Título: Kitzur Yalkut Yosef Dirección General: Rab Amram Anidjar Introducciones y prólogo Rab Amram Anidjar Traducción y resumen Rab Arie Sakal Franco Revisión: Rab David Maleh Rab Moshe Peretz Corrección de estilo Frida Maleh Diseño y tipografía Yehuda Goldfeder David Rodríguez Editorial Shem Tov Página web de R. Amram Anidjar www.ranidjar.com Copyrigth © 2014 Kitzur Yalkut Yosef Yosef - Español
Este libro fué donado para Leiluy Nishmat de Isaac Cababie Cababie Charlesles Elmann Char Ben Victoria Z”L Ben Míriam Z”L y y Jacobo Ja cobo Cababie Cababie Daniel Daniel Aleg Alegra Araz Arazii de Elmann Elmann Ben Rosa Z”L Bat Rajel Z” Z ”L
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En honor a las las famil familiasias Elmann y Cababie. Que Hashem los proteja.
Q
uiero bendecirlos por su espléndida e inmensa
labor en benecio público en la impresión de
los libros Yalkut Yosef en español, pues de este modo difunden la luz de la Halajá entre la multitud.
Dichosos y próspera es su recompensa, pues son apreciados como lántropos. Mi bendición se extiende sobre todos sus preciados familiares, que tengan bendición y éxito por muchos días y años.
Continúen Continúen así cada vez más en esta labor de beneciar al públic públicoo y de difun difundir dir la la luz luz de la Hala Halajá já,, pues los los mérit méritos os de mucha gente están de sus manos.
Que esta virtud los proteja sin límites. Que ameriten tener salud constante y satisfacción, con regocijo, riquezas, honor, muchas alegrías y todo lo bueno. Con la bendición de la Torá y los que la estudian Itzjak Yosef Rishón Letzión Harav Harashí de Israel.
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Aggradec A adecimi imiententos os
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n primer lugar, lugar, quiero agradecer a DD-os os por el honor
y el Zejut que me dio para dirigir esta nueva obra, el Kitzur Yalkut Yosef, y quisiera dedicar este esfuerzo
para para Leiluy Leiluy Nishma Nishmatt de mi señor señor padre, padre, Javi Javivv Ben Esther, Esther, quien falleció justamente al empezar este proyecto y, de la manera más humilde, pido a D-os que, de la misma
forma en que yo aquí, en la tierra, ti erra, me enorgullezco enorgullezco de ser su hijo, de igual manera él, en el Cielo, esté orgulloso de ser mi padre.
Asimism Asimismo, o, deseo deseo dedicar dedicar esta esta labor labor para para salud salud,, vida vida larg largaa y bienestar de mi querida esposa, mi señora madre y mis hijos.
Igualmente, es mi anhelo que esta obra sea para Berajá y Hatzlajá de todos los múltiples donadores que siempre me apoyaron para sacar a la luz mis libros, en particular a la familia de Elmann y Cababie, patrocinadores de este gran gran proyect proyecto. o. Espero Espero que, que, con la ayuda yuda de D-os, etas
obras contribuyan al bienestar y benecio de todo el
Pueblo de Israel. Sea la Voluntad del Creador permitir que todos juntos lo
alegremos con este trabajo y Él a la vez nos alegre a todos nosotros mandándonos bendiciones, salud, vida larga y, especialmente, al Mashíaj, para que junto con él bailemos en Yerushalaim pronto en nuestros días. Amén. R. Amram Anidjar.
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uiero agradecer a Boré ‘Olam el Zejut que tengo de poder participar en este proyecto, cuya nalidad es la de dar acceso a nuestras Halajot en un lenguaje fácil y práctico.
Dedico esta obra a mi padre Shelomó Ben Zahíe ZLB. Papá, fuiste un gran padre y un gran maestro. Tus enseñanzas sobre la humildad, el respeto hacia nuestras costumbres y tradiciones, tu manera de dar sin esperar nada a cambio, pero sobre todo la semilla de la Torá que
sembraste en mí, fueron los frutos que hicieron posible que hoy esta obra sea una realidad.
A mi hermano Moshe Ben Linda ZLB, mi gran maestro y el que motivó el inicio de este proyecto.
Quiera Hashem que todos los estudios de estos libros sean para enaltecer sus
almas y lleguen a estar junto con Boré ‘Olam en el Gan ‘Eden.
Agradezco a mi rabino, el Rishón Letzión Rab Itzjak Yosef por la conanza que depositó en mí, al Rabino Amram Anidjar por creer en este proyecto y hacerlo posible. Que esta obra eleve el alma de su padre Habib Ben Esther. A ti, mamá, por seguir el camino que nos dejó mi papá y por alentarnos siempre a seguir adelante.
Que Hashem te mande consuelo y Refuá Shelemá para que sigas al frente de esta familia.
A mi familia: Mi esposa Rebeca, por hacerme creer que sí podía, a mis hijos Linda, Salomón, Margot y Sofía, por ser mi inspiración y estímulo para seguir adelante.
A mis hermanos Isaac, Liz y Rebeca, por estar siempre ahí cuando los necesito. A mis cuñados y sobrinos por todo su apoyo. Un agradecimiento especial a todo el grupo de trabajo y donadores
por su dedicación y entrega.
Y en especial, a ustedes. D-os quiera que encuentren al leer una
fuente bendita de Sabiduría.
Que tengamos el Zejut de ver esta obra culminada y la repasemos con el Mashíaj, que se revele pronto en nuestros días. Amén. Gabriel Hilu
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Introducción al Kitzur Yalkut Yosef Q
uiero agradecer al Todopoderoso por darnos el zejut y el honor de empezar esta nueva obra, titulada Kitzur Yalkut Yosef, la cual constituye el resumen de las leyes judías. Como ya saben, D-os nos dio el privilegio de encabezar el proyecto Yalkut Yosef, en el cual se tradujeron todas las leyes del libro Yalkut Yosef en hebreo, escrito por el gran Rishón LeTzión, el Rabino principal de los sefaradim en Israel, Rabino Itzjak Yosef, Shelita, hijo del Rabino Ovadiá Yosef, Z”TL. En esa obra, las leyes aparecen en hebreo y en español y, prácticamente, se tradujeron todas las leyes sin excepción y siguiendo el orden del libro original. La presente obra es un poco diferente: se omitió el hebreo para permitir la lectura uida en español y se resumieron las leyes de manera más concisa y amena, para lo cual en varias ocasiones se recopilaron varios incisos en uno solo. Además, para mayor entendimiento y secuencia de las leyes, a veces se alteró el orden del libro original a n de que aquellas se entiendan mejor, obviamente cuidando siempre la certeza de la ley e intentando no omitir leyes importantes. Toda esta labor se ha llevado a cabo con la intención de ofrecer al público el fácil acceso al conocimiento de la Ley Divina. Y podemos decir que el lector judío de habla hispana tiene ahora cuatro tipos de obras halájicas de diferente nivel:
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• El Yalkut Yosef en hebreo, para quien domina el idioma y le gusta profundizar en los Mekorot (las fuentes) de la ley que aparecen allí, para poder no únicamente conocer la ley, sino también su origen, las discusiones previas y las conclusiones. • El Kitzur Yalkut Yosef en hebreo, en el cual resumió Rab Itzjak Yosef, Shelita, todas las leyes del Yalkut Yosef omitiendo los Mekorot y presentando la ley de forma corta y precisa, en una obra de gran utilidad para el judío que entiende el hebreo, mas no quiere profundizar en las opiniones previas a la conclusión halájica, sino sólo la final. • El Yalkut Yosef en español, en el cual se tradujo todo el Yalkut Yosef presentando la ley en hebreo y en español, para quien desea estudiar la ley y también domina un poco el hebreo, o para las clases impartidas en los templos, donde algunos lo leerán arriba, en el texto hebreo, y otros en español, seguido de la explicación o ampliación del maestro o rabino. • Y la presente obra, que se hizo en especial para los que no dominan en absoluto el hebreo y para los que quieren tener un libro breve, preciso y bien resumido de las leyes básicas del judaísmo a fin de que tengan, prácticamente en cualquier momento de duda o discusión halájicas, una colección de libros a la mano para poder resolver con mucha certeza y saber qué hacer. De tal forma, hemos procurado ser “puentes” por los cuales se transporte la Palabra Divina a cada Yehudí, sin importar el nivel que posea, tal como D-os escribió en la Torá: Velamedá et Bené Israel simá befiem, “Y enseña esta Torá al Pueblo de Israel y ponla en su boca” (Debarim 31:19), orden que se explica por medio del ejemplo de una madre que, por un lado, tiene la despensa, el refrigerador y la cocina entera llena de alimentos y toda clase de condimentos, y por el otro tiene a sus hijos pequeños, las bocas que debe dar de comer; pero su tarea es saber cómo llevar la comida a esas bocas. Y para ello elige algunos alimentos, los cocina, los condimenta y los presenta para que resulten agradables a la vista y al paladar de los niños. Obviamente, mientras más pequeños éstos sean, más habrá que licuar, machacar y hacer la comida fácil de digerir. 9
A esto se rerió D-os con: “Enseña la Torá… y ponla en su boca”. Es decir, cuando te aproximes a la “despensa” de la Torá y la veas llena de leyes, conceptos, explicaciones, analiza primero esas bocas que vas a alimentar con ella y prepara todo para que sea “comestible”. Sinceramente, les coneso que no sé si mediante la forma en que se escribió este libro (igual lo digo respecto de todas mis obras anteriores) se logró hacerse con amenidad y agrado para el ojo, y hacer ricas para el paladar las leyes de nuestra Sagrada Torá. Pero esto se hizo con mucho amor y cariño, y especialmente con buena intención, la cual es que todos y cada uno de nosotros sepamos cuáles son nuestras obligaciones como judíos, con el objetivo único de trasmitirlas y enseñarlas de la manera más adecuada a nuestros hijos y a sus descendientes. En generaciones anteriores hubo rabinos que se dedicaron a recopilar, traducir, interpretar y llevar la Palabra de D-os de modo accesible y entendible a los judíos contemporáneos. Así lo describe el rabino Eliézer Pappo, Z”TL., en su libro Pele Yoetz: ¡Qué bien nos hizo la gente que recopiló las palabras de la Torá! Sin ellos seguramente ya se hubiera olvidado la Torá del Pueblo de Israel, en especial las obras que se hicieron en las épocas de disminución espiritual, debido a las persecuciones, decretos de prohibición del estudio, emigraciones y exilios, lo cual causaba que la gente no tuviera tiempo ni cabeza para profundizar en todos los libros de la Biblioteca Judía, particularmente cuando la escasez y la dicultad de conseguir libros le evitaba conocer más información. Por tanto, hay que felicitar a todos los rabinos que se tomaron la molestia de recopilar, resumir, escribir y difundir la milenaria sabiduría judía. Así hicieron en sus respectivas épocas Maimónides, el Tur, el Bet Yosef, etc., y cada sabio a quien D-os premió con el don de la lectura y la escritura, con lo que beneciaron al Pueblo de Israel con las palabras de Torá tan necesarias para el día a día. Continúa el Pele Yoetz: “Y a todos estos que hacen este tipo de obras, les digo que no teman de quienes se burlan de ellos diciendo: ‘¿Para qué nos sirven sus obras? No lo hacen sino únicamente para recoger más dinero o hacerse famosos’. Que D-os perdone a esa gente, ya que no tienen razón. Estas obras nos benecian muchísimo, pues en esta época lo breve y lo preciso se convierte en lo más querido y agradable”. 10
Finaliza el Pele Yoetz con una recomendación y una advertencia: “Cuando expliques las leyes, no te extiendas demasiado y no saltes de un tema a otro. Escribe las cosas de manera clara y precisa, y ten mucho cuidado de no tergiversar las leyes al resumirlas, pues así, en lugar de hacer un bien, causarás lo contrario, D-os libre”. Que sea la voluntad del Todopoderoso que no nos equivoquemos en ninguna de las leyes, ni en su traducción o en su resumen, y que todo lo que se ha escrito aquí se reciba con entendimiento y amor, a n de que poco a poco recuperemos todos los Yehudim nuestra maravillosa tradición y demos de esta forma cabal cumplimiento a las leyes de la Torá, haciendo así la voluntad de D-os, Quien, estoy seguro, debido a ello cumplirá también nuestra voluntad llenándonos de salud, bienestar, vida larga, hijos e hijas, parnasá tová y una existencia llena de estas y alegría. Amén. Debido a que las leyes presentadas son resumen del Yalkut Yosef en español, se puso al nal de cada ley un parentesis con los numeros de los incisos de los cuales fue extraido el resumen. R. Amram Anidjar
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Índice 15 20 26 30 36 44 50 53 56 60 61 64 66 67 67 69 72 78 84 87 88 94 104 110 120 124 128 132 134 138 139 144 147 147
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Cartas Prólogo Capítulo 57: Capítulo 58: Capítulo 59: Capítulo 60: Capítulo 61: Capítulo 62: Capítulo 63: Capítulo 64: Capítulo 65:
Decir y responder Barejú El Shemá Bendiciones del Shemá Concentración en las Mitzvot Precisión y concentración en el Shemá Pronunciar correctamente el Shemá Decir el Shemá sentado Errores en la lectura del Shemá Si entró al templo y la concurrencia estaba diciendo el Shemá Capítulo 66: Interrumpir el Shemá Capítulo 67: No recuerda si dijo el Shemá Capítulo 68: No interrumpir entonando cánticos Capítulo 69: Se completó Minián después de rezar Capítulo 70: Quién está exento de decir el Shemá Capítulo 71: El Onén con relación al rezo Capítulo 75: Recato durante la lectura del Shemá Capítulo 76: Pureza durante la lectura del Shemá Capítulo 84: Lectura del Shemá en el lugar donde se baña Capítulo 88: Lectura del Shemá en estado de impureza Capítulo 89: Horarios del rezo Capítulo 90-a: Llegar y salir del templo Capítulo 90-b: Rezar con Minián Capítulo 91: Presentación al rezar Capítulo 92: limpieza para rezar Capítulo 93: Preparación para el rezo Capítulo 94: Concentrarse en Israel Capítulo 95: Posición en la Amidá Capítulo 96: Evitar distracciones Capítulo 97: Actitud durante el rezo Capítulo 98: Concentración en el rezo Capítulo 99: Rezar ebrio Capítulo 100: Preparar los rezos de las festas
Índice 148 154 160 166 167 172 178 186 191 194 198 199 202 206 214 214 216 221 224 225 230 232 236 240 248 249 250 256 272 273 278 288 293 296
Capítulo 101: Idioma y pronunciación Capítulo 101b: Rezar sin pronunciar Capítulo 102: No pasar frente al que está rezando Capítulo 104: Interrupción durante la Amidá Capítulo 105: Cuando dice dos veces la Amidá Capítulo 106: Quién está obligado a rezar Capítulo 107: No recuerda si rezó Capítulo 108: Amidá de reemplazo Capítulo 109: Quién dice la Amidá con el ofciante Capítulo 110: La Amidá mientras viaja Capítulo 111: Juntar “Gaal Israel” a la Amidá Capítulo 112: Peticiones al comienzo de la Amidá Capítulo 113: Inclinarse durante la Amidá Capítulo 114: Alusión a las lluvias Capítulo 115: Bendición “Atá Jonén” Capítulo 116: Bendiciones desde “Hashiebenu” hasta “refaenu” Capítulo 117: Bendición de “Barej Alenu” Capítulo 118: Bendición de “Hashiba” Capítulo 119: Peticiones personales en la Amidá Capítulo 120: Bendición de “Retzé” Capítulo 121: Bendición de “Modim” Capítulo 122: Final de la Amidá Capítulo 123: “Osé Shalom” Capítulo 124: La Jazará Capítulo 125: Kedushá Capítulo 126: Errores en la Jazará Capítulo 127: Modim Derabanán Capítulo 128: Bendición de los Cohanim Capítulo 129: Cuando se dice Bircat Cohanim Capítulo 130: “Ribonó Shel Olam” en la bendición de los Cohanim Capítulo 131: Confesión “Ana” Capítulo 132: “Ashré” y “Ubá Letzión” Capítulo 133: “Barejú” en Shabat Capítulo 133b: Texto de los rezos Bircot Hashájar y Bircoot Hatorá
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Carta de apoyo del Rabino Ovadiá Yosef Shelita 18 de Jeshván, 5771
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on el corazón lleno de orgullo y alegría, constatamos hoy la traducción al español de la gran obra Yalkut Yosef, escrita por mi querido hijo, el Gran Rabino, estudioso y ejemplar virtuoso de la Tora, Rabino Itzjak Yosef Shelita, Rosh de la Yeshivá Jazón ‘Ovadiá, quien ha seguido mis pasos en el camino recto que le he trazado con el dictamen de las Halajot. Sus palabras están muy bien cimentadas sobre bases de oro, conteniendo ideas claras, precisas y profundas al comparar Halajá con Halajá de una forma correcta.
Podremos conducirnos y guiarnos con claridad en la vida en base a estos fundamentos, tal como ya lo hacen en muchos lugares que jan horas de estudio especiales de esta gran obra, Yalkut Yosef. Que Hashem esté siempre con él y que su grandeza se incremente,
llenando de honor a sus padres. La traducción al español fue realizada por Talmidé Jajamim importantes, quienes procuraron apegarse
elmente a su original en hebreo, sin hacer ningún cambio.
El coordinador de toda esta obra es el Rabino ‘Amram Anidjar Shelita de México, cuyos méritos han beneciado a muchas personas. Dichoso él y dichosa sea su participación en este proyecto. Bendigo aquí al querido señor, respetuoso de Jajamim, seguidor de Tzedaká y bondades, coronado con buenas cualidades, el Sr. Gabriel Hilu, quien tomó sobre sí la responsabilidad de la traducción de los libros de Yalkut Yosef con su grandiosa lantropía y generosidad. Que Di’s le colme de éxito para lograr difundir la Torá y Halajá, beneciando a la multitud con la palabra Divina y que el mérito de la Torá le proteja e ilumine a él con salud. Amén.
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Este es el lugar y el momento para motivar a las comunidades respetuosas de México y Latinoamérica para que se fortalezcan más en el estudio de la Halajá, ya que lo más importante de éste es aquel que
nos lleva a la acción, tal como dijeron nuestros sabios en la Guemará (Berajot 8:A): Dijo Rabí Jiyá Bar Amí, en nombre de ‘Ulá: “A partir de la destrucción del Templo, no encuentra Di’s regocijo, sino sólo en lugares en donde se estudia la Halajá”.
Sin duda alguna, el estudio profundo de la Guemará es de suma importancia y necesaria. Finalmente se requiere llegar a las conclusiones
Halájicas, tal como dijeron nuestros sabios en la Guemará (Kidushín, 40b): “La grandeza del estudio es aquella que lleva a la acción” y agrega la Guemará (Yevamot 109): “El que no hace, no valió su estudio”. La Guemará (Nidá 73a) dice, en nombre de Eliahu Hanabí: “Aquel que ja diariamente un tiempo de estudio de Halajot diario, se le garantiza su parte en el Mundo Venidero”. Aprendemos del Profeta Jabakuk que
las Halajot (Halijot) son nuestra forma de caminar por la vida.
He aquí que pongo mi bendición a todas las comunidades de habla hispana en México, Latinoamérica y España. Que el Zejut del estudio de la Torá los acompañe a ustedes y a vuestros familiares, proveyéndoles de larga vida, con bienestar y regocijo. Les deseo salud e iluminación espiritual, esperando que tengan placer y alegrías de vuestros descendientes y que tengan el mérito de subir a Yerushalaim para la
construcción de nuestro glorioso Templo en nuestros días. Amén.
El que suscribe y rma por el honor a la Torá y por el honor de mi querido hijo, el autor de esta obra.
Rabino ‘Ovadiá Yosef
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Carta de apoyo del rabino Itzjak Yosef 27 de tishré, 5771
E
s mi deseo bendecir a nuestro querido hombre de acción en apoyo a la Torá, coronado con valores, educación y bendiciones, el Sr. Gabriel Hilu de la ciudad de México, que con su bondadoso corazón ha decidido
tomar sobre sus hombros este importante proyecto, que contiene un gran
benecio para la multitud y la difusión de la luz de la Halajá: La traducción de la obra “Yalkut Yosef” al idioma español, promoviendo un grupo de Talmidé Jajamim para que editen y veriquen la Halajá, esmerándose en una traducción el a la fuente original y al mismo tiempo que no exista error alguno, Di’s libre. Asimismo, hemos de agradecer al Rabino Amram Anidjar Shelita de la ciudad
de México, por encabezar al grupo y tomar bajo su responsabilidad dicha traducción. Con la ayuda de Di’s, esperamos que pronto podamos bendecir y gozar de esta obra, la cual incrementará nuestros conocimientos de Torá.
Que Hashem le de fuerza y sabiduría para conseguirlo.
Creo oportuno este momento para señalar que desde que se inició la edición, con la ayuda de Di’s, de la colección “Yalkut Yosef”, jamos todas las noches media hora con mi señor padre y maestro, Rabino y gloria de
mi cabeza, el ministro de la Torá, la belleza de nuestra generación, nuestro Rabino ‘Ovadia Yosef Shelita. Juntos repasamos todas las Halajot de “Yalkut Yosef”, desde las leyes del amanecer, los rezos, la lectura de la Torá, el
respeto al Templo, el Bircat Hamazón, las bendiciones, los días de Shabat, festividades, las leyes de alegrías y Kashrut, teniendo el mérito y el honor de que nos haya dedicado parte de su valioso tiempo para aprobar todas las leyes que escribimos, con la ayuda de Di’s, así como las leyes que agregamos y concluimos de manera personal, entre ellas algunas de las
que Rab ‘Ovadia Yosef no incluyó en sus libros. Todo fue realizado con su consentimiento, de acuerdo a su opinión y apoyo. Cabe aclarar que el lántropo, el Sr. Gabriel Hilu, es el delegado de esta obra, por lo que debo advertir que nadie tiene el derecho de copiar, imitar o publicar cualquiera de estos libros, ni siquiera parte de ellos, sin nuestro
previo permiso.
Nuevamente bendigo a nuestro querido amigo, el Sr. Gabriel Hilu, deseándole que tenga todo lo bueno en la vida y que la fuerza y el mérito de la Torá lo protejan a él y a toda su familia, y que reciba todas las bendiciones escritas en la Torá para poder continuar difundiéndola y engrandeciéndola, Amén.
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Prólogo Introducción a la Halajá
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odo artefacto debe incluir su propio manual de uso. La máquina más perfecta del mundo es el ser humano y su manual se comprende en las Mitzvot y las Halajot que éste debe cumplir para dar un buen funcionamiento a su mecanismo como judío. Es un hecho que las leyes y las órdenes en general no son del todo agradables para el ser humano. Por ello, nuestros sabios establecieron que al nal de una clase de Torá se diga el texto Talmúdico: “Rabí Jananiá Ben ‘Akashía solía decir: Quiso el Todopoderoso beneciar al pueblo de Israel. Por ello, les dio tantas leyes”, aclarando de este modo que las leyes y las órdenes son para benecio de nosotros. Una de las cosas que nos detienen en el cumplimiento de las Mitzvot, es que éstas irrumpen en nuestro modo de ser y en lo cotidiano de nuestra vida diaria. Sin embargo, si supiéramos el benecio que nos dan en este mundo y en el venidero, lo haríamos con alegría y mayor facilidad. Otro factor que también nos detiene, es la falta de comprensión de por qué tenemos que cumplir con determinada Halajá. En ocasiones, al no encontrar la explicación y la lógica que se adecúe a nuestro entender, simplemente optamos por dejarlo de lado. La realidad es que la Halajá, lejos de carecer de lógica, está más allá de comprender la losofía y las explicaciones simples de nuestro entendimiento y más cuando se tratan de asuntos profundos y cabalísticos. Por lo anterior, la Torá nos aconseja: “Cúmplelas, y a medida que las hagas, irás comprendiendo su signicado y motivo, mas no esperes entender para hacer, ya que podrás pasarte la vida entera sin comprenderla, por lo que no la cumplirás jamás”. Es importante saber que, así como existen libros de Halajá, en los que sólo se habla de lo que tenemos que hacer, también tenemos aquellos libros que explican el porqué de lo que debemos hacer de forma simple o profunda, como el Ta’amé Hamitzvot, el Ta’amé Haminhaguim, etc.
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Prácticamente es éste el secreto de la frase “Na’asé Venishmá’” que pronunciaron elmente nuestros padres al recibir la Torá: “Primero la haremos y después escucharemos sus explicaciones”. Este mensaje se maniesta en la Mitzvá de Telín, el cual primero se pone en la mano, para simbolizar que primero hay que actuar. Después en la cabeza, cuyo mensaje es que después de actuar debemos estudiar para comprender lo llevado a cabo. Además, la Halajá determina que no se debe interrumpir entre la colocación del Telín de la mano y el de la cabeza, enseñándonos así que después de hacer, es bueno comprender lo que se hizo tan pronto como sea posible. El cumplimiento de la Halajá a veces es tajante, ya que no existe discusión ni duda alguna de cómo cumplirla. Sin embargo a veces, nos presenta varias opciones y varios rangos, dando la opción a cada uno de elegir el nivel de Halajá acorde a su medida. Esto se da principalmente cuando se trata de una Halajá o una costumbre sobre la cual hubo muchas opiniones al respecto. Por ejemplo, si la mayoría de los Rabinos opina que determinado concepto se permite y otros, aunque fueran minoría, aseveran que se prohíbe. En el contexto de la Halajá podremos leer lo siguiente: “El concepto se permite, pero según algunas opiniones, se prohíbe”, dándonos a entender de este modo que la ley ha determinado permitirlo, pero la gente cuyo su afán por acercarse a Hashem y Sus estatutos, pueden evitar llevarlo a cabo. Del mismo modo, cuando la Halajá dene que “El concepto se prohíbe, pero algunas opiniones lo permiten”, signica que lo correcto e ideal es no hacerlo, salvo en circunstancias que lo requieran, bajo las cuales se podrá apoyar en las opiniones que lo permiten. Este panorama da la opción a la gente de comenzar con lo básico, como la Halajá lo exige, y de ahí ir elevándose, procurando alcanzar la perfección del cumplimiento de la Halajá. Por otro lado, cabe aclarar que no se permite “Jugar al permiso”, es decir, buscar en cada libro quién permite cada concepto, de manera que, si él mismo lo prohíbe, comenzará la búsqueda por otro que sí lo permita. Así seguiremos buscando sólo los permisos para formar un “Shulján ‘Aruj” cómodo y accesible, y a nuestra conveniencia. Lo óptimo es hacernos de un solo Rabino, acorde a nuestra tradición, y seguir siempre esa línea de Halajá bajo cualquier circunstancia. R. Amram Anidjar
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Introducción 57: Únanse para alabar
Capítulo 57 Únanse para alabar
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uatro veces al día (dos en Shajrit y dos en ‘Arvit) el ociante invoca a la congregación a alabar a Hashem, diciendo “Barejú Et Ado-nay Hamevoraj” (“Bendigan a Hashem Bendito”), y el público le responde “Baruj Adonay Hamevoraj Le’olam Va’ed” (“Bendito Hashem bendito por siempre”). Este proceder lo aprendemos del versículo que dice “Ki Shem Adonay Ekrá, Havú Gódel Lelo-henu” (Devarim 26, 29), el cual explica Rabí Yosí (Yerushalmi Pesajim) que se reere a los que se reúnen en la sinagoga y dicen “Barejú” para unirse así en la alabanza a Hashem aclamada por el ociante. El texto anterior, mediante el cual bendecimos a Hashem, gura en el Midrash que explica que en el mundo Celestial los ángeles alaban a Hashem, cada uno con su cántico propio. Uno de estos ángeles, de nombre Israel, se levanta en el centro Celestial y dice “Barejú Et Ado-nay Hamevoraj”, y todos los demás ángeles le responden “Baruj Ado-nay Hamevoraj Le’olam Va’ed”. Por eso, en un intento de imitar este proceder, hacemos lo mismo durante el rezo (Otzar Hamidrashim, pág. 260). Uno de los mensajes que podemos aprender de todo esto es que, rezar y bendecir a Hashem debe hacerse en conjunto. Invoca a los demás para compartirlo, pues la grandeza del que invita a los demás al servicio de Hashem es inimaginable. Además, provoca que Hashem mismo le corresponda con gran bendición. Nuestros Sabios comentan (Taná Debé Eliahu 8) con relación a Elkaná, quien tuvo la bendición de tener como hijo al profeta Shemuel, que la virtud que tenía para merecerlo había sido que cuando subía al Templo ubicado en la ciudad de Shiló, no lo hacía directamente, sino que se desviaba a las pequeñas aldeas situadas en el camino y acampaba en el centro de cada una de ellas junto con todos sus hijos, familiares cercanos y personas que viajaban con él, creando un bello ambiente e invitando a todos a unirse para subir juntos a la casa de Hashem. Con el nuevo grupo que se le había unido, continuaba visitando el resto de las aldeas contiguas y al llegar todos juntos al Templo, el enorme grupo era digno de admirarse. Como él convocaba a la gente para acercarse a Hashem, Hashem lo premió con un hijo para que invoque a Hashem y así Él se acerque a la gente. Asimismo, quien lleva el cargo de ociante para elevar el alma de algún pariente cer cano y consigue que la gente se una a su alabanza respondiendo Amén y “Barejú”, lo benecia enormemente.
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Introducción 57: Únanse para alabar Finalizaremos esta introducción con un par de historias: Comenta el Midrash Tanjumá (hace unos dos mil años), que Rabí ‘Akivá tuvo un encuentro espiritual con el alma de cierto difunto, quien le describía el gran sufrimiento que pasaba desde que había fallecido. Además, se angustiaba de sobremanera ya que su único hijo no respetó debidamente su luto cuando murió y jamás mencionó Kadish por su alma. Rabí ‘Akivá se acercó a este hijo y le enseñó la Torá. Le explicó todo desde el principio y con innita paciencia: El Keriat Shemá’, la Telá, los libros sagrados, etc. y no descansó hasta conseguir prepararlo para que ejerza como ociante, enfocándose en su meta de que pronunciara “Barejú Et Ado-nay Hamevoraj” y toda la congregación le respondiera. Cuando fue un hecho, Rabí ‘Akivá soñó esa misma noche con el difunto, quien lo bendijo y le agradeció, comentándole que por el mérito de su hijo, pudo ingresar al Paraíso eterno. Hace un par de años ocurrió también una impactante historia, relatada por Rab Mordejai Gifter, el famoso Rosh Yeshivá de la ciudad de Cleveland, Ohio: Un alumno suyo estaba a pocos días de casarse en una ciudad lejana y le envió una invitación, así como a otros ocho compañeros de su Yeshivá para que lo acompañaran en este importante día de su vida. El Rab y estos alumnos viajaron animados para participar en esta gran Mitzvá. Sin embargo, en el trayecto se les avisó que debido a una tempestad, el avión no podría llegar a su destino, por lo que se vería obligado a aterrizar en otra ciudad próxima. El Rab y los muchachos se entristecieron de no poder asistir a la boda de su compañero, pero Rab Mordejai les dijo sin vacilar: “¡Hashem sabe lo que hace!”. Bajaron del avión, sintiéndose algo frustrados por el incidente. En el aeropuerto, se les acercó un maletero, los observó con sorpresa, pero no dijo nada. Sólo recogió el equipaje y lo colocó sobre un carrito, para detenerse nuevamente a observarlos. Caminó algunos pasos y se detuvo para mirarlos. Tres pasos más, se detiene, los cuenta y se detiene de nuevo, dejando asomar una lágrima sobre su mejilla. Después les suplicó si ellos podrían contestar a su Kadish. El asombro del Rab y sus alumnos fue enorme, “¿El maletero, judío?”. Los alumnos sólo esperaron respetuosamente para que Rab Mordejai diera su consentimiento. “¿De qué hablas?”, inquirió el Rab al maletero. “Soy judío” respondió el maletero, “y estoy muy alejado de mis raíces, pero ayer soñé con mi difunto padre. En mi sueño me regañaba por no haber mencionado Kadish por él jamás en mi vida, haciéndome comprender lo importante y necesario que era para su alma. Me atreví a preguntarle dónde podría conseguir un Minián para decir Kadish por él, estando tan lejos de cualquier comunidad judía. Mi padre me respondió que él se encargaría de eso. Ahora aquí están ustedes, nueve judíos, listos para completar conmigo el Minián y responder a mi Kadish”. Cada vez que Rab Mordejai contaba esta historia, nalizaba diciendo: “Fue el Ka dish más conmovedor y el Barejú más sincero que jamás escuché”. •
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Capítulo 57: Decir y responder Barejú
Capítulo 57 Decir y responder Barejú 1. 2.
Toda persona debe procurar rezar con Minián para así poder responder “Barejú”. (4) Cuando se reza sin Minián es apropiado decir antes de Alenu Leshabéaj el siguiente párrafo, escrito por el Jidá: “Amar Rabí Akiba, Jayá Ajat Yesh Barakia Ushmáh Israel, Veomédet Veemtza Harakia Veomeret: Barejú Et Ado-nay Hameboraj, Vejol Guedudé Mala Onim Veomerim: Baruj Ado-nay Hameboraj Leolam Vaed”. (4)
3. 4. 5. 6.
Después del Kadish posterior a la bendición de Yishtabaj, el ociante dice en voz alta: “Barejú Et Ado-nay Hameboraj”, la congregación contesta “Baruj Ado-nay Hameboraj Leolam Vaed”, y el ociante repite “Baruj Ado-nay Hameboraj Leolam Vaed”. (1,2) No hay diferencia si el ociante responde “Baruj Ado-nay Hameboraj Leolam Vaed” junto con la congregación o después de ellos. (3) Debe responder Barejú con la congregación incluso si no escuchó al ociante decir “Barejú Et Ado-nay Hameboraj”. (5) Al decir “Barejú”, el ociante del rezo debe inclinarse un poco, y erguirse al pronunciar el nombre de Hashem. (8)
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Capítulo 57: Decir y responder Barejú
7. 8. 9 9.. 10.. 10
Algunos acostumbran agachar el cuerpo cuando contestan Barejú, aunque según algunas opiniones no debe hacerse. Por lo tanto, quien así acostumbra tiene en quien apoyarse. (9)
No es es necesario ponerse de pie para responder Barejú. Barejú. Únicamente Únicamente se acostumbra ponerse de pie para responder Barejú después del Kadish al comienzo de Arbit de Shabat, ya que se recibe la Neshamá Yeterá, el alma original. (6) Después de Barejú, antes de las bendiciones del Shemá de Shajrit o de Arbit, no se debe interrumpir, ni para contestar Baruj Hu Ubaruj Shemó. No obstante, obstante, se permite contestar contest ar Amén a cualquier bendición. bendición. (7) Si no alcanzó a decir el párrafo de “Vehú Rajum” en Arbit y respondió al Barejú, deberá decirlo al nalizar la Amidá. (7)
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Introducción 58: Tiempo para rezar
Capítulo 58 Tiempo para rezar
E
n este capítulo abordaremos la importancia de respetar el horario y el tiempo del rezo. Como dijo el Re Salomón (Kohélet 3, 1): “Lakol Zemán Va’et” (“Todo tiene su tiempo y momento”).
Analizaremos Analizaremo s este concepto en base a lo escrito en el Séfer Yetzirá Yetzirá (libro (libr o atribuido a Abraham Avinu): “Todo lo que creó Hashem se divide en lugar, tiempo y persona”. Es decir, la creación está compuesta de lugares con diferente nivel d Santidad. Por ejemplo, los distintos grados de espiritualidad que hay en el mundo como espacio, planeta Tierra, Israel Yerushalaim, Har Habait, el Bet Hamikdash, el Kódesh y el Kódesh Hakodashim.
De la misma manera se dividen también los habitantes del mundo: Israel, Leví, Cohanim y Sumo Sacerdote. Lo mismo sucede con el tercer grupo: El tiempo. En el calendario judío, los días tienen distintos grados de Santidad: Los día de semana (Jol), días de Rosh Jódesh y Jol Hamo’ed, los días de festividades (Yom Tov), Shabat, y el máximo día de espiritualidad y energía – Yom Kipur. El objetivo es unir estos tres grupos para generar el mayor resultado positivo posible, es decir, el humano sagrado en lugar sagrado y en hora sagrada. Por ejemplo, el evento máximo era cuando, en el día de Yom Kipur, entraba e Sumo Sacerdote, al Kódesh Hakodashim. Era entonces cuando se unían estos tres conceptos en su mayor intensidad: El hombre más sagrado, en el lugar más sagrado y en el día más sagrado. De hecho, nosotros repetimos dicho sistema cada semana. En Shabat, cuando nos no s puricamos (en la Tevilá Tevilá el viernes), nos n os aseamos y vestimos con ropa exclusiva para Shabat, nos llenamos de alegría, paz y emoción. Así conseguimos el primer grupo: El del hombre como persona.
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Introducción 58: Tiempo para rezar Por su parte, la mujer se dedica a la preparación del segundo segu ndo grupo: La limpieza limpie za del hogar, cocinando los manjares exclusivos para Shabat, engalanando la mesa con manteles largos, utensilios de primera y un ambiente especial. Con eso se habrá conseguido el segundo grupo: El lugar. A una hora especíca, el viernes al anochecer, entra e Shabat, el cual recibimos en su debido momento. Es el tiempo en el que Hashem concluyó su creación y procedió a darse un “descanso”. Al respetar este horario, conseguimos el tercer grupo: El tiempo. De este modo, cuando nos sentamos en la mesa d Shabat con la familia, juntamos los tres grupos y generamos con ello la luz Divina de Shabat. Asimismo sucede cada mañana al levantarnos y decir el Shemá’, el cual tiene (como veremos en este capítulo), un tiempo especíco. Pasando por el mismo pro ceso mencionado arriba, nos levantamos por la mañana y hacemos Netilat Yadaim (el lavado ritual de manos), nos aseamos y nos vestimos adecuadamente con Tzeni’ut (recato). Así preparamos el elemento “cuerpo”. Después, nos dirigimos al lugar de rezo, el Be Hakenéset, el cual se cataloga como un Mikdash Me’at (pequeño Santuario). Al igual que en el Bet Hamikdash, en cuyo fondo se encontraba el Kódesh Hakodashim, y detrás de la cortina estaban las Lujot, así nosotros en el pequeño Santuario tenemos, al frente, el Hejal, y detrás de la Parójet, a la Sagrada Torá. Al centro se ubica la Tebá, la tarima, que hace alusión al Altar, el cual estaba ubicado en el centro del Tabernáculo. De este modo, las personas que rezan son como los Leviím que cantaban y tocaban en el Templo, y el Jazán es como el Sumo Sacerdote, que dirigía el servicio. Con esto alcanzamos el concepto lugar, para así obtener el segundo elemento. Lo que faltaría para integrar los tres conceptos es el factor tiempo. Para ello, se describe en este capítulo el horario especíco de la lectura del Shemá’, por la mañana y por la noche, y en general el horario de los rezos, los cuales equivalen al horario de los Sacricios que se ofrecían en el Be Hamikdash. Al respetar dicho horario, en el lugar sagrado y con la actitud adecuada, generamos generamos las principales tres condiciones para que nuestras plegarias se eleven con fuerza y lleguen hasta el Trono Celestial, y bajen bendiciones por estos mismos tres canales otorgándonos:
1. Salud física y mental, bienestar y alegría – al elemento cuerpo. 2. Buen sustento, paz en el hogar y abundancia – en el elemento lugar. 3. Horas buenas, llenas de felicidad, además de larga y provechosa vida – en el elemento tiempo. •
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Capítulo Capít ulo 58: 58: El Shemá
Capítulo 58 El Shemá 1. 2. 3. 4. 5 5.. 6. 7.
Es una Mitzvá Mitz vá de la Torá Torá leer el Shemá dos veces al día, una por la mañana y otra por la noche. (1)
Antes de decir el Shemá, debe pensar en cumplir la Mitzvá de la Torá de leer el Shemá. (7) Para cumplir cumplir la Mitzvá a la perfección, perfección, debe leerse dos o tres minutos minutos antes de la salida del sol, para comenzar la Amidá en la salida del sol. Si se puede hacer de esa manera, se considera una gran Mitzvá. (1) En caso de haber leído el Shemá después del despunte del alba, cumplió con su obligación. (1) Aquella persona que se quedó despierta toda la noche y quiere decir Shajrit con Minián después de la salida del sol, es correcto que recite el Shemá alrededor de dos minutos antes de la salida del sol. (1)
Si no pudo leer el Shemá y las tres Perashiot que lo componen con la salida salida del sol, tiene que apresurarse a leerlo lo antes posib p osible le y no esperar hasta los últimos minutos minutos aptos para poder decirlo. decirlo. (2) (2) El tiempo apto para decir el Shemá de la mañana concluye a la tercera hora temporal del día. día. Si no puede leer el Shemá dentro de este horario, debe leerlo con sus bendiciones durante la cuarta hora; no obstante, se anula esta Mitzvá de la Torá. Después de la cuarta hora, se lee el Shemá sin sus bendiciones. (3,4,6)
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Capítulo 58: El Shemá
8.
Existen dos opiniones opiniones respecto al cálculo cálculo de las horas temporales. Según el Maguén Abraham, se calcula a partir del despunte del alba, es deci de cirr, setenta y dos minutos minutos antes de d e la salida del sol, hasta la salida de las estrellas. Según el Gr”a, se calcula desde la salida del sol hasta la puesta. (3)
9 9..
Por tratarse de una Mitzvá de la Torá, lo adecuado es calcular el momento en que naliza el tiempo apto para decir el Shemá según la opinión opinión del Maguén Abraham, Abraham, es e s decir de cir,, comenzando desde el despunte del alba. Mientras que el cálculo para decir las bendiciones del Shemá se hace a partir de la salida del sol, según la opinión del Gra, ya que esta es una Mitzvá establecida por nuestros Sabios. (3)
10. 10. 11. 12.
En caso de necesidad se permite decir el Shemá calculando las tres horas a partir de la salida del sol. Sin embargo, en estos casos es apropiado decir el Shemá antes de Baruj Sheamar, para cumplir la Mitzvá según se gún todas las opiniones. opiniones. (3) Si se encuentra diciendo los Mizmorim y considera que pasará el tiempo apto para decir el Shemá según la opinión del Maguén Abraham, se permite interrumpir para recitarlo. (3) La persona puede decir el Shemá sin tener el Telín puesto antes de rezar Shajrit, si supone que no llegará a recitarlo en el horario según la opinión opinión del Maguén Abraham A braham.. No obstante, o bstante, antes de recitarlo se debe condicionar diciendo “Si no llego a decir a tiempo el Shemá en Shajrit, cumplo con mi obligación con el que voy a decir ahora. Sin embargo si llego a tiempo, que éste sea como una lectura de Torá”. (5)
13. 13. 14. 15.
Si no dijo el Shemá de día, no hay manera de reponer la Mitzvá. (8)
Se debe debe evitar recolectar Tzedaká Tzedaká en el momento en que se recita el Shemá, la Jazará o la lectura de la Torá, para que la congregación se concentre. (9) Se permite repartir perfume o tabaco t abaco con aroma, aroma, si esto no provoca que las personas hablen o se desconcentren, durante la Jazará. (9) 31
Introducción 59: El ascenso del rezo
Capítulo 59 El ascenso del rezo
E
l rezo está dividido en varios niveles. Está construido como una escalera de tipo tijera: En un lado hay cuatro escalones equiparados a los cuatro mundos en orden ascendente y comienza en el primer nivel, asignado al mundo ‘Asiyá, pasa por el segundo escalón, el de Beriá, para luego proceder al escalón de Yetzirá y llegar a la cima, donde está el rezo de la ‘Amidá, equivalente al mundo de Atzilut.
En este capítulo entramos al tercer nivel, el de Beriá, y para imaginarnos dónde estamos parados y el nivel al que llegamos, usaremos la maravillosa analogía que trae el Rab Pinkus (Néfesh Shimshón, página 36): 36) : “Cuando el Sumo Sacerdote llegaba al Templo Templo en YerusYerushalaim, pasaba por cuatro áreas de diferente nivel de Santidad. El primer lugar era el espacio Har Habait, al cual podía ingresar cualquier persona del mundo. Al avanzar, avanzar, pasaba por un portón y entraba a la segunda área, llamada ‘Azará, a la cual no podían entrar más que los judíos. Avanzando más, pasaba por otro portón y entraba en el Templo propiamente dicho, al lugar denominad Kódesh, en el cual entraban únicamente los Cohanim. Al fondo, tras una cortina, estaba el área más sagrada, llamada Kódesh Hakodashim, a la cual no podía entrar nadie más que el Sumo Sacerdote”. 32
Introducción 59: El ascenso del rezo Así debe sentirse una persona mientras reza: A medida que avanza en su rezo va prácticamente pasando por diversas puertas y niveles de acercamiento a Hashem. Por tanto, la primera parte del rezo, que son los Bircot Hashájar (Las bendiciones del amanecer) y los Corbanot (Las menciones de las ofrendas), equivale a la primera zona del Templo, e Har Habait, y al primer mundo en orden ascendente, ‘Asiyá. Luego, desde el Baruj Sheamar hasta el nal de Yishtabaj, pasamos y nos elevamos, para encontrarnos ya en el territorio de la ‘Azará, donde espiritualmente nuestra plegaria entra al mundo de Yetzirá. A partir de Yotzer, hasta la ‘Amidá, entramos al Kódesh y nuestra alma ya está inmersa en el mundo de Beriá. Y cuando ya llegamos a la ‘Amidá, tocamos el territorio de Kódesh Hakodashim ubicando nuestra alma totalmente frente al Trono Celestial, en el mundo de Atzilut. En otras palabras, empezamos el rezo como simples humanos, pasamos al grado de Yehudim y avanzamos al grado de Cohanim, para culminar con el nivel d Sumos Sacerdotes. Con base en este concepto están construidos todos los textos en cada parte de los cuatro “escalones” de la Telá. Es decir, en el primer nivel siento las bases de mi fe, reconociendo a Hashem como mi Creador, el cual me devolvió una vez más mi querida alma para despertar, me abrió los ojos y me dio de nuevo la posibilidad de vivir. En el segundo escalón, avanzo y entiendo que no sólo debo reconocer todo esto ante mí mismo, sino también hacer público mi agradecimiento. Por tanto, inicio una serie de alabanzas, como Halelu-yá… Halelú Et Hashem, “Alaben a Hashem todos”. En esta parte del rezo, nos dedicamos principalmente a contar y hacer públicas las maravillas d Hashem en el manejo de Su mundo.
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Introducción 59: El ascenso del rezo En el tercer nivel, del cual tratan los siguientes capítulos de este libro, aclaramos el amor mutuo entre Hashem y nosotros, diciendo, por ejemplo, “Ahavat Olam Ahavtanu” “Amor eterno nos amaste”, al cual respondemos con: “Veahavtá Et Hashem” (Nosotros también te amamos). Además, aclaramos en esta parte del rezo que no sólo agradecemos a Hashem y contamos sus maravillas ante todos como un gran Creador, sino que le nombramos nuestr Rey —en la parte del Shemá’, la cual gura en esta parte del rezo—, y nos comprometemos a servirle con lealtad “Ul´ovdó Bejol Levavjem”. Sólo entonces podemos avanzar al siguiente nivel, que es pararnos ante el Rey y pedirle que cubra nuestras necesidades, lo cual hacemos en la ‘Amidá. Con todo esto, podemos profundizar un paso más para aclararnos mejor el tercer nivel del rezo, el cual estamos tratando en estos capítulos. Y aunque no lo entendamos bien, por lo menos tendremos una idea de los “planos” con los cuales se construyó el rezo. Dice el Ben Ish Jai (Otzrot Jaim, página 55), basado en el Zóhar (Pekudé 260b): En esta parte del rezo, desde Yotzer hasta la ‘Amidá, estamos en el mundo de Beriá, y este mismo se divide en el Cielo en siete Hejalot [salas espirituales, en las que cada una de ellas representa un nivel de paraíso diferente, en el cual moran las almas meritorias de ese nivel]. Por tanto, esta parte del rezo también está dividida en siete subniveles: • De Yotzer a E-l Baruj, equivale al Hejal denominad Livnat Hasapir. • De aquí hasta Lae-l Baruj Ne´imot, pasamos al Heja ‘Étzem Hashamaim. 34
Introducción 59: El ascenso del rezo • De allí hasta Hamejadesh Betuvó, llegamos a Hejal Noga. • De allá hasta Ahavat Olam, alcanzamos e Hejal Hazejut. • Los párrafos del Shemá’ están en el nivel de Hejal Haahavá. • En el Emet Veyatziv culminamos con el Hejal Haratzón. • Y el versículo de Hashem Sefatai Tiftaj (“Hashem, abre mis labios para rezarte”) se halla en el nivel de la cortina que separa entre el Kódesh y el Kódes Hakodashim, para poder proceder al siguiente mundo, el de Atzilut. De nuevo, aunque es difícil imaginar y entender, hemos podido darnos una idea de la infraestructura del rezo y cómo nosotros, aunque estemos sentados o parados en un solo lugar físicamente, nuestra alma y nuestras plegarias van atravesando nivel tras nivel, mundo tras mundo, Hejal tra Hejal, hasta llegar frente al Trono Celestial. Sin lugar a dudas, si lo imaginamos y lo vivimos, nuestro rezo será diferente. •
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Capítulo 59: Bendiciones del Shemá
Capítulo 59 Bendiciones del Shemá 1. 2.
Si olvidó decir Bircot Hatorá y se acordó al terminar la bendición de Yotzer Or, en ese momento debe bendecirlas, antes de comenzar la bendición de Ahabat Olam, sin necesidad de decir Bircat Cohanim. (37) Si nalizó el “Vayosha” y en ese momento el ociante comenzó el Kadish que se menciona después de Yishtabaj, por lo que respondió Amén y Barejú, comenzando a continuación la bendición de Yotzer Or con la concurrencia y se percató que omitió la bendición de Yishtabaj, debe decirla entre Yotzer Or y Ahabat Olam, entre Ahabat Olam y el Shemá, o entre un párrafo y otro del Shemá. No obstante, si ya recitó la Amidá, ya no podrá decirla. (38)
3. 4. 5. 6.
Hay ciertas bendiciones que se dicen antes y después de decir el Shemá, si dijo el Shemá sin las bendiciones, debe repetirlo y bendecir. (15) Las mujeres deben decir el Shemá sin sus bendiciones tanto en el rezo de Shajrit como en Arbit, debido a que es una Mitzvá limitada por el tiempo. De igual manera, dicen Baruj Sheamar e Yishtabaj sin bendecir. (36) La primera bendición del Shemá empieza en “Yotzer Or” y termina en “Yotzer Hameorot”. Según algunas opiniones, al decir las palabras “Yotzer Or” debe palpar el Telín del brazo. (1,2) Se permite decir la Kedushá que se encuentra en la bendición de Yotzer Or aun si reza sin Minián. Por lo tanto, no es necesario entonarla debidamente, pero es conveniente hacerlo. (40)
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Capítulo 59: Bendiciones del Shemá
7. 8. 9.
La segunda bendición del Shemá es “Ahabat Olam”, la cual no comienza con “Baruj”. La costumbre Sefaradí es decir “Ahabat Olam” en Shajrit mientras que los Ahkenazim dicen “Ahabá Rabá”. Si por error dijo “Ahabá Rabá”, no debe repetir. (8,9) En el rezo de Arbit, tanto los Sefaradim como Ashkenazim bendicen “Ahabat Olam”. (9) Casi al término de la bendición de Ahabat Olam se dice “Komemiut Leartzenu”, a nuestra tierra, y no “Beartzenu”, en nuestra tierra, aun para los habitantes de Israel. Esto es, ya que la bendición se reere a los que habitan fuera de Israel, que ellos ameriten encaminarse con el cuerpo erguido hacia Israel. (14)
Orden de las bendiciones 10.
Si estaba diciendo las palabras “Hagadol Haguibor Vehanorá” y se confundió, de tal manera que no recuerda si se encuentra en la bendición de Yotzer Or y debe seguir “Kadosh Hú”, o en Ahabat Olam siguiendo “Batajnu”, debe continuar diciendo “Batajnu” en Ahabat Olam, ya que en caso de duda, no se permite bendecir. (41)
11. 12.
Si por error cambió el orden de las bendiciones tanto del Shemá de Shajrit como de Arbit, debe terminar la bendición en la que se encuentra y bendecir posteriormente la que omitió. (10) Quien dijo el Shemá de Arbit y sus bendiciones posteriores sin decir las bendiciones previas, no debe decirlas al nalizar la Amidá. (10) 37
Capítulo 59: Bendiciones del Shemá
13.
Si por error comenzó las bendiciones previas al Shemá diciendo “Asher Bidbaró”, y lo corrigió inmediatamente diciendo “Yotzer Or”, nalizando la bendición “Yotzer Hameorot”, es aceptado. De igual manera, en la práctica, en caso de no haberla corregido o de no haber nalizado correctamente, no debe repetir. (11)
14.
Si después del Shemá de Shajrit dijo “Veemuná Kol Zot” en vez de “Veyatzib”, nalizando “Gaal Israel”, no debe repetir. Asimismo, si se dio cuenta de su error en el momento que pronunció el nombre de Hashem al nalizar la bendición, debe terminar diciendo “Gaal Israel”. (12)
15.
Quien terminó de decir el Shemá y empezó la Amidá sin haber dicho la bendición de “Emet Veyatzib”, o si comenzó a decir “Emet Veyatzib” e interrumpió para contestar Kadish o Kedushá y no la terminó, al nalizar la Amidá debe decirlo completo con bendición. (32)
16. (42)
Quien duda si dijo las bendiciones del Shemá, no puede decirlas.
Interrumpir en el Shemá 17.
Si el ociante prolonga entonando la bendición de “Yotzer Or” en Shabat, y un concurrente se adelantó hasta “Shirá Jadashá”, tiene permitido ver sin pronunciar las Halajot escritas en su Sidur. De cualquier manera, el que lo evita, merecerá bendición. (34) 38
Capítulo 59: Bendiciones del Shemá
18.
Quien reza Shajrit con Minián, no debe contestar Amén a una bendición que escucha del ociante o de su compañero. No obstante, si terminó la última bendición previa al Shemá, “Shomer Et Amó Israel” en el rezo de Arbit, puede contestar Amén a la bendición del ociante. (3,24,25)
19.
Se permite interrumpir tanto a mitad de las bendiciones del Shemá como durante el Shemá para: • Contestar únicamente los primeros cinco Amén de cualquier Kadish. (21,26,27) • Contestar “Yehé Shemé Rabá” hasta “Yitbaraj”. (21,27) • Contestar “Yehé Shemé Rabá” hasta “Daamirán Bealma” si se encuentra entre una bendición y otra. (22) • Contestar Amén a la bendición de los Cohanim y a cada uno de los tres versículos posteriores. (16) • Responder a la Kedushá aun a mitad de un versículo del Shemá únicamente “Kadosh” y “Baruj Kebod”. (23,26) • Contestar Amén a las bendiciones de la lectura del Séfer Torá. (17) • Leer el Séfer Torá si en el Minián no hay otra persona que lo sepa leer. (18) • Impedir a su compañero que trasgreda una prohibición, ya sea insinuando o interrumpiendo. (19)
20.
Incluso el ociante debe interrumpir para contestar Kadish o Kedushá si se encontraba diciendo las bendiciones del Shemá o el Shemá, siempre y cuando esté seguro que podrá seguir el rezo en donde se quedó. Esto no se considera que molesta a los concurrentes, ya que ellos también están obligados. (30)
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Capítulo 59: Bendiciones del Shemá
21.
Si se encontraba entre un párrafo y otro del Shemá y escuchó el sonido de un trueno o vio el arcoíris, debe interrumpir para decir la bendición correspondiente, debido a que éstas son Mitzvot transitorias. Cabe aclarar que no debe únicamente pensar la bendición, ya que pensar no se considera decir. (28)
22. 23. 24. 25. 26.
No se permite contestar “Baruj Hu Ubaruj Shemó” desde el párrafo de “Shirá Jadashá” en la bendición de “Emet Veyatzib”. Así mismo, está prohibido mencionar los versículos que se dicen cuando se saca el Séfer Torá del Hejal. (33) Si es el único Cohén presente y se encuentra diciendo las bendiciones del Shemá, tiene permitido subir a la lectura del Séfer Torá. (18) Si dijo una bendición innecesaria del Shemá, no debe decir versículo “Baruj Shem Kebod”. (20) No debe interrumpir para contestar a la Kedushá que se encuentra en la bendición de Yotzer Or, ni para la Kedushá de Ubá Letzión. (40) Un Sefaradí que no contaba con Talit y Telín, comenzó a rezar y los consiguió al nalizar los Mizmorim, debe colocárselos con bendición entre “Yishtabaj” y “Yotzer Or”. De igual manera, si los consiguió mientras decía las bendiciones del Shemá, debe colocárselos bendiciendo entre un párrafo y otro. No obstante, si empezó el párrafo de “Vayomer” en el Shemá, debe vestir el Talit y colocarse el Telín y al terminar la Amidá los palpa y bendice por ellos. (31)
27.
Si consiguió el Talit y el Telín después de haber dicho “Gaal Israel” antes de comenzar la Amidá, debe colocarse el Telín sin bendecir. Al nalizar la Amidá, debe bendecir por el Talit y vestirlo y palpar el Telín y bendecir por él. (31) 40
Capítulo 59: Bendiciones del Shemá
28.
Un Ashkenazí que consiguió el Talit y Telín durante la lectura del Shemá o sus bendiciones, debe colocarse el Telín con bendición, y el Talit debe vestirlo sin bendecir, haciéndolo una vez terminada la Amidá. Asimismo, al haber empezado el párrafo de “Vayomer”, debe bendecir por el Telín y colocárselo. No obstante, entre “Gaal Israel” y la Amidá se lo coloca sin bendecir, haciéndolo después de la Amidá. (31)
29.
Quien siente desvanecimiento durante la lectura del Shemá o durante sus bendiciones, tiene permitido bendecir “Shehakol” y comer una porción de azúcar, sin que se considere interrupción. Si llegara a suceder durante la Amidá, debe pensar en la bendición y comer la porción de azúcar. (35)
30.
Si el ociante no puede continuar con el rezo, el que tome su lugar como ociante debe continuar donde se detuvo el primero. (39)
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Introducción 60: Observa y actúa
Capítulo 60 Observa y actúa
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l cumplimiento de las Mitzvot se divide en dos fases: la acción y la concentración. Cuando Hashem creó el mundo, nos dio una fórmula y una receta para hacer las cosas bien. Que quede claro: Hashem no necesitaba dar informe alguno al hombre sobre cómo hizo el mundo; sin embargo, lo dio sólo para trasmitirnos un ejemplo y un modelo a seguir, como un padre que dice a su hijo: “Observa y haz”. Entremos en detalles. La Creación Divina se dividió en dos fases, la celestial y la terrenal, tal como lo indica el primer versículo de la Torá: “Bereshit Bará Elo-him E Hashamaim Veet Haáretz”, “Al principio creó Hashem el cielo y la tierra”; en otras palabras, el mundo espiritual y el mundo terrenal. En el segundo día “trabajó” Hashem arriba, haciendo los Siete Cielos, los ángeles, etc. El tercer día trabajó abajo, haciendo el pasto, frutas y verduras. El cuarto día, fue de vuelta arriba: galaxias, constelaciones, estrellas, sol y luna. El quinto día, de nuevo abajo, creando peces, reptiles, aves, etcétera.
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Introducción 60: Observa y actúa Hasta aquí la Creación, por decirlo así, está equilibrada. Llega el último día de la Creación y, en su punto culminante, dice Hashem a los dos mundos, al cielo y a la tierra: Na’asé Adam, “Hagamos al hombre”, y toma Hashem polvo de la tierra e insua en él un alma del Cielo. Con eso integra Hashem el cuerpo y el alma, e hizo al ser vivo. Repetimos esta misma fórmula cuando nos aproximamos a cumplir una Mitzvá, la cual también está compuesta de una interacción física con cosas mundanas y terrenales, como ponerse Telín, mencionar palabras de rezo y de Torá, dar una moneda a un pobre, sentarse dentro de una Sucá, tocar el Shofar o comer Matzá. Todas estas y muchas cosas más son acciones terrenales. A ellas debemos insuar el alma, es decir, hacerlo con concentración, emoción y alegría, dando así vida a la Mitzvá. Es importante aclarar, como veremos en este capítulo, que muchas veces y de acuerdo con muchos comentaristas, la acción sin concentración no es totalmente inecaz y sí es válida, y de algo sirve. Pero todos nuestros Sabios concuerdan en que no hay nada mejor que agregarle el elemento Cavaná, concentración, para cumplir así nuestro “Na’asé Adam”. Por ello dijo el gran Rabino Don Itzjak Abarbanel (en su libro Yeshu’ot Meshijó): “Telá Leló Cavaná Keguf Lel Neshamá”, “Telá sin concentración, es como un cuerpo sin alma”. Es difícil rezar continuamente con una buena concentración, pero el esfuerzo vale la pena con tal de mantener siempre nuestra Telá viva. •
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Capítulo 60: Concentración en las Mitzvot
Capítulo 60 Concentración en las Mitzvot 1. 2.
Al cumplir una Mitzvá, se debe concentrar en que está cumpliendo con la obligación de realizarla. (1) Hay quienes opinan que aquel que realiza una Mitzvá sin concentrarse en que la está cumpliendo, aun así cumple con la obligación, por ser evidente el motivo por el que se hace. Aunque muchos se apoyan en esta opinión, es apropiado concentrarse en que se hace para cumplir la Mizvá. Esto es tanto para las Mitzvot de la Torá como para las dictadas por nuestros Sabios. (1,2,3,4)
3.
No es necesario decir expresamente que se cumplirá la Mitzvá, con excepción de la escritura del Telín, es suciente con pensar que lo que hará es con la nalidad de cumplir con la Mitzvá, con mayor razón en aquellas Mitzvot que se bendice previamente por ellas. De cualquier manera, muchos acostumbran decir “Leshem Yijud” antes de cumplir una Mitzvá para tener la debida concentración al llevarla a cabo. (5)
4.
En las Mitzvot que se cumplen entre una persona y su compañero, como Tzedaká o hacer favores, y en las Mitzvot que no está obligado hacerlas, como hacer Shejitá o extraer la Terumá, que sólo se hacen en caso de ser consumidos, no es necesario concentrarse en cumplir la Mitzvá. (6,7)
5.
Las Mitzvot que se cumplen sin hacer acto físico, sino que se realizan pronunciando un texto, hay quienes opinan que si no se concentró en ellas al momento de realizarlas, debe repetirlas. (8)
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Capítulo 60: Concentración en las Mitzvot
6. 7.
Quien al realizar una Mitzvá pensó en no cumplir con su obligación de esta, no la habrá cumplido. (9) Si bendijo “Al Ajilat Matzá” antes de comer la Matzá en la noche de Pesaj, esta se considera una excelente concentración para el cumplimiento de la Mitzvá. No obstante, si no dijo la bendición y no se concentró en la Mitzvá al momento de comer la Matzá, según algunas opiniones cumplió con la Mitzvá. Por lo tanto, quien opta por comer de nuevo la Matzá con concentración, no deberá bendecir de nuevo. (4)
8.
Al cumplir la Mitzvá de sentarse en la Sucá, vestir el Talit o colocarse el Telín, se debe pensar en el motivo por el que fuimos obligados a cumplir con la Mitzvá para que se considere cumplida. No obstante, según algunas opiniones esto es necesario únicamente para cumplir la Mitzvá de una mejor manera. (10)
9.
Quien va a leer la Meguilá para exentar a los demás de la Mitzvá, deberá anunciar previamente a los concurrentes que es necesario se concentren en cumplir con su obligación de leerla. (11)
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Introducción 61 y 62: Corrector de palabras
Capítulos 61 y 62 Corrector de palabras
D
espués de haber logrado la concentración tal como se explicó en el capítulo anterior y en su introducción, procedemos ahora a perfeccionar el modo de pronunciar las letras y las palabras del rezo de forma correcta y clara, para unir así boca y corazón. El Talmud (Berajot 15b) comenta respecto a la necesidad de dar a cada letra su espacio en la pronunciación (pausas), especialmente cuando, por ejemplo, hay una palabra que termina con la misma letra con que inicia la palabra siguiente. Por ejemplo, si leemos rápido y corrido la expresión “‘A Levavjem” (“Sobre vuestros corazones”), no se pronunciaría una de las dos eles, convirtiendo las dos palabras en una: “‘Alevavjem”.
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Introducción 61 y 62: Corrector de palabras Este concepto se aprende como dice Rabí Baruj Epstein, en su libro Baruj Sheamar: “Cuando la Torá especicó el material de las piedras preciosas que adornarían las cuatro hileras del Joshen, en la última hilera se observa una ‘Y’ de más. Dice la Torá que en la primera línea del Joshen irán las piedras Ódem, Pitdá Baréket. En la segunda… y en la última dice: “Se colocarán las piedras Tarshish ‘Y’ Shoam ‘Y’ Yashfé…’, donde gramaticalmente la primera ‘Y’ está de más. Y el motivo de que se haya introducido esta letra es que la segunda piedra, Shoam, comienza con la misma letra y pronunciación de la primera piedra, Tarshish. Y para que no suene, al momento de ordenar las letras, como Tarshishoam, se introdujo esta letra ‘Y’”. Por tanto, al igual que al escribir las letras del Shemá’ en el pergamino es necesario aislarlas una de la otra — ya que de lo contrario, cuando se pegue una letra con la otra puede llegar a invalidarse la Mezuzá, el Telín o el Séfer Torá —, también al leerlas debemos procurar pronunciarlas por separado, aislando una palabra de la otra. Además, al leer el Shemá’ o cualquier otro párrafo de la Telá, el hecho de omitir o agregar una letra puede cambiar el signicado. Por ejemplo, si en lugar de pronunciar la palabra Hashem Ejad, omitimos la Dálet y la remplazamos por la letra Resh (ya que son parecidas), cambiaríamos del signicad “Hashem es Uno” al de “Otro Hashem”. Y peor aún, si en vez de leer la palabra Le’obdó (con ‘Ain en la primera O) y la leemos Le’obdó (con Álef), cambiaríamos el signicado desde decir “Servirle a Hashem” a “Extinguir a…”. Y como ya dijimos, no sólo con el Shemá’, sino en el resto del rezo, como en el Kadish, la omisión de una letra puede tener graves consecuencias. Por ejemplo, si en vez de decir Veit´alé pronunciamos Veitalé, cambiamos de “Y se eleve el Nombre de Hashem” a “Que se ahorque…”. Y lo peor del caso es que nosotros, como público, ¡contestamos “Amén”!
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Introducción 61 y 62: Corrector de palabras Sé que todo esto prácticamente desmotiva a cualquier persona a rezar, en especial cuando se trata de un judío que nació en la diáspora y su idioma natal no es el hebreo, y cree que reza, aunque en realidad sólo tartamudea intentando pronunciar correctamente las palabras. Y siendo realistas, ya que tal persona difícilmente evitará el error y llegará a pensar que es mejor no rezar, pues así “no maldije ni bendije”. Aquí la pregunta es: ¿Estas personas tienen razón? Antes de dar una respuesta, analicemos una pequeña historia. Dicen de un hombre bueno y simple, creyente e Hashem y en el poder del rezo y de las bendiciones. De tal modo, cada Shabat, al regresar de la sinagoga, después de Kidush, se acercaban a él sus hijos y el hombre los bendecía con todo su corazón y desde el fondo de su alma. Un día, decidió este hombre progresar y, en lugar de bendecirlos en su idioma natal, empezó a hacerlo en hebreo con un versículo que extraería de la Sagrada Torá. Para ello, se aprendió de memoria una frase que el ociante cantaba en la Sinagoga con una agradable melodía. Y a partir de ese Shabat, así los bendecía. Sólo que el versículo que seleccionó trataba de los sacricios y sus palabras eran Elu Vaelu Nisrafín Bevet Hadeshen “Estos y esos serán quemados en el depósito de las cenizas”. Y por supuesto los hijos, ignorantes del signicado, con mucha emoción respondían: “¡Amén!”. Un día visitó esa aldea un Rabino, quien fue gustosamente invitado por el hombre aquel a pasar Shabat en su casa. Y después del Kidush, cuando el rabino se levantó para lavarse las manos, el hombre se dirigió a él y le dijo: • Un minuto, Rabino. Llegó la hora de la bendición de la semana. Imaginen la reacción del Rabino al escuchar que el hombre “quemaba” a sus hijos. Lo regañó, le reprochó y al explicarle el signicado del versículo, desmoralizó por completo a su antrión. Cabizbajo y triste, el pobre hombre se decepcionó de sí mismo y se dio cuenta de su gran ignorancia. 48
Introducción 61 y 62: Corrector de palabras Contó el mismo rabino que, en la noche, tuvo un sueño muy claro, en el cual desde el Cielo le reprochaban y lo regañaban, diciéndole: “Nunca existió una bendición tan potente de un padre a sus hijos como la de aquel hombre. Y cada vez que él decía Elu Vaelu, ‘Serán quemados’, se quemaban todos los decretos malos que los niños tenían pendientes por atravesar en sus vidas”. Con esto se nos aclara la respuesta. Cuando el rezo sale del corazón, debido a su pureza e intención, Hashem acomoda y arregla las letras, lo que será difícil alcanzar rezando sólo con la boca. Por tanto, lo mejor es hacerlo con pureza de corazón, la concentración de la mente y la perfecta pronunciación. Pero si esta última falla debido a nuestra falta de estudio por causa de fuerza mayor y como consecuencia de la larga estadía en la diáspora, por el hecho de rezar con corazón dispuesto y mente concentrada, Hashem reparará nuestras palabras incorrectas. Y el mismo Hashem que cambió en bendiciones las maldiciones de Bil´am, pese a que fueron planeadas con total mala intención, tanto y tanto más hará Él por nosotros, que tenemos intenciones puras para bendecirle y alabarle, al puricar y perfeccionar nuestras palabras. •
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Capítulo 61: Precisión y concentración en el Shemá
Capítulo 61 Precisión y concentración en el Shemá 1. 2. 3. 4. 5. 6.
Se debe leer el Shemá de Shajrit con el Telín puesto. No obstante, el Shemá que se lee antes de Shajrit, o en caso de fuerza mayor, por ejemplo, que de colocarse el Telín pasará el tiempo apto para decir el Shemá, puede recitarlo sin el Telín puesto. (13,14) Antes de leer el Shemá, debe concentrarse en cumplir la Mitzvá de unicar el nombre de Hashem, leyéndolo con temor, estremecimiento y conmoción. (1) Cuando lee el versículo de “Shemá Israel” debe concentrarse en recibir sobre él la soberanía Divina de Hashem. Si no se concentra en esto, no cumple con su obligación. Por lo tanto, debe esperar el tiempo que toma caminar aproximadamente dos metros y repetirlo. (2) Si se dio cuenta que no se concentró en el primer versículo mientras recitaba otro versículo, debe terminar el versículo que está diciendo y repetir desde el principio. (2) Se acostumbra cubrir los ojos con la mano derecha, incluso los zurdos y ciegos, mientras se dice el primer versículo, para evitar mirar lo que sucede a su alrededor impidiendo así una debida concentración. No es necesario retirarse los anteojos para cubrirse los ojos. (4) Es apropiado concentrarse en el signicado de las palabras: Adonay Elohenu- Hashem estuvo, está y estará; existe y da existencia a todo. Elohenu- Es nuestro D-os y nuestro rey. Ado-nay Ejad: concentrarse en la Mitzvá de unicar a Hashem. (2) Ejad, en la Alef- Hashem es único. Ejad, En la Jet- Hashem es único en los siete cielos y la tierra. Ejad, en la Dalet- Hashem es único en los cuatro puntos cardinales; y en un futuro todo el mundo reconocerá a Hashem como único. (5)
50
Capítulo 61: Precisión y concentración en el Shemá
7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14.
En la palabra Ejad, debe extender la pronunciación de las letras Jet y Dalet para concentrarse en lo antes mencionado. No debe extenderse más de lo debido y debe procurar pronunciar adecuadamente cada letra. (5,6) Algunos acostumbran mover la cabeza dependiendo lo que está pensando, para estimular la concentración. (5) En el primer versículo del Shemá, se debe pronunciar cada dos palabras juntas, es decir, Shemá Israel, Ado-nay Elohenu, Ado-nay Ejad. (3) Se acostumbra decir el primer versículo en voz alta, incluso el ociante del rezo, para tener más concentración. (3) Donde acostumbran decir todo el Shemá en voz alta para tener mayor concentración, que así procedan. Si se encuentra en una congregación donde lo dicen en voz baja, no debe decirlo en voz alta, para evitar confundir a los demás. (3) Cuando se dicen las palabras “Asher Anojí Metzavejá Hayom”, se debe percibir cada día como si la Torá fuera nueva y no sentir que por haberla escuchado anteriormente varias veces, ya no es querida. (19) Al pronunciar el último versículo “Aní Ado-nay Elohejem”, debe recordar la salida de Egipto. (16) El Shemá consta de doscientas cuarenta y cinco palabras y para completar doscientas cuarenta y ocho palabras, que es la misma cantidad de miembros del cuerpo humano, el ociante termina diciendo “Ado-nay Elohejem Emet”, donde cada individuo debe concentrarse en cumplir con su obligación. Si está rezando solo o en una congregación donde el ociante no conoce las leyes que le conciernen como ociante, debe nalizar diciendo esto por sí mismo.
15. 16.
Algunos Ashkenazim acostumbran decir “E-l Mélej Neemán” al principio del Shemá, cuando rezan individualmente, en vez de “Adonay Elohejem Emet” al nalizar. (17) Las mujeres también deben decir “Ado-nay Elohejem Emet” para nalizar. Además, es bueno que antes de leer el Shemá digan 51
Capítulo 61: Precisión y concentración en el Shemá “E-l Mélej Neemán”, ya que cuentan con doscientos cincuenta y dos miembros, y de este modo completarán doscientas cincuenta y dos palabras en el Shemá. (18)
Repetir el versículo del Shemá 17. 18. 19. 20. 21. 22.
Está prohibido decir el versículo del “Shemá” dos veces consecutivas, o repetir dos veces cada palabra. No obstante, si se está leyendo “Shenaim Mikrá Veejad Targum”, tiene permitido hacerlo. (8) Cuando dice el Shemá antes de dormir, puede repetir la Perashá completa. (8) Acostumbramos repetir siete veces el versículo “Ado-nay Hu Haelohim”, al término del rezo de Neilá, sin que se considere esto una falta. (8) Después de decir el versículo de “Shemá Israel”, se dice en voz baja “Baruj Shem Kebod Maljutó Leolam Vaed”. Si lo omitió y se percató de ello después de la Amidá, no es necesario repetir el Shemá. (9) Debe hacer una breve pausa entra la palabra “Baruj” y “Shem”, y reprender a quien no lo hace. De igual manera, debe pausar antes de empezar el “Veahabtá”, para diferenciar entre las dos Mitzvot. (9) El versículo de “Baruj” debe leerse así, Baruj, Shem Kebod Maljutó, Leolam Vaed. (9)
Entonar el Shemá 23. 52
Se debe entonar el Shemá con la tonada del Séfer Torá. (10)
Capítulo 62: Pronunciar correctamente el Shemá
24.
Hay que tener mucha precaución de no omitir alguna letra en el Shemá, esto normalmente sucede cuando termina una palabra con la misma letra que empieza la siguiente palabra, por ejemplo, “Al Lebabjem”; o cuando se junta la siguiente palabra que comienza con Alef, por ejemplo, “Vesamtem Et”. (10)
25.
Al leer el párrafo de Vehayá, hay que separar un poco entre “Vejará Af”. Además, hay que procurar destacar la letra Ain, sobre todo en la palabra “Ulobdó”; y la letra Zain, principalmente en la palabra “Uzjartem”. (11,12)
Capítulo 62 Pronunciar correctamente el Shemá
1. 2. 3. 4. 5.
En primera instancia se debe pronunciar cada letra del Shemá correctamente. Sin embargo, si lo leyó sin tomar esta precaución, cumplió con la Mitzvá. (1) Al decir el Shemá, debe hacerlo de manera que escuche lo que dice, incluyendo el versículo de “Vejará Af”. No obstante, si lo leyó en voz baja pero pronunció las palabras, cumplió con la Mitzvá. (2) Si por causas de fuerza mayor no puede decir el Shemá, deberá pensarlo para cumplir con la Mitzvá según la opinión del Maimónides. Sin embargo, tan pronto tenga oportunidad debe decir el Shemá debidamente. (3) El ociante del rezo debe decir en voz alta el versículo de “Shemá Israel”, para que reciban todos juntos la autoridad de Hashem. (4) Quien entra al Templo cuando la congregación está recitando el versículo de Shemá, debe decirlo con ellos. En caso de no haber rezado, es conveniente que se concentre en no cumplir con la Mitzvá de decir el Shemá en ese momento, hasta que lo diga con sus bendiciones. (5) 53
Introducción 63: La belleza en el camino
Capítulo 63 La belleza en el camino
E
l Keriat Shemá’, de preferencia, es bueno leerlo sentado para lograr así asentar también la mente. Pero l Torá nos permitió también leerla mientras recorremos los caminos, tal como lo dice el versículo: “Léela al anochecer y al despertar, sea sentado en tu casa o andando por el camino” (Devarim 6, 7). En la dimensión metafórica, esta ley tiene un mensaje importante: Sabemos que la lectura del Shemá’ consiste en aceptar el reinado de Hashem y desarrollar el amor por Él. Y esto se cumple al decir el Shemá’ y pronunciar la palabra Ejad, momento en el cual debemos pensar en el valor numérico de las tres letras y en el signicado de cada una de ellas. Al pronunciar la Álef, cuyo valor numérico es uno, nos concentramos en ese momento en que Hashem es Uno y el Único Rey. Y al pronunciar la Jet, cuyo valor numérico es 8, nos concentramos en que Hashem reina sobre lo Siete Cielos y la Tierra. Y cuando nalizamos pronunciando la Dálet, cuyo valor numérico es 4, debemos sentir qu Hashem nos rodea por los cuatro puntos cardinales. Después de que nombramos a Hashem el Rey de todo, procedemos al versículo de “Vehaavtá Et Hashem”, el cual se reere al amor que debemos sentir por el Hashem. Esta base de la relación entre nosotros y Hashem debe reejarse siempre, incluso mientras estamos sentados en nuestra casa —es decir, rodeados de nuestra familia que nos observa, el Rabino del templo que nos monitorea y la comunidad a la cual pertenecemos—. Esto nos da la posibilidad de llevar una vida apegada a Hashem más fácilmente.
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Introducción 63: La belleza en el camino Pero la pregunta es: ¿qué pasa cuando andamos por los caminos del mundo? Es decir, cuando nos toca viajar, llegar a lugares en los que no nos conocen; ¿qué pasa entonces con nuestra Telá, nuestro rezo, el Kashrut, la delidad, y todo lo demás? La Torá relata que Abraham y Sará, al llegar a la tierra d Kená’an y ver que sufría entonces de hambruna, decidieron bajar a Egipto. Y en la travesía del desierto, con el sol, el sudor y el calor, voltea Abraham Avinu y dice a su esposa Sará, después de varias décadas de estar casados, una frase que suena muy ofensiva: “Acabo de darme cuenta de que eres bella”. ¿Cómo puede ser que nuestro querido patriarca Abraham Avinu se exprese así? Explica el Ben Ish Jai: “Existen dos tipos de belleza; una es la que la mujer logra por medio de maquillaje, peinados, y vestimentas, y hay otra que es la natural. La diferencia se verá cruzando un desierto y pasando varios días sin posibilidad de arreglarse. Al ver Abraham Avinu que, a pesar del camino y todo lo que éste causa, la belleza de su esposa no se redujo y seguía bella como siempre, se asombró y dijo: Ahora sé que eres bella de por sí y no por el maquillaje”. Esta historia insinúa el mensaje que estábamos compartiendo, pues hay personas que tienen belleza espiritual po “maquillaje social”, por compromiso ante la gente que los rodea y por la vergüenza de cometer un pecado ante ellos. Es verdad que al nal lo cumplen, e incluso lo creen y lo sienten, pero es por aquel “maquillaje”. Pero hay otros que alcanzan este bonito nivel de por sí. Lo cumplen y lo hacen con amor y cariño, independientemente de si los ve alguien o no. La diferencia entre las dos clases de personas se verá en los caminos, cuando van de viaje solos, sin el “maquillaje social”. Si en algún lugar desértico logran mantener su belleza, los observa Hashem y les dice: “Ahora sé que eres bello, temeroso y el servidor”, insinuado todo esto en las palabras del versículo del Shemá’: Beshivtejá Beveteja, “Sentado en tu casa”, o Uvlejtejá Badérej, “andando por los caminos”. •
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Capítulo 63: Decir el Shemá sentado
Capítulo 63 Decir el Shemá sentado 1.
Se permite decir el Shemá sentado, parado, caminando, acostado de lado, pero no acostado boca arriba o boca abajo. Si se trata de un enfermo o una persona obesa que no puede recostarse de lado, es suciente con que incline un poco su cuerpo a un lado para poder decirlo. (1)
2. 3. 4. 5.
El versículo de “Shemá” puede leerlo parado mas no caminando. Si lo leyó caminando no deberá repetirlo. (2) Si se encuentra dentro de un auto o camión, se permite leer el Shemá mientras viaja, siempre y cuando no sea él quien se encuentra manejando. (3) Quien estaba sentado al momento de decir el Shemá de Shajrit y se puso de pie con intención de decirlo parado, se considera una falta grave. A pesar de esto, cumplió con la Mitzvá. (4) Según la Kabalá es apropiado decir el Shemá sentado, además que así puede decirlo con mayor tranquilidad. Si se encuentra de pie al decir “Yotzer Or” y preere seguir parado durante el Shemá, tiene permitido hacerlo. (5)
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Capítulo 63: Decir el Shemá sentado
6.
Si su compañero está dormido, es preciso despertarlo hasta que diga por lo menos el primer versículo del Shemá bien despierto. No obstante, si dijo dormitando el resto del Shemá, aunque no es lo correcto, habrá cumplido con su obligación. (7)
7.
Cuando se dice el primer párrafo del Shemá, debe evitar hacer señas con las manos, ver un libro o cualquier otro movimiento ajeno, ya que muestra que su lectura es supercial. Aun si hizo esto, habrá cumplido con la Mitzvá. (8)
8. 9. 10.
Según algunas opiniones, lo anterior también aplica en el segundo párrafo del Shemá. Aunque para asuntos de Mitzvá, se permite hacer señas en el segundo párrafo. (8) Cuando un menor perturba la concentración durante el Shemá o la Amidá, se permite hacer señas para pacicarlo, sin emitir palabras. De ser necesario, puede gesticular con sonidos para conseguirlo. (10) Si mientras dice el Shemá o la Amidá de memoria, se confundió y no puede continuar, tiene permitido insinuar a su compañero que le traiga un Sidur. Si se encuentra solo, puede caminar para traerlo aun en la Amidá. (11)
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Introducción 64: Seamos reyes
Capítulo 64 Seamos reyes
E
l orden de los tres párrafos del Shemá’ es: Shemá’ Vehayá y Vayómer, y debe haber un motivo para ello, ya que no va de acuerdo con la secuencia cronológica en la cual están escritos en la Torá, ya que en ella gura primero Vayómer, luego el Shemá’ y al nal Vehayá. En la Mishná (Berajot capítulo 2), Rabí Yehoshu’a Ben Corjá explica el motivo básico: “Primero, debemos aceptar el reinado de Hashem reejado en el primer párrafo del Shemá’. Posteriormente, pasamos a la lectura de los deberes del cumplimiento general de las Mitzvot, reejado en el segundo párrafo, que es el Vehayá. Y nalizamos con Vayómer, el cual habla del cumplimiento detallado de una Mitzvá”. Pero de una forma profunda, podemos encontrar otro gran mensaje reejado en este orden del rezo: El modo de actuar de un ser humano se divide en tres partes: acción, pensamiento y sentimiento. ¿Cuál es el orden correcto de proceder? ¿Con qué se comienza, con el sentimiento, quizá la acción, o es mejor usar primero la cabeza? Para responder, adelantaremos una pequeña introducción. Los tres órganos vitales del ser humano: cerebro, corazón e hígado, se encargan cada uno de otra función. En el cerebro está el pensamiento; al corazón atribuimos los sentimientos y el hígado es la “estación” de la sangre, y esta última se encarga del movimiento y la acción. Y las iniciales de los nombres de estos tres órganos y en este orden forman la palabra Mélej, Rey (cerebro - Móaj; corazón - Lev; hígado - Cabed = M.L.K., es decir, Rey). Pero en el orden alfabético de las sagradas letras aparece el orden al revés: K.L.M., y con estos datos ya podemos pasar al mensaje. En las cosas espirituales, hay que seguir el orden de las letras. Primero la K (el hígado-sangre-acción), es decir, cumplir las leyes, aunque no las entendamos ni conozcamos su gran signicado, y quizá ni sintamos nada por la Mitzvá.
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Introducción 64: Seamos reyes Luego, poco a poco vamos adquiriendo la L (el corazón y sentimientos), la cual causa que empecemos a sentir el amor y la emoción por la Mitzvá. Y al nal, a medida que vamos haciendo y sintiendo, comenzamos a escuchar, estudiar, aprender el signicado literal o profundo que esta misma contiene, alcanzando así la M (el cerebroentendimiento). Esta es la fórmula por seguir en el canal espiritual. Pero en el canal mundano, es decir, en todas las decisiones que tendrás que llegar a tomar en tu vida respecto a tu materialismo, matrimonio, etc., el orden es diferente, siguiendo la clave de: “Sé Rey” (M.L.K.) para así poder controlar y dominar tu vida y actuar correctamente. Usemos como ejemplo el hecho de elegir una pareja para casarte con ella. Algunos comienzan directamente con la acción y, después de aceptar el soborno carnal y el placer físico, empiezan a desarrollar un sentimiento por la posible pareja, y por el soborno y el sentimiento de amor, toman con la cabeza la decisión de casarse. Esta fórmula es muy riesgosa y tiene muchas posibilidades de terminar en fracaso. Otros comenzarán con la ilusión y el sentimiento del amor y, cegados por ellos, procederán a uno de los dos siguiente “canales”. Pero como el amor es ciego, y todo ciego puede tropezar, de nuevo se corre el riesgo de fracasar. El orden correcto para conducirse en la vida terrenal es: primero, asentar la cabeza, usar la mente, pensar y analizar si es lo adecuado o apropiado para mí, y después de que la cabeza haya decidido que sí, proceder a la activación del corazón para desarrollar los sentimientos y el amor. Y sólo al nal se abre el camino de la acción, para convertirnos así en reyes. Todo esto se halla insinuado en el orden del Shemá’, en el cual primero leemos el párrafo del Shemá’ donde se hace alusión al cerebro y por eso justamente contiene 48 palabras, que es el valor numérico de Móaj, “cerebro”. Luego procedemos al Vehayá, donde se repite varias veces el concepto de: “vuestros corazones”, el cual insinúa que, después del cerebro, debemos activar el corazón. Finalizamos con el párrafo de Vayómer, que habla especícamente de una acción (hacer y vestir el Tzitzit). Por eso, antes de leer el Shemá’ al acostarse, se adelantan tres palabras, donde la segunda insinúa y encierra todo lo dicho: El Mélej Neemán, “El Hashem Rey Fiel”, lo cual signica que no solamente Él es Rey, sino que nos pide también a nosotros que seamos reyes de nuestro propio mundo, siguiendo la fórmula de M.L.K. Y por eso, el título más honorable de Hashem es: Mélej Maljé Hamelajim, “Rey de reyes”, expresión que no se reere a los últimos reyes que quedaron en el planeta Tierra, sino a cada uno de nosotros, que logra ser rey de su vida, dominando y controlando su fórmula para tomar decisiones importantes para su vida. •
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Capítulo 64: Errores en la lectura del Shemá
Capítulo 64 Errores en la lectura del Shemá 1. 2. 3. 4.
Se debe leer el Shemá en orden. No obstante, si invirtió el orden de los párrafos, no debe repetir, pero si invirtió el orden de los versículos, no cumple con la Mitzvá de decir el Shemá y tiene que decirlo de nuevo. (1) Si comenzó cualquiera de los párrafos del Shemá con el segundo versículo y después dijo el primero, podrá continuar con el segundo versículo y seguir en orden. (2) Quien estaba diciendo el Shemá, y se dio cuenta de que se saltó un versículo, si sabe dónde estuvo el error, regresa a recitar desde ese lugar en adelante. Si no, regresa al principio de párrafo. (3) Si estaba diciendo el versículo “Ujtabtam” y duda si se encuentra en el primer párrafo o en el segundo, debe continuar desde el primero. Si puede identicar en qué parte del Shemá se encuentra escuchando lo que dicen los demás, debe seguirlos. (4)
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Capítulo 65: Si entró al Templo y la concurrencia estaba diciendo en Shemá
Capítulo 65 Si entró al Templo y la concurrencia estaba diciendo el Shemá
1. 2. 3.
Si por causas de fuerza mayor, tuvo que interrumpir la lectura del Shemá, por ejemplo, si había mal olor, debe continuar donde se quedó y terminar, aunque la interrupción sea sucientemente larga como para haber dicho el Shemá completo. (1) Quien dijo el Shemá completo pero con varias pausas, aunque hubiera podido decirlo todo en el tiempo que interrumpió, habrá cumplido con la Mitzvá, incluso si interrumpió hablando. (1) La persona que dijo el Shemá, entró al Templo donde están diciendo el Shemá, deberá cubrir sus ojos con la mano y recitar el versículo de “Shemá” y “Baruj Shem” para evitar dar la impresión que no quiere recibir la autoridad de Hashem con los demás. Es mejor que lea los tres párrafos del Shemá con ellos, recibiendo pago por leer Torá. (2)
4.
Si mientras está rezando una parte donde no puede interrumpir, por ejemplo después de recitar la bendición de Baruj Sheamar y la congregación comienza a decir el Shemá, debe cubrirse los ojos con su mano sin leer el Shemá, dando la impresión que lo está diciendo con ellos. (2)
5. 6.
Quien dijo el Shemá y el versículo de “Baruj Shem” con la congregación y después lo escuchó en otro Minián, tiene permitido decir de nuevo estos dos versículos, incluso inmediatamente. (3) La obligación de decir el Shemá con la concurrencia aplica únicamente cuando se dice el Shemá obligatorio. Por lo tanto, si escucha a la concurrencia decir el Shemá de la Kedushá, no tiene obligación de decirlo con ella. (4) 61
Introducción 66: Herencia judía
Capítulo 66 Herencia judía
A
continuación analizaremos la gran importancia de no interrumpir la lectura del Shemá’, a menos que se trate de algún caso extraordinario en el cual se permite una interrupción con ciertos límites, tal como se detallará en este capítulo. Este concepto de no interrumpir puede llevarse y trasladarse a un área de la vida, o mejor dicho, a los eslabones que forman la cadena milenaria del Pueblo Judío. Y para desarrollar la idea nos trasladaremos al origen del texto del Shemá’. Figura en el Talmud (Pesajim 56, 1) que antes de fallecer Ya’acov Avinu, reunió a todos sus hijos alrededor de su cama con la intención de revelarles importantes profecías. Pero antes quiso asegurarse de que sus doce hijos siguieran y dieran continuidad a la cadena de los Patriarcas y la Matriarcas, y al preguntarles le contestaron: Shemá’ Israel “Escucha, nuestro querido padre” (quien se llamaba Ya’acov y también Israel); Hashem Elo-henu, es decir, “Siempre estaremos apegados a Hashem, bien sea que se comporte con nosotros por el canal de Hashem, es decir, bondadoso y misericordioso, o sea que se comporte con nosotros por el canal de Elo-henu, con justicia estricta y pruebas duras; siempre será Hashem Ejad, siempre lo nombraremos nuestro Rey, quien es el único que reina en los Siete Cielos y en l Tierra, y nos envuelve desde los cuatro puntos cardinales”.
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Introducción 66: Herencia judía Al escucharlos, respondió Ya’acov Avinu: Baruj Shem Kevod Maljutó Le’olam Va’ed, “Bendito sea Su Nombre y que Su reinado perdure para siempre sin interrupción”. Desde entonces hasta la fecha, y con el favor de Hashem hasta el nal de los tiempos, procuramos seguir la tradición y la cadena judía de padre a hijo, sin interrumpirla ni cortarla (Hashem nos libre), para trasmitir las enseñanzas de nuestros patriarcas y matriarcas, quienes están representados todos en las letras que componen el nombre de nuestro pueblo: I.S.R.A.E.L., formado por las iniciales de todos ellos. La primera letra Yud hace alusión a Ya’acov y a Itzjak; la segunda letra, sin, alude a Sará; la tercera, pertenece a Rivká y Rajel; la letra Álef hace alusión a Abraham; y la lamed nal es la de Leá. Por eso el versículo del Shemá’ nos acompaña desde e Berit Milá, en el cual, antes de proceder a la circuncisión, el padre pronuncia en voz alta el Shemá’ Israel y todo el público contesta después de él, para simbolizar así el mensaje de que: “No interrumpí la cadena desde los Patriarcas hasta hoy, y aquí está mi hijo”, para realizarle la Milá. Y durante toda nuestra vida reiteramos este concepto día y noche al leer el Shemá’ sin interrupción, a n de que, al nalizar nuestra vida, en el último suspiro decir (o que nos digan) el Shemá’ Israel, para trasmitir con esto el mensaje: “Vine al mundo como parte de una cadena a la cual agregué varios eslabones, terminé mi misión y ahora me voy”. Que Hashem nos ayude a mantener esta cadena sin cortes ni pausas, salvándonos a nosotros y a nuestros descendientes de la asimilación, la cual justamente fue durante la historia el “corta-cadenas” y, en lugar de eso, alcanzar la gran bendición reejada en el Salmo (Tehilim 128, 6): “Uré Bani Levaneja Shalom Al Israel”, “Que veas hijos a tus hijos con paz, y pertenecientes al Pueblo de Israel”.•
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Capítulo 66: Interrumpir en el Shemá
Capítulo 66 Interrumpir en el Shemá 1. 2. 3. 4. 5. 6.
Quien escucha Kadish mientras dice el Shemá, interrumpe sólo para contestar los primeros cinco Amén del Kadish incluyendo “Yehé Sheméh Rabá” hasta “Yitbaraj”. En caso de encontrarse entre un párrafo y otro, puede contestar hasta “Daamirán Bealma”. (1) Si escucha la Kedushá durante la lectura del Shemá, incluso a mitad de versículo, interrumpe para contestar “Kadosh” y “Baruj Kebod” solamente. (2) No se permite interrumpir para contestar Amén a cualquier bendición cuando dice el Shemá, con excepción de las bendiciones de la lectura del Séfer Torá y la bendición de los Cohanim, en la cual debe responder Amén a la bendición y a cada uno de los tres versículos. (2,5) Si mientras dice el Shemá escucha un trueno o ve el arcoíris, debe decir la bendición correspondiente entre un párrafo y otro. (2) No se interrumpe cuando está diciendo el Shemá para contestar las trece cualidades de Hashem “Vayaabor”, o para decir los versículos que se dicen al sacar el Séfer Torá. (2) Si el ociante escucha de algún Minián próximo que dicen Kadish o Kedushá mientras el mismo dice el Shemá, debe responder únicamente si está seguro de que puede continuar su rezo donde lo habrá interrumpido. (3)
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Capítulo 66: Interrumpir en el Shemá
7.
Si un Cohén está diciendo el Shemá, tiene prohibido subir a la lectura del Séfer Torá, incluso si es el único Cohén y lo llaman por su nombre. En caso de haber únicamente diez hombres en el rezo, debe quedarse mientras sube un Israel en su lugar y deben anunciar que aunque hay un Cohén presente subirá un Israel. (5)
8. 9.
Quien se encuentra diciendo el Shemá y es el único que sabe leer el Séfer Torá, debe interrumpir para leer, sin necesidad de terminar el Shemá para no hacer que espere la concurrencia. (5) Entre el versículo del “Shemá” y “Baruj Shem” no puede interrumpe en lo absoluto. Esto aplica únicamente cuando dice el Shemá en su debido tiempo, por eso, en caso de decir el Shemá fuera de tiempo, por ejemplo, si reza Arbit temprano y va a repetir el Shemá a la hora correcta, tiene permitido interrumpir para contestar Kadish o Kedushá, incluso a medio versículo. (6)
10.
Quien ve a su padre o maestro entrar mientras recita los Mizmorim, el Shemá, Bircat Hamazón o Al Hamijiyá, está obligado a levantarse por respeto y honor a él, pero no debe saludarlo de palabra. Si se encuentra entre el versículo de “Shemá” y “Baruj Shem”, no es necesario pararse ya que cubre sus ojos con su mano y no lo ve, aun si escucha sus pasos. Si el padre se enojará si su hijo no lo saluda como debe de ser, puede el hijo interrumpir diciéndole Shalom. (7,9)
11. 12.
Si se encuentra diciendo el Shemá y su padre le pide un favor, debe alzar la voz para que su padre se dé cuenta que se encuentra en el Shemá. No obstante, al terminar de decirlo deberá cumplir la orden que le dio. (8) En el rezo de Shajrit, entre la bendición de “Gaal Israel” y la Amidá, no se puede interrumpir en lo absoluto. Si escucha Kadish o Kedushá, puede quedar en silencio escuchando al ociante para cumplir su obligación. Sin embargo, en Shajrit de Shabat, se permite contestar Kadish, Kedushá y Barejú entre Gaal Israel y la Amidá. (10,11) 65
Capítulo 67: No recuerda si dijo el Shemá
13. 14. 15.
Si los concurrentes están esperando juntar diez personas para comenzar juntos la Amidá, no deben hacerlo entre la bendición de “Gaal Israel” y la Amidá. (10) Para cumplir como debe ser la Mitzvá de decir el Shemá, debe decir en Shajrit “Emet Veyatzib” y en Arbit “Emet Veemuná” después de decir el Shemá. Si no lo hizo, cumple sin esfuerzo esta Mitzvá. (12) Aquella persona que se olvidó de decir “Emet Veyatzib” o que interrumpió a la mitad y no la terminó con su bendición, si se da cuenta en la Amidá, al terminarla dice “Emet Veyatzib” con su bendición. (13)
Capítulo 67 No recuerda si dijo el Shemá 1. 2.
Si no recuerda si dijo el Shemá, repite los tres párrafos y las bendiciones de antes y después, ya que ésta es una Mitzvá de la Torá, aunque las bendiciones fueron establecidas por nuestros Sabios. (1) Incluso quien dice el Shemá antes del rezo para no correr el riesgo de no decirlo a tiempo posteriormente, debe decir los tres párrafos del Shemá. (1) 66
Capítulo 68: No interrumpir entonando cánticos
Capítulo 68 No interrumpir entonando cánticos 1. 2.
En algunos lugares acostumbran entonar cánticos entre Baruj Sheamar e Yishtabaj. Esta costumbre debe anularse ya que se originó sin consentimiento rabínico. (1) De la misma manera, se debe anular la costumbre de aquellos lugares donde entonan cánticos durante las bendiciones del Shemá, ya que se considera una interrupción. (1)
Capítulo 69 Se completó Minián después que rezaron 1.
Si la congregación rezó sin Minián pero al terminar la Amidá llegó más gente hasta completar diez personas, pueden decir la Jazará con Kedushá y Cohanim, y al término decir Kadish Titkabal. (1) 67
Capítulo 69: Se completó Minián después que rezaron
2.
Si va rezar Arbit solo, puede juntar otras nueve personas que ya rezaron para recitar Kadish y Barejú, y al terminar la Amidá recitar Kadish Titkabal. No obstante, no se considera que rezó con Minián. (2)
Exentar a otros del Shemá 3.
El que no ha rezado puede exentar a otros que tampoco han rezado, incluso si saben rezar por sí mismos. Sin embargo, no se debe proceder así en las bendiciones del Shemá y la Amidá, ya que éstas son largas, por lo que se corre el riesgo de no concentrarse en cada palabra. Sólo en caso de no poder rezar por sí mismo se permite. (3)
4. 5.
El ciego también recita la bendición de “Yotzer Hameorot”, no obstante, no dice Bircat Halebaná, la bendición de la luna. (4) Se dice “Barejú” después de un Kadish cuando el Kadish se encuentra antes de una bendición, como la de Yotzer Or. Antes de decir Alenu Leshabéaj también se dice “Barejú” ya que éste se considera bendición. (5)
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Capítulo 70: Quién está exento de decir el Shemá
Capítulo 70 Quién está exento de decir el Shemá 1.
La mujer está exenta de decir el Shemá, aunque es apropiado que lo diga para aceptar la autoridad de Hashem y la responsabilidad de cumplir las Mitzvot. De cualquier manera, no se permite que diga las bendiciones del Shemá mencionando “Ado-nay Elohenu Mélej Haolam”. (1)
2. 3. 4.
Es apropiado instruir a los menores, a partir de los seis años de edad aproximadamente, a decir el Shemá en el horario correcto. (2) El novio está obligado a decir el Shemá incluso en la noche de bodas. Asimismo, en la mañana siguiente está obligado a colocarse el Talit y Telín para rezar Shajrit. (3) El que se encarga de las necesidades públicas está exento de decir el Shemá por lo que no necesita interrumpir su trabajo aunque se pasará el tiempo correcto de decirlo. Si al terminar su ocupación pasó ya el horario del Shemá y del rezo, deberá decir dos veces el próximo rezo condicionando que en caso de no ser necesario haberlo hecho, se considere éste como un “rezo de donación”. (4)
5.
Aquellas personas que se dedican a juntar fondos para instituciones, deben procurar cumplir con la obligación de rezar, ya que así tendrán mayor éxito en su misión. (5) 69
Introducción 71: El Shemá del Onén
Capítulo 71 El Shemá’ del Onén
L
eer el Shemá’ es un deber diario de cada Yehudí. Pero hay algunas excepciones en las cuales se nos exenta o no se nos permite decir el Shemá’. Por ejemplo, como se vio en el capítulo anterior, en el inciso 4, quien está ocupado haciendo una gran labor de benecio para todo el público y se encuentra en una situación de urgencia para resolver un gran problema o para liberar a un prisionero, etc., pero por detenerse para rezar el Shemá’ o la ‘Amidá pudiera afectar o arriesgar, e incluso demorar la cuestión, se le exenta de esta obligación a n de que siga con su gran labor. En este capítulo se tratará la ley del Onén, es decir, la persona que sufre el fallecimiento de uno de sus seres queridos cercanos y por los cuales debe guardar luto, pero que todavía no ha sido enterrado; se le denomina Onén desde la hora de recibir la mala noticia hasta el entierro. Figura en el Talmud (Berajot 17b): “El Onén está exento de Keriat Shemá’, de la Telá, de los Telín y de todas las leyes de la Torá”. Y explica Rashí que el motivo es que su mente no está asentada, pues se halla concentrada en el entierro. Y en el libro Pitjé Teshuvá (Yoré De’á 341, 9) dice: “Más importó a Hashem el honor del muerto que el suyo propio y, por tanto, nos exentó del rezo en el cual se expresan las alabanzas y los honores a Hashem, y ordenó al Onén que ahora se encargue de honrar al difunto”. También en el Yerushalmi (Berajot cap. 3) se lee que la exención para el Onén proviene de dos motivos principales: por honor al muerto y porque, al estar ocupado en hacer un Mitzvá —enterrar al muerto—, está exento de realizar otro (al igual que vimos en el caso de quien se ocupa de liberar a un prisionero).
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Introducción 71: El Shemá del Onén La diferencia entre los dos motivos sería que, en el caso que el doliente tenga quien se ocupe de todas las tareas del entierro (como sucede hoy en día, que las comunidades cuentan con una Jevrá Kadishá (organización cuyos miembros se encargan de todo, desde acompañar al agonizante hasta el entierro), conforme al primer motivo del Yerushalmi —por honor al muerto—, el doliente necesita guardar cierto respeto y concentración, e incluso derramar lágrimas por su fallecido, y no salir a trabajar ni a rezar, aunque otros se ocupen de las tareas. Pero de acuerdo con el segundo motivo del Yerushalmi, podría llegar a entenderse que la exención es condicional: si tienes que ocuparte de esta Mitzvá, te liberas del rezo; pero si otros se ocupan de llevar a cabo la Mitzvá, tú debes rezar. Y como no quedó claro en el Yerushalmi si son dos motivos separados o complementarios, esto generó la discusión Halájica en cuanto a la ley del Onén: ¿Qué pasara si la Jevrá se ocupa?, ¿Qué pasa si el doliente igual quiere rezar?, ¿Se le prohíbe o no? Al respecto, las tres opiniones básicas que se presentaron podrían resumirse así: • Rashí (Berajot 17b) y el Rambam opinan que el Onén está exento de todas las leyes. Pero si quiere cumplir una u otra ley, no se le reprocha. • La opinión del Tosafot y del Rosh es que el Onén no debe cumplir las leyes de ninguna forma, aunque quiera, especialmente si no hay nadie que se ocupe del difunto más que él, y si aun así procedió a hacer una Mitzvá se le reprocha y se le regaña, y se le obliga a dejarla y a ocuparse del entierro. • Otros legisladores Halájicos opinan que todo dependerá de si hay alguien que se ocupe del muerto, como la Jevrá, o no. En caso negativo, no tendrá permiso de cumplir las leyes, aunque quiera; y en caso de que alguien se ocupe del fallecido, si quiere puede cumplir las Mitzvot. Otros quisieron separar entre el cumplimiento general de las Mitzvot y la lectura de la Telá, la cual requiere de concentración que el doliente, en esos momentos, no tiene. La conclusión del Shulján Aruj, después de analizar estas tres opiniones, fue: “Al que le falleció un familiar por el cual debe guardar luto, aunque no tenga él la responsabilidad del entierro, está exento del Shemá’ y Telá. Y aunque quiera ser meticuloso sobre sí y leerla, no tiene el permiso para ello, a menos que tenga alguien que se encargue de todo el proceso del entierro. En ese caso, si quiso leerla no se le reprocha” (Óraj Jaim 71, 1). •
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Capítulo 71: El Onén con ralción al rezo
Capítulo 71 El Onén con relación al rezo 1.
Se le llama Onén a la persona que le falleció un pariente por el que debe guardar luto y todavía no ha sido enterrado, quedando exento de cumplir todas las Mitzvot de la Torá, incluso si la Jebrá Kadishá se encargará del difunto. Si el Onén quiere decir el Shemá o cualquier otra bendición, incluso las de antes y después de comer, no se le permite. No obstante, si delegó la labor de la sepultura a la Jebrá Kadishá, no se le debe reprender si dijo el Shemá. (1,7)
2. 3. 4. 5. 6.
Si el Onén escucha una bendición no debe responder Amén. No obstante, si contestó, no se le debe reprender. (3) Si el Onén vive cerca de un Templo donde se escucha Kadish o Kedushá, no está obligado a retirarse, aunque no debe responder. (24) Si el Onén bendijo por error, se le responde Amén. (4)
Lo correcto es que el Onén no escuche bendiciones del compañero para que lo exente, ya que él no debe decirlas. (5) Es preferible que el Onén no diga el Shemá que se dice antes de dormir con su bendición. No obstante, si quiere bendecir no se le debe reprender, siempre y cuando vaya a dormir antes de la medianoche, la sepultura se hará al siguiente día y el difunto se encuentra en manos de la Jebrá Kadishá. (28)
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Capítulo 71: El Onén con ralción al rezo
7.
De ser posible, es preferible avisar a los familiares del fallecimiento de su pariente hasta que hayan dicho el Shemá y la Amidá. No obstante, si estaba a mitad de la Amidá y le avisaron, debe terminar la Amidá. Lo mismo aplica si le avisaron a mitad de Bircat Hamazón. (6,18,19)
8.
En aquellos lugares donde no permiten hacer la sepultura antes de tres días del fallecimiento, los familiares deben comportarse normalmente hasta el tiempo en que van a encargarse del difunto. Mientras tanto, están obligados a cumplir todas las Mitzot, a excepción de colocarse el Telín el primer día. (8)
9.
En Shabat y Yom Tob no aplican las leyes de Onén, por lo que está obligado a cumplir con todas las Mitzvot. Debe rezar como siempre, decir Kadish, comer carne y tomar vino, decir las bendiciones antes y después de las comidas. No obstante, tiene prohibido tener relaciones maritales. (14)
10.
El Onén tiene permitido ir al Templo en Shabat, mas es propicio que no sea el ociante del rezo o lea el Séfer Torá. Sólo en caso de ser él el ociante jo y en caso de no hacerlo se demostraría su duelo notoriamente en Shabat, se permite que lo lea. (14)
11.
Al terminar Shabat, el Onén debe rezar Arbit antes que anochezca y hacer Habdalá sobre el vino únicamente, sin bendecir por el aroma ni por la vela. Si no hizo Habdalá, puede comer y beber, incluso si el entierro se hará el domingo, y deberá hacer Habdalá después del entierro. (14)
12. 13.
Si el Onén escuchó Habdalá de su compañero y se concentró en salir de su obligación, y su compañero pensó en exentarlo, no es necesario que haga él Habdalá después del entierro. (15) Un Onén no participa para completar Minián y no bendice Bircat Cohanim, aun si es el único Cohén, aunque sí se toma en cuenta para decir Kadish. Lo mismo aplica si en el entierro no hay diez hombres 73
Capítulo 71: El Onén con ralción al rezo mayores sin contar al Onén, él no debe decir Kadish, a menos que haya delegado completamente a la Jebrá Kadishá para hacer todo lo relacionado con el entierro. (20,24,27)
14. 15. 16.
Un Onén Cohén que subió a bendecir Bircat Cohanim, no lo deben bajar y puede bendecir. (27) En caso de rezar en casa del Onén, no deberán decir los concurrentes Viduy, el rezo de confesión. Sin embargo, si hay un Onén presente en Templo, debe decirse. (25) Si el Onén es menor de trece años, tiene permitido decir el Shemá, rezar, comer carne y beber vino. (13)
Después del entierro 17. 18. 19.
Si el Onén dijo el Shemá y nalizó el periodo de ser Onén antes de terminar el tiempo apropiado para decir el Shemá, es apropiado decirlo de nuevo sin sus bendiciones. (9,12) Mientras se acompaña al difunto a su entierro, se acostumbra que el Onén diga Kadish, incluso si es el único que lo dirá, ya que es para la elevación del alma del difunto. (10) Si el Onén comió pan hasta sentirse satisfecho, y terminó el entierro antes de que pasaran setenta y dos minutos desde que terminó de comer, no debe bendecir Bircat Hamazón. No obstante, es conveniente que al terminar la comida posterior al entierro, piense en exentar el Bircat Hamazón de lo que comió previamente. (11)
20.
Asimismo, si el Onén fue al sanitario y el difunto fue enterrado antes de transcurrir setenta y dos minutos, no deberá bendecir “Asher Yatzar”. (11,23) 74
Capítulo 71: El Onén con ralción al rezo
21. 22. 23. 24.
Después del entierro debe decir Bircot Hashájar y Bircot Hatorá. Sin embargo, si se acordó por la noche, después del rezo de Arbit, sólo debe decir Bircot Hashájar. (16) Si un pariente cercano fue enterrado un día después de su fallecimiento, por ejemplo, si falleció domingo y fue enterrado lunes, es apropiado que se coloque el Telín disimuladamente después del entierro, sin bendecir. (17) El Abel, deudo, participa para concretar el Minián según todas las opiniones. (20) Si falleció un familiar por el que debe guardar luto al término de Shabat, se enteró antes del rezo de Arbit y el entierro se realizará después de mediodía del domingo, no debe decir Arbit ni Shajrit, sino recitar solamente Minjá. Sin embargo, si se encuentra con la suciente estabilidad para concentrase en su rezo, puede decir la Amidá de Minjá dos veces, condicionando previamente la segunda Amidá como un rezo de obsequio, es decir, pensar que si está no era necesaria, se considere como un obsequio. (21)
25. 26.
Si el pariente cercano falleció en Rosh Jódesh y fue enterrado el mismo día, el deudo puede decir el rezo de Musaf y el Halel después del entierro, ya que el rezo de Musaf y el Halel pueden decirse durante todo el día. (22,24) Inmediatamente después de cerrar la fosa, es decir, al colocar los ladrillos sobre el difunto, incluso antes de cubrirlo con tierra, el deudo deja de ser Onén y procede a ser Abel. Por lo tanto, si todavía hay tiempo para rezar Shajrit y decir el Shemá, deberá hacerlo. No obstante, si transcurrieron cuatro horas después de la salida del sol, deberá decir Bircot Hashájar, Bircot Hatorá, Baruj Sheamar hasta Yishtabaj, el Shemá sin bendecir, y la Amidá. Después de mediodía, ya no deberá rezar Shajrit. (26) 75
Introducción 75: Vestimenta de luz
Capítulo 75 Vestimenta de luz
E
n este capítulo se tratará la importancia de rezar con vestimenta y no desnudo, y no ante una desnudez o falta de recato. Por tanto, dedicaremos esta introducción al tema del Tzeni’ut.
Conoceremos el origen de la falta de recato en la vestimenta y de esta misma, a n de extraer de ello su importancia y el resultado positivo que nos proporciona. La Torá relata que al nalizar Hashem la creación del hombre y de la mujer estaban los dos desnudos, pero no se avergonzaban; eran como dos bebés que no ven en su carencia de ropa algo malo. Posteriormente, fueron seducidos por la serpiente - el ángel S’M, y después de haber pecado, se avergonzaron y con las hojas de la higuera se cosieron una mínima cubierta. Y luego les cosió Hashem túnicas de piel. Al profundizar en todos estos hechos y sus mensajes, veremos qué tan actuales siguen siendo. Dice Rabí Yehoshu’a Ben Corjá (Bereshit Rabá 18, 19): “Al estar desnudos y convivir íntimamente, Adam y Javá despertaron la envidia, los celos de la serpiente - S’M, y cuando se fue el hombre a descansar (tal como lo especica Rabí Abá Bar Curiá), la serpiente aprovechó y seduj a Javá”. Con esto aprendemos que la desnudez y la falta de recato “activan” al instinto del mal para llevarnos a pecar. Luego, al darse cuenta Adam y Javá de que habían fallado en cumplir la orden de Hashem, por primera vez empezaron a sentir vergüenza. Y si antes del pecado el versículo dice: Lo Hitboshashu, “No tenían Bushá (vergüenza)”, ahora l Torá nos dice que ellos empiezan a esconderse y a cubrirse con las ramas del árbol, para luego coserse una cubierta con las grandes hojas de la higuera. Tal es el motivo de que la vestimenta se llame en hebreo Lebush, palabra compuesta por dos: Lo y Bosh, es decir, “Ya no tengo vergüenza”. Sólo que después de ser interrogados y juzgados por Hashem ante el acto pecaminoso que cometieron, dice la Torá que Hashem les hizo túnicas de cuero, como para decirles: “Al principio te veías como todos los animales del campo, desvestido como ellos. Pero entendiste muy pronto que eres alguien diferente y, por tanto, conociste el concepto de Lebush, ropa. Pero ustedes creen que basta con cubrirse la desnudez usando estas hojas. Yo les enseño ahora que no es así. Deben llevar una túnica completa”.
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Introducción 75: Vestimenta de luz ¿Cuál es la losofía escondida detrás del recato y de cubrir el cuerpo tan bello y perfecto que la persona puede llegar a tener? La respuesta es muy trascendental. La Guemará (Maséjet Jaguigá) comenta que la persona está compuesta de dos partes: la primera consiste en tres cosas que tenemos en común con los animales: comer y beber, procrear y hacer nuestras necesidades; y la segunda, en tres cosas que tenemos de los ángeles: hablamos, pensamos y caminamos erguidos. La parte animal se reeja en el cuerpo; la parte angelical se reeja en el alma. Y la pregunta más importante en la vida es: ¿cuál de las dos partes gobierna a la persona? El concepto de Tzeni’ut consiste en: “No me valores por mi cuerpo. No te cases conmigo sólo por mi belleza externa. No me contrates para un trabajo sólo por mi atractivo físico. Valgo mucho más. Poseo inteligencia, sabiduría, experiencia, don de palabra, cualidades, etc.”. Para eso cubrimos el cuerpo: para exhibir el alma. Por esta razón, en el momento de la boda, el rabino ordena al novio: “Mírala a los ojos y dile: Haré at…, ‘Eres consagrada para mí…’”. ¿Por qué hay que verla a los ojos? Explica el Rab Ya’acov Hilel: “Los ojos son las ventanas del alma y, por tanto, se dice al novio: ‘No la valores sólo como un cuerpo. Conoce su parte angelical y a ésta apégate’”. Creo que pocas mujeres en el mundo imaginan cuánto su físico impide que las conozcan y las valoren por sí mismas, al igual que a un millonario se le diculta conseguir verdaderos amigos, porque siempre tendrá la duda: “¿Me quieren a mí o a mi dinero?”. Y ella se preguntará: “¿Me quiere a mí o a mi cuerpo?”. Por eso, cuando ya estaban vestidos Adam y Javá, volvieron a tener intimidad, pero esta vez la Torá lo explica con las palabras: Vayeda’ Adam Et Javá, “Y conoció Adam a Javá”, para enseñarnos que sólo después de cubrir el cuerpo puedes llegar a conocer la verdadera y maravillosa identidad que posee la otra persona. Además, el Tzeni’ut nos brinda protección, tal como vemos cuando el rey moabita Balak contrató al malvad Bil´am, hombre que poseía dones malignos con su famoso mal de ojo y su poder de maldición para lanzar sus echas venenosas contra el Pueblo de Israel. Y a pesar de estas habilidades y luego de varios intentos, no lo logró: en lugar de maldiciones, expresó únicamente bendiciones. Y ante la pregunta de Balak: “¿Por qué no lo logras?”, contestó Bil´am: ´Ma Tovu Ohaleja´, haciendo ver a Balak la forma recatada con que vestía y vivía la gente de Israel, y explicándole con eso la protección que ésta brinda, como diciendo Hashem: “Si tú te cubres, Yo te cubro”. Por eso, sobre el versículo: “Y Hashem hizo para Adam y Javá túnicas de Or (cuero)”, en el libro de Rabí Meir Bá’al Hanés dice: “Túnicas de ´Or´, luz”, para enseñarnos que cuando nos cubrimos con ropa nos envolvemos con luz protectora. Como dice el Rey David en el libro de Tehilim (104, 5): ‘Ote Or Casalmá, “Te viste de luz como una túnica”. Cuidemos el valor del recato, especialmente cuando vayamos al templo a rezar y, por supuesto, también en la vida cotidiana, a n de no provocar al instinto del mal de que nos cause ´Bushá´ (vergüenza). Al contrario, vestirnos con Tzeni’ut nos llenará de un innito resplandor de luz y alegría. •
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Capítulo 75: Recato durante la lectura del Shemá
Capítulo 75 Recato durante la lectura del Shemá 1.
Está prohibido decir cualquier texto sagrado o palabras de Torá con el cuerpo descubierto de manera que su corazón pueda “ver” su órgano sexual, para esto, si la mujer usa vestido debe tener un cinturón que divida en dos el cuerpo, al igual el hombre con camisa y pantalón. Lo mismo aplica en caso de estar frente a otra persona desnuda. (1)
2. 3. 4. 5.
Esta prohibición aplica únicamente cuando saca de su boca textos sagrados, aunque si sólo piensa en ellos o en palabras de Torá, está permitido. Por lo tanto, se permite escuchar una plática de Torá cuando se está bañando, siempre y cuando no haya inodoro. (1) Se permite bendecir frente a un bebé recién nacido que está desvestido, mas no se permite leer el Shemá. (2) No se permite decir el Shemá o bendecir frente a una mujer que tiene descubierto ocho centímetros de su cuerpo, sea en la calle, en algún recinto o su esposa. (3) Lo anterior aplica aun si ve a una mujer con ocho centímetros de su cuerpo al descubierto en una televisión o espejo, es bueno evitar ver también una imagen o pintura. Esto es, debido a la prohibición de tener pensamientos indebidos e indecorosos, ya que “el ojo ve y el corazón desea”. (6)
78
Capítulo 75: Recato durante la lectura del Shemá
6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14.
Está prohibido para el hombre decir el Shemá o bendecir ante su esposa mientras amamanta con el seno descubierto. (12) Se prohíbe decir el Shemá y bendecir frente a una mujer casada con el pelo descubierto, incluso si es su esposa. (5) Se permite bendecir y leer el Shemá frente a una mujer soltera con el cabello descubierto. Asimismo, se permite decir el Shemá y bendecir frente a una mujer casada que no habitúa cubrirse el cabello, aunque ella esté transgrediendo una prohibición de la Torá. (5) Escuchar la voz de una mujer cuando canta se considera impúdico por lo tanto está prohibido leer el Shemá y bendecir cuando se escucha aun siendo su esposa, ya que se considera vano. Si oye la voz de una grabación o de la radio, es adecuado evadirlo. (17) Una mujer tiene permitido escuchar la voz de un hombre cantando, por eso se permite que las mujeres vayan al Templo y escuchen la voz del ociante mientras reza. (18) Un ciego, tiene permitido rezar o estudiar Torá frente a una mujer que no está cubierta adecuadamente, sin embargo, si lo puede evitar recibirá bendición. (10) Se permite rezar frente a una mujer vestida inadecuadamente si cierra sus ojos, voltea a otro lado o lee directamente del libro. Sin embargo, si está desvestida, entonces no servirá cerrar los ojos o voltearse. (8,9) Una mujer tiene permitido decir el Shemá o rezar, frente a otra mujer que viste sin recato, ya que la prohibición es sólo para el hombre frente a una mujer. (11) Quien dijo el Shemá y rezó frente a otra persona desnuda, deberá repetir el Shemá con sus bendiciones y la Amidá, ya que traspasó una prohibición de la Torá. 79
Capítulo 75: Recato durante la lectura del Shemá Si rezó frente a una mujer vestida sin recato, debe decir el Shemá sin bendecir, y repetir la Amidá condicionando que si no estaba obligado a repetirla que sea como “obsequio”, siendo conveniente además, que agregue alguna petición en la bendición de “Shemá Kolenu”. Si rezó escuchando a una mujer cantar, no necesita repetir. De igual manera, si rezó frente a una mujer casada con el cabello descubierto, puede no repetir. (13,17)
15. 16. 17.
Se permite bendecir y leer el Shemá frente a niñas de ocho años de edad en adelante que no están vestidas con recato, aunque es mejor que se voltee o cierre los ojos. (7) Cabe mencionar la obligación de los padres de no vestir a sus hijas sin recato y llevarlas así al Templo, pues debe educarlas desde temprana edad a vestirse recatadamente. En caso de ir al templo sin recato, debe enviarlas a la sección de mujeres. (7) Quien necesita ir a un banco pero el personal no viste recatadamente, deberá hacer su mayor esfuerzo por ir a otro banco donde vistan con recato o acudir únicamente para asuntos esenciales y de manera ágil y rápida, para evitar transgredir el observar lo indebido. (14)
18.
Si su padre lo envía de compras al mercado, donde las mujeres visten sin recato, tiene permitido ir de compras a otro lugar, incluso si el costo de la mercancía es mayor, cubriendo la diferencia de su propio dinero. En caso de no contar con suciente dinero para cubrir la diferencia, puedo hacerlo con dinero de Maaser. (15)
19. 20.
Si es invitado a una boda que se celebrará con hombres y mujeres mixtos no es necesario que asista, siendo suciente que esté presente en la ceremonia. (16) Se debe puntualizar que el hecho de ingresar una televisión al hogar y verla, provoca evadir el estudio de la Torá. Particularmente si tiene hijos en casa, ésta provoca que ellos salgan del camino que Hashem pide de nosotros. (6) 80
Capítulo 75: Recato durante la lectura del Shemá
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Introducción 76: Invitar a Hashem
Capítulo 76 Invitar a Hashem
E
n la Torá ordenó Hashem: Vehayá Majaneja Kadosh “Procura que siempre tu campamento esté limpio y puro” (Devarim 23, 15). Además, hay una ley referente a que todos los soldados, al salir a la guerra, llevaran entre sus herramientas y armas una pala, a n de que, cuando acamparan y necesitaran hacer sus necesidades, la usaran para cubrir con tierra sus desechos. Y sigue el Pasuk 15 diciendo: “Ya que Hashem está en tu campamento para siempre acompañarte y salvarte, por tanto tu campamento debe estar limpio y puro”. Así que las leyes de higiene y de lugares limpios en los cuales debemos estar y vivir, y tanto más rezar, no tienen solamente la intención de imponer reglas sanitarias sino también reglas de honor y respeto a Hashem. Y para visualizar mejor este tipo de relación entre Hashem y nosotros, comenzaremos con una pregunta básica: ¿dónde está la morada de Hashem, en el Cielo o también en la Tierra? Siguiendo el versículo del Rey David (Salmos 115, 15), el cual dice: Hashamaim Shamaim Lashem Vehaáretz Natán Livné Adam, “El Cielo es la morada d Hashem y la Tierra la dio para los seres humanos”, se entiende que la Casa de Hashem es Celestial y la nuestra es terrenal. Si es así, ¿por qué me preocupo tanto por el espacio en que estoy rezando, si al n y al cabo el rezo se parece a mandar un fax desde la Tierra hasta el Cielo? ¿Acaso al que recibe el fax le importa la suciedad del lugar del que fue enviado? La respuesta es que esto no funciona así. Es verdad que la morada de Hashem es el Cielo, pero nuestra misión y deber es invitarlo a ser parte de nuestra vida. Hashem no está en todo lugar y no con todas las personas.
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Introducción 76: Invitar a Hashem Hashem es un invitado; si lo invitas, viene, y forma parte de tu vida y es un miembro de tu casa. Siguiendo el ejemplo del invitado, comparémonos con un invitado terrenal. Imaginemos que invitas a tu casa a alguien honorable o a un Rabino importante. Aunque le abriste la puerta de par en par y lo recibiste con una gran sonrisa, si tu casa huele muy feo o hay incluso restos de suciedad sobre el piso, o la comida está podrida, o no e Kasher, y tu residencia está llena de estatuas o guras no recatadas, o los insultos y las groserías entre los miembros de la familia son parte de la casa, ¿cómo se sentirá el invitado? Lo más probable es que él anticipe su partida y se retire a la primera oportunidad. Lo mismo pasa con el Gran Invitado a nuestra vida, nuestro querido Hashem. No es suciente invitarlo y abrirle los portones de nuestra mente, sino crear a su alrededor un ambiente limpio y respetuoso, tal como Él se lo merece. Por eso la Halajá (y como se verá en este capítulo) nos detalla las condiciones mínimas que debe tener el lugar en el cual realizaremos nuestro rezo. Esto se reeja también en el término Kidush Hashem, que de forma literal se traduce como Santicación de Nombre de Hashem; o el contrario, Jilul Hashem, profanación del Nombre de Hashem. Pero en el sentido profundo, esto se entiende de manera distinta. Jilul se deriva de la palabra hebrea que signica “vacío”, y Kidush de la palabra que quiere decir “lleno”. Por ejemplo, cuando algo estaba lleno de santidad y se vació de ella, se usa el término Jilul; asimismo, al referirnos a alguien que ha profanado el sagrado día de Shabat, se dice que hizo Jilul Shabat, ya que vació la santidad del Shabat en ese momento. O un muerto que se denomina Jalal, igual que un sacerdote que se casó con una mujer inadecuada para él, él y su hijo son llamados ´Jalal´, ya que en ambos, tanto en el vivo como en el Cohén, había una cierta santidad, pero al perderla hicieron Jilul y se convirtieron en Jalal. Por tanto, el término Jilul Hashem cobra ahora un signicado distinto, ya que al invitar a Hashem a nuestra vida hicimos Kidush Hashem por el simple hecho de haber llenado de santidad el lugar donde rezamos y vivimos al invocar s Presencia Divina. Pero, al crear o estar en un ambiente sucio y negativo, provocamos que el Gran Invitado se vaya, ocasionando así un Jilul Hashem en ese lugar. Por eso nuestro deber es invitar a Hashem y hacer agradable su estancia, para que con un ambiente puro y ameno escuche nuestras plegarias. •
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Capítulo 76: Pureza durante la lectura del Shemá
Capítulo 76 Pureza durante la lectura del Shemá 1. 2. 3. 4. 5. 6.
Está escrito en la Torá “Y será tu campamento santo”, de lo cual se aprende que está prohibido meditar en asuntos de Torá o decir conceptos sagrados en el sanitario. Además, se debe evitar hablar vanamente en el sanitario. (1) Por lo tanto, cuando entra al sanitario es conveniente pensar en las cuentas de su negocio o leer el periódico aun si está escrito en hebreo, siempre y cuando no hable de asuntos de Torá, para evitar meditar en estos. (1) No se deben ingresar libros sagrados al sanitario. Si no tiene donde dejarlos fuera, puede ingresarlos dentro de las bolsas de su ropa y de ser posible, cubrirlo además con una bolsa de plástico. (2) Se deben respetar los libros de Torá, por lo que no pueden haber libros en un cuarto donde hay mal olor. Quien no es precavido en esto, se considera que está despreciando la palabra de Hashem. (3) Se permite introducir fotos de rabinos al sanitario. No obstante, se deben tratar con respeto. (2) Quien se encuentra a mitad de su estudio de Torá, tiene permitido entrar al sanitario, aunque no haya llegado a la resolución nal de la Halajá que esté estudiando. (4)
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Capítulo 76: Pureza durante la lectura del Shemá
7. 8. 9. 10. 11.
No se permite leer libros de gramática en hebreo basada en la Torá en el sanitario, ya que podría llegar a pensar en versículos de Torá. Tampoco se permite escribir canciones en el sanitario que contengan pasajes del Talmud, ya que llegará a pensar en temas de Torá. (5) Se puede pensar en el sanitario sobre asuntos de Mitzvá, por ejemplo, sobre caridad o los preparativos de Shabat. Incluso se permite dar caridad en el sanitario. (6) Está permitido pensar en asuntos de Torá en el sanitario para alejar de su mente asuntos indecorosos. (15) Hay quienes permiten cumplir una Mitzvá en algún lugar desaseado bajo causas de fuerza mayor, como tocar el Shofar o tomar el Lulab, sin bendecir por ellas. (8) Mientras tenga excremento humano a su vista, se prohíbe leer el Shemá, bendecir o pensar en Torá. Si se ubica a sus espaldas o a los lados, debe alejarse aproximadamente dos metros, siendo lo mejor dar la espalda. Si percibe el olor, debe alejarse hasta que no se perciba. Incluso de noche, debe alejarse como si fuera de día. Si recito el Shemá, debe repetirlo con sus bendiciones.
12. 13. 14.
Un ciego debe proceder de la misma forma que un vidente común. (7,9,10) Toda persona debe tener precaución de limpiarse apropiadamente después de hacer sus necesidades, con papel higiénico y posteriormente agua, para poder bendecir y mencionar textos sagrados. (20) Los menores de edad que no saben limpiarse bien, tienen permitido bendecir y mencionar versículos de Torá, ya que se permite con el propósito de poderlos educar. Además, se permite sentarse a su lado para bendecir o decir el Shemá, siempre y cuando no haya mal olor. (20)
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Capítulo 76: Pureza durante la lectura del Shemá
15. 16. 17.
Un enfermo que tiene una sonda, por lo cual su orina se desvía a una bolsa o recipiente de vidrio, tiene permitido bendecir, decir el Shemá y rezar, vestir el Talit y colocarse el Telín, si tiene sus prendas limpias y no hay mal olor. (25) Se permite decir el Shemá y bendecir ante excremento de perro. Si existe duda si el excremento es humano o de perro, se determina según lo común. (12) Se prohíbe decir el Shemá ante orina. Si desconoce si el contenido de un recipiente es orina u otro líquido, se permite decirlo. Esto, incluso en caso de haber menores de edad, por lo que es probable que sea orina. También puede cubrir el recipiente para decir el Shemá, siempre y cuando no haya mal olor. (12,17)
18. 19. 20. 21. 22.
Si se vierte ochenta y seis mililitros de agua sobre la orina, se permite decir el Shemá ante ésta. Si no está seguro de haber vertido esta cantidad de agua, se permite decir el Shemá frente a ella. (13) Si un menor se sienta sobre su bacinica, cubriendo con sus ropas la bacinica por completo, se permite decir textos sagrados frente a él, siempre y cuando no haya mal olor. Asimismo, no hay prohibición de decir textos sagrados frente a una bacinica nueva. (23) Se permite decir Bircat Hamazón frente al agua que se utilizó para lavarse los nudillos antes de bendecir. No obstante, es de devotos quitarla de la mesa o cubrirla. (19) Se permite estudiar Torá o decir el Shemá frente al agua que se utilizó para Netilat Yadaim de la mañana, aunque es de devotos evitarlo. Si vertió en ella ochenta y seis mililitros de agua limpia, no es necesario evitarlo. (19) Se permite rezar o decir el Shemá frente a tubos de drenaje, aunque es bueno que los pinte o los cubra con algún material, en especial si se encuentran dentro del Templo o la Sucá. Si éstos se encuentran fuera de su propiedad y consigue verlos por medio de una ventana o parecido, no hay necesidad de ocultarlos. (16) 86
Capítulo 84: Lectura del Shemá en el lugar donde se baña
23. 24. 25. 26. 27.
No se considera como excremento todo lo que desprende mal olor por naturaleza como el petróleo o chapopote, por lo tanto, aunque no es necesario alejarse de ellos para poder rezar, es de devotos hacerlo. (14) Debido a que los botes de basura de hoy en día no absorben la suciedad, se permite decir el Shemá y rezar frente a ellos, siempre y cuando no despidan mal olor. (18) Se prohíbe decir el Shemá o pensar en Torá frente a una granja o gallinero, por el mal olor que desprenden esos lugares. Si rezó o dijo el Shemá ahí mientras no había mal olor, no debe repetir. (11) No se permite bendecir, decir el Shemá o rezar en presencia de malos olores, aunque se encuentre en un lugar limpio. Lo que puede hacer es rociar algún aroma agradable, provocando que domine al olor. (21) Se permite que el Templo y el sanitario compartan una pared, siempre y cuando ésta no dé un servicio despreciable, como ubicar en ella el urinario; y evitar que llegue mal olor. (22)
Capítulo 84 Lectura del Shemá en el lugar donde se baña 1.
Se prohíbe hablar e incluso pensar en cosas de Torá en el lugar donde la gente se baña con agua caliente y la mayoría se encuentra sin ropa, también si se encuentra solo, considerándose este lugar como un sanitario. (1) 87
Capítulo 88: Lectura del Shemá en estado de impureza
2. 3.
En esta estancia no se permite saludar a su compañero diciendo “Shalom”, ya que éste es un nombre de Hashem. Sin embargo, se permite hablar de asuntos superciales, aun en hebreo. (1) Se prohíbe pensar en nombres santos o concentrarse en asuntos similares mientras se sumerge en una Tebilá de agua caliente. Con mayor razón, se prohíbe bendecir ahí. Si el agua de la Tebilá siempre está fría, se permite bendecir ahí si no se encuentra gente sin ropa. Si necesita bendecir y hay gente desvestida, debe voltear a otra parte para hacerlo. (2)
4.
Se permite hablar de asuntos Torá en la estancia destinada para que la gente se cambie de ropa junto a las playas, mientras no hay gente sin ropa frente a él. (3)
Capítulo 88 Lectura del Shemá en estado de impureza 1.
Se permite decir el Shemá, rezar, bendecir y estudiar Torá cuando se encuentra impuro por haber expulsado semen sin haber vertido 12.6 litros de agua sobre él o haberse sumergido en una Tebilá. No obstante algunos devotos acostumbran a sumergirse en la Tebilá o verterse en la regadera 12.6 litros de agua antes de rezar. (1) 88
Capítulo 88: Lectura del Shemá en estado de impureza
2.
Se le permite bendecir, rezar y estudiar Torá a la mujer que se encuentra en estado de Nidá y no debe evitarlo. Aquella mujer que acostumbró abstenerse de rezar o bendecir cuando se encuentra impura, debe anular esta costumbre, sin necesidad de llevar a cabo “Hatarat Nedarim”, anulación de sus promesas. (2)
Obligación e importancia del rezo 1. 2.
Es Mitzvá de la Torá rezar diario, como dice el versículo: “Servirán a Hashem”, lo cual interpretaron nuestros Sabios que se reere al rezo, como está escrito: “Y servirlo con todo su corazón”, el servicio del corazón es el rezo. (1) Los Sabios de la gran asamblea junto con Ezrá y su juzgado, establecieron dieciocho bendiciones, con la intención de que todos las dominen. Las tres primeras son alabanzas a Hashem, las intermedias son peticiones, ya sean individuales o grupales, y las tres últimas son de agradecimiento. (1)
3. 4.
Es obligación de la Torá rezar una vez al día, pues del mismo modo que precisamos comer y beber a diario, es necesario rezar y pedir por nuestras necesidades todos los días. Nuestros Sabios establecieron la obligación de rezar tres veces al día. (1,5) Aunque la obligación de rezar una vez al día es de la Torá, el Talmud (Berajot 26a) comenta que la falta por no haber dicho el Shemá por la noche, por la mañana, o no haber rezado por la mañana o noche, no tiene remedio alguno. Sólo en caso de no haberlo hecho por causas de fuerza mayor, puede remediarlo rezando dos veces el próximo rezo. (6) 89
Capítulo 88: Lectura del Shemá en estado de impureza
5 5..
Nuestros Sabios no establecieron bendición previa a la Mitzvá de rezar por los siguientes motivos:
a. Es una Mitzvá que no tiene un tiempo determinado. b. No se bendice por una Mitzvá que se cumple todo el tiempo. c. No se bendice por una Mitzvá que se lleva a cabo mediante una
bendición, como es el caso de Bircat Hamazón, Kidush o Habdalá.
d. Lo principal del rezo es la concentración en el mismo, y no se
bendice por Mitzvot Mitz vot donde lo principal principal reside en lo que uno piensa. (8)
Importancia del Rezo 6.
El rezo con concentración tiene la fuerza de cambiar decretos Divinos, ya que por medio del rezo la persona cambia y se acerca a Hashem, se santica y se eleva delante de Él. El fundamento del rezo es para que quede claro en la mente de la persona que todo depende de Hashem, para temerle y ser sumiso ante Él. (9)
7. 8.
Es propicio rezar para que Hashem nos ayude a temerle a Él y al pecado, para que los hijos hijos sean educados con ese temor y con el gusto por estudiar Torá. (9,12) Dijo Hashem a Israel: “No existe nada mejor que el rezo, incluso si no es digno para que su rezo sea respondido, siendo que reza y suplica mucho, le hago el favor” (Midrash Tanjumá Vaerá). Además, está escrito “Hashem no rechaza el rezo de ninguna ninguna creación” creación” (Midrash (Midrash Rabá Vaetjanán). (10)
9 9..
El rezo es más importante que todos los sacricios, ya que el rezo con concentración concentración y en su debido tiempo, perdona pecados que no se
90
Capítulo 88: Lectura del Shemá en estado de impureza perdonan con los sacrici sacricios. os. Asim A simismo ismo,, el rezo es una de los conceptos sobre los que el mundo se sostiene, siendo más importante que las buenas obras. (10)
10.. 10
En el momento que el pueblo de Israel se reúne en el Templo Templo y contesta “Amén, Yehé Shemé Rabá Mevaraj” con concentración y con todo su vigor, Hashem rompe decretos malignos contra el pueblo de Israel. Aquel que reza con concentración y temor, amerita la vida en el mundo venidero. (10)
11. 12.
Quien se esfuerza por estudiar Torá y aumenta sus rezos, se le cumplen sus pedidos; y aquel que alarga su rezo, es respondido y se alargan los días de su vida, aun si no es merecedor de ello. Además, debe ser precavido de rezar en el Templo. (11) Quien sobrelleva un sufrimiento mayor, es conveniente comentarlo a las multitudes, para que ellos pidan clemencia por él. Todo el que q ue pide clemencia por su compañero cuando el mismo precisa de lo que pide, será respondido primero. Asimismo, la persona debe conar en el favor de Hashem, mas no en sus propias acciones. (11)
13.
Ciertos motivos hacen que el rezo sea recibido:
a. Apreciar a sus vecinos b. Acercar a sus parientes c. Prestar cualquier cantidad monetaria al pobre cuando la necesita d. Pasar por alto lo que los demás le hacen e. Hace a un lado sus deseos por honor a Hashem f. Rezar mucho g. Dar caridad (11)
14.
Se debe tener precaución y cuidar su boca para no hablar mal de los demás, mentir y no hablar indecorosamente, de este modo su rezo será recibido. (11) 91
Introducción 89: El rezo matutino
Capítulo 89 El rezo matutino
L
os Patriarcas establecieron el concepto de tres rezos al día, lo cual, como vimos, también realizaban el Rey David David y el profeta Daniel. Daniel. Pero nuestros Sabios establecieron el horario de cada uno de los rezos para poner límites a cada uno, es decir, desde y hasta cuándo rezar. Ellos se basaron en el horario de los sacricios para marcar el horario de los rezos correspondientes. En el caso del rezo de la mañana, Shajrit, comienza desde el amanecer, y su rezo de ‘Amidá ‘Amidá desde Netz Hajamá, Hajamá, “desde que despunta des punta el sol”. sol”. En muchos escritos se habla de la importancia de rezar a esa hora. Como dice la Guemará (Berajot 9b), en nombre de Rabí Yojanán, la gente humilde y amante del cumplimiento de las Mitzvot se programaba cada mañana para nalizar la lectura del Shemá y comenzar la ‘Amidá a esta misma hora temprana. Aunque no se s e estableció est ableció como obligación obligación,, sino como una excelente excelente costumbre que tiene muchos benecios, de las palabras de Maimónides (Halajot Keriat Shemá, 1, 11) se entiende que el rezo de la mañana se estableció para esa hora; y sólo en caso de que uno pierda este horario, está permitido decirlo cirlo después. despué s. Los motivos de este horario matutino se basan en el concepto de Zerizim Makdimim Lamitzvot, “La gente ágil y respetuosa de Di’s, cuando se le presenta la ocasión de realizar una Mitzvá, procura llevarla a cabo desde el primer momento posible” (Pesajim 4a), demostrando con ello el apego y el cariño, y por supuesto la disposición para cumplir cumplir el servicio Divino. Divino.
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Introducción 89: El rezo matutino Así lo vemos con Abraham Avinu: cuando Di’s le ordena realizar la ‘Akedat Itzjak, dice el versículo: “Y madrugó Abraham por la mañana” (Bereshit 22, 3); y sobre el servicio de Aharón Hacohén en el Templo, cuando debía encender el candelabro y poner el incienso, dice el versículo: “Y lo hará Babóker, Babóker, Babóker (por (p or la mañana, por la mañana)” mañana)” (Shemot 30, 7), donde la repetición señala la hora muy temprana para hacerlo. hacerlo. Además, debido a que los rezos remplazaron a los sacricios, antiguamente se llevaba un cordero u otra especie de ofrenda, lo que implicaba un sacricio monetario. Pero levantarse temprano para el servicio a Di’s implica un sacricio físico, ya que uno renuncia a algunas horas de sueño o deporte, o de madrugar para hacer dinero, etc., con tal de servir al Creador, Quien corresponde con salud, abundancia y bienestar. Además, dice la Guemará (Berajot 29b): “La persona no debe rezar de una forma ja”. ja”. A estas e stas palabras se dieron varias interpretaciones, interpret aciones, entre ellas, ellas, que el rezo no debe hacerse de forma ja y rutinaria, como una carga sobre uno. Pero otra explicación, basada en un comentario de Rashí, dice: “Al rezar cada día a la misma hora, el rezo se convierte en jo y monótono”. Sin embargo, al rezar con la primera luz del día, debido a que ésta cambia día a día su horario —y ni hablar de los cambios que se presentan hoy con el horario de verano o de invierno—, eso causa c ausa que cada día ese horario sea diferente, y, por tanto, se rompe la rutina y se refresca la emoción. Este cariño por Di’s, Di’s, reejado en el acto ac to de madrugar para el servicio Divino, Divino, nos lleva a otro concepto Halájico que se verá en este capítulo, el cual consiste en no saludar amablemente a nadie antes de “saludar a Di’s”, no comer ni desayunar ni dar al cuerpo su “combustible” antes de dar a nuestra alma sus nutrientes espirituales por medio del rezo; e incluso no sentarse a estudiar Torá, y mucho menos realizar trabajos para nuestro sustento al llegar el horario del rezo, a n de no correr el riesgo de que nos concentremos tanto en ello que perdamos la hora de la Telá. Aquí debemos aplicar la regla de “Primero es e s lo primero”. primero”. Esto tiene mucha lógica, ya que antes de rezar por la mañana e invitar a Di’s Di’s a ser parte de tu vida y de tu día, realizas todas las cosas solo, pero cuando ya rezaste y Di’s te acompaña, todo lo que haces ya es con Su ayuda y, por tanto, seguro saldrá mejor. mejor. •
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Capítulo 89: Horarios del rezo
Capítulo 89 Horarios del rezo 1.
El momento preferente prefe rente para rezar la Amidá de Shajrit es en la salida del sol. Aunque no es obligatorio decirla en ese momento, es conocida la importancia de hacerlo así, como escribe el Yaarot Debash, que quien lo hace de esta manera, no pecará durante todo el día, y como consecuencia no tendrá daño. (1)
2. 3. 4. 5 5.. 6.
Quien acostumbra rezar Shajrit con la salida del sol y por algún motivo un día no lo puede decir en ese e se horario, horario, no es necesario hacer “Hatarat Nedarim”, o sea, anular sus promesas. (19)
Quien rezó antes del despunte del alba debe repetir el rezo, condicionándolo del siguiente modo: “Si debo rezar de nuevo, que se considere como obligatorio, de lo contrario, que se considere por iniciativa propia.” (10) El despunte del alba es setenta y dos minutos temporarios antes de la salida del sol. (12) Si por error o por causa de fuerza mayor dijo la Amidá antes de la salida del sol después del despunte del alba, aunque no es correcto hacerlo, cumplió con su obligación. (1) El momento adecuado para comenzar la Amidá al salir el sol se puede saber por medio de un calendario que lo determina y con un reloj con la hora ajustada. No es correcto determinar el momento adecuado observando el horizonte. (3)
94
Capítulo 89: Horarios del rezo
7. 8.
Se le llama salida del sol al momento en que se vislumbra alguna parte del sol, sin sin ser necesario que se vea por completo. (3) (3) Los empleados que deben trabajar temprano, pueden empezar la Amidá con el despunte del alba. Asimismo, después de la desvelada de Shabuot se debe procurar esperar hasta la salida del sol. Si la concurrencia tiene dicultad para esperar, y de hacerlo la gente se irá, tienen permitido rezar con el despunte del alba. (11)
9 9..
El rezo de los empleados que deben rezar con el despunte del alba para llegar a su trabajo debe hacerse de la siguiente manera:
• Dicen Bircot Hashájar, Bircot Hatorá y los sacricios antes del despunte del alba. • Posteriormente dicen Baruj Sheamar hasta Yishtabaj después del despunte del alba. • Visten el Talit y se colocan el Telín. • El ociante dice Kadish y Barejú, diciendo en voz baja antes del Kadish los tres versículos de “Ado-nay Tzebaot Imanu etc.” • Dicen las bendiciones del Shemá. • El ociante dice las tres primeras bendiciones de la Amidá en voz alta con la Kedushá, sin ser necesario que digan posteriormente la Jazará. Jazará. No dice dice toda la Amidá Amidá en voz voz alta alta para para decir decir la bendición bendición de los Cohanim. • Si tienen más tiempo tiemp o dicen Viduy, Viduy, los Trece Trece Atributos Atributo s de Misericordia, medio Kadish, Ashré, Ubá Letzión y Kadish Titkabal. Los días lunes y jueves se da prioridad a la lectura de la Torá que al Viduy. • Deben completar lo que omitieron del rezo en camino a su trabajo. (11,13)
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Capítulo 89: Horarios del rezo
10.
En los días de Shabat y Yom Tob es también Mitzvá especial decir la Amidá con la salida del sol, y lo conveniente es decir la Amidá en la misma hora que lo hace en los días de semana. Aunque algunos acostumbran levantarse más tarde de lo que normalmente hacen en esos días, deben tener precaución de que no vaya a pasar el tiempo apto para decir el Shemá. (2)
11.
Quien tiene la posibilidad de rezar con la salida del sol o después, no tiene permitido rezar Shajrit antes de la salida del sol, aun si lo hace para completar Minián para los empleados. Si es que los empleados necesitan de alguien para completar, puede juntarse con ellos para contestar Kadish y Kedushá, pero no para rezar. (14)
12. 13. 14.
Si donde se encuentra no encuentra un Minián después de la salida del sol, es preferible rezar sin Minián en su debido horario. (14) El último horario para rezar Shajrit es, de primera instancia, hasta la cuarta hora proporcional a la duración del día. (4) Si acostumbra calcular las cuatro horas aptas para rezar Shajrit según el Maguén Abraham, es decir, a partir del despunte del alba, y se encuentra en un lugar donde rezan según el horario del Gr”a, es decir, calculando las cuatro horas a partir de la salida del sol, es preferible que rece sin Minián dentro del horario en el que este acostumbrado. Esto siempre y cuando procure concentrarse en toda la Amidá. Si no podrá hacerlo, podrá rezar en el horario según el Gr”a. (6)
15.
Si su padre que reza según el horario dictaminado por el Maguén Abraham se encuentra dormido y de no despertarlo pasará el horario para decir el Shemá, está obligado a despertarlo. No obstante, si el papá no se angustia de decir el Shemá dentro del horario del Gr”a, no debe despertarlo. (7)
16.
Quien se encuentra en un Minián donde alargan el rezo y recitan la Amidá después de su debido tiempo, debe adelantar su rezo y decir la Amidá a tiempo, y posteriormente contestar con los demás la Jazará y escuchar la lectura del Séfer Torá. (9) 96
Capítulo 89: Horarios del rezo
17. 18.
Si por algún motivo especial no pudo rezar Shajrit dentro de las cuatro horas, puede rezar hasta mediodía diciendo las bendiciones de Baruj Sheamar hasta Yishtabaj, el Shemá y Emet Veyatzib sin pronunciar el nombre de Hashem en las bendiciones del Shemá. (5) Cuando intencionalmente no dijo Shajrit dentro de las cuatro horas, debe decir Shajrit hasta mediodía en forma condicionada diciendo previamente: “Si debo de rezar, que se considere como mi obligatorio, de lo contrario, que sea considerado por iniciativa propia”. (5)
19.
Quien reza Shajrit después de mediodía, estará bendiciendo en vano. (8)
El rezo con Minián o solo 20.
Quien siente la necesidad de ir al sanitario antes del rezo, aún si puede esperarse setenta y dos minutos, debe ir al sanitario y rezar con su cuerpo limpio, aunque con ello perderá el rezo con Minián. No obstante, si puede esperar setenta y dos minutos y en caso de ir al sanitario, se pasará el tiempo del rezo, debe primero rezar. (17)
21. 22.
Aun quien siempre reza Shajrit con la salida del sol, si no cuenta con Minián a esa hora no debe rezar sin Minián, a menos que pueda concentrarse en toda la Amidá. (18) Aunque el horario preferente para el rezo de Minjá es a partir de dos horas y media antes de la puesta del sol, llamado Minjá Ketaná, es preferible decir Minjá con Minián dentro del horario de Minjá Guedolá, el primer horario apto para rezar Minjá, que rezar sin Minián en el horario de Minjá Ketaná. (15) 97
Capítulo 89: Horarios del rezo
23.
De igual manera, es mejor rezar con Minián después de la puesta del sol durante el crepúsculo, que sin Minián antes de la puesta del sol. (16)
Saludar antes del rezo 24.
A partir del despunte del alba, si no ha rezado Shajrit todavía, se prohíbe saludar diciendo “Shalom” o “Buenos días” si no ha rezado Shajrit todavía, incluso si se trata de su padre o su maestro. Sin embargo, si se encontró por su camino a algún conocido, se permite saludarlo diciendo “Shalom” aunque es preferible decirle sólo “Buenos días”. Se permite besar la mano de su padre o maestro antes de rezar. (1,2)
25. 26. 27.
Se permite llamar a su compañero de nombre Shalom antes del rezo. (2) Se permite ir al aeropuerto antes del rezo a acompañar a su padre o compañero que van a salir de viaje diciendo “Buen viaje”, pero no saludar diciendo “Shalom”. No obstante, se prohíbe ir a su casa antes del rezo para despedirlo. (4,5) Después del rezo debe saludar a quien sabe que por lo general lo saluda, quien no lo hace, es considerado por el Talmud como un ladrón. (3)
Comer o beber antes del rezo 28.
Antes del horario del rezo de Shajrit, a partir del despuente del alba, se permite comer y beber incluso si durmió toda la noche. Por lo 98
Capítulo 89: Horarios del rezo tanto, aquellos que se levantan para entonar Bakashot, recitar Selijot, o antes de un ayuno tienen permitido comer y beber antes del despunte del alba. No obstante, los devotos se abstienen de comer para respetar la opinión del Zóhar. De cualquier manera, el Zóhar permite beber té o café con azúcar. (24)
29. 30. 31. 32. 33. 34. 35. 36.
Después del despuente del alba se prohíbe comer antes del rezo de Shajrit, hay quienes también prohíben probar alguna comida. Sin embargo, se permite beber té o café con azúcar incluso antes de Shajrit de Shabat sin haber hecho Kidush. (17) Si empezó a comer antes del despunte del alba, deberá interrumpir su alimento cuando despunte el alba. (27) Si por error bendijo sobre una comida antes del rezo, debe probar un poco para que no sea una bendición en vano. (25) Si un Yehudí laico quiere comprar algo de comer, aunque el dueño de la tienda sabe que éste va a comer antes de rezar, se permite venderle, sin que se le considere que está ayudando al pecador. (26) Se le permite beber café con leche a gente débil. Es apropiado que antes bendiga Bircot Hashájar, Bircot Hatorá, recite la porción de la Torá del sacricio de Itzjak y algunos de los sacricios que se mencionan antes de Shajrit. (18) Se permite comer y beber antes del rezo si se encuentra muy hambriento o sediento imposibilitando su concentración en el rezo. (19) Se permite ingerir alimentos y bebidas con nes curativos, incluso si no es considerado enfermo. (19) Si se le diculta caminar al Templo a rezar, a menos que coma algo antes de salir, es preferible que rece en su casa sin Minián que comer antes de rezar. (19) 99
Capítulo 89: Horarios del rezo
37. 38.
Un menor de trece años tiene permitido comer pastel y leche antes del rezo, incluso en el día de Shabat. (21) Si falleció un pariente cercano, convirtiéndose en Onén, y el pariente fue enterrado después del mediodía, puede comer su primer alimento antes de Minjá. (23)
Trabajos antes del rezo 39. 40.
Está prohibido ocuparse de sus quehaceres antes de rezar Shajrit. Por lo tanto, no se permite viajar de una ciudad a otra, a menos que sea para ir a rezar. (10,16) Antes del rezo queda prohibido:
• Ir a casa de su compañero para darle un regalo. No obstante, si llegó a su casa de viaje y sus hijos le insisten para que les dé los regalos que les trajo, puede entregárselos. (6) • Cortarse el pelo o rasurarse antes de rezar Shajrit. No obstante, aquellos que acostumbran rasurarse diario tan pronto despiertan, considerándolo como preparativo para el rezo, tienen en quien apoyarse. (13)
41.
Antes del rezo se permite:
• Bañarse si aún no ha comenzado el tiempo apto para rezar. Después de que comenzó el tiempo apto, se permite bañarse únicamente si esto le permitirá rezar con mayor concentración por sentirse aseado. En este caso, debe bañarse sin prolongar su baño enjabonándose. (11) 100
Capítulo 89: Horarios del rezo • Sumergirse en la Tebilá, ya que se hace para puricar el cuerpo antes del rezo. Esto siempre y cuando no pierda por ello el rezo con Minián. (12) • Ocuparse en Mitzvot antes de rezar. Por lo tanto, no existe problema de ocuparse de sus hijos u honrar a sus padres antes de rezar. (15) • Arreglar y tender su cama no se considera trabajo, sino buenos modales. Por lo tanto, se permite hacerlo antes del rezo. (14) • Impartir clases de Torá antes del rezo, pues el mérito de favorecer a los demás es mayor, y si no estudian ahora no lo harán después. (28)
44. 47. 48. 49. 50.
Si la persona que lee el Séfer Torá aún no ha rezado Shajrit, es apropiado que otra persona diga el “Misheberaj” en su lugar. (8) Antes del despunte del alba se permite estudiar Torá, sin que sea necesario interrumpir cuando llegue el horario del rezo. (29) Al llegar el tiempo de Shajrit, no se permite comenzar a estudiar Torá, ya que puede llegar a prolongar su estudio más allá del tiempo apto para rezar. Esto aplica quien estudia y reza en el Bet Midrash, pero si va a rezar al Templo, se permite estudiar antes del rezo. (28) Es preferible rezar Arbit sin Minián antes de medianoche, que con Minián después de medianoche. (16) Quien tiene prisa por llegar a su trabajo y el Minián comienza tarde, debe rezar sin Minián antes de retirarse a trabajar, y si tiene la oportunidad más tarde, debe ir al Templo a contestar Kadish y Kedushá. No obstante, si rezar con Minián le proporciona mayor tranquilidad mental en su rezo, se permite que viaje incluso fuera de la ciudad para trabajar y rezar ahí. (16)
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Introducción 90-A: Agachemos la cabeza
Capítulo 90-A Agachemos la cabeza
C
uando la persona se levanta temprano para rezar, es importante que el lugar donde lo hará sea adecuado para propiciar la concentración.
Es por ello que no está permitido rezar parado en un lugar elevado, como una silla o una cama, como escribe el Talmud (Berajot 10b) en nombre de Rabí Yosí Bar Janiná: “No se ubicará la persona sobre un lugar elevado para rezar, sino que debe buscar un lugar bajo”, y como armó el Rey David (Tehilim 130, 1): “Desde las profundidades clamo a Ti, Di’s…”. El motivo de esta ley es, de acuerdo a la opinión del Rabino Abuhav, que al estar en un lugar elevado la persona siente temor de caer y por ello no se concentra lo suciente. Pero conforme a otros comentaristas, el motivo es porque puede parecer orgullo, y lo que más debe demostrarse mientras se reza es la humildad con que debe presentarse ante Di’s. Como decimos en el rezo (Nishmat Col Jay): “Vejol Komá Lefaneja Tishtajavé” (“Y cada grandeza ante ti se prosternará”). En la antigüedad, el Jazán bajaba unos escalones para colocarse en la Tebá y desde ahí dirigir el rezo. Como dice el Talmud (Ta’anit 23b): “Rabí Yoná, durante las sequías, iba a un lugar bajo y rezaba”, y en otro lugar dice que Rabí Yojanán bajaba a la Tebá. Posteriormente se permitió que el Jazán se ubicara en un lugar elevado para que todo el público lo escuchara, como se describe en el Talmud (Sucá 51b) respecto a la Sinagoga de Alejandría, Egipto y, para evitar que cayera, se rodeaba con barandales. En este capítulo veremos varias leyes cuyo factor común es rezar con humildad. Por ejemplo, no se debe rezar en un lugar elevado o sobre escalones, para no mostrar presunción, como se mencionó. De igual forma se recomienda que hayan ventanas en el Templo, como armó Rabí Jiyá en el Talmud (Berajot 34b): “Debe procurar la persona rezar siempre en un Templo con ventanas”. Al respecto explica Rashí que al alzar la vista y ver el cielo, el corazón se doblega ante la Majestuocidad Divina. Otra ley que aparece en este capítulo de la de rezar siempre en un lugar jo. Explica el Rashbá que el motivo es porque debemos rezar ante Di’s con mucha humildad. Y se en-
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Introducción 90-A: Agachemos la cabeza tiende de sus palabras que quien deambula de Templo en Templo, cada vez que se halla entre personas nuevas intenta un poco presumir; nota que todos le observan debido a su visita y, por tanto, le es difícil concentrarse y rezar con humildad. Pero alguien que acude de manera ja al mismo Templo y procura sentarse siempre en el mismo lugar, su presencia rutinaria no atrae la atención de la gente y, en consecuencia, podrá concentrarse, agachar la cabeza y rezar con humildad ante su Creador. En este capítulo se comenta que se debe procurar rezar siempre en el Templo y no en cualquier lugar. Al respecto explica el Tzelaj que también esta ley tiene que ver con la humildad, ya que ir a la Sinagoga para rezar es como decir: “No tengo sucientes mé ritos como para que mis plegarias se reciban. Pero si rezo en un lugar sagrado, por el mérito de ese lugar y del público que me acompaña, mis plegarias se recibirán”. Sin embargo, el hecho de que alguien rece siempre de manera individual o en cualquier lugar podría prestar confusión: parecerá que esa persona “se cree tanto” que no necesita de una congregación o de un lugar sagrado para que sus rezos lleguen al Cielo. (Por supuesto, es mejor rezar de forma individual que no hacerlo del todo). Tal es la razón de que el Rey David, en muchos de sus Salmos, se autodenomine “pobre”. Y no es que le faltara dinero, pues a veces se expresaba de sí mismo como “esclavo”, “bebé”, etc. Todo eso era una forma de agachar la cabeza ante el Creador, para no sentir que todas las victorias en sus batallas y todo el éxito de su reinado se habían logrado debido a él y su fuerza, sino a Él y a Su fuerza. De hecho, el motivo por el que siempre el rey debía cargar consigo un pequeño Séfer Torá es porque, imaginemos al rey pasando por las calles, entrando a reuniones y, especialmente, entrando a rezar. En todas esas escenas, la gente se levantaba, se prosternaba ante el rey, cosa que fácilmente podía causar que se enorgulleciera. Por tanto, a n de que no le pasara eso, y no caminara o rezara con la cabeza muy erguida, le ponían en su brazo derecho un pequeño Séfer Torá, para que supiera que todos esos honores que el público hacía eran por el Séfer Torá que cargaba y no por él”. Por eso, una persona común y corriente debe inclinarse cuatro veces durante el rezo de la ‘Amidá (dos al principio y dos al nal). El sumo sacerdote, en cambio, por su jerarquía, estaba obligado a inclinarse diesiocho veces, en todas y cada una de las bendiciones que pronunciaba. Pero el rey, cuyo cargo y título podían hacerle sentir soberbia, cuando empezaba la ‘Amidá y pronunciaba las palabras: “Baruj Atá…”, se inclinaba y así se quedaba hasta el nal, cuando decía: “Osé Shalom…”. Figura en el Talmud (Julín 89a): “Los amo, dijo Di’s, porque les doy y los colmo de bienes, y ustedes no presumen. No son como aquellos que apenas les doy algo y ya se creen demasiado”. De hecho, por eso eligió Di’s a Moshé, que era el hombre más humilde, para que nos trajera la Torá de la montaña de Sinai, que fue, como cuenta el Midrash, la más sencilla; y en un lugar desértico, un lugar humilde que no tiene de qué presumir, para indicarnos que la Presencia Divina mora sobre aquellos que saben agachar la cabeza ante Di’s.
Y al igual que agachamos la cabeza para recibir la bendición de un padre o de los Cohanim, así en el rezo debemos bajar la cabeza para recibir la bendición de Di’s. •
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Capítulo 90-A: Llegar y salir del Templo
Capítulo 90-A Llegar y salir del Templo 1.
Se debe levantar lo sucientemente temprano para ser de los primeros diez en llegar al Templo. Si ya rezó, no es necesario procurar ser de los primeros diez en llegar. Sin embargo, si sabe que por ser de los primeros diez, platicará sobre temas vanos, es preferible que se abstenga de llegar primero. (22)
2. 3. 4. 5. 6. 7.
Es preferible llegar al Templo vestido con Talit y Telín como lo hacía el Arízal, que ser de los primeros diez y entrar sin Talit y Telín. (23) Aquella persona que se le hace difícil ser de los primeros diez por la mañana, debe procurar serlo en el rezo de Minjá y Arbit. (26) Es Mitzvá correr cuando se dirige a cumplir cualquier Mitzvá como ir al Templo, inclusive en el día de Shabat, cuando se prohíbe dar pasos largos. (15) Cuando va entrar al Templo debe hacerlo sin correr, sino que debe detenerse antes de entrar y continuar con temor. De igual manera, al salir debe hacerlo sin correr y con pasos cortos. (16,17) Si sale del Templo con intención de regresar o de ir a un Bet Midrash, es Mitzvá correr para que pueda llegar o regresar lo más pronto posible, aunque los demás no sepan su intención. (18,19) Según algunas opiniones, no se cumple la Mitzvá de correr al Templo mientras se viaja en auto. Por lo tanto, es conveniente estacionarse cerca del Templo y de ahí correr para entrar. No obstante, si va a estudiar Torá y por hacerlo perderá tiempo de su estudio, no deberá hacerlo. (20,33)
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Capítulo 90-A: Llegar y salir del Templo
8.
Los que procuran entrar al Templo diez personas juntas, son dignos de bendición. Si ya se encuentran diez personas dentro del Templo, el que se anticipa en llegar antes es más distinguido. (24,25)
Dónde rezar 9.
Es mayor la Mitzvá cuando se reza en un Templo donde asiste mayor cantidad de gente. Únicamente si en el otro Minián hay un mejor ociante o los que asisten rezan con mayor concentración, es preferible rezar con ellos, aunque sean menos concurrentes, ya que “El hombre no reza sino donde anhela hacerlo”. (31)
10. 11.
Si asistieron muchos concurrentes y algunos deciden separarse para rezar por aparte y así concentrarse mejor, o en caso de que alguno de ellos precise ser el ociante, no se les impide hacerlo. (31) Si tiene un Templo cerca con poca concurrencia y otro más lejos al que asiste más gente, puede ir al que se encuentra más lejos, teniendo pago por cada paso que da, sin que se considere que pasa por alto las Mitzvot. No obstante, si dedica su tiempo al estudio de Torá, es apropiado que rece en el Templo más cercano, para evitar perder tiempo de su estudio. (32,35)
12. 13. 14.
Si le solicitan que complete Minián, es preferible hacerlo que cumplir la Mitzvá de ir a rezar a un Templo donde asiste mucha gente. (34) Si donde trabaja existe un Minián exacto para el rezo de Shajrit, es preferible que rece ahí a que asista a otro rezo más tarde con mayor concurrencia, particularmente si así hace que los demás recen también con un Minián establecido. (36) Si existe un Minián exacto que reza en el horario de Minjá Gedolá, no está obligado a rezar con ellos, tiene permitido esperarse para rezar más tarde dentro del horario de Minjá Ketaná. Sin embargo, debe unirse al Minián para que ellos puedan decir Kadish sin que él mismo rece. (36) 105
Capítulo 90-A: Llegar y salir del Templo
Honor y respeto al lugar 15. 16. 17. 18.
No se debe besar a los niños en el Templo para que así se enseñe que no hay más amor que el amor a Hashem. No obstante, se permite besar la mano de su padre o maestro por honor. (51) Se permite hacer una boda dentro de un Templo, siempre y cuando los asistentes vestirán con recato y se respetará la separación completa entre hombres y mujeres. (52) Se permite realizar la Seudá Shelishit dentro del Templo, especialmente si se dirán ahí palabras de Torá. (53) Por respeto y honor a su padre y su maestro, no se permite decir la Amidá a su lado, adelante o detrás, debe alejarse dos metros aproximadamente. Si su padre o maestro reza sobre una tarima, puede rezar incluso próximo a él. (54)
Lugares apropiados para rezar 19. 20. 21.
No puede levantarse sobre un objeto alto, como una silla o cama, pare decir la Amidá, si ya lo hizo, no debe repetir el rezo. Si el lugar tiene 77.5 cm de alto y 1. 92 m de ancho aproximadamente, se permite decir la Amidá sobre éste. (1,2) Se permite rezar en un lugar alto que está bardeado por tres lados y tiene una puerta en el cuarto lado. (4) El anciano o enfermo, tiene permitido decir la Amidá sobre una silla o cama. (2) 106
Capítulo 90-A: Llegar y salir del Templo
22. 23. 24.
Se permite que el ociante se pare en un lugar elevado para que su voz se escuche bien. (3) En primera instancia, se debe evitar rezar sobre cojines o cobijas, aunque su altura sea menor a 23 cm. Se permite rezar sobre un tapete aunque no esté adherido al piso. (1) Es conveniente que el Templo tenga doce ventanas cerradas en dirección al este, a Yerushalaim, así la persona mira al Cielo y eleva su concentración en la Amidá. Aunque es preferible que las ventanas se encuentren en esta dirección, no se debe provocar discusiones para conseguirlo. Incluso el ciego debe intentar rezar en una estancia con ventanas. (6,7,8,9,10)
25.
Aunque no se debe rezar en lugares abiertos, como en un campo, si lo hizo cumplió con su obligación. Esto es debido a que en lugares recatados se percibe más el temor a Hashem y el corazón se doblega. (11)
26. 27. 28.
Si se encuentra a medio camino, puede rezar en el campo. Si hay árboles, es preferible rezar entre los árboles y no estar donde la gente transita, para que no interrumpan su rezo. (13) Se permite rezar en el patio de un Templo, así como junto al Kotel, Mearat Hamajpelá o parecidos, aunque se perciban como lugares abiertos. (12) Debe evitar tener alguna interrupción entre su cuerpo y la pared mientras dice la Amidá para tener mayor concentración cuando reza. No obstante, un objeto jo, como la Tebá o el Arón, no se considera interrupción. Sin embargo, si no encuentra lugar frente a la pared para rezar, no debe abstenerse de hacerlo por haber objetos entre él y la pared. (37, 38)
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Capítulo 90-A: Llegar y salir del Templo
29. 30.
Los seres vivos no se consideran interrupción, aunque de ser posible es conveniente evitar rezar detrás de otra persona. (40) Está prohibido rezar frente a un espejo, mientras que se permite hacerlo frente a un mármol reejante o frente a una ventana, incluso de noche, aunque es preferible que cierre la cortina de ser posible. De igual manera, se permite rezar frente a cuadros con versículos escritos que están protegidos con cristal. (41,42)
31. 32. 33. 34. 35. 36. 37.
No deben haber fotografías de Rabinos en las paredes del Templo para evitar perder la concentración mientras se reza. En caso de no poder evitarlo, deben colocarse detrás de los que rezan y no frente a ellos. (43) Hay que evitar tener dibujos en las ventanas o paredes del Templo por debajo de la altura de la gente. De cualquier manera, si ingresa a un Templo con dibujos a su altura, debe cerrar los ojos o jar la vista en el Sidur mientras dice la Amidá. (44) No se debe colgar una cortina sobre el Hejal con dibujos de leones. Asimismo, está prohibido colocar guras de leones encima del Hejal, sin importar el material. Si fueron donados, se deben remover con sabiduría para no provocar discusiones. (45) Si fue donada una cortina para el Hejal en memoria de alguien y se escribió la dedicatoria sobre esta, se permite colocarlo. Se debe mencionar que los que rezan frente a la cortina deben concentrarse en el rezo, siendo conveniente jar su vista en el Sidur. (48) Se permite ubicar el símbolo del Maguén David o las Tablas de la ley, en la cortina o arriba del Hejal. (46) Se permite abrir las puertas del Hejal que tienen escritas sobre ellas algún versículo en Shabat si sus letras se cortan de este modo, sin considerarse que está borrando, rompiendo o separando. (46) No se debe hacer discusión en Templos donde acostumbran poner la bandera del país junto al Hejal. (47) 108
Capítulo 90-A: Llegar y salir del Templo
38. 39. 40.
Hay que advertir a los concurrentes que antes de entrar al Templo a rezar deben apagar los teléfonos celulares, incluso si se encuentran en modo vibrar, ya que estos quitan la concentración durante el rezo. (49) Se debe advertir a los fotógrafos que asisten al Templo con motivo de una esta que no afecten el orden del rezo ni a los que rezan. (50) Si mientras decía la Amidá un menor orinó dentro del Templo se puede hacer alguna de las siguientes opciones: • Esperar a que lo limpien o viertan agua sobre la orina, siempre y cuando no pase el tiempo que le tomaría haber dicho toda la Amidá. Si se esperó más de ese tiempo, se debe repetir la Amidá desde el principio. • Alejarse de la orina dos metros aproximadamente. • Salir del Templo y terminar de decir la Amidá afuera. (55)
Lugar para el rezo 41. 42. 43.
Toda persona, hombre o mujer, que ja un lugar para decir la Amidá, y más aún si reza en un Templo jo, el D-os de Abraham lo ayuda y su rezo es escuchado más fácilmente. Incluso cuando reza en su casa, debe tener un lugar jo para ello. (27,28,29) Si reza dentro de 1.92 metros de su lugar jo, se considera que se encuentra dentro de este. Por lo tanto, si alguien se sentó en el lugar donde acostumbra rezar, no debe discutir con él. (30) No debe cambiar su lugar a menos que haya alguna necesidad de Mitzvá o si hay gente sentada a su alrededor que pudieran desconcentrarlo mientras reza. (28) 109
Capítulo 90-B: Rezar con Minián
Capítulo 90-B Rezar con Minián 1. 2. 3. 4.
La persona debe esforzarse para rezar con Minián, diez adultos varones, salvo en caso de fuerza mayor. Según algunas opiniones es obligatorio, incluso si va por el camino y no cuenta con Minián, debe caminar cuatro kilómetros aproximadamente para conseguirlo. (1) Si a un preso le permiten salir únicamente un día de la cárcel, aunque pudiera escoger Shabat, Yom Kipur o cualquier otro día importante, debe elegir salir de inmediato y rezar con Minián, ya que “una Mitzvá que llega a tu mano, no la debes dejar pasar”. (22) Si el médico le prohíbe al enfermo estar fuera de su casa por más de media hora, debe salir para rezar la Amidá con Minián y no esperar a la lectura del Séfer Torá. (23) Los trabajadores o empleados que están lejos de algún Templo, deben esforzarse por rezar Minjá y Arbit con Minián y no hacerlo solos, ya que hoy en día que es difícil concentrarse en el rezo, la única alternativa es rezar con Minián, como armaron nuestros Sabios, que Hashem no desprecia el rezo del grupo. (1)
5.
Cuando debe repetir la Amidá por haber cometido un error la primera vez que la dijo, como en caso de haber olvidado Yaalé Veyabó en la Amidá de Rosh Jódesh, no es necesario buscar un Minián para decirla, aunque si le es fácil encontrarlo sin perder tiempo de su estudio de Torá, es correcto hacerlo y será merecedor de bendición. (36)
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Capítulo 90-B: Rezar con Minián
6.
Quien debe decir la Amidá por segunda vez por compensar un rezo que no dijo en su tiempo, por ejemplo, en caso de no haber rezado Minjá y tener que decir la Amidá de Arbit dos veces, debe decirla inmediatamente después de terminar la primer Amidá, sin necesidad de decirla con Minián, ya que se considera continuación de la primera. (36)
7. 8. 9. 10. 11. 12.
Incluso quien se dedica todo el día al estudio de la Torá, debe rezar con Minián, aún si se encuentra en un Bet Midrash y puede concentrarse si rezara solo. (40) Si por causa de fuerza mayor no puede rezar con Minián, debe decir la Amidá al mismo tiempo en que el Minián lo hace, siendo su rezo aceptado con voluntad y recibirá pago por ello. Sin embargo, no se conceden sus peticiones de manera absoluta. (1,3,40) Lo anterior aplica sólo en caso de encontrarse en la misma ciudad que el Minián. Además, es preferible rezar solo en su casa al mismo tiempo que el Minián, que rezar solo en el Templo más tarde. (3) Si reza Musaf mientras el Minián reza Shajrit, no se considera que rezó junto con ellos. Algunas opiniones dicen que esto sólo aplica en Musaf de Rosh Hashaná. (5) Cuando se reza con Minián no puede adelantarse, a menos que el tiempo apto para rezar esté por terminar. Esto debido a que al separarse del Minián denota desprecio a los otros, además, el rezo en conjunto es más aceptado. (9,44) Si la congregación comenzó tarde el rezo de Shajrit y pasará el tiempo apto para decir la Amidá, debe rezar solo sin necesidad de esperarse para rezar con Minián. No obstante, si solamente pasará el tiempo apto para decir el Shemá, debe decirlo antes de rezar y rezar con el Minián. Además, si ese día debe decirse Musaf, que lo haga con el Minián. (7,44)
111
Capítulo 90-B: Rezar con Minián
13. 14. 15.
Aquel que no cuenta con Talit y Telín cuando reza el Minián, pero los conseguirá más tarde, si considera que podrá concentrarse correctamente en la Amidá, debe conseguirlos para rezar, aunque lo haga sin Minián. (12) Si se encuentra en un Minián donde tiene conictos con los asistentes, según algunas opiniones puede rezar solo si con eso podrá concentrarse durante la Amidá, siempre y cuando no lo haga frecuentemente. (8) El que prolonga la Amidá por concentrarse debidamente y el ociante comienza la Jazará mientras él sigue diciendo la Amidá, puede adelantar un poco su rezo para poder terminar la Amidá a tiempo y contestar a la Kedushá. No obstante, en el rezo de Minjá esto no se permite, ya que el Kadish previo a la Amidá es más importante que la Kedushá de la Jazará. (43)
16.
Quien llega tarde al rezo mientras la congregación está recitando Kadish, y por contestar Kadish no podrá empezar la Amidá con el Minián, es preferible decir la Amidá con ellos que contestar Kadish. Además, según algunas opiniones, si debe omitir el Shemá para poder decir la Amidá con el Minián, puede hacerlo en caso de haberlo dicho antes de empezar ya que temió que se le pasara el tiempo apto. (15,42)
17. 18. 19.
Si llega tarde al rezo y por decirlo completo no tendrá tiempo de decir la Amidá con los demás, es preferible saltear algunos Mizmorim y empezar la Amidá con el Minián, o al menos al tiempo que el ociante dice la Jazará. (42) En víspera de Shabat de Janucá, es apropiado rezar Minjá temprano para poder así encender las Janukiá después de haber rezado. Sin embargo, si no cuenta con Minián para rezar temprano, no debe rezar solo para cumplir este orden. (47) Es mejor rezar Arbit con Minián antes de la salida de las estrellas que hacerlo solo posteriormente. En caso de decirlo antes de la salida de las estrellas, debe repetir el Shemá en el horario correcto. (46) 112
Capítulo 90-B: Rezar con Minián
20. 21. 22.
No se debe establecer un Minián para decir Arbit después de la medianoche. Si no rezó Arbit y no consigue Minián hasta después de medianoche, debe decir el Shemá antes de medianoche y rezar Arbit con ese Minián. (45) Si un Mohel perderá el rezo con Minián por ir a cumplir la Mitzvá de la Milá, y no hay otro Mohel que lo supla, debe rezar solo para no anular la Mitzvá de la Milá. (48) Es Mitzvá que la mujer se esmere para rezar con Minián. No obstante, si su estancia en el Templo provoca pláticas y molestias al rezo que se lleva ahí a cabo, debe evitar ir al Templo todos los días del año. Además, si por ir al Templo provoca incomodidades en los quehaceres de su hogar para su esposo o sus hijos, es preferible que no vaya al Templo y los tienda. (28)
Qué se considera rezar con Minián 23. 24.
Se le llama rezar con Minián cuando diez adultos varones comienzan juntos la Amidá. Si una persona no comienza con ellos pero termina la Amidá antes que la congregación, según algunas opiniones se considera que rezó con Minián. (17) Quien empieza la Amidá al tiempo que el ociante comienza la Jazará, se considera que rezó con Minián. En este caso no contesta Amén a las bendiciones del ociante, aunque dice la Kedushá completa. En Modim dice el de la Amidá y no el de Rabanán que dicen los asistentes, mientras que en Bircat Cohanim debe poner atención y contestar Amén a sus bendiciones. (16,18,19)
25.
Si dijo la Amidá sin Minián pensando que no llegaría gente y posteriormente se completó el Minián, debe esperarse para continuar con ellos después de la Amidá. (4) 113
Capítulo 90-B: Rezar con Minián
26.
Si reza en un cuarto anexo a donde se encuentra el Minián, pero puede ver a la congregación y puede ser visto por ellos, se considera que rezó con Minián. (29)
El Minián en un mismo lugar 27. 28.
Los diez concurrentes que forman el Minián deben estar en un mismo cuarto. Si están divididos en dos habitaciones, no se considera que hay Minián, incluso si pueden verse. (29) Si nueve hombres se encuentran en el Templo y el décimo se encuentra en Ezrat Nashim, sección para las mujeres, pudiendo asomarse para que los demás lo vean, puede completar Minián. De cualquier manera, es preferible que vaya con los demás en caso de ser posible. Si es Cohén, no puede decir Bircat Cohanim desde Ezrat Nashim. (30)
29.
Cuando rezan diez hombres en un lugar abierto, por ejemplo, un campo o la calle, se considera que están juntos para completar Minián, siempre y cuando se vean unos a los otros y escuchen la voz del ociante. Si hay una calle entre ellos o se encuentran repartidos en dos banquetas, no se considera que se encuentran todos en un mismo lugar para completar Minián. (31,32)
30. 31.
Si el ociante se encuentra sobre una tarima de 77.5 cm de alto por 1.92 metros cuadrados se cuenta para Minián. (33) Si el Templo se encuentra dividido en dos con una división de 77.5 centímetros de alto, pero es posible verse unos a otros, si completan para Minián. (34) 114
Capítulo 90-B: Rezar con Minián
32. 33.
Cuando se juntan para rezar dentro de un avión o tren, deben hacerlo donde no molesten a los demás pasajeros y donde su concentración no se vea afectada por la demás gente. De lo contrario, es preferible que cada uno rece solo. (35) Los que rezan dentro de un avión o tren deben hacerlo en dirección a Yerushalaim. Para lograrlo puede calcular el punto de salida y llegada, este será correcto en la mayor parte del trayecto. De cualquier manera, debe concentrarse en Hashem, que es a quien dirige su rezo. (35)
Un Minián exacto de diez personas 34. 35.
Si sólo hay diez personas para el rezo y uno de ellos llega tarde, se permite que él diga la Amidá mientras el ociante dice la Jazará, aunque sólo ocho personas responderán a las bendiciones de la Jazará. (20) Si va en camino a estudiar Torá y le piden que complete Minián, debe ir con ellos y estudiar mientras ellos rezan. Sin embargo, si va a dar una clase de Torá, no debe anular el estudio de muchos, por lo tanto, debe explicar debidamente para evitar dar la impresión que no valora el rezo con Minián. (11)
36. 37.
Si de las diez personas que completan el Minián la mayoría no ha rezado, se considera que rezan con Minián, por lo que tienen permitido decir la Jazará, Kadish, Kedushá y Bircat Cohanim. (14) Si sólo hay diez personas en el Minián y uno de ellos es Cohén, y en la casa donde se encuentran hay un difunto, el Cohén debe retirarse aunque deje de haber Minián. (21) 115
Capítulo 90-B: Rezar con Minián
Quién completa para Minián 38. 39.
Sólo en caso de necesidad mayor se permite que quien no se coloca el Telín y quien profana el Shabat públicamente, se unan para completar Minián. (24,25) Se permite que un bastardo, así como cualquier otro hombre que la Halajá impida que alguien se case con él por su ascendencia, complete Minián. (27)
El rezo en un Templo 40. 41. 42.
El Templo es un lugar especial y santicado para rezar. Está escrito que “El rezo de la persona no es escuchado sino en el Templo”, por lo tanto, si se sale del Templo para rezar, no procede debidamente. (9,13) Todo el que asiste al Templo por la mañana y por la noche amerita larga vida. Por el otro lado, el que cuenta con un Templo en su ciudad y no asiste rezar, se considera “un mal vecino”. (13) Si junta Minián en su casa constantemente, se considera éste un lugar para rezar con la misma santidad que distingue a un Templo. No obstante, si el Minián no es constante, no tiene la misma categoría que un Templo. (13,38) 116
Capítulo 90-B: Rezar con Minián
43. 44.
Quien puede concentrarse cuando reza con Minián en el Templo, debe rezar ahí aunque en su casa sin Minián pueda concentrarse mejor. (37) Es preferible reunirse en casa de alguien que no puede asistir al Templo, como un enfermo o un anciano, para completarle Minián, que asistir al Templo a rezar. (38)
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Introducción 91: Ropa adecuada
Capítulo 91 Ropa adecuada
L
a Torá y nuestros Sabios no denen la ropa sólo como una cubierta para el cuerpo, sino que ésta también representa mucho de la personalidad interna, ya que muchas veces uno maniesta sus ideas y especialmente su respeto por medio de la forma en que se viste. Por ejemplo, si invitas a alguien a una esta en tu casa y llega muy mal vestido, es como si dijera: “Es que no te considero tan importante”. Sin embargo, cuando esa persona se esmera y se esfuerza por acudir con ropas elegantes, demuestra la importancia que da a la ocasión. Debido a eso hay leyes sobre, por ejemplo, cómo debe uno vestirse en Shabat. Dice la Halajá: “No vestirá la persona la ropa de semana en el día de Shabat, sino que debe asignar ropas especiales en ese sagrado día”. De tal modo se demuestra el respeto y el cariño que se siente por la santidad del día de Shabat. Tal es el motivo de que la Torá dedique toda una Perashá, la de Tetzavé, a n de indicar los detalles de la ropa que los sacerdotes debían usar cuando entraban al Templo para realizar el servicio, desde el tocado sobre la cabeza hasta el cinturón, y por supuesto, los pantalones, la camisa, etc. Con esto nos indicó Di’s la importancia de la vestimenta al momento de rezar.
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Introducción 91: Ropa adecuada Como se relata en la Guemará (Shabat 11, 1): “Rabá Bar Huná se vestía muy bien, con ropas dignas y con un cinturón especial para ir a rezar, citando el versículo del profeta Amós (4, 12): “Hicón Likrat Elo-heja Israel” (“prepárate para el encuentro con tu Di’s, Pueblo de Israel”)”. De ahí aprendemos que parte de la preparación adecuada para el rezo es la vestimenta. Escribe Maimónides (Leyes de la Telá 5, 5): “Antes del rezo debe la persona vestirse bien. Como dice el versículo: ‘Preséntense ante Di’s con respeto’. Por tanto, no podrá la persona rezar en ropa interior o con las piernas descubiertas. Prácticamente se parará ante Di’s como quien se para ante gente importante”. Esto se encuentra insinuado en la Creación: cuando Di’s creó a la primera pareja, estaban desnudos, como los bebés que salen del vientre de su madre. Y relata la Torá que posteriormente ellos tomaron las hojas de la higuera y se cosieron una vestimenta diminuta que sólo cubría su desnudez, pensando que con eso era suciente para presentarse ante el Creador. Entonces se presentó Di’s y Él mismo les cosió túnicas de piel para que cubrieran sus cuerpos (Bereshit 3, 21). Al respecto comenta el Midrash que en el cuaderno de Rabí Meir Baal Hanés decía “túnicas de luz” (Bereshit Rabá 20, 12), ya que en hebreo la palabra Or puede traducirse como “piel” y suena también como “luz”, para indicarnos que nuestra vestimenta es nuestra luz, y que vestidos dignamente nos “llenamos” con la luz Divina. •
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Capítulo 91: Presentación al rezar
Capítulo 91 Presentación al rezar 1. 2. 3. 4. 5. 6.
Se debe ceñir la cintura para obstruir entre el corazón y bajo la cintura en el momento de la Amidá sin necesidad de hacerlo para decir cualquier otra bendición. Aunque es conveniente vestir cinturón, es suciente con llevar alguna ropa ajustada a la cintura. (1) No debe rezar con guantes, esto denota orgullo y desprecio, y no es común presentarse así frente a gente distinguida, con más razón delante de Hashem. Si está vendado, no denota desprecio por tratarse de causa de fuerza mayor. (2) Es apropiado que un militar esconda u oculte su arma antes de entrar al Templo. Si no le es posible, tiene permitido rezar cargando su arma. (3) No es apropiado rezar con pijama, a menos que sea por causa mayor como en el caso de un enfermo, siempre y cuando tenga cubiertos los brazos. (4) La Amidá no debe decirse descalzo, especialmente si no viste calcetines. Si le es difícil usar zapatos, puede usar pantuas, como se permite en Kipur o el nueve de Av. (6) Está prohibido mencionar el nombre de Hashem con la cabeza descubierta, con mayor razón se prohíbe decir la Amidá. No obstante, se permite saludar al compañero diciendo “Shalom”, aunque es también uno de los nombres de Hashem. (9)
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Capítulo 91: Presentación al rezar
7. 8. 9. 10. 11.
Si debe permanecer con la cabeza descubierta, por ejemplo, si se encuentra en un tribunal de gentiles, se permite contestar Amén o pensar en Torá de este modo. (10) Se permite rezar con la cabeza descubierta si no tiene manera de taparse y se pasará el horario apto para rezar. (7) Si terminó la Amidá y no se dio cuenta que se le había caído la Kipá, no es necesario repetirla. (9) La cabeza debe estar cubierta en todo momento, incluso cuando no camina, ya que la Kipá demuestra que respeta la Torá y las Mitzvot. Ésta debe cubrir la mayoría de la cabeza cuando dice el Shemá y la Amidá, sin que esto sea necesario durante el resto del día. (7,9) Las mujeres casadas tienen la obligación de tapar su cabeza, por lo tanto, no pueden rezar ni pronunciar alguna bendición con la cabeza descubierta. (8)
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Introducción 92: Preparación del cuerpo
Capítulo 92 Preparación del cuerpo
D
espués de prepararnos externamente con la ropa adecuada, debemos prepararnos también internamente. Como dice el Rey Salomón (Kohélet 4, 17): “Cuida tus pies cuando vayas a Casa de Di’s”. De aquí aprende la Guemará (Berajot 23b) que uno no debe rezar sin primero asearse, y eexplica el Báit Jadash que de la misma forma que procuramos mantener limpia nuestra ropa, que es la vestimenta del cuerpo, asimismo debemos mantener la limpieza de nuestro cuerpo, que es la vestimenta del alma. Además de este motivo, explica en el Séfer Jasidim (inciso 821): “Debes prepararte para el encuentro con Di’s y madrugar para asear tu cuerpo, de lo contrario, mientras estés rezando deberás interrumpir para ir al baño, cosa que podrá causarte perder parte del rezo, un Kadish, etcétera”. Por otra parte, el rezo requiere de gran concentración y el hecho de sentir ganas de evacuar, diculta mucho concentrarse. Obviamente, rezar con ropa digna y limpia, y con el cuerpo limpio y libre de desechos, permite que las plegarias con pureza se eleven de mejor forma ante Di’s. •
122
Introducción 92: Preparación del cuerpo
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Capítulo 92: Limpieza para rezar
Capítulo 92 Limpieza para rezar 1. 2. 3. 4. 5. 6.
Se debe tener precaución de tener el cuerpo limpio para rezar, por lo tanto, si necesita hacer sus necesidades, debe ir antes de rezar, aunque pueda aguantarse por un lapso de setenta y dos minutos. (1) Quien reza teniendo la necesidad de evacuar, no debe repetir la Amidá si considera que podría haber resistido durante setenta y dos minutos. No obstante, si no hubiera podido, debe repetir la Amidá ya que su rezo se considera una abominación. (1) Los setenta y dos minutos que se mencionaron con relación a poder resistir sin hacer sus necesidades, aplica incluso si cree que podría resistir solamente sentado. (3) Si el tiempo apto para rezar pasará en caso de ir al sanitario, puede decir la Amidá si cree que podrá aguantar setenta y dos minutos. No obstante, si únicamente va a perder el rezo con Minián por ir al sanitario, debe acudir al mismo. (1,2) Quien dijo la Amidá sintiendo la necesidad de orinar, aunque no podría aguantar setenta y dos minutos, no es necesario repetir la Amidá. (1) Es preciso limpiarse la nariz y la boca antes de rezar, ya que podría perturbarlo durante el rezo. (7)
124
Capítulo 92: Limpieza para rezar
7.
Si el ociante siente la necesidad de ir al sanitario entre la Amidá y la Jazará, puede continuar la Jazará si puede resistir setenta y dos minutos. De igual manera, si fue llamado a la lectura de la Torá y siente la necesidad de hacer sus necesidades, puede subir a la lectura de la Torá. (4)
8.
Antes de rezar debe lavarse las manos, si no fue cuidadoso de tenerlas puras, para quitarse cualquier impureza, haber tocado alguna parte oculta del cuerpo. Si se encuentra diciendo la Amidá y se acordó que sus manos no se encuentran aseadas, basta con frotarlas con cualquier elemento que sirve para limpiarlas. (5,8)
9.
Es bueno dar Tzedaká antes del rezo, nuestra costumbre es darla durante el párrafo de “Vaibárej David” cuando pronuncia las palabras “Veatá Moshel Bakol”. Por el contrario, no se debe recolectar Tzedaká en el momento del Shemá o la lectura de la Torá, ya que afecta a la concentración. (6)
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Introducción 93: La preparación mental
Capítulo 93
La preparación mental
D
espués de preparar la vestimenta externa y procurar la limpieza interna del cuerpo, debemos limpiar la mente, la cual, por lo regular, llega al rezo cargada de preocupaciones, diligencias por realizar, pensamientos, planes, o simplemente “navegación” innita. Conceptos que, por supuesto, intereren la “línea directa” de comunicación con Di’s. Por ello, comenta la Guemará (Berajot 32b): “La personas justas y temerosas de Di’s se sentaban a meditar y despejar su mente durante la hora previa a la del rezo, para poder después aproximarse a rezar”. Y más adelante (31a) explica: “No se debe entrar al rezo en un estado de tristeza o de ojera, risa, plática, etc., sino con la cabeza y mente bien asentadas”. Este concepto se encuentra en la clave de los tres rezos que establecieron nuestros Patriarcas, pues el versículo, para indicar que Abraham fue a rezar, usa el término ‘Amad, es decir, “pararse”, “freno”, “detención”. En el versículo que indica el rezo de Itzjak, usa la Torá el término Sijá, es decir, “conversación”, “plática”, “diálogo”. Y en el rezo que estableció Ya’acov, el de ‘Arvit, se usó el terminó Pegui’á, que signica “dar en el blanco”, “dar en el punto”, “alcanzar la meta”. Esto nos indica que el método apropiado para que el rezo se reciba en los Cielos es: 1. Parar, detener, frenar los pensamientos, desconectarse y alejar los
múltiples pensamientos, para poder concentrarse en...
2. El diálogo, la plática personal con Di’s; sólo así se logra que el rezo... 3. Dé en el blanco y llegue hasta el Trono Celestial.
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Introducción 93: La preparación mental Relata la Guemará (Sucá 28a) que Rabí Yonatán Ben ‘Uziel era uno de los rabinos con mayor nivel y grandeza en el estudio del Talmud. Pero, de forma inusual, expresa la Guemará para indicarnos justamente su grandeza, en los siguientes términos: “Mientras él estudiaba o rezaba, se quemaba cada pájaro que volaba sobre su cabeza”. La traducción literal es un poco difícil de imaginar, pues ¿Qué culpa tenían esas aves de volar encima de su cabeza? ¿Acaso matar animales inocentes es señal de grandeza? Es evidente que la Guemará pretende decir algo más profundo. Una de las explicaciones a esta Guemará es la siguiente: Cuando arma mos que alguien “Tiene muchos pajaritos en la cabeza” indica a pensamientos vanos, profanos, fantasiosos e innecesarios. Ahora podemos entender la frase de la Guemará respecto a que, mientras uno reza o estudia, es constantemente interrumpido por “pajaritos” de ideas vanas. Este tipo de “pajaritos” eran los que se “quemaban”, es decir, se anulaban mientras Rabí Yonatán ben Uziel estudiaba, ya que no permitía que ningún pensamiento vano lo interrumpiera”. No es fácil despejar la mente, pero parte de la preparación para el encuentro con Di’s es agudizar la concentración y aplicar “la regla de la lupa”: cuando uno pone una hoja de papel ante el sol, ésta nunca se quemará, pero cuando ponemos en medio una lupa, la cual concentra todos los rayos en un solo punto, esto causará una gran llama en el papel. Así es la mente: mientras estemos pensando en múltiples ideas durante el rezo, los “rayos” mentales no causarán ningún efecto; pero al apuntarlos en una sola dirección, hacia Él, la llama iluminará nuestros rezos y los elevará al Cielo. Es también como el rayo láser, que con pocos watts alcanza distancias muy grandes, debido a la concentración de los rayos de luz. Por tanto, aunque nuestros rezos sean de “bajo voltaje” debido a la di cultad para entender plenamente lo que decimos, el hecho de “concentrar” nuestros rayos a un sólo objetivo alcanzará como un rayo láser al Trono Celestial. •
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Capítulo 93: Preparación para el rezo
Capítulo 93 Preparación para el rezo 1.
Se debe llegar unos minutos antes de rezar para poder concentrarse sin presión, y no salir inmediatamente después de la Amidá para no aparentar que para él rezo para él es un pesar. Esto se cumple hoy en día al decir algunos Mizmorim o capítulos de Mishná que forman parte del rezo de Shajrit antes y después de la Amidá. (1)
2. 3. 4.
La mejor manera de cumplir la Mitzvá de rezar es cuando lo hace con temor, sumisión y alegría. Si no puede conseguirlo, que evite hacerlo con enojo o en estado de burla. (2) No debe rezar después de un debate de Halajá que quedó sin resolver para evitar que continúe perturbado durante el rezo. Sin embargo, si el Minián comenzó a rezar, debe rezar con ellos. (3) Si estaba ocupándose de algún asunto para la comunidad, no debe interrumpir para decir el Shemá o la Amidá, aunque se pase el tiempo apto para decirlo. Si pasó el tiempo, dice en el siguiente rezo una segunda Amidá condicionada: “Si debo decir la Amidá, que sea como obligación; de lo contrario que se considere como iniciativa propia”. (4,5)
5.
Los encargados de recolectar fondos para las instituciones deben procurar no perder el rezo ni el Shemá, y con esto tendrán mayor éxito en sus labores. (5)
128
Capítulo 93: Preparación para el rezo
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Introducción 94: Apuntemos a Yerushalaim
Capítulo 94
Apuntemos a Yerushalaim
L
a Mishná de Kelim (1, 6) dice: “Diez lugares de santidad hay en el mundo, y son, en orden ascendente, la Diáspora, Israel, Yerushalaim, dentro de las murallas…, Har Habáit…, la ‘Azará…, el Templo, el Kódesh y el Kódesh Hakodashim”. Cuando una persona reza, desde cualquier parte del mundo debe dirigir sus pies hacia Israel; y si se encuentra en Israel, hacia Yerushalaim; y si se encuentra en ésta, hacia el lugar del Templo. Y aquel que se encontraba en el Templo, debía dirigir sus rezos hacia el Kódesh Hakodashim. Por eso el Rey Salomón llamó a la colina sobre la cual construyó el templo “Talpiyot” (Shir Hashirim 4, 4). Explica la Guemará (Berajot 30, 1) que este nombre es una palabra compuesta de dos: Tel, “colina”, y Piyot, “bocas”, es decir, “la colina hacia la cual se dirigen todas las bocas”. El motivo de esto se divide en dos: metafóricamente, al apuntar nuestros pies hacia esa dirección demostramos que anhelamos llegar allá y alcanzar el nivel de santidad que Yerushalaim posee. Pero de una manera más profunda, explica el Zóhar, (Perashat Lej Lejá), que Abraham Avinu, quien se hallaba en ese entonces en la ciudad de Ur Kasdim (Mesopotamia), anheló conocer el sistema Celestial y encontrar el túnel que une a la tierra con el Cielo, la dimensión física con la dimensión espiritual, a lo que Di’s le contestó: “Lej Lejá…”, “Ve a la Tierra Santa”. Y cuando llegó y se paró en Har Hamoriá, que fue la colina donde se construyó el Templo, lo premió Di’s con una visión espiritual: cuando alzó la vista hacia el Cielo, vio una especie de túnel que conectaba los dos mundos.
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Introducción 94: Apuntemos a Yerushalaim A eso se rerió el Rey David (Tehilim 122, 3) cuando dijo: “Yerushalaim, la terrenal, construida aquí, es como la ciudad que está junto a ella en los Cielos”, indicándonos así que el borde de la santidad terrenal culmina en Yerushalaim y el inicio de la dimensión espiritual está ubicado por encima de ésta. Este lugar sagrado siempre permaneció en el corazón de Abraham Avinu y trasmitió ese amor a su hijo Itzjak. Sobre el versículo que dice: “Y salió Itzjak a rezar en el campo” (Bereshit 24, 63), aclaran nuestros Sabios que fue precisamente en esa misma colina, en la cual ocurrió también la prueba del sacricio de Itzjak, donde al nal sacricó Abraham al carnero que se le presentó en su lugar. Sobre ese mismo lugar Adam Harishón realizó su primera ofrenda a Di’s y, posteriormente, allí mismo presentaron Cáin y Hébel sus ofrendas. Por eso, cuando Ya’acov Avinu huía de su hermano Esav y llegó al norte de Israel, se detuvo y dijo: “¿Cómo es posible que haya pasado por el lugar donde rezaron mis padres y no me detuviera para rezar?”. Por tanto, regresó y, mientras estaba acostado en Bet El, soñó con la famosa escalera que llegaba hasta los cielos. Aclaran nuestros Sabios que la parte inferior de la escalera estaba en la tierra, como ubicada en la ciudad de Beer Sheva, y su parte superior estaba en el cielo, a la altura de la ciudad de Bet El, cuya traducción del hebreo es “La Casa Celestial”. Además, la parte media de la escalera estaba ubicada sobre Yerushalaim, haciendo alusión a que el rezo es como la escalera (curiosamente, el valor numérico de la palabra “escalera” en hebreo es 136, el mismo de la palabra Col, “voz”), cuya parte inferior está en la tierra, pero termina llegando a la Casa de Di’s por medio de Yerushalaim. Por eso, al despertarse por la mañana, Ya’acov Avinu dijo: “¡Qué sagrado es este lugar! Esta no es sino la Casa de Di’s, y este es el portón del Cielo”. Analizando este versículo podremos darnos cuenta de que está dividido en dos: una parte hace alusión al Bet El, “la Casa Celestial”, Divina, sobre la cual dijo Ya’acov: “!Qué sagrado es este lugar! Esta no es sino la Casa de Di’s”; y la segunda parte habla de Yerushalaim, sobre la cual dijo: “Y este es el Portón del Cielo”. Dirijamos todos nuestros rezos hacia ese túnel, para que por medio de él suban y se reciban, y para que también por medio de este túnel bajen la abundancia y la bendición del Cielo, tal como se reejó en el sueño de Ya’acov, en el cual vio ángeles subiendo y bajando, haciendo alusión a las plegarias que suben y a la abundancia que baja. •
131
Capítulo 94: Concentrarse en Israel
Capítulo 94 Concentrarse en Israel 1.
Antes de empezar la Amidá debe posicionarse de la siguiente manera: a. Si se encuentra fuera de Israel, debe ubicarse en dirección a Israel,
concentrándose en Yerushalaim, el Bet Hamikdash y el Kódesh Hakodashim.
b. En Israel debe ubicarse en dirección a Yerushalaim, concentrándose
en el Bet Hamikdash y Kódesh Hakodashim.
c. En Yerushalaim debe ubicarse en dirección al Bet Hamikdash y
concentrarse en el Kódesh Hakodashim.
d. Si está detrás del Kódesh Hakodashim, deberá dirigirse hacia el
Kódesh Hakodashim. (1)
2. 3.
Quien no puede ubicar la dirección correcta, debe concentrarse en dirigir sus rezos hacia Hashem. De igual manera, si no rezó en la dirección correcta, no es necesario repetir la Amidá. (1) Si empezó la Amidá en una dirección incorrecta:
a. Si está dirigido hacia el Norte o Sur, únicamente voltea su rostro
al Este.
b. Si está dirigido hacia el Oeste, debe volverse hacia el Este. (3)
132
Capítulo 94: Concentrarse en Israel
4. 5. 6.
Si ve a su compañero rezando hacia el Oeste, es necesario interrumpirlo para que se reubique. (3) Lo apropiado es ubicar el lugar del rabino al lado derecho del Hejal. (4) El invidente debe decir la Amidá en la dirección correcta como todas las personas. Sin embargo, si no la dice en dirección correcta mientras reza en un Minián, deben corregirlo. Si está rezando en casa: a. Si está mirando al Norte o Sur y con facilidad se puede reubicarlo,
así se procede.
b. Si está mirando al Oeste, no se debe interrumpirlo. (5)
7.
Si mientras viajaba en camión o tren se percató que la hora de Minjá está por terminar y de rezar ahí no podrá concentrarse adecuadamente, puede decir la Amidá de Arbit dos veces una vez que llegue a su destino, si normalmente se concentra por lo menos en la primera tres bendición. Sin embargo, si normalmente no se concentra debidamente en la primera bendición, debe decir la Amidá en el camión o tren. No hay diferencia si abordó a tiempo o poco antes que se termine el horario de Minjá. (6)
8. 9.
Es preferible rezar sentado concentrándose en lo que dice, que rezar de pie sin concentración. Además, no debe omitir el rezo de Minjá sentado, para poder rezar posteriormente Arbit de pie. (6) Mientras dice la Amidá de pie no debe recargarse en nada, ni reclinar el cuerpo hacia algún lado. Asimismo, cuando la dice sentado, no puede estirar los pies o apoyar uno sobre otro, ya que denota presunción. (7)
133
Capítulo 95: Posición en la Amidá
Capítulo 95 Posición en la Amidá 1. 2. 3.
Al ponerse de pie para decir la Amidá, los pies deben de estar juntos para que den la impresión de ser uno solo, sin ser suciente unir únicamente los talones. Sin embargo, si dijo la Amidá sin juntar los pies no es necesario repetirla. (1) Si se le diculta mucho mantener los pies juntos, tienen permitido decir la Amidá con los pies separados. Además, es preferible que diga la Amidá de pie con los pies separados que sentado con los pies juntos. (1) Es bueno colocar la palma de la mano derecha sobre el dorso de la izquierda y sentir temor y miedo como un esclavo frente a su amo mientras dice la Amidá. De cualquier manera, no todos acostumbran posicionar sus manos de esta manera, más aun cuando sujetan el Sidur. (2)
4. 5. 6.
No debe tener las manos cruzadas detrás del cuerpo ni sobre su abdomen, ya que denota presunción. (2) Aunque algunos acostumbran dar tres pasos hacia atrás y regresar hacia adelante para empezar la Amidá, no es obligatorio hacerlo. (3) Es preciso agachar la cabeza para que la vista quede en dirección al suelo, pensando que está en el Bet Hamikdash, concentrándose en lo alto de los cielos. (4)
134
Capítulo 95: Posición en la Amidá
135
Introducción 96: Quitar los “imanes”
Capítulo 96 Quitar los “imanes”
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espués de que nos quitamos la ropa que usamos durante el día, nos vestimos adecuadamente para rezar, aseamos nuestro cuerpo y mente de pensamientos vanos, y prácticamente estamos listos para iniciar nuestras plegarias, hace falta procurar que esta plataforma que establecimos para poder concentrarnos no se pierda. Por tanto, debemos dedicarnos a quitar cualquier “imán” que desvíe nuestra mente. Este concepto se aprende del primer versículo de la bendición que nos dan los Cohanim: “Yevarejejá Hashem Veishmereja”, “Que te llene Di’s de bendiciones” como manutención y bienes, “y que cuide lo que te dio”. Es decir, hay dos etapas: una, tener o alcanzar la bendición; dos, cuidar lo obtenido. Así ocurre también con la concentración en el rezo: nuestra primera misión es alcanzar y tener las condiciones aptas para concentrarse, y después Veishmereja, cuidar la concentración durante el rezo. En este capítulo estudiaremos varios ejemplos de ciertas cosas que pueden desviar nuestra concentración, como dice la Guemará (Berajot 23b): “No podrá la persona rezar mientras esté sujetando en su mano un objeto valioso, como los Telín o un Séfer Torá”. Al respecto explica Rashí del siguiente modo: “Ya que su mente está siempre preocupada de que no se le caiga de la mano, y por eso puede llegar a perder la concentración”. Este es el motivo de que en esta misma Guemará (Berajot 31a) diga: “La persona no puede parase a rezar si ha dejado asuntos pendientes. Incluso si varios rabinos se sientan para dictaminar una ley y el asunto queda inconcluso, hasta que en plena discusión e incertidumbre quieren interrumpir la discusión para rezar, no deben hacerlo sino sólo después de concluir el veredicto Halájico, a n de que ese asunto en el que están tan ocupados no les cause interrumpir su concentración mientras rezan”.
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Introducción 96: Quitar los “imanes” Cuentan que en la ciudad de Safed, en la época del gran legislador de la Halajá, Rabí Yosef Caro (autor del libro Shulján Shulján ‘Aruj) ‘Aruj) y del d el gran cabalista, el Arízal, además de compartir la misma época y ciudad, de forma muy regular rezaban ambos en la misma sinagoga. El Jazán, Rabí Shelomó Elkábetz (compositor del “Lejá Dodí”) sabía que no podía comenzar la repetición de la ‘Amidá sino hasta que el rabino la nalizara. Debido a que el rabino de la sinagoga era Rabí Yosef Caro y el Arízal tardaba mucho, lo común era que el Jazán esperara a que sólo terminara Rabí Yosef Caro su rezo y diera inicio a la Jazará. Ocurrió una vez que el Arízal terminó y Rabí Yosef Caro seguía de pie rezando. Rabí Shelomó Elkábetz esperó que su rabino terminara, pero ante su sorpresa volteó el Arízal y le dio la señal de que empezara y no esperara más. El Jazán se sintió muy incómodo; por una parte, el gran cabalista le había dado la orden de empezar; por otra, todos sabían que debían respetar a su rabino y esperar a que nalizara nalizara su rezo. r ezo. El Jazán se demoró unos segundos s egundos pensando qué hacer, y en eso volteó el Arízal por segunda vez y de forma muy notoria, ante todo el público, le ordenó tajantemente que empezara. El Jazán no tuvo alternativa. Empezó la Jazará y, mientras la realizaba, el público intercambiaba miradas miradas de asombro, a sombro, como diciendo: “Qué raro. ¿Qué está e stá pasando?” pas ando?”.. Rabí Yosef Caro terminó su rezo r ezo y, y, cuando volteó para ver al Arízal, éste lo miró con una sonrisa y Rabí Yosef Caro con otra, en un gesto de aceptación. Al nalizar el rezo, dirigió el Arízal al público una breve Halajá: “Es obligatorio es perar a que el rabino termine su ‘Amidá para que el Jazán empiece la Jazará, pero siempre y cuando el rabino esté rezando y no analizando una Halajá, o buscando una respuesta a una gran pregunta que haya leído antes del rezo”. “Todos notaron la sonrisa en el rostro de Rabí Yosef Caro, con la que armó y dijo: “Es verdad. Antes de nalizar el rezo, me vino a la mente una pregunta Halájica di fícil y, y, sin darme cuenta de que estaba e staba en el rezo y estaban esperándome, e sperándome, mi mente voló y navegó”. Ojalá que nuestras desviaciones mentales durante el rezo sean de este nivel de pureza. Pero incluso si es así, no está permitido interrumpir la concentración en el rezo ni siquiera por la Sagrada Torá, mucho menos por ideas o “imanes” que atraigan nuestra mente. Dice Rabí Ya’acov, el hijo del Rosh, el gran legislador de los Arba’á Turim (Tur Óraj Jaim Jaim 98): 98): “Si en medio del rezo rezo viene viene a la la mente de la persona una una idea idea vana, vana, debe detener en ese instante el rezo y dedicarse a nalizar el pensamiento, anularlo, y sólo entonces seguir”. seguir”. “Y por supuesto, si en el lugar donde va a rezar hay múltiples cosas que pueden desviar su mente (como ruido excesivo, excesivo, niños jugando, música, etc.), no debe rezar allí, sino buscar un lugar adecuado en el que pueda alcanzar la concentración y no perderla”. •
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Capítulo 96: Evitar distracciones
Capítulo 96 Capítulo Evitar distracciones 1. 2. 3. 4. 5 5..
Cuando dice el Shemá o la Amidá, Amidá, no debe tener en sus manos un Telín o libros de Torá, ya que estará preocupado de que no se caigan. No obstante, si rezó así, no es necesario repetir el rezo. (1)
Se permite sujetar un Sidur, Majzor o aparato electrónico donde pueda leer el rezo completo, ya que los necesita para concentrarse. (4,5)
Quien necesita tener en su mano objetos que teme le roben, por ejemplo ejemplo en caso de estar viajando, viajando, puede tenerlos en su mano durante el rezo. Asimismo, si sentado tendrá más concentración, puede rezar de esta es ta manera. (2) Es un buen hábito traer a los niños al Templo para que recen. Sin embargo, no puede rezar cargando a un menor en sus brazos. Además, no hay que llevar niños niños muy pequeños p equeños que podrían molestar o interrumpir el rezo de los demás. (3)
Si ve un libro de Torá en el piso y por p or lo tanto t anto no puede concentrarse, concentrarse, tiene permitido moverse de su lugar, incluso durante la Amidá para levantarlo. Asimismo, si ve un Telín que está por caer, puede moverlo de lugar si esto le impide concentrarse, aunque se debe cuidar de no hablar. (6)
6.
Si estaba est aba diciendo diciendo la Amidá de memoria, memoria, se confundió confundió y necesita un Sidur para seguir su rezo, o si necesita unos lentes para poder leer, puede moverse de su lugar para buscarlos. buscarlos. (7) 138
Capítulo 97: Actitud durante el rezo
Capítulo 97 Actctititudud durant A durantee el rezrezo o 1. 2. 3. 4. 5 5..
Quien siente siente la necesidad de estor estornudar nudar,, bostezar bostezar o eructar mientras reza, debe cubrir su boca con su mano. (1)
Puede ajustar el Talit durante la Amidá si se le deslizó. Asimismo, si se le cayó, cayó, sólo puede recogerlo si no consigue concentrarse concentrarse y vestirlo vestirlo entre una bendición y otra. (2) Se permite sujetar sus lentes o sombrero en la Amidá si tiene miedo que en el momento de inclinarse se caigan. (3)
Se permite asearse la nariz mientras dice la Amidá, si siente la necesidad de hacerlo. (4) Si por medio de mover el cuerpo en la Amidá se concentrará mejor, puede hacerlo. (6)
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Introducción 98 a 101: El alma del rezo
Capítulo 98 a 101 El alma del rezo
R
abenu Bejaye, en su libro Jovat Halevavot, dice: “Las palabras del rezo son como el cuerpo, y la concentración es como el alma. Las palabras salen de la boca y la concentración del corazón. Por tanto, cuando uno emite el rezo por la boca nada más, sin corazón, equivale a un cuerpo sin alma”.
Dicho de otra forma, es una plegaria sin vida, y debido a ello reclama Di’s por medio del profeta Yesh’ayá (29, 13): “Este pueblo con su boca y labios Me alabaron, pero su corazón está lejos de Mí”, como diciendo: “Saben rezar bien, expresarse maravillosamente, cantar con bonita voz. voz. No me quejo de la boca, sino de que estos rezos no tienen corazón, concentración”. concentración”. “Observa y mira qué es lo que pedimos al nal de la ‘Amidá: Ihyú LeLe ratzón Imré … Di’s, por favor, recibe con voluntad las palabras de mi boca y la concentración de mi corazón...”. ¿Y cómo dirá esto la persona, si su corazón y su mente están ocupados o cupados en cosas vanas y profanas? ¿Acaso eso quiere que Di’s reciba? Por ello el rezo, en el lenguaje de la Torá, se denomina “Ul’obdó Bejol Levavjem”, “Sirvan a Di’s con todo el corazón”. No dice con toda la boca, porque el sentimiento, las ganas y la concentración con los cuales uno reza son el pilar principal, y las palabras relativamente son secundarias. 140
Introducción 98 a 101: El alma del rezo De ahí que en el libro Néfesh Hajaim, de Rabí Jaim de Voloshin, esté escrito: “El versículo dijo: Sirvan a Di’s con todo el corazón. Es decir, todo el corazón debe estar lleno de concentración y no dejar en él espacios vacíos para pensamientos extraños, ya que, de ser así, ya no se considera con todo el corazón”. Comenta la Guemará (Berajot 31a): “Al aproximarse la persona a rezar, debe preparar su corazón y dirigirlo hacia Di’s, como dice el versículo: ‘Prepara el corazón y escucha con tus oídos’ (Tehilim 10, 17)”. Al respecto explica Rashí: “Cuando uno prepara su corazón para rezar, entonces Di’s escucha sus plegarias”. Por eso dicen nuestros Sabios (Berajot 32b): “Dijo Rabí El’azar: Los portones del rezo de quien reza con lágrimas nunca se cierran”. Y el motivo de esto no son las gotas que salgan de los ojos, sino la conexión ente los ojos y el corazón, como dijeron nuestros Sabios: “Los conductos de las lágrimas de los ojos comienzan en el corazón”. Y si llegamos a llorar, es señal de que lo sentimos de corazón. Sólo así nuestros rezos y plegarias son recibidos en el Cielo, y no hay puerta que se cierre ante esto. Para lograr la concentración absoluta, lo primero que debemos tener en mente es saber delante de Quién estamos parados. Cuenta la Guemará (Berajot 28b): 28b): “Antes “Antes de fallecer fallecer Rabí Eli’ézer Eli’ézer,, entraent raron sus alumnos para despedirse de él y le dijeron: ‘Rab, antes de que te despidas de este mundo, danos un buen consejo para la vida’, a lo cual él contestó: ‘Cuando recen, deben saber delante de Quién están parados’”. Agrega sobre esto Rabí Shim’ón Jasidá (Sanhedrín 22a): “Cuando uno reza, debe imaginarse a la Presencia Divina delante de él”, como dijo el Rey David David (T ( Tehilim ehilim 16, 16, 8): “Shiviti Hashem Hashe m Lenegdí Tamid” (“Imagino a Di’s ante mí”). Tal es la razón de que escribiera Maimónides (Leyes de la Telá, cap. 4): “¿Cómo logrará la persona la concentración en el rezo? Primero, 141
Introducción 98 a 101: El alma del rezo que quite de su mente todos los pensamientos vanos, y después que se imagine que está parado delante de la Presencia Divina, como si estuviera parado en el Cielo”. Y podríamos agregar a esto las palabras de Rabí Jaim Vital, quien escribió en el Sha’aré Kedushá: “Es muy bueno que la persona, mientras está rezando o estudiando Torá, se imagine que está parada en el Paraíso, ante la gran Presencia Divina, rodeada de muchas almas puras, y Di’s escuchándole”. Y más que eso, escriben los comentaristas (en el inciso inciso 3): “La hora del rezo es el momento del examen, examen, en el cual uno puede analizarse analizarse y ver el nivel de pureza que posee: Si logra la concentración durante todo el rezo de la ‘Amidá sin que ocupe su mente algún pensamiento vano, podrá saber que ha alcanzado el título de Tzadik. Pero si dice todo el rezo ‘de dientes para afuera’, sin nada de concentración, indicaría lo contrario. contrario. Y si en parte lo logra y en parte par te no, dependerádel porcentaje para calicarse hacia un lado u otro”. Como dijo el Rey Salomón (Mishlé 27, 27, 21): 21): “Ve “ Veish ish Lefí Mahalaló” Mahalaló” (“Cada persona podrá po drá auto inspeccionarse inspeccionarse según sus rezos”). rezos”). Obviamente, cuando hablamos de concentrarnos, no se trata de entender las profundidades y los grandes secretos del rezo, ya que difícilmente podrá un ser humano lograrlo, como está escrito en el libro Néfesh Hajaim (2, 13): “No hay entre nosotros alguien que alcance a comprender la profundidad profundidad de los secretos del tex texto to del rezo. Y todo lo que se nos reveló, desde los Gueonim hasta el último cabalista de alto nivel, el Arízal, no es sino como una gota del océano, ya que no hay humano sobre la tierra que llegue a entender los secretos que poseían los ciento veinte sabios y profetas que lo compusieron”. Pero el mínimo mínimo de concentración concentración,, por lo menos saber el signica signicado do de las palabras, palabras, o el tema de lo que se está diciendo, diciendo, y especialmente especialmente ante Quién se está est á diciendo, diciendo, eso sí debe la persona alcanzar alcanzar.. Y aunque sea difícil, debemos seguir el consejo de Maimónides en su libro Moré Nevujim (3, 51): “Aunque la meta es difícil, te daré la clave para que la utilices hasta alcanzar la meta: Primero, vacía tu mente de cualquier cosa para concentrarte por lo menos en el primer versículo 142
Introducción 98 a 101: El alma del rezo de la Shemá y en la primera bendición de la ‘Amidá (aunque esto requiera sólo una concentración de varios segundos, con eso se empieza)”. “Después de un tiempo, cuando lo logres de forma ja, pasa al siguiente ejercicio: Cada vez que escuches o leas una clase de Torá, ejercita tu mente para que se concentre en lo que escuchas o lees, y sólo en esto…”. Y así sigue Maimónides con más consejos prácticos, cuyo factor común es ir ejercitando cada vez más el cerebro y controlándolo para alcanzar la concentración absoluta. Basado en cierto conpecto que escribe el libro Sha’aré Orá (pág. 119), podríamos concluir que cuando la persona reza sin concentración, es como un vagón que no tiene fuerza para avanzar y, por tanto, se estanca en las ‘vías Celestiales’ sin poder elevarse ni llegar a Di’s. Pero cuando la persona consigue realizar un rezo lleno de concentración, se convierte en una locomotora que toma los vagones estancados y los arrastra hacia arriba. Y dependiendo de la fuerza del motor de esta locomotora, del que depende del poder de la concentración, podrá arrastrar más vagones estancados. Así es en los rezos: al rezar con mucha energía y concentración, todas las plegarias “estancadas” que se dijeron en algún momento sin mucha concentración y por tanto no alcanzaron a llegar al Cielo, son arrastradas y elevadas, de tal forma que no sólo este rezo alcanzó la meta, sino que llevó con él muchas más plegarias que ahora serán recibidas. •
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Capítulo 98: Concentración en el rezo
Capítulo 98 Concentración en el rezo 1.
El rezo substituye a los sacricios que se ofrecían en los tiempos del Bet Hamikdash. Así como un sacricio ofrendado sin la concentración correcta quedaba nulo, un rezo sin concentración no tiene valor. Por eso, debe tener precaución de rezar con la concentración pura, quitando todos los pensamientos ajenos al rezo antes de comenzar a rezar. (1)
2. 3. 4.
Debe tener concentración en todas las bendiciones de la Amidá; si no puede, por lo menos en la primera bendición. Si no se concentró si quiera en la primera bendición, no es necesario repetir la Amidá. (1,3) Antes de empezar la Amidá debe sentirse preparado pare rezar frente a Hashem, Rey de los reyes, y mientras reza debe concentrarse en el signicado de lo que dice. (1,3) Quien por lo general se concentra en la Amidá o por lo menos en la primera bendición, y una vez no se concentró, puede repetir la Amidá con concentración, sin aumentar algo en su rezo. De cualquier manera, es preferible que condicione su rezo así: “Si debo rezar de nuevo, que se considere mi rezo como obligatorio. De lo contrario, que se considere por iniciativa propia.” (2)
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Capítulo 98: Concentración en el rezo
5.
Si en la primera bendición se acordó que no se concentró:
• Si fue antes de terminar la bendición, repite desde “Elo-henu Veelohé Abotenu”. • Si ya bendijo “Maguén Abraham” y no ha seguido, es bueno que piense el signicado de la primera bendición antes de continuar. • Si siguió la Amidá, debe esforzarse en concentrarse en cada bendición de la Amidá. • Cuando llega a “Modim” debe concentrarse, para reparar el que no se haya concentrado en la primera bendición. (4)
6.
Incluso si sabe que no podrá concentrarse en ninguna de las bendiciones de la Amidá, no puede excusarse de rezar. Por eso, debe hacer su mayor esfuerzo para concentrarse por lo menos en la primera bendición o en la bendición de Modim. (13,14)
7. 8.
Se permite leer del Sidur o decir la Amidá de memoria, dependiendo de cómo se concentre mejor. (5) Hay varios principios que ayudan a concentrase en la Amidá, algunos de ellos son: • Pararse a lado de aquellos que ponen mucha concentración en la Amidá. • No pararse en un lugar donde la gente pasa cerca de él. • Innovar peticiones o pensamientos sobre lo que reza. • Estudiar Torá, ya que por medio de esto consigue tener temor a Hashem. (6)
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Capítulo 98: Concentración en el rezo
9. 10. 11. 12. 13.
Si en el Templo la gente reza rápido y le resulta difícil concentrarse, pero tiene la opción de ir a otro Templo donde rezan más despacio pero tendría que salirse antes de terminar, debe ir donde el rezo es más despacio. (7) Si alarga su rezo para concentrarse mejor y no alcanza a terminar al tiempo que se recita la Kedushá, puede empezar un poco antes la Amidá de Shajrit para terminar a tiempo. No obstante, en la Amidá de Minjá esto no se permite. (9) Se debe rezar rogando, como un pobre pidiendo en la puerta, además debe hacerlo despacio para evitar aparentar que el rezo es una carga. (11) Aquella persona que apresura su rezo para alcanzar a contestar Kadish o Kedushá, debe tener precaución de no omitir palabras o letras. (10) Después de haber rezado con concentración, no debe sentirse conado que por ello Hashem concederá sus pedidos, ya que estos pensamientos provocan que sus pecados sean recordados. Por eso, debe pensar que Hashem escucha sus rezos por su gran piedad y favor que hace con nosotros. (12)
14. 15.
No puede perder constantemente el rezo con Minián si al rezar solo se concentra mejor. No obstante, se permite hacerlo ocasionalmente. (15) Es apropiado vestir prendas agradables y limpias para el rezo. Por eso algunas personas visten saco y sombrero mientras rezan, siendo una costumbre importante. (16)
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Capítulo 99: Rezar ebrio
Capítulo 99 Rezar ebrio 1.
Quien se encuentra en estado de ebriedad, no puede decir la Amidá hasta que se le pase el efecto de la bebida, aun si el tiempo apto para rezar está por terminar. Esto se debe a que su rezo en ese estado es aborrecido. Por lo tanto, si pasó el horario apto pare rezar, debe reponer la Amidá en el siguiente rezo. Cabe mencionar que tiene permitido decir otras bendiciones. (1)
2. 3.
Si tomó bebidas embriagantes y no se siente en estado impropio, puede rezar. (1) Un ebrio puede completar Minián aunque no pueda rezar. Únicamente si no está consciente de lo que hace, no tiene permitido completar Minián y está exento de cumplir Mitzvot. (2)
Capítulo 100
Preparar los rezos de las festas
1. 2.
Actualmente ya no es necesario leer los rezos de las estas previamente para familiarizarse con ellos, ya que contamos con Majzorim y rezamos de estos. (1) Es propicio leer el “Al Hanisim” que se agrega en la Amidá de Januká y Purim del Sidur, para no confundirse al recitarlo, por lo menos en el primer rezo de la festividad. (2) 147
Capítulo 101: Idioma y pronunciación
Capítulo 101 Idioma y pronunciación 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.
Quien escucha el rezo de su compañero y se concentra en cumplir con su obligación, se considera como si él mismo lo dice, siempre y cuando comprenda lo que escucha. (1) Quien recita la Amidá o el Bircat Hamazón en hebreo, aunque sólo tenga una idea general de lo que dice, cumple con su obligación. (1) Se debe rezar en hebreo aunque no comprenda el idioma. Por lo tanto, es Mitzvá imprimir Sidurim que muestren de un lado el rezo en hebreo y del otro la traducción, para que así puedan comprender su signicado los que no dominan el idioma. (2) Aquellos que no saben leer en hebreo pueden leer en fonética, aunque la pronunciación exacta sea ligeramente diferente. Incluso se puede recitar Kadish de esta manera. (2,3) El ociante del rezo debe pronunciar correctamente todas las palabras del rezo. (2) Para la pronunciación correcta del nombre de Hashem, ver Tomo 1, Capítulo 5, incisos 8 y 9; y Capítulo 53 inciso 13. El texto correcto del rezo, también según la Kabalá, es según la costumbre Sefaradí. Por lo tanto, si un Ashkenazí quiere cambiar su costumbre y rezar con la pronunciación Sefaradí, puede hacerlo sin considerarse que está traspasando la prohibición de no apartarse de la enseñanza de su madre. (7)
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Capítulo 101: Idioma y pronunciación
8. 9. 10. 11. 12.
Si un Ashkenazí estudió con Sefaradim y se acostumbró a pronunciar como los Sefaradim, no es necesario que vuelva a la costumbre de los Ashkenazim e incluso puede ser ociante del rezo en un Minián Sefaradí pronunciando como ellos. (12) Si un Ashkenazí regresó al camino de la Torá con ayuda y guía de Torá y Halajá de un rabino Sefaradí, puede continuar actuando según la costumbre Sefaradí. (13) Si un Sefaradí rezó con el texto de Ashkenazí estilo Sefarad o Ashkenaz, no tiene que repetir el rezo. (7) Es bueno que los alumnos Sefaradim que estudian en escuelas de Ashkenazim formalicen un Minián Sefaradí en los días de Rosh Hashaná y Yom Kipur. Si no pueden, deben rezar con sus padres según el texto Sefaradí. (8) Un Sefaradí que está rezando en un Minián Ashkenazí no debe cambiar el texto de la Kedushá como los Ashkenazim, debe decir “Nakdishaj” en Shajrit y “Kéter” en Musaf. Esto se debe a que lo fundamental es responder “Kadosh”, “Baruj Kebod” y según algunas opiniones también “Yimloj Ado-nay”. (10)
13.
Si un Sefaradí está dentro de los doce meses de luto y se encuentra en un Minián de Ashkenazim, si la concurrencia acepta que él sea el ociante y pronuncie todo el rezo como los Sefaradim, puede ser ociante. En caso contrario es preferible que no sea ociante del rezo. (11)
14.
El texto unicado conocido como “Nusaj Ajid” y el texto “Nusaj Sefarad” no pertenecen al rito Sefaradí, por lo que un Sefaradí no tiene permitido rezarlos. Se debe saber que todos los conceptos del rezo, tales como el contexto y orden en que está escrito, fue establecido en base a Celestiales y extraordinarios secretos. (9)
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Introducción 101-B: El origen del hebreo
Capítulo 101-B El origen del hebreo
E
n este capítulo veremos la importancia de rezar y pronunciar las palabras en hebreo, conocido como Lashón Hakódesh, “el lenguaje sagrado”.
La importancia de este idioma, de acuerdo con nuestra tradición, radica en que con él creó Di’s el mundo, como decimos en el rezo Baruj Sheamar: “Bendito el que dijo y con Su palabra creó el mundo”. Y en este idioma se dirigió Di’s al primer ser humano, Adam Harishón, como está escrito en el libro Hacuzari (1, 26 y 2, 68): “Con este idioma habló Di’s a Adam y a Javá, y este idioma fue con el que ellos hablaron cuando Di’s les insuó el poder del habla. Por ello se autodenominó el primer humano ‘Adam’, porque fue hecho de la ‘Adamá’, la tierra, y a su esposa la llamó ‘Ishá,’ porque provenía del ‘Ish’, del hombre”. “Y así ocurrió con todos los nombres que tenían los primeros seres humanos, como Javá, que proviene de la palabra Jai; Cáin, de Caniti, Shet, de Shat; Nóaj, de Nejamá, etc. Todos esos nombres contienen raíces de palabras en hebreo porque fue el idioma que se hablaba”. Este idioma permaneció como lengua universal hasta la época de la Torre de Babel, como dice el versículo: “Hasta entonces todos hablaban un solo idioma…” (Bereshit 11, 1). Y después del hecho de la Torre de Babel fueron castigados y esparcidos por todo el planeta, entregando a cada grupo la sabiduría de inventar un nuevo idioma. De aquí que se llamara ese lugar Babel (Babilonia), que proviene de la palabra que signica en hebreo “mezclar”, “confundir”, ya que en ese lugar se mezclaron y se inventaron los idiomas (Bereshit 11, 9).
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Introducción 101-B: El origen del hebreo Entre los únicos que conservaron el idioma original estuvo ‘Éver, descendiente de Shem, el hijo de Nóaj. Y como es sabido, él fue el maestro particular de Abraham Avinu, y tanto inuyó en él que luego se llamó Abraham Ha’ivrí, por dos motivos que terminan siendo uno solo: ‘Ivrí, por su maestro ‘Éver, y también porque ‘Éver signica “del otro lado”, haciendo alusión a que todo el mundo hablaba idiomas convencionales y él se expresaba en el idioma original Divino. Por estas razones terminó este idioma llamándose hebreo, que además de ser aprendido de ‘Éver y ser diferente, fue también un idioma del ‘Avar (“pasado”, “el más antiguo”). Además, Abraham registró parte de lo que estudió en la Yeshivá de ‘Éver en el libro Séfer Hayetzirá, en el cual se evidencia la profundidad y la magni cencia de este idioma. Posteriormente, cuando el Pueblo de Israel bajó a Egipto, aclaran nuestros Sabios que una de las virtudes que tenían fue que no cambiaron sus nombres, su vestimenta, ni su idioma. Por tanto, al salir de Egipto recibieron la Torá en hebreo y en este idioma Moshé dio todas sus clases al pueblo. Y dice la Torá que en cierto momento durante esos cuarenta años en el desierto, “Beer Moshé Et Hatorá” (“Tradujo Moshé la Torá a los demás idiomas”) (Devarim 1, 5). El motivo de que lo hiciera, explican nuestros Sabios, fue para que también aquel que la estudiara en cualquier idioma se le considerara como estudio de Torá. Así continuó la historia y la trasmisión de padre a hijo de esta lengua, y todos los profetas recibían los mansajes de Di’s en este idioma y los trasmitían con él. Se puede notar especialmente el nivel tan elevado de la gramática hebrea en el libro de Tehilim, escrito por el Rey David, y en los consejos que nos legó su hijo, el Rey Salomón, en sus libros Mishlé y Kohélet. El primer “terremoto conceptual” que sufrió el idioma hebreo ocurrió después de la destrucción del Primer Templo y el exilio de la mayoría de los hebreos a Babilonia. Allá se encontraron con un idioma hermano, muy parecido: el arameo.
151
Introducción 101-B: El origen del hebreo Poco a poco empezaron a dejar de lado el idioma hebreo y a hablar más esta última lengua, a tal punto que el profeta Daniel, quien vivió en Babilonia durante esa época, escribió capítulos enteros de su libro de profecías en arameo. Y como dice el profeta Nejemiá (13, 24), cuando expresa su gran angustia ante la pérdida de muchos valores a causa de la Diáspora, como los matrimonios mixtos: “Y sus hijos hablan el idioma Ashdodí, y no saben hablar el idioma judío”. Por supuesto, los escritos del Talmud Babilonio son una mezcla de hebreo y arameo. Fue en ese entonces que se estableció que incluso al leer la Perashá cada Shabat en la sinagoga hubiera una persona que repitiera el versículo en arameo. Esto se hizo por dos motivos: entender lo leído y no perder el idioma hebreo, y poco a poco recuperarlo. Sin embargo, Rabí Yehudá Hanasí, que vivía en Israel, escribió todas las Mishnayot únicamente en hebreo. Luego de él todos estudiaron la Torá en hebreo, pero escribían sus comentarios, conclusiones o leyes dependiendo del país a donde el segundo exilio los hubiera arrojado. Maimónides, por ejemplo, escribió muchos de sus libros en árabe; el libro Tzena Urena fue escrito en yiddish; el Me’am Lo’ez, en ladino, etc. Pero siempre cuidaban el idioma original y sólo para que el público donde vivían pudiera escribirlo o entenderlo, hablaban o escribían en el idioma local. El segundo “terremoto conceptual” ocurrió en el siglo VIII de la era común, cuando los judíos que vivían en Babilonia, al ser conquistada por los árabes, empezaron a expandirse por todo este nuevo imperio y llegaron al norte de África, así como a España. Allá fueron formando grandes comunidades, con presencia muy notoria en Portugal y Marruecos. Por otro lado, en Alemania, Francia e Italia fueron formándose otras comunidades cuyo origen era las zonas aledañas a Roma o los sobrevivientes de Israel. Así, del siglo IX en adelante se dividieron los judíos en dos grupos: el de los Sefaradim y el de los Ashkenazim. Aunque todos respetaban la misma Torá y las principales leyes de nuestros Jajamim, hubo algunas variaciones y diferencias en ciertas costumbres.
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Introducción 101-B: El origen del hebreo Especialmente se notó, y se nota hasta la fecha, una diferencia gramatical en la forma de pronunciar las vocales, donde los Sefaradim tienen cinco vocales y los Ashkenazim siete (por ejemplo, la vocal Kamatz, el Sefaradí la pronuncia como “a” y el Ashkenazí como “o”). Por supuesto, hasta la fecha persiste la discusión de cuál era la forma correcta de pronunciarlas en Israel antes de salir a los exilios. Algunos historiadores, como Asher Láufer, sostienen que esta diferencia se dio en el Pueblo de Israel incluso antes del exilio, y los Ashkenazim pronuncian esas letras como los habitantes de la ciudad de Tiberia y los Sefaradim como la usanza del resto de los habitantes de Israel. Otros sostienen que, debido a los exilios y persecuciones que sufrieron los Ashkenazim durante la Edad Media, lo más probable es que los Sefaradim hayan logrado conservar mejor la tradición. En el siglo XIX, cuando estaba ideándose el nuevo Estado de Israel y comenzó el retorno de judíos de diferentes países, tuvo que decidirse cuál criterio adoptar en asuntos como el idioma ocial del Estado de Israel. Para ello se organizó un comité, llamado Vá’ad Halashón, “El comité del lenguaje”, el cual decidió que la pronunciación sería como la Sefaradí y la escritura (cursiva) sería como la Ashkenazí. De una forma u otra, es importante saber que cada uno debemos seguir nuestra tradición y pronunciar los rezos con la gramática que nuestros antepasados nos hayan trasmitido. Di’s entiende a uno y a otro, pero es importante rezar en el idioma original. Por eso para los judíos de la Diáspora, cuyo idioma natal no es el hebreo y que con dicultad lo entienden o lo pronuncian, resulta de mayor importancia que primeramente recen en el idioma que quieran, pero que poco a poco intenten aprender palabras en hebreo leyéndolas con la fonética correspondiente, con tal de que pronuncien en hebreo y entiendan en español, por ejemplo, y que posteriormente avancen y aprendan a leer las letras hebreas, mediante las cuales creó Di’s el mundo, para que prácticamente hablemos con Él “en Su idioma”. •
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Capítulo 101 B: Rezar sin pronunciar
Capítulo 101 B Rezar sin pronunciar 1.
Al rezar se debe pronunciar lo que dice, no basta con sólo pensarlo. Si rezó con el puro pensamiento no cumplió con su obligación y debe repetir la Amidá, es preferible que condicione la Amidá, es decir que diga que si la debe decir de nuevo, que se considere su rezo como obligatorio, en caso contrario que se considere por iniciativa propia. (1,5)
2. 3. 4. 5.
La persona debe rezar la Amidá en voz baja, escuchándose únicamente él mismo. (1) Si la única manera de poder concentrarse en la Amidá es rezando en voz alta, lo podrá hacer únicamente cuando reza solo. (1) Si escucha las bendiciones de la Amidá de su compañero, debe contestar Amén a éstas, aun si se encuentra recitando los Mizmorim de antes de Yishtabaj. Sin embargo, es preferible alejarse hasta no escuchar lo que dice y así no interrumpir su rezo. (3) Si reza en su casa diciendo la Amidá en voz alta para enseñar a su familia, los demás deben contestar Amén a sus bendiciones. Cabe mencionar que está permitido conducirse de esta manera, siendo su rezo escuchada por Hashem. (4)
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Capítulo 101 B: Rezar sin pronunciar
6. 7.
Quien únicamente pensó en la bendición de antes de comer un alimento, dice “Baruj Shem Kebod Maljutó Leolam Vaed” y bendice en voz audible. Por el otro lado, si pensó en la bendición posterior a los alimentos sin pronunciarla, no debe decirla de nuevo. (5) No se deben repetir palabras del rezo, debe instruir especialmente a los ociantes del rezo a no hacerlo para que armonice la melodía que entona. Además, no deben repetir la misma palabra dos o más veces, siquiera el resto de la congregación. (6)
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Introducción 102: ¡No pases!
Capítulo 102 ¡No pases!
R
elata la Guemará (Berajot 27a) que una vez el rabino llamado Rav rezó ‘Arvit de Shabat a una hora temprana, antes de que entrara el sagrado día, mientras su alumno, el rabino Irmiyá Bar Abá, rezaba detrás de él. Al nalizar Rav su rezo de ‘Amidá, y antes de dar los tres pasos para decir el “‘Osé Shalom”, volteó y vio que su alumno aún no terminaba de rezar. Por tanto, se quedó parado y esperó hasta que terminara. Sólo entonces nalizó su rezo y se sentó en su lugar. Concluye la Guemará que de este hecho podemos aprender tres leyes: 1. Se permite rezar ‘Arvit de Shabat incluso antes de que se oculte el sol. 2. Está permitido que el alumno rece detrás de su rabino. 3. No se permite pasar frente al que todavía está diciendo la ‘Amidá. Con relación a la tercera conclusión, cuestiona la Guemará ¿por qué los rabinos Rab ‘Amí y Rab Así sí pasaban uno frente al otro mientras estaban rezando? y responde que había una distancia mayor de cuatro Amot entre la persona que pasaba y quien estaba rezando. Un caso parecido gura en el Talmud Yerushalmi (Rosh Hashaná 2, 5): “Rabí Jiyá Bar Abá, ya de avanzada edad, estaba rezando en la sinagoga. Entonces Rab Cahaná se levantó detrás de él y empezó a rezar.
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Introducción 102: ¡No pases! Este último alargó su rezo con profunda concentración, de manera que cuando nalizó Rabí Jiyá de decir la ‘Amidá volteó, y al ver que Rab Cahaná no terminaba, se quedó parado. Cuando al n terminó, Rabí Jiyá se dirigió a él reprochándole: “¿Así acostumbran ustedes aquí, a molestar a los ancianos?”. Rab Cahaná agachó la vista y con una disculpa le explicó: “Provengo de la familia del Sumo Sacerdote Elí, el cual recibió la maldición del profeta Shemuel de que su descendencia no tendría larga vida. Sabemos que nuestra única salvación para que no nos afecte esa maldición es rezar y pedir a Di’s de todo corazón y alma que nos perdone y nos dé larga vida. Es por eso demoré tanto”. De nuevo, de este pasaje en la Guemará aprendemos que no sólo en el Talmud de Babilonia, sino también en el Yerushalmi (escrito en Israel), se registra el precepto de respetar el espacio del que está rezando y no pasar delante de él. Esta ley fue escrita también en el Zóhar, en la Perashá de Jayé Sará, sólo que el Zóhar amplía la prohibición y señala una distancia mayor de cuatro Amot. Los motivos de esta prohibición son varios: De acuerdo con el Shibolé Haléket (Cap. 25) es porque la presencia Divina está delante de quien reza, como dice la frase escrita en muchas ocasiones sobre del Hejal o bordada sobre la Parójet: “Da’ Lifné Mi Atá ‘Omed” (debes saber que cuando rezas estás parado delante de la presencia Divina), y por eso no se debe interferir entre la presencia Divina y quien reza. Conforme al Meirí, el motivo es distinto, como escribe: “Aquel que reza hace mucho esfuerzo para concentrarse. Por tanto, no se debe pasar delante de él para no atraer su atención e interrumpir su concentración”. La diferencia entre estas dos opiniones sería, por ejemplo, el caso de un ciego o de una persona que cubre su rostro completamente con el Talit, de tal forma que no ve ni percibe si alguien está pasando delante suyo. Por tanto, no molestará a su concentración: Según la opinión 157
Introducción 102: ¡No pases! del Meirí, se permite pasar delante de estas personas, mientras que según el parecer del Shibolé Haléket, que la cuestión es la interferencia con la presencia Divina, no importa si lo ven o no. Otra diferencia sería el caso de decir el Keriat Shemá’, en el que también existe la obligación de concentrarse, por lo menos al principio, pero la presencia Divina no se ubica delante suyo, como sucede en la ‘Amidá: Conforme al Meirí, la prohibición se extendería también al caso de la Shemá’, mientras que de acuerdo con el Shibolé Haléket, esta ley se aplica sólo para el caso de la ‘Amidá. Por supuesto, existen más opiniones del motivo de esta prohibición y otras diferencias prácticas entre cada motivo. Sin embargo, con lo dicho hasta aquí tenemos una idea de los fundamentos básicos. En los comentaristas se amplía este caso a una prohibición que puede llegar a transgredir el que dice la ‘Amidá en un lugar por el que todos pasan, como la puerta de entrada a la sinagoga, ocasionando que la gente que no conoce la ley, o los que andan apurados para entrar o salir, la transgredan pasando delante suyo. En este caso, la responsabilidad recae sobre el que dice la ‘Amidá, bajo la ley que arma: “Velifné ‘Iver Lo Titén Mijshol” (“No pondrás tropiezo ante el ciego”), que en sentido gurado se explica como “no causarás que el inocente o ignorantede la ley cometa un pecado”. Según el Aji’ézer (tomo II, 57), también el que no procura decir la ‘Amidá en un lugar apropiado para poder alargarse en su rezo evitando que la demás gente pase delante suyo, como por ejemplo, enfrente de una pared o lugares similares, transgrede la prohibición de “Velifné ‘Iver Lo Titén Mijshol”. El libro que relata diversos hechos que ocurrieron con el Staipeler, de bendita memoria (pág. 18), comenta que en cierta ocasión un muchacho se extendió mucho en su rezo de la ‘Amidá y causó que el rabino no pudiera salir de la Yeshivá a su casa, ya que había una distancia menor a cuatro Amot entre el muchacho y el pasillo de salida. 158
Introducción 102: ¡No pases! Cuando el joven terminó, el rabino, con tono de amonestación, le dijo: “¿Por qué haces daño a la gente? Si quieres concentrarte, párate frente a la pared”. Asimismo, el libro Dálet Amot Shel Telá (pág. 48) relata que cierta vez Rabí Moshé Fainshtein, de bendita memoria, al nalizar su rezo recibió una llamada telefónica urgente de Israel. Varios de sus alumnos corrieron para avisarle y él se dirigió a la salida del Bet Hamidrash para atender la llamada, pero se dio cuenta que justo al borde de la puerta de salida, estaba una persona todavía rezando, inmersa en su concentración. Rabí Moshé Fainshtein se quedó parado y no pasó delante de esa persona, y cuando los alumnos le insistieron varias veces que el caso quizá representaba una excepción a esta ley, él les dijo: “¿Cómo quieren que pase? Hay aquí una ‘pared’ que no puedo atravesar”, reriéndose al que continuaba rezando y a la ley que prohíbe pasar delante suyo. Esta ley, con sus dos motivos principales que analizamos, enfatiza la importancia del rezo de la ‘Amidá, que al ser realizada ante la presencia Divina, amerita una concentración tan grande que es nuestra obligación no interferir en la concentración alcanzada por la otra persona. La traducción de la palabra Telá proviene justamente de la palabra “Petil” (mecha que une), es decir, la mecha que une a la cera y la llama, y en nuestro caso, entre la persona y la luz Divina. •
159
Capítulo 102: No pasar frente al que está rezando
Capítulo 102 No pasar frente al que está rezando 1. 2. 3. 4. 5. 6.
No se permite sentarse a una distancia menor a 1.92 metros de que dice la Amidá, ya sea frente a él o a los lados, ya que puede desconcentrar. (1,2) Si hay un mueble de 77.5 cm de alto frente al que reza, de igual manera no debe pasar frente a él. (24) Aunque la prohibición es únicamente sentarse dentro de 1.92 metros de quien dice la Amidá, quien evita sentarse frente al que reza hasta donde su vista puede percibir; recibirá bendición, siempre y cuando por hacerlo no provoque una falta en su estudio de Torá. (1) Quien apoya su cuerpo en algún mueble estando de pie, igualmente se considera que está sentado, por lo que algunos prohíben apoyarse de esta manera frente al que dice la Amidá. Sin embargo, en caso de ser necesario, se permite. (2) Si estaba sentado estudiando Torá o diciendo Telá y alguien se levantó detrás suyo a decir la Amidá, no debe levantarse. (1,3) Si se encuentra en su lugar de pie, y ve que su compañero se acerca a decir la Amidá cerca de él, puede sentarse antes de que su compañero empiece, siempre y cuando no se perciba que lo hace con esa intención. (4)
160
Capítulo 102: No pasar frente al que está rezando
7.
Según algunas opiniones lo anterior aplica si está en su casa, pero en un lugar designado para rezar o si el que está diciendo la Amidá lo hace en su lugar designado, debe levantarse. No obstante, si está estudiando Torá no debe levantarse ya que esto le provocaría dejar de estudiar. Si se trata de un aciano, un enfermo o quien está débil, puede quedarse sentado delante de quien dice la Amidá. (1,3,25)
Pasar frente al que está rezando 8. 9. 10. 11. 12.
No se permite pasar delante del que dice la Amidá a una distancia menor a 1.92 metros, tanto si la que reza es mujer, o si el que reza tiene cubierta la cara con el Talit. (7,14) Se permite pasar a los costados o por detrás de quien reza la Amidá. Aunque el que evita pasar por los costados, como es la opinión del Zóhar, será digno de bendición. (6) No se permite pasar delante del que dice la Amidá para poder rezar en su lugar jo. (12) Un vidrio no sirve como división entre quien dice la Amidá y quien va a pasar frente a él. (5) Un Cohén que debe pasar delante de quien dice la Amidá para lavarse las manos antes de la bendición de los Cohanim, debe respaldarse con el lavado de manos que hizo en la mañana para no pasar delante de él, siempre y cuando haya cuidado sus manos de suciedad o impurezas. Si la distancia para pasar es mayor a 1.92 metros, debe ir a lavarse aunque no respete la opinión del Zóhar, que prohíbe pasar hasta donde su vista lo pueda percibir. (8) 161
Capítulo 102: No pasar frente al que está rezando
13.
Se permite pasar frente a quien dice la Amidá:
• Si lo están esperando varias personas para que imparta una clase de Torá. (9) • Para llamar a una persona que complete Minián y empezar la Jazará o Kadish. (10) • Si siente urgencia por ir al sanitario, aunque no se permite regresar a continuar la Amidá en caso de haberla interrumpido. (11) • Si es un niño quien dice la Amidá aunque es bueno evitarlo. (13) • Si el que reza se encuentra en el pasillo, y quiere encontrar un lugar estable para rezar o para estudiar y no tiene otra opción. Además, es conveniente decir capítulos de Tehilim mientras pasa. (15) • Si terminó la Amidá pero se encuentra diciendo los pedidos que se exponen al nal de la Amidá, sólo en caso de necesidad mayor. (19)
14.
Si terminó de decir la Amidá y otra persona se encuentra detrás suyo que aún no ha terminado, debe esperarse para dar los tres pasos hacia atrás si se encuentra a una distancia menor a 1.92 metros. No obstante, se permite si al dar los tres pasos estará al constado de quien está en la Amidá. (6)
15.
Incluso si se encuentra delante de alguien que alarga mucho la Amidá o que apenas empezó la Amidá, no puede pasar frente a él ni dar los tres pasos hacia atrás al nalizar la Amidá. Sin embargo, algunas opiniones permiten dar los tres pasos hacia los costados del que dice la Amidá, en especial si se siente débil. (16,17)
16. 17.
Se permite pasar delante de quien ya terminó la Amidá, aunque no haya dado los tres pasos hacia atrás. (20) Si el ociante debe empezar la Jazará, pero no ha dado los tres pasos hacia atrás porque quien está detrás de él no ha terminado la 162
Capítulo 102: No pasar frente al que está rezando Amidá, debe empezar la Jazará sin dar los tres pasos, apoyándose en los tres pasos que dará en Kadish Titkabal. (21)
18. 19.
Después de dar los tres pasos al terminar la Amidá, debe esperarse un tiempo determinado para dar los tres pasos hacia adelante. Por lo tanto, no debe apresurarse a dar los tres pasos hacia adelante con tal de evitar que otros pasen frente a él. (22) Si después de dar los tres pasos hacia atrás empezaron la Kedushá, puede regresar inmediatamente a su lugar para decirla. (23)
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Introducción 104: ¡No interrumpas!
Capítulo 104 ¡No interrumpas!
R
elata la Guemará (Berajot 31a) que en cierta ocasión un Jasid estaba diciendo la ‘Amidá con mucha concentración a la mitad del camino. Pasó un gentil de mucha importancia en esa nación, un ministro del rey, y lo saludó. Sin embargo, no interrumpió su rezo y, por tanto, no devolvió el saludo. Detuvo el ministro su caballo y esperó hasta que el Jasid terminara de rezar, y entonces le dijo: “Ingenuo, ¿no sabes que en tu misma Torá dice: ‘Cuiden sus almas’? Acabas de arriesgar tu vida por no contestar mi saludo. Pude cortarte la cabeza y nadie me habría reclamado por ello”. Volteó el Jasid y contestó: “Por favor, no te molestes. Permíteme sólo explicarte. Si estuvieras parado delante de tu rey y un amigo tuyo te saluda al pasar, ¿interrumpirías tu conversación con el rey para responderle el saludo? Y si así lo hicieras, ¿cuál crees que sería la reacción del rey?”. “Cuando rezo, no estoy parado delante de un rey de carne y hueso, que hoy está aquí y mañana en la tumba, sino que me hallo delante del rey de reyes, Di’s, quien está vivo, es eterno y reina por siempre. Con cuánta mayor razón que más no podría interrumpir mi diálogo con Él”. El ministro sonrió y se despidió con cariño y admiración del Jasid. En este capítulo veremos la importancia de no interrumpir el rezo para saludar a otra persona, o siquiera para contestar “Amén” en el Kadish o la Kedushá. Asimismo, debemos procurar no interrumpir el rezo para pensar incluso en Torá, como relata Rabí Jaim de Voloshin (en su introducción al comentario del Gaón de Vilna al libro Sifrá Ditzni’uta), en cierto caso que contó su maestro, el Gaón de Vilna: En una ocasión, se me dicultó mucho entender un párrafo en el Zóhar, y en medio de la ‘Amidá de Shajrit de Rosh Jódesh, de pronto me llegó a la mente la explicación correcta.
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Introducción 104: ¡No interrumpas! Decidí interrumpir el rezo para asentar en mi mente la explicación, asimilarla perfectamente con las palabras del Zóhar y sólo entonces continuar la ‘Amidá, cosa en la que no me tardé más de unos segundos. Pero cuando terminé de rezar, intenté acordarme de todo, pero lo había olvidado por completo... Supe que lo había perdido por interrumpir el rezo. Y aunque en la Halajá pueda encontrarse algún permiso para proceder así, comprendo que sigue siendo inadecuado, porque todo tiene su tiempo. Hay tiempo para rezar y tiempo para estudiar. Después de arrepentirme de lo ocurrido y prometer no interrumpir más mis rezos, ni siquiera para estudiar, me aproximé a rezar ese mismo Rosh Jódesh la ‘Amidá de Musaf y, de nuevo, a la mitad de ésta, me vino el párrafo del Zóhar a la mente con sus preguntas, y empecé a recordar la maravillosa respuesta. Pero, como dicen nuestros Sabios, cuando uno hace Teshuvá, siempre se le manda una prueba para ver si su arrepentimiento y su promesa de no caer otra vez son sinceros. Por tanto, aparté de mi mente con rapidez todo ese asunto y seguí rezando con emoción y concentración. Al nalizar mi rezo se aclararon en mi mente todas las explicaciones del Zóhar con todo su esplendor. Esto nos demuestra la importancia de no interrumpir la concentración en la ‘Amidá, pues si pensar en asuntos de Torá difícilmente se permite aunque sigamos conectados con Di’s por medio de su Torá, y con todo y eso no es lo mejor, tanto menos podemos admitir pensamientos vanos, planes, diligencias por hacer, y ni hablar de cuestiones prohibidas. El libro Pele Yo’etz comienza explicando la importancia del amor y el apego que debe tener la persona con Di’s, y dice (letra Álef - “Ahavat Hashem”): “Hay muchas clases de amor que debe la persona desarrollar en su vida, como el amor a ella misma, a la pareja, a los padres, a los compañeros, etc. Pero por encima de todos ellos está el amor a Di’s”. Encontramos un ejemplo de este concepto en el encuentro de Ya’acov Avinu con su hijo Yosef. Después de veintidos años pensando que su hijo estaba muerto, llegó la buena noticia de que no sólo estaba vivo, sino que era el virrey de Egipto. Imaginemos la emoción del momento en que se encontraron: Las lágrimas y palabras que ambos se dijeron entre muchos abrazos. Sin embargo, relata el Midrash que mientras Yosef lloraba de la emoción, su padre, Ya’acov Avinu, se dedicó en esos momentos a leer la Shemá’ y decir el: “Veahavtá Et Hashem” (“y amarás a Di’s), como diciendo: “Incluso en este momento que estoy abrazando a mi hijo perdido, te amo a Ti, Di’s, más que a todo. Y ni por un instante en la vida nadie, ni siquiera mi hijo Yosef, superará el amor que te tengo”. Ojalá logremos en nuestra vida amar tanto a Di’s que nunca interrumpamos por nada ni por nadie esta Divina unión. Sin lugar a dudas, esto nos beneciará mediante el gran amor que nuestro Creador nos devolverá, y por este amor que nos tendrá no permitirá que ningún acusador Celestial interera o interrumpa la abundancia que nos mandará. •
165
Capítulo 104: Interrupción durante la Amidá
Capítulo 104 Interrupción durante la Amidá 1. 2.
Está prohibido saludar o hablar durante la Amidá, incluso contestar Kadish o Kedushá. Únicamente se puede hablar en caso de peligro de vida. (1,4) El ociante debe tener la intención de que aquellos que todavía dicen la Amidá cumplan con la obligación de responder Kadish, Kedushá y Barejú. Por lo tanto, debe alzar su voz más alta que los concurrentes; si no puede, debe esperar a que los demás terminen de contestar, y luego repetirlo en voz alta para que sea escuchado. (2)
3.
Quien se encuentra en la Amidá y escucha Kadish o Kedushá, debe permanecer en silencio y concentrarse en lo que dice el ociante, cumpliendo de este modo la Mitzvá de responder, sin que se considere interrupción. Asimismo, no debe de despegar sus pies durante la Kedushá. (2)
4.
Si el ociante no se concentra en exentar a los demás o si su voz no es escuchada, no debe guardar silencio para escucharlo mientras dice la Amidá. No se cumple con la Mitzvá de responder Kadish o Kedushá escuchándola de alguno de los presentes, ya que él no tiene la intención de exentarlo de esta obligación. (2)
5. 6.
Los que agregan sus pedidos en la Amidá, deben hacerlo con la completa intención de servir a Hashem y no sólo por intereses propios. (4) No se permite ir por un libro durante la Amidá si necesita consultar alguna cuestión relativa a la Amidá, por ejemplo, si dijo “Morid Hatal” en vez de “Mashib Harúaj” y no sabe cómo proceder. No obstante, si
166
Capítulo 105: Cuando dice dos veces la Amidá lo hace en caso de no tener otra alternativa, tiene en quien apoyarse. De cualquier manera, no se permite interrumpir preguntando para resolver su duda. (5)
7.
Si mientras decía la Amidá guardó silencio por un lapso de tiempo suciente como para haber dicho toda la Amidá, debe repetirla. Si continúa la Amidá, no sirve de nada y tiene que repetirla de cualquier manera. Es conveniente que cuando rece de nuevo lo haga con condición. (6)
8. 9. 10.
Si acostumbran esperar a que el rabino del Minián termine la Amidá para empezar la Jazará y éste se tarda, el rabino puede hacer señas para que empiecen si esto que la concurrencia lo esté esperando lo desconcentra. (8) Si algún ruido temporario le impide concentrarse, como el timbre del teléfono o el llanto de un menor, debe interrumpir hasta que cese el ruido. Si no para, puede dirigirse en silencio hasta donde está el ruido y silenciarlo, como desconectar el teléfono o calmar al niño. (10,11) Se permite a mitad de la Amidá abrir el Sidur y mostrarle a un niño dónde rezar, si éste insiste demasiado en ello, para que pueda seguir la Amidá con concentración. No obstante, lo conveniente es hacerlo antes de comenzar la Amidá. (12)
Capítulo 105 Cuando dice dos veces la Amidá 1.
Si va a decir dos veces la Amidá, no debe hacerlo de inmediato. Debe dar tres pasos hacia atrás, decir “Osé Shalom”, esperar un segundo y medio, regresar a su lugar, y comenzar de nuevo la Amidá. Se debe proceder del mismo modo si debe repetir la Amidá por haber cometido algún error cuando la dijo. (2) 167
Introducción 106: El rezo femenino
Capítulo 106 El rezo femenino
E
scribe Maimónides (Halajot Telá 1, 5): “Siendo que el rezo es un precepto de la Torá y no tiene un tiempo jo, también las mujeres están obligadas a realizarlo” . Y como veremos en las Halajot de este capítulo, el deber de las mujeres es de realizar por lo menos un rezo al día. Asimismo, analizaremos la fuerza que emana el rezo de la mujer. Dado que puede llegar a pensarse que el rezo es principalmente para los hombres y que las mujeres rezan sólo de forma secundaria, aclararemos lo siguiente: El Midrash Rabá (Bamidbar 27, 1) comenta: “Cuando vieron las hijas de Tzelofjad que corrían el riesgo de perder la herencia de la porción de tierra que correspondía a su padre, lucharon por ella, y en un momento dado dijeron: ‘En el mundo suele la gente favorecer más a los hombres que a las mujeres. Pero ante el Creador no es así. Él se apiada de los hombres y de las mujeres por igual’”. Como dijo el Rey David (Tehilim 45, 9): “Tov Hashem Lacol Verajamav ‘Al Col Ma’asav” (“Di’s es bueno con todos y Su piedad está sobre todas sus criaturas”). Este Midrash coincide con otro (en Shemot Rabá 21, 4) que comenta: “Dijo Rabí Yehudá: En el mundo, cuando un pobre pide algo o busca amistad es rechazado, pero si es adinerado, es recibido y escuchado. Sin embargo, ante Di’s no es así, sino que todos son iguales ante Él, mujeres y hombres, pobres y ricos, etc. Y la prueba está en que Moshé Rabenu, el maestro de todos los profetas, aquel que subió al Cielo y bajó la Sagrada Torá, su rezo y el rezo de un pobre tienen el mismo valor”.
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Introducción 106: El rezo femenino Como lo arma el versículo: “Telá Lemoshé”, y en otra parte dice “Telá Le’aní”. Y no solamente eso, sino que el rezo del pobre puede ser recibido antes que el rezo de Moshé. Como gura en la Torá que cuando el Pueblo de Israel se detuvo delante del mar mientras Par’ó los perseguía, fueron los hebreos que acababan de salir del estado de esclavitud a rezar a Di’s. Por supuesto que el gran líder Moshé Rabenu también rezó. Pero a él le dijo Di’s: “¿Para qué rezas? Ya recibí el rezo de mis queridos hijos. Sigue adelante, camina y cruza el mar”. Es decir, no sólo el rezo de un pobre y un esclavo puede equivaler al de un gran líder como Moshé Rabenu, sino que incluso puede ser recibido antes. Dice el profeta Yoel (3, 2). “Llegará el día en que derramaré mi espíritu sagrado sobre cada persona, y lograrán profetizar niños y niñas, ancianos y jóvenes, esclavos y siervas…”. Así que, en primera instancia, todos somos iguales ante Di’s. Como dijo al nal de sus días Moshé Rabenu, en la Perashá de Nitzavim: “Todos ustedes están parados ante Di’s: Niños, mujeres, desde el aguador hasta el leñador”. Y como armó Iyov (34, 19): “Lo Nicar Shú’a Vedal Lifné Hashem” (“No hay diferencia entre el rico y el pobre ante Di’s”). El concepto del rezo sirve para crear una comunicación entre la persona y su Creador. La Torá relata que al principio de la Creación, Di’s puso al primer hombre y a su mujer en un paraíso, lugar en el que no les faltaba nada. Esa situación, la de no necesitar de Di’s, los llevó, lamentablemente, a pecar y “descomunicarse” de Él. Por eso, después del juicio que les hizo por comer del fruto prohibido, al hombre le dijo. “Con el sudor de tu frente comerás el pan”. En otras palabras: “Tu mayor preocupación será la manutención, conseguir dinero y la buena vida. Al ser ésta tarea difícil de alcanzar, te causará la necesidad de rezar, de estar en contacto conmigo para pedir éxito y bendición”. “Para ti, mujer, tu mayor preocupación será engendrar, traer hijos al mundo, atenderlos y criarlos. La dicultad de esto será la que te causará rezar y estar en contacto conmigo”. De aquí vemos que el deseo de Di’s de nos comuniquemos con Él por medio del rezo. Por ello, fue dado por igual al hombre y a la mujer, sólo que a cada uno en su área.
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Introducción 106: El rezo femenino Si analizamos la historia, veremos que los Patriarcas tuvieron ciertas dicultades respecto a la manutención; por ejemplo, la hambruna que en frentó Abraham Avinu al llegar a Israel, y por lo cual fue a Egipto a buscar comida. Después, Itzjak Avinu, que por la falta de alimento se mudó a Guerar. Finalmente, Ya’acov Avinu, quien debió bajar por el mismo motivo de nuevo a Egipto. Asimismo, los pozos que excavó Abraham, los cuales los pastores de Avimélej se los expropiaban, hecho que se repitió con Itzjak Avinu cuando los listeos tapaban los pozos que abría. O la problemática vida que llevó Ya’acov Avinu con su tramposo suegro Laván, quien le cambiaba el sueldo y no le pagaba como debía. Por lógica, ante cada uno de estos sucesos nuestros Patriarcas se desahogaban con Di’s diciéndole: “¡Ayúdame! Resuélve mi problema a n de tener pan para comer y ropa para vestir”. Por el lado de las Matriarcas, vemos que su mayor dicultad fue la infertilidad, ya que las cuatro eran estériles: Sará pasó aproximadamente setenta y cinco años pidiendo tener un hijo. Rivká, comenta la Torá, que parada una esquina y su esposo Itzjak en otra, rogaban a Di’s que les mandara hijos y, cuando ella concibió, el embarazo le causó dicultades y falta de claridad, como cuenta el Midrash: “Se fue a la Yeshivá de Shem y ‘Éver para buscar a Di’s”, es decir, rezarle. En cuanto a Leá, por su parte, comenta el versículo que sus ojos eran “Racot”, y explican nuestros Sabios que esto signica que ya las pestañas se le habían caído de tantas lágrimas que derramaba por sus rezos a Di’s para pedirle que no la casaran con su primo, el malvado ‘Esav, pues deseaba formar un hogar digno y tener hijos educados y no delincuentes. Y por supuesto, Rajel Imenu, la cual tardó en tener hijos y no paraba de pedir a Di’s que le diera parte en las Doce Tribus de Israel. Así que podemos percibir cómo, a consecuencia de lo sucedido en el paraíso con Adam y Javá, se dividieron quizá los roles entre el hombre y la mujer, pero el factor común de ambos es la comunicación con Di’s. Pero no sólo es una relación de pedir o quejarse por falta de algo, sino también una sana relación de agradecimiento, en la cual estamos obligados, hombres y mujeres, a agradecer. Como vimos con las Matriarcas, que cada vez que tenían un hijo lo nombraban con agradecimientos a Di’s, y le daban un nombre que reejaba esto.
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Introducción 106: El rezo femenino Por ejemplo, Reubén fue llamado así porque “Raá Hashem,” “Vio Di’s por mí”; Shim’ón, “Me escuchó Di’s”; etc. Y también sabemos todos que, al salir el Pueblo de Israel de Egipto, por un lado tomó Moshé Rabenu a los hombres y cantaron el haz Yashir, y su hermana Miriam, por su parte, congregó a todas las mujeres y con panderos y tambores cantaron y agradecieron a Di’s. Así que no nada más la obligación y la aceptación son por igual, para hombres y mujeres, sino que, si seguimos indagando, veremos que muchas de las leyes establecidas para el modo de rezar fueron dictadas por los Jajamim a raíz de la forma en que rezó una mujer, Janá. Como dice en el Pesiktá Zutrata (Vaetjanán 7a): “Todas las 18 bendiciones de la ‘Amidá y su orden están inspirados de Vatitpalel Janá, el rezo de Janá”. Y agrega el Talmud (Berajot 29a): “Las nueve bendiciones que se dicen en el Musaf de Rosh Hashaná están inspiradas en las nueve menciones del Nombre de Di’s en el rezo de Janá”. Además, dice el Yerushalmi (Berajot 4, 1): “De Janá aprendimos que el rezo no puede ser corto, sino que la persona debe extenderse en él, al igual que aprendimos de ella que no se debe alzar demasiado la voz en el rezo, sino como hablando con uno mismo. Pero tampoco puede ser de forma interior, sin ni siquiera mover los labios, ya que Janá rezó en silencio, pero moviendo los labios”, etcétera. Pero es verdad: a pesar de que sean las mujeres parte fundamental y compañeras del hombre en su conexión con Di’s, no pueden participar en el Minián, ya que siempre en la historia las mujeres rezaban en forma individual, o de manera grupal, como en el caso de Miriam, pero sólo entre ellas, nunca mezcladas con los hombres. Y esto tiene varios motivos: 1. Cuidar el recato. 2. El rezo requiere de mucha concentración, y una de las atracciones mentales que puede tener el hombre es la femenina. Para evitarlo, no rezan juntos. Pero además de esto, hay un motivo interesante por el cual la mujer no debe rezar con Minián: ella tiene una conexión mayor con Di’s que la que tiene el hombre, como vimos en la Creación, en la que, al crear Di’s al hombre, dijo a los ángeles: “Hagamos al hombre”, pero cuando hizo a la mujer, dijo Di’s: “Le haré una compañera”. Por tanto, lo que logra el hombre en una sinagoga con Minián de personas, Jazán y Séfer Torá, lo alcanza la mujer sola en su casa o ante las velas de Shabat, en el momento que pide por su familia y la buena educación de sus hijos. •
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Capítulo 106: Quién está obligado a rezar
Capítulo 106 Quién está obligado a rezar
1. 2. 3. 4. 5. 6.
El Maimónides escribe que es Mitzvá rezar todos los días, sin que la Torá establezca un tiempo denido ni una cantidad de rezos, por lo que hombres y mujeres tienen la obligación de rezar diario. (1) Las mujeres están obligadas a rezar sólo una vez al día. Lo conveniente es que recen Shajrit, diciendo primero Bircot Hashájar y Bircot Hatorá, el versículo de “Shemá Israel” y posteriormente la Amidá. Se debe instruir también a las niñas a rezar diariamente. (1,11) La mujer que desee decir los tres rezos diarios, será merecedora de bendición, sin que se considere que bendice sin necesidad. (1) La mayoría de las mujeres Ashkenaziot rezan Shajrit y Minjá. (2)
Las mujeres no están obligadas a rezar Musaf, aunque no se debe reprender a las mujeres que lo hacen. Lo mejor es que escuche el rezo Musaf del ociante. (4) Según algunas opiniones, las mujeres están obligadas a rezar Musaf de Rosh Hashaná, Yom Kipur, y el rezo de Neilá. (4)
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Capítulo 106: Quién está obligado a rezar
7.
Si en el día de Rosh Jódesh no dijo “Yaalé Veyabó” en la Amidá, debe repetirla. Si se dio cuenta que lo omitió incluso mientras decía “Elo-hay, Netzor”, debe regresar a la bendición de “Retzé”, terminando la Amidá en orden. Esto también aplica para la mujer, sin embargo, una mujer que rezó Shajrit, y en Minjá olvidó decir “Yaalé Veyabó”, es conveniente que repita la Amidá con condición. (5)
8. 9.
En cualquier caso en que el hombre debe repetir la Amidá, la mujer también debe hacerlo. Ya sea si olvido decir “Hamélej Hakadosh” en los días entre Rosh Hashaná y Yom Kipur; si confundió “Barejenu” en lugar de “Barej Alenu”, etc. (5) Aunque la mujer no está obligada a rezar con Minián, si va al templo y responde a Kadish, Kedushá y Amén a las bendiciones, recibirá graticación. Sin embargo, no debe descuidar sus obligaciones del hogar, su esposo y sus hijos por ir al Templo, siendo que no está obligada a hacerlo. (3)
Instruir a los menores de edad a rezar 10.
El padre está obligado a instruir a sus hijos, desde la edad adecuada, a decir los tres rezos diarios. Educarlos a recitar el rezo completo sin saltear, desde Bircot Hashájar en adelante. Además, es apropiado llevar tanto a sus hijos como a sus hijas al Templo para que recen con Minián y aprendan a respetar la santidad del lugar como es debido. (5,6,8) 173
Capítulo 106: Quién está obligado a rezar
11. 12. 13. 14. 15. 16.
Si el menor perturba el rezo de los concurrentes, no debe asistir al Templo; incluso es preferible rezar sin Minián que llevarlo. (6) No se permite que menores de trece años realicen su propio “Minián” para que practiquen decir Kadish y Kedushá. Por el otro lado, es bueno que en las escuelas permitan que entren a un Minián para que respondan al ociante. (7) Si un menor que se encuentra en edad de aprender no rezó, es apropiado enseñarlo a decir dos veces el próximo rezo para compensar el que no dijo. (15) La Mitzvá de instruir a los hijos aplica también en Mitzvot establecidas por nuestros Sabios, como decir Halel y Musaf. (10) Es apropiado que los maestros instruyan a los menores a pronunciar debidamente el rezo, puesto que si no se les enseña desde pequeños, les será difícil corregirlo en un futuro. (12) Un joven que ha cumplido los trece años puede exentar a otros de la obligación de rezar pues se considera que tiene ya los signos de madurez. (16)
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Capítulo 106: Quién está obligado a rezar
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Introducción 107: Mala señal
Capítulo 107 Mala señal
S
uele pensarse que los accidentes o los errores ocurren por falta de suerte o mala coincidencia y casualidad. Pero en el judaísmo se manejan a veces ciertos incidentes como una señal de Di’s para la persona. Por ejemplo, si a una persona se le caen los Telín por la mañana, se le recomienda que ayune ese día y lo dedique al estudio y a la lectura de Tehilim. Podría pensarse que el motivo de esto es para perdonar la humillación involuntaria que causamos a los Telín, pero la verdad es lo contrario: si en el Cielo hay un posible decreto negativo, sólo haciendo Teshuvá, ayuno, Tzedaká y rezando podrá lograrse que sea cancelado. Por tanto, causa Di’s que accidentalmente se caigan los Telín, para que el ser humano realice todo lo dicho anteriormente y por esta fuerza y energía que generen sus hechos se cancele el decreto. Así funcionaría en caso de que, Di’s nos libre, se caiga un Séfer Torá. En este caso no deberá ayunar nada más quien lo cargó, sino todos los que estaban presentes en ese momento en la sinagoga, ya que el mensaje fue mandado a la colectividad, a todos, para que juntos, con los pasos de Teshuvá que den, eliminen el decreto negativo colectivo.
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Introducción 107: Mala señal Bajo estos términos ve la Guemará el hecho de que alguien se equivoque en el rezo, como dice la Mishná (Berajot 5, 5): “Aquel que rezó y se equivocó, no es buena señal para él, y en caso de que el Jazán se equivoque, no es buena señal para la congregación, a la que representa”. De nuevo, vemos que la coincidencia y el error son un modo de advertencia, un mensaje no negativo ni malo, sino sólo un aviso de: “Mejora tu rezo. Concéntrate mejor, porque se necesitan en el Cielo argumentos para decretarte cosas buenas”. Por eso escribe el Shelá Hakadosh (193a): “Aquel que se equivocó en los rezos de Shabat y los confundió con los rezos de días de semana, no es buena señal para él y, por tanto, se le recomendaría que examine sus acciones, que investigue si hizo algo indebido y, por supuesto, cuando lo encuentre, que medite y piense en el arrepentimiento”. Cuenta la Mishná (Berajot 5, 5) que cuando a Rabí Janiná Ben Dosá le pedían rezar sobre un enfermo, al nalizar el rezo sabía él si había sido bien recibido en el Cielo o no. Y su fórmula era: “Si el rezo salió con uidez de mi boca, sé que fue bien recibido. Pero cuando se me atoran las palabras o las confundo, sé que no llegó, lo cual es una indicación para seguir rezando más, y con mayor concentración y fervor”. Aclara el Midrash Yalkut Shim’oní Yeshayahu que todo esto se aprende del versículo que dice: “Boré Niv Sefataim Shalom Shalom Larajok Velacarov Amar Hashem Urfativ”, “Cuando se crea claridad en la expresión de los labios, ésta trae paz al lejano y al cercano, y Di’s ordena la Refuá, la sanación”. Obvio, somos humanos; muchas veces podemos cometer errores por falta de costumbre, o mejor dicho, por rutina y costumbre al llegar otro rezo, como el de Shabat y Rosh Jódesh, ocasiones en que podemos confundirnos, aunque no es necesario alarmarse. Pero, por supuesto, la buena concentración evitará errores. Y si a pesar de ella ocurrieron, podrá recibirlos la persona como un buen aviso celestial, como si le dijeran: “Mándanos muchas letras y palabras iluminadoras, para que con letras doradas escribamos buenos decretos”.•
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Capítulo 107: No recuerda si rezó
Capítulo 107 No recuerda si rezó 1. 2. 3. 4.
Quien está en duda si rezó, deberá volver a rezar con condición, es decir, antes de repetir la Amidá dice: “Si debo de rezar, que mi rezo sea considerado como obligatorio, de lo contrario que se considere por iniciativa propia”. (1) Lo anterior aplica también para el rezo de Arbit. Sin embargo, esto no puede hacerse en los rezos de Shabat y Yom Tob, porque no hay rezos por iniciativa propia en Shabat ni en Yom Tob. (1) Si no recuerda si dijo “Yaalé Veyabó” en el rezo de Shajrit o Minjá de Rosh Jódesh, debe repetir la Amidá. En Shabat únicamente piensa en la condición sin mencionarla. (2) En los días de verano se dice en la Amidá “Morid Hatal” en vez de “Mashib Harúaj” y Barejenu” en vez de “Barej Alenu”. Si no recuerda si dijo correctamente, en caso de estar ya acostumbrado a decir como el cambio, no debe repetir. No obstante, si no se ha acostumbrado, aun después de haber pasado treinta días desde que se hicieron los cambios, debe repetir con condición. En Shabat, no debe repetir la Amidá. (3,4)
5.
Si cometió un error en la Amidá por el cual existen opiniones sobre si debe repetir o no, debe rezar de nuevo condicionando previamente. Si esto sucedió en Shabat, no debe repetir, a menos que sea un error que el Shulján Aruj establece que se debe repetir condicionando previamente. (5)
178
Capítulo 107: No recuerda si rezó
6. 7.
Quien cometió un error en el rezo de Shajrit y se acordó después que pasó el tiempo apto para rezar Shajrit, puede decir Minjá dos veces, condicionando antes de la segunda Amidá y convenientemente agregando un pedido nuevo. (6) Si a mitad de la Amidá de Shajrit o Minjá se acordó que ya había rezado, debe interrumpir incluso a mitad de la bendición, diciendo “Baruj Shem Kebod Maljutó Leolam Vaed”. Si le sucedió en el rezo de Arbit, debe terminar la Amidá pensando que lo hace por iniciativa propia. No obstante, si es el ociante del rezo, debe terminar la Jazará. (7,8)
Un ofciante que cometió
un error en el rezo
8. 9.
Si el ociante no rezó Arbit, puede reponerlo concentrándose en la Jazará del rezo de Shajrit del otro día. (6) El ociante que cometió un error en la Amidá por el cual debe repetirla, no debe decir la Amidá de nuevo, sino cumple con su obligación de rezar por medio de la Jazará. Si se percató de su error durante la Jazará justo antes del lugar donde lo cometió, debe concentrarse en ese momento en cumplir con su obligación y no es necesario repetir la Amidá. (1,3)
10.
Si lo anterior le sucedió en Arbit de Shabat, podrá cumplir con su obligación con la bendición que se dice posteriormente a la Amidá, conocida como “Meén Sheba”. Asimismo, un concurrente que debe repetir la Amidá de Arbit de Shabat, puede pedir al ociante que lo exente con la bendición de “Meén Sheba” que dirá. (1) 179
Capítulo 107: No recuerda si rezó
11. 12.
Si no dijo “Yaalé Veyabó” en Arbit de Jol Hamoed o cometió un error por el cual debe repetir la Amidá, lo hace después de “Alenu Leshabéaj”, ya que en Arbit no hay Jazará. (1,5) Si no dijo “Yaalé Veyabó” en la Jazará de Shajrit:
• Si se acordó después de nalizar la bendición de “Hamajazir Shejinató Letzión” y no ha dicho la palabra “Modim”, dice ahí mismo “Yaalé Veyabó” seguido de “Modim”. • Si se acordó en “Modim” o posteriormente, repite desde “Retzé”. • Si terminó la Jazará, no repite la Amidá, ya que en Musaf hará alusión a Rosh Jódesh. (2)
13.
Cualquier persona que debe recitar la Amidá en Arbit dos veces, debe decir la segunda después de responder al “Barejú” del ociante. (5)
Errores en la Amidá 14. 15.
Quien no cuenta con un Sidur y no sabe todas las bendiciones de memoria, tiene prohibido decir aquellas bendiciones que sabe, ya que todas las bendiciones de la Amidá están ligadas y deben decirse todas y en orden. (9) Si olvidó decir Yaalé Veyabó en la Amidá de Arbit de Rosh Jódesh, no debe repetir la Amidá. Incluso si se acordó en “Modim”, no debe regresar a “Retzé” para decirlo. Con mayor razón si se dio cuenta después de decir el nombre de Hashem en la bendición, no puede terminarla con “Lamedeni Jukeja”. (16) 180
Capítulo 107: No recuerda si rezó
16.
Si olvidó decir “Yaalé Veyabó” en Shajrit o Minjá:
• Si se encuentra después de “Baruj Atá Ado-nay” en la bendición de “Retzé” dice “Lamedeni Jukeja” y continuar desde “Retzé” en orden. • Si se encuentra después de la bendición, antes de decir la palabra “Modim”, dice ahí mismo “Yaalé Veyabó” y continuar con “Modim”. • Si ya dijo “Modim” en adelante, repite desde “Retzé”. • Si ya dijo el segundo “Yihyú Leratzón”, debe repetir la Amidá desde el principio. (16)
17. 18.
Quien olvidó decir “Yaalé Veyabó”, se percató de ello en “Modim” y lo dijo en donde se dice el párrafo de “Al Hanisim”, repite toda la Amidá. (21) Si no dijo “Yaalé Veyabó” en Shajrit de Rosh Jódesh, incluso si está rezando solo, debe repetir la Amidá antes de Musaf. Si ya dijo Musaf, aunque en Musaf se hace referencia a Rosh Jódesh, repite la Amidá, de preferencia con el Telín puesto. Si ya pasó el tiempo apto para decir Shajrit, dice dos veces la Amidá de Minjá. (10,11,12)
19.
Si debe repetir la Amidá pero le es difícil hacerlo, puede escuchar palabra por palabra la Jazará del ociante, siempre y cuando éste sepa exentarlo adecuadamente de su obligación, contestando únicamente Amén a cada bendición y diciendo la Kedushá. Si hay Cohanim, debe concentrarse en la bendición y contestar Amén. Al nalizar la Amidá, debe hacer los tres pasos diciendo “Osé Shalom” (15)
20. 21.
Si rezó Shajrit sin saber que era Rosh Jódesh, y se enteró hasta la tarde, debe rezar Minjá, después Musaf, y nalmente repetir la Amidá de Minjá como remplazo a la Amidá de Shajrit por no haber dicho “Yaalé Veyabó”. Al nalizar, recita el Halel. (13) Si cuando estaba por terminar el tiempo apto para decir Minjá, se percató que no dijo Musaf, dice Minjá aunque pierda el rezo de Musaf. (14) 181
Capítulo 107: No recuerda si rezó
22.
Quien cometió un error en la Amidá por el cual no es necesario repetirla, por ejemplo, si no dijo “Al Hanisim” en Januká o en Purim, no puede volver a decirla por iniciativa propia. Si se percató de su error mientras decía el nombre de Hashem en la bendición, no puede terminar la bendición diciendo “Lamedeni Jukeja” para poder decir “Al Hanisim”. En estos casos, puede decir “Al Hanisim” o “Yaalé Veyabó” después de “Elo-hay Netzor”. (1,16,18)
23. 24.
Si mientras decía la Amida se confundió o se durmió y no sabe en qué bendición se encontraba, debe repetir desde la última bendición que está seguro que ya dijo, sin que se considere que bendice en vano. (3) Si dijo unas palabras que se encuentran más de una vez en la Amidá y no recuerda en cual se encuentra, debe terminar la bendición como si estuviera en la primera de ellas. Por ejemplo: • “Bimherá Beyamenu” de la bendición de “Laminim” y en la de “Tishkón”, debe nalizar la bendición de “Laminim” y seguir en orden “Al Hatzadikim”. • En los diez días que hay entre Rosh Hashaná y Yom Kipur, se dice “Hamélej” en “Atá Kadosh” y en “Hashiba Shofetenu”, debe terminar la bendición “Hamélej Hakadosh” y seguir en orden “Atá Jonén”. (4,5,6)
25. 26.
Si omitió una bendición completa de la Amidá, regresa a esa bendición y sigue la Amidá en orden. (7) En los diez días que hay entre Rosh Hashaná y Yom Kipur, se naliza la bendición de “Ha-el Hakadosh” con “Hamélej Hakadosh”. Si dijo “Ha-el Hakadosh” y corrigió su error antes de haber transcurrido dos segundos, puede continuar la Amidá; si no corrigió el error dentro de este tiempo, repite la Amidá. (17)
27.
Asimismo, en estos diez días se naliza la bendición de “Hashiba” con “Hamélej Hamishpat”. Si en vez dijo “Mélej Oheb Tzedaká Umishpat”: 182
Capítulo 107: No recuerda si rezó • Si la corrigió antes de que pasen dos segundos, sigue la Amidá. • Si se dio cuenta después, incluso en “Sim Shalom”, regresa a la bendición de “Hashiba” y continúa la Amidá en orden. • Si se percató después del segundo “Yihyú Leratzón”, aunque no ha despegado los pies de su lugar, repite la Amidá, siendo conveniente que sea con condición. (8
Confusión en la Amidá 28.
Si dijo en Shabat la Amidá que no corresponde a ese rezo, por ejemplo, la Amidá de Shajrit en Minjá, no debe repetirla. La excepción a esta regla es en caso de haber dicho la Amidá de Shajrit en Musaf, si se dio cuenta antes de empezar “Retzé”, debe corregir su error diciendo desde “Tikanta Shabat” hasta terminar la Amidá. Si ya había terminado la Amidá, debe pedirle al ociante que lo exente de la Amidá en la Jazará contestando Amén a las bendiciones. (19)
29. 30. 31.
Si en Shabat o Jol Hamoed dijo la Amidá de Yom Tob, haciendo mención a Shabat, no debe repetirla. (22) Si en Rosh Jódesh dijo la Amidá de Musaf y recordó que no había rezado Shajrit, debe pedir al ociante que lo exente de decir la Amidá con la Jazará o repetir la Amidá con condición. Lo mismo aplica si por error dijo la Amidá de Shajrit en Musaf. (20) Si tenía en mente rezar la Amidá de Shajrit en Rosh Jódesh y dijo la de Musaf, debe repetirla. (20) 183
Introducción 108: Recuperar un rezo perdido
Capítulo 108 Recuperar un rezo perdido
H
ay ciertas Mitzvot que, si el tiempo pasó y la persona no las realizó, habrá perdido la oportunidad. Por ejemplo, si no cuidó Shabat, no podrá cuidar el domingo para recuperarlo.
Pero otras Mitzvot sí son, de alguna forma, recuperables. Por ejemplo, una persona que por causas de impureza no pudo ofrecer el sacricio de Pésaj, permitió la Torá que lo recupere un mes después, el quince de Iyar, ofreciendo entonces su sacricio de Pésaj. Otro ejemplo: Las personas que subieron al Bet Hamikdashen Yerushalaim en la festividad de Shavu’ot y no tuvieron la oportunidad de realizar los sacricios en ese día, tendrán seis días más para poder realizarlos y recuperar la Mitzvá de presentar el sacricio como ofrenda para la festividad. Respecto a los tres rezos del día, la Guemará (Berajot 26a) presenta la posibilidad de que si una persona, por fuerza mayor, perdió uno de los rezos, podrá recuperarlo en el siguiente rezo realizándolo dos veces. Aunque los rezos son como los sacricios y, si fueron fallidos y no se sacricó por la mañana el cordero correspondiente, ya no se podían sacricar dos por la tarde; pero dado que el rezo tiene también el factor de plegaria y comunicación con Di’s, se permitió rezar dos veces para cumplir así con los tres rezos diarios.
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Introducción 108: Recuperar un rezo perdido Cabe aclarar que aun cuando se logre la recuperación, nunca será igual, ya que hay dos conceptos en el rezo: uno es el rezo en sí, y el otro es rezar en su momento debido, en su horario correcto, lo cual le da mucha más fuerza. Para quien recupera el rezo perdido, el primer rezo corresponde al obligatorio para ese momento, y la repetición de la ‘Amidá corresponderá al rezo anterior perdido, debido a lo cual cumplirá con su deber de rezar, pero no es un rezo en su tiempo, y la energía que emana la Telá de Shajrit por la mañana no será igual a la hora de Minjá, al igual que la energía de Minjá no se alcanzará en la noche, y así sucesivamente. Pero algo es algo. Y sólo en caso de emergencia y de fuerza mayor, se recuperará por lo menos el concepto del rezo y así se complementará al nal del día, o de la semana, el número correcto de rezos que deben realizarse. •
185
Capítulo 108: Amidá de reemplazo
Capítulo 108 Amidá de reemplazo 1.
Si por error o por causa de fuerza mayor no dijo Shajrit, debe decir dos veces la Amidá de Minjá, la primera por Minjá y la segunda como reemplazo de Shajrit, esperando dos segundos para empezar la segunda. Si dijo las dos sin un n denido, cumplió su obligación. No obstante, si recitó la primera pensando en cumplir con la Amidá Shajrit, debe repetir la Amidá por Shajrit, siendo conveniente que la condicione del siguiente modo: “Si debo rezar de nuevo, que se considere mi rezo como obligatorio. De lo contrario, que se considere por iniciativa propia.” (1,14)
2. 3. 4.
Si no dijo Minjá, dice la Amidá de Arbit dos veces, diciendo la segunda como reemplazo por Minjá después del último Kadish de Arbit. No debe decir “Ashré” de noche. (2) Si no dijo Arbit, dice la Amidá de Shajrit dos veces siendo la segunda por Arbit, agregando “Ashré” entre una Amidá y otra. No es necesario retirarse el Telín para decir la segunda Amidá. (2) Quien debe decir dos veces la Amidá de Shajrit, una como reemplazo por Arbit, según algunas opiniones puede solicitarle al ociante que lo exente durante la Jazará por la Amidá de Arbit, contestando a la Kedushá y Amén a las bendiciones sin decir “Baruj Hu Ubaruj Shemó”. En este caso es preferible que él ejerza como ociante de Shajrit y cubra así su obligación de repetir la Amidá con la Jazará o que diga él la Amidá dos veces. (6)
5.
El rezo de Musaf de todo el año y el de Neilá de Yom Kipur no tienen reemplazo. (3,4)
186
Capítulo 108: Amidá de reemplazo
6.
Si desea reemplazar alguna Amidá que perdió, sólo tiene permitido hacerlo en el rezo siguiente al omitido. Por ejemplo, si no dijo Minjá y no la repuso en Arbit, no puede decir la Amidá de Shajrit dos veces siendo la segunda por Minjá. De cualquier manera, puede repetir la Amidá las veces que la haya omitido condicionándola como se mencionó anteriormente, además, agregando alguna petición que no haya dicho en los rezos anteriores. (14,15)
7. 8. 9. 10.
Si tenía que reponer la Amidá de Arbit en Shajrit y por algún incidente se tardó en decirla hasta que pasó el tiempo apto para decir Shajrit, puede decirla hasta el mediodía. No obstante, si intencionalmente no la dijo, o si se fue a trabajar o a comer, puede decirla con condición. (14) Si no dijo inmediatamente después de la primera Amidá la que tenía que reponer porque estaba ocupado en terminar el rezo o en peticiones, puede reponerla al terminar, aunque es preferible hacerlo inmediatamente. (14) Si tiene que reponer una Amidá y empezó a comer, es apropiado interrumpir su comida para decir la Amidá de reemplazo lo más próximo posible a la primera. (15) Quien no dijo por causa mayor el rezo de Arbit y se encuentra entre el amanecer y la salida del sol, debe decir la Amidá con condición, teniendo precaución de decir la Amidá de Shajrit después de la salida del sol. Si fue por error que no dijo Arbit, debe esperarse a decir la Amidá de Shajrit dos veces. (5)
11. 12. 13.
Si intencionalmente no rezó, no puede reemplazar ni por iniciativa propia. (7) Si estaba ocupado y pensó rezar más tarde y lo olvidó o si estaba ebrio, se considera incidencia y no se considera que no rezó intencionalmente. Por lo tanto, puede reemplazar esa Amidá siendo conveniente que lo haga con condición. (8,10) Si estaba ocupado tratando de evitar pérdidas monetarias y se pasó el tiempo apto para rezar, puede reemplazar la Amidá, aunque debe evitar este tipo de incidentes. (9) 187
Capítulo 108: Amidá de reemplazo
14. 15.
Si una mujer que está acostumbrada a decir los tres rezos diarios, no dijo una de las Amidot por un incidente, puede reponerla en el siguiente rezo, de la misma manera que un hombre. (12) Se debe instruir a los niños menores de trece años a reponer el rezo que omitieron por algún incidente. (13)
En Shabat 16.
Si no dijo Minjá de vísperas de Shabat, debe decir la Amidá de Arbit de Shabat dos veces, la segunda por el rezo de Minjá que perdió. Si es ociante del rezo de Arbit, puede concentrarse en la bendición que se dice posterior a la Amidá. Si no es el ociante del rezo, es preferible que diga la segunda Amidá y no exentarse con la bendición que dirá el ociante después de la Amidá. No obstante, si se concentró en exentarse con la bendición y el ociante se concentró en exentarlo, cumplió con su obligación. (16)
17.
Si no dijo Arbit de Shabat, debe decir dos veces la Amidá de Shajrit con el texto de Shajrit. Asimismo, si no rezó Shajrit, debe decir dos veces la Amidá de Minjá. En cualquier caso, la segunda Amidá es por la que perdió. En los rezos de Shabat, quien intercambió el texto de una Amidá por otra, cumple con su obligación. Por lo tanto, si en una de las dos Amidot intercambió el texto, por ejemplo, dijo “Yismaj Moshé” y en la segunda dijo “Atá Kidashta”, cumplió con su obligación y no repite. (17)
18.
Si no dijo Minjá de Shabat, dice Arbit de Motzaé Shabat dos veces, agregando el párrafo de “Atá Jonantanu” sólo en la primera de ellas. Si lo dijo en las dos o en ambas no lo dijo, cumplió con su obligación. No obstante, si dijo “Atá Jonantanu” solamente en la segunda Amidá, debe decirla por tercera vez, esto porque se ve claramente que la primera que rezó es por Minjá que perdió. Si se concentró en que la primera Amidá era de Arbit y la segunda por Minjá, en ese caso cumplió con su obligación. (18) 188
Capítulo 108: Amidá de reemplazo
19. 20. 21.
Quien por error dijo en Minjá de Shabat la Amidá de entresemana, debe decir dos veces la Amidá de Arbit, la segunda con condición. (24) Si no rezó Arbit en la salida de Shabat, dice la Amidá de Shajrit dos veces, sin decir en la segunda “Atá Jonantanu” si es que hizo “Habdalá” con vino al término de Shabat. Si no hizo “Habdalá”, dice “Atá Jonantanu” en la segunda Amidá. (20) Aquella persona que no dijo “Atá Jonantanu” en la Amidá de Arbit al término de Shabat, no hizo “Habdalá” con vino, y comió o bebió algo, repite la Amidá de Arbit diciendo “Atá Jonantanu” con condición. (19)
En Rosh Jódesh 22.
Si en vísperas de Rosh Jódesh no rezó Minjá, dice la Amidá de Arbit de Rosh Jódesh dos veces, diciendo ambas veces “Yaalé Veyabó”. Si dijo en las dos o únicamente en la primera, cumplió con su obligación. No obstante, si dijo “Yaalé Veyabó” en la segunda Amidá y no en la primera, debe repetirla con condición, ya que se nota que la primera la dijo por la que debía de Minjá. (21)
23. 24.
Si no dijo Arbit en Rosh Jódesh, dice dos veces la Amidá de Shajrit; si no recordó en la segunda “Yaalé Veyabó”, es conveniente que repita la Amidá con condición. (22) Si aconteció Rosh Jódesh por dos días y omitió el rezo de Minjá, dice dos veces la Amidá de Arbit. Si no dijo en ellas “Yaalé Veyabó”, no repite. (22,25)
Tuvo un error en la Amidá 25.
Si olvidó decir “Yaalé Veyabó” en Minjá de Rosh Jódesh, dice la Amidá de Arbit dos veces, pero la segunda con condición. (24) 189
Capítulo 108: Amidá de reemplazo
26. 27. 28. 29.
Si Rosh Jódesh fue viernes y no dijo “Yaalé Veyabó” en Minjá, no dice dos veces la Amidá de Arbit de Shabat, únicamente debe concentrarse en la bendición que dice el ociante después de la Amidá. (26) Si dijo dos veces la Amidá una como reemplazo y se dio cuenta que en la primera tuvo un error por el cual debe repetirla, no es necesario decir otra vez las dos, sino solamente la que se equivocó. No obstante, es bueno que diga también la segunda con condición. (23) En el caso anterior, si sucede en el rezo de Minjá en vísperas de Shabat, no dice la Amidá de Arbit de Shabat dos veces, sino se concentra en la bendición que dirá el ociante después de la Amidá. (27) Si no dijo “Yaalé Veyabó” en Minjá del último día de Jol Hamoed de Sucot, no dice dos veces la Amidá de Arbit de Sheminí Atzéret, ya que es una esta independiente. No obstante, en vísperas del último día de Jol Hamoed Pésaj, si no dijo “Yaalé Veyabó” en Minjá, dice dos veces la Amidá de Arbit de Yom Tob, pues sigue siendo la misma esta. (28)
30.
Quien agregó en la Amidá un párrafo alusivo a algún acontecimiento que no era su momento, por ejemplo, dijo “Yaalé Veyabó” y no era Rosh Jódesh, debe terminar la Amidá y preferiblemente que la diga de nuevo con condición. Si ya terminó la Amidá, debe decir la Amidá de nuevo con condición. Sin embargo, si cometió el error en una Amidá que dijo como reemplazo, no debe repetirla aun con condición. (29)
31.
Quien agregó un párrafo de un acontecimiento de ese día, pero en otra bendición, por ejemplo, si dijo el párrafo de “Al Hanisim” antes de “Modim”, no debe repetir. Si se percató de su error durante la bendición de “Modim”, deberá decir de nuevo “Al Hanisim” donde corresponde. Si dijo “Yaalé Veyabó” después de “Modim”, regresa a “Retzé” y ahí dice “Yaalé Veyabó”, continuando la Amidá en orden hasta el nal. (30) 190
Capítulo 109: Quien dice la Amidá con el ofciante
Capítulo 109
Quien dice la Amidá con el ofciante
1. 2.
Si está diciendo la Amidá junto con la Jazará, dice la Kedushá completa junto con el ociante. Lo mismo aplica si se encuentra justo después de la bendición de “Atá Gibor” de la Amidá y escucha de otro Minián la Kedushá, incluso si después volverá a decir la Kedushá en su Minián. (1) Si se encuentra en la Amidá de Shajrit y escucha la Kedushá de Musaf de otro Minián, no responde, sino permanece en silencio concentrándose en la Kedushá del ociante. No se interrumpe en la Amidá para responder Kedushá de “Yotzer Or” ni la de “Ubá Letzión”. (2)
3. 4. 5. 6. 7.
Quien está diciendo la Amidá de Arbit en el horario de Minjá, y escucha la Kedushá cuando terminó la bendición de “Atá Gibor”, no dice la Kedushá con ellos, únicamente se concentra en la Kedushá del ociante. (3) Si llegó tarde al Templo y la congregación está en la Amidá, y piensa que podrá empezar la Amidá en ese momento terminando a tiempo para contestar la Kedushá, así procede. De lo contrario, se espera a contestar la Kedushá y luego comienza la Amidá, siempre y cuando no esté por nalizar el tiempo apto para rezar. (4) No es correcto alargar la Amidá de manera ja de tal forma que no alcanza a contestar Kedushá, aunque lo hace para concentrarse en lo que dice. (4) No se permite omitir o acortar párrafos de la Amidá como “Al Hanisim” o “Yaalé Veyabó” para terminar la Amidá a tiempo y poder responder Kedushá o Kadish. (5) Debe acostumbrarse a leer uido sin perder concentración, para poder terminarla a tiempo y decir la Kedushá, contestar Kadish o decir “Bircat Halebaná” con la concurrencia. (4,6) 191
Introducción 110: Rezar en el camino
Capítulo 110 Rezar en el camino
S
i por alguna razón salimos de viaje, sea por negocios, placer o alguna otra razón, debemos saber que tampoco bajo esas circunstancias podemos abandonar nuestra obligación de rezar. No es excusa que no gocemos de las comodidades comunes, como rezar en una sinagoga o contar con diez personas para realizar el rezo con Minián. Es nuestra responsabilidad ingeniárnoslas para no perder ningún rezo, jamás. Por otro lado, la Halajá se torna más exible ante estas circunstancias. Por ejemplo, nos permite decir la ‘Amidá sentados, si así se consigue concentrar debidamente; si rezar con diez personas incomoda a los pasajeros gentiles que van en el avión o tren, es preferible rezar individualmente, sin Minián; etcétera. Es decir, nuestros Jajamim prerieron “ceder” en ciertos puntos con el n de que recemos, ya que el rezo en el camino o en el viaje, además de ser una obligación diaria, contiene un elemento más, como lo armaron nuestros Sabios en el Midrash: “En todos los caminos hay peligro” (Kohélet Rabá 3, 3). El Shelá Hakadosh explica al respecto que, a diferencia de la ciudad y la comodidad del hogar, donde la persona está bajo el concepto de Ya’akov Avinu, sobre quien dice el versículo “YoshevOhalim” - “sentado (con seguridad) en su morada”, cuando se sale al camino se adentra en el concepto del malvado ‘Esav, que denomina el versículo como”Ish Sadé” - “hombre de campo”. Por ello dice la Guemará (Berajot 29b): “Aconsejó Eliahu Hanabí a Rabí Yehudá que cada vez que salga de viaje, no lo haga sin decir Telat Hadérej (“plegaria del viajero”), para que por medio de este rezo le envíe Hashem la protección de los ángeles, como dice el versículo: “Ki Malajav… Lishmorjá Bejol Derajeja” - “Pues Sus ángeles... para que te protejan en todos tus caminos” (Tehilim 91, 11). Este concepto se vio también durante los cuarenta años que deambuló el pueblo de Israel en el desierto. Cuando terminaban de acampar en un lugar y empezaban una nueva travesía, relata la Torá que Moshé recitaba en ese momento un rezo especial para pedir a Hashem que los enemigos huyeran y no se aproximaran para dañarlos.
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Introducción 110: Rezar en el camino Y sólo cuando acampaban y volvían a sentir seguridad, se expresaba con alivio: “Vuelve Hashem a morar sobre todo el pueblo de Israel” (Bamidbar 10, 35). Del mismo modo sucedió con Ya’akov Avinu, que mucho temía a los caminos, como lo expresó cuando se llevaron a Binyamín: “En el camino desde Jarán a Israel falleció mi querida esposa Rajel, y cuando mandé a Yosef al camino para buscar a sus hermanos que pastoreaban lejos de casa, le pasó lo que pasó. ¿Ahora quieren llevarse a mi pequeño Binyamín en una travesía larga hasta Egipto? Me asusta que le sucesa una desgracia...” (Bereshit 42, 38). De todo lo anterior se reeja que al viajar, uno requiere protección extra, y puede obtenerla por medio de un rezo con elcual pide a Hashem ser parte de su travesía, a acompañarlo y a cuidarlo. Por eso establecieron nuestros Sabios, además del rezo diario, común, un rezo adicional, una bendición especial para los caminos, conocido como Telat Hadérej, mismo que con el tiempo se editó otra similar para los que navegan en cruceros, y posteriormente un texto modicado para los que vuelan en aviones, cuyo factor común en todas es: “¡Hashem, cuídanos en el camino y ayúdanos a regresar sanos y salvos!”. En los libros de la rama Jasídica se explica el siguiente mensaje: La persona tiene el don de elevar espiritualmente los elementos por medio de lo que hace, así como dar Santidad a todo lugar mediante su estudio de Torá o el rezo que realiza en esos espacios. Por ejemplo, la fruta pertenece al reino de la ora y es simplemente eso, una fruta. Al tomarla con la mano derecha y decir sobre ella su respectiva bendición, se eleva la fruta a niveles espirituales que para muchos Cabalistas del siglo XIV, signica una forma de elevar el alma que puede estar en ella. Asimismo, un espacio vacío de Santidad, o incluso profano, por algo que se hizo en él en el pasado, cuando esté la persona allí y rece o estudie, de alguna forma purica el lugar y hace una reparación espiritual. Explica el Bá’al Shem Tov que por eso sucede que la persona emigre, viaje y se traslade a distintos lugares, ya que a donde llegue tendrá que hacer alguna labor de reparación espiritual. Obviamente, los motivos por los cuales viajará a esos lugares estarán “disfrazados” como asuntos de negocios, la boda un amigo, un viaje de placer, etc. cuando en la realidad, el verdadero objetivo está más allá de lo que imagina... la limpieza que deberealizar allí o la energía positiva espiritual que debe dejar en ese lugar. Al respecto añade Rabí Najmán de Breslev: “Por eso deberá la persona poner mucho énfasis en sus viajes, pues aunque no sea muy meticulosa en la ciudad para cumplir con los tres rezos diarios y las bendiciones sobre cada alimento que tome, y menos todavía en jarse largos lapsos de estudio de Torá, en los viajes le aconsejo que sea más estricto en no perder el rezo durante su travesía, ya que quizá sólo para eso viajó hasta allá...”. •
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Capítulo 110: La Amidá mientras viaja
Capítulo 110 La Amidá mientras viaja 1.
Si llega el momento de rezar mientras viaja en tren o avión, es preferible que diga la Amidá sentado con concentración que de pie sin concentrarse. Cabe mencionar que no se debe formar un Minián dentro del avión a menos que cuente con el permiso de los demás pasajeros, para no provocar incomodidades. (1)
2. 3. 4. 5. 6.
Telat Hadérej es un rezo especial que se dice cuando uno viaja. El texto se pronuncia en plural y es de carácter obligatorio. Éste se dice cuando inicia el viaje, al salir de la ciudad. (2,3,9) No se cumple con la obligación de decir Telat Hadérej escuchándolo de una grabación, ni se contesta Amén, aunque la grabación es útil para repetir palabra por palabra. (10) Dentro de lo posible debe dejar de caminar para decir Telat Hadérej, aunque no es necesario detener el auto o camión. (4) Para poder mencionar el nombre de Hashem en la bendición de Telat Hadérej, debe viajar de una ciudad a otra, viajando al menos setenta y dos minutos, sin importar si hay poblados a mitad del camino. (2,12) Si los setenta y dos minutos de camino serán entre ida y vuelta el mismo día, dice el nombre de Hashem en la bendición de Telat Hadérej, una sola vez por todo el viaje.
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Capítulo 110: La Amidá mientras viaja Por otro lado, si comienza su viaje de noche, pasando la noche en otra ciudad continuando su viaje por la mañana, no se considera que viajó setenta y dos minutos el mismo día, por lo que deberá volver a recitar Telat Hadérej. (2,7,12)
7. 8. 9. 10. 11.
Es apropiado estudiar Torá mientras viaja, teniendo precaución si está conduciendo, de no profundizar demasiado en el tema y no distraerse poniendo en peligro su vida. (5) Quien dice Telat Hadérej en altavoz para que los demás cumplan con su obligación al escucharlo, sirve si los demás lo escuchan aun sin altavoz, contestando Amén al nalizar la bendición. (11) Si ya bendijo Telat Hadérej, no puede volver a bendecir para exentar a su compañero. (13) Al regresar de un viaje que duró setenta y dos minutos o más, debe decir la bendición de “Hagomel” cuando sube a la lectura del Séfer Torá. Asimismo, quien cayó enfermo y se recuperó y quien salió de la cárcel, bendicen “Hagomel” una sola vez. (14) Al ingresar al Bet Midrash, es bueno decir el rezo “Yehí Ratzón Milefaneja, Ado-nay Elo-henu Velo-hé Abotenu, Sheló Ekashel Bidbar Halajá etc.” Asimismo, al salir dice: “Modé Aní Lefaneja, Ado-nay Elohay Shesamta Jelkí etc.” Estos rezos pueden decirse tanto sentado como parado. (16)
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Introducción 111: Tener fe en la salvación
Capítulo 111 Tener fe en la salvación
E
l Talmud hace mucho énfasis sobre la grandeza del que empieza la ‘Amidá inmediatamente después de terminar de leer el Shemá’ y los párrafos posteriores, mismos que concluyen con la bendición de “Gaal Israel” (“Bendito eres Tú, Hashem, que salvó al Pueblo de Israel”). Por ejemplo, comenta el Talmud (Berajot 4b) en nombre de Rabí Yojanán “¿Quién tendrá el mérito de tener parte en el Mundo Venidero? El que une “Gaal Israel” con la ‘Amidá”. En otro párrafo arma Rabí Beroná, quien era una persona muy grande, creyente y alegre en el cumplimiento de las Mitzvot, que la vez que pudo unir las palabras “Gaal Israel” con la Amidá no dejó de sonreír todo ese día. Incluso el rey Jizquiyá armó en cierta ocasión lleno de felicidad ante Hashem diciendo: “Siempre hice lo que está bien ante tus ojos”, y explicaron nuestros Sabios que se rerió a que siempre juntaba el “Gaal Israel” con la ‘Amidá (Berajot 9b). Asimismo, comenta el Zóhar que: “Cuando el Pueblo de Israel concurre a las Sinagogas a rezar, en el momento que juntan “Gaal Israel” con la ‘Amidá, una Voz Celestial proclama: Dichoso es este pueblo sagrado, que hace lo bueno y lo correcto ante Hashem” (Terumá 128b). Ciertamente, todo lo anterior exige una explicación: ¿Por qué es tan importante unir estos dos párrafos? Al respecto, explica Rabí Yoná Gerone: “Toda la fuerza del rezo es la fe y la seguridad con que se dirige uno a Hashem, es decir, la fe en que Él atiende su llamado y la seguridad de que Él lo rescatará de sus sufrimientos”. “Es por eso que se estableció leer los versículos y agradecimientos a Hashem por la salida de Egipto y culminarlos con la bendición de “Gaal Israel” antes de comenzar la ‘Amidá, para primeramente llenarnos de fe y seguridad en Hashem Todopoderoso, quien realizó los grandes milagros en Egipto y nos sacó de una esclavitud que nadie podía conseguir, gracias a las plegarias que provenían de los corazones del pueblo esclavizado”. “Así, con esa fe y seguridad nos preparamos para comenzar la ‘Amidá, que contiene las peticiones personales para Hashem, indicándonos con esto que sólo si llegamos a la ‘Amidá con la fe y la seguridad que conseguimos en los párrafos anteriores, ese rezo será recibido”.
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Introducción 111: Tener fe en la salvación Ahora podemos entender todo lo que mencionamos anteriormente. Cuando vivimos con esta fe y seguridad absoluta en Hashem, es evidente que obtendremos el Mundo Venidero, y si lo conseguimos, es motivo para sonreír todo el día, ya que así llevamos a cabo con lo bueno ante los ojos de Hashem, causando con esto que en el Mundo Venidero, en el Cielo, los Ángeles alaben a Di’s por este pueblo especial que tiene. Aprendemos de todo lo anterior lo importante que es rezar con la seguridad de que Hashem puede ayudarnos. Por eso comienza la Amidá con alabanzas a la grandeza del Creador, no para adularlo, sino para mentalizarnos de que es el Todopoderoso. Además, la seguridad causa que los milagros ocurran, como se reeja en el libro de Melajim con varios hechos del profeta Eliahu, donde, por ejemplo, en los años de sequía fue a la casa de una viuda y le pidió que le preparara algo de comer. La mujer le dijo: “Me quedaron ingredientes sucientes sólo para hacer un pequeño pan, el cual dividiré, y una mitad la comeré yo y la otra mi hijo. Luego nos sentaremos cruzados de brazos esperando la muerte, ya que no queda nada más alimento”. Entonces le dijo el profeta: “Dame de comer ese pan y luego tu casa se llenará de abundancia”. Cualquiera respondería al profeta: “Si tienes ese don, hazlo primero y después te prepararemos el banquete que quieras”. Pero el profeta se empeñó en comer primero lo que había y sólo después hacer el milagro. Y así fue. Un caso parecido ocurrió al nal de los tres años de sequía, donde preguntó el profeta Eliahu a todo el pueblo reunido a los pies del Monte Carmel (después del debate con los cuatrocientos profetas falsos): “Si tienen fe y seguridad en Hashem, hoy mismo lloverá y vendrá la abundancia”. Cuando todos le contestaron que sí la tenían, les ordenó que trajeran de sus casas el resto del agua potable. Cuando la trajeron, les ordenó que la derramaran sobre el suelo y sólo entonces empezaría a llover. De nuevo, cada uno de nosotros le diría: “Profeta, primero que llueva y después tiraremos el agua. ¡Imagínese si no llueve!”. Pero el profeta insistió: “Primero derramen el agua y después lloverá”. El motivo de todo esto es muy simple: si cocinas lo último que tienes y derramas las últimas valiosas gotas de agua con que cuentas, demuestras tu plena seguridad en que el milagro va a ocurrir. Y esto es justamente lo que hace que ocurra. Esta seguridad fue la que nos sacó de Egipto y la que causó todos los milagros que se vieron allá, pues por toda esa seguridad de que el mar iba a dividirse se lanzaron antes de que se abriera, conados en que Di’s cumpliría su promesa de salvarlos. La seguridad que teníamos que aun sin comida ni agua sucientes para la travesía en el desierto Di’s las proveería, causó que cayera el Man del cielo y que el pozo de Miriam no dejara de proveernos agua. Por ello, debemos juntar el “Gaal Israel”, que habla de esa seguridad que tenían nuestros padres, para entrar con ella a nuestro rezo de ‘Amidá y nuestras peticiones personales. •
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Capítulo 111: Juntar “Gaal Israel” a la Amidá
Capítulo 111 Juntar “Gaal Israel” a la Amidá 1.
Se debe empezar inmediatamente la Amidá de Shajrit al terminar la bendición de “Gaal Israel”. Quien no lo hace se compara al amigo del rey que golpea a su puerta, el rey sale a verlo y no lo encuentra por haberse retirado, de manera que el rey mismo también se retira. Por lo que aun en silencio no interrumpe. (1)
2. 3. 4. 5. 6. 7.
Si la congregación está esperando a que sean diez personas para empezar la Amidá, esperan antes de decir la bendición de “Gaal Israel”. (1) Quien escucha Kadish o Kedushá entre “Gaal Israel” y la Amidá, no contesta, sino únicamente escucha del ociante para cumplir con su obligación de responder. Solamente en Shajrit de Shabat se permite contestar Kadish, Kedushá y Barejú. (2,5) Para los Sefaradim, no se contesta Amén a la bendición de “Gaal Israel” que escucha del ociante. Los Ashkenazim que sí permiten contestar, el ociante acostumbra terminar la bendición de “Gaal Israel” en voz baja. (3) Si no tenía Talit y consiguió entre “Gaal Israel” y la Amidá, no lo viste incluso sin bendición, sino después de la Amidá. (8) Algunos acostumbran a besar el Telín de la cabeza antes de comenzar la Amidá, sin que se considere interrupción. (4) Antes de empezar la Amidá, algunos Sefaradim acostumbran a voltear a sus lados y mover las manos en dirección a sus compañeros que se ubican a su alrededor. Esto para aceptar la soberanía de Hashem en conjunto, dándose permiso de empezar la Amidá, demostrando unión y hermandad, entre otros motivos.
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Capítulo 112: Peticiones al comienzo de la Amidá Sin embargo, en el rezo de Minjá y Arbit, deben tener cuidado que por esto no vayan a desconcentrarse al contestar Kadish, que se encuentra justo antes de comenzar la Amidá. (10)
8.
Aunque se debe juntar “Gaal Israel” con la Amidá, en el rezo de Arbit se dice Medio Kadish, sin considerarse interrupción. (9)
Rezo de Shajrit en Shabat 9. 10.
Si llegó tarde al rezo de Shajrit en Shabat y no comenzará la Amidá con el Minián a menos que se salte el Shemá y sus bendiciones, no tiene permitido hacerlo, sino reza en orden aunque pierda el privilegio de rezar con Minián. (6) Quien se encuentra en un Minián que empieza tarde el rezo de Shajrit y dirán el Shemá después de su horario, debe apresurarse a decir el Shemá con sus bendiciones a tiempo y esperar a comenzar la Amidá junto con la congregación. (7)
Capítulo 112 Peticiones al comienzo de la Amidá 1. 2.
No se permite agregar peticiones personales en las primeras y últimas tres bendiciones de la Amidá. No obstante, se permite hacer peticiones generales, como en los días entre Rosh Hashaná y Yom Kipur, donde se aumentan dos peticiones. (1) No se permite hacer peticiones personales en Shabat. No obstante, se permite decir el “Yehí Ratzón” destinado para enaltecer las almas, o cualquier rezo que gura en el Sidur, aunque incluya peticiones personales. (1) 199
Introducción 113: Prosternarse ante Di’s
Capítulo 113 Prosternarse ante Di’s
E
l concepto de que durante la ‘Amidá debemos prosternarnos varias veces se aplica desde la época del Bet Hamikash, como dice el versículo: “Cuando lleves la canasta de los Bikurim al Templo, la pondrás allá, te prosternarás ante Di’s y te alegrarás con todo lo que te dio” (Debarim 26, 11). También los sacerdotes, mientras realizaban los rituales en el Bet Hamikdash debían, de vez en cuando, hacer las reverencias, como cuando terminaban de retirar el Deshen (brasas) del altar interno, que se prosternaban y salían. Lo mismo sucedía con el que hacía el incienso, que se prosternaba y salía, así como el que limpiaba el candelabro, y otras labores en el Bet Hamikdash. Todos ellos se prosternaban y salían (Rambam, Leyes de Temidim, Capítulo 3). También en la ‘Azará, lugar donde estaban los sacerdotes y el pueblo, cada mañana al cantar los Leviim el Salmo correspondiente al día, tocaban los instrumentos y todo el pueblo se prosternaba (Leyes de Temidim 6, 7). Sólo que en el Bet Hamikdash la forma de prosternarse era completamente acostado sobre el suelo, con las manos y los pies extendidos, lo que se prohibió hacer afuera del Templo. Aunque este acto nos parezca muy simple, el Midrash Rabá (56, 2) aclara su grandeza: “Dijo Rabí Itzjak: Abraham Avinu regresó de la ‘Akedá sin haber matado a su hijo sólo por las reverencias que realizó al llegar; el Pueblo de Israel salió de Egipto por las reverencias que hicieron ante Di’s; la Torá se entregó por las reverencias que realizaron a los pies del Monte Sinai; Janá (la madre del profeta Shemuel) sanó de su esterilidad por el mérito de que se prosternaba ante Di’s”.
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Introducción 113: Prosternarse ante Di’s Y continúa explicando el Midrash: “En el futuro no lograremos la redención nal sino por el mérito de las reverencias, lo que también originará la cons trucción del Tercer Bet Hamikdash” (sobre cada frase de lo dicho anteriormente, el Midrash trae un versículo que lo demuestra). El secreto de las reverencias consiste en el hecho de agachar la cabeza ante el Creador, para convertirle a Él en un rey y a la persona en su el súbdito. En el mundo terrenal, cuando uno se prosterna ante un rey de carne y hueso, suaviza su enojo y gana su favor, como sucedió con la reina Esther cuando se prosternó ante el rey Ajashverosh para encontrar gracia ante él y entonces pedirle que anulara los malos decretos, como realmente sucedió. Así también lo vimos con Ya’akov Avinu, cuando llegó ‘Esav molesto y enojado, con intenciones de asesinarlo, que se prosternó Ya’akov Avinu siete veces y en cada una lograba disminuir el enojo de su hermano, hasta que después de la séptima vez se abrazaron. En base en este concepto, nos prosternamos ante Di’s pidiendo a nuestro Rey que emane de su misericordia sobre su súbdito, que siempre agacha la cabeza ante su grandeza. Por eso justamente en el rezo de la ‘Amidá nos encontramos con siete prosternaciones, como dice el Zóhar: “Y debe procurar cada judío pararse a rezar envolviéndose en su Talit como un pobre parado en el portón del rey, prosternándose ante Él siete veces, como dice el versículo: ‘Siete veces se prosternará el justo’ (Mishlé 24, 16)”. AL respecto explican los comentaristas que las siete reverencias a las que se rerió el Zóhar son dos al inicio, dos al nal y tres que se realizan al nalizar el rezo de Osé Shalom, donde se prosterna hacia la izquierda, a la derecha y al frente. En cada una de estas prosternaciones se rompen las murallas que intereren entre cada uno y el Creador. Por tanto, siendo que hay siete Cielos y entre uno y otro una “capa” que las divide, al igual que el Pueblo de Israel rodeó las murallas de Yerijó sietes veces hasta que cayeron, también con cada prosternación de la ‘Amidá rompemos una muralla más y elevamos nuestros rezos un Cielo más arriba, hasta que se ubican en el séptimo (llamado ‘Arabot), frente al Trono Celestial. •
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Capítulo 113: Inclinarse durante la Amidá
Capítulo 113 Inclinarse durante la Amidá 1. 2. 3. 4. 5. 6.
Únicamente está permitido inclinarse durante la Amidá donde nuestros Sabios lo establecieron, es decir, al principio y al nal de la primera bendición y al principio y al nal de la bendición de Modim. (1) Está permitido inclinarse a mitad de una bendición o una petición, pero no en la bendición misma. Por ejemplo, si está a mitad de “Al Hatzadikim” y el ociante dice Modim, es propicio inclinarse como todos. (1,2) Es despreciativo inclinarse cuando dice “Lefaneja Tishtajave” o “Anajnu Modim” durante el rezo de Shabat o Yom Tob así como en los agradecimientos de Halel. (3) Aunque no se debe inclinar al decir o responder “Barejú”, aquellos que acostumbran a inclinar sólo la cabeza, tienen en quien apoyarse. (4) Se acostumbra a inclinarse cuando se dice las palabras “Desaguidna Kamé” en el Berij Sheméh al sacar el Séfer Torá, y en “Vaanajnu Mishtajavim” en el Alenu Leshabéaj. Esto se debe a que si no lo hace, aparenta que está hablando mentiras. (5) La manera de inclinarse es de tal forma que resalte cada vértebra de su columna espinal, agachando también la cabeza. Por el otro lado, no debe hacerlo al punto que su boca alcance su cinturón. (6,8)
202
Capítulo 113: Inclinarse durante la Amidá
7. 8. 9. 10. 11.
Es suciente que el anciano o enfermo agachen la cabeza únicamente, demostrando así su intención de inclinarse. (7) Cuando se inclina debe hacerlo con agilidad, pero al levantarse debe ser lentamente, primero la cabeza y luego el cuerpo. (9) Se inclina al pronunciar “Baruj”, y se endereza cuando menciona el nombre de Hashem. (10) Cuando la concurrencia se inclina en Alenu Leshabéaj es propicio que todo el que se encuentra presente incline levemente la cabeza. (11) Cuando dice la Amidá, no se permite aumentar elogios a Hashem. Sin embargo, se permite hacerlo en otros rezos o en peticiones personales. (12)
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Introducción 114: La lluvia Celestial
Capítulo 114 La lluvia Celestial
D
ebido a que el agua potable es la fuente de la vida, pues sin ella nada orecería y ningún animal ni ser humano podría existir, dedicamos una parte de nuestro rezo a la petición y agradecimiento a Di’s por el agua, desde el leve rocío hasta las fuertes lluvias. Por eso, la petición por agua se ubica en la bendición para la manutención, ya que hay una fuerte similitud entre ambos conceptos. Al igual que el agua se divide en rocío (diario), lluvia (de vez en cuando) y nieve (acumulada en la cima de las montañas para que en el verano, cuando falte agua, el sol la derrita y la mande por canales a los lugares bajos), así es también la manutención: El rocío hace alusión al dinero que uno gana a diario, la lluvia a los negocios sólidos que se presentan de vez en cuando y la nieve reeja el fondo ahorrado que coloca mos en “la cima” de los bancos, para cuando se presente la necesidad de hacer un gasto fuerte. Con el rezo no sólo pedimos a Di’s por el agua y la lluvia, sino que también lo alabamos por su grandeza y le agradecemos por el milagro diario de la lluvia. Como dice en el libro Hatoda’á: “Observa la gran bondad del Creador. Mientras estamos durmiendo Di’s abre su buen tesoro y nos proporciona rocío y lluvia, con los que riega nuestros campos y sacia toda la tierra, para que ésta pueda sacar sus frutos, llenos de bendiciones. De eso se encarga Di’s personalmente, como dijeron nuestros Sabios en la Guemará (Ta’anit 2a): “Son tres llaves la que tiene Di’s y no encarga a ningún emisario: La llave de la lluvia, la del parto y la de la resurrección de los muertos, como dice el versículo: “Y te abrirá Di’s Mismo su buen tesoro para darte lluvia en su tiempo” (Devarim 28, 12)”.
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Introducción 114: La lluvia Celestial Sobre el versículo de Iyob (28, 25) que dice : “¿Mi Pilag Lashétev Tehalá?” (“¿Quién separó las gotas del chorro?”), comenta la Guemará (Babá Batrá 16a) que dice Hashem: “Muchas gotas de agua ubiqué en las nubes y entre ellas creé un margen para que no se junten las gotas en el aire, pues si se juntaran y cayeran juntas como un baño de agua desde esas alturas, lo destruirían todo”. Si observamos mientras la lluvia cae, veremos este milagro con nuestros propios ojos, que a pesar de que las corrientes de viento mueven las gotas y la diferencia en la velocidad con que éstas caen podrían fácilmente causar que se fueran juntando y crearan un gran “lago de agua” en el aire que va camino a tierra rme, Di’s Todopo deroso se encargó de que esto no ocurra. Este es otro de los motivos por los que lo alabamos y le agradecemos. Además, el concepto de la lluvia nos da una profunda explicación de cómo exactamente funcionan los rezos: Nuestros Sabios hablan de dos conceptos. El primero se llama “It’arutá Deltata” (“el despertar desde abajo”) y el segundo se llama “It’arutá Del’elá” (“el despertar desde arriba”). Es otras palabras, el mundo está dividido el que da y el que recibe. A veces el que recibe origina a quien da a que dé. Esto se llama It’arutá Deltata, el despertar que vino desde abajo. Pero a veces puede ocurrir que quien da decide, por voluntad propia, dar sin que se le pida. Eso se llama It’arutá Del’ela. Estos dos conceptos pueden encontrarse en muchas áreas de la vida. Por ejemplo, entre rico y pobre, maestro y alumno, y por supuesto, Di’s y nosotros, donde los primeros dan y los segundos reciben. La forma apropiada de realizar las cosas es que primero haya It’arutá Deltata, y ésta causará la gracia Celestial para que la lluvia se proporcione “de buena gana” y en abundancia. Por eso en la ‘Amidá, mientras empezamos a alabar a Di’s y nos preparamos para pedir, hacemos alusión al ciclo vital del agua, que comienza con su evaporación desde la tierra, cómo el vapor se eleva al cielo, donde se condensa y baja como lluvia en abundancia, como dice el versículo: “Y el vapor subirá desde la tierra y regará su faz” (Bereshit 2, 6). Así son también nuestras plegarias: Se elevan a Di’s como un cálido vapor que emana de nuestros corazones, el cual termina formando una nube Divina de letras, palabras, alabanzas y peticiones, las cuales causan que Di’s vierta sobre nosotros aguas de bendición y alegría. •
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Capítulo 114: Alusión a las lluvias
Capítulo 114 Alusión a las lluvias 1. 2. 3.
Se dice “Mashib Harúaj Umorid Haguéshem” desde el rezo de Musaf de Simjat Torá hasta después del rezo Shajrit del primer día de Pésaj. (1) No se permite decir la Amidá de Musaf de Simjat Torá hasta que el ociante haga mención a “Mashib Harúaj”. Por lo tanto, si no pudo rezar en el Templo, debe tener precaución de no rezar Musaf hasta no estar seguro que el ociante ya lo hizo. (1) Si dijo “Morid Hatal” en vez de “Mashib Harúaj” en época de lluvias: • Si no ha dicho el nombre de Hashem de la bendición de “Mejayé Hametim” regresa a “Mashib Harúaj”. • Si ya dijo el nombre de Hashem, no puede terminar la bendición diciendo “Lamedeni Jukeja”, sino continúa la Amidá en orden. (2)
4.
Si no acostumbra decir “Morid Hatal” en verano, sino simplemente “Rab Lehoshía, Mejalkel Jaim”, en caso de omitir “Mashib Harúaj”: • Si no ha dicho el nombre de Hashem de la bendición, regresa a “Mashib Harúaj”. • Si ya dijo el nombre de Hashem, termina la bendición diciendo “Lamedeni Jukeja”, y regresa a “Atá Guibor”. 206
Capítulo 114: Alusión a las lluvias • Si terminó la bendición de “Mejayé Hametim”, dice ahí “Mashib Harúaj” y sigue “Atá Kadosh”. • Si terminó “Mejayé Hametim” y comenzó la siguiente bendición, regresa al principio de la Amidá. (2)
5. 6. 7.
La Kedushá de la Jazará es el comienzo de la bendición de “Atá Kadosh” para el ociante. Por lo tanto, si el ociante omitió “Mashib Harúaj” y no dijo “Morid Hatal”, regresa al principio de la Amidá. (3) Se empieza a decir “Morid Hatal” desde el rezo de Musaf del primer día de Pésaj hasta terminar el rezo de Shajrit de Simjat Torá. Si dijo “Mashib Harúaj” en vez de “ Morid Hatal”, aun después de transcurridos treinta días desde Pésaj: • Si corrigió inmediatamente, continúa con la Amidá. • Si no ha dicho el nombre de Hashem de la bendición, regresa a “Atá Guibor”. • Si ya dijo el nombre de Hashem, termina la bendición diciendo “Lamedeni Jukeja” y regresa a Atá Guibor. • Si terminó la bendición de “Mejayé Hametim”, aunque no haya empezado “Atá Kadosh”, regresa al principio de la Amidá. Esto aplica aun en lugares donde necesitan lluvias en verano. (4,5,6,11)
8. 9.
Se habitúa decir en voz alta “Mashib Harúaj Umorid Haguéshem” los primeros treinta días desde Sheminí Atzéret, para recordar a la concurrencia. Lo mismo aplica en Rosh Jódesh o Jol Hamoed, donde debe decirse en voz alta “Yaalé Veyabó”. (7) Quien tiene duda si dijo lo que correspondía, dentro de los primeros treinta días desde que terminó la esta, ya sea “Morid Hatal” o “Mashib Harúaj”, como lo más probable es que haya dicho lo que está acostumbrado a decir, repite la Amidá. Esto es incluso si asevera que está acostumbrado a decir lo que corresponde. (8,9,10) 207
Capítulo 114: Alusión a las lluvias
10.
Con decir noventa veces “Mejayé Metim Atá Rab Lehoshía Morid Hatal”, aun en un mismo día, se considera que ya se acostumbró a decir “Morid Hatal”. Por lo tanto, si así lo hizo y tiene duda si dijo “Morid Hatal”, lo más probable es que dijo correctamente y no repite la Amidá. (8)
11.
Después de transcurridos treinta días desde la esta adquiera la atribución de haberse acostumbrado a decir lo que corresponde. Por lo tanto, si después de treinta días de que terminó Pésaj, se equivocó una vez y dijo “Mashib Harúaj”, no repiter la Amidá. Lo mismo aplica en el cambio de “Morid Hatal” a “Mashib Harúaj”. (10,11)
12. 13. 14. 15. 16.
Lo anterior aplica también cuando se cambia a decir “Barej Alenu”. Si pasaron treinta días desde el cambio, aunque no ha dicho noventa veces “Barej Alenu” debido a que en Shabat no se dice, se considera que ya se acostumbró a decirlo. (10) El que es ociante permanente, después de dieciocho días de que terminó la esta, se considera que ya se acostumbró a decir lo que corresponde. (10) Se permite repetir la bendición cuando se cometió alguna equivocación, únicamente en caso de haber sido por error. Si intencionalmente lo hizo, debe repetir la Amidá desde el comienzo. (12) Si habló a mitad de una bendición de la Amidá, aunque haya sido intencionalmente, si no interrumpió el tiempo que toma decir toda la Amidá, regresa al principio de esa bendición. (13) Cuando tiene que repetir la Amidá, comienza desde el primer versículo, “Ado-nay, Sefatay Tiftaj”. (14)
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Capítulo 114: Alusión a las lluvias
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Introducción 115 a 118: La infraestructura de la “Amidá”
Capítulos 115 a 118 La infraestructura de la “Amidá”
E
n estos capítulos se tratan las leyes pertinentes a las peticiones que hacemos en la ‘Amidá.
La ¿Amidá se compone de tres bendiciones al principio y tres al nal, que no varían durante todo el año, y entre estas bendiciones, los días de semana pronunciamos trece bendiciones con peticiones particulares y generales, como se verá más adelante. La raíz de todas estas bendiciones es, como dice el Midrash: “Rabí Shim’ón Hapakulí ordenó las diesiocho bendiciones delante del gran legislador de la asamblea en Yavne, Rabán Gamliel”. Ante la expresión de las palabras “ordenó las bendiciones”, comenta el Midrash que dichas bendiciones, ya existían, por lo que Rabí Shim’ón sólo las ordenó. Di’s salvó a Abraham Avinu del horno ardiente al cual lo arrojó el rey Nimrod. Al salir del mismo, alabaron todos los ángeles a Di’s diciéndole: “Baruj Atá... Maguén Abraham” (“Bendito eres Tú Di’s que salvó a Abraham”). Cuando realizó Abraham Avinu la ‘Akedá de Itzjak, donde estuvo a punto de degollar a su hijo Itzjak y al nal Di’s lo evitó, dijeron los ángeles: “Baruj Atá... Mejayé Hametim” (“Bendito eres Tú Di’s que revive a los muertos”). Cuando durmió Ya’akov en Bet El, soñó con la escalera, alcanzó niveles muy elevados y santicó por la mañana ese lugar, alabaron los ángeles a Hashem diciendo: “Atá Kadosh... Ukdoshim Bejol Yom Yehaluluja Sela” (“Tú eres Santo... y santos te alaban por siempre”). Cuando el ángel enseñó los setenta idiomas a Yosef Hatzadik en la cárcel en Egipto, antes de que se presentara ante el Faraón para interpretar sus sueños, dijeron los ángeles: “Baruj Atá... Jonén Hadá’at” (“Bendito eres Tú Di’s, que da la sabiduría”).
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Introducción 115 a 118: La infraestructura de la “Amidá” Cuando Reuvén cometió la falta resepcto a Bilhá, por la cual se le decretó en el Cielo su muerte y volvió en arrepintimiento, lo cual Di’s recibió, dijeron los ángeles: “Baruj Atá... Harotzé Bishuvá” (“Bendito eres Tú Di’s, que acepta el arrepentimiento”). Cuando Yehudá ordenó ejecutar a Tamar, ella le demostró que se había equivocado, y Yehdá inmediatamente aceptó su error. En ese momento se le perdonó su pecado y en el cielo los ángeles dijeron: “Baruj Atá... Janún Hamarbé Lislóaj” (“Bendito eres Tú Di’s, piadoso que perdona”). Cuando esclavizaron los egipcios a nuestros padres y Di’s dio la orden de la salvación, dijeron los ángeles: “Baruj Atá... Goel Israel”) (“Bendito eres Tú Di’s, redentor del Pueblo de Israel”). Cuando Abraham Avinu se hizo la circuncisión a muy avanzada edad y el ángel Refael lo visitó para curarlo, dijeron los ángeles: “Baruj Atá... Rofé Jolé” (“Bendito eres Tú Di’s, que cura a los enfermos”). Cuando Itzjak Avinu cedió y no discutió más por los pozos que le cubrieron los listeos, Di’s le mandó mucha abundancia monetaria, a lo que expresaron los ángeles: “Baruj Atá... Mevarej Hashanim” (“Bendito eres Tú Di’s, que bendice los años”). Cuando viajó Ya’akov con su familia a Egipto para reunirse con su hijo Yosef, dijeron los ángeles: “Baruj Atá... Mekabetz Nidjé ‘Amó Israel” (“Bendito eres Tú Di’s, que reúne al Pueblo de Israel”). Cuando Hashem entregó la Torá al Pueblo de Israel y se les dieron las leyes de juicio y justicia, dijeron los ángeles: “Baruj Atá... Mélej Ohev Tzedaká Umishpat” (“Bendito eres Tú Di’s, Rey que ama la justicia y el juicio”). Cuando los egipcios se ahogaron en el mar, dijeron los ángeles: “Baruj Atá... Shover Oyevim Umajní’a Zedim” (“Bendito eres Tú Di’s, que doblega a los enemigos”). Cuando Yosef juró a su padre que cumpliría con su deseo de enterrarlo en Israel, dijeron los ángeles: “Baruj Atá... Mish’án Umivtaj Latzadikim” (“Bendito eres Tú Di’s, que das apoyo y seguridad a la gente justa”). Cuando construyó el Rey Salomón el Bet Hamikdash, dijeron los ángeles: “Baruj Atá... Boné Yerushalaim” (“Bendito eres Tú Di’s, que construye Yerushalaim”). Cuando el Pueblo de Israel terminó de cruzar el mar y se salvaron de los egipcios, dijeron los ángeles: “Baruj Atá... Matzmíaj Keren Yeshu’á” (“Bendito eres Tú Di’s, que origina la salvación”).
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Introducción 115 a 118: La infraestructura de la “Amidá” Cuando clamó el Pueblo de Israel en Egipto ante Di’s que los librara de la esclavitud, y Di’s los escuchó, dijeron los ángeles: “Baruj Atá... Shome’a Telá (“Bendito eres Tú Di’s, que escucha las plegarias”). Cuando el Pueblo de Israel hizo el Mishcán en el desierto (Tabernáculo) y bajó la Presencia Divina a morar entre los dos Kerubim, dijeron los ángeles: “Baruj Atá... Hamajazir Shejinató Letzión” (“Bendito eres Tú Di’s, que devolvió su Presencia Divina a Yerushalaim”). Cuando el Rey Salomón ingresó el Arón Hakódesh al Bet Hamikdash y agradeció a Di’s por permitirle construir el Santuario y mantener un gobierno de paz y tranquilidad, dijeron los ángeles: “Baruj Atá... Hatov Shimjá Uljá Naé Lehodot” (“Bendito eres Tú Di’s, que bueno es tu nombre y a Ti es propio agradecer”). Cuando entró el pueblo a Israel después de la travesía de cuarenta años, conquistaron la tierra y por n se asentaron con paz y tranquilidad en ella, dijeron los ángeles: “Baruj Atá... Hamevarej Et ‘Amó Israel Bashalom” (“Bendito eres Tú Di’s, que bendice al Pueblo de Israel con la paz”). Debido a que todas estas bendiciones fueron dichas en los Cielos, nuestros Sabios, con su grandeza, las “rescataron” y establecieron en nuestro rezo. Sin embargo, siendo que cada una de ellas fueron dichas en épocas diferentes, Rabí Shimón Hapakulí las ordenó, no en orden cronológico, sino en orden temático, para que el rezo lleve una secuencia, que es la siguiente: Después de alabar a Di’s en las primeras tres bendiciones, comenzamos las trece peticiones: En la primera (“Atá Jonén”), pedimos a Di’s sabiduría, para que nos ayude a pedir las cosas correctas y de manera correcta; luego, en la segunda y tercera bendiciones (“Hashivenu” y “Selaj Lanu”), empezamos a pedir a Di’s por las cosas espirituales: “Acércanos, Di’s, a tu Torá; perdónanos por los pecados que cometimos”, dando así preferencia a las peticiones espirituales. Posteriormente, en la cuarta, quinta y sexta bendiciones pedimos a Di’s cosas físicas y materiales, como la salvación particular de cualquier problema que estemos atravesando, salud y buena manutención. Después de esta serie de peticiones particulares, comenzamos con las peticiones generales para todo el Pueblo de Israel. Es interesante, además, cómo este orden de bendiciones escrito hace aproximadamente dos mil años, reeja los acontecimientos de la Gueulá (la re dención nal), como lo indica el Zóhar, donde se describe que la Gueulá y
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Introducción 115 a 118: La infraestructura de la “Amidá” el retorno de los judíos desde la diáspora hacia la Tierra de Israel, la cual no será de una sola vez con la llegada del Mashíaj, sino paulatinamente: Primero regresará parte del Pueblo de Israel y establecerá un gobierno, pero este paso causará problemas con los Ishma’elitas que estén compartiendo la tierra (el nombre de Ishma’el proviene de los muchos problemas que nos dará, por los cuales clamaremos, hasta que nos escuche Di’s: “Ishmá’ El”, “Escuchará Di’s nuestras plegarias” y salvará al pueblo justo.) Posteriormente se reconstruirá Yerushalaim con la llegada del Mashíaj. Por eso, en la serie de bendiciones de la ‘Amidá el orden gura así: Ante todo, en la séptima bendición, pedimos a Di’s : “Reúne y congrega a todos los judíos de la diáspora, para que volvamos a reunirnos en la Tierra de Israel”. Ante el gobierno que se formará ahí, pedimos en la octava bendición: “Di’s, ayúdanos a que nuestros jueces y legisladores retomen el mando religioso como lo hubo al principio, antes de sel exiliados”. Ante los enemigos y gente perversa, a la que molestará todo esto, decimos en la novena bendición: “Extermina, Di’s, por favor, a todos Tus enemigos”. En la décima bendición, le pedimos que benecie a toda la gente justa y que sea misericordioso con todos nosotros que conamos en él: “Bendito Di’s que siempre es el sostén y la seguridad de los justos”. Desde la undécima bendición pedimos la Gueulá nal con la construcción del Tercer Templo en Yerushalaim, con el Mashíaj Ben David mencionado en la duodécima bendición, y todo eso logrado porque Di’s escuchó nuestras plegarias (hechas en la decimotercera bendición). De ahí hasta el nal del rezo, ya representa el agradecimiento a Di’s que le daremos apropiadamente al permitirnos volver a servirle desde el Templo de Yerushalaim, en el cual volvió a morar. Como prometen nuestros Sabios que en ese entonces, cuando todo el sufrimiento haya terminado, cada uno de nosotros traerá un sacricio de agradecimiento para decir a Di’s: “Lejá Naé Lehodot” (“A Ti, Di’s, es digno agradecer”). Y sólo entonces se cumplirá la gran profecía: “Y no habrá más guerras, todas las espadas se convertirán en azadones, vivirá el lobo con el cordero, y el león y la cabra pastarán juntos” (Yeshayá 11, 6). Sobre esa época es que nalizamos con la bendición de la paz. •
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Capítulo 115: Bendición “Atá Jonén”
Capítulo 115 Bendición “Atá Jonén” 1. 2.
Nuestros sabios establecieron como primera bendición de la Amidá “Atá Jonén”, ya que si no hay capacidad de razonar, no es posible rezar. Además, la razón es lo que distingue a la persona del animal. (1) Se permite hacer peticiones personales en la Amidá, por lo que aquella persona que se le olvida lo que estudia, puede pedir por ello en la bendición de “Atá Jonén”, antes de decir las palabras “Vejonenu Meitejá”. (3)
Capítulo 116 Bendiciones desde “Hashibenu” hasta “Refaenu”
1.
Únicamente se menciona el término “Abinu” en las bendiciones de “Hashibenu” y “Selaj Lanu”. (1) 214
Capítulo 116: Bendiciones desde “Hashibenu” hasta “Refaenu”
2. 3. 4. 5.
Quien quiere pedir por su compañero para que regrese al camino de la Torá y las Mitzvot, lo hace en la bendición de Hashibenu, antes de bendecir “Baruj Atá”. (2) En la bendición de Selaj Lanu se pide a Hashem que nos perdone por nuestros pecados sin necesidad de sufrimientos, para así poder continuar cumpliendo las Mitzvot y estudiando Torá. (3) En el texto de la bendición de Refaenu, dice “Refaenu Hashem Venerafé” sin agregar “Elo-henu”. Esta bendición se pronuncia en plural, nalizándo “Rofé Jolé Amó Israel”. (5) Quien quiere aumentar una petición en la bendición de Refaenu lo hace antes de las palabras “Ki E-l Rofé Rajmán”. Si pide por su compañero, menciona su nombre y el de su madre, es decir, Fulano hijo de Fulana; en caso de no saber el nombre de su madre, dice el de su padre. Si el enfermo se encuentra presente, no hace falta mencionar su nombre. De cualquier manera, es más apropiado pedir por su compañero en la bendición de “Shemá Kolenu”. (6,7,8,13)
6. 7. 8. 9.
Quien pide por su padre o madre en esta bendición, no agrega antes de su nombre términos de honor, sino dice: “Tu siervo, mi padre, Fulano hijo de Fulana”. Lo mismo aplica si pide por su maestro, deberá decir “Tu siervo, el maestro Fulano hijo de Fulana”. (9) Quien pide por un enfermo, al mencionar el nombre de su madre, deberá hacerlo con el nombre que lleva actualmente. Es decir, si a la madre le aumentaron un nombre, deberá también ser mencionado. (10) Quienes aumentan versículos en la bendición de “Shemá Kolenu”, pueden decirlos en singular aunque originalmente estén en plural. (12) Cuando dice el Mizmor “Yaanjá Ado-nay Beyom Tzará” por una enferma, no se pueden cambiar las palabras de masculino a femenino. (11)
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Capítulo 117: Bendición de “Barej Alenu”
Capítulo 117 Bendición de “Barej Alenu” 1. 2. 3. 4. 5.
En Israel, se pide por las lluvias a partir del rezo de Arbit del siete de Jeshván. Por lo tanto, se dice la bendición de “Barej Alenu” donde se incluye la súplica por las lluvias. Esta bendición se dice hasta terminar el rezo de Minjá de la víspera de Pésaj. (1) Los Sefaradim dicen “Barejenu” en verano, y “Barej Alenu” en invierno. Los Ashkenazim costumbre Sefarad, todo el año dicen “Barej Alenu”, solo que en invierno aumentan las palabras “Vetén Tal Umatar Librajá” por las lluvias. (2) En el resto del mundo, se empieza a pedir lluvias con la bendición de “Barej Alenu” sesenta días a partir del comienzo del otoño, en el rezo de Arbit. El primer día de otoño se cuenta como el primero de los sesenta días. (4) Cabe recalcar que la fecha para comenzar a pedir lluvias no depende de la santidad de la tierra de Israel, sino del lugar donde se encuentra. Si se encuentra en un país con el clima muy similar al de Israel, comienza a pedir lluvias desde el siete de Jeshván. (4)
Un residente de Israel que viajó al extranjero antes del siete de Jeshván, si su intención es regresar dentro del año de lluvias o si su familia se quedó en Israel, debe decir “Barejenu” como en el lugar donde se encuentra y en la bendición de “Shemá Kolenu” aumentar las palabras “Vetén Tal Umatar Librajá”. (15)
216
Capítulo 117: Bendición de “Barej Alenu”
6. 7. 8.
Si un residente de Israel viajó al extranjero después del siete de Jeshván, dice “Barej Alenu”, a menos que sea ociante del rezo, en cuyo caso debe decir “Barejenu”, y en “Shemá Kolenu” aumentar en voz baja “Vetén Tal Umatar Librajá”. (16) Un habitante de Israel que viaja después del siete de Jeshván al extranjero con la intención de residir ahí, debe decir “Barejenu” como en el lugar donde residirá. (16) Quien viaja a Israel a partir del siete de Jeshván, dice “Barej Alenu” como la costumbre del lugar. Cuando regresa a su país, debe decir “Barejenu” hasta que comiencen a decir “Barej Alenu” en su lugar de residencia. Sin embargo, es conveniente que en “Shemá Kolenu” diga “Vetén Tal Umatar Librajá” mientras tanto. (17)
Dijo “Barejenu” en vez de “Barej Alenu” 9.
En Israel, si desde Sucot hasta el siete de Jeshván se equivocó y dijo “Barej Alenu” en vez de “Barejenu”, cumplió con la obligación y no es necesario regresar a “Barejenu” incluso si no había terminado la Amidá. En el resto del mundo, si desde el siete de Jeshván hasta sesenta días desde otoño dijo “Barej Alenu”, no repite la Amidá. Sin embargo, si quiere repetir la Amidá, puede hacerlo condicionándola. (3,5)
10.
Quien dijo “Barejenu” en vez de “Barej Alenu”, incluso la Amidá de Arbit, tanto hombres como mujeres: 217
Capítulo 117: Bendición de “Barej Alenu” • Si se encuentra todavía en la bendición, repite desde “Vetén Tal Umatar”. • Si terminó la bendición, antes de empezar “Teká Beshofar” dice “Vetén Tal Umatar Librajá” y continúa con la bendición de “Teká Beshofar”. • Si empezó “Teká Beshofar”, dice en la bendición de “Shemá Kolenu” “Vetén Tal Umatar Librajá” antes de decir las palabras “Ki Atá Shomea Telat”. Si es un día de ayuno, primero se dice “Vetén Tal” y luego “Anenu”. • Cuando está en la bendición de “Shemá Kolenu” y se acordó después de decir el nombre de Hashem de la bendición, debe terminar la bendición “Lamedeni Jukeja”, decir “Vetén Tal Umatar Librajá” y nalizar “Ki Atá Shomea Telat Kol Pe”. • Al término de la bendición de Shemá Kolenu, dice “Vetén Tal Umatar Librajá” antes de comenzar “Retzé”. • Si comenzó la bendición de “Retzé” o se encuentra en cualquiera de las bendiciones posteriores, incluso en “Elo-hay, Netzor”, regresa a la bendición de “Barej Alenu” y continúa con la Amidá en orden. • Si se dio cuenta después de decir el segundo “Yihyú Leratzón”, repite la Amidá, aun si no ha movido los pies de su lugar. (6,7,8,9)
11.
Cuando se encuentra en “Elo-hay, Netzor” antes del segundo “Yihyú Leratzón” y escucha Kadish o Kedushá, no debe responder, ya que si lo hace demuestra que terminó la Amidá y tendrá que repetirla desde el comienzo. (11)
12.
Si debe repetir la Amidá, puede concentrarse en la Jazará del ociante para salir de su obligación, siempre y cuando el ociante sea experto en su labor, se concentre en exentarlo de su obligación. Además, debe ser precavido de no contestar “Baruj Hu Ubaruj Shemó” a las 218
Capítulo 117: Bendición de “Barej Alenu” bendiciones ni Modim Derabanán; contestar Amén a las bendiciones de los Cohanim y dar tres pasos hacia atrás al nalizar diciendo “Osé Shalom” al nal del rezo. De cualquier manera, lo ideal es que él mismo repita la Amidá. (13)
13.
Quien tiene duda si dijo “Barej Alenu” en la Amidá, dice en “Shemá Kolenu” “Vetén Tal Umatar Librajá”. Si se encuentra después de “Retzé”: • Dentro de los primeros treinta días que se empezó a decir “Barej Alenu”, debe regresar a “Barej Alenu”. • Después de los treinta días, debe terminar la Amidá normal. Si se trata del ociante jo del rezo de Shajrit y Minjá, lo anterior aplica sólo dieciocho días desde que se empezó a decir “Barej Alenu”. (10)
14.
Si comenzó la Amidá de Shabat con la bendición que se dice entresemana “Atá Jonen”, termina la bendición en la que se encuentra y luego sigue con las bendiciones de Shabat. Si se dio cuenta mientras decía “Barejenu” cuando se dice Barej Alenu, dice “Vetén Tal Umatar Librajá” y no termina la bendición, sino sigue la de Shabat. No obstante, si se percató después de haber nalizado la bendición de “Barejenu”, interrumpe a mitad de la bendición en la que se encuentra, y sigue la Amidá de Shabat. (12)
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Capítulo 117: Bendición de “Barej Alenu”
Bendición “Barejenu” 15 16.
. Desde el diez y seis de Nisán en el rezo de Arbit hasta el siete de Jeshván, se dice “Barejenu” en vez de “Barej Alenu” en la Amidá. (18) Si dijo “Barej Alenu” en vez de “Barejenu”:
• Si se dio cuenta en la misma bendición, debe empezar desde el principio “Barejenu”. • Si dijo “Baruj Atá Ado-nay” naliza la bendición “Lamedeni Jukeja” y empieza desde el principio de “Barejenu”. • Si se acordó en cualquier bendición posterior a “Teká Beshofar”, interrumpe en ese momento y regresa a “Barejenu”, terminando la Amidá en orden. • Si se acordó después de decir el segundo “Yihyú Leratzón”, debe repetir la Amidá. (18)
17.
Quienes necesitan lluvias desde Pésaj hasta Sucot, no pueden decir “Barej Alenu” en vez de “Barejenu”, pero pueden agregar su petición en la bendición de “Shemá Kolenu”. Si se equivocó y dijo “Barej Alenu” en vez de “Barejenu”, no repite la Amidá, aunque es mejor que lo haga con condición. No obstante, si dijo “Mashib Harúaj” en vez de “Morid Hatal”, debe repetirla. (18)
18.
En los países donde es verano desde Sucot hasta Pésaj y su invierno comienza en Pésaj y termina en Sucot, deben decir “Morid Hatal” todo el año, aunque durante el invierno de Israel deben decir “Barej Alenu”, como todos los que residen en la diáspora. (20) 220
Capítulo 118: Bendición de “Hashiba”
Capítulo 118 Bendición de “Hashiba” 1. 2.
La bendición de “Hashiba Shofetenu” naliza con las palabras “Mélej Oheb Tzedaká Umishpat”, mientras que en los días entre Rosh Hashaná y Yom Kipur, naliza “Hamélej Hamishpat”. (1) Si en lugar de decir “Hamélej Hamishpat” dijo “Mélej Oheb Tzedaká Umishpat” en los diez días que hay entre Rosh Hashaná y Yom Kipur y se acordó de inmediato, puede continuar la Amidá normalmente. Si se acordó después de haber transcurrido tres segundos o en alguna bendición posterior, debe regresar al comienzo de “Hashiba” y continuar la Amidá en orden. No obstante, si se percató de su error después de haber dicho el segundo “Yihyú Leratzón”, repite la Amidá desde el principio. (1)
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Introducción 119: Rezar con tus palabras
Capítulo 119 Rezar con tus palabras
E
n este capítulo veremos que la persona puede pedir cosas personales con sus propias palabras en la ‘Amidá.
Analicemos qué es mejor: ¿Decir el rezo escrito por nuestros Sabios o expresarnos libremente con nuestras palabras? En verdad, cada una de estas opciones tiene sus benecios y perjuicios. Por una parte, el rezo escrito siempre es el mismo y la rutina hace lo suyo. Por ello, muchas veces lo decimos y no lo sentimos, porque no son palabras que salen de nosotros, sino que son las que nos indicaron decir. Sin embargo, son palabras mayores que establecieron grandes profetas y sabios, con la forma correcta de expresarse y un perfecto orden para pedir. Por otro lado, el rezo particular tiene la ventaja de componerse de palabras que salen del corazón y decimos con emoción. Por supuesto, por ser lo que queremos decir, nos concentramos al decirlas.
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Introducción 119: Rezar con tus palabras Sin embargo, quizá no las expresamos correctamente o no nos dirigimos con el respeto apropiado a Di’s. Así que, ¿cuál es el modo más correcto para rezar? La respuesta es que la combinación de los dos modos representa la perfección. Por eso, en la ‘Amidá seguimos “el manual” de nuestros Sabios agregando, especialmente en la bendición de “Shemá’ Kolenu”, nuestras peticiones particulares, para presentar así un rezo perfecto. Podemos equivocadamente pensar que sólo debemos “molestar” a Hashem para problemas graves, asuntos grandes, pero por un insignicante dolor de muelas, un malentendido con nuestro socio y similares, no es necesario acudir al Creador de todo el mundo, que de seguro está “ocupado” con Sus incontables labores. El Yehudí no piensa así, sino al contrario: Cuanto más pidamos a Di’s en los asuntos pequeños de nuestra vida, demostramos que Él y sólo Él se encarga hasta de estas “insignicantes” cuestiones. Y no sólo eso, sino que, como dice Rabí Yonatán Aibeshitz, en su libro Ya’arot Devash (Telá Capítulo 1): “Procura rezar con tus palabras en la bendición de “Shemá’ Kolenu”, ya que estas plegarias particulares tuyas son muy queridas por Di’s, y esta es la parte principal de todo el rezo”. Asimismo, el Jazón Ish (Kóvetz Iguerot primera parte) comenta: “Si quiere la persona que todo su rezo se reciba, que se exprese con sus palabras en la bendición de “Shemá’ Kolenu”. Esta petición particular que emana desde el corazón causará que todo el rezo se reciba”. •
223
Capítulo 119: Peticiones personales en la Amidá
Capítulo 119 Peticiones personales en la Amidá 1.
Se permite agregar peticiones en las bendiciones intermedias de la Amidá que coincidan con el tema a pedir. Por ejemplo, se puede pedir por la recuperación de los enfermos en la bendición de “Refaenu”. Aunque se permite aumentar peticiones, esto debe hacerse de vez en cuando y no de manera permanente. (1,2)
2. 3.
Siempre lo más indicado es agregar sus peticiones personales únicamente en la bendición de “Shemá Kolenu” después de decir las palabras “Ki Atá Shomea Telat Kol Pe”. (1) No solamente está permitido confesar durante el rezo y pedir por el sustento, sino es Mitzvá hacerlo, incluso de manera permanente, tal como gura en el Zóhar. Sin embargo, debe tener precaución de no perder la oportunidad de responder Kadish o Kedushá por aumentar sus peticiones. (2)
4. 5. 6.
Las peticiones se agregan al nal de la bendición y deben ser claras y concretas. (1,4) En primera instancia debe mencionar las peticiones en hebreo. En caso de no dominar el hebreo, puede hacerlo en su idioma. (1) Por un enfermo grave que se encuentra en estado vegetal, aunque es evidente que se prohíbe desconectarlo de los aparatos que le permiten continuar en vida, se debe consultar una autoridad rabínica que determine si es permitido rezar por su fallecimiento. (3)
224
Capítulo 120: Bendición de “Retzé”
7.
Si en día de ayuno se equivocó en la bendición de Shomea Telá y nalizó “Anenu” diciendo “Haoné Leamó Israel Beet Tzará”, siendo esto lo que dice el ociante en la Jazará, en vez de “Shoméa Telá”, no repite la Amidá. Sin embargo, es conveniente que lo haga con condición. (5)
Capítulo 120 Bendición de “Retzé” 1. 2. 3.
La bendición de “Retzé” comienza en todos los rezos con la palabra “Retzé”, no como los que la omiten en el rezo de Minjá empezando desde “Veishé Israel”. Quien omitió las palabras “Retzé” y terminó la Amidá, deberá repetirla con condición. (1,2) En esta bendición pedimos a Hashem que reciba nuestros rezos en lugar de los sacricios ofrecidos en el Bet Hamikdash, recordando el mérito de nuestros ancestros para que el rezo llegue cerca de Hashem, ya que debido a nuestros pecados se alejó de nosotros. (1) Se debe pedir a Hashem que “retorne la corona a su lugar”. Cabe mencionar lo que dice el Midrash, que todos los miles de hombres que cayeron en tiempos del rey David, fue porque no pidieron que se restablezca el Bet Hamikdash. (1)
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Introducción 121: ¡Gracias Di’s!
Capítulo 121 ¡Gracias Di’s!
C
asi al nalizar la ‘Amidá, después de terminar de decir todas nuestras peticiones, procedemos a agradecer a Di’s por todo lo bueno que nos da, en el párrafo del “Modim Anajnu Laj”, dondeinclinamos la cabeza y decimos: “¡Hashem, te agradecemos por todo!”. El agradecimiento es parte fundamental de la vida de todo Yehudí, cuyas primeras palabras al comenzar el día son: “Modé Aní” (“Te agradezco”). Asimismo, en cada paso que damos, desde los rezos en Bircat Hamazón hasta cuando salimos del baño, agradecemos a Di’s por cada uno de ellos. E incluso el nombre del Pueblo Judío proviene de Yehudá, el cuarto hijo de Leá, que proviene del término “agradecer”. Se eligió este nombre para denominar así al Pueblo de Israel, llamándonos Yehudim, porque la razón de Leá para llamar a su hijo con dicho nombre reeja la esencia que debemos tener cada uno de nosotros. De hecho, la Guemará (Berajot 7b) explica: “Dijo Rabí Yojanán en nombre de Rabí Shimón Bar Yojay: Desde el día en que Creó Di’s el mundo, nadie le había agradecido a Di’s hasta que Leá lo hizo, quien al tener a su cuarto hijo, exclamó: ¡Esta vez agradeceré a Di’s! y por tanto lo llamó Yehudá”.
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Introducción 121: ¡Gracias Di’s! Rashí explica al respecto que: “Por profecía era sabido que Ya’akov tendría doce hijos, quienes formarían las Doce Tribus de Israel, y debido a que tenía cuatro esposas, lo supuesto era que cada una tendría tres hijos. Por eso, cuando Leá tuvo un cuarto hijo, se dio cuenta de que había recibido más de lo que merecía, y por ello agradeció a Di’s nombrándolo Yehudá”. Esto nos indica que mientras la persona cree que recibe lo que le corresponde, no siente la necesidad de agradecer. Sin embargo, cuando comprendemos que todo lo que nos da Di’s es más de lo que merecemos, decimos “¡Gracias!”, y así debe sentirse cada Yehudí que agradece a Di’s día y noche, y no se olvida de todos los favores y milagros que le hizo Di’s a lo largo de la historia. Así, cada vez que llegan las festividades de Sucot, Pésaj, Janucá, Purim, etc., dedicamos esas fechas a agradecer a Di’s. Por eso las festividades en hebreo se llaman “Mo’adim”, palabra compuesta por los términos “Modim” y “‘Edim” (“agradecimiento” y “Testigos”), ya que, al conmemorarlas año con año y trasmitirlas de padres a hijos, mantenemos el testimonio de que esas historias realmente ocurrieron, y junto con las nuevas generaciones agradecemos a Di’s por el pasado. En hebreo, las palabras “reconocer” y “agradecer” se dicen de la misma forma (Modé). En un juicio, por ejemplo, el acusado dirá: “Aní Modé” (“Yo reconozco”), y del mismo modo el que se siente agradecido dirá: “Modé Aní” (“Agradezco yo”). El motivo de que ambas palabras provengan de la misma raíz es que sólo el que reconoce que su victoria, salud, éxito, manutención, etc., provienen de Di’s, le agradecerá. Por eso existe cierta ley que exige a los que atravesaron un largo camino por aire, mar o tierra, lograron salir de prisión, unsecuestro o cautiverio, y al enfermo de gravedad que sanó, a decir la bendición de “Hagomel” y agradecer a Di’s.
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Introducción 121: ¡Gracias Di’s! Es interesante que según algunos legisladores de la Halajá, dicha bendición no se deberá decir en caso de sobrevivir a un atentado, un terremoto o cualquier otro catástrofe natural. Esto se basa en la idea de que siempre debemos estar conscientes de Quién es el que nos ayudó y nos salvó, y debido a que la persona, normalmente, cuando sana agradece al doctor, al hospital y al buen medicamento que tomó. Al igual que el viajero atribuye el éxito del viaje al piloto, al conductor o la compañía de transporte, y quien es liberado de la cárcel lo atribuirá al buen Abogado y al amable juez de turno, olvidándose de Di’s. Para que esto no suceda, se estableció la bendición de “Hagomel” a n de que estas personas suban al Séfer Torá y agradezcan a Hashem, y no sólo al piloto, al doctor o al abogado. Por eso, siendo que quien se salva de un atentado o terremoto, lo primero que hace es alzar los ojos al cielo y decir: “¡Gracias Di’s!” Reconociendo a Hashem como su único salvador, no es necesario que diga la bendición de “Hagomel”. Además, cuando alguien nos agradece por un favor que le hicimos, ese agradecimiento nos impulsa a ayudarle de nuevo, mientras que cuando no nos agradecen, perdemos interés alguno por ayudarlo de nuevo. Del mismo modo sucede con Di’s: Nuestro agradecimiento causa un placer tal que lo “incita” a querer darnos más, sólo porque sabemos decir: “¡Gracias!”. La Guemará (Berajot 60a) comenta que debido a que antiguamente los baños públicos (a los que acudía la gente para bañarse con agua caliente) no eran seguros, Rab Aja estableció un rezo al salir de esos lugares: “Di’s, te agradezco que me hayassalvado del fuego y de cualquier cosa mala que pudiera haberme ocurrido en este lugar’”. Quizá para muchos, lo anterior podría sonar un tanto exagerado. Por ello, la Guemará relata que Rabí Abahu entró a uno de estos baños públicos, el cual estaba colmado de gente.
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Introducción 121: ¡Gracias Di’s! De pronto, se rompió uno de los maderos que servía de columna para sostener el piso, también de de madera, ubicado justamente sobre el pozo de agua hirviendo. De una forma milagrosa, no cayó toda esa gente al agua, lo que les habría causado graves quemaduras, o la muerte. Cuando salió, dijo Rabí Abahu: “Me salvé y logré salvar a todos porque siempre seguí el ejemplo de Rab Aja de agradecer a Di’s cada vez que salgo de ese lugar”. Tal vez esta narración no tenga vigencia hoy, pero si la aplicamos al manejar en carretera, caminar por calles peligrosas o ir de vacaciones a lugares remotos, agradeciendo a Di’s no sólo con textos escritos, sino con plegarias propias, como lo hizo Rab Aja, eso dará a Di’s mayor disposición de salvarnos de cualquier cosa mala, como le sucedió a Rabí Abahu. La importancia de la bendición de “Modim Anajnu Laj” es muy especial. Es fácil darse cuenta que durante todo el rezo nos dirigimos a Di’s en masculino y a nosotros somos como la parte femenina, debido a que en la Kabalá al que da se le distingue en masculino y al que recibe en femenino. Lo curiosos es que en la bendición de “Modim” las cosas se invierten, ya que la expresión “Laj” de “Modim Anajnu Laj” signica “a Ti”, en femenino. En esta parte de la ‘Amidá nos denominamos en masculino y Di’s como a la parte femenina, pues lo único que puedes dar a Di’s es el placer y el regocijo al agradecerle. Ahí eres tú el que le da a Él, siendo tu agradecimiento lo único que puedes darle. Por tanto, no evitemos ese gran regocijo al Creador. Agradezcámosle de todo corazón y alma, agachando la cabeza y diciéndole: “¡Gracias, Di’s, por todo!”. •
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Capítulo 121: Bendición de “Modim”
Capítulo 121 Bendición de “Modim” 1. 2.
En la bendición de “Modim” está prohibido repetir la palabra “Modim”, ya sea que reza solo o con Minián; y se debe reprimir a quien lo hace. (2) Se debe inclinar el cuerpo hacia adelante al comienzo de la bendición de “Modim” y al nal cuando dice “Baruj Atá Ado-nay”. Deben resaltar todas sus vértebras, concentrarse, temer y sentir pavor delante de Hashem; aceptar su dominio y control, como el sirviente que se inclina ante su patrón. Debe levantar su cuerpo cuando dice el nombre de Hashem, demostrando conanza en Él. (1,3)
3. 4. 5.
En Modim Derabanán, el cual se dice en la Jazará, debe inclinarse levemente, siendo suciente con agachar la cabeza. (3) Si se encuentra diciendo la Amidá y el ociante llegó a la bendición de “Modim” en la Jazará, debe inclinarse al tiempo que los demás lo hacen sin decir “Modim” con ellos, para no demostrar que reniega el que la concurrencia se incline. (4) El rey Shelomó estableció decir la bendición de los Cohanim en la Jazará. No obstante, los que dicen la Amidá sin Minián, no puede decirla. (7)
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Capítulo 121: Bendición de “Modim”
Bendición de “Sim Shalom” 6. 7.
En la bendición de “Sim Shalom” pedimos a Hashem que haya paz entre nosotros, pues la paz lo incluye todo. (5) En el texto debe decir:
• “Kulanu Keejad” y no “Keejat”. • “Ki Beor Paneja” y no “Mimeor Paneja”. • “Vetob Beeneja” y no “Vetob Yihyé Beeneja” (6)
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Capítulo 122: Final de la Amidá
Capítulo 122 Final de la Amidá 1. 2.
Antes de decir el primer “Yihyú Leratzón” no puede hacerse interrupción alguna. Después del segundo “Yihyú Leratzón” puede contestar Kadish, Kedushá e incluso “Baruj Hu Ubaruj Shemó”, aun si no se ha movido de su lugar. (1) Después de decir el primer “Yihyú Leratzón” puede contestar en la Kedushá los versículos de “Kadosh” y “Baruj Kebod”, y contestar los primeros cinco Amén del Kadish, incluyendo “Yehé Shemé Rabá” hasta “Yitbaraj”. No obstante, no puede interrumpir para contestar “Amén” a alguna otra bendición. (1)
3.
Quien se encuentra entre el primer “Yihyú Leratzón” y el segundo, y se percató que debe repetir la Amidá desde cierta bendición, como en el caso de haber omitido “Yaalé Veyabó”, no puede contestar Kadish ni Kedushá, ya que si lo hace se considera que terminó la Amidá y deberá repetirla desde el principio. Por lo tanto, debe permanecer en silencio y concentrarse en lo que dice el ociante. (2)
4. 5.
Si quiere aumentar peticiones, debe hacerlo después de decir el párrafo de “Elo-hay Netzor”, siendo permitido decir una vez más “Yihyú Leratzón” al nalizar sus peticiones. (3) Todo aquel que dice “Asé Lemaan Shemaj, Asé Lemaan Yeminaj, Asé Lemaan Torataj, Asé Lemaan Kedushataj” amerita recibir la Divinidad. (4)
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Capítulo 122: Final de la Amidá
6. 7.
Antes del segundo “Yihyú Leratzón” se acostumbra decir un versículo que comience y termine con la primera y última letra de su nombre. (5) Algunos acostumbran decir el Mizmor “Shir Lamaalot, Esá Enay” antes de decir “Elo-hay Netzor” para ser amado en los Cielos y bien aceptado en la Tierra. Sin embargo, si lo están esperando para comenzar la Jazará, lo puede decir antes de decir “Osé Shalom”. Cabe mencionar que si la mayoría del Minián terminó la Amidá, se puede empezar la Jazará sin esperar que sean diez hombres los que hayan terminado. (7)
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Introducción 123: El recipiente de la paz
Capítulo 123 El recipiente de la paz
A
l nalizar la ‘Amidá, damos tres pasos atrás y citamos el “‘Osé Shalom Bimromav” (“El que hace la paz en las alturas derramará su paz sobre nosotros”).
Cabe preguntar, ¿por qué se eligió el tema de la paz para nalizar con él este rezo? La respuesta se halla en el tratado de Ukzin (3, 12): “Dijo Rabí Shimón Ben Jalafta: No encontró Di’s mejor recipiente que contuviera las bendiciones que la paz”. Es decir, cada bendición necesita dónde ser contenida, como el vino, que necesita una buena copa para reposar en ella. Si dicho recipiente está agrietado, ya no importa qué tan buen vino sea, pues todo se derramará y se perderá por esa grieta. Así son las bendiciones: Precisan reposar en una persona de paz, en un hogar en el que no hayan “grietas” entre el hombre y la mujer, entre padres e hijos, y en un negocio en que la paz, la armonía y la conanza entre los socios sean inquebrantables. De lo contrario, sin importar quién te bendiga, todo se derrama y se pierde. Por ello, en el rezo, la bendición de los Cohanim naliza con las palabras “Veyasem Lejá Shalom” (“Y te dé Di’s a ti paz”). Posteriormente, el Jazán continúa el rezo con las palabras: “Sim Shalom” (“Reposa la paz sobre el Pueblo de Israel”) y concluimos la ‘Amidá con la petición de “‘Osé Shalom”, para indicarnos que todas estas bendiciones y abundancia Divina necesitan del recipiente Paz. Suena fácil cumplir con el versículo de Tehilim (34, 16) “Bakesh Shalom Verodfehu” (“Pide paz y persíguela”). Pero en verdad no lo es, ya que el orgullo y la seguridad de que lo que decimos y hacemos es lo correcto y que todos los demás están equivocados, nos impide alcanzarla. No nos damos cuenta de cómo, por culpa de insignicantes peleas, perdemos un sinfín de bendiciones. Por eso la Halajá establece que antes de citar el “‘Osé Shalom”, primero debe la persona agachar la cabeza, dar tres pasos hacia atrás y sólo entonces pedir la paz, indicándonos con esto que si queremos paz, primero debemos agachar la cabeza con humildad y luego retirarnos de nuestra posición para conseguirla.
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Introducción 123: El recipiente de la paz De lo contrario, al erguir la cabeza con soberbia y persistir neciamente en su posición, no conseguirá nada sino sólo abrir una grieta más por el que se derramará el vino de las bendiciones. La Guemará (Berajot 56b) comenta: “En los sueños, un río, un pájaro o una olla son mensajes de: Aprovecha el siguiente día, pues es un momento apto para hacer paz. Tú sabrás con quién”. Sólo existe una diferencia entre estos tres símbolos. El río representa: “Haz la paz llevando un regalo, pagando, devolviendo”, pues al igual que el río transporta cosas de un lugar a otro, tú también debes transportar y llevar algo para conseguir esta paz. En el caso del pájaro, que pía, hace alusión a que esta paz se conseguirá por medio de palabras que tendrás que “piar”; es decir, tendrás que pedir perdón, contentar, aclarar, explicar... En el caso de la olla, el tipo de paz que alude es muy interesante. Las ollas logran “hacer la paz” entre el fuego y el agua al separarlos: El fuego arde por debajo y el agua hierve adentro. Esto signica que este tipo de paz se logra sólo por medio de la separación. Muchas veces el exceso de cercanía y la convivencia constante causan innidad de roces entre las personas, por lo que una pequeña y breve separación hace bien a todas ellas. En resumen: Debemos ingeniárnoslas para conseguir la paz y descubrir qué métodos resultan más ecaces para alcanzarla y lograr que perdure. Por eso dijo Hilel (Pirké Abot 1, 12): “Sé de los alumnos de Aharón Hacohén, el cual amaba la paz y la perseguía”. Al respecto, gura en Maséjet Dérej Éretz Zuta (Capítulo 11), que cuando veía Aharón que dos personas peleaban, iba con una y le decía: “Me encontré ayer con tu amigo. Está muy arrepentido por lo que sucedió y no sabe cómo contentarse contigo”. Después iba con la otra persona y le decía las mismas palabras, de modo que al día siguiente, cuando se encontraban, se abrazaban y olvidaban lo sucedido. En Maséjet Kalá Rabatí (Capítulo 3) comenta que “cuando falleció Aharón Hacohén, se levantaron en las primeras las ochenta mil jóvenes, todos llamados Aharón”. El motivo por el que todos esos jóvenes se llamaban Aharón era porque, cuando las parejas que los dieron a luz estuvieron a punto de divorciarse, Aharón Hacohén fue quien los contentó y ya no se separaron. Al nacer su hijo, se cuestionaban: “¿Cómo le llamaremos?”, y ambos acordaban que de no haber sido por el mérito y la intervención de Aharón, este niño no hubiera nacido. Por tanto, lo llamaban Aharón en su nombre. Parece increíble: Si a las ochenta mil almas que nacieron agregamos todas las parejas que tuvieron niñas, todas las que ya no estaban en edad de tener hijos y la paz que logró entre amigos, socios y similares, la cantidad de gente que Aharón Hacohén logró encontentar asciende a cantidades realmente muy elevadas. Sólo podemos concluir que Aharón salvó de la separación a innumerables parejas y que por eso se le dio el poder de la bendición de Bircat Cohanim, la cual naliza con las palabras “Veyasem Lejá Shalom”. •
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Capítulo 123: “Osé Shalom”
Capítulo 123 “Osé Shalom” 1. 2.
La costumbre Sefaradí es que también el ociante diga el versículo de “Yihyú Leratzón” al nalizar la Jazará. Sin embargo, los Ashkenazim no acostumbran decirlo. (8) El motivo por el cual damos tres pasos hacia atrás al nalizar la Amidá, es para contrarrestar los tres pasos que dio Nebujadnetzar al enviar la carta de Ródaj al rey Jizkiyahu, y con esto le cedieron el poder de destruir el Bet Hamikdash. Es por eso que al terminar “Osé Shalom” se dice un rezo pidiendo por su reconstrucción. (9)
3. 4.
Antes de dar los tres pasos hacia atrás, debe inclinarse hasta que resalten todas sus vértebras, aunque no debe inclinarse en demasía al punto que su boca toque su cinturón. (1) Estando inclinado se dan tres pasos hacia atrás empezando con el pie izquierdo, quedando el pulgar a la altura del talón de su pie derecho. Luego retrocede con el derecho hasta que el pulgar llegue a la altura del talón de su pie izquierdo. Por último, empareja el pie izquierdo con el derecho. No se debe dar pasos más largos que lo escrito anteriormente, ni retroceder más de tres pasos. (2)
5.
Estando todavía inclinado, gira su rostro hacia su izquierda y dice “Osé Shalom Bimromav”, gira a su derecha y dice “Hu Berajamav Yaasé Shalom Alenu”, por último se inclina hacia el frente y dice “Veal Kol Amó Israel Veimrú Amén”. (3)
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Capítulo 123: “Osé Shalom”
6
. Después de haber dado los tres pasos, debe quedarse en su lugar, por lo menos hasta que el ociante comience la Jazará, sin voltear a los lados o mirar a los demás. Cerca de empezar la Kedushá, debe regresar al lugar donde dijo la Amidá y después de que el ociante nalice “Hae-l Hakadosh”, puede moverse de su lugar y sentarse. Si en el momento en que dio los tres pasos empezaron la Kedushá, puede regresar al lugar donde dijo la Amidá de inmediato. (4,5)
7. 8. 9. 10. 11.
Si se siente débil, los ancianos y enfermos, pueden sentarse donde terminaron los tres pasos hasta que comience la Kedushá. (4) En el rezo de Arbit no debe regresar al lugar donde dijo la Amidá de inmediato. Es apropiado esperar a que el ociante empiece Kadish Titkabal. (6) El ociante no debe dar tres pasos hacia atrás al nal de la Jazará, sino después de decir Kadish Titkabal. No obstante, si no pudo dar los tres pasos hacia atrás cuando terminó la Amidá ya que había alguien rezando detrás de él, debe hacerlo terminando la Jazará. (2,7) No se permite hablar ni decir versículos mientras esperan el comienzo de la Jazará, ni si quiera el ociante. Por el otro lado, es apropiado hojear algún libro de Torá para no permanecer sin hacer nada. (10) En la Jazará no se permite ver libros de Torá, debe estar concentrado en las bendiciones para responder “Baruj Hu Ubaruj Shemó” y “Amén”. (10)
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Introducción 124: El esplendor de la Jazará
Capítulo 124 El esplendor de la Jazará
A
l nalizar la ‘Amidá se procede a decir lo que se conoce como la Jazará, que es la repetición de la ‘Amidá realizada por el ociante, en la cual el público debe estar atento y escuchando, sólo respondiendo “Baruj Hu Ubaruj Shemó” y “Amén”. Lo anterior se aprende de la Guemará (Rosh Hashaná 34b), en la discusión entre Rabán Gamliel y Jajamim: “Aunque originalmente se estableció la Jazará para aquellos que no saben rezar, nalmente terminó siendo la Jazará una parte fundamental del rezo para todos, incluso para los que rezaron perfectamente del Sidur”. Además, el Rambam en una respuesta que mandó a Rabí Saadia (Iguerot Harambam, Tomo II, página 565), escribe que si es necesario escoger entre las dos ‘Amidot (la silenciosa y la repetida en voz alta), deberá elegirse la segunda, ya que la silenciosa se considera Telat Yajid (“rezo particular”) y la segunda se considera Telat Tzibur (“rezo público” o “grupal”), el cual, como es sabido, se recibe con mayor ecacia. En el libro Kaf Hajaim (página 124) se narra que el Arízal decía que la importancia de la Jazará es mayor que la de la ‘Amidá, ya que por su intermedio la primera ‘Amidá se eleva y llega a niveles más superiores en el Mundo Venidero.
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Introducción 124: El esplendor de la Jazará Por tanto, la costumbre del Arízal era que en la Jazará cerraba los ojos y escuchaba con atención cada una de las bendiciones, respondiendo con fervor “Baruj Hu Ubaruj Shemó” y “Amén”. Lamentablemente, hoy nos damos cuenta de que la Jazará es justamente la parte del rezo en que resulta más difícil mantener el silencio y la concentración, y el motivo es evidente: Donde mayor grandeza y santidad hay, más Yétzer Hará’ e interferencias se encuentran. Es penoso saber que debido a que la gente habla durante la Jazará, en muchas comunidades se prerió dejar de decirla, en lugar de hacer un esfuerzo mayor por eliminar esas conversaciones y perseverar en la costumbre de la Jazará con todo su esplendor! •
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Capítulo 124: La Jazará
Capítulo 124 La Jazará 1. 2.
El ociante dice por segunda vez la Amidá en voz alta para exentar de su obligación de rezar a quienes no saben hacerlo o quienes no se concentraron correctamente en la Amidá. Incluso en un Minián donde todos saben rezar, debe decirse la Jazará. (1) El ociante debe saber su gran responsabilidad para saber exentar a la concurrencia de la obligación de decir la Amidá. Aquellos que no saben decirla, deben escuchar la Jazará palabra por palabra, concentrándose en cumplir con su obligación, mientras el ociante se concentra en exentarlos. (1,4)
3. 4.
Por la gran responsabilidad, se debe tener precaución de elegir un ociante temeroso de Hashem y que se concentre en lo que reza, especialmente en la primera bendición de la Amidá y en “Modim”, y no sólo preocuparse porque tenga una voz agradable. (1) Se permite sentarse en la Jazará después de la bendición de “Atá Kadosh”, teniendo precaución de no sentarse dentro de 1.92 metros del ociante, a excepción de una anciano o enfermo. Cuando comienza el ociante la bendición de “Modim”, deben ponerse de pie hasta terminarla. Quien permanece de pie durante toda la Jazará, es digno de bendición. (12)
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Capítulo 124: La Jazará
5. 6. 7. 8. 9.
Quien permanece de pie durante toda la Jazará, no puede dar tres pasos hacia atrás al término de ésta, ya que denota presunción. (12) El ociante debe esperarse por lo menos cuatro segundos antes de regresar los tres pasos para comenzar la Jazará. (2) La Jazará se empieza también con el versículo: “Ado-nay, Sefatay…”. Los Sefaradim acostumbran decirlo en voz alta, mientas que los Ashkenazim lo hacen en voz baja. (2) Toda la Jazará se debe decir en voz alta, incluyendo el versículo “Yihyú Leratzón” que se encuentra al nal de ésta. (21)
Si dijo la Amidá sin Minián y llegó al Templo entre la Amidá y la Jazará, puede ser el ociante de la Jazará, sin ser esto lo más correcto, aunque haya pasado mucho tiempo entre su Amidá y la Jazará. El ociante que no dijo la Amidá, al término de la Jazará después de “Yihyú Leratzón”, debe dar los tres pasos hacia atrás y decir “Osé Shalom”, ya que en este caso no es posible apoyarse en los tres pasos que dará después de Kadish Titkabal. (3,19,20)
10.
Cuando no hay tiempo para decir la Amidá y la Jazará, deben comenzar todos juntos la Amidá junto con el ociante palabra por palabra hasta la bendición de “Atá Kadosh” y la Kedushá completa, posteriormente terminan de decir lo demás en voz baja. Es más correcto proceder así que comenzar la Amidá después de que el ociante termine la bendición de “Atá Kadosh”, como algunos acostumbran. (5)
11. 12.
El comportamiento anterior de la concurrencia es preferible, a que escuchen del ociante las bendiciones hasta nalizar “Atá Kadosh” para contestar Amén a ellas, y luego empezar su Amidá. (5) Incluso cuando dicen Minjá cerca de la puesta del sol, no deben anular la Jazará y decir una Amidá todos juntos. Donde acostumbran proceder de este modo, deben cambiar su costumbre. (17)
241
Capítulo 124: La Jazará
Baruj Hú Ubaruj Shemó 13.
El ociante debe hacer una breve pausa después de pronunciar el nombre de Hashem en las bendiciones para que la concurrencia conteste “Baruj Hú Ubaruj Shemó” y al nalizar la bendición, para que respondan Amén. Sin embargo, si el ociante no hace pausa y por responder “Baruj Hú Ubaruj Shemó” no escuchará el nal de la bendición y no contestará Amén, debe responder Amén únicamente, ya que contestar “Baruj Hú Ubaruj Shemó” es una buena costumbre mientras que contestar Amén es de carácter obligatorio. (6)
14. 15.
No se responde “Baruj Hú Ubaruj Shemó” a las bendiciones que escucha con la intención de cumplir con su obligación, como en Kidush o Habdalá. (6) Si se encuentra diciendo los Mizmorim, el Shemá o sus bendiciones, no debe contestar “Baruj Hú Ubaruj Shemó” a ninguna bendición que escuche. Asimismo, se prohíbe contestar Amén a cualquier bendición mientras dice el Shemá y sus bendiciones. (7)
Contestar Amén 16. 17.
Si empezó el versículo “Ado-nay, Sefatay…” antes de comenzar la Amidá y escucha Kadish o Kedushá, debe responder y decir el versículo de nuevo para comenzar la Amidá. (28) No se responde Amén con voz más alta que el que bendijo; a menos que su intención sea para animar a que los demás respondan. (10) 242
Capítulo 124: La Jazará
18. 19. 20. 21.
Se prohíbe contestar Amén a una bendición que no escuchó, aunque sepa qué bendición se dijo. Este Amén se conoce como “Amén Yetomá”, Amén huérfano. (8) Quien escucha sólo el nal de una bendición, sabiendo de qué bendición trata, contesta Amén. (8) Si el ociante no esperó al término de una bendición empezando inmediatamente la siguiente, la bendición anterior se considera como “pasada” por lo que no se debe contestar Amén, ya que sería considerado “Amén Yetomá”. (9) Algunos acostumbran responder Amén a mitad de la bendición de “Barej Alenu” cuando el ociante dice “Mikol Dabar Ra…”, en “Yaalé Beyabó” cuando el ociante dice “Zojrenu Bo Letobá…” o cuando dicen “Misheberaj” después de la lectura del Séfer Torá. Se permite hacer esto sin que se considere “Amén Yetomá”. No obstante, debido que no es obligatorio responder Amén en estos espacios, no debe responder si se encuentra diciendo los Mizmorim de Shajrit. (13)
22.
En aquellos casos donde existe duda si se debe bendecir y el Shulján Aruj estableció no bendecir, no se debe responder Amén. Por ejemplo, si un Ashkenazí bendice para decir Halel en Rosh Jódesh o para colocarse el Telín de la cabeza, o una mujer que bendice para cumplir una Mitzvá limitada por el tiempo. Únicamente en caso de escuchar un Ashkenazí bendiciendo “Boré Nefashot” después de tomar una bebida caliente, se permite contestar Amén ya que existe una doble duda al respecto. (11)
23.
Si mientras escucha la Jazará, escucha Kadish de otro lugar, debe responder “Amén, Yehé Sheméh Rabá…”. (29)
243
Capítulo 124: La Jazará
Comportamiento en la Jazará 24.
Debe haber nueve personas que contesten Amén a las bendiciones del ociante. Si alguno de los diez concurrentes llegó tarde o alargó la Amidá y no puede contestar Amén, se permite empezar la Jazará. No obstante, de ser posible y en caso de no causar molestia a la concurrencia, es conveniente esperarlo. Lo mismo aplica si tres o cuatro personas no han terminado la Amidá, pueden recitar Kadish. (16)
25. 26.
La concurrencia debe guardar silencio y prestar atención a cada bendición de la Jazará, respondiendo Amén. (14) Según algunas opiniones, es probable que si no hay al menos nueve concurrentes prestando atención, sus bendiciones sean en vano. Por lo tanto, es conveniente que el ociante piense antes de comenzar la Jazará, que si no hay nueve personas atentas al rezo, se considere que lo dice por iniciativa propia. (18)
27. 28.
No se debe estudiar Torá durante la Jazará. Quienes lo hacen, no es con el consentimiento de nuestros Sabios, por lo que se les debe reprender de manera pacíca sin avergonzarlos. (14) Si se cree que no habrá nueve personas que se concentren en la Jazará porque hay quienes normalmente se distraen, es preferible que se diga una sola Amidá todos juntos, tanto en Shajrit como en Minjá, anulando la Jazará para evitar que las bendiciones se digan en vano. (17)
29.
Si hay diez hombres exactos en un Minián, está prohibido retirarse. No obstante, si en su ausencia quedará Minián, se permite. (26) 244
Capítulo 124: La Jazará
30. 31.
Si al comenzar la Jazará había diez hombres y algunos de ellos se salieron, mientras que la mayor parte esté presente, debe continuar con la Jazará, aunque no deben decir Kadish Titkabal. (26) Se debe evitar recolectar Tzedaká o repartir tabaco aromatizado a la hora de decir el Shemá, la Jazará o durante la lectura de la Torá para que los concurrentes puedan concentrarse debidamente. (16)
Comportamiento del ofciante en la Jazará
32.
Si el ociante siente la necesidad de ir al sanitario entre la Amidá y la Jazará, puede comenzarla para no deshonrarse ante el público, siempre y cuando considere que podría resistir setenta y dos minutos sin hacerlo. Lo mismo aplica si fue invitado a la lectura de la Torá y precisa ingresar al sanitario. (22)
33.
Si percibe un olor desagradable durante la Jazará, debe interrumpir hasta que desaparezca dicho olor. Si el olor no desaparece, puede insinuar a algún concurrente que encienda un papel para que el olor a quemado predomine y pueda continuar la Jazará. El olor a petróleo o similares no afecta, por lo que no debe interrumpir la Jazará. (23)
34. 35. 36.
El ociante no puede recargarse en algún mueble que de quitarlo se caería al piso, ya que no se considera que se encuentra de pie. (24) Si la Tebá cuenta con un vidrio frente al ociante, puede rezar ahí incluso si ve su reejo cuando se inclina. (25) Si por error dijo en la Amidá “Modim Derabanán” en vez del texto de Modim que debe decirse, no debe repetirla. Incluso si le sucediera al ociante durante la Jazará. (27) 245
Introducción 125: Kadosh, Kadosh, Kadosh
Capítulo 125 Kadosh, Kadosh, Kadosh
L
o principal de la Jazará y de casi toda la Telá es la Kedushá que se dice al principio ésta, en la cual decimos a Di’s: “Nakdishaj Vena’aritzaj” (“Te santi caremos y te alabaremos, al igual que te alaban los ángeles, quienes te triplican la Kedushá”). Es decir, en este párrafo intentamos imitar las alabanzas de los ángeles, como dijo el profeta Ishayá (6, 3): “Y tuve una visión en la cual vi el Trono Celestial, y ángeles parados alrededor, Vekará Ze El Ze Veamar Kadosh, Kadosh, Kadosh” (“Y se dirige uno al otro llamándolo para alabar juntos al Creador y decirle tres veces Kadosh”). El profeta Yejezkel (3, 12) dice: “Y escuché un gran ruido en el Cielo, donde los ángeles decían: Baruj Kevod Hashem Mimekomó” (“Bendito es el Honor de Di’s desde el lugar donde está”). En el libro Hejalot Rabatí gura que cierto ángel compezó a alabar junto con todas sus legiones diciendo Kadosh, Kadosh, Kadosh. También en la Guemará (Julín 91b) comenta Rab Jananel: “Tres grupos de ángeles alaban a Di’s diariamente: Uno dice Kadosh, el otro repite Kadosh y el último dice Kadosh Hashem Tzevakot”. El Tur (Capítulo 125) alude otra cita del libro Hejalot Rabatí: “Y dijo Di’s a los ángeles de la Mercabá Celestial: Vayan y enseñen a mis hijos el secreto de la alabanza del Nakdishaj, para que en el momento en que digan: Kadosh, Kadosh, Kadosh, estén sus ojos alzados al cielo y eleven su cuerpo, tal como hacen ustedes aquí en el cielo”. Por tanto, con base en esta información profética sobre la manera en que los ángeles alaban a Di’s, procuramos imitarlos, incluyendo la forma en que nos mantenemos de pie, manteniendo ambos pies tan juntos que parezcan uno solo, como el profeta Yejezkel (1, 7) los describió: “Veraglehem Réguel Yeshará” (“Y sus pies parecían un solo pie derecho”). Además, debido al versículo que dice que los ángeles “Yedudún, Yedudún” (“van saltando”), escribe el Midrash Tanjumá (Tzav 13, página 504) que por ello nosotros saltamos al decir Kadosh, Kadosh, Kadosh.
246
Introducción 125: Kadosh, Kadosh, Kadosh Pero en verdad no se trata de una simple imitación, sino mucho más que eso... Se trata de cumplir con la voluntad de Di’s, la cual es que se santique su nombre en la tierra y no sólo en el cielo. Como dice el versículo (Vaikrá 22, 32): “Venikdashtí Betoj Bené Israel” (“Y seré santicado dentro de los hijos de Israel”). Por eso señala el Ben Ish Jai que al decir cada uno el “Nakdishaj” debemos hacerlo con la intención de que estamos cumpliendo con este mandamiento (el de santicar a Hashem) y la voluntad Divina de que no sólo sea alabado en el cielo, sino también (o especialmente) en la Tierra. Por eso dicen nuestros Sabios que la Kedushá terrenal es superior a la Kedushá Celestial, ya que esta última no se eleva tantoy sólo hasta que en la tierra decimos “Kadosh, Kadosh, Kadosh” los ángeles se unen a esta alabanza terrenal con el objetivo de que sus alabanzas se eleven también (Julín 91b), en base en el versículo en Iyov (38, 7): “Con las alabanzas juntas del amanecer alabarán también los ángeles”). Debido a todo esto se estableció el orden del “Nakdishaj”, donde al principio mencionamos la voluntad que tenemos de alabar a Di’s tal y como lo hacen los ángeles. Posteriormente pasamos a las dos alabanzas angelicales: La primera (“Kadosh, Kadosh, Kadosh”) corresponde a los Seram de mayor jerarquía, los cuales están alre dedor del Trono Celestial. Después, pasamos a la alabanza de los Ofanim y los Jayot Hakódesh, que por estar en un nivel inferior dicen: “Bendito es el honor de Di’s desde el lugar donde esté” (pues debido a que no están en ese lugar, como los Seram, se expresan así). Luego mencionamos el versículo de Tehilim (146, 10), en el que aludimos varios conceptos: “Yimloj Hashem Le’olam” (“Que reine Di’s por siempre, en el cielo y en la tierra”). “Elokaij Tzión” (“Este es tu Di’s, pueblo de Israel”), palabras con las cuales titulamos al Todopoderoso como “El Di’s del pueblo de Israel”. Es decir, no sólo es Di’s del cielo y de toda la tierra, sino especícamente de Israel. “Ledor Vador” (“de generación en generación”), expresión con la que “actualizamos” el reinado de Di’s también en nuestra generación). “Haleluka” (“Alabemos a Di’s”), término que constituye la alabanza particular de todos y cada uno de nosotros. Así, comenzamos con las alabanzas Celestiales de los Seram y terminamos con nuestro “Haleluka” particular, para extender de esta manera la “Capa real” Divina de Di’s, desde su alto Trono Celestial hasta nuestra persona, para cumplir con el versículo arriba mencionado: “Venikdashtí Vetoj Bené Israel”. •
247
Capítulo 125: Kedushá
Capítulo 125 Kedushá 1. 2. 3. 4. 5.
Antes de comenzar la Kedushá, es conveniente pensar que cumple la Mitzvá de la Torá de santicar el nombre de Hashem. (1) Cuando se dice Kedushá, es apropiado cerrar los ojos y levantar la cabeza. Es apropiado juntar los pies como si fueran uno solo, procurando no separarlos hasta que el ociante termine la bendición de “Atá Kadosh”. (4,5) Al decir Kedushá se acostumbra elevar el cuerpo levemente, no brincando ni elevándose demasiado, únicamente despegar los talones del suelo cada vez que dice la palabra “Kadosh”, y en los versículos “Baruj” e “Yimloj”. (6) Se habitúa decir la Kedushá en voz alta y entonando. Es una costumbre bien fundada que se hace en todas partes. (2) El ociante debe concentrarse en exentar a quienes no han terminado la Amidá de cumplir con su obligación de decir la Kedushá. Esto es ya que ellos no pueden responder a la Kedushá, solamente deben permanecer en silencio y prestar atención a lo que dice el ociante. (3,9)
6.
Si todos terminaron la Amidá, el ociante debe decir “Kadosh, Kadosh, Kadosh” junto con la concurrencia. Si algunos no han terminado, debe decirlo en voz alta, para que toda la concurrencia pueda percibir su voz. (3,9) 248
Capítulo 126: Errores en la Jazará
7. 8. 9.
Si no ha terminado la Amidá y el ociante no es jo, por lo que probablemente no se concentra en exentar a los demás de la Kedushá, puede seguir la Amidá sin necesidad de concentrarse en lo que dice el ociante. (9) Si el ociante tiene voz débil, debe esperarse a que la concurrencia termine de responder para continuar. Se permite utilizar un altavoz, siempre y cuando la voz del ociante se perciba sin éste. (3) Cuando la concurrencia responde “Baruj” e “Yimloj”, deben hacerlo después de que el ociante haya terminado de decir “Leumatam…” y “Ubdibré”. El responder antes de que el ociante termine, es similar a “Amén Yetomá”, Amén huérfano. (7)
Capítulo 126 Errores en la Jazará 1.
Cuando un ociante no puede continuar la Jazará, por ejemplo, si se quedó ronco o se desmayó, otra persona debe reemplazarlo. Si sucedió en las bendiciones posteriores a la Kedushá, debe continuar desde el comienzo de la bendición donde interrumpió el ociante. Si sucedió durante la primera o segunda bendición, debe repetir la Jazará desde el principio. En caso de haber sucedido en alguna de las últimas tres bendiciones, debe comenzar desde la bendición de “Retzé”. (1) 249
Capítulo 127: Modim Derabanán
2.
Si el ociante omitió la Kedushá, y se percató:
• Antes de terminar la bendición de “Atá Kadosh”, debe decirla en ese momento y continuar desde el comienzo de “Atá Kadosh”. • Al terminar “Atá Kadosh” antes de empezar “Atá Jonén”, debe decir ahí la Kedushá. • Al empezar “Atá Jonén”, debe repetir la Jazará desde el comienzo. (2)
3. 4.
Si el ociante omitió la bendición de “Atá Kadosh” y terminó la bendición de “Atá Jonén”, debe regresar a “Atá Kadosh” y continuar desde ese punto. Lo mismo aplica si en Shajrit de Shabat siguió con la bendición de “Yismaj Moshé”. (3) En los días entre Rosh Hashaná y Yom Kipur, si el ociante dijo en la Jazará “Ha-el Hakadosh” en vez de “Hamélej Hakadosh”, debe regresar a “Atá Kadosh”, aunque hayan pasado tres segundos desde que se percató de su error. (4)
Capítulo 127 Modim Derabanán 1.
Cuando el ociante dice la bendición de “Modim”, la concurrencia debe decir “Modim Derabanán”. Esta se dice de pie y debe inclinarse cuando dice la palabra “Modim” al principio, siendo suciente con que agache únicamente la cabeza. (1) 250
Capítulo 127: Modim Derabanán
2.
“Modim Derabanán” no termina con el nombre de Hashem, se dice solamente “Baruj E-l Hahodaot”. (1)
Cuando no hay Cohanim 3. 4. 5.
De no haber Cohanim en el Minián, el ociante dice en vez de la bendición: “Elo-henu Veelo-hé Abotenu, Barejenu… Vaaní Avarejem”. Si lo omitió, debe continuar normalmente. (2) La costumbre es que el ociante debe terminar la petición que se dice cuando no hay Cohanim presentes diciendo el versículo: “Vesamú Et Shemí…” (3) La concurrencia no debe responder Amén a Bircat Cohanim que dice el ociante cuando no hay Cohanim presentes, solamente decir “Ken Yehí Ratzón” después de cada versículo. (4)
251
Introducción 128: La bendición diaria
Capítulo 128 E
La bendición diaria
l día en que se inauguró el Mishcán (Tabernáculo) y todo el pueblo se alegró con el acontecimiento de tener una casa para Di’s, con los sacerdotes y rituales correspondientes, salió el Sumo Sacerdote, Aharón Hacohén, extendió sus manos ante el pueblo y bendijo a todos con el Bircat Cohanim. A partir de entonces, en el Bet Hamikdash, parte del servicios para todo el pueblo que se encontrara ese día allí era la bendición de los sacerdotes, la cual se realizaba durante los sacricios Tamid de la mañana y de la tarde. En ocasiones, la bendición se repetía tres veces durante un día; por ejemplo, los días en que se sacricaba el Musaf, como sábados y festividades. En el día de Kipur se realizaba cuatro veces, también a la hora de Ne’ilá. En la Toseftá (Sotá 7, 8) gura que ya desde la época del Bet Hamikdash se acostumbraba realizar el Bircat Cohanim también en las sinagogas de toda la nación, pero con algunas diferencias. Por ejemplo, en el Bet Hamidash las tres bendiciones se mencionaban como una, sin interrupción, mientras que en las sinagogas se mencionaban como tres bendiciones y al terminar cada una se contestaba “Amén”. En el Bet Hamikdash se mencionaba el nombre de Di’s literalmente y en las sinagogas no. En el Bet Hamikdash extendían los Cohanim sus manos sobre la cabeza, y en las sinagogas las extendían a la altura de los hombros. Y como éstas había más variantes. Al ser destruido el Bet Hamikdash, las sinagogas quedaron como los únicos lugares en que los Cohanim podían bendecir al pueblo.
252
Introducción 128: La bendición diaria Por tanto, los rabinos que vivieron en esa época establecieron y fortalecieron la costumbre de la bendición de los Cohanim. Por ejemplo, Rabí Yojanán Ben Zakay estableció que los Cohanim se retiren los zapatos a la hora de subir a bendecir al pueblo, tal como hacían los Cohanim en el Bet Hamikdash, donde debían realizar todo servicio descalzos (Sotá 40a). Rabí Yehoshú’a Ben Leví estableció el lavado de manos previo a la bendición, como lo hacían los Cohanim en el Bet Hamikdash (Sotá 39a). Rabí El’azar Ben Shamu’a estableció el texto de la bendición previa al Bircat Cohanim: “Baruj... Asher Kideshanu Bemitzvotav, Vetzivanu Lebarej Et ‘Amó Israel Beahavá” (Meguilá 27b). Rabí ‘Akivá agregó la prohibición al público de observar a los Cohanim al momento de bendecir. Por eso posteriormente se acostumbró que se cubran los Cohanim con su Talit. Rab Jisdá agregó una petición y plegaria a los Cohanim al nalizar la bendición: “Di’s del mundo, hicimos lo que nos ordenaste. Haz lo que nos prometiste. Obsérvanos desde tu morada sagrada, desde el cielo, y bendice a este pueblo” (Sotá 39b). Por otro lado, a diferencia de los rezos que se realizaban en el Bet Hamikdash, se eliminó el Bircat Cohanim de Minjá y se mantuvieron nada más los de Shajarit, Musaf, Ne’ilá y las de Minjá de días de ayuno, que se realizan al n del atardecer. Respecto al Bircat Cohanim en el día de Yom Kipur, hubo una discusión entre los habitantes de Babilonia y los que vivían en Israel. Los de Israel la decían cuatro veces, tal como se hacía en el Bet Hamikdash, mientras que en Babilonia la decían sólo tres veces, como acostumbramos en la actualidad. La costumbre de la bendición de los Cohanim de forma diaria con el transcurso de los años se mantuvo nada más en ciertos países de los Sefaraditas, y en Israel, especialmente en Yerushalaim. Pero en Europa, los Ashkenazim dejaron de decirla diariamente y la recitaban sólo los sábados y días de festividad. En otros lugares se llegó a acostumbrar realizarla sólo en las festividades, y también en ellas, sólo en Musaf.
253
Introducción 128: La bendición diaria Los motivos de esto fueron varios: Porque no decían Jazará, para apresurarse y salir temprano, porque no habían Cohanim, porque el Cohén podría estar peleado con alguno de los concurrentes (lo cual no le permite decir la bendición de paz), etc. Por una razón u otra, en muchos lugares se perdió la Mitzvá de Bircat Cohanim, principalmente los que llevan la costumbre Ashkenazí. Sin embargo, debido al retorno de los Yehudim a Israel se retomó dicha costumbre, cosa que se reejó en la última visita que tuvimos en América del gran Rabino Shteinman, quien antes de llegar a México pasó por Lakewood y, para sorpresa de todos los Ashkenazim, pidió que le buscaran un Minián de Sefaradim. Cuando todos sus colegas lo miraron con gran asombro, explicó: “Es que en Israel ya acostumbramos también nosotros los Ashkenazim decir Bircat Cohanim todos los días. Ustedes todavía mantienen la costumbre de Europa y no lo dicen diariamente. Por ello, quiero rezar con los Sefaradim para no perderme la bendición de los Cohanim ni un sólo día”. Al en la estructura de la bendición, vemos que los tres versículos que la componen se asemejan a una escalera. En el número de palabras y letras se reeja la escalonada simétrica, donde el primer versículo tiene tres palabras, el siguiente cinco y el tercero siete. El primero contiene quince letras, el segundo 20 y el tercero 25. Explica el Rabino Zeev Gutlieb al respecto que: “La primera bendición trata de bienes materiales y físicos, como dijeron nuestros Sabios: “Yebarejejá Hashem” (“Que te bendiga Di’s con bienes y dinero”); “Veishmereja” (“y que te cuide de los ladrones para que no los pierdas”). El segundo versículo sube un escalón, el cual habla del éxito de la vida espiritual y los buenos hechos en este mundo: “Yaer Hashem Panav Eleja” (“Que te dé Di’s el mérito de que salgan de ti hijos Talmidé Jajamim que iluminen el mundo con la luz de la Torá” (Meam Lo’ez, Nasó 6, 27)). “Vijuneka” (“Que te dé Di’s gracia, para que encuentres gracia a los ojos de la gente”). Y el tercer versículo de la bendición se eleva otro escalón más, pues trata de cómo Di’s nos recibirá en el Mundo Venidero: “Isá Hashem Panav Eleja” (“Alzará Di’s su rostro hacia ti”), recibiéndote (metafóricamente hablando) con una sonrisa, igual que un buen antrión recibe a su invitado: “Veyasem Lejá Shalom” (“Y te dará paz y tranquilidad en el paraíso”).
254
Introducción 128: La bendición diaria Además, explica el Midrash Hagadá (Bamidbar 7) que: “Elmotivo por el que se dio por primera vez esta bendición de los Cohanim fue el día de la inauguración del Mishcán, es porque posee una protección contra cualquier cosa mala, como una maldición o el mal de ojo, y la inauguración del Mishcán se equipara al rey que vino a casar a su hija con una ceremonia llamativa, pero lamentablemente al nalizar la boda falleció ella por mal de ojo. Cuando vino a casar a su segunda hija, le puso un amuleto como protección contra el mal de ojo”. Lo mismo ocurrió con Di’s: Cuando vino a entregar las primeras Tablas de la Ley, en la boda con el Pueblo de Israel, al ser demasiado llamativa la entrega de la Torá, el mal de ojo causó que esas tablas nalmente se rompieran. Por eso, la segunda vez, cuando bajó Moshé con las segundas Tablas de la Ley, fue de una forma discreta, y al hacer el espléndido Mishcán, en el cual posaron las segundas Tablas, no quiso Di’s que el mal de ojo afectara a ese maravilloso lugar. Por tanto, le puso un “amuleto” de protección: La bendición de los Cohanim. Así sucedió también con el Rey Salomón, quien temía mucho del rey de los duendes y por tanto, alrededor de su cama habían sesenta guerreros, como lo indica el versículo (Shir Hashirim 3, 7): “He aquí la cama del Rey Shelomó, con sesenta guerreros a su alrededor, todos con espadas en sus manos, expertos en combate y defensa, por el miedo nocturno que tenía”. Al respecto preguntan los comentaristas: “¡Qué incómodo es dormir con sesenta guerreros a su alrededor! Además, si se presenta el rey de los duendes, ¿qué harían los sesenta guerreros?”, a lo que responden: “No se trataba sino de un escrito de la bendición de los Cohanim alrededor de su cama, que debido a sus sesenta letras brindaba una protección contra cualquier cosa mala”. Una bendición tan eminente y con tanta protección, ¿cómo podemos perderla diariamente? Inclinemos nuestra cabeza ante los Cohanim y recibámosla con amor y concentración, para que nos brinde una protección diaria. •
255
Capítulo 128: Bendición de los Cohanim
Capítulo 128 Bendición de los Cohanim 1. 2. 3. 4.
Es Mitzvá de la Torá, aun en nuestros tiempos que no hay Bet Hamikdash, que los Cohanim bendigan al pueblo de Israel mediante Bircat Cohanim. (1,4) Aquel Cohén que dice la bendición de los Cohanim, se le considera que cumplió tres Mitzvot de la Torá, siendo también él bendecido. Asimismo, el Cohén que se abstiene de bendecir, transgrede tres Mitzvot. (1) Esta Mitzvá es sólo para el Cohén, incluso si es soltero. Si un Israel bendice con la intención de cumplir esta Mitzvá, transgrede una Mitzvá de la Torá. (13,19) Cuando los padres de familia bendicen a sus hijos, o el maestro a su alumno mencionando dicha bendición, tienen permitido apoyar ambas manos sobre su cabeza, sin transgredir la Mitzvá que se mencionó. Esto es porque la prohibición aplica solamente si la intención del que bendice es para cumplir la Mitzvá de los Cohanim. (13)
5. 6.
Quien rezó sin Minián pero puede ir a un Minián a escuchar o bien la lectura de la Torá o la bendición de los Cohanim, es preferible ir a escuchar la bendición de lo Cohanim. (6) Si en el Minián en el que reza no hay Cohanim, puede retirarse y continuar su rezo en otro Minián en el que hayan Cohanim. No obstante, si es el ociante, acostumbra decir palabras de Torá o similares en el Minián en el que reza, debe ceder a esta preciada Mitzvá para asistir a la congregación, incluso de manera permanente. (7)
256
Capítulo 128: Bendición de los Cohanim
7.
El Cohén que se sale del Templo para no bendecir o que no atiende al llamado del ociante a bendecir, no es bendecido. No obstante, si no estaba presente cuando el ociante dijo “Cohanim”, no aplica lo anterior. Por eso, si está débil y no podrá decir la bendición, deberá salir antes que los llamen y entrar después de la bendición, para que no se crea que no es apto para decir esta bendición. (2)
8.
La obligación es decir una vez por día Bircat Cohanim, por lo que si el Cohén ya lo hizo y no vuelve a decirlo aunque le hayan pedido, no traspasa ninguna prohibición. No obstante, se permite decir la bendición de nuevo varias veces en diferentes lugares, incluso si hay otros Cohanim, cumpliendo así más veces esta Mitzvá. (14,15)
9. 10.
Para poder decir la bendición de los Cohanim, debe haber como mínimo diez hombres presentes, incluyendo a los Cohanim. Niños menores de trece años no son aptos para completar Minián. (8) Si había diez hombres al comienzo de la Jazará y durante ésta se salieron algunos, no deben decir Bircat Cohanim. No obstante, si al principio de la bendición había Minián y posteriormente se disminuyó, deben continuar con la bendición. (9,10)
Quiénes dicen la bendición 11.
El Cohén que no es apto para decir Bircat Cohanim, como quien se casó con una divorciada o quien nació de una relación prohibida, no necesita salir del Templo antes que el ociante llame a los Cohanim. Esto es ya que el ociante sólo llama a aquellos aptos para bendecir. Si es el único Cohén en el Minián, es conveniente que se salga antes de la bendición de “Retzé”. Asimismo, es apropiado que el ociante dirija su llamado únicamente a los Cohanim aptos para bendecir. (3) 257
Capítulo 128: Bendición de los Cohanim
12. 13. 14.
Se debe instruir a los menores de edad a que digan la bendición de los Cohanim. Si el único Cohén del Minián es menor de trece años, no se dice Bircat Cohanim. (18) Si el único Cohén del Minián tiene trece años de edad pero se desconoce si su cuerpo ha manifestado signos de madurez, puede decir Bircat Cohanim. (20) Si es posible decir la bendición de los Cohanim sobre un estrado, se cumplirá de este modo la Mitzvá de la mejor manera. (11)
Si el ofciante es Cohén
15.
Si el ociante es Cohén, no se permite que diga Bircat Cohanim. Solamente se permite si es el único Cohén del Minián. Sin embargo, si se encuentra en lugares como asilos, donde la voz de los ancianos no es escuchada, puede el ociante decir Bircat Cohanim con ellos, aunque haya más Cohanim, para que su voz sea escuchada. (56)
16. 17.
Si el ociante es el único Cohén del Minián, es conveniente que antes de la Jazará se lave las manos, aunque no es imprescindible. (12) Si el ociante está dentro del año de luto por algunos de sus padres y es el único Cohén del Minián, puede decir Bircat Cohanim durante la Jazará. No obstante, si hay más Cohanim presentes, debido a que la costumbre es que el ociante no diga Bircat Cohanim, debe evitar ser el ociante permanente del Minián, para no anular dicha Mitzvá. (58) 258
Capítulo 128: Bendición de los Cohanim
18.
Si el ociante es el único Cohén del Minián y la Tebá se encuentra al centro del Templo, de manera que si bendice ahí parte de la concurrencia se encontraría a sus espaldas, debe dirigirse al Hejal para bendecir. Esto es siempre y cuando pueda continuar con la Jazará después de bendecir sin inconvenientes. No obstante, si al ir al Hejal podría confundirse para poder continuar la Jazará, deberá decir la Bendición de los Cohanim en su lugar. (12,56)
19.
Si un Cohén que no ha rezado, llegó tarde al Templo cuando el ociante iba a comenzar la bendición de “Retzé” de la Jazará: • Si no ha dicho Bircot Hatorá, es correcto que lo diga mientras el ociante dice las bendiciones de “Retzé” y “Modim”, aunque si no cree que le dé tiempo, de igual manera puede decir Bircat Cohanim. • Si está por nalizar el tiempo apto para decir el “Shemá”, debe decir por lo menos el versículo del “Shemá” y el de “Baruj Shem” mientras el ociante dice “Retzé” y puede subir a decir Bircat Cohanim. • Si el tiempo apto para rezar Shajrit está por terminar y fue llamado a bendecir, debe hacerlo. No obstante, si no fue llamado, debe salir del Templo antes que comiencen la bendición y rezar ahí. (16)
20.
Cuando un Cohén no ha terminado la Amidá, no debe interrumpir para decir Bircat Cohanim, incluso si es el único Cohén en el Minián. No obstante, si está diciendo la Amidá al tiempo que el ociante dice la Jazará, cuando llegue a la bendición de “Retzé” debe mover un poco sus pies de su lugar y después de la bendición de “Modim” se dirige al estrado para decir Bircat Cohanim. Al terminar, debe regresar a su lugar para terminar la Amidá. Esto aplica incluso si hay más Cohanim presentes. (57)
259
Capítulo 128: Bendición de los Cohanim
Cuando no hay Cohén en el Minián 21.
Si no hay Cohanim en el Minián en el momento de decir Bircat Cohanim, el ociante debe decir el párrafo de “Elo-henu Velo-hé Abotenu”. Mientas tanto la concurrencia debe permanecer de pie y contestando “Ken Yehí Ratzón” después de cada versículo en lugar de Amén. (94,95)
22.
Si el ociante dice la bendición cuando no hay Cohanim, también debe decir el versículo “Vesamú Et Shemí…” al nalizar. No obstante, los Ashkenazim no acostumbran decirlo. (97)
Días que se bendice 23. 24. 25.
La costumbre en Israel es decir la Bendición de los Cohanim todos los días tanto entre semana como en Shabat y Yom Tob. Algunos Ashkenazim no acostumbran decirla en días de semana. (17) Si un Cohén acostumbra decir Bircat Cohanim entre semana y asistió a un Minián donde no lo dicen, no es necesario que se salga del Templo en el momento en que debería decirse. Además, si un Cohén se ubicó en el Hejal para bendecir, no se le debe retirar. (17) Si un Minián que no acostumbra decir Bircat Cohanim los días de la semana quiere cambiar su costumbre, tiene permitido hacerlo. (17) 260
Capítulo 128: Bendición de los Cohanim
Retirarse el calzado para bendecir 26.
En Israel, el Cohén debe quitarse los zapatos para decir Bircat Cohanim, tanto si sube al estrado o si se queda en el suelo, por honor a la concurrencia. Fuera de Israel, no se reprocha a quien bendice con zapatos a la altura de la concurrencia. Sin embargo, los Cohanim que buscan cumplir las Mitzvot minuciosamente, se deben quitar los zapatos antes de la bendición de los Cohanim. (31)
27. 28. 29. Lavado de manos para la bendición
Aunque en Yom Kipur y el 9 de Av no se usan zapatos de cuero, los Cohanim deben quitarse los zapatos para la bendición. Si está agripado o si se le diculta ir descalzo, pueden bendecir con dicho tipo de calzado. (32) En la actualidad se acostumbra quitarse los zapatos después del lavado de manos, dejándolos debajo del estrado o debajo de algún mueble. (33) Es apropiado decir la bendición vistiendo calcetines. (34)
30.
Aunque el Cohén se lavó las manos antes del rezo, debe lavarse de nuevo antes de decir Bircat Cohanim. (21) 261
Capítulo 128: Bendición de los Cohanim
31. 32. 33.
Si el Cohén se lavó las manos para la bendición de los Cohanim de Shajrit y se cuidó de no tocar partes ocultas de su cuerpo, no es necesario volver a lavarse para decir Bircat Cohanim en Musaf. No obstante, si lo hace, merecerá bendición. (29) Los Cohanim pueden lavarse las manos con agua que contiene esencia de rosas en Shabat o Yom Kipur, siempre y cuando se haya agregado el perfume al agua antes de Shabat. (30) Si hay diez personas exactas en el Minián y si sale el Cohén a lavarse las manos quedarán nueve, no debe salirse siendo suciente con que se haya lavado las manos por la mañana. Esto se permite siempre y cuando haya mantenido sus manos puras y no haya tocado su calzado. (21,28)
34.
Los Cohanim deben lavarse las manos sin bendecir vertiendo agua hasta la muñeca de cada mano con un recipiente que contiene al menos 81 ml de agua. Es conveniente que tengan precaución de mantener sus manos puras durante el día, para no entrar en duda si tiene que bendecir sobre el lavado. (22)
35. 36. 37. 38.
Se vierte agua hasta la muñeca de cada mano aun en Yom Kipur y el nueve de Av. (26) Es Mitzvá para el Leví lavarle las manos al Cohén, aunque si por algún motivo no le es posible hacerlo, no es imprescindible. Por lo tanto, si por esperar al Leví, el Cohén perderá la Mitzvá, él mismo puede lavar sus manos. (23) Un solo Leví basta para lavar las manos de los Cohanim. No obstante, si es menor de edad, no debe hacerlo, aunque puede ayudar a un Leví mayor. (23) Si no hay Leviim, es preferible que los Cohanim se laven las manos por sí solos que por medio de un primogénito Israel. (24)
262
Capítulo 128: Bendición de los Cohanim
39. 39. 40. Orden para para la bendición de los Cohanim
Un Leví Talmid Jajam no debe lavar las manos de un Cohén ignorante. Se considera Talmid Jajam, aquel que sabe responder preguntas preguntas de Halajá, es piadoso piadoso con la gente, no circulan circulan malos rumores sobre él, tuvo una juventud libre de mala fama y teme a Hashem. (25) Debe cuidarse de no hablar y no esperar mucho tiempo entre el lavado de manos y la bendición de los Cohanim. (27)
41. 41. 42.
La costumbre es que el Cohén se retira del dedo la Retzuá del Telín para lavarse las manos antes de decir Bircat Cohanim y no se la coloca hasta después de bendecir. bendecir. (47) Cuando el ociante comienza la bendición de “Retzé”, el Cohén debe deb e dirigirse dirigirse al estrado y preparase para recitar Bircat Bircat Cohanim, Cohanim, aun si llega al estrado después de d e que termine termine el ociante ociante la bendición. bendición. No obstante, si el ociante comenzó la bendición de “Modim”, ya no podrá el Cohén dirigirse al estrado. (12,46,56)
43.
Ya que la mayoría de las opiniones sostienen que es necesario concentrarse en cumplir una Mitzvá cuando la hace, es conveniente que los Cohanim se concentren en cumplir la Mitzvá de bendecir al pueblo de Israel cuando se dirigen al estrado. No obstante, si no lo hacen, hacen, de todos modos mod os cumplen con la Mitzvá. (48)
44.
Para que un Cohén pueda bendecir es indispensable que lo diga en hebreo y se encuentre de pie y levantando los brazos. Por lo tanto, si no puede decirlo en hebreo, es conveniente que salga del Templo antes de que el ociante empiece la bendición de “Retzé”. (54) 263
Capítulo 128: Bendición de los Cohanim
45.
Si un Cohén no puede bendecir porque está ronco, puede subir al estrado y pedir a otro Cohén que lo exente, escuchándolo y concentrándose en cumplir con su obligación. (55)
La bendición 46.
Si hay dos o más Cohanim en el Templo, el ociante deberá llamarlos diciendo “Cohanim” para que comiencen la bendición de “Levarej Et Amó Israel Beahabá”. Beahabá”. Sin embargo, esto es to no es imprescindibl imprescindible, e, por lo que si los Cohanim empezaron a bendecir sin ser llamados, no es necesario que repitan la bendición después de ser llamados. Si únicamente hay un Cohén, no se le debe llamar y debe comenzar la bendición por sí solo. (35,36,37)
47. 47. 48.
Los Cohanim no deben bendecir apresuradamente, deben hacerlo con amor y con concentración. (98) Los Cohanim no pueden comenzar a bendecir antes que el ociante haya terminado de decir “Cohanim”. Asimismo, el ociante no puede comenzar a decir “Yebarejejá” antes de que la concurrencia termine de responder Amén ni dictar cualquier palabra hasta que los Cohanim hayan terminado de decir la palabra anterior. (39,40)
49. 50.. 50
Se debe dictar a los Cohanim Cohanim leyendo de un Sidur Sidur y no hacerlo de memoria. Además, se debe reprender a quien lo hace de memoria. (41) Es conveniente y apropiado que el ociante también dicte la primera palabra “Yebarejejá” y no como los que acostumbran que los Cohanim dicen esta palabra solos, aunque se debe hacer con consentimiento de los concurrentes. (42)
264
Capítulo 128: Bendición de los Cohanim
51. 51 52.. 52 5 53.3. 54.
Quienes acostumbran acostumbran a llamar a alguien alguien de la concurrencia a que dicte Bircat Bircat Cohanim en Shabat, tienen en quien apoyarse, siendo ésta una costumbre de hace muchos años. Quien lo dicte debe procurar hacerlo leyéndolo de un Sidur. (43)
Los Cohanim se ubican sobre el estrado viendo hacia el Hejal cubriendo su rostro con el Talit. Talit. Giran en dirección a la concurrencia al tiempo que dicen la última palabra de la bendición. (49) Si no tiene Talit, no debe subir al estrado a bendecir. Además, no se permite que dos Cohanim se encuentren bajo un solo Talit. (100)
Los Cohanim deben alzar las manos, elevando la derecha un poco más que la izquierda y separando sus dedos haciendo en total cinco cinco espacios entre las dos manos. Si no puede pued e hacerlo, hacerlo, aun así puede bendecir.
Las manos deben estar a la altura de los hombros y según el Arí Z”L, a la altura de la cabeza. (50)
5 555.
Los Cohanim deben decir la bendición en voz alta, al igual que el ociante. No obstante, la concurrencia no debe responder Amén en un tono más alto que el de los Cohanim, a menos que lo hagan de vez en cuando para concentrarse o para animar a los demás que respondan. (51)
56. 5 577. 58.
Cuando los Cohanim dicen las palabras Yebarejejá, Veishmereja, Veishmereja, Eleja, Vijuneka, Eleja, Lejá y Shalom deben dirigir su rostro hacia el sur y el norte para que su bendición se expanda a la concurrencia. (53) Se debe entonar el Bircat Cohanim en una sola melodía, para no llegar a confundirse. Además, se debe tener precaución de no dividir las palabras con el n de armonizar con la melodía. (45,52) No se permite agregar ningún versículo a los que fueron establecidos para esta bendición. (91) 265
Capítulo 128: Bendición de los Cohanim
Errores en la bendición de los Cohanim 59. 59. 60.. 60
Si el ociante omitió Bircat Cohanim en la Jazará, debe regresar si no ha nalizado la bendición de “Sim Shalom”. Si ya terminaron de decir “Sim Shalom”, no se dice Bircat Cohanim, si quiera después de la Jazará. Jazará. (5 (59) Si el ociante se confundió confundió y dijo “Eleja “ Eleja Veyasem Veyasem Lejá Shalom”, Shalom”, siendo éste el tercer versículo, en vez del segundo versículo, “Eleja Vijuneka” Vijuneka” y los Cohanim Cohanim no se percataron percataron del error: • Si se dieron cuenta a mitad de la bendición de “Sim Shalom” los Cohanim dicen ahí los tres versículos de Bircat Cohanim, sin la bendición previa y repiten “Sim Shalom”. • Si fue después de la bendición de “Sim Shalom” que se percataron del error, dicen ahí los tres versículos de Bircat Cohanim, sin decir la bendición previa y sin repetir la bendición de “Sim Shalom”. (60)
61.
Si el ociante olvidó decir “Yaalé Veyabó” en el rezo de Shajrit y se dio cuenta cuenta en la bendición de “Sim “ Sim Shalom”, Shalom”, debe debe regresar regresar a “Retzé”, “Retzé”, pero los Cohanim Cohanim no deben deben bendecir de nuevo. (85) (85)
Comportamiento en la bendición de los Cohanim
62.. 62
La concurrencia debe de estar de pie, con temor y mesura al momento que los Cohanim bendicen. Además, deben dirigir su mirada hacia hacia el piso con el cuerpo en dirección dirección a los Cohanim. Cohanim. No se s e permite observar a los Cohanim para no desconcentrarse de la bendición. bendición. 266
Capítulo 128: Bendición de los Cohanim No obstante, los enfermos y débiles pueden permanecer sentados durante la bendición. (61,62)
63. 64.
La concurrencia debe ubicarse frente a los Cohanim o a los lados, lados, pero no detrás de ellos, para que sean incluidos incluidos en su bendición. bendición. (63) Se debe responder Amén a la bendición previa que dicen y al nalizar cada versículo. Además se acostumbra decir “Baruj Hu Ubaruj Shemó” después de escuchar el nombre de Hashem, aunque es preferible hacerlo en voz baja para no desconcentrar al que dicta la bendición, sin reprender a quien lo hace en voz alta. (66)
65. 66. 67.
La persona que dicta el Bircat Cohanim, no debe responder Amén a la bendición previa ni después de cada versículo. Únicamente debe responder al último versículo de la bendición. (90) Quien dice la Amidá al tiempo que el ociante dice la Jazará, en el momento de Bircat Cohanim debe poner atención y contestar Amén a la bendición y después de cada versículo. (90) Si se encuentra diciendo la Amidá y escucha que en otro Minián están diciendo Bircat Cohanim, no es necesario que guarde silencio para escuchar la bendición, aunque si preere hacerlo, procede entre una bendición y otra. No obstante, si se encuentra diciendo el Shemá o sus bendiciones, es apropiado que guarde silencio entre un párrafo y otro para escuchar Bircat Cohanim y así recibirá bendición. (89)
68. 68. 69.. 69
No es propicio decir versículos al momento que los Cohanim bendicen. (62) (62) Si entra a un Minián mientras los Cohanim están bendiciendo a la concurrencia, debe esperar de pie prestando atención y no salir del Templo hasta que nalicen la bendición. Lo mismo aplica si está estudiando Torá en el Templo y el Minián comienza Bircat Cohanim. (64,65)
267
Capítulo 128: Bendición de los Cohanim
Impedimentos para decir la bendición de los Cohanim 70. 71.
Un Cohén que no puede emitir las letras correctamente, se permite que diga Bircat Cohanim. (67) Hoy en día que los Cohanim cubren su rostro y manos con el Talit y visten calcetines cuando dicen Bircat Cohanim, está permitido que alguien que tiene un defecto físico en su rostro, manos o pies diga la bendición. bendición. No obstante, si perdió p erdió una mano completa completa no debe bendecir. (68,69)
72. 73.. 73 74. 75.
Si un ciego de ambos ojos sube al estrado para decir Bircat Cohanim, no se le debe bajar. (70) Si un Cohén tiene vendada la mano hasta la muñeca o tiene un tatuaje en la mano, puede bendecir si cubre su mano con el Talit. (71,72) Está permitido que un Cohén diga Bircat Cohanim incluso si no cumple las Mitzvot y la gente comenta que es un pecador formal, aunque no haya hecho Teshubá. (73) Si un Cohén profana Shabat intencionalmente y públicamente, no tiene permitido decir Bircat Cohanim, pero si subió al estrado a bendecir, no se le debe bajar. Si es el único Cohén del Minián, es conveniente convencerlo de que salga del Minián y no diga la bendición. Si subió al estrado a bendecir, se contesta Amén a su bendición. (74) 268
Capítulo 128: Bendición de los Cohanim
76.
Un Cohén que asesinó a un Yehudí, incluso involuntariamente, no puede decir Bircat Cohanim. Si subió ya al estrado, debe bajarse sin bendecir. Esto es aun si hizo Teshubá por el acto, si el asesino había sido estipulado medicamente que no viviría más de doce meses y aun si fue eximido de toda culpa por el jurado. No obstante, un Cohén Ashkenazí que asesinó e hizo Teshubá, puede bendecir. (75,77).
77.
Si un Cohén atropelló a un anciano o enfermo y el herido falleció después de cierto tiempo, si hizo Teshubá, según algunas opiniones puede decir Bircat Cohanim. Por el otro lado, si atropelló accidentalmente a alguien, por ejemplo, si conducía con precaución y un menor cruzó la calle delante de él precipitadamente, falleciendo atropellado, si hizo Teshubá bajo orientación Rabínica por el perjuicio provocado por su intermedio, puede decir Bircat Cohanim, ya que todo fue producto de un percance. (76,77)
78. 79. 80.
Un Cohén que es Mohel o doctor y causó la muerte de un bebé o paciente, si hizo Teshubá puede decir Bircat Cohanim, ya que su intención en ambos casos fue cumplir una Mitzvá. (79) Un Cohén que termina con la vida de un no Yehudí, es apto para decir Bircat Cohanim. (78) Un Cohén que se casó con una mujer divorciada, se considera que deja de ser Cohén, incluso si esa mujer ya no vive. Por lo tanto, no puede bendecir ni subir a la lectura de la Torá como Cohén, hasta que prometa formalmente que nunca más se casará con mujeres prohibidas para él. (80,81)
81. 82.
La descendencia de un Cohén con una mujer prohibida para él, dejan de ser Cohanim para siempre incluido el transgresor. (82) El Cohén que no es posible determinar su género o que es intersexual, no debe decir Bircat Cohanim, incluso si es el único Cohén del Minián. (82) 269
Capítulo 128: Bendición de los Cohanim
83. 84. 85. 86. 87.
Si un Cohén se impuricó intencionalmente tocando a un muerto que no sea de los siete parientes directos, deja de tener privilegios como Cohén hasta que haga Teshubá y asuma no volver a hacerlo. (83) Si la esposa de un Cohén se encuentra en estado de Nidá, impureza, el Cohén no debe abstenerse de bendecir. (87) El Cohén que lleva consigo un catéter y no siente cuando la orina sale de su cuerpo, si sus ropas exteriores están limpias y no desprende mal olor, puede decir Bircat Cohanim e incluso decir la bendición previa. (84) Si hay gentiles en el Templo al momento de decir Bircat Cohanim y de retirarlos podría causar odio, se permite decir la bendición normalmente. (86) Si un Cohén siente odio hacia alguno de los concurrentes, no puede decir Bircat Cohanim, ya que en la bendición dice “Bendecir al pueblo de Israel con amor”. No obstante, si la persona que detesta no se encuentra en el Minián, puede bendecir. Asimismo, si al que odia también es Cohén, se permite bendecir. (98)
88.
Un Cohén que se encuentra dentro de los siete días de luto y está en el Templo, debe salir del Minián y no decir Bircat Cohanim, hasta después de los siete días. Si es Shabat y es el único Cohén en el Minián, puede bendecir. (99)
Después de la bendición 89.
Después de que terminaron los Cohanim de bendecir, el ociante continúa con la bendición de “Sim Shalom”, mientas que los Cohanim se voltean al estrado y dicen la plegaria de: “Ribón Haolamim”. (92) 270
Capítulo 128: Bendición de los Cohanim
90. 91.
Los Cohanim no deben doblar sus dedos ni voltear hacia el Hejal hasta que el ociante comience la bendición de “Sim Shalom”. Además, no pueden retirarse de su lugar hasta que la concurrencia conteste Amén a la bendición de “Sim Shalom” del ociante. (93) Los que acostumbran a decir a los Cohanim “Jazak Ubaruj” o “Yasher Cojajem” al terminar de bendecir, tienen en quien apoyarse. (88)
Honrar a los Cohanim 92.
Está prohibido hacer uso del Cohén, por la santidad que emana por ser Cohén. Sin embargo, si disculpa su honor y de buena voluntad ofrece su servicio a sus invitados o a los que estudian Torá, es aceptado. Con más razón se permite si el Cohén recibe pago por sus servicios. Esto siempre y cuando el servicio que hace el Cohén no sea despreciativo, por ejemplo, que el Cohén vierte agua en manos de otros, pues es este caso queda prohibido por ser denigrante. (101)
93.
Un Talmid Jajam tiene permitido emplear a un Cohén que es su alumno, por la gran Mitzvá que es servir a su maestro Si es un gran Talmid Jajam, aun si no es su maestro directo, es considerado maestro de cualquiera con relación a lo anterior. (102)
271
Capítulo 129: Cuando se dice Bircat Cohanim
Capítulo 129 Cuando se dice Bircat Cohanim 1. 2. 3. 4.
No se dice la bendición de los Cohanim de noche. (1)
En todos los rezos de Shajrit, los Cohanim dicen Bircat Cohanim. En el rezo de Minjá en día de ayuno, los Cohanim deben bendecir. No obstante, si se extendió el rezo de Minjá o de Neilá hasta la noche, los Cohanim no deben bendecir. (2) Dentro de los trece minutos posteriores a la puesta del sol, se permite decir Bircat Cohanim con su bendición previa. (1) Únicamente se permite decir Bircat Cohanim en el rezo de Minjá cuando se reza después de setenta y cinco minutos antes de la salida de las estrellas. Asimismo, el ociante no debe decir el rezo de “Elohenu Veelohé Abotenu” antes de este tiempo. Por este motivo no se dice la bendición en Minjá de Yom Kipur. Si Minjá en un día de ayuno se dice más temprano de ese tiempo, los Cohanim no deben bendecir, no obstante, si un Cohén se dirigió al estrado, no se le impide bendecir. (2)
5. 6. 7.
En días de ayuno público, el Cohén que no esté ayunando debe salir del Minián y no bendecir. (3) En ayunos optativos, como el 7 de Adar, no se dice Bircat Cohanim, aun si hay diez personas que estén ayunando en el Minián. Si un Cohén subió al estrado, puede bendecir. (4) En casa del deudo debe decirse Bircat Cohanim. No obstante, el deudo no debe decirlo, debe salir del Minián. Si no salió y llamaron a los Cohanim a bendecir, según algunas opiniones debe bendecir. (5)
272
Capítulo 130: “Ribonó Shel Olam” en la bendición de losCohanim
Capítulo 130 “Ribonó Shel Olam” en la bendición de los Cohanim 1.
Si tuvo un sueño y no puede determinar si es benéco o no, provocándole mucha perturbación, durante Bircat Cohanim que diga en voz baja la plegaria “Ribonó Shel Olam…”, haciendo coincidir el nal de dicha plegaria con el nal de la bendición de los Cohanim. Esto para que el Amén que responde la concurrencia a la bendición recaiga también sobre su petición. (1)
2.
Aquella persona que reza por un sueño, debe hacerlo con el corazón roto y humildemente, pues así es como se logra revocar un decreto desfavorable. (2)
273
Introducción 131: Perdónalos, Di’s
Capítulo 131 Perdónalos, Di’s
A
l nalizar la ‘Amidá y la Jazará procedemos a pedir perdón por los pecados que cometimos en la plegaria conocida como el Viduy (“Confesión”).
Además de ser un regalo de Di’s, en el mandamiento en que nos ordenó: “Y traerás el sacricio y pedirás perdón por los pecados que cometiste para que se borren”, el Viduy nos hace reexionar diariamente por nuestros hechos, reconocer errores, pedir perdón por ellos y prometer (o al menos procurar) no repetirlos. Como sabemos, toda persona tiene la posibilidad de crear ángeles negativos por medio de las malas acciones que realiza, y ángeles positivos mediante las buenas acciones que lleva a cabo. Como se insinúa en la Torá: “Aquel hombre que tenga dos mujeres, una a la que ama y una a la que odia, y ambas le dieron hijos, si el primogénito vino de la odiada, no podrá quitarle la herencia de primogenitura y dársela a su primogénito de la amada”. Explican nuestros Sabios en la dimensión del Rémez (estudio basado en insinuaciones ocultas en los versículos), que lo anterior hace alusión a que cada hombre tiene dos “mujeres”: Su Yétzer Hatov y su Yétzer Hará’, y que ambas pueden darle “hijos”. Es decir, cuando nos relacionamos con el Yétzer Hatov, esta relación crea ángeles, como dice la Mishná en Pirké Avot: “Si hiciste una Mitzvá, creaste un ángel defensor”. Lo mismo sucede cuando nos relacionamos con el Yétzer Hará’: “Si cometiste un pecado, creaste un acusador”. La triste realidad es que “la mujer amada” es el Yétzer Hará’, pues mucho amamos a esta “mujer” por traernos deseados pecados y pagarnos “en efectivo” todo placer que recibimos.
274
Introducción 131: Perdónalos, Di’s El Yétzer Hatov, por el contario, es “la esposa odiada”, porque constantemente hace que nos remuerda la conciencia con expresiones como: “No puedes comer esto. Tienes prohibido escuchar aquello. Allá no puedes ir”, etc. y cuando le preguntamos: “¿Y mi retribución?”, responde: “Algún día. Allá arriba. Después de ciento veinte años...”. Debemos saber que “la primogenitura” corresponde únicamente al hijo de la “esposa” que consideramos odiada. El único objetivo del Yétzer Hatov es que, como un primogénito, heredemos el doble: En este mundo y en el venidero. En ese mismo párrafo, la Torá continúa con esta ley: “Aquel que tenga un hijo malvado deberá entregarlo al Bet Dín para que sea ejecutado”. Los comentaristas aclaran que esta ley jamás fue aplicada, ni tampoco existirá literalmente, sino que hace alusión a lo anteriormente mencionado. Es decir, si por las relaciones con tu Yétzer Hará’ creaste ángeles malvados, los cuales se consideran tus hijos, debes terminar con ellos, eliminarlos de tu vida, y esto se logra sólo por medio del Viduy, el arrepentimiento sincero por haber cometido ese pecado. Por eso, cada mañana, al inclinar nuestra cabeza y golpearnos el corazón con la mano derecha, vamos eliminando esos “hijos malos”, los acusadores negativos, listos para atestiguar en nuestra contra en el Juicio Final. Nos golpeamos con la mano derecha para originar la misericordia y la bondad Divina, y con este acto trasmitimos la siguiente petición: “Por favor, Di’s, ten misericordia y piedad de nosotros, y ayúdanos a despertar nuestros corazones para que te amen a Ti y sólo a Ti”. Todo esto se realiza al nalizar la ‘Amidá y se aprende del versículo (Melajim 1, 8) donde se habla del rezo que realizó el Rey Shelomó en la inauguración del Templo: “Y fue cuando nalizó el Rey Shelomó su rezo y su solicitud de perdón”. Al resepecto explica el Rokéaj (capítulo 324) que primero se debe decir la ‘Amidá y sólo después procedemos a decir el Viduy, y el Nelat Apaim (agachar la cabeza para suplicar el perdón de Di’s). Este momento del rezo es muy importante, como lo indica la Guemará (Rosh Hashaná 17b): “Después del grave pecado del becerro de oro, suplicó Moshé a Di’s que perdonara al pueblo de Israel”, y al nal dice el versículo (Shemot 34, 5): “Vayéred Hashem... Vaya’avor” (“Y bajó Di’s en una nube Divina y pasó sobre Moshé, y le mencionó trece atributos”); “Hashem, Hashem, Kel Rajún Vejanún”).
275
Introducción 131: Perdónalos, Di’s Explica Rabí Yojanán que se apareció Di’s en ese momento como un ociante envuelto en su Talit blanco, y así enseñó a Moshé la forma de pedir. Le dijo: “Cada vez que el pueblo de Israel peque, que hagan todo esto y digan los Trece Atributos, y Yo los perdonaré”, y debido a que Moshé subió para pedir perdónel jueves y bajó el lunes, durante esos dos días el rezo posterior al Viduy se extiende más. Cuando se levantó Kóraj contra Moshé e incitó al pueblo a una revolución, ocasionó un gran enojo Divino y un decreto de exterminio, como dice el versículo (Debarim 16, 21): “Apártense de esta congregación, dijo Di’s a Moshé y Aharón, y los exterminaré en un instante”, entonces “cayeron Moshé y Aharón sobre sus rostros y rezaron a Di’s para que no lo hiciera”, y por el mérito de esa Nelat Apaim se anuló el decreto. Asimismo, gura en el Tanaj sobre el alumno de Moshé Rabenu, Yehoshú’a Bin Nun, que cuando la guerra con la ciudad de ‘Ay no fue victoriosa, comprendió que seguramente se debía a un pecado que alguien del pueblo había cometido, el cual causó la ira de Di’s (Yehoshúa 7, 6): “Y cayó sobre su rostro hasta el suelo, delante del Arca y rezó a Di’s hasta que el Todopoderoso le dijo: Levántate. Hubo un pecado grave. Repáralo y salgan de nuevo a la batalla”. Una vez más vemos cómo el Nelat Apaim surtió efecto y trajo la salvación. Cuando se construyó el Bet Hamikdash, el modo de decir Viduy y Nelat Apaim se realizaba allí mismo, como explica la Guemará (Yomá 66a) que “cuando traían el chivo expiatorio, el Cohén colocaba sus manos sobre el animal y decía el Viduy, pidiendo a Di’s perdón por los pecados cometidos”. Luego pronunciaba el Nombre de Di’s, conocido como el “Shem Hameforash” y todos los Cohanim y el pueblo presente, al escuchar el Nombre de Di’s, se prosternaban y caían sobre sus rostros respondiendo: Baruj, Shem Kevod Maljutó Le’olam Va’ed”. Aprendemos de lo anterior varias cosas: • Primero se trae el sacricio. • Sobre él se dice el Viduy. • Se pronuncia el Nombre de Di’s. • Finalmente nos prosternamos y agachamos el rostro. Por tanto, también nosotros cada día primero traemos nuestro sacricio, es decir, nuestra Telá (la ‘Amidá), luego decimos el Viduy pidiendo perdón a Di’s por todo lo malo que hemos hecho, al nalizar el Viduy, el Jazán cita los Trece Atributos de Di’s, los cuales equivalen al “Shem Hameforash”, y por ello todos nos agachamos e inclinamos el rostro al suelo, como símbolo de respeto y vergüenza por los pecados que hemos cometido.
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Introducción 131: Perdónalos, Di’s Antiguamente se acostumbraba que la persona hiciera la Nelat Apaim to talmente extendida sobre el suelo y, mientras estaba acostada sobre la tierra, lloraba y se lamentaba por los pecados que hubiera cometido, como dice Rabí ‘Ovadiá de Bartenura sobre la Mishná en Pirké Avot (5, 5): “Diez milagros visibles ocurrían cada día en el Bet Hamikdash... Cuando se ponían de pie, estaban apretados, pero cuando se prosternaban (en el Nelat Apaim), parecía que la tierra se extendía y había mucho espacio entre uno y otro”. Los motivos por los que se realizara este milagro, explica Rabí ‘Ovadiá, eran porque cuando caían sobre su rostro, lloraban y meditaban sobre los pecados cometidos. Por eso, para que no se escuchara unos a los otros se abría espacio entre ellos. Aunque así era la costumbre en el Bet Hamikdash, posteriormente el Nelat Apaim ya no se realizaba con una prosternación hasta el suelo, sino sólo con una reverencia en la cual la gente sólo colocaba el rostro sobre el antebrazo. En la actualidad, incluso esa costumbre en muchas comunidades se ha anulado, a pesar de que siempre seguimos elmente las órdenes rabínicas de Rabí Yosef Caro en el Shulján Aruj, quien en este caso dice claramente que esta costumbre debe seguirse. Pero con todo y eso, en nuestra época no realizamos esta forma de Viduy en respuesta a lo escrito en el Zóhar (Bamidbar ), quien considera la Nelat Apaim como una representación de la muerte, pues la persona “se hace el muerto” debido a que hay pecados muy graves por los cuales no es suciente pedir perdón, sino que serán borrados sólo con la muerte. A n de lograr el perdón incluso por esos pecados, indica el Zóhar que: “Nos hacemos como los muertos, e incluso mientras estamos caídos sobre nuestro rostro pensamos que estamos dispuestos a entregar nuestra vida por Di’s en [lo que se conoce como] Kidush Hashem”. Y termina el Zohar aclarando que: “Aquel que lo haga sin sentirlo realmente, se le puede revertir y en lugar de que se le perdonen sus pecados, puede, Di’s nos libre, adelantar su muerte”. Por eso se decidió no hacer Nelat Apaim, sino simplemente leerlo, para no arriesgarnos a sufrir lo que dice el Zóhar. Sin embargo, por lo menos debemos concentrarnos en el hecho de que estamos pidiendo perdón por nuestros pecados. Así el Creador, al ver nuestra sinceridad, nos perdonará mientras decimos: “Di’s, no sabemos cómo hacerlo exactamente y no queremos correr ningún riesgo. Sólo te pedimos que seas misericordioso con nosotros, que canceles cualquier decreto negativo que esté sobre nosotros y que nos decretes sólo cosas buenas”. •
277
Capítulo 131: Confesión “Ana”
Capítulo 131 Confesión “Ana” 1.
No se dice “Ana”, “Vayaabor” ni “Ledavid” por la noche. No obstante, si el rezo de Minjá se postergó hasta después de la puesta del sol, puede decirse hasta trece minutos después de la puesta del sol. Sin embargo, si la concurrencia preere no decirlo, no por ello se debe crear discusiones. (19)
2. 3. 4. 5. 6. 7.
Inmediatamente terminando la Jazará, se conesa diciendo el párrafo de “Ana”, tanto si reza con Minián como si reza solo. (1) Las mujeres tienen permitido decir el Viduy, “Ana”, pero si deben atender a su esposo o hijos, ellos son su prioridad. (1) No se debe hablar entre la Amidá y el Viduy, aun estudiando Torá. Según la Kabalá, no debe interrumpir ni si quiera con silencio. Si por algún motivo interrumpió, aun así debe decir el Viduy. No obstante, su rezo no será tan aceptado como si no hubiera hablado. (2) Se permite decir la Amidá en un lugar y cambiarse a otro para decir el Viduy, sin interrumpir entre ellos. (2) Después de terminar la Amidá y antes de comenzar “Ana”, se permite responder al Kadish, Kedushá, Barejú y Amén de cualquier bendición. (3) Se debe decir el texto completo de la confesión, aunque sabe que no traspasó todas las faltas que en éste se mencionan, sin considerarse que está mintiendo. (4,6)
278
Capítulo 131: Confesión “Ana”
8.
La confesión y los párrafos que se aumentan los lunes y jueves se dicen de pie juntando los pies como en la Amidá, sin apoyarse en nada, a menos que sea un anciano o una persona enferma. Quien no lo dice de pie, se considera una falta. Además, estos párrafos deben decirse en voz alta. (5,6)
9. 10.
Aunque haya rezado debe estar de pie en el momento que el Minián dice el Viduy. Con mayor razón durante la confesión de Yom Kipur debe estar de pie y confesar junto con el ociante. (7) Mientras se dice el Viduy, se debe reclinar el cuerpo ligeramente, decirlo despacio y golpear ligeramente con el puño derecho sobre su corazón en cada falta que conesa. Quien dice la confesión apresuradamente sin comprender el signicado, se hace daño en lugar de emendar. (8)
11.
El ociante debe decir en voz alta las faltas de la confesión, así la concurrencia puede hacerlo al mismo tiempo para decir juntos el “Vayaabor”. Sin embargo, en algunos lugares no se acostumbra proceder de este modo y no es necesario prestarse a discusiones por este asunto. (9)
12.
La confesión del rezo se dice en plural “Ashamnu, Bagadnu…”. (40)
“Vayaabor”
13.
Después de confesar se dice “Vayaabor”, los trece atributos de misericordia. Si está rezando sin Minián, debe decirlo con la entonación que se utiliza cuando se lee en el Séfer Torá. Por lo tanto, si se atrasó y la concurrencia ya dijo el “Vayaabor”, debe decirlo entonándolo. (1,14)
14.
Aun quien dice el “Vayaabor” sin Minián, puede terminarlo en la palabra “Venaké” y no hasta el nal del versículo. (17) 279
Capítulo 131: Confesión “Ana”
15. 16. 17. 18. 19. 20. 21.
Antes de “Vayaabor”, debe hacer una pausa entre las palabras “Beshem” y “Ado-nay”. Asimismo, se debe separar entre el primer y segundo “Ado-nay” que menciona en el “Vayaabor”. (11) Se acostumbra que el ociante diga las primeras cinco palabras del “Vayaabor” en voz alta, mientras la concurrencia las dice en voz baja, y luego continúan en voz alta junto con el ociante. (10) Cuando dice la palabra “Vayaabor” debe inclinar su cuerpo ligeramente y erguirse cuando dice “Vaikrá”. Nuevamente debe inclinarse cuando dice “Ado-nay, Ado-nay”. (12) Es preferible no contar cada uno de los trece atributos con los dedos, ya que existe una discusión sobre cuál es el conteo apropiado. (13) Quien escucha “Vayaabor” mientras se encuentra en una parte del rezo donde se permite interrumpir, debe ponerse de pie y decirlo con ellos, ya que el “Vayaabor” se considera una santicación. (18) No se debe confesar diciendo el Viduy dos veces seguidas. No obstante, si dijeron Viduy en Selijot e inmediatamente rezaron Shajrit o Minjá, puede decirse de nuevo. (18) Después de “Vayaabor” se dice el Mizmor “Ledavid” y Abinu Malkenu sentado, debe leerlos como cualquier capítulo de Tehilim. La costumbre Sefaradí es no agachar la cabeza en lo absoluto mientras los dice. (15,16)
Ocasiones que no se dice “Ana” 22.
Un recién casado no dice “Ana” durante los primeros siete días de casado. Si se encuentra rezando en un Minián, no dicen el Viduy todos los concurrentes en honor a él. (20) 280
Capítulo 131: Confesión “Ana”
23. 24. 25. 26. 27.
Si la boda se realizó, por ejemplo, un miércoles antes de la puesta del sol, los siete días de esta terminan el próximo martes en la puesta del sol. Sin embargo, no dice “Ana” hasta después de la puesta del sol del miércoles, cubriendo así los siete días completos. (21) En el rezo de Shajrit del día en que se casa debe decir “Ana” y “Ledavid”, aunque la boda sea antes de la puesta del sol, ya que todavía no se considera casado. (20) En el rezo de Minjá próximo a la boda, si el novio se encuentra en el Minián rezando con ellos, no debe decirse “Ana”, si no se encuentra, aunque la novia se encuentre en “Ezrat Nashim”, los concurrentes deben decir “Ana”. (20) Cuando se reza en casa del deudo, no se dice “Ana” los siete días de luto, aun si los deudos no están presentes, pues los concurrentes asisten en honor al difunto. Cuando los visitantes salen de la casa, no es preciso reponer el “Ana”. (22) Si el deudo asistió al Templo en la semana de luto por no haber Minián en su casa y poder decir Kadish y escuchar Kedushá y Barejú, no debe decir “Ana” mientras que la concurrencia debe hacerlo. No obstante, si el deudo asiste al Templo en el séptimo día de luto cuando también se escuchan palabras de Torá y condolencias en honor al difunto, no debe decirse “Ana”. (23)
28. 29. 30.
En un Minián donde se encuentra un joven que cumple ese día trece años, no se dice “Ana”, comparándolo con un recién casado. (24) No se dice el Viduy en el Templo donde se llevará a cabo un Berit Milá en ese día, en ninguno de los Minianim que se formalicen en él. Aun si el Berit Milá será por la mañana, no debe decirse “Ana” tampoco en Minjá. (25,28) Si el padre del niño a circuncidar, el Sandak o el Mohel se encuentran en el Minián, no debe decirse “Ana”, incluso después de llevarse a cabo el Berit Milá. Algunos Ashkenazim acostumbran decir “Ana” si el Berit Milá se hace por la tarde y el rezo de Minjá será más tarde. (26,29) 281
Capítulo 131: Confesión “Ana”
31. 32.
Si el padre del niño a circuncidar no podrá participar en el Berit Milá, no deberá decir “Ana” en ese día, aunque el resto de la congregación debe hacerlo. (31) La circuncisión consta de tres etapas: el corte, la Periá, desgarre y la Metzitá, succión de la sangre. Si una persona hará el corte y otro la Periá, cualquiera de los dos que se encuentre en el Minián, exenta a todos los concurrentes de decir “Ana”. Si un tercero hace la Metzitá, su presencia no exenta al Minián de decir el Viduy, aunque si lo omiten, tienen en quien apoyarse. (32)
33.
Si en el rezo de Minjá de Shabat se encuentra entre la concurrencia alguna persona que en su presencia no debe decirse “Ana”, se dice “Tzidkatejá” y no “Yehí Shem”. Lo mismo aplica cuando cae el nueve de Av en domingo, se dice “Tzidkatejá” en Minjá del Shabat previo. (41)
34. 35. 36. 37. 38.
Algunos acostumbran a decir los trece atributos de misericordia inmediatamente después de la circuncisión en tiempos difíciles. Si es Shabat o Yom Tob, se dice únicamente en momentos de guerra o sufrimiento. (26) Los lugares que no dicen “Ana” en todos los Minianim de la ciudad si hay un Berit Milá, no se les debe reprender. No obstante, si no se tiene esa costumbre, no deben hacerlo, ya que la Halajá no lo aprueba. (27) Si habrá un Pidión Habén, debe decirse “Ana” en el Minián donde reza el padre del niño. Solamente en caso de hacer el banquete en honor del Pidión Habén en el mismo lugar donde rezan, pueden no decir “Ana”. (30) Es apropiado hacerle saber al ociante antes de comenzar el rezo que no se dirá “Ana” por alguno de los motivos mencionados anteriormente, para que diga Kadish inmediatamente después de la Jazará. En el caso anterior, si la concurrencia comenzó a decir “Ana”, deben continuar diciéndolo hasta “Veanshé Betenu”. (39) A excepción del día 33 de la cuenta del Omer, día en que falleció Rabí Shimón Bar Yojay, debe decirse “Ana” en el aniversario del fallecimiento de un Tzadik. Quienes no dicen el Viduy en ese día, están en un error. 282
Capítulo 131: Confesión “Ana” Por lo tanto, quien se encuentra en un Minián donde no dicen “Ana” y no puede reprenderlos, debe decir “Ana” aunque nadie más lo diga, sin que se considere presunción o que se aparta del grupo. (33)
39. 40.
Quienes acostumbran no decir “Ana” cuando se ingresa un Séfer Torá al Templo, tienen en quien apoyarse. (34) Si rezan Minjá antes de celebrarse un Siyum Maséjet, nalización de un tratado del Talmud, los que la terminaron y los invitados no deben decir “Ana”, porque se considera para ellos como un día de Yom Tob. Con mayor razón si el estudio se realizó con un grupo grande de participantes. (35)
Días que no se dice “Ana”
41.
No se dice “Ana” en el rezo de Shajrit ni de Minjá, así como en el rezo de Minjá de las vísperas, en las siguientes fechas a excepción de las vísperas de Rosh Hashaná y Kipur: • Todos los días de Rosh Jódesh, principio de mes • Todo el mes de Nisán • 14 de Iyar, Pésaj Shení • Día 33 de la cuenta del Omer • Desde el principio del mes de Siván, hasta el día 12 • 9 y 15 de Av • Víspera de Rosh Hashaná y Yom Kipur • Del 11 de Tishré hasta el 2 de Jeshván • Los 8 días de Januká • 15 de Shebat • 15 de Adar 1, 15 de Adar 2 (36,38)
42. 43.
Nuestra costumbre es decir “Ana” en el rezo de Shajrit en vísperas de Januká. (38) Cuando las vísperas de algún día en el que no se debe decir el Viduy cae en Shabat, en el rezo de Minjá de Shabat se dice “Yehí Shem” en vez de “Tzidkatejá”. (38,41) 283
Introducción 132: La escalera de bajada
Capítulo 132 La escalera de bajada
E
l rezo está compuesto como una escalera de tijera, con tres escalones de subida, tres de bajada y uno en la cima, basado en los cuatro mundos que creó Di’s: ‘Aziyá, Yetzirá, Beriá, y el cuarto, el cual es la morada Divina, conocido como Atzilut. Por eso el rezo está dividido en tres partes previas a la ‘Amidá, ubicada en Atzilut, y el nal del rezo también está dividido en tres partes, lo cual hace alusión a la parte de la escalera que desciende: Beriá, Yetzirá y ‘Aziyá. De este modo se parece el rezo a alguien que sube por una escalera, se ubica en la cima, recoge o deja algo y baja por el otro lado. Así, en la Telá avanzamos y en la ‘Amidá depositamos nuestras alabanzas, peticiones y agradecimientos a Di’s, para recibir el perdón, la bendición y la abundancia de nuestro Creador, y bajamoscon ellos de vuelta a nuestro mundo. En este capítulo se mencionan las leyes correspondientes al nal de la ‘Amidá, abordando varios tremas. • “Uvá Letzión” Despues de pedir perdón en el Viduy y Nelat Apaim, leemos el “Ashré” y posteriormente el “Uvá Letzión”, parrafo que habla del redentor que pronto que llegará a Yerushalaim. El motivo de esta ubicación esta basado en lo que dijo Rabí Yonatán: “Es tan grande la Teshuvá que sólo por medio de ella lograremos la redención”. Por eso, al terminar de decir el Viduy y volver en Teshuvá, pedimos con mucho fervor la redención. Además, en ese mismo párrafo repetimos por tercera vez en Shajarit el “Kadosh, Kadosh, Kadosh” (una se mencionó en Yotzery otra en la Jazará). Uno de los motivos es porque las cosas importantes procuramos repetirlas tres veces, numero que simboliza el concepto de Jazaká (armación, seguridad). Por eso, la Telá, el Shemá’, el importante Salmo 145 (“Ashré Yoshevé Beteja”) y el “Kadosh, Kadosh, Kadosh” se dicen tres veces al día.
284
Introducción 132: La escalera de bajada En esta parte de la Telá se intercalaraon varios versículos de los libros del profeta con el n de que la persona inicie su día con palabras de nuestra Sagrada Ley (por eso en Shabat no se dice, ya que ya leímos la Torá y la Haftará, que es un párrafo de los libros de los profetas). Además, pedimos mucho en esta parte a Di’s para que nos ayude a estudiar la Torá y citamos versículos como: “Y esta es mi palabra que puse ante ti, la cual no se apartará ni de ti ni de tu descendencia”. Y al nal decimos: “Que Di’s abra nuestros corazones para el estudio de la Torá... Y que se la voluntad de Di’s que cuidemos estos preceptos”. Existe cierta insinuación de todo lo anterior: Si sumamos las letras iniciales del versiculo de “Kadosh, Kadosh, Kadosh” que mencionamios en esta parte (485), el valor numeridco da las letras iniciales del segundo parrafo (“Baruj Kevod”) que suma 72, y las letras iniciales del tercer versículo (“Hashem Imloj Le’olam Va’ed”), que suma 56, nos da un total de 613, que es el numero de Mitzvot escritas en la Torá, las cuales debemos cumplir. • Salmo del día Posteriormente decimos el salmo correspondiente al día, ya que al nalizar el sacricio de Tamid en el Bet Hamikdash, los Leviim cantaban el Salmo del día que estableció el rey David, como dice el versículo (Divré Hayamim I, 15, 1 y 16, 37): “Y dijo el rey David a los Leviim que cantaban, que se paren junto con sus hermanos (los demás Leviim) con instrumenetos musicales y levanten su voz con alegría, y que esto se lleve a cabo día tras día”. Por tanto, tambien nosotros, al terminar de presentar nuestros sacricios (es decir, nuestro rezo) cantamos como los Leviim el Salmo del día, y aprovechamos para cumplir en ese momento una Mitzvá más: La de recordar todos los días el día de Shabat. Por eso decimos: “Este es el Salmo que los Leviim cantaban en el día tercero a partir del sábado”. Los días de semana en el idioma hebreo no tienen nombres propios, como en los demás idiomas que atribuyeron los días de semana a los planetas (lunes de Luna, martes de Marte, miércoles de Mercurio, etc. o en inglés sunday de Sun, monday de Moon, luna, etc.). En hebreo, los días de la semana están numerdados: El domingo es Rishón (“primero”); el lunes es Shení (“segundo”), y así sucesivamente, para siempre atribuir los dias de la semana al día principal, que es Shabat, como diciendo “el día primero a partir de Shabat, el día segundo a parir de Shabat, etc. • Pitum Haketóret Luego pasamos a leer el Pitum Haketóret, que es el nombre de la forma en que se hacía el incienso. El motivo por el que se decidiera comenzar el rezo con este párrafo mencionado al inicio de la Telá en los Corbanot y nalizar el rezo con la repetición de esta lectura se basa en los escritos sobre la importancia de este texto.
285
Introducción 132: La escalera de bajada Como dice el Midrash (Pesiktá Rabatí 20): “Cuando subió Moshé Rabenu al cielo para bajar la Torá, entró en una nube, la cual lo metió a la dimensión Celestial”. En su camino se encontraba Moshé con ángeles muy grandes y atemorizantes. El Midrash cita el ecnuentro con todos ellos y los procesos que atravesaba al pasar con cada uno de los niveles, y el factor común fue que al ver todos los angeles la grandeza de Moshé y la voluntad Divina de entregarle el tesoro Celestial, la Torá, cada uno de ellos tambien le dio un regalo, los cuales eran secretos angelicales. Incluso, comenta el Midrash, que tambien el Ángel de la Muerte le reveló un secreto: “En momentos de epidemia o malos momentos, cuando elaboren el incienso con sus once especies, el efecto Celestial será tan fuerte que incluso me neutralizaría a mí mismo”. Al respecto dijo el rey David (Tehilim 68, 19) de Moshé Rabenu: “Subiste al Cielo, trajiste un gran botín y obtuviste regalos para la gente”. Por eso termina el Midrash armando que: “Después de un tiempo, al haber un fuerte decreto de epidemia por culpa de Kóraj y su revolución, ordenó inmediatamente Moshé a su hermanoAharón que tomara la pala con el incienso y separara entre los vivos y los muertos, y sólo entonces cesó la epidemia”. Comenta el Zóhar que el incienso que se elaboraba en el Bet Hamidkash servía justamente para neutralizar cualquier fuerza negativa, brujería, noticias malas y epidemias. Además, Rabí Shimón Bar Yojai arma que no sólo el hecho de elaborar el incienso ayuda a detener epidemias, sino que con sólo citar y leer el proceso de la quema del Ketóret causa un gran efecto: “Si las personas supieran lo importante que es el Ketóret ante Di’s, tomarían cada una lde sus letras y les podrían coronas de oro”. Luego pregunta el Zóhar con relación al versículo (Shemot 30, 1): “Y harás un altar de sacricio para ofrendar el incienso” que “¿Por qué se llama altar de sacricio, si no se sacricaba nada encima?”, y responde que al quemar el Ketóret prácticamente se sacrica y eliminan las fuezas negativas. De ahí que comencemos el rezo citando el Pitum Haketóret (en la partde los Corbanot previos a Hodú) y nalicemos el rezo de nuevo leyendo el Ketóret, y una vez más antes de Minjá, ya que además de fortalecer este efecto citándolo tres veces al día, limpiamos “el momento” tanto al principio como al nal para que nuestro rezo pueda elevarse sin molestias ni interrupciones negativas. Además, no sólo es bueno leer el Pitum Haketoret durante el rezo, sino tambien fuera del rezo en momentos problemáticos, cuando siente que alguien le esta echando el mal de ojo o brujería, es bueno ler este párrafo (Zóhar, parte I, página 101a): “Rabi Ajá fue a la aldea de Tarsha. Al llegar se congregaron los habitantes y clamaron a él que desde siete días había una fueret epidemia en al lugar. Cuando le explicaron la situación con detalle, les respondió: Irenos todos a al sinagoga para rezar juntos a Di’s. En su camino llegaron otras persona con una mala noticia: Acaba de fallecer más y más gente, y hay otro grupo más que está en peligro de muerte”. “Entonces les dijo Rab Ajá: Si es así, no hay tiempo de ir hasta la sinagoga para rezasr.
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Introducción 132: La escalera de bajada Debemos hacer urgente mente algo más poderoso. Que se presenten cuarenta persona justas y temerosas de Di’s y se dividan en cuatro grupos de diez. Que se dirijan a los cuatro puntos cardinales de la ciudad y que lean juntos el Pitum Haketóret”. Al realizarlo, cesó inmdediatamente la epidemia en Tarsha. En el Zóhar (Vayerá pgína 100b) está escrito que Rabí Pinjás (al parecer se trata del suegro de Rabi Shim’ón Bar Yojai, Rabí Pinjás Ben Yair) y sus alumnos iban por el camino y se encontraron con Eliahu Hanaví y le pidieron que les comente algo que sea muy útil para toda la gente. Eliahu les respondió: “Escuché a Di’s reuniendo a los ángeles encargados de describir los pecados del pueblo del pueblo de Israel y les dijo: Cada vez que mis hijos lean los textos de los sacricios, pongan atención y menciónenlos para bien. Y en el mo mento que haya epidemia y muerte entre las personas, y se dé la orden en el cielo de proceder, si mis hijos se congregan en las sinagogas para leer el Ketóret, detengan de inmediato la epidemia y la muerte”. • “‘Alenu Leshabéaj” Cerramos el rezo con el párrafo de “‘Alenu Leshabéaj”. Según algunos comentaristas, esta parte del rezo fue redactada por el Emorá Rav, en el año 220 del siglo III de la era común. Otros atribuyen este rezo a Yehoshu’a Bin Nun, el cual lo compuso despues de la guerra contra ‘Ay y la captutra del pecador ‘Aján, lo cual se insinúa en el segundo pararfo del “‘Alenu Lesahbéaj” que comienza con las palabras “‘Al Ken Nodé”, cuyas iniciales forman la palabra ‘Aján. En el libro ‘Olam Hatelot (página 199) escribe el rabino Eliahu Munch: “Lo más probable que la raiz de este rezo es que fue elaborado por Yehoshu’a Bin Nun y psterorioemente Rav lo volvió a redactar y lo complementó”. En el libro ‘Iyún Telá se explica el motivo por el cua nalizamos el rezo con este versículo: “Durante el rezo fuimos diciendo versículos muy fuertes contra los enemigos y los malvados, como hacer venganza en ellos o los ateos y los malvados no tendrán esperanza, etc. Pero al nal reconocemos y entendemos que esa no es la nalidad ni el deso de Di’s, que tanto ama a todas sus criarturas y no qdesea ver a ninguna de ellas sufriendo. Por tanto, acralramos al nal del rezo que no nos referimos al exterminio del malvado, sino al exterminio de su maldad. No al extermino de los idolatras, sino de la idolatría misma. Por eso decimos que esperamos ver a Di’s en su belleza , que ya ano haya más idolatría y que toda la gente reconozac su nombre Santo. Que todos los malvados corrijan sus caminos y todos los habitantes sirvan sólo a Hashem. Por eso dice en el libro Harokéaj: “Cada hombre temeroso de Di’s debe leer este parrafo de “‘Alenu Leshabeaj” con todo su corazon, ya que cada momento en que lo citamos, se levantan todos los ángeles delabte de Di’s y dicen: Dichoso el rey de quien éste es su pueblo”. •
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Capítulo 132: “Ashré” y “Ubá Letzión”
Capítulo 132 “Ashré” y “Ubá Letzión” 1. 2. 3. 4. 5. 6.
Antes de sacar el Séfer Totrá los días lunes y jueves, se dice medio Kadish y después de “Ubá Letzión” se dice Kadish Titkabal. Si el ociante dijo Kadish Titkabal en vez de decir medio Kadish, de igual manera después de “Ubá Letzión” debe decir Kadish Titkabal. (7,8)
En días que se reza Musaf, se dice Kadish Titkabal después de la Jazará, antes de sacar el Séfer Torá. (7) Entre el “Ashré” y “Ubá Letzión” se dice el Mizmor “Yaanjá Adonay Beyom Tzará”. En los días que no se dice “Ana”, debe omitirse. De igual manera, debe omitirse “Telá Ledavid” que se encuentra después de “Ubá Letzión”. (1) Se debe decir la Kedushá de “Ubá Letzión” con mucha concentración. Además, su traducción al arameo, se acostumbra decirla en voz baja. (2) Se permite decir la Kedushá de “Ubá Letzión” aún si no hay diez personas en el Minián. No obstante, si está rezando sin Minián, es preferible que lo diga con entonación. (4) Nuestra costumbre es decir sentado la Kedushá de “Ubá Letzión” de Shajrit y de Minjá de Shabat, así como la que se dice al nal de Shabat. (5)
288
Capítulo 132: “Ashré” y “Ubá Letzión”
7. 8.
Es apropiado no salir del Minián antes de haber dicho la Kedushá de “Ubá Letzión”. Aunque en primera instancia, no debe salir del Templo antes de que el rezo termine. (6) Es costumbre no retirarse el Telín antes de la Kedushá de “Ubá Letzión”, aunque se permite hacerlo si es para colocarse el Telín de Rabenu Tam. (6)
Kadish Titkabal 9. 10.
Si había diez personas en la Jazará y algunos de ellos se salieron del Minián, se permite terminar la Jazará e incluso decir la Kedushá, pero no Kadish Titkabal. (12) El ociante que dice la Jazará es quien debe decir Kadish Titkabal. No obstante, en lugares donde acostumbran que otra persona lo diga, no se les debe reprender. En los lugares donde acostumbran dividir la Telá entre dos ociantes, de manera que el segundo comienza “Ashré” después de la Jazará, el primero es quien debe decir Kadish Titkabal. (9)
11. 12.
Si el ociante que dijo la Jazará no puede continuar con el rezo por algún motivo, por lo que no dirá Kadish Titkabal, deberá dar los tres pasos hacia atrás al término de la Jazará. (10) Nuestra costumbre es decir “Titkabal Tzelotana Ubaotana Im Tzelotehón Ubaotehón Dejol Bet Israel”. Quienes omiten las palabras “Tzelotana Ubaotana Im”, tienen en quien apoyarse. (11) 289
Capítulo 132: “Ashré” y “Ubá Letzión”
13.
Es correcto decir “Abuna Debishmayá” y omitir la palabra “Veará”. (11)
Mizmor del día 14. 15.
Diariamente se dice el Mizmor correspondiente al día de la semana. Algunos acostumbran decir previamente “Hayom Yom… Beshabat Kódesh”, mientras que otros omiten la palabra “Kódesh”. (13) En días especiales, como Rosh Jódesh o Januká algunos acostumbran decir solamente el Mizmor especíco de ese día especial, mientras que otros dicen los dos Mizmorim, siendo este proceder el correcto. En ese caso, primero debe decir el Mizmor del día, omitiendo las palabras “Hashir Shehayú Halviim…” y luego el Mizmor de ese día especíco. (13)
16.
En días que se reza Musaf, debe decirse el Mizmor del día antes de rezar Musaf. (13)
Ketóret 17. 18.
Se dice todos los días en el rezo de Shajrit y Minjá el orden del Ketóret, anticipando en Shajrit el párrafo de “En Keelo-henu”, mismo que sirve para completar las cien bendiciones diarias, en caso de que no podrá decir cien bendiciones comunes. (14) Es correcto decir el Ketóret de un escrito y no de memoria. Sin embargo, si lo dijo de memoria, también es válido. (14) 290
Capítulo 132: “Ashré” y “Ubá Letzión”
19.
Algunos acostumbran leer el Ketóret de un pergamino escrito con el tipo de letra que se escribe el Séfer Torá, ya que favorece en la obtención del sustento. No obstante, en primera instancia no es apropiado escribir el Ketóret en pergamino, aunque si ya lo hizo, se permite leerlo. (15)
20.
Después del Ketóret cada uno debe decir el párrafo “Tana Debé Eliahú”, no es suciente con que lo diga sólo el ociante. (16)
Kadish Yatom, Al Israel 21. 22. 23.
La costumbre Sefaradí es decir Kadish Al Israel, después del párrafo “Tana debé Eliahu”, antes de Alenu Leshabéaj. Quienes acostumbran decirlo después de Alenu Leshabéaj, continúan con su costumbre. (23) Este Kadish lo dicen los huérfanos en honor a sus padres, si no hay quien diga Kadish, uno de los concurrentes debe decirlo con el consentimiento de sus padres. Si nadie quiere decirlo, el ociante dice el “Barejú” posterior. (24) Si el hijo quiere decir Kadish por su madre y su padre no le permite hacerlo por temor a morir como consecuencia, no deberá decirlo si esta es la costumbre del lugar, procurando estudiar Torá para enaltecer el alma de su madre. No obstante, si el padre se opone a que el hijo diga Kadish por odio a su madre, debe decirlo. (24)
24.
Si el hijo quiere decir Kadish por su padre y su madre no se lo permite, aun si esto es por temor a morir por consecuencia de recitar el Kadish, el hijo debe decirlo y hacer caso omiso a la orden de su madre, ya que el honor del padre prevalece ante la voluntad de la madre. (24) 291
Capítulo 132: “Ashré” y “Ubá Letzión”
Alenu Leshabéaj 25. 26.
Después de “Barejú” se dice Alenu Leshabéaj al término del rezo, de pie y con concentración. (17) Aunque los Ashkenazim dicen Alenu Leshabéaj después de la Jazará, si un Sefaradí está rezando en un Minián Ashkenazí, no deberá decir Alenu Leshabéaj junto con la concurrencia. Debe seguir el orden del rezo según su costumbre, y debe ponerse de pie junto con los demás. (20)
27. 28. 29. 30.
Después de decir las palabras “El E-l Lo Yoshía” debe hacer una breve pausa y al decir “Vaanajnu Mishtajabim” inclinar levemente el cuerpo hacia adelante. (18) Si escucha Kadish o una bendición mientras dice las palabras “El E-l Lo Yehoshía”, deberá contestar Amén, sin que se considere que está contestando Amén a la idolatría que menciona con estas palabras. Sin embargo, debe procurar no llegar a esta situación.(21) Es apropiado que todo el que se encuentra en el Templo cuando la concurrencia dice Alenu Leshabéaj, se recline ligeramente junto con ellos cuando dicen “Vaanaju Mishtajavim”, aunque no es obligatorio. (20) (19)
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Nuestra costumbre es decir “Al Ken Nekavé” y no “Veal Ken”.
Capítulo 133: “Barejú” en Shabat
Capítulo 133 “Barejú” en Shabat 1. 2.
Nuestra costumbre es decir “Barejú” antes de Alenu Leshabéaj también en el día de Shabat y Yom Tob. (1) Quien rezó Shajrit de Shabat sin Minián, no puede decir Barejú después del Kadish que se encuentra antes de Alenu Leshabéaj en el rezo de Minjá. (2)
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Introducción 133 B: El origen de los rezos
Capítulo 133 B El origen de los rezos
L
os rezos son el equivalente a los sacricios que se realizaban en el Bet Hamikdash, que además de sacricar, los Cohanim realizaban un rezo en el lugar, el cual estaba compuesto de las bendiciones del Shemá’, la lectura de los diez mandamientos, el Bircat Cohanim, el Emet Veyatziv, etc. (Tamid 5, 1). Además cada persona que llevaba un ofrenda partícular, realizaba un rezo personal (sin ningun texto jo), simplemente lo que le salía del corazón. Ya desde tiempos antiguos se estableció en el resto del pueblo de Israel decir los tres rezos diarios, cuyo origen se halla en los tres patriarcas: Abraham establecio Shajrit, Itzjak Minjá y Ya’akov ‘Arbit, y se mantuvo de generación en generacion, como escribió el rey David (Tehilim 55, 18): “Noche, mañana y tarde te rezaré”. Tambien así lo escribio el profeta Daniel: “Y tres veces al día rezabamos” (Daniel 6, 14). En la época del segundo Bet Hamikdash, los miembros de la Gran Asamblea y los dirigentes de la generación, percibieron qué cosas que estaban tan claras y obvias en el primer Bet Hamikdash y lo que se fue distorsionando a raíz de la destrucción y el exilio, y sintieron la necesidad de establecer un texto jo de rezo, lo que causó bastantes dicusiones en esa época: Si los rezos debían ser largos o cortos, si ‘Arbit era obligatorio u opcional, etc. Así se empezaron a asentar las bases del Sidur. Posteriormente, a raíz de la destrucción del segundo Bet Hamikdash y el exilio masivo del pueblo de Israel, el Sanhedrín que se ubicó en el ciudad de Yavne, en el cual se reuieron todos los rabinos sobrevivientes; se estableció con más fuerza el tema del rezo, se integró la decimonovena bendicion de “Laminim” debido a los delatores y ateos que ponian en peligro al judaismo; se establecieron los textos del rezo, permitiendo abreviarlas en caso de necesidad (como en un viaje o en épocas y lugares peligrosos); se interclaron los textos de los sacricios y del servicio en el Bet Hamikdash para siempre recordar su destrucción y ofrecer con palabras los sacricios. Posteriormente, después de época de Rabi Yojanán Ben Zakay, los rabinos de la época de los Emoraim intercalaron más conceptos en el rezo, como versícluos de Tehilim, el “Nismat Kol Jay”, el “Elokai, Netzor”, etc. Otros cambios fueron ajustados más tarde, con el venir de los siglos. Por ejemplo, aunque la Guemará (Berajot) comenta que las bendiciones de la mañana se decían a medida que iba la persona amaneciendo, es decir, al despertar decia la bendición de “Hamajazir Neshamot” (“Bendito Di’s que devuelve el alma a los muerrtos” haciendo alusion al estado de dormidos en que estabamos, que eramos como muertos y Di’s nos devolvió el alma para un día más de vida).
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Introducción 133 B: El origen de los rezos Al escuchar el gallo se decía la bendicion de “Hanotén Lasejví”, al abrir los ojos la de “Pokéaj ‘Ivrim”, al vestirse la de “Malvish ‘Arumim”, etc. Con el pasar de los años se cambió esta costumbre, de modo que ahora la persona se levanta por la mañana, dice el “Modé Aní”, se lava las manos (“Netilat Yadaim”), se viste y cuando termina de asearse y prepararse, dice todas las bendiciones juntas, a modo de alabanza a Di’s, independientemente de si escuchó el gallo o no. Este cambo no fue aceptado por el Rambam, quien insiste en que los Bircot Hashájar deben decirse en orden como se hacía antiguamente, lo cual siguen haciendo hasta la fecha Temanim (Temenitas). También los Salmos de despues del “Ashré” fueron añadidos antes de la ‘Amidá, como gura en la Guemará (Berajot 31a): “Primero debe la persona alabar a Di’s antes de proceder a pedirle”. Además, al igual que los sacricios en el Bet Hamikdash que iban acompañados de cánticos con instrumentos de los Leviim, también nosotros adornamos nuestros rezos con cánticos y alabanzas a Hashem. Y aunque en la epoca de los Tanaim estos Salmos (concocidos como Pesuké Dezimrá) era costumbre sólo de los muy apegados a Di’s, con el tiempo se convirtieron en parte fundamental del rezo de todos. En al época de los Saboraím (aproximadamente por el siglo XI), se intercaló el párrafo de “Hodú” al principio del rezo, como cantó el rey David cuando logró traer el Arón Hakódesh a Yerushalaim, y posteriormente cuando se cosntruyó el Bet Hamikdash cantaban los Leviim la mitad de este Salmo durante el sacricio de la mañana y la otra mitad con el sacricio de la tarde. Los Sefaradim lo decimos antes del “Baruj Sheamar” como parte de los Corbanot previos a la Telá, y los Ashkenazim lo leen después del “Baruj Sheamar” como parte de las alabanzas. Asi tambien se estableció el texto nal de la ‘Amidá, la parte fundamental del rezo, dividida en tres partes: En la primera se alaba, en la segunda se pide, y en la tercera se agradece. La primera y la tercera partes son las mismas durante todo el año. La que varía es la parte de en medio, donde es diferente en dias de semana, Shabat, festividades, Rosh Hashaná y Yom Kipur. Así que, nalmente, el concepto del rezo y sus textos son una recopilacion desde nuestros patriarcas, pasando por los profetas, el rey David, y continuando con la Gran Asamblea, Tanaim, Emoraim... que al nal obtuvimos el texto denitivo que compartimos hoy. Era de esperarse debido a la trayectoria milenaria por que el debió pasar el rezo, se prestaron ciertas diferencias en varios textos, en la forma de pronunciarlños, el orden, modo, y demás vatiantes. Por eso, el deber de cada uno es de conservar su costumbre, y de eso trata este capitulo. No debemos olvidar que para Hashem todas las costumbres son correctas, y no porque otro rece diferente o pronuncie ciertas palabras distintas, debemos verlo como equivocado. Simplemente está cuidando su tradicion. Y asi será hasta la pronta llegada del Mashíaj, donde se retomará el punto inicial de la humanidad: Todos hablaremos un solo idioma, con una sola pronunciación, a un solo Di’s. •
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Capítulo 133 B: “Texto de los rezos Bircot Hashájar y Bircot Hatorá
Capítulo 133 B Texto de los rezos Bircot Hashájar y Bircot Hatorá 1. 2. 3. 4. 5.
No es apropiado alterar la pronunciación de los textos. Por lo que las palabras que terminan con Jaf Sot, se pronuncia la Jaf sin vocal. Por ejemplo, Nakdishaj, Venaaritzaj, Mitubaj, Shemaj en vez de pronunciar Nakdisheja, Venaaritzeja, Mitubeja, Shemeja. (1) Donde existen costumbres sobre la pronunciación de las palabras, deben permanecer sin ser alteradas. (1) Un Sefaradí que rezó con pronunciación Ashkenazí o Jasidí, cumplió con su obligación y viceversa, sin considerarse que alteró el texto establecido por nuestros Sabios. (2) Nuestra costumbre es decir el “Modé Aní”, las mujeres “Modá Aní”, como gura en los Sidurim, sin aumentar las palabras “Adir Venaor” después de “Mélej Jay Vekayam”. Además, debe hacerse una breve pausa entre las palabras “Bejemlá” y “Rabá”. (3) Para la pronunciación correcta de la bendición de “Asher Yatzar”, ver capítulo 6 incisos 11 y 12. (4)
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Capítulo 133 B: “Texto de los rezos Bircot Hashájar y Bircot Hatorá
6. 7. 8. 9.
La pronunciación correcta de Bircot Hashájar, ver capítulo 46a inciso del 5 al 10. (8). La pronunciación de la bendición “Sheló Asani Ábed” es “Ábed” y no “Ébed”. (15) Para las leyes de Bircot Hashájar para la mujer y el converso, ver capítulo 46a inciso del 17 al 21. (16,17) Para conocer la pronunciación correcta de Bircot Hatorá ver capítulo 46a incisos 65,66 y 67. (20)
Texto de los sacrifcios
10. 11. 12. 13.
Al decir el versículo “Baruj Shem…” debe hacer una pausa entre “Baruj” y “Shem Kebod” y otra pausa entre “Maljutó” y “Leolam Vaed”. Debe procurar decirlo en voz baja incluso después de “Ana Becóaj”. (30,31) En el Ketóret se dice “Umajazirán Lamajtéshet” y no “Umajazirán Lemajtéshet”. Además, se dice “Kost Shenem Asar” y no “Kosht”. Quien dice “Kosht” tiene en quien apoyarse. (26,27) En el párrafo de “Abayé” es bueno hacer una pausa entre “Abayé” y “Havá”. Algunos omiten la palabra “Havá”. (28) En la segunda oración del “Ana Becóaj” se hacen las pausas del siguiente modo: “Kabel Rinat Améja, Saguebenu, Taharenu Norá”. (29) 297
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14.
En el párrafo “Rabí Ishmael Omer” se pronuncia “Veján Shené Ketubim” y no “Vején Shené”. (32)
Kadish 15. 16. 17. 18. 19.
En el Kadish se dice “Kiruté”. Quienes dicen “Jiruté” tienen en quien apoyarse. (33) En “Yehé Sheméh Rabá” se pronuncia “Mebaraj” y no “Meboraj”, “Tishbejatá” y no “Tushbejatá”. (34) Además, se dice “Lealam Ulalmé” y no “Lealam Lealmé”. Esto es tanto para el Kadish, la Kedushá de Ubá Letzión, y el Vayoshá. (35) Se pronuncia “Leela Min Kol Birjatá” y no “Mikol Birjatá”. (37)
En Kadish Titkabal, el texto correcto es “Titkabal Tzelotana Ubaotana Im Tzelotehón Ubahotehón Dejol Bet Israel, Kodam Abuna Debishmayá, Veimrú Amén”, omitiendo la palabra “Veará”. Si el ociante no la omite, no debe provocarse discusión por ello, sólo explicarle que es conveniente omitirla. No obstante, en el Kadish Al Isarel, sí se dice “Maré Shemayá Veará”. (82,83)
20. 21.
En Kadish Al Israel, algunos dicen “Yehé Lana Uljón Ulhón”, y otros “Ulhón Uljón”, siendo los dos válidos. (85) En los diez días que hay entre Rosh Hashaná y Yom Kipur, únicamente en el Kadish Titkabal después de la Jazará se dice “Osé Hashalom”, mas no en los demás Kadishim. Quien dice “Osé Hashalom” en el Kadish Titkabal de Arbit de Shabat, tiene en quien apoyarse. Si no dijo “Osé Hashalom”, no debe repetirlo. (84) 298
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De Baruj Sheamar a Yishtabaj 22. 23. 24.
Nuestra costumbre es decir “Hamehulal Befé Amó” y no “Befí Amó”, además, decimos “Yajid Jay Haolamim” (38,39) Según algunas opiniones, en el canto de Vayosha debe hacerse una pausa entre “Bemáim” y “Adirim”. Sin embargo, si no hace la pausa no importa. (40) Se debe denotar la pronunciación de la letra Guímel en la palabra “Gaá”, y en “Am Zu Gáalta”. (41)
Yotzer Or 25. 26. 27. 28. 29.
Nuestra costumbre es decir “Ubtuvó Mejadesh Bejol Yom” y no “Betuvó”, siendo así la manera correcta. (42) Se dice “Mitnaseim Leumat Haseram, Leumatam Meshabejim…” y no “Mitnaseim Leumatam, Meshabejim…”. (43) Debe decirse “Retzón Konehem” y no “Retzón Konam”. Lo mismo aplica cuando se dice la bendición sobre la luna. (44) Se debe decir “Besafá Berurá Ubinimá, Kedushá”, separando entre la palabra “Binimá” y “Kedushá”. (45) Se dice “Lae-l Baruj” y no “Lee-l Baruj”. Asimismo, se dice “Lamélej E-l Jay” y no “Lemélej E-l Jay”. (46) 299
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Ahabat Olam 30. 31. 32.
En el rezo de Shajrit la costumbre Sefaradí es decir “Ahabat Olam”, aunque si un Sefaradí dijo “Ahabá Rabá” como la costumbre Ashkenazí, cumplió con su obligación. (47) Se dice “Veló Nebosh Veló Nikalem”; además, dice “Mearbá Kanfot Haáretz” y no “Kol Haáretz”. (48) Tanto los habitantes de Israel como los que residen fuera, deben decir “Meherá Komemiyut Leartzenu” y no “Beartzenu”, así como en Musaf de Rosh Jódesh se dice “Shetaalenu Besimjá Leartzenu”. (49)
La Amidá 33. 34.
Debe decirse “Umorid Haguéshem” y no “Hagáshem”. En el texto de Tikún Hatal, es conveniente omitir las palabras “Lej Leshalom Guéshem Ubó Beshalom Tal” y en el párrafo previo acostumbramos decir “Leshoní Conanta” en vez de “Bonanta”. (50) El texto correcto en la bendición de Atá Jonén es “Jojmá Biná Vadáat”. Además, nuestra costumbre es decir “Leadam Daat” y no “Laadam Daat, decir “Vejonenu Meitejá” y no “Jonenu Meitejá”. Esto es tanto para los rezos diarios como para Arbit al nalizar Shabat. (51,52,53)
35.
La costumbre Sefaradí es decir en verano “Barejenu” y en invierno “Barej Alenu”. Los Ashkenazim dicen todo el año “Barej Alenu” agregando en invierno “Vetén Tal Umatar” (54) 300
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36. 37. 38. 39. 40. 41. 42.
En la bendición de “Laminim” hay que tener precaución de no aumentar más de estos cuatro términos: “Teaker Utshaber Utjalem Vetajniem”. La nalización correcta de la bendición es “Umajnía Zedim”. (55,56) En la bendición de “Al Hatzadikim”, no se debe omitir las palabras “Veal Ziknehem”, los Ashkenazim deben decir “Veal Zikné Amejá Bet Israel”. (57) Es correcto aumentar la palabra “Kivinu Vetzipinu Kol Hayom” en la bendición de “Et Tzémaj”. Sin embargo, se puede decir “Kivinu Kol Hayom”. (58) En la bendición de “Shemá Kolenu” es correcto no empezar la bendición con “Ab Harajamán”. Sin embargo, no es preciso poner especial atención a esto. (59) En “Modim” se lee “Ishenu Atá Hu, Ledor Vador Nodé Lejá”. Además, se debe denotar la pronunciación de la letra Lámed de la palabra “Nodé Lejá”. (67) Cuando no hay Cohanim y el ociante dice el párrafo de “Elohenu Velohe Abotenu”, lo más correcto es decir “Barejenu Baberajá Hameshuléshet Batorá”. (74) En la bendición de “Sim Shalom”, debe decir “Jen Vajésed Tzedaká Verajamim”, como gura en los Sidurim de antaño. Además, se dice “Kulanu Keejad” y no “Keajat”, dice “Ki Beor Paneja” y no “Mimeor Paneja” y “Vetob Beeneja Lebarejenu” y no “Vetob Yihyé Beeneja Lebarejenu”. (76,77,78)
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Al Hanisim de Januká y Purim 43. 44. 45.
Cuando se aumenta en la Amidá “Al Hanisim” en Januká y Purim, se dice “Veal Hanisim” y no “Al Hanisim”. (68) En “Al Hanisim” de Januká, se dice “Jashmonai” y no “Jashmonaí”. Sin embargo, si dice “Jashmonaí” no se le debe reprender. Además, se dice “Leshakejam Torataj” y no “Torateja”. (69,70,71) En “Al Hanisim” de Purim, se debe terminar el párrafo “Imahem Nisim Veniaot” y no “Nes Vafele”. (73)
En Rosh Jódesh 46. 47. 48.
En Yaalé Veyabó es más correcto decir “Beyom Rosh Hajódesh” y no “Rosh Jódesh”. Asimismo, debe decir “Lején Uljésed Ulrajamim” y no “Lején Lejésed Lerajamim”. (60,62) En la bendición de Halel la costumbre Sefaradí es decir “Ligmor Et Hahalel”, mientras que los Ashkenazim dicen “Likró Et Hahalel”. Si un Sefaradí bendijo “Likró”, si no alcanzó a corregir su error antes de que pasen dos segundos, no es necesario volver a bendecir. (62) En la Amidá de Musaf se dice “Zikarón Lekulam Yihyé”, quienes dicen “Yihyú” tienen en quien apoyarse. (106) 302
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49.
Cuando cae Rosh Jódesh en día de semana, en la Amidá de Musaf acostumbramos decir “Et Musaf Yom Rosh Jódesh Hazé“, y si cae en Shabat decimos “Et Musfé”. Hay quienes acostumbran a decir “Ki Beamejá Israel Bajarta Vejuké Rashé Jodashim”. Mientras que otros no lo pronuncian de esta manera. Siendo que en la práctica, no se altera la costumbre habituada. (63,64,65)
50.
Cuando hay Adar II, se aumenta en la Amidá de Musaf de Rosh Jódesh “Uljaparat Pesha” desde el mes de Tishré hasta terminar Adar II. (66)
Bendiciones de la lectura de la Torá 51. 52.
La costumbre Sefaradí es bendecir después de la lectura de la Torá “Asher Natán Lanu Torató Torat Emet” y los Ashkenazim dice “Lanu Torat Emet”. (81) En la bendición de después de leer la Haftará en Shabat de Jol Hamoed, se alude sólo a Shabat “Mekadesh Hashabat” sin mencionar la esta. (81)
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En Arbit 53. 54. 55. 56. 57.
Al término de la segunda bendición en el rezo de Arbit, se dice “Veahabatejá Lo Tasur” y no “Veahabatejá Vejemlatejá”, porque si fuera así, tendría que nalizar la bendición “Lo Yasuru Mimenu Leolamim”. (87) La segunda bendición de Arbit se naliza “Oheb Et Amó Israel”. En los Sidurim de los Ashkenazim no gura la palabra “Et”. (88) En la bendición posterior al Shemá “Veemuná”, algunos dicen “Haosé Lanu Nisim Unkamá” y otros “Lanu Nekamá”, siendo los dos válidos. (89) En la bendición de “Hashkibenu” debe nalizar diciendo “Shomer Et Amó Israel Laad, Amén”, y no como aquellos que aumentan “Israel Mikol Dabar Ra Laad, Amén”. Sin embargo, no hay que reprochar a quienes lo dicen así. (91,92) La costumbre Sefaradí es contestar Amén después de nalizar su propia bendición de Hashkibenu. Se acostumbra proceder de la misma forma al terminar las bendiciones de la Haftará. (93)
Shajrit de Shabat 58.
En el párrafo de Nishmat Ko Jay, se dice “Vishabejú Vifaarú” omitiendo la palabra “Voshorerú”. Además, debe decirse “Vejol Ain Lejá Tetzapé” y no “Titzpé”. (97,98)
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59.
En el párrafo de Semejim, algunos dicen “Seram Vejayot Veofané Hakódesh”, mientras que otros dicen “Seram Veofanim Vejayot Hakódesh”, siendo los dos válidos. (99)
Musaf de Shabat 60. 61. 62.
En el texto de la Kedushá de Musaf, se debe decir “Im Amejá Israel”, y en el de Rosh Jódesh se dice “Veamejá Israel”. (101) En la Amidá, algunos dicen “Vegam Haohabim Debareha”, mientras que otros dicen “Vegam Ohabé Debareha”, siendo los dos válidos. (102) Al nal del párrafo de “Tikanta” en la Amidá, no se debe aumentar el párrafo “Vatetzavenu Lehakrib Bah Korbán Musaf Shabat Karauy”. (103)
Minjá de Shabat 63.
En la Amidá de Minjá de Shabat se debe decir “Veyanuju Bo”, quienes dicen “Shabatot Kodsheja Veyanuju Bam”, no se les debe reprender ni corregir. (105) 305
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Yom Tob 64. 65.
En la Amidá de Yom Tob, se debe nalizar el párrafo de “Vatiten Lanu” diciendo “Beahabá Mikrá Kódesh”, aunque sea día de semana. (120) Si cae Yom Tob en Shabat, algunos acostumbran empezar la bendición de “Atá Bejartanu” en la Amidá diciendo “Elo-henu Veelohé Abotenu”, teniendo en quién apoyarse. No obstante, si cae entre semana se debe empezar desde “Kadeshenu Bemitzvoteja”. (122)
En Rosh Hashaná y Yom Kipur 66. 67. 68. 69.
En el texto de la Amidá se debe decir “Shehashiltón Lefaneja” y no “Shehasholtán Lefaneja”. (112) En la Amidá de Musaf se dice “Hayom Lezaró Tizkor” y no “Lezera Yaacob Tizkor”. (113) Cuando cae Rosh Hashaná en Shabat, dice también en Musaf “Ki Shoméa Kol Shofar Ata”, y naliza la bendición “Shomea Kol Teruat Amó Israel Berajamim” en vez de “Hayom Berajamim”. (114) Cuando cae Rosh Hashaná en Motzaé Shabat, se aumenta en la Amidá el párrafo de “Vatodienu”, haciendo una pausa entre la palabra “Kidashta” y la palabra “Vehibdalta”. Esta pausa también se hace en el Kidush de la noche. (115) 306
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70. 71. 72. 73. 74.
El “Kal Nidre” debe decirse tres veces y se debe decir “Vedí Asarna Al Nafshatana Miyom Hakipurim Sheabar, Ad Yom Hakipurim Hazé Shebá Alenu Leshalom. Vedí Neesar Al Nafshatana Miyom Hakipurim Hazé, Ad Yom Hakipurim Sheyabó Alenu Leshalom”. (116) En la confesión de Rabenu Nissim que se dice en Yom Kipur, es correcto decir “Abal Aní Báar Veló Yodea… Kerashá Veló Tzadik” (118) En la confesión de Yom Kipur debe omitirse “Lo Aninu Baruj Hu Ubaruj Shemó”. (117) Cuando Yom Kipur cae entre semana, se dice “Et Musaf” y no “Et Musfé”. (121) Si cae Yom Kipur en Shabat, no se empieza el párrafo de la Amidá con “Elo-henu Veelo-hé Abotenu”, se empieza desde “Kadeshenu Bemitzvoteja”, a menos que así sea la costumbre del Minián. Si un ociante lo omitió en un Templo donde habitúan decirlo, no se le debe reprender. No obstante, en la bendición de Arbit después de la Amidá, el ociante debe decir “Elo-henu…” (119)
9 De Av 75.
Se dice el párrafo de “Najem” en la Amidá en los tres rezos del día 9 de Av, sin modicar su texto, ya que en la actualidad el grado de espiritualidad de Yerushalaim sigue bajo. (126)
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Bircat Hamazón 76.
Para hacer Zimún antes de Bircat Hamazón, el Mezamén dice “Hab Lan Venibrij Lemalká Ilaá Kadishá”, los demás responden “Shamaim”, el Mezamén dice “Birshut Lemalká Ilaá Kadishá”, aumentando en Shabat “Ubirshut Shabat Malketá”, “Ubirshut Moray Verabotay, Nebarej Sheajalnu Misheló”, los demás responden “Baruj Sheajalnu Misheló Ubtubó Jayinu” y el Mezamén repite “Baruj Sheajalnu…”. (152)
77. 78. 79. 80. 81.
Si hay diez comensales, se aumenta la palabra “Elo-henu” diciendo “Nebarej Elo-henu Sheajalnu Misheló”. Si dice “Lelo-henu” es un error, por lo que deben explicarle la forma correcta de decirlo. (152) En la primera bendición se dice “Umbarejim Otaj”. Algunos dicen “Umbarejim Et Shemaj”, siendo los dos válidos. (128) Nuestra costumbre es decir en la segunda bendición “Veal Hakol”. Quienes dicen “Al Hakol” tienen en quien apoyarse. (127) Si en Shabat olvidó decir “Retzé Vehajalitzenu” en la primera o segunda comida, debe agregar la bendición de “Asher Natán Shabatot” antes de “Boné Yerushalaim”. Quienes dicen “Shenatán” en vez de “Asher Natán”, cumplen con su obligación. (130) Si está comiendo en casa del deudo, debe nalizar la tercera bendición diciendo “Menajem Tzión Bebinián Yerushalaim”. Quienes dicen “Menajem Abelim Bebinián Yerushalaim” no se les debe reprender. No obstante, en Shabat, si está comiendo con más personas, no deberá nalizar la bendición de este modo, porque no se demuestra luto en Shabat, aunque la recite en voz baja. (139) 308
Capítulo 133 B: “Texto de los rezos Bircot Hashájar y Bircot Hatorá
82.
En la cuarta bendición es correcto decir “Laad Hae-l Abinu”. Además, en los “Harajamán” la costumbre es decir “Beheter Veló Beisur”. (131,132)
Al Hamijiyá - Al Haguefen 83.
En la bendición de Meén Shalosh, bendición posterior a la comida Mezonot, vino y fruta, debe decirse antes de nalizar “Venodé Lejá Al Haáretz”. Quienes acostumbran a decir “Venodé Lejá Ado-nay Elo-henu Al Hamijiyá Veal Hakalkalá”, pueden seguir su costumbre. (134)
84. 85.
Se naliza la bendición diciendo “Al Haáretz Veal Hamijiyá”, sin pronunciar “Veal Hakalkalá”. Quien acostumbra decirlo, debe dejar de hacerlo. (135) Si está diciendo la bendición de Meén Shalosh por haber tomado vino, debe nalizarla diciendo “Al Haguefen” y no “Al Hagafen”. (142)
Boré Nefashot 86.
En la bendición de Boré Nefashot se debe decir “Vejesronán” y no “Vejesronam”, decir “Al Kol Ma Shebarata” y no “Shebará”. Además, se debe nalizar diciendo “Baruj Jay Haolamim”, sin pronunciar el nombre de Hashem. (141) 309
Capítulo 133 B: “Texto de los rezos Bircot Hashájar y Bircot Hatorá
Texto de distintas bendiciones 87. 88. 89. 90. 91. 92. 93.
En la bendición “Haguefen” antes tomar vino, debe decir “Perí Haguefen” y no “Ferí”. (143) Cuando huele una fruta con buen aroma, bendice “Hanotén Reaj Tob Baperot”. Otros bendicen “Asher Natán Reaj Tob Baperot”, siendo las dos válidas. Cabe mencionar que apropiado percibir el buen aroma de las frutas y bendecir por ello. (149) En el texto de la bendición sobre la luna se dice “Simán Tov Tehí Lanu Uljol Israel”. Además se debe decir “Baruj Yotzrej, Osej, Konej, Borej” en vez de “Borij, Konij…”. Se dice “Ilmalé Zajú Bené Israel”, y no “Ilmalé Lo Zajú”. (107,108,109)
Si no conoce la bendición sobre la luna, no debe decirla en síntesis: “Baruj Atá Ado-nay Elohenu Mélej Haolam, Mejadesh Jodashim”. Quien bendijo así, no es necesario que repita la bendición. (111) La bendición del sol es “Baruj Atá Ado-nay Elohenu Mélej Haolam, Osé Maasé Bereshit”. (154) La bendición previa al encendido de velas de Janucá debe ser “Lehadlik Ner Janucá” y no “Shel Januká”. Esto es aun en el caso que otra persona prenderá por él. (123) En la bendición de “Sheasá Nisim” dice “Bazemán Hazé” y no “Ubazemán Hazé”, sin necesidad de reprender a quien así lo dice. (124)
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Capítulo 133 B: “Texto de los rezos Bircot Hashájar y Bircot Hatorá
94. 95.
En la bendición al término de la lectura de la Meguilá se dice “Hanifrá Leamó Israel…”. Quienes dicen “Hae-l Hanifrá Leamó Israel…”, tienen en quien apoyarse, sin necesidad de reprenderlos, aunque lo correcto es la primera forma. (125) Cuando se busca el Jametz en la víspera de Pésaj, se bendice “Al Biur Jametz”. Si dijo “Lebaer Jametz”, no debe repetir la bendición. El texto del Bitul Jametz empieza “Kal Jamirá Vajamirá” y no dice “Vajamia”. Además, es bueno agregar las palabras “Velehevé Hefker Keafrá Deará” en una de las tres veces que se repite. (157)
96. 97.
En la bendición del Erub debe decir “Asher Kideshanu Bemitzvotav Vetzivanu Al Mitzvat Erub”. Si va a hacer a la vez Erub para cocinar y Erub para poder cargar, en la bendición dice “Al Mitzvat Erubim”. Si dijo “Al Mitzvat Erub”, servirá para ambos. (138) En el “Leshem Yijud” que se dice antes de la bendición de Serat Haómer, se dice “Lekayem Mitzvat Serat Haómer” en vez de “Lekayem Mitzvat Asé”. Esto es porque según la mayoría de las opiniones, esta Mitzvá en la actualidad es de los Jajamim y no de la Torá. Además, en la cuenta del día debe decir “Laomer” y no “Baomer”. (136,137)
98. 99. 100. 101.
La bendición por los árboles se “Sheló Jiser Beolamó Kelum, Ubará Bo Beriot Tobot Veilanot Tobot, Lehanot Bahem Bené Adam”. (140) En un Berit Milá, cuando el padre del niño es quien hará la circuncisión, dice en la bendición “Al Hamilá”. Si dijo “Lamul Et Habén”, cumplió con su obligación. (145) En la bendición de después de la circuncisión se acostumbra decir “Asher Kidesh Yedid Mibeten… E-l Jay Jelkenu Tzurenu, Tzavé Lehatzil Yedidut Sheerenu Mishájat…”. (146) Antes de separar la Jalá de la masa se bendice “Asher Kideshanu Bemitzvotav Vetzivanu Lehafrish Jalá Terumá”. (147)
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