3-Resumen Kuhrt Egipto

Amélie KURHT: 3.EGIPTO DESDE …

Resumen FRANCISCO, Raúl (2012)

Historia Antigua (U.N.C.)

EL ORIENTE PRÓXIMO EN LA ANTIGÜEDAD ANTIG ÜEDAD (3000-330 a.C.) EGIPTO DESDE LA DINASTIA I HASTA LA DINASTIA XVII (3100/3000-1552)

El país y el medio ambiente El país es el oasis más grande y fértil por naturaleza de todo el norte de África, pues el Nilo ha creado una llanura de aluvión relativamente ancha gracias a la cal y la arenisca. La situación es distinta al sur de Asuán hacia Sudan. Aquí el terreno de aluvión es sumamente estrecho, la corriente del río se ve a menudo interrumpida por grandes rocas que imposibilitan la navegación y el suelo es pedregoso. Esta zona rocosa se llama Nubia. Dado que la zona apta para la agricultura es tan limitada, los poblados solían estar situados en las zonas aptas para el regadío mientras que las necrópolis se hallaban relegadas al desierto.

Asuán y la primera catarata marcan la frontera meridional de Egipto desde comienzos de la I dinastía. De allí hacia el norte, a lo largo del Nilo hasta Menfis, se extendía la zona de “Alto Egipto”.

Al norte de Menfis se encuentra el delta del Nilo, donde el río se divide en ramales. Gran parte de esta región era pantanosa. Esta parte del norte se llamaba “Bajo Egipto y también estaba dividido en

una serie de distritos administrativos. 1



Alto Egipto


Bajo Egipto

Egipto no es solo la estrecha franja de tierra cultivada situada a una y otra orilla del rio. Los desiertos vecinos contenían importante recursos. Al oeste se encuentra el desierto de Libia, habitado por pastores y salpicado por oasis. Durante los periodos de mayor poder político, Egipto intentó dominarlos, llegando a convertirse en destino para los desterrados. Cuando el dominio de Egipto sobre ellos era menos seguro, podían servir como refugio para los rebeldes. También al oeste, esta la depresión de El Fayum, provista de un lago alimentado por un brazo del Nilo. Para que la comarca pudiera ser usada para la agricultura, las aguas que alimentaban el lago, tuvieron que ser desviadas. Fue una obra grande: durante la época ptolemaica se realizó un gran esfuerzo y se puso en explotación una enorme superficie de tierra en esta zona. Por el este, la península del Sinaí unía Egipto con el Asia Occidental. El control de sus vías terrestres y de la ruta costera era importante para la seguridad del país y para las actividades comerciales. En el propio Sinaí se encontraban minas de turquesas y cobre. Más al sur, al este del valle del Nilo, el desierto oriental era muy rico en recursos minerales, en particular alabastro, cuarcita y oro. Uno de los vecinos más ricos de Egipto y foco de atención constante de los faraones más ambiciosos fue Nubia. En su parte más meridional, Nubia es potencialmente muy fértil y en ella florecieron al mismo tiempo que Egipto varias entidades políticas, con una cultura propia. Rica en depósitos de cobre, oro, amatistas y diorita. Un sector importante de la población, se dedicaba a la agricultura. Esta población era fuente de mano de obra de Egipto, sobre todo para el ejército; al parecer había una 2




especie de regimiento de policía formado casi exclusivamente por cierto pueblo originario de la baja Nubia. Nubia significaba además para Egipto la puerta de acceso a una serie de productos raros y exóticos procedentes del África subsahariana (pigmeos, huevos de avestruz, ébano, etc.) muy apreciados por los faraones. El clima de Egipto durante la mayor parte de su historia ha sido siempre muy seco por lo que depende por completo del riego del Nilo para su supervivencia.. Tuvo muchos cambios climáticos a largo plazo. Había zonas de pantanos más amplias que solo daban pastos para la ganadería, también para cultivar papiro, pero solo eso. El papiro ya no crece en Egipto, se extinguió en la Edad Media. También desapareció el hipopótamo y el cocodrilo. Historia dinástica: las fuentes y sus problemas La historia antes del período helenístico (ptolemaico) se divide en dinastías, hasta el punto que la época prehistórica se la llama “predinástica”. Toda la terminología relacionada con las dinastías procede de Manetón, erudito que escribió una historia de su país en griego a comienzos del siglo III dividida en dinastías. También para saber de su historia se basaron en el Canon de Turín o Lista de Reyes de Turín. Este texto nos ofrece una lita de los faraones de Egipto.

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¿Cómo funciona exactamente el sistema de Manetón? Tras enumerar una serie de períodos correspondientes al gobierno de los dioses (lo mismo que el papiro de Turín), presenta 30 dinastías de faraones que van desde Menes (3100-3000) , el presunto unificador del país hasta Alejandro Magno (332). Las dos primeras dinastías se distinguen del período sucesivo debido de la forma y el emplazamiento de los enterramientos reales (mastabas de Ábidos). A lo largo de la dinastía III empezaron a producirse los primeros modelos de pirámides, que se convertiría en la forma clásica de enterramiento real durante los mil años siguientes. Las pirámides están situadas todas en el norte, lo cual implica que Ábidos dejó de funcionar como cementerio real. A partir de la dinastía IV se expandieron los títulos y los nombres del faraón. Luego viene el Imperio Antiguo, que va desde el IV hasta la dinastía VIII. Después se produjo una crisis del control del estado que duró menos de 100 años, llamado “Primer Período Intermedio “. La crisis terminó con la reaparición de una autoridad central fuerte. Así se llega al Imperio Medio (finales del XI hasta comienzos de la dinastía XIII). Luego viene una etapa larga de fragmentación del poder, llamada Segundo Período Intermedio, de 200 años de duración. Durante parte de este período, un sector importante del país quedó en manos de unos faraones de origen extranjero, los “hicsos”. Los 500 años que le siguen es el Imperio Nuevo (dinastías XVIII-XX) tras el cual viene el Tercer Período Intermedio (dinastías XXI-XXV) que duró 4 siglos. Luego comienza el Período Tardío durante el cual los faraones de la dinastía XXVI, los “saítas” establecieron su dominio sobre la totalidad de Egipto. En 525 a. C. fue conquistado por los persas y se convirtió en provincia del imperio aqueménida hasta el 400.Según parece la historia de Manetón se acaba aquí. Luego se añadió una última dinastía la XXXI que representaría la segunda dominación persa a la que puso fin la conquista de Alejandro de Macedonia en 332 a. C. Lista real de Ábidos

1.La formación del Estado Egipcio Tradición de unificación: Un rasgo dominante de la cultura egipcia, es que era una tierra dividida en dos partes: Alto y Bajo Egipto, unidas por la autoridad del faraón. Menes unificó el país y fomentó su desarrollo como estado poderoso y próspero. La imagen que ofrecían los faraones en las épocas de mayor fuerza política era la de que el Egipto unificado constituía la única forma armónica y correcta de que existiera el país. Esta imagen se ve corroborada por la lista de reyes de Turín y la obra de Manetón: los dos comienzan por Menes, de la dinastía I, al que presentan como primer soberano no divino de la 4




Lista de reyes de Turín totalidad de Egipto. Se ve respaldada asimismo por la Lista de reyes de Ábidos, escrita en las paredes del templo de Sety I. Así la impresión dominante, es la de que a comienzos de la dinastía I, Menes unificó Egipto y fomento su desarrollo como estado poderoso y próspero. Todos los que lo siguieron intentaron mantener o volver a crear esa unidad, cuya expresión más típica eran los títulos y nombres reales, así como una serie de símbolos regios. De ese modo el faraón era siempre, idealmente, “rey del Alto y Bajo Egipto”, simbolizado por el junco del Alto Egipto y la abeja del Bajo Egipto

El faraón era también el “amado de las dos señoras”. Este titulo alu día a dos diosas: una, el buitre Nekhabet, diosa de Nekhab, cerca de Hieracompolis, en el Alto Egipto; la otra era la cobra, Wadjet, de Buto, en el delta. El rey llevaba además una doble corona cuyos dos elementos tenían que ver con el Alto y el Bajo Egipto: la corona blanca del Alto Egipto era una especie de casco alto de cuero y la corona roja del bajo Egipto. Las dos coronas aparecen tradicionalmente combinadas, evocando la unión del Alto Y Bajo Egipto. Otra fuente muy importante, es la piedra de Palermo. Es un texto escrito sobre unan lápida, compilado durante la dinastía V . El texto es una especie de “anales” que expresa los acontecimientos más importantes del reinado de cada soberano. Este texto da una lista de los faraones a partir de la

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“unificación”. De hecho indica que bastante

antes de Menes ya se había producido una unificación que sin embargo, se había roto. Existe otra lista de reyes, escritas en la tumba de un escriba de la dinastía XIX : la “tablilla de saqqara”. Tiene nombres hasta Ramsés II. Una categoría distinta de testimonios es la que forman los “monumentos a la unificación ”. Son unos materiales epigráficos y pictóricos que datan de comienzos de la dinastía I. Por ejemplo: la maza del escorpión, la paleta de Narmer y la maza de Narmer. Las etiquetas y sellos de los ajuares fúnebres de Ábidos, constituyen otra fuente. Todos los materiales reflejan una sociedad opulenta, diferenciada socialmente, con acceso a artículos de lujos, cuya aristocracia destacaba la superioridad de su rango a través de grandes edificios, tumbas y objetos refinadamente decorados.

Culturas predinásticas: El panorama general del Egipto predinástico es claro: existía una neta división cultural entre el Alto y el Bajo Egipto. En el Alto Egipto, el yacimiento típico de la cultura sedentaria más antigua es Badari. La cronología exacta no es segura, pero quizá se remonte al año 5000 y duró hasta el 4000 a. C. Durante la etapa badariense, se practicaban la agricultura y pastoreo. La cultura amratiense, (4000-3000), sucesora de la badariense, se caracteriza por su cerámica rematada en negro y un mayor refinamiento de los trabajos de cantería. La cultura gerzeense se difundió en sus últimas etapas por todo Egipto, muestra numerosas afinidades con la amratiense y quizá represente una evolución directa de esta. Se incrementó el uso del cobre y el contacto con ciudades extranjeras, en especial con Nubia. En esta fase, las casas se agrupaban alrededor de la mansión del jefe, se incrementó la densidad de población y los miembros de la elite de la sociedad eran enterrados en medio de suntuosos ritos fúnebres. En el Bajo Egipto los yacimientos excavados no muestran 6




la uniformidad característica del Alto Egipto. Merimde (4300-3800), en el extremo occidental del delta, era un poblado de pequeñas unidades familiares dedicadas a la agricultura; mientras que El Fayum (4600-4000), contaba con una población dedicada fundamentalmente a la caza y recolección. Ma’adi (3300 -3100) está situada en la ruta que va al Sinaí, donde posteriormente los egipcios enviarían expediciones mineras. Ma’adi ha

producido los primeros testimonios de cobre fundido en Egipto. La imagen del bajo Egipto que ofrecen estos yacimientos es la de una serie de comunidades culturalmente heterogéneas, que no muestran unas afinidades demasiado estrechas entre si ni tampoco verdaderos signos de estratificación social.

Replanteamiento de la unificación de Egipto Un modelo posible, basado en los testimonios provenientes de Hieracómpolis, es que, debido a la aridez cada vez mayor del desierto entre c. 3300 y 3100, el valle del Nilo experimentó una mayor densidad de población que se concentró en las zonas más accesibles desde el desierto. Este crecimiento de la población del valle hizo que adquirieran más importancia todavía el hacer un uso óptimo de la crecida natural del Nilo y el proteger a las comunidades de los desastres de la inundación. 7




Probablemente, provocara también un incremento de la tierra apta para el cultivo. Pero al no poderse utilizar los limites del desierto por quedar demasiado altos, la única tierra aprovechable que quedaba se encontraba al norte y al sur. La expansión hacia el norte, era la solución más obvia y de hecho parece que fue eso lo que ocurrió, dado que la expansión hacia el sur era limitada debido a que las tierras fértiles comenzaban a escasear más allá de la primera catarata. Esto habría dado lugar a una presión destinada a provocar conflictos con otros asentamientos. Una alternativa o una secuela de estos conflictos, habrían sido las alianzas entre vecinos con el fin de maximizar el poderío militar y mantener el control del terreno ganado. El resultado de esto habría sido un notable engrandecimiento de las entidades políticas. En vista de los testimonios provenientes del Alto Egipto que hablan de la existencia de grupos aristocráticos o familias dominantes, parece bastante probable que dichos grupos desempeñaran un papel destacado en ese engrandecimiento y que de paso se incrementara su preminencia política. Este modelo de desarrollo del estado a finales del período predinástico indica que se trató de un proceso de transformación gradual, que contradice la tradición egipcia de un acto aislado de unificación por obra de un solo rey, Menes. No obstante, es posible que Menes fuera uno de los protagonistas de la unificación. Él estaba relacionado con la fundación de Menfis, que constituyó un paso decisivo en el proceso de expansión y de control del delta. Es probable que esa primera “unificación” no fuera la del Alto y Bajo Egipto, dado que es improbable que haya existido alguna vez un reino del bajo Egipto mínimamente importante. Todo apunta hacia la formación de un reino del Alto Egipto cada vez más homogéneo que consiguió incorporar gradualmente (antes y durante la dinastía I) las diversas comunidades menores del Bajo Egipto. La división tradicional de época posterior entre Alto y Bajo Egipto quizá sea una creación ulterior del período histórico, y no tenga nada que ver con el nacimiento de Egipto como estado.

El Egipto dinástico arcaico (dinastías I y II) El período dinástico arcaico (c.31002686) fue una etapa de transición y consolidación que tardó bastante tiempo en llevarse a cabo (entre 250 y 400 años), una época en la que Egipto desarrolló los rasgos típicos de la civilización egipcia posterior. Sus características más importantes fueron: Desde comienzos de la dinastía I se daba por hecho que un solo faraón dominaba Egipto desde el 8


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delta hasta la primera catarata. El regionalismo cultural del período predinástico desapareció por completo en las capas mas elevadas de la estructura social. La cultura fue homogénea, lo que la distingue de sus vecinos del oeste, del sur y del noreste. Como consecuencia de esto, los pueblos situados más allá de las fronteras de Egipto eran considerados enemigos del país y suponían una amenaza a la coherencia y la seguridad del estado. Menfis, surgió como sede del gobierno, con un emplazamiento ideal para dominar la zona recién incorporada del delta y cerca de las rutas que conducían a los ricos yacimientos de cobre y de turquesas del Sinaí, y a Palestina. Se usó la escritura jeroglífica para celebrar las hazañas de los reyes y para llevar las cuentas de los ingresos y los gastos reales. Se cobraban impuestos en especie, a la producción agrícola, a la cosecha y a los animales. Aquellos se guardaban en almacenes reales para ser distribuidos cuando el monarca así lo exigiera. El registro regular de los niveles del Nilo, indica que existía cierto grado de planificación económica. Transformación de los aristócratas locales en funcionarios. A finales del período dinástico arcaico, Egipto era un estado grande, unido bajo un soberano supremo y absoluto que había concentrado en sus manos toda la riqueza y el poder político. Su posición esta ratificada por una serie de ceremonias y ritos complejos y elaborados que venían a exaltar su naturaleza divina.

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2.Egipto durante el imperio antiguo (dinastías III-VI c. 2686-2181)

El Imperio Antiguo comienza en Egipto con el primer faraón de la dinastía III y acaba con el reinado de Pepy II, de la dinastía VI. Su duración fue de 500 años, en los cuales, el país se mantuvo unido como una entidad fuerte y cohesionada. Para establecer la cronología de los faraones se utilizan las listas de reyes como la piedra de Palermo y la lista de Turín. Testimonios de la época: Las fuentes de la época consisten, ante todo, en textos oficiales encontrados, por ejemplo, en los enterramientos reales. Se conservan en buena parte los monumentos faraónicos provistos de inscripciones, en particular tumbas, relieves en templos funerarios y estatuas de reyes. Pero el volumen de información histórica que podemos obtener de esos textos es bastante escaso. Otra fuente son las tumbas de los funcionarios reales, quienes escribían sus autobiografías en las paredes de sus tumbas. Al estar construidas para la eternidad, las tumbas constituían el lugar ideal para conmemorar los favores recibidos del soberano por el difunto. Por lo tanto, conocemos algunos decretos reales gracias a estas fuentes. También existen muchos otros documentos como la autobiografía de Harkhuf, que dirigió diversas campañas comerciales en el sur de Nubia en nombre del faraón y que conserva un decreto promulgado por Pepy II, probablemente todavía niño por aquel entonces, que Harkhuf mandó grabar en su tumba enfrente de Asuán. El símbolo mejor conocido del Imperio Antiguo, son las grandes tumbas reales en forma de pirámide. Las dimensiones de las grandiosas pirámides de la dinastía IV nunca fueron igualadas. No se sabe por que la pirámide se convirtió en una forma específica de enterramiento real: es posible que se desarrollara a partir de la idea del montículo primigenio, que simbolizaba uno de los primeros actos de creación en el pensamiento mitológico egipcio. 10




La primera fue la pirámide escalonada de Zóser (dinastía III) en Saqqara, hecha de piedra, a diferencia de las tumbas de adobe de los primeros faraones. Ya en la dinastía IV, las gigantescas pirámides de Queops, Quefrén y Micerino, representan la cumbre de esta forma arquitectónica: la estructura básica estaba recubierta de piedra, de suerte que desaparece de la vista la forma escalonada. Las reinas también eran enterradas en pirámides más pequeñas. En algunos casos, cerca de la tumba, era enterrada una barca ceremonial, presumiblemente a fin de que el difunto rey la empleara en su viaje por el cielo en compañía de los dioses. Un elemento importante del complejo funerario era el templo del valle, al que eran llevados en procesión los dioses y donde finalizaba el cortejo fúnebre: una rampa conducía desde allí hasta el templo de la pirámide y la tumba propiamente dicha. Los enterramientos estaban distribuidos ordenadamente al modo de las casas de una calle. Las pirámides de la dinastía V, van haciéndose mas pequeña, pero no por una cuestión de decadencia, sino por el hecho de que los recursos de los faraones y los trabajos de construcción se dedicaron a la edificación de grandes templos del sol, relacionado con la importancia cada vez mayor dada al culto del dios-Sol Ra durante esa época. Durante la dinastía VI, las dimensiones de las pirámides son menores y uniformes. El refinamiento de los enterramientos reales vino acompañado por el desarrollo de relieves tópicos en los templos funerarios de los faraones, en los que el 11




soberano aparece aplastando a los enemigos tradicionales de Egipto. Los relieves conservados de los distintos faraones ponen de manifiesto que se trataba de una actividad idealizada que no refleja hazañas militares históricas concretas. En cambio, las tumbas de particulares, lo mismo que las autobiografías, muestran una extraordinaria riqueza de informaciones plásticas acerca de las actividades agrícolas, los mercados, la cría de ganado, la fabricación de cerveza, de vino o de pan etc. Las mujeres solían ser enterradas junto a sus maridos. Mas allá del valle del Nilo:

Una zona de asentamientos egipcios que ha sido estudiada recientemente, es la de los grandes oasis situados al oeste de Egipto, en el desierto de Libia. Estaban en comunicación unos con otros y también con el valle del Nilo y desde Kharga partía una importante ruta hacia Nubia. El control de los oasis tenía gran importancia para la defensa de la frontera

occidental de Egipto. Los principales intereses que tenía para Egipto la región de Nubia eran sus recursos humanos y ganaderos, sus canteras de piedra dura y sus depósitos de minerales (diorita, amatista, cobre y oro).también proporcionaba acceso a materiales exóticos como el ébano, las pieles de pantera, el marfil y aceites finos. A finales de la dinastía V se produjo un cambio en la sociedad Nubia, con la aparición de un nuevo grupo cultural, el “grupo C” nubio que formó una serie de pequeños principados lo que restructuró las relaciones con Egipto. Respecto de las relaciones con la zona de Levante, podemos decir que de Biblos (ciudad portuaria) se importaba madera para sarcófagos, grandes barcos y estatuas. 12




Literatura y fuentes literarias: Durante este período se desarrollaron diversos géneros literarios. La obra más importante es la gran Teología menfita, donde se cuentan las relaciones entre Ptah, dios de Menfis y creador de todas las cosas y el dios Halcón, Horus, encarnado en el faraón. También se desarrolló un género llamado “las instrucciones” que eran una serie de máximas y

enseñanzas prudentes, redactadas en forma de directrices dictadas por un padre a su hijo respecto al modo que debe comportarse para alcanzar el éxito en la vida pública. Los “textos de las pirámides ”, escritos en las paredes de las tumbas reales desde fines de la dinastía V son otra clase de género literario. Tenían una función mágica al contribuir a la resurrección del rey muerto y asegurar su supremacía como dios en el otro mundo. Tienen forma poética y son muy ricos en alusiones mitológicas. Otro tipo de testimonio son las leyendas que en época posterior se contaban en Egipto acerca de algunos faraones del Imperio Antiguo. También eran habituales las historietas humorísticas relacionadas con los faraones. Estado y Sociedad El faraón y la familia real estaban a la cabeza del estado, mientras que por debajo de ellos estaban los consejeros reales, los oficiales y gobernadores, que se diferenciaban netamente de los campesinos. Son estos quienes están representados de un modo menos coherente en los materiales arqueológicos y documentales, pero toda la estructura se basaba en su trabajo. El faraón era la encarnación del poder sagrado. Garantizaba y defendía el orden cósmico, cuyo equivalente terrenal era “la ley y el orden”. El ma’at era un termino que

abarcaba un conjunto de ideas como la “verdad”, “comportamiento adecuado” o “justo equilibrio”. El faraón, en su calidad de sustentador del ma’at, estaba al mismo tiempo sometido

a él. Con respectos a sus súbditos, el faraón era omnipotente. Al mismo tiempo dependía de los dioses y de su buena voluntad, aunque en cierto sentido, él también era dios. Pese a su poder, estaba limitado en ciertos poderes. El trono en el que se sentaba era concebido como su madre divina, Isis, esposa de Osiris, con cuyo hijo, Horus, era identificado el rey. El faraón accedía al trono en cuanto fallecía su predecesor, pero, al parecer, no era “coronado”

formalmente hasta pasado algún tiempo. 13




El faraón tenía más de una esposa, pero ni en el Imperio Antiguo ni en el Medio existía un harén. El descendiente era el primer hijo de la esposa principal. Respecto de los campesinos, sus condiciones de vida eran muy duras, hasta cierto punto estaban vinculados a la tierra y se les podía obligar a trabajar en las obras públicas. Es muy simplista la idea de que todo el trabajo se llevaba a cabo bajo la dirección del estado, era forzado y no tenía más recompensa que el alimento. También había artesanos independientes encargados de realizar trabajos remunerados por contrato. La administración del estado se desarrolló a partir de la organización de la servidumbre real. La actividad gubernamental y los cargos públicos eran una expansión de las funciones del servicio real. A la cabeza estaba el visir, que controlaba todos los departamentos de la administración estatal. Las aldeas, fincas reales y pequeñas ciudades se agrupaban formando unidades administrativas regionales llamadas “nomos” que estaba bajo el mando de un gobernador (nomarca).

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Heracleópolis y la ascensión de Tebas - Primer período intermedio El primer período intermedio se extiende desde el final de la dinastía VI hasta la primera parte de la XI. Durante esta época, los edificios e inscripciones reales (signos del poder centralizado) desaparecen. El final de la dinastía XI da por comienzo el Imperio Medio, marcado por la reaparición de un poder central que controlaba la totalidad de Egipto. En ésta época de transición, los monumentos y textos reales son escasos, las tumbas de los nomarcas son más numerosas y complejas, y algunas contienen autobiografías bastantes largas y ricas en información que describen sus actividades y grandes logros. En el periodo intermedio hay una decadencia del control real y un ascenso del poder provincial. Hubo una decadencia económica, el control central se debilitó y acabó hundiéndose por completo durante las dinastías VII y VIII, a continuación hubo una serie de guerras civiles intermitentes. Durante esta época una dinastía de faraones

con sede en Heracleópolis, gobernó solo sobre una parte de Egipto. En Tebas surgió un faraón (de la dinastía XI) que reunificó el país.

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La lucha entre Heracleópolis y Tebas. Una obra literaria famosa “las Instrucciones a Merikare” y las instrucciones de los nomarcas del Egipto Medio indican que los faraones heracleopolitas ejercían un control bastante amplio que se extendía, por el norte, hasta el delta, y que supuso la realización de acciones militares en las fronteras de Egipto. Pero mas al sur su poder era desafiado por Tebas. Al parecer, hubo una dura lucha entre Heracleópolis y Tebas. Hasta fines del imperio Antiguo, Tebas era un centro religioso provincial de poca importancia. Inyotef II logró extender el dominio de Tebas hacia el norte y hacia el sur, derrotando a Ankhtify de Hieracómpolis. El monarca de Tebas que se impone definitivamente a Heracleópolis es Mentuhotep II. Antes que él hubo un Mentuhotep I, pero éste era sólo rey de Tebas, no Faraón de las dos Tierras, del Alto y del Bajo Egipto.

Egipto dominado por los disturbios y los nomarcas: Los nomarcas actuaban como garantes de la salvaguardia de sus nomos, defendiéndolos y protegiendo a sus habitantes de las rapiñas de los soldados durante las devastadoras guerras civiles. También eran responsables del suministro de alimentos. El fin del Imperio Antiguo: Los escasos testimonios existentes indican que a finales de la dinastía VI se produjo una inestabilidad considerable del dominio del faraón. Se desconoce los motivos de ésta situación. Se ha dicho que los cambios climáticos provocaron una sequía que impidió a los faraones mantener su posición de supremacía o quizás se incrementó la presión sobre las fronteras. Estos factores son posibles, pero debemos pensar que en realidad lo que hicieron fue agravar una situación prexistente de crisis y no que fueron su causa. También se dice que las grandes familias de provincias erosionaron el poder del faraón al arrogarse determinados privilegios. Esto también es difícil de sostener, porque algunas familias siguieron reconociendo la autoridad de los faraones menfitas: solo cuando desaparecieron estos y se vieron obligados a basarse en sus propios recursos, empezaron a actuar de modo completamente

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independiente. Es decir, esa independencia fue fruto y no causa de la desaparición de la autoridad central. Egipto reunificado La existencia de contactos mas profundos con Nubia, la reapertura de la ruta hacia el mar Rojo, la reanudación de las actividades mineras en el Sinaí, las acciones militares contra los pueblos libios y contra los pastores de la zona oriental del delta y la iniciación de grandes proyectos arquitectónicos en el Alto Egipto, demuestran que desde el reinado de Mentuhotep II se produce la reaparición de una autoridad central ubicada en Tebas. Luego de su muerte Mentuhotep II fue venerado como reunificador del país.

4.Egipto durante el Imperio Medio (c. 2040-1730)

El imperio medio es la etapa clásica de Egipto. Época de gran fortaleza y unidad política en tiempos de la dinastía XII, cuando fue gobernado por una sola familia. La dinastía XIII contrata con la aparente solidez de la XII. Está formada por un gran número de faraones, cuyos reinados fueron breves. En esta época se llevaron a cabo el registro de los acontecimientos.

El reinado del reunificador del país terminó en disturbios, durante los cuales se apoderó del poder Amenemes I. Adoptó el epíteto de Repetidor de Nacimientos, con el cual quería dar a entender que su reinado era el inicio de una nueva era. Luego se inventó una profecía que tras un período doloroso iba a surgir un hombre que salvará a Egipto, o sea él. Se trasladó la capital del gobierno al norte. Este reinado trajo una expansión militar, comercio, una administración eficiente.

Las estatuas reales del Imperio Medio son mucho más grandes que las épocas anteriores.

El gobierno de Egipto

Los faraones de la dinastía XII emprendieron un programa de drenaje del terrero, que incrementó en gran medida la cantidad de tierra disponible para la agricultura. Los faraones permitieron a los nomarcas conservar algunas bases de poder. Tebas continúo teniendo gran importancia como capital dinástica. Al igual que el imperio antiguo, el visir seguía siendo el ejecutivo más importante y poderoso después del faraón. Las tierras del faraón, las fincas vinculadas a las fundaciones funerarias y las tierras privadas suministraban la mayor parte de los ingresos de la corona.

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Egipto tenía relaciones con Nubia, que fue ocupada. Su población fue sometida y usada como mano de obra en plantaciones y minas. El territorio se encontraba amurallada, fortificada y guarnecida contra los enemigos. También tenía lazos con Levante y Sinaí.

El rasgo más famoso del imperio medio fue el auge de la literatura durante el reinado de los faraones XII. Se usaban los jeroglíficos.

El segundo período intermedio y el dominio de los Hicsos en Egipto (c. 1720-c 1550)

200 años separan el imperio medio de los comienzos del nuevo. Era una fase en la que la autoridad central perdió el control del país y algunas regiones pasaron a ser entidades independientes. Mientras que el primer período intermedio duro poco, marcado por guerras civiles, el segundo fue más largo y fue dominada por extranjeros, los Hicsos. La victoria final de los egipcios sobre estos dio comienzo al imperio nuevo.

El texto de Manetón es la mejor fuente. La dinastía XV fue la de los soberanos de países extraños. Camosis fue el último faraón de la dinastía XVII de Tebas. Hubo un importante avance hacia el norte que protagonizó el soberano de Tebas y de su ataque contra la capital de los Hicsos, Ávaris, en la parte oriental del delta. La dinastía de los Hicsos empezó en 1648.

A las dinastías XIII Y XIV se las llama como tebanas. Muchos faraones de la dinastía XIII eran de Tebas. Egipto siguió funcionando como lo hacia en la dinastía anterior. Lo que sí no hay ningún parentesco. Según Manetón, la dinastía XVI estuvo compuesta por 76 faraones. La dinastía XIII perdió el dominio del Bajo Egipto en 1720, que sólo gobernó de Menfis para abajo. La dinastía XVI se compone de 32 pastores, relacionada con los Hicsos.

Los Hicsos y Egipto

En esta época había una interesante relación con Palestina. Los Hicsos eran relacionados con Levante. La ciudad conoció una gran expansión. Sólo una extensión gradual hacia el norte del dominio de Tebas fue donde se establecieron. No controlaron Nubia. Este reino tuvo una notable prosperidad material.

El lugar de origen de los Hicsos es oscuro. Pese a ser extranjeros, fueron bien aceptados. 18



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3-Resumen Kuhrt Egipto

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