Albe Albert rt Sobo Soboul ul – Los Los sans sans –c –cul ulo ottes ttes.. Movi Movimi mien ento to popu popula larr y gobierno revolucionario Introducción – Revolución burguesa y movimiento popular La revo revolu luci ción ón fran france cesa sa cons consti titu tuye ye la coro corona naci ción ón de una una larg larga a evol evoluc ució ión n económica y social que convirtió a la bur guesía en la dueña del mundo. mu ndo. Una de las características esenciales de la sociedad francesa es la aparición, crecimiento y triunfo final de la burguesía; entre el pueblo y la aristocracia, la burg burgues uesía ía habí había a crea creado do el marc marco o de idea ideas s de una nueva nueva soci socied edad ad cuya cuya consagración se produjo en 1789. Considerado desde el punto de vista social y en sus relaciones con las diversas clases que coexistían, lo que se ha denominado Tercer Estado se extendió, se elevó y modificó, absorbiendo las demás clases. El Tercer Estado es, en opinión de Guizot, la burguesía. Taine Taine ha esbozado esbozado esta lenta ascensión ascensión de la burguesía burguesía en la escala social, social, al término de la cual la desigualdad se le hizo insoportable. Marx y Engels señalaron en el Manifiesto del partido comunista que a finales del siglo XVIII el régimen todavía feudal de la propiedad y la organización de la agri agricu cult ltur ura a y de la manuf manufac actu tura ra ya no se corr corres espo pond ndía ían n con con las las fuer fuerza zas s productivas en pleno desarrollo y constituían otras trabas para el desarrollo de la economía. La revolución se desarrolla de manera sencilla: la causa reside en el dominio económico e intelectual de la burguesía llegada a la madurez; su resultado fue el de consagrar este dominio en la ley. Albert Mathiez preciso lo que fue la reacción aristocrática en el siglo XVIII, que culmino en los años 1787-88 y que designado con el nombre de revuelta nobiliaria: la furiosa oposición de la nobleza a cualquier tentativa de reforma. Goerges Lefevre se intereso por el estudio del campesinado. Hasta el, la acción campesina había sido considerada como una repercusión de los movimientos urbanos dirigidos de acuerdo con la burguesía, contra el feudalismo y el poder real. Un grupo social de la antigua Francia y de la Francia revolucionaria no ocupa en él el puesto que le corresponde: los sans – culottes. El pueblo es el actor principal de la “Historia de la revolución francesa” de Michelet. No son los sans – culottes, sino el Pueblo. La acción del pueblo no aparece como una actividad intermitente y limitada al terreno político, sino como una acción cotidiana, continua y preocupada por todas las necesidades de la existencia: de esta forma se restituye a la acción política su soporte social. La acció acción n popula popularr se desarr desarroll olló ó en funció función n de la burgue burguesía sía.. Las seccio secciones nes parisinas no solo influyeron en el desarrollo de la revolución, sino que además interv intervini iniero eron n todos todos los días días en los debates debates de las asambl asambleas eas nacion nacionale ales s y municipales. F. Braech plantea que mas que en el organismo central de la misma comuna, es en las seccione secciones s donde donde hay que buscar buscar la verdad verdadera era explic explicaci ación ón de la polí políti tica ca munic municip ipal al y de la polí políti tica ca en gene genera ral. l. Se inter interes eso o por por segui seguirr con con exacti exactitud tud el juego juego de la políti política ca de las seccione secciones. s. Esta Esta obra obra tiene tiene cierta ciertas s limitaciones. El autor se empeña en considerar solo los hechos desde el punto de vista político. político. Considera Considera que la cuestión económica económica es una consecuencia consecuencia y
una profundización de la libertad precediendo todo lo demás. Tal afirmación supone olvidar que la aristocracia siguió siendo el enemigo principal para los sans – culottes. Mathiez convirtió la libertad económica y la reglamentación en el tema fundamental de la lucha entre sans – culottes y poseedores. Por el contrario, Daniel Guerin convirtió a Robespierre en el precursor de la reacción thermidoriana. Ha querido ver en la sans – culotterie una vanguardia y en su tentativa del año II en embrión de revolución proletaria. La sans – culotterie lucho fundamentalmente contra la aristocracia y el absolutismo real. Suministraron a la burguesía revolucionaria la masa de maniobra indispensable para derribar al Antiguo Regimen y vencer a la coalición. Al igual que el campesinado, iba más alla de la ruina de la aristocracia hacia objetivos que no eran exactamente los de la clase revolucionario dirigente. La sans – culotterie permaneció hostil en su mayoría al estado de ánimo de la burguesía que pobló las administraciones, y que solo ceso cuando hubo restaurado la libertad favorable a sus empresas. Las fuentes siguen siendo todavía numerosas. Están constituidas por lo que queda de los documentos de las secciones parisinas. A los documentos que recibieron de los distritos, las secciones añadieron un importante conjunto de archivos: registros de las deliberaciones de las asambleas generales, actos de sesiones de los comités civiles, de los militares, etc. Masas populares y militantes. “Sans - culottes”: mentalidad y composición social. El movimiento de la sans – culotterie parisina permitió la consolidación del gobiernos revolucionario y la organización de la dictadura de salvación publica, al mismo tiempo que impuso a una convención reticente, medidas económicas que se estimaron apropiadas para mejorar la suerte de las masas. Se plantea un primer problema: el de la definición social de la sans – culotterie parisina y su composición. Es fundamentalmente a través de los documentos políticos como es posible comprender los aspectos sociales de este sector. El antagonismo de dos categorías sociales permite precisar la mentalidad y el comportamiento del sans – culottes parisino: se define sobre todo por oposición. Conciencia popular de las oposiciones sociales El sans – culottes se caracterizaba exteriormente por su vestimenta y se oponía de esta forma a las categorías sociales mas elevadas: el pantalón es el signo distintivo del pueblo, el calzon de la aristocracia y de las capas superiores del antiguo Tercer Estado. Robespierre oponía culottes doreés y sans – culottes. El vestido va acompañado de un cierto comportamiento social. También en este aspecto, los sans – culottes se afirman por oposición. Estos no aceptan ya una posición subordinada en las relaciones sociales. De la actitud externa, los sans – culottes deducen fácilmente el carácter, y del carácter las convicciones políticas: todo lo que ofenda su sentido de la igualdad es sospechoso de aristocracia.
Los sans – culottes no soportan el orgullo ni el menosprecio, sentimientos aristocráticos contrarios al espíritu de fraternidad que debe reinar entre ciudadanos iguales. Es un grupo que se caracteriza por una concepción igualitaria de las relaciones sociales. Pese a ello, su comportamiento oculta realidades mas precisas. El antagonismo social que se afirma con mas claridad en la conciencia popular es el que opone aristocracia y sans – culotterie: los sans – culottes se alzaron del 14 de julio al 10 de agosto contra la aristocracia y continuaron luchando contra ella. La aristocracia constituye su enemigo esencial, que llegaron a englobar bajo este termino a todos sus adversarios. De esta forma, queda marcado el lugar de los sans – culottes en la revolución y se subraya la autonomía de su acción. La palabra aristocracia termina por englobar, a todas las categorías sociales contra las que luchaban los sans – culottes. De ahí, la significativa expresión de aristocracia burguesa. El aristócrata es todo aquel que echa de menos el Antiguo Regimen y desaprueba la Revolucion. En ultimo extremo, las sans – culottes mas radicales designaban con el termino de aristócratas, no ya a la antigua nobleza sino a la burguesía. La crisis económica contribuyo a precisas las oposiciones sociales al antagonismo fundamental sans – culotterie – aristocracia, se añade, a medida que la crisis se agrava y se disocia el partido patriota de 1789. Por otro lado, se observa el término de gentes honradas que designa a los burgueses opuestos a la igualdad, pero acaba por adquirir un sentido tan amplio, que engloba a todos los enemigos de la sans – culotterie. Si los sans – culottes calificaban irónicamente a sus adversarios como gentes honradas, estos últimos no se privaban de calificarles de canallas, asi se marcaban los antagonismos sociales con dos expresiones. Esta oposición se traduce por la animosidad de los sans – culottes contra los rentistas. Esta hostilidad no constituía más que un aspecto muy señalado de su oposición instintiva contra los ricos. La oposición contra los ricos se completa con su hostilidad contra el comercio, que constituye uno de los rasgos fundamentales de la mentalidad popular del año II. Los sans – culottes están inclinados por naturaleza a oponerse a quienes detentan el comercio de los artículos de primera necesidad. De esta hostilidad, los sans – culottes mas conscientes o mas violentos pasan a la justificación del pillaje. El saqueo respondía al igualitarismo radical de este sector: la recuperación individual se legitimaba por la desproporción de las condiciones de la existencia. Esta hostilidad popular, sin embargo, comporta una serie de contradicciones en la medida en que algunos sans – culottes son propietarios de un taller o de un pequeño comercio. Sin dudas, sus portavoces tienen siempre cuidado de precisar que su hostilidad va dirigida contra la gran propiedad y el gran comercio. Si en el periodo de crisis, la sans – culotterie parisina en su inmensa mayoría ha llevado al paroxismo el movimiento revolucionario, en época de calma, menos ansiosa por su subsistencia, solo presto una atención desigual a la vida política.
El personal político del año II se agrupa en tres categorías: Los miembros de los comités civiles que representan el grupo más antiguo, el más estable y el más acomodado. Se hallaban vinculados a la burguesía media El personal de los comités revolucionarios, muy pronto asalariado, es de origen mas popular. Sufrió los contratiempos de las vicisitudes políticas y se democratizo cada vez mas hasta el otoño de 1793 Los militantes de base, agrupados a menudo en sociedades de las secciones desde el otoño, representan los elementos populares de la sans – culotterie. Estas categorías demuestran la diversidad social de este sector. Por otro lado, se puede constatar que la vanguardia revolucionaria de la sans – culotterie parisina no esta formada por un proletariado de fábrica, sino por una coalición de pequeños patronos y de oficiales que trabajan y viven con ellos. Tal posición esta cargada de graves contradicciones que pesaron en la representación que los sans – culottes se hacían del trabajo y de su papel social, asi como de su acción política. Los maestros artesanos no dejan por ello de poseer su puesto y su utillaje y ofrecen el aspecto de productores independientes. Los sans – culottes exigieron la tasa de los artículos de primera necesidad, la reivindicación de una tarifa general siguió siendo excepcional: punto de vista significativo de las condiciones económicas y sociales asi como de la ideología de la época. •
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La practica política popular Dos principios esenciales guian la acción política de los sans – culottes, para quienes la violencia constituye el ultimo recurso: •
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La publicidad: que salvaguarda al pueblo y constituye el corolario de la vigilancia revolucionaria. La unidad que permite realizar la unidad de acción, y de este modo aparece como una garantía de victoria
En cuanto la publicidad, esta deriva de la concepción que de las relaciones sociales tiene el sans – culotte. En el plano político, produce consecuencias importantes, el patriota no tiene porque ocultar sus opiniones ni sus actos. En relación a esta característica, la denuncia, se convierte en un deber cívico. La publicidad demostró ser un arma revolucionaria de gran eficacia en manos de los sans – culottes. Faltaba ejercer la vigilancia popular sobre las operaciones mas importantes de la vida política: las elecciones y los votos. Para eliminar a sus adversarios, los patriotas impusieron el voto a voz alta y después por aclamación. La practica del voto en alta voz se estableció tras el 10 de agosto de 1792. La cuestión sobre el sistema de voto surgió de nuevo a partir de octubre de 1792, con ocasión del nombramiento del alcalde de Paris y de los oficiales municipales: las mismas razones de vigilancia revolucionaria llevaron a la mayoría de las secciones a emplear un procedimiento idéntico.
Al reanudarse la crisis a partir de marzo de 1793, los sans – culottes impusieron de nuevo la votación en alta voz, como un medio de lucha eficaz contra los moderados. A partir del verano de 1793 se generalizó el voto por aclamación. Este no era un método desconocido ya que los sans – culottes lo habían empleado ya en los momentos de crisis aguda. La urgencia no motiva por si misma el voto por aclamación: es tanto un medio de aniquilar a los adversarios, como manifestación de la unidad revolucionaria. La aclamación fue la regla hasta la primavera del año II, juntamente con el voto por sentados y levantados, menos utilizado, pero también muy eficaz. La unidad, garantía de victoria El principio de publicidad manifiesta el deseo de unanimidad que anima al sans – culottes que todo lo refiere a la masa, sin poder concebir que alguien se aísle de ella. La unidad es uno de los móviles de su acción política, de la que tendrá una concepción quasi mistica. En manos de los sans – culottes, la unidad se convierte en un arma política, garantía y medio de victoria; quieren la unión mas estrecha entre las organizaciones populares, y mas aún, entre las diversas categorías sociales interesadas en la ruina de la aristocracia. El símbolo es el beso fraternal; el juramento le confiere un valor religioso. La necesidad de unir a todas las fuerzas revolucionarias se hizo sentir, en primer lugar, en el plano de las secciones. Los sans – culottes se esforzaron en arrastrar a todos los ciudadanos a participar en la vida política, pues no podían concebir que alguien fuera indiferente o neutral. No lograron interesar a los indiferentes en la cosa publica ni integrarlos en la unidad nacional; por ello, una vez dueños de las organizaciones de las secciones, les trataron con gran dureza. La indiferencia se convirtió en un motivo de sospecha y lo siguió hasta termidor. Otro de los elementos que nació producto del perfeccionamiento de la comunicación fue la fraternización. La fraternidad se entiende no solo de los vínculos de afecto entre los ciudadanos, sino que significa además, que se hallan fundidos en una masa donde todos son iguales. La comunicación era solo un procedimiento administrativo. La fraternalizacion se carga de un contenido afectivo y adquiere resonancias místicas. Sus orígenes se podrían buscar en las federaciones de 1790. No solo unió a aquellos que se reclaman de la sans – culotterie, sino que también se orienta a la acción inmediata y es un arma de guerra contra los moderados. La comunicación entre las secciones se operaba a través de comisarios provistos de poder. La fraternización apareció en marzo de 1793, cuando se generalizaron producto del peligro moderado. En la primavera de 1793 constituyó un arma eficaz en la lucha contra los moderados. Permitió realizar la unidad de la sans – culotterie en circunstancias concretas, despertando en el proceso su conciencia de clase. Con el tiempo, solo conservo un valor simbólico. La violencia
La violencia se configuro como el ultimo recurso contra quienes rechazan la unidad. Constituye uno de los rasgos característicos de su comportamiento político. La violencia popular había permitido a la burguesía asestar los primeros golpes al Antiguo Régimen. Esta no solo fue dirigida contra la aristocracia sino también contra los moderados que se oponían al establecimiento de una republica igualitaria. Tiene un objetivo político y un contenido de clase; es el arma a la que la resistencia de la aristocracia obliga a recurrir a los sans – culottes. El odio de clase contra la aristocracia constituye uno de los elementos motores de la violencia popular. La guerra en el exterior y la guerra civil reforzaron aun mas la convicción popular de que solo se triunfaría sobre la aristocracia por medio del terror, y que la guillotina era necesaria para la consolidación de la Republica.