la i/ida
ALEJANDRO BULLÓN
AS A S O C I A C I Ó N C A S A E D I TOR TO R A S U D A M E R I C A N A Av. S a n Ma r tí n 4 5 5 5 , B 1 6 0 4 C D G F l o ri d a Oe s te Buenos Aires, Argentina
Título del original: Passapone Para a Vida, Casa Publicadora Brasileira. Rodovia SP 127. Km 106,Tatuí, Brasil, 2001.
Dirección editorial: Aldo D. Orrcgo Traducción: Gastón Clouzet Diagramaeión y tapa: Hugo O. Primucci
IMPRESO EN LA ARGENTINA Prinied in Argentina
Primera edición Quinta reimpresión MM V - 8\1 8\1
Es propiedad. © Casa Publicadora Brasilera (1999). © ACES (2001). Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723. ISBN 950-573-842-0 234.2 BUL
Bullón, Alejandro P as as ap ap or or te te pa para la vi vida.- t a . od , 5a 5a . reimp. ■B ■B uc uc rw rw s Aires: Aires: Asociación Asociación Cessa Cessa Editora Editora Sudam ericana, 200 5. 111 p.; 27x21 cm ISBN ISBN 050-573 -842-0 1. Titulo -1 Salva ción del hombre
Impreso el 30 de jun io de 2 005 en talleres propios ( Av. Av. San Martin 45 55 . B 1604C DG Florida Florida Oeste. Buenos Aires).
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Prohibida la reproducción total o par ci al de esta publicación (texto, imágenes y diseño), su manipulación informática y transmisión ya sea electrónica, mecánica, por fotocopia u otros medios, sin permiso previo del editor. 101176-
I vk I í C& 6
P tefacio-
1. ¿•Gebieocuba alguien, de uitkd? Muchas preguntas... Una respuesta ¿Quién se perdió?
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Buenas nuevas!
Probando...
Extendiendo la mano
Daniel tiene la palabra
¿Y ahora?
Alivio y gratitud
3 . ¿Quién, eM en el cwilkol db¿ti ñda?.... 21 ¿Cuál es el significado? El Señor de la Historia El oro La plata
4 . El imjot etfeáamío' dd muidcy
Kl bronce El hierro Hierro y barro Un reino eterno
2 7
Él se comunica Pruebas
Creando y recreando Estudiando la Biblia
6 . ¿E ¿ po&ibk eMp&za/btód# (k mJW(r 7 .... 3 9 ¡Ah, corazón! El hace la diferen cia
Media vuelta... Vida nueva
7 . Como- Imm fitétÚ al itofaitiedir (k culpa __ 4 5 El remedio Finales distintos La diferencia
El perdón La función del Espíritu Por gracia
8 . ¿C imbr \/ak uiíixL?
..............................
Un acto de amor Solidaridad
Conflicto interior Algunos pasos
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Él se hizo hombre Valor inestimable
Vidas transformadas
1 0 . ¿P cm cjué¿i/um ta¿ leyei? .................. 6 5 Haciendo elecciones Diez principios
La ley y el cristiano
11. Uu, 'Wtì&dio' diiAm pata el etfhú ............. 71 Un plan maravilloso Un día especial
\
“Acuérdate” Jesús y el día de reposo
U & I h o t o íía m d o ' fa m
Dram as humanos Buscando soluciones
lia ,
.............................
Un invitado especial ¿Cómo?
Reposo
Sol Agua Aire puro Ejercicio
Alimentación saludable Temperancia Con íianza en Dios
1 4 . E l Aemtcr (k la pioáp&itikd (imMWia .. 9 5 Un plan especial Primero. Dios
15. ¿Pot (jid1m0i Htiedo'cula uuteúfo? ¿Cómo enfrentar la muerte? Lo que \iene después
Jesús y la muerte Una parábola
1 6 . Má¿ allá dd udiHith'. Apenas pasajeros Salvación completa » c y T S * i a *
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Pwfacio' duce ¡i hacer algo para librarse, pero la razón sabe que es necesario mantener la calma y obe decer las órdenes por muís agresivas y vejatorias que sean. ¡Si por lo menos los delincuentes tomaran el dinero y se fueran! Pero por lo general no su cede así. Se sienten dueños de la situación. Sa ben que la víctima está indefensa y tratan de humillarla aún más. Eso fue lo que hicieron con Marcelo. Después de andar por ahí sacando di nero, los delincuentes detuvieron el auto en un lugar oscuro, le ordenaron que huyera v. mien tras él corría, le dispararon varios tiros por la es palda. Dos de ellos tocaron el cuerpo de Mar celo. El primero le rozó la ealx*za y el segundo le dio de lleno en la columna vertebral. Marce lo cayó y perdió la conciencia del mundo que lo rodeaba. Ahora estaba ahí; acababa de recupe rar el conocimiento y trataba de arrastrarse pa ra pedir auxilio.
L
a primera sensación que tuvo Marcelo, al re cuperar el conocimiento aquella siniestra ma drugada del mes de agosto, fue la insensibili dad de sus piernas. Se llenó de temor al notar que la mitad de su cuerpo no obedecía las órdenes de su mente. Algo andaba mal. ¿Sería una pesadilla? Hizo un esfuerzo por moverse, y el terrible dolor que sin tió en la espalda le demostró que todo era real. Es taba vivo, y se acordaba perfectamente qué había pasado en las últimas horas. La tragedia comenzó al salir de la farmacia des pués de comprar un remedio que su esposa necesi taba con urgencia. Esos dos hombres no le dieron tiempo para reaccionar. Uno de ellos le puso el re vólver en la espalda, mientras el otro le sacaba las llaves del auto. Poco después lo estaban obligando a sacar dinero, bajo amenazas, de varios cajeros auto máticos. Una situación como ésa e.s humillante, porque, aunque nadie vea nada, usted se siente violado en su privacidad impotente, insultado, amenazado y amedrentado. El instinto le dice que corra o lo in-
Cuando el reloj tocó las once de la noche, la es posa de Marcelo se levantó de la cama v se dirigió a la ventana. Estaba preocupada. Hacía más de una hora que su esposo había salido para comprar el medicamento. Marcelo era un hombre hogareño, nunca se quedaba en la calle a esas horas de la no che, y menos todavía si sabía que su esposa necesi taba tomar un remedio antes de dormir. Sintió que el corazón le latía con fuerza. “¡Algo pasa! —pen só—. ¡Dios mío! Sé que algo anda mal’*. Ix>s minutos siguientes le parecieron siglos. El gran reloj de pared de la sala, con su ruido monóto no, daba la impresión de estar anunciando una tra gedia. Comenzó a llorar. Le doh'a el pecho y se so focaba sintiendo que le faltaba el aire. Porque, ade más. tenía otro problema: ¿Dónde podía estar su hi jo a esas horas? Seguramente vagando en medio de la noche. Esa era su constante preocupación. Últi mamente su único hijo sólo le estaba dando amar guras y tristezas. Acababa de abandonar la facultad, y se pasaba las noches en la calle y los días durmien do, semidrogado y ebrio. El primer intento de la esposa de Marcelo para auxiliarlo fue llamar a la policía por teléfono. No le
Todo eso hizo de Marcelo un hombre duro, apa rentemente insensible, incrédulo, amargado, frío y solitario. La pregunta que usted podría hacer es: ¿No te nía motivas Marcelo para sentirse así? ¿Puede us ted creer en la justicia divina cuando un hombre honesto y bueno —cuvo único sueño era envejecer al lado de su amada esposa, ver que su único hijo al canzaba el éxito en la vida y que sus nietos crecían felices— experimenta que todo se terminó? ¿Puede usted creer que hay un Dios que cuida de sus hijos cuando dos delincuentes provocan toda esta trage dia por unos pocos pesos? ¿Adonde va la humanidad? ¿Hay esperanza para este planeta enfermo de violencia e injusticia? ¿Existe Dios? Y si existe, ¿tiene todavía en sus ma nos el timón de la historia? ¿Cuida a la gente? ¿Ix* interesan usted y su familia? ¿Le importan sus sue ños, alegrías, tristezas y sufrimientos? ¿Es usted pa ra Dios un hijo amado, o sólo un producto de la ca sualidad? ¿Cuál es su destino? ¿Está escrito en las estrellas? ¿Puede alguien decirle lo que le va a pa sar después de examinar unos cuantos naipes, o leer algunos números o consultar la bola de cristal? Este libro tiene la respuesta para todas esas pre guntas. Lo llevará a las Sagradas Escrituras, para que usted pueda ver por medio de ellas de dónde vino, por qué está en este mundo y a dónde va. La Biblia es una especie de Manual de Supervi vencia en este planeta conturbado. En ella encon trará los consejos dhinos para hallar la solución de problemas bien humanos como la culpa, la soledad, el rencor, y los complejos y traumas que no le per miten ser feliz. Este libro lo llevará a la Biblia. Su lectura puede ser para usted un PASAPORTE PA RA L A V I D A .
hicieron caso. “Señora - le dijeron— , su esposo de be de estar bebiendo por ahí. Dentro de poco va a aparecer. Vaya a dormir tranquila”. ¿Dormir tran quila? Marcelo no bebía, no se quedaba en la calle durante la noche, no fumaba, no le gustaban las fiestas y, para peor, su instinto de mujer le decía que había ocurrido una tragedia. A las cuatro de la mañana sonó el teléfono. La esposa de Marcelo atendió con la velocidad del re lámpago. Era la policía que avisaba que su esposo estaba en la unidad de terapia intensiva del hospital. Colgó el teléfono. Desesperada, corrió en busca de su bolso para salir, pero no lo logró: el corazón la traicionó y cav ó muerta antes de llegar a la salida. ¿Cómo se la da esa noticia a un hombre que es tá saliendo de una cirugía y que, desgraciadamente, quedó parapléjico? ¿Y que para completar la trage dia su esposa acaba de fallecer, víctima de un infar to? Al principio se puede esconder la noticia, pero llega el momento cuando alguien tiene que decir la verdad. Pero, ¿cómo se puede hacer eso? La reacción de Marcelo fue increíble al princi pio. Daba la impresión de que ya lo sabía. Tal vez porque cuando abrió los ojos después de la cirugía no vio a su lado a su amada compañera de toda la vi da, o tal vez porque* los amigos v parientes que lo vi sitaron tenían actitudes extrañas. Lo cierto es que cuando alguien le comunicó la tragedia, no dijo na da. Era perceptible, sin embargo, que estaba tratan do de controlar el volcán de rebelión, dolor y amar gura que se estaba apoderando de su vida, aunque no pudo esconder dos lágrimas rebeldes que osada mente rodaron por sus mejillas. Más tarde, cuando tuv o plena conciencia de su situación, sus palabras explotaron llenas de impro perios contra Dios, la vida y los seres humanos. Tres meses después de salir del hospital, y cuan do todavía estaba tratando de adaptarse a una silla de ruedas, una tragedia más llegó a su vida: descu brió que su único hijo tenía SIDA.
SOTA: Aukííuis ipit* se ükdltjüt- lo coutrarvo, la v«*mún de ln Biblia iitibjr.ul» en esto obra c* la HcKia-YaIitu rr^twla ih* 19W>.
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CAPÍTULO
¿Se preocupa alguien de usted?
E
ra una tarde triste en la vida de esos cuatro jóvenes hebreos. La nostalgia les oprimía te rriblemente el corazón, aunque sólo hacía pocas horas que se habían separado de sus padres y sus amigos. El futuro era incierto. Sabían de dónde habían venido, pero no tenían idea de su destino. Todo era tinieblas delante de ellos. ¡Pobres prisio, ñeros de guerra!; estaban a merced de sus vencedo res, v lo que venía les parecía una cortina de humo imprecisa e indescifrable. • Corría el año 606 a.C. v Nabucodonosor, rey de Babilonia, acababa de tomar posesión de Jemsalén. “En el año tercero del reinado de Joacim rey de Judá —dice el texto bíblico— . vino Nabucodonosor rey de Babilonia a Jerusalén. y la sitió. Y el Señor entregó en sus manos a Joacim rey de Judá. y parte de los utensilios de la casa de Dios: y los trajo a tie rra de Sinar, a la casa de su dios, y colocó los uten silios en la casa del tesoro de su dios*'.1 Junto con los utensilios de la casa del Señor, el rey de Babilonia dio la orden de que se llevara cau tivos a muchos jóvenes hebreos, entre ellos a Daniel v sus tres amigos: Ananías, Misael v Azarías. La primera noche del viaje, el grupo de prisione ros acampó al pie de los montes de Samaría. Desde allí tendrían que caminar aproximadamente 1.500 kilómetros por entre los montes de Samaría, para recorrer después las playas de Galilea v más adelan te, luego de cruzar los montes del Líbano, llegar a las llanuras del Eufrates. I>a pregunta que le martillaba la cabeza a Daniel esa noche era: ¿Dónde está Dios? ¿Por qué permi
tió que le sucediera todo eso a su pueblo? ¿Dónde están sus promesas? ¿Acaso se olvidó de nosotros? te
Muchos preguntas... A lo largo de mi ministerio he oído esas mismas preguntas de labios de gente que atraviesa el valle del sufrimiento. Es posible que en este momento usted esté viviendo la hora más crítica de su expe riencia. Por lo general, el dolor oscurece el entendi miento. Suscita rebeldía en el corazón. Nos asfixia J y » nos lleva a la desesperación. ¿Por qué?, pregunta usted y nadie le puede responder. ¿Por qué. Señor?, clama usted, y Dios aparentemente guarda silencio. "No creo en Dios porque no reacciona ante mis inquietudes”, me dijo hace poco una joven. “Es muy injusto v no merece que le preste atención”, me di jo un joven japonés que acababa de perder a su her mano gemelo por causa de la leucemia. “¡No me ha ble de Dios!", me gritó una joven rusa en una reu nión de evangelización que yo estaba dirigiendo en los Estados Unidos. En el fondo del corazón humano existe una es pecie de encono y resentimiento contra Dios por que aparentemente el mundo está cabeza abajo. ¿Por qué mueren niños inocentes en las locas gue rras de los adultos? ¿Por qué nacen criaturas defor mes sin tener culpa de nada? ¿Por qué cada día mueren de hambre centenares de chicos, mientras en las casas de los ricos se arrojan los alimentos a la basura? ¿Qué clase de Dios es éste? Todas estas preguntas ponen de manifiesto que la humanidad 110 conoce a Dios. El hombre puede tener alguna referencia acerca de él, incluso puede
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Pasaporte, pcuta ta uída conocer algún aspecto de su carácter, o puede tener un conocimiento teórico de sus atributos, pero no lo conoce. ¡Si acaso pudiera! Martín Lutero solía decir que Dios es como toda el agua del mar, v nuestro entendimiento es sólo como un vaso. ¿Podría caber en un vaso toda el agua del mar? ¿Cómo el ser hu mano finito podría comprender en plenitud la exis tencia del Dios infinito?
o el sufrimiento llaman a la puerta de nuestro cora zón. ¿Quién se perdió? Se cuenta el relato de una ñifla que fue con su madre al parque de diversiones. Como había mucha gente, la madre le pidió a su hijita que se tomara fir memente de su vestido para que no se extraviara. Las luces de colores brillaban por todas partes, los payasos jugaban, los globos flotaban por todos la dos. y la nena se olvidó de la recomendación de la mamá v se soltó, atraída por las muchas cosas que había. Cuando la madre se dio cuen ta de que su hija ya no estaba a su la do. quedó presa del pánico v corrió desesperadamente de un lugar a otro. Un guardia salió a buscar a la peque ña v la encontró contemplando dis traída la rueda gigante. La tomó de la mano y la llevó de vuelta a la angus tiada madre. Al ver que ella lloraba, la chiquitína la reprendió: “¿Dónde te perdiste, mamá?” Esta, al parecer, es la triste historia de los seres humanos. No es Dios quien está perdi do. La Biblia muestra claramente que la historia de nuestra redención es la permanente búsqueda del hombre por parte de Dios. Desde el jardín del Edén el clamor de Dios a lo largo de la historia siempre ha sido: “¿Dónde estás tú?”1 El ser humano siempre soltó el poderoso brazo del Padre. Siempre se escondió. Siempre huyó. Y, al hacerlo, con frecuencia se hirió v se golpeó. Pero Dios siempre estuvo buscando al ser humano. Siempre se reveló, se mostró y vino hacia nosotros de diferentes maneras. “El cristianismo no es un in forme de la búsqueda de Dios por parte de los hom bres. Es el (ruto de la revelación que Dios ha hecho de sí mismo y de sus propósitos con respecto a los seres humanos”,1afirma Levvis Gordon,
Una respuesta Sin embargo, las inquietudes, las dudas, y las incertidumbres y ese vacío interior que incomodan al hombre, son nada menos que la prueba más gran de de la existencia divina. "La creen cia en Dios —afir ma Philémon Vin cent— es inheren te al hombre. Na die puede, sin vio lentar su naturale za, negar a Dios; porque la intuición de su existencia forma parte de nuestra constitución natural... Todos los pueblos que menciona la geografía actual, tienen una reli gión. Las ideas que se hacen de la Divinidad son. a veces, muy groseras, pero todos la adoran. La creen cia en Dios es un elemento característico de la na turaleza humana. La negación de Dios es una ex cepción malsana, como la ceguera. Al creamos. Dios nos ha constituido de tal manera que tengamos la intuición de su existencia y de su presencia”.1 Usted puede negar la existencia de Dios en un momento de dolor o desesperación. Lo puede acu sar de ser el causante de todas las injusticias del mundo. Puede* rechazarlo y hasta condenarlo, pero nunca se podrá librar de esa sensación de vacío in terior que lo incomoda y lo perturba, y que en rea lidad es la consecuencia de la falta de Dios en su vi da, porque, aunque no lo crea, él lo creó y usted nunca estará completo hasta que vuelva a él Cuando contemplamos el panorama mundial lle no de ínoertidumbre, dudas e injusticias, la primera impresión que recibimos es que Dios creó a los se res humanos v los abandonó a su triste suerte. Ese era el pensamiento que le martillaba la cabeza a Da niel en esa noche de exilio. Y es el mismo que usted v yo tenemos la tendencia a pensar cuando el dolor
U üwmcb m OixA m mmctmÁtieo' d& la uátmakza ¡mmm. La negación dz O'uA e¿ cuta empeim imliam, com la cegiwa.
nuevas! La gran noticia que nos da la Biblia es que es po sible conocer a Dios. Pero a diferencia de otros pro cesos del conocimiento, no es posible conocerlo só lo por medio del intelecto; es necesario que lo co nozcamos también con el corazón, porque Dios no es sólo un concepto, una idea o una filosofía. El es un Dios personal y quiere tener con usted una rela ción personal, lo que implica también los senti/Buenos
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alientos. Cuando Dios llega al hombre abarca todo su ser, no sólo el intelecto; por eso es necesario que usted sea sensible a la voz del Espíritu Santo. Si así no es. el corazón sr endurecerá v será incapaz de com prender las cosas espirituales. En cierta ocasión Pablo dijo: "¿Dónde está el sa bio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el dispu tador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sa biduría del mundo?”'’ De esta manera Pablo estaba diciendo que no es posible conocer a Dios con una actitud egoísta, so berbia y llena de orgullo. Si usted quiere conocer a Dios no puede ubicarse por encima de él y tratarlo corno si fuera un objeto que se debe analizar. Tiene que ir a la Biblia con humildad, y someter su cora zón a la obra maravillosa del Espíritu Santo.
cha gente: “Qué pruebas tenemos de la existencia de Dios?” A. El argum ento cosmológico: La palabra “cosmológico" deriva de dos palabras griegas: kósmos = universo, y lógos = estudio o tratado. En otras palabras, cuado se estudia el universo se percibe que hay una razón lógica para explicar su existencia. Nada existe por casualidad. Todo tiene una causa original. Detrás de un reloj hay un relojero, y detrás de una computadora hay alguien que juntó las com- ' plicadas piezas de esa máquina. Si usted encuentra un cuadro fascinante, eso lo llevará a un pintor que combinó los maravillosos colores del cuadro. Y si us ted lee un poema, sabe instintivamente que las pa labras que lo componen no se juntaron solas; hay un poeta que tuvo la habilidad de crear esa obra de ar te. El argumento cosmológico “se deduce de la exis tencia del mundo. El mundo es contingente, podría
Probando... Pero ahora viene la pregunta que inquieta a mu
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Pasaporte poma ¿a aída no existir; pero existe, por lo tanto tiene una causa. En último análisis, el argumento cosmológico repo sa sobre el principio de la causalidad: Nada existe .sin causa ”.' Piense en su cuerpo. Es una máquina admirable y maravillosa. Desde el día en que usted nació, su corazón ha latido sin parar ni un segundo. Mes tras mes y uño tras año. ¿Cómo puede hacerlo? Piense en su sistema digestivo, ese complicado proceso de asimilación en el cual participan en total armonía cierta cantidad de órganos. ¿Cómo puede ser que todo eso exista por pura casualidad? Sin duda, de trás de toda esa maravilla está la mano de un Dios creador. Por eso David, el salmista, lo expresó de es ta manera: "Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; por que formidables, maravi llosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue en cubierto de ti mi cuerno, bien que en oculto fui for mado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos. Y en tu libro estaban escritas todas aquellas co sas que fueron luego for madas, sin faltar una de ellas”.7
ra de la sociedad en medio de la cual vivimos, pero en el fondo del corazón humano existe la noción de lo que es correcto v lo que no lo es. ¿De dónde vie nen esos sentimientos? ¿De dónde proceden las as piraciones, los sueños y los anhelos de bienestar que tiene el hombre? ¿De dónde proviene esa especie de 'temor instintivo" que tiene el ser humano con respecto a una divinidad que es posible no conozca, pero que acepta en forma inconsciente? La res puesta es: de Dios. Si usted viajara por el mundo vería que no im porta de qué cultura, de qué raza, de qué clase so cial o de qué nacionalidad se trate, la gente se arro dilla delante de algo que considera superior. Algu nos adoran al Dios de la Biblia. Creador del cielo y de la Tierra. Otros adoran imágenes, animales, co sas de la naturaleza, e in cluso están los que corren detrás de una "energía su perior" o de sus propias ideas y filosofías. Pero to dos. sin excepción, se re conocen criaturas que de penden de una fuerza su perior. y sujetos a una h pauta que les indica qué es correcto y qué no lo es, a la que deben seguir o someterse. San Pablo, ul referirse a los gentiles o paganos, lo dijo de la siguiente manera: "Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por na turaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley. son lev para sí misinos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, v acusándoles o defendiéndoles sus ra zonamientos”.1" Esa conciencia moral es una "prueba" más de la existencia de Dios.
Díoi effa
JpWtofo. Etfa
t/ívo' (f actúa. Etfa eu, el cmtkoi
d& la, viday (a faifoua. N& &ciLÍa de, a/tgtmejitúi pana exWtfo.
B. El argumento teológico: La palabra teolo gía procede de dos raíces griegas: Tlieos - Dios, v fagos = estudio o tratado. Por lo tanto, la teología se refiere a Dios y a su libro: la Biblia, por medio del cual se revela y se comunica con todo el que lo quie re conocer. Vea lo que la Biblia, entre muchas otras declaraciones contundentes, dice acerca de lu exis tencia de Dios: "Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus ma nos"." "Venid, adoremos y postrémonos; arrodillé monos delante de Jehová nuestro Hacedor”.* Hay una gruu cantidad de versículos bíblicos que se re fieren a la existencia de Dios. Estos dos son sólo una muestra de que también existe un argumento teoló gico y bíblico para probar la existencia de Dios.
D. El argum ento de la profecía bíblica: Us ted me puede probar que está vivo cuando habla conmigo. Si estuviera muerto no lo podría hacer. Usted prueba que la lluvia existe mostrándomela, no al hablar acerca de ella. La Biblia, a su vez, prue ba la existencia de Dios al mostrarnos a un Dios que actúa en la historia. Usted a veces puede pensar que Dios se oculta, pero la Biblia lo presenta en el con trol de la historia. Nada de lo que acontece en nues tros días sucede por casualidad. La historia es sólo
C. El argumento moral: Los humanos somos seres morales porque tenemos conciencia. No im porta sí está bien formada o deformada por la cultu
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¿Se. pJieoCUpü el desarrollo de la profecía. Dios es quien "quita re yes y pone reyes”.“ Para el Señor el pasado no exis te, ni tampoco el presente y el futuro. Su mirada abarca todo en un presente constante y sin interrup ción. Por eso habla de lo que para nosotros está por ocurrir con la misma facilidad y seguridad que cuando se refiere al pasado. - El profeta Isaías con firmó este argumento de la siguiente manera: “Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos: porque vo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí. que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero”.1’
:* ~v
“ver” en ese momento de tristeza v de lágrimas, “sintiera” que Dios lo había abandonado. Perú D h nunca abandona a sus hijos. Somos nosotros quie nes nos olvidamos de él v nos ponemos en situacio nes difíciles. Cierta vez conversé con un hombre que nunca había creído en Dios, pero que había perdido a un hijo en un brutal accidente de tránsito. —Pastor — me dijo con desesperación—, si Dios existe, ¿por qué no resucita a mi hijo? —Si su hijo resucitara en este momento —le pregunté—, ¿creería usted en la existencia de Dios? En ese instante el hombre se deshizo en lágri mas y me suplicó con desesperación: — ¡Oh, pastor: ayúdeme! En el fondo de su corazón siempre supo que Dios existía, pero en ese momento "sentía" que lo necesitaba, aunque tenía miedo de rendirse. Dios está siempre presente. Está vivo y actúa. Está en el control de la vida y la historia. No nece sita de argumentos para existir. Ni siquiera necesita que yo crea o no. Existe, y está por encima de mis dudas y mi incredulidad. Es soberano y eterno y, sin embargo, se preocupa de usted. Ve sus lágrimas, co noce sus luchas, contempla sus heridas y está con los brazos abiertos, listo para abrazarlo si usted se lo permite.
Extendiendo la mano A pesar de todos estas argumentos, es interesan te notar que los escritores bíblicos dedican más tiempo a describir las actividades de Dios que a la esencia de su ser. Saben que la existencia de Dios no depende de argumentos lógicos, sino que es un asunto de fe. Usted lo tiene que probar por sí mis mo. tiene que sentirlo, y esto sólo puede suceder si usted lo acepta y le permite que guíe sus pasos. Esa noche junto a las montañas de Samaría, mientras dormían los soldados babilonios v los pri sioneros de guerra. Daniel recordaba todo lo que había sucedido. El corazón le dolía terriblemente al rememorar la brutalidad del ejército enemigo cuan do invadió Jerusalén y ofendió a Dios al sacar los va sos sagrados del templo, y al destruir casas y fami lias enteras. Las lágrimas caían por su rostro cuan do se acordaba que él mismo había sido arrancado de los brazos de sus seres queridos para ser llevado como prisionero de guerra a una tierra extraña. ¿Dónde estaba Dios que no había cuidado de su pueblo? De repente sus ojos contemplaron el cielo estrellado, y vinieron a su mente las palabras del sal mista: “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que lú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?”14 En ese instante recuperó la certidumbre de la existencia de Dios. Es posible que no lo pudiera
Hcfcrrntm« * Daniel 1:L 2. - Pluk'iiiiin Vimvul Manurí ilr rWí£li'fj cbntinnw [Maim.il rio rrliipón crwiatm} iParís, v i , 2a rvllciánj, pp. 21. 22 . Citado por Alíretl F. Vamcjirr en I m hhttrrln <¿r la atktítiiÍH {Madrid Sati-iir.. I9SS). p, 45. * ( ¡ c u « « 3 : 9.
^H Irwis Cardan, Dccifle fo r Xavrwtf: A Thevlugy W\rrklxxd, 1OrckLr jx>r tf mlimo Vo manual di teulo^íaj {Duwuen Cnm\ IHino» lntrrvarMtv l’ress, IU78). p. 13. 5 1 Corintios 1:30
6 Ourjst* Stévenv, Seta». Citad» por A F Vaucher. Uml p¿i¡ 4N " Salmo 136:14-18. S Salino 19:1.
® Salino 95:6. KoflMDOS 2 14, 15. *1 Ver Dium-I 2:21 A. F VandH'T.
Ibid p 5*.
13 Isaías 4&S, 10.
14 Salmo 8:3, 4
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CAPÍTULO
¿Su destino está en las estrellas?
E
n 1996 la avioneta en que viajaba un famoso grupo musical se estrelló contra una monta ña cerca de Sao Paulo. Todos los pasajeros murieron en el acto. .Al día siguiente, junto con las noticias, aparecieron las predicciones hechas al co mienzo del año por una vidente que previó la muer te de los integrantes de esc grupo musical en un trá gico accidente. La vidente, de golpe, se hizo famosa y se volvió rica. Invitada por casi todas las radioemisoras y los canales de televisión, pasó a responder preguntas por teléfono y prácticamente no tenía tiempo para atender a toda la gente que la buscaba. Si usted le da una mirada al mundo que lo rodea, verá que la astrología, la cartomancia, la quiroman cia. el tarot v otros métodos de videncia v de adivi nación del futuro se han convertido en un negocio atrayente y lucrativo. Mientras tanto, ¿cuánta ver dad hay detrás de todo ese negocio que implica a millones en los distintos países del planeta? ¿Qué fundamento tiene alguien para afirmar que puede leer el destino de otra persona por medio de los as tros, las cartas o las líneas de la palma de la mano? Y, ¿qué dice la Biblia con relación a todo esto? D aniel ti ene la palabra Volvamos al libro bíblico de Daniel. Habían pa sado algunos años desde el día cuando Nabucodonosor dio órdenes para llevar a los cautivos de Jerusalén a Babilonia. El texto dice: “En el segundo año del reinado de Nabucodonosor, tuvo Nabucodonosor sueños, y se perturbó su espíritu, y se le fue el sueño”.'
¿Soñó usted alguna vez y, al despertar, tenía la sensación de haber soñado pero no se acordaba del sueño? Eso fue lo que le sucedió al rey. El sueño lo perturbaba y lo incomodaba, pero no recordaba na da. Por eso llamó a los “magos, astrólogos, encanta dores y caldeos para que le explicasen sus sueños”.2 La Biblia narra el hecho del siguiente modo: “Y el rey les dijo: He tenido un sueño, y mi espíritu se ha turbado por saber el sueño. Entonces hablaron los caldeos al rey en lengua aramea: Bey. para siem pre vive; di el sueño a tus siervos, y te mostraremos la interpretación. Respondió el res y dijo a los cal deos: El asunto lo olvidé; si no me mostráis el sue ño y su interpretación, seréis hechos pedazos, y vuestras casas serán convertidas en muladares. Y si me mostrareis el sueño y su interpretación, recibi réis de mí dones v favores y gran honra. Decidme, pues, el sueño y su interpretación. Respondieron por segunda vez, v dijeron: Diga el rey el sueño a sus siervos, y le mostraremos la interpretación. El rey respondió y dijo: Ya conozco ciertamente que vosotros ponéis dilaciones, porque veis que el asun to se me ha ido. Si no me mostráis el sueño, una so la sentencia hay para vosotros. Ciertamente prepa ráis respuesta mentirosa y perversa que decir delan te de mí, entre tanto que pasa el tiempo. Decidme, pues, el sueño, para que yo sepa que me podéis dar su interpretación. Los caldeos respondieron delante del rey v dijeron: No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el asunto del rey; además de esto, ningún rey, principe ni señor preguntó cosa seme jante a ningún mago ni astrólogo m caldeo. Porque
Pbsaponte pcua b irida el asunto que el rey demanda es difícil, y no hay quien lo pueda declarar al rey, salvo los dioses cuya morada no es con la carne. Por esto el rey con ira y con gran enojo mandó que matasen a todos los sa bios de Babilonia".® ¿Y ahora? Ahí estaban entonces, condenados a muerte, to dos los astrólogos y adivinos del rey. En esos tiem pos los reyes sr rodeaban de astrólogos con el fin de consultarlos antes de salir a la guerra. Eran nume rosos. vivían en el palacio y estaban al servicio del rey. Es interesante saber
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¿Su destino astó £u kis estiei&s? Ali vi o y gr ati tuíl Esa misma noche “el secreto fue revelado a Da niel en visión”." y a la mañana siguiente el joven he1r* »oró de esta manera: "Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos son el poder v la sabiduría. Él muda los tiempos y las edades-, j'iitu reyes, y pone reves; da la sabiduría a los sabn i' y la ciencia a los entendidos. El revela lo pro tendo y lo escondido; conoce lo que está en tinie blas. y con él mora la luz”.7 Sólo Dios “revela lo profundo y lo escondido". En él están ttxlos los secretos del mundo, y lo ma ravilloso es que el Señor no mora en tinieblas. Se revela, se da a conocer; es la luz, y en él no hay ti nieblas. En nombre de ese Dios, Daniel se presentó de iunte del rev. El relato bíblico continúa así: “Res ; ■'lidió el rey y dijo a Daniel, al cual llamaban Bcltvisar: ¿Podrás tú hacerme conocer el sueño que vi. ■ su interpretación? Daniel respondió delante del rev diciendo: El misterio que el rey demanda, ni sa bios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden revelar al rey. Pero hay un Dios en los cielos, el cual • eia los misterios, y él ha hecho saber al rey Na1ueodonosor lo que ha de acontecer en los postre ros días” Esta historia bíblica muestra la fragilidad de las pretendidas “previsiones” humanas frente a la sabi duría de Dios y de la Biblia. Por cierto la gente que
¿Q ub füÁukumiíxr tte*ib alyuim pana cufvuMa/i cjub pubdb (wi d dutitur db ótxa pPMoxa pon, Mbdlcr db (xA aiñoi, la¿ cmtal o- la¿ lín&tí db (a paLta db (a Mam? ban los sueños y predecían el futuro. Todos estos sa bios se consideraban profesionales de alto vuelo. La gente los buscaba con frecuencia porque todos que rían saber lo que sucedería mañana en su vida per sonal y familiar. Pero en la historia bíblica permanecen mudos e incapaces frente a una prueba de fuego. Toda su "sabiduría” se hizo humo. Estaban delante del Dios todopoderoso y ni fueron capaces de enfrentarlo. Fascinación por el futuro ¿Por qué las multitudes buscan a los astrólogos v a los expertos en cartomancia cuando quieren cono cer el futuro? Hay en el corazón humano mía extra ña curiosidad: saber lo que vendrá. Por alguna razón los hombres prefieren vivir angustiados por el pasa do, preocupados por el futuro al tiempo que se olvi dan de vivir con prudencia el presente, que es lo único que realmente poseen. El pasado no tiene re medio; ya está hecho, ya es historia. ¿Qué podemos hacer para cambiar la historia? El futuro todavía no llegó, pero nos fascina, nos preocupa; nos gustaría disponer de detalles acerca de todo lo que sucede rá. Lo peor de todo es que mucha gente crce que hay un destino va escrito, un sendero señalado por donde el ser humano tendrá que avanzar, le guste o no le guste. "Mi destino es sufrir", dicen algunos. "Nací para ser infeliz”, aseguran otros. “Algunos na cen con estrella y otros nacen estrellados”, se que jan los derrotados. Y otros se resignan diciendo: "No vale la pena luchar cuando no se tiene suerte”. ¿Es verdad que hay un destino? \ea lo que afir ma Dios: “A los cielos y a la tierra llamo por testigos
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PasQpo/Lte pcua la ov¡da
¿Po*i cjui la¿ buicm a íoi a^kolo^oi (j a loi expettoi en
hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vi da y la muerte, la bendición y la maldición: escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia".11 Este versículo nos habla de la libertad de elec ción. Usted tiene dos caminos ante sí. El Señor le aconseja cuál es el mejor. Pero no obliga a nadie.
(W itoiM M jcia, m a n d o ' q u W i m co n o c en
el (trfwur? l-lcuj en el wuizm lai Mam um edham mni/Aidaci: iabe/t ley cju& i/eadná.
Libertad Es por esto que uno de los dones más sagrados que Dios le confió a los seres humanos es la libertad de elección. Los animales no lo poseen; son esclavos de sus instintos. Pero el ser humano no lo es; es el
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¿Su destilo está en tos estjiáiusv yo, el Santo de Israel: Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir”.H Hasta que leyó la orden divina: "Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente: no temas ni desmayes, porque Jehov á tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”.14 El encuentro de ese hombre con Dios v su Palabra cambió el rumbo de su vida. En nombre de Je sús salió a luchar y venció. En cinco años pudo ha cer, con la bendición divina, lo que no había logra do hacer en toda su vida. Hoy contempla las estre llas v sonríe. Y pensar que lmbo un día cuando “de pendía” de ellas para vivir y tomar decisiones.
arquitecto de su propio destino. Si usted se resbaló . c avó no fue porque pasó debajo de una escalera, miki porque 110 fue lo suficientemente cuidadosó(a) J caminar. Si usted se casa y no es feliz, no es por jue "ella/él es de Libra y yo de Capricornio", sino porque ambos no aprendieron a comunicarse, a aprenderse, a aceptarse y a ayudarse mutuamen te. Hay muchas vidas arruinadas que vegetan en el c jnformismo y la derrota porque llegaron a la con clusión de que su “destino" es sufrir. L’n señor me buscó una noche después de pre sentar la Palabra de Dios ante más de treinta mil pe rsonas. Me habló de sus derrotas y fracasos. Esta ba muv envejecido para sus cincuenta años. No te•id más deseos de luchar, porque había llegado a la nelusión de que se había portado mal en vidas an teriores v ahora estaba pagando todo eso con los su:n mientes de esta vida. Mientras tanto, todos los días consultaba el horóscopo para ver si alguna vez . >astros le anunciaban un día de suerte para correr .:! casino y jugar por dinero. En esas circunstancias la Palabra de Dios llegó a ' . \ida. Entendió que Dios le prometía a sus hijos siguiente: “Entonces te deleitarás en Jehová: y yo u haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré .comer la heredad de Jacob tu padre; porque la bo ca de Jehová lo ha hablado”.“ En los salmos encontró la siguiente promesa; En tu mano están mis tiempos; líbrame de la ma no de mis enemigos y de mis perseguidores”.13Y en Isaías esta otra: “Así ha dicho Jehová. Redentor su
J
Referencia» * Daniel 2.1
2 D i m i t í 2 :2 . 3 Daniel J- V ia 4 D a i w l 2 :lfi 3 Liaí.»
SI »
6 Daniel 2:1«. 7 Daniel 2:20-22 .
s Daniel 2:26-2S 9 Daniel 2:24,
^ Ver Daniel 2:4", Deiiténu nimio .IQilS). ‘ 3 Satirio 31 15
I»uúii 4S:17. 15 Ji m * 1:9,
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CAPÍTULO
¿Quién está en el control de su vida? 1 ué sueño misterioso perturbaba al rey • i \ J Nabucodonosor? ¿Por qué nadie lo po( j 1L dría interpretar? ¿En qué consistía? -Hué podía significar? En el capítulo anterior vimos que ninguno de los astrólogos, ni los magos, ni los encantadores ni los caldeos le pudieron ayudar al rey. Nabucodonosor no se acordaba de su sueño. Tenía la sensación de haber soñado algo pero no recordaba lo que era. La posición de los caldeos era: “Di el sueño a tus sier vos, y te mostraremos la interpretación”. Pero el rev• amenazó: “Si no me mostráis el sueño v- su interpretación. seréis hechos pedazos, y vuestras casas serán convertidas en muladares. Y si me mostráis el sueño y su interpretación, recibiréis de mí dones v favores, v gran honra. Decidme, pues, el sueño y su interpretación".2 En vista de la incapacidad de los magos, astrólo gos y encantadores, el rev los condenó a muerte. Entonces apareció la figura maravillosa de Daniel, a quien se le había dado el sueño del rey : “Estando tú, oh rey. en tu cama, te vinieron pensamientos por sa ber lo que había de ser en lo por venir; y el que re vela los misterios te mostró lo que ha de ser. Y a mí me ha sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en todos los vivientes, sino para que se dé a conocer al rev la interpretación, v para que entiendas los pensamientos de tu corazón. Tú, olí rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible. La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho v sus brazos, de plata; su vientre y sus mus
los. de bronce; sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro \en parte de barro cocido. Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó c-1 viento sin que de (‘líos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó to da la tierra”.3 ¿C uál es el si gni fi cado? El rev Nabucodonosor era idólatra. Se había pa sado la vida adorando imágenes. Y cuando Dios quiere dar un mensaje especial al ser humano, lo hace sobre la base de las cosas con las cuales está fa miliarizado. A Nabucodonosor le mostró una ima gen grande y extraña. Tenía la cabeza de oro. los pe chos y los brazos de plata, el vientre y los muslos de bronce, las piernas de hierro, y los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido. Pero, ¿qué significaba tocio eso? ¿Qué quería de cir Dios? Recuerde que en la noche del sueño el rey estaba en su cama pensando en el futuro. Aunque el rev no conocía al Dios todopoderoso, Creador de los cielos y la Tierra, el Señor nunca deja sin orien tación a los hombres sinceros de corazón. Por eso se manifestó a Nabucodonosor por medio de ese sue ño .
La interpretación de Daniel fue la siguiente: "Tú. oh rey. eres rey de reyes: porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad... Y
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Pasaporte paxa ía oída después de ti se levantará otro reino inferior al tuvo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra... De la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que lia de acontecer en lo porvenir; y el sueño es verdadero, v fiel su interpretación”.*
ben la historia en forma cíclica de un perpetuo re comenzar. la historia bíblica está orientada: Dios ac túa en la lñstoria y la conduce a su fin. Él intervie ne en su curso por medio de actos libres de su vo luntad soberana. Dios visita la Tierra. La Biblia no es otra cosa que el relato de esos actos sucesivos de Dios, actos de creación, actos de juicio v de libera ción, que culminan en el acto redentor de la encar nación; y la Biblia además presenta el hecho de que este mundo llegará a su fin por un acto soberano y último de Dios, que inaugurará su reino”.' Dios dirige la historia por medio de los “actos li bres de los seres humanos”. ¿Cómo se entiende es to? ¿Son los actos de Dios o los de los hombres? ¿Es Dios el gran Conductor y los seres humanos meras marionetas en sus manos? Aquí necesitamos entender que Dios dirige la historia de dos maneras: inspirando y permitiendo. Felices los hombres y las naciones que oyen el cousejo divino; él los inspira y construyen una historia de victorias y triunfos. Pero cuando el ser humano se atreve a desobedecer, v al usar la libertad que él le dio anda por sus propios caminos, el Señor per mite los fracasos y las derrotas porque respeta las decisiones humanas; pero, a pesar de todo, sigue en el control final de la historia. La profecía revelada por medio del sueño de Nabueodonosor se cumplió punto por punto, deta lle tras detalle hasta nuestros días, y todo indica que el fin de la historia terrenal descrito en ella también se cumplirá sin duda e incuestionablemente. Por lo tanto, es indispensable tener los ojos bien abiertos y el corazón preparado.
El Señor de la Historia Este sueño es sin ninguna duda una de las profe cías más extraordinarias de todos los tiempos. Dios
Feúcei loi kcmbnu y tai m c i m i i q u e, o y en , d
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ttáfodaÁ (f Tkuinfoi.
El oro “Tú, oh rey, eres la cabeza de oro”, dijo Daniel, y la historia prueba que realmente nunca hubo un imperio tan rico y tan poderoso como el Imperio Babilónico. Babilonia se encontraba a orillas del río Eufrates, a unos 24 kilómetros al sur de Bagdad, la actual capital de Iraq. La tierra era pródiga y el río la regaba permanentemente. El que esté ubicada en un punto estratégico —entre el Golfo Pérsico y el Mar Mediterráneo— la convirtió en la ruta co mercial de aquellos tiempos y, por consiguiente, le acarreó prestigio económico y político. Diversos historiadores describen las riquezas de Babilonia en forma extraordinaria y a veces exage rada. El hecho es que Nabueodonosor era la perso nificación perfecta de la cabeza de oro. Esa fue la
revela el futuro de manera asombrosa, anuncia lo que va a suceder, presenta la procesión de los impe rios que dominarían el mundo y anuncia cómo ter minará la historia humana. Esta profecía nos de muestra que Dios siempre tuvo el control de la his toria. “lx> que los profetas pretenden revelar a su pue blo no es tal o cual acontecimiento futuro, sino más bien el senti do oculto de la historia. La historia tie ne una dirección, tiene un fin. Dios gobierna la his toria y le determina su objetivo. Tiene en la mano el destino de las naciones... Por su carácter histórico, la fe cristiana se distingue radicalmente de todas los sistemas filosóficos, de todas las especulaciones me tafísicas. Mientras los hindúes y los griegos conci
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¿Quién está e.n el CowfJtofc de Su tíilav época más brillante del Imperio Babilóni co. "El poderío político y económico del imperio, sus extensas conquistas militares y el embellecimiento de la ciudad de Babilo nia. la convirtieron en la capital del mundo, e hicieron de Nabucodonosor y de su im perio la cabeza de oro“." El historiador Herodoto dijo que los muros que rodeaban la ciudad eran casi in destructibles. de unos 25 metros de ancho y 95 de largo. Y el mismo Nabucodonosor dijo lo siguiente acerca de esos muros; “Pa ra que ningún ataque pudiera llegar a los muros de Babilonia, hice lo que ningún otro rey había hecho. Hice construir un po deroso muro en el lado oriental de la ciu dad. Excavé un foso y construí a los lados con betún y ladrillos. A la orilla construí un poderoso muro, tan alto como una monta ña. En él abrí grandes puertas y les puse postes de cedro revestido de cohre. Para que el enemigo cargado de malas intencio nes no pudiera presionar a Babilonia por los costados, hice inundar los terrenos que rodeaban la ciudad, del mismo modo como la tierra está rodeada totalmente por el mar”.* Ahí estaba el Imperio Babilónico, sim bolizado por la cabeza de oro, pero la pro fecía afirmaba que “después de ti se levan tará otro reino inferior al tuvo"; y así fue. Todo el esplendor del reino de Nabucodo nosor sólo duró 43 años. Después vino una serie de gobernantes débiles. Con todo, el resplan dor del imperio proseguía intocable, y su poder mi litar causaba la impresión de ser el mismo. Pero la profecía afirmaba que llegaría a su fin. Y la palabra profética del Señor se cumplió.
nes para veinte años. El río Eufrates, que atravesa ba la ciudad, les traía suficiente agua para regar sits tierras. ¿Quién los podría derrotar? Belsasar y los habitantes de Babilonia miraban a Ciro y se reían de él. Confiaban en sus muros inexpugnables. Se creían invencibles. Pero la profecía afirmaba que Babilonia llegaría a su fin, y así fue. Ciro estaba al tanto de la imposibilidad de des truir el muro; por lo tanto, puso en práctica otra es trategia. Al saber que se aproximaba una gran fies ta, el comandante medopersa ordenó desviar el cur so del río, y una fatídica noche del año 538 a.C. en tró con sus ejércitos y tomó la ciudad. La profecía había hallado su cumplimiento.
La plata El Imperio Medopersa estaba conquistando el mundo de aquel tiempo bajo la dirección de Darío, quien llamó a Ciro, su sobrino, para que le ayudara. Babilonia era la última gran ciudad que le faltaba conquistar. En ese tiempo el gran imperio estaba bajo el gobierno de un líder que se llamaba Belsa sar, quien desde los puntos de vista moral, militar y administrativo era sumamente débil. Creyó que si se encerraba en la ciudad el problema estaba re suelto. Después de todo, tenía reserva de provisio
El bronce La plata es inferior al oro. y el Imperio Medo-
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Pasaporte pQAQ la inda persa fue inferior a Babilonia en lujo y magnificen cia. En realidad, nunca más se levantó en la historia otro imperio semejante a Babilonia, simbolizado por la cabeza de oro. Pero la profecía seguía de este modo: "Después se levantaré un tercer reino de bronce que domina rá toda la tierra". Este reino es el Imperio Heleno — o Griego— , que bajo la conducción de Alejandro Magno se extendió por todo el mundo de esos días. Alejandro, el genio militar de Grecia, conquistó par te del Oriente, dominó Asia Menor, Fenicia, Pales tina, Etiopía, Mesopotamia y Persia. Los límites de su imperio llegaban hasta el borde occidental de la lucha. Los soldados de Alejandro se distinguían por sus armaduras de bronce, y el historiador Herodoto los definió como “hombres de bronce que salían del mar". El Imperio Griego dominó el mundo entre los años 331 v 168 a.C.
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El hierro Pero también llegó a su fin. La profecía decía que se levantaría un nuevo rey, y así fue. En el año 168 a.C., en la batalla de Pidna, Roma le puso fin al dominio de Grecia, dividiendo su territorio en cua tro confederaciones. A partir de ese momento Ro ma extendió sus dominios hasta las Islas Británicas, y por el este hasta el Eufrates. El historiador Gib bon afirmó que "las armas de la República, a veces vencidas en la batalla, siempre victoriosas en la gue rra. avanzaron a pasos rápidos hacia el Eufrates, el Danubio, el Rin y el Océano; y las imágenes de oro y plata o bronce, que podrían servir para represen tar las naciones o sus reyes, fueron sucesivamente quebrantadas por la férrea monarquía de Roma”.9 Al referirse a la dureza de este imperio, Gibbon sigue diciendo: “El imperio de los romanos llenó el mundo, y cuando ese imperio cayó en las manos de una sola persona, el mundo se transformó en una cárcel segura y lóbrega para sus enemigos”.10 Roma gobernó con la dureza y la rigidez del hierro hasta el año 476 d.C.
do, el reino será en parte fuerte, v en parte frágil”.11 La historia se encargó de probar que la profecía estaba en lo cierto. A partir del año 176 d.C. nunca más se levantó otro imperio para dominar al inun do. Hubo muchos intentos, como por ejemplo los de Carlomagno. quien al morir fracasó en su inten to de reconstruir el Imperio Romano. En el siglo XVI el emperador Carlos V también fracasó, v podemos mencionar asimismo a Napo león Bonaparte. quien después de muchas conquis tas finalmente fue derrotado en la batalla de Water loo en 1815. En el siglo XX. Adolí Hitler soñó con un impe rio mundial, pero sufrió la derrota v ni siquiera lo gró la unificación del continente europeo. Muchos creen en la actualidad que la globalización será un láctor de unidad mundial. Es verdad que la velocidad de las comunicaciones modernas ha acortado las distancias, pero no se puede afirmar que por eso todo el mundo estará unido bajo una misma bandera. La profecía es clara. El barro no se juntará con el hierro. Algunos reves de Europa intentaron casar a sus hijos con el fin de consolidar un reino “más fuerte”, pero la profecía dice: “Ni mediante alianzas humanas”.“ lx>s diez reinos bárbaros que le pusieron fin al dominio mundial de Roma, v que le dieron origen a las actuales potencias de Europa, son: hunos, ostro-
H i erro y barro Pero la profecía no terminaba allí. El texto bíbli co sigue diciendo: “Y lo que vaste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero yen par te de hierro, será un reino dividido: mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. Y por ser los dedos de los pies en parte de hiero y en pai te de barro coci-
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¿Quién está eu tí c-ontxoü de. su i>ida9 godos, visigodos, francos, vándalos, suevos, burgundios, hérulos, anglosajones y lombardos. ¿Será pura coincidencia que los dedos de los pies, en los cuales no se pueden juntar el barro y el hierro, también sean diez?
ver y volverá, quieran o no los hombres, le guste a usted o no, estemos preparados para ello o no. En ese glorioso día llegarán a su fin todos los rei nos del mundo. La Historia se habrá terminado. No más dolor ni guerras, ni explotación ni miseria. No más injusticias, ni muertes ni sufrimientos. Todos los gobiernos del mundo ya no tendrán razón de ser. El regreso de Cristo será el fin de la historia del pe cado y el comienzo de un imperio de amor que du rará por los siglos de los siglos. La pregunta que usted debería responder es és ta: Si hasta aquí la profecía de Daniel 2 se ha cum plido casi hasta en sus más mínimos detalles, ¿no se cumplirá también el detalle final que aún falta? Y si así fuera, ¿no le parece que va es tiempo de prepa rarse para el gran encuentro personal con Jesús, el Rey de reyes y Señor de señores? ¿Cómo será el regreso de Jesús? ¿Qué base bí blica tenemos para afirmar que volverá? Ese es el tema del capítulo siguiente.
Un reino eterno Hasta aquí vimos cómo la profecía se ha cumpli do casi al pie de la letra. Desde Babilonia, que co menzó su dominio en el año 6()6 aC.. hasta nues tros días, la historia del mundo estaba descrita con anticipación mediante la imagen que vio en su sue ño el rey Nabucodonosor. Después de Babilonia se levantó un reino menos deslumbrante que el del rev soñador. Después de él, de acuerdo con la profecía, vino otro reino que se extendió con rapidez increí ble. y finalmente surgió el Imperio Romano, con la dureza y la rigidez del hierro. A partir de entonces nunca más se levantó un reino mundial. Se hicieron algunos intentos inútiles; la profecía se cumplió con exactitud. Pero la histo ria no termina ahí. La interpretación del sueño que hizo Daniel dice: "Y en los días de estos reves el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; des menuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con ma no. la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación".1' Este es el punto culminante de la historia de la humanidad. En nuestros días —“en los días de es tos reyes”— Dios levantará su reino universal. El regreso de Cristo está simbolizado por la piedra que es cortada “sin mano de hombre”. El retorno de Cristo no es un asunto humano. Jesús prometió vol
Refarendwi * Daniri 2:4. ultima pttfte |fi.p.|. 2 D aniel 2:3. fi
3 Daniel 2.-2S-33. * D a n i el 2 4 7 . 3 9 , 4 3
I Stnaiinr Dietrich. Le m m tteau blhlique [El ri-mmmiriift>hililmi) Neutliitel. 1947. 2‘ edu.irt«i!, pp. 226 30. Ciladn pur A F Voucher. Ilil
por Alhi’rt OlanipAii HithilrnUi !Barwluiw. traducoiSii dc Elsa Const1, p 140 9 Eduajtl Glhtxm. Tlir Decline and Fall of tlw Human Empire [ I -a (leiartemria y c-jitta tie! tmperto Ronmuij, L 3. uap. 3%, p. 634 I® Ibid . t. 1, c»p 3. p 98 II Daniel 2: i 1. 42. 12 Vc-r Daniel 2:43. 13 Damrl 244, 43
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CAPITULO
El mayor espectáculo del mundo
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sa señora de edad irie miraba insistentemen te y parecía que me estaba presionando. Después se acercó y me dijo: "Disculpe, se ñor, ¿cómo se llama usted?“ Cuando oyó mi res puesta me pareció ver la desilusión retratada en sus ojos llenos de nostalgia. “¿Sabe que usted se parece mucho a mi hijo?", me dijo. Después me contó su historia. Varias déca das atrás su joven hijo, lleno de sueños, subió a un barco y se fue en dirección a los Estados Unidos. "Regresaré, mamá, y me la llevaré conmigo”, le pro metió. Pero ya habían pasado casi cuarenta años y del hijo no tuvo más noticias. “Mi hijo debe tener hoy su edad — me dijo con tono triste—, y se debe parecer mucho a usted”. No sé si ese hijo ausente se parece a mí. Se me ocurre que esa ancianita trata de ver en todos al hi jo que le prometió volver. La nostalgia siempre está presente. El dolor de la partida no desaparece, v la alegría del regreso nunca llega. Sin embargo, a esa mujer la esperanza la anima y la hace soñar v ver en todos el rostro de su hijo. ¡Promesas! El mundo está lleno de promesas que no se cumplen. Hay novias que esperan el re greso del novio. Hijos que esperan el regreso del padre, v padres que cuentan los días para ver de nuevo a sus hijos. Esta vida llena de promesas incumplidas produ ce dolor. Este mundo está lleno de promesas falsas, y asfixia. Estas promesas de arena cansan. Porque usted se queda oteando el horizonte en procura de un mañana más feliz que nunca llega. Duele porque implica frustración. Asfixia porque la esperanza del cumplimiento de la promesa se convierte en el oxí
geno que necesitan imperiosamente sus sueños pa ra poder vivir. Una promesa En medio de todas estas promesas que involu cran su vida, hay una hecha por el Señor Jesucristo: “No se turbe vuestro corazón: creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de un Padre muchas mo radas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”.1 La promesa del regreso de Cristo no es una pro mesa bíblica más. En realidad, es "la piedra angular de la fe y de la esperanza cristianas”.* “Nada puede reemplazar o igualar el regreso de Cristo, pues sólo él le aportará al mundo la victoria completa sobre el pecado y el triunfo absoluto sobre la muerte".1 Si 110 existiera la promesa del regreso de Cristo, ¿qué propósito tendría el plan de salvación? ¿Nos salvaría Jesús para que sigamos viviendo por los si glos de los siglos en este planeta Heno de dolor, an gustia, tristeza y muerte? Dios nunca hace a medias las cosas. Por lo tanto, para que la salvación sea completa, necesariamente tiene que implicar el fin de este mundo de dolor, y el establecimiento de un nuevo reino de paz y amor. En el sueño que Dios le dio a Nabuaxlonosor, el regreso de Cristo aparece como el fin de la historia del pecado en este mundo y el establecimiento de ese reino eterno de paz. Sube un reino y desciende el otro. Los imperios pasan. Y finalmente los gobier nos de este mundo llegan a su fin porque una pie-
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PasGponte pa/ia Ha meta dra. arrancada sin el auxilio de una mano humana, cae desde los cielos y termina con la historia de los hombres para cumplir la promesa más grande de to dos los siglos: el regreso de Jesús a esta Tierra. Hay 1.527 referencias al regreso de Jesús en el Antiguo Testamento y 319 en el Nuevo Testamento. Por lo tanto, nada hay más importante para el cris tianismo después del nacimiento, la muerte y la re surrección de Cristo que su regreso a esta Tierra. “El regreso de Cristo en gloria... es el desenlace necesario y lógico de los destinos humanos... El al ba después d«' la noche, eso será el regreso de Cris to... Es necesario que Cristo vuelva al fin; es nece sario, para dar a la historia una conclusión razona ble. al drama humano un sentido, un desenlace... El corazón humano se siente acongojado delante del espantoso poder del mal. La espera en calma y pa ciente de la segunda aparición de Cristo es lo único que extiende un bálsamo sobre esas heridas”/ Una certeza ¿Qué razones bíblicas tenemos para afirmar que el regreso de Cristo será una realidad? En principio es necesario saber que a lo largo de la historia siem pre ha habido incrédulos, quienes no sólo negaron el regreso de Cristo sino que también se burlaron de los que creían. El apóstol San Pedro afirma lo si guiente acerca de esta actitud humana: “Sabiendo ■»rimero esto, que en los jwstreros días vendrán buradores. andando según sus propias concupiscen cias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su ad venimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación".'1 Pero que haya gente que no crea en esta maravi llosa promesa no quiere decir que Jesús no regresa rá. El cumplimiento de la promesa divina no depen de de la actitud de los hombres. Cuando en la agen
da divina se cumpla el día y la hora Jesús regresará a la Tierra para ponerle fin definitivamente a la his toria del pecado. Ya en el Antiguo Testamento el salmista David declaraba lo siguiente: “Vendrá nuestro Dios, y no callará. Fuego consumirá delante de él, y tempestad poderosa lo rodeará. Convocará a los cielos de arri ba, y a la tierra, para juzgar a su pueblo”.* Y en el Apocalipsis, San Juan parece completar el cuadro: “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, v había en su cabeza mu chas diademas, y tenía un nombre escrito que nin guno conocía sino él mismo, Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. V los ejércitos celestiales, vestidos de li no finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda para he rir con ella a las naciones, y él las regirá con va ni de hierro: y él pisa el lagar del vino del l'uror de la ira del Dios Todopoderoso".7 ¿Quién puede poner en tela de juicio estas de claraciones bíblicas? Sin embargo, hay quienes creen que todo esto es alegórico y simbólico; de ma nera que, para huir tal vez de la presión de la incre dulidad. mucha gente prefiere creer que el regreso d e j esús es simbólico y no un hecho real tal como lo describe la Biblia. ¿I,ó describe así la Escritura? Sí, muchísimas veces, como cuando los ángeles decla raron: “Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vo sotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo"." Aquí se describe la escena de la ascensión de Je sús después de haber estado con sus discípulos por cuarenta días después de su resurrección. El relato bíblico dice lo siguiente: “Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, f ue alzado, y le recibió una nu be que le ocultó de sus ojos”.* Cuando todos los discípulos estaban mirando el cielo con tristeza porque el Señor Jesús se iba, de repente aparecieron junto a ellos dos hombres ves tidos de blanco, que sin duda eran ángeles. Estos dijeron a los discípulos que Jesús regresaría así co mo se había ido. O sea, física, literal, corporal y vi siblemente a los ojos humanos. Para completar esta descripción, el apóstol San Juan declara: “li e aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, v los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén”."*
2H (HjQyon e£pe£.tác,ülk) del mundo Todo ojo le verá. Estos ojos no pueden ser “los ojos de la fe", como algunos creen, porque entre los que lo verán en ocasión de su segunda venida tam bién están "los que lo traspasaron", y éstos, cierta mente. no tenían fe. San Mateo describe el gran acontecimiento de la historia con estas palabras: “Entonces aparecerá la señal del Ilijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, v verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cie lo, con poder y gran gloria". ’1
¿L& guíta/da, a uitéd vuívi pana iteMpw ea elfo mudo'?... ¿L& quilma ieguVt iuÁimto (ai Uyiiít&ai y (ai aumqum d i B ife M u ndo ( k p e c a d o '?
Falsos cristos Es verdad que antes del regreso de Jesús apare cerán “falsos cristos" y “falsos profetas" diciendo que Jesús ya llegó a Europa, a los Estados Unidos, y hasta al Brasil, a Méjico y a la Argentina. E incluso es posible que esos falsos cristos traten de parecer se en la mayor medida de lo posible a Jesús cuando estaba en esta Tierra, y harán incluso milagros, y tendrán seguidores. Pero la Biblia declara: “Así que. si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis-, o mirad, está en los aposentos, no lo creáis. Porque como el relámpago que sale del oriente y se mues tra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre”.12 El regreso de Cristo será entonces un hecho real, corporal y visible a todos los ojos. Pero, ¿cómo puede ser esto? Al Sol no lo ven al mismo tiempo todos los habitantes del globo terráqueo: mientras los de un hemisferio lo ven, los del opuesto no lo meden ver, porque no disponen de las condiciones f ísieas para hacerlo. Entonces, ¿cómo puede ser po sible que “todo ojo" vea a Jesús al mismo tiempo? Recuerde que el regreso de Cristo es un acto divino y sobrenatural. Escapa a la comprensión humana. En la Biblia se mencionan muchos hec hos sobrena turales que conocemos con el nombre de milagros. Suceden, aunque la mente humana 110 sea capaz de comprenderlos, Así dadas las cosas, y con el fin de que se con vierta en la gran esperanza de su vida, el regreso de Cristo tiene que ser para usted un hecho real y visi ble. Porque si sólo es simbólica, o si ha sido invisi ble y Jesús ya está entre nosotros como creen algu nos, ¿qué ventaja tenemos con eso? Es verdad que la presencia de Jesús hoy por medio de su Espíritu, nos consuela, nos aconseja, nos fortalece, nos da sa biduría y nos enseña. Pero, ¿qué fin tiene todo eso? ¿Para seguir viviendo eternamente en este mundo de sufrimiento? ¿Le gustaría a usted vivir para siempre en este mundo? ¿Le gustaría seguir scpul-
tando a sus seres queridos arrebatados por la muer te? ¿Le gustaría seguir sufriendo las injusticias v lasamarguras de este mundo de pecado? Claro que no. La presencia invisible de Dios por medio de su Es píritu vale mucho. Vale su consuelo, su consejo y su enseñanza, porque existe la bendita esperanza de que todo esto es pasajero; este mundo tendrá un fin, Jesús regresará, y cuando vuelva se removerán los fundamentos de este planeta de pecado, y no le quedará más ni raíz ni rama. El regreso de Cristo ha creado una gran expecta tiva entre los seres humanos a lo largo de la historia. El hombre daría todo lo que tiene por descubrir el día v la hora de ese acontecimiento. Pero el mismo Señor Jesucristo declaró: “Pero del día y la hora na die sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre".11 Al revisar todo lo que la Biblia dice acerca del re greso de Cristo, se puede notar claramente que el énfasis está puesto en la preparación de la gente pa ra ese gran evento, y no sobre su fecha. Pero en el corazón humano hay una profunda curiosidad por saber esa fecha. Esto induce a muchos a especular y a llegar a conclusiones humanas \ particulares. La Biblia es contundente: nadie sabe la fecha. Antes que Jesús ascendiera al cielo, se retiñió un día con sus discípulos y éstos le hicieron una pre gunta: “Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?”“ Aquí vemos esa curiosidad natural que tiene el ser humano por fechas v horarios, Frente a esta curiosidad, la respuesta de Jesús fue: “No os to ca a vosotros saber los tiempos o las sazones que el Padre puso en su sola potestad".15 A yer como hoy Pero Jesús no nos dejó en la oscuridad completa con respecto al momento de su regreso. Dijo lo si guiente: “Mas como en los días de Noé. así será la venida del Hijo del Hombre”.16
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Pbsapoxte paxa íg Wda "Como en los días de Noé”. Y ¿cómo eran esos días? Moisés dijo: “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo de signio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”.17 Este texto nos informa que los días de Noé eran días de violencia, inmoralidad y desconocimiento de Dios. Compárelos con nuestros días. San Pablo, al escribir a Timoteo, afirmó: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos pe ligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mis mos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natura], implacables, calumniadores, intem perantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, trai dores. impetuosos, infatuados, amadores de los de leites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella: a éstos evi ta”. ¿Percibe alguna semejanza entre el carácter de las personas en los días de Noé y el de las personas en la actualidad? El parecido es asombroso. Pero más allá de que esto de por sí sea extraordinario, el énfasis del versículo no está en el carácter de las personas sino en la no preparación v la incredulidad en relación con el acontecimiento que se avecinaba. La gran noticia que anunciaba Noé era la venida del diluvio. Era un mensaje que no gustaba. ¿Quién podría creer eso? Hasta ese momento jamás había caído una gota de agua del cielo. La tierra producía frutos porque "subía de la tierra un vapor, el cual re gaba toda la faz de la tierra“. Esto significa que el mensaje de Noé no era po pular. No era algo en lo que todo el mundo creería. También hoy el mensaje de la Biblia no es popular. Algunos lo consideran loco y sin sentido, pero “la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pe ro a los que se salvan, esto es. a nosotros, es poder de Dios" Noé predicó durante 120 años. Al principio mu chos creyeron en su mensaje. Tal vez algunos de ellos colaboraron en la construcción del arca. Tal vez otros dieron dinero v materiales para ayudar a la misión. Pero el diluvio no llegaba. Los pronósticos del tiempo no anunciaban lluvia. La ciencia afirma ba que desde su punto de vista era “imposible” que cayera agua del cielo. Los 120 años pasaron. Nadie más creía que el di luvio sucedería. lx>s únicos que estaban preparados y entraron en el arca fueron Noé, su esposa, sus tres hijos y sus tres nueras. Nadie más. ¿Dónde estaban los que creyeron al principio? Todos se habían desa
nimado. El tiempo se encargó de apagar la llama de la esperanza en sus corazones. Cierto día, cuando a nadie le parecía que algo extraordinario podría suceder... Cuando todo el mundo se despertó con la idea de que se trataba de un día más... Que la vida seguía su curso normal. La gente comía y bebía, se casaba y se daba en casa miento". Era un día normal con el cielo azul y un sol resplandeciente. Era un día común como cualquier otro, hasta que de repente alguien observó algo ex traño en el cielo. Era una nube que aumentaba de tamaño. Era negra, y crecía y asustaba. El cielo se oscureció. Por primera vez se escuchó un estruen do llamado trueno, y saetas de luz recorrían el cielo oscuro. Todo el mundo se acordó de Noé y de la “lo cura" del arca Todo el mundo corría. Todos pedían auxilio, pero la puerta del arca había sido cerrada por los ángeles y nadie la podía abrir. "No entendie ron —afirma la Biblia— hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos; así será también la venida del Hijo del Hombre”.11 “Así será también la venida del Hijo del Hom bre". ¿Se da cuenta de que el énfasis del texto bíbli co está puesto sobre la preparación de los seres hu manos para este acontecimiento? Antes del diluvio la gente no estaba preparada, y cuando Cristo vuel va tampoco lo estará. Por eso jesús nos aconseja: “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de ve nir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de ve nir, velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis”,2* Jesús presentó después una ilustración para ex plicar cómo incluso en el seno de una familia algu nos estarán preparados v otros no. Dijo: “Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será deja da”.23 Algunos cristianos entienden que estos versícu los enseñan que habrá “un arrebatamiento secreto” antes del regreso de Cristo. Pero no hay base bíbli ca para creer en algo semejante. En el contexto en que aparecen estos dos versí culos, Jesús no está hablando de ningún aconteci miento previo o aparte de su regreso. El tema de los versículos que van del 36 id 44 es la preparación pa ra ese gran acontecimiento. Será como en los días de Noé. afirma. Algunos estarán preparados (Noé y su familia), y otros no. Dos estarán en el campo, uno será tomado y el otro no. Dos mujeres estarán en el
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£6 wayox espectáculo d tí mundo molino, una seni tomada y la otra no. “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Se ñor . —
do. para salvar a los que le esperan".17 Su promesa se cumplirá. Lo quieran los hombres o no, lo crean o no, estén preparados o no. Hoy es el día de la preparación. Usted puede po ner en las manos de Jesús todos los sueños que la vi da le destruyó, sus planes arruinados por el tiempo, su cuerpo lacerado por el dolor, su tristeza causada por extrañar a ese ser querido que la muerte le arre bató. Puede tener la seguridad de que el fin de to do sufrimiento está cerca. "Acerquémonos con co razón sincero, en plena certidumbre de fe. purifica dos los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Mantengamos firmes, siu fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió' .*1
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Señales Aunque el día y la hora del regreso de Cristo es tén velados para los seres humanos, Jesús describió cómo sería el tiempo previo a su venida: "Y oiréis de guerras v rumores de guerras; mirad que no os tur béis. porque es necesario que todo esto acontezca, l**ro aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares... Y muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará”.1’5 Después fia este consejo: "De la higuera apren ded la parábola; cuando ya su rama está tierna, y brotan fas hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis tollas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas”.“ Déle ahora mismo una mirada a los diarios. Vea esta noche el noticiero de la TV teniendo presente estas señales. Observe a los seres humanos que es tán alrededor de usted. Considere las actividades del gobierno, los sistemas políticos, las huelgas, los movimientos revolucionarios, la insatisfacción de la ¿rute v responda: ¿No son éstos los tiempos descri tos por Jesús como los momentos previos a su regre so? ¿Cree usted que Dios puede permanecer indi ferente frente a todas las injusticias que se cometen en el mundo? ¿Puede Dios contemplar de brazos cruzados el dolor de los inocentes? ¿Pueden apare cer en la pantalla del televisor los seres humanos más corruptos y afirmar que son “inocentes”, sin que intervenga finalmente la justicia de Dios? El Señor creó este planeta para que sus criaturas pudieran ser plenamente felices v estar realizadas. El Señor hizo el jardín del Edén para que fuera el hogar eterno de los seres humanos. En el plan ori ginal de Dios no existían ni el dolor ni la muerte, ni tristeza ni cosa semejante. Algo sucedió que distor sionó el plan de Dios. Pero no para siempre. Sólo momentáneamente. Pero esta historia está llegando a su fin. Jesús volv erá para rescatar a sus liijos. La primera vez vino a este mundo como un niño inde fenso para morir por los seres humanos. Pagó el precio de nuestra desobediencia. Nos compró con su sangre. Pagó con su vida el precio de nuestro res cate. Nos redimió. “Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez. sin relación con el peca
Rcfcrencl»« I S. Juan H I 4 * Fnitlrldi Ntetndie. Da* Li'hr imcli der EvangflMm Dvzmaiticii ¡Compendio del evangelio. Dogmática], rnibinga. 1 896 \p. 500
^ Théuphile Irf-isMidijü-Dvsi'ooltov L'avimtnent dn fíat nientaiulo <|rl Rey niestóni [ti n^ti » la u(XKali|>tK-a Judia y lo* t'v.ini/i-'.ius 6|iiój>1Ihh] ¡Tesis dr tílncbra. 1ÍMI01. p 229. * Paul Vallnttno /. « ¿randf aurore [La eran aurora], 1Parts, 1914', pp. 33(1,3-12. '»52, (Lm trrs cita* «n&n tomad«« dr A, F, Vmiriw f. IM . p. +'*), I 5 2S Pedro3:3.4. ®Salino 50:3. 4 " Apucalipñs 19:11-13 8 Mochos 111. u Hecho» 1:9 111 Apocalrpsi» 17 , II S. M«rn 24.10. 1! S Mateo 14 2* 27 13 S. Mateo 24,36. u Heclxw 1:6Hecho* 1:7. I» S Mateo 24:3 7. ' 1CVncsií 6-5. 18 2 Timoteo 3:1-3
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CAPITULO
G uí a para una vi da plena y feli z y las tinieblas no prevalecieron contra ella”.2 Dios es luz v en él no hay tinieblas. La luz no puede permanecer escondida. Ilumina y se expan de, y le trae claridad y vida a la gente. Así es Dios. Creer en Dios equivale a creer que se puede reve lar. “Admitir un Dios vivo y personal, y negar que pueda v deba revelarse, es una contradicción”.3 En el principio de la historia humana Dios se co municaba cara a cara con Adán y Eva, personalmen te. “Adán v Eva recibieron conocimiento comuni cándose directamente con Dios, y aprendieron de él por medio de sus obras"/ Posteriormente la comunicación de todo el lega do divino fue oral. Pasaba de los padres a los hijos y de los abuelos a los nietos. En ese tiempo los hom bres vivían 800 y 900 años, y su memoria todavía no estaba alterada por las consecuencias del pecado, de modo que no era necesario conservar un registro es crito de los consejos divinos. Pero con el correr del tiempo v con el deterioro físico y moral de los seres humanos, llegó el mo mento cuando el hombre hasta tuvo miedo de oír la voz de Dios. En ocasión de la entrega de los manda mientos en el Sinaí. el pueblo le pidió a Moisés: “Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos”.’ A partir de ese momento Dios tuvo que escoger a hombres que vivían una vida de comunión espe cial con él para comunicarles lo que esperaba de la gente. Esa comunicación se dio por medio de visio nes. sueños y, muchas veces, personalmente. Como los santos hombres de Dios cumplieron la orden de escribir y guardar esas comunicaciones divinas, ha
• L J or qué, Señor? ¡Si a lo menos supie ra por qué!”, exclamó el padre de\ • lante del cuerpo inerte de su hijo. “Dime, Señor: ¿qué quieres de mí?”, lloró un mbre delante de los escombros que dejó el fuego después de consumir todo lo que poseía. “Muéstra me. Señor, ¿para qué vine a este mundo?”, gritó una muchacha desesperada una vez que pasaron los efectos alucinantes de la droga y se sintió dominada por la incapacidad de librarse de ese terrible vicio. “¿Por qué?“ parece ser la inquietud humana de todos los tiempos. “No creo en Dios —me elijo hae poco un joven universitario— . Ustedes, los reli giosos, se esconden detrás de la palabra misterio pa ra explicar las incoherencias de lo que llaman Dios“. ¿Tiene razón este joven universitario? ¿Se es conde Dios detrás de un misterio? ¿Es un Dios que guarda silencio y deja confundidas y perdidas a sus c naturas en los laberintos de su propia existencia? -Puede usted conocer a Dios? ¿Puede sal>er por jué está en este mundo y hacia dónde va? a
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El se comunica Dios no es un Ser que guarda silencio. Se comu•■:>.-a. Se revela y se da a conocer. La creación misma - la expresión de su carácter revelador, “porque él dijo, v fue hecho: él mandó, y existió”.1 San Juan afirmó: “En el principio era el Verbo, y Verho era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era el principio con Dios. Todas las cosas por él fue r n hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho. *’!t- hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz . ios hombres. La luz en las tinieblas resplandece,
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Pasaporte pana ia u-ida Joel, hijo de PetueFV' Sin embargo, ¿qué seguridad tenemos de que estos hombres realmente fueron inspirados por Dios? ¿No habrá sido posible que se atribuyeran la Pruebas inspiración? ¿No podría cualquiera escribir algo pa ¿Qué pruebas hay de que la Biblia puede ser la ra afirmar después que “le vino palabra del Señor”? Palabra inspirada de Dios? Hay varias: ¿Es este motivo suficiente como para acreditar que 1. Las declaracion es de los mismos escrito la Biblia es la Palabra de Dios? No. v esto nos lleva al segundo argumento. res bíblicos. Por ejemplo, San Pablo afirma: "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para ense 2. El testim onio d e Je suc risto. Quien, cuando ñar, para redargüir [convencer], para corregir, para estaba en este mundo, usó muchas veces declara instruir en justicia”.6 Y San Pedro añade: “Porque ciones de escritores del Antiguo Testamento. No lo nunca la profecía fue traída por voluntad humana, habría hecho si esos hombres no hubieran sido sino que los santos hombres de Dios hablaron sien efectivamente inspirados por el Espíritu Santo. do inspirados por el Espíritu Santo”.7 Estas declaraciones son contundentes. Dios ins 3. La unidad temática de la Biblia. La Biblia piró a esos hombres para que escribieran los men es el fruto de la pluma de más de 40 autores dife sajes divinos: por eso los escritores bíblicos tenían rentes que escribieron en un lapso de 1.500 años. autoridad para decir: “La palabra de Jeremías hijo Muchos de ellos no se conocieron entre sí. Moisés de Hilcías... Palabra de Jehová que le vino en los vivió, digamos, como si fuera hoy, y San Juan quin días de JosíasV O: “Palabra de Jehová que vino a ce siglos después. Ambos ni siquiera soñaron en co nocerse. San Mateo no conoció a David, ni Daniel a San Pedro, ni San Lucas a Oseas. Entre ellos hubo médicos, agricultores, pescadores, reyes, poetas, militares: en fin, la formación de ellos es de lo más variada y diferente y, sin embargo, cuando usted lee la Biblia, descubre que hay una extraordinaria uni dad de pensamiento. Es como si todos se hubieran combinado entre sí, como si alguien hubiera dicho: 'Usted escriba hasta aquí, vo continuaré después”. "Usted trate este asunto, yo me referiré a este otro, y él hará el resumen y el cierre“. La unidad de todos estos temas es una prueba de que existió un ser divino que no estaba sujeto al tiempo y que fue quien los inspiró.
llegado hasta nosotros lo que llamamos Biblia o Sa gradas Escrituras.
4. Las profecías cumplidas. Ya vimos el ex traordinario cumplimiento de la profecía del capítu lo 2 del libro de Daniel y de la sucesión de imperios que dominaron el mundo. Pero ésa no es la única profecía. Hay muchas otras. Y entre ellas hay cosas asombrosas, como por ejemplo el tema de la redon dez de la Tierra. Antes de que Cristóbal Colón llegara a América todo el mundo, incluso los hombres de ciencia, creían que la Tierra era plana. Muchos creían que cuando un barco desaparecía en el horizonte, eso se debía a que había llegado a los límites de la Tierra \ el barco había caído en un abismo profundo. Hoy.
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Guía pam una ü-ida p&ena tj fc¿¿iz . ■ esa idea nos haga sonreír, pero en los siglos XII y XIII era la idea que prevalecía en la imagina ción de la gente. Luego apareció Cristóbal Colón, de repente, con L dea de que la Tierra era redonda, lo que por cier' parecía una locura. Nadie le creyó; sólo la reina v España, que vendió sus joyas, según se dice, pa■. financiar el viaje de Colón. Lo admirable es que en ese tiempo va existía la Biblia y, ¿sabe usted lo que ella dice al respecto? “Él está sentado sobre el círculo [la redondez, el globoj i - la tierra, cuyos moradores son corno langostas; él tiende tos cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar”.'6 El 12 de octubre de 1492 el descubridor de América puso sus pies en tierra y le demostró a la humanidad que la Biblia tenía toda la razón. Si usted estudia la Biblia con cuidado, descubri rá que en ella está escrita toda la historia de la raza humana. Pero no se de tiene en el presente sino que va más allá, corre el A mí velo que nos separa del futuro J v descubre de mañera asombrosa lo que es tá sucediendo en nuestros días: la lucha entre el ca pital y el trabajo, entre los patrones y los obreros, la violencia, la situación po lítica y económica de las naciones y, lo que es aún más asombroso, el futuro de este planeta; en fin, cómo será el fin de todo y hacia dónde va la humani dad.
la transformación. A lo largo de mi ministerio he visto a gente armi ñada por los vicios y una vida depravada, pero a quienes Dios ha transformado por medio de la lec tura de la Biblia. He conocido a esposas que habían abandonado sus hogares y que regresaron id seno de su familia después de encontrarse con Dios por me dio de la Biblia. A algunos delincuentes que fueron transformados en la celda de la cárcel. A ateos que se arrodillaron y confesaron el nombre de Jesús de lante de los hombres. A agnósticos que dejaron de creer que Dios es sólo una fuerza \lo aceptaron co mo el Dios personal y lleno de amor que realmente es.
C reando y recreando La Palabra de Dios es poderosa. La pobre pala bra humana “no crea nada; no hace más que tradu cir las impresiones producidas en nosotros por lo existente. La Palabra de Dios actúa en el vacío y lo llena. Así que la Biblia, m M jJm íO ' que es la Palabra de Dios, participa del poder crea dor de Dios. Es eterna co mo su autor. Entre todas las cosas que pasan, sólo ella permanece como una roca inquebrantable que el tiempo no podrá des menuzar”." En ocasión de la creación, la Palabra de Dios tuvo la capacidad de crear: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada v vacía, v las 5. Las vidas transformadas. Personalmente tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espí éste es el argumento que me parece incuestionable, ritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y di l ’sted puede leer un libro de matemáticas y con se jo Dios: Sea la luz; v fue la luz”.;: guridad tendrá más conocimiento. Puede leer un li La Tierra estaba desordenada y vacía. No había bro de historia, geografía o literatura, v sin duda es orden. No existían formas. Las tinieblas dominaban el escenario y la Palabra de Dios se dejó oír: “Sea la tará mejor informado. Puede leer una novela o un libro sobre psicología, y naturalmente hasta se sen luz”, y la luz apareció para romper el poder de las ti tirá inspirado a cambiar su manera de pensar. Pero nieblas y darle forma a un mundo sin forma y vacío. cuando lee la Biblia como la Palabra inspirada de Iloy la Palabra de Dios vuelve a crear. Renueva. Redime. Hoy J hay9 muchas vidas desordenadas yJ vaDios, algo indescriptible sucede en su interior. Nunca más será la misma persona. Su vida cambia cías. Jóvenes que se asfixian con las drogas. Un rá. Usted nacerá de nuevo al pasar por el milagro de mundo de soledad sin límites. Existen hogares que
lo Innqo de
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tftth a gerifc axwidwda pot loi
i/ícioA y um i/ída depnavada, pe to a e/ídem PioÁ luí Vimlfo’i-
Mado po*i Midió- de la lectuna d&
la Biblia.
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Posaponte, pana da aida se caen a pedazos, unidos sólo por la común necesi dad de guardar las apariencias delante de la socie dad. Hogares desordenados y vacíos. Sin vida. Sin luz. Vidas tristes. Sin alegría. Sin forma. Hay multitudes que avanzan por las calles. Ape nas sobreviven. Los sueños están rotos. Las ilusio nes perdidas. La esperanza que una vez los animó parece que desaparece a la distancia. Hay desorden y tinieblas en esas vidas, y Jesús está allí con su Pa labra redentora. Si un día tuvo poder para crear, ¿no lo tendrá para volver a recrear? A lo largo de las Sagradas Escrituras vemos a ese Dios que obra en la vida de la gente. No es el Dios indiferente que muchos imaginan. No es un Dios pasivo que lo acepta todo con enervante insensibili dad. Es el Dios de la historia el que sale de la cuar ta dimensión de su divinidad para entrar en la vida común de la gente común. Peni es un Dios respetuoso. No tira abajo las puertas para entrar. Llama. Suplica Y espera. ¿Qué puede hacer ese Dios si usted no le abre la puerta de su corazón? Por eso hay que ir a la Biblia con actitud humilde. Como el hijo que acude a su padre en procura de consejo. Con deseos de apren der y no sólo de criticar. Én realidad, la Biblia es una carta de amor que Dios le escribió a usted. La escribió con sangre. Desde el Génesis hasta el Apocalipsis corre un hijo rojo que atraviesa cada una de sus páginas. Es la sangre de Jesús que clama: "¡Hijo mío. te amo!" La Biblia también es el derrotero que nos permi te llegar al destino correcto. Es como 1111 mapa que nos muestra el camino. Indica cuáles son los lugares peligrosos del sendero, y cómo vivir para no ser víc timas de las celadas del enemigo. Nunca vi a nadie que afirmara haber seguido los consejos divinos para su propio perjuicio. No hay nadie que se pueda arrepentir de haber seguido a Jesús v haber aceptado su Palabra como inspirada por Dios. Al contrario, ya vi a mucha gente que niega el poder de la Biblia y sigue viviendo una vida llena de conflictos, confusiones e ineertidumbres. Que carga traumas y complejos de los cuales no se puede li brar. Que se despierta cada mañana sin saber lo que le deparará el (lía. O que se acuesta en la noche con el temor de no despertar al día siguiente.
f-!cuj qmfc que n& a thahajM ÜML (MiuÉa/L el lurtÓÁCOpO'. ¿FU (ju¿, eritóncu, (kbmjfr el c/ititLam ialvi a (a lucha, d& tbdoi loi diai luí CxMLidth/i (a Palab'ia d& Díoi ? .
ñas sugerencias: 1. Consiga una Biblia. La versión no importa. La versión comúnmente usada en esta obra es la Reina-Valera revisada en 1960. Pero es necesario que usted sepa que todas las versiones se tradujeron de los mismos originales. Por lo tanto, lo que real mente importa es que usted tenga una Biblia y que la reciba como una carta de amor de Jesús para us ted. 2. Dedíquele tiempo cada día. Si usted lee la Biblia sólo de vez en cuando le ayudará poco. Pero si es el mapa que le señala el camino que conduce a su destino glorioso, tiene que consultarla todos los días, preferentemente en un horario determinado. Hay gente que 110 sale a trabajar sin consultar (‘1ho róscopo. ¿Por qué, entonces, debería el cristiano sa lir a la lucha de todos los días sin consultar la Pala bra de Dios? 3. Ore antes de leer la Biblia. Si el Espíritu Santo inspiró a los escritores bíblicos, usted necesi ta que ese mismo Espíritu ilumine su entendimien to para que pueda comprender lo que Dios le quie re decir. Por lo tanto, no sólo abra la Biblia, sino también el corazón, v trate de oír la voz de Dios. Hágale preguntas a Dios y busque en su Palabra las respuestas divinas. 4. Tenga en cuenta el contexto. Mucha gen te cree hoy que la Biblia 110 tiene valor porque la es cribió en la antigüedad gente que vivía en ese tiem po. Ixis que piensan así 110 dejan de tener razón hasta cierto punto. Para entender la Palabra de Dios es necesario conocer su contexto. V. ¿qué es e! contexto? Cada vez que usted lee la Biblia se tiene
Estudiando la Biblia ¿Cómo se puede estudiar la Biblia? Aquí van algu-
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I
Guía pomo ukû uvtda plw.a y ftdiz llos cuyo corazón está en armonía con la verdad y el deber, escudriñarán las Escrituras con un corazón preparado para recibir impresiones divinas. El alma iluminada ve una unidad espiritual, una gran hebra de oro que corre por todo el conjunto, pero se re quieren paciencia, meditación y oración para ras trear la preciosa hebra áurea... La Biblia está escri ta por hombres inspirados, pero no es la forma del pensamiento y de la expresión de Dios. Es la forma de la humanidad. Dios no está representado como escritor. Con frecuencia los hombres dicen que cierta expresión no parece de Dios. Pero el Señor no se ha puesto a sí mismo a prueba en la Biblia por medio de palabras, de lógica, de retórica. Los escri tores de la Biblia eran los escribientes de Dios, no su pluma".1* Ahora el asunto está con usted. Tome la Palabra de Dios v haga de ella su libro de cabecera. Poco va le la Biblia si sólo adorna los estantes de la bibliote ca o sólo sirve de decoración para la sala. Haga de sus palabras la vida que usted necesita. Tome en se rio sus consejos. Aplíquelos a su vida diaria, y verá las maravillas que Dios quiere hacer por usted y su familia.
.ue hacer algunas preguntas: ¿Quién escribió esto? ¿ Para quién lo escribió? ¿Con qué motivo? ¿Cómo ' ran la cultura, los usos v las costumbres de la gen te de aquel tiempo? Y, finalmente: ¿Qué lección quiere Dios que yo aprenda hoy? Por ejemplo, hay en la Biblia un versículo que ¡ice lo siguiente: “Vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo di ce"“ Aquí San Pablo dice que las mujeres no deben hablar en público. Si usted no conoce el contexto, entenderá que eso es lo que está diciendo el após tol. Y hoy existen grupos religiosos que sobre la ba se de este texto no permiten que las mujeres hablen en sus reuniones. Pero veamos el contexto. ¿Quién escribió esto? :*an Pablo. ¿A quiénes les escribió? A los miembros de la iglesia de Corinto. ¿Con qué motivo? Porque -ii aquel tiempo, y de acuerdo con las pautas cultur i'es de la época, sólo las prostitutas hablaban en público. Una mujer honesta no lo hacía. Siendo que ésa era la cultura do esos días, cualquier señora ho nesta que fuera por primera vez a las reuniones cris tianas y viese a una mujer hablando en público, se escandalizaría y nunca más volvería. Por lo tanto, <-ra prudente que las mujeres no hablaran en la igle sia, y eso es lo que San Pablo aconseja. Cambiaron los tiempos y también la cultura. Que una mujer hablara o no en público era un asun to cultural de ese tiempo. Hoy nacüe se escandaliza tle ver a una mujer que habla en público. ¿Qué lec ción queda para hoy? Que en la iglesia se debe evi tar todo lo que pueda escandalizar a la gente que es nueva en la fe. ¿Ve usted cuán importante es cono cer el contexto?
Referencias 1Salmo
- S. Juan 1:1-5, ^ Frédéric ilr Ruuj¿ciiunit, Chrisi vi «im 1/nnrin* {Cftstu \ su» IS061 t 2. p t i l Cibirln
'Partí
A. F. Voiic'tar. Ihul . p, 20.
£lc*iu de UTiitr. La educación iBummx Aítth ACE S. IQ7SI. p 16.
3 Í « k Io 20 ID. 8 2 Timoteo '1:16 7 2 S. Pedro 1:21.
5. Siga una guía de estudio. Si 110 tiene mu cha experiencia en el estudio de la Biblia, será bue no que siga una guía preparada de estudios bíblicos. Pero asegúrese cíe que los textos citados estén en la Biblia y de que se los usa de acuerdo con su contex to. Por encima de todo tenga en cuenta que ''aque
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s Jeremías 1:1.2 9 Joel 1:1.
10 li n t» -I4>:22. U A F V»ui4ier, fínVf p 35 I* Cfoesi« 1 - 1 - 1 ' ■* I Corintio« K H M Ei ra s
¿Es posi ble empezar todo de nuevo? H
mente por lo que creía era la revolución social que cambiaría al mundo. El tiempo había pasado inexorablemente, y aho ra estaba allí, con la sensación de que sus sueños ca da vez estaban más lejos, y sumergida en un mar de problemas. Su matrimonio se había hecho pedazos, la hija estaba enferma en casa y la madre en el hos pital. En esa hora de dolor e impotencia se atrevió a pensar en Dios por primera vez en su vida.
oy es domingo en La Habana. Un domingo asoleado en La Habana vieja. Domingo de mucho calor y muchos turistas. Turistas de •>do el mundo que caminan por las estrechas callelelas del centro colonial de la capital cubana Allí conocí a Mercedes. Era la encargada de una —cción del Museo de Arte, Su cuerpo estaba allí, pero su corazón vagaba perdido por los laberintos le su propia existencia. Su hogar estaba hecho pelazos. Su hijo estaba enfermo, su madre en el hos pital y, mientras tanto, tenía que sonreírle a los tu ristas. Después de todo ése era su trabajo: ser simútica v cordial al margen de su propio dolor y de los problemas que la asfixiaban. Mi colega percibió las tímidas lágrimas que pug naban por salir de sus ojos. Se acercó y le dijo algo al oído. Después me llamó v me dijo: "Haz una ora ción con ella". No resistió. En medio de la oración irrumpió en llanto. “Necesito a Dios — dijo— . y no sé dónde en contrarlo". ¡Mercedes! Cuántas Mercedes transitan por las calles de las grandes ciudades. Cuántas de ellas sa len de casa todos los días para cumplir sus respon sabilidades y nadie se da cuenta de la aflicción que llevan a cuestas en la cámara secreta de su propio ser. "Necesito a Dios, v no sé dónde encontrarlo", era el clamor del corazón de esa mujer. En la escue la le enseñaron que Dios no existe. Dinámica y ex trovertida como era ingresó a las brigadas de la juntud comunista J v se dedicó a luchar incansable-
¡ A h, corazón! El ser humano por naturaleza no quiere tener nada que ver con Dios. El salmista David exclamó: “En maldad he sido formado, v en pecado me con cibió mi madre”.1Y el profeta Jeremías completa es te pensamiento cuando dice: "Engañoso es el cora zón más que todas las cosas, y perverso: ¿quién lo conocerá?"2 Este corazón humano es la raíz de todos nues tros problemas. Cuando la Biblia se refiere al cora zón, está hablando de la naturaleza íntima del hom bre. Según el salmista David, todos nacemos peca dores. Eso no significa que ya hemos pecado por el mero hecho de haber nacido. Lo que la Biblia ense ña es que a partir de la caída de Adán y Eva todos los seres humanos nacemos con naturaleza pecami nosa. entendiéndose por esto la propensión al peca do. la inclinación natural a vivir sin Dios y a dar rienda suelta a los instintos animales que se encuen tran en el ser humano. ¿Alguna vez se preguntó por qué a veces usted
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Pasaponte poma ¿a ttida perjudica a las personas que más ama? ¿No siente usted eon frecuencia que su manera de ser y de obrar, tan suyas, lo están llevando por el camino de la destrucción? ¿No hay ocasiones en que usted ex* plota, golpea y hiere a todo el mundo, y después, más calmado(a), llora, se arrepiente y cree que de be cambiar? “No sé qué pasa conmigo”, dijo llorando en la celda de una prisión un honesto padre de familia que en un momento de ira le dio muerte a un veci no. “Merezco morir”, decía en voz baja el “mons
truo” que había sido detenido por violar a una niña de siete años. "No era yo —declaró el maníaco del parque, un asesino serial, que acabó con la vida de doce jovencitas—. De repente se despierta la fiera que duerme dentro de mí, y ya no me puedo con trolar”. Esa era toda la explicación que tenía para justific jus tificar ar su demen de mente te actitud. Esa "fiera" no es otra cosa que la naturaleza pe caminosa. Perturba, molesta e induce a los seres humanos a obrar de manera temible. La educación, la cultura e incluso los conceptos religiosos pueden "domesti car" hasta cierto punto a esa “fiera". Pero sigue siendo fie1 ra, y en el momento menos pensado puede actuar en contra de todos sus principios religiosos o su formación cul tural. Por ejemplo, pensemos un poco en la deshonestidad. La naturaleza humana es desho nesta. Si la persona no tiene mucha educación, segura mente se armará de un cuchi llo y le sacará a la fuerza el di nero a su víctima. Pero si esa misma persona fuera educa da y tuviera una formación cultural elevada, tal vez se aprovecharía del puesto que ocupa para actuar deshones tamente detrás de un lujoso escritorio y vestido de cuello y corbata. Ambas personas son deshonestas. La diferen cia radica sólo en el estilo. El ser humano moderno puede hacer lo que quiera para promover la paz entre la gente, pero mientras no cam bie la naturaleza violenta del hombre, todas sus tentativas terminarán en frustración. Es posible que la sociedad quiera ponerle fin a los políti cos deshonestos, pero si no cambia la naturaleza desho nesta de los hombres, toda tentativa en esa dirección es-
ó£s posibfe eMpezOK todo de nueito? ' irá destinada al fracaso. A los seres humanos nos gusta actuar en la perireria de ios problemas. Creemos que la gran pre vención del SIDA es el preservativo, y nos olvida mos de la fidelidad conyugal y la pureza sexual. Vendamos con curitas las heridas de nuestro dia rio vivir, cuando el pus nos está destruyendo por 'entro. Tapamos con barro los orificios de la puerta !t nuestra nue stra existencia existe ncia,, y nos olvidamos que qu e con la primera lluvia lluvia los los agujeros aparecerán de nuevo y se agrandarán. Promovemos la ecología, y nos olvidamos de la violencia que habita dentro de los seres humanos dejados de Dios. Pero si el individuo no consigue vivir en paz consigo mismo, ¿cómo podrá hacerlo con la naturaleza que lo rodea?
mientos confusos. Ese día Adán J v Eva se escondieron detrás de un árbol. Hoy el ser humano se sigue escondiendo de trás de árboles para seguir huyendo. “No tengo tiempo para pensar en Dios; tengo mucho trabajo”, decía un empresario de éxito. “Cuando termine mis estudios en la facultad, prometo que le entregaré la vida a Jesús", decía, justificándose, un joven estu diante. “He ido demasiado lejos: para mí ya no hay vuelta’’, lloraba un joven que se sentía esclavizado por los vicios.
\ZmdoMoi cm civutai (ai k&iL k&iLdaA nuRit/u t/ur di diaxio xio' \fufo fufoi, ciwmLcr Lcr el pui
El hace la diferencia Con Dios las cosas son diferentes. Él va al fondo. Allí, en lo más recóndito del alma. Al punto neurál gico donde el hombre no puede llegar, Jesús sana de verdad. Y para hacerlo hacerl o limpia la herida infectada. infectad a. Por eso duele. No hay solución solución vá vá lida sin dolor. Pero a la gente no le gusta el dolor. Por eso se la pasa ocultando la basura debajo de la alfombra. Esa basura envenena, asfixia y con fre cuencia mata. Mercedes, la señora cubana de nuestra historia. * staba llena de amargura, amargura, dolor y rebeldía. Nece N ecesi si taba a Dios y no sabía dónde encontrarlo. Si pudie ra encontrarlo. Porque no es el hombre quien bus ca a Dios. Es él quien siempre está buscando al hombre. Y así ha sido desde el jardín del Edén: "Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto al aire del día: y el hombre v su mujer se es condieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hom bre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?”1 Desde ese día la voz del Padre lia resonado por el Universo diciendo: "Adán. Pedro. Luis, Rosa. Mercedes, ¿dónde estás tú?” ;La pobre criatura humana se esconde del Pa dre! Siempre corriendo. Engañándose a sí misma. Intenta cubrir su desnudez con miserables hojas de higuera cuando el problema es mucho más profun do que el mero cuerpo descubierto. La verdadera desnudez es la del alma. El clamor desesperado de una conciencia que no nos deja en ;>az ni por un minuto. Es el espejo de su propia vi la el que le arroja la imagen grotesca de sus senti
«ai eíta cM cMhiuj ujm mdo' pot dwt/ wt/ur. Tapam apamii cott ba ba/vuy vuy loi otti ttiÁcíoi (a pimí pi mía a ck meit/i t/ia ejáÁtmc tmcia, y A ofi/ fi/ídaMoi ho A
cju£/ cm (a pUmma
(hu hu//ía (o (oh ayiyvwh yiyvwh apa apa//iewuui nuevo' vo' y á& agVMÍMM. Arboles. Arboles pequeños y mezquinos. Los in ventamos todos los días para seguir corriendo de mi lado al otro, sin saber para dónde. El vacío de nues tro corazón nos incomoda y corremos, como locos, buscándole desesperadamente un sentido a la vida. Corremos sin parar. Huimos de Dios, de nosotros mismos v de la vida. Hasta que un día caemos ex haustos sin tener ya dónde ir. y clamamos como Mercedes: “Necesito a Dios, y no sé dónde encon trarlo”. En realidad no es usted quien necesita hallarlo. Se tiene que dejar encontrar. Dejar de correr y dar una media vuelta para ir a los brazos del Padre. Esa media vuelta es la experiencia que se llama conver sión. Jesús mismo afirmó; “De cierto os digo, que si no os volvéis [convertís] y os hacéis como niños, no
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Risaponte. pajia i o irtda entraréis en el reino de los cielos”.4 En otra ocasión, al hablar con Nicodemo, Jesús le dijo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere nac iere de nuevo, no puede pued e ver el reino de Dios ." ¿Por qué es necesario nacer de nuevo? Porque todos nacemos pecadores, o sea. apartados de Dios v con la desesperante tendencia a seguir huyendo de él. Es necesario que en nuestro ser se produzca una transformación completa, un transplante de co razón y de naturaleza. Esto es obra del Espíritu Santo, y en realidad es un milagro. Entendemos por milagro algo que esca pa a la comprensión humana. Usted no lo puede en tender. Pero tampoco lo puede negar. Está allí, de lante de sus ojos: todo el mundo puede verlo, aun que nadie sea capaz de explicarlo. Media vuelta... Es triste enterarse de que a veces es necesario que el hombre llegue al fondo del pozo para dar esa media vuelta en la \ida. Parar de correr y dejarse encontrar por el Señor Jesús a veces implica subi mientos y lágrimas. Jonás dio esa media vuelta en el vientre de un "gran pez”, allá, en el iondo del mar. Casi asfixiado y a punto de morir, sin ninguna posibilidad humana de salvación, reconoció que "la salvación es de Jehová’\s Pero para que eso sucediera, antes tuvo que decir: “Descendí a los cimientos de los montes: la tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre; mas tú sacaste nú sida de la sepultura, oh Jehová, Dios /» ? mío El rey Nabucodonosor tuvo sus días de gloria pero no quiso aceptar la grandeza de Dios. Enton ces la propia vida se encargó de llevarlo al fondo del pozo. Vivió como una bestia del campo hasta que reconoció que sólo sólo el el Dios (.reador (.read or del cielo \ la Tierra es el verdadero Dios. Su historia está regis trada de esta manera: “Al cabo de doce meses, pa seando en el palacio real de Babilonia, habló el rey y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para glo ria de mi majestad? Aun estaba la palabra en la bo ca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, r e y Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti: v de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán so bre ti. hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien
él quiere. En la misma hora se cumplió la Palabra sobre Nabucodonosor. y fue echado de entre los hombres; v comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como plumas de águila, y sus unas co mo las de las aves. Mas al fin del tiempo yo Nabu codonosor alcé mi ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuvo dominio es sempiter no, y su reino por todas las edades’ .a También Saulo de Tarso fue otro detrás de quien el Señor Jesús corrió incansablemente. Su historia está registrada de la siguiente manera: “Saulo, res pirando aún amenazas y muerte contra los discípu-
CuM CuMjdtr el ¿e/ ¿e/i ¡uiM/mr pa pa¿a fi m ln tm tm t& p ( / i e ¿ a e ^ e / u M C ia , A&
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los del Señor, vino al sumo sacerdote, y le pidió car tas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén. Mas yendo por el ca mino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, re pentinamente lo rodeó un resplandor de luz del cie lo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Sanio, Saulo, ¿por qué me persigues? Él dijo: ¿Quién eres. Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues: dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Él, temblando v temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le elijo: Le vántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que de bes hacer. Y los hombres que estaban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, mas sin ver a nadie. Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie: así que llevándo le por la mano, le metieron en Damasco, donde es tuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió”* Jonás, Nabucodonosor, Saulo y Merced Mer cedes, es, la sc-
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ó £s posibde eirtpezCM. todo de nueüo9 ñora cubana, son ejemplos de cómo a veces Dios nos deja correr y correr hasta caer exhaustos al cos tado de la vida, sin saber qué hacer ni adonde ir.
Vida nueva Cuando finalmente nos detenemos y nos deja mos encontrar por el Señor Jesús, él lleva a cabo en nosotros el milagro de la conversión. San Juan afir ma: “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios".'“ Más adelante San Juan afirma: “Amados, ahora somos hijos de Dios”.11"Los creyentes regenerados son llamados hijos de Dios. De la misma manera, en efecto, que el hombre natural se convierte en hijo de la carne mediante un engendramiento camal y terrenal, el creyente llega a ser hijo de Dios por el engendramiento sobrenatural y espiritual".12 Esa obra maravillosa del Espíritu Santo le de vuelve al ser humano el deseo de vivir y de soñar. “Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo“.13Nos vivificó, nos dio vida. Nos devolvió la vida. Nos hizo vivir de nuev o. Estábamos muertos. Nuestro cuerpo se movía—ca minábamos, trabajábamos, participábamos de la vi da familiar y social— , pero estábamos muertos. Como Sanio antes de encontrarse con Jesús. Perseguía a los cristianos. Defendía un credo reli gioso. Era sincero en lo que creía, pero su vida no tenía sentido. Estaba muerto. Como Jonás. antes de su conversión. Era cobar de. Tenía miedo. No se comprometía. Huía. Pero andaba, se movía. Biológicamente estaba vivo. Pero espiritualmente estaba muerto. Como Nabucodonosor, que pastaba con las bes tias del campo, gritaba como un loco; sobrevivía, pero espiritualmente estaba muerto. Como Mercedes. Estaba allí. Recibía a los turis tas con una sonrisa, pero por dentro estaba muerta. Va no tenía más sueños. En el lenguaje de los psicólogos modernos diría mos que la conversión es “encontrar por fin su pro pio yo", la dignidad, el valor que usted tiene como persona delante de Dios y de los hombres. Según
Emil Brunner. “la conversión es el hecho de com prometerse. de cambiar de camino y de volver a Dios... No es más que por esc movimiento, que im pulsa al hombre fuera de sí mismo hacia Dios, como el hombre encuentra su verdadero yo, y en conse cuencia su libertad en la absoluta dependencia de aquel que lo ereó”.M Cuando el ser humano pasa finalmente por esa experiencia, se ve libre de sus traumas y complejos. Libre para vivir y amar de verdad. Y ese hecho inte rior maravilloso se exterioriza en su conducta. El apóstol San Juan lo declara de este modo: “Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él... Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios”.1* Nació un nuevo hombre. “Ahora, pues, ninguna condenación hav para los que están en Cristo Je sús“.'6 No sólo está libre. También está perdonado. Dios borró su pasado para siempre. No más pesadi llas de noche. No más la conciencia martillando constantemente. No más recuerdos horrorosos. To do ha sido hecho de nuevo.
Referencias ' Salmo 31 J5.
- Jeremías 17:8. Cene»* y. 4 S. Miden [S:3. 3 5- Juan 3:3. 6 Juuiis Stt ' Joiiíis 2.-6. 5 Daniel 4i2U-34
8 Hi?dios »:I - 9 . 10 1 S. Jrnrn 3: l 11 1 S. Juan 3 1 *- Augustin GretilUil. ilc n/tutmMifur [ExpasieliV,! ilr Irolngia ü&temúlicai. ' Nciichát<*¡. ISW ( 6. p. Citado por A. K Vmichrr, ílrítf.. p. 3IM. 13 Efnk* 2:5 *■* Euul Bninnrr. DoguMiqar ([>igm,Wca| iClurbr». 196T‘, 1 ■}, p 358. t-lla iln jinr A K VauHi^r. Ibfrl. p. .31)7. 15 1 S. juiin 2.2* 1:7. Rnrnunm %:l
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CAPITULO
Cómo hacer frente al sentimiento de culpa
L
están manchadas de sangre", me decía el otro día una señora que se había provocado un almrto cuan do tenía 18 años. Treinta años después el martillo de la culpa parecía crucificarla todas las noches en el madero de su propia conciencia. La culpa le hace sentir a usted que ha perdido el derecho a todo lo bueno, incluso la vida. Conozco a una persona confinada a una silla de ruedas. La ciencia médica afirma que no tiene nada, pero su mente logró paralizar su cuerpo. "Merezco morir. Jamás debería haber hecho lo que hice”, decía llo rando. La culpa convierte a una persona en un ser soli tario. oculto dentro de sus propias pesadillas, con denado a deambular por la cárcel de sus propios fantasmas. En otros casos transforma a la gente en seres agresivos, incapaces de entablar amistades, egoístas, orgullosos, sólo para disfrazar y ocultar ese niño tímido y amedrentado que trata de esconderse en su mundo interior.
uis Felipe era un lindo muchacho, esa persona. Pero ¿qué sucede cuando, al tratar Je hacerla feliz, usted le causa daño? Eso fue lo que - ¡cedió. Yo sólo jugaba tratando de hacerlo sonreír, :x*ro los accidentes lo son justamente porque usted no los prevé. El muchachito se escapó de mis bra zos. se cayó y se quebró el brazo derecho. El grito le dolor de ese chico fue como un cuchillo clavado n mi propia carne. Estábamos a treinta kilómetros >•] hospital más próximo. Fueron minutos horribles ir angustia y desesperación, sin poder hacer nada .ira aliviar el dolor del niño. Algunas horas después ¡i nieto estaba con el brazo enyesado, gimiendo de . lor y sin poder correr. Ese cuadro me hacía sen•;r culpable. ¡Ah, si pudiera volver a un minuto an*rs del accidente todo sería distinto! Algunos días después todavía me dolía el cora zón al verlo sufrir. “No tengo la culpa —me repetía instantemente a mí mismo— , sólo quería que luea feliz". Pero nada me podía aliviar, aparentemen:r, el peso de la culpa. La culpa es tan perniciosa que es capaz de enlo•; iecer a la gente. Conozco a una señora que hoy es : i en un hospital psiquiátrico porque no fue capaz :<• manejar la “culpa” de haber provocado 1111 acei■nte en el cual murió su esposo. ¿A dónele podemos huir de la culpa? “Mis manos
El remedio Si la Biblia es la guía para una vida feliz, ¿pinIrá usted hallar en ella el remedio para el problema de la culpa? Sí. con toda seguridad. La Biblia está llena de promesas maravillosas para la gente atormentada por su pasado. Vea lo que afirma el profeta Isaías: “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si Nuestros pecados fueren como la grana, como la nie ve serán emblanquecidos-, si fueren rojos eomo el carmesí, vendrán a ser como blanca lana’*.1El con traste que establece el autor bíblico entre la nieve y el color escarlata es el mismo que existe entre una
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FhsapoJi-te. pcuia la oída más los muebles, pero, por favor, devuélveme mis dedos”. Esa frase fue el canto del gallo para ese hombre. De repente tuvo plena conciencia de la tragedia que había provocado; sacó un revólver que guardaba en una gaveta y se quitó la vida. Judas v Pedro también se enfrentaron con sus propias realidades. Allí estaban, atormentados por sus conciencias. Sus conceptos de la moralidad les gritaban: “¡Quítate lavada! ¡No mereces vivir!” Judas trató de resolver el problema por sí mis mo. Corrió en busca de los fariseos c intentó desha cer el negocio ilícito que había hecho. Se olvidó di* que el problema de la culpa no tiene solución hu mana. El hombre puede racionalizar, negar, explicar v tratar de justificar. Todas esas cosas son sólo sim ples analgésicos. V el cáncer no se cura con analgé sicos. El problema del pecado es como el cáncer. Cuando los fariseos no aceptaron de vuelta las monedas de plata. Judas llegó al borde de la locura. Se puso a sí mismo en el banquillo de los acusados. Se juzgó y se condenó. Después partió desesperado rumbo a la noche oscura de su culpabilidad, y se ahorcó. Millones de personas intentan hoy resolver el problema de la culpa con soluciones humanas. El resultado es el cinismo moral, el libertinaje. la in versión de los valores v a continuación la locura y hasta el suicidio. Pedro tuvo una actitud diferente. No corrió a buscar la solución entre los otros seres humanos. Se acercó a Jesús. Con timidez, con vergüenza. Aun que se sentía indigno se acercó a la única persona capaz de resolver su problema. En el patio del tem plo Pedro vio a su Maestro ultrajado. La conciencia le gritaba: “¡Corre. Pedro, ponle fin a tu vida!" Pero la mirada amorosa de Jesús le decía: “Pedi o: te amo; no te voy a alabar porque me traicionaste, pero nun ca dejé de amarte. Cree en mí. Acepta mi perdón y vive”. Pedro también salió, como Judas; también corrió rumbo a la noche. Pero no hacia la oscuridad de su conciencia culpable, sino rumbo a la aurora de un nuevo día en su existencia. Lloró. Pero, ¿quién no lloró alguna vez por haber estropeado una flor llena de vida, o haber roto un vaso de cristal, o una hoja en blanco o el corazón de una persona amada? A ve ces creo que, cuando somos conscientes de las con secuencias de nuestros actos. Dios nos dio las lágri mas para lav ar esas montañas de tristeza amargura y dolor que perturban el corazón.
conciencia culpable y una vida de paz y seguridad En la Biblia encontramos ese contraste expresa do de muchas maneras. Jesús tuvo entre sus discí pulos a dos que un día recorrieron el camino de la culpa. Es un largo camino que conduce al pecador por entre tormentosas llamas de fuego. Si vamos a evaluar las culpas, posiblemente el pecado de Pedro haya sido mayor que el de Judas. Después de todo, Pedro confiaba en sus propias fuerzas, y mientras se atrevía a mirar a sus compañeros con aire de supe rioridad, decía: "Estos tal vez te nieguen; pero yo. ¡nunca!" Judas no. Era consciente de su debilidad, nunca se vanaglorió de nada, pero en la hora de la prueba ambos cayeron. La traición y la cobardía los envolvió, y los condujo al fondo del abismo. Pedro fue consciente de su culpa recién cuando el gallo cantó. Siempre hay un gallo que canta en la
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(k lobculpa con ioiurioiiJCÁ lumaMal. existencia de todos nosotros. Siempre hay un deta lle en la vida, un hecho insignificante, una tragedia, un accidente y hasta una lágrima o una sonrisa que súbitamente nos enfrenta con la realidad de la cul pa. Leí un día la tragedia de un padre que golpeó con un trozo de hierro la mano de su hijo de tres años, sólo porque el chico estaba destrozando con un cuchillo los muebles tapizados en cuero que aca ba de comprar. Como consecuencia de los golpes la mano del chico se infectó, contrajo gangrena y hu bo que amputarle dos dedos. Un día el chico estaba jugando y le resultaba difícil recoger un juguete. Cansado de tantas tentativas fallidas se puso de pie y con la inocencia de un chico de esa edad le dijo al padre: "Papá: Te prometo que no voy a estropear
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Cówü flaceJi
F males distintos -Por qué dos historias que t < :ni haber tenido el mismo anal Tuvieron un desenlace tan trente? Pedro y Judas se - .invocaron. Ambos tuv ieron i exoneración del pecado. No es “hacer de cuenta que no «acedió nada malo”. Al contra rio. el perdón confirma la exis- acia del pccado, porque quien pide perdón admite que pecó y que necesita una segun da oportunidad. En segundo lugar, el per dón no es disculpar el error; •>rque disculpar, en este caso, 'Tonifica “ignorar" la responsa bilidad del que se equivocó. El perdón verdadero confirma la responsabilidad del que se juivocó, pero lo libra del castigo. En tercer lug ar, el perdón no destruye el orden oral de las cosas, ignorando las leyes; por el con trario, es necesario porque se quebrantó una norma oral v eso exige un castigo.2 Por estas tres razones el perdón no puede ser in condicional, es decir, no se lo puede impartir a toí >s indiscriminadamente. La persona necesita pa'.ir por la experiencia del arrepentimiento, y en es ta experiencia encontramos la gran diferencia entre 1>s casos de San Pedro y de Judas. ¿Y qué es arrepentimiento? Sentir dolor por ha- r herido el corazón de Jesús y, al mismo tiempo, tener el deseo de abandonar la vida equivocada. Hav un sentimiento que se parece mucho al arre pentimiento, a tal punto que muchas veces confun de al ser humano. El sentimiento a que nos referi mos es el "remordimiento”. La persona que siente
a l sentimiento de CAiípG
remordimiento también experimenta dolor, pero es un dolor egoísta. Lo provoca el temor de recibir las consecuencias que produce el pecado. |udas sufrió aquel día, pero su dolor no era por causa del sufrimiento de Cristo. Sufría porque había llegado a su fin su gran sueño de formar parte de un reino poderoso. En realidad, Judas nunca tuvo la in tención de vender a Jesús. Quería obligarlo a de mostrar su poder. Siempre tuvo un concepto equi vocado acerca de la naturaleza de Cristo y de su rei no. Esperaba que Jesús hubiese venido para librar a Israel del yugo opresor del Imperio Romano. Esta ba seguro de que Jesús, como Hijo de Dios, forma ría un ejército invencible y libraría a Israel. Al esta blecerse el nuevo reino. Judas quería formar parte de la cúpula administrativa. Pero Jesús se demoraba en establecer el soñado reino, v a Judas le pareció
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pGsapo/ite. pGJia la uida La diferencia El caso de San Pedro fue diferente. Confió en sus propias fuerzas a pesar de que tantas veces Jesús le había dicho que no confiara en sus posibilidades humanas. San Pedio traicionó, fue cobarde, abando nó y negó a su Maestro. Pero cuando esa noche vio el rostro ensangrentado de Jesús, su cuerpo flagelado y su mirada llena de amor y misericordia, el discípulo se dio cuenta de cuán malo, mezquino y egoísta había sido. Se dio cuenta de que el dolor de Jesús no era físico. El Maestro estaba su friendo como consecuencia de la insensa tez humana de querer resolver todos los problemas con sus propios recursos. El perdón requiere arrepentimien to porque, aunque el amor de Jesús no condena, tampoco le pasa la mano por en cima al pecador. A la mujer pecadora le di jo: “Ni yo te condeno; vete, y 110 peques más”.5 Creer en el amor de Jesús y seguir debatiéndose en las aguas tormentosas del pecado es una enorme incoherencia. El verdadero amor de Cristo le hace sentir enojo por el pecado al ser humano, deseo de abandonar la vida equivocada, deseo de andar en los caminos de Dios y comenzar todo de nuevo. Si hay en la Biblia una promesa de la cual se puede tener absoluta seguridad, es la del perdón de los pecados. Está repe tida muchas veces y de muchas maneras. Vea algunas de ellas; "Mi pecado te decla re. y no encubrí mi iniquidad... y tú perdo naste la maldad de mi pecado”.4 "Las iniquidades prevalecen contra mí; mas nuestras rebeliones tú las perdonarás”.4“Porque tú. Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan”.6 “Y los limpiaré de toda su mal dad con que pecaron contra mí; y perdonaré todos sus pecados con que contra mí pecaron, con que contra mí se rebelaron”. Con tantas promesas divinas de perdón, ¿poi qué hay gente que no se siente “perdonada”? Ix>s consultorios de los psiquiatras están llenos de gente que no logia solucionar el problema del sentimien to de culpa. Una de las razones es que nunca experimenta
que le podía ayudar a su Maestro. Tenía la seguri dad de que si los fariseos lo presionaban, Jesús 110 tendría otra salida que iniciar la guerra de libera ción. Por eso. cuando Judas vendió a Jesús a los ene migos. en realidad no lo estaba traicionando. Estaba seguro de que Jesús se libraría. ¿Cómo podrían prender esos soldados al Rey de reyes y Señor de se ñores? Los cálculos de Judas fallaron, y cuando vio que Jesús no hacía nada para defenderse y. al contrario, aceptaba que se lo detuviera, se lo juzgara y se lo condenara, el discípulo sintió que todos sus sueños se derrumbaban. Cav ó presa del pánico y se suicidó.
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Cómo R a ta jjiiente oi SentiMiento de Cudpü ron el verdadero arrepentimiento que los puede lle var al perdón auténtico. Arrepentirse es reconocer que se cometió un error, y que se necesita perdón. Pero el hombre moderno está intentando cambiar las reglas del orden moral. Justifica, explica y racio naliza sus actitudes, pero no reconoce que el peca do es pecado. La homosexualidad, por ejemplo, es sólo “una nueva opción sexual”. La deshonestidad es sólo “viveza”. La mentira es “un poco de imagina ción”. Por más que la humanidad trate de justificar sus ictos, no logra librarse de la culpa moral que lo atormenta de día y de noche. No viv e en paz con su propia conciencia y tampoco puede vivir en paz, con los demás, ni con ía naturaleza que lo rodea, ni con sus parientes más cercanos. Se convierte en un ser violento, rebelde, agresivo; es decir, en un ser anti social y solitario.
El perdón
Ilace poco me buscó un hombre atormentado por el peso de la culpa. Resumió su drama de la si guiente manera: “Creo en el perdón, pero sucede que yo siempre caigo en lo mismo. ¿Cómo me pue de perdonar Dios tantas veces por el mismo peca do?” Este es el drama de mucha gente-, por eso es bueno analizar una declaración que hizo una vez Je sús cuando estaba con sus discípulos. Un día San Pedro le hizo al Maestro esta pregunta: "Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?”' La respuesta de Jesús fue: "No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta •?ees siete .'1¿Qué quería enseñar el Maestro con esto? Para entender esta declaración es necesario analizarla junto con otra que hizo el mismo Señor Jesús: “Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti. v 'íete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arre piento; jjerdónale".1“ En estos dos textos encontramos la idea de que usted y yo necesitamos perdonar setenta veces siete al hermano que nos ofende; es decir, 490 veces. Más aún: debemos perdonarlo todas esas veces por la misma falta y en el mismo día. Cuatrocientos noventa veces es bastante. Sólo jue en la Biblia el número siete simboliza plenitud, perfección. En otras palabras. Jesús le pide a los se res humanos que perdonen a sus prójimos en forma limitada por la misma falta y en el mismo día
Surge entonces una pregunta: ¿Podría Jesús pe dimos que perdonemos de esa manera si él prime ro no estuviera dispuesto a perdonamos del mismo modo? Este pensamiento puede parecer “peligroso ’ pa ra mucha gente, porque algunos podrían pensar de la siguiente manera: “Si es así, voy a seguir pecando con mucho gusto, porque el perdón de Dios no tie ne límites”. Este pensamiento es en parte correcto v en parte sumamente peligroso. El latió con ecto es que ciertamente el perdón de Dios no conoce lími tes. Puede perdonar innumerables veces a la misma persona, por la misma falta y en el mismo día. Eso es lo que dice la Biblia El lado peligroso y fatal es que por eso “yo pue do seguir pecando como me dé la gana”. El gran pe ligro 110 consiste en que un día Dios se canse de per donar. El peligro reside en el ser humano. Usted puede llegar un día al punto de no interesarse más en el perdón. Entre las numerosas y maravillosas promesas de perdón de Jesús esta la siguiente: "Por tanto os di go: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu Santo no les será perdonada. A cualquiera que dijere algu na palabra contra el Hijo del Hombre, le será per donado; pero el que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el veni dero".11 En este pasaje Jesús afirma de nuevo que no hay límite para su perdón: "Todo pecado será perdonado a los hombres”. Y todo es eso: todo. No hay palabra de significado más amplio. Se refiere a todo: el adulterio, la homosexualidad, la mentira, la codicia, las drogas, el orgullo, la promiscuidad. la hechicería. En fin, todo. “Menos el pecado contra el Espíritu Santo”. Esto ha preocupado a muchas per sonas. ¿Qué es el pecado contra el Espíritu Santo? Será algo tan grotesco que finalmente Dios diga: “No aguanto más: este hombre está perdido; me re húso a perdonarlo otra vez". Si esto fuera cierto, ¿en qué quedaría la primera parte del versículo que afir ma que “todo pecado le será perdonado a los hom bres"?
La fun ción del Espíritu Para entender en qué consiste el pecado contra el Espíritu Santo es necesario que sepamos cuál es la función del Espíritu. Jesús mismo afirmó: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre en viará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas.
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v os recordará todo lo que yo os he dicho '.1-' “Os en señará todas las cosas”. Esa es la misión del Espíri tu Santo. Enseña, habla al corazón, muestra el cami no v guía a la verdad. ¿Cómo lo hace? Por medio de esa voz silenciosa e interior que por lo común llama mos conciencia. Isaías afirma: “Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el ca mino. andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mimo izquierda”." Cada vez que usted anda por caminos equivoca dos. esa voz le habla a su corazón, recordándole las cosas que sabe. Si usted no oye: si por lo contrario racionaliza o justifica su conducta, corre el terrible peligro de endurecer su corazón. La próxima vez que le hable el Espíritu, usted estará menos dis puesto a responder positivamente, y con el tiempo anulará por completo dentro de sí la capacidad de responder a las intimaciones del Espíritu. Final mente habrá cometido el pecado contra el Espíritu Santo. Esto no quiere decir que está tan enojado con usted que ya no le quiere hablar. No, seguirá hablándole. Pero usted ya no estará más en condi ciones de oír su voz. Su conciencia se habrá endure cido. Nunca aceptará que está equivocado y que ne cesita perdón. Y, ¿cómo podrá perdonarlo Jesús si usted no acepta su perdón? Es posible que en algún momento, cuando una actitud eqmvocada suya comprometa su estabilidad social, física o financiera, usted sienta inclusive do lor, pero 110 por haber ofendido a Dios, sino sólo por las consecuencias que producirá en su vida. Eso no es arrepentimiento, es sólo remordimiento, v éste jamás conduce al perdón; solo lleva a una terrible desesperación y a la destrucción propia.
caría en la plaza pública. Un día antes de su ejecu ción vino a su celda un emisario del rey con un mensaje para el prisionero. “¡No quiero recibir nada del rey! — dijo a los gri tos el presidiario— . ¡Puede llevarse de vuelta ese mensaje: no quiero oír nada!" El guardia de la pri sión insistió. "Escucha lo que te quiere decir el rey”. Pero fue inútil. El condenado ciertamente no que na oír el mensaje del rey. Al día siguiente, cuando iba camino del cadalso, un guarda le susurró al oído al delincuente: “¡Eres un idiota! El mensaje que rechazaste ayer era tu in dulto. El rey te estaba perdonando”. La historia termina consignando el grito de de sesperación de ese hombre en la hora de su muer te: "Estoy muriendo —decía en medio de sollo zos— , no por haber cometido un delito, sino por que no acepté el perdón del rey”. Usted no necesita angustiarse por los recuerdos del pasado. Si existe algo que ya 110 tiene más im portancia, eso es el pasado. La historia ya es historia
P or graci a Se cuenta la antigua historia de un delincuente a quien el rey había condenado a muerte. Se lo ahor
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C ó mo
Rac.eA {jA.eH.te QÍ sektiMieuto de Cuípa
Un día hubo un rey en Israel que se llamaba Da vid. Descendió a las profundidades del pecado: adulterio, mentira, intriga y finalmente asesinato. Un cóctel de inmoralidad. El pecado comienza de a poco v la gente, al tratar de resolver el problema mediante métodos humanos, se enreda hasta que queda completamente aprisionada por las compli cadas circunstancias y las propias falsedades. Pero el Señor envió al profeta Natán para en frentar al rey con su triste realidad. El se vio acusa do. Pero era el rev: podía ordenar la muerte del pro feta. Después podía hacer declaraciones para infor mar a la opinión pública, negando todo lo sucedido. Pudo sentirse tentado a explicar o justificar su peca do. pero la Biblia nos dice que en lugar de eso el rey se fue al campo, entró en mía caverna y oró con fer vor a Dios de la siguiente manera: “Ten piedad de mí. oh Dios, conforme a tu misericordia. Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y limpíame de mi pecado. Porque vo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí. Contra tí, con tra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; para que seas reconocido justo en tu pala bra. y tenido por puro en tu juicio". 1 En ese momento el rey nació de nuevo. A partir de ese día ya no tendría (pie seguir huyendo de su pasado. Ilabía nacido un nuev o día en su experien cia. Estaba en paz con Dios y con los hombres. Esa estimado lector, puede ser su experiencia hoy.
v no hay manera de cambiarla. “No vale la pena llo rar por la leche derramada", afirma el dicho popu lar. Los brazos ele Jesús están abiertos en forma de cruz, listos para recibirlo si usted, arrepentido, ¡co rre hacia ellos! Caiga a los pies de la cruz v confiese sus pecados. No los niegue ni los esconda; sea sin cero. No trate de justificarse; sólo reconózcalos y confiéselos. Un día, en la cruz del Calvario, murió el Señor Jesús por todos los pecados de todos los hombres de todos los tiempos. .Allí ya fueron perdonad«« todos sus pecados. Quiere decir que no es por causa de la confesión o del arrepentimiento que Jesús decidió perdonarlo. El precio de su perdón ya está pagado, pero para que ese obsequio de amor que se le con cede por gracia tenga valor para usted, es necesario que confiese su pecado. San Juan afirma; “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hi jo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.14 Quiere decir que no hay nada más que hacer para salvar al ser humano. El rescate ya se pagó, pero so necesita una aceptación personal de ese ofrecimiento. Este es el papel indispensable de la confesión. Es como si alguien le diera un cheque por un mi llón de dólares. El dinero está en sus manos, pero el mismo tiempo no está. Está en el Banco; usted tie ne que ir al Banco a cobrar el cheque. Si no lo ha ce. se morirá de hambre, insensatamente, con un millón de dólares en el Banco. Este asunto de la confesión es muy delicado. Us ted necesita confesar sus pecados a Dios, pero tam bién a los hombres. A Dios sin excepción ninguna, pero a los hombres sólo en caso de que la confesión sea constructiva: nunca si fuera destructiva. Una señora me preguntó una vez: “¿Qné debo hacer? Mi esposo y vo tenemos un hijo único de 18 años. Es la razón de nuestra vida, pero hay algo que necesito confesar: ese hijo no es de mi esposo. ¿Có mo me puede perdonar Dios si no confieso este pe cado?” Este es un ejemplo clásico de la confesión que sólo se debe hacer a Dios y confiar en su maravillo so amor. Si la señora, en ese momento, confesara esa situación al esposo o al hijo, lo único que logra ría seria destruir tres vidas.
Referencia» I talos 1:1S. “ Geo nje VV, Rr¡.
714 3 S. Juuii%:ll
Salmo 32£. ^ Salmo 65:3. ® Salmo S4V.5. * Jcrrmí«»« J3:S.
* s. Mateo 1V21. 9 S Mateo 1V22.
10 S Lúeas 17.3. i II S Mateo 12:31. 12 S Juan 1426 13 Indas '»MI
14 S Juuu 3:18. Sjilrro 51:1-1 .
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CAPÍTULO
o
¿Cuánto vale usted?
Y
“Tiré esa caja de píldoras — dijo— : tío las necesita ba más. Mi vida era un vehículo fuera de control que, gracias a Dios, llegó a un lugar seguro’ . ¡Un vehículo fuera de control! ¿Sabía usted que chocar con un auto que va a KM) kilómetros por ho ra equivale a caer al suelo desde el octavo piso de un edificio? Difícilmente alguien salga con vida en esas circunstancias. Es un golpe fatal. Pero el ser huma no, desde el momento cuando nace, recibe el más mortal de todos los golpes. En realidad, nace muer to espiritualmente. Condenado. Sin salida. La Bi blia dice. “Por cuanto todos pecaron, y están desti tuidos de la gloría de Dios”.1Esta verdad se confir ma cuando dice: "Como está escrito: No hay justo, ni aun uno“.2Y entonces remata al decir: “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señ or nuestro”.5 Ana Lucía, como usted o como yo, había nacido en esa dramática situación. Estaba espiritual mente muer ta. Es posible que usted no esté de acuerdo. Puede decir que Dios es injusto al permitir que alguien al nacer ya esté condenado sin haber hecho nada. Pe ro eso no es verdad. Nadie se perderá por haber na cido pecador. Si alguien finalmente muere, será por 110 haber aceptado el plan de salvación.
a era tarde cuando llegué al hotel aquella no che. En mi mente todavía podía oír las voces de cuarenta mil personas que alababan el nombre de Dios en la Plaza de la Apoteosis en Río de Janeiro, Brasil. Saqué de mis bolsillos todas las cartas y los papeles que la gente entrega en ocasio nes como ésa, y de repente mi atención se fijó en un sobre voluminoso. Lo abrí y me encontré con la his toria de Ana Lucía. “Estaba muerta”, decía en la carta, y después contaba la historia de su vida llena de confusión, llacía días que andaba por las calles sin saber lo que buscaba. Se detenía en las paradas de los ómnibus, miraba a la gente y les tenía envidia porque pare cían vivas. Mientras tanto, ella quería morir, porque para ella la vida había perdido todo su atractivo. Una de esas noches se dirigió a una farmacia que quedaba cerca de su casa. Compró una caja de píl doras para dormir. Con tres de esos comprimidos su vida estaría en peligro, pero su intención era tomar se toda la caja. De repente ovó. a través de los altoparlantes, una melodía que la conmovió. Se acercó a la Plaza de la Apoteosis, donde tantas veces había desfilado como integrante de una escuela de samba en medio de las luces, los resplandores y los aplausos; algo que estaba en el pasado. Se dio cuenta de que esa alegría era hueca; en este momento no tenía más ganas de vivir. Pero el mensaje que oyó esa noche cambió su vida. Por primera vez entendió que había \lguien que la amaba incondicionalmente. Creyó en Jesús. Le entregó su corazón y escribió la carta.
Un acto de amor Hace años la tuberculosis era una enfermedad fatal. Prácticamente no tenía remedio. Pero un cha se descubrió la penicilina. A partir de ese momento la tuberculosis sólo mata a los que inexplicablemen te rechazan el remedio. Si Cristo 110 hubiera venido
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Pasüpoitte pOAG ta in'da al mundo, la raza humana estaría irremediablemen te condenada. Pero Jesús vino y pagó el precio con su propia vida. San Juan dice: “Porque de tal mane ra amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo uni génito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.' La ofrenda de Cristo en la cruz del Calv ario fue el sacrificio de amor más grande que el mundo ha ya conocido. "Al que no conoció pecado, por noso tros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos he chos justicia de Dios en él”,5dice San Pablo y des pués continúa: "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores. Cristo mu rió por nosotros”.6 La mente humana difícilmente comprenda este acto de amor, porque los seres humanos amamos de
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ración es una experiencia trágica. Vaya a un aero puerto o a una estación de ómnibus y vea las lágri mas que provoca la separación. El pecado produjo separación entre Dios y los seres humanos. Sucede que Dios es la Fuente de la vida. Salimos de sus manos y nunca seremos completos lejos de él. En vano trata la criatura de ser feliz si vive sepa rada de su Creador. Patéticamente, el ser humano juega a ser feliz. Finge. Aparenta. Se esfuerza. Pero su corazón siempre está vacío. Esa tarde en el jardín del Edén la criatura se es condió del Creador. Allí comenzó el problema de la soledad. Hoy el hombre sigue siendo solitario, a pe sar de vivir rodeado de mucha gente. Deténgase en la esquina de dos calles de mucho movimiento en el centro de cualquier gran ciudad. La gente corre de un lado para el otro. Cada una de ellas va detrás de sus sueños, cada cual carga sus tristezas y luchas, pero nadie se fija en los demás. A nadie le importa los dramas de los demás.
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Soli dari dad La gente vive apiñada en edificios enormes, y a veces no sabe cómo se llama el vecino. Un día viajaba de Madrid a París en el tren ex preso “Puerta del Sol”. Mi compañero de viaje era un español de rostro serio y amigas en la frente. —¿Va a París? —le pregunté. Me contestó que no. Iba a Burgos, su ciudad de origen. Me habló de su drama en la gran ciudad. — Uno se siente solo — me dijo— . Los perros por lo menos mueven la cola cuando se encuentran; los hombres no. La soledad es terrible porque destruye en el ser humano el deseo de vivir. “A nadie le importo — me • elijo llorando una muchacha— . Preferiría morir". Existen millones de personas solitarias en el mundo. Aunque esté rodeado de amigos y familia res. el ser humano carga una “carencia” instintiva. Algo falta. Algo anda mal y no sabe qué es. Esa tarde en el jardín del Edén el Padre pregun tó: “Adán, ¿dónde estás tú?” Su respuesta fue: “Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; v me escondí”.’' ¿Miedo? En otras tardes Adán y Eva habían corrido felices hacia los brazos del Padre. ¿Qué había sucedido? El pecado no sólo produjo soledad, también trajo miedo a este mun do. El miedo era una experiencia desconocida para los seres humanos. La soledad y el miedo aparecíe-
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Algcr falta. manera muy mezquina. Amamos a quien merece ser amado. Amamos porque se nos ama. Nuestro amor es una especie de recompensa. En cambio, el amor de Dios es diferente. Amó a sus enemigos. To dos nosotros lo llevamos a la cruz. Todos lo crucifi camos. Y a pesar de eso él nos amó primero. El remedio ha sido provisto. La Escritura afirma: “Porque así como por la desobediencia de un hom bre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos”.7 Nadie más necesita seguir su friendo. Usted se puede ver libre de la obra perni ciosa del pecado si acepta la promesa de Jesús. Una de las consecuencias más terribles que trajo el pecado a este mundo, por medio de la desobe diencia de Adán y Eva, fue la separación de Dios. “Vuestras iniquidades han hecho división entre vo sotros y vuestro Dios, v vuestros pecados lian hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír 7* La sepa
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¿Cuánto uafe usted? ron después del pecado. Son dos senti mientos que van juntos. Hay gente que se esconde porque tiene miedo de no saber comportarse debidamente en una reunión social. Hay otros que no se comprometen porque temen que se los traicione. Otros no aman porque tienen miedo de «sufrir. Cuantío Adán y Eva tuvieron que en frentar la realidad, se criticaron y se acusa ron mutuamente. "La mujer que me diste’ . dijo Adán. No "La mujer que yo amo". No "M i amada esposa ”, sino “La mujer que tú creaste”. Sin darse cuenta, el ser humano comen zó a echarle la culpa de sus dificultades al Creador. Por eso no nos sorprende oír hoy a alguien que dice: “Si Dios existe, ¿por qué hay tanta injusticia?” “Si Dios existe, ¿por qué mueren tantas criaturas inocentes en las guerras locas de los adultos?" El ser humano se convierte en un loco al separarse de Dios, y avanza hacia su pro pia destrucción. Empieza a experimentar sentimientos extraños: celos, envidia, codi cia, miedo, soledad, traición. Nunca apren dió a manejar estos sentimientos. Aunque se esfuerce. Trata de explicarlos, de justifi carlos, de analizarlos y de dominarlos, pero son más fuertes que todas sus inútiles ten tativas. Esta desintegración interior se ma nifiesta en sus actitudes. Traiciona a los que ama, ataca la naturaleza y destruye su pro pio cuerpo. “Si coméis del fruto de este árbol, cier tamente moriréis”, había dicho Dios. Esa muerte comenzó a carcomer al ser humano desde el mismo instante en que pecó. A partir de entonces comen zó la permanente búsqueda del ser humano por parte de Dios. El pecado produjo separación entre Dios y la criatura, pero San Pablo afirma: “Y a voso tros también, que erais en otro tiempo extraños v enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, .diora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de el”.10
ángel o cualquier otra criatura celestial no podía sal var al hombre, pues ninguna de ellas tiene vida pro pia; su vida depende de la Fuente de la vida: Dios mismo. Ninguna criatura podía dar su vida en lugar del ser humano. El Salvador del mundo tenía que ser divino. Pero, ¿cómo? Dios no puede morir. En tonces fue necesario que él llegara a ser totalmente humano. Pero al venir a este mundo Jesús no se disfrazó de hombre. Es verdad que tomó nuestra naturaleza, pero en la condición de Adán antes de la entrada del pecado. Tenía que vencer en el mismo terreno en que Adán fue derrotado. La Biblia afirma que “fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”. La soledad, la tristeza y el dolor lo asaltaron mu
Él se hizo hombre Jesús vino a este mundo para derribar el muro que separaba al hombre de Dios. Se hizo hombre para alcanzar a la humanidad. Tenía que serlo. Un
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Posaponte, pana da oida el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga chas veces. Fue tentado en todo, pero sabía dónde fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos desca hallar poder para vencer. Pasaba noches enteras en rriamos como ovejas, cada cual se apartó por su ca oración. Nunca trató de vivir confiando en sus pro mino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos pias fuerzas, aunque tenía poder divino para hacer nosotros. Angustiado él y afligido, no abrió su boca; lo. Siempre rechazó la idea de vivir su propia vida y como cordero fue llevado al matadero; y como ove hacer las cosas a su manera. ja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no Frente a la tentación en el desierto, buscó fuer abrió su boca”.1’ zas v respuestas en la Palabra de Dios. Sabía que las Lo que poca gente sabe es que Jesús murió no Escrituras Sagradas eran el manual de superviven porque fuera un loco suicida con ganas de morir. cia y de victoria que el Padre había dejado, y supo No era un revolucionario social que daba su vida seguir sus consejos. por sus ideales. Era Dios-hombre quien estaba mu Finalmente murió como delincuente. Ascendió riendo por amor en beneficio de lo más precioso la cuesta del Calvario cargando la cruz que el hom que hay en este mundo: usted. bre merecía. Él no tenía por qué morir. No había cometido un solo pecado. Con humildad y convic Valor inestimable ción supo decir: “¿Quién de ustedes puede demos Si alguna vez se apodera de su corazón el senti trar que yo tengo algún pecado? Y si digo la verdad, miento de que usted no vale mucho; si alguien lo ¿por qué no me creen?”1- Entonces, ¿por qué debía mira con indiferencia v desprecio, para que se con morir? sidere insignificante; si usted mismo se mira un día Su muerte fue un sacrifìcio de amor. Tomó sobre en el espejo de la vida sí nuestra culpa, nuestra con y ve en él a un fracasa denación. nuestra muerte. do que no sabe por Nosotros merecíamos morir, p ll& k i& V M Ó¿ p to fu w lo ' qué vino a este mundo, pero él aceptó nuestra muer mire a la cruz del Cal te. A cambio nos dio la vida vario y pregúntese: que ganó gracias a su obe “¿Habría muerto por cju£/ M V tmfdljD L o' cm tfi diencia. Cristo fue tratado mí el Rey de reyes, el con el rigor que nosotros me Señor de señores, si yo recemos. para que nosotros no valiera nada?” Su fuéramos tratados como él lo valor, amigo, amiga, no merece. depende de lo que la En esa siniestra tarde del gente piense de usted, Calvario, la pobre criatura no ni se mide por el sala alcanzaba a entender por qué rio que gana ni por su el sol se ocultaba y hasta los cuenta en el Banco. animales corrían asustados Los diplomas y los títulos que usted haya consegui de un lugar al otro. ¿Quién podría, con sana con do o no, nunca podrán expresar su valor. Contemple ciencia, contemplar esa escena con indiferencia? la cruz. Ahí hay sangre. Sangre y vida. Y esa sangre Sólo el ser humano, la más inteligente de todas las es real. El príncipe del Universo, delante de quien criaturas, parecía no entender lo que estaba suce se inclinan todas las criaturas celestiales, "no estimó diendo. En realidad, la profecía bíblica ya había el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino anunciado lo que acontecería aquel día. Isaías había que se despojó a sí mismo, tomando forma de sier dicho varios siglos atrás: “Despreciado y desechado vo, hecho semejante a los hombres: y estando en la entre los hombres, varón de dolores, experimentado condición de hombre, se humilló a sí mismo, ha en quebranto; y como que escondimos de él el ros ciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de tro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Cierta cruz".14 mente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió La salvación es el maravilloso acto divino por nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, medio del cual Dios retira de nosotros nuestra con por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por denación y se la adjudica a su propio Hijo. Es el re nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados;
¿QuÁ
eicnticr con ¿angw en el Cali/a/do'?
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¿Cuánto rata usted? tedio divino que elimina el maldito virus del peca do. Usted y yo estamos libres ahora. Tenemos otra ez derecho a la vida. Y no hicimos nada para mere cerla. Jesús lo hizo todo. Todo lo que tenemos que hacer es aceptar ese don. ' No por obras, para que nadie se gloríe”.1' Es así de sencillo para el ser humano. Y precisa mente, quizá, porque es sencillo, al hombre se le hace tan difícil aceptarlo. Vivimos en un mundo donde se paga por todo, y mientras más se paga más bueno nos parece el producto. Si usted encuentra un par de zapatos por cinco dólares, los va a mirar por todos lados. No puede ser que sean tan baratos. .Algo malo deben de tener. ¿Cómo puede ser que un buen producto cueste tan
poco?
La tragedia del hombre tal vez resida en que le esté aplicando este razonamiento al plan de salva ción. Si realmente vale, no puede ser gratis. ¡Gratis! Sí. para el hombre; no para Dios. A él le costó la vi da de su Hijo. Le costó lágrimas. Le costó horas de soledad como las de aquella negra tarde del Calva rio cuando Jesús clamó: "¡Dios mío. Dios mío! ¿Por qué me has desamparado?"1" Cierta vez conversé con un hombre rico y pode roso. Sentía que su corazón estaba vacío. No logra ba dormir. L¿* dolía hasta la misma vida v no sabía por qué. “Ayúdeme — me dijo— , pero no me hable de Jesús”. Si yo le hubiera dicho que la solución de sus pro blemas estaba en la India, pero que tenía que pagar cien mil dólares, habría abordado su propio avión y se habría ido a ese país. Si el remedio es caro, debe ser bueno. Pero me dijo: “No me hable de Jesús”. Quiero algo más “sólido”, más “profundo", más “ra cional". ¡Ah!, ser humano incoherente del siglo en que vivimos, usted quiere algo más “sólido”, y sin embargo cree en la reencarnación, doctrina que ca rece de todo fundamento. Quiere algo más' profun do”, y se pasa horas quemando incienso y repitien do mantras. Busca algo más “racional”, y cree que su destino en esta Tierra está escrito en las estrellas. Nada en esta vida puede ser más sólido que las
vidas transformadas de quienes un día se dejaron encontrar por el Señor Jesús. ¿Qué puede ser más profundo que ese maravilloso amor escrito con san gre en el Calvario? Cierta noche me estaba preparando para hablar en un estadio, cuando se acercó 1111 colega y me di jo: “Acaba de entrar un hombre que ya trató de sui cidarse varias veces”. El mensaje de esa noche tenía que ver con la salvación. Mostré que una vida sin Cristo no tiene sentido. “Usted puede tratar de He nar con cualquier cosa el vacío de su corazón, pero 110 lo conseguirá”, dije. Al final extendí una invita ción para que los oyentes aceptaran a Jesús, y entre los que pasaron al frente para entregarle la vida al Salvador estaba esc hombre. Era el último recurso de su vida. Es una lástima que en la vida de muchos Dios sea el último recurso. Pero ¡qué maravilla que a Jesús eso no le importe! Lo único que le interesa es que el ser humano le dé la oportunidad de obrar en su vida. Ese fue el comienzo de la transformación de ese hombre. Tiró el arma con la que pensaba suicidar se, Creyó en las posibilidades futuras que Jesús le ofre cía y comenzó a vivir de nuevo. Había llegado a ser una nueva criatura. ¡Estaba salvado! Como Ana Lucía. Como yo mismo un día. ¡Como lo puede ser usted hoy!
Referencia» ' Hotmuu» 3:23 * Humanos 3 10 ^ Romanos fi:23. 4 S. Juan 3:16. ® 2 Corintios 5:21 ® Koimimn 5:8
4HnmtuK«5:l9.
®Istias 59:2. ^ CéOfidi 31(1 1:31 ü 11 Helirttis 4:15 S Juan S:46, Dkm habla hoy ts.iiiis
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CAP ÍTU LO )
“Todaví a soy y o” to de una paz incomparable, de la seguridad de que ste es el título de la biografía del autor y di Dios me está obsen ando con una sonrisa de satis rector de Supemi an. Christopher Reeve, facción. Pero cuando salgo para enfrentar la lucha que quedó parapléjico en 1995 en un acci dente durante una prueba de equitación. El libro sede la vida, es como si despertara de un sueño mara convirtió en un best-séller en muy poco tiempo. Sevilloso para encararme con la cruel realidad de mis tentaciones y frustraciones. No logro controlar mis refiere a sus luchas, tristezas y desesperanzas, pero impulsos, soy un pobre esclavo de mis pasiones; in también habla de sus victorias frente a la adversidad tento, lucho, pero es inútil. Es como si estuviera ata que envuelve la vida. En una secuencia de su bio do a una silla de ruedas, incapaz de andar. Nací pa grafía escribe lo siguiente: “Pocos meses después ra vivir una vida nueva, pero no consigo caminar". del accidente pensé en hacer un cortometraje acer Este hombre podía decir con Reeve: “Sigo sien ca de un parapléjico que vive en un mundo de sue do yo mismo”. Había pasado por el milagro de la ños. Durante el día, echado en la cama del hospital, conversión, pero no lograba ganar la victoria. Sentía no consigue resignarse. Pero en la noche sueña que que algo andaba mal en su vida. ¿Cuál era su pro está sano, que hace de todo, que puede ir adonde blema? Es fundamental entender que si alguien se quiera. Ese hombre durante toda la vida fue mari convirtió todavía puede tener tentaciones. ¿Por nero. adora el mar y es dueño de un lindo barco, qué? Porque aunque la conversión es el nacimiento una antigua preciosidad que refleja la luz en su cas de una nueva criatura y la muerte del hombre viejo, co reluciente. En su sueño el hombre navega de no implica necesariamente la desaparición del cadá frente a la luna llena; la brisa es suave, las condicio ver del hombre viejo. Ese cuerpo muerto permane nes son perfectas: esa clase de noche romántica en ce en nosotros, molestando, perturbando y luchan alta mar que prueba nuestra imaginación. Pero a las do contra la nueva naturaleza, en el desesperado de siete de la mañana está de vuelta en la cama del hos seo de tomar de nuevo el control de la vida. pital de rehabilitación, y todo se inmoviliza de nueC onfli cto i nteri or vo••i. San Pablo describe esa lucha de la siguiente ma Aunque parezca increíble, ésa es también la rea nera: “Realmente, no entiendo lo que me pasa; por lidad de mucha gente. que no bago lo que quiero, sino lo que aborrezco. Y Hace poco conversé con un hombre cuya situa al hacer lo que no quiero, apruebo que la Ley es ción espiritual es muy parecida a la condición física buena. De manera que ya no soy yo quien obra, si del marinero de Reev e. “Cuando estoy en la iglesia no el pecado que habita en mí. Sé que en mí, esto — me decía— , o cuando estoy con la Biblia abierta es, en mi carne, habita el bien. Porque tengo el v en actitud de orar, vivo en un mundo maravilloso. querer, pero no alcanzo a efectuar lo bueno. Porque Me siento volando con los ángeles mientras disfru
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Pasaporte pcma f-Q inicia
no hago el bien que quiero, sino el mal que no quie ro. Y si hago lo que no quiero, ya 110 lo hago yo. si no el pecado que mora en mí. Así, encuentro esta ley. Aunque quiero hacer el bien, el mal está en mí. Porque en mi interior, me deleito en la Ley de Dios: pero veo en mis miembros otra ley. que lucha con tra la ley de mi mente, y me somete a la ley del pe cado que está en mis miembros. ¡Miserable de mí! ¿Quién me Ubrará de este cuerpo de muerte?”2 “¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?” Ese parece que es el grito de angustia de la gente. Queremos servir a Dios, vivir felices, y al mismo tiempo actuamos al revés de todo lo que sabemos, causando dolor y tristeza a los que más amamos. ¿Por qué sucede esto? Porque desde el momento de la conversión pasamos a tener dos naturalezas. Por un lado está la naturaleza nueva, de Cristo, que
trata de ejercer el control sobre la vida, Por el otro está el cadáver de la antigua naturaleza, que moles ta, perturba, y trata de tener el control sobre las de cisiones. Hay lucha en la vida del convertido porque tie ne dos naturalezas. Si sólo hubiera una, no habría lucha. ¿Contra quién tendría que pelear? Muchos no entienden este proceso, y por eso viven angustia dos. pensando que porque existe una lucha dentro de ellos, nunca pasaron por la experiencia de la con versión. Pero va vimos el caso de apóstol San Pablo, que mientras era Saulo de Tarso se encontró con Je sús en el camino a Damasco y se convirtió, y sin em bargo años después todavía experimentaba la lucha de las dos naturalezas que coexistían dentro de él. La pregunta que usted se puede estar haciendo en este instante es: ¿Hasta cuándo tendré que expe rimentar este conflicto? La respuesta es hasta el regreso de Cristo. San Pablo afirma: “Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmor talidad. Y cuando esto corruptible se haya ves tido de incorrupción, y esto mortal se haya ves tido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria”.3 Por supuesto que sí. El Señor Jesús elimi nará definitivamente la naturaleza pecaminosa del ser humano. El pro feta Nahum declara: "¿Qué tramáis contra el Señor? ¡Él extermina! La tribulación [el peca do] no se levantará dos _ » j* veces Hasta ese día el hombre contará muchas veces su historia, tal co mo San Pablo: “Y para que la grandeza de las
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"Todavía soy yo"
revelaciones no me exaltase desmedidamente, me tiie dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que 110 me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he roga do al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bás tate mi gracia: porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesi dades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy # fuerte '.* J débil, entonces soy Sólo por la gracia del Señor Jesús usted llega a ser cristiano. Por la gracia se lo perdona, y pasa por el milagro de la conversión, y sólo por la gracia us ted continuará creciendo en la experiencia cristiana. Al proceso de crecimiento espiritual los estudio sos de la Biblia lo llaman "santificación''. Es 1111 pro ceso diario y permanente, y usted necesita a jesús para que esa experiencia sea una realidad en su vi da. Para nacer en Cristo usted necesita ir a Jesús, y también lo necesita para llegar a ser 1111 cristiano adulto. Hay mucha gente derrotada en la vida espiritual sencillamente porque aceptaron a Jesús como su Salvador, pero no como su Sustentador. Es decir, a quien le ayuda a andar y mantenerse firme en este nuevo aspecto de su vida.
Sólo fjot la gnacia, del £eá
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JeiÚÁ uifcd llega a kvi cntitíam. cuando conversa con un amigo íntimo. Le contará sus luchas, tristezas, alegrías, sueños, derrotas, pla nes; en fin, todo. Al conversar con él usted recono ce que está por sobre la humanidad. Es Soberano. Todopoderoso. Para él no hay imposibles. Por lo tanto, derrame delante de él sus dificultades v pro blemas, y dígale que sin él t-stá perdido. La mayor parte de la gente ora alguna vez en el curso de su vida. Pero para que usted pueda vivir una vida victoriosa necesita orar más (pie > 11 algún momento". Su vida tiene que ser de oración. Inclu sive después de haber conversado a solas con Dios, necesita aprender a vivir con una actitud de oración; es decir, todo lo que usted haga debe estar relacio nado con Dios. Tener presente a cada instante y en todos los actos de su vida un sentido de la presencia divina. Al tomar una decisión, al comprar, al vender, al estudiar, al viajar o al hacer cualquiera otra cosa, permita que Dios esté con usted, inspirándolo y di rigiéndolo. 2. Estud iar la Biblia todos los días. Esto tam poco es un ritual religioso. La Biblia es la carta de amor de Dios para usted. Es el mapa que le permi tirá llegar sin problemas al puerto seguro, y la brú jula (pie le permite encontrar la salida en medio de la selva de dificultades e incertidumbres en que se encuentra actualmente. Es la antorcha que ilumina sus pasas v lo guía en medio de la oscuridad moral y la crisis de valores v principios en que se encuen tra sumergido nuestTo planeta. ¿Cómo sabrá usted ser un buen esposo v padre de familia sin consultar el manual divino para fami lias felices? ¿Le parece (pie Dios estableció el hogar con Adán y Eva y luego los dejó abandonados a su triste suerte para que solos intentaran ser felices? No. Dios les dejó a los seres humanos una “guía” pa ra establecer hogares felices. Y esa guía es la Biblia. ¿Se siente solo aunque se encuentra rodeado de mucha gente? ¿Se siente traicionado, rechazado, incomprendido? ¿No está logrando manejar el odio y el rencor (pie le inspira determinada persona, y eso lo hace sufrir? Yaya a la Biblia. Mediante ella Jesús
Algunos pasos Para (pie Jesús le pueda ayudar a crecer, usted tiene que desconfiar de sus propias fuerzas, de su disciplina propia y de su dominio propio, v necesita confiar plenamente en quien es el “autor y consu mador de la fe”.* Y para que todo esto no sea sólo teoría, y sí una realidad, usted necesita cinco cosas: I. Orar todos los días y* a cada instante. Si Jesús es la Fuente de su vida y es su Poder, usted tiene que vivir en comunión constante con él. Jesús mismo dijo: "Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer".’ Y Pablo completa el pensamiento de esta manera: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.’' La oración genuina y verdadera no es un acto religioso sino un estilo de vida. Por supuesto, habrá momen tos cuando usted se arrodillará y conversará con Dios como si se tratara de su mejor amigo. Sin for malismos, sin hipwresía, sin tradicionalismos, como
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Pasaporte paxa la i?ida le mostrará cómo salir de todos los traumas y com plejos que lo atormentan. ¿Que la vida perdió sabor para usted? ¿Se está preguntando constantemente para qué nació y cuál es el propósito de su existencia en esta Ticrra'J L^ea la Biblia. En ella encontrará todas las respuestas. Al leer la Biblia todos los días, además de encontrar respuestas y soluciones, también estará en comu nión con Jesús, de donde viene la fuerza que nece sita para ser victorioso.
sa experiencia con Cristo -—cómo era usted, el vacío que había en su vida, y cómo Jesús lo encontró y lo transformó— . esa experiencia se profundiza en us ted. Pero no sólo eso. porque cada vez que usted busca a alguien para hablar de su nueva experien cia. no va solo. Jesús va con usted, y al hacerlo, us ted está viviendo en comunión con Jesús, quien lo sustenta diariamente.
5. Busque a otros cristianos y reún ase con ellos. Aquí entra a desempeñar su papel la iglesia. 3. En tone siempre un canto positivo en su San Pablo aconseja: “No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortán corazón. Esta es una ley de la mente: La repeti donos; y tanto más. cuando veis que aquel día se ción constante de un mensaje lleva inevitablemente acerca”!“ Si usted tuviera brasas encendidas en el a la acción”. Las empresas lo saben; por eso gastan fogón, y por algún motivo sacare una de ellas, en millones en publicidad. Bombardean tanto su men poco tiempo ésta se convertirá en un trozo de car te con el nombre de un producto, que u s t e d termibón sin vida y abandonado. Eso es una realidad en la vida cristiana La iglesia tiene una función que cumplir. Hay cristianos que afirman: “Me siento bien con Jesús; no necesito ir a la iglesia”. Es muy C o M p u m éta i e. lM p(ú ju £M . lindo decir esto, y hasta puede ser políticamente co rrecto. pero no es bíblico. á mo Después que Sanio de Tarso pasó por la expe riencia de la conversión, recibió esta orden de Je sús: “levántate v entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer”.10 Cada vez que usted se reúne con los que tienen q u i ew (u w tp 'u m U oi . la misma fe v esperanza, crece y se anima, y sus con vicciones se afirman en su corazón. Comprométase. Impliqúese. Participe. Vivimos en días en los cuales na comprándolo. el ser humano no quiere compromisos. Los padres Esta lev también funciona en la vida espiritual. no se comprometen con los hijos. Los esposos tam Si usted siempre repite mensajes positivos en su poco se comprometen mutuamente. Se le tiene mente o su corazón, terminará actuando de acuerdo miedo a ' un contrato escrito". La gente “observa” con esos mensajes. La música desempeña en esto todo, pero no se compromete con nada. En la vida un papel muy importante, porque puede grabar con cristiana esto no funciona. Jesús dice que él es la ca beza. v la iglesia es su cuerpo; por lo tanto, usted y más fuerza los mensajes en su corazón. Por eso. si alguien entona constantemente can yo formamos parte del cuerpo de Cristo. V al res pecto, San Pablo afirma: “Si dijere el pie: Porque no tos que expresan soledad, traición, rebelión, sensua soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del lidad, vicios o agresividad, terminará obrando de ese cuerpo? Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no modo. Pero el que entona cantos de esperanza, vic soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo?”" toria. determinación, le y amor a Dios y al prójimo, actuará de acuerdo con esos valores y además esta Vidns transfontuidas rá en comunión con Dios, que es la Fuente de su Finalmente, para que usted sea feliz en su expe poder. riencia cristiana necesita entender que en el mo 4. Cuén tele a los demás lo que Dios ha he mento de la conversión Jesús cambia al nimbo de su vida pero no le cambia la personalidad. Los do cho por usted. En otras palabras, dé su testimonio. ce discípulos de Cristo nos muestran un cuadro de Cada vez que usted le cuenta a alguien su maravillo
PatáLcipb. \Á A & toadwÁ e*c
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"Todauía soy yo” la diversidad de personalidades de los cristianos. Ahí estaba Pedro, el intrépido; Juan, el sentimental: Andrés, el tímido; Tomás, el curioso; y los demás. Todos ellos eran hombres maravillosos, formaban parte de la familia de Dios, pero cada cual conser vaba su personalidad. Antes de conocer a Jesús usted era extrovertido, impulsivo y dinámico. Los psicólogos dirían que us ted era de tipo sanguíneo. Como usted no conocía a Jesús, andaba en sus propios caminos, tratando de ser feliz a su manera, hiriéndose e hiriendo a sus se res queridos, pisoteando valores y principios. Pero un día usted se encontró con Jesús. El cambió el nimbo de su vida. Usted dio media vuelta. Dejó de dirigirse rumbo a la destrucción y descubrió valores y principios bíblicos; a partir de ese momento usted comenzó a andar en los caminos de Jesús. Sigue siendo extrovertido, impulsivo y dinámico. Su per sonalidad no cambió, pero ahora ya no la usa para andar por caminos equivocados. Le da a su vida una nueva dirección para gloria de Dios y felicidad de los que lo rodean. El marinero de Reeve luchaba entre el idealismo de su mente v la cruel realidad de su silla de ruedas. Hoy hay muchos cristianos así. Les gustaría vivir los principios maravillosos del amor de Dios, pero se sienten atados por una parálisis que no les permite ir en la dirección que le señalan sus ideales. En el quinto capítulo del Evangelio según San Juan encontramos retratado este drama. “Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. Y había en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en he breo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y pa ralíticos. que esperaban el movimiento del agua. Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero des cendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo; no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy. otro desciende antes que yo. Jesús le dijo: Levánta te. toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hom bre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. \ era día de reposo [sábado] aquel día' .|:
La parálisis había inmovilizado a ese hombre du rante 3S años. Todas sus esperanzas se habían hecho humo. Su historia era una colección de intentos frustrados y sueños deshechos. Su futuro se reducía a eso: arrastrar su humanidad en procura de una li mosna para poder vivir. Pero Jesús apareció en su vida; y cuando eso ocurre, todo cambia. "¿Quieres ser sano?”, le preguntó Jesús. Por supuesto, él que ría ser sano, pero nunca había encontrado el cami no correcto para solucionar su problema. Su con fianza había estado puesta en el agua del estanque. ¡Pobres seres humanos! Aún hoy siguen depositan do su confianza en diversas cosas: el dinero, las es trellas, las pirámides, el agua, la suerte, el destino. ¿Para qué sirve todo eso si Jesús está aquí, cerca de usted, ofreciéndole la solución definitiva a todo? “Levántate — dice Jesús— , toma tu lecho y anda .Y el paralítico anduvo, porque creyó en la palabra re dentora de Jesús. ¿Acaso esa palabra no había teni do el poder de crear en el principio? Ahora bien, si puede crear, también puede recrear. El paralítico creyó y anduvo. Si él hubiera dicho: “¿Cómo podré andar si toda vía no siento que estoy curado? ’, habría seguido siendo paralítico por el resto de su vida. Pero creyó sin "sentir” antes de andar. No confíe mucho en los sentimientos. Con frecuencia son traidores. Nos ha cen creer que todo anda bien cuando todo anda mal, y otras veces no dicen que todo anda mal cuan do la situación es óptima. Por eso crea sólo en la pa labra creadora v redentora de Jesús ¡Levántese! Deje atrás la mediocridad de una vida llena de te mores v prejuicios, v parta rumbo al azul infinito de los sueños que Dios tiene para usted.
Referencia»
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2 Rom¿ww 7 15-24 Nnnia UrinuA’ik ra 2U(I0 3 |Corintios 15 53. 34
Niiliimi láh NuevaRelija-Valern 2000. ^SCortntto* 12:7-10 6 H<*lireos 12:2. ■S Jii.in 15:5. ^ Fllipi-nw* -1:13. ü HeJin-o* 10:25
10 Hm I io s 0:«
n I Corinliu* Ü 15 . Ifi 12 S Juun.5:1-8.
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CAPÍTULO
¿P ara qué si rven las leyes?
E
sagrado que el ser humano recibió de Dios. Cuando la Biblia afirma que los seres humanos fueron crea dos a semejanza del Creador, de eso está hablando: de libertad. A los animales se los creó sólo por el poder de la palabra. Dios creó al ser humano con sus propias manos. A los animales no se les dio libertad; sólo instintos. Al ser humano se le confió el más precio so de los dones: la facultad de escoger, de elegir, de decidir. Lo que resulta incomprensible es que el hombre esté dispuesto a todo para conseguir o defender su libertad, pero le cueste administrarla sabiamente.
ntró en mi oficina por la ventana abierta, atraído tal vez por el globo terráqueo que brillaba en un extremo de mi escritorio, o quizá con la idea de que podía hacer lo que le diera la gana con su libertad. Me dolió terriblemente ver lo desesperado, tratando de salir de la prisión en que se había metido. Se golpeaba contra una pared y otra. Tenía miedo hasta de la ventana abierta por donde había entrado. Después de intentar sin éxito por unos minutos, cayó rendido, exhausto. Esa esce na me partió el corazón, porque nunca había visto un picaflor caído en el piso. Siempre los admiré al verlos volar con vertiginosa rapidez, casi desafiando la velocidad del sonido. libres, inquietos, seducto res, mientras tocaban todas las flores del mundo. Pero caído, nunca. Rendido, jamás. Esa dramática escena del sencillo picaflor me llevó a pensar en el alto precio de la libertad. Milla res de seres humanos han derramado su sangre bus cándola. Otros millares consumieron sus vidas en el altar del sacrificio por causa de ella. Se los descuar tizó, persiguió, aprisionó y quemó. Arturo Corcuera escribió un poema que alguna vez me animé a recitar cuando era muchacho. Es una obra literaria de las más famosas. Cuenta la his toria de un hombre a quien le arrancaron los ojos, pero que seguía gritando: “¡Libertad!” Le arranca ron los brazos y las piernas, y él seguía gritando: ¡Libertad!” Cuando terminaron las torturas, pidió que le sacaran todo pero que. por favor, no le saca ran la garganta para seguir gritando: “¡Libertad!" ¿Tanto vale la libertad? Claro que sí. Es un don
H aciendo elecci ones El picaflor entró en mi oficina impulsado sólo por su instinto. Después de todo, el globo terráqueo brillaba como una flor atractiva en una tarde de ve rano. No estaba en condiciones de pensar en las te rribles consecuencias de su aventura. Pero, ¿poi qué un joven de veinte años cae un día rendido, ex hausto, en las garras del vicio? La tentación puede ser atractiva y seductora, pero el ser humano es li bre para decidir. Nadie lo puede obligar a hacer al go que él mismo no haya aceptado voluntariamente. Dios sabía que el más sagrado de los dones que él le confió al hombre se convertiría, por su uso in debido. en una de sus más grandes tragedias. Por eso, desde la misma creación, estableció principios orientadores para la preservación de la vida. Estos principios, lejos de amenazar la libertad humana, tenían como propósito protegerla. “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De
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Posaponte pQ*.o ío i>¡d.Q
todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás".' Este fue el primer consejo divino para al ser huma no. Usted puede llamarlo ley. norma, reglamento, como quiera. El único propósito que Dios tenía el dar ese consejo era garantizarle al hombre una vida abundante y feliz. La historia bíblica nos cuenta que Adán y Eva decidieron voluntariamente desobedecer, y los re sultados fueron inmediatos: culpa, soledad y muer te. Experimentaron la tragedia de tener en sus bra zos el cuerpo ensangrentado y sin vida de su hijo Abel, asesinado por su propio hermano, Caín. En ese instante los dos padres se dieron cuenta de que detrás de la “prohibición” sólo había un principio de amor destinado a proteger la vida. El ser humano confunde las cosas. Después del pecado posee una naturaleza que 110 acepta normas, se rebela contra cualquier advertencia que venga de afuera. Cuando se siente presionado a obedecer, ha ce de todo para escurrirse y evitar el cumplimiento de la lev: cree que toda norma tiene como único fin cercenar su libertad. Para defender lo que conside ra libertad sale a la calle, participa de motines, gri ta, protesta, produce desorden. Pero es contradicto rio, porque usted lo puede ver con un cartel en la mano gritando: "Respeten mi libertad . y al mismo tiempo tiene un cigarrillo en la boca, un pobre es clavo de un vicio que no logra abandonar. Una vida sin restricciones no es libre, sino liber tina. El libertinaje es la distorsión de la libertad. Os curece el entendimiento v pone los valores cabeza abajo. Al mal lo llama bien, y al bien, mal. El fruto de todo eso es la desintegración interior del hom bre. porque aunque lo niegue, es un ser moral por causa de haber sido creado por un Dios moral. Cuando el Señor le dio vida al hombre, también le dio el derecho de elegir entre el bien y el mal, en tre la obediencia y la desobediencia. A lo hurgo de la Biblia el Creador repite este asunto muchas veces. “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy con tra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la sida, para que vivas tú y tu descendencia".Pero la libertad que Dios le concede al hombre 110 es la de determinar qué es el bien y qué es el mal, que es lo correcto y qué es lo equivocado. Dios se reserva ese derecho. La criatura puede escoger entre lo correcto y lo equivocado según lo ha deter-
Pe/ay la libertad Oíoi le, concede al Iwwbw u/y el la de> cjuí el el bita y c¡u¿ el el m i, c¡u& el ley cjm&éfcy y (¡tú ei ley equivocad#. Oíoi
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ele, dewctuy. minado Dios, pero no le puede usurpar ese derecho al Creador. Eso fue precisamente lo que hicieron Adán y Eva en el Edén. Desde su punto de vista no deci dieron "desobedecer" a Dios; lo que hicieron fue decidir que comer del fruto del árbol era lo correc to. Esa fue la tragedia de la primera pareja humana. Dios afirmó después: “He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien v el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre’ .1 Han pasado muchos siglos, y el hombre sigue re pitiendo el mismo error del principio. ¿Homosexua lidad? Yo determino lo que es correcto o incorrec to. ¿Aborto? Yo soy dueña de mi cuerpo. ¿Desho nestidad? ¿Por qué no. si todo el mundo lo hace? Dios sabe que para vivir se necesita orientación. Por eso hay mapas en Lis librerías y en los puestos de venta de periódicos. Por ese motivo el tránsito de la ciudad tiene semáforos y señales indicadoras. ¿Qué pasaría con un partido cíe fútbol si no hubiera reglas ni árbitro? ¿Cómo funcionaría una empresa si cada empleado u obrero actuara como bien le pa reciera? Contemple el cielo en una noche estrellada. Ca da estrella, planeta y astro obedece fielmente las le ves físicas establecidas por Dios para que en el Uni verso pueda haber vida. ¿Se imaginó lo que sucede ría si un día el sol decidiera no dar más su luz, o si el planeta en que vivimos resolviera cambiar de rumbo? Cuando usted visita el zoológico, en la jaula de los leones encontrará la sigmente advertencia: “No acerque la mano". ¿A usted le parece que esa adver
óPcua qué Sino-cu ¿as íeyes?
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A.v t C' - f^Jy,. jüt,
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res, a los que me aman y guardan mis mandamien tos. "No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en va no; porque no dará por inocente Jehová al que tome su nombre en vano, “Acuérdate del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra, mas el séptimo día es sábado para Jehová, tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu sieno, ni tu criada, ni tu bestia, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar. y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Je hová bendijo el sábado y lo santificó. “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. “No matarás. “No cometerás adulterio. “No hurtarás. "No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. “No codiciarás la casa de tu prójimo, no codicia rás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su sano, ni cosa alguna de tu próji-
tencia fue puesta allí porque la administración del zoológico 110 quiere que la gente disfrute plena mente de su visita a ese lugar? Por el contrario. Es para que usted no sufra consecuencias lamentables. Es una lástima que el hombre de hoy considere los principios presentadores de la vida como prohi biciones arbitrarias y egoístas de parte de un Dios que no quiere que sus hijos sean felices. D i ez pri nci pios En la Biblia, que es el manual divino para una vi da abundante v feliz, encontramos los diez princi pios eternos establecidos por Dios: "Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. “No tendrás dioses ajenos delante de mí. "No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. Ño te inclinarás a ellas, ni las honrarás, porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres so bre los hijos hasta la tercera v cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a milla
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El salmista David, al referirse a esta ley, dice lo siguiente: "La ley de Jehová es perfecta, que con vierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo '.’ La palabra “perfecta” que se usa aquí es la mis ma que se emplea para referirse a Dios en su per fección. I-i ley es el reflejo del carácter divino; por lo tanto, también es eterna, como Dios. La eternidad de la lev se refiere a los principios que implica: verdad, honestidad, fidelidad, respeto por la vida, adoración sólo a Dios, respeto por el día de reposo establecido por Dios. La letra es sólo el ropaje de los principios. La ropa se puede cambiar; los principios nunca cambian. Un principio de esa ley, por ejemplo, es el respeto por la vida. ¿Qué de cía la letra que envuelve ese principio antes del Simu? La Biblia no nos da ninguna referencia al res pecto. pero el principio existía; si así no fuera, Caín no habría recibido la desaprobación divina. En el Sinaí ese principio recibió la siguiente for ma literaria: “No matarás". Con la llegada del Me sías el mismo Jesús se encargó de ampliar esa forma: “Oísteis que lúe dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego”.* r-Se da cuenta? El principio es eterno y no cam bia. La forma literaria puede ser circunstancial. El mundo cristiano necesita con urgencia consi derar este asunto, porque muchos creen que la ley sólo servía para el pueblo de Israel, y que hoy los cristianos vivimos bajo la gracia, y ya no necesitamos obedecer los mandamientos divinos. Esta opinión es sumamente arriesgada y puede llegar a ser fatal. Están en juego la vida y la muerte; por eso necesitamos que Dios nos ilumine al estu diar este asunto. El primer paso que tenemos que dar consiste en conocer que la salvación de los seres humanos de pende solamente de la maravillosa gracia de Jesús. San Pablo, al escribir a los efesios, nos recuerda: “No por obras, para que nadie se gloríe"/ Frente a esta declaración bíblica es absurdo que alguien afirme que se puede salvar por guardar la ley de Dios. Si alguien pensara así, estaría incurrien do en una aberración bíblica. La ley no tiene ningún
Qaim lo- ¿ah/a a Cnitir, po* in gracia, M&dJMÁfo la f&.
Y eu ningún
ótho' hay ialvacim... poder salvador. Nunca lo tuvo. Jamás lo tendrá. Hay quienes creen que el Antiguo Testamento enseña la salvación por las obras, pero eso no es ver dad. Desde el Génesis hasta el Apocalipsis la Biblia enseña que la salvación es solamente por la gracia de Cristo. La gracia estaba simbolizada por la san gre del cordero que fue sacrificado para cubrir la desnudez de Adán y Eva después del pecado; esta ba presente en el maná que cayó del cielo y que ali mentó a Israel en el desierto; en el agua que brotó de la peña; en la columna de fuego; y en el cordero que se sacrificaba diariamente en favor de Israel. Todos éstos eran símbolos de la maravillosa gracia de Cristo. La función de la ley. tal como la presenta la Bi blia, siempre fue didáctica; nunca salvadora. San Pablo pregunta: “¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás”.* En otro lugar San Juan afirma: ‘Todo aquel que cornete pecado, infringe también la ley; pues el pe cado es infracción de la lev'*.'1Si el pecado es la in fracción de la ley, y si la lev fue clavada por Cristo en la cruz, la lógica nos induce a pensar que desde la cruz va no existe el pecado, y si el pecado ya no existe, ¿qué importancia tiene la gracia de Jesús? Usted ya puede ver que negar la vigencia de la ley de Dios equivale a echar por tierra todo el plan di vino de salvación. En cierta ocasión San Pablo les escribió lo si guiente a los gálatas: “Porque todos los que depen den de las obras de la lev están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permane ciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas”."’ ¿Quién está bajo la maldición de la ley? ¡El que desobedece! Vayamos por un momento a las leyes del tránsito. Estas dicen: “Está prohibido cruzar la calle cuando el semáforo está en rojo”. En este ca so, ¿quién está bajo la condenación de esa ley? Los que la desobedecen, no los que la respetan. El mis-
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¿Pana qué salten fas (leyes? mo San Pablo pregunta: “¿Luego por la fe invalida mos la ley? En ninguna manera, sino que confirma mos la ley”." La ley y el cti sti ano Es admirable observar que los apóstoles tuvie ron un concepto correcto acerca del lugar de la ley en la vida del cristiano. En realidad, toda la confu sión que existe gira en torno del papel de la ley en la experiencia cristiana. Santiago es posiblemente uno de los escritores bíblicos que mejor presenta el tema del papel de la ley. Dice: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañán doos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra, pero no hacedor de ella, éste es seme jante al hombre que considera en un espejo su ros tro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira aten tamente en la perfecta ley, la de la libertad, y perse vera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hace dor de la obra, éste será bienaventurado en lo que liace‘\li! El apóstol, al hablar aquí, compara la ley con un espejo. ¿Cuál es la función del espejo? ¿Cuál es la función de la ley? Mostrar la condición de su vida. Usted no sabría que robar es malo si la ley no dije ra: “No hurtarás”. Usted ignoraría que matar es pe cado si la ley no afirmara: “No matarás”. Y allí ter mina la función de la ley. Le muestra su condición, pero no tiene ningún poder para salvar. Quien lo salva es Cristo, por su gracia, mediante la fe. “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nom bre bajo el cielo, dado a los hombres, en que poda mos ser salvos”.” El otro día viajaba de Río a Salvador, en el Bra sil. El avión ya había llegado a la altura de crucero cuando alguien vino a ocupar el asiento vacío que estaba a mi lado y me preguntó tímidamente: “¿Tie ne usted un programa de televisión?' Le respondí afirmativamente y le dije que para mí era un placer conocerlo. Nuestro tema de conversación lúe la sal vación. Mi nuevo amigo se emocionó al hablar de Jesús. Me contó cuán triste había sido su vida cuan do no conocía a Jesús. “Fueron años de locura —di jo— sumergido en los vicios y destruyendo mi vida v la de mi familia”. Después añadió: “Hay algo que me intriga en usted. Cada vez que veo su programa en la televisión, veo el brillo de sus ojos. Estoy segu ro de que usted ama mucho a Jesús. Dígame, en tonces, ¿por qué guarda la ley?” Con amor le abrí la
Biblia v le leí los siguientes pasajes: “Si me amáis, guardad mis mandamientos... El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él”.14“Y en esto sabemos (pie nosotros le conocemos, si guardamos sus man damientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en és te verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccio nado; por esto sabemos que estamos en él”.’5 A veces pienso en el día final de la historia de es te mundo, cuando jesús se manifestará en las nubes de los cielos para reclamar su herencia. San Mateo registra las palabras de Jesús en esa oportunidad: “No todo el que me dice: Señor. Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? \ enton ces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad" . ' Tiemblo con sólo pensar que en ese día habrá mucha gente sincera que se pasó la vida creyendo que estaba sirviendo a Jesús, y recién entonces descubrirá que nunca "hizo la vo luntad del Padre”. Esto es solemne. El Señor Jesús está llamando hoy. toca a la puer ta de los corazones v repite; “Si me amáis, guardad mis mandamientos”, ¿Qué clase de amor es el suyo J ¿El de quien se queda con el romanticismo de la Palabra, o el de quien sale de esa situación para en trar en el terreno de “hacer la voluntad del Padre"? Reicreocias * Génesis 2 16, 1" * Deuteronomki 30:1*J 3 C^tKfsb 3:22 4 ÉxikU»30:2-1 7- Restia*Valera |$Q5, 1 Saint» 19:7. fi S. Mateo 5.21. 22 7 F . h n 2 :8 .9 . ** Romanos 7:7.
9 1 S. Joan 3:4. 10 (.Alna» 3:10. Romanos 3 31, Santt*r> I 22-25 Hecho) 4:12. 14 S. Juan 14:15.21 13 1 S, Jiuin 2:3-S lfi S. Mateo 7:21- 23.
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CAPÍTULO
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Un remedio divino para el estrés dolores de cabeza. El diagnóstico del médico fue breve y categóri co: estrés. “Tiene que parar inmediatamente —le dijo— si no quiere tener un triste fin”. Nadie puede parar de golpe cuando la empresa se está hundiendo. Alberto insistió, aunque sus con diciones psicológicas sólo contribuían a que ésta se hundiera definitivamente. El resultado de todo esto fue su internación en un hospital psiquiátrico. Pesadillas, alucinaciones y la idea fija de que alguien lo estaba persiguiendo. En esas circunstancias le llegó una Biblia a las manos, v, para sorpresa de toda su familia, su \ida comenzó a cambiar. Sus actitudes fueron diferentes. “Era como si hubiera nacido de nuevo — me confe só— . De repente la vida volvía a tener sentido, o tal vez por primera vez comenzaba a descubrirle un sentido auténtico a mi existencia. Hoy — me sigue diciendo— entiendo por qué la humanidad corre como loca de un lado al otro; porque el dinero está por encima de la familia, de los principios y de la misma vida. Hov estoy en condiciones de comenzar de nuevo para convertirme en un triunfador de ver dad, porque por fin entendí que la vida, para ser plena, tiene que serlo en todas sus dimensiones, in clusive y principalmente en lo espiritual”.
quella noche Alberto llegó a su casa como to das las noches. Saludó rápidamente a su es posa v subió a su dormitorio. Se sentía como una bolsa de papas que alguien hubiera tirado por allí. La tragedia era que él estaba vivo y era cons ciente de todo lo que estaba sucediendo a su alrede dor. Su corazón parecía un volcán listo para entrar en erupción. Se pasó la vida entera fingiendo que todo estaba bien, pero las cosas estaban llegando id punto de que ya 110 podía controlar más la situación. Últimamente estaba trabajando quince horas por día, y ni así conseguía resolver los problemas de la empresa. Todo lo que había edificado a lo largo de los años parecía que se iba a desmoronar en cual quier momento. No tenía tiempo para atender a su familia, ni para los amigos ni para la recreación. To do lo que hacía era trabajar y pensar en cómo sacar a la empresa de la situación en que se encontraba. Ya ni se acordaba de la última vez que había salido de vacaciones. Daba la impresión de que se había subido a un tobogán del cual no podía bajar. ¿Cómo reacciona la gente frente a la presión? Algunas lo dejan todo y desaparecen. Otras se en tregan a los vicios. Hay quienes se vuelven irascibles v violentos. Es casi imposible convivir con ellos. Esa noche Alberto había llegado al límite de su resistencia. Últimamente ni siquiera lograba dor mir. De repente le vinieron unas locas ganas de llo rar, y dio 1111 grito que asustó a toda la familia. A par tir de ese momento comenzaron los problemas físi cos. Noches seguidas de insomnio, pérdida del ape tito. unos deseos irresistibles de llorar y constantes
A
Un plan maravilloso Cuando Dios creó a los seres humanos, los hizo para la vida. La vida de la humanidad era una mara villosa expresión del amor del Padre. Dios es la mis ma vida, \ la criatura sólo tendría una vida plena
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Pasaporte pGAG to tuda
mientras viviera en comunión con el Dios de la vi da. Al comer del árbol de la ciencia del bien v✓ del mal, Adán y Eva no sólo desobedecieron, sino que se apoderaron de la vida que Dios les había dado en calidad de préstamo. Hicieron pequeños dioses de sus propios destinos. Y si usted saca una brasa en cendida del fuego, en poco tiempo tendrá sólo un carbón apagado v sin vida. Eso fue lo que sucedió con el ser humano. Su deterioro comenzó cuando se apartó del Dios de la vida. Ese deterioro no fue sólo físico, sino también moral y espiritual. Afectó a su propio ser, porque se volvió egoísta v solitario; afectó a su vida social, por
que pasó a desconfiar de su esposa y a discutir con ella; y afectó a su vida espiritual, porque se escon dió de Dios. A partir de ese momento su vida se convirtió en una sucesión de incoherencias. Comenzó a dañar a las personas que amaba, v a destruir el medio am biente que le garantizaba su propia supervivencia. Sin Dios, el ser humano se vuelve solitario, vacío e incoherente. Se da cuenta de lo crítico de su situa ción y trata de encontrar la solución metiéndose de cabeza en el trabajo, v en la lucha por conseguir eso que él llama éxito. No tiene tiempo para nada ni pa ra nadie. Este camino lo conduce dolorosamente a lo que la ciencia médica llama estrés, y que en psi cología se denomina “crisis existencial". ¿Era ése el plan de Dios para el ser humano? Claro que no. La Biblia presenta un plan divino diferente. Lo encontramos en el relato de la creación: “Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el cha séptimo de to da la obra que hizo. Y bendijo Dios el día séptimo, y lo santificó, por que en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación".1 ¿Por qué le parece que Dios des cansó? "¿No has sabido, no has oí do que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, no se fatiga con cansancio",1 dice el profeta. Dios es Dios. No trabajó físicamente para crear el mundo. “Porque el dijo, v fue hecho; el mandó, y exis tió”. ' Es lógico que Dios no re posó porque estuviera cansado. El sábado no se hizo para que Dios descansara, sino para que el ser humano se detuviera por un mo mento con el fin de pensar en Dios. El mismo Señor Jesús lo confirmó al decir: “El sábado fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del sábado". Imaginemos por un mo-
Un fcemadio diurno pOtfiQ ti estiés
“La institución del sábado —dice una famosa escri tora—, que tiene su origen en el Edén, es tan anti gua como el mundo mismo. Ese día fue obsenado por todos los patriarcas, desde la creación en ade lante. Durante su servidumbre en Egipto, los israe litas fueron obligados por sus amos a violar el sába do, y perdieron en gran parte el conocimiento de su santidad. Cuando se proclamó la ley en el Sinaí. las primeras palabras del cuarto mandamiento fueron: ‘Acuérdate de santificar el día de sábado’, lo cual demuestra que el sábado no se instituyó entonces; se señala su origen haciéndolo remontar a la crea ción. Para borrar a Dios de la mente de los hom bres. Satanás se propuso derribar este gran monu mento recordativ o. Si pudiera inducir a los hombres a olvidar a su Creador, va no harían esfuerzos para resistir el poder del mal, y Satanás estaría seguro de su presa”.* ‘El reposo sabático —afirma Frédéric Godet—, tal y como lo instituyó Dios desde el primer día de la existencia humana, contiene virtualmente en su seno todas las riquezas futuras de la vida superior a la cual el hombre ha sido llamado; y se puede decir que toda la serie de sábados, desde Adán a Jesucris to, era, en el pensamiento divino, como una escale ra por la cual el hombre se debía ir elevando gra dualmente, desde el estado de infancia e inocencia a la santa virilidad que inaugura el día de Pentecos tés".7 El sábado, para la mente divina, era el antídoto contra el ateísmo y la idolatría. ‘Dios invita al hom bre a asociarse de manera regular a ese reposo divi no, y con ese objetivo estableció para él. después de cada período de seis días de trabajo, un día de repo so sistemático, que. cada vez. reproduciría su propio reposo, por un lado, mediante la interrupción del trabajo, v por otro, mediante la contemplación de la obra realizada... El sábado será para el hombre un día de exaltación espiritual, un momento de prepa ración para una vida superior, un anticipo de esa vi da en Dios, para la cual ha recibido la existencia te rrenal*.* Por lo tanto, el sábado es una institución divina desde la creación. El relato bíblico dice que Dios bendijo el sábado. Siendo esto así, pasa a ser un día bendito. Pero el registro sagrado afirma también que Dios hizo algo más. Santificó el sábado, y una cosa santa es algo que el ser humano debe pensar mucho antes de tocar. Cuando Moisés estaba en el desierto oyó una voz
mentó la escena de la creación. Dios conversa con el ser humano que acaba de crear. “Mira Adán —le dice Dios— . te acabo de crear. Eres el resultado de mi amor, y quiero compartir mi vida contigo. Estás vivo y siempre lo estarás mientras mantengas comu nión conmigo, porque soy la Fuente de la vida que tienes. Sé. sin embargo, que a medida que pase el tiempo, corres el peligro de olvidarte que yo soy la Fuente de tu vida, y vas a querer vivir solo, y si así fuere, eso sería el comienzo del deterioro de tu vi da. Por lo tanto, vamos a hacer un trato. Te doy el tiempo dividido en días. Puedes usar seis días para hacer tus cosas. Pero el séptimo día, observa, yo es-
Dloi invita ai Itowbw a aiociaMb
¿fe warnia wgulasi a eib wpa&O' di/AM/r, y coa e¿& objetivo* eítabfjRCió' pana él, d¿¿pué¿ d& cada período ¿fe ¿eü dial d& thabajo, m día, ¿fe ’lepoio ¿utjhadtíco'. tov descansando para darte el ejemplo de lo que de bes hacer. Estoy bendiciendo y santificando este día para que siempre recuerdes que no es tuyo; es mío y lo reservo para que. al dejar todo a un lado, pue das vivir en este día sólo para mí v conmigo. Tienes que hacerlo porque yo soy la Fuente de tu vida, y mientras lo hagas, tu existencia siempre será plena y feliz”. Un día especial Desgraciadamente el ser humano se apartó de Dios, y entre las numerosas insensateces que come tió estuvo el de no respetar más el sábado como el día bendito v santo que Dios reservó para él desde la creación. No se dio el sábado sólo para los judíos como lo cree mucha gente. En la creación Dios no creó a los judíos; creó seres humanos. Jesús afirma: " El sába do fue hecho por causa del hombre",’ no del judío.
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Pasaporte pa*a 8.a tfida
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I /Í & W2Á, elfos
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(a vulz (kl Ccdt/a/iio', el Salvado^ co n t em p ló ' ¿ t i ob^ou, l a \ fw t éx m m d a
Los Diez Mandamientos se dieron en el monte Sinaí. La historia correspondiente está registrada en Éxodo, capítulo 20. Pero en el capítulo 16. antes de que el pueblo llegara al Sinaí, se produjo el milagro del maná, y vea lo que dijo Moisés al respecto: “És to es lo que ha dicho Jehová: Mañana es sábado, el día de reposo consagrado a Jehová: lo que tengáis que cocer, cocedlo hoy; y lo que tengáis que cocinar, cocinadlo: y todo lo que os sobre, guardadlo para mañana”.1'*
“ A cuérdate” Usted puede verificar que al sábado siempre se lo consideró santo desde la creación. Los patriarcas, y después el pueblo de Israel, lo siguieron recono ciendo como un día santo. Por eso. al dar los man damientos, Dios dijo: “Acuérdate del sábado". Us ted se puede acordar sólo de lo que existe; no pue de recordar lo que es nuevo. que le decía: “Quita tu calzado de tus pies, porque Por cierto, Israel venía de 430 años de esclavi el lugar en que tú estás, tierra santa es".8 Esto nos tud. La gente había aprendido a obedecer sólo por muestra con qué celo trata Dios las cosas santas. miedo. Se habían olvidado del idioma del amor. A ¿Quién es el ser humano para olvidar, cambiar o un esclavo no se le pide “por favor" que haga las co cancelar un día que Dios considera santo? sas. Tiene la obligación de obedecer a base de láti Algunos piensan que porque el sábado esté en el go v gritos. corazón de los Diez Mandamientos, y porque éstos Cuando Dios liberó al pueblo de Israel, tenía en les fueron dados al pueblo de Israel en el monte Sitre otras cosas el desafío de reeducarlos. Casi se ha naí, sólo a partir de ese momento se consideró que bían olvidado de la verdad del sábado, forzados co el sábado hiera un día santo. mo estaban a trabajar como esclavos. Por esto se ha Sin embargo, el relato de la creación descarta esa bían apartado cada vez más de Dios, que era la posibilidad. Es verdad que el reposo semanal no se Fuente de su vida. ¿Cómo hablarle a un pueblo de menciona durante la era patriarcal, pero dispone esclavos que sólo sabía obedecer por miedo? Dios mos de evidencia bíblica en el sentido de que ellos tuvo que pedir prestado un idioma que no es el su tenían control del tiempo. Labán, por ejemplo, le yo: el grito, la amenaza v el látigo. dijo a Jacob: "Cumple la semana de ésta, y se te da Cuando Dios le dio los Diez Mandamientos a Is rá también la otra, por el servicio que hagas conmi —**111 rael. dijo cuál era el motivo del sábado. Se refiere a go Y con respecto a Abrahán se dice: “Por cuanto la creación, y relaciona el sábado con los mismos orígenes de la humanidad. El mandamiento dice oyó Abrahán mi voz. y guardó mis preceptos, mis así: “Acuérdate del sábado para santificarlo. Seis mandamientos, mis estatutos v mis leves '.“ clías trabajarás y liarás toda tu obra, pero el séptimo El pueblo de Israel con toda seguridad tuvo se día es de reposo para Jehová. tu Dios; no hagas en rias dificultades para guardar el sábado en la tierra él obra alguna, ni tú. ni tu hijo, ni tu hija, ni tu sier de los egipcios. Moisés cuenta que “los egipcios hi vo, ni tu criada, ni tu bestia, ni el extranjero que es cieron servir a los hijos de Israel con dureza, y amar tá dentro de tus puertas, porque en seis días hizo Je garon su vida con dura servidumbre, en hacer barro hová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas y ladrillo, v en toda labor del campo, y en todo su que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tan servicio, al cual los obligaban con rigor".1* to, Jehová bendijo el sábado y lo santificó' .15 Cuando los israelitas insistieron en guardar el sá En el Deuteronomio Dios da otra razón para bado. Faraón les mandó decir: ‘"He aquí el pueblo guardar el sábado, además de la creación. Ahí dice: de la tierra es ahora mucho, y vosotros les hacéis ce “Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y sar de sus tareas".13
y bXjdcum: iCoulLumdcr e¿!
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Uwlegadlo d.¡Lviwo pana el esttls
mó: “¡Consumado es!” Y el sábado descansó en el seno de la tierra. Entonces el sábado aparece como un monumento a la salvación. No es consistente, por lo tanto, creer en la salvación en Cristo y negar la validez del sábado como día santo, monumento a la vez de la creación y la redención.
que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido: por lo cual Jehová, tu Dios, te ha mandado que guardes el sábado”.1' “Esta liberación era un tipo de la redención de la humanidad por [medio de] la sangre de la cruz. El Dios que crea es el Dios que así mismo salva. La obra de la creación y la de la regeneración, o segun da creación, no tienen necesidad de ser rememora das por dos días de reposo diferentes; con un día basta”.17 El registro bíblico establece que en el viernes de la creación “vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera”.“Y descansó en el séptimo día. El sábado aparece aquí como un monumento a la creación. Pero vino el enemigo y destruyó la obra de la creación. Entonces Dios vuel ve. esta vez en la persona de Jesucristo, para llevar a cabo su obra de restauración o salvación. Durante otro viernes, esta vez en la cruz del Calvario, el Sal vador contempló su obra, la vio terminada y excla
Jes lis y el día de reposo Mucha gente cree que se dio el sábado sólo para los judíos, y que los cristianos no necesitan seguir guardando el séptimo día como día de reposo. ¿1 ie ne alguna base bíblica esta opinión? “El sábado es mencionado 5S veces en el Nuevo Testamento, siempre con su carácter específico de día sagrado del reposo, del culto y de las obras de misericordia’*.1* En el comienzo de su ministerio Jesús “vino a Nazaret, donde se había criado; y el sábado entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer”.8"
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Pasaporte. pGJiG la uida En ningún lugar del Nuevo Testamento encon tramos la menor insinuación en el sentido de que el sábado dejó de ser santo para ceder su lugar al do mingo. Especialmente en las declaraciones y las ac titudes de Jesús con respecto al sábado, encontra mos que él hizo dos cosas: guardó el sábado y elimi nó de él las tradiciones humanas que los dirigentes judíos le habían agregado. Por ejemplo, en ocasión de la curación del hom bre con la mano seca. Jesús preguntó si era lícito sa nar a la gente en sábado. Entró en la conciencia de los fariseos para mostrarles que una obra de miseri cordia nunca se puede considerar una violación del sábado. Antes de este incidente, Jesús recuerda que el sábado fue hecho para el hombre. “No para un tiempo, un país, un pueblo, sino para el hombre de todos los tiempos, de todos los pueblos, de todos los países”.*1 Después Jesús afirmó: "Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del sábado".“ Aquí reclama
para sí el título de dueño o Señor del sábado, no “para arrogarse el derecho de destruirlo, sino para defenderlo tanto de sus transgresores como de sus deformadores”.“ Otra declaración impresionante de Jesús con re lación al sábado es la siguiente: "Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en sábado"/4 Aquí él se está refiriendo a la persecución de los judíos por parte de los romanos. Este incidente ocurriría alrededor del año 70 , o sea 40 años des pués de la crucifixión, y aun así en la mente de Je sús el sábado seguía siendo un día sagrado. Hay gente que cree que el Señor cumplió la ley en nuestro lugar, y que al morir en la cruz nos libró de los Diez Mandamientos, incluso el sábado. ¿Có mo podemos entender esto frente a este texto?: “Bajándolo de la cruz, lo envolvieron en una sábana v lo pusieron en un sepulcro abierto en una peña, en el cual no se había puesto a nadie. Era día de la preparación y estaba para comenzar el sábado. Las mujeres que lo habían acompañado desde Galilea lo siguieron v vieron el sepulcro y có mo fue puesto su cuerpo. Al regre sar. prepararon especias aromáticas y ungüentos; y descansaron el sába do, conforme al mandamiento”.2* Jesús ya estaba muerto: no obstante, las mujeres “descansaron el sábado, conforme al mandamien to”. Por lo tanto, es evidente que hasta después de la muerte de Cris to el sábado seguía siendo santo. Veamos ahora cuál fue la actitud de los apóstoles frente al sá bado. Al hablar de San Pablo y San Bernabé, la Biblia dice: “Ellos, pa sando de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia: y entraron en la si nagoga un sábado y se sentaron”.* Después de la lectura de la Biblia, los ancianos de la sinagoga invita ron a Pablo a predicar, y a la gente le gustó tanto el mensaje del após tol que “cuando salieron ellos de la sinagoga de los judíos, los gentiles les rogaron que el siguiente sábado les hablaran de estas cosas”.;" En otra ocasión Pablo y sus compañeros se encontraban en la ciudad de Filipos. El texto bíblico
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Uh xtM¿dio
cuenta que “un sábado salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración. Nos sen tamos y hablamos a las mujeres que se habían reu nido”.* Es evidente que la costumbre de Pablo y los de más apóstoles era guardar el sábado conforme al mandamiento. Era el día en que se reunían para adorar a Dios. La Biblia nos sigue contando de esta manera la historia: “Pasando por Anfípolis y Apolonio llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos. Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres sábados discutió con ellos, declaran do y exponiendo por medio de las Escrituras que era necesario que el Cristo padeciera y resucitara de los muertos. Y decía: Jesús, a quien yo os anuncio, es el Cristo. Algunos de ellos creyeron y se juntaron con Pablo y con Silas, asimismo un gran número de griegos piadosos, y mujeres nobles no pocas 7 “ Hay cristianos que afirman que San Pablo asistía a las reuniones de los sábados porque ése era el úni co día en que podía encontrar a los judíos, y su in tención era evangelizarlos, pero el texto dice que allí había una gran cantidad de griegos, y éstos no tenían la costumbre de guardar el sábado. Es imposible dejar de percibir la santidad del sá bado en las Escrituras. El primer día de la semana, el domingo, se menciona sólo ocho veces en el Nue vo Testamento, seis de las cuales se encuentran en los cuatro Evangelios y se refieren al día cuando Je sús resucitó de los muertos* Las dos veces restan tes31tienen que ver con dos reuniones. Una llev ada a cabo después de la ascensión de Cristo, y la otra con el propósito de recoger una ofrenda especial en beneficio de los pobres de Judea y Jemsalén. En ninguno de estos versículos se da la idea de que por haber resucitado Jesús de entre los muertos en do mingo, ese día pasaría a ser santo en lugar del sába do. A lo largo de la semana usted lucha, trabaja y co rre detrás de sus sueños. Las ciudades modernas es tán ejerciendo una intensa presión sobre los seres humanos, al punto de desintegrarlo por dentro. No hay tiempo para la familia ni para la misma persona. Dios sabía que la esjiecie humana llegaría a ese punto crítico en su existencia a causa de su búsque da frenética de cosas materiales. Por eso estableció desde la creación un día especial para que fuera di ferente de todos los demás. Dios dice en ese día: “¡Detente! Olvídate de la rutina de la vida y date cuenta de que existo. Yo soy tu Dios: no estás solo.
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La lucha por sobrevivir puede ser intensa. Puede llegar un momento en tu vida cuando digas que ya no tienes fuerzas para resistir, pero yo estoy aquí. Ven, sentémonos juntos, trae a tu familia y descan sa un poco”. La observancia del sábado, lejos de ser sólo una doctrina o un mandamiento, es la mejor medida preventiva v el mejor remedio para los efectos de la vida alucinante del hombre de nuestros días. El que se detiene una vez por semana y dedica ese tiempo a Dios y a su familia, difícilmente se estrenará. Su vi da será un remanso de paz a pesar de las dificulta des que presenta la misma existencia. Ésta puede ser su experiencia hoy.
Referencia» 1 Génesis 2:1 -1 2 l u í » W.2M3 Salmo 31:9
4 Marco* 117. Renia-Vuleta 1995, ■5Man-n« 1:27. VVrekJn Moderna. 6 Etm.i ile WhltO, Patriaran ly pmfvta* . Bueno» Vitro AC l'-S. 10651. p UH 7 Frédóric Codet. U dinumcht [El domingo I ¡Gtnehra. 1 M9.. p. 9. U lu lo por A F. Vuucbcr, Ihúl. p 367 * Ctodrt. ¡Intl pp 6. 7 cita do por A. F Vjucfcrr. I M . p. »•*. ^ Éxodo 3c5. ^ Génesis 80:27. I1Génesis 2fr.5 li ¿todo 1:13. M I® flxiitlo 5:5. 14 Éxodo 10 23. Rema-Voleia 1993 15 Éxodo 20:8-1 1 Ketnu-Valora t995 I® [Vutfrimoni M 5 15 Hcmii-Valmi 1995. I" \ F. V»ud»er. IbliL, p 37« Génesis lt3! 19 Abnun II. Lcwi», .ACrtttroí HUIvry of SnlJxrih mu/ Smulmj I>i ih t Chrittian etmrch (Un* historia rrítlca d im a del sábado v el iloriüiigo en tu iglesia cristiana) il*1a;ní.Id (Nueva JeneyLWTCl, 2* «lición p 4. ata do por A K Vauclier. M i , p .173. 20 s t.ucas 4.16, Peina-Valera 1995. 21 (¡pdfgcs Godet. Le bon ¡ln>it fin ihmandit ¡L « deredw» del ilimilngo] ¡NvnchiteL 1«H .. p. 44. Citado por A. F Vuudier. Ibbl.. p. 375.
- - S. Mareo» 2-2V Reina- ' alera 1993 23 \ f Vancher Ib ni .. p. 375 24 <; M jteo 24--20. Retaa-Víkfa 1995 2*1 S, |non« Ì1.5.1Ó6. Rclnn-Valera 10®) Ilechos 13.14, Retoa-Valon» 1995. -7 HecÍK» 13:42- Reina Volerà 19»5 25 Medros 16.13. Hesna-Volera 1995. Mechón 17:1-4. Rernil-Valcra 1995. 30 s Moteo 2S.1: S. Marce» 16:2, 9; S. Lucas 24-1 S J lian 201 1». 31 Hechos 211*7: t Corintios
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CAPÍTULO
12
Un tesoro llamado fami li a Alguien me contó hace poco la vergüenza que pasó un novio durante la ceremonia de casamiento. Los amigos habían escrito la palabra “¡Socorro!" en la suela de sus zapatos, de modo que en el momen to de la oración, cuando se arrodilló, los invitados pudieron leer el "clamor" de los zapatos, y no pudie ron contener la risa. Este incidente puede haber si do gracioso, pero los zapatos de ese novio parecen reflejar el clamor de los hogares modernos, porque aunque no sea verdad que todos terminen en el di vorcio, es un hecho que la gran mayoría apenas "so brevive” a causa de la presión social, económica, re ligiosa o familiar. Algunos no podrían afirmar que son felices, aunque tampoco podrían decir que son infelices. Frente a este cuadro es consolador saber que Je sús está listo para correr en auxilio de los hogares. Después de todo, la idea de establecer el matrimo nio nació en la mente del Creador. Él instituyó la fa milia en el jardín del Edén cuando dijo: "No es bue no que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para élV Esc Dios maravilloso no dejó sin orientación ni auxilio a los seres humanos. Nos proporciona en las Sagradas Escrituras los consejos necesarios para es tablecer v conservar una familia de éxito.
| ulia había bajado diez kilos el último mes. Casi I no comía. Lloraba a mares. Buscaba ayuda por todas partes, pero nada parecía poder apagar el volcán de dolor v rabia que le oprimía el corazón. No se había casado para esto. Aquella noche, frente al altar de la iglesia, tenía sueños y planes que de re pente. tres años después, aparentemente se habían convertido en pesadillas. Javier, el esposo, había abandonado el hogar. “Necesito tiempo", dijo antes de partir. Sólo una frase. ¿Bastaba eso para hacer desaparecer todas las promesas de amor hechas du rante el noviazgo? La vida, a veces, parece cruel. Más aún cuando se participa del drama. Y peor cuando el drama se convierte en tragedia e implica sentimientos, sue ños y vidas. Vidas amadas, como la de los hi jos. “Ne cesito tiempo”. ¿No hubo, acaso, todo el tiempo del mundo para pensar antes del casamiento? ¿Qué pa sa con la gente de hoy? En 1900, en los Estados Unidos, uno de cada doce casamientos terminaba en divorcio. Por 1940 esc número era de uno en ca da seis, y en 1980 ya era de uno en cada dos.' Hoy ese índice no ha mejorado. Por el contrario, la gente llega al casamiento con la solicitud de di vorcio debajo del brazo. Hace poco conversé con una joven que estaba de novia. Sus padres no apro baban el casamiento. Sus amigos creían que esa re lación no iba a resultar. Todas las circunstancias re lacionadas con ese paso parecían adversas. Ella mis ma tenía dudas que compartía conmigo. Frente a ese cuadro le pregunté: “¿Por qué va a dar un paso tan importante si no está segura?” “Voy a probar — fue su respuesta— ; si no resulta, me separo".
J
Dramas humanos Comenzaremos refiriéndonos a la triple dimen sión que necesita el amor con el fin de constituir una familia feliz. P ri mera di mensi ón: amor a sí mismo. Jesús, al hablar cierto día acerca de cómo debería amar el ser
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Pasaponte pana 4a Dida La Biblia nos cuenta que un día David también sintió que no era feliz. ¿Qué hizo para solucionar el proble ma? Huir nunca fue la mejor solu ción. Hace sufrir mucho a los seres amados y a uno mismo. David se de tuvo un momento y se preguntó: "¿Por qué te abates, oh alma mía, v por qué te turbas dentro de mí? Es pera en Dios: porque aún he de ala barle. salvación mía y Dios mío”."Es ta pregunta de David nos presenta el primer paso que debemos dar para mejorar nuestra estima propia. Trate de descubrir la causa de los traumas y complejos que usted carga. Busque a un especialista. Conv erse con un psi cólogo. No trate de “enterrar” esos complejos; no finja que no existen: no haga de cuenta que todo está bien ni | cierre los ojos tratando de borrar de ‘ su memoria los recuerdos que lo per turban. l¿i mejor manera de lidiar con los “fantasmas" del pasado es en frentarlos y derrotarlos. Miles de vidas destruidas nos muestran que el ser humano solo difícilmente se atreverá a luchar con su pasado. Por eso usted necesita a Jesús. Un día Andrés, hermano de Pedro, lo llevó a Je sús. La Biblia relata de este modo ese incidente: "Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Je sús. Este halló primero a su hermano Simón, y le di jo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo). Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro)’’•Tú eres Simón —di jo Jesús— , te conozco, sé quién eres. Conozco tus luchas y tus tristezas, tus traumas y tus complejos. Tú eres Simón. Pero yo sé que además de serlo, eres hijo de Jonás. Quiere decir que no sólo conoz co tu presente sino también tu pasado. Sé de dónde vienes. Sé cómo fuiste criado. Conozco las injusti cias a que te sometieron cuando eras niño. ¿Se da cuenta? Jesús toma a Simón de la mano y lo conduce a su pasado. Es un camino oscuro, lleno ile tinieblas. Simón tiene miedo. No quiere avanzar pero el brazo poderoso del Maestro lo lleva paso a paso. Y el discípulo aprende a luchar contra su pa sado. Es un pasado que no puede cambiar. Necesi
humano, dijo: "Amarás a tu prójimo como a ti mis mo".3 En otras palabras, usted se tiene que amarse primero antes de intentar amar a su prójimo, su cónyuge y sus hijos incluidos. ¿Quiere decir que nuestro amor debe ser egocéntrico y egoísta? No. Jesús está hablando aquí de la estima propia perso nal, de la conciencia que todo ser humano necesita tener acerca de su valor como persona. El apóstol San Pedro \io un día una mano exten dida que esperaba su ayuda. Su respuesta fue: "Lo que tengo te doy”.4Hoy hay manos extendidas que esperan un poco de amor y comprensión. Están muy cerca de usted. Son su cónyuge y sus hijos. Pe ro, ¿cómo podríamos dar usted o yo lo que no tene mos? Por eso la orden de Dios es: ' Amate a ti mis mo”, “Compréndete a ti mismo”, “Acéptate a ti mis mo”. Javier, el esposo de Julia, un día habló por teléfo no conmigo. ’’Dejé mi hogar —dijo avergonzado— porque mi esposa cree que estoy con otra mujer. Pedí tiempo para pensar porque el problema no es de ella sino mío. Cargo traumas y complejos desde la infancia. No soy feliz. ¿Cómo podría darle felici dad a mi familiar (avier tenía razón. Nadie puede dar lo que no tiene. ¿Qué podría hacer para solucio nar este problema?
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Un tesono (ñamado ^a^iPia ta aprender a convivir con él, sin quejas ni rebeldías. Sin embargo, el remedio divino para los traumas humanos no se limita al pasado. Por eso Jesús no se detuvo en la historia de Simón. Lo llevó al futuro. "Te llamarás Cefas”, le dijo. Jesús sabía que sólo puede existir un presente sano y un futuro lleno de perspectivas cuando se ha resuelto el pasado y se ha olvidado por completo el dolor que produce. Por eso San Pablo añade: “Hermanos, yo mismo no pre tendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: ol vidando ciertamente lo que queda atrás, y exten diéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”.7 Otro aspecto que le ayudará a amarse a sí mismo es reconocer su singularidad. David acostumbraba a decir: “Te alabaré: porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien”.'5Usted es único. Entre miles de millones de seres humanos, a pesar de sus limitaciones, de fectos y temores, usted es especial para Dios y él lo ama mucho. "Porque a mis ojos fuiste de gran esti ma, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hom bres por ti. y naciones por tu vida”,9dice Dios. Javier, el esposo de Julia, me dijo que cuando era niño se sentía “el patito feo” de la familia. Trataba de agradar a sus padres, y mientras más se esforza ba, peor le salían las cosas. Hoy, adulto, q u i s o ser un buen esposo y padre, pero todo parecía repetirse. Se interpretaban mal sus actitudes y eso le producía rebeldía en el corazón. Al conversar conmigo hizo una lista de los defectos de su carácter. Su estima propia estaba completamente deteriorada y no era capaz de* creer que poseyera alguna virtud. Si no era capaz de ver algo buen en sí mismo, ¿cómo lo po dría ver en su esposa?
Segunda dimensión que debe tener el amor pa ra construir un hogar feliz: la abnegación. Es decir, amor al prójimo. ¿Quién es su prójimo? Una vez al guien le hizo esta misma pregunta al Señor Jesús. La respuesta del Maestro fue la parábola del buen samaritano. En otras palabras, su prójimo es todo ser humano. Pero el prójimo más próximo, más ín timo y más querido, sin duda alguna es su cónyuge. Cuando alguien se lleva bien consigo mismo, cuando se acepta y se ama como es, porque apren dió a convivir con su pasado y a tener esperanza pa ra el futuro, no vivirá más como si fuera el centro del universo. No intentará “desesperadamente” ser feliz haciendo de todo para atraer la atención de los demás sobre sí mismo. Por el contrario, estará cu condiciones de amar y se deleitará al t ratar de hacer feliz a la persona amada. Su gran sorpresa será que cuanto más feliz haga a su cónyuge, terminará dis frutando de un aspecto de la felicidad que no había conocido antes. El consejo divino es; “El que ama a su mujer, a sí mismo se ama".11 Los problemas aparecen cuando la persona quiere ser. egoístamente, la primera y el centro de todo. Al escribir a los romanos, San Pablo dio un ex traño consejo para la felicidad de la pareja. Dice: “Así que los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradamos a noso tros mismos”.11 Es difícil aceptar un consejo como éste cuando se vive en un mundo en el que la me dalla de oro es sólo para quien llega primero, Pero el principio que expone el apóstol es que la raíz de los problemas familiares es: “Yo primero", y la solu-
Jekái labia ¿fu& kiAr pu&fó extttl/i
B uscando soluci ones F.n cierta ocasión se presentó una viuda al prote ta Eliseo en busca de ayuda. La pregunta del profe ta fue: “¿Qué tienes en casa?” “¡Nada, señor! . fue su amarga respuesta. ¿Nada? No existe alguien que no tenga nada. Todo ser humano, por más mal que le parezca que está, tiene algo. La viuda tenía un poco de aceite. Dios tomó ese algo” tan insignifi cante, y resolvió el problema de la afligida mujer. Javier necesitaba descubrir sus cualidades positi vas v ponerlas a funcionar. Esta es una tarea que to dos tenernos que hacer. Creer que “todo lo puedo en Cristo que me fortalece".10
m pteAetifo kam y m fiñivur ítem (k p&Upecttva¿ cjumdjQ'
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el palada y ke ha ol/ldada po*i
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PhsapûMe paita 2.a aida ción de esos problemas es: "Mi cónyuge primero '. La segunda dimensión del amor llev ará al hom bre y a la mujer a poner los deseos de su cónvuge en primer lugar. No es una tarea fácil. Si se confía sólo en la propia fuerza de voluntad, en la disciplina pro pia v en la “energía interior", no se conseguirá nada; pero en la hora de la conversión Dios implanta en el ser humano la naturaleza de Cristo, y con ese cora zón renov ado sí es posible vivir en forma altruista. Al llegar a este punto usted puede estar pensan do: “Sí, pero si vo empiezo a poner los deseos de mi mujer en primer lugar, me voy a anular por comple to y ella se va a acostumbrar a ganar siempre". La ló gica egoísta dina que esto es así. pero en la realidad el amor tiene la capacidad de engendrar amor. Se cuenta la historia de una familia norteameri cana, propietaria de una fábrica de pepinos en con serva. El marido plantaba, hacía experimentos y co sechaba los mejore pepinos de la región, mientras que la esposa producía pepinos en conserva. Ambos constituían una pareja envidiable. Daba la impre sión de que lo que más los unía eran los pepinos. Un día ellos contaron su historia en una reunión para matrimonios: “Cuando nos casamos —dijo ella— no me gustaba hacer pepinos en conserva, pero al descubrir que mi esposo disfrutaba de un placer especial cultivando la tierra, lo animé a que plantara pepinos para verlo feliz". Para sorpresa de todos y de ella misma, el esposo dijo lo siguiente: “¡Qué interesante! Al principio a mi tampoco me gustaba plantar pepinos, pero cuando me di cuenta de que a mi esposa le gustaba hacer conservas, co mencé a plantar pepinos para que ella pudiera ha cer consenas v fuera feliz haciendo lo que le gusta ba”. Este es un ejemplo práctico de cómo funciona positivamente el plan de "poner la felicidad del cón yuge en primer lugar”. El resultado es que ambos terminan siendo felices.
La pueieuci/i (te Jeiúk tur exceptúa a nadie, (te lai diftiyjJlthdei p'topiaA (teí mmdo' en, c¡u& t/uítmi, penxr la famha que, V m a Cvütb’iohe a (juirn aciidüi en pioam (te ayuda. ame mucho a la novia y viceversa, pero que ambos amen mucho más a Jesús es indispensable. ¿Qué tiene que ver Dios con el matrimonio? To do. Porque él lo estableció. Él puso en el hombre y en la mujer esa atracción espiritual, física y emocio nal que los induce a unirse. Él los creó incompletos para que juntos pudieran ser seres humanos com pletos. “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, v serán una sola car ne"," dice Dios. Por lo tanto, si Dios es el autor del matrimonio, y también de las leyes psíquicas, bioló gicas y espirituales del ser humano, es lógico que se trata del único Ser capaz de resolver los conflictos que podrían aparecer en el hogar. El salmista confirma esto al decir: “Si Jehová no edificare la casa en vano trabajan los que la edifi can; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia”.1’ Cuando Jesús estuvo en este mundo, santificó el matrimonio al asistir en persona a una fiesta de bo das en Cana de Galilea, l-i historia se registra de la siguiente manera: “Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. Y fueron también invitados a las bodas Jesús V sus discípulos. Y faltando el vino, la madre ele Je sús le dijo: No tienen vino. Jesús le dijo: ¿Qué tie nes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. Su madre dijo a los que serv ían; Haced todo lo que os dijere. Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los ju díos, en cada una de las cuales cabían tíos o tres cán taros. Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua hecha vino,
l/n invitado especial Tercera dimensión que necesita el amor para formar un hogar feliz: la espiritual, o sea, el amor a Dios. Vuelvo a transcribir el consejo de jesús; “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, v con toda tu mente".11 Cuando realizo una ceremonia nupcial, siempre digo que para que una pareja sea feliz se necesita más que un hombre y una mujer, se necesita de una tercera persona: Jesús. Es importante que el novio
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Un tesoJio ¿Horado jjGnüiiQ para no provocar otro conflicto. Pero ese grito la descontroló. Y comenzó la pelea. Primero con pala bras. después con agresiones físicas. Ella le tiró un plato que por suerte no dio en el blanco, pero sí en el televisor. Entonces él subió al dormitorio, tomo la valija y dijo: “Necesito tiempo”; y se fue del hogar. Pero todavía había amor, hasta el punto que ella había bajado diez kilos en un mes \él se tragó su or gullo y me llamó por teléfono para pedir ayuda. ¿Cómo ayudar a esa pareja? Dios nos dejó principios maravillosos en la Biblia para la solución de conflictos. Veamos:
sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sir vientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han libido mucho, entonces el infe rior; mas tú has reservado el buen vino hasta aho ra".“ La pareja de esta historia enfrentaba un proble ma: se había terminado el vino. La mayor vergüen za que alguien podía pasar en aquel tiempo era in vitar a los amigos a una fiesta y decir que el vino se había terminado. ¿Cómo resolver esa situación? Pa ra felicidad de ellos, Jesús estaba allí. Cuando Jesús está presente en un hogar, la familia también puede enfrentar momentos de tormenta. La presencia de Jesús 110 exceptúa a nadie de las difi cultades propias del mundo en que vi vimos. pero la familia que tiene a Cris to sabe a quién acudir en procura de ayuda. Como esa pareja de Caná, también hoy existen muchos matrimonios cu yos barriles están vacíos. A veces falta amor. En otras, comprensión, capaci dad de perdonar, altruismo, entrega, dedicación; en fin, mucho vacío. Hov existen muchos corazones vacíos. Ante esas necesidades vea la promesa bíbli ca: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en glo ria en Cristo Jesús”.17
1. Identifique la causa del problema. San
¿C ómo? ¿Cómo le ayuda Dios a las parejas a resolver sus conflictos? ¿Cómo llena de nuevo los corazones vacíos? Todo matrimonio que termina en divorcio pasa por un proceso doloroso durante el cual el amor se va marchi tando poco a poco hasta que finalmen te muere. En el caso de Julia v Jav ier todavía había amor. Es verdad que ambos se habían maltratado mucho con las palabras dichas en momentos de ra bia. Habían tenido terribles momentos de discu sión, incomprensión y hasta agresión, como aquella vez cuando ella llegó del trabajo v lo encontró mi rando televisión, sin preocuparse para nada de la montaña de tareas domésticas que estaban sin aten der. La gota de agua que derramó el vaso fue el gri to de él reclamando “¡su cena!” Hasta ese momento Julia se había controlado, "mordiéndose la lengua
Pablo aconseja: “No se ponga el sol sobre vuestro enojo”;1* o sea. no postergue la solución, ni huya del problema, 110 lo ignore. Si lo hace, va a llegar al pun to de “explotar”, y entonces las consecuencias serán tristes. Cierto día conversaba con una pareja que tenía dificultades. De repente ambos comenzaron a dis cutir en mi presencia. Cada vez más acaloradamen te. En medio de la discusión y de las acusaciones ella dijo: “Detesto hasta la forma como comes zana horias“. Eso me dejó intrigado. Mucho después.
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Pasaporta pana
la uida
cuando las cosas ya estaban más calmadas, le pre gunté a ella: "¿Cómo come él las zanahorias?” Me contó que tomaba la zanahoria cruda y la roía como un conejo, con lo que producía un ruido molesto. El o b s e r v ó a la esposa, indinó la frente y dijo: “No en tiendo nada cuando éramos novios lo encontrabas gracioso”. Este es un ejemplo de la manera cómo se acu mulan las "cosas pequeñas” hasta convertirse en in soportables. Esos problemitas son como las ratas: mientras más nos demoramos en exterminarlas, más se multiplican. Por lo tanto, identifique el problema a la brevedad posible y encare la solución.
mos. Si usted está seguro de sí mismo porque aprendió a quererse y a aceptarse, estaró en condi ciones de ver el lado de su cónyuge.
3. Para c ono cer el lado de su cónyuge, y pa ra que él o ella conozcan el suyo, ambos se tie nen que comunicar. Por increíble que parezca, el órgano más importante de la comunicación no es la lengua sino el oído. Aprenda a escuchar. La mayor parte de los problemas se resuelve oyendo. No tra te de argumentar ni de “interpretar" las palabras del otro. Después, cuando le toque su tumo, no se limi te a presentar los hechos; diga también cómo se es tá sintiendo, En esa historia de la zanahoria, ella no 2. Reconozca que en todo conflicto hay dos tendría que haber soportado por tanto tiempo ese “ruido molesto”. Cuando eran recién casados debe lados. San Pablo aconseja: “No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de ría haber hablado con su marido al respecto. los otros”.1* 4. Tra zar un plan de acción para resolv er el Si usted quiere resolver el conflicto, necesaria conflicto. Una vez que ambos han hablado v oído, mente tiene que partir de la realidad de que su ver encaren la solución del problema. Recuerden cómo sión de la historia no es la única. Hay quienes afir resolvió Jesús el problema humano. Estábamos per man que en cada conflicto hay tres lados: el suyo, el didos, condenados a muerte por causa de nuestra del otro y el verdadero. Por desgracia ver "mi” lado rebeldía. Él estaba en lo cierto y nosotros equivoca es lo más fácil del mundo. Difícil, pero indispensa dos. Pero Jesús dio el primer paso. Dejó todo en el ble, es ver el lado del cónyuge. Aquí entra a actuar cielo y vino a buscamos. Vio que la única solución la segunda dimensión del amor que ya menciona
Un teSOJiO ¿ÍQwiodo {jQwidiQ
✓ para nuestro problema consistía en que él debía morir por nosotros, y aceptó morir como si fuera un delincuente. ¿Era Jesús un suicida loco? No. Sólo que amaba a los seres humanos y sufrió la muerte de cruz para salvar su relación con esas criaturas caídas. Y ahora viene San Pablo y aconseja: “Tengan ustedes la misma manera de pensar [actitud] que tuvo Cristo Jesús”.ai Si usted trata de resolver un conflicto con la in tención de ganar, seguramente perderá. Usted y su cónyuge necesitan una solución en la que ambos ga nen. Si cada uno pierde un poco y gana un poco, en realidad ambos ganan. Alguien dijo: “El amores un juego extraño. O hay dos ganadores o ningún vence dor”.
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5. En el plan de acción que establezcan, de terminen quién hará qué y cuándo. Consideren que nada es obvio. La tragedia de lo obvio es que nadie dice nada porque se supone que todo el mun do sabe todo, y como nadie dice nada, nadie sabe, y nadie habla porque se supone que todos lo saben todo. Cuando usted y su cónyuge han delimitado el problema, definan los pasos a seguir. Lo que cada cual debe hacer y cuándo debe comenzar. 6. Ore por su cónyuge. El enemigo trata de destruir los hogares. Sabe que la familia es una ins titución divina establecida para felicidad del ser hu mano. y él no quiere que usted sea feliz Por eso es tá empleando todos los recursos de las comunica ciones masivas para crear una cultura en la que el mat rimonio sea algo prescindible. Hoy se habla de “producción independiente”, de “noviazgo diverti do” y de “matrimonio del tercer sexo”. Cuando us ted ora, está procurando la ayuda del único Ser ca paz de solucionar los conflictos humanos. Sólo Jesús le puede dar un corazón capaz de amar de verdad. Sólo Jesús puede calmar el mar cuando la tormenta sacude la embarcación. Únicamente Jesús puede sacar del corazón humano lo que sobra y poner lo que falta. Julia y Javier tuvieron que reconocer que solos nunca podrían salvar su matrimonio. Ambos tuvie ron que correr a los brazos de Jesús y clamar: “¡Oh. Señor! Crea en mí un corazón nuevo”. Jesús escu chó la oración de ambos, y hoy le agradecen a Dios el milagro que se produjo en sus vidas. En la historia de las bodas de Caná se cuenta que el vino que Jesús proporcionó era mejor que el
Referencia* * Goixkwi Mamnborouf»h. Family Ujr (Vicia FamiliarI, 1993, p 65 2 Géocaj 2:16. 3 S. Malro 22 39. ■*H rcli f» 3:6-
^ Salmo 43:5.
6 S . Juan 140 -42 7 Filipcrow 3:13,14, **Salmo ISB 14 9 Uaiu 454 ^ Flltprrwe* 4 1-1
11 Efc3*o*5:2S. Konunm 15:1
13 S Mateo 22:37. u Uéntsti 2:24.
15 Salmo 127:1 16 S-JuuJi 2:1-10. 17 nbprnvn 4 19. Efesio* 4áfi 19 Flllpcnscs 2:4. 20 f-'ilíprrsrt 2:5. 0IOé habla hoy
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CAPITU LO
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Secretos para vi vi r más y mejor ma sin ningún esfuerzo. Si la cura viniera sólo con ra julio tic 1987; el sol brillaba soberano en un toque o un comprimido, bienvenida sería. Sólo (‘1 horizonte cuando Huida, una anciana de que con respecto a la salud Dios estableció princi 91 años, llegó a la cima del monte Fuji, en pios que apuntan hacia una vida plena, pero requie Japón. Con esta hazaña Ilulda entraba en el Libro ren disciplina y nadie se preocupa de aplicarlos. G i nness de los récords como la persona de más edad En este capítulo analizaremos ocho principios en llevar a cabo esa proeza. presentadores de la salud. El ser humano moderno, Pero no todo fue victorias en la vida de esta mu enloquecido por la presión de una vida agitada, jer. En 1927. a los 31 años, era anémica, estaba ner atraído por la satisfacción de los sentidos y cautiva viosa. constantemente cansada y su peso superaba do por la búsqueda de lo más fácil y lucrativo, nece mucho el ideal. Entonces su esposo la animó a re sita detenerse y pensar que si Dios creó al ser hu vertir esa deprimente situación. Aceptó el desalío. mano, no lo dejó en tinieblas, perdido en medio de Entendió que había un Dios maravilloso en los cic las sombras de la confusión o la ignorancia. Junto los, v que ese Dios no había creado al ser humano con la vida también le dio consejos sabios, que tie para que viviera enfermo. nen que ver con su felicidad no sólo en la vida veni Durante los años siguientes hubo un completo dera. sino también en la presente. San Juan afirma: cambio de hábitos en su estilo de vida, y a los 66 “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas años Huida ascendió al Monte Whitney, el más alto las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu de los Estados Unidos. Durante los siguientes 25 alma”.' Este es el plan de Dios para el hombre y su años ascendió 23 veces ese monte, y en 19S7, a los familia. Pero precisamente por eso el diablo lo quie 91 años, llevó a cabo la hazaña de ascender el mon re destruir. “Entonces salió Satanás de la presencia te Fuji. de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna des Aunque la conquista del Fuji había sido un he de la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza. Y cho extraordinario en la vida de esta mujer, el ver tomaba Job un tiesto para rascarse con él”.2Obser dadero triunfo de su vida consistió en cambiar por ve lo que hizo con Job el enemigo. Lo dejó lleno de completo la dramática situación en que vivía a los 31 pústulas. Y literalmente arrastraba su cuerpo enfer años. Cuando todo el mundo la miraba con lástima, mo, v le infundía lástima a la gente que lo rodeaba. ella crevó que el Señor es un Dios de vida y no de Cuando Jesús estuvo en esta Tierra, cierto día muerte, y que había establecido principios capaces encontró a una mujer que por 1S años había estado de garantizar una vida saludable y con sentido para sufriendo de hemorragia. A simple vita sólo se trata el ser humano. ba de una enfermedad, pero Jesús dijo: "Y a esta hi Miles de personas buscan hoy el secreto de la sa ja de Abraham. que Satanás había atado dieciocho lud o la cura milagrosa. En realidad el hombre está años..,” ‘ buscando recetas mágicas que resuelvan el proble
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Pasaporte pcaa ¿a o-idLa brieron que la luz solar mata microbios. Estos in vestigadores habían tomado varios tubos de ensayo y los habían llenado con un caldo de cultivo en el cual luego colocaron bacterias. Puramente por acci dente, algunos de los tubos fueron expuestos a la luz solar. Las bacterias se multiplicaron en los tubos que permanecieron a la sombra, pero en los que fueron expuestos a la luz no crecieron. “En 1903, Niels Fensen, un médico danés, obtu vo el premio Nobel de Medicina por su exitoso tra tamiento de la tuberculosis por medio de la luz so lar. Esto aumentó aún más las investigaciones acer ca del tratamiento de las infecciones con luz solar. La mayoría de las infecciones, como ser las de la garganta debidas a estreptococos, la neumonía, la 1. Sol: El sol es una fuente de fiebre* puerperal y la lepra, reacciona favorablemen salud. A tal punto que muchas civi te ante los tratamientos basados en la luz solar”.5 lizaciones lucieron de él su dios. Existe un libro titulado El ministerio de cura Los babilonios, egipcios, persas, ción. Su autora, que vivió en el siglo XIX, es una de griegos v romanos adoraban al sol. las escritoras cuyos libros más se han vendido en el y aquí, en América Latina, los ma mundo. No era doctora en medicina, y sin embargo yas, aztecas e incas se destacaron sus escritos acerca de la salud causan admiración a por construir grandes monumen los médicos de la actualidad. Entre otras cosas, ella tos en honor al sol. dice lo siguiente acerca de los beneficios de la luz 'La luz solar es la fuerza que nu solar: “En la construcción de casas es de gran im tre y da energía a nuestro cuerpo portancia asegurar completa ventilación v mucho —afirma Vemon Foster—. La luz sol. Haya circulación de aire v mucha luz en cada del sol crea el ambiente necesario pieza de la casa. Los dormitorios deben estar dis para nuestra existencia. Produce puestos de tal modo que el aire circule por ellos día oxígeno y anhídrido carbónico. Regula la tempera y noche. Ningún cuarto es adecuado para servir co tura y la humedad, manteniéndolas a niveles que mo dormitorio, a menos que pueda abrirse de par permiten la vida. en par cada día para dar acceso al aire y a la luz del “...el sol es la fuente del 98% de la energía caló sol. En muchos países los dormitorios necesitan ca rica del planeta. El 2% restante proviene de la acti lefacción, de modo que puedan quedar calientes y vidad geotermal... secos en tiempo frío y húmedo”.1' “Hipócrates, a quien se conoce como el padre de Muchas veces la luz ha sido un símbolo de Jesús, la medicina, descubrió que la luz es útil para el tra Ves también una fuente de salud. La oscuridad, que tamiento de diversas enfermedades... siempre produce tristeza, enfermedad y muerte, no “El sol... es uno de los germicidas más efectivos la vencerá. El sol siempre está allí, a su disposición. que se conozcan”.4 No le cuesta nada disfrutar de sus beneficios. Dios La ciencia médica ha descubierto que para pro se lo dio como un obsequio de amor. Forma parte ducir la vitamina D. la piel necesita de los rayos so del don de la vida. Deje que el sol entre en su vida. lares. Esa vitamina combate las células cancerosas, 2. Agua: ¿Sabía usted que alrededor del 70 % además de contribuir a la formación de huesos fuer de su peso es agua? Quiere decir que puede vivir tes y bien formados, los que contengan las propor más tiempo sin comer que sin tomar agua. El agua ciones adecuadas de calcio y fósforo. es indispensable para la vida humana. Los niños deberían aprovechar la luz del sol. Es Por lo general la gente toma agua cuando tiene tá probado que los rayos solares, en medida adecua sed. Se olvidan de que la sed es una señal de alarma da. son la mejor manera de evitar el raquitismo. del cuerpo que le indica que si no toma agua inme“En 1877, dos científicos, Downsy Blunt, descu
¿Cómo provoca el diablo las enfermedades? ¿Cómo "ata” a la gente? No hav nada místico ni ima ginario en esto. Él enemigo de Dios es poderoso y. si quisiera, podría producir enfermedades con sólo un toque, pero generalmente no lo hace así. Usa la voluntad \la libertad de decisión del mismo ser hu mano para inducirlo a vivir una vida sin respeto por los principios preservadores de la \ida. Ya lo vimos en un capítulo anterior. Nuestro universo está regi do p o r principios. Ignorarlos o desobedecerlos pue de ser fatal. ¿Cuáles son los principios que preservan la sa lud? ¿Y cómo, a su vez, se pueden convertir en po derosos remedios naturales?
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Sec.ie.tos pana ifiWi
y **¿jo)i
para usted. Note que en el relato de la creación el agua aparece antes que la vida. Tal vez porque la vi da no existiría sin los beneficios del agua. Está allí, bien cerca de usted. Úsela para la conservación de su salud.
chatamente le va a venir un colap so. ¿Sería prudente ponerle agua al radiador del auto sólo cuando se enciende la luz roja en el table ro? Nadie, que aprecie su auto, cometería semejante insensatez; pero hay gente que sólo toma agua cuando tiene sed. Un cuerpo sano y normal pierde entre diez y doce vasos de agua por día. Los alimentos que ingerimos reemplazan entre dos y cuatro de esos vasos. Por lo tanto, necesitamos tomar cada día de seis a ocho vasos de agua adicionales con el fin de poder garantizar una vida sana. Es lamentable observar cómo el hombre moder no ha reemplazado el uso del agua con refrescos y otras bebidas. Algunas menos nocivas y otras total mente perjudiciales, como es el caso de las bebidas alcohólicas. Miles de hogares han sido destruidos por el alco hol. Relaciones deshechas, hijos traumatizados, cuerpos destruidos v sueños rotos son los resultados del consumo de alcohol. No se puede mencionar ni un solo beneficio, y sin embargo la industria del al cohol es una de las más lucrativas del mundo. El vicio del alcohol es tan pernicioso que escla viza a la gente sin que ésta se dé cuenta. Uno de los síntomas que pone en evidencia que alguien ya es alcohólico, es su afirmación de que “sov bebedor social, y esto yo lo dejo cuando me dé la gana“. I a verdad es que nunca lo deja. Bebe “so cialmente’' todo el día. La bebida se convierte en el estimulante que necesita para tomar decisiones y actuar. Se ha vuelto alcohólico y 110 lo sabe. El agua es tan indispensable para la vida huma na que Jesús la »isa como un símbolo de él mismo. No sin motivo dijo el Señor lo siguiente: “Cualquie ra que bebiere de esta agua, volverá a tener sed, mas el que bebiere del agua que yo le daré, no ten drá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna** .? Si usted observa una usina hidroeléctrica tal vez pueda comprender mejor el poder del agua. \ j a energía eléctrica puede traer luz y vida al mundo entero. El agua simboliza poder, pero también sim boliza pureza. Use agua por dentro y por fuera. Es una de las fuentes naturales de salud que Dios creó
Aire puro: Cuando Dios 3. creó al ser humano, “sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hom bre un ser viviente".* Desde el principio el aire estuvo relacionado con la existencia humana. Hov la ciencia médica afirma que la sangre recorre todo el cuerpo entre diez v quince minutos. Elena de White declara: "Para tener buena sangre, debemos res pirar bien. Las inspiraciones hon- _ _ ___ das y completas de aire puro, que llenan los pulmones de oxígeno, purifican la sangre, le dan brillante coloración y la impulsan, como una corriente de vida, por todas partes del cuerpo. La buena respiración calma los nervios, estimula el apetito, hace más perfecta la di gestión, v produce sueño sano y reparador".* Lamentablemente, el ser humano ha introduci do humo en lugar de aire puro en sus pulmones. Precisamente, uno de los perjuicios de vivir en las grandes ciudades es la contaminación. Lo queramos o 110, todos llegamos a ser víctimas del aire viciado por causa de los gases de los escapes vehiculares. Aunque esto es inevitable, existe gente que volunta ria y deliberadamente pone alquitrán, nicotina y otras toxinas en los pulmones hechos para recibir oxígeno. Son miles y más miles las vidas segadas por el vicio de fumar. El cáncer de pulmón, (pie antes parecía una enfermedad exclusivamente masculina, pasó a causar la muerte de las mujeres en cuanto és tas comenzaron a fumar. Los médicos enumeran hoy una larga lista de en fermedades provocadas por el cigarrillo, comenzan do por el cáncer de labio, pasando por la halitosis y terminando por la impotencia masculina. Si usted quiere disfrutar plenamente de la vida que Dios le dio. necesita eliminar totalmente el ta baco, y al mismo tiempo necesita aprovechar al má ximo las oportumdades que pueda tener para huir al campo y caminar en lugares de mucha vegetación, llenando los pulmones de aire puro, y pensando en la belleza de las cosas sencillas v naturales que Dios
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Posaponte pana ìa aida creó para usted.
fueron creados para funcionar. Si no se los usa, tien den a atrofiarse, y la consecuencia es un cuerpo 4. Ejercicio: Si usted va a un cansado, dominado por la fatiga, y consiguiente parque y observ a, verá gente que mente una mente dominada por el pesimismo y la anda ¥ y corre de un lado al otro. Uldepresión. tímamente, los gimnasios están Hace unas décadas, cuando la vida transcurría abarrotados de gente que trata de mayormente en el campo, no se oía hablar mucho estimularse al comienzo v al fin del del estrés ni de la depresión. La gente trabajaba día. Es difícil encontrar hoy un mayormente en el campo, y cuando llegaba la no buen hotel que no tenga una sala che dormía profundamente. Era difícil que alguien • •" A ^-ii para hacer ejercicios. ¿Qué pasa tuviera problemas de falta de sueño. con la gente? Los ejercicios físicos Hoy. cuando la vida se concentra mayormente que hoy están de moda, están den en los grandes centros urbanos, la situación es dife tro de los principios establecidos rente, y el estrés aparentemente se ha convertido por Dios para gozar de una vida sa en la enfermedad de nuestro tiempo. na. En el jardín del Edén Dios le Hacer ejercicio no cuesta nada, v las ventajas proporcionó a la primera pareja un eficaz programa que usted notará en poco tiempo son tantas, que de ejercicios. El relato bíblico afirma: “Tomó, pues, nunca más dejará de hacerlos. Jehová Dios el hombre, v lo puso en el huerto de El otro día recibí la carta de alguien que duran Edén, para que lo labrara y lo guardase“.1,1 te siete años sufrió de depresión y consumió muchí Los médicos recomiendan hov un mínimo de 30 simos remedios. Le hablé por teléfono y le di dos minutos de ejercicios físicos por día. Caminar, co sencillos consejos. Dos meses después me envió el rrer, andar en bicicleta o nadar, son ejercicios aerósiguiente mensaje: “Le estoy escribiendo para de bicos bastante eficientes. Hoy está de moda cami cirle que la misericordia divina ha sido abundante nar. Los médicos afirman que es mucho más seguro en mi vida porque estoy completamente recupera porque disminuye los latidos del corazón. Si el cora do del grav e problema de mi depresión, con la cual zón late cien mil veces por día, y bombea nueve mil conviví por muchos años. No sé si usted se acuerda, litros de sangre, un ritmo cardíaco menor. lógica pero tuvo la gentileza de llamarme por teléfono re mente. significará una vida más larga. El caminar comendándome hacer largas caminatas diarias me también reduce la cantidad de adrenalina en la san ditando en el amor de Dios. El resultado ha sido ex gre, con lo que también se disminuye el nivel de es traordinario. Por muchos años dependía de antide trés. Activa las endorfinas. fortalece el sistema inpresivos muy fuertes. Hoy le puedo decir que los munológico y controla el peso. eliminé por completo, con el beneplácito del médi La vida sedentaria del hombre moderno se ha co. que no entiende lo que ha pasado conmigo”. convertido en su peor enemiga. La ciencia ha inven Esa señora sólo necesitaba echar mano de una tado tantas cosas que aun cuando nos proporcionan de las fuentes naturales de salud: el ejercicio físico. mucha comodidad, también promueven la vida se En el caso de ella bastó para librarla de tantos com dentaria. primidos. Cada caso es diferente, por cierto. Pero si Si la gente usara menos el ascensor y más las es usted comienza a hacer ejercicios todos los días, en caleras, en poco tiempo notaría los beneficios que poco tiempo verá resultados maravillosos. ¡Experi produce ejercitar los miembros. Pero la tendencia mente! humana está siempre de acuerdo con la ley del me 5. Reposo: Una de las carac nor esfuerzo. Preocupa, por ejemplo, ver en los ae ropuertos a la gente que hace enormes colas para terísticas de los días en que vivi descender por la escalera mecánica, después de un mos es la velocidad. Un viaje de viaje de diez horas, cuando a su lado están las esca Los Angeles a Río de Janeiro, que leras, que podrían usar para que la sangre circulara hace unos años duraba siete sema nas en barco, hoy se lo puede ha mejor después de tantas horas de estar sentados, in móviles, en el asiento del avión. cer en sólo once horas. Una carta Los músculos y los órganos del cuerpo humano que hace cincuenta años demora
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StCAetos pana Uíirtu más u »tejo*.
Dios creó al ser humano, también le dio el régimen alimentario que debía seguir: “Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que tía semilla, que está sobre toda la tie rra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla os serán para co merMI .í Todavía hov el régimen alimen tario establecido por Dios sigue siendo el que más ha contribuido al desarrollo de una salud perfecta v a prolongar los años de vida, y sin las enfermedades propias del mun do contaminado en que vivimos. Es verdad que después del diluvio, cuando la vi da vegetal quedó destruida, Dios permitió que la carne pasara a formar parte de la alimentación de los seres humanos. Pero separó los animales en dos categorías. "Dijo luego Jehová a Noé: Entra hi y to da tu casa en el arca: porque a ti he visto justo de lante de mí en esta generación. De todo animal lim pio tomarás siete parejas, macho v su hembra mas de los animales que no son limpios, una pareja, el macho v su hembra”. ' Más tarde, en el Levítico, Dios dio las caracterís ticas para diferenciar a los animales limpios de los inmundos. Se puede comer: “De entre los animales, todo el que tiene pezuña hendida y que rumia, éste comeréis. Pero de los que rumian o que tienen pe zuña no comeréis...el cerdo, porque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas, pero 110 rumia, lo tendréis por inmundo... Esto comeréis de todos los animales que viven en las aguas: todos los que tienen aletas y escamas en las aguas del mar, y en los ríos, éstos co meréis. Pero todo lo que no tiene aletas ni escamas en el mar v en los ríos, así de todo lo que se mueve como de toda cosa viviente que está en las aguas, los tendrás en abominación“.15 El Creador siguió diciendo: “Habla a los hijos de Israel diciendo: Ninguna grosura de buey ni de cor dero ni de cabra comeréis. La grosura de animal muerto, v la grosura del que lúe despedazado por fieras, se dispondrá para cualquier otro uso. mas no la comeréis. Porque cualquiera que comiere grosu ra de animal, del cual se ofrece a Jehová ofrenda en cendida. la persona que la comiere será cortada de 6. Alimentación saludable: La alimentación entre su pueblo. Además, ninguna sangre comeréis en ningún lugar en donde habitéis, ni de aves ni de saludable es otro de los principios que se deben bestias”.18 aplicar para disponer de una vida sana. Cuando
ba tres meses para llegar de Japón a Brasil, se la puede enviar hoy en segundos por medio del correo electrónico. El mundo, literalmente, Miela. Vencen los más rápidos. Y si usted anda despacio, corre el riesgo de que lo atropellen los que vienen detrás. Todas estas circunstancias inducen al hombre moderno a correr sin detenerse. Es muy ílifíeil que toda la familia se reúna hoy, como antes, para tomar el desayuno o almorzar. Por lo mismo, la gente en tra en una especie de tobogán, y eso está volviendo loco al ser humano. Vive cansado, irritado, con do lor de cabeza v nervioso. ¡El famoso estrés «le nues tro siglo! Mientras tanto, los que leen la Biblia con el de seo de conocer cuál es el plan de Jesús para una vi da abundante, descubren esta invitación: “Venid vo sotros aparte, a un lugar desierto, y descansad un poco”." O esta otra: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enal tecido seré en la tierra".li Aquí la Biblia habla de reposo, y la mejor forma de reposar es dormir un sueño adecuado, de seis a ocho horas diarias, que permita que el cuerpo se re nueve. Especialmente cuando esas horas de sueño son de noche. Pero el hombre moderno aparente mente ha puesto su propio reloj biológico cabeza abajo. Deambula durante la noche, y desperdicia las valiosas horas del día tratando de dormir. El reposo inadecuado limita la capacidad de pro ducir de la persona. A veces no para porque necesi ta aumentar su productividad, pero sucede lo con trario, porque un cuerpo y una mente cansados no logran llegar adonde se espera. Se hicieron experimentos en muchas empresas norteamericanas. Los obreros, durante las horas de trabajo, dedicaban cinco minutos cada hora a hacer unas inspiraciones profundas y algunos ejercicios. El resultado fue extraordinario. El estado de ánimo mejoró, y aumentó la productividad. El reposo es uno de los remedios naturales que Dios estableció para conserv ar la vida humana llena de significado y altruismo. El descanso es gratis, pe ro tiene que establecer sus prioridades. Cambiar el tiempo dedicado a la televisión por horas de sueño restaurador puede traer a su vida más beneficios de los que se imagina.
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Pasaporte pQAjQ la tKda Hoy la ciencia médica afirma que un régimen pobre en grasas y rico en fibras, reduce notable mente el riesgo de diabetes, arterieesclerosis y cán cer. Pero mucha gente cree que estas recomendacio nes eran sólo para el pueblo de Israel, y que la veni da de Cristo anuló todas estas leyes que tienen que ver con la preservación de la salud física. Se toma, por ejemplo, el incidente de Pedro y Comelio. El apóstol creía que al evangelio no se lo debía llev ar a los gentiles; entonces Dios le dio una visión. El texto bíblico dice así: “Y tuvo gran ham bre, y quiso comer; pero mientras le preparaban al go. le sobrevino un éxtasis; y vio el cielo abierto, v que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra; en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. Y le vino una voz: Levánta te, Pedro, mata y come. Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he co mido jamás. Volvió la voz a él la segunda vez: lx> que Dios limpió, no lo llames tú común".17 ¿Quiere decir este texto que podemos comer de todo? ¿Se puede incluir en ese “todo” al perro, al gato, al asno, al cerdo o al jabalí? Claro que no. El buen sentido y el mismo contexto nos están dicien do que el tema de este texto no es la alimentación. El asunto es que Pedro no debía tener prejuicios para predicar el evangelio a los gentiles. Si usted cuida su alimentación y evita el consu mo de alimentos dañinos, logrará disfrutar de una salud más abundante.
¿Qué hacer para vencer un hábito nocivo v comen zar de nuevo? En primer lugar, iilentifique la causa del problema. Por lo general, los vicios son síntomas y no causas. El jov en ingresa en el vicio de las dro gas porque se siente incomprendido. El adulto be be porque se quiere olvidar de sus conílictos; la gente fuma porque necesita muletas para tomar de cisiones. Por lo tanto, trate de descubrir cuál es la causa del vicio. Para continuar, tome una fi rme decisi ón: "Deci do parar ahora". No diga "Prometo", porque si falla se desanimará y no querrá seguir luchando. Des pués de haber decidido ponerle fin al asunto, evite los lugares y la gente que podrían inducirlo a rein cidir. Haga caminatas y respire profundamente. El ejercicio oxigena los pulmones y vigoriza el cuerpo. Finalmente, beba mucha agua. Además de irrigar el organismo, el agua contribuye eficazmente a su de sintoxicación. Cuando el vicio está muy arraigado y la persona perdió las ganas de intentar una salida, puede ser necesario buscar un centro de recuperación. Pero por sobre todo y en primer lugar recuerde que. pa ra conseguir cualquier tipo de victoria que realmen te lo sea. usted necesita un poder que está por enci ma del esfuerzo humano. Jesús dijo: “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá".1“ Y si por acaso cayera una vez durante1el proceso de recuperación, no se olvide de este consejo de Sa lomón: “Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse”.20
7. Temperancia: El apóstol San Pablo hizo una declaración extraordinaria relacionada con las prio ridades de la vida. Dijo: "Todo aquel que lucha, de todo se abstiene: ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorrupti ble". ls Temperancia significa equilibrio, modera ción, uso sahio de todo ló bueno y abstención total de todo lo perjudicial. En este sentido el tabaco, las bebidas alcohólicas y las drogas de todo tipo deben ser totalmente eliminados del estilo de vida de al guien que pretenda disponer de una vida sana y lle na de significado. Conozco a gente inteligente v con un futuro ex traordinario que son pobres esclavos de algún vicio del que no se pueden liberar. Con dolor, y a veces con desesperación, ven pasar los años sintiendo que la arena movediza de los vicios los está devorando.
8. Confianza en Dios: Los especialistas afirman que gran pai te de las enfermedades son psicosomáticas. Es decir, la mente está afectando al cuerpo. "Muchas en fermedades son el resultado de la depresión mental. Las penas, la ansiedad, el descontento, el re mordimiento. el sentimiento de culpabilidad y desconfianza, me noscaban las fuerzas vitales, y lle van al decaimiento y a la muer te”.21 Pero en la Biblia encontramos una maravillosa promesa hecha por el Señor Jesús: "Venid a mí todos los que estáis trabajados v carga dos, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre
S¿Cuetos pCUiQIMWHmás u, wejoJi vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humil de de corazón; y hallaréis descanso para vuestras al mas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi earga”.“Venid a mT es la invitación de Jesús. Hav gente destruida interiormente por carecer de esperanza. Están solos en el mundo. Son incapaces de creer en lo que no pueden tocar. Sufren por eso. Saben que necesitan a Dios, pero se resisten a entregarle su co razón. No saben que si depositaran su confianza en el Señor, obtendrían algunos beneficios, como la se guridad. ya que Jesús prometió: “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué bebere mos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas bus cad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de ma ñana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”.23 La paz es otro de los beneficios de confiar en Dios. Isaías dice: ‘Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha con fiado”.44Cuando usted tiene paz en el cora zón, como resultado de su confianza en Dios, enca ra la vida con optimismo. Dos presos contemplan a través de la ventana la noche estrellada. Mientras uno ve sólo las rejas, el otro contempla las estrellas. ¿Cuál es la diferencia? El optimismo; el resultado de confiar en Dios. Para el optimista el vaso con agua hasta la mitad, esta ca si lleno. Para el pesimista, el mismo vaso está casi vacío. Una visión optimista de la vida nos induce a sonreír, y la sonrisa tiene un extraordinario poder para sanar. La investigación Breslovv-Belloc de los Estados Unidos, llevada a cabo con 7.000 adultos, descubrió que la gente triste y pesimista tiene un índice de mortalidad 57% más alto que los que viven con op timismo.
Evangelio de San Lucas, Jesús declaró: "Los que es tán sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos“.25 Quiere decir que los médicos son ne cesarios. Pero son sólo instrumentos en las manos del verdadero Médico que es Jesús. David ya lo di jo: “Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias”.* Durante el proceso de la recuperación de una persona a veces Dios obra lentamente, y usa los re medios naturales. En otras, obra indirectamente por medio de los médicos. En otras, además, Dios obra directamente y hace milagros. Pero en todos los casos es Dios el Médico de los médicos. Porque es el Creador y ciertamente también el Restaura dor. Viva la vida con alegría. Eche mano de los prin cipios preservadorcs de la salud. Respétese \ viva una vida abundante y llena de significado.
Referralcitts 1 3 S. |run 2. 2 Jub 2.7. S. 3 S. Lir a 13:16. Vr-nKxn Foster, a lo iwi/wW I.BuetKMAire*: ACES, ISWfl/ p 31 ®Vernon Foster. IhkL. pp. 34.33 Elena
Todos los principios que hemos presentado aquí son relativamente baratos, y están a disposición del ser humano en la naturaleza misma: el sol, el aire puro, el agua el ejercicio físico, el descanso, la ali mentación saludable, la temperancia y la confianza en Dios. Por cierto, esto no elimina a los médicos. En el
22 S Mateo 11:28 40 23 S Mat«» 6:31-34 2 4 l»aia»26:3. 23 S. Lucas 5:31.
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CAPÍTULO
El secreto de la pr pr osper i dad f i nanci anci er a
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onocí a Adolfo en el peor momento de su vi da. Me había llamado por teléfono, desespe rado. el día anterior. Quería desaparecer porque creía que jamás podría pagar sus deudas. Me pidió que orara por él porque estaba comenzan do una nueva empresa. Hasta ese momento nada le había salido bien. Parecía que todo lo que tocaba es taba maldito. Creía incluso que una ex amante le había hecho alguna brujería. La conversación que mantuvimos después me reveló la causa de su problema: Adolfo estaba lu chando solo en este mundo, y nadie es una isla, ni una brasa ardiente separada del resto del fuego. Una persona depende de la otra, y todos juntos de pendemos de Dios. El hombre sabio jamás deja de aprender. Siem pre manifiesta curiosidad por todo lo nuevo: nuev os descubrimientos y tecnologías nuevas. Por eso el hombre sabio ocupa un lugar de privilegio en todo, incluso en la vida profesional, familiar y afectiva. \ por eso mismo usted está leyendo este libro. Hoy. durante la mañana, mientras esperaba mi vuelo en el aeropuerto, le di una mirada ;d puesto de venta de periódicos v publicaciones. La mayor parte de los libros se referían a temas esotéricos y de autoavuda. Tcxlos quieren triunfar. La prosperi dad es una meta detrás de la cual todo el mundo co rre. Tal vez esto se deba al hecho de que Dios creó a los seres bunnmos con el instinto del "éxito". Na die fue creado para vivir fracasado. Incluso después de la entrada del pecado, el deseo de Dios para la humanidad encuentra expresión en esta declaración del profeta Isaías: '‘Entonces nacerá tu luz como el
alba, v tu salvación se dejará ver pronto-, e irá tu jus ticia delante de ti, v la gloria de Jehová será tu reta guardia”.1 Adolfo, ('1 hombre que habló conmigo, creía en Dios, pero a pesar de eso las cosas no le iban tan bien. ¿En qué consistía el problema? Un plan especial Necesitamos volver al jardín del Edén con el fin de entender el plan de Dios para la prosperidad hu mana. El Creador necesitó seis días para preparar el ambiente en el que el hombre debía vivir. Creó la luz, el sol. las estrellas, los animales, los peces, las aves y todos los árboles y plantas. La corona de la creación fue el ser humano. Después de crearlos les dijo: “Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mue ven sobre la tierra. V dijo Dios: He aquí que yo os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os será para comer”.El ser humano fue creado para vivir una vida próspera. Parte de esa prosperidad era el trabajo: “Tomó, pues, p ues, jeho je hová vá Dios al hombre homb re y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase”.' Pero el verdadero secreto no estaba sólo en el tra bajo. Adolfo tenía que entender esto. "Mientras más trabajo, parece que menos tengo”, era su queja. El secreto de la prosperidad que muy pocos conocen se encuentra en la siguiente orden del Creador: "Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la
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cial. Sólo que Dios se lo había res eñ ado para sí, y el ser humano debe respetar lo que es de Dios. Mien tras lo hiciera estaría reconociendo que Dios es el dueño de todo, v que él es sólo su mayordomo. Por ejemplo, si usted fuera el administrador de una empresa y las cosas, por alguna razón, no estu vieran yendo tan bien, ¿no tendría que entrevistar se con el dueño para pedirle que invierta más dine ro? Claro que sí. Después de todo, él es el dueño y por lo mismo es el más interesado en que la empre sa ande bien. Imaginemos otro ejemplo. Tengo 1111 auto y se lo presto a un amigo sobre la base de este acuerdo. “El auto es mío v te lo presto. Usalo como quieras; pe ro para que yo sepa que te acuerdas que soy el due-
110 comerás; porque el día ciencia del bien y del mal mal 110 que de él comieres, ciertamente morirás”.4 Es verdad que Dios le confió toda la creación al ser humano. En ella estaban incluidas las riquezas naturales del mundo animal, vegetal y mineral. Pe ro en ningún momento el Señor le entregó el título de propiedad. El hombre seria sólo un administra dor de los bienes que por gracia le había confiado el Creador. . Pero el Señor sabía que con el tiempo el hombre correría el riego de olvidarse de que Dios es el Creador y dueño de todo, y que se vería tentado a apoderarse de todo lo que se le había confiado. Por eso estableció un pacto con él: “No debes tocar es te árbol”, le dijo. Ese árbol no tenía nada de espe
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E í stóieto
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mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré Lis ventanas de los cie los, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde"." El árlxil tlel conocimiento del bien y del mal va no existe en esta Tierra. Si Adán y Eva hubieran si do fieles, habrían gozado de prosperidad para siem pre. Hoy el diezmo ocupa el lugar de ese árbol en la vida del hombre. Por medio del diezmo el Dios del cielo nos recuerda que él sigue siendo el dueño de todo, y que la prosperidad depende de nuestra fide lidad y obediencia id pacto que hizo con los seres humanos. Así como nuestros primeros padres no debían to car el árbol árbol del conocimiento del bien v del mal. no sotros no debemos tocar el diezmo, porque es sagra do y es propiedad de Dios. La prosperidad es, sin ninguna duda, el resultado de la fidelidad. “Probadme ahora en esto”, dice el Señor. Su pro mesa es segura. En la vida he visto a mucha gente que creyó en la promesa divina y salió de la miseria para posarse en la prosperidad. El mismo Adolfo, el hombre de nuestra historia, me encontró un día, completamente transformado. Conducía un auto importado y tenía una sonrisa de satisfacción. Un día descubrió descubri ó el secreto. secreto . No debía esperar esper ar •. que le sobrara algo para devolverle a Dios lo que le perte necía. De modo que la próxima vez que recibió di nero lo primero que hizo fue separar lo que era de Dios, v el Señor cumplió su promesa y le dio pros peridad en su vida. El primer versículo de la Biblia dice: "En el prin cipio creó Dios los cielos y la la tierra * En el original original hebreo v en las traducciones en inglés el versículo es mucho más claro porque dice: “En el principio DIOS creó los cielos y la tierra”.
fia fiaccaiad iado'. I ncluio' io' deApuÁL (k (a tofti toftia ada, dd pemdo'.
ño, tienes que traérmelo todos los lunes a primera hora”. Mientras el amigo acepte el trato y lo cum pla. yo seguiré siendo el dueño del auto, y como tal soy responsable de él. Si me lo rompe, se lo quito porque el auto es mío. Pero en la historia bíblica. Adán y Eva no sólo to caron el árbol que Dios había reseñ ado para sí sino que comieron de su fruto, y así comenzó la desgra cia de los seres humanos. Su historia, a partir de ese instante, se llenó de lágrimas, de dolor y de muerte. La primera pareja tuvo que salir del jardín y perder la bendición que significaba vivir en ese hogar origi nal. De allí en adelante todos los seres humanos he mos tenido que enfrentar las consecuencias: "Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé dicien do: No comerás de él: maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plan tas del campo. Con el sudor del rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuis te tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás".* Entonces, ¿está condenado el hombre a una vi da de pobreza, miseria y necesidad? üi repuesta es No, porque Dios estableció otro pacto de fidelidad y prosperidad con el ser humano. El profeta Malaquías, inspirado por Dios, escribió lo siguiente: "Traed todos los los diezmos al alfolí v* haya J alimento en
Primero, Dios A simple vista es posible que usted no note la di ferencia. Pero hay una diferencia, y muy muy grande. Si usted cree que en el principio CREO Dios los cie los v la tierra, estará poniendo siempre la acción an tes de Dios. Trabajar, correr, luchar, vender, com prar. La acción siempre es buena, No hay reacción si no existe la acción. No espere nada de la vida si si gue sentado o acostado en la cama. Pero cuando se pone la acción entes de Dios, ésta se puede conver tir en una maldición. Pero si por otra parte usted entiende que “en el principio DIOS creó los cielos y la tierra", aprende-
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Pasapo-ite pam ¿a wda rá a poner a Dios antes de la acción, y verá las mara\illas que Dios es capaz de hacer mediante la acción humana. El otro día un rico empresario me dijo: “No estov de acuerdo con su manera de ver las cosas. Sé que Dios necesita tenor un lugar en la vida de la gente, pero yo vencí solo y, como usted puede ver. tengo todo lo que un ser humano puede desear". Comúnmente la gente confunde riqueza mate rial con prosperidad. En la Biblia encontramos la historia de un hombre que se llamaba Jacob. Un día se presentó delante de su padre v le dijo: ‘Yo soy Esaú tu primogénito; he hecho como me dijiste: le vántate ahora, y siéntate, y come de mi caza, para que me bendigas".' Jacob quería que se lo bendije ra. Iba tras la prosperidad, como todo ser humano.
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no se escondió ni mintió; va no se disfrazó. Confesó su nombre, reconoció quién era y nació de nuevo. La historia dice: “Y cuando había pasado Peniel. le salió el sol; y cojeaba de su cadera”.!i Pero, ¿qué importaba eso entonces? ¡Por fin era feliz! El dine ro y las riquezas que había acumulado pasaron en tonces a tener otro sentido. Por fin había descubier to el verdadero secreto de la prosperidad. La Biblia es el manual de supervivencia y felici dad del ser humano. Dios quiere que usted tenga salud, que disfrute de una vida plena, que forme una familia armoniosa, que sea próspero como ser humano, como profesional y como miembro de la comunidad donde vive. Y en la Biblia usted puede encontrar los secretos para que todo eso sea una realidad en su experiencia. Es una lástima que el ser humano muchas veces tenga que golpearse en la vida. A veces tiene que llegar a 1111 punto de aparente sin salida. Allí, sin amigos, sin familia, sintiéndose derrotado, sin otra alternativa que volver los ojos a Dios. ¡Y cuán mara villoso es él, que está siempre con los brazos abier tos. dispuesto a recibir a su lujo amado!
Pero la buscó mediante la trampa y la mentira. Fin gió, aparentó, se disfrazó v, al parecer, consiguió lo que quería. La historia dice que tuvo que huir a tierra extra ña. Allá acumuló riquezas. La Biblia dice: “Y se en riqueció el varón muchísimo, y tuvo muchas ovejas, Jv siervas Jv siervos, Jv camellos v 4 asnos”.® Al parecer Jacob era un hombre próspero. Tenía todo lo que necesita un hombre para ser feliz. Pero no lo era. Su corazón estaba vacío. Esta es la trage dia del hombre moderno. Mide la prosperidad con el metro de la riqueza. Pero descubre que el tama ño de su felicidad no coincide con el volumen del saldo de su cuenta en el Banco. Ese rico empresario decía: “Yo sé que Dios ne cesita tener un lugar en la vida de la gente". No. No es Dios quien lo necesita; es el hombre quien nece sita darle a Dios el primer lugar en su vida. Porque cuando aprende a hacerlo, el sentido de todo lo que lo rodea comienza a cambiar; las cosas sencillas de la vida adquieren significado. Y si usted anda en la vida con Dios, vé observa los detalles a su alrededor. como el canto de las aves o la sonrisa de su hijito. entonces ya no necesita buscar la felicidad, ya la en contró. Una noche Dios se presentó delante de Jacob y le dijo: "Vuélvete a la tierra de tus padres, y a tu pa rentela, y yo estaré contigo”." Y Jacob regresó. En la vida muchas veces es necesario regresar. Es nece sario detenerse. Cuando nada parece andar bien, es urgente detenerse. "Estad quietos, v conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enal tecido seré en la tierra”,1' dice Dios. Jacob regresó. Enfrentar su pasado era doloroso, pero necesitaba volver al lugar donde había fallado. "¿Quién eres?”, le preguntó una noche el ángel y ya
Rcicrenclan
1 l«í.u.5#:!H. ’ Géaesto t :2N, 29
^ Gciuaíi 2:15 4 Génesii 2:16. 17 3 Cciksü 3:17-1» Maluquías 110 1 Wticsi» 1:1.
^ Ccnrais 27:18. ®CciH'sis 30:43. ^ Cenen* 31:3. ** Salmo 16:10 13 Gínr*ú 3i .ll .
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CAPÍTULO
¿P or qué tener miedo a la muerte?
E
chado en la cama de un hospital, me miró y pareció reconocerme. Sus ojos se iluminaron con un brillo especial y las lágrimas rodaron por sus mejillas cuando estreché sus manos entre las mías. “Tengo miedo de morir”, me dijo en tono su plicante, como si yo tuviera poder para evitar ese momento fatal. “¡Tengo miedo de morir!" Durante años creí que ese sentimiento sólo se apoderaba de gente anciana, pero un día, cuando regresábamos del cementerio después de darle sepultura a un gran amigo, mi hi jo adolescente me abrazó con fuerza y me preguntó en voz baja, al oído: —Tú no te vas a morir, ¿no es cierto? —¿Por qué, hijo? —le repliqué. —Porque no te quiero perder, papá —fue su conmovedora respuesta. La muerte infunde miedo y curiosidad al mismo tiempo. La gente huye de ella y al mismo tiempo se siente fascinada con todo lo que tiene que ver con el fin de la existencia. Un diario de los Estados Uni dos publicó hace poco la carta de un niño que le es cribió lo siguiente al Señor de los cielos: “Querido Dios: ¿qué pasa cuando el hombre muere? Nadie me lo ha explicado con claridad. Sólo quiero saber; pero, por favor, no permitas que vo muera. Tu ami go, Miguel”. Sólo hay una verdad incuestionable en esta vida, y es que desde la entrada del pecado en este mun do, todos, más tarde o más temprano, tendremos que morir. Los primeros seres humanos vivían casi mil años.
Matusalén, el patriarca que más vivió, llegó a los 969 años. A medida que el mundo se iba contami nando. y el pecado iba avanzando en su obra des tructora, la extensión de la vida de la gente disminu yó. Hoy vivir más de cien años ya es una hazaña que muy pocos alcanzan. Por eso un día Moisés le dijo a Dios en oración: “Los días de nuestra edad son se tenta años; v si en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, porque pronto pasan, y volamos“.1 ¿C ómo enfr entar la muerte? Siendo que todos tendremos que morir un día, ¿cuál deljería ser la actitud ante la muerte del que confía en Dios? ¿Cuál es el consejo divino sobre la manera de enfrentar esa experiencia indeseada, pe ro lamentablemente real, que es la muerte? El apóstol San Juan, por revelación divina, escri bió lo siguiente: "Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelan te los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, pirque sus obras con ellos siguen*.J La palabra “bienaventurado' significa "feliz". Procede del término griego makários. Los griegos lo usaban para definir la condición en que se supo nía vivían sus dioses. Lo que San Juan está diciendo es que. aunque la muerte sea algo cruel, el que con fía en el Señor la puede enfrentar sin temor y con paz en el corazón. ¿No parece absurdo querer ser felices ante la muerte? Generalmente esa hora es un momento de lágrimas, añoranzas y, a veces, hasta de rebelión y
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de desobediencia, o también mueren los hijos fieles de Dios? Cierto día Jesús estaba de viaje cuando llegaron hasta él emisarios enviados por María y Marta con el siguiente mensaje: “Señor, he aquí el que amas está enfermo".' I
desesperación. ¿Cómo alguien potlría ser feliz en un momento como ése? La respuesta es: el mejor mo mento para descansar es aquel en el cual Dios per mite que llegue la muerte. Pensemos en la actitud que tuvo el rey Exequias frente a la muerte. Se cuenta su historia de la si guiente manera: "En aquellos días Exequias enfer mó de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amós. v le dijo: Jehová dice así: Ordena tri casa, por que morirás, y no vivirás. Entonces volvió Exequias su rostro a la pared, e hizo oración a Jehová, y dijo: Oh Jehová, te ruego que te acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad y con íntegro cora zón, y que he hecho lo que ha sido agradable delan te de tus ojos. V lloró Exequias con gran lloro. En tonces vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo: Ve y di a Exequias: Jehová Dios de David tu padre di ce así: He oído tu oración, y visto tus lágrimas; lie aquí que yo añado a tus días quince años '.1 Exequias creía que la muerte era una especie de castigo divino. Por eso, frente a la proximidad del Rn, le presentó a Dios su foja de servicios llena de buenas obras: “Te ruego que te acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad y con íntegro co razón". ¿Es la muerte patrimonio exclusivo de los que viven apartados de Dios y siguen una conducta
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¿Pon qué teaeJi wiedo a £a w.ucite.9 hoy una realidad, y puesto que es inevitable, el me jor momento para que alguien muera es el que Dios determina en su providencia. En los quince años adicionales que Dios le con cedió, el rey Ezequías vivió las tragedias más gran des de su vida. Su corazón se llenó de orgullo, v cuando la embajada de Babilonia visitó Judá, en lu gar de referirse a los hechos prodigiosos de Dios, el envanecido rey le mostró a los babilonios todas las riquezas de Judá. Fue su desgracia. Los ojos de los enemigos se llenaron de codicia, y algunos años más tarde regresaron para llevarse tcxlos los tesoros que Ezequías les había mostrado. Durante esos quince años también engendró a su hijo Manases, que terminó siendo el peor, el más inmoral, idólatra y cmcl de los reyes de Judá. Ese rey nunca habría nacido si Ezequías hubiera acep tado la muerte cuando Dios le dijo: “Ordena tu ca sa, porque morirás, y no vivirás”. Lo que viene desjmés En todos los países y ciudades por donde paso encuentro gente que 110 entiende el porqué de la muerte de un ser querido. “¿Porqué, Señor", dicen llorando. “Sólo querría sabor por qué”. Delante de esta pregunta llena de dolor, aparenU toO ' ( k
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teniente Dios guarda silencio, Pero la vida y el tiem po siempre se encargan de mostramos que el Señor tenía razón cuando permitió que ése fuera el mo mento. Una madrugada me despertó el teléfono. Del otro lado de la línea oí la voz de mi hijo. No era una voz normal, llena de alegría v vida, Estaba triste: su v'oz estaba quebrada y eso me asustó. —¿Estás bien, hijo mío? —le pregunté. —No, papá —me contestó—, no estoy bien. Un amigo mío acaba de morir en un accidente de trán sito. Sus padres están desesperados v necesito que usted les hable para consolarlos. ¿Consolar? ¿Puede alguien consolar a un padre que ha perdido un hijo de 18 años? Que un hijo se pulte a su padre es lógico y hasta natural. Pero que un padre sepulte a su hijo es absurdo \no tiene nin gún sentido, Hablé con los padres del muchacho. Nunca po dría saber cómo se sentían porque todos mis hijos están vivos. Sabía que estaban destrozados interior mente y que todo lo que vo dijera sería inútil. Sin embargo, Dios puso en mis labios las palabras acer tadas v. al final de la conversación, los sentí más tranquilos. El tiempo le demostrará a esos padres que aquel momento, por absurdo que haya sido, fue el mejor momento para que su hijo fuera a descansar. El mu chacho acababa de hacer la más importante deci sión de su vida: entregar su corazón a Jesús. Estaba entusiasmado con eso. Sonreía y estaba entonando un himno de esperanza cuando la muerte lo encon tró súbitamente en una calle cualquiera. En la mañana de la resurrección ese joven resu citará entre los redimidos, y verá a sus padres que lo estarán esperando con los brazos abiertos. Por dolo roso que sea el momento, para nosotros la mejor ho ra para morir es la que Dios determina. Uno de los motivos por los cuales la gente le tie ne miedo a la muerte tal vez sea su ignorancia acer ca de lo que sucede después de la muerte. El otro día sacaron del río Savannah, cerca de Augusta, en el Estado de Georgia. Estados Unidos, el cuerpo de una mujer joven. En una bolsa, atada a uno ele sus brazos, la poÜcía encontró una nota escrita por la suicida: “Dentro de poco seré un ánima más que an dará dando vueltas por el espacio”. Mucha gente siente pavor ante el misterio que envuelve el estado del sor humano después de la muerte. Pero la Biblia es clara al respecto. ¿Todos J
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Pasaporte pana da uida terminaremos siendo ánimas? Eliú, al hablar con Job acerca del destino del hombre, dijo: “Toda carne perecería juntamente, y el hombre volvería al polvo”.5 Salomón, al referirse a la muerte, afirmó: “Y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu \uelva a Dios que lo dio”.® El rey Ezequías, frente a la muerte, dijo: “A la mitad de mis días iré a las puertas del Seol [la mo rada de los muertos]: privado soy del resto de mis años".7 Salomón volvió a decir: "Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, y lo que sucede a las bes tias, un mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros, y una misma respiración tienen todos: ni tiene más el hombre que la bestia: porque todo es vanidad. Todo va a un mismo lugar; todo es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo”.* Da\id añadió: "Escondes tu rostro, se turban; les quitas el hálito, dejan de ser; y vuelven al polvo”.9 La Enci clopedia j udía comenta que “la tumba es para el muerto lo que la casa es para el vivo: por eso a la tumba se la llama casa o morada de los muer tos”.10
Jesús y la muerte Son muchos los casos en los que en la Biblia la palabra hebrea Sheol (morada de los muertos) se usa para referirse al sepulcro como el lugar donde se lleva a la gente después de su muerte.*' Finalmente, cuando Jesús estuvo en esta Tierra calificó la muerte de Lázaro como “un sueño”.11 Más tarde, en el momento de su resurrección, Jesús sólo le dijo: “¡Lázaro, ven fuera!”13A Lázaro no se lo llamó para que descendiera del cielo ni subie ra del infierno. Sólo se lo invitó a salir de la tumba porque allí estuvo los cuatro días en que permane ció muerto, y allí se habría quedado hasta el regre so de Cristo si Jesús no lo hubiera resucitado en esa ocasión. Otro de los milagros que Jesús llevó a cabo mien tras estuvo en la Tierra fue la resurrección de la lu ja de Jairo. Cuando entró en la casa del angustiado padre, el Maestro dijo: “Apartaos, porque la niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él".14 San Marcos y San Lucas, que también cuentan la historia, dicen lo mismo que Mateo, que la niña “dormía”. Me referí a todos estos versículos bíblicos para demostrar que la mayor parte de los textos que se
refieren a la muerte la equiparan al sueño. El cuer po siempre queda allí, donde lo pusieron los vivos en el momento de sepultarlo. No tenemos eviden cia bíblica para creer que después de la muerte ha ya un espíritu desencamado que anda dando vuel tas por el aire. La idea de que el alma es inmortal no procede de la Biblia. La palabra "inmortal” se usa una sola vez en la Escritura y lo hace para referirse a Dios: “Por tanto al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los si glos de los siglos. Amén”.1’1 La palabra “inmortalidad", a su vez. aparece cin co veces en el Nuevo Testamento. Dos cuando San Pablo les escribió a los corintios y les dijo: “Porque es necesario que esto corruptible se vista de inco rrupción, v que esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de inco rrupción. y esto mortal se haya vestido de inmorta lidad, entonces se cumplirá la palabra que está es crita: Sorbida es la muerte en victoria’*.1* Aquí el apóstol está hablando de la transforma ción que se operará en nuestra naturaleza cuando vuelva Cristo. ¿Cómo seríamos convertidos en in mortales en dicha ocasión si ya lo fuéramos? Al hablarle a Timoteo. San Pablo dijo: “El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesi ble; a quien ninguno de los hombres ha visto ni pue de ver, al cual sea la honra v el imperio sempiterno. Amén”.1' En este pasaje la palabra "inmortalidad” se le atribuye a Dios. En su segunda carta a Timoteo, San Pablo usó otra vez la palabra "inmortalidad”: “Pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Sal vador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la \ida y la inmortalidad por el evangelio”.18En este pasaje aparece “inmortalidad” como un don que da Jesús. Finalmente, en su carta a los romanos, San Pa blo habla de los seguidores de Jesús como los que "buscan gloria v honra e inmortalidad”.1“ Si el ser humano hubiera nacido inmortal, ya sea en cuerpo o en alma, ¿por qué tendría que buscar precisamen te la inmortalidad? La primera vez que aparece en la Biblia la idea de que el ser humano no muere fue en el jardín del Edén, cuando el diablo, disfrazado de seqíiente, le dijo a Eva: “No moriréis”. El relato bíblico dice así: “Pero la serpiente era astuta, más que todos los ani males del campo que Jehová Dios había hecho, la
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¿Pon qué teueA Miedo O C.QMeJite.? cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? V la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él. ni lo tocaréis, para que no muráis. En tonces la serpiente di jo a la mujer: No mo riréis".» No existen regis tros históricos que sustenten la creencia en la inmortalidad del alma en los comienzos de la iglesia cristiana. Sí los hay en el siglo II. porque "algunos de los así llamados ‘Padres de la Iglesia’, que habían sido criados y educados en el paganis mo. y que más tarde aceptaron el cristianismo, pre sentaron la doctrina de la inmortalidad como un dogma de la iglesia”.2' Los siguientes párrafos de la Nuevo FMciclopcdiu Católica nos cuentan cómo sucedió eso: “La doctrina de que el alma es inmortal y que se guirá existiendo después de la muerte del hombre y de la desintegración del cuerpo, es una de las pie dras angulares de la filosofía y la teología cristia nas... “Cuando los apologistas y los primeros padres les presentaron el cristianismo a los griegos, el juicio fi nal formaba parte de su mensaje. Siendo que esta doctrina implicaba la supervivencia v la inmortali dad del alma, invocaron a los poetas, los filósofos) la tradición general del pensamiento griego para apoyar la creencia en la inmortalidad. Más tarde los escolásticos pretirieron citar a Platón y los princi pios de Aristóteles”.~ “Los padres encontraron apoyo en los filósofos para anunciar el mensaje cristiano. Pitágoras y Em pedocles. citados por San Justino, enseñan la snper-
vivencia y la transmigración del alma, que según ellos está hecha de partículas celestes de éter. “La doctrina platónica, citada con frecuencia [Mil los padres, es clara y positiva. El alma que para Pla tón era un principio que se mueve por sí mismo, no es generada y es etema. Existió antes del cuerpo, al cual está unida por una especie de castigo causado por alguna falta, y por lo tanto sobrevivirá. Estar sin el cuerpo es en realidad el estado natural y adecua do del alma, aunque Platón admite transmigracio nes y futuras incorporaciones si el alma no logra una purificación completa en esta vida".11 Usted puede verificar que la idea de que el alma vive como un ente separado del cuerpo no es bíbli ca sino pagana. Esta idea se mezcló con los concep tos cristianos a partir del segundo siglo. Algunos cristianos pretender encontrar apoyo en algunos pasajes bíblicos para la doctrina de la in mortalidad del alma, como el incidente acaecido en la cruz del Calvario poco antes de la muerte de Cris to. El relato bíblico dice así: “Y uno de los malhe chores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si hi eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. J
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Pasaporte pana la irtda
¡FeAcei ioá que, mmm en d £& ñon! S¿ uifcd fufo en cmumm con JeÁÚA, Ai uifcd Ib abrir el Ccñazón tf Ixr acepto como Áte£alvadoi , la mju&Sl ya, tur im qw
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exigirían alguna explicación. Veamos: 1. Cristo no fue al cielo en el mismo día en que murió. Cuando se le apareció a María Magda lena en la mañana del domingo —que era el tercer día después de su muerte— . “Jesús le dijo: No me toques; porque aún no he subido a mi Padre: mas ve a mis hermanos, v diles: Subo a mi Padre y a Miestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios”/’ Si tres días después de su muerte Jesús todavía no había subido el cielo, le habría mentido al ladrón. 2. Jesús prometió cuando todavía estaba en la Tierra: “Y si me fuere y os preparare lugar, ven dré otra vez, y os tomaré a mi mismo, para que don de yo esto\, vosotros también estéis' .1" ¿Cómo po dría Jesús prometer llevar a sus hijos al cielo en oca sión de su segunda venida, si al morir los buenos ya van al cielo? Por eso el ladrón pidió: “Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino”. La respuesta de Je sús fue: “Ciertamente te digo hoy. estarás conmigo en el paraíso”. ¿Cuándo? Cuando venga en su reino.
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Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condena ción? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros he chos, mas éste ningún mal hizo. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en I u reino. Enton ces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”.2' Aquí venios que el buen ladrón le pidió a Jesús: “Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino”. El la drón no estaba pensando en una recompensa que recibiría ese mismo dui. La pide para el día del re greso de Cristo, lo que es bíblicamente correcto. El aparente problema está en la respuesta de Jesús. La versión de la Biblia que estamos usando dice: "De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraí so". Esta respuesta da a entender que el ladrón es taría ese mismo día en el cielo: por lo tanto, conclu yen algunos, aquí tenemos una prueba bíblica de que el cuerpo queda en la tierra, pero el alma vuela al cielo. Para entender este asunto, es necesario saber que la respuesta de Jesús no se dio ni en portugués ni en castellano. El relato bíblico fue escrito en grie go, \la redacción griega original dice: “En verdad te digo hoy estarás conmigo en el paraíso . El texto griego se escribió, como era la costumbre en aquel tiempo, sin signos de puntuación. El relativo “que” es una adición de los traductores. Si Jesús le hubiera dicho al ladrón que ese mis mo día, después de la muerte, ambos se encontra rían en el paraíso, habría algunas incoherencias que
Una parábola Otro pasaje bíblico que le provoca dificultades a muchos es la parábola del rico y Lázaro. Las Escri turas lo expresan de la siguiente manera: “Había un hombre rico, que se vestía de púrpu ra v de lino fino, v hacía cada día banquete con es plendidez. Había también un mendigo llamado Lá zaro. que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y lamían las llagas. "Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió tam bién el rico, y fue sepultado. Y en el llades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abra ham, v a Lázaro en su seno. Entonces él. dando vo ces. dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy ator mentado en esta llama. “Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que reci biste tus bienes en tu vida,•*v Lázaro también males, pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormenta do. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieran pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.
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óPoft. qué te.tieJL miedo G f.Q ttUeJtte.9 “Entonces le dijo: Te niego, pues, padre, que le envíes a la casa de ini padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifiquen, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. “Él entonces le dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arre pentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque al guno se levantare de los muertos".*7 Hay gente que toma este pasaje bíblico para afir mar que la Biblia habla aquí de la existencia del in fierno. Pero hay algo fundamental que todo estu diante de las Escrituras debe tener en cuenta: nin guna parábola tiene como fin presentar conceptos doctrinales. Las parábolas se refieren a hechos ima ginarios, que se los usa como comparación o seme janza, con el único objetivo de presentar una ense ñanza moral. Alfred Edersheim, un erudito judío-cristiano, di ce lo siguiente al referirse a la parábola del rico y Lázaro: “Será necesario en la interpretación de esta parábola tener en cuenta que los detalles de la mis ma no deben ser explotados, ni derivar de ella doc trinas de ninguna clase, sea con respecto al carácter del otro mundo, a la cuestión de la duración de los castigos futuros, o a la posible mejoría moral de aquellos que están en Ge/iinnom [sepulcro]. Todas estas cosas son extrañas a la parábola, que sólo tie ne por intención ser un tipo, o ejemplifieación e ilustración, de lo que se quiere enseñar”,“ Algunos de los detalles que demuestran que es ta parábola no es literal sino imaginaria son las si guientes: 1. ¿De qué tamaño es el seno de Abraham para que en él quepan todos los redimidos? 2. ¿A dónde iban los buenos cuando morían an tes de que Abraham existiera? 3. ¿En que pasajes de la Biblia se le concede a Abraham toda la autoridad que la parábola parece conferirle? 4. ¿El cielo y el infierno están tan cerca el uno del otro que los que están ardiendo pueden hablar con los salvos? En resumen, la lección que Jesús quiso enseñar con esta parábola no es que los hombres al morir van al infierno o al paraíso, sino que esta vida es la única oportunidad de que dispone el ser humano para servir a Dios y andar en sus caminos.
¿Hay razón para tenerle miedo a la muerte? El texto bíblico que citamos al comienzo de este capí tulo dice: “Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí. dice el Espíri tu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”/" [Felices los que mueren en el Señor! Si usted vi ve en comunión con Jesús, si usted le abrió el cora zón v lo aceptó como su Salv ador, la muerte ya no le puede provocar ningún temor. ¿Por qué? Porque aunque usted muera, lo hará con la bendita espe ranza de que “el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, des cenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucita rán primero". *' En ese día usted podrá abrazar a todos los sores queridos que la muerte le arrebató de los brazos. \'o habrá más dolor, ni muerte, ni nostalgia. Enton ces usted también podrá exclamar con San Pablo: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” ¡No más temor! ¡Sólo esperanza v la seguridad de la victoria en Cristo!
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I Salmo 90:1 0. - ApucuIijvH 14:13, 3 líalas 38; 15. -* S. Jiun 113. ^ Jrtl» 15 ® Eclcsjastós 12:7. 7 Isaías 38:10. ®Eclevlwt.'-x 1.10 20. 0 S i J m u i 104:2a. 1.1 hnirlii¡Hiliu jwlin, I 22. p IS.1 II Job 342 ; 3:2« 10:10. 17:1 :21: 32: Salmo SS:5. 11, lillas 1 1 1U. 53 *. 12 S Juan lliU-U. l 3 S.Jtian li tó. 1 ] S Maleo <>:24; S. Marco* 5-39, -M): S. Lucas H.5Z, 53 1 Tuno
222. -'-1Apocalipsis 14:13 *** 1 Tcsalonicenscs 4:16, 31 I CurfftHM I.V55
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CAPÍTULO
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Más allá del infinito N
ieva pn Toronto. Es una nevada constante, que infunde temor, y que paradójicamente también es maravillosa. Personalmente no me gusta el frío, pero es imposible no admirar la be lleza de un día como éste. El paisaje es deslumbran te. Ix>s copos blancos son encantadores cuando quedan colgando de las ramas de los árboles, y a us ted le dan ganas de volver a ser niño para salir a co rrer por ahí. A mi lado hay una pareja que discute. Ellos tam bién ven la nieve, pero la miran con indiferencia, con apatía, incapaces de percibir la belleza del pai saje. ¡Cómo ixxlrían hacerlo! Acaban de decirse co sas terribles, sin importarles que la gente asombra da los está oyendo. Están heridos por dentro. San gran con esa hemorragia que ni el tiempo siquiera es capaz de detener. Es una pareja que llegó al lími te de su resistencia y cree que la única solución pa ra ellos es la separación. No son jóvenes, son gente madura. Se nota que ya vivieron bastante, pero no lo suficiente como para manejar las espinas que im pone toda relación. La vida es contradictoria. El paisaje de afuera se parece a una de esas tarjetas postales que usted guardaría para siempre, y aquí adentro hay tristeza y rebelión en el corazón de es ta pareja. ¿Por qué algunos ríen y otros lloran? Desde el momento en que la alegría de la madre trae consigo el terrible dolor del parto, los momentos más felices del ser humano llevan siempre la mancha de la tris teza y el dolor. No hay rosas sin espinas, ni primave ras sin inviernos. La codiciada perla que le da belle
za al cuello de la princesa, es la lágrima que vertió una ostra. La victoria de unos es la derrota de otros. ¡Qué contradictorio es este mundo! ¡Qué inco herente es esta vida! ¿Cómo puede haber justicia donde la alegría de los fuertes es la tristeza de los débiles? Una señora agnóstica me preguntó el otro día cómo podía el evangelio resolver los problemas de este mundo injusto. La pregunta de esa señora no es correcta. El evangelio no resuelve los problemas. Lo (jue hace es enseñar a los seres humanos a avan zar con esperanza en medio de ellos. La paz que Dios ofrece no sigue las pautas de lo que los hombres creen que es paz. “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mun do tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”.1 A penas pti sajeros ¿Quiere decir que seguirán su curso las contra dicciones del mundo incoherente en que vivimos? Mientras Jesús no vuelva, así será. Y por eso la sal vación no tendría mucho sentido sin el regreso de Cristo y el establecimiento de un mundo nuevo. ¿Cuál sería la ventaja de ser salvos para continuar viviendo por la eternidad las experiencias propias del pecado como la muerte, la tristeza, el dolor, la traición y todo lo que nos hace sufrir? El gran problema di-1 ser humano es que el mun do inmediato en que viv e no le permite ver el futu ro. El hombre vive como si esta vida fuera todo. Es incapaz de proyectarse más allá de la muerte o de las cosas que puede tocar, y cuando lo hace se pier
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Pbsapoxte, pana la a¡da quería libertad, y que la libertad necesariamente necesita que haya dos opciones. Por lo tanto, debía existir la posibilidad del mal, aunque 110 existiera el mal. Lamentablemente Lucifer le dio lugar al orgu llo en su corazón, optó por el mal y se rebeló contra el Creador Al hacerlo, engañó a la tercera parte de los seres celestiales, y trató de ocupar el mismo lu gar de Dios. La historia está registrada de este mo do: “Después hubo una gran batalla en el cielo: Mi guel y sus ángeles luchaban contra el dragón: y lu chaban el dragón y sus ángeles; pero no prevale cieron. ni se halló va lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente anti gua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arroja do a la tierra, y sus ánge les fueron arrojados con él“.4 El lugar que Luci fer y sus ángeles dejaron en el cielo quedó vacío. Entonces Dios creó a los seres humanos para vol ver a poblar el Cielo. Pero antes de confiarles defini tivamente la vida eterna, el ser humano debía pro bar que Dios podía con fiar en él en la administración de esa vida. Adán y Eva fallaron, pero Dios le concedió al hombre una segunda oportunidad por medio de la maravillosa experiencia de la salvación. Cuando el ser humano acepta la salvación, reci be el perdón. Su pasado desaparece, su culpa se ex tingue, recibe una hoja en blanco, una vida nueva. Al mismo tiempo recibe de Dios el manual para la administración de la vida: la Biblia. ¿Logrará el hombre administrar la vida con sabi duría. de modo que Dios le pueda confiar la vida eterna? Eso dependerá de si acepta o 110 la salva ción.
de en una densa nube de filosofías e ideas humanas cjue no tienen fundamento en la Biblia, el único ma nual de supervivencia y felicidad c|ue Dios le dio. San Pedro fue claro cuando afirmó: "Os ruego como a extranjeros v peregrinos“.2 Nuestro hogar no está en esta Tierra. Sólo somos viajeros que vamos rumbo a un mundo mejor, don de estaremos no como espíritus desencamados, sino cada cual con su cuerpo. Cuerpos transformados, eso sí. pero cuerpos, tal como lo enseña la Biblia. Lo (pie determina nuestra entrada en ese rei no maravilloso que el Se ñor Jesús finalmente esta blecerá, dependerá única mente de la aceptación que hagamos ahora de la salvación gratuita que el ofrece. El gran peligro que corren los cristianos es el de darle un viso ro mántico a la salvación. És ta no incluye sólo el per dón \la garantía del ingre so gratuito en el reino de f los cielos. El poder y la sa biduría para administrar la vida son también dos ele mentos importantes que están incluidos en la salva 4 ción que Jesús ofrecc por gracia. Para entender mejor este asunto es necesario re montar«* a una época anterior a la creación del ser humano. En los cielos había perfecta armonía entre el Creador v los miles de millones de criaturas ce lestes. Los ángeles reconocían la soberanía divina v se deleitaban al alabar el nombre de Dios. Pero súbitamente sucedió algo que no tiene ex plicación humana. La Biblia lo cuenta así: “¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cor tado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las nacio nes. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, ven el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte: sobre las alturas de las nubes subi ré, y seré semejante al Altísimo“.1 ¿Por qué le dio lugar al orgullo un ángel perfec to como Lucifer? Nunca lo sabremos. Lo que sabe mos es que la existencia de un mundo perfecto re
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Salvaci ón completa Muchos la aceptan a medias. Les gusta el perdón pero rechazan la obediencia. Les gusta la gracia pe ro no quieren saber nada con las buenas obras. Se 110
Más Q&tó de? ¡Kfjmrto olvidan que San Pablo aflnnó que “somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que andu viéramos en ellas”.5 El Cristo que murió para ocupar el lugar del pe cador con el fin de perdonarlo, es el mismo Cristo que resucitó con el objetivo de darle poder al hom bre para que viva una vida de obediencia v victoria. No hay Calvario sin resurrección. Es imposible ha blar de justificación sin santificación. La gracia no tiene valor si no conduce a la obediencia. Porque donde está el perdón también está el poder. ¿Cómo se podría administrar la vida con sabidu ría sin la presencia de Cristo en la vida humana? Y, ¿para qué recibe el hombre vida eterna si no sabe administrar los ochenta años de su vida en esta 'fie rra? Su destino es glorioso porque su vida no está li mitada a este mundo. Hay algo maravilloso más allá del infinito. Esta vida es como un vestíbulo por el que pasa el hombre. Es el período de prueba. Todo el Universo tiene los ojos fijos en este planeta. La Biblia afirma: “Porque según pienso, Dios nos ha exhibido a nosotros los apóstoles como postreros, como a sentenciados a muerte; pues liemos llegado a ser espectáculo al mundo, a los ángeles v a los hombres".* Todos quieren saber si valió la pena que Cristo haya muerto por la raza humana. Millones de ánge les están observando cómo administramos la salva
ción y la vida. ¿ I¿i aceptamos? ¿L a rechazamos? ¿La aceptamos sólo a medias? El mundo se aproxima inexorablemente al fin. Las señales del regreso de Cristo se han cumplido. Ya se oven a lo lejos las trompetas que anuncian el regreso de Jesús. Para los cine confían en Cristo, es la concreción de la esperanza más maravillosa de to dos los siglos. Para ellos no hay fin. Esto es sólo el comienzo de la verdadera vida. Ya pasamos la noche de este mundo. La noche se fue, v se llevó con ella las tristezas, el dolor v la muerte. Está naciendo el sol de un día eterno. Es el momento de abrazar a la familia y de elevar los ojos al cielo. Viene el Rey de reyes para establecer definitivamente su reino. Es hora de cantar y alabar con los ángeles: “Al que es tá sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los si glos”.7Así sea.
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5 lifwiosilfl S 1 CnrintM» 4:9. • A|iiKiilrjwis 5.1:1. tl p
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