Análisis de “La Pradera” La pradera es el primer cuento del libro El Hombre Ilustrado del autor Bradbury. La propuesta del autor es diferenta a los otros cuentos de ficción científica, ya que no toma los elementos típicos, sino cosas de la naturaleza u otro tipo de cosas. El título alude al sitio donde transcurre la siniestra fantasía de dos niños. La pradera es el espacio donde se manifiesta la violencia animal. El cuento se divide en seis momentos. Todo el cuento en realidad es una crítica a la TV, porque el la toma como algo salvaje dentro del hogar. Muestra lo salvaje frente a lo civilizado. 1) preocupación de Lydia El cuento comienza con un diálogo directo, sin presentación de los personajes. Eso nos da la sensación de que agarramos el cuento empezado. Desde el comienzo se muestran las personalidades de Lydia y George como contrastantes, tienen actitudes diferentes frente a una situación. Comienza la preocupación de Lydia frente a un cambio extraño en el cuarto de juegos de los hijos. Su cuarto de juegos tenía la tecnología más avanzada, tanto que te hacia sentir en otro lugar, en el que tu quisieras. Lo que preocupa a Lydia es que el cuarto estaba transformado en una selva. Ella percibe el peligro por su instinto materno. Es una madre de los años 50, o sea un ama de casa, y en esa casa de alta tecnología no tiene nada que hacer. La casa hace todo por ellos. George no se preocupa, el trabaja y confía en la tecnología, y como el cuarto les salió mucho dinero asume que tiene que ser bueno. Cuando ellos entran al cuarto, Bradbury delata la tecnología usada para crear esos efectos, no es magia. En el cuarto se puede oler, tocar, ver en tres dimensiones y oír cosas según el lugar en que estés pensando. El lector en esta parte experimenta la sinestesia. Cuando George expresa su molestia con el sol diciendo “es demasiado real”, nos da a entender que algo peligroso dentro de esa fantasía. Bradbury critica la violencia que se ve todos los días en la tv de los años 50, porque se encuentra en el contexto de pos-guerra, y eso lo traspasa en el cuento al cuarto de los niños, donde hay leones salvajes. Lydia siente que hay algo malo en el cuarto porque siempre se representa África. El amarillo se repite muchas veces, está marcando la tensión agresiva. No aparece el verde nunca, sino el amarillo, seco, de muerte. Cuando los leones se acercan ellos corren por instinto. El instinto les esta diciendo que hay algo malo. Cuando van a la cocina es donde nos damos cuenta cuantos integrantes hay en la familia, porque la cocina esta cocinando para cuatro personas. La casa hace todo por si misma, las personas no
tienen que hacer nada. La comida, que es un momento de encuentro familiar no la realiza la familia, sino que las máquinas le sirven la comida y ellos comen, separados o juntos, no importa. La casa se llama “vida feliz”. Es algo irónico porque luego nos vamos a dar cuenta de que ellos no son felices. Su casa es igual a la de muchos más, es un modelo de casa que se compra, ya las casas no tienen personalidad. Compran el confort. Esta presente la idea de que lo material hace la felicidad. Esta casa les da todo, por lo tanto vacía su interior, no saben hacer las cosas, dependen de esa casa. La casa es a prueba de ruidos, eso los aísla del mundo. Dice además que la casa era buena con ellos, o sea le esta dando cualidades humanas. Ellos despalzan el afecto hacia los objetos, ellos quieren a la casa. 2) preocupación de George y de Lydia. Todavía los hijos no aparecen en el cuento, se los nombra pero no están allí. Eso causa en el lector una extrema curiosidad. Los niños están en un parque de diversiones y eso nos muestra aún más la importancia de lo material y no de la familia. El lector de los años 50 está fascinado con la tecnología. El autor los que quiere lograr es que las personas se den cuenta de lo dañina que es la tv, que en cierto punto domina a la familia. Es apasionante para todos pero a la vez perjudicial. Todos tenemos una curiosidad perversa, por eso nos alimentamos de la tele. Todo eso provoca la muerte de la familia, la familia ya no se junta. Instinto de muerte: solo salimos del reposo cuando algo nos estimula, fisica o intelectualmente. La tele hoy en día nos produce ver y quedarnos quietos. El narrador omnisciente reproduce los pensamientos de George y muestra su reflexión acerca del cuarto y la negatividad que tiene. Dice que todavía siente el sol como una garra caliente, otra vez aparece la sinestesia. Los leones y su olor simbolizan una muerte acechante. Le preocupa que los niños esten pensando en muerte, ya que todo lo que pensaban se reproducía en el cuarto, si pensaban en cebras, había cebras, si pensaban en leones, había leones. El instinto asesino de sus hijos se hace notorio. Aun desde pequeño el hombre esconde un homicida, puede manifestarse o no. Hay una catáfora, una anticipación del desenlace que deriva de la especulación de George: la pradera “africana, interminable y tórrida y esa muerte espantosa entre las fauces de un león. Una y otra vez”. Cuando dice que George se dirigió al cuarto de los niños y escuchó, la sensación auditiva prepara la visual. Un grito lejano, nuevos rugidos y una sugerencia de muerte hacen que George entre al cuarto. Sus miedos coinciden con los de Lydia. El padre sufre d incomunicación con sus hijos, si les hubiera dedicado mas tiempo quizás hubiera evitado la desgracia.
