4.9 La familia como deber primario.
La familia es el fundamento de toda sociedad bien construida, indispensable para el logro del bien común y además aparece como la unión más natural y necesaria a la comunidad; siendo además anterior a cualquier otra institución; es primera en el orden de la naturaleza, en relación con las demás agrupaciones en las que el hombre y la mujer se pueden encontrar. La familia es el núcleo primario y vital de la sociedad y de difícil sustitución, por ser el vehículo privilegiado para transmitir aquellos valores que ayudan a la persona a adquirir su identidad. De la familia y de la sociedad se reciben aprobaciones y censuras que llevan a formar los principios rectores. Pero los valores que implican asumir responsabilidades, más má s que enseñados deben ser testimoniados en el medio familiar. Fuera de toda duda, la familia famil ia es el ámbito más apropiado para hacer crecer las potencialidades personales y sociales que tienen el hombre y la mujer dentro de sí. 4.10 Función social de la familia.
La familia es una institución social. Referirnos a ella en los tiempos que corren, implica necesariamente tener ten er en cuenta una amplia tipología que va desde la familia clásicamente entendida hasta otros tipos cada vez más extendidos, como veremos posteriormente. Funciones sociales
Favorece el desarrollo afectivo, el niño se siente unido a las personas con quien convive y esto hará que su desarrollo esté centrado, integrado y feliz.
Mediante la proliferación de rituales, costumbres, normas…facilita la
adscripción a un estatus determinado para sus componentes.
Ofrece las primeras normas y modelos de conducta por aprendizaje vicario.
Establece los criterios morales a través del modelaje que ejercen los padres.
Favorece
los
procesos
de
identificación,
autoconcepto,
aceptación,
identificación sexual e integración.
Facilita la adaptación personal y social proporcionando las imprescindibles relaciones humanas de igualdad, jerarquización, variación de roles, etc…
Favorece el desarrollo de las capacidades cognitivas, de las interacciones verbales, ofrece el esquema inicial de distintos lenguajes (verbal, gestual, afectivo,…)
Contribuye al proceso de socialización y aculturación de los hijos.
La Función social en la Acción Educativa:
Ayudar al niño en la “afirmación de sí mismo”, en la propia aceptación como medio de potenciar el “concepto de sí mismo” y la búsqueda de su propia
identidad.
Propiciar actividades en las que el niño se perciba como parte integrante de la sociedad, facilitar la colaboración con el grupo y ayudarle a que cumpla con las funciones y tareas que le corresponden como parte integrante de los distintos grupos a los que pertenece.
Favorecer el paso de la moral orientada por castigo y obediencia (heterónoma) a la moral orientada por principios éticos universales (autónoma).
Potenciar la comunicación familiar y no simplificar el uso correcto de la lengua.
Ayudar al niño a progresar en la cooperación y el respeto comunicativo, enseñándole a compartir y comprender el punto de vista ajeno, a aceptar la responsabilidad de sus acciones, a canalizar y controlar sentimientos y emociones etc…
A través de mecanismos como inculcación de valores y normas, recompensas y castigos, imitación… la familia va moldeando las características psicológicas del
niño. Sin embargo, la familia no tiene un poder absoluto e indefinido sobre el niño; es decir, ni los padres podrán “tallar” en sus hijos las características que deseen, ni
los rasgos que caractericen al niño a lo largo de su desarrollo se deberán exclusivamente a las experiencias vividas en el seno familiar. Por varias razones: – Ciertas características pueden estar al menos parcialmente definidas cuando el
niño nace (p.e, ciertas características de temperamento infantil). – Otros contextos socializadores (escuela, compañeros) influyen sobre el niño de
forma paralela a la acción de los padres. En cualquier caso, la familia es el contexto de socialización por excelencia para niño.