í ndi ce
Vitale, Alejandra El estudio de los
: Peí rce rce ySaussure.- P. ed. 4" reimp.Buenos Aires: Eudeba, 2004. 112 p. ; 21x14 cm, - (Materiales de cátedra, CBC) ISBN 9'50-23-1234-1 L Tí tulo, tulo, - 1. Semiótica
. . . .
CDn 401.41
PRESENl A QÓ QÓN • . • • • • • • . . • • • • • . • • • • • • • . . • • . • • • . • • • • . • • • • • • • • • • . . . . . . . . • • . • • . • . • • • • . • • • • • • • • • • • • • •
Eudeba
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CAPtruLo 1. Lasemiótica de Peirce
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Universidad de Buenos Aires
1ª edición: marzo de de 2002 1ª edición, 4i1 reit:npresión: marzo de 2004
© 2002 Editorial Universitaria de Buenos Aires Sociedad de Economí a Mixta
Av. Ri Rivadavia 15 1571/73 Ciudad de Bu Buenos Aires Te!. Te!.:: 438 43833-80 8025 25 / Fax: Fax: 4383 4383--2202 2202 www.eudeba.com.ar
aL au r aPi a gg i o.Eudeba Diseño de tapa: Marí ISBN 950-23·1234-1 Impreso en la Argentina
Hecho el depósito que establece la ley 11.723
1.1 El signo 1.2 Las ramas de la semiótica 1.3 Lascategotias 1.4 Tipos de signos
10 26 26 29
1. 5 Conocimiento de la re realidad y tipos de inferencia 1.6 Peirce y el post-estructuralismo
51 57
CAPtruLo n .Lafundación saussureana stico n.1El signo lingüí stico
00
62 70 77 80 89 92 97
1I.2 La lengua yel habla 1I.3 Inmutabilidad y mutabilidad del signo 1I.4 El valor II.5 Sincronia y diacronia
n. 6 Relaciones sintagmáticas y relaciones asociativas II.7 Lengua, pensamiento, percepci ón yrealidad 11.8 La lengua como interpretante de todo sistema semiológico 1I.9 Saussure yel estructuralismo II.10 ¿Uno o dos Saussure? LAFot ocOPI PI A MATAAl .LI BRO
61
°
98 102 103
No se permite la reproducción total parcial de este libro, ni su almacenamiento en un sistema informático, ni su transmisi ón en
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ODODE DECONCWS WSI óN A MOD
Bmu muoGRAFf A
~
Pr e se nt a ci ón
Esl c libro se inserta en elmarco de nuestra tarea docente desempeñada en la cátedra de Semiologí a (cuya Profesora TilUlar es Elvira Arnoux) del Ciclo B ásico Com ún, de la Universidad de Buenos otanto, como destinatarios privilegiados a los alumnos Aires. Tiene, por l que cursan esta materia, pero aspira tambi én a des-pertar el interés de aquellos que, vinculados con l asdenominadas ciencias humanas o sociales, no han tenido la oportunidad de acer- carseal pensamiento de quienes, en la modernidad, han sentado las bases para elestudio de los signos: Charles Sanders Peirce yFerilinand de SaU&"-''''. Peirce (1839-1914) y 5aussure (1857-1913) trabajaron simultáneamente sin entablar contacto entre ellos, pero compartieron el mismo contexto signado por la hegemon í a del paradigma posi-tivista en las ciencias del momento. En tanto fil ó.'iOfo, lógico yepislemólogo, a filosofia (se colocó del lado de Duns Escoto Peirce dialogó Con l contra los nominalistas,' se opuso a la noci ón de evidencia de Descartes y panió de Kant p"drd su teoria de las
1. DUllS Escoto fue un fil ósofo medieval representante del reúismo, para el que los para las univer.;ales. como " smas; ' l adureza", exi')[i;m en las cosas mi nominalistas. en cambio. los universales Cf " m puras eonvenciories que no
respondí an a hechos re3les.
7
Al ej andr aVí t al e categor í as), pero tambi én Con la matem ática yla f ís ica, de las que ten í a gran conocimiento, Cpmolingúista, Saussure se situ ó frente a la emprt'sa de la lingüí s tica comparativa y la psicologí a asociacioní s ta de los neograrruiticos.' A diferencia de su teor í ade los signos -.cOmo veremosfue en g ranmedida influida por la sociolog í a de Durkheim (1858-191 n La teOrla de Peirce no despert ó el reconocimiento de sus pa_ re, (muro en la JXlbreza ydesconocido), mientr.a.s que l ade Saussure no alcanzó durante sU vida eléxito que luego tendr í a; la obra sobre los signos de ambos, porotra parte, fue publí cada en fonna p óstuma, Hoy, sin embargo, Pe í rce y Saussure son una referenda indispensable para los estudí os semióticos yí o serruológicos:' ,," textos son considerados fundadores de tradidones di'>CUcsivas que siguen siendo una y otra vez repetidas, reformuladas, refutadas. pero nunca ignoradas.
Capí tulo 1. La semi ótica de Peirce
Charles Sanders Peirce elaboro una extensa obra de car ácter fragmentario (reunida en los Col/ected Papers)' en la que siempre busc ó construir y fundamentar una teolia de los signos como el : marco para Una teolia del conodmielllo, La semiótica de Pe í rce tiene una perspectiva f ¡ ] os ófi capues constituye una teolia de la realidad y del conocimiento que podemos tener de eIJa por el medio exclusivo del que disponemos los signos. El único pensa-miento que puede conocerse -sostiene Peirce- es pensamiento en los signos. y como un pensamiento que no pueda conocerse no ex í ste, todo pensamiento debe existir necesariamente en los signos, Dicho de otro modo. no podemos pensar sin signOs. Pa.... Peirce l asemiótica es equiparable a la lógica; por ello
afirma,'
4. In' primeros seis volúmenes de los CoJJeaed Paper> fueron publicados po, la Harvard aj ol adire<:<:iÓfl de Charleo¡ Hitnshonte y hu! Uní lle1'Sily Press entre 1931 y1935, b Weiss. En1958 se publicaron los siguientes dos voJúmenes, bajo la: dire:cd6n de Arthur Burks. Peioce intercam~ió durante nueve años gran cantidadde
2.La lingüí stica lumpal'ativa consist í a esencialmente en un esludio compara.-do del
origen y evolución de las lenguas emparentadas en una familia común, Los neograrn:álkos, por su parte, concibieron la relacj ón entre len-gua y pensamiento como una meraa.'i(x:iaci ón de urra palabra con Unaidea de existencia 311tónorn:a. 3. J'e1rce utiliz:a el témt.ino "semióLic,t"; Saussure, "semiolog í a". En la acrual1-dad 1son a veces 1153dC1S como equivalenre5 pero la mayor í a de las veces remiten, l'espectiv',;t.rnenrc, a las propuestas teóricas de Peirce o a las de SaussuJ'e.
8
adyWeJby.en las quecomentaron con L
e : s pe í . " ' t i V' 3 Ssobre los signos y criticaron conjuntamente l sus t [eor í as. aama de
Pr mc i p i a Ma J _Estacomespondencí a fue publicada compre", en 1977 b ajoel tí t ulo .5emiolte and Stsnijlcs, Tbe CG~ce Bel"""" Charles S. Peirce andLady WellryOndiana University Press).
S, Aristóteles, los estoí ros. los epicúreos y los escéptil"Osl:m1bíén semiódCl como orto nombre de .ka lógica.
<: oflSi derAron
a la
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Alejand",Vrtale
Elest udi ode l ossí gnos.Peí rce ySaussur e
"Lalógica, en su sentido gL~eral, es, como creo haberlo demostrnrlo, otro nombre de la semiólic"~ (011/lEllllnKTj), la doetrin;¡ cuasi-necesaria, o formal, de los signos",6 La semiótica entendida como otro nombre de l alógic~ tiene por objeto de estudio a la semiosis, palabra que Peirce toma del ftI ósofo epicúr<,'o Filodemo, pard el que eHa es una inferencia a par t i rde signos. La semiosis, el instrumento de eonocimiento de la realidad, es siempre para Peil1.'e un proceso tri ádico de inferencia mediante el cual a un signo {llamado representamen) se le atribu-ye un objeto a parlir de otro signo (llamado interpretante) que remite al mismo objeto.! Si alguien ve en la puerta de un negocio la imagen de una cruz color verde (representamen), por ejemplo, comprende que allí hay una farmacia (objeto) a partir de un pro-ceso semiótico de inferencia que <-'Onsiste en que el primer sIgno (representamen) despierta en su mente otro signo, como la p' la-bra . . "farmacia" (lnterpretame), que lo lleva a conectar el primer signo (representamen) con el objeto farmacia. Como se despren-de de este ejemplo, la semiosis es una experiencia que hace cada uno en todo momento de la vida, n úentras que la semi ótica cons-lituye la teor í a de esa expenencia, cuyos componentes formales son el repres.""tcmum, el objeta y el ¡nte1pretante.
1.1 El signo
Elsigno en Peiree recibe el nombre Ii:cnico de
representamen.
El representamen es una "cualidad material" (una secuencia de letras o de
sonidos, una forma, un eolor, un o lor, etc.)" que está en 6. Ver Peirce (1986, 21).
7. Aunque la inferencia Cl:l,si siempre sea consciente, la teorí a de la inferen-cia semiótica de Peirce es una teorí a lógica y no psicológica. S. Maga'iños de Morentí n 0983, 84) sostiene que " eltérmino 'represern:mren'
el lugar de otra cosa, su objeto, de modo que despierta en la mente de alguien un signo equivalente o másdesarrollado al que se denomina interpretante, que aclara lo que signillca el repres.'TIJamen y que a su vez representa almismo objeto. En un diccionario, por ejemplo, la secuenria de letras "perro" (1a palabra cuyo signifiado se b\JSCl) constituye un representamen que est á en el lugar de un objeto al que representa (provisorlamente pen- semos en los perros de la realidad), y la defm í ción que la acompa-na, constituida a su vez por signos -ott"dS secuencias de letras-, funciona corno el interpretante que establece el signifICado del represenlamen. Laseñal caminera conformada por un circulo rojo con una lí n ea blanca hori7.ontal colocada en la esquina de una calle es otro representamen que representa un objeto, en este caso el hecho de que all í cambia la direcci ón de los vehí culos, cuyo interpretante es otro signo, como el de la lengua espa ñola "din.= í 6n proIúbida" . Peirre mí smo define al signo del siguiente modo: e pr e : r e nt a me n.es algo que, para alguien, repre-senta. o se "Un ~Lgno o r refiere a algo en alg ún aspecto o car ácter. Se dirige a :illguien. esto es, crea en la mente de esa persona un signo equivalente. o, (al vez, Ul1 signo más desarroHado. Este signo lteado es lo que yo Hamo el i n Je r p r e l a me del primer signo. El signo est á en lugar de a.~go. su objeto.Está en lugar de ese objeto, no en todos los aspectos, sino s ólo con referencia a una suerte de idea, que a veces he llamado el fundamento del reprcsentamen. 'ldt."a" debe entenderse aqu í en cierto senlido platónico, muy familiar en elhabla cotidiamt; quiero decir, en el mismo sentido en que decimos que un hombre capta la idea de otro hombre, en que dec í mos que cuando un hombre recuerd>1 lo que estaba pensando alltcrionnente. recuerda la misma idea, yen que, cuando el hombre contin úa pensando en algo. aun cuando sea por un décimo de .segundo, en la medida cn que el pensamiento concuerda consigo mismo du~ rante ese lapso, o sea, contin( Ía teniendo un contenido simUar.
( .. . lindicl l aexistenciade l aforma perccp
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AlejandraVltale
8 estudio de los signos. Peirce ySaussure
es 'la misma idea', yno es, en cada instante del intervalo, una idea nueva",?
Esta definición implica que existen tres condiciones para que algo sea un signo:
1.
2.
Condición necesaria pero no suficiente: el signo debe tener cualidades que sirvan para distinguirlo, por ejemplo una pala-bm debe tener un sonido particular diferente dd sonido de otra palabra. Pero no basta p<..T<.ibir un sonido para reconocer-lo como signo. Segunda condición necesaria pero no sufrciente: el signo debe tener un objeto, aunque la relaci ón del representamen con el
objeto no basta pard hacer de uno el signo de otro. Para ello
es necesario un interpretante.
" \
3.
Tercera condici ón necesaria y sufrciente: la relación semiótica debe ser triádica, comportar Un representamen que debe ser reconocido lOcomo el signo de un objeto a través de un interpretante.
1.1.1 El interpretante Sobre el interpretante, Eco 0986: 85; 2000: 116)" aclarol que es otro signo, o sea otra representaci ón, que se refiere al mismo objeto que el representamen yque'PUede asumir diversas formas: Un signo equivalente de otrosistema semi ótico. Por ejemplo, el interpretante de la palabra "perro" puede ser el dibujo de un perro, es decir un signo de otro sistema semi ótico respec-to dellen!luaje verbal al que pertenece dicha palabra. El dedo Indice que apunta a un objeto, aunque se sobreen-tiende que se trolta de "todos los objetos como éste". En el caso de la palabra "perro" en tanto representamen, el interpretante puede ser entonces el dedo í ndice que apunta
hacia un perro.
Una deflfiición ingenua o cientifJca fonnulada en el rrtismo rna de cornunirnci6n, en l ami'lJJ.1a lengua que en l aque es con", truido el representamen. Por ejemplo, para el representamen "sal" el interpretante puede ser "cloruro de sodio" La traducción del término a otra lengua. Por ejemplo, el interpretante de la palabra del espa ñol "perro" puede ser la palabra
REPRE:SENTAMEN
OBJETO ¿
,
INTF-RPRE"TA!'>'TE
A continuación, comentaremos la definici ón del signo dada por Peirce precisando las nociones de interpretante, objeto yfundamento.
del inglés "dog". Peirce rrtismo se refiere a esta pa bilidad si cuando sostiene que "si buscarnos la palabra 'hornme' en un diccionario francés-inglés, veremos frente a la palabra 'homme' la palabra 'man' que representa 'homme' como re-presentando la misma criatura b í peda que 'man' mismo reprerenla"." En estecaso, la palabm del ingl és "man" funcio-na como elinterpretante de la palabra del francés "hornme". La traducción del témúno a otro de la rrtisrna lengua mediante un sin ónimo. Por ejemplo, "remedio" para "medicamento".
u. El año consignado en todas fas remisk>nes bibHográficas es el de las ediciones consultadas. Ei año de las e
12
"'r DelaililJe 0996: 137). 13
El estudio
Al ej andraVi t al e
Una asociación emotiva con un valor f~o, Por ejemplo, el intetpremnte de l apalabra "perro" puede ser "fidelidad",
Enverdad, entodos los ejemplos anteriores ¡:xxJemos pensar la intClpretación de un signo como la entiende Peirce: la traducción de un signo en otro signo, e! interpretante, que se corresponde c onel significado del primer signo. Deallí que conciba al significado de un signo como "el signo alque éste debe traducirse" y ( afirme que el significado "es, en su acepci ón primaria, la tr-aduc,
ciÓn de un sIgno a otro sislema designes',]>
Hasta aquí hemos tratado al interpretante sin considerar en él diversos tipos, pero siguiendo aPeí rce sepueden distinguir tres interpretantes de un signo: el interpretante inmediato, el interpretante din ámico y el interpretante final.
a. El interpretante inmediato El interpretante inmediato es el interpretante pensado como el concepto o significado que comporta todo signo independien-temente desu contexto yde las circunstancias de su enuncia-ci ón." Deallí que Peirce sostenga: ;'Mi Inrerpretante Inmediato cs, en mI opini ón, un concepto (, .. ) Podrí a describir milmerpretación Inmediata como palte del efecto del Signo que hasta para que una persona pueda dec:..i rsi el Signo es o no es aplicable .a algo que esa persona conozca suficientemente e..)Mi] nterpretante Inmediaro est á implí cito enel hedlO de que <':>da Signo debe tener su lnterprerabilidad pe-<'\lHar antes de obtener un Intérprete L .)El! nterprelante Inme-diato es una abst r aedÓl 1:consiste en una Posibilidad".ls
13 Citado en Eco (1981: 48), )almbson (985), por Su parte. se lmsa en Peirce (,"11 sus reflexiones lingijisliCUl sobre la trnducdón.
14. Ver Savan 0980, 19), IS. Ver Peirre (198(i, 1tJ9. 11 O),
14
er mi t erelacio-mrun El illlerpretante inmediato en tanto concepto p signo ron un ~ sin considerar una situaci ón romunicltiva ronctel:a enl a que dicho signo aparezca, por eUo Peirce afinna que seIr
producido por un Signo en su Intérprete (..,) Mi Interpretante Dinámico es aquel que es experimentado en cada alo1o de interpreración, yen cada uno de éscos es diferente de cualquier 0([' 0( .• •)El lnrerpretante Din ámico es un evento sin-gular y real"}-b
El interpretante din ámico es un efecto patticular produci-do por el signo en un "aqu í y ahora" que lo vuelve un aconte-cimiento singular y real, frente a la abstracci ón y la posibilidad que ala ñen al intClpretante inmediato. Este efecto singular pro-vocado por el signo en un acto de comunicación especí fico puede ser de natmaleza divetsa: un sentimiento o una emo-ci ón, una acci ón. una idea o un pensamiento, incluso un razo-namiento, etc. De esta manera, el inlerpretante din ámico de la palabra "fuego' gtitada ante un incendio, por ejemplo, puede ser tanto sentir terror, salir corriendo o pensar en llamar a los bomberos.
16,VerPeirce 0986, 1(9) .
15
El estudio de los ~gnos, Peieee y$aussure
AJeí andr aVi t al e c. El intelpretante fi nal
Comoafirma Deladalle (1996), este interpretante presupone a los otros dos tipos de interpremntt een atribuir aun representamen un objeto y, por otra parte, del jnterpretante que despierta la unanimidad de los eruclitoo en un campo del conocimiento." El interpretante "ser humano adulto fe-menino" p ardel represenlamen "mujer", por ejemplo, es flOal por-que es un interpremnte habitual y recurrente que atribuye de modo estable a dicho representamen un objeto. El interpretante "H,O" para el representamen "agua" es asimismo un interpretante final, puesconcita el consenso entre loo expert os, Lasiguiente definici ón dada por Peirce del interpretante final destaca las consideradones anteriores, es decir, que el interpretante final permite que ante un signo "cualquier mente" llegue a un ' único resultado interpretativo": "Mi Inrerpretame fmaJ serta
REPRESENTAMEN
OBJETO
Citando a PeÍl'ce, Eco 0981: 63) especifica que un h ábito es "una tendencia a actuar de manera similar en circunstandas fUtu-ras slmí lares" y que " el inlerpretante final de un signo es este hábitocomo'resultado", Por ello. el interpretante final es tambi én la regularidad en l a dL'posición a a~'tuar en el mundo y a intervenir en lascosas que un signo despierta en su í ntérprete. El interprelante
17,Seguimos aquí a Ddaclalle U9\l6, 103).
tNTERPRETANTE
~
e. , )el efe~'to que el Signo produci·
t i asobre cualquier mente sobre la cual las circunstancias pennitirí an que pudiera ejercer su efecto pleno. Es el único resultado inferpretativo al que cada intérprete está destinado a negar si el signo es suf1cient.ementc considerado'" .11>
18. Ver Pelr,:e (1986, 110).'
final del signo conformado por la luz roja del sem áforo, entonces, ser á el hábito de detenerse, El interpretante inmediato (el interpretante pensado como concepto), el interpretante dinámico (el interpretante pensado como efecto real en el intérpre~) y el interpretante final (el interpretante pensado como h ábito) 50n distinguidos por Peiree desde un punto de vista teórico, pero son tres instancias de la interpretaci ón de un signo q1.1e funcionan simult áneamente en un acto de semiosis.
INMEDlATO
DINÁMICO
FINAL
pr i nc i pi odel pr agmat i s mo J / . /,,}El
En un primer mOfilento, Peirce utihzÓ el término "pragmatismo" para referirse a su principio seg ún el cual la creencia en la verdad de un concepto determina h ábitos de conducta, La adopción de esta palabra por parte del IlIósofo Wí 1ham]ames para calí ficz.r una propuesta filosófica con elementOS opuestos a "la sana lógica" según Peirce , hizo que la sustituyera por "pragmaticismo", Sobre el pnncipio del pragmatismo o F
pra¿;"11'laticismo, sostiene:
.~
./k "Dado que empleé la p'l.labra
Pragma,Ü ctsmo,
y como tendré
una vez más la ocasi ón de émple'.JTla, tal ve? serta bueno que la explique. Hace alrededor de cuarenta a ños, mi." estudios sobre Berkcley¡ Kant y algunos otros -despu és de haberme convencido de que todo pensat1:1iemo se hace mediante Signos yque la mt..!(li~ taoón adopta ia forma deun diálogo, de modo que conviene 16
17
,,' " --~.
AlcjandraVitale
! "
hablar de l asignificaci ón de un concepto- me condujeron a la conclusión de que para adquirir el dominio complero de esta significación es necesario. en primer lugar, aprender a reconocer este concepto bajo toda suelte de disfrJ.ces, f'IDDitiari7.3ndose lo más posible con el mayor núlnero de casos de ese concepc:o. Pero esto. después de todo, no implí c a que se io comprenda verdaderamente; de modo que es m"Cesario,.. adem ás, que hagamo.o;¡ de él un an áhstS tan completo como sea posible. Pero in- cluso así e~ a ún posible que 110 tengamO-'i una comprensión viva; yel único modo de completar nuestro conocimiento de su naturaleza es descubrir y rcconOC"ef cu áles son exactamente los ; hál":Jitos generales de a::mduet.a que una creencia en la verdad "del concepto (de cualquier tcma y en cualquier circunstancia concebibles) desarrollada ra7.onablernente; es decirl qué hábitos resultarí an en última lt1st'dncia de una consideración suficiente
de -esta veroad"" 19
La crc:encla en la verdad del concepto de esluh como obje-to que caJienta un ambiente, por ejemplo, desarrolla el h ábito de conducta que consiste en prender una estufa cuando hace frlo. Se entiende así que elInterpretante Inmediato de Peirce afume que para el pragmatismo " elpragmatismo hace todo pensamiento propio es la Con-ducta"" yque " que la esenda de <:ada concepto sea presentada dentro de una influencia sobre posi-bles conductas"," El espí ritu genuino del pragmatismo, entonces, consiste para Peirce en considerar que el significado lógico de los conceptos se encarna en hábitos generales de conducta, Desde este p"nto de vista, el pragmatismo sostiene que lo que nosotros pensarnos debe ser entendido en létminos de aquello que estamos dispuestos a por lo que Peirce plantea que la l ógica, doctrina de lo que 19. Citado en DetadaIle (I996, 207). 20. Ver Pdrce 0986: 67). 21. Ver Peirce 0986: 6{).
18
Elest udi ode l ossI gnos.Pei r ceySaussur e dd>ernos pensar, debe ser una aphcación de la doctrina de lo que ,por consigUIente, una apl í -cadón deddimos deliberadamente hacer, y de la ética (1a que, a su vez, adquiere elverdadero sentido de sus operaciones g.adas a la l ógica),'" ~
1. 1. 2Elobj et o Peirce hace him:apié en que para que algo sea un signo "debe 'representar', como solemos decir, a otra cosa, llamada su Objetd'. Sobre el sentido que le otorga a la noci ón de representar, afirma: "Ii'i[ar en lugar de ar r a,eBdecir, estar en tal r el adóncon otro que, para ciertos propósitos, Se".l tratado por derras mentes como s isefueraese ot r o,Consecuent ement e.un vocer o,undiputado.
l
un apoderado, un agente, un vicario, un diagrama, un sintoma, un tablero, una descripción, un concepto, una premisa, un testi- ,
( \
monio, :rodos representan algun¡l otra cosa, de diversas maneras,
para mentes que así 105consideran. e..)Cuando se desea distin~
guí e e n t r eaquello que representay el acto o r e l a ci ónde repre-
semar. lo primero puede ser llamado el 'representamen' y lo segundo la 'representaci ón'''.'.'! Peí rc'e sostiene que para atenuar las dificultades de s uestudio, se referirá a los signos como si luvier.m un únim objeto, pero acl8rd que un signo (como una oraci ón o un texto) puede tener m ás de un objeto. En esros casos, se referir á a un "objeto complejo": "Un Signo pl..lede tener más de un Objeto. Así . la oración 'Caí n mat6 a Abel', que es un Signo, se refiere tanto a Caí n CQ1' noa Abel, si no se considera ---como se deb erfa- que se tiene un tercer Objeto, Pero puede consider.u:5e que el 'matar' como 22. Ver Siní (985). 23. Ver Peiroe 0986, 43).
19
, . \!
~
>J' , \ ¡/;\ C. \J'
Al ej andra#~e
sucesivo, ya menudo en otros futuros texros, los Signos serán rr~tados como si %.~da uno tuviera úni<:amente un solo Objeto, a
findedi smi nui rLasdmcultades deles t udi o" . u
Asu vez, Peirce distingue en el objeto dos tipos; e! objeto inmediato (interior a la semiosis) y el objeto diruimioo (exterior a
la s&'niosL~)
.. Esto es. debemos distinguir el Objeto Inmediato, que es el Objeto tal como es representado por el Signo mismo, y cuyo Ser es, entonces, dependiente de la Representaci ón de éi en el Signoj y, por otra parte, el Objeto Din ámico, que es la Realidad que, por alg ún medio, arbitra la forma de detcnninar el Signo a .su Represenrad6n" .~
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Elest udi qde
\ -, Y. . signos, Pein::e y Saussure
modo; se trata de la construcci ón semiótica de dos objetos inme-d ÍJi
Expresiones referenciales como las nombradas son de gran utilidad para ilustrar las nociones de objeto inmediato yobjeto dinámico porque manifiestan cómo los signos (en el ejemplo dado, las palabras) construyen semióticamente los objetos de la realidad a los que representan, en muchos casos (si no en todos) guiados por consideraciones ideológicas. De esta manera, un mismo objeto dinámko, como el ex presidente argentino Juan Domingo Peron, fue en la Argentina construido en tanto objeto inmediato de modo negativo por la rófuexpresi ón "el tirano p go" en los c í rculos antiperonistas luego de 1955, mientras que entre sus adeptos fue representado antes de su ca í da con la
expresión o/el primer trnbajador'¡. Según Peirce, el objeto dinámico tiene una exi,¡teOCÍ
respecto del signo que lo representa pero para que el signo pueda representarlo, este objeto debe ser algo conocido para el intétprete, es decir, debe tener de élun conocimiento colateral que es el resultado de semi0SÍ5 anteriores; "Objeto es aquello acerca de
Rf,PRESENTAMEN
\
\:
eC-~'/
CO:1,,"lnro de Obj et osconstituye un úní co Obj et ocompl ej o.Enlo
""",.
l ocual el Signo presupone un
conocimiento para que sea posibLe proveer alguna informaci ón
~
adicional sobre el mismo, No dudamos que habr á 1e<.1:oresque INTERPRETANTE
D[NÁM[CO
Pensemos en el planeta Venus como objeto din ámico en el sentido que le da Peirce en 1;; cita anterior, un objeto de la realidad mnsiderado fuera de Lareladón semiótica, independienTe del modo en que un signo aépoca de! lo representa. Dicho planeta suele ser designado, seg ún l afio, mediante dos expresiones; "el lucero matutino" o el "lucero vespertino", Estas dos expresiones repre-sentan a un mL~moobjeto dinámico (el planeta Venus) de distinto
digan que no pueden aprf"..hender est O,E.llos pensarán que un Signo no necesita es:¡:ar rel~ldonado con algo y aconocido de fll " ffiafque otra manera ' fcreerán que no tiene ni pies n í cabez.'1 a
todo Signo debe relacionarse con un Objeto conocido. Pero si existiera ' que transmitiera i . al go' nf ormadónY.si nembargo, notuviera
ninguna relación ni referencia respeclo de alguna otra
cosa acerca de la cmd l apersona a quien llega esa i nf ormad6o 26. Ilustra! !as nocione.s de objeto din ámico yde objeto inmediato con el plane\3 Venus no es inocente, pues Jo
u.'1\3 Frege (1974) para
ejempliflcar sus nociones de
o ol l d eu l Un gys í n n.Como alirma Deladalle 0996: 1(6), el <>bieto d.námico es eqUiparable al beudeuJtmg (obieto representado) yel objeto inmediaro al sin" (modo de presentación del obje¡o).
24,VerPei r ce(1986, 23) , 25 Ver Pe¡«Ce 0986, 65)
20
21
Alejandro Vi t al e caredera del menor conocimiento,
Elest udi odel ossi gnos.Pe,r ce y Saussure directo o indirecto por j '
cierto que seria c..."$a Una muy extra ña clase de infonnadón,..-, el vehlcuJo de esa clase de infonnación no serí a Hamado, en e~:e
trabalo, un Signo",'"
La exigencia de que el objeto debe ser algo conocido, ya pensado, para que el signo pueda represenl árlo y dar informacio-nes suplemenlarias de él, 1k.'V3 a Peirce a aflnnar que elobjeto tiene I ámbién la naturaleza de un signo, dado que pensamiento y signo son en Peirce equivalentes: "Todo signo está puc:sto para un objeto independiente de él mismo, pero no puede ser un signo de ese objeto sino en l a medida en que éste tiene él mismo la naturaleza de un 51gT'1.0, del pensamiemo"..li8
En sintesis, el objelo din ápuco es elobjeto de una realidad que tiene una existencia independiente de la semiosis, pero pal".l que el signo pueda decir algo de él es necesario que ya haya sido objeto de semiosis anteriores a partir de lasque el int érprete tiene un conocimiento de dicho objelD, que es, por ello, concebido l ambi éncomounsi gno.De est amaner A;enunúltimo an álisis lógico los tres componentes formales de la semiosis (representamen-objeto-interpretante) son signos.
es uno o ,""r í o s rasgos o atributos de un objeto que permiten identificarlo, es decir, los rasgos distintivos que lo diferencian de otros objetos. Las expresiones antes mencionadas "el lucero ma-tutino· y" el lucero vespertino", en tanto represent ámenes, repre-senl án al planel á Ven us sobre la base de fundamentos diferemes (seg ún l a época del año), el primer representamen selecciona del objeto (Venus) el rasgo distinlivo "matutino" y el segundo represenl ámen selecciona del mismo objeto (Venus) el rasgo dis-tintivo "vespertino".
Eswmismas expresiones fueron usadas para ejempliflalr cómo un mismo objeto dinámico (en este caso el planelá Venus) es representado con dos represent ámenes que construyen objetos inmediatos diferentes, lo que ahora podemos comprender mejor al advertir que es el fundamento del represenl ámen lo que cons-truye al objeto inmediato, es decir que el signo instituye al objeto inmediato por medio del fundamento, Deallí que F.co (1980: 82) afirme que el fundamento es "un atributo del objeto en la medida en que dicho objeto se ha seleccionado de determinada manera y s ólo algunos de sus atnbutos se han elegido como pertinentes para la construcci ón del objeto inmediato del signo", Por otra pane, Eco (1981:51) ha planteado la hipótesis de que el fundamento es un componente del significado del signo, entendido asuma de rasgos semánticos que caracterizan su contenido. como l E.,to es así porque estos rasgos semánticos, como 'hu-mano', 'femenino', 'adulto' para el significado del sih'l10 "mujer", son a su vez los rasgos distintivos, atributos que diferencian al objeto mUler de otros objetos, es decir, el fundamento de dicho ~igno. Pam Eco, entonc(,,'S, más all á de su distinci ón formal, el fun-damento, el significado yel interprelánte de un signo "son, de hecho, Una misma cosa", pues ser í a imposible definir al funda-mento si no es en cuanto signifkado, ydefinir algún significado como no sea en forma de una serie de interpretantes.
1.1.3Elf undament o Peirce afirma que el signo represenl á a su objeto "no en todos los "slX-"C1os, sino s ólo con referencia a una suerte de idea", que ha llamado el fundamento'" del represenl ámen. Dicho fundamemo
27. Ver Peiree 0986: 24). 28. Clllldo en Deladalle 09%, 141). 29. El término inglés que usa Peirce p;lr& referirse al fundamento e.<;."gro0nd~. 22
23
AiejandraVí t al e
Elestudi odel ossi gnos,Pei r ceySaussur e
1.1.4 Lasemi osi si nfini t a Los componentes f'onnales de la semiosis, dijimos, 50n el representamen, el objeto yel interpretante. o-.ado que el interpretanle es también un signo, est á en lugar de un objeto yremí t e a su vez a un interpretante. Este interpretante es, asimismo, un si¡:,'l1o, que e stáen el lugar de un objeto yestá ligado a un interpretante, que es un signo, y así de mcxJo ilirrUtado. Por e",w Peirce afoma que un signo es: "Cualqulcr cOSa que deTermina a otra cosa (su i ' t l l c r J ) r et a nt e )a referí rse a un objeto al cual ella también se refiere (su objeto) de
l amisma manera, deviniendo el interpretanre a su vez en signo. n j i n( f um' · . · ' J 4 y así sucesivamente adi
;'No se puede poseer ning ún conocimiento que no est é detenni~ n..t<Ío por un <:onodmienro anrerior".32
conceplD de signo es uno de los aportes más fruct(feros de Peirce a la epistemologí a contemporánea".
lNTERPRETANTE (REPRESENTAMEN)
OBJP.TO
ot r osL"OI 1oci mi ent os:
"El conocimiento tiene siempre por oh,cEo a. otro conocimiento ynunca a la realidad en su pretendida pureza de no modificada todav í a por el pensamiento. Si, por lanro, el objeto de todo signo debe ser algo ya conocido, es que también es signo. El sentido recurrente del
INl'ERPRETANTE ' ---- ' (REPRESENTAMEN)
OB]h'TO
A su vez. como todo conocimiento es una relaci ón entre sig-nos, Peirce p ostulaque todo conocimiento est á detenninado por
Magari ños de Morent í n (1983: 86) destlKa el aporte que la teor í a de Peirce nace a la epistemologia contempor ánea:
REPRESf.,NTAMEN
OBJETO
t i otros "Todos los peosmní e ntos deben dirigirse ellos mismos pensamientos. puesto que t i les la esencia del signo".:l- l
D
Puesto que un interpretante es en general un signo m ás desarrollado que el representamen, la cadena de la semiosis infinita determina un paulatino aumento del conocimiento sobre un obje-lo. ¿Pero toda semiosL~es infinita? En 'verdad, la semiosis es virtualmente infinita, por eso hay que dislinguir entre la semiosis humita y la denominada 'semiosis en acto", que le pone u n t érmino pro-IlÍsional a la cadena cuando un interpretante final designa el obje-to de un reprcsentam':n en un acto semi ótico particular"
¡NTERPRETANl'E
(REPRESENTAMEN)
Un signo, por lo lamo, no est á aislado, sino que integra una cadena de semiosis: cada signo es a la vez interpretante del que lo antecede e interpretado por el que le sigue. Como todos los pen-samientos son signos, también se remiten unos a otros: 3Q.
24
31. Citado en IJelad.lIe 099/5: 25). 32. Cillldú en Sini 0985: 2' 7) , 33. Ver DeJadaUe (1996: 103).
Ver Peirce (.1986: 59). 25
AlejandraVitaJe
1.2 Lasramas de la semiótica El hecho, dICe Peirce, de que cada representamen se conecte oon tres cosas (el fundamento, el objeto y el interpretante) hace que la ciencia semi ótica tenga tres ramas, 1.
2
3.
La gramática pura. Su finalidad es averiguar qué es lo verda-dero en el representamen utilizado portoda inteligencia cien-tmea como para que aquel pueda encamar un significado. Por ello, la gramática pura buse.! responder a la siguiente pregunta: ¿c6mo debe ser el r<''Presentamen para poder encamar al significado? aciencia Lalógica propiamente dicha. En palabras de Peirce, "<..'5 l de lo que es cuasi-necesariamente verdadero de los represenlámenes de <.'tJ31quier inteligencia cientilka par.. que puedan ser válidos para algún objeto, esto es, pam que pue-dan ser ciertos. Vale decir, la l ógica propiamente dIcha es la ciencia formal de las condiciones de verdad de las represen- taciones".'" Por esto la lógica responde a la siguiente pregun- ta, ¿en qué sentido es verdadero que un representamen est é en l Ug, l fde un objeto? La retórie.! pura. Tiene c omofinalidad "detemlinar las leyes mediante las cuales, en cualquier inteligencia cientí fica, un
signo da nacimiento a OlrO, y, especialmente, un pensamien-to da nadnliento a otro pensamlenlo". 55 l a retórica pura con-cierne así al aumento "lógico" del conocimiento.
1.3 La scategorí as La concepción tríádica del signo <''fl Peirce (representarnen-objetointerpretante) tiene como origen la divisi ón triádica de las
El estudio de los signos. Pein:e ySaussure
categorí < JB, que son el objeto de reflexi ón de lo que Peirce deno-mina alternativamente según sus
"Lo que yo llamo 'faneroscopí a' es la descripción de lo que estí frente a la
mente o en la condencia. ' como ap-J.rece''''.~ t al
Las tres categoñas que poslula Peirce son lres modos de ser del fanerón, tres maneras en que el faner ón est á presente en la mente, " en otras palabras, tres puntos de visla sobre él .Peirce sostiene que todos los fanerones (o ideas) pueden ser pensados desde !reS categotfas: la Primeridad, la Segundidad Y l aT=ridad La categorí ade pri meri dadimpliea consi der ara 3jgotal como es sin referenCIa a ninguna otr osa;a su vez, la pdmeridad se vi ncul aconlas ac vedad. <. "I l Z. O,noi dms de libertad, posibilidad, í ndelernúnacíón, comi Pensemos, como propone s" i e:el pdmero es libre e v , ¡ n(980), enunaser u<..xIetomar cualquier cosa como punto de indeterminado porque se p partida, como comienzo de l aserie (puede ser, por ejempk), el número 5o cualquier otro). Pe empl ode primero a l i r ceda como ej acualidad toIllllda independientemente deCUaklUlef realizad ón exlstenda1; en ranto tal, es adureza, lo áspero, el rojo o una pura pos i bi l i dadindetermi-nada, como l cualquier otto colorantes de estar manifestados en un objeto. En el signo, el representamen (cualidad) se corresponde con la categor í ade primeridad 36. Citado en Delad.lle 09%, 59). 37. Ci[ado en DeJa dalle (19<)6: 59). En cuanto a. la ideoscopia, P<::irce 0986: 86)
de1a5 ideas que pertenecen a .la experiencia ordinaria o que surgen nawralmen[e en C(' nexión con la vida ) o cotidiana,sin tener en cuenta su grado de validez, ni sus a1l'ec~os psicológicos". la define como "la descripci ón y dasit1cación
r ce0986: 23). 34. V<. . , .Pei r ce0986, 23}. 35. VerPeí
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Elest udi odel ossi gnos.Pei n:: e ySaussuro
Al ej andr aVi t al e Lacategorí a de segundidad implial considerar a algo tal romo es pero en relaci ón con ()(ra cosa, es decir, establecer una relaci ón di ádica que no involucre a una tere.."" cosa. Peirce v í ncu1a la cate-gor í a de segundidad con la idea de exislencia y de hecho en bruto. Como ejemplos de segundo, se refiere a la ca í da de una piedra en tanto hecho bruto. considerado como relaci ón diádica entre la piedra y la tierra, en cuanto asunto exclusivo de la piedra Yde la tierra en un momento detenninado. Si pensamos en una serie, el primero, en s í mLsmo, "'5 sólo l aposibilidad de la serie, es el segundo quien introduce la erisrenda de ella. Pero si algo fuese analizado s ólo en t énninos de primeridad yde segundidad, ni la ley, ni la regularidad eX Í>1irí a n:en una serie el segundo podda ser cualquier cosa (por ejemplo el n úmero 6 o cualquier otro), yesta-rí amos ante una serie azarosa. En el signo, el objeto se ade existencia, pero si colreSpon-de con ia categor í a de la segundidad, l nos limitáramos a la relaci ón diádica entre un p rimero (el representamen) y un segundo (el objeto) nos encontrar í amos ante una relación sin regularidad. La categorí a de terceridad es la que hace posible la ley y la roregularidad. En una serie. es el tercero el que introduce una p gresión regular no azarosa mediante una ley (por ejemplo, "n .¡. 1"). En el signo, el interpretante se corresponde con la categor í a de terceooad,'" pues constituye una ley que pone en relaci ón a un primero (el representamen) con un segundo (el objeto) con el que él mismo est á en relaci ón; de allí que Peirce afirme: " ' Ensu forma genuina, la Terccr í dad es la .relaci ón triádica que existe entre un signo. su objeto yel pensamiento interpretador.
que es en s í mismo un signo. cQnsider..a.da dlcha relaci ón triádka comoel modode.s<:.r deuns i g no" ' , ! l í l "
El interprctante, como tercero, incorpora una auténtica rela-ción triádica, pues establece: a. La relad ón del primero (representamen) con el segundo (objeto); b. Su propia relaci ón con el segundo (objeto); c. El hecho de que la relaci ón entre el primero (represemamen) y el seg1lndo (objeto) es la misma que la del segundo (objeto) con el tercero (interpretante). Lostres constituyentes de la semiosi~, el representamen, el objeto y el interpretante, son a su vez tricotomizados por Peirce sobre la base de las tres categor í as faneroscópicas, a partir de lo que se obtienen nueve tipos de signos:
REPRESENTAMEN
PRIMERIDAD
5EGtlNDIDAD
TERCERIDAD
Cualisigno
Sinsigno
Legisigno
!cono
í ndice
OBJETO INTERPRETANIE
Rema
Di cent e
Sí mbolo
Ar gument o ~************::~
1.4Tipos de signos 1 0 4 . 1Cual i s i gno,s i ns i gno.l egi s i gno
El examen funeroscópico pennite div í d ir al representamen en cualisigno, sinsigno y legisigno. Peirce especillca que e¡,cas signos son clasificados confonne a la propia naturaleza material del repesentamen.
1 04 .J.I Cual i s i gno 38. Peí K'e también sostiene que l atercerida(I es el pensame~l! mediador quepone enr el aci ónunpr i mer oconunsegundo, 39: Ver Pei«:e (1986: 92),
Corresponde a la categor í a de la primeridad porque es una cualidad (un color, una forma, una textura, etc.) que en sí mi smaes una mera posibilidad hasta que se manifieste en un sinsigno (un signo existente): "Un CuaJi . s j g noes una cualidad que es un Signo. No puede ac- lUa, verdlderamente como signo hasta tanto no esté fomw lado;
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El estudio de los signos, P,,;rce y Saussure
Al ej andr aVr t al e pero la fonnulaci ón
(artí culo) puede aparecer de quince a veinticuatro veces en tma página. En lodas esas ocurrencias es una úniQl y mi.sl:na palabra, el mismo
no tiene relaci6n alguna con su car ácter en
legisigno. Cada una de esas í ruslandas es una R éplica, La Réplica es un Sirlsí gno. En consecuencia, lOdo Legí si gno re-quiere Sinsí gnos. (. ..) Tampocó"la Réplica seria s í gnifJC3flte, s í no fue.-.. pOTla ley que l aconviene en tal"."
Cin(o signo";w
signo 1.4.1.1 S ín Corresponde a la categor í a de segundidad porque es cual· quier Oóndel cosa exi'itente que es un ;S í gno. El sinsigno es una materiali. za cualisigno ycobra significado gradas a un Ieg í sí gno(un tipo generdl del que es la manifestaci ón):
Por ejemplo, en la palabm "pt.'lTo· escrita por una maestrn con una tiza blanca en una pizarr ón durante una clase, el cualisigno se ña la 1i dadesson blancura y cierta textura propia de la tiza,que en tanto CWl meras posibilidades hasta que se encaro nen en la palabra efectivamente escrita por la maestrn en el pizarr ón. Dicha palabra es un sinsigno, un hecho existente en determinado contexto y en determinado tiempo y atiza, es lugar, que para existir involucra la blancura yla leXl:Ura de l amaestra escribe dicha palabra y los niños la decir, un cualisigno. S í l entienden es porque conocen ellegi~igno,la palabra en tanto integrante del sistema de la lengua espa ñola, que hace significante al sinsigno (la omo ocurrencia particular en el pizarrón). Ellegisigno constituye r a ley de la lengua española que relaciona tLTceridad una ley, l determinado representamen (en este caso la se-cuencia de letras que í ntegran la palabra ·perro") con determi-nado objeto, l adase de los perros. Pensemos en otro ejemplo, en un signo no verbal como uno del sistema de se ñalizaci ón urbano: l ai magencolor negro de un niño sobre un fondo amarillo que se coloca en las esqui nasde las escuelas para que los conductores disminuY"" la velocidad y es· t én atentos ante los ni ños que Cl\lzan la calle. Este signo colocado en una esquina espec í fica de una
"Un 5insigno (la sí laba sin se toma para sJgnificar 'que es una única vez', como en las palabrns inglesas single. simple, o en la latina semel, etc.) es una cosa o un evento real y verdaderJmenre exisrente que es un sibmo. Pu a trav és de <. , " deserlo únicamente SlLS c ual i dades;de m
104,1.3 BIegisigno Se corresponde con la categor í a de terceridad porque es una ley que es un signo entendido como un tipo general integr.roo en un sistema organizado. El legí s igno vuelve significante a los sinsignos, las
dudad puede ser entendido,
manifestaciones "aqul yahora" dellegisigno:
gnosconvencio-nales (a los que 42. Ver Peirce 09!l(i 29). Peirce sostiene que todos los si llama sí mbolos) son legisignos "pero no rec í proca.menre" bres onomporque no todos los legbi í gnossoo s í mlxJlos. F.sro sucede con Jo.c¡ pr dem051rativos, que son p3rd Pcin.:e legisignos pero no s í mbolos, pues no se:a.sodan al objClo medianle un concepto general, como es el caso de
egi s i gnoes una ley que es un Signo. Esta ley es generdl· mente "Un l estableada por los hombres. Todo signo convencional (."5 un legisigno (pero no rec í procamente). No es un objeto único sino un t i pogenerJ1 egi s l g r i O significa que, como :se haacordado, ser á significante. Cada l pormedio de una in~2mcia de su aplica- ción, que puede ser llamada una
los simbolos.
Ré pl i c ade él. A'i, la palabra 'el'
40. Ver Pcirce 0986: 29). 41. ver Pein:e 0986: 29).
~: 30
31
Elest udi odel osSi gnos.Pei r cey 5i l USSure
AlejandraVi t a l e
por un Jado, como un cualisigno, pur.. cualidad como el color negro y el color amarillo, mera posibHidad que liene que encar-narse en un aseñal en dicha esquina espec í fica es, sinsigno para cobrar existencia, l también, un sinsigno, un signo singular colocado en un espacio y tiempo determinados, que necesita del cualisigno para cobrar existencia, Dicha señal tiene signifi- cado porque es una mamfestaci ón, una r éplica, de un legisigno. un signo gene.-..Idel sistema de se ñalizacíón que en tanto ley establece que la imagen de un ni ño en negro sobre un fondo amarillo representa la proximidad de una escuela, A su vez, los automovilistas pueden comprender dicha imagen en tanto sinsigno porque conocen ellegisigno. En Otro fragmento. Peirce vuelve a referirse a las divisiones de los signos seg ún la naturaleza del representamen y denomina al cualisigno tono, al sinsigno señal y al legisigno tipO. De este modo aflfllla: "Generalmente se encuentmn una veintena de iel' o 'los' (art í w culos)
~n una página y, lógicamente, se computan como veinte palabras.
Dentro de otro sentido de la palabm 'palabrn' 1 sin embargo, sólo hay una palabr.}. 'el' o una palabra 'los' y es imposible que esla palábra sea ostensible en una página impre-sa O en el discurso oral, dado que no se trara de una cosa Singular ni de un suceso Singular. No e:10sle: sólo determina a cosas que exislen, Auna Fomla tal defjnkiamenc:e significante propongo que se la llame Tipo. A un suceso Singular que acon-tece una vez y cuya identidad está limitada a ese único acaecer o a un objeto o cosa Singular que está en algún lug.u singular en cualquier inst<:mte, suceso
° cosa que sólo es significante al
ac..'OntL"Cer exaaamente donde y cuando acaece, como por ejem-plo talo cu:d palabra en determinailit lí nea de determinada página de detenninado ejemplar de un libro, me arriesgaré a llamarlo Señal. Un carácter significante indefinido, como por ejemplo un rano de voz, no puede llamarse Tipo ni Señal. Propongo llamar Tono a lal Signo. Para que sea posible usar un 3~po, debe estar encarnado en una Señal, Ja cualser.i un
32
signo dei Tipo. Propongo que a tal Se ñal del Tipo se la denomine In...(/.(lncia del Tipo ....'.\
i po (o Peiree insiste en que las palabras, ya sea entendidas como t legisigno) o como se ñales '(o sinsignos) son -seg ún la tricotomí a que veremos a continuación- sí mbolos: "T<>
ysí mbolo 1.4.2 Icono. í ndice Las altegorfus faner0sc6picas de primeridad, segundidad y terceridad aplicadas al objeto permiten obtener t r es tipos de signos denominados -cono.~,í ndices y sí mbolos. Así mi'iffiO, Peiree aftrma que 'la divisi ón en Iconos. í ndicesy S í m bolos depende de l asdife-rentes relaciones posibles de un Signo con su Objeto Din ámico"" 1 . 4 2.JB¡COIlO Uní COllOes un signo que entabla una relad ón de semejanza, de analogí a, con su objeto, como una fotograf ía o un dibujo; se trata, en palabras de Peirce, de 'un signo puramente por similitud con cualquier cosa a l acual sea parecido"." En tanto primeridad, 43 ..",. Peirce 0986, (6). 44, Ver Peirce (1986, 72),
45. ..",. Pelrre 0986, 65),
46. Ver Peirce (1986: ;')4). En otro fragmentO, Peir
33
AlejandraVitalc
El estudio delos signos. Peir cey Saussure
"Hay much(h"; diagramas que no se parecen, en su aspecto visj· ble, a sus resp<."Cti\'os objetos; el parecido se produce 4nicarnen~ te entre las relaciones de sus respectivas partes entre s í . 5odc~ mos mostrar las re!adones entre las diferentes clases de signos
un í conoes un represenlRmen que por su cualidad es similar a su objeto, aquello a lo que sustituye, de all í que Peirce sostenga: "tí o Icono es un Represemamen cuya Cualidad Represemativa nHcualidad que el ('''S una Primeridad de él en tanto Primero. Esto es, u erun Representarnen Ícono posee en tamo cosa lo vuelve 'apto para s Así , cualquier cosa es apta par& ser un Sus t i t t l f O de otra cosa a la que es similar"'.'!"!
medi ant euncuadr osi nópt i co: Iconos Signos
Los Iconos son clasificados por Peirce deacuerdo con el modo de primeridad que comparten con su objeto. De eslR manera, considera los siguientes tipos deí conos: mág
Sí mbolos
Esto es un í cono, Pero en el único aspecto en que se parece a su objeto es en que la llave muesua que las tres clases iconos, í ndices. ( es sí mbolos esr-án relacionadas [as unas con las otr.as. así como las [ están relacipnadas con la clase general de los
a.
Los llamados cuadros sin ópticos tambi én son konos diagramas. Sobre ellos, afirma Peirce:
{ rndí ces
signos, tal como realmente ocurre, de In'lnera general", 4& c.
Las met á foras: Peirce sostiene que se trata de í conos que guardan un paralelismo con su objeto. En efecto, una met á-fora es un tipo de [cono porque implica una relaci ón de similitud, según algunos teóricos entre los referentes de dos expresiones o seg ún otros entre el conu..'nido de ellas. Pero Y"
Peirce destaca que la "única manera de comunicar una idea directamente es mediante un í c ono" y que su observaci ón directa permite revelar verdades no previstas del objeto; deallí la impor-tancia del uso de los í conos en textos con una funci ón didáctica yen las comunicaciones que buscan la simplificación y la rapidez en la interp=ción de los mensajes.
47. Ver Peir<:e (1986: 46). Peirce agrega: "Un represell1amcn por Primeridad nada t T J ! J . s solamente puede tener un Objeto similar" y "un Signo porPrimeridad
es una irrmgen de su objeto".
48. Ver Peirre 0986: 48).
34
35
El estudio de los signos. Peirce ySaussure
AlejandraVilille Finalmente, Peirce aclara que un signo sigue siendo un í cono aun cuando el objeto al que represenla no exista:" "-Un icono es un signo que po.'ieena el cuác1er que lo vuelve significat i vo,auncuandosuobj etonot uvi eraexi st enci a;tal comoun uazo de lápiz en un papel que representa una Imea g eomérr í a", SI I
De allí que Peirce acent úe que el í cono no tiene una co-nexi ón dinámica con el objeto al que representa, caracter í stica que le atribuye a los í ndices: "El í cono no tiene conexi ón dinámica con el objeto que representa; simplemen[e acontece con él que sus cualidades se asemejan a las de ese objeto, yexcitan sensaciones análogas en la mente para la cual él es una semejanza. Pero, en re'.J.Hdad, está desconectado de ellos. EJ Índice e~ coneaado f ís icameme con su o1eto".~l
1.4.2.2 B í ndice En tanto segundidad, un í n dice es un signo que entabla con el objeto una relaci ón existencial, de modo que panicipan los dos de una misma experiencia, como es el caso, por ejemplo, de una nube negra como í ndice de que va a llover. Por esto Peir<.:e afinna: "Un í ndice es un signo que se refiere al Objeto que denota en virtud de ser realmente afectado por aquel Objeto"Y
49. Emendemo..':i aquí "objeto" en tanto objeto dinámico, existente en l:.t re:.tlidad. LJ. propuesu de Peirce es similar a la de Frege, para quien los signos pueden tener semido (equiparable al objeto inmediato) pero no referencia (equipar.lble:.t1 objeto dinámico), como en el caso de la palabm "unicornio". 50. Ver Peiree (1986, 59). 51. Ver Peirce (1986, 58). 52. Ver Petree (1986, 30).
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Para Peirce, los í ndices se distinguen de los í conos y de los s í mbolos por tres rdsgos caracter í sticos:
a.
Carecen, a diferencia de los í conos, de todo parecido significativo con su objeto. Se refieren, a diferencia de los s í mbolos que designan clases de objetos, a entes individuales, unidades individuales, con-juntos unitarios de unidades o continuidades individuales. Dirigen la atención a sus objetos por una compulsi ón ciega. 'Jo.
b.
c.
Desde el punto de vista psicol ógico, agrega Peirce, la acci ón de los í ndices depende de asociaciones por contig üidad, y no de asociaciones por parecido (como en los í conos)o de operaciones intelectuales (como en los s í m bolos). Sin embargo, aclara, debe-mos reconocer que comúnmente es dif íc il encontrar un signo que sea solamente un í ndice, Jo mismo que reconocer un signo que est é absolutamente desprovislO de cualidad indicia\. En el caso de los í ndices, Peirce mismo se detiene en brindar-nos numerosos ejemplos: "Examinemos algunos ejemplos de í ndices. Veo un hombre con un andar balanceado, lo cual es probablemente una indi-cación de que se trata de un marinero. Veo un hombre de piernas algo curvadas, con pantalones de pana, polainas y chaqueta. Son probablemente indicaciones de que es un jine-te o algo parectdo. Un reloj de sol, o un reloj cualquiera, indican qué hora del dí a es. Los geómetras colocan letras sobre las diferentes partes de sus diagramas y luego usan le-tras para indicar dichas partes. (. .. ) Unos golpecitos en una puerta cerrada son un í ndice. Cualquier cosa que atraiga l aatención es un í ndice. Cualquier cosa que nos sobresalte es un í ndice, en cuamo marca la articutación entre dos partes de una experiencia. Así , un tremendo tronar indica que algo con-siderable ha sucedido, aunque no sepamos exactamente de qué se trata, pero puede ser probable que podamos conectar-lo con otra experiencia.
37
Elestudio delos si gnos,Pel r cey Saussur e
Al e j a nd r aVi t a l e
conexión real entre su mente y d objeto; y si el pronombre demostrativo logra esto -sin lo cual su significado no es com-prendidoes él quien establece dicha conexi ón; por 10 tanto es un í ndice. Los pronombres relativos quten ycual provocan acri-vidad de observación de man8fa casi análoga, s ólo que con eltos !a atenci ón debe ser dirigida a las palabras que los han
Un baróm.C'tfo con marcas bajas, conjuntamE.-'fltc con la hume- d~d del aire, es un indice de próxima lluvia; es decir, suponemos que las fuerzas de la natuí .llt2a establecen una conexión probable entre la marca lYJ.ja del barómetro, el aire húmedo yla l!uvia inn::. í nente. Una velera es un í ndice de la direcci ón del viento: en primer' lugar porque torna ia misma direcci ón que el viento, de modo que existe una real conexi ón emre ambos; yen segundo lugar, est ámos constinJidos de tal manera que el rnovlmiemo de la veJeta en determinada dircc<.ión atrae nuestra atenci ón hacia cs.1. dirección; ycuando vemos que gira siguiendo las ~lr2a.c-o nes del 7~en(o, estamos forzados por las leyes de la mente a
pre~"d2do. c. . )
Algunos í ndices son instrucciones m ás o menos detaUadas so-bre 10 que el receptor debe hacer pard colocarse a si miSnlQ en conexi ón directa de experiencia, o de otro (ipo, con la cosa significada, Por eJemplo, los boletines de l a Guardia Costera que dan latitudes y longirudes, cuatro o cinco datos de los objetos prominentes, ctc.> y dicen que en determinado Jugar hi i yuna roca o un arrecife o un;l boya o un f'Lro. Aunque existan otros elementos en tales instrucciones, de todos modos son funda-mentalmente í ndices (. .. ).~
pensar que esa dirección está conectada con el viemo. la estre-lla polar es un í ndice que nos indk"i hacia dónde se orl enCluno si busca el Norte. L.) Cuando un conductor grita '¡CUidado!' a un peatón para llamar su atención
yhacer que se ponga a. salvo, en l amedida en que
Tambi én es un í n dice la presencia del sfntonla de una enferme-dad (siendo e~ s í ntoma en sí mismo un k"gisigno. o sea un tipo gencml de cani<.:ter definido; s ólo al considerárselo acaecido en un caso particular de una enferrneda:d dada es un sinsigno). M
. setmta de una patabrJ signifi<..-ante es, Como veremos más ade-Jante, algo m.~ q ue l l n í n dice; pero en la medida en que está destinada simplemente a actuar sobre el S,stema nervioso del que (a oye yhacer que se aparte, es un í n dice, porque lo que se busC'J. es ponerlo en real conexíón con el objeto, quc cs su propia siruación en relación con et vehí culo que se aproxima, hnaginemos que dos hombres se encuentran en un sendero en medio del campo, yque uno de eHos le dice al otro: ' Laé8irnc~
En las lenguas naturales, Peirce considera también como í ndi-
ces a los cuantificadores del t i poai g ún ,cada, quier, quienquiera, lodos, nadie y del tipo de parte, algo, al-guien, un, cierto, uno, alguno " por quei nf onnanal r ecept orcÓl nodebe escoger uno de
nea de aquella C3.' hiestá incendiándose'. El (){ro mira en derre-dor y percibe una casa con persianas verdes yuna galerí a, cuya chimenea humea, Sigue C:l.minando algunos kil6metro8, yen~ cuentm a otro peatón, Actuando C01'110 un tonto, le dice: lLa chimenL"a de aqueHa casa está incendiándose'. "¿Qué casa?" pre~ gunta el otro. 'Oh, una casa con persianas verdes y una galer í a', Contesta el tonto. Pregunta nuevamente el otro: '¿D ónde está la
los objelos en cuestión" y "significan que el receptor tiene libertad vara seleccionar cualquier instancia de su preferencia dentro de los lí mites expresados o sobreentendidos, y 53. Ver Peirce (\')86, 50-53).
d : c eque le permita conectar su alarma Conla Cl Sa?'Está buscando algún fn
casa en cuestión, Las palabras por s r l ó5pronombres demostratjvos 'ésta',
SOiR"i son
insuficientes par . 1logmr esto.
'aquélla' son í ndices, pue~'to que promueven que el receptor urHice sus poderes de observaci ón para poder establecer una
54, Ver PeiH.:e 0986: 94'). Vimos que para Peirce lodo sfmlxllo es: un lew...igno pero fl( ) ,,;ceverSá, a lo (lue parece responder este ejemplo, pues el s í ntoma de la enfermedad puede ser un Jegisigno, pero Pejrce se limlt3 2l lrdtario como un í ndice, OeladaUc (996) sostiene que el s í ntoma en el cuerpo del paciente es un rndice para el médico que lo reviséi, pero (,'xpli-C'J.clo por un profesor t."fIuna cilledm de medk:ioa l".5 un simOOlo,
38
39
t
AlejandraVitale que la aseveraci ón debeci aplicarse a esa instancia"." Par otra par. te, af ír ma que un pronombre posesiva es doblemente un í ndice, "Primeramente, indica al poseedor; en segundo lugar, admite una modificación que, sint ácticamente, lleva la atenci ón a la palabra que acosa poseida".'" Asimismo, los nombres propios tambi én son denota l í n dices, puesenrablan una conexiÓn real con el obje-tO al que representan. <7
1 . 4. 2 . 3El Sí mbo l o El simbolo es un representamen que se rdlere a su objeto din ámico por convención, hábito o ley. Peirce apela a la etimolo-g í a de la palabra sí mbolo p'lla "cla,,,r qu é entiende por ella, "La pal abra' Sí mboLQtiene tantos significados que ser í a dañar al lenguaje agregarle otro nuevo. No pienso que la significación que: le
l i l ds cr i bo,la de un signo convencional, o bien depen~
dlente de un hábito (innalO o adquirido), sea tanto un nuevo
significado como una vuelta al significado originaL Etimol ógicamente. significa algo arrojado conjuntarnente (, .. ) Pero los l gri egosusar on' arr oj arconj unt ament e con mucha f r ecuenci a
para desigrYdr la realización de un COntrato o convenio. de~ más. se puede enCÚmmf que, efectivameme, se usa el vocablo 'sí mbolo' ón o un tempnnameme ycon frecuencia par.a significar urm convenci eoor r at o" . ' l o8
De esta manera, todos los signos que integran un sistema convencional, que responden a una ley que les asign¡l un í nterpretante y los relaciona con un ah í eto, son s í mbolos, las signos de la escrirur.a, de los sistemas deseñalización, los signos utilizados en 55. 56. 57. 58. 40
Ver Peiree 0986, 53). Ver I'eirce (1986, 53). Ver Peirce (1986, 72). Ver Pelrce 0986, 57).
El estudio de fas signos. Peirce y Sau:ssure
las diferentes disciplinas (como los s í mbolos usados por el ál-gebra, la quí mk'"a o la f ís ica), Jos signos que i n r eg r
Por otra parte, los s í mbolos se caracterizan porque denotan clases de objetos, a diferencia de los í ndices, que se refieren a un existente particu],¡r, "Como ya hemos visto, un s í mbolo no puede indicar cosa particular; denota una dase de cosas",6!I
tin~'0n::l
Por ello, Peirce adara que sin eluso de indices es imposible designar aquello de lo que se est á hablando, "Ninguna aseveraci ón f áctica puede hacerse sin recurrir a a1gún signo que sirva como í ndice. Si A le dIce (l B: 'Hay un lo incendio'. B preguntar á '¿Dónde?' 1 como consecuencia de cual A deberá forzosamente recurrir a un í ndice, aun cuando sólo quiera referirse a algún lugar no definido del universo real, pasado yfuturo. De lo contrario~ sólo habrá expresado que hayuna idea tal corno la de incendio, la cual no darí a ninguna informaci6n! porque, s'llvo que ya fuera conocida, la palabra 'incendio' seria inteligible. Si A se ñala con su dedo al 59. Ver Peirce (1986, 30). Cí O. Ver Peirce (t9860 511l. 41
Al € jandra Vital.
El estudio delOS signos. Peirce ySaussure
fuego. el dedo se conecta di:námicamcnte con el incendio, lan~ t ocomosi una ai ar madei ncendi oamomá[ i cal ohubi er a diri~ gí do indicando dicha smo[lempo, promueve que los ojos de B se vuelvan a esa dirección; y, at ml dirección, que su atención se concentre en el incendio
y que su
entendimiento reconozca que se ha dado re..'pue~ta a su pregunta. Si, en cambio, la respuesta de A hubiese sido 'a mí l metros de aCd,más o menos', la palabra ' es un lndiee, dado que tiene exactamente la misma aca' .6J " fuerza que si hubiera seflalado un plmto preciso del terreno entre AyB'
De esta manera, Peirce reitera: "'Cualquier palabra común, tal corno 'dar', 'pá jaro\ 'matrimonio', puede constttuir un ejemplo de sí mbolo. Es: aplicable a cual~ quier cosa que pueda n~'i;Glr la idea conectac.J.a con: la palabro: pero, en sí misma, no identifica es~ cosas".:'·
Para que pueda hacerlo. el s í mbolodebe combinarse con un en las expresiones "este p á jaro'"' o "nuestro matrimo-nio" (recordemos que los pronombres demosrmtivos y posesivos son í n dices). En esta lí n ea, Peirce s"stiene que en una frase del lipo "Ezequiel amaba a Huida", Ezequiely Hu.1da son í ndices(pues los a palabra amanombres propios son í n dices); y agrega que a l baasociamos el í cono mental de una persona enamorada de otra. En sí ntesis, cuando Usamos el lenguaje nos valemos de s í mbolos en tanto que las palabl"J.s se reladon.1n con el objeto mediame una convenci ón, o. sque nos hábito o ley, pero lambi én utilizamos í n dices que son I permiten conectar nuestro enunciado con los objelos del mundo al que nos referimos y. finalmente, también intcn¡jenen í conos, en tanto iconos mentales con los que asoda- mOS las palabras (lo cual no significa sostener que las palabras -ndce~como
61. Ver Peí rce (]98'" (0). 62. \'er Peirce 0986: 57).
42
mismas sean í conos, dado que, salvo excepciones, no entablan una relaci ón de semejanza con el objeto). Como ya dijimos, para Peirce todo s í mbolo es un legisigno yen tanto lal detennina a sus r éplicas o sinsignos: ~
"El Simbolo es, en Sí mismo, un tipo gcnern..l o ley} esto es, un I.egisigno. En car.1aer de tal, acroa a través de una Réplica. No sólo es general en sí mismo; también el Objeto al que"" refIC'" es de naturaleza generJ.1. Ahora bien, aquello que es general tiene su ser en las instancias que habrá de determinar. En consecuenda, debe nec=riamente haber ins=cí as existentes de lo que el Sí mbolo defl(){;), aunque acá habremos de entender ¡:xJr 'existente' exisaente en el universo <~i1lernente imaginario al a.Jai el Sirnbo10 se' refiere".(,¿
Peirc" hace hincapié en que pensamos sólo mediante signos
rnentalcs que tienen una naturaleza mixta (puesto que intervie-nen
sí mbolos. pero tambi én Iconos e í ndices) yvincula los sí mbo-los con los conceptos (las ideas generales a las que se refiere en su definici ón de sí mbolo) afmnando que la parte simb ólica de nuestro pensamiento son los conceptos: "Pensamos sólo en signos. Estos. signos mentales son de nal:ura· leza mixta; las partes simbólicas de ros mismos se denominan concepr05. Si un hombre elabora un sí mbolo nuevo. lo hace mediante pensamientos que involucran conceplos. De 1110do que un nuevo sí mbolo só~o puede nacer a partir de otros sim1o~os. (. ..) Un sí mbolo, una vez que ha nacido. se difunde entre la gente. A tiJ.v és del uso yde la experiencia, su signifteaOO crece. Palabras raJes
corno fuerza; ley, riqueza} matrimonio. comportan para nosotros significados muy diferentes de aquellos que te-ní an pam nuestros bárbaros antepasados". (ti 63 Ver Peii<:e (1986, 31l. La clase de objetos denotada por los slmbolos "ogro"" o "dragón", por ejemplo, tendr-.i instam:ias existemes en el universo de los i : Uent o5de hadas.
M. Ver Peirce 0986: 58).
43
El estudio de los signos. Peí rceySaussure
En la cadena de la semiosis infinita, los simbolos remiten a otros simbolos. Pero esta setnios!s eS social y eS hist órica, de all í que el significado delos sí mbolos se modifique con el !lempo y con el uso. 12 aceptación de que el significado de los simbolos depende de su uSo (no de la r.1zón o de una norma) es, dest:
" UnTér r n i 7 w ~s si r npl ement eunnombrecOI Tc, <;pondi cn{e¡:luna dase, e ut"~ nombre propiameme d i cho"5'
De esta lllanera. todos los nOl11bres comunes C1un nombre correspondiente a una clase"} y los nombres propios ("un nom- bre propiamente dicho") son remas'"? En el SIguiente argumento
(razonarniento): Todo pen'o es un animal Snoopy es un perro Snoopyes un animal
104.3 Rema, dicente, argumento Mediante la divisi ón faneroscópica del intepretante, se obtie· nen treS tipos de slgnos rema, dicente y argumento. Sobre ellos sostiene Peirce: "Según su relación con su interprerante significado, un Signo ~= o un Rema, O un Dicente o unArguLllento. Esto corresponde ál ternd Término, Proposici ón yArgumento, moditkado para que sea aplicable a los signos en general" .6'j
1.4.3.1 Rema En tanto prí meridad, un rema estodo signo considemdo aisla·
Los nombres comunes "perro" y "animal" yel nombre propio "Snoopy" son remas.
PorotrJ, parte~ Peirce sostiene:
"Un Rema e~ un Signo que, para su loterpretante, es un Posibilidad cualitatIVa, vale decir! se entiende que representa mI
de
o cual clase de Objetos p osible" r,¡.¡
¿Por qué Peirce vincula al rema con la posibilidad y la cuali· dad, correspondIentes a la categorí a de primeridad? Es que el rema es significado por su interprelante en cuanto conjunto de cualida-des de naturaleza general que definen una clase de objetos. El rema "perro", por ejemplo, es significado por su interpretante con la...;; cualidades gener.:des 'animal'. 'mam í fero', 'canino'. que en tan-
to primeros son una pum posibilidad.
damente (sin relación a alguna Qtr.. cosa), que en s í mismo no es ni verdadero ni falso, como casi todas las palabras, con excepci ón de "s í " y "no". Al hacer corresponder su noci ón de rema con la de t érmino, Peirce afuma:
66.
65. Ver Peirce 0986, 95)
44
Ver Peirce (1986, 94).
67. Los sintagmas nominales, COl1lO "la mortalidad humana", son tambi én considerados remas por Pekce. 68. Ver Peirce (1986, 31).
Elestudi odel ossi gnos.Pel l "ceySaus,ure
Al ej andraVi t al e
1.4.3.3 Argumento
1.4.3.2 Dicente
El argumento se corresponde con lo que denominamos co-m únmente un razonamiento, de aU í que Peirce afirme,
El dicente, también llamado dedsigno, se corresponde con una proposici ón, como "Todo perro es un animal". Sobre este tipo de signo afirma Peirce,
~
"ün 'Acgumemo' es todo un proceso de pensamiento que riende razonablemente a producir una creencia deOnida. Una 'Argu-mentación' es un atgumerno que se desarrolla a partir de premisas fOrmuladas de mánera defnida".'-'
"'Un Signo Dicente es un signo que, par.l su interprctante, es un
signo de existencia rea!" ,("; "DeHno a
un dicenfe como
un signo
representado
por su
Un argumento llene así la función de inducir al int érprete a cambiar su pensamí ento;
interpretante significado como si estuviera en una relación real con su Objeto (o como que es as í , si ello fuera aseverado)" 10
Se entiende así por qué el signo dicente se ubica en la cme· goria de segundidad, que es la de la existencia. Como sostjene Deladalle (1996, 168), una propos'ci ón es un signo complejO que í nvoJucra a un rema ya un í ndice, COJtlO en "Todo perro es un animal" (donde "perro" y "animal" son remas y "todo" un í ndice). Peirce, por su parte, hace hincapi é en que "no ex,ste proposici ón que pueda ser expresada con pr<:sclndencia de í ndices"." En tanlO que el interprelante sigmfica ni dicente como estando en una relación renl con el objeto, una proposici ón es el objelD del aeto de juzgar. Sobre el juicio afirma Peirce;
"Un Argumento es un Signo que tiene la forma de lender a actuar sobre el hlt érprete a {rJvés de su propio autocontrol, repre~nlando un proceso de cambjo de pensamientos o en signos,
como .sí se tr..uasc de inducir ese cambio en el Int érprete"
74
Un arl,'1Jmento debeinvoluCI'df a signos dicentes. O premí sas; sobre la conclusi Ón de un argumento. Peirce sostiene,
" Enl oqueconcierne a?~ada la Conclusión. amenudodeclarada ytal vezrequerida pam completar el Argumento, ella representa simplemente al interprelame ( ... ) Hay di~ . ferenclas d eopi ni ón entre los l ógicos con referencia a si el Interpretante forma o no parte del Argumento; ya pelar de que
"Un juicio es el actO men~il por el cual quien juzga procura establecer sobre sí mismo la verdad de una proposK:ión".72
tales opiniones no han resultado del an álisis exaCto de la esen-
Adjferencia del rema, que no es ni verdadero ni falso, la proposiciÓn, que está en relación real con el objeto, o ser á verda·
cia del ArgumcnLo, tienen derecho a gravitaL Quien escribe esto, aunsin tener absoluta confianza, .se inclina fuertemente a pen~
dera o ser á falsa.
sal' que la Conclusi ón,
aunque represente al Interpretante, es
esendal pata la completa expresi ón del Argumento". 71 69. Ver I'eirce 0986; 31).
""r Pelrce 0986, 951. 71 VerPei r Ce(1986, 72). 72 Ver Pe;rce 0986 3Z).
73. Incluido en Delad.Jle (l996, t90).
70.
46
¡
74,Ver''''irce (1986, 67) . 75.VerPe; " , e(t986, 32).
47
El estudio de los signos. Pelrce ySaussure
pero Eco 0998: 73) sugiere que probablemente un matiz de
Laconclusión de un argumento es para Peirce necesariamen-te un interpretanle, aunque no todo interpretante sea la conclu-si ón de un argumento, El interprelante de un argumento lo repre-senla como una instancia de una c1a"" h>enernl de argumentos que en su conjunto tenderá a la verdad, En el argumento "Todo perro es un animal, Snoopyes un perro, Snoopy es un animal" se trata de la clase de los argumentos deductlvos con la forma Todo Aes B, e es A, e es B.
rojo que se utiliza para connotar "cardenal" responda a este ¡¡po de signo, .} ~.
i possegún la cla-se de Los argumentos son tricotomizados en tres t infenmda en la que se basen: abduClivos (abducci ón), deductivos ó ó á (deducci n) e inductivos (inducci n), que ser n ca-menlados en el apartado 1.5.
1.4.4 Lacombinaci ón de las tres trlcotomias La combinación de los signos obtenidos mediante la tricOlo-m í a del represenlamen (cualisigno, sinsigno, legisigno), del oh jeto ( í cono, í n dice y sí m bolo)y del í nterpremnte (rema, dt.:ds¡gno, argumento) originarí an veintisiete clases de signos, S í n embargo, sobre la base de dos principios (un primero no puede determi-nar a otra cosa que a un prinlero, un tercero sólo puede ser determinado por un tert.:ero), Peirce excluye combinaciones porque son semánticamente imposibles y obtiene como resulta-do diez clases de signos:
1.
Cualí signo remático icónico: es un cual í signo porque es cual-quier cualidad en la medida en que es un signo, por ejenlplo ,Dado que una cualidad (un primero) es todo lo que es exdusivanlente en rclaclón a sí rnisma, puede s ólo denot..u a un objeto en virtud de ,por lo que es un icono. Cumo una alguna similitud com Ún con él cualidad es una mera posibilidad l ógica, sólo pUt.-de ser interpretada como un rema o -dice Peirce- un signo de esencia (recordemos que el rema repre-senta las cualidades diferendaies de un objeto, las que lo ha-cen ser lo que es y no otra cosa). Pein:e no brinda ejemplos,
Sinsigno renlático ia")ní co: en tanto í cono, es cualquier objeto en la medida en que alguna"cualidad en él hace que determine la idea de un objeto, Al ser un í cono puede ser s ólo interpretado COtno un rema o signo de esencia. Porque es un sinsigno. corporiza a un cuaHsigno. Peircc ejemplifrcd. este tipo de signo con un diagrama individual, como el tri ángulo que representa al signo seg Ún él lo concibe, ubicado en un lugar dt.'tcrminado.
Sinsigno indicial remático: al ser un í ndIce, es cualquier objeto de la experiencia direcra que llama la atenci ón hacia un obje-to que es l acausa de su presencia. En tanto sins í gno, es una r éplica de un legisí gno, Además, es un rema, Peirce da el ejemplo de un grito espontáneo. Eco 0998: 73) afimla que probablemente responde a este tipo de signo el grito "¡CO-che!" (por Un lado un sinsigno como l a palabra como tipo de la lengua réplica de un legisigno española-, y por ot,.. par-te un rema) usado para indicar la aparici ón de un autom óvil y llamar la atend ón de quien esrn por cruzar, '1. Sinsigno indicial dicente: Peirce ejemplifica con una veleta (en un campanario o en otro lugar especifico) que indica la direcci Ón del 'iento, Es un sinsigno porque es la r éplica de un legisi¡,rno, un tipo de un sistema organizado (la veleta como objeto-signo ennuest,.~cullur¡l) y es un í ndice porque se ve realmente afectado por el objeto (la dirección del viento). Es un dlc<'''11te porque brincla una infonnación f áctica que puede , considenlda verdade", o fa I"'l ; el ' , como "hayviento del nolte". 5,í cónico rem¡Í.tico: es eltipo gener.!1 del que el sinsigno i<:6nico
3.
remático es una r éplica, de all í q ue Peirce d é elejemplo de un diagrama pero con prescindencia de su ¡nd1Vidualí dad de hecho.
48 6
Legisigno indicial rem ático: Peirce ejemplilka con los pro-nombres demostmtivos considerados como tipos ycomo í n-dices que confieren existencia e í deI l t i f í cAna un individuo en
49
AlejandraVitale
la clase de objetos representada por un rema. Es el caso del pronombre "este", por ejemplo, ligado al nombre "perro": "este perro". La r éplica de un legisigno indicial rem ático es unsinsigno indicial remático. 7. 8.
9.
Legisigno dicente indicial: en tanto legisigno es el tipo del que el sinsigno dicente indicial es una r éplica. Por lo tanto, ser í a la veleta como signo tipo codificado en nuestra cultura. Simbolo remátk'D legiSlgno: Peire", ejemplific-.l con un nom· bre común (como la palabra "perro"), que se e'Dnecta con su objeto mediante una ley y un concepto gene,,,l. El s í mbolo remátlcQ; como cualquier sí m bolo para PeirceJ es necesaria-mente un legisigno o un tipo.'" Es curioso, se ñala Eco 0998; 74), que para PeiR:e la réplica de un sí mbolorern ático legisigno sea un 51nsigno indicial remático yno un s í mbolo remático slnsigno, como si la réplica del tipo abstracto "perro" fuera sIempre "este perro" (del
que estoy !YJblando). Sí mbolodicente legisigno; es el caso de una proposición ordinal;'" En tanto sLmbolo, est á conectada con su objeto medIan-te una asociaci ón de ideas generdles. Por ser un s í tnbolo. es 'un legisigno:
tiene una existencia abstracta de tipo general. Un s í mbolo dicente legJsigno es un signo compuesto en la. medida en que necesana.mente involucra a. un simbolo rem ático par aexpr esarsui nf ormaci ón( con) o e común"peel nombr rro"), y un legisigno rem ático indicial para indicar 111 SUjeto de tal informaci Ón (como el pronombre demostrativo 10.
Argumento SImbólico legisigno; es la forma abslracla de un rJzonamiento, por ejemplo L. lde un siloglsmo (todo Aes B,e es A,e es B).
No resulta f ácil ubicar a todos los signos en esta t
76. PeiJce adara que los pronombres del1lostnltivo$ noson s1:mbolu.'> Temáticos legis.ignos sino que son legisignos rem átic().'I\ indiciales porque no lrnnsmit%~n un concepto general y, por l A; )tanto, no son s í mbolos.
El estudio de lo, 'igrro,. Pei"", ySaussure
complicado llegar a detenninar a qu é clase pertenece un signo", pues los signos pueden asumir C1lr;Kter í sticas diversas según los casos y las circunstáncias enque los utilicemos.
i posde inferenda I.S Conocimiento de la realidad yt Dado que un conocimiento remite a. otro cClf!odmiento y que el objeto del signo es también un signo en tanto pensado en semiosis anteriores, Peirce afirma:
" ' Lacuestión es: ¿en lugar de qu é otra cosa está el pensamientDsigno, qué es lo que nombra, cuil es su supposi.lum? Sin duda la cosa exterior cuando se piensa en una rosa exterior real. Pero, con todo, cuando el pensamienro está determinado po:r un pen-samienro previo del mismo objeto se refiere s ólo a t acosa deno~
tando este pensamiento previo"
7J
l asemiosis infinita no es por lo tanto una pmpiedad exclusi-va del conocer, sjno adem ás y al mismo t i empouna propiedad de
lo re al. Si bien estas a fir nl H. cl ones
tienen una r esonanci a
idealista,"para Peirce el mundo no depende de nosotros y de nuestra intención de interpretarlo; "No haynada que exista en si mismo en el senrido en que no e ...1. éen relación -con la mente, aunque las cosas que est án en relación existan, sin ninguna duda, fuera de esa re2adón".~ Por otr~ parte, Peirce no es un relativista, distingue entre las cogniciones 7erdader~sy las falsas, las primeras son cogniciones
77. Ver Peirce 0988: 101-102), 78. Sobre el problemá del conodmi él1l0 de ]a realidad en Peirce, ver Sini (1985) 79. Ciwdo en Sí ni 0985: 29).
50
51
' Onoz, e;L11105 las cosas "No hay nada, pues, que impKla que <.. exteriores lal como realmente soo, y lo mCtI' probabte, asL e:-: que las conozcamos en un ~inn4mero de (;,il."OS,aUIl cuando nunc<.l p0damo.') estar absolutamente segllros de cnnsegl1irlu.'i en cuatcaso e:>pedfi<:o".1<1
Peirce es un realL"'ita, pues afirma que los unlvers.aque llama "gener,Jles") existen en las C!~0=: "Esperfectameme r ea lque toda~ las co~s blancas poseen b bbncura, pues esto no es más que oe c i r ,en Oí m orden de pala~ dado que blancas; l.')ras, que tooa..') las cosas blanca...,;
";'00
esverdad que las <-'Osas reales :'ion bl:mCLs, la blancur¿t es r eaLEs un r e, alque sÓl oCXl sr e en vinud de un act ode pensamiento que l o c on or . . e ,p er ot.:.<;ll' no<: 5unpensami ent oarbirrario o ~..l(x,;idental, dependiellle de una idiosin-crA...ia (.'Ualquicr&, sino uno que persist.e en 13 opini6n final",.fll
80. Citado en D","ualle 0996, 172). 119), 8L Ver Peí "" (19B8: 82. Ver Peirce (I9BH: (7)
Al ej andraVrt a!e cuyos objeto.s son reales y las segundas tienen ob í elos irreales ¿Pero qué es "lo real» fJAr
"La opinión sobre la cual e:->t án destinado..... fInalmente ~ coincidir
investigadores e. lo que entendemo.s por verdad, yel ' i objeto fepresenrado por esa opinión, es lo real" HI}
Peirce enuncia el principio de que no tenCln(k') nmgun.a con- cepción de lo absolutamente incognoscible, por ello lo que se piensa en las cogniciones verdaderas es )0 real, tal comorcilimen-te es, Por eso afirma:
Elest udi odel ossi gnos.Pei r oe y Saussure Verón (l98l} 74), por su parte, destaca que la noci ón de co-munidad en Peirce resulta clave porque ella es la fuente de legi-timidad de la verdad y de Lo real. AL mismo tiempo, se ñala; dEnel contexto de la teor í a peociana, esl:a comunidad e s una suene de comunidad ideal, que eSf'.lna s ólo guiada por el r' namiemo . : l Zológico yel método cientí fico. ¿Ingenuidad? Ciertamen- te, yella se ubica con mayor precisi ón en el pensamiento liber.:ll en formaci ón, en una sociedad capitalista en plena expansiól1. Bien entendida, es imposible en la actualidi ú seguir a Peirce en esta Ldea impredsa de una comunidad homog énea que tiende indefinidamente a l averdad".
Si bien Peirce· no avanza en la reflexi ón ele cómo las divisio-nes sociales cideol ógica5 inciden en la sc:.miosJs, Ver ón considera que la teorí a de Pein.-e abri ó el camino para el e,mdio de las reladones enIre '? ~
la producd6n del sentido, la construcci ón de la realidad y el funcionamiento de la sociedad. Úlcomunidad homogénea dehque habla Peirce, p oreuaparte, "tiende indefinidamente a la verdad" porque pam él la ciencia es siempre prosp<."<.1 ÍVa y la cadena de "'-'"miosis lmpLica un aumento del conodmjenl:D sobre el objeto representado. Sin embargo, su concep-ción e>dacreen' cia es de la ciencia es tambi én faUbilista, pues reconoce que t provisoria yestá sujeta a una c óúca continua. En cuanto al modo como conocemos, Peirce rechaza la pos-tUr-d según la cual existen conocimí entos surgidos mediante la in-lUid ón, afirmando, por el contrario, que todo conocimiento surge de ton proceso de a inferencia. , Peirce postula tres Iipos l ógí <:os de inferencia que hace corresponder con las categor í as de primeridad, segundidad yterceridad;'" 85.Creemo... que unconoci mi ent obol.lrgió de la intuid Ón CUánúo es un conocimiento lo reflexi ón,peroL"n sufidenlcmen[c familiar como para {lue no nos exija nin- gúntipo de n lcido ue un.a inferenCJ¡l, Todo comenido de l ver<4t Jha ó aconciencia, todo pen.~rniento, es P,¡I.l Peirce un signo que
resulta de una i nf er e n
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tI estudio de !os signC6 Peirce ySaussure
Al ej am: JraVi t al . a
de esta bolsa, todas estas papas son blancas; por lo tanto todas las papas de esta bolsa son blancas. En este caso se entiende por qué <~ inferencia inductiva se corres·· ponde con l a 6'Cgundidad y la indicialidad, pues las premisas m;mí fiestan una correspond"Q.cia f áctica entre elhecho de que las papas fueron sa~'ad"sde detennJnada bolsa yel he-cho de ser blancas, y la conclusión se establece sobre la base de esa rebción indicia\.
Abducción: consi"e en elaborar una conjetum, en plante'Jr
su~Ai7amente
una hipótesis explicathra como ba"" de un raZOrulmiento; de allí la siguiente definición de Peirce: "'Abducción, en el sentido que yo le doy a esta palabru, es cualquier far.onamiento, perteneciente a una cLase amplia, de la cual la adopción de una hipótesis explicativa es el (20~@'<,l0=
LainferencIa inductiva responde al sigluente esquema:
Peirce ilustra la abducción considemndo este ejemplo: alguien ve sobre la mesa unas papas qlle son todas blancas, entre diversas bolsa, que hay en la habitación s ólo una contiene papas blancas, por lo tanto -infiere- las papas que est án sobre Ja mesa fueron sacadas de esta bolsa. La abducción no brinda ninguna certeza, pero se justifica porque es "la únicJ esperanza de pautar racional-
Estas papas fueron sacadas de esta bolsa
Estas papas son blancas Todas las papas de esta bolsa son blancas
CASO RtSULIADO REGIA
r uent enuest r aconduct af utur a".
c. Ot.'ducción: se corresponde con la terceridad y con e¡s í mbolo porque en este tipo de inferencia elpunto de partida es una ley
En elejemplo se comprende porqué la abducción Se corres-ponde con la categorí a de primeridad, y también COn la iconicidad, puesto que la hipótes" e51" basada en la cualidad de la blancura, en la semejanza entre las papas de la bolsa y la, que están sobre
general. Por ejemplo: todas las papas de esta bolsa son blancas, estas papas fueron sacadas de esta bolsa, estas papas son blancas, Como se observa en el ejemplo, este tipo de inferencia constituye un silogIsmo. La inferencia deductiva obedece ~< siguiente esquem,,;
l ame&' a. I.a abducción es una inferenc,a que obedece al siguiente esquerna/ , l 6·
b.
Estas papas son blancas
RESUI:JADO
Todas las papas de esta bolsa son blancas Es",s papas fueron sacadas de esta bolsa
REGLA
Tudas las papas de esta bolsa son blancas Estas P"P"S fi.eron ""atdas de est:a bolsa
REGIA
Est.as papas son blancas
RESULTADO
CASO
Peirce se opone al postulado positivista de la primacia de la inducción en el proceso de conocimiento, pues 1" inducci ón no puede generar una idea nueva (ni tampoco la deducci ón). Por ello plantea que todas !as ideas novedosas de la ciencia nacen grdc í as a la abducc í 6n, cuyo fruto es la postulación de una ley. Tojo conoLim í ento, el dentifico pero también el cotidiano, cons-
CASO
InducdÓn: "presupone que es verdad de teda un conjunto lo que es verdad de un número de (;asas del mL
tí tuye paro Peircc un proceso hipotético-deducUvo-experimenl.'1.1 cornpuesto de tres momentos a los que les corresponde un tipo de inferencia: 1" abducción, que plantea una hipótesis sin fuerza
85. Ver Peirce 0986: 70).
55
86.Sobr el a abducc i ón y t os esqueJ!LLS que r epresentar "iln~ Üpos de i nf er en-ci:J. ver Ikmfanlini (987),
87. Ver Pcirce (1988: 94).
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I I
I
Elest udI ode10$
Al ej andr aV, t al e U
Pelrce ySaussure
probatoria; 2 deducción, que exu·'J.e de la hip6tesis di7er~~dcon-
"Hay una razón, una interpretaci ón. l 1 n alóg?~a, en el curso que el progreso c1emí fico, yesto prueba fndiscutibk"1nente
secuencias; 3º inducci Ón, que pone a prueba dichas das, con lo que se verifka o no la hip ótesis. Para Peirce la capacidad de formular hip ótesis, es decir, de producir abducciones, es una suerte de instinto en el hombre, 10que da cuenta de que su mente está en armon í a oon la n8mraleza:
el diapasón de la ver"ilad de las cosas para descubnr lo que descubrió".89
"Ül c i enci amodem. ymi mente: Se
despertó ;l l a resplandeciente fuz del -d í a que es l a Hipótesis m ás simple enelsentido dela más f áciJ yla m..l snatural, l aque sugier~ el instinto, la que hay que preferir, por t arazón de que si elhombre no tiene una inclin;lt.ión natural en ~umon-a con 18 narura.1el...' l . f1() (ienela menOroportunidad clt~ comprender la naturalezJ. Numero-
Sasproeba..; de e. " i c e hecho pri meroypo.t>irlVo, que se refiere l ant oa mi::; propios ~rudios corno a hls invesrigac¡one\i ajen.as, me han confinnado en cstl opj¡uÓn; yü;ando ltegue a exponerlas en un libro, su 0e~p?egue L"' Onvenccra a rodos. elhombre po.'>ee en cieno grado spao un un podet adivinatorio, primero o derivado, como elde unaavi . : l VC,entonces se representan masi v; : : ¡ ment e casos que demuestran que Cic"t~~ ccnftan;~ particular en una hipótesis, que no debe confundirse con un~,t celteza d!B<'i.l~C~, tiene ',m v alorapreciable como signo ue-l valor de ~sta 82pófes2s""~
e ,)
L~ cxistenda lnisnla deJ progreso denlifico es 1-1na pnJcba
1.6 Peirce y el post-estructuralismo La teoria de los signos de Peirce, en pm1icuJar su noción de semiosis infinita, ha sldo retomada por el post-es¡ructuralismo. El crí t ico norteamericano Jonathan Cllller ha caracterizado a este movImiento oponiéndolo al estructuralismo: "El estr uet umUsffil ' )s. econviclte en unasede de proyect()s si Memárico.s y dent[ficos -se define a la semió(¡ca. en este sentjdo la ::.ucesora del estru<:.-'turalismo, como la ' de Jos s dend, l ' l gnos- y 1 as op~mente:, al eS(fucrufalismo son divet"sos disidentes POS(-eslrLlcturalista..... que afirnlan la imposibilidad final de sus proL~ tos y exploraciones. En l é ml l no . smás ,'>lmples: los estructufalisms toman a la lingúl.'itica como t i . 1 oo et oytratan de desarrollar 'gra-llinmcionamiento<'> propios de los textos. Los estru(wralist:J.>; est án (:onvencitlos p/t~ Je que elconocimiento sistem:itko es posible, los de este ( ' s l r uc t ur a l i s ws t l nr r nanla i mposi " l " l l l kl , l ( l conocnni ent o". ! K' ; ¡ y or e , ' ) Uno de los m; representante.::; del p(D"i.l*e~Eructur:Fisrno es el a mÓsofo franc é$ Jacques Derrida, quien en su libro Del
parH Pcicce de que la rnente del h0111bre ha .sido puesta en diapa-són con la verdad de las cosas: t r ) C;l;ldo en Dr.:J.ldalle 0996: 20' ' \ ' )
90. Ver ClIllc( 09R4,2.3\
' 18.Gr adoenDt : bdJ. He('\9')(;: 2( l ' j · i . '36
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Alejandra Vl t a Je
gmmtltologí a apela a la teorí a de los signos de Peirce p-am funda-mentar su propuesta filos ófica, denominada deconstrucci ón, y su consiguiente posici ón sobre la í nterpretaci ón. Derrida se opone a un concepto de interpretaci ón que se basa en la idea de un sign í ficado definitivo atribuible a un texto, vinL,dado con la intención de un sujeto o Con el referente que representa. Por el contrario, un texto es concebldo como una m áquina signifkante que produce un infinito diferimiento del sig-njfjcado, que nunca logra fijarse: cada significante del texto está en correlación con otro signí f lcante, de tal manera que nada que-da fuera de la cadena signifiC'.Jnte, que procede ad ¡'ifi'Utum. Un texto produce así una deriva infinita de interpretaciones, ninguna de las cuales es concluyente. Derrida denomí na "logocentrismo" y "metaf ís ica de la presen-c í a" a la postura ftlosófica que postula la ei~tencla de un signifIcado (denomí nado "tIllscendenLal") que pond ña un t érmino tranquilizante a l aderiva del signiflCáme y al diferimiento del significado. Apelando a Peircc1 a 61.1 noción de s emi osi si nfini t aya sus reflexiones $Obre el carácter de signo del objeto representado, Derrida sob1iene que la "cosa misma" (el llamado "referente") es siempre un representamen inserto en la cadena de semiosis ilimitada, lo que lo lleva a mnnacia-nes extrL'f11aS del tlpo "No existe nada fuera delleXlo": "'P ekce va m2s le~ en direcci ón a lo que hemos denominado anteriormente la t::Ics..construcd ón de! significado trnscendenal. el cual, en uno u orfO momento, pondr í a untérmino tranquilizante a la rd e n l if L c a d oel logocentrismo yla emio;¡;í 6n de signo a signo, Hemos i apresencia romo el deseo exigente, poderoso, sistemático e uletaf í sica de l fa. bien, Peirce irreprimible de dicho significado trasL"endennlL Ahocom;ldern lo indefinido de tsta remisión como el criterio que permitida reconocer que re trata de un gistt'rna de signos. Lo qu.e maugHrtl (~l movimiento de la :;''1gnyrcación es lo que J ' t t t er r uJ x i 6n.L1CH~ misma ie.'i un :signo".:;' hace impo..'.,'tble su
9L Ver Derrida 0986, 63).
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El e studiode los si gnos.Petrce ySaussure
Para Eco (998), Derrida realiza una lectura idealista e insatisa factoria de Peirce, por lo que no se pueden considerar equivalen-tes l a semiosis infinita, ni tampoco plantear, deriva deconsuuctivislJl yl corno hacen algunos deconstruLtivislJls, que ante la au-senda de la intención del autor y del referente, la lectura es un proceso de libre asociación "donde la volunlJld de los int érpretes sacude los textos hasta darles la forma que sirva a sus prop ósitos". Pam fundamentar su cr í tica a Denrida, Eco esgrime, entre otros, los slguientes argumentos: No es v álido basarse en la teor í a de Peirce para afinnar que no existe nada fuera del texto, puesto que Peirce mismo sosi nátiene que toda semiosis est á detenl1inada por un objeto d mico que es "la Realidad que de alguna mane¡-,l contribuye a determinar al signo". 1>. El interpretante final detiene, aunque sea provisoriamente, el proceso sin fin de la interpretaci ón. c. Cualquier comunidad de int érpretes de un texto determina-do, para poder ser la comunidad de int érpretes de ese texto, debe ak.Jnzar un acuerdo, aunque no definitivo y de manera falible, sobre el tipo de objeto del que se est á ocupando.
a,
el DL"Sde que ID' comunidad concuerda s " obreuna interpretación detenninada
se crea un significado que, si no objetivo, e, por lo menos intersubjetivo y está priví legí adorespecto de cualquier otra interpretación obu.'nida sin consenso de la comunidad.
e.
La serniosis es virtualmente ilimitada, pero nuestr.lS fmalida- des cogni t i vas organizan, en<. ' Uadr any r educ en esta serie indeterminada e infinita de posibilidades. En el curso de un proceso ó l olo que es relevante en funci ón de semiótico nos í nteresa saber s un determinado universo de discurso y acto de cotnunicaei ón.
Las remisiones a Peiree en los debates actuales en tomo de la interpretación y de sus Umites son una prueba de la vigencia y fecundidad de su teor í a de los signos. Tambi én lo es el hecho de que semiÓlogos y analii>1as del disLUrso inleresados en las relaciones
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