Análisis de poemas y Ensayos de Juan Ramón Molina 1. Comente Comente el conte contenido nido de 4 poem poemas. as. Pesca de Sirenas Péscame una sirena, pescador sin fortuna Que yaces pensativo del mar junto a la orilla. Propicias el momento, porque la vieja luna Como un mágico espejo entre las olas brilla.
an de venir !asta esta rivera, una tras una, "ostrando a flor de agua el seno sin mancilla, # cantarán en coro, no lejos de la duna, $u canto que a los pobre marinos maravilla Penetra al mar entonces y coge la más bella Con tu red envolviéndola. %o escuc!es su querella, Que es como el llanto aleve de la mujer. &l sol 'a mirará ma(ana ) entre mis bra*os loca+ "orir ) bajo el divino martirio de mi boca+ "oviendo entre mis piernas su cola tornasol Comentario 'os sue(os son algo que cada persona busca de manera diferente. &n este caso las sirena ese sue(o que tiene todo marinero que viaja en el mar, es una metáfora de las b-squeda de un nuevo camino vital, de una nueva vida que nos aporte todo lo que buscamos y deseamos el poeta invita al protagonista a so(ar, a alejarse del tejido y buscar una nueva ilusin que le devuelva las ganas de vivir. Creer en un sue(o y buscarlo de verdad !ace que consigamos cumplir lo que deseamos /nálisis de de fondo y forma &ste poema es un soneto, porque está compuesto por 14 versos de arte mayor, endecas0labos en su forma clásica, está escrito en cuatro estrofas dos cuartetos estrofas de cuatro versos2 y dos tercetos estrofas de 3 versos2. iguras literarias
5emas que repite el autor en su creacin "ovimientos o tendencias que se reflejan en el poema 6alores que el autor propone que debe cultivar el lector Plus Ultra /unque /unque se oponga oponga con empe(o empe(o el mundo / mi ciega pasin7 pasin7 /unque /unque abra de rencores un un abismo "uy !ondo entre los dos7 /unque /unque llegue a odiarme !asta !asta la muerte muerte
# a odiarte llegue yo7 %uestras dos almas estarán unidas Por un eterno amor. Puedes con ira maldecir mi nombre 8 burlarte de m07 Puedo también en mi terrible enojo 5u nombre maldecir7 Podemos e9ecrarnos ante todos Con un odio sin fin, "as nuestros cora*ones en secreto "uc!o !abrán de sufrir. &n el árbol frondoso de la vida, /nte un !ermoso sol, ormar pensamos nuestros nidos. &l viento &l nido arrebat7 # al ver que nuestras almas todav0a $e amaban con pasin, Pudo la envidia colocar entre ambos :n abismo el rencor. $igue por tu camino. 5odav0a Que me quieres lo sé7 "i recuerdo será de tu recuerdo &ternamente fiel. #o voy por las estepas de la vida $in ilusin ni fe7 /mémonos;mas ya no en este mundo onde, yo te lo juro, serás m0a 5oda una eternidad=
Comentario Canta al amor de su vida de quién fue separado por envidias y maldades de los que no estaban de acuerdo. &l amor y la pasin que ellos sent0an, da a conocer en este poema que aunque el viento !aya interrumpido el nido que !ab0an jurado formar, mantiene la esperan*a de que se amaran para la eternidad después de la muerte. /nálisis de fondo y forma 5emas que repite el autor en su creacin
iguras literarias "ovimientos o tendencias que se reflejan en el poema 6alores que el autor propone que debe cultivar el lector
Postrera súplica
$i muero joven7 si el dolor me mata # en la terrible fosa me derrumba, 5e ruego que no vayas, dulce ingrata, Con otro amante a visitar mi tumba7 Porque al sentir vuestros iguales pasos ?omper la pa* que para siempre an!elo, 'evantaré los descarnados bra*os Para pedirle que me vengue al cielo. Comentario
/nálisis de fondo y forma
5emas que repite el autor en su creacin iguras literarias "ovimientos o tendencias que se reflejan en el poema 6alores que el autor propone que debe cultivar el lector
Madre Melancolía
/ tus e9ang@es pec!os, "adre "elancol0a e de vivir pegado, con secreta amargura Porque absorb0 los éteres de la filosof0a # todos los venenos de la literatura. &n vano ) fatigada de sed el alma m0a ) $ue(a con una /rcadia de sombra y de verdura, # con el don sencillo de un odre de agua fr0a # con un racimo de dátiles y un pan sin levadura.
5odo el dolor antiguo y todo el dolor nuevo "e*clado sutilmente en mi esp0ritu llevo Como el e9tracto de una fatal sabidur0a. Cono*co ya las almas, las cosas y los seres, e recorrido muc!o las playas de Citeres;
<$oy tu !ijo predilecto, "adre "elancol0a=
Comentario /nálisis de fondo y forma 5emas que repite el autor en su creacin iguras literarias "ovimientos o tendencias que se reflejan en el poema 6alores que el autor propone que debe cultivar el lector
Excelsior
6uela siempre !acia arriba, !acia la c-spide del monte coronado de águilas, !acia la gloria de la lu*. %o lleves en tu garra de !ierro las piltrafas de las piltrafas de las carnes de tu enemigo7 ni en tu pico, !ec!o para partir las viscosas v0boras, el rastro de la sangre de su cora*n. 6uela a lo alto, limpio el plumaje del limo de la ciénaga de la vida. %o seas el buitre de ning-n Prometeo. %o agotes jamás el !0gado de los grandes encadenados en el pe(n de los ego0smos sociales. %o causes tormentos, ni sordas iras, ni envidias bajas, ni rivalidades ruines. $é generoso. $é noble. $é leal. /nida en los cncavos de las montanas b0blicas7 busca la compa(0a de los esp0ritus e9celsos7 j-ntate a la cuadriga de las almas superiores. Que te atraiga la nube7 que tiendas el ala a la estrelladle la ma(ana7 que rompas por un éter sereno. $ube, sube, sube7 y si bajas, si quieres bajar, baja prendido a la crin de los !uracanes. 6ive con dignidad bajo el sol. 6uélvete a las auroras y sal-dalas7 vuélvete a los ocasos y sal-dalos también en tu roca no deben crearse musgos raqu0ticos7 ni yerbas venenosas, ni cactus enconados. /bate el vuelo en las selvas clásicas y en los bosques románticos. orma tu nido con laurel y encina. Aebe lu* a torrentes. >esde tu altura domina todos los !ori*ontes, sigue la direccin de todos los vientos, estremécete bajo todos los soplos del cielo. Pon el o0do a los rumores de la muc!edumbre, a las palabras del abismo, a las voces de los esp0ritus. %o tengas fiebre, ni insomnios, ni desesperaciones, ni desmayos, ni vértigos, ni alegr0as locas, ni cleras pasajeras. &sto turba la serenidad grandiosa del alma y !ará de ti un neurasténico, sujeto al cambio del clima, a las fases de la luna, al !umor de los demás. a*te ol0mpico. &ndisate, si puedes. >epura tu miserable barro. Porque en verdad te digo, que el que quiere ser superior, el que aspira subir a las encumbradas regiones del arte, el que siente
que tiene alas en los !ombros debe olvidarse de las infinitas miserias !umanas, de las injusticias de la suerte, de las burlas del destino y debe esperar, con el ánimo del justo, aunque el dolor le tienda su arco, la !ora cierta del triunfo de la ra*n, la !ora de >ios7 !ora que !a llegado, que está llegando, que llegará siempre, aunque los réprobos y los malvados se multipliquen como peces del mar y los insectos de la tierra.
Connubio de Víboras
Íbamos hundiéndonos en la verdura del bosque, poco a poco, aspirando con delicia las capitosas emanaciones vegetales El sol, en pleno cenit, llameaba como una hoguera, trans!ormando el cielo en una lámina de hierro candente "e pronto, al pie de un árbol corpulento vimos ondular como un látigo una v#bora obscura, manchada de gris, en la casi imperceptible agitación de las ho$as secas % luego llegó una serpiente amarilla, salpicada de un verde pálido Eran dos peque&os tamagases, salidos tal ve' del pró(imo pantano, de un brillo viscoso, que aumentaba el aire de lu' colándose entre las ho$as y las dos v#boras, atrayéndose en la hora estival, se encontraron, se reconocieron, y lenta, suavemente, entrela'árnosle en amorosa tren'a, tal como se ve en el caduceo de Mercurio "espués quedaron inmóviles, en la quietud del sagrado momento En la pa' del bosque, lleno de sol, las v#boras dorm#an dulcemente Entonces, uno de nosotros cortó una vara de un árbol, y, traidora, medrosamente, se acercó a turbar el idilio de los reptiles, descargándoles un golpe s)bito % luego otro, y cinco, y die' más, hasta de$arlos muertos sobre su tálamo de ho$as secas, donde el amor, la ley suprema y mortal, los hab#a desposado %, cuando nos #bamos por entre la verdura del bosque, pensé en que se hab#a cometido el más in$usto de los cr#menes
LA TEGUCIGALPA DE LS DMI!GS
*os domingos tegucigalpenses son un boste'o sin +n En algo deben aseme$arse a los de *ondres or la ma&ana los bronces parroquiales sonando desapaciblemente, llaman a misa -e ve por las calles alguna devota asmática, alguna ni&a en los .oridos abriles, luciendo todos sus al+leres /oncluida la !unción religiosa los gomosos locales, verdaderos lechiguinos echados a perder, +rtean en la puerta del templo, con muecas de simio "a gana de suicidarse de las doce a las tres de la tarde, tal es la !)nebre desolación de las calles /errados herméticamente los almacenes, donde babeaban so&olientos, tras el mostrador los mo'os aspirantes amercachi.es, la vida comercial se estanca /omo son los 0ltimos d#as de la estación seca, el paseante se e(pone a caer muerto sobre el empedrado, que parece laminado por la lu' cenital, un deslumbrador reguero de ascuas 1o queda más remedio que meterse en las cantinas, a beber cerve'a o copas de 2his3y mal#simo o que colarse en el barullo de la tradicional gallera, a hacer, en una atmós!era de tabaco y mac$o en celo, apuestas rid#culas por el melcocho o el giro or la noche, la !a' del domingo se espirituali'a *a $uventud del d#a estirada, con lo me$or de su guardarropa ensima, se pasean en el parque de Mora'án en reba&o, !uma detestables pitillos o plebeyos cigarros puros, haciendo la corte a las muchachas, lindas, meticulosas y mal tra$eadas, todo al son de los cobres de la 4anda Marcial A las nueve y media, 5egucigalpa duerme el pesado sue&o de las ciudades vegetativas A pesar de su ligero ba&o de modernismo, es una población a la antigua, melancólica y boste'ante y sin trá+co ni vida 6uitándole los prestigios del gobierno, esto se convertir#a en un camposanto 7altan el ir y venir de los carrua$es, el rumor de los tranv#as, la premura de las gentes ocupadas8 el susurro de la colmena humana, inquieta y laboriosa8 en +n8 todo lo que da carácter a las capitales modernas, arolladas por los rugidos
de las locomotoras y máquinas de vapor /uando uno llega a esta población, después de haber v#vido en otro pa#s por mucho tiempo, se atend#a lastimosamente, casi se ahoga en estas calles torcidas, estrechas, gibosas y empedradas de mal humor ero el ambiente, letárgico y as+(iante, se cuela adentro como una pulmon#a El repatriado concluye por echar grasa, andar con paso del plant#grado hacerle a todo bicho la 'alema de reglamento y meterse en un catre con chinches o en un 'ar'al con garrapatas 5an cierto es que el hombre tiene que adaptarse a todos medios so pena de morirse o de que le maten
El niño ciego
*e encontraron en la calle vagando, sin rumbo +$o, un d#a de estos en que el sol llameaba sobre las baldosas y los duros empedrados 9 Adónde iba el in!eli': A ninguna parte /aminaba al a'ar, arrastrando traba$osamente sus pies doloridos, que hab#an trope'ado en todas las piedras y resbalado en todas las aceras /aminaba en medio de la ciudad hostil, ante la indi!erencia de los transe)ntes, poniendo el o#do a los sordos rumores calle$eros, estremeciéndose al ruidoso paso de los tranv#as, temblando a los gritos de los vendedores de sorbetes /on su vaga intuición in!antil, abu'ada por las prematuras miserias de la vida, adivinaba las !elicidades ocultas en los edi+cios cercanos 7rescos $ardines donde $ugaban y cortaban .ores lo ni&os de las !amilias opulentas8 s llenas de raros $uguetes, donde se divert#an aquellos en las horas de sola!8 y luego el comedor, los platos humeantes, las risas y los gritos alegres, y los estómagos satis!echos, que nunca conocieron el hambre ni la sed ;El hambre< =l la ten#a desde hac#a veinticuatro horas -u )ltimo alimento !ue una tortilla que le pusieron en la mano, cuando una mu$er, tal ve' su madre, le di$o> ;ándate a la calle a pedir limosna< % le echó !uera del cuchitril donde hab#a vivido seis a&os ;?#vido< 1o, no era vida aquella8 era una muerte lenta, por el martirio, desde que su cuerpecito pudo soportar el látigo, vibraba continuamente sobre él> en la ma&ana, en la tarde, en la noche@ sobre todo, en la noche, cuando llegaba la mu$er acompa&ada de alg)n hombre, siempre un desconocido, los dos borrachos de caerse ;duérmete, animal< % en seguida, un puntapié o un
palo % él tembloroso, lleno de pavor, se apretaba, se escond#a, se evaporaba, por decirlo as# en el sucio ca$ón donde dorm#a como un perro % lloraba toda la noche, quedo, quedito, por temor de que se levantasen a golpearle *loró tanto durante un a&o, que empe'ó a ver turbio, a perder la vista 7ue aquello una cosa triste, lastimosa %a no ve#a lo que pasaba cerca de él, acurrucado en su ca$ón *os palos y los puntapiés, eso si, no !altaban8 ni los pleitos de su madre con hombres de vo' aguardentosa, que pro!er#an horribles blas!emas y amena'as /omo no ten#a padre, nadie pon#a pa' en aquel in+erno ;adre< *a misma que lo hab#a dado a lu' no sab#a quién era % aquella ma&ana, viéndolo completamente ciego, le echaron a la calle a implorar la calidad p)blica ?agó muchas horas, mostrando al sol sus andra$os, sin pedirle nada a nadie El hambre y la sed lo mataban *a lu' cenital, reverberando en las calles, hiriéndole los o$os en!ermos le hac#a su!rir horriblemente las piernecitas, .o$as y endebles, #a no pod0an sostenerle, trope* otra ve*. Bba a caerse enemedio de la calle,a morir sobre las piedras. >e pronto sinti que una mano fuerte le agarraba por el bra*o. +>nde es tu casaD %o pudo responder. >nde vive tu madreD. $ilencio del infeli*. # el polic0a, porque era un agente del orden p-blico, lo llev a la direccin all0 le dieron, durante algunos d0as, comida y lec!o. 6olvi a la vida, renaci de la muerte. /!ora en el !ospicio tiene cama en qué dormir, pan qué comer. 'a caridad oficial, recogiéndolo del arroyo, le !a salvado. $i vuelve a ver el sol ya no será un vagabundo mendigo, ni tampoco un criminal en cuyo tobillo morder0an los dientes de !ierro de la cadena. != < 'os ni(os engendrados al a*ar, en noc!es orgiásticas, !-medas de alco!ol que no tiene padre y cuya madre es una !embra, simplemente una !embra=. 'a cantidad oficial, viéndolos con ojos bondadosos, debe recogerlos, debe ampararlos. /s0 cuando sean !ombres, los librará del tender de las manos a las esposas en la cárceles, o en las puertas de los templos y en las esquinas, o a todos los que pasan implorándoles una limosna.
?elacione el contenido de Aajo el C!ubasco y la creacin de Euan ?amn "olina con la realidad de onduras.