Acercamiento a 'Dolor de Patria", de José Rutilio Quezada. Por Rafael Francisco Góchez * Publicado en la revista “Taller de Letras” Nº 189 (UCA, San Salvador, Septiembre-Octubre de 1989)
I. Introducción El primer objetivo que tiene este trabajo es probar la operatividad del método de "Representaciones Sucesivas" (Taller de Letras, Nº 127). En segundo lugar, se quiere invitar al amigo lector a darse una vuelta por la obra mencionada y a dialogar acerca de ella. Finalmente, pretendo resaltar el desvío que una obra literaria puede sufrir respecto de una ideología dominante, a pesar de que no sea la intención del autor. Enfrentarse a una obra como "Dolor de Patria", de contexto común, es tarea doblemente difícil. Primero, por la naturaleza misma del oficio crítico; segundo, porque la inmediatez de lo narrado puede absorber al lector en el sentimentalismo, haciéndolo perder su relativa objetividad, llegando a considerar una obra como magnífica, cuando en realidad es simplemente buena; o rechazándola por no estar de acuerdo con su visión de mundo. El trabajo que a continuación se presenta ha sido sometido a un sucesivo barrido, tratando de evitar juicios de valor a priori, y dándole estricto cumplimiento al método utilizado. No quiere decir que una obra deba valorarse al margen de la impresión subjetiva, pero caer en opiniones meramente personales nos conduciría a la negación de cualquier crítica mínimamente válida. II. Instancia estructural
2.1 Argumento Se cuenta la historia personal de varios campesinos salvadoreños. Por una parte, trata de la vida y muerte de Nicho, chalateco quien, tras quedar huérfano a corta edad (tal vez diez años), es recibido por su tío Luis Quinteros, como hijo adoptivo. Con el tiempo llega a ser caporal de la finca “El Porvenir”, levantada con el esfuerzo de los Quinteros en la región de Quezaltepeque. Se intercala otra historia de campesinos chalatecos que “bajan” en busca de trabajo en las fincas de café, y de los cuales se aprovechan los malos patrones, robándoles descaradamente su esfuerzo. La acción se traslada a la finca "El Pepetal" y los chalatecos son encamados en Licha, Juana y Toño. Los graves problemas que sufren en ese lugar les obligan a emigrar y en "El Porvenir" son recibidos amigablemente. Allí Nicho se enamora de la Juana y Toño aún más de la Licha. Las cosas no se realizan como Toño y Nicho quisieran. Los enamorados se separan. Nicho va tras la Juana y se establece en Chalatenango. Las esperanzas se alternan con los fracasos, y el deterioro físico de Nicho, la tierra y el posible futuro, se van haciendo patéticos.
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Toño, por su parte, se ha establecido en San Francisco Lempa, en donde ha prosperado, en contraste con Nicho. Al fin aquél logra convencerlo para que los dos se trasladen a ese lugar. Los dos matrimonios viven un período de relativa bonanza. Esta situación es cortada bruscamente cuando son sacrificados en función del "progreso” del país. Este acontecimiento desencadena una crisis al interior de la obra. Toño en la subversión, al igual que Alfonso Quinteros; Nicho cada vez más enfemo. La mano de la muerte los alcanza, a pesar de los vanos intentos por evitarla.
2.2 Organización del contenido En la obra se distinguen varios "momentos" por los que va pasando la acción. Son los siguientes: M1 - EL BUEN PORVENIR. Consta de los tres primeros capítulos, en los cuales hay optimismo. Nicho es sacado de la miseria hasta convertirse en un mancebo afortunado. El momento tiene dos fases: a) ''Los Corozos", que son los dos primeros capítulos. La acción se desarrolla en la primera finca de don Luis Quinteros. La situación inicial es de mucha pobreza y poca bonanza. Los personajes presentan las siguientes características: -
Nicho, muchacho huérfano, muy enfermo, muy tímido. Don Luis Quinteros, hombre optimista y trabajador, solidario, valiente, justo, astuto, diestro en las labores del campo. Doña María de Quinteros, a veces escéptica y resignada, pero trabajadora incansable a la par de Luis. Muy culta, caritativa, cristiana, sin meterse en cosas de política.
Relación: Mediante la acción conjunta de Luis y María, Nicho es sacado de la miseria, hay un alejamiento geográfico de la desgracia, confirmado por la emigración de toda la familia. b) ''El porvenir'', el tercer capítulo, donde el cuadro es plenamente optimista, alegre y promisorio. Curiosamente, esto ocurre durante el gobierno del general Martínez. -
Nicho es todo un mancebo de veintidós años, estatura mediana, musculoso y ágil, caporal de la finca, diestro en el arte del "Miqueo". Don Luis Quinteros confirma sus características anteriores.
Relación: la figura de Nicho cobra importancia. El progreso de los Quinteros es explicado mediante las excepcionales características de Don Luis y María, y el beneficiario directo es Nicho. Hay lugar para la diversión y la esperanza. M2 - PERO ... ¿Y LA MISERIA? Principalmente son los capítulos cinco y seis. Hay partes que parecen poco literarias, pues la referencia a la realidad es muy evidente, y aportan poco a la coherencia total, pues lo que explícitamente se afirma es dicho connotativamente en los dos capítulos mencionados. 2
En este momento se contrasta la pequeña realidad de bonanza con la gran realidad de pobreza. -
Los chalatecos, genéricos, son la viva pobreza. Se caracterizan por ser sumisos. Licha y Juana, cipotas chalatecas. Se presentan bastante herméticas. Sólo queda claro que Juana es más "seria", y Licha más "inquieta". Los Quinteros, hijos de don Luis y doña María, han progresado bastante, y se comportan como patrones buenos.
Relación: hay contraste miseria-bonanza. En determinado momento uno de los Quinteros ayuda a unos chalatecos a conseguir trabajo. Mientras los unos han progresado, los otros siguen en eterna miseria. M3 - EL ABUSO Las relaciones opresor-oprimido cobran tintes dramáticos. La violencia es la respuesta obligada por parte del segundo, ante la violencia ofensiva del primero. -
Toño, joven chalateco, trabajador y valiente, rebelde por naturaleza. Licha y Juana, con las características ya mencionadas. Don Rómulo Garcés, que es el patrón "malo", abusador. Los chalatecos, encamados en don Chón, la señora Petronila, etc. Las características son las mismas: sumisión, sencillez.
Relación: El abuso de don Rómulo es respondido con violencia reivindicativa. Por otra parte, Toño se ha enamorado de Licha. Entretando, los chalatecos siguen sumisos. M4 - VUELTA AL PRINCIPIO. Tras salir de "El Pepetal" y liberarse de la amenaza inmediata de don Rómulo, y tras una breve estancia en "El Porvenir" donde Nicho se enamora de la Juana, los chalatecos todos regresan a su lugar, sin consumarse el amor. Nicho sigue a la Juana, y se establece allá, y aunque trabaja con ahínco, fracasa. -
Nicho, enamorado, optimista y trabajador. Los demás, con las características ya dichas.
Relación: Nicho retorna a su lugar de origen, y por lo tanto, a la miseria. Es ya un círculo vicioso. M5 - ''COMO QUE ME VOY MURIENDO A LA PAR DE LA TIERRA." Hay una correspondencia entre la crisis nacional y la crisis de Nicho. El deterioro físico lo evidencia. La relativa bonanza de los protagonistas es cortada abruptamente, y la muerte se viene encamando hasta ser dramáticamente alcanzada. -
Nicho, física y moralmente (ánimos) deteriorado. Licha y Juana, afligidas, mas no dramáticas. Casi estoicas. Los Quinteros, dispersos por distintos senderos. Toño, siempre rebelde y valiente. A veces obstinado. 3
Relación: Todos los símbolos entran en crisis, se desnaturalizan y necesariamente cambian. La destrucción es la tónica general, la desesperación se incrusta en el ambiente, a pesar de las vanas palabras de los protagonistas, muertos al final. 2.3 Seguimiento "diacrónico" de símbolos. En la obra los personajes no constituyen por sí mismos símbolos, sino que parece posible agruparlos en pares, de tal manera que podamos reconocer una "nota" que los unifica, así como otra que los distingue. Así, podernos reconocer los siguientes: S1 - EL HOMBRE CAMPESINO. Son Nicho y Toño. La nota dominante es, por una parte, el ser trabajador, incansable, y también comparten el fracaso y la muerte. Ambos son originarios de Chalatenango. Ambos experimentan progresos relativos, pero inexorablemente esto se ve frustrado; la nota diferenciadora es que Nicho fracasa por un fatalismo inexplicable, la desgracia, la geografía: es cuando hay una connotación del personaje hacia todo El Salvador. El fracaso de Toño se debe a la injusticia, y su propio carácter rebelde lo conduce a la muerte, arrastrando hacia ella a Nicho.
Resumiendo: trabajador Chalatenango.
incansable,
fracaso
y
muerte
(desgracia-injusticia),
S2 - LAS CIPOTAS CAMPESINAS. Son Licha y Juana. No se describen ni se profundiza demasiado en su personalidad, son bastante herméticas. Puede notarse, eso sí, la sencillez de ambas, en el sentido más amplio de la palabra. Se diferencian por la mayor "seriedad" de Juana, frente a la "inquietud" de Licha.
Resumiendo: sencilla, hermética. S3 - Campesinos (genérico). Son Don Luis y su mujer, y los chalatecos. Igual, la nota dominante es el trabajo, pero aquí se diferencian sensiblemente en el carácter individual, pues mientras los primeros son realmente excepcionales (justo, valiente / culta, sabia) los segundos son ignorantes, sumisos. El éxito de uno queda así legitimado a partir de su "ser".
Entonces: trabajador incansable, pero su éxito depende de su carácter innato y de los "dones" naturales. S4 - LOS PATRONES PROPIETARIOS. Son los Quinteros hijos, y Don Rórnulo. Lo que lo identifica es el ser propietario de la tierra, pero allí hay unos 'buenos patrones" y otros "malos patrones", y la opresión y explotación depende de ello.
Así: propietarios de la tierra, pero los hay buenos y malos. De esta manera tenernos cuatro grandes símbolos con que la obra trabaja. Vernos corno nota diferenciadora que el carácter, y los destinos de cada quien determinados, por ello,
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a nivel aparente. El caso más dramático es en el S-3. Así, podernos plantear un modelo actancial común para todos: DESTINADOR
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Instinto de conservación (supervivencia)
OBJETO
→
Condiciones materiales y espirituales de existencia
DESTINATARIO El(los) mismos)
↑ AYUDANTES
→
Buena suerte, geografía, carácter.
SUJETO S1, S2, S3, S4.
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OPONENTES Mala suerte, geografía, carácter.
Hay aquí variaciones específicas para cada símbolo. Para S1, S2 y S3; S4 se convierte en ayudante y oponente, según el caso. De la misma forma, la geografía actúa en mayor grado para S1 y S3 corno ayuda o dificultad. Otras variaciones de menor importancia no valdría la pena enumerarlas, en aras de la brevedad del trabajo.
2.4 Marcos de referencia internos a) Geográfico: Chalatenango, Quezaltepeque, San Francisco Lernpa, San Salvador. Lugares específicos: la finca "Los Corozos", "El Porvenir", "El Pepetal"; todo en nuestro El Salvador. Constantemente se menciona la destrucción ecológica del país. b) Histórico: El General Maxirniliano Hernández Martínez ya está consolidado en el poder cuando la acción de la obra comienza (primeros años de la década de los 30). A los 22 años de Nicho cae Martínez. Transcurre la historia, hay constantes referencias a los gobiernos militares, golpes de Estado, fraudes, hasta llegar a la crisis de finales de la década de los 70. Son cincuenta años de historia. La última fecha mencionada es el 4 de abril de 1979. c) Social: Campesinos salvadoreños, particularmente chalatecos. Hay también propietarios en pequeño, mediano y grande. Predominan los mestizos, el salvadoreño normal. d) Psíquico: El ambiente se mantiene entre cuadros pintorescos, "bonitos", curiosos de la campiña salvadoreña, con dramáticas depresiones de crisis y desgracia, sobre todo en los últimos capítulos. Se enfatiza bastante el funesto presentimiento, cuando precisamente hay una esperanza real, y esto conduce a una permanente frustración de los personajes; e inevitablemente, del lector.
2.5 Polaridad En un primer nivel los personajes se debaten entre: Éxito ↔ Fracaso Lo decisivo parece ser el carácter individual (Don Luis, Doña María) y la 'buena suerte", así como la geografía. No hay referencia que permita justificar la causalidad del éxito o fracaso de las estructuras sociales.
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Pero en un nivel más profundo, toda la obra transcurre entre: Esperanza ↔ Frustración La situación inicial de esperanza es invadida por la frustración de la miseria. Renace la primera con Nicho y Juana, el progreso de Toño; retorna la segunda hermanada con la injusticia, lo cual precipita la crisis. Esto a nivel general. Pero aun a niveles específicos se da ese ir y venir que termina hastiando a los personajes, y enfrentándolos a una opción: o seguir sumisos, o acudir a la violencia reivindicativa. Una cosa importante es la identificación geográfica de la frustración con Chalatenango, de la crisis nacional con la crisis ecológica, y del deterioro de Nicho con el deterioro del país. Lo que al final prevalece es una altísima frustración, que de ninguna manera puede ser borrada con las vanas palabras que el autor pone en boca de Nicho y Toño en su diálogo final. IV. Instancia interpretativa: hipótesis de sentido. - Hipótesis 1 La obra constituye una explícita interpretación de la realidad histórica de El Salvador desde 1932 hasta 1979. Sostiene que la crisis explosiva en que se debate el país tiene sus orígenes en causales individuales y estructurales, y al juego de la geografía. De esta manera: -
Don Luis y Doña María Quinteros progresan gracias a sus excepcionales características. La miseria es inherente a Chalatenango. La subversión armada es producto de la rebeldía innata (Toño) o de casos circunstanciales (amistad con el rebelde: Chón). La explotación y el abuso dependen del buen o mal patrón (Los Quinteros o Don Rómulo). La guerra, expresión extrema de la crisis, es concebida explícitamente como "absurda", "inútil", "desperdicio", en última instancia, sin razón y sin sentido. El gran culpable es "el hombre", negligente, destructor de su propio hábitat.
Así, vista en esta dimensión, la obra representa el "Dolor de Patria" melancólico, añorando tiempos de "paz y trabajo", donde la explotación y la miseria nunca podrán justificar la violencia reivindicativa de autodefensa. Visión un tanto superficial, como veremos después. - Hipótesis 2 La obra, al ser un intento de reconstitución de la realidad, en atención a la coherencia interna de la misma, y por ser escrita en un momento de crisis estructural, representa un desvío de la ideología dominante. De esta manera, capta lo fundamental: la violencia actual es producto de la total y permanente negación de oportunidades al campesino salvadoreño, que se va forzado a elegir entre su "muerte lenta", o su "muerte rápida" en aras de su reivindicación, por medio de la violencia.
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Nota: No debe pensarse que el justificar el inicio de la guerra equivale a justificar toda la guerra. El mismo autor prevé que ésta puede degenerarse, como efectivamente ha sucedido. Quede claro que en ningún momento se adopta una postura fanáticoideológica-guerrerista, ni mucho menos prepotente. El que no estemos de acuerdo con la violencia actual no significa que ocultemos las causas que la generaron. Aparentemente estamos ante hipótesis contradictorias. Efectivamente lo son, puesto que el autor nunca deja libre la dinámica de la novela, y constantemente está interviniendo con opiniones personales, con referencias denotativas, a través de sus personajes. Viendo un nivel más "aparente", y luego un nivel más "fundamental", obtenernos un rescate de lo esencial, que es lo que justifica la lectura y posterior análisis de la obra. IV. Instancia extra-estructural
4.1 Autor y contexto a) Autor José Rutilio Quezada. Nació en Quezaltepeque, Departamento de la Libertad, el 30 de Septiembre de 1930. Ha realizado estudios, sobre todo en las ramas de Biología, Química, Entomología y Control Biológico de Insectos. En 1979 la Universidad de El Salvador lo incorporó con el título de Doctor en Biología. Tiene más de 37 trabajos científicos publicados en revistas nacionales y extranjeras. Pertenece a varias sociedades científicas, y su obra en defensa de los recursos naturales y la ecología del país ha tenido amplia difusión. b) Contexto histórico: El Salvador de 1932 a 1979 Luego de la rebelión indígena de 1932 la política del General Maxirniliano Hernández Martínez fue, en gran parte, el evitar cualquier actividad política que abogara por reformas estructurales. Las clases dominantes, atemorizadas por la rebelión, apoyaron por completo las medidas represivas del nuevo régimen. Sin embargo, hizo algunas concesiones económicas con la intención de favorecer a los pobres. Fundó el Instituto de Mejoramiento Social, y decretó una ley que favoreció a los pequeños cultivadores de café, quienes estaban muy endeudados. A raíz de estas y otras actitudes, en cierto sector se le recuerda con gratitud, así corno por haber mantenido baja la tasa de criminalidad. Después de que la situación económica comenzó a mejorar, el régimen represivo fue considerado "menos necesario". En marzo de 1944 estalló una revuelta que fue controlada, pero el régimen cometió el error de continuar reprimiendo y ejecutando a los líderes rebeldes capturados. El golpe final luego de varios intentos contra el régimen, fue dado el 7 de mayo, cuando un estudiante miembro de la élite salvadoreña, aunque con ciudadanía norteamericana, fue muerto a tiros por un policía. Al día siguiente el embajador de Estados Unidos aconsejó a Martínez renunciar, y éste acató la "recomendación".
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En ese mismo año, un corto período de libertad política anticipando elecciones libres, sucedió a la caída del dictador. Hubo esperanzas de reformas con el médico Arturo Romero, pero un Golpe de Estado le irnpidió llegar a la presidencia. Se preparó una invasión por el lado de Guatemala, conocida corno la "Jornada de Ahuachapán", pero fracase. El nuevo régimen de Castaneda Castro no hizo verdaderas concesiones económicas ni políticas, pero no llegó a los extremos represivos de Martínez. Un nuevo Golpe de Estado al régimen intentó prolongar su período presidencial. Oscar Osorio estableció una nueva "mezcla" de concesiones y represión, dando ciertas libertades, restringiendo a aquellos que abogaban por reformas más profundas. Los programas adoptados por Osorio y su sucesor Lernus favorecieron muy poco a los pobres. Lernus recurrió cada vez más y más a la represión, hasta caer por un Golpe en 1960. La Junta que lo sucedió dejó clara su intención de garantizar elecciones verdaderamente libres, y fue depuesta por un nuevo Golpe militar y de la élite civil, tras pocos meses en el poder. El régimen en 1961 logró estabilidad mediante la adopción de una política flexible variando el grado y la forma de represión y de concesiones económicas, según las exigencias políticas del momento. La estrategia fue incorporar a sus oposiciones dentro del sistema político formal, sin permitirles ningún efecto significativo en el resultado final. La Universidad Nacional tendió a moverse en una dirección más revolucionaria, tanto por lo que respecta a personal, cuerpo administrativo, corno estudiantes. Por otra parte, los asesinatos policíacos brutales y ocasionales de trabajadores sirvieron para frenar el proselitismo revolucionario entre los obreros. Esta política se detuvo brevemente al ser destituido el Jefe de la Guardia Nacional en Diciembre de 1970. En las elecciones presidenciales de 1972 se consumó un escandaloso fraude contra el lng. Napoleón Duarte, candidato opositor. Hubo un intento del Golpe de Estado rápidamente sofocado, y Duarte fue exiliado. El régimen militar de Molina trató de caminar por la cuerda floja de un reformismo de fachada que legitimara con ciertas políticas de beneficio popular, el mantenimiento de unas estructuras fundamentalmente opresivas. Hubo un tímido intento por implementar modificaciones en la estructura agraria. El Coronel Molina juró repetidas veces en público que no daría "ni un paso atrás", pero el proyecto fue abandonado por presiones de la oligarquía salvadoreña. A la cancelación de este proyecto en 1976 siguió un período de violenta represión: había que arrancar de raíz hasta la más mínima sospecha de que algún día el país podría cambiar, así fuera en aspectos secundarios. En las elecciones presidenciales de 1977 nuevamente se impuso por fraude el militarismo, mediante el General Romero, del partido oficial PCN. Este engaño causó gran malestar, y en San Salvador se suceden las protestas e incluso la amenaza de una huelga general. Los Cuerpos de "Seguridad" entran a sangre y fuego en la Plaza Libertad, donde un gran número de manifestantes protestaban contra el fraude. Gran número de muertos, y el Gobierno instaura el Estado de Sitio, para acallar legalmente cualquier manifestación de descontento y protesta popular.
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La persecución contra la Iglesia comprometida con su pueblo fue cada vez más intensa. Al tomar posesión el nuevo régimen, reafirma su voluntad de establecer el "orden, la paz y la seguridad" como la base para cualquier tipo de programa o reforma. Confirma así su objetivo represivo. El 25 de noviembre de 1977 el proyecto represivo de la clase dominante adquiere fuerza con la "Ley de defensa y garantía del orden público", que constituía una autorización "legal" para eliminar cualquier voz, persona o grupo que le resultara incómodo a las clases dominantes y a su gobierno. La Ley consagraba el encarcelamiento arbitrario de individuos o grupos, la tortura sistemática, suprimía los derechos de reunión, difusión de pensamiento e incluso de pensamiento, y representaba el mejor símbolo de lo que era el Gobierno. Desde su promulgación, la ley fue condenada por instancias nacionales o internacionales como jurídicamente aberrante, políticamente ineficaz, y éticamente inmoral. 1978 comienza bajo la misma tónica que terminó 1977, es decir, bajo el signo de la total ineficacia política, la ausencia de programas de beneficio popular, el deterioro acelerado de las condiciones económicas (apenas paliado por la bonanza cafetalera) y la sistematización de la represión contra el pueblo, bajo el abrigo de la Ley mencionada. Gigantescos operativos montados contra diversas poblaciones campesinas, acciones represivas que no son capaces de contener a los grupos opositores, especialmente grupos político-militares; tampoco pueden ofrecer garantías a las clases dominantes. Empiezan a proliferar bandas de terroristas de ultraderecha. A pesar de unos últimos esfuerzos del régimen por reorientar su conducción del país y de las Fuerzas Armadas, el 15 de octubre de 1979, es derrocado por un golpe militar incruento, comandado por un grupo numeroso de oficiales jóvenes de orientación más reformista y democrática, con el apoyo de Estados Unidos. Pero este régimen no pudo romper con el pasado. No juzgó a los agentes del terror y de la corrupción. Se concluyó el año con una pesadilla de fracaso, traición, desengaño, a la espera de la resolución que tomara la Fuerza Armada, con el rumor de que la izquierda se unificaba. Así, se inició 1980 en una noche de la que no sabe si habrá amanecer.
4.2 Envíos a exteriores La primera hipótesis representa una negación de la realidad, al ignorar deliberadamente las influencias estructurales de los comportamientos individuales, y al privilegiar estos últimos como causas de la crisis. Pero la segunda hipótesis sí constituye una verdadera macro-metáfora, que deja en evidencia esa desesperante alternativa de esperanzas y frustraciones en el quehacer del hombre salvadoreño, quien no sabe de política, sociología e historia, que atribuye al infortunio o a la desgracia su suerte, que vive en un mundo donde no hay lugar para la felicidad o algo que se le parezca, que está hastiado de todo; y de tal manera vive esas duras realidades, que sólo le queda acomodarse y agachar la cabeza, o acudir a la legítima defensa. 9
Sabia visión, por otra parte, ya que no hay mecanicismo en cuanto a la opción tomada. La segunda hipótesis es clara al metaforizar ese proceso de violencia progresiva a la que se ve sometido el salvadoreño, y cualquier hombre en su misma situación. "Lo objetivo" se impone sobre "lo subjetivo", y se consuma, a pesar de la intencionalidad subyacente, la justificación del inicio de la guerra revolucionaria. Pero tampoco es una postura fanática, como hemos dicho. Es una visión sumamente crítica, y la responsabilidad por lo que pueda venir tras esa "tormenta que barre con todo", la actual degeneración de la guerra, nos compete a todos, y no sólo a los intérpretes iniciales. V. Instancia valorativa
5.1 Amplitud interna Para quien no conoce El Salvador hay aquí una excelente descripción de su aspecto rural. Aunque ciertas partes esto se exagera (lo que le da sabor de guía turística, del ISTU, y de obra escrita para el extranjero), el universo interno es muy amplio. Esto no constituye un gran mérito, pues no estamos ante una "creación" propiamente dicha, sino más bien ante un "retrato". En cuanto a la amplitud interna de los personajes encontramos serias dificultades. Don Luis y Doña María están mitificados (quizá por la percepción infantil de esa realidad, pues el autor nace en 1930). Los demás son bastante herméticos, y no se profundiza en su interior. Nicho y Toño algunas veces vencen este obstáculo, pero no se logra un pleno conocimiento de ellos por parte del lector, al menos en mi caso. Quizá la mayor virtud de la obra esté en su maleabilidad para justificar interpretaciones diversas. Esto se debe a la intención de ser fiel a la realidad, desde una perspectiva ilusamente neutra, lo que permite la incorporación de puntos de vista distintos y hasta contrarios. Ideológicamente hablando, la obra es bastante amplia. 5.2 Metáfora La obra parece ser una compilación de vivencias del autor, desde su infancia hasta la madurez. Esto provoca la exteriorización constante de opiniones personales acerca de la situación política, o la plasmación de puntos de vista diversos en boca de los personajes. Por eso mismo, no parece querer darse un "mensaje", sino un "testimonio", y esto a costa de la connotación. Es posible formular interpretaciones coherentes con la novela a partir de los elementos que ella ofrece; sin embargo, la riqueza no está dentro de la novela, sino fuera de ella, en la realidad histórica del país. La obra es muy fotográfica y poco creativa, lo cual podría evitarse si se limaran esas asperezas. Da la impresión de que hubiera sido un excelente cuento de cien páginas, en vez de una aceptable "novela" de doscientas. Comparando artes, sería el caso de un pintor que puede hacer perfectos retratos de paisajes, cosas, personas, etc.; pero que es incapaz de crear algo a base de imaginación, lo que lo vuelve menos "artista".
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5.3 Coherencia interna A excepción de un detalle que nunca entendí (esto es, cuando Chón salva a uno de los Quinteros, y le revela que había sido antes ayudado por él a conseguir trabajo donde un su tío, ¿por qué Chón estaba trabajando en "El Pepetal" y no donde ese tío?), por lo demás hay buena coherencia a nivel de construcción narrativa. Pero en un nivel más profundo encontramos contradicciones entre la dinámica de la obra, y las opiniones de algunos personajes (quizá en ellos, el autor) Veamos: -
En el diálogo final Nicho-Toño se plantea la situación corno “desperdicio de vidas y sufrimiento inútil”; pero en toda la obra se ha justificado la violencia de auto defensa corno legítima alternativa. En ese mismo pasaje se dice que "un pueblo que se lanza a las calles a trabajar, o que se pone arar la tierra (¿de otro?) después de las balaceras ... un pueblo que corno un hormiguero reconstruye lo destruido, tiene temple suficiente para crear una sociedad más justa”. Surgen las siguientes interrogantes: ¿Es ese "trabajo" una virtud, si en la misma obra se ha visto que es sinónimo de explotación y sumisión, o muerte lenta? ¿Es preferible agachar la cabeza y seguir trabajando? ¿Eran mejores los tiempos de paz y trabajo del General Martínez, y donde Luis Quinteros había progresado, al igual que Nicho?
Estas y otras situaciones similares vuelven la obra incoherente consigo misma. Esta incoherencia fundamental se debe, según mi interpretación, a lo siguiente: el autor pretende una obra "objetiva" y "neutral". Pero nadie puede ser "neutral". En el fondo de esa narración se percibe un punto de vista, que es el del narrador. Entonces vernos por una parte, la pretensión de incorporar todas las interpretaciones, y los "efectos puros" de las estructuras sociales sobre las personas: pero por otra parte, ya hay una interpretación presente. De lo anterior concluirnos que la obra involuntariamente capta una realidad "más objetiva", aunque se quiera opacar con cuestiones "más subjetivas", y eso constituye su virtud, aunque sea a costa de la coherencia interna. En todo caso, esto podría haberse evitado, una vez más, si se hubiera abandonado el temor de no comprometer a favor de nadie la novela, que inevitablemente, a pesar del autor, lo hace. VI. A manera de conclusión La lectura de la obra es atractiva y emocionante, pero debernos cuidamos de no magnificarla, pues los fallos importantes que se han señalado le restan calidad. Es rescatable la visión general de la historia, así como el desvió evidenciado entre el mensaje explícito y el implícito. Podríamos aventuramos a decir que es una obra bastante representativa. Otras obras sobre la misma temática podrán ser escritas, quizá algunas superen la presente. Mas lo importante es comenzar a responder la gran interrogante que nos ha
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quedado incrustada en las sienes, y saber si esa respuesta es mínimante esperanzadora : ¿será posible el futuro? VII. Bibliografía -
Góchez Fernández, R. F. “Hacia una metodología de acercamiento a la narrativa”. Taller de Letras, UCA, San Salvador, Enero-febrero de 1989 (N9 127). Martín Baró, l. “Monseñor: Una voz para un pueblo pisoteado. La voz de los sin voz”. UCA, San Salvador, 1980. Montes, S. “Los derechos económicos, sociales y culturales en El Salvador”, Revista ECA, UCA, San Salvador, 1988 (N9 476) Torres Rivas, E. “Centroamérica: Guerra, transición y democracia.” Revista ECA, U CA, San Salvador, 1986 (N9 456). White, A. “El Salvador”. UCA, San Salvador, 1987 (211)
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