José Pablo Camarena S.
Pieza única de Milorad Pavic: soy lector y soy testigo.
Yo aún no sé quién cometió el crimen. A través de una red de intrincados sueños llenos de simbolismo y de los apuntes del inspector Eugen Stross, intento descifrar el enigma presente en la novela policíaca del escritor serbio Milorad Pavic (1929-2009), Pieza única (2007). Lo que obscurece el contexto y lo hace interesante es que no hay respuesta correcta al misterio; cada lector es capaz de (re)construir los hechos presentados en la narración y, así, llegar a una solución que los deje dormir. Yo aún no duermo. Una vez más, Pavic deja que el lector sea quien construya el texto, esta ocasión a través de una novela delta, de un paquete que contiene dos libros: la novela y un cuadernillo azul donde el inspector superior Stross ha anotado pistas y anécdotas referentes al caso. Ya el lector no es sumiso, sino que es responsable de descifrar lo que el autor desdobla con aparente inocencia. La novela está ahí para ser leída, interpretada, vivida y resuelta... como los sueños. La conjetura más grande de esta obra es que el lenguaje siempre es doble: el narrativo y el onírico. Al abrir el libro –cualquiera de los dosnos encontramos con la pericia del escritor que nos deja sueltos en un laberinto del que sólo podemos salir si seguimos leyendo, si aceptamos que somos parte fundamental de esa construcción. Todo es dualidad: el andrógino comerciante de sueños, el apuesto Erlangen con dos amantes, los sueños y la vigilia, el lector-autor, la vida y la muerte. Esta muestra de literatura actual nos compromete y nos ofrece un viaje por el mundo de lo esotérico, de lo astrológico, de lo que sólo es posible con una atención detallista y un espíritu limpio. Por eso el libro es, en sí mismo, una pieza única, pues cada lector tiene, forzosamente, un acercamiento peculiar a la trama dispuesta. De la mano de algunos poemas de Pushkin y con el fondo musical de la ópera Boris Godunov, la obra se saborea agridulce, con tintes cómicos y personajes potentes que se sitúan en un tiempo-espacio movible con una personalidad fija. El sexo, la manipulación, el acoso, el diablo y los intereses están presentes, sólo se ausenta la sangre. El autor de Diccionario jázaro refresca el género policial poniendo atención en los testigos, en sus mejores personajes: los lectores.
José Pablo Camarena S. Como un ricochet, nuestra lectura rebota para terminar proyectándose en nosotros mismos. Yo aún no sé quién cometió el crimen pero tanta libertad para leer esta obra me exime de toda responsabilidad, pues la respuesta no la tengo yo sino tú.