LA CONCEPCIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO. CORRIENTES ACTUALES DEL PENSAMIENTO GEOGRÁFICO. 1. Introducción 1.1. Origen etimológico e intentos de definición de la ciencia geográfica 1.2. La relación de la Geografía con otras ciencias. Intentos de compartimentación de la Geografía. 2. La concepción del espacio geográfico: 2.1. Principios del espacio geográfico a los que la Geografía responde. 2.2. Aproximaciones al espacio geográfico desde distintas corrientes de pensamiento: 2.3. El espacio social 2.4. El concepto de región a) Región administrativa o política b) Región natural c) Región geográfica o humana d) Regiones funcionales e) Región sistémica f) Otros criterios 3. Corrientes actuales del pensamiento geográfico: 3.1. Antecedentes 3.2. La formación de la ciencia geográfica y la moderna geografía a) Del determinismo a la geografía regional b) Las reacciones al determinismo y la institucionalización de la Geografía 3.3. La revolución cuantitativa en Geografía a) Las reacciones a la geografía cuantitativa: b) La Geografía de la percepción c) La Geografía radical d) La Geografía humanística 3.4. La transición desde la Geografía radical a la marxista 3.5. La influencia del postmodernismo en Geografía. 3.6. La pluralidad de enfoques de la Geografía a finales del s. XX a) Geografía y género b) Ecología Humana c) Geografía Aplicada 3.7. Reflexiones sobre las corrientes actuales de pensamiento geográfico. 4. La globalización y la Geografía 5. Conclusiones 6. Bibliografía 7. Páginas Webs
1. Introducción 1.1. Origen etimológico e intentos de definición de la ciencia geográfica La palabra Geografía procede del griego Geos Graphein, que significa “descripción de la Tierra”. También encontramos un origen latino: Geo, “Tierra” y grafía, “tratado”, así pues, etimológicamente, es la ciencia que se dedica al estudio de la superficie terrestre. Estas definiciones clásicas han perdurado durante siglos. La creciente complejidad de la ciencia geográfica hace hoy necesario completarlas, así existe una tradicional preocupación por definir la Geografía (J. Dantín Cereceda, 1915; J.M. Casas Torres, 1964; J. Bosque, 1966 y 1983; M. Terán, 1960 entre otros) existiendo casi tantas definiciones cómo geógrafos. Podemos señalar algunas otras, como la de Paul Claval, para quien la Geografía es “la ciencia del hombre y del espacio”, o Martínez de Pisón, quien la describe como “El estudio de los caracteres espaciales del territorio, y en especial de la confluencia entre el hombre y el medio”. Una definición ecléctica de la Geografía la refleja José Estébanez (1982:19): “La Geografía es la ciencia que estudia las variaciones de las distribuciones espaciales de los fenómenos en la superficie terrestre (abióticos, bióticos y culturales), así como las relaciones del medio natural con el hombre y de la individualización y análisis de las regiones en la superficie de la Tierra”. En esta definición se señala la importancia de la región, más allá de considerar la Geografía como una ciencia que en su esencia estudia la relación del hombre con el medio. Aspectos de estudio de la geografía son la atención a los problemas espaciales y territoriales: comparar, contrastar y entender los diferentes lugares del mundo y sus habitantes; el porqué de determinadas localizaciones en el mundo; las relaciones entre fenómenos sociales y naturales; la comprensión de la organización del territorio desde una perspectiva compleja y la búsqueda de propuestas de mejora, entre otros. La creciente importancia del desarrollo sostenible hace que la presencia de éste aspecto dentro de la Geografía sea cada vez mayor.
1.2. La relación de la Geografía compartimentación de la Geografía.
con
otras
ciencias.
Intentos
de
La Geografía es una disciplina a caballo entre las ciencias sociales y humanas y las ciencias naturales. Esto encierra buena parte de su encanto y también le facilita un gran abanico de salidas profesionales relacionadas con la perspectiva espacial propia del geógrafo y su preocupación por entender la organización y la dinámica de todos los elementos que estructuran el territorio, de forma integrada. Esta visión integral del territorio choca con la tradicional separación de la Geografía que se realiza en ámbitos académicos, editoriales y otras fuentes documentales. Tradicionalmente se ha justificado por la compartimentación de los espacios geográficos en varios ámbitos (Bailly y Geguin, 1992) (fig.1): naturales o físicos, condicionados por el medio; los antropizados o humanos (socioeconómicos, históricos, etc.), motivados por la acción antrópica; los regionales, que configuran el espacio global, y los percibidos y vividos, relacionados con la psicología y con la sociología. Lo que ha llevado a estructurar la Geografía en dos grandes apartados, la Geografía Descriptiva o Regional, y la Geografía General (fig 2), que se subdivide a 2
su vez en dos ramas: Física (que estudia la geomorfología, climatología, hidrología, edafología, biogeografía y ecogeografía) y la Humana, en la que se analizan la población, la geografía urbana, y la económica (que engloba a su vez a la rural, industrial y de los servicios) TIPO DE
GEOGRAFÍA
GEOGRAFÍA NEOPOSITIVISTA
GEOGRAFÍA
Espacio físico
Espacio socioeconómico
Espacios materiales históricos
Espacio vivido
Principales temas estudiados
Lazos entre medios físicos y humanos
Geométrica de las localizaciones
Relaciones sociales y contradiciones espaciales
Espacio percibido y comportamiento de los individuos
Incorporación de la dimensión temporal
Tiempo corto comprendido en su comportamiento histórico
Tiempo Tiempo de las Duración vivida y comprendido en reproducciones de tiempo términos de las clases psicológico: porcentajes de sociales: estudio tiempo largo de la actualización y de de los procesos evolución de las ciclos en el tiempo largo mentalidades
GEOGRAFÍA
CLÁSICA
Principales espacios estudiados
RADICAL
GEOGRAFÍA COMPORTAMENTAL
Figura no 1: El espacio geográfico en los distintos paradigmas científicos. Fuente: p. 78 BAILLY, A. y BEGUIN, H. (1992): Introducción a la Geografía Humana, Barcelona, Masson.
La escisión entre la Geografía Humana y la Física procede de la creciente especialización que ha traído como consecuencia que algunos profesionales de la geografía actúen antes como geólogos, urbanistas o sociólogos que como analistas del espacio. Muchos geógrafos sociales o urbanos han eliminado cualquier referencia al marco ecológico en el que se desenvuelven los procesos de crecimiento económico o de las ciudades. Muchas monografías escritas en el marco de la “geografía regional” han resultado una mera superposición de aproximaciones al relieve, el clima, la vegetación, la población, asentamientos y las actividades económicas de un territorio concreto. Así, los estudios regionales mal entendidos, con una ordenación por archivadores independientes (Reynaud, 1976) y la excesiva vinculación de la Geografía a otras disciplinas humanas que ciertos autores del mundo anglosajón han defendido (Johnston, 1985), han dado como resultado la ruptura interna de nuestra disciplina. Por otro lado considera un hecho positivo en la práctica científica el que exista una cooperación multidisciplinar con la superación de la clásica división decimonónica de disciplinas del conocimiento. Variables económicas, sociales, históricas o ecológicas son referencia imprescindible para el inicio de cualquier análisis espacial. Por otro lado la regionalización, la organización del territorio y las relaciones que se establecen entre las comunidades humanas y el marco natural en el que se asientan son imprescindibles en cualquier estudio histórico, de economía política o de procesos de erosión. Muchas ramas del saber geográfico son a su vez ámbitos especializados del conocimiento en una serie de disciplinas próximas. Debemos reivindicar y defender el análisis espacial bien fundamentado en los trabajos que se realicen en el marco de las ciencias sociales, de la biología, la geología o la ecología.
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Consideramos que el espacio debe ser un todo en el que el medio físico está afectado por la acción humana. Esto implica una clara y creciente colaboración entre la Geografía Física y la Humana y una visión más integradora en la línea en la que va adquiriendo mayor importancia el medio ambiente y el desarrollo sostenible. Hay otras numerosas ramas menos importantes como la astronómica, la matemática o cuantitativa, la geopolítica, etc. No hay un consenso claro en estas subdivisiones de la ciencia, si bien existen algunos intentos esquemáticos de realización, como el inspirado en Uhlig (fig. 2) o en Fenneman (fig. 3). Es importante también la relación de la geografía con la historia para comprender que la configuración actual del espacio tiene unas raíces históricas. Las prácticas intelectuales de un amplio campo de ciencias implican conceptos geográficos. Así, podemos afirmar que sus límites con otras ciencias no son del todo nítidos.
Figura no 2: El sistema Geografía (Uhlig, 1970). Fuente: Cifr.p. 23 MAIER, J.; PAESLER, R.; RUPERT, K. Y SHAEFFER, F. (1987): Geografía social, Madrid, Rialp.
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Figura no 3: La relación de la Geografía con otras ciencias. Fuente: Elaboración propia a partir de Estébanez y Fenneman.
De todo lo anterior se deriva la clasificación de los contenidos de la Geografía en los ámbitos académicos universitarios en:
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Geografía Física, que engloba la geomorfología o relieve, la climatología, la hidrología y la biogeografía, que puede subdividirse en: edafología o estudio de los suelos, la fitogeografía que estudia las plantas y la zoogeografía que analiza la distribución de los animales en el planeta.
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Geografía Humana estudia la población, el urbanismo, y las actividades económicas en tres aspectos: el mundo rural, la industria y los servicios (transportes, comunicaciones, turismo, comercio, etc.).
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Análisis Geográfico Regional, que se podría considerar como una aplicación al espacio de los dos grupos de contenidos anteriores. Se incluyen otras ramas de la geografía como la descriptiva, la política, la general, la astronómica, etc. Otros temas del análisis geográfico son los circuitos y redes, las funciones, los límites, las densidades e intensidades, el tiempo y la escalas, etc.
2. La concepción del espacio geográfico El espacio geográfico según el nivel de abstracción en el que nos encontremos y el análisis que realicemos se concibe como:
•
El espacio observado, por observación directa del espacio en donde se incluyen las expediciones y la ampliación del mundo conocido, o la observación del espacio a través de 5
imágenes (fotografía aérea o convencional e imágenes satélite).
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El espacio percibido, las vivencias en relación con el espacio y el sentido del lugar.
•
El espacio simbólico, sería un mayor nivel de abstracción lo que incluye tanto el espacio representado mediante la cartografía o las distintas concepciones simbólicas del espacio: como producto social, como identidad, etc.
2.1.
Principios del espacio geográfico a los que la Geografía responde.
El espacio está imbuido de varios principios que se recogen en la Carta sobre didáctica de la Geografía, UGI, 1992: Localización: ¿Dónde se produce? Cualquier estudio de geografía se debe iniciar sabiendo el lugar donde los hechos se producen o suceden, y esto se realiza localizándolos en un mapa. A partir de aquí es importante profundizar en el porqué las cosas se localizan allí y que influencia puede tener esto en nuestra vida. Lugar: ¿Por qué está en ese lugar? Cada lugar de la tierra tiene sus propias peculiaridades físicas, humanas y políticas. Esto diferencia unos lugares de otros y los alumnos/as deben aprender a distinguir las peculiaridades de cada lugar y cómo este hecho les puede afectar a ellos. Relación hombre-medio: ¿Cómo es? ¿Cómo sucedió? ¿Quién fue o está en ello?... estas cuestiones hacen referencia a la relación entre el hombre y el medio y cómo se crean paisajes culturales diferentes en función de distintas acciones humanas sobre medios de distintas características. Es importante analizar las consecuencias de estas acciones y cómo pueden afectar a nuestra vida cotidiana. Movimiento e interacción: ¿Cómo se extiende? ¿Qué interacción espacial tiene? El movimiento y la interacción de las personas, sus viajes, su comunicación... hacen llegar ideas, información y productos a los lugares más recónditos de la tierra. De esta forma entramos en el proceso de la globalización que influye con ideas, información y productos en nuestro modo de vida. Región: ¿Qué características comunes podemos encontrar? A las áreas con características comunes las llamamos regiones. Estas características homogéneas pueden ser físicas (climas, vegetación...) y humanas (políticas, económicas, sociales...). Es importante aprender a identificar estas áreas o regiones teniendo en cuenta también los procesos que se producen en ellas, lo que entra en relación con la evolución o dinamismo de las mismas. Todo esto se debe estudiar a una escala local, nacional y global. Los mapas resultan de gran ayuda para preguntarnos e investigar sobre la naturaleza de los lugares y su relación con otros lugares, y para localizar los lugares exactos de la tierra. A ello debemos añadir una descripción de las características físicas y humanas de estos lugares teniendo en cuenta los elementos medioambientales. Siempre profundizando en la explicación de cómo la gente responde y cambia su medio ambiente. Es importante ver el movimiento de las personas, bienes, ideas y costumbres 6
de unas regiones a otras.
2.2. Aproximaciones al espacio geográfico desde distintas corrientes de pensamiento El espacio geográfico se define como el soporte físico sobre el que interactúan diversos factores y elementos de origen natural o humano. Así este espacio no es un espacio absoluto global en el que los clásicos trabajaban, sino que hoy se trata de un espacio relativo y dinámico que se mide por el tiempo y los costes. El espacio geográfico es el soporte de las relaciones de distintos elementos y su concepción está en relación con el paradigma en el que nos encontremos, como hemos visto anteriormente (fig. 1). Vamos a señalar algunas de las concepciones más señaladas. El espacio geográfico según el nivel de abstracción en el que nos encontremos y el análisis que realicemos se concibe como:
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El espacio observado, que es el que se percibe por los sentidos, por el conocimiento personal y por el colectivo. Supone la observación directa del espacio en donde se incluyen las expediciones y la ampliación del mundo conocido, o la observación del espacio a través de imágenes (fotografía aérea o convencional e imágenes satélite)
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El espacio percibido, las vivencias en relación con el espacio y el sentido del lugar.
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El espacio simbólico, sería un mayor nivel de abstracción lo que incluye tanto el espacio representado mediante la cartografía o las distintas concepciones simbólicas del espacio: como producto social, como identidad, etc.
Investigaciones recientes afirman que el espacio incluye el movimiento como parte intrínseca de él, y aparecen nuevos conceptos como el de extensibilidad que mide la proyección, real o ficticia, de un individuo o un colectivo en un espacio.
2.3.
El espacio social
Se concibe como un espacio físico sobre el que se asienta una población con un estatus étnico, familiar y económico determinado (figura 4). Tuvo una influencia relevante en él el esquema de Shevky y Bell (1955) que desemboca en lo que algunos autores denominan como mosaico urbano o síntesis espacial de las relaciones y conflictos entre individuos e instituciones dentro de un determinado sistema económico. Aparecen así los modelos sobre diferenciación residencial y las teorías sobre los factores que la determinan ayudados por las modernas técnicas de análisis factorial. Siguiendo este tipo de análisis aparecen un gran número de atlas sociales en España (Málaga, M.C. Ocaña, 1985; Sevilla, Jesús Basulto y Carlos Arias, 1989; Granada, J., 1991; León, M.J. González, 1987; Madrid, B. Jiménez, 1987; Bilbao; Valencia... entre otros muchos que quedan sin citar por problemas de espacio).
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Figura no 4: Modelo análisis de áreas sociales (Murdie, 1969).
2.4.
El concepto de región
Una de las concepciones sobre el espacio más arraigada en la geografía es la región, que aúna aspectos de Geografía Física y Geografía Humana, es decir, del medio físico o natural y humanos. En la mayoría de las regiones (administrativa, natural, etc.) cada una de ellas contiene jerárquicamente unidades inferiores y se integra en unidades superiores. Se puede abordar el espacio con distintos enfoques, primando el objetivo a cumplir en cada uno de ellos. Así, tendremos: Región administrativa o política Clasificación tradicional que delimita regiones políticas o con fines de ordenación y gestión administrativa, que no siempre van correlacionadas con el espacio vivido o el espacio cultural. En España (ver tema 18) jerárquicamente tendríamos: comunidad autónoma, provincia, municipio – que en la parte edificada se puede dividir en barrios y/o distritos municipales, censales, etc.- y comarca. Región natural Opuesto a región política. Hablan de ella Dantín Cereceda en Ensayo acerca de las regiones naturales, 1922 y Eduardo Hernández Pacheco en Síntesis fisiográfica y geológica de España, 1933. La creciente importancia del paisaje integrado y el abandono de las meras descripciones han impulsado su importancia. 8
Región geográfica o humana El hombre crea el paisaje humanizado mediante la transformación del paisaje natural. Estos paisajes los estudia en profundidad Vidal de la Blache en la geografía clásica francesa y Hettner en Alemania. Los paisajes urbanos y los paisajes rurales son algunos ejemplos. Regiones funcionales Las relaciones sociales y económicas y los flujos derivados de las mismas nos permiten establecer las regiones funcionales. Lo que significa una integración del movimiento (de personas, mercancías e información - transportes y comunicaciones-) con el espacio. Estas regiones, como las anteriores, tienen una jerarquía funcional con centros de importancia superior y las áreas de influencia correspondiente. Algunos modelos cuantitativos pueden mostrarnos estas regiones (Christaller, modelo gravitacional, etc.). Región sistémica Que podría incluir el espacio como producto social defendido por la geografía radical, que es el resultado de las actuaciones del hombre sobre el medio físico. Otros criterios Para definir planteamientos de espacios regionales también se pueden seguir:
•
Cobertura espacial, es decir, de las distintas escalas de observación
•
Grados de desarrollo, como el que establece el PNUD en la publicación sobre el Índice de Desarrollo Humano (IDH) para clasificar a todos los países del mundo en: regiones desarrolladas, en desarrollo y países menos adelantados.
•
La globalización no elimina la existencia de espacios regionales, sino que las relaciones de dependencia que mantiene acentúa y profundiza en las diferencias regionales. Además aparecen nuevos espacios que reflejan los espacios virtuales, como el ciberespacio.
Muchas de las concepciones del espacio anteriormente expuestas están relacionadas con las corrientes actuales del pensamiento geográfico, como veremos a continuación.
3. Corrientes actuales del pensamiento geográfico El Pensamiento Geográfico es un sistema de ideas relacionado con la dirección y el contenido del trabajo en esta disciplina que sus profesionales elaboran durante la práctica geográfica que abarca la enseñanza, publicaciones, investigación y lleva a la formación de nociones abstractas que sintetizan múltiples realizaciones o perspectivas prácticas. El contrastar los paradigmas existentes con la investigación y la práctica docente va haciendo que la ciencia geográfica evolucione. Fue Kuhn el que defendió el paradigma como conjunto entrelazado de supuestos que conciernen a la naturaleza de la realidad investigada (ontología), al conocimiento de esa realidad con el modelo de relación entre el investigador y lo investigado 9
(epistemología) y a las formas particulares o modos de obtener el conocimiento de esa realidad (metodología). Es una imagen básica del objeto de una ciencia que sirve para definir lo que debe estudiarse, las preguntas que es necesario responder, como deben preguntarse y qué reglas es preciso seguir para interpretar las respuestas obtenidas. El paradigma es la unidad más general de consenso dentro de una ciencia. Para Kuhn se produce la revolución científica cuando el paradigma aceptado se reemplaza por otro que responde a un nuevo programa de investigación. Muchos geógrafos en sus famosos textos hablan de una sucesión de paradigmas geográficos (Ratzel, Vidal, Saber, Hartshorne, Schaefer...). Sin embargo, en ocasiones un paradigma no sustituye a otro, sino que compiten a la vez en el tiempo dentro de la misma ciencia, lo que resuelve Agnew (1996: 8-11) definiendo tres aproximaciones convencionales al pensamiento geográfico: la cultural, la espacial y la regional. Otros autores utilizan dicotomías que muestran las tendencias generales para explicar la evolución de la ciencia, como la tendencia fenomenológica o humanista caracterizada por una epistemología relativista que pretende interpretar y comprender, después de describir y observar, resulta inductiva, da gran importancia a lo interno y cualitativo; y la tendencia positivista, caracterizada por una epistemología realista, una explicación causal protagonizada por la medida, la sistematización, lo deductivo, da gran importancia a lo externo y cuantificable... La linealidad e incompatibilidad de estos puntos de vista se rompe cuando aparece la crítica a la ciencia procedente del feminismo, de la ideología marxista y de otras corrientes de pensamiento que afirman que el conocimiento se sitúa necesariamente en una perspectiva parcial, lo que supone una postura intermedia entre la absoluta objetividad y el valor de la neutralidad por un lado y el relativismo por otro (D.Haraway, 1988) que hacen que se derive en un paradigma posmodernista que aporta una gran pluralidad de enfoques, todos ellos aceptados como complementarios por muchos autores. Podemos afirmar que resulta difícil aplicar al pie de la letra los criterios de Kuhn a la geografía, por lo que Johnston en su obra Geography and Geographers afirma que la Geografía Humana es multiparadigmática, sugiriendo que pocas ideas son siempre totalmente rechazadas y que la disciplina cambia más de forma sigilosa o cautelosa que por revoluciones repentinas. Con estas premisas hemos seleccionado los hechos que nos han parecido más relevantes de la tradición geográfica por su teoría o su práctica y por su significación e influencia en la ciencia, las escuelas de pensamiento y hemos terminado con una reflexión final sobre la evolución más reciente de la disciplina.
3.1.
Antecedentes
La Geografía comienza desde el momento en que un ser humano se pregunta ¿Dónde estoy? De ahí que algunos geógrafos remonten el inicio de la ciencia geográfica prácticamente hasta la Prehistoria. En el Mundo Antiguo hubo culturas que se preocuparon por el conocimiento geográfico, como las de Oriente Medio, en especial la sumeria (Mesopotamia), de la que conservamos el primer mapa conocido, una tablilla de barro de la ciudad de Ur datada hacia el 3200 a.C. En Egipto, hace cuatro 10
milenios y medio, hubo papiros con descripciones geográficas. Los periplos marinos fenicios llevaron a circunnavegar África, como ocurrió entre el 596 – 594 a.C. por orden del faraón Nechao, a descubrir las Cassitérides (Gran Bretaña) (Himilcón, 525 a.C.) y llegar al Golfo de Guinea y Camerún (Hannon, hacia el 510 a. C.). Los babilonios destacaron en la Geografía astronómica entre los siglos VII y III a. C., como sucedió con las obras perdidas del sacerdote Beroso. En Extremo Oriente la ciencia geográfica también se desarrolló mucho, así en China se conserva el segundo mapa más antiguo, hacia el 2600 a.C., en el cual China aparece como el centro del mundo. Durante la Grecia Clásica se produjo la ampliación y sistematización científica y ordenada de los conocimientos geográficos. En el siglo VI a. C. destacaron Hecateo, Kolaios y Anaximandro. En el s.V, Heródoto, en el s.IV su horizonte geográfico se amplió gracias a las conquistas de Alejandro Magno, en el s.III, Pytheas llegó incluso en una expedición hasta Thule, quizás la actual Escandinavia o Islandia. La concepción griega se enfoca a una explicación del cosmos. A ellos se les atribuye el nacimiento de la Geografía científica desde dos enfoques que, como hemos visto, persisten hasta hoy:
•
Positivista o matemático o astronómico: estudia la tierra: forma, distribución de tierras y mares y dimensiones. Thales de Mileto en el s.VII a.C. estudia la redondez de la tierra; Anaximandro, s. VI a.C. hizo el primer mapa; Aristóteles, s. IV a.C. demuestra la esfericidad de la tierra; Hiparco (s.II a.C.), que dividió la esfera terrestre en meridianos (360o) y paralelos (180o); Eratóstenes de Cirene, s. III mide el arco de meridiano entre Siena y Alejandría; Ptolomeo aporta el sistema geocéntrico del mundo; Crates, construyó el primer globo terráqueo conocido en el que representó las antípodas, etc.
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Histórico o descriptivo, se preocupa por el desenvolvimiento del hombre y la fisonomía de las regiones: Herodoto, s. V a.C. con su Historia; Estrabón (que vivió entre el siglo I antes y después de Cristo), redactó una Geografía del imperio romano con la idea de que sirviera de utilidad práctica a las conquistas de César Augusto: Geographica; Plinio el Viejo (s.I a.C.) escribió Historia Natural que incluye Cosmografia y Geografía; Pomponio Mela (s.I d.C.) escribía “De situs Orbis” y Plinio el Viejo su “Historia Natural”. En el s.IV, Rufo Festo Aveno escribía la “Ora marítima”. Claudio Ptolomeo en el siglo II, escribió la “Sintaxis Geográfica o Almagesto”, en el que desarrolla la teoría geocéntrica o ptolemaica, y comete graves errores en el cálculo de las distancias de la superficie del globo que se arrastran hasta muchos años después.
Los romanos tienen un enfoque utilitarista, de ahí la cartografía que elaboran para el movimiento de funcionarios y legiones, con sus itinerarios o mapas de calzadas, como el “Orbis terrarum” de Vipsanio (siglo I), el plano urbano de Roma de la época de Caracalla (siglo III) y la Tábula Peutingeriana, del siglo V, en la se recogen todos los caminos y calzadas del Imperio con Roma como centro de todas las vías. Durante la Edad Media se produjo la pérdida del saber clásico, y el conocimiento científico experimentó un retroceso, sobre todo durante la Alta Edad Media. La Geografía también sufrió este retroceso, aún así se publicaron obras como las del bizantino Cosmas Indicopleustes (siglo
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VI), San Isidoro de Sevilla en el VII, o los mapas de T en O 1, que representaban a Jerusalén como centro del mundo. En el mundo musulmán se produjeron algunos avances científicos como la corrección de los errores del mapa de Ptolomeo, o la geografía del mundo de El Idrisi (XII); la descripción de los viajes de Ibn Batuta en el XIV, o la obra de Ibn Jaldún en el XV. Además gracias a los árabes llegó a Europa la influencia oriental tanto de los indios como de los chinos. De esta forma, durante la Baja Edad Media se produjo en Europa la recuperación del saber geográfico gracias a los viajes de Marco Polo y su obra “Il miglionesi”, los Portulanos mallorquines de Cresques o Dafudja, el “Imago mundi” de Pierre D ́ Ailly, el mapa de Toscanelli o el globo de Martín Behaim. Durante el Renacimiento se produjo la ampliación del horizonte conocido gracias a los descubrimientos geográficos de B. Dias, que dobló el cabo de Buena Esperanza en 1488 buscando la Ruta de las Especias; Colón y la ruta hacia las Indias en 1492, lo que conllevó el descubrimiento de América y Magallanes y Elcano, que circunnavegaron por primera vez el mundo entre 1519 y 1522. Paralelamente se produjo la nueva concepción heliocéntrica del universo con el sistema Copernicano en 1543, que tuvo una gran influencia posterior sobre la explicación de los climas, como ocurrió con la “Cosmographia” de T. Munster. También se inventaron nuevos sistemas de representación cartográfica, como las proyecciones de los holandeses Mercator (1569) y Hortelius en su “Theatrum Orbis terrarum”. Durante la Edad Moderna los progresos náuticos, los de las ciencias físicas auxiliares de la Geografía (Astronomía con Copérnico; tablas de declinación, el telescopio de Galileo, descubrimiento de las corrientes marinas y dinámica de las mareas, Mercator estudia las profundidades marinas; primer mapa de vientos de Holley; barómetro de Torricelli, etc), el ensanchamiento del mundo conocido y el desarrollo de la cartografía gracias a la imprenta junto con el redescubrimiento del legado de Grecia y Roma sientan las bases para el inicio de la geografía científica. Podemos citar algunas obras importantes que la imprenta permite difundir: “Geografía General”, de B. Varenio publicada en 1650 que es la primera Geografía en el sentido “moderno” del término, subdividiéndola en Física, astronómica y “Especial”, que sería la actual Geografía Regional. 1
Por mapa de T en O, o mapa Orbis Terrarum, se conoce a un tipo de mapamundi, realizado en la Edad Media, caracterizado por su alta carga teológica. El primero en realizarlos fue Isidoro de Sevilla, que indica cómo deben realizarse en sus Etimologías. La O representa el mundo de forma circular, la forma geométrica perfecta, rodeado por el océano. La T hace referencia a la articulación del espacio interior a la vez que alude a la cruz. El eje vertical sería el mar Mediterráneo que separa Europa y África. El horizontal, perpendicular al anterior, se articula a partir del Nilo, continuando en el mar Negro y el río Don, separando Europa y Asia. El mundo habitable (Oikumene) abarca Asia al oriente, en la mitad superior del mapa, Europa, en el cuadrante inferior izquierdo, y África, separada de Europa por el mar Mediterráneo.ada continente aparece habitado por los descendientes de los hijos de Noé: Sem, Asia; Jafet, Europa y Cam, África.
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En el siglo XVII aparecieron los primeros estudios científicos con las tablas de mortalidad de J. Graunt y los estudios geomorfológicos sobre el medio físico de A. Kirchner. En el XVIII se llevaron a cabo, con grandes problemas, los primeros intentos de medición científica del globo terrestre con los Cassini. En la Edad Contemporánea, durante el siglo XIX el conocimiento geográfico se amplió prácticamente a toda la superficie del globo. El colonialismo supone una expansión de la cartografía, se inician los primeros mapas topográficos. Otro hito importante unido a aquél es la fundación de las Sociedades Geográficas que fomentan y patrocinan las exploraciones, especialmente activa fue la británica. Aparecen también distintas escuelas geográficas, principalmente la alemana y la francesa.
3.2.
La formación de la ciencia geográfica y la moderna geografía
La formación de la ciencia Geográfica ha sido un proceso lento en el tiempo. Lo que llamamos la moderna Geografía, surge con A. Von Humboldt (1769-1859) y K. Ritter (1779-1859), ambos se plantean construir una geografía más allá de los hechos. Humboldt era un naturalista alemán, formado en el racionalismo del s.XVIII. Gran observador de los que le rodeaba, viajó incansablemente. Participó en Sociedades de Geografía, como en la de París. Busca la explicación de los fenómenos, la unidad en la diversidad de los fenómenos terrestres. Se le considera un positivista porque usa instrumentos de medida adecuados como los mapas de isobaras. Su obra Cosmos, inacabada, trabaja aspectos de Geografía Física (climatología y vegetación). Ritter está influido por el idealismo de Kant. Es profesor e investigador. Ganó la cátedra de la Universidad de Berlín (1833), que es la primera cátedra de geografía en el mundo, en cuya creación colaboró Humboldt. Trabajó la unidad en la diversidad geográfica y realiza una síntesis regional. A la multitud de información geográfica le infunde de un sentido de unidad cósmica. Pone al hombre en el centro distinguiendo una doble vertiente: la influencia del medio sobre el hombre (determinismo) y la influencia del hombre sobre el medio, que el relaciona con la historia. Su obra Erdkunde, es una geografía Universal. Formula los principios que Humboldt había aplicado estableciendo los postulados básicos de la Geografía moderna: localización, comparación, relación y mutabilidad. Humboldt y Ritter suponen la transición a la teoría científica moderna, por ello tradicionalmente se les llama los padres de la Geografía.
Del determinismo a la geografía regional El inicio de la inmersión de la ciencia geográfica se inicia con los paradigmas determinista, 13
probabilista y posibilista. Pasando por una transición desde la teología natural a la biología evolucionista que constituye la base del ambientalismo. La adopción del paradigma científico del determinismo, heredero del positivismo filosófico, el materialismo, la teoría de Darwin sobre el origen de las especies, la teoría de Lamarck, etc. hace postular a la geografía que la libertad del hombre se halla condicionada y dirigida por los factores del medio físico que ejercen un influjo directo sobre la constitución física y moral del hombre individual y social, y explican los hechos de Geografía Humana en virtud de la eficacia de los factores naturales (Terán, M., 1957: 58). En este marco surge la Antropogeografía de Ratzel (1844-1904), discípulo de Ritter, en cuyo primer volumen sistematiza las relaciones entre el hombre y el medio, lo que sentará las bases de la Geografía Humana. En el segundo tomo nos ofrece una geografía del hábitat o del poblamiento estableciendo las bases de la Geografía Política. Su pensamiento se ha definido como determinismo medioambiental: la formación y las ideas de las sociedades surgen por influencia del medio. Sus tesis ambientalistas están en la línea de las de Élisée Reclus. Entendió la noción de la vida orgánica en el sentido geopolítico. Para él, todo ser vivo requiere un territorio, un espacio para vivir, sobre el que fija su sustento. El crecimiento de la población lleva al aumento de la demanda de territorio, así se justifica la expansión europea. En esta línea la moderna geografía ha sido interpretada como instrumento al servicio del imperialismo, como un medio para la adquisición territorial y la explotación económica y sentó indirectamente las bases “científicas” para el posterior racismo y expansionismo de la Alemania nazi. El probabilismo no tuvo tanto calado dentro de la Geografía como el paradigma posibilista, cuya principal premisa era que el hombre dispone sobre lo que la naturaleza permite. Fomentado por la escuela francesa de Geografía con la figura de P. Vidal de la Blache y por A. Hettner en Alemania, el posibilismo renuncia a las grandes generalizaciones, a las leyes y se dedica al estudio de la región, el medio físico ofrece posibilidades al hombre, que es libre para elegir. En éste contexto la Geografía se define como la ciencia de los lugares y no de los hombres, se interesa por los acontecimientos históricos en tanto que ponen en acción y se manifiestan en aquellos lugares dónde acaecen, propiedades y virtualidades, que sin ellos hubieran permanecido latentes, (Vidal de la Blache, P.: 67, citado por Bosque Maurel, J., 1982: 321). A partir de aquí, desembocamos en lo que llamamos la Geografía tradicional, con un gran peso en los enfoques descriptivos y regionalistas, de marcado carácter historicista, que propugnan una diferenciación entre las ciencias sociales y las naturales y acentúa la singularidad de los espacios geográficos. Paralelamente aparece una progresiva valorización del paisaje, como objeto esencial de la investigación geográfica (Capel, H.,1981 citado por González, M.J., 1991: 262). Comienza a tomar importancia así la geografía regional (fig.5) de forma hegemónica hasta los años 50 en que el énfasis en las regiones se diluye por la falta de modernidad, de metodología científica y la lejanía de la disciplina desde el punto de vista de utilidad práctica y social. Hettner (1927) entiende que la geografía no es el estudio de la distribución de los fenómenos por la superficie de la tierra, sino que es una disciplina corológica (regional-descriptiva), centrada en las relaciones causales entre el conjunto de fenómenos que proporcionan individualidad a cada lugar. Para Hartshorne (1939) la geografía y la historia son ciencias complementarias, la primera en términos espaciales (estudio regional) y la segunda en términos temporales. El estudio regional aborda las combinaciones únicas de características en áreas específicas de la superficie terrestre como estudio sintetizador. A consecuencia de esta situación la Geografía fue definiéndose como una ciencia moderna alejada de la idea de la especificidad en favor del estudio del espacio como regularidad. El 14
espacio era reconocido como la pura distancia que puede medirse. El espacio entendido de un modo cuantificable llegó a ser sinónimo de modernidad científica. Schaefer (1953) propuso las relaciones espaciales como el objeto de la disciplina, cuyo objetivo era proponer generalizaciones y leyes sobre las relaciones espaciales.
Las reacciones al determinismo y la institucionalización de la Geografía Como reacción al determinismo surge, entre otros, la geografía cultural con el foco principal de la Escuela de Berkeley (California) y Carl O. Sauer (1889-1975) con su ensayo “Cultural Geography” publicado en 1931. Se preocupa por los elementos humanos que pueblan el paisaje y por la cultura que los crea. En Alemania tras la Segunda Guerra Mundial sigue esta tendencia Schultze y Bobek, en Italia: Biasutti y Sestini, y en Francia desde Max Sorre a Paul Michotte, Philippe Pinchemel y Paul Claval. Pero ya Max Sorre superaba los conceptos de Geografía cultural para apostar decididamente por la Geografía Humana. La institucionalización de la Geografía comienza con la aparición de las cátedras universitarias, el impulso de las sociedades geográficas y los congresos, y la aparición de revistas especializadas en Geografía. CORRIENTES GEOGRÁFICAS
ESCUELA PRINCIPAL
Geografía Descriptiva
Precedentes en la Alemania del XIX
Se trata de una geografía al servicio del Estado y de la Humboldt, Ritter, expansión colonial. Realización de expediciones Ratzel, Hettner, geográficas a los dos polos (Scott, Peary, Amundsen, Haushoffer, Shackelton, etc.) Penck, etc.
Finales del XIX en Francia
Paul Vidal de La Surge la división tradicional entre la geografía física y la Blache, de humana como forma de estudiar la región. Labor de Martonne síntesis de la ciencia geográfica y por el fallido intento Demangeon, P. de buscar límites regionales homogéneos de carácter Claval, P. George, multifactorial. M. Derruau, o G. Viers.
Geografía Regional
Geografía Anarquista
Geopolítica o Geografía Política
CARACTERÍSTICAS
AUTORES
El ruso Kropotkin y su teoría de la armonía medio-hombre, o el francés Precedentes Élisée Reclus y su obra Nouvelle Géographie en la Universelle. En el siglo XX destaca Yves Lacoste en Kropotkin, Reclús, segunda Francia con su gran obra La Geografía, ¿un arma para Lacoste. mitad del XIX la guerra? Publicada en 1976 en la que critica la utilización de la geografía por los americanos en la guerra de Vietnam. Desde las décadas de los 20 y 30 y apogeo en años posteriores
Teoría de Mac Kinder sobre el “área pivote” en torno a Siberia y Asia Central. Tiene su apogeo en los años 30 con la aerofotogrametría y la fotointerpretación de todo el Reino Unido y Alemania con la influencia de los geógrafos como tuvieron sobre los jerarcas nazis com Goebbels o Hess. Se trata de una geografía al servicio de los intereses políticos del Estado mediante la realización de estudios de carácter geoestratégico en los Servicios Geográficos Militares de los ejércitos o con la utilización de la fotografía aérea y su
15
Marc Kinder, Haushoffer.
interpretación como instrumento para los objetivos militares en las guerras. Figura 5: Resumen de las corrientes geográficas principales. Fuente: Elaboración propia.
Las escuelas nacionales (alemana y francesa principalmente, también la americana), que tanta importancia tuvieron en esta Geografía tradicional, dejan de estructurar la Geografía contemporánea desde la segunda mitad de este siglo aproximadamente, lo que supone el comienzo de un desorden aparente en la Geografía. Ésta se ha repensado y se ha dotado de nuevas teorías y métodos. Desde los años cincuenta la Geografía comenzó a ser considerada como ciencia social (Claval, P., 1982), lo que le dio un gran impulso. En este momento experimenta los cambios más profundos en su seno. A ello contribuyó K.Schaefer con su obra El excepcionalismo en geografía (1953) afirmando que la Geografía no se debe limitar a ser una ciencia de lo único, una disciplina idiográfica, sino que debe buscar leyes de carácter universal y ponerse a nivel científico con otras ciencias, buscando métodos científicos originales. Considera la geografía una ciencia metodológica única, distinta a las demás ciencias sociales, lo que le vale el apelativo de “excepcional”. La región es como el laboratorio en el que se comprobará la validez de las leyes formuladas por la sistematización de algún geógrafo. Las leyes deben permitir previsiones, aunque intervengan también la probabilidad y el azar. Quedan así perfilados dentro de la Geografía tradicional el conocido dualismo entre la Geografía regional y la Geograría general o sistemática. Schaefer no tuvo tiempo de perfilar sus novedosas ideas, aunque se puede leer en ellas los cimientos para la investigación cuantitativa y la geografía sistemática que se retomarían posteriormente. Ideas similares a la teoría del espacio han sido desarrolladas fuera de la disciplina: Von Thünen (1824-1828), Weber (1929), Christaller (1893-1969). A finales de los años cincuenta, aparecieron diversos trabajos de economistas (lsard, Greenhut, Lösch) que trataron sobre la localización de las actividades en el espacio. Desde Estados Unidos aparecen en 1955 un grupo de geógrafos jóvenes (John Nystuen, Reichard Morrill, Briam Berry y Art Gertis) bajo la tutela de William Garrison y Edward Ullman que preparan las bases para la revolución cuantitativa. Todos ellos influidos por el estudio sobre la innovación y la difusión de los años 50 del profesor sueco Torsten Hägerstrand.
3.3.
La revolución cuantitativa en Geografía
En este contexto surge el paradigma neopositivista que supone la incorporación del cuantitativismo a la Geografía. Se desarrollan, por ejemplo, la Geografía del Bienestar (impulsada por D. Smith) y la Geografía del Tiempo iniciada por Hägerstrand (1953). La revolución cuantitativa en geografía está encabezada por Burton (1963), que defiende la necesidad de hacer una Geografía más científica, nomotética o preocupada por lo permanente y constante, es decir orientada al establecimiento de leyes en lugar de teoría de ideográfica o descriptiva, como hacía la geografía regional. Berry (1964) consolidó esta línea y se adhirió a la teoría de “sistemas”, considera la Geografía como ciencia espacial y a la ciencia como positivismo lógico. En la misma línea para Bunge (1966) la Geografía es teorética y matemática. El influjo de las ciencias afines “se ejerce por lo menos, en dos sentidos, en señalar la precariedad 16
o superficialidad de ciertos conceptos y análisis, como muestran los economistas a través de sus teorías de la localización o de sus estudios de regiones económicas, y en suministrar nuevos enfoques y métodos, como ocurre ante las perspectivas que abren los procesos matemáticos” (Vilá Valentí, J., 1971). Esta corriente neopositivista defiende el método científico, el elaborar leyes generales, la predicción y la formalización. Su enfoque positivista permite ordenar y clasificar datos para que los estudios y trabajos adquieran rigor y no sean meros “actos de fé” (Estébanez, J., 1979). Se pone así el énfasis en la unidad de la ciencia. La exigencia de nuevos métodos de observación y presentación de fenómenos estudiados supone una visión crítica desde una perspectiva cualitativa. Aparecen organismos estatales que recopilan y resumen la información estadística (Oficina del Censo de EEUU, Instituto Geográfico y Estadístico fundado por Ibañez de Ibero...) y colaboran así al desarrollo de esta tendencia. Las reacciones a la geografía cuantitativa: Las críticas más generalizadas a esta tendencia la califican de ser una geografía parcial, mecanicista y determinista; olvida la tradición y los valores positivos de la geografía anterior (trabajo de campo) y puede llevar a conclusiones alejadas de la realidad. Las críticas se pueden resumir en una lucha entre un enfoque cualitativo y un enfoque cuantitativo. Algunos autores comienzan hablando sobre la reacción al “mito del número”, como calificaba José Estébanez a esta tendencia neopositivista que con la influencia de la fenomenología, el conductismo, el existencialismo y la reflexión marxista en Geografía hace aparecer unas Geografías de carácter más social y crítico, que en general rechazan las generalizaciones, como sucede con la Geografía de la percepción, la Geografía humanística y la Geografía radical. La Geografía de la percepción La Geografía de la percepción es fruto de la influencia del behaviorismo, del conductismo y de la fenomenología. Su origen y desarrollo procede de Estados Unidos (K. Boulding, 1956; H. Simon, 1957; K.Lynch con su clásica obra “La imagen de la ciudad”, publicada en 1960; R. Downs and Stea, 1973). Considera que el hombre actúa en el espacio en función de la percepción que tiene sobre él, es decir, su conducta vendrá modificada por la percepción del espacio que le rodea. Se sigue así la línea iniciada por la Geografía cultural. Profundiza en las relaciones hombre-medio (espacio vivido) desde el punto de vista del actor desde una perspectiva emic o interna del mismo. David Lowenthal (1967) señala tres enfoques dentro de esta corriente: •
Estructural, que se ocupa de la investigaciones sobre la identidad y la estructura de las percepciones del medio físico.
•
Evaluativo, determina las valoraciones de los individuos sobre algunos aspectos del medio encaminadas a adoptar un comportamiento.
•
Preferencial, se ocupa de las preferencias de los individuos ante determinados hechos o elementos geográficos y la influencia que esas preferencias tienen en el comportamiento espacial.
Así tiene importancia la inferencia mental que cada uno lleva dentro y que es fruto de su propia percepción. Para investigar estos hechos hay que llegar a esa imagen mental, lo que se puede realizar por múltiples vías: mapas mentales, listados, encuestas, entrevistas, etc. La Geografía radical 17
La Geografía radical surge a partir de la década de los años cincuenta. Se considera una geografía de izquierdas, marxista y comprometida. Surge en el seno del cuantitativismo buscando resolver las contradicciones de éste. Critican a la geografía tradicional como de los profesores y la opone a la de los militares (Estados Mayores) y las multinacionales que son los que realizan las inversiones y ejercen el poder. Analiza la influencia sobre el espacio de los intereses de los agentes sociales y del poder económico. La geografía radical tiene una marcada preocupación social, por lo que el mundo menos desarrollado y los temas de desigualdad (pobreza, miseria, hambre, calidad de vida, marginación, guerras, injusticias sociales, crisis urbana, desarrollo regional y global, etc.) son ampliamente tratados en detrimento de los enfoques espaciales. Abordan y analizan los procesos sociales previamente a los espaciales, al inverso de lo que se acostumbra a practicar en la Geografía teorético cuantitativa. Uno de los objetivos primordiales e implícitos que se perfila es el esfuerzo por la integración de ambos tipos de procesos, sociales y espaciales, en el estudio de la realidad. Tiene sus precedentes en la Geografía Anarquista de Kropotkin, Reclus, Cabet (“Viaje a Icaria”) o en los falansterios de Fourier. Algunos de sus exponentes son la revista “Antípode” en EEUU en torno a la figura de David Harvey, Morris y Peet; la revista “Herodote” en Francia en torno a la figura de Yves Lacoste y la expedición geográfica de Detroit (“Society for Human Exploration”) fundada por el geógrafo William Bunge en los '60. Planificaba con la gente de los lugares más pobres, a los que organizaba expediciones. Defiende que los geógrafos lleguen a formar parte de la gente de las regiones que exploran y descubran qué tipo de investigación se necesita. Las personas de estos lugares deberían formarse en conocimientos geográficos para que fueran capaces de aportar soluciones más que ser objetos de estudio. Otros autores de esta tendencia son: Josué de Castro (“Geografía del Subdesarrollo”) o Milton Santos en Brasil, Campbell en Estados Unidos u Horacio Capel en España. Estos geógrafos y algunos más fueron los fundadores de la Unión de Geógrafos Socialista en Toronto en 1974, algunos procedían de la geografía cuantitativa. La Geografía humanística El nuevo paradigma humanístico, surge fruto de las corrientes filosóficas de la fenomenología de Hussel, el idealismo de Kant, Ley y Lewis y el existencialismo de Sartre y de Heidegger a finales de los sesenta. También se apoya en los planteamientos socialcristianos. La Geografía Humanística extrae de la fenomenología existencial el interés por el mundo, el ámbito de la experiencia vivida, el interés en los espacios ocupados por la experiencia. Algunos autores relevantes de esta corriente son E. Relph, Yi-Fu Tuan y su obra Topofilia (1976), Anne Buttimer, David Ley, así como el sudafricano D. Smith o el norteamericano Carl Sauer, que fue el precedente de esta tendencia con sus estudios neohistóricos de los pueblos indígenas norteamericanos y mexicanos. Se va a ocupar de todas las personas, esencialmente de las más necesitadas. “Parece cómo si una parte de la humanidad haya quedado cautiva de sus propios logros tecnológicos, del crecimiento económico y de la creación de una sociedad rica en la que se pierden cada vez más las relaciones interpersonales. (...) Otra parte continúa cautiva de los males de una época anterior: pobreza, ignorancia, enfermedad, explotación económica, discriminación racial, etc. (...). Como geógrafos debemos ayudar a revelar las funciones deficientes y las injusticias espaciales y contribuir a diseñar una forma espacial de la sociedad en la que las personas puedan tener realmente la libertad de realizarse. No hay duda de que esto sería un proceso dentro de la Geografía” (Smith, D.M., 1980). Para ello se consideran imprescindibles las actuaciones públicas. Esto puede superar los intereses profesionales. Se le ha criticado la 18
confusión del mundo de las ideas con la realidad objetiva, una producción científica descriptiva sin una metodología clara (González González, M.J, 1991). Es difícil abarcar el espacio social en toda su complejidad, por lo que con posterioridad la geografía humanística se ocupará del “sentido del lugar” , definido como un centro de significado o foco de nexo emocional, más que como un mero punto físico en el espacio o un espacio con una determinada escala. Los lugares resultan un campo cuyo cuidado depende de la fuerza en la inversión emocional que realizan las personas en los diferentes lugares en función de su libertad. Supone una reacción contra la visión mecanicista, objetiva del ser humano y cuantitativa, a favor de una visión que destaca los aspectos más humanos: significados, valores, ambiciones... propios de la tradición cualitativa en geografía. Así la geografía humanística va a ver el entorno, como lugar, con una serie de localizaciones en las que la gente vive, tiene experiencias y encuentran un significado. La mención del lugar como centro de experiencias vitales supone para las corrientes positivistas un hecho no científico al considerar que no se producen generalizaciones más allá de la opinión personal. Algunos geógrafos como Agnew, Pred, Entrikin intentarán introducir dentro de este subjetivo concepto referencias a la localización y lo local. La Geografía Humanística fue objeto de críticas. Según Pickles lo que hace es ordenar las experiencias geográficas de la gente, pero eso es una concepción kantiana más que de Husserl. Además no hay explicación de la constitución del objeto. Según este autor la relación entre la Fenomenología y la ciencia es malinterpretada por los geógrafos humanistas. Señala la ausencia de método, así como haber caído en una interpretación subjetiva y voluntarista de la idea fenomenológica de la intencionalidad. La fenomenología geográfica llega a un subjetivismo radical, incapaz de responder a los asuntos básicos del comportamiento social.
3.4.
La transición desde la Geografía radical a la marxista
A mediados de los años 70 la Geografía radical da paso a la Geografía marxista. La obra "Social justice and the city" de D. Harvey plantea diversos temas clave de lo que será la Geografía marxista. Analiza el concepto de renta como elemento principal en la distribución del uso del suelo urbano. La renta es el pago al poder monopolístico de la propiedad privada. Propone una teoría de urbanismo que enlaza las ciudades a los modos de producción. Las ciudades están formadas por la concentración geográfica del excedente social y funcionan para estabilizar las contradicciones socioeconómicas. La Escuela de Chicago de Geografía Urbana aportó una teoría del uso del suelo desde una orientación práctica sobre la formación de los “guetos”. También N. Smith en su obra el "Desarrollo desigual" propone la teoría del mismo nombre en la que se afirma que con el desarrollo de las fuerzas productivas, la división del trabajo y el intercambio de mercancías, el individuo está alienado por el trabajo, el producto y la naturaleza. Cuando la producción llega a ser imprescindible para el intercambio, el capital instiga cambios de una zona desarrollada a otra subdesarrollada y entonces vuelve de la última fase subdesarrollada a otra desarrollada. Estos cambios "see-sawing" es más probable que ocurran a nivel urbano, donde el capital destruye o revitaliza el centro urbano. Este proceso de cambios "see-sawing" es menos probable a nivel nacional donde es difícil que el capital vuelva a regiones que ha abandonado, y menos aún a escala global. Las ideas estructuralistas llegan al ámbito anglosajón en la segunda mitad de la década de los 70 a través de los trabajos en Antropología y Semiótica inspiradas directamente en Saussure, 19
Lévi-Strauss y Althusser. El estructuralismo, significó una Geografía marxista diferente, subrayando conceptos como modo de producción y formación social, destacando las interrelaciones entre elementos distintos. El sociólogo Castells (1977) con su obra "La cuestión urbana" influyó de un modo importante adaptando conceptos marxistas mediante razonamientos althusserianos. Las cuestiones teóricas que plantea son el proceso de producción social de las formas espaciales urbanas de la sociedad; las relaciones entre espacio urbano y transformaciones estructurales en la sociedad. Cualquier forma social, al igual que el espacio, puede ser entendido en términos de articulación histórica de varios modos de producción. Por modos de producción se entiende la combinación particular de instancias fundamentales de la estructura social: lo económico –que determina las leyes del modo de producción-, político - institucional y lo ideológico. El espacio se concibe y analiza como una expresión de la estructura social, lo que significa estudiar lo económico, político e ideológico, sus combinaciones y las prácticas sociales derivadas. El espacio se lee de acuerdo a los sistemas económico, político e ideológico que lo conforman. Cada modo de producción, implica una organización diferente del espacio. En el capitalismo avanzado los elementos relativos a la administración del proceso de trabajo y la circulación del capital están caracterizados por la deslocalización, la escala global, la tendencia a eliminar el espacio específico. Las formas de producción están organizadas a escala regional y la organización espacial de la reproducción del trabajo está organizada a escala local en áreas urbanas. Una visión bastante similar a la estructuración del espacio de Castells es la planteada por el geógrafo francés Lipietz para quien el espacio es la forma material de las relaciones socioeconómicas que estructuran las formaciones sociales. La presencia/ausencia en el espacio geográfico está especificado por la participación/exclusión en la estructura subyacente. La sociedad recrea su espacio sobre las bases de los espacios establecidos en el pasado. La Escuela de Regulación con la aportación de Aglietta en la segunda mitad de la década de los 70 analiza cómo podría ocurrir la reproducción sistémica en un sistema capitalista donde las relaciones sociales dividen a individuos y grupos sociales. Estas complejas relaciones sociales se denominan "formas estructurales" y son producto de la lucha de clases. La aportación de Lipietz a esta teoría es sustituir los mecanismos históricos de reproducción social por modos de regulación específicos histórica y geográficamente, por los que las economías y las sociedades son regulados institucionalmente. De modo, que son planteados una serie de conceptos intermedios entre lo abstracto y lo específico-concreto para explicar procesos socio-económicos que muestren variaciones espaciales e históricas. A principios de los 80 la teoría regulacionista caló en el ámbito británico y a mediados de esa década en el americano (Scott, Storper). La teoría de la regulación es una de las líneas de pensamiento más influyentes utilizando ideas estructuralistas para explicar las fases de desarrollo capitalista y sus estructuras territoriales asociadas. La postura básica de esta Escuela, es que el modelo social del capitalismo es bastante estable en períodos largos de tiempo a pesar de que el sistema entra periódicamente en crisis (finales del S.XIX, 1930-50, finales de los 60). Se ocupa, por tanto, de las transformaciones a largo plazo de las economías capitalistas. En este análisis tiene en cuenta tanto las perspectivas de Marx, como las de Keynes. Un modelo de desarrollo no es sólo un sistema de producción, sino que es una construcción coherente con tres aspectos fundamentales: un paradigma tecnológico que se relaciona con los principios que rigen la organización del trabajo; un régimen de acumulación o conjunto de principios macroeconómicos que describen la compatibilidad de medio y largo plazo entre las transformaciones de las condiciones de producción y las de los usos del producto social 20
y un modo de regulación que se refiere a las normas e instituciones que regulan las relaciones salariales, los vínculos entre capitales y la inserción internacional. El modelo de desarrollo hegemónico posterior a la II Guerra Mundial es conocido por fordismo. Según la teoría de la regulación, las crisis pueden ser internas o externas. La crisis interna del fordismo empezó en el paradigma tecnológico, con una disminución en el crecimiento de la productividad y una caída de los beneficios. Todos los cambios ocurridos durante esa crisis de los 70 condujeron a un nuevo régimen de acumulación, de acumulación flexible, iniciado a mediados de los 70 y que prosigue hasta la actualidad y a la que se ha llamado postfordismo. Este modelo cambia los sistemas de producción y las políticas macroeconómicas y las instituciones sociales. Las ideas regulacionistas se vieron plasmadas en la Geografía con la obra de Dunford y Perrons. La idea central es que el desarrollo del modo capitalista de producción pasa por amplios períodos caracterizados por formas concretas de producción (sobre todo procesos de trabajo), pero también formas de vida (modelos de consumo), modelos de comportamiento económico y social, formas de desarrollo territorial y sistemas de relaciones internacionales. La producción, el consumo, la distribución y el intercambio están integrados por una serie de formas institucionales y prácticas sociales desarrolladas por los grupos e individuos, que forman los modos de regulación. Scott y Storper critican el estructuralismo en términos regulacionistas por no poder abordar las nuevas complejidades del capitalismo avanzado. En el contexto de la internacionalización de la economía y la sociedad la investigación debería enfocarse a las estrategias que organizan la inversión, la producción y el trabajo, más que a imperativos estructurales abstractos. Las nuevas realidades han de ser analizadas con teorías de comportamiento corporativo materializado en redes organizativas de producción, o a través de la segmentación de los mercados de trabajo, el cambio técnico y potencialidades de desarrollo capitalista a largo plazo. La Geografía regulacionista también recibió otras críticas (Tickell y Peck). Modos nacionales de regulación pueden ser hegemónicos si proporcionan las condiciones para la acumulación en áreas centrales de la economía, que descuelgan sistemas periféricos y conducen a la existencia de dos naciones dentro de un estado (por ejemplo el norte y el sur del Reino Unido, el rustbelt y sunbelt en EEUU). Por tanto, la acumulación en áreas centrales puede depender de la explotación de estas periferias. Destacan el cambio hacia estructuras de estado regionales con una creciente internacionalización, sugiriendo que el papel privilegiado de la nación-estado ya no está asegurado. Los estados-nación están vaciados por la combinación de localización e internacionalización (glocalización). Las tensiones centro-periferia son un problema que las estrategias neoliberales no pueden resolver, siendo la región el lugar de la contradicción geográfica. No hay formas de regular el desarrollo desigual en el capitalismo global. La teoría de la estructuración la podemos calificar como globalizadora, la formuló a mediados de los ochenta el filósofo y sociólogo inglés Anthony Giddens, fue también trabajada por Gregory. La aportación más relevante es la búsqueda de un equilibrio entre factores estructurales y factores contingentes vinculados a la acción humana. La acción humana y la estructura social se presuponen una a la otra. Giddens separa los conceptos de estructura y de sistema social. La primera es el conjunto de reglas y de recursos que los individuos usan y, a la vez, reconstruyen en su actividad cotidiana. El sistema social está formado de las relaciones sociales entre actores individuales o colectividades, que son reproducidas cotidianamente y que están organizadas como prácticas sociales regulares, y están localizadas en el tiempo y en el espacio. La estructura no se encuentra localizada en el espacio y en el tiempo, tiene una existencia virtual, siendo usada y 21
reproducida continuamente en la actividad práctica. La estructuración es la condición que dirige la conservación o transformación de las estructuras, y con ella la reproducción de los sistemas sociales. La producción de las interacciones sociales y la reproducción de los sistemas sociales en el tiempo y en el espacio muestran la dualidad de la estructura. La reproducción social es sinónimo de cambio, modificación, variación, que afecta a todos los elementos del sistema social. La continuidad histórica, por la rutina de la vida cotidiana, también es un aspecto importante de la teoría de la estructuración. El espacio y el tiempo son elementos esenciales en la estructuración y reproducción de la vida social. En el tiempo Giddens distingue tres escalas: la duración de la vida cotidiana, la duración de la vida biológica de las personas (el ciclo vital) y la larga duración de las instituciones. Resulta también esencial el concepto de lugar, como hechos físicos asociados con las interacciones típicas que organizan a las colectividades como sistemas sociales. Giddens utiliza los trabajos de la Geografía del Tiempo de Hagërstrand. El realismo, surge en la primera mitad de los ochenta. Supone una visión del mundo estructurada, diferenciada y cambiante. Lo cual significa que la relación entre estructuras sociales y acción humana está basada en una concepción transformadora de la actividad social. Lo social es reproducido o transformado en la vida diaria. Todas las estructuras sociales dependen de relaciones sociales y el realismo presta especial atención a este tipo de relaciones. La crítica que se ha hecho al realismo es la dificultad para distinguir lo contingente de lo necesario en un objeto y la falta de método que combine la comprensión de fenómenos generales y la contingencia. En la segunda mitad de la década de los ochenta aparecen los estudios sobre la división espacial del trabajo y las ciudades afectadas por la reestructuración industrial. Esta corriente coincidió con el diagnóstico de que la reestructuración global tenía capacidad para desarticular regiones por completo y que la competencia de los nuevos países industriales era creciente. El trabajo de Massey (1984) es uno de los más representativos sobre la división espacial del trabajo. Destaca la importancia de las grandes empresas con varios establecimientos en la organización espacial de la producción. En relación al declive que estaban experimentando determinadas ciudades y regiones industriales debido a su papel desempeñado en la división espacial del trabajo surgen los estudios sobre este tipo de áreas urbanas. Son estudios sobre ciudades y áreas industriales tradicionales del Reino Unido. Massey y Cooke son los representantes más significativos. Cooke dirigió el programa de investigación “Cambio urbano y sistemas regionales” de 1984 a 1987, para analizar una serie de ciudades afectadas por la reestructuración y diagnosticar qué diferencia aporta el espacio. Una conclusión que obtuvieron es que las ciudades están implicadas activamente en su transformación, aunque no son dueñas por completo de su destino. Asimismo, señalaron el cambio de orientación en la política urbana desde una perspectiva "top-down" hacia otra "bottomup" en la que la ciudad toma la iniciativa para resolver sus problemas en contraste con el liderazgo del Estado en el período anterior. Como respuesta al movimiento proambiental, de la década de 1970 y principios de los 80 surge la ecología política, sobre teorías de las relaciones entre la sociedad y la naturaleza. Plantean temas como la integración de colectividades en la economía global, la gestión de recursos locales, la regulación y estabilidad medioambiental. En la década de los 80 esta corriente tuvo continuidad con el tema de profundización de los cambios medioambientales inducidos por el hombre. La producción del espacio es uno de sus conceptos más difundidos, lo que expresa la ideología de la clase dominante, sustituye las descripciones y fragmentación de la ciencia que deberían unir 22
los diversos ámbitos del espacio, ya sean físicos (naturaleza, cosmos), mentales (lógica) o sociales (espacio de la vida cotidiana). Propone un análisis del espacio que descubra las relaciones sociales que materializa usando tres conceptos espaciales: •
Práctica espacial. Producción y reproducción del espacio de una sociedad.
•
Representaciones del espacio. Concepciones abstractas del espacio, relativas y cambiantes.
•
Espacio de representación. Espacio directamente vivido a través de imágenes y símbolos.
El espacio puede estar dado, pero si se altera su organización, uso y significado se convierte en producto de la transformación social. El espacio es un producto de la sociedad. La compleja relación entre ambos varía entre distintas formaciones sociales y coyunturas históricas. Las críticas al marxismo y a la Geografía marxista, que empiezan a aparecer a mediados de los años 70, se centraban en la interpretación funcional, mecanicista y economicista de la geografía, así como por el carácter totalitarista de los países comunistas. Giddens encarna la crítica estructuralista del materialismo histórico. Para este autor la explotación existía antes y después de la dominación de clase. El capitalismo más que ser la suma de la historia es una forma de organizar la sociedad diferente y discontinua básicamente respecto a la historia previa. Rechaza los modelos evolutivos y propone que la transformación de la sociedad sucede en episodios que no son mecánicamente inevitables, y que distintos tipos de sociedad coexisten paralelamente. Rechaza el argumento de Marx sobre la primacía de la producción respecto a otros aspectos de la vida social.
3.5.
La influencia del postmodernismo en Geografía .
El paradigma postmodernista comenzó en algún momento entre mediados de los sesenta y mediados de los setenta y comenzó a eclipsarse en los noventa, aunque a la Geografía llegó algo más tarde, y aún se demoró más en influir en la Geografía española. Puede interpretarse como el agotamiento o reacción contra lo viejo, el reaccionar contra las ortodoxias establecidas. Aquellos en contra de la configuración del momento produjeron el movimiento de libertad de expresión en Berkeley, las revueltas urbanas y los movimientos de derechos civiles en los Estados Unidos, Woodstock, Andy Warhol, los movimientos del 68 en París, México y Praga, entre otros. Las tendencias postmodernistas exploran la representación espacial y el espacio del futuro, relacionándose así con la ficción (espacios imaginarios), el cine y la literatura. Los postmodernistas lucharon con ilusión, pero no obtuvieron el resultado esperado. La seguridad de acceder al bienestar material les restó energías. El postmodernismo es una mezcla ecléctica de cualquier tradición con su pasado inmediato, lo que hace que la podamos caracterizar por no ser excluyente, lo que supone la aceptación de pluralismo o fragmentación (de juegos de palabras, intereses, comunidades de interpretación), énfasis en las diferencias y heterogeneidad, y una débil o irónica admisión de lo efímero de las cosas. (Harvey, D., 1999) Se centra en la creación del conocimiento, la producción cultural, la política y la cambiante geografía histórica de la vida diaria. Esto llevó a sus seguidores a estar en pro o en contra de una configuración estable de poder político y autoridad cultural. En este ambiente surgen otras teorías que influyen también en nuestra ciencia, como son entre otras, la Teoría de Sistemas (Wallerstein, I., 1979), la Teoría del Caos (Gleick, J., 1987) descubierta por un meteorólogo en 1960, y que se 23
puede definir como el estudio de los cambios complejos e impredecibles que suceden en los complejos sistemas cuando son sensibles a los pequeños cambios en sus condiciones iniciales. La diferencia y la pluralidad son ideas que distinguen a la condición postmoderna. Las metanarrativas (hermeneútica de significado, emancipación de la clase obrera) han perdido validez, valoran la sensibilidad a la diferencia, la pluralidad y las normas locales acordadas por los participantes. El consumo de símbolos cobra una relevancia inusual. Un objeto de consumo es entendido como un símbolo, que tiene significado dentro de una relación sistemática con otros objetos. Por tanto, la mercancía es consumida no en su materialidad sino en su diferencia. En la segunda mitad de los ochenta empiezan a publicarse los primeros trabajos de la Geografía postmoderna. Derek Gregory define el postmodernismo como un intento de incluir todas las explicaciones, así rechaza los monopolios de la verdad y las profundas estructuras. Acentúa la diferencia, la heterogeneidad, la particularidad y el desorden. Prefiere examinar las tensiones entre la moderna y la postmoderna geografía, más que unos enfoques y otros. Jameson ofreció la base de nociones postmodemistas que posteriormente utilizaron los geógrafos Dear, Harvey y Soja. Según Jameson en la era postmoderna la cultura del simulacro se materializa en una sociedad donde la imagen es la forma final de mercancía. A la apariencia, a los símbolos se les concede una valoración excesiva, en comparación con el período cultural, está dominada por una lógica espacial de fragmentos y una práctica heterogénea dispersa. Esto traducido a la ciudad postmoderna implica una mutación del espacio construido. El hiperespacio postmodemo trasciende la capacidad del individuo para ubicarse a si mismo. Para el ciudadano es más complejo organizar perceptualmente su entorno o situar el mapa cognitivo en el mundo externo, en el contexto de las comunicaciones globales. Según este autor la aparición del espacio global requiere la creación de un internacionalismo, de una política cultural global en la que se consideren los aspectos espaciales como ejes organizativos fundamentales. En el nuevo entorno global es necesario que el individuo y la colectividad se ubiquen reinventando el mapa cognitivo. Según Dear el postmodernismo influye en la Geografía en los siguientes temas: •
Paisajes culturales y construcción del lugar.
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Paisajes económicos del post-fordismo.
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Disputas filosóficas y teóricas relacionadas con el espacio y problemas del lenguaje.
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Problemas de representación en la redacción y cartografía geográfica.
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Política de la postmodernidad, el descontento de la geografía feminista con la postmodernidad, temas del postcolonialismo.
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La construcción del individuo y los límites del ser (ejemplo: la cuestión de la identidad).
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Temas sobre el medio ambiente.
El postmodernismo legitima estos temas que estaban fuera de la autoridad académica dominante e integra la diferencia. Sin embargo, el postmodernismo será después criticado por su pérdida de racionalidad y su conservadurismo. Harvey (1989) en su primera obra desde la perspectiva postmodernista señala que el cambio del fordismo a la acumulación flexible corresponde con una fase intensa de compresión del espacio24
tiempo. La transición a la acumulación flexible ocurrió por un rápido despliegue de nuevas formas organizativas y tecnologías (desintegración vertical, just-in-time, recualificación y descualificación de la mano de obra, mejora de sistemas de comunicación) que aceleraron el período de retorno del capital y la circulación de mercancías. Paralelamente, ha ido produciéndose una desaparición de barreras espaciales, al igual que ocurrió en otras fases de transformaciones radicales en el sistema capitalista como a finales del s.XIX. Esta superación de barreras espaciales no significa que la relevancia del espacio haya desaparecido. Las corporaciones multinacionales prestan más atención a las ventajas competitivas de cada lugar, sobre todo en lo que se refiere a la mano de obra y así las características del territorio están acentuadas. Para este autor entender la condición postmoderna en cuanto a lo efímero y la fragmentación significa observar la historia como sucesivas ondas de comprensión del espacio-tiempo. Harvey (1996) también desarrolló el concepto de la construcción del lugar. El lugar tiene un significado doble, como posición y como entidad o permanencia constituida dentro de un proceso social. El lugar también puede ser entendido como el lugar de las imaginaciones, como institucionalizaciones, configuraciones de relaciones sociales, prácticas materiales, formas de poder y elementos en el discurso. Las personas, individual y colectivamente, crean lugares con la permanencia necesaria para que lleguen a ser sitios de poder social institucionalizado. Harvey considera las estrategias de la construcción del lugar articulando las actividades materiales, representacionales y simbólicas. La trilogía de autores más significativa en la Geografía postmodernista se completa con Soja (1996). Este autor define su postura como postmodernismo crítico, una vía intermedia entre el modernismo y el postmodernismo, es decir que no se identifica con la celebración del fin de todo del postmodernismo ni con la crítica que se hace al postmodernismo tildándolo de nihilismo. Merece destacarse su concepto de tercer espacio. El primer espacio está centrado en el mundo material real, es la materialidad concreta de formas espaciales que pueden ser cartografiadas. El segundo espacio interpreta esa realidad, son las ideas sobre el espacio, la representación del espacio en formas cognitivas. El tercer espacio corresponde a la imaginación espacial, lugares múltiples, reales e imaginarios. Trata de enunciar en esta idea la ampliación de la espacialidad de la vida, superar la dualidad (primer y segundo espacio) que prevaleció en períodos precedentes. A pesar de que estos autores difundieron ideas postmodernistas no dejan de ser geógrafos modernos con una gran influencia del marxismo y neomarxismo en su formación y práctica, aunque fueran portadores de perspectivas postmodernistas.
3.6.
La pluralidad de enfoques de la Geografía a finales del s. XX
La geografía evoluciona ensanchando su campo y ampliando sus perspectivas. Tras este panorama general hay que subrayar la importancia de no ser excluyente en las posiciones y tomar cada una de ellas en el momento en que sea necesario, pues con frecuencia son complementarias. Ninguna filosofía puede reclamar la hegemonía teórica en Geografía, en la comprensión de nuestro mundo, así positivismo, humanismo, estructuralismo, realismo... son tradiciones que coexisten dentro de la Geografía, sin que dominen unas sobre otras (García Ramón, M. D., 1989: 6). 25
Es importante seleccionar distintas estrategias de investigación que utilicen una u otra aproximación según los objetivos y naturaleza del problema (Capel, H., 1998). Así las categorías de análisis en Geografía hay que adaptarlas a los diferentes lugares, circunstancias y contextos.“Se está perfilando con fuerza un enfoque de inspiración más pluralista, en sintonía con las corrientes postmodernistas que inspiran una parte de la reflexión geográfica, igual que en otras ciencias sociales”. (García Ramón, M. D., 1989: 5 en dónde cita a: Berdoulay, V., 1988; Gómez Mendoza, J.,1989 y Soja, E.W., 1989). Esto lleva consigo una gran dispersión temática, hecho que está planteado con profundidad por Ma Carmen Pérez Sierra (1992), en dónde evidencia la existencia de un gran pluralismo en el mundo académico. La unidad de la Geografía ya no existe. El carácter pluridisciplinar y aplicado de nuestra ciencia, con un gran número de programas que incluyen la ordenación del territorio, el medio ambiente, los Sistemas de Información Geográfica (SIG), la teledetección o cuestiones relacionadas con la Geografía Social. Esta pluralidad de temas y aproximaciones propia de los geógrafos en los noventa se refleja también en las tesis doctorales leídas en las universidades españolas (Lázaro, M.L., 2002), en las revistas de asociaciones geográficas, en las revistas científicas editadas por las universidades y en las obras realizadas corporativamente en forma de aportación a los congresos de la Unión Geográfica Internacional en Washington (1992), La Haya (1996), Seúl (2000), Glasgow (2004), Túnez (2008). Muchos geógrafos, en medio de esa dispersión temática tienden hacia una visión integradora de la Geografía, como cita Aurora García Ballesteros (2000), tomando la referencia de A.Bailly y R.Scariati (1999) que afirman que la Geografía sigue siendo puente entre las ciencias de la naturaleza y las ciencias sociales. En la misma línea para J. Ortega Valcárcel (2000) la Geografía es la ciencia social cuyo objetivo es el estudio de los problemas de relevancia social que afectan al espacio, cuya propia naturaleza es de carácter social, lo que no excluye la presencia de componentes físicos o naturales. Así, se incluirían los problemas ambientales fruto del producto social sobre el medio natural. Esto es lo que hace que la Geografía Humana se ocupe también del medio natural, redescubriendo así de alguna forma la unidad de la Geografía. En esta línea Miguel Angel Troitiño (2000) considera la Geografía como “ciencia del territorio”. Esto consolida su identidad, integrando así la Geografía Física y la Humana, con lo que se reduciría la dispersión temática de la ciencia y se trabajaría con un objetivo común: el territorio, tanto en sus aspectos físicos como humanos, ampliamente interrelacionados. Todo esto parece apuntar hacia la posibilidad de objetivos comunes dentro de la Geografía, que en algunas universidades europeas supone una organización departamental sin división en áreas de conocimiento, como sucede, por el contrario, en las universidades españolas. Esta tendencia europea va en la línea de lo marcado en el informe Universidad coordinado por Josep M. Bricall, 2000, en el que se apunta la posibilidad de que las instituciones de educación superior podrían empezar a agrupar los actuales departamentos en grandes áreas de conocimiento. En el informe realizado para el proyecto de convergencia europea no se habla de áreas de conocimiento, sino de campos de conocimiento, y no se realizan equivalencias específicas entre éstas y los departamentos. Para R. Puyol, 2000, el espacio como campo de análisis, no es prioritario en nuestra disciplina, es 26
un marco de análisis que refleja los procesos sociales. Resultan así más importantes los procesos sociales que los procesos espaciales, y la interrelación entre ambos es el objeto de la Geografía. Geografía y género La teoría feminista está considerada como un tipo de filosofía postmoderna en cuanto que comparte con ésta métodos explicativos de interpretación e ideas: la tolerancia, ambivalencia, ambigüedad y multiplicidad. La Geografía Feminista estuvo asociada inicialmente con la Geografía Radical, ya que los temas analizados y las personas que se ocupaban de ello eran prácticamente similares. Pero mientras que la Geografía Radical reclamaba un cambio en los temas hacia cuestiones sociales urgentes, el feminismo reivindicaba una Geografía de las mujeres. En el ámbito de la Geografía a principios de los 70 se plantean temas como la relación entre las mujeres y el espacio. Los temas relativos al género y las relaciones entre hombres y mujeres adquieren un gran predicamento social. El género es una construcción social y es la codificación de las diferencias entre los sexos y las relaciones sociales entre hombres y mujeres. Las feministas destacan las desventajas sufridas sistemáticamente por las mujeres, los condicionantes y las desigualdades en general. El espacio está dividido en la esfera productiva y pública de los hombres y por otra parte la esfera privada y reproductiva de las mujeres. Las rutinas espaciales refuerzan las diferencias entre hombres y mujeres, que reducen el acceso de la mujer al conocimiento y es usado por el hombre para reproducir el poder. Se analizan las variaciones espaciales en las relaciones del género, la construcción social de la identidad del género. Hayford señala que las mujeres han sido invisibles en la geografía y en la historia. En las sociedades tradicionales la mujer tenía un papel central en el espacio por sus tareas en la agricultura y organización doméstica. Sin embargo, la división entre el espacio de lo privado o familiar y el espacio de lo público o laboral ha relegado a la mujer al espacio periférico. La ciudad contemporánea materializa divisiones de género convencionales porque el diseño en arquitectura y urbanismo es ejecutado por el hombre. En este sentido han subrayado la estructura por género de la urbanización y la división espacial del trabajo remunerado y no remunerado. Ecología Humana Alcanza su auge a finales del siglo XX, aunque sus precedentes se encuentran en la escuela de Chicago varias décadas antes. Se basa en el estudio de la interrelación de los factores físicos con el ser humano, como por ejemplo: el gasto energético, la ecogeografía, la industrialización masiva y la contaminación, las basuras no biodegradables, los productos químicos de alta toxicidad en el medio, los efectos del calentamiento global de la atmósfera y del efecto invernadero, etc. Los primeros autores en crear esta tendencia fueron los norteamericanos Burgess y Mackenzie. En la actualidad destacan los geógrafos de las escuelas canadienses de Toronto, Calgary y Vancouver. El español Martínez de Pisón es otro representante destacado de la misma. Geografía Aplicada Tiene sus orígenes en la década de los años cincuenta, aunque es a partir de la de los ochenta cuando se convierte en una de las corrientes más importantes del pensamiento geográfico, siendo quizás la que más en auge está en la actualidad a pesar del surgimiento de nuevas tendencias. Utiliza como herramientas de trabajo en sus investigaciones las técnicas más modernas y avanzadas como la teledetección y fotointerpretación basadas en el análisis de la fotografía aérea e imágenes satélite que con frecuencia se transforman en cartografía digital enriquecida mediante 27
estadísticas y otra información mediante los Sistemas de Información Geográfica (SIG). La Geografía Aplicada aporta una gran contribución a la ordenación del territorio y a la planificación regional en aspectos como el urbanismo, la ecogeografía, etc. El autor más destacado es el norteamericano A. N. Strahler con su “Geografía Física” (1964), también sobresalen los suecos Myrdal y sobre todo T. Hägerstrand, que desarrolla una gran labor en este campo a partir de 1952. En España destacan investigadores como Vilá Valentí o Solé Sabarís. Uno de los iniciadores de esta tendencia fue J.M.Casas Torres que inicia el primer departamento de Geografía Aplicada del Estado Español en la Universidad de Zaragoza.
3.7.
Reflexiones sobre las corrientes actuales de pensamiento geográfico.
Una vez realizada esta breve revisión de las corrientes de pensamiento geográficas cabe preguntarse si ha habido avance en Geografía, a lo que podemos responder que ha sido un avance con un carácter multidimensional (Basset, 1999). Puede distinguirse el avance institucional si la disciplina va siendo más influyente en el mundo académico. El avance empírico se refiere a que aumente la capacidad de prever fenómenos de un modo efectivo. El avance explicativo es aquel realizado en teorías y conceptos que proporcionan una mejor explicación de los fenómenos. El avance conceptual es el progreso operado en el ámbito de influencia de nuestras teorías y su mayor consistencia interna. Otro tipo de avance se da en la comprensión intersubjetiva o cómo nuestro conocimiento facilita asimilar cómo otros entienden el mundo. El progreso pragmático es aquel realizado en la aportación a la política pública y a la solución de problemas sociales. Finalmente, podría diferenciarse el avance en emancipación o liberación de ilusiones sociales y de grupos marginados. La conclusión a la que llega Johnston, desde la posición del realismo, es que: la Geografía desde los años 50 es multiparadigmática, en el sentido de que las diferentes visiones del mundo (positivismo/empirismo, humanismo y teoría social/radicalismo) junto con las diferentes matrices disciplinarias (marxismo, realismo ... ) coexisten unas con otras. Estas visiones diferentes son totalmente imposibles de medir, por tanto uno no puede decir en qué sentido una es un avance respecto a otra. Lo que si podría valorarse es el avance dentro de cada particular interpretación. El progreso desde el punto de vista del realismo podría evidenciarse mediante la averiguación de estructuras y mecanismos profundos a través de abstracciones progresivamente racionales. Es una forma de entender la Geografía multiparadigmática, integrando diferentes filosofías, y distintos conceptos de avance. Otra postura sobre el concepto de progreso es la defendida desde la perspectiva del realismoconstructivismo (Basset, 1999), que reconoce la gran importancia de los factores sociales. No hay posibilidad de acceso a la realidad externa, natural o social, que no sea mediado socialmente y la práctica científica es una actividad social modelada por múltiples factores sociales, psicológicos, intereses etc,.... Los factores sociales están implicados en la ciencia a todos los niveles. Sin embargo, esto no quiere decir que los factores sociales lo sean todo, en el sentido de que el consenso de los científicos habría sido igual sin ningún input de la naturaleza. La ciencia puede depender de las instituciones sociales para su existencia. La postura del realismo- constructivismo está basada en el reconocimiento de una constante interacción entre factores sociales y estructuras preexistentes de la realidad. 28
4. La globalización y la Geografía Las nuevas tecnologías de la comunicación y la información (la Sociedad de la Información), que suponen comunicación en tiempo real a escala planetaria e imponen un ritmo vertiginoso, en el que el protagonista es la velocidad de acceso a la información mediante la capacidad de penetración, la lógica de la interconexión, la flexibilidad, la convergencia integrada de tecnologías en Internet, etc. La globalización es el último estadio de la internacionalización y es un fenómeno que se viene produciendo desde el s.XVI. Todos los lugares, flujos y personas se introducen en el sistema-mundo, aunque con distinto grado de integración, puede servir de ejemplo el hecho de que más de la mitad de la población mundial nunca ha hecho una llamada telefónica. Cairncross (1998) afirma que “La muerte de la distancia será la fuerza más importante que dará forma a la sociedad en la primera mitad del s. XXI”. Milton Santos (1994) afirmaba que un hecho fundamental en el mundo moderno es la existencia de un medio técnico-científico informacional capaz de crear –y difundir por toda la Tierra- un conjunto común de pautas y comportamientos que están uniformizando un buen número de las actividades humanas, sobre todo las de carácter económico. MacLuhan (1971 y 1996) afirma que la Tierra es una aldea global. Paralelo a la idea de la aldea global, algunos autores explican un refuerzo de lo local en la fragmentación de la sociedad que ha venido acompañada de una análoga fragmentación geográfica, que explica que en el mundo occidental se ha fraguado una revalorización de lo local. (Philip Cooke, 1989). Las formas tradicionales de identidad se diluyen a través de las fronteras entre países, y las sociedades construyen nuevos espacios delimitados por factores culturales, económicos, políticos distintos a los tradicionales dictados nacionales. Lo local se organiza y cobra mayor importancia el desarrollo endógeno. Los conocimientos geográficos son imprescindibles en un mundo que se globaliza con rapidez, para saber dónde estamos. Es importante la dimensión espacial del entorno propio y de la realidad en general, así como la percepción de la diversidad geográfica. Internet permite una visión global y la percepción local de los grandes temas. Por ello reciben nuevos impulsos lo local y lo global, que algunos han aglutinado en el término glocal. Esto en Geografía se traduce en un impulso a los temas sobre el desarrollo local, el desarrollo endógeno, el desarrollo rural integrado, etc. y por otro lado refuerzan su importancia los aspectos relacionados con las interacciones a escala mundial y los problemas globales. Todo ello se plasma en la Geografía de nodos, redes y flujos, y en la Geografía de la innovación tecnológica. No podemos terminar sin hacer una breve referencia a España el primer precedente de los estudios geográficos fue la obra de Martín Fernández de Enciso titulada “Suma de Geografía”, que se publicó en 1519 y consistía en un manual de geografía descriptiva. En el siglo XIX apareció la Geografía moderna con autores como Isidoro de Antillón, que llevó a cabo el primer censo con carácter científico; S. Miñano con su “Diccionario geográfico” y Pascual Madoz que dirigió en 1845 el “Diccionario Geográfico y Estadístico”. En 1870 tuvo lugar la creación del Instituto Geográfico y Estadístico por C. Ibáñez de Ibero y por F. Coello. En el siglo XX destacan Hernández Pacheco con su “Fisiografía del solar Ibérico”, J. Carandell en los estudios de geomorfología, la investigación geográfica auspiciada por el Consejo Superior de Investigaciones Científica y la enseñanza de la Geografía en las Facultades Universitarias, con autores como Amando Melón, Manuel de Terán, Solé Sabarís, Casas Torres, Vilá Valentí, Martínez de Pisón u Horacio Capel, 29
primer geógrafo español que recibió en 2008 el premio Vautrin Lud, el equivalente al “Nobel” de Geografía. En la actualidad la Geografía española ha realizado un gran esfuerzo para ponerse al día en las técnicas más actuales y avanzadas del mundo, y se ocupa de numerosos campos de estudio y de investigación como la participación en el campo de la planificación y la ordenación del territorio, las dinámicas urbanas, la evaluación de los impactos ambientales, etc. pasándose de la influencia clásica franco-alemana a la actual de la escuela anglosajona que es la más avanzada del mundo en el momento presente con personajes como Goodchild, Scott, Johnston o D. Massey.
5. Conclusiones Hoy día el principal problema que presenta la ciencia geográfica es la competitividad con otras áreas de conocimiento, así la climatología lo hace con la meteorología, la demografía con la sociología, el urbanismo con la arquitectura, la geografía económica con la economía, la geomorfología con la geología, la hidrografía con la hidrología, o la biogeografía con la biología. Consideramos que el espacio debe ser un todo en el que el medio físico está afectado por la acción humana. Esto implica una clara y creciente colaboración entre la Geografía Física y la Humana y una visión más integradora en la línea en la que va adquiriendo mayor importancia el medio ambiente y el desarrollo sostenible. La globalización no elimina la existencia de espacios regionales, sino que las relaciones de dependencia que mantiene acentúa y profundiza en las diferencias regionales. La evolución de la geografía en general y el posmodernismo en particular ha impulsado el pluralismo, avanzado la ciencia de forma multidimensional, y en definitiva, ha ensanchado el campo de la geografía.
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