas y otros factores, podrían crear al monstruo… El asesino serial es un resultado de la interacción entre las circunstancias (el entorno) y las tendencias innatas; aunque podría señalarse que éste se autoconstruye, se hace a sí mismo en la medida en que tiene la posibilidad de elegir qué reacciones tomar ante lo que le sucede: así, cuando se habla de que “el asesino se hace”, se habla tanto de que las circunstancias lo construyen como de que él, en la medida en que tiene libertad de auto-regulación y reacción, se autoconstruye como respuesta a esas circunstancias. No todo psicópata es un asesino serial. Cabe así la pregunta: aquellos psicópatas que se transformaron en asesinos seriales, ¿estaban indefectiblemente destinados a convertirse en asesinos seriales y en consecuencia eran manifestaciones de que el asesino nace y simplemente manifiesta esa esencia en el futuro? Para responder a eso hay que tener presente que la psicopatía es una condición que siempre se manifiesta a nivel de anomalías neurológicas, por lo que el cerebro del psicópata nunca es igual al de la persona normal. No obstante eso no implica que todo psicópata nace siendo psicópata, ya que una persona normal puede, como consecuencia de un accidente u otra situación, desarrollar en cualquier etapa de su vida un conjunto de anomalías cerebrales que lo transformen en psicópata. Lo anterior se vio en el caso del b ritánico Raymond Fernández, quien inicialmente fue un espía británico más, después de un fuerte golpe en la cabeza, su conducta cambió y él se transformó en un psicópata y asesino en serie… Pero las veces en que el psicópata (condición para ser asesino serial) no nace son excepcionales, por lo que la pregunta sigue vigente para la mayoría de casos. Así pues, la realidad es que el asesino serial se hace; ya que, según los estudios, en condiciones determinadas de desarrollo es posible lograr que, alguien que por sus genes o por alguna otra causa (anomalías en el embarazo) nació siendo psicópata, no se transforme en asesino serial o en tipo alguno de criminal. En otras palabras, la psicopatía no basta para dar lugar a un asesino serial, ya que éste es siempre el resultado de la interacción entre las circunstancias (el entorno) y las tendencias innatas; aunque, desde un punto de vista filosófico admitido por muchos psiquiatras y psicólogos, el asesino serial se autoconstruye, se hace a sí mismo en la medida en que tiene la posibilidad de elegir qué reacciones tomar ante lo que le sucede, pero esta aclaración no debe tener peso en el asunto, ya que, cuando se habla de que “el asesino se hace”, se habla tanto de que las circunstancias lo construyen como de que él se autoconstruye como respuesta a esas circunstancias.
Al respecto, la neuróloga Debra Niehof afirma lo siguiente: ‹‹La violencia es el resultado de un proceso de desarrollo, una interacción permanente entre el cerebro y el medio ambiente […]. Si una persona ha llegado a creer que el mundo está en contra de ella, y ella está reaccionando de forma exagerada a cada pequeña provocación, estas reacciones violentas irán más allá de su capacidad de control, porque está en un modo de supervivencia […]. Es importante entender que la violencia no tiene una causa única. Puede venir de cualquier parte de la estructura psicológica. Todo lo que nos encontramos o experimentamos en nuestras vidas tiene el potencial de afectarnos, y no hay un factor único al que echar la culpa. La violencia es el resultado de un bucle de realimentación compleja, pero ese bucle puede romperse. La biologí a no es destino.››
Perspectiva general Hemos visto que el asesino serial es el producto de una interacción entre el entorno y ciertas características del sujeto. Entonces: ¿qué circunstancias tienden a hacer que un psicópata se transforme en asesino serial? Principalmente estas: Un entorno familiar inapropiado, con patrones como: violencia entre los padres; maltrato, indiferencia-abandono o demasiada permisividad por parte de uno o ambos progenitores; ausencia de uno o ambos progenitores; incestos, abuso sexual o algún tipo de situación sexualmente insana originada en el marco familiar; comportamientos desequilibrados y destructivos-autodestructivos en los padres, tales como alcoholismo, drogadicción, prostitución; etc. El asesino es en gran parte un síntoma de los trastornos socio-culturales, ya que, si bien el entorno familiar es el factor externo de primer orden en su encaminamiento hacia el crimen, éste constituye una micro estructura grupal (por algo se le dice “la célula” de la sociedad) que, en sus desequilibrios y problemas, refleja en gran medida los males g enerales del entramado sociocultural. Así, consciente de ello, el asesino Charles Man son afirmó: “Mi padre es una prisión, mi madre un sistema, soy lo que ustedes me hicieron. Los miro y me digo: ustedes quieren matarme y yo ya estoy muerto. Toda mi vida estuve muerto” Una experiencia social nociva, con patrones como: pobreza, usualmente asociada a un sistema lleno desigualdad que, en ciertos casos, acaba generando resentimiento social; aislamiento o maltrato físico y/o psicológico por parte de los pares, sean estos de la institución educativa, del reformatorio o de otro tipo de ambiente; abuso sexual por parte de un desconocido o conocido fuera del círculo familiar; presencia de drogas y/o alcohol en el círculo social; vandalismo y delincuencia; etc. Vivencia de un marco cultural en el que se exhiben cosas como: mucha rigidez en los roles de género; aceptación de la violencia como forma idónea de control y parte de la cotidianidad; desequilibrios a nivel de la mentalidad imperante, manifestados en casos como el de una sociedad
moralista demasiado represiva, una sociedad con tendencia al libertinaje y los vicios, o una sociedad muy materialista, pragmática y consumista.
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Exposición a eventos traumáticos El ser testigo de uno o varios sucesos traumáticos es algo que muchas veces juega un rol crucial en la creación del asesino en serie. Según estudios científicos, presenciar un acto violento puede desencadenar agresión y desórdenes de ansiedad tales como estrés agudo o trastorno por estrés post-traumático, o inclusive puede ocasionar problemas relacionales y una disrupción en el desarrollo de la capacidad empática. Un ejemplo terrible fue el del legendario asesino Gilles de Raise, quien destripaba a sus víctimas como un reflejo de que, durante su niñez, vio a su padre con las tripas afuera, agonizando en el lecho antes de morir tras un ataque de jabalí. Así y refiriéndose sobre todo a la violencia animal que muchos chicos presencian, Kellert y Felthous afirman que: ‹‹Un niño que crece rodeado de agresión contra cualquier ser vivo, tiene más probabilidad de violar, abusar o matar a humanos cuando sea adulto››. Esto es importante ya que muchas veces el presenciar violencia animal constituye aquellos eventos traumáticos y lastimosamente, esta potencial fuente de eventos traumáticos a presenciar, viene como complemento a experiencias de maltrato pues, según un estudio de la New Jersey Public Child Protection Agency, en el 88% de las familias donde hay maltrato infantil, hay también maltrato a animales, y éste está usualmente ligado a una experiencia de humillación e impotencia, tal y como lo refleja el hecho de que, según el estudio antes dicho, en el 66% de los casos es el progenitor quien, para castigar o controlar al hijo, maltrata a la mascota. Ejemplos de asesinos que presenciaron eventos traumáticos son: Ed Gein: Ed presenció el sacrificio de animales de granja y esto, según confesó, le inspiró ideas pervertidas que más adelante influenciaron en su conducta criminal. John George Haigh: Conocido como “El Vampiro de Londres”, este asesino, durante un bombardeo de la Segunda Guerra Mundial acontecido en su niñez, corrió aterrado solo para llevarse un susto aún mayor al ver una cabeza que, producto del bombardeo, había terminado rodando y yendo a parar ante sus pies…
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Maltrato infantil y adolescente
El maltrato infantil casi nunca será suficiente en la creación de un asesino en serie, pero siempre será importante. En su libro Serial Killers, Joe Norris nos dice que el maltrato infantil genera reacciones violentas, trastorna el desarrollo psicológico y hasta puede producir lesiones cerebrales… Al respecto escribe: ‹‹Los padres que abusan de sus hijos, tanto física como psicológicamente, inculcan en ellos una confianza casi instintiva en la violencia como primer recurso ante cualquier desafío.››.
Según criminólogos del F.B.I., cuando un niño sufre maltrato infantil, ve menoscabada su capacidad de empatía, no desarrolla su capacidad de confianza, seguridad y autonomía, experimenta un daño en su facultad para vincularse a otras personas, y se llena de fantasías de dominación, violencia y control. Los psicólogos dicen que, cuando hay maltrato infantil por parte de uno o ambos progenitores, el maltratado sufre un menoscabo en su capacidad para confiar en el otro en general, pudiendo así refugiarse en el aislamiento y en fantasías violentas. Por ello en el libro Homicidio sexual: patrones y motivos, Robert Ressler y dos autores más afirman que, cuando un niño sufre maltrato infantil, ve menoscabada su capacidad de empatía, no desarrolla su capacidad de confianza, seguridad y autonomía, experimenta un daño en su facultad para vincularse a otras personas, y se llena de fantasías de dominación, violencia y control.
Naturalmente el hogar es la fuente más usual de maltrato infantil y adolescente, pero no la única. Están también las instituciones educativas, los orfanatos y los reformatorios, entre otras. Ejemplos de asesinos que han sufrido maltrato infantil y/o adolescente son: Carl Panzram: A Carl lo golpeaban sus hermanos mayores cuando era niño, y ya más grande, recibió numerosas palizas estando en el reformatorio. Albert Fish: Este anciano torturó a varios niños y niñas, era un verdadero sádico, y también un gran masoquista (se clavaba agujas, se quemaba algodones en el ano, etc…). Ahora y si uno se pregunta de dónde le nacieron esas oscuras tendencias, Albert responde que de sus experiencias en un orfanato de Washington D.C., en el cual vio abusos y maltratos tan terribles que terminaron haciéndolo amar su propio sufrimiento, y el ajeno, particularmente el de s eres inocentes como eran los niños del orfanato…
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Relación con los padres Generalmente es la madre la figura que más peso tiene en la construcción del asesino serial, en parte porque, en las biografías de los asesinos, es muy frecuente la figura del padre que se ausentó tempranamente (cuando el asesino era niño) o que nunca estuvo. Esta madre suele ser dominante, estricta, cruel, maltratadora; distante e indiferente; incestuosa, promiscua o sexualmente perturbadora y provocadora; de moral religiosa y represiva, o de un libertinaje amoral; alcohólica y drogadicta; etc. Mientras tanto, cuando el padre está presente y es fuente de daño y trastorno, lo es casi siempre bajo la figura del padre autoritario, violento, sádicamente disciplinario, y usualmente machista y alcohólico.
Los padres son claves en la construcción moral, social y emocional del sujeto, en su encaminamiento a la legalidad o la ilegalidad. Es así que las biografías de asesinos están llenas de madres y padres ausentes o perniciosamente deficientes: padres ausentes, o machistas, bebedores, y violentos, madres prostitutas, descarriadas, distantes o maltratadoras…
Según los psiquiatras, las siguientes situaciones son de gran riesgo en tanto potenciales generadoras de un futuro antisocial:
Padre o madre ausente (esto sucede en aproximadamente un 60% de los casos)
Padre y madre ausentes
Desequilibrio disciplinario: un padre muy severo y una madre muy permisiva, o un padre muy permisivo y una madre muy severa. Casi siempre ocurre lo primero, y entonces el niño aprende a manipular (por culpa de la madre) y desarrolla odio hacia la autoridad en general (por culpa de la autoridad particular del padre). Falta de vinculación con el bebé durante los primeros nueve meses, sobre todo de madre a hijo. Esto es enormemente perjudicial, ya que deja secuelas a nivel neurológico… Padres hipócritas que en público manifiestan una imagen de unión y armonía familiar, pero en privado humillan y menosprecian al hijo.
La madre
Generalmente, en las biografías de los asesinos seriales, la figura materna (sea madre biológica o madre adoptiva) tiene un mayor peso en la construcción de la motivación criminal. Puede aparecer así bajo distintas formas, pudiendo a veces manifestarse varias de estas formas en una sola madre:
Madre prostituta: Pedro Alonso López, Henry Lee Lucas.
Madre que engendra deseo sexual en el hijo: José Antonio Rodríguez Vega, Gary Ridgway.
Madre sobreprotectora: Harold Shipman, Jesse Pomeroy, Ed Gein, Marta Beck.
Madre dominante y maltratadora (puede ser maltrato físico o psicológico): Daniel Camargo Barbosa, Pedro Alonso López, Edmund Kemper, Gary Ridgway, Richard Kuklinski, Ed Gein, Marta Beck, Albert DeSalvo, Jerome Henry Brudos, Ted Bundy. Madre que abandona al hijo o está ausente (pudiendo ser esto por muerte temprana): David Berkowitz,
LA LISTA NEGRA ESPAÑOLA: El “CELADOR DE OLOT”se ha convertido en uno de los principales asesinos en serie de la historia moderna española al confirmarse las 11 muertes confesadas en el juicio,después de que en una primera declaración admitiera haber matado a tres ancianas, Joan V. D. ha asegurado haber asesinado a otros ocho ancianos de la residencia desde agosto de 2009 a mediados de octubre de 2010, y duda de si mató a otro más este 2010. El trabajador de la residencia mató a sus víctimas suministrándoles lejía, con sobredosis de insulina o con un cóctel de medicamentos. Según su testimonio, lo hacía en un momento de euforia, porque se creía que era Dios y porque quería liberar a los ancianos de su sufrimiento. Estos son otros famosos asesinos en serie en España:
«EL ARROPIERO»: Uno de los asesinos más sanguinarios de la historia reciente es Manuel Delgado Villegas, conocido como 'El Arropiero', que confesó el asesinato de su novia en 1971 y de 47 personas más entre 1964 y 1971, aunque la policía investigó 22 muertes y sólo probó ocho. Algunos de estos asesinatos fueron en municipios catalanes, concretamente en Llorac (Tarragona), Barcelona y Mataró.
«EL MATAVIEJAS»: José Antonio Rodríguez Vega, alias 'El Mataviejas', abusó sexualmente y mató a 16 ancianas en Cantabria entre 1987 y 1988, por lo que fue condenado a 440 años de prisión. Murió apuñalado en la cárcel de Topas el 24 de octubre de 2002.
«EL MENDIGO ASESINO»: Francisco García Escalero, 'El mendigo asesino', confesó haber degollado a 13 personas, la mayoría mendigos entre 1987 y 1993. Esquizofrénico con sintomatología paranoide y conducta homicida, se dedicaba también a profanar tumbas.
«EL SACAMANTECAS»: A Juan Díaz de Garayo, conocido como «El sacamantecas», sólo se le pudieron probar seis muertes entre 1870 y 1879 aunque pudieron ser muchas más. Estrangulaba a sus víctimas, las violaba y les abría el vientre. Fue ahorcado en 1881.
«LA VIUDA NEGRA»: Margarita Sánchez Gutiérrez, conocida como «La viuda negra», envenenó a cuatro hombres y lo intentó con tres más entre agosto de 1992 y junio de 1995. Mujer de gran complejo, víctima de malos tratos y de dramas familiares, la sentencia estimó que su ánimo nunca fue el de matar y la condenó por lesiones, estafa y robo. “EL ASESINO DE PROSTITUTAS”:
Joaquín Ferrandiz Ventura violó y estranguló a cinco mujeres, tres de ellas prostitutas en Castellón. Cometió los crímenes entre 1995 y 1996 estando en libertad condicional. Fue condenado a 69 años de prisión por estos crímenes, además de por otro en grado de tentativa y por las lesiones causadas a otra mujer.
«EL MONSTRUO DE MACHALA»: El ecuatoriano Gilbert Chamba Jaramillo, «El monstruo de Machala», cumple una condena de 45 años de prisión por la violación y el asesinato en noviembre de 2004 de María Isabel Bascuñana en Lleida. Fue su novena víctima ya que en su país natal violó y estranguló a otras ocho mujeres entre 1988 y 1993.
«EL ASESINO DE LA BARAJA»: El conocido como 'Asesino de la baraja', el ex militar Alfredo Galán Sotillos, fue condenado a 142 años y tres meses de prisión por seis asesinatos y tres tentativas entre los meses de enero y marzo de 2003. Mató a sus víctimas con una pistola Tokarev que se trajo a España de su paso como militar por Bosnia, y fue conocido por dejar una carta a los pies de sus víctimas, a modo de firma.
«EL CAMIONERO ASESINO»: En noviembre de 2006, el camionero alemán Volker Eckert f ue detenido tras matar a cinco prostitutas, tres de ellas en España y dos en Francia. Además confesó haber estrangulado en 1974 a una niña de 14 años en la extinta República Democrática Alemana (RDA). Eckert, a quien
también se le atribuyó otro asesinato que no se probó, fue hallado muerto en su celda de la prisión alemana de Bayreuth en 2007.
«LA REME»: Remedios Sánchez Sánchez, conocida como «la Reme», fue condenada a 144 años y 7 meses por la Audiencia de Barcelona por el asesinato de tres ancianas, la tentativa de asesinato de otras cinco y varios delitos más.
«EL ASESINO DE VALDEPEÑAS»: Gustavo Romero Tercero, el asesino de Valpedeñas, mató a tres personas. Dos de ellas eran una pareja de novios de esta localidad manchega, y la otra, la joven Rosana Maroto, en 1998 y cuyo cadáver se encontró cinco años más tarde. Cumple una condena de treinta años. «El asesino de Lesseps»
JOSÉ IGNACIO ORDUÑA”:
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El asesino de Lesseps, mató a tres ancianas entre 1978 y 1979 en Barcelona y fue condenado en 1982 a un total de 86 años, once meses y trece días de cárcel. En 1997, estando en libertad, asesinó de nuevo a otra anciana. Fue condenado a 15 años.
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