Asignatura: ÉTICA PROFESIONAL Docente: Mg. JESÚS A. ZAMUDIO SANTIVÁÑEZ
Los especialistas consideran que la definición más correcta de stakeholder es parte interesada, es decir, cualquier persona o entidad que es afectada por las actividades de una organización; por ejemplo, los trabajadores de esa organización, sus accionistas, las asociaciones de vecinos, sindicatos, organizaciones civiles y gubernamentales, etc. Estos grupos o individuos son los públicos interesados ("stakeholders"), que según Freeman deben ser considerados como un elemento esencial en la vida de las organizaciones.
Las organizaciones interactúan con múltiples ambientes locales, nacionales e internacionales cambiantes. Estos ambientes se están fusionando cada vez más en un sistema global de interacciones interrelacionadas de forma dinámica entre todas las organizaciones.
Debemos “pensar de manera global antes de actuar de modo local” en muchas situaciones. Las fuerzas ambientales a macronivel afectan el desempeño y operación de industrias, organizaciones y empleos. Esta estructura puede usarse como un punto de partida para identificar tendencias, casos, oportunidades y problemas éticos que afectan a las personas y los intereses en niveles diferentes.
El enfoque de administración de los stakeholders es una forma de comprender los efectos éticos de las fuerzas ambientales y grupos en casos específicos que afectan a los stakeholders y su bienestar.
El enfoque de los stakeholders comienza por abordar estas cuestiones al permitir que individuos y grupos articulen estrategias de colaboración ganar – ganar basadas en: Identificar y establecer prioridades en los casos, amenazas u oportunidades. Mapear quiénes son los stakeholders. Identificar sus intereses, preocupaciones. Mostrar cuál es (y debería ser) la ética de cada stakeholder.
Durante los últimos años en los ámbitos educativos, empresariales, profesionales, civiles, religiosos e incluso en el campo político se han vuelto a dedicar esfuerzos al concepto de ética. Muchas universidades de diversos países del mundo han encontrado que es vital, en sus procesos formativos, poner énfasis sustancial en el desarrollo de un conjunto de valores y creencias en lo referente a la ética de sus egresados.
Las asociaciones profesionales, y aún las universidades, han producido códigos de ética que, se suponía deberían ser capaces de resolver los dilemas morales de los profesionales. Pero lo cierto es que gran parte de nosotros manifestamos inquietudes referente a la ética, sólo cuando creemos que ha habido violaciones a esas normas éticas y cuando hemos sido afectados.