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ANTOLOGIA DEL JARABE MEXICANO
VIII ANIVERSARIO DEL GRUPO DE DANZA FOLKLORICA
“CALMECAC” DEL C.R.E.C. DE AGUASCALIENTES
GRUPOS PARTICIPANTES “CALMECAC” DIR. PROFR. ARMANDO CORREA G. “VANGUARDISTA” DIR. PROFR. ROLANDO GUZMAN A. “JONACATIQUE” DIR, PROFR. PEDRO RAMIREZ M. “CITLALI” DIR. PROFR. FCO. JAVIER SANCHEZ L.
20 FEBRERO DE 1987
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INDICE
El mexicano pintoresco de antaño cuando surgió el jarabe nacional _ El Jarabe casa de la cultura de Celaya, Gto. El Jarabe Tapatío- por Fco. Javier Aceves._________ El Jarabe Indígena- por fco. jacier aceves.________ el jarabe- por jas reuter__________________________ el jarabe nacional por ma. elena sodi _____________ el jarabe por fco. sanchez flores_________________ el jarabe por daniel garcia blanco________________ el jarabe. origen y evolucion______________________ jarabe gatuno (campeche) _________________________ jarabe criollo (campeche) _________________________ jarabes de oaxaca _________________________________ jarabe mixteco_____________________________________ jarabe planeco_____________________________________ jarabe michoacano_________________________________ jarabe potosino____________________________________ jarabeados de linares______________________________ jarabes de jerez, zac._______________________________ jarabe nayarita_____________________________________ jarabe pateño (coahuila)____________________________ jarabe tlaxcalteca__________________________________ jarabe loco (veracruz)______________________________ jarabe de la botella (jalisco)________________________ jarabe ranchero (jalisco)___________________________
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A MANERA DE PRESENTACION En el estado de Aguascalientes y particularmente en el seno de las escuelas normales es una tradición el estudio y rescate de nuestro pasado y tradición (la tautología es intencional). Tradiciones un tanto olvidadas y hasta humilladas por el ajetreo del mundo moderno y de la penetración cultural tan hábilmente manejada y hasta solapada por los medios masivos de comunicación. Sin embargo las raíces se niegan a morir y muchas manifestaciones de nuestra cultura originales y tradiciones se manifiestan en todo momento, están presentes en muchos aspectos de nuestra vida y se presentan como ruptura con el presente y como refugio aunque sea fugas con un pasado que se creía perdida. Dentro de este proyecto de búsqueda y rescate, de esfuerzo y de clara vocación artística nos encontramos con el trabajo constante de dos jóvenes maestros normalistas: Armando Correa Gonzáles y Francisco Javier Sánchez López quienes con el profundo amor que le profesan al Folklore y a las tradiciones mexicanas han producido ya un gran numero de valiosos testimonios que han servido como guía de trabajo en muchas instituciones educativas del país. Así, con motivo de VIII Aniversario del grupo de Danza “CALMECAC” que dirige el Prof. Armando Correa González, fue presentada una antología del Jarabe Mexicano, para deleite de quienes tuvimos la oportunidad de presenciarla, con cuyo material está elaborado el presente trabajo que hoy da a conocer estos ameritados maestros. Antología que nos transporta en el tiempo y en el espacio dentro de un mosaico que conjuga los colores, los sonidos y las peculiaridades de cada región geográfica del país sin perder la esencia rítmica que distingue el “Jarabe” de otras manifestaciones del folklore Nacional. Loable esfuerzo que se integra de manera natural en ese intento cada vez mayor del mexicano por reconquistar su pasado, por asimilarlo y hacerlo vivo, como respuesta a los vanos espejismos y las grandes decepciones del mundo en que vivimos. Porque ante la angustia de la nada que proyecta el futuro del mundo moderno y ante un pasado que se nos diluye a ratos se hace presente ese estado excepcional del ser humano que denominamos sociedad. Por esto el grito, el estallido, el disparo, el fandango, el “jarabe” la fiesta son rasgos tan peculiares del pueblo mexicano, momentos en que el tiempo deja de existir para que puedan coexistir todos los tiempos, momentos en que el pasado y la tradición están siempre presentes. Con nuestros mejores augurios presentamos este material que sin lugar a dudas será de gran valía educativa para los maestros y juventud de México.
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EL JARABE
5 DEL LIBRO DE PLATA AUTOR: A. L. JAUREGUI
El charro y la china Ya van a bailar El lindo jarabe Que van a tocar. Empieza la música Con mucha alegría Y gritan y aplauden Todos a porfía. ¡Que bien lo bailaron! ¡Cuánto se lucieron! Y que lo repitan Todos les pidieron Y los bailadores, Vuelven a bailar Y todos contentos De verlos están.
EL MEXICO PINTORESCO DE ANTAÑO, CUANDO SURGIO EL JARABE NACIONAL Rubén Campos El respeto profundo a la mujer, heredado del antepasado azteca y español, engendró ese encantador baile de la pareja suelta, baile en el que no hay contacto carnal sino una proximidad discreta, un acercamiento rondador del macho a la hembra gentil y complaciente al ver la manera galante con que es asediada. El galán vestido pintorescamente en el traje de charro cruza sus manos a la espalda, después que ha pedido, sombrero en mano, la venia a la compañera que ha elegido para bailar, y enfila sus pies ágiles para perseguir a la compañera en un pespunteo de pasos ligeros, de movimientos oblicuos de coyote, y en un repiqueteo de los talones que llevan el ritmo del jarabe en una multitud de figuras, que son treinta los pasos variados del jarabe clásico que hace un siglo. La china se arquea, se inclina a un lado al otro, cimbrea la cintura y levanta con sus dedos finos que ha heredado de la raza azteca, el zagalejo rojo orlado de verde y lentejuelado de oro. Entonces el paso vivaz y rítmico del aire musical, de indiscutible belleza melódica, mientras los bailadores descansaban un instante al terminar una serie de pasos del jarabe, descanso que no era la suspensión del movimiento, sino una atenuación en que la china terciaba garbosamente el rebozo ponía los brazos n jarras, o echaba la cabeza atrás graciosamente sacudiendo las ricas trenzas, y el galán cruzaba diagonalmente la escena para cambiar de lugar según lo prescribe el ritual del baile, pavoneándose como un gallo, del grupo de cantadores surgía la copla pintoresca y sabrosa, apasionada y triste, irónica y flageladora. Y la jaranita se hace rajas; y el arpa se carcajea sintiendo las cosquillas de los pellizcos del músico; y la copla vuelve jubilosa a cada cambio del ritmo de los airecitos ensartados como corales en el collar de primores del jarabe mexicano:
“ayer me picó un mosquito Más debajo de la ceja; No le hace tanto el piquete Sino la roncha que deja”
EL JARABE Casa de la Cultura de Celaya, Guanajuato El jarabe empezó a bailarse en el periodo colonial. Por sus pasos se nota que bien puede ser la adaptación de algún de los bailes españoles, como el zapateado de Jerez, la segundilla manchega, o la jota, el jarabe gitano, etc. La música del jarabe se compone de canciones populares y formas melódicas, llamadas “sones” o sea la primitiva forma mexicana de la sonata. Se trata pues de un conjunto de sones. Su nombre y carácter lo relacionan con el almíbar, quizá derive de la palabra árabe xarabe y también debe estar relacionado con el Charape de Michoacán, bebida hecha de piloncillo. Algunos autores insisten en que el antecesor del jarabe fue el “sarao” que en la Nueva España bailaban los mulatos. Esta afirmación obedece a que el jarabe que bailaba y cantaba el pueblo se iniciaba con huapangos para dar lugar al canto de las coplas. Siglos mas tarde nació el jarabe Tapatío compuesto originalmente por seis “aires”, que se ampliaron con el correr de los años en nueve tiempos; jarabe que se caracteriza por la sobriedad de sus movimientos, ya que solos danzantes deben bordar sobre la “tarima” con los pies, dibujos primorosos y obligar al resto del cuerpo a permanecer inmóvil, ajeno al tumulto de sus extremidades. Los bailadores desarrollan todos los pasos en una superficie muy limitada y los pasos se repiten con tanta rapidez que asemejan vibraciones sutiles y graciosas. Otra versión de su origen es al de que los mexicanos se impresionaron de tal manera por los caballos introducidos en el país por los conquistadores, que la danza vino a ser una imitación del trote de los caballos, cabriolando o haciendo “santiaguitos” con el ritmo muy especial de los variados pasos, y ka paloma del fin no es otra cosa que una imitación de la manera de cortejarse de estas aves. El musicólogo Jerónimo Baqueiro Foster, distingue tres grupos de jarabes, que se determinan por una combinación de sones o melodías populares. Los derivados de seguidillas y boleros, los de bolero, y los de fandango y zapateado español. Las más auténticas formas de jarabe mexicano son el jarabe tehuano, el veracruzano, y los de Yucatán y Tabasco. Ahora bien, entre el sinnúmero de nombres que han recibido por las circunstancias especiales que caracterizan el jarabe, están los siguientes: El borracho, los enanos, la botella, muy usada en Jalisco y Zacatecas, que en un principio se bailó con una botella en la cabeza demostrando así los bailadores su rara habilidad para sostener el equilibrio. De entre sus variantes aparece uno con ese titulo que se asegura procede del jarabe ranchero. En Zacatecas el jarabe de la botella tiene texto literario, que empieza: ¡ándale compadre...! Una característica de los jarabes es que todos finalizan con la “diana”, melodía destinada a celebrar, felicitar, festejar, agradecer, etc.
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JARABE TAPATIO
7 Francisco Javier Aceves
El jarabe es un conjunto de sones originales de diferente ritmo, melodía y coreografía, cantable y bailable y su expresión plástica muy bella. El jarabe tapatío es propio de la Cuidad de Guadalajara. El origen del jarabe está en la zambra morisca y en las danzas zapateadas españolas, el fandango y las seguidillas que nos trajeron civiles y militares en tiempo de la colonia, y que ya tomaron carta de nacionalización transformándose lentamente por la influencia del medio ambiente y del temperamento racial del mestizaje a través del tiempo. Por otra parte, existe también la creencia bien fundada de que la forma musical del jarabe fue traída de España a principios del siglo XVIII, época en que se bailaba y cantaba en aquel país con literatura malsana, y estuvo considerado en esa época como música y baile de rufianes, por lo inmoral de su literatura y la pornografía de su baile. Es un hecho histórico que los primeros jarabes que se bailaron en México, tuvieron las mismas características de inmoralidad del jarabe autentico español; pero también es verdad que al injertarse definitivamente en nuestro medio, sufrió la transformación consecuente con nuestro medio ambiente: clima, temperamento racial de mestizaje, etc. Esto le dio la forma más amplia, más bella y decorosa que tiene en la actualidad así pues, esta forma de jarabe juntamente con las adhesiones de los ritmos melódicos de las danzas españolas ya citadas, constituyó el nuevo jarabe que con tanto éxito se ha bailado con toda su originalidad y se sigue bailando en todo el Estado de Jalisco y en algunos Estados con ligeras modificaciones coreográficas, rítmicas y plásticas, pero conservando siempre su autentico nombre de jarabe tapatío. En los Estados de la República existen jarabes regionales cada uno de auténtica originalidad, con música muy bonita y su coreografía también muy atractiva; pero ninguno de ellos ha tenido la aceptación y divulgación por toda la República, como el tapatío. Cualquiera cuidad que visitemos en las fiestas regionales, el jarabe tapatío se baila en primer termino y después el jarabe típico de esa región. Etimológicamente la palabra “jarabe” viene del árabe “Xarab” que significa bebida. Tapatío se deriva del azteca thapatiotl, moneda usada en Jalisco antes de la conquista española. Dícese del natural nacido en Guadalajara, en cuya capital las tortillas o pan de maíz se vendían por ternos llamados tapatíos. La referida moneda se componía de tres unidades. Consta el jarabe tapatío de varias partes; y cada una contiene ritmo, melodía y coreografía propia, cada parte tiene nombre especial, algunas veces nombres de animales como el gorrión, el burro, el palomo, etc., algunas otras veces tipos citadinos como la catrina, el paisano, la atolera, etc., en cada parte los bailarines tratan de imitar el ritmo natural característico del animal que lleva por titulo cada tema, o bien de los tipos citados que interpretan, pues la música va siempre de acuerdo con la coreografía, resultando un mosaico coreográfico musical muy bello y festivo, teniendo además dos ritmos de la época de II imperio, en los que se baila una especia de pavana y otro tema que bailan con la cortesía de un baile de Luis XV; éstos en la actualidad casi han desaparecido del uso común. El conjunto instrumental con que se acompaña la música del jarabe es generalmente de cuerda y piano, cuando accidentalmente se encuentra un mariachi en la fiesta, es el obligado a acompañar. En algunos temas musicales tratan de imitar al animal que en el baile estaban caracterizando, así por ejemplo, en el violín imitan los gorjees del gorrión y en la cuarta cuerda del mismo instrumento, imitan el rebuzno del burro. Respecto de la indumentaria generalmente el hombre va vestido de charro y la mujer unas veces vestida de china poblana y otras veces con traje típico regional de la tapatía. Este es el jarabe autentico tapatío que se baila en la cuidad de Guadalajara; de aquí posiblemente fue llevado al resto de la provincia en aquel entonces y tomó su propio ambiente del clima, del carácter y naturaleza de las personas, por cuya razón se crearon las tres formas
musicales restantes producto del ambiente propio de cada lugar donde se injertó jarabe indígena, jarabe ranchero y jarabe de la botella. El jarabe tapatío históricamente apareció tal como lo conocemos a principios del siglo XVIII. Siempre que se tocan el jarabe tapatío y el ranchero, constituyen la nota más brillante de cualquiera fiesta en Jalisco.
JARABE INDIGENA Francisco Javier Aceves Este jarabe se baila en las poblaciones donde radican familias indígenas. Su música está muy mixtificada con melodías mestizas ya hechas a su ambiente en sus propios ritmos. Todo el jarabe se compone de dos temas melódicos propios, en ritmos de dos y tres cuartos combinados y es interpretado en forma grotesca por un grupo de cuatro o seis violines acompañados de una tambora monumental cuyo sonido voluminoso marca el ritmo indígena con sonidos verdaderamente estridentes. Su coreografía también es grotesca y pobre, pero ejecutada con dinamismo en forma brillante. La estridencia de esta combinación musical es salvada por el dinamismo de sus bailadores. Si indumentaria es humilde, trajes campesinos, indígenas. Este jarabe es muy gustado entre las familias de la región y es muy primitivo y original, posiblemente sea el que primero se conoció en Jalisco. Es el Jarabe indígena el primer injerto del jarabe traído en épocas de la colonia. Para bailarlo se forman dos filas, una de hombres y otra de mujeres. Los hombres con las manos hacia atrás y con su sombrero de soyate puesto, camisa y calzón blancos de manta y un ceñidor rojo y las mujeres cogiéndose la falta a la altura de su mano y levantándola ligeramente. Comienzan un grupo frente al otro bailando sin avanzar tres pasos y cuarto avanzan hacia delante, retroceden, van hacia la derecha y van hacia la izquierda para llegar al lugar de partida. Después avanzan con pasos laterales, cuando los hombres van a la derecha, las mujeres van hacia la izquierda y todas las partes las terminan rematando con un molinete violento con fuertes huarachazos. El pueblo donde lo vi bailar por primera vez fue en Zapotitán, Jalisco, en enero de 1922.
EL JARABE Jas Reuter El termino de “jarabe”; se refiere a uno de los bailes más populares de México, al lado del son, aun cuando no es tan complejo como éste. Igual que el son, es baile suelto y de parejas de carácter profano y alegre, en que hombre y mujer actúan los coqueteos amorosos muchas veces imitando los acercamientos de los animales. Se dice que el jarabe consta de cinco partes bien definidas, con introducción, copla cantada, zapateado, descanso o paseo y final. Estas partes se llaman “aires” y eran las mismas cancioncillas más bien simples que aparecen todavía hoy aunque muchos mas complejas, en varios sones. Ya que muchos de los aires que compondrán los jarabes llegaron a México vía los grupos de teatro ligero que en sus representaciones incluían escenas cantadas y bailadas, es lógico que los centros de irradiación de esos aires y por consiguiente los centros en que se crearon paulatina y popular con las luchas de independencia (1810-1821), el jarabe también se identifico con el movimiento liberador de los insurgentes, así como un siglo después el corrido identificaría con la revolución. Lo cierto es que no sabemos hoy como eran los primeros jarabes, los de fines del siglo XVIII. Si a principios del XIX constaban de varios “aires”, no es difícil comprender la evolución
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que siguió el genero hasta adquirir la estructura con que lo conocemos hoy: como una secuencia, mas o menos determinada en orden y numero, de varios aires o sonecitos que arraigados en una determinada región (y coincidiendo en varios casos la presencia de un mismo sonecito en varias regiones y por lo tanto en varios jarabes, como sucede con la Diana, El Palomo y el Atole) forman suites que se identifican ya sea con un Estado de la Republica (jarabe michoacano, jarabe Tlaxcalteca, jarabe Jalisciense o largo o Ranchero), con una zona geográfica (jarabe del Valle, oaxaqueño, jarabe pateño. Coahuilense, jarabe Abajeño, guerrerense), con un grupo étnico (jarabe zapoteca, jarabe mixteca, ambos oaxaqueños) o incluso por el “aire” que predomina en el como sucede con el jarabe de la botella, originado de Jalisco. En efecto, generalmente los “aires” llevan el nombre de la copla con que se cantan. Lamentablemente, hoy la mayoría de los músicos han olvidado estas copla, tocando los jarabes a manera de piezas puramente instrumentales; pero como recuerdo de que tenía parte cantadas sobreviven los nombres de muchos “aires” o “sonetitos”, como por ejemplo: El Caballito, El Cojín, El Machi, El Zopilote., El Coyote, El Borracho, San Sebastián, El Columpio, El Capire, El Torito. Varios jarabes terminan con el aire de la Diana, melodía rápida de tres frases que desde hace algunos años se toca ya en todo el país a manera de aplauso musical para una persona o un grupo que ha logrado concluir cualquier tipo de hazaña, ya sea como trapecista de un circo o como orador político.
JARABE NACIONAL María Elena Sodi de Pallares El jarabe tapatío no es una creación espontánea de la región, nacida guante el coloniaje ya que evoca principalmente el célebre baile de “Guajolote” originario de los huicholes que fueron danzantes de gran prestigio antes de la dominación española. Este baile precortesiano imitaba el cortejo del varón a la hembra, “hacía la rueda” imitando los movimientos de los guajolotes en esos momentos pasionales. Los jarabes que nacieron durante la Colonia y los que surgieron a raíz de la Independencia reflejan en parte la evolución espiritual, intelectual y material de indios y mestizos, ya que en ellos expresaban con movimientos y con cantos sus ideas políticas sentimientos adictos a la Religión Católica o el rechazo irónico del nuevo credo, burlas a personajes del gobierno, del clero, de la sociedad, a los frailes, etc. La evolución en el traje de los bailadores hablan claro del adelanto material de cada región. Años más tarde se convirtió el jarabe en un arma política, su ejecución en público despertaba los sentimientos más profundos de patriotismo, enardecía a los guerrilleros, se convertía en símbolo de nuestra libertad. En esta época de evolución dejó de ser el Jarabe Michoacano, tapatío, guanajuatense, etc., fue el jarabe que sintetizaba a todos los regionales y que se inspiró en parte en danzas autóctonas de místico significado. Reviviendo viejos sones mexicanos de largo y glorioso historial, surgió el baile que se llamó durante muchos años: jarabe Mexicano. Veamos en que forma nació: Durante la guerra de Intervención Francesa en México, hombres de toda la República se reunieron para atacar al enemigo común. En el Estado de Puebla los liberales se pusieron en contacto con gente de la región, que a su vez se unió al movimiento libertario. Este gran agrupamiento de hombres más diversos, que habían venido de toda la República de tendencias y culturas varias, como varias habían sido las razas aborígenes que se cruzaron en el mestizaje, se unificaron ideológicamente en un momento de peligro para la patria. Entre ellos surgieron lógicamente intercambios materiales e intelectuales. En las noches, durante las largas veladas en los campamentos, aquí y allá se fueron escuchando los cantares de México, sus sones insustituibles: huapangos, corridos, jaranas, letrillas… Entre los liberales apareció la “china poblana”, que fue pareja obligada de los bailadores. Y con el cantar de una región, los graciosos pasos de otra música de aquí y de allá y en medio
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del fervor patriótico de millares de hombres de toda la Republica, fue constituyéndose el jarabe Nacional. Cuando de bailaba aun imperfectamente, en aquellos días aciagos, emocionaba a todos los hombres de México porque cada uno de ellos encontraba algo profundamente típico de su lejana provincia, en el canto, en el movimiento, en la música, en el significado y en la plástica del baile ya nacional. El jarabe tapatío sobrevivió en parte en el jarabe nacional; imprime su sello al primer tiempo por medio del delicioso son llamado “El Durazno”, cuyos versos populares dicen así: “Me he de comer un durazno, Desde la raíz hasta el hueso, Me he de comer un durazno, ¡Porque es mi gusto y por eso!”
Y el viejo son popular aparece ponderado con el zapateado del jarabe de Jalisco. Ese repiquetear breve y rítmico de los pies, recuerda los bailes españoles en donde castañuelas y tacones femeninos, acentúan la música y los movimientos. El segundo tiempo del jarabe Nacional está inspirado en parte en la Jarana Yucateca, en los movimientos de los pues de los danzarines. Nuevamente en el tercer tiempo surge el son tradicional. “Guajito y a mí que ¡Medio que traje, Ya lo gasté! Versito que se repite durante todo el “aire” El paso cuarto tiene alguna semejanza con los ritmos de los “sonajeros de Jalisco”, baile que casi ha perdido las características de lo autóctono. El aire quinto evoca con delicia a las “canacuas”, o jícaras de Michoacán, que bailan las mujeres con dos supremas gracias: alegría y recato. El sexto tiempo y el movimiento que lo acompaña parece plantado todavía en los tiempos de la colonia y aparece acompañado con los conocidos versos: “pasen a tomar atole. Todos los que van pasando, Si el atole esta bueno, ¡La atolera se está agriando! Pero no sólo en éste tiempo del Jarabe Nacional se evoca la época de la dominación Española; el séptimo paso descubrimos que está inspirado en el famoso baile de “La Punta” y el “Talón”, que tantos dolorosos afanes produjo a los miembros de la Inquisición. Se bailaba acompañado con los versos siguientes, que el recato de la sociedad mexicana ha mixtificado: “Anoche me confesé Con un padre Carmelita Y me dio de penitencia, ¡Que besara tu boquita! Parece revivir con su fuerza bravía, Tamaulipas, en el Octavio paso del Jarabe Nacional con uno de sus célebres huapangos, que dan carácter tanto a los pasos como a los cantos, diferentes en cada ocasión. El décimo “aire” es el de la “còcona”, palabra que grita la concurrencia mientras se baile este tiempo del Jarabe. “còcona” es la exigencia pública para que el charro bailarín pase su
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`pierna sobre el cuerpo hincado de su compañera, acto que simboliza con delicadeza, la conquista de la mujer, la còcona nos hace recordar el orgulloso y esplendido Jalisco. En este mismo tiempo el bailarín arroja con garbo al suelo su sombrero galoneado, costumbre que recuerda algunos de los bailes veracruzanos de gloriosa memoria. En el octavo tiempo parece romperse la gracia fina y contenida de los anteriores aires y se inicia el zapateado final, en que la muchacha baila alrededor del sombrero. Es una equivocación considerar en el Jarabe Nacional a los músicos tradicionales que lo acompañan, los únicos que producen música para los bailes. “la tarima”, de duela pintada con congo amarillo, se debe considerar como un gran instrumento que funciona como tambora cuyos palillos precisamente son los zapatos de los danzantes. En el zapateado el golpear de los tacones completa el conjunto musical. El penúltimo paso evoca estallidos de entusiasmo: el danzante baila dentro del mismo sombrero, sus pies diminutos bordan rico dibujo sobre el espacio limitado de la volteada a la del sombrero y pisar esta prenda del charro dignifica que ya se han aceptado al galán como vencedor en líos amorosos. Mientras la muchacha baila, la música toca este son: “pica, pica, pica perico, Pica, pica, pica la rama, Pica, pica, pica perico, Pica, pica, pica a tu nana”
Y viene la Diana con que finaliza el Jarabe Nacional. La música es síntesis de un país que a través de luchas dolorosas, de aciertos y equivocaciones, de alegrías y tristezas, va creando su propia nacionalidad, constituida con hombres, varias culturas diversas y sensibilidad ponderada por esta tierra nuestra que exalta toda manifestación del espíritu y del intelecto humano. El Jarabe Nacional es México íntegro. Pero este baile mexicano ti8ene también otro delicado sentido: es un canto de amor en que la mujer coquetea y el hombre acecha, ella desprecia y él insiste, llega el amor y surge en la mujer la gracia y en el hombre el dominio. La aceptación viene al final y el triunfo del varón se exige público en la còcona y la sumisión de la fémina con su baile sobre el ala del sombrero. Todo este juguetear gracioso y coqueto en la mujer, que hace inclinar su cuerpo y erguir el busto para lucir sus primores naturales y sus ricas joyas y el desparpajo del varón que se ufana de su “macheada” todo, parece simbólico: en una oscura vocación de viejos bailes de razas aborígenes, que paganamente rendían culto a la generación… El Jarabe Nacional debe bailarse con la pareja nacional: la china y el charro.
EL JARABE Dr. Francisco Sánchez Flores Entramos en al puerta de la calle Madero. Nos esperan un mariachi reforzado con el arpón de la sierra, de Abundio, Martínez, y doce muchachas vestidas de rancheras. Comprendo su desencanto: llegamos Pancho y yo solo vestido para la fiesta: pantalón claro medio atacado, de ancho aletón; blusa de manta alforzada; sarape blanco de Jocotepec, quejo negro de lana. Vengo bien plantado; ¿cuál de todas será mi pareja? El director del mariache, que es de Pueblo Nuevo, me informa que le tocaban a don Rafael Urzùa, allá en la sierra, jarabes hechos con sones, zapateados y coplas viejas que el escogía. En su violín me señala el principio de algunos pasajes conocidos y otros que nunca había escuchado.
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-Qué bueno “maistro” ¡así es la música del jarabe! Le intercalamos los “paseos” necesarios y ya está. Algunas muchachas se componen y zapatean tarareando el “jarabe tapatío”; me desilusionan. Le dije al director: -lúzcanse tocando; canten todas las partes que me señaló con su violín, y cuanto sonecito viejo se les ocurra; todo lo que tocan en los bailes de barrio y en las escuelas de la cuidad, y recuérdenlo “maistro”: entreveren algún paseo cuando nos vea cansados. Aun no conozco a Josefina Gómez, la Directora; sólo presiento su sensibilidad, a través de la singular invitación: ¡dizque a bailar jarabes de pueblo, ante un Gobernador y en su Capital! ¡Vaya! Encienden reflectores afocados sobre una tarima a flor de piso, frente a la mesa de honor; el mariachi señala una introducción al baile. Tomo a Cuca de la mano, y la halo, en verdad, al centro de la tarima; no se como hacemos la vuelta que nos deja frente a frente para iniciar el jarabe. Bailamos: Cuca por su cuenta; a veces acoplándose a mis pasos zapateados; pero cuando la persigo y trato de cortejarla, se enfada; en “el paseo” de “la pava” intento el beso robado y fracaso; el publico y ríe y ahora todos “van polla Cuca es inabordable, incorruptible. Concluido “el còcono”, cuando ella hace “la polla”, y logro convencerla para que se “eche” y pueda yo “pisarla”, descanso. Al fin permite que la cubra el ala de mi cobija: ¡la tengo abrazada! ¡Cuca pespuntea la Diana! Yo debo seguirla. Todos pudieron admirar en ella el carácter recatado en la fiel interpretación de la joven jalisciense. Es casi una niña arisca pero baila muy bien; con gran sentido del ritmo ya que improvisamos, ella más, en las coplas y sones escuchados por primera vez: muchos le dije el nombre a la pasada, y que los que nunca escuché antes, me los imaginé, y les puse nombre. Después de todo, Cuca me dijo: -Es usted un muchacho bronco y decidido; me gusta como zapatea, mueve su cobija; y sus botines lucen mucho. Animados los mariacheros, cantan coplas, tocan sones que involucran objetos, hombres o animales en actitudes que debemos interpretar, bailando “pespuntes”, “floreos” y “zapateados”. Sones y sonecitos y pasos de pinta y talón, resuenan en la tarima: ¡tuviera cantaros debajo como en las ferias de cajititlán, durante la fiesta de sus taumaturgos Santos Reyes! Las contradanzas, pavanas, seguidillas y jotas, vistas en los ricos salones de la Colonia, por los indios “encomendados” a cristiano cuidado espiritual, fueron imitados con justa ironía. En los tugurios o bajo los árboles, en vergonzante solaz; escape a su desgracia de esclavos, y son origen de muchos pasos de todos los jarabes, junto con algunas danzas rituales, interpretativas, como “el venado” y “el guajolote” antes libre, ahora en el ambiente cristiano pagano de atrios y plazas en fiestas de santos. Más tarde, los peones y sus mujeres bailaron en las haciendas para solaz de sus amos, no entendida ya la crítica indígena y el remedo mordaz. Los jarabes, desde su aparición, fueron de todos sabores y colores; pero todos cuidaban la fina ironía y delicada critica, por ello mas sangrienta, señalada por los nativos. En algunas ciudades, antes las pasiones desbordadas las pugnas entre cleros y autoridades, los bailarines traídos de la Península a teatros, figones, plazas de gallos, con china bailadora y cantadoras, provocaron la repetición de la reacción popular: los léperos gente de trueno y mal vivientes, bailaron los jarabes “gatuno”, “pan de manteca” y de las “bendiciones”, entre otros, a cual mas irreverentes y procaces; llegaron a tanto, que los Inquisidores intervinieron alegando influencia satánica y ataques a la moral.
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Aun no habían llegado los franceses, y el mariachi y sus jarabes, en mayoría de edad, fueron enjuiciados por la Santa Inquisición. En la insurgencia se derramaron, crueles, en el campo de los patriotas; en Guadalajara, los chinacos encontraron pasto abonado para su desahogo. La nueva Galicia era panino de jarabes, y cuna del mariachi. En la Guerra de Tres años, las “chinas”, entre otras mujeres, usaban zapatitos de raso, verdes o rojos según fueran conservadoras o juaristas. Imagino algunos jarabes con resabio amargo: chinas bailando hasta con tejanos griegos; antes lo hicieron con invasores franceses. Las litografías de la época me indignan. La ciudad se conmovió con una desgracia: -Un tal “Huesitos”, jaranero en el Teatro Principal de Guadalajara, se cayó muerto en el foro, bailando un jarabe. El hombre era muy decente en lo particular, y nunca exageró cuando jarabeaba- me lo contó un tío abuelo. Me alegran juicio y admiración de insignes extranjeros, frente a la “singular belleza exótica de los jarabes de estas tierras americanas”: Humboldt, Pavlova, Macín, Garner, Markova, Voronova… Bailamos “La feria” Si quieres vámonos te llevaré A ver aquello no no A ver aquello si si A ver aquello que es puritito amor. “El atole y el borracho” Pasen a tomar atole Todos los que van pasando Que si el atole está bueno La atolera se está enfriando. “El Garañón”, “Reata”, “Lazada” y “El Chabolla”. El Chabolla con su reata A una China se llevó La chinita tenía calzones Y de la silla se le escapó. “Los enanos” Ya los enanos Ya se enojaron Por que las na-nas les pellizcaron. “La bola” Viene la bola A’i va la bola Pronto se enredará Viene la bola A’i va la bola “Échatela” o se te va. Y entre dos “paseos”, en tiempo de pavana, nace “El beso, creación tardía que interrumpe “El cojo”; siguen “El limón” y “el burro”.
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El limón ha de ser verde Para que tina morado El amor para que dura Ha de ser disimulado. -que interrumpe- rebuzno inefable, ejecutado por el maestro en su violín. “la paloma” y “el palomo” nos arrullamos bajo “el durazno de corazón colorado”: El palomo y la paloma Se fueron a refrescar La paloma era solita De pronto quiso llorar. Y “El arrullo” Ven a casa y no llores más Si tú quieres vamos a gozar En mi nido vas a descansar Yo solito te voy a cuidar. Un “paseo” merecido y el vivo son “del gusto” anuncian las travesuras de “la perica”, que hace de las suyas, y “pica, pica la estaca”, de un pobre hombre, “el espinado”, buscador de “las alazanas”: Puras alazanas de oro Le pido aunque sea al demonio Me las da en bolsas de cuero Y me voy a San Antonio. Soltamos brazos y piernas para bailar una jota española que se naturalizó en la tierra nuestra, abanicada por puntas cedeñas de rebozo de Santa María, y mascada volada de seda. Que no hay mañana sin sol Ni buen jarabe sin jota Ni vieja sin su arrebol. Volvemos a jugar y correr la bola, entre el entusiasmo general. “El cojo” enternece o causa risa. “Los còconos”, después de “La rueda” y “La huída”, se asustan con la sombra de “la media muerte”. Estaba la media muerte Sentada en su carrizal Comiendo tortillas frías Quería ponerse a engordar. “El jarabe ranchero”, los pueblos y el campo, esperan el retorno de los hijos prodigios. El mariachi, en arrullos se hace lento y termina muy quedo. Lanza su postrera ironía al término de la última diana: Ya salió la luna Se fue la tormenta Y si están cansados ¿Por qué no se acuestan?
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EL JARABE Daniel García Blanco La aparición del JARABE, como canto y baile, en México es a la del son y, como éste, se practica entre la gente del mismo ámbito social, también corre la misma suerte de ser anatematizado por deshonesto, provocativo sensual e irrespetuoso de las buenas costumbres y de los cánones eclesiásticos Se sabe que su origen es español y su más directo antecesor es el jarabe gitano que floreció en el siglo XVIII con nacimiento en el XV, y que consistía en “… la letra licenciosa de la seguidilla manchega, danza de compás de tres tiempos, de movimientos muy animados teniendo la particularidad de iniciarse y finalizarse con estribillo”. Etimológicamente, “jarabe” proviene del parabe XARAB debida y el diccionario de la lengua española lo define como “bebida que se hace cociendo azúcar hasta que espese sin formar hilos, y añadiendo zumos refrescantes o substancias medicinales, de que toma nombre”. Probablemente por esta idea de mixtura es que se aplicó el nombre de jarabe al canto y baile de cuestión. Será interesante observar cómo, en nuestro continente se establece una curiosa relación fonética y conceptual entre las siguientes palabras: JARABE-GUARAPO-JOROPO. CHARAPE Charapera: canción sentimental de estilo muy propio. Bebida fermentada hecha de pulque panocha blanca, canela, clavo un poco de maíz inflado dentro de un lienzo. MICHOACAN, MEXICO. GUARAPO: de la voz quechua huarapu, jugo de caña dulce exprimida. Bebida fuerte que se obtiene de la fermentación del jugo de la caña, de la cáscara de piña o de miel de palma. CENTROAMERICA. JOROPO: baile campesino o pueblerino… el nombre de joropo fue tomado por los compositores caraqueños o de otras ciudades importantes como Valencia, para dárselo a un tipo de pieza de 4, o más temas (partes). VENEZUELA. Entre los primeros jarabes de cuyos títulos se tiene información están el “pan de Manteca” y el “pan de jarabe” que se interpretaban en los figones y en las cercanías de los cuarteles. Durante la ejecución de estos jarabes suele interrumpirse el baile para declarar algunas coplas como las de El viaje al infierno que, a juzgar por la intención y contenido de su texto, se comprende fácilmente el porqué fueron prohibidos por la Santa Inquisición. Cuando estés en el infierno Todito lleno de llamas, Allá te dirán los diablos: -“ahí va la india que ¿no le hablas?” Cuando estés en los infiernos Ardiendo como tú sabes, Allá te dirán los diablos: -ay hombre… no te la acabes! Ya el infierno se acabó Ya los diablos se murieron, Ahora sí, chatita mía, Ya no nos condenaremos. Los primeros jarabes se nutrieron con diferentes sones, boleras todos ellos con coplas de la más diversa índole. Más con el tiempo y sin menos cabo de los esquemas rítmicos, los jarabes fueron adquiriendo una estructura definida y evolucionaron desde su forma simple de canto y baile hasta la que se conoce actualmente, esto es, una serie o muestrario de sones, cantos y bailes propios de algunos pueblos y regiones.
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La evolución de la estructura del jarabe podría considerarse así: Jarabes de forma simple o primitiva. INTRODUCCION – COPLAS – ESTRIBILLO DE LA COPLA – DACAPO INDETERMINADO NUMERO DE VECES – FINAL. Hacia 1828, don Guillermo Prieto describe así la estructura del jarabe. INTRODUCCION – COPLA – ZAPATEO – DESCANSO – ESTRIBILLO DE COPLA – FINAL. En 1897, don Juan N. Cordero en su obra “música razonada señala”: “… en el jarabe hay cinco aires diferentes… los aires más conocidos son”: El Palomo, El Atole, Los Enanos, El perico y la Diana. Aunque cada uno de estos aires es, en sí un jarabe de forma simple o primitiva. El caso es que, desde los principios del presente siglo, los jarabes fueron aumentando el número de sus partes que, ahora, se presentan enlazadas a la manera de un potpurrí o de una rapsodia y, asimismo, adquirieron un carácter representativo de pueblos, estados o regiones perpetuando la esencia de sus expresiones musicales y bailables. En nuestros días, los jarabes más conocidos y populares son: El Tapatío, El Largo Ranchero Jalisciense, El Mixteco, El Zapoteco, El del Valle, El Tlaxcalteca, El Michoacano, El Abejeño, El Pateño y El Nayarita; Oaxaca es el Estado que quizá tiene el más abundante repertorio de jarabes. En la mayoría de los jarabes mencionados subsisten reminiscencias de los esquemas rítmicos españoles que confluyeron en el origen de sus antecesores, apreciándose especialmente el cadencioso ritmo de malagueñas combinado con melodías bordadas sobre figuras de semicorcheas y dieciseisavos. A propósito del jarabe Tapatío actual – conocido como hat dance en los países de habla inglesa -, habría que señalar que se trata de un arreglo orquestal escrito por Felipe Alonso (Partichela), publicado en 1919, como resultado de los trabajos que, sucesivamente, realizaron los maestros Miguel Ríos Toledano y José de Jesús Martínez con la idea de conformar un jarabe Nacional que aglutinara la representación de los diferentes regiones del país. Pero no resultó así y quedó como jarabe Tapatío solamente, con la modalidad de conjuntar como pareja en la interpretaron del charro jalisciense y la china poblana. Ana Pavlova quien se deleitó con la demostración que de ese jarabe Nacional le hicieron las Hermanas. Pérez Caro, con entusiasmo les solicitó que le enseñaran pasos y la coreografía.
ORIGEN Y EVOLUCION DEL JARABE MEXICANO. En España se conocía el “Jarabe Gitano” a mediados del Siglo XVIII de letra silenciosa de la seguidilla manchega, una danza de 3 tiempos, de movimientos muy animados y que tenían por particularidad iniciarse y finalizar con un estribillo. A finales del siglo XVIII los jarabes ya habían tomado forma y características propias, dándose la denominación de jarabe a una gran variedad de sones o aires que tenían en común algunos elementos, sobre todo en la parte bailable, que adquirió más esplendor en el primer tercio del siglo XIX en la parte central de cada una de sus 3 partes un desplante o suspensión del baile a manera de descanso mientras la música repetía la tonadilla; la Tirana, estilo prohibido por la iglesia y que comprendía bailes de carácter subversivos y sátiros, como “el pan de manteca” y “pan de jarabe”, (chimizclanes), originario de Hidalgo, etc. Estas tonadillas eran versos contados que decían:
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Ya el infierno se acabó Ya los diablos se murieron, Ahora sí, chinita mía, Ya no nos condenaremos. También tiene influencia de la jora aragonesa, sevillanas, así como también del célebre baile del Guajolote de los huicholes. Otros jarabes de fines de la colonia muy populares son: “Los Bendiciones”, “El Jarabe del Gato”, “El Jarro”, “La Lloviznita” y más, que por su carácter burlesco y sus versos de doble sentido fueron objetivo de Persecución en 1802 por el Virrey D. Félix Berenguer y la Santa Inquisición. Los primeros jarabes eran de estructura muy sencilla donde se invitaba a bailar, se decían coplas para descanso y luego sones zapateados muy alegres, donde el galanteo la coquetería entre la pareja era el sentido principal. El jarabe durante la independencia tuvo un significado de libertad, hecho que logro si difusión casi por todo el país, adquiriendo en cada lugar estilos y estribillos diferentes. El fandango español adquirió naturalización en México y hasta la fecha, los bailes o fiestas de Barrio siguen llamándose fandangos. En términos generales todos los jarabes presentan cierta similitud, entre los que pueden señalarse una introducción y un final, de gran alegría y viveza, descansos y la presencia frecuente de sones como: El Palomo, El Toro y la Botella y que al igual que las canciones, corridos y valones representan el más genuino acervo musical del país. El jarabe tapatío, compuesto por el charro y la china, es el más conocido de los jarabes, que es al igual que los otros conjuntos de seis partes y sones, el ultimo es la Diana donde se unen a su alegría el entusiasmo de los espectadores. A continuación trascribimos algunos versos que se contaban en los descansos antiguamente y que hay van implícitos en los jarabes actuales que sobreviven pero musicalmente. “EL DURAZNO” Me he de comer un durazno, Desde la raíz hasta el hueso, Me he de comer un durazno, ¡Porque es mi gusto y por eso! “EL ATOLE” Pasen a tomar atole, Todos los que van pasando, Si el atole está bueno, ¡La atolera se está agriando! “PAN DE MANTECA” Anoche me confesé Con un padre Carmelita Y me dio la penitencia ¡Que besara tu boquita! (Prohibido en la iglesia). “EL PERICO” Pica, pica, pica perico, Pica, pica, pica la rama, Pica, pica, pica perico, ¡Pica, pica, pica a tu nana.
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18 JARABE GATUNO DE CAMPECHE Pieza considerada como un número fuerte en todos los saraos. Es un son grande “es un gatuno”. Su importancia consiste en que únicamente en la península de Yucatán sobrevive en sus tres versiones, pues fue condenado a desaparecer por no convenir a las costumbres de la época.
JARABE CRIOLLO DE CAMPECHE Este jarabe es uno de los más antiguos que se tiene noticia en nuestro país. El repiqueteo de tres iglesias del puerto de Campeche llamado al culto, inspiraron la composición de este jarabe. Se siente e todo el bailable el sabor de esta provincia, con ese carácter regocijante de sus gentes cuando buscan divertirse.
JARABES DE OAXACA El jarabe del Valle y Ejutleco o Chenteño pertenecen a la región central del Valle de Oaxaca, son los bailes más típicos y se ejecutan en fiestas a su santo patrono sr. Vicente Femer y en la Guelaguetza o Lunes del Cerrito. Las mujeres llevan recogidas sus trenzas por letras, sobre ellas llevan un rollo de lana negra envuelto en cintas de colores vinos, formando una corona; los extremos de las cintas cuelgan en irregular trozo sirviendo de adorno hacia atrás y de frente. Llevan aretes de oro y perla y collares de papelillo o cuenta oriental de colores brillantes. La blusa es blanca bordada en punto de cruz con hilo rojo, de cuello cuadrado y mangas largas muy anchas, ceñidas por el puño. La falda es de color liso y chillante, muy plisada en la cintura y más en el olan que cae hasta el tobillo donde se adorna con listones de colores o negros que contrastan con el color elegido. Usa huaraches, rebozo ceñido a la cintura y un machete que le sirve para ahuyentar la culebra en el baile. Sus más conocidos sones del jarabe ejecutleco son: la azucena, El Guajolote, El Cortejo y la culebra. En el jarabe del valle el hombre gira alrededor de su pareja como cercando el Guajolote para que entre al corral agachándose la mujer y en la culebra, con sus movimientos suponen ir exterminando al animal con los golpes del machete; todo esto se desarrolla en un entusiasmo lleno de emoción y alegría.
EL JARABE MIXTECO DE OAXACA Corresponde a la Región Mixteca alta de Oaxaca donde este baile es tradicional y muy popular en sus festividades que se acompañan (como toda la música de Oaxaca) por bandas compuestas de instrumentos de percusión y de aliento. La mujer lleva una blusa blanca hermosamente bordada con flores de colores y una falda muy amplia en estampado donde lo adorna con listones de colores en el olan. Lleva trenzas al frente donde se entretejen con listones de colores que cuelgan un puño de listones de colores como adorno, llevan huaraches y aretes de oro. El hombre usa calzón blanco de manta y camisa de color tableado y libre, sombrero de palma, paliacate al cuello y sarape de la región, en lana blanca y negra; usa huaraches. El traje del hombre es igual para la región del Valle, solo que aquí agrega un morral de lana de colores.
19 TIERRA CALIENTE, MICHOACAN JARABE PLANECO Y MEXICANO Consiste en una sucesión de piezas instrumentales ligadas por una copla que finaliza con una diana. Históricamente, la raíz de la música y el baile terracolenteño se localiza en los bailes y piezas musicales andaluces que dieron origen a lo que claramente revela una innegable paternidad independiente de los motivos del lugar, el aprender esos ritmos y asimilarlos y fusionarlos a su temperamento y forma de ser, tuvieron que imprimirles tanto en el ejecución de su música y su baile una personalidad definitiva que los conformó en la actual manifestación del arte de la tierra caliente. La ejecución del baile de esta región es por gusto y con afán de diversión, por lo tanto su propósito es profano y eventual en complemento con la realización de fiestas familiares. El nombre del planeco es un género musical debido al valle de de Apatzingan que se encuentra rodeado por altas cordilleras, lo cual se observa como un gran plan. El traje de la mujer es de una blusa y falda de satín de colores brillantes, el hombre usa camisa y pantalón de manta, sarape y sombrero calentando.
EL JARABE MICHOACANO El jarabe Michoacano es un encadenamiento de sones, que se han venido popularizando y que los amantes de ka música folklórica han recopilado dándole forma y expresión artística. La habilidad para ejecutar este baile regional es propia del Estado de Michoacán y se extiende a algunas entidades limítrofes como son Jalisco y Guanajuato. El contenido de los sones que componen el jarabe, participa al mismo tiempo del temperamento fogoso de la gente de Tierra Caliente y del espíritu apacible de nuestros indígenas. Por lo armonioso de su música y la belleza de su conjunto. Éste baile se ha popularizado rápidamente, lo que ha servido para divulgar los valores de nuestro folklore. Los bailadores se atavían con el traje típico de la región, que es el del indígena tarasco. El hombre usa calzón y camisa de manta, sombrero ancho de palma huaraches, paliacate colorado anudado al cuello y faja tejida de estambre de color rojo n torno a la cintura. La mujer viste amplia falda, de “guare”, roja o negra, camisa bordada, delantal, rebozo y huaraches. El pelo peinado en dos trenzas, que graciosamente sobre los hombros al frente adornado con listones y moños de vistosos colores.
JARABE POTOSINO Cerca de la cuna del rebozo “Santa María” se encuentra al poblado de Tierra Nueva, lugar que tiene fama por la confección de sombreros, y es precisamente en este lugar donde nació la inspiración de uno de los mas renombrados poetas de la región el maestro Gabriel Oros Castillo, autor del Jarabe Potosino. El jarabe es una cadena de sonecitos que el
compositor ha reunido dándole forma y expresión al canto popular. El contenido de los sones reúne la fogosidad de los habitantes de la huasteca, la ternura de las gentes del altiplano y el espíritu creador de nuestros indígenas.
LA FIESTA DE VILLASECA (JARABEADOS DE LINARES N. L.) Terminaba la fiesta religiosa, empezaba las fiestas de Villaseca, con alegría inaudita la gente invade la plazoleta, se deja oír la tambora y 2 o 3 clarinetes que atraen a la gente. La capsula es una plaza jarabeada donde se nota el zapateado bajo y pesado, asentado con toda la planta del pie, picados y pespunteados ligeros, hay un alarde de precisión en ambos ejecutantes. Como me las pongan brinco, como lo indica su nombre, es un reto de maestría y resistencia terminando con un son que se llama los panaderos que siempre se tocaba para anunciar que la fiesta iba a terminar.
MONOGRAFIA DE LOS JARABES DE JEREZ, ZAC. A mediados del Siglo. XVI fue fundada la cuidad de Zacatecas y simultáneamente la Villa de Jerez de la Frontera, nombre original que le dieron los extrémenos de la cuidad homónima de España, que dieron un toque morisco a la apacible población Jerez, en comparación del resto del estado, es agricultor y ganadero, de clima cálido, ya que esta situado en un valle fértil, donde los nobles familias españolas hicieron construir enormes casas coloniales con huertas y jardines donde toda clase de flores se prodigan; éste carácter de abolengo y distinción conservadora se mantiene hasta nuestros días. A su alrededor florecieron innumerables rancherías, que tienen según críticas historiadores el más arraigado sentido y folklore nacionalista; de estas clases sociales bien definidas, el tiempo dio un mestizaje depurado, de gente bien parecida, alegre, trabajadora y liberal. En el siglo XIX y en el primer tercio de nuestro siglo XV se conforma propiamente su carácter y personalidad, adquiriendo fama de ser una de las ciudades más hermosas y que sin lugar a dudas inspiró la poesía de Ramón López Velarde, porta originario de Jerez y cima indiscutible del Modernismo en México y el mundo hispano. La música como otras costumbres recibieron influencia francesa en la Reforma y en el porfiriato, destacándose “la Típica”, conjunto musical de cuerdas y que aún sobrevive orgullosamente, y era para la clase adinerada y por otro lado, el contraste de “La Tambora”. Conjunto musical que predomina en la ranchería pero por que su original interpretación alegre y bravía, en toda la región se ha popularizado su música corresponde el sentir del pueblo y se estila desde el siglo pasado, tocar en los mercados, fondas y restaurantes, en fiestas familiares, durante septiembre y noviembre en el novenario a la virgen de la soledad, patrona de Jerez y sobre todo, en la feria de primavera y más aún en la feria nacional de San Marcos, Ags. Está compuesta de los siguientes instrumentos: tambora, tarola, saxofón, flautín, trompeta y platillos, que logran formar una banda. Sus jarabes más conocidos son los siguientes: “los gorgojos”, “La Cabrona” (no mala palabra), “La Chirriona”, “El Jorongo Colorado”, “Machina China”, “Los Pájaros Azules”, “El Gallito”, etc.… al término de todo baile o de cada tanda, se tocan los “panaderos”, melodía que indica al bailador que tiene que obsequiarle dulces, antojitos mexicanos, flores, etc. A la pareja con quien bailó. El traje de la mujer para bailar estos jarabes mexicanos, consiste en una blusa de color liso y brillante, con cuello alto, mangas amplias y plisadas hasta el codo y continua recto hasta
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la muñeca, con botones seguidos por enfrente y un faldón en la cintura que hace juego con la falda estampada y ranchera hasta el tobillo rematando un bolillo muy vistoso. Complementa su traje con rebozo de medio luto y botas de agujetas hasta arriba del tobillo. Se peina con dos trenzas y moños hacia atrás, peineta y enormes arracadas de filigrana de oro. Los hombres usan pantalón de medio charro, con letilla separada en los costados del pantalón y ceñidos al tobillo, camisa blanca ganadera y sombrero ancho de palma y paliacate al cuello. A veces usa guarache de 3 agujeros o botines.
“EL JARABE NAYARITA” Por su parte, es de gran precisión, donde los bailadores hacen gala y alarde de su zapateado y pespunteados a contratiempo, así como la habilidad para manejar los machetes; en la mujer, se distingue su destreza en su faldeo superior y alto, manejo simultaneo del abanico y el equilibrio de sostener el vaso o la botella en la cabeza, mientras gira y se desplaza con gracia. Altanería y orgullo. Su música corresponde al mariachi antiguo compuesto por instrumentos de cuerda; su traje es de Nayarit Mestizo.
“EL JARABE PATEÑO” BAILE REGIONAL DEL ESTADO DE COAHUILA. Este jarabe es considerado como uno de los más alegres con lo que cuenta el folklore mexicano, pues en él ni por un momento se pierde la euforia del ritmo. Se le llama Pateño por que se originó en la antiquísima hacienda de los patos, (hoy general Cepeda), en el norteño Estado de Coahuila. Se baila este jarabe en las reuniones sociales y en las fiestas familiares, en las que la proverbial jovialidad y llaneza norteña se manifiestan en toda su plenitud. Lo ejecutan parejas que lucen sus mejores galas especialmente las mujeres que tienen una oportunidad de manifestar su delicada coquetería. El atuendo femenino lo forman la blusa y la falda en tela de algodón, la blusa en color liso, que se combina con los motivos predominantes de la falda, lleva en el pecho una figura al capricho en forma de picos con un pequeño olán de encaje a la orilla. Dentro de la figura, se usan alforzas que van alternadas con pasa listón en blanco y negro colocados verticalmente. La manga va abombada hasta el codo y ceñida al antebrazo con encaje y tres listones en la muñeca. La falda, es floreada con motivos, menuditos, lleva picos largos en encaje blanco y negro a lo ancho del corte, y en la parte de abajo un olán ancho y muy plegado para mayor visibilidad a los movidos pasos del alegre ritmo. Se completa el atuendo con calzón largo y botas de tacón abotonada. El hombre, clásico norteño, lleva pantalón de caqui con camisola cuya falda va por fuera del pantalón; un paliacate anudado al cuello y sombrero tejano. En ocasiones entonan coplas que expresan la característica franqueza norteña, aunque éstas no sean una característica del jarabe Pateño.
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“JARABE TLAXCALTECA”.
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La palabra jarabe, musicalmente es la reunión de varios sones y los sones a su vez, no son otra cosa, que canciones populares, antiguamente se oía decir con mucha frecuencia en varias partes de nuestro país “VAMOS AL JARABE”. Esto no era otra cosa que asistir a un lugar donde tendría verificativo un baile zapateado, comúnmente bajo una enramada y durante el cual a los invitados se les obsequiaba una bebida en forma de jarabe.
INDUMENTARIA El hombre llevará calzón y camisa blanca, sombrero de palma, ceñidor, huaraches y paliacate al cuello, la mujer enagua en color azul marino, quince centímetros arriba del tobillo, blusa blanca, y un huipil triangular que rebasará la cintura y el cual lleva fleco alrededor en color blanco. En el pelo listones entrenzados, además llevará collares y huaraches.
JARABE LOCO DE VERACRUZ En el Estado de Veracruz, alegre por excelencia se baila de preferencia con motivo de fiestas de santos. La música y el baile jarocho se remontan a la época de la colonia desde luego se puede ver en su ejecución, la influencia española por sus zapateados. Otro elemento musical de esta región es el zapateado de los danzantes, cuyo rítmico golpeteo crea un diálogo con la música. Este son, como los otros tantos que existen se puede bailar de pareja y de a montón. El baile de pareja exige la presencia de verdaderos artistas del taconeo mientras que el de a montón, una resistencia capaz de soportar sin fatiga hasta el nuevo anuncio de cambio de pareja.
JARABE GATUNO (GUANAJUATO) A fines del siglo XVIII la popularidad del jarabe se extendió por diversas regiones del país, adquiriendo caracteres localistas. Los lugareños dieron a este baile modalidades propias e introdujeron nuevos sones, pasos y caracteres con el caso de este jarabe de imitación. Pasos que recuerdan en un momento los cambios de tijeras de las jotas aragonesas, competencia en bandos de hombres y mujeres, giros y contoneos que reúnen la alegría española. El jarabe Gatuno representa el recorrido de los danzantes de antaño que regresan por el camino andado para poder gozar luego de las fiestas del carnaval.
EL JARABE DE LA BOTELLA La manera auténtica y original con que se baila en estos lugares es la siguiente: en primer lugar el jarabe consta de cuatro partes musicales y coreográficas, de melodía y ritmo diferente en cada una de sus partes. El jarabe en su conjunto es tono festivo y picaresco. Se baila principalmente en Jalisco y Zacatecas. La primera parte lo baila una pareja, hombre y mujer con una botella llena de tequila en el suelo, haciendo verdadera filigrana con los pies naturalmente sin tocar la botella entrando en una verdadera competencia el hombre y la mujer; en la segunda parte el hombre levanta la
botella y hace que se la bebe, tratando la mujer de evitar que se la beba porque se embriaga y ella va a sufrir para cargarlo, haciendo piruetas y gracejadas a la vez que bailan, termina según el bailador ya bien ebrio, haciendo piruetas propias del estado en que se encuentra. Continúa la tercera parte de la melodía y ritmo diferente en la que el bailador se coloca la botella en la cabeza tratando de no dejarla caer, la mujer dialoga el baile tratando de recibir en sus brazos la botella que en muchas ocasiones parece caerse. La última parte el bailador se deja arrebatar la botella por la mujer, la pone en el suelo y vuelve a bailar como al principio del jarabe, con la diferencia que imita al borracho el bailador resultando más cómico y más divertido puesto que la filigrana es los pies es más complicada y difícil, porque todo esto lo realizan simulando la borrachera y en esta forma termina todo el jarabe, en medio de gritos y aplausos. Toso esto como una manifestación de emoción en las personas de estos lugares. “Ándale compadre Baile la botella Que si no la baila Le empino con ella”. Su traje es de Ranchero o Jalisco antiguo tanto en el hombre como en la mujer.
LOS JARABES Y SONES DE GUERRERO También conocido como de Artesa, se bailan en la Costa Chica, para lo cual se coloca boca abajo, sobre la tierra, apoyada en unos soportes, una canoa de pescadores, dónde una pareja sube a bailar a base de talones que tienen una resonancia tan especial que evocan el tambor africano. Los bailadores usan un paliacate para dirigir las evoluciones de su pareja (cuya influencia es sudamericana) y su música es conocida como “Chile Frito”. Su traje corresponde a cada región mencionada (Tuxtla y costa Chica) ampliamente identificada.
EL JARABE RANCHERO. (DE JALISCO) Es los más famosos y conocidos de nuestros bailes conocidos y tuvo su origen en el “jarabe Gatuno” importado por los colonizadores españoles. El jarabe apareció entre 1780 y 1790, originalmente surgió integrado por seis aires musicales que se modificaron al correr de los años. El jarabe se significó por la galanura de sus pasos, por la sobriedad de los movimientos con que los bailadores deben bordar sobre la tarima dibujos primorosos con sus pies, conservándose elegantemente quieto, el resto de su cuerpo, encierra un delicado sentido descriptivo. Es como una declaración insistente de amor, en que la mujer coquetea y el hombre acecha, ella finge despreciarlo, pero el hombre insiste hasta lograr el triunfo, al final del éxito el varón se hace patente en los pasos de “cócona” cuando pasa su pierna sobre la cabeza de la hembra acuclillada y sumisa, aceptando al hombre finalmente cuando bailando alrededor del ala del sombrero o dentro de él. El jarabe largo ranchero es originario de Jalisco, que se ufana de tener el internacional Jarabe Tapatío y otros de mucha importancia; compuesto por cuatro sones bien caracterizados entre otros como: El Indio, La Botella, El Ranchero y el Tapatío, sin desconocer el Burro y los paseos tan propios del cortejo amoroso.
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BIBLIOGRAFIA -
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