Escuela Scholem Aleijem
LENGUA Y LITERATURA 1° AÑO 2018
GÉNERO OLI!IAL Antología de cuentos cuentos
El Crimen casi perfecto Roberto Arlt La coartada de los tres hermanos de la suicida fue vericada. Ellos no habían mentido. El mayor, Juan, permaneció permaneció desde las cinco de la tarde hasta las doce de la noche la la se!ora "tevens se suicidó entre las siete y las die# de la noche$ detenido en una comisaría por su par partic ticipa ipaci ción ón imprud imprudent entee en un acc accide idente nte de tr%nsi tr%nsito. to. El se&und se&undoo herman hermano, o, Esteba Esteban, n, se encontraba en el pueblo de Lister desde las seis de la tarde de a'uel día hasta las nueve del si&uiente, y, en cuanto al tercero, el doctor (ablo, no se había apartado ni un momento del lab labor orato atorio rio de an%lis an%lisis is de leche leche de la Erpa Erpa Cía., Cía., donde donde estaba estaba ad)unto ad)unto a la secció secciónn de dosicación de mantecas en las cremas. Lo m%s curioso del caso es 'ue a'uel día los tres hermanos almor#aron con la suicida para feste)ar su cumplea!os, y ella, a su ve#, en nin&*n momento de)ó de traslucir su intención funesta. Comieron todos ale&remente+ lue&o, a las dos de la tarde, los hombres se retiraron. "us declaraciones coincidían en un todo con las de la anti &ua domstica 'ue servía hacía muchos a!os a la se!ora "tevens. Esta mu)er, 'ue dormía afuera del departamento, a las siete de la tarde se retiró a su casa. La *ltima orden 'ue recibió de la se!ora "tevens fue 'ue le enviara por el portero portero un diario de la tarde. La criada se marchó+ marchó+ a las siete y die# el portero le entre&ó a la se!ora "tevens el diario diario pedido y el proceso de acción 'ue sta si&uió antes de matarse se presume ló&icamente así- la propietaria revisó las adiciones en las libretas donde llevaba anotadas las entradas y salidas de su contabilidad domstica, por'ue las libretas se encontraban sobre la mesa del comedor con al&unos &astos del día subrayados+ lue&o se sirvió un vaso de a&ua con his/y, y en esta me#cla arro)ó apro0imadamente medio &ramo de cianuro de potasio. potasio. A continuación se puso puso a leer el diario, bebió el el veneno, y al sentirse morir morir trató de ponerse de pie y cayó sobre la alfombra. El periódico fue hallado entre sus dedos tremendamente contraídos. 1al era la pri primer meraa hipóte hipótesis sis 'ue se despre desprendí ndíaa del con)unto con)unto de cosas cosas orden ordenada adass pacícamente en el interior del departamento pero, como se puede apreciar, este proceso de suicidio est% car&ado de absurdos psicoló&icos. 2in&uno de los funcionarios 'ue intervinimos en la investi&ac investi&ación ión podíamos podíamos aceptar con&ruentem con&ruentemente ente 'ue la se!ora se!ora "tevens "tevens se hubiese hubiese suicidado. "in embar&o embar&o,, *nicam *nicament entee la "teve "tevens ns podí podíaa hab haber er echado echado el cia cianur nuroo en el vaso. vaso. El his/y no contenía veneno. El a&ua 'ue se a&re&ó al his/y tambin era pura. (odía presumirse 'ue el veneno había sido depositado en el fondo o las paredes de la copa, pero el vaso utili#ado por la suicida había sido retirado de un ana'uel donde se hallaba una docena de vasos del mismo estilo+ de manera 'ue el presunto asesino no podía saber si la "tevens iba a utili#ar ste o a'uel. La ocina policial de 'uímica nos informó 'ue nin&uno de los vasos contenía veneno adherido a sus paredes.
El Crimen casi perfecto Roberto Arlt La coartada de los tres hermanos de la suicida fue vericada. Ellos no habían mentido. El mayor, Juan, permaneció permaneció desde las cinco de la tarde hasta las doce de la noche la la se!ora "tevens se suicidó entre las siete y las die# de la noche$ detenido en una comisaría por su par partic ticipa ipaci ción ón imprud imprudent entee en un acc accide idente nte de tr%nsi tr%nsito. to. El se&und se&undoo herman hermano, o, Esteba Esteban, n, se encontraba en el pueblo de Lister desde las seis de la tarde de a'uel día hasta las nueve del si&uiente, y, en cuanto al tercero, el doctor (ablo, no se había apartado ni un momento del lab labor orato atorio rio de an%lis an%lisis is de leche leche de la Erpa Erpa Cía., Cía., donde donde estaba estaba ad)unto ad)unto a la secció secciónn de dosicación de mantecas en las cremas. Lo m%s curioso del caso es 'ue a'uel día los tres hermanos almor#aron con la suicida para feste)ar su cumplea!os, y ella, a su ve#, en nin&*n momento de)ó de traslucir su intención funesta. Comieron todos ale&remente+ lue&o, a las dos de la tarde, los hombres se retiraron. "us declaraciones coincidían en un todo con las de la anti &ua domstica 'ue servía hacía muchos a!os a la se!ora "tevens. Esta mu)er, 'ue dormía afuera del departamento, a las siete de la tarde se retiró a su casa. La *ltima orden 'ue recibió de la se!ora "tevens fue 'ue le enviara por el portero portero un diario de la tarde. La criada se marchó+ marchó+ a las siete y die# el portero le entre&ó a la se!ora "tevens el diario diario pedido y el proceso de acción 'ue sta si&uió antes de matarse se presume ló&icamente así- la propietaria revisó las adiciones en las libretas donde llevaba anotadas las entradas y salidas de su contabilidad domstica, por'ue las libretas se encontraban sobre la mesa del comedor con al&unos &astos del día subrayados+ lue&o se sirvió un vaso de a&ua con his/y, y en esta me#cla arro)ó apro0imadamente medio &ramo de cianuro de potasio. potasio. A continuación se puso puso a leer el diario, bebió el el veneno, y al sentirse morir morir trató de ponerse de pie y cayó sobre la alfombra. El periódico fue hallado entre sus dedos tremendamente contraídos. 1al era la pri primer meraa hipóte hipótesis sis 'ue se despre desprendí ndíaa del con)unto con)unto de cosas cosas orden ordenada adass pacícamente en el interior del departamento pero, como se puede apreciar, este proceso de suicidio est% car&ado de absurdos psicoló&icos. 2in&uno de los funcionarios 'ue intervinimos en la investi&ac investi&ación ión podíamos podíamos aceptar con&ruentem con&ruentemente ente 'ue la se!ora se!ora "tevens "tevens se hubiese hubiese suicidado. "in embar&o embar&o,, *nicam *nicament entee la "teve "tevens ns podí podíaa hab haber er echado echado el cia cianur nuroo en el vaso. vaso. El his/y no contenía veneno. El a&ua 'ue se a&re&ó al his/y tambin era pura. (odía presumirse 'ue el veneno había sido depositado en el fondo o las paredes de la copa, pero el vaso utili#ado por la suicida había sido retirado de un ana'uel donde se hallaba una docena de vasos del mismo estilo+ de manera 'ue el presunto asesino no podía saber si la "tevens iba a utili#ar ste o a'uel. La ocina policial de 'uímica nos informó 'ue nin&uno de los vasos contenía veneno adherido a sus paredes.
El asunto no era f%cil. Las primeras pruebas, pruebas mec%nicas como las llamaba yo, nos inclinaban a aceptar 'ue la viuda se había 'uitado la vida por su propia mano, pero la eviden evidencia cia de 'ue ella ella estaba estaba distr distraíd aídaa leyend leyendoo un periód periódico ico cua cuando ndo la sorpre sorprendi ndióó la muerte transformaba en disparatada la prueba mec%nica del suicidio. 1al era la situación tcnica del caso cuando yo fui desi&nado por mis superiores para continuar ocup%ndome de l. En cuanto a los informes de nuestro &abinete de an%lisis, no cabían dudas. 3nicamente en el vaso, donde la se!ora "tevens había bebido, se encontraba veneno. El a&ua y el his/y de las botellas eran completamente in ofensivos. (or otra parte, la declaración del portero portero era terminante+ nadie había visitado visitado a la se!ora "tevens "tevens despus 'ue l le alcan#ó el peri periód ódic ico+ o+ de mane manera ra 'ue 'ue si yo, yo, desp despu uss de al&u al&una nass inve invest sti& i&ac acio ione ness supe super rci cial ales es,, hubier hub ieraa cerrad cerradoo el sumari sumarioo inform informand andoo de un suici suicidio dio compr comproba obado do,, mis superi superior ores es no hubies hub iesen en podid podidoo ob)eta ob)etarr pal palabr abra. a. "in embar& embar&o, o, par paraa mí cerrar cerrar el sumari sumarioo si&ni si&nicab cabaa confesarme fracasado. La se!ora "tevens había sido asesinada, y había un indicio 'ue lo comprobaba- 4dónde se hallaba el envase 'ue contenía el veneno ante s de 'ue ella lo arro)ara en su bebida5 (or m%s 'ue nosotros revis%ramos el departamento, no nos fue posible descubrir la ca)a, el sobre o el frasco 'ue contuvo el tó0ico. A'uel indicio resultaba e0traordinariamente su&estivo. Adem%s había otrootro- los hermanos hermanos de la muerta eran tres bribones. Los tres, en menos de die# a!os, habían despilfarrado los bienes 'ue heredaron de sus padres. Actualmente sus medios de vida no eran del todo satisfactorios. Juan traba)aba como ayudante de un procurador procurador especiali#ado en divorcios. divorcios. "u conducta resultó m%s de una ve# sospechosa y lindante con la presunción de un chanta)e. Esteban era corredor de se&uros y había ase&urado a su hermana en una &ruesa suma a su favor+ favor+ en cuanto cuanto a (ablo, (ablo, traba)aba traba)aba de veterinar veterinario, io, pero estaba estaba descalic descalicado ado por la Justicia Justicia e inhabilitado para e)ercer su profesión, profesión, convicto de haber dopado caballos. (ara (ara no morirse de hambre in&resó en la industria lechera, se ocupaba de los an%lisis. 1ales eran los hermanos de la se!ora "tevens. En cuanto a sta, había enviudado tres veces veces.. El día del 6suici 6suicidio dio77 cumpli cumplióó 89 a!os+ a!os+ pero pero era una mu)er mu)er e0trao e0traord rdina inaria riamen mente te conservada, &ruesa, robusta, enr&ica, con el cabello totalmente rene&rido. (odía aspirar a casarse una cuarta ve# y mane)aba su casa ale&remente y con pu!o duro. Acionada a los placeres de la mesa, su despensa estaba provista de vinos y comestibles, y no cabe duda de 'ue sin a'uel 6accidente7 la viuda hubiera vivido cien a!os. "uponer 'ue una mu)er de ese car%cter era capa# de suicidarse, es desconocer la naturale#a humana. "u muerte beneciaba a cada uno de los tres hermanos con doscientos treinta mil pesos. La criada de la muerta era una mu)er casi est*pida, y utili#ada por a'ulla en las labores &roseras de la casa. Ahora estaba pr%cticamente aterrori#ada al verse en&ranada en un procedimiento )udicial.
El cad%ver fue descubierto por el portero y la sirvienta a las siete de la ma!ana, hora en 'ue sta, no pudiendo abrir la puerta por'ue las ho)as estaban ase&uradas por dentro con cadenas de acero, llamó en su au0ilio al encar&ado de la casa. A las once de la ma!ana, como creo haber dicho anteriormente, estaban en nuestro poder los informes del laboratorio de an%lisis, a las tres de la tarde abandonaba yo la habitación donde 'uedaba detenida la sirvienta, con una idea brincando en mi ima&inación- 4y si al&uien había entrado en el departamento de la viuda rompiendo un vidrio de la ventana y colocando otro despus 'ue volcó el veneno en el vaso5 Era una fantasía de novela policial, pero convenía vericar la hipótesis. "alí decepcionado del departamento. :i con)etura era absolutamente disparatada- la masilla solidicada no revelaba mudan#a al&una. Ech a caminar sin prisa. El 6suicidio7 de la se!ora "tevens me preocupaba dir una enormidad$ no policialmente, sino deportivamente. ;o estaba en presencia de un asesino sa&acísimo, posiblemente uno de los tres hermanos 'ue había utili#ado un recurso simple y complicado, pero imposible de presumir en la nitide# de a'uel vacío. Absorbido en mis cavilaciones, entr en un caf, y tan identicado estaba en mis con)eturas, 'ue yo, 'ue nunca bebo bebidas alcohólicas, autom%ticamente pedí un his/y. 4Cu%nto tiempo permaneció el his/y servido frente a mis o)os5 2o lo s+ pero de pronto mis o)os vieron el vaso de his/y, la &arrafa de a&ua y un plato con tro#os de hielo. Atónito 'ued mirando el con)unto a'uel.
:íreme bien y fí)ese en lo 'ue me va a contestar- la se!ora "tevens, 4tomaba el his/y con hielo o sin hielo5 >Con hielo, se!or. >4<ónde compraba el hielo5 > 2o lo compraba, se!or. En casa había una heladera pe'ue!a 'ue lo fabricaba en pancitos. ? ; la criada casi iluminada prosi&uió, a pesar de su estupide#.> Ahora 'ue me acuerdo, la heladera, hasta ayer, 'ue vino el se!or (ablo, estaba descompuesta. @l se encar&ó de arre&larla en un momento. =na hora despus nos encontr%bamos en el departamento de la suicida con el 'uímico de nuestra ocina de an%lisis, el tcnico retiró el a&ua 'ue se encontraba en el depósito con&elador de la heladera y varios pancitos de hielo. El 'uímico inició la operación destinada a revelar la presencia del tó0ico, y a los pocos minutos pudo manifestarnos- > El a&ua est% envenenada y los panes de este hielo est%n fabricados con a&ua envenenada. 2os miramos )ubilosamente. El misterio estaba desentra!ado. Ahora era un )ue&o reconstruir el crimen. El doctor (ablo, al reparar el fusible de la heladera defecto 'ue locali#ó el tcnico$ arro)ó en el depósito con&elador una cantidad de cianuro disuelto.
i&norante de lo 'ue a&uardaba, la se!ora "tevens preparó un his/y+ del depósito retiró un pancito de hielo lo cual e0plicaba 'ue el plato con hielo disuelto se encontrara sobre la mesa$, el cual, al desleírse en el alcohol, lo envenenó poderosamente debido a su alta concentración. "in ima&inarse 'ue la muerte la a&uardaba en su vicio, la se!ora "tevens se puso a leer el periódico, hasta 'ue )u#&ando el his/y sucientemente enfriado, bebió un sorbo. Los efectos no se hicieron esperar. 2o 'uedaba sino ir en busca del veterinario. n*tilmente lo a&uardamos en su casa. &noraban dónde se encontraba.
Arlt, Roberto DFG$. El crimen casi perfecto. En AA.HH. IGDI$. Cuentos policiales argentinos. uenos Aires- Estrada. >>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>> Ja'ue mate en dos )u&adas saac Ai#ember& ;o lo envenen. En dos horas 'uedaba liberado. 1enis 'ue acostumbraros al ahorro, a no mal&astar. Al n y al cabo, al&*n día ser% vuestroM> bramaba. ; nos acostumbramos a esperarlo. (ero ese famoso y deseado día se poster&aba, pese a 'ue tío sufría del cora#ón. ; si de pe'ue!os nos tirani#ó, cuando crecimos colmó la medida.
Kuillermo se enamoró un buen día. A nuestro tío no le a&radó la muchacha. 2o era lo 'ue ambicionaba para su sobrino. >Le falta cuna..., le falta roce..., puafM Es una ordinaria ?sentenció. n*til fue 'ue Kuillermo se prodi&ara en encontrarle mritos. El vie)o era terco y caprichoso. Conmi&o tenía otra suerte de problemas. Era un car%cter contra otro. "e empe!ó en doctorarme en bio'uímica. 4Resultado5 =n perito en pó'uer y en carreras de caballos. :i tío para esos vicios no me daba ni un centavo. Nbservo 'ue te aplicas en el a)edre#. Eso me demuestra dos cosas- 'ue eres inteli&ente y un perfecto hol&a#%n. "in embar&o, tu dedicación tendr% su premio. "oy )usto. (ero eso sí, a falta de diplomas, de hoy en adelante tendr de ti bonitas anotaciones de las partidas. "í, muchacho, llevaremos sendas libretas con las )u&adas para cote)arlas. 4Ou te parece5 A'uello podría resultar un par de cientos de pesos, y acept. .
>Kracias, tío. Boy realmente es... s%bado. >Comprendo. 4Ou te pasa5 ?le pre&unt )ovial, y le hubiera a&re&ado de mil amores- 6"i supieras, hombreM7. >Estoy hartoM? me replicó. >HamosM? le palmote la espalda> "iempre est% dispuesto a la tra&edia... >Es 'ue el vie)o me enlo'uece. 3ltimamente, desde 'ue volviste a la acultad y le llevas la corriente con el a)edre#, se la toma conmi&o. ; :atilde... >4Ou sucede con :atilde5 >:atilde me lan#ó un ultim%tum- o ella, o tío. >Npta por ella. Es f%cil ele&ir. Es lo 'ue yo haría... >4; lo otro5 >:e miró desesperado. Con brillo demoníaco en las pupilas+ pero el pobre tonto )am%s buscaría el medio de resolver su problema. >;o lo haría ?si&uió entre dientes>+ pero, 4con 'u viviríamos5 ;a sabes como es el vie)o... 1al ve# las cosas se arre&len de otra manera... ?insinu bromeando> Ouin te diceM
>ahM... ?sus labios se curvaron con una mueca amar&a> 2o hay escapatoria. (ero yo hablar con el vie)o s%tiro. 4<ónde est% ahora5 :e asust. "i el veneno resultaba r%pido... Al notar los primeros síntomas podría ser au0iliado y... >Est% en la biblioteca ?e0clam>+ pero d)alo en pa#. Acaba de )u&ar la partida de a)edre#, y despachó a la servidumbre. El lobo 'uiere estar solo en la madri&ueraM Consulate en un cine o en un bar. "e enco&ió de hombros. >El lobo en la madri&uera... ?repitió. (ensó unos se&undos y a&re&ó, aliviado>- Lo ver en otro momento.
;o, asesino. Esto sería un secreto entre mi tío 2stor y mi conciencia. =n esco#or dentro, pun#ante. Record la descripción del tratadista- 6En la len&ua, sensación de hormi&ueo y embotamiento, 'ue se inicia en el punto de contacto para e0tenderse a toda la len&ua, a la cara y a todo el cuerpo7. Entr en un bar. =n tocadiscos atronaba con un vie)o ra&>time. =n recuerdo 'ue se despierta, vive un instante y muere como una falena. 6En el esófa&o y en el estóma&o, sensación de ardor intenso7. :illones. illetes de mil, de 'uinientos, de cien. (ó'uer. Carreras. Hia)es... 6"ensación de an&ustia, de muerte pró0ima, enfriamiento profundo &enerali#ado, trastornos sensoriales, debilidad muscular, contracturas, impotencia de los m*sculos7. Babría 'uedado solo. En el palacio. Con sus escaleras de m%rmol. rente al tablero de a)edre#. Allí el rey, y la dama, y la torre ne&ra. Ja'ue mate. El mo#o se apro0imó. 4"e!or5 >=n co!ac... >=n co!ac... ?repitió el mo#o>. ien, se!or ?y se ale)ó. (or la vidriera la caravana 'ue pasa, la misma de siempre. El tictac del relo) cubría todos los rumores. Basta los de mi cora#ón. La una. ebí el co!ac de un tra&o. 6Como fenómeno circulatorio, hay alteración del pulso e hipertensión 'ue se derivan de la acción sobre el ór&ano central, lle&ando, en su estado m%s avan#ado, al síncope cardíaco...7 Eso es. El síncope cardíaco. La v%lvula de escape. A las dos y treinta de la ma!ana re&res a casa. Al principio no lo advertí. Basta 'ue me cerró el paso. Era un a&ente de policía. :e asust. >4El se!or Claudio Qlvare#5 >"í, se!or... ?respondí humildemente. >(ase usted... ?indicó, fran'ue%ndome la entrada. >4Ou hace usted a'uí5 ?me anim a farfullar. >
En el hall, cerca de la escalera, varios individuos de uniforme se habían adue!ado del palacio. 4Kuillermo5 Kuillermo no estaba presente. Julio, el mayordomo, amarillo, espectral, trató de hablarme. =no de los uniformados, canoso, adusto, el )efe del &rupo por lo visto, le selló los labios con un &esto. Avan#ó hacia mí, y me inspeccionó como a un cobayo. >=sted es el mayor de los sobrinos, 4verdad5 >"í, se!or... ?murmur. >Lamento decírselo, se!or. "u tío ha muerto... asesinado ?anunció mi interlocutor. La vo# era calma, &rave>. ;o soy el inspector Hille&as, y estoy a car&o de la investi&ación. 4Ouiere acompa!arme a la otra sala5 >. Es inauditoM Las palabras sonaron a huecas, a hipócritas. Ese dichoso veneno de)aba huellasM 4(ero cómo...cómo5$. >4(uedo... puedo verlo5 ?pre&unt >(or el momento, no. Adem%s, 'uiero 'ue me conteste al&unas pre&untas. >Como usted dispon&a... ?accedí a#orado. >Lo se&uí a la biblioteca vecina. 1ras l se desli#aron suavemente dos acólitos. El inspector Hille&as me indicó un sillón y se sentó en otro. Encendió con parsimonia un ci&arrillo y con evidente &rosería no me ofreció nin&uno. >=sted es el sobrino... Claudio ?(areció 'ue repetía una lección aprendida de memoria. >"í, se!or. >(ues bien- e0plí'uenos 'ue hi#o esta noche. ;o tambin repetí una letanía. >Cenamos los tres, )untos como siempre. Kuillermo se retiró a su habitación. Ouedamos mi tío y yo charlando un rato+ pasamos a la biblioteca. ; ahora re&resa...
>"í... >4; los criados5 >:i tío deseaba 'uedarse solo. Los despachó despus de cenar. A veces le acometían esas y otras manías. >Lo 'ue usted maniesta concuerda en &ran parte con la declaración del mayordomo. Cuando ste re&resó, hi#o un recorrido por el edicio. 2otó la puerta de la biblioteca entornada y lu# adentro. Entró. Allí halló a su tío frente a un tablero de a)edre#, muerto. La partida interrumpida... "í, se!or... ?admití. 2o podía desdecirme. Eso tambin se lo había dicho a Kuillermo. ; probablemente Kuillermo al inspector Hille&as. (or'ue mi hermano debía estar en al&una parte. El sistema de la policía- aislarnos, de)arnos solos, inertes, indefensos, para pillarnos. >1en&o entendido 'ue ustedes llevaban un re&istro de las )u&adas. (ara establecer los detalles en su orden, 4'uiere mostrarme su libreta de apuntes, se!or Qlvare#5 :e hundía en el cieno. >4Apuntes5 "í, hombre ?el policía era implacable>, deseo verla, como es de ima&inar. Es 'ue... ?; despus de un tirón>- Claro 'ue )u&amos como siempreM Las l%&rimas comen#aron a 'uemarme los o)os. :iedo. =n miedo espantoso. Como debió sentirlo tío 2stor cuando a'uella 6sensación de an&ustia... de muerte pró0ima..., enfriamiento profundo, &enerali#ado... Al&o me taladraba el cr%neo. :e empu)aban. El silencio era absoluto, ptreo. Los otros tambin estaban callados.
4;5 =na sola letra, pero tantoM >4;5? repitió> =sted fue el *ltimo 'ue lo vio con vida. ; adem%s, muerto. El se!or Qlvare# no hi#o anotación al&una esta ve#, se!or mío. 2o s por 'u me puse de pie. 1ieso. Elev mis bra#os, los estir. :e estru) las manos, clav%ndome las u!as, y al nal chill con vo# 'ue no era la mía>astaM "i lo saben, 4para 'u lo pre&untan5 ;o lo matM ;o lo matM 4; 'u hay5 Lo odiaba con toda mi almaM Estaba cansado de su despotismoM Lo matM Lo matM El inspector no lo tomó tan a la tremenda. >CielosM? di)o >"e produ)o m%s pronto de lo 'ue yo esperaba. ;a 'ue se le soltó la len&ua, 4dónde est% el revólver5 >4Ou revolver5 El inspector Hille&as no se inmutó. Respondió imperturbable. >Hamos, no se ha&a el tonto ahoraM El revólverM 4N ha olvidado 'ue lo li'uidó de un tiro5 =n tiro en la mitad del frontal, compa!eroM Ou punteríaM Aisember&, saac DS$. Ja'ue mate en dos )u&adas. En AA.HH. IGDI$. Cuentos policiales argentinos. uenos Aires- Estrada.
>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>> =n día despus Hicente aTista
:ir una ve# m%s la foto- una cara )uvenil, de o)os &randes, labios sensuales y pelo a&resivamente ne&ro. Era bonita, pero carecía de esa belle#a de camafeo, armoniosa y aburrida+ tenía cierta capacidad seductora, a mitad de camino entre la inocencia y la perversidad. > "e llama :ercedes Kasset y va a estar en el hotel Los araones, el s%bado, al mediodía.
Asentí con un li&ero movimiento de cabe#a. :e entre&aron el cincuenta por ciento de lo pactado y el pasa)e de ida y vuelta. 2o es el me)or modo de combatir la ansiedad >di)e. :e miró e hi#o una min*scula sonrisa. > 4Ouin te ha dicho 'ue estoy ansiosa5 > 2o hay m%s 'ue verte. > 4(sicólo&o5 >Curioso. Babíamos roto las barreras. Ella di)o 'ue se llamaba (atricia y yo descont 'ue era mentira. Le mentí 'ue me llamaba Kuillermo. Establecidas las re&las del )ue&o, entretuvimos la tarde hablando tonterías. > "i me promets cambiar la leche por un Rio)a di&no de nosotros >di)e>, esta noche cenamos )untos. >4; si no5> pre&untó. > 2os encontraríamos para el caf. >;a no ten&o ansiedad >di)o y volvió a sonreír>. A las nueve, a'uí mismo. La vi marcharse. Esa mu)er me &ustaba m%s de la cuenta, y mi ocio prohíbe ese tipo de &ustos. (ens 'ue un his/y doble e0pulsaría el mal sentimiento, lo bebí de un tra&o, pero la mu)er me se&uía &ustando. :ir la hora, faltaban unos minutos para las siete. Acaso dormir ayudaría, pedí la llave de mi habitación y orden 'ue me llamaran a las ocho y media. ue puntual, virtud infrecuente en las mu)eres )óvenes y bonitas. Henía caminando
con estudiada despreocupación, usaba un vestido de tela liviana 'ue le acentuaba las formas. 1uve la fantasía de 'ue al&unas horas despus se lo iba a 'uitar. "imul no verla y no disimul un &esto de admiración cuando estuvo a mi lado. > :a&níca> di)e por todo saludo y llam al barman. Ella di)o 'ue no iba a beber. Le record la promesa 'ue había hecho a la tarde y prometió 'ue sólo bebería vino, durante la comida. (arecía una ni!a obediente+ fuimos hacia la mesa. Ele&imos una e0'uisita carne de ternera, rociada con salsa de champi!ones y acompa!ada de arro# blanco. "upe 'ue en la bode&a del hotel había He&a "icilia y no vacil- iba a ser la *ltima cena de :ercedes y merecía rociarse con uno de los &randes vinos del mundo. Lo &o#amos hasta la *ltima &ota y sirvió para recrear nuestras mentiras. Al&una ve# fue refu&io de los &uanches > di)o :ercedes, en vo# ba)a. > 4Los &uanches5 > Los primeros habitantes de la isla > completó. ; ahora ser% tu tumba, pens, con pena. Conse&uí 'ue cerr%semos la marcha de los entusiasmados turistas y así anduvimos lar&o rato, entre las tinieblas. =nas pocas luces de colores, puestas con astucia, y al&unos temas de (in/ loyd le daban el to'ue
fantasma&órico 'ue el sitio precisaba. :is clientes habían sabido ele&ir el lu&ar- un cad%ver podría permanecer ahí por lar&o tiempo, hasta 'ue el mal olor de su putrefacción lo delatase. (ens 'ue ese cad%ver iba a ser el de :ercedes y sentí un li&ero malestar. A'uí no se pueden sacar fotos >bromeó :ercedes. >2o pienso sacar fotos >di)e. La ereTa en en mi mano obvió cual'uier comentario. >2o entiendo> di)o :ercedes y había espanto en su sorprensa. >2o es necesario 'ue entiendas >di)e y alc el arma. > Bay un error >di)o, casi suplicante>. 1iene 'ue haber un error. Espera 'ue te lo e0pli'ue. 2e&u con la cabe#a y record a :e llamo :ercedes Kasset > di)o>, hay una reserva a mi nombre. 1enía 'ue haber lle&ado ayer. Kir la cabe#a y la vi- era mi víctima, la real, 'ue venía con un día de atraso. (ens en (atricia, sola en la Cueva de los Herdes, cubierta de ceni#a y de lava, y sentí un odio fero# por esta impostora. ma&in para ella un nal innoble. "ubí a mi cuarto y pacientemente prepar otra ve# la ereTa. El his/y doble 'uedaría para m%s tarde. aTista, Hicente. DI$. =n día despus. En AA.HH. IGDI$. Cuentos policiales argentinos. uenos Aires- Estrada. >>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>
La pes'uisa de don rutos Helmiro Ayala Kauna
Cu, entró a su desmantelada ocina haciendo sonar las espuelas, saludó cordialmente a sus subalternos y se acomodó en una vie)a silla de pa)a, cerca de la puerta a esperar el mate 'ue uno de los a&entes empe#ó a cebar con pachorrienta solicitud. Cuando tuvo el recipiente en sus manos, aspiró con fruición por la bombilla y &ustó el %spero sabor del breba)e en silenciosa deleitación. V1a &Wena#oX Vdi)o diri&indose al a&enteV+ vo no servir%s pa melico por'ue so m%s lerdo 'ue tat*>carreta, pero pa cebar los verdes sos de mi PorX V2o me hala&ue, comesario, 'ue no soy den&una chinaX respondió el soldado íntimamente complacido. Al recibir el se&undo mate lo tendió cordial hacia el ocial sumariante 'ue leía con toda atención, )unto a la *nica y desvenci)ada mesa del recinto. V4Kusta un amar&o5 VKraciasX Vrespondió el otroV. "ólo tomo dulce. VA'uí sólo toman dulces las mu)eresX Vterció el cabo Leiva con completo olvido de la disciplina. VCuando 'uiera su opinión se la solicitar Vrespondió fríamente el sumariante. V1a bien, mi usial Vrespondió el cabo y continuó pere#osamente apoyado contra el marco de la puerta. Luis Ar#%sola, 'ue hacía cinco días apenas 'ue había lle&ado de la capital correntina a hacerse car&o de su puesto, en ese abandonado pueblecito, se revolvió molesto en su asiento, conteniendo a duras penas sus deseos de sacar carpiendo al insolente, pero don rutos re&ía a sus subordinados con paternal condescendencia sin reparar en &raduaciones y no 'uería saber de m%s re&lamentos 'ue su omnímoda voluntad. Cuando l ya, en ese breve tiempo, le hubo e0puesto en repetidas ocasiones sus 'ue)as por lo 'ue consideraba e0cesiva conan#a o indisciplina del personal, sólo obtuvo como *nica respuestaV2o se ha&a mala san&re mYhi)oX 2o lo hacen con mala intención sino de bruto
'ue son nom%X ;a se ir% acostumbrando con el tiempo. (ara olvidar su dis&usto si&uió leyendo en su preciado libro de (sicolo&ía y efectuando apuntes en un cuaderno 'ue tenía a su lado, pero la mesa, 'ue tenía una pata m%s corta 'ue la otra, se inclinaba hacia un costado y hacía peli&rar la estabilidad del tintero, 'ue se iba corriendo lentamente y amena#aba terminar en el suelo. (ara evitarlo tomó un diario, lo dobló repetidas veces y lo colocó para nivelar el mueble, deba)o del sostn defectuoso. Lue&o si&uió con la lectura interrumpida. V4Ou pa est% aprendiendo, che ocial5 Vpre&untó el a&ente mientras esperaba el mate de manos del comisario. V(sicolo&ía. V4; eso pa 'u sirve5 V(ara conocer a la &ente. Es la ciencia del conocimiento del alma humana. El milico recibió el mate, meditó unos se&undos y concluyó sentenciosamenteV(a mi ver eso no se estudea en lo libro. (a conocer a la &ente hayX Haciló un momento y armóVXhay 'ue estudear a la &ente.
El ocial, 'ue había de)ado el libro, se plantó frente a su superior. V4Ou pa le pasa, mYhi)o5 V42o vamos al lu&ar del hecho, comisario5 V"í, ense&uidita. V(eroX es 'ue hay un muerto, se!orM V4; 'u5X Vcontestó el vie)o ya con absoluta familiaridadV. 4Acaso ten miedo 'ue se dispare5X
VA)%M Vdi)oV. Es m%s alto 'ue yo, debe medir un metro y ochenta m% o meno. nmediatamente se volvió al cabo y lo interro&óV4Estuvo ayer el 1uerto en las carreras5 V"í, pero l pasó la tarde )u&ando a la taba. V4; le )ue bien5 V; de noM "i era como nu hay otra pa clavarla Ye &Welta y mediaM
marca. V4; pa 'u va a servir el molde5 V(or'ue &racias a una ciencia 'ue se llama Antropometría Vrespondió despectivamente y como dando una lecciónV, de esa huella se puede deducir la talla de su due!o y otros datosX V2o te aPi)%s por eso. El creminal es un &rin&o, m% o meno una cuarta m%s alto 'ue yo y de)uro 'ue ha dYestar entre la peonada Ye la estancia Ye los in&lesesX V(eroMX Vse asombró el ocial. V;a te e0plicar m%s tarde, mYhi)o. 1oy si&uro 'uYel tipo estuvo en la cancha Ye taba y vido cómo el 1uerto se llenaba Ye plata, dispu se adelantó y lo estuvo esperando nYel rancho. Ouedó un rato vichando el camino, desde la ventana se puso detr% Ye la puerta. Cuando el pobre dentró lYenca)ó una pu!alada y en se&uida do m%s cuando lo vido caído. VAsí es, don rutoX Vasintió el caboV. "e ve clarito por las pisadas. VAl verlo muerto le revisó lo) bolsillo, le sacó tuitas las &anancias y se )ueX (ero, ya lo) vamo) a a&arrar sin la Jometría esa 'ue decís. En se&uida, diri&indose al a&ente 'ue lo acompa!aba, ordenóVAndate a lo del carnicero y decile 'ue te dea un cuero Ye vaca y te emprieste Yl carro. Lo tras al Aniceto pa 'ue te ayude, lo envuelven al nao, lo car&an y lo llevan a enterrarX El pobre no tiene a naides 'ue lo llore. Cuando ven&a el (ai :arcelo pa la 2avid% le haremos decir una misaX V1a bien, comesario. nmediatamente se volvió al ocial y al cabo Leiva y les di)oVAura vamo) pa lYestanciaX "i me hace 'uYel inel 'ue ha hecho esta fechoría debe dYestar allíX La estancia de los in&leses se encontraba m%s o menos a media le&ua del pueblo. Adem%s del habitual personal de servicio y peones, había en ella unas dos docenas de obreros traba)ando en la ampliación de unas alas del edicio. nteriori#ado el administrador del propósito 'ue los llevaba hi#o reunir, frente a una de las &alerías, a todo el personal. Bombres de todas clases y con los m%s diversos atavíos se encontraban allí. Al&unos con el torso desnudo brillante de sudor por'ue el sol ya empe#aba a hacerse sentir, otros en camiseta, blusas, camisas de colores chillones, un in&ls con breeches, un espa!ol con boina, un
italiano con saco de pana, etc. V(on a un lado a los &rin&os y a lo) otros de)alos dir Vdi)o don rutos al ocial, despus de pasar su mirada por el &rupo, y se sentó con el due!o de casa a saborear un vaso de his/y. Ar#%sola, a su ve#, transmitió la ordenVLos e0tran)eros 'ue avancen dos pasos al frente. =na decena de hombres se destacó de la masa. El ocial, entonces, diri&indose a los otros, e0clamóV=stedes pueden retirarse. Correntinos, misioneros, formose!os y de al&unas otras provincias del norte se ale)aron murmurando entre dientes o contentos de verse libres de la curiosidad policial.
estuvo all% de)ó el suelo como pisadero pYhacer la&rillos. "e acercó a los hombres silenciosos y les revisó el dinero sin decir palabra. "e retiró unos pasos atr%s y di)o al ocialVEl polaco, el italiano pelo Ye choclo y lo do) &alle&o no han estado en la tabeada. V4Cómo lo puede ase&urar5 V42o viste 'ue la plata dYesos estaba limpia y lisa5 La de eso) otro estaba arru&ada y sucia Ye tierra. Cuando pod%s observar una partidita va) a ver como los tabeadores estru)an los billetes, lo) hacen bollitos, los dueblan y lo) sostienen entre lo dedo, lo) tiran al suelo, lo) pisan, lo) arru&an, etc. =no de eso do debe ser. "e acercó de nuevo a la la y, pas%ndose el pa!uelo por la cara, di)oV41a apretando la calor, no5 :iró al italiano de saco de pana y le aconse)ó paternalV(onete cómodoX "acate el saco. VEstoy bien, &racias. V"acate el saco te he dicho Vordenó, y lue&o si&uió con tono protectorV- 1e va a embromar la calor si no lo hacsX A re&a!adientes obedeció el otro. Apenas lo hubo hecho, cuando don rutos ordenó al caboV:etelo presoM @ste es el criminalX
V(erdón, comisario, 4pero cómo hi#o para descubrir al asesino5 V:uy f%cil mYhi)oX Apenas vi la) herida del muerto supe 'uYel culpable era forastero. V4(or 'u5 V(or'ue las heridas eran pe'ue!as y a'uí naides usa cuchillo 'ue no ten&a, por lo menos, unos treinta centímetros Ye ho)a. A'uí el cuchillo es un instrumento Ye traba)o y sirve pa carnear, pa cortar yuyos, pa abrir picadas nYel monte y ande clave de)a un au)ero como pa mirar al otro lao y no uno) o)alito como lo) 'ue tenía el 1uerto.
Boracio Ouiro&a
<ías pasados los tribunales condenaron a Juan Carlos ellamore a la pena de cinco a!os de prisión por robos cometidos en diversos bancos. 1en&o al&una relación con ellamore- es un muchacho del&ado y &rave, cuidadosamente vestido de ne&ro. Lo creo tan incapa# de esas ha#a!as como de otra cual'uiera 'ue pida nervios nos. "abía 'ue era empleado eterno de bancos+ varias veces se lo oí decir, y aun a&re&aba melancólicamente 'ue su porvenir estaba cortado+ )am%s sería otra cosa. " adem%s 'ue si un empleado ha sido puntual y discreto, l es ciertamente ellamore. "in ser ami&o suyo, lo estimaba, sintiendo su des&racia. Ayer de tarde coment el caso en un &rupo. ["í [me di)eron[, le han condenado a cinco a!os. ;o lo conocía un poco+ era bien callado. 4Cómo no se me ocurrió 'ue debía ser l5 La denuncia fue a tiempo. [4Ou cosa5 [interro&u sorprendido. [La denuncia+ fue denunciado. [En los *ltimos tiempos [a&re&ó otro[ había adel&a#ado mucho. [; concluyó sentenciosamente[- Lo 'ue es yo no confío m%s en nadie. Cambi r%pidamente de conversación. (re&unt si se conocía al denunciante. [Ayer se supo. Es \anins/i. 1enía &randes deseos de oír la historia de boca de \anins/i+ primero, la anormalidad de la denuncia, falta en absoluto de inters personal+ se&undo, los medios de 'ue se valió para el descubrimiento. 4Cómo había sabido 'ue era ellamore5 Este \anins/i es ruso, aun'ue fuera de su patria desde pe'ue!o. Bablaba despacio y perfectamente el espa!ol, tan bien 'ue hace un poco de da!o esa perfección, con su li&ero acento del norte. 1iene o)os a#ules y cari!osos 'ue suele )ar con una sonrisa dulce y morticante. Cuentan 'ue es raro. L%stima 'ue en estos tiempos de sencilla estupide# no sepamos ya 'u creer cuando nos dicen 'ue un hombre es raro. Esa noche le hall en una mesa de caf, en reunión. :e sent un poco ale)ado, dispuesto a oír prudentemente de le)os. Conversaban sin %nimo. ;o esperaba mi historia, 'ue debía lle&ar for#osamente. En efecto, al&uien, e0aminando el mal estado de un papel con 'ue se
pa&ó al&o, hi#o recriminaciones bancarias, y ellamore, crucicado, sur&ió en la memoria de todos. \anins/i estaba allí, preciso era 'ue contara. Al n se decidió+ yo acer'u un poco m%s la silla. [Cuando se cometió el robo en el anco rancs [comentó \anins/i[ yo volvía de :ontevideo. Como a todos, me interesó la audacia del procedimiento- un subterr%neo de tal lon&itud ha sido siempre cosa arries&ada. 1odas las averi&uaciones resultaron infructuosas. ellamore, como empleado de la ca)a, fue especialmente interro&ado+ pero nada resultó contra l ni contra nadie. (asó el tiempo y todo se olvidó. (ero en abril del a!o pasado oí recordar incidentalmente el robo efectuado en DGG en el anco de Londres de :ontevideo. "onaron al&unos nombres de empleados comprometidos y, entre ellos, ellamore. El nombre me chocó+ pre&unt y supe 'ue era Juan Carlos ellamore. En esa poca no sospechabaabsolutamente de l+ pero esa primera coincidencia me abrió rumbo, y averi&W lo si&uienteEn D99 se cometió un robo en el anco Alem%n de "an (ablo, en circunstancias tales 'ue sólo un empleado familiar a la ca)a podía haberlo efectuado. ellamore formaba parte del personal de la ca)a.
E0amin escrupulosamente lo sabido referente al triple robo y ) toda mi atención en estos tres datosD] La tarde anterior al robo de "an (ablo, coincidiendo con una fuerte entrada en ca)a, ellamore tuvo un dis&usto con el ca)ero, hecho altamente de notar, dada la amistad 'ue los unía y, sobre todo, la placide# de car%cter de ellamore. I] 1ambin en la tarde anterior al robo de :ontevideo, ellamore había dicho 'ue sólo robando podía hacerse hoy fortuna y a&re&ó riendo 'ue su víctima ocurrente era el banco del 'ue formaba parte. S] La noche anterior al robo en el anco rancs de uenos Aires, ellamore, contra todas sus costumbres, pasó la noche en diferentes cafs, muy ale&re. Ahora bien, estos tres datos eran para mí tres pruebas al revs, desarrolladas en la si&uiente forma-
En el primer caso, sólo una persona 'ue hubiera pasado la noche con el ca)ero podía haberle 'uitado la llave. ellamore estaba dis&ustado con el ca)ero casualmente esa tarde. En el se&undo caso, 4'u persona preparada para un robo cuenta el día anterior lo 'ue va a hacer5 "ería sencillamente est*pido. En el tercer caso, ellamore hi#o todo lo posible por ser visto, e0hibindose, en suma, como para 'ue se recordara bien 'ue l, ellamore, pudo menos 'ue nadie haber maniobrado en subterr%neos esa accidentada noche. Estos tres ras&os eran para mí absolutos [tal ve# arries&ados de sutile#a en un ladrón de ba)o fondo, pero perfectamente ló&icos en el no ellamore[. uera de esto, hay al&unos detalles privados, de m%s peso normal 'ue los anteriores. Así, pues, la triple fatal coincidencia, los tres ras&os sutiles de muchacho culto 'ue va a robar, y las circunstancias consabidas, me dieron la completa convicción de 'ue Juan Carlos ellamore, ar&entino, de veintiocho a!os de edad, era el autor del triple robo efectuado en el anco Alem%n de "an (ablo, el de Londres y Río de la (lata de :ontevideo y el rancs de uenos Aires. Al otro día mand la denuncia. \anins/i concluyó.
Ouiro&a, Boracio. DGF$. El triple robo de ellamore. En La^or&ue, Jor&e Comp.$ IGGS$. Cuentos policiales argentinos , uenos Aires- Alfa&uara. >>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>
Cuento para tah*res Rodolfo _alsh
"alió no m%s el DG >un F y un 8> cuando ya nadie lo creía. A mí 'u me importaba, hacía rato 'ue me habían de)ado seco. (ero hubo un murmullo feo entre los )u&adores acodados a la mesa del billar y los mirones 'ue formaban rueda. Renato lores palideció y se pasó el pa!uelo a cuadros por la frente h*meda. Lo 'ue 'uieranX >di)o. ;a nadie se acordaba del tachito de la coima. Jimne#, el del ne&ocio, presenciaba desde le)os sin animarse a recordarlo. Jes*s (ereyra se levantó y echó sobre la mesa, sin contarlo, un montón de plata. >La suerte es la suerte >di)o con una lucecita asesina en la mirada>. Babr% 'ue irse a dormir. ;o soy hombre tran'uilo+ en cuanto oí a'uello, &an el rincón m%s cercano a la puerta. (ero lores ba)ó la vista y se hi#o el desentendido. >Bay 'ue saber perder >di)o \*!i&a sentenciosamente, poniendo un billetito de cinco en la mesa. ; a!adió con retintín>- 1otal, venimos a divertirnos. >"iete pases se&uidosM >comentó, admirado, uno de los de afuera. lores lo midió de arriba aba)o. >Hos, siempre re#andoM >di)o con desprecio.
El cuatro >cantó al&uno. En a'uel momento, no s por 'u, record los pases 'ue había echado lores- el F, el 9, el DG, el , el 9, el 8, el DGX ; ahora buscaba otra ve# el F. El sótano estaba lleno del humo de los ci&arrillos. lores le pidió a Jimne# 'ue le tra)era un caf, y el otro se marchó re#on&ando. \*!i&a sonreía maliciosamente mirando la cara de rabia de (ereyra. (e&ado a la pared, un borracho despertaba de tanto en tanto y decía con vo# pastosa>Hoy die# a la contraM >El cuatroM En a'uel momento a&ach la cabe#a para encender un ci&arrillo. Encima de la mesa había una lamparita elctrica, con una pantalla verde. ;o no vi el bra#o 'ue la hi#o a!icos. El sótano 'uedó a oscuras.
6Le erraron a lores7, pens en el primer momento, 6y le pe&aron al otro. 2o hay nada 'ue hacerle, esta noche est% de suerte.7 Entre varios al#aron a \*!i&a y lo tendieron sobre tres sillas puestas en hilera. Jimne# 'ue había ba)ado con el caf$ no 'uiso 'ue lo pusieran sobre la mesa de billar para 'ue no le mancharan el pa!o. lo 'ue es ser distraídoM>, y me puse a )u&ar solo, por puro &usto. Estuve media hora sin sacar un U. Los mir bien y vi 'ue faltaban unos n*meros y sobraban otros. =no de los 6chivos7 tenía el 9, el F y el repetidos en caras contrarias. El otro, el , el 8 y el D. Con a'uellos dados no se podía perder. 2o se podía perder en el primer tiro, por'ue no se podía formar el I, el S y el DI, 'ue en la primera mano son perdedores. ; no se podía perder en los dem%s por'ue no se podía sacar el U, 'ue es el n*mero perdedor despus de la primera mano. Record 'ue lores había echado siete pases se&uidos, y casi todos con n*meros difíciles- el F, el 9, el DG, el , el 9, el 8, el DGX ; a lo *ltimo había sacado otra ve# el F. 2i una sola clavada. 2i una barraca. En cuarenta o cincuenta veces 'ue habría tirado los dados no había sacado un solo U, 'ue es el n*mero m%s salidor. ;, sin embar&o, cuando yo me fui, los dados de la mesa formaban el U, en ve# del F, 'ue era el *ltimo n*mero 'ue había sacado. 1odavía lo estoy viendo, clarito- un 8 y un D. Al día si&uiente e0travi los dados y me establecí en otro barrio. "i me buscaron, no s+ por un tiempo no supe nada m%s del asunto. =na tarde me enter por los diarios 'ue (ereyra había confesado. Al parecer, se había dado cuenta de 'ue lores hacía trampa. (ereyra iba perdiendo mucho, por'ue acostumbraba )u&ar fuerte, y todo el mundo sabía 'ue era mal perdedor. En a'uella racha de lores se le habían ido m%s de tres mil pesos. Apa&ó la lu# de un manota#o. En la oscuridad erró el tiro, y en ve# de matar a lores mató a \*!i&a. Eso era lo 'ue yo tambin había pensado en el primer momento. (ero despus tuvieron 'ue soltarlo. Le di)o al )ue# 'ue lo habían hecho confesar a la fuer#a. Ouedaban muchos puntos oscuros. Es f%cil errar un tiro en la oscuridad, pero lores estaba frente a l, mientras 'ue \*!i&a estaba a un costado, y la distancia no habr% sido mayor de un metro. =n detalle lo favoreció- los vidrios rotos de la lamparita elctrica del sótano estaban detr%s de l. "i hubiera sido l 'uien dio el manota#o >di)eron> los vidrios habrían caído del otro lado de la mesa de billar, donde estaban lores y \*!i&a.
El asunto 'uedó sin aclarar. 2adie vio al 'ue pe&ó el manota#o a la l%mpara, por'ue estaban todos inclinados sobre los dados. ; si al&uien lo vio, no di)o nada. ;o, 'ue podía haberlo visto, en a'uel momento a&ach la cabe#a para encender un ci&arrillo, 'ue no lle&u a encender. 2o se encontraron huellas en el revólver, ni se pudo averi&uar 'uin era el due!o. Cual'uiera de los 'ue estaban alrededor de la mesa >y eran ocho o nueve> pudo pe&arle el tiro a \*!i&a. ;o no s 'uin habr% sido el 'ue lo mató. Ouien m%s 'uien menos tenía al&una cuenta 'ue cobrarle. (ero si yo 'uisiera )u&arle sucio a al&uien en una mesa de pase in&ls, me sentaría a su i#'uierda, y al perder yo, cambiaría los dados le&ítimos por un par de a'uellos 'ue encontr en el suelo, los metería en el cubilete y se los pasaría al candidato. El hombre &anaría una ve# y se pondría contento. Kanaría dos veces, tres vecesX y se&uiría &anando. (or difícil 'ue fuera el n*mero 'ue sacara de entrada, lo repetiría siempre antes de 'ue saliera el U. "i lo de)aran, &anaría toda la noche, por'ue con esos dados no se puede perder. Claro 'ue yo no esperaría a ver el resultado. :e iría a dormir, y al día si&uiente me enteraría por los diarios. Haya usted a echar die# o 'uince pases en seme)ante compa!íaM Es bueno tener un poco de suerte+ tener demasiada no conviene, y ayudar a la suerte es peli&rosoX "í, yo creo 'ue fue lores no m%s el 'ue lo mató a \*!i&a. ; en cierto modo lo mató en defensa propia. Lo mató para 'ue (ereyra o cual'uiera de los otros no lo mataran a l. \*!i&a >por al&*n anti&uo rencor, tal ve#> le había puesto los dados falsos en el cubilete, lo había condenado a &anar toda la noche, a hacer trampa sin saberlo, lo había condenado a 'ue lo mataran, o a dar una e0plicación humillante en la 'ue nadie creería. lores tardó en darse cuenta+ al principio creyó 'ue era pura suerte+ despus se intran'uili#ó+ y cuando comprendió la treta de \*!i&a, cuando vio 'ue (ereyra se paraba y no le 'uitaba la vista de las manos, para ver si volvía a cambiar los dados, comprendió 'ue no le 'uedaba m%s 'ue un camino. (ara sacarse a Jimne# de encima, le pidió 'ue le tra)era un caf. Esperó el momento. El momento era cuando volviera a salir el F, como fatalmente tenía 'ue salir, y cuando todos se inclinaran instintivamente sobre los dados. Entonces rompió la bombita elctrica con un &olpe del cubilete, sacó el revólver con a'uel pa!uelo a cuadros y le pe&ó el tiro a \*!i&a.